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Título
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BS_1967_08
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Descripción
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Boletín Salesiano. Agosto 1967
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extracted text
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ASO L X X X I - N .» 8 - O RGANO DE LOS COOPERADORES SA LE SIA N O S - AGOSTO 1967
Ha m uerto e l
P. M an iova n i
CINCO
OASIS
C O LA B O R A C lO M
SALESIAMA
C O R LA
POPULORUM
FT
PROGRESSIO
L ilá
ívR S IU
u n A ii
TFFF
jL ir L i
KINIAMA
SE BAUTIZA
A sns noventa años, Kiniama, jefe de la triim
¿g jjjg baosi, recibió las aguas banlismales
de mano de monseñor Lehaen, obispo salesiano de Sakania. En tan fausta ocasión su
Ib tributó un homenaje en el gran dia
BOLETIN SALESIANO
Sumario
O RG A N O DE LA PIA U N IO N DE
CO O PERA D O RES S A L E S I A N O S
EL DESARROLLO DE LOS PUEBLOS .
Revista de la Obra de Don Bosco
C A M PA Ñ A A N U A L: LA F E ...........................
Año LXXXI - Núm. 8 Agosto, 1967
ESPA Ñ A
.
2
CJiNCJO O A S I S ......................................................
5
S A L E S I A N A ......................................
EL BAU TIZO
D IR H C T O R :
JA V IE R RUBIO IBAÑEZ
D IR E C C IO N ,
R E D A C C IO N
Y
A D M ü N .:
Alcalá, 164 - Apartado 9.134
Teléfono: 255 20 00
MADRID-2
Depósito legal: M. 3.044-1958
{Con censura eclesiástica)
.
DEL GRAN
JEFE
9
. 10-15
. . . .
POR EL M U N D O S A L E S IA N O ......................
16
ED UQ UEM O S A LOS H I J O S ...........................
18
C O O PERA D O RES EN A C C I O N ......................
19
DE ELLOS ME EN CA RG O Y O ......................
20
FABRICA N TE DE J E S U I T A S ...........................
23
C R O N IC A DE G R A C I A S ................................
24
EL M E N SA JE DE FR A N C ISC O DE SALES .
27
BECAS
30
S A C E R D O T A L E S ................................
MADRID.—Carabanch&l Alto. Merced a los cooperadores salesianos, que fueron casa por casa invitan'
do a adornar balcones 7 ventanas y a asistir a la procesión, María Auxiliadora hizo por primera vez
su entrada triunfal en la Colonia de Loyola, que se vistió de gala para recibir la visita; calles, casas,
balcones y ventanas de la barriada por donde pasó María Auxiliadora estaban ariisticamente adorna
das con guirnaldas, colchas, banderas, gallardetes y pequeños altares, que crearon un ambiente fes
tivo, alegre y piadoso. Que bendiga complacida desde el cielo estos hogares cristianos que tan bien
supieron recibir, acompañar y aclamar con júbilo a su Reina y Señora, María Auxiliadora.
2
—
U N A E N C IC LIC A QUE D A R A MUCHO DE SI
DESARROLLO
DE L O S
R O E D LO S
encíclica de Pablo VI, que ha heoho fa
moso su título fEl desarrollo de los pueblos»
en todo el mundo y h® suscitado los más en
cendidos elogios Y también los ataques de
los cresos, es un documento que se sale del mar
co habitual de los documentos papales por el he
oho de que lo mismo en su dedicatoria que en su
parte final se dirige no sólo a los católicos y a los
demás cristianos y creyentes sino también a to
dos los hombres de buena voluntad, a los hombres
de Estado, a los doctos y hombres de ciencia cual
quiera sea su horizonte. Ante todos ellos el Pa
pa se constituye en abogado de los pobres, a fin
de resolver en el mundo la cuestión social imediante una acción concertada para el desarrollo
integral del hombre y el desarrollo solidario de
la humanidad».
A decir verdad no es una novedad que la Igle
sia se preocupe de cuestiones sociales y del des
arrollo de los pueblos.
A partir del momento en que, en el siglo XIX,
a consecuencia de la concentración capitalista, la
suerte de los obreros empeoró, trayendo consigo
el nacimiento del socialismo propiamente dicho,
la Iglesia se preocupó por remediar semejante
estado de cosas. A l principio fueron sólo inicia
tivas privadas/ después vino, a fines del siglo,
la aparición de lo que se ha llamado el tcaíolicismo social», cuyas cartas son las memorables
encíclicas de León XIII, Pío XI y Juan XXIII. Es
tas encíclicas proyectan la luz del Evangelio so
bre problemas generales, aunque quizás muy europ>eos.
Pablo V I se coloca en un plan mundial al cen
trar su interés sobre los países más abandonados,
menos desarrollados, muchos de los cuales han
llegado a la independencia en estos últimos años
y que formaban parle de lo que, hasta ahora, se
denominaba países de misión. Pablo V I rinde ho
menaje a la obra de los misioneros. Es de justi
cia. N o se puede olvidar que desde la edad me
dia se han preocupado de resolver las situaciones
que ahora subraya el Papa,- ellos hicieron esfuer
zos incesantes por llegar al alma de los pueblos,
por atraerla y retenerla, por crear un orden so
cial en que dominaran los principios cristianos.
L
a
—
3
ABLO VI, antes de ser elevado al solio
pontificio, estuvo en Africa y visitó Am é
rica para darse cuenta de «los lancinantes
problemas que estrujan a continentes lle
nos de vida y esperanzai. Más recientemente sus
viajes a Palestina y a la India le permitieron tocar
con el dedo «las graves dificultades que asaltan
a los pueblos de antigua civilización en contac
to con los problemas del desarrollo». A todos.es
tos problemas aludió en su llamamiento lanzado
desde la Asamblea de las Naciones Unidas, mien
tras en Roma se desenvolvía el Concilio Vaticano
II. En fin, en la Curia romana creó hace pocos me
ses una comisión pontificia denominada «Justi
cia y Paz», cuyo programa es «suscitar en todo
el Pueblo de Dios el pleno conocimiento del pa
pel, que los tiempos actuales exigen de él en la
promoción del progreso de los pueblos más po
bres, en el favorecimiento de la justicia social
entre las naciones ofreciéndoles a las más menos
desarrolladas una ayuda tal que con ella puedan
proveer ellas mismas a su progreso».
En su vasta síntesis de todos estos problemas,
de todas estas ayudas, de las obras realizadas y
de las que hay que emprender, Pablo V I resalta
las aspiraciones de los pueblos y de los hombres
por verse libres de la miseria, por conseguir em
pleos estables, por asumir responsabilidades fue
ra de toda opresión y dentro de su plena digni
dad de hombres. Muchos pueblos no pueden sa
tisfacer estas aspiraciones y los que de entre ellos
han conseguido la independencia desean parti
cularmente que su libertad política se vea corres
pondida por una igual libertad social y econó
mica.
I se considera la situación mundial ac
tual, es evidente la existencia de un des
equilibrio creciente en la economía mo
derna «siendo así que unos producen con
exceso alimentos que faltan cruelmente a otros/
y estos últimos ven sus exportaciones sometidas a
la incertidumbre». Por otra parte los conflictos
sociales alcanzan dimensiones mundiales. En los
países en vía de desarollo chocan las antiguas
civilizaciones y los avances de la civilización
industrial. Todo esto es causa de desorden y pue
de desembocar en revoluciones, en insurrecciones
y en deslizamientos hacia ideologías totalitarias.»
A R A remediar estos males y evitar otros
peores, la Iglesia aporta su mensaje evan
gélico y su visión cristiana del hombre y
de la humanidad. Muestra al cristianismo
como deseoso de promocionar a todo hombre y
a todo el hombre/ proyecta luz sobre el deber
de solidaridad humana, sobre el deber de ayudar
a los pueblos desheredados para que alcancen un
nivel de vida más humano.
Dentro del plan el Papa explica el principio
del destino universal de los bienes y señala los
límites del derecho de la propiedad. «La pro
piedad privada, escribe, no constituye para nadie
un derecho incondicional y absoluto.
Ninguno puede reservarse para uso exclusivo
4
—
suyo lo que le sobra, una vez resueltas sus nece
sidades, si otros carecen de lo necesario. El so
brante disponible no queda abandonado al libre
capricho de los hombres y los especuladores
egoístas deben ser desterrados». A este propósito
Pablo V I condena formalmente la evasión egoísta
de capitales al extranjero: «N o debería admitirse
que ciudadanos, provistos de capitales abundantes,
procedentes de recursos y actividades nacionales,
los transfieran en parte considerable al extranjero
para su sola ventaja personal, sin cuidarse del
daño evidente que hacen a su patria».
Es urgente la acción pues «en el mundo hay
demasiadas injusticias y consecuentemente dema
siadas incitaciones a la violencia. Ahora bien las
insurrecciones revolucionarias engendran siempre
nuevas injusticias, nuevos desequilibrios, nuevas
ruinas». Hay que emprender urgentemente refor
mas y cada uno ha de poner su parte».
A Y que suprimir la analfabelización/ pro
mover las familias monogámicas y esta
bles. Un crecimiento demográfico exage
rado puede por otra parte añadir dificul
tades a los problemas del desarrollo. Los poderes
públicos pueden, en este terreno, intervenir en
los límites de su competencia, pero sin olvidar
jamás que «sin derecho inalterable a la procrea
ción y al matrimonio no cabe dignidad humana.
Son los padres los que han de decidir con pleno
conocimiento de causa el número de sus hijos».
También hay que poner en guardia a los pueblos
pobres contra las tentaciones materialistas, que
soplan desde los pueblos ricos. Conviene que
sepan «prescindir de los falsos bienes que entrañarían un rebajamiento del ideal humano», y en
su lugar aceptar «los valores sanos y beneficiosos»
a fin de promover un humanismo plenario que
asegure el desarrollo integral del hombre.
La asistencia a los débiles se ha de traducir
en una lucha contra el hambre/ pero también es
necesario construir un mundo en el que la liber
tad no sea un nombre vano y en el que todo
hombre, sin excepción de raza, religión, o nacio
nalidad pueda viv ir una vida plenamente humana.
Pablo V I renueva el llamamiento lanzado por
él en Bombay a favor de la fundación de un
«fondo mundial», alimentado con sumas sacadas
de los gastos militares y cuya finalidad sería la
ayuda a los países más débiles.
STE es el espíritu y lo esencial del docu
mento pontificio que antes de ser publicado fue redactado siete veces, en estos
tres últimos años.
La Encíclica ha tenido una acogida favorable en
todos los países, incluidos los comunistas, aunque
naturalmente cada uno ha subrayado o puesto el
acento en los pasajes que concuerdan con su
política o critica la de sus adversarios.
Pasados unos meses de su publicación se advier
te ya que está llamada la encíclica «El desarro
llo de los pueblos» a tener una vasta influencia,
aunque irá bastante más despacio de lo que el
Papa querría y de lo que sería menester.
^
i
S A G A YO TO TTA M - SU LCO R N A - M E N D A L - T IR U P A T U R - D A M R A
respuestas a la encíclica «E l desarrollo de los pueblos»
Las limosnas y la generosidad de los bienhechores y cooperadores de
las misiones salesianas han producido entre otras cosas: cinco Centros
de promoción agrícola que han redimido de la miseria a centenares de
huérfanos y familias pobrísimas.
—
5
P
A RA comprender lo que es y lo
quiere la úUima encíclica del Papa, la
uPopulorum Progressio», quizás lo más
acertado sea darse una vueltecila por
la India y detenerse unos días en Sagayotottam.
A llí se comprenden bien muchas cosas.
Lo dice el padre salesiano Don Luis Berluzzi,
que desde Turín sigue el desarrollo de las obras
sociales en los países de misión. Don Luis tiene
el texto de la encíclica surcado de rayas rojas,
que resallan los párrafos más salientes.
Encuadradas dentro de gruesos trazos colorados
están estas palabras de la encíclica:
•Los pueblos del hambre se vuelven hoy dramá
ticamente hacia los pueblos de la opulencia. La
Iglesia se estremece ante su grito de angustia y
llama a cada uno a responder con amor de su
propio hermano*. Y más subrayada todavía está
otra irase: lEl camino de la paz pasa por el de
sarrollo*.
DE DESIERTO A OASIS.
Pregunto a don Luis si ha estado en Sagayotot*
tam.
~ Ciertamente me responde. Estuve hace tres
años. Aquello es un jardín, un oasis de verdor.
Pero me hubiera gustado estar por el año 1950.
¿Por qué ese año?
—Entonces aquello era un desierto. Ese mis
mo año llegaron los dos misioneros, dos pioneros
tipo «nueva frontera», que levantaron una caba
ña, como mejor pudieron, y se pusieron a cavar.
Sobre sus cabezas un sol sin misericordia; bajo
sus pies arena ardiente sin un hilo de hierba.
Pero más abajo todavía corría un caudal de agua
fresca. Cavaron sin tregua hasta que dieron con
ella. Una bomba entró en acción y el agua manó
abundante en la superficie. El desierto empezó
a florecer. Todo esto tan sencillo sucedió el
año 1950.
El año que yo visitó Sagayotottam, prosigue,
los monzones se habían olvidado de la India.
Y sin monzones no llueve y sin lluvia el sol que
ma todo, las cosechas se arruinan y la gente
muere de miseria y de hambre. Recuerdo que
nuestro jeep levantaba nubes de polvo como las
humaredas que los ejércitos producen para cubrir
su retirada. De pronto se extendió ante nuestros
ojos el verdor de los árboles plantados por los
misioneros en Sagayotottam; parecía un espejismo
del desierto. Atravesamos un camino magnífico. A
la izquierda la entrada en la capilla sencilla y aco
gedora. Más allá un pórtico sombreado: estábamos
en el Centro profesional, que acoge a cien mucha
chos privilegiados, esto es: huérfanos unos y ta
rados otros por algún defecto físico, suficiente para
que los rechacen los demás, pero que no les im
pide un trabajo casi normal y la posibilidad de
abrirse camino en la vida.
En derredor de los edificios se extienden los
campos, bien alineados con sus plantaciones de
arroz, cacahuetes, frutales y pastos que permiten
la cria de ganado bovino y aves de corral. Ade
más de los misioneros, que ahora son doce y de
los chicos, acuden a cultivar las tierras otjos cam
pesinos de las aldeas cercanas. Trabajo sano, al
aire libre, en una llanura inundada de luz. Parece
una hermosa granja en plena huerta valenciana.
Los muchachos aprenden a trabajar la tierra con
técnicas modernas, arados y tractores y apropiados
sistemas de irrigación. Pero no es todo, porque si
al dejar el Centro tuvieran que volverse a su al
dea natal no sabrían qué hacer con sus conoci
mientos técnicos; tendrían que darles de lado pa:a
compartir con sus paisanos su mísera vida. Los mi
sioneros con la ayuda, llegada de Europa, han co
menzado a preparar casas de colonos, pequeñas
pero suficientes para los que terminan su prepa
ración en el Centro. Las casitas se alzan a poca
distancia de Sagayotottam y sus propietarios pue
den utilizar la maquinaria agrícola del Centro.
Algunos indios inteligentes y provistos de me
dios han construido, no muy lejos, granjas en las
que copian, lo mejor que pueden, los métodos de
la misión. Para los misioneros es una satisfacción
grande que su ejemplo concreto enseñe a montar
instalaciones agrícolas, a cultivar los campos, a
experimentar nuevos cultivos, a criar y recriar
ganado y el uso de la maquinaria moderna.
Con esto los salesianos de Sagayotottam practi
can las enseñanzas sociales de la Iglesia: su obra,
pequeña, pero completa y convincente, ayuda y
estimula a los demás a hacer otro tanto. La zona
que rodea Sagayatottam se está transformando. El
Centro misionero salesiano ha sido como la pie
dra arrojada a un estanque cuyos círculos con
céntricos se ensanchan cada vez más.
EL HAMBRE, ESA HAMBRE DE LA INDIA
Una duda me atormenta mientras oigo a Don
Luis: ¿No son los indios capaces de hacer eso mis
mo por sí mismos? ¿No son capaces de cavar, de
hacer pozos?
— Cuando se es pobre de verdad, responde, su
cede eso precisamente. El agua lo es todo en la
agricultura y la India, sobre todo en el sur, tiene
muchas corrientes subterráneas. El riego asegura
dos cosechas al año; si los monzones son propi
cios se cosechan ties; en los casos más favorables
hasta cuatro. Pero los campesinos pobres, y son
tantísimos, carecen de dinero para cavarse un po
zo. Para hacer un pozo hacen falta cinco o seis
mil pesetas, muy poca cosa en España, pero para
los indios un capital. Un obrero, discretamente pa
gado, gana de cuatro a cinco rupias al día, o sea
40 o 50 pesetas, con lo que a duras penas mantie
ne su familia. El trabajo en el campo rinde mu
cho menos. En estas condiciones, ¿quién puede
hacer un pozo?
Pregunto si el hambre no es más fuerte en los
suburbios de las ciudades que en el campo.
Parece que hay más hambre en los suburbios de
las grandes ciudades, pero no es más fuerte que
en el campo. Las ciudades exhiben millares de
hambrientos porque los campesinos, al no tener
qué comer, se marchan a los suburbios esperan
do encontrar algo de trabajo. A decir verdad los
centros urbanos ofrecen a los más pobres alguna
oportunidad de trabajo: tirar del risció, llevar re
cados, algún trabajo manual,- se consiguen así unas
rupias con que llevar algo a la boca. En el cam
po, cuando los monzones fallan, si la cosecha se
pierde no queda recurso alguno. A llí donde crece
el bambú los campesinos se comen las raíces,- pe
ro son muchos los lugares donde ni el bambú tie
ne posibilidad de crecer.
El hambre en la ciudad es más impresionante
porque expone su desolación en las aceras de las
calles, a la vista de todos,- en el campo es más
callada y más desesperada. Los he visto con mis
ojos en ciertos poblados, en años sin monzones.
Entró en chozas en las que no había absolutamen
te nada: suelo de tierra apisonada, un palo en
donde colgar el sari y nada más, ni un jergón
donde pasar la noche. En los «años-no» esta gen
te puede muy bien morir de hambre, dentro de
su choza, en silencio, sin protestar, sin fuerza pa
ra nada.
LOS SALESIANOS Y SU GRANO DE ARENA
Las ciudades están hoy repletas, congestionadas
de gente, pero su problema se resuelve en el cam
po, con la agricultura... Si el campo se bastase
a sí mismo, la afluencia a las ciudades se corta
ría. Entonces los grandes centros podían tener
un respiro y organizarse mejor.
En vista de la situación los misioneros salesianos están dando a la agricultura una importancia
cada vez mayor, como es justo. Hasta ahora se
habían dedicado principalmente a la escuela con
resultados óptimos. Pero el hambre sugiere dar
mayor peso a las obras sociales. Están poniéndose
varias en marcha: en Damra y Mendal, Assam; en
Tirupatur y en el Noríh Arcol, Sur de la India;
en Sulcorna, junto a Goa. Son obras que yo he
visto.
En Damra se está levantando un poblado moder
no. Dos salesianos están al frente: han distribui
do tierras entre los más pobres y puesto en fun
ción un instituto de crédito, un Banco cuyo nom
bre no está catalogado en los manuales de econo
mía: el Banco del arroz.
En Damra, como en otras parles acontecía que
en los años malos los agricultores se encontraban
sin arroz para sembrar ni dinero con que comprar
lo. Caían en manos de usureros que les exigían el
dinero o el arroz prestado con intereses fortísimos:
esquilmados llegaban a la nueva cosecha en idén
ticas condiciones y sin quererlo se hallaban meti
dos en un engranaje sórdido que los estrujaba has
ta el último aliento. El «Banco del arroz» presta sin
intereses, se contenta con la restitución y asi poco
a poco los campesinos redimirán sus atrasos y sal
drán a flote.
A PESAR DE MOSQUITOS Y COBRAS
En Sulcorna, junto a Goa, se está construyendo
la (Granja Don Borco» en doscientas hectáreas de
terreno inculto, que han regalado a la Inspecto
ría. Sólo Se puede llegar hasta allí en jeep o en
helicóptero, cuando lo haya, pero es un sitio fan
tástico. Han comenzado la obra un sacerdote y un
coadjutor, que hicieron sus primeras armas en Sagayotoítam. N o son novatos, saben como se em
pieza desde cero. El proyecto es ambicioso: cons
truir un Centro de desarrollo social, trasladar a él
unas cincuenta familias «cerotenienles» y darles
a cada una una casita y un cuadro de tierra.
Hallé ya alguna familia, la primera en llegar,
trabajando. Los dos salesianos vivían en una ca
baña sumaria. Fuera de la cabaña es el reino de
los mosquitos, un tipo pacífico de mosquitos, que
se contenían con zumbar incansablemente sobre
las aguas estancadas, pero sin picar. Las cobras
por el contrario no son tan dóciles. La vigilia de
Navidad oímos un alboroto procedente del ga
llinero; corrimos: una cobra había dado muerte a
cinco gallinas y les había chupado la sangre. El
misionero aguardó a que saliera y de un certero
golpe la despachó. Los indios hubieran sido con
ella mucho más corteses; están persuadidos que, si
se mata una cobra, otra cobra emparentada con
ella tomará venganza. Por lo que se contentan
con poner un poco de leche junto a la salida
para que se la beba y marche.
En Sulcorna, a estas alturas, han construido una
casita más decorosa y los misioneros sueñan con
un bulldozer para allanar los terrenos y preparar
los campos. Un par de kilómetros de tubería les
vendría estupendamente para canalizar el agua
BANPONG (TaUandia).—La ac
ción misionera de los salesianos
en el país de los Tai sigue avan
zando. Edificios, capillas, escue
las se van quedando pequeñas
Y hay que ensancharlas. En
Banpong hubo que ganar a la
selva el espacio y desboscar; na
da mejor que estos «modernos»
bulldozer, que arrancan los ár
boles con facilidad y de paso
entretienen a los chicos.
— 7
de beber. Con un poco de alambre, unos cuantos
kilómetros, y los soportes necesarios cercarían los
campos, harían pasar una corriente eléctrica y
salvarían los sembrados del jabalí o puerco sil
vestre, el aguafiestas de las cosechas. Es un glo
tón insaciable e impenitente, pero bastarían unas
ligeras descargas eléctricas para inducirlo a bus
car otros sitios donde regalarse.
Ya ha ingresado el primer alumno del Centro
agrícola. Se lo encontraron por la carretera mien
tras volvían de Goa una vez. Estaba solo en el
mundo y lo recogieron. He tenido el gusto de
verlo: ha aprendido a lavarse y conservarse lim
pio/ hace lo que puede en su afán de ser útil pa
ra algo. Recuerdo también la Misa del domingo
que pasé en Sulcorna. El jeep de la misión salió
temprano a recoger a los cristianos, un puñadito
de la zona. Ellos mismos montaron un altarcito en
la cabaña llena de sacos. Cuando comenzó la misa
pudimos echar al perro, pero no hubo manera de
alejar las gallinas, que siempre volvían cacarean
do y picoteando sin devoción alguna.
Don Luis sonríe; hasta la encíclica, puesta en
cima del escritorio, parece que goza de la paz
bucólica que está evocando.
En Tirupalur, se ha levantado ya un pueblo de
setenta casas, asignadas a los habitantes de una
aldea, que exhibía el fantasioso nombre de Nueva
York. No sé si lo pusieron por sarcasmo, ironía
o lejana esperanza, pero era la Nueva York de la
miseria.
En Norte Arcot el obispo salesiano hace cavar
pozos, distribuye ganado, pollos, ocas, cabras y
vacas para su recrío, engorde y nueva producción.
El campesino que recibe en préstamo un par de
bueyes es tan feliz, como entre nosotros quien
consigue un tractor o un camión. Con su yunta tra
baja campos ajenos o transporta y con las ganan
cias paga su préstamo y puede sostener su fa
milia. Los animales de corral se prestan con es
tas condiciones: a su debido tiempo devolverán
tantos animales cuantos recibieron, para entregár
selos a otras familias pobres; de esta suerte la
ayuda se va alargando. Campesinos y animales
hacen lo que pueden por desarrollar la zootec
nia de la zona. Las más voluntariosas parecen las
ocas que los chicos conducen a pastar; caminan
como es natural a paso de oca, pero sin pare
cerse en nada a un desfile del ejército prusiano;
como conscientes de su papel en el desarrollo so
cial de Norte Arcot ponen huevos abundantes y se
multiplican con rapidez.
Pregunto si la pobreza de la India no depende
de la indolencia de sus habitantes y si todo lo qt\e
regalamos a los misioneros y ellos a los indios
no se pierde como gota de agua en el mar.
«M e esperaba esta preguntar —dice, toma la
encíclica y me señala— : Mire lo que el Papa ha
8
escrito. «Hay que ofrecer a las naciones menos des
arrolladas una ayuda tal que las ponga en grado
de proveer por sí mismas a su progreso». Es ca
balmente 'lo que hacen los misioneros. N o hacen
limosna (aunque en fin de cuentas sería más có
moda, pero serviría de muy poco). Los misione
ros tratan de poner a sus pobres en condiciones de
trabajar y de arreglárselas solos. No dan a fondo
perdido, sino que quieren que rescaten con su
trabajo productivo las cosas cuya posesión se les
entrega sin interés ni plazo alguno. En una pala
bra, los estimulan para que trabajen, a que pro
duzcan y eleven su nivel social.
Tampoco es verdad que los indios no traba
jan: es un prejuicio muy grande que hay que des
truir. Sin embargo se ha de reconocer que mu
chos no se hallan en condiciones de trabajar.
Piense, por ejemplo, en ©1 clima que, especialmen
te en el sur, es durante muchos meses extenuante;
en la humedad agotadora. Tenga en cuenta tam
bién que sólo se puede trabajar en proporción a lo
que se come. El indio pobre está desnutrido, carece
de fuerza.
Un día pregunté a un campesino, por medio de
un intérprete qué había comido aquel día. Me
llevó a la sombra de un árbol; de debajo de una
mata sacó una vasija de barro muy pequeña, qui
tó la hoja que la tapaba y me enseñó su conte
nido: arroz, un puñado de arroz. Le pregunté ex
trañado si no comía nada más. Sonrió, se desen
rolló el turbante y de entre sus harapientos plie
gues sacó un pimiento rojo y unos grumos de sal:
era el condimento de su arroz. Aquella iba a ser
su comida del día, porque no todos los campesi
nos indios pueden hacer dos comidas al día. ¿Com
prende que en estas condiciones no es fácil ren
dir en el trabajo?
Y aun hay más: de ordinario carecen de maqui
naria. ¿Cómo se puede hacer la tierra arañándola
sólo con las manos y un palo?
Pero una cosa es cierta y demostrada mil veces:
hasta los más desheredados, puestos en condicio
nes de trabajar y estimulados, han respondido a
las esperanzas. £1 indio es un tipo que vale y los
esfuerzos hechos para ayudarles no son perdidos.
Tendría que ver cómo se están poniendo las co
sas en Mendal. Mendal se halla en el norte, en el
Assam. Un valle entero, con una veintena de
pueblos, está en camino de superar la fase estric
tamente agrícola de desarrollo; el sector indus
trial. No puedo explicar todo en pocas palabras,
porque Mendal merece discurso aparte: allí, como
en Sagayotottam y en otras partes, la «Populorum
progressio» está encarnada en los hombres y en
las cosas. Si lo desea hablaremos otro día de Men
dal.
Don Luis tiene enrollada la «Populorum progressio» y me apunta con ella. Me viene a la imagi
nación que me apunta con un arma de fuego, con
una bazooka antitanque y se lo digo.
Rápido me responde:
—Es que es así. La «Populorum progressio» es
ni más ni menos una bazooka. £1 tiempo lo dirá.
C A M P A Ñ A A IT U A L: L A F E
EL MAS BELLO DE TODOS LOS LIBROS
Denise Aim é es judía,- de nacimiento y de
religión. V iv e en París. Es estudiante de Filo
sofía Y aficionada a la escultura. N o es bella,
pero sí inteligente. Se ha casado con un cató
lico Y tiene un hijo. Las amarguras de su ju
ventud, despreciada por ser judía, se han trocado
en felicidad. Su marido respeta sus creencias,en ©1 hogar no se habla nunca de religión.
Un día Denise recibe una invitación para una
conferencia que pronunciará un célebre pro
fesor sobre el sugestivo tema: Las estaciones,
las fiestas y su relación con el desarrollo del
hombre. Acude.
A Denise le llama la atención que el orador
cuando se refiere a los Evangelios los deno
mina «el más bello de todos los libros». Ella
ha visto los Evangelios en manos de su esposo,
pero nunca se le ocurrió leerlos. En el primer
rato libre que tiene al siguiente día los toma,
abre y comienza a leer. Ya nunca más pudo
dejarlos.
Día tras día lee y relee. Sus convicciones ju
daicas sufren rudo golpe. En su alma se esta
blece una lucha entre ellas y la figura de Je
sucristo que la cautiva, que le invita a acep
tarle.
Las palabras de Jesús le golpean con dureza:
«Quien no está conmigo está contra Mí,- quien
conmigo no recoge desparrama». La imagen
v iv a de Jesucristo salía de los Evangelios. No
le cabe duda, es el Mesías esperado por el
pueblo. Pero su pueblo lo niega/ los suyos se
lo han dicho desde niña/ lo ha bebido con la
leche de su madre.
Jesús representa para Denise la ruptura con
todo lo suyo. Le pide demasiado. Su vida se
convierte en lecturas, consultas/ en ponderar,
medir y aquilatar sus tradiciones y los evan
gelios.
Mientras tanto la segunda guerra mundial
estalla. Su marido es movilizado. Ella huye de
los alemanes con su hijo y su padre al sur.
Una mañana se despierta sobresaltada/ siente
sed de Cristo,- quisiera comulgar, pero no está
bautizada. Corre a una parroquia a pedir el
bautismo. Tiene la suerte de hallar en ella al
obispo que, habiéndola examinado, le bautiza
Y da la comunión al día siguiente. Se siente
inundada de la gracia, injertada en Cristo, ali
mentada con Cristo.
Poco después comienza su calvario. Conoce
los campos de concentración, sus humillacio
nes, sus sufrimientos, el hambre. Sobrevive pro
videncialmente. Es liberada.
La fe en Cristo invade todo su ser/ la instala
en Dios. Vislumbra que comienza para ella una
etapa nueva: la de v iv ir a diario su fe señala
da con el dedo por los suyos. No le importa.
Ha dado su «sí» a Jesucristo y no volverá atrás.
Denise Aim é sigue fiel.
Una historia como otras muchas, alguna de
las cuales referiremos. Una historia para refle
xión de cristianos.
Muchos cristianos no han caído en la cuenta
de que su fe tiene que ser una aceptación cons
ciente y voluntaria de Dios, de Jesucristo y de
cuanto El nos enseñó y nos mostró para creer
Y orar.
La fe es decir si a Dios,- es una respuesta per
sonal, afirmativa y libre a Cristo, aceptando su
mensaje de salvación como único camino ver
dadero, como única manifestación de la volun
tad divina respecto a cada uno, como norma de
conducta de nuestra vida.
Fue esta aceptación la que transformó a De
nise Aimé de judía en cristiana. Y es esta mis
ma aceptación la que transforma a un cristiano
lánguido, inoperante, rutinario en otro cristiano
activo, fuerte, apóstol.
El camino seguido por la convertida es un
camino que conserva lodo su valor para cual
quier cristiano, tanto si es libio como fervoroso,
pero del que necesita más aquel cristiano que
a estas horas todavía no ha respondido cons
cientemente a la llamada de Cristo, solicitando
su adhesión, su fe, a su persona y obra re
dentora.
Camino con etapas bien marcadas: conocer
a Cristo, aceptarlo con amor, v iv ir según sus
enseñanzas.
Estamos en el año de la fe. Es una ocasión
que la Iglesia le brinda para que te revises en
este aspecto. Empieza por leer los Evangelios/
léelos con gana de descubrir mejor a nuestro
Señor Jesucristo y luego obra en consecuencia,
Una respuesta generosa dará nuevo sentido
a tu vida.
j
J
\
i
•
(
j
|
Sugerimos que en cada hogar cristiano se
pronuncie en un día establecido el Credo,
nuestra profesión de fe. (Pablo VI.}
— 9
E S P n A fi
SALESIANA
NUEVO TEMPLO
MURCIA.—El 24 de mayo, festividad de María
Auxiliadora, el obispo de la diócesis, doctor M i
guel Roca Cabanellas, berxdijo en Cabezo de To
rres el nuevo templo salesiano, dedicado a la Vir
10
A M ARIA AUXILIADORA
EN CABEZO DE TORRES
gen de Don Bosco. Concelebró, a continuación con
ocho sacerdotes entre los que se contaba el pro
vincial salesiano, don José Carbonell. (Véase foto
lateral.)
El templo es amplio, sin recargos de ornamenta
ción. De línea avanzada sin llegar a extremismos...
Todo ello hace de él un conjunto sobrio y al mis
mo tiempo agradable.
Preside el templo una estatua de María A uxi
liadora de talla, de dos metros y medio de alta,
que esté como suspendida en el aire en acto de
acercamiento a los fieles. La xmagen es policroma
da y de fuertes líneas modernas.
A los pies de la estatua, empotrado en la pared,
el sagrario de aluminio fundido, de dos metros de
largo, que figura un filón de metal precioso en
medio de una mina que representa el ábside. La
luz, cenital, llega al altar por medio de una alta
cúpula.
El resto de la iglesia está iluminado por largas
vidrieras policromadas de panales de cemento ar
mado que rasgan los muros de arriba abajo. To
das ellas simbolizan espigas.
Tiene cabida para setecientos fieles, que de cual
quier parte de la iglesia pueden seguir las cere
monias sagradas sin dificultad.
El exterior de la iglesia es de línea oriental,
terminando el tejado en tres grandes cruces que
nos recuerdan el Gólgota, la mayor de las cuales
mide diez metros.
Sobre la puerta se halla una gran reja de cinco
capas superpuestas que simboliza la íntima tra
bazón de la Iglesia integrando el Cuerpo Místico
de Cristo.
1
J
HUELVA.—El curso en la escuela Stella
Maris se clausuró con la inauguración
de la exposición escolar profesional y el
reparto de premios. El señor Obispo pre
sidió ambos actos e impuso la cruz del
mérito escolar al alumno Antonio Lozano,
momento que recoge la foto.
►
SANLUCAR LA MAYOR.—La imagen de María
Auxiliadora rodeada de las exalumnas que ador
naron su paso Y acompañaron durante la proce
sión por las calles de la ciudad. Este año la fies
ta tuvo un relieve especial pues lodo el pueblo
participó con ella: antes con donativos para el
nuevo paso y en su día asistiendo a la procesión
con fe y devoción. A los antiguos alumnos les
corresponde la alegría de haber organizado y pre
parado día tan glorioso para María Auxiliadora.
—
11
PO R E L MUNDO S A LE S IA N O
V
V
tC
12
N la punía que el Con
go ex belga introduce
por tierras de Zambia, el
rio Luapula desliza sus
aguas perezosas y abundantes.
Unas veces es frontera entre dos
estados, otras lazo de unión en
tre los bausi.
Los bausi forman una tribu
numerosa/ sus hombres ocupan
tierras de Zambia y tierras de
Sakania, provincia del Congo.
El gran jefe de la tribu que ha
bita más allá del Luapula es Mutunda/ el de Sakania, Kiniama.
No, Kiniama no es joven. N i
él siquiera sabe cuantos años
tiene, pero ronda los noventa.
La aldea, en la que se asienta
su corte, lleva su nombre; la
misión salesiana instalada en
K IN IAM A.—Acompañado por el obispo, monseñor Lehaen, el gran jefe Kiniama entra
en la Iglesia para recibir el bautismo. Gran día para el viejo jefe Y para la tribu de
los bausi que celebró a modo la jornada.
ella lo mismo/ fue abierta en
1914.
En las ocasiones grandes K i
niama ostenta con orgullo la me
dalla de oro que el gobierno
belga le impuso en 1908 al re
conocerle tgran jeíei de los bausis. Con gran dignidad la llevó,
cuando saludó al rey Alberto de
Bélgica de visita por el Congo/
éste es el gran recuerdo de su
vida, el que sobresale por enci
ma de todos los demás de su
larga vida.
El prestigio de los grandes je
fes de tribu se conserva casi
íntegro en Africa. En ellos hon
ran los negros el origen y el
pasado de la tribu. Su autoridad
en cuanto representante de sus
antepasados es indiscutida. Y si,
como en el caso de Kiniama, el
jefe ha sabido desempeñar su
cargo con acierto, una especie
de aureola circunda su venera
ble figura.
El primer contacto de Kinia
ma con el misionero tuvo lugar
en 1915.
Un salesiano, que más tarde
sería obispo de Sakania el
padre
Sak, fue
a pedirle
p e r m i s o para anunciar el
evangelio en su territorio. El
jefe lo recibió con exquisita cor
tesía y desde aquel momento se
establecieron las relaciones más
cordiales entre las autoridades
indígenas y los representantes de
la Iglesia. La amistad se conso
lidó con grandes favores mutuos.
Un día, por ejemplo, el padre
Sak se devanaba los sesos ante
un problema de transporte inso
luble. Tenía que traer una im
portante cantidad de material de
construcción desde Elisabelhville, a cien kilómetros. No se po
día pensar en camiones porque
la falta de caminos era absoluta.
El misionero expuso su proble
ma al gran jefe.
—Venga mañana, fue la res
puesta.
A l día siguiente el padre Sak,
curioso por conocer la solución
que Kiniama daría al problema,
se presentó ante su morada.
Por el gran recinto, cercado
por una empalizada, que rodea
ba la casa del jefe y que siem-
—
13
'pre estaba animadísimo con el
ir Y venir de los cortesanos,
aquella mañana no se podía dar
un paso. Grupos de fuertes mo*
cetones se veían por todas par*
tesf parecían preparados para
una expedición. Apenas el mi
sionero franqueó los umbrales de
la empalizada vio venir a su
encuentro con paso decidido al
gran jefe.
—Aquí tiene cien hombres,
son mis hombres más fuertes.
De ellos corre todo su transpor
te
Demasiado conmovido el pa
dre Sak para pronunciar pala
bra balbuceó un gracias y
puso a la cabeza de la carava
na. En pocos días hicieron lo
que los camiones no conseguían.
Ciertamente el Señor tomó no
ta de este y
otros muchos ges
tos de generosa comprensión del
jefe Kiniama.
Fiel Y tenazmente aferrado a
las tradiciones de su tribu, aun
que buen amigo de los misione
ros, nunca expresó deseos de
hacerse cristiano hasta estos úl
timos años en que habló de
bautizarse. Hacía tiempo que su
harem estaba reducido a una
sola mujer cristiana. Un viejo mi
sionero salesiano le fue instru
yendo con gran tacto.
Libre de todo obstáculo y con
la preparación debida, Kiniama
ingresó en la Iglesia, entró a
formar parte del Pueblo de Dios
el 15 de enero de este año. Si
bien el sacramento del bautis
mo es igual para lodos, no obs
tante admite en su celebración
honores especiales para un gran
jefe amado y venerado por su
pueblo. Mons. Lehaen, obispo sa
lesiano de Sakania, en cuyo te
rritorio está enclavada la ciudad
de Kiniama, le administró so
lemnemente el bautismo.
Se hallaban presentes a la ce
remonia numerosas delegaciones
de aldeas bausis, presididas por
Katenda, de Zambia, además de
la muchedumbre de sus súbdi
tos, estaba su sucesor, el conse
jo de los ancianos en pleno, los
jefes de poblados, los alumnos
de las escuelas salesianas con
14
—
sus profesores, y una multiud
de curiosos.
El obispo recibió al ilustre ca
tecúmeno a las puertas de la
Iglesia. Después de hacerle re
novar la profesión de fe, lo con
dujo al presbiterio por la mano,
en donde el viejo tomó lugar,
sentado ante el altar y el prela
do.
—¿Quieres ser b a u t i z a d o ?
preguntó el obispo.
El viejo jefe no goza ya de
buena vista, pero su mente se
conserva lúcida. Con calma y
dignidad respondió a las pregun
tas, siguió las ceremonias e hi
zo cuanto se le indicó. Sólo un
momento tuvo una distracción,
muy disculpable dada su edad
Y, por otra parte, graciosa. En el
momento en que el agua bau
tismal corría por su cabeza, en
lugar de inclinar ésta la levantó
Y sacó la lengua para recoger
el agua que le corría por la
frente y la cara. Quizás pensó
que era el momento de recibir
la sal de la sabiduría. Advertido
de su error inclinó reverente la
cabeza sobre la pila que recogió
el agua que lo hacia cristiano.
Siguió la misa en lengua kibemba y después de la homilía
se le administró la confirmación.
A l comulgar Alberto Kiniama,
que así quiso llamarse en honor
del rey Alberto, recibió el ter
cer sacramento de aquella me
morable jornada.
Terminó el sagrado rito y die
ron comienzo los festejos popu
lares.
Sentado en un sillón, coloca
do en un palco delante de la
Iglesia, el gran jefe fue reci
biendo los homenajes y los plá
cemes, que lodos le dan con
gran respeto. A los lados de Ki
niama, que ostenta sus meda
llas, se sientan el obispo, el gran
jefe Mutunda y otros jefes. A
todos da la bienvenida el di
rector de la misión salesiana Y acto seguido se desarrolla
un programa de danzas y cantos
Y discursos.
A l final lomó la palabra el
nuevo cristiano. Sentado, como
exige el antiguo ceremonial de
los grandes jefes, Alberto Ki
niama, conmovido, expresó su
reconocimiento hacia la Iglesia:
íLos misioneros, dijo, han sido
de verdad mis padres en el Se
ñor, Y como a tales deben consi
derarlo siempre los bausi». Re
cordó los primeros años de
la misión salesiana en su
territorio, el
nacimiento de
una comunidad cristiana y luego
de una diócesis, da la que su
sede había sido la primera célu
la. Recordó el fructífero traba
jo de los misioneros, especial
mente del padre D'Halluin y del
padre Van Heusden. Sus pala
bras fueron recibidas con una
clamorosa ovación.
Cuando el sol alcanzó su cénit
en Kiniama la alegría llegaba al
mismo punto con un generoso re
parto de bizcochos y vasos de
•simba», la cerveza de los bau
sis. El reparto procede contra la
entrega de bonos, previamente
distribuidos, así lo ha dispuesto
el gran iefe que es hombre
amante del orden. Días antes un
cazador había cobrado un hi
popótamo Y regalado casi ente
ro a la tribu. La misión por su
parte puso abundante caza, de
suerte que hubo comida a pla
cer. La simba corrió también con
largueza hasta bien entrada la
tarde. La alegría extraordinaria
y la jornada maravillosa.
En la tarde de su vida, un
hombre de otros tiempos, repre
sentante de una civilización su
perada, a la que él le había dado
su último resplandor, se compro
metía solemnemente en la vía
de la renovación suprema: la
unión con Cristo Redentor, se
llada con el bautismo y la con
firmación. A los 90 años, este
venerando testimonio del pasa
do podia decir con toda verdad
sobrenatural: Me acercaré al al
tar de Dios/ del Dios que alegra
mi nueva juventud.
Con el bautismo del gran jefe
Kiniama la Iglesia en el rincón
de Sakania recibe nuevo pres
tigio. Muchos bausis pedirán ser
instruidos en la religión del gran
jefe Y de esta suerte Kiniama
rendirá a su tribu el último
gran servicio.
E SP A Ñ A S A E E SIA N A
£1 Colegio del Santo Angel, de Barcelona, Primer
Premio del Festival de Teatro de la Infancia
Barcelona. La sección de Primera Enseñanza del
colegio salesiano del Sanio Angel está de enho
rabuena por los exilos conseguidos en diversos
concursos escolares y sobre lodo en el IV Feslival
de la Infancia de Barcelona. Este festival y con
cursos pretenden promover las más diversas ac
tividades que completan la formación infantil;
teatro, canciones, dibujo, trabajos manuales, cir
culación y tráfico, etc... Participan en él volunta
riamente las escuelas de enseñanza primaria que
lo desean.
El colegio del Santo Angel, que se alza al lado
mismo de las Escuelas Profesionales, aunque bajo
distinta dirección, lomó parte en dicho festival y
en otras competiciones similares, bajo la experta
orientación del coadjutor salesiano, José María
Castro, acompañándoles el éxito más lisonjero,
puesto que obtuvo el Primer Premio de Teatro in
fantil, con la representación de la obrila en dos
actos lOjos verdesi, escrita y pensada para ser
representada por niños exclusivamente por el sa
lesiano J. Rubio. Representada en el Palacio de la
Feria de Muestras consiguió la Copa de Plata del
ministerio de Información y Turismo.
Consiguió asimismo cinco premios en trabajos
manuales/ los premios segundo y quinto sobre
circulación y tráfico callejero/ la copa del Ayun
tamiento para dibujos infantiles y el tercero de la
Federación Española sobre plantas.
£n nuestras fotos reproducimos un momeiüo de
una escena de «Ojos Verdes» y un detalle de la
exposición de trabajos escolares en la que figu
ran varios de los trabajos premiados
EN VILLENA
Año de las Bodas de Oro
Villena. A lo largo de este curso pasado se han
ido celebrando diversos actos correspondientes a
la conmemoración del L aniversario del colegio
salesiano. La población que se siente salesiana ha
tomado parte en todos ellos, como en cosa propia,
dando aura popular a todos los actos.
En el mes de mayo se celebró el aniversario con
la final del IV Festival de la Canción Blanca, sec
tor Levante-Aragón, con un Festival Gimnáitico,
en el que intervinieron 700 alumnos del colegio,
(véase foto)/ con una Alborada deliciosa, a cargo
de los Coros y Danzas de la ciudad y participación
de la Banda Municipal que amenizó todas las fies
tas, y como coronación de todo la fiesta de María
Auxiliadora y su procesión, presidida por todas
las autoridades.
t
—
15
D. RICCERI EN VENEZUELA
r :M
SAN ANTO NIO DE LOS ALTOS.—Reunido con los
directores
MARRERO (Estados Unidos}.—El colegio sal»
siano ha ampliado sus pabellones. Sus alu»
nos satisfechos del auge de su colegio se auloilk
vitan a honrarlo con su conducta.
CARACAS'BOLEITA.—Entre los
tores.
aspirantes coadju
CARACAS.—Con el ministro de Asuntos Exteriores,
exaltunno de Don Bosco.
16
Ciento cincuenta maestros se han reunido en el
colegio salesiano de Darío, Italia, para estudiar
las obligaciones del maestro a la luz del Conci
lio.
En la Pampa argentina los salesianos han levan
tado siete capillas en lugares estratégicos, que re
cuerdan las andanzas del legendario misionero
Angel Buodo.
Los salesianos del Brasil, como Don Bosco en otro
tiempo, atienden a los reclusos de las penitencia
rías de Manaes, Taubaté y sobre todo de San
Pablo. En esta última el padre Ismael Simoes ha
fundado la Coral Nuestra Señora de los Dolores
con satisfacción poi parte de los reclusos.
En Chile se ha emitido un
efigie del antiguo alumno
zaña de salvar la vida a
Shackleton, naufragada en
ganar el Polo Sur.
sello de correos con la
Luis Pardo, por su ha
la expedición inglesa
1916, en su intento de
Los colegios salesianos del Ecuador han rendido
un homenaje al presidente de la República, Arosamena Gómez, exalumno de Don Bosco.
En Ban Kok la residencia universitaria regida por
las Hijas de María Auxiliadora ha recibido del
gobierno el Escudo de plata, tras haber sido de
clarada la mejor entre las ciento ocho residencias
universitarias de Tailandia.
MIXES (Méjico).—Minibar al aire Ubre. Con
poco se contentan los Mixes entre quienes va.
cundiendo la labor misionera.
24
DE
MAYO
EN
TURIN
£1 aspecto que ofrece la pla
za de María Auxiliadora, al vo l
ver la procesión, nos dice por sí
solo la extraordinaria devoción
que los turineses y el PiamonÍ3 le profesan. La Basílica de
María Auxiliadora, empezada a
construir hace cien años justos
por San Juan Bosco, es meta de
continuas peregrinaciones, que
se desbordan el 24 de mayo.
Es también sede de la Archicofradía de su nombre, a la que
se agregan todas las archicofradías de María Auxiliadora del
mundo.
—
17
EDUQUEMOS A LOS HIJOS
VER EL MUNDO - SUS MARAVILLAS - EL HOMBRE
C
A D A niño es un nuevo
Magallanes o un nuevo
Colón: un explorador, un
descubridor del mundo.
Su vida empieza enfrentándose
con una tarea apasionante: ver
el mundo y sus maravillas, des
cubrirlas, comprenderlas/ tam
bién algo más apasionante toda
vía: ver Y comprender las acti
tudes de los hombres frente a la
vida.
Es una aventura que comienza
aproximadamente al año de nafcer y se puede decir que ya no
'termina. Como tantas veces en
U Vida de los hombres, la infan.cia es decisiva, porque es la
edad en que se aprende a mirar
Y, según se aprenda, así seguirá
,el descubrimiento, marcado por
«el color del prisma adquirido
(en ella.
De ahí la necesidad de dotar
.a los niños de un prisma cristia
no, que por otra parte es el acer
tado.
De acuerdo con esto los pa
dres deberían interrogarse con
frecuencia, cuando los hijos em
piezan a hacerles preguntas:
.¿Cómo ven mis hijos las cosas?
Cuando un niño comienza a
■asombrarse! de lo que ve, no
hay duda que lo ve sin prejui
cios de ninguna clase, y que
producen en él una impresión.
Estas impresiones directas van
modelando sus reacciones de
confianza o de miedo; van insi
nuando sus primeros y simplicisimos juicios y son las que
empiezan a decantar la orienta
ción hacia determinado sentido.
Luego siguen las preguntas,
esas preguntas inesperadas, que
nos demuestran hasta qué punto
llaman su atención el ambiente,
tas personas y sus cosas; las
diferentes y variadas posturas
de las personas. Y como las hay
optimistas y pesimistas, inocen
tes Y solapadas, egoístas y gene
rosas, trabajadoras y perezosas,
pobres y ricas, honradas y las
que no lo son tanto, las obras
18
—
d.3 todas juntas se entremezclan,
dando paso a este mundo, que
se presenta como una selva in
trincada en la que árboles de
todos los tipos entrelazan sus
ramas.
descubridor del mun
do que es el niño tiene
unos padres, una familia,
cuya misión es enseñar
a ver con ojos cristianos y juz
gar con juicios cristianos.
La visión cristiana del mundo
pide a los padres que den im
portancia:
... a mostrar a sus hijos lo que
los demás tienen de bueno.
... a ensenarles a alegrarse de
todo bien y a tomar la vida por
el lado bueno;
... a fijarse en cualquier aten
ción, delicadeza o muestra de
amor que reciben en la vida
cotidiana;
... a amar a la gente pobre,
sencilla, a los humildes y que
no brillan, a los extranjeros,
a los distintos de nosotros...;
... a saber contemplar la belle
za allí donde está: en un rostro,
en un paisaje, en un trozo de
cielo, en un rincón de una ciu
dad, de una calle;
... a enseñarles a apreciar el
trabajo de los otros, dejado en
las oííras que hacen y que nos
otros usamos a diario: lo que
ha costado hacerlas, el arte, la
técnica encerradas en las obras
de otros hombres hermanos nues
tros...
... Y también a recibir la vida
con todas sus circunstancias, co
mo don de Dios.
Estos Y otros puntos de vista,
unidos Y valorados a lo largo
de toda la infancia, aprovechan
do las ocasiones naturales o las
preguntas ocasionales, forman
la visión cristiana del mundo.
E
se
A femilia juega un papel
imprescindible en orien
tar la primera mirada del
niño; a ella le correspon
de revelarle el mundo, los hom
bres Y el sentido de lo que tor
na buena y digna su vida, la
alegría, la amistad, las mara
villas de la creación.
Los objetivos a conseguir es
tán claros, quizás no lo esté el
cómo conseguirlos en cuanto a lo
que estamos tratando, el modo
mejor no son las palabras, ni
las explicaciones sino la actitud
de los padres, el ambiente fa
miliar.
Todo está logrado, de ordina
rio, si ellos ven en la vida de
sus padres cómo tratan bien a
la gente, cómo alaban y se paran
a admirar algo bueno o hermoso,cómo reaccionan cristianamente
ante la enfermedad, y las cir
cunstancias adversas, cómo res
petan a los demás y cómo los
aman.
Asi se explica que familias
humildes y no muy letradas,
pero que han conseguido un am
biente familiar de bondad, de
amor y consideración al próji
mo, de reconocimiento y grati
tud a Dios por sus beneficios,
aun mínimos, logran que sus
hijos adquieran del mundo una
visión limpia; cuando otras fa
milias, mejor dotadas, más cul
tas Y ricas, pero cuyo ambiente
familiar no refleja la visión cris
tiana del mundo, no lo consi
guen. El secreto está en el ejem
plo tan diferente que reciben.
Esto les exige a los padres
una continua revisión de su pos
tura, de sus relaciones y actitu
des frente a la vida y a sus cir
cunstancias, llámense éstas v e
cinos, amigos, enemigos, rique
za, pobreza, injusticias, salud,
enfermedad, etc., etc. Pero bien
vale la pena, porque, al mismo
tiempo que ellos se perfeccionan,
están dando a sus hijos una
lección do descubrir e interpre
tar cristianamente el mundo que
vale más que una rica herencia.
COOPERADORES EN ACCION
EL COOPERADOR NECESITA
FORMARSE
Nadie nace sabio. Todo el
mundo aprende su oficio, su ca
rrera.
El cooperador salesiano tam
bién necesita aprender a serlo y
a practicarlo.
Ser cooperador salesiano
encierra en tres palabras:
se
cñstiano>salesiano>apóslol
Cristiano, pero consciente, dán
dose cuenta de lo que eso sig
nifica en 1967, después del Con
cilio y ante el mundo.
Salesiano, que es su nota es
pecífica, o sea: un cristiano al
estilo de Don Bosco, al que
ama, al que imita; cuya familia
y misión conoce,- cuyo espíritu
hace suyo.
Apóstol, por cristiano y sale
siano.
—por cristiano: serlo lleva en
si mismo la obligación de propa
gar el Reino de Dios.
—por salesiano: a su obliga
ción como cristiano, el coopera
dor añade un compromiso vo
luntario; refuerza con libre acep
tación la obligación de trabajar
por la Iglesia, junto a los salesianos.
Por tanto el cooperador ha de
formarse en los tres aspectos:
— Como cristiano:
•
•
ECUA.—£1 día del Corazón de Jesús recibieron el diploma diecio
cho nuevos cooperadores, «dieciocho nuevos salesianos en el
mundo» que se incorporan a la Familia Salesiana.
LA CORUÑA.—Domingo, 16 de junio. El Centro del Hogar Calvo
Sctelo tuvo en el santuario mañano de Altamira, medio día de
retiro con la segunda conferencia; de Altamira salieron para
Cambre en donde comieron y pasaron la tarde con gran alegría.
estudiando a Jesucristo,
estudiando el Concilio,
• vivie.ndo en gracia por en
cima d e lodo,
• amando la Iglesia como co
sa propia.
— Como salesiano.
• Conociendo a Don Bosco,
intérprete de Cristo, a medida
salesiana;
• leyendo su vida para co
nocer su espíritu, sus métodos
de trabajo, su misión;
• Conociendo la Obra sale
siana, especialmente la parte
concerniente a los cooperadores
salesianos, hasta sentirse vincu
lado y parte de los mismos.
— Como apóstol
Conociendo y practicando los
tipos de apostolado y su técni
ca, más adecuados a las aptitu
des p r^ ia s.
FALENCIA.—4 de junio. Dentro de la fiesta de la Uxüón de los
antiguos alumnos tuvo lugar el ingreso de los mismos en la
Tercera Familia Salesiana coronando su ascensión progreñva
hacía Don Bosco.
—
19
UE aguarda todavía de la vida?, le pre
guntaron, pocos meses hace, al padre
Mantovani recién llegado de la India
con orden de sus superiores de curarse
Y reposar. £1 misionero que y^^ta en una ca
ma del hospital Molinette de Turin, respon
dió: «N o me queda mucha vida..., pero si el
Señor me la alarga un poco le pido: Señor, au
méntame las almas. Dame muchos hambrientos
a quienes sostener. Dame fuerza para amar a
los pobres..., dame fuerzas para dedicarles el
resto de mi vida».
El padre Mantovani, a los pocos meses de
esta declaración, se fue de nosotros. El salesiano, que después de una vida literalmente gas
tada en silencio, en beneficio del idesheoho» de
la sociedad de Madrás, había conseguido el
honor de las primeras páginas de los diarios y
de las revistas italianas, ha muerto. Ho había
saltado casualmente a la notoriedad de la pren
sa internacional: a él le habían llegado, como
experto calificadísimo en el drama de la mi
seria Y de la enfermedad en el subcontinente,
que se extiende a los pies del Himalaya, la
mayor parte de los recursos que el diario de
Turin, La Stampa, había recogido entre los lecto
res, a fin de que los distribuyese entre los su
yos. No hay retórica en esta frase que recuer
da el calor de los afectos familiares. El padre
Mantovani, dejados los suyos en Italia, dio en
la India vida a su familia, compuesta de los
enfermos, hambrientos y moribundos, a los que
la aglomeración humana de Madrás iba de
jando, faltos de fuerza, en los márgenes de la
metrópoli.
H A M UERTO E l
P A D R E DE LOS MORIBUND Y
Nuestros lectores conocen bien al P. Mantovaní. Muchos de ellos le ayudaron con sus
donativos, cuando conocieron su heroica ca
ridad con los moribundos y leprosos. Como
ESTA TARDE NO TENEMOS HAMBRE
Oríeo Mantovani conoció desde pequeño el
aguijón del hambre. Nacido en Mena de Castagnaro, provincia de Varona, el 9 de octubre
de 1911, fue el primero de los trece hijos que
Dios envió a la laboriosa familia veneciana.
No faltaban en ella privaciones. El número de
bocas, la guerra, la escasez de trabajo y otras
dificultades, no permitieron a los cónyuges
Mantovani criar a sus hijos en la abundancia.
Todo lo contrario. Una tarde, lo contaba el mis
mo protagonista, hoy fallecido, terminada la
distribución de la polenta (único plato en aque
llos años para tantas familias italianas) entre
sus hermanos y hermanas, se cuenta que sus
padres se habían quedado sin nada.
—Mamá, exclamó Orfeo, has repartido a to
dos Y tú Y papá os habéis quedado sin nada.
—Esta tarde no tenemos hambre..., repuso la
madre.
—Entonces, tampoco y o tengo hambre...
Y se marchó corriendo a llorar fuera/ en la
oscuridad. La madre le siguió/ poco después
20
—
dB
Morir abandonado en una calle mientraz pasan a
su lado cientos de personas es cosa que nuestra
mentalidad cristiana no concibe. No es lo mismo
en ciertas parles del mundo. El Padre Orfeo Man
tovani dedicó 20 años de su existencia a reco
ger a los que se morían sin asistencia en las ca-
L DRE M ANTOVANI
íl Y L E P R O SO S D E M AD RA S
un homenaje al gran salesiano, al que una
hemorragia interna le cortó la vida, publi
camos este resumen de su vida y de su obra.
1
lies de Madrás: a pocos pudo salvar la vida,
pero a muchos salvó su alma, bautizándoles en sus
últimos momentos. La fotografía nos lo muestra,
como buen samaritano, ungiendo con el óleo de
los enfermos a un moribundo.
llegó también el padre. En ese momento les
reveló su idea oculta: quería ser sacerdote y
misionero. Su madre recuerda todavía que le
dijo: «Si un día llego a sacerdote, os aseguro
que dedicaré toda mi vida a los pobres, de mo*
do especial a los que pasan hambre, como la
estoy pasando yo esta tarde...»
Orfeo Maníovani fue una de esas vocacio
nes que llamamos adultas. Entró en el semina
rio salesiano de Ivrea a los diecinueve años,
en 1930. Los estudios le costaron mucho, pues
hacía tiempo que había abandonado la escue
la primaria.
Su voluntad tenaz, su espíritu de sacrificio, y
la meta del sacerdocio, que cada vez veía más
cercana, le animaban a perseverar. En 1934 fue
destinado a la India. Hizo su noviciado en Tirupaíur, sus prácticas escolares y salesianas en
diversas casas de la India. Diez años después,
el día 7 de diciembre de 1944, a los 33 años de
edad, fue ordenado sacerdote,- su sueño de lle
var la Buena Nueva a los pobres se había cum
plida.
86 CENTIMOS PARA EMPEZAR
N o tenía que ir muy lejos para dar con ellos.
Los necesitados, los sin techo, los que jamás
comen bastante estaban al alcance de su mano,
más aún, hormigueaban apenas se dejaba el
centro de Madrás por los suburbios escuáli
dos Y pestilentes de la metrópoli, que se asoma
el golfo de Bengala.
«M e destinaron, dijo un día, a un sitio don
de no estaba satisfecho, porque no había bas
tante misetia..Ji Y rogó a sus superiores que
lo mandaran, en virtud de obediencia, .•jntre
las sombras que vagan desesperadas buscando
alimento, disputándoselo a veces a los anima
les, entre seres humanos que, como describió
un periodista, tvienen al mundo en el umbral
de fétidos tugurios y mueren en la acera, de
las calles, si se puede llamar acera ante la in
diferencia de los transeúntes.
Don Orfeo plantó sus tiendas en las afueras
de Madrás, y fundó el Centro de ayuda social;
daba comienzo la lucha entre el misionero de
los ojos dulcísimos y el itigre negrot, como
llaman al hambre en la India.
Junto a la vía del tren, en una explanada en
negrecida por antiguos residuos de carbón, re
coge los abandonados que encuentra por las
calles: gente que ya no puede más y se tien
de en el suelo esperando la liberación única,
que sólo la muerte le puede traer. La obra Madrás-Vyasarpadi, según el catálogo de las obras
salesianas, abarca oratorio festivo, escuelas ele
mentales diurnas y nocturnas, clínica gratuita,
h o ^ iía l Y leprosario. Para tantas actividades
un solo hombre: El padre Mantovani.
Tan vasto complejo de caridad comenzó con una
—
21
colecta que arrójó 186 céntimosi Con la ayuda de
la Providencia el padre Maníovani pudo edificar
en aquella explanada, y muy poco a poco, barra
cones para los moribundos, escuelas para los ni
ños. Estos son ahora 350; aquellos, los moribun
dos, varían de día en día, según las ccargasi que
llegan, traídos bien por la policía, bien por los
barrenderos con quienes el padre Mantovani había
estipulado un pacto: por cada agonizante hallado
en las calles de Madrás y llevado a su Centro So
cial él les entregaría cincuenta pesetas.
Desde hace muchos años el padre Mantovani
mitigaba el hambre de más de 2.500 personas, al
día, en Vyasarpadi, calle Sundara Mudaly, de Ma
drás. Era simplemente el padre de aquella fami
lia en donde vivían y viven codo a codo, lepro
sos y muertos de hambre, niños desnutridos y en
fermos de toda clase.
¿Puede existir de verdad un lugar como éste?,
se preguntaba Guido Cerosa, enviado especial de
Epoca, cuando todo el mundo recogía víveres y
donativos para calmar el hambre de la India. Y
el conocido periodista continuaba: lEn los días
en que giré entre los muertos y sepultados vivos
de Madrás tropecé con espectáculos, que superan
la imaginación más macabra; he visto la muerte
a cada paso, en todo momento y de ahora para
siempre llevaré grabado en mi retina el testi
monio de lo que es la condición humana más
desesperada.
El padre Mantovani ha viv id o entre estos «des
esperados!, en la tierra del dolor, en el planeta de
la inimovilidad perfecta cual es la India. El perio
dista citado escribía: «Lo miraba con estupor y
me preguntaba cuál era la fuerza secreta de este
hombre...» Responderá el padre Mantovani más
tarde en otra ocasión: Hacer una meditación arro
dillado ante Jesús, sucio, asqueroso, tirado en una
calle. Esta es la meditación que vale. Con este
pensamiento hallaba fuerza para ponerme en pie
y continúan.
ENTRE LAS PALMERAS Y MIS LEPROSOS
Una comisión de estudio del Ayuntamiento de
Madrás propuso un día una drástica medida para
limpiar la ciudad de leprosos: un rastrillamiento
general y aislarlos entre las marismas, para que
allí murieran. Se hallaba presente el padre Man
tovani. En cuanto oyó la propuesta se levantó y
dirigiéndose al relator le preguntó: ¿Si entre esos
leprosos estuviera su padre de usted o su madre,
propondría eso mismo?
£1 alcalde de Madrás intervinó entonces y pre
guntó al misionero:
—‘Padre, ¿qué pedemos hacer?
Respondió que él se encargaría de ellos.
Y asi fue. Su heroica resolución ha cuajado. Tie
ne un nombre: «Las bienaventuranzas!. A l prin
cipio eran una extensión de terreno sin más co
bijo que unas palmeras; luego algún barracón,
más tarde un pabellón de mampostería y nuevos
pabellones. Cuando el año pasado reposaba en
un hospital de Turin suspiraba y repetía: Cuando
22
—
el Señor quiera, mi gusto seria reposar para siem
pre entre las palmeras y mis leprosos...»
Su aspiración ha sido oída por el Señor,- allí re
posa entre sus «joyeles!, como llamaba a los le
prosos, por los que se desvivió. Una carta de un
salesiano nos da cuenta de lo que fue el amor que
los suyos le profesaban, demostrado al enterarse
de su muerte.
Llegamos con el cadáver del padre Mantovani
a eso de las once de la mañana. Describir la es
cena es imposible. Fue un llanto general. Lloraban
fuerte, con la sinceridad del humilde y del pobre.
Muchos se tiraron por tierra. Un muchachito co
jo, que vivía con el padre, se revolcaba de dolor
por la arena. Todos lo querían ver, todos querían
locarlo. Rompieron las filas, rodearon la ambulan
cia, hubo que emplear la fuerza para abrirse paso
entre aquel río humano de gente mísera y doliente.
Me imaginaba el dolor que sentiría el padre Man
tovani, si supiera que se usaba con ellos la fuer
za. Por lo que apelé al amor de todos por el pa
dre y conseguí que la ambulancia se abriera paso
y pudiera llegar el cuerpo hasta el catafalco.
Todos lloraban, todos se lamentaban en voz alta,
los más se arrodillaban o echaban por tierra, pero
luego petrificados por el dolor se salían desfa
llecidos, casi incrédulos y, sin querer, volvían pa
ra verlo otra vez a la fila que aumentaba con los
nuevos llegados; y así hasta las cinco y media
de la tarde.
Eran millares. A llí estaban sus cristianos, cuan
tos habían sido socorridos por él materialmente,
mahometanos e hindúes en buena parte. A llí es
taban sus enfermos, cojos, sus ciegos, recogidos
en la calle. También estaban sus leprosos traídos
en dos camiones.
En sus funerales hablaron varias personas. Un
concejal, hindú, dijo: «Si la religión cristiana es
capaz de producir hombres como el padre Manto
vani, sólo puede ser divina». Uno de sus parro
quianos quiso hablar y solo pudo sollozar.
En el cementerio, sigue contando el misionero,
tuvo lugar la escena más triste. Los leprosos, que
por razones de higiene, habían presenciado todo
de lejos, al quedarse solos cuando ya los sepul
tureros lanzaban las primeras paletadas de tierra
llegaron hasta la misma fosa; apoyándose unos en
otros. A l llegar al borde de la fosa se echaron al
suelo boca abajo y estallaron en un llanto sin con
suelo.
*
*
*
Cuando el padre Mantovani fue recibido p^r el
Papa el año pasado al venir enfermo de la India,
cuentan que Pablo V I se levantó y le dio un abra
zo conmovido. Sabía cuanto hacía por los pobres
y los enfermos. Nos imaginamos que Jesús habrá
ratificado al padre Mantovani el abrazo que su
Vicario le dió en la tierra.
La vida y la muerte de este auténtico héroe des
pertará en muchos jóvenes la voluntad de ocupar
su puesto. ICuántos hacen falta para remediar la
infinita miseria del mundo; para que todo ham
briento, todo leproso tenga un pan, un lecho, una
sonrisa. Y un bautismo!
AN E C D O TAR IO DE DON BOSCO
FABRICANTE DE JESUITAS
Q
Don Bosco se las tu
vo que haber con toda
clase de gente es sabido.
Que a más de uno se le
atragantó Don Bosco, también es
notorio. N i los masones, ni >los
sectarios, ni los protestantes lo
pasaban.
No es extraño. A nadie le
gusta que le estropeen sus pla
nes. Y Don Bosco, cuando se
trataba de defender la fe o ha
cer el bien, no miraba si los con
trarios estaban a gusto o no, y
nc cedía aunque se pusiera en
frente el más pintado.
El más pintado esta vez era
nada menos que el director ge
neral de educación del Gobier
no del Piamonte, Francisco Selmi.
Selmi era un secretario mili
tante. Alguien le debió hablar
de Don Bosco con no muy bue
nas intenciones y mala informa
ción. Sacó por tanto en conclu
sión que la pedagogía de Don
Bosco, empleada en el Oratorio,
era absurda,- que sus métodos
eran jesuiticos y él un jesuita
de tomo y lomo. El pasado si
glo los jesuítas eran las cabe
zas de turco, a las que iban a
parar todas las iras verbales de
los enemigos de la Iglesia, de
los liberaUs y de todos los tragacuras.
Selmi se juró a sí mismo ce
rrar el colegio de Don Bosco.
Lo mandó llamar. Don Bosco
acudió. Sus ibuenos diasi fue
ron respondidos con unas pala
bras impregnadas de sarcasmo y
desprecio:
—¿Así que tengo ante mí al
famoso jesuita? ¿ A l maestro de
jesuítas?
Y sin ofrecerle asiento y sin
educación alguna continuó su
andanada de la que no se li
braron ni obispos, ni frailes ni
miembro alguno del clero. Am e
nazas y arreglos de cuentas con
ue
tra el jesuíta duraron vanos mi
nutos.
Don Bosco sonreía plácidamen
te, lo que acabó exasperando a
Selmi.
—¿De qué se ríe usted? ¿Se
puede saber de qué se sonríe us
ted, cuando y o estoy furioso a
más no poder?
—Sonrío, responde Don Bosco,
porque me está hablando de co
sas que nada tienen que ver
conmigo.
—¿Qué no tienen nada que
ver con usted? ¿No es usted,
acaso, Don Bosco?
—Lo soy, para servirle.
—■•¿No es usted el director de
ese antro pedagógico que lla
man el Oratorio de Valdocco?
—Lo soy.
—Y no es usted, prosigue en
valentonado el director general,
un jesuíta y un fabricante de
jesuítas?
—No entiendo su manera de
hablar, señor, replicó cortés Don
Bosco.
—Si yo quisiera responderle
con el mismo tono, le replicó
Don Bosco, ni me faltaría ma
teria y me sobrarían razones/
pero como soy un ciudadano
consciente y usted está consti
tuido en autoridad, ambas cosas
me prohíben hacerlo, pero me
dan derecho a que me oiga.
Selmi, que no era tampoco im
bécil, comprendió que se las ha
bía con un contrincante de al
tura. Amainó velas.
Don Bosco le hizo saber que
no era jesuita y que serlo no
era deshonra alguna, antes un
título de gloria. Le habló del
Oratorio y pasando al contrata
que osadamente le pidió ayuda
para el mismo.
—¿Qué tipo de escuela es su
Oratorio para el que me pide
ayuda?
—Pues es una escuela, prosi
guió Don Bosco, comprendien
do que había hecho impacto, en
las que recojo muchachos de la
calle /unos estudian, otros apren
den un oficio/ de momento to
dos reciben cobijo y educación
y para mañana la manera de
ganarse honradamente el pan.
—¿Cuántos son esos mucha
chos?
—Unos mil
—iUnos mil! ¿Y quién paga
los gastos?
—La Providencia que inspira
a unos y a otros. Pan, vestidos,
libros, maíorial, van viniendo de
su mano.
Selmi a ’.o largo de la conver
sación iba cambiando visible
mente. La presencia de Don Bos
co tan digna, sus palabras mesu
radas y pacientes, la amplitud
de la obra de aquel pobre sacer
dote al que no se ha digna
do ofrecerle una silla, le han
dado un vuelco. Este último de
talle le parece ahora monstruo
so. Se pone en pie y le acerca
personalmente una silla. Le rue
ga que se siente.
Vencido, pero noble, le dice;
La historia de Don Bosco nos
imbécil no es capaz de hacer lo
que usted hace. Perdóneme.
La historia de Do Bosco nos
cuenta que siguió una conversa
ción cordial, abierta. Que Don
Bosco obtuvo del director gene
ral unas dispensas escolares pa
ra unos profesores que hasta en
tonces no había manera de con
seguir y que al domingo si
guiente el director general, con
su esposa e hijos, bajaron al
Oratorio para ver de cerca aquel
milagro de pedagogía/ aquel
Oratorio para ver de cerca aquel
y que desde entonces contó con
la protección del director gene
ral de educación nacional, mien
tras lo fue Selmi, el tragacuras.
—
23
A l borde de la lumba
Afoníi/Za.- -Cardlopatía reumática, estenosis mltral, doble lesión trícuspidea y otras enfermeda
des, después de 17 años de continuo sufrir me
pusieron al borde de la tumba. Los doctores ante
el cuadro clínico no se atrevían a operarme y,
así me fueron entreteniendo hasta que, visto lo
insoportable de mi situación, yo misma les pedí
me operaran a vida o muerte.
Ya en el lecho de operaciones y cloroformizada,
los médicos no se atrevían a proseguir por consi
derar el caso totalmente perdido y decidieron ex
poner la situación a mi marido. Este conocedor
do mi voluntad y de mi gran confianza en la
Santísima Virgen les indicó su prosecución.
Antes de la operación un padre salesiano me
llüvó la Comunión y me dio la Bendición de M a
ría Auxiliadora.
Mi amor a la Virgen y la plena confianza queen Ella tenía me inspiraron tal firmeza de vo
luntad que estaba segura de que guiaría la mano
de los cirujanos. Antes había hecho una novena
a la Santísima Virgen y rezaba todos los días
el Rosario.
Terminó la operación sin el menor desfalle
cimiento. lo cual causó gran asombro a los mé
dicos, dado nü estado de debilidad.
Tros hijos he tenido después de haber sido
doshauclada. Durante todo el mes de mayo de
1967 y posteriormente he asistido a los solemnes
cultos celebrados en su honor en la Iglesia de
los Padres Salesianos.
Agradecida por tan gran favor mando decir
una misa y envío una limosna. Rafaela Lciva.
Con mis 64 años
Oánade.- El 27 de febrero pasado me atacó la
gripe que, con la bronconoumonla que ya padecía,
más otro mal que no he sabido su nombre y una
caída sobre la pierna que me había roto tres años
antes, me pusieron en peligro de muerte. Enton
ces mi hijo llamó al Sr. Párroco, el cual acudió
con rapidez, me confesó, me dio la Comunión y
me administró la Extremaunción.
En este trance me acordé de María Auxiliado
ra, quedándome dormido. En el sueño me pareció
ver a San Juan Bosco, al cual hablé de una pro
mesa a la Santísima Virgen y él me contestó que
cumpliera yo mi parte y Ella cumpliría la siiya.
Pues bien. Ella no se hizo esperar. Vino el mé
dico y al verme en tanto mal aplicó eficaces re
medios y los tres males cedieron con rapidez.
A l mismo tiempo que se esperaba al médico or
24
—
dené que la mitad de mi pensión mensual fuera
enviada al Seminario Menor de Montilla y la
Santísima Virgen me concedió el favor que todos
los familiares en aquel momento imploraban por
mí.
Con mis 84 años y agradecido a la Santísima
Virgen de nuevo me incorporo a la vida ordinaria.
En agradecimiento mando publicar la gracia
en el Boletín Salesiano. José Barrio.
Por tres gracias
Barcelona.— Habiendo pedido a «M aría Auxilia
dora», distintas gracias, y habiéndome Ella es
cuchado, les agradecería las publicasen en el Bo
letín, pues deseo manifestarle mi gratitud:
— Teniendo que ser operada mi madre, y sien
do ello peligroso por tener el corazón muy deli
cado, rogué a María Auxiliadora, que dicha ope
ración no fuera necesario efectuarla. Así fue; la
operación no se efectuó y aunque no del todo bien,
se ha visto bastante aliviada de su dolencia. Es
perando mi hermana un hijo, y dado que con el
primero que tuvo, lo pasó muy mal y estuvo a
punto de morir, tenía miedo de que esta vez le
ocurriera lo mismo, así es que le dije que rezá
semos a María Auxiliadora y Ella nos ayudaría;
así lo hicimos, y gracias a Ella mi hermana y
su hijito se encuentran perfectamente bien. A si
mismo le doy gracias a «M aría Auxiliadora», pqr
un favor que le pedí y éste me ha sido conce
dido. Cormeji Ortis.
Todo quedó en un susto
Sabadell (BarcelottaJ.— Se acostó sano y bueno
mi marido una noche y a las dos de la madrugada
me llamó y me dijo que se encontraba muy mal.
Me levanté y rogué a un vecino que fuera a avi
sar al médico de urgencia, el cual, al reconocerlo,
pensó que podía ser una angina de pecho, pues
le daba un fuerte dolor en el pecho y notaba una
fuerte opresión que le subía a la garganta. Nos
aconsejó que a la mañana siguiente lo viera el
médico de cabecera. Así lo hizo, sacando la mis
ma conclusión que el primero; pero que para es
tar más seguros convendría hacer el electrocar
diograma y un análisis. Yo en seguida me enco
mendé a mi buena Madre María Auxiliadora, pi
diéndole que nos ayudara, y si todo daba resul
tado negativo, publicaría la gracia en el Boletín
y enviaría una limosna para las Obras Salesianas.
Todo salió como yo se lo pedí, y muy agradecida
le ruego publique esta gracia, pues todo quedó
en un susto y mi esposo hoy se encuentra per
fectamente. Coneftifo áfartin de Marcos.
y
f ie
^an
su
A p ó stu l
« Itifiti
fííts v ií
Otros corazones agradecidos
Vigo.— Estando la vida de mi hijo en grave peli
gro, lo encomendé a María Auxiliadora ofrecien
do una limosna y publicar la gracia en el Boletín.
A l recuperar mi hijo la salud, cumplo lo prome
tido. M . P.
Dos Hermanas.— María Auxiliadora me sigue
bendiciendo de una manera clara y palmaria. No
sé como agradecerle tantos favores. Como mues
tra de gratitud le envío una limosna para su
culto. Manuel Chacón.
Puerto Real.— Muy agradecida a María Auxi
liadora por haber ajTjdado a mi hijo en una en
fermedad que tuvo en la pierna y que gracias
a Ella todo se solucionó bien. Manuela García.
La Coruña.— ^Habiendo prometido una limosna
y una novena de rosarios a nuestra Madre Auxi
liadora, por un favor concedido en un examen
cumplo mi promesa. M. G. A.
Fontanales.— Doy gracias a María Auxiliadora
y a San Juan Bosco por un favor concedido al
mismo tiempo que les ruego me sigan protegien
do. Lucio Díaz.
Montaña Alta-Guía.— Por gracias recibidas de
María Auxiliadora envío una limosna para su
culto y ruego se publique en el Boletín. S. G. A.
Madrid.— Eistaba a punto de dejar de trabajar
por lo mal que había pasado el invierno, por lo
que pedí a María Auxiliadora me ayudara para
no perder mi medio de subsistencia. A la mañana
siguiente me encontraba en perfectas condiciones
de modo que pude acudir al trabajo y sigo mejor
que nunca. Muy agradecida a la Virgen le ruego
publiquen la gracia. Eosalía Campomanes.
Tarrasa.— ^Doy gracias a María Auxiliadora por
varios favores recibidos y espero que me ayude
en los que le pido. Agradecida doy una limosna
para las vocaciones salesianas. María Miralda.
Orense.— Habiendo recibido un favor muy im
portante de nuestra Madre Auxiliadora cumplo
lo prometido enviando una limosna y ruego lo
publiquen en el Boletín. A. L. R.
Ponferrada.— Dando gracias a María Auxilia
dora por un favor recibido y esperando recibir
otro, por lo cual envío una limosna para las obras
salesianas. Mercedes Paradelo.
Sevilla.— ^Por un gran fa vo r concedido, envía
una limosna para el culto a María Auxiliadora y
desea se publique en e! Boletín para animar a
sus devotos a acudir a tan buena Madre en los
momentos de apuro. Isabel Aragón.
Salamanca.— Agradecida por haber salido bien
de una operación y por otros favores de la Santí
sima Virgen Auxiliadora envío una limosna y de
seo se publique en el Boletín. Consuelo López.
Calañas.— Encontrándome muy molesta, la superiora me hizo visitar por un especialista, el cual
diagnosticó que se trataba de un ganglio bastante
avanzado. Acudí a la que es auxilio de los cris
tianos, haciendo la novena recomendada por San
Juan Bosco. H oy gracias a la protección de tan
buena Madre estoy curada pues el ganglio ha
desaparecido por completo. Doy mil gracias a
tan excelsa Madre y ruego se publique la gracia.
Sor Rosenda García.
Dan gracias a María Auxiliadora y
a San Juan Bosco y envían una limosna
Pepita Ortega, de Barcelona; Matilde de Alon
so, de Barcelona; V ictoria Lorenzo, de Madrid;
Sra. de López, de Madrid: Francisco Mena Muro,
de Cartagena: Asunción Graña; Maribel Gonzá
lez, de Bilbao; C. C., de Madrid: MUfuel Santa
maría, de Oviedo: Dolores Alvarez, de Salaman
ca: Fe González; D. B., de Barcelona; Blasina
Santiago y Celia González, de Fontanales.
NOVENA
a María Santísima Auxiliadora
recomendada por San Juan Bosco
l.S Rezar, durante nueve días seguidos,
tres Padrenuestros, Avemarias y Glorias
con la siguiente jaculatoria: Sea alabado
y reverenciado en todo momento el Santí
simo y Divinísimo Sacramento, y luego tres
Salves con la jaculatoria: María AuxiUum
Christianorum, ora pro nobis.
2.Q Recibir los Santos Sacramentos de
la Confesión y Comunión.
3.9 Hacer o prometer una limosna pro
porcionada a los propios haberes en favor
de las Obras Salesianas.
San Juan Bosco decía: Tened mucha fe
en Jesús Sacramentado y en María Auxi
liadora, y estad persuadidos de que la V ir
gen no dejará de cumplir plenamente vues
tros deseos, si han de ser para gloria de
Dios y bien de vuestras almas; de lo con
trarío os concederá otras gracias iguales
o mayores.
—
25
O tv n H y r a t í i a s y f a v o r e s d e
n u e s t r o s sa n to s y s ie r v o s d e MHos
Sevilla.— Mi madre que cuenta con 78 años, se
fracturó una pierna. En tan doloroso trance acu
dimos a S A N T A M A R IA M A ZZA RELLO , que
atendió nuestros ruegos, aunque tuvo que sufrir
nuestra madre una dolorosa operación, quedó no
obstante completamente bien. Cumplo la promesa
do publicar la gracia y doy una limosna para las
obras saleslanas. Sor Teresa Rueda.
Brescia.— A l leer en el Boletín las estrepitosas
gracias obtenidas por la intercesión de SAN TO
DOMINGO SAVIO, me entraron ganas de pedir
el escapulario para ponérselo a mi madre, ata
cada de arterloesclerosls y sometida a graves y
molestos disturbios, que con cierta frecuencia
la obligan a internarse en una clínica. Puesto
el escapulario y comenzada la novena mi madre
no ha vuelto a notar molestia alguna en estos
últimos cuatro meses y goza de óptima salud.
Irene Peli.
Tuvimos a nuestro pequeño de 19 meses que ope
rar de una hernia, única solución que dieron los mé
dicos que le reconocieron. Era una verdadera an
gustia para nosotros someter a un niño tan pe
queño a una intervención quirúrgica. Enorme
mente afligidos y abatidos nos encomendamos a
María Auxiliadora y a SAN TO DOMINGO SAVIO, cuando llegó el momento de la operación,
pidiéndoles el feliz éxito de la misma. Así ocurrió
porque la operación no pudo ser más felicísima
hasta el punto que el niño fue dado de alta dos
días antes de lo previsto. H oy se halla perfecta
mente y agradecidos de todo corazón enviamos
una limosna para su culto, divulgando esta inter
cesión del S AN TO DE LOS ÑIÑOS. Matrimonio
Joaquín Caro y Enriqueta Lepe.
Las Palmas de Gran Canaria.— Agradecida a
favores recibidos por intercesión de DOÑA DO
R O TE A entrego una limosna. M argarita Navarro.
Cádiz.— Dan gracias a D O ÑA DOROTEA y en
vían una limosna. Fam ilia Cervera Jiménez A lfaro.
Barcelona.— Agradecido a los constantes favo
res de DON JOSE C A L A S A N Z , mi antiguo su
perior y maestro en Mataró, envío un donativo
para ayudar a su causa de beatificación. J. M.?
V. C.
San Remo.— Después de once meses de matri
monio habíamos perdido toda esperanza de que
nuestra casa se viera alegrada con el nacimiento
de un niño, pues por tres veces se había inte
rrumpido la maternidad y parecía todo perdido,
üna amiga nos habló del escapulario de SANTO
DOMINGO SAVIO. En cuanto me hallé otra vez
en esperanza me puse el escapulario y hoy ese
escapulario pende de la cuna de mi primer hijo,
al que espero guarde nuestro Santo. Esposos Ana
y Juan Cuttica.
Roguemos por nuestras difuntos
Doña María Sala Juliá >{< en Barcelona, a los 73
años de edad, el 24 de mayo, día de María A u xi
liadora, a la que había entregado dos de sus
hijas. Era también madre de dos sacerdotes, uno
de ellos salesiano, D. Isidro Fábregas.
A sus doce hijos dejó el gran ejemplo y lec
ción del trabajo, de la alegría santiiicada de
una humildad profunda y sobre todo una resig
nación cristiana aún en los días más aciagos.
Se sirvió del santo Rosario, que siempre estaba
dispuesta a rezar, para mantener unida a su fa
milia.
Doña María Rafecas Sendra •h a los 77 años, el
15 de mayo, en Lloréns del Panadés tras una
larguísima enfermedad progresiva de más de
20 años de duración. Era madre de dos sacer
dotes salesianos, D. Juan y D. Joaquín Rofols.
Su vida fue una entrega total y sacrificada por
sus numerosos hijos. Jamás salió de su hogar
pora un enlrétenimiento o diva/sión; tan sólo
26
la iglesia fue el lugar donde se la vio. A llí acu
día para saturar su espíritu con la misa y co
munión, de donde sacaba las fuerzas para so
portar la ingente labor que suponía la atención
a la familia.
María Auxiliadora era para esta madre el faro
de su existencia y cuando, en los terribles es
pasmos de su larga y dolorosa enfermedad, se la
nombraban, sus ojos se iluminaban con la dul
ce esperanza de hacerle un día compañía en el
cielo junto con sus hijos: Ramón, asesinado en
su juventud por la fe, que ella supo inculcarle,
y María que ofreció a Dios su virginidad en
plena y lozana juventud.
Por estos y por lodos los cooperadores y salesíanos difuntos elevemos al Señor nuestras pre
ces y seamos generosos en sufragios.
H A Z LO TODO POR AMOR
EL MENSAJE
DE FRANCISCO DE SALES
E l presente mes de agosto» clausura del cuarto centenario de San Fran
cisco de Sales, el rector mayor de la Congregación Salesiana con todo su
Consejo peregrinará a Annecy, patria del Santo para rendir el homenaje
de la Congregación al Santo, que le da nombre, por voluntad de su Fun
dador, San Juan Rosco, quien hizo suyo y transmitió el mensaje del santo
saboyano: trabajo santificado, alegría, dulzura...
£1 casiülo de Sales, donde na
ció San Francisco de Sales, era
un gran edificio de grandes pro
porciones Y amplios vanos junto
a la ciudad de Annecy. Corría
la voz que lanío la antigüedad
del castillo como la de la noble
za de sus dueños databa de tiem
po inmemorial. Hacia occidente
se divisaba desde el mismo una
llanura abierta/ hacia oriente
se resistía a habitar la señora
del castillo, la joven esposa Fran
cisca de Sionnaz. La madre de
San Francisco.
Era, según la describen sus
biógrafos, trespetuosa para con
su marido, dulce con el servicio,
generosa con los pobres y que
rida por todos». La religión do
minaba su vida: todos los días
después de comer reunía a sus
servidores y les leía en voz alta
páginas de un buen libro; por
la tarde dirigía la oración en co
mún con la que concluía la jor
nada.
Cuando el duque, Jaime de
Saboya, se casó en París con
Ana de Este quiso enseñar a
su esposa su ciudad de Annecy.
En aquella ocasión se expuso
a la veneración del pueblo la
santa Sábana, que se custodia
en la catedral de Turin.
La futura madre de San Fran
cisco rezó largamente ante la
reliquia adorable, conmoviéndo
se con el pensamiento de los
padecimientos del Salvador. Y
en un arrebato de fervor prome
tió al Señor que si le concedía
un hijo lo cuidaría solo para El.
A l año siguiente le nació el hijo
suspirado: se llamó Francisco de
Sales.
La joven madre v io en un
sueño a su niño, hecho adulto,
asemejarse a un pastor; recogía
ovejas desbandadas en una in
mensa llanura; con ellas formaba
un gran rebaño que él mismo
conducía a pastorear. El niño
nació en una habitación que
llamaban tía de San Francisco,»
porque un gran lienzo represen
tando a ese santo cubría una
pared. Tres ventanas dejaban al
sol filtrarse, no sin antes ilu
minar los escudos de los señores
de Sales y Sionnaz, grabados
en las vidrieras; bajo las ven
tanas, en el patio del castillo,
florecían las rosas.
El niño fue bautizado con el
nombre de Francisco. Creció de
licadísimo; muchas veces temie
ron perderlo. Con los años se
robusteció normalmente. Cuando
comenzó a frecuentar la escuela
—
27
demostró tener aptitudes para la
cultura: recogía las frases más
bellas Y las sentencias más in
geniosas.
Fue admitido a la primera co
munión a los diez años y
mismo día recibió la confirma
ción. Desde entonces decidió v i
sitar diariamente a Jesús sacra
mentado. Llevaba sus cabellos
largos a la nazarena, eran rubios
Y brillantes como el trigo, sus
ojos gris azulados eran de una
expresión atrayente. Como era
costumbre de la época, el peque
ño gentilhombre llevaba una
espada al cinto.
Francisco de Sales pasó una
juventud feliz suave, en un am
biente bueno y afectuoso. Desde
su infancia lo educó su madre
acostumbrándolo a una piedad
confiada y a un amor tiernísimo
hacia la Virgen. La primera fra
se que recuerdan de él sus bió
grafos es esta: tDios y mi madre
me quieren mucho».
Su juventud fue una serie de
éxitos en el campo de los estu
dios. Supo utilizar sus dotes bri
llantes de naturaleza e ingenio.
Sin duda la belleza del paisaje
alpino, que sus ojos coníemplablan a diario, habrá influido
sobre su formación.
San Francisco mostró toda su
vida un gran optimismo, porque
U educación que recibió estuvo
impregnada de él. Fue alumno
de los jesuítas en París siete
años, del 1581 al 1588. El mismo
escogió el Colegio de Clermont,
en tanto que su padre hubiera
deseado el de Navarra, regido
por seglares. Asistió al mismo
como alumno externo/ allí hizo
el bachillerato y por elección
personal estudió el hebreo, el
griego y la teología.
En 1586 tuvo, estando en Paris,
una angustiosa crisis respecto
a su predestinación/ durante seis
semanas fue presa de una an
gustiosa duda sobre si estaría
en la lista de los condenados
al infierno o en la de los pre
destinados al cielo. Personalmen
28
—
te se creía digno del infierno.
Este pensamiento martilleaba de
tal manera todo su ser que que
dó reducido a punto de muerte.
Era entonces Francisco de Sales
un joven elegantísimo. Se libró
de su tortura obsesionante con
un acto heroico de abandono en
manos de la Virgen. Su primera
crisis fue de purificación.
Cinco años después, en Padua,
mientras estudiaba leyes en la
Universidad, vo lvió a padecer
otra crisis por el mismo motivo:
la predestinación. Efecto de esta
segunda crisis fue el descubri
miento de que Dios es Dios de
amor, hacia el cual se sintió
empujado con toda su alma. Du
rante sus años de universidad en
Padua tuvo como director al
famoso jesuíta Padre Posevino.
Esta segunda crisis, al ser supe
rada, lo libró de las escorias del
•amor propio. En esos mismos
años Francisco de Sales se en
tusiasmó con otro jesuíta, el Pa
dre Richeome, que era como el
ídolo de la juventud estudiantil.
Escribió de él que «era amabi
lísimo lo mismo en su persona
que en sus escritos».
El Padre Richeome era opti
mista, entusiasmaba a la juven
tud empujándola hacia el heroís
mo. He aquí una de sus expre
siones que más gustaban a Fran
cisco de Sales «El Creador ha
unido un alma divinamente her
mosa a un cuerpo divinamente
estupendo».
En su formación Francisco de
Sales acusa mucho la influencia
de San Felipe Neri y de San
Francisco de Asís. Lo cual ex
plica su resuelto optimismo. Una
de las ideas subrayadas fue: «El
estado del hombre después de la
redención vale cien veces más
que el estado del hombre antes
del pecado original». En Padua
leyó un libio del que una vez
leído no pudo prescindir jamás,
«El combate espiritual» de Scúpoli. Lo llevaba siempre consigo
Y lo leía con frecuencia. Años
después declaró: Desde mi ju
ventud ese libro fue mi maestro
en las cosas del espíritu y de la
vida interior». Luego descubrió
el Evangelio y quedó fascinado
por San Juan.
Parecerá extraño; San Francis
co de Sales aprendió instintiva
mente la psicología leyendo y
estudiando a San Agustín. Llegó
a ser, sin saberlo, uno de los
psicólogos más maravillosos que
el mundo ha tenido. Estaríamos
tentados de escribir «el más es
pléndido». Se lo debe a San
Agustín que desplegó en el aná
lisis del alma y en el estudio de
los problemas sicológicos «una
sutileza prodigiosa y una fine
za sin parangón».
A
ÍC '
El amor es el fundamento y
principio de toda la espirituali
dad salesiana. He aquí un me
dio, condensado de sugerencias
prácticas, que Francisco de Sa
les dictó para guía de las almas,
en especial de las juveniles, y
que influyeron decisivamente en
Don Bosco: «La perfección de la
vida es el amor». «Todo grita a
los oídos de nuestro corazón:
Amad, amad». «N o hagas nada
sin amor», aconseja a un alma
juvenil. «Todo lo que se hace
por amor es amor; el trabajo e
incluso la muerte se transforman
en amor cuando las aceptamos
por amor». Este amor da la paz
pero a precio de una larga re
nuncia. Ninguno como San Fran
cisco de Sales y luego como Don
Bosco fue más dulce y más exi
gente en la dirección de las
almas juveniles.
Podemos y debemos santificar
nos en el mundo, decía San Fran
cisco. Muchos en su época esta
ban convencidos, y lo escribían,
que no se puede uno hacer san
to en el mundo. En la introduc
ción a su libro. La vida devota,
escribió: «Es mi intención hacer
saber a los que viven en las
ciudades, en su familia, en la
corte de los príncipes, que un
alma robusta puede encontrar
fuentes de dulce piedad inclu
so en medio de las amargas
aguas del mundo». Conviene te
ner un gran ideal decía porque
«los grandes fuegos se alimentan
con el viento, en tanto los pe
queños con el mismo viento se
apagan».
La espiritualidad de San Fran
cisco de Sales fue, por lo tan
to, una espiritualidad seglar y
para seglares. Inculcó la idea de
que la santidad depende de la
humilde y cuotidiana práctica
del propio deber. «Todos los ca
minos son buenos para quienes
Dios tiene de la mano».
He aquí otras ideas que incul
caba en las almas juveniles:
iConviene preguntarse siem
pre cuál es el deber del momen
to presente y hacerlo con amor.
No hay que dejarse paralizar por
el pasado, sino abandonarlo a
la misericordia del Señor» y tam
poco hay que inquietarse por el
mañana. El momento presente
es el momento del encuentro
con Dios» por consiguiente se
ha de aprovechar la plenitud
del momento presente.!
En todo cuanto nos acontece,
en la enfermedad, en la muerte,
en el dolor, en los consuelos, en
las adversidades y en la pros
peridad hemos de conformarnos
con la voluntad de Dios. A la
Virgen, cuando vu elve de Egip
to, le hace decir: No tengo más
patria que cumplir la voluntad
de Dios.
Dios nos ama con la fuerza de
un padre y con la delicadeza de
una madre. Confiemos en la Pro
videncia porque «no podemos
ponemos en mejores manos. Dios
acomoda sus pasos a los nues
tros, cual un padre hace con sus
hijos».
Hay que comprender que en
esta tierra no se pueden evitar
todas las tentaciones» mientras
estemos aq[uí abajo tendremos
tentaciones y el amor propio no
morirá nunca. Más aún, dice: «el
amor propio muere cinco minu
tos después de nuestra muerte».
Hay que amar a Dios en el com
bate: «Dios quiere combatientes
Y no soldados de guarnición». A
un alma juvenil le escribía:
«Tus males provienen de que tie
nes más miedo a los vicios que
amor a las virtudes». «Nuestros
malos instintos no son nuestra
verdadera personalidad. Son co
mo el musgo en el árbol.
Hay que tener paciencia con
todos, pero de modo especial
consigo mismoi. «Por desgracia
soñamos, a veces, que somos án
geles esplendorosos y nos cansa
mos de ser hombres buenos o
mujeres buenas». «La humildad
cambia en oro purísimo el plo
mo de nuestras caídas». «Dios
siempre puede hacer una gran
virgen de una Magdalena». «La
hora del éxito es cosa de Dios,*
los progresos en la virtud son
insensibles como los de la luz
por la mañana».
San Francisco de Sales es pro
fundamente humano, admite que
podemos quejamos filialmente
con el Señor frente a sus exigen
cias crucificantes. Decía y re
petía: «Y o soy hombre y nada
más». ¿No tenemos acaso un co
razón humano y un temperamen
to sensibilísimo?
Defendía la infancia espiritual:
esto es, un amor grande y filial
hacia Dios y una humildad que
reconozca la propia insuficiencia
y nulidad. Santa Juana de Chantal decía de San Francisco de
Sales; tSu método consistía en
considerarse humildísimo y mí
nimo en la presencia de Dios,
con una reverencia y confian
za maravillosas, como de niño
que amai. San Francisco insis
tía mucho sobre lo que ahora
llaman espíritu del Bautismo, es
to es, sobre el espíritu de hijos
adoptivos de Dios. tUna humil
dad total produce una confian
za total en Dios>. «La Virgen es
la mejor de las madres: es una
educadora maravillosa» ayuda a
trasferir a Dios, que es Padre, el
abandono en su amor maternal!.
El fruto principal del abando
no en Dios es la paz del alma,
la alegría. Con frecuencia sus car
tas terminaba invitando a la ale
gría: «V iv id alegres en el Se
ñor». «Sé alegremente devoto».
«V iv e santamente alegre». El
mensaje de San Francisco, como
luego el de Don Bosco, fue un
mensaje de confianza filial en
Dios y de alegría: «Hemos de
exultar de alegría todas las ma
ñanas, pensando que tenemos un
día más para amar a Dios». «La
vida se nos concede para apren
der, cada día más, a decir sí al
Padre Celeste».
El mensaje de San Francisco
de Sales a los jóvenes es toda
vía actual: es un dulce reflejo
del evangelio y revela sus se
cretos: la encarnación de lo di
vino en la naturaleza, el amor
filial, abandono en Dios, la in
fancia espiritual.
Francisco de Sales amó la na
turaleza: tuvo debilidad por las
abejas, por las palomas y por el
ruiseñor. Describía con toques
de artista el lago tranquilo, el
huracán en el jardín, la tristeza
del invier.no. Pero prefería las
escenas alegres: el canto de los
pájaros, el cielo estrellado, el
jardín florido. Prefería entre las
rosas, las azucenas, la violeta.
Las aspiraciones más profundas
de su alma se volvían hacia la
caridad, a la pureza, a la humil
dad.
Don Bosco asimiló plenamente
su espíritu de alegría y optimis
mo y supo comunicárselo a los
jóvenes. La invitación a entrar
en la escuela del Santo del amor
manso y humilde le llegó a los
nueve años: «N o con los golpes
—le advirtió el misterioso perso
naje de su primer «sueño!— si
no con la mansedumbre y la ca
ridad te ganarás estos amigos!.
El mensaje de San Francisco
de Sales tan humano y amable
tiene sobre los jóvenes la misma
fascinación que el mensaje edu
cativo de Don Bosco: tienen en
común el Evangelio y el Cora
zón de Cristo.
— 29
formacíÓN((etfococíones
«E l mejor premio que Dios concede a una familia es un hijo sacerdote.» (Don Rosco.)
IN S PE C TO R IA DE B A R C E LO N A
P. Provincia: P.® San Juan Cosco, 74 - Barcelona-17
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Boca «Don Digno üutelrifio*. Total; 100,000 pesetas.
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llooa «Don Juan Antal». N. e.: 1.000 pts. Total: 94.000 pts.
lleta síFlorcnelo SAtu'liez». Total: 20.000 pts.
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Bc:ca «Ntra. Srn. de Monserrat». Total: 60.000 pts.
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Total: 20.000 pts.
Beca «Sr. V .» Total; 8.000 pts.
Beca perpetua «María Casacuberta de Masé». Total: 5.000.
Brea «Santo Domingo Savio». Total: 16.000 pts.
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Beca «María Auxiliadora*. SarriA. Total: 5.000 pts.
Beca «Don José Uocasens». Total; 4.199.60 pts.
Beca «Dolores Co.sacubertn*. Total: 10.000 pesetas
Beca «Mario A. Porta de DurAn*. Total: 8.000 pts.
Beca «Sr. Martín Golcochea». Colegio SarriA. Total: 25.000
Beca «P . Viñas». Archlcofradla de SarriA. Total: 5.000 ptas.
Beca perpetua «J. M.». l.B e .: 5.000 ptas.
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P. Provincial: Escuelas Salesianas - Deusto-Bilbao
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Beca «Conchita Diez Noza». 1.6 entrega: 15.000 nts.
nwn «Srtns. Ramona y Josefina de Felipe». 2.6 entrega;
25.(KX) pts. Total: 50,000 pts.
Bera «MnmA Margarita*. L. Cañada. Pamplona. N. e .: 250
pesetas. Total; 16.750 pts.
Beca «D. Pedro Ollvazzo*. Total: 30.000 pe.setns.
Beea «D. Cirilo Sagastagoltle*. promovida por los AA. AA.
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Beca «D. José Díaz de Cerlo Valle v Petra Gastón Ventosa*.
Total; 4.000 ptas.
Boca «Santísima Trinidad*. Total; 27.000 ptas.
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Beca «Agustina Alonso». Total: J8.000 pts.
Boca «Piedad Ramos». Total: 38.000 pts.
Beea «Natividad Postigo*. Total: 39.000 pls.
Been «Paqnito Gutiérrez*. Total; 28.000 pts.
Beca «Rosarlo Gutiérrez». Total: 29.000 pts.
Boca «Fernando y Rufina». Total: 28.000 pts.
Beca perpetua «San Cosme y Sta Magdalena». T .: 75.000 pt«.
Beca «María Auxiliadora». 3 .6 Arch. Baracaldo. T . : 13.000
Beca «F . Canales*. Total: 14.000 pts.
Beca «Matilde Pelayo*. Pantplona. Total; 5.000 pts.
Beca «D. Ramón Zlabalo». Baracaldo. M. Fernández. T o
tal: 36.000 pls.
Beca «Sr. Justl». Deusto (Colegio). Total: 19.500 pts.
Boca «Virgen del Castillo». El Royo. Total: 9.S00 pts.
Beca «I. C^onceprlón*. J. L. M. Total: 5.500 pts.
Beca perpetua «San Martín*. Total; Sl.OOO pts.
Bet'a «María Auxiliadora*. Zuaio. Total; 5.600 pts.
Beca «D. Bosco*. Ciudad Laboral. Pasajes. Total: 5.730
Beca «Francisco Tierra*. Burceña. Total; 8.500 pts.
Bet'a «Sagrada Familia*. San Sebastián. Total: lO.tKX) pts.
Beca «San Juan Bosco*. Santander. Total: 5.000 pts.
Beca «Santo Domingo Savio». Santander. Total: 19.500 p»s.
30
—
Beca «José Puertas*. Deusto. Total: 10.000 pts.
Beca «Sres. de Udaetxe*. Bilbao. Total: 34.000 pts.
Beca «María Auxiliadora*. D. R. G. R. Total: 20.000 pts.
Beca «San Andrés». Burgos. Total: 1.327.35 pts.
Beca «Nuestros Mártires». Zuazo. Total: 18.509 pts.
Beca «María Auxiliadora». II. Total: M.OOO pts.
Beca «Alfonso Gómez Pineda». Pamplona. T ota l: 5.000 ^ s
Beca «S. José Obrero». (Industriales-Santander). T . : 10.000.
Beca «María Auxiliadora». (Arch. Santander). T .; 6.000 pts.
Beca «S. Paulino». Baracaldo. Total: 23.000 PtsBeca «E D. Caprani». Baracaldo. Total; 6.000 pts.
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Beca «María Auxiliadora». Málaga. N. e .: 3.000. T .: 1 ^ 3 ^
Beca «Cías. Juventud Salesiana». L a Orotava. N. e .: 20.1KX)
pesetas. Total: 40.000 pts.
^ nnn
Beca «Escuelas Externas». Montilla. N. e .: 3.000. T.^6.00l).
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setas. 42.800 pts.
^ „
Beca «Santa Cruz de Tenerife». Tenerife. N. e.: 2.000 pese
tas. Total: 32.000 pts.
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Beca «Santo Domingo Savio». Cías. Tenerife. N. e.. J.Olxi
B cc^ W irg en del^Pino». Teror. N. c.: 22.000 pts. T .; 47.0W.
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Beca «Fam ilia E. de Chacón Hdez». Las Palmas. N. e.;
1,200 pts. Total: 5.100 pts.
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Beca «Fam ilia Torre*. Las Palmas. N. e.. L400. T .. 3.800.
Bi>ca «Fam ilia Feo. León Navarro». Las Palmas. N. e..
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^
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Beca «Fam ilia Lara Padín». Las Palrntó. 800 pts. T .. .'.1 ^
Beca «Sto. Domingo Savio*. Cías. Las Palmas. N. e.. 15.300
B o (» «!luan'^XX^^^^
N. e.: 1.000 pts. Total: ^-3Ó0.
Boca «María Auxiliadora». Cooperadores. Antequera. N. e..
B c c ^ s !^ j'ú a n ° ^ c o i^ o p m a (Jaén). N. e.: 5.000. T .: 20.000
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Boca «Domingo Savio*. Cías. Religiosas del Colegio Santa
Teresa. Total: 4.700 pts.
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Beca «D. Salvador Rosés*. Ronda. Total: 99.000 pts.
Beca «Familia Muñoz». Total: 1 8 - ^ P‘ 3nt«
Beca «María Auxiliadora». Antonio Royán. Total. 25^200
Beca «María Auxiliadora*. Familia Gómez Brtasco. T ^ 4 . W
Beca perpetua «T roya GozAlvez*. ITbeda. Total.
Beca «Ntra. Sra. de Consolación*. Torredonjimeno. T . . 2U.0W
Beca «Fam ilia Franchis». Las Palmas 1.5 e . ; ^ pts.
Boca «Virgen del Pino». L m
Beca «D. Bernardo López Baena». Córdoba. T .. 12.000 pts.
Beca «Baldomcro Pagán*. T o ^ : 16.(X)0
Brca «Ntra. Sra. del Carmen». Pozoblanco. “m a l . ^.000 pts.
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Beca «Sto. Dgo. Savio*. Cías. Religiosas Ronda. T .. 1 3 .^ Beca «S. José y Ntra. Sra. Monserrat». Granada. T .; I8..aw.
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Beca «Besama» I I. Donativos: Familia Diaz-Sánchez, 20.950:
E. Jiménez Amau. 1.500. Total: 37.365 pts.
Beca «Casimiro Ramiro». A. A. Atocha. N. e: 2.000 pts. To
tal: 30.000 pts.
Beca «M. A. L .» N. e .: 1.000 pts. Total: 16.000 pts.
Beca «María Auxiliadora». Salamanca. Total: 16.300 pts.
Beca «Sto. Domingo Savio». Externos-Atocha. Total: 6.000.
Beca «Don Juan». I I. Total: 10.000 pts.
Beca «S. Estanislao». Familia López Alvarez. Salamanca.
Total: 30.000 pts.
Beca «E l Coadjutor Salesiano». Cías. Paloma. T . : 40.000 pts.
Beca Mayor «V . S.». 1.9 Entrega: 25.000 pts.
Beca «María Auxiliadora». II. Atocha. Total: 28.975 pts.
Beca Mayor «Nuestros Mártires». General López de Letona.
Total: 60.000 pts.
Beca «D. Hlginio Arce», para Coadjutor Salesiano. T .: 25.000
Beca «Arch. M.9 Auxiliadora». P.fi Extremadura. T . : 6.000
Beca «S. Francisco de Sales». Estrecho. Total: 9.645 pts.
Beca «Padre Esteban». AA. AA. Paloma. Total: 9.800 pts.
Beca «Vda. Casanovas». Total: 5.000 pts.
Beca «Sánchez Blanco». I I. T ota l: 6 000 pts.
Beca «Fam ilia Mesonero Rodríguez». Total: 8.000 pts.
Beca «D. Félix González». D.9 Isabel L. de Pardo. T : 17.000.
Beca «Doña Mercedes Cruzado». Total: 9.000 pts.
Beca «F . de B.». Béjar. Total: 25.000 pts.
Beca «Doña Dorotea». Madrid-Don Bosco. Total: 20.000 pts.
Beca «Josefa A. Roldán y Familia». Total: 30.000 pts.
Beca «Vda. de Pujadas». Total: 12.000 pts.
Beca «Centro Juvenil». P.9 Extremadura. Total: 13.600 pts.
Beca «Ntra. Sra. de las Angustias». Arévalo». T . : 28.500 pts.
Beca Mayor «Sta. Teresa y S. Vicente». Total; 98.000 pts.
Beca «Virgen del Carmen y Animas purgatorio*. T. 40.000.
Beca «N tra Sra. del Carmen y S. Lucas». Total: 24.000 pts.
Beca « Familia de D. Antonio Miranda, Salesiano». T : 10.000.
Beca «Doña Carmen Olalla». Total: 36.000 pts.
Beca «Manuel Nicolás». Total; 10.000 pts.
IN S PE C TO R IA DE S E V IL L A - «B E S A S E »
P. Provincial: Calle María Au.riIiadora 18 - Sevilla
Teléis. 35 04 86 - 35 01 00
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BECAS EN FORMACION
«M-9 Auxiliadora». Sevilla. N. e.: 500 pts. T .; 2.500.
«Stella Maris». Huriva. N. e.: 4.100 pts. T .: 28.100 pts.
«M.9 Auxil.» Alcalá Guadaíra. N. e.: 8.000. T .: 22.850.
«Colegio Salesiano». E>:ija. Total: 26.500 pts.
«Virgen Victoria». Mérida. Total: 55.500 pts.
«Clónente Guede». Cádiz. Total: 6.775 pts.
«Santo Domingo Savio». Ecija. Total: 23.000 pts.
«Colegio Salesiano». Sevilla. P or A. R. 1.000 pts.
«Ntra. Sra. del Rosario». Rota. Total: 14.000 pts.
«D. F. Javier Montero». Total: 7.5Ó0 pts.
«Ntra. Sra. del Sagrado Corazón». Morón. T .: 16.000.
«Santiago Apóstol». Cádiz. Total: 60.000 ots.
«Corpus Christi». Quintana. Sevilla. Total: 8.230 pts.
«María Auxiliadora». Puerto Real. Total; 14.000 pts.
«Don Florencio Sáncbez». Sev.-Trín. Total; 10.000 pts.
«D. Luis Hernández». Sevilla Trinidad. Total: 10.000.
«Rvdo. Tomás González». Sevilla. Triana. T . : 25.000.
«Bodas de Oro». Al. Guadaira. Total; 60.000 pts.
«Cor. de Jesús». H. Dfia. Salvadora García. T . : 10.000.
BECAS COMPLETAS
Beca perpetua «Dña. Trinidad Nos Nebot». en sufragio de
su alma. 100.000 pts.
Beca «Colegio Domingo Savio». Valencia. 30.000 pts.
Beca «Circulo Domingo Savio». 30.000 pts.
BECAS EN FORMACION
Beca «Cooperadores de Valencia». N. e .: 1.000 pts. T . : 8.500.
Beca «Azul y Rosa». Valencia. N. e .: 7.500 pts. T . : 27.500.
Beca «Circulo Domingo Savio». 1.9 e .: 1.500 pts.
Beca perpetua «Juan Manuel», por D.9 CArmen Gómez de
Tortosa, Alcoy. 1.9 e .: 50.000 pts.
Beca «N iño Jesús del Milagro». Total: 30.000 pts.
Beca «Rvdo. D. Mariano Aisa». Burriana. Total: 17.500 pts.
Beca «San Bernardo». Villena. Total; 22.000 pts.
Beca «Ntra. Sra
Pilar». Zaragoza- Total: 33.000 pts.
Beca «Antonia Cabot». Albacete. Total: 25.000 pts.
Beca «Jesús Mendívll». Valencia Total; 25.(X)0 pts.
Beca «D. Luis Berenguer». Alicante. Total: 20.000 pts.
Beca «P . Tarín». Godella. Total: 3.000 pts.
Beca «Trabajo y Honradez». Valencia. Total; 24.000 pts.
Beca «San Vicente». Valencia Total: 54.000 pts.
Beca «Archicofredía de M. A. 2.9». Primera e .: 4.000 pts.
Beca «Francisco Serrats». Valencia Total: 8.000 pts.
Beca «Ramón Guerrero». Albacete. Total: 12.550 pts.
Beca «Sen Agustín». Alcoy. Total: 18.000 pts.
Beca «Virgen de Luz*. Cuenca. Total: 13.725 pts.
Beca «C o le r o Salesiano». Valencia. Total; 83.500 pts.
Beca «Perpetuo Socorro». Valencia. Total; 6.000 pts.
Beca «San José». Alicante. Total: 10.000 pts.
Beca «Virgen del Pilar». Alicante. Total: 5.000 pts.
Beca «Colegio Salesiano Burriana». Total; ll.OUO pts.
Beca «D. José Calasanz». Total: 14.026 pts.
Beca «Antiguos Alumnos». Valencia. Total: 2.000 pts.
Beca «Colegio San Juan Bosco». Valencia. Total: 6.000 pts.
IN S PE C TO R IA DE ZAM ORA
P. Provincial: Universidad Laboral > Zamora
BECAS EN FORMACION
Beca «María Auxiliadora». Allariz. 1.9 c .: 25.000 pts.
Beca «Virgen de Villenueva». Allariz. N. c.: 6.450 pts.
Total; 11.925 pts.
Beca «San Benito». Allariz. Total: 28.000 pts.
Beca «José Sabaté». Vigo. Total: 31.000 pts.
Beca «María Auxiliadora». Naranco-Ovic-do. 1.9 e .: 4.934 pts.
Beca «D. Emilio Montero». Orense. Total: 18.500 pts.
Beca «D. José Saburido». Orense. Total: 22.000 pts.
Beca «D. Pedro Olivazzo». Aatudillo. Total.: 11.676 pts.
Beca <D. Ernesto Armelles». Coruña. (Colegio). T . : 33.750.
pesetas.
Beca «P . Miguel Salgado». Vigo. S. Metías. Total: 47.850 pts,
Beca «María Auxiliadora». Celanova. Total: 12.000 ptas.
Beca «Maria Aiixlliadora». Are. Zamora. Total: 19.500 pts.
Beca <P. Cirilo Sagastagoitia». León. Total: 36.100 pts.
Beca cD. Tomás Bussons». Vigo. S. Matías. Total: 20.000 p.
Beca «M.9 Auxiliadora». Vigo. S. Matías. Total: 32.000 pts.
Beca «San Cristóbal». Vigo. S. Síatías. Total: 8.000 ptas.
Beca «Doña Lucía Becbade». Cambados. Total: 14.250 pts.
Beca «San José». Vigo. S. Matías. Total: 58.000 ptas.
Beca «P . Fila Arce». (Bodas de Plata). Masaveu. T .: 32.000.
Beca «Sto. Domingo Savio». Vigo. 8. Matías. Total: 10.500.
Beca «Co<^>eradores (Manido». Vigo. S. Matías. T .; 9.000 pts.
Beca «San Juan Bosco». Vigo. Hogar. Total: 7.000 ptas.
Beca «Crferino Namuncurá». Vigo. Hogar. Total; 8.000 pts.
Beca «M aría Auxiliadora». Vigo. Hogar. Total: 5.000 ptas.
Beca «Sto. Domingo Savio». Cambados. Total: 14.500 ntas.
Beca «Ntra. Sra. de Covadonga». Tudela Vegufn. T .: 13.246.
Beca «San José». Compañías. Zamora. Total. 11.000 ptas.
Beca «José Irisarrl». ^tudiantes. Zamora. T . : 7.2^ ptas.
Beca «Circulo Sto. Domingo Savio». Zamora. T . : 14.000 pts.
Beca «S. León Magno». Zamora. Total: 26.000 ptas.
Beca «Sto. Domingo Savio». Avilés. Total: 4.600 pesetas.
Beca «Domingo Savio». León. Total; 13.855 pesetas.
— 31
o
n
^Sv35r5v>.' '■ mi
Salesianos, cooperadores, antiguos alumnos, arohicoírades de María Auxiliadora de
Ubeda (Jaén) se han propuesto levantar enJhonor de la Virgen de Don Bosco este hermoso
santuario, que se erige para que se convierta en META DE PEREGRINACIONES y loco de
devoción a María, en las provincias de Jaén y limítrofes.
TODOS LOS DEVOTOS DE M ARIA AUXILIADORA, especialmente los de Andalucía,
pueden contribuir a su erección con sus limosnas.
M ANDAD VUESTRO D ONATIVO a: Padre Director - Salesianos - Ubeda (Jaén)
B. G Salpsiana: Madrid-Atocha
-
Fecha
-
1967.08