BS_1965_02

Ficha

Título
BS_1965_02
Descripción
Boletín Salesiano. Febrero 1965
extracted text
La

vida

sus

por

ovejas

^^N TRIi los Siervos de Dios salesianos, que
esperan la l>eatificación, hay uno poco co­
nocido del público salesiano español: Don Luis
Meríens.
Nació en Bruselas, cien años hace, en 1864.
Murió en 1920, siete días después de haber
hecho públicamente a Dios ofrecimiento de
su propia vida por los pecadores de su parrocjuia, para su conversión, para que el Señor se
aplacara y les perdonara.
No nos interesa tanto su vida cuánto su fi­
gura moral. Se había propuesto amar al prójimo
con todas sus fuerzas: «Quiero - escribió en
su diario íntimo - que de todas mis palabras
y actitudes se desprendan dulzura y caridad*.
En otra ocasión dejó escrito: «Para tender a la
santidad imitando a Jesucristo, me esforzaré con
todo cuidado en practicar la caridad. Trabajaré
por hacerla sobrenatural y cordial, mirando al
«querido prójimo-, como lo llama San Fran­
cisco de Sales, en el corazón de Jesús que mue­
re de amor por él.»
No se contentó con palabras. Siendo, muy
joven aún, catequista del Oratorio de Bruselas,
Luis Mertens se distinguió por su carácter ale­
gre y por la delicadeza incondicional hacia los

niños de su grupo. Más tarde en el Seminario
de Malinas, sus compañeros de escuela solían
decir de él que se multiplicaba para poder
atender a todos siempre, y que lo hacía con
una gracia y delicadeza que producía la sen­
sación de estar lleno de gratitud hacia los que
le pedían los favores.
Cuando ya fue salesiano sobresalió inme­
diatamente por su bondad sonriente y carita­
tiva.
Pero su bondad extraordinaria brilló espe­
cialmente durante los diez años que desempeñó
el cargo de párroco en una feligresía popular
de Lieja. Se hizo todo para todos y se derra­
mó sobre todos sus parroquianos: pobres y ri­
cos, especialmente pobres, enfermos y sanos,
jóvenes y ancianos.
Durante los rigores del invierno más de una
vez se le vio llevar él, personalmente, braza­
das de leña y sacos a las buhardillas heladas
de los pobres; una vez fue él mismo a colocar
unos cristales en el hogar de dos viejecitos
inválidos; hizo llevar colchones y mantas a
una familia privada de todo. Enumerar los
actos de caridad de Luis Mertens sería inter­
minable.
Un dia yendo por una calle de la feligresía,
un obrero desde el portal de su casa le escu­
pió al rostro al pasar. Don Luis se quitó el
sombrero y con una sonrisa en los labios le
dijO: «Buenos días, amigo mío, ¿cómo estás?»
FJ obrero se quedó confundido, le pidió excu­
sas. Se estrecharon la mano y quedaron ami­
gos. Aún más. aquel obrero pronto se hizo
también amigo de Dios.
En su parroquia tenía D. Luis Mertens muchos

F A R N IE R E S -B E L G IC A .—Casa S alesian o. L os S alesian os cueyitan en B élg ica con d os In sp ec­
torías o provincias. E n tre ambaa comprende»»
ca sa s en las que trab ajan unos ^85 sale.sianos. N u estra fo to reproduce la ca sa den om in ada O rand-H alleux, d e gran sa b o r antiguo
en sus constnicrioiics. las cuales alberg an tod o s los salesian os e« form ación , d esd e tiooicios o esfirdianfes d e teolog ía y universidad.

T
feligreses que no querían saber nada de acer­
carse a Dios. No perdonó. fatiga por ellos: pre­
dicación, misiones, visitas. No había nada que
hacer.
En 1920 tuvo lugar en Lieja, una Gran Mi­
sión. Era el 18 de abril. La gran nave de su
parroquia estaba Uena a rebosar: las tribunas,
el coro, las escaleras, las gradas del altar, todo
estaba de bote en bote? más de dos mil per­
sonas. El altar brillaba con sus luces. El santo
párroco, los ministros, los monaguillos estaban
de rodillas ante lesüs Sacramentado resplan­
deciente en el viril de oro.
Los últimos ecos del «Miserere» se habían
apagado: La voz de Don Luis Mertens se alzó
sola en medio del silencio profundo; vibraba
solemne.
Defendió ante Dios la causa de los pecado­
res y puso en la defensa todo su corazón y
su alma:
«Perdona, oh Señor, a los que faltan a la
Misa del Domingo.
•Perdona a los que ya no cumplen con
Pascua.
•Ellos te han ofendido, oh Señor, pero no
lo han hecho por maldad, sino por negligen­
cia, por descuido, por debilidad, por desgana.
•Perdónales y perdóname a mí también, si
no he hecho todo lo que he podido para que
ellos te amaran.
•Perdona al pastor, perdona a las ovejas...
•Y si quieres una víctima, oh Jesús, si quie­
res mi vida por la expiación de los pecados de
mi pueblo, lómala. (Te la ofrezco voluntaria­
mente. oh Jesús!»
Asi oró aquella memorable tarde el humilde
pwstor de corazón ardiente. Parecían resonar
de nuevo las encendidas palabras de Moisés
al rogar por su pueblo: «¿Por qué, oh Señor,
se enciende tu cólera contra tu pueblo? Calma
tu ira... Acuérdale de Abrahám, de Isaac, de
lacob, tus siervos. Es verdad, este pueblo ha
cometido un gran pecado: se han construido
dioses de oro. Pero perdona su pecado. Si no
quieres hacerlo borra mi nombre del libro que
tú has escrito.»
El Señor que escuchó la súplica de Moisés
por su pueblo oyó también la de Don Luis
Mertetts y aceptó su holocausto.
Cuando la bendición con el Santísimo, dada
F>or el hombre de Dios - y fue la última - des­
cendió sobre sus fieles, cada uno pensó para
sus adentros (y al salir de la Iglesia se lo dije­
ron mutuamente) que Dios le aceptaría el pre­
cio que para atraer su misericordia ofrecía el
santo párroco.
No se equivocaron: siete días después, el 25
de abril, el buen párroco moría por los pobres
pecadores de su parroquia, víctima voluntaria
de su caridad sacerdotal. Contaba 55 años.

BOLETIN
SAIESIANO
ORGANO D E LA PIA UNION DE
COOPERADORES SAL E SIA N O S
Revista de la Obra de Don Rosco
AÑO LXXIX
Febrero. 1965

Núm. 2

S U M A R I O
DE INTERES ESPECIAL
Págs.
L a v id a p or su s o v e ja s . . .
2
L a Ig lesia pu eblo d e D ios . .
4
R efo rm a s S ociales en Chile.
Entrevista con el Cardenal
Silva, s a le s ia n o ............................ 8
L a au torid ad patern a . . . .
12
P ab lo VI con los S alesian os de
B o m b a y ...........................................16
Cuando flo rece e l bam bú , por
Jorge Venturoli, misionero
salesian o..........................................21
S acerd ote holandés ex oficial de
au facid n ...........................................22
SECCIONES FIJAS
N oticiario S alesian o Mundial . 11
E sp añ a S a l e s i a n o ...........................19
Crónica d e g r a c i a s .......................... 24
N e c r o lo g ía .......................................... 28
B eca s s a c e r d o t a le s .......................... 30
0
DIRECTOR:

JA V IE R RU BIO ¡BAÑEZ
O
DIRECCION. REDACCION Y ADMON.:

Alcalá, 164 - Apartado 9134
Teléfono 255 20 00
MADRID-2
Depósito legal: M. 3.044-1958
(Con cen su ra eclesiá stica)
NUESTRA PORTADA.
BOM BAY: Colegio Salesiano. - Termi­
nados los saludos de los estudiantes
PaUo VI. engalanado con la típica
guirnalda que le impuso un alumno ar­
tesano de las escuelas profesionales
salesianas, alza sus brazos para ímpatír su bendición a los millares de
fieles congr^ados.
-

3

BOM BAY.—E l leg ad o d el Pa-pa p ara el C on greso E u caristico de B om bay , C ardenal A gagianiam , se dirige a l a lta r d el C ongreso. Una m u chedu m bre in m en sa cubría la am p lia plaza.
C lero y fíeles de tod a raza y color co n g reg a d o s en torno a Cristo. B uena fo to p a ra in tro­
ducirnos en la lectu ra d el articu lo , que ponem os a continuación.
P

La
Iglesia,
pueblo
de Dios

muchos seglares el siglo X X está sien­
do. o va a ser. el siglo del descubrimiento
de la Iglesia. Católicos por herencia, se ven
obligados a oír y a leer el tema de la Iglesia,
al principio con reparo o poca simpatía, luego
con curiosidad y, por fin, con interés. Y entonc-es comienzan a sentirse católicos por convíccion.
ara

Se tenía la idea de que la Iglesia era el Clero:
los demás acudían a ella por necesidad, como
medio necesario para la salvación. Nada más.
1.a Iglesia nos daba la Gracia de Dios en el
bautismo, nos imponía el precepto dominical
y la Comunión Pascual, santificaba el matri­
monio. nos abría las puertas del cielo con los
últimos sacramentos. Eramos dos: la Iglesia v
nosotros. Nosotros necesitados de Ella; Hla con­
tenta de contar con más súbditos.
La Iglesia era, para muchos, la jerarquía: el
Papa, los Obispos y los Sacerdotes: el Clero.
Solo ellos.
Para muchos. Erróneamente. Porque, para ios
entendidos, la Iglesia era su Casa, su Familia,
el Cuerpo Místico de Cristo del que se sentían
miembros de vida y con responsabilidades so­
ciales. Desgraciadamente, para pocos. ¿Acaso

porque no se predicaba con la suficiente clari­
dad? ¿Tal vez porque se acentuara más el asp>ecto de la autoridad (Jerarquía), aspecto más
propio del diálogo con quienes lo negaran,
como los profesionales? ¿Quizás porque el cle­
ro concentraba debajo de sí, bajo su dirección,
toda obra de apostolado? De todo un poco.
Pero no es hora de buscar acusaciones, sino
de esclarecer ideas a quienes deseen adquirir­
las.
De todos modos, este siglo pasará a la his­
toria como «el siglo de la Iglesia». Para confir­
marlo. bastaría acudir a las columnas de los
periódicos que nos hablaban de los temas dis­
cutidos en el Concilio Vaticano II. B discurso
de Pablo VI, al comenzar la sesión tercera, en
septiembre de 1964, fue bien expresivo;
«Sobre el cuadrante de la historia ha llegado
la hora en que la Iglesia debe decir de sí mis­
ma lo que Cristo pensó y quiso de ella; y lo
que una meditación prolongada a través de los
siglos, con la sabiduría de los Padres, de los
Pontífices y de los Doctores, ha investigado
piadosa y fielmente».
Así. el Concilio del siglo XX ha ido desen­
trañando con estudios y discusiones, a la luz
del Espíritu Santo, las riquezas colocadas por
el mismo Señor Jesucristo en su Esposa, la Igle­
sia. ’i la claridad de las enseñanzas conciliares
irán iluminando cada vez más los entendi­
mientos de los hombres.
Hoy, gracias al Concilio, ya sabemos mucho
más sobre los Obispos, sucesores legítimos de
los Apóstoles. Y, también gracias al Concilio,
conocemos mejor que la Iglesia no son solos
el Papa y los Obispos y los Sacerdotes. Estos
tienen una misión y una autoridad; que se­
rían nulas, si faltara la gran masa de los fieles,
en orden a los cuales aquéllos quedaron reves­
tidos de su autoridad.
La Iglesia es el PL’EBLO DE DIOS. Y un
Pueblo no se com 'one sólo de autoridades. El
Pueblo es la totalidad de autoridades y súbdi­
tos: o miembros con distintas funciones. Pero
con el mismo derecho a pertenecer a él unos
v otros.
Cuando esta idea de la Iglesia, Pueblo de
Dios, penetre en las mentes de los cristianos, au­
mentará en ellos su conciencia religiosa v apos­
tólica.

lA FACHADA DE LA IGLESIA
A los ojos de cualquier persona sensata, la
Iglesia es un ser \isible. Hay una organización

perfecta, cuyo jefe (el Papa) reside en Roma,
rodeado de un Colegio o Consejo de Cardena­
les que colaboran con él en la dirección de la
misma. Su acción llega, a través de los Obis­
pos y sacerdotes, a más de quinientos millones
de hombres que se llaman católicos. Estos co­
nocen a sus jefes, escuchan sus palabras, asimi­
lan sus consignas, participan en sus actos de
culto, etc.
Todo esto es lo visible de la Iglesia, su fa­
chada.
Visibles son los santos, mientras viven en
la tierra; con sus obras maravillosas, todas ellas
derroche de caridad: escuelas, hospitales, mi­
siones, etc. Parece verse la acción de Cristo en­
señando, curando enfermos, p>eregrinando por
Palestina...
Y visibles son los pecadores, hijos también
de la Iglesia, a la que llaman «nuestra santa
Madre»; con sus debilidades y miserias mora­
les. buscando y recibiendo la gracia de los sa­
cramentos, prolongando su dolor con obras de
penitencia...
Todo esto es visible en la Iglesia.

EL INTERIOR
Pero con ia Iglesia sucetle lo mismo que su­
cedió con Cristo en su vida terrestre: se le
veía en lo que tenía de hombre, pero quedal>a
oculto lo mejor de FJ. su divinidad, sólo así*quible con tinos ojos más potentes, los ojos
(le la fe.
A través de aquella figura, tan equililtrada,
tan amable, tan perfecta; al escuchar su doc­
trina, tan profunda y tan sencillamente expui*sta; al presenciar sus milagros, tan de primera
magnitud, como la resurrección de Lázaro o su
propia Resurrección: sólo cabía pensar, en recta
lógica, estO: «Este hombre no es capaz de
mentir; Dios está con él». Y ese hombre, inca­
paz de mentir, nos dijo que era Dios.
I,a divinidad permaneda invisible: pero se
entreveía, se vislumbraba, se adivinaba...
También la Iglesia tiene su fachada visible;
pero ahí no está toda la Iglesia. Jesús mismo,
que la dejó organizada al escoger a D (x e y al
destacar entre ellos a sólo Pedro («sobre (i, Pe­
dro, edificaré mi Iglesia»), infundió dentro de
esta organización a Dios mismo, al Espíritu
Santo: «Recibid el Espíritu Santo». ¡Dios en
la Iglesia! ¡Dios con la Iglesia! Este es e) gran
tesoro, vivo, que posee la Iglesia. Realmente
-

5

ia riquo'/a interior de la Iglesia es infinita, di­
vina.
Por esta razón se habla del «misterio de la
Iglesia». En otras instituciones, puramente hu­
manas, no se dan misterios: todo puede des­
cifrarse; porque ningún elemento sobrepuja los
limites de los hombres que las componen.
I.a Iglesia, en cambio, está empapada en
Dios¡ y la acción de Dios en la Iglesia resul­
ta misteriosa. ¿Quién podría, por ejemplo, com­
prender la infinita riqueza del alma de un niño
recién bautizado? ¿Cómo, si no fuera por la
acción redentora de Cristo, sería posible la
destrucción del pecado por las palabras abso­
lutorias de un sacerdote? ¿De dónde un hombre,
por mucha autoridad que posea, está capacitado
para [)ronunciarse de modo infalible sobre
hondos y graves problemas, como lo hace el
Papa? [Dios está con la Iglesia! Lo prometió
Jesúsi «Yo estaré con vosotros hasta la consujnación de los siglos».

EL MISTERIO. EN IMAGENES
Misterio, la Iglesia. Difícil de comprender.
Más aún: imposible. El Señor ha querido faci­
litarnos la inteligencia de este misterio. Si acu­
dimos a las páginas del Nuevo Testamento, en­
contramos una serie de imágenes preciosas, a
través de las cuales se nos descorre, en parte,
el velo que oculta el verdadero rostro interior
de la Iglesia. Entre ellas la del Reino de Dios,
de la vid y los sarmientos, del cuerpo místico
<le Cristo, la del pueblo de Dios.
Veamos alguna.

La vid
-Y o soy la cvpa y vosotros los sarmientos».
Imagen, stmcilla y honda. ¿De dónde reciln' el
sarmiento la savia que lo vivifica y le hace dar
frutos? IX' la cepa. Separado de ésta, se seca y
muert,'.
Así es la Iglesia de Cristo: El y nosotros; nos­
otros. con FJ, ptKlemos todo: sin FJ nada pode­
mos en el orden sobrenatural. ¿No está dicien­
do esta imagen que Cristo comunica su pro­
pia vida divina (la Gracia) a quienes se le
unen? La IgU'sia que recilx' de Cristo vida que
producx' frutos.
Hay que penetrar en lo hondo de las imágetws. hasta donde nos sea posible. Y entreve­
6 -

remos el misterio de la Iglesia. Una organiza­
ción formada de hombres, pero vivificada por
la vida de Cristo. No por la doctrina ni por
los ejemplos ni por los mandatos de Cristo.
¡Por su misma vida! Como la cepa comunica
su savia a los sarmientos. Esto no cae bajo los
sentidos, es misterioso; pero verdadero, como
palabra divina que es.

El Pueblo de Dios
Entre todas las imágenes bíblicas que retra­
tan el rostro de la Iglesia, los Padres del Con­
cilio Vaticano II han preferido la del Pueblo
de Dios. A simple vista puede observarse que
es fórmula más inteligible que. por ejemplo, la
del Cuerpo Místico. Y lo que se desea es que
los cristianos conozcan la Iglesia. Había que
adoptar la fórmula más fácil de entender.
Por otro lado, la expresión subraya, de modo
inmediato, el aspecto social, como un pueblo
no es una cantidad de individuos, sino can­
tidad unida con vínculos sociales, de derechos
y deberes. Un rebaño no es un pueblo: no cabe
unión social entre los animales. Un pueblo es
asociación de personas; son individuos unidos
y organizados. Y la Iglesia es el Pueblo de
Dios.
¿Por qué?

Recorriendo la historia
la historia del Pueblo de Dios comienza
muy atrás. Al principio, hasta la venida de lesucristo. Dios se propuso fonnar un pueblo
•suyo», que fuera, a la vez. imagen del Pue­
blo de Dios verdadero (la Iglesia que Cristo
habría de fundar) y preparación histórica del
mismo. Vamos a recorrer la historia, desde que
Dios manifiesta su pensamiento de formarse
un pueblo especialmente suyo.
Tras el pecado de Adán, la familia humana
vivía la amargura de la culpa, en estado lamen­
table de rebeldía contra Dios: como pueblo
errante, como dejado de la mano de Dios.
Sí: Dios había prometido un Salvador fu­
turo. a renglón seguido de la desobediencia de
Adán. Pero no se veía ni cuándo ni cómo lo
mandaría el Señor.
Hasta que un día Dios se hizo presente a
Abraham: -Deja tu país, tu parentela y la casa

de tu padre: y vete a otra región que Yo te
indicaré. Yo haré de ti un gran pueblo; te ben­
deciré...»
Abraham obedeció. Y Dios confirmó su pro­
mesa: «Tu posteridad será inmensa como las
estrellas del cielo».
Asi tuvo origen un pueblo que fue posesión
particular de Dios. En el fondo se ve ya el
nuevo Pueblo de Dios, el mundo entero con­
centrado junto al Hijo de Dios, lesucristo, que
sellará con su Sangre un nuevo Pacto o Alian­
za de paz entre Dios y los hombres.
La descendencia de Abraham se multiplicó.
Cuando, por la escasez y el hambre, se trasla­
dó a Egipto, tuvo que padecer allí esclavitud
bajo los Faraones. Nueva inteiv'ención de Dios
en favor de su pueblo. Se apareció a Moisés y
le encargó de la liberación de su pueblo. «Yo
estaré contigo».
No regateó el Señor los milagros: las plagas,
la muerte de los primogénitos, el paso del Mar
Rojo, la conquista de ciudades, el maná, la nube
luminosa, etc. Dios, todopoderoso, se manifestó
protector de su pueblo.
Admira leer en el libro del Exodo la marcha
del pueblo judío desde Egipto hasta llegar a la
tierra prometida. F,s el pueblo de Dios, bajo
las órdenes de Moisés, que lucha entre mil di­
ficultades por arribar a su meta. Todo es real,
ciertamente; es histórico. Pero también es fi­
gura profética de la futura Iglesia, que, bajo las
»’)rdenes del nuevo Moisés, lesucristo. represen­
tado en el Papa, camina entre mil dificulta­
des hacia la meta de la Tierra Prometida, don­
de vive el Padre común de todos...
Vinieron luego David y los profetas, con
sus anuncios, cada vez más perfilados, maravi­
llosamente puntualizados, sobre el futuro Me­
sías. El liberará a su pueblo de la esclavitud del
pwado. y lo hará por el sacrificio de su propia
vida. El futuro Mesías cuidará de su pueblo
como el pastor de su rebaño; como el viñador
que cultiva su viña con amor; como el esposo
enamorado de su esprosa...
Todo esto iban diciendo los profetas hablan­
do de Cristo muchos siglos antes de que toma­
ra carrre en el seno purísimo de María.
Por fin. cuando llegaron los tiempos fijados
eternamente por Dios, apareció en la tierra el
Mesías anurrciado, el Hijo de Dios vestido de
hombre y lleno de amor para ofrecer al Padre
el sacrificio de su vida, con que liberar (nue­

vo Moisés) a los hombres todos de la amarga
esclavitud del pecado.
Nosotros, los no judíos, los que no pertene­
cíamos al pueblo de Dios, según la descenden­
cia carnal, pasamos a ser, por la fe en lesucristo
y por el bautismo, el nuevo Pueblo de Dios,
como dejó dicho San Pedro en su primera
carta (cap. 2, vers. 10).

De nuevo en marcha
Bajo la dirección invisible de Cristo («Yo
estaré con vosotros hasta la consumación de
los siglos»), bajo la dirección visible de Pedro
y de sus sucesores («apacienta mis ovejas»),
el nuevo Pueblo de Dios se puso en camino.
¿Hacia dónde? Hacia la Tierra Prometida, ha­
cia la vida eterna, hacia aquel día en que je­
sús nos diga: «Venid, benditos de mi Padre,
a poseer el Reino que os tengo preparado des­
de toda la eternidad».
No serán menores las dificultades de nues­
tra marcha que las del antiguo pueblo de Dios
a través del desierto.
La marcha, dura, escribirá páginas triunfales:
conquista de imperios paganos para la causa
de Dios, conquista de las letras y del arte, de
la política y de la justicia, del progreso del
mundo... Todo lo bello, todo lo bueno, todo
lo santo floreció donde la Iglesia pudo poner su
planta.
Era la marcha triunfal de la Iglesia por la his­
toria.
¿Sin enemigos? No. Nunca faltaron; y terri­
bles. Unos desde fuera, como los emperadores
romanos con sus edictos de exterminio contra
los cristianos: como los restantes perseguido­
res de todos los tiempos («si a Mí me han per­
seguido, también os perseguirán a vosotros»);
como los literatos a las órdenes del mal. Otros
desde dentro: los herejes con sus doctrinas fal­
sas empapadas de orgullo y los cristianos es­
candalosos. verdaderos asesinos de sus her­
manos...
A pesar de ello, la Iglesia recorrió veinte si­
glos de historia con la seguridad de la victoria
(«los poderes infernales no prevalecerán contra
la Iglesia»; palabra de Jesús) y dejando hue­
llas luminosas. Como en el Antiguo Testamento,
aquel pueblo de Dios, asistido por Dios, reco­
rrió victorioso su camino hacia ¡a tierra prome­
tida.
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A SIS.—E l C arden al Silva, salesian o, A rzobis­
po de S an tiago d e Chile, visita la en tidad Ca­
tólica «Pro civitate cristian a*. E l C ardenal
S ilva se h a hech o el prom otor d e una serie
d e refo rm a s so cia les en su país, que están
dando a la Ig lesia C atólica un gran prestigio
con tra el com unism o.

LUvIlOS españoles tuvieron ocasión óe oíi y ver al
Cnrdeniil Silva, salesiano. en la televisión sometido a las pre­
guntas de periodistas de diversos diarios, acerca de la situa­
ción social en America y de las medidas que la Iglesia había
tomado para solucionarla, entre las cuales el reparto de las
tierras de las diócesis, iniciado por el Cardenal.
Boletín Sa'esiano ha tenido ocasión de entrevistarlo para
sus lectores, acerca de temas parecidos.
— 4'EmiMCMCia. có>«o ve la situación de la
Ig lesia ch ta Am<^r(ca tiispanaf
Es una situación que presenta caracteres de
extrema urgencia. La población crece explo­
sivamente. Hov en llíeroamérica hay más de
200 millones de habitantes y en el año dos
mil contará con 600¡ o sea que superará a la
población de fistados l uidos, de entonces, en
otros 200 millones. Los sacerdotes son esca­
8 -

sos - en Chile hay uno por cada cinco mil
almas, pero hay naciones en donde la propor­
ción llega a un sacerdote por cada catorce o
diez V ocho mil habitantes y en el futuro
se prevé mayor desproporción.
Gracias a Dios tenemos en Chile muchas v
buenas vocaciones salidas de las filas de la Ac­
ción Católica en gran parte, especialmente de
la universitaria: pero nuestro clero se hace

más insuficiente para hacer frente a necesida­
des pastorales cada día más vastas. España, Ita­
lia, Bélgica y Alemania con los Estados Unidos
y el Canadá nos envian buenos sacerdotes,
pero necesitariamos recibir diez veces más.
El Concilio Ecuménico ha venido en nuestro
auxilio con la institución del diaconado. En
Chile contamos con óptimos laicos, jefes ejem­
plares de familias cristianas que pueden aspi­
rar, y lo desean vivamente, a cumplir las fundones del diácono. Nos serán de grande ayuda
^ para mantener la fe. distribuir la palabra de
Dios y los sacramentos; y serán los jefes reli­
giosos de las comunidades cristianas, donde
no hay sacerdotes.
— ¿Cuáles son los p roblem as m ás u rgetites
p a r a h acer fren te a l p elig ro d e la doctrina co ­
m unista f
Entre las causas del peligro comunista está
la enorme injusticia social, debida en gran
parte a la indiferencia de muchos, que incluso
se dicen cristianos. Existe también una propa­
ganda* incansable e inteligente, que se sirve de
todos los medios de comunicación para di­
fundir la doctrina marxista; y otra causa, cier­
tamente no la última, la falta de cultura hu­
mana y religiosa.
Es lo que les pasa a nuestros campesinos.
^ a no se contentan con la vida mísera y sin
horizontes llevada hasta ahora. Aun en las
más remotas aldeas, entre las espesas selvas o
en las gargantas de las imponentes cordilleras,
tienen la clara percepción de la injusticia de
su situación. Tenemos que abrir los ojos a la
gente sencilla y hacerle ver que mientras el
marxismo conculca la libertad humana existe
una vida mejor, que la respteta y puede pro­
porcionarle al hombre igualmente las como­
didades y progresos materiales a que tiene de­
recho. En Chile muchos estudiantes universi­
tarios lo hacen: durante las vacaciones se es­
parcen por las aldeas y pueblos y en ellas ejer­
citan el apostolado social viviendo con los
campesinos, con los mineros, su misma vida
cotidiana.
¿Con qué instituciones so cia les cuentan
los católicos en C hile*
Hemos organizado la «Caritas». Con la ayu­
da del gobierno norteamericano y de católicos
de otros países nos preocupamos del pobre en
todas sus necesidades. Además hemos organi­
zado la INVICA para construcción de casas
para los pobres. En la actualidad construye
tres mu casas cada año para ellos y pronto lle­
garemos a las cinco y luego a las diez mil.
.
*C u ál es é l pen sam ien to d e su E m inenacerca d e la s refo rm a s so cia les f
Son indispensables y urgentes. E! mundo ha
terminado una época y comienza otra con ra­

pidez vertiginosa. No podemos quedarnos
atrás. Hemos de adaptar todas nuestras estruc­
turas. El Concilio está dando el ejemplo. La
reforma de la sociedad sobre bases más justas
es de una urgencia improrrogable. Si no la ha­
cemos nosotros, la harán otros pero para mal.
Por otra parte no podemos permitir que el bien
social sea promovido solamente por los hijos
de las tinieblas, con sistemas dictatoriales que
conculcan la liljertad y los derechos de la per­
sona humana. Los cristianos hemos de vivir con
la cabeza alta y afrontar con decisión y coraje
la empresa de cristianizar el mundo que cami­
na veloz, que pide justicia y la exige, que re­
clama un legítimo bienestar para todos y as­
pira a ser\úr a Dios en paz.
Las reformas deben abarcar la vida social,
administrativa, política, económica, el campo,
la ciudad, la escuela, la fábrica, el trabajo. Es
la misión propia de los católicos laicos: pero
en Chile, la Jerarquía no ha querido ser me­
nos y ha creído llegado el momento de des­
prenderse de las tierras que le habían donado.
La reforma agraria ha comenzado en sus cam­
pos, para ejemplo de toda la nación.
— ¿ E s en ton ces ex a cto que su E m in en cia
h a reg alad o las tierras de la Ig lesia a los
cam pesin os f
No es así. Mi archidiócesis tenía propiedades
excesivamente grandes para nosotros. Se tra­
taba de unas cinco mil hectáreas recibidas con
la obligación de no venderlas. Esas tierras cons­
tituían un peso para nosotros. Hablé de ello
con el Papa Juan, de santa memoria. «Santo
Padre, le dije, la Iglesia chilena parece rica por­
que posee tierras, pero no lo es. Los campesi­
nos que las trabajan están prácticamente en
manos de los que las arriendan y viven etr
condiciones ínfimas. Precisamente nosotros que
predicamos la doctrina social de la Iglesia es­
tamos dando mal ejemplo. Santidad, demos la
posibilidad a los campesinos de adquirir esas
tierras». El Santo Padre me dijo; «Así debe
ser; hágalo». Repliqué; «Es una empresa muy
difícil, y Su Santidad tendrá que defender al
obispo de Santiago, si alguna vez lo atacan por
esta iniciativa en campo social».
El Papa me aseguró que fuera adelante que
él me respaldaba. Sólo entonces dimos comien­
zo a esta obra. Los técnicos han dividido las
tierras en lotes y repartido entre los campesi­
nos. Estos, que jamás habían sido dueños, re­
cibieron un lote cada uno. suficiente para vi­
vir, para desarrollarse económicamente y so­
cialmente y para criar y educar a sus hijos.
Después los hemos organizado en cooperati­
vas para ayudarles técnica y financieramente.
Los resultadcK son buenos. Cuando los visito
los hombres del campo me dicen que están
-

9

contentos. Wun comenzado por arreglar sus
casitas. Probé una intensa emoción al visitar
una de ellas.» «Venga, venga, Padre, venga a
ver lo que hemos hecho.» Hablan construido
una escuela para sus hijos. Antes los mucha­
chos tenían que recorrerse 15 kilómetros para
ir a la escuela. Esta voluntad de mejorar es
para nosotros la promesa de un mañana pleno
<le realizaciones.
— ¿ C ree su E m in en cia que b asta pen sar
só lo en la g en te dcl cam po f
Todo lo contrario. También en las grandes
ciudades hay que pensar. Las ciudades moder­
nas han de tener en cuenta las exigencias de
la familia. Algo hemos hecho nosotros ya: en
ciertas propiedades de la archidiócesis hemos
intentatio demostrar que la arquitectura motlerna puede construir habitaciones sanas, có­
modas y adaptadas a los hijos, que necesitan
patios y jardittes de recreo.
Para facilitar el intercambio de productos de
primera necesidad entre gentes de modesta condicióti hemos ayudado a crear supermercados
que son propiedad de las cooperativas, no de
personas privadas. Los socios son los mismos
compradores y al final del año se reparten las
ganancias.
La ciudad superpoblada origina siempre pro­
blemas familiares, escolares, sanitarios y religio­
sos de difícil solución. Habría que reforzar la
vida de las ciudades pequeñas, descentralizan­
do el trabajo de las fábricas y dividiendo racio­
nalmente las fuentes de producción.
1.a escuela y la universidad del>en caminar
al paso de los progresos de la técnica y de la
psicología moderna.
— ¿Qué nuevos ferm en to s nota sa E m inen­
cia en la Ig lesia d e hoy f
Mayor amplitud de visión, mayor sinceridad,
fuerte deseo de acercarse al auténtico espíritu
<le nuestro St'ñor lesucristo y mayor amor de
caridad y lutión entre los cristianos, aún más.
entre todos los hombres. Se nota el deseo de
profundizar en la verdad, de conocerla mejor
y practicarla coit mayor amor.
l.a unión con los hermanos separados vendrá
poco a poco. l,as heridas no se cicatrizan de
golpe. Pero este Concilio ha puesto las liases
<le una concordia pix'st'ute y de un eiUendimiento futuro. Tenemos muchas cosas en co­
mún con los hermanos separados. FJ espíritu
tlel St'ñor se valdrá de la buena voluntad de
los hombres para llevarlos a la unión cuattdo
lo crea conveniente.
— ¿C ree que las tradicion es ho íxisfa» ya
pnm tener o empí^ridcr una pasforat distinta.^
Evidentemente las solas tradiciones materia-

10

-

les no son ya suficientes. Como he dicho esta­
mos en una época de profundas transforma­
ciones. El mundo de hoy desprecia las cosas
del pasado, quiere abrirse caminos nuevos a la
altura de sus descubrimientos científicos. Para
decir al mundo de hoy que la vida cristiana
no es cosa del pasado sino algo siempre actual
y vivo se ha de presentar en forma actual. No
es la sustancia sino las formas accidentales las
que han de cambiar. La gente de ahora no se
satisface con enseñanza estereotipada. No le
gusta actuar de una manera determinada por­
que nuestros padres así lo hacían. Hoy se quie­
re obrar por propia convicción personal. Es
necesario una continua renovación, porque vi­
vir es renovarse. El Espíritu Santo en la vida
de la Iglesia como en la de las almas es esen­
cialmente renovador. En América no nos ha­
llamos en situación de un cristianismo tran­
quilo y aceptado, sino en estado de misión.
En Chile hemos iniciado una Gran Misión que
implica todas las fuerzas vivas de la Iglesia.
La hemos hecho por sectores, con reuniones
en las casas, con equipos de sacerdotes, de
monjas, de seglares. En lugar de llamar la gente
al templo hemos llevado la iglesia a sus hoga­
res.
— ¿ C ree n ecesaria i<7ia selección de seg la­
res?
Ciertamente. Mas esta selección no ha de t
permanecer cerrada en sí misma ni pretender 1
honores. El suyo es puesto de trabajo. En Chile tenemos un Instituto de desarrollo del que i.
forman parte seglares muy bien preparados. El
Instituto tiene como misión estudiar los proble­
mas eclesiales, que presenta la realidad para
resolverlos adecuadamente.
- - P ara term in ar ¿ cree que A in érica lograratí lib ra rse d el com u n ism o*
Creo que podremos parar al comunismo, si
todos anunciamos el Evangelio de Cristo, si
actuamos verdaderamente la justicia social y
trabajamos para elevar el nivel religioso, cul­
tural y social de los más pobres. En Chile esta
esperanza se da. Con la ayuda de Dios, si­
guiendo las vías legales, actuando programas
cristianos, podremos resolver los problemas dd
país. Podemos demostrar a América y al mun­
do que para dar al pueblo una iglesia, una casa,
alimento, cultura, bienestar y alegría de vivir
no es necesario sacrificar al comunismo la liIrertad humana. Dios nos ayudará a conseguir­
lo. La gente corresponde y se adhiere más a su
fe y a su religión cuando ve que la Iglesia se
preocupa de la persona humana en todas sus
dimensiones.

El castillo
de
h

Z

Taotur,

03

salesiano
•3w

11
"I p

Tanftir, e l v iejo castillo, qu e dom ina la lla­
nura d e B elén , h a vuelto a los salesianos.
L e s fu e a rreb a ta d o en 19^0 p o r los in gleses
p a ra con vertirlo en ca m p o de con cen tra­
ción. En 1948 ban d as d e g u errilleros, sol­
dad os eg ip cios y trop a s d e la L eg ión A rabe
su cesiv am en te, lo convirtieron en av an za­
dilla contra los judíos. L a S oberan a Orden
d e M alta lo reclam ó, com o p rop ied ad suya
que era , a l lleg ar la paz, y lo restauró.
Otra v ez lo ha o frecid o a la C ongregación
S alesian a. Con ocasión d e una p ereg rin a­
ción efectu a d a p or D am as y C aballeros d e
la S oberan a Orden a P alestin a m eses a trá s
(fo to su p erior) hicieron en treg a d e él a l
In sp ecto r de lo s S alesian os p or m edio d el
m ism o Gran M aestre d e la Orden (fo to
izquierda) F r. A n g el de M ojona, que fu e
ob sequ iad o con una cruz, con in cru stacio­
nes d e n ácar, h ech a p o r los alum n os de las
escu elas p ro fesio n a les d e Belén.
-

II

N UESTRA CA M P A Ñ A

S conocida la anécdota del niño travieso
que un día juega a barcos con los zapa­
tos de su padre en la bañera de casa. Los za­
patos, no hechos para navegar, se hunden,- y
cuando la madre se da cuenta de la catástro­
fe su disgusto es tal que, creyendo dar el ma­
yor castigo posible al travieso, le dice: «Ya
verás cuando venga tu padre». Llega éste can­
sado y con ganas de paz. Su reacción cuando
la esposa le narra la ocurrencia es una risa in­
terminable. ¡Qué fácilmente pueden los padres
(X“rder su autoridad sobre los hijos!
Y sin embargo es el mejor instrumento de que
dispone el educador para cumplir su cometido.
¿Quién no sal)e que para educar hay ordina­
riamente que exigir al educando sacrificios y
renuncias de cosas agradables, de gustos, ca­
prichos, y al mismo tiempo disciplina y ejecu­
ción de cosas que le contrarían? El educando
siente naturalmente en sí repugnancia hacia

GO V A P - Y I E T I Í A M .—A
pocos kilóm etros de Saigón,
la ag ita d a ca p ital survictn am ita s e levanta la casa
salesian a de Oo Vop c»t la
que se preparan para ¡a
vida religiosa salesian a mtís
de «M ce»»fe»»or de ínucftachos que se ndiesíra» ea to­
d as aqu ellas co sas que Don
B osco señ aló com o aptas
p ara fo rm a r a la juventud
y tenerla alegre. Agal ícac»jos varios nspiraafps de la
banda d e Go t’^np.

12 -

LJí m o R m n

P R T E im i

sus obligaciones y hada las imposiciones, que
le vienen de afuera, y sólo las acata por la
autoridad que se las exige, o le convence.
Por esta razón los padres que renuncian a
su autoridad o la comprometen, ellos mismos
se privan del mejor instrumento que Dios ha
puesto en sus manos para educar a sus hijos.
Subrayamos que Dios ha puesto en sus ma­
nos, porque toda autoridad viene de Dios. Tam­
bién la que los padres tienen, porque no son
dueños de sus hijos, sólo Dios es dueño y por
consiguiente no tienen autoridad propia so­
bre ellos, sino delegada; la que Dios les da.
Si nos preguntamos por qué el Señor ha dado
la autoridad a los padres, responderemos: Por­
que El ha puesto en manos de los padres el des­
tino eterno, la salvación de sus hijos; finalidad
que los padres han de realizar educándolos a
fin de que sean capaces de hacer el bien y
evitar el mal.

I instrumento

imprescindible de educación

Los padres han de sentirse responsables pero
también orgullosos de la confianza que Dios
deposita en ellos.
A la luz de estas verdades resultan otras que
los padres han de tener en cuenta: Primera,
que, si son delegados de Dios, sus órdenes han
de ser ecos de la voluntad divina y su autori­
dad la han de emplear para encaminar a los
hijos por los senderos que llevan al cumpli­
miento del destino por Dios señalado a cada
uno. Así pues, quien enseña a los hijos doc­
trinas contrarias a Dios o les obliga a acciones
en contra de la voluntad del Señor es usur­
pador.
Segunda, que su autoridad es un servicio
que deben a sus hijos, puesto que Dios se la
ha dado para que rindan a los hijos el ma­
yor beneficio de la educación. Dios ha puesto
a los padres frente a los hijos como luz que
brilla, pero que al mismo tiempo se consume
en beneficio de aquellos a quienes ilumina.
El Señor los ha aureolado con el replandor de
la autoridad, que han de ir usando no para
provecho personal suyo sino de los suyos, de
la misma manera que concede a los gobernan­
tes su autoridad para beneficio de los pueblos.

LA AUTORIDAD PATERNA EN CRISIS
De intento dejamos de lado la crisis de au­
toridad pública que se manifiesta en gran nú­
mero de naciones; señalamos únicamente un
hecho comprobado en innumerables hogares:
los padres han perdido toda o mucha de su au­
toridad.
No nos detendremos en indagar porque no
hace a nuestro propósito si la culpa es de los
padres, de los hijos o del ambiente: Aunque los
tres factores mezclados en proporciones diver­
sas, individuo por individuo, han producido
esos tipos de hijos insolentes, engreídos, que no
acatan y hasta provocan la autoridad paterna.
O esos otros que desde niños critican, discu­
ten las órdenes de sus padres? como también
los que desprecian sus consejos cuando tratan
de orientarles sobre sus diversiorres y compa­
ñías, porque son unos anticuados, con ideas
del pasado siglo.
Da pena pensar en esos hogares en los que
los padres han abdicado de su autoridad, dan­

do lugar como consecuencia, entre los miem­
bros de la familia, a una frialdad, a una tirantez,
que ha destruido no sólo la poesía del hogar,
sino la misma felicidad y la íntima satisfacción
propia de toda familia bien avenida, en la que
cada uno sabe estar en su sitio por agradar a
los demás.
El examen de las posibles causas de la crisis
puede ayudar a la recuperación parcial o total
de la autoridad.

HOGARES SIN DIOS
De entre todas las causas ésta es la peor, por­
que ataca a la misma raiz de la autoridad. Si
ésta viene de Dios y Dios no es reconocido
como tal en el hogar menos reconocerán la
autoridad paterna.
Es un hecho de nuestros días: Frente a fami­
lias que viven profundamente la vida cristiana
y escogitan todos los medios aptos para expri­
mir toda la sustancia de gracia y santificación
que Dios ha puesto en la vida conyugal y fa­
miliar hay otros, desgraciadamente, en los que
Dios ha sido despedido.
¿Cómo se les conoce? Escrilje un autor: «Hay
hogares que se llaman cristianos, pero no se di­
ferencian en nada de los hogares de los incré­
dulos? leen los mismos libros que los que no
creen, frecuentan los mismos espectáculos, pien­
san del mismo modo sobre la vida, la familia,
sobre la restricción de la natalidad. En ellos
el sacrificio, la caridad, el orden divino de va­
lores son palabras que no significan nada.
En tales hogares la autoridad ha perdido el
respaldo de Dios y todos la razón profunda
de la conciencia del deber, que no es otra cosa
que la voluntad del Señor, manifestada en sus
leyes.
Como quiera que Dios ha sido despedido,
como decíamos arriba, su marcha ha dejado un
vacío. Para llenarlo o para justificar conductas
se esgrimen los tópicos de la libertad de la per­
sona, del dereciio de los hijos a buscar su pro­
pio camino sin interferencias inoportunas, de
la conveniencia de no torcer las indinacíones
de cada cual. Luego vendrán las rebeldías de
los hijos y cuando los padres empiezan a sen­
tir los primeros grandes disgustos, que suelen
dar los hijos o las hijas educados en tal ambien­
te se dan cuenta que no basta decir con ener-

13

T
^ia: Soy tu padre. Quizás entonces algunos
piensan que al licenciar a Dios de su hogar,
con lil se fue la autoridad paterna,- otros no
piensan nada y se rinden a lo inevitable.
FALTA DE PREPARACION
Después del abandono de Dios, otra cosa
que causa estragos en la educación de los hi­
jos y provoca crisis de autoridad es la falta de
preparación de los padres. Cuantos padres, bue­
nos de verdad, no saben educar: no saben ni
qué hacer ni lo que tienen que decir a sus hi­
jos. Los miman, los cuidan, nada les niegan
cuando son pequeños, convencidos de que asi
los educan: y se llevan la gran sorpresa, cuan­
do, comprueban al ser mayorcitos, que empiezan
a darles disgustos, a no querer estudiar, a des­
obedecer sistemáticamente, porque estaban per­
suadidos de que en pago a sus desvelos los hi­
jos corresponderían con igual amor.
No saben qué hacer con ellos en esos casos,
ni como enderezarles, ni comprenden cuándo
hay que em}>ezar a desvelarles ciertos misterios.
IXqan a los hijos que se arreglen por su cuenta,
esto es, abdican de su misión paterna y de su
autoridad y cuando no les queda más remedio
que intervenir lo hacen la mayor parte de las
veces inoportunamente y sin dar en el clavo.
REMEDIO DE LA CRISIS
Cuando la causa es la falta de Dios no hay
otra solución que volver a El. y a que El vuelva
a tener en el hogar su lugar prt'eminente: «Es
necesario entronizarlo de nuevo, en la familia
y que El dicte criterios para las lecturas, las di­
versiones, las modas. Que El presida el trabajo,
la oración, las preocupaciones de cada uno y
el amor de todos.
Tiene que st*r Dios quien inspire una concien­
cia moral que impone a los padres el deber de
la autoridad sabia y prudente y a los hijos del
deber de la olx'diencia respi'tuosa. que guía y
da seguridad.
No os empeñéis en dar órdent's y más órde­
nes. Empt'ñaos en infundir al niño conciencia
del delx'r. No abuséis del «olxKlece». Enseñad
al niño a ver a Dios detrás del pn.xx'pto.
No hay en los niños fuerza mayor que el
setitimiento religiwo. En vosotros tampoco.
Cuando mandáis algo tenéis que sacar fuerzas
de la convicción que sois colaboradores de
Dios y ayudáis a que se cumpla su voluntad.
Y si hal>éis inspirado en los hijos hondo
sentido de Dios, sabrán rechazar la tentación
de rebeklía por la certeza de que Dios está en
el fondo de aquel mandato, respaldándole.»
14 -

EL NIÑO NECESITA DE LA AUTORIDAD
PATERNA
Durante muchos años el niño necesita de
todo, hasta que puede valerse por sí mismo.
Los padres llevados del amor natural les prodi­
gan toda clase de asistencia. En los primeros
años los padres garantizan la vida física y el
desarrollo del niño. No se puede decir otro
tanto de la vida espiritual. Es frecuentísimo el
caso de padres, que hacen esfuerzos considerables para asegurar la salud y comodidad cor­
poral de sus hijos, pero muy poco por el des­
arrollo de los valores espirituales, a pesar de
que, si se lo preguntan, dirán siempre que pre­
fieren un niño inteligente y bueno a uno ro­
busto pero desobediente o malo.
Al menor síntoma de enfermedad se llama
al médico, pero cuando el hijo acusa los pri­
meros síntomas de rebeldía no se hace caso
porque «son tan pequeños» y ya «tendrán tiem­
po de aprender».
Es una equivocación. El niño está cargado
de posibilidades buenas y malas. Ninguna im­
presión le deja indiferente. Todo va dejando
huella en él. Todo contribuye a ir formando
hábitos buenos y malos.
Hay que empezar, por consiguiente, desde
el primer día a evitar que contraiga pequeños
malos hábitos y se acostumbre por el contra­
rio a los buenos. El niño está destinado a cre­
cer. lo mismo física que espiritualmente, desde
que nace.
•Grabad bien esta fórmula n os‘aconseja un
autor: Los siete u ocho primeros años de vida
de un individuo, con su inmenso contenido
de emociones, reacciones e intensidad afectiva
tienen una importancia capital para la estruc­
tura de la personalidad.»
Son años de siembra y conviene sembrar
en seguida hábitos buenos de afecto, de religión, de orden, de obediencia, de nobleza. En
esos primeros años el hijo apenas sufre otras
inlluencias que las de los padres: es la hora de
grabar los principios firmes y las realidades du­
raderas.
Y también los de cortar con amor p>ero con
firmeza cualquier vicio por inocente que parez­
ca: la de no pasar por alto desobediencias,
mentiras ni violencias.

En resumen tengan presente los padres que
son delegados de Dios y han de resí>onder a
la confianza que tiene depositada en ellos.
Haced honor a esta autoridad pero emplead­
la siempre pwra ordenar y lanzar a los hijos
hacia altos ideales.

f

'
|
l
^

BE P PU -JA PO N .—L o v id a m ision era tien e g ra n d es aleg ría s, que
com pen san el cúm ulo d e sacrificios que supone. Tal es el dia en que
gru pos d e catecú m en os reciben e l bautism o. E n n u estra fo to , el
P. S alesian o, D. C echetti, pregu n ta a un gru po d e bau tisad os ja p o ­
n eses qu é piden a la Ig lesia. E llo s con testan la fe . E sa f e que, no
lo olvidem os, h ay que p ed ir todos los d ias a Dios p ara nuestros
h erm an os infieles.

SALTO-URUOUAY.— L a gen erosidad d e la señ ora de A vellan al ha
hech o su rgir este ag rad a b le conjunto de capilla, patios y au las d es­
tinado a O ratorio F estiv o. Q uiera e l Señor su scitar alm as gran des
en todas p artes, a fin de que la niñez pu eda s e r edu cada en cristiano.

-

15

L

A estancia del Papa en Bombay entra de
Heno en la historia de una época nueva
para la Iglesia.

Para el «Don Bosco College» de la metrópoli
india formará un capitulo único en sus crónicas,
que difícilmente volverá a repetirse más; porque
dentro del apretado programa de actos y visitas
de Pablo VI se reservó un espacio para el cole­
gio que los Salesianos tienen en el barrio de Ma­
tunga, en el que reciben educación 3.000 alum­
nos; es uno de los principales baluartes y foco
de irradiación que la Iglesia tiene en Bombay.
El solar del colegio fue ganado al pantano,
a las aguas bajas, malsanas, criadero inagotable
de mosquitos, foco de paludismo, como símbo­
lo de lo que en el terreno social querían los
salesianos, fíeles a la misión de Don Bosco,
realizar.

En los extensos patios del Colegio Don Bosco
se preparó el homenaje a Pablo VI de la fami­
lia salesiana de toda la India y particularmente
el de la juventud universitaria y de bachille­
rato superior de Bombay.
Su Santidad llegó al «Don Bosco» después
de dar la primera comunión a los 23 niños
asilados de uno de los suburbios miseros de
Bombay. Entró en el edificio por la Iglesia de
María Auxiliadora en donde le dio la bienve­
nida el consejero del Capítulo Superior Don Arquímedes Pianazzi, representante del Rector Ma­
yor para tan solemne ocasión. El Papa quedó
admirado de la belleza y amplitud del templo
y por dos veces exclamó: «Que iglesia tar>
bonita». Brevemente bendijo la estatua de Ma­
ría Auxiliadora, que recibirá culto en su iglesia.
Del templo salió al patio. Al aparecer le acogió
el aplauso unánime y los gritos entusiastas de

PA BLO Al
con los salesianos de Bom bay
La fama del «Don Bosco College» es tal que
a d acuden los padres a reservar plaza para sus
hijos, aún antes de que éstos nazcan. Y esto
no es exageración nuestra: lo hemos leído en
la revista madrileña BLANCO Y NEGRO, fir­
mado por el periodista Agasso.
Hoy en esos t r e n o s se alza una Iglesia a
María Auxiliadora, que fue consagrada el 28
de noviembre, primer día del Congreso Eucarístico. centro grande de espiritualidad y muy
frecuentada, y junto a ella un conjunto de
edificios que albergan aulas para niños, que
van desde el parvulario, servido por más de
20 maestras especializadas, hasta los cursos
preparatorios para entrar en las especialidades
universitarias v técnicas.

más de 40.000 personas, en su inmensa mayo­
ría jóvenes de ambos sexos.
Allí le aguardaban los ocho obispos salesia­
nos de la India, con el arzobispo de Madrás a
la cabeza, unos cuatrocientos misioneros salesianos, las representaciones de ios antiguos
alumnos, que aprovecharon los días del Con­
greso para celebrar su primera Asamblea Na­
cional, delegaciones de las misiones salesianas
del Assam, de las tribus Caros y Nagas; un
guerrero naga le hizo el presente de una lanza,
adornada con hebras de colores chillones, que
el Papa observó curiosidad ante la complacen­
cia del naga.
Cuatro jóvenes, portavoces de los estudiantes
universitarios y salesianos le dirigieron breves
-

17

írasos de saludo y le honraron con guirnaldas
<le flores. A todos ellos el Papa les correspondió
con un medallón conmemorativo ¿e su ida a
Bombay, (|ue será para ellos un recuerdo de
inestimable valor.
La TV. nos mostró, y luego lo lian reprodu­
cido las grandes revistas, el momento en que
un joven artesano, alumno de las escuelas pro­
fesionales de Bombay, segunda de las casas salesianas, le ofreció y puso al cuello, ayudado
por el Cardenal Gracias, una típica guirnalda
de palma blanca entretejida con peculiar estilo
indio. La gran revista francesa PARIS MATCH
en una foto que casi ocupa dos páginas ha
captado la sonrisa complacida de padre satis­
fecho y contento, que ilumina eí rostro de
Pablo VI al ver acercarse al joven artesano.
Cuando sabemos que el Papa ha llorado, estre­
mecido intimamente ante la pobreza y la miS(‘ria y el dolor de barrios enteros de Bombay
y otros poblados indios, esa sonrisa nos llena
el alma de alegria porque es un consuelo que
los salcsianos han dado al Papa, que tanto
merece.

La juventud sédesiana le ofreció el regalo de
estatuita de un elefante con su tone de marfil
primorosamente trabajado. El Papa a su vez
obsequió al templo de María Auxiliadora con
precioso cáliz.
Terminado el intercambio de regalos el Papa
se dirigió a todos los presentes para anunciar­
les que agradecía el homenaje; que como Padre
de todos, a todos amaba, pero especialmente
a los jóvenes; porque ellos eran la esperanza
del futuro; les invitó a leer la vida de Jesús y
a imitarla. Añadió que él rezaría por ellos
y que ellos rezaran por él; que a todos les iba
a impartir su bendición, bendición que quería
fuese especial para los salesianos del «Don
Bosco».
No dudamos que esa bendición permanecerá
a través de los tiempos sobre el Colegio Salesiano de Bombay como la mejor garantía de
la protección del Cielo sobre su labor misio-

BO M BA Y: C olegio S alesian o.—Cripta d e la Ig lesia de M aría A uxiliadora, que fu e con sa­
g rad a du ran te el C on greso E u carístíco recien tem en te celebrad o. 8 obisp os cortsagraron sim ul­
tán eam en te los ocho alta res. E l P apa a l verla ex clam ó por dos v ec e s: ¡Qué iglesia tan bonita.'

18

-

CA R A BA N C H BL ALTO-M ADRID.—E n la c a sa sa lesia n a d e esta locali­
dad s e h a fu n dado recien tem en te un C entro de C oop erad ores, d el que
dim os los d etalles de su organ ización en e l Boletín de D irigentes d el p a­
sad o m es d e enero. Aguí reprodu cim os la fo to g r a fía d e las coop erad oras,
com pon en tes d el R opero, que con tanto cariñ o han tom ad o so b r e si la
ca ritativ a o b ra de rep a sar las rop as de la ig lesia y d e los asp iran tes
salesianos. L a s m a d res d e éstos sa b en qu e sus h ijos están en buenas
m anos y que a s i com o ellas velan y rezan p or la vocación d e sus hijos
h ay otra s alm as, m uchas co op erad oras sá lesian as, d eseo sa s d e ay u d arles
p a ra que las v ocacion es lleguen a buen puerto.

Fundación de
Oratorio

un

Festivo

Saiesiano

VITORIA. - En el barrio de Abechuco, por
iniciativa del teniente coronel Don Alejandro
Arranz, cooperador y antiguo alumno salesiano, hoy destacado en Algeciras dieron co­
mienzo los salesianos el 11 de octubre del pa­
sado año a un oratorio festivo.
Todos los domingos y días de fiesta se tras­
ladan desde Zuazo de Cuartango, aspírantado
saiesiano. a la capital alavesa un sacerdote y
dos coadjutores salesianos para desarrollar con
ios muchachos dd barrio de Abechuco la mis­
ma labor que Don Bosco en otros tiempos
realizó con los chicos de Turin. H Sr. Cura
Párroco, D. Vicente García Zalduendo y su

en

Vitoria

Coadjutor, D. julián Caicedo, les ofrecen su
casa parroquial como residencia dominguera.
Los antiguos alumnos salesianos y los Cursi­
llistas de Cristiandad se han volcado en favor
del Oratorio, al que acuden para dar clases de
catecismo, animar los juegos y resolver todas
las necesidades que un oratorio lleva consigo.
Con alegría damos esta buena noticia a nues­
tros lectores, pues serían muchos los Oratorios
y las Catequesis dominicales que nuestros co­
operadores y antiguos alumnos salesianos po­
drían hacer surgir para bien de la juventud
obrera en varios puntos de España.
-

19

I*

T -

De nuestras
Misiones
E l bam bú es un reg alo de
la n atu raleza a estos p obres
pueblos. S u c a ñ a d u r a ,
gru esa y resistetite les p res­
ta un gran servicio. Con sus
tron cos hacen los soportes
y v igas d e su s viviendas;
con su cañ a partid a en dos
fa b r ica n las paredes. T am ­
bién sirv e p ara usos m enos
im portan tes, pero no p or eso
m en os esti7nables: con bam ­
bú construyen vasos, v asi­
ja s y recipien tes p ara los
m etiesteres caseros. L os ni­
ños son los en cargados de
a c a rre a r el agu a en los la r­
g os tubos de bambú.

flo r e c e e l
hawnbtM
recuerdo el nombre de aquel poblado. Se
al/aba sobre una colinita a la sombra de
giganU'scos l>aníbúes. Contalra con pocas ca­
sas. Unas cuart'uta personas entre todas.
Venía de Rawakbawt en donde había permanwido varios días con nuestros catecúme­
nos. IX'spués de sois horas do caminata estaba
rendido y los pies me dolian. De la oscura flo­
resta vine a salir casi de improviso a una
llanura cubierta de agua. Eran arrozales. Al­
gunos hombres trasplantaban las matitas de
arroz con el agua hasta las rodillas, l ’na mu­
jer estalla afanada hirviendo algo sobre un ri­
bazo. Poco más allá un chiquillo medio des­
nudo, lleno de barro hasta los pelos, desplumaira un pájaro vivo.

20

-

Permanecí unos instantes contemplando la
escena. No sabía por donde salir, pues el ca­
mino terminaba en el agua. En esto vi una
choza vacia, montada sobre unas estacas, a
modo de palafito. Estaba tan cansado que sin
más decidí que el palafito me venía de predas.
Me quité los zapatos, me arremangué los pan­
talones y ...al agua. Notaba que resbalalra en
el barro; gracias a mi fiel catequista John, que
me hizo de báculo llegué sin caida, y baño
consiguiente, a la choza.
Poco después estaba sentado con los pies
colgando sobre el arrozal. Qué a gusto me ha­
llaba.
lohn no se estuvo quieto. Sacó el dao, el
inscprarable cuchillo, que todos llevan colgado
de la cintura, y tras haber abatido una gruesa
caña (le bambú en un abrir y cerrar de ojos
fabricó dos recipientes de unos 50 centímetros
de largo, los llenó de agua del arrozal y los
puso al fuego. De la misma caña hizo otros
dos recipientes más pequeños, dos vasos im­
provisados.
Mientras lohn hacía el té saqué mi breviario.
Desde su lugar de trabajo los hombres no per­
dían ni el menor de nuestros movimientos, aun
cuando seguían plantando el arroz sin amino-

rar su ritmo. El chiquillo se había refugiado
junto a su madre y desde allí me espiaba ma­
ravillado. Seguramente no había \’isto en toda
su vida una barba como la mía.
En cuanto el té estuvo listo bebimos y co­
mimos con apetito. Desde la mañana no ha­
bíamos probado bocado. También los campe­
sinos reunidos en torno de la mujer sorbían
su té caliente. Sólo uno de ellos, el más viejo,
dejando el té se había amorrado a una botella
de zu. cer\'eza de arroz, y, sin respirar casi,
la trasvasaba de recipiente.
Uno de ellos, por fin. se animó y vino a
sentarse junto a nosotros. Empezó a hablar con
lohn en quien reconoció uno de su tribu.
- ¿De dónde venís?
- De Rawakhawt.
- ¿Y adónde vais?
- Al poblado cercano.
- ¿Quién es este sahib?
- Un Padre católico.
Hizo una mueca de extrañeza.
- Viene a predicar a Jesús.
- ¿De dónde sois?
- Del pueblo X.
- Tú eres un paité como nosotros. Lo co ­
nozco por tu cara.
Los otros, entretanto, se habían acercado to­
dos y, sentados junto a su compañero, me mi­
raban en silencio. El primero tomó de nuevo
la palabra, pero dirigiéndose a mí.
- Sahib, ¿qué libro es ese, que leías?
- Es mi libro de oraciones.
Viendo que me miraba maravillado conti­
nué:
- Yo rezo a Dios, a Aquel que me ha crea­
do a mí y a ti, que nos ama. que nos protege
en toda ocasión y nos da el pan de cada día.
¿Lo conoces?
- Yo conozco al espíritu malo, el que nos
estropea las cosechas, nos manda la disentería
y la malaria... Pese a que le he dado al brujo
no sé cuantas gallinas, mi niño ha muerto.
Pathiam (Dios), existe, lo sé: pero no tiene
tiempo para estar con nosotros... ¿Ves la caña
de bambú florecida? Es una mala señal. Quiere
decir que tendremos carestía y hambre. Es el
espíritu malo el que hace florecer al bambú.
Había oído hablar del bambú que florece
y también yo me había dado cuenta al atra­
vesar la floresta. Es cosa que sucede de cuando
en cuando. Los ratones son muy golosos de la
flor del bambú y en este tiempo se multiplican
terriblemente y con su voracidad invaden cam­
pos. arruinan las cosechas y luego, natural­
mente, viene el hambre.
- Tú no conoces a Pathiam, le dije, pero
El te quiere bien y desea aN'udarte. Pero tam­
bién quiere que tú lo adores y lo ames. ¿Cómo

podrá ayudarte, si en lugar de adorarle y ser­
virle a El solo, que te ha creado, tú le ofreces
sacrificios al espíritu malo, su enemigo?
- Tienes razón Sahib. Habíame de Pathiam
y cómo se le ama... Mejor, vente a la aldea,
quédate esta tarde con nosotros. ¿No vt's que
el sol va a tramontar? Mis amigos se pondrán
muy contentos, ¿no es verdad?
Y asi diciendo se volvió a sus amigos. Estos
no respondieron, pero comprendí que estaban
de acuerdo.
Acepté la invitación. John se puso muy con­
tento.
Recogieron rápidamente sus aperos: nos hi­
cieron señas de que les siguiéramos. Atrave­
samos el arrozal y por un sendero subimos la
colina.
La aldea parecía desierta. Las gallinas ron­
daban en torno a las chozas: algunos cerditos
negros, tumbados al sol. salieron corriendo a
ocultarse en una choza.
Subimos por una escalera de palo. El inte­
rior se hallaba a oscuras. Apenas veíamos. Me
ofrecieron un asiento de mimbres.
Hablamos de muchas cosas. La conversación
recayó al poco en la religión. Les hablé de
Dios que los ama y los quiere salvar, de Jesús
Redentor, de la Iglesia y cómo está extendida
por todo el mundo...
Cuando trajeron una lámpara de aceite miré
en derredor y me di cuenta que la choza estaba
llena de gente. Todos hombres curtidos, to­
cados, por el trabajo y la fatiga. Me escucha­
ban silenciosos y no perdían una sílaba de mi
conversación.
Miré el reloj. Eran las nueve de la noche. En
el Assam hora avanzadísima. Nadie había ce­
nado. Hicimos un alto y cada uno fue a tomar
su plato de arroz. John intuyendo que yo des­
pués de mi perorata tendría apetito se había
escabuJlido y en un hogar de Im ito había co ­
cido mi arroz, que roció con un caldo de caña
de bambú y pimienta.
Después de cenar volvimos a charlar. Mis
amigos querían saber más cosas. No estaban
satisfechos. Me pedían que me quedase con
ellos un día más. Por desgracia no podía ha­
cerlo. Pero les prometí enviarles un catequista
y prepararlos para el bautismo, que muchos
manifestaron querian recibir. Mi promesa les
tranquilizó un p>oco y, uno tras otro, se fueron
retirando a sus cabañas, dejándome solo con
John y mis hospederos.
Me arrodillé en la estera preparada pwra dor­
mir y di gracias al Señor p>or concederme la
dicha de ver descender su Gracia sobre aque
líos corazorres sencillos.
- JORGE,. VENTUROO
Misionero saJesiano
-

21

SACERDOTE

HOLANDES

o x o fid a ! do aviación , intenia redim in

LA JUVENTUD EXTRAVIADA DEL CONGO

\
BL¡SA BETH V ¡LLB-CO N O O .—E l P ad re Van A sperdt, ex av iad or, con un grupo de m uchachos a los que intenta redim ir. L a situación ca ótica d el Congo h a producido una floración
d e delincuencia juvenil en la que se ven en v u eltos asim ism o no p ocos niños que intran­
quilizan con su conducta aven tu rera a la sociedad. Una v ez m á s es un salesian o e l que
s e con sag rará, com o en R o m a y en tan tas ciurfades d esp u és de la g u erra, a lib rar d el
vicio y a en d erezar las vidas de estos p ob res m uchachos.
esta noticia en el diario americano «The
Sout Bend Trihune» del 14 de agosto de 1964.
Me informé, busqué el sacerdote en cuestión y
acudí a entrevistarle en Elisalx*thville una ma­
ñano del pasado septiembre.
- ¿El Padre Gerardo Van Asperdt?
- El mismo en persona.
Sorprcjulí al sacerdote ins|H'ccionando las
obras de un paladión.
- Usted trata de dedicarse a la reeducación
de jóvenes delincuentes. ¿Mace mucho tiempo
que se dedica a eso?
- Estoy aqui desde hace tres mest's. Cuan­
do llegué no liabia ni casa, ni techo. Ahora
ya hay algo habitable.
- ¿Quién le ha lanzado a esta aventura?
- La Providencia, sin duda alguna. Pero
también soy salesiano. y como tal siempre he
llevado en mi corazón una predilección por
los más necesitados.
El sacerdote alto, delgado, lleva nmy bien
sus treinta y ocho años.
- ¿Durante sus estudios de teología se pre­
paraba ya a este apostolado?
- No. Antes de responder a la llamada del
Señor, en edad ya un poco avanzada, estudia­

22

-

ba arquitectura. Soy hijo de un constnictor.
Después hice el servicio militar; algunos años
de enseñanza técnica en Africa y la experien­
cia hecha en ios Oratorios del suburbio turinés fueron mi preparación remota.
- Dicen que ha sido profesor del semi­
nario.
- SI, en Kansebula. Fue precisamente la pe­
dagogía teórica la que me empujó a la prác­
tica. Me siento mucho más a gusto en este
campo.
- ¿Y está solo en esta empresa?
- Completamente solo por ahora. Al ve­
nirme para aqui recibí la bendición de mi Su­
perior. Algunas almas generosas me asegura­
ron los primeros auxilios y prometieron seguir
ayudándome.
- ¿Se pueden conocer estos bienhechores?
- ¿Por qué no? Y puedo añadir que ha sido
un verdadero contagio de bien. La operación
«.Alegría y Luz» tuvo un gran éxito entre los
enfermos de los hospitales. El activísimo «Club
de los Leones» tuvo la idea de lanzar una
vastísima campaña en favor de la juventud ex­
traviada. El comité «Station des ]eux> regaló el
terreno. Los Salesianos, los Cooperadores Sa-

lesianos, todos los Movimientos juveniles... y
también la juventud trabajadora; aquí los tie­
ne usted. Son mis colaboradores. Algunos a
título de amistad. Otros para ganarse algiina
moneda. Los hay buenos y los hay malos. Pero
nos entendemos perfectamente.
- ¿Ha hecho alguna cosa de especial du­
rante las vacaciones?
- Siempre hemos trabajado duro. Vinieron
para echarme una mano salesianos jóvenes y
mis antiguos alumnos. Tenía usted que verlos
por la mañana trabajar para desboscar y lim­
piar este terreno abandonado de años y por la
tarde animar una partida de fútbol. Nos ayu­
daban muchachos estupendos que se nos acer­
caban espontáneamente para trabajar. Vea us­
ted aquel tipo alto, fornido: es un jefe scout,
estudiante de bachillerato superior, ese se ha
ganado las simpatías de los más «duros>. Aquel
otro, alumno de la escuela técnica, dirige los
cantos y las oraciones y asegura la lectura en
swahili durante la misa del Domingo. Esta Misa,
a la que asisten los jóvenes en gran número,
es la única manifestación religiosa de la jorna­
da. £1 resto de la educación se confía al tra­
bajo y al deporte.
El padre acaricia sus guantes de boxeo.
- No lo hacía mal del todo, en otros tiem­
pos. en Judo y boxeo, pero el entrenador no
soy yo. sino un sudafricano.
- ¿Vendrá pronto personal a ayudarle?
- Espero un sacerdote, titulado, y tam­
bién deportista...
Cuando venga empezaremos con las clases
nocturnas, una escuela de aprendizaje y un
internado para los más abandonados. De mo­
mento toda nuestra obra es esa.
Y el Padre muestra un barracón habilitado.

- ¿No a e e que si esta situación se prolon­
ga acabará muriéndose de cansancio?
- Esperemos (jue no. Están los scouts, está
la juventud obrera y estudiantil católica que
me han prometido ayuda personal. Vendrán
en gran número, porque las necesidades son
muchas y enormes.
- ¿Qué proyectos tiene para el futuro?
- De momento muy limitados, porque he­
mos de vivir con los pies en tierra. Estamos
mirando de conseguir terrenos, aquí al lado,
más vastos y sanos. Pero no sabemos cómo
comprarlo. En aquel terreno construiremos lo­
cales, no suntuosos pero sí muy amplios. Han
de ser capaces para mil externos y varios cen­
tenares de internos de 15 a 25 años. Habrá
habitaciones para profesores, locales para ta­
lleres. aulas, laboratorios, salas de juegos, ca­
pilla... Total medio millón de dólares... Dígaselo
a sus lectores, porque rae imagino que usted
es un periodista.
- ¿Qué resultados ha conseguido hasta
ahora?
- He lomado contacto con todas las asocia­
ciones deportivas y sociales de la ciudad, con
los centros de educación católica y protestante.
También con las familias de los jóvenes.
Yo sólo temo una cosa: que nuestro trabajo
tan modesto pueda hacer creer a la gente de
bien que con lo hecho ya está bien y que
podemos dormir tranquilamente sobre dos almo­
hadas.
No, la juventud sólo se salvará si todos: fa­
miliares, escuelas, movimientos juveniles, orga­
nizaciones, estado... comprendemos que todos
juntos hemos de salvar a la juventud.
¿Acaso no somos todos juntos culpables de
su abandono?

TOKJO-JAPON.—E l v eteran o miaíonero Mons. Cim atti, e l p rim er saleaian o que s e iTtstaló en
Ja p ó n , es testig o ex cep cion al de la Obra d e Don B osco en el im perio ja p o n és; p ero tam ­
bién una reliquia viviente a la que los sa lesia n o s todos d el Ja p ó n cuidan y m im an con
tern ura.

MENiÁE

í- f

'I

\yy •
•••:

MARIA AUXILIADORA

T R E S GRACIAS CON G MAYUSCULA
Las gracias que María Auxiliadora nos ha
concedido son tales que, si no publicásemos al
menos las más evidentes, seríamos ingratos.
Era en 1963. Regresaba con S. E . Monseñor
Prata, obispo auxiliar de La Paz, de la visita
a una parroquia del altiplano desértico de
Bolivla. Llovía, por lo que decidimos marchar
inmediatamente ya que debíamos pasar dos
torrentes sobre los que no había puentes. El
primero se pasó discretamente, pero llegados
al segundo, la cosa era seria: había llovido
sobre las montañas y la corriente había
aumentado, bajando con ímpetu pavoroso. E l
chófer, anciano y experimentado, dijo que po­
díamos intentar el paso. Entró, pero en mitad
del torrente impetuoso, el agua entró en el
motor, que se paró. E l coche empezó a ser
arrastrado por la corriente, mientras nosotros
veíamos que el agua nos llegaba a los vidrios.
El chófer se volvió hacia atrás a mirar a Mon­
señor y a mí con una cara que me hizo helar
la sangre en las venas. El agua amenazaba
volcar el auto del que no habríamos podido
salir. El obispo, advlrtiendo la gravedad del
peligro, invocó con fe: «María Auxiliadora,
sálvanos». Mientras tanto el chófer, forzaba
el motor y con la marcha metida, consiguió
lentlsimamente hacer avanzar al coche hasta
casi la orilla. Saltamos fuera, más muertos
que vivos, calados de agua y sudor frío. El
chófer fue el primero en romper el silencio:
■j-Quien nos ha salvado ha sido la Virgen Ma­
ría. Hemos salido únicamente a fuerza de ba­
tería: humanamente era imposible.»
Monseñor me mandó publicar la gracia en
el Boletín. Me olvidé y no lo hice; pero la
Virgen me obligó a hacerlo protegiéndome ma­
ternalmente en otras dos ocasiones.
La primera podía costar la vida a dos coad­
jutores salcsianos y a varios alumnos del ta ­
ller de mecánica. Estaban enseñando la solda­
dura autógena a varios alumnos, pero uno
de éstos, inexperto y distraído, se equivoca
24 -

al cerrar la llave y provoca un regreso de
llama en el recipiente generador de acetileno.
La detonación fue fulmínea y tremenda: se
corrió al ruido tan espantoso, pero no era
nada grave; sólo el aparato ahumado y las
caras aterrorizadas eran una prueba del peli­
gro corrido. Un caso parecido a éste, sucedido
en un taller vecino a nuestro colegio, arrancó
la cabeza al jefe de taller e hizo saltar medio
laboratorio.
Pero no termina aquí la serie de gracias
de la Virgen. Hace poco tiempo, los alumnos
partían para sus casas. Un grupo del mismo
poblado tomaron juntos un jeep. E l chófer es
un exalumno nuestro de Muyurina y es fa ­
moso por la velocidad con que conduce. P arte
por la velocidad, parte por el pésimo estado
de la carretera, que parece estar hecha para
romper los huesos y los coches, en una curva
el coche se salió de la carretera a toda velo­
cidad: se había roto y los frenos no funcio­
naban. E l coche viró dos veces, perdió una
rueda y fue a estrellarse contra un árbol de
la selva entre la que va la carretera. ¿ Y los
muchachos ? Hablan sido lanzados fuera, al
césped, a derecha e izquierda: todos aturdidos,
pero ninguno tenía la menor herida, ni si­
quiera el chófer. Llevados al poblado por otro
medio, la primera palabra que dijeron fue:
«María Auxiliadora nos ha salvado de la muer­
te». Habían comulgado y la habían invocado
antes de salir.
E sta vez el Sr. Inspector me ha ordenado
dar la relación de todas estas gracias. V er­
daderamente la Virgen Santísima está demos­
trándonos lo que le ha agradado la erección
de un templo en su honor: es el primero de
todo el oriente boliviano dedicado a María
Auxiliadora.—Sac. D ante In v em izzi - Muyu­
rina (B oliv ia).

ESCUCHO MI ORACION
«Mi hijo Antonio tuvo un grave accidente
de automóvil. Los médicos creyeron que de-

bían operarle. Encomendé de todo corazón el
asunto a mi querida Madre María Auxiliadora
y ella escuchó mi oración. E n efecto todo se
arregló sin ninguna intervención quirúrgica.
Y a ha pasado un año del accidente y se en­
cuentra perfectamente. Por ello quedo suma­
mente agradecida a María Auxiliadora a quien
tantos favores debemos. Entrego una limosna.
A. N ebreda.

Mi padre enfermó a principio de mes. El mé­
dico de cabecera lo atribuía a enfermedad del
corazón. Yo comencé entonces una novena a
María Auxiliadora y aún no la habia acabado
cuando la gravedad primera pasó y mi padre
pudo volver a la familia contra la previsión
de los médicos que creían que su convalecen­
cia sería larga. Actualmente, aunque sometido
a facultativo médico, mi padre goza de exce­
lente salud.

GOZA D E EX C E LE N TE SALUD

Animo a todos los devotos de María Auxi­
liadora a implorar su intercesión en los tran­
ces difíciles que puedan surgir en su vida.—
Un salestano.

María Auxiliadora esta vez se me ha mos­
trado como Madre amorosa y complaciente.

Otros

corazones

fiosaiíG S alaverria. de B éjar, en acción de
gracias a María Auxiliadora por haber obte­
nido de Ella la gracia de salvar a un nietecito,
cuya vida peligraba al nacer, envía una li­
mosna.
yisifactdii G a rd a , de Madrid, da gracias a
María Auxiliadora por haber salido bien de
una operación por lesión del corazón y haber
quedado restablecida.
A lberto F rajicés, de Loza del Obispo, envía
agradecido a María Auxiliadora una limosna
por haber salido perfectamente de una ope­
ración muy delicada.
P aca G ordo, de San Bartolomé de Pinares,
teniendo necesidad de un piso en Madrid enco­
mendó el asunto a María Auxiliadora. Esa
misma semana fue escuchada por lo que agra­
decida envía una limosna.
A m alia de la F u en te, de Valdecolmenas de
Abajo, cumple la promesa de enviar una li­
mosna por el favor de haber sido escuchada
de la Virgen Auxiliadora cuando en un trance
de un fuerte dolor a su hijo recurrió a Ella.
Vicforia de la F u en te, de Valdecolmenas de
Abajo, hallándose con mucha ñebre su esposo
y ella misma en delicado estado de salud re­
currió a María Auxiliadora pidiéndole la gra­
cia de la curación: por haber conseguido am­
bas publica su agradecimiento a María Auxi­
liadora y envía un donativo para el Boletín.
3f. R. C., de San Sebastián, da muchas gra­
cias a María Auxiliadora por haber salvado
la vida a un fam iliar muy querido que fue
herido por dos tiros de escopeta. Encomendó
al herido con mucha confianza a María Auxi­
liadora y s\is ruegos han sido escuchados.
A bilio ViUalba, de Pontevedra, teniendo que

agradecidos

someterse su esposa a una delicadísima ope­
ración, acudió con toda su familia a María
Auxiliadora para que los ayudara en tan di­
fícil trance y Ella ha hecho que todo saliera
satisfactoriamente, da gracias a tan buena
Madre y envía una limosna para su culto.
F ran cisca G arcía, de Horcajo de Santiago,
cierto día atendiendo a sus obligaciones do­
mésticas se dio un gran golpe en una pierna
que creyó se le había roto, tal eran los dolores
que en ella sentía. Así resistiendo estuvo va­
rios días. Por fin se decidió a ir al médico,
pero antes se encomendó mucho a la Santísi­
ma Virgen prometiéndole una limosna para su
culto y publicar la gracia si no había rotura
alguna. La Virgen le oyó. Al día siguiente los
dolores cesaron por completo, y hoy. agrade­
cida a tan buena Madre por esta y otras gra­
cias, cumple su promesa.

DAN GRACIAS A MARIA AUXILIADORA
Y ENVIAN UNA LIMOSNA
A ntoñita T orres d e G a r d a Varó, de C arta­
gena; A ntonia B arcél, de Torrevieja; Una de­
vota, de Cartagena: P asto ra Bi/á y D olores
E sca rceü er, de Manlleu; G erard o B ocas, de
Madrid; M anuel C hacón, de Dos Hermanas;
Isa b el D íaz, de M ataró; F . C. F ., de Barcelo­
na; R osita, de Rocallama; A m an da C arreras,
de Barcelona; C arm en R odrígu ez, de Barcelo­
na; L u is M eco; T eresa d e C ristóbal, de Villafranca de Navarra; R a fa e l R a y a, de Monti11a; María M ateu, de Palm a de Ebro; M anuel
R odrígu ez, de Madrid; D olores S alvat, de
Reus; E n carn ación M olina, de Riogordo; F é ­
lix G a rd a , de Baracaldo; P. A. P .; Cecilia
A rm en gol, de Manlleu; Isa b el S epulcro Más,
de Crevillente.
-

25

I ^ D e San Juan Bosco
Santo Domingo Savio
SAN JUAN BOSCO ME SANA DE UN ASMA
MUY MOLESTO
SaHÍúpar la M ayor.—Angela Medina Contreras, venía padeciendo hacía más de cuarenta
años de un asma muy molesto, que no permi­
tía descansar por las molestias anejas y rui­
dos en forma de silbidos. En el mes de sep­
tiembre pasado me encomendé a San Juan
Bosco y aquella misma noche cesaron los sil­
bidos. A la mañana siguiente pregunté a la
pei’sona que dormía en mi habitación si había
sentido los acostumbrados pitidos y a la res­
puesta negativa, me confirmé en que San Juan
Bosco había escuchado mi súplica. Hasta el
momento presente no he vuelto a sentir di­
chas molestias, a pesar de haber tenido un
fuerte resfriado. Por lo cual doy gracias al San­
to y entrego una limosna. A n gela M edina.

DON BOSCO CURA UNA MENINGITIS
San S alvador,—E l día 13 de enero mi hija
Leonor se puso muy grave con fiebre altísima
y fuertes dolores de cabeza. E l martes perdió
el habla. El doctor le encontró síntomas de
meningitis tuberculosa avisándonos de que
el peligro de perderla era inminente. Aquella
misma tarde empezamos con fervor una no­
vena a San Juan Bosco. La eficaz ayuda del
buen Padre no se hizo esperar. Al cuarto día
mi hija inició una mejoría ininterrumpida.
Hoy. aunque bajo vigilancia, se halla sin ca­
lentura. come, juega y no sufre ningvin dolor.
Agradecido, mando una oferta. N. N.

NT’ESTRA IIUITA ESTA SALVADA
San Salrod or.--E l 29 del pasado diciembre,
mi hija de seis años se enfermó de poliomielitis
y el doctor declaró que su estado era graví­
simo. sin ninguna esperanza de salvación. Lle­
na de fe. acudí al Santo de los niños, empe­
zando con fervor su mes y llegando a la igle­
sia todas las noches para asistir a la función
en su honor y venerar su reliquia. Hoy el doc­
tor nos dijo que nuestra hijita está salvada
y que no le quedará ninguna consecuencia del

26

-

m

mal. Prometemos ser siempre sinceros devotos
de San Juan Bosco. Soy una madre de familia
muy humilde y casi no sé escribir, pero siento
el deseo de manifestar públicamente mi grati­
tud a San Juan Bosco por el milagro que me
ha hecho.— üíarío T eresa de Núñez.

ESPERABAMOS EL FATAL DESENLACE
T ejed a .— Seis meses ha que estoy en deu­
da con Santo Domingo Savio, pues prometí
publicar un favor que me concedió y aún no
lo he cumplido. El favor era éste.
Una hija mía padecía hipertensión desde ha­
cía varios años. Deseando casarse se sometió
a una operación de riñón, que le extirparon,
pues le aseguraron los médicos que sanaría
y podría contraer matrimonio sin perjuicios
por su salud. Así lo hizo. Pero he aquí que al
quedar en estado le vuelve la tensión, con gran
asombro de los médicos que tenían la «cer­
teza^ de que no le volvería. Las subidas eran
tan altas que con frecuencia llegaba a los
30 grados; al mismo tiempo sufrió una he­
morragia ocular perdiendo la visión de un
ojo, que ha recuperado, y algunas pérdidas
de sentido.
Los especialistas le prescribieron reposo
completo, advirtiendo no obstante al esposo
que no se hiciera ilusiones puesto que ni la
madre ni la criatura se salvarían.
Es dado comprender nuestra angustia ante
tal dictamen; de un momento a otro esperá­
bamos el fatal desenlace. Con todo fervor nos
encomendábamos al Sagrado Corazón de J e ­
sús y a la Virgen del Perpetuo Socorro, patrona de nuestro pueblo. Mas he aquí que
cayó en nuestras manos un Boletín Salesiano,
en el que leimos dos casos de curaciones pro­
digiosas, semejantes a la que necesitábamos
conseguidas invocando al Santo Protector de
las madres y de las cunas. Santo Domingo S a ­
vio. Quise que mi hija se pusiera inmediata­
mente el escapulario del Santo. No hallándo­
lo en Las Palmas de Gran Canaria, lo pedi­
mos a Pedro Abad. Córdoba, donde tenía un
hijo salesiano, hoy novicio. Ese nos lo envío
y desde ese momento mi hija lo llevó puesto.
Llegada a los seis meses de embarazo los
doctores decidieron practicarle la cesárea, si

afortunadamente vivía un mes más, pues a
esa edad hubiera sido posible salvar la vida
de la criatura. Decidieron internarla en la
clínica a primeros de Junio; mas he aquí
que el 31 de mayo, felizmente y sin dolor ape­
nas, nació una niña. Esta, es cierto, murió,
pero la madre vive que era lo que pretendía­
mos por lo menos, quedando completamente
bien.
Nuestra gratitud a Santo Domingo Savio es
muy grande por el gran favor, que nos ha
conseguido del Corazón de Jesús.
Me creo en la obligación de aclarar, para
quien no quiera creer los datos alcanzados
por la tensión arterial de mi hija, que esta
fue atendida en la Clínica de la Concepción de
Madrid por Doctores como Jiménez Díaz, de
cuya competencia muy pocos podrán dudar.
Agradeceré mucho se publique esta gracia
para que aumente la devoción y la confianza
de todas las madres en Santo Domingo Savio.
R o sa N avarro González.

DESAPARECIO LA ESPINA
V incias.— Tengo el agrado de comunicarle
una gracia concedida por medio del Escapu­
lario de Santo Domingo Savio.
Estando yo en estado, se me atascó una es­
pina de pescado en la garganta. La molestia
era muy grande, y estaba alojada en un sitio
de muy difícil extracción. Una parienta mía.
que reside en Madrid, me dió un Escapulario
(el de Santo Domingo), para que me lo pu­
siera. A los pocos minutos de tenerlo puesto,
sentí un pequeño dolor en la garganta, y al
momento desapareció la espina.
Por lo tanto, quedo muy devota de Santo
Domingo, por la gracia otorgada por su inter­
medio. M.3 G uadalupe P iñ eiro de F ernández.
C am pano.—Doy gracias rendidas a María
Auxiliadora y a Santo Domingo Savio por
varios favores recibidos. A. C arretón.

Gracias y Favores de Nuestros Siervos de Dios
DON FELIPE RINALDI
ESCUCHA NUESTRAS SUPLICAS
Gí ; óh.—S intiéndome continuamente molesta­
do por dos hernias desde hacía más de quince
años y contando en la actualidad ochenta años
no me encontraba con ánimos para operarme,
a pesar de que varios de mis familiares me
insistían. Acudí para evitar la operación a
Don Rinaldi. al que le hice varias novenas.
Desde el mes de Junio pasado comencé a sen­
tirme mejor: a los seis meses me encuentro
perfectamente con la impresión de que las
dos hernias han cicatrizado perfectamente.
Por este motivo le estoy grandemente agrade­
cido a Don Rinaldi. así como también por el
alivio sentido en el estómago por otra persona
de nuestra casa que padecía persistentes dolo­
res. Envío una limosna deseando se publiquen
las gracias en el Boletín Salesiano. R. S. Mon­
tea. Cooperador Salesiano.

DE DONA DOROTEA DE CHOPITEA
Viíro.—Habiendo pedido por mediación de
Doña Dorotea la gracia de que mi hija tu­
viera un alumbramiento feliz cumplo la pro­
mesa de enviarle un donativo y el deseo de
que se publique la gracia concedida, pues tuvo
una niña con toda felicidad. J . R ascado.
M álaga.—He recibido de Doña Dorotea un
favor destacadísimo y en agradecimiento quie­
ro se publique. M argarita C am pos.
A licante.—Agradecida por un favor recibi­
do de Doña Dorotea y rogándoles lo publiquen
en el Boletín le envío
donativo. C. R em ad .

M atará.—Después de leer con verdadero
gozo la hermosa vida de Doña Dorotea tan
edificante como atractiva, por sus grandes vir­
tudes y ejemplos, sentí hacia ella gran con­
fianza y veneración, por lo que acudo a ella
en todas mis necesidades. Y siempre soy es­
cuchada. Hace alg^ún tiempo una de nuestras
hijitas tuvo la contrariedad de perder un bo­
nito pendiente, cosa que sentimos mucho por
tratarse de un recuerdo de familia. Lo bus­
camos inútilmente por la terraza, en donde
estuvo jugando alegremente con sus hermanitos y luego por toda la casa, pero en vano.
Creimos que lo habría perdido por la calle, y
en este caso desconfiábamos de encontrarlo.
Yo, con todo, encomendé el asunto a Doña
Dorotea. Pasó una semana y un dia, después
de llover copiosamente durante un buen rato,
nuestro pequeño, de cinco años subió a la te ­
rraza, y a poco rato, nos traía con nuestra
mayor sorpresa el pendiente, hallado, precisa­
mente, a pocos centímetros del d e s a l e . Com­
prendimos todos que se trataba de un favor
de Doña Dorotea, a la que damos las más
rendidas gracias, mientras enviamos una li­
mosna para su beatificación. F am ilia CaminsSuriá.
B arcelon a.— Encontrándome en la necesidad
de arreglarme la boca y padeciendo casi siem­
pre hemorragia por tener alta la tensión de
la sangre, me encomendé a Doña Dorotea, la
que me escuchó, y al presente me encuentro
bien. Agradecida además a los muchos favo­
res que continuamente hace a nuestra fam i­
lia, y para que siga siempre cubriéndonos con
su protección, envío un donativo para su beati­
ficación. M anuel JuJiá.
-

27

B arcelo n a.—Habiendo quedado sin coloca­
ción una sobrina mía, prometí a Doña Doro­
tea que si encontraba otra —cosa difícil, por
varias circunstancias— enviaría una pequeña
limosna y publicaría el favor. Habiendo alcan­
zado lo que deseábamos, le doy públicamente
las gracias y cumplo mi promesa. M aría Mas.
B arcelo n a.—Nos hallábamos muy apurados
por haberse clavado mi abuellta una aguja de
coser en el pie, y temíamos que tuviera que
ser Intervenida para sacársela, pues dada su
edad, y precaria salud, se presentaban mu­
chos inconvenientes para su traslado a una
clínica. En tan apurado trance, encomendé el
asunto a Doña Dorotea, y poco después pu­
dimos comprobar que sólo tenía clavada parte
de dicha aguja, y la otra la encontramos en
el suelo, con lo que resultó fácil la extracción
de la porción que tenía clavada. En otra oca­
sión, encontrándome apurada por un asunto
familiar, apenas acudí a la Sierva de Dios,
me sentí tan tranquila y satisfecha, que lo
atribuí a mi protectora, por lo que publico mi
gratitud y envío una limosna por tantas gra­
cias como me concede. P. B.

DE DON RUA
T a rra sa .— Por una gracia señalada, obteni­
da pop mediación de Don Rúa, envío una li­
mosna y hago celebrar una misa. N. N.

DE NUESTROS MARTIRES
P ozoblan co.— Por un favor recibido de la
sierva de Dios, Teresa Cejudo, a la que en el
rosario rezado en familia, todos los días he­
mos invocado su valimiento encomendándole
un asunto difícil que nos preocupaba y al ver
que suavemente y casi sin darnos cuenta lo
hemos visto solucionado, deseamos que para
gloria de Dios y de su Sierva se publique en
el Boletín Salesiano. J . F.
M adrid.—Doy gracias al siervo de Dios
Don Salvador Fernández Pérez, m ártir sale­
siano, por haber salido bien en mis estudios.
V. González.

Necrología

Oon

A lfo n s o

A iz p u r n
( 'o n f i ji i f o i '

En el Bonal. el 11 do diciembre, se extin­
guió santamente para recibir el premio eter­
no el coadjutor salesiano Sr. Aizpuru.
De él dice el Inspector salesiano de Madrid,
al anunciar su muerte a los salesianos: To­
dos admiramos la figura extraordinaria de
este gran religioso, de este coadjutor modelo.
Ha sido entre los buenos un gigante. Un gi­
gante en el espíritu y en la observancia reli­
giosa. en el trabajo duro, constante y santi­
ficado. en la piedad, en el amor y sacrificio
continuo por la Congregación, en la austeri­
dad personal, en el cumplimiento de los votos.

28

-

en el aprecio de su vocación y en el desprecio
del mundo y de lo mundano.
P ara todos es modelo de buen religioso.
El Sr. Aizpuru, conocido en casi toda E s­
paña salesiana, nació en Azpeitia, el año 1889;
profesó en Carabanchel Alto en 1907. Sus
57 años de vida religiosa los pasó en Cara­
banchel, Sarriá, Mohernando, Saldañuela y el
Bonal, entregado normalmente al cuidado de
las tierras, pues era hortelano de oficio. Quie­
ra Don Bosco enviarnos muchos coadjutores
de su temple.

DON ANGEL DE ESCORIAZA Y CASTILLON
Bienhechor de la Obra Salesiana
Falleció el 1 de diciembre en esta Zarago­
za tras repetidas y graves intervenciones qui­
rúrgicas que soportó cristianamente. E ra muy
amante de la Obra Salesiana a la que ayudó
notablemente, tanto él como su hermano don
José María. Fue una figura prócer en Zara­
goza y hombre de grandes empresas. La obra
social que realizó dejará huella de luz dura­
dera. E l Señor y Don Bosco le den su recom­
pensa.

E je r c ic io s
p a ra

Doña
P ie d a d

ff

E s p ir it u a le s

C o o p e ra d o re s

C o o p e r a d o r a s S a ie s ia t t a s

P e d ra x ,
V iu d a

INSPECTORIA DE BARCELONA

d e R ie s c o

COOPERADORES

COOPERADORAS

E l día 7 de noviembre de 1964, primer sába­
do de mes, falleció en Salamanca esta ilustre
Cooperadora Salesiana, a la edad de 82 años.
Casada con el ilustre catedrático salmantino,
D. Cristóbal Riesco, fallecido en 1957, vio flo­
recido su hogar con quince hijos, a quienes
supo educar tan cristianamente que Dios es­
cogió para SI, y dentro de la Congregación
Salesiana, a cinco de ellos: dos salesianos y
tres Hijas de María Auxiliadora. Acaso sea
ésta la familia que más hijos haya dado a la
Congregación Salesiana.
En medio de tantos trabajos como supone
la educación de quince hijos, D.4 Piedad en­
contró siempre tiempo para atender a la Ac­
ción Católica de la Parroquia de San Juan
Bautista, de la que fue Presidenta muchos
años. El Señor quiso probarla con larga en­
fermedad; pero ella, aunque no podía salir de
casa, seguía trabajando por los pobres arre­
glando ropas para ellos. Todos los días festi­
vos y los Primeros Viernes y Primeros Sába­
dos, tenía la dicha de recibir al Señor en la
Comunión en su propia casa, si bien su deseo
hubiera sido poderle recibir diaiúamente. Pero
su delicadeza, rasgo característico de su vida,
no le permitió pedirlo a los sacerdotes.
Durante bastante tiempo hospedó en su casa
a una hermana suya, muy delicada de salud,
con la que prodigó gestos de bondad y sacri­
ficios que mostraban la riqueza espiritual de
su alma.
La Santísima Virgen se la llevó consigo en
su día. Dios habrá ya premiado una vida tan
cristiana, tan bien empleada en su santo ser­
vicio.
Para todos ios Cooperadores Salesianos, un
precioso ejemplo.

4 julio - 10 julio
LUGAR: Tibidabo

31 mayo • 4 junio
LUGAR: Tibidabo

Cooperador Salesiano
CONTRIBUYE
A LA DIFUSION
D E LA BUEN A PREN SA
SU SC R IB E TE
Y SU SC R IB E A TU S AM ISTAD ES A
A L A M E D A
PRECIO D E SUSCRIPCION: 200 pf-S.
D irija sus pedidos a:
. JA V IE R R U B IO : A léaíL 164 - Madrid 121

INSPECTORIA DE CORDOBA
31 mai‘20 - 4 abril
LUGAR: Casa S a n
Antonio (Córdoba)

3 marzo - 7 marzo
LUGAR; Pedro Abad

10 marzo - 14 marzo

Abiertos para matri­
monios en Córdoba,
Colegio Salesiano.

11 agosto - 15 agos­
to (JO V E N E S)
LUGAR: Antequera
INSPECTORIA DE MADRID
25 febrero - 1 marzo
LUGAR: Villa S a n
Pablo (Madrid)

19 febrero - 23 febrero
LUGAR: Casa Hijas
de María Auxilia­
dora (Madrid)

INSPECTORIA DE VALENCIA
14 abril - 18 abril
LUGAR: Onteniente
26 junio - 30 junio
(JO V E N E S)
L U G A R : Moneada
(Valencia)

29 marzo - 2 abril
L U G A R : Moneada
(Valencia)
30 junio - 5 julio
L U G A R : Moneada
(Valencia)

25 junio - 29 junio
LUGAR: Bechí (Cas­
tellón)
INSPECTORIA DE ZAMORA
18 marzo - 21 marzo
LUGAR; Orense

2 marzo - 6 marzo
LUGAR: Orense

Para referencias sobre estas tandas dirigirse
a los respectivos Delegados de los Centros
Locales.
-

29

3eca$ f¡m d sostenimiento ^
formación (kOocaciones
«Ki mejor premio (jiie Dios concede u una fuinilia es un hijo !*acerilote» (Don Bosco)
i n s p e c t o r í a d e B a r c e lo n a
P. Proi'incinl: P aseo San Ju an B osco, 74B arcelona-17.
BECAS COMPLETAS
Beca «D. Gaspar Mcslrc».—30.000 pts.
Beca «Rvdo, D. Estanislao Muzás».—30.000 pts.
Beca «Hoselló Estela». N. e.: 5.000 pts. Total: 30.000
pesetas.
Beca «Francisco Bandrés».—30.000 pts.
Beca «María Auxiliadora». Tarrasa.—30.000 pts.
Beca «Pilar Serra Font». 90.000 pts.
Beca «Don Juan Alberto». Fundada por D.S María
Iturriagagroitla Vda. Roca de Viñals. 30.000 pts.
Beca «Don José Calasanz». Entregadas por diversos
donantes. 40.000 pts.
BECAS EN FORMACION
Beca «Estanislao Muzás». 1.3 entrega: 15.000 pts.
Beca perpetua «D.8 Clementina Vallmitjana Croa de
Baró. N. e .: 10.000 pts.
Beca «Son José» N. e.: 6.000 pts.
Beca «José María Moretó». N. e.: 4.000 pts. Total:
12.000 pts.
Beca «Dofto Dorotea». Rocafort.—T . : 27.000 pts.
Beca «Sta. Emilia».—Total; 25.000 pts.
Beca «Domingo Savio».—T . : 16.000 pts.
Beca «D.a Bibiana Sodas».—T .: 11.000 pts.
Beca «María Auxiliadora». SarrlA.—T .; 6.000 pts.
Beca «Don llaracl Cerdá». Matard. T .; 2.000 pts.
Beca «Don Jo sé Recasona*.—T .: 4.199.60 pts.
Beca «M. R. Don Florencio Sánchez».—T . : 8.600 pts.
Beca «Dolores Casacuberla».—T . : 10.000 pts.
Beca «María A. Porta de DurAn».—T . : 8.000 pts.
Beca «José y Marín Valles PIA».—T . : 1.000 pts.
Beca «Sr. Martin Goicocchea*. Colegio Sarriá.—To­
tal: 25.000 pts.
Beca «IV Vlftas». Arcille. Sarriá.—T .: 5.000 pts.

Beca «San Cosme y Santa Magdalena». Barcelona.
30.000 pts. Total: 50.000 pts.
Beca «Virgen del Castillo». E l Royo. N. e .: 500 pts.
T o tal: 7.300 pts.
Beca «Señores de Udaetxe». Bilbao. T .t 34.000 pts.
Beca «María Auxiliadora». D. R. G. R.—T . : 15.000
pesetas.
Beca «Don Pedro Olivazzo». Baracaldo.—T .; 18.000
pesetas.
Beca «Don Ramón Zabalo». Baracaldo. M. Fernán­
dez.—T otal: 10.000 pts.
Beca «San Andrés». Burgos.—T . : 1.327,35 pts.
Beca «Nuestros mártires». Zuazo.— T . : 18.509 pts.
Beca «Enrique Sáiz». Burgos.—T .: 17.779 pts.
Beca «María Auxiliadora» II».—T . : 20.000 pts.
Beca «Alfonso Gómez Pineda». Pamplona: Total:
5.000 pts.
Beca «Domingo Savio*. Santander.—T . : 13.500 pts.
Beca «San José Obrero». (Industriales-Santander.)
Total: 10.000 pts.
Beca «María Aux.» (Arch. Santander).—T . : 6.000 pts.
Beca «Francisco Tierra». Burceña.—T . : 6.500 pts.
Beca «I. Concepción». Bilbao. J . L . M.—T . : 1.500 pts.
Beca «San Paulino». Baracaldo.—T . : 23.000 pts.
Beca «D. E. Caprani». Baracaldo.—T .; 6.000 pts.
Beca «D. J . Santos*. Deusto.—Total: 17.000 pts.
Beca «D. Jo sé Puertas». Deusto.—T .; 5.000 pts.
Beca «María Auxiliadora». Zuazo.—T .: 6.000 pts.
Beca «Jesús Aznar». Promovida por doña María Sal­
merón Vda. de Aznar.—T . : 7.000 pts.
Beca «Misionera». C. A. Bilbao. Primera entrega ■
10.000 pts.

in s p e c t o r ía d e C ó r d o b a
P. Provincial; C alle Af.? A uxiliadora, 14Córdoba.
BECA COMPLETA
Beca «Santa Isabel». Granada.—30.000 pts.
BECAS EN FORMACION

i n s p e c t o r í a d e B ilb a o
P. ProriMciaí; E scu elas Salesianas.
D eusto - Bi/bao.
BECAS EN FORMACION
Beca «D. Bosco». Ciudad Laboral. Pasajes, l . í en­
trega: 660 pts. Total: 1.218 pts.
Beca «Señor Justi». Deusto tColegio).—N. e .: 500
pesetas. Total: 19.000 pts.
Beca «Mamá Margarita». L . Cañada. Pamplona. N. e .:
250 pts. Total: 6.250 pts.

30 -

Beca «Don Salvador Rosés». Ronda.—1.8 entrega:
15.000 pts.
Beca «Nuestra Señora de Luna». Pozoblanco.—N. e.:
5.000 pts. Total: 15.000 pts.
Beca «D. Baldomero Pagán* de Pozoblanco.—N. e.:
1.000 pts. Total: 8.000 pts.
Beca «Ntra. Sra. de Consolación». Torredonjimeno.
N. e.: 4.000 pts. Total: 12.000 pts.
Beca «Juan X X IIl» . P . do Muiño. Montilla. To­
tal: 11.025 pts.
Beca «Santo Domingo Savio* 2.8. Por las Cías, de la
Juventud Salesiana.—Colegio Ronda. 8.000 pts.
Beca «Santa Catalina». Las Palmas. T . : 25.620 pts.

Beca cFamilia L ar a». Las Palmas. T . : 3.200 pts.
Beca «San Jo sé y Ntra. Sra. de Monserrat». Grana­
da.—Total: 12.000 pts.
Beca «Antonia Cantero Carretero*, fundada por su
sobrino D. Antonio Fernández Cantero, en roemoria de ella. N. e.: 20.000 pts. Total: 70.000 pts.
Beca «Rafael Moure Ríos*. Córdoba. N. e.: 1.000 pe­
setas. Total: 8.000 pts.
Beca «D. Vicente Reyes». Córdoba.—T . : 2.200 pts.
Beca <N. Rodríguez». Las Palmas.—T .: 2.100 pts.
Beca «Ntra. Sra. del Pino*. (Por las Compañías de
la J . Salesiana.) Teror.—T o tal: 25.000 ptas.
Beca «D. A. Espinosa». T e n e rife .-T .: 28.800 pts.
Beca «D. S. M.9 Pastor». Córdoba.—T .: 3.765 pts.
Beca «Familia Muñoz». Córdoba.— T . : 12.000 pts.
Beca «San Rafael». Córdoba.—Total: 16.737 pts.
Beca «Sra. F . Peña*. Málaga.—T o tal: 12.000 pts.
Beca «Montilla». Montilla.—Total: 25.000 pts.
Beca «San Miguel». Montilla.—Total: 21.300 pts.
Beca «Familia Vargas». R o n d a .-T o ta l: 10.000 pts.
Beca «Dona María». Las Palmas.—T o tal: 3.700 pts.
Beca «D. Savio» (Escuelas). Ronda.—T .: 2.700 pts.
Beca «Sgdo. Corazón». Las Palmas.—T .: 13.000 pts.
Beca «Familia León Navarro». Las Palmas. T • 500
pesetas.
Beca «San Juan Bosco». Lopera.—Total: 10.000 pts.
Beca «Manuel Marrero». Las Palmas.—T .: 1.500 pts.
Beca «Sto. Domingo Savio». Tenerife.—T . : 12.000 pts.
Beca «Santa Cruz de Tenerife». I .—Total: 25.000 pts.
Beca «Santa Cruz de Tenerife». 11.—Total; 25.000 pts.
Beca «Santa Cruz de Tenerife» (Casa)._T . : 6 800
Beca «S. Domingo Savio». Las Palmas.—T .; 3.500 pts
Beca «Manuel Hernández». Las Palmas. T . : 6.000 pts
Beca «San José». C. Cabrera. Pozoblanco.—T . : 4.000.
Beca «Mártires de Pozoblanco».—Total: 8.725 pts
Beca «S. Juan Bautista». Córdoba.—T .: 8.000 pts
Beca «María Aux.» A. Royán.—T o tal: 14.400 pts.
Beca «María Aux.» Cooperador Málaga.—T .: 4.000.
Beca « J. M. Manfredini». G reinada.-T.: 50.000 pts.
Beca «D. Bernardo López». Córdoba.—T .: 6.000 pts.
Beca «S. D. Savio». Las Palmas.—T .: 22.500 pts
Beca «Matrimonio CLM-SCB». Málaga.—T .- 45 060
Beca «Ntra. Sra. de Araceli*. Pozoblanco. Primera
entrega: 30.000 pts.
Beca «Santa Teresa». Granada.—T o tal: 11.000 pts.
Beca «Doña Pura Bermúdez». Málaga.—T o tal: 20.000
pesetas.
Beca «María Auxiliadora». Pozoblanco. 1.9 entrega50.000 pts.
Beca «María Auxiliadora». Familia Gómez Brlasco
de Granada.—Total: 19.000 pts.

I n s p e c t o r ía d e M a d r i d
P . P rovincial: P aseo Gral. P rim o de R ivera, 25.
Madrid-5 - T eléf. 2275691.
BECAS EN FORALACION
B lan co».-N .

e.:

5.000 pts.

Total:

y
Vicente*.—N. e.: 10.000 pts.
xoiai. 63.000 pts.
B eca«D . Oisimiro Ramiro*. A. A. Atocha.—N e •
2.000 pts. Total: 15.000 pts.
Beca «D. Felipe Hernández». AA. AA. de L a Palo­
ma.—Total: 19.328 pts.
Beca «D. Juan».—T o tal: 25.000 pts.
Beca «A. Roldán y Familia».—Total; 23.000 pts.
Beca «D. Félix Cronzález». Doña Isabel L . de Par­
do.—Total: 7.000 pts.
Beca «D. E . Sáiz». Sres. Feijóo. por un favor recíbido.—Total: 6.000 pts.

Beca «Familia Mesonero Rodríguez». (1.9 entrega)
2.000 pts.
Beca «Ntra. Sra. del Pilar».—Total: 40.000 pts.
Beca «D. A. Garzón». Atocha.—Total: 10.055 pts.
Beca «Sagrado Corazón». IV.—Total: 21.987 pts.
Beca «S. Domingo Savio» (San B las).—T . : 15.ÍW6 pts.
Beca «María Aux.» Salamanca.—Total: 6.300 pts.
Beca «San Juan Bosco». A. G.—Total: 450 pts.
Beca «Doña Carmen Olalla».—Total: 20.000 pts.
Beca «S. Jo sé Obrero». S. Fernando.—T .: 7.600 ptsBeca «Escuela Automovilismo».—Total: 20.000 pts.
Beca «Santísima Trinidad». Escuda de Automovi­
lismo.—T . ; 15.000 pts.
Beca «D. Buenaventura Roca». B éjar.—T . : 5.000 pts.
Beca «Santiago Apóstol*. Paloma.—T o tal: 11.000 pts.
Beca «A. y G.»—Total: 5.000 pts.
Beca «Viuda de Pujadas*.—Total: 6.000 ptas.
Beca «Fuentes Bajo».—T o tal: 28.000 pts.
Beca «N. N.»—Total: 12.000 pts.
Beca «F. de B.» B éjar.—Total: 10.000 pts.
Beca «D. Francisco-Fuentes». A. A. de Ubeda.—To­
tal: 36.000 pts.
Beca «Niño Jesú s y María Aux.»—T .; 16.509 pts.
Beca «Ludezu».—Total: 40.000 pts.
Beca «María Aux.» I I. Atocha.—T .: 15.750 pts.
Beca «Pío X II». Villaamil.—T otal: 13.417.55 pts.
Beca «Ntra. Sra. Angustias». Arévalo.—T . : 22.000.
Beca «Laura Vicuña».—Total: 22.600 pts.
Beca «Vicente Iravedra».—T o tal: 10.000 pts.
Beca «María Auxiliadora». Doña Ignacia V. y don
Adolfo P .—T .: 60.000 pts.
Beca «María Auxiliadora». Guadalajara.—T .; 2.500
pesetas.

I n s p e c t o r ía d e S e v illa
P. P rov in cial: C alle M.? A uxiliadora, 18.
Sevilla.
BECAS COMPLETAS
Beca «Virgen del Carmen». Puerto Real. T . : 30,000
pesetas.
Beca «Virgen del Rocío». Sevilla.—T .: 30.000 pts.
Beca «Compañías Col. Mérlda».—Total: 30.000 pts.
BECAS EN FORMACION
Beca «D. Juan Torres». Jer«»z.—T o ta !: 20.000 pts.
Beca «Sgdo. Corazón» Coop. U tr e r a .-T .; 63.000 pts.
Beca «Sgdo. Corazón de Jesús*. Herederos de doña
Salvadora García.—T o tal: 10.000 pts.
Beca «R. Romero». S. J . del Valle.—T .: 5.913 pts.
Beca «Doña Josefa R od rígu ez».-T otal: 2.000 pts.
Beca «D. Andrés Yun». Algecirae.—T .: 5.000 pts.
Beca «C. S. San Pedro» Sevilla.—T .: 1.000 pts.
Beca «C. I. Cooperadores».—Total: 15.000 pts.
Beca «Maestro Pagés*. Cádiz.—Total: 13.295.30 pts.
Beca «P. Clemente Guede*. Cádiz.—T . : 3.950 pts.
Beca «I. Concepción». L a Linea.—T . ; 500 pts.
Beca «F. Molpeceres». Cannona.—Total; 13.100 pe­
setas.
Beca «San Juan Bosco» (3.9). R. U. S .—T . : 5.000.
Beca «Ntra. Sra. del Rosario». Rota.—T . : 9.000 pts.
Beca «F. Alcalá Viva». Morón.—T .; 10.000 pts.
Beca «Sra. del Sgdo. Corazón». T o tal: 7.(X)0 pesetas.
Beca «San Andrés». P . del Condado.—T .: 5.000 pts.
Beca «Arcb. María Axix.» P . Real.—T .; 8.000 pts.
Beca «Sto. Domingo Savio». E cija.—T .; 10.000 pts.
Beca «S. Juan Bosco». Cáceres.—T .: 16.750 pts.
Beca «Virgen de la Elsperanza de la Trinidad*. Se­
villa.—Total: 1.750 pts.

-

31

Boca «P. Agustín Nofre*. Utrera.—Total: 26.810 pts.
Beca «Bodas de Oro Colegio Saleslano*. Alcalá de
Guadalra.—Total; 50.000 pts.
Boca «D. Pedro Rlcaldone». Sevilla.—T .: 4.600 pts.
Beca «Colegio Salesiano». E cija.—Total: 8.000 pts.
Beca «D. José Canal». Sevilla.—Total: 31.600 pts.
Beca «Santiago Apóstol». Cádiz.—T otal: 29.000 pts.
Beca «Corpus Chrlsti». Srta. Joaquina Quintana. Se­
villa.—Total: 5.930 pts.

i n s p e o t o r ia d e V a le n c ia
P. P rovin cial: C alle d e Sagunto, 212.
V alencia.
BECAS EN FORMACION
Beca «Niño Jesús del Milagro*. Alcoy.—Nueva en­
trega. 5.000 pts. Total: 15.000 pts.
Beca «Virgen de los Desamparados». N. e.. 10.000
pts. Total: 60.000 pts.
Beca «San José». Alicante.—Total: 10,000 pts.
Beca «Virgen del Pilar*. Alicante.—Total: 5.000 pts.
Beca «AA. AA.» Valencia.—Total: 2.050 pts.
Beca «San Jorge». Alcoy.—Total: 20.000 pts.
Beca «D. José Calasanz».—Total: 14.025 pts.
Beca «D. Luis Bcrenguor». Alicante.—T . : 19.500 pts.
Beca «AA. AA.» Burrlana.—Total: 2.050 pts.
Beca «Colegio S. Juan Bosco». Valencia.—T . : 6.000.
Beca «D. Francisco Serrata». Valencia.—T . : 5.000.
Beca «Col. S. Antonio». Valencia.—Total: 83.509 pts.
Boca «Ntra, Sra. del Pilpr*. Zaragoza.—16.565 pts.
Beca «D. Silverlo Maquiera». Alicante.—T . : 25.000.
Beca «Perpetuo Socorro». Valencia.—T . : 5.000 pts.
Beca «Cooperadores de Valencia».—T .; 5.500 pts.
Beca «San Agustín». Alcoy.—Total: 6.000 pts.
Beca «A. Martínez y P . Martín». Valencia.—Total;
5.000 pts.
Beca «D.9 Juana Casanova». 1.9 entrega: 12.000 pts.
Beca «Padre Tarín». Godelleta.—Total: 1.000 pts.
Beca «Trabajo y honradez». Valencia.—T . : 12.000.
Beca «Sagrada Familia». Valencia.—T. 12.000 pts.
Beca «San Vicente». Valencia.—Total: 34.000 pts.
Beca «Mosén Chusep».—Total: 20.000 pts.
Beca «Arch. M. A.» Valencia.—Total: 26.500 pts.
Beca perpetua «Abad Nájcra-Allcanto» en las Bodas
de Oro.—Primera entrega; 30.000 pts.
Beca «Domingo Savlo*. Valencia.—T .: 11.603 pts.
Beca «Col. Sal. Burrlana IV».—T .; 11.000 pts.
Beca «Virgen de la Lux». Cuenca.—Total: 4.725 pts.
Beca «Azul y Rosa». Total: 10.000 pts.
Beca «Jesús Mondlvil». Valencia.—Total; 16.000 pts.
Beca «San Cayetano*, en memoria de V. y T. 1.9
entrega. 15.000 pts.

i n s p e c t o r ía d e Z a m o r a
P. P rov in cial: U niversidad L ab ora l. Zam ora.
BECAS EN FORMACION
Beca «S. José». Vigo. S. Matías. N. e.: 5.000 pts.
Total; 53.000 pts.
Beca «P. Salgado». Vigo. S. Matías. Nueva entre­
ga: 1.000 pts.—Total: 34.650 pts.
Beca «D. Ernesto Armelles*. L a Coruña (Colegio).
N. e.: 500 pts.—T .: 22.100 pts.
Beca «P. Cirilo Sagastagoitla». (Bodas de Oro.) León.
N. e.: 6.800 pts. Total: 35.600 pts.
Beca «P. Fila Arce». (Bodas de Plata.) Masaveu.
N. e. de J . A, Q.: 10.000 pts. Total: 32.000 pts.
Beca «Santa Lucía». Vigo. S. Matías.—T .: 34.000
pesetas.
Beca «Sto. Domingo Savio». Vigo. S. Matías.—To­
tal: 10.500 pts.
Beca «D. Tomás Bussons». Vigo. S. Matías. To­
tal; 15.000 pts.
Beca «María Auxiliadora». Vigo. S. Matías. To­
tal 30.000 pts.
Beca «Cooperadores Cánido». Vigo. San Matías.—
Total: 9.000 pts.
Beca «S. Cristóbal». Vigo. S. Matías. T . : 5.000 pts.
Beca «S. Juan Bosco». Vigo. Hogar.—T .: 7.000 pts.
Beca «Ceferino Namuncurá». Vigo. Hogar. Total;
8.000 pts.
Beca «María Auxiliadora». Vigo. Hogar.— Total:
5.000 pts.
Beca «S. Benito». Allariz.—T o tal: 26.825 pts.
Beca «D. Pedro Olívazzo». Astudillo.—T . : 10.074
pesetas.
Beca «D.9 Lucía Bechade». Cambados.—Total: 13.250
pesetas.
Beca «Santo Domingo Savlo». Cambados. Total;
14.500 pts.
Beca «D. Emilio Montero*. Orense.—T .: 11.500 pts.
Beca «D. Jo sé Saburido». Orense. T o tal: 20.000 pts.
Beca «Ntra. Sra. de Covadonga». Tudela. Veguín.
Total: 13.246 pts.
Beca «S. José». Compañías. Zamora.—T .: 11.000
pesetas.
Beca «Jorge Irisarri». Estudiantes. Zamora. Total:
7.260 pts.
Beca «María Auxiliadora». Archicofradía. Zamora.
Total: 9.500 pts.
Beca «Círculo Sto. D. Savio». Zamora.—T . : 14.000
Beca «S. León Magno». Zamora.—T . : 26.000 pts.
Beca «María Auxiliadora». Celanova.—Total: 7.000
pesetas.
Beca «Sto. Domingo Savlo». Avllés. T .; 4.600 pts.
Beca «Domingo Savlo*. León.—T .; 13.356 pts.

E . G. Salesiana: Madrid-Atocha

Fecha
1965.02