BS_1962_12

Ficha

Título
BS_1962_12
Descripción
Boletín Salesiano. Diciembre 1962
extracted text
BOLETIH
SALESIANO

O RGAN O DE LA PIA UNION DE
COOPERAD ORES SALESIAN OS
Revista de la Obra de Don Bosco

AÑO

LXXVI

N ú m . 12

Diciem bre 1962
S U M A R I O

LA V O Z D E L P A P A
(<^Siempre con e l P apa.^ D on B osco)

• «El Concilio quiere transmitir la
doctrina pura e íntegra que dorante veinte
siglos se ha convertido en patrimonio co­
mún de todos los hombres; patrimonio
que, aunque no haya sido recibido gra­
tamente por todos, constituye una riqueza
para todos los hombres de buena vo­
luntad.»
• «La Iglesia, pues, no ofrece riquezas
caducas a los hombres de hoy, no promete
una felicidad sólo terrena; los hace parti­
cipantes de los bienes de la gracia divina
que, elevando a los hombres a la digni­
dad de hijos de Dios, constituye una po­
derosísima tutela y ayuda para una vida
más humana, abre las fuentes de su doc­
trina vivificadora que permite a los hom­
bres, iluminados por la luz de Cristo,
comprender aquello que son, realmente,
su excelsa dignidad, su fin.»

«No 05 apartéis, queridos jóvenes,
de la visión justamente optimista que debe
guiar vuestros pasos. Sed hombres pací­
ficos, sed portadores de paz, sedlo todo.
Por esto no os entretengáis en amargas
e injustas polémicas, de preconcebida y
definitiva adversión, catalogando rígida­
mente los hombres y los acontecimientos.
Estad siempre disponibles para los gran­
des designios de la Providencia.»

Págs.

DE ESPECIAL INTERES
E l C ooperador, apóstol seglar .
Los A ntiguos Alumnos S aleSIANOS ..............................................
L a 88 EXPEDICIÓN M isionera S aLESIANA ....................................
E l hermano de D on B osco ...
L as alas de la moralidad ...
T res fotos , tres noticias ...
«O bispo , me gusta tu barba»
U n acordeón y ... un sa lesi .ano

8
10

1'
17
19

SECCIONES FIJAS
N oticiario salesiano mundial ...
E spaña s a l e s ia n a ...........................
D e nuestras M is io n e s .

13
20

— *\Soy el Padre!» ...............
— Primera visita a los karian o s .........................................

21

C rónica de gracias .......................
B ibliografía .....................................
N ecro lo g ía .........................................
B ecas sacerdotales salesianas .
*
DIRECTOR:

20
30
31
3’

24

JAVIER RUBIO IBAÑEZ

D irección , R edacción

y

A dmón. :

Alcalá, 164 - A partado 9134
MADRID-2
Depósito legal: 3044.—1958
(Con censura eclesiástica.)
XUESTRA PORTADA.— En todas ¡a^
regiones del mundo, los jóvenes invocan
a la Inmaculada. Aquí vemos unos jóve­
nes indios—también hijos de la Virgen—
que piden sus auxilios sobre el mundo,
tan amenazado de guerras fratricidas.

EL COOPERADOR, APOSTOL SEGLAR
Bosco repetía con frecuencia que el fin de su educación era
^ formar buenos cristianos y honrados ciudadanos, a fin de que to­
dos se convencieran de que ambas cosas eran compatibles.
A l insistir nuestro Santo Fundador en esta idea, salía al paso de
la opinión muy difundida y más arraigada entonces, de que no se
podía ser a la vez buen católico y buen ciudadano. Opinión que no
ha muerto en ciertos Estados y que pervive íntegra en los países ma­
terialistas. Opinión que en no pocas mentes católicas ha engendrado
¡a dualidad de moralidad, acometiendo con distinta conciencia las
obligaciones religiosas y las obligaciones temporales.
Hoy todas estas opiniones se combaten y se vuelve a la idea inte­
gral, en la que los Papas han hecho repetidas veces hincapié, especicdtríente Pío XII, al afirmar que el mundo sólo volverá a ser de Cristo
cuando los cristianos actúen como tales en toda circunstancia y en toda
actividad política, económica, social o temporal.
Ya no se admite en el seglar desdoblamiento alguno; ya no hace
falta demostrar que se puede ser a la vez buen cristiano y honrado
ciudadano, porque lo que se inculca a todo seglar, esto es, a todo
católico militante, es que impregne todos los actos de su vida y todas
sus actividades de contenido evangélico, de suerte que sea un ciuda­
dano católico.
Porque se puede ser ciudadano de muchas maneras e interpretar y
acometer en consecuencia la construcción del mundo o de ¡a parcela
en que se actúa de otros tantos modos. Pero al seglar, al católico
militante se le pide hoy que se comprometa a construir el mundo con
conciencia y moral y enfoque cristianos, evangélicos, con la mira puesta
en la finalidad absoluta de todo lo creado, que es servir a Dios, cum­
pliendo con todas las condiciones puestas por Él como Creador y
Redentor.
El ciudadano católico desenvolverá, por consiguiente, sus activida­
des temporales con perspectiva cristiarm y esto sin reservas, con plena
conciencia de su responsabilidad de “consagrar” lo temporal. De la
misma manera que el sacerdote consagra con sus palabras el pan
terreno y lo torna, en la Santa Misa, divino así el seglar con su acción
temporal, orientada y realizada evangélicamente, consagra al mundo
y lo torna divino.
Y no cabe duda que si todos los cristianos se decidieran a hacer
germinar plenamente la misión de apostolado, que por bautizados les
compete, la consagración del mundo, su renovación, su orientación
definitiva de servir a Dios seria pronto una espléndida realidad.
Los cooperadores salesianos, injertados plenamente en el aposto­
lado seglar, se han de dar cuenta de que también ellos están empeña­
dos en la construcción de un mundo que sea totalmente cristiano en
sus formas y estructuras, en su complejo y en sus detalles.
— 3

LOS
ANTIGUOS
ALUMNOS
SALESI ANOS

TURIN._Delante de la Basílica de María Auxiliadora, y en la plaza del mismo
nombre se levanta, desde 1922, el m onum ento a Don Bosco. Es la expresión en
piedra y bronce del amor y de la fidelidad de los Antiguos Alum nos Salesianos
del m undo a su Fundador.

• Los hijos mayores de la Congregación. • Su origen se remonta a los tiempos de
Don Bosco. • Forman una Confederación Mundial con más de cincuenta Fe*
deraciones Nacionales. • Amor a sus superiores y compañerismo, las caracte*
risticas de los antiguos alumnos salesianos españoles. • Los antiguos alumnos,
buenos cooperadores salesianos.

A últimos de octubre se celebró

en Valen­
cia la IX Asamblea Nacional de antiguos
alumnos salesianos.
No está en nuestro ánimo reseñar los acon­
tecimientos de aquellos días, sino presentar
a los lectores del Boletín el movimiento de
los antiguos alumnos salesianos, uno de los
sectores de la familia salesiana que m ás con­
tribuyen a crear en torno de ella una aureola
de popularidad y a abrirle puertas en am ­
plios sectores de la vida social y pública.

4 —

Nuestros lectores no han de extrañar que
en el Boletín hagamos pocas veces referen­
cia a ellos, a pesar de que darían materia
sus actividades para múltiples crónicas y
noticiarios. Precisamente por esas razones el
movimiento de los antiguos alumnos ha crea­
do un órgano propio, la revista “Don Bosco
en España”, que con mayor formato que
e* Boletín y tirada en huecograbado, di­
funde 17.000 copias.
Tal publicación permite al Boletín Sa-

Í.ESIANO atender con mayor holgura a los
demás sectores de la vida salesiana.
E L movimiento de los antiguos alumnos se
remonta, como el de los cooperadores, a
los tiempos de Don Bosco. Su nacimiento
data exactamente de la fiesta de San Juan,
del año 1870, día que en el Oratorio se ce­
lebraba el santo de Don Bosco.
Narran las crónicas que ese día apareció
por el Oratorio un grupo de alumnos de
otros tiempos, capitaneados por el famoso
Gastini, uno de los hombres que más afecto
profesaron a Don Bosco y que mejores ratos
.e hicieron pasar. Era Gastini un humorista
formidable y sus ocurrencias, felices, cari­
ñosas y discretas alegaban no pocas sobre­
mesas en el Oratorio, cuando Don Bosco
tenía invitados.
Al ver nuestro Santo aquel grupo de hom­
bres maduros y recordarles de alumnos
correteando por los patios, se conmovió. Le
vinieron a la memoria otros muchos que no
podían estar presentes por la distancia y sus
ccupaciones; y otros que no habían perseve­
rado en sus enseñanzas. Los invitó a comer;
hablaron de los tiempos heroicos del Orato­
rio. de los viejos recuerdos que alegraron su
juventud junto a Don Bosco y los despidió
diciéndoles: “Os espero el año que viene,
pero en mayor número”.
Diecisiete años más vivió el Padre y dieci­
siete veces más volvió Gastini, reconocido
jefe de todos los antiguos alumnos, al frente
de cada vez más numeroso escuadrón. Siem­
pre fueron acogidos con el mismo cariño y
Don Bosco aprovechaba para reunirlos a
todos y exhortarles a p>erseverar en sus en­
señanzas. De entonces son las consignas:
unios para ayudaros y que siempre se pueda
decir que sois dignos hijos de Don Bosco.
Los ex alumnos de Don Bosco fueron
uniéndose y ayudándose. Animados por los
Rectores mayores, sucesores del Fundador,
fundaron núcleos y asociaciones al amparo
de las casas salesianas, donde se habían, edu­
cado. Formaron federaciones regionales y
nacionales y hoy existe la Confederación
Mundial de Antiguos Alumnos Salesianos,
con más de cincuenta Federaciones Nacio­
nales. Y en el nombre de Don Bosco per­
manecen unidos muchos millares de hombres

y. lo que es más significativo, este nombre
mantiene afectos a la Iglesia Católica mul­
titud de paganos que fueron un día alumnos
de las escuelas de las misiones salesianas.

L a organización de los antiguos alumnos
salesianos es la primera en su género en
orden de tiempo y brotó, como acabamos
de ver, espontáneamente. Fue un fruto direc­
to del sistema educativo de Don Bosco, quien
prefirió dejar de lado los golpes, las riñas,
los castigos, para emplear la persuasión y el
convencimiento, camino, si se quiere, más
largo y penoso para el educador, pero de
resultados duraderos: eterno ejemplo para
todos los que siguen su sistema.
Los alumnos de Don Bosco, tratados con
exquisita caridad cristiana, recordaron toda
la Vida lo que Don Bosco Ies había amado;
ios años dichosos pasados junto a él y bajo
el manto de la Auxiliadora; y bastó la ocu­
rrencia de uno de ellos al cabo de los años
para que, como de limpio manantial, naciera
un río caudaloso.
Sigue hoy siendo una realidad que los an­
tiguos alumnos salesianos, que se agrupan
bajo las banderas de las Federaciones de
ex alumnos, lo hacen movidos por el grato
recuerdo de colegio. Todas las demás razo­
nes lo confirma la experiencia, pesan bien
poca cosa en su ánimo. El salesiano y lo
salesiano sigue siendo el imán y el agluti­
nante ; y donde desgraciadamente falló lo
primero vino la dispersión.
E'N España los antiguos alumnos comenza­
ron a organizarse allá por el 1917 y su
marcha ascensional ha sido rápida. Actual­
mente se hallan agrupados en siete Fede­
raciones Regionales, tantas como Inspecto­
rías Salesianas, y comprenden unas cincuenta
y cinco Asociaciones locales.
Los antiguos alumnos españoles no se han
contentado, dado que nos hallamos en un
país católico, con ser socios de centros re­
creativos, sino que cultivan las catcquesis,
los Oratorios festivos, integran turnos de
adoración nocturna, realizan visitas a centros
benéficos y cuantas obras de caridad se les
sugiere.
Detalle muy interesante es que de las filas
de los antiguos alum nos se nutren otras

— 5

Del 28 de octubre al 1 de noviembre, se celebró en Valencia la IX Asamblea Naci07ial de los Antiguos Alumnos Sálesianos. En la foto vemos utio de los aspectos
del salón durante la mencionada Asamblea.

agrupaciones católicas en las que no es raro
verlos ocupando puestos de dirección.
Las características de los antiguos alum­
nos españoles son el amor y la obediencia
a sus superiores salesianos, cuyas directrices
anteponen a sus propios criterios cuando de
asuntos de dirección de las Asociaciones se
trata y un gran sentido del compañerismo,
incluso entre antiguos alumnos de distintas
Asociaciones, por lo que basta saber que se
es antiguo alumno para que inmediatamente
salte una corriente de simpatía y apoyo.
^ N T E el despertar pujante de la Pía Unión
de Cooperadores Salesianos en España, no
pocos antiguos alumnos se inscribieron en sus
filas para secundar el deseo de Don Rosco
que aspiraba a que todo alumno que saliera
de sus colegios se inscribiera en la Pía
Unión.
Ya hace muchos años los antiguos alum­
nos. reunidos en Asamblea Nacional, se
ofrecieron para ser los primeros en organizar
la Pía Unión de Cooperadores: por ello en
cuanto llegaron las primeras consignas de
6 —

Turín pusieron en marcha sus conclusiones
y los hallamos en todos los Consejos Inspectoriales y locales como consejeros o ce­
ladores. De esta suerte ponen a disposición
de la Pía Unión todo su conocimiento de
Don Rosco y el espíritu que de él bebieron
en los colegios salesianos.
La asamblea recién terminada en Valencia
ha vuelto a poner de manifiesto una vez más
su entusiasmo y su preocupación por una
organización más sólida que les permita
nuevas conquistas y avances.
La Congregación Salesiana en sus tres
familias contempla complacida el fervor y
las inquietudes de sus hijos mayores, que
eso son los antiguos alumnos los hijos ma­
yores de la Familia Salesiana y goza inten­
samente al ver que también en ella se veri­
fican las bendiciones de la Escritura: La
corona de hijos es la gloría de los padres.

Y en todas partes la familia salesiana se ve
coronada con abundantes hijos que le vi­
nieron para demostrarle su contento y gra­
titud.

LA 88 EXPEDICION MISIONERA SALESIANA
• 14- s a c e r t í o t e s
• 9 7 o lé r í g o s
• 13 c o a d ju t o r e s

Son e sp a ñ o le s, 34 de
los n u e v o s m isio n e ro s

Desde hace ochenta y ocho años Don Sos­
co viene ayudando a la Obra de la Propa­
gación de la Fe con el envío de salesianos
a tierras de misiones.
En el pasado octubre, raes en el que se
celebra la “Jornada Misionera Mundial”,
fue enviado un fuerte contingente de obreros
evangélicos a tierras de misiones.
En este año la jornada misionera salesiana
se celebró el domingo 7 de octubre. En la
Basílica de María Auxiliadora, junto a la
Casa Madre de los salesianos, se ha repetido
siempre, hermoso y emocionante. la ceremo­
nia de la entrega de los crucifijos y la des­
pedida a los misioneros.
El templo de Valdocco estaba adornado
como en las más grandes festividades. En el
presbiterio asistían los Superiores Mayores
y dos Obispos salesianos.
Los misioneros salesianos de la 88 expe­
dición eran 124, de los cuales. 14 sacerdotes,
97 clérigos y 13 coadjutores. El mayor con­
tingente de misioneros lo ha dado Italia y
España con 44 y 34 respectivamente. Ellos
han marchado a veintiocho naciones y mi­
siones de Africa, de Asia y de América.
Después del canto del Magníficat tuvo la
conferencia misionera un veterano de las
Misiones del Río Negro (Brasil), Monseñor
Juan Marchesi, recientemente investido de
¡a dignidad episcopal. Juan XXIII que lo
conoció de joven en el Seminario de Bérgamo quiso premiar su labor misionera de
cuarenta y dos años entre los indios del
Río Negro de esa forma.

TURIN.—Mons. Miguel D’Aversa, viisioncro
de Río Negro, recién consagrado Obispo,
bendice y entrega el crucifijo a uno de los
com ponentes de la ochenta y ocho expedi­
ción Misionera Salesiana.

Monseñor Miguel D’Aversa, Prelado Nullius de Humaitá (Brasil), cambién misione­
ro salesiano, bendijo los crucifijos y los en­
tregó a cada uno de los que partían.
Después de la bendición eucarística, los
misioneros recibieron el abrazo de despe­
dida de los Superiores Mayores.
Ocupaban en la Basílica un puesto de ho­
nor las Hijas de María Auxiliadora, que
marchaban también para las Misiones. Las
Hermanas de Don Bosco dirigen actualmen­
te 119 centros de Misiones, ayudando a las
Obras de los salesianos, aún en los puestos
más avanzados de las í^siones, como en el
Alto Orinoco (Venezuela), el Alto Araguaia
(Brasil) y el Chaco Paraguayo.

EL
HERMANO
DE
DON BOSCO

El 12 de diciem bre de 1862, a los
cincuenta años, moría José Sosco.
Su hermano le dijo: u T e traigo el
Reino de Dios .
8



p N el volumen VII de las «Memorias bio^ gráficas» se n a rra que el 12 de diciem­
bre de 1862 m urió santam ente en la aldea
de los Becchi el hum ilde labrador José Bosco. Muere en los brazos de su herm ano Juan
que acudió a toda prisa, la víspera por la
tarde, desde el O ratorio de Turin.
Nacido el 8 de abril de 1813, ten ia dos años
y cinco meses m ás que el futuro santo. Sin
em bargo murió veintiséis años antes que su
herm ano.
C ontrario a Juan, que tuvo que luchar
contra un tem peram ento Inquieto y tenaz,
José estaba dotado de un carácter particu­
larm ente am able y pacífico. Llegó a ser p a­
dre de u n a fam ilia num erosa, pues tuvo
cinco hijos —dos niños y tres niñas— y era
el «hombre de confianza» de las gentes del
pueblo. Si algún litigio se levantaba entre
dos agricultores, se iba a él a someterle el
asunto. La m ayor parte de las veces los in ­
teresados regresaban a sus casas reconci­
liados...
No ten ía am bición y aceptó gustoso p er­
m anecer en el campo m ientras que su h e r­
m ano Ju a n m archaba al colegio de Chierl.
lo cual, como se sabe, no le agradó a su h e r­
m anastro Antonio.
Después de haber vivido algunos años en
Sussambrlbo, José construyó u n a granja,
b astante espaciosa, en la aldea de los Becchi,
frente a la que vivían, en otros tiempos, sus
padres. la cual am enazaba ruina.
Desde allí iba a ver a su buena madre,
m am á M argarita, y a su herm ano J u a n en
el O ratorio de T urin dos p tres veces al año.
En estos viajes no se olvidaba nunca de
colocar en su can asta u n gran conejo o al­
gunas gallinas con el fin de m ejorar la mesa
de su herm ano que sabía era m ás que fru ­
gal.
Su llegada al O ratorio constituía una ale­
gría p a ra todos. Lps niños, que le llam aban
fam iliarm ente «el señor José», corrían a su
encuentro, le cogían la m ano y la acaricia­
ban. Y el buen cultivador de los Becchi se
sentía feliz al ver tales m uestras de afecto.
A veces, a la hora de las oraciones de la
noche, D. Bosco invitaba a su herm ano a
darles las «buenas noches» tradicionales a
sus jóvenes.
Con toda sencillez José subía al modesto
pulpito apoyado sobre u n a de las columnas
del patio, en donde D. Bosco solía hablar
todas las noches.
Form ado tam bién en la escuela de Mamá
M argarita ten ía u n a fe profunda Y con
palabras m uy sencillas él dejaba h ab lar a
su corazón deslizando algunos consejos con
muy Duen sentido sobre aquel joven audi­
torio.
A pesar de que poseía buenas cualidades
para los negocios, José vivía desprendido de
los bienes de este mundo, ayudando a su

hermano, el eterno deudor, caaa vez que la
ocasión se presentaba y aun cuando no se
presentaba...
Cierto dia que él fue a T urin con el ñn
de com prar dos tem ero s en la feria de Noncaller, cometió la im prudencia de p asa r a n ­
tes por el Oratorio. E sta visita le fue fatal.
Viendo la m iseria co n tra la que luchaba el
pobre director, él abrió su bolsa y la vació
entre sus m anos...
—¿Y tú...?—le preguntó D. Sosco con lá ­
grimas en los ojos.
—Yo esperaré u n poco m ás —respondió
sencillam ente José.
Además de su bolsa, este generoso cristia­
no abría tam bién con generosidad su casa a
los num erosos jóvenes de su herm ano. Fue
en los Becchi en donde com enzaron las pri­
m eras colonias de vacaciones católicas, y
esto gracia a la generosidad de José. Desde
m itad de septiem bre h a sta el fin de la ven­
dimia, en la que participaban con regocijo
n atu ral los alum nos m ayores de Don Sosco,
se vivía allí un poco como en cam pam ento
volante, pues la alegre pandilla visitaba con
frecuencia los pueblos cercanos para dar
sesiones recreativas. Don Sosco ten ía su h a ­
bitación en el prim er piso de la granja. En
cuanto a los jóvenes colonos, se in stalab an
lo m ejor que podían en los graneros, muy
contentos de en co n trar en los Becchi este
ambiente fam iliar, del cual, la m ayor parte,
estaban privados.
El piso bajo del edificio fue transform ado
en u n a hum ilde capilla dedicada a N uestra
Señora del Rosario.
En esta capilla fue donde Don Rúa, el
prim er sucesor ae Don Sosco, tomó la sota­
na, y en donde Domingo Savio, acom pañado
por su padre, tuvo su prim era entrevista
con el Santo.
En 1856, José, cuya salud era delicada,
sufrió un vómito de sangre. Hospitalizado
en casa de su herm ano en Valdocco, su esta­
do empeoró, h a s ta ta l punto, que se le juzgó
un caso perdido. Una cierta tarde, Don
Sosco, en tran d o en su habitación con cierto
nerviosismo, le tocó la frente con la mano
y después le pidió que rezara con él a la
Virgen. Así lo hizo. A la m añ an a siguiente,
la fiebre h abía desaparecido y el enferm o
empezaba su convalecencia...
Cuando José regresó a los Becchi y se en ­
contró con los suyos, no les ocultó que él
debía esta curación inesperada a su h e r­
mano Juan.
Hacia fin de 1862. Don Sosco le vió llegar

en u n a fecha no habitual. Como le pregun­
ta r a la razón de su ida. José le respondió:
—Yo siento un gran deseo de pagar mis
deudas y después confesarm e y comulgar.
Lo hizo con el cuidado que él ponía en
todas las cosas. Vuelto a los Becchi, puso
en orden todos sus asuntos como si fuese a
p a rtir p a ra la eternidad. A parentem ente, él
se encontraba muy bien.
Poco después, sin embargo, él tuvo que
g u ardar cama. R ápidam ente su estado em ­
peoró y se agravó de u n a m anera alarm ante.
Avisado Don Sosco con urgencia el día 11
de diciembre, llegó aquella m ism a tard e a
casa de su herm ano.
—¿Qué me traes? —preguntó José al verle
en tra r en su habitación.
— ¡Yo te traigo el Reino de Dios! —le con­
testó Don Sosco con u n a voz entrecortada
por la emoción.
Confortado por esta presencia y por los
últimos Sacram entos recibidos con pleno co­
nocim iento, José Sosco, como otro hum ilde
carpintero de N azareth, entregaba su alm a
a Dios en la m añ an a del 12 de diciembre,
rodeado de todos los suyos. No ten ía todavía
cincuenta años...
Seis años antes, él mismo hab ía recibido
el últim o aliento de m am á M argarita en la
pequeña habitación que ella ocupaba en
Valdocco. Su herm ano Juan, trastornado,
no h ab ía podido asistir a los últimos m o­
m entos de su m adre. Fue su prim ogénito
quien, en la m añ an a del 25 de noviembre
de 1856, le anunció en la habitación conti­
gua en donde él estaba la dolorosa noticia.
El tío sacerdote se preocupó, con adm ira­
ble entrega, de sus sobrinos y sobrinas, y
tam bién de los hijos de éstos.
Francisco, el prim ogénito de los hijos de
José, sucedió a su padre en la q u in ta de los
Becchi. Piadoso y trabajador, tuvo la alegría
de ver a tres de sus cinco h ijas e n tra r en la
Congregación de las H ijas de M aría Auxilia­
dora. fundada por su tío.
En cuanto a Luis, el segundo hijo, hizo
los estudios que le pagó su padre en un
colegio no salesíano, y llegó a ser secretarlo
de Juzgado.
Hoy, cuando se va a los Becchi, uno se
siente feliz al v isitar la g ra n ja en donde
vivió el bueno de José y de ver su re trato
colgado en la pared de u n a de las h ab ita­
ciones del prim er piso, contigua a la de su
herm ano sacerdote. Parece que fa lta ría algo
sí. sobre esta colina, uno no se encontrara,
tam bién cerca de m am á M argarita, el re­
cuerdo de sus dos hijos...

— 9

C A M P A Ñ A DE M O R A LID A D

LAS ALAS DE LA MORALIDAD
JJEMOS de poner fin a la campaña de mo­
ralidad señalada para el año que termina.
Como broche de los diversos artículos que
sobre el tema hemos ido publicando haremos
unas consideraciones sobre lo que podríamos
llamar alma de la moralidad.
Don Bosco afirmó que. andando el tiem­
po, el cooperador salesiano sería sinónimo
de buen cristiano. Pero el buen cristiano es
el resultado de la convergencia del esfuerzo
humano y de la Gracia, que nuestro adora­
ble Redentor nos mereció y que se nos co­
munica a través de los Sacramentos y de la
oración. De ahí que la manera obvia de al­
canzar la igualdad entre cooperador y buen
cristiano es empeñarse en colaborar con la
Gracia.
Sin esfuerzo no hay bondad y sin Gracia
el esfuerzo resulta baldío.
El primer objetivo del esfuerzo del cris­
tiano que aspira a ser bueno, de suerte que
con toda bondad se le pueda llamar buen
cristiano, es el afianzamiento de las propias
virtudes humanas y la consecución de las
que advierte le faltan. Como quiera que las
virtudes humanas cultivadas tienden a des­
embocar en las sobrenaturales, éstas no se
conseguirán sin un trabajo por poseer
aquellas.
Las virtudes humanas son muchas y se
llaman honradez, equidad, lealtad, sinceri­
dad. honor, fidelidad, respeto al prójimo, a
la palabra dada y a la promesa empeñada,
etcétera.
Cuando estas virtudes, puramente huma­
nas y que las puede poseer cualquier hom­
bre aun pagano, viene a vivificarlas la
Gracia, se perfeccionan y se convierten en
virtudes cristianas y sirven de base para la
adquisición de otras que llamamos sobrena­
turales. Buen cristiano por consiguiente será
et que con su esfuerzo y la Gracia de Dios
ha llegado a la posesión estable de ambas
clases de virtudes.
Como quiera que es un error muy metido
er el pensar de los hombres de hoy que basta
con las formas externas de educación por
10



las que se aparentan corrección, buenas ma­
neras y caballerosidad, hemos de insistir que
esto no hace buenos cristianos: un buen
cooperador salesiano ha de tender a revestir
sus virtudes cristianas con la educación y la
urbanidad, pero nunca caerá en el error de
querer encubrir vaciedad de alma y carencia
de Gracia y virtudes con la capa de la cor­
tesía.
Demos un paso más: el cooperador sale­
siano ha de vivir de fe.
Esto quiere decir que entre lo que practi­
camos y lo que creemos no debe haber con­
traste. En esto consiste profundamente la
moralidad: en vivir según la voluntad de
Dios, manifestada a través de Jesucristo,
nuestro Señor, que es el camino y a quien
por la fe reconocemos como a nuestro Dios
y Redentor.
La vida de fe nos lleva a aceptar a Dios
en todo momento como la Persona más im­
portante, pero no sólo con el pensamiento,
sino con el corazón. Consiguientemente pon­
dremos a Dios en el centro de nuestra fa­
milia, en el centro de nuestra vida como un
eje en torno al cual gira todo: carrera, pro­
fesión, trabajo, familia, diversiones, ganan­
cias. comodidades. A esta luz de la fe y de
Dios —centro y eje— las actividades citadas
se jerarquizan, cobran su verdadero valor y
producen una vida centrada y orientada a
la consecución del fin supremo de nuestra
existencia.
Quien vive de la fe da a cada cosa su im­
portancia y antepondrá la Gracia, los Sacra­
mentos, la oración, la bondad, la honradez
a toda falsía, a toda trampa, a todo engaño,
del orden que sean, como cosas incompati­
bles con su amistad con Dios.
Mas no basta sólo vivir de fe ; también
de esperanza y de caridad. Aun más es im­
posible vivir de fe sin vivir simultáneamente
de esperanza y de caridad.
Por la esperanza confiamos en Dios, cen■tro de nuestra vida, como confía el niño en
su padre. La Divina Providencia preside la
casa del cooperador salesiano.

Pero más que ninguna otra la vida del
cooperador salesiano es vida de caridad con
sus vertientes: Dios y el prójimo.
La vida de caridad hacia Dios es el es­
fuerzo continuo para conservar y aumentar
la Gracia; por conformar la vida indivi­
dual, familiar y social al modelo divino de
Jesús. El vivir cotidiano con todo lo que
tiene de hermoso, con sus afectos y alegrías,
con sus sacrificios y necesidades está pene­
trado por un fluir sobrenatural de amor a
Dios.
Esta vida de caridad con Dios es un po­
tencial de energías inexhausto que se vuelca
en amor al prójimo. Y precisamente en
practicar cualquier obra de caridad con el
prójimo está lo que distingue al cooperador
salesiano, por lo que a mayor amor a Dios
corresponden mayores obras de caridad en
favor del prójimo.

Para conseguir y acrecentar esta vida de
fe, esperanza y caridad, virtudes que gra­
tuitamente Se nos infimdieron en el bautis­
mo, vienen en socorro de nuestro esfuerzo
los Santos Sacramentos, principalmente la
Penitencia y la Eucaristía.
Don Bosco, que entendía mucho de almas
y otro tanto de conducir a los hombres por
los caminos de la perfección, no cesaba de
recomendar a grandes y chicos la frecuencia
de ambos Sacramentos, precisamente para
defender esa Gracia sin la cual ni se puede
vivir ni dar un paso en el camino.
Pero también Don Bosco, cuando abor­
daba estos temas, concluía por apoyarlo todo
en María Auxiliadora. Con él cerramos estas
líneas sobre la campaña de moralidad del
presente año: “Hay que proclamarlo, la
devoción a María Auxiliadora es sostén de
todo fiel cristiano”.

Toda la emoción del m om ento uwe en él rostro de esa m adre Que, a duras penas,
reprime las lágrimas m ientras ata las manos consagradas de su hijo con esa cinta,
que después guardará entre los tesoros de la casa. Pidamos al Señor que sean
m uchas las m adres generosas que entreguen sus hijos al sacerdocio.

— II

LO S C O O P E R A D O R E S EN A CCIO N

CooveTadores Salesianos, peregrinos a Alba de Tormes.

Los Cooperadores de Zamora
peregrinan a Alba de Tormes
Z amora.—E l día 30 de septiem bre, un gru­
po de Cooperadores, acom pañados por nues­
tro director diocesano. limo. Sr. D. Francisco
Romero, y el Delegado Inspectorlal, h an
querido ir en peregrinación a este rincón
castellano p a ra g anar el jubileo de S an ta
Teresa de Jesús, cuyo cuarto centenario se
celebra este año.
Ya en Alba, los peregrinos asistieron a la
s a n ta Misa, que celebró nuestro querido Di­
rector diocesano, y en la que en su totalidad
se acercaron a recibir al Señor. D urante el
santo sacrificio, el P. Diez dirigió u n a plá­
tica a los asistentes.
Al term in ar el acto religioso, los Coopera­
dores visitaron la iglesia para contem plar
las reliquias de la m ística Doctora, y escu­
charon Interesantes explicaciones sobre la
S an ta, dadas por un Padre carm elita.
En S alam anca visitaron las Obras Salesianas de la ciudad, como el Colegio Salesiano
de M aría Auxiliadora, y. sobre todo, el bellí­
simo E studiantado Teológico Salesiano. en
donde se les sirvió la comida, preparada con
el cariño que siem pre ponen en todo las Hi­
jas de M aría Auxiliadora. Al final, el Dele­

gado Inspectorial agradeció al señor Direc­
to r y dem ás herm anos las m últiples a te n ­
ciones que habían recibido.
La tard e la em plearon para ad m irar los
hermosos m onum entos de la ciudad del
Tormes.
De regreso se rezó el Santo Rosario, que
los Cooperadores ofrecieron por los frutos
del próximo Concilio. U nas palabras de
nuestro Delegado Inspectorial cerraron esta
herm osa jornada, que h a quedado ta n g ra­
tam ente grabada en cuantos hem os tenido
la suerte de participar en esta peregrina­
ción y que tan to une a los Cooperadores S a­
lesianos entre si y a éstos a la Congregación
Salesiana.

Los Cooperadores de Puerto Real
por el Concilio
P uerto R eal (Cádiz).—El día 3 de octubre
los Cooperadores Salesianos de Puerto Real
se sum aron a la Fam ilia Salesiana p a ra ce­
lebrar la función propiciatoria «pro Conci­
lio*. consistente en Rosario de Penitencia,
por los patios y jardines de la Institución
Sindical «Virgen del Carmen» (a las siete de
la m añana), seguida de m isa com unitaria
«pro unión de las Iglesias» y fines del Conci­
lio, en la capilla de dicho Centro.

<rRAD/ 0

CUMPLE
QUINCE
AÑOS
ELISABETHVILLE (K atanga). — El Colegio Salesiano de
San Francisco de Sales, que durante cincuenta años ha
sido el principal foco de intelectualidad y catolicismo en
Elisabethville.

50 añoA en Katanga
E lisabethville (Congo). — Los quince
años de vida que lleva la emisora “RadioColegio”, fundada y dirigida por los Salesianos de Elisabethville, se han celebrado
con la inauguración de tres nuevas potentes
emisoras más.
En tan gran acontecimiento intervinieron
numerosas personalidades: Mons. Bouve,
Obispo de Kongolo; Mons. Lehaen, Obispo
de Sakania: tres ministros y otras autorida­
des congoleñas.
La modernización de “Radio-Colegio” ha
sido posible gracias a las autoridades y a
los amigos. El Inspector de los Salesianos
P. Peerlinck, bendijo las nuevas emisoras. El
Ministro Kimba, en su discurso oñcial, dijo:
‘ --.“Radio-Colegio”, esta voz amiga que es­
cuchamos desde hace tiempo, nos recuerda
la historia contemporánea de nuestro país”

Y recordaba las fechas aún tristes y el magníñco servicio prestado por “ Radio-Colegio”
durante ellas.
Nació oñcialmente por iniciativa del Sale­
siano Don Dethier, que aún no la ha aban­
donado, el 27 de mayo de 1947 y todavía no
ha cesado de prestar servicio y de ampliarse
er. todos los sentidos: en el horario: de me­
dia hora a cinco horas diarias; en la longi­
tud de onda: de 1.000 a 2.000 km .; en ins­
talación: de una especie de barraca, llamado
estudio, a un edificio moderno; en el ma­
terial: de discos prestados a una propia y
excelente discoteca; en los programas: aho­
ra interesa a todas las clases sociales de la
población y en todas las casas es esperada
y escuchada como una voz de familia.
La emisora se propine los fines más di­
versos: recrear, educar, instruir, edificar.
— 13

ELISABETHVILLE— Bl M inistro congoleño, Kim ba, pulsa el botón que pone en
marcha la nueva emisora del Colegio Salesiano. Esta emisora funciona desde hace
quince años, y sus servicios a la Iglesia y a K atanga han sido extraordinarios.
Asistieron a la inauguración tres M inistros del Gobierno, el Arzobispo de la ciu­
dad y dos Obispos más.

Por esta razón, autoridades y pueblo entero
han participado en las fiestas de la inaugura­
ción como a un acontecimiento de familia.
Casi contemporáneamente, el Colegio de
“San Francisco de Sales”, de Elisabethville
celebraba el cincuentenario de su fundación
(1912-1962).
Los actos han tenido resonancia nacional,
tanta fue la participación de las autoridades
> la concurrencia del pueblo.
El Ministro Muhoma. en un memorable
discurso, agradeció en nombre del Presiden­
te del Estado de Katanga a los Salesianos
“que han tenido el mérito de haber tenido
fe en el destino intelectual de Africa cuando
nadie creía en ello. Y hay que decirlo con
orgullo, que si hoy existen médicos, ingenie­
ros. doctores en derecho, arquitectos, hom­
bres políticos, etc., todos han salido del cua­
drilátero del glorioso Colegio de Elisabelhville. En efecto, en menos de cincuenta años
han conseguido los alumnos del Colegio de
San Francisco de Sales, 167 titulados univer­

sitarios, de los cuales 47 están al servicio
de Katanga.
La cifra es por sí misma altamente elo­
cuente...
Y no obstante la tempestad que se echó
sobre nuestro pueblo, os hemos visto firmes
en vuestro trabajo y abrir de nuevo las
puertas de vuestro Colegio, a pesar del pe­
ligro evidente. Podéis contar con el apoyo
del Gobierno que hoy renueva la solemne
promesa de respetar todos los principios filo­
sóficos, porque con la cooperación de todos
Katanga llegará a ser una gran Nación en
donde cada uno encuentre seguridad, felici­
dad y prosperidad.”
Por primera vez. después de los trágicos
sucesos, la capital veía imponentes manifes­
taciones públicas de religiosidad, de cultura,
de sport y de alegría organizadas para cele­
brar el Cincuentenario del Colegio Salesiano.
La participación de las autoridades ecle­
siásticas. civiles y militares del pueblo, fue
unánime: todo en completa unión de cora­
zones. sin problemas de color o de raza.

14

i

Participación salesiana en la
Exposición «La Iglesia de hoy»
R oma.—Durante los días del 18 de no­
viembre al 9 de diciembre está abierta al
público, en los locales de la Feria de mues­
tras, de Roma, una “Exposición de los Ins­
titutos religiosos del mundo”, con ocasión
del Concilio Ecuménico.
La exposición presenta: “La Iglesia de
hoy en sus miembros vivos y operantes”. Su
fin es el de suscitar vocaciones para todos
los apostolados. En efecto, una paite intro­
ductiva general sobre el tema de las “voca­
ciones” abre la muestra.
Después cada instituto religioso presenta
un aspecto particular de su actividad apos­
tólica, que responde al espíritu y a la fina­
lidad que se propuso el Fundador. Entre los
asuntos que pueden verse, tenemos: “Los
enfermos en la Iglesia. — La educación de
la juventud. — La técnica moderna al servi­
cio de la Iglesia. — Las Escuelas Profesio­
nales Católicas.—El Apostolado del Mar.—
Los emigrados.—Los seglares militantes.—
Las Misiones, etc., etc.”
Da una visión amplia, hermosa, viva de
los múltiples apostolados que la Iglesia ejer­
ce en todo el Continente por mediación de
los institutos religiosos masculinos y feme­
ninos.
Los salesianos participan en la exposición
presentando una de las actividades más tí­
picas de su apostolado: “Las Escuelas Pro­
fesionales y Agrícolas para la formación
completa del joven aprendiz, es decir, la
educación técnica, cultural, espiritual, ciu­
dadana y social” . El pabellón salesiano pre­
senta dos partes: una histórica y otra su
realización actual. La primera parte pone de
manifiesto a Don Bosco como suscitado por
Dios para llevar una solución a un problema
nuevo originado por el paso de la actividad
artesana a la industrial, en plena crisis libe­
ral y social. Por caminos ocultos la Divina
Providencia preparó al Fundador de los
Salesianos para tal apostolado: tres hechos
sugestivos hacen revivir tal preparación.
La segunda parte presenta las más impor­
tantes realizaciones de Don Bosco en favor
de la juventud obrera. Se ve el desarrollo de
las Escuelas Profesionales Salesianas en el
mundo; la preparación del Coadjutor como

jefe de taller, en las Casas de Formación;
las especializaciones en las Escuelas Profe­
sionales ; la vida de un joven aprendiz en
un Instituto Salesiano; algunas Escuelas Pro­
fesionales, modelos en el mundo.
La iniciativa de Don Bosco la llevan hoy
adelante sus hijos en todo el continente con
el fin de actuar las directrices de la Iglesia,
que son las del Evangelio en el mundo del
trabajo.
Próximo al pabellón de los salesianos se
encuentra el de las Hijas de María Auxilia­
dora, la segunda familia espiritual de Don
Bosco. Ellas presentan principalmente la>s
“obras sociales” en favor de la juventud fe­
menina, ya que este es el apostolado suyo
que recoge más simpatías y benevolencia en
las cincuenta y siete naciones en donde tra­
bajan.
25 años al frente de la
Tipografía Vatkana
C iudad del V aticano.—Se han cumplido
ya veinticinco años desde que Su Santidad
Pío XI confió a los salesianos la Tipografía
Vaticana y la administración del “Observatore Romano”.
La significativa fecha ha sido recordada
por los miembros de la Comunidad Sale­
siana con fervientes oraciones elevadas al
Señor en el silencio y en el recogimiento de
la Casa.
Su Santidad Juan XXIII, con una muestra
de su paternal benevolencia, ha hecho llegar
a los salesianos una artística foto suya con
el siguiente autógrafo: “A los amados hijos
de la Comunidad Salesiana de la Ciudad del
Vaticano, que agradecidos a Dios, recuerdan
sus veinticinco años transcurridos en el Pa­
lacio Apostólico al frente de la tan apreciada
obra de la dirección de la Tipografía Vati­
cana y de la administración del “Osservatore
Romano”. Nos sentimos contentos de rati­
ficar Nuestra benevolencia y confianza, si­
guiendo las huellas de nuestro Predecesor
Pío XI, quien los quiso aquí con diligente
solicitud, y de impartir sobre cada uno la
Bendición Apostólica, portadora de gracias
celestiales sobre sus actividades y sobre el
continuo trabajo de la propia perfecdón re­
ligiosa”.

— 15

TRES FOTOS, TRES NOTICIAS
En Petrolina (Brasil), se levanta un m onu­
m ento al gran misionero salesiano Monseñor
Malán, apóstol de los bororos de Mato Grosso
(foto superior izquierda).

Los muchachos de las Escuelas Profesionales
Salesianas de Victorias (Filipinas), han
aprendido a domar el m etal; ahí está como
prueba ese artístico atril, que. satisfecho,
nos 7tiuestra el chico (foto superior derecha».

De rodillas, y en la capilla del Colegio, este
joven dominicano recibe del Nuncio del Papa
su titulo de perito mecánico. ¡Todo un sím ­
bolo! (Foto inferior.)
16



(

«OBISPO,
ME GUSTA TU BARBA»
Entrevista con Monseñor Marianayagam,
Obispo salesiano indio y Padre Conciliar.

un obispo indio. Mi diócesis es Vellore» en el Sur de la India, dividida en
treinta parroquias y cinco vicariatos. De es­
tas parroquias veintinueve fueron erigidas
por el Arzobispo de Madrás Mons. Luis
Mathias, cuando la misión pertenecía a la
Archidiócesis de Madrás.
La diócesis ha sido confiada a los salesianos. De los cuarenta sacerdotes que allí tra­
bajan, diecisiete son salesianos y están al
frente de once parroquias. La extensión te­
rritorial es de cerca de 8.000 kilómetros cua­
drados, pero tiene carreteras que unen todos
los centros misioneros.
La penetración cristiana es muy lenta, pues
la religión más extendida es el hinduísmo.
La predicación directa a los hindúes es
casi imposible. Muchos hindúes se presen­
tan y toman parte en nuestras funciones
como espectadores, ven cómo se desarro­
llan nuestras fundones y escuchan las ins­
trucciones de la catequesis. Entonces es cuan­
do el sacerdote aprovecha la ocasión para
acomodar a ellos su palabra. Aquellos gra­
nos de buena semilla producen, con el tiem­
po. sus frutos, y he aquí cómo se explican
las peticiones espontáneas de bautismo por
parte de individuos de familias hindúes.

gO Y

Muchos me preguntan cómo me hice yo
salesiano. Yo recuerdo, desde pequeño, que
los salesianos iban todos los domingos a mi

pueblo a celebrar. Uno de estos días me pre­
guntó uno de ellos:
—Oye, David, ¿a ti qué te gustaría ser
de mayor?
Sin saber qué responder rae aventuré a
decir:
—Sacerdote.
Aún no sé explicarme cómo pude decir
aquella palabra. Es verdad que en el pueblo
me llamaban ya “Padre David”, porque era
quien dir'gía las oraciones de la Comunidad
por las tardes y además tocaba la campana
y estas cosas las hacía con gusto.
A los siete años perdí a mi padre. Mis dos
hermanas estaban casadas y mi madre tra­
bajaba solamente para mí. Se lo debo todo
a ella. La iglesia estaba a cinco kilómetros
de nuestra vivienda. Cada domingo iba, y
¡ay si faltaba a la misa! Mi madre habría
sufrido por ello. La veía radiante de alegría
cuando, vuelto a casa, le decía que había
recibido la comunión.
Terminados mis estudios elementales, ma­
nifesté deseos de ir al Seminario. El futuro
Arzobispo de Madrás, don Merdelet, que
era Párroco de Tanjore, rae dijo que hiciese
I? petición por escrito y en inglés. Fui a
verle; era imponente, tenía ya un aspecto
episcopal, con una barba muy espesa y abier­
ta en abanico que infundía respeto y vene­
ración :
—Querido David, me dijo, le ayuda- 17

rc. pero antes tendrás que estarte conmigo.
Pero yo debería estudiar bachillerato,
le contesté.
—Entrarás el año que viene.
—¿Y mientras tanto, qué hago?
—Repetirás la clase.
Manifesté mi desagrado: no podía retener
las lágrimas. Don Mederlet, sonriendo, me
dijo:
O así o yo no enviaré tu petición al se­
ñor obispo. Más tarde comprenderás.
Pocos días después el obispo recibía la
petición y me aceptaba para el año siguien­
te. Recuerdo que éramos ocho muchachos.
AI año el obispo nos mandó a todos a Mailapur. Dos se hicieron salesianos y uno car­
melita. En el 1926 entré en el Noviciado.
Fui ordenado sacerdote en Shillong el año
1934; después fui párroco en Tirupattur, y,
al cabo de un año. pasé a la parroquia de
Polur. Y a continuación fui trasladado al
Santuario de la Virgen de Lourdes, en Chepet, donde permanecí dieciséis años.
El año 1952 fue creada la diócesis de
Vellore. confíada a Mons. Pablo Mariaselvam, su primer Obispo; él me nombró Can­
ciller y Vicario General. El nuevo Obispo
vivió tan sólo un año y pocos meses. Yo co­
nocía ya la diócesis porque la había visitado
como inspector escolástico. Fui llamado a
sucederle.
Debo decir que mis diocesanos son para­
dos y tranquilos y muy educados. Cuando
dan la bienvenida a un huésped le colocan
en el cuello una corona de flores y le ofre­
cen un limón en señal de respeto. Les gusta
vestir con colores chillones. El influjo occi­
dental es mínimo.
La piedad sacramental en la comunidad
cristiana va creciendo. En cuanto a vocacio­
nes tenemos en Madrás en el aspirantado
salesiano diez niños, dos en el seminario
menor y doce clérigos en seminario mayor.
Este año fueron ordenados dos sacerdotes y
en 1964 serán tres. En el campo femenino
las vocaciones son más numerosas...
Secundando nuestro deseo de conocer al­
gunas cosas de sus viajes. Monseñor con­
tinúa :
Si queréis que me deñna. os diré que soy
un obispo de la Orden de los mendicantes.
Me explico: he viajado por los Estados Uni­
18 -

dos, Alemania, Suiza, en busca de dinero.
Necesito dinero, porque mis pueblos y mis
aldeas son pobrísimos y necesitamos cons­
truir casas, muchas casas para las pobres
gentes que andan sin techo.
¿Mis preferencias? Los niños. Con los
niños me encuentro a mis anchas. Recuerdo
que en la última visita que hice a los Es­
tados Unidos encontré a una niña de dos
años que lloraba: no quería acercarse a mí.
Era la más pequeña de seis hermanitos. La
mamá le decía:
—Besa el anillo del obispo, Virginia.
Y no quería.
—¿Por qué no quieres?, le pregunté.
No me respondió. Más tarde supe que ha­
bía visto en la televisión una escena sobre
los microbios y gérmenes que transportan
enfermedades. Estaba convencida de que yo
era un portador de microbios (y aquí Mon­
señor Marianayagam sonríe).
En California, mientras pedía para mis
diocesanos, me encontré con un niño de seis
años, un tipo despabilado, inteligente y de
un pelo rubio subido. Se me acercó sin mie­
do y cogiéndome la mano, dijo con mucha
seriedad:
—Obispo, a mí me gusta tu barba.
Después miró a su alrededor, a los pre­
sentes, y alzándose sobre las puntas de los
pies me dijo al oído:
—No te la cortes...
Yo pensaba en la ternura de Jesús al es­
cuchar a los niños, almas inocentes.
En Chicago me encontré, en un hospital,
con una señora con sus dos hijitas. La más
pequeña era muy viva y traviesa.
—¿Cómo estás?—le pregunté.
—Bien.
—¿Cómo te llamas?
—María... Y tú, ¿cómo te llamas?
Le dije mi nombre. La niña me miró, se
sonrió, hizo una inclinación y después me
saludó con una señal de la mano:
—Adiós, adiós. Obispo David.
En Boston me sucedió una cosa curiosa.
Conocía a una familia que tenía tres hijos.
La más pequeña me tenía un miedo cerval:
siempre que yo la miraba escondía su cara
en las faldas de su mamá. Nunca decía una
palabra. Se llamaba Nancy. Le pregunté a
la hermanita mayor:
—¿Por qué no me traes a tu hermanita
Nanev?

UN ACORDEON Y... UN SALESIANO

MAGDALENA DEL MAR (Perú). — El Padre Jenaro Yódice, Salesiano. con un
acordeón y pidiendo limosna, logra dar desayuno, almuerzo y merienda diarios a
trescientos niños. Ha formado varios equipos de fiitbol, integrados por obreros.
En la foto aparece tocado con su casco y acom pañando al Prefecto General de la
Congregación Salesiana.
Su actuación en la TV le ayudó a term inar la construcción de un m agnifico co­
medor y de dependencias para duchas, baños, campos de fútbol, escuelas, biblio­
teca.. enferm ería, peluquería gratis... ¡Lo que se puede hacer con un acordeón
puesto al servicio de las almas!

- Tiene miedo, me respondió.
Supe más tarde que la pequeña Nancy le
había dicho a su hermana mayor:
—^Tengo miedo del obispo: pregúntale
cómo se peina la barba.
Tras mucha insistencia, por fin, la peque­
ña Nancy aceptó ir a verme y hablarme,
pero con una condición:
—Que el obispo se quite la barba e iré
a verle.
Un día su madre me la trajo en coche,
pues le había convencido de que me había
quitado la barba. Pero al verme se puso a
gritar y llorar. La madre, a duras penas,
la persuadió a que no tuviese miedo.
Efectivamente, a los pocos minutos la niña
se me acercó... D o ra o s a ser muy buenos
amigos y cuando se marcharon, se había

encariñado tanto conmigo, que se despidió
mandándome besos con las puntas de los
dedos. Al día siguiente vino a traerme una
limosna suya para los niños de mí diócesis
de Vellore y poniéndomela en la mano me
dijo:
—Excelencia, cuente el dinero...
Yo dudaba... La niña me lo tomó de la
mano y me dijo:
—Tú no sabes contar: es un dólar y cin­
cuenta centavos. Son para los niños pobres
de tu diócesis...
Monseñor Marianayagam conduyó: “ ;Si
supiera cómo anima encontrar almas buenas
y generosas! Para el corazón de un misio­
nero no hay deseo más ardiente que anun­
ciar la Buena Nueva a los pobres.”
19

E s p a ñ a S a ia s ia n a

SE INAUGURA EN ASTURIAS LA FUNDACION "MASAVEU"
O viedo. — Los Saleslanos h a n entrado en
Oviedo gracias a la generosidad del excelen­
tísimo señor don Pedro Masaveu, que ha
creado la Fundación «Masaveu» en benefi­
cio de la juventud obrera ovetense y astu ­
riana.
La Fundación «Masaveu» constituye un
C entro de Educación y de Form ación Pro­
fesional. previsto p ara mil alumnos, re p ar­
tidos en once cursos con las especialidades
de mecánica, electricidad y química, y en
la que podrán obtenerse la capacitación de
m aestría Industrial.
C uenta el Centro con una capilla de sin­
gular belleza, presidida por u n a bella im a­
gen de M aría Auxiliadora, con capacidad
para quinientas personas sentadas cómoda­
m ente: de salones de teatro, cine, veinte
aulas, salas de dibujo, laboratorios de física
y química, enormes naves para los talleres,
cuartos de duchas, comedores, cocina y resi­
dencia para la Comunidad Saleslana.
La bendición de este maravilloso Centro
de Form ación Profesional tuvo lugar el oasado día 24 de septiembre, im partida por el
excelentísimo y Rvdmo. señor Arzobispo doc­
tor G arcía de Sierra. Asistieron a la inaugu­
ración y bendición el excelentísimo señor
Gobernador Militar, don Rodolfo Estella Be­

llido, y dem ás autoridades civiles y m ilitares.
Presentes estaban don Pedro Masaveu con
todos los miembros de la fam ilia, el Padre
Provincial de los Saleslanos, don Emilio Co­
rrales, y el director del nuevo Centro.
Después de ca n ta r un Te Deum en la ca­
pilla y de bendecir todos los locales, el señor
Arzobispo dirigió a los asistentes, reunidos
en una de las espaciosas naves, unas pala­
bras, en las que resaltó la im portancia que
tiene la Fundación «Masaveu» y lo que re­
presenta no sólo en el orden de la formación
profesional, sino tam bién en el de la educa­
ción espiritual y m oral. Tras elogiar el ge­
neroso proceder de los fundadores, dijo el
doctor G arcía de la Sierra y Méndez, que
encierra trascendencia todo cuanto sea ca­
pacitar al obrero, elevar su nivel, despertar
el sentido de responsabilidad.
Cuando veo esta Fundación, esta obra,
prosiguió diciendo el señor Arzobispo, se me
alegra el corazón, porque es un instrum ento
con el que los m uchachos podrán form arse
y educarse.
El señor Arzobispo term inó sus palabras
con un canto y una exhortación a la unidad
y al fortalecim iento de la familia.
La fam ilia Masaveu obsequió a los in v ita­
dos con un refrigerio.

SEVILLA.—Los catequistas de
la Inspectoría de Sevilla ha­
ciendo corona al señor Ins~
pector al finalizar la Asam ­
blea que los reunió en la Casa
Inspectorial el 27 de septiem ­
bre próximo pasado. Entre las
P07iencias allí presentadas no
faltó, entre las principales, la
referente a la P rensa Juvenil
Saleslana. destacando, en p ri­
mer lugar. Juventud Misio­
nera. para todos los alumnos
en general, y Dirigentes, para
aquellos que pertenecen a las
Compañías.
20

-

-

DE N U E S T R A S M IS IO N E S

iiS ou e l TacU e!
Viaje

Q

través de la selva de los achuaras

Las tribus de los achuaras pueden ser con­
sideradas como grupos étnicos pertenecientes
a las tribus jíbaras (shuaras). Viven en la
región que circunscriben los ríos Macuma
y Pastaza. Su idioma es idéntico al shuar*
menos unos pocos términos y algunas dife­
rencias fonéticas.

nos. Llegamos a la choza de Mosúrash, un
jíbaro conocido. Me asusté apenas noté su
abierta hostilidad: nos amenazó con la ca­
rabina, gritando y paseándose nerviosamen­
te adelante y atrás, como acostumbran ellos.
Le habían contado que unos jíbaros que

Son tribus muy primitivas. El jíbaro teme
a los achuaras por su carácter muy belicoso.
Con todo, el achura tiene una cierta exube­
rancia y sociabilidad, por la que conserva un
relativo intercambio comercial con los pe­
ruanos.
Su odio implacable hacia los enemigos los
tiene empeñados, a menudo, en duros com­
bates. Forman numerosos núcleos de fami­
lias para prevenir las sorpresas: a este fin,
treinta o cuarenta individuos habitan, a ve­
ces. en una misma casa.
Hace cinco años, el intrépido y heroico
misionero P. Luis Casiraghi, organizó el pri­
mer contacto con los achuaras, desde Taisha,
avanzada base misionera, en las periferias
del Vicariato de Méndez.
La primera semana de septiembre del año
pasado, yo también probé la satisfacción
apostólica de visitar aquellas tribus. Los pre­
sagios del viaje no eran muy halagadores,
debido a la hostilidad de los semiachuaras
que pueblan la orilla del Macuma. Los ríos
son torrenciales y el lugar desconocido.
Me encaminé “in nomine Domini”. Connngo iban dos jíbaros robustos y dos media­

TU DUC <Viet7iam). — Airosa capilla recién
inaugurada, del Noviciado y Aspirantado
Salesiano.
21

guiaron mi expedición anterior querían ma­
tarlo. No sé cómo logré calmarle. Al atarde­
cer pude enseñarle un poco de catecismo a
ét y a toda su familia. Masúrash contempla­
ba el cruciñjo con particular interés.
Desde el amanecer del día siguiente ins­
peccionamos la orilla opuesta del Macuma.
pero inútilmente: no había rastros de cami■ 0 y la selva parecía inexpugnable.
Entramos en el río Changuapi: aquí nos
recibieron los primeros achuaras, pertene­
cientes a la familia de Chipia-Chierapa. Qui­
se visitar a los indígenas de la orilla, mas
cuando comuniqué mi plan a Chiriapa, éste
se opuso, diciendo que allí, muy cerca, vi­
vía Cashindiu, su peor enemigo. En realidad
este nombre bastó para turbar a los jíbaros
que me acompañaban. Añadió también que
no había otros caminos, y que si realmente
me obstinaba, debía ir con las canoas. Se
alejó de mí pronunciando estas palabras:
‘Temo que mi enemigo Cashindiu te mate
y se alegre después de haber muerto a un
hombre blanco (apachi)”.
Le aseguré que no tenía miedo y que con­
fiaba plenamente en Dios. Un joven de die­
ciocho anos. Wasúmb, se ofreció para acom­
pañarme: era un pariente de Chiriapa y es­
tuvo interno en la Misión de Taisha, el año
pasado.
Al día siguiente llegué n la casa de Sántiac. a tres horas de distancia; aquí me die­
ron tres canoas; con ellas debía yo aventu­
rarme por un río lleno de peligros. Por otra
parte, ésta era una oportunidad que no se
me habría presentado más. y por eso no
quería perderla.
Durante la noche Sániiac quiso saber mu­
chas cosas de nuestra religión católica (pues
había conocido al P. Casiraghi) y también
de los protestantes evangelistas que tienen un
centro no muy lejos de nuestra Misión.
Chiriapa. después de haberme aconseja­
do largamente sobre el viaje, hizo que me
prepararan unos plátanos, carne de ave y
2?



yuca. Pasé la noche sobre el suelo, con la
esperanza de dormir un poco. Al amanecer
celebré la Misa, insustituible sostén del mi­
sionero, y comenzamos la marcha atrevida
por el río.
Las cascadas eran muy peligrosas y los
muchachos, inexpertos, no podían guiar con
seguridad las barquichuelas. Con frecuencia
las olas elevaban y sacudían las embarca­
ciones, mientras las ramas de los árboles
colgantes sobre el río nos azotaban con sus
crueles látigos. Al fin divisamos un peque­
ño sendero en la orilla: esto indicaba la pro­
ximidad de algunas de las habitaciones de
Cashindiu. Pisamos tierra: una choza do­
minaba ampliamente el anchuroso valle.
Apenas la vieron mis compañeros huyeron
precipitadamente, abandonando las canoas:
temían la presencia vengativa del indomable
Cashindiu.
Quedé solo un momento. Después corrí
detrás de los fugitivos procurando detenerlos
y animarlos. Me obedecieron, pero se nega­
ron resueltamente a seguir adelante. No que­
daba otra solución que volver...
Entre tanto anocheció y tuvimos que pre­
pararnos un techo de hojas para pasar así
la noche. Se puede imaginar fácilmente la
suavidad de aquella cama, la música de las
aves y las fieras, y mil indiscretas inyeccio­
nes de los mosquitos... Con todo pasó tam­
bién aquella noche: apenas pude celebrar la
Misa sobre un altar de ramas, rezando por
tantas ovejas sin redil.
Nuestra situación se complicó por tener
que navegar aguas arriba. Los muchachos
avanzaban lenta y fatigosamente, luchando
contra la corriente. El peligro era grande:
las olas desiguales y las rocas del río amena­
zaban sumergimos, como lo hicieron ya con
otros misioneros salesianos. En estos casos,
más que las maniobras de los remeros, es
necesario un milagro del Señor.
Mientras a\'anzábamos, vi a lo lejos una
canoa que venía hacia nosotros. En seguida

grité con fuerza: “Soy el Padre”. Era un
hijo de Cashindiu; yo me alegré mucho.
Cuando estuvimos cerca me dijo: “Padre,
yo te quiero mucho; mi padre quiere verte”.
Pero ya no era posible: sólo le mandé un
saludo.
A las once de la mañana llegamos a una
choza, donde vivían unas treinta personas
que nunca habían visto al misionero. Pasé
con ellos unos pocos y alegres momentos, tra­
tando de insinuarles algún buen pensamien­
to. Quedaron muy contentos y casi no me
dejan seguir el camino...
Era necesario que yo llegara temprano a
ia casa de Tijiu: éste vivía en la selva y su
choza, muy espaciosa, se destacaba domina­
dora por su posición estratégica. A ésta lle­
gamos a las dos de la tarde: vivían en ella
treinta y cinco achuaras. A una prudente dis­
tancia grité que yo era el Padre. Este grito
conjuró otra posible desgracia, pues los sal­
vajes estaban ya armados contra nosotros.
Pareció que iban calmándose. El brujo Timás se apresuró para averiguar... cómo era
ti Padre.
De noche pude catequizar a esos pobres
hijos de la selva. Me preocupé sobre todo de
los niños que eran numerosos y vestían muy
primitivamente: ¡cómo hubiera querido
substraerles de las tinieblas y llevarlos al
reino de la luz!
Era una noche clara. En el atrio de la
choza, cerca de mi pobre cama de hojas de
plátano, se reunió secretamente una asam­
blea general de cinco brujos. Hablaban mis­
teriosamente y tragaban un narcótico (natén), excitante que los vuelve visionarios; en
estos sueños se enfrentan con fantásticos
enemigos a los que les cortan la cabeza
(tzantza), formando así sus mejores trofeos.
Uno decía entre otras cosas: “Taisha es
viejo; ya le mataron al hijo: dejémoslo que
viva aún”.
A la mañana sieuiente intenté celebrar el

Divino Sacrificio, pero todos, maravillados,
querían tocar los ornamentos sagrados. Avi­
sé que estuviesen quietos y en silencio, pero
de vez en cuando resonaba alguna inevitable
y sonora carcajada.
Los hombres tenían pintarrajeados el cuer­
po y la cara; de sus largos pelos negros pen­
dían vistosas plumas de ave. Su vestido es
el “itipi”. Las mujeres usan una tela de ma­
yores proporciones (tarachi) y horadan sus
orejas y -el labio inferior con pequeñas maderillas. La choza, de forma elíptica, tiene
el techo de paja y está dividida en dos partes,
ambas aseguradas con palos muy resisten­
tes; una parte es para las mujeres y otra
para los hombres. Por dentro abundan grue­
sas vasijas de barro, pequeños utensilios de
cocina; las camas, a modo de estera, tienen
delante el fuego siempre prendido...
Después de la Misa me ofrecieron el des­
ayuno : yuca y chicha.
Quedaban tres largos días de navegación
en los que debíamos vencer el hambre, el
cansancio y los elementos. Al segundo día
topamos, sin complicaciones, con un tigre
de agua. La tarde del tercer día llegamos
finalmente a la casa de Chiriapa, el cual,
apenas nos vio, exclamó: “Padre. Dios está
contigo, porque has vuelto sano”. Palabras
nuevas en la boca de un salvaje...
Antes de llegar a la Misión visité también
las chozas diseminadas a orillas del río Viquimi, afiuente del Macuma: aquí recluté
a cuatro muchachos que llevé conmigo a
Taisha.
Había pasado once días de viaje a través
de la selva. Tenía el cuerpo extenuado y la
sotana deshecha. La visión obstinada de la
naturaleza bárbara forzaba mi imaginación.
Pero tem'a también el corazón henchido
por el gozo de ser misionero y poder coope­
rar a la conquista y extensión del Cuerpo
Místico de Cristo.
P. L u is Bolla
Misionero \alesiano.

23

PADENG.—G tuvo de karianos que esperaban nuestra llegada. Sólo el niño que
lleva en brazos su madre era cristiano.

PRIMERA VISITA A LOS KARIANOS
T LUEVE que es un placer. El agua nos
^
remoja y refresca de pies a cabeza. Y
pensar que cuando salimos, hace cuatro ho­
ras apenas, lucía un sol que en los claros del
bosque nos levantaba ampollas y hacía sal­
tar la piel.
Nos acercamos a Padeng y si no fuese por
las benditas sanguijuelas que se nos pegan
a piernas y brazos al rozar las matas del
sendero, nos sentiríamos muy satisfechos con
la refrescante ducha venida del cielo.
Pero ya estamos acostumbrados a quitár­
noslas raspando con un cuchillo. Lo malo
es cuando no nos damos cuenta de que se
nos han pegado. Entonces no se desprenden
hasta que no se han hinchado de nuestra
sangre. .'V pesar de todo no suele ser peli­
groso.
Marchamos casi a saltos, evitando matojos y rasguños que nos pudieran producir
los arbustos que se entrometen en el sen­
dero y. sobre todo, mirando con ojos espa­
bilados para no pisar una serpiente, .^un
24

no hace una hora que despaché a una ser­
piente venenosísima de un tiro.
Benditos sean los inventores del plástico.
Si no fuera por las bolsitas de plástico, de
que nes hemos provisto a buen precio en
Hua-Hi \ nuestras perspectivas al llegar a
destino no serían tan felices, puesto que en
cuanto alcancemos la aldea una ducha nos
l.brará del barro y de las bolsas de plástico
saldrá ropa limpia y seca que nos hará sent:;.;os como nuevos.
Los hombres que nos ayudan a llevar la
impedimenta son casi lodos de Padeng. La
cabaña donde nos alojan es muy amplia y
se alza, por medio de estacas, unos dos me­
tros del suelo. Aunque vieja es confortable.
Se halla en medio de una plantación de
betel, la palma que produce las nueces, que
en todo el Oriente se emplean para masti­
car: lo que permite escupir a derecha e iz­
quierda adornando con su colores rojos el
ambiente...
Nos aseguran que esta noche no lloverá,

lo cual no deja de ser un consuelo, pues la
lluvia, que nos ha acompañado a lo largo
de nuestra excursión, sigue y por entre las
pajas del techo aparecen las primeras hume­
dades.
Siendo esta nuestra primera excursión a
parajes para nosotros totalmente desconoci­
dos, nos hemos permitido el lujo de venir
tres sacerdotes y un coadjutor. Llevábamos
más de un año preparándola para en cuanto
llegaran las vacaciones escolares realizarla.
El P. Sanóm, sacerdote siamés, se da aho­
ra cuenta que dos sanguijuelas han estado
engordando a su costa, por dos hilos de san­
gre que descubre en sus pantalones. Del bo­
tiquín de urgencia un hemostático pone fin
a la situación.
Las casas de la aldea no están agrupadas,
sino puestas en medio de sus respectivas
plantaciones. La nuestra está situada en un
trozo de floresta desboscado a hierro y fuego.
Las demás cabañas distan de la nuestra de
tres minutos a cinco horas de camino.
En el poblado hay ya un católico: un chi­
quillo que no ha cumplido el año. Se trata
de un bebé que en nuestra misión de HuaHiu fue bautizado por hallarse en punto de
muerte. Su madre nos prometió que si sa­
naba lo educaría en nuestra religión, aun
más, que lo enviaría a una de nuestras es­
cuelas. El niño curó y ahora, en brazos de
su madre, pernea a gusto como para mostrar
su contento de que hayamos venido.
Apenas llegados nos hemos puesto a re­
partir medicinas. Nos dicen que a dos horas
de camino hay unos niños enfermos. Lo de­
jamos para el día siguiente; hoy estamos
demasiado cansados. En nues­
tra tarea nos sorprende una
noche serena y estrellada.
Hemos convocado a todos los
vecinos a nuestra cabaña.
Mientras llegan disponemos
nuestro proyector de filminas.
Como no hay, ni soñarlo,
corriente eléctrica, previsorameníe nos hemos provisto

de unas pilas y en lugar de la lámpara co­
rriente, que consume demasiada energía, el
proyector lleva una lámpara de faro de au­
tomóvil. El cuadro que ilumina la pantalla
es pequeño, pero muy claro. Están todos con
la boca abierta; jamás habían visto cosa
semejante. Ante sus ojos atónitos brillan fi­
guras de colores y escuchan con religioso si­
lencio las explicaciones que en su propia
lengua les hace el P. Fevrier, que ha venido
adrede desde Birmania por conocer la len­
gua de los karianos.
Las primeras noticias sobre nuestra reli­
gión caen en buen terreno. Al final de la
proyección todo son preguntas acerca de
Jesús y de la Virgen María. La conversa­
ción pasa de tema en tema y uno nos hace
esta pregunta: “ ¿Cómo os atrevéis a atrave­
sar la floresta sin llevar al cuello el collar
protector contra los espíritus?”. Les respon­
demos que a nosotros nos protegen Jesús y
su Madre y que como señal de su protec­
ción llevamos al cuello una crucecita y una
imagen de María.
Son las diez de la noche. A esta hora ya
llevan todos al cuello una medalla de María
Auxiliadora bendecida. Sin embargo, a nin­
guno le hemos dado crucifijo, porque en es­
tas tierras lo reservamos exclusivamente y
así se lo decimos, para los bautizados, los
cuales lo llevan como distintivo.
La madre del chiquitín bautizado se abre
paso entonces y reclama uno para su hijito.
Es el personaje de la hora.
F rancisco Saoco
Misionero salesiano.

PADENG.— Las karianas gus­
tan tam bién de pintarrajear­
se. como esta niña, que tan
contenta m uestra su cara-

— 25

MARIA AUXILIADORA
/

SALVADO DE UN PELIGRO
V ergara (Guipúzcoa).—Noche oscura era
aquélla. H abía llovido abundantem ente, por
lo que el suelo estab a em barrado y resbala­
dizo.
Un guardia civil Iba a cum plir su deber a
un pueblo cercano. T enía que atrav esar un
m al paso: u n puente en m alas condiciones,
que cubre un profundo canal. La corriente
es Im petuosa pues a diez m etro del puente
(cual cata rata ) se precipita desde u n a altu ­
ra de siete m etros al río Deva.
Decidido Intentó p asar; cuando ya estaba
en la m itad del puente, dio un m al paso,
titubeó un poco, y cayó a las aguas. No sabía
nadar. El fusil, las cartucheras, el capote,
todo contribuía a sumergirle. Hizo u n es­
fuerzo y, gracias a Dios, pudo agarrarse con
una m ano al hierro que sostiene el pequeño
puente. Quiso gritar, mas, ¿quién h ab ría a
aquellas horas por allí? Intentó disparar al
fusil, pero la corriente era dem asiado im pe­
tuosa p ara sostenerse m ucho tiem po con
una mano.
Abandonado en m anos de la Providencia
gritó por últim a vez pidiendo auxilio. La
m isma Providencia quiso que u n a m ujer del
caserío cercano le oyera. Después de algu­
nos trabajos, ayudado por ella, pudo respirar
tranquilo en tierra.
M aría Auxiliadora esperaba algo de él y
le salvó. Si, esperaba a dos de sus hijos para
llevarlos a su casa, al Colegio Salesíano. Y
él agradecido h a sabido entregarlos gene­
rosam ente a Aquél que por m ediación de
su Madre le salvó de ta n grande peligro.
Ese guardia civil es mi padre.
M aría Auxiliadora ]G racias!
Deseo que se publique la gracia en el B o ­
letín , p ara m ayor gloria de M aría Auxilia­
dora.—José Esteban Oria.

CURACION DE MENINGITIS
B urgos.— Hallándose mi herm ana en una
gravísim a enferm edad de m eningitis, y dada
la imposibilidad de curación, según el m é­
dico, recurrí a M aría Auxiliadora para que
la curase. Pocas horas después mi herm ana

:6

experim entó u n a m ejoría ta l que los que
la asistían y el que lo escribe lo presenció,
nos quedamos m aravillados por ta n inespe­
ra d a curación. In stan tán eam en te recobró
todo el conocimiento que hab ía perdido por
completo. Hoy día se encuentra com pleta­
m ente bien y puede tra b a ja r y h acer sus la ­
bores ordinarias norm alm ente. M aría Au­
xiliadora ayuda a quien con fe la invocan.
Acudamos siem pre a la Virgen y ella nos
escuchará siempre, si es p a ra m ayor gloria
de Dios y de los dem ás.— Crescendo Santidrián, S. D. B.
CURADO DE MENINGITIS
CÓRDOBA.— Un día antes de m archar al co­
legio, m i hijo Servando cae víctim a de g ra­
ve enferm edad: la m eningitis. Casi in sta n ­
táneam ente se le nublan los ojos, pierde el
conocimiento y un terrible dolor de cabeza
se apodera de él p a ra no abandonarlo casi
todo el día. El doctor decide llevárselo al
Sanatorio. Mas im potente la ciencia m édi­
ca y a petición de su fam ilia lo llevan a su
casa perdida toda esperanza de curación.
Los saleslanos le visitan con frecuencia,
dándole la bendición de M aría Auxiliadora.
Se le reza a la Virgen sin descanso y sobre la
frente del niño su abuelita le coloca u n a es­
tam p a de D. Miguel Rúa. P asan los días y el
enferm o poco a poco fue m ejorando. Como
consecuencia de la enferm edad Servando p a ­
recía un niño de tres años. Pero hoy, gra­
cias a nu estra Auxiliadora h a reanudado ya
las tare as escolares. Muy agradecido envío
u n a lim osna.—Francisco Perales García.

CURADO DE AFECCION OCUT^AR
Doy gracias a M aría Auxiliadora por h a ­
berme concedido anteriorm ente varios fa ­
vores y en especial por haberm e librado de
unos fuertes dolores ocasionados por una
afección ocular.
Según dictam en del facultativo se impo­
n ía u n a doble intervención quirúrgica: en
el caso de que los dolores no cesaran.
Con fervientes y renovadas súplicas, acu­
dí a nuestra bondadosa M adre en dem anda

de socorro, y al cabo de dos meses, y sin
operación alguna, me vi libre de dolores.
Han pasado diez meses, y me encuentro
actualm ente sin experim entar la m enor mo­
lestia como consecuencia de m i afección.
Por ello renuevo públicam ente en el B ole­
t ín m i agradecim iento a n u estra buena Ma­
dre, por ta n singular m erced.— Rómulo Laita,. S. D. B.
EFECTO DE UNA MEDALLA USADA CON
PE y CONFIANZA
P uebla de la C alzada (Badajoz).—Encon­
trándose en m uy grave estado la enferm a

de corazón Carm en Montes fui a visitarla
porque se la llevaban a Badajoz, y viendo
que el doctor decia que el m overla mucho
sería m ás expuesto, pues podia incluso m o­
rir, me quité m i m edalla de M aría Auxilia­
dora, que siem pre llevo conmigo, y se la
puse a la enferm a diciéndole; M adre m ía
Auxiliadora, si curas a esta enferm a le rega­
laré p a ra siem pre m i m edalla y m andaré
celebrar en acción de gracias u n a Misa.
Eso fué a las tres de la tarde y a las cinco
volvía el coche y sus fam iliares estaban
asom brados al ver que ella los reconocía y
en trab a andando, aunque apoyada en uno
de sus parientes.—Josc/ina M.

O T R O S C O R A Z O N E S A G R A D E C ID O S
Julián Torres Pallarés (Olivares-Sevilla) da gra­
cias a María Auxiliadora por haber sentido su
auxilio al invocarla durante un terrible cólico ne­
frítico. Envía una limosna para su culto.
Joaquín Selles (Alcoy-Alicante) da gracias a Ma­
ría Auxiliadora por haber aprobado de un examen
bastante difícil en el mes de septiembre un hijo
suyo, después de invocar con confianza y fervor
a tan buena Madre. Envía una limosna para su
culto.
José C. Alonso (Arenas-Avila) da gracias a María
Auxiliadora por haber conseguido la posibilidad
de examinarse, a pesar de sentirse delicado en
aquellos días, y haber salido bien de los exámenes.
Peira González (Puertollano-Ciudad Real) agra­
dece a María Auxiliadora un favor recibido, con
motivo de una enfermedad, y como gratitud regala
al Colegio Salesiano de la localidad una preciosa
Custodia.
Viuda de Marcóte (Toledo) quiere manifestar su
gratitud a María Auxiliadora publicando la gracia
en el Boletín S.^lesiano por haber sido librada
de unos grandes mareos durante su veraneo y re­
gresar bien a Toledo. E igualmente por haber ob­
tenido la gracia de que una hermana suya no fuese
intervenida en el quirófano. Envía una limosna.
E. Salamanca (Toledo) da gracias a María Auxi­
liadora por haber obtenido de tan buena Madre
que se cortara una hemorragia difícil de cortar a
una sobrina suya. Envía una limosna.
A. L. (Bólliga-Chienca) agradece a María Auxi­
liadora la curación de su hija, de tres meses, que
lleva su nombre, porque se encontraba muy grave,
y cuando le invocó haciendo una novena, se puso
completamente bien. Envía una limosna.
E. E. (BóUiga-Cuenca) agradece a María Auxi­
liadora el haberle curado de una pierna que tenía
enferma y se corría peligro de complicarse, y por
haber curado varías veces a su hijita, enferma,
invocando a María Auxiliadora y a San Juan
Bosco.
José Luis Fernández, de C!arabanchcl. agradece
a María Auxiliadora su protección en unas oposi­
ciones.

Asunción F. Amil (Vigo) da gracias a María
Auxiliadora por una gracia concedida, envía una
limosna para su culto y publica la gracia en el
Boletín, según promesa que hizo.
Mercedes Fernández (Vigo) envía una limosna
para las Obras Salesianas como cumplimiento de
promesa que hizo a María Auxiliadora por dos
favores recibidos.
Amparo Risco (Orellana-Badajoz) da gracias a
María Auxiliadora, envía una limosna y publica la
gracia en el Boletín por haber conseguido de Ella
que una hermana pequefia no fuese operada de
una operación que, por otra parle, se presentaba
necesaria.
Rosalía Otero (Muelas de los Caballcros-Zamora)
envía una limosna y da gracias a María Auxilia­
dora por haber aprobado su hijo la reválida.
Teófila Sanz (Garrovilles-Cáceres) da gracias a
María Auxiliadora por haber salido bien de una
operación.
Josefa García (Madrid) agradece a María Auxi­
liadora un favor obtenido, grandísimo y difícil, por
lo que envía una limosna, y desea que se publique
la gracia en el Boletín .
Dan gracias a María Auxiliadora, envían una
limosna y desean que se publiquen los favores en
el BOLETIN SALESIANO:
Jesús Muñoz, de Astudillo; Angelines García, de
Astudíllo; Carmen Rescos, de Santander; Ignacio
Martín, de Barcelona; J. G., de Zamora: María
Conigal, de Madrid; Dolores García, de Zamora;
Florencio Hernández, de Morón de la Frontera;
Teresa Figueras, de Viliafranca del Panades (Bar­
celona); Manuela Mayo, de Puebla de la Calzada
(Badajoz); Manuela Gutiérrez, de Puerto Real
(Cádiz): Socorro Madero, de Ecija (Sevilla); Ana
Puerto, viuda de García, de San José del Valle
(Cádiz); Arsenio Escudero, de Olleros de Tera
(Zamora); M. P., de Tarrasa; N. N., de Barcelo­
na; N. N., de BóUiga (Cuenca); Teresa Robledo
Olmedo, de Astudillo (Patencia); Lucinda Gonzá­
lez, de Zamora.

— 27

De S a n J u a n B o sc o
Santo Dom ingo Savio
U trera.— Quiero d ar gracias p o r un favor
recibido de San Ju an Bosco, y envío una li­
mosna.—Froíicisco José M.“ Doblado.
CÓRDOBA.— Doy gracias a Santo Domingo
Savio porque, debido a su intercesión y a su
santo escapulario, mi señora pudo dar a luz
felizmente su segundo hijo sin las compli­
caciones que se tem ían. Deseo que se publi­
que la gracia en el B oletín S alesiano para
que invoquen, en estos trances, a Santo Do­
mingo Savio, protector de las m adres y de
los niños.—Lwís Ruiz Moreno.
Dan gracias a San Ju an Bosco: Rosalía
Ca7npo?na7ics,. de Madrid, y Mercedes Fer­
nández, de Vigo.

UNICO REMEDIO EFICAZ: LA ORACION
A SANTO DOMINGO SAVIO
C astronovo (Italia).—Al caerm e me partí
la pierna por un sitio difícil. P asaron tres
meses y, en lugar de ir m ejorando, lo que
ocurría era que iba de m al en peor; dos
médicos no sabían qué curación aplicarme.
Decidieron trasladarm e a u n a clínica con el
fin de someterme a una operación. Yo, en­
tonces, comencé una novena a S anto Do­
mingo Savio, de quien soy muy devota. Des­
pués de un atento examen radiológico, el
médico me declaró que dentro de dos días
seria operada. Intensifiqué mi oración al
Santo.
Al dia siguiente, habiéndom e visitado de
nuevo, el médico me encontró la pierna muy
m ejorada, y añadió que si el m ejoram iento
continuaba no sería necesaria la interven­
ción qulrürgica.
Hoy, después de un mes transcurrido, pue­
do decir que estoy curada sin necesidad de
haber sido intervenida y me siento, incluso,
m ejor que antes. S anto Domingo Savio me
h a escuchado y atendido en mi súplica.—
Fra7icisca Gattuso.

28



LE PIDEN UN HIJO
T rino V ercelle (Italia). — H abían pasado
algunos años en espera de que el Señor h i­
ciese descender sobre nuestro hogar su ben­
dición y regalarnos un hijo, pero sin em­
bargo la cuna estaba vacía.
Suplicamos, sin embargo, a Sto. Domingo
Savio y a San Ju a n Bosco intercedieran ante
M aría Auxiliadora y nos obtuviesen esa gra­
cia ta n deseada. Y he aquí que n uestra casa
se vió_ llena de alegría con la llegada del
pequeño Bruno María.
Si al principio de su llegada a este mundo
los fam iliares sintieron tem or ante el peligro
de la salud de la m am á, ahora, gracias a tan
poderosos intercesores, ambos gozan de per­
fecto estado de salud.
Damos gracias a Santo Domingo Savio y
le rogamos que proteja a nuestro pequeño
Bruno M aría con el fin de que crezca, pero
sobre todo llegue a ser católico fervoroso y
sepa im itar a su protector.—María Ausilia y
Eugenio Raiteri.

EL UNICO QUE QUEDO ILESO
Ñ apóles (Italia).—Viajando en automóvil,
junto al conductor, salí m ilagrosam ente ile­
so de u n choque con u n a moto. En el en ­
cuentro. los dos m otoristas encontraron la
m uerte, y nuestro automóvil fue a chocar
contra el parapeto del puente, con peligro
de caer. El conductor, que era ingeniero,
lleva m ás de un mes hospitalizado, y todavía
no se sabe cuándo le d arán el alta; la otra
persona que viajaba tam bién en el auto re ­
sultó con la pierna izquierda fracturada.
U nicam ente yo, que cuando llegué a casa
ten ía incluso incrustaciones de cristales en
el tra je y en la ropa interior, permanecí
Ileso, sin el m ás leve rasguño. Yo atribuyo
esta gracia a la protección de Santo Do­
mingo Savio. de quien he sido y soy muy
devoto.—Cayeta7io Palomba.

F a v o re s de
D on M ig u e ! R ú a
CURACION INSTANTANEA
V alencia .—Hace seis años que a conse­
cuencia de u n a Infección en la boca me so­
brevino u n a iridosciditis en el ojo izquierdo,
que me producía terribles dolores de cabe­
za. Después de invocar confiadam ente al Ve­
nerable D. Miguel Rúa, me apliqué u n a re­
liquia suya y al in stan te cesaron los fuertes
dolores que me aquejaban, quedándome
profundam ente dormida. Desde entonces
h a sta la fecha no he vuelto a sentir moles­
tia alguna.
El doctor don Joaquín B arraquer, después
de consultar este caso con otros doctores,
hubo de exclam ar: «Todos convenimos en
que la enferm a debería experim entar dolo­
res ta n atroces, que no h ab ría habido m ás
remedio que extraerle el ojo. No sabemos en­
contrar explicación n a tu ra l a este caso ver­
daderam ente extraordinario y misterioso».
Gracias sean dadas a la poderosa interce­
sión del g ran siervo de Dios el Vble. D. Mi­
guel Rúa.—Sor Mercedes Artacho, H ija de
M aría Auxiliadora.

LIBRADO DE UN ATAQUE NEFRITICO

encomendé al siervo de Dios, Don Migue! Rúa, y
conseguí que un hermano mío, Salesiano, le man­
dara una reliquia. Ante la rápida mejoría de mi
madre, deseo se publique la gracia, e invito a
cuantas personas se hallen en algún apuro acudan
a este siervo de Dios para conseguir del cielo el
verlo muy pronto en los altares.—Tránsito Machado.

F a v o re s de
D o ñ a D o r o te a d e C h o p ite a
LIBRADO DE SITUACION ECONOMICA
PENOSA
B.-lrcelona.—Encontrándom e en u n a situa­
ción económica b astante apurada, se me
presentaron unos pagos fiscales muy cuan­
tiosos, lo que iba a crearm e una situación
extrem adam ente delicada. Recurrí a perso­
n a autorizada en la m ateria y me dijo efec­
tivam ente que era obligatorio satisfacer.
Hice u n a novena con m ucho fervor a Ma­
ría Auxiliadora y a doña Dorotea de Chopi­
tea. Y a los pocos días, junto con los seño­
res que buscaban el litigio, visitamos tres
abogados distintos y con estupor de todos
aseguraron que no debía desembolsar ni una
peseta.
Como siempre, he creído que es un ver­
dadero m ilagro y envío u n a llmsona.—jifaría Luisa C.

T arrasa.— Habiéndome visto rep en tin a­
m ente afligido por un fuerte ataque nefrí­
tico. me encomendé al siervo de Dios D. Mi­
guel Rúa, sobre cuya causa de beatificación
y necesidad de activarla, h acía poco m ás de
una h o ra habíam os leído unos pensam ien­
tos en la relación periódica que el Rvdmo.
Rector Mayor de la Congregación Salesiana
envía a todas n u estras Comunidades. Al in ­
vocar al prim er sucesor de D. Sosco tenía
en tre las m anos u n a reliquia suya. Tomé al­
gunos remedios científicos que resultaron
Ineficaces.
Finalm ente, siguiendo el consejo de mi
anciana m adre, me apliqué imo, sencillo y
casero, y an tes de im m inuto quedaba plá­
cidam ente dormido, sin que h a sta la fecha
(h an pasado tres meses) se me h ay a repeti­
do el mal. ¿Quiso el siervo de Dios hacerm e
ver su com placencia en la virtud que tan to
amó: ia obediencia y en su am or a la pobre­
za, que le hacia recom endar p a ra ciertas do­
lencias la terap éu tica n atu ral?
Como sea, aquí queda expuesto el caso
ju n to con mi g ra titu d a D. Miguel Rúa, a
quien esperam os ver pronto en los altares.—
Rómulo Piñol,. S. D. B.

T arrasa.—Habiendo caído gravíslm am ente enferm o de m eningitis un herm ano Coad­
jutor de la Casa Salesiana existente en esta
población, le encom endam os todo.», niños y
herm anos, a la bondad de Dios, poniendo por
Intercesora a la gran cooperadora salesiana
doña Dorotea de Chopitea. Si bien se prodi­
garon al enferm o todos los remedios que
la m oderna ciencia posee, hemos de recono­
cer que sólo la intervención del cielo h a po­
dido consolam os con u n a curación m aravi­
llosam ente completa. Publicamos n uestra
gratitu d a la sierva de Dios, m ientras tr a ta ­
mos de an im ar a otros pacientes a que se
pongan bajo su poderoso valim iento.—El Di­
rector.

San C ebri.án de C astro.—Habiendo recibido la
noticia de que mi madre había sido operada, la

A révalo (Avila).—Dos personas devotas de
doña Dorotea de dicha población, envían 11-

CURADO DE MENINGITIS

HiNOJosA DEL D uque.—^Da gracias a doña
Dorotea de Chopitea, envía u n a lim osna y
desea se publique la gracia en el B oletín
S alesiano , por favores recibidos. — Victorina
Antón.

— 29

m osnas por favores recibidos para su causa
de beatlñcación.
M adrid .— Envía lim osna D.‘ Rosalía Camvomancs.
V ico .—Por dos favores conseguidos de do­
ñ a Dorotea envía u n a limosna.—N. N.
CÓRDOBA.— Agradece a doña Dorotea una
gracia concedida y envía u n a lim osna para
su causa de beatificación.—Juan Toscano.

Caspe .— Envía una lim osna y desea se pu­
blique en el B oletín S alesiano su gratitud
por u n a gracia alcanzada por intercesión
de doña Dorotea de Chopitea.—María No­
gueras.
H in ojosa del D uque.—Da gracias a doña
D orotea de Chopitea por varios favores re ­
cibidos, envía una lim osna y desea que se
publique en el B oletín S alesiano para esti­
mulo de los demás.—M. A.

B I B L I O G R A F I A
D r . Enrique C erdA: Cuestionario SN 59. Un
juego completo, 21 cuestionarios y 21 hojas resul­
tados, un manual y dos claves de corrección. Pe­
setas 120. Editorial Herder, Barcelona, 1962.
El Cuestionario SN es un instrumento rápido y
eficaz para determinar objetivamente perturbacio­
nes neuróticas. Es útil en cualquier circunstancia
en que se desee o se precise detectar sujetos neuró­
ticos.
El Cuestionario SN 59 mide objetivamente un
factor “ncurotismo”, y al mismo tiempo controla
la actitud de! sujeto ante el test, es decir, que se
puede objetivar si sus contestaciones fueron sin­
ceras o no.
Puede administrarse —individual o colectiva­
mente— en quince minutos. Su evaluación es ob­
jetiva y se realiza mediante una clave de forma
mecánica en menos de dos minutos.
El material es sencillo y consta de: a) Manual
(en el que se exponen las características del test,
el proceso de su construcción y validación, y se
dan las normas para administrarlo y evaluarlo).
/)) Cuestionarios, c) Hojas de resultados; y d) Cla­
ves de corrección.
Con el Cuestionario SN 59, Editorial Herder
inicia una nueva sección indicada a la publicación
do tests. Existe un amplio programa a desarrollar,
anunciándose para en breve la edición los cues­

H EG R O LO Q IA

tionarios de adaptación (forma adolescentes y for­
ma adultos), de H. G. Bell.
JosEF Staüdinger : FJ Sermón de la Montaña.
Versión española de José Belloch Zimmermann.
14,4 por 22,2 cm., 344 págs. Rústica, 150 pesetas.
Tela, 785. Biblioteca “Herder”. Vol. 51. Sección
Sagrada Escritura. Editorial Herder, Barcelona,
1962.
En este libro, Staüdinger se propone analizar
todo el sentido de las palabras de Jesús y reprodu­
cirlo sin falsedades ni malas interpretaciones. La
recta comprensión del Sermón de la Montaña es
importante para la fe cristiana.
El autor llega a la solución, esencialmente nueva
para la cuestión sipnótica, gracias a un examen
sin prejuicios y a una comparación técnica y exi­
gente de los pasajes correspondientes a dicho pro­
blema.
Staüdinger ha conseguido darnos un juicio segu­
ro y el sentido auténtico del sermón de Jesús en
la montaña. El libro se lee con verdadero agrado;
su lenguaje puede ser comprendido por un amplío
círculo de lectores. Tanto sacerdotes como segla­
res pueden obtener abundantes frutos del mismo.
Un apéndice muy interesante, tres índices; ge­
neral, bibliográfico y onomástico, completan el
valor de la obra. La biblioteca “Herder” ha aña­
dido un importante título a su elenco.

DON .ANTONIO PORTELA ALONSO

Dejó recuerdos como los puede dejar un santo
para todos los que le conocimos. Recibió los últi­
mos Sacramentos con toda devoción, como lo hacía
siempre, y la bendición de María Auxiliadora.

El pasado 9 de septiembre dejaba de existir, a los
sesenta y seis años de edad, en Moaña, el Coope­
rador Salesiano, don Antonio Pórtela Alonso.
Era don Antonio hombre de una gran piedad,
católico práctico y padre ejemplar de numerosos
hijos, dos de los cuales son religiosas. Ocupaba,
por sus dotes, el cargo de presidente de la Junta
Parroquial de A. C.
Llevó su enfermedad con edificante y cristiana
resignación, y en medio de sus dolores tuvo recueñlos para los pecadores y alejados de Dios.

Rogamos a nuestros lectores una oración por el
alma de los siguientes Cooperadores y Bienhecho­
res Salesianos recientemente fallecidos;
Doña Juana Casanovas Amorós, de Ciudadela:
doña Juana Gallego López, de Madrid; don Mo­
desto de Puig, de Gerona; don José Bataller, de
Las Presas de Olot; doña Aurora Casals, de Ge­
rona. y don Andrés Ylla Brugat. en Freiburg
(Alemania).
En Santiago de Compostela entregó su alma a
Dios doña Manuela Botana, viuda de Padrón.

30

Tuvo una muerte ejemplar como eco de una vida
eminentemente cristiana.
En Vigo ha fallecido el ilustre y cristianísimo
general, don Ignacio Nandín, seguido a los pocos
días p>or su dignísima esposa, doña Natividad Gue­
vara (q. e. p. d.), ambos de comunión diaria y

muy queridos en la ciudad. Reguemos por ellos.
En Vigo también el ilustrísimo señor don José
Cervera Alsina, Decurión Salesiano desde los tiem­
pos de Don Bosco, ferviente católico. Murió en la
paz del Señor.
R. I. P. A.

d3occi4> pG/va imcaoumo4~ SedeMOMoúEl mejor premio que Dios puede conceder a una familia es un hijo sacerdote
(Relación de las becas que han experimentado variación)

•5.
O n rf. M m

4 » t k w e , 1 5 . mrndtid

Beca tDon Rodolfo Fierro*.—25.000 ptas.
Beca tDon Juan*, nueva entrega de 5.000 ptas.—
Total: 15.000 ptas.
Beca tNuesíra Señora de Vilna*. l.OOO ptas.—To­
tal: 2.000 ptas.
Beca anónimo. 6.000 ptas.

Vnap. do. S ’'
P. Previaei«l< CeQ * 4A.* Aw sfUaéttro. 14 . CA rdebo .

Beca tManuel Hernández'*, 4.000 pías.
Beca tNicolás Rodríguez*. 500 ptas.
Beca tFamilia de Lara*. 100 ptas.
Beca tNuesira Señora del Pino*. Teror (Canarias).
5.000 ptas.—Total: 15.000 ptas.

J'Hdp. (¿c yi. § . da ¿a y¡toJíc&d
P . P r o v in d e l: P o i* o S on Ju a n fto ic o . 7 4 . B o rco lon o

Beca tNuesíra Señora del Rosario*, del Colegio de
Reus. Nueva aportación, 10.000 ptas.
Beca tRoselló Esleía», 5.000 ptas.

Jnep. da

J'ui'nctd.ca ' Jautas

P. P ro vln d o h It c v o ie t Selo*>ono». Dovsto - tU boo

Beca tArchicofradía de María Auxiliadora*. Baracaido.—Total: 19.650 ptas.
Beca tSan Paulino*. Baracaldo.—Total: 20.175
pesetas.
Beca tDon Pedro Olivazzo*. Baracaldo.—Total:
12.000 ptas.
Beca *Don Eduardo Caprani*. Baracaldo.—Total:
4.925 ptas.
Beca tEscuela de Apreruiiees del Nervión*. Bara­
caldo.—Total: 25.000 ptas.

Beca tSan Juan Bosco*, promovida por don Juan
Gozalo. Baracaldo.—Total: 15.000 ptas.
Beca tSeñores de Uda Eixe*. Bilbao.—Total:
12.000 ptas.
Beca tFrancisco Tierra». Burceña.—Total: 6.500
pesetas.
Beca tDon Enrique Sáiz*- Burgos. Antiguos Alum­
nos. Nueva entrega, 1.500 ptas.—Total: 17.779
pesetas.
Beca tMaría Auxiliadora*. Pamplona. Asociaciociones. Archicofradía.—Total: 20.000 ptas.
Beca tAlfonso Gómez Pineda*. Pamplona.—^To­
tal : 5.000 ptas.
Beca tMamá Margarita*. Pamplona.—Total: 1.500
pesetas.
Beca tVirgen del Castillo*. El Royo. — Total:
6.000 ptas.
Beca tMaría Auxiliadora*. Santander. Archicofra­
día.—Total: 6.000 ptas.
Beca tSan José Obrero*. Santander. Industriales.
Totail: 10.000 ptas.
Beca tSanto Domingo Savio*. Santander. Compa­
ñías.—Total: 13.500 ptas.
Beca tSan Andrés*. Sarracín. Nueva entrega, 140.60
pesetas.—Total: 1.302,60 pías.
Beca tNuestros Mártires*. Zuazo.—Total; 18.409
pesetas.
Beca tMaría Auxiliadora*. R. G. R. — Total:
10.000 ptas.

Jfidpccioua

dd

Sa'K

?. Provineíati C a llo do S e s u n te . 3 1 8 . V a ló n e le .

Beca tVirgen de las Virtudes*. Nueva entrega,
2.685 ptas.—^Total: 24.965 ptas.
Beca tNuestra Señora del Perpetuo Socorro*, de
Bétera, 1.000 ptas.—Total: 3.000 ptas.

P. P re v in e ie li E scu o lo i Se lo tie n e * . Zom ore.

Beca tSan José*. Doña Marcelina Lorenzo Carciro
(GondomarX 30.000 ptas.

— 31

LIBROS útiles y formativos que puede
A D Q U IRIR Y D IFU N DIR para dar a
conocer e! pensamiento salesiano:

Colección HORIZONTES LUMINOSOS







Soldados sin uniforme, R. Uguccioni, 25 ptas.
Pioneros de Dios, Sante Garelli, 15 ptas.
El Santo del Trabajo, Fiero Bargellini, 20 ptas.
El Salesiano es así, Adolfo L ’Arco, 15 ptas.
Por un gran amor, M .' Pía Giudici, 15 ptas.
Cuando Dios llama, L. Terrone y T. Salvaré, 30 ptas.

La colección HORIZONTES LUMINOSOS está integrada por libros
que convienen ser leídos por los componentes de la Familia Salesiana y
difundidos entre todos los que aprecien y simpaticen con la OBRA DE
DON BOSCO.
Leer HORIZONTES LUMINOSOS es conocer mejor a Don Bosco.
Difundir HORIZONTES LUMINOSOS es cooperar a extender el pen­
samiento de Don Bosco.
Pida hoy mismo a la

SEI

Alcalá, 164, Madrid, '

cualquiera de los títulos, que le será servido inmediatamente, a reembolso,
si así lo desea.

Se ruega al Remitente ponga sus propias serlas para efectos de
devolución, caso de no dar con el destinatario.

Fecha
1962.12