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Título
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BS_1957_09
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Descripción
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Boletín Salesiano. Septiembre 1957
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extracted text
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Sacerdotes Salesianos del Teologado de Carabanchel, ordenados el 23 de Junio,
1957, y sus padrinos los Excmos. Sres. Marqueses de Alava.
Sacerdotes Salesianos del Teologado de Horta>8areelona, ordenados el 23 de Ju
nio, en el Te.Tiplo Exp.atorio Nacional del Tibidabo. Sus padrinos, D. Javier y
Dona Angeles Marti Codolar, el Eterno. Sr. Obispo de Colofón, y el Muy Reve
rendo P. Inspector.
LI BROS
V I D A DE SAN JUAN B O S C O
POR LOS PP. LEMOYME-FIERRO S. D. B.
En sus 87 capítulos narra detalladamente la Interesantísima vida del Santo, apaleclendo en varios de eUos facetas del mismo, ignoradas casi por completo has-U aho
ra Varios índices facilitan su manejo y consulta haciéndola inmensamente uül para
la'rápida preparación de sermones, c o n f e r e n ^ , buenas noch^...
Su form atVes de 15 x 21; Ueva 1.100 páginas de texto; 80 grabados fuera de
texto, en papel couché, de ellos 8 bicolora.
Encuadernada en tela con sobrecubiertas en cuatrocromía, 190 pías.
V I D A DE D O N M I G U E L R U A
POR A. AUrFRAY. S. D. B.
La Vida del primer sucesor de San Juan Bosco es un libro interesantísimo e in
dispensable para el mejor conocimiento de la Congregación Salesiana y del mismo Don
sin D. Rúa, son palabras de Don Bosco, y o no habría podido hacer gran parte
^La T S ó n ^ e s p S id S traducción del P. BasiUo
S. D. B., conserva tod-.
“1 atractivo extraordinario del original, por lo que e ^ m c « seguros Je su
Su formato es de 15x21; lleva 380 páginas de texto y varios grabados en papel
^^'^'^Encuadernada en rústica con sobrecubierta a dos colores, 100 ptas.
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S A IE S IA N O
R E V I S T A
R E DA C C I O N
Año LXXI
s
I
U i / / L i í iV-y.
D E
L A S
O B R A S
Y
A D M I N I S T R A C I O N .
♦
D E
D O N
A LC A l A ,
16 4
SEPTIEMBRE 1957
E l C entenario de L ourdes ...
Los C ooperadores según la
MENTE DE DON BOSCO ........
E l P apa de D on B osco ........
N oticiario mundial salesiano .
E spaña Salesiana ...................
F iestas conmemorativas del
Lxxv A niversario ..............
EL C E N T E N A R I O
Todo el m undo cristiano se prepa
ra a celebra r con el entusiasmo que
se m erece el centenario de los m ila
gros con que la Santísim a V irg e n se
dignó refrendar la d efin ición dogm á
tica de su Inm aculada Concepción, co
menzando con las apariciones a B e rnardita. H a tom ado la in icia tiva el
Episcopado Francés. E l Padre Santo
publica una E n cíclica que p o r su elo
cuencia y abundancia d octrinal, no
menos que p o r su estudio, está llam a
da a te n e r resonancia in extin gu ib le.
Recom endam os a nuestros C ooperado
res la lean detenidam ente y la m editen,
para p on er en práctica sus recom en
daciones, y que se adhieran de cora
zón a los actos que Icls diócesis y pa
rroquias organicen para la celebración
del Centenario.
3-4
♦
B O S C O
MADRI D
Número 9
C rónica DE GR-ACIAS ..............
N ecrología ..............................
D e nuestras M isiones ........
21-22
22
23-29
4-5
5-6
7*13 I nspectoría de N tr a . Sra . de
14-20
la M e r c e d .............................
U n buen programa para los
15
Cooperadores ......................
30
31
DE L O U R D E S
N os dicen las ^Memorias B iog rá fi
cas de San Juan B osco » que desde la
preparación del D ecreto de la D e fin i
ción, el O ratorio de Valdocco y las deobras que D on Bosco había orga
nizado, vibraban de am or a la Virgen
Santísim a y de ardor para festejarla.
E n su honor, D om in g o Savio in s titu
yó la Compañía de la Inm aculada y
M ig u e l M agone tom ó resoluciones he
roicas que, debidamente practicadas,
h icieron de él un m odelo de estu
diantes.
N o s d icen que D on Bosco hablaba
con m ucha frecuencia de la In m a cu la
da y que inm ediatam ente después de
las apariciones de Lourdes, dedicó m u
chas de sus Buenas N oches a dárselas
a con ocer a sus m uchachos y a cuantos tenían relaciones con el Oratorio.
—
3
P v b licó , además, un herm oso folleto
sobre ellas y sobre los m ilagros que se
iban produciendo en la bendita gruta.
L a V irgen , en Lourdes, daba lec
ciones al m undo, le traía, de parte de
Dios, un mensaje, confirm ándolo todo
con m ila gros: salud de los cuerpos y
salud de las almas.
D ich o M ensaje no ha perdido su ac
tualidad: es u n llam am iento, amoroso
y fu erte, a la F e , a la Esperanza, al
A m o r, a la sobrenaturalización de la
vida.
{{¿Podría v e n ir — dice P ío X I I — la
M adre de D ios ju n to a sus hijos en
otra form a 'diversa de mensajera de
perdón y de esperanza? Junto a la
gruta bendita nos in vita , en nom bre
de su d ivin o H ijo , a la conversión del
corazón y a la esperanza del perdón.
¿La escucharem os...?»
Los Cooperadores según la mente de Don Bosco
Este fué el tem a desarrollado en el
Congreso de Cooperadores por el E xce
lentísimo Sr. Arzobispo de Valencia, Mon
señor D. Marcelino Olaechea, S. D. B.
Nadie con más autoridad para tratarlo.
Discípulo predilecto del Siervo de Dios
don F elip e Rinaldi, Director y P ro v in
cial de los Salesianos, ha v iv id o además
en el seno mismo de la Congregación y
ha tratado con todos los principales m iem
bros de la misma.
En tres puntos concretó su magistral
disertación; naturaleza-fin-misión de la
Pía Unión.
1.® N aturaleza:
L os
Cooperadores
no son principalm ente bienhechores de
las Obras Salesianas, sino cristianos
fervorosos y apóstoles de la caridad, se
gún las palabras de Don Bosco: «V e n
drá un tiempo en que el nombre de Co
operador Salesiano será sinónimo de
verdadero cristiano. La obra de los Co
operadores, la obra del Papa, está he
cha para sacudir de su letargo a tantos
cristianos que yacen en la tndi/erencía,
7 difundir la energía de la caridad.»
(Mern. Biog. X V I I I, 161.)
2.® F i n : Los Cooperadores no son pa
ra la Congregación Salesiana, sino para
la Iglesia U niversal. H e aquí las pala
bras de Don Bosco: «Su verdadera fina
lidad directa no es la de ayudar a los
Salesianos, sino prestar ayuda a la
Iglesia, a los Obispos, a los Párrocos,
bajo la alta dirección de los Salesianos,
en las obras de beneficencia, como cate
cismos, educación de los nitlos pobres y
cosas por el estilo... Clarisimamente lo
ha visto el Sr. Obispo de Padua, quien
4 _
dijo abiertamente que no se deben abri
gar recelos de los Cooperadores, porque
son de la diócesis, y que todos los pá
rrocos debieran, con sus parroquianos,
ser Cooperadores Salesianos.» (Mem.
Biog. X V II, 25.)
3.® M isión : H e aquí dos pensamien
tos fundamentales del Santo Fundador:
«L a misión de los Cooperadores Sale
sianos es santificarse a sí mismos y san
tificar sus propias familias con el buen
ejemplo, con el exacto cumplim iento de
los deberes religiosos, ser solícitos en
coadyuvar a los Salesianos en apostola
dos y cosas que deben hacerse en me
dio del siglo y no conviene que las ha
gan los religiosos.» (M em . Biog. X I I I ,
412.)
«Deben darse dos conferencias genera
les anuales, en las cuales se hace una
cuestación para la obra: en estas confe
rencias debe explicarse debidamente la
naturaleza y el fin de los Cooperadores:
que es ayudar y fomentar el catecismo,
difundir la Buena Prensa, mandar los
niños a buenos colegios, etc.» (M em .
Biog. X V I, 412.)
Como recordarán los asistentes al Con
greso, estas ideas, desarrolladas con su
genial competencia por el Sr. Arzobispo,
arrancaron los aplausos de aprobación a
los dos Superiores del Capítulo Supre
mo de la Congregación allí presentes, y
revelaron una ve z a Prelados, Ministros,
periodistas y público allí presente, la
grandeza y universalidad de Don Bosco
y la excelsitud de su misión.
Estas ideas deben m editarse, explicar
se y difundirse por todas partes.
M A RCH A DE LA R E O R G A N IZ A C IO N
Comenzaremos por la
joven: Z amora.
Inspectoría
más
Su Delegado Inspectorial, D. Ignacio
Díaz Mateo, se ha dedicado con ejemplar
empeño a la obra, poniendo bases sóli
das Como escribe al Rvdmo. P. Rícceri,
«después de haber visitado los centros
existentes, ha visitado a los Excmos. se
ñores Obispos de las diócesis donde exis
ten Casas Salesianas, para ponerlos al co
rriente de la Pía Unión y sus actividades,
y todos se han mostrado dispuestos a co
laborar al desarrollo de la providencial
institución en las ciudades y pueblos de
su jurisdicción. En algunas ciudades, co
mo Santander, Vigo, Coruña, Orense, Valladolid, Zamora, nombraron los Directo
res Diocesanos a tenor del Reglamento.
»Hemos organizado la 1.» Conferencia
de la manera que pueda suscitar mayor in
terés posible, sirviéndonos de todos los
medios, entre ellos la prensa diaria y la
radio. En esa ocasión se distribuyeron mu
chos diplomas, anteponiendo la debida pre
paración de los nuevos Cooperadores; 500
en Vigo, 400 en Astudillo, 150 en Allaríz
200 en Zamora, 100 en Coruña, y así en
otros centros.
»E n todas las Casas se va incrementan
do el Ejercicio de la Buena Muerte y la
reunión mensual, con oportuno cambio de
ideas.
»P or ahora, añade, nos hemos limitado
a organizar también tres obradores o ta
lleres para Cooperadoras: en Zamora, San
tander y Vigo. Trabajan para los Orato
rios festivos y las Misiones.
»E n cada centro se han nombrado algu
nos «Celadores» y «Celadoras», que desa
rrollan su labor según el Reglamento y di
funden la Buena Prensa.
«Estamos organizando cuatro o cinco tan
das de Ejercicios Espirituales en las regio
nes que entran dentro del ámbito de la
Inspectoría, para comodidad de los Coope
radores y Cooperadoras más fervorosos...»
En sucesivos números iremos dando
cuenta de las actividades de las demás y
de sus centros correspondientes.
El Papa de Don Bosco
E l pueblo lo aclamó así. Y el mismo
Pontífice— P ío X I — se complacía en repe
tirlo : «P ío X I , el Papa de Don Bosco».
Y así viv irá en la historia. E n tre los tan
tos títulos a que tiene derecho, tal vez
fu é el que más le gustó. Había tratado de
cerca al Santo. ¡Y le había cobrado tanto
carino y adm iración!
E l 31 de m ayo so cum plieron cien años
del nacim iento del grande Pontífice. Su
figu ra radiante y m agnifica ha hecho ex
clam ar a su Sucesor: «P ío X I es uno de
esos hombres que la Providencia regala al
mundo sólo de cuando en cuando en el
rodar de los siglos». Con ocasión del centenario_ ha venido, oportuno, el libro de
Monseñor Carlos Confaloniere, Secretario
de la Congregación de los Seminarios y
Universidades, «P ío X I, visto da v id rio »
(P ío X I visto de cerca). E l Prelado, que
tuvo la suerte de estar muchos años a su
lado, revela al mundo detalles íntimos de
la vida, que delatan una gigantesca talla
espiritual. Es libro que no se lee sin emo
ción. Queda uno asombrado de tanta ri
queza espiritual. E l que tanto se distin
guió como escalador de montañas, no se
distingue menos como dominador de altas
cumbres de santidad. Se comprende así de
dónde salían esas maravillosas riquezas
espirituales, ascéticas y místicas como re
velan los elogios de nuestro Santo F u n
dador, de Santa M aría M azzarello, de
Dom ingo Savio. L a «noble exactitud en
el cum plim iento del deber», que él resal
tó en Savio, fué la norma de su vid a ,
el «verdadero, propio y grande m artirio»
que acertó a v e r en la vida de Don Bos
co, fu é su cotidiano m artirio; y hasta
«la hum ildad» que exaltó en M aría M a z
zarello, fu é constantemente practicada
por él entre los esplendores del pontifi
cado, ¡y qué p o n tific a d o !; esa «con ti
nua y permanente unión con Dios, que a
nuestro Padre le confería «una calma so-
R e g u em o s p o r n u e stra s In sp e cto ría s
Spbre. 1-7:
S-14:
15-21;
22-2S:
29-5:
Oebre. 6-12:
13-19:
Brasiliana Campogrande.
Brasiliana Recife.
América Central.
Chilena.
Colombiana.
Ecuatoriana.
Mejicana
Intención misional
Para que los Católicos ayuden a
form ar los D irigentes del Catoli
cism o en la I ndia, particularm en
te por m edio de los 50 Colegios
U niversitarios allí existentes.
1
berana, dom inadora», fu é suya también.
Y también lo fué «e l corazón grande co
mo la inmensidad del mar, tenso siem pre
hacia la salvación de las almas», que bri
lló con tan vivid os resplandores en si;s
últimos días cuando inmoló su vida por
la paz del mundo.
Con qué emoción leemos páginas como
ésta: «A p rob ó con viv a satisfacción, des
pués de haberlo saboreado y comentado
varias veces, el In tro ito de la Misa de
San Juan Bosco: Dedü illi Deus sapien-
tiam et prudentiam multam nimis et latitíidinem cordis, quasi arena quae est
in littore niaris. E l conocim iento perso
nal que tuvo de Don Bosco le hacía gus
tar la exactitud de esa aplicación; su
voz temblaba emocionada cada ve z que
la recitaba en la celebración anual de
esa fiesta litúrgica. Ella es también un
auténtico retrato de P ío X I . »
A sí se comprende la íntim a amistad
(lue los unió. L o s santos se comprenden
mutuamente. Se com prendieron en Valdocco; se com prendieron en Roma, en la
basílica de San Pedro y en la capilla pri
vada... y practicando «e l cotidiano he
roísmo».
Dice también el ex secretario; «U n
hombre que en cada instante sabe darle
a la vida interior la debida preem inen
cia; que ocupado en m il cosas, como re
quiere su altísim o ministerio, permane
cía siem pre tranquilo con la m ente reco
gida en Dios, pensando en E l y en las
cosas de El, encaminando a E l todas sus
actividades como arroyos al río o al m a r :
una costumbre tan connaturalizada con
la oración, que sabia deducir de las cosas
más profanas el pensamiento de Dios, y
recoger en la inmensa variedad de la
creación la sublime unidad que es canto
perenne en la gloria del Creador: una
vida do constante y perfecta unión con
Dios, para hacer siem pre y en todo lo
oue agrada a Dios, buscando la gloria dt
Dios y la extensión de su reino, inten
ción y acción siem.pre tendiendo a E l y
al triunfo de su reino, es una llama de
caridad que, cuanto menos se manifesta
ba al exterior, tanto más lo consumía
por dentro, y lo transformaba en una
vida que ya nada tenía de humana, sino
que era un reflejo de lo divino.»
A si pudo hacer lo que hizo, hablar co
mo h a b ló : acción que flu ye del pensa
m iento del espíritu, esplendor que brota
de las profundidades del alma. «C otidia
no m artiro», que Pío X I actuó m.ás y más
cada día, aumentando la m ortificación,
la interior y la exterior. Frugalidad en
la comida, desprendim iento de todo lo
terreno, meditaciones y silencios, elim i
nación de todo lo superfino. A todo re
nunció para asemejarse a Jesús... Había
hecho norma suya el Ora et labora.
Pero como ya había hecho San Benito,
y como el mismo P ío X I lo decía al
Siervo de Dios don F elip e Rinaldi, «orar
es nobilísim o trabajo, y trabajar en Dios
y por Dios, oración no menos perfecta».
Pasaba del trabajo a la oración con la
m ayor naturalidad, como un injerto au
tomático.
«Ib a y v o lv ía de las recepciones en si
lencio. Y si le observabas atentamente
veías su frente pensativa, sus labios, a
veces, m overse y dejar escapar levem en
te sílabas que eran jaculatorias y delata
ban el continuo comunicarse de su es
píritu con Dios».
De esa misma unión es prueba la con
versación con Don R inaldi, de la cual
salió la Indulgencia diaria del Trabajo.
L a Fam ilia Salesiana, recordando siem
pre la intim idad del grande Papa con
Don Bosco, hace votos para que algún día
quiera el Señor ceñir con la aureola de
los Santos la frente de quien tan bien co
noció a su Padre y supo glorificarlo.
5 5 - 0 6 - 2 8
Dentro del mes de septiembre esta Casa Editora Salesiana, Central Catequís
tica, que edita el Boletín Salesiano, Juventud Misionera, Biblioteca Hogar, Filminas de Don Bosco, etc., tendrá el teléfono Número 55-06-28.
6
—
E,1 Rvdtno. R ector M ayor en Colombia
(Conclusión)
Una ve z inaugurada la obra de «Sen
das», Don Z ig gio tti em prende la visita
de las casas del Oeste colombiano.
E l 12 de abril, por la mañana, el ael oplano presidencial nos traslada en cin'■uenta minutos a la ciudad de P e r e ir a ,
I)asando por encima del N evad o del Tolima, que yergu e su albicante cono a
5.200 metros.
P ereira se encuentra en el Departa
mento de Caldas, y está en pleno des
arrollo, debido especialmente a su gran
producción de café suave. L a casa sale-
siana es todavía pequeña; pero se espe
ra fundadamente que en breve será una
gran obra, vista la generosidad de los
habitantes y la importancia de lo que tie
ne que hacer: habrá un numeroso exter
nado a q u í; y para internado se construirá
un edificio fuera de la ciudad, sobre una
colina de hermosas perspectivas.
E l Sr. Obispo, Dr. A lvarez, es grande
am igo nuestro, conocedor de Don Losco y
adm irador de todo lo salesiano. N o con
tento con salir al aeropuerto, quiso a todo
trance, que Don Z ig gio tti se hospedara
en palacio. A l llegar, le dió la bienve
nida oficial en presencia de todas las au-
B O G O T A — En el Colegio de María Auxiliadora. El Rvdmo. Rector Mayor, el M. R. P Inspector,
los Capellanes, las Directoras de varios Colegios y el Profesorado de la Casa Central.
toridades y de una gran muchedumbre.
A llí mismo, el señor A lca ld e leyó el de
creto de «hospitalidad de honor».
Esa misma tarde salimos para T u l u X,
recorriendo una bellísima carretera, por
un va lle que corre entre ubertosas coli
nas, a cual más bella, en donde crecen
plantaciones de toda clase, especialmen
te de cafetales y caña de azúcar. En el
patio del Colegio, estaban reunidos los
alumnos y una imponente muchedumbre
de gente, a cuya cabeza estaban las au
toridades. Tras el saludo de rúbrica, le
dedicaron un festival deportivo, acompa
ñado de música y de cantos.
E l Colegio es grande. Pero ya no puede
contener la masa de alumnos, y hay que
ampliarlo inm ediatamente o construir
Otro nuevo. A l lado del Colegio se está
levantando una artística y vasta iglesia,
y «la capilla del su fragio», que ha de al
bergar los restos mortales de 6.000 difun
tos. Es pía costumbre colombiana levan
tar capillas de esta clase para dar mane
ra a los fieles de sentir más la presencia
do los suyos que dejaron ya el mundo,
durante la santa misa y demás plegarias
que para sufragar sus almas ofrecen.
Antes de dejar Pereira, el R ector Ma
y or visita al Sr. Alcalde, quien le ofrece
una placa de oro, «hom enaje de la ciudad
al Superior General de los Salesianos».
Llega también Mons. Caicedo, salesiano.
Obispo de Cali, que desea llevar personal
mente a su diócesis al amado Superior.
Una parada en P almira , floreciente ciu
dad del Valle del Cauca, nos da la oportu
nidad de visitar al Sr. Obispo, grande ami
go nuestro. Entretanto, llegan de Cali
Mons. Medina, Obispo coadjutor de Cali, el
cónsul italiano de esta ciudad y un gru
po de cooperdores y amigos, que desean
formar cortejo de honor al ilustro huésped
a lo largo de la flamante carretera que lleva
a la capital del «departamento del Valle».
Entramos en la ciudad al cerrar la noche,
y 1a atravesamos bogando en un mar de
luces multicolores. El patio del colegio está
rebosante de público. Solemne y grandioso
es el recibimiento, participando todas las
autoridades civiles, eclesiásticas, militares,
escolares.
También las Hijas de María Auxiliadora
tienen la dicha de recibir la visita detenida
del Rector Mayor.
El 15 de abril, en una horita de vuelo
por sobre ese Valle encantador, nos pone
mos en Popayán, vetusta ciudad, rica de
templos y monumentos coloniales, que se
gloria justamente de haber sido cuna de
muchos de los más ilustres próceres colom
bianos. Aquí las Hermanas tienen dos flo
S —
recientes instituciones. JMos reciben con ui;
desfile de alumnas, que portan banderas
de todas las naciones en donde trabajar,
nuestras dos Familias, es decir, todas las
del mundo. Autoridades civiles y religiosas
rivalizan por honrar al Padre, se sientar
a su mesa y le reiteran por enésima vez h
súplica de que abra finalmente una cas£
de Salesianos en la histórica ciudad.
Y volamos hacía P asto , ciudad fronterizfc
con el Ecuador, el día 16. La ciudad, y ei,
especial nuestras Escuelas Profesionales, es
tán sentadas al pie del Volcán Galeras. Pe
ligroso vecino ciertamente; pero hasta aho
ra pacífico. Goza de un clima fresco; e
paisaje es encantador, y la población, su
mámente religiosa y fervorosa nos ofrect
ocasión de contemplar una Semana Sants
modelo. Las iglesias, numerosas, están lie
ñas de fieles; las mujeres visten de luto,
el recogimiento es general; todos se abstie
nen de los trabajos y acostumbradas ocu
paciones para asistir a las diversas funcio
nes religiosas. A la verdad, este espec
táculo no es privativo de Pasto, es general
en todo Colombia; pero en Pasto quizá se
acentúa. Es un consuelo ver un pueblo que
de tal manera siente los misterios augus
tos de la Redención.
Cuando llegamos al aeropuerto, ya esta
ban todas las autoridades esperando al Rec
tor Mayor. Un piquete de soldados le rln
de honores militares. Luego se unen los
Salesianos y sus alumnos, y representacio
nes del Clero y de la ciudadanía. Los coo
pei^ores salesianos son numerosos y están
bien organizados.
Una caravana de automóviles nos escol
ta en los 30 kilómetros que separan del
puerto a la ciudad. Aquí nos aguarda una
multitud inmensa de ciudadanos, teniendo
al frente los dos señores Obispos locales
De este recibimiento pasamos a otro que
ofrece el Ayuntamiento, donde el Alcalde
declara a don Ziggiotti huésped de honor,
consignándole la placa de oro, conmemora
tiva de su visita.
E l Superior hubiera querido pasar toda
la Semana Santa con los fervorosos pastusos, que tanto nos edificaban. Pero el tiem
po tiene sus exigencias. El miércoles Santo
por la tarde volvimos a la capital de la re
pública. en menos de dos horas de vuelo.
Los grandes panoramas se suceden sin in
terrupción: montanas altísimas con picos
nevados; valles inmensos, por donde corren
grandes ríos; selvas milenarias; llanuras
extensas, y luego la altiplanicie bogotana,
con su clima de eterna primavera, sus nu
merosas poblaciones, sus tierras cultivadas,
su cordillera frontal. Alternamos las fun
ciones en los estudiantados de Filosofía y
Teología, y la casa central, o sea, santua
rio del Carmen-Colegio León X I I I . En uno
de los intervalos subimos al santuario de
Monserrate. que corona el cerro de su nom
bre. que se eleva casi perpendicular 900
metros sobre el nivel de la ciudad. A llí se
venera un Santo Cristo, célebre, continua
mente visitado, y se goza del espectáculo
de toda la sabana. Un atrevido funicular
lo pone en comunicación con la ciudad
E l Domingo de Pascua el Padre va a ce
lebrar en la capilla salesiana de «E l Padre
íuan», con la asistencia de 1.500 niños y ni
ñas pertenecientes a los dos Oratorios fes
tivos. Como hemos dicho, es una obra popularísima. Corazones amigos les brindar
siempre apetitosos desayunos.
Esa misma tarde recorrem os en auto
IOS 160 kilóm etros que nos separan de
A gua de D io s , llamada un tiem po «la Ciu
dad del dolor». Está a 300 metros sobre
el n ivel del mar. Su clim a es ardiente.
Cuenta 10.000 habitantes. Muchos son le
prosos; algunos v iv e n en los varios hos
pitales; pero la m ayor parte habitan en
sus propias casas, junto con sus fam ilia
res. Hace setenta años, A gu a de Dios era
jn a población pequeña. L o s enferm os se
habían agrupado en una zona desierta,
junto a una fuentecilla. Poco a poco fué
creciendo por el aflujo, voluntario o forza
do, de enfermos. Estaban privados de asis
tencia religiosa. Sólo de cuando en cuan
do iba a visitarlos el abnegado párroco
de la ciudad de Tocaima. Lu ego llegaron
las heroicas H ijas de la Caridad. En 1892,
a poco de llegar a Colombia los Salesianos, nuestro Padre M iguel Unía, no sin
especial llam am iento del cielo, obtuvo
permiso para trasladarse allá y v iv ir con
ellos. E l amor que le cobraron fu é gran
de, como la caridad que a él le había ins
pirado N uestro Señor. E l venerable don
Rúa aceptó para la Congregación esa
obra, difícil, sí. pero gloriosa. A acom
pañarle mandó al Padre Rafael Crippa y
al acólito Lu is V ariara y un hermano co
adjutor, D. Juan Lusso, que era cocinero,
reñtolero, sacristán, músico, y a ratos...
poeta. L a vida del Lazareto cambió. Sin
d e ja r de ser ciudad del dolor, lo fu é del
«d o lo r santificado». Hasta renació la ale
gría. E l P. Crippa era ebanista, y embe
lleció la iglesia. V ariara era músico y
buen maestro. Los niños, que ya tenían
■escuela, tuvieron tam bién escolanía, y
más tarde, colegio de arte y oficios, y la
iglesia se convirtió en un gran tem plo,
cóm odo y artístico.
E l P. E vasio Rabagliati, fundador de
la Obra Salesiana en Colombia y su pri
m er Inspector, prohijó la obra del Lazare
to. Hubo que vencer muchas dificu ltada,
pero todo lo superó la caridad y el celo
a lge n tísim o de esos apóstoles. A gu a de
D ios fu é una Casa Salesiana perfecta, y
Monumento a los abnegados héroes
anónimos.
no sólo la morada de los religiosos, sino
toda la ciudad; fu é una fam ilia todo el
pueblo, lo cual endulzaba todas las pe
nas, hasta el punto de que no pocas per
sonas de alta sociedad, tocadas del tre
mendo mal, llegaban aun a bendecir a
Dios, de habérselo enviado, porque, «en
ferm ándoles el cuerpo, 1e s salvaba el
alma».
Tras el P. V ariara fueron el P. Marmo,
el P. Burger y tantos otros. Y con ellos
los consuelos espirituales, la vida cultu
ral, el progreso en todo sentido. Ya el P^dre Unia, desde el prim er año, le puso al
pueblo agua abundante, construyendo un
acueducto de varios kilómetros. Y ya se
sabe los m ilagros que hace el agua. Hoy
A gua de Dios es una población moderna,
con todos los adelantos y comodidades.
Adem ás de los sacerdotes y religiosas,
una sociedad de médicos cuidan de ella.
E l dinám ico y fervoroso P. V ariara fun
dó una Congregación de religiosas para
atender a los hijos de los leprosos, que,
en general, son sanos. L a llamó «d e los
Sagrados Corazones», y Dios la ha ben-
Intención del Apostolado
Para que los gobernantes de los
pueblos procedan, siem pre y en todo, con espíritu de verdad y justicia.
—
9
decido tanto, que cuenta varias casas
— sin excluir colegios— , 300 socias no sólo
en Colombia, y es ya de derecho pontifi
cio. En un principio, admitía sólo hijas de
enfermes, que, teniendo vocación religio
sa, no pod.an, por conveniencias sociales,
ingresar en las Congregaciones regula
res; pero creciendo el número de almas
generosas q u e deseaban com partir su
apostolado, obtuvieron de la autoridad
competente permiso para adm itir toda
suerte de postulantes, enfermas o sanas.
Los niños y niñas de A gua de Dios es
tán cuidados por estas Hermanas. En los
dos grandes hospitales permanecen las
beneméritas Hermanas de la Presenta
ción. q\ie tienen la gloria de haberse ade
lantado al mismo P. Unia.
Como puede suponerse, la visita del
Rector M ayor fu é para A gua de Dios un
acontecimiento de excepcional im portan
cia. A gu a de Dios está acostumbrada a
recibir personajes: el P. A lb era la v is itó ;
la visitaron y la visitan los Arzobispos
y Obispos, los Ministros, los Nuncios y
hasta los presidentes de la república. Pero
así y todo, la visita del P. Z iggiotti revis
te importancia especial.
A su ingreso toda la ciudad se conmue
ve. Todas las casas están embanderadas;
las calles, adornadas con arcos de triun
fo. A larga distancia salen a recibirle. E l
cortejo, form ado por sanos y enfermos, a
cuyo frente va la banda, esa banda que,
fundada por Variara, fué de progreso en
progreso hasta llegar a verdadera perfec
ción, se dirige al vasto teatro Vargas
Tejada, para tomar parte en la velada en
honor del grato huésped. E l teatro está
vestido de gala. Hablan conmovidos, va
rios oradores. Los pequeños del «In stitu
to Cam pestre» y las niñas de las Herm a
nas de la Presentación, elevan sus cantos
armoniosos. Se ofrecen flores y objetos
varios, entre otros, una placa de oro >
una composición m u s i c a l del Maestro
Luis Antonio Calvo, q. e. p. d., quien, he
rido de lepra, halló en la F e y en el A rte
la resignación y los consuelos necesarios
en su dolor. E Í Padre cierra la hermos¿i
velada como él suele hacerlo, inspirado
por las circunstancias. Aplauso, ternura,
exhortación a hacer del dolor una mina
de gloria al Señor y m erecim ientos para
sí mismos, también con la esperanza de!
gran prem io que Jesús le prepara al su
frim iento llevado con amor.
Dos días permaneció en el Lazareto;
visitó uno a uno los enferm os de los dos
hospitales; la Escuela Profesional Miguel
U n i a , el «In stitu to Cam pestre» de las
Hermanas de los Sagrados Corazones, el
Oratorio Festivo, la Casa de los Médicos
y las otras obras caritativas de la ciudad.
De Agua de Dios sigue el 23 de abril para
I bagué , capital del departamento del Toli-
ma. Hace una breve parada en Girardoi
para saludar al Sr. Obispo, que tanto desea
a los Salesianos en su diócesis.
Poco antes de Ibagué encontramos un
cortejo de automóviles, que vienen al en
cuentro del Padre. Son autoridades civiles,
militares, eclesiásticas, que salen a recibir
lo. Se forma así un larguísimo cortejo, que
entra triunfante en la ciudad. La multitud
aclama. Llegados a la Plaza de Bolívar, Don
Ziggiotti desciende para ofrendar una co
rona de flores ante el monumento a Bolí
var. En el Ayuntamiento recibe la ciudada
nía de honor. También aquí, como en la
mayor parte de las ciudades colombianas,
el día de la llegada del Rector Mayor se
declara festivo, con vacaciones a los cole
gios y escuelas y a los empleados guberna
tivos.
Ibagué cuenta con dos obras salesianas;
el «Colegio S. José», con Escuelas Profesio
nales y la hermosa iglesia del Carm en; y
la Escuda Agrícola San Jorge, erigida en
Facultad Agronómica y agregada a la Uni
versidad del Tolima.
Típica danza regíonat,
llamada «de los Caba
lleros». Reminiscencia
de los tiempos colonia
les.
10
--
En el Colegio recibe el saludo de los
alumnos propios, de las' alumnas de las H i
jas de María Auxiliadora y de las Herma
nas de los Sagrados Corazones, y de mu
chos feligreses. Pronuncia el discurso de
ocasión el Director de Educación, mostran
do cuánto y cuán bien conoce a los Salesianos, su espíritu y su obra.
Por la tarde el Sr. Gobernador ofrece un
lunch en el palacio de Gobierno, invitando
a todas las autoridades, representaciones
del Clero y del Laicado, superiores de las
Familias religiosas y de la ciudadanía. Como
homenaje del Departamento presenta a’, su
cesor de Don Bosco una placa de oro, «sím
bolo de la gratitud del Tolima para con
los Salesianos, que tanto se prodigan por la
buena formación de la juventud».
Dios pide un sacrificio bien sensible, se
guramente para bendecir más las fatigas:
por contratiempo inesperado ha de renun
ciar a visitar a los Salesianos y Salesianas
de N eiv.\, y suple la visita con conferencias
telefónicas.
El día 27 estamos de nuevo en la S.\b.4na
Bogotana, y el Rector Mayor preside en el
Estudiantado Teológico del «P orven ir» la
(.lausura de un congreso de las Compañías,
y el día siguiente el Colegio de León X I I I
—casa madre y centro de todas las activi
dades Salesianas de Colombia— aprovecha
la oportunidad de la fiesta de Domingo Sa\ io para rendir el homenaje oficial al
Rector Mayor de la Congregación. Misa cam
pal de comunión general y acto seguido
un festival gimnástico de belleza extraordi
naria. Después del almuerzo, una grande
velada en el hermoso y grande teatro del
Colegio principal de las Salesianas. E l ora
dor oficial es el Ministro de Relaciones Ex
tranjeras. Dr. D. .T. M. Rivas Sacconi, hijo
'Id gran diplomático José María Rivas
Groot, grande escritor y director del «In s
tituto Científico Caro y Cuervo», quien con
sobria y elevada elocuencia ilustra los mé
ritos de la Iglesia en Colombia, y en par
ticular los de la Obra Salesiana; conocedor
profundo de la figura de Don Bosco y de
su espíritu, de su obra. El coro del Teologado, el del Filosofado y la Escolanía del
de León X III. ejecutaron cantos escogidos.
Las alumnas de las Hermanas realizaron
una delicada y original alegoría de los cinco
sucesores de San Juan Bosco. En seguida,
se presenta al festejado una preciosa placa
de oro. regalo del Colegio León X I I I . ela
borada por sus orfebres. Conmovido y en
tusiasmado, el Superior da las gracias, ma
nifestando las grandes, hondas, bellísimas
impresiones que ha recibido en Colombia,
en donde la Obra Salesiana ha encontrado
un campo de acción, el más propicio para
el desarrollo de todas sus obras.
Los días 28 y 29 los dedica a los Directores
de todas las casas, venidos expresamente
a la capital. Tienen tres reuniones genera
les por la tarde del 29, una conferencia a
los Hermanos del Colegio y casas vecinas;
son más de 200, entre sacerdotes, clérigos y
coadjutores. E l 30 es la despedida de las
autoridades: Presidente. Caióenal Arzobis
po. Nuncio Apostólico. Y el 1 de mayo, des
püés de despedirse del pueblo colombiano,
por radio y televisión, toma el aeroplano
para el Ecuador.
Desde el 11 de marzo, que entró en Co
lombia para visitar a sus hijos, el Rector
M ayor había recorrido 5.802 kilómetros,
3.667 por aire y 2.135 por carretera. Y
declaraba que habría recorrido más si hu
biera sido necesario, con tal de ve r y ad
m irar el grande bien que se hace y la
abundante mies que aun se vien e madu
rando en toda Colombia, gracias al celo,
a la actividad y a las inteligentes inicia
tivas de los H ijos y de las H ijas de Don
Bosco y de sus generosos y dignos coo
peradores.
Salesianos españoles en el Chaco paragua
yo. Rvdos. O. Gregorio Ayerre, D. Francis
co Rodríguez, D. Javier Miró Gres, D. Severiano Sanz y D. Félix de la Fuente. Fal
ta en la foto D. Ezequiel Gonzalo.
E l C ardenai. W y s z y n s k i .— Sabido es
que el Padre Santo llamó a Rom a a Su
Em inencia el Prim ado de Polonia para
consolarlo e im ponerle el capelo. E l Car
denal ha visitado nuestras casas de R o
ma y varias otras. Tam bién es sabido
que el Obisp>o A u x ilia r del Prim ado, Mon
señor A ntonio Barianac, Salesiano, ha
sido prom ovido al Arzobispado de Poznan. Con esta ocasión. Su Emma. ha es
crito la siguiente carta:
11
1
ROMA.— X Aniversario de la consagración del Templo del Sagrado Corazón. Pontifícó Mons. Barianac, S. O. B., Arzobispo de Poznam. A su derecha, el Rvdmo. Pa
dre Antal, Catequista General, y a la izquierda, el Produrador General, P. Cástano;
el Cavallíere Constante Gasperini, que hace 70 años asistió a la Misa de Don Bos00, recibiendo de sus manos la Santa Comunión, y el Gran Ufficíal Artuo Poesío,
cantor entonces de la Escolanta de Turin.
PRIM ADO DE PO LO N IA
Roma, 13 de junio 1957.
Revdmo. P. Ziggiotti:
... Refiriéndome a la honorífica promo
ción de S. E. Mons. Barianac, hasta ahora
mi a^añliar y por largos años Director de
la Secretaría del Primado de Polonia, de
seo expresar al Revmo. Rector Mayor mi
profunda alegría.
Este nombramiento es una pinieba evi
dente de la justicia de Dios, x>orqtie Mon
señor BaWanac ha sufrido mucho por la
Sania Iglesia y merecido su elevación a
esta grande dignidad.
E l Exorno. Sr. Barianac se ha ganado en
Polonia el título de heroico confesor de la
fe, y como tal lo reconocen también los
mismos comunistas. Mi corazón débele un
profundo reconocimiento por los largos
años de fidelidad absoluta, hasta el escrú
pulo, y por fanfa discrrcídn y lealtad des
plegadas en el común trabajo. Puedo afir
mar que en él he visto el ideal del Salesiano. el dif^o hijo de San Juan Bosco.
El Arzobispo Barianac está para dejar
mi casa. Pesco, pues, dar gracias desde lo
intimo del corazón al Rvdmo. Rector Ma
12
—
yor por su gran bondad, con que en 1949
le otorgó la prórroga para su trabajo en
la secretaria del Primado.
Recomendándome a las fervorosas ora
ciones del Revdmo. Rector Mayor y de la
entera Familia Salesiana, con los senti
mientos profundos de reconocimiento y
fraternidad, me reitero affmo.,
tin caritate ChristiT»,
E steban C ardenal W y s z y n s k i .
M anga .— La Casa Salesiana ha celebradoel 50.® de su fundación. Fueron recordados
los Superiores que la han dirigido, entre
los cuales emergen Mons. Piani y Monse
ñor Pittini. Elocuente la estadística de lasVocaciones allí nacidas. De 630 aspirantes
285 llegaron a la profesión perpetua; 18^
al sacerdocio; otros han sido o son coad
jutores y clérigos. Entre los Antiguos
Alumnos ilustres se citan Mons. Emilio So
sa. Obispo de Concepción (Paraguay); Mon
señor Muzolón, Obispo de Chaco, y losReverendísimos Alcides Lanna y A m ílcar
Pascual. Inspectores Salesianos.
ROMA. — El Card. Tisserant
bendice a los primeros alum*
nos de un Seminario para
ucranianos.
/SiflIlPiMS
Rápido desarrollo de la Obra Salesiana.— L a Obra Salesiana cuenta apenas
cinco años en las islas, y ya tiene seis
casas, que han producido muchos frutos
y dado varias vocaciones salesianas. E l
8 de m ayo profesaron los ocho primeros
N ovicios y varios otros comenzaban su
Noviciado. L a Congregación, perseguida
en la China comunista, ha encontrado
en H on g K o n g y en las F ilipinas campo
ubérrimo de trabajo. Su vitalidad la
prueba, entre otras cosas, el hecho de
que la Inspectoría chino-filipina cuenta
tres florecientes aspirantados y dos no
viciados.
¡Cómo sonreirá desde el cielo Monse
ñor Piani, que durante varios años fué
allí representante del Papa y extendió,
humilde, silenciosamente, el culto de Ma
ría Auxiliadora!
En Manila se ha inaugurado el prim er
centro de Antigu os Alum nos, organi
zado.
W & //C 0I ?
Monterrey. — Las catequesis se van
m ultiplicando en todas partes por el ce
lo de las Hias de María Auxiliadora. Ya
hay diez en la ciudad, además del Cate
cismo diario que hacen a los vendedores
de periódicos. L a décim a catequesis se
debe al celo de un hom bre del pueblo
que, impresionado por la propaganda pro
testante, se d irigió a las Hermanas, y de
cidieron m eterse en el mismo foco de la
más intensa propaganda herética: «E l
Paraíso», que... no era tal paraíso, sino
un suburbio donde reinaba la miseria
m aterial y moral. Pidieron la escuela, y
como se la negaron, el catequista y las
catequistas dan sus catecismos al aire li
bre, en donde colocan sobre un árbol o
un palo la im agen de María Auxiliado
ra, y con una campanilla, deambulando,
convocan a los niños. Estos correspon
den. Acuden más de 300. y además, las
Hermanas, visitando las fam ilias casa
por casa, hacen una Catequesis original
y eficacísima.
El n om b re de SAN TO D O M IN G O SAVIO
tiene ya resonancia m undial
P atrono de la J uventud C entroamericana .
MANILA, — Campeón de mecánica de las
Escuelas Profesionales Salesianas.
Los Obispos Centroamericanos, reunidos en
Conferencia, han elevado a la Santa Sede
esta súplica: «Para conservar santa y pu
ra la juventud y atraerla al amor de la
pureza, nómbrense algunos Patronos para
los niños y niñas, cuyos ejemplos tengan
delante y cuyas plegarias los sostengan.»
Proponían a Santo Domingo Savio y a San
ta María Goretti. Su Santidad Pío X I I ha
respondido, por medio de la S. Congrega
ción de Ritos, accediendo a la petición:
«Declárense Celestes Patronos de la juventua en la América Central a Santo Domin
go Savio y a Santa María CJoretti.»
—
13
‘S a l e s k n a
EN
HONOR
DE
M ARtA
A U X IL IA D O R A
L a Carlota es una población anda'.uza
muy devota de María Auxiliadora. Su pá
rroco, don Antonio Leal Muñoz, es un en
tusiasta cooperador salesiano, y la Archicofradla funciona que es una maravilla. El
9 de junio celebraron una gran fiesta; lle
varon a predicar al P. Espinosa, director
dcl seminario de Posadas, y a varios teólo
gos para el servicio del altar y cantar la
Misa solemne. Y aunque llovió casi todo
el día, por la tarde salió la procesión; la
gente cantaba el Himno de María Auxilia
dora, y la música y la pólvora llenaban los
espacios. Un breve sermón y la bendición
eucarística cerró la hermosa festividad.
M ontilla — ¿quién no lo sabe?—es una
ciudad sa’.esiana y como tal, devotísima de
ta Virgen de Don Bosco. Novena y fiesta
revisten solemnidad extraordinaria. El 18
de mayo fué el «homenaje» de los niños
de Montilla a María Auxiliadora, v el 1')
la Conferencia reglamentaria a los Coope
radores Salesianos.
Veinticinco Primeras Comuniones hubo
el 24. Hubo Rosario de aurora. Misas de
Comunión, Misa Solemne con Panegírico, y
por la tarde, una procesión en que tomó
parte toda la población con manifiesto en
tusiasmo. Calles. cMlificios. ventanas, alma
cenes. patios, fueron artística v amorosa
mente engalanados: y despuós de la proce
sión í^alió a recorrerlas el Jurado califica
dor siendo difícil la adjudicación de pre
mios. De la bella fiesta se hizo eco el
A R C. de Madrid.
El Exemo. Sr. Alcalde hizo solemnemen
te la consagración de la ciudad a María Au
xiliadora.
Las fiestas de las primeras misas
C.-\RABAN’CHEL.— E l 23 de junio tu vie
ron lugar las Ordenaciones, actuando de
Consagrante el Exemo. Dr. D. Manuel
González, arzobispo de Oxvrinco. v de
padrinos los Exemos. Sres. Marqueses de
14 —
A lava, D. N arciso Zulueta y Martos y do
ña Concepción N arváez y UUoa.
E l 24, los nuevos sacerdotes celebrai’on
sus prim eras Misas, tocando la solemne
al R. D. M igu el Muñoz, apadrinado por
el M. R. Sr. Inspector y los Exemos. M ar
queses de A lava. Cantó las glorias del
Sacerdocio el R. D. J. M. Jiménez. El
coral del Teologado cantó la Pontificalis.
de Perosi, a tres voces, y el Signum Magnum, de Pagella.
E n el ágape fraterno hizo uso de la
palabra la Exem a. Sra. Marquesa de A la
va, para m anifestar que Dios le había
inspirado hacer una donación de bienes
con destino a la obra salesiana y señala
dam ente para el nuevo Teologado que
se ha de construir en Salamanca. E l se
ñor Marqués refrendó las palabras de su
digna esposa.
A lg o más tarde hubo una función eucaristica, y después una recreativa, al fi
nal de la cual el M. Rdo. Sr. Inspectoihizo la entrega de medallas y diplomas
con que el Rvdm o. R ector M ayor conde
cora a los padres y madres de fam ilia
que han dado tres o más hijos a la M a
dre Congregación.
L a banda de San Fernando, bajo la
m ágica batuta del Maestro Gandía, dió
un concierto en el parque del Teologado.
P osadas .— L a Ordenación la llevó a
cabo en su catedral el Exemo. Sr. Dr. A l
bino M enéndez Reigada, Obispo de Cói doba, el 23 de junio. E l 24 celebraron
sus Prim eras Misas los nuevos sacerdo
tes en la capilla del Seminario, en la
iglesia parroquial y en la erm ita de Je
sús. L a cantada correspondió al R. F ran
cisco F. Muiños, apadrina.lo por los seño
res de Jaén. Ocupó la sagrada cátedra
el R ector del Teologado, R. D. Antonio
(Siiae en la pág. l6 )
FIESTAS CONMEMORATIVAS DEL 75 ANIVERSARIO
CONGREGACION SALESIANA EN ESPAÑA
Ocíüvíi =Asfiniíílea JVcicíonal de iíis ^iitírtuns -/Uunmfts Síi/rsí/jfins
bajo la presidencia honoraria del Jefe del Estado y del Cardenal Prim ad o y
la efectiva del R evd m o. R e c to r M a y or de la C ongregación Salesiana, con in
tervención del E x cm o . Sr. N u n cio de Su SaJitidad, del Sr. Cardenal A rz o
bispo de Tarragona :y otras em inentes personalidades.
Jueves 24 de octu b re de 1957.— H om ena je de la Ju ven tu d Salesiana a
Santo D om in g o Savio. M isa de Comunión celebrada p o r el E xcm o. y Rvdm o.
Sr. Arzobispo-O bispo de Barcelona, D r. D on G re g o rio M o d re g o Casáus, con
participación de la ju v e n tu d de Barcelona.
P o r la tarde, R ecepción del R evdmo. R ector M ayor de la Congregación
Salesiana, D on R e n a to Z ig ^ o t t i. B en d ición del nuevo pabellón de /a.-? Escue
las Profesionales de Sarriá, in a u gu ra ción de la E x p osición Profesional y bei}dición del Organo del Santuario de M a ría A u xilia d ora , con la asistencia de
las Exornas. Autoridades.
Viernes 25.— A las diez de la mañana, M isa del E spíritu Santo en el
Santuario de M aría A u xilia d ora de Sarriá.
A las once. A pertura de l a V I I I A samblea N acional de los Antiguos
A lu m n os Salesianos. C on s titu ción de la Mesa, lectu ra de Actas, Cuentas, I n
form es de los Secretariados R egiona le >■ A lm u e rzo de Jos asambleístas en el
Colegio de H orta.
A las cinco de la tarde, sesiones de estudio de la Asamblea, en Sarriá,
<obre R ealizaciones religioso -sociales de la F ederación N acional de A n t i i:uos A lu m no s : a) F o rm a ció n esp iritu a l-T ibid a bo. b) Residencias y Colegio.^
Mayores, c) H oga r del A n tig u o A lu m n o , d ) R evista nacional, e) In s titu to Capitalizador Español. S. A . f ) P a tron a to F e lip e Rinaldi. g ) C írcu lo D on Bosco.
h) R E G L A M E N T O S D E F E D E R A C I O N Y R E G IO N A L E S .
Sábado 26.— Desde las diez de la mañana, sesiones de estudio de la Asam
blea sobre el tem ario expuesto arriba, en las Escuelas de Sarriá. A lm u e rzo en
el C olegio Salesiano de M atará. A las cin co de la tarde continuará el trabajo
intensivo de la Asamblea.
D om in go 27.— A las ocho cuarenta y cinco, M isa de Comunión para los
asambleístas en la iglesia de San José (P P . Salesianos) de la calle de Rocafort, 42, Barcelona, celebrada p o r el R v d m o . R e c to r M ayor.
A las once, en el Pa la cio de la M úsica, sesión de clau su r a : L e ctu ra de
Conclusiones, in te rv e n ció n del E x cm o . Sr. N u n c io d e Su Santidad, del E xcm o.
Dr. M o d reg o , de los E xcm os. Sres. M in is tro s de Justicia e In d u stria y del P re
sidente N a cion a l de la F ed era ción de A n tig u o s A lu m n os Salesianos.
A lm u e rzo en el Tibidabo. B en d ición de las estatuas de los Apóstoles que
figurarán en el T e m p lo N a cion a l E x p ia to rio , im posición de sotanas a los N o v i
cios y de cru cifijos a uno de los grupos de m isioneros que parten. F inalm ente,
ofrenda del tesoro esp iritu a l de s a c riH d o s que los A n tig u os A lu m n os Salesia
nos han preparado para el Sagrado Corazón de Jesús.
Lu n es 28.— A cto de afirmación salesiana en M ontserrat . P o n tifica l p o r el
Em m o. C ard en a l d e T a rra g o n a . B e n d ició n de la estatua de San Juan Bosco que
figurará en tre las de Fundadores, p o r e l E x cm o. y R e v e re n d ís im o Dr. D. M a r
celin o O laechea, A rzob isp o de Valencia.
—
15
Espinosa, y la Sscola Cantoium interpre
tó la «m issa X r , de PageJla; ei «Haec
dies», de Pessione, y el «T ed éu m », a cua
tro voces, de Alm andoz. A las diecinue
v e hubo Procesión Eucarística por los
jardines del Teologado, y a las veintiuna,
homenaje despedida.
L a casa de Montilla, sem illero de vo
caciones, tuvo la dicha de tener tres Pri
meras Misas de alumnos allí formados.
Se prepararon con un fervoroso triduo a;
Sagrado Corazón, y festejaron debida
mente a sus tres afortunados hermanos
mayores.
Sacerdotes Satesianos del Teologado de Posadas
(Córdoba) ordenados el 23 de Junio.
Montilla, la ciudad saiesiana, se
engalana para que María Auxilia
dora recorra sus calles en solemne
procesión.
16 —
H o r ta -B a r c e l o n a . — Tam bién fueron
ordenados los nuevos sacerdotes el 23 di
junio. L a im ponente cerem onia se reali
zó en el Tem plo Expiatorio Nacional de)
Tibidabo, siendo consagrante el Excelen
tísimo Sr. Obispo de Colofón, y padri
nos D. Javier y doña A n geles M artí Co
dolar.
A l día siguiente, los nuevos sacerdotes
celebraron sus prim eras Misas en varios
sitios, cantándolas solemnemente en el
mismo Seminario, en la casa de Sarriá
y en el Tem plo V o tivo Expiatorio Na
cional del Tibidabo, en donde «los rui
señores del Santuario», o sea la Escolanía, reforzados con algunos de otras ca
sas, elevaron a los numerosos concurren
tes a las más altas regiones de la bellez.a musical, trasunto de la celeste. Toda
España estaba allí, homenajeando al Sa
cerdocio. Toda España, sí. ¿N o son 50
los Escolares, uno por cada provincia
o
II
11
1
española? ¡Bella, simpática, simbólica
Escolania del Tibidabo! Estudian y sir
ven al Tem plo: actuando en las funcioties, prestándoles el realce del fe rvo r y
exactitud en las cerem onias y el encan
to de sus melodías polifónicas, con sus
vüces artísticamente trabajadas y con nauralidad y sencillez em itidas... N o en
rano viven entre pinares poblados de
ilgueros y ruiseñores.
M adrii>-Sa n F e r n a n d o .— E l curso terninó, como era natural, con los exám e
nes y una exposición de trabajos; tanto
a sección de estudiantes y preaprendiza¡e como en la de aprendices. Esta expo¡ición es em inentem ente pedagógica,
into en una sección como en la otra,
rada alumno expone sus trabajos de
imeba mensuales, desde el principio del
urso, con las correcciones y notas, de
nanera que el visitante puede apreciar
js progresos que han ido realizando.
En el torneo nacional de Form ación
’rofesional Obrera quedó campeón de
orno el alumno Teolin d o R e y Gómez, a
[uien el Caudillo entregó con sus manos
1 trofeo y el diplom a correspondiente,
ín reñido concurso para la Banda Mulicipal de M adrid quedaron nombrados
profesores de m úsica» los alumnos Pe;ro Meco y H éctor Guerrero. Prem io exraordinario del R eal Conservatorio de
ladrid se otorgó a Hum berto M artínez
n la especialidad de bombardino.
La Exposición ha sido visitada por muha gente. E l 26 de junio lo hicieron, en
SAN FERNANDO (Madrid).— El alumno Teolindo
Rey Gómez, campeón nacional de torno.
Las autoridades de la Formación Profesional visi
tando la Exposición.
calidad de inspección, el D irector Gene
ral de Enseñanza Laboral, Excmo. don
Guillerm o R ein a ; el D irector General de
Enseñanza Media, Excm o. D. Lorenzo
V ila s; el lim o. D. Ubaldo Lorente, jefe
sección del M inisterio de Educación, a
quienes acompañaban los demás m iem
bros del Patronato de Enseñanza Media
y Profesional, el Presidente de la Dipu
tación, Marqués de la V a ld a via ; D. Ezequ iei P u ig y el P. A lejandro Vicente, P ro
vincial de los Salesianos. Examinaron
detenidam ente los trabajos, como persc^
ñas competentes y entendidas, y mani
festaron su complacencia con palabras
inolvidables, llegando a decir que «una
ve z más vem os que para la formación
profesional de nuestras juventudes no
podemos prescindir de la obra y asesoram iento de los Salesianos». Exponían los
talleres de Electricidad, Mecánica, Escul
tura. Carpintería y Talla, Sastrería, Za
patería.
—
17
La galana y autorizada pluma de FranL'isco Lasares, con el título «L o s Salesianos y su obra social y pedagógica», pulílicó en la revista «Cisneros» un arLculo del cual son estos párrafos;
«L n el (hoy) Colegio de San Fernando he
[)odido ser test.go de n.u^or excepción oe
cómo so produjo un cambio deciSivo en ios
'¡isicmas, con beneficio iposit.vo para Jos
cuumnos. i_a sensacional diiu-jiiciu es
esta: antes se acogían huérfanos deshere
dados y so cumplía la función sodai de
danés sustento, educación y fortalecimientu para su salud. Ejercicio y misión indudüblenu.nte piaus.bies. Pero eso no era
Lodo. Hoy se hacen hombres, se forjan in
dividuos úiiles a si mismos y a la sociedad
' U que han de vivir. Ello quiere decir un
'.;radü nuiy superior en la escala de la capacitac.ón para la lucha que, en todos los
ordt'iies y en todos los destajos, es lorzoso
mrontar. «ñero hay más: en el Colegio de
Huérfanos, por una confluencia de muy di
versas c.rcunstancias, existía, más que un
re ajamiento de disciplina, una ausencia to
tal de ella.,., faltaba algo que es esen
cial cuando se trata de gobernar un
censo numeroso de muchachos en la edad
más peligrosa: el espíritu de oliodiencia
1 no había tampoco otro factor, que, feliz
mente se ha instaurado: el estímulo. La
primera no se consigue por la sola impo
sición de normas rígidas. La persuasión es
mucho más eficaz instrumento. El segundo
es el motor que impulsa a los hombres a
ia legít:n:a y !eal consecución de sus am
biciones. ¿Cómo se han instaurado ambos
métodos? Sencillamente, por la captación
He aquí el secreto. Y ella tiene un cauce:
¡a amistad. Los educadores han de ser los
nu'jorcs amigos de los educandos.
CARABANCHEL.
«Se estableció un clima de comprensióii.
Para el alumno es una gran ilusión desta
carse y llegar. El procedimiento de los
concursos, que cada dia tiene más popula
ridad y arraigo, significa un aliciente para
que los que se han de formar actúen impe
lidos por esas ilusiones, nobles, hasta exigibles, de alcanzar los primeros puestos \arribar a las más relevantes posiciones. Es
el sentido deportivo de nuestros tiempos...
Pero no es arbitrio sencillo, ni siempre
practica!).e. La doctrina de San Juan Bosco
ganar voluntades por el amor y la frater
nidad, la practican fielmente sus discípulos
y continuadores. Y el resultado venturoso
de ese modo de entender y realizar su la
bor, lo tenemos en la constante solicitación
de las empresas de toda índole a llevarse
a los colegiales de San Fernando, cuando
les llega el momento de abandonar las au
las o los talleres, para comenzar a trabajar
profesionalmente.
«Obedecer complacidamente. Seguir con
sejos e inspiraciones' por convencimiento.
Sentir devoción por la tarea escolar. Creer
en los profesores. Pensar en lo que se ha
ce, con la convicción de que es lo mein*-.
lo más provechoso que se puede hacer.'He
aquí los designios que informan el trabajo
magisterial de estos religiosos.
»En palabras justas y elocuentes el
Presidente ha expuesto el sincero recono
cimiento para una prestación oue ha cam
biado fundamentalmenti' la fisonomía dei
Colegio de San Fernando, uno de los cen
tros docentes y de formación en que la
Congregación Salesiana ha acreditado las
virtudes y la eficacia de un sistema y un
modo de interpretar deberes y funciones
pedagógicas que dieron, y dan. beneficios
tan extraordinarios.»
La Exorna, Sra. Marquesa de Alava en su brindis de donación de
bienes al Teologada.
1
Z am o r a .— C otí so'em nidad extraordina
ria se clausuró el curso en la U niversi
dad L a te ra l, presidiendo el Presidente
del Patronato y fundador, Exemo. D. Car
los Pinilla, el Director General de P re
visión, lim o. Sr. D. Javier R u iz Ojeda,
señor Obispo, Sr. Gobernador y multitud
selecta de personalidades. Se trataba no
sólo del reparto de premios a todas las
clases y talleres de las dos secciones de la
Universidad, sino tam bién de la Prim era
Promoción. Eran 40 los alumnos que ha
bían term inado su aprendizaje. A todos
se les dieron, a más de los diplomas y tí
tulos correspondientes, una preciosa me
dalla de buen tamaño con cadena, todo
de oro, que por un lado tiene en gran re
lieve la im agen de María A u xid ad o;a y
por el reverso la inscripción: «Q ue Ella
ilumine tu vida para que siempre seas
fiel a la Universidad Laboral de Zamora.
2I-VI-57.» Tam bién se les entregaron
sendos ejem plares de la «C a ria Magna
de la Universidad)) redactada por el Fun
dador.
P o r últim o se entregaron trofeos de
portivos, en m edio de grandes at>!ausos.
Todo entre cantos y piezas de música.
Y el señor Pin illa dió la despedida a los
promovidos, despedida breve y cordial.
«C on la misma emoción que el padre des
pide al hijo que parte para la vida, con
ese mismo sentim iento os digo y o adiós.
Porque para m í todos habéis sido hijos...
Sólo pido a los 40 muchachos que ahora
termináis vuestros estudios, que me lle
véis siem pre en vuestro corazón, por
que vosotros quedáis en el m ío... Que la
V irgen os ampare y proteja en el camino
de la vida.»
P o r su parte el señor D irector General
de P revisión rubricó las palabras del se
ñor P in illa y recordó a los muchachos
que ahora «están obligados a convertirse
en luminarias para con los compañeros
de trabajo».
Term inado el acto los concurrentes pa
saron a exam inar y adm irar la E xposi
ción de trabajos de todas las clases y
talleres de A rtes del Libro, del Vestido
y Calzado, de la Madera, del Hierro, dc'
la Electricidad...
Y como digna conclusión, los 40 alum
nos de la Prim era Prom oción pasaron de
la Sección de «S a vio s» a la de «A ntigu os
Alum nos Salesianos», incorporándose de
este modo en la Confederación Nacional
y en la M undial de «A n tigu os Alumnos
de Don Bosco», establecida en todas las
naciones del mundo.
B a r c e l o n a .— U n grande día. Coopera
dor y apóstol se identifican. Cooperaacr
salesiano y ansia de almas son una m is
ma cosa. E l Cooperador es el salesiano
en el anchuroso campo de la sociedad,
cuya actividad sólo admit.^ el lím ite de
sus posibilidades
Un estrem ecim iento de em oción hubie
ron de sentir aquellos recios muros del
Tem plo, profecía de San Juan Bosco,
cuando el rito sagrado llamó al Espíritu
Santo para que descendiera a bendecir
y consagrar a 17 nuevos ministros del
altar.
E l Tibidabo, nuevo Cenáculo, sentía el
estrem ecim iento de un nuevo Pentecos
tés. Ordenandos, padrinos, familiares, de
votos y admiradores, todos estaban pe
netrados de la presencia de la divinidad
que los en volvía en una especie de ful¿.ores de Tabor. Refulgentes llamaradas
saltaban del corazón más tierno y subli
me, más amante, más encendido y aidiente, el de Cristo. A llí se encendían las
antorchas de unos nuevos ungidos que
marchan graves y tenaces a encender en
la tierra ese divin o fuego que E l nos
B A R C ELO N A 'SA R R IA . — Antiguos Alumnos en la fiesta de Hermandad.
Sohtc^ la^
de^
JxxatLj Bosco
R e c ié n e d it a d a p o r l a sE-1
aEl P. Rodolfo Fierro... ha llevado a cabo con ardimiento juvenil una grande
empresa: darnos la más moderna y completa biografía de San Juan Bosco
con el fervor elegante y primitivo de Lemoyne y la precisión de Ceria, todo
fundido y hermanado en el crisol de la devoción al Santo, de suerte que el libro
es un organismo de unidad armoniosa que presenta a Don Bosco en toda su
integridad.
En las 1.085 páginas de la obra va desfilando la película llena de encantos
del pequeño pastorcülo de Bekis, del alegre y piadoso estudiante de Castelnuovo y Chieri, las ingeniosas industrias apostólicas del primer Oratorio Festivo
la fecha clave de la fundación de la Sociedad Salesiana con síes especiales ca
racterísticas, como hecha para librar las batallas del Señor en los tiempos mo
dernos, la creación de las Hijas de María Auxiliadora y los Cooperadores Salesianos, la influencia decisiva de Don Bosco entre los Padres del Concilio Vaticano
su apostolado por medio de la prensa, la. expansión de la Sociedad Salesiana
en las Misiones... y casi como colofón de una vida extraordinaria, la visita
triunfal de Don Bosco a España y la designación profética del Tibidabo para
sede del Templo Expiatorio del Tibidabo... Cierra la interesantísima biografía
una exacta semblanza moral, sus personalísimas ideas educativas, que forman
un capítulo importante de la Historia de la Pedagogía universal, y la estadística
de las obras salesianas en el día de hoy....— ^Luis Fernández, S. J. Atenas, ju
lio 57.
vino a traer para abrasar la redondez del
universo.
¡Teñidos sus labios con la em briaguez
de la sangre redentora, chorreando óleo
de salvación, sus manos ungidas, ¿quién
no v e la nueva y pacífica conquista para
un Mundo Mejor?
Pueden gozarse ellos que han alcanzado
la meta.
Gozarse pueden sus padres que les acom
pañan. No han de alegrarse menos todos
cuantos les hayan ayudado a subir las gra
das del santo altar. Esos bonísimos coope
radores y bienhechores de nuestras voca
ciones.
¡ Dichosos pueden sentirse los señores
Martí-Codolar. cuyo nombre eternizarán es
tos enviados de Dios!
¡Felices vosotros: don José María Aguas
ca. don José Antonio Bertrand, don Pascual
Boada. don Manuel Bofill, doña Josefina
Juliá de SoIá Sert, doña María Luisa Lope
do Castro de Alcalde, don Enrique de Glano,
don Cayetano Marfá, don José Munné, do
ña María Valí! ¡Vuestros nombres están
grabados en el Corazón de Cristo y en el
de los nuevos Cristos que habéis llevado
hasta el Santo de los Santos con el calor
ardoroso de vuestros caritativos y genero
sos corazones!
¡San Juan Bosco os sonríe agradecido
desde el Cielo!
¡Desde la tierra de sus sudores, os son
ríen siempre los nuevos Don Bosco que.
ahijados, os tienen por padrinos!
20
—
Otro tanto pueden decir los Teologados
de Carabanchel y Posadas y los padrinos
y bienhechores de sus nuevos sacerdo
tes.
M onzón.— M erece destacarse el cariz
que dieron en aquel Centro a las fiestas
de María Auxiliadora, como homenaje fi
lial a la Reina d el Cielo y como signo
de gratitud al gran Cooperador de aque
llas Escuelas, don José M aría Peñaranda.
Como muestra de la labor desarrollada
por aquellos muchachos y niños, se or
ganizó una bien meditada Expos'ción
Catequística y Fotográfica. Gráficos, ejer
cicios, monografías, todo adm irablem ente
presentado, fu é visitado y altam ente elo
giado. E l Presidente de la H idro-N itro
pronunció un gran discurso.
DOÑA
CARLOTA. — Procesión de María
Auxiliadora.
i
DE SAN JUAN BOSCO
iNo se publican relaciones anónimas.)
DE M A R IA A U X IL IA D O R A
G ranada .— N o encontrando, y siendo ur
gente, una vivienda para mis padres, em
pezamos una. novena a María Auxiliadora,
y gracias a su poderoso auxilio, el último
{fía de dicha novena, nos concedió la gra
cia deseada. Agradecida, doy una limosna
para la Obra Salesiana.—Josefa López.
B onares (Huelva).— Pedí a María Auxi
liadora, por intercesión de Don Bosco, una
gracia que me urgía, y la Buena Madre
me la concedió. Agradecida, mando 25 pe
setas de limosna.—Elena Fernández Re
dondo.
A licante .— Enfermó de la vista mi padre,
y el mal avanzaba, temiendo todos le im
pidiera leer. Acudimos a María Auxiliado
ra, de quien, gracias a Dios, somos devotí
simos, y Ella acudió bondadosa: mi padre
ha mejorado. Agradecida, envío 25 ptas. de
limosna.—Amparo Martínez Arenas.
Cádiz.— Doy gracias a María Auxiliadora
por favores recibidos, y entrego una limos
na para su culto .—Antonia Hernández, A.A.
O rense.— Agradecida a María Auxiliadora
por el feliz resultado de una difícil opera
ción, envío una limosna y suplico se pu
blique la gracia .—Antonia Borrajo.
1
P osadas.— Agradecida a María Auxil'ado-
ra, de quien, gracias a Dios, somos devotícibido. envío una limosna para las Misio
nes.—Josefa Garda Benavides.
A zn .alcázar.— Encontrándome en una
si
tuación angustiadísima, consecuencia de
sufrimientos morales, me encomendé a Ma
ría Auxiliadora por intercesión de Don
Bosco, su gran siervo. La Virgen Santísi
ma me ha escuchado. En agradecimiento
publico la gracia y envío una limosna pa
ra las Obras Salesianas.— T. G. S.
I gualada.— Tengo empeñado a San Juan
Bosco para que alcance de María Auxilia
dora una gracia señalada. Mando 25 peseta.s, en agradecimiento anticipado.—Fran
cisco Porras.
V alladolid.— Hemos experimentado el au
xilio de San Juan Bosco en los dificilísi
mos exámenes de mi hijo. Agradecidos, en
vio una limosna para las obras salesianas
Lola N.
DE SANTO D O M IN G O SAVIO
A rahal (Sevilla).— Doy rendidas gracias
a Domingo Savio por los muchos favores
que tengo recibidos de sus manos. Pero
lo que principalmente me mueve a ello es
que habiendo caído gravemente enfermo
mi querido hijo en los últimos días de ma
yo, invocando en tan triste trance a Dom in ^ ito Savio, vimos claramente su pro
lección, pues rápidamente desapareció la
gravedad, restableciéndose en pocos días.
Envío una limosna para su culto .—Josefa
Gorda Blanco.
TÁ-mara (Falencia).— Muy agradecido a
Santo Domingo Savio por haberme sacado
con bien de una difícil operación, como se
lo había pedido, envío una limosna para
su culto, en prenda de mi gratitud.— Ma
nuel Bustillo.
I
pendiente un
asunto que me preocupaba, acudí a María
Auxiliadora. H oy doy las gracias a mi
amantísima Madre por haber es<nichado mi
petición. Cumplo lo prometido. C. E., Co
operador Salesiano.
San
Sebastián .— Teniendo
DE DON M IG U E L RUA
M onreale íPalermo).— Desde hace algu
nos años hemos nombrado a Don Rúa pro
tecíor de la familia. Y a fe que cumple su
—
21
encargo. Un niño nuestro, afectado de una
molestia que exigía una intervención qui
rúrgica, empezó a mejorar apenas se lo en
comendamos a Don Rúa, desapareciendo el
mal sin intervención alguna. En muchas
otras circunstancias hemos visto patente
su auxilio, allanando dificultades' y vendenlio obstáculos. Por eso, dárnosle pública
mente las gracias y le encomendamos una
doble gracia: la curación espiritual y cor
poral de un pariente nuestro.—Ignacio Fe■ver. Cooperador Salesiano.
mejoría; confesó y comulgó, quedando los
médicos sorprendidos. En esta fecha mi
esposo se encuentra completamente resta
blecido y haciendo vida normal.
Agradecida a tan señalado favor, lo hago
público, como lo prometí, para gloria del
mártir Salesiano. Rvdo. D. José Villanova.—
Lutgarda Moreno.
DE DON F E L IP E R IN A L D I
NA poles .— Fui gravemente asaltada de in
farto cardíaco. Las medicinas que me ad
ministraron me quitaron por completo el
apetito. Entonces puse toda mi confianza
en Don Rinaldi, y empezamos una nove
na. Antes de terminarla estaba completa
mente curada del infarto y podía reanudar
mis trabajos y toda mi vida normal, no
obstante mi ya no joven edad. María Fouquier, vda. de Mamo .— El Dr. Nicolás Servillo declara que la paciente superó «m i
lagrosamente» un infarto del miocardio,
electrocardiográficamente comprobado, y
que la ex paciente se halla hoy en perfec
ta salud, como lo ha demostrado otro exa
men electrocardiográfico.
D. A N D R ES B E LT R A M I
invocado fervorosamente, ha obtenido la
conversión de una alta personalidad japo
nesa.
SOR T E R E SA V A LSE-PEN TELLIN I
ba obtenido la curación milagrosa de la
alumna Victoria Palma, enferma de un
gravísimo tétanos, rebelde a toda medici
na, en el Cuzco (Perú).
También Laura Vicuña ha concedido gra.;ias especiales' a varias personas que han
invocado su protección.
DE NU ESTRO S M A R T IR E S
Tem s (Valencia).— Me encontraba muy
afiigida por tener a mi esposo gravemente
enfermo, mejor dicho, moribundo, y no po
día recibir los Sacramentos. De un momen
to a otro esperábamos el triste desenlace.
En esta circunstancia tan angustiosa vino
a visitarme el Sr. Vicario y me dijo: «N o
se apure, tome esta hojita, empiece hoy
mismo a pedirle al mártir Salesiano don Jo
sé Villanova, que es hijo de este pueblo, la
•;alud de su esposo y él se la alcanzará.» Di
principio a mi súplica; con fervor le decía:
«N c desatienda mis ruegos, siquiera que
mejore lo necesario para recibir los San
tos Sacramentos.» E l m ártir fué tan ge
neroso que se inició en seguida notable
22
—
DON CO SM E DURAN E SC R IG A S
En Badalona (Barcelona), el '31 de mayo,
y a la edad de 75 años, confortado con los
Santos Sacramentos, la Bendición Apostó
lica y demás auxilios' de nuestra santa Re
ligión. con la serenidad del justo, entregaba
su hermosa alma a Dios este fervoroso
Cooperador Salesiano. Amantísimo de la
Sagrada Eucaristía, oía diariamente Misa,
a las seis de la mañana, y comulgaba; era
asiduo adorador nocturno. Amante d éla San
tísima Virgen, desde niño se hizo terciario
carmelita, y cuando un hijo suyo le pidió
su bendición para hacerse salesiano, se la
d;ó amplísima, llorando de consuelo. «A l
final de la vida se recoge el fruto de las
buenas obras.» Así ha sido para é l : su hijo,
sacerdote salesiano, ha velado a su lado
y ayudado con todos los recursos de su
piechid sacerdotal.
Intenso consuelo para la familia, a su
entierro asistió el M. R.. señor Inspector
y cuatro salesianos más.
DOÑA
FABIANA
ALAR,
VDA.
DE
REY
Santamente, como había vi'vido. entregó
su alma al Creador, en la ciudad de Vigo
esta insigne cooperadora sales'ana. madre
de nuestros antiguos alumnos don Gonzalo
y don Fernando Rey Alar.
Fué salesiana de corazón, tomando parte
eu todas nuestras penas y alegrías y ayu
dándonos siempre. Cofrade de María A uxi
liadora. trabajó por dilatar el conocimiento
y amor a nuestra Madre.
A sus familiares nuestro pésame sincero
Un asiduo lector del Boletín, y cooperador Salesiano, nos escribe:
«...al llegar al artículo «D e nuestras Misiones»... hallo la interesante crónica del Pa
dre Colbacchini; «E l poder de las tinieblas en las tierras de infieles». Su lectura me
sugiere esta pregunta, que quizá se hayan formulado otros lectores: ¿Se puede admi
tir sin género de duda el poder —diabólico— de alguna hechicería, tal como la que.
con el nombre de «jorubo» emplean los bororos?»
Tiene razón y motivo el comunicante para hacer su pregunta. Varios otros lecto
res la han hecho. Y no sólo en España. Respondemos brevemente:
Ante todo, tenga presente el amable lector, que el Misionero expone hechos que
él mismo ha presenciado.
En segundo lugar, se trata de lugares de Misiones, hasta hoy completamente pa
ganos, en donde — es natural— , el demonio o los demonios, ejercen mayor imperio
que en los pueblos cristianos. Además, son pueblos salvajes, sin cultura, propensos a la
superstición, y superstición en cierto modo organizada.
En el mismo santo Evangelio y en los hechos de los Apóstoles se pueden ver nu
merosos casos de hechos parecidos a los que el Misionero relata de los bororos'.
En tercer lugar, el mismo Misionero no excluye el casp de que los «brujos» prac
tiquen engaños y camuflen de intervenciones de los espíritus (malos) sus propias su
percherías.
En cuarto lugar, los mismos caciques y brujos confiesan que ante los Misioneros
es nulo el poder de los espíritus malos. L-o cual no deja de ser un gran consuelo y un
acicate para intensificar la obra misional.
En resumen: existen los demonios (es artículo de fe. a más de dato de experien
cía), y hacen guerra a Dios y a las obras de Dios. Tientan a los hombres. Con la per
misión de Dios, pueden hacer prodigios para engañar a los hombres. Su poder, aunque
limitado, es todavía muy grande, y la lucha con ellos forma parte de nuestra lucha
—vida militante— durante nuestra peregrinación por la tierra.
Todo ello —^y mucho más que se calla— debe encender nuestro celo para ayudar a
los Misioneros a establecer el reino de Cristo en todos los pueblos.
Y si alguien quiere tener ideas más claras y más extensas sobre «Demoniología»
puede consultar algunos de los numerosos «Catecismos Mayores», con oue cuenta la
Catequética española.
Misión de Taranuá en el Río Napes
(Brasil)
SE VAN ENCENDIENDO LAS LUCES
Los Misioneros aplican su técnica. En
todo se necesita hoy técnica. H e aquí lo
que nos cuenta un M isionero;
«T en ía que \isitar el más lejano de los
pueblos de la misión. Tien e un nombre
pintoresco y sign ifica tivo: Trovao, que
significa «T em p o ra l». Está en un extre
mo del territorio.
»L a selva es densa: ríos y torrentes
m u ^dores atraviesan la zona; el viaje
es siem pre aventurado. Pues bien: ape
nas habíamos empezado a navegar, esta
lló la torm enta: ravos y truenos atrave
saban el espacio; las ondas del río se
levantaban a impulsos del viento como
en un océano agitado: la pobre barca
subía y bajaba, iba de un lado a otro con
furia ciclónica, expuesta a estrellarse de
un mom ento a otro, especialmente en las
rápidas, pues íbamos río abajo.
—
23
En una aldea de la tribu
Apalami, en el ASSAM, em
plean esta ceremonia (su
persticiosa, desde luego) pa
ra echar (así creen ellos) »
los espíritus malignos
«Después de once horas de maniobra,
anclamos en Trovao. E l tem poral había
cesado. En la orilla estaban esperándo
nos todos los habitantes. Todos habían
salido, viejos y niños, hombres y muje
res, a darnos la bienvenida. F u é un re
cibim iento triunfal. A m í m e besaban las
manos; a las Hermanas las saludaban
con alborozo. Nos ayudaron a bajar y
acarrear el bagaje.
«L a s Hermanas, apenas en tierra, co
menzaron su apostolado; sin apenas des
cansar un rato, iniciaron las visitas a los
enfermos, distribuyendo medicinas, son
risas y palabras de aliento. A l mismo
tiem po iban tomando nota de los que no
habían hecho todavía la Prim era Comu
nión. Mientras tanto, yo inspeccionaba
la capilla. ¡Qué lim pia la encontré, arregladita, las paredes encaladas! E l altar
estaba como sepultado entre flores; flo
res rarísimas que encornisaban la ima
gen del Sagrado Corazón. Y o m e conmo
vía pensando en el amor con que las ha
bía recogido en la floresta.
«M on té mis máquinas cinem atográfi
cas. Había traído de Manaos un pequeño
generador eléctrico. Ojos curiosísimos me
seguían ávidam ente en todos los m ovi
mientos. cuando ponía y accionaba ios
hilos, cuando conectaba... Eché a andar
el m otorcito, que se puso a vib rar y dar
vueltas; de im proviso hice saltar la luz
en la capilla. A qu ella estancia, vistosa y
24
—
olorosa de flores, tomó un aspecto fan
tástico.
«A n te la im agen de la V irgen , proyec
tada con la máquina, rezamos el Rosa
rio. E l rostro de la V irg en parecía son
reír, resplandeciente de colores. P o r más
de una hora proyecté y expliqué filminas. A I mismo tiem po observaba las im
presiones de los indios. Seguían ávida
m ente las vistas y mis palabras; sus
ojos brillaban; de cuando en cuando de
jaban escapar alguna palabra de asom
bro, bajita, para no disipar.
«R ezam os las oraciones de la tarde, >
m e senté en el confesonario, no sin ha
ber proyectado antes escenas de la Pa
sión. Los indios prorrum pían en gemidos
al contem plar la tragedia divina del Cal
vario.
« E l día siguiente ninguno faltó a la
Misa.
«Después del desayuno pasé a bende
cir sus casas, dejando en ellas una imagencita de la V irgen con la bendición de
María Auxiliadora.
«E n tre tanto, llegó la hora del merca
do. De antemano m e había inform ado de
las cosas que podían serles útiles. Tras
ladé al mercado m is cajas, en las cuales
había espejos, agujas, hilo, peines, telas,
alfileres, cartuchos, cigarrillos... Y las ex
puse. Cambio o trueque de m ercancías;
en cambio de lo que llevaban, me ofre
cían pescado ahumado, racimos de pláta-
El oelebre misionero Pa*
dre Coibacchini, en las
pintorescas y salvajes pía*
vas del Rio das Mortes
(Brasil)
nos, cana de azúcar, pescado fresco, pi
nas o ananás... D iré que de mis artícu
los los preferidos eran anzuelos de pes
car, tabaco, hilo, botecitos de perfume, y
áobre todo, cartuchos: he de hacer notar
que casi todos los hombres llevan su es
copeta.
»A s í pasé algunos días de esta visita
casi relám pago al apartado Trovao, sepul
tado en «e l infierno verd e de la selva»,
en m edio de ríos bramadores y v e rtig i
nosos. Estaba con ten to; pero también
pesaroso: tenía que dejar esos cristianos,
tan aficionados y buenos.
»T am b ién las hermanas partirían con
migo. N o era aún tiem po de dejarlas.
Tam bién ellas debían conocer antes los
campos de misión.
•P ro m etí vo lver... lo más pronto que
me sea posible. De regreso visitam os
otras tres poblaciones perdidas en las so
ledades, recibiendo acogidas i^ a im e n te
afectuosas, con alegría incontenible y con
dolor inmenso en la separación. Son al
mas sedientas de luz y de amor divino.
Han empezado a conocer la verdadera
Religión.
•A s í mantenemos los Misioneros, ten
sos y funcionando, los sutilísimos hilos
que nos ligan a estas almas prim itivas,
tan candorosas y buenas.»
Herm anos lec to re s: con vuestro pre
muroso auxilio de oraciones y simpatías
esperamos hacer siem pre m ayor y m ayor
bien. N o nos olvidéis ante el Señor y su
Benditísima Madre.
P . Juan B adalotti,
Misionero Salesiano.
M ISIO N DEL JAPON
« A B E » M A R IA
Nuestras principales actividades se des
arrollan en Japón en el campo de la Es
cuela : escuelas de toda clase, sin excluir
las de alta cultura.
A veces ocurren episodios graciosos, co
mo el siguiente:
E l critico musical, A b e Katsuo, estan
do un día con ganas de bromear, le di
jo a su amigo, el gran tenor P u giw ara:
— Estoy esperando un nuevo vástago.
Y si es niña, le pondré el nombre de A be
María. (E s de notar que el japonés c a r ^ e
de la letra v, porque no tiene el sonido
correspondiente). Es un nombre m uy ar
monioso y m e gusta mucho. ¿ T e gusta a
ti?
— Pss... Es una ocurrencia original.
Pero, no tendrás valor para ponérselo.
— ¿P or qué?
— Pues porque tendrás que hacer las
cuentas con tu m ujer, y con los vecinos
y con las autoridades del registro... N o
todos son músicos como nosotros dos.
Y F u giw ara soltó la carcajada.
— ¡Verás, ve rá s !, concluyó el crítico
musical del Mainichi— que es el diano
más im portante del Japón.
E n la fam ilia A be, ninguno era cris
tiano. Chiando nació la niña, el crítico
musical tu vo que sudar tinta para im po
ner el nom bre que había escogido por...
lo sonoro.
—
36
T O K tO — La niña «Abe» María Katsuo, a
quien se refiere el relato del Misionero.
Su m ujer le decía: — Llam ém osla Maruku, o si quieres M ary; pero A be Ma
ría, eso nunca.
A la pobre le parecía tan extraño el
nombro, que temblaba por la pobre cria
tura que tuviera que cargar con él.
Tam bién la empleada del registro civil
opuso sus reparos.
Pero el critico musical del Ma'niichi
era hombre de pelo en pecho y no dió su
brazo a torcer. Y la niña se llamó «A b e
María».
Pasaba el tiempo. E l nombre no había
traído liesgracia.
Cuando la niña cum plió seis años, Abe
Katsuo. sintiéndose en vena, díjole a su
consorte que pensaba poner a la niña en
una escuela católica.
Casi se desmaya la buena m ujer.— P e
ro. ¿por qué no mandarla a la escuela
adonde ha ido su hermana? Es la m ejor
escuela de Tokio, y ves cómo ha aprove-
chado la chica. N o comprendo este tu
capricho.
E l ciático replicó con mucha calma:
— Ciertam ente podemos estar satisfechos
d-3 Yuko. L a escuela prim aria aneja a la
Universidad goza de m uy buena fama;
los maestros son excelentes y hacen es
tudiar en serio, hasta demasiado. Pero,
sea como sea, yo quiero poner a la niña
en una escuela donde se enseñe R e
ligión. Quiero ve r prácticamente qué in
flu jo ejerce la enseñanza religiosa. Oigu
a menudo ponderar la form ación que dan
las escuelas católicas, y quiero compro
bar. Nos fijarem os bien sobre cuál de las
dos niñas sube mejor.
Cuando el crítico musical se presentó
tn el «Seibi Gakuen». para realizar las
prácticas de admisión, y dijo el nombre
de la niña, las buenas religiosas creyeron
que se trataba de una burla de mal gus
to (no siem.pre los tienen buenos los
críticos de ai’ te). Pero ante las explica
ciones de Katsuo, acabaron por recibirla
«hasta con devoción», decía él a su am i
go el tenor.
Así. la pequeña Abe María quedó ins
crita en una escuda de las H ijas de M a
ría Auxiliadora.
Ya se sabe: a los japoneses les gusta
mucho viajar. Desde niños van a la es
cuela en.tranvía, en tren, en auto... Y así.
para la pequeña A b e María no fué un pro
blema la lejanía de la escuela. Durante
los prim eros meses la acompañaba la
m adre; después, se acostumbró a ir y v e
nir sólita; macuto a espaldas y orgullosi
la de su uniform e escolar.
L a hermanita maestra hacía sus pri
meras armas en la enseñanza. Siguiendo
las normas aprendidas, quiso, desde el
prim er momento, conocer a todas y cada
una de sijs alumnas. Estas le ponían los
curiosos ojitos encima, de modo que casi
casi le imponían. L a miraban no sólo con
curiosidad, sino con cierto estupor. Qui
zá la veían demasiado joven. Quizá ese
rostro de otra raza... el hábito... — ¡Pobrecitas— se decía la maestra para ani
marse. Tal ve z nunca han visto una re
ligiosa.
Las alumnas, unas m uy viv a s : otras,
un sí es no lerdas, van diciendo sus nom>bres, y a todas la maestra hace un cum
plido. « ¡ A b e M a ría !», dice con gran des
envoltura, la hija del crítico musical.
L a herm anita se detiene.— ¿Cómo has
dicho?— Sí, maestra. A be M aría; este es
mi nombre, señora maestra.
Y aunque en una clase no debe haber
36
1
benjaminas, A b e M aría lo fu é por acep
tación universal. Hasta las chicas de los
cursos superiores se paraban a mirarla.
Hemos dicho que A b e M aría tenía seis
años. Estaba, pues, en la clase de párvu
los. Y ésta puede, sin inconveniente, ser
mixta. Y hasta conviene que lo sea. Los
japoneses cantan mucho. Y a nuestras
Hermanas no les disgusta el canto. Varias
tardes se terminaban las clases con una
loa a la V irgen, y cuando venía el «ritornello
«A b e ,
A be, A b e
M aría», los
varoncitos guiñaban el ojo, y las mujercitas... m iraban con un poco de envidia
a la compañera. Esta, los prim eros días
bajaba la cabeza un poco m ortificada;
después em pezó a sentir como que el
nombre se le metía, hondo, hondo en el
corazón, y aprendió a conocer y a amar
a la V irgen , a las Hermanas y al Catecis
mo, y en el certam en de R eligión, con que
termina el curso, tuvo un triunfo.
Las Hermanas tomaban en serio, como
es natural, la ciase de R eligión, si bien
con objetividad, exponiendo, sin aire de
conquista. Cada día vein te minutos, co
menzando con cánticos oportunos, y re
zando el A vem aria, y las m ayorcitas tam
bién el Padrenuestro.
En el segundo año las Herm anas de
cidieron cam biar un poco el horario, y
dedicar dos horas semanales a la ense
ñanza de la Religión. Pocos días después
llaman por teléfono a la Directora y le
preguntan si las autoridades escolares
habían ordenado la disminución de la en
señanza religiosa. E lla dió las oportunas
explicaciones, y quiso saber el nombre
del interlocutor. — E l padre de una alumna— fu é la respuesta.
Era el crítico musical, que tal vez se
preparaba a rom per una lanza con la
prensa en pro de la enseñanza religiosa.
A b e María es m uy inteligente— dicen
las Hermanas— . Y el papá añade: Ma
ría es sumamente buena y franca. A pe
nas llega de la escuela nos cuenta todo
lo que ella ha aprendido de nuevo. Con
mucha frecuencia discute con la herma
na mayor, y como ésta nada sabe sobre
asunte» religiosos, siem pre María lleva
la razón. L a m adre escucha y calla. Un
día sintió que lo que decía su hijita acer
ca de la V irgen , de San José, del N iñ o
Jesús, de la Gracia divina, le hacía honda
im presión! y decidió ir a la Escuela y
CONGO BELGA.— Grandioso puente cons
truido por los Misioneros Salesianos sobre
el rio Katubu.
suplicar a las Hermanas le permitieran
tomar parte en la clase los días que hu
biera lección de Religión. Tam bién Yuko
asiste a estas ciases, y queda pronto con
quistada de tanta belleza como se abre
ante su espíritu. Varias madres y algu
nos padres han hecho la misma petición,
y las Hermanas se han visto obligadas,
con gran consuelo de sus almas, a poner
una conferencia mensual sobre el tema
religioso, para padres y madres de fam i
lia.
¿ Y el crítico musical?
Un día los Padres le pidieron escribie
ra algo en la R evista Vida Católica. L o
pensó un poco, y escribió. Un hermano
suyo, periodista y fotógrafo, Tetsuo, v ie
jo am igo de la misión, ilustró gráfica
mente el articulo, que resultó interesan
te y causó grande efecto.
A llí cuenta que «... la m adre ha ter
minado por ir ella misma al Catecismo
Que Yuko, guiada por María, ha apren
dido las oraciones de la mañana y la no
che y que las rezan en casa. Que, a la
mesa, con bastante frecuencia, hablan
de R eligión y repiten y comentan lo qu<
han oído en las clases». Así, M aría ha
cambiado insensiblem ente la atmósfera
de nuestra casa. Nosotros los padre.*-^
— añade— nos sennmos intensamente fe
lices.
«M aría deseaba un altarcito para la.s
fiestas de Navidad. Se lo hemos propor
cionado ; y esto ha aumentado nuestra fe
licidad por el contento que sienten la.s
niñas y que la m adre com parte.»
«Cuando escogí el nombre de María
para m i hija menor, sin otro m otivo que
—
27
ei recordarm e las dulces m elodías de
Schuber y üounod, no pensaba cierta
mente en que la misma niña, con su voz
angelical me cantara el A v e M aría de
esos grandes maestros, cuyas armonías
se adentran en el alma.»
Como se ve, el crítico musical del Mainichi no anda lejos de la casa del Pa
dre.
E l lector puede, con sus oraciones,
ayudarle a entrar.
C. T a s s in a r i , misionero salesiano.
M IS IO N E R O S EN VIAJE
[Del de una Misionera Salesiano)
Partimos de Tapurucuara (Brasil del
Norte) para abrir la nueva misión del Izana. La comitiva consta de dos sacerdotes,
oche Hermanas y algunas indiecitas. Ape
nas llegados al río, parece que el enemigo
infernal conjura contra los Misioneros, des
encadenando todas las furias de la natura
leza bravia. El vaporcito, sacudido violen
tamente por los vientos y las aguas, pa
rece va a hundirse de un momento a otro.
Las olas se estrellan espumantes contra
sus flancos. El viento ruge.
Con grande esfuerzo logra el piloto en
filarlo por uno de los brazos del río, que
se adentran en la selva, menos expuesto a
los ímpetus del huracán; y allí, invocan
do el socorro de María Auxiliadora, es
peramos que pase la tormenta. Cuando
auiainó la furia del viento, y el cielo se se
renó, reanudamos viaje con dirección a
Uapés, que durará tres días. Durante la
noche suspendemos la marcha y descansa
mos en las hamacas. A l rayar el alba, los
Padres celebran Misa y los demás comul
gamos. Prosigue la marcha.
De cuando en cuando es preciso arrimar
se a la orilla y detenerse; al ruido del mo
tor, los indios ribereños acuden a saludar,
a ofrecer plátanos, pescado, aves, a cambio
de sal, fósforos, telas, medicinas...
En una de esas paradas, nos traen dos chi
quillas enfermas, sucias, apenas cubiertas
con miserables harapos’, y nos las dejan
allí, alejándose velozmente los que las han
traído. Les improvisamos vestido y todo
lo que necesitan. Las indiecitas, cuando se
ven vestidas y aseadas, se miran una a
otra, y sonríen, no sin cierta coquetería, de
felicidad.
Este es el regalo que llévame^ a Uapés.
Aquí tiene lugar la separación. Un grupo
de misioneras desembarca; dos prosiguen
para Izana, adonde ha de llegar otra, pro
cedente de otra misión.
Y henos nuevamente en viaje, guiadas
per el Capellán, y acompañadas de seis jo
vencitas' indias, que nos ayudarán en la
Misión.
También ahora se desata la tempestad, e
imploramos el auxilio de María, nuestra
Madre Celestial.
Se suceden las etapas. En cada parada
acuden los indios para aprovechar la oca
sión de ver al Padre y confesarse. Nos in-
M IY A S A K l (Japón). — Los primeros 66 diplomados del curso universitario anejo a
nuestra Escuela. Entre alumnos de Enseñanza Media y Superior cuenta 1.025 estu
diantes.
28
—
í
i
temamos en la vastísima región del Izana.
Hallamos que ya han penetrado los pro
testantes y que han esparcido ya mucha
cizaña.
Llegamos a San Felipe. E l padre de una
de nuestras aspirantas, rico propietario,
nos colma de atenciones, nos brinda rica
fruta y reconfortante café. Vienen también
numerosos indios, y nos piden «santitos».
Quisiéramos darles imágenes de María Au
xiliadora, Don Bosco, Domingo Savio; pero
el Padre Misionero nos advierte que ten
gamos prudencia, pues, ganados ya por los
protestantes, estos indios las piden sólo
con el intento de profanarlas.
Mientras estamos para subir al barco,
viene una indiecita corriendo a guarecerse
tras de nosotras, y gritando: — s ¡ Llévenme
con ustedes! ¡Llévenm e con ustedes!»—No
quería estar con los protestantes. De ur
La Misión se presenta hermosa, con tres
casitas blancas como azucenas. Una de dos
pisos: contiene la capilla provisoria, el
dormitorio, el refectorio de las indiecitas,
el ambulatorio y demás dependencias; otra,
de un solo piso, con la planta eléctrica;
la tercera con la cocina, la despensa y ha
bitaciones.
Es el 11 de febrero, día de Nuestra Se
ñora de Lourdes. Vamos directamente a
la capilla a dar gracias a Dios y a María
Auxiliadora, escuchar el breve saludo del
Padre Director y recibir la Bendición de
María Auxiliadora.
Y henos en el trabajo. L o tenemos todo
Los niños, g lo ría y fuerza
del m isionero
fNFAL (Manipur-India). — Se sienten fe
lices después del Bautismo.
salto se puso en el barco, y no fué posible
hacerla desistir para que pidiera permiso
a sus padres, si los tenía. — Será el prim-tr
regalo de la Virgen para la nueva Misión.
En la última jornada de viaje encontra
mos un Misionero salesiano itineranie--o
ambulante— en la vasta zona del Izana.
Atraído por el ruido del motor, se acercó a
la orilla, y ordenó al indio que lo acompa
ña. disparar tres veces su fusil para avisar
a los demás de que pasaba el Misionero y
que venían las Hermanas. Subió con nos
otros al barco.
Entre tanto ya se perfila la Misión. Na
die nos esperaba. Pero avisados por los
disparos, acuden todos. E l primero el Pa
dre Director, que lanza el saludo augural.
gritando: cjV iv a María Auxiliadora! ¡V i
van sus h ija s!»
Allí mismo: niños todavía pa
ganos.
sin poseer cosa alguna. Somos ricas y fe
lices en nuestra amada Pobreza. Y espe
ramos, con la protección de María Auxilia
dora hacer un gran bien, para gloría de
Dios y la salvación de estas almas. No bus
camos nada más.
Sor I rene M eló, F. M. A.
Se a ce rca el D o m u n d
irse p r e p a r a n d o
R o g a r al Señor
e n v íe o p e r a r io s a la m ie s
—
29
I N S PECIO i m
DE
S X ^ S ^ ik u M e h iX j d ,
La^ íragua^ del celo apostólico
I’ or mucho que insistamos en la necesi
dad de forjar la verdadera mentalidad aposlólica, tal como la quería San Juan Bosco,
nunca haremos bastante, porque los anhe
los y la idea de San Juan Bosco fué de
.implitud insospechada. Pero dicha idea la
forjó en los principales elementos que asis
tían a los Ejercicios Espirituales en com
pleto retiro que tanto él como San José
Tafasso, daban en San Ignacio, cercanías
del Colegio Salesiann de Lanzo.
Aquella dedicación personal a los niños
necesitados que llenaban hasta rebosar los
Oratorios' de Turín. tanto en los catecismos
i'omo en las funciones religiosas, como en
las diversiones de todo género, no nacía por
«eneración espontánea: ei’a fruto maduro de
’n espiritualidad de aquellas almas que senlían la responsabilidad de cristianos au
ténticos ante esos hermanos necesitados.
Por ello no dudaban en sacrificar las tar
des de los domingos y días festivos, las
noches de los días de labor para las clas-es
nocturnas, su dinero para sostener, por
amor de Dios, aquellas obras florecientes
del Apóstol de Valdocco. Y esa espiritualiliad dimanaba de aquellos magníficos reti
ros en que la palabra inflamada del Santo
('ncendía sus' corazones, iluminaba ^us
mentes con el fuego y las luces de la ca
ridad y el amor a Cristo. Mediten bien esta
responsabilidad reglamentaria los nclegatios Locales de la Pía Unión.
Hay que llegar a tener no una. sino va
rias casiis de Ejercicios. No dejará la Pro
videncia. amorosa creadora de todas nues
tras grandes y pequeñas obras, de enviarla,
si nosotros sabemos importunarla con las
oraciones tíie (nuestros niños y con las
nuestras. Hay gue interesar directamente a
los mismos Cooperadores en ello. ¡Ejeri'itantes y Casas de Ejercicios!
R E TIR O M E N S U A L .^ e b e dominar en
él la cordialidad propia de la familia salesiana. Ha de llenar la finalidad de la Con
ferencia mensual y la comunicación de ac
tividades y proyectos, cambio de impre
siones, etc.
I. Si se hace por la mañana, puede or
ganizarse :
a) Comodidad para confesarse y comul
gar.
b) Santa Misa dialogada y las oracio
nes de la Buena Muerte.
c) B;*eve plática sobre el Santo Evan
gelio...
d) Bendición de María Auxiliadora.
e) Breve reunión y cambio de im pre
siones...
La Bendición de María Auxiliadora la
pueden dar todos los' sacerdotes Salesianos
y Cooperadores.
A l principio para obtener mayor concu
rrencia habrá de enviarse un billetito per
sonal o llamada telefónica a cada uno de
los Cooperadores; por lo menos a los co
ladores para que ellos lo hagan a su ve/,
con respecto a los que tienen inscritos en
su demarcación. Una vez organizado y sis
tematizado. bastará el anuncio general por
prensa y radio.
II. Si se hace el retiro por la tarde, para
preparar, por ejemplo, la función del 21
do cada mes o Primer Viernes puede pro
gramarse así:
a) Santo Rosario. Canto sagrado.
b) Conferencia formativa de unos 15 a
20 miinitos.
c) Bendición de María Auxiliadora...
d) Cambio de impresiones en salón a
proj)ósito.
e) Comodidad para confesarse.
Donde las disposiciones diocesanas lo
permiten puede darse ia bendición con
S. D. M.
;I0
J
Un buen programa para los Cooperadores
Lo es el p regón que p a ra la fiesta de M a ría A u x ilia d o ra radió el M. I. Sr. don
Francisco Romero, M a gistra l de Zam ora. A u n q u e de ocasión, son eternos sus
va lo re s y valen en todas partes.-Nos permitimos su b ra y a r algu n os.
María Auxiliadora tiene en sus manos
el cetro que rije a los Salesianos.
Hijos de Don Bosco. de los pobres
[luz,
Mis Cooperadores
que salís al campo, ardiendo en amores,
a luchar valientes por los ideales
que ofrecen a Cristo victoria segura,
Apóstoles santos de la juventud.
pues lleváis por arma sólo la dulzura
del magnánimo y dulce Francisco de Sales.
Antiguos alumnos, modernos guerreros
a los que Don Bosco armó caballeros,
y os ciñó aquel día
los fuertes broqueles, los duros aceros,
y ofrecisteis fieros,
poniendo alegría
en el duro afán,
luchar por el Rey, Cristo Capitán,
morir por la Dama, la Virgen María!
Muchachos inquietos', de sangre bullente
que claváis en los libros la frente,
V en vuestros deportes encontráis placeres,
y cantáis gozosos en vuestros talleres.
Muchachos ungidos,
almas fuertes en cuerpos fornidos
[|ue con vuestro estudio y el sudor que os
[baña
forjáis los futuros obreros de España!
En pie lodos al pié del tambor
de este pregonero
(juo quisiera llevar el clamor
de vuestra alegría por el mundo entero!
En pié, Salesianos!
En pie y preparados los Cooperadores!
En pie los alumnos antiguos, lozanos
retoños del árbol con frutos y ñores!
En pie la animada
escuadra garrida de la muchachada
que trabaja y ora!
Para que despierte la ciudad amada
levantad conmigo vuestra voz sonora,
y gritad en la noche cansada;
¡Atención. Zamora!
¡Mañana es la fiesta de la Auxiliadora!
Mañana es el día
Tüllert» Gráfico»* <i»- EUjinowKs
en que como tallo de flor la alegría
nacerá en vuestros pechos ufanos.
Mañana es el día de esa algarabía
que es el gran secreto de los Salesianos!
Mañana en la misma cuna de la aurora
sonarán los cohetes de la Auxiliadora,
orquesta de truenos, de luces floresta,
despertando a todos, llamando a la fiesta.
Iremos al trono de Nuestra Señora
bajo los doseles de su real palacio
a ofrecerla cantos, flores y oraciones
y como un topacio
puro y encendido nuestros corazon.es.
Luego, ya seguros debajo su manto
con las bendiciones' de Don Bosco, el Santo
arderán nuestros patios en voces,
correrán Salesianos y chicos
a buscar los balones veloces;
se oirán risas de pobres y ricos;
habrá entre las piedras, al dolor ajenas
ruido de colmenas;
y al ver lo que pasa
dirá alguno aturdido: esta Casa
es casa de locos; y razón tendría;
son los Salesianos que están este día,
sintiendo en su pecho del amor la brasa
locos por su Madre, la Virgen María!
Venid
Venid
Venid
Venid
Venid
a
a
a
a
a
la fiesta, buenos zamoranos;
la fiesta de los Salesianos;
la Misa, venid a los juegos;
los versos de la sobremesa;
incendiaros en los puros fuegos
de estos chicos sanos
que hoy son flor y fruto y fueron promesa!
Este pregonero
p>orque ama a los pobres como un salesiano.
y a los Salesianos con amor entero,
muy alta la frente,
feliz por ser hijo de Nuestra Señora,
hoy lanza a los vientos su pregón potente
¡Atención, Zamora!
¡¡Mañana es la fiesta de la Auxiliadora!'
CON UCENCIA ECLISIASTICA
S A. - Alcalá. I2c
Madrtri
—
31
1." Colegio de San FernandOt Madrid: Exento. Sr. Maronég de la Valdavia. Presidente
de la Diputación, y loe alumnoe vencedores en loe torneos nacionales de mecánica y
en las oposiciones a la Banda Municipal de Madrid.
2.
® Los «0 de la Primera Promoción de la Universidad Laboral de Zamora, con el funda
dor de ésta, Excmo. Sr. Don Carlos Pinilla.
-
Fecha
-
1957.09