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Título
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BS_1956_11
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Descripción
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Boletín Salesiano. Noviembre 1956
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extracted text
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El día 25 de este mes de noviembre se cumplirán cien
años de la muerte de la madre de Don Bosco, Marga'
rita Occhiena. Los que conocen la vida de esta santa
mujer creen firmemente que sólo con una madre de
esa talla se explica la alcanzada por su hijo, el gran
Don Bosco.
Esta fecha no pasará inadvertida a la Familia Sale'
siana que se dispone a perpetuar el recuerdo de
tan santa madre con nuevas obras de apostolado.
P a r a el m es
de diciembre
LA
IN M A C U L A D A ;
F ilm in a en tecnicolor.
Tres partes. Precio: 79
pesetas cada parte. En
120 artísticos cuadros
Á
que arrancan de la crea'
ción del mundo y del hombre y terminan con las apariciones de
Lourdes, se hace la historia de este singular misterio. Con sola
esta filmina y utilizando el magnetofón puede prepararse un entre'
tenimiento que el público seguirá con el máximo interés.
N A V ID A D : Hermosa filmina en tecnicolor. Precio: 79 pesetas.
En 40 cuadros recoge las más tiernas y emotivas escenas de la
entrada en el mundo de nuestro divino Salvador. Colegios, Catequesis, Centros de enseñanza y las mismas familias pasarán una
hora d eliciosa haciendo desfilar ante sus ojos esta hermosa
filmina.
Pedidos a
Alcalá, 164 — Madrid
Un cuadro de la filmina
“ LA IN M A C U L A D A "
SAIESIMO
~W i<
r e v í s t a
R E D A C C I O N
Affo L X X
de
las
o b r a s
A D M I N I S T R A C I O N
de
don
ALCALA,
N O V IE M B R E 1956
En el Centenario de la muerte de
Mamá Margarita...................... 3*4
Misa de O ro ael Rvdmo. D. Jorge
S e r ié ......................................... 5
r-í/-\ Noticiario mundial salesiano . . . . 6-12
U r n C J r i O ' De nuestras Misiones..................... 1314
España Salesiana.......................... 15-21
La l e y e n d a del tiburón y del
c o c o d rilo .................................. 22-24
164
b o s c c
MADRI D
N ú m e ro 11
Dom ingo Savio, m odelo de ju
ventudes....................................25
Crónica de gracias...................... 26-29
El Congreso Nacional de Perfec
ción y Apostolado...................30
N ecrología....................................30
Bibliografía
31
En el centenario de la muerte de Mamó Margarita
Hace cien años — el 25 de noviembre
de 1856— , en el Oratorio de T u rin deja
ba la tierra por el cielo la Madre de Don
Bosco y de todos sus huerfanitos: Mar
garita Occhiena de Bosco. A distancia de
un siglo su recuerdo vive y palpita en
miles y millones de corazones, esparci
dos por todas las naciones del mundo.
Como fu4 tan buena, nunca la olvidaron
los que con ella vivieron. Y así don Lemoyne, alma delicadísima, digna del San
to, bien documentado, escribió su vida,
y en la jiesta del Padre del año 1886, 24
de junio, se la presentó elegantemente
encuadernada por los pequeños artistas
del Oratorio. F u é el número más aplaudi
do y emocionante de la velada. Desde en
tonces las ediciones se suceden sin inte
rrupción, y se escriben otras vidas, de
modo que la figura de Mamá Margarita
es en el mundo scdesiano tan conocida y
amada como la del propio Don Bosco. Y
no sin razón, como que a ella se debe no
pequeña parte de la santidad y grandeza
de nuestro Fundador.
Como en una sinfonía, tres son los
tiempos — admirables acordes de pensa
mientos, sentimientos y obras— , en que
se desarrolla su vida.
I -”-— Nacida en Capriglio de Asti el 1
de abril de 1788, pasa la juventud en los
trabajos del campo y en la paz de un ho
gar inmaculado. Sana, robusta, seria y
jubilosa, a los 24 años contrae matrimo
nio con Francisco Bosco, flo r de trabaja
dores campestres, que había quedado
viudo y con un rapazuelo llamado Anto
nio. Se traslada con él a una colina deno
minada <il Becchin, entre viñas y prados,
a 5 kilómetros de Castelnuovo de Asti.
Vivían felices. E l cielo había bendecido
su unión con dos retoños: José y Juan,
cuando de pronto la muerte viene a sem
brar la desolación en la casa. Francisco
muere a consecuencia de una pulmonía
fulminante.
2 .®.— Perfecta cristiana, Margarita en
tonces se crece. Puesta su confianza en
Dios, m ultiplica sus energías en el traba
jo y se entrega con inteligencia y cora
zón a la educación de sus hijos. L a faena
es dura; pero es de temple acerado su
alma. Se le ofrecen ventajosos partidos;
los rechaza porque cree su deber consa— 5
grarse por completo a form ar las almas
que la Providencia le ha confiado. Dios
le había dado para ello dotes extraordi
narias. En el mundo de la naturaleza
veía reflejadas las leyes mismas del hom
bre; y de todo se servía para encaminar
hacia el Creador las almas y los corazo
nes. Léase su vida, y se verá esto clara
mente, y, lo que más vale, se aprenderá
mucho arte, mucha ciencia de educación.
E vitar el mal; hacer el bien; valerse
de todo para dar gloria a Dios y hacer
bien al prójim o; ver a Dios en todas las
cosas y en todos los prójimos la imagen
viva de Dios; cum plir con amor y alegría
los mandamientos de Dios y de la Igle
sia; respetar, amar, servir, ayudar a to
do el mundo, son las bases en que Mar
garita fundamenta su obra. P o r esto es
ésta tan sólida.
A fuerza de sacrificios logra que su
grande hijo, Juanita, pueda seguir su es
trella: la vocación que Dios le ha dado.
Ordenado éste sacerdote, le recuerda,
como lo ha hecho tantos veces, que de
él nada terreno quiere, y que, «si tiene
la desgracia de hacerse rico, ni siquiera
pisará los umbrales de su casa»; y que
nunca ha deseado otra cosa que myudarle a salvar su olma y las almas de los
que con él se rocen)). Pero también le
dice cosas tan tiernas y tan grandes so
bre la dignidad del sacerdocio y del apos
tolado, que el gran soñador de proezas
evangélicas ve que puede contar con ella
cuando llegue el día de los heroicos sa
crificios y de las abnegadas reminclas.
3.°.— y este día llega cuando el hijo se
entrega por completo a la educación de
los niños, de los humildes, de los más
pobres, de los ?nás abandonados.
Margarita vivía tranquila y feliz en su
casita; su hijo José había logrado aumen
tar la posesión y fabricado «n a cosiía
bastante'cómoda. En ella Margarita era
como una reina. Pero un dia Don Bosco
le pide raya con él a com partir en Turln los trabajos de la educación de los
niños, de los muchos niños que Dios le
enviaba. Y la santa tnujer, aun desga
rrándosele el corazón, abandonó sus cam
pos, dejó la casita donde había sido feliz,
hasta vendió su anillo y su ajuar de bo
da que había conservado tnimosamente,
y siguió a su hijo. E l viaje, unos 20 ki
lómetros, lo hicieron a pie: Don Bosco
oteando al porvenir, un porvenir de fá
bula: ^fargarita, con los cabellos ya blan
quecinos, mirando hacia lo ignoto, como
el héroe de una leyenda romántica...^
A la entrada de la ciudad, un am igo de
4 —
Juan, el sacerdote Vola, conmovido le
regala su reloj. Madre e hijo vieron en
ello un signo de que la Providencia no
les abandonaba.
La pobreza, sin embargo, era absoluta.
Margarita sonrió y bromeó. Entrada la
noche, cantaron una oración popular al
Angel de la Guarda. Como de seres in vi
sibles se unieron otras voces, argentinas.
Tras de la cerca se habían apostado unos
niños de los que Don Bosco catequizaba.
Habían temido que no volviera. Su ins
tinto les dijo que a más de un padre te
nían una madre.
Y madre fué Margarita para ellos y
para todos los que debían seguir vinien
do: madre tierna, amorosa, compasiva,
enérgicamente dulce; cooperadora efica
císima de su grande hijo en la ardua y
sublime labor de la educación de niños
la mayor parte abandonados. Es una epop ^ a de amor, de abnegación, de inmola
ción. Mucho sacrificio, infinitas renun
cias; pero también muchos goces de cie
lo. La oración, la unión con Dios, el mis
mo renunciamiento de todo lo terreno
le endulzaba y divinizaba la vida.
Mamá Margarita le im prim ió al Orato
rio y a la vida salesiana características
especiales que hacen de ella un modelo
insuperable de hacer educativo. La sim
patía de que goza en el mundo lo salesiano, es. en buena parte, obra de Mamá
Margarita. P o r eso vive y vivirá mien
tras haya salesianos y espíritu salesiano
en el mundo. Mamá Margarita merece el
honor de los altares. Recordamos de un
Padre agustino famoso predicador en Ca
racas, que no acertaba a separarla de
Santa Mónica. Pero como los Santos los
canoniza sólo la Iglesia, pedimos a nues
tros lectores ruegusn con esta Í7itención.
L o que nada ni nadie nos impide es
proponer el ejemplo de Mamá Margarita
al estudio y a ¡a imitación. Vidas muy
bien escritas las hay.
El 9 de octubre, en el palacio
episcopal de Madrid, se abrió el
P R O C E S O IN F O R M A T IV O
para la Beatificación y Canoni
zación de los 42 Mártires Sale
sianos sacrificados en odio a la
fe durante la Cruzada. —Deta
lles en el próximo número.
Los Delegados de los Cooperadores en Congresillo
Convocados por el Revmo. padre Rícceri, se han reunido en Turín del 6
al 9 de septiembre los Delegados o Consiliarios de los Cooperadores Salesianos de toda la Europa Occidental. La reunión se ha considerado como uno
de los acontecimientos más importantes en la historia de la Fia Unión. Y
no sin m otivo: en efecto, se han reunido por primera vez y a la sombra
del San*uario de María Aiixiliadora, y en la Casa Madre, y presididos por el
Rector Mayor en persona. Fueron días de feiviente oración y de intenso
trabajo. Además de los «Delegados)) estuvieron presentes los sefiores Ins
pectores de Alemania y Francia y algunos Directores. E l programa había
sido diligentisimamente preparado y se estudiaron sus puntos con meticu
loso esmero, siguiendo rigurosamente los Ordenes del día. Así se trataron
los puntos más importantes para la vida y la vitalidad de la Pía Unión, como:
Examen del pasado, organización, funcionamiento, actividades varias, pro
grama de trabajo para el próxim o año.
Cada día se celebraban dos sesiones largas y animadísi77ias, en las cuales a
los relaciones seguían discxLsiones interesantes, que arrojaban sobre los va
rios argumentos la luz de las experiencias realizadas en las diversas nacio7ies e inspectorías, y de las sugerencias afortunadas.
Pudo así comprobarse cuánta fué la clarividencia del genio de Don Ros
co y las magníficas posibilidades que ante sí tiene este genial movim iento
provocado por el Santo, y que pone en manos de la Jerarquía un ejército
disciplinado para coadyuvar a la conquista del mundo para Cristo.
Misa de Oro del Rvdnio. D. Jorge Serié
E l 22 de septiembre ha celebrado sus
Bodas de Oro Sacerdotales el benemérito
Padre Jorge Serié, Capitular encargado
del movimiento de los Antiguos A lum
nos. A la gloriosa circunstancia venían
preparándose los Antiguos Alumnos y
Antiguas Alumnos salesianos del mundo
entero, conocedores y agradecidos de la
gran labor que desde su ^ to cargo ha des
arrollado y sigue desarrollando el infati
gable amadísimo Superior. Tom ó parte
en el Congreso de Buenos Aires y des
Rvdmos. P. P. Ziggiotti y Ricceri, M. R. P. Favini, Secreta*
rio General de los Coopera
dores,
Seelbach
y
Greiner,
Inspectores de Alemania, y
Amielh, de Francia Norte, De
legados
de
España,
Italia,
Francia, Bélgica, Inglaterra,
Holanda, Portugal y Directo
res de los Boletines Salestanos español y francés.
pués permaneció aún casi un mes en A r
gentina, visitando los centros. E l 22 de
septiembre estaba de vuelta en Turín
para celebrar al día siguiente, en el San
tuario de María Auxiliadora, su Misa ju
bilar, rodeado de los demás Superiores y
de un número grande de Salesianos y
Antiguos Alumnos, Cooperadores y ami
gos de las Obras Salesianos que, repre
sentando a todos los del mundo, se le unie
ron estrechamente para dar gracias al Se
ñor por todos los beneficios que sobre él
DEL VIAJE DEL RVDMO. RECTOR MAYOR
En ia capital de la Argentina y sus alrede*
dores.
E l 24 de mayo, después de haber asis
tido al histórico acontecim iento de la Co
ronación de María A uxiliadora celebra
do en el Parque Centenario, el Rector
M ayor tuvo a bien aceptar ila invitiación d:d Presidente de la Asociación Ita
liana de Ex-combatientee de la primera
guerra residentes en Buenos Aires, que
quiso honrar en él al veterano de la pri
mera contienda mundial.
En la sede del Club Italiano, juntam en
te con e) Em bajador y el Cónsul Gene
ral de Italia, evocó el recuerdo de jo r
nadas históricas. A l final tomó la palabra
para recordar a los trescientos connacio
nales presentes la necesidad de hacer
siem pre honor a Italia y a la Argentina
con la ejem plaridad de vida, la práctica
de la fe, la laboriosidad y la unión de
las voluntades en el bien.
E l 25 de mayo fué una alegre jornada
en la Casa de Formación de Bernal. ins
tituto en que se forman los aspirantes,
clérigos estudiantes de filosofía y un buen
número de alumnos de enseñanza media.
Fu é una fiesta íntima, que com enzó con
la Misa en la cripta de la grandiosa igle
sia en construcción y que tuvo como fi
nal una simpática dem ostración de afec
to. cuando los clérigos levantaron al Su
cesor de Don Bosco en un sillón d e bra
ha derramado en estos cincuenta años de
sacerdocio y presentarle sus mejores vo
tos por su salud y para que el Altísim o
le conceda aiín /argos años para bien de
la Iqlesia, y sobre todo, de los Alumnos
y Ex-alumnos salesianos. Con esta oca
6
—
zos y lo pasearon en triunfo por el patio.
Dna nutrida representación de A n ti
guos Alum nos y los alumnos del Insti
tuto P ío I X le hicieron corona e l día
26 en la Basílica de M aría A uxiliadora y
de San Carlos para escuchar la Santa
Misa y recibir la Sagrada iComunión de
sus manos y escuchar sus paternales con
sejos.
Espectáculo aún más impresionante fué
la concentración de 3.000 Antiguos A lu m
nos, el dom ingo siguiente, en la misma
Basílica. Después de la Comunión, el R e
verendísim o Don Z iggiotti les distribuyó
a todos una m edallita de la V irgen , re
comendándoles que la amasen mucho, mu
cho y que siguiesen fielm ente los conse
jos recibidos en el C olegio llevando por
todas partes el espíritu de San Juan
Bosco.
Por la mañana visitó Ramos Mejía, popu
losa barriada situada en la periferia de
Buenos Aires, en la que se levanta un Ins
tituto para aspirantes y alumnos de clase
media y elemental. Estos buenos aspiran
tes que tienen una curiosa costumbre: los
días festivos visten sotana y ¡con qué gra
vedad!, ejecutaron numerosos cantos y nú
meros de declamación y desfilaron devota
mente formando parte de la procesión de
María Auxiliadora. Junto a este Instituto,
florece el Oratorio Festivo, verdadero jo
yel, con sus locales limpios y ordenados.
sión se le ha presentado una serie de ál
bumes artísticos que denotan el progre
so y la situación actual de los Antiguos
Alumnos y Alumnos Salesianos en el
mundo entero. ¡Felicidades, Padre y ad
multos annos adhuc!
El Rvdmo. Rector Mayor hablando con el Excmo. Sr. Presidente de la República, Ge
neral Aramburu. Buenos Aires.
Por la tarde el Rector Mayor visitó la
Parroquia de Nuestra Señora de los R e
medios situada en una barriada obrera. La
pobreza del ambiente contrastaba grande
mente con el entusiasmo de los fieles.
Alegoría y realidad.
El 28 de mayo fué dedicado por comple
to a las Hijas de María Auxiliadora. En la
Casa Inspectorial de Calle Yapeiní, y en
las dos de Morón, se concentran nutridas
representaciones de ex-alumnas que toman
parte en una academia alegórica, cuyos nú
meros principales fueron unas escenas ale
góricas que simbolizan la Argentina y la
Obra Sal^iana con sus glorias.
En días sucesivos el programa de su visita a las obras salesianas de la capital es
tan denso que el Rvdmo. Rector Mayor
tiene que limitarse a unas rápidas visitas,
casi cronometradas: en todas partes se re
piten las mismas escenas de entusiasmo en
torno a la persona del buen padre que con
tinúa prodigando sus atenciones a todos.
En e! Colegio de San Francisco de Sales
encuentra reunida una masa imponente de
alumnos, ex-alumnos. cooperadores y pa
rientes de los alumnos.
En el Colegio de San Antonio una ma
dre de familia ofrece al visitante una lápi
da conmemorativa para que la coloque sobre la tumba de su difunta madre.
Ochocientos alumnos del Colegio de Santa
Catalina le rodean para asistir a su Misa
en la próxima iglesia de la Inmaculada.
Seiscientos alumnos del Colegio Don Sos
co le festejan en el patio a la sombra de la
iglesia Mater Misericordiae, llamada de los
Italianos, que fué la primera en acoger a
los salesianos en la capital de la Argentina.
La visita a las dos parroquias de San
Juan Evangelista y de San Pedro, en el
Barrio de La Boca, señala un paréntesis de
tristeza en medio de tanto júbilo: los sa
cerdotes son insuficientes para atender a
las necesidades espirituales de una pobla
ción que pasa de los cien mil habitantes.
Los operarios son muy pocos y mucho el
trabajo.
El Instituto León X I I I cuenta con una
población escolar que alcanza a los 1.000 jó
venes, repartidos en escuelas elementales,
media, comercio y Artes y Oficios. Dos ni
ños — ^uno argentino y otro italiano— en
uniforme de gala de oficiales, le entre
gan dos flamantes condecoraciones. Im pre
siona en la visita a los talleres, la sección
de fundición, grandiosa como la de Como
doro Rivadavia de la Patagonia.
En San Isidro, situados en la periferia
de la ciudad, existen dos institutos salesia
nos: el de Santa Isabel, frecuentado por
más de un millar de alumnos y la Casa Interinspectorial del Coadjutor. Están en pro
yecto la construcción de varios talleres y
— 7
una gran iglesia dedicada a Nuestra Seño
ra do Oropa, que la Colonia Italiana se pro
pone edificar.
En la tarde del 2 de junio, el Rector Ma
yor es huésped del Nuncio Apostólico Mon
señor Zanin, que departe amplia y afectuo
samente con el visitante.
Un pequeño «Tarcíeio».
El 3 de junio lo toca el turno a dos gran
des ciudades de la periferia: Avellaneda
y Lanús. Ambas cuentan en conjunto con
medio millón <lo habitantes. Existen en
dicha zona dos Oratorios Festivos, en uno
do ellos se han instalado unos talleres de
hilatura en los que los aprendices oratorianos desarrollan algunos miles de horas
do trabajo. Conmovedora fué la oferta de
un pequeño oratoriano: se trata de un n’ño que en los días de la revolución tuvo
la suerte de distribuir a los fieles la Sa
grada Comunión para evitar la profanación
por parto de la chusma.
Por \a tardo, escoltado por tres aparatos
de aviación, el Rector Mayor se dirige a
la Escuela Agrícola de Uribelarrea. En ella
al día siguiente consagra en la Sagrada
Misa las hostias confeccionadas con el tri
go obtenido por los alumnos en la granja
de la escuela.
De regreso a Buenos Aires se le obse
quia en el teatro Alvear donde se concen
tran dos mil Cooperadoras y Cooperadores,
dos Ministros, el Eml)ajador de Italia, Su
Excelencia Mons. Serafini y los Superio
res de distintas órdenes y congregaciones
religiosas. El Presidente do la Asociación
Nacional de los Cooperadores, Dr. Magnaninl, pronuncia el discurso de ocasión.
El R. P. Reyneri.
El mal tiem po im pide otras actividades
del Rector Mayor. E llo le da m otivo para
asistir al suave tránsito de uno de los pio
neros de la Obra Salesiana en Am érica,
el M u y Rvdo. Don José Reyneri, que tu
vo la suerte de conocer a Don ¿oseo en
el Oratorio de Valdocco. Es opinión co
mún que el Señor quiso conceder a este
infatigable apóstol salesiano un último
consuelo: el de cerrar los ojos a la vida
teniendo al R ector M ayor a su lado.
Después es la ciudad de La Plata la que
le da la bienvenida. Tres recepciones;
una ante nuestra iglesia del Sagrado Co
razón, otra en las Escuelas Profesionales
y la tercera en el Instituto de las Hijas
de María Auxiliadora, dejan v e r el afecto
que le rodea.
En el Pu erto de la Ensenada la Escue
la N a va l rinde al R ector M ayor los hono
res reservados a los grandes personajes.
Don Z iggiotti ante la oficialidad y los
alumnos formados, entre las majestuo
sas notas de la oración del marinero, ofre
ce una corona de flores a los héroes del
mar. E n la ciudad, los salssianos y las
Hijas de María A uxiliadora tienen en sus
manos el cuidado espiritual de la juven
tud de la población, que es en su mayo
ría obrera.
La visita a las Casas de la Inspecto
ría de San Francisco de Sales termina
con la de la Casa de Morón.
En la Inspectoría de la Virgen del Rosario.
Inm ediatam ente pasa a otra Inspecto
ría: La de Nuestra Señora del Rosario.
En auto llega a Rosario, donde se levan
ta una de nuestras más hermosas iglesias
El Rvdmo. Rector Ma
yor bendice una nueva
máquina en las Escue
las Profesionales de Ro
sario.
8 —
i
de la Argentina. Las obras son muchas y
ia concentración de jóvenes, impresio
nante. Doble recibim iento: en el patio
de nuestro Instituto y en el teatro de la
ciudad llamado «E l Círculo», ocupado
por más de tres m il personas. E l Carde
nal Caggiano y e l Ayuntam iento de la ciu
dad reciben cordialm ente a su huésped.
Las Hijas de María A uxiliadora le agasa
jan en el N oviciado de Funes, mientras
que los novicios salesianos, con un cen
tenar de huérfanos lo reciben en Alvear.
E l Oratorio Dom ingo Savio, en pleno ba
rrio obrero, le hace tocar y palpar la
simpatía que la ciudad de Rosario siente
por los SaLsianos.
E l 14 de junio parte hacia San Nicolás
de los Arroyos la primera y más antigua
fundación Salesiana de la República. Aún
están en el ambiente los recuerdos de las
egregias figuras del Cardenal Cagliero y de
Monseñor Fagnano. Las fuerzas militares
de la plaza le rinden honores y los oficia
les reciben de manos del Rector Mayor, en
acto de correspondencia una medallita de
i^Iaría Auxiliadora.
Los jóvenes de la Escuela Agrícola de
La Trinidad le dan la bienvenida vestidos
de gauchos y consumen al aire libre un
suculento «asado».
En la mañana del 17 de junio parte para
Paraná. Atraviesa el enorme río del mis
mo nombre, sembrado de islillas recubier
tas de bosques. Dos niños le ofrecen como
homenaje el producto de sus i>equeñas al
cancías. L a Casa de Paraná es debida a la
generosidad de la familia Carbó.
Torneo de «gauchos».
Nueve horas de tren a través de un ex
tensísimo terreno casi inculto y llega a
Curuzú Cuatiá, donde se le\'antan dos
grandes Casas: una de Salesianos y otra
de Hijas de María Auxiliadora, donación
de la señora Perazzo.
El Rector Mayor es invitado a un tor
neo a caballo entre gauchos y soldados. La
entrada en el campo es solemne y está ma
tizada de colorido local. E l juego consiste
en apoderarse de un balón en plena carre
ra para introducirlo en un canasto. Las
acrobacias a caballo es lo que abunda. A l
final se celebra un generoso reparto de asa
do rociado de vino generoso, quedando la
paz concertada entre vencedores y venci
dos.
Después de otras diez horas de tren se
llega a Residencia, capital del Chaco. Es un
territorio extenso como un estado, rico en
algodón y quebracho, planta que da un pre
cioso tanino y madera de construcción.
Nuestro Colegio y el de las Hijas de María
Auxiliadora son de los más florecientes del
país.
La Auxiliadora «Gran Capitana».
A la orilla opu ista del río, frente a R e
sidencia está Corrientes. L os cooperado-
El Rvdmo. Rector Mayor en la Escuela Agrícola de Uríbelanea.
—
9
la música. E l R ector M ayor visita tam
bién el Oratorio Festivo de Punta Vidal
junto al río Paraná.
En la tierra del «mate».
EL Rvdmo. Rector Mayor con el Emmo. Car
denal Arzobispo de Rosario.
res vienen a buscar al Rvdm o. Don Ziggiotti con cuatro grandes embarcaciones.
Sube a una balsa. En el puerto y a lo lar
go drl río. los vaporcitos y demás embar
caciones aparecen embanderados. L a des
pedida de Residencia se lleva a cabo entre
notas de banda y silbidos de sirenas. Cua
tro aparatos evolucionan sobre la balsa,
d'ejando caer del cielo millares de hojas
volantes, que en lengua guarany dan la
bienvenida al Paiiguazú, esto es, al Padre
grande. A la orilla le esperan tocias las
autoridades civiles y m ilitares y a la ca
beza, d Obispo S. E. Mons. Visentin.
En la plaza hay una gran muchedumbre
que agita pañuelos blancos. E l A lcalde
lee unas palabras de salutación y una lar
ga com itiva le acompaña al Colegio. En
él la estatua de la V irgen es decorada
con la iKinda de «G ran Capitana de los
Exploradores» y cuatro centurias desfi
lan delante d e las autoridades al son de
V
'i i *
Dos aparatos de aviación son puestos
a su disposición para llevarlo a Pindapoy donde florece una Escuela A grícola
que tiene una extensión igual a una de
nuestras provincias. A llí se levantaban
las célebres reducciones de los Padres Je
suítas que transformaron aquellas tierras
y las del vecino Paraguay en florecientes
zonas agrícolas, donde los indígenas en
contraban trabajo y civilización. Pero la
persecución alejó a los civilizadores, y
así aquellas regiones quedaron abandona
das, los indios vo lvieron a la selva y de
las admirables obras de civilización y de
fe sólo quedaron las ruinas que aún hoy
parecen llorar su antiguo esplendor per
dido. L a Escuela produce el clásico mate,
el te y frutos agrios que son exportados.
L a lluvia y la niebla son insistentes por
lo que hay que abandonar los aparatos
para continuar en tren que en 24 horas lo
lleva a Paraná.
Un poco más allá del río está Santa Fe.
capital de la provincia del mismo nom
bre: un nutrido grupo de piamonteses
con el gobernador de la provincia y el
alcalde \e reciben entusiásticamente en
el puerto y le acompañaban al Colegio.
En familia.
De Santa Fe. después de tres horas de
automotor, llega a la última casa de la
Inspectoría: el aspirantado y estudianta
do filosófico de Vignand.
Nuestra iglesia es grande com o una ca
tedral y las campanas anuncian fiesta re
cordando en su tonalidad las del Santua
rio de María A uxiliadora de Turín. E l
R ector M ayor pasa una jornada fam iliar,
como de dulce reposo entre sus hijos los
clérigos y aspirantes, bendiciendo a Dios
y preparándose a las nuevas fatigas.
Con los hijos predilec
tos de la Congregación
en el Noviciado de Bernal.
los niños son, pues, en ge
neral. hijos de los obreros.
La vida es sumamente ac
tiva y variada. Oyen su
Misa y rezan sus oracio
nes, tienen sus ejercicios
físicos para el desarrollo
armónico del cuerpo, y
sus instrucciones religio
sas, cívicas y patrióticas
para el desarrollo del es
píritu : pasan sus horas en
la playa o en los montes
en santa libertad, mas no
a capricho, sino con la gra
duación técnica estudiada
y ordenada por el médico
especializado.
Como en el Colegio y las
Escuelas profesionales, el
Salesiano, o la Salesiana,
hacen la vida con los niños de la mañana a la no
che, de la noche a la ma
ñana. N o es infrecuente el
Vallecrosia.— Colonia escolar en evoluciones.
caso en que la colonia sea
la escuela de prácticas pe
Vallecrosia.— Colonias Escolares.—Durante
dagógicas para los estudiantes de Filosofía
las vacaciones los salesianos se dedican em y Teología. Algunos están precisamente en
grande escala a dirigir y cuidar colonias
ellas para documentarse con miras a sus te
escolares, tanto alpinas como marítimas.
sis de licenciatura o doctorado en Padagogía.
Otro tanto hacen las Hijas de María Auxi
En los grabados verá el lector unas culiadora. Es un auténtico apostolado. Los ni riosas evoluciones gimnásticas realizadas
ños las necesitan. Y recaban muchos bienes
en el patio del Colegio de Vallecrosia (Borde ellas. Para el cuerpo y para el alma. Se
dighera) por una colonia veraniega de los
templan, se robustecen; aprenden muchas
industriales textiles de Biela.
cosas útiles para conocer la naturaleza y
Esta Casa fué fundada por Don Bosco mis
para saberse arreglar y desenvolver en la
mo, junto con la de las Hijas de María
vida: se elevan a Dios, se desarrollan en los
Auxiliadora, para contrarrestar el prosclitismo protestante.
sentimientos de solidaridad. Cada turno du
ra un mes. Los niños no
pasan de 200. para poder
;—
atenderlos bien; su edad,
de los 8 a los 14 años.
Si son menores, los cuidan
las Hermanas en colonias
a propósito.
A este Apostolado se de
dican de preferencia los
estudiantes de Teología y
los jóvenes salesianos que
pasan la probación trienal,
siempre bajo la dirección
de un sacerdote provecto
y entrenado, porque es
apostolado que tiene su
técnica.
Los salesianos y salesianas se dedican con pre
ferencia a las colonias de
las empresas industriales;
Vallecrosia— Otro aspecto de las evoluciones.
—
11
4
Valleoro8)a.— Los niños de la
oolonia bielesa (región de
montaña) solazándose en las
playas del Mediterráneo bajo
la direooión de Salesianos es*
peoializados.
,v-'' r- -
Medeliín.— Bodas de Oro de las Hijas
Aiixiliadora.— Las Sal3sianas
han celebrado con todo esplendor los 50
años de su establecim iento en Antioquia.
Cinco días de festejos y actos importan
tísimos. A l inaugurarlos recibieron la Ben
dición de Su Santidad. E l prim er día, 26
d e septiembre, fué el «D ía de la Grati
tu d »: funeral por las almas de la funda
dora M. R. Madre Brígida Prandi y su
inmediata sucesora, Sor Honorina Lanfranco y la Rvda. Concepción Ospina, her
mana del Presidente de la República, Gen-eral Pedro N e l Ospina, y por los Coope
radores de la prim era hora. 27: «D ía de
las au toridades»: Hom enaje del A lcalde
Mayor, que dedica una plazuela a María
Auxiliadora y descubrimiento, por el Co
ronel Rengifo, Gobernador del Departa
mento, del «M onum ento a Don Poseo
Educador». Gran velada. 28: «D ía del Ca
tecismo V del E v a n g e lio »: Entrega de
los premios a los vencedores en certám e
nes, homenaje de las Antiguas Alumnas.
homenaje a la M. R. M adre Inspectora.
29; «D ía del Instituto» : solemnes funcio
nes de iglesia y teatro. 30: «Día de la So
cied a d »: Exponente de la colaboración
de Antiguas Alumnas y de padres de fa
milia. Para la circunstancia se compuso
un himno, que puso en música ?J inspira
do compositor P. de la Rosa, S. D. P.
de María
En NIehteroy, donde surgió la primera
casa salesiana se ha inaugurado un nuevo
órgano monumentaJ en la blanca iglesia
de María Auxiliadora. Con esta ocasión, el
12
—
Ministro de Instrucción Pública, Dr. Fistarol, ha recordado que los Salesianos son
los pioneros de la música sagrada en el Bra
sil. El órgano tiene 132 registros, cinco te
clados y un pedal. Fué bendecido por Su
Eminencia el Cardenal Barros Cámara, A r
zobispo de Río de Janeiro.
En Tokio se ha abierto ya al culto la
iglesia parroquial, dedicada a María Auxi
liadora, que Monseñor Cimatti y sus Sale
sianos y alumnos habían prometido a la
Madre Celestial, mientras se hallaban so
metidos a las tremendas incursiones aéreas
durante la pasada guerra.
En Moaberrex. los chicos vendedores de
los diarios dieron en aglomerarse a jugar
y alborotar bajo las ventanas del Colegio
de las Hermanas. Hijas de María Auxilia
dora. La molestia era grande. ¿Qué hicie
ron ellas? Decidieron afrontarlos.... cuidán*
dose de ellos, ganárselos con los juegos y
poco a poco catequizarlos. Dos de ellas,
pedagogas en acción, se dedicaron a la
no fácil tarea. A los pocos días, los chicos
eran unos corderinos juguetones, sí. pero
inocuos. Muchos de ellos, de catorce y
quince años, aún no habían hecho la P ri
mera Comunión. Los prepararon. Y los chi
quillos. todos, experimentaron tal transfor
mación, que el encargado de la distribución
de los diarios para la venta preguntaba a
las Hermanas: «¿P ero qué talismán habéis
empleado para hacer de todos estos diabli
llos otros tantos angelitos?— El sistema de
Don Bosco: Razón. Religión y Cariño.»
I N D I A
Veilore.— Otro
Obispo
Salssiano.— E l
Padre Santo ha nombrado Obispo de Vellore {India del Sur) al P. D avid Marianayagan. E l Padre nació en Tanjore el 11
de enero de 1905. H izo sus estudios, pri
mero en la Escuela Gubernativa y, luego,
en el Colegio Saleslano de Tanjore y en
la Escuela Superior Salesiana de San A n
tonio. E n tró en la Congregación en no
viembre de 1926; hizo el Noviciado en
Shillong, y sus votos religiosos, en ma
nos de Monseñor Mathias, entonces Ins
pector, el año 1928. Ordenado Sacerdote
el 7 de ju lio de 1934, fué Párroco celoso
en varias poblaciones de N ortarcot, y
contemporáneamente Inspector de las
Escuelas de la Archidiócesis de Madrás.
En 1952, por un arreglo jurisdiccional,
el Nortarcot fué separado de las Archidió
cesis y creada ¡a sede de Veilore, siendo
su prim er Obispo el malogrado Monseñor
MarioTiselvan. M uerto éste en junio de
1954, nuestro P. David fué nombrado Vi
cario Capitular, luego Administrador
Apostólico, y ahora Obispo de la Diócesis
UNA VIDA NUEVA ENTRE LOS XAVANTES
Consoladoras realidades.
Cuatrocientos sesenta alumnos de Ba
rra de Garbas han tom ado la hermosa
costumbre de em plear el saludo cristia
no : y así m e dicen sonrientes: t ¡ Sea ala
bado Jesu cristo!» Este año. en dicha re
sidencia misionera, abierta desde hace
Mons. Antonio Malán, primer Vicario Apos
tólico de las Misiones del Matto Grosso.
pocos meses, se celebró la fiesta <le las
Prim eras Comuniones.
Todo esto es fruto del trabajo del llo
rado Padr= Carletti.
H o y la ciudad de Barra, en la con
fluencia de dos ríos, el Arcas y el Araguaia cuenta con un Párroco salesiano
fijo, don Guillerm o Muller. La ciudad es
b o n ita : a la llegada d e las H ijas d e Ma
ría A uxiliadora hubo función de luces
de bengala y se organizó una regata a lo
largo del río. Aunque las Hermanas, al
tom ar posesión d e su nueva Casa, refle
jaban en sus ojos la misma expresión do
lorida. el mismo estupor que Mamá M ar
garita cuando llegó a Valdocco: «... Pero
aquí falta todo»...
N o im porta, el Señor y la caridad de
los buenos proveerán.
D e Barra, con el avión del martes o con
el camión, se recorra una distancia de 32
leguas, esto es, de 192 kilómetros, y se
llega a L a Chavantina, donde trabaja el
P ^ r e Colbacchini, cuyos m éritos como
— 13
misionero son conocidos de los lectores.
Desde aquí echamos al agua una em
barcación motorizada de 12 H P y segui
mos la corriente del río Das Mortés. En
el espacio de siete horas recorrim os 165
kilómetros, y anclamos en el puertecito
de Santa Teresita. Nos aguardaban: don
Juan In vern izi y el Coadjutor don Fran
cisco Fernández, con un grupo de indios
chavantes, m ientras que en el aire se des
hacían algunos fuegos artificiales. La vista
descansa al contem plar una considerable
extensión de mandioca, que parecía un
manto de terciopelo.
La vida nueva de los chavantes.
H e seguido de cerca y con curiosidad
la vida nueva y civilizada de los indios
chavantes, que apenas están saliendo
ahora de la Edad de Piedra.
Tres veces al día la cocina se llena de
p latos: comen con indecible a p etito : se
trata de un total de 120 estómagos ham
brientos y robustos. Los domingos por la
mañana reciben un vaso de leche por ca
beza, regalo generoso del episcopado nor
teamericano: sienten por esto un gran
respeto por las vacas y por el ganado va
cuno en general.
Cuando llega la hora del trabajo procu
ran escurrir el b u lto : pero el que cumple
como bueno recibe un va le y un papelmoneda da la Misión, con él cual al fin de
la semana puede com prar objetos precio
sos: cinturones, pañuelos, jabón, som
breros, zapatos.
Sienten horror hacia quien se em briaga
y estiman poco el tabaco. Don Juan cuida
de la salud pública: hav que tener presen
te que la p^'nicilina realiza verdaderas ma
ravillas: enfermos que tenían ya un pie
sobra la tumba ahora se encuentran fuer
tes y robustos. Durante m i permanencia
no v i mosquitos. P o r lo demás llevaba con
m igo un frasco de insecticida «R ep e lex »,
que luego me dajé olvidado no sé dónde.
P o r la tarde tuvo lugar la «reza », esto
es, la función religiosa. Acuden todos los
indios en masa y no quieren que se deje
por nada del mundo.
M e pareció caer de las nubes al oír re
zar el A v e M aría en portugués y al oirles
cantar algunos himnos. Su fuerte es el
canto de las Letanías, que tienen la venta
ja d e ser breves y de tener una contesta
ción que se repite siem pre igual. Cada
cinco invocaciones se intercala un canto.
Así, al final, el repertorio musical queda
agotado. L a función no dura más de un
cuarto de hora.
Después, fuera ya de la capilla, se ce
lebra un poco de clase de canto. Es cu
rioso el entusiasmo con que can tan :
«V iv a Don Bosco, nuestro papá», o tam
bién: «lu ca id í..., lu caidí». Tam bién es
tá en form ación una banda, que hará los
honores de la Casa al señor don Ziggiotti cuando ven ga a visitarnos.
Una tarde, mientras atendía la cuenta
de los hermanos el ayudante del cocine
ro lanzó un grito de alarma: «Sucurí...
sucurí...» Un magnífico ejemplar de ser
piente sucurí había envuelto en sus espira
les a una gallina de nuestro gallinero e in
tentaba llevársela. Rápidamente un indio
le tiró una flecha y se la clavó en la cola.
El animal se arrojó al agua limpidísima del
torrente, soltando la presa y metiéndose
después en un agujero, pero lograron atra
parla por la cola y la sacaron fuera. Des
pués, con una hoja de afeitar, la descuar
tizaron. y su piel fué extendida al sol mien
tras los chavantes se comían la carne, y
nosotros hubimos do celebrar al día si-
(Sigae en la pág. l8.)
Chavantina.— En la co
lonia de Santa Teresi
ta. ¡Cuánto camino en
pocos años! ¡La sangre
de los pioneros!
1-1
salesuna
Turín.— La Delegación hispano'coiumuiana
en la reunión de Turín para tratar de los
Cooperadores Salestanos.
UNA CASA MODELO
L a silenciosa pero eficaz labor de las
H ijas de María Auxiliadora en e l campo
educativo y social ha sido y es bendecida
por Dios. Sus obras se han m ultiplicado
y, gracias a Dios, las vocaciones no fal
tan. V aya un ejsm plo. A la Inspectoría
Central o de Santa Teresa le faltaba una
Casa de A spiran tad oTára atender debida
m ente a esa fase im portantísim a de la for
mación. o, si se quiere, preformación
religiosa. Y la divina Bondad se la ha pro
porcionado con elegancia materna, co
mo diría Su Santidad P ío X I. L a nobilí
sima señora Doña Catalina de U rquijo
y de V ictorica de Oriol, que a menudo
visitaba la fundación de V icálvaro y es
tudiaba la obra que allí se desarrolla,
tuvo la inspiración de llenar ese vacío.
Y secundó esa inspiración. De acuerdo
con su señor esposo el Elcxmo. Sr. don
José Lu is de Oriol, resolvieron destinar a
ese efecto una propiedad que tenían en_
E l Plantío, muy cerca de M adrid; y pró"^ c ta r o n en grande. Y em pezaron en se
guida a construir. E l señor Oriol es in
geniero arquitecto: planeó el edificio se
gún las normas pedagógicas salesianas,
con criterio moderno muy conform e a
los adelantos de la ciencia y arte de la
educación.
E l edificio es grandioso, coronado con
una bellísim a estatua de María A u xilia
dora, provisto de todas las sanas como
didades modernas, instalado con los m e
jores métodos y adelantos para la ense
ñanza profesional. Con cariño paterno el
señor O riol y su digna consorte lo veían
surgir y acariciaban el momento de inau
gurarlo. Pero el Padre de Fam ilia que
está en los cielos tuvo a bien pedirle a
doña Catalina un sacrificio, y se la llevó
pocos meses antes para que desde el cie
lo presenciara la inauguración.
E l natural d olor de la separación fué
para don L u is acicate para term inar
cuanto antes la obra.
Y ésta se ha inaugurado, con el nom
bre d e C A S A A S P IR A N T A D O , el 23 de
septiembre, víspera de la festividad de
la V irg en de las Mercsdes. L a ceremonia
fu é sencilla y solem ne a un tiempo, cual
correspondía a las circunstancias- Rea
lizóla el Excm o. Sr- Obispo A u xilia r de
—
15
Aspirantado de las H¡
(Salí
1 .
en El Pía
Fundación
in a u g u ra d o el 23 4<
Aquí aparecen la fachada del edi/ .Dr. Ricote, que (o bendijo y
V ,'
i
Otras dependencias y momentos
actividades muy ampliamente a
El Plantío y alrép
ViJc
•íi
áA
” -1
Madrid, Dr. D. Ji
do la Casa y en e¿|:
lia y consagrando
el Éxcmo. Fundadla
M adre Inspectora,
salesianos padres
Tom ás Baraut, d< i
Suparioras de las c
drid, y de C oopei^
En el b reve y *
académico que sig
por el Excmo. Sr.
cer, utilizando t a ^
netofón. el pensai
liide María Auxiliadora
i ñas)
3H ,
(M adrid)
‘iol-Urquijo
9epHem bre de 1956
día—£ í Excmo. Sr. Obispo A uxiliar
yjsaéró el altar de la capilla.
44
I ...
s a nueva Obra que extenderá sus
i xveníud y madres de familia de
■t ores.
Ji Ricote, bendiciené; ial su amplia capi0 ütar: y presidióla
ad acompañado de la
a. e los Provinciales
s jandro V icente y
d< rios Superiores y
:» Salesianas de Ma?r es y amigos,
y n preparado acto
f la Misa celebrada
r. >po, se dio a conoai 1 film inas y magai to de los egregios
• ia
J
m B 1 ^ B
JÁt
A
fundadores y de las Snperioras Salesianas sobre esta ob ra: Aspirantado para
vocaciones religiosas — Clases de Labor,
con diversas especialidades: costura,
corte y confección, bordado, encajes, al
fombras, malla y demás trabajos fem e
ninos— Escuela gratuita para niñas del
pueblo y contornos. Dispensario, Co
medor gratuito. Cursos de Econom ía do
méstica para las madres de fam ilia...
F u é ’ el mismo señor Oriol quien explicó
esta amotivación».
Como era d^ber, tratándose de una
persona que ha traspasado ya las lindes
de este mundo, se recordaron algunas de
las virtudes y benemerencias de la ilus
tre fundadora, que fu é ejem plo m aravi
lloso de madres cristianas, que supo dar
a la Iglesia una hija en las Carmelitas
descalzas, un héroe a la Patria y nume
rosos hijos de conducta integérim a, que
con su inteligente actividad ayudan al
padre a dar impulso al m ovim iento in
dustrial español y sostener obras edu
cativas y benéficas.
(V ien e de la p¿¿. l4 .)
guíente un modesto banquete con la ga
llina estrangulada.
A l domingo siguiente los indios oyeron
la Misa en silencio y con gran recogimien
to. sin distraerse. Después de la Misa hubo
el asalto al árbol de la cucaña. Lo intere
sante fué cuando el premio cayó de manos
del vencedor y fué a dar entro el público,
que se lo disputó luchando a brazo partido.
Brotes de una sementera de sangre.
Mientras -en Campo Grande don César
A lbisetti y don A n gel Ven tu relli están
terminando la com pilación de la enciclo
pedia borora, que encierra el paciente tra
bajo de nuestros misioneros a lo largo de
los cincuenta años, aquí comenzamos a
hablar las primeras palabras de un idio
ma tan interesante y desconocido como
el de los bororos, i)ero más d ifícil de es
cribir. Los Chavantes no tienen escritura
V todo lo trasmiten por m edio de la pala
bra. ¿Cómo distinguir las ricas y variadas
aspiraciones de su pronunciación, sobre
todo cuando se trata de sonidos imposi
bles de captar? E l m isionero procura ano
tarlos en su cuaderno, pero iw r la noche,
cuando intenta repetirlos, e l sueño y el
cansancio no se lo permiten. M e senté
junto a un v ie jo chavante para recibir
una lección de idioma. L o más intrincado
i8
A lgu ien levantó el velo de la intim i
dad y dió a conocer un nuevo rasgo de la
generosidad y desprendim iento de la fi
nada fundadora: callada y modestamen
te se había desprendido de sus valiosas
joyas y ofrecídolas a la Iglesia para ser
convertidas en cinco grandes y preciosas
custodias.
S. Excia. Revdm a. tu vo palabras de elo
gio para la difunta, para la distinguida
fam ilia y en particular para el E xcelen
tísimo señor de Oriol, augurando que la
nueva Obra será una verdadera gloria
para la Iglesia y para la Patria, una ben
dición para los fundadores mismos, que
m ultiplicarán e l bien con esta fundación
y un eterno galardón para ellos y para
los que en la obra trabajen.
Aspirantes y niñas tejieron en la ora
ción, en el canto y ^en un bellísim o cua
dro alegórico los him nos de gratitud para
sus insignes bienhechores.
E l día siguiente celebróse un solemne
funeral en sufragio de la Excma. Señora
Fundadora.
es el v e r b o : creo que superada esa dificu l
tad lo demás resulta bastante fácil.
Todavía no hemos comenzado las cla
ses: existen demasiadas dificultades.
Entretanto pretendemos convertirlos
con las tres obras de caridad más clá
sicas : vistiendo al desnudo, dando de
com er al hambriento y curando a los en
fermos. L os chavantes agradecen todo
esto.
L a tarde del últim o día me dsspedí de
los indios. Don Pedro traducía mis pala
bras. E l je fe de la tribu se le^'antó, di
ciendo que esperaba vo lviera a visitarlos
después de cinco lunas trayendo conm i
go muchos regalos, y para agasajarme
me ofreció una hora de danza.
Hacia el final, al últim o adiós, la mu
je r del jefe inclinó la cabsza y se enjugó
con el dorso de la mano sus ojos húme
dos. Tam bién el marido hizo el mismo
gesto, p?ro de una form a más viril.
Pa rtí por la mañana m uy temprano pa
ra no conm overm e. Y p3nsaba que, vein
te años atrás, dos d e nuestros pioneros,
don Juan Puchs y don Pedro Sacilotti.
dieron sus Wdas por estas tribus, que se
juzgaban irreductibles.
L a sementera de sangre produce sus
prim eros brotss.
Campo Grande, 3 de ju lio de 1956.
P.\DRE G uido B orr .\.— Inspector.
Los «bororos» de hoy.
Hace cincuenta años el nombre Bororos indicaba una tribu salvaje que ha
cía sus correrías por una zona inmensa
del M atto Grosso, Brasil. ¿Cuántos eran?
Algunos millares, pero infundía espanto
la fama qus tenían d e peligrosos.
¿Y hoy? Un solo dato: Este año he
querido pasar la fiesta de M aría A u xilia
dora en la M isión de M eruri. Con el H er
mano don Simón Costamagna, dsspués
de una hora de vuelo, llegam os a la M i
sión, pero el cielo estaba tan cubierto que
no nos fu é posible tom ar tierra hasta des
pués de Veinte minutos de estar dando
vueltas y más vueltas. N os acogió la ban
da de música d e los bororos. A l entrar
en la iglesia fueron tam bién los queridos
bororos quienes cantaron m aravillosa
m ente el Ecce sacerdos. Celebré la Misa
de la Comunidad, en la que hubo treinta
Prim eras Comuniones, y m e conm oví
profundamente al v e r a los bororos mez
clados con las demás personas acercarse
a la Sagrada Comunión con un recogi
miento y fe rvo r admirables.
Eran ancianos de los prim eros tiem
pos, jóvenes, niños, niñas y mamás con
los pequeños en b razos: eran hijos de la
selva, pero no hacían mal papel a! lado
de los civilizados.
P o r la tarde adm inistré la confirm a
ción a un buen número de bororos que
rezaron con fe rvo r el Credo, el Padre
nuestro y el A v e María, respondiendo
a las oraciones en latín.
Más tarde la conm ovedora procesión
con la estatua de María Auxiliadora. Los
niños bororos desfilaban cantando y re
zando con la devoción de pequeños semi
naristas.
Pero también la compostura de los
adultos era edificante, com o era un en
canto el escuchar la banda d e los bo
roros. E l m om ento más patético fué aquél
en el que la procesión entró en la aldea
de los b ororos: la V irgen A uxiliadora
pasaba bendiciendo a los hijos de la sel
va y me parecía so ñ a r...; pero el que ha
bía sonado era Don Bosco; y o veía la
realidad, la obra de sus celosos misio
neros, que habían llevado a ios pies de
María a aquellos pobres salvajes, hacién
dolos dignos d el consorcio humano, y
sobre todo, hijos d e Dios.
¡Cuántos sudores derramados, cuán
tos sacrificios realizados, cuántos peli
gros superados para llegar a la m etal
Pero ¿qué es lo que no puede el amor a
Dios y a las almas en el corazón del M i
sionero?
C a m il o F a r e s in .— Obispo Salesiano del
Matto Grosso.
Monseñor Jo
sé Selva, Mi
sionero Sale
siano.
E l grande misionero. Prelado salesiano
de R egistro de Araguaya en el Brasil, ha
muerto. En su escudo de armas figuraba
este m ote: Noctem lux eliminat (la luz fu
ga las tinieblas). Monseñor fué una ver
dadera luz en m edio de las tinieblas, que
él S3 propuso disipar, una luz tranquila,
argéntea como la de la luna que pláci
da ilumina estas inmensas florestas, ra
yo de caridad, d e luz celestial, que con
exquisita caridad se propone ilum inar a
las almas. Era de una sencillez admirable.
L leg ó a la misión m un cooh'ccito que
se aventuró a m eterse por estos andurria
les. Monseñor lo despachó y lo sustituyó
por un caballo, y desde entonces, a lomo
de caballo hizo todos sus viajes por llanos
y por montes, por senderos y atajos. Pe
regrinaba sin cesar de factoría en facto
ría, de rancho en rancho, evangelizando,
haciéndose agricultor con el agricultor
y gam peiro con los buscadores de dia
mantes, y a todos les hablaba en su len
guaje. Jamás perdió su calm a y sereni
dad que había llegado a ser su caracterís
tica. Su paternidad con estos últimos, lle
gó hasta convalidarles la invasión que
de su territorio habían hecho en busca de
la codiciada mercancía. Su bondad los
desarmó y los ganó.
Sus preferencias, si las tenía, eran para
los más abandonados y pobrecitos. A to
dos procuraba santificar enseñándoles a
amar a Dios y a hacerlo y sufrirlo todo
por El. E ra bueno con todos. Bororo o ci
vilizado. todos entraban en su corazón de
pastor.
—
19
N i una sombra de ostentación en él.
Para compañaro de sus viajes le bastaba
un bororo civilizado. Y se mostró feliz
cuando pudo tener un hermano coadjutor.
A sus ovejitas sabía ahorrarles m orti
ficaciones y humillaciones. Para esto se
contentaba con poco. Una vez lo aco-mpañaba an un viaje. LU’gamos a una ca
sita donde nos recibieron con a gra d o; pe
ro al mismo tiem po notamos que se ha
llaban algo m ortificados. N o tenían nada
que ofrecernos, ni siquiera una taza de
café. Nos lo dijo la dueña, y Monseñor le
r.-spondió con sencilla naturalidad: «N o
se afane, a nosotros nos gusta una tacita
de infusión de hojas de lim ón.» Había
visto allí la planta. «Siento no poderle
ofrecer azúcar, porque aquí no tenemos
sino raspadura» (azúcar negro sin refi
nar). «Precisam ente la raspadura es lo
que m ejor va con la infusión de estas
hojas, respondió.» Y la buena señora se
quedó con esa persuasión, pues el Obis
po la saboreaba rep itien d o; « ¡ E x c e le n te !»
Era para nosotros un encanto hablar,
cuando nos encontrábamos, del Oratorio
y de los Superiores, y nos preguntábamos
cuál era el secreto para tanta felicidad
como allí se gozaba, y él respondía siem
pre: « I Estábamos a la sombra del San
tuario de María A u x ilia d o ra !»
Y M aría A uxiliadora se lo llevó la vís
pera d e su Asunción, a la edad de seten
ta años, cuando había cumplido los se
tenta años.
P. César Albisetti, Mis. Sal.
MrSION DE FUILORO (TIM O R)
Sr. Director del Boletín:
I.
La Crónica debe pasar esta vez a
himno de gratitud.
1.
° Llegó la estatua de Nuestra Señora
de Monserrat, ofrecida por los Antiguos
Alumnos de Mataró. Es muy bonita, toda
dorada, menos la cara, que, como todos sa
ben, es morena y encanta a esta gente de
raza cobriza. ¡Dios se lo pague! La capilla
aún no está, pero las 8.000 ptas. que ofrecieron juntamente con la estatua aquí las
tenemos para levantar en breve la capilla
monumento a la Patrona de Cataluña.
2.
° El Sr. Gobernador de Tim or nos hi
zo una visita el día 11 de agosto y... nos
pagó el tractor. Entonamos un canto de
gratitud a él y a su dignísima esposa, fer
viente católica y de amplios horizontes de
caridad.
L e improvisamos una veladita, al estilo
salesiano, con casi la mayoría de los alum
nos que estando de vacaciones las inte
rrumpieron al toque de llamada y con su
pobreza y tierno corazón le conmovieron.
El toque de gracia ciertamente lo dieron
las oraciones de los que —amantes verda
deros de las misiones— no pudiendo dar
ni pedir a los grandes, solicitaron con sus
plegarias al Señor de los que dominan,
que las escuchó.
Nuestra eterna gratitud y promesa de
corresponder con la misma medida por sus
intenciones.
3.
® El día de la Asunción, bauticé 23
adultos y un bebé. Pero el día 23, el P. Jo
sé. autor del librito inédito y titulado:
«E l Rey do Nari». bautizó al protagonista
de su historia. Fué un día grande para la
misión. Es uno de los más célebres per
sonajes de esta región, rey y sumo sacer-
El día de la Madre
¿Queréis tener éxito seguro cen el re
galo que ofrezcáis a vuestra mamá el
día S del próximo diciembre? Obse
quiadla con el hermoso, ameno y formativo libro
La madre de Don Bosco
Encuadernado en rústica, 18 pesetas;
en tela. 30 y en piel, 70.
Pedidos 'a Alcalá. 164 - M A D P 1D
20
dote de alcurnia secular, conservador de
las grandes tradiciones de su pueblo y
guardador de la fe en un Dios único que
mora en el Cíelo, donde espera a los bue
nos. Se escogió el nombre de José María.
4." Aprovechando el tiempo de vacacio
nes. acompañé al Sr. Ribeiro, S. D. B. en
una cacería por Leuro, donde abundan los
ciei*vos. Después de una noche de corre
rías tras ellos y una mañana de desilusio
nes, al final conseguimos dos de unos
kilos cada uno y como punto final, tam
bién un cocodrilo en el riachuelo, cuya piel
nos vendrá a dar 1.200 ptas. Cuando entra
mos en la aldea con el trofeo al hombro,
suspendido de un palo con cuerdas, que
eran cáscaras de árbol, toda la población
se colocó en círculo, haciendo sus oracio
nes y actos de desagravio; «¡A b u elito !
¡Abuelito! no fuimos nosotros. Fueron
los extranjeros... ¡N o nos castigues! ¡A
ellos sí. a nosotros n o !» ¡Veneran al co
codrilo!
Aproveché la oportunidad para hacerles
un sermoncito, sobre la diferencia entre
un animal, que sólo les hace mal comién
dose sus cabras y a veces los hijos, y el
hombre que tiene un alma inmortal, que
no muere como el anfibio. Que piensen en
salvar su alma, temiendo a Dios y no hon
rando al demonio con aquellos ídolos.
La víspera de los Ejercicios cazamos, a
unos 200 metros de casa, un hermoso cier
vo de 80 Kg. que nos dió 60 Kg. limpios
de carne, y hoy el mismo valiente coad
jutor, de un tiro cazó tres patos, Todo esto alivia la situación. A todo esto tiene que
acudir el Misionero para poder v iv ir y ha
cer algún bien. Son misiones sumamente
pobres. ¡Bendito sea Dios!
VIDA DE SAN JUAN SOSCO
Tenem os la satisfacción de anun
ciar al p ú b lico en general, y de un
ynodo especial a los lectores del
B o l e t ín Sa l e s ia n o , que, D. m., con
ocasión de la p róxim a fiesta litú r
gica de M aría A u xilia d ora , 24 de
mayo, aparecerá su tan esperada
V ID A .
Una vez más, sin em bargo, so
licitam os generosa ayuda para su
fra gar los cuantiosos gastos de la
edición.
L o s donativos al Sr. D ire cto r
del B o l e t ín S a l e s l \n o , Alcalá, 164.
Madrid.
El Rey de Nan, convertido a los
96 anos y bautizado en la Mi
sión Salesiana de FuMoro el
23-8-56.
¿Quiere alguno solicitar plaza para es
tos afortunados lugares? Pero piense que
no de sólo caza vive el hombre...
II. Aunque el Exmo. Sr. Gobernador
nos haya pagado el tractor, aún estamos
con la soga al cuello para pagar, antes de
octubre. 150 camas para el internado y los
otros enseres que precisamos para reco
ger, si no huérfanos, indigentes en el úl
timo estado de miseria, que aún es peor.
Los que pensaban dar, sean generosos
y los demás que recen para que Dios toque
el corazón de los que pueden y los colme
de bendiciones.
Fuiloro. 28 de agosto de 1956.
P. A lfonso M aría N ácher . S. D. B.
Oremos por nuestras Inspectorías
Novbre.
4-10:
11-17:
18-24:
25-1-XII:
Dcmbre. 2- 8:
9-15:
16-22:
Est. Un. Occidente.
Uruguaya.
Venezolana.
China.
Japonesa.
India Norte.
India Sur.
—
21
LA LEYEMDA DEL TIBURON!
Y DEL COCODRILO
I
Víctor era un rapaz muy listo y jugue
tón. Aplicadísimo en las clases, no hacía
ni una falta de <lictado. y hasta en los re
creos desafiaba a los mejores compañeros,
para <iictarse recíprocamente, para ver
quien se engañaba menos. Fuera de estos
momentos, no paraba de correr, gritar y
reír a carcajadas, envolviendo a todos en
sana alegría.
Servicial y afable como era. un día, des
pués de un trabajito que le di. le ofrecí un
buen plato fie arroz con una tajada de pes
cado. Con grande extrañeza vi que no que
ría comer. Insistí, w l v í a la carga; pero
todo inútil; cabizbajo y contrariado, se fué
a su casa.
No entendí el misterio. El pescado era de
tiburón pequeño, muy sabroso.
— Por oso mismo —^me dijo uno de la
aldea, a quien pedí explicaciones— . ¿No
sabe que ni él ni ninguno de su familia
come tiburón? ¡Son descendientes de ese
escualo!
Y me contó la historia que voy a repro.
ducir:
En Lari Mata ínldea marítima, no lejos
de aquí se hizo, en tiempos inmemornbltrs.
un estilo (fiesta en honra de los muertos!
que duró casi un año.
Aconteció que entre los concurrentes,
aparecían en el jolgorio dos mujeres, una
negra y la otra blanca, de belleza sin igual,
que tocaban maravillosamente la pandere
ta. Al anochecer las veían venir de la
playa, y por la manana. antes de salir la
aurora, piira allá se retiraban.
Como comparecieran todas las noches al
sarao y nadie sabía quiénes eran ni de
dónde venían, un hombre rico de la tie
rra. llevado de la curiosidad, apenas las
vió alKtndonar la fiesta, las siguió desde
lejos.
Apenas llegadas a la playa, cada una fué
a buscar una piel de tiburón, que por la
tarde había dejado escondida, metiéronse
dentro y. transformándose en peces, desa
parecieron en el mar.
Lít tarde de ese día, el rico, ya con ante
lación. subió a un c u n e ro de la plaj’a. Las
forasteras no se hicieron esperar. A la ho
ra de siempre vió tíos tiburones que salla
ron del agua p.trn la arena. Se abrieron
por medio y salieron las dos mujeres, que
22
—
escondieron sus pieles entre los matorra
les. El rico, apenas desaparecieron, bajó
del coquéro, tomó la piel de la mujer blan
ca y se la llevó a su casa, escondiéndola
entro dos tablas del pavimento, delante del
hogar, y corriendo, se juntó con los de la
fiesta de Lari Mata.
Antes de amanecer, como de costumbre,
se retiraron. El rico las siguió furtivamen
te. En la playa, la negra encontró la piel
y, sin esperar a la blanca, porque ya cla
reaba, se hundió en las aguas.
y cuando la otra buscaba y rebuscaba,
el rico se aproximó, haciéndose el desen
tendido y preguntóla mil cosas, sin ob
tener una sola palabra. Ya tarde, la con
vidó a comer y descansar en su casa. Ella,
muy triste, pero acosada por el hambre,
aceptó.
Allí, deslumbrada por las riquezas, com
binaron el casamiento, lo realizaron y vi
vieron felices.
PJl hombre, siempre que salía de casa, le
recomcndalxi que no levantase las tablas
del .^uelo. y monos aquella junto al hogar.
Y ella, siempre fiel y obediente, se pasó
nueve años sin dejarse vencer por la cu
riosidad. En este tiempo tuvieron una hi
ja, que ahora contaba ocho años, y un hijito de tres.
Fin una ausencia prolongada del marido,
royó de más el hormiguillo de la curiosi
dad y quiso Siíber lo que había debajo de
aquella tabla. Mandó los hijos bajar (no
olvidemos que las casas de los timotes son
jaulas colgantes y que se entra por debajo,
como por una trampa) y con grandes tra
bajos desclavó la puerta del misterio. V ió
¡su piel! I^a olió, le dió unos mordiscos .v
se cercioró de que estaba en buen estado.
La puso en remojo y en menos de media
hora estaba como nueva. I^a secó un poco
y se la puso, comenzando a dar tantos sal
tos que la casa se tambaleaba y se venía
abajo. Los hijos de fuera comenzaron a
gritar de miedo, y ella los tranquilizó diviendo a grandes gritos que estaba hacien
do limpieza y sacudiendo los chinches y
matándolos.
Luego metió la piel en un saco y se fué
con los hijos a la playa. Les cubrió de be
sos .V recomendaciones, sobre todo a la ni
ña. para que cuidase, como una madre, de
su hermanito. y que todos los días ^ñniesen a aquel lugar, le trajesen boniatos y
cacahuetes, que ella los daría mucho pes-
cado. Dicho esto, sacó la piel del saco, se
metió en ella y lanzóse al mar.
Los niños lloraron hasta que vino el
padre y le contaron todo lo que sabían.
Este, vista la tabla removida y la ausen
cia de la piel de tiburón, lo comprendió
todo.
A l dia siguiente, los ñiños, siguiendo las
indicaciones de la madre, fueron a la playa
y esperaron sentados en la arena.
De repente vieron un tiburón persiguien.
guiendo un banco de sardinas y que obli
gaba a muchas de ellas a saltar para la
arena. Los niños cogieron cuantas quisie
ron, las asarón y comieron. E l tiburón, sal
tando fuera, quitóse la piel y abrazó a
sus hijos.
11
Después, camuflándose nuevamente de
tiburón, desapareció entre las ondas.
Las peques llevaron mucho pescado a
casa. El padre se enteró de la procedencia
y tramó vengarse. A l día siguiente fué a
casa de su hermano, le pidió prestada su
«azagaya» (lanza en la punta de una fina
y recta cana) y se fué a la playa con los
hijos, a la hora de costumbre.
Pasado poco tiempo v ió un tiburón per
siguiendo un banco de sardinas.
Estas saltaban fuera del agua y los ni
ños se apresuraron a recogerlas en dos
cestos. El tiburón saltó también a la arena,
pero el padre, que estaba escondido, le ti
ró la lanza, dió al tiburón, decían ellos, de
bajo de los sobacos, pero no murió; antes,
de un fuerte salto, alcanzó las aguas del
mar y desapareció.
E l hombre quedó furioso, y con gritos
de emoción, mandó a los hijos para casa.
L e contó al hermano que había perdido la
«azagaya» y que allí le traía otra igual.
— No, señor; yo quiero la mía, y nada
más.
— Pero, hombre; que se la llevó el ti
burón.
— Arréglate y procúrala; la quiero cuan
to antes, ¿entiendes? Y la mía, sólo la mía.
Con la aflicción y el compromiso, volvió
a la playa; ^ s e ó docenas de veces por el
lugar y, fastidiado, se sentó.
Poco después, salía del mar un cocodri
lo y avanzaba para él. Lleno de pavor iba
a huir, pero el reptil lo llam ó:
— N o temas; yo soy tu. abuelo. ¿Qué te
preocupa? ¿Qué quieres?
—Quiero la «azagaya» de mi hei'mano.
T iré aj^er a un tiburón y se la llevó...
— Tú no tiraste a un tiburón, sino a tu
mujer... Yo sé todo... Ella ahora está
herida y la «azagaya» está colgada en una
pared de su casa.
— ^Veo que lo sabes todo. Pero ¿es ver
dad que eres mi abuelo'!
Excursiones de pesca en anchos ríos
— 23
— Tan verdad, como que vine para que
puedas recuperar la «azagaya». Sube a mis
espaldas; perro antes dame un poco de comer, qiíe tengo hambre.
El hombre le dió el perro que llevaba...
( ’ uando se hubo satisfecho, le mandó que
se agarrase bien y no tuviese miedo. En
un santiamén lo puso en casa de su esposa,
que estaba en el fondo del mar.
El suegro preguntó qué quería.
— Una «azagaya» que lancé a un tiburón
y es de mi hermano, que la exige.
—Tú no la tiraste contra un tiburón,
sino contra tu mujer, ¡m i hija!... que aun
está herida.
Ella estaba muy triste, en un rincón,
tejiendo sin mirar ni hablar a su marido.
Pero el suegro simpatizó con el hombre y
le perdbnó todo y prometió que al día si
guiente l e daría la lanza.
Levantáronse' todos muy de madrugada.
El suegro mandó a la criada descascarar
arroz para el desayuno. Esta, en cuanto
hacía la faena, vió un pececito (no olvide
mos que estamos en el fondo del mar) y
rápidamente se lo comió, pero era el cebo
de un anzuelo, que los pescadores solícitos
retiraron del agua, con grande alegría al
ver un pez tan grande.
El suegro quedó con nostalgia de la cria
da desaparecida, pues era de familia. No
obstante almorzaron opíparamente, recibió
el hombre su «azagaya» y el cocodrilo, que
esperaba a la puerta, cargó de nuevo al
«nieto» y lo llevó a la playa.
{Continuará.)
Misiones del Matto Grosso— Danza de Indios Bororos.
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24
i
Domingo Savio, modelo de jii\entiides
La Divina Providencia se Lo ha dado al mundo. Y es un deber d/i todos se
cundar las miras de la Divina Providencia. Su figura, simpática y atrayente,,
encanta hasta a los jóvenes paganos. Bosta que lo conozcayi. ¡Cuánto más no será
con los cristianos! P o r esto no debiera quedar diócesis alguna en el mui}do que no
lo declarara Patrono de la Juventud. Deber nuestro, de todos, es hacerlo conocer.
He aquí cómo lo ve un joven hindú, pagano. Jargaray Mentha, alumno de
una High School de Bombay. Jargaray comunica a sus camaradas lo que él piensa
de Domingo, y entre otras cosas les dice:
nEn la. vida hay muchas cosas que no se pueden olvidar. L o cual no quiere
decir que todas sean buenas. P o r ejemplo, yo no podré olvidar jamás al Mahatma
Gandhi; y tampoco a Godsey, su asesino.
»E n m i corazón hay cosas también que jamás podré olvidar. Cuando cometo
una falta experimento remordimiento: me parece como si alguien me señala con el
dedo y me dice: «¡Insensato! ¿Comprendes lo que has hecho?-» P o r el contrario,
cuando ejecuto una buena acción, yo siento dentro de m i alma resonar estas pa
labras: «Bien. ¡Anim o! \Continúa\»
»y es en ese momen^^o cuando aoarece a m i mente un rostro lleno de inocen
cia, amable y calmo. ¿Quién es esa criatura? N o tengo palabras para expresarlo.
Fué un joyel cuidadosamente custodiado por una guardia numerosa. Pero siento
dentro de m i alma susurrar: «¿N o serás capaz de hacer tu alma tan bella como la
suya?» R ojo de vergüenza, no me atrevo a respoT^der.
»¿Quién es este personaje misterioso? Es un jovencitc. Y ya lo habéis reco
nocido. Es... DO M ING O SAVfO. Era un joven como yo, como vosot->'os, queridos
camaradas: hecho de carne y hueso; pero... de una belleza espiritual infinitamen
te superior a la nuestra. Sus ojos sabían domar la mirada más fiera; su solo nom
bre acallaba las palabras más iracundos; su evocación bastaba para purificar las
imaginaciones más entenebrecidas.
» E l ha sido como una estrella amiga en la oscuridad de nuestra noche; él ha
pasado como una lluvia benéfica en el desierto de nuestra vida. E l ha blandido
una lámpara luminosa que indica a muchos el camino de la vida. E l ha sacxidido
del letargo y de la apatía a innumerables muchachos. E l ha hecho avergonzarse
millones de pecadores. E l ha hecho brillar la claridad de la verdad. Es como un
imán potente que levanta masas de hierros informes y oxidados. Domingo ha sa
cado del fango de la impureza a multitud de almas.
»S u vida ha sido como un navio que voga por mares en calma y hace que la
travesía de la existencia sea apacible para muchos.
»¿Acoso un rostro herinoso o una estatua gigante podría sernos de alguna uti
lidad delante de Dios? Ciertamente que 7io. ¿Pero un alma pura? ¡Sí!
»L a mayor parte de nuestras conciencias son como mangos picados. Muchas
veces Domingo los ha puesto a parte para lavarlos antes ae que no sirvieran sino
para tirarlos. También en mi ayuda ha venido y me ha sacado de un profundo le
targo. Sobre todo me ha hecho comprender que lo que nosotros llamamos placer
es una pura quimera. Desde entonces, m i corazón late en pos de un ideal. Domingo
me ha hecho nacer a la verdadera vida, i'o lo siento v iv ir en mi y empujarme a
hacer el bien. E l es m i compañero, y siento que constantemente viene en m i auxi
lio. Su recuerdo ilumina m i espíritu; su nombre es un perfume muy suave. E l mi
rarle me trae fuerza y frescura.
»S i él fué tan bueno, ¿por qué no lo seré yo? Si Dios fué para él un Padre,
¿por qué no lo será para mí? ¿No ayudará É l a quien se ayuda?
»QuPad a Domingo de m i vida y yo no seré sino un simple soporte — un marco
sin fotografía.-»
S a A t o D o m in g o S a v ío » —P or el P. Fierro. — P»eci©»a ví<ia.e««udio»
m a y a p r o p ó s i t o p a r a l o s C í r r a l o s * * D o m i it $ o S a v i o * *
y
J ó v e n e s de A c c ió n C a t ó lic a . A d o r n a d o
c o n 21 g r a b a d o s , l 8 p t a s . y d n r a n t c e l a f i o , 4 0 p o r l O O d e d e s c u e n t o .
25
f
A D V E R T IM O S a cuantos nos envían
relaciones de gracias para publicar, que
éstas deben ven ir firmadas, condición in
dispensable para ser publicadas. Si algu
na persona, por motivos especiales no
cree conveniente aparezca su nombre,
hágalo presente a la Dirección del Bo
letín, y será atendido su deseo.
DE MARIA AUXILIADORA
Curación repentina.— iCatorce meses lle
vaba sufriendo lo in d ecib le: artritis agu
da, mal d e hígado, de riñones, etc. Se me
habían administrado los últim os sacra
mentos. E l 14 de mayo, hacia las cuatro
de la tarde, m e encontraba sola en la co
cina, presa de indecibles dolores. G rité
diciéndole a María A u xilia d ora : «¡M a d re
mía, cúram e o ¡hazme m o r ir !» En ese ins
tante me pareció v e r junto a m í a la San
tísima Virgen, quien m e d ijo cla ram en te:
•Desde este momento quedas Ubre de to
dos tus males.»
L a visión desapareció. Llegaron mis fa
miliares, y m e encontraron de rodillas,
juntas las manos, bañada en lágrimas,
muda por la conmoción. Corrió mi her
mano a dar cuenta al señor párroco de lo
que ocurría. E ste se mostró incrédulo,
pero para darle gusto, vin o a mi casa, me
escuchó y m e v ió cam inar expeditamente.
De igual manera me vieron parientes y
conocidos.
E l 24 de mayo, fiesta de María A u x i
liadora, recorrí a pie y descalza el cam i
no a la erm ita, de dos kilóm etros y en
cuesta, para ir a la parroquia a recibir
los Santos Sacramentos y darle gracias
a la Virgen.
Había consultado a varios médicos y
agotado muchas m edicinas; siem pre en
26
—
vano. L a Santísima V irg en vin o a curar
me. ¿Cómo podré agradecérselo?
Monfumo-Treviso, agosto 1956.— Ma
ría Forner de Valentino.
Declaro que todo lo expuesto es con
form e a la verdad. Firmado: Don An
tonio Sartoretto, Párroco.
A licante .— Por un favor recibido 5-^ otro
que espera recibir, muy agradecida. Anita M.
A renas de C abrales (Asturias).— Por su
favor manifiesto en los exámenes.— M. B.
G uadalajara.— Muy agradecida a María Au
xiliadora por haberla librado de una enfer
medad crónica, hace celebrar todos los 24
una Misa y da 100 pesetas para su fiesta Una
Cooperadora Salesiana.
L oarre (Huesca).—Agradecido por haber
me adelantado la curación de un brazo,
envío una limosna.—Mariayio Binué.
M adrid .— Encontrándome preocupado por
una cuestión económica, acudí a María
Auxiliadora y me la solucionó favorable
mente.— B. B., Ant. A. S.
M adrid.— Comenzó mi padre a sentir
grandes dolores y molestias. E l radiogra
ma acusó una falsa angina de pecho y el
facultativo prescribió muchos m «iicam entos y reposo absoluto, lo cual, sin embar
go, no dió resultado. Encomendado el asun
to a María Auxiliadora, Ella le dió la solu
ción satisfactoria, devolviendo la tranqui
lidad a la familia.
A un hermano mío se le cerraban todas
las esperanzas de entrar en el Cuerpo de
Ingenieros, a que aspiraba. También este
asunto nos lo ha solucionado satisfacto
riamente María Auxiliadora. Ahora espe
ro otro favor de tan buena Madre.— U. D.
Madrid.— H ice una Novena a María A uxi
liadora y obtuve el favor que pedía en la
persona de mi madre.— F. P.
Lvdrid.—E nvío una limosna de 50 pe
setas, agradecida a María Auxiliadora por
haberme puesto bien .—Rosalía Campomanes.
í
SantI\ E ugenia de R ivdira .—^Agradecida
por la constante protección de María A uxi
liadora. envío 100 pesetas de limosna.—
Carmen Ros.
Santa B árbara (Tarragona).—Doy gra
cias a María Auxiliadora por su magnífica
protección en exámenes especiales. Mando
celebrar una Misa de acción de gracias.
J. Bartomeu Canals.
DE SAN JUAN BOSCO
«Vestido como Don Bosco's». Fui a un
pueblecito de Torixoreu, centro de la Mi
sión de Matto Grosso para celebrar la fiesta
de San Juan Bosco, que es el titular. Du
rante el triduo se me presentó un jovencito de diecisiete años llamado Itemar Car
vallo, diciéndome:
«Señor Obispo:
el
domingo quiero acompañar en la procesión
la imagen de Don Bosco vestido como él».
«¿ Y eso por qué?» «Vea, el año pasado, el
2-i de abril, yo estaba muy malo. Desde la
edad de cinco años, todas las semanas su
fría algún grave ataque de epilepsia. No
pude ir a la procesión, que pasaba delante
de mi casa. Casi desesperados, mi madre
Brasil.— Colonia de Chavantes. El Rvdmo. P. Modesto Be
llido, Visitador extraordinario, repartiendo caramelos.
V alencia.—Contra los pronósticos médi
cos que daban por muertos a mi querida
nuera y a su hijito, María Auxiliadora los
ha sacado bien a los dos. Agradecida envío
100 pesetas de limosna.—Una devota.
U trera .— Dos parientes míos tuvieron
que sufrir operaciones dificilísimas (uno
de ellos ha sufrido ya cuatro del estóma
go). Y María Auxiliadora los protegió. A
una prima mía y a su marido, sometido a
una grave operación, los ha protegido
igualmente. En cuanto a mí, son tantas
las gracias que le debo, que sería muy in
grato si no se lo agradeciera del mejor
modo, que es corresponder a la vocación
que me ha dado.—C. M. C.
^Saxlúcar la M ayor .— ^Doy gracias a Ma
ría Auxiliadora por su señaladísimo favor.
Deseo que todos acudan con gran fe y con
fianza a tan buena Madre.—7. C-
y yo le pedimos mi curación a Don Bos
co, prometiendo costear en su honor, la
electricidad para la iglesia y tomar parte
en su procesión vestido como él. Desde ese
momento me sentí perfectamente curado
y no he vuelto a sentir molestia alguna.
Cumplo mi promesa.» Y vestido de sotana
siguió toda la procesión al lado de la esta
tua, suscitando la curiosidad y la conmo
ción de todos.
Hice las debidas indagaciones sobre la
enfermedad y curación y pude comprobar
su veracidad.
Guaratinguetá (Brasil).—Monseñor Ca
milo Faresin, S. D. B., Obispo Misionero.
M.adrid.— Manifiesto públicamente mí gra
titud a San Juan Bosco por los muchos fa
vores que me concede. Envío 50 pesetas.
Carmen Ros.
Santa
E u g ex u
de
R iveira .— Un
devoto
muy agradecido.
—
27
B adalona.— Agradecido a San Juan Bosco
por una gracia recibida, envío 10 pesertas.
J. C.
DE SANTO
DOMINGO
SAVIO
Estábamos profundamente consternadas
porque nuestra amada Laura, madre de
aponas veintiocho años, estaba para dejar
huérfanos a sus seis hijos, el último de
los cuales recién nacido.
En esa hora de dura prueba invocamos
a Domingo Savio, con la certeza de ser es
cuchadas. Y en efecto, la enferma que ha
cía dos días estaba agonizando, abrió los
ojos para ver a sus hijltos, sonrió, se reco
bró y superó la enfermedad.
Gracias, Domingo Savio, custodia núestras almas para que sepamos imitarte y
acompañarte eternamente en el cielo, can
tando contigo las alabanzas de María A uxi
liadora y San Juan Bosco.
Lins (Brasil).—Sor Lauro. Fanciulli, H.'M.A.
Santa E ugenia de R iveiua .— Hago públi
co mi agradecimiento a Santo Domingo Savio y envío 50 pesetas.—Carmen Ros.
Sevilla .— Gracias a Dios y a Santo Do
mingo Savio, a quien invocamos como prolector de madres y cunas, tenemos una
grande alegría. Nos convertiremos en pro
pagandistas de su devoción .—Elisa Asagali.
ViGo.—Sintiéndome indispuesta y preo
cupada toda la familia por mi enfermedad,
recurrimos a Santo Domingo Savio, y su
intercesión fué manifiesta. Agradecida en
vío 100 pesetas de limosna.—Luz Pérez.
B arcelona.—Por una gracia
obtenida,
doy 10 pesetas a las Escuelas de San José.
Dolores Marión.
Salamanca .— Envío una limosna en agra
decimiento de una gracia obtenida.— J. C.
DE SANTA MARIA MAZARELLO
Visitando nuestras dos casas de Corumbá
(Mattogrosso. Brasil) me invitaron a ver las
instalaciones de un instituto de Radiología
con su respectiva clínica, ¡Cuál no fué mi
sorpresa al encontrar, presidiendo, un her
moso cuadro de nuestra Madre! El doc
tor Fadan sació mi curiosidad contándOTie
que tanto él como su colega el Dr. Salo
món Baruki. lo habían puesto allí por gra
titud. En los años de 1943-44, los dos ob
tuvieron de la Madre una gracia singular.
Deseaban iiistalar un nuevo consultorio,
pero carecían de medios. Confiaron su pe
na a la directora del hospital. Sor María
Dettoni, y ella los animó a poner el asun
to en las manos de la Madre. Se hizo una
28
—
novena, y a los pocos días, de un modo
inesperado se allanaron todas las dificulta
des. Así nació bajo la protección de nues
tra Santa, la clínica y el instituto radioló
gico, a ella dedicados, con la formal prome
sa de que jamás entrará en ellos nada que
contraríe la moral cristiana y los precep
tos de la Iglesia .—Madre María Uslenghi,
Superiora Generalicia.
DE SOR TERESA VALSE
En junio de 1955, el hombre que cuidaba
de nuestro huerto enfermó tan seriamen
te. que no podía alimentarse. Se sometió
a médicos y medicinas sin resultado. Le
aconsejaron una intervención quirúrgica; y
tanto él como la mujer se negaron. Les
aconsejé que pusieran el asunto en manos
de Sor Teresa Valsé, y se colocó su estampita bajo la cabecera del paciente. ¡Oh!, pro
digio, antes de terminar la novena el en
fermo empezó a sentirse mejor, y al fin
de ella el tumor que la afectaba había de
saparecido. De esto hace un año y el hor
telano no ha vuelto a sentir la menor mo
lestia.
Mati Cariavese.—La Directiva de la Casa.
Sanlúcar la M ayor .— Encontrándose mi
madre ante una operación muy grave y
dando los médicos pocas esperanzas, acudí
con gran fe a la Sierva de Dios Sor Teresa
Valsé, todo se solucionó satisfactoriamente.
En un caso de gran dificultad hice lo mis
mo, y todo se fué arreglando con gran fa
cilidad.
Agradecida, publico mi agradecimiento.—
I. G.
DEL VBLE. DON MIGUEL RUA
Padecía de un mal que, por sus conse
cuencias, era gravísimo. Mis dolores eran
continuos, de día y de noche. Consistía en
un ardor de estómago quemante y en una
somnolencia que me impedía atender a
mis deberes. Doquiera, en casa, fuera, en la
oficina, en el coche, me quedaba dormido.
Y por la noche, apenas empezaba a dormir,
me despertaba de sobresalto por causa del
ardor, que me quemaba como el fuego y me
producía afán en la respiración y dolor de
corazón. Consulté varios especialistas y no
sabían qué hacer.
Cayó en mis manos la biografía de don
Rúa. escrita por el amadísimo don Ceria,
ya profesor mío en Villa Sora. y a medida
que la leía me interesaba más, convencién
dome de que don Rúa era un gran santo.
Lo invoqué, rezando todas las tardes un
Paternóster. Avemaria y Gloria por su bea
tificación. lleno de confianza en que me al
canzaría la curación de mis atroces sufri
mientos. N o sé lo que ha pasado en mi or
ganismo. A l poco tiempo empecé a dormir
regularmente y desapareció el ardor de es-
tómago. Don Rúa me había escuchado. Es
pero no esté lejano el día en que pueda ir
a Roma a unirme a los que tomen parte en
su solemne beatificación.
Palma Montechiaro. — José Lamarca.
Abogado.
DE DOÑA DOROTEA CHOPITEA,
B arcelona.—^Encontrándonos en un tran
ce económico muy apurado y habiendo oído
hablar a una de nuestras amistades de la
eficacia de la intercesión de la Sierva de
Dios Doña Dorotea Chopitea, para alcanzar
favores del cielo, acudimos a ella con la
mayor confianza. Su intercesión se hizo sen
tir bien pronto, pues teniendo que pagar
una considerable cantidad en una fecha in
dicada, exponiéndonos de no hacerlo al em
bargo de nuestro negocio, cuando el hori
zonte parecía más negro, el día que term i
nábamos una novena a la Sierva de Dios,
vimos solucionado nuestro agobiante pro
blema, por lo que le manifestamos desde es
tas columnas nuestro más fiel agradeci
miento.—José Segura Delmás y Dolores
Guinovart Mirambell.
DEL SIERVO DE DIOS DON FELIPE
RINALDI
Hacía varios años venía sufriendo graves
enfermedades: asma bronquial, bronquitis
y úlcera. Además, algunos de mis fam ilia
res tenían la salud muy quebrantada, que
les impedía dedicarse al trabajo. La situa
ción era grave. Acudimos a don Rinaldi
haciendo una novena. Y él no sólo nos oyó
curándonos, sino que nos hizo encontrar
trabajo y solucionar convenientemente
nuestra situación económica. De esto hace
dos años, y su protección no ha cesado un
solo día. Agradecido, publico la gracia y
envío una limosna para su causa de beati
ficación.— T rento .—Marcos Buio.
Sta . E ugenia de R iveira .— Habiendo acu
dido en diversas necesidades al Siervo de
Dios don Felipe Rinaldi, siempre y pron
tamente he sido escuchada. Mando 50 pe
setas para su beatificación,—Carmen Ros.
A studillo .— Encontrándose mi
hermano
ma>*or en grave peligro por haber de sufrir
una operación peligrosísima, lo encomenda
mos a don Felipe Rinaldi. y la operación
salió perfectamente .—Ramón Gutiérrez.
G uadalajara.— Mi hermano a los once
años sufrió en los huesos una operación
quirúrgica, sin dejar nada que desear por
parte de los médicos después de la opera
ción. Más tarde, a los diez y siete años, le
tuvieron que volver a operar de «Caries de
hueso», K o habían transcurrido dos meses
y medio cuando le tuvieron que hacer una
nueva operación. A l cabo de cuatro meses,
operación por cuarta vez. M i padre me ma
nifestó que el médico le había dicho des
pués de la operación segunda, que mi her
mano tendría que s ^ u ir en el lastimoso
estado en que se hallaba, teniéndose que
operar cada tres o cuatro meses por toda su
vida. Yo, confiado en la paternidad de don
Rinaldi, comencé una novena en su ho
nor con algunos de mis compañeros de Se
minario, con el fin de que curase a mi her
mano, si no se oponía a la voluntad de Dios.
Han pasado cerca de dos años desde la úl
tima operación y mi hermano se encuen
tra en estado normal. Y no ha sido preciso
desde entonces una nueva operación.— M i
guel Delgado, S. D. B.
DE LAURA VICUÑA
En los primeros días de julio vinieron
a decirnos que el ingeniero González, nues
tro vecino y padre de ocho hijos, había su
frido un grave accidente automovilístico:
un camión a toda velocidad había destro
zado su auto, dejándole a él sin sentido.
Cuando volvió en sí, la cabeza le dolía te
rriblemente.
A l recibir la noticia, la señora Directora
se trasladó inmediatamente a la casa, tra
tando de llevar un consuelo a la familia,
al mismo tiempo que las Hermanas ponía
mos el caso en manos de la Sierva de Dios
Laura Vicuña. Muy en breve el Dr. Gon
zález estaba fuera de peligro, y así conti
núa en compañía de los suyos.
Usaquén (Colombia).—Sor Cecilia Mola-
no, F. M. A.
DE CEFERINO NAMUNCURA
Víctima de un accidente, mi hijo sufrió
una conmoción cerebral y estaba en estado
gravísimo. Aconsejada por una Hija de Ma
ría Auxiliadora, invoqué a Ceferino Namuncurá con una novena. A l cuarto día el ama
do indiecito me lo puso fuera de peligro,
aunque los médicos aseguraban que no re
cobraría el uso de la palabra antes de tres
meses. Comencé otra novena. A l terminarla
mi hijo recobraba la palabra.
Comodoro Rivadabia (Argentina ),—Nivia
L. de Luzarreta.
DE NUESTROS MARTIRES
A lgecir -^s .— Doña Dolores Granado, doña
Marina Tenorio, doña Josefa Sánchez y
otra señora, agradecen favores al mártir salesiano P. Manuel Fernández Ferro, y en
vían para su causa, respectivamente, 1(X),
25, 15 y 40 pesetas.
B arcelona.— Doña María Luz B. de R i
vera tenía gravísimo a su marido. Enco
mendando a los mártires salesianos D. En
rique Canot y Don Miguel Molina, recobró
rápidamente la salud.
ViLLANCEVA DEL A riscal . — Doña María
González, viuda de Limón, encomendó al
mártir P. Limón varios asuntos gravísimos
y ha sido escuchada.— Cien pesetas para la
Causa.
— 29
El ('oní'i’iíso 'Nacioiicil de iPerfecdon y Apostolado
Del 23 do septiembre al 4 de octubre se ha
celebrado en Madrid esta especie de milagro
que fué el Congreso. Más de 5.000 Congresistas<
y todos asiduos a todas las reuniones, así las
generales como las particulares. Y todos ani
mados de un mismo pensamiento y de un mis
mo deseo: cooperar positivamente a la conse
cución de un mundo mejor, comenzando por
buscar a todo trance «la unión» efectiva (no
la unicidad) en el pensar y en el obrar. El te
marlo ora, a la verdad, un poco excesivamente
largo y complejo; pero todo se desarrolló, gra
cias a la perfecta organización y al entusiasmo
con que todos han trabajado. Tomaron parte
el Clero Secular y el Clero religioso, los Insti
tutos masculinos y los femeninos, las Ordenes
y Congregaciones y los Institutos Seculares.
Presidió el Emmo. Cardenal Valerio Valeri,
Como Delegado de Su Santidad el Papa, y le
hicieron digna corona muchos señores Arzobis
pos y Obispos, comenzando por el Cardenal
Primado y los Cardenales de Tarragona y San
tiago. Tres mensajes envió el Padre Santo: al
principio, a la mitad y al final del Congreso:
hecho Insólito, como lo hizo notar el Carde
nal Presidente, y que demuestra la importan
cia del Congreso no menos que el amor de
Pió X I I a España.
Hasta el tiempo favoreció. Siempre sereno y
dulce, como en las mejores de estas maravillo
sas otoñadas madrileñas. Y era espectáculo
digno do una gran paleta el desfilar y el reu
nirse por las bellas avenidas de la Ciudad Uni
versitaria y en sus magníficos pabellones la
variedad de trajes, de hábitos y tocas que In
tegran el grande ejército con que la Iglesia y
la Patria cuentan en España para la educación
de la juventud, el remedio de las necesidades
sociales y la elevación del pueblo.
Desde el primer momento se vió que todos
anhelaban conocerse mutuamente, tratarse y
ayudarse en la tarea común, puesto que todos
buscaban un mismo fin. Y, como dice un cro
nista, hasta las monjitas que suelen Ir de dos
en dos, se veían en grupos y, además, entremez
cladas. El arco iris era delicioso: de todos los
colores, con tocas diferentes, pero con la mis
ma sonrisa.
Y no estuvieron ausentes las monjitas de
clausura, porque si no aparecieron por las ca
lles ni se dejaron ver en los salones de la
Universidad y en los templos donde tuvieron
lugar las funciones de apertura y de clausura,
no estuvieron menos presentes: con sus oracio
nes, sus penitencias y a veces sirviéndose de
la radio, seguían las tareas del Congreso. Y
éste las acompañaba con interés y simpatía.
El Congreso fué un grande éxito. El Excelen
tísimo P. Larraona y la Sagrada Congregación
de Religiosos, que lo planearon, pueden estar
satisfechos.
Con la bendición del Señor y de la Virgen
Santísima, sus frutos serán copiosos e inme
diatos. Por de pronto hemos visto la fuerza
ingente de que dispone la Iglesia y la relativa
facilidad con que todos sus elementos se pue
den coordinar. Además, todos hemos quedado
persuadidos, si ya no lo estábamos, de que
sólo en la unión está el secreto de la fecundi
dad del trabajo y de la seguridad: unión de
pensamiento y de acción en la prosecución del
reino de Cristo en la Paz de Cristo.
les de morir cual fué el verse rodeada en su
lecho de sus 11 hijos, entre los cuales, dos
Salesianos y una Hija de la Divina Pastora.
También el de recibir el Viático, la E xtre
maunción y la Bendición Apostólica de su
hijo el nuevo sacerdote.
CONTEMPLACION GONZALEZ PEREZ
Víctima de una dura y larga enferme
dad cancerosa, serena y tranquila entregó
su alma a Dios el 1 de julio a los -tó años,
3 meses y IG días. A l año ,v medio se le
reprodujo en el hígado causándole muchas
molestias. Soportó esa larga enfermedad con
resignación cristiana. Antes de que el mé
dico interviniera con su diagnóstico, ella,
para mayor seguridad procuraba vez por
vez recibir la comunión como por Viático,
además de recibirla con frecuencia en cuan
to tuviera un sacerdote a mano.
Aunque el Señor la destinó a una vida
de martirio como solfa decir su buena ma
dre. le dió un gran consuelo unos días an-
30 —
En I.¿i Coruña el 8 de agosto de 1956 con
fortado con los Santos Sacramentos y la Ben
dición Apostólica, murió en la paz del Señor,
Don F ernando González del Castillo y L ó
pez. Ingeniero Director de la Factoría CAMPSA
de La Coruña ,v Capitán de Artillería.
Caballero profundamente cristiano supo dar
a toda su vida una imp>ortancia del sentir y
vivir en CTisto y por Cristo. Supo educar a
sus hijos y con ellos pasaba sus mejores ra
tos en los pocos momentos que le dejaban li
bres sus múltiples trabajos. Hacía i>ocos años
que conocía la Obra Salesiana, para ella tenía
grandes simpatías. Pidió ser Cooperador Salesiano y leía con verdadero interés el Boletín
todos los meses. Su última enfermedad la so
portó con una paciencia de santo y con una
palabra amable para cuantos se le acercaban.
Como la vida así fué su muerte: santa, envi
diable.
A su esposa, hijos y familiares, nuestro más
sentido p^am e y para él suplicamos a los
lectores del Boletín una fervorosa oración.
*
CON UCENCIA ECLESIASTICA
«
siliario para enseñamos a todos la manera prác
tica y eficaz de cumplir la recomendación o
mandato de Pío X I de ejercer el apostolado
en el propio ambiente. Concepto, deber ne
cesidad, facilidad, objetivos, armas, táctica, re
compensa de este apostolado.
M i empresa y el Señor.—Máximo Briones,
ingeniero, Badajoz, 62 y 74 pág. 18 x 12 cms.
10 ptas. tUna posible ayuda para el retorno
de las masas al seno de la Iglesia», dice el
subtítulo. Y a fe que le ofrece una positiva
ayuda a cualquier empresario que quiera que
en sus talleres reine la paz social. Con sólo
hacer que Dios — el Señor— presidiera la em
presa, estaría resuelto el problema, porque
ello implicaría la Justicia y la Caridad. Pero
el señor Briones da medios prácticos eficací
simos y presenta numerosos documentos y
ejemplos de empresas y empresarios que efec
tivamente han logrado que los obreros mi
ren la empresa como suya, y como a tal la
traten. ¡Qué grande cosa es poder hablar por
experiencia, como habla don Máximo Brio
nes, y exponer lo que uno ha hecho y está
haciendo y viendo hacer! ¡Qué rica mina de
confianza en estas 136 páginas!
De Luis Gili, editor, Barcelona.— Mons. Luis
CiVARDi: Apóstales en el propio ambiente,
traducción de Mons. Antonio Vilaplana Por
cada, 3.» edic. 100 págs. de 12 x 17 cms., 10 pe
setas. Precioso manual del experimentado Con
P. Marcial L ekeus : L o pequeña Sor Celi
na, 12 X 17 cms., 256 págs. con atractiva sobre
cubierta y 4 láminas en huecograbado, 35 pe.
setas; encuadernado, 42; edición especial en
papel superior, en tela y rótulos oro fino en el
lomo, 60.— A imitación de la de Santa Teresita,
es «la historia de un alma*, santificada tam
bién ella en el heroísmo de las cosas peque
ñas». Se trata de una humilde aldeana, Juana
Germana Castang, en religión. Sor María Ce
lina de la Presentación, cuya vida se deslizó
en la cocina de la casa paterna, luego en un
orfanato, para ir a morir en un monasterio
de Religiosas Clarisas. Es un encanto seguir
los caminos de la gracia en una criatura ge
nerosa, con misión de crucifera que, llena de
inocencia y sencillez, se inmola como víctima
para contribuir con Jesús a la salvación del
mundo: violeta por la humildad, lirio por la
pureza, rosa por el fervor de la caridad. El
autor es un estilista psicólogo y teólogo, y el
traductor, P. José Carrillo, franciscano, no lo
es menos. Es un libro que hará mucho bien
en las Comunidades religiosas, en los centros
de Acción Católica, en todos los hogares, y
que prestará buenos servicios a los consiliarios
y directores de almas.
Obra Pía del Sagrado Corazón de Jesús
Fhié fundada por el primer sucesor de
San Juan Bosco y benignamente aprobada
por su Santidad León X I I I el 30 de junio
de 1888.
Con sólo la limosna de CINCO PE SE TAS
se adquiere derecho a participar de todas
las oraciones y buenas obras de la Socie
dad Salesiana y a la A P L IC A C IO N DE
SEIS MISAS, que se celebran todos los días,
a perpetuidad, en nuestra Basílica del Sa
grado Corazón de Jesús, en Roma: dos en
el A ltar del Sagrado Corazón, dos en el de
María Auxiliadora y dos en el de San José.
Los que se inscriben en la OBRA P IA
pueden aplicar el fruto de estas misas a
sí mismos o a otras personas vivas o di
funtas, y variar la intención cuantas veces
les plazca. Una misma persona puede ins
cribirse repetidas veces renovando la li
mosna de cinco pesetas.
Las limosnas recibidas por este conduc
to destíñanse íntegras, a promover la glo
ria de Dios y el mejoramiento de la so
ciedad, acogiendo a niños pobres y abando
nados para educarlos cristianamente. Cada
inscrito recibe su cédula de inscripción.
Las limosnas se enviarán directamente,
o por mediación de las Casas Salesianas, a
la Dirección del B oletín S alesia .no, Alcalá,
164, Madrid, que tiene en España la repre
sentación del Reverendísimo señor Rector
Mayor de ios Salesianos.
Talleres G ráficos de E diciones Ca s tilla , S. A . — A lca lá , 126. M adrid .
-
31
A ñ o Centenario
de la muerte de
Santo D o m in go Savio
Filmina eñ tecnicolor: S A N T O D O M IN G O SA V IO .
Precio: 107 pesetas.
En 68 hermosos cuadros va pasando la interesantísima vida de este
niño que de tal mañera la llenó en los escasos quince años que
vivió sobre la tierra, que ha merecido el honor de los altares. La
Providencia lo ha ofrecido como modelo a la juventud de estos
tiempos y la juventud debe conocerlo para seguirle e imitarle.
Pedidos a Alcalá, 164 - Madrid.
-
Fecha
-
1956.11