BS_1956_06

Ficha

Título
BS_1956_06
Descripción
Boletín Salesiano. Junio 1956
extracted text
S o c ie d a d E d ito r a Ib é r ic a (s. E, i.)
A lcalá, 164 - M adrid
l í i iiiü fír p

ÍVles de juníu
El triunfo de

la

Misericordia.—Por

el

Padre Lhermitte. S. D. B.
Este hermoso libro traducido a las prin­
cipales lenguas del mundo, es un estudio
fascinador del misericordiosísimo Corazón
de Jesús a través de las páginas del Santo
Evangelio y de la historia de muchas al­
mas. En cualquier mómento se lee con in­
menso atractivo; pero en el mes de junio,
como preparación para la fiesta del Deífico
Corazón, encuentra su marco más apropiado.
Precio, 15 pesetas.
Nota.—El producto de la venta de este
libro se dedica a las obras de construcción
del Templo Expiatorio de España en el
Tibldabo, Barcelona.

de Dan Hosca

Está a la venta la preciosa vida de La
Madre de Don Bosco. por María Bargoni,
traducción del P. Francisco Villanueva, S. D. B.
Formato, 18 x 12, 250 páginas, cubiertas
bicolor y diez grabados interiores en pa­
pel couché.
Precio, en rústica, 18 pesetas; en tela,
30 pesetas; en piel, 70 pesetas.
La limosnera de Dios.—Breve biografía
de la sierva de Dios doña Dorotea Chopitea
de Serra, escrita por el P. Rómulo Piñol, S. D. B.
Es un tomito de 100 páginas, pero sufi­
ciente para formarse una idea clara de la
alta perfección a que llegó esta sierva de
Dios, que será ciertamente el modelo aca­
bado de toda cooperadora salesiana.

Precio, 6 pesetas.
O b r a fií¿i

«Sd^nidn C ü r flz b ii

de Jesús

Fué fundada por el primer sucesor de
San Juan Bosco y benignamente aproba­
da por Su Santidad León X III, el 30 de
junio de 1888.
Con sólo la limosna de CINCO PESE­
TAS se adquiere el derecho a participar
de todas las oraciones y buenas obras de
la Sociedad Salesiana y a la A P L IC A ­
CION DE SEIS MISAS, que se celebran
todos los días, a perpetuidad, en nuestra
Basílica del Sagrado Corazón de Jesús, en
Roma: dos en el altar del Sagrado Cora­
zón, dos. en el de María Auxiliadora y dos
en el de San José.
Los que se inscriben en la OBRA PIA
pueden aplicar el fruto de estas misas a
sí mismos o a otras personas vivas o di­
funtas, y variar la intención cuantas ve­
ces les plazca. Una mismo persona pue­
de inscribirse repetidas veces renovando
la limosna de cinco pesetas.
Las limosnas recibidas por esto conduc­
to destíñanse íntegras, a promover la glo­
ría de Dios y el mejoramiento de la So­
ciedad. acogiendo a niños pobres y aban­
donados para educarlos cristianamente. Ca­
da inscrito recibe la cédula de inscripción.
Las limosnas se enviarán directamente,
o por mediación de las Casas Salesianas.
a la Dirección del B oletín Sai.esiano .
Acalá. K>4. Madrid, que tiene en España
la representación del Rvdmo. Sr. Rector
Mayor de los Salesianos.
Nuestra portada.—Imagen del Sagrado
Corazón que se venera en la Cripta del Ti-'
hldabo, Barcelona.

2



Reglamento de la Archicofradía de Ma­
ría Auxiliadora y visita domiciliaria. Pre­
cio, 0,30 pesetas.
Reglamento de la Pia Unión de Cooperadores Salesianos. Precio, 3 pesetas.

Gran surtido de medallas del Sagrado
Corazón. María Auxiliadora, San Juan
Bosco, Santa María Mazzarello. Santo Do­
mingo Savio y San Luis Gonzaga; en
aluminio, metal y plata.
Medallas de oro, con o sin cadenita de)
mismo metal. Las hay de dos tamaños y
con dos imágenes combinadas del Sa­
grado Corazón, María Auxiliadora y San
Juan Bosco. Las hay con una sola ima­
gen dejando la otra cara lisa para grabar
fochas memorables; nacimiento, primera
comunión, casamiento, etc., etc...

con

Estampas de María Auxiliadora
oraciones o dorso en blanco.

Tarjetas postales y cuadros de diver­
sas dimensiones y precios.
Medallas de la
calidad, 3 pesetas.

Archicofradía,

buena

Cinta para la medalla de la Archico­
fradía, tc^a de seda. 2 pesetas.

Cordón para la medalla de la Archico­
fradía, todo de seda. 7 pesetas.
*

CON LICENCIA ECLESIASTICA



SAIESIMO
R E V I S T A
SED

A C C I O N

DE
Y

L A S

O B R A S

A D M I N I S T R A C I O N :

JUNIO 1956

Año LXX



umario:

S. E. 1...............................................2
Pío XII Y la Eu^arislia..................3
La form ación litú rg ic a en la
educación................................... 4
Con Don Bosco y con los tiempos 5-6
Don Bosco y Rusia........................7

P I O XI I

DE
A L C A L

D O N
A ,



B O S C O

16 4

M A

D R 1 D

Número ó

Noticiario mundial salesiano . . . . 8-12
Crónica de gracias..........................13-14
España Salesiana..............................J5-21
De nuestras Misiones......................22-27
Inspectoría de Nuestia Señora de
la M erced............................ . . 28-29
Necrología........................................ 30-31

Y LA E U C A R I S T I A

E l Papa es el V ica rio de J e su cristo;
según Santa Catalina de Siena es el
propio (íDulce C risto en la tierra'». P e ­
ro com o hom bre, es tam bién un fie l
cristiano y tiene que alim entarse con
las carnes del C ordero Inm aculad o pa­
ra conservarse en gracia y recabar
alientos para las arduas fatigas y rudas
luchas de la terrena existencia. Es so­
bremanera edificante .saber cóm o se
preparan los Papas a la C om u nión y
cóm o hacen su acción de gracicLS. Su
Santidad P ío X I I nos deja in tu ir lo
que él hace, en las siguientes palabras
del Radiom ensaje d irigid o al Congreso
Eu ca rístico de R ío de J a n eiro:
¡Oh, si se conociera bien y se apreciara
como se debe la Eucaristía, don infinito de
Amor infinito!
Misterio inefable de unión, después de la
Unión Hípostátíca y la Maternidad divina
la más estupenda y divinizante, que tiene
por objeto no ya revestirnos de la púrpura
real, sino de la Persona misma del Rey Di­
vino; hacernos crístiferos o portadores de

Cristo en nosotros mismos, concorpóreos su­
yos, transformarnos y convertirnos en El,
de modo que se puede decir que, más que
nosotros mismos, es Cristo quien vive en
nosotros.
Ser esto mismo, misterio de unidad, que
incorporando los fieles a Cristo y en cierto
modo identificándolos con El, tiende a unir­
los en una sola alma, en un solo cuerpo, en
el cual palpíte un solo corazón y un alma
sola; y cada miembro cuide, amoroso, el
bien de los demás, tanto y más que el propio.
Misterio de vida, remedio divino de in­
mortalidad, que alimenta la vida del alma,
restaura las fuerzas y las repara y renueva,
neutraliza los gér.menes de los vicios y hace
germinar todas las virtudes, desde los lirios
de la pureza virginal y angélica, hasta los
heroísmos del celo más rico en sacrificio.
Misterio de divinas energías, armadura in­
vencible de la milicia cristiana. En la era
de los Mártires todo el empeño de la Iglesia
era el armar a sus atletas con el Cuerpo de
Cristo para que pudieran perseverar hasta
la conquista de la corona. Y hoy mismo,
allí donde florecen las palmas del martirio,
¡qué felicidad para el confesor de la Fe, po­
der estrecharse a Cristo Sacramentadot
(S ig u e en la pág. 7.>

— 3

La formación litúrgica en la edncación
Decíamos en anteriores números de
la R evista que la form ación litúrgica
ocupa un puesto im portantísim o en el
Sistema P reven tivo, que es el propio
de la F am ilia Salesiana. Y se com pren­
de : la Educación m ira a form a r al cris­
tiano y al ciudadano. Y para el cristia­
no, y también para el ciudadano de un
país católico, la L itu rgia es algo esen­
cial, como que es la expresión de la
vida religiosa, de las relaciones que te­
nemos con Dios y con los Santos, con
los ciudadanos de la Patria eterna, de
la Iglesia triunfante, a la cual vamos
encaminados desde que nacemos.
N os dicen las M em orias Biográficas
que Don Bosco instruía diligentísim amente a sus alumnos, sin excluir a los
miles que frecuentaban los Oratorios
Festivos, sobre la Misa, los Sacramen­
tos, los ritos todos de nuestra Santa
R eligión. Algunos años dedicó series
TURIN,—El Revdmo. Rector Mayor confiere
enteras de sus «Buenas N oches» a ex­
al Cooperador Salesiano D. Domingo Giusplicar la significación de los ornamen­
tetto, la medalla de oro al mérito. Lleva
tos sacerdotales, y de los diversos co­
40 a ñ o s enseñando el Catecismo a lo s
lores que tienen, del altar, de los canpequeños.
deleros y de los cirios, y de la d iversi­
y de unción celeste que es el «C lero
dad de las ceremonias. Y que en sus
J u venil», «C lero in fa n til» o «Pequ eñ o
sermones o instrucciones les hablaba
C lero», como le llaman en algunos
y dialogaba con ellos para m ejor enten­
sitios. ¡ Cómo se quedan encantados
derse y cerciorarse de si entendían, de
los señores Obispos y los altos perso­
la Santa Misa, de lo que es, de lo que
najes, no menos que las humildes vievale, de lo que representa. Que él la
jecitas, al v e r la seriedad, la exactitud
celebraba como la pueden celebrar los
y precisión con que esos chavalitos
querubines, y quería qu e se la ayuda­
ejecutan las ceremonias sagradas! Se
ra como la ayudarían los ángeles, cu­
les ha explicado lo que es la Santa M i­
yos compañeros son todos los que ayu­
sa, y el oficio que en ella realizan. Y
dan y asisten a la Santa Misa.
es natural que lo hagan com o deben:
N os dicen también que se interesa­
angélicamente.
ba inmensamente por las funciones de
Tam bién nos dicen que él, personal­
iglesia, qu e las quería grandiosas, bien
mente, gozaba lo indecible en esas so­
preparadas, bien ejecutadas. Form ó
lemnidades, cuando ceremonias y can­
coros de cantores, que constituyeron
to y conjunto se ejecutaban a deber.
escuela, y que anduvieron por d iv e r­
Gozaba de la gloria qu e se daba a Dios
sas capitales, incluso Roma, cantando
Omnipotente y Bueno, Creador y R e ­
en las catedrales y basílicas, y dando
dentor; del honor qu e se tributaba a
conciertos, donde se les admiraba, ed i­
la Santísima V irge n y a los Santos;
ficaban y se imponían a la imitación.
del a livio que se prestaba a las almas
Para m ejor servir al altar y hacer
benditas d el P u rga torio; del bien que
de sus iglesias una especie de catedra­
les con sus canónigos y su numeroso • se derramaba sobre todos y cada uno
de los hom bres...
clero, form ó esa m aravilla de belleza

4 —

r

CON DON BOSCO Y

CON LOS TIEM POS

(De un opúiicalo del Padre Auffray)
III
¡AYUDA!, ¡AYUDA!

Todos comprend'en cómo sin colabora­
dores le hubiera sido imposible ir ade­
lante, rodeado como estaba de centena­
res de jovencitos.
Es preciso decir que las ayudas no le
habían llegado a faltar del todo. Nos lo
prueba el hecho de que durante su en­
fermedad y larga convalecencia, la obra
iba adelante, si bien con dificultad. En
efecto, D. Bosco, desde el principio, había
tenido la precaución de hacerse ayndar de
los mayorcitos del Oratorio y de los más
activos y juiciosos. Nos lo confía él mis­
mo en sus Memorias; «M i fin era evi­
dentemente el de ayudar a los chicos más
necesitados y que tenían mayores peli­
gros, pero, para asegurar la disciplina
y la moralidad en casa, he tenido que
recurrir a otros jóvenes de conducta se­
gura y bien instruidos en la fe». Y la
Providencia había intervenido de modo
maravilloso y visible poniéndole al lado
a dos pasos del Oratorio, una preciosa
ayuda en la persona del Teólogo Borel,
su hermano en el sacerdocio.
Alma piadosísima, corazón ardiente de
celo, no teniendo muchas ocupaciones
como capellán de huerfanitas, consagra­
ba a la obra de D. Bosco todo su tiem­
po libre. P or lo demás, después de la
enfermedad y larga convalecencia pasada
en su pueblo natal, el siervo de Dios
traerá consigo a su madre, su anciana
madre t ^ a v ía fuerte, que, durante diez
largos anos, le librará de todas las preo­
cupaciones materiales de la casa. Hemos
de añadir que de cuando en cuando no
faltaban buenos sacerdotes de las vecinas
parroquias que venían a ayudarle, pres­
tándose a predicar, a confesar, a ce­
lebrar la S. Misa, asistían a los mucha­
chos y enseñaban el Catecismo. Pero ta­
les ayudas eran ñuctuantes, y D. Bosco
quería personal propio y estable, empa­
pado de su espíritu y entregado a su obra
de lleno. En efecto, sabía por inspira­
ción divina que este personal lo había
de tener un día, pero, no obstante esto,
no se creía dispensado de la obligación
de trabajar para creárselo. «Ayúdate, que
el cielo te a;^dará», pensó siempre el
hombre de Dios.

WALDWINKEL (Alemania)-—Las autoridades
visitan los talleres satesianos.
Antes aún de la definitiva afirmación
de la obra y de su sorprendente expan­
sión, había pensado en preparar un nú­
cleo de jóvenes colaboradores, y en cua­
tro etapas, sin desanimarse un punto, ha­
bía enviado algunas vocaciones sacerdo­
tales que parecían prometedoras. Resul­
tados desoladores: uno tras otro habían
desertado del Seminario. La última prue­
ba salió mejor, ya que pudo regalar al
Seminario Diocesano dos clérigos.
Don Bosco, entonces, se dirigió a los
excelentes sacerdotes de Turín, que salteadamente le ofrecían con tanta gene­
rosidad su persona y su tiempo libre, y
con eUos intentó fundar una comunidad.
Pero no tuvo éxito. La vida en co­
mún con su frugalidad, con los votos, y
con la debida sujeción les daba miedo.
Por fuerza hubo de tom ar a su pri­
mer propósito o intención, aunque esta­
ba persuadido de que un grupo de fide­
lísimos y escogidos, guiados por él, sur­
giría el día menos pensado para no aban­
donarle jamás.

— 5

Y en aquellos años duros y difíciles
trabajó sin descanso para cultivar media
docena de oratorianos de entre los ele­
mentos más jóvenes e idóneos para este
objeto.
Por fin esta quinta tentativa dió bue­
nos resultados: los elementos perseve­
raron todos. De la elección hasta poder­
los utilizar había que andar mucho ca­
mino.
Antes de llegar este grupo de jovencitos a su completa madurez, tenía que
pasar mucha agua bajo los puentes de
los (los ríos que bañan Turin.
¿Quién llenaría este largo espacio de
tiempo? ¿De dónde vendría la ayuda in­

mediata, adecuada, urgente y aun com­
petente? Da proveía el buen Dios que
compadecido de los excesivos y tenaces
ti abajos de su siervo, le preparaba, a
la sombra de las mansiones de los patri­
cios, en la acogedora dulzura de las ca­
sas de la clase media, y en los talleres
de los artesanos y en los despachos \
en los comercios y oficinas, una «élite»
o selección de colaboradores incansables.
Pero es una historia bellísima que me­
rece ser contada a parte. Efectivamente
ella nos conducirá al corazón del pro­
blema de la conquista cristiana de la ju­
ventud obrera y aún más lejos... mucho
más lejos.

EL II CONGRESO DE LAS ACADEMIAS DE LA LENGUA ESPAÑOLA
Del 22 de abril al 4 de mayo estuvieron reunidos en Madrid los representantes
de los 22 países que hablan la lengua española. Fueron días de intenso trabajo
y de una oordíalídad íntimamente fraternal. Se estudiaron los problemas de la
Lengua, encaminados sobre todo a su conservación y pureza, a su unidad y fle x i­
bilidad para adaptarse a las imposiciones de las ciencias y de las artes, que tan
vertiginosamente adelantan. La Prensa unánimemente ha calificado este Con­
greso de importantísimo y modelo de Congresos. Ciertamente que reinó en él un
altísimo espíritu de espiritualidad, de comprensión y de inteligencia. Y también
de trabajo. Hasta las excursiones tuvieron carácter de estudio; y se' estudiaron
en ella problemas importantes. Tal vez nunca se había visto en Congreso alguno
lo que valen los vínculos de una lengua común. Todos los Congresistas y todos
los países por ellos representados se sentían her.manos, se sentían unos, a pe­
sar de las opiniones políticas y sociales, forzosamente varias en un número tan
considerable de personas de procedencias y de educación tan diversas.
Hubo momentos de emotividad hondísima, como cuando ios delegados filipi­
nos hablaron de su tragedia de verse forzados a tener contemporáneamente dos
lenguas: la del Comercio y los negocios materiales, y la de la intimidad y de
hablar con Dios: esta última, precisamente la española; y los esfuerzos que ha­
cían y que harán siempre para conservarla.
Se tomaron resoluciones muy importantes, en orden sobre todo a la conser­
vación de la unidad.
La Sociedad Salesiana estuvo presente con dos de sus hijos, los Padres Ro­
dolfo Ragucci y Rodolfo Fierro Torres, miembros, respectivamente, de las Aca­
demias de Argentina y Colombia.

«LA VIDA DE SAN JUAN BOSCO»
De tal manera se ha manifestado en las Obras de D on Rosco la p ro ­
tección de la V irg e n Safitísim a que en repetidas ocasiones el santo
proclam ó a los cuatro vientos que él nada había hecho, que todo era
obra de M aría A uxiliadora. Y en la m ente del pu eblo viven tan unidas
la idea de la Obra de D. Rosco y de M aría A u xilia d ora , que también
en sus labios van unidos estos dos yiombres y a M aría A u xilia d ora la
proclayna la «V irg e n de D. Bosco».
H ablar de D. Rosco, con ocer su obra, es hablar y con ocer las
G lorias de la Virgen.
Ayúdanos a p u b lica r la Gran Vida de San Juan Rosco \ con ello de­
m ostrarás tu a m or a la Stma. V irg e n y te m erecerás su protección.
Las limosnas al R edo. Señor D ire c to r de la tuCasa San Juan Bosco».
Alcalá. 164. Madrid.

6 —

DON SOSCO
En 1884, Don Bosco, previendo cerca­
no su fin, preparó una circular que de­
bía despacharse apenas muerto él a to­
das partes. Y le decía a don Lemoyne:
«Veo ante mí el progreso de nuestra Con­
gregación. De la América del Sur pasará
a la del Norte. Y luego al Austria, a Hun­
gría, a Rusia... Y después a China, India,
Japón... ¡Qué hermosa floración de Ca­
sas Salesianas veríamos si viviéramos
dentro de cien años!»
A los 72 años apenas de su muerte con­
templamos la realización de esta profe­
cía en las Américas, en China, en India,
en Japón, mientras Rusia permanece ce­
rrada a la obra del apóstol de la juven­
tud— como lo permanece para todas las
obras católicas— por causa de dos regí­
menes sucesivos en ese grande país: el
zarista y el comunista.
Hubo, sin embargo, peticiones rusas
de Casas Salesianas al mismo Don Bos­
co: en 1884 precisamente, como consta
en las Actas del Capítulo Superior, en
que Don Rúa daba cuenta de dos peti­
ciones de Salesianos y Salesianas, una de
San Petersburgo y otra de Odessa, es de­
cir, una de «la Grande Rusia» y otra de
la «Pequeña Rusia».
Pero por entonces no se podía pensar
en fundaciones, porque el gobierno za­
rista mantenía cerradas las puertas a los
religiosos católicos, y hasta se prohibía
la entrada al Boletín Salesiano, «por su
ideología católica».
Rusia no vió a los Salesianos sino al
final de la primera guerra mundial, cuan­
do entraron formando parte de la Comi­
sión de Socorros, organizada por Bene­
dicto X V y presidida por Mons. Ratti,
luego Papa Pío X I. Llamado Monseñor a
Roma y hecho Arzobispo de Milán, que­
daron allí tres salssíanos distribuyendo
los recursos que seguían enviando pri­
mero Benedicto X V y luego Pío X I.
¡Cuán conmovido mensaje les mandó en
lengua rusa, apenas nombrado Papa! Y
premió luego al jefe de la misión, ha­
ciendo Arzobispo Primado de Polonia y
Cardenal al Padre Hlon.
La Misión se estableció en Moscú, y
los primeros socorros se los distribuye­
ron a los niños. E l P. Hlon escribía al
Rector Mayor don Pablo A lb -ra : «L a ne­
cesidad es inmensa. En la sola ciudad de
Moscú hemos recogido 20.000 niños y ni­
ñas, que se hallaban completamente

y RUSIA

abandonados, a la intemperie, amenaza­
dos de muerte por hambre y frío. Con los
socorros que de allá nos envían cuida­
mos de vestirlos, alimentarlos y alo­
jarlos».
E l Boletín Salesiano, en sus diversas
lenguas, abrió una cruzada en los Cole­
gios, Escuelas, Oratorios Festivos, cuya
dirección confió a la Superiora de las H i­
jas de María Auxiliadora, y se organiza­
ron tómbolas, festivales, colectas, que sir­
vieron a maravilla para acudir a esas ne­
cesidades. Mas no se pudo hacer, porque,
subiendo los comunistas, echaron a los
religiosos.
Diez años más tarde, por conducto de
la Santa Sede, llegaron a Turín los diez
primeros jóvenes ucranianos como aspi­
rantes salesianos, para prepararse y lle­
var la Obra a su patria. Y siguieron lle­
gando hasta el estallido de la segunda
guerra mundial. ¡Se ve que Don Bosco
tiene aún a la vista la petición de una
Casa en Odessa!
Los primeros Salesianos y Salesianas
que penetraron en Rusia aliviaron la mi­
seria material de los niños rusos. Quizá
no esté lejano el día en que puedan ayu­
dar a remediar las miserias intelectuales
y morales. H ay en Siberia y en los Mon­
tes Urales bastantes Salesianos e Hijas
de María Auxiliadora en trabajos for­
zados. Como tantos otros Religiosos, san­
tifican con sus heroicos sufrimientos y
sacrificios esas tierras, y preparan así la
realización de las visiones de Don Bosco.
Unidos a tantos millones de cristianos
perseguidos por la Fe en las vastas re­
giones tras la cortina de hierro, prepa­
ran, con su sudor y su sangre, la vuelta
de los hijos pródigos y de las ovejas
errantes, al redil encomendado por Jesu­
cristo a Pedro.
Boguemos con esas intenciones.
(V iene de la p á¿. 3.)

Ahora bien, la vida cristiana, la digna de
tal nombre, ¿qué es sino un martirio más
o menos incruento?, ¿sino llevar la propia
Cruz y seguir a Cristo? Para resistir a las
seducciones del mal, ¿no dice El que es ne­
cesario el valor para todos los sacrificios,
aun el de que le saquen ios ojos a uno o le
mutilen las manos y los pies?... ¡Sí queréis
tener este valor, armaos de Jesús Sacra­
mentado!
Meditemos e imitemos.

— 7

T

SMismo O T
El viaje del Reverendísimo Rector M ayo r
¡ES UN CANTO IN FIN ITO !

Desde Panamá nos escñbe el Rvmo. Pa­
dre Ziggiotti:
Panamá Ciudad, 14 febrero 1956.
Desde esta república y su capital, Pa­
namá, que por su posición privilegiada
en el continente americano, entre los dos
océanos mayores del universo, bajo un
cielo esplendoroso y con una vegetación
exhuberante, me apresuro a mandaros un
saludo y algunas de mis muchas impre­
siones. •
Por el viaje de mar desdé Italia a los
Estados Unidos debo expresar mis agra­
decimientos a la Compañía de Navega­
ción y a todo el personal del «Andrea
Doria», que tantas atenciones me pres­
taron. Y debo sinceramente decir que la
«Societá Italia» honra la bandera italia­
na con sus barcos modernísimos y ad­
mirablemente dotados.
Apenas atracamos en Nueva York, un
movimiento de entusiasmo y amor filial
agitó a toda la Familia Salesiana, cuyos
miembros se distribuyen por todos los
contornos de la gran metrópoli.
En un vuelo de pocas horas estuve en
La Habana.
En la Perla de las Antillas, como en
todas las islas del archipiélago he en­
contrado una devoción a María Auxilia­
dora y un amor a San Juan Bosco. tan
grandes, que superan toda imaginación.
Dondequiera que he pasado, así en ciu­
dades como Habana. Ciudad Trujillo...
como en las pequeñas aldeas, por don­
de ha pasado un Salesiano o una Hija
de María Auxiliadora, una imagen o un

8



Boletín, dondequiera nuestros Santos
se han abierto el camino de los corazo­
nes y son festejadísimos y provechosa­
mente invocados. Se practican los martes
de todas las semanas en honor de San
Juan Bosco, y el 24 de cada mes: se ce­
lebran los meses y las novenas con pre­
dicación, confesiones, comuniones impo­
nentes, procesiones solemnísimas; y el
desarrollo de la Obra Salesiana va ei>
continuo aumento, porque a las devocio­
nes, y como parte de ellas, los pueblos
unen el apoyo material y económico, le
que hace también posible el florecer de
las vocaciones.
Don Bosco, Don Bosco ¡es el canto infinita
que en alas del viento doquier resuena/
Es un hecho que en brevísimo tiem­
po las obras de Don Bosco llegan aquí
a 40 centros, con 180 salesianos y casi
200 Hijas de María Auxiliadora. Y si el
personal lo permitiera, se podrían inme­
diatamente doblar las obras, pues las de­
mandas son incesantes y numerosas. To­
dos anhelan el apostolado salesiano.
Me consuela pensar que las casas de
formación están bastante pobladas en
todas las repúblicas. En Arroyo Naran­
jo se acaba de abrir un aspirantado en
un sitio amenísimo, y ya alberga más
de cien jovencitos; en Jarabacoa, Santo
Domingo, hay otro, con 80; en Haití, un
grupo de negritos que son una esperan­
za, y I^ e rto Rico no da sólo azúcar, ta­
baco y café, sino también vocaciones re­
ligiosas.
Igual cosa cabe decir de las Hijas de
María Auxiliadora, quienes han ensan­
chado admirablemente su campo de apos-

tolado, organizando escuadras volantes
de catequistas, que recorren los campos
ayudando a los sacerdotes, creando cen­
tros catequísticos, infatigables conquista­
dores de almas.
La escasez de Clero es impresionante:
parroquias de 50 y 60.000 almas con un
solo sacerdote, y esparcidas a distancias
de 15 y 20 kilómetros. ¿Cómo atender­
las? Y por añadidura en algunas repú­
blicas está prohibida u obstaculizada la
enseñanza religiosa!
Mas no es esto sólo. La propaganda pro­
testante ha invadido todas estas tierras
con una potencia de medios y un ímpetu
alarmantes. Doquiera surgen capillas o
templos de todas las sectas; hospitales y
escuelas que excluyen la enseñanza ca­
tólica; en pocos meses preparan pasto­
res, asignándoles sueldos tentadores; co­
rren a los barrios y pueblos donde no hay
sacerdote y penetran audazmente, lle­
vándoles dinero, libros, medicinas, hojas
volantes, calumniando a los católicos,
tratando de hacer odioso al sacerdote ca­
tólico, desacr«5itando al Papa, a los obis­
pos, tratando de minar el cuito a la Vir­
gen, a las almas del Purgatorio, etc. A
sus insidiosas propagandas muchas veces
las gentes sencillas no saben cómo res­
ponder doctrinariamente; y se defienden
en algunos sitios poniendo en las puer­
tas de sus casas inscripciones como és­
tas : «Somos católicos, creemos en el San­
tísimo Sacramento, veneramos a la San­
tísima Virgen, obedecemos al Papa, no
admitimos propaganda protestante, la de­
testamos...»
Afortunadamente la Iglesia Católica
halla recursos siempre nuevos, y es vital
en dondequiera que se trabaja con fe y
celo. También aquí se encuentran voca­
ciones sacerdotales y religiosas, y dan
excelentes resultados. Se multiplican los
Seminarios Menores diocesanos, los aspirantados religiosos, escogiendo los can­
didatos en las poblaciones más sanas y
ricas en fe. A la propaganda adversaria
se oponen misiones, emisiones de radio,
buena prensa.
¡Cuánto trabajo se echan a cuestas los
Salesianos y las Hijas de María Auxi­
liadora! Han trabajado en medio de la
pobreza y hacen milagros con el auxilio
de los Cooperadores. En dondequiera he
visto casas nuevas, algunas bellísimas,
surgidas como por encanto, como el Co­
legio de C a m a gü e para estudiantes y
artesanos, la iglesia de Moca en honor
del Sagrado Corazón, las varias casas e

El Revdmo. Rector Mayor contestando
a un saludo
iglesias de Ciudad Trujillo, debidas a la
generosidad de los Cooperadores.
Si pudieran efectuarse todos los pro­
yectos en ejecución y todas las propues­
tas concretas de las Autoridades y de los
Cooperadores, en pocos años se verían
realizadas las palabras proféticas de Don
Bosco: «Llevad la devoción a María Au­
xiliadora y veréis lo que son milagros».
Los primeros Salesianos que llegaron
aquí han sembrado esta semilla, y se re­
cogen los frutos. Mayores serán en el
porvenir.
Rueguen por esta intención todos nues­
tros Cooperadores amigos, y los niños de
las escuelas y colegios.
Os agradezco corfialm ente todo lo que
habéis hecho para acompañarme en estos
viajes con vuestras oraciones y simpa­
tías y obras buenas. Mucho es todavía
lo que me resta por visitar. Hasta me­
diados de abril estaré en Méjico, y de
allí volaré. Dios mediante, a la extensa
Argentina, en donde permaneceré hasta
mediados de agosto. Rogad a María Au­
xiliadora me conceda salud y grandeza
de corazón para llevar a todos aliento,
bendiciones y férvido amor al grande
Padre común, en quien me suscribo afec­
tísimo amigo y servidor.— R. Ziggiotti.

— 9

En cl número anterior hemos reseñado
las visitas a Santo Domingo, Puerto Kíco
y Haití.
A Panamá llegó el 13 de febrero. Como
en todas partes, el recibimiento fué gran­
dioso y cordial. Se lo declaró huésped de
honor y ciudadano honorario. El solemne
Tedeum que se cantó en la catedral, y el vi­
brante saludo del Prelado y la inmensa
multitud del pueblo, le declararon elocuen­
temente cuánto se ama allá a la Obra de
Don Bosco.
Tre.s (Has permaneció en la República
para corresponder no sólo al amor y a las
necesidades do sus hermanos y hermanas
en religión, sino también a las autori­
dades, tanto civiles como eclesiásticas, al
leñor Nuncio y a la plana mayor de los
Cooperadores. Nota particularísima de ca­
riño filial la dió la inesperada visita de
Monseñor Iturriza, Obispo Salesiano de Co­
ro, y la del Padre Tantardini, Inspector de
los salesianos de Venezuela.
Las autoridades americanas del Canal tu­
vieron la gentileza do invitarle a visitar las
obras de ese famoso corte que une allí los
dos mayores océanos del mundo.
COSTA RICA

En poco menos de dos horas, llega a
Costa Rica, acompañado del M. R. Sr. Ins­
pector P. Minervini. La prensa y la radio
habían preparado los ánimos. El Sr. Arzobispo sale a recibirle y lo acompaña a
ver al Sr. Gobernador, quien le ofrece sim­
bólicamente la llave (áe la ciudad y le de­
clara huésped de honor. En la catedral se
hace una solemnísima función, tomando
parte los señores Canónigos y represcmtaclón del Clero.
En la República hay varias obras salesianas: un gran colegió en San José, una
Iglesia pública, dos incipientes fundacio­
nes en Cartago y en Alajuela, un Orato­
rio Festivo en Palmares.
Pueblo y autoridades rivalizaron en hon­
rar al Sucesor do Don Bosco. El Presidente
do lo República con todo su Ministerio le
recibe en forma oficial: los alcaldes de va­
rios pueblos y ciudades le dan las llaves
y le confieren e\ nombramiento de hijo
adoptivo.
Salesianos e Hijas de María Auxiliadora
gozan de su visita. Ellas trabajan en cinco
fundaciones con <jelo e inteligencia. El Pa­
dre se complace especialmente en <x>mprobiir el magítífico apostolado catequístico,
que despliegan en sus 25 Oratorios Fes­
tivos.
NICARAGUA

Como un regalo inesperado y anhelado
núra el pueblo nicaragüense la visita del
Superior Salesiano. Antiguos Alumnos y
Cooperadores han preparado al pueblo con
10

todos los medios modernos de propaganda.
El 20 de febrero, los alumnos de los Colegios de Granada y Masaya, precedidos de
una banda militar, acuden al aeropuerto
de Managua El recibimiento es grandioso
y cordial.
El Padre visita la nueva fundación Salesiana, y en el «Club Social» recibe la
bienveni(3a de parte de los Cooperadores
y promotores de la obra.
A las doce en punto tiene lugar el re­
cibimiento en el Palacio Presidencial de
la República.
Por la tarde sale para Granada, donde
asiste a un espectáculo conmovedor, inolvidable: las autoridades habían declarado
festivo el día 20 de febrero para que tocios
pudieran tomar parte en el recibimiento
Y en verdad, todo el pueblo se volcó sobre
el aeropuerto y a lo largo de la pista. A:
llegar a la ciudad, el Sr. alcalde, entre la.<
aclamaciones jubilosas de toda la ciudada­
nía. le consignó las llaves de la ciudad \
le declaró huésped de honor. En un auto
móvil descubierto se le condujo a la Ca­
tedral. El concurso era tal, que apenas
podía moverse el cortejo.
Otro tanto sucedió en Masaya, debido es
pecialmente a los Antiguos Alumnos.
A las Hijas de María Auxiliadora, que
tienen en la República importantes obras,
el amado Padre las felicitó por el celo
realmente salesiano que despliegan, y en
jugosas conferencias les infundió doctrina
a torrentes.
HONDURAS

Una hora de vuelo y está en Tegucigalpn, la característica capital de Honduras
El clima delicioso y primaveral le propor­
ciona ondadas de respiro fresco, que le vie­
nen muy bien tras los días y noches de
calor tropical.
También aquí la acogida es triunfal, se
le entregan las llaves simbólicas de las ciu
dades y se le declara huésped de honor.
En el aeropuerto el pueblo presencia
conmovido el abrazo del Padre con el señor
Arzobispo. Monseñor Turcios. hijo suyo,
como salesiano que es. y como lo proclama
públicamente el Prelado.
Aquí, como en todas partes, la mayor
parte del tiempo lo dedica a sus Hermano.^
y Hermanas, los Salesianos y las Hijas de
María Auxiliadora. Pero no le falta para
cumplir con las autoridades. Cordialísimo
fué el encuentro con el Exemo. Sr. Presi­
dente de la República, quien le invita a
un refresco en palacio, en compañía de to­
dos los Ministros, del Gobernador y demás
autoridades.
También encuentra tiempo para hacer
una peregrinación al grande Santuario Na­
cional de la Virgen, todavía en construc­
ción. Es obra de Monseñor Turcios. y será
el templo ma>'or de todo Centro América.

i

v
'

EL SALVADOR

A las 12 del día 27 de febrero, el Sucesor
de Don Bosco era recibido como un Sobe­
rano en el aeropuerto de San Salvador. A
la inmensa multitud se habían unido dos
Ministros, el Alcalde de la ciudad, el A r­
zobispo Monseñor Chávez, el Obispo de
San Vicente, Monseñor Aparicio, S. D. B.,
el Cuerpo Diplomático en pleno y el Jefe
del Protocolo en representación del exce­
lentísimo señor Presidente de la República.
En la antesala de los huéspedes de honor,
el señor Alcalde le declaró «huésped de ho­
nor» consignándole la característica llave
de oro.
No nos es posible s^u irle en las labo­
riosas jornadas transcurridas en el Salva­
dor ,porque en esta pequeña pero impor­
tantísima República las obras salesianas
son numerosas e importantes.
Entre las ceremonias que en su honor
se hicieron recordaremos la velada oficial
en el Teatro Nacional con el discurso de
ocasión, pronunciado por el Rector Magní­
fico de la Universidad, que fué un himno
al Sistema Educativo de Don Bosco... A
pesar de lo grandioso del acto, no fué ésta
la manifestación culminante. El 21 de fe­
brero tuvo lugar en el Palacio de la Asam­
blea Legislativa una ceremonia solemní­
sima. La Asamblea en pleno, con todo el
Ministerio y el Cuerpo Diplomático comple­
to, en sesión extraordinaria rendía homenaje a la Congregación Salesiana por la labor
realizada en la Repúbica. dando al Rector
Mayor la más alta condecoración; la Gran
Cruz y Medalla de la Orden «José Matías
Delgado». Y esto por expresa y espontánea
voluntad del Presidente de la República,
grande admirador de la Congregación, de
Italia y de Turín, en cuya famosa Escuela
Militar había cursado estudios.
El día 29 de febrero entraba, bajo arcos
de flores y muestras de bienvenida, en
el aspirantado de Ayagualo.
Hecha la meditación a los Salesianos y
rezada la misa de comunidad, pasó momen­
tos de intimidad con cada uno de los Su­
periores y Novicios de la Casa, momentos
en que el corazón del Padre se volcaba
lleno de amor en el de los hijos.
Durante el almuerzo, un grupo de tiples
de la «schola cantonim» del aspirantado,
vestidos de camareritos. le ofrecían las
viandas, interpretando al mismo tiempo
melodías escogidas de la música salesiana.
En la velada se unieron la voz de la
inocencia y de la gratitud con el ofreci­
miento de un ramillete de flores y delica­
dísimos versos por el alumno más pequeño
del aspirantado. quien, acto seguido, fué
condecorado con la Medalla de Don Bosco
por el mismo Rector Mayor.
La banda instrumental del aspirantado.
que es considerada como la mejor banda

juvenil de la República, y ha actuado en
ios desfiles de la independencia invitada
por los presidentes de Guatemala y de Ei
Salvador, ejecutó piezas escogidas que le
recordaron melodías de la banda de Valdocco.
Se representó la zarzuela «El duende ne­
gro», del maestro Alcántara, que fué co­
mentada por el Rvdmo. D. Ziggiotti, alaban­
do al mismo tiempo el empeño del aspi­
rantado en conservar la tradición del teatro
salesiano en la Inspectoría.
Nuevamente resonaron las notas marcia­
les de la banda, y rodeado de los alumnos
y hermanos, que lo veían partir con nos­
talgia, el buen Padre abandonó el aspiran­
tado, dejando en todos recuerdo imborra­
ble de su paternal bondad y sencillez sa­
lesiana.
Basten estas muestras par dar una idea
del amor y estima del pueblo salvadoreño
a la Sociedad Salesiana. Y no se debe ol­
vidar que fué un Gobierno liberal el que
se empeñó, aun presionando sobre la Santa
Sede, en llevar los Salesianos a la Repú­
blica. Por lo visto no se han arrepentido.
GUATEMALA

Varias son las actividades que los Sa­
lesianos realizan en esta República: un
grande Instituto y una hermosa Parroquia
en la capital, un Estudiantado teológico en
la antigua capital, la antigua Guatemala,
un Colegio que alberga más de 500 alum­
nos en Quetzaltenago. una gran Parroquia
en San Pedro Carchó, entre los descendien­
tes de los antiguos Mayas.
Después del grandioso recibimiento en
el aeropuerto, el Rector Mayor es recibido
por el Exemo. Sr. Presidente de la Repú
blica. Sabido es que el eximio mandatorio
ha librado a su país del yugo de los comu­
nistas, que se habían apoderado del poder

HAITI. —Los oratorianos de Petionrille
a porfía le brindan frutos de la tierra


11

y constituían una gravísima amenaza para
su civilización. A tan meritoria labor con­
tribuyó no poco Su Excelencia el Arzobispo, que es amadísimo del pueblo, y so­
bre todo de las clases trabajadoras y hu­
mildes.
Para no repetimos, omitimos la descrip­
ción de los recibimientos. Anotaremos tan
sólo que Guatemala terminó dignamente
el ciclo de las manifestaciones centroame­
ricanas, no siendo inferior a ninguno y
dando una clara muestra de su fe y de su
vivísimo amor a las Obras Salesianas.

Concluiremos con las palabras del Pa­
dre Director de la Casa de Panamá: «Se­
rá siempre bendecida esta visita de nues­
tro amadísimo Superior y Padre insupe­
rable. Ella, entre otras cosas, ha suscitado
una nueva y más fuerte corriente de
simpatía hacia Don Bosco y sus obras, ya
tan acentuadas aquí. El Señor, por inter­

T h a m

cesión de María Auxiliadora, le conser­
ve siempre sus arrestos juveniles para
que pueda continuar estas visitas, para
él tan llenas de sacrificios, para nosotros
tan ricas de ubertosísimos frutos».

El P a d re S a n t o e x a m in a complacido un
álbum de los que contienen la adhesión filial
de los alumnos de las Casas Salesianas de
todo el mundo

á

L a m a d r e d e l s a c e rd o te

E l 5 de ju n io de 1S41 Juan celebraba su p rim era misa en la iglesia
de San F ran cisco de Asís, en T u rín . Pocos días después, el 10 de ju n io,
solemnidad del viCorpus Christi'o, celebró con gran esplendor su p r i­
m era misa en Castelnuovo, y presidió la procesión.
L a tarde de aquel día in olvid a b le la dedicó a v isita r a su ja m ilia . E l
m ism o nos ha dejado e s o ito có?no al v o lv e r a contem plar el lu gar de
su p rim e r sueño ■p rofético, no pudo contener las lágrim as \ y tal vez
tam poco ctiando M argarita, dom incndo la em oción de su corazón de
madre, le d irig ió estas sublim es al pa r que sencillas palabras: M i Juan,
eres ya sacerdote. Recuerda que com enzar a decir misa significa co­
m enzar a sufrir. N o te darás cuenta de esto en seguida, pero poco
a poco irás viendo qu e tu m adre te ha dicho la verdad. E stoy segura
de que todos los días rezarás por m í tanto mientras v iv a com o cuando
haya muerto. De hoy en adelante no pienses más que en la salvación
de las almas, sin preocuparte para nada de mí.
Palabras maravillosas que el apóstol tendría que recordar m uchas ve­
ces durante el cotidiano y largo calvario que conduce a la santificación
propia y de los demás.

12 —

DE MARIA AUXILIADORA
M adrid .— ^María Auxiliadora me ha sal­
vado de la muerte. Me puse una inyec­
ción cuya particularidad era no se pu­
siera en vena. No tuve esa precaución y
el resultado fué fatal, pues se me produjo
una embolia. A l darme cuenta de la gra­
vedad del momento, ya que sabía que
cuando llegase al corazón me produciría
la muerte, invoqué a la Stma. Virgen ba­
jo dicha advocación pidiéndola hiciera el
milagro de salvarme por lo que yo había
ayudado a la Obra Salesiana. En el mis­
mo instante el peligro desapareció, reco­
brando las facultades que iba perdiendo.
Con cariño de hija quiero que se publi­
que este prodigio y envío cien pesetas
para las obras salesianas.— Antonia Huer­
ta.
M adrid .— Habiéndose un familiar roto
un brazo, recurrimos a varios médicos:
todos opinaron que había que operar, pero
sin darle mayores esperanzas. Entonces
acudimos a María Auxiliadora, pidiéndo­
le le quedara bien el brazo, sin opera­
ción, y Ella, la buena Madre, nos escuchó.
Mi pariente está bien, sin haberse teni­
do que operar.— Jesusa López.
Carabanchel .— Encontrándome grave­
mente enfermo de una afección renal, me
encomendé a María Auxiliadora. Some­
tido a una gravísima operación, en pocos
días desapareció toda dolencia. Agrade­
cido, publico la gracia.— Enrique Herranz.
Salamanca.—Padeciendo fuertes dolores
de cabeza, recurrí a María Auxiliadora, y
proto desaparecieron. Agradecido, publico
la gracia y cumplo lo prometido. Una
devota.

— Doy gracias a María Auxiliadora por
haberme librado, sin operación, de un ata­
que de apendicitis. Entrego una limosna.
Luisa Rodríguez García.
— Doy gracias a María Auxiliadora por
una gracia recibida.— Carmen de Sonda.

Los leprosos de Contratación levantan
sobre un cerro un monumento de gratitud
a María Auxiliadora. Altura: 18 metro*.
Cantalapiedra (Salamanca).—Muy agra­
decida a María Auxiliadora por un favor
recibido envío una limosna.—Asunción Gon­
zález.
G arcí-H ern Xndez (Salamanca),—Por una
gracia muy importante, damos cien pese­
tas para el culto de M. A., y la señora lle­
vará durante un año el hábito de María
Auxiliadora, animando a todos a recurir
a tan buena madre.—Juan Pérez Torres,
médico. Antiguo Alumno y Emiliana Tardáguila.
T orremolinos .—Muchos son los favores
tanto espirituales como materiales que de­
bo agradecer a María Auxiliadora.—Enri­
que Sánchez.
Contratación (Colombia).—Las autorida­
des habían ya resuelto la disolución del La­
zareto. Alarmados, los enfermos acudieron



13

con fe a María Auxiliadora, y contra toda
espcíctaclón las autoridades revocaron su
decreto. Era claro que la Virgen había con­
cedido la gracia. En agradecimiento han le­
vantado un monumento en la cima del ce­
rro que domina la extensión en muchos ki­
lómetros a la redonda. Magnífico testimo­
nio de una población educada en más de
50 años por los Salesianos y las Hijas de
María Auxiliadora. El monumento mide
18 metros de alto, y ha costado 20.000 p. c.

S anta E ugenia de R iveira (Coruña).—Encontrándome enferma de cierta gravedad,
me encomendé al simpático santito, y como
me escuchó, envío cien pesetas para las
obras salesíanas.—Teresa Vila.

R eus .— Agradecida por una gracia reci­
bida, envía una imosna para su culto.—Ma­
ría Ilundáin de Alcubilla.

DEL SIERVO DE DIOS D. FELIPE
RINALDI

por
un favor a María Auxiliadora, envío 10 pe­
setas de limosna.—D. V. T.
V alverde

del

C amino ,—Agradecido

B arcelona.—Con todo mi corazón le pe­
dí a María Auxiliadora un gran favor es­
piritual para un ser querido, y Ella, bonda­
dosa. me ha escuchado. Agradecida, cum­
plo lo prometido.—María Dolores Hernán­
dez.

DE SAN JUAN BOSCO
CÁcERES. — Agradecida a San Juan Sos­
co por favores recibidos, mando celebrar
una Misa en su honor.— Rafaela Pavón.

S egovia .— Hallándome entre la vida y
la muerte a consecuencia de una aguda
pulmonía, y cuando ya todos habíamos
perdido toda esperanza humana, mi fami­
lia y yo mismo le pedimos a San Juan
Bosco intercediera por mi curación. Ha­
llándome ya en los espasmos del delirio
precursor de la muerte, me pareció ha­
llarme en la capilla que usaban los es­
tudiantes salesianos de filosofía en San
Fernando, y que rezaban éstos por mi
salud. Sería un delirio: pero a mí me
pareció que San Juan Rosco y María Au­
xiliadora se acercaban a mí para curar­
me: y al despertarme entraba en franca
convalecencia.
El caso sucedió hace un año en mayo.
1’iempo ha habido para comprobar la
curación no humana.— Fermín Gutiérrez.
DE SANTO

DOMINGO SAVIO

M adrid .—Hago público mi agradecimien­
to a Santo Domingo Savio por un favor re­
cibido y envío 50 pesetas para las Obras
Salesianas.—‘Tarmt'n Gorrío.

eXcERES.—Habiendo tenido un fuerte ata­
que al hígado, me encomendé fervorosa­
mente al angelical Domingo Savio. y al
punto sentí los efectos de su intercesión.
Agradecido, envió 25 pesetas para una Mi­
sa en su honor.—Purificnción Quesnda.

14 —

— Habiendo implorado de Santo Domin­
go Savio una gracia para una hija mía, y
habiendo sido atendida, envío 50 pesetas
para las obras salesianas.—Josefa Lainas de
Lourido.

C uenca (Ecuador).— La jíbara, ya cris­
tiana, Carolina Tzapiqui, casada cristia­
namente y madre de seis niños, se enve­
nenó comiendo carne pasada de animal
salvaje, y después de cuatro días de
atroces dolores, se estaba muriendo. El
Padre le administró los últimos sacra­
mentos. Fui a visitarla. Daba lástima la
pobrecita: tenía contraídos todos los ten­
dones y nervios y parecía iba a expirar.
Su voz era apenas perceptible. Sentí una
gran fe en Don Rinaldi. Arrodillé al pie
de la cama a las seis criaturas y reza­
mos. Al despedirme le di una reliquia
a la mayor, de catorce años, diciéndole: «Rezadle a ese santo sacerdote, diciéndole: Padrecito, sana a nuestra ma­
dre». A l día siguiente psdí informes,
y como nadie me los dió por estar la
casita bastante lejos, creí hubiese muer­
to. Y ¡cuál no fu l mi asombro y mi ale­
gría cuando el domingo me la veo venir
a la Misa! Nos contó que se había tra­
gado la reliquia y que inmediatamente
se sintió mejor, y, «como ves— añadió—
estoy perfectamente curada». Gracias,
amado Padre; ya sé a quien acudir en
nuestras penas y necesidades.— Sor F i­
lomena Paranzini, H. M. A.

DE NUESTROS MARTIRES
B arcelona.— Hacía tres meses esperaba
una carta, para mí. de mucha importancia:
pero viendo que no venía empecé una no
vena al Sierv’o de Dios Jaime Ortiz, y al
terminarla obtuve la gracia deseada, por lo
que hago pública mi gratitud, y a fin de
a>'udar a la Causa de Beatificación, envío
una limosna, producto del sacrificio de una
entrada de cine.—Juanita Tarazona.
B arcelona.— Josefa Lladós da gracias al
Siervo de Dios Jai7ne Ortiz por haber al­
canzado la gracia de poder andar, cuando
los médicos decían que ya no podría ha­
cerlo, o con mucho trabajo. Entrada en
años, deseaba poder visitar a Jesús en la
Eucaristía, pero su enfermedad la retenía
( S i4 u e

en

¡» p á g . 2 3 .)

s a le s k n a
POR NUESTROS

MARTIRES

E l Tribunal eclesiástico que en Anda­
lucía entiende en la Causa de nuestros
Mártires ha desplegado grande actividad.
Está presidido por el anciano benemérito
Sr. Arzobispo de Methimne, Lisson, e
integrado por el lim o. Sr. don Andrés
García Asenjo, Canónigo Doctoral de
la S. l. Catedral de Sevilla, juez adjun­
to; por el Prom otor de la Fe, muy
ilustre don Francisco de Asis González.
Canónigo de la misma S. 1. Catedral, <i
los limos. Sres. D. Abel Otero y D. José
Sebastián d,e Bandarán, deán y canónigo
respectivamente de la Catedral hispalen­
se. Como N otorio actúa el P. Angel Alba,
filipense. Les acompañan los Padres Salesionas Amadeo Burdeus y Francisco
de la Hoz, Vicepostuladores de las Cau­
sas, y, como "'cursor” (correo) el herma­
no coadjutor D. Antonio Camocho.
Adonde llegan comienzan por implorar
las luces del Espíritu Santo con una M i­
sa, el canto del Veni Creator Spiritus y
una plática en que se explica a los testi­
gos y demás fieles la finalidad de la ce­
remonia y la trascendencia de los actos.
Ahora se han añadido especiales preces
por la intención del Sumo Pontífice
Pío X I I con ocasión de su 8(P cum ple­
años.
Ordinariamente acuden también las au­
toridades civiles, como homenaje a esos
héroes que derramaron su sangre gene­
roso por Dios y p or la Patria. Se han to­
mado las declaraciones que los testigos
previamente citados y de alguno que otro
circunstancial,
i4sí han procedido en los diversos si­
tios en donde ha habido mártires de la
Familia Salesiana, incluso, naturalmente.

tos Cooperadores: Morón. Ronda, Pozoblanco, Sevilla.
Las impresiones del Tribunal son ex­
celentes. Puede decirse que de los 21 már­
tires consta positivamente que su muerte
ha sido un verdadero holocausto en aras
del amor de Cristo y de la F e católica.
Reguemos por su glorificación comple­
ta y ayudemos con nuestras limosnas a
los imprescindibles gastos que estas Cau­
sas imponen.
Mientras este número entra en máqui­
na se está celebrando el traslado de los
restos de mártires de la Inspectoría cél­
tica desde diversos cementerios al pan­
teón de la Familia Salesiana, en Carabanchel. Presiden el cortejo el Sr. Arzo­
bispo de Valencia y los cinco Provincia­
les de la España Salesiana.
LA FUNDACION SALESIANA EN RONDA

En mayo de 1901 fué D. Pedro Ricaldone a dar una conferencia salesiana en
Córdoba. Se estusiasmaron tanto los cor­
dobeses, que nació la casa Salesiana, la
cual en breve se pobló de tal cantidad
de niños, que era preciso rechazar gran
número. Los que quedaban se encariña­
ron tanto que sus familias se hicieron
panegiristas de ios Salcsianos y de sus
métodos de enseñana y sobre todo, de
su educación integral.
La fama llegó a Ronda, y la caritati­
va Marquesa de Moctezuma, que tanto
amaba a su Ronda, se empeñó con Don
Pedro y D. Rinaldi, en tener a los Salesianos en la amada ciudad. Así ella les
cedió una de sus casas para abrir unas
escuelas gratuitas para los niños pobres,



15

naciendo de este modo la Casa-Madre Salesiana de Ronda; la de Santa Teresa,
nombre de la señora donante.
El prosperar de la casa y la simpatía
que produjeron los sistemas y métodos
de Don Hosco dieron origen a una se­
gunda Casa; el actual Colegio del Sagra­
do Corazón. Era también fundación de
los señores marqueses de Moctezuma; lo
tenían los Padres Agustinos. Por escasez
de personal tuvieron éstos que retirarse,
y la fundación Moctezuma se apresuró a
ofrecérselo a los Salesianos. Acertó a pa­
sar por allí Don Rinaldi, y en nombre
del Superior General, el venerando Don
Pablo Albera, lo aceptó (1919).

j

El presbiterio de la iglesia de
•f- María Auxiliadora.
Dios ha bendecido a ojos vistas esta
nueva fundación salesiana, que acababa
de poner a casi toda la juventud rondeña en manos de Don Bosco, y hoy es
uno de nuestros mejores Colegios de Es­
paña. Su influencia se extiende por to­
da la sierra y en muchos pueblos a la
redonda. Como en todas partes, una de
sus características es la devoción a Ma­
ría Auxiliadora, devoción íntima y cor­
dial, expansiva y comunicativa, que ga­
na las familias y las poblaciones. Adonde
va un alumno del C o le ro Salesiano de
Ronda, allí va la devoción a María Au­
xiliadora, con todos sus carismas y to­
dos sus encantos.
4

Esc
Auxiliad ora.

■►V

.f

^

*■

El patio con vistas a la serranía.

A.-

CONSTITUCIO N D E L SEC RETARIAD O
R E G IO N A L DE LOS ANTIG U O S A LU M ­
NOS S ALE S IAN O S en la Inspectoría cor­
dobesa «Santo Domingo Savio»
Desmembrada, por plétora de vida, de
la Inspectoría Bética, esta nueva Inspec­
toría tiene todos los elementos de pros­
peridad.
Era natural que también la Asociación
de Antiguos Alumnos, numerosos y or­
ganizados, constituyera su Federación
regional, y en consecuencia, su Secreta­
riado Directivo. A l acto de su constitu­
ción fueron el Prisidente Nacional, don
José María Taboada L a g o ; el Consiliario
Nacional. P. Fierro Torres, y el 2.® Vice­
presidente Nacional don Javier Pérez
Pontón, que es también Director de «Incesa». Tuvo lugar en la Casa de Córdoba,
el 6 de mayo.
Una Misa de Comunión, celebrada por
el Sr. Inspector P. José Doblado— que
conmemoraba también su cumpleaños— ,
ayudada por el Presidente Nacional y
una representación de los Antiguos y de
los actuales Alumnos, y solemnizada con
bellos motetes.
Después del desayuno, la constitución,
en el Centro, del Secretariado, siendo
nombrado presidente D. Fernando Kinddán, aclamado por todos y bendecido
poi el M. R. Sr. Inspector y el Consilia­
rio Nacional. El Presidente Taboada La­
go, le dio el saludo en nombre de toda la
Federación española.
Hul)o después una Misa solemne con
sermón de circunstancia, cantada admi­
rablemente por todos los mil y pico de
niños del Colegio y sus escudas anejas,
y por más de 2(X) Antiguos Alumnos.
¡Cuánto habrá gozado Don Rosco, él que
q\ieria que todos sus niños cantaran la
Misa y que decía que para él una Misa
bien cantada era como antesala del Pa­
raíso!
En seguida, una función en extremo
significativa y simpática; la entrega d il
distintivo a los jovencitos que de «Savios» pasan a Antiguos Alumnos. Un
grupo de casi cien, con su hermosa ban­
dera desfilando arrogantes por los pa­
tios hasta el local de los Antiguos Alum­
nos. Fl día se prestaba maravillosamente.
Tras de esas lluvias un poco importunas
que han caracterizado la entrada de esta
primavera de 1956, un día verdaderamen­
te primaveral, con esa luz radiante y ese
profundo cielo cordobés, con ese cantar
de los pájaros que. confiados, revuelan
por la huerta y los patios y s? divierten
18 —

entre las frondas de las acacias sombreadoras de los patios. Los chicos cantan el
himno marcial de los Savios; escuchan
la vibrante palabra de su Consiliario, la
paternal palabra del Sr. Inspector y la
arrebatada del Presidente Nacional, quien
luego prende en sus pechos los distinti­
vos, a medida que van desfilando ante la
bandera como en una jura. En seguida,
dos palabras del Consiliario Nacional y,
para terminar, el himno marcial del Co­
legio.
A las dos, el consabido «ágape frater­
nal», servido espléndidamente en el sa­
lón teatro a más de 200 comensales, y
amenizado y espiritualizado por la ron­
dalla, la declamación y la elocuencia.
A las nueve de la noche, una velada
de gala en el teatro.
A l día siguiente, antes de regresar a
Madrid los miembros del Secretariado
Nacional fueron con el Consiliario Regio­
nal P. Notario y el Presidente elegido a
saludar al Exemo. Sr. Obispo, Fray A l­
bino Gonzáhz M., que tanto ama a San
Juan Rosco por su carácter eminente­
mente social. Los visitantes tuvieron la
grata sorpresa de ver que el Secretario
Sr. Obispo es Antiguo Alumno saIfesiano.
A rafo (Canarias).— Medio siglo y al­
go mas de culto a María Auxiliadora.—
Ya durmt? la vida de San Juan Rosco,
se conoció en Canarias su Obra de María
Auxiliadora para las Vocaciones tardías,
y algunos isleños a cuyas manos-llega­
ban los folletos y hojas volantes que la
daban a conocer, simpatizaron con ella y
le enviaban limosnas para ayudarla. En
Arafo se constituyó una «Decuria» de Co­
operadores Salesianos, qu? en 1906 ob­
tuvieron del Venerable Don Miguel Rúa
su reconocimiento oficial, enviándoles va­
nos diplomas de Cooperador y el Suma­
rio de las Indulgencias, privilegios y de­
más favores espirituales con que la San­
ta Sede enriqueció a la Pía Unión. Ese
mismo año consiguieron una hermosa ta­
lla. obra de la Escuela Salesiana de Es­
cultura de Sarriá-Barcelona. que coloca­
ron en la iglesia parroquial, después de
bendecirla solemnemente, actuando de
padrinos D. Tomás de Mesa y su distin­
guida esposa y desplegando" los ^’uelos
de su elocuencia el renombrado orador
sagrado P. Martell, C. M.
Muchos devotos ha tenido María Auxi­
liadora y muchos favores, algunos ver­
daderos milagros, Ies ha concedido Ella.
Como no quieren dejar pasar desaper-

cibido el cincuentenario de la entroniza­
ción, los Arafeños han organizado sus
fiestas para conmemorarlo. Ella siga bendiciéndolos.
Béjar.— Secundando los deseos del Reve*
rendísimo Rector Mayor, el Colegio Sale*
siano de Béjar ha celebrado en medio dcl
mayor entusiasmo un Congresillo Misione­
ro durante los días 12, 13 y 14 de abril.
Era de ver el entusiasmo con que los
niños seguían el estudio y la discusión de
las Ponencias: «MISIONES EN GE\'ER A L»; «MISIONES SALESIANAS»; «VO­
CACION MISIONERA».
El ornato del salón con banderitas y
murales alusivos a las misiones, la decía*
mación de poesías, los cánticos y el cuadro
escénico con que se terminaba cada una
de las sesiones, todo fué parte para arran*
car aplausos de encedida emoción en los
pequeños congresistas.
He aquí algunas de las conclusiones que
mejor manifiestan el espíritu auténtica­
mente católico y espiritual en que se de­
senvolvió :
Dedicar la mañana del Domingo de once
y media a una, a la lectura de libros y re­
vistas misioneros.— Rezar todos los días
el rosario misionero.— Cada clase cele­
brará una vez al mes el día. misional ofre­
ciendo la Santa ^fisa por la propagación
de la Fe, con limosnas recogidas entre los
mismos alumnos. Suscribirse a la Juven­
tud Misionera y sortearla entre los mis­
mos alumnos.

Esta última demuestra además lo gene
rosidad de los niños, teniendo en cuenta el
bajo nivel económico en que se desenvuel­
ven.
Sin grandes esfuerzos se puede notar
que el toma misionci'o les fascina: ta: vez
sienten santa envidia por emular las ges
tas de sus paisanos Rvdo. D. Eduardo Gu
tiérrez y el Coadjutor D. Franscisco Fer­
nández y de aquel joven sacerdote ence
rrado entre las dilatadas fronteras de In
India que si no es paisano, sí hizo sus j)rimeros estudios en este humilde Colegio.
¡Dios quiera suscitar nuevos apóstoles
para llenar los huecos que van quedando
en las filas de los adelantados de la Fe!
ViLLE.NA Del «.Circulo Domingo Savioyt.—
Con enorme afluencia de jóvenes celebra
ron su fiesta. La preparación fué esmera­
da. Tuvieron jugosos Círculos de estudio
para conocer mejor la figura de su P hí
tector y Modelo.
La fiesta la celebraron en honor de «San­
to Domingo Savio y el Papa». Se impusieron
la insignia a más de cincuenta circulislas
nuevos, y a la misa concurrieron más de
docientos. Tomaron parte también los An­
tiguos Alumnos. La Comunión fué muv
numerosa.
Tampoco faltó la parte recreativa, la ve­
lada, el partido de juegos con trofeos y la
representación de una divertida comedia.
Pero sobre todo merece dosta<'arse el
gran fervor reinante y el deseo de todos
los circulistas de imitar a su Modelo.

VILLENA.—En la fiesta de los «Savlos» y Antiguos Alumnos.

— 19

CiuDADELA.—Con grande solemnidad, au­
toridades eclesiásticas y civiles, alumnos y
antiguos alumnos, circullstas y gran canti­
dad de público, acompañados por la band i
municipal, Cindadela ha dedicado una calle
a Santo Dnmincjo Savio. Pronunciaron elocuentes discursos el Sr. Alcalde D. Jos<5
Allés Quintana, el Sr. Director del Colegio
y un Antiguo Alumno.
V ico.—Solemnes jomadas: Congresillo
Vocaclonal Homenaje al Papa con ocasión
de la Fiesta de Domingo Savio en el Cole­
gio Salesiano de San Matías.
Los días 7, 8, 9, 10 y 11 se celebraron
con toda solemnidad las fiestas de Domin­
go Savio y del Papa. Se dieron conferen­
cias muy interesantes a los Circulistas de
Domingo Savio. que acudieron muy nume­
rosos a estas fiestas. Merece destacarse la
salcsianísima figura del Sr. Presidente de
los Caballeros do Don Bosco y Antiguo
Alumno de Salamanca. Director del Insti­
tuto Oceanográfico y Presidente de la Or­
questa de Cámara de Vigo, Don Antonio
Rodríguez de las Heras.
Muy interesantes también la Exposición
de Dibujos sobre las diversas facetas de la
vida del Santo Padre y de Domingo Savio
y los consursos que con este motivo se
realizaron entre los alumnos tanto inter­
nos-aspirantes como externos y circulistas.
En el Congresillo tomaron parte muy
activa con sus preguntas todos los niños
demostrando gran interés en los temas tan
sugestivos para ellos como son los vocacionales y los relacionados con la Santísima
Virgen y Domingo Savio.
El día de la fiesta se impusieron la Insignia de Cimilista más de 40 jóvenes, mu­
chos de ellos salidos ya del Colegio años
anteriores.
No dudamos que estas fiestas han deja­
do hondas huellas de amor al Papa, a Do­
mingo Savio y a la Vocación Salesiana en
estos muchachitos que viven tan densa­
mente el sistema y clima salesiano donde
se plasmó la virtud v santidad de Domin­
go Savio.

\

Dei ’ sto.— /mposícidrj de la Cruz de Bene/ícendfl a Don F é lix Valdés.
\
El 5 de mayo por la tarde se celebró
en las Escuelas profesionales Salesianas
(Fundación Tomás Urquijo), de Deusto,
la imposición de la Gran Cruz de Benefi­
cencia, con distintivo blanco, al ilustre
bienhechor de dichas Escuelas, don Fé­
lix Valdés Tzaguirre, condecoración que
le ha sido concedida por el Gobierno del
Caudillo en premio a su filantropía en el
sostenimiento del citado centro escolar.
La simpática ceremonia se celebró en
el salón de actos, lleno al completo por
los alumnos y por gran número de i^r-

20



sonalidades, representaciones y distingui­
das damas, siendo ocupada la presiden­
cia por don F élix Valdés Izaguirre y su
distinguida esposa, doña María Victoria
Amézola de Valdés, así como el goberna­
dor civil, señor Riestra; el militar, ge­
neral Martín Bilbatúa; el alcalde de la
Villa, don Joaquín de Zuazagoitia; el
presidente de la Diputación, don José
María Ruiz Salas, el vicario de la dió­
cesis, don León María Martínez, el jefe
superior de Policía, don Manuel Vela
Arám barri; un representante del coman­
dante de Marina; el Padre provincial de
la Orden Salesiana, don Alejandro V i­
cente, y el director del colegio de Deus­
to, Padre Marcelino Talavera.
Comenzó el acto con la interpretación
por los alumnos de la canción «Alzad el
lábaro sagrado», y a continuación uno
de ellos leyó una salutación al homena­
jeado y explicación de la importantísi­
ma obra social que viene realizando con
su magnífico desprendimiento en pro de
la formación de los futuros obreros de
la industria vizcaína.
Hizo a continuación el elogio de los
grandes protectores de la obra salesiana,
don Tomás U rquijo y su esposa, doña Pie­
dad Izaguirre, de cuya labor son dignos
continuadores don Félix Valdés y su se­
ñora, doña María Victoria Amézola, cu­
ya mención provocó una gran salva de
aplausos que se repitió cuando el orador
dijo que si el señor Valdés y su esposa
aparecían como cristianamente caritati­
vos y desprendidos, era porque les daba
la real gana.
Seguidamente hizo uso de la palabra
el Padre provincial de la Orden, don Ale­
jandro Vicente, que felicitó al homena­
jeado por la alta distinción de que le
ha hecho objeto el Gobierno del Caudi­
llo y dió instrucciones y consejos a los
alumnos para que sepan agradecer cuan­
to por ellos viene haciendo el señor Val­
dés, que es una secuela de lo que hicie­
ron sus antecesores y una promesa de
lo que realizarán sus sucesores.

A continuación, con todo el público en
pie y en medio de una clamorosa ova­
ción, el gobernador civil, señor Riestra.
impuso la banda y la placa de la Gran
Cruz de Beneficencia a don F élix Val­
dés Izaguirre, pronunciando a continua­
ción unas palabras para explicar cómo se
gestó la concesión de dicha condecora­
ción, cuya iniciativa partió del director

de las Escuelas Salesianas, Padre Mar­
celino Talayera, y que él secundó con un
decidido entusiasmo, aun sin conocer
personalmente al señor Valdés, pero sa­
biendo sus magníficos rasgos de despren­
dimiento y de apoyo espléndido a una
obra tan fecunda en frutos sociales co­
mo la de la Orden Salesiana, todo lo cual
puso en conocimiento del ministro de la
Gobernación, y éste en el del Caudillo,
cuyo Gobierno aprobó la concesión de la
preciada condecoración.
Añadió que había impuesto la misma
en nombre del ministro de la Goberna­
ción, don Blas Pérez, que tenía un es­
pecial interés en asistir al acto, pero que
no había podido hacerlo debido a peren­
torias ocupaciones, habiendo recibido el

todas las autoridades vizcaínas y de ma­
nera especial al gobernador civil, señor
Riestra, así como a la Comunidad de Pa­
dres Salesianos, a las señoras que con
su presencia habían abrillantado el acto
y a todos los concurrentes al mismo.
Hizo después historia de su colabora­
ción en la Orden salesiana, a cuyos
miembros hay que atribuir, más que a
su aportación, la gran obra que vienen
realizando las Escuelas.
Terminó dirigiéndose a sus hijos, que
han de ser los sucesores cooperadores
de esta obra, para que la atiendan con
el mismo cariño que él lo hacía.
Una ovación calurosísima rubricó las
palabras del señor Valdés Izaguirre,
quien, visiblemente emocionado, recibió
numerosísimas felicitaciones.
Después, y para terminar el acto, se
obsequió a los asistentes al mismo con
un vino español, servido con su habitual
maestría, por el popular Elias.
(De «E l Correo Español E l Pueblo
Vasco»).

R O G U E M O S PO R N U E S T R A S
IN S P E C T O R IA S

Don Félix Valdés y su dignísima esposa dofla
María Victoria Amézola.
encargo de saludar en nombre del mi­
nistro al matrimonio Valdés Amézola.
Luego se dirigió a los alumnos y les
alentó a imitar el ejemplo del homena­
jeado, porque nadie puede asegurar que
de entre ellos no p u ^ a salir un capitón
de industria que, por su posición social,
se halle, en cuanto a lo económico, en
parecidas circunstancias a las del señor
Valdés, el que tendría que imitar para
merecer la gratitud de las g e n t^ en este
mundo y la aprobación del Señor de to­
das las cosas en el otro.
Cerró el acto el homenajeado, quien
comenzó dando sus gracias más expresi­
vas al Jefe del Estado, Caudillo de Es­
paña, por haberle concedido la Gran Cruz
de Beneficencia, por su colaboración en
las obras de la institución salesiana, cu­
yos iniciadores fueron sus tíos, don T o ­
más Urquijo y doña Piedad Izaguirre;
agradecimiento que hacía extensivo a

Junio 3- 9
»
10-16
»
»

17-23
24-30

Julio
>

1- 7
8-14

Portuguesa.
Españolas de S. Juan
Bosco y Santiago el
Mayor.
España Tarraconense.
Española María Aux. y
Sto. Domingo Savio.
Húngara.
Oriental.

El Corazón de Jesús
espera de nosotros
reparación y amor



21

r

BRASIL

Los Salesianos entre los Macús.
En 1953 tuvo lugar el -primer contacto
de nuestros Misioneros con la tribu de
los Manís, que tenían fama de terribles co­
mo los Chavantes. E l Padre Giacone con­
cibió entonces buenas esperanzas. Otro mi­
sionero, el P. Gois, ha podido visitarlos con
más detenimiento. Dice el Padre:
De los primeros contactos con estas
pobres criaturas, ha hablado mi venera­
do Superior el P. Giacone. E l los visitó
en 1952. El me abrió el camino. El entrevió que había llegado para ellos la ho­
(V iene de la pá^. l4 .)

en el lecho del dolor. Encomendóse al Sier
vo de Dios, y el día de la Virgen de la Mer­
ced sintió como un impulso interior que
le mandaba levantarse. Así lo hizo, v acom­
pañada del brazo pudo oir la santa Misa
y comulgar en ella.
->(De este Siervo de Dios existe una pe­
queña pero excelente biografía hecha por
el vicepostulador de la Causa. R. P. Bur­
deos. y publicada por la Escuela Tipográ­
fica de Sarriá. De ella hace un gran elogio
y recomienda su difusión al Revdmo. Pa­
dre Zigglotti. Superior General de los Sa­
lesianos.)
B.\í5os DE M onte.m ayor (Cáceres).—Agra­
dezco al Siervo de Dios D. Julián Rodrí­
guez varios favores recibidos por su inSAN JO S E DEL VALLE - Casa de form a­
ción Je Salesianos y Misioneros (Proyecto de
ampliación). .

3 3S:1|

nr

rÍ>i|

r7

3]

ra en que empezara a brillar la luz del
Evangelio.
Advierto que el nombre Mac-ú se pres­
ta a eqUiVocos. Este vocablo en lengua
neenga'-ú significa aesclavo». Realmente
existe en el Río Negro una tribu que se
llama Macú, y sus miembros son consi­
derados por las otras tribus como raza
inferior, y como tales los tratan. Y lo
curioso es que ellos mismos se conside­
ran tales, cosa rarísima, dado su natural
orgullo.
Ahora bien, esta tribu no tiene nada
que ver con la de que yo entiendo ha­
blar. Es que los civilizados abrazan con
tervesión, y envío una pequeña limosna
para su Causa.—L. R.
R.-VMBI.A DE Oria (Almería).—Por gracias
recibidas del Mártir Salesiano D. Andrés
Jiménez envía una limosna para su causa
de Beatificación.—Jocquma Bautista Jimé­
nez.
CiuDADELA (Baleares)—.Deseaba vivamen­
te obtener una gracia que me interesaba
mucho. A este fin hice una novena al Már
tir salesiano P. Juan Martorell, y al termi­
narla. tuve el consuelo de haberla alcan­
zado. Por lo cual, agradecida, deseo publi­
que esta gracia en el bolet.^n salesiano a
fin de que sirva de estímulo a otros para
que en sus necesidades recurran a los Már
tires Salesianos, acelerando de este modo,
su Beatificación.—Eugenia de Olivar.
M adrid .— Por un favor recibido por me­
diación del Siervo de Dios Don Pío Conde.
envío 50 ptas. para la Causa de Beatifica
ción.—Antonia Huerta.
A lcal A de G uadaira .— La señorita Car­
men de Bono, agradecida a los Padres Tar­
eero y Fernández Camacho, cuya interce­
sión invocó, envía 100 pesetas para los gas
tos del proceso.—Doñá Rosalía Medina:
madre del clérigo Juan Luis, remite, de
nuevo 25 pesetas, para el proceso, por gra­
cia, nueva también, atribuida a su hijo.

este nombre a varias tribus del Río Ne­
gro.
Su origen no se conoce bien. Por su
fisonomía, y especialmente por sus ojos
avellanados, diríase que descienden de
remotas emigraciones asiáticas, como va­
rias otras tribus (meridioa). Jamás tuvie­
ron trato pacífico con los blancos. Al
avanzar éstos, ellos se retiraban más y
más, dentro de la selva virgen.
Al contrario de las otras tribus, que
buscaron siempre las orillas del río, ellos
remontaron siempre hacia las fuentes: y
esto explica su tardo contacto con la ci­
vilización.
Nadie sabe, ni con aproximación, el
número de los Macús.
De un modo general se puede afirmar
que viven hacia las cabeceras de todos
los afluentes del Río Negro, hacia el Nor­
te, y que se extienden también por Ve­
nezuela, habitando una zona de riquísi­
ma vegetación.
Las tribus con las cuales he entrado
en contacto son hasta ahora cinco: los
Aharaihos, que acampan cerca de los orí­
genes mismos de gran rm; los Uaicase,
en las fuentes del Mararirá; los JJauanaeipü. en las del Maia: y los Coronetaris.
Todavía hay muchas otras tribus que no
conozco.
Todas estas tribus tienen de común los
usos, costumbres y la lengua, que es por
completo diferente de todas las otras rionegrinas.
Hallándose los pobres rechazados al
Norte por los venezolanos, y al Sur por
los brasileños, se vieron forzados a de­
fenderse: no era que ellos invadieran te­
rritorios; eran los blancos quienes, bus­
cando caucho, los empujaban. Y no co­
nociéndose. y temiéndose mutuamente,
s? hostilizaban. Probablemente en estos
últimos tiempos los blancos no Ies ha­
brían hecho mal alguno; pero ellos, por
el recuerdo triste del pasado, no podían
menos de mirarlos como enemigos irre­
conciliables. De aquí la dificultad tam­
bién para los misioneros. Gracias a Dios,
el maleficio se ha roto.
Características de los Maciis.
No usan vestidos. Los hombres son de
constitución robusta, fornidos: su esta­
tura. media, 1.65 ms.; las mujeres, un
poco menos. Hombres, mujeres y niños
se tonsuran los cabellos a la franciscana:
su cerquillo tiene al menos diez centíme­
tros de diámetro.

B R A S IL 'R ío Negro.—Dama de la trlVu
de los AharaibosSe pintan el cuerpo con sustancias co­
lorantes vegetales: del urucú sacan el
rojo; del guinapapo, el negro, etc., etcé­
tera. no pr£cisamente para adornarse,
sino para defenderse de los insectos, muy
abundantes en la zona.
En comparación con los demás habi­
tantes del Río Negro, tienen la piel bas­
tante clara, tal vez porque viven casi
siempre en la selva. Con frecuencia se
presentan adornados de plumas brillan­
tes. que introducen en los agujeritqs que
en las orejas y el labio inferior las ma­
dres les hacen des<ie pequeñitos.
Cuando com:nzaron a tenerme con­
fianza, me llevaron a su pueblo, o por
mejor decir, a su campamento. Ellos no
usan maloca, como los demás habitantes
del R ’o Negro, sino una especie de cam­
pamento romano, constituido por la su­
cesión de pequeñas habitaciones, unidas,
pero distintas, por familias. Las chozas
están cubiertas con palma de ubi y tie­
nen un solo alero. El conjunto de las cho­
zas tiene forma elipsoidal y mide unos
200 ms. por 100. Tiene una puerta en ca­
da extremo. Su vida, como la de casi
todos los pueÍ3los primitivos, tíení: una
actividad bastante limitada. Su grande
problema es el de buscarse alimento.
Tienen, sí, una agricultura rudimentaria,
cultivando la patata y el maíz, que cue­
cen como nosotros las legumbres: pero
su grande cultivo es el banano o plátano,
— 23

BRASIL Río Negro.—Cha­
va.illos macús.

del que hay diversas variedades. En limi­
tada proporción cultivan también algo­
dón, de cuya fibra se sirven para hacer
redes, cuerdas para sus arcos y aljabas
y para coser las plumas a las flechas. La
agricultura está más encomendada a las
mujeres: los varones se dedican más a
la pesca y la caza. Desde niños aprenden
a imitar el canto de las aves, los aullidos,
silbos y gritos de las bestias de la selva,
a objeto de reclamo.
Armas de caza, de defensa y ofensa
son las flechas, en cuyo empleo son maes­
tros. Objeto y fruto de su caza son los
ciervos, los jabalíes, los tapiros, los mo­
nos de toda especie y los pájaros, de que
abundan estas florestas.
Entre sus alimentos preferidos— para
nosotros, repugnantes— figuran los mo­
nos, lagartos, serpientes y... los piojos.
Gtierras, venenos, matanzas.
Los arcos y las flechas no sirven sólo
para la caza y la pesca: sirven también
¡3ara la guerra. Los arcos son de una ñexibilidad extrema. Las flechas son de
madera, agudísimas, y tienen más de un
metro de largas. A menudo están enve­
nenadas con un potentísimo tósigo: el
curare, y hechas de tal modo que al pe­
netrar se rompen, y la punta envenenada
queda dentro de la herida. E l curare, co­
mún a todas las tribus, es de un efecto
casi instantáneo. La víctima, hombre o
fiera, muere en pocos minutos. E l curare
ataca los ó ra n o s respiratorios y hace
morir por asfixia. H oy la ciencia Ío hace
servir como anestésico. Los indios lo em­
plean especialmente contra el hombre y
las bestias de gran tamaño, como el tigre,

24 —

el tapir y los monos mayores. E l co­
cimiento de las carnes les quita la viru­
lencia.
Ya me tocó ver una mujer encorvada
bajo el peso de un gran canasto. Picado
de curiosidad quise ver lo que llevaba.
Era una boa bastante grande, reciente­
mente muerta a flechazos. E l día siguien­
te ya se habían comido la mitad, y el
resto estaba cuidadosamente guindado
esperando el turno.
No es raro que entre tribu y tribu los
cdios se resuelvan con la guerra. Enton­
ces las matanzas son grandes. Hace ape­
nas dos años vinieron a conflicto dos tri­
bus bastante numerosas: los Aharaibos
y los Vacases. Estos atacaron de impro­
viso a los primeros en su campamento,
mataron un gran número y persiguieron
a los restantes, volviendo cargados de bo­
tín. Pero avisados los Uauanaetes por los
fugitivos, cayeron sobre los vencedores, y
sorprendiéndoles enfiestados en su cam­
pamento, los exterminaron a casi todos.
Pocos lograron escapar, y, aterrados, de­
jaron sus tierras y vinieron a v iv ir cer­
ca de los blancos. Fuera de su ambiente,
las enfermedades acabaron pronto con
ellos.
Con ocasión de esta guerra murió el
padre de Celestino, uno de los dos úni­
cos niños bautizados de la tribu de los
Aharaibos. Cayó atravesado de una fle ­
cha, mientras el chico, que tenía 8 años,
se libró trepando en un árbol. Cuando la
horda hubo pasado, Celestino descendió
del árbol, y como el padre estaba aún vi­
vo, logró extraerle la flecha v la sangre
de la herida. Podía andar. Algunas ho­
ras después parecía fuera de p eligro;
mas he aquí que vuelven algunos de los

enemigos, y lo destrozan a flechazos. Ce­
lestino había tenido tiempo de subirse a
un árbol frondoso y esconderse entre sus
ramas. Desde allí contempló impotente
la terrible escena. Y dos días después
pudo volver a su casa llevando en el
alma una herida que no se le borrará fá­
cilmente. Los parientes recogieron el
destrozado cadáver, le rindieron honores
y lo incineraron.

Los hijos crecen según la ley de la sel­
va; pero viven sometidos y obedientes,
ayudando a sus padres en la pesca y la
caza, hasta que estén en edad de casarse.
La ^ucación casi se reduce a alimentar
a los hijos y adiestrarlos para ganarse
la vida. Como sucede en todas estas tri­
bus. las mujeres no llevan en brazos a
los hijos, sino sobre una cadera, doblán­
dose del otro lado para contrabalancear
el peso.

Vida privada y pública.

Supersticiones y... otras cosas.

Cuando han resuelto el problema del
estómago, no tienen otros problemas que
plantearse. Por esto los verás siempre
meciéndose en sus hamacas.
Entre los Macús, el fuego está siempre
encendido. Cuando tienen que viajar, lo
meten en una especie de redoma de ar­
cilla, y, llegados a su destino, la rom ­
pen, soplan las brasas, y lo activan.
Cuando se les apaga, lo sacan con instru­
mentos hechos de madera de cacao.
La salvajina, entera (pero sin el mon­
dongo), o en grandes pedazos, la ponen
a cocer en grandes ollas, regaladas o ro­
badas a los blancos. La cochura dura bas­
tante, hasta que la carne se desmenuza.
Por la noche tiene lugar muy frecuen­
temente una fiesta en el interior de las
casas: fuegos, silbidos, nanas monótonas
e interminables. Tizones encendidos vue­
lan en la oscuridad. Y no es raro que se
armen peleas que se deciden a garrotezos. Difícilmente se ven entre estos in­
dios cabezas inmunes de grandes cicatri­
ces. Cada tribu tiene su jefe, llamado
fwsciua o cacique. Este es un reyezuelo
que ejerce un poder absoluto, hereditario.
A la muerte del padre, el hijo queda
constituido ttisciaua. El poder del tusciaua es absoluto; pero hay que conve­
nir en que es bastante razonablemente
ejercido.
La poligamia es, por deshacía, bastan­
te frecuente en los jefes, mientras la ma­
yoría de los Macús es monógama. Cuando
un joven llega a la edad casadera, busca
su futura esposa en su tribu o en otra,
y la rapta, real o fingidamente, según la
costumbre de la tribu, y se la lleva a su
casa. L a costumbre establece el consen­
timiento de las familias. I^ s ceremonias
del matrimonio son somerísimas.
En general entre los Macús la mujer
no es una esclava, como sucede en casi
todas las tribus del Amazonas; entre los
Macús es más esposa y madre que en
oti-os sitios.

Las enfermedades y las epidemias se
atribuyen a maleficios de otras tribus; y
por eso abundan los conjuros. Ordinaria­
mente no tienen brujos, sino que el tusciaua ejerce también de brujo.
Estando entre ellos tuve un principio
de fiebre. Inmediatamente vino el tusciaua y empezó a hacer sus conjuros can­
tando, silbando y gritando. Cuando ter­
minó, vo estaba algo peor. Por entonces
no dije nada. N o era oportuno. Descan­
sando y tomando quinina, me repuse y
pude volver al centro de la Misión.
Poco después hubo entre ellos una epi­
demia de tos ferina, que los diezmó. Supe
que todas las noches, diez o doce hom­
bres, después de recibir inhalaciones de
tabaco, y aspirar rapé, comenzaban a can­
tar, danzar, gritar y silbar para hacer sus
conjuros; y con tan buena voluntad lo
hacían que caían al suelo rendidos.
Puede decirse que a la entrada de la
noche, todos los días hay quien hace con­
juros para alejar a los espíritus malignos,
imitando con la monotonía de sus nenias
los vagos rumores de la selva.
Los enfermos son asistidos hasta el fin,
MONGOLIA.—Alumnos del Colegio
«Don Sosco», con sus Profesores.

ai revés de lo que sucede en la mayor
parte de las tribus rionegrinas; pero
cuando se acerca la agonía, se reúnen los
familiares y amigos y comienzan a llorar
y gritar, de modo que el enfermo, si no
estaba en trance de muerte, acaba por
morir de espanto. A l muerto lo queman,
y sus cenizas, reducidas a tino polvo, las
mezclan con una papilla de banano y se
las comen entre todos los parientes ma­
yores. Los pequeñines se quejan de que
a ellos no les dejan nada.
Religión y moral.
Poco o nada puedo decir de la religión
de los Macús. Tratándose de cosa que
trasciende la materia, e ignorando la
lengua, es muy difícil conocerlo. Una co­
sa sí es cierta: que son en extremo su­
persticiosos. En cuanto al más allá, dicen
que cuando los buenos mueren, se van
arriba, arriba, en donde un tusciua muy
bueno los regaia con exquisitos bananos.
Los malos, en cambio, son sumergidos en
la tierra.
Son respetuosísimos de la propiedad
ajena. Castigan con la pena de muerte
hurtos que a los civilizados parecerían
leves. Sin embargo, robarles a los blan­
cos es cosa licita, buena y patriótica:
¡tanta es su ancestral aversión! Pero al
Misionero lo consideran como pertene­
ciente a la tribu. Yo he tenido que inter­
venir alguna vez enérgicamente para
evitar tragedias.
Entre las tribus amazónicas no se en­
cuentran ciegos ni tullidos... Parece que
a los niños lisiados los matan a poco de
nacidos. Los Macús parecen más huma­
nos. Yo he visto entre ellos algún lisiado.
Como he dicho, andan desnudos. Pero
lo hacen tan inocentemente, que se ve en
ellos gran reserva y sencillez.
Cuando han aprendido a vestirse se
verifica en ellos una curiosa reacción: se
les despierta el pudor, y cuando han de
mudarse lo hacen a solas y retirados.
Presencié el caso de que un chiquillo de
seis o siete años que mientras se bañaba
en el río la corriente le arrebató los pan­
taloncillos. y no hubo forma de aue sa
liera del agua mientras no se le lll'varan
otros. ¡Y no está bautizado aún!
Un día. mientras estaba en esta misión
de Santa Isabel celebrando la Santa Misa,
oí que repetidam.nte me llamaban:
«¡A n to n io ! ¡A n ton io !» Comprendí que
eran ^tacús de la semidestruída tribu de
lo? Uaicase, y mandé al monaguillo que

26



buscara camisas y pantalones y se los
llevase. Cuando al último Evangelio me
vuelvo para bendecir, me veo en la puer­
ta al tusciaua, todo sonriente, saludándo­
me y dándome las gracias.
Sus nombres naturales responden a
plantas, animales o también a algún de­
fecto. Pero una vez bautizados, ¡a y 'd e
quien les recuerde su viejo nombre!
No toman bebidas alcohólicas— ruina
de tantas otras tribus— . Cuando ven un
borracho, experimentan una repugnancia
extraordinaria.
No son tímidos ni cerrados como los
de las tribus amazónicas: por el contra­
rio, son abiertos, cordiales y bulliciosos.
También ellos son vengativos; pero
he notado que perdonan más fácilmente
que otros indios, y no guardan rencor.
El otro día, aquí, en la Misión de Santa
Isabel, un muchacho le dió un puñetazo
a otro. Este, como le estáÍDamos viendo,
le dijo: «¡N o s la veremos después!» Al
día siguiente, en el recreo, un compañero
le preguntó si ya se había vengado, y
recibió esta respuesta: «¿Vengarme hoy?
¡Si ya se me pasó la rabia!»
La buena nueva entre los Macús.
Hasta ahora sólo dos niños hemos bau­
tizado de los Macús. Uno es Celestino, a
quien ya conoce el lector; el otro es Pe­
dro, ambos de la tribu de los Arahibos.
No cuento otras que he bautizado en
punto de muerte. Consuela pensar que
las dos tribus Arahibos y Uaicase ya tie­
nen representantes en el Cielo.
En la actualidad se sstán educando en
las misiones de Santa Isabel y Tapuruquara diez entre niños y niñas, y perte­
necen a dos tribus enemigas. Los prime­
ros contactos entre ellos fueron hostiles:
pero muy pronto se hicieron entrañables
amigos, tanto más que ningún otro com­
prende su lengua. Esperamos tenerlos
pronto instruidos para bautizarlos y pre­
pararlos a ser misioneritos en sus tribus.
Ya dos veces he llevado a algvno.s con­
migo en aeroplano a Manaus, bella y mo­
derna ciudad sobre el Amazonas. Lo?
muchachos veían por primera vez auto­
buses, tranvías, barcos, edificios majes­
tuosos, y de nada se admiraban, admi­
rándome yo de su no admiración. De
pronto, me tiraron de la sotana y empe­
zaron a decirme: «¡M ira , m ira!»"E ra un
asno tirando de un carro. En sus bosques
jamás habían visto un cuadrúpedo tal, v
ejerciendo tal oficio.

Me he decidido a pasar una buena par­
te del año entre ellos. He preparado ya
materiales para las construcciones, y,
con la gracia del Señor, podremos dar a
estas tribus educación cristiana sin ale­
jarlas de sus tierras. Si se les llevara a
otras, probablemente degenerarían y pe­
recerían en breve, como r.a sucedido con
otras tribus.
^ a he introducido en la zona plantas
aliminticias que no conocían, y también
los ¡jrimeros animales domésticos. Les
regalo los instrumentos y utensilios de
trabajo más necesarios. L1 único medio
que hasta ahora conocían para abrirse
paso o rozas en la selva era el fuego.
Los Aharaibos han resuelto construir
sus campamentos esrea de la capilla de
María Auxiliadora, y pienso que, con la
bendición de la Santísima Virgen, está
cercano el día en que tendremos flore­
cientes cristiandades de Macús en las ri­
beras d=l Maturaca y de todos r'os al
nordeste del Río Negro.
A ntonio J osé Go is . S. D. B.

MISION DE FUILORO

No sé si le fueron gratas al lector nues­
tras noticias del mes pasado.
Quisiera ya darle unas notas de crónica.
Por Navidad esta punta oriental de Timor,
hasta ahora nunca visitada por misione­
ros, ya no era una tierra de infieles; nos
daba la sensación de encontrarnos en una
fervorosa parroquia de España.
Hicimos la novena al estilo salesiano, >
los alumnos, que sólo son de elementales
cantaban las profecías y cánticos en latín
como seminaristas.
Las peregrinaciones de cristianos veni
dos de los puntos más lejanos de la mi
sión (60 Km.) a pie. sucedíanse sin inte
rrupción; traían su comida para tres días
caminando como peregrinos, rezando el ro­
sario. para hacer menos fatigosas las jor­
nadas.
La iglesia se llenaba cada día más. El 24
por la mañana estaba completamente liena. ¡También el día de María Auxiliadora
se solemniza en la selva!
En la Misa del Gallo, no cabía un alma.
Muchos tuvieron que desistir de entrar.
Se cantó la primera Misa y se rezaron dos
después. Los fieles no se retiraron hasta
besar al Niño.
En este acto de besar, se da una cosa
típica en Timor. que los lectores tendrán
curiosidad de saber: la mayoría ya lo hace
a la europea, aplicando los labios y produ­
ciendo el ruido clásico del beso. Pero un
buen número lo hace aún apretando y re­
fregando la nariz sobre el objeto amado.

al propio tiempo que aspiran, como si en­
contraran rico aroma. Es la forma más
afectuosa usada aquí; así nos besan la ma­
no, cogiéndola muy suavemente y con gran
lentitud, levantándóla con sus dos manos
juntas, para llevarla a la nariz e inspirar.
Así hacían con el pie del Niño Jesús ; ,v
sólo así satisfacían su deseo de darlo el
corazón.
Visité en el verano a un antiguo rey, de
quien podré contar en lo futuro, anécdotas
interesantes; iba yo con el primer mlslo
ñero de aquí, P. José B. Rodrigues, que
pasó muchos años en España. Cuando nos
vió, reconociendo en el P. José su antiguo
amigo, le cogió la mano, rozó efusivamente
sobre ella su grande y achatada nariz y
después se la mordió suavemente. Mani­
festación extrema de cariño y respeto. Al
decirle que yo también era «maar-tei», hom­
bre sagrado, sacerdote, repitió la ceremonia conmigo de la misma forma. El es el
gran sacerdote de su familia, de luenga
barba y aspecto majestuoso. Ofrece sacri
fícios al Dios que él teme y ama y dice
que es uno sólo. Admira los principios de
doctrina cristiana que conoce, y ciertamen­
te se bautizará antes de morir.
Este P. José es formidable. Penetró en
lo más íntimo de sus costumbres y trad.
ciones y tiene un arsenal de leyendas. Pe­
ro la que voy a contar es una historia.
En los primeros días de estar aquí, hace
precisamente 8 años, tuvieron que habili­
tar un viejo barracón, improvisando un te­
cho de paja, para su vivienda y la casa
de Dios. Las goteras eran tantas cuando
llovía—^y llueve, sin fallar, ü meses del año,
en dos estaciones—que era difícil hallarle
sitio a la cama, o defenderla con un para­
guas, para no dormir en casa camo si fuese
en medio del bosque.
No obstante estas peripecias, había mu­
cha alegría, y buen humor, pues los gen­
tiles acudían, más de 400 todos los días,
hasta de 20 Km. de distancia, para apren­
der el catecismo.
(S iÁ u e

en

la p á i . 3 0 .)

^ 4 - ^IL

Paisaje de Fuiloro.

— 27

IHS PECIO Rl«

s

DE

< k (JM íx Á

VOCACIONES SALESIANAS
Quien dirija su mirada al inmenso pa­
norama de odio que reina por doquier
en este nuestro pobre planeta; quien es­
cuche ese volcán subterráneo de insidias
en que unos hombres tratan de sorpren­
der a otros, unas naciones engañar a
otras, hallará razonable el calificativo
que nuestro gran Pontífice, Pío X II, dió
al mundo actual: salvaje.
«E s preciso transformar este mundo
de salvaje en humano... de humano en
divino...» (12-2-1952).
Aunque se busca un mundo mejor, to­
davía se producen en estos momentos
más átomos para la guerra que para la
paz; trabajan aún muchos más millares
de seres hoy para la lucha que llaman
de defensa, que para la convivencia fra­
ternal de los humanos.
Es que no bastan discursos pacifistas
en las palabras y belicistas en la inten­
ción, para dar tranquilidad en el orden,
paz, a esta pobre humanidad víctima de
sus errores.
Hacen falta hombres, que, llamados
por Dios, levanten los espíritus pesimis­
tas, agotados, desorbitados de la presente
generación señalando las rutas nobles y
anchurosas de la fe que redime, centra
y salva. Esos seres elegidos son los pre­
destinados a la nueva redención de la
humanidad. Les corresponde en los pla­
nes de la insondable Providencia divina
señalar las nuevas rutas de paz. Luz y
sal de la tierra, no sólo han de señalar
amplios horizontes sino sazonar y conser­
var la linfa cristiana que vigoriza las
masas; germen y levadura, tienen la
grandiosa misión de activante fermento
del mundo nuevo.
¿Mas dónde están estos predilectos de
Dios, redentores del hombre, esperanza
del mañana?
En las familias cristianas, los hogares
sanos y los pueblos recios de incontami­
nadas costumbres. No importa la edad
28 —

ni la posición social ni siquiera el grado
de cultura; lo que importa es un corazón
limpio con espíritu de titán y alma de
niño. Lo que hace falta es ánimo esfor­
zado y sonrisa de conquista, recio tem­
ple de caudillaje y fascinación de cando­
rosa simplicidad. Comprendió mejor el
mensaje el sencillo e impetuoso pesca­
dor de Tiberiades que el analítico le­
gisperito o el ampuloso y culto fariseo.
Han de surgir de esas mismas masas
inquietas y materialistas para que sepan
de sus hondos pesimismos y desesperan­
zas, y desentrañen las nuevas fórmulas
que el mundo necesita y el Evangelio
eterno contiene para lenitivo de sus ma­
les y antídoto de sus lacerantes llagas.
Duros a la fatiga como las rocas de
nuestros montes, dulces como las brisas
de nuestros valles para ungir con la sa­
liva de su celo los ojos ciegos de esta
pobre humanidad sin rumbo, han de ser
tan puros como los lirios de nuestros
campos en flor.
Cooperador, sacerdote, maestro, após­
tol... que me lees, en tus manos está
descubrir y encaminar hacia el santuario,
la Casa religiosa o las misiones a esas
almas llamadas. Las pone en tu camino
para que ssas tú quien las guíe, las orien­
te, sostenga y centre.
¿No has visto ninguna de estas almas?
¡Tal vez no te has fijado en ello! Pe­
ro andan por el mismo camino por don­
de pasas. Para atento la mirada. En Nazaret no supieron ver a Jesús, pero él
estuvo allí entre ellos treinta años.
Cuando la bestia roja vea rasgarse su
telón de acero o de bambú como un día
se rasgó el cortinón del templo, cuando
se vea aniquilada en su mismo cubil, y
queden pueblos, razas y continentes sin
sacerdotes, sin elegidos de Dios... ¿quién
será canal de la gracia, la redención y
salvación de esos millones y miUones de

seres? ¿No debemos ir preparando los
nuevos apóstoles de la paz de Cristo en
el reino de Cristo?
BECAS P A R A VOCACIONES
Beca completa «A N T O N IO Y M A R IA
IS A B E L OSORIO», costeada por T>. José
María Creixell, para que siempre haya
quien rece, oración sacerdotal por el bien
de los titulares de esta beca y por su
generoso fundador.
Becas en form ación:
«B E C A M A R IA A U X IL IA D O R A », pro­
movida por la Archicofradía de María
Auxiliadora de la Casa de Sarriá, que
quiere tener también el honor de contri­
buir de este modo al engrandecimiento
de la Congregación Salesiana y el triimfo de la devoción a María Auxiliadora
en el mundo, pues todo salesiano es un
apóstol de la devoción a María.
«B E C A DON JOSE C A L A S A N Z », pro­
movida por los antiguos alumnos de Mataró, que quieren honrar de este modo
la memoria de este mártir de la Cru­
zada.
«B E C A DON RAM O N V A L L E S MO­
R AG AS», fundada por D.» María Pía,
viuda Vallés, en memoria de su difunto
esposo para perpetuar su grata y santa
memoria. Para que un sacerdote le re­
cuerde de manera especial todos los días
en el santo sacrificio del altar, uniendo,
como es natural, al hombre del titular
las intenciones y necesidades de la ge­
nerosa donante.
«B E C A M AR TI-C O D O LAR », formada
por los Sres. D.» Angeles y Don Javier
para la formación de un geólogo con el
fin de tener uno que al acudir al altar
santo presente al Señor sus plegarias en
sufragio de sus difuntos y en demanda
de celestes bendiciones sobre los carita­
tivos donantes.
Mostrándole el retrato del hijo sacer­
dote decía una dichosa madre a su es­
poso: cMuero feliz, felicísima, este hijo
es mi mayor consuelo y esperan^ más
cierta que me salvará en el juicio de
Dios. Soy la madre de un sacerdote. Se­
ñor, le diré. Eso bastará...»
«Tengo trece h ijos; pero mi mayor di­
cha es tener tres que son actualmente
religiosos dedicados de lleno a la salva­

ción de la juventud pobre. No cambio
este honor por ningún oro del mundo».
Así hablaba un ejemplar caballero cris­
tiano. Puede estar noblemente orgulloso
del título de padre de tres almas consa­
gradas a Dios.
A cto en honor de D. José Calasanz
El día primero de mayo, con motivo
de las fiestas del pueblo de Azanuy, su
culto y celoso Párroco, de acuerdo con
los Salesianos de Monzón, quiso hacer
una conmemoración del ilustre hijo de
la Villa, Muy Rvdo. Don José Calasanz
Marqués, inmolado por las hordas marxistas en Valencia el año de 1936, siendo
Inspector Salesiano.
Los niños del Colegio de Monzón eje­
cutaron una hermosa partitura en la mi­
sa de once oficiada por el Director. Pro­
nunció el sermón sobre la festividad del
día un P. Salesiano, exaltando la figura
del Obrero de Nazaret y Patrono de to­
dos los obreros actuales, mostrándolo
como modelo de trabajo y valioso protec­
tor en todas las vicisitudes del individuo
y la familia obrera.
Seguidamente se tuvo un acto solemne
en la plaza, llena de público. Cantaron
los niños de Monzón unas canciones po­
pulares que retransmitían los altoparlan­
tes a todos los ámbitos del pueblo.
Luego pronunció unas palabras el De­
legado Inspectorial de los Cooperadores
enalteciendo la figura de apóstol y he­
roica paciencia de mártir del nunca bas­
tante llorado D. José Calasanz Marqués,
caballero sin tacha, corazón de sacerdo­
te enamorado de los humildes y de los
niños, que entregó gustoso su vida por
Dios y por España en los aciagos días
de la revolución; que sigue siendo el
ejemplo y orgullo del pequeño pueblo
que le vió nacer, y cuyo nombre se hará,
sin duda, universal junto con el nombre
de este egregio mártir de la Cruzada.
P or la tarde, los pequeños artistas de
Monzón interpretaron algunas piezas có­
micas que hicieron las delicias dcl pú­
blico que aplaudió y se compenetró con
los diminutos actores.
Quisiera el Señor acelerar el día en
que, ya en el catálogo de los mártires
de la fe por infalible decisión de la Igle­
sia, puedan aquellos vecinos suyos acla­
marle por Santo.
Dirección del Muy Revdo. P. Provincial:
Paseo de San Juan Bosco, 74. Barcelona.

— 29

(V iene del^la pég.

2 7 .)

Alrededor de la misión había otros viejos caseríos, en ruinas y no obstante habílitados para depósito de municiones, que
los japoneses, al perder la guerra, dejaron
aquí con profusión, por todas partes.
Los alrededores de Fuiloro, (que quiere
decir planicie que se prolonga), todos cu­
biertos de una hierba alta llamada capin,
son de continuo peligro para las casas con
techo de paja, por causa de los incendios
que los habitantes provocan en los días de
viento, para abonar, con las cenizas, sus
tierras de cultivo.
Un día un nativo comenzó a quemar la
hierba. El viento se adueñó del prado y
las llamas comenzaron a avanzar pavoro­
samente hacia la misión.
El P. José, sexagenario ya, trabajaba pa­
ra impedir el avance del fuego como un
joven; su corazón, que latía emocionado,
ponía toda la confianza en Dios.
En un momento de angustia, nota que
le sube alguna cosa por el pantalón. Era
una serpiente que huía del fuego y busca­
ba refugio. Pobrecita, ¡si fuera otro ani­
mal. le perdonaba, pero por ser lo que era
tuvo que perder la vida! Si se pudiera ex­
tinguir el fuego y el peligro de explotar
todas las municiones y con ellas la resi­
dencia, con tanta facilidad como se aplastaba el reptil!
Lo que el hombre no puede, hízolo el
Señor a quien se invocaba tanto: el viento
paró, providencialmente, el incendio pudo
dominarse y los pocos y pobres enseres
de los misioneros se salvaron.
Unos años más tarde el sucesor del Pa­
dre José, fué a Lospalos. centro judicial v
el Unico lugar, en 20 Km. a la redonda,
donde hay alguna tienda. Iba de compras,
a pesar del mal tiempo.
A la vuelta, la tempestad había sido tan
violeitta. que las aguas de los torrentes
Inundaron la carretera en muchos puntos.
En uno de ellos el agua le llegaba a la cin­
tura. Con la bicicleta en una mano, los
paquetes en la otra y el corazón en el cie­
lo por la oración llegó fuera de la corrien­
te. Sólo entonces se dió cuenta del pel gro
que había corrido: un árbol, una piedra
arrastrada por la corriente, un mal paso,
le habría sepultado en las aguas.
Ciertamente en su tierra, que es vergel
de religiosidad, se rezaba por él.
Nuestro actual Director, en una visita
misionera, como no hay albergue qtie ten­
ga un mínimo confort, tuvo que dormir en
una choza de indígenas, que aun para ga­
llinero. aún necesitaría concierto. Por la
noche las ratas eran tantas que no dejaban
dormir. «¡Todo sea por Dios y para la con­
versión de esta zona!», decía en su desvelo.
Pero llegó al colmo, cuando una de ellas
le pasó por la cara... Tuvo que levantarse
y encender una luz. Su llama asustó, como

30 —

si fueran hijas de las tinieblas, aquellas
ratas impertinentes.
Esto no es de todos los días, pero nunca
faltan pequeños sacrificios con que fecun­
dizar el apostolado.
Cuando tengamos una capilla y una pequena habitación en cada una de las 10 es­
taciones misioneras que visitamos, estos
incidentes disminuirán.
La oración de los amantes de las misio­
nes y las privaciones de los operarios evan­
gélicos, darán fecundidad en la viña del
Señor.
Hubo ya bastantes españoles que oyeron
mi SOS y me socorrieron enviándome sus
limosnas para las capillas. Los primeros fue­
ron los Alumnos de Mataró. Ya tenemos dos
en construcción. Urge edificar las diez. De
Portugal, un sólo señor, D. Eduardo Eraso,
venezolano, casado con una española, en
menos de ocho meses me ha mandado dos
cheques con sumas considerables, para com­
prar un tractor, con el que resolveremos
el problema más urgente de la misión: la
alimentación de los alumnos, pues las tie­
rras de los alrededores se nos ofrecen gra­
tuitamente; decenas de hectáreas están a
nuestra disposición; basta cultivar y re­
colectar, sin impuesto alguno.
Por Navidad el Sr. Director regaló 200
pantalones. El niño que le agradeció de­
cía; «...Bien sabe Su Reverencia que mu­
chos no vienen a la misión, por que no
tienen ropa con qué cubrirse... Si hubiera
quien cubriera sus cuerpos como usted
los nuestros, lodos vendrían a aprender
el catecismo...»
Mediten las almas generosas y piensen
en el bien que pueden hacer.
P. Alfonso MA Nácher.

Reverendo Sr. O. Salvador Acuña y Acu­
ña.—En la mañana del sábado, 24 de marzo

próximo pasado en la Casa Salesiana de
.Jerez de la Frontera la muerte segó la vi­
da repentinamente del buen sacerdote salesiano D. Salvador Acuña y Acuña.
Como digno salesiano ha caído en la bre­
cha sin dejar de trabajar hasta el último
día de su vida.
De carácter abierto y jovial, fué querido
y respetado por sus alumnos y por cuan­
tos le trataron. Su vida ha sido un peren­
ne holocausto por la juventud, a cuya for­
mación y educación se entregó con entu-

siasmo en Colegios tan importantes como
Utrera y Alcalá de Guadaira, desempeñan­
do cargos importantes y cumpliendo tareas
delicadas.
Era su trato exquisito y agradable; su
saber vasto y profundo; su alma despeja­
da y optimista: gustaba del arte y era te­
nido por orador elocuente.
Tras unas breves horas de malestar, al
que el médico apenas dió importancia, fué
encontrado cadáver, con gran sentimiento
de cuantos le trataron y le conocieron.
Numerosos amigos se trasladaron rápi­
damente a Jerez de la Frontera desde dis­
tintos puntos de Andalucía para asistir a
la conducción del cadáver.
En la Ciudad de Alcalá de Guadaira,
donde pasó los últimos y mejores años de
su vida salesiana, fué general el senti­
miento, Eran muchos los que habían sido
beneficiados por las atenciones y amistad
de D. Salvador.
Espontáneamente sus amigos abrieron
en Alcalá un suscripción para rendirle un
un póstumo homenaje espiritual. Y en po­
cas horas se recaudaron más de 10.000 pe­
setas, que fueron invertidas en Misas y li­
mosnas a los pobres.
Don

Zacarías

Alvarez

hijos y demás familiares nuestro pésame
y nuestras oraciones.
Señorita Trinidad Calvo Júdioe.—En A l­
calá de Guadaira, santamente como habla
vivido, falleció el día 2G de febrero de 1956,
a los 43 años de edad la Srta. Trinidad
Calvo Júdice.

Rodríguez. - El

29 de febrero dejó de existir .sania­
mente. como había vivido, después de lar­
ga y penosa enfermedad, sobrellevada con
paciencia y resignación cristiana, este An­
tiguo Alumno y Cooperador Salesiano, d.'
un amor sincero y leal a la Obra Sale­
siana.
Siempre se mostró un propagador de­
cidido con la palabra y con el ejemplo de
los múltiples beneficios que el pueblo bejarano debe a los Hijos de San Juan Bosco.
Su vida sencilla y bondadosa conquistó
las simpatías de cuantos le coriocieron. y

fueron'muchos, dada su calidad de comer­
ciante.
A los 54 años de edad deja este mundo y
vuela al cielo a recibir el premio de sus
buenas y muchas obras en el día dedicado
a San Juan Bosco a quien profesaba ver­
dadera devoción.
A su esposa, Archicofrade de María Auxiliadora y Cooperadora Salesiana, a sus

Trini como todos la llamaban, era un al­
ma verdaderamente escogida, un ángel en
carne humana, a la que se le podía aplicar
con toda verdad las palabras del Evange
lio: Pertransiit benefaciendo. Pasó por la
vida haciendo el bien. Haciendo el bien
con la naturalidad y sencillez de las almas
grandes.
Cam.aristn de María Auxilldora, durante
muchos años no tuvo otra ilusión durante
toda su vida que Marín Auxiliadora y el
Sagrario de su Colegio: «mi Sagrario» co
mo ella decía con encantadora sencillez.
Eran de admirar aquella naturalidad,
aquella sencillez, que rodeaban toda su vi­
da. producto de una virtud alimentada en
el Sagrario y fundamentada en la devoción
a María Auxiliadora. Estos dos fueron los
dos gandes amores y la ilusión de toda
su vida.
En adornar el altar con gusto exquisito,
con aquellas manos de verdadera artista,
encontraba su mayoi alegría, y en pasar
ratos junto al Sagrario y delante de María
Auxiliadora, después de preparado el altar,
su mayor placer. Sus manos, reconocidas
por todos como un primor en el arte de
bordar, únicamente fueron empleadas en
el culto de la casa de Dios.
Que descanse en paz y que desde el cie­
lo, suscite almas generosas, que como ella
dediquen su vida a embellecer el Sagrario
y a adornar el altar de María Auxiliadora
En Tetuán murió la Cooperadora D oña
J aCTNTA ROLLÁ.H.

Talleres Gráficos de E dictones C astilla . S. A . — Alcalá. 126. M adbii>

31

Zemfida exfU aiaüa
E

S P A Ñ

A

Estado de las obras al principio del aflo 1955. La Estatua del Sgdo. Corazón de Jesús que ha
de coronar la torre central del Templo a la altura de 80 metros. Alrededores del Templo -N o
olvide la ram illa Salesiana (saleslanos, saleslanas y cooperadores) que esta obrafué encomen­
dada por el mismo Divino Corazón a nuestro Padre San Juan Bosco y debe ser empeño de
todos llevarla a feliz término cuanto antes.
Se levanta principalmente con sacrificios. Que el mes de junio sea fecundo en ellos. El valor
pecuniario de esos sacrificios se envía al Rvdo. Señor Director del Templo Expiatorio de España.
Barcelona-Tibidabo.


áí

Fecha
1956.06