BS_1951_08

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Título
BS_1951_08
Descripción
Boletín Salesiano. Agosto 1951
extracted text
S U M A R I O :
B

O

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T

I

N

SALESIANO
^VISTA DE LAS OBRAS DE DON BOSCO
AQo IXIV • Agosto 1951

Núm. 8

S anta M aría M azzarello, fiel im itadora de
Don Bosco.— E xaltación de las virtudes
de las Santas E m ilia de V ialar y María
Doniint^a M azzarello. Crónica d é l a so­
lem ne Canonización de la B eata María
D. M azzarello. La obra m isionera de las
H ijas de M aría A uxiliadora en el momento
de la Canonización de S anta M aría Mazza­
rello. Efem érides. Crónica de gracias.

SANTA MARIA MAZZARELLO
FIEL IMITADORA DE DON BOSCO
Artículo publicado en la p rim era p á g in a del
"Osservatore Rom ano deúa D om enica", ex*
iraord tn a rlo sem anal d el dia rio vaticano
d el t de ju lio de 1951
d ia 5 de agosto, después de la vestí*
ciOn y profesión de las p rim e ra s Hijas
de M aria A uxiliadora, puestas ya bajo
la d irecció n y guia de M aría M azzarello,
San Juan Bosco d ijo a las nuevas re lig io ­
sas: "Os h a ré is san tas v osotras y, con el
tiem po, llegaréis a h acer m ucho bien a m ul­
titu d de n iñas si sois hum ildes y m o rtifi­
cad as."
Han pasado och enta años desde aquella
fecha —inolvidable en los fastos de la na­
cien te Congregación y revivida año tras
año siem p re en proporciones c re c ie n te s—, y
muy bien puede d ecirse que la profecía del
"P ad re y M aestro de la ju v en tu d " se ha
cum plido al p ie de la le tra .
El solem nísim o rito del d ía 24 de ju n io ,
por boca del augusto P ontífice Pío XU fe­
lizm ente re in a n te , ha consagrado en la
persona de S an ta M aría M azzarello, p ied ra
an g u lar y C ofundadora d el In stitu to , el
ideal de sa n tid a d que Don Bosco soñaba
p ara sus h ija s e sp iritu a le s.
Pío XI, de venerable m em o ria, pudo a fir­
m ar de la nueva S anta "que ella tuvo siem ­
pre la p len a co n c ie n c ia, el recuerdo cons­
ta n te y p ráctico de su h u m ild e o rig e n , do
su hum ilde co n d ició n , de su hum ilde tra b a ­
jo " . Y g ra c ia s p recisam en te a esta posición
de su vida in te rio r pudo d ia no sólo al­
c a n z a r la m ás com pleta v ic to ria sobre si
m ism a, sino tam bién in fu n d ir en sus Her­
m anas y en el In stitu to el esfHrItu del Fun­
d ad o r, in tacto y gen u in o , el g ra n anhelo y
la asp iració n suprem a d e su co razó n . De
esta m a n e ra la p rim e ra H ija de M aría Auxi­
liadora cooperó de la form a m ás e fic a z a
com pletar el apostolado educativo y social
de San Juan Bosco.

E

i

l



O ratorios festivos, com plem ento de la ac­
ción parroquial: pequeñas escuelas de cor­
te y de lalxires do m ésticas, asilos y orfa­
n ato s, escuelas elem en tales, m ed ias, pro­
fe sio n a le s..., he aquí el cam ino seguido
siem p re ad elan te p o r el in stitu to a favor
de la juventud fem enina, según los méto­
dos y sistem as in tro d u cid o s y asesorados
por la experiencia d el Santo F u n dador.
No todo se llevó a cabo bajo el g o b ierno
de la S ap ta, cuya .vida relig io sa apenas lle­
gó a los d ie z años. Sin em bargo, ella, con
visión c e rte ra de las em presas que el Se­
ñor q u e ría encom endarles, encam inó a las
Hijas de M aría A uxiliadora hacia las cum­
bres ya alcan zad as p o r los S alesianos, y,
e n tre o tra s, tuvo la dicha de p o d er p re se n ­
ta r a Pío XI el p rim e r gru p ito d e relig io ­
sas d estin ad as a las M isiones d e A m érica.
No h ab la estudiado mucho; p ero quizá
esto m ism o la ayudó a conservarse h ero ica­
m ente fiel a las en señ an zas d e l g ra n Maes­
tro que el Señor le h ab la dado y a in tro ­
d u cir una trad ició n que ya ha segado mu­
ch a m ies en el cam po de la educación y
dcl apostolado c ris tia n o .
Por lo m ism o, la F am ilia S a le sia n a c a n ta
llena de gozo y de ale g ría an te la nueva
S a n ta . Su exaltación no e s sólo la g lo rifi­
cación de una angelical c ria tu ra que am ó
H Dios sobre to d as las cosas y le sirv ió con
hum ildad y sacrificio co n sta n te s, sino que
es la glorificación d e una de las m ás be­
llas y fecundas co nquistas del e sp íritu salesian o , que, a su .vez, ha llegado a s e r
una form a especial d e v id a . El año pasado
fué el B eato Domingo Savio, el cu al, desde
la g lo ria de B ern in i, ap areció ante el mun­
do como el fru to m ás exquisito de la pe­
dagogía salesian a, y hoy es la sa n tid a d de
M aría M azzarello que en e sta hora del mun­
do viene a com pletar la g lo ria de Don ¿o s­
eo educador.
Y lo que m ás a d m ira y hace que deba-

mos re n d ir sin c e ra s y co n stan tes g ra c ia s
al Señor, ad m irab le s ie m p re e n sus San­
tos, es que se tr a ta en am bos casos d e niios d el pueblo. Hilos de a g ric u lto re s, tan to
San Juan Bosco como M aría M azzarello; hi­
lo de pobres a rte sa n o s, el B eato Domingo
Savio. ¿Quién no ve en esto la m ano de la
Providencia, que tom a a los h u m ild es p a ra
convertirlos en in stru m e n to d e b ien en me­
dio de la sociedad?
■'Os h a ré is s a n ta s v osotras y. con el tiem ­
po, llegaréis a h acer mucho bien a m u lti­
tud de n iñ as si sois h um ildes y m o rtific a ­
das". Asi d iio San Ju an Bosco el año 1872
a M aria M azzarello y a sus p rim e ra s com­
p añ eras. Al p re se n te , aquel b ien soñado en
el pinto resco p u eb lecito d el M onferrato
puede e n tre v e rse por m edio d e algunas ci­
fras. El In stitu to d e la s H ijas de M aría Au­
xiliadora cu en ta con m ás d e 13.500 relig io ­
sas y con cerca d e 1.000 Casas o rg a n iz a d a s
en 46 p ro v in cias y e sp a rc id a s p o r todo el

m undo. Sólo en Ita lia tien en 548 Casas
donde tra b a ja n unas 7.000 relig io sas, y
p a ra re su m ir, b asta re c o rd a r que se ocu­
p a n d e 27.000 alu m n as, 30.000 antiguas
álum nas y 80.000 o ra to ria n a s.
Es la m ás bella corona sobre la refulgen­
te aureola de la nueva S an ta, la cu al, sin
em bargo, no quedará a isla d a , pues el ins­
titu to lleva ad elan te las Causas de B eatifi­
cación de las S iervas d e Dios Sor T eresa
Valsé y M adre M agdalena M orano, ém ulas
de la M adre y C ofundadora.
S an tas y Apóstoles de la juventud feme-,
nina: así había ideado San Juan Bosco a
las Hijas de M aria A uxiliadora; asi fué la
nueva S anta que ofrece a todos el ejem plo
de la hum ildad que se convierte en g ra n ­
d eza en la casa de Dios.
'

PEDRO RICALDONE, PBRO.
R ector M ayor de la C ongregac/ón
Salesiana
'

EXALTACION DE LAS VIRTUDES DE LAS SANTAS
EMILIA DE VIALAR Y MARIA DOMINGA MAZZARELLO
Discurso del Papa a los peregrinos
que acudieron a la Canonización
El
de junio el Padre Santo
recibió en audiencia a los nume­
rosos ‘peregrinos que llegaron a
Roma para asistir a la solemtK
canonización de las Santas Emilia
de Violar y M a k í a D o m i n g a
MAZZARE1.LO. Con este motivo, Su
Santidad les dirigió el siguiente
discurso, alternando las lenguas
italiana y jrancesoi
' Deda el Papa en italiano:
Unid en nn solo j m ism o him no de acción
de gracias vuestro goxo y vuestro reconoci­
miento, am ad as Ü ja s, la s dos grandes san­
tas cuya suprem a glorificación celebráis con­
juntam ente. Según que se consideren la n n a
y la otra desde el punto de vista m undano y
SQpertieiai o desde el serio y cristiano, apare­
cen desem ejantes h a sta el contraste o seme­
jantes h a sta lá fraternidad de espíritu y de
obras.

Terminaba diciendo en francés:
De condicióii a fo rtu n a d a e n c u a n to a los
bienes d e la tie rra , de n acim ien to aristocrático, de in stru c c ió n y educación reH nada, a
pesar de laa perip ecias de su in fan cia, E m ilia
de V ialar, o ^ d e c ie n d o a u n irresistib le im ­
pulso de la gracia, p ra c tic a desde la ju v e n tu d
en un g rad o heroico to d a s la s obras de la
piedad y de la carid ad . A p e sa r de esto , con

u n a luz len tam en te creciente, com prende
poco a poco que D ios le llam a a u n a v id a
religiosa p ro p iam en te dicha. P ero, ¿dónde
y en quó fo rm a precisa? N o lo h a visto to ­
d avía. D espués de las crisis a tr a v e e ^ M ,
después de la revolución francesa, e ra difícil,
sobre to d o en casos com o el suyo, e n c o n tra r
p ro n to un g u ía ta l com o ella se n tía que era
necesario e n co n trarlo . A nda a ciegas.
P ese a todos los obstáculos, a to d a s las
oposiciones, av an za p%so a paso, llevando
e x tra ñ a m e n te u n a especie de doble cam ino,
conciliando loe deberes y las conveniencias
de la v id a del m undo con las exigencias de
u n a v id a religiosa ciertam en te contem pla­
tiv a y prodigiosam ente a c tiv a a la vez. A
veces, en el curso de sus jom ctdae, p a sa de
los salones en q u e se le am a y ap recia a
la s b u h ard illas que con su v is ita ilu m in a y
consuela. P recisam ente es en uno de estos
c a rita tiv o s paseos, m ien tras a rra s tra ella
sola, p o r m alos cam inos, u n saco de trig o
dem asiado pesado p a ra sus fuerzas, cuando
c o n trae la en ferm edad dolorosa de la que
al cabo de c u a re n ta años de sufrim ientos
m o rirá sin que nadie h a y a salñdo u n a p alab ra.
L legada a sus tr e in ta y cinco años, puede
com enzar a re a liz a r su deseo. N o está, sin
em bargo, al té rm in o d e sus trib u lacio n es
N in g u n a d ificu ltad , n in g u n a co n tradicción se
le ah o rran ; h u m illan tes p a ra su orgullo n a­
tu ra l p o r p a rte de su m edio de fam ilia y de
sociedad; crucificantes p a ra su corazón p o r
II?

p a rte de su p a d re am adísim o; p a ra liz a n tes
p o r p a rte de a u to rid a d e s h a c ia las que no
ex p erim e n ta sino am o r y respeto; sostenida
sólo no p o r su exclusiva convicción personal,
de la que n o te n ia d em asiad a c u e n ta , sino
p o r los ánim os y la v o lu n ta d de u n a a u to ­
rid a d m ás a lta to d a v ía , de la A u to rid ad
su p rem a q ue ex iste en la tie rra , y p o r el
socorro de lo a lto q ue le consuela en sus
angustias, com o h a b ía consolado a S an José
en las su y as p o r m edio de u n ángel. Así es
cóm o a v a n z a paso a paso. A vanza, sí; pero
jpor qué cam ino, h a c ia la cu m b re de qué
C alvaríol
A ñadía en italiano:
En ol tiem po en qne E m ilia redactaba b u s
«Constituciones» nacía do hum ildes oampeslnoB M aría M azzarello. Crece piadosam ente,
plácidam ente, en ios trab ajo s de su casa y de
los oam pos. En m ateria do ciencias y de le­
tra s h u m an as es y seguirá siendo siem pre — y
ee com placerá proclam ándolo en alta voz—
poco in stru id a. Bien tejos de tenerse qne im ­
poner para responder a u n a Tocación clara­
m ente conocida de fundadora, te n d rá , p o r el
contrario, que lu c h a r en vano p ara evadirse
de ella. Como por inspiración divina, es crea­
da Buperiora, au n antes de que eila m ism a y
sus com pañeras tuviesen u n a idea precisa de
lo que es’ rá vida religiosa. Excepto alguna
qne o tra .nhb®,pasajera, cam ina en la luz. No
le faltan ni los a p o jo s ni los consejos; soste­
nida y guiada por hom bres em inentes por su
santidad y calificados, objeto de los cuidados
de directores espirituales atentos y solícitos,
parecería que no había tenido sino que d ejar­
se conducir, y qne su In stitu to , a l a som bra de
aquel del Santo D onB osco, se había fundado,
establecido, consolidado como por sí mismo.
Sin duda, la s tribulaciones no faltaro n a Ma­
ría, como los gozos a E m ilia, pero son de ca­
rácter bien diferente.
Como son diversos lo s dos cam pos en que
se desarrolla la vida de la s dos santas, son
idénticos el espíritu, el objeto, el desarrollo
de sus In stitu to s. El espíritu del uno y del
otro 08 socorrer do todos los modos m ás aptos
las necesidades y la s m iserias, dirigiéndose con
preferencia a la s m ás urgentes y a la s que
m ás com pasión excitan. De aquí que el obeto dol uno y del otro sea muy vario y múlipio y abrace, puede decirse, todos los ram os
y las form as do la enseñanza y de la asisten­
cia: la visita a los indigentes, la solicitud por
los presos, ol cuidado do los enferm os, la vela
a ios m oribundos, a dom icilio y en los hos­
pitales, ios dispensarios; la enseñanza g ratu ita
a los pobres, que viene a hacerse posible con
la enseñanza a niños de fam ilias acom odadas.

}

VIDA

DE

SANTA
Por

En esta enum eración sum aria está la activi­
dad de las H erm anas de San José de la Apa­
rición; ^H abría que m odificar m achas pala­
bras p a ra indicar la de las H ijas de María
A uxiliadora? A lgunas incisivas palabras de
D on Bosco Responden suficientem ente a esta
pregunta: «Su Congregación es igual a la
n u estra; tiene él mism o fin y los m ism os me­
dios.»
A m bos In stitu to s, por el in flu jo visible de
la s causas segundas, bien diversas, avanzan
bajo la acción invisible de la Providencia a
u n ritm o prodigiosam ente acelerado, y las
dos fundadoras no cesan do seguir atenta­
m ente su desarrollo eon sus visitas y su co­
rrespondencia.
E l pensam iento de la s vocaciones necesarias
p ara cnbrir ta n ta s em presas no las induce ni
a a flo jar la severidad en la elección y en la
conservación de las aspirantes ni a d u d ar a
responder a la petición de nuevas fundaciones.
L as noticias que llegaban sobre la s m ara­
villosas obras apostólicas de ios salesianos en
la A m érica la tin a avivaban el celo de María
M azzarello y de sos h ijas, y suscitan, anas
después de o tras, num erosas partidas no sólo
p ara la A rgentina y el U ruguay, sino mny
pronto tam bién p a ra las regiones indias de la
P atagonia.
Continuaba S u Santidad en francés:
D esde su ju v e n tu d , E m ilia de V ialar había
se n tid o un, g ran a tra c tiv o p a ra las misiones,
y poco a poco en tre v e ía q u e su Congregación
se ria u n a C ongregación m isionera. Y he aquí
q ue en pocos años, a las inm ensas regiones
de Argel y de T únez, de S iria, de la T ierra
S a n ta , de las islas d e X/evante y h a s ta de
B irm an ia, en v ía y a u n conduce p erso n al­
m ente a sus h ijas p a ra en treg arse a to d a
clase de obras esp iritu ales y corporales de
m isericordia en servicio de las poblaciones
ju d ias y m usulm anas.
|G óm o explicar ta l eonlorm ídad en a n a di­
versidad ta n chocante, sino por la Identidad
del espíritu que anim aba a vnestras dos Ma­
dres? Serla necesario estudiar las virtudes que
este espíritu hacía florecer en ellas. Baste se­
ñ a la r el grado de excelencia a qne se había
elevado su am o r de la pobreza, su sacrificio,
su caridad inagotable hacia Dios y hacia el
prójim o, sn tu erza y su te rn u ra m atern a. iNo
es notable verlas, an id as en la gloria, sonreír
a la an ió n entre vuestras fam ilias religiosas?
U nios para rogarles qne atraig an sobre vos­
o tras la abundancia de los favores divinos en
prenda de los cnales os dam os de todo cora­
zón n u estra Bendición Apostólica.

MARIA
J.

B.

D.

MAZZARELLO

CALVI

Precioso opúsculo er: rr.agnífico papei y preciosas ilustraciones
a toda
en huecograbado, 12 PESETAS
i8 —

CRONtCA DE LA SOLEMNE
CANONIZACION DE LA BEATA

MARIA D. MAZZARELLO
Eti esta crónica seguimos casi aJ pie de la letra
al prestigioso diario Sel Vaticano "L’Osservatore Ro­
mano", cuya objetividad v austeridad armonizan muy
^ien con el tono característico de nuestro BOLETIN.
La mañana de 24 de junio vi6 en Roma ci
triunfo de do$ sfrandes fisfuras de la Iglesia Ca­
tólica, esto es, la Canonización de 'las insignes
educadoras Bmilia de Vialar y Maria Dominga
Mazzarello, fundadoras, respectivamente, de las
Hermanas de San José de la Aparición y de las
Hijas de Maiia Auxiliadora.
El hecho de que en estos dos años haya sido
más frecuente esta clase de ceremonias no les
quita ni grandiosidad ni importancia; es más, a
decir del órgano del Vaticano, “parece como si
estos ritos papales fueran adquiriendo cada vez
madores atractivos, puesto que en estas circuns*
tan d as la Iglesia sabe revestirlos de la mayor
solemnidad” .
En este día, dos ilustres educadoras cristianas,
siguiendo las huellas de grandes Santos, anti­
guos y modernos —y entre estos últimos cam­
peaba en ese luminoso dia 24 el Inclito San
Juan Sosco—, fueron inscritas en el catálogo de
los Santos por voz y autoridad del Sumo Ponüfioé. P ío XII.

Celebraba en ese mismo día nuestra Santa Ma­
dre la Iglesia Católica la Natividad de San Juan
Bautista, cuya venida al mundo hablase visto
acompañada de prodigios y maravillas. Y el pa­
dre del prodigioso niño, Precursor del Mesías,
quedando llbie, por divina disposición, de su
mudez, entonó uno de los cánticos más profun­
dos y adm irables de la Sagrada Escritura, que
bien puede considerarse como la epopeya de ^ o ria entre ambos Testamentos: el Antiguo y el
Nuevo.
Los primeros versículos de este cántico se re­
cuerdan en el Evangelio de] día; y los Diáconos,
prim ero el latino y d esp u ^ e] griego, hicieron
vibrar sus acentos de júbilo bajo las bóvedas ma­
jestuosas de la Basílica, y a la presencia d d
Vicario de Cristo: “ BENEDICTUS DOMINUS DEUS
ISRAEL, QUIA VISITAVIT ET FECIT REDEMPTlONfS PLEBI SUAE... BENDITO SEA EL SEÑOR
DIOS DE ISRAEL, PORQUE VISITO A SU PUEBLO
Y REALIZO SU REDENCION...”
Juan Bautista es el primero de los Santos qu'.la Redención de Cristo ha dado al mundo. {Fefi/
encuentro el que habrán tenido e| Santo Precur­
sor del Mesías y las dos últimas Santas, Emilia
de Vialar y Maria D. Mazzarello, tras veinte si­
glos de'innum erables abrazos entre los blenavcn-

Audteneia particular del Papa al Rvmo. Superior General d é lo s Salesianos y a las Superiorat
de las Hijas de M aría Auxiliadora (28 de junio de í9 S íf
— II9

turados del Cielo, propas^adorcs de los tesoros
de la Redención I
La proclamación de las nuevas Santas, hecha
por e4 Supremo Pastor de las almas, arrancó un
estruendoso y prolongado aplauso de los milla­
res y millares de fieles que llenaban la inmensa
Basifica. Despuós vino la hornilla, en la cual el
Papa Pió Xll hizo resaltar ios vínculos comunes
de virtud, de fortaleza y de apositolado en am­
bas Santas. Finalmente, se celebró el Divino Sa­
crificio, seguido con emocionante devoción.
Muy bien podría afirm arse que en la mente
y en el corazón de todos los presentes dominaba
en aquellos momentos el anhelo con que se cie­
rra el cántico de Zacarías: “ ILLUMINARE HIS
QUI IN TENEBRIS ET IN UMBRA MORTIS SEDENT, AO DIRIGENDOS PEDES NOSTROS IN
VIAM PACIS... ILUMINAR A LOS QUE ESTAN
SENTADOS EN LAS TINIEBLAS Y EN LA SOMBRA
DE LA MUERTE; PARA DIRIGIR NUESTROS PIES
POR EL CAMINO DE LA PAZ.»
Los méritos de ambas nuevas Santas se aña­
den a los de los otros bienaventurados en favor
de cuantos aun esperamos el don de Dios, la cien­
cia y el conocimiento de sus MandamientiOs y de
su amor.

i

ENTRA a

CLERO

El sagrado rito de 1^ Canonizaciórl dió coonienzo a tas ocho d e la m añana, momento en el cual
comenzó a entrar on la Basílica, pasando por la
Escalinata Real y d Pórtico de Constantino, el
cortejo formado por el Clero regular y secular'de
Roma con sus estandartes y distintivos.
Encnbczaiban el cortejo las representaciones de
las Ordenes Mendicantes, esto es: Agustinos Des­
calzos, Capuchinos, Meroedarios, Mínimos de San
Francisco de Paula, Terciarios Franciscanos Re­
gulares, Menores Conventuales, Frailes Menores,
Ermitaños de San Agustín, Carmelitas Descalzos,
Siervos de María y Dominicos. Seguían las Or­
denes Monásticas: Olivetanos, Cisterciescn, Valleumbroranos, Camaldulenses, Casínense y, por úl­
timo, los Canónigos Regulares Lalcranonses d d
Santísimo Salvador.
Detrás de la Cruz, escoltada por acólitos y
seguida por los alumnos del Pontificio Somina.rlo Romano, venían el Voneraljlo Colegio do Pá­
rrocos de Roma y los Capítulos de las Iglesias
ColeginlaK, de las Basílicas Menores, de las Ba­
sílicas Patriarcales (Santa María la Mayor y San
Retiro riel Vaticano) y, por último, de la Arcliibasilica laioranonse. Las representaciones de las
Patriarcales venían precedidas por sus propias
Capillas <lc música, las cuales cantaron el “Ave,
Maris Sjclln*’, y al entrar en la B tsilica, la antlfono “ Regina Cieli L a'tare” .
Una vez dentro dcl tcníplo. Clero y pueblo can­
taron las Letanías de los Santos, alternando con
la “Sellóla Cantorum", que había proredido a!
Cloro, colocándose detrás de la Confesión.
LOS ESTANDARTES
Despuós do esto prim er cortejo, avanzaron los
miembros de la Sagrada Congregación de Ritos,
Consultores y Oficiales, con éí Promotor general
do la Fe, Mmo. y Rvdmo. Monseñor N.*>tucci, y
el Vicepromotor; el Abogado y el Procurador do
las Causas y los miembros dol Trfbunál del Vi­
cariato (precedidos por el Vicegerente, S. E. Mon­
señor Taglia).
I io



A continuación entraron los grandes estandar­
tes, llevados por los Hermanos de la Archicofradia de San Miguel y precedidos por el Postulador de las Causas, Rvmo. Padre Andrés Manescau; por los Sacerdertes dei Sagrado Corazón
de D élharram, por p>arte de ia Beata Emilia de
Vlalar, y el Rvmo. D. Francisco Tomasetti, pro­
curador genera! de los Salesianos, por parte «le
la Beata María D. Mazzarello; y escoltados por
las personalidades que después deberían tomar
p arte en las “Oblaciones” , siendo la más destela­
da la dol Rector Mayor de la Congregación, y
por alumnos del Estudiantado Sa'lesiano provis­
tos de hachones.
Diohos estandartes son obra, respectivamente,
de los artistas P. G. Crida y M. Barbcris.
E| Clero, llegado al altar de la Confesión, vol­
vió de nuevo hacia atrás, colocándose enl dos lar­
gas filas para esperar al Padre Santo.
EL GRAN CORTEJO PAPAL .
El Sumo Pontífice abandonó sus habitaciones
particulares, y acompañado por su Noble Antecá­
m ara Eclesiástica y Seglar, escoltado por la
Guardia Noble y precedido y seguido! por la Guar­
dia Suiza, después de una breve oración ante
el Santísimo Sacram ento, se d irigió prim ero a
la Sala de ios Ornamentos, dcmde se habían re­
unido los' Emmos. Sres. Cardenales, y se revis­
tió para la sagrada ceremonia. De allí pasó a >a
Capilla Sixtina, donde entonó el “Ave, Maris
Stella” .
Al concluir la prim era estrofa se acercó a Su
Santidad el Emmo. Cardenal Clemente Micara,
Proprefocto d e la Sagrada Congregación de Ritos
y Procurador de las Canonizaciones, ofreciéndo­
le tres cirios encendidos. El Padre Santo tomó
Uí>o, y cambiando la tiara por la 'rniCra spetíosa” subió a
silla gestatoria, en la que se
d irigió a la Basílica Vaticana, entrando en ella
por la puerta central y bajo palio.
1« procedían dos oficiales de la Guardia Sui­
z a , Un grupo do “sedian” con el Subdecano de
Sala, los Procuradores de Colegio, el Confesor
do la Familia Pontificia con el Predicador Apos­
tólico, los Procuradores generales dé las anti­
guas Ordenes Rciigiosas, i Bussoíanü, los Cape­
llanes comunes pontificios, los Clérigos secretos,
los Capellanes secretos, los Abogados consisto­
riales, los Camareros de honor y secretos eclesiás­
ticos, los Volantes de la Signatura Apostólica,
los Auditores de la Sagrada Rota Romana, dos Ca­
pellanes secretos llevando la lia ra y la "m itra
spotiosa” , usual del Sumo Pontífice; un Prelado
con el Incensario, otro Prelado cwi la Cruz F>apal, entre siete acólitos con cirios encendidos;
dos Maestros ostiarios, ei Subdiácono Apostólico
de m inisterio, Monseñor Alborto Canestri, con el
Diácono y Subdiácono griegos, Rvdm.os. Abou|■ai^sal y Jorge Sargerfogos; los Penitenciarios de
la Basílica precedidos por dos clérigos con lar­
gas "bachette” adornadas con flores blancas; los
Abades' generales, los Abades “Nullius” ; unos se­
senta Obispos y Arzobispos, entre los cuales el
Secretario de la Sagrada Congreg’aclón de Ri­
tos, Monseñor Carincí; Tos Emmos. Sres. Carde­
nales Caro Rodríguez, Fossati, Fumasoni Biondi,
Verde, Tedeschini, Piazza, Masselle, Pizzardo,
Micara y Tiserant.
Venían luego S. A. tí principe José Aspreno
CoJonna, Asistente al Solio Pontificio; lOs dos
Protonotarios Apostólicos y los dos Auditores de

la Roía; los Cardenales Diáconos Asistentes, Emi­
nentísimos Canali y Mercati, llevando en me­
dio al Diácono m inistrante. Eminentísimo Carde­
nal Bruno; el Prefecto de las Ceremonias Apos­
tólicas, Monseñor Dante; los Comandantes de ios
Cuerpos Armados Pontificios y los Dignatarios
seglares de la Familia Pontificia, flanqueando la
silla gestatoria con la Guardia Suiza, de morrión
y coraza.
Detrás dei Papa venían el Decano de la Sagra­
da Rota Romana, Ministro de m itra; S. E. Mon­
señor Callori, Promaestroí de Cámara, con los
Monseñores Camareros secretos participantes: el
Médico de Su Santidad, el Ayudante de Cámara,
los Protonotarios Apostólicos supernumerarios y
“ad instar” y los Superiores generales de las Or­
denes Religiosas.
ENTRA EL PAPA
Al e n tra r ^ Romano Pontífice en la Basílica
dejcKe oir ©n lo alto de la logia la rnarcha de
S ilv ^ , mientras la inmensa multitud que llena­
ba el templo prorrum pía en entusiásticas y vi­
brantes aclamaciones d e filial afecto al Vicario
de Cristo.
El cortejo papal atravesó en toda su longitud
la Basílica hasta colocarse en el ábside. Su San­
tidad, tras brev'es moijientos de oración, subió al
gran trono para recibir la obediencia de ios Car­
denales, hecho lo cual «>menzó
solemnísimo
rito de la Canonización. P ara ello el Cardenal
Micara, Procurador de la misma, se adtíanló
hasta el trono para la postulación, formulada
su nombre por el Abogdo consistorial. Comenda­
dor Luis Felipe Re.
Inmediatamente después, el Secretario de los
Breves “ad Principes”, limo, y Rvdmo. Monseñor

El estanf r:

Antonio Bacci, en nombre del Padre Santo, daba
la siguiente respuesta:
“Ha llegado ya el momento solemne. El que
hace en la tie rra las veces de Cristo va a pro­
nunciar ^ decreto. Se alegran lo$ Angeles y los
Santos, los demonios tiemblan y la Iglesia mili­
tante muestra nuevos ejemplos de virtud. Y, so­
bre todo, el blanquísimo lirio de la virginidad,
que .brilló intacto en estas santas vírgenes, in-vita a todos los mortales a las cosas del Cido
y los alienta suavisimamente.”
A invitación dei Emmo. Cardenal prim or Diá­
cono, el Padre Santo y toda la gran asamblea
rezó unos minutos en silencio. Después, d Papa
entonó el ‘‘Veni Creator Spirilus” y rezó lui^o
el Orenius.
LA CANONIZACION
En aquel solemnísimo momento d Vicario
Jesucristo, cubierto coa la m itra, desde su Cá­
tedra, la Cátedra de la Verdad infalible, en la
plenitud de su Sagrado Ministerio, pronunció la
siguiente fórmula de las Canonizaciones;
“En honor de la Santa e Individua Trinidad,
para exaltación de la Fe Católica y aumento de
la Religión Cristiana, por la autoridad de Nues­
tro Señor Jesucristo, de los Santos Apóstoles Pe­
dro y Pablo y nuestra propia, iras madura de­
liberación y después de implorar repetidas veces
el auxilio divino, y con e¡ consejo de nuestros
venerables hermanos los C á rd en les, Patriarcas,
Arzobispos y Obispos de la Santa Romana Iglesia
domiciliados en la ciudad, declaramos y defini­
mos Santas a la Beata Emilia de Vialar y Beata
María Dominga Mazzareilo, vírgenes, y las inscribínxK en el catalogo de los Santos, estaWcciendo que su memoria debo lecordaise por la

'iue*“ Sz” ta, conducido en procesión en la Basílica de San Pedro por el
Consejo Superior de* la C ongregf“tón S ije sia n r
— t :i

lylosia Universal cada ano con piadosa devoción
entre las Santas Vírgenes, no m ártires, el dia de
su nacimiento (para ol Cielo), que es a saber:
el 24 de agosto, para Emilia, y el 14 de mayo,
para Maria Dominga. En ol nombre del Padre,
y del Hijo y dO| Espíritu Santo.”
Un estruendMo y prolongado ¿plauso acogió
la augusta definición. Hecho do nuevo el sil^nc o, el Emmo. Cardenal Procurador dió las graa Su Santidad, y cl Padre Santo entonó el
Jodeum , seguido aliernativi-nientc por la Capi®y
el pueblo. Al concluir, ol Cardenal p ri­
mer Diácono rezó el Oromus do las nuevas San­
tas y el Padre Santo pronunció la hornilla sobro
los Santos.
T e rm in ^ a la homilía, el Emmo. Cardenal Dlác ^ o m inistrante cantó el Confíteor, añadiendo
cWrás do los nombres de Tos Santos Apóstoles
n
ambas nuevas Santas. El
Papa dIó acto se g u id o 'la Bendición Apostólica
con la Indulgencia Plenarla anunciada por el
Emmo. Cardenal Tlsserant.
LA MISA
comienzo el Santo Sacrifk fo do la Misa. Al Ofertorio le fueron present ^ a s id Padre Santo las oWaclooes de costum­
bre, consistentes en cirios, pan, vino, agua, paiomas y algunos pajaritos encerrados ¿ Jaulas
doradas y plateadas. U oferta fué h a * a por los
I

22



Im ponente aspecto de la Basílica V aticana durante if- >
de la
Emmos. C ardenal^ de la Sagrada Congregación
de Ritos, acompañados por los Postuladores de
las Causas, el Superior General de los sacerdotes
del S e r a d o Corazón de BéUiarram y ei Reve­
rendísimo Rector Mayor de la Congregación Salosiana, don Pedro Rlcatdone.
• Durante la Devaclón, m ientras el augusto ce­
lebrante m ostraba a los cuatro puntos cardina­
les las Sagradas Especies, desde lo alto d e la
copula descendían ias melodías del ‘1_areo” -de
Longhi.
a * «
Al Agnus Del el Padre Santo vuelve al trono
para la Comunión. Los Cardenales Diácono y Subcljácono m inistrantes llevan las Sagradas Espe­
cies hasta ól Papa, el cual, después de comul­
g ar, las distribuye entre ambos para que a su
\«z comulguen también.
Desde q| altar papal, dtepués del Ite MIssa est,
el Sumo Pontífice im partió de nuevo la Bendi­
ción Apostólica.
Terminado ei Divino Sacrificio, el Papa, cu­
bierto con la tiara, subió de nuevo a la Silla ges­
tato ria, y con la misma escolla que a la entra­
da, salió de la Basílica bendiciendo a la muche­
dumbre de fieles, cuyo entusiasmo rayaba en los
limiies de lo Imaginable. Y cuando todavía gran

de !a C anonización. La m isa papa en el m om ento
|i -fión
numero de- fieles se liallaban en la plaza de San
Pedro, el Papa se dignó asomar a una de las
ventanas de sus habitaciones particulares y ben­
decir nuevamente a sus hijos.
LA MUSICA SAGRADA
La Capilla Musical Pontificia, bajo la dirección
del maestro Lorenzo Perosi, ejecutó el “ Haec est
dies” , de Narcisso; la Misa a cuatro y seis voces,
de Palestrina, "Ascendo ad Patrem” ; tí “ Dremus
pro Pontífice” , ”Tu es Petrus” y “O sacrum convivium” , del mismo Perosi, y “Beati Omnes” , de
Mendeissobn. Las parles variables de la Misa y
las melodías gregorianas de Tercia fueron c a ­
ladas por alumnos de los Seminarios y Colegios
de R «na, bajo la dirección de Moits. Magncfoi
y del Padre Pujcrf. Dtepués de la Epístola y del
Evangelio los alumnos del Colegio Crieg'o, d iri­
gidos por el Padre Nicolás Marangos, ejecutaron
los cantos litúrgicos prescritos
lengua griega.
REPRESENTACIONES
En las correspondientes tribunas asistieron a
la solemne cerem onia los Ezcmos. Parientes de
Su Santidad; S. A. Emma. el Principe y Gran

Maestro d e la Orden de Malta; S. E. Monseñor
Montini, por la Secretaria de Estado del Vatica­
no, con Monseñor Sericano, Subsccrertarlo de la
Sagrada Congregación _ de Asuntos Eclesiásticos
Extraordinarios; Monseñor 'G rano, jefe del Pro­
tocolo de la Secretaria de Estado, y Monseñor
Dtíl’Acqua, Subsecretario adjunto de la citada
Congregación.
El Cuerpo diplomático se hallaba r^resen tM O
por los em bajcdorcs de Chile, Irlanda, Italia,
Francia, R e ^ b ü b a Dominicana, Perú, Cuba, Por­
tugal y Ecuador; los ministros de la Soberana
Orden M ilitar de Malta, Holanda, Costa Rica, Uru­
guay, Egipto, Indonesia, Libería v Oran Breta­
ña; encargados de Negtjcios de Finlandia, China,
Colombia y España; los -consejeros de Embajada
de Polonia y Brasil, los secretarios de Embaja­
da d e Bolivia y de la República A rgtíitina, los
secretarios d e Legación del Líbano y San Marino
y el consejero eclesiástico de la Legación de Ni­
caragua.
Además, se vieron las representaciones de los
altos cargos de la ciudad dei Vaticano, de la
Orden de Malta, de la Pontificia Academia de
Ciencias, de la Ordtíi Ecuestre del Santo S a l ­
ero de Jerusalén, del Pairiciado Romano de la
Acción Católica y de la P tíeg rin a tio Romana ad
Petri Sodom.
En sitio de honor se hallaba tí Consejo GeneraJicio d e las Hijas de María Auxiliadora y el
Capítulo Superior de iá Cong»-cgación Salesiana.

— 123

Lo obra misionera de los Hijps de María
Auxiliadora en el momento
de la Canoni zaci ón de
S A N T A MAR I A M A Z Z A R E L L O
'

solem ne C anonización d e S onta M oría
D. Mazzorello, coiundodoia con S an Juan
Bosco del Instituto d e lo s Hijos de M ario
Aiudliadoro. m ientras extiende su luz o todo
lo Iglesia Cotolico, ofrece especial interés en
el cam po misionero. Lo n u ev o Sonto, en efecto, seg ú n proclam ó solem nem ente e l Podre
Sonto en el discurso de lo au d ien cia concedi­
d o con ocasión de lo Canonlxocimi, se nos
ofrece tam bién b a jo el aspecto d e u n o v e rd a ­
d ero y ccd>ol m ad re de m isioneros, n o sólo
po rq u e envió a su s hijos o fim dor e n tierras
d e misión o b ras q[uo s e h a n consolidado de
m odo m aravilloso, sino tam bién porq u e ella
m ism o tuvo personalm ente e l tem ple, lo vir­
tu d y los san to s anhelos de u n o auténtica
conquistadoro de alm as.
Q uienquiero q u e h o y o ojeodo s u v id a so b e
m uy bien q ue desd e p eq u eñ o lo S anta, en­
cerrado to d av ía e n e l reducido QTnb{<»Ti% ¿e
su pueblecito notol, n o v iv ía desp reo cu p ad a
• n absoluto del m undo infiel, sino q ue sentía
e l id eal de llevarlo o Dios, poniendo ella de
su p o rte todo el fervor d e sus oraciones y el
sacriiid o de sus lim osnitas o lo O b ro d e la
Propagación d e la Fe, en la que e sta b a ins­
crito. Pero m ucho m á s lo vivió después
este id eal cuando, tro s su encuentro con Don
Bosco, y h ec h a y a religioso H ija d e M aría
Aiuciliodora, el pensam iento d e los Misiones
se fué en e lla concretando en la posibilidad
de u n a acción directa y r e d en p aíses de
infieles. En 1875, en efecto, cuando ap e n a s
hKicia tres añ o s q u e h a b ía com enzado la
seg u n d a F am ilia d e Don Bosco, éste, re a li­
zando u n pensam iento largo tiem po ocoriciodo, a b ría a los salesionos el cam ino d e la s
M isiones, a la vez que d e ja b a entrever p o ra
fecha no le ja n a u n a gloria sem ejan te pora
los H ijas de M aría A uxiliadora.
Desde aq u el d ía la S a n ta comenzó a prep o rar a sus hijas p o ra ta m a ñ a em presa. Son
dignas d e p rohm da adm iración lo s cartas
escritas ^ aq u el tiem po a l jefe d e la {lim e­
r a expedición d e M isioneros Salesionos, don
Juan C agliero, q ue h a b ía d d o y a Director
G eneral d e lo s Hijos de M aría Auxiliadora.
En estas cartas se ve y s e p a lp a e l anhelo
m isionw o q ue llencd>a por com pleto el alm a
a

L

1

*

*

d e M aría Mazzorello, anhel© q u e s e sintetiza
en esta frase suyo; «!Oh, qué aleg ría sí el
Señor nos llam ase efectivam ente a misionar
e n A m éricai A im que sólo lográsem os ganarle
u n alm a, nos daríam os por b ien p a g a d a s de
nuestros sacariiicios.» Y e s ta llam a misione­
ra. alim en tad a por el fuego sobrenolxiral del
am or divino, se convirtió e n u n gran incend’o e n aq u ella ejemplcrrísima C om unidad de
M om ese, d ispuesta en bloque a a trav esar el
océano a la prim era señ al d e Don Bosco.
Y Don Bosco dió la s e ñ a l el d ía 8 d e sep­
tiem bre d e 1877 {un d ía m aríano, como to­
d as la s gran d es fechen del Instituto). La
S anta, a p e n a s recibido la orden, corrió pre­
surosa a ow aunicarla a los H erm anas y a
escoger entre ello s lo s seis que d eb ían for­
m ar la prim era expedición: m uy jóvenes oún,
pero da excepcional virtud, cap aces de tod^
saCTificio, c ap ito n ead as por la hum ilde y a
la por anim osa M adre Valiese, la cual, pre­
cediendo a todos en l a caridad, en e l tra­
b ajo y en el desprecio d e s í m ism a, debía
m ás ta rd e oiianzar su prestigio d e a d e la n ­
ta d a escrilñendo página» d e heroísm o en los
desolados surcos d e la s prim eros y dificilí­
sim as Misiones.
S an ta M aría Mozzarello en perso n a hizo
los preparativos p o ra la exiiedición. Ella
acom pañó a dos d e la s m isioneros (sólo dos,
por la s difícultades económ icas d e l nacien­
te Instituto) a recibir la bendición del Padre
Santo; ella, quien díó a todos los últimos
recuerdos y el abrazo m aternal de despedi­
d a en e l puerto d e G énova la m añ a n ita del
d ía 14 d e noviem bre de 1877, a bordo del
vapor «Saboya>.
S e p a ra d a sólo m aterialm ente d e su s Her­
m anas, continuó u n id a a ellos m ediante car­
ta s frecuentes, en la s cu ales la s anim abo
a trab ajar por la salvación de la s «Itrirra y
por la gloria d e Dios, sin d esalentarse ante
los dificultades de todo género que se opo­
n ía n a su labor apostólica. Y, entretanto, ib a
p reparando y enviando nuev as expediciones
d e obreros evangélicas. De e sta m an era
tuvo e l consuelo de ver m ultiplicarse rá p i­
d am ente la s C asas en el U ruguay y en la
A rgentina, y dos años después recibió la

alegre noticia d e que su s b ija s H abían p e ­
netrado con los solesionos e n territorio de
Misiones, propiam ente d i ^ o . En electo, el
día 20 de enero d e 1880 ^trcdK m la s H ^os
de M oría A uxiliadora e n la Potogonia m is­
teriosa, donde jam ás H abía p u ^ t o el p ie nin­
guna m onja. El d iario d e Buen<^ A ires «Amé­
rica del Sur», a l d a r l a noticia, decía así;
«Será la prim era vez d e sd e que e l m undo
existe que u n a religiosa penetre e a aqu ellas
remotas tierras australes.»
Un añ o d espués, el 14 d e m oyo de 1881,
la S anta d e ja b a e ste vedle d e lágrim as p a ra
volar al Cielo, m ientre^ s u últim a c a rta n a ­
vegaba to d av ía rum bo a la le ja n a P atagonia. Sólo dos m eses m á s ta rd e lle g a ría otra
corta anunciando a la s H ijas d e M oría Auxi­
l i a d l a la m u ^ e d e s u M adre. Pero l a obra
misionera d el nuev o Instituto e s ta b a e n m a r­
cha. Y ta n ta iu é l a eficacia de l a cooperadón de la s H erm anos a l a o b ra ev an g e
Uzodora d e loe solesianos, q ue a ñ o s m ás
tarde pudo escribir Lino Carvcqal: «Sin las
IHjas de M oría A uxiliadora Icm M isiones Salesionos en la Potogonia y en lo s Pom pas
Hobrion seguido la m ism a su erte q u e la s de
los misioneros anteriores.»

D espués d e la P atag o n ia vinieron la s Mi­
siones en la s Tierres M agollánicas —añ o
1889—, b ajo la g u ía d el intrépido ntisáonero
M onseñor Fagnano, e n los inexplorodas re ­
giones d e l a isla Dawson y d e la Tierra del
Fuego.
El año 1891 la s Hijos d e M aría Auxáliodor a siguieron a los sedesLonoe p o ra fundar
la s no m enos difíciles M isiones d el Mato
Gxosso, en el Brasil, debiendo h acer v arias
semonrm de viaje a caballo p o ra llegar a
la colonia de M orid Cristina, atraveisando
caudalosos ríos, durm iendo en la floresta
virgen, expuestas ó los peligros d e la s fie­
r a s y a la s asech an zas d e los indios bororos, c u y a conversión y civilización d eb ía ser
u n hecho consolador no m uchos añ o s des­
pués.
Por entonces, y cosí sim ultáneam enfe, se
fu ndaban la s btisiones Scdesioncm en Pedestino, y oUá morchcd>an tam bién la s lü ja s de
M aría A uxiliadora llenas d e entusiasm o a l
p e n sa r q u e ib o ^ a desp leg ar todo e l celo de
su fervor mimonero e n la s tierras evongelizadctt p o r e l m ism o R edrator d e los hom­
bres.
Dos años m ás tard e ponían los dm ientos

•rfiño!:. in te ei

: r T .- f — 125

\

d« la o b ra ®n A lrlca d « l Nort*, «sfo m , eo
encargo d e los respectivos Vicarios y Pre
fundabom loa prim eros Coso» del Inatituto fectos Apostólicos, de l a d e H erm anos indi',
en A rgel y e n Túne*.
geuc^ en cuatro Centros, a saber: en Mu-,
D espués vinieron lo s fundaciones en tre los soshi S. A m and (Congo Belga), Tezpur (As
leprosos de Colom bia, y e i a ñ o 1902 pene- aam , India), Bang Nok Khuek (Siom) y Kutra b a n e n la s se lv a s del Ecuador p o ro evon- kong-Ho S ai (China). A dem ás, cuentan coa
gellsoT, Juntam ente con los soleslonos, a los
abu n d an tes C asas p a ra la preparación del
terribles e indóm itos indios Jíbaros. Es m ás: personal m isionero en ItoHa y otras nadoen e s ta Misión no sólo fueron la s prim eros n es cristianos.
religiosos en el orden cronológico, sino que
A lg u n ^ d e los óbrag m isioneras ofrecen
incluso fueron la s p rim eras m isioneras e n el cm acterísticas especíales. Por ejemplo, en
aspecto m oral, p o r cuanto q u e los esquivos Vellore (Nort Arcoth. Indio) tienen u n a Es­
y susceptibles indios, siem pre p rep aran d o cu ela Superior que, facu ltad a p a ro extender
asech an zas y tem iendo traid o n es, n o p ennilos correspondientes títulos, p re p a ra maestros
tían a l misionero la en trad o e n su s cab aelem entales p o ra los pueblos d el distrito^ la
ños, que. e n cam bio, fran q u eab an d e p o r en
Tezpur (Assom, India) p re p a ra n a la s jóve­
por a la s m onjas.
n es cristianas próxim as a contraer matrimo­
En se g u id a vinieron la s M isiones d e la Si­ nio p o ra su nuevo estado m ediante cursillos
ria y d e Egipto, y el año 1922, a l cum plirse
en régim en d e internado, e n los que se las
*1 prbner cincuentenario d el Instituto, la s Hi­ instruye prácticam ente en el trab ajo dom és­
jos d e M oría A uxiliadoro p e n e tra b a n en la tico y en, la econom ía fomilior. Luego, los
In d ia y e n lo Chino, s e extendían jK>r n ue­
H erm anos continúan su lab o r con dichas jó­
vos territorios del Brasil, esto es, e n le» sel­ venes visitándolos, im a vez y a ca sa d a s, en
v as del inm enso A m azonas; p la n ta b a n sus
s ^ hogares, esparcidos por los villorrios del
tiendas en e l Congo Belga y e n el G ran C ha­
distrito. En Siom se h a h echo célebre el
co (Paraguay), p a r a llegar finalm ente, e l año
Colegio p a ra Ciegos, dirigido por la s ffijos
1929, añ o d e lo B eatificadón d e S an Juan
de M aría A uxiliadora, con su biblioteca de
Bosco, a l Japón, a l Siom y a l Alto Orinoco.
libros escritos en el sistem a Broille, talleres,
Al so n ar la h o ra solem ne d e la C anoni­
clase d e m ú s ic a radio, m oterial d e gimnozación de s u M odre y Fim dadora, lo s Ifijos
slm en im a palolwra con cuanto p u ede con­
do M ario A uxiliadora, Junto a su m agnífica tribuir a la m ejor educación d e los pobres
obro e n favor d e la Juventud fem enina en
ciegos, varios d e los cuales se h a n conver­
los países cristianos, ofrece a la Ig lesia \m a
tido a n u estra fe y m uebos otros se están
esplén d id a flo rad ó n d e o b ras m isioneros. Sin
p rep aran d o p o ra recibir el Santo B autism a
contar lo s C a sa s y octividades d e l a PotaEn el Japón, y precisam ente en Tokio, tie­
gonia y d e la s Tierros .M agallánicos, e le v a ­
n en la Seibi G akuen (Fúlgida EatreUa), m a
dos y a a diócesis y n o depend ien tes de
rovUlosa o b ra d e carid ad com enzada e l año
P ropaganda Pide, loe Hijos d e M aría AuxU
1939 en «1 suburbio d e Mikctvroshüna, en loliad o ra cuentan con 78 centros d e Misión
coles provisionales, q u e no tardaron en ser
propiam ente dicho: 30 e n Am érico, 3S en
insuacientes p o ra la s necesidades d e la obra.
A sia y 13 e n Africa. En su apostolado m i­
Vino la guerra, y con ella, la s g ran d es prue­
sionero. fieles o lo s directrices d e s u Santo
b a s y tribrdaciones: repetidos desplazam ien­
Fundador Don Bosco, tra b a ja n p referente,
tos d e los huérfanos, deportación d e los Herm ente en favor d e la infancia y d e l a J u ­
m an o s europeos a com pos d e c o n c ^ tra c ió n ,
ventud, ab riéndose cam ino p o r este m edio
etcetero, y, finalm ente, l a destrucción y el
p o ra evangelizar a lo s fam ilia» y a la so­
incendio de l a c a s a con tantos sacrificios leciedad en genered. Por consiguiente, ad em ás
v an tad a. Hoy, presididos por im a b lo n ca es­
de las o b ras d e educación propias del Ins­
ta tu a d e M aría A uxiliadora, p u ed en verse
tituto, tienen S o n ta In fan d o ; hospicios, o rfa­
quince m agníficos pabellones, que acogen 340
natos, hospitales, oanbiilatorios, dispensarios.
niños, entre huerfanitos y huerfanitas; 370
Gotecumenados, v isitas a villorrios IndígMias,
niños asilados y m ás d e 1.100 alum nos que
etcétera.
cursan la en señanza elem ental y superior. Y
P a ra la form ación d e p ersonal indíg en a las
jimio a e sta o b ra su rg e l a iloreciente C asa
Hijas d e M oría A uxiliodora tienen e n terri­
de Formación, con 50 asp iran tes y 22 novi­
torios d e M isiones cinco A spirontadoe, c u a ­ cias.
tro Postulontados y cuatro Noviciados conóLa Sonta F undadora supo h acer su y o de
nicam ente «rígidos. A dem ás, cuidan d e la
u n a form a m aravillosa e l lem a d e Don Sos­
form ación de cateq u istas indígenas, y por
co: Da m ibi aaim as, caetera talle.
ta 6 —

DON
DON

BOSCO

BOSCO,

CAGLIERO

ios Jovencltos que B o a Bosco lle­
vó a T u rín en 1851 fig u ran sus dos con­
terráneos,- J u a n CagUero, el fu tu ro c a r­
denal, y J u a n T u rch i, q u e fué sacerd o te
profesor de la U niversidad.
J u a n CagUero e ra u n cMco en esrtrem o
vivaracho a q u ien sus com pañeros recono­
cían y obedecían com o c a p itá n de los juegos
y exctursiones.
H abiendo ido u n obispo a la v illa de Castelnuovo p a ra a d m in istra r el SEicramento de
la confirm ación, al chiquillo le llam aro n la
atención la m a je sta d del { te la d o , la 'm a g n i­
ficencia de sus vestidos y o rn am en to s, el
grandioso recib im ien to q ue los fervorosos
habitantes le hicieron, y decidió... se r obispo.
Con papeles d e color hizose tin a m itra y
una capa p lu v ial, y u n b ácu lo con u n a cañ a
de bam bú. P a r a tro n o aprovechó u n a esca­
lera de m ano, y sentán d o se e n tre sus p el­
daños cen trales se h a c ia lle v a r com o en
litera por sus com pañeros. Chiqiiillos y m a­
yores reían y a p lau d ían a l obispillo, y éste,
con to d a seried ad , pro ced ía re p a rtie n d o b en­
diciones. Al m ism o párro co , d o n C inzano,
le hacían gracia las ch iquillerías del arrapiezo,
porque en m edio de su v iveza e ra su m a­
mente servicial y se p o d ía c o n ta r con él
para todo. Y com o q u e ría q u e ap ro v ech ara
los talen to s q u e D ios le h a b ía dado, le
ntre

E

EN

1851
Y

TURCHI

h ab ía pro m etid o ay u d arle p a ra que D on
Bosco lo lle v a ra a su O ratorio de T urín.
A penas Cagliero com enzó a t r a t a r a don
yBosco, sintióse preso en sus redes y Heno ue
aleg ría y de entusiasm o, com probando que
lo que de él h ab ía oído q u e d a b a p o r debajo
de la realid ad . Y a obispo y card en al, n a­
rrab a:
«Mis paisanos, y especialm ente m i m adre,
m is tío s y los am igos de casa, m e decían
que h a b ía n siem pre v isto en D on Bosco,
desde s u niñez, algo de e x trao rd in ario q(_ue
lo d istin g u ía de todos los otros niños y jó ­
venes, y que su p o rte, su m o d estia y su
d u lz u ra rev elab an a un jo v en m ás que v ir­
tuoso.* Y o conocía, adem ás, a algunos con­
discípulos suyos, com o el d o ctor A llora,
el abogado Musso y el señor M a tta de Muria ld o , q u e h ab lab an siem pre del siervo de
D ios con ta l rev eren cia y elogios que se
v e ía lo co n sideraban u n m odelo de bondad,
de v irtu d y de san tid ad .
De la e n tra d a d e Cagliero en el O ratorio
hab larem os en o tr a crónica.
D espués de h ab er hablado con D on Bosco
corrió a v er a su am igo J u a n T urclii, y tales
cosas le dijo de D on Bosco y de ta l m anera,
q ue éste no p u d o contenerse y fué en volandas
a v e r por sus propios ojos.
, C u enta el m ism o Turchi:

EL RECTOR MAYOR HABLA A LOS PEREGRINOS ESPAÑOLES
El día 29 de ju n io , solem nidad de San Pedro j tiesta onom isH ca del iv Sneesor
de San Jo a n Bosco, Rvmo. D. Pedro S lealdone, se dignó éste dirigir la palab ra a la
num erosa peregrinación salesiana española qne había asistido a la C anonización
de S anta M aría M azzarello en Rom a, y, de rn e lta a E spaña, visitó los santos recuer­
dos salesianos de T urín y alrededores.
Por la ta rd e del citado día, después de la Bendición ron S. D. M., reunidos la
Basillea de M aría A uxiliadora, lo s españoles, Salesianos, H ijas de M aría A uxiliadora,
Cooperadores y A lum nas, pudieron escuchar d u ran te m ás de veinte m1nutr»s la pa­
labra reposada y a u n tiem po togosa de este adm irable anciano de ochenta y un años
que dirige con m ano firm e, clara inteligencia y am or de padre y pastor la gran F a ­
m ilia Salesiana,
El IV Sucesor de Don Bosco, después de recordar los m otivos por los que tan to
am a a n u estra P a tria , se detuvo en ponderar la im portancia que para la F am ilia
de Don Bosco tiene la fig u ra, ya glorificada por ia Iglesia en los altares, del angelical
alum no de su F undador, el Beato Domingo Savio, y anim ó a to<los a tra b a ja r en la
educación de la juventud eon ei mismo espíritu y con los mismos medios qne San
Jn a n Bosco empleó en la edneación de Domingo Savio, en la seguridad de qne se
habrán de obtener lo s m ism os felices y saludables resultados.
Todos los presentes fueron obsequiados eon u n a estam pa y reliquia de Sao J n a n
Bosco.

— Í2?

«Quedó im presionado al v e r a u n sacerdote
ta n co m penetrado do su m inisterio y ta n
afable com o n u n c a h ab ía visto. Y desde
eso m om ento concebí de ,él u n a id e a y re*
cibí Una im presión incancolables. Y al ex*
p e rim e n ta r la am ab ilid ad con que nos ha*
b ia b a a m i y a los dem ás m uchachos, quedé
entusiasm ado. H abiéndom e ex am inado un
poco sobre las m aterias que e sta b a estu d ian d o
y sobre la c a rre ra q ue deseaba a b ra z a r,
acabó p o r decirm e: «Yo conozco a tu p ad re
y som os buenos amigos; d ile que venga
m añ an a a h a b la r conmigo».
Mi p ad re fuó, y quedó convenido q ue yo
e n tra ría en el O ratorio al com enzar el curso.
Cuando, llegado el tiem p o , fui a V aldocco,
mis condiscípulos em pezaron a decirm e que
D on Bosco h acía cosas ex tra o rd in a rias, y yo
m ism o ib a co n sta ta n d o d ía a d ía q ue e sta
fam a o, m ejor, e s ta realid ad , ib a siem pre
en aum ento. Vi las escuelas n o c tu rn a s que
h ab ía fund ad o y d irig ía y a los profesores
que le ay u d a b a n y q ue él h ab ía sabido e n ­
tu siasm a r, en tro otros, al teólogo Chaves y al
señ o r G eninnatti.
Las p aredes de la iglesia de San F rancisco
de Sales e sta b a n a la a ltu r a de las v e n ta n a s,
y todo s m is com pañeros, y y o con ellos, les
ayudáb am o s com o podíam os: p o r ejem plo,
acarrean d o ladrillos y m a te ria l de construc­
ción. N os sentíam os felices. E n los días de
fiesta eran m uchísim os los jóvenes que to ­
m aban p a rto en las funciones, y todos ju n to s
nos divertíam os m uchísim o haciendo, e n tre
o tra s cosos, ejercicio m ilita r con cañas y fu ­
siles inutiliza<Ios cedidos p o r el arsenal.
L’ero, sobre to d o , me adm iró u n a p ied ad de
la que no te n ia ni id ea, y debo a c la ra r que
sólo entonces com prendí lo <^e es confesarse.
H a b ía g ran frecuencia de S acram entos, no
sólo los días de fiesta, sino to d o s a diario.
D on Bosco nos recom endaba q ue nos d is tri­
buyésem os los días de la sem an a p a ra q ue
todos los d ías h u b iera com uniones, porq u e
esto le d a b a m ucha gloria a Dios. L a m ayor
p a rte de los niños se confesaban con él. E ra
ta n grande la delicadeza de conciencia p a ra
acercarse a la sag rad a Mesa, q ue algunos,
m ientras el sierv o de D ios se rev estía, le

C/?OMOS

- ESTAMPAS

h acían al oído alg u n a confidencia, y él,
am ablem ente, los tra n q u ilizab a.
E n to n ces y siem pre vi en el O rato rio un
b uen núm ero de jovencitos de p ied ad tan
só lida y ta n a c tiv a , que le d ab an su tono a
la casa en tera; y esto solo, sin necesidad de
recom endaciones especiales, nos a tra ía a
to dos al bien.
P o r lo dem ás, D on Bosco velab a celosísima*
m ente p a ra que se h icieran los Catecismos
y se h icieran bien. H a b ía ab u n d an cia de
clases y de cateq u istas, cad a u n o con su gru­
po. D on Bosco velab a sobre todos. H acía
luego los resúm enes. Sus p láticas eran todo
jugo. S olía ex p licar la H isto ria de la Iglesia.
S u «manera» o ra fácil, sencilla, clara, a tra ­
y e n te, y an tes de te rm in a r su exposición
solía pregun bar a slguno de sus oyentes p ara
asegurarse de que habíam os com prendido
y p e d ir se h iciera alg u n a observación, al­
g u n a aplicación, algún co m en tario de v id a
p ráctica.
L uego, ai caer la ta rd e , se re z a b a n las
oraciones, y ¡é\, desde im a trib u n ita , que
p o d ía se r —subiéndose a u n a silla— , nos
d a b a avisos ta n acom odados, q u e yo, y oreo
q u e com o yo los dem ás, retirá n d o m e al des­
canso, se n tía u n a im presión y u n a aleg ría
q ue no pu ed o expresar.
D o n Bosco edu cab a los m uchachos y los
lle v ab a al bien con el am or, con la persuasión,
y ellos lo hacían con v erdaderos tra n sp o rte s
de alegría. D ando órdenes, casi ro g ab a — era
u n ro g ar enérgico— , procedía con ta l d u l­
zu ra. que nosotros nos som etíam os de buen
grado a cu alq u ier sacrificio p a ra te n e rlo
oóntento.
N o quiero decir que n o h u b iera alguno
q ue o tro tra sto , pero era n rarísim os, y aun
éstos a c ab ab an p o r ced er a ta n ta bondad.
Así estu v e diez años, vien d o c a m in a r el
bien am ado O ratorio d e bien en m ejo r,
y p>ermaneciendo en él h a s ta m i ordenación
sacerdotal.» (E ran tiem pos en qu e, p o r la
su presión de los sem inarios, D on Bosco a b rid
en su casa u n a sección p a ra los estudios
eclesiásticos, con g ran d e consuelo de loa
p relados, casi todos en el destierro.) (Cf. Me*
m orie biografiche. T. IV . Cap. X X V .)

- P L A C A S ■M E D A L L A S
DE

S A N T A MARI A D. M A Z Z A R E L L O
SOCIEDAD

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I B E R I C A

EDITORA

Alcalá.
138

164

MADRI D

C IR © N I C A

D

ANTEQUERA. — De Málaga vino una señora,
gran devota de María Auxiliadora y fervorosa co­
operadora salesiana, a la primera Comuoióo de un
nieto suyo. Cuando se disponía a regresar, fué asal­
tada de una enfermedad que, debido a su avanzada
xlad, la puso en inmediato peligro de muerte. Ast
opinaban los médicos.
Nuestro padre director nos lo comunicó en las
"Buenas. Noches”, y empezamos a rezar mañana y
tarde tres Avemarias a María Auxiliadora para ob­
tener la curación de dicha señora.
A ésta Se añadió otra dama, de ochenta y siete
años, familia de un salesíaoo de esta casa, que llegó
también a trance de muerte. Redoblamos nuestras
plegarias. Y nuestra buena Madre nos ha escudiado: las dos señoras mejoraron rápidamente, y a pe­
sar de sus años, volver a su vida normal.
Agradecidos, felicitamos a las dos agraciadas y a
sus familias, y damos rendidas gracias a nuestra
• amada Madre Auxiliadora.—Los aspirantes a salesianos.
SALAMANCA.—Acudí a la intercesión de María
Auxiliadora y de San Juan Sosco, suplicándoles su
valimiento en una empresa difícil, y deseo expresar
mi gratitud por haber sido escuchada y envío una
limosna pata el culto de María Auxiliadora en Las
Palmas.—Maria Josefa Calache.
BARRUECOPARDO (Salamanca).—^Agradecida a
María Auxiliadora y a San Juan Bosco, envío una
limosna para las Obras Salesianas en Las Palmas de
la Gran Canaria.—-Consuelo Fernández.
SEVILLA.—Habiéndome roto en un accidente a
últimos de noviembre el radio, un poco por encima
de la muñeca, y no pudiendo verme el brazo por
Rayos X, el hueso roto se trabó de mala manera,
formando un callo bastante pronunciado. Cuando
fuimos al médico, me dijo "que había que romper
el hueso con rotura violenta, o dejarlo como estaba,
pero que no podría hacer ^ n esfuerzo” .
Pasados unos dos meses hice una novena al siervo
de Dios don Andrés Beltrami, pidiéndole me al­
canzara del Señor la gracia de que se me arreglara
la rotura de la mejor manera p>osible. Uno de los
últimos días de k novena, al deslizar la mano por
debajo de la venda, no noté ya el bulto. Actual­
mente apenas se nota al tacto el sitio de la rotura;
no me estorba absolutamente nada y puedo emplear­
la como antes del accidente.
Doy gracias al siervo de Dios y animo a todos
a recurrir al Señor por medio de este grao salesíano en toda clase de apuros.—A . Alvarez, S. D. B.
EQIJA.—^José Sánchez da gradas a María Auxi­
liadora y a Sao Juan Bosco por el favor concedido
al devolver la salud perdida a su esposa. Cumple
además la promesa de visitar diariamente a la San­
tísima Virgen en su iglesia y de dar una limosna
para las vocadones salesianas.
MADRID.—Doy gradas a María Auxiliadora por
un señalado favor y cumplo la promesa de publi­

U A C I A
carlo en el BOLETIN SALESIANO y de dar una
limosna para su culto, invitando a todos a recurrir
siempre a tan piadosa Madre.—Pilar Solazar.
MADRID.—Damos rendidas gradas a María Au­
xiliadora por habernos resuelto favorablemente im
asunto bastante difícil que, por mediación de San
Juan Bosco, le teníamos encomendado. Cumplimos
la promesa .de dar una limosna para su culto y pu­
blicar la gracia en el BOLETIN SALESIANO.—
Aíaria Azuar y Lolita Bemol.
GRAQA EXTRAORDINARIA
DEL BEATO DOMINGO SAVIO
Escribe monseñor Pittini, arzobispo de Santo Do­
mingo y primado de América:
“Hace un mes vino a verme la esposa de un
alto empleado del Cuerpeo Diplomático de los Es­
tados Unidos. Llorando, me contó que una hija suya
había caído a la calle desde el segundo piso, frac­
turándose la base del cráneo. Los médicos no da­
ban esperanza alguna, y dedan que, si se lograba
conservarle la vida, quedaría afectada del cerebro
para siempre. Sus padres habían decidido llevarla en
aeroplano militar a los Estados Unidos.
Quedé profundamente conmovido, y casi no halla­
ba palabras para consolarla. Pero, al despedirme,
puse en manos de esta madre desolada una estampita de Domingo Savio, con una reliquia, diciéndolé se encomendara a él, que yo también lo haría.
Al día siguiente, mientras estaba revistiéndome
para celebrar la Santa Misa, vuelve la señora; pero
¡cuán diversa del día anterior! Rebosaba alegría.
—^Monseñor — me dice—. Cuando ayer salí de
aquí me fui al hospital a ver a mi niña; me senté
a su lado, recé la oración que está en la estampita
y le puse la estampita con un alfiler en su pijama.
Apenas hecho esto, la niña abre los ojos y me mira
sonriente. 'VMe reconoces, hija mía?", le dije. “Cla­
ro que sí, mamá." Corro a llamar a mi marido. La
niña le habla normalmente, y hasta le lee una.paginita de un libro que le pusimos en las manos. Ya
no necesitamos ir a los Estados Unidos. Ya la lle­
vamos a casa, pues ya no necesita ni médicos ni
medicinas.
H an pasado algunos días. La niña está perfecta­
mente. Su padre, aunque protestante, habla de una
curación milagrosa tan rápida, que se puede llamar
instantánea; tan completa, que no hay apenas cica­
triz, y la niña goza de plena salud.
A los quince días fui invitado a un “ lunch" ensu casa, al cual tan^ién lo estaba el embajador de
los Estados Unidos con su esposa. Todos los invi­
tados pudieron ver a Rosemary llena de vida y de
jovialidad."
SAN JOSE DEL VALLE.—Doña Isabel Pérez de
Alvarez da gracias a María Auxiliadora por un fa­
vor obtem'do, y envía una limosna para su culto.
Igualmente doña María P. de Llanos expresa su
gratitud a ia Virgen de Don Bosco y da una Hmosiu para su culto.


12 9 .

• MimMriMHMHfmHIMIIMMNUIiMMIMmiMNMIMIIMMMIIMimimiMMlUmMMhHMIIIIIHMMIIIMIM

l O B R A PI A D E L S A GR A D O)
CORAZON DE JESUS EN ROMA 1

I

•rMIMMMIIIMMMMM

S e i s m is a s d ia r ia s p e r p e t u a s p a r a
L O S IN S C R IT O S V IV O S Y D IF U N T O S , Y O T R O S

FAVORES ESPIRITUALES.— Fuó fu n d a d a la P ía
O bra dol S ag rad o Corazón p o r el p rim er
sucesor de San J u a n Boseo, y b enignam ente
ap ro b a d a p o r Su 8anti<lad León X I I I el. 30
do ju lio do 1888.
Con sólo u n a m o d esta lim osna se ad>
quiero derecho a p a rtic ip a r-d e to d a s las o ra ­
ciones y buen as obras de la S ociedad Salesian a, y a la «aplicación de seis misas», que
se celebran to d o s los días, a p e rp e tu id a d ,
en n u e stra B asílica del S ag rad o Corazón de
Jesú s cu R om a: dos en el a lta r m ayor,
dos en el de M aría A ux iliad o ra y dos en el
de San José.
Los que se in scrib en en la O bra P ía
pueden ap lic a r el fru to de estas m ism as a sí
mismos o a o tras personas, viv as o d ifu n ta s,
y v a ria r la in ten ció n c u a n ta s veces les
plazca.
¿Quién no sien te la necesidad do asegu­
rarse la benevolencia d iv in a, e n este m undo
y en el o tro , m ed ian te la aplicación de los

SOCIEDAD EDITORA IBERICA
Novedades con ocasión de la Canonizaoión de SANTA MARIA MAZZARELLO
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Estampas HC, lamañe 4,5 por T,5. Proclo, 6 pcsiMas el dom o.
Medallas plata <ie ley. reverso Marta Auxiliado
i!í. 15 nin\.. IL' pt-.etns una.

m éritos infinitos del S an to Sacrificio del
a ltar?
¿Quién no tien e seres q u eridos, vivos o
d ifu n to s, a quienes o b sequiar con ta n es­
p léndido regalo espiritual?
L a lim osna m ínim a h a s ta ahora, desde su
fundación, h a b ía sido u n a peseta. P ero a to­
d as luces e sta lim osna y a no puede, responder
a los finos que se propusieron el fu n d ad o r de
la O bra P ía y su au g u sto a p ro b ad o r, dada
la p rogresiva depreciación de la m oneda.
Teniendo en c u e n ta estas circunstancias,
E L R E V E R E N D ÍS IM O S E Ñ O R R e C T O R M a Y O E
H A T E N ID O A B I E N D I S P O N E R Q U E
E N LO
S U C E S IV O S E A D E CINCO P E SE T A S l a l i ­
m o s n a M ÍN IM A p a ra las n u e v ^ inscripciones

a la O bra P ía del S agrado Corazón, de Rom a,
cuyas condiciones, en la m ente' del Augusto
P o n tífice que concedió el privilegio, en­
c e rra b an e sta s tre s cosas: U n - p e q u e ñ o s a O R i F i o i o p o r p a rte del d o n an te de la lim osna,
U N A A P R E C IA B L E A Y U D A p a ra las obras be­
néficas y U N IN C A L C U L A B L E B E N E F I C I O espi­
r itu a l en fav o r de los p a rtic ip a n te s del
privilegio.
P A R A ^ IN F O R M E S y h o j a s D E IN S C R IP C IÓ N

D irección del B O L E T IN SA LESIA N O .
A lcalá, 164
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PRENSA GRAFICA, ,S. A.—Hennosill», 73- Madrid

Fecha
1951.08