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Título
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BS_1945_04
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Descripción
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Boletín Salesiano. Abril 1945
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extracted text
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>í
o VE NA
Recomendada por San Juan Bosco
para obtener gracias de
M A R I A
TE SO R O E S P IR IT U A L
Los Cooperadores que, liabiendo confesa
do y comulgado, visiten una iglesia u ora
torio público (los religiosos y religiosas la
suya privada), y recen allí según la inten
ción del Sumo Pontífice, pueden ga n a r:
A U X I L I A D O R A
A l acercarse el mes de M aría Auxiliadora,
que da comienzo el dia 24 de abril, muchos
son los amantes de esta gloriosísima Madre
gue desean practicar en el seno de siís /amüias alguna devoción en honor 'de la E eina de los Cielos. Este es el m otivo par el
cual, para comodidad de los lectores, , es~
lampamos aqui la movenjta tan recomen
dada por San Juan Bosco, y que, por otra
parte, anda impresa en m ultitud de estam
pas ^ hojitas.
1 - Rezar durante nueve d ías: Tres Padi'enuestros, con Avem aria y Gloria al San
tísimo Sacramento, y la jaculatoria:. “ Sea
alabado y reverenciado en todo momento el
Santísimo y Divinísimo Sacramento” ; tres
Salves a M aría Auxiliadora con la jacula
toria: “ María, Auxilixun Christianorum, ora
pro nobis.”
2 - Confesar y comulgar.
3 - Hacer una limosna, según las propias
posibilidades, preferiblemente en beneficio
de las Obras Salesianas.
San Juan Bosco, cuando aconsejaba esta
Novena, solia decir:
Tened fe, mucha fe en el Santísimo Sa
cramento y en M aría Auxiliadora, y estad
seguros de que la Vii^en no dejará de cum
plir vuestros deseos, si son para la mayor
gloria de Dios y bien de vuestras almas;
y si no, os concedei-á otras gracias iguales
o mayores.
Acudid todos, en vuestras necesida*
des, aflicciones y peligros, a la V ir
gen Santísima Auxiliadora y, c o m o
decía San Juan Bosco, «veréis lo que
son milagros».
IN D U L G E N C IA P L E N A R IA
1.
— El día en que dan su ncanbre a la Pia
Unión de los Cooperadores.
2.
— El día eu que por prim era vez se con
sagran al Sagrado Corazón de Jesús.
3 _ X o d a s las veces que durante ocho días
llagan Ejercicios Espirituales.
4 _ E n punto de muerte si confesados y
comulgados, o al menos con corazón con
trito, invocaren devotamente ei Nom bre.de
Jesús con la boca, y si no pueden, con el
coi'azón.
Cada mes:
1. — Un día a su elección.
2.
—E l día en que hacen el Ejercicio de la
Buena Muerte.
3. _^E1 día en que asisten a la Conferencia
Mensual Salesiana.
A b ril: Pascua de Resurrección.
M ayoi 3, Invención de la Santa Cruz;
8 Aparición de San Miguel Arcángel; 10, As
censión del Señor; 17, Aniversario de la Co
ronación de M aría Auxiliadora; 20, Pente
costés; 24, M aría Auxiliadora; 31, Corpus
Chxisti.
COOPERADOR SALESIANO:
No desperdicies por descuido o de
sidia el tesoro espiritual q u e te ha
concedido ia iglesia. Sé avaro de las
riquezas del Cielo. Mas procura a ia
vez q u e otros muchos participen de
ellas, invitándolos a inscribirse en la
Pía Unión de los Cooperadores Salesianos. Diríjanse para ello a la Direc
ción del «Boletín Salesiano», Aparta
do 9134. Madrid.
iiiia iiiiiim iiitJ iiiiiiiiim n m m m iiia iiiiiiiu H rtJ iiiitim iiia itm m iin a m iii’ im iim io u m m m io m iiiiiiiiin iiiin iim in iim iim iiD iiiiiiiiiiiiu iH iim iiiia im m im in ii
B L A S F E M I A
por Ernesto B. Delgado Jugo.
Colección de eplsodic» amenísimos y sugestivos relacionados con esa triste plaga
social que tan hondas raíces llegó a echar en nuestra tierra. Su lectxira.habrá de nacer
mucho bien en las colectividades de obrercs, soldados, enfermos, etc.
U n tomo de 64 páginas, n u m e r o ^ ilustraciones en el texto, magnífica portaoa a
colores.
Precio: 3 pesetas.
R E V I S T A DE
LAS OBRAS DE
DON BOSCO
Redacción
y
BOLETIN
A N O L V 1I I
NUMERO 4
A B RI L
1945
^ALES! ANO
Administración;
Alcalá,
164.
Apartado
9134. - M A D R ID
S U M A R IO :
Elogio de un libro del Rvdmo. Sr. D. Pedro Ricaldone.— Efemérldes seculares:
Don Bosco en 1845...— Noticiario Salesiano.— Cincuentenario de las Misiones
Salesianas en el Ecuador.—L a Sierva de Dios doña Dorotea de Chopitea.—
Crónica de gracias.— ^In memoriam.
PEDRO XICALDONE
E l o g i o de un libro
ORA TO R IO FESTIVO
dei Rvdmo. Sr. D. Pedro Ricaldone
CATECISMO
Rector M ayor de la Sociedad Salesiana
FO RM ACIO N RELIG IOSA
por el Fxemo y Revino. Sr. D. Leopoldo Eijo Caray
Obiqjo de Madrid-Alcalá
Presidente del Instituto de España
»E i
UANTO S amamos el apostolado catequístico
y la formación religiosa de la juventud
estamos de enhorabuena con la publicación del
presente libro que tengo la honra y la satisfac
ción de presentar al público de lengua española.
C
A fines de 1939 y por vía de Circular preparatoria de la celebra
ción del primer centenario de la Obra de don Bosco, lo escribió el
Rector Mayor de la Congregación Salesiana, Rvdmo. Don Pedro R i
caldone, sin más miras que dirigirlo a los salesianos esparcidos por
todo el mundo, y con tal fin fué incluido en las actas del Capítulo Su
perior; mas apenas lo conoció el sabio y celoso obispo de Asti, Mon
señor Rossi, pidió que fuese publicado aparte para conocimiento de
todo el clero, persuadido de que habría de hacer incalculable bien. Y
cuando para tal publicación se pidió la licencia canónica del Ordina
rio, el Emmo. Sr. Cardenal Fossati, Arzobispo de Turín, no pudo li
mitarse al oficial «Im prim atúr», y dió desahogo a su corazón escri
biendo la carta que el lector verá, en que pone de realce la gratitud y
ios elogios qué le merece esta obra y la importancia y actuali
dad máximas del tema.
Su autor, ya lo he dicho, es el Rvdmo. Don Pedro Ricaldone,
a quien los méritos de una vida infatigable y totalmente dedi
cada al apostolado de la formación cristiana de la juventud, y
— 63
la singularísima competencia, alta sabiduría y encantadora bon
dad que lo adornan, han llevado a la suprema cumbre jerárquica
dentro de esa gloriosa legión de apóstoles que forman la Con
gregación Saiesiana.
¿Italiano? ¿Español? Lo uno y lo otro. Vino a España tan jo
ven y tan deseoso, por amor de Dios, de hacerse todo para to
dos, y trabajó tanto y tan con toda su alma en aquella Sevilla
que se honra con él como con un preclaro hijo propio, y estuvo
tanto tiempo entre nosotros, que ama a España como la pueda
amar el más enamorado hijo. ¡Con qué placer recuerdo aque
llos días felices, ya tan lejanos, en que para bien de mi espí
ritu tuve la dicha de tratarle, y quedé cautivo de su arraigada
virtud, de su efusión cordialísima en alto grado evangélica, de
su laboriosidad incansable, de su ciencia eclesiástica. y profana,
de sus afanes, estudios y publicaciones, tanto para la educación
-cristiana de los jóvenes como para la mejora y perfeccionamiento
de la artesanía y de la agricultura! No sólo_ cultivaba y enseñaba
a cultivar las almas, sino también el agro con nuevo y repro
ductivo sistema de rotación, procurando, para evangelización de
los humildes, el pan .del alma y el d e l. cuerpo, acompañando
el mejoramiento espiritual con el m aterial..
Hoy nos regala con esta nueva- obra de su fecunda y bien cor
tada pluma. Cuando Monseñor Rossi le expresó su deseo de que se
diese a luz pública para todo el clero, recelaba el benemérito au
tor que fuese su obra menos apropiada para quienes no fuesen
salesianos, por haber sido escrita para éstos y con una ocasión
peculiarmente, saiesiana; por lo que era natural que su trabajo
consistiese en la exposición del gáiiuino sistema pedagógico de don
Bosco, inculcando a los hijos las enseñanzas y los escritos, la?,
norrñas y directrices del Padre.
Mas hizo bien en disipar sus recelos y acatar como una orden
el ruego de Monseñor Rossi, avalado luego por Su Eminencia d
Cardenal Fossati. A la perspicacia de estos dos insignes prelados
no se ocultó el bien inmenso que tan sabio escrito podría aportar
a la gran cruzada catequística que, cumpliendo órdenes de la Sania
Sede, desarrolla hoy el Episcopado Católico en todo el mundo; y
por lo que a los salesianos atañe, nada tan generoso y noble como
esta publicación, con la que, lejos-de reservarse la exclusiva pri
vilegiada de su peculiar método, heredado del primer catequista
del siglo X IX , su fundador, San Juan Bosco, lo difunden y lo brin
dan para que todos cuantos sientan arder en su pecho la llama del
apostolado catequístico, se aprovechen, en bien de las almas, de
esta generosa comunicación.
Inííúase la obra con la narración más acertada y amena del
origen de los Oratorios Festivos de San Juan Bosco. Aunque escrita
como lo exigían de consuno la ocasión del Centenario y el destino
primitivo de la Circular, meramente saiesiana, es útilísima a iodos
los sacerdotes y catequistas, no sólo para mayor conocimiento
de aquel santo apóstol de la juventud, sino' también para que se
empape el corazón en el espíritu paternal, abnegado y dulce, que
64 —
es la clave del éxito en el apostolado entre los jóvenes, y cuya falta
esterilizaría por entero la labor catequística.
Siguense unas páginas sombrías y entristecedoras en que se
presenta el ambiente corruptor que rodea al joven, la vergonzos<i
degradación moral de la Prensa y los espectáculos públicos, de las
revistas’ pornográficas y los libros licenciosos, causas de tantos y
tan lamentables extravíos juveniles; casi no pone el autor pala
bras propias, utiliza las de máxima autoridad, de Romanos Pon
tífices. Y si bien, por fortuna que Dios nos ha deparado, en la Es
paña de Franco no consiente hoy la autoiidad pública esos males,
que, usurpando el nombre augusto de libertad, no soi^sino liberti
naje degradado!' de los individuos y los pueblos, desgraciadamente
los hemos padecido antes y los padecen hoy todas las demás na
ciones.
Fruto de todos esos males y que a su vez los agrava y multiplica,
es la ignorancia de las verdades i'eligiosas de que todavía, por venir
de atrás, se adolece en España.
Urge acabar con tan funesta ignorancia. Triste, tristísimo es
que los enemigos de la Iglesia desconozcan nuestra Religión y por
eso la ataquen; pero no es menos triste que tantos católicos la canozcan tan somera e irreflexivamente que practiquen el sagrado
culto sin apenas entenderlo, y aun muchos que están dispuestos
a dar la vida por su fe no puedan ni dar razón de ella ni vindi
carla ilustradamente. No bastan el fervor y la einoción piadosa;
hace falta que el entendimiento cultive las verdades de fe para que
arraiguen en la mente y, con la gracia de Dios, la luz intelectual
supere el ciego ímpetu de las pasiones propias y los errores ad
versos a nuestras creencias. Y todo eso desde los años de la niñez
y la juventud, cimiento de toda la vida.
Dedica Don Ricaldone sabias páginas a presentar el filón, de
altísimo valor didáctico que ofrece el Santo Evangelio con sus pa
rábolas, descripciones y hechos, todos ellos utilizados por el divi
no Maestro para exponer su doctrina redentora. Su narración, una
y otra y mil veces repetida por los Apóstoles, constituyó la médula
de las catcquesis de Jerusalén, Antioquía y Roma en los tiempos
apostólicos, y dió origen a los tres primeros evangelios. Y esa
debe ser la base y meollo de toda nuestra enseñanza catequística,
que en cualquier forma en que se dé y'explique, ya en la del pro
grama cíclico, ya en la del modo «intuitivo» o el «activo» o el «dia
logado», debe constituir un método inductivo de presentación de
hechos, de realidades comunes y habituales, de las que, a la luz
de la fe, se debe ir elevando la inteligencia infantil al conocimiento
de las verdades del cristianismo, al saboreamiento de sus máximas
y la práctica de su moral. Ese método, que fué el seguido por
nuestro adorado Redentor, es el que Don Ricaidone proclama como
el más útil, lógico y llega a decir obligatorio, y lo llama «Método
catequístico del Evangelio».
En toda la obra campea el más alto conocimiento, tanto teórico
como experimental, de la materia tratada; se ve la competencia doc
trinal contrastada por una práctica que, lejos de ser rutinaria,
— 65
está siempre alerta para admitir acertadas innovaciones, y anima
da de espíritu de atinada crítica va depurando los medios didác
ticos, eliminando los defectos e impulsándolos a continua mejora.
Sólo un gran pedagogo de poderosa inteligencia, de ardoroso
celo, consagrado de por vida a la labor catequística pudo escribir
tan sabias páginas.
Y es de admirar cómo domina las más altas cumbres de la teo
ría y cómo desciende a los más minuciosos pormenores de la prác
tica, iluminado siempre todo por los postulados de la psicología
jiivenil. Para dar idea de esos útilísimos pormenores, recojo uno
solo del número 44 de la Obra: la práctica impuesta por San Juan
Bosco de salir los alumnos de sus bancos, para acercarse al comul
gatorio, sin concierto ni rigor de filas, sino cuando cada uno lo
quiere hacer, de modo que no salgan por el orden de los puestos,
sino uno de aquí y otro de allá, levantándose unos y siguiendo
arrodillados otros de un mismo banco; esto, que parece a primera
vista un lamentable desorden, es eficaz salvaguardia de la libertad
que, aun en las comuniones generales, debe haber para acercarse
a la Sagrada Mesa, y evita que alguno que no esté en las debidas
condiciones ceda acobardado ante la coacción moral de quedar
en evidencia.
Un verdadero tesoro para todos los catequistas es esta nueva
obra del Revdmo. D. Pedro Ricaldone; quisiera yo verla en las
manos de todos mis clérigos, especialmente en las de los párro
cos y encargados de catcquesis; asimismo en las de las Juventudes
de Acción Católica que tan necesaria y eficaz ayuda prestan a
aquéllos en las tareas catequísticas; pero principalmente en las de
mis seminaristas que se forman para ese apostolado que ha de
ser el principal suyo mañana, como lo ha sido de la Iglesia en
todos los siglos.
En esta obra hallarán poderosos estímulos, normas acertadísi
mas, recursos didácticos, observaciones muy atinadas, alientos ge
nerosos y por encima de todo eso el espíritu de mansa abnegación,
de sereno y constante esfuerzo, de la dulce ternura de hermano,
de padre y de madre que, según San Agustín, ha de rebosar el
corazón del ángel anunciador de la buena nueva que debe ser
todo catequista.
Gratitud debemos todos al insigne Rector Mayor de los Salesianos por esta luminosa obra, y a la Central Catequística Salesiana
porque, traduciéndola a nuestra lengua, ha enriquecido la biblio
teca catequística española.
t Leopoldo Eijo Garay
Obispo de Madrid-Alcalá
A l acoger en las páginas del Boletín estas elogiosas líneas, hacemos pú
blica la gratitud de que la Congregación Salesiana le es deudora a su eximio
autor por esta y otras muchísimas bondades que para con ella se ha dignado
tener.
66 —
M adrid {Atocha).— El Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo de Madrid-Alcalá y demás Autori
dades que presidieron la ináugüración de los nuevos talleres-escuela.
EFEMERIDES S E C U L A R E S
Do n
S o s c o
en
18 4 5 . . .
bre todo, el griterío de los jóvénes, salió de
del Hospitalito de la M ar
casa hecha un-basilisco, y con la cofia la
quesa de Barolo, don Bosco; él 25 de
deada y los brazos en jarras, desatóse en
mayo, condujo a sus muchachos ai Cemen
apóstrofes y diatribas contra ellos con todo
terio de San Pedro " in Vinculis", con cuyo
capellán, don Testo, ya estaba de acuerdo., el salero y la elocuencia de que es capaz la
lengua de una m ujer enfurecida.
Pero en aquél momento se hallaba éste fue
ra de casa.
Y su rabia subió de punto cuando observó
E l amplio pórtico, el espacioso patio y la
que algunos comenzaban a jugar a la pelota
adjunta iglesia, tan capaz para las funcio
V que una gallina, que intentaba pacíficam en
nes sagradas, excitaron en los muchachos el
te poner un huevo en un cesto, se echó a
más vivo etitusiasmo, enajenándolos de ale
correr espantada por un niño, yendo el hue
gría.
vo a estrellarse contra ei suelo. Junto a la
vieja sirvienta hacían armas contra don Bos.
Mas, ¡o?i, desdicha'., no tenian, se puede
bos y sus chicos una muchacha a gritos, un
decir, sino lo miel en los labios, cuando en
perro ladrando o. más y m ejor, un gato con
un punto y m om ento se les convirtió en amar
fieros maullidos y las gallinas en masa ca
gura. Junto a aquellos sepulcros tenian un
careando por todo lo alto. Parecía inminente
tem ible adversario. N o era, precisamente,
una guerra europea.
uno de los muertos que reposaban bajo las
frías tosas de mármol, no. Era un enemigo
Acercóse don Bosco a la sirvienta con el
v iv o : la anciana sirvienta del capellán. Ape.
fin de calmarla, haciéndola observar que
nos la vieja oyó los cantos, las voces, y, so
aquellos muchachos no llevaban malas in-
A
rro jad o
— S7
tenciones; que se divertían sin hacer pe
cados, y que algún pequeño perjuicio se
podría soportar con paciencia y reparar con
facilidad. ¡ Todo fué in ú til! Aquello era pre
dicar en desierto. Lejos de calmarla, don
Bosco vióse venir encima un chubasco de
injurias e improperios. Aullando como una
bruja y alzando los puños crispados, seguía
profiriendo amenazas contra aquellos que
e n . su imaginación debían ser bárbaros de
Atila, o poco menos. — Si don Tesio— decía—
no Os despacha inmediatamente de aquí, ya
buscaré yo la manera de hacerlo... Y usted,
usted, don Bosco, en vez de sujetar a «sos
golfos, a esos borricos, alborotadores, desca
rados y sinvergüenzas, ¿los va educando de
esta m aneral Ya se guardarán muy mucho
de poner los pies aquí el próxim o domingo,
porque si lo hacen... ¡ay de eZios!
(Continuará.)
Cementerio de San Pedro “in Vinculis".
("M em orias Biográficas” , tomo n.)
Noticiario Salcsiano
Carta del Rvdmo. Sr. D. Pedro Be*
rru ti, Prefecto General de la Congre*
gación Salesiana
Recientemente se ha recibido una cartacircular fechada en Rom a el 24 de noviem
bre de 1944, en la cual e l Rvdmo. Sr. Pre
fecto General de la Congregación Salesiana.
D. Pedro Berruti, se dirige a los Salesianos
del mundo entero para infundirles aliento
y darles normas en estas horas tan difíci
les. De dicha circular entresacamos algunas
noticias, que* creemos habrán de interesar
a nuestros amadísimos Cooperadores.
No he tenido noticias de nuestro amadí
simo R ector Mayor, a excepción de un lacó
nico mensaje radiado captado a mediados
del pasado septiembre que d ecía : “Don R icaldone está bien."
Un instituto aceptado este año en Adelai
da de Australia, en pocos meses, con el sis
tema de do7t Bosco, ha cajnbiado totalmente
el espíritu de los jóvenes que lo frecuentan.
El señor Arztíbispo está satisfechísimo, vi
sita con frecuencia la Casa, y cuando hos
peda a algtin Obispo To lleva invariablemente
al Coíefifio Salesiano “para hacerle ver lo
que son prod igios"; porque, según él, e l cam
bio efectuado en aquellos muchachos es un
verdadero milagro. En Australia también se
ha abierto un aspirantado, y cada áia va
en aumento el número de jóvenes que quie
ren enrolarse bajo las banderas de don Bosco.
En M éjico nuestras Obras van volviendo
a la vida en el nuevo ambiente formado des.
68
—
pués de las pasadas dificultades. E l personal
es sumamente reducido \ seis Casas con sólo
treinta y tres Hermanos; sin embargo, lo
gran atender a ocho iglesias públicas, once
Oratorios Festivos y ocho Escuelas Externas
con doscientos, trescientos y hasta quinientos
alumnos cada una.
Don C im atti y los Hermanos que trabajan
en el Japón, siguen con admirable abnega
ción su labor apostólica, que si bien se t>e
limitada por las circunstancias actuales, se
ha extendido a otros campos, cuales son la
edición de libros para difundir las ideas ca
tólicas, y a otras localidades fuera de los
confines de la Inspectoría, adonde han te
nido que trasladarse algunos hermanos.
El Emmo. y Rvdmo. Sr. Cardenal Salotti.
Protector de la Congregación Salesiana, agra*deció con la siguiente carta la que le fué
escrita por 7iuestro Prefecto General con
ocasión de celebrar el insigne purpurado sus
Bodas de oro sacerdotales:
S agrada C ongregación .
DE R itos
Roma, 11 de octubre de 1944.
Rvdmo. y amadisiJTio don B e rru ti:
Después de la carta augusta del Padre San
io, entre tantas manifestaciones de afecto
que me han llegado de todas partes, la que
más ha suscitado en m i sentimientos de pro
funda eTnoción y de inmensa gratitud ha sido
la carta escrita no por la mano, sino por él
corazón de V. S. Rvdma.
La he leído 'grimero con lágñmas en los
ojos, y después la he vuelto a leer de rodi
llas
una imagen de nuestro amadisiino Padre San Juan Bosco. Con toda m i
elocitencia, no encuentro palabras adecua
das para expresarle con exactitud mis sen
timientos, que en estas circunstancias ad
quieren un significado que trasciende las
ordinaria^ convenciones.
M i adhesión a 2o Congregación Salesiana
y a sus_ vastas Obras de apostolado, a sus
Superiores y a sos florecientes juventudes,
que mañana serán legiones d.e soldados dis
puestos a com batir las más santas batallas
en todos los campos de actividad, hoy se consolida com o nunca en m i corazón, no diré
de Protector, del cual la Sociedad Salesiana
no necesita, sino más l>ie7i de amigo y de
hermano.
La generosa oferta que se me ha enviado
de los Salesianos y de las Hijas de M aría
Auxiliadora para una Misa, si me hubiese
llegado de otra parte la habría destinado
a remediar las necesidades de m i atribulada
diócesis. Pero com o quiera que mis queridos
Salesianos no han sido n i m ucho menos
perdoruidos por la guerra, que ha destruido
sus Casas y sus Colegios, rem ito la oferta
para que los Superiores se valgan de ella pa
ra levantar tantísima ruina. La Santa Misa
la celebraré igualmente, en un dia que de
terminaremos, en la basilica del Sagrado
Corazón de Jesús, con asistencia de todas
las representaci07ies salesianos de Roma, pa.
ra pedir a Dios y ol gran don Bosco su pro
tección y auxilio sobre ese conjunto de Obras
que constituyen la ' gloria y el gozo de la
Sociedad Salesiana.
Les bendigo a tod os, desde el quci'idísimo
don Ricaldone hasta el últim o de sus hijos,
mientras reitero m i antigua a7nistad y 77ii
afectuosa estima.
•
Carlos Cardenal Salotti
M A D R ID . — Inauguración de nuevos
talleres-escuela.
El segundo domingo de febrero tuvo lugai'
la inauguración de los nuevos talleres pai-a
el ai'te de la madera en las Escuelas Pix>fesionales Salesianas de la antigua Ronda de
Atocha (hoy General Primo de Rivera). Di
chos talleres están situados en la planta ba
ja del magnifico edificio que se está cons
truyendo gracias a la generosidad de los Co
operadores Salesianos y con la ayuda de los
organismos estatales.
Las fachadas interiores de las Escuelas
se hallaban ^ galan adas con reposteros, ga
llardetes y banderas nacionales y del Mo
vimiento. E l acto inaugural se verificó en el
patio central de las Escuelas bajo la presi
dencia del Exemo. y Rvdmo. Sr. Obispo dq
M adrid {Atocha).— Uno de los nuews talleres -escuela recientemente inaugurados.
— 69
Madrid-Alcalá, doctor E ijo Garay,- a qxüen
acompañaban el Subsecretario del Ministerio
de Trabajo, don Esteban Pérez González;
el Vicesecretario de Obi-as Sociales y Dele
gado Nacional de Sindicatos, señor Sanz
O rrio ; el Presidente Nacional de los Anti
guos Alumnos Salesianos de España y Pro
curador en Cortes, señor Garcia de Vinuesa;
los Inspectores Provinciales de las Casas Salesianas, y la Junta de la P ía Unión de los
Cooperadores y Cooperadoras - S a le s ia ^ .
Comenzó el acto con la intervención de
un niño de las Escuelas Externas, cuya pala
bra emocionó a los asistentes, y a continua
ción el señor García de Vinuesa prommció
breve discurso en que destacó la labor cul
tural, patriótica. y social que realizan los
colegios salesianos siguiendo la senda tra
zada por su Fundador.
Seguidamente, el señor Obispo, revestido
de pontifical, procedió a la bendición de los
nuevos locales, y después, en unión de las de
más autoridades, recorrió las diversas depen
dencias de la Casa, pudiendo admirar, es
pecialmente, el magnífico aspecto del gran
patio de las Escuelas, poblado por más de
dos mil muchachos en alegre y clamoroso
recreo.
S E V IL L A (T ria n a ).— Nueva Archico*
frad ía de M aría Auxiliadora.
El día 29 del p. p. enero, festividad de
iSan Francisco de Sales, quedó fxmdada en
la iglesia de las Escuelas. Salesianas de T ria
na, la Archicofradía de M aría A u x ilia d o r.
Un buen grupo de distinguidas señoritas re
cibieron la medalla de arcbicofrades de ma
nos del Excmo. y Rvdmo. Sr. Arzobispo Mon
señor Lissón Chaves. Fué un acto sencillo,
pero altamente significativo. L a Virgen San
tísima tiene yá en e l castizo barrio de T ria
na un grupo de hijas amantes y fervorosas
que se proponen velar por e l decoro de su
Casa y propagan* sus glorias.
BARCELONA.— Se organiza el primer
turno de Tarsícios.
El pasado día 10 de febrero tuvo lugar en
la amplia capilla de las Escuelas Salesianas
de Saai José, de la calle Rocafort, la creación
del primer tum o de Tarsicios organizado en
Barcelona. Componen dicho turno alumnos
de las Escuelas y socios del Círculo “ Dommgo Savio” .
Dieron realce al acto con su asistencia
varios miembros del Consejo Diocesano de
la Adoración Nocturna Española con su pre
sidente, D, Arturo L. ElizaJde, a la cabeza;
numerosos Adoradores de otros tumos y la
casi totalidad dej décimo, “ M aría Auxilia
dora” , que, integrado por Antiguos Alumnos
Salesianos, monta su guardia al Santísimo
Sacramento la noche del 23 al 24 de cada
mes.
B ajo la dirección del Rvdo. D. Francisco
Serrats, los nuevos Taraicios dieron comien
zo a su vigilia ante el Am or de los amores,
vigilia que renovarán todos los meses unién
dose con Jesús Sacramentado, que habrá
de llenar su juventud de alegría pura y de
esforzado aliento.
Quiera M aría Aixxiliadora conseguirles la
santa perseverancia en su féi-vor eucarístico
y suscitar muchos imitadores que sigan el
ejemplo de este primer Tu m o de Tarsicios
de Barcelona.
M orón de la F rontera {Sevilla).— Numerosos jiinos de todas las clases sociales, que en el
patio de las Escuelas V O ratorio Festivo Salesianos se unen en la verdadera Hermándad de los hijos de Dios.
70
Barcelona {Escuelas Salesianas de
San José).— Coinponentes del pñ~
mer tu m o de Tarsicios organizado
en la Ciudad Condal.
MORON DE LA FR O N TE R A .— Bodas
de oro sacerdotales de un cooperador
salesiano.
El Rvdo. Sr. D. R afael Segura, capellán
de Santa Clara, en Morón de la Frontera, el
pasado dicieníbre fué objeto de un sentido
homenaje con motivo de celebrar el quin
cuagésimo aniversario de su Ordenación sa
cerdotal. En esta ocasión recibió la siguiente
carta que habla muy alto del eximio sacer
dote : “ Muy estimado en el Señor: He tenido
noticia de que el próximo día 24 celebra
usted el Quincuagésimo Aniversario de su
ordenación sacerdotal, y no quiero le falte
la felicitación de su Prelado y las oraciones
que elevará al Señor para que le conserve
la vida, que tan bien viene empleando en
bien de las almas. Con mi felicitación muy
efusiva, quiero reciba también el testimonio
de la satisfacción de su Prelado por tan faus
to acontecimiento. Concedo trescientos días
de indulgencia a los fieles que asistan a cada
uno de los actos religios<« de dicha conme
moración. Con este motivo le envío mi ben
dición muy efusiva.— E l Cardenal de Sevilla."
Reciba el buen Cooperador desde estas
páginas los más sinceros plácemes de toda
la Fam ilia Salesiana.
im DE m flE S T A S
EH HONOR
DE SAN JOAN DOSEO
CAM PELLO
Enfervorizados los ánimos durante todo el
mes de enero, llegó por fin la novena y el
triduo en preparación para la fiesta de San
Juan Bosco, la cual fué una jom ada de en
tusiasmo y de fervor, en la que todos fue
ron a porfía en honrarle cual hijos amantíslmos.
El sábado, 3 de febrero, celebróse tma
amena velada cuyos números tuvieron gran
aceptación, destacándose entre otros el her
moso y vibrante discurso de introducción, el
“A rte Musical” , de Pedrollni, y “ Los sue
ños de Juanito Bosco” , con ilustraciones mu
sicales.
Mas cuando se desbordó e l amor de los
hijos al Padre, fué el domingo, 4 de 'febre
ro, día designado para celebrar su festivi
dad. En la misa que se celebró a las ocho
en el altar de San Juan Bosco, cuya artís
tica imagen es obsequio del insigne Coope
rador Salesiano D. Vicente Gisbert Juliá.
se tributó al Padre la m ejor ofrenda: una
fervorosísima Comunión.
Durante la Misa Solemne predicó con su
reconocida elocuencia el Rvdo. D. José María
Armelles. Prefecto de las Escuelas Salesia
nas de Alicante. L a “ schola cantorpm” de
este Aspirantado interpretó con acierto tma
partitura de Diericx y el ofertorio “ Veníte,
aiii”, a dos voces, del maestro J. Villani, S. S.
■ Por la tarde, el señor director de esta Ca
sa Salesiana, don Antonio M aría Maíéo, dirigiór la palabra al numeroso público qtie lienaba la iglesia, y luego impartió la Bendi
ción con S. D. M. Al final dió a besar la
reliquia de nuestra Santo Fundador.
En el salón de actos se dió una represen
tación teatral, que dejó sumamente compla
cidos a todos los presentes. Púsose en escena
primero el hermoso drama “ Los molinos de
Rom a” , y luego se representó un episodio
de la vida de San Juan Bosco: “ El hombre
nuevo” , recientemente editado por la Central
Catequística Salesiana. Puede decirse que
estos buenos hijos se han superado para hon
rar al amado Padre y Santo Fundador. Ob
ténganos él d e .M a ría Auxiliadora el perse
verar en los buenos propósitos de s ^ u ír
siempre fieles en pos de sus huellas de vir
tud y santidad.
— 71
I
Campello
(.Alicante). —
Alumnos de segundo cur
so de La tín que se pre
paran a ser un d i a m i
nistros de Dios y apósto
les de Jesucristo. C ontri
buir. a su sostenimiento y
educación es hacer u n a
de las más bellas obras
de caridad social.
MALAGA
Dieron comienzo los festejos en honor de
San Juan Bosco el día 28 de enero, en que
los Antiguos Alumnos Salesianos rindieron
a su Padre y Fundador un grandioso home
naje en la Misa de Comimión, concmridísima, y en la solemne en que ocupó la sagrada
cátedra el Rvdo. Sr. D. José M aría Franco.
Inspector de Prim era Enseñanza. T a l fué
el entusiasmo y la unción con que habló de
don Bosco, que los Antiguos Alumnos im
provisaron un acto de gratitud en honor
del predicador.
Por la tarde púsose en escena, juntamente
con otras piezas teatrales, el cuadro sobre
la vida de don Bosco titulado “ Y el grano
llegó a ser árbol...” , del salesiano don R a
fael Ureña. En esta ocasión se estrenó, el
himno del Colegio, cantado por todos los
alumnos con acompañamiento de banda.
El día 29 dió comienzo el solemne Triduo
predicado por el citado orador y amenizado
con hermosos teantos polifónicos. L a voz
clara y timbrada de un niño impetró cada
tarde al acabar la función las bendiciones
de Dios y de San Juan Bosco sobre los niños,
sobre la Familia Salesiana y sobre el mun
do entero, a fin de que venga cuanto antes
la suspirada paz.
La fxmción de la tarde del día 31, solem
nidad de San Juan Bosco. se vió enaltecida
con la presencia del Excmo. y Rvdmo. señor
Obispo de la Diócesis, doctor Santos Olivera,
que impartió la Bendición con S. D. M. Co
mo todos los días, los ñeles. antes de mar
charse a sus hogares, besaron la reliquia de
San Juan Bosco.
LAS PALM AS
Predicó los tres días del Triduo con sin
gular elocuencia el Rdo. P. Serapio Leturia. S. J. E l Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo
72 —
de la Diócesis, doctor Pildáin, quiso d a r
mayor esplendor a la ñesta celebrando la
Misa de Comunión del día 31. A pesar de
ser día de labor, la Parroquia de Santa Ca
talina se vió materialmente repleta de fieles.
En la M isa solemne ofició el Rdo. Sr. P á
rroco de M ontaña Cardone, y ocupó la cá
tedra del Espíritu Santo el Rdo. D. Andrés
Yun Encinas, S. S. A continuación, la reli
quia de San Juan Bosco recorrió en hom
bros admntes las calles de la Ciudad Jar
dín entre el alegre repique de las dos cam
panas inauguradas con esta ocasión.
P o r la tarde tuvo lugar la Conferencia re
glamentaria a los Sres. Cooperadores Sale
sianos, dada en el salón de actos por el
prestigioso Maestro nacional y antiguo alum
no salesiano don Francisco Caballero, quien
después de cantar un himno a la caridad
cristiana, expresó la necesidad de sostener
m o r a l y materialmente las obras de don
Bosco.
FU EN TES DE A N D A LU C IA
El día 4 de febrero celebróse con devota
solemnidad la Fiesta de San Juan Bosco,
que fué precedida de un Triduo predicado
con apostólico celo por el Rdo. D. Mariano
Subirón, S. S.
Fué extraordinario el número de fieles, es
pecialmente Antiguos Alumnos Salesianos,
que se acercaron a recibir los Santos Sa
cramentos. En la Misa solemne, oficiada por
el Rdo. Sr. Cura-párroco D. José Ojeda, la
“ schola cantorum” interpretó la partitura
“ Landate, pueri, Dominum” . L o s cantores,
los niños del "clero infantil” y los que hi
cieron la Prim era Comunión fueron obseqxüados con un espléndido desayuno.
Por la tarde, el "Cuadro Artístico” de los
Antiguos Alumnos puso en escena la zar
zuela de F. Alcántara, S. S., "L a Virgen de
la ermita” , y ima divertida comedia.
C I N C U E N T E N A R I O
DE LAS MISIONES SALESIANAS
EN
EL
E C U A D O R
P reliminares
¿Cuándo dieron comienzo las Misiones Salesiaixas en el Ecuador? A llá por los años
de 1890, el Presidente Flores, lleno de com
pasión por los infelices salvajes que pobla
ban los territorios de Macas, Méndez y Gualiquiza y Zamora, hizo instancias a la Santa
Sede a fin de que se dignara creai- varios
Vicariatos Apostólicos, confiándolos a distin
tas familias religiosas, entre las cuales pro
ponía también a la Congregación Salesiana.
En Rom a se tenía la segmúdad de que
los hijos de don Bosco no rechazarían una
misión que les fuera ofrecida por la Santa
Sede, tanto más cuanto que ya el Eminen
tísimo C ardm al Rampolla había hablado
del asunto por escrito y verbalm ^ite oon el
primer Sucesor de don Bosco, e l siervo de
Di<» don Miguel Rúa.
E l Presidente Flores contaba con el apo
yo del Gobierno y de ambas Cámaras, que
habían votado favorablemente el proyecto.
Con todo, pasó bastante tiempo sin que la
Santa Sede diera respuesta definitiva sobre
la cuestión, pues en asuntos de tanta im
portancia Rom a camina siempre con pies de
plomo.
Por lo que a nuestra Pía Sociedad' se re
fiere, el 8 de febrero de 1893 la Sagrada Con
gregación de Asuntos Eclesiásticos Extraor
dinarios, dependiente de la Secretaría de Es
tado, em itía el decreto de erección del nue
vo Vicariato Apostólico de Méndez y Gualaquiza, haciéndole llegar a manos de don
Rúa precisamente el día de la apertura del
Jubileo Episcopal de León X II I .
El documento delimitaba así los confines
del Vicariato; al Norte, e l río Apatenoma:
al Sur, el territorio de Zam ora; al Este,
los ríos Marona y Marañón, y al Oeste, las
Diócesis de Cuenca, y de Loja.
La proximidad de Cuenca constituía una
gran ventaja para los Salesianos, puesto
que desde marzo de 1892 existía en esta ciu
dad una Casa Salesiana que podría ser cen
tro de preparación, de retiro y descanso
para los misioneros.
T entativas
de exploración
Para comenzar la d ifícil misión, don Rúa
pensó en el ya veterano misionero don An
gel Savio, que había trabajado en la Patagonia, en el Brasil y en el Paraguay. El
buen h ijo de don Bosco aceptó con santo
optimismo aquella pesadísima carga, b i e n
convencido, con todo, de que sus fuerzas
no resistirían tanta fatiga. Y , en efecto, en
su primer viaje de exploración, cuándo a
caballo se dirigía desde Ríobambá a Quito,
moría el 17 de enero de 1893. víctim a de
San
Juan
Bosco
en medio de ios p ri
meros
Salesianos
p o r él enviados al
Ecuador. La labor
de aquellos sembra
dores
ha
a lo
divino
granado
abundantes
en
frutos
de santificación de
almas.
— 73
II
fulmiDante pulmonía, en una cabaña soli
taria, a las faldaa del Chimborazo.
No era Gualaquiza tma población que me
reciera, ni mucho menos, e l nombre de villa.
Era un poblado donde habitaban en imas
cuantas cabañas diseminadas acá y allá los
colonos. En el resto del territorio vivían
numerosas familias de indios agx-upadas en
ranchos. El país es uno de los más bellos y
encantadores d e l Oriente ecuatoriano. Se
eleva a 780 metros sobre el nivel del mar.
Tiene un clim a sano y agradable, siendo su
temperatura media de 22 gi-ados.
Desde el año 1816 había ya cristianos en
Gualaquiza, gracias a las fatigas del apos
tólico h ijo de San Francisco Üe Asís Padi’e
Prieto, natural de España. Alguna que otra
vez habían llegado h a s t a allí sacerdotes
seculares procedentes de Cuenca; y asimis
mo habían trabajado con celo y abnega
ción los Padres Jesuítas enviados por G ar
cía Moreno. Sin embargo, su labor se había
visto obstaculizada por e l carácter altanero
e independiente de los indios.
Los jíbaros son temibles, aunque a pri
mera vísta parecen simpáticos e inteligen
tes. Astutos, egoístas, vengativos, perezosos,
sedientos de placer, fanáticos de su inde
pendencia, se creen superiores a todos. Ni
los incas ni los españoles pudieron jamás
domeñai'les. Rinden culto a los muertos y
tienen fe en la vida futura. Admiten la exis
tencia de dos espíritus, uno bueno y otro
m alo; y entre ellos tienen gran influencia
los adivinos.
Nuestros exploradores encontraron en Gua
laquiza algunos de estos indios, algo sua
vizados ya con el contacto con los cristia
nos. N o pocos chapmreaban el español, pero
usando los verbos siempre en gerundio. Sa
bida la llegada de los misioneros portadores
de hermosos regalos, acudieron en buen nú
mero de todas partes.
C omienzo
de la
M isión
Esta exploración minuciosa le hizo cono-
Familta de jíbaros.
74 —
cer a fondo lo dificultoso y peligrosísimo
de la empresa, asi es que, vuelto a Quito,
preparóse la primera expedición, compuesta
de dos sacerdotes, dos coadjutores y trein
ta obreros, que emprendieron la marcha, a
las órdenes de don Francisco Mattana, el
día 5 de enero de 1894.
Llegados a Gualaquiza, se pusieron ai pun
to a constimir casa, capilla y talleres. Estos
edificios se fabricaron con troncos y cañas,
y acogieron en seguida a todos los hijos de
los colonos, más algunos indiecitos, a quie
nes Se comenzó por enseñar un arte u ofi
cio, mientras que a la vez se atendía al
cuidado espiritual de los colonos.
Pocos días después de la llegada de los
misioneros, los indios dieron una de sus mu
chas pruebas de feroz salvajismo, pues ha
biendo cogido prisionera a im a joven india
de Zamora, le cortaron la cabeza, alrede
dor de la cual estuviéronse bailando duran
te cinco días, y
después
la redu
jeron, mediante im procedimiento en que
eran muy hábiles, al tamaño de un puño,
sin que perdiera la fisonomía y las faccio
nes de la infeliz joven sacrificada a s u s
venganzas.
Asimismo, y antes de acabar aquel año,
los misioneros tuvieron que lamentar un se
rio disgusto ocasionado por la ferocidad de
aquell<^ a quienes iban a proporcionar tan
to bien. Una noche, mientras se hallaban
misioneros y niños en la capilla, se llegaron
a la Misión algunos jíbaros y prendieron
fuego a la residencia y a los talleres, dán
dose inmediatamente a la fuga. En menos
de diez minutos todo quedó convertido en
un montón de cenizas, salvándose sólo la
capilla, por estar algo separada dei resto
de la Misión.
Los misioneros no se perdieron de ánimo,
antes, por el contrario, se entusiasmaron más
y más, por considerar aquel percance como
un esfuerzo del demonio a fin de impedir
el bien que de sus trabajos iban a reportar
las almas.
Sin embargo, suspiraban ellos por la lle
gada del Vicario Apostólico, que si bien no
había sido aun designado, sospechaban que
no podía tardar.
Tanto el Presidente de la República como
varios de los principales senadores anhela
ban que fuese n ^ b r a d o para dicho impor
tante cargo don Santiago Oostamagna, Ins
pector de las Casas Salesianas de la A i^ n tina. Don Rúa comunicó al Capítulo Su
perior de la Congregación est<» deseos, y
don Costamagna fué preconizado obispo en
el Consistorio secreto celebrado por Su San
tidad el Papa León X I I I el 18 de marzo
de 1895. L a consagración se realizó en la
Basílica de M aría Auxiliadora el 2 de mayo
del mismo año.
Entretanto, en la Misión se celebraba por
primera vez el mes de M aría Auxiliadora,
con la asistencia de los colonos, de algunos
indios bautizados y de no pocos paganos,
que seguían las ceremonias y cantos religicsos c<m atención y maravilla. Para la
fiesta llegó a la selva izna banda contrata
da de propósito por uno de los bi^hechores
de la Misión, un ta l don Guillermo Vega.
El concurso de colonos y de jíbaros f u é
enorme. En la M isa primera, además de
otaas muchas, hubo cuatro primeras Comu
niones; y a la cantada asistió el Gober
nador con todas las autoridades. Hubo luego
procesión con la estatua de M aría Auxilia
dora, a la que hacía escolta un piquete de
soldados c o n . arma a l hombro. Con esta
ocasión se hizo público el decreto del Go
bierno de la .República ecuatoriana, por el
que se determinaba que la capital del te
rritorio, recién elevado al rango de pro
vincia, sería constituida por la población
agrupada en tom o a la residencia misio
nera, y que llevaría por nombre Gualaquiza. Y como quiera que se debía señalar ya
desde la fundación un celestial protector a
la nueva ciudad, fué solemnemente nombra
da M a r í a Auxiliadora Patrona de Gualaquiza, estableciéndose que, de aUí en adelante, el 24 de m ayo fuera fiesta eclesiástica
y civil.
Aquella noche la admiración de los jíba
ros llegó al colmo ai contemplar los fuegos
artificiales y los globos que se elevaban por
si solos. Aquel conjim to de maravillas, por
ellos jamás vistas ni soñadas, dejó en su in
fantil fantasía recuerdo Imborrable y con
tribuyó a inspirarles gran respeto hacia la
Misión y los misioneros.
L a Virgen Santísima había tomado pose
sión de la M isión; pero Monseñor Costamagna no pudo hacerlo sino siete años más
tarde. U na de aquellas revoluciones, tan fre
cuentes entonces en las Repúblicas sudame
ricanas. acababa de elevar a l Poder un Go
bierno anticlerical, en cuyo programa entra
ba como número principalísimo la supresión
de las Congregaciones religosas.
Entretanto, el apostólico Obispo no per
maneció inactivo, sino que, delegado por los
Superiores, dióse a visitar y organizar las
Casas Salesianas de Am érica del Sur de la
vertiente del Pacífico, hasta q u e en 1902
pudo entrar en su Vicariato, donde sus her
manos los Misioneros Salesianos no habían
permanecido inactivos.
Hoy. a los cincuenta a ñ o s de fxmdada
aquella Misión, dificilísima por demás, pre
senta e l siguiente consolador cuadro de vida
cristiana y civilizada:
Sacerdotes adscritos a l Vicariato, 20; Her
manos (clérigos y coadjutores), 27; Herma
nas, 23; estudiantes de Filosofía y Teolo
gía, 35; novicic«, 6; alumnos del Semina
rio Mayor, 15; ídem del Seminario Menor.
45; catequistas, 26; maestros, 17; maestras,
12; bautizantes, 10; bautizantas, 15; en
fermeros, 6.
S. E. Rvdma. Mons. Santiago Costamagna,
prim er Vicario Apostólico de los jíbaros.
Población. — Católicos: indigenes, 2.100;
extranjeros, 6; ex-stirpe m., 10.431; cate
cúmenos. 2.000. Protestantes, 14. Paganos,
cerca de doce mil.
Cttosi parroquias. 2 ; residencias misione
ras, 7; estaciones secimdarias, 20; iglesias
grandes, 6; capillas, 5; hospitales, 4, con
24 camas: dispensarios médicos, 6; consul
tas facultativas. 15.000; escuelas elementa
les, 15, con 386 alumnos y 273 alumnas; or
fanatos. 5, con 163 niños y 129 niñas; una
escuela agrícola para la formación del per
sonal misionero; cuatro escuelas profesio
nales. con 62 alumnos y 89 alumnas; veinti
trés escuelas de oración, con 529 alumnos y
560 alumnas; una tipografía que imprime “ El
Mensajero de M aría Auxiliadora” , con 2.500
ejemplares.
Bautizos (en el año 42); 16 adultos; 226
niños; 71 emigrados; bautizados in articulo
mortis, 18. CJomuniones pascuales, 7,300; por
devoción. 150.000. Mairimonlos, 61. Ejercicios
Espirituales predicados, 48.
E l Vicariato tiene siete Archicofradías de
M aría Atixiliadora y siete Pías Uniones del
Corazón de Jesús, siete Compañías religio
sas masculínító y cinco femeninas; la Unión
de San José para hombres de Acción Ca
tólica y el Círculo de Juventud Católica
don Bosco, en Macas.
— 75
X. A S K G K I V A O I Q O X O S
Doña Dorotea de Chopitea
C O O I » JE ] a a O O J B A
L a Providencia ha hecho que, a pesar del
cuidado con q u e se andaba la Sierva. de
Dios a fin de mantener ocultos sus actos de
virtud, llegaran a nosotros numerosas anécddtas que juntamente conmueven y edifican.
Una señora de su amistad refiere textual
mente : “ En una fam ilia salió quinto el hijo,
que era el sostén de sus padi-es; sábelo doña
Dorotea y pregunta a la desconsolada ma
dre cuánto le falta para redimir a su hijo,
e inmediatamente le es entregada ía canti
dad necesaria.”
Supo en cierta ocasión de dos niñas que
tenían la cabeza llena de costras. Hízolas al
punto mudar del misero tugurio en que vi
vían a una casa más confortable y a ella
iba todos los días a curar con sus propias
manos aquellas llagas purulentas y hedion
das, tratando aquellas fétidas cabezas como
si fueran objetos preciosos. Una vez q u é
ambas niñas se hubieron cui’ado, colocó a
una en un colegio, y a la otra, sumamente
delicada y enfermiza, le señaló una pensión
con la que pudiese vivir honestamente.
En cierta ocasión asistía a un enfermo
que vivía en un. quinto piso. • A l tenérsele
que admlnisii-ar el Santísimo Viático, obser
vó doña Dorotea que la habitación presen
taba un aspecto menos aseado de lo q u e
convenía a la Majestad del Señor, y ella
misma fregó y barrió el piso de la estancia
con t o ^ humildad.
Hallábase enfermo un anciano misionero
franciscano de más de ochenta años de edad.
Doña Dorotea quiso asistirle en todo el tiem
po que dimó su enfermedad, que fué hasta
la muerte, con gran devoción y esmero. El
anciano, antes de expirar, hízola heredera
*76 —
del objeto que más amaba, es decir, del
crucifijo que había llevado siempre en sus
viajes apostólicos.
Una señora, enferma y ' m u y necesitada,
después de una visita que le hizo la Sier
va de Dios, se encontró con un cartucho de
veinte dm-os debajo d e » la almohada, que
con gran disimulo había dejado allí la bue
na señora
En otra ocasión supo que una niña de
pocos años recibía muy- malos tratos de su
madrastra. Doña Dorotea, a quien el Cielo
había dotado de un corazón tan sensible
que no podía ver con paciencia que nadie
sufriera, salió en defensa de la pobre cria
tura y, comprendiendo que nada iba a lo
grar de la despiadada madrastra, no pajó
hasta arrancársela de las manos y colocar
la en un centro apropiado, encargándose de
- sufragar ella misma los gastos de la pen
sión.
D íjole un día su esposo que pensaba cam
biar l a . sillería de im a de las salas de su
casa. A poco, hallándose don José M aría de
viaje, se presentó im a m ujer a doña Doro
tea pidiéndole m u ebla para su casa, que
estaba pobrísima. N i corta ni perezosa, la
Sierva de Dios le hizo entrega de las sillas
aludidas. De vuelta el esposo, pregimtó ex
trañado :
— Mujer, ¿qué es esto? ¿Qué ha sucedido?
—Están ya dados los muebles por cari
dad— respondió ella— . ¡ Como me dijiste que
querías cambiar la sillería... se la he rega
lado a una pobre!
Lejos de enojarse, su marido sonrió com
placido. Tenía la convicción de que su es
posa era una santa y daba por ello gracias
a Dios. Es más, aquel gran incendio de ca
ridad que ardía en el corazón de doña Do
rotea halló siempre pábulo y apoyo en el
digno consorte que el Cielo le había depa
rado, de tal manera que con' toda verdad
pudo exclamar en cierta ocasión la ilustre
dam a: —Y o no he encontrado quien me
secundase con tanto empeño, constancia y
generosidad como m i esposo Jc»é María.
A él le había suplicado doña Dorotea, que
todas las veces que quisiera obsequiarla re
galándole joyas, vestidos u otros objetos de
lujo para el adorno y comodidad de su per
sona. le diese en metálico lo que pensaba
gastar en aquellos regalos, pues lo que a
ella más la complacía seria el darle medios
para satisfacer las ansias de su corazón de
ser paño de lágrimas de los pobres y en
fermos.
(Conf:ntmrá.>
TiBiDABo.— Desde su ti'ono
en construcción en ¡a
cumbre de este ino7ite
bendito, el Sagrado Cora
zón de Jestis abrió un dfo
sus broabs a nuestra Pa
tria. Malos hijos de Es
paña rompieron aquellos
brazos y denibaron l a
imagen amorosa del R e
dentor. Deber nuestro es
reparar t a n horrible sacjilegio c o n generosidad
y amor.
Crónica de Gracias
ha dignado escucharnos por mediación de*
M aría Auxiladoia y de su fiel siervo San
Juan Bosco.— Antonio M aría Mateo, S. S.
M A D R ID . — Presentóse mi hijo, antiguo
alumno salesiano, a unas oposiciones. A pe
sar de haber ejecutado e l ejercicio impeca
blemente, se oponían algunos obstáculos para
que fuese aprobado; obstáculos que pare
cían insuperables. Perdida toda esperanza en
lo humano, acudí con fe ardiente a María
Auxiliadora— a cuya Archicofradía pertenez
co— ^y a San Juan Bosco, pidiéndoles que
hallanasen todos los obstáculos. Así lo hi
cieron mis celestiales Protectores. Cumplien
do m i promesa, entronizo en m i casa como
Reina y Señora a mi Santísima Madre M a
ría Auxilio de los cristianos.— Una madre
agradecida.
BARCELO NA.—Siendo aún muy niña ha
bía perdido completamente la vista del ojo
derecho. Y he aquí que el 6 de marzo del
pasado año de 1944 me di un golpe con una
barra de hierro en el otro ojo, destrozán
domelo de tal manera, que quedé completa
mente ciega. A los veinticinco días salí de
la clínica sin esperanza alguna de recobrar
la vista. Unos seis meses después subí con
una cuñada mía- al Templo del Sagrado Co
razón de Jesús del Tibidabo, donde se está
construyendo una capilla al Santfeimo Sa
cramento, y en la cual habrá de tener San
Juan Bosco un altar. Leyóme ella la invi
tación que se halla debajo del cuadro del
Santo, de recurrir a él en las necesidades
para obtener las gracias que se necesitan.
Empecé en seguida una novena pidiéndole
a don Bosco me devolviese la vista para
poder Uévar adelante mi casa y cuidar de
la educación de mis hijos. Tres días des
pués. contra toda esperanza y contra todas
las predicciones del médico, comencé a ver
bien. Muy reconocida por este señalado fa
vor. he subido con mi fam ilia al Tem plo del
Tibidabo para agradecérselo a don Bosco y
dejar una limosna para las obras de la
mencionada Capilla.— Rosa Satichis de Dalmau.
A L C A L A DE G U A D A IR A . — Padecía un
cáncer interno en la nariz y corría peligro
de que, interesándome algunos nervios ce
rebrales, me ocasionara la muerte. Acudí a
M aría Auxiliadora, y a los pocos días quedé
completamente fuera de peligro. — V n de
voto.
C A M PE LLO (Alicante).—El coadjutor Salesiano Sr. Maximino Aragón, que, a pesar
de sus ochenta años, sigue prestando sus
servicios a la Congregación en esta Casa
Salesiana de Campello, enfermó en el pa
sado mes de octubre, y a tal punto de gra
vedad llegó en poco tiempo, que el día de
Todos los Santos hubimos de administrarle
los últimos Sacramentos. Empezamos u n a
novena a nuestra buena madre María Au
xiliadora, recurriendo también a la inter
cesión de San Juan Bosco. y a los pocos
día fué desapareciendo la gravedad, entró
en convalecencia el querido enfermo, reco
bró la salud y pudo reanudar su vida ordi
naria. ¡Gracias sean dadas a Dios, que se
GERONA. — Habiendo sobrevenido a mi
hijo un fuerte ataque que hacía temer por
sus facultades en caso de salvarse, acudi
mos con fervor a M aría Auxiliadora, que
ai punto nos escuchó. Agradecidos, damos
una, limosna para una Misa.—Juan Atberti.
A L IC A N T E . — Hace más de un año una
persona para m í muy querida enfermó gra
vemente de la vista. A l ir a visitar al mé— 77
dico, yo le pedí a San Juan Sosco que, a
pesar de lo gravísimo del caso, notara si
quiera indicios de mejoría. Asi fué, y, agra
decida, toda la vida confiaré en este gran
Santo.— Una andaluza.
VALD ECO LM ENAS D E ABAJO (Cuen
ca).—Con indecible pena vi llegar a mi que
rido padre a l último momento de su vida
privado totalmente del uso de la palabra.
En esta angustia le apliqué con gran fe una
reliquia de San Juan Sosco pidiendo la gra
cia de que al menc^ pudiese pronunciar los
Santísimos nombres de Jesús y de María. Mi
padre, a los pocos momentos, con asombro
de todos, pudo hacerlo, no sólo, sino reci
bir los auxilios espirituales, muriendo como
un buen cristiano, lo que había sido duran
te toda su vida. Agradecida, publico la gra
cia y envío im a limosna.—Mario Jesús M ar.
ünez.
BARCELO NA.—Hallándose m i padre en
fermo a causa de una grave afección al es
tómago, acudí con toda confianza a San
Juan'Sosco y a l Vble. Domingo Savio empe
zando una novena. N o tardé en veim e fa
vorecida, pues muy pronto m i padre se vió
fuera d.e peligro. Giistosa, cumplo m i pro
mesa de publicar la gracia en el B oletín S a LESiANo y de enviar quince pesetas de limos
na, a *la vez que continúo pidiendo la com
pleta curación del querido enfermo.— M . S.
V IG O .—En acción de gracias a M aría Au
xiliadora y a San Juan Bosco, hago celebrar
una misa y envío una limosna.— Prim itiva
Tom é.
Dan también gracias a San Juan Bosco
y a M aría Auxiliadora por favores obteni
dos y envían una lim osna: doña I s a b e l
Y era y fam ilia Carreras (Gerona), y L. V. y
E. M. (Valdecolmenas de Abajo).
filas salesianas. Quiera el Señor suscitarle
imitadores de su temple.
I N MEMORIAM
Doña M aría Herce.— ^E1 día 6 de febrero,
después de recibir los Santos Sacramentos
y la Bendición Apostólica, falleció santa
mente, como había vivido, la Presidenta de
la Archicofradía de M aría Auxiliadora de
Fuentes de Andalucía, doña M aría Herce.
Pué modelo de sólidas virtudes cristianas,
virtudes que supo inculcar en sus hijos con
la palabra y el ejemplo. Profesaba ima muy
tierna devoción a M aría Auxiliadora, y su
cooperación a la Obra Salesiana fué siem
pre muy espléndida. Mientras damos el más
sentido -pésame a su distinguida familia,
encomendamos su alm a a las oraciones de
nuestros lectores.
Bvdo. Sr. D. Juan Fargas.— E l 28 de di
ciembre p. p. falleció én M ataré a los se
senta y nueve años de edad este ejemplar
y celoso sacerdote, gran amigo y Cooperador
de la Obra Salesiana, a la que venía favore
ciendo desde hacía muchos años.
Don H eriberto González.—^Un buen obrero
en el campo de las almas que acaba de
rendir la suya al Señor cuando, lleno de ju
ventud y de entusiasmo, trabajaba con gran
celo en nuestras Escuelas Profesionales de
Deusto. El ejemplar coadjutor salesiano ha
dejado en la Congregación im emocionado
recuerdo de virtudes y un sitio vacío en las
Han pasado también a m ejor vida los si
guientes Cooperadores Salesianos: Don Juan
Soler Pons (Hostalrich), doña A n a VallLlobera y Codol y doña R ita Cargol Donjó
(G ero n a ),.y don José Casabona y Escubós
(Olot).
!.> E :
H
i?í
,T U
Números aparecidos:
I . — La sonrisa de don Bosco
I I . — Luz en ios suburbios
I I I . — La Religión
IV . — La Vencedora de Lepante
V . - E I hijo del Nilo
Don Joaquín Lines.—Falleció este insigne
Cooperador en Zaragoza el 17 de enero pró
ximo pasado. Visitaba con frecuencia la Casa
Salesiana, tomaba parte con gusto en sus
fiestas principales en representación de los
Cooperadores y se complacía en hablar a
favor de las Obras de don Bosco, p r o e já n
doles nuevos bienhechores.
R. I. P.
jv
b
o
c
o
12 libros de más de 100 páginas por
15 pesetas. Tomitos elegantes, amenos
e instructivos
No tarde en suscribirse y suscribir
a otros.
COLECCION ESCOLAR DE AUTO RES GRIEGOS COMENTADOS
T omos
publicados
I. Fábulas selectas, áe Esopo.— II. Disairso sobre hi Dnqiihwisía, de Lisias.—
III. E l sueño, de Luciano.—IV. Libro I de la Hiada, de ?Inmeio.
V. Libro I de la Anábasis, de Jenofonte,
UN JUICIO DE LA REVISTA «BIBLIOGRAFIA HISPANICA...
EDITADA POR EL INSTITUTO NACIONAL DEL LIBUG ESPAÑÜl.,
Con singular alborozo acogemos la publicación de Sociedad Editora
en brevísimo plazo de tiempo ha presentado tres títulos de su Colección Escolai de
A u to ra Griegos C om entado^: Fábuias selectas, de Esopo; Discurso sobre la Doquimasía, de Tosías, y E l Sueño, de Luciano.
Y a hemos expuesto en esta sección la importancia cultui^l
’
patrióticopolítica que tiene imprinür en griego. Pero, aparte de este aspecto, la obia
de Sociedad Editora Ibérica tiene otros innegables valores.
u,.iiia
En primer lugar, en la “ Colección Escolar de Autores Griegos Comentados bulla
la más esmerada deUcadeza en todo cuanto a moral se refiere, de tal n ^ e i a , que
bien puede decirse que se ha cubierto la desnudez pagana con el manto de la cilstiwm
modertia. que en esplendor, arte y -aegancia no tiene ni rival ni
secuencia, los textos han sido expurgados diUgentemente de toda frase o
pudiera empañar la serenidad de las mentes juvenües. para qmenes, principalísimamente, va destinada esta Colección.
En segundo lugar, el comentario tiende, ante todo, a facilitar la comprensión literal
del autor, a fin de que el alumno se animé y aficione a proseguir con alacridad la tra
ducción al ver desbrozado el camino mediante notas que le d ^ la versión ad veaeiii
litterae, y, en algunos casos, también la libre con el giro o modismo español mas apro^^^sim ism o, se aclaran en el comentario aquellos puntos y pasajes que supondi-ían
en el alumno el complemento, no siempre fácü de obtener, de otras disciplmas, cuales
son por ejemplo, la Historia, la Geografía, la í.Iitología, etc. Este mismo fin peí sigue
el (prólogo que encabeza cada uno de los tomitos, y ^ el que se describe, a srandM
ra^os, la vida del autor respectivo, e l medio ambiente histórico y geogi-ófico en que
Con todo la casi mayoría de las notas tienden a conducir y guiar ^ a l u ^ o en
el análisis filológico'd el texto original con frecuentes referencias a la Gramática, o
recurriendo, cuando es del caso, a paralelismos entre ambas lenguas madres para su
en cuenta que las
viaturas, frecuentes cambios de
la lectura que el texto original,
cuerpo de letra mayor.
L a presentación tipográfica
notas, dada su extensión, numerosos paréntesis y abre^
tipos y caracteres, etc., ofrecen mayor d lf lc u i^ paia
seguido y uniforme, se ha adoptado paia aquéllas un
puede calificarse de primorosa.
(.Bibliografía Hispánica, diciembre de 1944.)
B o l e t í n d e S u s c r ip c ió n a
jjqjj
Lc Ct ur aS C a t o l í c a s
....................................................residente e n ............................
provincia d e ............................se suscril>e p o r ...........ejemplares de Lectura»
Católicas y año de 1945. Su importe de pesetas................... remite por í^ito
postal (1), satisfará a reembolso más gastos.
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(,) Tichese la fonna de pago nn ele^daEnvíese este boletín bajo sobre ar-lerto, franqueado
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-
1945.04