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Título
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BS_1939_08
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Descripción
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Boletín Salesiano. Agosto 1939
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extracted text
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Año L IV - N. 8
AGOSTO
1939
a eiiano
R E V I S T A
DE
L A S
O B R A S
DE
D O N
B O S C O
INSCRIBIOS EN LA PÍA OBRA
DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
DE ROMA
¿ Quién no conoce la Obra del Sgdo Corazón
de Jesús?
Fué fundada por el Primer Sucesor de San
Juan Bosco, y benignamente aprobada por
S. S. León X III el 30 de junio de 1888.
Con sólo la limosna de una peseta, u otra
moneda equivalente, se adquiere derecho a
participar de todas las oraciones y buenas
obras de la Sociedad Salesiana y a la aplicación
de seis misas, que se celebran todos los días,
a perpetuidad, en nuestra Basílica del Sgdo
Corazón de Jesús de Roma, dos en el altar
mayor, dos en el de María Auxiliadora y dos
en el de San José.
Los que se inscriben en la Obra Pía pueden
aplicar el fruto de estas misas a sí mismos, o
a otras personas, vivas o difuntas, y variar la
intención cuantas veces les plazca.
Las limosnas recibidas por este conducto
destíñanse, de modo exclusivo, a promover la
gloria de Dios y los intereses culturales de la
sociedad, acogiendo a niños pobres y abando
nados, para educarlos cristianamente.
¿ Quién no contribuirá, pues, con algunos
céntimos, que con tanta facilidad se gastan,
a esta invitación paternal de San Juan Bosco
y de la Iglesia, inspirada en ideales tan nobles
y caritativos ?
¿ Quién no siente la necesidad de asegurarse
la benevolencia divina, en este mundo y en el
otro, mediante la aplicación de ios méritos
infinitos del Santo Sacrificio del altar?
¿ Quién no tiene almas queridas, vivas o di
funtas, a quienes obsequiar con tan espléndido
regalo espiritual ?
No tardéis en pedir Hojas de suscripción.
R ector M ayor
de los
S alesianos.
Cottolengo 32 - Turín (109) (Italia).
Las limosnas pueden enviarse al mismo Rector
Mayor o directamente a nuestra casa de Roma. Ospizio Sacro Cuore - Via Marsala, 42.
Normas para los corresponsales de B o le tín S a le sia n o
1. — Recibimos siempre con agradecimiento cuantas informaciones se nos quieran enviar,
que, de algún modo, pueden interesar a las Obras Salesianas. Aunque todas evidentemente no
podrán ser publicadas, servirán para enriquecer el Archivo de nuestra Casa Madre.
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se evitarán en ellas repeticiones y detalles iruiecesarios, y, de ser posible, se escribirán a máquina
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Salesiana. No inserta el nombre de los autores ni devuelve originales.
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nica, y, cuando acompaña a ésta, la avalora de modo extraordinario. Aviven pues su celo nuestros
corresponsales, quienes deben saber a este respecto que de los diarios ilustrados que nos envían
no es posible reproducir ningún grabado.
5. — A 1(» que tienen la bondad de remitimos gracias o necrologías hemos de asegurarles
que, de llegar a nuestro poder, más tarde o más temprano las verán publicadas. Si a veces aparece
sólo el nombre, es, o porque no recibimos otra cosa, o porque a última hora nos viene a faltar
espacio, o porque la relación carece de especia! interés.
R E V I S T A DE
LAS OBRAS DE
DON BOSCO
REDACCION
Y
B O l ET í N
SAIESIAMO
ADMINISTRACION:
VIA
COTTOLENGO,
32
-
TURIN
A ñ o L I V - N titm ero 5
A G O ST O 1939
{109)
.
UTALIA)
S U M A R IO : S a n Ju a n B o sco y e l P a p a . - D ig n o y c r is tia n o re m a te d e u n a v ic t o r ia . F ra n c o o fre ce s u e s p a d a ven*
ce d o ra a l S a n to C ris to d e L e p a n t o . • Gacetilla Salesiana: V e ro n a . B e n d ic ió n d e u n a ig le s ia d e d ic a d a a S a n Juan
Bosco - U n a lt a r d e d ic a d o a S a n Juan B o sco e n la c a te d r a l d e P o te n z a - O rá n . L a “ J o y e u se U n io n " d e l O r a
to rio S a n L u is . - Noticias de España y América: M e n d o za . V is it a d e l M in is tro d e A g r ic u ltu r a a la E s c u e la D o n
B osco - F u e rte G e n e r a l R o ca . L a p e d a g o g ía d e D o n B o sco e n e l In fo rm e d e u n In s p e c to r O fle ia l d e E s c u e la s C a li. M e s y flesta d e S a n Ju a n B o sco - H a b a n a . C u lt o s e n h o n o r d e S a n Ju a n B o sco - M ó jic o . F ie s ta s d e S a n
Juan B o sco e n S a n ta In és. - En honor de la Beata M avzarello: S a n tia g o d e C h ile . M a g a lla n e s . P a r a g u a y . P e r ú .
U ru g u a y . V e n e z u e la . - Don Bosco allende los mares. L o que cuentan nuestros misioneros, Japó n . G r a ta s n o tic ia s ■
H o n g -K o n g . U n m e s e n tre lo s c o lé ric o s - K h r is n a g a r . A b o rd o d e l K e r a p a r a - I n d ia . S o rp re s a s v p ro m e s a s d e la
m is ió n d e A sa m . • Crónica de sa cia s. Necrologías
San J uan Bosco
y el Papa
San Juan Bosco fu é todo del Papa, por
el Papa y para el Papa. Veneró siempre
su dignidad, sostuvo su autoridad, amó su
persona, siguió sus directivas. En esto
nosotros, claro está, no vemos nada ex
cepcional, pues no hizo, ni más ni menos,
que trillar el sendero que ya habían trillado
los Santos; hubo, sin embargo, ciertas cir
cunstancias de su vida que a él le permi
tieron manifestar estos sentimientos de un
modo singular y muy personal.
Una cuestión de fe.
Don Bosco veneraba la dignidad del
Papa. Si a un simple sacerdote le incumbe
la obligación de llegar a ser otro Cristo,
alíer Christus, al Papa no, porque lo es
automáticamente desde el instante mismo
de su elección; su dignidad, única y su
prema sobre la tierra, le viene precisa
mente de esto, de ser la Cabeza, el V i
cario legítimo de Jesucristo.
Considerándole Don Bosco desde este
punto de vista, creía que nunca podrán
ser bastantes los honores que se le tributen
al Papa. Esto es una cuestión de fe. En su
tiempo, corrían muy malos vientos contra
el Papado. Las pasiones políticas más
exacerbadas, unidas, en monstruoso con
tubernio, con los odios sectarios má.s
cerriles, sembraban por doquiera hostili
dades y prejuicios, esforzábanse en ex
traviar al pueblo haciéndole ver el Pa
pado no como una genuína Representación
de Cristo, sino como una apetencia am
biciosa de poder temporal, como un ene
migo de la libertad y del progreso, como
un opresor de las conciencias. Don Bosco
reaccionó con todas sus fuerzas contra
--
225
aquellas mixtificaciones funestas, y , en
sus propagandas orales y escritas, procuró
dar al pueblo cristiano la estampa ver
dadera y luminosa del Papa.
Así como en los templos todo converge
hacia Jesús Sacramentado, que es a la
vez centro y ápice del culto, así — pen
saba él — en la Iglesia Católiea, no hay
ni puede haber dignidad ninguna que no
esté sometida al Vicario de Cristo, cuya
sagrada persona se eleva sobre todo y so
bre todos. D e aquí que no pudiese sufrir
que se hablase públicamente de ios defec
tos de determinados Papas, no por que
temiese la luz de la verdad histórica, sino
porque, partiendo de que es necesario dis
tinguir entre el hombre y el Representante
de Cristo, estimaba cosa abominable airear
las humanas flaquezas con desdoro del
oficio apostó'ico, que no hay fragilidad o
defecto capaz de oscurecer.
Esto explica el que D on Bosco fuese tan
riguroso con los libros de Historia Ecle
siástica, en los que no podía tolerar nada
que, en lo más mínimo, pudiese empañar
la auréola esplendorosa del Papado'; la
de A lzog, por ejemplo, no obstante ser
absolutamente ortodoxa, nunca la vió él con
buenos ojos, porque el sabio alemán no
siempre trata a los Papas con los delicados
miramientos que a su altísima dignidad
son debidos. Llegó a crecer tanto, en este
punto, la inquietud de su alma que, ha
biéndose enterado de que en cierto Se
minario iban a adoptar esta obra como
texto, insistió con el Obispo diocesano
para que fuese sustituida, y a fuerza de
insistir lo logró. He aquí porque le acu
ciaba tanto el deseo de escribir él mismo
una Historia Uni\xrsal de la Iglesia, que
fuese de estilo llano y popular, y pudiese
tener la máxima divulgación posible: que
ría, a todo trance, que las figuras de los
Papas sean trazadas sólo con tintas lum*‘nosas, a fin de que campeen bellas y subí mes y sean inaccesibles a las miserias y am
biciones que aquejan a los pobres mor
tales.
El tan conocido maitual de Historia
Eclesiástica que lleva la firma del Santo
no es sino el esbozo de otra obra de maj'or
envergadura que él planeaba, pero que sus
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agobiantes ocupaciones le hicieron abando
nar. Que el criterio por él sostenido, en
esta materia, fuese poco o nada conforme
con los postulados de la ciencia a él ño
le importaba; una realidad de la máxima
trascendencia brillaba ante sus ojos, y
era que, por un simple escrúpulo cientí
fico, no debía sufrir menoscabo en la es
timación del pueblo la dignidad ponti
ficia. Entendía que, en una Historia de la
Iglesia, lo esencial es mostrar de qué ma
nera desarrollaron los Papas las activi
dades propias y específicas del Papado,
y que todo lo demás es de secundaria im
portancia para el común de los fieles.
D evoción incondicional.
D on Bosco sostenía la autoridadad del
Papa. Y a hemos dicho que, en los p iimeros tiempos de su apostolado, los po
deres de las tinieblas trataban, por todos
los medios, de socavar la roca en que se
asienta la autoridad de los Sucesores de
Pedro, negando y conculcando sus dere
chos. Querer navegar contra corriente,
en medio de aquel ambiente encendido de
guerra, era tanto más peligroso cuanto que
las campañas sectarias se hacían en nom
bre de los sagrados intereses de la pa
tria, y quien las contrariaba era acusado
de ir contra estos intereses. A pesar de
ello, Don Bosco alzóse a defender la santa
causa, resuelto a afrontar cualquier p e
ligro, sin intemperancias de lenguaje, pero
también sin vacilaciones y con la máxima
energía. Cortés en la forma, era franco y
concluyente en sus declaraciones de prin
cipios, sin que las consecuencias que de
su actitud pudieran derivarse le inquie
taran lo más mínimo. H izo frente hasta
al famoso G ioberti, cuando advirtió que
éste empezaba a mostrar alguna hostilidad
hacia el Supremo Jerarca de la Iglesia.
M ás que dirigirse al intelectual, dirigióse
al sacerdote, y le habló con franqueza
y con el corazón en la mano, tratando
de hacerle com prender que traicionaba
su vocación, e inducirle a desistir de su
conducta. Si no lo consiguió tuvo al
menos el m érito grande de haberlo in
tentado.
Instruía a los niños de su Oratorio sobre
la naíura'eza y alcances de la jurisdicción
papal y, de cuando en -cuando, enviaba
al Romano Pontífice cartas firmadas por
ellos en las que le hacían protestas de su
obediencia y fidelidad. En uno de los odio- .
sos registros que las autoridades mandaron
hacer en su casa, a los que le recriminaban
porque se mostraba tan aferrado a la
autoridad del Papa, les respondió con v i
veza que, así como él en su calidad de ciu
dadano hallábase pronto a defender la
. patria, hasta con la vida, así, en su calidad
de cristiano y de sacerdote, defendería
siempre al Papa y no toleraría que se ata
casen sus derechos.
Cuan grande fuese su celo en sostener
la autoridad del Vica-io de Jesucristo lo
demuestran aquellas largas y laboriosas
negociaciones por él entabladas con los
homb es del Gobierno italiano, a fin de
obtener los nombramientos, y luego res
tablecer las tempora'idades de los Obispos,
suprimidas por motivos sectarios más que
pOiídcos. En tan vidriosas y embrolla
das cuestiones, supo arreglarse de modo
que, sin faltar al respeto debido a
las autoridades constituidas, no sólo no
comprometió los puntos de vista de la
Santa Sede, sino que los defendió eficaz
mente.
Es admirable lo que hizo, además, Don
Bosco, con su ejemplo, para mantener
siempre alto el prestigio de la autori
dad del P a p a .' Dado el concepto que
de ella tenía, no se contentaba con acatar
las ódenes emanadas de la Sede Apostó
lica, sino que procuraba hasta descubrir
sus deseos, que para él eran leyes. Bastaría
la erección de la Basí ica del Sgdo. Co
razón de Jesús, en Roma, para hacemos
ver, de modo palpable, a qué grado de
heroísmo llegó esta filial dependencia. Su
avanzada edad y su precario estado de sa
lud imponíanle ya, imperiosamente, una
\ida retirada de descanso, y sin embargo
sometióse con gusto a un durísimo calva
rio con tal de poder dar a León X III
la satisfacción de ver cum plido aquel
deseo.
Conm ovedora escena.
No es posible leer sin emocionarse una
escena que ocurrió en su última enfer
medad. Sentádo a su cabecera hallábase
el Cardenal Alim onda, Arzobispo de T u rín, y al pie de la cama Mons. Cagliero.
Conversaban familiarmente, cuando Don
Bosco exclamó, dirigiéndose a su gran
amigo, el Cardenal: « j Qué tiempos aque
llos, Eminencial ¡qué tiempos tan difíciles
para la autoridad del Papal Dígale al
Santo Padre que los Salesianos, en to
das partes, dondequiera que trabajen, esta
rán siempre dispuestos a defender la au
toridad del Papa ». Y el venerable enfermo
hacía vibrar con fuerza en aquella frase
los sentimientos que habían sido norte de
toda su vida.
D on Bosco prefería, sobre los dem ás
criterios, el criterio del Papa.
No nos referimos, claro está, a las cues
tiones en que tiene estricta aplicación el
Roma locuta est, porque en tales casos
la sentencia del Representante de Cristo
es absoluta y definitiva, sino a las co
sas en que se puede opinar libremente.
Nuestro Santo, que era poco amigo de dis
cutir porque se había impuesto como norma
el quaestiones devita, de San Pablo, cuando
sabía que el Papa había formado opinión
persona! en alguna de esas controversias,
la aceptaba sistemáticamente y a ojos ce
rrados. Aduciremos dos testimonios, uno
oral y otro escrito:
Algunos eclwiásticos, que gozaban fama
de buenos teólogos, discutían un día aca
loradamente delante de él. Tratábase de
una cuestión ruidosa en la que los cató
licos de aquel tiempo no acertaban a po
nerse de acuerdo. El oía y callaba, pero
aquellos señores, que habían ido a verle
para saber cómo opinaba, le pusieron en
la alternativa de tener que declararse por
uno u otro bando, y he aquí la respuesta
que les dió: * Cuando se agita una cues
tión entre filósofos o teólogos, cree cada
uno que la tesis que él defiende es la me
jor ; en cualquiera de las posiciones opues
tas hay siempre varones doctos, y puede
227
U o n U osco a n te P ió IX .
sámente, con la major simplicidad de mente
y corazón, no sólo las decisiones del Papa
que se refieren al dogma y a la disciplina
sino que, hasta en las cosas opinables,
acepten siempre lo que prefiere el Papa,
como doctor privado, por encima de lo
que defienda cualquier otro doctor o teó
logo, así fuera el mejor del mundo. Y esto
quisiera lo hicieran no sólo los Salesianos
y sus cooperadores, sino todos los fieles,
sin distinción, especialmente el clero, en
virtud del deber de reverencia que tiene el
hijo para su padre, y el que además incumbe
a los cristianos de venerar al Vicario de
Cristo. Hasta por otro motivo merece el
Papa nuestras mayores deferencias, porque
los hombres que le eligieron son los que
más sobresalen por su doctrina, los más
sesudos por su prudencia, los más emi
nentes por sus virtudes, y porque, en el
gobierno de la Iglesia, tiene prometida
una especial asistencia del Espíritu Santo ».
Monseñor Manacorda, Obispo de Fossano, que conocía íntimamente al Siervo
de Dios, dijo, en su elogio fúnebre, ha
blando de su absoluta sumisión al Papa:
« Ninguno de cuantos le trataron oyó ja
más de su boca una sola expresión que
no reflejase la más perfecta obediencia y
sencilla docilidad propia de un niñí> ino
cente ».
ocurrir que entre ellos figure también el
Papa, como doctor privado. Ahora bien,
si esto ocurriera, y un súbdito apelara a
la prudencia de su Superior, preguntán
dole la regla de conducta que debe se
guir, ¿ qué le dirían Vdes. ? — Y o por mi
parte, le diría sin vacilar: « Hijo mío, sigue
la sentencia que tiene el Papa de su parte,
A m or filial.
porque aunque sólo se le considere como
filósofo o teólogo, como doctor privado,
Don Sosco amaba la persona del Papa.
tiene peso más que suficiente para decidir Amaba al Pontífice conw el hijo ama a
en cualquier cuestión. Siguiendo este cri su padre. Son del mismo citado Obispo
terio, además de demostrar respeto al Papa, estas palabras «D on Sosco, en sus afectos
se el je, a mi juicio, el camino mejor y
y pensamientos, en sus palabras y acciones
más seguro, y, si a pesar de ello, uno era un perfecto retrato del hombre hu
yerra, yerra con honra».
milde. Todo en él respiraba hum ildad;
ICsto ocurría en 1881. Seis años más
bastaba, sin embargo, para que se irguiera
tarde, volvió a exponer este mismo pensa encendido de amor, susurrarle al oído una
miento. remachando el clavo. Celebrábase
palabra: « el Papa » y en efecto, fueron so
el Jubileo Sacerdotal de León X III, y le bremanera tiernas las relaciones que man
pidieron un pensamiento para un Número
tuvo, primero con Pío IX y después con
Unico que debía publicarse con ocasión de
León X III, y , en las frecuentes audiencias
dicho Jubileo. El Santo dictó, entre otras,
con estos Papas, su corazón se deshacía en
estas palabras: b..s mi deseo que los alumnos
sentimientos de afecto, los mismos que
de la humilde Congregación de San Fran procuraba infiltrar en los lectores de sus
cisco de Sa’es acaten pronta y respecuolibros y en cugjitos acudían a escuchar sus
228
,1
sermones. En su Prólogo a la V ida de San
Pedro leemos: « L os hijos se sienten na
turalmente halagados cuando oyen re
ferir las gestas gloriosas de sus padres;
por esto nosotros, que somos hijos espi
rituales de San Pedro y de sus Sucesores,
leeremos seguramente con satisfacción el
relato de las grandes acciones de estos
hombres que, elevados a la cumbre más
alta de las jerarquías humanas, gobiernan la
Iglesia de Cristo, desde hace dieciocho
siglos». Por varios años consecutivos, en
las instrucciones dominicales que hada
a los niños del Oratorio, narróles la vida
de los primeros Papas, y resumía aquellas
pláticas en opusculitos que, uno tras otro,
iba luego publicando en sus Lecturas Ca
tólicas.
En 1864, había llegado al Papa San
Melquíades, cuando tuvo que suspender
la tarea a causa de sus ocupaciones. El
afecto filial al Papa, demostrado de un modo
tierno y apasionado, era la nota do
minante de aquellas publicacio
nes, pero donde este afecto vibra
ba con la más sugestiva vehe
mencia era en sus exposiciones
orales. Hemos oído a alguno de los
que tuvieron la dicha de asistir
a ellas ponderar el efecto mágico
que producían en las almas juve
niles. He aquí un-testimonio, en
tre tantos: a Los Papas de que
habla la historia nos los hacía
ver a nosotros como encarnados
en la persona del Pontífice rei
nante, Pío I X ; y era tanto el amor
que teníamos a este Papa, que bas
taba, en el Oratorio, pronunciar
su nombre para provocar demos
traciones inefables de entusiasmo.
Este particular empeño del Santo
trascendió fuera de casa, tanto
que un liberalisimo diario turinés hubo de decir, no por cierto
en son de alabanza: « Todo el
arte de Don Bosco está en hacer
que las gentes se enamoren del
Papa *.
Par-a nosotros es fácil imaginar
con qué transportes de gozo ha
bría él asistido a las demos
traciones mundiales de que acabamos
de ser testigos, con motivo de la muer
te de Pío X I y la exaltación de su
Sucesor. ¡C uán lejanos nos parecen ya
aquellos tiempos, cuando denigrar al Papa,
rebelarme contra sus disposiciones, tergi
versar su pensamiento, obstaculizar su
magisterio era la moneda corriente de
todos los días! L a vitalidad de la Iglesia
hase revelado, una vez más, con la victoria
por ella obtenida sobre tantas y tan abo
minables maquinaciones, y a los que siguen
con atención los heclios debe serles grata
la comprobación de un hecho, y es que la
Obra de Don Bosco no ha sido la última
en mantener eficazmente \'ivo, en su pa
tria, el fuego sagrado de esta veneración
afectuosa al V ica.io de Cristo, fuego que
se extendió de un modo consolador apenas
desaparecieron las varias causas que, por
tanto tiempo, lo habían tenido como se
pultado entre cenizas.
D o n B o sco a n te LiOÓo X l l l .
229
DIGNO
Y
DE
CRISTIANO
UNA
REMATE
VICTORIA
F ranco o frece su esp ada ven ced o ra al Santo C risto de L ep an te.
La Iglesia, que todo io sublima y exalta,
está siempre prevenida para consagrar a Dios
las más elevadas emociones de los pueblos. Por
eso, después del desfilé de España, su Caudillo,
en acto de espiritual reverencia, ofrece su
acero vencedor al Dios de los Ejércitos.
Y éste es el profundo sentido teológico de
la espiritual ceremonia que han referido todos
los diarios.
Esta ceremonia de la recepción del Cau
dillo a la vuelta de la guerra, tuvo lugar en
Madrid, el día 20 de mayo, en la iglesia de
Santa Bárbara.
E l c t lv b r e C r is io d e L e p a n to s a lie n d o d e la c a te d r a l
d e B a r c e lo n a p a r a i r ' a M a d rid .
230
Fué un acto imponentísimo de marcado sa
bor arcaico y tradicional y de extraordinaria
unción religiosa. La iglesia se hallaba severa
mente adornada. En el altar mayor había sido
colocado el histórico Cristo de Lepanto, traído
de Barcelona, y que ha sido milagrosamente
salvado de la barbarie de la horda. A la de
recha, al lado del Evangelio, se veía el Arca
Santa de Oviedo, y a ambos lados, sobre las
gradas del altar, cinco grandes hachones en
candelabros de plata. Más abajo, en la parte
exterior del presbiterio, las cadenas históricas
de Navarra limitaban el altar. Desde las gradas
del presbiterio, cruzando la iglesia, se extendía
una magnífica alfombra, y en la parte del jardín
se veían tapices que representaban hechos glo
riosos de la Historia de España.
Desde muy temprano las tropas cubrían las
calles del trayecto por donde el Caudillo de
bía pasar para trasladarse a la iglesia, donde le
esperaban el Gobierno en pleno, generales, y
otros muchos jefes y autoridades militares, así
como los miembros de la Junta Política y del
Consejo Nacional.
El público, que acudió en grandes masas,
llenaba la iglesia por completo.
L.O S balcones y bocacalles aparecían colmados
de gente, que prorrumpían en aclamaciones in
cesantes y cantaban los Himnos del Movimiento.
También fueron llegando las autoridades
eclesiásticas.
El Sr. obispo de Madrid-Alcalá, revestido de
pontifical, esperaba en la parte superior de las
gradas del templo, junto al palio, bajo el cual
el Caudillo iba a hacer su entrada.
A las doce menos cuarto se dió un toque
de atención y el inmenso público pronumpió en vítores al Caudillo. El momento fué
de gran emoción. Centenares de palmas comen
zaron a vibrar y a agitarte en el aire. La arti
llería disparaba sus salvas y las campanas de
las iglesias repicaban en tedo Madrid, mien
tras miles de voces repetían Franco, Franco,
Franco, y daban \nvas al sah-ador de España.
Tanta era la emoción, que no hay palabras
para describir este momento imborrable de
la Historia de España.
£1
Caudillo entra en el templo.
Segu’damente, el Caudillo subió la escali
nata del templo hasta llegar ante el chispo de
Madrid-Alcalá, donde se hincó de rodillas
y éste le dió a besar su anillo y un Santo
Cristo.
Bajo palio, cuyas varas eran llevadas por los
m'embros del Gobierno, avanzó el Jefe del Es
tado hacia el altar, a los acordes del Himno
Nacional.
Llegado a las gradas del presbiterio, se arro
dilló en su reclinatorio y oró unos momentos.
El obispo de Madrid-Alcalá entonó, acto
seguido, el Te Deum, que fué cantado con ex
traordinaria fe y unción.
Terminado el TeDeum,comenzarona resonar
las antífonas cantadas por los Benedictinos de
Silos. Son oraciones recogidas del Antifonario
mozárabe del siglo X.
He aquí algunas, bellísimas:
«Se nos anuncia vuestro gozo y vuestro
honor. Nos alegramos de vuestra llegada, por
que hemos recibido un varón bueno y amable
para que haya alegría en este hogar ».
» Hemos deseado ver \a\estra llegada con la
mayor alegría. La vimos y nos alegramos.
Aleluya ».
» Todos los Santos de la Iglesia de Cristo
os saludan con escala santa. Aleluya, aleluya,
aleluya ».
Los religiosos cantaron luego la sigu-ente
oración a la vuelta del Caudillo después de la
guerra:
HDios, a Quien todos se someten, a Quien
todas las cosas siiren: Haz que los tiempos de
T u buen siervo, el Caudillo Franco, sean
tiempos de paz, y aleja con Tu clemencia la
guerra bárbara para que aquel a qtiien pusiste
al frente de T u pueljlo, bajo Tu guía, tenga
paz y días de gloria. Te rogamos ¡oh Señor!,
que seas propicio a nuestras preces; T ú que
eres Rey de reyes, para que mires benigna
mente desde el Trono de T u Majestad al
Caudillo Franco al que disteis un pueblo
sujeto a su Gobierno. Asístele en toda su vo
luntad M.
El Caudillo escuchó estas invocaciones li
túrgicas visiblemente emocionado e inmedia
tamente se adelantó y depositó su espada a los
pies del Cristo de Lepante leyendo la si
guiente oración:
Señor: acepta complacido la ofrenda de este
pueblo que, conmigo y por Tu nombre, ha veTictdo
con heroísmo a los enemigos de la verdad, que
están ci''gos. Señor Dios, en cuyas manos está
todo derecho y todo poder; préstame tu asistencia
para conducir a este pueblo a la plena libertad
del imperio, para gUnia Tuya y de ¡a Iglesia.
Señor: que todos los hombres conozcan a Jesús,
que es Cristo, Hijo de Dios vivo.
En este momento el Caudillo se hincó de
rodillas ante el cardenal Gomá, quien le dió
su bendición, diciendo:
El Señor sea siempre contigo. Él, de quien procede todo derecho y todo poder, y bajo cuyo im
perio están todas las cosas, te bendiga, y con admi
ración providencial, siga protegiéndote así como
al pueblo cuyo régimen te ha sido confiado.
Prueba de ello sea la bendición que te doy. En
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo.
El cardenal Gomá, después de bendecir tres
veces al Caudillo le abrazó emocionado. El
momento fué de una solemnidad inenarrable y
esta emoción en el público no tuvo límites al
ver que él, tan amado de su pueblo, que tantos
laureles había alcanzado, abrazaba a la más
alta autoridad de la Iglesia y lloraba.
L a salida del Caudillo.
Terminada la ceremonia, el Jefe del Estado
erpañol, sale de la iglesia bajo palio, mientras
el órgano interpreta varios motivos religiosos.
Cuando aparece de nuevo en la puerta, al
descender las gradas, la emoción y el entu
siasmo del público sub:n de punto.
El glorioso Caudillo español al verse tan
querido y aplaudido de su pueblo, pugna por
contener sus lágrimas, como todo el mundo
puede apreciar claramente.
Visib'emente emocionado, quisiera sonreír.
La multitud adivina este instante del alma de
su salvador y se desborda. Quien haya presen
ciado tal momento trascendental de la Historia
de España no lo olvidará jamás.
Los corazones palpitan en tumulto; por la
puerta del templo se vislumbra el camino apoteósico de i.ooo palmas cimbreantes al sol.
Lejos retumban los cañonazos de la Victoria
y sobre la$ cabezas vuelan los repiques triun
fales de las campanas que han recobrado la
voz en las altas y hasta hoy entristecidas
espadañas.
Presen can armas los soldados, suena el Himno
231
t,
E s c o r ia l. . E i P a n te ó n d e lo s re y e s d o n d e se faa e n tre te n id o a o r a r e l G e n e r a lís im o F ra n c o .
Nacional y sus ecos casi naufragan en un mar
de vítores, aplausos y gritos de ¡Franco,
Franco, Franco!
Franco, brazo en alto, desciende por las
gradas dcl anchuroso atrio. Es la Victoria de
España hecha hombre ofreciéndose a todos,
después de haber ofrendado su espada inven
cible a Dios. Es la tizona que le regaló la
IvCgión para festejar su ascenso a general, y
pasa al Museo diocesano de Toledo.
Entretanto, en la santa locura de Madrid
por Franco parece esconderse la palabra sa
grada: «Hemos esperado ver vuestro rostro
con gran deseo porque Vos sois nuestro gozo
ante el Señor: Aleluya, Aleluya
La gran escalinata se puebla de grupos ele
gantes o populares; saludos, bienvenidas, óscu
los reverentes en los anillos episcopales, co
mentarios conmovidos del gran suceso, al que
han asistido muchos periodistas extranjeros.
Después, acompañado por el Gobierno,
el Generalísimo sube a su coche, y escoltado
por la Caballería mora, entre aclamaciones
y vítores de la multitud, y retumbando las
sah'as de artillería, repicando las campanas
de todas las iglesias se traslada a su resi
dencia.
Por la tarde, fué al Escorial y allí oró en
el Panteón de los Reyes, especialmente ante
la tumba de Carlos V.
RELIGIOSIDAD DE LOS
SOLDADOS DE FRANCO
Aranda, el general heroico que se in
m ortalizó en Oviedo, ofrece tam bién
una corona de laurel al Apóstol San
tiago.
Tres días después, el general Aranda, acom
pañado del representante del general jefe de
la región y del Gobernador civil de La Coruña,
y numerosas personalidades, se dirigió a la
Basílica Compostelana donde le esperaban el
Exmo. Sr. Arzobispo y todo el Cabildo.
A las II de la mañana dió comienzo la fiesta
religiosa conmemorativ-a de la Aparición del
Apóstol en la batalla de Clavijo. LJn canónigo
l!e\’aba la estatuilla y una reliquia del Santo y
dos capellanes del coro eran portadores de la
áurea y valiosa corona que ded.ca como prenda
al .Apóstol el glorioso defensor de Oviedo.
Presidían la procesión el Arzobispo, los
generales Aranda y Martín Alonso, el A l
mirante de El Ferrol y todas las jerarquías.
Terminada la solemne misa, el Araobispo subió al camarín, donde se halla a la
veneración de los fíeles la imagen pétrea del
•\póstol Santiago y, recogiendo de su brazo
derecho el bastón del mismo general, que éste
232
i
dejara en depósito, pidiendo por España y por
el triunfo de la Causa Nacional cuando partió
al frente, después de la victoriosa can\paña de
Asturias, devolvióselo al invicto militar pro
nunciando las siguientes palabras:
V.General Arando: Dios y sus Santos no se
quedan con nada de nadie. Este bastón que os
dieron por la gloria de la defensa de Oviedo lo
depositasteis un día en manos del Apóstol San
tiago, cuando salisteis de aquí para otras tie
rras al frente del Cuerpo de Ejército de Galicia.
» El Apóstol os lo devuelve ahora con otros
timbres más de gloria: con la reconquista de
Teruel, con la del Maestrazgo, con la de la
costa levantina, con la de Castellón y con la
entrada solemne y pacífica en Valencia, y otros
muchos hechos que, ante el mundo, quiiás no
brillen como los otros, pero que os dieron el
título de padre de vuestros soldados.
MDios no puede ser generoso con los que le
son cicateros, y "para no ser cicatero con el
Apóstol Santiago hoy le hacéis la entrega de
otra gloria: la gloria de vuestro Cuerpo de
Ejército, simbolizada en esa áurea corona de
laurel. Dejadla, general Aranda, que el Apóstol
U n a d e la s fa c h a d a s in te
rio re s d e l M o n a s te rio d e l
E s c o r ia l.
Santiago sabrá administrar bien \niestra ofrenda
para vos, para el Ejército y para España».
El general Aranda, al terminar la invocación
del prelado, hizo la ofrenda de una preciosa
corona de laurel, se adelantó al cantarín, y el
mismo la impuso sobre la cabeza del Apóstol
Santiago.
L a oración del General.
Arrodillado, luego, ante el altar mayor, hizo
la siguiente súplica:
n Señor Santiago: Tus hijos, hijos los más
amados, los soldados gallegos, merced a tu
protección, han ido de un mar a otro mar pro
pagando la Fe, combatiendo victoriosamente,
llevando tu santo nombre y tu sanio emblema
al otro confín de España. Gracias a tu divina
protección han podido triunfar.
» Hoy, los cultos se han restablecido por
donde han pasado los hijos tuyos, los soldados
gallegos. Hoy, se venera tu emblema en lodos
los lugares por donde nosotros hemos pasado.
En nombre de todos los Caídos — que siempre
son los mejores — y en nombre de mis soldados,
tus hijos, hoy te ofrezco todos sus laureles, que
el sol de nuestras tierras ha hecho oro.
n Yo invoco también tu santa y soberana
protección para España, para nuestro Caudillo
y para que todos, venerándola y bendiciéndola,
terminemos la obra de la Fe ».
V eroD a. • L a n u e v a I g le s ia d e d ic a d a a S a n Ju a n B o sco .
Gaceíílla Sa/esiana
UN POCO DE TODAS PARTES
ITALIA - Verona. — Bendición de una
iglesia dedicada a San Juan Bosco.
El día 7 de diciembre p. p., el Excmo. Sr.
Don Jerónimo Cardinale, Obispo de Verona,
bendijo solemnemente una nueva y grande
iglesia dedicada a San Juan Bosco, aneja al
Instituto Salesiano de esta ciudad, consagrando
su altar mayor, rico de una gran policromía
de mármoles.
Terminado el sagrado rito, Su Excia. lima,
celebró en seguida la santa Misa en el mismo
altar, que lucía un artístico cuadro del Santo
titular, obra del joven pintor turinés Dalle
Ceste; y la Schola Cantorum del Colegio eje
cutó un motete a 4 voces, con acompaña
miento de órgano, que también se estrenaba.
Después de la comida, todo el mundo salió
al patio, a recibir a nuestro Rector Mayor,
que debía llegar de Turín en aquellos mo
mentos, acompañado por el Rctuo. Sr. Con
sejero General, D. Renato Ziggiolti. Ambos
superiores fueron acogidos con vivas delirantes.
El siguiente día, el Rector Mayor celebró
la Misa de Comunión General, a la que
asistieron muchos cooperadores, avadándola
los Arquitectos del nuevo templo, Sres.
Ronca y Fontebasso, ex alumnos salesianos.
Por la tarde, después de la función de Vís
peras, el Rvmo. Sr. Don Pedro Ricaldone di
rigió su paternal palabra a los numerosísimes
fieles que llenaban la iglesia, congratulándole
con ellos de que Verona hubiese levantado
un tan grande y bello monumento al Santo
Apóstol de la juventud, felicitándoles con vb a
satisfacción y terminando con estas palabras
que tantas veces había repetido Don Bosco:
«Estas obras, son fruto de vuestra caridad».
A la conferencia del Rector Mayor dignóse
asistir el Excmo. Sr. Obispo diocesano, el
cual clausuró la fiesta con la Bendición eucarística.
Esta nue\'a iglesia de Verona obedecía a
una necesidad imperiosa, que empezó a sen
tirse inmediatamente después de la post
guerra, y ha sido levantada en menos de un
año.
Hállase emplazada en el centro del Colegio,
y tiene, a uno y otro lado, los dos grandes
patios de recreo destinados, respectivamente,
a los alumnos estudiantes y artesanos. Afecta
la forma de cruz griega, y mide 42 metros de
largo por 21 de ancho, en su punto máximo.
Su estilo es el románico lombardo, con tendencTa al basilical romano en el crucero y
presbiterio.
Abundan en la decoración del nuevo temp’o
preciosos trabajos de forja artística, ejecutados.
234
i
tanto ellos como los de carpintería, por los
alumnos de aquellas Escuelas Profesionales,
que, entre todas las de Italia, gozan justa
y merecida fama.
ITA L IA — U n altar dedicado a San Juan
Bosco en la catedral de Potenza.
El Sr. Obispo diocesano de Potenza, Excmo.
Sr. Bertazzoni, ha querido que en su catedral
haya un altar dedicado a San Juan Bosco, y
que sea magnífico. Vibran de gozo y de santo
reconocimiento las palabras con que él, ex
alumno de la Casa Madre, lanzaba la idea a
sus diocesanos desde las páginas del Boletín
Eclesiástico.
«A primeros de febrero — decía — en
nuestra iglesia catedral, se dedicará un altar
a San Juan Bosco. Era un ardiente deseo mío,
una necesidad imperiosa que yo sentía, hace
tiempo, de demostrar, con un acto tangible,
toda mi gratitud a este gran Santo de mis
años juveniles, y poner bajo su protección a
todos nuestros jóvenes que son la pupila de
los ojos de su Obispo. Circunstancias diversas
han venido retrasando la ejecución de este
altar ante el cual vendrán las madres a ofrecer
a sus hijitos, a elevar oraciones y derramar lá
grimas por los que moral y espiritualmenle
se hallan lejos de nosotros; ante el cual vendrán
nuestras juventudes a pedir luz y fuerza para
las luchas de la vida».
Invitada la población a la gran fiesta, con
una adecuada propaganda y por medio de
manifiestos murales, acudió en masa, el día
5 de febrero, a llenar el templo de Potenza
que ha sido recién restaurado con delicadas
y costosas obras; la catedral fué insuficiente
para contener la multitud de fieles que, como
anhelaba el buen Prelado, fueron a postrarse
a los pies del gran Apóstol de la juventud.
De hov más, la suave imagen de Don Bosco,
a la que*el pincel del artista Mario Prayer ha
sabido comunicar tonos inefables, sonreirá
al corazón de los fieles desde su nuevo altar
de la catedral de Potenza.
ARGELIA - Oran. — La «Joyeuse U nion”
del Oratorio San Luís.
Los Ex alumnos de este antiguo y benemé
rito Oratorio norteafricano, (Joyeuse Union)
han celebrado, también este año, su fiesta
social. El contacto anual y sistemático de esos
hombres, que habiendo recibido el mismo
molde cultivan idénticos ideales, es un tó
nico insustituible, im r^orte indispensable
para que las esencias divinas adquiridas bajo
la dulce paternidad de Don Bosco no se eva
poren entre la disipación y el vértigo de la
vida moderna.
La Asociación oranesa, en esto, ha .sido
siempre ejemplar, y de sus entusiasmos nunca
desmentidos, y de su actual estado de floreci
miento es deudora, principalmtn e, a aquel
admirable y malogrado P. Bellamy que, pronto
hará cincuenta años, dejóla cimentada sobre
bases de una solidez granítica.
El 29 del pasado enero, fiesta de San Fran
cisco de Sales, 250 alumnos, jóvenes algunos, y
la mayor parte padres de familia ya encaneci
dos, acudieron a su Oratorio a refrescar sus
almas con los recuerdos purísimos de una niñez
dichosa, agrupándose en tomo de sus.antiguos
catequistas, y especialmente del actual Di
rector, el P. Rochard. Y no sólo esto, sino que,
afirmando, una vez más, la bondad de las en
señanzas recibidas, quisieron prepararse con un
retiro espiritual de tres días. Nada más grato
para el corazón de sus antiguos maestro,?. El
retiro salió a pedir de boca, y, enfervorizados y
alegres los buenos ex alumnos, sintieron otra
vez en sus venas el tumulto delicioso de los
frescos años juveniles, comulgaron y luego deli
beraron sobre el estado de sus varias activida
des: las Conferencias de S. Vicente, las Colonias
de vacaciones, las agmpaciones esportivas y
musicales, etc., clausurando al fin la deliciosa
jomada con el tradicional ágape fraterno.
Estos ex alumnos se enorguellccen de tener
en sus filas al actual Consejero Profesional Ge
neral de la Sociedad Salesiana, Rvdo. P. Can
dela, y por voto unánime, dirigieron a Turín,
antes de separarse, el siguiente telegrama;
Ocasión reunión anual, ex alumnos salcsianos
ruegan Rvdo. Padre Candela transmita Superior
General homenajes sumisión fervorosa y respeto
filial.
U n d a t o S I M P A T I C O . — No habiendo po
dido asistir a la reunión los ex alumnos sa
cerdotes, por la circunstancia de caer en do
mingo y tener que atender a sus ministerios,
no desistieron por ello de celebrar su fiesta y
acudieron a su antiguo Oratorio el 31, día de
San Juan Bosco. Seguramente que aquel dulce
contacto con el Padre, que sembró en sus co
razones la semilla de la vocación sacerdotal,
fué todavía más efusivo y más íntimo que el
anterior.
2:^5
N O T IC IA S D E E S P A Ñ A
Y
A M E R IC A
Y
E s p a ñ a . - L a s E s c u e la s
P ro fe s io n a le s d e M á la g a .
ARGENTINA - Mendoza. — Visita del
Ministro de Agricultura a la Escuela
“ Don S o sco ” .
El lunes, 27 de marzo, el colegio vivió mo
mentos de intensa alegría al recibir a uno de
ios personajes de nuestro gobierno, el Mini
stro de Agricultura de la Nación Ing. D. José
Padilla.
La banda del Colegio abrió el acto con una
marcha triunfal de bienvenida; luego hizo
uso de la palabra un alumno en representación
del gnipo de los Etnólogos, los cuales aclama
ban en el ministro de Agricultura a su más
alto Jefe y al animador de sus estudios.
El Seftor Ministro felicitóles por dos moti
vos, por ser hijos de una provincia privile
giada donde la bondad de Dios se manifiesta
bajo mil variadas fom\as y por educarse
en un colegio donde junto con la ciencia
reciben educación sana, religiosa y patrió
tica.
Dijo que conocía la obra de Don Busco y
que sabía valorar los altos quilates de bene2^6
merencia a los cuales se han hecho acreedores
los Salesianos, desde el Norte Argentino hasta
las más remotas regiones de la Patagonia y
Tierra del Fuego.
Recomendóles la formación del carácter
y que procuren ser los jóvenes que la socie
dad y la patria necesitan para forjar su por
venir y labrar su grandeza.
El discurso del Señor Ministro fué subrrayado con grandes aplausos.
Y en seguida comenzó la visita del Estableci
miento.
Recorrió las secciones del aceite; los labo
ratorios, luego las bodegas, la bodega experi
mental, alambique, gallineros, etc. y en todas
partes pudo admirar el adelanto de la escuela
en las distintas ramas de la enseñanza agrícola.
Después de sei^drsele un pequeño lunch
en la biblioteca de la casa se retiró con palabras
de felicitación para el señor Director y per
sonal docente.
Un automó\iI, en rápida carrera, alejó al
Señor Ministro del Colegio, dejando en todos
las más gratas impresiones.
- Fuerte General Roca. — La
pedagogía de Don Rosco en el Informe
de un Inspector Oficial de Escuelas.
a r g e n t in a
Entresacamos con gusto algunos párrafos del
interesante informe elevado por el Inspector de
la Sección de Escuelas Particulares, Don Cris
tóbal Mariani, en la visita girada a esta loca
lidad de Roca, los días 26 y 27 de septiembre.
aEntre las impresiones que he recogido en
mis visitas de inspección, merecen atención
preferente las de los colegios “ Don Rosco ”
y “ María Auxiliadora” , que, salvo muy raras
excepciones, son las mejores escuelas particu
lares, desde todos los puntos de vista, por las
razones que a continuación expreso:
» I . La Sociedad Salesiana, desde sus co
mienzos, ha creído necesario agregar la disci
plina a la instrucción, para dar a ésta el gran
mérito y el poder enérgico y estable de la edu
cación integral, teniendo por norte y guía que
“ saber sugestionar es saber educar
» 2. La disciplina pereuasiva, tolerante, suave
y paternal que, de modo especial, predomina en
estos institutos de enseñanza privada, dignos
del nombre que llevan, contribuye a que la
enseñanza del programa oficial resulte armó
nica e inteligente, porque está encuadrada
dentro del orden del respeto recíproco, y de
la órbita que marca el deber.
» 3. Todo lo ideal, grande y bueno que gene
ralmente estos educadores exhiben en su ejem
plo personal, en su gesto, en su mirada, voz,
actitudes, excita poderosamente la imitación
de sus alumnos, la convierte en voluntaria
obediencia, en ejercicios constantes de fuer
zas y facultades, en activo y gradual desarrollo
de los conocimientos que, poco a poco, van
adquiriendo.
» 4. Pedagogía ” del Amor y del Trabajo ”
es la obra de Don Rosco. Reiteradamente, en
diversas regiones del país, lo he afirmado y
sostenido, y lo seguiré sosteniendo, porque los
que fervorosamente se dedican a respetar la
personalidad del niño, a cultivar su vocación,
sus inclinaciones, sus dotes y sus encantos, sa
ben hacerse afables ellos mismos. Se hacen ni
ños con los niños, provocando una satisfacción
general, un respeto y aprecio recíprocos entre
maestros y alumnos, que da lugar a la educa
ción post escolar; y perdura y se vigoriza a tra
vés del tiempo y de la edad.
n Por esto encontré, con frecuencia, hombres
y mujeres, padres, y madres de familias, enca
necidos ya en el trabajo rudo, que, con placer,
se sentían orgullosos de haber sido alumnos de
los colegios de Don Rosco y de María Auxilia
dora.
» Confirmo pues, los conceptos expresados
en mis informes anteriores «.
E s p a ñ a - M álag». ■ G ru p o g r a i. d e n u eátro s a lu m n o s a r te s a n o s , h u é r fa n o s d e gu erra .
237
i
COLOMBIA - Cali. — Mes y fiesta de
San Juan Bosco.
Enero es el mes de Don Bosco en Cali.
Nos hemos propuesto celebrarlo cada año, en
preparación a la fiesta y para mayor impulso
de su Obra en esta ciudad.
Durante todo el mes, hubo ejercicio vesper
tino del santo Rosario, bendición y salve. Se
hizo la novena con gran esplendor (pláticas
y canto de los gozos) y el 5 de febrero, se ce
lebró la fiesta con extraordinaria concurren
cia, presidiéndola nuestro dignísimo señor el
obispo Dr. Don Luis Adriano Díaz, quien
celebró la Misa de Primera Comunión y habló
paternalmente a los niños. El Rvmo. Padre
Inspector, Don José María Bertola, celebró
la Misa Solemne, y el R. P. José Joaquín
Ortega T ., salesiano, fué el elocuente pane
girista del Santo. Un coro de niños del Ora
torio ejecutó hábilmente la Missa de Angelis.
La ciudad entera tuvo digna y entusiasta
representación en esta fiesta. Con verdadero
gusto artístico las damas cooperadoras deco
raron el altar de Don Bosco, y para amenizar
este acto fué galantemente cedida la Banda
del Departamento.
Apóstol de la Eucaristía, el héroe de la fiesta,
M é jic o . • E l n u e v o r a a d r o d« S . ) . Boceo
e o id ig lo c ia d e S c o u In és.
338
no podía faltar en ella el fervor eucarístico,
siendo, en efecto, muy concurrido ei divino
Banquete en las tres primeras Misas, por parte
de los Cooperadores Salesianos, sodas de la
Archicofradía de María Auxiliadora, de mu
chos otros devotos, y de unos 300 niños del
Oratorio Festivo, 80 de los cuales fueron de
Primera Comunión.
En hora oportuna, tuvieron también un
variado festival estos niños y pudieron cam
biar sus vales de asistencia por objetos, ves
tidos y golosinas. Los de Primera Comunión,
presididos por el amado Padre Inspector,
escucharon su palabra cordial, renovaron las
promesas del Bautismo y recibieron de él la
bendición litúrgica.
Como acto final, a las 5 de la tarde, después
del rezo del santo Rosario, la Bendición Eucarística, impartida por el Padre Bertola, y
el beso a la reliquia del Santo. Algunos días
después, el mismo Padre Inspector dió una
interesante conferencia salesiana, en el teatro
de Don Bosco, ante numeroso concurso de
cooperadores y amigos que le aplaudieron con
entusiasmo.
CUBA - Habana. — Cultos en honor de
S. Juan Bosco.
Fueron precedidos por un novenario de con
ferencias destinadas a ilustrar la hermosa figura
de nuestro Santo. Encargáronse de ellas los
mejores oradores de la ciudad, así del clero
seglar como religioso.
El día de la fiesta, ofició la misa solemne
Mons. Manuel Arteaga y Betancourt, Vicario
general de la Arquidiócesis y sincero amigo de
la Obra Salesiana. El servicio de altar y el canto
estuvieron a cargo de los clérigos y aspirantes
de la casa de Guanabacoa, edificando los unos
por su modesto continente y admirando los
otros por la perfecta ejecución de la partitura
de Thermignon, Alissa Te Laudamos, Do
mine, a tres voces, y por las partes variables en
canto gregoriano.
Celebró las glorias del Santo el Vice Pro
vincial de los Padres de la Compañía, P. Car
los Calvo Agero, Rector del grandioso colegio
jesuíta de la Habana.
Perfectamente enterado de las Obras de Don
Bosco, sjendo, como es, ex alumno salesiano,
hizo con afiligranada palabra el elogio de la son
risa de Don Bosco como medio de apostolado.
Después de la Misa solemne, y mientras se
besaba la reliquia del Santo, el coro ejecutó
la antífona Exultóte Deo de Pagella.
Por la tarde, al terminarse las solemnes á s
peras, oficiadas por el Rmo. P. Inspector de
las Antillas, llevóse en procesión la estatua
de S. Juan Bosco precedida -de la de María
Auxiliadora. A los devotos habaneros les
parece que estas dos imágenes no deben ir
separadas. Constituyó un triunfo de piedad
cristiana. Admirablemente ordenada, hizo su
recorrido por las angostas calles de la Habana
vieja — zona donde está enclavada la iglesia
.de los Salesianos — en medio de im gran
gentío. La banda de música de los alum
nos artesanos del colegio «Inclán» acom
pañaba los cánticos sagrados, que coreaban
todos los devotos. Rezos e invocaciones espe
ciales al Santo alternaban con las piezas de
música. Desde muchos balcones se arrojaban
flores sobre las estatuas y se les enviaban besos
de cariño. Al regresar al. templo, hallábase ya
éste atestado de personas, que admiraron, una
vez más, las bellas imágenes de María Auxilia
dora y de San Juan Bosco, en medio de un
triunfo de hermosísimas flores naturales, y re
cibieron la Bendición Eucarística, después de
la cual, inicióse un desfile ante el altar del
Santo, que duró hasta muy entrada la noche.
Como complemento de la fiesta, se exhibió
para el público la película a San Juan Bosco ».
E' aristocrático salón, anexo a la hermosísima
Iglesia de Reyna, de los Padres Jesuítas, vióse
ocupado literalmente por Cooperadores y ami
gos de la Obra Salesiana, quienes siguieron
emocionados, y a veces con lágrimas en los
ojos, el interesante sucederse de los episodios
de la vida del Santo. Terminada la película,
el Rmo. Padre Inspector subió al estrado y
completó la exhibición con una Conferencia,
en la que expuso la situación actual de los
Institutos de Don Bosco en Cuba y An illa.", y
especialmente de la Casa de formación. Agra
deció a todos la eficaz ayuda hasta ahora pres
tada y les alentó a continuar en la magni
empresa de la formación de sacerdotes sale
sianos, empresa la más amada del corazón de
Don Bosco.
MEJICO — Fiestas de" S. Juan Bosco en
Santa Inés.
Empezada la novena con especial solemidad,
en la que dos padres salesianos, con fervoroso
amor filial, cantaron las glorias de Don Bosco,
el día 24, conmemoración de María Auxilia
dora, fué la fecha fijada pata la bendición del
nuevo y artístico cuadro que representa a
nuestro Santo en actitud de bendecir a sus
devotos en medio de dos niños. £1 templo
í1
M é jic o . - L a ig le s ia d e S a n ta In é s d u r a n te l a fiesta.
se vió pletóríco de distinguidas damas y caba
lleros que apadrinaron el acto. El Exemo. Sr.
Dn. Gerardo Anaya, Obispo de Chiapas, se
dignó bendecir solemnemente la Imagen que,
profusamente iluminada, aparecía en todo su
esplendor. El magistral pincel del artista. Se
ñor Dn. Rodolfo Barthez, ex-alumno salesiano, nos ha hecho una obra realmente pri
morosa.
El triduo estuvo a cargo del limo. Sr.
D. Luis G. Sepúlveda, y el día 28 fué el de
dicado para que los niños festejaran a su Padre
siendo crecido el número de chiquillos que se
acercaron a comulgar devotamente, manifes
tándole con esto su cariño y adhesión. La
Misa fué celebrada por el P. D. Alberto
M. López quien, en un entusiasta fervorín,
caldeó los ánimos de los niños, y especialmente
de los treinta que se acercaron con gran jú
bilo de sus almas a la Primera Comunión. Por
la tarde, a las 4, fué sorprendente el número
de los que concurrieron al Ejercicio. Termi
nado el rosario cantado, el R. P. D. Femando
Oropeza ocupó la Cátedra Sagrada, revelando
a los minúsculos oyentes la significación del
hermoso cuadro de Don Bosco, del que de
dujo atinadas enseñanzas prácticas. Terminó
239
L
discurso con l a consagración de los niños
u 8U Santo Protector.
El día 29, fiesta de San Francisco de Sales,
hubo Misa Solemne, y por la tarde, el limo.
Mons. Sepúlveda hÍ2o la Conferencia Regla
mentaria a los Cooperadores Salesianos, pa
rafraseando la Carta-Testamento de San Juan
Bosco y logrando, con su hermosísimo discurso,
decidir a todos a continuar su cooperación a
las Obras de! Santo.
El día de la fiesta, 31 de Enero, el ánimo
de los devotos se encontraba ya enardecido de
amor hacia su Santo Protector, y, desde las
primeras horas del día, concurrieron en nú
mero crecidísimo para recibir en su honor la
Divina Eucaristía. La Iglesia ostentaba sus
mejores galas y el altar de San Juan Bosco
atraía sobre sí las piadosas miradas, llenando
de tierna devoción los corazones.
A las 7 de la mañana, ofició en la Misa de
Comunión General el Exemo. y Rdmo. Sr. Vi
cario General Dr. D. Maximino Ruiz y Flores,
Obispo Titular de Dárbe. A las 10, se entonó
la Tercia Solemne y ofició de Pontifical el
Exemo. Sr. Arzobispo de México, Dr. D. Luis
M. Martínez. La Schola Cantorum del Ora
torio Festivo ejecutó magistralmente la her
mosa Misa Coral del P. Salesiano D. Salvador
1lerrera y Font. El panegírico del Santo estuvo a
cargo del mismo Moiis. Sepúlveda que iluminó
la figura , del Santo, proponiendo a la Acción
Católica Mejicana el programa de S. J. Bosco.
8U
En toda América se vienen celebrando grandes
festivales religiosos en honor de la Beata Maz~
zarello. Después de Buenos Aires y otras ciu
dades de la República del Plata, que anterior
mente nos enviaron crónicas, ya publicadas, he
aquí otras que han llegado en estos últimos dias:.
CHILE. — Los cultos que a la nueva Beata
ha dedicado la capital de Chile han resultado
verdaderamente espléndidos, de modo sin
gular el Tedéum oficiado en la Catedral, que
atrajo un número considerable de personali
dades, representaciones, juventudes y cató
licos de todos los medios sociales.
El dignísimo Prelado arquidiocesano, Exemo.
Sr. Campillo, que poco há visitaba esta Casa
M adre' de Turín, dignóse presidir dichos
cultos,- haciéndole corona el Encargado de
Negocios de la Santa Sede Mons. Lombardi,
y los Sres. Obispos Del Canto y Jara, cuya
inesperada muerte — la de este último — hu
bimos de anunciar con honda pena el mes an
terior. Completaban la presidencia los Muy
Iltres. Canónigos del Cabildo Metropolitano
y muchos y distinguidos miembros del clero
secular y regular.
El elocuente Canónigo Sr. Carv^ajal tuvo
C w c a s . • L a s 6 « stas d e !a B e a ta N fa z z a re llo . E n e l te a tro .
240
i
LA BEATA MIAIIAREILLO
C a r a c a s . * E l E x c m o . S r. N u n c io A p . p o n tific a n d o , e n l a c a to d r u l, e n h o n o r d e l a B e a ta M a z z a r e llo .
L a s fiesta s d e l a B e a ta M a z z a r e llo . E l a c to m ú s ic t v lit . p r e s id id o p o r e l S r . N u n c io .
241
I
.L
el panegírico de la Beata y trazó con palabra
gráfica un cuadro completo de las virtudes
que adornaban a esta singular heroína de la
Iglesia. Al terminar, invitó al público a pedir
al cielo que cuánto antes coloque sobre su
frente la aureola de los Santos.
Nutridos coros, integrados por alumnas de
los varios colegios de las Hijas de María Au
xiliadora, saludaron al Sr. Arzobispo, al hacer
su entrada en el templo, con el canto del Sacerdos et Póntifex ejecutando el Himno de la
Beata al terminarse la función; y el tan acre
ditado Instituto teológico «Don Bosco» de
Cisterna hizo galai una vez más, de su cultura
musical en el Tantum ergo y en varios y esco
gidos motetes polifónicos.
M A G A L LA N E S. — Con no menor en
tusiasmo celebróse también dicha fiesta en
este extremo baluarte del progreso y de la so
beranía chilenos.
La imponente ceremonia tuvo igualmente
por marco la catedral, en presencia de todo el
pueblo y de las primeras autoridades civiles
y religiosas.
El Inspector Salesiano, Rvdo. P. Aüberti,
fué el encargado de tejer el elogio de Madre
Mazzarello, logrando encender en su nutrido
auditorio una gran veneración por la Beata e
invitándole a unirse cordialmente a los sacer
dotes en el canto del Tedéum, o himno de
acción de gracias.
Al terminarse el acto, el Exemo. Sr. Inten
dente de la Provincia, en compañía de las de
más autoridades, presenció el magnífico des
file de los Exploradores de Don Bosco que
habían prestado servicio de honor en el templo.
P A R A G U A Y . — Precedida de un triduo
en el que, varias veces al día, eran transmitidos
por radio discursos y noticias referentes a la
Beata Mazzarelto, celebróse aquí su fiesta el
20 de noviembre. La Catedral de Asunción,
fastuosamente adornada, ofrecía el aspecto de
las mayores solemnidades. Al oficio, celebrado
por el Excino. y Rvmo. Mons. Mena, asistió
en persona el Exemo. Sr. Presidente de la
República, y en él pronunció un elocuente
panegírico el Rvdo. P. Conte-Grande.
La e.spléndida jomada temiinó con Tedéum
y Bendición cucarística.
PERU. — En Lima, dignóse presidir las
fiestas el Exemo. Sr. Nuncio Apostólico Mons.
Cento, quien, en la capilla de la Casa Inspecto
ría! de las Hermanas, resplandeciente de blan
cura con los uniformes cándidos de cientos
y cientos de alumnas allí reunidas, elevó al
242
Altísimo, en nombre de la ciudad, el himno
de la gratitud.
Su Excelencia presidió además la simpática
Academia que dichas alumnas celebraron luego
al aire libre, y quiso él mismo cerrarla con un
discurso en el que, una vez más, vertió todo
su afecto hacia la obra salesiana, diciéndose
feliz de poder hablar a las hijas de Don Bosco
en aquella hora férvida de gozo y de santas
emulaciones por la luz que sobre ellas irradia
de! rostro de su primera Superiora glorificada.
U R U G U A Y. — Otro día de gloria para la
excelsa Cofundadora de las Hijas de María
Auxiliadora, en la iglesia metropolitana de
Montevideo, colmada de tal modo que se lle
naron hasta las tribunas.
El benemérito y bondadoso Sr. Arzobispo,
Mons. Francisco Aragone, con cálida y ele
vada dicción, glosó la vida de la festejada,
cuya imagep ofrecíase acogedora a la devoción
de sus numerosos devotos desde el altar
mayor resplandeciente de luz y convertido
en im verjel de flores.
Resultaron magníficas las intervenciones
musicales de la Polifónica «Don Bosco».
VENEZUELA. — Es una de las naciones
americanas en la que primero hallaron eco las
esplendorosas fiestas de Roma y de Turín. El
fervoroso entusiasmo que, allende el mar, con
gregó ingentes multitudes en la Basílica romana
ante la imagen de la nueva Beata y en el San
tuario de María Auxiliadora de Turín, en tomo
de las veneradas reliquias, ha prendido también
en el corazón de los venezolanos; tanto du
rante el triduo como el día de la fiesta, la ciu
dad de Caracas ofreció un conmovedor es
pectáculo de fe y veneración por la humilde
y grande Cofundadora del Instituto de las
Hijas de María Auxiliadora.
Un solemne Triduo celebrado en el San
tuario de María Auxiliadora de Sarria precedió
a la fiesta. Durante los días 26, 27, 28, la de
vota muchedumbre de fieles concurrió a pos
trarse ante la imagen de la nueva Beata; el
primer día, celebró la Santa Misa Monseñor
Enrique De Ferrari, Prefecto Apostólico del
Alto Orinoco; el canto estuvo a cargo de la
Schola Cantorum del Colegio María Auxilia
dora de Los Teques; el segundo día. Misa ce
lebrada por S. E. Mons. Nicolás E. Navarro,
y el canto a cargo de las alumnas de la Obra
del Buen Consejo. El Exemo. Arzobispo de
Caracas, Mons. Felipe Rincón González, ce
lebró la Misa del último día del Triduo, mien
tras un escogido gmpo de Damas Católicas
interpretaba bellísimos motetes.
El domingo 29, en la Santa Iglesia Catedral,
profusamente iluminada, apareció por vez pri
mera la dulce imagen de la Beata; celebró de
Pontifical Mons. Luis Centoz, Nuncio Apos
tólico de Su Santidad. La Schola cantorum
de los R. R. P. P. Salesianos ejecutó magis
tralmente la Misa del Maestro Tassi, el Magní
ficat de Perosi, el Te Deum del Maestro Mosso
y el Himno en honor de la Beata. Ocupó la
Cátedra sagrada el M. R. Padre Víctor Iriarte,'
célebre orador de la Compañía de Jesús, quien
supo cautivar y mantener en suspenso la aten
ción de los oyentes; con frase galana de in
comparable sencillez y sublime inspiración,
puso de relieve la característica de la espiri
tualidad, « Fortiter et Suaviter » de Sor María
Mazzarello^ dócil instrumento que, en las há
biles manos de Don Bosco, realizó una de las
grandes concepciones del Santo: el Instituto
de las Hijas de María Auxiliadora.
La ceremonia se desarrolló con todo el es
plendor de la sagrada Liturgia.
Por la tarde, en el salón de actos del Buen
Consejo, presidido por el Excmo. Sr. Nuncio
Apostólico, con asistencia del Excmo. Sr. M i
nistro de Italia y de Mons. Enrique De Fe
rrari y representaciones de las Comunidades
Religiosas y Colegios de la Capital, se verificó
un sencillo acto músico-literario. Terminado
el canto del himno Pontificio que se entonó
a la llegada del señor Nuncio, el M. R. Padre
Serafín Santolini, Inspector de los Salesianos
en Venezuela, pronunció un elocuente dis
curso de introducción. La distinguida Sra.
Lucila de Pérez Díaz, en su bellísima alocu
ción, esclareció el concepto de la verdadera
grandeza, proponiendo como tipo a la humilde
Sor María Mazzarello que, aunque despro
vista de los títulos que el mundo juzga indis
pensable jxídestal de toda obra grande, fué la
Piedra fundamental del Instituto que hoy llena
el mundo con la multiplicidad de sus bené
ficas obras. Aplaudidísimo fué el número de
canto, a cargo de la señorita Soledad Espina!,
quien, con un escogido grupo de colaboradoras,
deleitó extraordinariamente a la concurrencia,
tanto por la armonía de las voces, como por
la gracia y originalidad de la ejecución.
- Dos coros a cuatro voces ejecutados por las
alumnas de los Colegios de María Auxiliadora
de Los Teques y del Buen Consejo, y algunas
bellas poesías e himnos coreados por las mis
mas, pusieron fin al acto que tan gratas im
presiones dejó en los asistentes
V « n ezn e!a . - L a o b ra Ue la s H ija s d e M a r ía A u x ilia d o r a e n S a n F e lip e .
243
L
Don Bosco allende los mares.
I-o que cuentan nuestros Misioneros.
r
f
C o re a . • E itd b o - L a ig le s ia d e d ic a d a a S a n Ju a n B o sco .
JAPON
Gratas noticias.
Rvmo. P. Ricaldunc:
D on B osco en C orea. — Es ésta la primera
noticia que seguramente alegraré su corazón
paterno, a los salesianos y cooperadores.
Con motivo de nuestros conciertos de pro
paganda, le había escrito, en otra ocasión,
acerca de nuestro primer viaje a Corea. Desde
entonces observamos que la devoción a nuestro
Padre se extendía de un modo extraordinario
en atiuellas regiones. El Bolctin diocesano pu
blicaba, por entregas, la vida de D. Bosco y
varios jóvenes coreanos manifestaron deseos
de probar la vida salesiana. Mientras algunos
de estos buenos aspirantes se preparan en el
seminario do Miyazaki, nos llega la noticia
de que un párroco coreano, el Rdo. P. Lye,
ha dedicado una hermosa iglesia a Don Bosco,
en la aldea de Eitóho hasta hace poco apar
tada de la capital. Este celoso sacerdote inició
su ministerio con unos 300 feligreses y ahora
la citra se eleva a 1790. Esto le obligó a ampliar
la iglesia cdiHcada en diciembre de 1936, de244
^
dicándola a San Juan Bosco, «el célebre
Apóstol moderno», como él lo llama.
Los motivos que impulsaron al párroco y
a los fieles a declarar este patrocinio son muy
característicos. Primero: los cristianos son
pobres y D. Bosco, campeón de la pobreza,
los podrá socorrer con mayor conocimiento
de causa. Segundo: en esta cristiandad florecen
las asociaciones juveniles. Don Bosco, tan
amante de la juventud, ejercerá una especial
protección sobre ellas. Las asociaciones para
jóvenes de ambos sexos ascienden, en efecto, a
93. Es un hermoso núcleo que empieza a des
plegar sus alas dentro de la Acción Católica,
siguiendo el espíritu de D. Bosco y las directi
vas del Papa, y que hace concebir grandes
esperanzas.
Estos buenos coreanos se están empapando
del espíritu de nuestro Padre, todo amor a
la pobreza y a la juventud, y han adquirido
ya su estatua que fué bendecida solemnemente,
el 9 de Junio de 1938, por el Exemo. Mons.
Larribeau de las Misiones Extranjeras, Obispo
de Socúl y gran amigo de los salesianos.
Quiera el Señor bendecir el apostolado de
este buen párroco y de sus coadjutores, quiene«,
siguiendo el espíritu salesiano en la organi-
zación del Oratorio, Círculos juveniles y en
señanza del catecismo, están formando un
hermoso semillero de buenos cristianos que
serán el honor de la Iglesia y de la Patria.
y i cuándo se establecerán los -Salesianos
en Corea ? me preguntará Ud. Todos nos es
peran; basta que Ud., amado Padre, dé la
voz de ¡marchen!, y así como D. Bosco nos
ha ayudado hasta ahora, nos ayudará también
a trabajar por los coreanos.
F rutos de caridad . — Ahora, vayan algunas
noticias caseras:
El 31, fiesta de nuestro Fundador, tuvimos,
con enorme alegría de todos, la profesión de las
primeras novicias de la nueva Congregación in
dígena femenina titulada <iHermanas Japonesas
de la Caridad » y fundada por nuestro hermano
el P. Cavoli, sabiendo lo cual es inútil decir
que estas religiosas japonesas, destinadas a dar
un gran impulso a nuestra misión, están com
pletamente plasmadas en el espíritu salesiano.
La solemne función, presenciada por los mi
sioneros de la Prefectura Apostólica, por los
asilados de la casa, por representaciones de
las Hijas de María Auxiliadora, del Seminario,
de los cristianos y de las autoridades civiles
y militares, se desarrolló en medio de un gran
recogimiento. El P. Cecchetti terminó la fun
ción bendiciendo una magnífica estatua del
Sag. Corazón, que desde la fachada de la casa
extiende sus brazos misericordiosos llamando
a las almas a sí. Quiera Jesús bendecir la nueva
obra. He aquí como nació:
En 1929, se inició, en Miyazakí, una dis
creta actividad en el seno del Círculo feme
nino dirigido por las Hijas de María Auxi
liadora, fomentando en modo especial la vi
sita a los pobres. Luego recibió este Círculo
la forma de Conferencia de S. Vicente, que,
agregada más tarde al centro de las Confe
rencias femeninas de Bolonia (1932), ha echado
hondas raíces y extendido su benéfica influ
encia.
Cuando, en 1933, se abrió el hospicio de
Miyazaki, algunas de estas jóvenes de las Con
ferencias quisieron consagrarse a esta obra,
haciendo vida común. Era muy natural que
surgiese en ellas el pensamiento del estado
religioso.
La constatación del incomparable valor apo
logético y propagandístico que tienen las obras
de caridad en las misiones, y la presencia de
un buen número de almas deseosas de consa
grarse a Dios y de propagar la fe mediante
las obras de caridad, (fin principal de esta
nueva Congregación), nos animó a pedir a la
Sagrada Congregación de Propaganda Fide
el permiso para esta fundación, y obtenido
sin dificultad alguna, fué un motivo de gran
alegría para todos.
El mismo Santo Padre, en distintas ocasiones,
en el Congreso de las Conferencias Vicentinas,
C o re a - E itd b o . - L a S c b o la c a a t o r u m q u e in te r v in o e n la b e n d ic ió n d e la ig le s ia d e S a n Ju an B o sco .
245
celebrado en Roma en Abril de 1938, y más
tarde en la audiencia concedida al infrascrito»
en Agosto del mismo año, demostró su gran
satisfacción por esta obra, que hace presagiar
frutos abundantes y preciosos para la Iglesia
en el Japón.
¡Que las fiestas de nuestros Patronos, cele
bradas con tanta solemnidad, nos alcancen la
gracia de vivir en perfecta caridad de pensa
mientos, palabras y obras con las almas japo
nesas, y que la movilización espiritual tan de
seada en el imperio, converja en su verdadero
centro: Jesús!
Bendíganos y pida por nosotros
Su afmo. in J. C.
Mons. V icente C im atti .
C fflN A (Hong-Kong).
U n m es entre los coléricos.
Amadímno Padre:
Sabiendo con cuánta solicitud sig’>e Ud.
el progreso de nuestra obra en el Extremo
Oriente, pienso que será de su agrado contarle
algo del apostolado que sus hijos desarrollan
en este inmenso y atribulado país, para aliviar
los sufrimientos físicos y morales que la guerra,
el cólera y otras desventuras han aquí inten
sificado en estos últimos meses. El Señor me
concedió la gracia de poder asistir, durante
un mes, a los pobres atacados del cólera-morbo
sin sufrir el menor daño.
Un domingo de Agosto del año pasado, el Sr.
Director me entregó un periódico diciéndome
estas palabras: « Tome, ha estallado el cólera
en la ciudad, aquí tiene las prescripciones mé
dicas. Ud. que tiene a su cuidado la salud
de la casa provea lo que haga falta ». A pesar
de estar en vacaciones, había aún alumnos en
el colegio, y urgía, por lo tanto, inmunizarlos.
Fuimos todos al hospital para que nos so
metieran al tratamiento profiláctico indicado,
y nos pusimos en regla. El Sr. Director apro
vechó la ocasión para recordar que D. Bosco,
en análogas circunstancias, había prometido
la inmunidad contra el cólera a todos los
alumnos que conservasen en su corazón Ja
gracia de Dios y llevasen pendiente del cuello
la medalla de María Auxiliadora. Asistimos
a un hermoso espectáculo: más de 300 alumnos,
en su mayoría paganos, se proveyeron de la
medalla y se esforzaron en mantener limpias
sus almas. María nos protegió a todos de un
modo evidente. Mientras la peste sembraba
y
i l o n a - K o n f . • E n e l iM sp U al. fia u lix a n d Q a lo s bebés.
246
la desolación en nuestro derredor ninguno de
nosotros fué tocado por el horrible morbo.
Sólo uno fué víctima, pero no estaba en el
colegio. Había ido a visitar a su abuela
enferma y la epidemia lo sorprendió en
casa llevándoselo ‘a la eternidad. Era de
conducta óptima y asiduo al catecismo y es
pero que el bautismo de deseo le habrá abierto
las puertas del cielo, desde donde, en efecto,
parece velar por su familia y por el hermanito que vino a sustituirlo.
E ntre los apestados. — Pocos días después,
un telefonema del Vicario Apostólico, Mons.
Valtorta, me invitaba a cubrir plaza de enfer
mero en el lazareto, y acepté gustoso el en
cargo. El lazareto se había improvisado en los
locales del antiguo hospital civil, abandonado
desde que, en la pasada primavera, Hong-Kong
inauguró su hermoso, nuevo y modernísimo
hospital. Al estallar el conflicto chino-nipónico
lo habían empleado como refugio para los
prófugos de Shangay, pero vino el cólera,
y visto que tomaba proporciones alarman
tes, se decidió transformarlo en lazareto. El
edificio, que consta de dos grandes manzanas,
se prestaba estupendamente para separar a los
enfermos graves de los convalecientes.
El gobierno de la Colonia había organizado
un magnífico servicio de asistencia: pero, ante
el número cada día más crecido de los asilados,
tuvo que acudir al Vicario Apostólico pidién
dole ayuda. Yo me presenté de buena gana.
Las penas y dificultades allí sufridas sólo Dios
las conoce.
Ud. sabe, amado Padre, que el cólera se
cura con una inyección endovenosa, cuyo fin
es asegurar a la sangre la parte acuosa nece
saria e impedir su coagulación. El efecto es
sorprendente: he visto a muchos enfermos,
en medio de horribles convulsiones, con el
rostro lívido y amoratado, calmarse como por
encanto, al correr entre sus venas el líquido
salutífero. El cambio era radical; la mirada,
antes alterada, recobraba su primitiva serenidad,
y el rostro el color habitual.
Con este procedimiento salvamos a la mi
tad de los enfermos, pero el número habría
sido mavor si se hubiera aplicado a tiempo
el remedio a todos. Por desgracia, el pueblo
ignorante, lleno de prevenciones, persuadido
de que quién entraba en el hospital no salía
vivo, en vez de favorecer la cura, injuriaba
a los que se sacrificaban por asistirle, acu
sándolos de suministrar drogas para acelerar
su muerte. Viejos y conocidos prejuicios que
ocasionaban la ocultación de los enfermos
hasta que la gravedad del paciente les obligaba
a denunciar el caso a las autoridades, precisa
mente cuando ya no había remedio posible.
De los cinco que fueron atacados, entre los
enfermeros y a5rundantes, uno solo murió.
20 B.AUTiSMOS EN UN DIA. — Yo hubiera
preferido prestar mis servicios a los enfermos
más graves, a los que luchaban entre la vida
y la muerte. Así habría tenido un campo más
vasto para mi ministerio sacerdotal y, cuando
no fuese dable arrebatarlos a la muerte, les
habría abierto las puertas del cielo, pero se.
me destinó con dos Hermanas a la sección de
convalecientes donde el trabajo era más limi
tado. No obstante, allí me esperaba la Divina
Providencia con una mies aún más abundante.
Una tarde, volviendo a nuestra casa de Aberdeen, me encontré con una tarjeta del misionero
del lugar en la que me daba cuenta de los ca
tólicos que se encontraban en el hospital vícti
mas del cólera. No me hice esperar. Al día si
guiente, pedí y obtuve permiso para visitarlos:
el camino estaba abierto. En mi primera visita
conforté a los cristianos con los Santos Sacra
mentos y administré el bautismo a 20 paganos.
E scenas dolorosas. — Le describiré tan
sólo algunas que se apartan de lo común.
Un día, mientras bautizaba a una señora,
vi a una Hermana hablando con una niña, la
cual, con las manos juntas, pedía el bautismo.
Fíjese, Padre, |qué bien dispuesta estál me
dijo la Hermana. De repente, se oye una voz
airada que dice: No se hable de esas cosas
a los menores, y sobre la pobre niña cayó una
fuerte reprensión. Era su madre. Ella, bajo
un diluvio de regaños, declaró que no trataba
de hacerse bautizar. Madre e hija, poco después,
abandonaban el lazareto; creo que eran pro
testantes.
De otro joven, cuyo mal degeneró en tisis,
recibí una nueva repulsa. Lo vi la primera
vez que visité a los enfermos y últimamente
aún estaba allí. Siempre que le hablaba de
bautismo su rostro se alteraba, despidiéndome
con poca caballerosidad...
Pero bueno es que hablemos también de
cosas agradables.
Era la primera vez que yo ponía pie en
aquel lugar de dolores, y buscaba a los católicos
que me habían sido recomendados. Entrando
en la cirugía de los hombres me encontré con
un joven de unos 15 años, sus miradas siempre
fijas en mí me impr^ionaron mucho. Me
acerqué, le hablé... Por el aspecto no parecía
estar grave, y temía cometer una imprudencia si
le administraba el bautismo tras de una simple
--
247
Tr.
r" •
M a n d a la y . - {De pie): L o s P F . L a fú n y S cu d « ri.
{¿tentados): D o n A . C a n d e la y M o n a. F a llir é .
instrucción. No sé si él comprendió mi temor;
el hecho es que el joven se puso a pedirlo
con toda el alma. Una inspiración providencial
me-aconsejó que aprovechara aquellas buenas
disposiciones, dejando para los pocos días que
le quedaban lo restante de la instrucción. Con
transportes de alegría recibió el agua regene
radora y fue éste uno de los afortunados de
mi primera visita.
Al día siguiente, apenas llegado, me dirigí
inmediatamente a su cama. Estaba sin sen
tidos, su cuer|'>ü frío ct>mo el hielo Avisé al
doctor, éste acudió inmediatamente, pero era
tarde. 1.a; inyectó una droga para sostener el
corazón; provocó la respiración artificial: mas
todo fué inútil. El joven emprendió, en nuestra
presencia, el camino de la eternidad.
En otra ocasión, encontré a un señor de
unos 30 años: había superado la crisis pero
jx'nnanccíu siempre inmóvil: tal vez antes de
contraer el cólera estaba ya tuberculoso. Le
hablé de religión y no n\c respondió. Para no
importunarlo lo dejé tranquilo. Me causó la
impresión de uno que no se resigna a morir. La
248
invitación a recibir el bautismo era algo así co
mo un anuncio de su próxima muerte. Entre
tanto mandé que se rezara. Al día sigxiiente
pude manifestarle la gravedad de su estado, lo
preparé y recibió el bautismo. Al cabo de tres
días su puesto estaba ya ocupado por otro
enfermo; ¡había muerto!
Gran consuelo fué también para mí la abju
ración de un protestante, cuando menos lo es
peraba, y la conversión del papá de un niño
oratoriano de Aberdeen, bautizado el año pasa
do por el Rvmo. Sr. Don Berruti. Ambos
volaron al cielo desde el lazareto.
Quiero terminar este artículo felicitando
muy de corazón a los médicos y al personal
del lazareto; siempre incansables, a disposi
ción de los pobres pacientes, día y noche, con
un espíritu de caridad y sacrificio que les
honra grandemente. Con todos extreman sus
deferencias y cordialidad. La obra del sacer
dote católico fué respetada tanto por los pro
testantes como por los paganos.
En un mes pude administrar 250 bautismos.
4 sobrevivieron y completamos su instrucción
catequística durante la convalecencia. Al dejar
el lazareto les regalé el catecismo y el manual
de oraciones, recomendándolos al misionero
de su pueblo. Todos, aun los no bautizados,
demostraron un profundo agradecimiento a
los que de algún modo se ocuparon de ellos.
¿Quién sabe si esto no será el primer eslabón
que los vinculará para siempre a Cristo.^
Ruegue, amadísimo Padre, para que esta
esperanza se realice y bendiga a quien se pro
fesa
Afmo. hijo in C. J.
Bas.sano L arfno -P a c cix í , Pbro.
Misionero Salesiano.
IN D IA (Khrisnagar).
A bordo del Kerapara.
Amadísimo Padre:
Mientras el barco se va alejando lentamente
del muelle de Rangoon, mis ojos se recrean,
una vez más, explayándose por el bosque de
agujas de sus incontables pagodas, cubiertas
de oro, que relucen al sol como debieron re
lucir un día los áureos muros del templo de
Jerusalén.
Pero mi ¡>ensamiento corre a los hermanos
amadísimos que ayer noche dejé en Mandalay,
con la consabida consigna: « Sigamos siempre
las huellas de Don Bosco y triunfaremos
también en Birmania ».
Ahora, la gran metrópoli birmana ha desa
parecido también del horizonte, y solo, en este
golfo de Bengala, pienso que el barco que ha
de devolverme a Calcuta, muy a pesar mío,
me aleja cada vez más de aquellas pagodas ten
tadoras que el deseo ve ya convertidas en tem
plos de Cristo, y siento que una buena parte
de mi corazón queda con los seis salesianos
que he dejado en esta alegre tierra birmani,
nuevo campo de trabajo para los hijos de
Don Bosco.
Hace ya bastantes años que nosotros tra
bajamos en China, India y Siam; una sola
nación nos separaba a unos y otros, pero de
hoy más, esta separación habrá terminado.
Don Bosco, en la persona de sus hijos, que
dondequiera llevan su espíritu y su método,
acaba de establecer su primer contacto con
las juventudes de un nuevo pueblo, el bir
mano, que él había visto en sus sueños y
ahora bendice desde el cielo. Es para nosotros
motivo de estímulo y de viva satisfacción saber
que nuestro buen Padre, en una de sus vi
siones admirables, vió, un día, como sus hijos
de la India se encontraban y daban la mano
con los de la China. La nueva casa de Mandalay será este lazo de unión, existiendo ya una
carretera que une a esta ciudad con la de Yu-
M a n d a la y . - L a b e l lís im a ig le s ia p a r r o q u ia l
q u e h a s id o c o n fia d a a lo s S a le s ia n o s .
nanfú, en- la frontera china, .donde existe una
floreciente escuela profesional salesiana.
Hace ya diez años que un excelente sacer-
M a n d a la y . • I n ie r io r d e la m is m a ig le s ia .
249
dote de las Misiones extranjeras de
París, el Padre Lafon, insistía con
el Inspector de los Saiesianos de la
India, y los Superiores de Turín
para que los hijos de Don Bosco
se hicieran cargo de un orfanato
fundado por él mismo, hace bas
tante tiempo, y que ahora, a causa
de su edad avanzada, no podía se
guir dirigiendo. A sus instancias se
unieron, últimamente, las de Mons.
Faliérc, Vicario Apostólico de Mandalay, y las todavía más apremian
tes de la Sagrada Congregación de
Propaganda Fide.
K 1 año pasado, Mons. Kierkels,
T ip o s b ir m a n o s ca ra c te rís tic o s .
Delegado Apostólico de las Indias Orientales,
en una visita hecha a Mandalay, congratu
lóse vivamente de que sean los Saiesianos los
llamados a continuar esta obra en favor de
los niños pobres.
L
l e g a d a d e l o s p r im e r o s
Una
la s
de
m u
c h ís im a s
pagodas
d e M and a la y .
250
S
a l e s ia n o s a
B
ir
— Eramos pues aquí deseados y espera
dos, y por esto fue en extremo cordial el recibi
miento que se nos hizo, la mañana del 27 de
enero. Cuando el Amra echaba anclas en el
puerto de Rangoon, abierto a orillas del ma
jestuoso Irrawaddi, un nutrido grupo de ex
alumnos de la escuela de Mandalay, cdn otros
amigos y admiradores de la obra salesiana,
nos aplaudieron con grande alegría, y nos col
maron de atenciones (turante todo el tiempo
que nos detuvimos en la ciudad. Mientras
íbamos y veníamos por las grandes vías admi
rando los antiguos monumentos de la capital
de la India Transgangética, a pesar de si:s
muchas bellezas y del esplendor de sus obras
católicas, sentíamos una gran impaciencia por
llegar pronto a la meta, o sea a Mandalay.
Y al fin; después de una noche de tren,
caíamos en los brazos del Venerable Padre
Lafon, que, rodeado de niños, nos esperaba
en la estación. Lleno de santa alegría nos
acompañó a su iglesia, que es una verdadeia
obra de arle, y nos dió allí solemnemente la
bienvenida. «Hace diez años — decía conmo
vido el santo anciano — hace diez años que
estos pobres huérfanos soñaban con vosotros
y se arrodillaban todos los días delante de esta
imagen para pedir a San Juan Bosco que en
viara aquí a sus hijos ». Estas palabras nos re
cordaban, una vez más, la visión profética
del Padre, y a mí me parecía oir el eco de
aquellas vo<»s ju\’eniles que le decían: Te
m a n ia
.
r m
iS Í i
E sp o so s b ir m a n o s .
habíamos esperado tanto... ahora no nos se
pararemos más de t í ». Estábamos realmente
conmovidos.
La
primer .^ fiesta de
D on B osco en B irma
— Fué en esta grande y hermosa iglesia
donde celebramos, por primera vez y con ver
dadera solemnidad, en Birmania, la fiesta de S.
J Bosco. Nuestra llegada, por una feliz coinci
dencia, tuvo lugar el 31 de enero, día litúrgico
de nuestro Santo. Mons. Faliére quiso exte
riorizar su alegría celebrando im solemne pon
tifical en el que tomaron parte todas las co
munidades religiosas locales y un considerable
número de fervorosos cristianos. Por la tarde,
en el espacioso patio del orfanato, se nos
obsequió con una simpática velada a la que
asistieron las autoridades y mucho público.
Con acento conmovido, el Padre Lafon habló
de la Congregación Salesiana y de sus varias
obras en el mundo, y dijo que se consideraba
feliz de poder entregar al gran Educador y
Padre de los huérfanos sus escuelas y su or
fanato, y que ahora cantaba gozoso el nunc dimittisy convencido de que no podía dejar en
mejores manos su patrimonio.
Terminado el acto, me levanté a hablar
para dar las gracias a Mons. Faliere y al Padre
Lafon. Nosotros — dije a éste — nos con
sideramos dichosos de recoger este magnífico
patrimonio que Vd. nos entrega y de poder
realizar la visión profética de nuestro santo
Fundador. Estad seguros de que los seis salesianos que dejo aquí en Mandalay amarán a
estos huérfanos como a hijos, y les prodigarán
sin reserva sus trabajos y sudores y puedo
anunciaros que pronto. Dios mediante, jimto a
esta obra se alzará una gran escuela industrial
rotulada con el nombre del Don Bosco de Bir
mania, el Padre Juan Lafon.
nia .
i>]
T oma
de posesión y dificultades . —
«i)
líZJ.-'iii
Aquel mismo día tenía lugar la so
lemne toma de posesión del orfanato y
de sus diversas obras anejas. Puesto que,
además de él, hay una iglesia y parroquia
para los católicos chinos, una casa para
viudas, una obra para catecúmcno-s y
una escuela pública.
El nuevo Director y Párroco Don
Antonio Alessi y los cinco jóvenes her
manos que constituyen la nueva co
munidad pusiéronse en seguida a tra
bajar con entusiasmo y gran espíritu
de sacrificio. No faltaron, ya se com
prende, pruebas y dificultades porque
de lo contrario no habría sido obra de
Dios. Lo que mayormente nos descon
certó fué la repentina y grave enferme
dad de un hermano coadjutor atacado de fie
bre tifoidea y que, según los médicos que le
asistieron, debió su curación a un verdadero
milagro de Don Bosco.
Añádase a esto la nue\’a lengua birmana
difícil de aprender, un calor pesado y ener
vante, un período de convulsiones políticas
y de huelgas que amenazaron seriamente la
paz en nuestra misma casa..., pero Don
Bosco, que nos había precedido y llamado,
venció todos los obstáculos, pudiéndolo com
probar yo mismo, de visu, durante este primer
mes de nuestra estancia en Mandalay. Nunca,
como ahora, había yo tocado de un modo tan
palpable la bondad de nuestro sistema, hecho
de. vigilancia y de amor. Los niños se conven
cieron en seguida de que los salesianos Ic.s
amaban, que deseaban su bien, y sometiéronse
dócilmente a sus educadores.
Una vez asegurado de que el orden y la
vida de la casa eran normales, regresé a Cal
cuta convencido de que la obra de Mandalay,
iniciada el dies natalis de nuestro Padre, pro
mete años de gloria a nuestra amada Congre
gación.
El campo que se nos há confiado en el co
razón de Birmania es vasto e importante;
Don Bosco ha caído muy bien en esta tierra
de las pagodas doradas, y de las verdes cam
piñas pobladas de gentes sencillas, hospita
larias y alegres. Envíe, amado Padre, su ben
dición a los salesianos de Mandalay a fin de
que Dios haga fructificar sus trabajos, y re
ciba toda la veneración y afecto de su afmo.
Mons. V icente S cüderi,
Admrdstrador Apostólico
de Khrisnagar.
251
IN D IA
Sorpresas y prom esas de la
M isión de Asam .
Amadísimo Padre:
Regreso ahora mismo de mi primer recorrido
invernal por el valle del Bramaputra. En algu
nas zonas de Asam acecha el tigre y reina el
elefante. Estuve en un barrio donde la gente
vive presa del terror. ¿Por qué? Por la ve
cindad de un tigre, de un man-eater {devorador
de hombres) extraordinariamente feroz, si es
cierto lo que afirman las autoridades guber
nativas, que ha hecho ya 64 víctimas entre
hombres, mujeres y niños. Algunos creen que
esta cifra aún es baja. El peligro comenzó
a ser serio cuando, en Diciembre, la tragedia
se sucedía con breves intervalos de cinco o
seis días, en campo abierto, tn los lími'es de
la' pradera, y luuta en las mismas chozas. —
Se organizaron batidas con centenares de in
dígenas y europeos y cuatro elefantes, pero
el feroz carnívoro supo escurrir el bulto y,
días más tarde, hacía nuevas víctimas en otro
jardín de té. Ahora descansa; pero ¿no estará
acechando el paso de alguna otra pobre cria
tura humana? ¡Tremenda interrogación! Por
culpa suya tuvimos que suspender una asam
blea genera) de cristianos.
En otro distrito, tuvieron que vérselas con
una manada de 60 elefantes salvajes. Estos animalotes son sumamente caprichosos y, cuando
se enfurecen, llegan a extremos terribles. Es
fácil imaginar las desimccioncs vandálicas de
estos colosos. Se trató de intimidarles con fo
gatas y teas encendidas; dos cayeron heridos
por certeros tiros tle fusil, los demás huye
ron a la selva.
Conviene que nuestros amados bienhe
chores coitozcan también estos as|>ectos de la
vida misionera. ¡01 ^ querido y hermoso Asam!
¡Cuánto te admiré en tus inmensos ríos, en
tus gigantescas florestas de majestuosos helechos, y en tus montes y colinas!
Me impuse un viaje en barca de dos días
para poder llegar hasta el extremo confin de
la diócesis, donde empieza a levantarse el mi
sterioso Tibel, impenetrable barrera del Himalaya. Estas son la columnas de Hércules de
.\sam. El Gobierno no pennite ir más allá
porque las tribus que habitan aquellas que
bradas son celos;is de su libertad y no sufren
que los europeos pisen su reino inviolable.
'I'uvimiw pues que contentamos con admirar
la lujuriante vegetación, el pintoresco pano
rama de los valles, los sitios pintorescos donde
los ríos desembocan en la llanura. Allí en
contramos algunos Daflas pertenecientes a una
de las principales tribus y con señas y con
el brillo de algunas monedas les persuadimos
de que posaran delante del objetivo. Son tipos
de raza mongólica, visten de manera estrafa
laria y van siempre armados de dagas.
Pero aún conservo otra visión, en la mente;
una visión fresca que es un aliciente para pro
seguir la obra que Jesús confió a los misio
neros, para los cuales no existen barreras ni
dificultades: « Id y predicad el Evangelio a
todas las criaturas». Y ¡cuántas criaturas hay
en Asam y cuántas tribus!
Todas las etapas de esta jira apostólica
fueron jalonadas con grandes recibimientos.
La llegada del Obispo a aquellos lugares tan
lejanos era saludada con sinceras explosiones de
alegría y entusiasmo. Me parece verlos todavía
a aquellos cristianos vestidos de fiesta con mil
variados colores en los que destaca el blanco.
¡Cuántos rostros alegres como &Í fueran de
viejos amigos! Las mujeres y los niños agitan
banderitas de papel; los hombres llevan altí
simos bambúes rematados con grandes plumas,
se arrodillan para recibir la bendición, me
lavan las manos, adornan con flores mi per
sona y exclaman con voz cadenciosa: ¡Ha lle
gado el heraldo del Rey!
Pero mirando a mi alrededor veo otro es
pectáculo que me contrista: el de los paganos
que asisten a mi recibimiento, sumidos aún
pobrecitos en la degradación de los pueblos
primitivos.
Entretanto- la caravana de los cristianos se
pone en movimiento; cuando las lluvias hacen
intransitables los caminos me llevan sobre una
silla gestatoria que, no es a la verdad el medio
más cómodo de transporte para una persona
pesada como yo, aunque vaya sólidamente
apoyado sobre las espaldas de cuatro hombres
robustos. Pero la culpa no era suya, si se con
sidera que tenían que caminar sobre un pavi
mento fangoso donde los pies resbalan o se
quedan pegados siendo muy difícil mantener
el equilibrio.
Cuando se atraviesa un pueblo pagano, de
todos los puntos acuden a presenciar el
paso del Obispo, y si hacen redoblar los tam
bores el espectáculo es completo. Sea todo
para mayor gloria de Dios. Pero entre les
cantos festivos y el agitarse de las banderitas,
mi corazón no se aparta de aquellos paganos
que se alinean a lo largo del camino. Vienen de
las tribus 4 e los Abbors, Nagas, Uria, Mikhir,
y del Uraon... pueblo extraño donde todas estas
razas viven juntas sin confundirse. M i mano se
levanta para bendecirlos. ¡Pobrecitos! me dan
lástima; la embriaguez les degrada y sofoca
en ellos todo sentimiento noble. Su religión es
la animista, la antigua religión de los pueblos
indostánicos. Es inútil buscar en sus ritos y
sacrificios la más vaga idea de agradecimiento y
amor; tienen idea del Ser supremo pero no se
preocupan de El. Las manifestaciones del culto
entre ellos tienden sólo a aplacar a ciertos espí
ritus malignos que infestan la aldea y son causa
de enfermedades y epidemias. Un mono cru
cificado en un palo, a la entrada del pueblo,
es un espectáculo corriente, creyéndolo una
especie de pararrayos que aleja las enfer
medades. La vida de estos infelices es vida
de opresión y de terror, porque los espíritus
malos pululan por doquiera: anidan en los ár
boles, se ocultan en las cavernas y, como aves
de rapiña, hállánse siempre prontos a caer
sobre la víctima inerme. Una vez hicimos a
los cristianos esta pregunta: ¿ qué diferencia
hay entre vuestra vida y la de los paganos ?
— ¡Oh!, respondieron — antes teníamos
siempre temor de los demonios, ahora somos
felices en Cristo Jesús que nos ha librado.
Esta respuesta me hizo recordar las palabras
del Evangelio: « El Señor me ungió para que
evangelizara a los pobres, y anunciara a los
esclavos la liberación, y librara a los opri
midos H. — Según esto, ¿ por qué no se con
vierten ? — « Monseñor, me decía el misionero
que me compañaba, deme los medios para
pagar a 50 catequistas y los ganaremos a
todos». — Ciertísimo, y muy bien lo explica
San Pablo: ¿ Cómo pueden creer aquello de
loque nunca han oído hablar? ¿Cómo pueden
oir hablar si no hay quien les predique ? y
¿ cómo predicarles si escasean los enviados ?
Amado Padre: diga a nuestros bienhechores
que nos ayuden a formar catequistas. El Ca
tequista va a visitarles en su choza, alterna
con ellos, fuma con ellos, se granjea sus sim
patías, y entre tanto va dejando caer la buena
semilla que obra como la levadura haciendo
fermentar poco a poco toda la masa.
Volví a mi casa con una buena cosecha:
900 confirmaciones, 120 bautismos y 32 ma
trimonios, y apenas llegado, ya me están lla
mando a Tura, otro distrito distante 800 kms.,
donde se repetirán las mismas escenas y, a la
vista de aquellos pobrecitos, repercutirán de
nuevo en mi corazón las palabras de Jesús:
«¡Qué lástima me dan estas gentes!».
Llevémoslas a Jesús ya que ahora se nos
brinda ocasión para ello.
Bendígame, amado Padre.
Su afmo.
Mons.
E
steban
F
errando
.
A&am. - U n b u e n c a te q u íM a co n eu f a m ilia .
Sres Cooperadores,
consultad el T E S O R O
E S P I R I T U A L .
Propagad la O B R A PÍA DEL S G D O C O R A Z Ó N .
Véase la cubierlo de nuestro "Boletín”.
253
A
Crónica de Gracias
a lrib m d á s ú io in íc r c e s ió n d e
dad o ro , de S e n J u a n
Basco y
/Mar/a A u x ide n uestros
S ie rv o s de D io s.
Bahía Blanca (Argentina),
marzo de 1939.
N a cim ie n to feliz.
De regreso del Congreso de Budapest, en
contré gravemente enferma a una sobrina,
próxima a ser madre.
Los médicos consideraban inevitable una
intervención quirúrgica que, si bien podría
quizás salvar a la madre, ocasionaría la muerte
(le la criatura. En trance tan delicado, la cris
tiana madre, por mi indicación, comienza una
novena a San Juan Bosco con las oraciones
impresa.s en un librito que yo misma había
colocado sobre la tumba del Santo, a mi paso
por Turín. Y loh, prodigio! el día 31 de enero,
aniversario del feliz tránsito de San Juan
Bosco, nace un hermoso niño a quien en ac
ción de gracias se le puso el nombre de Juan.
Buenos Aires^ i i marzo de 1939.
M aría E unice A muchastegui.
C u ra d a d e u n d o lo r d e m u e la s q u e d u
rab a h a cia o n ce m eses.
Doy infinitas gracias a María Auxiliadora
y a San Juan Bosco por haber sanado a mi
hija María de la Luz de una grave supuración
en la cara, motivo de un persistente y fuerte
dolor de muelas que duró por espacio de once
meses. Hoy, que mi hijila sigue gozando per
fecta salud, cumplo lo prometido de publicar
este favor en el Boletín Salesiano.
Chinipas (Méjico).
L u z A. DE L eyva .
{Alabada sea la Virgen Auxiliadora!
El día 8 de enero del año pasado, mientras
intentaba subir al tren que debía conducirme
de Pedro Lim> a Patagones, una persona que,
sin quererlo me impidió el paso, hizo que res
balara y cayera entre la vía y el andén de la
estación, mientras el tren marchaba ya con
cierta velocidad. En ese angustioso trance, in
voqué el ptnler de la .\uxiliadora de los cris
tianos a la que debo cienamente la vida.
La caída me produjo la ruptura de la cabeza
del fémur, y un desmayo causado por el fuerte
dolor El agente de policía Sr. Hernández,
-254
entonces de guardia, acudió presuroso e im
pidió que el tren triturara todo mi cuerpo.
Al cabo de un año, y después de haber su
frido varias dolorosas operaciones, a conse
cuencia de mi edad avanzada, puedo volver
al trabajo, por lo que siempre quedaré agra
decido a la Virgen Auxiliadora.
José G ia n n in i , Phro.
Curada de un defecto físico que sufría
desde hace 25 años.
Habiendo sido curada de un defecto físico
que sufría desde hace 25 años, doy gracias a la
Virgen Auxiliadora y a S. J. Bosco por su visible
protección durante mi cura, y cumplo gustosa
la promesa de publicar la gracia, mandando,
celebrar una Misa, ofreciendo mis humildes
alhajas a la poderosa Auxiliadora y prometiendo
ser siempre una entusiasta admiradora de la
Obra Salesiana.
Buenos Aires, marzo de 1939.
M aría
del
C armen C anepa .
De muerte a vida.
Para cumplir una promesa hecha al borde
de la tumba, doy el presente y sincero testi
monio de mi gratitud a María Auxiliadora y
a nuestro Padre San Juan Bosco. Gracias a
su protección, la mano del cirujano pudo
practicar en mí, de manera magistral, la di
fícil operación de un tumor intestinal. Antes
de operarme, supe que, según la ciencia mé
dica, las horas de mi vida estaban contadas,
y en la sala de operaciones viví momentos de
angustia y dolor al darme cuenta que moriría
sin recibir los Santos Sacramentos, pues en
las circunstancias en que me encontraba esto
era imposible. Cuando ya me creía perdido
para siempre, cruzó por mí una idea salvadora.
Recordé mis días de colegial y con ellos vino
a mi memoria el recuerdo del difunto Padre
Mcnichclli, mi nunca bien llorado ex director.
Siguiendo los consejos que él siempre me
daba pedí de San Juan Bosco y de su Virgen
la gracia de no morir sin confesión. La ope
ración tuvo éxito, no obstante ser peligrosí
sima y haber sido hecha en un hospital de
provincia, en donde no se practican estos tra
bajos, por ser muy delicados y por carecer
de suficiente instrumental de cirugía. Según
dijeron luego, me operaron convencidos de
que me hacían la autopsia pues las probabi
lidades de fracasar eran de un 99 por ciento.
Los médicos confiesan conmigo que fué un
milagro mi salvación. Nuevamente, gracias a
María Auxiliadora y a mi querido San Juan
Bosco.
Berlín (El Salvador-C. Am.),
marzo de 1939.
X.
Aunque el médico me tenía desahuciada,
no desesperé y acudí al cíelo.
O scar R osales,
¡Gracias, Madre mía!
Agradecida por la milagrosa mejoría de mi
esposo, que hallábase ya moribundo, apenas
hube hecho una novena a nuestra Madre María
Auxiliadora y dado una limosna, cumplo la
promesa de hacer publicar en el Boletín la
gracia alcanzada.
Salamanca^ marzo de 1939.
T eresa R. V ega
fectamente sin ayuda de aparatos, aunque
cojeando un poco, y espera que su Santo Pro
tector le librará también muy pronto de este
ligero defecto.
Tournay (Bélgica), febrero de 1939.
Estaba ya desahuciada por los médicos, pa
deciendo crueles cólicos hepáticos y otras
afecciones de las vías digestivas y respiratorias.
Puesto que en lo humano ya no me quedaba
recurso, acudí con mucha fe a María Auxilia
dora, y a Don Bosco; les ofrecí una limosna
y publicar el favor. M i confianza fué recom
pensada ; me encuentro restablecida de mis
males, y por eso hago pública mención de este
favor en el Boletín Salesiano.
Cali (Colombia), septembre de 1938.
y
B rusi.
Curado de una luxación congénita.
El niño Santiago Boon, de Chatelet (Hainaut), sufría una luxación congénita de la ca
dera derecha, manifestada cuando estaba para
cumplir el año y medio, y tenía que andar
apoyándose sobre la punta del píe. Por espacio
de ocho meses, se le hicieron varias radio
grafías y enyesados en cinco posiciones dis
tintas, pero inútilmente. En vista de lo cual,
el niño fué llevado como pensionista al Sana
torio de San Vicente de Paúl de Ostende, y
no hallando allí mejoría, al Delcroix de Mariakerke, donde se le hicieron nuevas radio
grafías y enyesados. Durante las manipula
ciones del último, el enfermito, que se hallaba
todavía bajo los efectos del cloroformo, cogió
una taza de café y leche que por descuido
habían dejado al alcance de su mano, y se la
bebió. Los efectos no se hicieron esperar; vó
mitos y colapso del corazón.
Alarmados los médicos por su estado, lla
maron a sus padres, quienes llegaron en au
tomóvil el siguiente día por la mañana, ha
llando a su hijito con vida pero sostenida a
fuerza de inyecciones. Al observar que alguien
le había colocado sobre el pecho una reliquia
de San Juan Bosco, sintieron avivarse su de
voción a este Santo y le invocaron con el mayor
fervor, empezando en el acto una novena.
No se necesitó más para que los vómitos
cesaran y el enfermo empezara a mejorar.
Actualmente, el pequeño Santiago anda per-
D olores S ardi,
v . de
O tero .
Pedro Aguado da gracias a María Sma.
Auxiliadora por haber obtenido el pronto y
favorable arreglo de un asunto difícil, por interceción de San Juan Bosco. Hace público
su agradecimiento para que sea conocido su
valimiento delante de Dios y promete dar una
limosnita para las Misiones.
Querétaro (Méjico), marzo de 1939.
La Beata Mazzarello cura
mente a mi marido.
inesperada
Este fué atacado de bronco-pulmonía, con
infección cardíaca y uremia. Dos reputados
médicos especialistas declacaron su estado
gravísimo, y por espacio de un mes, los ata
ques fueron repitiéndose con gravedad y fre
cuencia siempre crecientes, haciendo temer,
de un momento a otro, im fatal desenlace.
Una noche, en que las crisis se sucedían
amenazadoras, de cuarto en cuarto de hora,
me encomendé con gran fe a la Beata Mazza
rello, pidiéndole salvara a mi esposo. El pro
digio es e\’idente, porque, a poco rato, cesaba
el estado agónico de mi querido enfenno, el
cual, como si despertara de un profundo sueño,
recobró su lucidez mental y sentado en la
cama se puso a conversar tranquilamente con
nosotros extrañándose de vemos tan alarmados.La oración había hecho su efecto, y el mismo
médico, cuando volvió a casa, hubo de declarar
"
255
que aquella mejoría no era posible explicarla
coa la ciencia humana.
La enfermedad hizo después su curso na
tural y ahora mi marido se encuentra ]>erfectamentc curado, por lo cual doy cordialmente
gracias a nuestra Protectora.
Santiago de Chile.
A malia G uerruro.
ECROLOGÍAS
S A L E S IA N O S
D IF U N T O S :
A g u stín S a v io , c o a d j u t o r — *de C a s t e ln u o v o D o n
B o s c o ( I t a lia ) t
e n ■ P e r o s a A r g e n t i n a ( id ) , e l 30 d e
e n e r o a la e d a d d e 6 7 a ñ o s .
P ed ro B ro d a , s a c e r d o t e —
de C h ozow
( P o lo n ia )
t e n B a t w i e t é ( B r a s il) , e l 5 d e n o v ie m b r e a la e d a d
d e 66 añ os.
La Beata Mazzarello libra a m i abuelo
de los efectos de una caída que pudo
ser mortal.
Hallábase un día mi abuelo sobre un cerezo,
desgajóse la rama que lo sostenía, y cayó con
tan mala suerte que una de las cañas de la
viña se le clavó en la garganta pasándola de
parte a parte. Sin esperar socorro, tuvo va
lor para arrancársela, invocando entre tanto
lie corazón a la Beata Mazzarello. Llegó mi
madre, y después de hacerle una cura de ur
gencia, llamó al médico, el cual dijo que el
caso era muy grave, dado el peligro de infec
ción. Sin pérdida de tiempo curó las dos
heridas pero mi abuelo quedó muy abatido
y no podía tragar ni una gota de agua.
En casa, la única esperanza era María Maz
zarello a la que rezábamos continuamente con
todo fervor, y nuestra esperanza no fué defrau
dada. Al cabo de quince días mi abuelo pudo
restablecerse.
San Damiano d’Asti (Italia).
V
ir g in ia
B
o s t ic c o
.
Jfosé M ora na , c o a d j u t o r —
( I t a lia ) t
C o L O M iiiA -
Yitinho. —
K r n e s t in a S . d e L ó p e z -
M a r í a M . H u r t a d o d e F . - M a r ía M a t il d e O r t í z Q .
- N c ls o n
L ó p e z - C a s i ld a P i a d o .
C t'H A - Ciim aguey. —
L u is C u cco, c o a d j u t o r —
1‘l s T A n o s U .N lü a s - K ! P a so . —
- E sp eran za
P e tra V .
23 añ o s.
C O O P E R A D O R E S D IF U N T O S :
E l D octor José Antonio González.
D e j ó d e e x is t ir e n la c i u d a d d e T u l u á ( C o lo m b ia )
a l a .t e m p r a n a e d a d d e c u a r e n t a y
n iix j s
I 'a v c la
il ip in a s
fu é . u n o
c in c o a ñ o s. S u
de
esos
a c o n t e c i
q u e c o n m u e v e n y d e ja n e l á n im o s u m id o
e n la t r is t e z a , q u e s ó lo p u e d e m it ig a r la esperan z.n
c r is t ia n a . C a t ó l i c o d e r e c ia c o n t e x t u r a , s u p o d e f e n d e r
lo s p r in c ip io s c r is t ia n o s e n
la t r ib u n a , e n la p r e n s a ,
e n la s a s a m b le a s y e n e l p a r la m e n t o n a c io n a l, c o n
u n a e n t e r e z a c o r r o b o r a d a p o r s u v id a s in m a n c h a .
p a d r e c a r iñ o s ís im o , f o r m ó u n
hogar sa
M é d i c o y c i r u ja n o d e f a m a n a c io n a l, s e i'a lió d e s u
p r o f e s ió n p a r a h a c e r e l b ie n a m illa r e s d e p o b r e s .
Ro-
C o o p e r a d o r ín.<ügne y s a le s ía n o d e v e r d a d , a é l se
E s t r e ll a F . d e I s ip i - I..au-
e l c o l e g io s a ic s ia n o d e T u l u á , h a s ta c o lo c a r s e e n tr e
- L o s .-Umeies. —
J o s e fin a
d r Í K u e z - R it a C . - V a l e n c ia - A n g e la M o r e n o .
F
m ie n t o s
r e p e n t in a
t u r a d o p o r e l p e r f u m e d e la s v ir t u d e s m á s a c e n d r a d a s .
E n v e la .
E stad o s U
d e V e r o le n g o ( I ta lia ) f
e n C a n e J li ( id .) , e l 18 d e n o v ie m b r e a la e d a d d e
E sp oso y
C a r m e n l í . d e D ía z .
d ’A s t i
ed a'd d e 6 2 a ñ o s .
d e s a p a r ic ió n
Dan también gracias a María Auxiliadora y
a San Juan Bosco por favores recibidos:
d e .B u t t ig lie r a
e n F r a s c a t i ( id .) , e l 20 d e n o v ie m b r e a la
- M anU a. —
d e b e , e n m á x im a p a r t e , e l e m p u j e q u e h a t o m a d o
lo s
r e n t i n a d e J u ic o .
M i-rjico - C u e n u n 'a c a . —
C arm en
1. d e V á z q u e z
- S a ra M e rc a d o .
p r in c ip a l e s
in ic ia ti\ 'a
y
del
d e p a rta m e n to
g e n e r o s id a d
se
debe
d e l V a lle . A
el
in t e r n a d o
su
del
c o l e g io , y s u c a r iñ o a lo s s a le s ia n o s q u e d a r í r í e n d o
e n la c lá u s u l a te s t a m e n ta r ia e n q u e d is p u s o q u e s u s
Ih íR i' - M (tgiialcna d ei M a r . —
M . S. M .
h ijo s s e a n e d u c a d o s p o r lo s h ijo s d e
Ya
A la Beata Mazzarello:
e l S e ñ o r , a c u i'a g lo r ia
D on
B osco.
co n sag ró su ard or de
c r is t ia n o f e r v o r o s o , s u s h a b ilid a d e s c i e n t íf ic a s , s u s
p r o p io s b ie n e s y s u a f á n p o r la e d u c a c ió n c r is tia n a
F-s t a d o s U
n id o s
- L o s A ngeles. —
R it a C . V a -
lo n c ia .
C iT iA - C a m n ’ fiey. —
256
d e la j u v e n t u d , lo h a b r á r e c o m p e n s a d o la r g a m e n t e .
A
T e r e s a Q u in t a n a y h e r m a n a .
s u e s p o s a y a s u s h ijo s , la m a n if e s t a c ió n d e u n
d u e lo
que
es
ta m b ié n
m uy
n u e stro .
C o n a p ro b a c ió n d e la a u to r id a d e c le s iá s tic a . • E s ta b le c im ie n to T ip . d e la S. E . 1. - T u r ln
D ir e c to r resp o n sab le: D . G U I D O F A V I N I - V ia C o ito le n « o , 3 a - T U R I N 109 - ( I t a lia )
Tesoro Espiritual
Relación de las Indulgencias Plenarias
que los Cooperadores Salesianos pue>
den ganar en el transcurso del año.
— Una vez cada día, elevando a Dios, en
medio del trabajo y aunque sea sólo mentalmente,
una piadosa invocación cualquiera, previas las
demás condiciones ordinarias, o sea el estado de
gracia, la confesión y comunión sacramentales
y la visita a alguna iglesia u oratorio público,
rogando por la intención del Soberano Pontífice.
Esta indulgencia del trábelo santificado pue
den ganarla los Cooperadores Salesianos, Hijas
de M. Auxiliadora y sus respectivos alumnos
y ex-alumnos. Si, hallándose en estado de gracia,
se sigue repitiendo la misma piadosa invoca
ción, u otra cualquiera durante el trabajo, se
puede ganar, cada vez, una indulgencia parcial
de 400 días.
2 - Un día de cada mes, el que uno elija,
j - E l día en que se hace el piadoso Ejercicio
Mensual de la Buena Muerte.
^ - E l día que se asiste a la Conferencia
Mensual Salesiana.
5 - E l día en que uno inscribe su nombre en la
Pía Unión de Cooperadores Salesianos.
6 - E l día en que por primera vez se consagra
uno al Sgdo. Corazón de Jesús.
7 - Cada vez que practique los Santos Ejer
cicios Espirituales, de ocho días.
Z - A la hora de la muerte, con tal que, con
fesado y comulgado o por lo menos arrepentido
de sus pecados, invoque, con los labios o con el co
razón, el nombre sacratísimo de Jesús.
I.
EN C A D A U N A
D E LAS SIGUIENTES FIESTAS:
1) M O V IB LE S:
Sagrada Familia (el primer domingo después
de la Epifanía).
Dolares de la Sma Virgen (El viernes de Pasión).
Domingo de Ramos.
Pascua de Resurrección.
Ascensión del Señor.
Domingo de Pentecostés.
Fiesta de la Sma Trinidad.
Corpus Christi.
Fiesta del Sgdo Corazón de Jesús (primer viernes
después del Corpus).
Fiesta del Sgdo Corazón de María (día siguiente
del anterior).
2) F IJA S :
EN E R O
1 - Circuncisión del Señor.
2 - Santísimo Nombre de Jesús.
3 - Ep^anía.
18
23
25
29
-
Cátedra de San Pedro en Roma.
Desposorios de la Sina Virgen.
Conversión de San Pablo.
Fiesta de San Francisco de Sales.
FEBRERO
2 - Purificación de la Sma Virgen.
22 - Cátedra de San Pedro en Antioquía.
M A R ZO
19 - Fiesta del Patriarca San José.
25 - Anunciación de la Sma Virgen.
M AYO
3 - Invención de la Santa Cruz.
8 - Aparición de San Miguel Arcángel.
11 - Aniversario de la Coronación de María
Auxiliadora.
24 - Fiesta de María Auxiliadora.
J U N IO
24 - Natividad de San Juan Bautista.
29 - Fiesta de San Pedro y San Pablo.
30 - Conmemoración de San Pablo.
J U L IO
1 - Preciosa Sangre de Ntro Señor Jesu
cristo.
2 - Visitación de Ntra Señora.
16 - Fiesta de la Virgen del Carmen.
A G O ST O
6 - Transfiguración del Señor.
15 - Asunción de la Sma Virgen.
16 - Fiesta de San Roque.
SE T IE M B R E
8
12
14
15
29
-
Natividad de la Stna Virgen.
Dulcísimo Nombre de María.
Exaltación de la Santa Cruz.
Los Siete Dolores de la Sma Virgen.
Dedicación de San Miguel Arcángel.
OCTUBRE
'j - La Virgen del Rosario.
11 - Maternidad de María.
16 - Pureza de María.
N O V IE M B R E
21 - Presentación de Ntra Señora.
22 - Fiesta de Santa Cecilia.
D IC IE .M B R E
8 - Inmaculada Concepción.
25 - Natividad de Jesús.
Para lucrar las antedichas Indulgencias
se requiere, además de las condiciones ordi
narias, que los Socios de la Pía Union recen
cada día un Padrenuestro, Avemaria y Gloria
con la invocación Sonde Francisce Salesi, ora
pro nobis, según la intención del Romano Pon
tífice.
A M IG O S Y C O O P E R A D O R E S DE D O N . 50S G 0
Confríbuíd coíi generosidad
a ulfímar ¡os fraba/os de su Sanfuario de María Auxiliadora.
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De la misma Editorial - Novedad musical:
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en honor de S.Juan Sosco,
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co n c e p to s.
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Fecha
-
1939.08