BS_1938_08

Ficha

Título
BS_1938_08
Descripción
Boletín Salesiano. Agosto 1938
extracted text
A G O S T O 1938

a e^iano

R E V I S T A

DE

L A S

O B R A S

DE

D O N

B O S C O

INSCRIBIOS EN LA PÍA OBRA
DEL SAGRADO CORAZON DE JESÚS
DE ROMA
¿Quién no conoce la Obra del Sgdo Corazón
de Jesús?
Fué fundada por el Primer Sucesor de San
Juan Boaco, y benignamente aprobada por
S. S. León X III el 30 de junio de 1888.
Con sólo la limosna de una peseta, u otra
moneda equivalente, se adquiere derecho a
participar de todas las oraciones y buenas
obras de la Sociedad Salesiana y a la aplicación
de seis misas, que se celebran todos los días,
a perpetuidad, en nuestra Basílica del Sgdo
Corazón de Jesús de Roma, dos en el altar
mayor, dos en el de María Auxiliadora y dos
en el de San José.
Los que se inscriben en la Obra Pía pueden
aplicar el fruto de estas misas a sí mismos, o
a otras personas, vivas o difuntas, y variar la
intención cuantas veces les plazca.
Las limosnas recibidas por este conducto
ilestínanse, de modo exclusivo, a promover la
gloria de Dios y los intereses culturales de la

sociedad, acogiendo a niños pobres y abando­
nados, para educarlos cristianamente.
I
Quién no contribuirá, pues, con algimos
céntimos, que con tanta facilidad se gastan,
a esta invitación paternal de San Juan Bosco
y de la Iglesia, inspirada en ideales tan nobles
y caritativos ?
¿ Quién no siente la necesidad de asegurarse
la benevolencia divina, en este mundo y en el
otro, mediante la aplicación de los méritos
infinitos del Santo Sacrifício del altar ?
¿ Quién no tiene almas queridas, vivas o di­
funtas, a quienes obsequiar con tan espléndido
regalo espiritual ?
N o tardéis en pedir Hojas de suscripción.
R ector M ayor

de los

S alesianos.

Cottolengo 32 - Turín (109) (Italia).
Las limosnas pueden enviarse al mismo Rector
Mayor o directamente a nuestra casa de Roma. Ospizio Sacro Cuore - Via Marsala, 42.

Normas para los corresponsales de Boletín Salesiano
1. — Recibimos siempre con agradecimiento cuantas informaciones se nos quieran enviar,
que, de algún modo, pueden interesar a las Obras Salesianas. Aunque todas evidentemente no
podrán ser publicadas, servirán para enriquecer el Archivo de nuestra Casa Madre.
2. — Las croniquillas de fiestas o acontecimientos de especial importancia deberán ser breves,
se evitarán en ellas repeticiones y detalles innecesarios, y, de ser posible, se escribirán a máquina
con líneas bien espaciadas.
3. — Salvo rarísimas excepciones, la Revista no publica poesías ni trabajos ajenos a la Obra
Salesiana. No inserta el nombre de los autores ni devuelve originales.
4. — Siendo, de hecho, nuestro Boletín una Revista ilustrada, rogamos encarecidamente el
envío de buenas y luminosas fotografías. Hoy, un simple grabado dice a veces más que una cró­
nica, y, cuando acompaña a esta, la avalora de modo extraordinario. Aviven pues su celo nuestros
corresponsales, quienes deben saber a este respecto que de los diarios ilustrados que nos envían
no es posible reproducir ningún grabado.
5. —
los que tienen la bondad de remitimos gracias o necrologías hemos de asegurarles
que, de llegar a nuestro poder, más tarde o más temprano las verán publicadas. Si a veces aparece
sólo el nombre, es, o porque no recibimos otra cosa, o porque a última hora nos viene a faltar
espacio, o porque la relación carece de especial interés.

REVISTA DE
LAS O BRAS DE
DON

BOSCO

REDACCION

Y

BOLETI N
AlESIAMO

ADM INISTRAC ION:

VIA

COTTOLENGO,

32

-

A A o L U I - N ú m e ro 8

AGOSTO

TüR lN

(íog>

-

1938

ITALIA

S U M A R IO : I n a u g u r a c ió n tr iu n fa l d e la s o b ra s d e l S a n tu a r io d e M a r ía A u x ilia d o r a d e T u r ln . ( L á s n u e v a s o b ra s E l a lta r m a y o r • E l p r e s b ite r io - E l a lt a r d e S . J. B o sco - L a u r n a q u e c o n tie n e e l c u e rp o d e l S a n to ). • P r e p a ­
ra tiv o s d e v ís p e ra s . • E x p o s ic ió n d e la s r e liq u ia s . - E l g r a n d io s o T r id u o . - V e la n o c tu rn a . - S o le m n e P o n tiflc a l
d e l d ia 1 2 . - A p o te o s is fin a l. - L a obra d e D o n B osco en E spañ a y A m é rica : C ó rd o b a . L a fie s ta d e l a n tig u o a lu m n o P a ta g o n ia . U n a jir a m is io n e r a d e l R v d o . P . M lc h e • R o m a . H o m e n a je a l E x P re s id e n te d e l a R e p ú b lic a A r g e n tin a
G e n e ra l A g u s tín P Justo - L i m a - S o le m n e c o n m e m o ra c ió n d e l c in c u e n te n a r io d e la m u e rte d e S a n ]. B o sco . C ró n ica de gracias. - N ecrologias.

TURIN EN FIESTAS

Inauguración triunfal de las obras
del Santuario de M aría Auxiliadora.
DOS M O N U M EN TO S IM PERECEDEROS DE LA
No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no
se pague. Quitémosle al refrán el tono de aper­
cibimiento que suele tener en boca del pueblo
V podremos decir que estas jomadas de Turín
le han dado una confirmación gloriosa y triunfal.
El plazo habíalo establecido nuestro venerado
Rector Mayor, en su Carta anual a los Coo­
peradores Salesianos, — t) de junio de 1938, —
y era tan grande la expectación producida por
aquella carta que nos parecía que no habrían
de llegar nunca las magníficas fiestas que ella
nos anunciaba, pero llegaron, y ya de vuelta
traemos los ojos llenos de maravillas y el corazón
de consuelos.
L a deuda era inmensa, abrumadora. Desde
el 9 de junio de 1868, en que Don Bosco con­
sagró la Basílica por él comenzada con sólo
cuarenta céntimos en el bolsillo, hasta el 9 de
junio de 1938 han transcurrido 70 años densos
de beneficios y de milagros prodigados por
María Auxiliadora a sus devotos y a la Congre­
gación Salesiana. ¿ Queréis que los contemos ?
Sería tarea imposible. M uchos, seguramente
los más, han quedado ocultos; sus beneficia­
rios, en vez de airear la plata de sus exvotos y
llevarla a la luz de los altares a que pregone su
gratitud, han preferido recatarla en el rin-

GRATITU D

SALESIANA

concito más cálido de su corazón. Y estos
deben ser miles, y tal vez millones, si se tiene
en cuenta que llegan casi a cifras millonarias
las gracias comprobadas y firmadas que nues­
tros Boletines y Revistas de todas las lenguas
han venido publicando continuamente en este
periodo de setenta años Sólo nuestro Boletín
de lengua española, según cálculo aproximado
que hemos hecho, habrá dado acogida en
sus páginas a unos 20.000 favores o milagros.
Y si de estos favores concedidos a simples
devotos pasáramos a los que ha recibido la
Familia Salesiana, y quisiéramos averiguar su
número, éste arrojaría cantidades astronómicas.
La deuda sé había hecho ya tan grande que
llegaba al cielo; había que pagarla y se ha pa­
gado; todos, en apretado haz de reconoci­
miento filial, la hemos pagado en estos lumi­
nosos días de junio, acaso en la forma más
airosa que las posibilidades humanas podían
consentimos.
Pero, además de este acuciante deber de
nuestro agradecimiento <»Iectivo, había una
exigencia de orden material cuyo remedio no
era ya posible diferir por más tiempo. Nuestro
Santo Fimdador, que clavaba los ojos en el

^ 169

porvenir y veía muchas cosas futuras con la
misma claridad con que nosotros vemos las
que nos rodean, quiso, al construir la Basílica,
hacerla más grande, y si entonces no piído ver
cumplido su deseo es porque así Dios lo ten­
dría dispuesto, y no seguramente porque
temiera que le faltaran los recursos necesarios,
porque si la Providencia convirtió sus cuarenta
céntimos en un millón de liras italianas, con
la misma facilidad habría podido convertirlos
en dos, o en ciento.
Cuando, en una circular suya que se repartió
profusamente por toda Italia, anunciaba la
construcción inmediata del nuevo templo que
la Virgen le había hecho ver en sueños, justifi­
caba la perentoria necesidad del mismo con
estas palabras: «Si a cualquier católico leagrada ver que la iglesia se llena de fieles de­
seosos de asistir a las funciones sagradas, tiene
que resultarle muy penoso que deban re­
nunciar a ellas por falta material de sitio».
20 años tuvo que esperar la Basílica de María
Au.xiliatlora para verse convertida de sueño
en realidad, porque Dios ni siquiera a sus más
gramles Siervos suele darles las cósas hechas,
queriendo que las aúpen con su espíritu de
iniciativa y las fecunden con sus oraciones y
sacrificios, pero Valdocco vió surgir su gran
templo monumental que dominaba con su cú­
pula toda la extensa y verdeante vega, y aquella
obra pareció entonces, y sigue pareciéndonos
ahora, uno de esos atrevimientos o temeridades
que únicamente los Santos pueden permitirse.
Pero si Don Bosco tuvo que esperar 20 años
para poder construirla, la verdad es que nos­
otros hemos tenido que esperar 70 para poder
ensancharla. Especialmente en estos últimos
decenios, y desde la exaltación de nuestro Pa­
dre y Fundador-a la gloria de los altares,
aquellas palabras suyas dichas a los coope­
radores de Italia venían tomando cuerpo y
resonando con abrumadora insistencia en los
oídos de sus Sucesores, al ver que, en efecto,
el espacio faltaba ya de modo angustioso con la
creciente afluencia de fieles y las continuas
y siempre más numerosas peregrinaciones.
Ya desde el Rectorado inolvidable de Don
Felipe Rinaldi la idea de agrandar la Basílica,
sin alterar su fisonomía interna ni sus líneas
arquitectónicas, venía siendo objeto de los estu­
dios de los técnicos, y madurada al fin aquella
idea, a la profunda piedad y poderoso dina­
mismo del IV Sucesor de Don Bosco, Don
Pedro Ricaldone, ha cabido la satisfacción y
la gloria de llevar a feliz término la grande y
dificilísima empresa.
Decimos dificilísima porque los problemas
170

que había que resolver eran muchos y deli­
cados. No podía ampliarse el templo añadién­
dole dos naves laterales, como en un principio
se había pensado, sin comprometer gravemente
la solidez de la obra primitiva, ni alterar su
amable individualidad que en millones de
almas tiene ya labrado un surco profundo. No
se podía agrandar excluyendo la presencia de
los 700 niños del Oratorio, Casa JVIadre de
Don Bosco, porque él quiso que en la iglesia de
María resonaran siempre los cantos y oraciones
de estos pequeños hijos suyos que crecen bajo
el dulce calor de la caridad salesiana. A estas
dificultades uníase la mediocre calidad de los
muros, hechos con materiales económicos,
y la poca solidez de los terrenos que, conve­
nientemente sondeados, habíanse revelado fa­
laces y mal seguros a causa de la vecindad del
río Dora.
C o o p era ció n artística. — Todas estas di­
ficultades preocupaban sobre todo a los inge­
nieros llamados a proyectar las nuevas obras,
pero interesaban también al arte. U n San­
tuario de celebridad mundial no puede seguir
indefinidamente con el pobre ropaje de sus
primitivos tiempos, y todos sabemos con qué
esplendorosas magnificencias han sido ador­
nados, a través de los siglos, esos grandes cen­
tros de la piedad cristiana.
Don Bosco dejó el templo completamente
terminado, pero desnudo y sin la menor deco­
ración; nadie podía pedirle más de lo que
hizo sacándolo de la nada, y hasta el 1891, o
sea, a los veintitrés años de su consagración
y tres de la muerte del Santo Fundador, no
pudo recibir dicho templo el modesto deco­
rado de estucos que ahora tiene y comienza a
ser sustituido. Fué en este mismo año cuando
su ex alumno Rollini historió la gran cúpula
con su pincel cálido de color y de ternura fi­
lial, siendo estas pinturas ahora sabiamente
refrescadas, con alguna otra de RefFo, lo único que sobrevivirá de aquella ornamenta­
ción, por su excelente calidad artística y fuerza
representativa.
Todo lo demás era ya demasiado pobre para
que valiera la pena de ser restaurado, no res­
pondiendo al fen'oroso anhelo que la Fa­
milia Salesiana, tan prodigiosamente desarro­
llada, tiene de ver cada día más honrados a
su Patrona y a su ;5anto Fundador, ni a la
creciente devoción del pueblo fiel que quiere
a su « Madonna " regiamente acomodada
en su trono, y sabido es que cuando el arte
no puede, o no quiere, servir esta aspiración
popular, los mismos fieles se encargan de ador-

nar sus imágenes queridas con preseas de oro
y gemas preciosas, y embellecer sus altares
con elementos decorativos que podrán no
ser artísticos pero expresan de modo tangible
su afán piadoso.

La s nuevas obras.
Hoy, todas las dificultades están vencidas
y las obras, en lo que tienen de más esencial,
terminadas, pudiendo la Basílica empezar hol­
gadamente su nueva vida.
La fisonomía que quiso darle Don Bosco
no ha sufrido la menor alteración, la solidez
de la nueva y de la vieja fábrica está ase­
gurada para los siglos; los setecientos niños
del Oratorio hállanse instalados mucho mejor
que antes; los fieles, aunque sean muchos miles,
tienen en el templo sitio suficiente, y a todo esto
hay que añadir que estas obras de ampliación
no son sobreestructuras forzadas sino que ase­
mejan miembros naturales del cuerpo del
Santuario, tan sabiamente injertados que pa­
rece extraño haya carecido de ellos hasta ahora.
Visto de frente, es el mismo de hace setenta
años, y así seguirá siendo cuando, en 1941,
terminados por completo todos los trabajos de
renovación y embellecimiento, lo^veamos con­
vertido en monumento de gran categoría ar­
tística, dentro de su genuino estilo paladiano.

De

E l I V S u c e s o r d e D o n B o s co , R v m o . P . R íc a ld o n e , c u y o
fe c u n d o e s p ír itu d e in ic ia t iv a y fé rre a v o lu n ta d h a n
h e ch o p o s ib le e s te tr iu n fo q u e p e rp e tu a m e n te
ilu s t r a r á s u R e c to r a d o .

En la descripción de las obras realizadas se­
guiremos, aunque vistas por nosotros, al pu­
blicista salesiano Don Alberto Caviglia, ex
profesor de Arquitectura Religiosa de la R.
Escuela Superior de Arquitectura de Turín y
que actualmente desempeña esta mis­
ma cátedra en nuestro Instituto T eo ­
lógico Internacional de La Crocetta.
Demolidas las sacristías y el pe­
queño coro que la Basílica, a raíz de
su consagración, había recibido como
aditamento, y abierto y amputado
el ábside, han sido construidas de
nueva planta dos vastas capillas con
una superficie de doscientos metros
cuadrados cada una, que se abren a
los costados del presbiterio, a través
de tres vanos grandes y diáfanos
determinados por dos majestuosas
columnas de mármol verde Issoire
que sostienen el arquitrabe, en el
que apoyan, un poc» volados, los an­
tepechos de las dos tribunas coloca­
das sobre dichas capillas y grandes
como ellas.
U n amplio y cómodo pasillo ro­
dea ahora completamente toda la
mole de la Basílica, cuyo objeto es
regular las entradas y salidas del
derecha a isq u ierd a: E l a r q u ite c to S r. V a lo t t i - E l E c ó n o m o
público en las grandes solemnidades
g e r a l D o n F id e l G ir a u d i - E l a r q u ite c to S r . C e r r a d in l
por medio de ocho puertas, dos terq u e b a n p r o y e c ta d o y d ir ig id o la s o b ra s.

171

Una

d e la s g ra n d e s c a p illa s la te ra le s .

U n a d e la s p u e rta s d e l C a m a r ín d e D o n
B a s co .

mínales, a uno y otro lado de la fa­
chada, y seis abiertas a los patíos
del Oratorio. Este pasillo pasa por
detrás del altar mayor, recordando
las girólas de las catedrales góticas, y
en sus elegantes intercolumnios ado­
sados al muro hay seis altares be­
llísimos cada uno de los cuales es un
verdadero estudio del arte marmó­
reo. Estos altares han sido dedicados,
respectivaménte, a San José Benito
Cottolengo, Santo Cristo, Beato Cafasso, Santos Mártires, San Pío V y
Angel de la Guarda. El pasillo rodea
dos de los lados de las capillas y está
separado de ellas por una esbelta
teoría de arcos de medio punto li­
geramente peraltados, sostenidos por
columnas pareadas de mármol verde
y coronadas de capiteles y cimacios
preciosamente tallados.
El lado opuesto del pasillo, en la
parte que corresponde a las capillas,
lo forman los muros exteriores de la
nueva obra y en ellos se abren ocho
grandes ventanales con vidrieras po­
lícromas que representan, de cuerjK)
entero, a los grandes campeones de
IT2

J

El nuevo altar de María Auxiliadora.
F o to g r a iia to m a d a e l d o m in g o , 3 d e ju lio , c o n o c a s ió n d e la s s a g r a d a s o rd e n a c io n e s d e n u e s tro In s titu to d e L a C r o c e t t a .

la vida salesiana: Don Rúa, Príncipe Czartorisky, Mons. Versiglia, la Venerable Mazzarello, Don Caravario, el Venerable Domingo
Savio, el Cardenal Cagliero y Don Andrés
Beltrami. lis la heráldica salesiana que em­
pieza. Los cartones de estas vidrieras son
obra dcl pintor Barberis, y los cristales pro­
ceden de una afamada casa turinesa que ha
sabido hacer honor a su firma. El eje, de
muro a muro, atravesando las capillas y el
presbiterio, tiene 50 metros. Todos los te­
chos van ricamente artesonados, menos el del
pasillo cuya estructura es de arcos alternados
con bóvedas a vela.
Detrás del presbiterio, y separada por el expre­
sado pasillo, ha sido colocada la sacristía, que
forma un enorme rectángulo y es cómoda y
luminosa y grandemente señoril y acogedora.
Esta sacristía puede absorber holgadamente
todo el movimiento que el culto esplendoroso
de la Basílica exige, y exigirá, cada día más,
en lo sucesivo. Nueva y majestuosa es la amplía
cajonera, y dieciséis sillas de coro provistas de
todos los accesorios necesarios para la augusta
misión que han de cumplir ofrecen a los sacer­
dotes sitio propicio donde orar. El pintor Crida,
que tanto se ha familiarizado con las escenas
de la vida de Don Bosco, ha ilustrado en sus
muros algunas de las más sugestivas.
G en ialid a d y d ecoro. — Examinando la
planta y los alzados de las nuevas obras que
acabamos de reseñar, y que con tan extraordi­
nario acierto han sido coronadas, se echa de ver
en seguida la genialidad de las soluciones
prácticas, y hasta los menos familiarizados con
c! arte de la construcción pueden darse cuenta
del enorme margen que ofrecía este proyecto
a los más atrevidos escarceos artísticos y arqui­
tectónicos.
Nuestro Ecónomo General, Don Fidel Giraudi, halló en la pericia del arquitecto don Julio
^’alotti, también salesiano, el intérprete que
necesitaba, y de la poderosa inspiración de
ambos, tamizada por la superior inteligencia
y la voluntad animadora del Rector Mayor Don
Pedro Ricaldonc, ha surgido este monumento
que responde, sin duda alguna, a los más íntimos
deseos del Santo Fundador, y e n cuya ejecución
se ha hecho gala de una confianza sin límites
— la confianza característica de Don Bosco —
en la Divina Providencia.
Porque es maravilloso ver como todas, abso­
lutamente todas las masas constructivas que
equivalen, en volumen, a las del viejo Santuario
aparecen revestidas de materiales nobles; por
fuera, el aristocrático travertino e\-ocador de

174

grandezas, y por dentro una enorme, rica y
armoniosa variedad de mármoles. Sólo en el
altar mayor se cuentan diecisiete calidades di­
versas. Todas las galerías, puertas y capillas,
desde el pavimento hasta los cornisamentos
hanse revestido de una fina y delicada poli­
cromía lapídea que es como una salmodia palestriniana ininterrumpida y grandiosa ejecutada
no con sonidos sino con colores. Las más afi­
ligranadas taraceas alternan con el moldu­
rado clásico sin que aparezca una sola super­
ficie ociosa. Cuarenta y ocho columnas de
verde Issoire, con sus entablamentos de ama­
rillo rosa del Garda y capiteles en Botticino,
festonean los grandes espacios llenos de reso­
nancias arquitectónicas y perspectivas bellí­
simas que hablan con fuerte elocuencia al
alma y a los sentidos. Todo es de un estilo
lleno de reciedumbre y nobleza, hecho de
ponderada euritmia y sin rutinas ni resabios
arcaizantes.
L a P ro vid en cia . — Hay que ver como el
pueblo va y viene por ios bruñidos pavimentos,
y como mide los pasos, y palpa paredes y co­
lumnas y todo lo que tiene al alcance de la
mano, como si quisiera cerciorarse de que no
hay engaño. No, no le hay. En esta obra no ha
habido necesidad de emplear materiales de
imitación porque la Virgen y Don Bosco han
enviado lo necesario para que el homenaje
de la piedad salesiana resultara, dentro de lo
posible, digno de ellos. Y seguirán enviando,
puesto que dentro de poco, y tal vez inmedia­
tamente, babrá que reanudar los trabajos para
dejar también revestida de mármoles la Basí­
lica primitiva. Costosísimos ónices especulares
de color rojo Verona, recuadrados en verde,
formarán las enormes pilastras; y las dos co­
lumnas imbuidas que con ellas forman juego
irán revestidas de jaspe amarillo con el fuste
estriado y junquillos de color rosa embutidos
en las medias cañas del tercio inferior. L a fas­
tuosidad de estos grupos sustentadores será
de un efecto soberbio. Los capiteles pasarán
del orden compuesto al corintio, y los espacios
de la bóveda se cubrirán también de case­
tones. Todos los paneles y tableros de muros
y pilastras ofrecerán una gratísima variedad
de piedras translúcidas con veteaduras simé­
tricas, y los entablamentos se harán resaltar
discretamente con sobrios toques de oro
mate. Tam bién el pavimento será renovado.
El espléndido decorado que ahora tiene
la capilla de Don Bosco es una muestra
del que habrá de tener toda la Basílica
primitiva.

E l altar m ay o r. — L o mismo que el de
Don Bosco, merece párrafo aparte. ‘ Estando
el templo consagrado a la gloria de María
Auxiliadora, hacia Ella deben converjer todas
las miradas, y por esto el artista ha tenido
que estudiar con particular empeño la co­
locación del grande y venerado cuadro de Lorenzone, rodeándolo de tm aparato decorativo
en consonancia con lo que piden y exigen
nuestro amor y la devoción popular. Y hay que
decir, en honor de nuestro arquitecto Valotti,
que ha llenado la general espectativa, tra­
zando las líneas del altar mayor no sólo
con talento de artista sino especialmente con
amor de hijo. Ni resulta sacrificado el cua­
dro al altar, como habría podido ocurrir
dejándose llevar de la tentación del espacio
propicio a un monumento de masas como el
de Don Bosco, ni tampoco el altar al cuadro
que ocupa él solo una parte muy considerable
del testero. Ha sido una solución feliz destacar
del fondo el altar propiamente dicho, y con­
vertir lo demás en retablo, que adosándose al
muró viene a formar el rico marco del cuadro
de M aría Auxiliadora.
Sobre cinco gradas de mármol verde elé­
vase la mesa del altar cuyo frontal es im
bajorelieve de bronce a cincel representivo
de la Santa Cena. Toda ella es de alabastro
oriental combinado con verde antiguo. *A
su alrededor hay doce espacios cuadrados
con cabezas de ángeles en Botticino. Las
gradas superiores terminan lateralmente en
dos grandes ménsulas sostenidas por columnitas pareadas y abalaustradas; Domina por
doquiera el rico diaspro de Garessio. En el
centro de la mesa va el sagrario de forma
rectangular ambutido en la base del mani­
festador cuyas líneas son muy sencillas pero
¡vaya riqueza y elegancia! A excepción de una
franja de afiligranados trabajos de taracea so­
bre fondo de lapislázuli, está toda ella consti­
tuida por otro altorelieve en bronce dorado que
representa a Jesús crucificado entre ciervos
simbólicos y emblemas eucarísticos, y sobre
este bloque central dos grandes ángeles de pie
sostienen reverentes la corona de oro con que
remata el trono de! Santísimo.
Detrás del altar va el retablo montado so­
bre majestuoso zócalo de mármol oscuro; dos
anchas pilastras de nueve metros- de altura y
un entablamento con tímpano triangular
constituyen el marco del cuadro. Estas pi­
lastras son extraordinariamente ricas, abrién­
dose en cada una tres nichos frontales y otros
tres laterales con ménsula en la base y
concha adosada al arco. Doce ángeles de

cuerpo entero portadores de lámparas votivas
que arden continuamente ocupan estos nichos.
Ahora es cuando el devoto y célebre cuadro
que hizo pintar Don Bosco se destaca claro y
luminoso en medio de un retablo tan opulento,
pudiendo los ojos de los fieles contemplarlo
a su sabor.
Dentro del triángulo del tímpano ha sido
colocado un mosaico representativo del Padre
Eterno debido Reffo y trasladado del altar
antiguo. El retablo remata con el anagrama de
María sobre ráfaga circular de bronce clorado.
E l p resb iterio. — Por su exquisita visi­
bilidad, riqueza y grandiosa presentación es
sin duda lo más hermoso que ahora tiene la
Basílica. U n santuario digno del Santuario,
como dice Caviglia.
Presidido por el altar, cierra sus otros tres
lados la mesa eucarística constituida por ele­
gantes y fastuosas balaustradas marmóreas
asentadas sobre gradas de jaspe rosa. Todo
el piso es un maravilloso mosaico también
de mármoles con un gran escudo central de la
Congregación Salesiana, y mide 144 metros
cuadrados. Sobre este mosaico cae perpendi­
cularmente la Itiz de la nueva cúpula que sos­
tienen cuatro majestuosos arcos, dos de los
cuales circunscriben, a derecha e izquierda, los
claros y elegantes vanos de las capillas y tri­
bunas. Dieciséis ojos de buey dispuestos en for­
ma radial y cubiertos de vidrios artísticos con
motivos de ángeles dan luz a la nueva cúpula.
Bellos motivos decorativos del más puro re­
nacimiento sobre fondo dorado cubren la
superficie esférica, quedando lo demás por
decorar, así como todos los techos, arcos y
cornisamentos. En el vértice aparecen las pa­
labras que Don Bosco vió en sueños líic domus mea, inde gloria mea.
Y ya que nos ocupamos del presbiterio, son
dignas de especial relieve las cuatro pilastras
— dos por lado — que dividen los tres arcos
frontales de las tribunas, en las que hay unos
ricos altorelieves en mármol de Carrara, que
aunque, dada su altura y especial emplaza­
miento, tal vez no llaman mucho la atención,
son a nuestro juicio las mejores esculturas que
hay en el templo. Estas espléndidas figuras
de niños simbolizando las artes del canto y
de la música son de líneas tan finas y movi­
das que el mismísimo L a Robbia no se habría
desdeñado de firmarlas.
Finalmente, entre la vieja y la nueva cúpula,
que arrancan ambas de la misma altura aunque
aquélla es de mayor diámetro, hay un breve
espacio abovedado constituyendo la cabecera
175

de la cruz latina en que se halla dispuesta
la planta de la Basílica. En este espacio abo­
vedado es donde se ha hecho la soldadura de
lo nuevo con lo viejo pero de un modo tan
perfecto y magistral que ni el más pequeño
indicio‘ puede revelarla.
E l altar de San Juan Bosco. — En la
magna ejecución de las obras proyectadas ha­
bía dos empeños inseparables, como insepa­
rables son los nombres de María Auxiliadora y
de Don Bosco, que, unidos en un solo concepto,
se ofrecían a la piedad filial y a la conciencia

E l arte. — Y el arquitecto Ceradini, ex presi­
dente de la R. Academia Albertina y de la Real
Escuela de Arquitectura de Turín, recibió el
encargo de trazar sus líneas, proponiéndose
como norma aquel aforisma de los pasados
tiempos que quería que el arte sagrado fuese
Vox Dómini in magnificentia. Sin salirse del
estilo de la Basílica, ha sabido crear un ejemplar
artístico que, por su unidad de concepto, ele­
gancia de líneas, equilibrio de masas y acertada
disposición de todas sus partes, nos recuerda la
edad adulta de las más nobles tradiciones rena­
centistas, mientras su grandiosidad imponente

L a n u e v a u rn a d e S a n Ju an B o sco .

histórica del mundo salesiano; hacer que la
celebración del Cincuentenario del glorioso
Tránsito de nuestro Santo hiciera cristalizar
en realidades tangibles su gran sueño de la
devoción a María Auxiliadora, y erigirle a él un
monumento expresivo de su grandeza y digno
de constituir la meta de peregrinos y fieles de
todo el mundo. Y el sueño se ha hecho realidad,
y el monumento ha surgido en el sitio mismo
en que la ^’irgen aparecióse a su Discípulo.
Este monumento, o altar de San Juan Bosco,
ha sido pues concebido y realizado bajo el
influjo de esta doble inspiración, v D. Fidel G iraudi, con profunda piedad filial y con una fina
compreitsión del alma popular, intuyó en segui­
da las características que en su fisonomía ex­
terna debería tener el ahar, tanto en su concep­
ción ideal como en su interpretación artística.

176 ^

que, lejos de oprimir, se incrusta elegantemente
en el espacio libre del transepto, y el exquisito
sentido cromático de sus materiales marmó­
reos infunden en quien lo contempla los sen­
timientos de reverente serenidad que emanan
de las obras artísticas que'saben ser dignas de
Dios. El altar de S. Juan Bosco ha resultado un
opus vete romanum; todos los que hayan visto
en la ciudad eterna las asombrosas maravillas
de mármoles y bronces y piedras preciosas, y
finas taraceas y mosaicos, creadas allí por la
magnificencia de los Papas, v. gr. la Capilla
Borghese de Santa María Mayor, hallará aquí
reproducida aquella misma romanidad glorificadora de la Iglesia y de los Santos.
Este altar tenía una doble función que cum­
plir, la que es propia y peculiar de todos los
altares consagrados al culto de algún santo, y

E l nuevo altar monumental de San Juan Sosco.

i

i'
la de guardar y ofrecer a la pública veneración
el cuerpo milagroso de nuestro Padre y Fun­
dador. Pensando en esta doble función, el ar­
quitecto lo ha proyectado de modo que su
parte superior recuadre una gran tela del
Santo, que el pintor Crida ha representado en
la gloria, y la inferior se convierta en un
amplio lóculo destinado a recibir la preciosa
urna guardadora de nuestro tesoro e instalada
de modo que éste pueda ser visto con per­
fecta claridad y hasta palparse, si así lo desean
los devotos.'
D etalles. — No bastaría que empleáramos
unas pocas líneas más para dar una idea
completa de la enorme riqueza de detalles
que tiene este altar, estudiados con exquisitez
artística y con la más amorosa diligencia
por las diversas casas encargadas de construírlo. Y como, por otra parte, una des­
cripción prolija y minuciosa ocasionaría más
bien fatiga por los muchos términos técnicos
que habría que emplear, haremos que hablen
las fotografías y nos limitaremos a decir que en
él se han prodigado los más ricos jaspes ita­
lianos, avalorados con filigranas de plata y

b

e

'i

%

.

bronce dorados, y que por su arte y riqueza
merece figurar entre los mejores y más cele­
brados altares de la cristiandad.
L a u rn a q u e co n tien e e l cu erp o del
Santo. — D el plano de la mesa se eleva una
grada hecha toda ella de pilastritas de ónix
con recuadros de malaquitas y pequeños nichos
de piedras orientales en las que se alojan las
estatuítas finamente cinceladas de Las Cuatro
Virtudes. En medio se destaca el sagrario, ver­
dadera joya de orfebrería, en la que se hecho
una gran profusión de piedras duras y lapislá­
zulis, plata y bronces cincelados. A las almas
eucarísticas se les antojará este sagrario una
rica fruta paradisíaca llena de jugos y de per­
fumes. Detras de él se abre el lóculo que con­
tiene la urna cuya descripción haremos más
adelante. Detrás de esta urna, y para mayor co­
modidad de los fieles, hay un camarincito que
es un puro espejo de piedras finas tersísimas.
Tendrá unos ocho metros cuadrados y va cu­
bierto por una cúpula elíptica de ónix que, a
través de una abertura central, deja ver un lu­
minoso celaje de mosaico con estrellas de oro.
I Cuántas escenas de fe popular hemos visto ya

l

,

• t

'

f j

Muestra de los nuevos cuadros.
S.

1.

.78

B . C o ito lc n g o e n e l n u e v o a lta r q u e le h a s id o d e d ic a d o . - S . J. B o sco y M a m á M a r g a r ita ll e g a n a T u r in
p a r a e s ta b le c e rs e d e fln itiv a m e n te e n V a id o c c o (¡ia tx o d e la satristia ).

P ro c e s ió n d e la s r e liq u ia s .
E l o b je tiv o h a to m a d o s ó lo a l C a r d e n a l A r z o b is p o d e T u r in , q u e es e l q u e c e r r a b a e l dcsiSle d e lo s S re s O b isp o s.

producirse en este camarincito, tan propicio a
las confidencias íntimas, que nos permite con­
versar mano a mano con el Santo de nuestros amores, siendo todo él reverberación de misterio,
alegría de luz, diafanidad de cristal!. Dos puer­
tas marmóreas con rico cancel de bronce que,
en ocasión de grandes aglomeraciones, desapa­
recen por una abertura practicada en el piso,
facilitan la entrada y salida, en correspondencia
con otras dos que desembocan en el corredor
circundante, permitiendo que centenares y mi­
les de fieles puedan circular continuamente
por este camarín sin estorbar a los demás
que asisten a los cultos de la capilla. En unos
cimacios que coronan el arquitrabe de las
puertas hay, encerrados dentro de rica moldura
de bronce y piedras finas, dos medallones con
los retratos en gran relieve de Pío IX y Pío X I,
dos obras espléndidas del cincel debidas al
joven escultor turinés señor Terracina.
Nadie ignora que Pío IX es el Papa que
aprobó las Constituciones de la Congregación
Salesiana, dándole \-ida canónica; y que P ío X I
es d Papa de Don Rosco, el que lo elevó al
honor de los altares. Estas dos escenas y la del
famoso sueño que el Santo tuvo a los nueve
años, y es por todos considerado como el anun­
cio divino de su misión, tienen su representa­
ción artística en la capilla, desarrollándose esta
última en los cristales de un gran ventanal de

medio punto abierto en la parte alta del muro
que cierra el transepto, y las otras en dos
laterales que se abren frente a las puertas
del camarín.

L q inauguración.
P r e p a r a tiv o s de vísperas.
C e re m o n ia ín tim a . — Llegado el 7 de junio,
antevíspera de la fecha señalada para la inau­
guración de las obras que acabamos de descri­
bir, la actividad que siempre bulle en la Casa
M adre había llegado al paroxismo, y en Turín
sólo se hablaba del acontecimiento que iba a
tener lugar en Valdocco. Mientras brigadas
de obreros retiraban las últimas maderas de
los andamiajes, y zumbaban las pulidoras eléc­
tricas de los marmolistas, y ni uno solo de los
instrumentos de limpieza que había en la casa
estaba ocioso; mientras/ llegaban convidados
y más convidados, en ia Basílica, al caer de la
tarde, desarrollábase una ceremonia íntima,
grandemente seductora para el corazón salesiano.
Tratábase de trasladar el sagrado cuerpo de
179

San Juan Bosco de la vieja e la nueva urna, y
siendo imprescindible para ello levantar los
sellos de la Autoridad eclesiástica, personóse
en el templo, previa invitación, el Emmo.
Cardenal Fossati con su Canciller el canónigo
Battisti y Secretario el Pbro. Sr. Barale.
lín torno de los venerados despojos del Padre
amadísimp hallábanse ya reunidos el Rector
Mayor con su Capítulo, el Consejo Gencralicio
de las Hijas de María Auxifíadora, el Sr. Arzo­
bispo Mons. Guerra, y el Sr. Obispo Mons.
Ferrando, ambos salesianos; el ilustre Prelado

dinam os sobre ella para besarla, especial­
mente cuando, extraído el cráneo que se con­
serva debajo de la mascarilla que reproduce
las facciones de Don Bosco, pudimos contem­
plarlo desnudo y perfectamente momificado.
Pero no se nos permitió tocarlo, ni tan siquie­
ra posar sobre él levemente los labios, teniendo
que contentamos con caer de rodillas y, en
una oración tremante de amor filial, confiar
al Padre nuestros anhelos. Después de todo,
es bien laudable este celo de la Autoridad
Eclesiástica. Los orfebres recogen habita el

C l E m m o . C a r d e n a l H lo n d e n s u (roñ o a s is tie n d o a la M is a P o n tific a l.

Salvadoreño Mons. Dueñas, todos los Ins­
pectores y Delegados del Capítulo General, el
Dr. Prepretti, algunos otros salesianos y el
personal técnico indispensable.
Cerradas las puertas del templo, su Emi­
nencia Rvma. procedió a revisar los sellos de
la antigua urna de madera en la que, desde la
Beatificación, han sido venerados los restos
del Padre, y. una vez cerciorado de que estaban
intactos, autorizó su rotura. Apenas la sagr.ula reliquia vit>sc libre del obstáculo de los
cristales, todos los que la rodeábamos hubi­
mos de contener el natural impulso de in-

iSo ^

polvillo que flota en sus talleres para que no se
les vaya ni un solo átomo del precioso metal,
y es deber nuestro conser\’ar íntegra para las
venideras generaciones esta reliquia de Don
Bosco mil veces más preciosa que el oro y
los diamantes.
Después -que hubimos todos desfilado ante
la milagrosa cabeza donde anidaron tantas ini­
ciativas divinas, y en la que brillan todavía al­
gunas hebritas rubias, el Sr. Cardenal la en­
volvió reverente en un nuevo paño de seda, y
asegurando este paño con el sello de su auto­
ridad colocóla bajo el cabezal de la nueva

I

litera, forrada de terciopelo carmesí con pre­
ciosos bordados de oro, siendo a ella trasla­
dado inmediatamente el cuerpo de nuestro
Santo con los mismos ornamentos sacerdotales
que le cubrían.
La operación de levantar en peso este rico
lecho y colocarlo en la nueva urna requirió
pocos minutos, hecho lo cual, la urna se cerró y
el Sr. Cardenal volvió a asegurarla con su sello.
L a n u eva urna. — Es de una serena belleza
clásica. La parte metálica está hecha de plata
fundida y finamente cincelada, montada sobre
un zócalo de bronce fuertemente plateado. El
cristal es tersísimo, de base elipsoidal y forjado
expresamente en una sola pieza. L a nueva e
ingeniosa disposición de este cristal permite
que la visibilidad de la reliquia sea absoluta.

El zócalo de la urna tendrá unos 40 centí­
metros de altura yendo adornado con motivos
de hojas y entrelazados. Sus cuatro ángulos
inferiores se resuelven en cartelas, rematada
cada una por un grupo de tres cabecitas de án­
geles, y en el centro lleva otra cartela que
arranca del mismo suelo formando pie y lleva
esta inscripción: Sanctus loannes Bosco. En las
cuatro esquinas redondeadas de los cristales
todo es diáfano, poquísimo metal, y la tapa
también de cristal va metida en un marco
de plata formado por una gruesa moldura
tallada y abocelada con remate central de
ángeles, como en los ángulos.
Sobre la cara superior del cristal de la
tapa y en las dos laterales el artista ha apli­
cado una elegante decoración argéntea que
enriquece sobremanera y no estorba para nada
la visibilidad.
Esta espléndida y ma­
jestuosa pieza de orfebre­
ría, obra del dibujante Sr.
Casanova y de la Casa
Chiampo de Turín, pesa
250 kilos. L a tarde del día
siguiente, apareció, toda
resplandeciente de luz y
de gloria, y rica ya del
tesoro que se la desti­
naba, en el lóculo mar­
móreo del altar monu­
mental de San Juan Bo­
sco. ¡ Cuántas generacio
nes desfilarán delante de
ella!.....

B 1 a m p lio y e le g a n te p a s illo q u e ro d e a to d a l a B a s ílic a .

182

E x p o sició n d e las re ­
liq u ia s d estinadas a los
n u ev o s altares. — Y
llegó la víspera de la
inauguración.
Tam bién al caer de la
tarde, como el día an­
terior, volvía el Card.
Fossati a la Casa Madre
de Don Bosco, para re­
conocer, autorizar, ex­
poner y venerar las reli­
quias de los Santos que
debían ser depositadas en
los nuevos altares. Asis­
tido de los Sres A rzo­
bispos y Obispos Salesianos Exemos. Mons.
Guerra, Olivares, Coppo,
Rótolo y Ferrando, su Eminencia Reverendísima

examinó, uno por uno, los ocho preciosos es­
tuches metálicos que contenían las reliquias;
aplicóles su sello, firmó los correspondientes
certificados, y, colocadas en artísticos relica­
rios, dejólas expuestas a la veneración de los
fieles, sobre la mesa del altar mayor de la iglesita de San Francisco de Sales vestida con sus
mejores galas. Prelados y sacerdotes comen­
zaron en seguida el oficio prescrito por el
Ritual.'
Las reliquias preparadas eran las siguientes:
de los Santos mártires Mauricio y Segundo
para el altar de M aría Auxiliadora; de San
Juan Bautista y Santa Victoria para el de San
Juan Bosco; de San Fidel de Sigmaringa y
Santa Julia para el de San, Pío V ; de San
Solutor y Santa Urbana para el de San Pedro;
de San Aventor y Santa Columba para el de
los Santos M ártires; de San Desiderio y Santa
Emerenciana para el de los Angeles Custodios;
de San F élix y Santa Justina para el de San
José Benito Cottolengo; de San Longinos y
Santa Reparada para el del Santo Cristo. El
altar del Beato Caffasso será consagrado cuando
éste haya recibido los honores de la canoni­
zación.
N o ch e in o lvid a b le. — Esta noche del día
8 de junio la llevaremos grabada en el co­
razón mientras vivamos. L os afortunados mo­
radores de la Casa Madre íbamos a ser los
primeros en disfrutar a nuestro sabor, y a so­
las, la primera visión de este encantado palacio
de María. Las puertas se nos franquearon des­
pués de cenar y antes de recogemos para el
descanso.
El espectáculo era soberbio; j tanto como ha­
bíamos deseado este momento! Todo el templo
era una gloria de luces y de brillantes reflejos.
Docenas de grandes y solemnes lampadarios
profusamente distribuidos por los grandes espacids y en cada uno de los vanos de los arcos,
convertían en un ascua de oro altares, naves y
galerías; los mármoles que cubrían los muros,
y en especial los fustes de las columnas y los
pavimentos todavía impolutos brillaban como
espejos reflejando en su nítida superficie los
miles de luces por doquiera encendidas, y
haciéndolas más sugestivas. Los escondidos
focos de las cúpulas derramaban desde lo alto
claridades meridianas más bellas y eficaces que
las del sol, porque, siendo menos cegadoras,
conseguían sabiamente neutralizar y anular las
sombras.
Envueltos todos en este celestial embeleso
y sin poder dominar la curiosidad que hacía sal­
tar continuamente los ojos del rostro materno

de la Virgen a la urna plácidamente atractiva de
S. Juan Bosco, rezamos las oraciones acostum­
bradas, y el Rector Mayor, en medio de una
imponente asamblea de Obispos y de Supe­
riores Salesianos de todo el mundo, y de todos
los alumnos y salesianos de la Casa Madre, dió
desde el nuevo presbiterio las « Buenas noches «.
Con visible alegría que se veía rebrillar en sus
ojos paternos, hizo resaltar toda la impor-.
t^ c ia y hermosura del homenaje que la Fa­
milia Salesiana ofrece a nuestra Reina Auxilia­
dora y a nuestro Santo Fundador, y evocando,
con palabras, que materialmente temblaban en
sus labios, los humildes principios de nuestra
Obra y las innumerables gracias derramadas
sobre ella por las manos de María, invitó a
todos los presentes a prometer la más generosa
correspondencia y una fidelidad absoluta al
espíritu del Santo Fundador. Pidió un re­
cuerdo de oraciones para los numerosos amigos
y cooperadores de todas las naciones de la
tierra que con el óbolo de su caridad han hecho
posible este homenaje, y despidióse dando a
todos la bendición de M aría Auxiliadora. Antes
de retiramos a dormir, todos los allí presentes,
con el rico caudal de emociones purísimas que
llevábamos en el alma, desfilamos por el nuevo
camarín ansiosos de besar la reliquia del Padre
y entregarle nuestros propósitos.

£1 grandioso T ridu o.
C o n sag ració n d e los och o altares. — El
día 9 iniciaba las solemnes fiestas. Desde muy
temprano, un enorme público lleno de impa­
ciencias invadía la Basílica apenas vió su>
puertas abiertas. A las 6 debía tener lugar la
consagración de los nuevos altares marmóreos.
Alguien ha dicho en la prensa que es la primera
vez, en la historia de la Iglesia, que se con­
sagran tantos altares juntos; no hemos tenido
tiempo de comprobar la verdad de este aserto,
pero aunque fuese exagerado, siempre resul­
taría, de todos modos, un hecho singularísimo
y excepcional. A esta hora hicieron pues su
ingreso en el templo los Prelados consagranteát
uno para cada altar, con el siguiente orden:
Emmo. Cardenal Fossati arzobispo de Turín;
Emmo. Cardenal Hlond Primado de Polonia;
Exemo. y Rvmo. Sr. Arzobispo Mons. Guerra
y Exemos. Sres. Obispos Ferrando, Emánuel,
Rótolo, Coppo, Olivares; todos estos Prelados
son Salesianos, excepto el arquidiocesano Car­
denal Fossati. Era grandemente sugestiva esta
procesión de Sres Obispos que, acompañados
por el clero y cantores del Instituto Interna183

LA

PR O CE

M A R IA AL)}Í

Centro — El Emmo. Cjrd

Abajo: — Terminado d¡ n

de la Pafrona desemUift

gresar de nuev^ t

:e s i o n

d e

[JXILIADORA

C rdenal Maurilio Fossafi.
d Itagao desfile, el trono
en la plaza para ine\ji<o la Basílica.

cional a Don B osco» de La Crocetta, revestidos
todos de pluvial y mitra, y llevando cada uno
las reliquias de su respectivo altar, dirigíanse
pausada y solemnemente, desde la Iglesia de
San Francisco a la puerta principal de la Basí­
lica. líl acto litúrgico desarrollóse con la má­
xima pompa y con un sincronismo perfecto,
siendo los cantos del ritual ejecutados bajo la
dirección del P. Grosso.
A los Emmos. Cardenales Fossati y Hlond
se les había reservado el honor de consagrar
los altares de María Auxiliadora y San Juan
Bosco, respectivamente.
'lerm inada la ceremonia, en cada uno de
los altares dió comienzo la misa celebrada por
el Obispo consagrante, con excepción de Mons.
Guerra que tenía que pontificar a las diez.
Apenas hubo tbrminado la suya en el altar de
San Juan Bosco el Cardenal Hlond, celebró
el Rector M ayor Don Pedro Ricaldone.
Al pontifica! de la mañana que, como se ha
dicho, hubo dt! celebrar Mons. Guerra, asistie­
ron los demás Obispos Salesianos, y con ellos el
Kxemo. Sr. Don Federico Lunardi Arzobispo
y Nuncio Apostólico de Bolivia, y Mons. Due­
ñas Obispo de San Miguel (Rep. del Sal­
vador). Nuestra imponente Capilla musical
ejecutó de un modo.soberbio la Missa X I X in
honorem S. J. Bosco, de Pagella, y el Ecce Sacerdos c inelituwit Sdlomon genua del mismo
autor. Entre tanto, las masas de público se
sucedían sin tregua, y los numerosos pere­
grinos que iban llegando formaban una cadena
continua, en su deseo de venerar la preciosa re­
liquia de S. J. Boscoi predominando los ele­
mentos juveniles llenos de ferviente admiración
y contagioso entusiasmo: desfilaron, entre
otros, nuestros Institutos de Bagnolo y Casale
Monferrato y un nutrido grupo de coopera­
dores belgas dirigidos por el Inspector Salesiano P. Moermans.
Por la tarde, las funciones sagradas tienen
que empalmar una con otra a fin de poder
satisfacer la devoción popular, dándose tres
veces la Bendición con el Smo. precedida del
canto solemne del Magníficat y sermón. En
estas funciones, y en cada uno de los días
dcl Triduo, los Sres Obispos alternan su
asistencia en el presbiterio, siendo tam­
bién Obispos los que predican y dan la
Bendición Eucarística. Los fieles oían embo­
bados los discursos llenos de doctrina y fer\*or
salesiano que hacían Mons. Gtierra, Coppo,
Emánuel, Rótolo, Ferrando. Cada noche, el
tradicional canto de letrillas en la plaza y el
concierto de banda, mientras la mole del
templo se sumergid en un mar de luces que

i86

decenas de miles de focos y bombillas eléctricas
irradiaban con vistosidad y arte insuperables
bordando sobre el lienzo oscuro de la noche
las líneas arquitectónicas del templo. Estas ilu­
minaciones, como todas las del interior de la
Basílica, que tanto honran a nuestros alumnos
de la Escuela de Electrotécnica, eran como un
exponente del esplendor material de estos
grandiosos festejos. El público llenaba todas las
noches, literalmente, la plaza y se volcaba luego
en el templo; unos salían para que entraran
otros, mientras potentes altavoces instalados
en la fachada transmitían a cien metros de
distancia, sobreponiéndose a todas las conver­
saciones y ruidos de tranvías y automóviles, la
exhortación del predicador, las letanías que
entonaba el pueblo y hasta el manso rumor
de las plegarias y el dulce tintineo de la campa­
nilla que anuncia la Bendición eucarística y
hace que en plaza y avenidas hinquen la rodilla
cincuenta mil personas, después de haber can­
tado al unísono con las de la Basílica las.estrofas
sublimes del Tantum ergo.
Y como no nos hemos propuesto hacer pro­
digios de narración y queremos evitarle al
lector la molestia que suelen producir las cosas
y expresiones demasiado repetidas, diremos que
así fué durante los tres días y tres noches que
precedieron al domingo 12 de junio, sin otra
diferencia que la de ver crecer de hora en hora
las muchedumbres y los entusiasmos.
Merece destacarse el grandioso homenaje
que las Hijas de María Auxiliadora, con sus
alumnas y ex alumnas, tributaron el día 10
y que en los fastos de estas gloriosas jorna­
das será siempre el triunfo de las buenas Salesianas de Don Bosco.
¡'Qué exuberancia de vida han demostrado
estas beneméritas Religiosas! ¡qué organiza­
ción, qué piedad, qué entusiasmo, y sobre todo
qué enorme cantidad de niñas y jovencitas
hicieron desfilar a los pies de su dulce Pa­
tronal Un salesiano no puede contemplar sin
vivos sentimientos de orgullo fraterno mani­
festaciones como la de este día. El acto cumbre
fué el Pontifical celebrado por Mons. Olivares.
Fueron tantas las educandas y ex alumnas que
en unión de sus profesoras asistieron a esta
solemnidad que,los nuevos locales donados a
la Basílica demostraron de un modo magnifico
la capacidad que ahora tienen. La Misa fué
cantada por un coro heterogéneo de 200 voces
femeninas maravillosamente preparadas po:
nuestro incomparable P. Gro so, y nosotros no
hemos oído nada mejor, no sólo por la interpre­
tación correctísima que dieron a la obra maestra
palestriniana Missa Pafiae MarcelU reducida

€«•

E l E m m o C a r d e n a l F o ss a ti d is p o n ié n d o s e a e le v a r p o r p r im e r a v e z l a S a g r a d a H o s tia e n e l a lt a r m a y o r .

por el Mtro. Pagella a cuatro voces, sino, y
de modo especial, por la soberbia ejecución del
canto gregoriano que sólo los coros angélicos
podrían superar.

Vela nocturna.
Durante la tarde del i i , fué acentuándose
enormemente la afluencia de peregrinos veni­
dos de todas partes; ¡algo imponente!nosotros
pudimos hablar con algunos de la lejana Si­
cilia. Todo hacía presagiar el altísimo nivel de
grandiosidad y ferror religioso que alcanzaría
la fiesta principal que debía celebrarse el día
siguiente, todo menos las nubes que ensom­
brecían el firmamento y nos en\naban, de
cuando en cuando, andanadas de agua y
pedrisco. Ello no obstante, los cultos seguían,
con creciente esplendidez, la pauta que se les
había trazado, tanto los de la mañana, como
los de la tarde y noche, sin apenas unos mo­
mentos de tregua, con las oraciories sagradas de
los Prelados caldeadas de apostólico celo, con
las majestuosas polifonías de nuestros maestros
salesianos Pagelk, D e Bonis, Antolisei, Scarza-

nella, Cagliero; sí, hasta Cagliero que parecía
haber enmudecido para siempre y nos hizo
oir un inspirado Tantum Ergo y la plegaría
¡O h María, Virgo potens! compuesta por el
mismo Don Bosco. El músico de los tiempos
heróicos del Oratorio, el gran compositor de
inspiración juvenil y espontánea, que había
hecho extremecer con sus coros potentísimos
y sus delicadas melodías los infantiles años de
la Basílica de María Auxiliadora, no ha podido
estarse quieto en su tumba gloriosa y, asocián­
dose también él a los demás artistas hermanos
suyos, ha querido honrar una vez más, en
esta magna ocasión, a la Reina de sus amores
y a su idolatrado Don Bosco.
Después de la última Bendición eucarística
impartida a los fieles por Mons. Munerati,
recién llegado, inicióse la Vela Santa. Cesado
el concierto musical de la plaza y apagadas
las luminarias, en naves y capillas llenas de
bote en bote empezaron los rezos especiales de
los que se disponían a pasar allí toda la noche,
mientras, en la sacristía de la Basílica e iglesia
contigua de San Francisco, docenas de con­
fesores administraban el Sacramento de la Pe­
nitencia a falanges de hombres y mujeres que

187

anhelaban dejar sellada aquella noche de
oraciones y sacrificios con una santa Comu­
nión cucarística. A las 0,30 de la madrugada
del domingo, se dijo en el altar mayor la
primera misa, y ya las celebraciones fueron
sucediendose continua y simultáneamente sin
ninguna interrupción hasta el mediodía, admi­
nistrándose también, sin intervalo de descanso,
el Pan de la Vida. A las 4,30, hubo en el
altar mayor la primera misa cantada; a las 6,30,
celebraba en el mismo el Rector Mayor para
los alumnos artesanos; a las 7,30 decíala el
Cardenal Iliond para los estudiantes; a las
8,30, tocábale el turno el Exemo. Sr. Nuncio

L o s iíx c m o s . S res. O b is p o s y p a rte d e l c le r o

Apostólico de Bolivia para las Asociaciones de
ICx alumnos cuyas representaciones, venidas
de toda Italia, entraban procesionalmente, a
banderas desplegadas y precedidas del nuevo
Presidente Internacional don Arturo Pocsio.
Fueron tantos los que se acercaron a la
Mesa eucarística que Mons. Rótolo hubo de
ayudar al ilustre celebrante en el momento
de la Comunión. Entre tanto, los fieles
llevaban horas y horas absortos, embelesados,
contemplando sus imágenes queridas, ensar­
tando Rosarios y más Rosarios, sin dejar de
rezar o cantar ni un solo momento y sin acusar
el menor cansancio. Es impresionante ver
la fe y piedad de este buen pueblo piamontés
y su encendido' amor a María Auxiliadora y a
San Juan Bi>sco.
Media hora antes del Gran Pontifical, llega­
ban al Oratorio los Sres. Obispos del Pia-

1S8 ^

monte; los de Ácqui, Alba, Aosta, Cúneo,
Fossano y Susa. Revistiéndose inmediatamente
de mitra y capa pluvial y uniéndose a los Obis­
pos Salesianos, formaron el imponente cor­
tejo que debía acompañar al altar a los Emmos.
Cardenales Hlond y Fossati. Apenas dicho cor­
tejo hubo atravesado el atrio del templo, en el
coro resonaba potente el Ecce Sacerdos de Pagella y, en medio de la emoción y gozo inconte­
nibles de miles y miles de fieles, procedían
lentamente los Obispos y Príncipes de la Iglesia
hacia el altar mayor. Una vez allí, acomo­
dáronse con regia holgura los trece Pre­
lados en banquetas forradas de damasco

q u e a s is tía n a l s o le m n e P o n tific a l d e l d o m in g o .

rojo, mientras el Cardenal Hlond ocupaba su
trono del lado de la Epístola y el Cardenal
Fossati, que tenía el suyo en el lado opuesto,
dirigíase al altar para comenzar la santa misa.
^ Cómo describir el aspecto soberbio que
presentaba el presbiterio, y la esplendidez de
todos los acompañamientos y servicios litúr­
gicos, y los majestuosos y rítmicos movimien­
tos del numerosísimo clero asistente ? ¿ Cómo
reproducir con palabras, y menos aún con las
placas de los muchos aparatos fotográficos que,
furtiva o abiertamente, funcionaban dentro del
templo, el divino fulgor que irradiaban los
lampadarios, los vivos reflejos que descendían
de los altares, las blancas claridades que en­
volvían el tepiplo, la arrobadora expresión
de fen’or y alegría que brillaba en todos los
ojos pareciendo como si, libre el espíritu del
peso de la carne, se transportase a las sublimes

GRUPOS

DE

PEREGRINOS

en Turín nadie temía el agua y todos espera­
ban la procesión.
Mientras tanto, en la Basílica seguía hir­
viendo el fervor, y sucedi endose las solemni- ■
dades litúrgicas, y las arengas de oradores
sagrados; a intervalos, Obispos y sacerdotes im­
partían desde ^ el púlpito la Bendición de
M aría Auxiliadora.
A las 17, comenzaron las Vísperas que pon­
tificaba Mons. Guerra y a las que debía seguir
la procesión. Cuando ya se había desistido de
hacerla, en un abrir y cerrar de ojos, el viento
cambió de cuadrante, las nubes fueron arrin­
conándose en el horizonte y el sol volvió a
sonreír en un largo espacio de firmamento azu­
lado que a nosotros se nos antojó el manto de
la Virgen. Y no hay que decir con qué trans­
portes de alegría fué saludada esta sonrisa del
cielo. En seguida, docenas de grupos, que ya
formados esperaban sólo que se les diera la
orden de marcha, iniciaron el desfile ocupando
cada uno lugar que le correspondía, y empezó
a salir la Procesión.
A su cabeza, colocáronse las Hijas de María
Auxiliadora con las representaciones de sus
numerosos Colegios de la capital y de algunos
de fuera; filas larguísimas de religiosas, otras
aún más imponentes de obreras manuales y
alumnas de diversos grados y facultades, y
grupos inacabables de niñas uniformadas mu­
chas de las cuales llevaban los cándidos velos
de su Primera Comunión. Seguían las suges­
tivas y pintorescas mesnadas de nuestros ocho
Oratorios Festivos de la ciudad, con sus insig­
nias y bandas de música, los Institutos « Conti
Rebaudengo » de Turín y « Cardenal Cagliere "
de Ivrea, la Escuela Agrícola de Cumiana, re­
presentaciones de San Benigno, de San Juan
Evangelista, de los Liceos de Valsálice y
Alassio, etc. etc.
Luego, las Asociaciones de Acción Católica
Apoteosis fínal.
tan florecientes en esta Arquidiócesis, con sus
Directivos y Asistentes eclesiásticos: las Ju­
— I Pero, saldrá hoy la procesión ? — Es lo
ventudes femeninas llevaban 24 banderas, las
que oíamos preguntar en todas partes. Un
Mujeres Católicas 20, y 25 las Juventudes
viento desapacible acumulaba sobre nuestras
masculinas. A continuación, la Casa Madre
cabezas nubes oscuras que después de mediodía
con sus 700 alumnos y legiones de ex alumnos.
se resolvieron en agua; el pesimismo iba im*aMadres Cristianas, Damas de María Auxi­
diendo los ánimos haciendo presentir que la
liadora, Comunidades y Cofradías religiosas.
fiesta acabaría mal. N o obstante, las Asocia­
Doce bandas de música convenientemente
ciones Religiosas y las multitudes de peregrinos
distribuidas
animaban la Procesión, acompa­
que habían venido para tomar parte en el
ñando los himnos corales y regulando el paso
grandioso desfile, iban colmando, como si nada
con melódicas y rítmicas marchas religiosas.
ocurriese, los anchos patios del Oratorio, y
Pasaban de 300 los estudiantes de teología y
fuera de él, en plazas y avenidas, fuerzas de
filosofía que, en filas de a cuatro marchaban re­
policía urbana regularizaban el tránsito y
vestidos de roquete y lle\*ando treinta de ellos
contenían los cordones de público que pug­
las banderas de las naciones donde hay Obra
naban por desbordarse. Estaba visto que

regiones de los bienaventurados ? Repitióse, en
este Pontifical, con el acierto acostumbrado, la
Missa X I X in honorem S. J. Bosco, que su
mismo autor acompañaba al órgano y era
transmitida a toda Italia por la E.I.A.R . ^
lil Kmmo. Cardenal Fossati, llegado el
Evangelio, pronunció una vibrante Homilía
que fué también radiada. Diciéndose alta­
mente satisfecho y conmovido por el espec­
táculo que ofrecía la Basílica, enalteció, con
cálidas y oportunas frases, la misión que por
mandato divino cumplió Don Bosco en el
mundo y ahora siguen cumpliendo sus Hijos;
dijo (pie los éxitos alcanzados tienen una grande
c irresistible elocuencia para proclamar el triunfo
del espíritu y de las iniciativas del Santo,
en estos cincuenta años que han transcurrido
después de su muerte. Cantó, luego, las glorias
de María Auxiliadora siempre tan filialmente
glorificada en este Santuario de Turín, y más
ahora al celebrarse los 70 años de su consagraciíin. Hizo, finalmente, atinadísimas aplicaciones
morales sacadas dcl Evangelio del día, y dió
a lodos la Bendición Apostólica con las indul­
gencias acostumbradas.
Mientras el cortejo de Cardenales y Obispos
salía dcl templo, precedido de largas filas de
clero y cariñosamente aplaudido por las masas
populares, entraba en él, sin haber anunciado
su visita, el Ministro de Finanzas de Italia
Exorno. Sr. Thaón de Revel, y después de orar
un buen rato ante los altares de María Auxi­
liadora y de San Juan Bosco, pasaba a saludar
al Rector Mayor y a los Superiores y
miembros del Capítulo General que gratísimamentc sorprendidos departieron amablemcute con su Excia. L a entrevista fué corta
pero sumamente afectuosa.

190

Salesiana. Detrás, los sacerdotes, los Inspecto­
res y Delegados del Capítulo General Salesiano,
Clero regular y secular y el Rector M ayor con
su Capítulo. El Emmo. Cardenal Fossati con
su séquito y precedido del imponente cor­
tejo de dos Arzobispos y trece Obispos, pre­
sidía la Procesión, yendo delante de María
Auxiliadora, cuya imagen, colocada, como de
costumbre, en una carroza montada sobre
ruedas, destacaba su belleza materna en el
fondo centelleante de unas ráfagas de oro
y en im triunfo de flores y de luces. La
carroza era verdaderamente deslumbradora.
A su paso, el público aplaudía con piadoso
frenesí y de los balcones caían sobre la Reina
lluvias de pétalos de todos los colores, proce­
dentes muchos de ellos de los fragantes in­
vernaderos de la costa azul y salidos, los
más, de las humildes macetas del pobre me­
nestral.
La Procesión se recoje todos los años a la
puesta del sol, y si el espectáculo que en estos
momentos ofrece la plaza es siempre indes­
criptible, en esta ocasión no hay modo de
imaginarlo para quienes no lo hayan presen­

ciado. Para formarse una idea adecuada habría
que cerrar los ojos y reproducir espiritualmente
la visión de la plaza de San Pedro en Roma
cuando el augusto Representante de Cristo
en la tierra sube al balcón central de la pri­
mera Basílica de la cristiandad y bendice urbi
et orbi.
Y no el Papa, sino el mismo Jesús-Hostia es
el que avanzaba aquella noche en el atrio de
nuestra Basílica para bendecir al pueblo allí api­
ñado, quede un modo tan espléndido sabe hon­
rar a su Madre Santísima, y en toda la dilatada
planicie del templo no quedaba una pulgada de
espacio libre que pudiera contener un solo
hombre ni lo había ya para las llamaradas de
fervor que subían de setenta mil corazones y
tenían que desbordarse en cantos y aplausos,
en lágrimas de consuelo.
Con esta procesión apoteósica terminaron
los grandes homenajes que el mundo salesiano
ha tributado en Turín a M aría Auxiliadora
y a San Juan Bosco. D e sus reflejos y de­
rivaciones, que han sido muchos y muy con­
soladores, hablaremos D . m. en números su­
cesivos.

L o s a lu m n o s e le c t r a n e c á n ic o s d e i a C a s a -M a d r e c o n s u s m ae stro s.
S o n u n é x ito b n lla n t is tm o d e e s ta E s c u e la la s in s ta la c io n e s d e l a B a s ílic a , ta n to d e ilu m in a c ió n
d ifu s o ra s , q u e h a n r e q u e r id o l a r e s o lu c ió n té c n ic a y p r á c tic a d e p ro b le m a s m u y
c o m p lic a d o s y u n v e rd a d e ro d e rro c h e d e e n e r g ía s fís ic a s .

com o

r a d io ­

IC I

LA OBRA DE DON BOSCO
Relaciones enviadas al R ector M ayor.

P a ta g o n ia . - F a m ilia in d íg e n a d e s p u é s d e s e r b a u t iz a d a p o r e l P . M ic h e .

algo hermoso y consolador. Este año se han acercado
a recibir el Pan de los Angeles un número mucho
mayor de antiguos alumnos que en años anteriores.
Allí acudieron soldados llegados del frente que no
Fué el domiríKO 8 de mayo un dia de imborrables
quisieron dejar de participar del sagrado convite;
recuerdos para los antiguos alumnos de la casa saleallí se veía junto al de la roja boina, el de la camisa
sinnn de Córdoba. Uno de esos días que quedarán
azul; porque en la casa salesiana, no de ahora, sino
esculpidos en lii mente de cuantos asistieron a los
de siempre, la educación que se ha dado a los niños
netos organizados, con caracteres indelebles. Porque
ha estado exenta de todo matiz político; ha sido a
la cordialidad, el cariño y, sobre todo la religiosidad
base de los amores de Dios y de la Patria y por eso
imperaron en todo momento.
los antiguos alumnos, religiosos y patriotas, se hallan
Fué como siempre una fiesta de matiz eminente­
íntimamente unidos, no de ahora sino desde que sa­
mente salesiano, de ese matiz que los hijos de San
lieron de su colegioJuan Bosco saben imprimir a todos sus actos. Y como
Esta misa de comunión fué oficiada por el Rvdo.
se trataba de sus antiguos alumnos, formados por
señor Director don José Doblado y ayudada por los
ellos en el amor a Dios y en el amor a España, no
directivos de la Asociación señores Casas y Cuesta.
es de extrañar que en las fiestas del domingo se desta­
Después de la misa, el señor director obsequió a
caran de una manera singular tres características es­
los que habían comulgado con un espléndido des­
peciales: la religiosidad, el patriotismo y la compene­
ayudo que él mismo presidió.
tración y el amor entre todos.
A las diez y media, tuvo lugar la solemne función
El corazón de nuestro señor director y el de los
religiosa, en la que ocupó la sagrada cátedra el Re­
señores profesores salcsianos. corazones beneméritos
verendo señor don Domingo Casado, sacerdote sale­
de Dios y de la Patria por su labor abnegada, bri­
siano, que pronunció una brillantísima plática llena
llante y sublime en pro de los niños des\-alidos, pa­
de unción religiosa y de patriotismo.
saron ayer horas de dulces y gratas emociones, horas
Acto seguido, el señor director, revestido de capa
de júbilo inmenso al verse rodeados de unos hombies
pluvial y seguido de todos los que habían asistido
educados en aquella santa casa, que se agrupaban,
a la fiesta, se dirigió al atrio de la iglesia para ben­
en torno suyo, para alabarlos y bendecir mil \-eces
decir la hermosa Cruz erigida en memoria de los
al fundador de esta gran obra, San Juan Bosco, y a su
antiguos alumnos de este Colegio caídos por Dios
excelsa Madre María Auxiliadora.
y por la Patria. ¡Momento sublime y emocionante
Comenzaron los actos con una misa de comunión,
él de la bendición de la Cruz! El ambiente, saturado
a las ocho y media de la mañana. Y fué la comunión

E S P A Ñ A - C ó rd o b a . — L a fiesta d el an­
tig u o a lu m n o .

19 2

EN ESPAÑA Y AMERICA

'« k 'lP P

^

P a ta g o n ia . - P rim e ra s C o m u n io n e s e n L o s M e n u c o s , p re p a ra d a s p o r l a S rta . T e re s a L a n fr é ,
e x a lu m n a d e la s H ija s d e M a r ía A u x ilia d o r a .

de perfumes y lleno de unción religiosa, traía a la
mente de todos recuerdos tristes y alegres a la vez.
Tristes, porque aquella Cruz hablaba de la marcha
para siempre de nuestra lado de entrañables y que­
ridos compañeros que dieron su vida por defender
a su Dios y a la Patria de sus amores. Alegres,
porque sabíamos positivamente que al caer paia
siempre en este mísero suelo y al derramar generosa­
mente su sangre por tan sublimes ideales se habían
levantado con \-uelo majestuoso y sereno hasta los
Cielos para allí ocupar el lugar destinado a los
mártires de nuestra sacrosanta Religión.
En aquel ambiente cargado de emociones, una vez
efectuada la bendición, avanzó el antiguo alumno
señor Fernández Cantero, y, dando rienda suelta
a los sentimientos de su corazón, improvisó un dis­
curso, cantando a la Cruz símbolo de la Religión
católica, analizando su influencia en los triunfos de
España al través de los tiempos, viniendo a la con­
clusión de que la Cruz es la que ha movido a nuestro
Caudillo, hombre religioso y patriota, a realizar la
magna empresa de la salvación de España.
Tuvo una evocación cariñosa y sentida para los
antiguos alumnos de Córdoba, caídos por Dios y
por la Patria, y en memoria de los cuales se erigía
aquella Cruz, y exhortó a todos a seguir el ejemplo
da religiosidad y patriotismo que los caídos nos
han dado.
Habló a continuación el señor director del Colegio,
Rvdo. señor don José Doblado. Sus palabras emoti\-as y patrióticas fueron una brillante arenga a

todos los antiguos alumnos para que imiten las vir­
tudes de los caídos. Hemos erigido esta Cruz en el
atrio de la iglesia para que, al pasar por delante de
ella, todos los que vengan a este templo tengan un
recuerdo piadoso para con nuestros hermanos. Esta
Cruz será la que, a través de los tiempos, irá prego­
nando las virtudes de aquéllos que, al dar su vida
por Dios y por España, dieron pruebas de que no
habían olvidado las lecciones aquí recibidas en esta
casa.
Terminó con los gritos patrióticos de ritual, y
luego de rezar un responso por los muertos, un coro
de niños del Colegio cantó el himno nacional y el de
Falange.
A las dos de la tarde, y con asistencia de un cen­
tenar de comensales, se celebró el acostumbtado
banquete. Fué presidido por el señor director del
colegio, que tenía a su derecha al tesorero de la Aso­
ciación y presidente interino don Francisco Reyes
Sorroche y a su izquierda al profesor de la Normal
de Maestros don Carlos López de Rozas.
Terminado el banquete, en el que reinó la más
fraternal alegría y se pronunciaron muchos discursos,
todos les concurrentes fuimos a la capilla para
rezar unos instantes por nuestros caídos.
A las siete de la tarde; nuestro cuadro artístico
puso en escena la comedia en dos actos « Sacri­
ficio y recompensa » y la zarzuela en un acto,
* Almas en pena >, en las que los actores obtu­
vieron un triunfo rotundo y definitivo, como lo
corroboró el numeroso público que llenaba el teatro,

193

oblifiándoles a salir a escena varias veces al fina­
lizar cada acto.
En fin, un día eminentemente salesiano que que­
dará pura siempre grabado en nuestra memoria.

ARGENTINA - Patagonia. — Una jira
misionera del Rvdo Padre Miche.
Pocos días hace, regresaba a San Carlos de Baiilüche el Rvdo P- Miche, con su acompañante Abel
Castro, de su jira misionera de dos meses por los
territorios de nuestra vasta parroquia, que comprende
todos los pueblos de la línea del Ferrocarril del Es­
tado, desde ésta hasta Los Menucos y zonas res­
pectivas de influencia.
En esta jira en la que, con su camioneta, reco­
rrieron 3-Z23 kilómetros, hicieron 450 bautismos,
administraron unas 100 comuniones y algún ma­
trimonio, amén de las prácticas y sermones y dis­
tribución de propaganda cristiana y objetos de
devoción (catecismos, medallas, estampas, etc.).

El P. Miche, en prueba de su gratitud, quiere
hacer mención de las siguientes familias que lo
llenaron de atenciones y son: (perdone, si hay alguna
olvidada) Jalil, González, JoséGanem, Sfeir, Chaina,
Sub-Comisario Galicier, Machín, Vichichi Hnos.,
Vda. de Zamborain, Buganem y Chebeir, Juan
Luzarreta, Chamelli Hnos. Mohana, Lorenzo Contin
y García. Que Dios recompense la caridad que han
usado con el misionero, multiplicarído sus bienes
en esta vida y dándoles la gloria en la otra

ITALIA - Roma. — Homenaje del Insti­
tuto Salesiano “ Sacro Cuore ” de Roma
al Ex-Presidente de la República Ar­
gentina, Exemo. Sr. General Agustín
P. Justo.
El domingo 5 de junio, el ex-presidente de la
R. Argentina, General Agustín P. Justo y su
lima. Señora Doña Ana Bernal de Justo, fueron

R o m a . - L a v is ita
d o l G e n e ra l
Ex
iu

Justo

P re s id e n te
R e p ú b lic a

de
A r-

tin « a n u e s tro C o ­
lé a lo

del

S a g ra d o

C o rax ú n .

Entre los bautizados, un 30% eran adultos y un
75% indígenas. Son dignas de mención las 30
comuniones preparadas por la incansable Sta. Te­
resa Lnnfré, de Los Mcnucos, maestra del colegio
y exalumnn de la normal de las Hijas de María Au­
xiliadora de Bahía-Blanca, como así mismo las de
Iu fumitin Lnuricntc, en Tapilu, donde se expe­
rimentaba la sensación de hallarse en un santuario,
y las de la familia Snd.
El misioncio no puede menos de recordar la
gratísima entrevista que tuvo con el indígena
Manuel Huentelu. en Caitacó: Padrecito — le dijo;
yo ser moro aún, con toda mi familia y querer cris­
tianar todos: mujer, yo y todos los hijos (eran doce).
Después de catequizar a todos, era de ver con
qué dcvwión lecibicron el bautismo, devoción que
quisiéramos \-er en muchos que se las dan de
cultos c instniídos-

194 • -

objeto de un modesto homcnaje^ ofrecido por el
Instituto salesiano «Sacro C uore» de Roma.
A las 8 de la mañana, el Gral Justo y Señora fueron
recibidos en la Basílica del Sagrado Coiazón por el
Rmo. P. José Reyneri, Inspector salesiano de la Argen­
tina Central, y el Rdo.' P. Adolfo Tomquist, mientras
el órgano hacía oír los acordes del Himno Nacional
Argentino. Llegados al templo, asistieron a la Santa
Misa celebrada por el Rmo. P. Guillermo Cabrini.
Inspector Salesiano del Norte Argentino, durante
la cual los estudiantes salesianos de la Universidad
Gregoriana cantaron con precisión y maestría \-arios
motetes religiosos- Durante la Santa Comunión, un
estudiante argentino ejecutó en el órgano el Himno
Oficial del Congreso EucaVistico de Buenos Aires.
Acompañaban a SS. EE., además de los Superiores
argentinos arriba mencionados, el Rdmo. P. E^'aristo Marcoaldi, Inspector Salesiano del Lacio y

Cerdeña; la distinguida Sra. Condesa Dolores Cobo
de Macchi di Cellere; el Dr. Carlos Miguens, en­
cargado de negocios de la R. Argentina ante el Quirinal, y Sra.; el Dr. Tito Foppa, agregado a la Emba­
jada Argentina, y Sra-; el Dr. Eduardo Vivot, Con­
sejero de la misma Embajada y Sra.
Después de oír la Santa Misa y servido el desayuno,
pasaron SS- EE. al patio del Instituto, donde eran
esperados por los alumnos internos y los Estudiantes
salesíanos de la Universidad Gregoriana agrupados
en tomo al monumento de Don Bosco, jxmto al cual
campeaba la bandera argentina. Un grupo de estu­
diantes argentinos e hispano-americanos ejecutó a
perfección el Himno Nacional Argentino, después
del cual, un niño, en nombre de sus compañeros de
colegio, dirigió un saludo de cordial y sincera bienve­
nida al Exmo. Sr. ex-Presidente y ofreció un magní­
fico ramo de flores a su lima. Señora.
Tomó luego la palabra, en nombre de la Institu­
ción Salesiana en Italia, el Rdo. Padre Luis Colombo, Director del Instituto, quien, con oportu­
nísimos conceptos, hizo resaltar la prestigiosa per­
sonalidad del Exmo. General, destacando la labor
de su gloriosa Presidencia, su tenaz empeño por
hacer que triunfen Cristo y su Iglesia en la Argen­
tina, especialmente en ocasión del magnífico Con­
greso Eucarístico Internacional de 1934; la eficacísima
a%-uda generosamente prestada a la obra Salesiana en
todo momento, pero de un modo particular durante
los festejos celebrados en Buenos Aires conmemo­
rando sus Bodas de Diamante, festejos que S. E.
honró y abrillantó con su presencia. Tuvo luego pa­
labras de elogio y agradecimiento hacia la lima.
Sra. Doña Ana Bemal de Justo, a quien saludaba
como a presidenta honoraria de las Cooperadoras
Salesianas de la Argentina. SS- EE., luego de con­
versar amablemente con los presentes, y en parti­
cular con los estudiantes argentinos, expresaron su
más \*iva simpatía y agradecimiento hacía los Supe­
riores de la Obra Salesiana de la Argentina y de
Roma. Al partir, fueron despedidos con un coro de
\dtores y aplausos, dejando la mejor de las impre­
siones y llevándose la estima y admiración de todos.

PERU - Lima. — Solemne conmemora­
ción del Cincuentenario de la muerte
de San Juan Bosco. • £1 Exmo. Sr. Pre­
sidente de la República inaugura un
nuevo pabellón destinado a las Escuelas
de Artes y Oficios.
La mañana del 9 de mayo, se efectuó una
interesante ceremonia en el Colegio Salesiano de
esta Capital, con motivo de la inauguración del
nue%'o pabellón destinado a los talleres y demás
dependencias de la Sección de Artes y Oficios
del instituto Salesiano.

La solenne ceremonia fué apadrinada por el Jefe
del Estado y su señora espK>sa, con asistencia de
las más conocidas personalidades de los círculos di­
plomáticos, administrativos y sociales.

CONCURREN’CtA. — A las once de la mañana, el
patio central y claustros del Colegio Salesiano pre­
sentaban un sugestivo aspecto por la numerosa con­
currencia allí congregada. Encontrábanse cerca
del estrado oficial,. rodeando al Jefe del Estado,
miembros del Cuerpo Diplomático acreditado en
nuestro país, funcionarios públicos, altos Jefes del
Ejército," de la Marina, Aviación, Guardia Civil y
Policía, así como numerosas familias del-gran mundo
y los alunmos del Colegio.
Estos, con sus brigadas de boy-scouts alineá­
banse desde la puerta de acceso hasta el patio
central, en espera de la llegada del Señor Presi­
dente de la República, para rendirle los honores
correspondientes a su elevada investidura.
L ¿ . e g a d a D E L jE F B D E L E s T A D O . — A las once y
media de la mañana, la banda del Regimiento de la
Guardia Republicana, que estaba formada en el
atrio de la Iglesia de María Auxiliadora, ejecutó la
Marcha de Banderas, anunciando la llegada del Jefe
del Estado.
El General Benavides ingresó en el local salesiano
acompañado de los miembros de su Casa Militar,
siendo recibido por el Inspector de los Colegios
Salesianos del Perú y Bolivia, padre Gaudencio
Manachino, el Director del colegio, padre José
Serra y el Procurador, Padre L. Fassio.
El General Benavides, en medio de las más vivas
manifestaciones de simpatía ocupó el estrado de honor.
En tomo de él sentáronse su señora esposa, el Nuncio
Apostólico, Monseñor Cento; el Arzobispo de Lima,
Monseñor Farfán; el Presidente del Consejo de Mi­
nistros y Ministro de E duc^ ón Pública General
Montagne; de Justicia y Culto doctor Arias Schreiber; de Trabajo y Previsión Social, doctor Almenara;
de Fomento, Ingeniero Boza; de Gobierno, Gene­
ral Rodríguez; de Guerra, General Hurtado y de
Marina y Aviación Comandante Saldías.
También estuvieron presentes el Ministro de
Italia, Grand’UflF. Higínio Ugo FaralH, y Señora,
acompañados por los miembros de las Misiones Ita­
lianas de Policía y Aviación y Cuerpo-Diplomático;
el Presidente de la Corte Superior; el Alcalde del
Concejo Provincial de Lima; los Alcaldes del Callao,
Magdalena del Mar y Ancón; los Obispos, Monse­
ñores Ortíz, Hermoza y Vargas; el Director General
de Justicia y Culto Di. Barreda; el Director Gen.
de la Guatdia Civil y Policía; el Jefe del Protocolo,
el Director de Enseñanza Primaría; altos funcio­
narios públicos, civiles y militares; representantes
de todas las Ordenes y Congregaciones Religiosas
y distinguidos Miembros del Clero local; numerosos
Directores de Colegios, destacadas figuras de la Co­
lonia Italiana, Cooperadores Salesianos y familias
de los alumnos.

D iscurso del I nspector S alesiano . — Iniciada
la fiesta con la ejecución del Himno Salesiano, el
Inspector de los Colegios del Perú y Bolivia, padre
Manachino, díó lectura a un elocuente y jugoso
discurso.
Después de saludar con altísimas sxpresíones de
reconocimiento al Primer Magistrado de la nación

19 5

Linr.a. - Escenas de la inauguración del nuevo Pabellón.

L i m a . - E l G e n e r a l B e n a v id e s e n u n m o m e n to d e s u d is cu rso .

y tlcmús personalidades y hacer oportunas consi­
deraciones alusivas a la fiesta que se celebraba,
añudia*
• Al presente, tienen los Salesianos en el Perú
nueve C o Icrío s de Enseñanza Primaria; cinco de
Enseñanza Secundaria; cinco Escuelas de Artes y
Oficios; dos Granjas Escolares para niños indígenas;
nueve Oratorios Festivos o Escuelas Dominicales;
y una Escuela Normal para indígenas. Y las Hijas
de Marín Auxiliadora: doce Colegios de Instrucción
Primaria; cinco de Instrucción Secundaria; cuatro
Escuelas Profesionales y once Oratorios Festivos.
• De los promedios de las matrículas, resulta que
loa Salesianos educan anuálmente a cinco mil cuatro­
cientos veintiocho niños y las Hijas de María Auxiliiipora a cuatro mil quinientas once niñas, ascen­
diendo a diez mil los niños peruanos que reciben la
educación de los Hijos de San Juan Rosco.
• Nosotros procuramas que esto educación sea
eminentemente religiosa, convencidos de que sién­
dolo, es también eminentemente patriótica
• Un colegio escéptico y materialista no podrá
jamás fonnnr ciudadanos capaces de darnos una
nación gloriosa y respetada.
• Por esto en todos nuestros Institutos, junto al
altar consagrado a Dios, se c Icnti siempre el altar
dedicado a la Patria.
» Apreciamos en todo su %-alor los progresos mate­
riales c intelectuales del país, pero estamos conven­
cidos de que la Patria no está sólo constituida
pt»r una sucesión de valles y montes; por miles y
miles de chimeneas que arrojan el humo del trabajo;
por Uvs ingresos que la enriquecen. La Patria está
constituida particularmente por nuestrx's niños,
nuestros jóvenes, imbuidos de justicia y de verdad,
de virtud y de nobleza

198

» Inspirados en tan elevados sentimientos, hemos
querido conmemorar el cincuentenario de la muerte
de nuestro Fundador San Juan Rosco, levantando
este pabellón destinado a nuestros alumnos arte­
sanos, para dar a la religión buenos cristianos y a la
Patria óptimos obreros.
» Con esto creemos, Señor Presidente, interpretar
uno de vuestros anhelos.
» Sabemos muy bien cuánto amáis al pueblo y a
los hijos del pueblo, sin buscar, como habéis afir­
mado en vuestro Mensaje del lo de octubre de i 93fi>
“ las fáciles artes que persiguen el falso halago
popular.”
* La clase obrera es el objeto de vuestras predi­
lecciones. En su favor se han multiplicado y se mul­
tiplican las obras de asistencia social, y vuestra vir­
tuosa esposa 08 acompaña on tan ardua empresa,
con esa nobleza, inteligencia y firmeza que ya fue­
ron las notas características de las antiguas matronas
peruanas ».
» Los Salesianos tratan de aportar, pues, su grano
de arena a vuestra obra gigantesca que viene trans­
formando al Perú y elevándolo al nivel que le co­
rresponde en el concierto de las Naciones.
» Mil gracias, Señor Presidente, por haberos dig­
nado apadrinar, en compañía de vuestra nobilísima
esposa, nuestras escuelas-talleres.
' Al Eemo. Señor Nuncio Apostólico, a nuestro
venerado y tan querido Señor Arzobispo, a los
Exemos Señores Obispos que le acompañan, a todos
los Señores Ministros de Estado, particularmente
al Señor Ministro de la nueva Italia cuna y patria
del inmortal Don Rosco, a todos nuestros bienhe­
chores y amigos, en especial a la benemérita Sra.
Dña. Josefina Ramos de Gonzáles Prada; y en suma,
a todos los presentes repetimos nuestro agradeci-

«r
miento más sincero, y al ingeniero constructor Señor
D. Eliseo Bellina nuestros plácemes y felicitaciones
por la eficiente ejecución de los trabajos».
P a l a b r a s d e l P r e s id p n t e d e l a R e p ú b l i c a . —

En seguida, y en medio de una entusiasta salva de
aplausos, el Jefe del Estado contestó el discurso del
padre Manachino, expresando que asistía con ví\ti
complacencia a la inauguración del nuevo pabellón
del Colegio Salesiano, refiriéndose elogiosamente a
la obra realizada por los Hijos de Don Bosco en
nuestro país en este medio siglo de apostolado.
El General Benavides calificó la obra salesiana
en el Perú como ima de las más benéficas y salu­
dables para el pueblo, manifestando que gracias
al tesón y perseverancia de estos religiosos había sido
posible dar cima a una empresa plausible y meritoria,
cual era la de haber beneficiado directamente a las
clases obreras formando obras y conciencias útiles
a la nación.
Glosó bajo otros aspectos la obra salesiana en el
país, y agregó que ésta siempre había sido orientada
por los principios del ideal cristiano, divulgando
entre la pléyade de niños y jóvenes que han desfi­
lado por sus aulas la fe en Dios y el cariño a la
patria, bases esenciales de toda nacionalidad y únicos
fundamentos para el progreso de los pueblos.
Formuló, en seguida, sus sinceros votos para
que se intensificara su progreso, continuando su
cristiana labor con ese mismo afán de superación
que le venía distinguiendo desde la iniciación de su
gran cruzada espiritual y terminó ofreciendo, como
gobernante, su más decidido y franco apoyo para que
los frutos de tan divina labor tuvieran en el terri­
torio nacional toda la difusión y desarrollo po­
sibles.
El público que escuchaba con visible emoción la
palabra vibrante del Señor Presidente, se complació
en recoger de sus labios estas textuales palabras:
« Como Jefe del Estado rindo homenaje a la Con­

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m

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•u'.-

gregación Salesiana que ha realizado y realiza ta.i
benéfica labor en beneficio de nuestra Nación ».
El discurso del señor Presidente de la República
fué calurosamente aplaudido
B e n d ic ió n d e l n u e v o p a b e l l ó n . — Minutos des­
pués, el Jefe del Estado, acompañado de su esposa,
la señora Francisca Benavides de Benavides, acer­
cóse al nuevo pabellón del Colegio Salesiano con
objeto de apadrinar la bendición del mismo.
Este acto fué realizado conforme al ritual religio.so
por el E.xcmo. Sr. Arzobispo de Lima, Monseñor
Pedro Pascual Farfán, quien bendijo también los
talleres y otras dependencias similares instaladas en
el nuevo cuerpo del edificio donde funcionará la Sec­
ción de Artes y Oficios.
Este pabellón es uno de los nueve que com­
prende el plano de ampliación de las Escuelas v en
él se han instalado los talleres de carpintería y mecá­
nica en la planta baja y dormitorios en la planta
alta. También funcionan en dicho pabellón los ta­
lleres de sastrería y tipografía.

E n e l c a m p o d e p o r t iv o . — En seguida, el Presi­
dente de la República y su comitiva se trasladaron
al campo deportivo del Colegio, presenciando en la
piscina del mismo un interesante concurso de nata­
ción, en el que participaron muchos alumnos,
haciendo una demostración del progreso que han
alcanzado en esta rama del deporte. El General
Benavides entregó, personalmente, diversos premios
a los ganadores del concurso, comentándose con
gran entusiasmo este significativo gesto.
Después de una breve visita al comedor de los
artesanos, el señor Presidente regresó al salón de
actos donde se le ofreció champán, habiéndose
brindado por el progreso de nuestro país y por el
de la Congregación Salesiana. A la una y media de la
taide, abandonó el General Benavides el local del
Colegio Salesiano, siendo despedido con entusiastas
manifestaciones de simpatía y con los honores mili­
tares correspondientes.

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fe.

L im a . - E l n u e v o p a b e lló n in a u g u ra d o p o r e l E x e m o . S r. P re s id e n te d e l a R c p O b lic a .

199

Crónica de G racias N E C R O L O G I A S
conseguidas p o r m ediación de M a ría A u x i­
liadora, d e S a n Ju a n B o sc o y de nuestros
S ie rv o s d e D io s .

S A L E S J A N O S D IF U N T O S :
Domingo Finco, sacerdote — de Gallio (Italia) f «n
Faenza (id.) el 19 de abril de 1938.
Juan Scamuzzi, sacerdote — de Camagna (Italia) t en
Guayaquil (Ecuador) el 6 de febrero de 1938.

CU Ü A - Guanahacoa. 8 de marzo <.c 1938. — En
circunstanoiao más que desfavorables, en que parecía
cusí imposible obtener la solución de ciertos asuntos, y
principalmente la de ver a un hijo mío encaminado a
alKÚn trabajo, me encomendé de todo corazón a María
Auxiliadora y ni milagroso San Juan Bosco y después
de alftún tiempo, prueba palpable de que la oración
hecha con fe y constancia siempre lle^a a oídos de Dios,
he obtenido el fin deseado.
ARrndecida por ello, dirijo estas líneas al Boletín Salesiano para que se dÍKnc publicar esta gracia, según tengo
ofrecido.
D u lc e M aría E l ig ió .

C U B A - llahana, 25 de mayo de 1938. — Días de
gran preocupación pasé, pues asuntos relacionados con
mi profesión, los vela venir al suelo después de una
ardua labor de años; acudí con gran fe al que es consuelo
de los que sufren y abogado de causas justas, y gracias a
la intercesión de San Juan Bosco, todo ha quedado re­
suelto, viviendo ahora feliz y tranquilo.
Agradecido a tan gran Santo, le doy públicamente las
más rendidas gracias.
A n t o n io R o d r ig o .

PERU - yuliaca, 1938. — Desde mucho tiempo venia
padeciendo cólicos hepáticos; me sobrevino uno muy
fuerte y con ñebre alta; entonces el médico hizo el análisis
de la sangre y encontró en ella señales de infección in­
terna; sin poder localizarla, era arriesgada una operación
y sin embargo indispensable, porque la gravedad aumen­
taba por momentos.
Mas, poniendo toda mi confianza en San Juan Bosco,
inc sometí a ella en una pequeña clínica protestante, única
en esta localidad, adonde llevé conmigo la querida imagen
del Santo. I.os doctores encontraron la vesícula biliar
eomplelamcnte supurada y extrajeron de ella más de 20
cálculos. Mi hermano, médico también, que presenció la
operación, preparaba el ánimo de mis hijos y de mi madre
para un desenlace fatal, pero no en vano puse mi vida en
manos de Don Hosco, y contra toda previsión humana, me
Iestablecí en un espacio de tiempo mucho menor del que
los médicos habían previsto, y ahora estoy completamente
buena.
Algunos meses después, una hijita mia de 8 años se
vió atacada de tifus con agravantes de septicemia, neu­
monía y meningitis; perdió el conocimiento por ocho
días r cuando lo recobró no podía hablar. 1.a encomendé
también a San Juan Bosco pura'que le alcanzara de Dios
lo que más conviniera a su alma y, luchando entre la vida
y la muerte, pasó más de un mes. hasta que se inició la
m-jorla, pero no podía caminar ni hablar; más todavía,
hibfa el temor de que quedaran mal sus facultades men­
tales; pero nuestro gran Protector velaba por ella; poco
u poco empezó a caminar, recobró la palabra y pudimos
darnos cuenta de que su inteligencia era tal vez más
dc.speiadn que antes de la enfermedad.
Sintiendo que, pt>r haberse extraviado esta relación,
se haya retardado casi trw años su publicación, doy
rendidas gracias a nuestro amable Protector, a quien
acudo siempre llena de confianza.
Z o i l a A ubor .\ R. d r T ilaverso.

200

Fabián Iñigo, sacerdote — de Burgos (Españí) f
Pamplona (id.) el 2 de marzo de 1938.
Cayetano Gaspare, sacerdote — de Alcamo
t en Palermo (id.) el 4 de abril de 1938.

(Italia)

Juan KUkenny, sacerdote — Claremorris (Irlanda) t en
Londres el 8 de marzo de 1938.
Ernesto Murgia, clérigo — de Samatzai (Italia) t cti
Ídem el 4 de febrero de 1938.
yuan Adolfo Btiri, clérigo — de Carrilobo (Argentina)
t en Alta Gracia (id.) el 26 de marzo de 1938.
Luis Tamhurini, coadjutor — de Vergiano (Italia) t en
San Benigno (id.) el 26 de abril de 1938.

C O O P E R A D O R E S D IF U N T O S :

Exm a. Sra.
María Francisca O’Reilly Pedroso
Vda. de Cámara y Condesa de Buena Vista.
El 26 de abril último dejó la tierra esta caritativa y
piadosa dama, víctima de un ataque cardiaco. En ese
día había oído Misa y comulgado en su Oratorio privado.
Dama de lo más selecto de la sociedad habanera, se
distinguió siempre por su caridad, pues figuraba en toda
obra de beneficencia y a ella se debe la fundación de la
Piadosa Liga en favor de las almas del Purgatorio, que
tiene por objeto recoger limosnas para misas en sufragio
de las mismas, en ocasión de la defunción de personas
acomodadas.
Admiradora de las Obras de S. Juan Bosco, fue para
los Salesianos de grande ayuda especialmente en la Fun­
dación y sostenimiento de la Casa de Guanabacoa, ya
que influyó no poeo en que los consortes Pedroso-Espelius, residentes entonces en Madrid, y parientes suyos,
hicieran amplia donación de la Casa que en Guanabacoa
posclan, antigua mansión veraniega de los Condes de
Bnrreto.
Cuando se organizaron lo.s Cooperadores de la Habana,
la Condc.sa de Buena Vista fué elegida Presidenta de la
Junta Central de las mismas, cargo que ostentaba con
satisfacción y conservó hasta su muerte.
Los Salesianos acompañan sinceramente en su pro­
fundo dolor a sus apenados hijos e hijas y demás familiares,
y suplican sufragios para el eterno descanso del alma de
la ilustre cooperadora Salesiana.

Han muerto también en la paz del Señor:
I.<nLAS F il ip in a .-! - yianila. — María Concepción Velasco de Beltrán Lis.
Isla s F il ip in a s - Nueva Cdceres. — Exemo. Sr. Obispo
Don Francisco Reves.
M éjico - Capital. — Lie. Don Rafael Icaza - María
Dolores Soto de Calderón.
M éjico (Jalisco) Bolaños. — Don Bruno Marín.
M éjico - Zacatecas. — Sr. Cango - Don Benito M ár­
quez.
M éjico (Michoacán) JiquUpán. — Srta. Susana Abarca.

C o n a p ro b a c ió n d e la a u to rid a d e c le s iá s tic a . - E s la b le c im ie n lo T ip . d e la S .E .l. - T u n n
D ir e c to r re s p o n s a b le : D . G U I D O F A V I N I - V ia C o ito le n g o 3 a - T U R I N X09 • ( I ta lia )

k

Tesoro Espiritual
Relación de las Indulgencias Plenarias
que los Cooperadores Salesíanos pue­
den ganar en el transcurso del año.
I. — Una vez cada día, elevando a Dios, en
medio del trabajo y aunque sea sólo mentalmente,
una piadosa invocación cualquiera, previas las
demás condiciones ordinarias, o sea e l estado de
gracia, la confesión y comunión sacramentales
y la visita a alguna iglesia u oratorio público,
rogando por la intención del Soberano Pontífice.
Esta iiidúlgencia del trabajo santificado pue­
den ganaría los Cooperadores Salesíanos, Hijas
de M . Auxiliadora y sus respectivos alumnos
y ex-alumnos. Si, hallándose en estado de gracia,
se sigue repitiendo la misma piadosa invoca­
ción, u otra cualquiera durante el trabajo, se
puede ganar, cada vez, una indulgencia parcial
de 400 días.
2 ~ Un día de cada mes, el que uno elija.
^ - E l día en que se hace e l piadoso Ejercicio
Mensual de la Buena Muerte.
4 - E/ día que se asiste a la Conferencia
Mensual Salesiana.
^ - E l día en que uno inscribe su nombre en la
Pía Unión de Cooperadores Salesianos.
6 - E l día en que por primera vez se co7isagra
uno a l Sgdo. Corazón de Jesús.
7 - Cada vez que practique los Santos Ejer­
cicios Espirituales, de ocho días.
8 - A la hora de la muerte, con tal que, con­
fesado y comulgado o por lo menos arrepentido
de sus pecados, invoque, con los labios o con el co­
razón, e l nombre sacratísimo de Jesús.
EN CADA UNA
D E LAS SIGUIENTES FIESTAS:
1) M O V IB L E S :
Sagrada Familia (el primer domingo después
de la Epifanía).
Dolores de la Sma Virgen (El viernes de Pasión).
Domingo de Ramos.
Pascua de Resurrección.
Ascensión del Señor.
Domingo de Pentecostés.
Fiesta de la Sma Trinidad.
Corpus Christi.
Fiesta del Sgdo Corazón de Jesús (primer viernes
después del Corpus).
Fiesta del Sgdo Corazón de M aría (día siguiente
del anterior).
2) F IJ A S :
ENERO
1 - Circuncisión del Señor.
2 - Santísimo Nombre de Jesús.
3 - Epifanía.

18
23
25
29

-

Cátedra de San Pedro en Roma.
Desposorios de la Sma Virgen.
Conversión de San Pablo.
Fiesta de San Francisco de Sales.
FEBRERO

2 - Purificación de la Sma Virgen.
22 - Cátedra de San Pedro en Antioquía.
MARZO

19 - Fiesta del Patriarca San José.
25 - Anunciación de la Sma Virgen.
MAYO

3 - Invención de la Santa Cruz.
8 - Aparición de San M iguel Arcángel.
1 1 - Aniversario de ¡a Coronación de María
Auxiliadora.
24 - Fiesta de M aría Auxiliadora.
JUNIO

24 - Natividad de San Juan Bautista.
29 - Fiesta de San Pedro y San Pablo.
30 - Conmemoración de San Pablo.
JULIO

1 - Preciosa Sangre de N tro Señor Jesu­
cristo.
2 - VisitaciÓTi de N tr a Señ ora .
16 - Fiesta de la Virgen del Carmen.
AGOSTO

6 - Transfiguración dél Señor.
15 - Asunción de la Sma Virgen.
16 - Fiesta de San Roque.
SETIEMBRE

8
12
14
15
29

-

Natividad de la Sma Virgen.
Dulcísimo Nombre de María.
Exaltación de la Santa Cruz.
Los Siete Dolores de la Sma Virgen.
Dedicación de San M iguel Arcángel.
OCTUBRE

y - La Virgen del Rosario.
I I - Maternidad de M aría.
16 - Pureza de María.
NOVIE.MBRE

21 - Presentación de N tra Señora.
22 - Fiesta de Santa Cecilia.
DICIEMBRE

8 - Inmaculada Concepción.
25 - Natividad de Jesús.

Para lucrar las antedichas Indulgencias
se requiere, además de las condiciones ordi­
narias, que los Socios de la Pía Unión recen
cada día un Padrenuestro, Avemaria y Gloria
con la invocación S á n ete F ran cisce S a le si, ora
p ro nobis, según la intención del Romano Pon'tífice.

EL SANTUARIO* BASILICA DE
MARIA AUXILIADORA DETURIN,
AMI’ LIADO Y EMBELLECIDO

Ningún devoto de '‘ lo Virgen de Don Sosco** debe dejar
de contribuir, poco o mucho, a este homenaje mundial.

Fecha
1938.08