BS_1935_11

Ficha

Título
BS_1935_11
Descripción
Boletín Salesiano. Noviembre 1935
extracted text
Año L - N.

N O V lEM bRE 1935

11

REVISTA

DE LAS

OBRAS

DE

DON BOSCO

INSCRIBÍOS EN LA PÍA OBRA
D E L SAGRADO CORAZÓN D E JE SÚ S
D E ROMA
i Quién no conoce la Obra del Sgdo Corazón
de Jesús?
Fué fundada por el Primer Sucesor de San
Juan Bosco, y benignamente aprobada por
S. S. Le»jn X III el 30 de junio de 1888.
Con sólo la limosna de una peseta, o de otra
moneda equivalente, se adquiere derecho a
participar de todas las oraciones y buenas
obras de la Sociedad Salesiana y a la aplicación
de seis misas, que se celebran todos los días,
a perpetuidad, en nuestra Basílica del Sgdo
Corazón de Jesús de Roma, dos en el altar
mayor, dos en el de María Auxiliadora y dos
en el de San José.
Los que se inscriben en la Obra.Pía pueden
aplicar el fruto de estas misas a sí mismos, o
a otras personas, vivas o difuntas, y variar la
intención cuántas veces les plazca.
Las limosnas recibidas por este conducto
destíñanse, de modo exclusivo, a promover la
gloria de Dios y los intereses culturales de la

P e d id q u e os e nvíe n

ei

BOLETÍN S A L E S I A N O
P ro p a g u d /o , A c o n s e ja d lo ,

Suscribios a

JUVENTUD
MISIONERA
Es una Revista interesantístma y put­
eramente ilustrada, que no debería
faltar en ninguna familia cristiana.
SUSCRIPCIÓN ANUAL

S tiras — 5 pfas —
valencia en otras monedas.

o su equi­

RED ACCIÓ N :

Cottolengo. 32 - Turín (Italia).

sociedad, acogiendo niños pobres y abando­
nados, para educarlos cristianamente.
¿ Quién no contribuirá, pues, con algunos
céntimos, que con tanta facilidad se gastan,
a esta invitación paternal de San Juan Bosco
y de la Iglesia, inspirada en ideales tan nobles
y caritativos ?
¿ Quién no siente la necesidad de asegurarse
la benevolencia divina, en este mimdo y en el
otro, mediante la aplicación de los méritos
infinitos del Santo Sacrificio del altar?
¿ Quién no tiene almas queridas, vivas o di­
funtas, a quienes obsequiar con tan espléndido
regalo espiritual ?
No tardéis en pedir Hojas de suscripción.

R e c t o r M a y o r d e l o s S a l e s ia n o s
Cottolengo 32.- Turín (109) (Italia).
Las limosnas pueden enviarse al mismo Rector
Mayor o directamente a nuestra casa de Roma. Ospizio Sacro Cuore - Via Marsala 42.

SUMARIO
E! espíritu de Don Bosco. — Recordemos a nuestros
difuntos. — La estatua de S. Juan Bosco destinada a
la Basílica Vaticana. — La luna 22. — El Rvdo Don
Matcelino Olaechca y Ixiizaga, Director de las Escuelas
Salestanas de Madrid ha sido nombrado obispo de Pam­
plona. — Gacetillas salesianas. — Por las obras de la
Basílica y el altar de S. Jtun Bosco- — La Obra de Don
Bosco en España y América: España-Granada. Fiesta
de M . Auxiliadora. — España-Sevilla. Jomada de Accióo Católica en las Escuelas de b Sma. Trinidad. —
Argentina. Nueva fundación salesiana en Paraná. —
CokKnbu-Bucaraman^. Fiesta en honor de S. Juan
Bosco. — Ectador-Cuenca. El Exmo Sr. Presidente de
la República v-isita nuestra casa. ^
— Filipmas-Manib.
Celebrando b Canonización de S. Juan Bosco. — Uru2uay-hfonterídeo. El Exmo Sr. Presidente de
Repú­
blica visita nuestra Escueb AgrkoU «Jackson >. —
Paraguay-Paysandú. Cómo se mete b fe en el coraziki
de los pueblos. — Crómea de las gracias. — Netrolagias.

b

R E V I S T A DE
LAS OBRAS DE
DON

BOSCO

BOLETIN
SALESIANO

RÜDACCION Y A D M I N IS T R A C IO N : VIA COTTOLhNGO.

3a

-

TURIN

Año L • N úm ero i i
N O VIEM BR E 1935
(log)

-

ITALIA

El espíritu de Don Bosco
La Iglesia Católica, madre fecunda de
héroes y de santos, ha producido, en las
diferentes épocas de su historia, institu­
ciones y hombres, acomodados a las nece­
sidades y circunstancias de la vida de la
humanidad.
Por eso, en los primeros siglos medioe­
vales, cuando la espada y la lanza eran los
instrumentos de los hombres libres, y la
guerra la más noble profesión de los se­
ñores; y cuando, en cambio, el trabajo
manual era la tarea exclusiva de los esclavos
y siervos, surge la gloriosa orden bene­
dictina, que consagra su vida a la oración
y al trabajo, dignificando este último y
trayendo de este modo a la sociedad una
de las ¡deas más prósperas y fecundas.
Más tarde, cuando la riqueza se confun­
día con la dignidad y el poder, cuando la
pobreza era mirada como algo vil y degra­
dante, en medio de una sociedad afemi­
nada, aparece la simpática figura del * poverello * de Asís, e! poeta y el artista de la
pobreza, a la que canta con arrobamiento
y efusiones de loco enamorado, a la que
exalta como un don celestial, y a la que se
abraza ufano, sintiendo los encantos de
unos placeres inefables: y gracias al ejemplo
y a la influencia de San Francisco, surge
aquel ejército de hombres buenos y abne­
gados, que se esparcen por el mundo a
predicar la pobreza, con los prestigios de
algo evangélico, con la voz de la más se­
vera austeridad, con la sencillez que hi­
ciera del franciscano el fraile más popular.

Y en el siglo X V I, cuando las sediciones
y las luchas y las discordias, fomentadas
por la falsa Reforma de Calvino y de Lutero,
ensangrentaron la tierra y llenaron de
odio el corazón de los hombres, la Iglesia
Católica hace aparecer otro santo, modelo
de dulzura y mansedumbre, dotado de
tan poderosos atractivos, que apenas hubo
país que pudiera resistir las palabras de
ternura que brotaban de sus labios, ni
quien no sintiera su espíritu preso de hon­
dísima emoción, ante la vista de aquella
alma pura y buena que se trasparentaba
en los actos de su vida.
Tal fue Francisco de Sales, el varón
justo, de ecuanimidad admirable, de for­
taleza dulcísima, de paciencia inalterable,
el manso y humilde de corazón.
Y en el siglo X IX , surge en el seno de
la Iglesia otro hombre extraordinario, que
recogió el espíritu de aquel dulcísimo
Obispo, en una época de lucha furiosa
entre los altos y los bajos, entre los ricos
y los pobres, entre los poderosos y los
desheredados.
T a l fué Don Bosco, quien, al contemplar
el cuadro triste de su siglo, agitado por
convulsiones sociales y políticas, al pre­
sentir, como un vidente que se adelantó a
su tiempo, las violentas revoluciones que
amenazaban a la sociedad humana, pensó
en San Francisco de Sales, le imitó a la
perfección, se apoderó de su espíritu y le
derramó después entre los suyos, hacién­
doles predicadores y emisarios de la buena

-

321

nueva, de la era cristiana de paz. de man­
sedumbre, de amor al pueblo y a los pobres.
Kn el corazón de padre, que latía en el
pecbo de Don Bosco, hallaron eco los do­
lores todos de los hombres, las amarguras
todas de los hijos de Dios, y, acuciado por
la ardiente caridad que lo consumía, acudió
con remedio pronto y eficaz, a curar las
llagas sociales, multiplicándose siempre y
ileshaciéndose cuando no podía multipli­
carse.
Observador profundo de la vida y de
los hombres, después de visitar frecuente­
mente las cárceles de Italia, llega a la con­
clusión que la mayor parte de aquellos
desgraciados, de aquellos criminales, son
unos hombres abandonados a sí mismos,
jóvenes sin educación moral ni religiosa,
en cuyo corazón se habían alzado violen­
tamente las pasiones, sin hallar ni tener a
su alcance medio alguno para poder re­
frenarlas y contenerlas: y entonces com­
prende que para reformar la sociedad, no
bastan las leyes, aun las mejor orientadas,
sino que es preciso ahogar el mal en su
propio origen, modificar hondamente las
costumbres, reformar al hombre en sus
comienzos, en los días de su infancia.
Y así concibe el plan gigantesco de su
obra. Llevado de su espíritu de amor y
caridad, funda instituciones para recoger
los niños del arroyo y los alimenta y los
educa y los instruye en la doctrina santa
de Jesús; y les da amor y cariño que jamás
habían sentido n\uchos de aquellos infelices,
v derrama en sus almas una gota de miel
V mata en germen el odio de clases, que ya
empieza a nacer en el alma de aquellos
deshcR‘dados de la suerte, vertiendo en él
la semilla bendita del amor.
Y cuando el niño crece y llega a la edad
de las pasiones, aquel hombre extraordi­
nario le proporciona la institución nunca
bien ponderada de los oratorios festivos,
la más típica y más bella de las instituciones
s;dcsianas, y las asociaciones de antiguos
alumnos, y así reúne a las juventudes en
su casa para recordarles las enseñanzas de
la fe que recibieron, para corregirles dul­

322

cemente, para mejorar sus costumbres,
para no dejarles caer ni desmayar.
T al es la obra del gran Santo; de ella
decía ya León X I I I que era algo sobrehu­
mano: de ella podemos decir hoy que es
realmente algo divino.

Y o he visitado el soberbio santuario de
Turín, el magnífico templo con que soñara
un día Don Bosco. A la sombra de la ima­
gen riente de M aría Auxiliadora, la gran
patrona de la obra salesiana, pulula una
innúmera multitud de jóvenes y niños que
reciben cristiana educación de los H ijos del
Apóstol: allí está la humilde celda de Don
Bosco, pobre, sencilla, pero sublime como
la celda de un santo: allí está la habitación
de Don Rúa, de aquel asceta dulce y se­
vero al propio tiempo, que pasó por este
mundo con el corazón en el cielo: allí
vivía entonces aquel buenísimo Don Pablo
Albera, el cariñoso y bueno, que lloraba
de emoción despidiendo a las Hijas de
María .A^uxiliadora, cuando se disponían a
partir a las misiones: allí están los gran­
diosos talleres, montados a la moderna:
allí las escuelas con los sistemas pedagó­
gicos más modernos y eficaces: allí está el
trabajo unido con la oración. Y protegién­
dolo todo con su bendita Sombra, la ima­
gen bella de María Auxiliadora, la que
hizo fecunda la obra de Don Bosco, espar­
ciéndola por los rincones más apartados
del mundo, la que preside siempre los
recreos y comedores y los jardines y las
celdas y las casas salesianas; la Reina de
ciclos y tierra con su corona y su cetro.
¡ Ella es la que ha dado lustre y prestigio
a la Institución Salesiana! j Ella la que ha
elevado a Don Bosco a la categoría de
Santo!
¡Bendita mil veces M aría Auxiliadora!

E loy M ontero,
Caledrático de la Universidad de Madrid.

Recordemos a nuestros difuntos
La oración por las alm as purgantes en
la liturgia de la Iglesia y en las casas
de D on Bosco.

Este rito amoroso que consagra todos los
años el recuerdo de los pobres difuntos es por
ventura el único que ha obtenido el consenti­
miento de todos los hombres. Ante él no hay
cismas ni rebeldías. Enlazados en estrecho
abrazo la fe, el corazón y la razón, se inclinan
pensativos y reverentes ante las tumbas col­
madas, y rezan cada uno a su modo.
Para el corazón es una necesidad; para la
razón, una fuerza de misterio que la subyuga;
para la fe un dogma consolador.
La Iglesia, madre común de los fieles, ha re­
cogido en su liturgia este sentimiento unánime y
no sólo le ha dado una eficacia sobrenatural, sino
que lo ha revestido de solemnidad y elevación.
Ño contenta la Iglesia con preparar y confortar
a sus hijos en la última enfermedad, asistién­
doles amorosamente, y aplicándoles la gracia
de los Sacramentos, con oraciones las más
conmovedoras, les acompaña hasta la puerta

misma de ia eternidad, para presentarlos a
Dios y recomendarlos con solicitud materna,
en el nombre de Jesús ansiosamente repetido
e impreso por ella de antemano en los labios
del moribundo.
Después de expirar el enfermo, la primera
diligencia de la Iglesia es sufragar su alma con
las más sentidas oraciones e inÜamadas invo­
caciones. Viene en seguida el rito solemne de
1a sepultura, con sus tiernas ceremonias y el
llanto conmovedor de las Exequias, que no son
sino una súplica apasionada, continua, que va
elevándose de tono y pulsa todas las cuerdas
de la emoción: el De profundis, el Miserere,
el Subvenite, el Libera me Dómine, y finalmente,
el canto de la esperanza, el Benedictus, al cual
parece contestar el mismo Redentor en per­
sona, pues suyas son las palabras que siguen
inmediatamente: Ego sum resurrectio et vita...
Yo soy la resurrección y la vida, el que en Mí
cree, aunque hubiese muerto, vivirá, y el que
vive y cree en M í no morirá eternamente.
Y no se detiene aquí el corazón de la Igle­
sia. Todos los años, al llegar el día 2 de No-

r

Quito. - La

<le m úsica

óel

Oratorio.
323

viembrc, dedica un piadoso y universal recuerdo infinita es también la misericordia. Siguiendo
a todos sus hijos que han pasado de esta vida el ejemplo de Cristo en la cruz, exculpa a
a la otra, establece la solemne Conmemoración
sus pobres hijos difuntos, y pone ante los ojos
de los fieles difuntos, abre sin regateos en favor
de Dios, por asi decirlo, los títulos que les dan
suyo el tesoro de sus riquezas, con la indul­ derecho al perdón.
gencia toties quoties; multiplica hasta triplicarlo
Recordare, Jesu pie... Recuerda, Jesús pia­
el número de las misas, a fin de que la sangre doso, que por él sufriste infinitos dolores; que
redentora inunde todos los altares y, como una yendo en pos de esa oveja perdida caíste
lluvia de liberación, caiga sobre las almas ben­ desfallecido; que por amor suyo te dejaste
ditas. Sabido es además que la Iglesia no clavar en la cruz... Tantas labor non sit ca­
pueHc, no sabe, celebrar ningún oficio, sin diri­ sas! ¡Cómo habrías de consentir la inutilidad
gir a Dios una súplica para sus pobres muertos.
de tantos brabajos!
L e parecería incompleto su ministerio, temería
Finalmente, la Iglesia, que no sólo es Madre
no haber correspondido en forma debida a su sino también Maestra, al rogar y hacer rogar
solicitud materna, si no tuviese para ellos ese por los muertos, quiere aleccionar a los ^vos
recuerdo, esa recomendación, aun en medio de que aún militamos en este valle de lágrimas.
los hosanas triunfales de sus máximas solemni­
Al inculcamos la piedad y devoción hacia
dades y las alegrías de sus fiestas.
las almas del Purgatorio, nos enseña el deber
En la recitación privada y pública del de la fraternidad ante el dolor, el deber de
Santo Breviario, desde que comienza el año ayudarnos unos a otro, máxime tratándose de
hasta que termina, desde Navidad hasta Pascua hermanos que ya no pueden hacer nada para
y Pentecostés y desde Pentecostés hasta el aliviar su propia y terrible suerte. Nos enseña,
Adviento, tanto en los días feriales como en además, a pensar en la otra vida; a pensar que,
los festivos, centenares de miles de sacerdotes cuando el hombre muere, no muere todo en él;
tienen el encargo preciso de terminar siempre que no todo termina con el lúgubre cerrarse del
las horas canónicas con esta piadosa aspiración:
ataúd, con la última paletada del sepulturero.
Que las almas de los fieles, por la misericordia de Nos enseña a mirar al cielo a través de la cárcel
Dios, descansen en paz. Amén.
del Purgatorio, confiando en que, a fuerza de
Más todavía. No hay ninguna misa, por so­ verlo y de pensar en él, orientaremos hacia él
lemne que sea, en la que los sacerdotes no nuestra vida, y lo arriesgaremos y sufriremos
digan el llamado n Memento de los difuntos» todo con tal de aseguramos la felicidad suprema.
y nadie ignora que la Misa es el centro del
Este es uno de los más grandes beneficios
culto y de la Religión. En la Misa es donde que la devoción de los fieles difuntos puede
el corazón de la Iglesia palpita con toda la reportarnos.
vehemencia de su amor materno, llamando
y congregando en torno de Jesucristo vivo a
toda la familia cristiana, desde el Papa a los
Obispos, y desde éstos a la universiilidad de los
fieles, presentes o lejanos, vivos o difuntos.
L o que hacía y recomendaba San Juan
liste Memento del Santo Sacrificio es tan
Bosco.
antiguo como la Iglesia misma, es como la
continuación de aquellos bellos y encanta­
San Juan Bosco era tiernamente devoto de
dores epitafios, de aquellas poéticas invoca­ las almas del Purgatorio, y su corazón ardía
ciones de los primeros fieles que aún leemos en caridad hacia ellas.
en las criptas y sobre los muros de las cata­
Cuando moría alguno en su Oratorio o se
cumbas. Arrullados con tales sufragios y espe­ enteraba de la muerte de algún cooperador o
ranzada en la gloria del cielo, dormíanse dulce­ amigo, ordenaba en seguida oraciones públicas,
mente para la eternidad aquellos buenos cris­ comuniones generales, el rezo del santo Ro­
tianos.
sario, la celebración de un modesto funeral y
Lo que ellos pedían entonces, sirx-iéndose de la aplicación de la misa de comunidad en su­
tan bellísimas expresiones, es lo mismo que fragio de los mismos.
pide la Iglesia o sea, paz, luz, descanso eterno,,
Dejó dispuesto que en todas sus casas se
la bienaventuranza de los Santos, la visión dijeran diariamente oraciones por las almas del
de Dios, la felicidad del cielo.
Purgatorio y especiales un día al mes, el en que
Y lo pide con la más absoluta confianza, sin se hace el Ejercicio de la Buena Muerte. Llegada
que ella ignore los tremendos rigores de la la Conmemoración de todos los fieles difuntos,
justicia dL-ina. Sabe que si ésta es infinita,
veíasele indefectiblemente, la víspera por la

324

El Oratorio festivo de Quito.
tarde, en medio de sus niños rezando en la
iglesia las tres partes del Rosario, que a menudo
guiaba él mismo, y aquella noche les recomen­
daba que al día siguiente, además del oficio
fúnebre, ofreciesen a sus muertos el Acto
heroico de caridad.
Al ocurrir alguna fiesta en la que se podía
lucrar indulgencia plenaria aplicable a las almas
del Purgatorio, jamás dejaba de recordarlo.
A los enfermos y atribulados les exhortaba a
ofrecer a Dios sus penas en sufragio de las
almas benditas, empezando el por ofrecer las
suyas.
Cuando alguien se le acercaba para pedirle
un consejo, sin determinar sobre qué materia,
solía recomendarle que oyera una misa, o
hiciera una comunión, o rezara una parte del
rosario por el alma aquélla del Purgatorio que
necesitaba sólo de alguna de esas buenas obras
para acabar de pagar sus cuentas a la divina
jtisticia y entrar en el cielo.
A esta práctica San Juan Bosco le tenía ver­
dadera predilección y se sabe que la recomendó
muchas veces.
En 8 de enero de 1865 daba a los niños las
• buenas noches ■ . Después de anunciarles d
comienzo de los carnavales (i) y las diversiones
(i) En Italia loa camaralea empiezan inmediaumente
después de la Epifanía.

que les tenía preparadas, continuó diciendo:
« Hay uno entre vosotros que quisiera celebrar
también sus carnavales, y ese tal es el diablo,
pero yo no consentiré nunca que los celebre
a costa vuestra. Por esto deseo que, empe­
zando desde hoy mismo, practiquéis todos los
días una florecita, con el fin de sacar del Pur­
gatorio al alma que, para volar al cielo, nece­
sita sólo de esa determinada obra buena que
vosotros le vais a ofrecer.
Somos más de 500, y si todos practicamos
cada día este pequeño acto de devoción ¡cuán­
tas almas, en dos meses, entrarán en el cielo
por mérito nuestro!, almas que luego, agrade­
cidas, intercederán, a su vez, por nosotros.
Todos, poco o mucho, tendremos que expiar
en el Pui^torio, y es necesario pensarlo con
tiempo. No cabe duda que si rogamos por
las almas benditas, nuestro Purgatorio será más
breve, pues además de que éstas, una vez
salvadas, rogarán a su vez por nosotros, sa­
bemos que el Señor nos aplicará la misma
medida que nosotros hubiéremos aplicado a
nuestro prójimo.
Estas no son cosas que se me hayan ocu­
rrido a mí. (D. Bosco parece indicar que era
la Virgen la que se las había revelado). Os
baste saber que la devoción que os inculco
es muy del agrado de Jesús y María, y que
María la espera de Nosotros.
325

LA ESTATUA DE S. JU AN B O S C O
DESTINADA A LA BASILICA VATICAN A
En nuestro Boletín de mayo hicimos una
información, con varios interesantes pormeno­
res, sobre esta importantísima obra escultórica
ue, una vez terminada, irá a continuar la serie
e efigies de los Santos Fundadores, en el pri­
mer templo de la cristiandad.
Ahora nos comunican de Roma que al estudio
del artista Sr. Canónica ha llegado ya el bloque
cíe Carrara en el que habrá de ser reproducida
la figura de Don Bosco, cuyo modelo en yeso
está terminado.
Este modelo lo conocemos sólo por referen­
cias, habiendo sido imposible obtener del afa­
mado escultor una reproducción fotográfica,
mas, por indiscreciones que estimamos de
buena fuente, podemos adelantar algunos par­
ticulares respecto del mismo.
Pensóse al principio representar sola la
figura del Santo, pero, creyendo sin duda el
artista que, dado el sitio que tiene que ocupar,
será de mucho más efecto un grupo escultórico,
de propia iniciativa, ideó un boceto y lo pre­
sentó a la Comisión, que, satisfecha de la be­
lleza del mismo, le dió su visto bueno.
El grupo modelado consta pues de tres figu­
ras. Ocupa el centro la de Don Bosco, en su
aspecto tradicional. A su derecha, el niño Do­
mingo Savio, flor exquisita de su método edu­
cativo, y en vías él también de subir a los alta­
res; a su izquierda, Ceferino Namuncurá, hijo
del terrible cacique de este nombre, redimido

3

! .2 ^
326

por los Salesianos de la barbarie patagónica y
por ellos incorporado a la ley evangélica. El
Joven Namuncurá murió en Roma, a los i8
años, dejando en pos de sí una dulce y suave
fragancia de virtudes cristianas.
Con estas dos figuras de adolescentes, ex­
traordinariamente representativas y en extremo
simpáticas, quedará plasmada para los siglos
la doble actividad desarrollada por Don Bosco,
en las naciones civiles y en los pueblos de
Misión. La figura del Santo, dicen que tendrá
hasta siete metros de altura.
Ahora bien, todo este grupo ha de salir de
un solo bloque de mármol, que es verdadera­
mente formidable.
Dicho bloque ha sido cortado en los famosos
Alpes Apuanos, inagotables de esa preciosa
piedra escultórica, de ese famoso « marmor lunensis» de los romanos, que se deja trabajar
como la cera, y no tiene rival en el mundo.
Para obtenerlo, ha sido elegida una de las
mejores canteras de Carrara, donde la masa
calcárea es más dulce y compacta, limpia de
venas, y homogénea de densidad y color.
Este bloque marmóreo pesa 67 toneladas,
mide 27 metros cúbicos, y tiene 7 metros de
largo, 2*50 de ancho, y 1*50 de alto.
Hay respecto de este bloque un detalle con­
movedor y particularmente significativo que
debe ser conocido.
Antes de deslizar por la pendiente de la
montaña el enorme paralelepípedo y entregarlo
al trasporte mecánico que lo había de conducir
a Roma, los obreros, que, en su imaginación,
veían ya en aquella piedra regada con sus sudo­
res la figura sonriente del Santo que, como
ningún otro, fué amigo y padre de los obreros,
obedeciendo a un impulso irresistible, se arro­
dillaron en tomo del bloque y descubriendo sus
cabezas curtidas por el sol y las brisas marinas,
musitaron un padrenuestro.
Este gesto espontáneo de los hijos del tra­
bajo, en una región de Italia donde más estra­
gos han hecho las ideas socialistas y colectivis­
tas, y donde todo lo que tenía sal»r a Iglesia
era, pocos años hace, sistemáticamente recha­
zado y anatematizado, revela que el pueblo se
va cansando de frases hechas y teorías falaces,
y que, en esos sencillos cerebros, siempre
abiertos a la verdad, se está realizando una revi­
sión de valores.
¡Que San Juan Bosco, desde la eminente
hornacina de San Pedro, que, esperamos, ocu­
pará antes que termine el año, interceda por
ese querido pueblo y lo lleve al amor y fe
tradicionales, en todos los climas y latitudes
de la tierra!

1

L a l u n a 22.
Dice Lemoyne, biógrafo de nuestro Santo:
a En marzo de 1854, un día de fiesta, termi­
nada la función de vísperas, Don Bosco reunió
a todos los alumnos internos en la retrosacristía, diciéndole que quería referirles un sueño.
Hallábanse presentes Cagliero, Turchi, Anfossi, Reviglio, Buzzetti, de cuyos labios hemos
recogido esta narración. Todos ellos estaban
convencidos de que con la palabra sueño el
amado Padre ocultaba verdaderas manifesta­
ciones que le hacía el cielo.
M e encontraba — díjoles — con vosotros
en el patio, y mi corazón se extremecía de gozo
viéndoos a todos tan vivarachos, contentos y
felices. Quien corría, quien saltaba, quien
gritaba.
D e pronto, observé que de una de las puer­
tas del colegio salía uno de vuestros compa­
ñeros y se ponía a pasear en medio de los
demás. Llevaba en lo alto de la cabeza una
especie de capirote, o cilindro trasparente, todo
iluminado por dentro, en el que se veía pin­
tada una gran luna, y en ella el número 22.
Lleno de extrañeza me voy derecho a él
para decirle que no haga el payaso, mas he
aquí que el patio empieza a ponerse oscuro y,
como obedeciendo a una señal de campana, los
niños lo abandonan y, en un abrir y cerrar de
ojos, colócanse formados todos en fila debajo
de los pórticos. En sus rostros se pintaba el
miedo, y diez o doce de ellos estaban suma­
mente pálidos. Fui observ’ándoles, uno por
uno, y vi que entre ellos estaba el de la luna,
mucho más pálido que los demás; de sus
hombros colgaba un paño fúnebre.
M e dirijo a él para preguntarle qué es lo
que significaban tan extrañas rarezas, cuando
siento que una mano me detiene y un p>ersonaje
desconocido, de grave aspecto y maneras no­
bles, se interpone diciendo: Antes de acercarte
a ese joven, escúchame: — Tiene todavía 22
lunas de tiempo, y antes que terminen, morirá.
X o lo pierdas de vista, prepáralo.
Iba a interrogar al personaje para que me
explicase aquellas palabras y su aparición im ­
provisa, pero se había desvanecido. Aquel niño,
hijos míos, yo sé quién es, le conozco, se halla
en medio de vosotros...
U n vivo terror invadió a todos y c o t io d
buen Padre lo notara: — N o quiero que os
asustéis, exdam ó, repito que conozco al que

llevaba la luna en la cabeza, y que está en medio
de vosotros, pero ya antes os he advertido que
se trata de un sueño, y de los sueños no siempre
debemos hacer caso. Después de exhortarles
brevemente a ser buenos y a abstenerse de
cometer pecados, terminó con estas palabras:
Yo, entretanto, vigilaré al del número 22, al
de las 22 lunas o meses, y espero que tendrá
una buena muerte ».
Abreviaremos lo que luego sucedió, aunque
bien quisiéramos referirlo con todos los pre­
ciosos detalles y circunstancias que el diligente
biógrafo hubo de recoger.
BEspero que hará una buena m u erte»
no creemos que esta seguridad pudiese ve­
nirle a Don Bosco más que del cielo. Pregun­
taba, de cuando en cuando, a sus niños: ¿ Cuán­
tas lunas faltan? — Veinte, dieciocho, quince,
— le respondían ellos, clavando sus ojitos
llenos de ansiedad en los ojos de Don Bosco,
para ver si le robaban el impenetrable y angus­
tioso secreto. Y de este modo, fué pasando el
tiempo y llegó la luna 20, llegó octubre de
1855Cagliero, que llevaba ya la veste talar, hallá­
base entonces encargado de la vigilancia en tres
pequeñas habitaciones contiguas a la vieja casa
Pinardi, donde dormían unos pocos de alumnos.
Contábase entre ellos un tal Gurgo, muchacho
de unos 17 años, de gallardo y robusto aspecto
y pictórico de salud. No era propiamente alum­
no, sino más bien pensionista. Su padre había
rogado a Don Bosco que le diese alojamiento
en el Oratorio para evitarle los peligros de las
casas de huespedes. Era el joven un excelente
músico, tocaba admirablemente el piano y el
órgano, y ganaba muy buenos cuartos dando en
Turín lecciones particulares.
Cagliero, que, como hemos dicho, era el
encargado del dormitorio donde el joven se
hallaba, y, músico también él por tempera­
mento, lo trataba con especial familiaridad,
empezó a extrañar la insistencia con que Don
Bosco le preguntaba por la conducta de sus
asistidos. Llegado octubre, le llamó y le dijo:
— ¿ Dónde duermes tú ? — En la última de las
habitaciones, pero desde allí vigilo perfecta­
mente las otras dos. — ¿ Y no sería mejor que
trasladases tu cama a la del m edio? — ¿Si
Vd. lo desea ? pero le h ^ o presente que allí
hay humedad, que el invierno está encima y
es fá d l que se resienta mi salud.
Obediente no obstante a la indicación de
D on Bosco, trasladó en el acto su cama, pero
a los pocos días volvió a insistir con
Santo
para que le permitiese ocupar el sitio de antes.

d

327

— Continúa tranquilo, le dijo, tu salud no se
resentirá lo más mínimo.
Al cabo de algún tiempo, vuelve Don Bosco
a llamar a Cagliero: — ¿Cuántos estáis en la
habitación donde ahora duermes ? — GurgOy
Garavoglia y yo; o sea tres, y el piano cuatro.
— Bien, bien, perfectamente. Veo que os
habéis juntado los tres músicos, y así Gurgo
os podrá dar lecciones de piano. Procura asis­
tirlo bien a esejoven. No dijo más, pero Cagliero,
vivo e inteligente como era, yante una recomen­
dación tan directa y explícita, entró en sospe­
chas y trató de inquirir Tos motivos, pero el
Santo le atajó diciendo: El por qué lo sabrás a
su debido tiempo.
En esto, iban ya a cumplirse los 22 meses de
la predicción, y en el Oratorio la salud era inme­
jorable, sin que nada pudiese hacer temer ün
luto inmediato. Entre los niños oíanse toda
clase de comentarios; algunos, poco propensos
a admitir las cualidades de profeta que a Don
Bosco se le atribuían, expresaban ya abierta­
mente su escepticismo. Hay que tener en cuenta
que era aquélla la primera muerte por él anun­
ciada; años después, aleccionados por el cum­
plimiento automático y terrible de sus profe­
cías, nadie se hubiese atrevido a poner en duda
la más mínima de sus palabras.
Una de aquellas noches, volvió él a insistir,
precisando todavía más, y asegurando que, antes
de Navidad, comparecería ante Dios el que tenía
que morir. Con renovada insistencia y casi
trepidante, preguntó a Cagliero si Gurgo se
portaba bien, y si, después de las lecciones de
música que daba en la ciudad, volvía en se­
guida a casa. — Optimamente, estoy contento,
exclamó, al oír que el interpelado respondía
en sentido afirmativo.
Mediaba el mes de diciembre, cuando Gurgo
fué repentinamente acometido de un cólico
violentísimo que puso en grave trance su vida,
tanto, que el médico aconsejó le administrasen
los últimos Sacramentos. La enfermedad, sin
embargo, después de ocho días de alarma, muy
penosos por cierto, hizo crisis favorable, y el
joven pudo dejar el lecho en franca convalecenciaDon Bosc» había hecho llamar a su padre;
la novena de Navidad proseguía solemnemente,
y todo el mundo en casa mostrábase contentí­
simo, en especial el enfermo, que, creyéndose
completamente curado, obtuvo permiso para
ir a pasar en el pueblo las fiestas de Pascua. Don
Bosco era el único que aún mostraba preocu­
pación y tristeza, como si aquel mejoramiento
fuese para él un juego trágico. Habló con el

padre del muchacho y se determinó que harían
el viaje el lunes 24, víspera de Navidad.
Loco de alegría, el buen hombre fué el día
anterior a asegurar dos puestos en la diligencia
que hacía el sei^dcio Turín-Novara-Pettinengo,
pueblo éste de su residencia, y habiendo el
convaleciente mostrado vivos deseos de comer
carne, cosa que el médico tenía absolutamente
prohibida, él, por complacerle, y deseoso ade­
más de fortalecerle para el viaje, se la compró y,
bien o mal, la puso a cocer en una maquinita
de café.
El efecto fué fulminante. Apenas cerrada la
noche, irrumpió de nuevo el cólico con una
violencia atroz, y con dolores de vientre des­
garradores.
Se corrió, se invocó a la Santísima Virgen;
todo inútil. Antes de que amaneciera el día 24,
Gurgo expiraba, en un momento en que todos
menos Cagliero habíanse retirado a descansar,
por creerse que el ataque había remitido. Antes
de morir, no obstante, pudo ser asistido por el
sacerdote Don Alasonatti, que dormía en una
habitación inmediata, y acudió al oír las pri­
meras alarmas.
El amanecer de aquel triste día fué de una
desolación inmensa. A Don Bosco se le vió,
muy tempranito, bajar las escaleras para decir
la santa misa, llevando una gran impresión de
dolor pintada en el rostro.
La profecía del sueño había sido inexorable.
El joven de las 22 lunas moría, pocos días
antes de que éstas se cumpliesen, y, para que
no faltase tampoco la segunda predicción del
Santo, el luto cayó sobre el Oratorio la víspera
misma de Navidad.
Interrogado, después de comer, por algunos
niños y clérigos que silenciosos corrieron a
rodearle, afirmó Don Bosco que era efectiva­
mente Gurgo el que él había visto con el fatídi­
co cilindro luminoso en la cabeza, y observando
que estaba allí Cagliero, le hizo esta dulce re­
convención: Otra vez no harás tantos reparos
a lo que dice Don Bosco... }Ah! si Gurgo vi­
viera, podría decir todos los cuidados que pru­
dentemente yo le prodigué, para disponerlo al
paso supremo.
Aquella noche — refiere Pedro Enríe —
subió el buen Padre al ambón, donde solía dar
las t buenas noches «, volvió con triste ansiedad
los ojos en tomo suyo, como echando de menos
a alguno, y exclamó: ¡Es el primer niño que
muere en el Oratorio! Hizo las cosas bien, y es
de esperar que está en el cielo. Procurad vos­
otros estar siempre preparados... y no pudo
continuar; la voz se le anudó en la garganta...
¡La muerte le había arrebatado un hijo!
329

El joven salesiano reveló en seguida dotes
excepcionales; se le envió a Bélgica a estudiar
Filosofía, y después de ejercer el magisterio
en diversos colegios de España, fué a Turín,
para cursar la Ciencia Sagrada en el Insti­
tuto Internacional Salesiano de Foglizzo.
Regresado a España, ordenóse de sacerdote
en Santander el 21 de diciembre de 1912
ejerciendo en el colegio de la misma ciudad el
cargo de consejero de Estudios. Desde 1918
a 1921 desempeñó el cargo de Director, y desde
1922 a 1933 el de Inspector o Provincial, en
La Coruña y Carabanchel, donde fundó un
magnífico colegio de Bachillerato. Luego la
Santa Sede nombróle Visitador apostólico de
las provincias eclesiásticas de Sevilla, Valencia
y Granada.

Ei Rvdo
Sr. Don Marcelino
Olaechea y Loizaga

ha sido nombrado benignamente por ei
Sanio Padre Obispo de Pamplona.
hnfireso ya el Boletín de octubre^ {no olviden
nuestros lectores y corresponsales que exigencias
del envió v reparto nos obligan a entregarlo a las
cajas con 40 dias de anticipación) recibíamos con
extraordinario júbilo esta ya esperada noticia.
*





Don Marcelino Olaechea y Loizaga nació
en Banicaldo (Vizcaya) el día g de enero de
1889. Su familia era humildísima; su padre,
mecánico de los Altos Hornos.
Su vida infantil, salpicada de episodios con­
movedores, se encarriló desde un principio
hacia el sacerdocio. Terminada su instrucción
primaria, y parte de la secundaria, ingresó en
nuestro noviciado de Carabanchel Alto el 19
de octubre de 1904, y profesó cuando apenas
tenía diez y seis años.
330

Ai terminar esta delicada misión, se le con­
cedió un descanso, encargándosele la dirección
del Colegio de la Ronda de Atocha, de Madrid.
En el desempeño de la misma acaba de recibir
el nombramiento de Obispo de la diócesis de
Pamplona.


*



El padre Olaechea, al llegar a las más alta
jerarquía de! sacerdocio, cuenta sólo cuarenta
y seis años, y en él se dan dos felices coinci­
dencias; «es el primer Salesiano español que
ha sido nombrado Obispo y el primer Obispo
Salesiano que ocupa una Sede española ».
Hombre de dotes de gobierno inapreciables,
de exquisita prudencia, gran literato y orador,
filósofo y pensador profundo, es, ante todo, un
trabajador infatigable y un sacerdote lleno de
caridad y amor a los pobres, como cumple a un
buen hijo de San Juan Bosco. En Madrid ha
creado una cantina para los niños que sufren
escasez en sus casas. Y como, a pesar de los
mil niños que acuden diariamente a las Escue­
las de la Ronda de Atocha, se quedaban muchos
sin poder asistir a clase, fundó Escuelas gra­
tuitas en las que se dan clases, por la tarde, a
más de 500 muchachos.
Dígnese el Señor ilustrar con los más pre­
ciosos frutos de un espléndido celo pastoral los
días de su pontificado, que le auguramos muy
largos y felices.

Don Bosco predice la curación del niño Cagliero. gravem :nte enferm o y su m issión futura.
(Com posición cinematográfica).

Gacetillas salesianas

i

U n regalo ed ito rial. L a V ida del Car>
denal C ag liero . — ¿Qué figura de salesiano
podrá compararse jamás con la de este nuestro
primer obispo y primer cardenal ?
Sólo Don Rúa, entre los de la primera hora,
tiene talla bastante para medirse con él. Am­
bos serán siempre conceptuados como los dis­
cípulos predilectos y más insignes de San
Juan Bosco, como los príncipes indiscutibles
de la Institución Saiesiana, como los artífices
de brazos robustos y diligentes que más efi­
cazmente ayudaron a nuestro Fundador a
afirmar sólidamente las raíces de su obra, y a
propagar sus semillas de bendición por el
mundo.
Rúa es una figura aureolada de santidad y
respeto; un general de estado mayor que, desde
sus tiendas humildes, supo entmadrar en ima
disciplina magnífica a soldados ardientes pero
bisoños, infundiéndoles, hasta la exaltación, el
espíritu del Fundador que él rec»giera íntegra­
mente. Cagliero era vivo e inquieto como una
llama; era dinámico, batallador y andando

somo San Pablo. De su Padre Don Bosco tomó
con preferencia la agilidad intrépida, el en­
cantador optimismo, las santas impaciencias
misioneras.
Cuando, en iqzó, la muerte se abatió sobre
ia sagrada púrpura de este gran Salesiano,
surgió, como era natural, un general anhelo
de que algún biógrafo competente recogiese en
seguida los hechos de su vida, extraordinaria­
mente larga y copiosa de brillantes ejemplos.
Y el biógr^o acaba de hacer ahora su apa­
rición, trayendo en la mano su precioso fruto,
que, el zg del pasado junio, vino a ofrecer
a nuestro amado Rector Mayor, en ia solemne
celebración de su onomástico. Consta la obra
de dos volúmenes cumplidos, lleva por título
€ El Cardenal Juan Cagliero» y basta decir que
su autor es le P. Juan Cassano para que los
amantes de la buena prosa se sientan impa­
cientes de adquirirla y leerla.
Cassano sigue paso a paso las rutas del gran
Conquistador espiritual de la Patagonia, y, con
los incontables recursos de su narración limpia
331

y elegante, dibuja admirablemente su figura
prócer, ilumina su temperamento de apóstol,
destaca sus heroicos ejemplos.
No es posible leer las páginas de este libro
sin sentirse uno caldeado por las altas tempera­
turas de esa primera edad salesiana que, en
torno de San Juan Bosco, entregábase a las
más nobles exaltaciones ideales y a los más
bellos y generosos impulsos.
M ás condecoraciones. — Por no herir
sentimientos de modestia, transcribiremos, sin
ilustraciones ni comentarios, dos gratísimas
noticias que acabamos de recibir, ambas de
1 lispanoamérica.
Nos escriben del Ecuador: El Exemo Sr.

Presidente de la República, Don José María
Velasco Ibarra, ha concedido a nuestro amadí­
simo Sr. Obispo, Don Domingo Comín, Vi­
cario Apostólico de Méndez y Gualaquiza, la
Cruz de Gran Oficial, que es la más alta dis­
tinción que suelen otorgar los Gobiernos del
Ecuador.
La solemne imposición tuvo lugar el 7 del
pasado julio, en el palacio municipal de Cuenca,
por mano del Gobernador de dicha ciudad,
quien había convocado a todo el Concejo en
pleno, e invitado a distinguidas personalidades
locales. A continuación del Sr. Obispo, Padre
y Apóstol de los Jíbaros, fueron agraciados
con la medalla de oro « al mérito » y el título
de « Comendador n, nuestros tan conocidos y
celosos misioneros, PP. Albino del Curto y
Carlos Crespi, de cuyo celo y proficuo aposto­
lado, lo mismo que del de todos los misioneros
salesianos del Vicariato, hizo grandes y fervo­
rosos elogios la primera autoridad civil de
Cuenca.
Es la primera vez que el Gobierno de aquella
República confiere tan altas distinciones a
representantes del clero.
Otra noticia parecida hemos recibido tam­
bién de Venezuela, cuyo Gobierno nacional se
ha dignado premiar los méritos del P. Rodolfo
Fierro, residente en Caracas, concediéndole la
Medalla, de Instrucción pública.
En nuestro mismo Colegio de la capital ve­
nezolana, y en ocasión de celebrarse la solemne
Distribución de premios de fin de curso y
apertura de la Exposición de trabajos de las
Escuelas de artes y oficios, el Sr. Dr. J. A.
Villavicencio, en representación del Gobierno
de la nación, impuso sobre el pecho del bene­
mérito hijo de Don Bosco la preciada conde­
coración.
El P. Fierro es de sobras conocido en España
y América para que hablemos de su labor peda­
gógica y literaria.

SRES COOPERADORES

consultad el

Propagad la O bra
de! Sagrado Corazón, - Véase la cubierta
de nuestro “ Boletín ”
Tesoro Espiritual,

Pía

is

ri II

u\míimK(í^mi^^

s f r¿/

Arriba:

rm

P ereceóos ingleses en la Casa Madre.
Sres O bispos de Lecds. Bem tw ood y AuaiUar de W estm inster.

333

p

las o b ra s de la B a s ílic a
a lta r de San Ju a n B osco
£1 ejem plo de Bolonia.

Bolonia tuvo un gran arzobispo, el Emmo
Cardenal Svampa; gran arzobispo y gran
amigo de Don Bosco.
Entre las muchas y grandes obras debidas a
su celo pastoral, ninguna fué acaso más vistosa
y aplaudida que el templo votivo diocesano al
Sgdo Corazón, que él elevó expresamente
junto a nuestro Colegio, con ánimo de entre­
garlo a los Salcsianos.
Bendijo su primera piedra en junio de 1901,
pero murió sin verlo terminado. Otro arzo­
bispo, igualmente grande y celoso, que debía
ocupar más tarde la cátedra de San Pedro
con el nombre de Benedicto XV, lo inauguró,
once años después, y, elevándolo al rango de
templo parroquial, estimó procedente entre­
gárselo al clero secular.
Templo y Colegio formaban un conjunto
arquitectónico homogéneo, de lo más bonito
y majestuoso que hayamos visto, un conjunto
monumental de líneas románicas delicadísimas,
todo esbeltez y armonía. Reputábase el so­
berbio templo como la obra maestra del viejo
arquitecto Collamarini. célebre entre sus con­

334

temporáneos, e insuperable por la belleza de
sus ornamentaciones. La aristocrática ciudad
que, en primores de este género, no tiene nada
que envidiar a nadie, lo miraba con orgullo
y sin igual cariño, como su Montraartre.
Al morir su primer párroco en 1929, el
templo fué ofrecido a la Sociedad Salesiana,
tal como lo había querido su fundador, mas sólo
con carácter provisional, y, como si el infierno
se hubiese propuesto evitar que tan peregrina
joya pasara a manos de los pobres hijos de
Don Bosco, en noviembre de aquel mismo año,
el día 21, a las tres de la tarde, en medio de un
estrépito formidable, vínose abajo la maravi­
llosa cúpula, quedando convertida en una
vorágine de ruinas y dejando tan maltrecha
y comprometida la parte restante de la fábrica,
que no se creía posible poder salvar ni los
muros.
Por un milagro de Dios, no hubo víctimas,
pero la ciudad entera sintióse' oprimida por
la catástrofe, y más que oprimida, desalentada.
Había que volver a edificar ex novo. Habíase
repetido el caso de la famosa estatua de Nabucodonosor con la cabeza de oro y los pies de
barro. Faltos los cimientos de la solidez nece-

S. A. R. «i Príncipe de Piam onle tom a pan e personalm ente en las Gestas de Bolonia.

sana, habían cedido. Só!o una cosa podía de­
cirse sólida en el recinto martirizado del templo,
los restos mortales del gran amigo de Don
Bosco, del ilustre Cardenal Svampa, que, in­
tactos, reposaban y aún reposan allí en su
cripta. El corazón ardiente de aquel apóstol que,
en vida, no había sabido lo que son dificulta­
des, desde su panteón marmóreo, infundió
alientos a los Salesianos, que, al recibir en
firme la propiedad de aquellas ruinas, gracias
a la propia persuasiva elocuencia de las mis­
mas, recibían a la vez el gravísimo y agobíador
encargo de restaurarlas.
Se buscó al hombre, el P. Antonio Gavinelli, entusiasta y dinámico; se plantó bien
alta la bandera del ideal animador, San Juan
Bosco, que, si aún no era santo, nadie dudaba
que muy pronto lo sería, y surgió el milagro
de generosa magnanimidad que hoy nos asom­
bra.
Bolonia, qúe en un arranque grandioso
había elevado su magnífico templo y contempla­
do satisfecha como el sol doraba con su luz
mimosa los inos encajes de sus ladrillos, en
otro arranque todavía más grandioso, ha
vuelto a levantarlo de las ruinas, y sólo en tres
años. No le asustó la magnitud de la obra.
Hubo que ensanchar y afirmar los cimientos
en un perímetro de más de 150 metros, sin
comprometer lo más mínimo e! equilibrio de
las cargas que soportaban; hubo que sustituir
pilares enormes, estabilizar muros medio des­
plomados, volver a colocar sobre su antigua
base la grande y magnífica cúpula hecha polvo;
restaurar tallas y arquerías; modificar la cripta,
hacer nuevo coro, costear vidrieras artísticas,
Organo moderno, concierto de campanas...
Todo esto lo ha hecho Bolonia, repetimos, en
el breve espacio de tres años, habiendo querido
coronar la total reconstrucción con unas fiestas
apoteósicas en honor de San Juan Bosco, e!
cual, en tanto que progresaban las obras, hacía
llover gracias y prodigios sobre sus coopera­
dores. A estas fiestas, jamás superadas en
Bolonia por otra alguna, asistieron más de den
mil personas.

Abora bien, si una sola dudad o una sola
provincia ha podido demostrar este maravi-

Üoa de las avenidas de la ciudad
artísticam ente ilum inada, con m otivo de las fiestas
lioso empuje de fervoroso entusiasmo, dando
cima, en tan breve tiempo, a una empresa de
muchos millones, puesto que sólo el costo del
maderaje necesario para puntales y andamios
ha rebasado el millón de liras, {(¡ué es lo que
no podrá esperar la Casa-Madre, de sus nume­
rosos amigos y bienhechores, empeñada en
agrandar su Basílica de María Auxiliadora
y elevar a San Juan Bosco un altar digno
de él ?
Porque no es ya sólo una ciudad y una
provincia la que tiene interés en que se termi­
nen rápidamente estas obras y ha contraído
deudas de gratitud respecto de la bella Titular
de la Basílica y del Santo que en ella ve glori­
ficados sus restos, es el mundo entero.
Nedia confíe, sin embargo, en el óbolo que
puedan aportar los demás; vea, cada cual, lo
que pueífc hacer él personalmente, y hágalo,
sin perdida de tiempo, pensando que si María
Auxiliadora y San Juan Bosco se muestran tan
sensibles con lo que e hace, en cualquier parte,
por amor suyo, es natural que hayan de serlo
inmensamente más tratándose del centro, del
corazón misnao donde nacieron y donde ra­
dican su culto y sus obras.

BOLETIN SALESIANO
publicará con gusto

todas

las

gradas

y datos necrológicos que

se le

envíen directamente y no hayan tenido ya pid>liddad en otras Revistas.

335

EL HERMOSO SANTUARIO
DEL SAGRADO CORAZON
DE JESUS DE BOLONIA

E l m ajestuoso coñ>
junto de su m ole
Yantada de las rui-

de las obras de re-

i^ i

LA OBRA DE DON BOSCO EN
ESPAÑA Y AMÉRICA
Relaciones enviadas al Rector Mayor.

E SPA Ñ A - G ranada — Fiesta de M arta
Auxiliadora.
Un grupo de antiguos alumnos, residentes
en Granada por razón de estudios o aten­
diendo a sus negocios, quisieron celebrar
la ñesta de María Auxiliadora con la mayor
solemnidad.
Durante el pasado curso se habían ido
reuniendo en asociación, llegando a ser más
de sesenta. Su mérito sube de quilates si se
tiene en cuenta que en Granada no hay salesianos. Sólo les mantiene unidos un nombre
y un recuerdo: el nombre de María Auxiliadora
y el recuerdo de Don Bosco.
Ante sus reiteradas instancias pidiendo un
sacerdote salesiano, el P. Francisco Hoz Cavielles llegó a la hermosa ciudad, para, en nom­
bre del Rmo. Sr. Inspector, presidir las fiestas
y llevar la palabra salesiana a aquellos inolvi­
dables antiguos alumnos que tanto la ansiaban.
En la estación le esperaba nutrida comisión
que le recibió afectuosísimamente, como en­
viado de Don Bosco y de los Superiores.
El día 26 de mayo, a las diez, se celebró en
la hermosa Colegiata solemnísima misa, con
panegírico a cargo del mencionado sacerdote.
Todos los exalumnos se acercaron a! Sagrado
Banquete, recordando con emoción sus co­
muniones del colegio. Numerosas personas,
devotas de María Auxiliadora y amigas de
la Obra Salesiana, quisieron acompañarles.
La iglesia estaba totalmente llena de público.
El altar, presidido por la dulce imagen de la
N’irgen Salesiana y por el cuadro de S. Juan
Bosco, presentaba deslumbrador as}>ecto. Ha­
bía sido exornado (>or los antiguos alumnos,
que a nadie quisieron ceder el honor.
Terminada la santa Misa, reuniéronse en
tratemal desayuno, y don Francisco Hoz tras­
mitió el saludo paternal del Sr. Inspector
y el de los Salesianos y compañeros de Sevilla.
El activo Joven Antonio Jurado Arroyo, alma
de lodo, junto con don Salvador Jiménez,
lanzó planes, acogidos con cariño y entusiasmo
por los presentes; todos ellos giraban en torno
al deseo vehemente y universal de ver muy
pronto a los salesianos en Granada.
Se charló, se recordó, se sacaron grupos
totogrificos... y con los nombres benditos de
María Auxiliadora y de Don Bosco, ■ Hasta el
?38

año próximo — se decían — , en que haremos
una fiesta por todo lo grande, con función
de teatro, velada, y procesión con la Virgen,
si nos dejan».
Bendiga el Señor los esfuerzos de tan buenos
antiguos alumnos y los trabajos de organi­
zación, que han continuado con más inten­
sidad durante el presente verano.
E SPA Ñ A - Sevilla — Jornada de A cción
C atólica en las Escuelas de la Sm a
Trinidad.
Obedientes a la voz del Rmo. Rector Mayor,
que invitó a los Salesianos de todo el mundo
a intensificar los trabajos en pro de la Acción
Católica juvenil, los de Sevilla no quisieron
desperdirse de sus alumnos, al marchar éstos
a vacaciones, sin hacer algo referente a tan
excelente idea.
Por este año, se han limitado a una Jornada,
en preparación a la labor que esperan desa­
rrollar en años sucesivos, con el favor divino.
Se ha echado la piedra fundamental, y con
firmeza.
Previa una intensa preparación en conferen­
cias, círculos, « buenas noches », con folletos
y propaganda de prensa, el día 28 de junio,
terminados los exámenes escolares, se dedicó
todo él a las faenas de la Jomada.
A las diez de la mañana, reunidos los Jornadistas en la Iglesia, cantóse el • Veni-Creator»
dióse lectura a los fragmentos de la carta en
que Don Pedro Ricaldone invita a la Acción
Católica, y al fin se interpretó magistralmente
por un coro de trescientas voces el Himno
Oficial de las Juventudes Católicas Españolas.
En seguida los alumnos se retiraron a sus
respectivos locales para estudiar y discutir
las diversas Ponencias de la Jomada. Estas
fueron tres: i® (Grupo de Extemos) • La
Tradición Salesiana y la Acción Católica >,
a cargo del alumno AÍaximino Gómez Mesa.
2® - (Grupo de Internos Estudiantes) c La
Acción Católica en e! recinto del C o l^ o >,
desarrollada por el alumno Carlos Villa M o­
lina; 3® - c El Alumno y Exalurano Salesianos
en la Acción Católica » (Grupo de Artesanos)
por el alumno encuadernador Rufino Vera
Castellanos.
En todas las Ponencias notóse enorme

entusiasmo, y se tomaron conclusiones que,
al convertiise en realidad, serán un gran
factor en la eficacia del sistema salesiano.
A las cuatro de la tarde, celebróse la So­
lemne Sesión de Clausura en el magnífico
Salón de Actos, adornado con las banderas
de las diversas compañías religiosas que
actúan en la Casa. Sentáronse en la presi­
dencia el Muy Rdo Sr. Inspector, don Se­
bastián M. Pastor, que había apoyado con el
mayor entusiasmo los trabajos, y alentado
continuamente al mayor éxito; el Rdo. Sr.
Director de la Casa, Don Manuel Fernández
Moreno; el digno Presidente de la Acción
Católica Sevillana, don Antonio Ollero; el de
*la Juventud Diocesana, Don José A. Sánchez
Blanco y otras distinguidas pereonalidades.
Cumplióse el Programa al pie de la letra:
Himno de las Juventudes Católicas; Palabras
de introducción por el alumno José Santos
Alvarez; Lectura y aprobación de las Conclu­
siones; magnífico discurso del Sr. Sánchez
Blanco, que historió el nacimiento y vida
de las Juventudes Católicas en la Diócesis,
y alentó a los presentes a enrolarse bajo sus
banderas; artística presentación del cuadrito
ocasional * Al Oratorio de Don Bosco«, y
finalmente, la Clausura de la Jornada que
hizo breve y jugosamente el mencionado
Sr. Presidente de la Acción Católica.
Al día siguente, en la Misa que celebró el
Muy Rdo. Sr. Inspector, todos los alumnos
se acercaron fervorosamente a la Sta. Mesa,
por última vez en el curso, y todos pidieron
al que es Pan de Fortaleza cumplir las con­
clusiones tomadas y llevar a sus parroquias
vigor y vida de Acción Católica.

E l C e r t a m e n C a t e q u ís t ic o I n s p e c t o r ia l .
Uno de los números, y el más lucido por
cierto, del Homenaje Anual que la Inspec­
toría Bética dedica a su amado y dignísimo
Sr. Inspector, lo ha constituido este año un
Certamen Catequístico Inspectorial, en la
niañana del 22 de junio.
Cada C o l^ o de la Inspectoría envió alum­
nos, seleccionados cuidadosamente en pre­
vios Certámenes locales. Todas las Casas
rivalizaron en la preparación.
El Acto revistió los caracteres de lo grande.
Empezó a las diez de la mañana. Presidían
con el Muy Rdo. Sr. Inspector todos los
Directores de la Inspectoría. Tras reñida
porfía, iban eliminándose los más débiles.
La magnífica resistencia que oponían hizo que
la sesión se prolongara hasta la una de la tarde,

Sevilla. - Los alum nos vencedores en el Cerlam en.
hora en que fué imposible mover de sus po­
siciones a los diez alumnos siguientes:
Rufino Vera Castellanos, de Sevilla (Sma.
Trinidad);
Luis Falla Martínez, de Sevilla (S. Benito
de Calatrava);
Manuel Morilla Cabrera y Ernesto Núñez
Salguero, de Morón de la Frontera;
Juan Moreno Jiménez, Lorenzo Sánchez Alba
y José Fortes Fernández, de Málaga;
Rafael Serrano Muñoz, de Córdoba.
Antonio Trigo Garda y Manuel Olías Nieto,
de Alcalá de Guadaira.
Todos ellos fueron proclamados vencedores
en la solemne Velada de la tarde, al par que
recibieron de manos del Sr. Inspector el mere­
cido premio.
En los indispensables descansos, el Grupo
Artístico de Internos Estudiantes representó
con mucho acierto el notable cuadro de oca­
sión « Debate Parlamentario », logrando merecidísímas y repetidas ovaciones.
A R G EN TIN A — Nueva fundación salesiana en Paraná.

Otra provincia Argentina acaba de abrir
sus puertas a la obra bienhechora de los hijos
de Don Boaoo.
Es Entre Ríos, situada en la Mesopotamia

Argentina, que vió en sueños nuestro Santo
está la Parroquia de San Miguel, los Hermanos
Padre Don Bosco.
de San Juan B. La Salle, y Hermanas Esclavas
Dos distinguidas y generosas damas de la del Corazón de Jesús.
ciudad de Paraná, capital de la Provincia, han
El Sr. Gobernador Dr. Luis Etchevehere
contribuido eficazmente a esta Primera Fun­ a quien fueron a visitar, se regocijó con su
dación: la Sra. Lucía Funes de Carbó, donante llegada, mostrando sumo interés por que tam­
del hermoso edificio destinado al Colegio de bién aceptasen un reformatorio de menores que
Artes y Oficios « Dr. Enrique C arbó», y la sostiene el gobierno, a pocas leguas de la Ciudad.
Sra. Micaela Palma de Comaleras que aportó
Las mismas atenciones mostraron el Sr. In­
a la obra terrenos de su propiedad.
tendente Ing. Francisco Bertozzi y el Director
Entre Ríos es rica y pintoresca por sus verdes General de Escuelas Prof. Eduardo Ortiz.
cuchillas que se extienden a lo largo, una tras
Unas semanas más tarde, el 9 de Abril, se
otra, por sus bosques de palmeras y por las reforzó la primera expedición con una se­
altas barrancas que se yerguen sobre el cau­ gunda, compuesta por el R. P. Silvio Massucci
daloso Paraná.
y el clérigo Zséliga.
Era antiguo anhelo del Pueblo Entrerriano
El 14 de abril pudo abrirse al público el
que los hijos de Don Bosco llegasen a su Pro­ salón destinado a Capilla, habiendo prestado
vincia, y María Auxiliadora al fin escuchó sus el Seminario todo lo necesario para el culto.
votos.
■ Hasta dicha fecha el Colegio había estado ocu­
El 19 de Marzo, fiesta de San José, llegaron pado por la Exposición del Litoral Argentino.
a Paraná para tomar posesión de la nueva fun­
Y con-la inauguración del Oratorio Festivo
dación los dos primeros salesianos: su director y la Fiesta de María Auxiliadora dieron co­
el R. P. Luis Ramasso y el Sacerdote P. José mienzo las actividades salesianas.
María Brasesco.
La inauguración del Oratorio tuvo lugar el
Acudieron gentilmente a recibirlos en el
I® de mayo, con resultados consoladores.
puerto S. E. R., Mons. Nicolás De Cario, vi­
A la Santa Misa, que celebró Mons. De
cario general, y los dignísimos eclesiásticos
Cario, asistieron los padrinos y madrinas de
Dres Finochi, Sartori y Alumni; autoridades los juegos, numerosos fieles y cerca de cuatro­
de la Acción Católica, Sres Juan Cinara, Angel cientos niños Oratorianos.
Gómez del Río, el prof. Octaviano Imas Vice
Terminada la función religiosa, Monseñor
Rector del Colegio Nacional y el Sr. Crespo bendijo los juegos del nuevo Oratorio n Don
Zaballa.
Bosco o y pronunció un elocuente discurso
De allí los acompañaron al Seminario, donde sobre la Obra Salesiana.
debían pasar los primeros días y donde reci­
Habló también el R. P. Director, agrade­
bieron toda clase de atenciones.
ciendo al Sr. Obispo y a las cooperadoras allí
Iguales muestras de cariño les prodigaron presentes su valiosa cooperación y el cariño
los Sacerdotes de la Curia Eclesiástica, los que habían prodigado a la nueva fundación.
R.R. P.P. del Corazón de María a cuyo cargo
Por la tarde se dió la Primera Bendición con

Paraná. - El nue\-o Colegio " Dr. Enrique Carb6
340

S. D. M. y los ñiños, cantaron ya el Tantum
ergo, el « Corazón Santo » y « Ave María ».
La fiesta de María Auxiliadora se celebró
el domingo 26 de mayo.
El R. P. Director predicó la novena, y el
día de la fiesta fué un día de gloria. S. E. R.
Mons. Nicolás De Cario bendijo las estatuas
de María Auxiliadora y de Don Bosco, dona­
ción de generosas personas, tuvo palabras
elocuentes sobre estas dos devociones, y en­
fervorizó a un grupito de niños que iban a
hacer su primera Comunión.
Por la tarde se efectuó la primera Procesión
con la imagen de la Virgen.
Ofició como celebrante el Rector del Semi­
nario D r José Zaninetti y le acompañaron

Paraná. - La prim era capillita.

Paraná. • Palio de iuegoa.
varios canónigos, Padres del Corazón de María
y Hermanos de la Salle.
Asistió con roquete una sección de Semi­
naristas. Nadie se imaginaba que en tan poco
tiempo se hubiese podido preparar un triunfo
tan grande, máxime estando el nuevo Colegio
apartado de la Ciudad.
Se ve que « María Auxiliadora quiere obrar
prodigios en Paraná.
COLOM BIA - Bucaramanga. —
en honor de San Juan Bosco.

Fiesta

De una caria del Decurión Salesiano A . Do­
mínguez S., fechada el g de marzo, extracta­
mos lo siguiente:
Teneo la satisfacción de informar a su Re­
verencia, amado P. Ricaldone, que en esta ciu­

dad hemos celebrado la primera fiesta en
honor de nuestro gran Santo, Don Bosco. Una
fiesta sencilla, porque nuestras pobres, fuerzas
no nos permitían otra cosa, pero a la cual con­
currió numeroso público, especialmente a laSanta Misa diaconada, que se celebró en la
nueva Capilla de María Sma. Auxiliadora, en
el populoso barrio de Girardot, de esta ciudad.
Oficiaron la Misa los distinguidos sacerdotes
Luis Antonio Díaz, Sorzano y Santamaría.
Alma de esta fiesta fueron la señorita Sofía
Camacho, Cooperadora Salesiana, y don Al­
fonso Navarro Salázar, gran amigo y admi­
rador de nuestra Obra.
Tuvo lugar el 31 de enero último, y para
el próximo año, Dios mediante, esperamos
volver a repetirla con mucho más esplendor,
teniendo en cuenta el progresivo y consolador
-

341

desarrollo de la devoción a San Juan Bosco,
que aquí se observa, y en todos los pueblos
de estos alrededores.
ECUADOR - Cuenca. — El Exemo Sr.
Presidente de la República visita nues­
tra casa.

La noticia fué una sorpresa, que por el mo­
mento nos desconcertó, cundiendo como un rayo
por toda la casa. El Sr. Presidente llegó cerca
de las once de la mañana del día 14 de Marzo,
sin previo aviso. El recibimiento que se le
hizo fué tanto más cordial y sincero cuanto
era menos preparado. Los estudiantes salesianos
de filosofía saludaron a su Excelencia con vi­
vísimos aplausos y calurosas aclamaciones, y el
Primer Magistrado de la nación, Don José M.
Velasco Ibarra, sorprendido por aquel ines­
perado y encendido entusiasmo de nuestros
jóvenes, les dirigió breves y vibrantes pala­
bras de afecto, mostrándose altamente com­
placido. Excelencia, — díjole el Señor D i­
rector — vuestra inesperada llegada nos ha
privado del placer de vestir la casa de fiesta.
No importa — contestó el Sr. Presidente
— vuestra bella espontaneidad me gusta
más que todas las fiestas.
En seguida pasó a visitar el grandioso edi­
ficio que para Artes y Oficios se está erigien­
do, gracias a la generosidad de un insigne
bienhechor cuencano, quedando gratamente
impresionado y prodigando sinceros elogios a
la obra salesíana y a nuestro Santo Fundador,
que hizo brotar de su gran corazón tan ad­
mirables instituciones. Luego tuvo la amabi­
lidad de dejarse retratar, formando grupo con
Superiores y alumnos.
La despedida fué cordialísima. El Sr. Pre­
sidente quiso sorprender a los hijos de Don
Bosco en medio de sus faenas ordinarias, y su
impresión — según hubo de manifestar él
mismo — no pudo ser más satisfactoria.
FILIPINAS - Manila. —

Celebrando la

Canonización de San Juan Bosco.

« La Defensa # órgano de la Acción Católica
filipina, al re»ñar las solemnes fiestas celebra­
das en Manila, el primero de febrero, en ho­
nor de nuestro Santo, dice:
San Juan Bosco tuvo, como una de sus prin­
cipales virtudes, la de ser constante y firme
defensor del Papa.
Tal fué el pensamiento capital expresado
por el Exemo. Mons. Guillermo Piani, De­
legado Apostólico de S. S., en la breve alocu342

E1 Delegado Apostálico de F ilipinas
Exemo y Rvm o Sr. D on G uillerm o Piani.
ción que pronunció en la solemnísima Misa
Pontifical celebrada el domingo pasado, en la
Iglesia de S. Vincente de Paúl, por el Exemo.
Sr. Arzobispo de Manila, Mons. M . J. O ’Doherty, como último día del Triduo dedicado a
San Juan Bosco, con motivo de su canonización.
Se hallaban presentes: el Exemo. Sr. A r­
zobispo de Cebú, los Exemos. Obispos de Lipa,
Vigan, Jaro, Calbáyog, Naga y Bacolod, el
Rvdmo. Abad Mitrado de Benedictinos, y los
Superiores de casi todas las Congregaciones
Religiosas, además de otros distinguidos sa­
cerdotes del Clero Secular y Regular. Del ele­
mento seglar, había muchas y distinguidas fa­
milias de los varios distritos de la ciudad.
S. E. el Sr. Delegado .Apostólico, al comenzar
su alocución, recordó la extraordinaria magni­
ficencia de que se revistió la canonización de
San Juan Bosco en la catedral vaticana, el día
1°. de Abril de 1934, y dijo que en cierta ma­
nera, aquella magnificencia caracterizaba tam­
bién la función que entonces se celebraba, pues
lo mismo que el Pontífice, allí estaba el E x­
emo. Sr. -Arzobispo de Manila para ofrecer
el Sto. Sacrificio de la Misa en honra y gloria
de San Juan Bosco; allí estaban los fieles de
sus respectivas diócesis; allí las Congregacio­
nes Religiosas y los ilustres miembros del

Clero Secular; y allí en fin los fieles devotos del
Santo, de manera que así como en Roma es­
tuvo representada toda la Cristiandad en el
día de la Canonización del Santo, así tam­
bién, en el hermoso templo de los PP. Paúles,
se hallaba entonces representada toda Fili­
pinas. Luego expuso la principal virtud de
S. Juan Bosco como defensor incansable del
Papa, citando hechos de su vida que así lo
demostraban, y, finalmente, imploró las ben­
diciones del Señor, por intercesión del Santo.
En la función de la tarde, pronunció el pa­
negírico el elocuente P. José Fernández, C.
M-, con esa belleza de estilo y de lenguaje
que le caracteriza.
Destacó los méritos, como educador, que
adornaron a San Juan Bosco en sus largos años
de apostolado, y describió la simpatía que irra­
diaba de su persona y que fué el secreto de sus
éxitos. Con un hombre o una mujer de la es­
tirpe de San Juan Bosco — dijo el P. Fer­
nández — que tuviéramos en los distritos de
nuestra capital, resolveríamos el problema de
la regeneración moral de nuestra sociedad, es­
pecialmente de nuestros niños, hambrientos
de pan y de verdad.
Dió la Bendición del Santísimo el Excmo.
Sr. Obispo de Jaro. Se hallaban también pre­
sentes los prelados que asistieron en la Misa
Pontifical.
Muy de mañana, el Excmo. Sr. Arzobispo
de Cebú, Mons. Gabriel M. Reyes, celebró
una Misa de Comunión en la que muchos
fieles, devotos de San Juan Bosco, recibieron
el Pan Eucarísiico.
En los días precedentes se cumplió el pro­
grama preparado, excepción hecha de la asis­
tencia del Excmo. Sr. Obispo de Cagayán,
Mons. James T . Hayes, que el tercer día, en
la función de la tarde, dió la Bendición del
Santísimo, en lugar del Excmo. Obispo de
Lingayén, que no había podido venir a Manila.
En las Misas de Comunión celebradas en
los tres días anteriores oficiaron los Sres. Obis­
pos de Lipa, Mons. Verzosa; de Vigan, Mon­
señor Sancho y de Calbáyog, Mons. Hacbang.
En las Rinciones de la tarde, dieron la Ben­
dición los Sres. Obispo de Bacolod, Mons. Lladoc; de Naga, Mons. Rej-es, y el ya mencio­
nado de Cagayán, Mons. Hayes. Los predi­
cadores fueron los Rdos. Padres José M. Síguión , S. J.; Tomás Tascón, O. P. y Raymond G o ^ n , S. J., quienes respectivamente
presentaron a San Juan Bosco como propul­
sor de la frecuencia de Sacramentos, de la
devodÓQ a María Auxiliadora y de la educa­
ción de los jóvenes.

U RU G U A Y - Montevideo. El Exmo Sr.
Presidente de la República visita nues­
tra Escuela Agrícola “ Jackson".

El día 27 de Abril del corriente año, el Exmo.
Sr. Presidente de la República Dr. Gabriel
Terra, acompañado del Sr. Ministro de In­
dustrias y Trabajo Dr. Zoilo Saldías, del
Inspector general del Ejército General José
M. Gomeza, del Dr. Raúl Jude, del Dr. Alberto
Mañé, Sr. Carlos Seré, Sr. Carlos Del Cas­
tillo y otros distinguidos acompañantes, visitó
nuestra Escuela Agrícola uJackson » del Manga.
Recibido el primer magistrado de la Re­
pública por los profesores y alumnos, a los
acordes del himno nacional, ejecutado por la
banda de los Talleres Don Bosco, departió
algunos momentos con los superiores. A medio
día, se sirvió un almuerzo al que cada sección
de la Escuela aportó el producto del trabajo,
que en colaboración efectúan profesores y
alumnos. A los postres, estos últimos ofrecie­
ron un improvisado festival, invadiendo en
alegre y bulliciosa aglomeración el salón co­
medor. De pie se escuchó el himno patriótico
y luego fueron ejecutados diversos números
musicales de compositores salesianos, por la
coral polifónica del Colegio Jackson. Los
alumnos Hugo Cristech, y Héctor Filis diri­
gieron al Exmo Sr. Presidente breves saludos.

El Excmo Sr. Presidente de la República del U rufuay

343

y luego se levantó el Rdo. P. Luis Vaula,
De los dieciocho millones de hectáreas cul­
Inspector del Uruguay y Paraguay, para dar tivables, apenas si un millón han sido roturadas
las gracias en nombre de los Salesianos al pri­ por el arado, y esta escuela prepara a los hom­
mer Magistrado de la República.
bres que el día de mañana han de contribuir,
Ayer no más, — dijo — Sr. Presidente, festej á- con su esfuerzo inteligente, a que esas tierras
bamos a nuestro fundador, y hoy recibimos inproductivas, se conviertan en fuente de ri­
vuestra visita, que se nos antoja un complemen­ queza, de donde se saque abundante pan y bien­
to de aquélla: porque vuestra visita, Exmo. Sr.,
estar para las familias uruguayas, que pue­
representa para nosotros algo así como la con­
blen y transformen en huertos y jardines esos
firmación de que hacemos obra buena y vale­ yermos campos de centenares y centenares de
dera para la patria, siguiendo las huellas del
hectáreas, donde hoy apenas viven con un mi­
gran educador de la juventud, Don Bosco.
serable sueldo, de i8 ó 20 pesos, diez o doce
Sí, vuestra visita, Excmo. Sr., es para nosotros
peones, eliminando ese triste proletariado
una confirmación de que el gobierno aprueba rural sin aspiraciones de mejoramiento que
nuestra obra y nos estimula a mejorarla y
hoy impera en nuestra campaña.
extenderla. Y nosotros os retribuimos, amán­
Nuestro país, que se debatía en medio de la
doos, Sr. Presidente, y enseñando a nuestros miseria, que se hundía empujado por una oli­
alumnos, a imitación de Don Bosco, no sólo garquía inepta y oprobiosa, que asistía a una
a respetar la autoridad, sino también a amarla.
pura mixtificación de la democracia, convertida
Sabemos, Exmo Sr., que el sillón presidencial en brutal intolerancia,^ha logrado por medio
no siempre es de flores, sino que muchas veces mío renovar las instituciones, ha efectuado la
es un sillón de punzantes espinas, y por eso revolución de Marzo, por la inmensa mayoría
os hemos ofrecido hoyen esta mesa, engalanada aplaudida y ratificada. Y aquí me tenéis, en
con las delicadas flores cultivadas por las manos esta nueva era de tolerancia y de respeto, rin­
de estos niños, un símbolo de nuestro afecto,
diendo homenaje a la gran figura de Don
y de nuestro corazón, donde podréis con se­ Bosco, en la persona de sus discípulos los sa­
guridad encontrar solaz en los momentos de lesianos.
amargura. Estos niños y jóvenes se dispersa­
Habéis hecho muy bien en recibirme a los
rán por los campos del Uruguay, pero llevarán acordes del himno patrio, pues nunca es más
vuestro nombre y el recuerdo de esta vuestra propia nuestra canción patria, que en medio
visita, grabado en lo más hondo del corazón.
de las jomadas del trabajo y del progreso en
En sus oraciones de niños os encomendarán que se fundamenta la riqueza nacional. Agra­
a Dios, principio de toda autoridad y supremo dezco los conceptos vertidos por el Sr. Ins­
señor de las naciones, pidiéndole que os pro­ pector de los salesianos del Uruguay, y aliento
teja y asista.
a todos a que, formándose en el sistema edu­
Entre los aplausos de la concurrencia tomó cativo de Don Bosco, sean excelentes ciuda­
luego la palabra el Sr. Presidente, haciendo una danos, y factores eficaces del progreso nacional.
brillante improvisación y expresándose del si­
Una estruendosa salva de aplausos coronó
guiente modo:
la alocución del primer mandatario.
Mientras la banda de los Talleres Don Bosco
Resulta incomprensible para mí, que un
llenaba los aires de marciales acordes, los
presidente de la Nación no preste su franco
y decidido apoyo, cualquiera sea la ideología alumnos se dispersaron por los huertos, chacras
que se profese, a una institución que colabora y parques granjeros, a reintegrarse a sus ha­
con el estado en el engrandecimiento y la cul­ bituales puestos de trabajo, pudiendo el Exmo
Sr. Presidente, en una visita rápida pero com­
tura del país, como loes la Institución salesiana.
Pasados ya los días oprobiosos de una intran­ pleta, darse cuenta de la modernísima instala­
sigencia brutal, que llegaba hasta a violar el sa­ ción de la Escuela, en todas sus Secciones, y
grado recinto del hogar, y que yo mismo he de la perfecta capacitación de los alumnos, en
sentido en carne propia, al ser enrostrado por todo lo que concierne a la racional explotación
de la tierra, fuente primera de la riqueza na­
haber acompañado al altar del himeneo a mi
hija, me siento complacido al visitar esta casa, cional.
hogar de estudio y de trabajo, que desarrolla
su acción educati\'a a la luz de una fe que yo U R U G U A Y - Paysandú. — Cómo se mete
la fe en el corazón de ios pueblos.
no tengo, pero que si alguna vez necesitara
de algún consuelo y reposo para el espíritu
Bella parroquia la que tienen a su cargo lo<
fatigado, no la buscaría en otra sino en ésta Salesianos de Paysandú, bella, y sobre todo
que fué la fe de mis padres.
inmensa, puesto que su jurisdicción espiritual

344

'h

alcancía a 13.000 kms, en los que viven 80.000
almas.
Hay que pensar en la labor enorme y abru­
madora que representa ese censo extraordi­
nario de población para el pobre párroco y
demás sacerdotes, (siempre muy escasos) que
llevan sobre sus hombros el peso de las respon­
sabilidades.
Nos conmovemos cuando se nos ponderan
la soledad y falta de medios de que adolece el
misionero en el Chaco, Mato Grosso y otros
apartados lugares de evangelización, y no pen­
samos que en la entraña misma de muchos
países cultos y civilizados, como esa rica cam­
piña que fertiliza el caudaloso Uruguay, abun­
dan las parroquias, donde decenas y hasta
centenares de miles de cristianos dependen de
iii\o o de dos sacerdotes, que, salvo los peligros
de las fieras o de las flechas envenenadas, ex­
perimentan todas las privaciones, todos los
anhelos y ansiedades del misionero auténtico.
Pero el amor de Dios y el celo se sobreponen
afortunadamente a todo, y he aquí los recursos
que, de cuando en cuando, ponen en juego
esos sacerdotes para sensibilizar la piedad de
sus feligreses, y prepararse grupos de cate­
quistas que, supliendo esa pobreza de clero,
les sirvan a ellos de tonga manus.
Una Semana Catequística y otra Litúr-

gica.
Organizada la primera por la Liga Juvenil,
y patrocinada por la Liga de Damas Católicas,
alcanzó un éxito extraordinario.
Participaron de esta Semana más de cin­
cuenta catequistas del departamento; entre
ellas más de veinticinco de la campiña.
l'I programa fué desarrollándose en la si­
guiente forma. Por la mañana, a las 7 y 30
misa, a las 8 conferencia. Por la tarde a las 3
1* clase, a las 4 té, a las 4 y 30, 2* clase.
Lstas conferencias y clases repartiéronse del
modo siguiente: Conferencia de formación
Moral, a cargo del Padre Pablo Peruzzo, clase
de Dogma a cargo del P. Juan Bonmessadri
y clase de Método Catequístico, a caigo del
Cura Párroco P. Luis Testa.
-■ Vftadiéronse a este programa dos clases
prácticas, una en el Colegio de las Hem\anas
de María Auxiliadora y otra en el Colegio de
las Hermanas del Huerto, haciéndose ver
prácticamente la enseñanza religiosa según el
método Activo, e.xpuesto por el Inspector de
Enseñanza Religiosa de la Diócesis de París,
C. Quinet, completada con ideas de Molina
Pico, Manjón y el Arcipreste de Huelva,
Según este método explicóse la Historia
346



Sagrada, de una manera viva, desde la Creación
hasta el Nacimiento de Jesús, interviniendo en
la clase más de cuarenta niñas, que represen­
taron los distintos personajes que actúan en la
narración bíblica, grabando indeleblemente en
la mente de los pequeños las enseñanzas de los
l/ibros Santos.
Este Método, no sólo produce una revolu­
ción en la enseñanza, tal como se ha venido
impartiendo hasta ahora, sino que despierta
un enorme interés en el pequeño auditorio
y un gran amor al Catecismo, por el que se
apasiona realmente el niño, asimilando las
verdades de la religión en una forma que no se
la olvida jamás.
El fin de la obra, difundida por el Señor
Cura Párroco, es hacer de la Catequista una
persona Apóstol. Para eso se tendió a formar
en las jóvenes el espíritu. interior, con confe­
rencias de provecho personal, y en segundo
lugar, hacer de la Catequista una maestra con
método.
Para ello se desarrolló una clase que refle­
jara el Método a seguirse en los centros Cate­
quísticos, adaptándose al ambiente de cada
centro. Y en tercer lugar, se tendió a ilustrar
a cada una de ellas en el Dogma, punto de
partida para una buena instrucción y medio
de defensa, en esta época de abundante pro­
paganda sectaria.
Finalmente, se resolvió que todos los años,
en diciembre, se haga un retiro cerrado de
una semana, exclusivamente para catequistas,
siguiéndose el programa efectuado.
En cuanto a la Semana Litúrgica, resultó, si
cabe, todavía más interesante.
\ a lo había dicho muy bien el dignísimo
Sr. Obispo de Salto, Exemo D. Tomás Camacho, al aprobar, bendecir e indulgenciar la
feliz iniciativa del su celoso párroco el P. Luis
Testa: « Es tan grande, desgraciadamente, y tan
general la ignorancia de los fieles, en lo que a
la Lituigia católica se refiere, que causa verda­
dera pena ver cómo, durante el Augusto Sacri­
ficio, prescinden por completo muchos de
ellos de los sagrados ritos que se realizan por
el celebrante, y, mientras el Cordero Inmacu­
lado se inmola de un modo incruento sobre el
altar, ajenos por completo a tan sublime acto,
se entregan a sus devociones particulares, que,
por laudables que sean, alejan por completo su
atención, absorbida por otras ideas, que nada
tienen que ver con el maravilloso espectáculo
que se desarrolla ante sus ojos. De aquí el
escaso o ningún fruto espiritual que reportan
los fieles del grande y soberano Misterio de la
Santa Misa ».

Con el deseo de ir remediando esos y otros
parecidos males, celebróse la Semana Litúrgica,
en la que los PP. Bonmesadri y Testa explica­
ron el contenido dogmático y teológico de la
Misa, y los fieles ejecutaron un selecto reper­
torio de cantos gregorianos. Desarrollóse esa
Semana en la iglesia parroquial de Paysandú,
con el siguiente Programa, repartido en los
siete días: Exposición dogmática - Noción del
sacrificio de la Misa - Existencia - Esencia Efectos - Sujeto - Ministro. Exposición Litúr­
gica - Importancia del culto externo - Lugares

sagrados en la ley antigua - Parte catequística
de la santa Misa - Parte sacrificial - Preparación
a la santa Comunión - Acción de gracias.
Todos los días hubo numerosas misas de
comunión, y misa cantada por todo el pueblo,
viéndose mañanas y tardes las naves de la
iglesia invadidas de multitudes, ávidas de
acrisolar su fe e ilustrar más y más su religio­
sidad.
La satisfacción con que fueron acogidas estas
dos Semanas fu¿ extraordinaria, y los frutos se
hicieron en seguida tangibles.

Crónica de las G racias
conseguidos p o r m e d ia c ió n de
lia d o ra ,

de San Juan

M a r ía A u x i­

S o s c o y de n u e stro s

S ie rv o s de D io s

ESPAÑA Ceuta (Africa), junio 10 de 1935. —
Mi gratitud a San Juan Bosco es intensa, hasta el
extremo de que gustoso dajía cien vidas que tuviera
para defender y propagar sus milagros, de los cuales
se ha dignado prodigar a mi pobre persona muchos
y singularísimos, contando en primer lugar el de
haberme conseguido desterrar el nefando vicio de
la bebida, que en mí se encontraba profunda­
mente arraigado.
Otros milagros: El día primero de mayo de 1932
por rabones de índole ideológica me tendieron una
emboscada, invitándome a una fíesta que había de
celebrarse a unos i2 Kms. de la ciudad: llegada la
noche intentaron asesinarme, poniéndome un fusil en
el pecho. Cuando me consideraba irremisiblemente
perdido, recurrí a San Juan Bosco, y de pronto, el
que se encontraba encargado de «despacharme*,
suelta el fusil, como movido por una fuerza poderosa,
y desaparece.
En la obscuridad de la noche, a campo travieso,
sin más compañía que mi fe en el, Santo Salesiano,
logré salvar la distancia de los i2 kilómetros sin en­
contrar una sola alma que me mole.stara, y no obs­
tante que desconocía el camino, puesto que la ida
la había efectuado en ferrocarril, llegué a Ceuta
sano y salvo, y sólo con el susto consiguiente.
En otra ocasión, con motivo de una información
periodística, tuve que desplazarme a Tetuán, y
atravesando por la noche la calle del «Mexuar •
acompañado del hijo del Comandante Sr. Pascual,
inopinadamente nos rodearon seis morazos, ponién­
donos en el pecho lanzas y ahladas « Gumía” »' arma
blanca que emplean estos rifeños... En trance tan
pcligioso, in%'oqué luego a mi santo protector, Don
Bosco, y los indígenas se limitaron a despojarnos
del dinero y tabaco, pero sin hacernos el menor
daño, podiendo fácilmente habernos matado, am­
parándose en la soledad de aquellos lugares.
Durante las varias huelga* de carácter rr\*olucionario, desarrolladas por elementos obreros, he sido
\-arias veces amenazado gravemente, por no secundar
el movimiento, manteniéndome Bel a la causa d”i
trabajo. Y con una particularidad, que, mientras los
obreios que llamaban esquiroles tenían que salii
custodiados por la fuerza pública, yo transitaba com­
pletamente solo, y lo más not'*ble e* que conversaba
con los elementos rebeldes, convidándome y respe­
tándome.
I.OS Jefes me manifestaban que yo era un \-aliente,
y no sabían que quien me daba tanta valentía era
el gran Don Bosco, al que me encomendaba, con
todo ferTOr, y cuj'a imagen lle\x) siempre en mi
cartera.
Otra prueba palmaria del infinito poder del Santo
de los • Becchi * es la siguiente: Encontrándose en­
fermo de suma gravedad mi querido padre, enco­

mendóme a San Juan Bosco con el fin de que no
muriese sin recibir los Santos Sacramentos, viendo
colmados mis deseos, puesto que con grandes de­
seos pidió el Viático, la Extremaunción, la Bendi­
ción de S. S. y recomendación del alma, muriendo
pronunciando el dulce nombre de la Santísima
Virgen del Carmen y el de Don Bosco.

V icente M esa

de

M endoza

Jefe de Almacenes de la I. O. P.
ESPAÑ A (Cuenca) Abia de. la Obispalía, 30 de
Mayo de 1935. — Habiéndose visto mi hijo Federico
Saiz Molina atacado de una gravísima enfermedad
que los médicos juzgaron incurable, desde el primer
momento, por las muchas complicaciones que pre­
sentaba, me vino la feliz idea de encomendarlo a
María Auxiliadora, prometiendo publicar la gracia,
si me la concedía, y ofrecer una limosna para el culto
de tan buena Madre. Mi súplica fué atendida, al
poco tiempo, y mi hijo sigue gozando de completa
salud. Agradecido, cumplo la promesa, dando gra­
cias a Madre tan excelsa como lo es María Auxilia­
dora de los Cristianos.

J ulián S aiz.

ESPAÑ A Valencia. — Encontrándome enferma
de la vista hacía mucho tiempo, habiéndome dicho el
médico que no podría trabajar y que tenía que llevar
lentes toda la vida; acudí a María Auxiliadora, diciándole que si para el día 24 de Mayo, que faltaban
aún cuatro meses, me encontraba mejor, publicaría
el milagro y le ofrecería una misa. — Hoy día me
encuentro bien, y cumplo lo prometido, dándole
las gracias a la que es auxilio de los enfermos.
Una devota.
ESPAÑA Valencia, mayo 24 de 1935. — Estando
nuestro padre enfermo de gravedad, acudimos a la
intercesión de María Auxiliadora y de S. Juan Bosco,
prometiendo, si se restablecía, publicarlo en el Bo­
letín. Encontrándose en la actualidad en perfecto
estado de salud, cumplimos muy agradecidas nuestra
promesa.

J osefina P refaci G ascó.
M aría D esamparados P refaci G ascó.

ESPAÑA Valencia. — Estando mi hermano gra­
vemente enfermo, prometí a María .Auxiliadora que,
sí le ponía bien, publicaría la gracia en el Boletín SaIcsiano. A los pocos días ya se de'ó ver su obra de
Auxiliadora, pues contra toda esperanza humana
silió mi hermano de las garras de la muerte, y hoy
está fuera de peligro. Gracias, Madre mía.

M aría M iralles.

ESP.AÑ.A l'alencia. .Abril de 1935. — Hace apro­
ximadamente dos años hubo nec^'sidad de operar
de un grave tumor a una persona de mi familia. Aun­
que la operación resultó bien, sobreWnieron ^'a^ias
complicaciones posteriores que prolongaron mucho
el periodo de cicatrización, y hubo días en que los
médicos llegaron a temer un funesto desenlace.
En estas circustancias, y temiendo que re repro­
dujera el tumor, lo cual también temían los médicos
hice una noveru a María Santísima en sus advoca

\ r
ciones de Auxilio de los Cristianos y Madre de D e­
samparados. e imploré también el auxilio del en­
tonces Beato y hoy Santo Juan Bosco, haciéndoles
varias promesas, y entre ella?, publicar la gracia en
el Boletín.
Como la pei-sona aludida sigue a estas fechas restablecidr de su dolencia, doy gracias a Dios, a María
Santísima y a San Juan Bosco, y cumplo lo prometido
rogando a tan amabilísima Madre siga dispensando
su protección para que no se le reproduzca la enfer­
medad a la citada persona, si así conviene a la misma,
según los designios del Altísimo.
Un Cooperador.
ESPAÑ A Valencia. — Rosa Corella Benedito
con todo su corazón da gracias a M. Auxiliadora
y entrega una limosna, pues mientras acompañaba
a su esposo a una clínica en donde debía sufrir una
delicada operación, al pasar por delante del templo,
desde el coche imploró el auxilio de tan buena Madre
María Auxiliadora, prometiéndole que si no se lle­
vaba a cabo la operación, por no creerla necesaria
los médicos, publicaría la gracia. Así fué en efecto.
ESPAÑA Valencia. — Teresa Gamis, habiendo
recurrido inútilmente a los meiores médicos y no
encontrando alivio en una hemorragia que hacía im­
posible su vida, acudió a María Auxiliadora prome­
tiéndole una misa con sermón, si atendía a su nece­
sidad. La Sma. Virgen oyó a la paciente que quedó
restablecida en breve. Hoy cumple lo prometido
y publica la gracia.

935

A R G E N T IN A Buenos Aires, enero 31 de i
-—
No encontrando solución a un asunto de gran in
terés para mí. puse mi fe en la Sma. Virgen María
Auxiliadora y en San Juan Bosco, quienes me lo
resolvieron en forma muy simple y que sin embargo
califico de milagrosa, por cuanto escapa a toda prerisión humana. Entre lo que ofrecí a mis Santísimos
protectores, estaba esta declaración que hago com­
placido.

J uan C arlos B itnge
Ingeniero Civil.

01

A R G E N T IN A Agustoni (F. C. . , abril 27 de
1935. — Después de un disgusto por negocios, le
sentó muy naal la comida a mi marido; y de resultas
le riño una fuerte afección cardíaca; entonces le
puse sobre el corazón las estampas de María Auxi­
liadora y de Don Bosco con la reliquia, y a la mañana
siguiente le empecé una Novena a nuestra buena
Madre, la que me concedió verlo sano ese mismo día
y sin rastro ninguno de dolor.
S ofía de R. de V ela .
A R G E N T IN A Mar del Plata, diciembre 3 de
193^ — Con fecha 4 de septiembre de 1934, una
hermana mía, casada, estuvo a punto de morir de
una gran infección. La ciencia ya no tenía nada que
hacer y se esperaba su muerte. El R. P. Zabala le
dió la extremaunción y la Bendición Papal. Antes
se le había hecho una transfusión de sangre, pero
era inútil. Con gran fervor le pedimos, entre sollozos,

yo y mi familia a María Auxiliadora, lO h milagro I
al otro día se notó una gran mejoría. Ese mismo día
el R. P. Fiorito le trajo la reliquia de Don Bosco y
todos los días iba a ver a la enferma, dándole la Sa­
grada Comunión. Las niñas del Colegio Stella Maris
han rezado mucho por ella. Y hoy,' gracias a nuestra
buena Madre María Auxiliadora, y a nuestro buen
Protector Don Bosco, la tenemos sana y saK-a. Pro­
metí también publicar la gracia; así lo hago.

F rancisca J. V idal.
MEJICO (AGS.) Aguascalientes, febrero 19 de
1935. — Habiéndome enfermado de una grave ino-,
culación en la mano derecha y estando a punto de
perder un dedo, invoqué a San Juan Bosco y quedé
completamente sana. — Agradecida, cumplo la pro­
mesa de hacer pública mi gratitud al prodigioso
Santo, a la vez que envío una pequeña limosna para
sus huerfanitos.

M argarita C havez A rteaga.

MEJICO Capital, junio 21 de 1935. — A principios
del mes próximo pasado fué detenido por las auto­
ridades un hijo mío, con motivo de un asunto que,
a la postre, resultó sin importancia; lo puse con
fervor bajo la protección de María Auxiliadora y
de su grande apóstol San Juan Bosco, a fin de que
lo ayudaran a salir con bien de este trance, que
todos sus familiares temíamos fuera de serias conse­
cuencias.
.Aunque este caso y otros similares los conside­
ramos actualmente muy honrosos todos los católicos,
temíamos que si tal detención se prolongaba, podría
ocasionar a mi repetido hijo algún trastorno en sus
estudios, ya que estaba en vísperas de presentar
examen.

Felizmente y gracias a la poderosa ayuda de tales
Protectores, Dios permitió que las autoridades obra­
ran con rectitud, quedando arreglado todo pronta
y satisfactoriamente, pudiendo a tiempo salir bien
de su examen.
Agradecidísimo, recomiendo a cuantos lean el
Boletín Salesiano que, en los trances apurados, acu­
dan con fe y confianza a María Sma y a S. Juan
Bosco.

F. A lvarez.

MEJICO (Jalisco) Huejúcar, mayo 27 de 1935.
— Estando mi hija política gravemente atacada de
pneumonía con otras complicaciones, el doctor que
la atendía opinaba muy difícil su restablecimiento.
En tan angustiosa aflicción puse toda mi confianza
en María Auxiliadora, prometiendo hacer pública
la gracia en el Boletín Salesiano, si me conseguía
de su Divino Hijo la salud de mi nuera que tanu
falta les hace a mi hijo y niecitos. | Oh prodigio de
la Santísima Virgen! Mi súplica fué escuchada, y en
término de un mes quedó la enferma fuera de peligro,
y boy con el corazón henchido de la más viva gra­
titud a mi celestial Madre, cumplo mi promesa y
mando una pequeña limosna para la ampliación de
su Basílica .de Turín.
H e b u is ia

de

SA.vriACO, Vda.

de

S antiago .

349

MEJICO (Nuevo León) Monterrey, 25 de febrero
de 1935. — Estando mi sobrina Juana M. del Car­
men Kríívemcntc enferma de una fiebre muy rebelde
con agudo reumatismo, y no habiendo podido me­
jorarla el médico <]ue la atendía, recurrí con gran
fe y devoción a María Auxiliadora y a San Juan
Bohco, a quienes desde pequeñita se la hemos en­
comendado, y ¡oh prodigio! en pocos días recuperó
su salud, siendo esta niña una vez más favorecida
por tan poderosos Protectores.
Agradecidísima, deseo se publique tan singular
favor, a la vez que envío una modesta oferta para
el nuevo altar de San Juan Bosco.

S ofía G uerra C antó.

U R U G U A Y Montevideo, mayo ti de 1935.—
Encontrándose mi pobre papá en sus últimos mo­
mentos, y haciendo muchísimos anos que se había
apartado por completo de la religión, le pedí en esos
momentos desesperados, a Don Bosco, la gracia de
la salvación de su alma, prometiéndole publicarla
en el Boletín Salesiano. Creo firmemente que fui
escuchada, pues papá, confesó, comulgó, y recibió
los demás sacramentos y bendiciones, con todo su
conocimiento y sin hacer reparo alguno, falleciendo
como es de presumir en gracia de Dios.'
Hoy cumplo mi promesa sumamente agradecida.
JORGELINA C aSSANELLO.

Dan también gradas a María Auxiliadora y a San
Juan Bosco por favores recibidos:

EspaS a Barcelona. María Josefa Vda de Romaní
— Sebastián Pascual — Clemencia Montané.
Espa5)a (Cádiz) El Gastar Una devota.
E spaña (Coruña) Santiago. Amalia Subirá.
E spaña Valencia. Hilario de Julián Real.
A rgentina Buenos Aires. Angela L. de Iribarne
— B. M. B. — Una Coopenidoni.
A rgentina (B. As .) Banderaló. Josefina .^ntuñano
Portillo.
A rgentina .“IgMi/om. Sofía de R. de Vela.
A rgentina Corralito. M. de T.
A rgentina Carlos Casares. Catalina Liets.
A rgentina (entre Ríos) Colonia Crespo. Ana María
Carletti.
Argkntin .a Granvitie. María .Angélica Maíz.
COI.OMU1A (Valle) Cali. Braulia C. de Orejuela
— IXilores Gamboa — Rosario E. de Franco —
Carlina R. de Espinosa — SiK*estre Castrillón.
COLOMBI.A (Valle) Cerrito. Ro.<ta Valencia.
E stados U nidos (California) Los Angeles. .Ascen­
sión Cano.'
M éjico Aguascalientes. Josefina M. de Bra\o —
María Inés M. de Moreno — Emilia Castañeda de
Díaz Carreón.
M éjico (Coahuila) Muzquis. Refugio Alenchaca.
M éjico Guadtüi^ara. María Dolores A. Vda de
Dáv-alos — Concepción D. de González — María
Guzmán de Medina — Luz F . de Ochoa — Victoria
Ri\-as Banda — Una Cooperadora — Josefina H.
de Estrada — Moría Páez — Moría Piedad Her­
350

nández — María Ochoa de Padilla — Elena Padilla
— V .C.V. — Ana A. G.
M éjico (Nayarit) San Pedro Lagunillas. María
Trinidad Alba — Paulina Arias.
M éjico (Nuevo León) Montémoselos. Virginia
Gómez de Paras ^
— Sofía Paras — Consuelo Parás
— Elisa Welsh de Gómez — Valente Parás — Gua­
dalupe Parás.
M éjico (Nuevo León) Monterrey. Fernando G.
Landois — Delfina Bachman — María Eva Nájcra
— Alicia y Zulema de la Garza — Dolores y Carmen
Carrillo — J. Trinidad Ruíz — Carolina Delgado
— Concepción Calderón — N. N. — Sabas Sánchez
— Dr. J. Agustín González — Julia V. de Villarreal
— Alicia Ballesteros de García — María- de la Luz
Garza — Otilia G. de Tijerina — María Antonia
Martínez.
M éjico (Nuevo León) Santa Catarina — Cecilia
Leal.
M éjico Puebla. Asunción Soto — María S. Vargas.
M éjico (San Luis Potosí) Santo Domingo. Joa
quina López — María Ana L. de Ruíz — Concepción
Alba.
M éjico (Sinaloa) Culiacán. María Asunción
Echevarría — María Micaela E. de Bátiz — Rosa
López.
M éjico (Sinaloa) Guadalupe de los Re\'es. Daniel
C. Bay'ardo.
N ic .a racua (Chontales) Comalapa. Julián Obando
— María de J. Oliva — Encamación de Sándigo —
Eloísa Jaime — Ambrosia Sequeira.
U r u g u a y Montevideo. Polonia Risso de Galtinal
— María L. Cassanello de Roba y Juana Crovett de
Cassancllo.

Por intercesión del Ven. Domingo Savío
E spa ñ a Ciudndda, julio de 19: 5 — Hace muchos
días que me encontraba enferma con fuertes dolores
de cabeza, sin encontrar alivio alguno. L'na noche
se redoblaron estos dolores de una manera alaimante.
En esta triste circunstancia, acudí a San Juan
Bosco y a joven Domingo Savio, poniéndome sobre
la parte dolorida utia estampita del Santo y dcl Veneiable, y pidiendo de coiazón a este último que.
si me curaba, publicaría la gracia. Al cabo de pocos
momentos de haber hecho esta súplica empezaron
a calmarse los dolores y a las {-«ocas horas,- habían
desaparecido, por ’o que muy agradecida cumplo
mi promesa.
F r a n ci .s ca B o s c h .
M éjico Capital, diciembre 7 de 1934 — E n río

mi tributo de giatitud y vivísima admiiación al Ve­
nerable E>omingo Sarío, que sólo con el contacto
de una estampita suya ha hecho que una enferma
p.ira mí queridísima, cuiase inmediatamente. Des­
pués de haber estado 15 días sin poder probar ali­
mento, sintióse sana de repente, levantóse y de$a>*unóse con medio litro de leche y dos rebanadas grandes
de pan, sin que hasta d presente haj-a vuelto a sentir
dolor alguno.
E sther G uerra.

M éjico Capital, julio 3 de 1935. •— A causa de
una grave caída me veía imposibilitado de poder
cumplir con mis devociones de Semana Santa de
este año, y como esto me apenaba mucho, me enco­
mendé a mi protector, el Venerable Siervo de Dios
Domingo Savio, pidiéndole viniera en mi ayuda,
la cual conseguí sin demora.
Cumplo hoy con el grato deber de hace» público
mi lecoiiocimiento a! que fué en vida uno de los
más esclarecidos alumnos de San Juan Bosco.
A rturo M adrueíío R.
Legionario de Domingo Savio.
M éjico (Jalisco) Guadalajara, julio 19 de 1935.
— Con inmensa satisfacción hago pública mi eterna
gratitud al Venerable Domingo Savio, a quien pedí
me alcanzara del Santo Niño de Praga y de María
Sma. Auxiliadora el arreglo de un asunto sumamente
serio y muy difícil, y gracias a Dios Ntro. Señor
pronto fui escuchada.
¡ Oh Dominguitp Savio! te suplico, con todo el
feivor de mi alma, me alcances también el remedio
de todas las necesidades que te he encomendado,
piincipalmente la más grave; alcánzanos de Ntio.
Señor, por la Sangie de su Divino Hijo y del Smo.
Sacramento, a quien tanto amabas aquí en la tierra,
la tianqiiilidad completa.
T . C. de G

M éjico (Jalisco) Guadalajara, 19 julio de IQ35- —
Hace más de un año una persona de mi familia se
vió atacada de grave enfermedad; la puse ba;o la
protección del Vble. Siervo de Dios Domingo Savio
y conseguimos ver reconquistada la salud de la en­
ferma, que actualmente sigue completamente bien.
Doy también infinitas gracias porque en do? oca­
siones salvó a dos de mía hermanos de un peligro
inminente, estando de por medio su libertad (hu­
bieran ido a la cárcel sin remedio).
J. M. G
C olombia (Sanunder) Girón. — Teresa P. de
Cortés da gracias al Venerable por un favor recibido.

N ECR O LO G IA S

S A L E S IA N O S D IFU N TO S:
Juan Bta D'Archino, coadjutor — • de Villafranca
(Italia) t eu Rcwna. el 25 de junio de I
-

935

Nicolás Mortim, sacerdote — de Sabbioneta (Italia)
+ en NicAeroy (Brasil), el 3 de mayo de I S-

93

Juan Viggioio, sacerdote — de Buenos Aires + en
Ídem, d 22 de mayo de i
-

935

Don Polícarpo Pascual D e Bofarull.
El 28 de Mayo expiró plácidamente en el Señor,
a la edad de 86 años, el Muy Ilustre Señor Don Policarpo Pascual de Bofarull, Presidente de la Junta
de Cooperadores Salesianos de Barcelona, en
España.
El afecto profundo y el apoyo que prestó siempre
a las Obras Salesianas la familia Pascual, arrancan
de aquellos días venturosos para la ciudad de Baicdona, que tuvo da dicha de albergar al Santo Fun­
dador Don Bosco. !>a familia Pascual tomó parte
bien relevante en aquella noble porfía de atenciones
hacia el Santo, que luego hablan de traducirse en
apoyo constante, protección decidida, cooperación
entusiasta para todas las obras que el Santo deió
establecidas en Barcelona.
Al morir aquel grande amigo de Don Bosco,
el Exmo. Don Luis Martí-Codolar, que durante
tantos años había figurado al frente de los Coo­
peradores Salesianos, nadie más indicado para
sucederle en aquella Presidencia, que d Muy
Ilustre D. Policarpo Pascual, que la ha venido ocu­
pando por más de veinte años, con aquel grande am >
y celo que le distinguía por todo lo que llevaba el
sello de D. Bosco.
Bien es verdad que la vida toda de D. Policarpo
está llena de santas obras: a todo llegaba su acti­
vidad, figurando a la cabeza de las Juntas Parroquiales
de S. Vicente de Paul, pues la bondad de su corazón
le hacía prodigarse generosamente doquiera viese
una necesidad que remediar.
Auténtica figura del caballero cristiano, por la
ejemplaridad de su vida, matizada por las más
excelsas virtudes, D. Policarpo es también el tipo
del Cooperador Salesiano, según la mente de Don
Bosco; por 0 0 no dudamos en proponerlo a la imi­
tación de todos los que militan en las filas de la Pía
AsoctacióiL

351

, ti

Los Salesianos todos y en especial los que más
directamente experimentaron los efectos de su
coia’/rSn bondadoso, le estarán eternamente agra­
decidos y le recoidarán en sus oraciones, aunque
están seguros de que goza ya del premio a que le
hicieron acreedor sus virtudes.
Rotetin SaUiiano envía el más sentido pésame
a la desconsolada viuda, Doña Mercedes de Fontcuberta y de Sentmenat, a su hijo y demás familiares,
rogando al Señor reciba en su gloria el alma dcl
ilustre fíhado

goso durante la Semana Mayor, predispuso su or­
ganismo a contraer la enfermedad que lo llevó al
sepulcro. Fué ésta el tifo, que debió contagiarle
alguno de los enfermos a quienes últimamente había
prestado los socorros necesarios para el espíritu.
Presintiendo su cercano fin. preparóse para él fer­
vorosamente. Tuvo el consuelo de recibir diariamente
la santa comunión, hasta que no pudo ya pasar la
sagrada hostia. Con entereza de ánimo dió sus úl-

Don Antonio Colóm Ferrer.
El dia 12 de marzo, confortado con los Auxilios
de nuestra religión, falleció en Barcelona este que­
rido amigo de la obra salesiana.
Era uno de los pocos Antiguos Alumnos que que­
dan de los que inauguraron la casa de Sarriá, ingre­
sando en el Colegio el año 1884, o sea poco tiempo
después de su fundación: le cupo pues la dicha de
ver y conocer a nuestro glorioso padre San Juan
Rosco, y tuvo por maestros a aquellos .discípulos di­
rectos del Sarito que, con el inolvidable D. Juan
Branda a la cabeza, pusieron los cimientos de la obra
Salesiana en España.
Fué el S i . Colóm uno de los que fundaron la
Asociación de Antiguos Alumnos Salesianos de
Sarriá, la primera en España, ocupando los más
altos cargos en sus juntas directivas, particularmente
el cargo de Tesorero que ejerció durante cerca de
veinte años. Fué asimismo fundador, junto con
otros dignísimos compañeros, de la Sección de So­
corros Mutuos y fué en suma, el amigo de todos los
exalumnos, bastando el dictado de Antiguo Alumno
Salesiano para que Colóm abriera sus brazos a la
amistad que brindaba generosa y noblemente a quien
se le acercaba con este solo titulo.
Descanse en paz el modelo de cooperadores y an­
tiguos alumnos y pidamos a San Juan Rosco inter­
ceda ante María Auxiliadora y su divino Hijo por
uno de los discípulos a quien ya bendijo en vida.

Don Modesto Morales.
Murió en Querétaro, Méjico, cuando apenas me­
diaba el segundo año de su vida sacerdotal.
Dócil al llamamiento de Jesucristo, solicitó ser
admitido en el Seminario Conciliar de Nuestra Se­
ñora de Guadalupe.
A pesar del entusiasmo con que deseaba celebrar
solemnemente su primera misa en la festividad de
Nuestro Señor Jesucristo Rey, se conformó gustoso
con la modestia y sencillez. diríamo.s con el silencio
de catacumbas, que las condiciones de la Iglesia
mejicana le imponía.
En la parroquia de San José de Itürbide, a donde
había sido enviado en calidad de Vicario Coadjutor,
se empleaba con grande celo, tanto en cooperar al
decoro de la casa de Dios, como en dispensar los au­
xilios espirituales a los numerosos fieles que acudían
a solicitarlos. Este apostolado especialmente fati*

352

CM

timas disposiciones y, a las seis de la mañana de
día M de mayo, expiró.

Era el joven y fervoroso sacerdote Sr. Morales
un apasionado admirador de la obra de San Juan
Busco, a quien habíase propuesto imitar, especial­
mente en su amor a los niños. Con ejemplar dedi­
cación y desprendimiento procuraba, por cuantos
medios estaban a su alcance, beneficiarios, espiritual
y materialmente, y había concebido el designio, que
comenzaba ya a realizar, de sostener siempre un
niño en el Seminario, para corresponder con la misma
moneda al beneficio que él recibiera, cuando
pequeño.
Era suscritor asiduo del Boietfn Salesiano y de
Juventud Misionera, cuyas revistas propagaba con
extraordinario celo, obra que se propone continuar
ahora su desconsolada hermarra María de la Luz
Morales, a la cual, no menos que a su anciana madre,
enviamos nuestro sentido pésame.

Han muerto también en la paz del Señor:

EspaS a [Baleares) Ciuáadela. — Dr. Manuel Salord Menéndez-.Arango.
E spaña Málaga. — Jorge Hodgson.
C olombia {Valle) Ginebra. — Clímaco

Reyes —
Marino Lince — Bcrtida Reyes de Tenorio.

U ruguay Salto. —

áe i t mmtornmd

P iI ih lr r ia ic B lo TIp.

U

Jerónimo Simonellí — Esteban

Zanotta.
.D . GU ID O PAA'INf
E dílara IsIc rM c ia M l • T btíb . C o n » ffegea* M oryl^ i lo , i n

TESORO

ESPIRITUAL

Relación de las Indulgencias Plenarias
gae io s C o o p e ra d o re s SaJesianos p u e ­
den g a na r, en e l tra n s c u rs o d e l año,
I. — Una ves cada día, elevando a Dios, en
medio del trabajo y aunque sea sólo mentalmente,
una piadosa invocación cualquiera, previas las
demás condiciones ordinarias, o sea el estado de
gracia, la confesión y comunión sacramentales
y la visita a alguna iglesia u oratorio público,
rogando por la intención del Soberano Pontífice.
Esta indulgencia del trabajo santificado pue­
den ganarla los Cooperadores Salesianos, Hijas
de M. Auxiliadora y sus respectivos alumnos
y exalumnos. Si, hallándose en estado de gracia,
se sigue repitiendo la misma piadosa invoca­
ción, u otra cualquiera durante el trabajo, se
puede ganar, cada vez, una indulgencia parcial
de 400 días.
2 - Un día de cada mes, el que uno elija.
7, - El día en que se hace el piadoso Ejercicio
Mensual de la Buena Muerte.
4 - El día en que se asiste a la Conferencia
Mensual Salesiana.
I - El día en que uno inscribe su nombre en la
Pía Unión de Cooperadores Salesianos.
6 - El día en que por primera vez se consagra
uno al Sgdo. Corazón de Jesús.
- Cada vez que practique los Santos Ejercicios
Espirituales, de ocho días.
H • .4 la hora de la muerte con tal que, confe­
sado y comulgado o por lo menos arrepentido de
sus pecados, invoque, con los labios o con el corazón
el nombre sacratísimo de Jesús.

EN C A D A UNA
DE L A S SIGU IEN TES FIESTAS:

1) M O V IB L E S:
Sagrada Familia (el primer domingo después
de la Epifanía).
Dolores de la Sma Virgen (El viernes de Pasión).
Domingo de Ramos.
Pascua de Resurrección.
Ascensión del Señor.
Domingo de Pentecostés.
Fiesta de la Sma Trinidad.
Corpus Christi.
Fiesta del Sgdo Corazón de Jesús (primer viernes
después del Corpus).
Fiesta del Sgo Corazón de María (día siguiente
del anterior).
2) F IJA S :

ENERO

I - Circuncisión del Señor.
2 - Santísimo Nombre de Jesús.
6 - Epifanía.

18
23
25
29

-

Cátedra de San Pedro en Roma.
Desposorios de la Sma Virgen.
Conversión de San Pablo.
Fiesta de San Frandsco de Sales.
FEBRERO

2 - Purificación de la Sma Virgen.
22 - Cátedra de San Pedro en Antioquia.
M.ARZO

19 - Fiesta del Patriarca San José.
25 - Anunciación de la Sma. Virgen.
M AYO

3 - Invención de la Santa Cruz.
8 - Aparición de San Miguel Arcángel.
11 - Aniversario de la Coronación de Moría
Auxiliadora.
24 Fiesta de María Au.xiliadora.
JUNIO

24 - Natividad de San Juan Bautista.
29 - Fiesta de San Pedro y San Pablo.
30 - Conmemoración de San Pablo.
JULIO

1 - Preciosa Sangre de Ntro Señor Jesu­
cristo.
2 - Visitación de Ntra Señora.
16 - Fiesta de la Virgen del Carmen.
ACOSTO

6 - Transfiguración del Señor.
15 - Asunción de la Sma Virgen.
16 ' Fiesta de San Roque.
SETIEM BRr

8
12
14
15
29

-

Natividad de la Sma Virgen.
Dulcísimo Nombre de María.
Exaltación de la Santa Cruz.
Los Siete Dolores de la Sma Virgen.
Dedicación de San Miguel Arcángel.
OCTUBRE

j - La Virgen del Rosario.
II - Maternidad de María.
16 - Pureza de María.
NOVIE.MBRE

21 - Presentación de Ntra Señora.
22 - Fiesta de Santa Cecilia.
DICIEMBRE

8 - Inmaculada Concepción.
25 - Natividad de Jesús.
Para lucrar las antedichas Indulgencias
se requiere, además de las condiciones ordi­
narias, que los Socios de la Pía Unión recen
cada día un Padrenuestro, Avemaria y Gloria
con la invocación Sánete Francisce Salesi, ora
pro aobis, según la intención del Romano Pon­
tífice.

bida extensión a cada canon. Riqueza

de

doctrina, enlace de unas materias con otras,
acopio de ideas y conceptos, claridad de ex­
posición, enorme copia de cuestiones debati­
das, son la características que avaloran esta
obra, que no debe faltar en ninguna biblioteca
de derecho.

Hoy tenemos el gusto de anunciar UN A

A p e n d ic e s in t e r e s a n t e s . — Al final se in­

OBRA DE VALOR IN E STIM A B LE para

sertan y comentan documentos muy difíciles

los Sres Obispos, Curias eclesiásticas, reli­

de hallar reunidos, tales como: Elección del

giosos, párrocos, abogados... Un comentario

Sumo Pontífice, Provisión de parroquias. Pri­

completo en castellano de! COD IG O D E DE­

vilegios de los protonotarios apostólicos y pre­

RECH O

los Doctores

lados domésticos, Reelección de superiores

Adriano Canee, Rrof. del Seminario Mayor de

generales o abadesas, Petición de dispensas

Rudez, y Miguel de Arquer, Examinador Si-

sobre aymno eclesiástico. Averiguación del

noilal de la diócesis de Barcelona.

estado líbre de los futuros contrayentes, etc.

C A N O NI C O

(por

Ivsta magnífica obra es todo un éxito de la

etc.

Editorial Litúrgica Española (Cortes 581, Bar­

Para la Iglesia española se han añadido las

celona). Tiene un total de 1920 págs, y consta

siguientes leyes: Extinción de la jurisdicción

de dos abultados tomos en 4° (23x14) -

castrense. Cese del Tribunal de la Rota, Ley

Rústica, ptas 67. Tela y planchas en oro,

de cementerios, Matrimonio y divorcio civil,

ptas 75. Con un 10% de aumento puede ad­

Ley de confesiones y congregaciones religiosas.

quirirse mediante cuotas mensuales de 10 ptas.

Y para que el lector pueda encontrar en el

Gastos de envío, ptas 1,50.
Ordenado y metódico en todas sus partes,
es éste ei comentario más completo y más útil

acto lo que le interesa, al final del 2 tomo hay
un índice alfabético de 200 págs, que com­
prende unas 10.000 referencias.

que se ha publicado hasta ahora.
Sus autores, de sobra conocidos, no’ han

Es la última palabra en obras de este género,

descuidado ningún aspecto interesante, dando

y contiene las últimas decisiones de la santa

siempre la interpretación más justa y la de­

Sede y la notísima legislación c h il española.

Fecha
1935.11