BS_1936_04

Ficha

Título
BS_1936_04
Descripción
Boletín Salesiano. Abril 1936
extracted text
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ABRIL 1936

Año LT - N.

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h o s c o

IN S C R IB IO S

EN

LA

P ÍA

OBRA

DEL SAGRADO CORAZON DE JESÚ S
DE ROMA
¿ Quién no conoce la 0 ¿ra del Sgdo Corazón
de Jesús?
Fué fundada por el Primer Sucesor de Sao
Juan Bosco, y benignamente aprobada por
S. S. León X III el 30 de junio de 1888.
Con sólo la limosna de una peseta, u otra
moneda equivalente, se adquiere derecho a
participar de todas las oraciones y buenas
obras de la Sociedad Salesiana y a la aplicación
de seis misas, que se celebran todos los días,
a perpetuidad, en nuestra Basílica del Sgdo
Corazón de Jesús de Roma, dos en el altar
mayor, dos en el de María Auxiliadora y dos
en el de San José.
Los que se incriben en la Obra Pía pueden
aplicar el fruto de estas misas a sí mismos, o
a otras personas, vivas o difuntas, y variar la
intención cuantas veces les plazca.
Las limosnas recibidas por este conducto
destíñanse, de modo exclusivo, a promover la
gloria de Dios y los intereses culturales de la

sociedad, acogiendo a niños pobres y abando­
nados, para aducarlos cristianamente.
¿ Quién no contribuirá, pues, con algunos
céntimos, que con tanta facilidad se gastan,
a esta invitación paternal de San Juan Bosco
y de la Iglesia, inspirada en ideales tan nobles
y caritativos?
¿ Quién no siente la necesidad de asegurarse
la benevolencia divina, en este mundo y en el
otro, mediante la aplicación de los méritos
infinitos del Santo Sacrificio del altar ?
¿ Quién no tiene almas queridas, vivas o di­
funtas, a quienes obsequiar con tan espléndido
regalo espiritual ?
N o tardéis en pedir Hojas de suscripción.
R ector M a y o r de lo s S a le sia n o s .

Cottolengo 32 - Turín (109) (Italia).
Las limosnas pueden enviarse al mismo Rector
Mayor o directamente a nuestra casa de Roma. Ospizio Sacro Cuore - Via Marsala, 42.

Normas para los corresponsales de Boletín Salesiano
I,
— Recibimos siempre con agradecimiento cuantas informaciones se nos quieran enviar,
que, de algún modo, pueden interesar a las Obras Salesianas. Aunque todas evidentemente no
podrán ser publicadas, servirán para enriquecer el Archivo de nuestra Casa Madre.

2.

croniquillas de fiestas o acontecimientos de especial importancia deberán ser breves,
se evitarán en ellas repeticiones y detalles innecesarios, y, de ser posible, se escribirán a máquina
con líneas bien espaciadas.
3.
— Salvo rarísimas excepciones, la Revista no publica poesías ni trabajos ajenos a la Obra
Salesiana. N o inserta el nombre de los autores ni devuelve originales.

4.
— Siendo, de hecho, nuestro Boletín una Revista ilustrada, rogamos encarecidamente el
envío de buenas y luminosas fotografías. Hoy, un simple grabado dice a veces más que una crónica,
y, cuando acompaña a ésta, la avalora de modo extraordinario. Aviven pues su t^ o nuestros co­
rresponsales, quienes deben saber a este respecto que de los diarios ilustrados que nos envían
DO es posible reproducir ningún grabado.
5.
— A los que tienen la bondad de remitimos gracias o necrologías hemos de as^urarles
que, de llegar a nuestro poder, más tarde o más temprano las verán publicadas. S i a veces aparece
sólo el nombre, es, o {x>rque no recibimos otra cosa, o porque a última hora nos viene a faltar
espacio, o porque la relación carece de especial interés.
.

R E V I S T A DE
LAS O B R A S D E
DON B O S C O
HEDACaON

Y

BOLETIN
SALESIANO

ADMINISTRACION;

V

A

COTTOLENGO

ti

TURIN

Año L I - Número 4

ABRIL
i I JO)

1936
ITALIA

SUMARIO: San Juan Bosco incorporado a la liiurRla de la Iglesia Universal ha sido incoado el proceso apostó­
lico del Siervo de Dios D. Miguel Rúa. - S. Juan Bosco en Esparta. - La estatua de S. Juan Bosco en la Basílica
Vaticana. - Gracia extraordinaria atribuida a la intercesión de S. Juan Bosco. - La obra de D. Bosco en Esparta
y América: Astudillo. Visita del Seftor obispo diocesano. - Paraná. El ' dia del nifto ". - Salta. Veinticinco artoe
de labor salesiana. - Iquique. Las fiestas de la Canonización de D. Bosco. - De nuestras Misiones: Progresos de
la Obra salesiana en Tokio. - Crónica de las gracias. • Necrologías.

SAN JUAN BOSCO INCORPORADO
A LA LITURGIA DE LA IGLESIA UNIVERSAL
Ha sido incoado el proceso apostólico del Siervo de Dios D. Miguel Rúa.
He aquí dos alegres mensajes que nos trajo
el 34 de enero. En este día, reunióse en Roma
la Sgda Congregación de Ritos para discutir
la conveniencia de extender a la Iglesia U ni­
versal e) oficio y misa de nuestro Santo Fun­
dador, y habiéndose los Emmos Cardenales
pronunciado en favor de la propuesta, el Santo
Padre la aprobó benignamente, faltando sólo,
para que tenga carácter ejecutivo, el Decreto
que fijará el día de la Fiesta y su grado litúrgico.
La misma Congregación ordinaria del 14
de enero acogió además favorablemente la In­
troducción de la Causa de Beatificación y Ca­
nonización de Don Miguel Rúa, primer su­
cesor de S. Juan Bosco.
Hasta hace poco, esta incoación oficial del
Proceso Apostólico atribuía automáticamente
a los Sier\’os de Dios el título de Venerable,
pero, habiendo sido modificado el procedi­
miento, nuestro Don Rúa sólo podrá ser lla­
mado Venerable cuando le sea reconocida la
heroicidad de las virtudes, lo que esperamos
de la bondad de Dios ocurrirá pronto.
Grande ha sido el entusiasmo que estas dos
noticias han despertado en la familia salesiana,
viniendo a aumentar en todos el deseo, ahora
que vemos glorificado al Padre, de ver tam­
bién cuanto antes glorificado al hijo predilecto.
Los que obtuviesen alguna gracia señalada y
'~^nifiesta por intercesión de este gran Siervo
^ Dios, apresúrense a enviar a nuestro Rector
^fayoT una relaci'in detallada con ios documentos
- ' crean pertinentes.

¡

El Siervo de Dio» Doo Miguel Rúa.

r
San J u a n B o s c o en España

T

Hace ahora cincuenta años...
Ya tenemos advertido al lector de la larga y
brillante constelación de fechas gratas y memo­
rables que en el calendario familiar salesiano
empiezan a señalarse.
Este mes de abril de 1936 viene a recordar­
nos que, cincuenta años hace, visitó San Juan
Bosco a España, y al ver ahora nosotros aquel
acontecimiento desde una distancia de medio
siglo, nos séptimos más y más subyugados por
su belleza, como ocurre con los grandes edifi­
cios monumentales que la fama consagra,
cuando, tras de haber apreciado de cerca la
armonía de sus partes y la calidad artística de
sus ornamentaciones, nos retiramos a odntemplarlos de lejos para admirar la soberbia pers­
pectiva que ofrece su conjunto.
Euera de Italia, sólo dos naciones tuvieron
el privilegio de recibir la visita de nuestro Santo:
Francia y España, a parte del breve viaje que
hizo a Austria, llamado a la cabecera del au­
gusto enfermo Sr. Conde de Chambord.
Indudablemente, los franceses en esos favores
Conocido retrato del Santo hecho
cuando se hallaba en Barcelona.

Otro de lo» retrstos que alH le hicieron a Don Bosco.
Su rostro lICTa impreso de modo bien eisibie el
cansancio aeobiador de aquellos dias

90

del Santo fueron más afortunados que los
españoles, sea por su mayor proximidad a
Italia, o por el eco especial que han encon­
trado siempo en París los grandes hombres y
las grandes empresas, y, sobre todo, porque
Don Bosco, como San Francisco de Sales,
pertenece a una raza subalpina fronteriza de
Francia, que, tanto bajo el cetro de la Casa de
Saboya como de los reyes sardos, mantuvo
continuos y valiosos contactos con esta nación,
acaso más aún que con las provincias limítrofes .
italianas. Basje recordar que, en la corte de ¡
Turín, la lengua oficial fué, durante mucho i
tiempo, la francesa; que en francés se escri­
bieron los primeros periódicos, que francesas
fueron su arte y su arquitectura y lo son hoy
todavía nombres de pueblos piamonteses y
anuncios que en ellos encuentra el viajero.
Sirva esto para explicar un hecho y compren­
der una ^preferencia, nunca para monoscabar
en lo más mínimo los fervores de buen ita­
liano que todos reconocen en nuestro Santo
Fundador. Inútil repetir a este respecto que,
asi como los genios son, no de este ni de
aquel pueblo, sino de toda la humanidad, los

Santos, sea cual fuere su raza y estirpe, perte­
necen a la Iglesia universal.
Los sucesivos viajes que Don Bosco hizo a
través de Francia, fueron paseos triunfales,
con etapas tan gloriosas como las de Niza,
Marsella, Aviñón, Montpellier, Valence, Grenoble, Lyón, Lila y especialmente París.
En Lyón, ciudad en. aquel tiempo de senti­
mientos católicos más que congelados, las
turbas que solicitaban la bendición del Santo
obstruían de tal modo la carretera del san­
tuario de Fourviére, a donde era llevado en
coche, que el auriga iba gritando desesperado:
¡largo! ¡abrid paso! «fuera mejor llevar al
mismísimo diablo que llevar a un santo».
Y de su paso por París, sólo hemos de decir
que acaba de ver la luz el tomo X V I de la
monumental Biografía de Lemoyne continuada
por el P. Ceria, y una buena mitad de él viene
dedicada a referir las mil curiosidades y.mara­
villas de aquella visita.
A España, San Juan Bosco, en realidad, no
pudo más que asomarse, contemplarla desde

el Pireneo, desde Barcelona, cuando ya sólo
le separaban veintiún meses de su beatífico y
definitivo viaje a la eternidad de los santos. El
buen Padre la llevaba ya a la hidalga nación
en sus adentros cuando de ella era recibido,
y enteramente metida en al alma cuando se
despedía, después de un mes de mutuas, san­
tas y continuas inteligencias que debían fundir
para siempre dos amores y admiraciones tortí­
simos y convertirlos en haces poderosos de luz
benéfica.
La admiración y amor de D. Bosco por España
hubo éste de manifestarlos en actuaciones de
carácter solemnísimo, donde se hizo lunguas
de la ferviente religiosidad española y de sus
efusiones nobles y generosas, que ponía por
encima de cuanto él había visto en otras partes.
Tan prendado quedó de esta nación que expresó
deseos de volver a ella, deseos que el galope
desenfrenado de su última enfermedad había
de dejar tronchados, y cuando, al regresar a
Turín, sus hijos le rodearon para celebrar
apoteosicamente su fiesta onomástica, presen-

Pacslm il de la medalla que la Sociedad de Catdlicoe de Barcelona impuso a San Juan Bosco.

91

tóse Don Bosco delante de ellos ostentando en
su pecho la medalla de oro que la Sociedad de
Católicos barcelonesa le había impuesto al
nombrarle socio de honor.
Dígasenos si no es ésta una señal manifiesta
e indiscutible de su gran amor por España,
pues siendo tantas las condecoraciones, así na­
cionales como extrangeras, que le habían sido
ofrecidas, aquella fue la única que el Santo
aceptó ,quc qviiso lucir en vida, y llevóse
después al sepulcro, confiándole el honor de
velar sus cenizas como un áureo sello real.

cuanto veía y escuchaba, y que, en muchos de
sus puntos, ha podido ser confirmada sin la
menor sombra de duda, pese a lo difícil que
ahora resulta una diligente verificación de
hechos.

“L a leyenda dorada” en pleno siglo XIX.
Aquel admirable entusiasmo y fen^or de
España ante la presencia suavísima de S. Juan
Bosco constituía, después de todo, un hecho

Las Escuelas Salesianas de Sarriá cuando las visitó S. Juan Bosco.

En cuanto al amor y admiración que España
tuvo por Don Bosco, ahí están reflejándose en
la prosa todavía vibrante y sonora de todos los
diarios y revistas de aquella época — y son
muchos — que Barcelona conserva archivados
en su gran hemeroteca municipal.
Nosotros los hemos leído, y únicamente
encontramos uno, que ya entonces se había
hecho celebre por su cerril anticlericalismo,
que trata de ironizar las actuaciones del Santo,
pero que con la más torpe inconsciencia nos
da de ellas estampas cuya objetividad confirma
de modo rotundo el cnonne interés ciudadano
que hirvió en torno de su persona.
Confirman aquella admiración y amor numeitwos testigos de vista y de calidad que aún
viven, cuyas manifestaciones llenan ya páginas
inéditas que oportunamente serán conocidas.
Los confirma, finalmente, una abultada cró­
nica que nos dejó el secretario del Santo, el
cual, día a día, fue anotando escrupulosamente
92

bien natural, si se considera lo que de él ha­
bía escrito la prensa de todos los matices, y
singularmente la benemérita « Revista Popular i>
del batallador polemista Sardá y Salvany, y
se tiene en cuenta, respecto de Barcelona, que
allí los diarios franceses han tenido siempre
infinidad de lectores a los no podía dejar in­
diferentes el cúmulo de maravillas referidas
un día y otro durante los apostólicos viajes
de Don Bosco por la vecina república.
En 1886, el nombre de Don Bosco era ya
repetido con fervor admirativo en casi todas
las naciones y continentes.
La providencial oportunidad de su misión
como apóstol de las juventudes especialmente
populares v obreras le aureolaba de simpa­
tía; la atractiva novedad de sus métodos edu­
cativos inspiraba vivo interés, y los prodigios
que de él se dedan, corriendo de boca en boca,
hancíanle aparecer como un personaje de la
Leyenda dorada, en pleno siglo X IX .

Y es que, en efecto, a ese hombre lo sobre­
natural le emmelve siempre y dondequiera,
sin que en su apariencia humilde y bonachona
se vislumbre nada que no sea natural. Los
milagros brotan de sus manos, apenas se ex­
tienden para bendicir o se juntan para rezar.
Dios y la Virgen le hablan en sueños. Convrersa
con personajes de la otra vida, con Luis Comollo,
Luis Colle, Domingo Savio. V e el porve­
nir de sus hijos y de sus obras. Predice a in­
finidad de personas la fecha en que han de
morir. Lee en lo recóndito de las concien­
cias. Renueva el prodigio de la bilocación,
dejándose ver al mismo tiempo en Turín y
en Barcelona.
Un día en que tiene que dar desayuno a
300 niños de su Oratorio que contemplan preo­
cupados un canasto donde s ó lo . aparecen
quince bollos contados, sonríe de un modo
significativo, se pone él mismo a repartir, yvan saliendo de aquel canasto hasta 300 pa­
necillos, sin que los quince que en él había
hayan tenido que movilizarse.
Otro día en que se celebra la Natividad de
la Virgen, Don Bosco dice la misa, y viéndose
sin formas consagradas, por un lamentable ol­
vido del sacristán, baja no obstante a la balaus­
trada llevando el copón vacío, y cuéntanse por
cientos las personas que reciben de su mano
la santa Eucaristía. Las curaciones que él o­

pera con sólo elevar los ojos o dar a besar al
enfermo una medalla de su Virgen Auxiliadora,
son incontables: ciegos, mudos, paralíticos,
hasta un niño ya amortajado que resucita del
sueño eterno, le confiesa sus pecados, recibe
la absolución, y vuelve después a morirse.
Si San Francisco tiene el lobo de Guhbio,
Don Bosco tenía «el g r is », su perro miste­
rioso, que nadie sabe de dónde ha salido, al
que nadie jamás ha viso comer ni beber, que
desaparece de habitaciones cerradas, que irrum­
pe como léon llovido del cielo siempre que
la vida del Santo peligra, sea de día o de noche,
en Turín, o a veinte leguas en la desierta cam­
piña.
He aquí explicado el secreto de la admira­
ción y amor populares, acrecidos hasta el pa­
roxismo cuando viéronse delante de aquella
santidad, no ya leída ni imaginada, sino hecha
carne y hueso; cuando contemplaron de cerca
su perfil seráfico y escucharon la dulce vibra­
ción de sus palabras y experimentaron el esca­
lofrío de sus milagros.
Por esto los habitantes de Barcelona, como
antes los de Roma y París, arremolinábanse
felices en tom o de su huésped, ganosos de
poder tocar sus ropas o al menos de contem­
plarle, y, anticipándose en medio siglo a la
Pacua del 34, le canonizaban, llamándole
Santo.

S. Juaa Bosco con el personal que en 1886 integraba las Escuelas Salesianas de Sarria.

93

Frutos consoladores.
Algunos de ellos, o sea, el bien espiritual
inmediato de aquella visita, únicamente Dios
ha podido conocerlos. Otros, ^n cambio, son
ahora para nosotros bien tangibles. España,
que tenía sólo dos Colegios salesíanos en for­
mación, el de Utrera en Andalucía, y el de
Sarriá en Cataluña, tiene ahora 51, que, su­
mándoles otros 21 de las Hijas de María Au­
xiliadora, hacen 72.
Los cooperadores, que, a parte de su fer­
vor maravilloso, contábanse con los dedos de
una mano, fprman hoy un ejército admirable
que, bajo la egida de San Juan Bosco, vigo­
riza, impulsa y sostiene obras de enorme en­
vergadura en el campo de nuestro apostolado.
Y junto a este ejército, otro también muy nu­
meroso, ágil y optimista, el de los ex alumnos,
marcha luchando y cantando bien nutrido de
esencias religiosas, a la conquista segura del
porvenir.
Más aún; mientras al conjuro milagroso de
San Juan Bosco, el solar español se ha venido
enriqueciendo cada año de un nuevo Colegio
salesiano donde decenas de miles de jóvenes
han hallado su felicidad, y mientros esos ejér­
citos magníficos del bien integrados por ex
alumnos y cooperadores han venido engro­
sándose más y más con nuevos batallones de
refresco, en la cumbre del Tibidabo, que por
voluntad e inspiración de nuestro Santo es
y será siempre la montaña sagrada del Divino

Corazón, han ido colocándose, una sobre otra,
las piedras de un templo votivo que, a no tar­
dar, rematará la gran obra arquitectónica, y que,
después de anudar en el espacio las elegantes
curvas de su inmenso baldaquino, se abrirá
dulcemente como un capullo para recibir a
Jesús, flor de realeza, cuya imagen broncí­
nea, para mejor representar al Am or siempre
flagrante, ha querido crepitar en los hornos
y hacerse ascua de fuego.
Para nosotros, ese templo poderoso, esas
piedras imperiales que suben de un modo in­
fatigable para servir de trono a Jesucristo, ade­
más de representar la liquidación de una deuda
que San Juan Bosco contrajo cuando estuvo
en Barcelona, vienen a materializar del modo
más bellamente posible el amor que él ha te­
nido siempre por España, de cuyos dolores
y desgracias será el Tibidabo seguro invio­
lable.
Con acento conmovido de plegaria, y acu­
ciados por las mil incertidumbres de la hora
presente, dirigímonos, para terminar, a nues­
tro amable Santo, recordándole aquellos días
triunfales de 1886, y pidiéndole interponga su
válida intercesión, a fin de que, tanto la ciu­
dad que hoy se gloría de haberle visto y aga­
sajado en vida como la patria española que cual
madre amorosa ha dado calor a sus obras,
triunfen de las fuerzas del mal que quieren
hacerles perder su puesto en el Corazón de
Jesús y la fe tradicional que las hizo grandes.

Sres Cooperadores,

consultad ei

tesoro

e s p ir it u a l

Propagad la O B R A PÍA DEL S G D O C O R A Z Ó N . Véase la cubierta de nuestro ‘Boletín .
94

T
La estatua de
San Juan Bosco
^ en la Basílica Vaticana
Acto de su descubrimiento y bendición.
Día feriado el 31 de enero parcía no mos­
trarse propicio a dar calor a esta solemnidad,
no obstante haber sido anunciada por toda
la prensa de Roma. Sólo cuando en los barrios
de la capital empezaron a bullir n los balitas »
uniformados y «las pequeñas italianas» de
falda negra y blusa blanca, enteróse el vecin­
dario de la fiesta que en San Pedro se estaba
preparando.
Dándonos un paseo fuimos nosotros la tarde
del día anterior a la gran basílica...
Pocos forasteros, un obrero que manejando
una pulidora eléctrica asperonea los últimos
IT.armóles de la inmensa nave central, cuyo
pavimento, ahora nítido y esplendoroso de co­
lor, el Santo Padre ha dejado completamente
renovado. Al pie de la estatua de bronce de
San Pedro un enhiesto castillete rodado alto
de cuarenta metros, desde el cual los « sampietrini ' dan la última mano de limpieza a
la colosal estatua de San Juan Bosco, alojada
ya en su elevado nicho, mientras frente al juego
de pilastras que sigue más abalo, otro casti­
llete parecido hace accesible la estatua de San
Juan Bautista La Salle no sabemos con qué
objeto.
La placidez de la hora y la escasa afluencia
de visitantes invitan a curiosear lo que a uno
tnás le interesa, y lo que a nosotros nos inte­
resaba en aquel momento era la nueva estatua
de nuestro Santo y lo que con ella tenía re­
lación.
4

f

Un gran acierto artístico.
^'Os retiramos hasta el pilar opuesto para
verla bien de frente... es magnífica su perságil de cuerfK) y con un brazo ya pro­
yectado en el espacio parece querer lanzarse
«mp, luuso fuera de aquel nicho, presa de su
*rnor ificuntenible hacia la cabeza visible de
la Iticsia simbolizada en el altar de la confe95

sión. Una figura de adolescente, que repre­
senta a las juventudes de los pueblos civiles
y se quiere sea Domingo Savio, hállase de pie
a su izquierda dulcemente inclinada sobre el
corazón del Santo, mientras otra figura púber
pero de raza exótica, exponente de los pueblos
donde trabaja el misionero salesiano, ofrécese
delante, también de pie, como si implorase
la protección de Don Bosco, y en una actitud
de encogimiento y timidez que cautivan a la
vez que conmueven.
Visto el grupo escultórico desde más allá,
en el crucero, produce siempre el mismo efecto;
si se le contempla de perfil, aún es más imprepresionante, a causa del enorme dinamismo
que el escultor ha sabido infundir en el mármol.
La fisonomía de Don Bosco ha salido tan
caracterizada, que a media legua se la recono­
cería. Cabeza magnífica de condottiero de al­
mas, enérgicamente cuadrada pero sin dureza;
ojos fascinadores profundamente encuevados
en el misterio; labios que se dirían la rúbrica
tle una voluntad acostumbrada siempre a ven­
cer.
No es éste el Don Bosco que hemos visto
hasta ahora, con las manos compuestas so­
bre el pecho en actitud de apacible dulzura;
es el Don Bosco apóstol en el que irrumpen
los ideales y el celo se ve relampaguear; es
el adalid ambicioso de conquistas; es el ángel
defensor de juventudes en flor. El laureado
escultor Sr. Canónica ha conseguido plena­
mente una obra maestra de! cincel, digna del
lugar que ocupa en el mayor templo de la ca­
tolicidad.
Con ésta, son ya 33 las estatuas de Santos
fundadores que se perfilan triunfantes. Que­
dan ahora sólo seis puestos vacíos de los cuales
— según oímos decir — hay ya cuatro com­
prometidos, para Santa María Micaela fun­
dadora de las Siervas del Sacramento, que
hará el número 5¡iete entre los fundadores es­
pañoles; Santa Lucía Filippini fundadora de
las Maestras Pías, Santa Luisa de Marillac
y Santa juana Thouret, que lo son respec­
tivamente de las Hijas v Hermanas de la Ca­
ridad.
La fiesta del 31.
T u vo dos facetas algo dispares: a la cere­
monia, que fue sencillísima porque ni el acto
daba más de sí ni el protocolo de la basílica
consentía otra cosa, correspondió una concu­
rrencia grandiosa y sin precedentes en actos’
como el que se celebraba.
El Exemo Sr. Ministro de Educación Na­

96



cional, Sr. De Vecchi, que tiene bien demos­
trado su amor.a Don Bosco, ordenó la asisten­
cia de las escuelas gubernativas de ambos se­
xos que hay en la ciudad, las cuales llenaron
la nave central en todo su largo y ancho, v,
sumadas estas juventudes a las -de los cole­
gios Salesianos e Hijas de María Auxiliadora,
que fueron a agruparse en el crucero, bien
puede ser computado el número dé escola­
res que asistieron en unos 15.000.
L o restante del público, hasta llenar el templo,
estaba integrado por autoridades, represen­
taciones oficiales, cuerpo diplómatico acredi­
tado de varias naciones, dignatarios pontificios,
órdenes y comunidades religiosas, amigos y
cooperadores.
A las 11,30, hizo su entrada el Emmo Car­
denal Pacelli con su corte, acompañándole el
Emm. Cardenal Salotti, y a las 12 la ceremonia
estaba terminada.
Ejecutados por una polifonía salesiana de
180 voces un himno a Don Bosco y las Acclamationes a Pío X I, obras ambas compuestas
y dirigidas por nuestro ya célebre P. Antolisei, el velo blanco con que había sido cubierta
la estatua de San Juan Bosco elevóse rápido
para perderse en la cornisa, y dejó de mani­
fiesto el gesto expresivo y la silueta imponente
del Santo, que fué saludado con tempesta­
des de vivas y aplausos, mientras inmó\’iles
e iluminados de gozo clavábanse los ojos en
la cándida belleza de aquel mármol.
Una vez restablecido el silencio, el P. Tommasetti. Procurador Gral de la Sociedad Sa­
lesiana, sustituyendo al Rvmo Rector Mayor,
a quien una ligera indisposición retuvo en
Turín, y cuya representación ostentaba d
Sr. Consejero General Rvmo P. Antonio Can­
dela, acercóse al micrófono y leyó este breve
saludo:
Tres son ios principales motivos de gozo qut
embargan a los salesianos en estos momentos en
que San Juan Bosco ocupa su puesto entre los
grandes Fundadores religiosos, inmortalizados en
el mármol, que vienen de tiempo en tiempo *
aumentar el esplendor de este máximo templo
de la cristiandad.
Gózanse los salesianos de que haya correspondido a V. Eminencia Rvma inaugurar con lo
bendición del cielo este monumento de su Padre,
porque en la persona de V. Eminencia venaran
al Cardenal Protector de su Congregación.
Gózanse, además, los salesianos, y gózanse dt
un modo inefable, al considerar ¡a benignidad
de! Santo Padre que se há dignado señalar *
Don Bosco un lugar tan conspicuo en ¡a Basílica-

r

SAN JUAN

BOSCO

Los niños de las Escuelas públicas dirigiéndose eo formación a la basílica de San Pedro.

E l ojo del espectador, atraído por esta estatua,
tendrá que llegar a ella mediante dos visiones succsixias: A l pie de las pilastras, la Tnajestad del
Principe de los Apóstoles, y en el centro, la ra­
diante figura del angélico Pió I X . San Pedro,
del que Don Bosco con fe ardiente y edificante
sencillez de estilo narró la vida al pueblo, y Pío
IX , que amó paternalmente al Santo v que de
él fu é filialmente correspondido.
Gózanse, finalmente, los salesianos de que la
insuperable maestría del escultor haya conseguido,
de un modo tan feliz, fijar la imagen de Don Bosco
en la actitud que mejor corresponde a la natura­
leza de su apostolado. Vedlo, al Santo, como
estrecha con afecto a ¡a juventud de los pueblos
civiles V de todas las tierras de misión y como
les señala el Altar de la Confesión, imitándo­
les a dirigirse a él y diciéndoks: «
salX'ación, hijos míos, está aqui, porque aquí está
Pedro y U B I P E T P U S I B I E C C L E S IA .
En aquellos tiempos hostiles al Papado, Don
Bosco se mantuvo fidelísimo al Vicario de Jesu­
cristo, en quien veía el maestro, el guia, el bien­
hechor de la humanidad.
El P. Tommasetti, después do una feliz
alusión al tratado de Conciliación celebrado
entre la Iglesia y el Estado Italiano, hecho
que había constituido siempre uno de los gran98

des sueños de S. Juan Bosco, terminó dando las
gracias a Cardenales y Autoridades, y a todos
los demás concurrentes, y acto seguido, el
Emm. Cardenal Pacelli, con la sencilla rúbrica
del ritual, bendijo e l . grupo escultórico.
Nuevos cánticos e interminables aplausos, y
por las anchas puertas de la Basílica ríos de
juventudes empezaron a derramarse por la in­
mensa plaza.

Recapitulemos.
A sólo 48 años de distancia, y en la fecha
misma en que Don Bosco moría en su pobre
celda de Valdocco, su estatua álzase ya majes­
tuosa en medio de la soberbia corona de San­
tos Fundadores de Ordenes Religiosas.
}Qué modo de ascender el suyo! cuarenta
añtís de asombrosa actividad quemada gota a
gota en el brasero inefable del sacrificio; des­
pués, la suprema paz del sueño de los justos.
Algunos meses de recogimiento en tom o de
la tumba llorada y bendecida de Valsálice,
seguidos de un intenso movimiento para con­
seguir que su santidad proclamada por el pue­
blo fuése examinada y ratificada por la auto­
ridad suprema de la Iglesia, e inmediatamente
las fechas rapidísimas de la canonización. En

i

f

1929, Beato; en 1934, Santo; y en 1936 la
figura de Don Bosco se alza ya en San Pedro,
reproducidas en el mármol por la magia del
arte las líneas gigantescas de su grandeza y
la enorme vastedad de la obra que en \nda
supo imaginar y crear, para mayor gloria de
Dios.
He aquí los hechos, las fechas, las sucesi­
vas etapas vertiginosamente superadas que se
nos vienen a la mente mientras desfilamos
también nosotros, empujados por el poder de
arrastre de las turbas que desalojan el Vati­
cano.
De hoy en adelante, el peregrino, el viajero,
el artista que recorra las naves de San Pedro,
encontrará una estatua de más en esta espe­
cie de Olimpo cristiano proporcionado a los
grandes héroes de la santidad por el cariño glorificador de la Iglesia; las guías de Roma con­
signarán en sus páginas una nueva obra de
arte; un gran escultor triunfará con su genio
allí donde tantos triunfos se han ido acumu­
lando en el rodar de los siglos.
Pero además, y por encima de todo esto, el
alma y corazón del creyente, se elevarán desde
el bronce del Pescador de Galilea gastado por
el continuo rozar amoroso de los labios de

las generaciones, hasta el fresco bloque de
mármol «Victoria » que representa a Don Bosco,
y penetrarán en su masa para recoger el es­
píritu que en ella palpita, oirán las arcanas
armom'as de su silencio glorioso, se sentirán
conmovidos y subygados ante el gesto paterno
y protector del nuevo Apóstol, que, escru­
tando con su mirada las esfinges amenazado­
ras de los desiertos del por\’enir, estrecha con­
tra su pecho a las nacientes generaciones, ]iara
defenderlas e infundirlas alienU)S de vida re­
novadora; acaricia la cabeza de la humanidad
salvaje de nuestros días ungiéndola de una
suavidad y dulzura olvidadas y ya casi descono­
cidas; bendice en fin, con la diestra extendida,
como si quisiera perpetuar aquel gesto de
cuando estaba próximo a morir; «Tomad —
decía a sus hijos — tomad mi brazo ya para­
lizado, y haced con él acto de bendecir; yo pon­
dré la intención ».
Este brazo extendido de Don Bosco el arte
del escultor Canónica ha logrado ahora pe­
trificarlo para que siga bendiciendo después
de muerto. D e hoy más, en la gran nave de
la Basílica Vaticana, veráse proyectado, con
suave blancura estelar, este nuevo signo ine­
fable de amor y de protección.

El público de San Pedro aclamando a S an Juan Boeco.

99

KaTac) Bcrmudes con su madre

Gracia extraordinaria
atribuida a la intercesión
de San Juan Hosco.
Ataja una terrible gangrena declarada
mortal de necesidad.
La señorita Eufemia Lemos Velasco, decuriona salesiana de Tum aco (Colombia), nos re­
fiere el siguiente hecho avalado por varias fir­
mas que seguirán luego:
Un joven carpintero de esta localidad, lla­
mado Rafael Bermudes, el día 17 de julio de
1934, salió con otros jóvenes deportistas para
presenciar una partida de juego en la ciudad
de Pasto.
Había que salvar, en seis horas, alturas que
en Túquerres alcanzan los 3.000 metros, te­
niendo en cuenta que el punto de partida, o
sea 'rum aco, se encuentra a sólo dos metros
sobre el nivel del mar. Este cambio tan brusco
tlobió intluir de un modo nefasto en la s;mgre
del joven, que era de constitución sana y fuerte,
por cuanto, al llegar a Pasto, sentía ya calam­
bres muy dolorostís a lo largo de las piernas,
y a pesar de su buen ánimo y de imponerse
un gran esfuerzo para ir a presenciar el juego,
tuvo que desistir de ello y guardar cama en
el hotel.
Allí se le suministraron baños calientes, y
a los cinco días, siendo’ su estado muy alar­
mante, regresó a Tum aco con sus compañeros
que tuvieron que llevarlo en peso a su casa.

Repitieron sus padres los baños y le hicieron
miles de frotaciones, pero viendo que su hijo
no hacía más que empeorar llamaron al mé­
dico. El pobre muchacho sufría terriblemente;
tenía ampolladas las piernas, los .pies hincha­
dos y amoratados, y no podía descansar ni
acostarse.
Por qonsejo del Doctor fué llevado al hos­
pital de San Andrés, donde, sometido a di­
ligente examen, se le apreció gangrena en am­
bos pies, y llamado también a consulta el Dr.
Llórente, opinaron los dos médicos que el
caso no tenía remedio y que al joven tal vez
sólo podría salvársele amputándole ambas pier­
nas hasta el muslo.
Repugnaron los padres la operación que hu­
biera hecho de su hijo una piltrafa humana,
y siendo la madre muy buena y piadosa lo
puso todo en manos de San Juan Bosco, em­
pezándole inmediatamente una novena y co­
locando a! enfermo una reliquia del Santo en
forma de escapulario.
Los médicos, dando por inútil cualquier re­
medio, esperaban sólo en la fatalidad de la
muerte; una mujer curandera, a la cual tam­
bién se acudió hízole algunos lavados que pro­
dujeron momentáneo alivio, pero al cabo tuvo
también ella que desentenderse ante lo de.sesperado del caso.
Entretanto, la desventurada madre, hecha
un mar de lágrimas, se pasaba de rodillas ho­
ras enteras, mientras el hijo, sometido a ho­
rrible martirio, veía impotente como se le ca­
ían a pedazos las carnes cubiertas de gusanos
y se le desprendían los dos pies completa­
mente podridos, y fijos los ojos en la imagen
del crucifijo y en un cuadro de San Juan Bosco,
esperaba, con todos los sacramentos ya reci­
bidos, que llegase para él la última hora.
Pero ésta no había sonado por un milagro
de la bondad divina que glorifica a sus Santos.
A los tres días de empezada la novena y cuando

ya todo estaba dispuesto para los tristísimos
menesteres que trae consigo la muerte, el en­
fermo notó un cambio singular, sintióse más
animoso y fortalecido, y observó con inmensa
alegría que la caída de las carnes se había de­
tenido y que remitían igualmente y despare­
cían los acerbos dolores que antes padeciera.
Hoy — escribe'él mismo a la Srta Eufemia —
debido al inmenso favor de San Juan Bosco,
me encuentro completamente bien, tan sólo
con la pérdida de mis dos pies. Este favor lo
debo al milagroso Santo y le pido me dé li­
cencia para llegar ante el Santísimo a darle
gracias por este milagro palpable.
TE STIM O N IO D E L HECHO.

Los abajo suscritos, en obsequio de la verdad
y como testimonio de¡ gran milagro .efectuado
por San Bosco,
C ertificam os : Que nos consta, por haberlo visto
y presenciado, que el joven R afael B ermudes ,
hijo legitimo de Elcy Bermudes y de Remigia
Castillo de Bermudes, fu é llevado al Hospital
de esta ciudad en un estado lamentable de gan­
grena en ambas piernas, a consecuencia de haberse
helado en la ciudad de Pasto, Capital de este
Departamento de Nariño.
Que los médicos, Dr. Manuel Benitez D.,
Médico del Hospital, Dr. M ax Llórente O.,
Médico de Sanidad Nacional y Dr. Miguel
B. Muño^, de la Facultad de París, opinaron
de común acuerdo que para poder salvarlo era
necesario amputarle ambas piernas, desde los
muslos, pero los padres de Rafael no convinieron
en esta operación y resolvieron llevarlo a su casa.
La enfermedad avanzaba rápidamente; la feti­
dez era insoportable y tenía ya gusanos en abun­
dancia, al extremo que se le cayeron ambos pies;
se le desprendían las carnes de ambas piernas, en
la parte de abajo; los huesos, ya desnudos, caían
en pequeños pedazos, como calcinados, y, como
consecuencia, los dolores eran agudos, se oían

los quejidos desde muy lejos, no obstante de apli­
carle inyecciones y de darle calmantes.
Los médicos citados, asi como otro que llegó de
paso por esta isla, volvieron a conceptuar que
ya ni amputándole ambas piernas se salvaría,
que arreglaran todo lo necesario pata su entierro.
Los médicos no volvieron a verlo más y la mujer
que lo asistía también lo abandonó. En tan espan­
tosa situación, la madre de Rafael sale a la calle
desesperada y f’rt a casa de una familia en busca
de consuelo y allí le dan como último y más eficaz
recurso una imagen con su reliquia del bienaven­
turado San Juan Bosco, aconsejándole se la
pusiera como escapulario, con toda devoción y
fe, y que principiara esa misma noche la novena
del Santo, con el enfermo y sus hermanitos. En
efecto, la madre v el abatido enfermo principian
la novena llenos de esperanza y ¡oh portento! a
los pocos días estaba completamente deshinchado,
las heridas cicatrizadas y quedando las piernas
privadas de los pies como hábilmente arregladas
por un experto cirujano. Hoy se eticuetUra Rafael
completamente bien, puede mover las piernas y
arrodillarse, no tiene molestia alguna. Actual­
mente le están haciendo los pies de madera y
caucho y muy pronto cree podrá volver a su
carpintería..
Para que conste firmamos este certificado en
Tutnaco, a los ocho días del mes de septiembre.
Rafael Caicedo L . - Juan Antonio Góngora.
- M . Marceliano Castillo. - Roberto S. del
Castillo. - Eduardo Orejuela M. - Pedro P.
Quintero. - Angel M . Ruiz. - Martín Triviño.
- Moisés Olaya. - Ceferino Andrade. • Manuel
Preciado C. - Angel Murillo. - Enrique Qui­
ñones. - Moisés Olaya B. - Luis L . Quintero.
- Alejandro Quiñones M . - Téofilo M. Castro A.
- R. del Castillo A. - Modesto Pasque). Marceliano Castillo C. - José A. Tello. - Fe­
derico Torres S . - Cinecio Aguiño E. - losé
Esteban Castillo.

LA OBRA DE DON SOSCO EN
ESPAÑA Y AMERICA
Relaciones enviadas al Rector Mayor.

ESPAÑA - Astudíllo. — Visita del Señor
Obispo diocesano.
El domingo 2 de diciembre los amplios patios
y dependencias del Colegio Salesiano de Misiones
se vieron invadidos de astudillanos, ávidos de
conocer al excelentísimo señor Obispo, Dr. Manuel
González, que había prometido una visita a los
hijos de Sun Juan Hosco.
Cuando el <auto» que conducía a su Excelencia
apareció en el patio, la multitud enorme que le aguar­
daba prorrumpió en estrepitosos aplausos.
El señor Obispo, entre los apretones de la mul­
titud que pugnaba por besarle el anillo, entró en el
teatro mientras el Coro del Colegio cantaba el * Sacerdos et Póntifex». Terminado esto, el salesiano
don Tomás Alonso le dió la bienvenida en nombre
del Colegio. Exaltó la figura del Prelado, apóstol
de In Eucaristía, aureolado de martirio, y mostró
el contento de los salesianos por tener tal Pastor,
tanto, que se atrevían a afirmar que tenían dos Obis­
pos salesianos en España. Ponderó su devoción a
Don Hosco y María Auxiliadora, en tantas ocasio­
nes demostrada, y terminó pidiendo una bendición

para Superiores y Aspirantes Misioneros, con cuya
eficacia puedan seguir las huellas de San Juan Hosco
y San Francisco Javier.
El coro ejecutó una brillante jota y la Banda pre­
ciosas piezas, y seguidamente se levantó el señor
Obispo.
Agradeció la filial acogida que se le había tribu­
tado y expuso su amor a la Obra Salesiana, diciendo
que desde niño, su madre le había enseñado a amar
a María Auxiliadora y a Don Hosco, y que no

Paraná. - Juegos inaugurados el dia de San Luis
para los oratorlanos.

quería dejarse ganar por nadie en este amor, y en
prueba de ello, llevaba continuamente, junto a su
corazón, la reliquia de este Santo; añadió que amaba
entrañablemente a sus hijos, y por eso, la primera
vez que sale de la capital es para hacedles una vi­
sita.
Dirigió también palabras de elogio a los astudillunos.
A las cuatro el público ocupó totalmente el teatro.
Por el palco escénico pasaron varios niños, que
con fino gusto y consumada maestría declamaron
discursitos. poesías y diálogos de ocasión en honor
del bondadoso Prelado, la Banda ejecutó selectas
piezas y cuando comenzaba a anochecer, el ilustre
huésped, bien a pesar suyo, se %*ió precisado a
abandonar la casa salesiana.

ARG EN TIN A - Paraná, —
niño” .

Paraná. - Oratorio fc:sti\'o. - A la pesca de caramelos.

102

Ei “ Día del

Fué este « Día del Niño » o « Fiesta de San Luis *
una de las manifestaciones, de este nuevo Colegio
Salesiano de la República Argentina que ha desper­
tado más entusiasmo en la niñez y simpatía en la
población.
Llegado el gran dia, al canto del gallo ya estaba
todo el mundo de pie corriendo por los patios con

'

MZif!
Salla. - Les exalumnos fueron los primeros en acudir a las Jomadas Eucaristicas organizadas con motivo de las flestas.

el fardo de los juegos, trepando muros, izando ban*
deras, dispuestos a recibir al enjambre bullanguero
de oratorianos que no se hicieron esperar, llenando
el ambiente con sus gritos de alegría.
La Capilla fué insuficiente, debiendo les personas
mayores ceder sus puestos a los pequeños que en
crecidísimo número venían a honrar a su Santo
Patrono. Antes de la misa, el Rrao. Sr. Canónigo
Don José Dobler bendijo su devotísima imagen y
celebró luego el Santo Sacrificio, durante el cual, en
un vibrante coro de rezos y cantos, ascendía al cielo
la valiosa oración de nuestros niños oratorianos,
aproximándose luego numerosos a recibir el Pan
de los Angeles.
Salidos de la Iglesia, se tributó un sencillo
pero caluroso homenaje a las Srtas Cooperadoras,
en reconocimiento por su sacrificada y entusiasta
labor en favor del Oratorio.
Y a todos los niños, que pasaban de 500, se les fué
síiAÍendo el apetitoso desayuno, a medida que iban
pasando al Parque de Juegos donde se mantuvieron
entretenidos y alegres en más de 30 juegos distintos
y en interesante y reñido encuentro de foot-ball
basta el medio día, retirándose luego a sus casas.
Por la tarde voKieron puntualmente todos los
niños, si cabe con mayor entusiasmo, para, can­
tando y rezando, llcN'ar en triunfo a su angelical
modelo San Luis Gonzaga, y vuelta después a las
carreras y diversiones.
Como remate de fiesta se obsequió a todos con
um función cinematográfica, apadrinada por el Sr.
Intendente Municipal,.Ingeniero Francisco Bertozzi.

ARGENTINA - Salta. — Veinticinco años
de labor salesiana.
Como armonioso preludio de las grandes fiestas
jubilares v a fin de preparar el camino a la gracia

del Señor, consagráronse tres días en los que las
conferencias de Rdo. P. Eniique Ferlini, distin­
guido orador sagrado y el afecto y entusiasmo ha­
cia los hijos de Don Bosco atrajeron a un gran nú­
mero de fieles.
Doscientos cincuenta tucumanos y con ellos dos
hombres qjie han dejado historia y recuerdos en
el corazón de la juventud salteña, el Padre De An­
drea y el Padre Bonfanti determinaron asociarse a
nuestro júbilo y honramos con su presencia y el
recibimiento al apearse del tren fué apoteósico, ha­
biendo acudido a la estación 10.000 personas.
Sentido homenaie de gratitud. — Paia cumplir con
el más sagrado de los deberes, los niños de Tucumán,
y los Exploradores de Don Bosco, que lucían su
marcial uniforme, dirigiéronse a la catedral, donde
descansan los restos de los grandes benefactores de
la Obra de Don Bosco en Salta, Monseñor Linares
y Mons. Romero, a saludarlos con sus preces; de allí
se trasladaron a la ciudad de los muertos para saludar
a su otro grande bienhechor Don Angel 2^rda; los
cipreses que pueblan la necrópolis parecían que­
rer unirse, con su canto lúgubre, a la lúgubre ex­
presión de los corazones, honda y sentidamente
manifestada en sus discursos.
El plueblo de Salta aplaudió esta escena conmo'
vedora, elocuente demostración de que los hijos de
Don Bosco jamás olvidan a sus generosos amigos.
S alu d o a l a P a t r ia . — Porque era el día de la
patrona de las Américas y porque nunca se exal­
tará demasiado el sagrado dualismo * Dios y Patria
los gimnastas tucumanos y exploradores de Don Bos­
co, en gallardo y magnífico desfile, saludaron la ban­
dera nacional, tras una breve arenga del Tnte. Co­
ronel Marcos Villa Delmue, y a su voz de mando,
juraron por Dios y por la Patria defenderla hasta
morir.

103

LAS FIESTAS
JUBILARES
DE SALTA
( A R G E N T I N A )

Correctos desfiles de los alum­
nos de “ Angel Zerda ” y del
Colegio de Tucumán.

Brindaron en segnii<ia los nrtuchachos al numen»o público un variadísimo programa de escogi­
dos ejercicios, recogiendo al final de cada uno el
más sincero aplauso de aprobación.
El cuerpo de ciclistas fué el que arrancó las más
vibrantes ovaciones.
L.\s ESCUELAS PROFESIONALES. — Para que no fal­
tara la simpática nota de los escolares artesanos,
que %"an atesorando con sus manos y su espíritu tas
enseñanzas salvadoras de Don Bosco, tuvo lugar
un lucidísimo acto escolar profesional, que ellos
dedicaron a las autoridades comerciales e industria­
les de la Provincia. En magníficas disertaciones, de­
mostraron al público que llenaba los talleres lo
profundo de los conocimientos adquiridos. Bendijéronse luego nuevas máquinas, que vienen a
enriquecer más y más el <utillaje ♦ de estas magní­
ficas Escuelas Profesionales

La perfección de los ejercicios, ejecutados con
impecable maestría, causó admiración a los espec­
tadores.
U n a EVOC.ACION d e B o n B o s c o . — El Rvdo Sr. Ins­
pector padre Cabrini con su sonrisa alegró nues­
tras fiestas, y con su apluso las animó. ¡Qué bien ha
evocado en nuestras almas la imagen de Don Bosco I
Aquella sonrisa ha quedado Botando en los cora­
zones salteóos que no olvidarán estas Fiestas Ju­
bilares

CHILE • Iquique. — Las fiestas de la
Canonización de Don Bosco.
Resultaron muy hermosas, muy concurridas y de
mucho fruto espiritual. Como preparación, y con
el fin de caldear los ánimos en el amor a D. Bosco,
la Comisión de festejos tuvo el feliz acuerdo de

Salta. - Las más altas jerarqufas de» ejército en e* Coléelo "Aniíe» Zerda” celebrando las fleslas iubllare*.
L as bodas de p l a t a . — Y llegó el i“ de Septiem­
bre, el día cumbre, el día que iba a encerrar en s<
las magnificencias de los anteriores, en un inmenso
latir de corazones que al unisono palpitaban de
amor y de entusiasmo hacia la obra de Don Bosco
> hacía sus representantes.
E l ban q u e te E u c .a r istico . — Y para saludar esta
aurora plateada de los 25 años, numerosos jóvenes
ex alumnos, en devota caravana, e incontables ad­
miradores que llenaban el patio del Colegio, se acer­
caron a la inefable mesa de manteles blancos y de
comida blanca que ofrece Jesús; una Comunión de
agradecimiento a Dios por los favores concedidos
a Salta, durante 2^ años de rida Salesiana en esta
provincia.
Los TÜCCMA.SOS en S a l t a . — Por ía tarde, el
cuerpo de ginuiastas tucumanos, en correcta forma­
ción, desfilaron ante las distinguidas autoridades
> público, recogiendo salvas de sinceros y entusias­
tas aplausos.

preparar una Velada literario musical en el espacioso
teatro Arauco, en que tomaron parte destacadas
personalidades y que resultó Mpléndída.
Don Domingo Mongillo, Cónsul de Italia en esta
ciudad, desarrolló el tema; « Don Bosco, Santo Ita­
liano », logrando ampliamente su cometido.
La Sita. Hilda Rojas, Directora del Liceo de Niñas
y fervorosa cooperadora salesiana, disertó sobre la
influencia de la madre cristiana en la formación del
hombre, trayendo a colación la enorme influencia de
Mamá Margarita en la educación de Don Bosco. Put
'último, D. Eduardo Freí, Director del importante
rotativo local ; El Tarapacá «, estudió la personalidad
del Santo en sus aspectos generales, haciendo resal­
tar su espíritu modernísimo.
Como término de esta preciosísima Velada que
ha dejado recuerdos tmboirables en la selecta y nu­
merosa concurrencia, el público a'dmiró y aplaudió
con entusiasmo un cuadro plástico acompañado de
un gran coro, presentado en toda la amplitud del

^

105

escenario .poi la? alumnas del Liceo de María
Auxiliadoiu.
El hermoso cuadio simbolizaba! la Obra de D. So­
sco esparcida en todo el mundo, estando todas las
ñtturas humanas que representaban a las naciones,
enlazadas poi una cadena de oro, símbolo de la unidad
de la Obra, que a la vez es símbolo de la unidad del
Catolicismo.
Kn la parte espiritual, podemos decir que las mayo­
res solemnidades' de que es capaz el culto católico
en esta ciudad, fueron las de D. Bosco, celebrando su
Canonización. Para que los heles tuvieran todas las
comodidades de acercarse a los Santos Sacramentos
y participaran de todas las solemnidades, de acuerdo
con los deseos del Sr. Inspector, las festividades
relÍKÍosHS se efectuaron en los tres principales templos
de la ciudad.
El día 15, fiesta de la Asunción, correspondió al
'l’cmplo salesiano, arreglado con todo primor por
las relÍKÍosas de María Auxiliadora que, con sus
numerosas alumnas, ex alumnas y cooperadoras, se
unieron a las festividades del Santo y común Fun­
dador. En las tres primeras misas hubo numerosas
comuniones, sobie todo de niños. A las to se cantó
uim hermosísima misa, e hizo el panegfiico el Pbro.
D. Moisés Diez, cooperador salesiano.
El pequeño Clero realzó la solemnidad con la
exactitud de las ceremonias y una compostura y
piedad edificantísimas.
El día i6 correspondió al Templo de San Franci.sco. Estos beneméritos religiosos siempre se han
distinguido por su acendrado cariño por D. Bosco;
no olvidan que empezó su Obra de los Catecismos
en uno de sus templos.
Cantó la Misa el P. Luis, Superior del Convento, e
hizo el panegírico el P. Gerardo, de la misma Orden.
El día 17 se celebró el día de los niños en el Co­
legio Salesiano: hubo muchas comuniones, y en la
gran concentración de la tarde les dirigió la palabra
el Señor Director.
Tyas fiestas terminaron el 18 de Agosto, revistiendo
uii.i solemnidad especialísima, y celebrándose en la

Iglesia Catedral, que fué adornada con arte exquisito
y delicado por un grupo de distinguidas coopera­
doras salesianas.
A las 10 V2
limo Sr. Vicario General ofició la
Misa solemne en que los coros formados por los
alumnos y ex alumnos salesianos ejecutaron magistialmente la Misa del Maestro Adolfo Bossi, a tres
vocea mixtas.
.
Una numerosísima concurrencia llenaba comple­
tamente la hermosa y vasta iglesia Catedral. Ei pa­
negírico estuvo a cargo del eminente orador sagrado,
Pbro. D. José A. Valenzuela, que, en elocuentes
frases describ'ó la gran personalidad del Santo.
En la farde se realizó la procesión. La estatua
de Don Bosco fué llevada triunfalmente en una
anda hermosísima, aneglada con todo primor por
las hijas de María Auxiliadora y sus alumnas.
Llevaba la Reliquia del Santo el limo Sr. Vicario
General, en repiesentación del Exémo Sr. Obispo
que no pudo concuriir por estar enfermo.
Además de los dos Colegios salesianos, asistieron
los demás colegios católicos y casi la totalidad de
las instituciones parroquiales con sus estandartes,
y numerosos fieles y amigos de la Sociedad Salesiana.
La gran procesión salió del Colegio D. Bosco,
dirigiéndose por la magnífica Avenida de Vivar hacia
la Catedral, en una apretada y ordenadísima co­
lumna que ocupaba más de seis cuadras.
Al llegar a la Catedral, se dirigió a los católicos
allí presentes el Director del Colegio D. Bosco,
Pbro D. José María Aldana, agradeciendo la coo­
peración qüe en todo momento se había prestado
para solemnizar los diversos actos celebrados.
Pidió una oración muy especial por la salud de!
Exemo Sr. Obispo que, con gran sentimiento, se
vió privado de tomar parte en las Festividades, tanto
más cuanto que había diferido su viaje a la Capiial,
para acompañar a sus queridos salesianos en los
solemnes festejos de su Santo Fundador.
La Comisión de festejos, presidida por el Pbro
D. Luis Riquelme, con su actividad v acierto ha
realizado verdaderos prodigios

Salta. • El Sr. Dircciot del Colegio expone ame 3.00D perdonas todo el bien realizado en estos 25 a&os.

106

T

DE N U E S T R A S M I S I O N E S
Progresos

de

la

Obra

S^lesiana en

Tokio.
Rvdo Sr. Don Pedro Ricaldone,
Muy amado Padre: Buenas, y más que bue­
nas, buenísimas son las noticias que hoy me
cabe la satisfacción de comunicarle, de este
nuevo campo de misión.
Le aseguro que da gusto trabajar en Tokio.
Todas las puertas se nos abren, y dondequiera
encontramos personas dispuestas a ayudarnos,
lo mismo en el elemento extrangero que en el
japonés.
C O O P E R A D O R E S IL U S T R E S — Su de­
seo de crear aquí una extensa y sólida red de
cooperación marcha viento en popa, gracias,
en primer lugar, a la Providencia Divina que
vela sobre nosotros con amor más que maternal,
V luego a la eficaz e imponderable benevolen­
cia del Ministro o Encargado de Negocios de
España, que tiene un conocimiento perfecto
de nuestras obras y nos hace objeto de conti­
nuas delicadezas.
¡Que Dios se lo pague! Dignóse poco hace
pasar una carta de recomendación a todas las
Embajadas y Legaciones de esta capital, y 39
contestaron inmediatamente, ofreciéndose y
suscribiendo cuotas de limosna en calidad de
cooperadores. Figuran entre ellos los Excmos
Embajadores de Italia, Francia, Bélgica, Bra­
sil, Estados Unidos; los Ministros de Portugal,
•Argentina, Colombia, Chile, Perú, Cuba, Ru­
mania, Suiza, Irán, Polonia; y los Cónsules
de Venezuela, Ecuador, Bolivia, Panamá.
El día 14 de diciembre, catorce de ellos,
a\*isándonos previamente, vinieron a nuestra
Misión, donde fueron objeto de cordiales aga­
sajos, en los que tomaron parte más de mil
niños, aun cuando sólo 800 pudieron ser acomo­
dados en el salón, que no tiene capacidad para
más. Los ilustres visitantes despidiéronse ex­

presando su satisfacción y reiterando su in­
condicional apoyo.
Algunos son ex alumnos salesianos — ¡ cómo
se va agrandando en el mundo la figura de
Don Bosco! — otros eran ya fervientes coo­
peradores en sus respectivas naciones; otros,
en fin, no nos conocían y ni siquiera son cató­
licos, pero en su calidad de hombres cultos
y objetivos han visto lo que aquí se hace y
toda la simpatía que irradia la labor salesiana.
Gracias al ejemplo y acaso también a amis­
tosas recomendaciones de estos buenos se­
ñores, son ya bastantes las personalidades japo­
nesas que han venido igualmente a ofrecer su
concurto, y de este modo nuestra recién na­
cida Asociación de Cooperadores pronto po­
drá codearse con otras que llevan muchos
años de constituidas.
Estas valiosas asistencias nos han permitido
por de pronto recoger a numerosos hijos de
obreros, para tenerles y educarles en nues­
tra casa mientras éstos atienden a su trabajo,
y acariciar proyectos de realización inmediata
tan importantes como un dispensario y una
escuela de artes y oficios a la que asistirán
como externos multitud de muchachos po­
bres, simultaneando sus tareas con las de los
establecimientos docentes del estado.
L A S N A V ID A D E S — Queríamos este año
celebrarlas con el mayor esplendor, y nues­
tros trabajos, que no han sido pocos, se han
visto coronados con un éxito en el que no ha­
bíamos soñado.
Estas Navidades de Mikawashima son en
extremo típicas entre los católicos de Tokio,
y para que resultaran como ellos las espera­
ban tuve que imponerme la tarea de llamar
a muchas puertas en demanda de recursos, y
Dios me inspiró que acudiera a las Comuni­
dades Religiosas de la capital, las cuales han
correspondido con una generosidad y un amor
10 7

fraterno que me han conmovido profundamente.
Cinco de ellas, cuyos nombres no cito porque
seguramente me lo reprocharían, enviáronme
sendos automóviles cargados de ropas, dulces,
juguetes y qué sé yo cuantas cosas más. Las
restantes ayudaron con donativos de dinero
para que pudiéramos obsequiar debidamente a
nuestros niños y hacer hasta partícipes a sus
familias.
Toda una semana emplearon los jóvenes de
Acción Católica en ordenar el material recibido, preparando 1.300 paquetes con los más
variados objetos, y i.ooo de sólo dulces. Para
evitar confusiones, el día de la fiesta anuncié
que los «vale» para poder recibir los rega­
los se repartirían el 24, y nuestro asombro
no tuvo límites al ver que, a los treinta minu­
tos de abierta la puerta, el patio se nos había
inundado de niños de tal manera, que, antes
de la hora señalada, tuve que alinearlos por
cursos y sexos y ordenar la distribución, que
con gran orden llevaron a cabo los referidos
jóvenes y muchachas de la Acción Católica,
distribuyendo unos i.ooo vales.
Fué éste el preludio de la gran invasión
que habíamos de ver el día siguiente.
En previsión de posibles desórdenes, preparé
grandes cartelones indicadores y me hice cons­
truir un megáfono para poder dar con efica­
cia las oportunas órdenes.
Aquella noche tuvimos la fiesta sólo para
los cristianos. Bendición solemne, teatro, cine,
cantos, lotería... y Misa de media noche con
más de 150 comuniones.
E L D IA 25. — Por la mañana, hubo misa,
un bautismo y ocho primeras comuniones. A
las once empezaron los preparativos para la
fiesta del árbol de Navidad dedicada a los ni­
ños, empleándose activamente en los traba­
jos más de cuarenta de ellos. La capilla con­
vertida en bazar presentaba un aspecto por
demás pintoresco.
En una extensión de más de 60 metros cu­
brimos el patio con esteras para que las cria­
turas pudiesen sentarse, y a la una se abrió
la puerta.
La multitud que en el acto irrumpió dentro
de casa fué tal que yo jamás había visto cosa
semejante. Rezamos un .Vvemaría para que
la \'irgcn nos indicase el mejor modo de ba­
rajar aquellas masas infantiles y evitar que
la confusión y el desorden nos aguasen la fiesta,
y todo nos s;ilió a pedir de boca. Contados
en seguida los niños, viraos que pasaban de
dos mil. ¡Q ué alegría para el misionero!
Las autoridades e invitados aparecieron a

108

eso de las dos y media. El primero en llegar
fué el Ministro de Portugal con su esposa,
más tarde el Embajador de Italia, y luego el
del Brasil con el Cónsul de la misma nación,
ex alumno de nuestra casa de Río Janeiro. Re­
cibimos también con todos los honores a Ma­
dama Kawai, dama de honor de la emperatriz
y a dos hijas de ministros japoneses.
Todos los números del programa fueron se­
guidos con el mayor interés, y en los inter­
medios las alumnas del Colegio de Saint Paul
de Chartres de Tokio fueron las encargadas
de repartir hasta 1.300 paquetes de dulces,
ayudadas por las jóvenes de la Acción Católica.
Terminada la representación teatral, el me­
gáfono empezó a atronar los espacios dando
órdens y más" órdenes, a las que dócilmente
obedecían los grupos, presentándose a reci­
bir los regalos de antemano preparados, y a
las cuatro todos estaban ya de nuevo en sus
casas, con enorme algazara y locos de alegría.
Aún hubo otra fiestecita por la noche, de­
dicada a los padres de estos niños, que asis­
tieron en número de 400.
Para ellos hubo teatro, cine y una Confe­
rencia con proyecciones, y en los intermedios
se hizo una rifa y se les distribuyó arroz, shoyú^
verduras, pescado, escobas, quincallería, ja­
bones, medicinas, etc.
Así terminó, este año, amado Padre, nuestra
fiesta de Navidad, que seguramente dejará grato
recuerdo en todas las familias del barrio, pues
estoy seguro de que ni una siquiera dejó de
recibir algún regalito por conducto de sus hijos.
En el momento en que escribo estos renglo­
nes, mis cristianos y toda la comunidad están
atareados fabricando los machis destinados a
los pobres. Todo japonés por pobre que sea
debe comer este pastel el día primero de año.
Enterados nosotros de que en nuestro barrio
hay unas I20 familias que, a causa de su ex­
trema miseria, no podrán comprarlo, hemos
decidido que tampoco a ellas les falte, a fin
de que prueben estos pobrecitos las exquisi­
teces de la caridad cristiana.
Uno de estos días, aprovechando el paso
por Tukío de Mons. Cimatti, he obtenido que
nuestro buenísimo Prefecto Apostólico y nues­
tro incomparable Don Margiaria, ambos músi­
cos muy notables, den un concierto de benefi­
cencia en la Embajada de Bélgica, que amable­
mente se nos ha ofrecido. A él asistirán minis­
tros, embajadores y personas de la aristocracia.
Bendíganos, amado Padre.
P edro E scu rsell

Misionero Salesiano.

Crónica de las Gracias
conseguidas p o r m e d ia c ió n d e M a r í a A u x i­
lia d o ra , de S e n J u a n B o s c o y

d e n u e s fro s

S ie rv o s de D io s

me tenía en grandes ansias, acudí con toda confianza
y fe a la poderosa intercesión de San Juan Bosco,
quien al poco tiempo se dignó resolverlo a mi entera
satisfacción. Agradecidísima, envío una limosna para
el Altar que en honor del prodigioso Santo se le va
a levantar en la Basílica de María Auxiliadora de
Turín.
E sper a n za S o l e r G a b a ld o n

ESPAÑA Alicante. — Teníamos a nuestro hijo
enfermo. Diremos la verdad, lo teníamos desahu­
ciado. Y así más de cuarenta y cinco días. Los docto­
res que le asistían con interés y cariño grande no
podían ya ocultarnos el triste desenlace. Una bronconeumonía con varias complicaciones graves nos
arrebataba al hijo.
En este estado de cosas no nos quedaba más am­
paro que el del cielo. Alguien nos aconsejó entonces
oportunamente que hiciéramos una novena a la
Santísima Virgen Auxiliadora. La comenzamos in­
mediatamente. A los pocos días de la novena se notó
en el niño una evolución notable y en menos de
cuarenta y ocho horas teníamos a nuestro hijito
fuera de peligro.
No podemos menos de reconocer la protección
especialísima de la Virgen Santísima en unos mo­
mentos en que el dolor y la pena se cernió sobre
nosotros. En agradecimiento lo hacemos constar y
mandamos una limosna para las obras salesianas.
B las A sensi y A n it a C or tés

de

A se n si .

ESPAÑA Alicante. — Hallándose mi madre gra­
vemente enferma fui llamado con urgencia, temién­
dose que llegara tarde.
Pero María Auxiliadora y S. Juan Bosco, quienes
rae han concedido ya muchos favores, se dignaron
escucharme una vez más.
A la mañana siguiente pude abrazar a mi querida
madre, si bien ella no se dió cuenta de mi presencia,
hasta algunos días después, tal era el delirio produ­
cido por acerbos dolores a causa de graves hemorra­
gias.
£1 médico había dicho que, de repetírsele éstas,
mi madre sucumbiría, en vista de lo cual acudí lleno
de confianza a María Auxiliadora y a San Juan
Bosco pidiéndoles evitaran esta catástrofe.
A los pocos días mi querida enferma fué mejo­
rando, y yo pude volver a mis ocupaciones.
Hoy se encuentra bastante bien, teniendo en cuenta
su a\-anzada edad de sesenta y cinco años.
Agradecidísimo, doy las más rendidas gracias a
tan valiosos protectores y cumplo la promesa de pu­
blicarlo en el Boletín.
V ic e n t e F r a n cisco S. S.
ESPAÑA Barcelona, enero 2 de 1936. — ¡Oh,
• Lria Auxiliadora! postrado a tus pies, quiero ex­
presarte mi eterna gratitud, lo mismo que a tu pre­
dilecto San Juan Bosco, por haberme sanado de
dolorosa enfermedad en un brazo. En señal de mi
reconocimiento envío una limosna para las misiones
?.desianag
F r a n c isc o H o r s y T

o m as.

ESPAÑA (Cuenca) Motilla d d Palonear, 29 de
eneio de 1936. — En grave asunto de familia que

Cooperadora Salesiana.
ESPAÑ A Huesca, diciembre de 1935. — Habiendo
obtenido por mediación de la Sma Virgen María
Auxiliadora y de S. Juan Bosco la salud de mi ma­
dre y otra gracia especial, me complazco en expresar
públicamente mi gratitud por medio del Boletín
Salesiano.
F r a n cisco P u ertas .

A R G E N T IN A Buenos Aires, diciembre 13 de
1935. — Damos gracias infinitas a San Juan Bosco
por habernos conseguido, mediante su valiosa me­
diación, la salud de nuestro hermano Carlos.
Agradecidas a tan señalado favor, enviamos una
limosna para el altar monumental del Santo, deseándo hacer público nuestro agradecimiento para gloria
de Dios y de su gran Siervo.
Señoritas de B oero .
A R G E N T IN A Buenos Aires, diciembre 5 de 1933— Habiendo recibido uno de mis hijos un fuerte
golpe en la rodilla, el médico que lo visitó dijo que
se le había formado líquido en ella y que sería una
enfermedad muy larga y de completa inmobilidad.
Dolorosamente sorprendida, en el- acto recurrí a la
intercesión del grande protector de la juventud, San
Juan Bosco, ofreciéndole, si me consolaba con la
curación de mi querido hijo, mandar decir una Misa
en su altar y que, en su primera salida, mi hijo
fuese a oírla y a comulgar. Cuando, tiempo después,
volvió el médico a verlo, quedó admirado al obser­
var mejoría en el enfermo, declarando a la vez que
se hallaba completamente curado.
Quiero rendir también eterna gratitud a mi gran
Protector por haber librado, casi instantáneamente,
a mi esposo de horribles dolores en la cintura, con
la sola aplicación de una reliquia del prodigioso
Santo.
M. L. DE B.
A R G E N T IN A Buenos Aires, 20 diciembre de
1935. — Desde hace muchos años vengo recibiendo
infinidad de favores de la dulcísima Madre de Dios,
María Auxiliadora: éxitos en mis exámenes, solución
de asuntos humanamente difíciles, buenos empleos,
etc., y jamás he'hecho mención de tales gracias en
el muy interesante Boletín Salesiano, a pesar de mis
reiterados propósitos de hacerlo, faltando así al
deber de la gratitud.
Ultimamente, yo y una persona querida hicimos
una serie de novenas, implorando una gracia espedalisima, y no habiéndola conseguido hasta el día
de boy, recordé mis promesas, y he querido inme­
diatamente cumplirlas.
Ju a n Z u r a n ,

Ex alumno Salesiano.

10 9

CX)|X)MB 1A (Santander) Girón, 15 noviembre
de <9:15. — Profundamente agradecida a S. Juan
Ü03CU pot la prodigiosa curación de mí hija María
Antonia, mediante su intercesión, gustosa manifiesto
públicamente las benevolencias de nuestro querido
Santo, correspondiendo con una pequeña limosna
para el monumental altar que será construido en su
honor en la Basílica de María Auxiliadora de Turín.
M aría N avas

de

M árquez .

C O LO M BIA (Santander) Girón, 15 noviembre
de 1935. — Doy gracias a la Sma. Madre Auxilia*
dota y al glorioso S. Juan Bosco por haberme al*
ennzado de Dios el insigne beneficio de la perfecta
cin ación de una mortal infección en una pierna,
después de dolorosa operación. En testimonio de
eterna gratitud hago una pequeña oferta en favor
de los huerfanitos del Santo, asilados en sus Casas
Salesinnas.
P edro B e n it o

r odrigübz

Cooperador Salesiano.
E STA D O S U N ID O S (Texas) Laredo, diciem­
bre de 1935. — Hallándome en un trance muy apuindü, me encomendé con fervor a la Virgen Santí­
sima Mari.) Auxiliadora, a su predilecto Siervo
S. Juan Bosco y al Venerable Siervo de Dios Do­
mingo Savio, ofreciendo una limosnita y la publi­
cación de la gracia, si asi me la otorgaban mis ce­
lestiales Abogados. Como en seguida obtuve el tan
suspirado favor, cumplo, agradecidísima, lo prome­
tido
M ercedes V ill a l o b o s

MÉJICO, C A P IT A L , diciembre 19 de 1935. —
Encontrándome en una situación muy apurada, que
equivalía para mi a una segura ruina espiritual,
pues hallábase en litigio mi vocación me encomendé
de corazón a Mana Auxiliadora, prometiendo pu­
blicar la gracia si me concedía el feliz arreglo del
asunto, y ella me lo consiguió todo con inmensa ale­
gría, por lo cual le expreso mi eterna gratitud.
Una Religiosa.
MÉJICO (Michoacan) Moteha. enero la de 1936.
— En abril de 1935 se encontraba la Sra, lesús L.
de U.mera en un lugar de la Sierra de Michoacán,
donde su esposo tiene 11 su cargo la maquinaria para
la explotación de madera, cuando una noche gol­
pearon la puerta de su habitación, al grito de Nos
incendiamos *. Se levantó la mencionada señora y
vió que todo el monte estaba cubierto de llamas,
que ya habían empezado n devorar una de las galeras.
Solo tuvo tiempo la señora de des^iertar a su hijo
mayor e inmediatamente se acordó de San Juan
Bosco; tomó en seguida su reliquia, que guardaba
teligiosamento, y la colocó sobre un árbol, en donde
iiaturalmente debía llegar el fuego. Se arrodilló para
implorar ia protección del Santo, y entonces un
viento muy suave vino a apagar instantáneamente
todo el incendio que ya había tomado gran ncremento. y que hubiera sido humanamente imposible
impedir, dadas las circuntancias de lugar y tiempo.
En agradecimiento a S. luán Bosco poi tan se­

1 10

ñalada gracia envía dicha Señora una limosna para
ei altar que en Turín se levanta en honor de!
Santo, y desea la publicación en ei <Boletín Sale■ siano », para mayor gloria de la Santísima Virgen y
de su predilecto Siervo Don Bosco.
Z efer in o A l f a r o , Pbro.
M ÉJICO (Zacatecas) Ciudad García {Jeress), di­
ciembre de 1035. — ¡Oh María Auxiliadora! Vengo
a postrarme a tus pies, para expresarte mi gratitud,
por haber conseguido de tu Divino Hijo la salud
a un ahijado mío en una enfermedad gravísima.
Hoy cumplo la promesa de publicar tan grande
beneficio, enviar la ofrecida limosna para las Obras
de tu grande Siervo San Juan Bosco y suplicar una
vez más tu patrocinio.
L eón C abrera

Cooperador Salesiano.
U R U G U A Y Montevideo. — Habiendo enfermado
mi querida hija, María Ofelia, de una afección al
hígado, como hacia más de un mes que guarda­
ba cama sin notarse ninguna mejoría, recurrimos
a S. Juan Bosco, quien, al comenzar una no%’ena y
aplicarle su reliquia nos inspiró cambiar de mé*
dico, notándose en seguida mejoría y encontrándose
ahora completamente restablecida.
Sumamente agradecida, cumplo la promesa de
publicar la gracia, exhortando a las personas que
tengan necesidad de algún favor a recurrir a tan
bondadoso Santo
C lara G .

de

G

andolfo.

U RU G U A Y Montevideo. — A haber invocado
con fe y amo: a mi buena Madre María Auxilia­
dora, a San Juan Bosco y la Sierva de Dios Sor
María Mazarello. debo la meiona de varias enfer­
medades.
Primeramente de una persistente ronquera, y luego
de una grave septicemia, que puede llamarse un ver­
dadero milagro el habeimc salvado. En otra oca­
sión, en un peligro inminente de difteria, invoqué
a esta Excelsa Madre, y en pocas horas vino la
mejoría. Cumpliendo la promesa de publicar estos
favores en el Boletín Salesiano, doy las más tendidas
gracias a nuestra querida Madre y a ios gloriosos sier­
vos de Dios y ofrezco una pequeña Limosna.
M ar ía E . L arronde

de

L u f f it t b .

U RU G U A Y Montet'ideo. — J. B. S. de E. agra­
dece a S. j. Bosco haber curado a su mamá de una
grave congestión pulmonar con inminente peligto
de pteuiesía de la que, gracias a la intercesión del
Santo, se vió libre lápidamente con gran asombro
dei médico
.Al expresar mi agradecimiento, como lo tenía ofre­
cido. cumplo a la vez, promesa de hacer una li­
mosna para las obras $a!esianas.
URÜGU.AY Salto, 17 diciembre de 1935- — Con
dos hijitas gravemente enfermas y alejada de todos
los recursos de la ciencia, acudí con confianza a la
Virgen Auxiliadora y a San Juan Bosco, cuya re­
liquia apliqué a las enfermitas. Después de varios

dias de angustia, tuve la inmensa consolación de
haber sido atendida, y hoy, con mis hijitas, agradedecidas a tan valiosa protección, cumplo la promesa
de publicar la gracia y dar una limosna para las
Obras de Don Bosco.
F. A. DE CousiN
URU GU AY (Salto) Nueva Hespérides, noviembre
i6 de 1935. — Doy gracias a María Auxiliadora y
a San Juan Bosco por haberme alcanzado la salud,
y gustosa cumplo la promesa de hacer pública mi
gratitud en las columnas del • Boletín Salesiano »,
enviando a la vez una pequeña limosna para el culto
de mi queridísima celestial Madre.
A n t o n ia R. d e B a l d a s sin i .

Dan también gracias a María Auxiliadora y a
San Juan Bosco por favores recibidosE spañ a Alicante. — Pilar Roch — Remedios Ga-

rrigós.
E spañ a Huesca. — Angela Giménez.
EIspaña (Lérida) Solsona. — Carmen Solsona.
A r gen tin a (B s . As.) Villa Alba. — Amelia Ga-

viot.
A r gen tin a

(Córdoba) La Puerta. —

Santiago

N E C R O L O G ÍA S

S A L E S IA N O S D IFU N TO S.
Miguel Fassio, sacerdote — de Revigliasco (Ita­
lia) + en Turín el i de enero de 1936.
yuati Bta Ferrando, sacerdote — de Lusiglie (Ita­
lia) t en Turín el 30 de diciembre de 1935.
Pedro Moglia, coadjutor — de Spora (Italia) t
en Concepción (Chile) el 27 de octubre de 1935.
Tomás José Giltinan, sacerdote — de Cork (Irlanda)
t en Farnborough (Inglaterra) e) ig de noviembre
de 1935.
Vincente Pom, coadjutor — de Bertinoro (Italií)
t en Faeriza (id) el 24 de noviembre de 1935
Francisco González, clérigo — de Puente Mayor
(España) t en Salamanca (id.) el 18 de octubre
de 1935.
Pedro Varkonyj, clérigo •— de Zombor (Hungría)
t en Fulpmes (Austria) el 12 de agosto de 1935.

Tomate.
A r g en tin a Viedma. — Mariana I. de Rege.
C o l o m b ia (Santander) Girón. — Elena G. de
Ortiz — Ana de Dios M. de Mantilla — Delíina
Mantilla Chaparro — Efraim Ramírez — Cenobia
M. de Mantilla — Trino Mantilla — Rosana Mantilla
— Ana del Carrhen Mantilla — José de Jesús Man­
tilla — Pablo Emilio Mantilla — Evangelina Rueda
— Anunciación Parra.
C o l o m bia (Santander) Labateca. — Gira Beimú-

dez de Martínez — Evangelina Carvajal — Joa­
quín y Florentina Carvajal — Hilario Vera — Ra­
món P. Leal — José R. Hernández — Juan Del­
gado — Herminia C. de Delgado — N. N. — Mi­
guel Arias — Virginio García — María Antonia C
Comieras J. — Francisco Torres — Hidra Parra —
.Agustina Delgado de Torres.
E stados U n id o s (California) Lx)s Angeles. — Mó-

nu.: Cano.
EIstados U n id o s (California) Pomona. — María

Zúñiga.
M éjico Aguascaltentes. — María de Jesús Jaime.
M éjico Aguascalientes. —

María Escalante de

Villalobos.
M éjico (Sinaloa) Toro. — Guadalupe Machaín.
M éjico (Zacatecas) Ciudad Garría. — José L.

Cabrera.
Peri' (Lima) Mtraflores. — María Ayuio de Alvarez Calderoy.
Uruguay Montecideo. — Familia de Cossío.
A exezuela Maracaiho — Tula Galbán

C O O PE R A D O R E S D IF U N T O S

D octor Antonio Castro.
(Fallecido en Santa Ana (El Salvador) el 9 de
Mayo de 1935).
La muerte del Doctor Castro signiñea un nuevo
y sentido duelo para la familia salesiana. Coopera­
dor activo, bondadoso e infatigable, que hasta úl­
tima hora ayudó a la Obra de Don Bosco con au­
xilios pecuniarios y profesionales. Para los Salesianos siempre tuvo tiempo; para ellos todo le pa­
recía poco.
Su alma profundamente cristiana se reveló lu­
minosamente en el dolor. Por espacio de varios
años, un cáncer en el rostro fué deformando su ñsonomía entre constantes y agudos sufrimientos
físicos y morales Y en sus largas noches de insom­
nio, en sus tristes días de forzosa inacción, sin que
de sus labios saliera una queja, pasaba sus horas
orando y meditando ante el Crudíijo. Su pensa­
miento se elevaba sobre todo lo terreno y sus pa­
labras expresaban una sincera v sobrenatural re­
signación.
No le pido al Señor — decía — que disminuya
mis dolores; sólo le pido entereza y resignación.
Ofrezco mis sufrimieníos al Señor como una cons­
tante plegaria, pidiéndole que los pecadores se conviertan, que ¡a Iglesia triunfe de sus enemigos, que
III

el remo de Cristo se extienda hasta k> último de la
tierra.
No importa que mis dolores aumenten, si con ellos
he de pedir a Dios que el Nombre de Jesucristo sea
bendito y alabado en todo el mundo

Espacio necesitaríamos, para sólo bosquejar a gran­
des rasgos todo lo que por-esta fundación hizo la
querida extinta y para elogiar el cúmulo de virtudes
que su corazón atesoraba; bástanos decir que po­
seía en todo el vigor y lozanía el admirable, el sim­
pático y encantador espíritu de san Juan Sosco.
No dejó deudos de sangre; pero deudos suyos
son en primer lugar las Hijas de María Auxiliadora
y todos los pobres y menesterosos que sus puer­
tas jamás tocaron en balde. Deudos también toda
la culta y generosa sociedad de Cartagena, que se
gloriaba de contarla entre sus, hijas cristianas y fer­
vorosas, amantes del verdadero progreso.
Que las flores del recuerdo y de la gratitud cons­
tante adornen esa tumba querida, regada con las
lágrimas de sus incontables amigos y beneficiados.

D on M igu el Vicente M ercado A y ala.

Murió como huen cristiano, recibiendo los Sa­
cramentos y demás auxilios espirifua.'es con ferV cnle piedad, con !a confianza de! sieivo bueno
y fiel que sereno se presenta a su Señor, dejando
en pos de si la estela del buen ejemplo y el per­
fume de la virtud.
Ofrezcamos nuestras oraciones por su alma.

Teresita L eroy R.
En la ciudad de Cartajiena (Colombia) y en abril
de) año pasado, dejó de existir esta insigne cool>eradora de las Obras Salesianas.
Su alma grande y generosa, templada toda en ella
en el amor de Dios y de María Auxiliadora, voló al
ciclo al empezar el mes de las floies, el mes de sus
amores, como por una predilección especial de su
excelsa patronn, a quien, durante su larga y meritorin vida, sirvió y veneró con ternura incompara­
ble.
Por más de cuarenta años y siguiendo las huellas
de sus cristianos y fervorosos padre.s, cooperó a
la celebración de la Fiesta de María Auxiliadora,
en la parroquia de la Santísima Trinidad; no aho­
rrando para solemnizarla cada vez más el menor
sacrificio, y pidiendo sólo por tecompensa de las
piivaciones v trabajos que para ello se imponía, el
que gsta Reina querida le concedieia la gracia de
tener en Cartagena una casa de Hijas de Mana Au­
xiliadora. que se de<licaran a la educación de la ju­
ventud {x»bre, anhelo de su alma de apóstol fer­
viente y generosa.
Secundada en sus nobles ideales por el reverendo
padre Josó M. Muñoz, piox-icario general de la
Arquidiiicesis, santo y celoso sacerdote del Señor,
pudo ver realizado su sueño dorado el día i8 de di­
ciembre de iqzg; v la dicha que embargó entonces
sti alma no es para escrita.

1 12

Con

npra&aviVn M

E*labl«<iinMrlo Tip.

La guadaña de la muerte ha segado la larga y vir­
tuosa vida del que fué nuestro activo y cumplido
Decurión Salesiano en la ciudad de Cali (Colombia)
A las 6 ^ de la tarde del día 31 de diciembre p. p.,
voTviendo de la iglesia adonde había ido a confesarse,
después de ligera comida y arreglados algunos asun­
tos, improvisamente se sintió indispuesto, se acostó
y tras breve agonía, invocando a María Auxiliadora
de quien era devotísimo, rindió su alma a Dios, a
consecuencia de una parálisis cardíaca.
Alma de gran fe y de extraordinaria virtud, supo
educar a su familia en el santo temor de Dios. Si­
guiendo los impulsos de su corazón caritativo, tan
luego conoció la Obra Salesiana, se enamoró de ella
y se puso con férworoso empeño a propagarla en
Cali y en los cercanos pueblos, con efectivos resul­
tados, tanto que el Venérable Siervo de Dios Don
Miguel Rúa. primer Sucesor de San Juan Bosco.
le envió el nombramiento de Decurión Salesiano.
siendo el primero que tuvo el Departamento del
Cama. Seguía con particular cariño la nueva fun­
dación salesiana de .\rtes y Oficios de Cali y se com­
placía en recordar los primeros años de sus activi­
dades en favor de las Obias de San Juan Bosco,
honrándose con la amistad que los Sucesores del
Santo le blindaban afectuosamente.
Han muerto también en la paz del Señor:
E s p a S.a (Cuenca) Valduanas — Nicomedes Page.
E s p .vS a (Murcia) Cieza — Doña Piedad Angosto.
E spaíía (Vizcaya) Baracaldo— Narcisa Gonzá­
lez Vda de Crespo.
E s p a S a (Vizcaya) Bilbao — Juana Pérez y Zuazo
de Moronati — María del Carmen Arana y Uriguen
Vda de Real de .Asúa.
C o l o m b ia Cali. — Clemente Mafia — Agust.n
B. Rodr guez.
C o l o m b ia Morales — Leticia Villegas.
C o l o m b ia Tiple — Nicanor Pérez.
E stad o s U n id o s (California) Los Angeles —
Ignacia Gómez de Villegas Celadora Salesiana.

m ncliiricnc) e i f e t J é s l K * . —

D ired or-resp n a M b le:

D . G U I D O FA VIN 'I

U SociccUd Cdilora iQ lenadoM l - Faria. C o n o Kefiaa Mw-p4eWrn.

Itl

TESORO

18
23
25
29

E S P IR IT U A L

Relación de las Indulgencias Plenarias
que los Cooperadores Salesíanos pue­
den ganar, en el transcurso del año.

i) ^ fO V IB L E S :
Sagrada Familia (el primer domingo después
í
de la Epifanía).
Bolores de la Sma Virgen (El viernes de Pasión).
Bomingo de Ramos.
Pascua de Resurrección.
1 Ascensión del Señor.
Domingo de Pentecostés.
Fiesta de la Sma Trinidad.
Co^us Ckristi.
Fiesta del Sgdo Corazón de Jesús (primer viernes
después del Corpus).
Fiesta del Sgo Corazón de María (día siguiente
del anterior).

Í

2) F IJ A S :
ENERO

I - Circuncisión del Señor.
2 - Santísimo Nombre de Jesús.
3 - Epifanía.

Cátedra de San Pedro en Roma.
Desposorios de la Sma Virgen.
Conversión de San Pablo.
Fiesta de San Francisco de Sales.
FEBRERO

I. — Una vez cada día^ elevando a Dios, en
medio del trabajo y aunque sea sólo mentalmente,
ma piadosa invocación cualquiera, previas las
demás condiciones ordinarias, o sea el estado de
gracia, la confesión y comunión sacramentales
y la visita a alguna iglesia u oratorio público,
rifando por la intención del Soberano Pontífice.
Esta indulgencia del trabajo santificado pue­
den ganarla los Cooperadores Salesíanos, Hijas
de M. Auxiliadora y sus respectivos alumnos
y exalumnos. Si, hallándose en estado de gracia,
se sigue repitiendo la misma piadosa invoca­
ción, u otra cualquiera durante el trabajo, se
puede ganar, cada vez, una indulgencia parcial
de 400 días.
2 - Un día de cada mes, el que uno elija.
1
• E l día en que se hace el piadoso Ejercicio
lilensual de la Buena Muerte.
^ - E l día que se asiste a la Conferencia
Mensual Salesiana.
$ - El día en que uno inscribe su nombre en la
Pía Unión de Cooperadores Salesianos.
I
6 . £/ día en que por primera vez se consagra
' uno al Sgdo. Corazón de Jesús.
Cada vez que practique los Santos Ejercicios
Espirituales, de ocho días.
%‘ A la hora de la muerte, con tal que, confe- todo y comulgado o por lo menos arrepentido de
« f pecados, invoque, con los labios o con el corazón,
ti nombre sacratísimo de Jesús.

EN C A D A U N A
DE LAS SIGUIENTES FIESTAS:

-

2 - Purificación de la Sma Virgen.
22 - Cátedra de San Pedro en Antioquía.
MARZO

19 - Fiesta del Patriarca San José.
25 - Anunciación de la Sma Virgen.
MAYO

3 - Invención de ¡a Santa Cruz.
- Aparición de San Miguel Arcángel.
11 - Aniversario de la Coronación de María
Auxiliadora.
24 - Fiesta de María Auxiliadora.

8

JUNIO

24 - Natividad de^San Juan Bautista.
29 - Fiesta de San Pedro y San Pablo.
30 - Conmemoración de San Pablo.
JULIO

1 - Preciosa SaTigre de Ntro Señor Jesu-'
cristo.
2 - Visitación de Ntra Señora.
16 - Fiesta de la Virgen del Carmen.
AGOSTO

6 - Transfiguración del Señor.
15 - Asunción de la Sma Virgen.
16 - Fiesta de San Roque.
SETIEMBRE

8
12
14
15
29

-

Natividad de la Sma Virgen.
Dulcísimo Nombre de María.
Exaltación de la Santa Cruz.
Los Siete Dolores de la Sma Virgen.
Dedicación de San Miguel Arcángel.
OCTUBRE

y - La Virgen del Rosario.
I I - Maternidad de María.
16 - Pureza de María.
NOVIEMBRE

21 - Presentación de Ntra Señora.
22 - Fiesta de Santa Cecilia.
DICIEMBRE

8 - Inmaculada Concepción.25 - Natividad de Jesús.
Para lucrar las antedichas Indulgencias
se r«juiere, además de las condiciones ordi­
narias, que los Socios de la Pía Unión recen
cada día un Padrenuestro, Avemaria y Gloria
con la invocación Sánete Francisce Salesi, ora
pro nobis, según la intención del Romano Pon­
tífice.

DE L A E D I T O R I A L L U I S GILI
Córcega, 405 - Barcelona:
E V O L U C IO N H IS T O R IC A D E L A LI­
T U R G IA . — Del P. Agustín Rojo O. S. B.

LA ENCICLOPEDIA ESP ASA
¿ (3uién no conoce o no ha oído hablar de
esta obra gigante ? Poseer este inapreciable
tesoro es lo mismo que poseer una biblioteca
que constase de 3.000 volúmenes y abarcase
todos los conocimientos humanos.
En ella han expuesto e ilustrado las más
diversas disciplinas las primeras figuras de I.1
ciencia, del arte y de la técnica, de España y
de Hispanoamérica, en forma concisa como
corresponde a una obra de este género', pero
completa y al alcance de cualquier persona
medianamente culta.
Su parte gráfica es tan asombrosa que
pasan de 155.000 las ilustraciones en negó,
colores, huecograbado, etc, incluyendo las de
los nuevos Apéndices. Se acercan a dos mi­
llones las informaciones bibliográficas citadas
al pie de los artículos, lo cual permite a los
estudiosos ampliar un tema cualquiera casi
hasta agotarlo. D e la mayor parte de las voces
da además la versión francesa, inglesa, alemana,
italiana, portuguesa y en esperanto. El criterio
dominante de la obra se inspira en la ortodoxia
católica y S. S. Pío X I la tiene en su biblio­
teca.
Los que deseen adquirirla, pidan el folleto
ilustrado, que se remite gratis, a Espasa-Ca¡pe
S. A. — Ríos Rosas, 26. M adrid .

La liturgia es la oración oficial de la Iglesia.
El manual que anunciamos describe sus evo­
luciones a través de los tiempos, con estilo
movido y frases ricas de verdad. Todo es
maduro, sabroso y nutritivo en esta obra.
U n t. de 1 9X1 3 , de 224 págs, cubierta
a dos tintas - 3 ptas suelto; 2.50 por suscripción
a la Serie de manuales Studium, a la cual
pertenece;

S I G A M O S L A S A N T A M IS A . — Del
P. Pío Parsch. - Traducción de la 2^ edición
alemana. ■'
El autor de esta obra es el apóstol del mo­
vimiento litúrgico en Austria, y su mismo.
título indica su contenido.
U n t. de i i X 16, de 158 págs. Rústica i pta.
y* y-*
L A S M I S A S G R E G O R IA N A S . — Tra­
ducción del italiano. Precio 0.40.
Muchos no saben a ciencia cierta lo que son,
y este opusculito les dejará instruidos.

C U L T O A ,N T R O P A D R E J E S U S N A ­
ZARENO. —
precio - I Pta.

Piadoso ejercicio mensual -

Fecha
1936.04