BS_1936_02

Ficha

Título
BS_1936_02
Descripción
Boletín Salesiano. Febrero 1936
extracted text
1

Año L - N.

2

FEBRERO

1936

R E V I S T A DE LAS O B R A S DE D O N B O S C O

IN SC R IB IO S E N LA PÍA OBRA
D E L SAGRADO CORAZÓN DE JESÚ S
DE ROMA
¿ Quién no conoce la Obra del S^do Corazón
df Jesús ?
Fué fundada por el Primer Sucesor de San
Juan Bosco, y benignamente aprobada por
S. S. León X III el 30 de junio de 1888.
Con sólo la limosna de una peseta, o de otra
moneda equivalente, se adquiere derecho a
participar de todas las oraciones y buenas
obras de la Sociedad Satesiana y a la aplicación
de seis misas, que se celebran todos ios dias,
a perpetuidad, en nuestra Basílica del Sgdo
Corazón de jesús de Roma, dos en el altar
mayor, dos en el de María Auxiliadora y dos
en el de San josé.

sociedad, acogiendo niños pobres y abando>
nados, para educarlos cristianamente.
^Quién no contribuirá, pues, con algunos
céntimos, que con tanta facrilidad se gastan,
a esta invitación paternal de San Juan Bostx)
y de la Iglesia, inspirada en ideales tan nobles
y caritativos ?
¿ Quién no siente la necesidad de asegurarse
la benevolencia divina, en este mundo y en el
otro, mediante la aplicación de los méritos
infinitos del Santo Sacrificio del altar?
¿ Quién no tiene almas queridas, vivas o di­
funtas, a quienes obsequiar con tan espléndido
r^alo espiritual ?

Los que se inscriben en la Obra Pía pueden
aplicar el fruto de estas misas a sí mismos, o
a otras personas, vivas o difuntas, y variar b
intención cuántas veces les plazca.

No tardéis en pedir Hojas de suscripción.

Las limosnas recibidas por este conducto
destíñanse, de modo exclusivo, a promover la
gloria de Dios y los intereses culturales (fe la

Ims limosnas pueden enviarse a! mismo Rector
Mayor o directamente a nuestra casa de Roma. Ospizio Sacro Cuore - Via Marsala, 42.

env/en e/
BOLETÍN SALESIANO
P e d id q u e o s

P ro p o g o d h , A con seja d lo.

Suscribios o

JUVENTUD
MISIONERA
E s uno Revislo inlcresontisimo y pulcromenle ilustrado, que no debcrío
foltor en ninguno lomilio cristiano.

SUSCRIPCION ANUAL
8 liras —
pfas — o su equi­
valencia en otros monedas.
REDACCIÓN;

5

C o lto le n g o , 32

-

Turin

(Italia).

Rector M ayor de los S alesianos
Cottolengo 32 - Turín Í109) (Italia).

SUMARIO
M ás lu* sobre .as Obras y la personalidad de S. Juan
Bosco. — San Juan Bosco declarado por S. S. Pío X I,
patrono de ios niños mejicanos. — Las bodas de oro
nuestras • Lecturas dramáticas — Ha muerto D on CakSgero G usm ano. — T res n u o a s Púrpuras Cardeitalicias
en Hispanoamérica. — L a obra de Don Bo»co en España
y América: España (Bilbao y Pam píoiu). Cóm o ha recibido
Baracaldo a su hijo ilustre el Exm o Sr. D on Marcelino
Olaechea. — España (Córdoba). D os Cenoíafios. — España
(Sevilla). Inauguración de las Escuelas Salesianas de Tríana.
- Argentina (Buenos .Aíres. Las Bodas de O ro del C o l ^ o
de S . Catalina. — Colom bia (Cali). Fiesta de M . Auxilia­
dora. — Colom bia (Guaitarilla). Fiesta en honor de Sao
Juan Bosco. — Venezuela (Caracas). El día del Papa en
d Colegio de S . Francisco de Sales. — D e nuestras Mi~
aortes: Impresiones de b India. — Gacetillas salestanas: La
causa de beatificación de M . M azzarello. — E l prim er sa­
leslano aviador. — Petición importante. — S . J. Bosco en
las trincheras. — El nuevo arzt^ispo de M adras. — Homena;e al P. Bergeretti. - Crómca de las Gracias. — Necrologías.

i

1

R E V I S T A DE
LA S OBRAS DE
DON BOSCO

BOLETIN
SALESIANO

REDACCION Y ADMINISTRACION: VIA COTTOLBNGO

12

TÜRIS

A ño L I - N ú m ero a

FEBRERO 1936
• log)

ITALIA

E ! R e c to r M a y o r e n C h l c r i e n tr e te n ié n d o s e c o n lo s n ie t e c it o s d e l S r . B ta n c h a r d ,
e l q u e ta n to a y u d ó a D o n B o s c o e n s u s a p u r o s d e e s tu d ia n te .

MAS LUZ SOBRE LAS OBRAS Y LA
PERSONALIDAD DE S. JUAN BOSCO
SECCIÓN

DE

San Juan Bosco creó el sistema
preventivo.
Insertamos este articulito que, el 23 de julio
de 29J5, apareció en II Corriere del mare,
periódico de a bordo de la espléndida motonave
italiana Vii^Uo. E l autor habla bien y con
cariño del Sistema Preventivo de Don Bosco,
pero habría necesidad de añadir que la base
de dicho sistema es la piedad religiosa, hon­
damente sentida y libremente practicada por
alumnos y profesores, y en forma más concreta,
la frecuencia de Sacramentos. Sin esta base,
este casi milagroso método educativo caería
verticalmente.

C O LABO RA CIÓ N

<f D e modo especial — decía el fundador
de los Salesianos a sus hijos — os enco­
miendo el cuidado de los niños pobres y
desamparados, que han sido siempre la
porción más escogida de mi corazón».
¡Testam ento digno de un gran santo y
de un gran educador! La cualidad atra­
yente de San Juan Bosco fue la alegría que
constantemente se reflejaba en su rostro.
Desde su infancia, anhelaba reunir a los
niños con objeto de inculcarles las verdades
rudimentarias del cristianismo; para ello
procuraba primero atraer su simpatía y
atención con variados juegos.
Cuando el espectáculo llegaba a su punto
-

33

culminante, aquel futuro maestro de la
humanidad, paraba en sus ejercicios, y con
palabra suave, cariñosa, decía:
— Ahora os voy a contar el sermón que
el señor cura ha pronunciado esta mañana.
Y a los que intentaban retirarse, lograba
retenerlos ante la idea de verse privados de
los juegos que tanto les entretenían.
Conquistaba, pues, su corazón y hacía de
ellos cuanto se proponía.
El continuo trato con jóvenes le puso de
manifiesto su falta de formación religiosa y
su ignorancia, y concibió la idea de propor­
cionarles escuelas y maestros, pero con una
modalidad nueva y atrayente: la alegría en
todo y en todos.
Jamás lanzó truenos contra los malvados:
no se irritaba ante la travesura maliciosa de
los jóvenes; los ganaba por la simpatía y el
amor. El futuro fundador de los educadores
salesianos moldeaba su alma gigantesca de
modo progresivo y perfecto. Organizó en la
localidad italiana Chieri la Sociedad de la
Alegría, porque éste había sido su lema
constante y su gran ilusión: alegría en los
juegos, alegría en las labores cotidianas y
benevolencia en el trato con sus semejantes.
Esta alegría que irradia de la persona del
maestro, la alegría de los chiquillos que le
rodeaban y la alegría atrayente y sugestiva
en todos sus actos, terminaba por imponerse
hasta a sus mayores enemigos. Aumentaron
sus discípulos, la fama de la enseñanza se
difundió por todas partes, y cada día era
mayor el número de sus colaboradores.
Fué preciso marcar una orientación en el
trabajo hecho en medio de los jóvenes escola­
res, y, en efecto, el apóstol de la niñez crea el
método educativo salesiano o sistema pre­
ventivo, que es un original compendio de
Pedagogía apostólica, porque sólo podía
brotar del corazón de un apóstol.
Es, sin duda, este sistema educativo de
San Bosco, una verdadera revelación, como
casi todas sus grandes genialidades, y pro­
dujo en el mundo pedagógico gran revolu­
ción, como ha dicho con frase feliz, uno de
sus historiadores.
Para el gran maestro del pueblo, la edu­
cación debe consistir en adiestrar a los
discípulos en la vida de la santidad, que se
funda en la abnegación y en la generosidad;
y en los principios de la ciencias. A sus pri­
meros colaboradores les decía: «Tratad a
los niños de manera que cuando os vean,
corran hacia vosotros, y no huyan de
vuestra presencia

34

En cierta ocasión escribía a los salesianoS
de Turín:
« Interesa mucho que los jóvenes, no sola- |
mente sean amados, sino que ellos mismos ^
comprendan y sepan que lo son de verdad.
Puso siempre sumo cuidado en que sus
colaboradores tuvieran plena y santa fami­
liaridad con sus discípulos en las horas de
recreo, pues sin ella no se demuestra el
afecto, y sin esta demostración no puede
existir confianza, sin la cual el corazón
humano se hace impenetrable.
« El que quiera ser amado — decía —
ha de hacer ver que ama: con el amor y la
caridad todo se vence i. Deseaba que pro­
fesores y alumnos marcharan por esta
senda, y que unos y otros estuviesen cons­
tantemente animados de una franca alegría.
Daba amplia libertad de correr, saltar,
gritar y divertirse a los jóvenes, sin más
limitación que la impuesta por la moral o
la propia conservación. Imponía los juegos
movidos y alegres y procuraba que en ellos
tomasen parte todos los niños, para evitar
los corrillos, que casi siempre producen
malas consecuencias.
Esta fué la Pedagogía de San Bosco;
éste el sistema preventivo, basado en la
sana alegría y en la mutua confianza, que
nace del amor entre profesores y alumnos,
y que actualmente es el implantado en todos
los colegios .salesianos.

Conforme a lo ofrecido en la Carta
del Rector Mayor del p. p. enero, pu­
blicamos de nuevo la planta completa
de las obras de ampliación de la Ba­
sílica de María Auxiliadora, con las
cincuenta columnas señaladas y muneradas de que habla la m ism a Carta.
Las 46 de las capillas laterales m e­
dirán, cada una, 4,40x0,40, y

costará cada ana 8.000 liras.

Las cuatro del presbiterio, 5,8ox 0,57, y

costará cada una 15.000 liras.

Todas serán de ricos y variados már­
moles.

Ka saben a qué atenerse los devotos
de la Virgen que deseen ofrecerle al­
guna de estas columnas.

1

r

San Juan Bosco declarado por S. S. Pío XI
Patrono de los niños mejicanos.
M agnífica pastoral del Sr. A rzob isp o
E xcm o y R vm o Sr. D on Pascual
D íaz.
Harto conocida de todos los católicos y no
católicos del mundo entero es la actual situa­
ción de la noble nación mejicana, en lo que se
refiere al problema básico de la enseñanza.
Sea cual fuere el sentitlo y valor de las leyes
de aquel Estado que la regulan y condicionan
— que en esto no podemos ni queremos me­
ternos — es lo cierto que tales leyes han levan­
tado tempestades de protestas en el ambiente
tradicional católico, y que la voz de la Iglesia
y de los Prelados se ha dejado oír severa, de­
nunciando su aplicación como perturbadora y
nefasta.
Hondamente preocupados los Exemos Obis­
pos mejicanos por la completa indefensión
moral a que, según ellos, queda expuesta la
juventud escolar de su patria, además de pre­
venir fervorosamente a su pueblo con súplicas
y admoniciones, han vuelto sus ojos al cielo
de donde hay que esperar el remedio eficaz y
definitivo, y Dios, por boca de su Vicario,
acaba de contestarles colocando a la niñez
mejicana bajo el Patronato de San Juan Bosco.
¿ Cómo dudar del valor y oportunidad de
este remedio ? Precisamente, el rasgo más des­
tacado de la figura gigante de San Juan Bosco
es el amor entrañable que tuvo a los niños.
Pocos como él supieron ganarse su corazón,
inspirarles hábitos de bondad y honradez
cristiana, preservarlos y defenderlos.
Los tiempos en que vivió, fueron, como los
nuestros, particularmente difíciles y azarosos
para el educador católico, pties de casi toilas
las tribunas parlamentarias salían violentas
turbonadas de irreligión y laicismo, y la ense­
ñanza de la Iglesia tenía que recorrer un pe­
noso calvario.
El pobre sacerdote de los barrios bajos de
Valdocco aguantó solo e impertérrito aquellos
furiosos vendábales; sufrió toda clase de vejá­
menes en su persona con tal de conseguir que
no se locase a sus niños, y todo el ímpetu de
las leyes innovadoras fue a estrellarse contra la
pureza cristalina de sus intenciones, contra su
bondad conquistadora y su caridad heroica.
Don Bosco, sin enfundar ninguna bandera,
sin renunciar a ningún principio ni a ningún
método, supo darse maña para entrar en los

36

ministerios, que entonces para el sacerdote
eran casi infranqueables, y en aquella atmós­
fera densa de prevenciones metió el oxígeno
de su espiritualidad bella y cautivadora, con­
siguiendo que hombres como Cavour y como
Ratazzi acabaran por departir con él amiga­
blemente, le sentaran a su mesa, le ayudaran
con limosnas, y hasta le insinuaran la táctica
que debía seguir para que las leyes creadas
por ellos mismos no pudiesen hacerle daño.
Grande ha sido, pues, la oportunidad de
este decreto de Roma que coloca a los niños
de Méjico bajo el patronato de San Juan Bosco,
patronato que él habrá aceptado y segura­
mente ejercerá con toda la efusión de su alma
bienaventurada. Grande ha sido también la
alegría y esperanza con que este decreto ha
sido recibido por el buen pueblo mejicano, en
el cual tiene nuestro Santo, desde antiguo,
tantos y tan queridos amigos hoy convertidos
en fervientes devotos suyos.
De tales esperanzas y alegrías ha sabido
hacerse fiel intérprete el Excmo y Rvmo Sr.
Arzobispo metropolitano en su vibrante y
magnífica Carta Pastoral del ir de octubre,
que por desgracia no podremos reproducir
íntegra, pero de la que extractaremos lo más
substancial.
A manera de preámbulo insiste el Prelado en
la refutación clara y precisa de ciertas inexacti­
tudes e imputaciones que, contra la Iglesia y con
tenacidad digna de mejor causa, lanza la impie­
dad todos los días, aunque todos los días se
vean desmentidas y pulverizadas, y, hecho un
examen triste y agobiador de los especiales
peligros que en Méjico acechan a niños y
jóvenes, sigue diciendo:
En estas circunstancias y para encontrar algún
camino en el remedio de tan grave nial, S. S. el
Papa nos ha señalado como Patrono de los niños
mexicanos al gran bienhechor de ¡a niñez, prin­
cipalmente de los niños pobres, al gran apóstol
de los tiempos modernos San Juan Bosco.
Nacido él mismo de padres pobres, unos humil­
des labradores del Caserío Becchi, en Turín
{Italia), Dios mostró en él cómo se levantan y
cómo se debe intentar la elevación y dignificación
de ¡as clases menesterosas.
Cuando Dios envió al mundo a este hombre

^
l;

i

f
extraordinario, pululaba en Italia la anarquía y
los efectos desastrosos de las guerras y las pertur­
baciones sociales de las revoluciones y los efectos
disolventes de las doctrinas de las sociedades se­
cretas. Las universidades y los centros de cultura
estaban cerrados, pero en cambio había gran
abundancia de clubs, focos de propaganda de las
doctrinas masónicas, que engañaban al pueblo
con el pretexto de las grandes ideas de Patria, de
Progreso, de Libertad.
Ninguno de esos grandes amigos del pueblo,
que querían llevarlo a una guerra contra la
Iglesia, a pesar de todos sus discursos demagó­
gicos, se preocupaba sinceramente del pueblo;
ninguno tettdía la mano al pueblo, ninguno daba
de comer al pueblo. En cambio el pobre pastorcito del caserío de los Becchi, guiado por Dios,
se elevó a si mismo y elevó a los humildes...
Compartía su escaso sueldo y su pobre casa
con los hijos de los pobres. Iba a buscarlos, los
reunía como podía, conseguía para ellos aloja­
miento.
El Santo Sacerdote, sabiendo prácticamente
más sociología y más pedagogía que los ilusos que
creen educar haciendo ateos y excitando odios y
pasiones, logró ser el padre y el regenerador de
obreros e hijos de obreros, y hacer una labor
social mucho más sólida y profunda que la que
pretenden dar los que a si mismos se llaman regene­
radores de las masas desamparadas. A llí está su
obra esparcida por todo el mundo, y allí están
sus legiones de obreros enseñados a trabajar.

enseñados a vivir felices, no con el ateísmo, la
negación del derecho de propiedad y el odio insaiio
de clases; sino con ¡a caridad y el atjtor, la Reli­
gión y la cultura verdadera, y el justo, honesto y
necesario esparcimiento.
El gran secreto del Santo reformador de las
clases menesterosas fué, asi en pedagogía como
en sociología, el tínico eficaz y verdadero; el que
él mismo concretaba en una sola palabra, que en
realidad resume todo lo que hay que hacer por
el pobre y desvalido, para no arruinar a la so­
ciedad con pretexto de suprimir injusticias:
AM AR LO S.
Por todo esto, hace el Stono Pontífice un seña­
lado beneficio a los niños meocicanos, y en particu­
lar a los hijos del proletariado, al darles por Pa­
trono al salvador y regenerador de los hijos de
obreros y campesinos: y las circunstancias en que
actualmente vivimos ponen de relieve la oportu­
nidad de este Patronato.
Porque señalar a un Santo Patrono de deter­
minadas obras o actividades propias de la
Iglesia, de su acción espiritual o de su acción
social y de su influencia en el curso de las socie­
dades humanas, es poner a disposición de esa o
de esas necesidades, la protección y el poder de
intercesión de dicho Santo; es hacer que las mi­
radas de los fieles se fijen de manera especial en
la vida y ejemplos del Patrono, para que los
imiten; y es al mismo tiempo empeñar, por de­
cirlo así, el poder y las simpatías que formaron
la vida de dicho Santo, para que prosiga con
un poder más grande y con una influencia más

C h i le - C o a c e p c ió a . - L a C o m p a ñ ía <le S a o L u i s .

eficaz la obra que formó durante su paso por la
tierra el amor y el ideal de su corazón.
Este Patronato, que pone enjuego la intercesión
y el poder de San Juan Bosco en favor de los
niños mexicanos, necesita, como todas las obras
de Dios, la cooperación nuestra para que pro­
duzca los frutos que esperamos y que han de ser
muy grandes y en verdad necesarios. Por esta
causa no queremos terminar esta carta sin exhor­
tar a todos nuestros hijos para que prestando
generosamente su cooperación, no frustren los
planes de Su Santidad y no hagan estéril el
Patronato que sobre nuestros yiiños da el Vicario
de Jesucristo a San Juan Bosco.
Para esto nos ha parecido ordenar y recordar
lo siguiente:
En priyner lugar, a todos nuestros amadísimos
hijos, ya sea que pertenezcan al Venerable Clero,
secular o regular, ya sean del número de los
fieles del Arzobispado, les recomendamos la ora­
ción continua y la frecuente mortificación cris­
tiana. Determinado género de males, nos enseña
Nuestro Divino Redentor que no pueden reme­
diarse sino a fuerza de la oración y de la peni­
tencia. Los males que amenazan a nuestros niños
son tan graves, que imponen la necesidad de orar,
fervorosa, confiada y continuamente para obtener
de Nuestro Padre Celestial el remedio que todos
ansiamos. Oren, pues, los Sacerdotes, oren los
padres de familia, oren los profesores, oren los
mismos niños, rezando especiales oraciones al
nuevo Santo Patrono de los niños mexicanos.
Señálense en el hogar, en las Asociaciones Pia­
dosas, en las Parroquias, en las Iglesias en gene­
ral especiales oraciones con esta intención.
Añádase a la oración la penitencia. Que ese
espíritu de penitencia se muestre, como vivamente
deseamos, en una reacción firme v general en
contra de las diversiones, principalmente de las
que exponen a la perversión de las costumbres; prí­
vense de lujos y pasatiempos peligrosos; empé­
ñense en afligir la carne en vez de darle gusto en
todo lo que pide; v principalmente, robustezcan
todos su voluntad con la frecuencia de sacra­
mentos para sobrelles'ar todas las molestias y
dijiculíades que puedan acaecer, con tal de que
los niños no pierdan su fe, su pureza y sus cris­
tianos principios.
Un medio muy eficaz para preservar a la niñez
de tos innumerables peligros que la rodean, y
para formar las inteligencias y los corazones de
¡0$ niños, es la fundación y difusión de los bené­
ficos « Oratorios Festivos » en forma de Centros,
Patronatos, Clubs, etc., según lo permitan las
circunstana'as locales.
Todos los que se dedican a obras sociales con

38 ^

los niños reconocen que este medio tan sencillo
como práctico, ideado y practicado por San
Juan Bosco, es poderosísimo para contrarrestar
el mal, y para hacer positivamente un gran bien
a la niñez.
A los padres, a quienes la misma naturaleza da
el derecho inalienable e impone obligación graví­
sima de dar educación a sus hijos, recomendamos
que lean detenidamente la «Encíclica de S. S.
el Papa Pió X I sobre la educación de la juven­
tud «;y obedezcan puntualmente los mandatos que
en ella da el Sumo Pontífice. Que vuelva a
florecer en los hogares la vida cristiana para que
el ejemplo sea la primera manera de educar
cristianamente a los hijos; que se restablezca,
como tenemos recomendado, la enseñanza, en el
hogar, del Catecismo y de los dogmas de nuestra
fe y de la moral cristiana; que sean apartados,
sin que valga pretexto o excusa alguna, los niños,
de los centros en que se ataca su fe, o su moral,
o a la Iglesia, o a sus ministros.
A los profesores y profesoras, después de reco­
mendarles la lectura detenida de la misma «Encí­
clica de Su Santidad Pío X I sobre la Educación
Cristiana de la juventud », los exhortamos a que
no se conviertan en cooperadores eficaces y perni­
ciosísimos de la perdición de los niños, y de la
ruina de la familia y del hogar. Que ellos mismos,
por todos los medios que puedan, eduquen cristia­
namente a los niños; y que, en vez de perderlos,
los salven, a la manera como San Juan Bosco
salv>ó, y sigue salvando, a infinidad de niños po­
bres y menesterosos.
S i todos los que tenemos que intervenir en la
educación: Sacerdotes, padres de familia, profe­
sores, etc. cumplimos con el deber que nos impone
nuestra misión, y tendemos a realizar el ideal de
le educación cristiana, lejos de causar males se
seguirán muchos bienes en todos los órdenes so­
ciales; y apoyados en la oración y en la peni­
tencia podremos esperar que el Patronato de San
Juan Bosco sobre nuestros niños, se cottvierta en
fuente de bendiciones, en bienestar y alegría, en
el verdadero progreso y civilización, en el medio
positivo para constituir una sociedad más justa
y más humana, y en venero de donde nazcan
abundantes bienes para las familias mexicanas y
para toda nuestra querida Patria.
Esta Carta Pastoral será leída y comentada a
los fieles, en todos los templos del Arzobispado,
el Domingo siguiente al día de su recepción.
Dada en Mé.vico, en Nuestra Residencia Arzo­
bispal, a once de Octubre, festividad de la Ma­
ternidad divina de María.
Pascual D íaz,
Arzobispo de México.

Las bodas de oro de nuestras “ Lecturas Dramáticas

4
^

i

Está empezando ahora para la Sociedad Salesiana toda una serie de celebraciones cincuentenarias y centenarias de hechos familiares y
fechas para nosotros importantes y dignas de
recordación.
Esto, que para la vida de un individuo sería
señal manifiesta de vejez y hasta de decrepitud,
para una Congregación Religiosa, destinada a
superar siglos y siglos, puede significar que
ésta sale de la infancia, que ha terminado
de constituirse, que su armazón orgánica va
alcanzando las primeras etapas de progresivas
solidificaciones.
Ni que decir tiene que nuestro Boletín reco­
gerá con particular fruición todas esas fechas
aniversarias, porque, a parte de que son como
hitos gloriosos que marcan nuestro camino pro­
videncial a través de los tiempos, tienen una
gran fuerza 'evocadora, refrescan la tradición
y atesoran dulces y útiles enseñanzas.
Hoy le toca a la Colección de Lecturas
Dramáticas Salesianas celebrar el cincuente­
nario de su fundación. Iniciada en 1885 por el
mismo Don Bosco con la publicación de Las
Pistrinas, debida a la pluma elegante y fecunda
del P. Don Juan Bta Lemoyne, fué uno de los
nuevos ensayos de apostolado que el Santo
incorporó a la educación de la juventud, plena­
mente consciente de su triunfo. Y ¡cómo ha
cundido y fructificado, en efecto, el modesto
pero genial ensayo! Hoy nadie concibe una
Sociedad juvenil católica que no tenga su
" Cuadro artístico ni es posible apenas hallar
un Colegio que, al lado de las aulas, no tenga
su palco escénico. Hasta en Centros de forma­
ción eclesiástica y en no pocos Institutos
claustrales ha tenido entusiasta acogida la san­
tamente bella y jocunda invención salesiana,
que, no obstante, dejaría de ser útil y aconse­
jable si no conservase todas las esencias que
le infundió Don Bosco.
Recrea y conforta el ánimo pensar en el
inmenso bien que ha hecho el teatro salesiano
en estos sus cincuenta años de ^^da: las incon­
tables horas de risa e inocente pasatiempo pro­
porcionadas a los niños; los nobles sentimientos
florecidos; los vicios estigmatizados; las virtudes
glorificadas; los propósitos formulados con el
aplauso de un bello gesto; todas las lecciones,
en fin, de religiosidad, de amor a los pobres, de
patriotismo, de hombría de bien, de limpieza
moral, de integridad de carácter metidas en
los corazones y en los cerebros juveniles, dulce
y sutilmente y como jugando.

Actualmente, pasan ya de mil las obras
escénicas que llevan diluidas estas enseñanzas,
y que para Centros de educación y Asociaciones
católicas de uno y otro sexo han visto la luz
en nuestras Colecciones. Y si muchas no
podrían ser recomendadas como modelos de
arte literario, porque no fué la preocupación
artística la que movió principalmente la pluma
de sus autores, creemos que en todas puede
apreciarse la intención moral y educativa, o
cuando menos la limpieza de todo lo que podría
ser peligroso para las buenas costumbres.
En uno de los Extraordinarios de la Cano­
nización, hablamos del nacimiento del teatro
Salesiano y de las normas a que lo sometió
Don Bosco. No vamos ahora a repetir, pero
aprovecharemos esta ocasión que se nos brinda
para denunciar como extrañas al pensamiento
de nuestro Santo Fundador ciertas adapta­
ciones escénicas de obras procedentes del
histrionismo mundano, que, pese a la vigilancia
y buena voluntad de los que dirigen nuestras
Colecciones, han logrado deslizarse en ellas
taras de una vez.
Para que este abuso no tome pie y se re­
cuerde cuál debe ser el genuino teatro salesiano,
nuestro amado Rector Mayor, Don Pedro Ricaldone, ha iniciado una novísima Colección, al
frente de la cual figura el ameno y concienzudo
escritor P. Uguccioni. Esta Colección Dramá­
tica, recién iniciada, cuenta ya con 15 publica­
ciones editadas en la S. E. I.
Y como quiera que el teatro — repetimos —
es ya hoy cosa corriente en Colegios, Asocia­
ciones y Círculos de Acción Católica, queremos
invitar a cuantos amigos, especialmente jóve­
nes, gustan de informar sus diversiones en el
dulce y amable espíritu de San Juan Bosco, a
que hagan una revisión escrupulosa de sus
programas de fiestas y de sus actuaciones tea­
trales, para ver si en ellos ha penetrado por
ventura alguna corruptela capaz de convertir
en aliciente peligroso lo que por su natura­
leza debe ser alegría sana e inocente solaz.
Sería éste un modo estupendo de celebrar las
Bodas de Oro de nuestras ' Lecturas Dramá­
ticas », y, por si en ese bello propósito pudié­
ramos a30idarles, publicaremos, en meses suce­
sivos, unos jugosos Comentarios que, sobre
c teatro y cinema n han aparecido en una de
nuestras revistas de Italia, con el seudónimo
de Salesianus, y que de un modo perfecto y
diríamos ofieial reflejan el espíritu de Don
Bosco.

39

r
Ha muerto Don Calógero Gusmano
Secretario del Capítulo Superior de nuestra Sociedad.

De martirio lento y duro puede calificarse la
extraña enfermedad que desde algunos años venia
padeciendo este buenísimo y destacado hijo de
Don Bosco. Todos pensábamos con espanto en
la terrible aKonía que tendría que apurar cuando,
rota la resistencia de su organismo, se declarase
éste vencido, pero Dios ha tenido misericordia de él.
K 1 30 de noviembre fué a Niza para someterse
a una cura especial que ya en otra oca.sión le habla
aliviado. Vélaselo aleare y esperanzado, y lo único
que le hada creer enfemio eran aquellas lla^ras
siempre abiertas de sus pies que sin tregua ni des­
canso laceniban su sensibilidad.
Acostiisc, pues, tranquilo aquella noche, y a la
mañana seguiente lo encontraron muerto en la
cama. Ninguna actitud dolorosa en su cuerpo,
ninguna línea violenta en su rostro; la posición
normal de' que duerm e dulcemente en la santa
amistad de Diiw.
Los insidiosos tóxicos de que estaba cargada
su sangre y que de un molo fulmíneo han paralixado su corazón, pusieron de manifestó, mas
que una resistencia física a toda prueba, su recia
ct>ntextur.i moral, y más que recia, invencible.
Muchas V muchas veces la \iolencia de los dolores

40

le hacía morderse .os labios hasta arrancar sangre,
y, a renglón seguido, veíasele sonreír y bromear,
y como si aquel espasmo continuo a que se hallaban
sujetos sus pobres nervios fuese cosa de menor
cuantía, siguió siempre impertérrito en sus ocupa­
ciones habituales que no eran pocas ni ligeras. Las
admoniciones de los médicos y continuas insis­
tencias de los superiores no pudieron convencer
a aquella voluntad recia y granítica, templada en
las virtudes viriles de la escuela de San Juan Bosco,
para que se tomase una larga temporada de reposo,
que, más aún que los remedios que se le aplicaban,
hubiera contribuido, si no a curarle, cuando menos
a aliviaile. Quiso morir en la brecha, entregado
hasta el último suspiro al bien de las almas y de
nuesta amada Sociedad, que, con su pérdida, acaba
de recibir un rudo golpe.
El P. Gusmano era siciliano de nacimiento y,
desde los 13 anos de edad en que fué recibido por
San Juan Bosco en el Oratorio de Turfn, hasta los
63 en que le ha sorprendido la muerte, vivió siempre
en la Casa-Madre al lado de los Superiores Mayores.
Siendo secretario particular del malogrado Don
Pablo Alhera acompañó a éste en su largo viaje de
visita a las casas y misiones de América, y al morir
en io ta , el P. I..emoyne, secretario del Capitulo Supe­
rior, fué designado él para sustituirle en el cargo.
Hallábase el novel Secretario abundantemente
dotado de ingenio y tacto exquisito y con estas
cualidades y su carácter activo y dinámico, a\-alonidos por las eximias virtudes religiosas y salesianas que hermoseaban su alma, prestó servi­
cios incalculables a nuestra Sociedad, en general,
y a los diversos Rectores Mayores que se han ido
sucediendo en particular.
Con las múltiples y delicadas atenciones propias
de su cargo desempeñó además la asistencia espi­
ritual de las Hijas de Marta .Auxiliadora y de sus
florecientes .Asociaciones juveniles, que echarán
mucho de menos las santas exuberancias de su
celo y de su pieda.l.
Tenía el don especial de lograr que prendiera
fuertemente en las almas la llama de la dcN’oción
al Sgdo Corazón de Jesús y a María Auxiliadora.
Todos esos suaves ejemplos y virtudes del P. Gus­
mano y el enorme bien que ha hecho a tantas almas
grabarán su recuerdo de un modo imperecedero en
la Familia-Satesiana, y si todo ello no le hubiese
ya ganado la gloría del cíelo, ai lado de su Padre y
Maestro San Juan Bosco. — nosotros creemos
que si — no le falsatán ciertamente por parte nuestra
y de nuestros amigos y cooperadores los sufragios
necesarios.

Tres nuevas Púrpuras Cardenalicias
en Hispanoamérica.
Entre los Principes de la Iglesia creados por
S. S. Pío XI en diciembre último hay tres que
son particularmente gratos a esta Revista: el
Excmo Sr. Nuncio en Madrid Mons. Tedeschini, y los Excmos y Rvmos Sres Arzobispo de
Buenos Aires y Arzobispo de Toledo. .
Fuera pues improcedente que no les felici­
tásemos con verdadero gozo y efusión filial, y
que dejásemos de manifestar en estas páginas
el vivo fervor con que nos asociamos a la gene­
ral satisfacción que estos nombramientos han
producido en Hispanoamérica.
El Emmo Sr. Don Federico Tedeschini. Decir que ha recibido ahora la solemne investi­
dura cardenalicia no seria exacto, porque desde
1933, según voz pública, era cardenal inpéctore.
El Emmo Sr. Tedeschini es hoy una de las
grandes figuras de la Iglesia. En toda España
se admira y venera extraordinariamente a este
Prelado ilustre que en ella lleva viviendo 15
años, sin haber dejado ni un solo instante de
derramar, a manos llenas, los beneficios de su
espíritu amplio y selecto; que ha querido visitar
personalmente todas las provincias españolas,
aun las isleñas, y conoce por su nombre a miles
de ciudadanos de España.
En esta gran figura de Cardenal vienen a
fundirse magníficamente la majestad y pres­
tancia del principe, la simpatía bondadosa del
hombre, la gravedad y unción del sacerdote y
la exquisita sensibilidad del diplomático, finí­
simo en la percepción de los matices, sagaz en
la penetración, prudentísimo en la exteriorización del pensamiento.
Todas esas dotes excepcionales del digní­
simo Representante del Papa en Madrid tu­
vieron ocasión especial de brillar en estos cuatro
últimos años; y ¡de qué impecable manera han
sido puestas en juego y siempre en la medida
justa y precisa! a trueque, eso sí, de verse
aureoladas de una corona punzante de incon­
tables amarguras y recónditos sacrificios que
sólo Dios debe conocer completamente.
Nunoa bendecirá España bastante el hecho
providencial de que estuviese de Nuncio Mons.
Tedeschini cuando en ella se desencadenó la
persecución religiosa; por su exacta visión de
los hechos, la serenidad imperturbable con que
supK) sortear las dificultades y el empuje enorme

con que logró rehacer los alientos de los bue­
nos, mediante la Acción Católica por él organi­
zada y admirablemente impulsada.
Tuvo razón Benedicto XV, que, en Madrid
había hecho las primeras armas de su carrera
diplomática al lado de Mons. Rampolla,
cuando dijo, escribiendo ai que había sido allí
su confesor: ■ El nuevo Nuncio es un regalo que
yo hago a España».
A estas pinceladas, que bien pocas son y bien
frías para hacer el boceto de una figura como la
del nuevo cardenal Tedeschini, tendríamos aún
que añadir una, pero no con la mano sino
con el corazón: su entrañable amor a la Obra
Salesiana, demostrado en mil asuntos difíciles
y en mil ocasiones solemnes, algunas muy
recientes, como las fiestas de la Canonización
de Don Bosco en Madrid y la consagración
episcopal de Mons. Olaechea.
Que nuestro Santo obtenga al nuevo Prín­
cipe de la Iglesia muchos y prósperos años de
vida.
41

El Emmo Sr. Don Santiago Luis Copcllo. - El Consistorio secreto de i6 de di­
ciembre figurará entre ios más importantes
de la historia de la Iglesia, porque a parte
de la resonancia solemne que en él tuvo la
palabra dcl Padre común de los fieles, dió
como regalo al mundo católico hasta 20
cardenales, número que quizá no se había
logrado en ninguna otra ocasión, habiendo
entre éstos muchos cuya calidad es especial­
mente significativa. Titulares de las más im­
portantes Nunciaturas de Europa, altos magis­
trados de la Corte Pontificia, Jerarcas de las
más venerables Archidiócesis de la cristian­
dad.
Alguno de estos nombramientos viene a se­
ñalar, además, una nueva era de prestigio y
esplendor para destacadísimas colectividades
católicas que con él se han visto honradas.
'Pal significa la Sagrada Púrpura que triun­
falmente rojea en la persona del Arzobispo
metropolitano de la República Argentina.
P.ira íiosotros, salesianos, ofrece esta pro­
moción cardenalicia doble motivo de especial
satisfacción; por ser él, Mons. Copello ^el
ilustre Prelado en quien ha venido a recaer tan
aho honor, y por tratarse de una tan noble,
culta y hospitalaria nación como la Argentina,
hogar bien amado de muchos millones de ca­
tólicos que tan arriba ponen los prestigios de su
fe; segunda patria de Don Bosco, como el
mismo Santo solía llamarla; tierra primogé­

nita del apostolado de sus hijos en ambas Américas; clima, en fin, especialmente dulce y
afectivo para el desarrollo de la Obra Salesiana que en él ha encontrado siempre cultivo
favorable, fructificando de modo asombroso.
La promoción a la Sagrada Púrpura del
Emmo Sr. Don Santiago L. Copello, y por ende
de la gloriosa Iglesia argentina, es un premio
bien ganado que hace tiempo estaba en el deseo
de millones de almas, que había sido cariñosa­
mente solicitado por plebiscitos de pueblos
hermanos y por altísimas personalidades, y
que, ahora, a raíz de las formidables mani­
festaciones del último Congreso Eucarístico
Internacional, al que el insigne Prelado diera
tan feliz realización, y, por creer llegado el
momento oportuno, la bondad de Pío XI
acaba de conceder.
El primer Cardenal de Buenos Aires es una de las
más fúlgidas glorias del célebre Colegio Pío Latino
Americano, donde en 1899 recibió la borla de Doctor
en Filosofía y cuatro años después en Sagrada
Teología por la Universidad Gregoriana.
Sus grandes actividades y privilegiadas dotes de
inteligencia y corazón han culminado en el ejercicio
de la vida parroquial, que recibió de él extraordi­
nario impulso, y en las varias empresas de carácter
social católico, ora como simple cura de almas o
como Obispo auxiliar, primero de L a Plata y luego
de Buenos A ires; ya desde su alto puesto de Vicario
Gral Castrense o de Arzobispo metropolitano.
M ás de media docena de iglesias parroquiales
bellísimas son obra suya, amén de las que actual­
mente tiene en construcción. Los capellanes del
ejército dcbenle importantes mejoras; los semina­
ristas de La Plata han recibido de él un nuevo y
magnífico Colegio, y los de su Arquidiócesis, que
en breve tiempo se han visto duplicados, una Casa
deliciosa para pasar las vacaciones.
Gracias a su solicitud paterna, los obreros de sus
Círculos tendrán pronto habilitado y a su disposi­
ción un moderno y flamante sanatorio.
L o que caracteriza la vida de esta gran figura de
la Iglesia es, pues, su labor intensa de apóstol y de
Obispo misionero.

El nombre augusto de S. S. Pío XI y el
de Mons. Santiago L. Copello quedan, desde
ahora y para siempre, ligados a la historia de
la nación argentina que no olvidará en los
siglos quién ha sido su primer cardenal y
quién el Papa que se lo ha regalado.
El Emmo Sr. Don Isidro Gomá. - Como
correspondía a la sede primada de España y
a los méritos del santo y sabio titular que
actualmente la ocupa, ha recaído también sobre
el Dr. Gomá el honor de un puesto entre los
20 Cardenales últimamente nombrados.
42

No hemos hecho la biografía de los otros emi­
nentes purpurados por ser bien conocida en
los medios católicos la personalidad de esas
figuras occisas, y no la haremos por lo mismo
del nuevo Cardenal de Toledo. Algunos rasgos
nada más, que vengan a iluminar su perfil, a la
luz de nuestra devoción y cariño salesianos.
Todos nuestros lectores recordarán con pena
de qué violenta manera la Sede Primada de
España vino a ser desposeída de su último y
bien amado Cardenal. Entonces, pocos pensa­
rían en que pudiera sucederle el Obispo de
Tarazona, no obstante ser primus Ínter pares
en el Episcopado español; pero la luz hecha para
llamear en los más altos candeleros no podía
quedar oculta debajo del celemín, y la Provi­
dencia llevó a la Iglesia toledana al Excmo Sr.
Gomá,'como figura la más eminente y que me­
jor cuadraba al imperial y secular prestigio de
dicha Iglesia, y a los momentos difíciles por que
atravesaba el catolicismo español.
Pronto se vió el acierto de semejante nombra­
miento. Las múltiples y sonadas intervenciones ,
del Arzobispo de Toledo en la vida religiosa de
España, sus fecundas iniciativas y actividades
en el ministerio eclesiástico, las gloriosas re­
presentaciones que ha llevado al extranjero,
sus célebres pastorales y exhortaciones, lo
impusieron rápidamente a la admiración ge­
neral.
Teólogo y sociólogo de altura, con una ciencia
a la vez eclesiástica y española, su concurso es
requerido, no sólo en las grandes solemnidades
religiosas, sino además en las culturales y aca­
démicas.
Aun antes de que fuera Obispo, dejó sóli­
damente consagrada su reputación de estu­
dioso en el Congreso de Apologética de Vich
con motivo del Centenario de Balmes; en el
Litúrgico de Montserrat, de 1915; en el Eucarístico de Amsterdam, en la Asamblea Mariana
de Covadonga.
De su reciente inter\*ención en el grandioso
Certamen Eucarístico de Buenos Aires, todo el
mundo recuerda el discurso que allí pronunció
en el Gran Teatro, con motivo de la Fiesta de
la Raza, calificado por muchos de « Programa
de la Hispanidad».
Viajero infatigable, que no sabe prescindir
de la máquina fotográfica, como un instrumento
más de información y cultura; hombre de bi­
blioteca, y obser\*ador asiduo de la vida hu­
mana, ha conseguido acumular grandes y opu­
lentos tesoros de <»nocÍmientos, vertidos, con
vigorosa originalidad, en multitud de obras
por él publicadas, donde la calidad exquisita­
mente científica vese avalorada por un sentido

profundamente sacerdotal y un propósito
transparente de apostolado.
Del concepto en que se le tiene en Roma,
como teólogo, es prueba fehaciente el que la
Santa Sede le haya designado, con otros teó­
logos de renombre internacional, para el estu­
dio del dogma de la Asunción de María.
Citaremos entre sus obras « La Eucaristía y
la vida cristiana», « Valor educativo de la Li­
turgia católica «, fl La Familia cristiana », <
■ El
Evangelio explicado » (cuatro volúmenes) « La
Biblia y la predicación». Tradición y crítica
en Exégesis».
Son muchas más las que ha escrito, pero
bastarían estas seis para dejar definitivamente
consagrada, en el santo Cardenal de Toledo,
su reputación de sabio.

A los tres nuevos Purpurados, honra de la
Iglesia Hispanoamericana, que tan bondadosos
se han mostrado en todo momento con las
Obras Salesianas, no sólo les felicitamos, una
vez más, con veneración y afecto, sino que
queremos reiterarles nuestro ardiente p ro^ sito de secundar, dócil y humildemente, siem­
pre y dondequiera, sus planes de apostolado.

43

LA OBRA DE DON BOSCO EN
ESPAÑA Y AMÉRICA
Relaciones enviadas al Redor Mayor.

ESPAÑA - Bilbao y Pamplona. — Cómo
ha recibido Baracaldo a su hijo ilustre
el Excmo Sr. Don Marcelino Olaechea.
Esta célebre población aledaña de Bilbao,
colmena llena de rumor y estrépito, en cuyas
fundiciones de acero trabajan miles de opera­
rios, tiene el honor de haber sido la cuna del
nuevo Sr. Obispo de Pamplona. Allí abrió él
sus ojos a la luz y su alma a la vocación salesiana
y sacerdotal.
Su padre era forjador, y en su humilde hogar
todo el mundo obedecía a la voz de la sierna de
Altos Hornos.
Aquellos paisanos del Sr. Obispo tenían
pues derecho preferente a recibir la caricia de
sus primeras bendiciones episcopales y se apre­
suraron a reclamarlo.
A las siete de la mañana del domingo 3 de
octubre, veíase ya una enorme multitud esta­
cionada a lo largo del camino de Réqueta,
ocupando una extensión de más de un kiló­
metro. El color dominante de aquella masa
humana era el azul mahón de los metalúrgicos.
Más de cinco mil personas esperaban la llegada
del ilustre baracaldés.
Al aparecer el coche en que venía, acompa­
ñado por el P. Alcántara, Inspector de la Pro­
vincia central salesiana, estalló una ovación
clamorosa que parecía hacerse inacabable. Me­
dia hora tardó el Excmo Sr. Olaechea en rom­
per la barrera humana que le cercaba, logrando
al fin que la inmensa comitiva por el presidida
se pusiese en marcha hacia la iglesia parroquial
de San Vicente. En muchas calles levantá­
banse arcos de flores con salutaciones entu­
siastas al hijo ilustre.
A la recepción se sumó el .\yuntamiento, de
mayoría radical. Durante los primeros años de
la República, la fracción socialista del mismo
habíase empeñado en borrar de una de las
calles el nombre de otro salesiano ilustre, el
P. Zabalo, pero no pudo lograrlo. El vecindario
en masa, cuyos hombres todos, con raras ex­
cepciones, han recibido educación en las Es­
cuelas Salesianas, se alzó contra los demoledo­
res, y el nombre del P. Zabalo sigue rotulando
una de las vías más principales del Ensanche de
la gran población obrera.

44

Al día siguiente, en esta misma calle, el
Excmo Sr. Obispo bendijo la primera piedra
de la Casa del antiguo alumno. Ha sido presu­
puestada esta obra en 150.000 pesetas, y tanto
el arquitecto Sr. Areso como el contratista y
obreros de todas las especialidades que han de
trabajar en ella son antiguos alumnos.
La mañana de ese día 4 fué de una solemni­
dad desbordante. En la iglesia parroquial de
San Vicente, donde el Dr. Olaechea celebraba
su misa de pontifical, había más de cuatro mil
personas. Mil quinientos hombres, exalumnos
y metalúrgicos en su inmensa mayoría, habían
recibido antes la comunión de sus manos en la
iglesia salesiana de María Auxiliadora. En el
presbiterio ocupaban sitios de honor los Dipu­
tados a cortes por Navarra, Sres Bilbao y
Arellano; los de Vizcaya, Sres Aguirre, Ro­
bles y de la Torre; una Comisión del Ayunta­
miento local; la Directiva de Antiguos Alum­
nos; los Padrinos del Prelado, Don Tomás
Urquijo y Señora; los de la iniciada Casa del
Antiguo Alumno, Don José M. Caray y su
hermana Natividad; Superiores Salesianos;
Representantes de Colegios, y los hermanos del
Sr. Obispo, Don Cristóbal y Dña Matilde.
Primorosamente ejecutada resultó la misa Pontificalis, a 3 voces, por coros de niños, exalum­
nos y otros elementos locales.
T res horas de besam.anos.
Al ofertorio, unas sencillas y emocionadas
palabras de Don Felipe Alcántara, y después,
al terminar la misa, el besamanos. Tres horas
duró el desfile, y a la salida, una muchedumbre
enorme, incalculable, aplaudió y vitoreó al
nuevo Pastor en forma tan impresionante que
su rostro apacible llegó a turbarse en un gesto
de bien patente emoción.
A las dos de la tarde, un banquete de ex
alumnos que llenaban el Salón-teatro del Co­
legio salesiano. Salutaciones de los diputados
a Cortes señores Bilbao y Aguirre, del secre­
tario de las Juventudes católicas de España
señor Taboada, de un representante del Ayun­
tamiento de Baracaldo y del presidente de An­
tiguos alumnos, comentadas con unos bellí-'
simos conceptos del doctor Olaechea, que en­
lazó sus afectos por Baracaldo, su cuna, pueblo

S e v illa . • E i E m o S r . C a r d e n a l d a la b e n d ic ió n

S « v ü la . - E l E m o S r C a r d e n a l d ir ig e U p a la b r a a l o u m e r o a o a u d ito r io d esm *¿c d e la b e n d ic ió n d e la a E tc u e la e .

de hombres recios, y por Navarra, pueblo
ejemplar y genuinamente católico.
Con el mismo entusiasmo y enorme concu­
rrencia celebróse a las 5 una velada-homenaje
en el teatro principal de la población, tejida
toda ella de preciosos cantos, discursos elo­
cuentes y notas especialmente típicas que recor­
daban de un modo emotivo la infancia del
nuevo Obispo.
U na entrada triunfal.
A las once en punto del domingo siguiente
entraba el Sr. Obispo en Pamplona, esperado
por el Cabildo catedral, los parroquiales, clero
regular, representaciones de entidades. Con­
gregaciones y Asociaciones de carácter reli­
gioso; los diputados forales, diputados a Cor­
tes, concejales, y un público numerosísimo.
Todas las calles del trayecto estaban invadidas
de inmenso gentío. Al llegar el prelado a la
iglesia de San Ignacio, la multitud prorrumpió
en una salva de aplausos, sólo interrumpida al
efectuarse la ceremonia de costumbre. En este
momento el gobernador civil de Pamplona salu­
dó al prelado, de quien se despidió retirándose
amablemente. En seguida se puso en marcha
procesional la comitiva, yendo el nuevo obispo
revestido de los hábitos episcopales y bajo palio,
cuyas borlas eran llevadas por cuatro diputados
a Cortes, padre Gafo, y señores García, García
de Morentín y Arellano, siguiendo el vicepre­
sidente de la Diputación, el alcalde y el dipu­
tado a Cortes señor Bilbao. Detrás iba el clero
catedral.
El paso por las calles del trayecto hasta la
Catedral, como después hasta el palacio epis­
copal, se efectuó en medio de calurosísimas
ovaciones, que, con las colgaduras que ador­
naban los balcones y la enorme concurrencia,
dieron color a un acto de rotunda afirmación
de fe católica, de adhesión a la Iglesia y de amor
filial al nuevo prelado.
En la Catedral, terminadas las ceremonias de
ritual, subió el prelado al púlpito y pronunció
breves pero oportunísimas palabras de gratitud.
A continuación tuvo lugar en el salón lla­
mado del Nuncio la recepción. Desfilaron ante
el prelado todas las personalidades y represen­
taciones, y después el pueblo. £1 prelado sentó
a su mesa, para almorzar en su compañía, al
prior de la Colegiata de Roncesvalles, al deán
del Cabildo catedral, al provisor de la diócesis
y algunos canónigos, y por la tarde fué obse­
quiado Mons. Olaechea con un selecto con­
cierto, por la Schola Cantorum del Seminario
y el laureado Orfeón Pamplonés.
46

Que nuestro S. Juan Bosco, de quien el nuevo
Sr. Obispo ha sido y es hijo queridísimo, le con­
ceda largos años de vida episcopal y bendiga
el magnífico campo de apostolato que la Iglesia
ha confiado a su solicitud paterna.

ESPAÑA - Córdoba. — Dos cenotafios.
En estas Escuelas Salesianas se ha celebrado
un acto llano, pero profundo, sincero, íntimo;
de extraordinario valor'emocional. Tratábase de
dar consistencia perdurable, mejor dicho, peren­
nidad de piedra, al agradecimiento que sienten
los Salesianos y.sus innúmeros discípulos hacia
dos personas que ya han traspuesto los um­
brales de lo eterno: Rosario de Ariza Víctor
y doña Francisca Enrile y González de la
Mota; damas que al tiempo que ornaron
de prestigio, a la antigua y sin mundanida­
des, la buena sociedad cordobesa, supieron
colaborar en el hacer cristianos y sapientes,
creyentes y cultos a los niños desvalidos de
«su ciudad», que tal fué la labor en que se
ejercitaron, replegadas en la sombra de sus
casas respectivas, con sigilo evangélico, du­
rante quince, veinte, treinta años, estas dos
« señoras de Córdoba » (nunca el dicho estuvo
mejor empleado).
Los Salesianos y sus más pobres alumnos
gratuitos supieron afianzar para siempre la me­
moria blanda y grata, que ni puede ni debe
perderse, de dos conductas meritísimas, cuyo
ejemplo merece ser continuado e imitado.
Dos mármoles, dos cenotafios, en cada
una de otras tantas aulas, claras y ríentes
como los patios y los huertos que las enmar­
can, proclamarán con sus leyendas expresivas
que existieron en Córdoba dos mujeres bo­
nísimas que pusieron tenazmente sus empeños
mejores en que los niños que allí acudan
supiesen leer y pensar, razonar y adoctrinarse
para conocer la Verdad Suprema y defenderla
con el tizón ardiente de su fe cristiana.

ESPAÑA - Sevilla. — Inauguración de
las Escuelas Salesianas del barrio de
Triana. El Emmo. Cardenal Ilundain
bendijo el local.
E stas nuevas E scuelas Salesianas, iniciadas
e im pulsadas p or alm as cristianas y generosas,
fu eron una de la s grandes aspiraciones d el actual
R ector M ayor D on Pedro R icaldone, cuando
regía la casa de S ev illa , H oy son fe liz y conso­
ladora realidad, y e l solem nísim o acto de su

(
^

S e v illa . - E l a b o g a d o D . M a n u e l R ío s S a r m ie n tó p r o n u n c ia n d o s u d lscu l-so .

bendición e inauguración contó con el calor
cordial del barrio entero, y de Sevilla, con su
Prelado y las primeras autoridades a la ca­
beza.
Desde mucho antes de la hora anunciada
— cuatro y media de la tarde del día 2 de
octubre, — comenzó a afluir gran cantidad
de público. Pronto se orientaba el gentío
porque el vecindario, asociándose al júbilo
de la fiesta, había engalanado sus balcones
con vistosas colgaduras.
Poco antes de las cinco U faron las primeras
autoridades de la capital, y a las cinco en
punto llegó Su Eminencia el señor CardenalArzobispo, siendo saludado con una gran salva
de aplausos.
Seguidamente, el Dr. llundain se revistió de
Pontifical, y asistido de su Mayordomo, señor
Tovar, del párroco de Santa Ana, señor Guerra
Calzadilla y d d presbítero salesiano señor
Nogués, procedió a la solemne bendición del
local.
Terminada la ceremonia. Su Eminencia pro­
nunció unas sentidas palabras. Dijo que el
hecho de inaugurar las Escuelas Salesianas era
extraordinario, porque así podía reputarse la
culminación de una obra que se estimaba im­

posible llevarla a su término. Sólo a costa de
una perseverancia tenaz, de una constancia
propia de la fe cristiana, y de una firmeza
característica en los que persiguen la propa­
ganda del bien, ha fiodido lograrse el pro­
pósito de que se inauguren las escuelas.
Tuvo un recuerdo de gratitud para la pia­
dosa dama que donó importantes cantidades
para que se pudieran abrir estas Escuelas,
y para su pariente el Exemo Sr. conde de Bustillo que, aún con sacrificios personales, con­
tinuó su obra.
Afirmó que la obra de Don Bosco, la obra
salesiana, cuenta con la aprobación suprema de
la Iglesia y con experiencia mundial, porque se
ha extendido a todo el mundo. Que no la
elogia por estimarlo innecesario, ya que se
elogia por sí misma y son patentes sus resul­
tados en beneficio de la cultura, de la educación
religiosa y de la salvación de la juventud.
Se extendió luego en sabias y luminosas
consideraciones sobre el respeto que se debe
al alma de los niños. AJ terminar fué ovacionado
y vitoreado con gran entusiasmo.
S^uidamente, el Prelado se despojó, en la
capilla provisitMial, de los ornamentos pontifi­
cales y pasó a ocupar la presidencia del acto
en la tribuna levantada al efecto. Su Emi-

47

1
nencia tenía a su derecha al Jefe de la División
Militar, general - Villá-Abrillé; Presidente de
la Audiencia, señor Rodríguez Cabezas; te­
niente de alcalde señor Escrivá Villoslada;
fiscal señor Fernández; Rector de la Pro­
vincia Hética Salesiana, don Sebastián María
Pastor; párroco de Santa Ana, señor Guerra
Calzadilla, y párroco de San Bartolomé, don
Rafael Galán. A la izquierda del Prelado
tomaron asiento el alcalde de Sevilla, señor
Contreras; los tenientes de alcalde señores
Mensaque Arana y Fernández Palomino;
el decano del Ilustre Colegio de Abqgados
señor López Cepero; el Presidente de la
Junta Pro-Escuelas Salesianas, don Manuel
Ríos Sarmiento; el concejal señor Fernández
Mensaque, el secretario de la Junta don
Rafael Rojano Panadero, y el párroco de la O,
don Pedro Gómez Lagares.
Otros puestos del estrado presidencial fueron
ocupados por los señores Ruiz Ramos; conde
de Bustillo; don Antonio Ollero, Presidente
de la Junta Diocesana de Acción Católica; don
Antonio de la Peña López, por el Círculo
Mercantil y la Cámara de Comercio; don
Antonio Gómez Millán, por el Colegio de
Arquitectos; don Hermenegildo Gutiérrez de
Rueda, por el Ateneo; señor Chiclana por el
Colegio de Procuradores; señor Valencia, por
el de Agentes Comerciales, y otras represen­
taciones de distintos centros y entidades se­
villanas.
P erú . L im a . —
.

E l a lta r d e M a r ta A u x ilia d o r a
A la derecha: L a p ro c e s ió n .

V is ta p a n o r á m ic a d e lo s tr a b a jo s d e la B a s ílic a ,
c o m o se h a lla b a n a fln d e afto.

U n telegrama del
R ector M ayor .
tal

y a continuación el Secretario de la Junta,
señor Rojano Panadero, dió lectura al siguiente
telegrama del Rector Mayor de la Congre­
gación Salesiana, don Pedro Ricaldone:

Sr. Cardenal y muy dignas autoridades de
Sevilla y os comunico con gran satisfacción
que se ha obtenido de la Santa Sede la erección
canónica de esa Casa. R IC A L D O N E ».

KEstoy entre vosotros con mi espíritu en
la solemne fiesta de la inauguración de la
Casa de Triana.
Saludo respetuosamente al' Eminentísimo

La lectura del precedente despacho fué
subrayada con grandes aplausos y vivas al
Padre Ricaldone.
El Presidente de la Junta Pro-Escuelas

Salcsianas de Triana, don Manuel Ríos Sar­
miento, dirigió en seguida respetuosas palabras
lie saludo a Su Eminencia, y entre otras bellí­
simas consideraciones, dijo:
Se van a inaugurar tres clases, en las que no
pueden recibir educación más que ciento cin­
cuenta niños, y hace más de una semana que
había inscritos en las listas de aspirantes más de
dos mil. Nosotros venimos a Triana a pedir
las almas de los niños, y Triana, conceptuada
hasta hace poco como sede del extremismo
revolucionario; Triana noble, digna, sincera,
responde a nuestra demanda diciéndonos;
«Ahí van las almas de mis pequeños». Y
nos dan algo más. Nos dan el alma de sus
padres, porque cuando nos quieren confiar
más de dos mil niños, cuando un padre da
el alma de su hijo, es porque de antemano
ha puesto en ella su propia alma.
Refiere dos anécdotas demostrativas de
cómo la formación cristiana que se da a los
pequeños, influye poderosamente en sus padres,
hasta el extremo de conducirles al buen ca­
mino, cuando parecían totalmente extraviados.
El señor Ríos Sarmiento fué calurosamente
aplaudido al terminar su disertación.
A continuación subieron a un pequeño
tablado varios niños, alumnos de las nuevas
escuelas, de Triana unos, y de las de la T ri­
nidad y San Benito otros, que con aplomo y
gracia desarrollaron un diálogo, apropósito
de la inauguración de las escuelas de Triana,
pleno de chistosas ocurrencias y de alusiones
a la obra.
Y con oportunísimas frases de rendida gra­
titud pronunciadas por el Inspector Salesiano Rvdo P. Pastor, dióse por terminado
el acto.

ARGENTINA - Buenos Aires. — Las
Bodas de Oro del Colegio de Santa
Catalina.
Toda la prensa bonaerense se ha ocupado
de esta solemne celebración, y nosotros,
tomando como mentor el rotativo católico
t>El Pueblo», vamos a intentar reflejar los
juicios y apreciaciones que en tomo de la
benemérita Institución local salesiana se han
hecho, y a dar un breve resumen de cró­
nica de los principales actos realizados con
motivo de esta solemnidad.
El Colegio de Santa Catalina de la capital de
aquella República empezó siendo una humilde
capilla dedicada a la Santa y adosada a una
no menos humilde escuela, ambas construidas
50

en i86i, por y a expensas de un excelente
cristiano y patriota, Don Marcelino Rodríguez.
En 1885 pasaron ambos edificios a depender
de los Salesianos, y la carrera de progresos
realizados, desde esta fecha, nos la describe
galanamente el P. Carlos Pesce Battilana, en un
documentado folleto que acaba de publicar,
titulado « Cincuenta años de acción». D e él
entresacamos los siguientes datos:
-En 1885 los Salesianos se hicieron cargo de
la Iglesia y del colegio surgido a su vera; en
1896 ampliaron el recinto sagrado con las
dos naves laterales, y en 1901 se elevó como
un homenaje a Cristo Redentor la más her­
mosa torre de Buenos Aires, blanca como
una oración, escapulario de piedra sobre la
gran ciudad.
La inauguración del monumento fué uno
de esos acontecimientos que marcan época.
í Jomada de gloria, de las muchas que ha
vivido Santa Catalina!
Pero todas las cosas envejecen.
Y ahora, por la cooperación de los devotos
de Santa Catalina, de los amigos de la Obra
de Don Bosco, se presenta en este cincuente­
nario con todas las galas del arte.
Si del sepulcro donde yace, pudiera alzarse
el señor Marcelino Rodríguez y ver toda la
obra grandiosa realizada alrededor de esta
iglesia, a fe que le embargaría la emoción más
grande, porque por más que sonara un porvenir
grandioso no pudo jamás imaginar que sus
ideales tuviesen tan pujante realización.
Así premia el Señor los anhelos de los
buenos, afianzando en el tiempo la gloria de
sus nombres, como ellos se propusieron en
su día la honra del Padre Celestial.
E l C olegio S anta C a talin a
Y LOS E xalum nos .
De aquellas pobres aulas que recibieron
en 1885 los salesianos al entrar en el Colegio
Santa Catalina, apenas quedan hoy vestigios.
El magnífico edificio que se yergue sobre la
calle Piedras es un índice de la obra cultural
en él realizada. Son más de 15.000 los niños
que recibieron en él el pan de la cultura
durante estos cincuenta años.
No se incluyen en este número las legiones
que anualmente pasaron por las clases domi­
nicales del Oratorio Festivo anexo.
Digna de especial mención es la labor des­
arrollada por el Centro de Ex Alumnos de
Don Bosco. De esa organización han salido
jefes y dirigentes de la Acción Católica Ar-

gentÍQa y de otras entidades del apos­
tolado seglar católico.
De aquí — dice el citado P. Pesce — salie­
ron los confesores de Cristo, a visera alzada;
los que pudieron emular a Gil Robles y los
realizadores de los postulados de la Rerum
Novanim y de la Quadragésimo Anno, en el
tírculo amplio de sus anhelos, o en el más
restringido de las actividades económicas ».
Otra gloria sin ejemplo pueden ostentar los
Ex alumnos de Santa Catalina, y es el haber
creado el Oratorio Festivo de Lanús, sur­
gido bajo la advocación de San Jorge y aten­
dido con encomiable dedicación por el per­
sonal de esta' casa.
Once directores, a cual más celoso, ha te­
nido el Colegio de Santa Catalina, contán­
dose entre ellos el muy Rvdo P. Roberto J.
Tavella, actual arzobispo de Salta.
L as fiestas .
Hubo durante toda una semana actos cultu­
rales y religiosos, a cual más brillantes y con­
curridos, pero nosotros destacaremos única­
mente las solemnidades de los domingos i8
y 25 de Agosto.
Para el 18 habían sido convocados los exa­
lumnos, en la iglesia de Santa Catalina, en
tomo del Padre común, el Excmo y Revmo
Sr. Arzobispo de Buenos Aires Dr. Santiago
L. Copello, quien debió pasar entre ellos mo­
mentos de íntima satisfacción y consuelo, al
comprobar, una vez más, su ñlial acatamiento
a su persona, exquisita formación cristiana
e impetuoso deseo de marchar a las vanguar­
dias de la Acción Católica, para bien de la
iglesia y patria argentinas.
En el grupo fotográfico que a la vista tene­
mos y reproducen los «diarios, son más de 300
los exalumnos que figuran, la mayor parte
en plena virilidad, algunos con indudables in­
dicios de incipiente vejez, pero aun a esos que
ya empiezan a despedirse de la edad madura, se
les ve retozar en el rostro una viva y alegre
llama de juventud combativa.
Rezó la rnisa el expresado arzobispo doctor
Santiago L . Copello, exteriorizándose durante
el desarrollo de la santa ceremonia todo el
fervor de esa juventud. Antes de distribuir la
sagrada forma, al amadísimo Prelado dirigióse
a eUos, instándoles a perseverar en las prácti­
cas piadosas y acercarse a menudo al banquete
eucaristico, o>n lo cual oñ’ecerían el mqor
homenaje a sus antiguos maestros.
Después de la misa, fué servido el desayuno
en los comedores del colegio, presidiendo el

mismo señor arzobispo, continuamente vito­
reado por la numerosa concurrencia. Antes
de retirarse, fué invitado a encabezar con su
firma un hermoso pergamino, recuerdo de las
fiestas cincuentenarias.
La misa pontifical la celebró su Excia Rvnra
monseñor Roberto J. Tavella, arzobispo de
Salta, a quien acompañaba un numeroso clero,
siendo cantada por la Schola Cantorum del
colegio. Tuvo a su cargo el sermón monse­
ñor Andrés Calcagno, vicario general del
ejército, quien hizo resaltar la obra de los
ex alumnos de Don Bosco, comentando ade­
más toda la proficua labor realizada durante
cincuenta años.
E l dom ingo día 25.


Por la mañana, celebró la misa de comu­
nión el excelentísimo y reverendísimo mon­
señor Felipe Cortesi, arzobispo de Sirace y
nuncio apostólico.
Terminada la cual, el señor nuncio fué in­
vitado a firmar el antedicho pergamino, re­
cuerdo de la conmemoración salesiana.
La misa solemne fué oficiada por S. E.
monseñor Nicolás Esandi, obispo de Viedma,
con asistencia de S. E. R. monseñor Roberto
J. Tavella.
Ocupó la sagrada cátedra el Pbro. Dr. Carlos
Pesce Battilana. Puso de relieve la intensa obra
emprendida y recalcó la actuación de los ex
alumnos del centro Santa Catalina en el campo
de la acción social cristiana.
Más tarde, ante una numerosa concurrencia,
que llenaba los patios del Colegio, sealizósc
el acto de descubrir una hermosa placa de
bronce, ofrecida a Don Bosco y a sus maestros,
por los ex alumnos del Colegio Santa Cata­
lina.
El señor Horacio Monasterio 'hizo el ofreci­
miento con un bello discurso, y el R. P.
director don Pablo Z. Vicari dió las gracias.
A lmuerzo - homenaje .
En s^uida la concurrencia ocupó las lar­
gas mesas tendidas en el amplio pórtico del
col^io, transformado en comedor, <»nvenientemente adornado con trofeos, ostentando en
la cabecera un gran retrato de S. S. Pío XI,
los escudos de los obispos salesianos de Salta
y Viedma y d busto de San Juan Bosco.
Presidieron la mesa, S. E. R. monseñor
Roberto J. Tavella, monseñor Nicolás Esandi,
R- P. Inspector saiesiano D . José Reyneri,
directores de casas salesianas, delegaciones de
--

51

ex alumnos de Don Bosco, de ferroviarios,
maestros católicos, padres de familia, vicentinos, etc.; además el doctor Pedro R. Tiesi,
Dr. luán A. Bourdieu, Sr. José A. Sanguinetti,

Carlos Conci, Meisegeier, Ferreccio, inge­
niero José Pagés, Luis Arando Alabassi y
otros muchos más.
La comida transcurrió en medio de un gran
entusiasmo, alegrada por los acordes de las
marchas ejecutadas por la banda del colegio
León X IIL
A los postres, hubo muchos y entusiatas
discursos.

COLOMBIA - Cali. — Fiesta de María
Auxiliadora.
Nos escribe el Decurión Salesiano local:
El 24 de mayo se celebró la fiesta de María
Auxiliadora, como cada año, pero en éste hubo
la práctica de las « Cuarenta Horas» y tres
días de iluminación, en honor de la Sma.
Virgen. El domingo 26 fué el día dedicado a
los Cooperadores y Cooperadoras, habiendo
habido solemne Pontifical por el limo. Sr.
Díaz, con asistencia del Clero y de los Semi­
narios Mayor y Menor, estando el sermón a |
cargo del R. P. Arce. Mucha y escogida ha;
sido la concurrencia a la fiesta, la cual terminó!
con la Conferencia anual a los Cooperadores,
dada esta vez por el Padre Luis Bonilla, Din ctor del proyectado edificio Salesiano para
Escuelas de Artes y Oficios.

COLOMBIA - Guaitarilla. — Fiesta en
honor de San Juan Bosco.

B u e n o s A ir e s . • E l c o le g io e ig le s ia d e S a n ta C a t ili n a .

52

Al amanecer del 25 de abril de 1935, viéronse
en todas las esquinas grandes cartelones de la
Suciedad Suares, invitando, para las cuatro de
la tarde, a toda la población al solemne acto de
bendecir un cuadro de San Juan Bosco, Pa­
trono de dicha Sociedad.
El hermoso cuadro trasladóse procesional­
mente a la iglesia, en medio de un brillante
y devoto cortejo, en el que figuraban niños y
señoritas, jóvenes y caballeros, y el día 26,
los miembros de la Sociedad Suares, con su
bandera blanca a la cabeza, se dirigieron al
templo para oír la santa misa, en la que en­
salzó las glorias de San Juan Bosco el Presbí­
tero Sr. Onofre. Terminada la misa, sacaron
el cuadro del Santo por la plaza y, ante los
locales de la Sociedad, el Vicepresidente de la
misma hizo una entusiasta alocución que fue
largamente aplaudida.
El 27, fueron las maestras las que dedicaron
al nuevo Santo su fer\*oroso y sentido homenaje,

a
a
ó
.r

5

consistente en misa solemne y nueva procesión,
que resultó sobremanera lucida y simpatiquí­
sima, por las bellas teorías de niñitos de ambos
sexos que asistieron a ella. Hubo profusión de
cantos y de flores, y la banda de Nariño, desin­
teresadamente, amenizó, no sólo este acto sino
los demás ya indicados, haciendo gala de su
artística formación y selecto repertorio.
Junto con estas fiestas religiosas, tuvieron
lugar diversos actos culturales y recreativos,
muy acertadamente preparados y dirigidos por
valiosos elementos del magisterio de Guaitarilla, pueblo que, no obstante su apartamiento,
ha demostrado que no quiere ser segundo de
ningún otro en su amor a San Juan Bosco.

de flores, Jesús Sacramentado, en devota pro­
cesión, presidida por el Excelentísimo señor
Nuncio, quien llevaba la custodia, recorrió
triunfalmente los claustros y patios del Co­
legio, entre nubes de incienso que se elevaban
hasta el cielo.
L a V elada.

Por la tarde, a las cuatro y media, clausuró
la hermosa festividad una Velada solemne que
en homenaje al Papa había sido preparada.
La honraba con su presencia Su Excelencia
Monseñor Cento, acompañado por el Rvdo. P.
Don Serafín Santolini, Inspector de los Salesianos, alma de los preparativos y caldeador del
entusiasmo en que se desenvolvió toda la
fiesta, por varios sacerdotes y muy numeroso
VENEZUELA - Caracas. — El día del público.
Papa en el Colegio de San Francisco
Abrió el acto el R. P. Fierro con un bien
elaborado discurso de exquisita forma y sólida
de Sales.
doctrina, en el cual, después de hacer resaltar
Con inusitado esplendor celebró este Insti­ el significado del homenaje, hizo un cumplido
tuto salesiano la tradicional fiesta del Papa. Una elogio del Papa y de su eximio Representante en
aurora esplendorosa anunció un día lleno de Venezuela.
La ejecución de todos los números fué inta­
luz y de alegría. El Colegio, engalanado de
chable,
particularmente la conmovedora zar­
fiesta, sonreía con los frescos tintes de sus
flores a un enjambre de niños que inquietos y zuela « Refugium » que en más de una escena
parleros acudían a oír la S. Misa y recibir la Co­ arrancó merecidos aplausos de la numerosa
concurrencia.
munión según las intenciones de Su Santidad.
Un joven del colegio, con oportunas pala­
bras, hizo presente al Legado de S. S. del
L a M isa solemne y la procesión.
a Obolo de San Pedro •, ofrecido por los alum­
nos con tanto cariño como generosidad.
A las 9 llegó el Excelentísimo señor Nuncio
Coronó brillantemente el acto, la reconocida
Apostólico.
elocuencia del Excelentísimo señor Cento,
El gracioso Pequeño Clero, compuesto por quien en un discurso muy honroso para los
los niños del colegio, salió a recibirle a las puer­ Superiores del Colegio y lleno de matices que
tas del Templo, y a los acordes festivos del ór­ jamás le niegan el arte del bien d?cir y su co­
gano y en medio de un intenso palpitar de cora- - razón de apóstol, reafirmó en los asistentes el
zones, rumor de plegarias y del alborozado sólido prestigio del Papado.
repiqueteo de las campanas, Su Excelencia
« Es placentero para mí el poder manifestar,
penetró en el Santuario, inundado de luz.
en este momento solemne, que. entre todos los
Inmediatamente comenzó a celebrarse la actos a que he tenido el gusto de asistir, éste
Santa Misa. El coro de los niños, con la exqui­ ha sido uno de los más consoladores y de los
sita interpretación de los cantos litúrgicos, a que más han regocijado mi corazón de Nuncio
la vez que levantar los afectos hacia Dios, supo de Su Santidad ».
también poner la nota de arte en la solemnidad,
Estas palabras hicieron estallar todos los
y el Panegírico de circunstancia hizo resaltar pechos en un clamoroso: « jViva el Papal»
una vez más el milagro de los siglos: «Jesu­ acompañado de vítores a Jesús Sacramentado,
cristo vivificando, santificando y gobernando a María, a Don Bosco y al mismo señor Nuncio
a su Iglesia, presente en la Hostia Sagrada y Apostólico, el cual, impartida a la asamblea,
en el Pontífice Romano ».
en medio de la general conmoción, su más
Por celebrarse también y de propósito la amplia y paternal bendición, abandonó la sala,
Octava del Corpus Dómini, al concluir la Misa llevándose los mejores recuerdos y dejando
solemne, rodeado de cirios y entre una lluvia tras de sí un reguero de simpatía.

53

DE N U E S T R A S M I S I O N E S
Impresiones de la India.
La inauguración de una iglesia dedicada
al Sagrado Corazón en Shillong:
Esta región de As'sam, en estos últimos años,
se ha enriquecido con notables obras dignas de
admiración, algunas de verdadero valor artís­
tico. Las autoridades civiles así lo reconocen,
celebrando el empuje renovador de la Misión
católica, a cargo de los hijos de San Juan Bosco,
y en especial del que hasta hace poco había
sido su jefe, el Excmo Mons. Mathias.
Entre los monumentos arquitectónicos más
notables de toda la vasta Gobernación inglesa
de Assam, se deben citar el que se ha erigido
a D. Bosco, el Calvario, la Catedral, la Iglesia
de Santa Teresita del Niño Jesús, en Jowai,
y singularmente el nuevo y artístico Santuarió
del Sagrado Corazón, en Shillong.
Las dos últimas Iglesias mencionadas, han
sido proyectadas por los Salesianos Mantarra
y Sergi, que en ellas han hecho gala de un de­
purado gusto artístico. Las decoraciones son
tan exquisitas que la gente, al entrar, exclama;
“ parece que estamos en el cielo” . Esos templos
constituyen una predicación continua, pues el
alma, tanto de los paganos, como de los ca­
tólicos, se siente dentro de ehos como subyu­
gada e invitada a honrar al verdadero Dios.
El Santuario del Sagrado Corazón lo ha
erigido nuestro Sr. Obispo, en testimonio de
agradecimiento por los inmensos beneficios
concedidos por el Corazón divino a la Misión
de los Hijos de D. Bosco en Assam, en estos
últimos años. Será el centro de un grupo
muy interesante de obras caritativas, y sobre
todo, un gran atractivo para las almas deseosas
de vida sobrenatural.
La bendición de este hermoso templo tuvo
lugar la víspera del domingo de Palmas,
por S. E. Mons. Mathias, rodeado de todos
le» estudiantes y de gran número de Salesianos.
También se hallaban presentes los niños y
Superiores del Orfanato Don Bosco, y las
Asociaciones Católicas, que dirige el infati­
gable párroco P. Vendrame. Su Excelencia
celebró la Santa Misa, distribuyendo la Sa­
grada Comunión al pueblo, que llenaba com­
pletamente la nueva Iglesia.
El domingo de Ramos celebramos en ella
la fiesta de las Palmas, seguida de procesión
Eucarística. que fué un verdadero himno de

54

amor al Sagrado Corazón. Los católicos habían
acudido desde todos los puntos del distrito;
las asociaciones juveniles, nutridísimas, y to- !
das con sus charangas; lo más grato para el
Corazón divino fué sin duda la gran multitud ;
de paganos y herejes que, en actitud respe­
tuosa y devota, acudieron a visitar y animar
el artístico Santuario.
«¡Qué hermoso n era la exclamación do­
minante. Hermoso, en efecto, por su esbelta
cúpula, por sus elegantes Capillas laterales
de María Auxiliadora y S. Juan Bosco:, por
su pavimento, columnas y muros, cubiertos
de brillantes mosaicos; hermoso por su po­
sición elevada, y su fondo de verdes pinos.
« Nosotros, exclamaban, elevaremos una
petición al Papa... para que Monseñor Mathias
no deje la diócesis de Shillong » (por aquellos
días habíale llegado el nombramiento de
Arzobispo de Madrás). Debe seguir aquí,
hasta terminar sus proyectos de cristianización
y reforma y embellecimiento de este país.
Desgraciadamente fué todo inútil y el primer
obispo de Shillong ha ido a Madrás, donde la
gloria de Dios le tenía reservadas acaso mayores
empresas.

1

DIBRUGARH
El azote del opio.
Abundan aquí mucho por desgracia los fu­
madores de opio y quizá más los que lo toman
en forma de pildoritas.
Assam es la región de la India en que más ha
cundido este vicio y, dentro de ella, la provin­
cia de Lakhimpur ocupa el primer puesto en
la venta y consumación de la droga fatal.
En una de mis visitas a los cristianos de una
finca de te, el administrador mostrábase todo
alarmado por los desastres que ocasionaba el
opio en las filas de sus trabajadores. Padre, me
decía, en la finca y en los poblados vecinos, más
del 6o% de la población están atacados del
vicio. Yo mismo he podido comprobarlo.
En la India la venta del opio está reglamen­
tada y controlada por las autoridades; nadie
puede comprar sin licencia escrita del Doctor
del distrito. Llévase a cabo en señalados días,
los puestos se colocan en sitios bien visi­
bles, al borde de las carreteras y a nadie le es
permitido entrar dentro. Los expendedores
examinan las licencias por una ventanilla y pe­

i

san en presencia del comprador lo que a éste
le corresponde, después de haberlo pagado.
Da pena ver a la pobre gente haciendo cola
el día de la saca. Da pena verlos con los ojos
desencajados, macilentos, esperando para pa­
garlo a buen precio, el veneno que lentamente
habrá de consumirles y sin el cual no pueden
vivir, y menos trabajar.
En la finca, mientras pasaba a visitar las
casas de nuestros cristianos, vi a un indú que,
habiéndosele acabado el opio y faltando aún
dos días para poderlo comprar de nuevo, yacía
por tierra sin fuerzas.
Afortunadamente, el vicio del opio no existe
entre nuestros cristianos; muchos ni fuman los
cigarillos indianos llamados pm , y fabricados
con hojas de tabaco sin fermentar. El tabaco, los
que lo toman, suelen masticarlo, pero mezclado
con cal, que se fabrican ellos mismos por un
procedimiento curioso: tuestan las conchas de
las almejas que encuentran en abundancia entre
las arenas de los ríos: después las pulverizan
entre dos piedras; un poco de agua y el pro­
blema de la cal queda resuelto. M e aseguran
que la cal así fabricada es más gustosa que la
que pueden encontrar en el mercado.
Como he dicho antes, las autoridades, no
pudiendo prohibir radicalmente la venta de la
tan terrible droga del opio, tratan de disminuir
cada año el número de licencias y acortar la
porción que reciben los ya provistos de ellas.
Pero hecha la ley, hecha la trampa.
Un individuo que tiene autorización, por ej,
para comprar dos onzas cada semana, se provee
de licencia para su mujer, que no lo toma, y
así dobla su ración.
De uña tribu asamesa he oído contar que,
cuando una joven está para casarse, la familia
prefiere para esposo al joven tomador de opio;
así esta tribu se va degenerando, y terminará
por extinguirse.
Cuántas veces, pasando entre los poblados de
Cacharis y Boros, he visto a las pobres mujeres
medio extenuadas plantando arroz, o entregadas
a la siega, mientras los hombres, sentados en
el patio frente a la cabaña, fuman tranquila­
mente, esperando a que ellas vuelvan y les
hagan de comer.
U

n

héroe

que

se

r e d im e

.

Un pobre trabajador a toda <x>sta quería li­
brarse del vicio, pues había perdido un buen
empleo y trabajaba como cargador, cosa para
él humillante. Un día se presenta a! adminis­
trador de la finca solicitando de nuevo su an­
tiguo empleo, manifestándole el deseo de dejar

el opio si él podía darle una medicina que se lo
hiciera aborrecer. Consultó el administrador el
caso con el Doctor que visitaba el hospital de
la finca, y el médico se comprometió a curarlo
si estaba dispuesto a someterse a tratamiento,
para lo cual había que aislarlo, poniéndolo en la
imposibilidad de que alguien le proveyese de
la droga secretamente.
El medio que se excogitó era cómico: Kangalia, así se llamaba el trabajador, debía simular
un robo, para ser encarcelado; durante el en­
cierro sería sometido a régimen lácteo, y la
ración de opio iría disminuyendo a medida que
el organismo se robustecía, hasta ponerse en
condiciones de vivir sin él y de aborrecerlo.
Establecido el acuerdo, Kangalia penetró en
la casa de un vecino llevándose los cacharros de
cobre y latón, que aquí usan para cocinar y
conservar el agua, único ajuar de esta gente.
Avisada la policía, no le fué difícil descubrir
al autor del robo.
Kangalia pasó a la cárcel. Mientras se veía
la causa, pasaron casi dos meses, tiempo que
el Doctor, de acuerdo con el jefe de la prisión,
aprovechó para poner en práctica el trata­
miento convenido.
Para el pobre enfermo de opio los días de
encierro transcurrieron felices, pues de día en
día veía mejorar sus fuerzas. Al celebrarse el
juicio, el tribunal le impuso dos meses de
arresto, y considerándole de abono la buena
conducta observada en la prisión, a los pocos
días quedaba en libertad. Volvió a la finca
donde trabajaba; ocupó de nuevo su puesto de
capataz, y hoy es completamente feliz, l ’an
definitiva ha sido su victoria que ahora no
puede sufrir que se le nombre el opio.
El

reverso

de

la

m ed alla

.

Birendro, en sus buenos tiempos, fué em­
pleado en las oficinas de Obras Públicas. Buen
fumador de opio, poco a poco su organismo
empezó a debilitarse, y, como a otros muchos, a
Birendro la debilidad le ocasionó la pérdida de
sus facultades mentales. Privado de su empleo,
se pasaba la vida sentado a la puerta de su casa
sin dejar la pipa fatal; charlaba solo y con todo
el que pasaba; a unos daba consejos, a otros
reprendía; al final, la estúpida carcajada.
Birendro era uno de los vecinos de la misión
y más de una vez, al pasar frente a su casa, me
llamaba para contarme su vida; la conversa­
ción terminaba siempre con el mismo estri­
billo: le debían un montón de dinero el G o­
bierno, los amigos, todos; nadie le pagaba; al

55

h 'u m a d o r d e o p io

alejarme, reía y saludaba con un típico Salam
Saheb.
Un día, volviendo del correo, vi un grupo de
gente estacionada frente a la casa del pobre
toxicómano. No me extrañó; esta gente es muy

curiosa y novelera; por cualquier bagatela
forman corrillos y se pasan horas y horas char­
lando y comentando.
Me acerco al grupo, y al pie de un árbol veo
a Birendro, que acababa de expirar. Sintiénsose mal, salió a la calle, cayó redondo a tierra
y entregó el alma.
Nadie se preocupaba de remover el cadáver;
los musulmanes, allí en mayoría, porque Bi­
rendro era indú, los indúes porque el muerto
no era de la casta a que ellos pertenecían...
Tuve que imponerme, ante el temor de que,
llegada la noche, aquel cadáver abandonado
fuese pasto de los chacales y conseguí que
alguien avisase a los parientes más próximos.
Estos vinieron con leña y con la típica pari­
huela de bambú para llevárselo.
Al poco rato, desde mi ventana, observé en
la orilla del Bramaputra las llamas de una ho­
guera. Tras de ellas, las cenizas del pobre
Birendro desaparecerían entre las ondas del
Río sagrado.
Así siega todos los años el vicio abomina­
ble, centenares de víctimas humanas en este
desgraciado país falto de la religión de Cristo,
que es la que da temple de acero a la voluntad
y corona de realeza al espíritu.

E s ta s n o fu m a n o p io

56

F

r a n c is c o

M

arm ol

Misionero Saksiano.

E l S a n tu a r io d e l S g d o C o r a z ó n d e Jesú s d e S h ilo n e .

I n te r io r d e l S a n tu a r io d e l S g d o C o r a z ó n .

GACETILLAS SALESIANAS

L A C A U S A D E B E A T IF IC A C IÓ N D E S O R
M A R Í A M A Z Z A R E L L O — U n nuevo progreso,
que podría llamarse decisivo, acaba de hacer esta
Causa que tanto anhela ver gloriosamente conclusa
la Familia Salesiana.
Sabemos, en efecto, que la Congregación Prepara­
toria que el 19 de noviembre tenía que juzgar de ella,
celebróse con éxito satisfactorio. iD eo gratias' y
que con igual resultado se celebre pronto la Congre­
gación General.

F.¡. P R IM E R S A L E S I A N O A V IA D O R —
Llámase Don Juan Vidal, sacerdote y argentino
por más señas.
Era loma de D. Kosco buscar a las almas donde­
quiera que estén; aceptar toilos los medios que nos
permitan ganarlas a Dios, sin más limitación que la
licitud moral; asonar a los fines del apostolado
todas las modalidades del progreso
A este lema procuran atenerse los Salesianos, y
afortunadamente no sólo ellos. El sentido moderno
(entiéndase bien esta palabia) va dibujándose ya en
muchas de las Instituciones filíales de la Iglesia,
que antes parecían profesar a lo tradicional un cuito
exclusivo y hermético. Bien está la tradición y ¡ay
del que de ella se aparta I pero sin que constituya
una muralla chirui.
I ji Iglesia católica, maestra infalible y uniN’ersai,
nos dice por fortuita cuál ha de ser nuestro criterio
en asunto como éste tan delicado y transcendental.
Fijos k» ojos en ella sus misioneros, después
de haber llevado a las selvas irredentas. como ins­
trumentos de evangeliiación, el gramófono y la
mdio, el cinem-itógrafo y el automóvil, llevan

58

también el trimotor aéreo, y llevarán todo lo que
de útil t-ayan poniendo en sus manos la ingeniería
y los laboratorios. N o es ésta la primera vez que nos
ocupamos de semejante tema.
'Nuestros hermanos argentinos han pensado ahora
que, para cruzar la extensión inacabable de su
Pampa, existe algo más veloz y expeditivo que el
benemérito «lord » ya debelador del * sulqui •
tradicional, que antes brincara por la estepa sin
necesidad de caminos, en competencia con los
avestruces.
Los colqnos, más aún que los indios allí cada día
m is reducidos y concentrados, viven diluidos en
la inmensidad y separados unos de otros por cente­
nares de leguas, sin caminos de comunicación, como
no sea alguna que otra pista primitiva y casi im­
practicable. ¿ Cóm o habrían de ser atendidos en sus
necesidades espirituales, máxime cuando los sacer­
dotes a ellos consagrados resultan siempre tan esca­
sos ? Era forzoso, pues, que a éstos les sedujeran las
vías del aire, hoy a prueba de seguridad, y más en
un país como el argentino, en que apenas habrá que
preocuparse de preparar terrenos para el aterrizaje,
ya que toda la inmensa Pampa puede considerarse
como un aeródromo.
El ax-ión permitirá al sacerdote o misionero visitar
a menudo a sus feligreses, muchos de k» cuales
pasan años y años sin poder recibir su doctrina y sus
consuelos. El asión le trasladará como un bólido en
casos de necesidad extrema. £1 aríón facilitará enor­
memente al Obispo el cumplimiento de sus altí­
simos e ineludibles deberes pHtstorales, y todo esto
que podía antes considerarse como una aspiración
ideal, parece adquirir ahora dulce sabor de realidad
inmediata, pues que jóvenes sacerdotes han comen­
zado \'a a cursar los estudios de aviador cL*il. El que

nos ocupa, Rvdo. P. Vidal, Prefecto o Adminis­
trador de nuestro Colegio Wilfrid Barón, de Ramos
Mejía (prov. de Buenos Aires), resulta ser el primero
que felizmente ha terminado esta carrera, recibiendo
el título de piloto de la cat^ oría A (turismo). El
grabado que acompañamos nos lo presenta dentro
de su aparato, en el aeródromo de Rivadavia.
Nuestro augurio es que sea el primero de una
larga serie de mensajeros del cielo que, incansables,
y por los canrinoi del cielo, Nayan sembrando paz y
amor en la tierra.

¥
í-

P E T IC IO N IM P O R T A N T E A L A S E D E
A P O S T Ó L IC A . — Recientemente, y por conducto
del P. Tomasetti Procurador Gral en Roma de la
Sociedad Salesiana, ha sido elevada a la Sgda Congregadón de Ritos una instancia, firmada por nume­
rosos Obispos de diversas partes del mundo, en la
que se pide sea extendido a toda la Iglesia universal
el culto de San Juan Bosco.
A l hacer nuestro Procurador esta diligencia, entre­
túvose en audiencia privada con S. S. Pío X I. quien
demostróle gran interés en conocer el estado actual
de las Causas de beatificación y canonización promo­
vidas por los Salesianos, a la cabeza de las cuales
figuran, como es notorio, la del Ven. Domingo Savio,
la del Primer Sucesor de Don Bosco y Siervo dé
Dios Don Miguel Rúa y la de la Primera Superiora
Gral de las Hijas de María Auxiliadora, Sor María
Mazzarello, cuyas tres Causas — podemos con satisfacdón asegurarlo a nuestros lectores — marchan
rápidamente a su fin, sin que ello obste para que se
siga pidiendo mucho por ellas, pues todos los tra­
bajos y diligencias resultarían ineficaces si no se
obtiene eficazmente el beneplácito divino.

S A N J U A N B O S C O E N L A S T R IN C H E R A S .
He aquí una curiosa y original fotografía que
d ^ e .^bisinia acaba de remitir a nuestros Supe­
riores ur» de los más conspicuos y queridos exalum­
nos salesianos, el dominico Padre Reginaldo Giuliani,
celebrado orador y publicista turinés.
Llevado por su doble y ardiente amor a las almas
y a la patria, sumóse, desde el primer momento, al
riírcito expedicionario del Africa Oriental, y en la
citada fotografía se destaca su figura procer, sobre la
de San Juan Bosco. a quien él venera con el más
rendido amor filial, y a quien ha querido ver cuánto
«ntes entronizado sobre las trincheras de su patria.
* Me hallo satísfechísimo — dice el sabio dominico
en carta dirigida a los Superiores — de haber podido
tributar al gran Padre D on Bosco este testimonio de
afecto e inmensa gratitud, elevándole aquí un altar,
el primero que tendrá en tierra abisinia. Que lo
*ep®n los exalutnnos, de quienes los Superiores creo
P**eden estar bien orgullosos ».
Desde h j^ o , Padre Giuliani. Orgullosos y
^Kradecídos, especiafanente cuando el nombre de
^ lu m n o de Don Bosco se sabe llevar con los oros
d d prestigio que Vd, que le comunica.

A L N U E V O A R Z O B IS P O S A L E S I A N O D E
M A D R A S , M O N S . M A T H IA S , S E L E H A
D I S P E N S A D O U N A E N T R A D A T R IU N F A L .
— Acompañado por Jos' Sres Obispos de Nellore y
de Hyderabad, fué recibido en el muelle el ao del
p. julio por el Com ité Central de .Acción Católica
que no quiso ceder a nadie el honor de ser la primera
en dar la bienvenida al nuevo Prelado.
L a catedral hallába.se atestada de gentes de todas
clases y de las más varias creencias, y una multitud
inmensa tuvo- que contentarse con quedar en la
plaza adjunta para oir la voz del Sr. Arzobispo,
transmitida por poderosos altoparlantes.
Delante de la fachada de la iglesia metropolitana
habíase elevado un hermoso arco triunfal, en el que
campeaba luminoso el blasón del nuevo Pastor:
Aude et spera.
A l aparecer en la plaza su Excia Rvma, escoltado
por una fila inacabable de automóviles, la banda salesíana local lanzó al viento las notas del himno ponti­
ficio, cíen banderas se inclinaron reverentes y un
avión que volaba a baja altura iba dejando caer flores
sobre el enviado de Dios.
A l descender Mons. Mathias de su automóvil y
apenas recibida el agua bendita que el clero le ofreció,
postróse de rodillas y besó la tierra aquella que él
tanto anhelaba fecundar con sus sudores, mientras
los fieles, al son de la banda de música, entonaban
el coro tradicional * I^a fe de nuestros P adres»:
Faitk o f our Fathers.
L a procesión que se formó en seguida recorrió
las calles principales de la ciudad entre lluvias de
flores y aclamaciones delirantes y, llegada a la cate­
dral, Monseñor, desde el púlpito, habló a la muche­
dumbre, primero en «tamul» y luego en inglés,
agradeciendo aquellos homenajes filiales y excitando

E l p a d r e R c g iiia ld o G iu l ia o i.

59

a rodos a la Acción Católica y a la práctica de las
virtudes cristianas.
U n solemne Te Deum que entonó el nuevo Pre­
lado puso fin a la imponente recepciórt.
¿Cóm o no augurar ios más abundantes y hala­
güeños frutos a un pontificado que empieza en un
ambiente tal de cariño y simpatía ? Las dotes excep­
cionales del nuevo Arzobispo de Madrás responden
sobradamente del feliz cumplimiento de estos augu­
rios, y aquellas exuberantes tierras orientales bien lo
necesitan y esperan.

V A L E N C IA {VJÍN EZU ELA) H A T R I B U T A .
D E U N H O M E N A JE A L A A B N E G A C IO N
D E L P. B E R G E R E T T I, S A L E S I A N O D E L A
P R IM E R A H O R A . — El iz de octubre, fiesta de
la Sma Virgen del Pilar y aniversario del glorioso
descubrimiento, que hispanoamérica viene consa­
grando con el expresivo nombre de Dia de la Raza,

E l b e n e m é r it o P . B e r g e re tti.

E l A r z o b is p o d e M a d rá s

6o

marchaba en brillante formación una numerosa co­
mitiva por las calles de Valencia, a! ritmo de músicas
militares, hacia uno de los arrabales de la ciudad
donde antaño funcionara un hospital de variolosos.
En aquel sitio había derramado a torrentes las
esencias más exquisitas de la airid^d un hijo digní­
simo de San Juan Bosco, el P. Félix Andrés Berge­
retti muerto z6 años hace.
Suya es también la fundación del floreciente
Colegio que en esta culta capital tiene abierto la
Sociedad Salesiana.
Figuraban a la cabeza de la comitiva los Exalumnos
de dicho Colegio, promotores y animadores del ho­
menaje, y presidíanla ,:unto con la Primera Auto­
ridad municipal, los Rvdos PP. Santolini y Fierro,
Inspector y Director respectivos de nuestra obra en
Venezuela y Valencia, amén de otras distinguidas
personalidades y representaciones.
Liegadtw al lugar citado, donde la abnegación del
P. Bergeretti, de santa y gloriosa memoria, había
fulgurado magnifica entre las ruinas y miserias de
una terrible epidemia, como bello reflejo de aquella
misma caridad heroica que, medio siglo a n t« , pro­
digara San Juan Bosco entre los apestados de Turín,
el Sr. Presidente del Concejo, D on Arturo Hurtado,,
procedió a inaugurar una calle que perpetuará el
nombre del virtuoso sacerdote salesiano.
Leída el Acta correspondiente por la susodicha
Primera Autoridad municipal, pronunciáronse sen­
tidos discursos necrológicos y trasladóse la comiti\'*
al Colegio para, con igual emoción y solemnidad,
descubrir una lápida-recuerdo que dice así; A l PFélix Andrés Bergeretti — Fundador de este Coltgi*
— Heroicamente abnegado en la epidemia virolenta de
i 8q8 — Los Exalumnos — I 935 -

Crónica de las G racias
conseguidas por mediación de María Aaxiáadora, de San Juan Bosco y d e nuestros
Siervos de Dios
E SP A Ñ A Málaga, Octubre de 1935. — Una
persona de todo mi aprecio se hallaba en un trance
por demás difícil y apurado, tanto que ponía en
peligro su carrera. Recurrí con confianza a María
Auxiliadora, por intercesión de San Juan Bosco,
prometiendo hacer celebrar una Misa, dar una li­
mosna para los niños más pobres, y hacer pública
mi gratitud por medio del « Boletín Salesiano»,
si conseguía ver arreglado bien el tal asimto.
Gracias al poderoso auxilio de tan grandes y
queridos Protectores, se arregló todo satisfactoria­
mente y antes de lo que se podía pensar. Agradecida,
cumplo hoy mi promesa.
M . O.
E SP A Ñ A (Cádiz) San José del Valle, 12 octubre
de 1935. — Cumplo con todo el cariño de hijo
agradecido el deber que me impuse de dar públicas
gracias a María Auxiliadora, mediante el <>Boletín
Salesiano », si se digi^ba escuchar las oraciones que
le dirigía, para que me alcanzara de su Divino Hijo
un señalado favor que mucho deseaba, y que su
bondad de Madre tiemísima me ha conseguido,
como he podido experimentar en el año transcurrido
desde la promesa.
Que esta prueba más de la bondad de nuestra
celestial Madre nos estimule a recurrir a Ella con
toda la confianza y amor con que acudía nuestro
S. Padre D. Bosco.
F elipe Palomino , S. S.

E S P A Ñ A (Pontevedra) Barro, setiembre 12 de
1935. — Se celebraron en M adrid unas oposiciones
de importancia y dificilísimas, en que tomaron parte
700 opositores para 20 plazas, entre ellos un jovencito
por quien me interesaba viv-ameme, y ofrecí a San
Juan Bosco una cantidad para sus obras si obtenía
plaza, a la vez que recurrí a las oraciones de sus
amados hijos los Salesianos de T urín con el mismo
objeto. El éxito fué absoluto.
Publico la gracia alcanzada, con dos fines; porque
lo ofrecí, y porque quisiera que mi confianza en
nuestro Santo animase a cuántos lean estas líneas a
encomendarle todos sus asuntos y dificultades, con
plena seguridad de ser atendidos.
R. A . de A . R.
A R G E N T IN A (Bs. As.) Berna!, 3 Octubre 1935.
— Hago público en el Boletín Salesiano mi sincero
agradecimiento y el de mi familia a María Auxilia­
dora y a San Juan Bosco.
Hace unos dos meses tuve a mi hijito Juan Carlos
enfermo de pulmonía; en tan angustioso momento
acudí a Don Bosco, pidiéndole me alcanzara de
María Auxiliadora la gracia de la curación del n iño;
a los pocas días de haber empezado una novena,
estaba fuera de peligro.
Cum plo la promesa hecha al Santo y enviaré una
limosna para su altar.
C arlos T ortello .
A R G E N T IN A . Buenos Aires, Agosto 1935. —
Estando enferma de bocio, tuve que ser internada
en un hospital por prescripción médica, a fin de
ser sometida a una intervención quirúrgica pués
el mal se agravaba afectándome el corazón. Estuve
19 días internada en obser%’ación, pues en el estado
que me hallaba no podían operarme. Durante este

B a h ía B la n c a . - L o s s o c io s d e l a C o m p a ú ia d e S a n L u i s c u m p lim e n t a n d o a l E x m o S r . O b is p o M o n s . A s te la r r a .

61

tiempo asistía a misa diariamente y comulgaba con
fervor.
En una de sus visitas, la presidenta de las Hijas
de María, a cuya Congregación pertenezco, lle­
vóme una reliquia de San Juan Hosco la que
yo llevé con gran fe. T oda mi familia y la nom­
brada presidenta rezaron una novena al glorioso
Santo para que intercediera por mi salud, y ¡oh
sorpresa! fijóse providencialmente el día mismo de
la festividad del Santo para la operación, o sea el
26 de abril. Y gracias a la protección de la Sma
Virgen y de su glorioso hijo San Juan Hosco
llevóse a cabo con gran éxito, y ahora que me
hallo bien restablecida publico mi agradecimiento.

Elvira de F ilippis .
C O L O M B IA (Huila) El Retiro, marzo 30 de
— U n absceso o inflamación interna al lado
derecho del esternón, originada por la rotura de una
costilla, puso en zozobra mi tranquilidad y la de mi
familia.
Sintiendo cercana la muerte, invoqué a Nuestra
Augusta Reina y Madre María Auxiliadora y el
patrocinio de su dignísimo Siervo San Juan Hosco,
pidiéndoles me otorgaran la -salud, si esta era la
voluntad del Eterno.
Mis ruegos y los de mi familia fueron atendidos
y hoy, con rendimientos de acendrada gratitud,
doy gracias a mis bienaventurados Protectores, y
suplico se dé publicidad a esto que yo creo es un
verdadero milagro, para mayor gloria de Dios,
de su Inmaculada M adre y de mi especial protector
F rancisco C asa V argas.
San Juan Hosco.
C O L O M B IA (Hulla) E l Retiro, — El día 22 del
año actual, hallándose acostado mi hijo Ismael de
sólo once meses de edad, improvisamente le sobre­
vino un grave ataque, con convulsiones que me hi­
cieron temer por su vida. El caso se presentaba
realmente gravísimo, y yo, sin querer acudir a pro­
blemáticos remedios, desde luego lo encomendé
fervorosamente a María Auxiliadora y a San Juan
Hosco, bajo cuya protección puse a mi hijito.
A poco rato se notó grande mejoría, que fué
acentuándose hasta culminar en perfecta curación.
Hoy, agradecido a la Soberana Reina del Cielo,
cumplo mi promesa de hacer rezar una Misa, hacerme
Cotiperador y dar una oferta para las Obras de San
Juan Hosco.
Josfe M aría Perdomo A.
E L S .\L V A D Ü R San Salvador, Agosto 30 - 1935.
— En Abril de 1934 ful acometida, en San José de
Costa Rica, de fuerte influencia que degeneró en
mastoiditis. Después de dos meses de asiduas cu­
raciones tuN-e que someterme a una seria opieración,
y como el mal no curase, se repitió otras dos veces el
acto qviirúrgico, no siendo posible ni con esto
hacerlo desaparecer. Después de reiteradas súplicas
a nuestro Santo. D on Hosco, tanto de mi piarte
como de mis óptimas superioraa y hermanas, co­
mencé una no\-ena, al mismo tiempo que ingería un
pedacito de reliquia del Santo. N o sentí alivio, pero
el Señor inspiró al Doctor que me curaba indicarme
un cambio de clima.
Fui trasladada a otra Casa donde comencé otra

62

novena, prometiendo a nuestro Padre publicar la
gracia si el 31 de Enero me encontraba curada:
estábamos a mediados del mes.
Fui por fin escuchada, pues paulatinamente fué
cerrándose la herida y desapareciendo el pus que
había sido incesante. El 31, aniversario de la muerte
de Don Hosco, yo estaba perfectamente sana.
Agradecida profundamente, cumplo mi pequeña
promesa como un tributo de agradecimiento a nuestro
amado Padre.
Sor Julia N uñbz, H. de María Aux.
M E JIC O Capital. — M e encontraba m uy afligido,
pues no tenía trabajo y soy el sostén de mis padres,
ya de avanrada edad, y me encontraba en la imposi­
bilidad de pagar la renta de la casa. C on la pena en
el alma, me encomendé a la Sma Virgen, rezando
varios rosarios y poniendo por intercesor y abogado
a San Juan Hosco, que entonces era Beato. A este
fin recé varias Novenas en su honor y prometí una
limosna. En estos difíciles tiempos encontrar trabajo
es un favor singular, o más bien un milagro, y esa
era mi petición que prometí publicar.
San Juan Hosco atendió mi súplica, y agradecido
cumplo mi promesa, para mayor gloria de Dios, y
para que los devotos aumenten su confianza en el
eficaz valimiento de este Santo delante de la Sma
Virgen.
Un antiguo Bienhechor.
U R U G U A Y Montevideo, 4 agosto de 1935. —
Alfredo Pombo, fué varias veces desahuciado de los
médicos a causa de una infección en la sangre.
Hacía tres años que sufría, cuando el día 6 de Julio,
parecía todo humanamente perdido, pues ya el pus
le había atacado el cerebro e inmovilizado las mandí
bulas, y había sido declarado incurable por cuatro
médicos. U n sacerdote salesiano que le visitaba,
movido al ver la aflicción del joven y de su madre,
indujo al enfermo a que se colocara una reliquia de
San Juan Hosco sobre la mejilla e implorase del Santo
el favor por lo menos de que diese movimiento a sus
mandíbulas, para poderse alimentar. Así lo hizo
Alfredo, y oró con su madre pidiendo a D ios la
gracia por intercesión de S. Juan Hosco. L e deja
solo la madre unos instantes, y no habían pasado
treinta minutos, cuando siente que el hijo la llama
y oye con asombro que grita: «milagro, milagro;
mamá, m u e w la boca ». Ella corre, observa el pro­
digio y la emoción es tal que se siente desmayar.
Vuelta en sí dice entre lágrimas: « hijo, demos gra­
cias a Dios y ahora reguemos para que se complete
la obra y quedes libre del mal. L e ata a la cabeza
la reliquia y con la fe que es de imaginar madre e
hijo redoblan sus súplicas. A l cabo de una hora la
confianza se trocó en espanto; parecía que había
llegado el desenlace fatal, pues comenzó a arrojar d
joven por los oídos tal cantidad de materia, que pa­
recía más probable su muerte inmediata que d
fa%*or que se esperaba recibir del cielo... Pero cesa
la emanación y el joven exclama: < Estoy sano; Sao
Juan Hosco me ha curado *. Y sin más pide sus vesti­
dos, se riste y va a la cocina y pide de comer. Pre­
paran en su casa el almuerzo y mientras alborozados
sentábanse a la mesa, llega el médico, el cual, viendo

levantado al joven, cree ser ello nna imprudencia de
los padres y les increpa; mas cuál sería su estupor
cuando constata que ya no hay nada de lo que tenía,
que está fuera de todo peligro; más aún que está
perfectamente sano. Sorprendido e despide di­
ciendo: «A quí ya no tengo nada que hacer; esto es
incomprensible ».
D e esto ya hace un mes y el joven a todos los que
lo visitan les muestra la reliquia de San Juan Sosco
y les dice: < Esta me ha sanado >.
]Cuán admirable es Dios en sus Santos,
i Gracias, San Juan Boscol
Un testigo del hecho.

Dan también gracia a hforia Auxiliadora y a
San Juan Bosco por favores recibidos:
EsPAñA - Málaga. — Una cooperadora agradecida.
Espada - Santander. — Prima Rodríguez.
Espaüa - Vígo. — Manuel Jáudenes Bárcena —
Dolores Berea de Oria — María Areas de Charro
— Ascensión G . de Pereira Borrajo.
C olombia (Santander) Bucaramanga. — María y
Elisa Valdivieso Ordoñex.
C olombia (Santander) Girón. — Mariana Piada
García — Samuel Serrano.
C hile - Concepción. — Carlos Fuenzalida — Sa­
lomé Matus de Montalba — Clara Manzano Bena­
vente — Ana Lecaros de Urrejola.
E l S alvador - San Salvador. — M . T . M .
Estados U nidos (California) Los Angeles. —
Herlinda Loaiza.
M ehco - Capital. — Gonzala Tejada — María
del Carmen Boija — Dolores Veira de Estrada —
í® Mora de Brambilla — Antonia Flores
— Magdalena P. Vda. de Herraz — Lucía Valle —
Dolores de Villena — Laura A . Vda. de Baeza —
Justína Flores Ortega — Guillermo Moreno — Fa­
milia Villareal — Josefina Guevara — G . Juambelz
Francisco Malagón — Cristina de Santa Marina
M éjico - Querétaro. — María Góm ez — Teresa
Prieto.
M éjico (Sonora) Nepalés. — Delfina Vda. de
Paredes — Refugio Vega de Ramírez — Francisco
de P. Fernández Pbro — Griceda Jacot — Eugenio
Comides.
M éjico (Yucatán) M éñda. — María Valencia.
U ruguay - Paysandú. — C . E. AguUera.
U ruguay - Salto. — Matilde Savio de 'Martínez.
U ruguay - V illa Colón. — U na Hija de María
Auxiliadora.
V enenzuela - Barquisimeto. — Amalia Sofia
Mújica de Rnntana

Expresan su agradecimiento al Venerable Do­
mingo Savio p<w favores recibidos:
María Friegue, de Vigo (España) — Las aluninas
de la Escuela Comercial de M aris Auxiliadora, de
Linares (Méjico) — Gxiadalupe V . de López M ., de
Tacuba (Méjico) — María N . Ruíz, de Santa Tecla
(E! Salvador).

A la Sierva de Dios María Mazzarello:
Prcrfesoiaa y ahmmas de la Eani^la Comercial
de María Auxiliadora, de Linares (M éjico).

N E C R O L O G ÍAS
S A L E S IA N O S D IF U N T O S .
Federico Schneider, sacerdote — de Schónenbach
(Badén) f en W urzburg (Alemania) el 4 de Julio de
*935 Luis Cesarin, clérigo — de Casarza (Italia) f en
Fulbari (India) el 5 de Junio de 1935.
yosé Grosso, coadjutor — de T urín (Italia) f en
Piossasco (id.) el 5 de Julio de 1935.
Daniel A ra, clérigo — de Huesca (España) f en
Gerona (id.) el 15 de Julio de 1935.
Silvio Porrini, sacerdote — de Casorate Sempione
(Italia)
en Génova el 25 de Julio de 1935.
Juan Nahas, sacerdote — de Jerusalén (Palestina)
t en Belén el 7 de agosto de 1935.
Francisco C rz^ orrczyk, coadjutor — de Dtutowka
(Polonia) t en L a Paz (Solivia) el 21 de Julio de 1935.
José A lary, sacerdote — de Lentin (Francia) f en
Bouisseville (Argelia) el 4 de agosto de 1935.
Carlos Bonini, sacerdote — de Sesto Calende
(Italia) f en Intra (id.) el 15 de Setiembre de 1935.
Juan Borello, coadjutor — de Castiglione Tinella
(Italia) t en Fortín Mercedes (Patagonia) el 8 de
Julio de 1935.
Maximiliano Bueger, sacerdote — de Durach
(Baviera) f en Contratación (Colombia) el 10 de
Junio de 1935.
Domingo Rodríguez, coadjutor — de San Juan
del Río (España) t en Vigo (id.) el 17 de Julio de
1935 Natanael M arsh, sacerdote — de Beaminster
(Inglaterra) f en Cabo de Buena Esperanza (Africa)
el 12 de Julio de 1935.
Carlos Fino, coadjutor — de Aviglíana (Italia) f en
Hong-kong (China) el 12 de Junio de 1935.
Pacífico Muscat,coadjutor — de Musta (Malta)
•f en Calcuta (India) el 6 de Agosto de 1935.
Antonio Santana, coadjutor — de Santa Brígida
(Gran Canaria) f en Las Palmas (id.) el 17 de Agosto
<íe 1935.
Romano Lechtoacki, clérigo — de L w ow (Polonia)
t en Sambor (id.) el 23 de Junio de 1935.
Ernesto Candusso, coadjutor — de Ragogoa (Italia)
t en M éndez (Ecuador) el 23 de Julio de 1935.
C O O P E R A D O R E S D IF U N T O S

Dn. Luis Dávalos.
Plácida y santamente, entregaba su alma a Dios
en M orelia (M éjico) el 24 de diciembre p.p. Parecía
que la Sma Virgen Auxiliadora esperaba solamente
la llegada del día consagrado a FHa para trasplantar
de este destierro a la verdadera Patria el alma del
que en vida ñ ié su hijo amante, su fiel devoto y
el sincero amigo y bienhechor insigne de sus hijos
los Salesianos y de las Hijas de María Auxiliadora.
Católico de cuerpo entero, sin reticencias ni
claudicaciones, vivió siempre proñmdamente la
vida cristiana, siendo su bogar jardín de escogidas
virtudes y él dechado de todas ellas. Si quisiéramos
compendiar en una frase su perscmalidad y su vida.

63

II'

tendrfnmos que clecii que fué «l «V ii b o n u s» el
• varón bueno », porque la caridad y la bondad,
casi practicadas hasta la exageración, sí exageración
pudicia darse en la virtud, formaron la característica
de su vida. Nadie llamó a su puerta en busca de
socorro sin ser atendido; todas las penas y todas las
miserias hallaban siempre alivio en' su corazón y,

aunque la adversidad y el infortunio trataron de
abatir su entereza cristiana probándolo duramente,
primero con la pérdida de su esposa y de otras
peí sonas muy queridas y después con la casi total
de su cuantiosa fortuna, amén de otras muchas y
muy duras contrariedades con que Dios prueba a los
que ama, jamás proñrió un lamento, nunca salió
de su boca una queja, ni su corazón abrigó un senti­
miento de amargura ni aun para aquellos mismos
que lo habían perjudicado, disculpando sincera­
mente, cuando otra cosa no podía, sus intenciones.
N o es de admirar, pues, que apenas conoció a Don
Bosco, llamado con razón pur uno de sus biógrafos
« U n Gigante de la Caridad », se sintiera arrebatado
por él y a él se entregó completamente. Formó
parte activa de la « Junta Salesiana » que trajo a los
Hijos de Don Bosco a esta ciudad y les prestó
siempre sostén y apoyo decididos, en todas las
formas que abarca la cooperación salesiana, hasta el
último momento de su existencia. Para él era impo­
sible salir del ambiente salesiano. I>otado de grandes
dotes de mente y de corazón, de vasta cultura, de
palabra amena y fácil, le parecía imposible que en el
mundo existiera persona de mediana ilustración que
ignorara la vida de Don Bosco, que desconociera su
obra o no le prestara su decidido aposx).
Quiera Dios Ntro Señor suscitar aquí y en el
mundo entero muchos imitadores sm*os.

Dña Angela Calligari de Cavallotti.
Dios no la concedió hijos, providencialmente
podemos decir, para que adoptara como suyos a ios
pobres y especialmente a aquellos en quienes se
manifestaba \-ocación religiosa.
Com o la M qjer fuerte del E\-angelÍo, amó su casa
que consideró como el santuario donde debía san­
tificar su alma. Para ella no hubo atracti>'o mundano
que pudiera llamarle la atención; sus visitas, redu­

64

e n * a fw sA a o u * s r

EatsUccMkBl» Tip.

cidas a lo más estricto, tenían siempre por fin el
bien espiritual de las almas. Era devotísima de María
SS. Auxiliadora. Nunca dejó de participar en los
cultos, que todos los z \ de mes se le tributan en el
Santuario de Almagro, aunque su salud era muy
precaria, y vivía a más de media hora de tranvía
del Santuario.
Su deficiencia cardiaca, la llevó al borde de la
tumba. l<os médicos no daban esperanza de salV'arla. Al sacerdote salesiano que la visitó en esos
momentos, le pidió la bendición de María Auxilia­
dora; no quiso ningún remedio, se puso en manos
de la 'Virgen, diciéndola que si la sanaba, todo el
dinero que debía gastar en médicos y medicinas,
serviría para obras buenas.
Habiendo en efecto curado de aquella enfermedad
casi instantáneamente, cumplió lo prometido; costeé
varias becas de vocaciones religiosas y repartió li­
mosnas entre iglesias y Obras pías.
A todas horas se la sorprendía en la máquina,
confecionando amitos, purificadores, toallas para
altares; lavaba, planchaba y zurcía las ropas usadas
de varias iglesias. Era incansable en este género de
trabajos.
i
Obtuvo de su digno esposo que se hicieran dona­
ciones considerables a casas salesianas; sus mejores
joyas las regaló para la corona de María Auxilia- t

U

dora. Sus conversaciones eran habitualmente espirí- k
tuales. Se veía que su alma estaba constantemente
unida con el Señor.
El viernes 5 de Julio, después de cenar, se sintió
mal e inmediatamente quiso recibir el SS. Viático,
la Extrema Unción y la Bendición Papal, entrando
luego en estado comatoso. A l día siguiente el P-1
Inspector D on José Reyneri la visitó y le dió la bendt- 1
ción de María Auxiliadora Su esposo, conmovido,!
dijo: Hoy es Sábado, la Virgen se la lleva, y así fu¿
Creemos firmemente que su alma está en el cielo. I
Sin embargo. TKi dejen los buenos Cooperadores
de elerar una plegaria en sufragio suyo y para quej
Dios consuele a su digno esposo.

Ha muerto también en la paz del Señor
C o l o m b ia (Valle) Pradera. — Ulpiano Manrano|
I.,ozano, Decurión Salesiano.

4b « r f o f i o M

n ír M A B fK B . —

U SacfaJaJ Eaüor*

lltr « l« r -r r » p M S a b > c :

L>. O U I U O

- Taco. Corso Ae««*s

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TESORO

18
23
25
29

ESPIRITUAL

Relación de las Indulgencias Plenarias
que lo s C o o p erad o res Sa lesia n o s p u e ­
den gan ar, en e l tra n scu rso d e l año.

FEBRERO

MARZO

19 - Fiesta de! Patriarca San José.
25 - Anunciación de la Sma Virgen.
M AYO

3 • Invenaón de la Santa Cruz.
8 - Aparición de San Miguel Arcángel.
11 - Aniversario de !a Coronación de María
Auxiliadora.
24 - Fiesta de María Auxiliadora.
JU N IO

24 ■ Natividad de San Juan Bautista.
29 • Fiesta de San Pedro y San Pablo.
30 ■ Conmemoración de San Pablo.
JU L IO

1 - Preaosa Sangre de Ntro Señor Jesu­
cristo.
2 • Visitación de Ntra Señora.
16 - Fiesta de la Virgen de! Carmen.
A G O ST O

6 • Transfiguración de! Señor.
15 ■ Asunción de la Sma Virgen.
16 ■ Fiesta de San Roque

.4

SE TIEM B R E

EN C A D A U N A
O E L A S S IG U IE N T E S FIESTA S:

1) M O VIBLES:
Sagrada Familia (el primer domingo después

de la Epifanía).
Dolores de la Sma Virgen (El viernes de Pasión).
Domingo de Ramos.
Pascua de Resurrección,
Ascensión de! Señor.
Domingo de Pentecostés.
Fiesta de la Sma Trinidad.
Corpus Ckristi.
Fiesta del Sgdo Corazón de Jesús (primer viernes
después del Corpus).
Fiesta del Sgo Corazón de Marta (día siguiente
del anterior).
EN ERO

Circuncisión del Señor,
z - Santísimo Sombre de Jesús.
6 - Epifanía.
I-

Cátedra de San Pedro en Roma.
Desposorios de la Sma Virgen.
Conversión de San Pablo.
Fiesta de San Francisco de Sales.

2 - Purificación de la Sma Virgen.
22 - Cátedra de San Pedro en Antioquia.

— Una vez cada dia, elevando a Dtos, en
medio del trabego y aunque sea sólo mentalmente,
una piadosa invocación cualquiera, previas las
demás condiciones ordinarias, o sea el estado de
gracia, la confesión y comunión sacramentales
y la visita a alguna iglesia u oratorio público,
rogando por la intención del Soberano Pontífice.
Esta indulgencia del trabajo santificado pue­
den ganarla los Cooperadores Salesianos, Hijas
de M. Auxiliadora y sus respectivos alumnos
y exalumnos. Si, hallándose en estado de gracia,
se sigue repitiendo la misma piadosa invoca­
ción, u otra cualquiera durante el trabajo, se
puede ganar, cada vez, una indulgencia parcial
de 400 días.
2 • Un día de cada mes, el que uno elija.
3 - El dia en que se hace el piadoso Ejercicio
Mensual de la Buena Muerte.
4
El dia en que se asiste a la Conferencia
Mensual Salesiana.
5 • El dia en que uno inscribe su nombre en la
Pia Unión de Cooperadores Salesianos.
6 • E! dia en que por primera vez se consagra
uno a! Sgdo. Corazón de Jesús.
■ Cada vez que practique los Santos Ejeraaos
Espirituales, de ocho dias.
8 •
/fl hora de la muerte con tal que, confe­
sado y comulgado o por lo menos arrepentido de
sus pecados, invoque, con los labios o con el corazón
e! nombre sacratísimo de Jesús.
I.

2) FIJA S:



8
12
14
15
29





Natividad de la Sma Virgen.
Dulcísimo Nombre de María.
Exaltación de ¡a Santa Cruz.
Los Siete Dolores de la Sma Virgen.
Dedicación de San Migue! Arcángel.
OCTUBRE

7 - La Virgen del Rosario.
I I - Materrúdad de María.
16 ■ Pureza de María.
N OVIE.M BRE

21 • Presentación de Ntra Señora.
22 ■ Fiesta de Santa Cecilia.

8
25

D IC IE M B R E

-

Inmaculada Concepción.
N atividad de Jesús.

Para lucrar las antedichas Indulgendas
se requiere, además de las condiciones ordi­
narias, que k» Socios de la Pía Unión recen
cada día un Padrenuestro, Avemaria y Gloría
con la invocación Sánete Francisce Salest, ora
pro nobis, según la intendón del Romano Pon­
tífice.

y hasta si cabe robustecido, el pensamiento genuino de
la Iglesia sobre materia tan delicada y resbaladiza.
El estilo está plasmado en una diáfana claridad y sobria
elegancia.
La ya célebre Colección Manuales S T U D IU M de
cultura religiosa ha adquirido con este libro y el que le
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estar al din y ofrecer temas de palpitante actualidad que
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E. Bcitia.
Es una recapitulación completa de las lecciones axplicadus, en dos años consecutivos, en el Centro de Estudios
Universitarios de Madrid y en lu L niversidad Católica
de verano de Santander.
Es una visión sintética de la poción Católica, logrando
que se destaquen bien sus lineas generales, acerca de
su concepto, historia y fines. En el capítulo dedicado a
la |K>Iitica queda manifiesto, de un modo transparente

¿ E L C A T O L IC IS M O EN C R IS IS ? — Del Dr.
R. García y G . de Castro.
He aquí un tema hoy agitato por mUchos espíritu»
superficiales, que aborda con sinigual competencia el
cultísimo canónigo Lectoral de Granada, joven, avizor,
filósofo reposado y teólogo profundo, gloria de la moderna apologética y de la literatura españolas.
Como manual de la primera, debe figurar este libro en
la vanguardia, per derecho proprio, y en cuanto a su
valor literario, aparece bien de relieve, sólo con hojearle.
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f

'
,
f.

F R A N G IT E P.ANEM — Breve comentario literal-]!
histórico-ascético-dogmátíco, sobre la Santa
y sus ceremonias; de Mons. Maesano, Profesor de teo-^
logia del Seminario de Asís. Versión del Pbro C . Mont-í
serrat.
Consignado el título, huelga reseñar su argumento,^
pero bueno será añadir que, para comodidad de lo» '
lectores, van insertos en esta obra en doble columna,'
el texto latino de! Misal y '.su traducción castellana.
En opitíión de la revista « Civfitá Cattolica • este librq|
será útil, no sólo a los fieles, si que también a los sacer- ^
dotes, que tendrán en él un verdadero prontuario par^fi
sus instrucciones ‘ catequísticas.
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Un t. de 242 págs. - i6 x 11 . rústica, 3 Ptas y tela, 4 iSo|l
M E N T E Y C O R A Z O N — Reflexiones para
jóvenes, del Dr. J. ZafFonato.
Precioso manual de meditaciones para uso de la juver
tud. Irradia^ simpatía hasta en su presentación materialj
Es una obra que viene precedida de un éxito rotundo*
pues su primera edición italiana de 10.000 ej. se agot
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diable. unir dos empeños especialmente difíciles: I*';
c.tlidad cartográfica y el reducido coste.
Destinada, según expre.sa su título, a los pequeñ-Ti .
cscoláres, vendrá a'.ser en sus manos un instrumento in¿]
preciable para, desde su primera iniciación en loscstudie^i
Rcográficos.adqurrir el hábito de saber localizar rápida­
mente.
*
■I
. Consta de 24 map-as, físicos y políticos, cons.agrando
además una págiñá a Cosmografía, dos a los Hemisferios, i
y cuatro a la Península Ibérica.
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Un volumen de 2 5 x 1 6 - 3 ptas.
1

Fecha
1936.02