BS_1933_03

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BS_1933_03
Descripción
Boletín Salesiano. Marzo 1933
extracted text
T

M ARZO 1933

Año XLVIII

Numero 3

BOLETÍN SALESIANO
REVISTA DE LAS OBRAS DE DON BOSCO
Verdadero concepto
de la cooperación salesiana,
(Contiaaactóo).

El magno problema
de las vocaciones.
O hsfáculos y rem edios.
V ista la conveniencia y necesidad de au­
mentar el número de sacerdotes y religiosos
de la santa Iglesia y de hacerlo con ritmo
cada vez m ás acelerado, en proporción de
la velocidad con que se enfría en los pueblos
la levadura del Evangelio, haj'^ que preocu­
parse antes que nada de vencer y anular los
obstáculos que dificultan el florecimiento de
las vocaciones.
Estos obstáculos no h a y quien no los co ­
nozca, porque son rnilgares y propios de
todos los tiempos; por esto y por no disponer
del espacio que necesitaríamos, vam os a
indicar uno solo que, si siempre ha sido el
más terrible y nefasto, ahora ha llegado a
ser catastrófico para el espíritu cristiano.
Nos referimos a
La m undanaiidad. — H e aquí la primera
>• más preocupante de las enfennedades con­
suntivas a que antes nos referíamos. L a
mundanaiidad ha crecido en proporciones
inverosímiles, gracias a l auge continuo del
confort y a la técnica cada día m ás refinada
de los que se dedican a explotar los placeres.
Toda la \’id a bulliciosa de la calle está
como impregnada de im vaho de sensualidad
que debilita y asfixia los temperamentos
austeros, y ejerce sobre los cerebros una funestSL atracción m agnética, y ese vah o espeso
y mareante se ha m etido y a en las familias,
trastornándolas y deshaciéndolas.
E ste es el daño funesto, casi irreparable
que la m undanaiidad hace a las vocaciones.

L a vocación ¿quién no lo sabe? es una
planta de estufa. Si esa planta llega a su­
perar la crisis del crecimiento, no h ay quien
pueda con ella; su fibra de acero resistirá
los más recios vendábales, pero |cuántos
desvelos y trabajos se hacen necesarios para
llegar a este resultado! y sobre todo ¡qué
difícil resulta hacer germ inar esta planta
en terrenos y climas que no le son favorables!
L a Iglesia tiene sus viveros en los hogares
cristianam ente constituidos. E n el ambiente
tibio de la piedad fam iliar es donde las vo ca­
ciones sacerdotales y religiosas brotan que es
una bendición, como tam bién brotan bellas y
lozanas todas las virtudes sociales, y esto
explica el empeño satánico que ponen en
destruir este ambiente todos los que van
contra la Iglesia y el orden social.
Pues bien, ese am biente tibio de piedad
va desapareciendo de un modo alarmante.
E n los hogares hace frío; los hombres ya no
se avienen a v iv ir en ellos y salen a la calle y
a los salones a mundanear; las mujeres van
haciendo lo mismo y a ellas, precisamente,
que representan el últim o baluarte de la
tradición fam iliar cristiana, tratan de rendir
h oy los enemigos, para que abandonados
\*a del todo los hogares, acaben de cuartearse
y con ellos la sociedad.
« H a y que per\*ertir a la m ujer — decía
Lenine — como el m ás firme paso hacia la
revolución s o c ia l», y a la m ujer se la per­
vierte sólo con que se la arranque de su
ambiente propio y connatural, donde ostenta
sus derechos de señora y de reina; se la per­
vierte sólo con torcer su inclinación innata
a los cuidados domésticos; se la pervierte
aficionándola a los pasatierapws del gran
mundo, desplazando sus actividades hacia

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la política y los escarceos científicos, ex ci­
tando, en una palabra su sed de exhibicio­
nismo, su afdn de saciar la vanidad.
Los m adres cristian as. — N o hace mucho,
en octubre p. p., la Acción Católica Argen­
tina, que de un modo tan gallardo ha
hecho su aparición en el estadio de la vida
americana, celebró en Buenos Aires su
primera «Semana de Cultura», presidida por
el ICxcmo Sr. Nuncio de vSS., Mons. Cortesi.
lín el Boletín de la L iga de Dam as C tólicas, integrante de la Acción y organizadora
do dicha «Semana de Cultura » leemos, entre
otros admirables discursos, uno sobre las
Vocaciones Sacerdotales, de D ña María Didda
Agüero de Correa Llano, delegada y vocal
del Consejo Provincial de Mendoza, en el
(pie esta Señora pinta, con mano maestra
y extraordinaria exaltación de piedad, lo
que es y puede hacer en la fam ilia una madre
cristiana y el concurso que de ella debe
esperar la Iglesia, en orden al problema de
las vocaciones. Veam os alguno de sus pá­
rrafos más salientes.
« L a mies es mucha, pocos los operarios ».
¿Dónde no lo vemos, señores? E n las ciu­
dades populosas, en los pueblos tranquilos,
en los colmenares humanos de la miseria,
en las rientes extensiones camperas, en cada
barrio nuevo de potentados o proletarios,
en los hospitales, en las cárceles; en todos
los lugares donde viven, sufren, se agitan
y mueren los hombres, la mies es mucha,
escasísimos los operarios.
Miles de kilóm etros entregados a un mi­
sionero solitario y lugares donde todavía
no ha llegado ninguno, m ientras la Sangre
divina cae sin cesar y no h a y manos ungidas
para repartir la misericordia.
ICsta escasez de sacerdotes es un terrible
mal que de algiin modo nos toca a todos,
y como ahora hablo particularm ente a las
señoras, miraremos nuestra parte, nuestra
responsabilidad, como madres educadoras
y miembros de esta bendecida milicia de
la A íxión Católica.
Señoras; ¿qué soñamos para cada hijo que
Dios nos envía? Cuando lo tom an jxir pri­
mera \-ez nuestros brazos aún temblorosos
l>or el dolor y lo bautiza nuestro deseo, antes
que el Sacramento, y con el pritner beso
m ezclado de lágrimas bendecimos la frente
tierna ¿qué soñamos sobre tan ta i)equefiez
promisora de todas las grandez;is jn^sibles?

« Rogad el Señor de la mies » v a repitiendoJesús eternam ente y es entonces cuando
debiéramos, como nunca, escuchar su am o­
roso reclamo. Porque es esta dulcísima carga
que nos calienta los brazos y el corazón la
que debemos levantar para E l en una ofrenda
tota l y sumisa, en el más ardiente y purifi­
cado de los ruegos...
Puesto que se nos m anda pedir operarios,
¿por qué no pedimos que sean de nuestra
sangre? ¡Cuántas veces se recibe con lágrimas
de dolor lo que de rodillas debía agradecerse,
como una bendición! ¡Cuántas veces se quiere
■ para otros, para los pobres, para los menos
dotados, para los hijos que no son nuestros,
en una palabra, esa elección divina que se
fm stra por nuestro egoísmo, por nuestra
cobardía, por esa falta de am or sobrenatural
hacia Dios y hacia nuestros pequeños!.....
Se dice de la Vocación: «E s una sugestión
pasajera, es una influencia de los Padres
del Colegio, de algún rom ántico Director
esp iritu a l». Y lo que no se haría jam ás con
una vocación de artista, o de jurisconsulto, o de médico, se cree tener derecho de hacerlocon una vocación sacerdotal; quitarle el
ambiente favorable, contrariarla por todos
los medios, exponerla al peligro de las suges­
tiones mundanas, frívolas, y hasta sensuales...
« ¡para probarla! »
Y cuando el egoísmo triunfa y se ha lo-grado arrancar el germen que se enterró en
un corazón humano y frágil y necesitado
de todas las defensas, «no era verdadera »,
se dice, m ientras se entrega a l mundo, y
Dios sabe si tam bién a la perdición, aquella
alma mirada por el Señor y destinada desde
la eternidad a cosechar las mieses divinas.
E s un m al tan espantoso esta inconsciencia
en tra tar asuntos de vocación, se ha hecho
tan generalizado y común, que ya ni siquiera
se tienen remordimientos. Y con la eterna
frase de que « tanibiéu en el mundo se puede
servir a D io s » se tronchan inclinaciones
sagradas, se desvían corazones generosos,
que hubieran podido ser gloria y honor de
la santa Iglesia.
Creo, señoras, que para ser en realidad
mujeres de Cristo no tenemos m ás remedio
(¡ue asemejarnos a su Madre, y dar a luz,
<X)u dolor pero a la vez (íon alegría «alm as
sacerdotales *.
¿Que es inmenso esto? ¿Que es tan inmenso
como para dar vértigos? Y sin em bargo es
la profim da realidad de la perfecta m ater—

6iiidad. Todas podemos tener liijos sacerdotes.
Todas podemos ser madres de sacerdotes
>• santificar así esa m aternidad, que se nos
■ dió como esencia y corona de nuestro sexo.
Me diréis: dar el dinero que nos sobra, o
que hemos ahorrado, o el que hemos ganado
para costear sacerdotes, lo entendemos.
D ar algo de nuestras fatigas, cosiendo
para ellos lienzos sagrados, tam bién lo en­
tendemos, como entendemos la necesidad
de rogar mucho y de ofrecer sacrificios por
la m ultiplicación y santificación del clero,
>• aun entregar nuestros hijos, si el Señor
los pide, pero lo demás...
Lo demás. Señoras mías, es im itar sen­
cillam ente a María, Madre nuestra; tom ar
junto a la cru z el valor y el alim ento nece­
sarios para no desfallecer, y luego... abrir
sencillam ente los brazos del alm a para todo
lo que el Señor envíe. Porque es E l, el Señor,
quien engendra esta clase de hijos, sólo E l
quien los concede a nuestro corazón, mar•cados con la señal de su m irada divina ».
M edios- — Para conseguir, pues, voca­
ciones abundantes, h ay que hacer madres
-cristianas, fam ilias cristianas, ambiente cris­
tiano; he aquí el primer medio.
E sto ofrece a l Cooperador ancho campo
donde desplegar su celo, pero es evidente
<iue antes de extender su apostolado a los
hogares ajenos, deberá cuidar de tener en
regla el suyo propio, convirtiéndolo en tra ­
sunto, lo más exacto posible, de la santa
casa de N azareth.
Aseguradas en las fam ilias la piedad y las
costumbres honestas y las prácticas trad i­
cionales que les dan el carácter propio
y genuino de santuarios, debe aun cuidarse
de que en ellas .sea valorizada debidamente
y reputada siempre como intangible la digni­
dad sacerdotal.
Son del mismo discurso las siguientes re­
comendaciones: «Jam ás se perm itirá que a
los sacerdotes se les juzgue con ligereza o
falta de caridad. E s necesario imponer el ho­
menaje debido a su a lta investidura, que
nada tiene que ver con sus posibles debili­
dades humanas. Hiérense las pupilas misnras
del Señor, riempre que se hiere el honor
>acerdotal.
Preparado asf y purificado el propio am ­
biente, es necesario adem ás preparar y pu­
rificar a nuestros hijos, contra los cuales
actualmente todo conspira: el cinematógrafo.

las lecturas, las atracciones de todo género,
inventadas por el genio del m al para la
concupiscencia de los ojos, que necesaria­
mente arrastra a las demás concupiscencias.
Si queremos buenos sacerdotes debemos
querer niños puros, y todo esfuerzo, todo
sacrificio, toda abnegación seríui pocos pmra
conseguirlo, en los nuestros primero, y des­
pués en los de los demás ».
E sto podríamos tom arlo como una glosa
del Reglam ento de la Pía Unión, que, al
tratar de las Vocaciones sacerdotales, dice
textualm ente:
« 2) Vigilen amorosamente a los jovencitos
que dan señales de vocación, para que ésta
no se malogre; ténganlos alejados de las
malas com pañías y lecturas peligrosas; aní­
menlos a frecuentar la confesión y comunión,
para que puedan conservar intacta la reina
de las virtudes, la santa pureza.
3) Encam ínenlos a las Casas Salesianas
más próxim as; a los párrocos, o sacerdotes
que puedan ayudarlos... ».
O tro medio excelente es aconsejar y faci­
litar a los jóvenes su ingreso en las A so­
ciaciones católicas.
Cuando en el reciente Congreso misional
de Padua, uno de los Salesianos que repre­
sentaban a nuestra Congregación, m anifestó
cjue los Institutos misioneros por ésta soste­
nidos se surten casi exclusivam ente de ele­
mentos formados en la Acción Católica o
en las Asociaciones piadosas que radican
en los Colegios y Parroquias, la Asamblea
se puso de pie para aplaudir.
No se olvide el Cooperador Salesiano de
la- oración, que, de un moflo categórico, es
lo que nos ha im puesto Jc-sús, para obtener
vocaciones. Rogaíe ergo Dóminum messis.
¿Queréis operarios abundantes? RogaU; re­
zad; siendo E l quien nos lo dice, huelga que
nosotros insistamos en recomendarlo.
E s inexcusable, finalmente, la cooperación
material.
¿Cómo pudo Don Bosco dar a la Iglesia
aquellas nutridas legiones de sacerdotes,
cu ya im portancia hemos podido apreciar en
capítulos anteriores? — De un modo m uy
sencillo: obligándose a sostener su pobreza;
sufragando todos los gastos de su carrera,
hasta que la term inaban, a fuerza de limosnas
íjue él buscaba y la caridad inagotable de
sus cooperadores ponía en sus manos. L o ­
cales, maestros, libros, comida, vestido,
títulos de ordenación, redención del serv'icio

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m ilitar, todo tenía que costearlo Don Bosco
como un padre costea la educación de sus
hijos. Centenares de sacerdotes pasaban diez
y más años y subían las gradas del altar,
sin haber desembolsado ni un sólo céntimo;
millares de jóvenes hacían gratuitam ente
sus estudios en el Oratorio, hasta ponerse
en condiciones de poder ingresar en los Se­
minarios diocesanos.
Y ¿a quién debe atribuirse el mérito de
tan tas m aravillas de bien? — A Don Bosco,
desde luego, pero ¡cuántos de sus coopera­
dores han ido al cielo a com partirlo con él!
Quien sostiene con su dinero una vocación,
contribuye, a menudo, a descubrir una mina
de tesoro.s inestimables, destinados a hacer
la felicidad de muchas generaciones.
líl benemérito barón Bianco entregaba a
nuestro Beato luindador, durante años y
años, la pensión necesaria para el sosteni­
miento de una vocación sacerdotal.
Un día se presentó en el Oratorio y le dijo
que (juería conocer al clérigo cuya educa­
ción él costeaba.' Su satisfacción no tuvo
límites cuando supo que era el joven Miguel
Rúa, a quien él ya conocía y adm iraba por
la ejemplaridnd de sus virtudes.
¡Qué dicha para aquel excelente católico
haber contribuido a formar al Prim er Suce­
sor de Don Bosco, a un santo extraordinario
que. segiín es voz general, alcanzará segu­
ramente la gloria de los altares!

Becas misioneras y Coros apostólicos.
— Terminaremos recomendando una sencilla
forma de aportación m aterial m u y al al­
cance de las familias modestas, que desean
coo¡)erar. N o todos en verdad se hallan
en condiciones de desembolsar cantidades,
como las que se necesitan pam una Bolsa de
estudiante o Beca misionera, cu ya renta debe
subvenir al sostenimiento anual de una voca­
ción, que se v a renovando perpetuamente.
« Ivos Coros apostólicos de María A u xilia­
dora » tienden a facilitarlo. Son grupos for­
mados por doce personas que se comprome­
ten a reunir el dinero neces;irio para pensio­
nar a un estudiante salesiano. Todas las
ofertas se entregan al Celador o Celadora
de CoK\ o al Sr. Director del Estudiantado
o Aspirantado que se quiere fa\^recer.
Apenas un Coro llega a jun tar la cantidad
establecida, es adm itido en la casa un nuevo
candidato.
De este modo y por este sencillo procedi­

miento, funcionan actualm ente' en Ingla­
terra los Institutos misioneros salesianos
de S irigley, Cowley y Pallaskenry, con un
promedio de i8o aspirantes. Fúndense pues
y extiéndanse por todas partes los Coros
apostólicos, y las vocaciones tendrán que
felicitarse de ello.
[Continuará).

D O M IN G O S A V IO
Y P IO X
Un

dialógo

histórico.

E l día 20 de julio de 1914 hallábame yo en
presencia de S. S. Pío X , en su mismo gabinete
de trabajo, donde tuvo la bondad de recibirme,
acogiéndome con sonrisa paterna y retenién­
dome a su lado, por espacio de ima hora, en
inolvidable conversación que confié en seguida
al papel, en cuanto llegué a m i casa.
A l verme allí en presencia del augusto an­
ciano, recordé en el acto que, once años antes,
aquel mismo día y en la misma estancia
en que nos hallábamos, había expirado sere­
namente en medio de la ansiedad y desolación
del mundo católico, su gran antecesor León X III.
Pero estaba lejos de sospechar que. un mes
más tarde, debía producirse allí otra muerte;
que aquel mismo Papa que bondadosamente me
recibía y, a pesar de sus setenta y nueve años,
estaba aún tan saludable, fallecería a su vez.
casi de un modo trágico, cual víctim a propi­
ciatoria inmolada sobre el altar sangrante y
profanado de una guerra devastadora, que ha
sido la más cruenta y gigantesca que han cono­
cido los siglos.
Pío X , limpio de toda preocupación y sin
que las negras nubes anunciadoras de la inmi­
nente catástrofe turbaran la bella serenidad
de su espíritu, mantuvo conmigo una conver­
sación tan agradable, habló con tanta lucidez
de pensamiento y exactitud de juicio, fué tal
su vivacidad, salpicada de conceptos espiri­
tosos y agudos, que yo no olvidaré nmica
aquella escena y aquella audiencia, una de las
lútimas otorgadas por el bondadoso Pontífice.
S i — me dijo — que os ocupáis con mucho
celo de los Siervos de Dios, cuyas causas de san­
tidad defendéis ante la Sagrada Congregación
de Ritos. Procurad elegir bie.n a vuestros clientes.
Sí, Padre Santo — dije yo — y por cierto
que los tengo m uy buenos. Y nos entretrnúmos
hablando de algimos de ellos.
Mi pensamiento voló, en seguida, a Don
Bosco y no pude menos de exteriorizar toda la
veneración que siento por este hombre a quien
admiro, desde niño, considerándole como el
Apóstol más grande y beneniérito del siglo X IX .

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Manifestábale yo al Santo Padre que, al
estudiar el voluminoso Proceso de Turín, más
que la grandeza y la exterioridad de su obra
colosal, me había impresionado aquella su
rida interior del espíritu, que fue la que en­
gendró y alimentó todo su prodigioso apostolado.
Y mientras íbamos ponderando la fuerza
de penetración demostrada por los Salesianos,
ya de hecho establecidos en casi todos los puntos
de la tierra, aun en los más difíciles e inhóspitos
— fuerza que sólo puede explicarse, segiín argu­
mentaba el propio Pontífice, conectándola
con la santidad del fundador, — mirándome
Pío X con una de aquellas sonrisas paternas
con que abría las puertas de su alma dulce y
buena, me sorprendió con estas palabras: V
a Don Rúa (dónde lo dejáis? En él me parece
encontrar todo aquel conjunto de virtudes sólidas
e íntimas que distinguen a los Santos. ¿Qué
esperan los Salesianos? (P or qué no promueven
su causa de Beátificación? He aquí otro gránele
y humilde Siervo de Dios, del cual la Iglesia
habrá de ocuparse: estoy seguro de ello.
Y siguió hablando con mucho calor de
Don Sosco, mostrando que sentía hacia él
ima veneración grande y sincera.
Alentado yo al escuchar semejantes aprecia­
ciones salidas de labios tan autorizados, me
atreví a preguntarle qué es lo que él pensaba
del antiguo discípulo de Don Sosco y casi
condiscípulo de Don Rúa, D omingo S avio :
— ( Lo que yo pienso? que es el verdadero modelo
de la juventud de nuestros tiempos. E l adolescente
que hoy lleva su inocencia al sepulcro y, durante
los breves años de su vida, .se revela sin el menor
defecto, es un verdadero santo. (Qué más podemos
pretender?
— Y sin embargo. Beatísimo Padre, cuando
en febrero xíltimo se introdujo su causa de
Beatificación, que yo tuve el honor de defender,
alguien hubo de objetarme que Savio era de­
masiado joven para poder ser elevado a la
gloria de los altares.
— Razón de más para declararlo santo —
repuso el Papa — E s muy difícil para un
jovencito subir a un grado tan alto de virtud, y
Savio lo consiguió. La vida que de él ha escrito
Don Bosco, y que yo he leído, me ha dejado la
impresión de utt joven ejemplar, que merece ser
propuesto como modelo de perfección.
Hice entonces observar a S. S. la enonne
simpatía que el pequeño Savio despierta, espe­
cialmente entre las juventudes. Siempre que
se habla de él, obsérvase en todos interés,
emoción y entusiamo. Le añadí que, precisa­
mente la tarde del día anterior, al evocar yo
la figura de Savio en el amplio patio del Asilo
del Sgdo Corazón, del Castro Pretorio, con
motiTO de la solemne distribución de premios
a los jóvenes de aquel Instituto, había (im pro­
bado en el público la misma impresi&i.

Estflíua de Domingo Sa\io que rrinnla el hermoso
monumento del Instituto Misionero de Ivree (Italia).
Pío X , visiblemente complacido, atajóme
con estas palabras, que tengo la .seguridad de
reproducir textualmente: Toáoslos '•loqios que de
él hayáis podido hacer, son pocos. Trabajad
cnanto podáis para adelantar su Causa. Que no
incurran los Salesianos en el prejuicio de otras
Congregaciones Religiosas que no han qtzerido
interesarse por ¡a glorificación de sus miembros,
hasta no ver promovida la del Fundador. La
figura^'.' la obra de Don Bosco son demasiado
vastas y complejas, y necesitarán tal ivz mucho
estudio. La vida breve y sencilla de Savio no
creo que requiera tanto trabajo No hay pues
que perder tiempo, y su Causa debe llevarse ade­
lante con la mayor premura.....
..... Así terminó aquel coloquio sellado por
una bendición cordial que me conmo\*ió profun­
damente, por ir además acompañada de estas
palabras que yo recuerdo siempre con la gra­
titud mas sincera: Bendigo vuestros estudios,
vuestra acción sacerdotal, vuestro apostolado en
defensa de la verdad cristiana. Tened siempre
confianza en Dios.
Salí de aquella estancia con los ojos llenos
de lágrimas.
ilons. c;1ajux>s S axottl

DE ESPAÑA Y AMERICA
RSPAÑA - (Barcelona) M ataró. — Solem ne
distribución de premios.
Puntimlidad, organización: he ahí las notas
más salientes de este acto académico, celebrado
el día lo de no\dcinbre, con el .salón abarrotado
de pilblico.
Ocupada la presidencia iwr el dignísimo
señor Director del Colegio y jwr nutridas repre­
sentaciones de otros colegias y de las clases más
cultas de la dudad, empezó el acto a los acordes
del tradicional y brillíuite Himno del Colegio,
cantado por todos hxs alumnos.
líl Profesor D. Alfonso Nácher disertó sobre
la eficacia educadora del premio, escuchando
al terminar mucho.'? aplausos.
Inmediatamente fueron nombrados los merei'eílores de las premios de Honor y de Reli­

gión y al volver a sus sitios con las preciadas
insignias, fueron recibidos con vítores entusias­
tas. Triunfo semejante tuvieron los nombrados
en sucesivas clasificaciones, las cuales alternaron
con los números del escogido programa litcrariomusical, magistralmente interpretados.
Elogio cumplido merecen: el monólogo ¿ Ver­
dad que si?, el diálogo ¡Abajo la injusticia!
y los cantos y íuusimas piezas de orquesta.
Puso fin al acto la autorizada palabra del
señor Director quien, después de agradecer a
autoridades y representaciones su benévola
asistencia, dló la enhorabuena a los premiados,
alentó a los demás alumnos y exhortó a la.s
familias allí presentes a perseverar en la tarea
que el Señor les ha encomendado de educar
a sus hijos cristianamente, por la Iglesia, por
la Sociedad y por la Patria.

Sección de menores recreándo&e en el pinar del Colegio.

ARGENTINA - Buenos Aires. — Homenaje
de Jos Exploradores de D on Bosco a¡ Padre
Vespignani (q. e. p . d.) en el Oraforio de
San Francisco de Sales - Solem ne distri­
bución de Prem ios en e l Colegio d el mismo
nombre.
Recortamos de los diarios locales « La Prensa »
y I « E l Pueblo » estas dos interesantes Gace­
tillas:
H OM EN AJE A L P. VESPIGN AN I
En el Oratorio de San Francisco de Sales,
los Exploradores de Don Bosco, de la Repú­
blica Argentina, rindieron un homenaje a la
memoria de su fundador, el P. José Vespignani.
Consistía el mismo en la colocación de una
placa de bronce en el patio del establecimiento,
y la fiesta contó con numerosa concurrencia.
Presidió el acto el superior de los Salesianos,
presbíteroNicoIás Esandi, a quien acompañaban
gran número de admiradores de la obra de Don
Bosco, y los directores de los colegios de la
capital. Así mismo concurrieron siete bata­
llones de exploradores con un total de i.ooo
niños que llenaron el amplio patio.
La fiesta se inició con el Himno Nacional,
cantado |x>r la concurrencia, y luego el señor
Amadeo P. Barousse pronomció un discurso
en el que recordó la eficaz tarea realizada por
el religioso P. Vespignani.
extendió el orador
en consideraciones elogiosas ])ara la persona­
lidad del mencionado religioso que infmidió en
la juventuíl que concurre a los colegios de Don
Bosco el e.spíritu patriótico.

Hermoso cuadro del Beato Bosco qae se venera
en la iglesia de nuestro Colegio de Matará.

España. — El Eslodiantado oaciooal de Teología recibe a sus tres Sres lospedores.

i

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Buenos Aires. — Los Exploradores en Formación con sus bandas de música.
ScgublimifUtc;, fué descubierta la placa y
en este momento habló el señor Ramón Cortés
Conde, inesidente del comando general de los
explormlores.
Tenninó el acto con un interesante desfile
de los batallones presentes.

So/em ne diütribución de premiosCon singular solemnidad realizó.se el sábado
lo de diciembre la distribución de premios en
el Colegio de San Francisco de Sales.
Despt és del canto del Himno Nacional, el
Dr, Don Antonio Morandi, presidente de la Tdga
de Padres de Familia (Asociación C<.>o|)eradora
del Colegio), pronunció un bien meditado
discurso, en cpie trazó el paralelo entre la

Banderas de loa Exploradores.

escuela cristiana y la escuela atea, poniendo
de relieve los beneficios inestimables de la pri­
mera y los desastrosos efectos de la segunda.
Fué nota culminante del acto la proclamación
de los veinte nuevos bachilleres, a cada uno
de los cuales el R. P. Director Antonio D. Zitta
entregó la nieclalla de ex alumnos de Don Bosco,
y acto seguido el bachiller Isidoro Ventura,
en una eutusia.sta alocución, dió las gracias
en nombre de sus compañeros, y aludió a
la artística placa que, como indeleble expre­
sión de reconocimiento, los nuevos bacliilleres
ofrecían al Colegio.
Proclamáronse luego los siguientes premios
de excelencia:
Premio «Inga Padres de Familia *, — medalla
de oro al bachiller que ha cursado los 5 años

Presidencia de la fiesta*

73
nacionales en el colegio, con los promedios más
elevados.
Premio « Exalumnos de Don Bosco »,— me­
dalla de plata al bachiller que ha cursado, con
buenas clasificaciones, todos los grados de
estudios primarios y secimdarios en el Colegio.
Premio « Centro Universitario San Francisco
de Sales ». — medalla de plata al mejor alumno
de religión.
Premio «Liga Padres de Familia »,— medalla
de oro al mejor alumno de 6® grado que ha
cursado en el Colegio todos los grados elemen­
tales.
A l fin se interpretó «La Murga in fan til»,

La Fiesta de Nuestra Señora de la Merced,
Patrona de la Parroquia, no se celebró el 2.\
que era su día propio, sino el domingo 25. El
sábado a las 6,30 tuvieron su Misa de Co­
munión General las Sras de la Asociación de
María Auxiliadora.
Reparto .de Víveres. — I<os jxjbres debían
también participar de las alegrías de la Fiesta,
y a las 14 se Ies hizo im abundante repartí) de
víveres. Fueron socorridas 300 familias, llevando
cada una; carne, pan, fideos, yerba mate,
azúcar y papas.
L a Comisión de Festejos suprimió los
fuegos de artificio y dedicó su importe a

Bueoos Aires. — £1 Sr. Inspector Rvdo P. Esaodi hablando a los colegiales.
gracioso juguete musical del P. Aquilea Pedrolini.
Los pequeños artistas fueron premiados <»n
fragorosos aplausos.
Y cerró el acto el R. P. Director del Co­
legio con breve discurso.

ARGENTINA - Buenos Aires. — Ensenada.
Fiestas patronales de la Parroquia Sahsiana.
Crónica de los distintos actos celebrados.
El Novenario. — Comenzó el Viernes 16 de
setiembre a las 19,30 hs., y fué predicado por
tres oradores sagrados de la Comunidad Salesiana de La Plata.

obras de caridad. La idea fué aplaudida por
todos.
A las 20. — En la Delegaciói Municipal y
en la Plaza «General Belgrano > se abrió el
Bazar-Rifa, a beneficio de los festejos.
L a Banda de música de la Escuela Naval
de Río Santiago amenizó la reunión popular,
con escogidas piezas de su variado rep>rtorío.
Domingo 25 de Septiembre. — SOLEMNIDAD

DE LA. Patrona . — Fué un día verdaderamente
primaveral, contrastando con los anteriores
que habían sido tormentosos.
A la 6,30 se ofició la Misa de Onmmión
para todas las Instituciones Parroquiales. 1.a

74

Buenos Aires. — Los nuevos bachilleres del Colegio de San Francisco de Sales.
Iglesia estaba llena. Las Comuniones intermiuables.
Rtícepción del Señor Obispo. — Llegó S.
lima, desde La Plata, en automóvil, y fué
iu'ompañado bajo palio basta el templo, en
euyo atrio recibió el saludo de una niña y de
im niño de Primera Comunión .
líu la misa de las 8 S. lim a, pronunció un
.sentido fervorlu.
IxJS artísticos adornos, el pequeño clero, la
profusión de luces, la escogida música, dieron
al acto el prestigio de las grandes solemnidades.
Recibieron la Primera Comunión 200, entre
niños y niñas.
La Misí» solemne. — Tuvo lugar a las 9,30
y en ella se ejecutó escogida nuLsica a cargo
de un bien di.sciplinatlo Coro de Kx-alumnas
de Don Bi^co de la Capital PedenU, acompa­
ñados por la Orquesta «Canleiial Cagliero »
de I^n lUata. Cantó las glorias de María el Pbro
Vicente Spinotxl 8. 8.
A las 12 se sirvió un modesto almuerzo pre­
sidido por el 81'üor Obispo a quien acompaüabíui: el Secretario de la Gobeniadón, en repre­
sentación «icl Sr. Gobernador; el Secretario del
Señor Intendente Munici^wl; un representante
de la Ivscuela Naval, el Subtesorero de la l*rovincia, el RvmoPadrelnspector de los Salesianos,
todas las autoridades locales y el Presidente
y Secretario de la Comisión de Festejos Patro­
nales. Se sentuixm a la mesa unos 150 comen.si\les.
A los i)ostn>s hicieron uso de la palabra.

Don Manuel Sánchez, secretario general de la
Comisión y en nombre de la misma y el Sr.
Cura Vicario.
A las 14 el Sr. Obispo, administró el santo
sacramento de la Confirmación a imas dos­
cientas criaturas.
La llegada del Señor Gobernador. — Cerca
de la i6 , llegó a la Parroquia el Sr. Gobernador
de la P roducía de Buenos Aires, acompañado
por el Sr. Ministro de Obras Públicas Dr. Ed­
gardo J. Míguez, y por Don Pedro A. Cavello,
Secretario de la Gobernación. Fueron recibido,
por el Sr. Cura Vicario y el pueblo en ma.‘;.n
La solemne Procesión. — A las t6 todas las
Asociaciones religiosas estaban en marcha:
los niños y niñas fie Primera Comunión,
el pequeño Clero, los sagrados Ministros; la
veneranda Imagen de N tra Sra de la Mercetl
llevada sobre andas henuosamente adornadas;
el Sr. Gobernador, el Sr. Ministro de Obras
Pilblicas, el Secretario de la Gobernación y
demás altas autoridades Civiles y Militares;
seguía la Banda de Policía de I^a Plata y
finalmente el pueblo.
Fué ima manifestación de fe solemne y
grandiosa.
A su regreso, el Sr. Cura Vicario dirigió la
palabra a la concurrencia en el atrio de la
Iglesia, se impartió la Bendición S o l^ n e ccm
el Smo Sacramento y terminó la fimción con
el canto del Adiós a la Virgen Santísima.
Bet%dición de una Primera Piedra. — A las
17, el Sr. Obispo procedió a la bendición de

75
la Primera Piedra de la Sede Social del Centro
de Ex-alumnos de Ensenada. Apadrinaron la
ceremonia el Sr. Gobernador con toda su comi­
tiva oficial y los Padrinos y Madrinas de ^ ta
localidad. E l discurso de ocasión lo pronunció
el joven Ex-alumno Angel Ferella, tesorero de
la Comisimi. Al final se sirvió un sencillo Imich
a las Autoridades.
Han resultado en su conjunto unas fiestas
solemnísimas, que dejarán recuerdo en la En­
senada. Reciban los organizadores y cuantos
con su presencia han venido a darle.s realce las
más rendidas gracias, singularmente el limo
.Sr. Don Francisco Alberti, nuestro venerado
Obispo Diocesano, el Exnio Sr. Gobernador,
el Sr. Rlinistro de Obras Públicas y demás
Autoridades Civiles v Rlilitares.

ARGENTINA - San Nicolás de los Arroyos.
— £ / Rvdo Padre AAoIinarí celebra sus
Bodas de O ro Sacerdotales.
¡20 años con D on Bosco!
Para los que no saben quién es y lo que signi­
fica el Padre Bartolomé Molinari, en el
mundo salesiano argentino, bastará decir que
es un ejemplar hijo de Don Bosco, formado
en la escuela personal de santidad y de trabajo
del Beato Fundador, a cuya vera vivió por
espacio de veinte anos, asimilándose su espí­
ritu y .sus proce<limientos, de tal manera que.

£1 Padre Molioarí.
apenas vaciada en el molde opulento del Padre
el alma dúctil del hijo, el entonces Superior
General Don Miguel Rúa, al buscar un artífice
que fuese hábil forjador de nuevos salesianos
en l.-v República Argentina, fijóse en el joven

Buenos Aires.
La placa que han ofrecido los nuevos bachilleres.
Molinari y lo nombró Director y Maestro de
novicios de Bemal.
Ahora, a la distancia de aiarenta años, ¿ quién
sería capaz de reducir a cifras las conquistas
espirituales logradas por el anciano sacerdote
festejado, en éste su querido campo de trabajo ?
Maestro y Superior de casi toda la actual
plana mayor de Superiores salesianos argen­
tinos — incluidos el mismo 1*. Serié, reciente­
mente nombrado Consejero General, y los
Inspectores PP. Esandi y Vicari, — \ive la
gloria de sus ociienta años augustos, en\*uelto
en su prestigio de santidad, apagada casi la
luz de sus ojos pero iluminada, de im modo
espléndido, su alma de gran apóstol, en la que
arde el fuego inextinguible de su inmenso amor
a Don Bosco, a la Auxiliadora, a la Eucaristía.
Y como a fuer de buen salesiano no ha que­
rido deponer las armas, allí está el buen Padre
cumpliendo con el mismo entusiasmo que
cuando era joven, su misión de irradiar san­
tidad en el Estudiantado de San Xicolás de
los Arroyos, la gloriosa Casa matriz de todas
las Américas, donde im enjambre numeroso
de jóvenes teólogos libra las últimas batallas
de su formación sacerdotal, y donde ha recibido
los homenajes de sus Bodas de Oro.
Los festejos puede decirse que han durado
todo el mes de octubre, habiendo tomado parte
en ellos con el m ayor cariño no sólo las clases
todas de la sociedad nicoleña, sitio hasta Re­
presentaciones venidas de Buenos Aires.

76

I l f aquí lo que nos refiere nuestro corresponsal:
Cincuenta años ele sacerdocio significan una
gloria que |)ocos alcanzan. Y cuando sobre
esos cincuenta años se refleja la santidad octo­
genaria de un salesíano, del temple del Padre
Molinari, (jue hizo de ellos apostolado silencioso
y fecundo, la admiración es grande y el hecho
se celebra con resonancia de acontecimiento.
Naila vamos a decir de su jH*rsona. Los jó­
venes estudiantes del Teologado, en un Acto
único, admirable jwr su contenido y por sus fili­
granas artísticas, han jjerfilado entera su figura
y su obra. Otnus Revistas salesianas se han

gran argumento de las almas; las comuniones
fueron razón que lo ablandó.
Durante cuatro domingos consecutivos, el
2 de Octubre, el i6, el 23, y el 30, rezó él la
misa de comunidad y tuvieron su comunión
general las señoras (en un lleno del templo)
los Exalumnos de Don Bosco y Cooperadores,
las niñas y niños, con 40 primeras comuniones,
y la comunidad en pleno. Cuatro jomadas
Eucarísticas en que las Asociaciones piadosas
y feligreses de nuestra iglesia rindieron el
mejor tributo de su afecto al solícito Director
espiritual de 18 años.

España - Pozoblanco. — Una visita de Mons. Bars, Administrador Apostólico de Krishnagar.
ocupado de él. Nuestnw siq^eriores, desde
Don Ricaldone, y los miembros todos dcl Ca­
pítulo Superior, hasta los R.R. Inspectores y
Directores Argentinas que fueron hechura de
sus manos, han dicho su elogio y le han tribu­
tado su admiración.
Vamos a decir sí que las fiestas jubilares
preparadas y realizatlas en S. XieolAs, estuvie­
ron a la altura del suceso conmemorado, acaso
ponpie les Iwstó el prestigio itifuudido a las
mismas jxjr la gran figura moral del homenajeadt>. Y procUunemos. antes que natía, que la
nota triunfal do los mismos fué la infinita
humildad del Padre, luchando contra todos y
venciendo cu dcfiaiti\'a cuantos esfuerzos
habíanse ctmíabulado para rendirla.
Tono Octubre en fh-:s ta .
C u a t r o DtiMiNtuxs d k C o m u n ió n g k n k r .ve .
T ia tá idt'se do vencer la resisteuda ofrecida
jxn el l ’atlre a
festejos, se le redujo con el

U n Congreso S acerdotai,, homenaje de
EOS CEERIGOS ESTUDIANTES DE TEOEOGÍA.

P'ué el acto más eu consonada con el carácter
de los festejos. Se desarrolló en tres Sesiones,
durante los días 6,7 y 8, con sujeción al siguiente
programa:
Dia 6 - Sesión Salesiana.
A las 10*30 — Viva Don Bosco. Costamagna.
— E l sistema preventivo. Sr. Rocha. — El
Cristo del Rosal. Declamac.ón. Sr. F . López.—
La kgginda delVOrfeonista. Sr. Rille. — Don
Bosco y el sacerdote. Sr. Slerliinger.
Dia 7 - Sesión L.túrgica.
A las 18 — Propter veritatcm. Gradúale. —
E l sacerdocio. Sr. B. Liedardo. — Las oraciones
de la Misa. Dedamación. Sr. A. Messori. — La
Ordenación Sacerdotai. Conferenda con proyec­
ciones. Sr. P. Echevería. — Dixit Dominus.
Communio.

77
Dia 8 — Sesión Teológica.
A las lo — Verbum caro. O. di Lasso. —
Jesucristo en el dogma. Sr. J. Larrañaga. La
Iglesia y la civilización. Sr. V. Stochetti. —
Domine non sum dignus. Victoria.
E l mismo dia 8 de Octubre: la fecha clásica.
Por la mañana realizaron su acto académico
los acólitos. A medio día, distribuidas las mesas
en el salón de actos, reuniéronse superiores,
maestros, acólitos, niños, alumnos y algunas
personas allegadas, en ágape familiar.
Por la tarde, los alumnos brindáronle al

Todas las autoridades locales, civiles y m i­
litares, miembros del foro etc. presidían el acto
acompañándoles los R R . PP. Inspectores D. Ni­
colás Esandi y Luís Correa Llano.
En el despacho parroquial, terminada la
imponente ceremonia, damas y caballeros eu
interminables filas pasaron a saludar al fes­
tejado.
Fuera, la banda municipal llenaba de alegría
el ambiente.
E l banquete de mediodía coronó la serie de
los homenajes. Organizado por nuestro Centro,
resultó admirable.

Uruguay. — Esplíndida Comunión Genera] de los Exalumoos de Montevideo.
Padre su demostración de afecto en un acto
literario musical.
El domingo 16 en el salón de actos un in­
menso púbhco presenciaba el tercer acto tea­
tral de la serie. Finalmente:
E l domingo 30 celebróse la fiesta máxima.
Una selecta comisión de damas, integrada
por lo más significativo de nuestros círculos
sociales femeninos, la organizó.
El templo parroquial, de amplísimas pro­
porciones, congregó aquel día a un mundo de
fieles. La obra de Don Bosco recibió en la
persona del venerable Sacerdote la pleitesía
de todo un pueblo en fiesta.
¿ Programa ? Una misa solemne, oficiada por
el Señor Cura Párroco y exalumno R . P. Torti.
Una brillante alocución pronimdada por el
R P. J. Clemente Silva, y el canto del Te Dsum
a toda orquesta, ejecutado a tres voces por la
escolanía del Colegio, bajo la dirección del
.Maestro Bassets.

Hubo más de 170 comensales. La mesa mayor
ocupada por nuestras autoridades en pleno y
los Sres Curas de cuatro poblaciones; la or(luesta hizo primores, pronunciáronse pocos
pero buenos discursos y un mundo de cora,
zones compartió el gran afecto del anciano
sacerdote.
E l R. P. Inspector leyó una carta recibida
providencialmente la noche anterior del Sr.
Rector Mayor Don Pedro Ricaldone, en la que
éste enaltece las cualidades personales del salesiano octogenario.
Pero la nota más destacada e impresionante
del acto la dió el Padre Molinari, al agra­
decer la dem ostraci^. Habló en tm italiano impecable, y su discurso sobrio, anecdó­
tico, lleno de sugerencias íntimas y del fuego
de su espíritu selecto, conmovió a todos hon­
damente. Se le escuchó con rel^ o sa unción
y temblaron en muchos ojos lágrimas impo­
sibles de disimular.
Creemos sinceramente que si todos los

78

Perú. — Esfudtanlado iítosótico de Magdalena del Alar.
festejos reseñados no hubiesen tenido más
restiltado que este sencillo discurso final, estarían
sf.bradamente justificados.
EL S A L V A D O R ■■ Santa Ana. — Los exá­
menes en el colegio saicsiano “San Jo sé '.

Dictamen de la Comisión oficial examina­
dora.

líl día 9 de noviembre tuvo lugar en este
Colegio la clausura del Aüo escolar, seguida
<le la solemne distribución de Premias. L a con­
currencia, integrada por lo más culto y granado
de la ciudad, fué tan cnonne. que el tunplio
salón de actos no pudo contenerla.
En las escuelas gratxiítas anexas a! Pensio­
nado, celebróse la misma fiesta: En amlxis el
Programa fué c.scogido y ametio, y los premios
muy abundantes.
El Sr. l>m>ctor I>. José Cónloba dirigió, a
alumnos y familias, elocuentes y oportuixas ix\labnus.
La dignísitmi Comisión Oficial eximiiuadora.
ai terminar su cometido, extendió el síguietite
dietmneu:
«En la ciudad ile Santa Ana, a l;\s dieciocho
horas del día veintinueve de octubre de mil
uovet'ieiitos treiutidós.
Los siuscrib», nuembros de la comisión esiXfcial, nombrada por el Consejo «le «xiucacióu,
l>ara presenciar los exámenes finales del <x)legio
«Sun José», de esta ciudad, constituidos en

el local del establecimiento, hacen «xmstar lo
siguiente:
r) Las pnrebas se llevaron a cabo durante
los días 24, 25, 26 y 27 del corriente mes,
adoptándose la forma escrita en todos lasgrados, y siguiendo las prescripciones que da
el consejo.
2) E l colegio «!stá establecido en edificio
propio que reúne totlas las condiciones higié­
nicas y iHxlagógicas, y cuenta <x>n un magní­
fico material de enseñanza.
3) El colegio alcanzó la nota cuatro, equiva­
lente a m»v bueno.
Ix)s trabajos manuales son dignos de enco­
mio y fueron calificados con la nota cínro,equi­
valente a sobresaliente.
loi disciplina nada deja que desear, jxjrque
los alumnos están acostumbrados a guardarla
lK)r «xmvencimiento.
4) I,a Comisión examinadora admira la labor
realizada, que considera completa, pues no
sólo se atientle a la iustrucc’ón intelectual y
moral, sino tanibiéu a la religiosa, y reconoce
«jue el feliz éxito alcanzado se debe a los m é­
todos cuipleados, porque sus profesores, si­
guiendo la costumbre de su santo Fundador,
cimiplen a la letra aquella máxima que dice
que «hay que enseñar deleitando *.
Dadas las actuales circunstancias que atra­
vesamos, sólo una sólida instrucción religiosa
puede salvar a la sociedad, por eso deseamos
de corazón que los padres de familia se com-

79

-penetren de esta verdad y comprendan que
sólo los establecimientos de esta clase pueden
llenar debidamente su misión.
Para concluir, consignamos xm merecido voto
•de aplauso para el señor director y demás
profesores, que añaden un triunfo más a los
muchos alcanzados, con lo que damos por ter­
minada el acta, que firmamos con el profeso­
rado, y de la cual se sacarán las certificaciones
■ correspondientes. E.- Aguilar. Elvira Sifontes,
O. M. Vanegas, José Córdoba.

VENEZUELA - Valencia. — Una obra eminenfemenfe social.
De tal debemos calificarla obra que acaban de
iniciar los Padres Salesianos de Valencia, con
la apertura del Oratorio festivo para los niños

Pasaron el día m uy contentos y entretenidos
entre diversiones y juegos amenos; y por la
noche, para la exhibición de ima pelícxila, la
turba infantil, bullanguera como siempre, casi
llenó el teatro del Colegio.
Esta Institución, además del fruto moral
que sin duda será el principal bien que repor­
tará a Valencia, ha venido de perlas, pues, a
decir verdad, nuestros pobres hijos no tienen
ninguna diversión ni pasatiempos los domin­
gos y días festivos, a excepción del peligroso
cine y de los juegos de base-ball, donde al
peligro material ha de añadirse el diccionario
obsceno que con harta frecuencia y a voz en
cuello se pregona en dichos juegos.
E l Oratorio festivo de los Salesianos nos
ofrece, pues, principalmente a nosotros, padres
de familias, un club de recreo de sano esparci­
miento y de amenas diversiones para nuestros

Argentina. — Después de una conferencia catequística en Villa Ouilmes.
de esta histórica y simpática urbe. Escogieron
los padres para la inauguración el domingo 23,
día en el cual se festejaba el quinto aniversario
de la consagración episcopal del ilustrísimo
Obispo valenciano, con el fin de que este acto
constituyera imo de los muchos homenajes,
con que toda la diócesis agasajó a su digno
Pastor.
Invitados pre\'iamente los niños de la ciudad,
concurrieron al Colegio Salesiano en crecido
niimero, alrededor de quinientos.

hijos; con la superioridad sobre todos sus con­
géneres, de una asidua y paternal vigilancia,
con que los abnegados sacerdotes asisten a
todos los miembros de su Oratorio festivo.
Nos toca pues a nosotros, padres y ma<lre,s
de los oratorianos, sostener esta Ijenéfica insti­
tución y ayudar, en cuanto nos sea posible
para que esta nueva obra esté a la altura de
los grandes fines que persigue.
Del diario local •. La Religión ».

BOLETIN SA L E SIA N O

publicará con gusto todas las gracias y datos necrológicos que se le
envíen directam ente y no hayan tenido ya publicidad en o tra s R evistas.

Topografía de ia Provincia de Katanga confiada en parte a nuestros misioneros.

El Africa Salesiana
Hoy les foca a ellos. — Amujue prcouramos ocupamos con cariño de todas nuestras
misiones, la del Conjjo In-djíu estaba como olvi­
dada. líu este número y en otros sucesivos
vamos a subsanar este olvido, ofreciendo a
nuestros 'ectores. en una visión <ie conjunto,
la interesante y dificilísima labor de estos
beneméritos salesiaiu'® que han preferido, como
eam]Xí de su apostolado, las abrasadas tierras
del continente africano.
Tixlo lo que vaiUTO a decir en esta breve
Memoria, lo sacamos de la copiosa documcntac’óu directa que obra en poder del
1’. Auffray, conocido publicista y director dei
¡ioktir. Francés. X o será pues la fantasii la
que nos guíe, no será ia novela la que preste
amenidad e interés al relato, serán los
propios misioneros quiene's reflejarán en estas
}xigimis sus lances y trabajos, sus esperanzas
y ilcsalientos, sus olKtáculos y sus éxitos; serán

Una visiía a núes
los prc;pios misioneros quienes describirán el
ambiente local por ellos vivido y aportarán
datos y experiencias que interesan, no sólo a
la religión sino también a la ciencia, a ia eco­
nomía, y hasta a la política.
Aprovechando ellos los leves inter\'alos de
tiempo que les consienten sus ingentes tareas
evangelizadoras, exploran y estudian a lo Stanley
y a lo Idvingstone, manejan la pluma y el micriscopio y el martillo del mineralogista, captan
escenas de la \-ida local, con el lápiz o con el
objetivo fotográfico y acrecen sin descanso el
patrimonio de las ciencias naturales; de la
etnografía, etnología y geografía humanas.
♦ Si nuestros misioneros — decía no ha mucho
im sabio investigador catóUco — nos hubiesen
en\'iado a tiempo el fruto de sus observaciones,
el evolucionismo habría sido sofocado en su
cuna *.
X o obstante, por grandes y apredables que

si misioneros de Kaíanga
Sean los ser\*icios que prestan a las ciencias
esos heroicos soldados de Jesucristo, cuyas
delicias son luchar en las avanzadas de mayor
peligro, nosotros no hemos de hacer mérito
de ellos, porque nuestra preocupación está
absorbida por ideas y apetencias más altas.
E l desvelo maternal de la Iglesia, siempre
despierta y cada día más sensible a la felicidad
de todos los pueblos que integran el mapa
político de la tierra, nos \*iene repitiendo estas
palabras, que han llegado a clavarse en el
alma como una congoja: * Después de dieci­
nueve siglos de cristiaiiismo, hay todavía más
de mil millones de paganos que convertir.
¿Habrá algún católico a quien deje indiferente
este espectáculo? ¿ S o haremos nada por trans­
mitir a otros esta le que, sin mérito por nuestra
parte, hemos hallado nosotros en nuestra
Cuna ? »

A esta voz han respondido ya con gallardía

Congo Belga
los misioneros, a este anhelo preferente miran
todos sus trabajos y sus escritos; este grande
y supremo ideal de redención y santiñcación
es el que se ve vibrar en todas las narraciones,
gráficos, proyectos, anécdotas y aventuras
que nos Uegan de los lejanos campos de evangelización.
Corazón en llama». — Bien puede llamarse
así el corazón de Africa cuyo sol, de íncandecenda oxídrica, amenaza en algunos puntos
con la delicuescencia, poniendo en la tierra y
en el aire vibraciones de homo, y haciendo
hervir la sangre bajo la piel negra de las razas
que lo habitan. Pero esto no puede decirse de
todo el Congo, poique hay en él territorios
(x>mo los meridionales, asignados en paite a
nuestra misión, que disfrutan de un clima más
templado, constituyendo un verdadero aunque
relativo oasis de frescura.

82
E l Congo belga es una Colonia de 2.252,780
Se comprenderá fácilmente la inmensidad de
este territorio si se considera que, dentro de
él, cabría ochenta veces toda la nación belga.
Debiáse esta pingüe adquisición colonial a
las solicitudes personales del rey Leopoldo II
quien, buscando, en su imaginación inquieta,
un imperio para su patria que le diera las pri­
meras materias de que carecía y absorbiera
a la vez el .sobrante de su activísima producción

do de 3.765 K m ., es ai\n más elevada si se
atiende a su caudal de agua sólo inferior al del
Amazonas. Curveándose el formidable Congo, a
guisa de arteria gigantesca sobre el ardiente
corazón africano, brota en las montañas cen­
trales, y corre ora saltando en imponente su­
cesión de cascadas, ora bramando encajonado
y vortiginoso, ora dimiriéndose plácido en su
amplio lecho de más de diez leguas, hasta
desaguar fatigado en el Atlántico, cuyas olas

Lfl ciudad de Eltsabethviile vista desde un aeroplano.
industrial, entendióse con Stanley, el íiuuosv)
aventurero inglés, y éste, tras duras y sucesivas
explorttciones, llamó la atención del rey sobre
el Africii Central: recorrió con otros aventureros
sus lagos, selvas y rías; fundó factorías; creó
tlotillas para la navegación fluvial; concertó
¡mees con los indígenas, y afirmó para Bélgica
el derecho f>rimi
cuyo derecho eu
1885 le fué recouocitlo por el Congreso vle
Berlín.
El quinto rio del mundo. — Asi llaman
los geógrafos al soberbio Congo que dio su
nombre al imevo territorio colonial,
I^ta cUisificación debida a su enorme recorri-

tienen que retirarse 50 Km. para dejar paso
al monstruo.
Kstanga, — He aquí el nombre de una re­
gión que a tí, lector, probablemente no te
dice nada y que lo mismo te la figurarás en
Africa, que habrías podido imaginártela en
Asia o en Nueva Zelanda.
Sígueme y te la haré encontrar. Acomodados
en uno de los correos africanos que salen dd
puerto de .\iuberes o de Southampton, viaja­
mos océano adelante, haciendo rumbo al sur.
Pasamos frente a las islas Canarias, vienen
luego Ascensión y Santa Elena y , al cabo de
dieciocho días de navegación, llegamos al puerto

i

^3

de Capetown (Cabo de Buena Esperanza),
donde hemos de desembarcar para seguir por
tierra. E l expreso de Joannesburg de la South
African-railwai nos está y a esperando con sus
calderas a presión.
Es un tren excelente pero se ve que no tiene
prisa, porque emplea cinco días y cinco noches
en recorrer los 3.500 Km. que separan a Cape­
town de EHsabethville. Es una excursión lai^a
y penosa pero no exenta de comodidades —
grandes carrozas con pasillo, donde de noche
se preparan cómodas literas; coclte restaurante,
lavabos, etc. — E l tedio inevitable de más de

con más de 15.000 habitantes y su población
irá creciendo sin duda alguna, por lo e s tr a t^ c o
de su emplazamiento, que la hace el nudo más
importante de las grandes lúteas africanas.
L a provincia de Katanga tiene ima extensión
diez veces mayor que la de Bélgica, y es por
su fertilidad, de im enorme rendimiento agricola, pero su principal riqueza no está en el
suelo, sino en el subsuelo cruzado todo él de filo­
nes de cobre, capíaces de abíistecer kts mercada'^
del mundo entero; son p>or consiguiente las
industrias mineras las que allí están lla­
madas a triunfar. Alternando con los árboles

“Rápidos'' de uno de los rios congoleños.
cién horas de viaje queda compensado por
la variedad de los paisajes.
Dejando atrás las ingratas soledades del
Karróo Sud y Norte, viéremos sucesivamente
el país de los diamantes que confina con Kimberley, los campos que la guerra de los Boers
hizo famosos, las planicies abiertas del Orauge,
el Veld transwaaliano, el gran puente del
^ambezé, de 200 metros de largo, lanzado
sobre las rugientes cascadas del soberbio río;
después las interminables selvas de Rodhesia
donde se crían los leones más formidables del
mundo y, cuando amanezca el sexto día llega­
remos a la frontera del Congo, y torciendo a la
izquierda, veremos en pocas horas EHsabethville,
capital de la provincia meridional de Katanga.
EHsabethville es una ciudad que, hace 23
años, nació como nacen los hongos; 60 hombres
la improvisaron en una noche. H oy cuenta

milenarios álzanse ya las grandes chimeneas
de Lumbaski, Lukasi, etc., que forman como una
selva incipiente, nueva y original. Vistas de
noche estas industrias, con sus penachos de
llamas, sus miles de lámparas eléctricas y el
ruido de sus motores que reciben la energía de
los saltos del Lualaba, recuerdan el valle mi­
nero del Mosa, semejan una visión infernal que
incendiase aquel cielo aletargado del trópico,
alumbrando con reflejos fantásticos la escena
hormigueante de millares de torsos desnudos
que van y vienen en todas direcciones.
E l cobre es el alma de toda esa actividad
económica de la inmensa provincia, es el que
ha abierto los florecientes mercados d d .Alto
Katanga, ahora silendoscs y heridos de pará­
lisis por la crisis mundial, es el que cruza las
selvas de caminos de hierro, es el dueñr>
señor de esta región.

84

Ccmo ya apuntábamos al principio, su clima
es más ítenigno que el del resto del Congo,
pero el hecho de que no se puede prescindir
allí de la quinina, hace que este concepto sea
muy relativo. Sus altiplanicies, que oscilan
entre los i.io o y i.rx3o metros, su intensa irri­
gación, servida por tres grandes ríos, el Luapula,
el laitira y el Igualaba, sus inmensas extensiones
de Ixjscpie, lo hacen más asequible a la colonizac.ón europea que se veía crecer de año en
año, cada vez más seleccionada y más densa,
antes de que viniera la desorganización de los
mercados.
Repito que esa benignidad es algo m uy relati­
vo. Once grados de latitud son en verdad poco
favorables a la existencia de ningún paraíso. I xjs
mineros y campesinos belgas, acostumbrados
a las d\dces transiciones del clima de su patria,
deljen hallar dura la violenta meteorología del
Congo, cpie no conoce más que dos estaciones,
la torrencial de las lluvias, y la abrasadora de
las sc(iuíí\s. Desde octubre hasta marzo, tem ­
pestades a granel con vientos huracanados y
terribles mangas íle agua tiue transfonnan los
terrenos en pantanos, hinchan los ríos hacién­
dolos subir varios metros, fecundan las regiones
altas y arrasan las llanuras bajas. Desde marzo
hasta octubre, el invierno con sus atardeceres
tórrido.s y svis frías noches casi glaciales; du­
rante todo este semestre el aire y la tierra
vibran y fenneiitan bajo los rayos solares con­
vertidos en una gasa de fuego.
Este es el Congo belga y ésta su provincia
tic Katanga, entregada espiritualmente a los Salesianos y a otras cinco Congregaciones misioneras,
rróxim a a los grandes lagos, colocada sobre
el trazado de las líneas transafricanas, favore­
cida por un clima humanizado, bella i>or el
violento contraste de sus fábricas e industrias
con las salvajes chozas de barro que aún cons­
tituyen las aldeas congoleñas, es en todos sen­
tidos un verdadero nido de esi)erauzas.

El reverso de la medalla. — iRiquezas pues
a potrillo, risueñas persix.'ctivas, fertilidad y
abundancia! |qué panorama tan seductor para
los espíritus materializados de nuestra época
hambrietttos de potierío y de fortuna!
Pero la cmlizaoióu no es esto; el hom­
bre y singularmente el cristiano no se con­
tenta con atrancar de las entrañas del suelo
d mineral de oro o de cobre avanmiente guar­
dado en ellas; sus aspiraciones no pueden
queilar satisfechas con el aprovechamiento
industrial de una región salvaje o con \ma for­
tuna de milU>nes. amasada en más o ntenos
años; el lK>mbre en cuyo pecho late el fuego
de los idetdes cristianos sueña en el oro que
escondeulos corazones, bajo ima capa de
escxirias milenarias; sueña en redimir las almas
sumidiis en la abyección del paganismo, va­

liéndose de los medios tradicionales que cree
más eficaces.
Mirado el Congo desde este punto de vista
espiritual, ya no aparece tan bello.
En el corazón de Africa han venido a jun­
tarse muchas e indecibles miserias.
Las que afligen al cuerpo son tan crueles,
que arrancan lágrimas de conmiseración. Sobre
las tribus que habitan el Alto y el Bajo Luapula
caen como una maldición epidemias implaca­
bles: la disentería, la lepra, la enfermedad del
sueño, la sífilis, hijas nauseabundas todas ellas
de la gorrinería en que viven metidas estas
pobres gentes.
¿Qué decir de la miseria física que aftije a
la población infantil? Cuerpecitos débiles y
enclenques, desnudos conto gusanos, cubiertos
de llagas fétidas y purulentas debidas a los
insectos y a la suciedad, mal nutridos, peor
defendidos contra la inclemencia de las esta­
ciones. prendidos perpetuamente como fardas
de la espalda de sus madres lo mismo en invierno
que en verano, lo mismo cuando salen al tra­
bajo que cuando van a paseo o a la danza,
estos infelices niños son siempre las víctimas
primerizas de todas las epidemias y mueren
como moscas. ¡Es una pe.sadilla desgarradora!
A todas estas miserias hay que añadir las
q\ie estas tribus se procuran con su indolencia
atávica. ¡Cuántas veces la penuria y el hambre
invaden la choza del negro, mucho antes que
madure la nueva cosecha, bien porque no se
acordaron de senibrar el grano necesario, b.eu
porque vaciaron su despensa, vendiendo las
pro\isiones para hacerse de un ceñidor más
vistoso o satisfacer una chiquillada cualquiera!
I.,a ignoranaa de los congoleños y por ende
su credulidad tienen algo de prodigioso y ello
les hace esclavos de sus brujos, a quienes viven
sometidos. Estos son una especie de envenena­
dores patentados, a quienes es obligatorio
consultar en multitud de casos; sus decisiones
son inapelables y es preciso obedecerles a ojos
cerrados. Siempre que se produce alguna
muerte cuya causa se ignora — y esto ocurre
todas la veces que mi hombre no muere vícti­
ma de las heridas recibidas en guerra — la
tribu queda en entredicho, sobre ella se cienie
la sombra de un crimen y a todo trance hay
que buscar al asesino.
Para ello el brujo convoca a toda la pobla­
ción y solemnemente entrega a los que él tiene
por sospechosos sendos recipientes de veneno.
Los que toleran el brevaje sin consecuencias
salen justificados de la terrible prueba y el que
sucumbe fulminado en medio de cou\*ulsiones
atroces es tenido como culpable; la justicia
queda satisfecha.
Como es fácil suponer, todo depende de las
manipulaciones del brujo y de la dosis más o
menos cargada de sus venenes. Esto le confiere

85

Las riquezas que busca el misionero. " Esperando a los salesianos.
un derecho efectivo de vida y muerte sobre
aquel rebaño humano.
En el terreno religioso, el congoleño es grose­
ramente feticliista y en el moral, esclav” de
la ley del instinto. Su religión es fértilísima en
talismanes y amuletos y toda clase de supers­
ticiones dificilísimas de desarraigar; su instinto
no alcanza a regularse por la razón, imponién­
dole como a los animales la satisfacción inme­
diata de cuantos antojos y apetitos caen dentro
de la esfera de sus txjsibilidades. No existe
otro Decálogo, ni otra ley para estas pobres
almas incapaces por si mismas de elevarse una
pulgada más allá de la región de los sentidos.
Fácil es imaginar los horrores y abyecciones
que se siguen de todo esto. La poligamia, la
embriaguez, la holgazanería... ¡Viva el hartazgo
de todos los días y la dan2^ de todas las horas!
¿para qué trabajar, si el río está lleno de peces
y la caza infesta las selvas? cuando venga el
hambre a arañarme las tripas, tomo mi arco y
mis flechas y , en im santiamén, derribo im
antílope. Esta es la manera simplista de razonar
de estos hijos de la barbarie.
Y con semejante mentalidad la desgraciada
niñez, que por sí misma es incapaz de defen­
derse, yace en el m ás sórdido abandono, la
espesa que y a no es grata al marido es devuelta
sin piedad a su madre, el enemigo es considerado
como una fiera a la cual hay que acechar y ma­
tar; atraído con engaños de serpiente al interior
de la selva, cae abatido a traición por la aza­

gaya, o estrangulado con la saña terrible
que ponen los alanos en morder el cuello de
los lobos.
¡Pobre y desgraciada humanidadi Smnida
por completo en la materia, incapaz de liberar
su inteligencia, que se siente no obstante tan
leal como la nuestra, vive bajo la opresión de
miles años de barbarie, de tradiciones estú¡)idas
y salvajes acumuladas como una roña espesa,
de instintos violentos y bellacos contra los
que es dificilísimo reaccionar. Cuando sus niños
nacen, en la misma estera miserable en que
les deja tendidos su madre, encuentran ya ese
cepo de animalidad que les aprisiona y que
generaciones incontables han ido forjando
para ellos. ¿Quién será capaz de romper ese
cepo?
E l Evangelio y sólo el Evangelio puede hacer
este milagro, lentamente, trabajosamente. Los
dulces rayos de su luz, la fuerza persuasiva de
su predicación, la gracia de sus Sacramentos,
es lo único que arrancará de la abyección y
del error al continente africano.
¿Por qué — dicen algfunos — los hijos de
Sem ban sido iluminados, desde hace veinte
siglos, con los resplandores de la fe cristiana
y los pobres descendientes de Cam viven aún
sentados • en las sombras de la muerte *? He
aqm' im arcano difícil de descifrar.
Pero un arcano que hace brincar de impa­
ciencia a los corazones nobles.
Un día de Viernes Santo, el Apóstol de Africa,

86
el Cardenal Lavigeiie, fué hallado por su se­
cretario llorando a los pies de un crucifijo...
— ¿Por qué lloráis, Eminencia? ¿tenéis al­
guna mala noticia de Europa? — No, hijo mío;
lloro porque veo que, más allá de los grandes
lago.s y de las altas montañas, hay todavía
millones de almas que no conocen a Jesucristo.
¡Santas y generosas lágrimas las que brotaron
de aquel admirable corazón sacerdotal!
Mas dejad que pasen algunos años y una

heroica legión de religiosos, jóvenes, ardientes,
oyendo resonar en su interior el eco de aquellas
palabras y el hervor inconsolable de aquella.^
lágrimas, dejarán su patria y su familia, atra­
vesarán los grandes lagos africanos, escalarán
las altas montañas y correrán a salvar a aquellas
pobres almas.
Otro día les seguiremos.
(Coniinttaríi).

12‘

India - Tezpur.

Exorcismos originales y coníundentes.
E l Espiritismo tiene invadida toda la \ida
esttis poblaciones paganas de Assam. Todo
s.i ambiente está como infestado por miríadas
de e.spíritus malignos, oviya única misión es
martirizar a estos pobi\'S gentes. Las flore.stas
son su habitación preferida y ¡ay del desgra­
ciado que llegara a estra ga rse de noche en
tilguna de ellas! los espíritus se le echarían en­
cima. como nube de langosta, y todo liabria
tertuiumU) j>ara él.
Lo primen) <pie harían sería arrancarle los
ojas; luego, con afiladas puntas, le pincharían
tollo el cuerpo y. finalmente, cortarían sus miem­
bros en pallaros muy jx^queños, para que a
cada espíritu le piuUese tocar uno... H eaquU o
que creen estos infelices.
Existen espíritiis de ta lo s los colores, cali­
dades y tamaños. Cada jHieblo tiene los suyos

y no hay más remedio que hacérselos amigos,
sacrificándoles pollos, cerdos, búfalos, etc.
[Pobres de ellos si los espíritus se enfadan!
N o hace mucho tíenrpo, a raíz de xma larga
serie de vejaciones ocasionadas por los tales espí­
ritus, los vecinos de una aldea pagana reuniérons<.en asamblea y decidieron acabar para siempre,
echando a los perturbadores dcl orden y de la
p>az pública. ¿Qué es lo que hicieron? Una buena
mañana aparecen todos armados con rarna.^
de tamarindo — arbusto que a los espíritus
esjxuita y horroriza — júntanse en el ccntn>
de la aldea y empiezan a gritar desaforada­
mente: <[fuera los bárbaros! ». Colocados en
fila indiana, avanzan formando im frente úoico
contra el enemigo in\isibley marchando siempre
lie cara al Oriente.
[Aquello era un « pandemónium »! Blan-

8;
diendo en alto sus ramas, ibau dando palos de
ciego a destro y siniestro, caminando y gritando.
Los aires vibraban heridos por los terribles
•conjuros de su infernal letanía. Recuerdo toda\ia algunos: Bom-gola, ¡maddád dé! Injátn,
jmaddád dé!, que traducidos a nuestro idioma,
significan: Bombas, ¡ayudadnos! montañas*
¡ayudadnos!
Así caminaron largo trecho « i im continuo
crescendo de sus entusiamos guerreros, hasta
que la proximidad de la floresta Ies hizo dete­
nerse.
De cuamlo en cuando, alguno de los más
exaltados irrumpía al frente de la columna, y
empezaba a gesticular y danzar. E ra la señal
infalible de que los espíritus habían entrado
en su cuerpo. Inmediatamente los más pró­
ximos le sacudían las espaldas con sus ramas
hasta que los espíritus le abandonaban.
Hubo imo que le tomó gusto al juego y con­
tinuamente se fingía poseso. Sus paisanos no
se dieron por enterados y, después de apli­
carle sin éxito el exorcismo tradicional de las
varas de tamarindo, creyendo sin duda que
tenían que habérselas con algiin espíritu tozudo
y pelmazo en demasía, empuñaron sendos
garrotes de nudos y empezaron a solfearle las
costillas de lo lindo.
Ante aquella Uu\ia inesperada que amena­
zaba con hacerlo papilla, e\*aporáronse los espí­
ritus del fingido poseso y poniendo los pies en
polvorosa apretó a correr como un desesperado

Congo Belga
El brujo de la Iribú.

en dirección a la aldea. ¡Nunca lo hubiera
hecho! Desencadenóse un griterío infernal:
• Eong, bong (espíritu) ¡vuelve a nosotros! A
él, a él, matémosle, a ver si se acaba esto
de una vez. Y corrieron como furias detrás del
fugitivo, que temblaba agazapado en el átigulo
más oscuro de su choza.
Ajjenas descubierto, cien bastones hendieron
los aires, prontos a caer sobre sus espaldas
pero al muy taimado se le ocurrió una estra­
tagema; <quietos — dijo — « Bongo » ya no
está dentro de mí; me ha dejado y se lia
metido en el cuerpo de mi m u je r».
L a pobre infeliz hallábase sentada tranquila­
mente en su esterita, al amor del fuego, bien
ajena de lo que le esperaba. Fueron vanas sus
protestas y sus gritos, fué inútil que pusiera
por testigos a todos los diablo* del infierno.
Sacada de allí a viva fuerza, rodeáronla aquellos
foragidos y , vociferando conjuros y más con­
juros, le propinaron una horrenda paliza. El
«Bongo» sahó, ¿no había de salir? pero la
desgraciada ^^■ eja cayó muerta.
L a noche siguiente, se hizo una gran pira
fimebre, se le dió fuego y mientras el cadáver
de la apaleada se iba derritiendo en las brasas,
hombres, mujeres y niños bailaban en tomo
de la hoguera, contentos y felices de haber al
fin arrojado de la aldea a los espíritus malignos.

L uis R avalico Pbro,
Misionero Sedesiano.

88

Ei IV Congreso Iníernacional de Enseñanza Agrícola.
E l 26 dcl pasado octiibre fué solemnemente
claiLsurado este Congreso, que tuvo lugar en
Roma y duró seis días.
lín él tomaron parte representantes de 48
naciones y 630 técnicos, entre los cuales figu­
raban seis Salesianos, dos de ellos ingenieros,
los cuales se hicieron portavoces de las 39
líscuelas Agrícolas, todas atestadas de alumnos
que la Congregacíóii tiene repartidas por el
mundo, en esta forma; lO en Europa; 19 en
his Américas; 2 en Africa; una en Asia y una
en Australia.
EvSta magnífica obra emprendida por los
Hijos de Don Bosco en favor de la Agricultura,
que es el factor principal de la economía de
los pueblos, procurando la divulgación de las
niodenuui prácticas de cultivo y la elevación
material y moral de Iíls familias rurales, fué
públicamente reconocida y recomendada por
el ilustre Presidente del Congreso, Mr. Pablo
Vuyst, Director-General honorario del Ministe­
rio Ixílga de Agricultura, y Presidente de la
Comisión Internacional de Enseñanza Agrícola.
De su magnífico discurso de clausura entresacanuxs los siguientes párrafos:
« Iajs buenos métodos de educación consisten
en demostrar con hechos que los maestros son
capaces tle hacer lo que enseñan ».
p Un catedrático de cirujía perdería su auto­
ridad y su eficiencia si, al practicar una opera­
ción delante de sus alumnos, errara el proce<liniicnto cjue él mismo les había explicado en
la cátedra ».
« Un profesor de ICconomía rural no tendría
derecho a este título, si no se hallase en condi­
ciones de dirigir, tle un modo superior, su
Granja-Escuela ».
<Nosotros conocemos 1‘Xscuelas en que esta
aspiración es una realUlad. La Congregación
Salesiana, en la Memoria leída en esta Asamblea
por uno de sus ilustres miembros, el Dv Augusto
Rinalili, Ingcnieu> Agróiiomo y ICx-Mayor de
Aviación, mvs ha expuesto sus Métodos admi­
rables, st)bre los que yo llamo la atención de
los Sres Congresistas y, cmno ella, hay otros
Institutos que saben fonuar a sus alumnos,
con óptimos re.sultados. infundiéndoles esos
hábit<xs a q\ie antes me he referido ».
< lis lie ilesear que su ejemplo sea imitado
cu todas pixrtes y lo más pronto posible ».

Estos elogios tributados más que al acierto,
a la buena voluntad, nos sen-irán de estí­
mulo. I.os halagüeños resultados bondade-

samente puestos de relieve por el ilustre
hombre público son casi debidos a nina inspi­
ración del cielo. Don Bosco, en efecto, no pa­
recía decidido a encaminar hacia la enseñanza
agrícola las actividades de sus Hijos. * Es
liarto difícil — decía — a.segurar la vigilancia
y formación moral de los alumnos en pleno
campo; el Método Salesiano sufriría demasiado ».
Y hubo necesidad nada menas que de una
intervención divina para hacerle cambiar de
propósito. Un sueño misterioso tenido en 1877
hízole ver claramente la voluntad de la Sma
Virgen en orden a esta materia. Después de
aquel sueño, Don Bosco ya no vaciló en fundar
su primera Escuela Agrícola en la Navarra
francesa, a instancias de Mons. Terris, obispo
de Fréjus.
Y aquella fxmdación fructificó tan rápida­
mente que hoy, como se ha puesto de mani­
fiesto en el mencionado Congreso, en liinguno
de los cinco Continentes faltan nuestras Es­
cuelas de Agricultura.

Nuestro Boletín.
Sabido es que esta Revista, órgano oficial
de las Obras Salesiunas y de su Pía Asociación
de Cooperadores, se envía a todos ellos gratuita­
mente. .íVsí lo quiso el Beato Juan Bosco y
éste ha sido siempre el deseo de los Supe­
riores, sucesores suyos.
Ello no obsta para que supliquemos nmy
encarecidamente a nuestros lectores que no
nos dejen faltar las ofertas voluntarias con que
nos han venido ayiulando siempre, para peder
sobrellevar los gastos, cada día más cuantio­
sos, de la Rerista.
Nuestro Bokiin se imprime, actualmente,
en 17 lenguas y sólo el italiano hace ima
tirada mensual de 160.000 ejemplares. Calcú­
lese lo que todo esto viene a costar.
No está de más recordar que raensualmentc
hay que pagar correo, jornaleros y abastece­
dores, y que nuestra única esperanza es la ca­
ridad nunca desmentida de los buenos coope­
radores de Don Bosco. i Que Dios se lo pague!

CACE TILLAS
E l primer Aniversario de la maeríe de Don
Einaldi. — Como ya habíamos anunciado, el i" de

diciembre — fecha anticipada por razón de la so­
lemne novena de la Purísima — celebróse en nues­
tra Basílica de María Auxiliadora un grandioso
funeral por el alma del llorado 3® Sucesor de Dou
Bosco.
Cantó la misa nuestro Rector Mayor, Don Pedro
Ricaldone, asistido por los PP. Braga y Calasauz,
Inspectores respectivamente de la China y de
España. Presidieron el religioso acto, al lado de
los parientes del difunto, el Capítulo Superior Salesiano, el Consejo Generalicio de las Hijas de María
Auxiliadora, Autoridades locales y varios Directores
e Inspectores.
No obstante lo desapacible dei tiempo que se
presentó frío y lluvioso, nuestros buenos Coopera­
dores y Exalumnos de uno y otro sexo acudieron,
en gran número, a ofrecer al que fué Padre de todos
el sentido tributo de su piedad filial.
Al terminar la misa, el Rector Mayor en persona
bendijo el túmulo, poniendo fin a la triste pero
tierna y solemne ceremonia.
Noesfro R e d o r M ayor en MirabeUo, sv paehlo nafa!, — Cediendo a reiteradas y expresivas

instancias de sus paisanos, hubo al fin de prometerles
su visita que realizó en setiembre p. p. Fueron
tres días de fiesta y clamoroso júbilo para aquellos
sencillos vecinos, de cristianismo ejemplar, mostrán­
dose especialmente y sobremanera deferentes hacia
nuestro Superior General el clero y las autoridades.
Conociendo por demás el corazón y las santas
apetencias del Sucesor de Dou Bosco, dispixsieron,
con insuperable acierto, que el homenaje central
consistiese en una solemne fiesta eucaristica en la
que el pueblo en masa, grandes y chicos, hombres
y mujeres, acercáronse a la Sagrada Mesa para
recibir a Jesús-Hostia de manos del P. Ricaldone.
1^ demás fácil es adi%nnarlo: discursos y músicas
y luminarias, incesantes visitas y derroches del más
legitimo orgullo, por parte de la simpática pobla­
ción monferrina.
Con ocasión
de la fiesta del Rosario, el Exemo. Sr. Delegado
Apostólico de Filipinas y Arzobispo Saicsiano
Mons. Piani tuvo el consuelo de administrar los
santos Sacramentos del Bautismo y Confirmación
a
estudiantes de la Universidad Católica de Ma­
nila, fundada en 1611 por los PP. Dominicos espa­
ñoles.
£ / catolicismo en

Filipinas. —

La más alfa disUncióa del Gobierno Polaco a l Car­
denal fílond. — El Sr. Presidente de la República de.

Polonia ha conferido a Su Eminencia el Gran Cordón
del Aguila Blanca, orden de caballería antiquísima,
fundada por Ladidao r\', en 1325, en la que úni­
camente ingresan personajes de primera linea,
excepdonalmente beneméritos de la nadón.
El eminente purpurado salesíano ha visto de

este modo reconocido y recompensado, por la más
alta magistratura de la Républica, el acierto y las
fatigas de su fecunda actuación, en pro del viejo
catolicismo polaco, gloria la más pura e inmarce­
sible de aquel renaciente estado.
En Maceo (China). — Se ha celebrado con espe­
ciales y lucidas fiestas el XXV® Aniversario de la
llegada de los Misioneros Salesianos a China. Dichas
fiestas habían sido aplazadas por tazones de convenienda local; la fecha propia y aniversaria caía
en febrero de 1931, puesto que ei primer grupo de
obreros evangélicos de Don Bosco, capitaneado por
el mártir Mons. Versiglia, llegó a Macao el 13 de
febrero de 1908.
¡Quiera el Señor bendecir copiosamente las obras
y trabajos de aquellos buenos misioneros, y conce­
derles largos y dilatados años de apostolado!
E l Arzobispo de Madras. — Mons. Eugenio
Mederlet, Salesíano, ha celebrado también sus Bodas
de plata de vida misionera. Todo el clero de Madras
y de Mylapore, con su obispo Mons. Texeira, indios
y europeos, católicos y no católicos, hau desfilado
ante el celoso prelado, para testimoniarle los seu
timientos de su profundo cariño y respeto.
Hermoso y digno de imitación. — En Roma
se ha constituido una Sección de Damas de María
Auxiliadora, con el piadoso y exclusivo objeto de
ofrecer la obra de sus manos a los alumnos pobres
artesanos de nuestro Colegio Pío X I, comprome­
tiéndose a coser y remendar sus ropa- todas las
semanas.
Estas buenas Señoras, cautivadas por lo? ejem­
plos de abnegación sublime de .lí.)'. < ?.íar¿ar:ta,
ofrecidos al Primer Oratorio de Turin, acuden al
mcnciunado Colegio lodos Ir- micrc'l;=, después
de comer, desde los puutc-f mi- distante - de la
Ciudad Eterna, y ac entregan, durante vari? - hnr- •
con santo y alegre entusiasmo, a su obra benéfica.
¡Cómo las bendecirá Don Bosco!
Camplimenfando a l nuevo Arzobispo de Rueños
Aires. — Una delegación de ex-alumnos del Colegio

de San Isidro compuesta por el Rdo. P. Director y
los Señores Rodolfo Cesa, Juan J. Mazzeo, Jacinto
Roselló y Juan Landrino Ucf;'-' al PalaHo Ar­
zobispal para presentar al limo. Monseñor San­
tiago L. CopcIIo los saludr.5 de los Exalumnos de
Don Bosco por la honrosa distinción de que había
sido objeto, al ser elegido Arzobispo de Buenos
.\ires.
El ilustre prelado recibióles con especial deferencia
y luego de agradecer los saludos que le presentaban,
tuvo palabras de elogio para la obra Salesiana y
recordó episodios de su niñez, cuando frequenlaba el
Oratorio Salesíano de S. Isidro (que en aquel en­
tonces quedaba al lado de la casa de sus padres)
para prepararse a la primera Comunión, recordando
entre otros al inolvidable P. J OséVespignani (de f. m.)

T
Gracias obtenidas por intercesión
de María Auxiliadora y del Beato Juan Bosco.
La Conmemoración mensual
de M aría Auxiliadora.
K n nuestro Sautuario-Iiasílica de T urín, en
t<Klas las iglesias y capillas de los Salesianos
y de la H ijas de M aría A uxiliadora, y en otras
muchas tlonde se da culto a la « Virgen de Don
liosco, '>los días 24 de cada mes son celebrados
con esi>ccialcs y fervorosas prácticas, que se
conocen con el .nombre de «Conmcinoración
mensual de María A uxiliad ora ».
Donde la Asociación de los devotos de María
Auxiliaílora está establecida canónicam ente se
pue<le, en tal día, celebrar la m isa propia de
esta advocación (nada m ás que una) en el
a ltar tam bién propio o, si este a ltar nó existe,
en otro cualquiera dedicado a la Virgen.
Da Conmemoración m ensual puede tam bién
hacerse, desde luego, aunque la susodicha Aso­
ciación no exista, y de existir, aunque no esté
erigida canónicamente (1).
E sta piadosa práctica que tantos consuelos
proporciona a las alm as y es y a corriente en
el m undo entero, la recomendamos calurosa­
mente a nuestros Directores Diocesanos, D e­
curiones, Celadoras, D am as de María A u x ilia ­
dora, y a todos los Cooperadores en general,
rogándoles no la om itan nunca, le den carácter
de fervorosa intim idad y la difuudiui donde
sea posible.
A las cultos propios de tan excelente Con­
memoración sería ímetio añadir una i>equeña
Conferencia o alguna b'lorccita espiritual mariana, referente a la im itación de las \*irtudes
lie María y nctiviiladc.s ma^a^■ ilK^sas lie su
gran devoto el Beato Juan Bosco. animando
a U kUw a stxstener aigrma de las Obras que en
favor do la uiñer- y provecho de la s;mta Iglesia
stm propias «le nuestro Fundador.
L.í «levoción a María A uxiliadora constituye
una preciasa esperanza para nuestra pobre so­
lí) Para conseguir la aprobación canónica, pue­
den dirigirse al Rector Mayor de los Salesianos Cotlolengii, 32. Turín (log). el cual se encargará
de praticar los trámites necesarios.

eiedad, agobiada de conflictos al parecer inso­
lubles y todos los pueblos la reciben con
ansia vivísim a, ^Jorque ven en ella el reme<lio
providencial (jue D ios les envía, el sostén de
las Obras misionales tan am adas del corazón
del P apa, y una segura garan tía de salvación
para las juventudes, expuestas a tantos y tan
terribles peligros.
¡V iva María- Auxiliadora/

(Según Decreto de j de junio de 1932, emanado
por la Sgda. Congregación del Co»ct7to, la publica­
ción de Gracias y Ofertas, en Periódicos y Revistas,
deberá someterse a determinadas normas. En vista
de ello, la Dirección de Boletín Salesiano t se reserva
el derecho de no publicar las Relaciones que, a su
juicio, no respondan al espíritu del expresado Decreto,
o en todo caso, expresar sólo el nombre o iniciales de
la persona favorecida, prescindiendo de toda exposi­
ción de hechos, lo cual ya ha venido haciendo nuestra
Revista, cuando ¡a falta de espacio la ha obligado a
ello y, siempre y en todos los casos, es suficiente para
Iranquilixar la conciencia de los que han hecho pro
mesa de publicar el tavor recibido).

ESPAÑA (Barcelona) San Vicens deis Horts. —
En esta éi>oca de crisis económica, se encontraba
un hermano mío sin trabajo y sin medios de vida;
en esta situación acudí fe^^'orosa a María
Auxilio de los Cristianos, haciendo su novena, y
tuve la suerte de que me escuchara tan bueua
^[ad^e; agradecida, viendo tranquilo el hogar de
mi hermano, envió una limosna para el culto de
María Auxiliadora.
N . N.

ESPAÑA (Barcelona) Molins de Rey. — Al cabo
de dos anos de tener inmovilizada una rodilla >
descansando con mucha dificultad durante la noche,
tuve ocasión de conocer a un padre Salesiano.
quien me dió una medalla del Beato Juan Bosco.
aconsejándome la devoción a tan buen Padre. Co­
mencé fervorosa y esperanzada ima novena al
Beato y apliqué la medalla a la rodilla. Aquella
noche pude ya descansar tranquilamente, y, el di -•
siguiente, pude mantenerme de pie, sin que haya
vuelto a molestarme dolor ninguno. Agradecida

i

a la poderosa intercesión de tan buen Padre, me
place publicar la grada, para aliento de los que.
como yo, se vean necesitados.
Sor J osefina Mari ,
Jieligiosa de las Hermanas de la Doctrina Cristiana.
ESPAÑA Barcelona. Didembre de 1932. — En­
contrándose enferma mi esposa, á consecuencia
de un aborto, y habiendo sufrido unos ataques
nerviosos, que parecían diácultar el normal funcio­
namiento de su cerebro; temiendo que, á causa de
su fuerte debilidad (neurastenia), en uno de ellos
pudiera trastornarse su razón, encomendóse, en
un instante de lucidez, al Beato Juan Bosco, para
<jue la librase de aquel terrible peligro. La bondadde tan amoroso Padre pronto vino en su auxilio,
y hoy que, gracias al Altísimo, se encuentra muy
mejorada, y han desaparecido dichos temores, hace
pública, con honda gratitud, la gracia obtenida,
por mediación del glorioso Beato.
Gracias, Beato Padre, por tu auxilio en nuestras
aflicciones y necesidades.
J. B. A.
ESPAÑA Salamanca - 27 Diciembre de 1932. —
Encontrándome enfermo con una hemorragia
que no daba trazas de desaparecer, me acordé de
la Virgen Santísima, María Auxiliadora y de su
gran Siervo Don Bosco, de los cuales había recibido
ya ima gracia en otra enfermedad, y ofrecí hacerle
ima novena al Beato y mandar decir dos misas, si
recobraba la salud, además de hacer publicar la
gracia en el Boletin Salesiano. No hice más que
empezar la novena y con gran alegría vi que había
desaparecido la hemorragia completamente; la
terminé, sin embargo y al final de ella, volvió a
•iparecer la hemorragia, aunque en forma leve;
hice otra novena y desapareció definitivamente.
Agradecido, publico e.sta gracia, como lo ofrecí.
Ltns.
ESPAÑA (Salamanca) Béjar - 22 diciembre de
1932. — Tengo un hijo delicado, desde que vino
«leí servicio militar, y habiendo estado hace dos
años muy grave, a consecuencia de una operación
que sufrió en la que le admini.straron los Santos
Sacramentos, quedó muy decaído. En este estado de
agotainieuto, le vino una congestión pulmonar,
diagnosticando los médicos de gravísimo su estado,
y anunciándonos un pronto y fatal desenlace.
Lleno de fe el enfermo, pidió que pusieran donde
él la viera bien la imagen de María Auxiliadora y
le aplicaran una reliquia de Don Bosco pasada por
.<u sepulcro, que un pariente nuestro sacerdote
salesiano nos habla enviado.
Empezamos todos una novena a Maria AuxiLadora. pidiéndole la gracia por intercesión de Don
T!osco y otra al Sdo. Corazón de Jesús, y cuando
parecía más grave Ja congestión, decreció de tal
modo, que, a los tres días, los médicos sin podér'vlo explicar le encontraron fuera de peligro.
Después tuvo una úlcera de estómago, v habién­
dose hecho últimamente varias radiografías, dicen
1<‘> médicos que t ambién ha desaparecido.
Por estos favores alcanzados, apradecida a Slaría
Auxiliadora, cumplo la promesa de publicarlos
y envío una limosna para las Múdores de Assam.
María Olleros
Cooperadora Saltsiana.

ESPAÑ A (Sevilla) Utrera. — Padeciendo de
cólicos nefríticos y hallándome en un ataque muy
fuerte, me encomendé a María Auxiliadora y al
Beato Juan Bosco, poniéndome su reliquia, y en se­
guida desapareció el dolor, arrojando a los poctw
días una piedra.
Muy agradecida por tan gran favor, lo publico
y envío ima limosna para las obras salesiauas.
Mercedes Márquez G arcía .
ARGEN TIN A Buenos Aires • 28 de Noviembre
de 1932. — Me hallaba en la ciudad de Rio Gallegos,
desempeñando las funciones de Tesorero dcl Dis­
trito 24 de Correos y Telégrafo.s, y a la vez, ayudaba
a los Rdos Padres Salesianos a dar clases de conta­
bilidad, francés y castellano en su Colegio. Un
día, necesitando urgentemente la suma de tres
mil pesos para poder contraer matrimonio, por
indicación del querido Padre Director, hice una
novena a Maria Auxiliadora y al Beato Don Bosco
y adquirí un billete de la lotería que el Gobierno
Italiano lanzó pro Cruz Roja, cuyo premio mayor
era de 5.000.000 de liras. Pues bien, el número
que yo poseía, obtuvo el 4®premio, de 100.000 liras
y como yo tenia un décimo del mismo, cobré justa­
mente los 3.000 pesos que necesitaba, pues me paga­
ron a razón de 0,30 centavos la lira, premio que hice
efectivo por intermedio del Banco de Punta Arenas,
de Río Gallegos. — Han pasado muchos años desde
entonces, pero como nunca es tarde para poner
de manifiesto las gracias que se obtienen de la
bondad divina, publico ahora ésta que para mí
es un verdadero milagro de María Auxiliadora y de
Don Bosco, expresando mi gratitud por él y por
otros muchos favores obtenidos luego, mediante
tan amables intercesores.
(Í U I L L E R M O C A L .\ N I G O N Z A I J Í Z

Inspector de Correos y Telégrafos
ARGENTINA Cascada - 2 dicembre de 1932. —
Tenemos en la Estancia « El Retiro » un joven de
24 años que es un empleado muy bueno, a quien
queremos mucho.
Un día amaneció con una fiebre muy alta y con
todos los síntomas de tener algo serio. Se llamó al
médico quien dijo tratarse de algo iiitestiiml
y de una amigdalitis, indicó algunos remedios, y
quedó en volver al día siguiente. Entonces yo pro­
metí a Don Bosco que si se le quitaba en seguida
la fiebre, publicaría la gracia en el Boletin Salesiano
y le hice encender una vela. A l otro día con gran
.sorpresa el enfermo estaba completamente limpio
de fiebre y siguió muy bien gracias á la intercesión
del Beato.
D oy gracias a Dios que así glorifica a su Siervo
y me encomiendo a las oraciones de sus hijos.
Una inJigna devota de Don Bosco.
AR G EN TIN A Córdoba ~ Noviembre 22 de 1932.
— « Hace cerca de tres años, hallándome enfermo
y teniendo que ser operado del oido, recurrí a la
Sma. Virgen Maria Auxiliadora, pidiéndole me
obtuviera la salud. Ella como buena Madre me
oyó y todo sucedió como eran tníg deseos. Y o había
prometido publicar la gracia en el Boletin Salesiano,
pero por negligencia no lo hice, subsanando ahora
el olvido y tributando mi más rendido homenaje
de amor y agradecimiento a tan buena Madre,
N. N .

ARGIÍNTINA San Juan - Dicicmbrede 1932. —
Tenitiido a mi hijito Gustavo gravemente enfermo,
invoqué con toda fe y fervor al Beato Juan Bosco
y a nuestra dulcisima Madre Maria Auxiliadora,
prometiéndoles publicar la gracia tan pronto estu­
viera sanito.
Mi súplica fué oída, pues a los 5 días mi hijito
estaba fuera de peligro y ahora goza de completa
salud. Muy agradecida cumplo mi promesa y re­
comiendo a las personas necesitadas que acudan
a ellos con seguridad de éxito.
A. P. de B ustos .
ARGEN TIN A Tucumiln - Noviembre 21 de
1932. — Petrona Román tuvo en gravísimo estado
a su hermano Felipe Román y declarándose impotenle.H los recursos de la ciencia para salvarlo, in­
vocó al Beato Juan Bosco implorando su salud;
una reliquia y la novena del Beato produjeron el
milagro, pues a las pocas horas se notó la reacción
y hoy está fuera de peligro, con la seguridad com­
pleta (le hallarse restablecido.
Doy fe de esta gracia y adjunto un pequeño
óbolo para las obras salcsiaiios.
J uana G. de R omán .
ARGENTINA (Tucumáu) Sfl« Pablo - 24 no­
viembre de 1932.
Ilallándomc cu serios apuros por la proximidad
de los exámenes finales y no sabiendo qué hacer
para salir bien de ellos, recurrí a mi Madre Marta
Auxiliadora en este trance apurado.
Le prometí varias cositas, entre ellas, venir a
honrarla haciendo la santa comunión el día 24 de
los tres meses de vacaciones, en la Iglesia del Co­
legio, y asi como he cumplido otras pequeñas pro­
mesas, espero cumplir también ésta. Satisfecho
hoy por el éxito de mis exámenes en los que funda­
damente temía salir reprobado, hago pública la
gracia y prometo seguir siempre tan devoto de
Maria Auxiliadora, como lo fui en mis años de Co­
legio.
JosB F ia t .
COLOMBIA (Antioquía) Santuario - junio de
1932. — En triste situación y presa de terribles
dolores producidos por la aparición de una úlcera
cu el estómago que me produjo vómito de sangre,
recurrí como es natural a la ciencia, y todos los
facultativos que me visitaron me dieron fatal
dingmSstico. Era necesario hacerme una operación,
someterme a riguroso régimen y observar quie­
tud absoluta. En tal apuro, recurrí confiada al
Beato Bosco y me apliqué una reliquia suya al
mismo tiempo que empezaba con fe una novena
y la hacían también por mí, los alumnas y Hnas.
de mi antiguo Colegio. Cinco dios después de ter­
minada ésta, empecé a sentirme perfectamente,
fueron desapareciendo los males y hoy, después
de micve meses, me encuentro completamente cu­
rada, sin que haya vuelto a sentir molestia alguna.
Scgiin lo prometí a mi querido Protector,publico
para gloria s\iya y esperanza de muchos, esta gracia
y envió ima pequeña limosna para sus obras.
E lisa G ómez G.
COLOMBIA La Ceja - abril de 1921. — Días
pasados recurrí al Beato Juan Bosco en demanda
de una colocación para pc^cr atender a las necesi­

dades de mi familia 7 fui bien pronto atendido del
Siervo de Dios. Y cosa singular, hasta hoy he ga­
nado el pan muy fácilmente, no obstante lo difícil
de la situación que a muchos tiene agobiados.
Animado por la gracia que se me concedió en­
tonces y movido por mi profunda fe, recurrí de
nuevo a buscar el remedio de otra necesidad de
un orden más superior, una necesidad de aquellas
cuyo remedio debemos pedir ante todo, y fui aten­
dido aún más generosamente, de manera que puedo
decir que he resucitado a la vida de la gracia. Mi
alegría es inmensa, pues hace dos años largos que
me veo libre de aquella miseria espiritual que me
aquejaba.
Imposible sería que en la fiesta del querido Don
Bosco dejase de testimoniar mi inmensa gratitud
a qu en debo tan señalados favores.
E. A. V.
COLOMBIA (Santander) Vereda de. Chocoa. —
Alberto González S. da gracias de todo corazón al
Beato Don Juan Bosco porane, encontrándose con
un fuerte dolor reumático, se colocó la medallita
del Beato en la parte afectada, se encomendó a él
y en poros días quedó curado. E n agradecimiento
manda una pequeña limosna para su canonización.
COLOMBIA (Santander) Vereda de Chocoa Agosto de 1932. — Desde lo íntimo de mi alma
doy las más rendidas gradas al Beato J uan
Bosco por haberme curado de una enfermedad en
los ojos, sólo con encomendarme a él y colocarme
la medallita del Beato, por algunas noches, sobre
la parte enferma. Muy agradecida por su bondad,
cumplo mi promesa y envió una limosna para su
canonización.
H erminia P arra de González .
COLOMBIA (Santander) Girón - Setiembre de
1932. — Habiendo acometido un tifus a una hija
mía, llegó a estar tan grave, que a los 11 días apa­
reció un derrame de sangre intestinal, perdiéndose
toda esperanza de salvarla.
En estas criticas circunstancias y no esperando
nada de lo humano, acudí a María Auxiliadora y al
B . J uan Bosco, haciéndoles su Novena y prometí
publicar el milagro y enviar una pequeña limosna
para las obras salcsianas.
Hallándose buena mi hija y, llena de gratitud
para con tan grandes bienhechores, por éste y
otros beneficios, cumplo mi promesa y les doy
millones de gracias.
D K L F IN A

R.

d e P iN I L L A ,

Cooperadora Salesiana.
COLOMBIA (Santander) - Girón. — Evaristo
Arenas G., da infinitas gracias a Maria Auxiliadora
y al Beato Juan Bosco por haberlo curado de nn
fuerte dolor en el hígado que lo atormentó por
algún tiempo, el cual desapareció sólo cron aplicar
la medallita del Beato en la parte afectada, por lo
cual publico esta gracia 7 envío una limosna para
su canonización.
COLOMBIA (Santander) Lebrija - Noviembre
de 1932. — Tengo el mayor gusto en publicar
en el Boletín Salesiano el ix>der misericordioso de
mi amantísima Madre Maria Auxiliadora y del
Beato Juan Bosco, pues tanto a mí como a mi

93
esposo y a mis hijos nos han cohnado de grandes
favores, por los cuales manifestamos nuestra in­
mensa gratitud y ofrecemos una limosna para su
coito.
Pedírnosles muy fervorosamente por la paz de
Colombia y por que Ntro Señor se digne escoger
un ministro suyo entre nuestros hijos.
Ma t il d e de R e y e s ,

Cooperadora Sdlesiana.
ECUADOR (Los Ríos) Vinces - 29 Noviembre
de 1932. — Encontrándose postrado en cama un
hijo mío, a causa de fuertes ataques, no sabíamos
como proporcionarle alivio; las medicinas eran
inútiles; no hubo médico que lo arreglara... En esta
tribulación no me quedó otra esperanza que enco­
mendarlo a la Virgen Auxiliadora, ofreciéndole
publicar el milagro en el Boletin Salesiano, si me
lo concedía. Efectivamente, al momento fui escu­
chada; al enfermo no le volvieron los ataques; por
lo que quedo eternamente agradecida y envío una
limosna para el Santuario de la Virgen.
R o sa ISIa r ia M en d o za .

ECUADOR (Los Ríos) Vinces - Noviembre de
1932. — Habiéndole ocurrido a tm hijo mío la
desgracia de estropear a un hombre que se cruzó
en la calle, en el momento que él corría a caballo,
sin haberlo podido evitar a tiempo, estábamos muy
afligidos por el daño ocasionado y por las conse­
cuencias. Me encomendé al Beato Bosco rezando
su novena con toda fe, prometiendo la publicación
de la gracia si nos sacaba de tanto apuro. El Beato
atendió luego, devolviendo la tranquilidad a nuestro
hogar, por el feliz éxito del incidente. litando una
limosna para la canonización del querido y tauma­
turgo Beato Don Bosco.
D n iA

R. de V e l e z ,

Cooperadora Salesiana.
MEJICO Guadalajara - 26 Diciembre 1932. —
En octubre del presente año enfemtó una hija mía
de 4 meses de edad de una grave erisipela que le
invadió todo el cuerpo en muy poco tiempo; se
consultaron los mejores médicos, diciendo uno de
estos que el caso era muy serio y que probablemente
moriría.
Viendo yo que en lo humano no había esperanza,
puse mi confianza en María Auxiliadora y en Don
Bosco, pidiéndoles la salud de la enfermita, hacién­
doles su novena 3 veces al día y al mismo tiempo
le puse una reliquia de Don Bosco. A los 8 días
estaba mi hijita completamente bien.
Poco después voh-ió a estar enferma de un tu­
mor que se le formó a causa de ima inyección mal
aplicada, volví a acudir a los mismos intercesores y
ahora está completamente bien.
Suplico se le de publicidad a la presente relación
para mayor gloria de Dios, de María Auxiliadora
y de su gran Siervo.
M a m a M a d m g a l de T e j e d a .

^’E N E ZU E LA Caracas - 15 de noviembre de
*932. — Hago pública mi gratitud al Beato Juan
®osco por haberme devuelto la salud y entrego
00a pequeña limosna para su altar.
J u a n A . M o n t il la .

^ VENEZUELA Caracas. — Se me enfermó de
■ alguna gravedad un hijito mío. PedÜe a D. Bosco

que intercediera por esta necesidad ante María
Auxiliadora e inmediatamente fui escuchada.
También acudí a él en im compromiso de urgencia
que humanamente no podía solucionar, y su inter­
vención fué tan manifiesta que todo se me remedió
con rapidez asombrosa. Entrego una pequeña li­
mosna.
L o l -A,

de

P ekez.

Procedencia no expresada. — Sintiendo en mi
corazón un vivísimo deseo de hacerme religiosa
« Hija de María Auxiliadora », pareciéndome im­
posible humanamente hablando, realizar mis de­
seos, por una fuerte oposición en ini familia, y no
quedándome nada que hacer en lo humano, i)use
mi confianza en Nuestro Señor, encomendátidome
a mi celestial Madre, hiaría Auxiliadora con pro­
mesa de publicar la gracia. Esta dulce y celestial
Madre ha realizado mis anhelos, tal como yo lo
pedia. Hoy felicísima y agradecidísima cumplo mi
promesa, y hasta el fin de mi vida trabajaré con
amor y reconocimiento en este querido Instituto.
M. G.
Hija de María Auxiliadora.

Dan también gracias a M aría AaxiUadora y
al B eato Juan Bosco p o r favores recibidos:
E spaña Barcelona. — J. B.
E spaña (Barcelona) La Palma. — N. N.
E spaña (Córdoba) Pozoblanco. — Teresa García
de Sepúlveda Vda de Herrero.
E spaña (Lérida) Solsona. — Dolores Terradelflo,
Parcerisa — Inés Vandrell — Josefa V. de Serra
— Francisca P. de Rovira — Antonia Baró —
Carmen Solsona — Angela Pujol — María Duocastclla — Antonia S. de Rovira — María C. de
Serra — Rosa Canal — Antonia F. de Rourc —
Carmen Capdevila — María Figucras — María
Vidal — Juanita Ramonet — Dolores Morist —
María Navarro — María Angela Cugat — Una
devota.
E spaña (VaJcnda) Alaaya. — N. N
.Vpcentina Buenos Atres — Aurelia A. de Lo
ren/o.
A.RCKNTINA (Buenos Aires) Banderola. — Isabel
Pochettino.
A rgentina Córdoba — Una exalumna del Co­
legio de María Auxiliadora.
Colombia (Santander) Girón. — Mí.ría del Car­
men Hernández — Aureliano Mantilla — Benota V.
de Serrano — Jesús Valdi^^eso — José Luís Do­
mínguez — María del Carmen Roa — José Antonio
Serrano — María Josefa González — Mercedes
Rueda — Evangelista Matilla Vda de Sanmiguel
— Socorro Mantilla — Juan Evangelista Prada
— Telesforo Ruíz — Anunciación Martínez de
González.
Colombia (Santander) Lebrija. — Presentación
Pérez.
Colombia (Santander) Rionegro — Juan Bau­
tista Valdivieso R.
C olombia (Santander; Tona. — Maurída Pérez
de Landázabal.
C uba (Camagüey) Suevilas. — Rosa Romeu de
Harraant.

94
E cuador (T^s R íos) Vincfs — José Aguilera.
lía'fAUOS Unidos (California) Los AngeUs — Car­
men G. de I/Ovcaga.
Mkjico Aguascalientes - - Rusa María Chavez
— Iné.s M. de Moreno,
Mkjico (Sin.) liosariu. — Victoria Vergne.
V knkzuki.a )iarqnisiineto - - Arístides Martínez
Ojeda.
VE-VK/.UKI,a Albarica!.
Illanca de Martínez
ojeda,
VENiczuKt.A Caracas — Guillermo A. Villasuiil
— Socorro de Caballero.
VKNKZUKM Yarilagtta — Pablo Carvallo.

'—

'

NECROLOGIAS
Exmo Sr. Don Manuel M. Poli! Laso

Arzobispo de Quiío y Primado del Ecuador.

Falleció este eminente Prelado de la Iglesia y
uno de los mejores talentos de Sud-América, el
28 de Octubre de 1932, a los 70 años de edad y
mientras se preparaba a celebrar sus bodas de Plata
Episcopales. Cuando faltaba sólo nn mes para esta
fiesta, prohibió toda pompa externa, pidiendo sólo
plegarias, < que tanto las necesito — escribia —
para terminar bien la misión que me ha sido con­
fiada por D ios». Voló al cielo mientras subía las
gradas de su palacio arzobispal, y recibía un cable

Los socios de la P ia Unión, rezando todos los
dios un Padreniieslro, Avemaria y Gloria por la
intención del 5 »»io Pontífice, con la invocación:
Sánete Francisco Salesi, ora pro nobis, y reci­
biendo los santos Sacramentos de la Confesión y
Comunión, pueden ganar;

Indul$¡encia Plenaria.
1) Un (lía do cada mes, a su elección.
2) E l día en que hagan el piadoso Ejercicio
mensual de la Buena Muerte.
3) E l día on que asistan a la Conferencia
mensual Sule.siaua.
y en cada uno de los siguientes dias:
M arzo

AüRU,

19 Fiesta de San José.
25 Anunciación de la Sma. Virgen.
7 Fiesta de los Dolores de la Sma
Virgen.
9 Domingo do Ranuw.
16 Domingo de Resurrocoió.i. ,

Por concesión especiaUsima de S, S. Pío X I.
hecha al Héctor Mayor de la Pia Sociedad, D. Fe­
lipe Itinaldi (6 de Junio de 1922) todos los Salesianos 9 Hijas de María Au.riliadora, am sus
resp'ctivos cooperadores, alumnt>s v
pueden ganar:
1) Una ludidgencia Flonaria cada día, sólo
doi'ir cuaUiuior devota invocación, por corta
qne sea, cu nunlio de sus «H'uj>aciones habituales.
2) 400 días, cada vez que repitan el mismo
noto.
Pim» lucrar estas Indulgencias llamadas tdel
Tnrbajo » y aplicables a tas almas del Purga­
torio, únicamente se exige el estado de gracia.

de S. S. del Papa Pío X I felicitándole por sus Bodas
de Plata que iba a celebrar dentro de tres día.*?.
Su sepelio fué la má-s elocuente demostración de
amor y gratitud; asistieron a él el Representante
del Poder público, de las Camaras de Diputados
y Senadores, el Cuerpo diplomático, y las mis
altas autoridades del Ejército.
Procedía de una las más nobles familias de la capi­
tal; muy joven se recibió de Abogado, por su alto in­
genio fué nombrado Secretario del Senado de U
República, miembro de varías Academias y Presi
dente de la Real Academia de la lengua. A lo.s #'
años de edad, oyó la voz de Dios que lo Uamabi
más de cerca a su santo servido y abandonándolo
todo, se retiró al Seminario de San Sulpicio d'
París; lleno de cienda y de virtudes subió las grad*-*
del altar y rápidamente fué promovido a las mkaltas dignidades eclesiásticas.
Amó desde joven a la Congregadón Salesiana J
se distinguió por su profundo cariño a los hijes tó
B. Don Bosco. En las visitas « ad limina t, su pnmera preocupación era pasar primero por Turi

95
para cumplimentar a nuestro Rector Mayor; fué
gran amigo del Siervo de Dios Don Rúa, de Don
Albera y del P. Rinaldi que tanto lo distinguió. Apoyó
las obras salesianas con su favor, con su consejo
y con cuantiosas limosnas. Débese a él principal­
mente el gran desarrollo del Oratorio Festivo de
Quito y el incremento de los trabajos del templo
a Cristo Rey. No podía sufrir que se publicaran
sus limosnas, que hacía con pródiga largueza.
Invertidos todos sus haberes en obras de caridad
y de celo, ha muerto completamente pobre, como
buen discípulo de Jesucristo.
Los uiños sostenidos por él en varios colegios
de la capital, pasan de 70; ¡cómo llorarán la muerte
de tan cariñoso Padre!
Salesianos, Alumnos y Oratorianos hemos de
recordarle siempre con gratitud, contribuyendo
con piadoso afecto a perpetuar el recuerdo que la
República entera guardará al que fué amante
Pastor y ecuatoriano insigne.

A sus deudos les deseamos, junto con la resignación
cristiana, que es un excelente sufragio, la perse­
verancia en calcar las huellas de la madre.

Dr. José Félix Vergara Pbro.
Lleno de méritos, a los 76 años de edad y 53 dv
sacerdocio, acaba de descender a la tumba cu
Pasto (Colombia), el Pbro Dr. Jos¿ Félix Vergara,
honra y prez del Clero Nariñés, del cual ora deoauo.
No es posible re.sumir en pocos lincas las virtudes
que adornaron al Pbro. Dr. \'crgara y los inmensos
méritos contraídos en su larga vida sacerdotal
Su exquisita cultura y don de gentes, le granjea­
ron el aprecio de sus Prelados y de toda la sociedad.
Sus Bodas de oro sacerdotales, celebradas en enero
de 1930, fueron un triunfo ; todo el pueblo corrió
a agasajarle y hacerle presente su gratitud por su
celo y abnegación, que servirán de ejemplo a todos
los sacerdotes.
>

Felisa Víagaio de Siffredi.
Tres meses ha, la pobre extinta pronunciaba junto
con sus hijos y nietos, al pie de la imagen del Sdo.
Corazón, que quiso ver entronizada, la oración
conmovedora, que ahora es el caso de recordar:
«Y cuando la muerte venga a cubrimos de luto,
todos, tanto los que partan, como los que quedan,
estaremos sumisos a tus decretos eternos y nos
consolaremos con la esperanza de que llegará uii
día en que toda la familia reunida en el cielo,
cantará para siempre tu gloria y tus beneficios.
¡Oh buen Je-siis. que así sea!
No necesitamos estar enterados de su vida iutima para formarnos una idea de sus acrisoladas
virtudes y de la perfección con que ha cumplido
su misión de esposa y de madre.
Por los frutos se c.ouoce el árbol, ha dicho Je­
sucristo, y por las dotes especiales con que mdistinguen los retoños que ha dejado en este mundo,
podemos valuar la bondad de la que les diera el
ser, y plasmara con el ejemplo de una vida inta­
chable a los que habían de sobrevivirle, en este
destierro, para tejerle con su conducta el mejor
elogio.
No creemos exagerar si afirmamos que Doña
Felisa ha sido cu vida la copia fiel del retrato que
de la mujer fuerte nos hace el rey Salomón. « Abre
su mano para socorrer al mendigo y extiende su
brazo para amparar al necesitado... La fortaleza
y el decoro son sus atavíos y estará alegre y risueña
en el último dia. Abre su boca con sabios discursos
y la ley de la boudad gobierna su lengua. Vela sobre
los procederes de la familia y no come ociosa el
pan. Levantáronse sus hijos y aclamáronla dicho­
sísima ».
Todo esto ha practicado nuestra querida extinta.
Y lo saben, y lo reconocen y no pueden menos de
lamentar su pérdida, todas las instituciones de
caridad de su Parroquia, en modo especial la Con­
gregación Salesiana de Buenos Aires, que siempre
la ha considerado como una segunda Mamá Mar­
garita.
Exponente elocuentísimo del aprecio que supo
conquistarse en vida esta mujer modelo de madres
cristianas, fué el gentío enorme que asistió a la misa
^de cuerpo presente.

Perteneciente a familia distinguida y privilegiada,,
ya que tres de sus miembros ostentan con orgullo
y dignidad la librea de Ministros dcl Señor, supo
en todo tiempo mo.strarse digno hijo de sus preclaros
progenitores. Celoso cooperador salesiano, difundió
el espíritu de nuestro Fundador siempre que se le
presentó ocasión, y era su anhelo que los hijos de
Don Bosco vinieran a esta ciudad de Pasto, para
lo cual había ofrendo su generoso concurso.
Toda la sociedad ha sentido la desaparición de
este celoso Sacerdote, concurriendo en masa a su
sepelio, que se verificó en la iglesia Parroquial de
San Agustín, donde tantos años ejerció ¿ cargo
de Cura de almas.
Mientras recomendamos a las oraciones de nuc.stros cooperadores el alma de tan preclaro sacerdote,
a quien sin duda el Altísimo habrá ya galardonado,
damos nuestro sentido pésame a toda la sociedad,
de Pasto, especialmente a sos dignos hermanos,
Pbros. Celso, sacerdote Oratoiiano, OtonieL y
Dr. Luís Felipe Vergara, Magistrado del honorabíe
Tribunal Superior de esta Capital.

José Cflpellín Figueras.
A la edad de i8 año» y confortado con los Santos
fiíicramcuto» murió en su finca de Cornellá de Llobreyat {Hurcelonu) el joven José Capellín Pigueras,
hijo del Cooperador Salesiano D. Miguel Capellín
Sarrnbusa, Inspector diplomado de Hacienda de
Harcelona y de Uña Rosario Figueras Siqués, cuyos
apenados padres y familia lo llorarán eternamente
Su vida filé ejemplar, habiendo practicado en la
casa misión de Hallólas los Rjercicios Espirituales.
Huia las diversiones del mundo y amaba en­
cerrarse en la vida de familia. Tras corta pero muy
penosa enfermedad, pronunciando hermosas jacu­
latorias y diciendo a sus padres no lo llorasen porque
iba al Cielo, expiró.
A sus familiares y desconsolados padres nuestro
más sentido pésame.
Una oración per su alma.

Doña Celia Hurel Vda de Hurel.
Eos Salesianos de Concepción y con ellos los
de todo Chile han honrado piadosamente, con
todas las opulencias del culto, a esta bencfectora in­
comparable de sus obras, paño de lágrimas cons­
tante pura sus angustias y dolores, que comprendió
como pocos, la trascendencia y valor de la bella
misión rcligiosQ-social de los Hijos de Don Bosco.
Ea señora Celia Hurel ocupará un lugar respetable
en la galería de los cooperadores y benefactores
de U obra salcsiana. Ninguna de las salas severas
de su casa, ninguno de sus patios amplísimos, ni un
solo rincón dcl templo de María Auxiliadora, dejarán
de recordar la munificencia extraordinaria y el
espíritu apostólico vivo, renovado siempre, de la
ilustre matrona que ofrendó mucho de su patri­
monio para las empresas de cultura, de preser­
vación y de piedad de los Salesianos de Concepción.
De no haber mediado el generoso impulso de la
cristianísima dama, la Casa de Don Hosco se habría
tenido que cerrar, tal vez en más de una ocasión,
porque es bien sabido que, aun en tiempos normales
de abundancia general, los snle.sianos de esta ciudad
han sufrido lo prueba del agua, del fuego y del pan.
Pidamos el descanso eterno para el alma buena
de la señora Celia Hurel, cuyo apostolado de cin­
cuenta años en Concepción, consoló dolores y
miserias y salvó de grave.s peligros a estableci­
mientos (le caridad cristiana, dignos del respeto
y admiración de toda la ciudad.

Recordad también en vuestros sufragios a:
KSfAÍÍ.i liincilona. — Pedro Sautaló — Dorotea
Nadal — Dolores ViUuclara — José RuU Pbro
.\ntunia Escudero — Trinidad Sastre — Car­
men Crehuet -- Antonio Trcsols — Petra Collado
vda. da Soler - • Ramón Cauct — Luisa Quintana
— Rosa Sunye — Dolores Martorell — Joaquín
Carreras — Antonio Solé — Eulalia Regordosa —
María Mercedes Blujot — Concepción Güell, Vda.
de Trias — Eugenio Bladó — María Cortés Muñoz
— Francisco de P. Espadaler — Teresa Campany,
\’da. de Serra — Dolores Bouet, ^‘da. de Beiict
•— Mercedes Compte — Paula Augé — Francisca
Gaza y Rivselló — Mcrcredes Feircr, \'da. de Pons-

Dolores Corp y Calderini — Melchor Canal y Soler
— Albina Raventós — María Luisa Casanovas —
Francisco Bach Portóla — José Sauret.
Colombia (Santander) Bucaramanga, — Ana Fran­
cisca N. Vda de Rueda — Ana Francisca Prada G.
C olombia (Santander) Girón. — Miguel Valdiineso
V. — Lino Domínguez C. — María del Carmen
Vda de Navarro — Julia Bernal de Ruíz.
Colombia (Santander) Rionegro. — Nicanora S.
Vda de Valenzucla.

J?. l. P.
UNA G A N G A MARAVILLOSA,
UTILISIMA. FÁCIL DE OBTENER
es la concesión espiritual ,que ha hecho la
Iglesia, a cuantos dan su nombre a la Pía

Obra de! Sgdo Corazón de Jesús de Roma.

Por la limosna insignificante de una peseta,
o cantidad equivalente, entregada ima sola vez,
puede cualquier persona tener derecho a la
participación en los frutos de seis misas dia­
rias, que se celebran ,y perpetuamente se ce­
lebrarán en la Basüica del Sgdo. Corazón de
Jesús de Roma, según las intenciones de los
oferentes o suscritores.
Las hmosnas recibidas por este conducto
destüianse, de modo exclusivo, a promover la
gloria de Dios y los intereses culturales de la
sociedad, acogiendo niños pobres y abando­
nados para educarlos cristianamente.
¿ Quién no contribuirá cou algimos céntimos,
que con tanta facilidad se gastan, a esta in^^tación paternal de Don Bosco, motivada por
ideales tan nobles y caritativos?
I Quién no siente la necesidad de asegurarse
la benevolencia divina en este mundo y en
el otro, metiiante la aplicación de los méritos
infinitos del Santo Sacrificio del altar?
¿ Quién no tiene almas queridas, ^ivas o
difuntas, a quienes obsequiar con tan esplén­
dido regalo espiritual?
No tardéis en pedir Hojas de suscripción.

R ector Mayor de los S alesianos - Cottolengo 32 - Turín (109 (Italia).
Las limos^ios pueden enviarse al miso Rector
Mayor o directamente a nuestra casa de Roma
- Ospizio Sacro Cuore - Via Marsala 42.

Coa aprobtdóm de U am loridtd ecie*/áaHeÉt,
Dircc<or-rc«pa«>ablc: D. G U ID O FAVINI
Ealablccioiiealo Trp. 4e la Sociedad Eililora laleraacioaal - ToH*
Corao R eíiaa .Hargherita. ITé.

Fecha
1933.03