BS_1933_02

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BS_1933_02
Descripción
Boletín Salesiano. Febrero 1933
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FEBRERO 1933

Año XLVIII

Numero 2.

BOLETÍN SALESIANO
REVISTA DE LAS OBRAS DE DON BOSCO

Verdadero concepío
de la cooperación salesiana.
( CoDÍiauocfóaJ,

El magno problema
de las vocaciones.
Los buscadores de oro. — Si los E stados
modernos cuidan tan to de m antener y au­
mentar sus reservas de oro, para el fomento
de su economía, la Iglesia de Jesucristo no
cuida menos de m antener y aum entar sus
vocaciones. E n tre estos dos afanes existe un
paralelismo hermoso.
E n tiem pos normales, — cuando no se co­
nocía el bacilo paradógico de la crisis, que
hace palidecer de anemia hasta los organis­
mos de sangre más rica, — tener un Estado
sus cajas repletas de oro significaba exube­
rancia de vida, rumbo, poderío, espíritu de
empresa. Carecer de él, era lo mismo que
hundirse en el descrédito, m orir de asfixia,
derrumbarse en la bancarrota.
Por esto alabam os tan to el patriotism o de
los buenos ciudadanos que, en momentos gra\’es y difíciles, se desprenden de sus halajas
y de sus monedas, para alim entar las reservas
auríferas de su patria.
E l oro de la Iglesia, beneméritos Coopera­
dores, son sus sacerdotes y sus religiosos y ,
cuando este oro abunda, los m ilagros que ella
produce son incontables.
En todas partes se eleva el tono de la espi­
ritualidad, en todas las alm as florecen las
rosas del amor fraterno y los lirios de la p u ­
reza y hasta el bienestar m aterial se ex ­
tiende y triunfa, porque libres los Estados

de las convulsiones epilépticas ocasionadas
por el chocar de los egoísmos sin le y y sin
freno, gozando de esa paz única que trae
siempre el robustecimiento de las responsabi­
lidades morales indi\'iduales y colectivas,
ven progresar, en auge continuo, sus In stitu­
ciones y sus negocios.
Vosotros, Cooperadores, sois ciudadanos
predilectos de dos patrias, y si amáis, hasta
el heroísmo, a vuestra p atria terrena que os
cubre con su bandera y os arrulló al nacer
con la canción m aterna de sus glorias, cuánto
m ás no deberéis am ar a la Santa Madre Iglesia
que os cría en su regazo para la felicidad
eterna y tiene extendido, sobre \aiestras a l­
mas, el pabellón celeste de un amor que es
infinito y de un poder que es la omnipotencia.
¿Podría alguna v e z el oro de la Iglesia
llegar a enrarecerse, hasta crear situaciones
de angustia? ¿Puede el tesoro de sus voca­
ciones hallarse en peligro? jQué duda cabe!
Incumbe, pues, al am or y a la solicitud de
sus hijos, no sólo evitar que esto suceda,
sino procurar que las reservas de ese m ate­
rial noble a que nce referimos sean, más
que-abundantes, sobreabundantes, para que,
hasta en la aldea más apartada del planeta,
haya manos consagradas para romper y dis­
tribuir el pan de las alm as que sienten hambre
de Dios.
E s éste, acaso, el sector más exquisito del
cam po de -vniestro celo, es el m s^ co Eldorado del mundo espiritual, no \^poroso e im a­
ginario com o a q u á en que soñaron siglos

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atrás los mercaderos buscadores de oro, sino
tangible y real, ofreciéndose con su tentadora
realidad, a todos los buscadores de vocacio­
nes que quieran hacerse ricos de méritos para
la otra vida, y enriquecer la sociedad en que
viven, dándole instrum entos — los únicos efi­
caces — de paz y de progreso.

El Beato Juan Bosco y las vocaciones.
— No acabaríamos si tuviésem os que referir
aquí los entusiasmos y sacrificios y santos
ardides empleados por el Beato Fundador en
este aspecto de su actividad, el menos bri­
llante a los ojos del mundo, pero sin duda el
más precioso y el m ás fecundo a los ojos de
Dios.
Fué la preocupación dom inante de toda su
vida. A cababa apenas de can tar misa, y
ya se imponía largas y penosas peregrina­
ciones por los pueblos, en busca de almas
llam adas por Dios al Santuario y urgía el
interés de los párrocos, manteniendo con ellos
asidua correspondencia. Cuando luego se esta­
bleció en Valdocco, uno de sus primeros cui­
dados fué designar y establecer casas a pro­
pósito para el cultivo de vocaciones; fundó
la Obra providencial de María Auxiliadora
para facilitar las de los adultos, y pública y
privadam ente, en el confesionario, en el púlpito y en las visitas a sus Colegios, veíase
arder en él la llam a de este noble apostolado.
Ganar una vocación y dejarla asegurada
era para él m otivo de fiesta y , antes que verla
malograda, hubiese sido capaz de cualquier
cosa, hasta de arrojarse al fuego.
«Acordémonos — decía — de que rega­
lamos a la Iglesia un gran tesoro cuando le
procuramos una buena vocación. N o im ­
porta que esta vocación sea para una dió­
cesis, o para las misiones, o para una casa
religiosa, es siempre un gran tesoro para la
Iglesia de Jesucristo... |Ah! si alguna vez os
faltaran medios para sacar a flote alguna v o ­
cación, no vaciléis en gastaros todo lo que
tenéis, si es necesario, salid a pedir li­
mosna y , si todo eso no basta, confiad en la
Virgen Sma. que, siempre y de cualquier
modo, aunque sea m ilagrosamente, acudirá
en vuestra ayuda ».
Oigi\mos lo que dice su biógrafo, Don
Juan B ta. Lem oyne: « £ n el Piam onte la
situación del clero era extraordinariam ente
crítica. E n casi todas las diócesis los Se­
minarios se w fa n desiertos ».
«E n 1852, año en que el joven Rúa vistió

el hábito clerical, contábanse en Turín, a
duras penas, 17 sem inaristas. E n el primer
año de Filosofía tu vo dos condiscípulos y
en el segundo uno sólo ».
«Para colm o de desdichas, había varias dió­
cesis huérfanas de P astor y eran raras las
que disponían de los medios necesarios para
educar gratuitam ente a muchos de los jó ­
venes que daban señales ciertas de vocación,
pero carecían de recursos ».
« Don Bosco, con su intuición adm irable,
desde que empezó a delinearse la nueva po­
lítica, había previsto los enormes claros que
se producirían en las filas del clero secular,
a tiem po que se desbandaría el regular,
afectado por leyes de supresión ».
«Querer entonces conjurar la crisis de vo ­
caciones parecía empresa superior a las fuer­
zas humanas y él, no obstante, sintiéndose
llam ado por Dios a remediar aquella nece­
sidad de la Iglesia, puso manos a la obra sin
vacilar lo m ás mínimo ».
¡Y con qué éxito! — decimos nosotros
— F u é tan to lo que profundizó en su em ­
peño, tan tas y tan extensas las conquistas de
su celo, que, en junio del año pasado, el Santo
Padre Pío X I , solemnemente, ante los dos
Seminarios Pontificios de Rom a, hubo de
llam ar a Don Bosco Gran cultivador de vo~
caciones sacerdotales, e invocó, con gran afecto,
su patrocinio sobre aquellos centenares de
clérigos que le escuchaban, afirmando que la
influencia de su obra viene sintiéndose todavía y hoy se siente más que nunca.

La queja de un Comisario Regio. —
M ientras los m inistros forjaban en el laicismo
los moldes de la N u eva Italia, lanzando a
toda furia leyes persecutorias contra el clero
y tratando, con procedim ientos coercitivos, de
iiacer irrespirable el aire de los conventos y
seminarios, Don Bosco m aniobraba en sen­
tido opuesto, y su m ovim iento era tan ace­
lerado que llegó a hacerse vertiginoso, hasta
tal punto que el Comisario Regio, Sr. Morena,
en reunión tenida con algunos dignatarios de
la corona, desahogó su am argada contrariedad
con estas palabras: « M ientras nosotros tra ta ­
mos de deshacem os de los frailes y dificultar
las vocaciones eclesiásticas, Don Bosco, con
tesón digno de m ejor causa, está fabricando
sacerdotes, a todo vapor y en nuestras pro­
pias barbas, soUo il naso ».
A aquel pobre político le sobraba razón y
bastarán algunos date» estadísticos para ha-

^
¡
l

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tando los medios necesarios para la formación
de sacerdotes, bien intensificando sus ora­
ciones para que el Dueño de la mies envíe
operarios a su mies ».
« Dios — sigue escribiendo el ilustre Pur­
purado — no ha dejado al hombre abando­
nado a sí mismo, a merced de las borrascas
de la vida, sino que lo defiende con su gracia
y lo tutela con su virtud, dándole al sacer­
dote, que es como una encam ación Suya,
para que le acompañe, en su peregrinación
por los senderos trabajosos de esta vida
m o r ta l».
«Los sacerdotes son, pues, indispensables
a la Iglesia para que ésta pueda cum plir, en
favor de las alm as, la divina misión que le ha
sido confiada por Jesu cristo ». « E lla, en
efecto, se sirve de sus sacerdotes para hacer­
nos herederos de Dios y coherederos de Cristo.
E lla nos los envía para que nos nutran con
su doctrina y nos distribuyan la gracia de
los Sacramentos. E lla les ordena que nos
muestren el camino del deber, que nos alien­
ten en las dificultades y nos coi^uelen en
los dolores. E lla les da facultades, recibidas
de Dios, para que bendigan a nuestras fa­
milias y dirijan la educación de nuestros
hijos. L a Iglesia se persomfica en sus sacer­
dotes para trasladarse a la cabecera de los
moribundos, mostrarles las divinas espe­
ranzas y confortarles en el trance final. Ella,
en fin, les transm ite su propia vo z para llorar
y rezar por nuestros difuntos ».
« E l sacerdote es una necesidad social de
Necesidad y uíilidad del Sacerdote. — primer orden, es la única garantía posible con­
A quella cam paña tan valientem ente empren­ tra el rebrotar agresivo de errores funestí­
simos que niegan, con gesto irreductible, los
dida por el Beato Juan Bosco ha continuado
y es necesario que continúe, con siempre re­ beneficios de la civilización cristiana ».
« E l sacerdote lleva en sus manos el tesoro
novada energía, por obra de sus H ijos y Coo­
de las ideas de ultra-tum ba, el sentimiento
peradores, porque causas adversas a las voca­
del deber y del amor de Dios, el tem or de
ciones, enfermedades consuntivas del espí­
las
sanciones futuras y eternas; es el desper­
ritu cristiano de nuestra época, que luego
estudiaremos, agrandan, día tras día, las ne­ tad or solícito de la conciencia, el contrapeso
de las tendencias instintivas, de los egoísmos
cesidades, hacen que la misión de la Iglesia
personales y de los goces terrenos. P or esto
se va y a haciendo difícil y penosa,
Cristo Nuestro Señor dijo a sus apóstoles:
« E l Santo Padre — escribía el Cardenal
Vosotros sois la sal de la tierra y la luz del
Pompili — se. halla vivam ente preocupado
mundo.
por el número exiguo de los que aspiran al
José de Maistre, glosando estas divinas pa­
sacerdocio... Todo el mimdo pide sacerdotes
santos que tengan, adem ás, buena prepara­ labras, decía; « E l sacerdocio debe ser la preo­
cupación suprema de las sociedades que tie­
ción científica; los piden para los pueblos, los
nen ansias de regeneración *.
piden para el ministerio parroquial, los piden
G uizot escribía: « S i la Iglesia no hubiese
para atender a m il obras de celo, Y son los
existido, el mundo habría quedado a merced
fieles quienes deben proporcionarlos, bien do­
nando al Señor sus propios hijos, bien facili­ de la fuerza bruta * E l Santo Cura de Ars

ceraos adm irar la labor gigantesca que en
pocos años desarrolló el B eato y los inesti­
mables servicios prestados por él a la
Iglesia.
E n 1865 el Seminario M ayor de Turín con­
taba con 46 estu d ian tes,d élo s cuales 38 pro­
cedían del Oratorio; en 1873 tenía 150, y 120
se los había dado D on Bosco.
De todos los párrocos que entonces ejercían
cura de almas en la gran arquidiócesis, las tres
cuartas partes procedían de las aulas salesianas; en la diócesis de A sti los dos tercios, y
en la de Casale com probaron Mons. Cagliero y
Moüs. Ferré, en im a de sus visitas, que de
40 párrocos, todos menos dos eran exalum ­
nos de Don Bosco.
E n Liguria los sacerdotes educados y pre­
parados por él llegaban a 300. E n R om a seis
obispos y varios dignatarios de la Iglesia ha­
bían pasado la infancia a su lado. Cuenta el
citado biógrafo que, departiendo un día el
buen Padre con algunos de sus hijos, en 1883,
le oyó exclam ar: < ¡E sto y satisfecho! H e dis­
puesto que se haga una estadística exacta,
y resulta que han salido • y a de nuestras
casas más de 2.000 sacerdotes, esparcidos por
diversas diócesis ».
Añadam os nosotros que todavía, en los
cinco años que mediaron hasta su muerte,
salieron otros 500, sin incluir los centenares
de salesianos y otros muchos religiosos que
fueron a aum entar los m ateriales áureos de
la Santa Iglesia.

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exclam aba: «D ejad una parroquia, veinte
años, sin sacerdote y allí se dará culto a las
bestias ».
C e lo de los relig io so s. — L o que deci­
mos de los sacerdotes debe entenderse, como
es natural, de los religiosos.
E stas Fam ilias generosas de obreros evan­
gélicos que, de un modo más estrecho pro­
curan servir a Dios y ensanchar los dominios
de su amor y de su gloria, en otro tiempo
vivían casi todas retiradas de la sociedad,
absortas en la oración y en la penitencia, allá
en los desiertos hórridos y en los cenobios
solitarios.
H oy todo el mundo sabe que esto ha v a ­
riado.
Obedientes los Religiosos a los deseos de
la Iglesia, que retoca o modifica su táctica,
según el modificarse de los tiempos, han de­
jado el retiro de sus celdas y han corrido a
alinearse al lado del clero secular, salido tam ­
bién él de las sacristías — atento al santo y
seña de León X I I I — para formar un frente
único contra las herejías modernas, que no
dan la cara como las antiguas, que no discu­
ten académ icamente o niegan dogmas con­
cretos y determinados, sino que se infiltran
como gases invisibles y mortíferos, invadién­
dolo y penetrándolo todo, hasta calar las cé­
lulas más íntimas y delicadas del organismo
social.
Sacerdotes y religiosos ven h oy de un modo
palpable que, para ser de verdad sal de la
tierra y luz del mundo, como quiere el Maes­

tro D ivino, es necesario entr •r :: • odas partes
e influir en las más secretas esti ucturas hu­
manas; saberse diluir bien como la sal, si de
veras quieren ser eficaces contra la corrup­
ción; saberse derramar como la luz en el
aire, si quieren, a sem ejanza de ella, destruir
los microbios del mal y como ella también
calentar, fecundar y vigorizar.
N adie dirá que no hagan hoy todo esto los re­
ligiosos, y bien patente está, a los ojos de todos,
su intervención benéfica y adm irable en las
múltiples modalidades y exigencias de la vida
moderna. Si en alguna parte o en alguna oca­
sión su influjo no es todo lo decisivo que la
im paciencia o la miopía espiritual a veces
insinuán, es porque no h a y que olvidar que,
mientras los microorganismos del bien se m ul­
tiplican por millones, los del m al se m ultiplican
por millares de millones; es porque no siempre
los sacerdotes y religiosos encuentran en los
católicos los apoyos necesarios; es porque las
masas adictas a la Iglesia no siempre oyen
las voces de mando y , o no aciertan a m a­
niobrar, o son tardas en la maniobra.
Todo esto, aun prescindiendo de la im pla­
cable hostilidad de las fuerzas del infierno
en los medios mundanos y en la política de
m uchos gobiernos, esteriliza esfuerzos, des­
hace combinaciones, pone frenos a las obras
de apostolado y debe abrir los ojos del
Cooperador Salesiano llevándole a un examen
serio de su conducta pasada, para ver si h ay
en ella indicios de responsabilidad, a causa de
tibiezas y negligencias culpables.
{Continuará).

NO OLVIDEIS
LAS

SEIS MISAS DIARIAS PERPETUAS
VÉANSE LOS BOLETINES
DEL ANO 1Q32
MAYO - JUNIO - JULIO

m

LA

MISA
DEL

DE

ORO

PADRE

GAMBA
Don José Gamba es
una de las figuras salesianas más destacadas
de la América del Sur.
Ix> que el inolvidable
y santo P. Vespignani
(q. e. p. d.) representó
en la República Argen­
tina. lo representa hoy
el P. Gamba en la Repú­
blica Oriental del Uruguay. Son dos salesianos
gemelos; dos personalidades simétricas; dos
fuerzas de apostolado paralelas, con un balance
muy parecido de campañas y de triunfos, con
una zona de influencia afectiva de extensión e
intensidad casi idénticas. Son dos figuras de
dibujo y de colorido tan uniformes que podrían
ser encuadradas dentro de un mismo marco.
El P. Gamba nació en el riñón del Piamonte.
Su pueblo, Butigliera, se halla tan próximo a
l/os Becchis, cuna del Beato Juan Bosco, que
.su alta y esbelta torre puede conversar con los
heroicos edificios esqueléticos erguidos en la co­
lina, donde se escribió la primera página de la
epopeya salesiana.
Su pjadre era mi honrado y robusto campesino
que perteneció, cuando niño, al corro de aquellos
rapacejos que corrían detrás del joven Bosco,
atraídos y embobados por sus habilidades de
volatinero. Su madre — según afirma el P. Mon­
tero Brown — era oriunda de aquel mismo lugar
de Ix» Becchis y había salido de la misma can­
tera que produjo aquel protligio de mujer conociíla con el nombre de Mamá Margarita. Su
gran preocu])ación fué educar cristianamente a
Mt I’inot (Pepito en piamontés) infiltrando en ,su
alma buenas costumbres y el santo temor de Dios.
Iai demás lo liizo ha gracia, y el joven Gamba,
salcsiano y sacerdote, formado por Don Bosco
y .'cgim el corazón de Don Bosco, fué al Uru­
guay, cuando todavía aquella República, tierna
y -imorfa, se estaba cuajando en sus aguas de
cristalización; recibió allí sus credenciales de su­
perior salesiano de manos de nuestro gran obispo
Mons. I^asagna, y empezó, con irresistible emP'-.i'* y sin igual prudencia, sus campañas de
"rcanizador y de conquistador.
U-'.s resultados de su obra de más de dos lustr- - .illí están. Fundaciones suyas son: la Misión
del Cliaco Paraguayo, la Residencia de Fuerte
Olimpo, el Colegio de San José y Parroquia de
t ‘ :'A‘cpción del Paraguay, el Colegio Mons. I^a-

sagna de Asimción, las Escuelas Profesionales
de Bagé, la Escuela de Río Grande. la Escuela
Agrícola del Manga, el Colegio San Francisco
de Sales (Maturana), el Colegio San Miguel
(Villa Muñoz), el Colegio de la Divina P resi­
dencia (La Teja), el Colegio de Ntra. Sra. del
Carmen (Salto), el Escolasticado del Manga,
primera fimdación de su género establecida por
la Congregación Salesiana en América, a la que
concurrieron seminaristas de Paraguay, Brasil,
Perú, BoH\ia y Clúle, además de los uruguayos.
E l P. Gamba ha sido, dentro de la Congre­
gación Salesiana, uno de los más beneméritos
fomiadores de sacerdotes.
Durante su larga actuación inspectorial, fue­
ron ordenados 113 sacerdotes uruguayos, den­
tro de la Sociedad Salesiana, y la sa\ia que él
supo inyectar en aquel tronco joven, con­
fiado a sus solititudes, fué tan abundante y prolífica, que la Inspectoría del P. Gamba pudo,
con la exuberancia de su vida, alimentar otras
varias Ins])ectorías, llegó a ser algo así como
una escuela de Directores, pues que de ella
salieron muchos de los que ahora ejercen este
cargo fuera del Uruguay, amén de varios Obis­
pos e Lispectores.
Exonerado, actualmente, el P. Gamba por
los Superiores de sus responsabilidades, que pe­
saban ya de uH modo cruel sobre su naturaleza
enferma, ve deslizarse plácidamente los últi­
mos años de su cándida ancianidad, en la ciudad
de Salto, al lado de su entrañable amigo el
obispo diccesano Mons. Camacho.
Allí el frío de la vejez, que no perdona ni
siquiera a los que prodigaron su calor juvenil
en promover empresas santas, se habrá de sen­
tir templado por el amor de sus hijos salesianos
V por la continua primavera salteña, perfu­
mada por los azahares de sus naranjales y en\-uelta en el rumor de cascada de su río Uruguay ,
que baja caldeado por el sol de los trópicos.
A llí fueron a buscarle sus admiradores, en mag-

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iiífica caravana, para llevarle los homenajes de
tüfla la República.
Dejemos que nos lo refiera el cronista que
nos envía la referencia de aquellos actos que,
lK>r impedirlo la bajante del río, tuvieron que
ser celebrados en la ciudad también ribereña
de Paysandú, tierra de la más noble estirpe salesiana:
t Un acontecimiento que repercutió en toda
la sociedad, no sólo de Paysandú sino de casi
toda la República, fué la celebración de los cin­
cuenta años de Misa del Patriarca de los sale.sianos en el Uruguay, el Rdo. P. José Gamba.
Retirado, por causa de sus años y de sus acha­
ques, en la casa salesiana del Salto, parecía
que la gran fecha había de pasar casi inobser­
vada; pero los numerosos exalumnos de la ca]>ital que conservan en su corazón el fuego de
cariño que les infundió la educación salesiana,
recordaron que en la lejana ciudad litoral vivía
uno de los primeros salesianos que pisaron el
suelo uruguayo, enviados por el mismo Beato
Fundador, y que había recogido la herencia de
trabajo del malogrado Mons. Luís Lasagna.
Y como un solo hombre, resolvieron trasladarse
allá a festejar al anciano Padre. Y fletaron im
barco, el niejor barco de la Compañía Nacional
de Navegación, que surca el paterno Rio; y más
de quinientos exalumnos, de todas edades y con­
diciones, corrieron con alegría infantil a la fiesta
familiar.
La Providencia dispuso que la bajante del
río fuera obstáculo para que las fiestas pro­
yectadas se realizaran en el Salto, y ima parte
principal de ellas tuvo lungar en Paysandú, la
ciudad salesiana que ha dado y a a la Congre­
gación más de cuarenta sacerdotes, cosa de la
c|ue no puede gloriarse tal vez ninguna otra
cixidad de América. Los quinientos exaluniuos
se trasladaron pues en tren a Salto, y nos
trajeron al P. Gamba.

E l martes 20 de setiembre, a las 8, celebró su
Misa de oro en el majestuoso templo parroquial.
Este presentaba un aspecto imponente: la nave
central repleta de hombres; las laterales de se­
ñoras, señoritas y niños. E l P. Gamba, a quien
liacía de Presbítero Asistente, el Rdo. Sr. Dr.
Alfredo Viola, Fiscal de la Diócesis, y también
él exalumno salesiano, comenzó el Santo Sacri­
ficio rodeado de numeroso clero, en el cual se
destacaban el Abad Mitrado Mons. Shalita, los
canónigos de la Catedral de Montevideo, Pbros.
Augxisto R ey y Carlos Bianchetti, el P. José de
Montevideo, Capuchino, los Pbros del clero se­
cular; David Giordano, Atilio Nicoli, Santos
Alfaro y Guillermo Yem i, los PP. Salesianos:
Santiago Giovannini, Luis H. Salaberry, Ja­
cinto Avellá, Antonio Pedret, Femando Fagalde, José Garzetti, Carlos Charles, Sebastián
Barrete, José M. Oberti, José R. Porto, Miguel
de Lázzari, Basilio Gil, Luís Cetrini y Pedro
Blanc, venidos todos ellos con los excursionistas.
Estaban además los salesianos de Salto y de
Paysandú.
E l exquisito gusto con que estaba adornado
el templo, la espléndida iluminación, los so­
lemnes e imponentes acordes del órgano, la
escogida música religiosa, ejecutada por ave­
zados artistas de la voz, daban mayor solemni­
dad a la ceremonia.
A l evangelio ocupó el pulpito el P. Luís H. Sallaberry, y habló con elocuencia y unción reli­
giosa y filial, del acto que se celebraba. La Co­
munión, por imposibilidad del P. Gamba, la
distribuyó el Rdo. P. Pablo Peruzzo, Inspector
del Uruguay y Paraguay, ayudado por otros
sacerdotes, pues fueron numerosísimos los que
se ^cercaron a la Sagrada Mesa, sobre todo de
entre los peregrinos.
Terminada la Misa, se cantó un solemne Te
Dexim, oficiando el citado P. Peruzzo, y se con­
cluyó con la Bendición con S. D. M.

Loft Exalumnus de M ontevideo en PayMndú obsequiando al P . Gam ba.

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I<a parte profana, si así podemos llamarla,
ya que estuvo toda ella saturada de afecto y
filial cariño, estuvo constituida por la comida
y la cena en el Colegio de Ntra. Sra. del Rosario,
la espléndida velada en el principal teatro de
la ciudad, el «Florencio Sáncliez * y las mil
demostraciones que recibió durante el día el
querido-P. Gamba. Se puede decir que todo
Pa3^andú vivió un día de suaves emociones, por
la gran afluencia de visitantes que dió im aspecto
de animación inusitada a la ciudad.
Al retirarse los peregrinos al vapor, después
de la cena, a las lo de la noche, lo hicieron en

manifestación hasta el monumento de Artigas,
donde dirigió su cálida palabra el Dr. Eustaqmo
Tomé. E l numeroso publico que acompañó a
los excursionistas ocupó el muelle hasta la me­
dianoche, hora en que el vapor soltó las ama­
rras. Varios oradores saludaron al público con
elocuentes palabras, desde la cubierta y un
inolvidable adiós, saturado de sinipatía, acx'nnpañó a los peregrinos que se alejaban, llevando
en su compañía al P. Gamba, a <iuien reclama­
ban también los salesianos y exalumnos de la
capital ».

Los VeieraDos de Don Bosco presididos por el P . Serié.

Una agradable visita de los
El domingo 6 de noviembre acudieron a la
Casa-Madre, invitados por los Superiores, im
buen número de supeiri\ientes de la ya redu­
cida legión de Exalumnos, educados personal­
mente por Don Bosco. Entre ellos hemos tenido
el gusto de saludar al Sr. Juan Roda, de 91
añas, que figura en imo de nuestros grabados,
y tiene la honra de que Mamá Margarita le
cortara el cabello, para arreglar con la tijera
un pesado bromazo de que le hizo objeto imo
de aquellos golñUos, condiscípulo suyo.
He aquí como refiere las impresiones de esta
agradable visita uno de los expedicionarios, el
Profesor Oppezzo;
«El Maestro llamaba y era necesario obede­
cer, como obedecíamos a Don Bosco, cuando
éramos niños.
Nos dimos cita en el Oratorio y allí nos reu­
nimos el día 6 de nosiembre. ¿Cuántos? Y o no
los conté, pero pasábamos seguramente de cuarcnta y, juntadas nuestras edades, que o sa ­
laban entre los 63 y los 91 años, hacíamos la
bonita suma de 28 siglos de vida.
A las 8.30 precisas, enaiadrados casi mili­

biríchini

de Don Bosco.

tarmente por el fervoroso y dinámico Don
Favese, y llevando a la cabeza la bandera de la
Unión de Exalumnos, hicimos nuestra entrada
en el templo de María Auxiliadora para oir la
santa Misa.
¡Dios míol jcuántos recuerdos hicieron allí
latir mi corazóul Heme otra vez en la Basí­
lica iqué diferente de aquella de 1879I En­
tonces las paredes hallábmise poco menos que
desnudas. Don Bosco nos decía que para rezar
ya teníamos bastante, que estaba casi todo por
pagar y que María Auxiliadora haría lo que
faltaba.
¡Y vaya si lo ha hecho, y de qué manera I
Estucos y oros en profusión, cuadros, para­
mentos, o)lgaduras y sobre todo austeridad,
misticismo, que invitan al recogimiento y abren
instintivamente los labios a la oración, la misma
oración que Don Bosco nos había enseñado y
que aún me parecía oírle repetir desde su urna de
oro, rodeada de la gloria de los Santos y de mil
Uamecitas oscilantes, que la fe de los que su­
fren y le invocan tiene perpetuamente encaididas.

40
Heme otra vez debajo de la gran cilpiüa, a
cuyos aéreos anlei>echos subíamos, cuando ni­
ños, en número de más de 400, para cantar,
bajo la dirección del Cardenal Cagliero, la
«Misa de Santa Cecilia > el • Sancta María succurre míserls » el «Saepe dum Christi » etc.,
mientras, desde el altar de San José, subían
hasta nosotros como voces de huracán, las respuestius del coro de bajos, y, desde el fondo del
coro, los agudos triunfales de los tenores lanzá­
banse a la conquista del templo, acompañados
al órgano por el severo Mtro. Dogliani, ahora
viejecito como nosotros. Kra aquél el grito
maguíficü del reconocimiento de Don Bosco.

El S r . Juan Roda de 91 años, en medio de ios que
le siguen en ancianidad.

el himno que entonaba él a «su » \'irgen, ixjr
la protección manifiesta dispensada a sus Obras.
Por los ámbitos del espacioso templo, un eco
misterioso nos repetía al oído aquellos cantos...
los conocí en segixida, eran los 1 a solo » de nues­
tro Tamagno de entonces, el malogrado Don
Dazzero y de nuestro compañero Caix'lli, cuva
voz semejaba la de k)s ángeles y subía, subía,
más arriba de la gran cúpula, flechada hacia el
cielo para narrar allí los e.stuix'iidos milagnxs
que, por nierlio de Don Bosco, se realizabiin en
la tierra.
¡Me parc'ce ayer cuando hnllábiune yo en
aquellos bancos, con el «Joven instruido»abierto,
haciendo el Ejercicio de la Buena Muerte!...
más... ¡jKxbre imaginación mía! la misa luí tenniumio y yo casi no me he dado cuenta. [Perdouadnie. Señi>r! ni siquiera he puesto atención a
lo'que mvs ha dicho, desde el púlpito, el docto
dominico Pailre Giuliani, exalunmo como no­
sotros.
Salimos del sagrado recinto, siempre aliiieailivs como una noble milicia ile veteranos v, ul
son de la música liel Orat^)rio que fuem nos
aguanUdui, mvs dirigimos al monumento de Don

Bosco que se yergue al pie de las ventanas de
las que fueron sus habitaciones, desde donde el
Beato nos saludaba y echaba uvas de la parra,
cuando ya los achaques le impedían bajar.
Allí la oratoria, a alta presión, del fulmí­
neo Don Pavese nos caldeó de tal manera,
que nuestros más dulces recuerdos se derretían
y en todos los ojos se veían lágrimas.
Y volvimos a ser niños, por unos üistantes.
En el comedor de los Suixeriores nos esperaba
un ex(juisito café con leche, amenizado con
abundantes dulce.s, y afablemente acompañados
por Don Serié, Don Panciaticlii y otros Supe­
riores, en medio de la más franca camaradería,
despachanios aquel desayuno.
Apenas el fotógrafo hubo fijado en la placa
nuestros rostros, todavía pasables y no tan
estropeados como podría suponerse, un orgu­
lloso y encharolado autobús que en la calle
nos esperaba, cargó con nosotros y nos llevó
a Valsálice.
Con nostálgicas remembranzas volvimos a
pisar de nuevo el señoril Colegio, hoy transfor­
mado por completo, donde antaño se* forjaban
los misioneros salesianos y ahora se entrenan
los jóvenes liceístas.
Valsálice era la m eta suspirada de nuestros
paseos «largos ».
Una breve meditación en la que fué, durante
41 años, tumba de Don Bosco y ahora es una
capilla coquetona incrustada de ricos y bri­
llantes mosaicos, una oración sobre los sarcó­
fagos de Don Rúa y de Don Albera, un vennut
en el refectorio, con unas palabras sugestivas
del venerado Don Serié, y otra vez al Oratorio
a hacerle los honores al almuerzo.
Este fué servido con rumbo, con amor, se­
ñorilmente, no ya en los sótanos aquellos donde
comíamos cuando niños, sino en un amplio y
soleado solón, cuyo testero presidía la figura
dulce y paterna de Don Bosco.
Hubo brindis a los postres, y en todos abimdoron las más suaves evocaciones, en todos el
tema dominante fué el santo, el dulce, el inol^•idabIe recuenlo de nuestro Gran Maestro.
A l despedimos hicimos promesa de repetir la
visita.

B O LETÍN S A L E S IA N O
S e envía
a cu a n tos d esea n le erlo .
Basta expresarlo y remitir, con toda claridad, las
señas personales a: Reclor .Mayor de ia Pía So­

ciedad Salesiana - Cotiokngo 32. Tuna (lía/ia}.

41

— ^

La nueva Pr ef ect ur a A p o stó lica del A lto O rin o co
ha sido confiada a los Salesianos.
E l P . E n r iq u e d e F e rr a r i
e s n om brad o P r e fe c t o A p o s tó lic o .
Cbmunicamos a nuestros lectores esta grata
noticia, tal como la hemos visto insertada en
¡.a Religión, diario de Caracas:
Muy acertada— d ice— ha sido esta elección,
pues este benemérito hijo de Don Bosco es un
infatigable y celosísimo sacerdote, que no ha
rehuido sacrificio cuando se ha tratado de la
gloria de Dios y del bien de nuestra Patria. Testi­
monio de esto son sus 37 años pasados entre no­
sotros, fundando colegios, estableciendo novicia­
dos, predicando misiones, y como haber de mayor

nos holgamos, y de todo corazón felicilanias a
la Congregación Salesiana, tan digna «leí res­
peto y aprecio de todos. Y muy csiX-Kíiahneute
al Reverendísimo Señor Enrique do Ferrari,
deseamos muchos añas de labor entre nuestros
lejanos aborígenes, seguros de la gratitud de esta
Patria a la cual ama cual la suya jiropia.

Los socios de la Pía Unión, rezando todos los
dios un Padrenuestro, Avemaria y Gloria por la
intención del Sumo Pontífice, con la invocación:
vSancte Francisce Salesi, ora pro nobis, y reci­
biendo los santos Sacramentos de la Confesión y
Comunión, pueden ganar:

Indulgencia Plenaria.
t) Un día de cada mes, a su elección.
2) E l día en que hagan el piadoso Ejercicio
mensual de la Buena Muerte.
3) E l día en que asistan a la Conferencia
mensual Salesiana.

Mons. De Ferrari.

cuantía, ^isitando, en medio de fatigas inena­
rrables, las regiones del Alto Orinoco, haciendo
obra de verdadera civilización.
El Padre de Ferrari nació en Novara (Italia)
el año 1875. Muy joven ingresó en la Congre­
gación Salesiana haciendo brillantes y m uy com­
pletos estudios en Turín. El.año de 1895, llegó
con todos los bríos y entusiasmos de sus veinte
anos — los mismos de sus cincuentisiete — a
Venezuela; poco tiempo después fué consejero
de estudios del Colegio Don Bosco, durando en
el cargo diez y ocho años y más tarde fué Direc­
tor del mismo Colegio durante doce; de ahí pasó
a ocupar el delicado y difícil cargo de Inspector
Ceneral de todas las Casas Salesianas en Vene­
zuela, cargo en el cual le sorprende la alta dig­
nidad a que lo llama la Iglesia, p»ara que ten­
gan mayor realce sus prendas de sacerdote sabio
y abnegado.
Por tan fausto m otivo, que ^*iene a dar nuevo
impulso a la obra civilizadora en nuestra patria
y a traer nuevos hijos a la Iglesia, grandemente

y en cada uno de ¡os siguientes dias:
F ebrf .ro 2 Purificación de la Vigen.
22 Cátedra de San Pedro en Antioquía.
M.vRZO

ly Fiesta de San José.
25 Anunciación de la Sma. Virgen.

Por concesión especialisima de S. S. Pió X I ,
hecha al Rector Mayor de la Pia Sociedad, D. Fe­
lipe Rinaldi (6 de Junio de 19^2) todos los Sa­
lesianos y Hijas de María A uxiliadora, con sus
respectivos cooperadores, alumnos y ex-alumnos,
pueden ganar:
1) Una Indulgencia Plenaria cada dia, sólo
con decir cualquier devota invocacíOT, por corta
que sea, en medio de sus ocupaciones habitoiales.
2) 400 días, cada vez que repitan el mismo
acto.
Para lucrar estas Indulgencias llamadas « del
Trabajo > y aplicables a las almas del Purga­
torio, únicamente se exige el estado de gracia.

DE ESPAÑA
E S P A Ñ A - M ad rid . —

Un O ratorio festivo

rebosante de vida.

Es tm fenómeno curioso. Cuanto más arre­
cian en España los vie7ttos de la furia laicista,
más empeño pone el pxteblo en demostrar que
quiere, como lema de su vivir doméstico, el santo
temor de Dios.
Los Colegios religiosos, ameiiazados de pará­
lisis fulmina^ite, sienten ahora como nunca
.sobre su corazón, la angustia de miles y miles
de familias que a todo trance quieren vivir y
morir, abrazadas a la bandera de sus creencias,
V yo no saben cómo arreglárselas para sujetar
las oleadas de pequeños escolares que acuden
a llenar sus locales.
De uiia correspondencia del Sr. Director de
nuestras Escuelas de Madrid entresacamos las
siguientes noticias:
líl día 8 de septiembre se abrió la matrícula;
desíle las primeras horas de la mañana se vieron

V AMERICA
los patios invadidos por las mamás, temerosas
de que sus pequeñitos se quedasen sin Escuela.
jSi viérais con qué cuidado traían guardada
en su bolsillo, como billete de banco, la cartilla
reveladora de la puntualidad y comportamiento
del niño!
Pasaban niños, crecían las listas, y a los
tres días quedaba llena y abarrotada la matrí­
cula, y en los patios esperando muchas madres
con muchos niños. ¿Qué hacer? ¿Decirles que
no hay más plazas ?
Ese fué m i primer pensamiento. ¡Salí! Se
acercaron todas temerosas de oir la palabra
fatal: No hay sitio.
— Sr. Director — dice una — que tengo
seis hijos y mi marido lleva 8 meses de más.
— Sr. Director, que este m i hijo lleva vi­
niendo tres años al Oratorio y tiene la cartilla
llena de sellos.
— Sr. Director, que...
— Sr. Director, mire...
Me recordé del Señor cuando al contemplai

Grupo de OraiorisBos ea VillavtctOía de Odón.

43
las multitudes, también como éstas, pobres, que
le seguían hambrientas, exclamó: ¡Miséreor su~
per turbas!: (Tengo compasión de estas gentes!;
e hizo el milagro de la multiplicación de los
panes.
Confiado en la palabra de Cristo, t Buscad
primero el reino de Dios y su justicia y todo
lo demás se os dará por añadidura» dije a
aquellas madres: No tengo maestros, ni dinero
con que pagarlos, pero confiado en Dios que

— ¿Sabes leer?
— ¡Tampoco!
— ¿Pero ni siquiera estas letras gordas?
— Nada.
— Señora, no puede entrar. Es necesario que
al menos conozca las letras.
La pobre mujer calla, sus ojos se llenan de lá­
grimas que ruedan por sus mejillas, acentuando
en su rostro la expresión dolorosa.
— Mire — le digo — qvie vaya un par de

En “Los ftieie picoft” del Guadarrama.

no nos abandonará y en la generosidad de las
almas buenas, vamos a poner este año dos
liases más.
Continúa la matricula. E l júbilo de aquellas
madres y de sus pequeñuelos no se puede des­
cribir.
Pero ¡ay! también esas dos clases se han lle­
nado, y las peticiones no acaban.
E sc e n .^ co n m o ved o ra . — Se presenta una
madre con su pequeño de la mano.
Le» trabajos y privaciones han envejecido
aquel rostro antes de tiempo, le han surcado
de arrugas, le Han rodeado de cabellos blancos y
le han dado expresirá de honda tristeza.
E l niño trae todos sus sellos: está pues en
regla, pero es necesario que sepa un poco leer
y escribir.
- ¿Cuántos años tienes?
- Doce — contesta el niño.
• ¿Sabes multiiúicar?
- ¡No, señor!

meses a una escuela particular, aprende las
letras y para Na^ida^i le recibimos.
L a madre rompe el silencio y me dice:
— No puedo: tengo seis liijos, mí marido
lleva i8 meses de más y yo, para poder darle.s
pan, he tenido que ponerme a vender papeles
(periódicos).
— Pues en casa, alguno de los de casa; le
compra Vd. una cartilla, le enseñan las letras
y después riene.
— E s que en casa ninguno sabemos leer.
Lloraba la madre, y lloraba el niño. Y yo les
dije: que venga el muchacho, aprenderá a leer.
Si no temiera cansaros, ícuántas escenas como
ésta pudiera contar!
En fin que las clases están llenas, y que
todos k» días se presentan nue\'as peticiones
con la consabida muletilla: ¡por uno más! y
son den, dos dentos los que me dicen lo mismo.
Este año la matrícula ha llegado a la hermosa
d irá de 1854, con una asistoiría media de
850 a 900 cada domingo.

44
T^istrjbufflos en 20 secciones, escuchan todas
las lardes la explicación del Catecismo.
Si yo os contara los mil variados episodios v
anéc{lotas hermosísimas que cada día presen­
ciamos, veríais como la palabra de Dios obra
en estos niños verdaderos prodigios.
Son los pllletes de Davapiós, Delicias, Atocha
y sus alrededores que, transfonnados por el
esi)íritu de D. Bosco, se convierten en otros
tantos niños sanos de mente y corazón, alegres
y juguetones, que oyen piadosamente la santa
Misa, rezan con devoción sus oraciones, fre(’ucntan los Sacramentos y durante el año
se han preparado 140 a la primera Comunión.
l/A.s V''acacioniís. — Cuando se las recorda­
ban a nuestro Bto. Padre, contestaba: «Las
tomareJiios en el cie lo ». Inspirados en esta
máxima y estimulados por la necesidad de
catecismo que tienen todos los niños de estas
barriadas, hemos tenido Oratorio diario.
Todas las tardes se abría el Colegio. A cente­
nares entraban los niños en nuestros patios,
y después de jugar un rato, distribuidos en
secciones, iban al Catecismo.
¡Si hubiérais \'isto con qué atención escucha­
ban los hermosos ejemplos de la vida de nuestro
Señor Jesticristo!
E l anzuelo . L as E xcursiones . — Difícil
es pescar peces sin cebo, y no es más fácil atraer
los niños al Catecismo sin el aliciente de alguna
recompensa.

Por eso a más de los juegos, partidos de football, ejercicios de gimnasia, cine, etc., se les
ofreció un dia de campo cada semana, el jueves,
a los que asistieran todos los días. Esto despertó
un entusiasmo indescriptible; los niños eran
puntuales y la primera semana llevamos al
Pardo 500 excursionistas.
A é-sta sucedieron las demás, sin faltar una
semana; se han recorrido todos los alrededores
de Madrid, y hasta algunos más felices y dicho­
sos fueron a la sierra. Vetlles subidos en mío
de los siete picos... fué mi día verdaderamente
feliz, y estos pobres niños que por primera vez
veían y gozaban la sierra, disfrutaron cuanto
no podemos imaginar...
Ix>s padres y madres venían* a despedirlos
por la mañana, y juntos oían la santa Misa,
y a esperarlos por la tarde rezando a los pies
de María Auxiliadora la Salve de acción de
gracias; después, al despedirse de nosotros, con
lágrimas en los ojos besaban nuestras manos
y repetían; «¡Qué Dios les pague el bien que
hacen a nuestros hijos...!». He aqm' algo del
fruto de vuestra caridad, amados bienhechores.
jSi tuviéramos más medios, cuánto se podrí.n
hacer!
¡Importantísimo ! — Fruto del Oratorio diario
ha sido el estudio del Catecismo, y se ha proyec­
tado un certamen para el día 23 de octubre,
con premios en metálico, desde 100 a 15 pesetas,
a los diez vencedores.
Es de ver el afán con que algunos niños.

Eo ••puenfria” listos para el refireso.

45
hijos de obreros que hace varios meses están
sin trabajo, estudian el catecismo para poder
ofrecer a sus padres esas u o pesetas.
Que Dios tenga piedad de tatos angelitos e
ilumine a los que, cegados por la venda del
sectarismo tratan de arrebatárselos al Co­
razón Divino de Jesús, único imán capaz
de atraerlos a la bondad y al bien y prepararlos
para construir sociedades fuertes que, sin des­
mayos ni claudicaciones, rindan culto a la
austeridad del deber cristiano.

mentos y comenzó el Santo Sacrificio de la Misa.
E l clero interno y externo le formaba corona y
dos sacerdotes revestidos de sobrepelliz ayu­
daban a Monseñor.
Los niños rezaron devotamente sus oraciones
y al momento de la Comunión resonaron otra
vez en la Capilla potentes, clamorosas, las voces
juveniles, cantando motetes eucarísticos y envolviéirdonos a todos en un ambiente de piedad
y de fervor.
Monseñor Bars repartió, conmovido, el Pan

Mons. Bars en Montilla.
E S P A Ñ A (C ó rd o b a ) - M o n íilla . —

La visita

de M ón señ or B ars.

En la mañanita del lo de noviembre sin
pompa ni aparato, sin ruido ni ostentación al­
guna, sin clamorosos anuncios de prensa, en un
humilde ta x i de pxmto, llegó a nuestra casa el
Excmo. Sr. D. Manuel Bars, Administrador
Apostólico de la misión salesiana de Krishnagar
(India).
Venía de Córdoba y acompañaban al ilustre
huésped el Muy Rdo. Sr. Don Sebastián Ma
Pastor, Inspector de la pro\*incia Bética y el
Rdo. Sr. D. Andrés Y un, Director del Colegio
Salesiano de aquella ciudad.
Sin tiempo material para animciar su visita
a nuestros amados Cooperadores, quienes hu­
bieran gozado iiunensamente al conocerlo, se le
recibió solemnemente en la Capilla, atestada de
niños y externos.
Sencillo, afable, cariñosfeimo, sonriendo siem­
pre, pasó nuestro Monseñor por entre las largas
filas de alumnos que lo aclamaban ODn las n brantes notas de un himno coral, ejecutado por
la enorme masa de más de 400 voces.
En el presbiterio, adornado con exquisito
gusto y luciendo las galas todas de las más
grandes fiestas, revistióse los sagrados orna-

de los ángeles y al final de la Misa nos regaló
con un discursito muy hermoso, en el que habló
en términos generales de su Misión y pidió al
pequeño ejército infantil la limosna de sus fer­
vorosas oraciones.
Precedido por el largo y polícromo cordón
del Clero, Monseñor se dirigió al refectorio,
donde se le sirvió el desayuno.
Unos momentos después, recorrió, acompa­
ñado por los Superiores, las dependencias del
Colegio, asomóse al espléndido mirador de la
azotea y seguidamente nos encaminamos al sa­
lón de actos, donde se derarrolló, casi improvi­
sadamente, una sencilla Velada Músico-Lite­
raria, haciendo la presentación el Sr. Director
del Colegio. A l final Monseñor Bars se levantó
a hablar.
Sus once largos años de vida misionera, sus
muchas peripecias y su m uy justa y merecida
fama de apóstol incansable y de evangelizador
entusiasta y celoso, acuciaban nuestra curio­
sidad.
L a expectadón no quedó defraudada.
Con im humorismo fino y delicado, con ima
sencillez verdaderam«ite evangélica, el infati­
gable misionero nos trazó im cuadro magnifico
de su Misión, Una honda pena y una tristeza
infinita temblaban en sus palabras cuando nos

r
46
el predo del billete oscilaba entre veinte y
quince pesos, fueron 1241 los peregrinos que
conciirrieron.
Centenares de exalumnos fueron en automó­
viles particulares y los hubo que recorrieron a
pie el trayecto Buenos Aires-Luján (66 kms.).
Abundaron las representadones de San Nicolás
de los Arroyos (233 kms.) y de Tucumán (1156
kms.).
Como todos los años, el acto resultó hermosí­
simo e impregnado de sincera y honda piedad.
Comulgaron la totalidad de aquellos miles de
jóvenes. E l canto del Credo fué coreado por
toda la masa de exalumuos que llenaban la
vasta basílica.
Hablóles el Pbro, Félix Dutari Rodríguez,
Párroco de la ciudad de Temperley, con mucha
undón y entusiasmo.
Colegio Snfa. Catalina. Semana litúrgica. —
En la Iglesia de Snta. Catalina V. y M. de Buenos
Aires, el Centro de exalumnos ha tomado parte
en la celebración de la Semana Litúrgica ini­
ciada por su Director, el P. Roberto J. Tavella.
Fué xma .semana sumamente educativa, porque
dió ocasión al pueblo de palpar las bellezas del
canto dásico eclesiástico y el alto simbolismo
de la liturgia. Este ejemplo será imitado en otros
centros, pues es un hecho que muchos de los fieles
que acuden a nuestras iglesias desconocen el
valor representativo de las funciones religiosas.
comentarios eran favorabilísimos a la Asod ad ó n A. C. A. que tan hermosas campañas
realiza para intensificar en las almas el espíritu
de fe, y borrar la superficialidad imperante.
Sanluarío Nacional de Nfra. Sra. de Luján.

ponderaba la abundantía de la mies y la escasez
de los obreros evangélicos. Nos animó, con fér^•^da palabra, a rogar mucho al Señor por la
misión y a escuchar la voz de Dios, si por ven­
tura nos llamaba a las misiones.
A continuación %isitó a los Excmos. Condes
de |a Cortina que extremaron con él sus aten­
ciones y a las 3 de la tarde, aclamado por todos,
se despidió de nosotros.
ARGENTINA - Buenos Aires. — (M>/as de
nuestro corresponsa l Sr. Conci)Lo peregrínoción de ¡os exolum nos d e D on

Sosco.
E l 9 de octubre p. p. realizaron su X X M I
peregrinación anual, al Santuario Nacional de
Ntra. Sra. de Luján, los exalumnos de Don
Bosco, partiendo de Buenos Aires dos trenes:
de la dudad de San Isidro varios autos de tu­
rismo, de La Plata y Ensenada otro tren y
uno de la dudad de Rosario, y a pesar de que

San Isidro (R. A .). — Sabemos que han
reportado consoladores frutos los Ejercicios
Espirituales de hombres que, por segunda vez,
se han hecho en el henuoso templo de San José
anexo al hermoso colegio sale.siano de Sta.
Isabel. Observando puntualmente el bien medi­
tado horario, compatible con las ocupaciones de
cada lino, tomaron parte este año 78 hombres,
mientras que el año pasado sólo llegaron a 43.
condusión fué magnífica, pues a dios se aso­
ciaron, para hacer su Ejercicio de la Buena
Muerte, varios dentos de exalumnos y socios de
la m uy próspera Asociación de San José.
_Ceníro San Juan Evangelista
(Buenos
Aires). — E l Centro de Exalunmos de este Co­
legio Salesiano se compone de un grupo de jó­
venes de actividad^ extraordinarias, que con
grtm empeño edebran todos los meses d Ejerd d o de Buena Muerte, siempre muy concu­
rrido. En los festejos de las Bodas de Plata,
r^eñados por d Boletfii anterior, derrocharon
piedad, buen humor y entusiasmo. Este Centn>
es uno de los núdeos más robustos con que
cuenta la organizatíón de las juventudes católicas argentinas.

47
Colegio Pío IX (Buenos Aires). Los dos pri­
meros universitarios salesianos laureados. — E l
hecho de haber sido premiado con notas sobre­
salientes y con el aplauso de los profesores, el
nuevo Dr. en Ciencias Naturales D. Juan V.
Monticelli Pbro, ha sido celebrado con grandes
muestras de satisfacción por los Salesianos y
Exalumnos, tanto más cuanto que a este primer
triunfo se unió el del Prof. Emilio Correa Llano,
novel Ing. Agrónomo, premiado con medalla de
oro (no existe este premio en otras facultades).
En obsequio de ambos celebróse un almuerzo
en el Colegio Pío IX , al cual asistieron un cen­
tenar, entre médicos, abogados, profesores y pro­
fesionales de todas clases. E l homenaje tuvo
alguna resonancia, pues nadie recuerda en Bue­
nos Aires que en las aulas universitarias se haya
distinguido a un sacerdote con la referida láurea.
El Hogar Untversifarío. — E l Hogar Uni­
versitario que surge al lado de la vieja Iglesia
denominada Capilla Italiana de Mater Misericordiae, sede de los primeros salesianos que
llegaron a Buenos Aires el 14 de diciembre de
1875, va tocando a su término. Un brazo
grande d d mismo está ya listo para ser ocupado;
es éste im paso decisivo hacia la utilización
inmediata de una obra cuya necesidad es tan
sentida. Las dificultades terribles de la crisis, que
castiga hasta a países tan ricos como el nuesüo,
han retrasado más de lo que era de desear la
realización de esta fecunda iniciativa, pero su
activo Director, el P. José C. Silva no es hombre
que se avenga a esperar tanto tiempo, cuando
hay de por medio posibilidades de un bien
enorme, y el Hogar Universitario será pronto un
hervidero de acción social católica.

A ctív íd ed es de
la A c c ió n C atólica Argentina.

A R G E N T IN A - C ó rd o b a . —

E l 18 de octubre realizóse en esta ciudad un
solemne Certamen Catequístico de niñas, pro­
movido por la Juvtíitud Femenina de la A. C. A.
en el que participaron 169 alxmmas, represen­
tantes de 16 colegios religiosos de la ciudad.
E l acto se realizó en el salón de los PP. de
la Compañía de Jesús y fué honrado con la pre­
sidencia del E x a n o Obispo Diocesano.
Todos los presaites quedaron admirados ante
la seguridad con que las niñas desempeñaron
el programa asignado para la prueba oral de
memoria, que fué la cuarta parte del Catecismo
de Pío X .
También fué notable la prueba escrita que
consistió en desarrollar quince preguntas sobre
la misma parte. Algimas niñas presentaron tra­
bajos extensos y llenos de doctrina.
Solemne fué el acto de la premiación de las
vencedoras pertenecientes a los Colegios del
Huerto, Esclavas, Adoratrices, Jesús María y
Mercedarias.
Puso término a la simpática fimción el Obispo
Diocesano, alegrándose con las alumnas, felici­
tando a las jóvenes de la Acción Católica por el
éxito de esta primera prueba y haciendo votos
por que todos los años se repita.
Al Rdo. Padre Luís Vaula, Salesiano, asesor
de la A. C. A. Secci<^ Femenina, débese la ini­
ciativa del Certamen, teniendo que luchar con
no pocas dificultades, que fueron felizmente su­
peradas bajo la égida del Beato Juan Bosco,
propulsor infatigable de todas las obras de apos­
tolado en pro de la juventud.

Honrando a loa Laureados P P . Correa y .ViooUcdlL

48

La Piafa. — Exolumnos celebrando su día social y festejando la Primera M isa
del sacerdote Don Jo sé Ricarfes, compañero suyo.

A R G E N T IN A - C ó rd o b a . — Honrosa C o n d e­

coración Pontifícia.

Til domingo 13 de noviembre, en el salón de
netos del Colegio Pío X , se efectuó solemne­
mente la entrega de la Cnrz «Pro Ecelesia et
Pontifice * a las distinguidas señoritas Elisa e
Indalccia Villada que se han hecho acreedoras
a tan alta distinción por sus numerosas obras
de cristiana beneficencia; pero de un modo espe­
cial por haber levajitado de su peculio el Insti­
tuto Teológico ♦ Clemente P. Villada y Cabrera»
para la fonnación religiosa y eclesiástica del
personal salesiano de la InsiXH:toria de San
h'rancisco Solano.
El acto (lió margen a una fiesta solemuísimn.
Asistieron S. E. R\'ma. Dr. IVrmín Tí. Lafitte,
ObisiX) Diocesano. Dr. Juan B. Cafferata, Pre­
sidente de la Ilttw Cániera de Dqnitados de la
Nación, Rdo. P. Pablo Vienri. Inspector Salesinno, distinguidos miembros de la familia de
las festejadius, saceixlotcs del clero secular y re­
gular y un núcleo selecto de cooperadotes y
cooperadoras.
Entre los mimeros del Programa merece des­
tacarse la Primera parte del magnífico Oratorio
de Perosi La passione di Cristo, que fué escu­
chada con verdadero deleite y con profunda
emoción religiosa y artística.
Un estudiante de Teología se liizo eco de la

gratitud de todos sus compañeros hacia las ge­
nerosas donantes; y el Rdo. P. Pablo Vicari
pronmició xm bello discurso, en el que hizo una
reseña de las principales fimdaciones y obras
de caridad llevadas a cabo por las Stas. Villada
en la ciudad y provincia de Córdoba, y al fin
invitó a S. E .R vm a. para que se dignara entre­
garles, en nombre de S. S. Pío X I, la Cruz « Pro
Ecelesia et Pontifice *.
Pué aquel el momento culminante de la
tiesta. E l Sr. Obispo sacando de sus estuches las
áureas medallas, las fijó en el pecho de las con­
movidas damas a quienes felicitó con efusión;
todos los circunstantes de pie tenían su vista
clavada en la emocionante escena y aplaudían
larga y efusivamente.
E l Rdo. P. Imís Vaula, Director del Insti­
tuto, clausuró la fiesta dando ferx’orosos vivas
al Sumo Pontífice y a su representante el Sr.
Obispo Diocesano, y poniendo de relieve la si­
gnificación del acto realizado |x»r las Stas. V i­
llada, al destinar sus bienes de fortuna a la
erección de \ma casa de formación eclesiiística.
Dijo, entre otras (X>sas, que si son laudables las
obras de caridad en pro de hospitales, colegios,
y otras obras católicas, a todas superan las que
se dirigen a la formación de buenos sacerdotes,
sin los cu al^ no tendrían vida cristiana y so­
brenatural aquellas obras.

49
C u lto s e x ­
honor d e l B ea to Juan

C O L O M B IA (N ariñ o ) P a s to . —

traordinarios
B osco.

en

(Carta de nuestro Decurión Don Jorge López
Alvarez).
La ciudad de Pasto, a pesar de no tener aún
casa Salesiana, profesa gran amor y devoción a
nuestro Beato, y un cariño sincero a sus hijos.
Aimque en cada casa había una efigie de nues­
tro Padre, no satisfaciendo al pueblo el culto
privado que se le tributaba, el i de marzo
presentósele al Excm o. Sr. Obispo Dr. Hipó­
lito Leopoldo Agudelo — que es salesiano de
corazón — ama solicitud, firmada por el Decu­
rión y los Cooperadores, el Venerable Cabildo
Catedral, los Párrocos de la ciudad, los Supe­
riores de las Ordenes Religiosas y del Seminario,
Magistrados, Jueces, Fiscales, Notarios y lo
más saliente del Clero y de los caballeros, pi­
diendo obtuviera de la Santa Sede el Indulto del
culto público del Beato, para la Concatedral de
San Juan Bautista.
Como la solicitud fué despachada en Roma
favorablemente, a fin de celebrar tan fausto
acontecimiento, el 23 de octubre, se celebró rma
Misa solemne, precedida de un triduo, durante
el cual fué enorme la concurrencia de fieles y
muchas las Comuniones.
El dia de la fiesta se celebró a las 6 a. m. la
Misa de Comunión, y a las ocho la Misa so­
lemne, pronunciando el primer panegírico del
Beato el entusiasta Cooperador Salesiano, Pbro.
Luís Antonio Enríquez Guzmán, quien tuvo
suspenso al auditorio durante más de media

hora, y presentó a nuestro Padre como el
fl Santo » modelo, que se adaptó a lo tiempos
modernos, realizando obras gigantescas en pro
de la juventud, del obrero y de la niñez, a pe­
sar de su origen humilde y estar completamente
falto de recursos.
Desde el altar, la efigie de nuestro Padre
parecía sonreír a todos sus devotos ijue se
habían dado cita para honrarle y ngracederle
los lieneficios alcanzados por su interce.sión.
Tenuinaron los cultos con el ejercicio de
la Hora Santa y Bendición con el Santí­
simo Sacramento. Actualmente se está traba­
jando un artístico altar para la imagen del
Beato, con \istas a las fiestas de su Cano­
nización que esperamos tendrán lugar muy
pronto.
C U B A - Camagiiey. — La espantosa catás­
trofe d el 9 de noviembre.
Este día aparecerá con orla negra en la His­
toria de esta isla bellísima. No voy a repetir
hechos y detalles que todas las Agencias del
mimdo han descrito, con los colores más trá­
gicos, sin haber logrado reflejar la realidad.
Todo el mundo conviene en que no se registra
en el país desgracia de igual importancia; la
entera Provincia de Camagüey, una de las más
productivas de Cuba, ha quedado desolada por
el espantoso ciclón.
Fué tal su violencia que el barómetro bajó
a mm. 708, siendo la presión nomral de 7,50.
Su ímpetu fué tan salvaje,que la velocidad del
viento llegó a km. 115. E l agua del mar, eni-

Centro ABéríca. — Estudianlado Filosófico de Ayagoalo (El Salvador).

i

50

Ruinas de nuestro Colegio y jardines devastados.

pujada tierra adentro, por ráfagas gigantescas
y catastróficas, destruyó pc>r completo la ciudad
de Santa Cruz dcl Sur, con sus 4000 habitantes,
de los cuales más de 2000 perecieron de un
modo trágico muchos devorados por los tibu­
rones, que nadaban entre his casas en ruinas.
7vl ciclón a^'ffnzó en dirección sudoeste á
nordeste, talando la campiña, aterrando edi­
ficios y produciendo danos gravísimos en las
ciuda<les de Caniagüey, Nuevitas, Morón, Ciego
de Avila, Florida, Jatibonico. Desaparecieron
auseríos y ix>bhuk)s enteros y por tres años no
habrá cosechas ni se repondrán los campos
inundados y talados. ¡Diez rail familias sin
hogar y en la más desolante penuria! exclama
el líxcmo Mons. 23. Pérez Serantes, obispo dio­
cesano. al pedir socorros para sus feligreses.
Ivn la parroquia de «Da Caridad», confiada á
los salesianos, quedan siti casa 300 familias
ix)bres á las que han procurado socorrer dos
sacerdotes con las señoras de la Conferencia
vicentina. I^a caridad de los camagüeganos v
<le las damas especialmente se ha mostrado
heroica con los siqx'rvivienles que hau venido

Infinidad de Arboles cayeron arrancados
como débiles plantas.

a la ciudad, en caravanas tristfeimas, buscando
refugio y consuelo. E l Sr. Presidente y varios
ministros acudieron personalmente, con so­
corros, á los lugares castigados por el de­
sastre.
Ivos Salesianos e Hijas de María Auxiliadora
con sus alumnos se hallan todos salvos; muchos
de nuestros Cooperadores reconocen que una
protección especial ha velado por sus vidas
y haciendas. E l invierno será cruel y ho­
rrible. Da Escuela agHcola y de artes y oficios
que estábamos construyendo ha sufrido daños
gravísimos, que calculamos en 20.000 pesos y
que afectan a la Pimdación “ Dolores Betancourt” .
¡Hágase la voluntad de Dios! esperamos que
E l no nos abandonará.

M É J I C O - P u e b la . — Fiesta de C risto R ey.

Desde mucho antes notábase honda expecta­
ción. Nuestros preparativos traían en alboroto
a la turba infantil. E l Colegio de Artes y Oficios,
el Aspirautado Salesiano y los Oratorios del Sa­
grado Coraz&i de Jesús, de Don Bosco, de Do­
mingo Sario y de San Francisco de Paula de
esta ciudad, luchaban a porfía por adornarse
y astentar sus mejores galas. Todo era poco para
festejar al R ey del Universo. Dos gallardetes y
banderolas; los sones de las bandas de música;
los ensayos teatrales y del Pequeño Clero, acre­
centaban ese anhelo irrefrenable que hace lo.s
instantes horas, y las horas siglos...
Por fin amaneció el suspirado día... y Cristo
Rey, en medio de cantos y de flores, alzó su
trono en los cuatro extremos de la ciudad y posó
sus dulces ojos sobre aquellos chicuelos que lle­
gaban de todas partes a honrarle; mil corazones
prontos a jurarle amor y vasallaje...
Inauguróse la fiesta con la Misa de Comu-

51
nión general y subieron al trono del Altísimo
las infantiles plegarias por la infortimada Pa­
tria, tan sólo interrumpidas por los acordes de
la orquesta.
Acercáronse a la Sagrada Mesa, por vez
primera, cincuenta y cinco niños, a los que
hicieron corona otros seiscientos veinticinco...
Un gran triunfo para Jesús que tanto ama a
los pequeños.
En los cuatro Oratorios, Aspirantado y Co­
legio, el resto de la mañana, después de asistir
a la Misa solemne que revistió extraordinario
esplendor, se pasó en amena expansión.

L a víspera de la fiesta daba gusto ver a un
buen número de jóvenes, rayanos en los veinte
abriles, ir a porfía en colocar los mejores flo­
reros a los pies de su Madre Celestial y a una
infinidad de jovencitos tomar por asalto los
confesonarios del Santuario.
E l día de la fiesta apenas la campana Salesiaua anunció la nueva aurora, chiquillos, jó '
venes y viejos, luciendo sus mejores trajes y
con una devoción arrobadora, invadieron el
santo templo, para oir la santa Misa y recibli’
en su corazón al R ey de Reyes. Momentos verdaderamente celestiales nos lucieron pasar esto^

Magallanes (Chile). —- En on ambiente de iniisilado entusiasmo, se realizó, el domingo. 11 de setiembre,
la solemne bendición de la bandera de la Asociación de Padres de Familia de Don Bosco.
y se imp usieron distintivos a 50 nuevos socios.

Por la tarde toda aquella miütitud de niños
se consagró a Cristo R ey de los siglos. R ey de
las naciones, R ey de Méjico, y en medio de
rifas bullangueras y funciones músico-teatrales,
la noche clausuró la fiesta.

EL S A L V A D O R - S a n ia T e c la . — L a Basta

d e l R osario en e l O ratorio Festivo.

Este Oratorio Festivo, que va tomando
cada día nuevo increm ^to, ha celebrado este
año la fiesta del Rosario con una solemnidad
especial.

Oratoriauos cuando al son de religiosos cánticos
se acercaron al altar. Pasaban de 400 los que
comxdgaron, y era admirable ver entre ellos
a un buen centenar de hombres barbados, edi­
ficando a los muchachos con su devoción y
compostura.
¡Después de la Misa, la mesa! Con el mayor
orden pasó aquella interminable fila de hombre­
citos a ocupar los amplios comedores de los
internos, donde eran esperados por ima Comi­
sión que los atendió con im cariño exquisito.
No hay que decir que el resto del día lo pa­
saron entre juegos y desaffos, llenos de ruidosa
y sana a l^ ;^ .

DE NUESTRAS MISIONES
C u a lo q u iz a (E cu ad or).

Los peligros del Misionero.
A trevimiknto castigado . — Haría unos
veinte minutos que había cesado el temporal;
uno de esos catastróficos temporales de agua,
tan frecuentes en el Ecuador, que recuerdan
las cataratas dcl diluvio.
Con mi Excnio. Sr. Vicario Apostólico estaba
terminando el rezo del santo Breviario, cuando
a los dos nos pareció oír el ruido característico
que los indios producen, haciendo chascar la
lengua con violencia, al verse sorprendidos
por algima novedad. E l chasquido volvió a
repetirse y, a continuación, sonó la voz de
alarma * [Nápil *.
Para que se alarme mi jívaro a la vista de
una serpiente, es preciso que ésta sea muy
respetable.

La Aitnsuraaa, cazadora de serpientes Yeneaosas.

Corrí al encuentro del salvaje que había
gritado e, informado de lo que ocunía, sin pre­
guntar siquiera donde se hallaba el reptil, le
grité que disparase su escopeta.
Brilló tm fogonazo y, a pocos pasos, saltó
la víctim a, retorciéndose y dando brincos
espasmódicos que fueron, poco a poco, debili­
tándose hasta que, y a inmóvil, nos acercamos
a ella. Tratábase de im magnífico ejemplar que
medía bastante más de dos metros, y tenía,
en su parte central, 15 cm. de diámetro.
¿ De dónde podía haber salido aquella ser­
piente, si junto a nuestra casa-misión, revo­
lotean sin cesar las aves domésticas y hacen
continuas incursiones les puercos selváticos,
tan golosos de serpientes, que devoran sin
piedad a todas las que encuentran, por grandes
y venenosas quesean?
Pregunté al jívaro de donde la había visto
salir y me señaló la grieta que forma en el umbral
la puerta de la iglesia... ¡Vaya! se ve que era
una serpiente devota... Me repugnaba, sin
embargo, creerlo, aim cuando nuestra capilla
ha sido, más de ima vez, lugar de recreo y dor­
mitorio de estos animales tan poco urbanos
y simpáticos.
U na misa accidentada . — Recuerdo que,
hace años, ima vez que el Superior se disponía
a distribuir la Sagrada Comunión, antes de la
misa, quedóse repentinamente inmovilizado y
suspendió la ceremonia... ¿Por qué?... porque
vió detrás de ima de las sacras, preparadas
la A-íspera de aquel día, a uno de estos reptiles
repelentes y amenazadores que al p>arecer estaba
dunuiendo.
No hay que decir el revuelo y la confusión
que allí se armaron.
¿Cómo se explica esta familiaridad tan poco
buscada y apetecida de semejantes animales?
H ay, desde luego, serpientes que son innocuas,
a pesar de su gran tamaño, y ríenen atraídas
oor la gula o por el hambre, limpiando las
casas de huei*os, pollos, viandas, y hasta de los

53
gusanos y miriápodos que crfa la humedad
del suelo. ¡Desgraciados ~de nosotros si estas
serpientes trnúesen veneno! nuestra ^dda tótaría en constante peligro.
La que acaba de caer bajo el plomo de
nuestro jívaro es ima de ellas. Todas tienen
el dorso color ceni2a, y amarillenta la región
ventral. Su desarrollo suele ser notable, pues
llegan a medir hasta tres metros.
Sin embargo, no todos los vecinos que rep­
tan sobre estas tierras de la Misión son igual­
mente corpulentos e inofensivos.
Hace poco uno de nuestros jivaritos, cuando

Su longitud no rebasa casi nunca los 20 cm. y
su cuerpecito está finamente decorado con
anillos alternantes, blancos y negros. E l efecto
de su diente es fulminante y, en poca horas,
aniquila a los organismos más robustos. La
Curanina, eficaz para toda clase de venenas,
no ha logrado todaWa atajar los estragos de
esta minúscula asesina.
Aunque por fortuna no es nruy frecuente,
no deja de deslizarse alguna que otra en nues­
tras tierras de cultivo, obligándonos a ser
pmdentes y a rodeamos de las mayores precau­
ciones.

La boa cooBfricfor.

salía en dirección al rfo para bañarse, se vió
acometido por ima serpiente horrible y peli­
grosísima. L a lucha fué rápida y feroz. Antes
de media hora, v o h ia , con aire de triunfo,
arrastrándola amarrada de im mimbre y de­
jándola tendida a mis pies.
Era venenosa, más grande que la acabo de
describir, de color oscuro casi negro y de cabeza
triangular, en la que, además de los <x>lmiUos
acanalados inyectores de la pozoña, veíanse
otros más pequeños y movibles, pudiendo ser
proyectados libremente hacia delante o hacia
atrás.
La naturaleza que da a estas serpientes
el arma adecuada par herir y sujetar a la
presa. Ies da también los medios necesarics
para empujarla gradualmente hacia el esófago.
Contrastando con estos monstruos, hay, en
«sta regirá oriental, un ofidio m uy pequeño,
que es sin e m b a i^ el que más terror inspira,
porque su mordedura es mortal de necesidad.

Esta faima repugnante y peligrosa de las
serpientes pulula aquí, con extraordinaria fecimdidad, infestando estas selvas vírgenes y ofre­
ciendo una gran variedad de tipos; desde la boa
que, en esta región no alcanza ni con mucho
la corpulencia del Pitón Malayo, hasta la trai­
dora «M acancí» que, para no ser descubierta,
.se disfraza con el mismo color de la tierra;
desde la * E c h is» irascible y \ictim aria, hasta
la ágil < Orbetina >, tan pequeña casi como las
« Glauconias ».
S erpientes ofidiófagas . — Hemos dicho
que no todas las serpientes que hay aquí son
peligrosas, y en efecto, las hay también inno­
cuas para el hombre y hasta benéficas, que
viven exclusivamente de la carne de las ve­
nenosas.
Son los gatos que la Pitxvidencia nos ha dado
para dar c«7-a a estos rateóles texribles que se
arrastran traidoramente, y matan sin piedad.

54
Estas Serpientes vienen a ser una variedad
de la «Mussurana» del Brasil, oficialmente
recomendaba en la lucha contra el ofidismo.
Merodean continuamente, rastreando con
instinto certero el camino que ha seguido su
presa, la acechan, la acometen de un modo ful­
minante, luchan terriblemente y, si logran
vencerla — lo que ocurre casi siempre — se
tienden a lo largo y la engullen con asombrosa
flema, aunque sea ni\icho más corpulenta que
ellas, pues para esto tienen las fauces susce­
ptibles de dilatarse y contraerse, como si fue­
sen de goma.
Nosotros, sin embargo, en nuestras peligrosas
excursiones, no podemos llevamos a estas
buenas serjjientes atrailladas, como el cazador
lleva a sus perros, y a pesar de que Dios las
ha hecho aliadas nuestras para que nos de­
fiendan, en los momentos de peligro no nos
.sirven para nada.
Cuando en plena selva, oye uno el ruido
inconímidible que produce la serpiente, al
rozar la broza seca con la película córnea
que recubre su cuerpo, y se la ve delante
en actitud de acometer, os aseguro que nadie
piensa en averiguar si es buena o dañina,
que no es posible esperar a que abra la
boca para ver si aparecen, en su mandíbula
los ganchos fatídicos de la muerte. No cabe

-------

más que esta disyimtiva rápida como un
tiro; « A ver como yo te mato a tí antes de
que tu me mates a m i»y si vienen las de perder,
• pies ¿para qué os quiero? ».
Y o sentiría, lector, que te asustaras de todo
esto, especialmente si eres de los que han soñado
alguna vez en hacerse misioneros, y dejaras para
las Calendas griegas la realización de tan her­
moso sueño. Debes saber que, hasta ahora,
ninguno de nuestros misioneros ha muerto víc­
tim a de las serpientes, pues para algo está
arriba el Señor de los cielos y de la tierra, que
nos defiende a los que trabajamos por amor
suyo para ensanchar y hacer fructificar su liacienda, llena de almas compradas con su sangra
Muy claramente nos lo pronietió en la S a ­
grada Escritura: « Super áspidem et basiliscum
ambulábis ». Andaréis sobre los áspides y los
basiliscos, y no os harán daño alguno.
Rogad mucho, queridos amigos míos, para
que esta divina promesa siga cumpliéndose,
más q\ie en la materialidad de su sentido literal,
en su significación mística, es a saber, para que
logremos los misioneros bm lar las acechanzas
del dragón infernal, y expulsarlo definitiva­
mente de estas fl.orestas, donde ejerce aún su
poder tiránico.
J uan M. V igna Pbro.
Misionero Salesiano.

Momeníos difíciles en la China
Comunismo y bandidaje.
Am^isimo Padre Don Pedro Ricaldone,
Seguramente recordará Vd. el estado en que se
hallaban nuestros trabajos, cuando en 1927 tuvo
la bondad de visitamos.
Todo era entonces indecisión y marasmo, a
causa de las propagandas comunistas y el con­
tinuo sucederse de luchas y treguas, de victorias
y derrotas. Vió Vd. allí, con sus propios ojos y
con el corazón lleno de angustia, las tremenda.^
minas y hus devastaciones materialas y morale.s
que habían ocasionado los Iwlcheviques y ban­
doleros,
Ante el cariz que habían tomado las cosas
y la cerrazón que veíamos en el horizonte,
era entonces ima temeridad pensar en impulsar
seriamente el desarrollo de nuestras Obras y
todos reputábíunos como el colmo de la suerte,
atribuyéndolo a un milagro del cielo, haber po­
dido sacar incólumes los edificios, que tantos
desvelos nos habían costado.
H oy el panorama no ha variado gran cosa,
en lo que se refiere a guerras y discordias, a
hazañas de comunistas y de bandidos, y esto
que el Gobierno central ha reaccionado con
voluntad y «lergía. haciendo k> imposibile

por restablecer el orden, poner de nuevo en mo­
vimiento las engranajes de la disciplina y atajar
con mano firme la vesania destructora de las
hordas rebeldes.
Desde aquellas incursiones de los Rojos que
consumaron el heroico sacrificio de Mons. Luís
Versiglia y del Padre Caravario, hasta hoy, esta
jx>bre Misión se ha visto allanada, varias veces,
por bandas de facinerosos que, atravesando la
región de Linckow, lograron forzar los pasos de
Piang-Siac y de Mui-Liang. Su visita quedaba
siempre marcada con destrozos en nuestras mí­
seras capillas y residencias y , más de una vez.
provocaron la ocupación de nuestros edificios
escolares por las tropas del ejército que acudían
a rechazarlas. Ocurrió con frecuencia que el m i­
sionero que, al irse por la mañana, había de­
jado en orden su humilde celda, hallábala
por la tarde ocupada por inquilinos de ca­
rácter avinagrado, que de la manera más na­
tural del mundo habíanse hecho dueños de
todo, cocina, locales, muebles, y aún gracias
que consentían la presencia del dueño.
En julio, sin ir más lejos, las tropas comunis­
tas que se habían señoreado casi por completo

55
de la provintía de Kiang-Si, aprovecharon un
desacuerdo surgido entre el Generalísimo del
Kwantung y el Almirante de la flota de Cantón,
e irrumpieron por los confines de dicha pro\-incia, cayendo rápidamente sobre la capital
de distrito, Nam~Yiung. Todo su comercio que
era activísimo paralizóse al instante; llena de
pánico la población, cerró las puertas de sus
almacenes y casas de negocio. Viendo esto los
muy taimados, y obedeciendo a un plan pre­
concebido, desaparecieron mi buen día como
agua que se filtra en la arena, retirándose a sus
viejos confines y, cuando la x>obre ciudad, cre­
yéndose libre del íncubo comunista, había vuelto

los Soviet no pierden por esto el ritmo de su
actividad y ^ciencia; sus organizaciones si­
guen perfectamente atendidas, el dinero corre
y se reparte puntualmente, la propaganda oral
y de prensa no cesa un instante, aunque sea en
la clandestinidad.
Compehdos estos fanáticos de la destrucción
a marchar por caminos subterráneos y serpen­
tiformes, lo hacen con paso firme y seguro, y
acechan el momento de poder salir otra vez a
la luz del sol.
En algunos lugares aprovechan el terror su­
persticioso que inspiran las tinieblas, y eligen
el corazón de la noche y las soledades de los

Huellos de los hordas bolcheviques.

a recobrar su ctínfianza abriendo de nuevo ban­
cas y comercios, tomaron sobre ella veloces
como aves de presa, cerraron todas las salidas,
entregáronse sin piedad al saqueo y dejaron
tendidas no pocas víctimas.
Gracias a ima especial protección del cielo,
nuestros hermanos Don José Avalle, Don R i­
cardo Mussa y su Director Don Domingo Correa
pudieron escapar de las garras de los invasores,
pero no así nuestras Residencias de Chong-PuTchiao, Yong-Mo-Hang y Li-Heu-Kiao, que
fi'eron completamente des^'alijadas.
Ixjs pobres misioneros que a tiempo las habían
aliandonado para sal\*ar sus vidas, al volver
al cabo de dos semanas, no bailaron sino
las paredes desnudas y algún que otro mueble
mezquino y deshecho.
\’enlad es que ahora el <»munismo acosado
por el Gobierno, tiene que vivir en los reco­
vecos del misterio y de la ccmspiración, p>ero

cementerios para celebrar .sus conventículos.
Allí redactan programas destmctores, allí los
instintos subversivos se aguzan y reca­
lientan, siempre prontos a sumarse a las fac­
ciones rebeldes que entran en su territorio y
prestarles todo género de auxilio.s.
Los estudiantes de las Escuelas medias son
los más propensos a dejarse incendiar por las
soflamas comimistas. Ebrios de amor patrio,
creen los infehces que la salvación de la China
está en el bolche\iquismo y acuden, ptor cente­
nares, a engrosar sus Células.
A pesar de la dura y enérgica represicHi gu­
bernativa, de que son objeto, mantiénen.se fieles
a la palabra empeñada y , siempre que pueden
obrar sin la careta del disimulo, propagan abier­
tamente sus perniciosas doctrinas, dentro de las
aulas y fuera de ellas.
Tanto los guardias cívicos como la policía se­
creta hacen frecuentes inspecciones en los edi-

5^
fidos escolares y todos los afiliados al comu­
nismo que allí descubren son arrestados, y a
veces fusiladosRin embargo y, }>ese a lo terrible del escar­
miento, sus entusiasmos no decaen y la volun­
tad de ver entronizado ei imperio de la anarquía
se afinua cada vez más en ellos; las filas del bol­
cheviquismo son cada día más compactas; sus
reuniones más frecuentes y este terrible signáculo
de sangre, con (juc las juventudes incautas tie­
nen que rubricar sus pactos revolucionarios, no
impresiona lo más mínimo a los fríos emisarios
encargados de hacer la recluta.
A vece.s hay escenas que horripilan y sé cíe
algunos padres que han forzado a sus hijos a
arrostrar peligros tan espantosos, obligándoles
a afiliarse al Soviet, con la esperanza, pronto
|ny! desvanecida, de hacerse ricos y remediar
su agobiante miseria.
En enero de 1931. en la ciudad <le Shñi-Choit
capital de nuestra Misiciu, fueron pasados jxir
los anuas, en presencia de un gran concurso
de pueblo, 13 jóvenes comunistas, de los cuales
ninguno contaba más de 23 años y. ¡horrorícense
nuestros lectores!, la primera víctima que cayó
ametrallada era üna joven maestra china.
Hallábame yo pfesente a aquel terrible espec­
táculo y, de labios de los estudiantes que allí
estaban, recogí frases y comentarios que ponen
el cabello de punta. I<cs v i reir y hacer mofa
sobre los etterpos calientes y ensangrentados de
aciuellos pobres compañeros suyos que a ellos
precisamente debían su desgracia. Era un in.sulto cínico, canalle.sco a cuanto de más puro y
sagrado hay en la vida himtana.
|Ah! cuando se han oído expresiones de esta
índole y se han presenciado tales cosas, cuando
se piensa en los peligros a que esta juventud
cliina se ve arrojada, especialmente la que tiene
cjue frecuentar las Escuelas — y hoy tietieii que
frecuentarlas todos, porque la etiseñnnza en la
China es obligatoria — el corazón siéntese opri­
mido ante la perspectiva del |x)r\’ejur inmediato
que aquí se está preparando, si estos ideas de­
tonantes, que tumultuosamente ahoi:ii fermen­
tan en los cerebros juveniles. llegan a encara­
marse en el Gobienio de la Reiniblica.
Y pensar que aileinás ilel azote del amuintsmo. nlligeu a esta nación sin ventura otras
mil desgracias, pestilencias, inundaciones íluviales, iuuubre, enfernuxlades tan terribles
como la meningitis cerebro-espinal, que ha
llevadt> el luto a comarcas enteras y, por si
algo le faltara, la guerra chino-japimesa.
Mientras los cañones tit>nab;m en la lejana
Mauehuria, la gnerra no turbó, de un modo
apreciuble. los actividades salesituias, pero
cuando el nublado vino a descargar sobre Chan­
güí. nuestros daños fueron euonnes y tremendas
nuestras preocupaciones, especialmente por la
suerte que hubieran podido correr Don Er­

nesto Pontana y Don Francisco Rufiinl, her­
manos nuestros queridísimos, que permane­
cieron firmes en sus puestos, no obstante el di­
luvio de metralla y el propagarse de los incen­
dios y el pánico apocalíptico que alocaba a
las muchedumbres.
Por una gracia especial de María Santí­
sima Auxiliadora y la paterna protección del
Beato Juan Bo.sco no tuvimos que lamentar
daños en las i>ersonas, ya que todos los salesianos resultaron incólimies. Eos perjuicios ma­
teriales fueron en cambio de gran consideración,
dado que los japoneses, |)or razones de estra­
tegia. inceiuliaron y volaron nuestro Colegio.
j>róximo al fuerte de Wu-Sung.
En aquellas horas de trágico e indescriptible
desorden, nuestros heniianos se desvivieron ayu­
dando y consolando a los infelices chinos fugi­
tivos que, a todo trance, querían poner a salvo
su mísero ajuar. D e un modo palpable sin­
tieron entonces el efecto de las oraciones de
nuestros buenos Cooperadores y demás miem­
bros de la Familia salesiana.
Ahora que la tormenta ha pasado, dan a todos
públicamente las gracias.
V u e lv e la a ctiv id a d sa lesia n a
a C h a n g a i. E i O rfa n a to d e L o-P a -H on g .
No obstante estas dificultades del presente
y los presagios y preocupaciones del futuro, los
Salesianos de la China continúan desarrollando
sus actividades benéficas.
¡Cuántas gracias hemos de dar a la Provi­
dencia dm na, que no nos ha dejado faltar los
socorros necesarios y nos pennite realizar tanto
Ineiil
K 1 estado floreciente de nuestras Institucio­
nes juveniles es, en efecto, algo que tonifica y
consuela. Donde quiera se observa un magní­
fico ulluir de niños, en tom o del misionero saIcsitmo, que aquí como en todas partes, quiere,
a semejanza de Don Bosco, ser el mejor amigo
de los pcqueñuelos.
Es precisamente esta atracción irresistible y
.santa hacia los benjamines de Jesiis la que en
Chaugai nos ha movido a ofrecer nuestra colalx>ración, insistentemente pedida por nuestro
gran Cooperador Lo-Pa-Hoiig, para llevar adeliuite su magnífico Orfanato de San José, que
hoy cuenta con más de 300 acogidos.
Tx) mismo a Vd. que a nuestros amados her­
manos y Cooperadores les gustará saber algo
lie lo que con esta Fundación ha ocurrido.
Recordará todo lo que allí sufrieron nues­
tros Misioneros y , en especial, el P. Garelli, que
fué el ángel consolador de aquellos pobres niños,
cuando el vasto Instituto que heiría de acti^*idad salesiana, en medio del fragor sonoro de sus
talleres profesionales y el regocijo ingenuo de

57
sus cantos y de sus músicas, fué trocado en
cuartel, primero, y convertido luego en hospital
de contagiosos.
Recordará el largo y doloroso calvario que
su Director, el P. Fontana, tuvo que arros­
trar, cuando forzado por los acontecimientos,
vióse desposeído hasta del mísero refugio de su
celda, los primeros días respetada, y salir a la
ventura de Dios en busca de asilo que, por dos
veces seguidas, tuvo que aceptar de un establo
sucio y maloliente.
Gracias a su tesón heroico, a su clarividencia
del porvenir y a su cristiano apego a los Chinos,
salváronse entonces las'posiciones conquistadas

U n g ra n In sU íu fo P r o fe s io n a l S a lesia n o .
Nuestra máxima preocupación es ahora
edificar ima casa salesiana propia, con un gran
Instituto Profesional.
Y a Vd. amado Padre, nos lo insinuaba en
1927 y hoy podemos decirle que pronto será
mía realidad.
Con la ayuda paterna de nuestros ainados
Superiores y el apoyo generoso del Gobierno
de Italia, se consiguió, como Vd. sabe, un vasto
solar, situado en uno de los sectores más impor­
tantes de la Concesión Internacional y, precisa­
mente, al pie de la gran arteria que habrá de

ComunisfaB fasilados.

y e\dtóse el que la llama encendida fnése apa­
gada.
E l Sr. Do-Pa-Houg, a fuerza de paciencia y
de largos y enojosos expedienteos, consiguió que
le devolvieran el edificio y el
de noviembre
de 1931 nos hicimos nuevamente cargo de él,
siendo recibidos con gran aparato de fiesta,
entre las alegres aclamaciones de aquellos pobres
niños, que esperaban con ansia nuestra llegada.
. Ahora el P. Ruffini hállase allí encargado de
la parte moral y religiosa y . apenas disponga
del personal necesario, se hará cargo íntegra­
mente de aquel magnífico plantel de almas.
Mas si fué grande nuestra alegría al contem­
plar otra vez el rostro alegre de nuestros huerfanitos, no fué menos grande nuestro dolor al
ver los destrozos de aquellas amplias y esplén­
didas Escuelas de carpintería y mecánica, con­
vertidas en un mont&i de ruedas y piezas des­
montadas. en im osario lastimoso de esqueletos
de hierro y a<^o, rotos e insem bles... ¡basta!
dejemos el Orfanato de Lo-Pa-Hong.

unir la ciudad actual con la nueva, cuya cons­
trucción han emprendido febrilmente los chinos,
en la desembocadura del Amarillo.
Chaiigai cuenta ya con tres millones y medio
de habitantes y , dado el ritmo con que ahora
se desenvuelve, pronto se codeará con las pri­
meras y más populosas capitales del nnmdo.
Aguijoneada la joven República China por
múltiples y poderosos elementos de cultura, sa­
cudida de su letargo milenario por legiones de
jóvenes que vuelven a su patria, después de
haberse doctorado en las más célebres Univer­
sidades de Europa y América, está sufriendo
una transformación profunda y rápida, tanto
en el aspecto ci^■ il. como en el industrial e in­
telectual, bajo los auspicios de la Sociedad de
las Naciones que le suministra técnicos especia­
lizados en todas las disdj^inas.
Para realizar el plano regulador de la Greater
Skang-Hai (la grande Changa!) le han sido facili­
tados los mismos ingenieros que ejecutaron los
planos reguladores de Chicago y, para demostrar

58

t i Orfanato de Changa! y uno de los talleres destrozados.

los chinos que los tales planos no han sido pro­
yectados para quedar en el papel milimetrado,
expertos comerciantes y financieros poderosos
han einiK'zado ya a trazar las directrices del gigimtesco ensanche urbano, abriendo carreteras
y avenidas, y levantando edificios.
Cuando estalló la guerra con el Japón, susIKUulit^ronse momentáneamente estos trabajos,
l>ero, ajK'iias se hubo firmado la paz, resurgió
en seguida la fiebre constructiva, prueba evi­
dente de que la voluntad de tenninar la em­
presa es firme, y ello aparece de un modo
tan claro, que ahora mismo, en todo el imnenso
radio comprendido dentro del plano regiüador,
no existe un solo palmo de terreno que no se
cotice diez veces más caro que se cotizaba el
año pasado.
Afortunadamente, si por un lado el mmido
de los negocios demuestra actiWdad y existen
chinos listísimos que se apresuran a comprar
los solare.s mejores y asegurar los sitios más
ventajosos, no faltan por otro connacionales
suyos q»ic. atraídos ix>r ideales más nobles, aso­
cian sus capitales y sus esfuerzos ixvra crear
y fomentar Obras de educación juvenil.
ha Institución r x í - l ’a-FMi p, ej. dispone
aiinalmente de un capital de 3.000.000 de Tacls,
destituulos a Asikis de infancia y Rscuelas pri­
mantes, |>ixra niiVis ix>bres y abiindonados.
lil Presidente del Consejo Directivo de esta
Socitxlad mira nuestras Obras con simpatía y
nos ha prometido su apoyo cordial.
No estaría bien que los paganos se organicen
y conmuevan ante el problema de la educación
juvenil, que la filantropía levante edificios gran­
diosos y espléndidos y la excelsa caridad de

Cristo se quedara atrás. Esto es lo que nosotros
tratamos de evitar.
No entrañe, pues, amado Padre, que.las líneas
de nuestro proyectado edificio sean amplias y
atrevidas. Si no lo podemos levantar de una vez.
lo iremos construyendo poco a poco, aunque
para verlo terminado tengamos que esperar al­
gunos años.
Aquí las Escuelas Profesionales despiertan
un interés enorme, no sólo entre la escasa po­
blación católica, sino entre los mismos paganos,
que comprenden la importancia capital que han
de tener en este inmenso país, orientado fran­
camente hacia la ch*ilización occidental y falto
de obreros expertos en las modernas artes e
industrias.
No se nos oculta que para poder hacer frente
a gastos tan ingentes, tendremos que apelar a
todos los rec\irsos de la caridad y , estamos a
ello tan decididos, que ya hemos puesto mano
en la obra. Entre los primeros que han correslX)udido, y yo me complazco en citarlo con gra­
titud y elogio, figiira Mons. Haonisier, que ha­
biendo querido tener la honra de encabezar las
donativos, nos lia hecho entrega de una impor­
tante cantidad colectada entre los chinos, de la
cual se ha hecho cat^o, para tenerla en custodia,
el Sr. Cónsul de Francia.
Por de pronto, y para dar realidad a este ma­
guo proyecto que redundará en beneficio exclu­
sivo de los hijos del pueblo, actúa con gran acti%idad im escogido grupo de Cooperadores diri­
gidos por el P. Fontana, y es cosa que consuela
grandemente ver en las listas de suscritores el
nombre de muchos y caracterizados paganos.
Esperamos con ansia \-ivfeima que surjan los

59
muros de este gran edificio y que pronto podamos
abrir sus puertas a estos pobres niños abando­
nados. ahora tan abimdantes cuando la inmi­
gración afluye sin cesar de todos los pueblos
limítrofes, a causa de las terribles inundaciones
del río que han devastado extensiones inmensas,
acumulando en la gran metrópoli a infinidad de
familias, fulminadas por la miseria y cargadas
de criaturas.
Nuestro Instituto Don Bosco será ima bella
isla florida en medio de este mar de necesidades,
un asilo amoroso que tenderá sus brazos a cen­
tenares de pequeños náufragos.
J imto al futuro Orfanato se levantará también
la Casa del misionero — casi ya termmada
— para dar hospitalidad a los numerosos
operarios evangélicos que desembarcan en este
importantísimo puerto, rodearles de fraternas
solicitudes, orientarles y facihtarles la solución
de mil importantes asimtos, de ordinario difí­
ciles y engorrosos.
Nuestro más vivo reconocimiento al Se­
ñor Delegado Apostólico, Monseñor Celso
Constantini y al Embajador de Italia en China,
Conde d añ o Galeazzo, por el eficaz y generoso
apoyo que nos han dispensado, permitiéndonos
dar vida a esta Obra extraordinariamente útil
y necesaria que, a la par que acrecerá aquí
nuestro prestigio, nos dará ocasión de hacer
algo por los pobres misioneros que, al llegar a
estas tierras para ellos desconocidas y exóticas,
encontrarán en seguida ayuda y cariño.
Tantas empresas como tenemos entre manos,
no consiguen atenuar los gritos de los que
hace tiempo nos llaman, desde cien puntos di­
versos, y aquí está que no me dajará mentir
el benemérito Sr. Obispo cliino Mons. Tsu, del
Vecino Vicariato de Hoi-Men, quien, con santa
importunidad sigue pidiendo a los Salesianos y
ofreciéndoles, además de un espléndido edi­
ficio. terrenos extensos para la instalación de

Prayccio del

dm vo

ima Escuela de Agricultura. Este celoso Pastor
querría que este mismo año nos hiciésemos cargo
de su Fundación y a m í me tiemblan las carnes
sólo de pensar que he de decirle que nó, que no
podemos por ahora complacerle.
Un generoso Hijo de San Vicente de Paul
hace también mucho tiempo que nc>s desea. En
im sitio próximo, a tres horas de Changai,
tiene un pequeño Orfanato, con Escuelas Pro­
fesionales, y quiere confiarlo a los Hijos de
Don Bosco, asegurándoles los medios necesarias
para su gradual desarrollo.
Otros tres dignísimos Vicarios Apostólicos si­
guen insistiendo, para que vayamos a ajaidarles.
haciéndonos cargo de Escuelas y Talleres que
nos cederían, con su más cordial apoyo.
Nuestra pena es indecible al tener que desoír
tantos y tan generosos llamamientos, pero la
falta de personal así lo impone. Con los ojos
encandilados por la esperanza rírím os sienipre
pendientes de nuestras lejanas casas de
formación, pidiendo al cielo que lo más pronto
posible, vengan de allí, ricos de santidad y ro­
bustez y ciencia, esos obreros de la viña , del
Señor que tanta falta nos están haciendo.
H oy más que nimca sentimos que nuestro
Beato Padre tiene su mirada puesta en la China
y bendice nuestros trabajos, porque si, como
hemos visto, los Salesianos de Changai se
hallan en plena actividad, los de Hong-Kong,
de Macao y del Vicariato de Shiu-Chow no
están mano sobre mano. De ellos. Dios me­
diante, me ocuparé otro día.
Bendiga, amado Padre, este precioso haz de
obras que aquí hemos iniciado y tedas las que,
alentados con su bendición, queremos aiin
iniciar y desarrollar.
Su afjmo. hijo
C arlos B raga Pbro.

Colegio de Chaogot

6o

G A C E T IL L A S
Ln cenfenor/o glorioso. —
gran rotativo
católico « La Croix * celebra sus primeros cien años
(le apostolado. Hijo do la « Boiine Presse», obra
admirable de los católicos franccse.s, llega a su ma­
yor edad, lleno de triunfos y rebo.sando salud y
fortaleza. Su tirada e.s la mayor conocida entre
todos los diarios netamente católicos del mundo,
y el secreto de un éxito tan clamoroso débese, a
parte de sus méritos propios, a la comprensión del
clero y del laicado que, desde el primer momento y
con una campaña tenaz e inteligente, se impusieron
el deber de ampararlo y propagarlo, haciéndolo
entrar en todos los hogares católicos de sus parro­
quias, arrojando de lo.s mismos los diarios indife­
rentes, y logrando hacerlo llegar de un modo gra­
dual, a mano.s de los menos piadosos y aún de los
impíos.
Enamorados los Salesiatios de la Buena Prensa
y convencidos de que, sin ella, todos los esfuerzos
que se hagan para sanar la sociedad serán poco
menos que estériles, felicitamos al glorio.so diario
y le auguramos abundantes y renovadas cosechas
de triunfos.
El capitán Charles H. Marhham. — Hijo del
general del mismo nombre, es un glorioso mutilado
de la Gran Guerra perteneciente al ejército inglés,
abogado y conocido autor dramático que ha abju­
rado el protestantismo e ingresado en la Iglesia
Católica,
El 6 de octubre p. p. recibió el santo Bautismo,
y el 7 hizo la Primera Comunión en Salcombe (South
Deyon).
Dice que ha encontrado la fe estudiando el catoli­
cismo, a través de serias investigaciones, y atribuye
la gracia de su conversión al Beato Juan Bosco.
Al bautizarme — escribe en una de sus cartas —
me he impuesto el nombre de J uan, en agradeci­
miento a Don Bosco por haber sido un hijo suyo
salesimio el instrumento de mi conversión ».
• Gracias sin fín al Beato, que me ha llevado a
las puertas de la santa Iglesia, en cuyo seno me
siento ahora tan feliz >.
Nuevo Centro de Exalumnos salesianos.
El
día 11 de setiembre reuniéronse, en la capilla del
Colegio de Ramos Megía (Argentina) un imirortante
núcleo de jóvenes exulumnos, para constituirse en
Sociedad. Presididos por el Director de dicho Colegio
Rvdo. P. Esteban Pagliere, se celebró una intere­
sante asamblea, cu la que todos evidenciaron de
uu modo consolador los sentimientos de salesianidad que les animan. Al terminar, eligieron por acla­
mación la primera Junta Directiva y acorxlarou di­
rigir tt imestro Rector Mayor l>on Pedro Ricaldone
uu fervoroso mensaje de acatamiento y amor.
¡I'hthorubucnal
La Fiesta de la Rjxa. - La Colectividad líspailola de Comodona Rivadavia (Argentina) ha ce­
lebrado este año con especial solemnidad y con e!
concurso del Colegio Salcsiano allí establecido, la
clásica Eiestu de la Raza. Iniciada con magníficos

actos religiosos, desarrollaron un lucido programa
de festejos del que merece destacarse el ofreci­
miento al municipio, por la referida Colectividad, de
un artístico mástil con la Bandera nacional argen­
tina que ondeará en las grandes solemnidades.
La primera Resta del Papa en el Kurdisfán.

— En el centro dcl Kurdistán Pérsico, hállase
incrustada la pequeña diócesis católica de Sena,
cuyo obispo titular es Mons. Nissan. líl 3 de julio
p. p. acordó aquella diócesis celebrar por vez pri­
mera la Fiesta del Papa, a cuyo efecto y previa­
mente invitado, trasladcíse a ella en automóvil,
haciendo uu viaje penoso de veinte horas, el Dele­
gado Apostólico Mons. Egidio Lari.
Aquel día la ciudad amaneció de gran gala; todos
sin excepción, acercáronse al banquete eucarístico
y organizóse un lucido cortejo en honor del Repre­
sentante del Papa en el que figuraban veinte niños
y niñas de Primera Comunión vestidos de blanco,
sobre cuyas cabezas, las mujeres, desde las venta­
nas, echaban flores y aguas olorosas, siguiendo ima
antigua usanza.
Hubo Pontifical en el que el Sr. Obispo hizo un dis­
curso, en lengua caldea, cantando las excelencias
y el amor del Padre común de los fieles y a tan so­
lemnes actos asistieron todas las Autoridades, a
pesar de que no son católicas, el Comandante de la
fuerza armada, el Muecín de la gran mezquita y el
Gobernador del Kurdistán Moschar-od-Da\veth.
Conferencias sobre Don Bosco. — E>^ Estados
Unidos de América, el Inspector Salesiano P. Pittini ha iniciado una serie de Conferencias sobre Don
Busco y su Obra, en los grandes Seminarios de
Baltimore y Rochester y en la Universidad * Niá­
gara *, que prometen grandes resultados prácticos,
lían sido acogidas desde luego con extraordinario
interés y, seguirán durante todo este invierno.
Renato Bazin, Cooperador Salesiano. — Este
gran literato de la Academia Francesa que murió,
pocos meses hace, y cuya obra cultural ha tenido
cu todo el mundo una resonancia inmensa, figuraba
en lu lista de los Cooperadores Salesianos y seguía
con gran interés el desarrollo de nuestros actividades,
e.spccialmeiite dcl Oratorio Menilmontant de París.
Con alma profunda e íntegramente católica y con
una paleta riquísima de color, ha logrado dar a toda
su producción literaria el fuerte matiz religioso con
que soñaba Veuillot, y ha hecho un bien inmenso.
Su.s ejemplos, sin embargo, valen aún má,s que sus
escritos, pues siempre fué un dechado de piedad y
de todas las virtudes cristianas. Durante su última
enfermedad no dejó, ni un solo día, de recibir la
Sgda. Comunión y mientras hnbo fuerza en su^
dedos, ejerció el glorioso apostolado de la pluma.
De su lecho de dolor salieron el Magnffical, bellísima
novela de una vocación, y Monastére de Saín
Fierre FowrrjVr. que describe en forma deleitabUaquella casa dp formación cristiana que en Francia
se conoce con el nombre de /.es Oiseaux.

Gracias obtenidas por intercesión
de María Auxiliadora y del Beato Juan Bosco.
(Según Decreto de 7 de junio de 1932, emanado
por la Sgda. Congregación del Concilio, la publica­
ción de Gracias y Ofertas, en Periódicos y Revistas,
deberá someterse a determinadas normas. En vista
de ello, la Dirección de * Boletín Salesiano » se re­
serva el derecho de no publicar las Relaciones que,
a su juicio, no respondan al espíritu del e3q>resado
Decreto, o de consignar únicamente el nombre o
iniciales de la persona favorecida, prescindiendo de
toda exposición de hechos, lo cual ya ha venido
haciendo nuestra Revista, cuando la falta de espacio
la ha obligado a ello y, siempre y en todos los casos, es
suficiente para tranquilizar la conciencia de los que
han hecho promesa de publicar el favor recibido).

ESPAÑA (Conma) Ribeira. — 19 Diciembre de
1932. — Estaba para fallarse tm pleito importante
y el perderlo me habría ocasionado grande daño.
Hice la novena a María Auxiliadora y la Sma. Vir­
gen oyó mis ruegos; por lo que le doy rendidas
gracias y hago pública en el Boletín Salesiano la
bondad de María para conmigo.
M. P.
ESPAÑA (Sevilla) Fuentes de Andalucía - 27 No­
viembre de 1932. — Debiendo someterme a tma
dolorosa operación, so pena de perder la vida, opté
por la intervención quirúrgica, encomendándome
antes llena de confianza, a nuestra buena Madre
María Auxiliadora, ofreciendo hacer celebrar una
misa en acción de gracias, dar ima limosna y publicar
la gracia. La operación ha salido maravillosamente
y hoy agradecidísima cumplo la triple promesa y
hago voto de propagar su eficaz devoción hasta el
último aliento de mi vida.
María González H erce .
ARGENTINA Buenos Aires - 7 Noviembre de 1932.
— Encontrándose muy enfermo un amigo mío, fui
a visitarlo y le pedí permiso para colocar á su cuello
una medalla del Beato Juan Bosco, bendecida por
el Papa, según me dijo la persona que me la entregó
y que estuvo en Turín los días de la beatificación
de Don J uan Bosco. Habiendo escuchado el Beato mis
súplicas y encontrándose ya sano el enfermo antes
desahuciado, cumplo la promesa de publicar esta
gracia en el Boletín Salesiano.
V icto r in o B e l c a g u y .

Salía - 6 de Noviembre de 1932. —
I^cspués de leer en el Boletín las gracias obtenidas
per intercesión de María Auxiliadora y del Beato
J uan Bosco, tuve la feliz idea de acudir a ellos.
a r g e n t in a

Hallándose muy enferma una de mis tías, de una
afección nerviosa, que la privaba de todo trabajo
intelectual y físico, y sufriendo mucho moralmente
durante once meses cou una excitación penosísima,
recurrí al Beato Juan Bosco, ofreciéndole hacer
varias obras de apostolado católico si me alcanzaba
la gracia de curar a la persona querida. Hoy cumplo
agradecida mis promesas, por hallarse la enferma
gozando de completa .salud.
D ora P e r e z L in a r e s .

ARGENTINA Tticumdn • Noviembre 14 de 1932.
— Sufría, desde mucho tiempo, de dolores de reuma
y, últimamente, habiendo sobrevenido un ataque
agudo y no teniendo alivio con ninguna de las medi­
cinas recetadas, tomé una escarapela del Beato
Don Bosco y aplicándola a la parte afectada, rogán­
dole con fervor y prometiéndole llevarle siempre
conmigo y ser su devota durante la vida, liice llena
de fe, tres cruces sobre el brazo con la efigie del
Beato y cou rapidez impresionante desaparecieron
los dolores. ¡Qué portentoso es el Beato Padre
Bosco! Le doy las más rendidas gracias.
L o l a O rte g a

de

Del Prado.

COLOMBIA (Valle) Tulud - Octubre de 1932. —
Con inmensa satisfacción hago pública mi eterna
gratitud a la Sma. Virgen Auxiliadora, por haberme
obtenido el siguiente favor: Encontrándonos en la
necesidad imprescindible de educar a una hermanita, y no teniendo medios para sostenerla en el
colegio, se le vino a papá la idea de solicitar una
beca, pero en la duda de que tal vez no la conse­
guiríamos por no ser de la población, acudimos con
fervor a la Sma Virgen encomendándole el asunto;
hicimos la petición al Concejo y éste, sin oponer
dificultad ninguna, nos concedió el suspirado favor,
que luego con la misma facilidad, se repitió el año
siguiente, y esperamos que por la bondadosa in­
tervención de la Virgen, se nos seguirá otorgando.
También doy gracias por otros beneficios recibidos
de tan buena Madre.
G. R.
COSTA RICA San José - Octubre de 1932. — Ha­
biendo tenido necesidad de someterme a una ope­
ración qtárúrgica, recurrí a María Auxiliadora y al
Beato J uáh Bosco, para obtener la gracia de salir
bien de ella, prometiéndoles publicarla. Fui escu­
chada y agradecida cumplo mi promesa, repitiendo
.sin cesar que jam.ás se recurre en vano a tan buena
Madre
Sor Josefina Rmz
H. de M. A.

Ó2
MiíJICO D. P. ■ 7 de Diciembre de 1931. — Al
ténnitio de mi lloviendo me encontrahn c''n tan
poca salud que ful admitida coiididonalmente a la
profesión religiosa. Mi estado fuó empeorando y ni
la ciencia médica, ni el empeño del Doctor que me
atendía daban alqún resultado. No quedándome más
recurso que implorar dd ciclo la gracia de poder
continuar hasta la muerte en mí amada Congrega­
ción, puse por intercesor al B. Don Bosco, prome­
tiéndole, de acuerdo con mi buena Directora, pu­
blicar dicha gracia.
Pasé tres años de continua angustia y zozobra
por temor de no ser admitida a la profesión per­
petua, pero también de continua súplica a mi amado
Intercesor.
Llegó por fin la fecha decisiva, y, |oh bondad y
poder de la intercesión de mi Padre! con gran con­
suelo y felicidad de mi alma pude pronunciar mis
santos votos perpetuos.
Amado Padre, continúa ahora ayudándome, dame
tu espíritu para que no sea indigna de favor tan
señalado.
Una Hija dt Marta Auxiliadora.
MliJICO - Stbre 5 de 1932. — Josefina Santoscoy
de Gómez da gracias a María Auxiliadora, que por
intercesión de Don Bosco le concedió el alivio de
su hijita M. Teresa de gravísima enfermedad.
Manda una liniosua para la.s misiones.
MEJICO D. F. - 12 Setiembre de 1932. — K1 día
4 de junio de 1931 fui acometida de erisipela, acom­
pañada de fiebre muy alta. El mal comenzó en la
oreja derecha, extendiéndose rápidamente por toda
la cara. Me invadía ya grau parte de la cabeza, y
.sintiendo que la enfermedad hacía rápidos progre­
sos, acompañada de agudísimos dolores, llena de
fe apliqué en la parte enferma una medalla de
nuestro B. Padre, pidiéndole al mismo tiempo mi
curación si tal era la Voluntad divina. Sin em­
bargo, el mal no cedia y temiendo mis buenas Superioras que la erisipela llegase al cerebro, me apli­
caron con gran confianza la reliquia de nuestro
Beato P. y, ¡oh prodigiol apenas la tuve conmigo,
sentí notable mejoría. La fiebre desapareció bien
pronto y con ella todo peligro del mal que me
aquejaba, por lo que llena de agradecimiento, pu­
blico esta gracia para gloria de Dios y de nuestro
querido Beato Juan Bosco.
.S, T e r e s .\ T u y s s ie r

//. df M. A.
MEJICO Guadalajara. - - Doy infinitas gracias al
Beato Don Bosco que por su intercesión nos alcanzó
de María Auxiliadora la salud de mi hijo Manuel.
Mando una limosna, deseando sea público mi agra­
decimiento.
J u l ia

a

. Vda.

de

E strada.

MlvJlCO Ctuadala¡ara.
Hallándome cuferma de
un tumor, que padecí más de un año, acudí a Maria
.\uxiliadora por intercesióu de Don Bosco, prometieudo publicar la gracia, siendo en seguida escu­
chada. .Agradecida, ruego a Don Bosco acepte mi
íntimo reconocimiento y sirva esta publicación
para aumentar el número de sus devotos.
R o sa M a r ía G u im a n .

MEJICO Guadalajara. — Doy gracias al Beato Dou
Hosco por un beneficio espiritual y además le \ÍTÍré

agradecida porque, teniendo 4 niños necesitados de
colegio y careciendo de recursos, para costear su
educación, se los encomendé a El, pidiéndole su
ayuda y conseguí los 4 lugares de gracia, en muy
buenos colegios.
M. V. G.
MEJICO (Micb.) Morelia. — 6 de diciembre de
1931. — M. G. de S. da gracias a María Auxiliadora
y al Beato Don Bosco por varios favores a Ellos
encomendados;
Primero, por haber concedido la salud a su esposo,
el cual curó de reumatismo ciático que padecía
liacia más de un año. Segundo, por haberlo puesto
en la imposibilidad de seguir alimentando una mala
costumbre que afligía grandemente a la familia y
era causa de mal ejemplo para sus hijos.
Tercero, por haberle solucionado felizmente un
asunto económico en el que se temían intromisiones
perversas.
MEJICO San Martin Texmelucan — Francisco
Solis da gracias a María Auxiliadora por haberle
sanado de una grave enfermedad sin necesidad de
hacerle operación, y da una limosna como lo había
prometido.
MEJICO San Martín Texmelucan. — Habiéndome
dado i;n cólico hepático y encontrándome mal, in­
voqué la protección del Beato Juan Bosco, pasán­
dome por la parte dolorida una medalla con el re­
trato del Beato J uan Bosco; al instante me encontré
aliviada y mejoré en seguida.
Muy agradecida al Beato Juan Bosco y a María
Auxiliadora, hago publicar la gracia.
E . L ópez.

MEJICO (Mich.) Zitdcuaro - Junio de 1931. — Doy
mil gracias al B. J. Bosco por haberme alcanzado,
por su poderosa intercesión, la salud de mi único
liijo. Hago pública la gracia y envío una pequeña
limosna para sus huerfanitos.
M a r ía R iv e r .a

MEJICO (Mich.) Zitdcuaro - Junio de 1932. —
Habiéndose separado de mi lado una hija mía y
sabiendo que corría mucho peligro, acudí en de­
manda de ayuda a la Sma. Virgen María Auxilia­
dora, rezándole su novena. Habiendo alcanzado la
gracia de que volviera, hago público mi rcconociluieato.
B e a t r iz P. Co r t e s .
MEJICO (Mich.) Zitdcuaro. — Encontrándome en
situación triste y apurada por asuntos muy difí­
ciles, me encomendé de todo corazón a mi celestial
Madre María Auxiliadora por intercesión del Beato
Juan Bosco, haciendo repetidas novenas y prome­
tiéndole publicar la gracia en el Boletín Salesiano.
Hoy cumplo gustosa lo prometido. ¡Gracias, Madre
mial En las necesidades y angustias de la vida
ampárame y no me niegues nimca tu valiosa pro­
tección.
M a r ía R a f a e l a C a r v a ja l

Exalumna y cooperadora salesiana.
MEJICO (Mich.) ZiriUicuaro - Mayo de 1932. —
Doy gracias a María Auxiliadora y al Beato Juan
Bosco por haber obtenido por su poderosa interce­
sión el sentido de ia vista que había casi perdido,
sin haber probado ningún alivio con las medicinas.
En agradecimiento envío una limosna.
B altazar Alcantas.

63
MEJICO (Mich.) Yurécuaro. — Habiéndome en­
contrado en una necesidad muy grande, porque un
hijo mío estaba próximo a perder su trabajo, y no
encontrando otro consuelo, imploré la ayuda de mi
Madre, la Auxiliadora de los Cristianos, para que
me ayudara en tan grande necesidad, prometién­
dole hacer una novena. Habiendo ya alcanzado la
gracia de tan bondadosa Madre, cumplo mi promesa
y pido que se publique en el Boletín Salesiano, para
mayor gloria y alabanza de María Auxiliadora.

D an también gracias a M aría Auxiliadora y
a l B ea to Juan B o s c o p o r favores recibidos:

E spaíía Lérida. — Orgañá.
A rgentina (Corrientes) Santa Lucia. — María
Ernestina Crosta.
Argentina San Miguel. — Una devota.
Colombia (Valle) Yumbo. — Emilia Várela —
Benigna de Frine — Irene López — Bernarda de
E s t e b a n M ir a n d a .
Espinoza — Ana María L. de Domínguez — Jus­
PERU Lima - 8 Agosto de 1932. — Mi esposo fué
tina de Guevara — Vicente Guevara — Carolina
detenido injustamente como preso político y era
Sánchez — Ninfa de Arámburo — Rosenda Vermuy difícil conseguir su libertad. Yo entonces le
gara — Sofía Vergara. — Carmen T. Lenis — Joa­
pedí a la Virgen Santísima, por medio de Don Bosco,
quina de Prado — Rafaela Prado — Ana L. de F.
que nos concediera poderlo sacar de la cárcel y en
seguida comenzaron a interesarse por mi esposo'
E stados Unidos (Cal.) Los A ngrles. — Vito Campersonas muy influyentes en el gobierno, de quienes
panelli — Julia V. de Guerrero.
nunca pensé pudieran ayudamos y antes de 8 dias
E stados Unidos (Cal.) PUtsburg. — A. S. L.
se solucionó el asimto.
M
éjico Aguascalienies. — Jovita Robles — Rosa
Yo había prometido a María Auxiliadora publicar
la gracia, pero pasaron 4 meses y -por desidia no María Chávez.
había aun cumplido la promesa. Nuevamente to­
Méjico Durango. — Guadalupe Lugo.
maron preso a mi marido, pero esta vez las cosas
M
éjico Guadalajara. — M. G. de M. — A. G. V.
se presentaron aun más difíciles pues sus mismos
— Una devota.
enemigos de la vez pasada, habían intrigado hasta
Méjico Ixüán. — Refugio M. W. — J. uiloa.
conseguir tma orden terminante de prisión indefi­
nida. Acudí de nuevo a María Auxiliadora ofrecién­
Méjico Puebla. — Dolores Dávila de Reguero.
dole Cumplir esta vez, inmediatamente, con lo ofre­ — Asimción Soto — María E. de Galindo.
cido. Al mes de faltar mi esposo, estando en peligro
Méjico San Martin Texmelucan. — Una devota.
de perder su trabajo y cuando su libertad parecía
imposible de conseguir, la gracia que yo pedia fué
Méjico Zitdcuaro. — Josefa Piña — Una devota
otorgada tan plenamente, que tenemos seguridades
— Una Cooperadora.
de que no será nuevamente molestado.
Méjico D. F. — Matilde R. de Ecol.
Cumplo pues con lo ofrecido y siempre y en todos
De procedencia desconocida. — P. C. V. de Moreno.
los momentos difíciles de mi vida, acudiré llena de
confianza a María Auxiliadora y a su mediador Don
Sosco.
R o sa d e S b o a n b .
VENEZUELA Táriba - 24 Octubre de 1932. — Muy
agradecida a mi dulce Madre María Auxiliadora por
muchos favores recibidos de su bendita mano,
entre ellos el haberme curado de una enfermedad
en la vista, como lo ofrecí, hago pública mi gratitud
en el Boletín Salesiano.
R o sa M. C h ia r i C.
Be procedencia desconocida. — |Gradas, Padre
^io, gradas!
Habiendo sabido que mi cuñado se encontraba
gravemente enfermo, con toda confianza empecé
inmediatamente una novena a mi Beato Padre, su­
plicándole lo sanara; pues siendo padre de sds
hijos, sufría grandemente al sólo pensar dejara vinda
a mi pobre hermana.
Le operaron dos veces en un brazo, pues tenia
Rna fístula que por siete años no le quizo cerrar.
^ agravó de tal manera que redbió todos los auxi­
lios espirituales y el mismo Doctor ya lo desahndaba.
La grada no se hizo esperar. Con asombro del
médico empezó a mejorar de tal manera que el
mismo doctor, que no era muy creyente, exclamó:
¡Esto es un milagro!
Al mes estaba fuera de peligro.
•■ ^^adedda inmensamente cumplo lo prometido,
publicando la grada y enviando ntia pequeña li­
mosna para su canonización.
M. OB lA L c z E nriqctez

H. de M. A

Por intercesión
de nuestros Siervos de Dios.
E spañ a Barcelona. — D. B. da gracias a la Sícrva

de Dios Dorotea de Cbopitca, por un importante
favor de ella recibido después de ofrecerle Misa
y Comunión diarias y visitar su sepulcro.
A r g e n tin a (S. F.) Sastre. — Juana B. de Tolozano

envía una limosna para la causa de beatificación
de Dña Dorotea de Chopitea, en agradecimiento
por una grada extraordinaria redbída, mediante
su intercesión.
M é jico Querétaro. — María T. Vda. de Herrera da

gradas a Dña Dorotea Chopitea por favores redbidos, y envía una limosna para la causa de su
beatificadón.
\ ENEZDELA Tdriba. — Rosa M. Chiari, profunda­

mente agradedda al Siervo de Dios Domingo
Savio, por haber visto su protecdón de un modo
manifiesto, después de invocarlo pidiéndole la
librara de una afección en un ojo, publica la
grada en el Boletín Salesiano, como lo ofredó
y envía una pequeña limosna para ayudar a
promover su beatificadón.

64

NECROLOGÍAS
Mariana Uharf de Masondo
lia «lojado esta miserable vida despiiés de haber
prodigado su bondad y sii virtud, y haber sido un
ejemplo vivo de piedad sincera. Mariana Uhart de
Masondo vivió siempre en el amor de Jesús y se
apagó en íntima comunión con El. Mujer de temple
fuerte, y madre verdaderamente cristiana, educó a

V

i

/

sus hijos cu la escuela de Don Bosco y entregó geuemsamente una de sus hijas a la Congregación de
las Hijas de María Auxiliadora.
Oriunda de Leliecún-Bajos Pirineos (Eraucia),
se estableció desde joven en el barrio de Al­
magro de Buenos Aires, siendo amante cooperadora
de la obra Salesiana. El Señor la llamó a su seno el
5 de noviembre p. p. a la edad de 82 años, habiendo
recibido con entereza los Santos Sacramentos, repe­
tidas veces, convirtiendo su lecho en escuela de
dolor y resignación.
Por la capilla ardiente desfilaron numerosas per­
sonas, llevando palabras de consuelo a sus hijos
y demás deudos, contándose entro los concurrentes
varios sacerdotes Salesiauos, quienes ofrecieron
múltiple.s sufragios por sn alma.
Al presentar nuestras condolencias a sus allega­
dos, la encomendamos a las oraciones de los Coo­
peradores Saicsianos.

Doña María P. del Barba Pedrolini.
El 34 de Julio p. p. en vísperas de cumplir 85
años de edad, pasó a mejor vida la Sra. María P.
del Barba, madre del querido e inolvidable P. Aqui­
lea Pedrolini. La noticia causó muy penosa impre­
sión cspccinlmcute cu Rodeo del Medio (Argentina)
donde lu cstiuts gozaba de mucha estima.
Pué mujer de fe viva y de piedad muy acendrada,
virtudes que bebió a raudales en un colegio de su

patria (Italia) cuyas maestras, aunque no eran reli­
giosas, cumplían admirablemente su deber de edu­
cadoras de la juventud. No dejaba pasar día sin
asistir a la Santa Misa y recibir la Comunión. Muy
devota del Sagrado Corazón de Jesús y de María
Auxiliadora, practicaba con ejemplar exactitud los
ejercicios del primer viernes y del 24 de cada mes;
por eso la Sma. Virgen habrá querido llevársela en
dia a Ella dedicado.
En 1913, necesitando el Padre Pedrolini Director
de la Escuda Don Bosco, una persona de con­
fianza que atendiese una casa de pen.sión destinada
a los alumnos de la misma Escuela, invitó a sit buena
madre, la cual aun sintiendo abandonar su resi
dencia del Azul (Buenos Aires) donde tantos años
había permanecido, accedió a los ruegos de su hijo,
deseosa de ayudarlo en la medida de sus fuerza.s,
así como la madre de Don Bosco había aceptado
trasladarse al Oratorio para trabajar en favor de
sus niños. Halagábale también el pensamiento de
pasar sus iiltimos años cerca de su hijo sacerdote y
más aun a la sombra del Santuario de María Auxi­
liadora por él ediñeado.
No le faltaron cruces a la buena señora y la más
dolorosa de todas fué ciertamente el temor de perder
de un día a otro a su buen Aquiles, tan delicado de
salud y que varias veces estuvo al borde del sepulcro.
El cáliz de la amargura hubo de ser apurado por ella
hasta las heces el día 12 de septiembre de 1930
cuando le fué anunciado que su hijo ya no existía
¡Pobre señora! ¡Cuánto no habrá sufrido! Ni siquiera
tuvo el consuelo de ir a darle el supremo adiós,
pues no podía abandonar el lecho. Aunque resig­
nada, no dejó de sufrir durante los dos años que
sobrevivió a tan triste separación, años de padeci­
mientos físicos y morales que habrán purificado su
alma, haciéndola digna de entrar, sin necesidad de
nuevas purificaciones, en los eternos tabernáculos.

Doña Isabel Cardenal de Cuadra.
Falleció il 38 de Agosto de 1932, en Granada
(Nicaragua). Joven todavía, se presenta ante Dios
con las manos llenas de merecimientos y obras
ejemplares de caridad, habiendo sido modelo de
hija, eposa y madre, y de Cooperadora salesiana.
línviamos nuestro más sentido pésame a las familias
Cardenal y Cuadra y especialmente a su esposo el
Dr. Don Alberto Cuadra y a sus dos uiñitas, para
quienes pedimos el bálsamo de la resignación
cristiana.
R eco rd a d también en vuestros sufragios a:

E spaña (Vigo) Cangas. — José de Haz y Zabala.
MBJICO Ixtldn. — Femando M. del Campo — Ra­
fael Arambula — Fernanda Bmudio — Con
cepción Vda. de Orozco.
R. i. P.

Coa a/M-oáacASa
/a »mtorid»d ecJesiáalica.
D irecfor-K ^M M ble D . DO.M IN G O G A RN £R [.
CklaUccimkalo D p1* Socicáad Eilitora Intersacioaal - Tarto
C arao Regimt Mmrght r i lm. Í7 é.

Fecha
1933.02