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Título
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BS_1932_06
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Descripción
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Boletín Salesiano. Junio 1932
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extracted text
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Año XLVII - N, 6 . —
Junio, 1932
BOLETÍN SALESIANO
REVISTA DE LAS OBRAS
DE DON
BOSCO
Verdadero concepto
de la cooperación salesiana.
(ConfianaQión),
D e lo excelenfe que es cooperar
a Ja salvación de Jas almas.
Lo QUE DICE LA RAZON. — E l deber de
procurar el bien espiritual de nuestros seme
jantes es.n o sólo fácil y asequible, como aca
bamos de ver, sino en extrem o noble y ele\*ado, aún m irándolo de un modo puram ente
natural y humano. Dice San Juan Crisóstomo:
'i Si llam am os nobles y divinas las artes del
pintor y del escultor que, en una tela o en
un bloque de mármol, saben hacer v iv ir
una de esas imágenes, cu ya elegancia de
líneas y sublim idad de expresión conmue\-en
y arrebatan, ¡cuánto más noble y sublime
no deberá ser considerada la obra de los que
se dedican a m odelar espíritus, educándolos
solícitamente, apartando de su camino los
obstáculos que pueden hacerles tropezar, y
tratando de convertirlos en obras maestras
de belleza moral, dignas de ser trasladadas
a los palacios del cielo 1»
Si alabam os con razón a esos hombres
generosos que dedican su fortuna a enriquecer
los museos, con obras de peregrina belleza,
y a estim ular la em ulación de los artistas
que noblemente contribu5-en a elevar el
nivel cultural de la sociedad ¿con cuánta
más razón no deberemos alabar a quienes,
con su sacrificio personal, con su dinero u
otra cualquier forma de cooperación, dedícanse a rehabilitar, perfeccionar y santificar
Us almag de SUS hermanos?
Si grande es Murillo cuando pinta su In
maculada y M iguel A ngel cuando esculpe su
Moisés, no menos grande es el sacerdote o
el seglar que sabe m odelar e idealizar, no
una tela ni im a piedra, por preciosas que
sean, sino un corazón \dvo, creado a imagen
de Dios.
Si es noble la misión del médico que pieservia y robustece el cuerpo y hasta lo arranca
de las garras de la muerte ¿cuánto m ás noble
no será la del que hace todas estas cosas
con las almas?
L o QUE DICE LA FE. — E sta tiene ra
zones aun m ás elevadas y convincentes.
«N adie será tan osado, dice Isaías, que
ofrezca su ayuda al espíritu de Dios, que
pretenda aconsejar a Dios y enseñar a Dios *.
Y no obstante, véase lo que el mismo Dios
ha declarado, por boca de San Pablo, refi
riéndose a los que se entregan a obras de
apostolado. Son pocas palabras, pero sublimes
y profundas de verdad: D ei enini sumus
adjutores (/. Cor., 3-9). Nosotros somos
cooperadores de Dios.
¿No es verdad que casi suenan a herejía
estas palabras? [Nosotros, míseras criaturas,
ofrecer nuestra ayuda a Dios! ¡Dios, poder
infinito, pedim os ayuda a nosotros! L a afir
mación parece atrevida, pero es absoluta
m ente exacta.
Jesucristo, para salvar a las alm as, tom ó
carne humana, tra b a jó y sufrió hasta morir
en la cruz. E s indudable que esa divina em
presa pudo m u y bien realizarla E l sólo, pero
no fu é así; procuróse ayudas y colabo
raciones ajenas, se a trajo a los Apóstoles y a
i
los Discípulos }■ fundó su Iglesia, encargada
de continuar su misión hasta el fin de los
tiempos.
He aquí porque el Apóstol pudo decir,
cf)n precisión de concepto y sin la menor
sombra de jactancia, que los que a prom over
el bien de las almas nos dedicamos, somos
cooperadores de Dios.
¿Podríais escuchar vosotros tales grandezas,
Cooperadores salesianos, sin sentir un santo
extrem ecim iento y sin desear, con el más
férvido entusiasmo, abrazaros a la hermosa
misión que tenéis encomendada?
Sea cual fuere la forma y la medida de
vuestra cooperación a las Obras de Don
Poseo, (jue son Obras de Dios, podéis estar
bien seguros de que con ella, os hacéis sal
vadores de almas, porque esas obras no
tienden ni pueden tender a otra cosa. Da
mihi animas.
Das aguas que escurren de las m ontañas
suelen bajar en pequeños hilitos, que, unidos
unos con otros, forman primero los arroyos
y después los torrentes y los ríos, donde se
produce la energía eléctrica que es la que
mueve infinidad de máquinas, creadoras de
riqueza.
A sí son tam bién vuestros pequeños actos
de cooperación. Uniéndose unos con otros, de
un modo m aravilloso, acaban por formar
una sola y form idable fuerza, el celo de la
Institución salesiana, que produce riquezas
espirituales sin cuento, riquezas que, sin
vosotros, no existirían porque vuestra ca
ridad es la que las impulsa y fom enta, como
el mismo B eato Juan Bosco hubo de recono
cerlo, con acenti’s de la más honda gratitud,
en su bellísima Carta-testamento a ios Coo
peradores salcsiatíos en la (|ue decía: S in
vuestra caridad, vo no hubiera podido hacer
sino muy pocas cosas, >- tal vez ninguna.
Con ella, por el contrario, y con el au.xilio
de la gracia divina, hemos enjugado muchas
lágrimas y sahado muchas almas.
Con vuestra caridad, hemos fundado nume
rosos Colegios y Asilos donde se hallan reco
gidos millares de huerfanifos, librados del
abandono, salvados de los peligros de la irre
ligión y de la inmoralidad, y destinados a ser
en ¡a sociedad buenos cristianos y ciudadanos
honestos.
Con x'uestra caridad hemos establecido M i
siones, hasta en los Í4ltimos confines de la
tierra y eni'iado centenares de obreros evangé
licos a cultivar la viña del Sever
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Con vuestra caridad hemos instalado im
prentas en diversas ciudades y países, v
publicado y extendido en medio del pueblo
millones de hojas y de libros, en defensa de
la verdad, fomento del espíritu cristiano y
sostenimiento de las buenas costumbres.
Cen vuestra caridad hemos levaiitado innumerables iglesias y capillas donde, durante
siglos y siglos, se cantarán todos los dias ala
banzas a Dios y a la Sma \’ irgcn y se salvarán
muchas almas.
Esa caridad de que habla Don Bosco, Coo
peradores salesianos, es precisamente la
raíz del derecho que vosotros tenéis a
participar de todos los méritos y de todas
las obras buenas que la Pía Sociedad Sa
lesiana realiza en el mundo.
Y a lo sabéis, pués; vosotros, no menos que
los H ijos de Don Bosco, sois verdaderos
cooperadores de Dios y de Jesús. D ei sumus
adjutores.
¿Se puede aspirar a nada m ás noble y más
glorioso? ¿En qué podríais em plear mejor
vuestro tiempo, vuestros recursos, ^aiestro
talento, vuestro consejo, vuestra influencia,
vuestra autoridad y vuestras oraciones?
¡Salvar almas! ¡Ayudar a Dios a sah-ar
almas! ¡Ah! pero esto — dice extasiado San
Dionisio — es algo sublim em ente di\'ino,
aunque sea una pobre criatura quién lo
realiza. Omnium divinorum divinissimum est
cooperari D ci in salutem animarum.
L o QUE D IC E N LO S HOMBRES. — líl mundo,
que ta n cerrado es para entender las cosas
sobrenaturales, comprende y admira, sin
em bargo, la grandeza de \niestra misión y
está convencido de que \aiestros generosos
esfuerzos son el único específico eficaz para
salvar esta sociedad, seriamente amenazada
de disolución y de ruina.
¿Quién no tiem bla al ver el predominio
que van adquiriendo doctrinas, no sólo an
ticristianas, sino tam bién antisociales e inhu
manas, frente a cuyos desmanes decláranse
im potentes filósofos y poh'ticos? L a situación
ha llegado a ser tan alarm ante, que todo el
mundo se pregunta con miedo. ¿A dónde
vam os a parar?
Pero Dios ha hecho sanables las naciones
y aquí estáis \*osotros. Cooperadores sale
sianos, dispuestos a alistaros en los ejércitos
del bien, aqu í estáis vosotros, guiados por el
B ea to ju an Bosco, lle\*ando en vuestras manes
el remedio de las necesidades presentes y
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dispuestos a conseguir que Jesús vu elva a
reinar en los individuos, en las fam ilias y
en las sociedades, en la vid a privada y en la
pública, en las ciencias y en las artes, en las
oficinas y en las fábricas, en la escuela y en
la política.
No tengáis pena ni os preocupéis de que
los medios, por vosotros empleados para
hacer el bien, sean humildes y modestos y
los procedimientos ignorados y desprovistos
de brillo exterior; no por esto vuestra mi
sión pierde nada de su nobleza y de su a ltí
sima sublimidad. E l divino Creador de todas
las cesas revela su poder y sabiduría, no
tanto en las constelaciones brillantes que
pueblan d firmamento, como en los seres
humildes que trabajan en la oscuridad y
en el silencio. F ija cs en los vegetales; sus
pequeñas raíces enterradas, que nadie ve,
son las que elaboran esas delicadas túnicas
de que se visten las plantas y esas flores qué
em balsam an el ambiente y esos frutos que
hacen las delicias del hombre. Este, en
cam bio, para llegar a producir im solo metro
de tela que, al lado de esos tejidos vege
tales, es algo infinitam ente burdo y despre
ciable, tu v o que m ovilizar ejércitos de obreros
y atronar los espacios con el horrible ajetreo
de sus máquinas.
¡Oh! Si el Cooperador salesiano trajera
con frecuencia a la memoria este i>ensamiento
de la grandeza y sublim idad de su misión
que, no por humilde y m odesta, deja de ser
menos noble a los ojos de Dios y menos útil
al bien de las almas, su corazón ciertamente
se sentiría siempre optim ista e invencible,
en medio de las sorpresas y dificultades
de su apostolado, sean las que fueren.
{Continuará).
Las escuelas nocíurnas en los O ratorios Festivos.
El Beato Juan Bosco, desde que estableció
en Turín su primer Oratorio Festivo, sintió
la necesidad de la Escuela diaria nocturna.
Muchos jóvenes que no podían frecuentar,
de día, las escuelas públicas, por tener que
trabajar, se la pedían a voces, y él, no sólo
la fundó, sino que fué su primer maestro.
Esto ocurría en el invierno de 1844 a 1845.
En Turín fué una novedad y una revelación;
era una cosa en la cual nadie había pensado
y fué tal el interés y el entusiasm o que des
pertó, a poco de establecida, que el Profesor
Gonella, apenas hubo com probado sus bue
nos resultados, la introdujo en la Real Obra
de la mendicidad instruida, de la que era
Presidente.
Cuando surgió, en Porta Nuova, el sesegundo Oratorio de San Luís, apareció en
seguida a su lado la Escuela nocturna. De
este modo los Oratorios Festivos se conver
tían poco a poco en cotidianos, introducién
dose. una tras otra, instituciones especiales
p2ra obreros, obras post-escolares, música,
dibuj:», gim nasia, etc. L as diversas Compa
ñías religiosas, con sus juntas y conferen
cias, hallaban allí ancho cam po para con
solidarse y todo se sentía alentado e im pul
sado hacia el progreso.
Aquellas Escuelas llenaban un vacío enor
me en aquellos tiem pos en que la instrucción
popular no era tod avía obligatoria, ni de
masiado extendida, asegurando cuando me
nos a la cultura del pueblo, las nociones
más elem entales de leer, escribir y contar.
De aquí que los jóvenes acudieran ávid a
m ente a inscribirse en ellas.
Ello increm entaba, como es natural, la
vida de los mismos Oratorios Festivos que
veían crecer, como la espuma, el número
de sus concurrentes, especialmente entre el
elemento adulto, lo cual conducía induda
blem ente a resultados morales enormes.
Después, a medida que aparecían nuevas
casas, Don Bosco fundaba tam bién en ellas
nuevas Escuelas nocturnas, procurando siem
pre adaptar sus enseñanzas a las peculiares
necesidades de cada país.
En Castelnuovo d 'A sti, por ejem plo, (hoy
Casidnuovo Don Bosco), cabeza de partido
del lugar donde nació el Beato y ciudad
em inentemente ganadera y agrícola, funciona
tod avía con éx ito creciente, una Escuela
nocturna de Zootécnica y enseñanzas afines.
E n Cuorgné (Aosta) que es más bien indus
trial y com ercial, existen, hace más de treinta
años, Escuelas nocturnas Técnico-profesio-
IÓ 4
nales y Comerciales, divididas en tres Cur
sos, a cargo de ocho profesores, cuyas en
senanzas son absolutam ente gratuitas.
Un San Pablo del Brasil, donde tenemos
un Colegio Politécnico frecuentado por más
de dos mil alumnos, siempre han existido
tam bién las Escuelas nocturnas para obreros
y empleados, íjue pueden hacer sus estudios
en cuatro años y darles, si quieren, validez
íficial.
De ese mismo tipo h ay m uchas en los E s ta
dos Unidos de Am érica, a cargo siempre de
personal salesiano, y es recentísima la so
berbia Fundación de Lansder (Alsacia), cuyos
program as y ordenación de estudios es de
lo más moderno que se conoce, abarcando
todas las disciplinas agrícolas.
Hacemos esta breve Reseña para recordar
y recomendar calurosamente este im portante
resorte de la Acción salesiana, al que todos
lo Congresos de Oratorios, celebrados hasta
el presente, han prestado una atención ex
traordinaria.
luí el V I I , del año 1924, se aprobaron
estas Conclusiones;
fl Uno de los medios más eficaces, para
ensanchar el Program a de acción, en los
Oratorios Festivos y acrecentar el numero
de los que los frecuentan, son indudable
mente, las Escuelas nocturnas.
» Cuando la oportunidad y las circunstan
cias locales no aconsejen otra cosa, éstas
serán Elem entales, con Música vocal e instru
m ental, Eenguas, Dram ática, Gimnasia, ilecanografía. Taquigrafía, etc.
« D e todas las Escuelas nocturnas, las que,
de un modo especial, recomendamos son
las Profesionales, con este Plan de estudios u
otro parecido:
Dibujo: (Geométrico, Ornam ental y Apli
cado a las diversas industrias, artes u oficios).
Cultura general: (Lengua patria. Aritmé
tica, Nociones varias).
Religión - Derechos y Deberes - Nocionts
de Comercio' (Correspondencia, Contabi
lidad).
E n los países agrícolas, el Dibujo, en
sus diversas ramas, debe ser sustituido por
la Agronom ía y m aterias afines.
E s evidente que no siempre se podrán
im plantar todas estas enseñanzas de una
vez, ni establecer, de todas ellas, lecciones
diarias; váyanse introduciendo paulatina
mente, pero ninguna E scuela nocturna debe
dejar de aspirar a tenerlas todas en su in
tegridad.
A NUESTROS CORRESPONSALES
rogamos encarecidamenfe que, en sus “ Relaciones” , proenren;
1. S er breves. — Piensen que nuestra Revista no dispone de espacio ilimitado, que tiene que
servir varias Secciones y contentar a muchos.
2. Ser amenos e interesantes. — La amenidad. depende de la exposición, el interés del
asunto, aunque no de un modo exclusivo. Desde luego que las noticias banales o de interés pu
ramente local no deben enviarse. Fundaciones nuevas, locales nuevos, actividades nuevas, -expo^
ciones, distinción, s. visitas de primeras autoridades, congresos, asambleas de cooperadores y ev
alumnt^, aniversarios y conmemoraciones importantes, fiestas extraordinarias, estadísticas de obras,
de trabajos, de resultado^ etc. he aquí lo que merece ser publicado en el Boletín.
3. Ser cuídladosos de la redacción. — No se pretende que sea literaria, pero sí corriente
y esmerada. Los pliegos deben enviarse escritos a máquina o, si no es posible, presentados con
claridad, csfwcialmente en los términos propios y folklóricos.
4. Enviar buenas fotografías. — Tanto en lo que se refiere a la buena elección del asunto,
como a la intención artística y a la ejecución técnica. De esas fotografías, las más notables se
publican y todas pasan al archivio central, donde son científicamente clasificadas y mañana formarán
la historia gráfica de nuestra Sociedad.
5. Todo el material de publicidad debe ser enviado a ; O R A T O R IO SA L E SIA N O ~ Oficina
central de prensa - V ia Coilolengo, 32 - TURIN (109) Italia.
ECOS DE LA CASA-MADRE
Jesuítas españoles en C umiana . '— Al ser
disuelta en España la ínclita y por todos conceptos,
benemérita Compañía de Jesús, entre los jóvenes
estudiantes que pasaron la frontera, más de mi
centenar se dirigieron a Turín, donde visitaron
muy detenidamente las dependencias de la Casa
Madre, fijando cincuenta de ellos sn residencia en
la misma ciudad, al socaire de la suave y riente
colina de Superga, verdadero Escorial de la Corona
de Saboya, y los restantes en Avágliana, pueble
vera prendidas en árboles y iiraderas, seinbradds
tiernos y verdeantes y, para fondo de paisaje, la
visión escenográfica de los Alpes, cuyas crestas
altísimas, nítidamente delineadas sobre un cielo
cargado de azul, estaban deslumbradoras de nieve
y de sol.
A las 8*4 de la mañana llegaban a la Escuela
agrícola, donde les esperaba todo el Colegio con
el P. Ricaldone y los españoles P. Bordas, P. Rosés
y P. Sánchez afectos a Prensa Sale.siana, cpie re-
&.5 00$
Los PP. Jesuítas españoles en Cumiana.
cito alpestre, que se halla ju n to al lago de su nom
bre. como un duce remanso de p az campesina.
Inmutados estos últimos y sus profesores por
nuestro Prefecto, y actualm ente Vicario general
Pon Pedro Ricaldone que, desde el primer momento
■ -brió su corazón y sus brazos a los Hijos mártires
de San Ign ado , con el mismo gusto y efusión con
los hubiera abierto Don Bosco, hicieron el
"• de Abril una jira campestre a nuestra Escuela
Agrícola Misionera de Cumiana, distante pocos
’-írtros de su Residencia.
Fu. aquel un día de genuina marca abrileña;
í - e tibio y perfumado, flores precoces de prima-
siden en el Oratorio, siendo recibidos con la banda
de música y con sentidos saludos en lengua española
e italiana.
H echa una breve visita a Jesús Sacramentado,
fueron obsequiados en el comedor con vino, café y
emparedados y, siempre acompañados por el P. R i
caldone qne es la inteligencia organizadora del admi
rable Establecim iento, derramáronse por la casa y
por el campo, viéndolo todo con un interés extraor
dinario, aulas y dormitorios, aparatos de agrimen
sura. museos y gabinetes en los que admiraron,
entre otras cosas, la más rica colección de liqúenes
que existe en Italia paciente y heróicamente reco-
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gídos y clasiñcados por el sabio naturalista salesiano
Grcsino; vieron m uy despacio el formidable g a
binete de química, las duchas e instalaciones higié
nicas, los graneros y nlinaccncs, los modernísimos
silos, la curiosa sala de aperos, el parque de ma(|uinaría, los talleres de reparaciones, la espléndida
vaquería con sus limpios y soberbios ejemplares de
raza, las porquerizas, los parques de avicultura,
la panadería, la fabricación de quesos, mantecas y
natillas, la anchurosa alborea, el pozo artesiano;
todo filé minuciosamente visitado a.la par que ilu
strado por la palabra culta y amena del Padre
Kiculdonc.
Eran y a más de las doce y el comedor, que había
sitio deliciosamente adornado, acogió a los buení-
r.
Jesuifas y Salesianns. — T-l ágape fralernal.
siiuos jóvenes, ofreciendo descanso a sus piernas
y consuelo a sus estómagos (jue debían estar medio
soliviantados por el ineesanle trajín.
Reinó durante toda la comida la más efusiva
cordialidad y alegría y , ul servirse los postres, el
1’ . Rordas. Director de la Oficina central de Prensa
salesiana, dirigió a los agasajados sentidas y elo
cuentes frases de cariño, haciéndoles oÍr la lengua
de España; cantáronse jotas y zortzicos, ejeciitán>nsc cv'ros y piezas «le banda y al fin levantáronse
primero los Padres que dirigían la expedición,
agradccu'ndo, visiblemente conmovidos, aquel íra
tem o homenaje, y luego el P. RieaUlonc que ojKirtunlsiino. como siempre, dejó fluir de sus labios
bis más cálidas expresiones de afecto hacia los
ilustres H ijos de San Ignacio y alentadoras frases
de sim patía para la noble España, a la que él ama,
dijo, con toda su alma.
L a tarde transcurrió tam bién m uy agradable
mente, en el salón de actos, donde se proyectó en
la pantalla un interesante film misionero y a las
cinco despidiéronse los queridos visitantes, dejando
en todos una impresión agradabilísima y llevando
a su Colegio los ojos y el corazón llenos de aquella
dulce verdad divina que ellos mismos poco antes
bellamente nos habían cantado: ¡E cce qttam bonutn
et quam jucundiimy habitare fraíres iu
¡Qué
bueno y agradable vivir unidos los hermanos!
U n a CONVERSION. — E l día 19 de Marzo, fiesta
del glorioso Patriarca, celebróse en la capilla Pinardi una ceremonia interesante y consoladora.
L a Srta Berta Bondt, de nacionalidad suiza, abjuré
el protestantismo, ingresando en el seno de nuestra
santa madre, la Iglesia católica. H echa la retracta
ción de sus errores en manos del Sr. Consejero del
Capítulo Superior D . Antonio Candela, recibió del
mismo el Sauto Bautismo, sub conditione, y ter
m inada la misa, escuchó la recién convertida, de
labios del sacerdote, palabras de felicitación,
aliento y consuelo.
E l cu>IPI,I^£IENTo PASCUAL. —
E s imposible
describir las oleadas de fieles que acudieron a este
bendito Oratorio, donde tan to bien se hace, ávidos
de recibir la gracia de Dios, en los días de Pascua,
y cumplir sus deberes de hijos dóciles de la IglesiaEos confesores contábanse p<r docenas, y pa
saron horas y horas ejerciendo el ministerio de la
misericordia. L a mañana del domingo de Resu
rrección, especialmente, desde m uy temprano hasta
el mediodía, vimos desfilar a hombres de todas las
edades y condiciones, a obreros y patronos, pobres
y ricos, soldados y oficiales; cada confesionario era
un hormiguero, cada rincón de la sacristía un tri
bunal improvisado, donde acudían las almas anhe
lantes do paz y de consuelo.
has alegrías de Dios fluyeron a torrentes sin
interrupción durante vario.s días, ante los ojos
complacidos de María Auxiliadora; el Pan Eucaristico se multiplicó y repartió con una profu.sión
verdaderamente arrobadora.
¡Pascua santa, Pascua serena y hermosa la de
la Casa-Madre! — quién te presencia una vez, no
te olvida fácibueute.
V isita ilustre . — E l Em m o Cardenal A . Hlond,
procedente de Roma, quiso visitar el Oratorio de
Tnrin, aunque sólo disponía de algunas horas.
Llegó el 31 de Marzo a las 9 de la mañana, .siendo
recibido por toda la casa con las tradicionales de
mostraciones de afecto y alegría, prosiguiendo sn
v iaje a las 9 de la noche para la capital de Polonia.
DE ESPAÑA y AMERICA
ESPAÑA (Canarias) - Las Palmas.
de San José.
Fiesta
Con solemnidad extraordinaria, se celebró
este año la fiesta del glorioso Patriarca San
José. El Triduo fué predicado por el Rvdo.
señor Director del Colegio, que puso de mani
fiesto, con sencillez y al alcance de todos, temas
muy interesantes.
La misa de Comimión general del día 19,
fué mía verdadera manifestación de amor a
Jesús Sacramentado. L a misa solemne con
curridísima: en ella cantó las glorias del glo
rioso Patrono de los obreros m uy elocuente
mente, el señor Beneficiado Don Francisco
Arbelo Morales.
Al final de la misa, por los patios y jardines
del Colegio, fué llevada en procesión la vene
rada imagen de San José, disparándose nume
rosos cohetes, y varias tracas.
A las dos y media de la tarde, con bastante
concurrencia y con munerosos disputantes, se
corrieron 24 cintas, y la Banda del Colegio
amenizó el acto con escogidas piezas.
A las 5 en punto, con asistencia de numeroso
público, tuvo lugar la función de teatro. Se
puso en escena el drama titulado la « Vuelta del
\’eterano *, que arrancó a la concurrencia nu
tridos aplausos, cerrando una jom ada magní
fica y para todos inohddable.
ESPAÑA - Córdoba.
Homenaje a Do-
mingo SavioEn este centro, donde reciben educación e
instrucción unos 960 niños, no p>odía pasar
desapercibido el día 9 de Marzo, 75 aimiversario
de la santa muerte del jovencito Domingo
Sa\io, alumno que fué — y muy amado por
sus raras prendas de rfirtud e ingenio — del
gran pedagogo B. Juan Bosco. Tanto más, que
no está lejano el día en que la Iglesia lo eleve
aria dignidad de los altares, siendo por consi
guiente, el modelo cabal de todas esas falanges de
niños y jóvenes que se educan en los colegios
S2l-:>ianos.
Debidamente preparados en días precedentes
las breves, pero eficacísimas pláticas de
Í-2S clásicas « buenas noches », costumbre propia
II
y única de las casas dol B. Juan B»*sco, ios
niños resixuidicroii do un modo admirable u
los deseos y exhortaciones de sus siipori<ires.
Fué la misa a las ocho y inetiia, resi hando
verdaderamente do comunión general.
Conmovedor en efecto fué el acto, tanto jxjr
el número como por el fen ’'or con que los niños
recibieron los Sacramentos.
Ofrecieron la Sagrada Comunión para im
petrar de Nuestro Señor la pronta beatificación
del siervo de Dios.
A l terminar la Santa Misa, se hizo una co
lecta entre los niños, depositando cada uno
cinco céntimos en la bandeja que se pasó al
efecto, y manife.stando no pocos su sentimiento
por no autorizáreeles mayor cantidad.
Se reunieron 27*40 pesetas que serán remi
tidas al señor Postulador de la causa de beati
ficación de este angelical jovencito, para con
tribuir a los gastos de la misma.
A las diez y cuarto acudieron de nuevo, con
tentos y presurosos, al toque de la campana
que los llamaba para rendir todos juntos, en
I>erfecta formación, mi homenaje breve, i)ero
solemne y ^'ibrante al modelo de jóvenes co
legiales, a Domingo Savio. cuya imagen apa
recía entre palina,s y flore.s, jilácída y atrayente
en el frontis del patúj de l.'us Escueltus gratuitas.
Después de ejecutado el himno dedicado a
Domingo vSavio, el Sr. Director del Colegio
R.everendo Don Andrús Yun Encinas, dirigió
elocuentes palabras de felicitación y alentó a
los alumnos que lo escuchaban en el más ¡lerfccto silencio.
Les propuso a Domingo Savio como modelo
a imitar, como caudillo a seguir; concretando
esta imitación en el lema del santo joven, com
pendio de perfecci&i y heróicos esfuerzos
antes morir que pecar ».
Seguidamente desfilaron todas las clases
ante el cuadro de Domingo Savio, celebrándose
a continuación un importante encuentro de
fútbol, finalizando con ello la primera parte
del sugestivo programa.
A las 2,30 de la tarde, después de recibida
la bendición con S. D. M. fueron los niños al
salón de actos para asistir a la liemiosa Acade
m ia que les esperaba — y que se celebró con
arreglo al siguiente programa; Himno por todos
i68
0.H9W.
Una sección del magnífico Externado de Córdoba.
los aliiiimos; Discurso de ocasión; Un invento
(diálogo); A Domingo Savio (poesía); E l santito do chaqueta y pantalón (diálogo); L a Pilarica (jota coral); Ix>s benjamines de Don
Hosco (diálogo) Repetición del himno.
Todos los números fueron m uy bien ejecu
tados, dejando en todos los asistentes im grato
recuerdo y seguramente, en no pocos, un sin
cero deseo de conocer mejor e imitar las virtudes
y ejemplos del SieiA-^o de Dios Domingo Savio.
E SP A Ñ A (Madrid) Carabanchel AHo. — E l
nuevo Estudianíado teológico de España.
Ofrecemos a nuestros lectores el hennoso
Grupo de teólogos, con su profesorado, que
acaban de inaugurar e.ste nuevo Centro de
Estudios.
\T‘Ucidas las no j)equeñas dificultades que
se habían opuesto, hasta ahora, al general
deseo de reunir, en un solo Colegio teológico,
a todos los estudiantes salesiauos de las tres
lnsiK*ctoríns o Punducias canónicas de España,
y elegido Carabanchel Alto (Madrid), como
lugar más a propi)sito, por su céntrica situación
poninsxdar. su camodo y magnífico edificio, su
proximidad a la capital, de la que dista sólo
algunas kilómetros y sus condiciones de salubridail e indepenileiicia urbana realmente
espléndidas, ha comenzado este año a actuar
con gran entusiasmo y con un A*igor juvenil
prometedor de grimdes éxitos.
Pertenecientes a diversos Cursos, son 34 los
estudiantes que han acudido, de todos les
pmitos de España, para completar su fonnacióa
sacerdotal, bajo la dirección del Rvdo P. Don
José M.» Manfredini y de un brillante Cuadro
de Profesores quienes, a pesar de haberse co
menzado el Curso con retraso, han desen\'uelto
en toda su integridad los Programas oficiales
vigentes en nuestra Universidad inteniacional
teológica de Tarín.
Las previsiones para el próximo Curso son
muy halagüeñas, si no viene a matarlas en flor
la obsesión reformadora de la actual política
española.
E SP A Ñ A (Valencia). — La ¡abor de ¡os
Sa/esianos. {Interesante Reportaje del periódico
local i Diario de Valencia*.
Desde las mocedades hemos sido apasionados
por el genio, por el espíritu y la egregia figura
de Don Bosco y de sus Salesiauos.
Y en estas supremas horas de dolor en que
vemos a los religiosos injustamente perseguidos
y difamados, sentimos para con ellos, muy
especiahuente, la caricia de la amistad, que,
pujante y tumultuosamente, pugna por .salirse
desleída por los puntos de la pluma.
Con motivo de la disaisión del artícuL^ pre
liminar sobre la República española, dijo un
diputado que los religiosos no trabajan.
Esto, naturalmente, fué prommeiado de
memoria y es sencillamente rma calumnia.
Busquemos sinceramente la verdad, que es lo
que ennoblece y perfuma nuestra \-ida y veamos
169
■Wi
El EstudiaDlado teológico de España.
to que hacen, y si han trabajo o no han tra
bajado, en Valencia, los Salesianas.
Estamos en el atrio del colegio. Su población
consta en curso ordinario de 180 alumnos in
ternos, más de 700 externos y 200 obreros que
asisten a clases gratuitas nocturnas. No hay
estadísticas exactas y completas, porque cuando
domina la pedagogía del amor, no se cuida
uno mucho de las cifras apelmazadas y frías
del cálculo. Podemos deducir razonadamente
que, en los treinta años que lleva de exi.stencia
el Oratorio Salesiano en nuestra ciudad, se han
educado más de 25.000 alumnos.
En 1917 se ponía la última piedra del nuevo
edificio, verdadera casa para el pueblo, levan
tada a costa de mil sacrificios secretos e inau
ditos.
Recorramos los talleres. En una gran nave,
atestada de maderas, encontramos herramientas,
Baldes, poleas para las sierras, todos los me
nesteres, en fin, de un gran taller de carpintería.
Más adelante, máquinas planas, prensa para
>átinar, guillotina, ima verdadera imprenta.
Pasan de 50 alumnos los que se forman anual•nente en estas Escuelas de Artes y Oficios.
Ingresan después de los 14 años cumplidos,
trabajan cinco horas diarias y completan su
íonnación técnica y literaria, ensancliando su
«paridad profesional con una gran dosis de
«itara. El adolescente empieza y a a ganar su
JWual al final del apr^ dizaje, y es consolador
d hecho de que en las Escudas Salesianas se
■ hsputan los patronos a sus alumnos, en quienes
«timan una especial formación de carácter
tecnia), moral y cultural.
E l saludable ejercicio del trabajo manual se
alterna con la enseñanza complementaria de
letras y dibujo, principios de cultura general,
la cual aumenta, naturalmente, la capacidad
profesional y reproductiva y los habilita despr.és
para ser irnos excelentes jefes de taller y ma
estros de arte.
¿Son los frailes enemigos de la cultura y del
progreso? En la imprenta podemos apreciar la
formidable lalxjr íjue representa el esfuerzo de
la Librería salesiana intcniacional, de la cual
forman parte integrante los talleres del Colegio,
volcando millones de folletos y de libros en el
mercado literario.
No entra ahora en iiue.stro intento, u la vista
de estas escuelas profesionales, hacer eonsiderariones de carácter moral. Nuestros lectores
saben perfectamente la gran tragedia y grave
problema de educación <juc se ]>lantea a los
aprendices en una edad, en que dejan de ser
niños y empiezan a ser hombres. Ix)S Salcsianos
resuelven maravillosamente esos peligros y
nunca Valencia se mostrará suficientemente
agradecida a esta hermosa labor.
Con toda cordialidad desearíamos que los
asociados a la Confederación Nacional del Tra
bajo y a la Unión General de Trabajadores
visitaran estas instalaciones.
La realidad conjuraría tantos prejuicios como
llevan almacenados en los desvanes del cerebro
y podrían estimar palpablemente quiénes son
sus verdaderos amigos y los que proporcionan
al obrero la limosna más grande que se le puede
hacer: habilidad para el trabajo y el ser artífice
de su futura fortuna.
X'/O
lín esta jírave crisis de Universidad que pa
decemos, es evidente que sobran médicos y
abogados y faltan hombres de técnica, maestros
de taller. Ivl genial fundador de las Escuelas
de Artes y Oficios nos señala como mi mdice
una solución orientadora.
Es claro, pues, que los vSalesianos saben
practicar como una nonna luminosa de su vida
a(|uel antiguo ajxjtegm a;« Labor, prima virlus ».
Per<} la actividad de los Salesianos deriva
principalmente a la enseñanza de letras, ma
ravillosamente montada, con un espléndido
es un trapecio irregular de 80 |)or loo, desti
nado a campo de deportes del Colo-Colo, donde
se entrenaron los conocidos jugadores Montes
Piñol, Bellver, Marín, Milego, Medina v otros
Una estatua colosal del Apóstol de Turin pre
side amorosamente los recreos, poniendo una
nota de sugestión e irresistible simpatía.
Si todo esto es admirable, resulta casi insuI>erable lo que los PP. Salesianos han obtenido
con sus Obras esdraescolares.
En el abstencionismo religioso que actual,
mente padecemos tienen gran culpa el indus.
Escuelas Salesianas de Valencia - Inlemos.
internado en que con módica i>eusióu se educa
a más de 140 alumnos pobres y de la clase
media, con sus 13 aulas excelentes, 20 maestros
snlesiaiuxsy 1 1 maestrosauxiliaresuiautcnidos y
retribuidos, 'ricue varias secciones de comercio
y clases elementales. Merece especial mención
1\ stH'cióii del Magisterio, donde se fonnati más
«le 40 maestros iuleruos.
Ks muy interesante el iwpecto de este Semi
nario de macstnis que el Cardenal Guisasola,
con certera visión, deseaba que se ampliase
toilo lo jKísvble y está llamado a dar uu fruto
espléndido jxira bien de la ixUria.
También están habilitáudase unas espaciosos
liK'ales ilesliuatlos a cantina escolar. Por poco
meiuxí de uu real, un rumoroso enjambre de niiu>s «le más de catorce jmeblos del cmitomo ten
drán una comida nutritiva.
Se esixicia la vista y ensanchan los pulmones
atite la bella perspectiva de dos anrplkís patios.
K1 primem inúlc 60 ptir 118 metros; el segundo
trialismo y la vida moderna. I aI organización
laica del trabajo, en las horas escasas del día
festivo lleva al obrero a las diversiones y esix*ctáoulos grolc.scos, cuando no al juego y a la crá
pula, que aljsorbe y sepulta los líltimos restos de
su «lignidad. Ua vida mcxlenia es movimiento,
expan.sión y frivolida<l que se busca en el de{xjrte, círculo o cualquier otro pasatiempo.
Don Bosco, en su gran intuición jxKlagógica.
funda los Oral(»rios fe.stivos, excelente medio
para santificar los días de precepto y ele\'ar
al niño y al obrero con unos recreos nobles
«lignos. Con estos famosas «• recreatorios' do
minicales se anuonizan todos los intereses J
se sah'au todas hrs exigencias, con un sentido
muy práctico y humano. Allí se asegura d
cumplimiento de los deberes religiosos que re
cuerdan al obrero que no es una simple má({uina pro<luctora y se dá amplio margen a unas
horas «de fiesta ». Déjase sentir prinap>almente
esta necesi«lad de los Oratorios en los arrabale»
I 7I
de la ciudad y en los barrios eniinentemeiite
obreros. De ahí que los Salesianos hayan ido
a buscar las almas de la popular barriada de
Sagunto, y actualmente están plasmando otra
fundación, no en el centro aristocrático de la
dudad, sino en los sitios estratégicos de R u
zafa.
Los ejercicios gimnásticos, al ritmo y compás
de los tambores y bandas de cometas; «1 fútbol,
teatro v otros mil juegos de invención de las
de ahí la gloria de Don Bosco, que supo anti
ciparse más de cincuenta años, convirtiendo
un elemento tan espectacular como es el tcatr<\
en im excelente medio de apostolado.
E l teatro de los Salesianos cuenta con siete
Compañías que alternan con gran varicnlad de
programas, y sesiones de cine con repertorio
propio. E s una verdadera escuela de Declmuución que educa la sensibilidad artística, habiendo
fonnado a actor<s tan aplaudidos como Baln-
Escuelas SaleAianaa de Valencia
niños, llenan las más refinadas exigencias de
una educación completa, en un as])ecto fí.sico
y estético.
El teatro de los Salesianos merece capítulo
aparte. Los católicos hemos j>erdido muclio
tiempo gritando c'ímtra la fuerza de la corriente:
¡Esos teatros!... ¡Esos cinemas!... Por fin la rea
lidad y el sentúlo ]>ráctico y humano nos han
ido enseñando que lo ijrocedente era encauzar
ese formidable elemento educador, bar.tizar,
rimar sin ñoñerías el arte con la moral, recon'luistar lo que habíamos perdido. No debíamos
de haber ohidado que las cuatro grandes figuras
del teatro clásico español fueron dramaturgos
que -Nistieron hábito talar y adivinaron la
enorme fuerza educadora de la escena. Ahora
es el mismo Pontífice quien, en su reciente En
cíclica sobre la educación de la juventud, nos
habla del cine como de un instrumento impor
tantísimo de formación renovadora. No po
demos, pues, sustraemos a estas realidades, y
Exiernos.
guer, Aznar. Miró. Sahalcr, Ouinot, Tensa y
Ceiiiznclo, antigi.i s ahuimns de la Casa.
Nasutro». r«.rordam<js c<jn fruición la gran
capacidad (irganizíidora de los Sale.sianos. Es
frecuente ver «‘ómo un Keligio.so toca nmravillosameiite el pi..no, dirige con todo acierto
un numen'.- ) grujs» fie eantores, jx.ne fie relieve,
en fin, su espíritu «-xqni.sitaniente cidturado y
acto continuo da un .saltf) ])íntoresc<> para en
cender una luz, o realiza con la misma humildad
el oficio de ganapanes subieiulo el telón como
im hábil tramoyista He ahí un gesto hermoso
de bella deiiu-erada, here<lado del espíritu de
aquel Beato Fundador, sacerdote piamontés,
({ue lo mismo ayutlaba a su santa madre a
mondar patatas para el alimento de los « golfos »
«le Turín recogidos del arroyo, que cuando
éstos se retiraban a donnir, en sus largas vigilias,
escribía aquellos maravillosos trataditos con
un sentido tan profundamente pedag«^co y
didáctico para las clases elementales.
-
172
No es necesario ponderar el bien incalculable
que hacen los Salesiaiios a numerosos niños
en los Oratorios festivos. Estos quedan libres
de muchos peligros de alma y cuerpo, los padres
están tranquilos ante cualquier incidente y
unos y otros salen aprovechados, porque es
de notar la mara\’illosa táctica de estos amables
Religiosos que influyen delicadamente y llegan
a educar, por medio de los hijos, a los padres.
En calidad de obras extraescolares, existe
en el edificio un importante t Centro de Do
mingo Savio >, para jóvenes que no han cum
plido i8 años. De esta manera no se pierde el
contacto y el empalme con los alumnos que
acaban de salir a reñir la batalla de la vida,
'rienen su sección de Sport, Compañía cómica.
Billar, etc. Por lui real al mes tienen derecho
los socios a todas estas diversiones. Con el
mismo ritmo y compás ñmeiona otro « Centro
de Don B o sco », integrado generalmente por
antiguos alumnos que ya son padres de familia
y (jue encuentran en el colegio xm verdadero
hogar espiritual. Pagan mensuahnente 0,50 pe
setas, con derecho a todos los recreos de la
Casa. Fruto espléndido de estos dos Centros
es un grupo selecto de Legionarios de Domingo
Savio, Conferencias de vSan Vicente de Paúl, la
Archicofradía de María Auxiliadora, varios
tximos de Adoración nocturna y vespertina,
etc. En el orden económico, merece, espe
cial mención el magnífico Barrio de Casas
baratas de Don Bosco, que consta de 100 hermasas casas, higiénicas viviendas con jardines,
planta baja y un piso, agua corriente, cuarto
de baño v todo el modesto « confort» moderno.
E s m uy oportimo, para apreciar debidamente
la labor de los ’Salesianos, destacar la intere
sante pedagogía de Don Bosco, su sistema pre
ventivo a base de la comprensión y del amor.
E l Salesiano es para el niño im compañero
xm ángel de la guarda, xm amigo accesible y
amable que convive con él todo el día y qxxe
llega a sacrificar su libertad, alternando no sólo
en las clases, sino en los recreos, a toda hora.
No es rígido ni autoritario, y sin perder de su
dignidad, sabe « hacerse todo para todos, para
ganarlos a todos ». Se impone por el amor,
ganando el corazón a base de una formación
cultxxral, religiosa y eucarística. Cc.mbate la
rxxtina y el mecanismo ritual, y los niños scii
condxxcidos ]X)r el camino de la convicción.
En esta somera visión de la obra salesiana,
no podemos olvidar la interesante institución
de <1Cooperadores », asistentes a sus fiestecilas
y solemnes veladas, colaborando material y
espiritixalmente con estos religiosos, que scii
como los canales de la caridad, intermediarios
entre el rico y el pobre, realizando xma verda
dera fraternidad y armonía de clases.
Completa la apostólica labor de los Salesianos
la Vicaría parroqxxial de la iglesia de San An
tonio, con xma población de 7.000 almas. Por
la proximidad al presidio de San Miguel de los
Reyes, habitan en esta feligresía algunas fa
milias indeseables. Para con todos, los Padres
Salesianos han ejercido un apostolado fecxmdo
y popular, extendiéndolo hacia las ovejas más
apartadas, consiguiendo que sea la parroquia
donde menos mxxeren sin los Santos Saerrmentos.
Con el mismo espíritu, sistema y calidad de
m
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iáiítftlt i|
I
Escuelas Salcsisnas de Valencia - Normalislas,
li
•
173
obras trabajan incansables y paralelamente, en
esta barriada de Sagunto, las Religiosas Saleáanas, o Hijas de María Auxiliadora. Hducan diariamente a 374 alumnas en la es
cuela diurna, y a 60 obreras en las clases
nocturnas. Al Oratorio festivo asisten más de
250 niñas. También tienen residencia en rm
barrio popular de Torrente, donde está esta
blecida la escuda dominical, con la asistencia
de 300 almnnas, concurriendo al Oratorio fes
tivo más de 500 liijas del pueblo. Por las Salesianas de Valencia han pasado más de 4.000
alumnas pobres, algunas de familias de presi
diarios, que han elevado y redimido las abne
gadas Rdigiosas, con los primores de una edu
cación esmerada.
Hemos recorrido personalmente todas las
dependencias del colegio, pudiendo apreciar
los destrozos y reminiscencias del vandálico
asalto de los incendiarios en el mes de Mayo.
La visión es dolorosa e imponente. L a capilla,
el teatro, enseres, muebles y clases enteras han
quedado completamente incendiados, destruidos
e inservibles. Diríase que aquí hubo im refina
miento sádico. ¿Creeréis que p»or estos atro
pellos de las turbas, las Religiosas, indefensas,
habrán abandonado su ministerio educador?
Nada de esto. Con la doble aureola de la vir
ginidad y del martirio, escoltadas por la incom
prensión de unos, el insulto o cariño de otros
y por la cobardía de todos, continuarán su
estimable labor, perdonando injurias, olvidando
agravios y, encuadradas en el negro marco de
maderas carbonizadas, de paredes tiznadas por
las llamas devoradoras del incendio, se sentarán
en las clases para empezar con e l «Decíamos
ayer... ; asomarán con la misma apacible dulnira de antes sus rostros, tocados por cierto
matiz de pena, y devorando la secreta amar
gura de verse sin cobijo, continuarán sus sacri
ficios por las obreras, impertérritas, grandes,
inmutables, envueltas en girones de sus hábitos,
como diciendo al pueblo ingrato y obcecado:
.\saltad otra vez nuestros conventos... Matadnos
si queréis, pero sabed que os hemos sincera
mente amado.
VlAJíEI,.
- buenos Aires. — Grandioso
y fervienie homenaje tributado, en e l C o
legio P ío IX , a la memoria d e l Rvdmo
A José Vespignani (q. s. g. h.).
a r g e n t in a
Tuvo lugar ese Homenaje el día 20 de Marzo
P-p.. bajo la presidencia del Excm o y Rvdm o
Sr. N'uncio de S. S., y he aquí un resiunen de
Reseña que de él hizo « E l Pueblo *, diario
•ifc la capital:
Resultó im acto imponente, de aquellos que
hárán época y de esos que los argentinos debi
mos tributar a quién ha educado a tantas gene
raciones y que, ciertamente, ha superado en
dedicación al trabajo, en sacrificios, en número
de alumnos y en su amor al país, a muchísimos
de aquellos para los cuales intervino la acción
del Estado o del Municipio, para erigirles mo
numentos o darles nombres a calles o aplazas.
Fueron 45 años de labor intensísima, mati
zados por una serie de empresas audaces, en
virtud de las cuales consiguió extender su obra
educadora de un extremo al otro del país.
No será fácil, dijo una de nuestras grandes
figuras nacionales, hallar un hombre que haya
hecho tanto argentinismo práctico, como él lo
hizo, y noserá posible encontrar quién superara
su eficiente uíodo de insinuarse, aún entre los
que estaban dominados }X)r prejuicios contra
nuestra tierra, y siempre tan suavemente, que
provocaba reacciones afectivas marí.villo.sas.
Er, A c t o . — Una numerosa concurrencia
llenaba ampliamente el lugar de la fiesta, en
galanado con banderas y gallardetes. A l frente
se levantó, a modo de monumento, la silueta
del padre Vespignaiü, que llamó poderosamente
la atención del público, por su naturalidad. Es
obra del presbítero En ilio Colombo y el basa
mento, no menos ponderable, del maestro
tallista señor Juan Solé y Vals.
Las bandas de los colegios Pío I X y León XTII
y las de los Exploradores realzaban el acto.
Ix)s dos primeros números Toque de atetición
del señor Angel Cremaschi y Homenaje de las
banderas, que aparecieron enlutadas, me
recieron juicios favorables.
E l Himno salesiano, dcl maestro Tabaldini,
y el In memoriam, dc-1 inolvidable mae.stro
Pedrolini, coreados por centenares y centenares
de voces, constituyeron dos preciosas audi
ciones.
La marcha f II ptanto dei fig li». por la banda
del Pío IX y La vo¿ de los sagrados bronces
dieron la nota fúnebre, suave y eniocionadora.
Los DISCURSOS.
Vibrante el del se ñ o r
R-amón Cortés Conde, jefe del Comando general
de los Exploradores, en nombre de la Institu
ción: enjundioso, el del presidente de la Cámara
de Diputados, Dr. Juan F. Cafferata, el cual
recordó con pinceladas maestras, la laborio
sidad extraordinaria del padre Vespignani; la
audacia de sus empresas; la fecundidad de su
apostolado y su acendrado amor a nuestra
patria.
E l de la señorita Juana M. I.,evcratto, fué
magnífico; el del Presbítero, Sr. Emilio Di
Pasquo, subdirector de la A. C. A., en nombre
de los E x alumnos sacerdotes, retrató al vivo
la grandeza moral del padre Vespignani y el
acierto de su pronóstú» al decirle: »sé bueno
y ruega a Dios para que im díu tú también
seas sacerdote
Habló por último, el Dr. Juan B. Podestá,
1
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-) jLwy il . ■ ,H»VU ■ II
•s.s^n
Proyecto del Monumento a la memoria del P. Vespignani.
con el acierto que le caracteriza y con ese afecto
tan graiule que tuvo siempre al buen padre
José.
'
Para exteriorizar, de un modo tangible y
ju^rcnne, el recuerdo del P. Vespignani en
Buenos Aires, proyectan sus amigos, alumnos
y admiradores erigirle un Monumento, donde
se guardarán sus restos, cuando puedan ser
trasladados de Italia, de cuyo Momnnento re
producimos las líneas que son del más puro
estilo colonial, quedando al efecto constitui
das las siguientes Comisiones, integradas por
personas del más alto relieve cultural, político
y social:
Co.MIvSIÓN HONOH.\RIA.
Ing. Rómuli) .Ayerza, Presidente tic la.s Confe
rencias Vicentinas en la Argentina; Sr. Domingo
Altube, Dr. Carlos de Arenazn, Dr. Rómulo .-\madeo,
Dr. Arturo M. Bas. ex-iUputado y profesor en de
recho; Sr. Juan Carlos Bava, Dr. Horacio Beccar
Varcla, ex ministro de Agricultura; Sr. Fernando
Bourdicu, Sr. José M. Bourdien, Dr. J. A. Bourdieu,
Sr. Antonio Brascsco, Dr. Juan B. P. Brasesco,
Ing. Juan
Briano, Dr. Juan P'. Cafferata, Presi
dente de la Cámara de Diputados; Dr. Nicéforo
Ca!«teUano. Coronel D. Jorge B. Crespo, Sr. Augusto
De Doininieis, Dr. Urbano Díaz de Vivar, Sr. Luis
A. d ’ Abrcu, Dr. Miguel Esteves, Dr. Angel Gallardo,
ex ministro tic relaciones exteriores y ex presidente
del Consejo Nacional de educación; Ing. Carlos
R . Gallardo, ex gobernador de Rio Negro; T te.
Coronel J. Goenaga, Dr. Manuel García Reynoso,
Sr. Adrían de Kroon, Pre.sidente de la A . C. A . de
San Carlos; Sr. Manuel inebausti, Dr. Manuel M.
de Iriondo, Ministro de Justicia e Instrucción
Pública; Dr. H éctor Lafaillc, Sr. Teófilo J. B. Lelong,
Dr. Antonio Lódola, Sr. Tom ás M ayoqui, Dr. A n
tonio Marcenaro, Sr. M anuel F . Mareugo, Sr. Santiagv> Marengo; Gral. de Brigada Tom ás i&lartíncz
Inspector General del Ejército; Dr. Gustavo Maríiuez Zuviría; Gral. Francisco Medina, es-ministro
de la guerra; Sr. F élix D . Moreyra, Sr. José Munay;
Vice Alm irante Vicente E . Montes, Dr. Pedro Olaechea y Alcorta, ex-senador nacional; Dr. Ernesto E.
Padilla, T te. Coronel Antonio Parodi, Ing. José
Pagés, concejal municipal; T te. Coronel Juan M.
I’odestá, Dr. Martín Pereyra Iraola, Dr. Nicolás
Percich, Dr. Gcuaro Perrupato, Dr. Enrique B.
Prack, Dr. ' Alfredo T . Rapallini, Sr. Xorberto
S. Repetto, Pre.sidente de la Junta de Gobierno
de los Círculos de Obreros; Prof. José Rezzano,
Dr. Luis J. Rocca, Sr. Juan Roche, Vicc-Almirante
Daniel Rojas Torres, Sr. Benito Spinedi, Sr. Víctor
M. Trabucco, Sr. Enrique Udaondo, Director del
musco de Lujáti; Sr. Tim oteo Usslier. Dr. Felipe
Vofre, ex-ministro dcl interior; Dr. Santiago BZaccheo, ex-contador general de la Nación.
Comisión' cevth .ai,
i>E S e S or.as Cüoper .\doras S ai. i-;sianas
Muría Delia M. de Vedoya, Presidenta; Carmen A.
de Peña, Mcrcede.s B. de Casares, Ramona C. de
.\rrotea, rjcc.*:.' María Josefa C. de Padilla, Sea(taria; Ernestina M. de Lauús, Prosecretaría: Julia
C. de Arzeno, Tesorera; María N. de Foster, Ac.v-
sorera.
C omisión' ejecu tiva .
Pbro. Jorge Serie, Inspector Salesiano; Sr. Je^'
Z. Fcrreccio, Presideute del Secretariado Rcgion¿
de los Kxalumnos de Don Bosco; Sr. Cario Cond,
secretario; Sr. Angel G. Latin ada, tesorero; Asesores:
Dr. Juan B. Podestá por la A . C.; Prof. Amadeo
Pedro Barousse, por la A. S.; Sr. Fem ando V. Segovia por la A. D.
ARG EN TIN A - (Santa Cruz) Río Gallegos— Sania M isión.
A mediados de enero, este pueblo tuvo la
dicha de recibir al Misionero, a quién no veia
desde hace muchos años.
17
/.■ )
Fi;é éste el P. Fomaiido Kenuy, celoso sa
cerdote salesiauo, párroco de Guatraché (Pampa
central) que se detuvo, a su regreso de las islas
Malwinas a donde había ido para asistir, en una
grave enfenuedad, al querido P. Migone.
El público, correspondiendo dócilm aite a la
grada di\"ina, acudió todas las noclies a escuchar
las Conferencias del Padre, estando pendiente
de sus labios más de una hora sin demostrar
el menor cansancio, y al llegar el domingo, en
que se clausuró la santa Misión, más de 200
personas se acercaron a la sagrada Mesa, y el
número de confirmados sui>eró los 250.
¡Benditos sean los Hijos de Don Bosco que
tanto bien hacen en éstas apartadas regiones
patngónicasl
CRDEXANZ.^ q u e DECL-vRA u b r e DEE I.\ü >UE.ST()
URB.^XO EL PREDIO DE LA CALLE MEJIA N« I ,
D EL « IN STITU TO DON BOSCO ». E L CON
CEJO MUNICIPAL D E Q u i t o ,
Considerando
Que el Art, segundo, letra F), de la l.cy de
impuestos para las Municipalidades, tic 30 de
enero de 1926, autoriza a los Concejos ¡xira
JO SE R K P i r o .
COLOMBIA - Pasío. — Una nueva escultura
del Beato Juan Bosco.
Ha sido adquirida por la Con-catedral de
Pasto (Colombia) gracias a la generosidad del
celoso Decurión salesiano de aquella ciudad
D. Jorge López Alvarez, que la ha costeado y
que, con entusiasmo digno del mayor encomio,
ejercita en una vasta esfera su magnífico apo
stolado salesiano y propaga la devoción a
nuestro Beato Fundador.
La hermosa estatua, tallada en madera y
artísticamente decorada, mide i,8o m. de alto
y es obra del escultor ecuatoriano Don Daniel
Pabón, que ha recibido muchas felicitaciones
por su trabajo, realmente inspirado.
A ellas imimos la nuestra y enviamos, además,
nuestra más cordial enhorabuena a la iglesia
que ha adquirido tan hermosa joya y a .su
generoso donante el Sr. I.,ópez Alvarez, sobre
el cual caerán, sin duda, las gracias y bendi
ciones de nuestro Beato.
ECUADOR - Quilo. —
un municipio.
Noble
rasgo de
L .s Salesianos de Quito, apoyados muy efi
cazmente por el Comité Central de Coopera•lvr.is Salesianas, dirigieron una súplica al
M. 1. Mimicipio de Quito, pidiendo una dismi
nución del impuesto de Predios Urbanos que
pesaba sobre el Instituto «Don Bosco *.
I.A M. I. Corporación, a pesar de la crisis
■ •couómica por que atra\iesa, otorgó, no sólo
li 'olicitada disminución, sino la completa
exoneración del impuesto, como consta por la
siguiente Ordenanza que copiamos de la « Gaí^eta M unicipal», Organo del Concejo de Quito,
c:» fecha 29 de Febrero de 1932.
exonerar de todo impuesto predial urbano a
los establecimientos de beneficencia privada;
Que por tales establecimientos, no se lian
de entender únicamente los hospitales, a.silos,
o casas de huérfanos, pues, es obra de benefi
cencia, según el sentido castizo de la palabra,
aquella que tiende a mejorar el c*stado de la
clase obrera' sin costo para ésta, mediante la
enseñanza desinteresada de algún arte u ofícir>
fjue sirva pera la vida, y a procurar para aquella
un bienestar material y moral que eleve .su
condición y le aleje del camino del vicio:
Que el Imstituto ' Don Bosco >- de esta Ca-
176
pital, reúne las condiciones de una Institución
de Ixiiieficencia privada, pues, en él se educa
y capacita a los hijos de las clases meneste
rosas del país, para la lucha por la ^'ida, sin
costo alguno para los mismos, o con un gasto
que es m uy inferior a los gastos que el funcio
namiento del Instituto demanda:
Que, además, cada domingo se reúne en el
local del Instituto « Don Bosco », a los niños,
hijos del pueblo, y gratuitamente se les aga
saja, alejándolos de los ixdigros de la calle y
dándoles honesto esparcimiento que les apro
vecha física y moralmente;
DECRETA:
Art. I. El predio urbano que, en la carrera
Mejía N, i de esta ciudad, posee el Instituto
Don Bosco. y que consta, en el Catastro de
Predios Urbanos de este Cantón, queda exo
nerado del pago del impuesto urbano por el
cuadrienio de 1932 a 1935 inclusive, término
de duración del Catastro respectivo.
Art, 2. Da presente Ordenanza regirá desde
la fecha de su sanción.
Dada en la Sala de Sesiones del i. Concejo
Municipal, en Quito, a veintisiete de enero de
mil novecientos treinta y dos. — E l Presidente
del Concejo: Migukl A . Ar,VAREZ. — E l Se
cretario Municipal: J . R o b e r t o P a e z .
A este Decreto de!
Concejo Municipal de
Quito, lleno de equidad y de comprensión que,
por ser grandemente honroso para el mismo y
significar un aplauso y un estimulo para la hu
milde labor de los Hijos de Don Bosco, hemos
querido hacer público en estas páginas, contes
taron, como era natural, el Sr. Director del Insti
tuto * Don Bosco » y la celosa y distinguida Pre
sidenta de las Cooperadoras Salesianas, Dña
Rosa Matilde Hurlado y Flores, con sendos v
expresivos Oficios de acción de gracias, que de
sean hagamos extensivas al Sr. Consejero Pre
sidente de la Comisión de Instrucción Publica
Don Ricardo Jaramillo, que tanto cantribuyó
con su noble entusiasmo, a la feliz tramitación
de este asunto.
M E J IC O - Guodolajara. — Festividad d el
I V Centenario de la Virgen de Guadalupe.
Patrono de la /nspecloria, en e l Colegio
Italiano de A rtes y Oficios.
Xuestro P. Director había dicho: «H ay que
eclebmr esta fecha, porque nadie alcanzará
otn-> Centenario Guadalupano », y los alumnos
supieron responder.
Xo era jxíra menos. Todo Méjico se había
enceiulitlo en amor a la \'irgeu Morena y ¡xjdía
ilecirse que no se peiusaba en otra cosa, sino en
preparar debidamente la Solemnidad de tan
gran Fiesta.
¿Qué extraño, pues, que se notara más ani
mación en las comuniones que se distribuyeron
los tres domingos anteriores, que se esmeraran
los pequeñitos de primaria en preparar su
catecismo y acogieran los alumnos de prepa
ratoria, con fervor y entusiasmo, la solemnidad
de tan gran fiesta ? A una sola indicación, acu
dieron todos a la misa de comunión general
misa y rosarios solemnes con que se honró a
María Inmaculada el día ocho. E l altar de
nuestra capillita lucía artfetica ornamentación.
E l P. Lamberto Bardossi hizo un fervoroso pa
negírico, enalteciendo las excelencias de María
limiaculada.
Pero lo más solemne fué la fiesta del día doce.
Como obsequio de Vísperas y para enfei^-orizar
más nuestras almas, tuvo lugar una Veladita
literario-musical en la que se recitaron inspi
radas poesías y sentidas alocuciones y se escu
charon delicadísimas piezas de música de
Massenet. Por la tarde fueron recibidos por el
P. Director ochenta y cuatro aspirantes de la
compañía de S. Luís Gonzaga. Se sentían las
caricias de la Virgen hechas a sus amados hijos
que en aquel día, con singular devoción, ador
naban sus cuellos con la simbólica cinta azul
y colocaban la santa medalla sobre su co
razón.
Y Uegó el día doce. E l vuelo de las campanas,
el ornato de las calles, la alegría mística de los
cristianos, la afluencia de fieles a los templos,
todo nos liizo recordar los solemnes momentos de
1531, cuando la Virgen se apareció en la colina
del Tepayac. Y vivimos ese día de la vida de
cuatro centurias de robusta fé.
En uno de los corredores de la Sección de
preparatoria estaba el altar smituosamente
adornado; bajo rico dosel real, la Virgen a
cuyos pies estaba la bandera de la Patria, y a
los lados y al frente, gigantesca cruz de cora
zones de todos los alumnos de los tres grupos.
En lugar de preferencia estaban los pequeñitos;
setenta y siete alumnos de la Sección del Ora
torio que iban a hacer su primera Couiimión
en sus reclinatorios blancos, con sus blancos
vestidos, Momento de intensa vida religiosa
llena de unción salesiana y bendecida segura
mente por nuestra Auxiliadora y el B. J. Bosco.
commiión fué general. Puede decirse que
no faltó a Misa un solo aliunno, ni dejó de co
mulgar ninguno.
Tras breve desayuno, servido en el Colegio
y, después de un rato de recreo, vohámos a
la iglesia para la Misa Solemne que se cantó
y oyó con la mayor devoción. E l sermón fué
dicho por el P. Femando Oropeza S. S. quién
supo acrecentar la intensidad d ¿ amor mariano,
de que todos estábamos poseídos.
Quiera la Virgen recibir estos homenajes
para la reconstmcción de nuestra Patria y
engradecimiento de nuestra Obra.
DE NUESTRAS MISIONES
Argentina - Patagonia.
Viaje del Misionero Salesiano P- Alberto De Agosíini
a través de los Andes.
¡Cuántos cambios se han verificado en pocos
años! La cordillera andina que, hace un par
de lustros, estaba completamente deshabitada,
se ha poblado y a completamente, pudiendo
«segurarse que todos sus valles se hallan ahora
ocupados por colonos o por indígenas.
El pequeño y tortuoso sendero que, desde
lainmensidad de la pampa, conducía a las faldas
de los Andes hoy ha desaparecido o, dicho más
exactamente, se ha transformado en ancha y
e&noda carretera por la que los automóviles,
devorando distancias, llevan el soplo de la
civilización y del progreso a los rincones más
apartados de la cordillera.
Dos importantísimas líneas ferroviarias, de
unos mil kilómetros de desarrollo cada una,
que derivadas de la principal, costera del Atlán
tico, dirígense al Norte, hacia Zapala una y al
Sur, hacia San Carlos de Barilocheotra, perfo
rarán muy pronto la cordillera y penetrarán
® Cliile.
En Zapala se cruzan las dos grandes carre
teras que, por el alto y bajo Neuquén respecti^ e n t e . llegan a Chosmalal una, y a Junfir
de los Andes y San Martín otra.
A este solitario país llegaba yo el 14 de diQcmbre de 1929 con m i compañero de \"iaje
D(m Aldo Balladini, para proseguir después
Junín de los Andes, donde tenemos el
centro principal de Misiones, de esta cor
dillera.
Ccttno todas las ciudades de la Patagonia,
Zapala es totalmente nueva, habiendo sido
trazada conforme a un plano regular, inspirado
ca el tablero de ajedrez, con calles espaa cordel, flanqueadas por largas filas de
álamos, único árbol que existe en aquellas regiones, limpias casi de vegetación, a causa de
los fuertes vientos que allí soplan.
A pesar de ser tan reciente la fundación de
esta ciudad, cuenta ya con unos mil habitantes
y son varios los comercios en ella establecidos,
que proveen de géneros alimenticios y demás
mercancías a las regiones y factorías comar
canas.
Periódicamente \iene el misionero salesiano
a catequizar y administrar los Santos Sacra
mentos, y esperamos poder pronto levantar una
capilla y dejar a un sacerdote con re.si(lencia
fija.
Hasta 1905, como el ferrocarril sólo llegaba
liasta Neuquén, capital ahora del Territorio
del mismo nombre, el misionero, para ir a
Junín, empleaba más de una senmna, viajando
en diligencia o en carro con las mole.stias y
privaciones consiguientes. Aluna, en menos de
ocho horas, se recorren cóniodamente en au
tomóvil los 225 km. que separan a Zapala de
Junín.
Durante el Verano se intensifica el tránsito
de autos, por el paso frecuente de colonos y
turistas y , sobre todo, por el incesante transl>orte
de lanas procedentes de las ovejas que se crían
en la cordillera.
Al día siguiente de haber llegado, conti
nuamos el \iaje en im auto que debía ir ca
sualmente a Junín.
A poco de salir perdemos de vista a Zapala,
y el auto, con arrestos de conquistador, em
prende veloz carrera a través de las altipla
nicies que preceden a la sierra de Chachil, y sólo
lo detienen de vez en cuando los profundos
17^
barrancos cjue hienden la cordillera y las nu
merosas piedras volcánicas que, en muchas
partes, aún obstruyen el camino.
Así atravesamos, ora corriendo ora frenando,
jjcro siempre a saltos, llanuras y escarpas de
una (le.suudez y tristeza impresionantes, bus
cando en vano un árbol o una jílauta que alegre
la vista. Por doquiera tobas enonnes y escorias
volcánicíus corroídas por la intemperie y azo
tadas por el huracán, Ninguna señal de vida, ni
vegetal ni animal; sólo se ven a ratos, manchas
de cabras ¡xtgadas a las rocas, despuntando las
matas espinosas del neneo.
Durante algunas horas sólo vemos paisajes es
cuálidos agrios y monótonos, pero a medida que
nos acercamos a la cordillera, los terrenos áridos
y rocosos se hacen más raros hasta que desa
parecen del todo transfonnados en verdes y
feraces pastizales, que cubren especialmente los
valles por donde corren los ríos ([ue bajan de
la cordillera.
K1primero (jiie encontramos es el Colloncura,
enriquecido con tres afluentes (pie en él deseml)Ocan más al norte, el Catanill, el Malleo y el
Chimeluun, tan abundantes de agua todos ellos
(pie solíunente en ^■ erano pueden ser vadeados
en algunos sitios.
Una balsa, o annadía, sostenida por dos
garruchas que resbalan a lo largo de un pode
roso cable de acero, tendido entre las dos orillas
del río, nos transporta rápidamente de un lado
a otro juntamente con el auto, aprovechando
la fuerza misma de la corriente. E s el ferry-boat
patagónico, sistema expeditivo y práctico
para atravesar estos ríos profundos y torren
ciales, a falta de puentes que resultarían muv
costosos pero que, ^segurainente, serán construi
dos en un porvenir no lejano.
Finalmente llegamos al pié de la cor
dillera, \dendo ya destacarse .en el vecino
horizonte picos majestuosos, entre los que sobre
sale por su belleza y elevación el cono gigan
tesco del Eanín, volcán silencioso y muerto
que se enrmelve en un blanco sudario de nieve.
Nuestro auto ha superado ya la parte más
incómoda y monótona del paisaje y penetra
en el deleitoso valle del Quimehum.cuyas aguas
se deslizan junto al camino, entre verdes ri
bazos, manchas de arbustos y exuberantes pra
deras, y al cabo de unos diez kilómetros,
ábrese ante nosotros la alegre cuenca de Junin
de los Andes, villorrio solitario incrustado en
la cordillera.
Aquellos lugares nos hacen recordar con emo
ción tiempos ya lejanos, y el pensamiento
evoca la apostólica figura de aquel misionero
excelso que se llamó Don José Fagnano, y que
cincuenta años hace, o sea en Marzo de i88i,
recorría estas mismas tierras como capellán
de un destacamento de soldados, al mando del
teniente coronel Lucero, incorporado a la ex
pedición del general Villegas. Las tribus indias,
presionadas por las tropas, huían con sus ga
nados, internándose en los pasos más abruptos
de la cordillera y abandonando el valle, que,
ocupado militarmente, debía poblarse en se
guida de colonos y de algunas, aunque no
muchas, familias indígenas sometidas.
E n el verano de 1892, los sacerdotes Don
Domingo Milanesio y Don Juan Roggeroiic.
siguiendo la ruta trazada ouce años antes por
el ejército expedicionario, llegaban a Tuníii
VU(a panorámica de J udío de ios Aodes.
para dar allí iina misión, y administrar algunos
bautismos que llegaron a un centenar.
Pero los Salesianos no se establecieron defi
nitivamente en Junín hasta el año 1895, edi
ficando allí ima capilla y una pequeña casa
para albergue de niños pobres. Las Crónicas
de esta fundación abundan en actos heróicos
V sublimes sacrificios realizados por el P. Milautóio, que después de haber pasado uu año
en Chile recogiendo limosnas para las misiones,
el 16 de Diciembre de 1895 salía de Temuco,
para atravesar la cordillera con dos carros ti
rados por tres jmntas de bueyes, donde llevaba
los objetos y ^•íveres recogidos de casa en casa,
lardando en llegar a Junín más de cuarenta
días. Hoy no se necesitan más de tres para
hacer este viaje que se realiza, parte en autoiiió^'il y parte a caballo.
Pocos días después áe mi llegada a Junñi,
se me ofreció la oportunidad de llegar hasta las
mismas faldas del volcán Jvanín, enclavado
en la « Estancia > Mamuil-Malal, propiedad de
la señora Dña Enriqueta Enchelma3'er. En
esta factoría administré cuatro bautismos y
me detuve casi una semana, a causa del mal
tiempo, que se resolvió en una fuerte nevada
sobre las montañas colindantes.
Con medios de locomoción que amablemente
nos facilitó el administrador N. Bertil Graban,
padimos realizar una interesante excursión al
lago Tromen, del cual arranca lanzándose rápidimente al cielo hasta ima altura de 3740 metros,
la gigantesca pirámide del Lanín. E l espéctaculo
que ofrece este pico fantástico con su manto
de nieve, resplandeciente al sol, recortándose
sobre el fondo azul del cielo es en extremo
inipresionante, especialmente cuando la im
pecable blancura de aquella mole se contempla,
encuadrada a través de los vanos que ofrecen
con su ramaje verde oscuro, las araucarias
seculares. I^a severa majestad de este monte
sojuzgó de tal manera la fantasía de los in
dígenas araucanos, que lo personificaron en
un genio denominado La-lín (ser que no se
mueve).
Creen estos indígenas, siguiendo una antigua
tradición, que en los valles situados al Oeste
del I.,anín, moran las almas de sus difuntos y
por ésto, todavía hoy, celebran anualmente
las típicas ceremonias del Villatum o Camarujo,
en el lago Paimun, sito al pié del Lanin,
cuyas ceremonias consisten en sacrificios de
animales y en preces dirigidas a los difimtos,
para que en\-ien abiuidantes cosechas.
Al regresar a Junín efectué ima segimda
excursión al Malleo, donde habitan, en terrenos
cedidos por el gobierno argentino, munerosos
indígenas araucanos pertenecientes a la tribu
del cacique Paynefilu.
A mi Úegada me encontré con el P. Zacarías
Genghini que había escogido a Malleo como
I
]
La pirámide del Lanin
vista a través de un bosque de araucarias.
])rimera etapa de su larga visita misional u
los habitantes indígenas y colonos estable
cidos en el extenso valle del Aluminé.
En tres horas de galope a través de la cuenca
del río Quimebuin, que tuvimos que vadear,
recorrimos los treinta km. que nos separaban
del Malleo, y llegamos a ki residencia del ca
cique Paymefilu.
Allí no había más que algunas chozas cons
truidas en el declive de mía ¡Xíqueña colina, y
ocultas entre un fresco bosqueciílo de chopos y
de sauces únicos árboles que alegralmii la vista
frente a la llanura pampera, seca y e.scuálida
que comienza a levante. Aquí y allá se ven nu
merosas familias, en tom o de las viviendas,
sorbiendo el imprescindible mate y esix*rando
que el misionero comience la administración
de los Sacramentos.
A lo largo de la cerca [paJínque) que circunda
la casa, hay amarrados un gran número de
caballos que son los que trajeron a los indí
genas desde sus rancherías lejanas, para ver
de nuevo al misionero, hacer bautizar a sus
hijos, bendecir algún matrimonio y cumplir
sus deberes religiosos.
Réunense irnos 150, que dan no poco qué
hacer al padre Zacarías, quién después de la
N
ti!
i8o
Jine(es araucanos en la Pampa.
Misn, comienza los trabajos de su ministerio,
al aire libre, en un triunfo de sol, bajo la bóveda
azul del cielo, intercalando entre los bautismos,
matrimonios y confirmaciones, algunas paternas
admoniciones que los buenos indígenas escu
chan con religioso silencio y atención.
Por la tarde, al terminarse la administración
de los santos sacramentos, reunidas todas las
familias, se despiden cordialmente del misio
nero y regresan felices a sus casas, con la satis
facción de haber cumplido sus deberes de
buenos cristianos.
Montados a caballo, hombres y mxijeres, al
gunas de las cuales llevan asegurados a la cin
tura dos o tres par\-ulÍtos, aléjanse veloces a
través de las ondulaciones de la pani|>a; son
los últimas representantes de la fuerte e indo
mable raza araucana, conquistada a la fe por
el misionero salesiano, que ha dulcificado sus
pasiones con hus suaves enseñanzas de la reli
gión cristiana.
Mañana llegarán los indígenas de otras
rancherías, y así jwr tres días consecutivos,
todo confonne al plan señalado de ante
mano jKir el misionero, que de ordinario
sigue siempre el mismo en sus largas i>eregrinacioncs, a fin de tiue todos las cpie ^iven en
las proximidades de lo zona por él recorrida,
s.q>nu cuando deben ir a visitarlo.
Mientras el ix\dre ZiK'arias continuaba su
largo viaje misional hacia el Norte en busca
del lago Aluminé, \*iaje que debía durar cuatro
meses, yo regresaba a Juníu desde donde partí
a los ixKos días hacia San Martín de los
Andes.
Este es otro de los pueblos de la cordillera,
a 6o km. al Sur de Junín; está como pe
gado a un estrecho repliegue del terreno a
orillas del lago Lolog. Tiene unos looo habi
tantes y un activo centro de Comercio, favo
recido por la gran fertilidad de su suelo, las
naturales l>ellezas de sus montes revestidos de
espesos bosques de cipreses, rodales y coygues.
y por su bellísimo I.,acar, lago que durante el
verano atrae a numerosos turistas.
Don Gabriel Sorel y su señora, óptimos coo
peradores salesianos, nos obligaron con exqui
sita amabilidad a hospedamos en su casa, mien
tras durase nuestra permanencia en San
Martín.
Nuestra meta inmediata era San Carlos de
Bariloche, la pequeña reina espléndidamente
romántica del renombrado lago Nahuel-Huapí, que en línea recta no distaba más de
120 km., jxíro cuya distancia, para ir en auto
móvil teníamos que duplicar. E l primer trozo
de carretera lo efectuamos en mi camión
que nos llevó hasta la orilla del CoUuncura,
continuando en él, gracias a la amabilidad dcl
Sr. Don Andrés Douglas Reid, gerente de la
Sociedad Ganadera de Gente Grande, hasta el
paso de Flores, sobre el río Lim ay. Allí nos
detu\imos algunos días en casa del Sr. Mac
Doiiald que nos prodigó la más amable hospi
talidad, en cuya casa administré dos bau
tismos.
{CoHiinttará).
A
lberto
Jí . D e A
g o s t ik i
Misionero Salesiano.
lAl
i8 i
Ecuador.
Excursión apósfolica a la región del Indanza.
Esta Misión, fundada en 1914 por el inohldable Mons. Costamagna, consta actualmente
de dos Colonias cristianas, la de Indanza y la
de Limón, distantes seis horas de camino una
de otra, y cuenta con un considerable número
de Jivarias.
De la visita que acabo de hacer a tres de
tilas, he traido las mejores impresiones; no he
hallado xm solo indio que no esté instruido en
las principales verdades de nuestra santa Re
ligión y esto demuestra la nieritísima labor
de los misioneros que me han precedido.
Todos los jívaros querían hacer bautizar a
sus hijos, pero no me fue posible complacerlos,
pues sabido es que aqní sólo hay autorización
para administrar este Sacramento, en punto
de muerte.
El río Indanza, imposible de vadear desde
que se himdió el puente, se oponía a que ’X'isitáramos, con la frecuencia debida, las numerosas
lirarías que se hallan diseminadas entre su
opuesta orilla y el caudaloso Zamora, pero el
año pasado nuestro superior, haciendo un
esfuerzo que parecía superior a sus fuerzas,
decidióse a construir y costear otro puente
que ha resultado soberbio y del que los lectores
del Boletín tienen ya noticia.
Gallardamente suspendido de tres robx;stos
cables de acero, presta en la Misión un inapre
ciable servicio', pués no sólo asegura nuestras
comunicaciones con Méndez, Indanza y Gualaquiza, sino que facilita además el tránsito
de los numerosos obreros que van al río Zamora
a lavar sus auríferas arenas y que, de paso por
esta Misión, descansan algunos días y asisten
3 las instrucciones y prácticas religiosas.
Acompañado de un excelente guía que Uc
eaba mi cesta impermeable, (obra de los jívaros)
® la que iban el pequeño altar de campaña y
«ipmas ropas para cambiarme, el día 22 de
iebrero pasamos el mencionado puente, camino
de la primera Jivaría, la cual liizo al misionero
nr recibimiento triunfal. Como era ya de noche,
flamé a todos los indios y les hice rezar las oraóoaes en jívaro y en español.
Al amanecer dcl siguiente día, con algimos
P*Íos y ramajes que arrimamos a ima pared,
Se preparó el altar para la Santa Misa y, ima
Tez terminada, sin quitarme los paramentos
sacerdotales, les dirigí la palabra y les hice im
poco de catecismo, en su propia lengua indí
gena.
A la hora de comer.tuve carne y yuca en
alwadaiicia que aquellas buenas gentes vinie
ron a ofrecerme y, después de distribuir o
todos algvmos regalillos, fijé sobre la puerta
las imágenes de Jesús Cmcificado, de María
Auxiliadora y del Beato Juan Bosco, segihi
vengo haciendo en todas partes, y proseguí mi
viaje, en busca de nuevas almas.
Anduvimos sin parar todo aquel día, siguiendo
un caminito estrecho que, tan pronto se metía
entre el boscaje enmarañado de la floresta,
como salía a culebrear por los valles de ordi
nario profundos y tan saturados de agua, que
nuestros piés tenían que chapotear en ella.
Sentíase un pesado bochorno de fragua, que
nos hacía sudar horriblemente, a pesar de que
íbamos casi siempre a la sombra, pero todo se
hace agradable 3* llevadero, cuando se trabaja
al servicio de un Gran Señor.
A l llegar a un cierto pimto, volvióse el guía
y me dijo * Padre, hemos equivocado el camino
y no hay más remedio que desandar lo andado
y trasponer aquel monte que queda a nuestra
espalda». Esto sucede aquí con frecuencia,
ocasionando al misionero incalculables molestias
y obligándole a menudo a sufrir hambre y sed
y pasar la ncche en la selva.
A las cuatro de la tarde, el cielo empezó a
amenazar agua y tuve que ponerme el imper
meable, que me cubría de piés a cal>eza; la
noche se acercaba a grandes pasos, y las J ivarías aún estaban lejos <qué hacer? cómo nos
arreglaríamos para cenar un poco, no llevando
más que im puñado de arroz?
La Providencia pensaba en nosotros. Reparé
en un objeto que se mo\*ía entre la hierba, mi
compañero disparó su escopeta y cayó un
maguífíco pájaro de alas plomizas, grande como
una gallina y bien cebado.
Bendije la bondad de Dios y, aprovechando
las últimas claridades del día, seguí mi camino,
encontrando al poco rato un huerto abando
nado por los indios y después una casa gran
de, de la que sólo quedaba en pié un án
gulo ruinoso.
Vi entre sus escombros algunos recipientes
de barro, de los que suelen utilizarse en las
Jivarias, y aquel hallazgo me hizo pensar en
la conveniencia de proveemos en seguida de
agua y encender fuego, antes de que la oscuri
dad lo invadiera todo.
Mientras mi compañero acudía a estos me
nesteres, yo busqué im refugio seco y reparado
del agua dcmde poder dormir y lo liallé tan a
mi satisfaccirá, que ante aquel techo insosptechado. en medio del bosque, y aquella cena
— -
82
i
.suculenta y providencial, abrí mi BreNdario
para dar gracias al Señor, mas la falta de luz
y el exce.stvo cansancio me obligaron a cerrarlo
de nuevo.
De.spués de contentar nuestro estómago con
arroz y gallina silvestre, rezamos el Santo R o
sario y cxtemlieudo sondas mantas sobre al
gunas cañas de bambú, nos tendimos a dormir
en la paz de Dios.
£1
biese hallado en la más suntuosa de las basí
licas.
En seguida nos pusimos nuevamente eu
marcha y, al cabo de dos horas de camino,
estábamos en otra Jivaría donde no había más
que unas qaúnce personas.
Su júbilo filé grande y conmovedor al ver
al niisionero; les hice los consabidos regalos y
hubo rezos e instnicción catequística. Hallá-
rio Zamora.
A la mañana siguiente, muy tempranito,
re<iuirió mi coinjiañcro su escoixda y salió en
busca de un venado, cuyas pisadas había descubierlo la tardo anterior. ]X‘ro didsc cuenta bien
jmmto de que el animalito si>Iía madnigar más
que él y volvió malhumorado. <<El Señor ha
querido enseñarte
le dije yo
(luo E l no.s
da siempre lo necesario, jv n i no lo siq>erfluo.
(Qué falta nos hacía a iuxst>tros aquel venado?
sería un peso nuLs y un estorbo ».
Allí mismo clavé en tierra cuatro troncones,
eché encima de ellas uua puerta vieja que
estalla medio enterrada entre el cascote y, al
enviamos el sol sus primeras lumbraradas,
bajo el dasel ile floridas guirlandas que colgaban
lie los árlxiles centenarios, celebré la Santa
Misa con más gusto y devoción que si me liu-
liase entre ellos un indio que había llegado de
Gualaquiza y siiiX' jxjr él noticias de imestru'
hermanos.
Cuando y a me <le.six*día, trajéromiie uní
viejecila que .se C]uejaba de fuertes dolores
una mano, horriblemente lúnchada, a causa
<le la picadura de un insecto venenoso; saqué
en seguida mi botiquín de campaña, extraje
el i>ús de la herida, se la desinfecté y curé y
fuese la jxibre mujer, más contenta que
Pascuas.
Y tuve que dejar también a aquellos buen*
indios y proseguir mi excursión, hasta el gran río
Zamora. Contemplando su magestuosa corriente
pensaba en el gran número de Jivan'as de la
orilla opuesta, enclavadas en la jurisdicción de
los PP. Franciscanos, y sentía oprimíreeme d
corazón considerando los enormes sacrificios
de estos pobres Padres, que ahora no son más
que tres para atender a esta misión dilatadí
sima, cuya casa dista más de ocho jomadas.
¡Oh, cómo se nota aquí la falta de obreros
evangélicos!
A eso de las dos de la tarde, después de atra
vesar otra montaña y vadear rm nuevo río
haciendo equilibrios sobre un gran tronco de
árbol que sers-ía de puente, llegué a la tercera
Jivaría y, como en las anteriores, confirmé en
el fer\'or y en el espíritu cristiano a sus sencillos
moradores y emprendí el viaje de regreso.
Hubo que pernoctar en una barraca de mala
muerte y nuevamente proveyó la Provddencia
divina a nuestra comida, haciéndonos encon
trar tres hermosas tórtolas.
A las nueve del siguiente día celebraba otra
vez la Santa Misa en la bonita iglesia de nuestra
Casa-Misión, dando gracias al misericordioso
Jesús por los continuos favores (]\ie sobre
nosotros derrama.
C.\R1.0 S M , POííC.lONO,
Mi'iioiirrí' Salísiano.
Imiausa (lícuador), 3 de Marzo de
h ).W-
India - Bowbay.
La ley del Karma (Supersticiones indosíánicas).
Ia idea de lo infinito está incmstada de tal
manera en el pueblo indostánico que, durante
siglos y siglos, lo ha dominado, poblando su
imaginación de imágenes monstmosas y alu
cinaciones quiméricas y atormentándolo con
ansias frenéticas de anonadamiento.
Yo no sé de ninguna raza que haya superado
a la raza india en esta intuición penetrante de
la vida, cuyas raíces sabe descubrir prolongadas
en lo infinito, y en este conocimiento profundo
(le las miserias abismáticas e incurables dolores
del ser humano.
No hay duda que tanto el clima como la to
pografía deben haber influido en la detenninación de su espíritu.
Al pié del gigantesco Banján, mientras pacían
los rebaños por los abmidosos campos y ger
minaban las mieses, bajo el soplo cálido de la
naturaleza que no exijía del hombre mas que
un mínimum de trabajo, el indio vivía tendido
i ulolentemente, dejándose llevar por la carroza
oriental de su fantasía, a través de lo.s espacias
y de los mundos, a investigar el por qué de to
das las cosas y a filosofar sobre los altos destiiiü.s de la humanidad.
También ha influido la floresta, con su irre'i'tible atracción, en el alma indo.stánica. Bajo
sus alas sombrías y en la soledad apacible de
sus cavernas, donde no llegan los dardos abra
sadores de la canícula ni las preocupaciones
del estómago, que, al alcance de la mano, halla
siempre con qué saciarse, han pcxlido vagar
i^.os indígenas libremente p>or las regiones del
pensamiento y Sannyasis y Fakires han rimado,
sin el menor obstáculo, las monótonas estrofa.s
iel dolor universal.
.\p-.gar la luz del propio conocimiento, su^lergirse en el alma del mtrado, única para
twk» l(5s seres que existen, perderse en los
espacios infinitos de la contemplación y dcl
éxtasis: be aquí el sueño dorado de los vSaimyasis.
Este acuciante deseo del infinito, esta pre
potente necesidad del espíritu que quiere saber
el por qué de la vida es lo que impulsó a Sidharta, el joven príncipe de los K akyas y futuro
Buda, a abandonar su palacio, padres, mujer
e liijo, para ir a sepultarse en la floresta.
Y su ejemplo hubo de contagiar a todos los
espíritus que, como el suyo, se hallaban cransados y enfermos y las selvas iiidostánicas
se poblaron, no de santos anacoretas que arden
en amor divino y vmi a abrazarse con la Justicia
y la Bondad infinitas, sino de sórdidos egoístas
(jue desean librarse del mundo porque el mundo
ya no le.s ofrece nada, que quieren cortar, de
un solo goljxí, el hilo de sn vida y sujK*rar para
siempre la férrea ley del Kanua, en virtud de
la cual, el hombre, para i-quilibrar la balanza
donde están su.s buenas y .su.s malas obras,
tiene que reencarnarse- eii una serie indefinida
de seres viviente.^, antes de entrar en la.s dul
zuras del Nirvana.
i Pobres almas ilnsíi''! Hilas misnia.s han
metido su pié^ en el ce]x; de esta ley de hierro;
ellas mismas han forjado su propia vida como
una rueda qr.e gira etenianiente, sin desjúazarse jam ás de su .sitio; ellas mismas han tejido
el capullo que las aprisiona sin esperanza de
salir un día a ver la luz, tran.sformadas en
mari]>j'«Ls angélie;.s, para ^ it a r sus alas de
oro en tom o del Bien infinito.
La metempsicosis indostánica que tanto
nos \-ienen ponderando ciertos espíritus enfer
mizos de la vieja Europa, c-.s un Ave Fénix que
renace continuamente de sus propias cenizas,
para ir devorando mu-vie» vida.s y arrastrando
el peso de nuevas y penosas jornadas.
Esta manera «le conctí>ir la existencia, que
184
nlííán imprudente Brahamín hubo acaso de
vislumbrar, hojeando el Libro de los Vedas o
de los Upanishad, y que debía haber sido fuente
de estímulo y de gozo para todos los indúes,
alentados por estas palabras de su gran poeta
« non omnis moriar » no moriré todo entero, ha
venido a ser. por el contrario, la verdadera
causa del ix-simismo iiidostánico, con todas sus
fatales consecuencias.
Ksta I rotación eterna» ¿ quién es ahora
capaz de detenerla? quién romperá los anillos
de esta ley de esclavos (¡ue obliga a todos los
vivientes a morir y a renacer alternativamente
sin una meta final qi;e diga «basta? * He aquí
la pesadilla que tortura a tantas jx>bres almas
como han tratado de afrontar el problema; he
a([uí la nube tétrica que se cierne de continuo
sobre el cielo Iiiiuhi, robándole la luz de la
alegría y las sonrisas de la vida.
Buda dijo a sus compatriotas; la ley de
K anna procede de la acción y la acción nace
del deseo. E s pués necesario destruir el deseo
V matarlo en su misma raíz que es el yo humano.
Huid del mundo que alimenta la hoguera de
vuestros deseos, retiraos a la vida solitaria,
seguid la senda que conduce al Nirvana.
Y para llegar al Nirvana y conseguir, gra
dualmente, el anonadamiento ' de la propia
conciencia y el absoluto dominio de sí mismo,
Buda estableció ocho ciclos, o etapas.
Era éste un esfuerzo noble y colosal que
tendía a emancipar los espíritus de la esclaritud de la carne y que, de haberse podido cana
lizar rectamente, no hay duda que habría pro
ducido resultados maravillosos, pero la doctrina
budista sufrió el vértigo de las alturas y cayó
en el abismo de las aberraciones más horrendas.
Ivegiones de hombres parásitos cubrieron sus
carnes con el andrajo de los Sennyasis, o sen
taron plaza de Fakires y se dedicaron a virir
a exiJeiisas de los demás, y esta explotación
innoble viene ¡>erpetuándose, a través de los
siglos, porque los indios no han podido concebir
jamás que haya quién rehúse dar limosna a
estos santones; tal y tan grande es la veneración
en. que los tienen. Cuando algún problema di
fícil les acucia, a ellos se dirijen
indefectiblemente en busca de so
lución, curvándose ante sus impo
siciones, con docilidad de esclavos;
su maldición la temen como a la
ira de Dios, porque creen que
siempre viene seguida de alguna
desgracia.
Ivos Fakires son una terrible
]>laga para estas pobres y desven
turadas gentes, y de ellos se cuen
tan nada menos que cinco millnnes.
Estos h'akires suelen llevar una
vida inconcebiblemente austera,
irracional y degradante.
Practican con rigor el desnu
dismo. pennitiéndose luiicainente
una tira de tela ceñida a los
lomos. Rctíranse, de ordinario, a
los lugares desiertos, alimentán
dose con raíces y yerbas silvestres,
dunniendo en el duro suelo y
dejando (}ue pululen sobre su
cuerpo iuscctos de todas las fa
milias y moscjuitos de todos los
calibres.
H ay tpiienes se guarecen en el
hueco tronco de algún árbol, cui
dadosamente tapizado por dentro
de agudas puntas de hierro y de
cortantes y erizados tiestos, para
que al menor motrimiento,
sientan atonnentados y se hieran
y laceren sus carnes. Otros hay
cjue se pasan años enteros con
uno o amlx>s brazos extendidos
FaVir que vive con la lengua aíraveanda.
en alto, hasta que los músculos se
atrofian y petrifican. Otros, final
mente, conservan cerrados los puños,
tanto tiempo y con tal fuerza, que
las uñas, en su crecer contmuo, pe
netran en las carnes y asoman por
el dorso de la mano.
No faltan muchos tampoco que se
dedican a mirar el sol, de hito en
hito, hasta quedarse ciegos y que se
sientan sobre carbones encendidos
como si estuvieran sobre un blando
sofá, y en el atrio de los templos
se pasan horas y horas haciendo el
pino, con los piés al aire y la ca
beza en la dura piedra.
Es una sed rabiosa y maniática de
tormentos la que impulsa a estos
pobres hombres, cegados por un fa
natismo ancestral; es una tendencia
irresistible a sacarse la sangre, gota
a gota, hasta quedar sin vida, para
poder romper la ley del Karm a; es
la tragedia humana que, im día y
otro día, se viene repitiendo en esta
tierra ardiente de la India que re
cibe el riego absurdo de la sangre
de sus hijos y no quiere ser fecun
dada por la Sangre adorable y divina
que desciende del Gólgota; es la
humillación definitiva de esta inmensa
raza que, habiendo perdido la verda
dera noción del Dios de amor y de
misericordia, se entrega a los caprichos
de la superstición más abyecta.
Asistiendo el misionero a estos cuadros espe
luznantes de miseria moral y a estos esfuerzos
titánicos de millones de seres que tratan ele
orientar su vida, entre las sombras y tiniebhis
de la mirerte, no puede a menos de sentirse
acongojado y elevar al Altísimo liimnos de
Fakir que se ha dejado crecer las uRas.
acción de gracias por haberle elegido entre los
suyos y librado de las abyecciones a que están
sujetos las almas que de El viven alejadas.
L u is R
avauco
Misioiiero salesiano.
El Consejo Superior General de la O . P. para la Propagación de la Fe.
GACETILLA SALESIANA
I„\ C anüni/.acion dki. B eato J uan B osco . —
líl 13 de Abril recibióse un telegrama de Roma
anunciando que aquel mismo día habíase reunido,
cu la sala del Consistorio del Vaticano, la Sgda
Congregación de Ritos, para examinar los Procesos
(jue se refieren a dos milagros atribuidos al Beato
J lian Bosco.
listos milagros son los que ha presentado el
Postulador de la Causa, para la Canonización del
Beato.
Ki. Misionero Saeesi .ano B e A gostini ha ter
minado s u EXPLORACION CIENTIFICA EN LA CORmu,ERA PATAGONICA. — E l Padre De .-Igostini,
que alterna con celo infatigable sus trabajos de
investigador con los de misionero, a quién tanto
deben las ciencias relacionadas con la orografia
sudamericana, ha terminado felizmente sus tra
bajos relativos a la parte de cordillera comprendida
entre los paralelos 61-80 y 48-30 de latitud sur.
que, hasta el presente, había permanecido ignorada,
a pesar de los estudios realizados cu 1914 y 1916
por exploradores y .sabios alemanes.
El intrépido salesiauo ha llegado hasta la ver
tiente septentrional de F it: F oy (3775 m.), no
alcanzaila aún por viajero alguno, habiéndole
aeompniiado el guia alpino Mario Dciriard, que
formó parte de una de las escuadrillas de salva
mento, enviadas a las regiones Articas, cuando
ocurrió la oatAstrofe del dirigible
Italia •.
N ueva Parroquia ooneiaua a los S ai .esianos
EN Roma . — L a capilla interna del grandioso Insti
tu to Profesional Salesiauo
Pió X I
acaba de ser
erigida cu parroquia, por expreso deset> del Santo
Padre, cu tanto que se termina la contigua Basílica
lie María Auxiliadora, actualm ente en construcción,
y p,ira la cual el mismo Papa entregó una cantidad
im(X)rtantisima.
E l P. Salvador Rótulo, Director del Instituto,
V lie la Escuela •A.gricola del Mandrione, ha sido
nombrado titular de la nueva Parroquia.
Con ésta son y a tres tas que se hallan a cargo
de la Sociedad Salesiaiia en la ciudad eterna; la
del Sgdo Corazón de Jesús en el Castro Pretorio,
la de María Libertadora en el Testaccio y la última
que acaba de ser erigida en la V ia Tusculatia, bajo
la advocación y patrocinio de María Auxiliadora,
la cual contará de momento con unas 5000 almas,
comprendidas entre la V ia Apia y el Monte Porcio,
donde se hallan las Tum bas Latinas y la basilia
de San Esteban.
E l S anto P adre y las Misiones . — A\ reunirse
recieutemeute el Consejo Superior General de la
Obra Pontificia para la Propagación de la Fe, el
Cardenal V a n Rossum dió cuenta al Santo Padre
de las colectas recibidas de todo el mundo para el
fomento de las Misiones católicas, calificando de
nota doloroso la recaudación de este año, sensible
mente afectada por la depresión económica uni
versal.
líl Santo Padre recogió esta expresión y tejió
un desbordante elogio del trabajo que realizan les
beneméritos Directores del movimiento ini.sional.
D ijo que la nota dolorosa trocábase en nota
alegre, porque ponía de manifiesto el mérito y 1<»
resultados de aquellos celosos Apóstole.s de la
Propagación de la Fe.
Recoger éxitos y triunfos — añadió — cuando
el campo se ofrece propicio y los caminos libres
obstáculos, es siempre una obra hermosa, meritoria
v santa, pero lo es cién veces más cuando las mieses
se recogen abundantes en terrenos inaccesibles y
en medio de toda clase de dificultades.
E l Papa tenninó .su discurso dedicando un caotv
conmovedor y un paternal recuerdo de gratitud
y ternura a los niisioiieros lejanos que, destacados
en las avanzadas de la Iglesia, luchan por la nobl*
causa de Cristo.
Hizo constar el extraordinario aumento que cl
personal misionero ha tenido en este último año.
y habló de los seminarios indígenas, poblados y •
con 15000 almas escogidas, en las que el Santo
Padre cifra radiantes y magníficas esperanzas.
i $7
IN S C R IB IO S A
LAS S E IS
M IS A S
D IARIA S
PERPETUAS
Es una obra efe caridad a! alcance de iodos.
¿Quién hay que no conozca la Obra P ia del
S^iio Corazón de Jesú s?
Fué fundada por el Primer Sucesor del Beato
Juan Bosco, para atraer la caridad cristiana
sobre sus huerfanitos, y benignamente aprobada
por S. S. León X I I I , el ■ ^o de junio de 1888.
Con sólo la limosna de una peseta, o 2o’oo
[dólar) se adquiere derecho a participar de todas
las oraciones y buenas obras de la Pía Sociedad
Salesiana y a la aplicación de seis misas que se
celebrarán todos los días, a perpetuidad, en
nuestra Basílica del Sgdo Corazón de Jesús de
Roma, dos en el altar mayor, dos en el de María
Auxiliadora y dos en el de San José.
Los que se inscriben en la Obra Pía pueden
aplicar el fruto de estas misas a si mismos, o
a otras personas v iva s o difuntas, y variar la
intención, cuántas veces les plazca.
5oh 2172 m isas las que se aplicarán todos
los años según vuestra intención; ¡fijáos bien,
almas caritativas!
¡Cuánto bien no podéis hacer con algunos
céntimos! ¿Quién no se privará de ellos? ¿quién
no será capaz de sacrificar un dulce, un billete
de tranvía, una entrada dé cine, itn café, un
refresco, ima cajetilla de tabaco? ¿quién negará
a sus queridos difuntos un sacrificio tan dim i
nuto y dejará de contribuir al mantenimiento y
educación de todos esos millares de huerfanitos.
que no tienen en esta tierra más calor que el
de los Institutos salesianos?
¿Cuál será la suerte de estos pobrecitos niños,
si las personas de corazón noble no hacen algo
en favor suyo?
Si cada Cooperador salesiano se propusiera,
durante el año actual, hacer nada más que diez
• •'■ ¡ipciones, el pan de estos queridos hirerfanitos quedaría asegurado.
Inscribid a los miembros de vuestra familia,
vivos y difuntos; divulgad la Obra; in vitad a
todo el mundo a participar de esta gran riqueza
•.spiritual; a padres e hijos, a deudos y amigos,
V ; vuestros bienhechores; consolad a las almas
má' oh-idadas del Purgatorio.
.Algunos dirán: y o j*a estoy inscrito. Perfecta
mente; pero así como no os contentáis con aplicar
para vuestros difuntos una sola misa, sino que
Ic-' hacéis decir todas las que podéis, y eso todos
\ . ____
,
los años, nada impitle tampoco que repitáis
las inscripciones a la Obra Pia dcl Sgdo Corazón,
tanto más cuanto que la limosna que se o.s pide
no alcanza ni la quinta parte dcl estipendio
que suele darse por una sola misa ordinaria.
¡Qué facilidad tan grande! y qué dicha para
las personas que, por fa lta de recursos, no pueden
enviar a sus queridos difuntos los sufragios que
su amor y su piedad les piden!
U na peseta puede ahorrarla todo el mundo;
privándose de una pequeña bagatela, ofrecién
dola el día de ima l» d a , de un onomástico, del
nacimiento de algún hijo, de la muerte de algiin
ser querido, de im acontecimiento familiar
cualquiera.
Pocos medios, habrá más fáciles que éste
para conseguir las bendiciones del cielo en esta
vida y en la otra. Pensad en los centenares de
millares de niños que en todo el mundo rogarán
por vosotros. Pensad en el cúmulo de buenas
obras que realizan los Hijos de Don Bosco y
en los sacrificios de nuestro.*? misioneros, de todo
lo cual os haréis partícipes. Pensad en las almas
de vuestros queridos difuntos, a los que muchos
debéis vuestra fortuna, y que ahora os tienden
acaso los brazos suplicantes, desde los abismos
del dolor.
M oh"'- a ¡a obra. Ahur.*? generosas, convertios
en instrumentos de la bondad divina. Precisa
mente porque no os c=. posible hacer mucho,
os invitam os a realizar un pequeño esfuerzo.
Pensad que quién
lo pitle < . el Beato Juan
Bosco, que •/? el Sacratísimo l or.azón de Jesú.s.
N o oNidéis aquella.s divin.iL- palabras del
Autor y Remunerador de lodo bien: Bienaven
turado el que piensa en el J - l; c y en el desvalido,
porqu-- el Seflor lo salvará en el ‘tía malo. E l lo
'-■ •iisérvard y le dará la vida y ¡o hará feliz sobre
lii tierra.
RecQrdar,-.os a ;
c h 'ic s de lo' 0 6 ;
lirnCifias se .r
e-
lectores y a los bienhedel B . J . Hosco, que las
al
R ector M ayor de los Salesianos
V ia Cottolengo, 32
Turín (Italia)
Gracias obíenidas por iníercesión
de María Auxiliadora y del Beato Juan Bosco.
E S P A Ñ A • Salamanca.
Estando con dolores
m uy fuertes de estómago acudí a María Auxiliadora
y, si me ponía bien, le ofrecí 5 pesetas para una
misa y otras s para los niños pobres del Colegio
salesiano de S. Benito (Salamanca).
Cumplo lo ofrecido y le doy un millón de gracias
a la Sm a Virgen.
tlS P IÍR A L U A IN G EI.D O .
E S P A Ñ A (P ontevedra ) Vigo. — Me hallaba
gravemente enfermo de Apendicitis perforada, y
como los facultativos tuvieran que proceder a una
operación dolorosa, acudí,
en tan angustioso
trance, a la Virgen del Beato J. Bosco, ofre
ciendo la limosna de mil pesetas para la Obra Sale
siana, si salía bien en la operación; y ho y lleno de
agradecimiento y con la más completa salud, cumplo
con lo prometido. Gracias sean dadas a tan buena
Madre.
B asilio S obrado .
E S P A Ñ A Barcelona. — M uy agradecida a María
Auxiliadora y al Beato Juan Bosco, les d o y gracias
por su visible protección, habiéndome concedido
lo que les pedía, en trances m uy apurados.
E . D. H.
E S P A Ñ A (Se villa ) E cija . — D oy gracias al
Beato Juan Bosco por un favor extraordinario re
cibido por su intercesión y envío una limosna para
su culto.
C armen Jiménez C abello .
ESPAÑ.-V (S e v i l i a ) K d ja . — Estando mi hijo
pequeño gravemente enfermo, lo cucomendé al
Beato Juan Bosco prometiéndole p u b licarla gracia
en el Boleiin Salesiano.
Ilabiem lo atendido mis súplicas, cumplo mi pro
mesa y envío una limosna.
CO N CE PCIO N R
ie g o
.
E S P -\Ñ A Valencia.
■ E l año 1QJ9 me salió en
In cabeza (región parietal izquierda) un fonmculo
untracoide, que rápidamente se extendió por el
pabellón de la oreja. Tenia alta calentura y m uy
frecuentes escalofríos, agravándose mi dolencia tan
rápidamente que, a los seis días de enfermedad,
mi médico consideró indispensable fuera operado
por un célebre Cirujano que me visitó y se mostró
conforme en inter\xnir, proyectando el corte por
la región de cutre barba y cuello, ignoro donde.
E l operador dispuso lo concerniente a desinfec
ción y alumbrado y señaló día para actuar. En ese
trance me encomendé a María .\uxiliadora, por
mediación de Don Bosco, ofreciéndole varias cosas,
que dejé cumplidas, y publicar la merced en este
lugar, si la recibía. Cual no seria mi algria al liegn
el día de la operación y ver que el propio Cirujano
renunciaba a operar, porque afirmaba había me
jorado, tan to y tan rápidamente, que el propii*
Médico de casa, con m uy poco trabajo, me dejaría
curado en breves días. Así ocurrió, por cierto.
Digo que cumplí todo lo ofrecido con exactitud,
menos lo relativo a publicar la merced recibida
¿por qué?. Tonto de mí, achaqué su publicación
a algo así como de fatua jactancia, sin reflexionar
que el esplendor de las divinas misericordias siempre
v a en proporción inversa a los merecimientos del
favorecido.
E n Noviem bre último vo lví a caer gravemente
enfermo de maligna dolencia, cuyo solo nombre
me horroriza. Agudizóla notablemente la tara diihética que sufro, hace años, y los médicos diaguosticarón en sentido pesimista.
A sí las cosas; sin abandonar los cuidados de la
ciencia, pedí remedio de nuevo a María Auxiliadora,
por mediación de Don Bosco, ofreciendo, si obtenía
la salud publicar esta gracia y la antes recibida t
silenciada, aumentando mi suscripción de coope
rador salesiano.
H oy, después de cuatro meses de peligrosa en
fermedad, estoy curado sin lesión alguna y be
quedado por ahora libre de la diabetes que me
aquejó siempre.
Perdónenme María Auxiliadora y su siervo Don
Bosco si anduve tardío y remiso en pregonar su»
mercedes y no olviden a este cooperador que en
sus mocedades recibió el alto e inmerecido honor
de cantar sus glorias al visitar a Valencia el P. Rúa.
M a n u e l O llkr C e l d a , abogado.
A R G E N T I N A L a Plata. — H ace $ mese.' qu:
un miembro de mi familia enfermó, y estaba mu>
mal cuando se llamó el médico; yo tem ía much:'
y en un momento de angustia prometí al Sagrado
Corazón de Jesiis y a María Sma. Auxiliadora que
mandaría publicar la gracia si me lo curaban. Tod'
sucedió como yo deseaba, por lo cual hoy cumplo
mí promesa.
A. M. C.
A R G E N T I N A San Fernando. — E l dia 23 de
Noviem bre de 1930 cayó enfermo im hijo mío de
iS años de edad, atacado de una apendídtis aguda.
E l médico que lo asistía, mandó que se intem»-'^
inmediatamente en una clínica, donde lo tuvieróeu observación por espacio de cuatro horas, m**
18 9
viendo que el estado del enfermo se iba agravando,
resolvieron sin pérdida de tiempo someterlo a una
operación quirúrgica, y cual no fué su sorpresa al
encontrar que se tratab a de una peritonitis decla
rada, la cual no hubiera tenido salvación, a no ser
per un milagro de la Sma. "Virgen.
En estas críticas circunstancia?, acudí llena de
confianza a María Auxiliadora, por intercesión del
Beato Juan Bosco, ofreciéndole publicar la gracia
y 10 pesos de limosna para los huerfanitos de sus
colegios, y apliqué a mi enfermo la reliquia del
Beato.
Después de operado tu vo unos sufrimientos tan
grandes, que prefería morir, y a los cuatro dias se
le presentaron unos vómitos negros que hicieron
desconfiar a los médicos, dándole pocas horas de
vida.
los ffiez días, le sobrevino una hemorragia, en
contrándose su cuerpo totalm ente bañado en sangre.
Mis hijas imploraron con más fé a María A u xilia
dora y ofrecieron a su v ez otra promesa de 50 pesos
para las obras del Beato Juan Bosco, si salvaba a
su hermano de tan grave estado.
Durante esa noche tu ve im sueño prodigioso en
el cual v i al Beato, de rodillas ante la Sm a \'irgen
implorando de E lla se cumpliera el milagro. A l
despertarme, experimenté im gran consuelo y conté
á enfermo lo ocurrido exhortándolo a sufrir con
padenda, que la Virgen lo ayudaría, y asi iban
pasando los días, con m u y poca mejoría por cierto.
A los cuarenticinco, viendo que el enfermo no
reacdonaba, el médico de cabecera hízole mi examen
prolijo y encontróle un foco hepático debajo del
l^do, que contenía de dos a tres litros de pus.
.\1 oir tal cosa, creí que todo se había acabado,
pero aún me quedaba la fé en el valimiento del
Beato J uan Bosco hacia nuestra Madre Auxiliadora,
y él fué el que inspiró se practicara otra pequeña
(^ración, devolviéndome a mi hijo sano y salvo.
¡Oh! Madre querida, María Auxiliadora! Oh!
Beato Juan Bosco! gracias os doy por tan señalado
favor; aceptad la ofrenda de nuestra gratitud.
L u a A M. DE P anero .
CH ILE MagallafW!. — E n los liltimos días del
mes de Junio del año próximo pasado, caí enferma
una fuerte ^ grippe » que fué agravándose de
en día hasta producirme una
mastoiditis
•lohle».
Después de muchos días de sufrimiento y , en
•ista de que la enfermedad tom aba cada día may-Tc s proporciones, el doctor opinó que era necesaria
-'.a operación inmediata.
Al saber esto, puse toda mi confianza en el Beato
Juan Bosco y , sin perder la lucidez ni un solo instunte, en cada dolorosa curación lo invocaba, aliriándome rápidamente.
Doy esto a la publicidad para m ayor gloria de
Kos y del Beato Juan Bosco y para que los neces'-ados acudan a él con entera fe.
A um stela A lvasen
o
.
MEJICO M onterrey. — D o y rendidas gracias a
María Auxiliadora por dos gradas que me concedió:
-i pr.uiLra por im negodo m u y d ifid l de arreglar,
d cual se resolvió favorablemente; y la segunda
haber tenido éxito en una delicada operadón
« la cual fué sometida mi esposa.
í l
Llenos de gratitud enviamos la limosna ofrecida
y con gusto publicamos la grada.
Sab .^^s Sánchez .
M E J IC O (Tamps .) Ciudad Victoria. — Madre
mía: Desde lo íntimo de mi alma te doy las más
rendidas gracias, por haberme curado perfecta
mente a mi hijita, de ima enfermedad que las
Doctores no pudieron diagnosticar.
Sabes que mis hijas y yo somos tus esclavas,
divina Reina.
María M. dk C antu .
M E J IC O Monterrey jV. S. — Damos gracias do
todo corazón a María Auxiliadora por habernos
arreglado un negocio de mucha importancia para
nosotras, y el cual quedó resuelto satisfaclorialuento.
l-'ebrero de 1932.
Familia B a u .esteros v C ortázar .
5IE J IC O Monterrey N . S . — Estando sin noticia.s
de una persona de mi familia, de la cual tenia asuntos
pendientes, recurrí a María Auxiliadora, ofrecién
dole una limosna y mandar publicar la gracia, si
pronto tenía noticia de ella.
L a Sma. Virgen permitió que al día siguicute
quedara satisfecho mi deseo, pues supe donde estaba
y que no teníamos nada que temer.
M uy agradecida a su bondad, cumplo mi promesa.
V irginia C. d e B allesteros .
M E J IC O Tam pteo. — D o y gracias a María A u
xiliadora y al Beato J. Bosco porque, encontrán
dome •sumamente angustiada por una pena de fa
milia, me encomendé a ellos y se arregló todo
satisfactoriamente. E n vío una limosna.
CoNCEPaoN M. DE R amos.
M E J IC O Tantpico. — Margarita García Cárdenas,
da gracias a D. Bosco porque, encontrándose ce
sante en su empleo, se encomendó al Beato y, al
siguiente día, le fueron a ofrecer el mismo trabajo
que había estado desempeñando. Eii agradeci
miento manda una limosna.
M E J IC O Tampicu.
- La Sra. Marcelina C . de
López, dá gracias a la Sma. Virgen Auxiliadora
por un favor señaladísimo que le hizo y desea su
pubh'cadón, para que todas las persona.s que se
encuentren angustiadas, acudan a esta dulce Madre
que atiende prontamente a los que la invocan,
Manda una limosna.
U R U G U A Y Montevideo. — U na hernianita mía
tu vo que ser operada y sufrir la extirpación de un
miembro y una intervención dolorosísima en un
brazo. E n mi aflición, pedí a la Virgen Auxiliadora
la sacara del gravísimo peligro en que se hallaba,
ofreciéndole emplear el resto de mi vida en trabajos
en favor de los huérfanos de don Bosco y ayudar
cuanto pneda la obra del misionero. Mi hermano
enferma, que tam bién firma, se puso a l cuello una
reliquia del Beato, que tod avía lleva y llevará toda
su rída. T u v o cuatro meses de convadecencia; pa.so
a paso fué experimentando mejoría y estando ya
IQ O
completamente buena, hacemos público nuestro
af'radecimiento sin límites a la Tesorera y Dispen
sadora de todas las gracias, que en momentos tan
amargos nos ha consulado.
C atalina y María E . A guirre .
U R U O ü A Y (Montevideo ) L a s Piedras. — M. L.
G. de B. Estando m uy afligida, llorando día y
noche por un disgusto grande que me hacia perder
la salud, hice la promesa de ir a pié (un trayecto
m uy largo) a confesar y comulgar, hacer una limosna
y rogar a Ntru Bendita Madre, A uxilio de los
Cristianos; y ella siempre tan buenísima y miseri
cordiosa, colmó de consuelo mi alma, y yo cumplo
mis promesas y hago pública la bondad de N tra
queridísima Madre.
Dan también gracias a María Auxiliadora y
a! B?afo Juan Basco y envían limosnas:
E spaña (Burgos) Pápelo. —
Ibáñez.
Francisco Cuesta
E spaña (Canarias) San M ateo. — Antonia Do
mínguez de Monzón — E lena Estévez.
E spaña (Granada) L o ja . — Dolores Morejón.
E sp .aña (Sevilla) E c ija . — José Díaz.
E spaña Tarragona. — José M a Serrano.
A rgentina (Buenos Aires) Pernal. — José López
A rgentina (Trenque Lauqué). — María Beatriz
Egozm e Glano.
A rgentina M endoza. — P. M. de Torroutegui.
Méjico V illa de Santiago N . S . — Sofía C. Vda
de Ramírez.
U R U G U A Y Salió. ~
¡María Auxiliadoral Sois
ver<laderamente consuelo de los afligidos! Por v a
rias veces nuestro hijilo José I,uis estuvo a las
puertas de la muerte y tú fui.ste tan buena que
accediste a nuestros ruegos, devolviéndole la salud.
M uy agradecida por tus múltiples favores, te suplico
sigas siendo siempre nuestra abogada en vida y a
la hora de la muerte! Bendita seas!
IIiLDA S. DE L ombardo.
X’ E N líZ U E L A Pregonero. — Santísima Virgen
María Auxiliadora, vengo a cumplirte, la segunda
promesa, lleno mi corazón de gratitud. H ace más
de im año te invoqué cuando tu ve a mi bijita en
ferma y tú fuiste la médica que la curaste, pues no
hice más que invocarte e inmediatamente mejord.
Aunque y o estaba segura de que la curación era
radical, sin embargo ofrecí volver a publicar la
gracia al cumplir el año. Como en todo este tiempo
mi hija ha gozado de salud completa, cumplo la
promesa de volver a publicar el milagro y envío
una pequeña limosna como lo ofrecí.
Una súplica te hago, Madre amada, que cubras,
mi hogar, que es tu yo, con las celestiales gracias y
bendiciones y libres a mi hijita de todo peligro de
cuerpo y alma.
Margot de L abrador .
V E N E Z U E L A Tdriba. — Expreso desde estas
páginas mi más profundo recouocimicnto al Beato
J uau Hosco {K>r haber recibido de él un gran favor
(pie me concedió precisamente el día de la bendi
ción de su bella Imagen en este lugar.
R osa M. C iu a r i C.
V E N E Z U E I .A Tdriba. — Gracias inflnitas os
doy, \'irgeu Santísima, María Auxiliadora, por los
muchos favore.s que siempre he recibido, gracias
a vuestra inefable protección; y m uy especialmente
por el inmenso beneficio del restablecimiento de
mi salud, inspirándome a mí y a mi familia una
delicada ojK'ración, que practicada felizmente por
comiH'tente Cinijano, también vuestro devoto, el
del pasado octubre, conjuró el peligro que me
amenazaba. Dignaos aceptar la publicación de esta
gracia. (x>mo tributo de mi más profundo agrade
cimiento.
B btsabk S ánchez I.
Uru gu ay Monievidep. — Rosa B. de Cercani
— María M. Carrazzi — Eugenia C. de Cortés —
J. D. (le Lares — U na devota de María Auxiliadora.
U ruguay Pando. — Celia Furriol Guerra.
U ruguay Salto. — Lucía Pozzi de Stalker —
E lvira F . de Martínez — Brígida CorcoU — Cloricea
Gallegos de V idal — Em ita.
V enezuela Barcelona. —
María G. de Marcano.
Rosalía de Gómez —
Por iníercesión
de nuestros Siervos de Dios.
Méjico Puebla. — Aua Am aviscar de Soto, cnv;.i
una limosna para la beatificación de Don Rúa,
agradecida por haber obtenido la curación de una
enfermedad, que los médicos desconocían, sin poder
encontrar remedio. Sintió la inspiración de enco
mendarse al Siervo de Dios, consiguiendo al mo
mento su completa curación.
U ruguay Montevideo. — Eugenia C. de Cortés
hace pública su agradecimiento al Siervo de Dios
Miguel Rúa por un gran favor recibido y envía una
limosna para la Causa de su Beatificación.
V enezuela Tdriba. — ¡O h Domingo Savio!
til que amas tanto a los niños, escúchame y alcán
zame del Señor que mi mam ita se cure pronto y
complotamentel
O ye mis ruegos y te prometo publicar la grana
en el Boletín Salcsiano.
Domingo Savio, María Auxiliadora, rogad por
mí, Sagrado Corazón de Jesús, en Tí confio.
Encontrándose mi madre gravísima y sintién
dome yo también enferma del hígado, implorarc'i
mis hijitus a Domingo Savio, para que me curara,
mientras y o pedía por mi madre. Am bas nos pu
simos bien milagrosamente. D oy gracias al ong*
lico niño por ■ 1 iuineiiso favor, y cumplo agrade
cida lo ofrecido. Tam bién le mandaré decir una
misa, cuando sea Beato, si me concede educar cris
tianamente a mis siete hijitos, a quienes atendió
solícito cuando le pidieron la curación de su madreEspero, niño bendito, me couc^das esta nueva
gracia.
F lor de Moncada .
NECROL OCIA
Dr. D . Luís Pedro Lenguas.
Con intenso pesar damos a nuestros lectores la
dolorosa noticia del fallecimiento del Dr. Luis P.
Lenguas, acaecido el 4 de Marzo p. p. en M ontevi
deo después de una enfermedad de breves días, sojiortada con esa piedad íonuidable que caracterizó
toda su vida y coronada con esa entrega absoluta
3 la voluntad de Dios, con ese atacamiento defi
nitivo a sus designios, que resplandecía en todas
I-Ñ circunstancias de su existencia, y a lo visitara
J dolor, hiriendo sus fibras más sensibles, y a lo
iluminara la alegría, en las afecciones más ínti
mas de su corazón. K 1lo refería todo a Dios y a la
3 del bien.Todo lo abarcó en su apostolado ca
tólico con la firmeza del apóstol y con la constancia
del iluminado. E ra uno de los prohombres más
puros del catolicismo uruguayo. Vinculado a la
realidad, desde las primeras horas de su juventud,
ao hay en el catolicismo contemporáneo de aquella
República, tm acontccimientt), una fundación, una
propaganda, donde el Dr. Lengua.s no haya ocur ido un puesto prominente, no precisanicnlc en
■ > honores, sino en la lucha, en el amor a la causa
no adm ite restricciones, en la fe ardiente,
r nante, incomparable...
El Dr. Lenguas fué uno de los primero.s alumnos
M Colegio Salesiano de V illa Colón, que tantos
inroá ha conquistado en su larga vida docente, y
tuvo la suerte de cursar allí la Enseñanza Secun1.ri I bajo la dirección del P. Lasagna, de aquel
- •mbre de inteligencia prócer que más tarde había
ser :-- !~po y morir con auréola de mártir.
Cuando aún no había terminado sus estudios
Medicina, destacábase y a entre la juventud que
rvdcó ; Mons. Soler en la fundación del G u b Católico.
etc. etc., porque habría que llenar muclias páginas,
si qiiisiéramos reseñar toda la inmensa labor del
Dr. Lenguas, en el campo de la Acción sacial ca
tólica.
Con él ha desaparecido una fuerte palauca propul
sora del bien, la figura del caballero del ideal y de
la ciencia, el médico formidable, el apóstol diná
mico y ferviente, el hombre dulce y bondadoso,
el patrocinador y alentador de toda obra humani
taria y santa, contándose, entre las más favorecidas,
las Obras salesianas del I'ruguay, que tantos fa
vores le deben y que siempre se honrarán, teniendo
grabado su nombre en el Libro de oro de sus más
preclaros y castizos exalumnos.
E l Dr. Lenguas vivió siempre como un santo y
pasó a la eternidad, después de haber hecho el
aprendizaje de la muerte, que .sólo saben y pueden
hacer los santos.
Hace muclu'S anos, en efecto, que después de
hacer por la noche sus piúcticas piado.sas, .se acos
taba, cubria'.e con la - i-'ana, cruzaba .sus ntano.s
.sobre el pecho, teniendo enlrelazadus en ellas el
Crucifijo y el rosario, c«i!no si • stuvicra de cuerpo
presente v . en
a 'titiid , meditaba, pa.saba re
vista a Ia^ accio-i -; del día, hacía su examen como
si estuviera delante del Juez divino, y luego dormía,
Y así todos los dí.'is.. ha.sta que la muerte, ron la
que familiarmente
tuteaba, vino a recogerlo en
forma de bronconoumonía, abriéndole el atrio de
la vida eterna y dándole posesión de la gloria, tan
afanosamente ganada en luengos año.s de luchas
y trabajos, arrostrado.- por la causa del bien.
I.,ectores, seguid sus ejemplos y tened un recuerdo
especial por el abnegado Cooperador salesiano c
intrépido luchador de Cristo.
D. Francisco Díaz Guerra.
Ha t '99, como homenaje a Cristo Redentor,
r .adó i diario 1 E l amigo del pueblo '• y , empujadas
r r
invencible optimismo y potente iniciativa,
^
obras de previsión y defensa del pobre,
- "
1- Asociación de .Amigos de la Educación
!Íar, la C aja obrera, los Sindicatos agrícolas,
Cajas rurales, el Círculo católico de obreros,
Entregó su hermosa alm a a Dios Nuestro Señor
en
(Se%álla-Espana) a los 71 años de edad,
confortado con los Santo.s Sacrament;-s y la Ben
dición Apo-tóHcii
Sufrió las alternativas de su penosa enfermedad
con gran paciencia y perfecta re.signación a la
voluntad de Dio5. Con mucha frecuencia elevaba
•92
sus plegarias al Señor dirigiéndose a un cuadro de
nuestro Padre Jesús del Gran Poder que tenía en
su habitación.
Se llenaba su alma de inmenso júbilo conside
rando que había entregado a Dios Nuestro Señor
en la Congregación Salesiana dos de sus hijos, uno
Sacerdote y la otra H ija de María Auxiliadora.
Su muerte fué la del justo que espera conñado
que, después de esta vida, le aguarda una eternidad
tic dclicia.s. Coiifíumos que Dios Nuestro Señor infíuitamente misericordioso habrá y a premiado sus
muchas virtude.s. N o obstante, lo recomendamos
encarecidamente a la caridad y a los .sufragios de
nuestros Cooperadores, y lectores del Boletín Sale-
L o s Cooperadores Salesianos que, confesados y
comulgados, recen según la intención del Romano
Pontífice, pueden ganar:
siano.
Indulgencia Plenaria.
Celina Busfamoníe de Belansfegui.
Santamente falleció el 20 de febrero de 1923,
en San Isidro, provincia de Puenos Aires, República
Argentina.
Da muerte de la venerable matrona Celina Bustainante de Bcláustcgui, constituye una pérdida
considerable para la sociedad portena y de un m o d o .
particular para las H ijas de María Auxiliadora,
que vieron en ella el ejemplo v ivo de la virtud,
practicándola segi'm los mandatos del Divino
Maestro.
A sus generosos sentimientos se debe el estable
cimiento del Colegio « María Auxiliadora » de San
Isidro, al cual consagró toda su inteligencia y energía
en los albores de la fundación; salvando los incon
venientes con gran temple de alma y prudencia
cristiana.
Siempre caritativa, llevó el consuelo a multitud
de hogares necesitados y supo comprender las
miserias de sus semejantes, participando de sus
dolores.
Su nombre, además de quedar vinculado al Co
legio de « María Auxiliadora », será siempre recor
dado con gratitud en la Sociedad de Socorros de
San Isidro y en el seno de numerosas Asociaciones
de beneñccncia.
A l divulgarse la noticia de su fallecimiento, todo
el pueblo desfiló por la capilla ardiente, exteriori
zando su pesar y su gratitud con sentidos sufragios
y oraciones.
Las Hija.»! de María Auxiliadora, profundamente
apenadas, depositan ante su tum ba las perfumadas
flores de la oración y del recuerdo, y envían a su
estimada familia su sentido pésame.
Recordad fembién en vuesíros sufragios a:
E s p a ñ a Barceipna.
Jaime Gerbau. — Mercedes
Ferrcr Bcrtrand — Trinidad Sastre Marqués —
Monserrat Mergenat y Tobella — Ana V idal Sala
\M a de Marcos Rocatnora — Josefa R ibó Crucoga
V da de Antonio Comas — Joaquín PastelU Coll.
.\ r g k n t in a (Buenos Aires) San X icolds de ¡os
.■ ím'vijs. — José Pascual Montaldo.
CHII.E Talca. — Jorge de la Cruz Concha.
U r u c u .w Salto. - • Dolores P. de Olarrcaga —
Generosa P. de Solaro.
1)
Un día de cada mes, a su elección.
2)
E l día en que hagan el piadoso Ejercido
mensual de la Buena JIuerte.
3)
E l día en que asistan a la Conferencia mensual
Salesiana.
y en cada uno de los siguientes días:
Junio
24 N ativid ad de San Juan Bautista.
29 Fiestas de San Pedro y San Pablo.
30 Conmemoración de San
Juuo
Pablo.
1 Preciosa Sangre de N tro Sr Jesucristo.
2 Visitación de N tra Señora.
16 Fiesta de N tra Sra del Carmen
P o r concesión especialisim a de S . S . Pío X¡,
hecha al Rector M ayor de la P ía Sociedad, D . Felipe
H inaldi (6 de J u n io de 1922) todos los Salesianos i
H ija s de M aría A uxiliadora, con stis respecíhcs
cooperadores, alumnos y ex-alum nos, pueden ganar.
1) Una Indulgencia Plenaria cada día, sólo con
elevar su corazón a Dios en medio de sus ocupaciones
habituales.
2) 400 días, cada v ez que repitan el mismo acto.
Para lucrar estas Indulgencias llamadas • ¡t.
Trabajo * únicamente se exige el estado de grac\e.
estando dispensados de cualquier otro requisito.
C o a mprob^cióa de la aBioridmd ecksiásUat.
D ircelor-respooM ble: D . D O M I N G O G A R N £ R ICUiBUecimicBlo T ip . de la S o cied ad E ditora iaierBacional - T ^ i
C o ra o R e g ia » M a r^ te riia . 176.
-
Fecha
-
1932.06