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Título
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BS_1932_04
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Descripción
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Boletín Salesiano. Abril 1932
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extracted text
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Año XLVII - N. 4 . —
A bril, 1932
BOLETIN SALESIAN O
REVISTA DE LAS OBRAS DE DON BOSCO
Verdadero concepto
de la cooperación salesiana.
(C ontiaa ocióa ),
D e b e r de cooperar a la
salvación d e l prójimo.
Siendo este, como vamos a demostrar, un
deber general para todos los cristianos, pa
rece lógico que a los Cooperadores salesianos debe obligarles de un modo más estrecho.
No obstante de ello, aún hay personas que
se desentienden de la salud de las almas,
porque dicen que celarla y procurarla es
asunto exclusivo de los sacerdotes. Es como
si nosotros dijéramos que la higiene y la
salud corporal de nuestros hermanos son co
sas que sólo interesan a los médicos.
No es difícil convencer de su error a esas
personas, y a ello van encaminadas las si
guientes reflexiones:
i ) B I O S NO EXC EPTU A A N A D IE. —
La
ley de la caridad hacia nuestros semejantes
nos ha sido impuesta a todos. E l ordenó —
dice el Eclesiástico — a cada uno de los hom
bres que tenga cuidado de su prójimo (17, 12).
Este divino precepto encendió en ansias
de apostolado a miles y millones de cristia
nos, ávidos de asociarse a la obra redentora
de Jesucristo, y el Cooperador salesiano ha
de procurar rivalizar con esas almas generosas
que han sido, en todo tiempo, gloria y con
suelo de la Iglesia.
El apostolado de las personas seglares ha
ádo siempre recomendado, y es tan antiguo
que los Libros Santos ya lo esbozaron en
la fina semblanza de Tobías. Era este un
hombre que vivía entregado a los quehace
res y negocios y cuando su patria cayó en
la escla\-itud babilónica, comprendiendo que
se debía a sus hermanos víctimas de toda
clase de privaciones y peligros, les sacrificó
sin vacilar ima buena parte de su tiempo y
de su descanso, les reimía, les buscaba
hasta en las mismas casas de sus opresores,
y llevando a todos el bálsamo de su palabra,
sostenía su espíritu y robustecía su fe reli
giosa, expuesta continuamente al contagio
de la idolatría.
El Beato Juan Bosco decía con fervorosa
insistencia: «Procurad ajnidar a todos, en
la medida de \naestras fuerzas; ayudádles no
sólo con vuestras palabras y obras, sino tam
bién y, particularmente, con \mestras ora
ciones. Cuando se os ofrezca ocasión de hacer
el bien, no digáis nunca: No es cosa mía,
no tengo por qué mezclarme en esto, porque
tal fué precisamente la razón de Caín cuando
tuvo la osadía de responder al Señor: ¿Soy yo,
acaso el guarda de mi hermano? Todos te
nemos obligación, podiendo, de salvar al
prójimo de la ru in a».
2) L a r e c i p r o c i d a d . — Obliga a hacer
a los demás el bien que otros nos han hecho
a nosotros.
De la formación de nuestra alma se ocu
paron no solamente los sacerdotes, sino tam
bién nuestros padres y maestros y nuestros
amigos, a todos los cuales debemos el tesoro
de nuestra educación y de nuestros sanos
principios y hasta el haber sido librados de
muchíK peligros.
¿Qué sería de nosotros, si no hubiésemos
encontrado, en nuestro camino, un corazón
caritativo que nos guió y aconsejó?
Aquí tenéis pués otro de los deberes cía-
98
ramente anunciados por Jesucristo: Haced en
favor de los demás lo que vosotros quisierais
que otros hiciesen en favor vuestro. (Ma t h .,
7. 17)3 ) I,A S
NECIÍSIDA D KS
D }ÍL
PRO JIM O .
—
Kxijen manos piadosas (pie las alivien. Son
muchos los hombres, especialmente jóvenes,
(pie carecen de instrucción y viven entre
un torbellino de seducciones y escándalos,
sin que nadie les diga una palabra, sin la
menor direccií'm, expuestos continuamente
al peligro ciertísimo de perderse.
A los sacerdotes no les es posible conocerlos
CRUZADA
resonar continuamente en nuestros oidos
aquellos acentos de amarga reconvención
que Jesús nos dirijió, cuando dijo que los
hijos de las tinieblas son más solícitos en
perder las almas, que nosotros en sah-arlas.
No es necesario recordar aquí todo lo que
el mundo corruptor inventa y moviliza para
arrastrar a los hombres a la jjerdición,
porque bien claro y patente está a los ojos
de todos que hoy la prensa y la cátedra y la
escuela y las artes y las diversiones y, triste
es decirlo, hasta las mismas leyes, se han
puesto al servicio del mal, y vienen a ser
armas diabólicas de que se sirve la impiedad,
MISIONERA
NUEVAS BECAS
“ LU Z A R E L L A N O D E 5 E Q U E IR A ’’ - (Masaya-Nicaragua).
“ N A TA LIA
V IU D A
DE
M E J I A ” - (Masaya-Nicaragua).
“ M A R I A I N M A C U L A D A * - (Valencia-España). — Beca
fundada por una benemérita Cooperadora Salesiana de esta
ciudad, en desagravio por las profanaciones allí perpetradas
dentro de la S . I. Catedral, la noche del 13 al 14 de febrero p. p.
y socorrerlos a todos, especialmente en los
grandes centros de población, y es preciso
(pie haya quién Ies ayude y haga sus veces,
en esa obra santa y conmovedora de guiar,
preservar y santificar las almas.
Los seglares tienen la ventaja de \*ivir
en el corazón mismo de la sociedad, de en
trar en todas partes, de tratar con toda clase
de i>eTsonas, de ver y apreciar de cerca las
verdaderas necesidades, y esto les coloca en
situación de privilegio para poder hacer
mucho bien, sin que ello signifique que ha>-an
de prescindir del concurso -de los sacerdotes
y de (úras jiersonas.
Don Bosex) era casi niño toda^ria y j'a se
hacía a\'udar por algunos \’^n<3s y amigos
de buena voluntad.
4 ) L a a c t i v i d a d d e l o s m .a l o s . — Ha
de ser im estímulo para los buenos. Deberían
para ofender a Dios y arrancar la fe de los
corazones.
Frente a esta ofensiva pérfida y fonnidable
de los apóstoles de satanás, ¿podría el cris
tiano, podría el Cooperador cruzarse de bra
zos y contemplar impávido cómo las cosas
más nobles, cómo las ideas más santas y las
costumbres más hermosas, van siendo arran
cadas, una tras otra, del alma del pueblo?
Si esto fuera posible, los ejemplos del
Beato Juan Bosco, se ofrecerían ante sus
ojos como un reproche durísimo. Don Bosco,
en efecto, no vi\dó, ni respiró mas que por
las almas y para las almas, desplegando en
favor de ellas una actiWdad que asusta y
humanamente no tiene explicación, y consu
miendo en el fuego de ese trajinar divino todo
su tiempo, hasta el último minuto y hasta
la última gota de su energía.
[Continuará).
ir
99
Una profecía inédiía del Beaío Juan Bosco.
La vida de nuestro Beato Padre es
un areenal mara\dlloso que, por mas
que se e;jq>lore y se ilumine, nunca
acaba de conocerse bien. ¡Cuántas
cosas habrá todavía ocultas en este
arsenal! He aquí una que ha venido
a descubrirse ahora:
Existe en Turín un Convento de Re
ligiosas llamadas Sacramentinas.
En la Crónica de este Convento aca
bamos de leer lo que sigue:
«Hoy 20 de Junio de 1931 ha falle
cido, en Bassano del Grappa, la Reli
giosa de nuestro Instituto Sor María
Auxñiadora de San José, a la edad de
72 años.
Esta Religiosa ingresó en nuestro
No\úciado de esta ciudad de Turín el
año 1880, a pesar de su complexión
enfermiza, fiadas las Superioras que la
admitieron en la palabra del Beato
Juan Bosco quién, consultado por la
joven, había asegurado que resistiría
bien la vida regular.
Conserv'aba esta novicia secreta
mente y con gran devoción una medallita que el buen Padre le había
dado, cuya medalla tenía grabadas las
imagénes de María Auxiliadora y de
San José, y fácil es imaginar cual
no sería su sorpresa, cuando, al impo
nerle el nombre de religión, le dijeron
que se llamaría Sor María Auxiliadora
ie San José.
Cuadro del Beato Juan Boaco
Díjole además el Beato, en aquella
que se venera en la iglesia de Jesú s Adolescente de Turín.
ocasión: Pasarán muchos años y una
abadesa con algunas religiosas del Véndo se unirán a las Sacramentinas. Vd. será las Bodas de oro de su profesión, murió a
enviada allí y elegida Superiora, sietido la edad de 72 años, que es precisamente la
aquel el lugar de su santificación, y Dios que alcanzó el Beato Juan Bosco.
Todo esto lo manifestó Sor María A uxi
la llamará a la eternidad cuando llegue a
¡‘Ur los años que yo tendré cuando muera. liadora en su última enfermedad ».
Eli 1901 fué, en efecto, enviada a fimdar
el convento de Bassano del Grappa (Venecia).
D o n B o 3C o
sin haber revelado jamás a persona alguna
y M aría A uxiliadora.
aquellas palabras proféticas del Beato Juan
El mo\úmiento de las almas hacia el Beato
Bosco, y allí estuvo hasta ahora, de Superiora,
Juan Bosco progresa en todas partes con
edificando con su santidad de vida a aquella
Comunidad. E l 20 de Junio, según se ha ritmo acelerado, haciendo llover en abun
dicho y cuando todas esperábamos celebrar dancia bendiciones y consuelos.
lO ü
No hay mas que pasar la vista por la Sec
ción de Gracias del Boletín Salesiano, para
darse cuenta de que el coro conmovedor de
ellas aumenta de un modo muy acentuado,
y esto que muchas de las Relaciones, por
falta material de espacio, no es posible pu
blicarlas; lo cual demuestra que es muy
grande la intensidad y fuerza con que ^se
ha despertado esta devoción, a la que muchas
personas piadosas, con un instinto finísimo,
suelen siempre asociar la de nuestra Madre
amantísima, María Auxiliadora.
ha Iglesia Católica que siempre escucha
los latidos del corazón de sus hijos,
cuando se trató de establecer la fiesta
anual del nuevo Beato, escogió, como es sa
bido. el día 26 de Abril (i), que es el cuarto
del mes consagrado a María Auxiliadora.
¿I'ué cosa meditada? ¿Fué pura coinci-
(1) Donde todavía no hay autorización para tri
butar culto público al Beato J. Bosco, puede obte
nerse fácilmente, acudiendo a la S. Congregación de
Ritos, por conducto del Ordinario. Si se quiere
Modelo de Solicitud, la Dirección General de las
Obras Satesianas — Cottolengo 32 — Turin (109)
lo enviará con mucho gusto.
dencia? No hemos tratado de averiguarlo*
el hecho se ha producido y tiene para nosotros
algo de providencial. E l Beato Juan Bosco
inaugurará de este modo todos los anos, coa
su fiesta, los solemnes Cultos de María Auxi
liadora y seguirá siendo, desde el cielo, lo
que fué siempre aquí en la tierra, el heraldo
incansable de la devoción a la celestial Se
ñora a quien el pueblo saludaba con el nom
bre de Virgen de Don Bosco, a la Madre bon
dadosísima que puso a su disposición todos
los tesoros de la misericordia divina en fa
vor de las Obras Salesianas, con cuyo amor
Don Bosco se abrasaba y quería que se
abrasaran todas las almas.
Próximas están las dos fechas: el 23 y el
26 de Abril. Celebrémoslas en todas partes
con la más rendida devoción filial, procure
mos que nuestro amor vaya en crescendo
y pidamos a nuestro Beato que nos conceda
la gracia de ser siempre como él propagan
distas de María Auxiliadora, y en estos tristes
momentos de sectarismo y de general ofensiva
contra la Iglesia, roguemos a nuestra buena
Madre que atraiga a los enemigos al re
gazo de su misericordia o los confunda con
el terrible poder de su cetro.
A N U ESTROS CO R R ESPO N SALES
rogamos encarecidam ente que, en sus “ R ela cion es” , procuren:
1. S e r breves. — Piensen que nuestra Revista no dispone de espacio ilimitado, que tiene que
servir varias Secciones y contentar a muchos.
2 . S e r amenos e interesantes.
La amenidad depende de la exposición, el interés del
asunto, aunque no de un modo exclusivo. Desde luego que las noticias banales o de interés pu
ramente local no deben enviarse. Fundaciones nuevas, lóenles nuevos, actividades nuevas, exposi
c iones. distinciones, visitas de primeras autoridades, congresos, asambleas de cooperadores y e.v
alumnos aniversarios y conmemoraciones importantes, fiestas extraordinarias, estadísticas de obras,
d», trabajos, de resultados, etc, he aquí lo que merece ser publicado en el Boletín.
3 . S e r cuidadosos de la redacción. — No se pretende que sea literaria, pero sí corriente
y esmerada. Los pliegos deben enviarse escritos a máquina o. si no es posible, presentados con
claridad, especialmente en los términos propios y folklóricos.
4. Enviar buenas fotografías.
Tanto en lo que se refiere a la buena elección del asunto,
como a 1a intención artística y a la ejecución técnica. De esas fotografías, las más notables se
publican y todas pasan al archivio central, donde son cientilicamente clasificadas v mañana formarán
la historia gráfica de nuestra Sociedad.
5. Todo el material de publicidad debe ser enviado a : O R A T O R IO S A L E S IA N O - Oficina
central de prensa - V ia Cottolengo, 5 2 - TU R IN (109) Italia.
lO I
El X° Aniversario de la coronación de S. S. Pió XI.
¡O rem us pro
Pontífice
Para la familia católica siempre ha sido,
es y será objeto de la más rendida devoción
y afecto la augusta persona del Papa.
Para la familia salesiana esta devoción al
Papa, Vicario de Cristo en la térra, es algo
consubstancial con ella, procurando en este
punto extremar su fidelidad a los ejemplos y
mandatos de su Beato Fundador.
Y cuando el Papa se llama Pió X I, que
tantas y tan paternales deferencias ha tenido
con nuestra humilde Sociedad, y urbi et orhi
ha proclamado la Beatificación de nuestro
Don Bosco, la gratitud y filial devoción de
la familia salesiana llegan a la más encen
dida exaltación filial.
Por esto el 12 de Febrero p. p. se conme
moró en todos los Colegios Salesianos, con
verdaderos transportes de júbilo, la Fiesta del
Papa, bendiciendo la labor prodigiosa de
S. S. Pió X I, durante los diez años fecundos
de su glorioso Pontificado y dando gracias
al Señor por ella.
Cosa sabida es de todos los católicos que
el Papa recibió de Cristo tres poderes fun
damentales: el poder de enseñar, el poder de
santificar y el poder de gobernar, y todos
ellos los ha ejercido Pió X I de una manera
tan exuberante y tan amorosa, tan humana
y tan divina, tan sublime y tan sencilla,
que ha llenado de admiración a todos los
pueblos de la tierra y a todos los hombres de
valer, hasta a aquellos que no son del rebaño
de Cristo, ni le reconocen como único Pastor.
Su poder doctrinal ha resplandecido en 21
Encíclicas y i i Cartas Apostólicas, todas
brillantes de luz y de fuego de sagrada doc
trina.
Su poder de santificar resplandece espe
cialmente en las doce Cartas Decretales por
él publicadas, llenas de unción y fervor que
se refieren a los gloriosos santos de su fe
cundo Pontificado, los cuíiles ruegan por
él y por la Iglesia ante el trono de la Divina
Majestad.
Ha firmado además 387 Cartas Apostólicas;
la mayor parte encaminadas a la organi
zación de la Jerarquía Eclesiástica, 108 con
nosfro
Pío!
firiendo títulos de Basílicas y 30 sobre Bea
tificaciones de Venerables Siervos de Dios
Nuestro Señor, entre las cuales se halla la
de nuestro Padre y Fundador Don Juan
Bosco.
Y no menos que el poder doctrinal y santificador, resplandece su poder de gobierno
en la actividad extraordinaria que el Papa
ha demostrado en el régimen de la Iglesia
y en la regularización de sus relaciones jurí
dicas con los Estados.
En lo que se refiere al gobierno de la So
ciedad católica, P ío X I ha tenido 21 Con
sistorios secretos y públicos, en los cuales
han sido tratadas y resueltas las cuestiones
más complejas y trascendentales, y han sido
creados 43 Cardenales; también han visto
la luz pública 21 documentos bajo el nombre
genérico de Chirógrafos y cartas autógrafas
dirigidas en su mayor parte a eminentísimos
Cardenales, a fin de orientar al pueblo fiel
en los asuntos más importantes. Bajo el
título de Cartas se han publicado 305 Docu
mentos sobre el régimen de la Iglesia en gene
ral, y en particular referentes a nombramien
tos de Legados pontificios. Congresos, Con
cilios, etc. Tampoco deben olvidarse los 34
<(Motu propio *, sobre la propagación de
la fe. los privilegios concedidos a los asisten
tes al Conclave, enseñanza de la doctrina
cristiana, profesores de Sagrada Escritura,
Universidades, Institutos, Colegios y otros
también de notable interés. En cuanto a
Constituciones Apostólicas del>en recordarse
84, estableciendo modificaciones en la orga
nización de la gerarquía de diversos pueblos
y sobre erecciones de Catedrales y Colegiatas.
Y es admirable también la tarea realizada
por el Papa en lo que se refiere a las relaciones
jurídicas de la Iglesia Católica con los diversos
Estados civiles.
¡Qué obra más prodigiosa! Bendigamos por
eUa la bondad de Dios y oremos por la San
tidad de P ío X I felizmente reinante:
Que el Señor le conserve y le vivifique y le
haga venturoso en la tierra y no pernnla que
caiga en poder de SMS enemigos...
ECOS DE LA CASA MADRE
Lufo
por
el
fallecimienío de
nuestro
Consejero General Profesional.
«Abierta todavía la herida acerbísima de la
desap irición del Padre, otra herida que es tanto
más cruel cuanto ha sido más inesperada, viene
hoy a lacerar nmstros corazones. Que el buen
Jesús se digne derramar sobre ellas el bálsamo
copioso de sus consuelos, E l que hizo brotar de
cada una de sus heridas ¡tientes abundantes de sal
vación 0.
Con esttis sentidas palabras de nuestro que<ri(lo Prefecto General empezaba la carta ne
crológica del R\auo
D O N J O S E VE SPIG N A N I
destinada a anunciar su muerte a todos los
Salesianos del mundo.
Es otro de los altos cedros de nuestra Con
gregación que cae rendido por los trabajos y
por los añas. Un verdadero coloso de la santi
dad que, como los cedros, vivió siempre cerca
del cielo conversatido con la luz y con la pureza,
y cotno ellos coiuseivaba incomipto el corazón
que dejó de latir s í j i que tal vez hubiese entrado
en ól la carcoma del pecado.
Es otro claro que se produce en las filas, ya
muy mennadas, de nuestros Veteranos de la
Edad hcróica, que vieron a Don Bosco con sus
ojos y contemplaron sus prodigios y se satxirnron de su espíritu, para después sembrarlo
a maiKís llenas.
Eos decretos <lel Señor son adorables. ¡Ciímjilase su voluntad!
DATOS BIOGRAFICOS.
Había nacido en Dugo de la Roinagna el 2 de
enero de 1854, ano en que se proclamó el dog
ma de la Inmaculada Concepción de Mana,
de la que él fué siempre tan devoto y en cuyo
altar debía celebrar la primera Misa. Sus padres,
que disfrutaban de una posición desahogada,
diéronle una educación esmeradísima que se
reveló en todos los actos de su vida,distin
guiéndolos con ese marchamo inconfrmdible.
con ese sello aristocrático que sólo tienen las
inteligencias nobles y cultivadas.
¡Santa y extraordinaria familia aquella que
dió a la á^ciedad Salesiana cuatro hijos y dos
hijas, y una tercera a las Carmelitas!
El P. Vespignani no sabía hablar sin evocar
su recuerdo, especialmente el de su buena
madre. La devoción filial que sintió por ella,
hasta su más avanzada ancianidad, es algo
que edifica y coimiueve. Una especie de ana
logía afectiva hacía vibrar en su alma estos
tres nombres: su madre, Don Bosco y la Ar
gentina, y unidos por una sola lazada de amor
florecían, sienipre, en sus labios como ritomello
dulcísimo, como leitmotif obligado de su encan
tadora charla familiar.
Y es que esos tres nombres eran la personifi
cación y la síntesis de sus tres grandes glorias
terrenas, su cristiana educación, su vocación
salesiana y su apostolado sacerdotal, ejercido
en la República del Plata por espacio de 45
años, con increible intensidad y acierto.
Su infancia fué pródiga en anécdotas y ense
ñanzas que revelan el escrupuloso cuidado con
que aquella mano maternal, guiada por el más
ferviente amor cristiano, iba labrando para
Dios el pequeño corazón de su hijito, como
quién labra una joya imperial. En su educaciói
no inte^^■ inieron más que su madre y la iglesia.
La enseñanza primaria la liizo en familia, la
secundaria en los PP. Benedictinos de Cesena
y los estudios superior^ en el Seminario de
Faenza, donde el cielo le deparó ima direcciói
iluminada y segura, la de Mons. Taroni, gran
admirador y amigo de Don Bosco.
Habiendo allí enfennado, pues su naturaleza
era por demás delicada, terminó la Sgda Teolo
gía en un Colegio eclesiástico de su pueblo y
fué ordenado sacerdote el 23 de setiembre
de 1875-
I
F
103
Un año después, entraba en el Oratorio de
Tarín para ponerse en manos de Don Bosco,
cuya Obra fascinaba su corazón y a la cual,
desde que cantó su primera misa, sentíase
llamado por una voz interior que con fuerza
irresistible se impuso a sus determinaciones.
AHÍ debían también seguirle, sucesivamente
para abanderarse bajo las milicias salesianas,
sus hermanos menores, Ernesto, sacerdote y
Que era este el concepto en que lo tenía el
Santo Fundador lo demuestra, de un modo
evidente, la difícil misión que le encomendó,
al año de haber ingresado en la Pía Sociedad,
enviándolo a la República Argentina, donde
la Obra Salesiana acababa de establecer sus
tiendas.
El P. Vespignani llegó a America cu di
ciembre de 1877.
arquitecto notabilísimo; Esteban, también sa
cerdote, 5' Pedro, artista discreto y nada vulgar.
AI joven Vespignani bastáronle, para en
trenarse, unos meses de observación y de prác
ticas en la Escuela viva de Don Bosco, la Scuola
di juoco. como le han llamado algimos. A su
gran capacidad asimilativa de las cosas drídnas,
a su inteligencia rica y disciplinada y a su
dociiidad más que infantil juntóse, para improrisar al salesiano perfecto, la pericia del maestro
en el arte de transmitir su esfríritu y sus méto
dos.
Obediente a la voz del ^superior, a pesar del
parecer del médiex) que le tenía como desahu
ciado, a causa de ima terrible afección pulmonar
y anunciaba que aquel largo viaje marítimo
le ocasionaría la muerte, embarcó lleno de fe
en la palabra de Don Bosco,según el cual le
esperaba una travesía feliz. Así fué en efecto,
fijando su residencia en Buenos Aires y dando
(ximienzo a una serie de actividades que ha
bían de llegar a hacerae formidables.
Decíase entre los poo)s salesianos que allí
había, que al nuevo sacerdote llegado de Europa
104
no le quedaba mas que un pulmón; pero lo que las más valiosas cooperaciones con motivo de
resultaba cierto, según un santo y anciano solemnidades patrióticas, y a las Autoridades
religioso de aquellos tiempos, es que los que eclesiásticas en ocasión de peregrinaciones y
estaban sanos y querían seguirle en el trabajo, campañas morales y religiosas, etc. etc.
se exponían a perder los dos.
Pero lo que más asombra y suspende el
Uno de sus primeros cuidados y el más ánimo es que todo este continuo batallar lo
obsesionante de toda su vida, fué formar voca consideraba él como un solaz, en medio de sus
ciones, y por mas que le decían que buscarlas tareas esenciales, que no admitían tregua ui
entre los naturales de aquel país era tiempo reposo, de atender a la formación religiosa de
perdido, él se acercó a la juventud argentina sus subordinados, a los que dirigía con firmeza
lleno de fe y confianza y, con el optimismo y amor, procurando infundirles a grandes dosis
invencible de los hombres de Dios, triunfó en el espíritu y los métodos educativos del Beato
toda la línea, contándose hoy por centenares Juan Boscü, rodeándolos de cuidados mater
los buenos hijos de aquella República que nales, recil)iéndolos afablemente a todas horas,
formados en su escuela, le llaman Padre y
escribiéndoles, hablándoles y entregándoles por
Maestro y soportan ellos solos, casi exlusiva- completo su tiempo y su descanso.
niente, el peso formidable de nuestras Obras
Al ser elevado eu 1922 al puesto de Consejero
allí extendidas con enorme profusión.
del Capítulo Superior, parecía natural que el
Al principio como simple sacerdote al lado peso de sus nuevas ocupaciones y su carácter
del celosísimo Mons. Costamagna, de quién fué de universalidad le obligasen a desentenderse
eficaz colaborador, y luego como Director del de esa minuciosa labor espiritual, ejercitada
Colegio P ío IX que, en los ocho años de su fX)r espacio de tantos años y no fué así; sus
gobierno, se colocó de golpe entre los más im antiguos súbditos siguiéronle a Turín, no sólo
portantes de nuestra Congregación y final con su afecto sino con ima intensísima comuni
mente como Inspector, en cuyo cargo perma cación postal y él, sin desatender ninguna de
neció 20 años, no es posible imaginarse el sus atenciones superiores, continuó prodigán
número y calidad de las dificultades por él dose con sus argentinos, como mentor y maestro,
vencidas y de las iniciativas desarrolladas y de y son allí muy raros los salesianos que no
las empresas atrevidísimas llevadas a feliz conserven como im tesoro, no ima sino muchas
término.
de sus preciosas cartas, llenas de encantadora
Hizo unas 40 fimdaciones, levantó el templo sencillez y de los más puros destellos del espí
de San Carlos de Buenos Aires, que es una joya
ritu de Don Bosco.
anjuitectónica con proporciones catedralicias,
Es incalculable el número de cuartillas que
y lo levantó en momentos dificilísimos que el P. Vespignani ha dado a la publicidad.
daban a la empresa aspecto de verdadera
En estos últimos años sobre todo se le veía
locura; construyó además los de María Auxilia siempre con la pluma en la mano, ya des
dora y del Sgdo Corazón de La Plata; organizó pachando su voluminosa correspondencia, ya
el noviciado de Bemal, plantel de muchas y
redactando opúsculos preciosos, como Un año
bellísimas vocaciones, dotándolo de edificios en la escuela de Don Bosco, que ha hecho
y niaterial espléndidos; impulsó y ayudó para las delicias de tantos lectores, ya consignando
lelamente las fimdaciones de las Hijas de María en el papel sus proprios recuerdos personales
Auxiliadora; celebró el Primer Congreso Inter que constituirán ellos sólos un rico y abundante
nacional de Cooperadores Salesianos de Amé arsenal.
rica. que tuvo resonancia mundial; realizó
Ix)s diez años de su cargo, como Consejero
otras varios de música sagrada, de catequesis,
Profesional y Agrícola de nuestra Sociedad,
de pietlad, de Exulumnos; obtuvo de los Go fueron por él aprovechados, con extraordhiario
bernantes, para algimos de sus Colegios, el celo, para incrementar la sólida formación de
favor inapreciable de ser equiparados a las nuestros maestros coadjutores, animando y
Escuelas Nonnales de la nación; sacó de las aconsejando, proponiendo normas sabias y
cárceles de menores a infinidad de pobres fecundas que hacía tema de sus conferencias,
mucliachos que, colocados en nuestras Escuelas
y se hallan sólidamente explanadas y razonadas
de Artes y Oficios, se hicieron hombres labo- en las «Actas del Capítulo ».
riosixs y honrados; impulsó la educación física
Pero ni este elevado cargo, ni el de Visitador
haciendo desfilar por las grandes avenidas de extraordiario que ejerció dos veces, ni los ho
la capital más de ocho mil Exploradores de menajes apoteósicos que recibió en Buenos Aires
l\>n Boscií, porfcctameute instniidos y unifor con motivo de sus Bodas de Oro sacerdotales, al
mados. planeó y realizó la Asociación de los teraron su iimata sencillez y ejemplar modestia,
Kxalumnw Salesianos que, jxir su organiza y eran cabalmente estas lirtudes las que ponían
ción y entusiasmo, pueile citarse como mcxlelo más de relieve sus excepcionales méritos, apre
eu su género; fundó Reinstas en las que cola ciados en todo su valor por personas de la alta
boró asiduamente; prestó a los Poderes públicos sociedad, jefes de Estado y Dignidades de la
Iglesia. S. S. P ío X I conñrió con él varias veces
eu audieucias especiales, el Presidente argen
tino, Dr. Marcelo T. de Alvear le ^dó un día
en Roma, confundido con el pueblo y lo llevó
consigo presentándolo a S. M. el Rey Víctor
Manuel. Y era aquella misma sencillez la que
le cautivaba la veneración y afecto de propios
Vextraños en el Oratorio de Turín, donde, más
que superior, parecía un humilde novicio, por
su admirable vida regulár, llena de piedad y
de la que era uno de los miembros más excelsos,
y sumido en el dolor a muchas almas.
Sabemos que los E x alumnos de Buenos
Aires apenadísimos han acordado realizar, en
su honor, ima solemne Velada necrológica y le
vantarle un monumento.
Su entierro y funerales coirstituyeron en la
Casa-madre grandes manifestaciones de lulo
y, en el Oficio de Trigésima celebrado el 18 de
febrero, hizo de él un magnífico elogio fúnebre
Colegio Pío IX y templo de San Carlos de Buenos Aires.
de candor y, ora daba las “ Buenas noches” ora
se Sentaba a confesar a los niños, ya recorría
¡olito las estaciones del Via Crucis, ya alternaba
familiarmente con los salesianos en los recreos
ü en el refectorio; nadie descubrió jamás en
él ni un mínimo gesto, ni una ligera pretensión
autoritaria.
A lte \m apostolado tan brillante y espleiidoixKo de éxitos y de virtudes, no es extraño
pués que la repentina muerte del P. Vespiguani haya llenado de pesar a la Pía Siociedad,
el P. Eugenio Ceria. Ni que decir tiene que las
Honras tributadas al Apóstol de la Argentina
en aquella República y, esixícialniente en
Buenos Aires, han resultado un magno plebis
cito popular de afecto y condolencia al que
acudieron, como dice un diario local ♦ desde el
Ministro del Interior hasta el más modesto
ciudadano >.
Pidamos fervorosamente al Señor le conceda
la gloria del cielo, al lado del Beato J. Bosco
a quién tanto amó durante su vida.
DE ESPAÑA Y AMERICA
C A D I Z (España). — Un monumenfo a/
B eafo Ju an B osco.
Cádiz, la siempre noble, leal y lieróica,
la que como una inmensa gaviota blanca
se interna en el mar, ha tributado al Beato
Juan Bosco un homenaje grandioso, cordial
e inolvidable.
U n poco d e h ist o r ia . — Hace treinta
años que existe en esta ciudad el Colegio
Salesiauo y, gracias a la caridad magnífica
y a los maternales desvelos de su santa
fundadora, Dua Ana de Viya (q. s. g. h.),
alma gemela de aquella sierva de Dios que se
llamó en vida Dña Dorotea de Chopitea y
como ella troquelada para la inmortalidad,
pasó dicho Colegio la primera mitad de su
existencia sin agobios económicos, pudiendo
los Hijos de Don Bosco dedicarse, en cuerpo
y alma, a la formación espiritual de los nume
rosos huerfanitos que la fundadora tenía en
él acogidos.
Pero murió ella y a pesar de que su gran
corazón había dejado bien asegurado el por
venir de la casa, sobrevino simultáneamente
la baja de los valores ocasionada por la gjran
guerra, y el porvenir que se dibujó en seguida
fué la miseria.
Las circunstancias llegaron a hacerse tan
críticas, que personas prudentes aconsejaron
el abandono de la Fundación, pero la Obra
Salesiana, cuya cuna fué arrullada por los
vientos de la tempestad y de la contradicción,
iu> (|uis<') dejar en la calle a sus huérfanos,
elevó sus ojos al cielo, imploró la intervención
de Don Bosco y ésta no se hizo esperar, in
fundiendo en el actual Director del Colegio
toda la enorme cantidad de optimismo, de
energía y de sentido práctico que se necesita
ban para ganar aquel pleito planteado por
acontecimientos adverséis, y el pleito se ganó
de un modo rápido y definitivo.. Trazado el
plan de operaciones, se movilizaron todas
las fuerzas; prensa, cooperadores, exalumnos,
amigos abnegados y caritativos emprendie
ron, bajo la égida de Don Bosco, una cru
zada extensa y enérgica para librar al Co
legio de aquel calvario.
Y Cádiz, la siempre noble dió su respuesta
inmediata y consoladora a aquellos cruzados
del bien. Unos establecieron becas enteras,
otros medias becas, otros suscribieron can
tidades por mesos y años; después se llevó
la cruzada a los Ayuntamientos de la pro
vincia que acogieron cristianamente la idea,
y llovieron sobre el Colegio niños de todos los
pueblos, cuya pensión era sufragada por el
erario municipal y que, al regresar a sus casas,
llevaban con el tesoro de su educación, el
nombre y el amor de Don Bosco a todas par
tes, y finalmente, la misma Kxema Diputa
ción en 1929 acordó, por unanimidad, confiar
a los Salesianos la formación profesional y
técnica de 150 niños, fundando para su soste
nimiento otras tantas becas.
Así, por modo tan admirable, lo que huma
namente parecía que era un mal, se convirtió
en un bien positivo, y cuando parecía que la
casa debía cerrarse, es cuando la Providencia
la llenó de niños y de esos niños que Don
Bosco llamaba los suyos, a saber los más po
bres y abandonados. Por algo se dice que
Dios escribe derecho con líneas torcidas.
Ni el Colegio ni Cádiz podían olvidar
aquella manifiesta y admirable intervención
del Beato Juan Bosco, y la señal visible de
su gratitud fué.
E l m on um en to . — Toda la ciudad de
Cádiz había contemplado, en el devoto tem
plo de sus cariños, S. Francisco, la primera
fiesta apoteósica del nuevo Beato. Cinco mil
ejemplares de u n a «Vida popular del mismo,
escrita para esta circunstancia, y más de
veinte mil grabados con una reseña esta
dística de las obras del gran Pedagogo, habían
extendido su devoción a todos los hogares.
ío y
Escocias Profesionales - Cádiz (EspaRa). — Inauguración del monumenlo al Bealo Juan Bosco.
Al instante se notan los efectos. Las per
sonas de toda clase y edad acuden a implo
rar gracias, que Dios se complace en otorgar
en atención a los ruegos de su Siervo. Así
es que al lanzar la idea de erigir un monu
mento al Beato J. Bosco, todos la acogen
con simpatía, todos alientan y todos coo
peran a fijar y glorificar en marmol blan
quísimo, como la pureza de su alma, la excelsa
figura del hombre cumbre, que la iglesia eleva
a la gloria inmarcesible de los altares, preci
samente por que él no había desdeñado
bajarse hasta el nivel de los más pequeños, a
fin de levantarlos hasta Dios.
Sin pérdida de momento, se’ firma el con
trato en Italia y se da comienzo a los trabajos
de cimentación, frente a la fachada del edi
ficio y en el centro de un espléndido hemi
ciclo.
Los recursos no faltan, el mismo D. Bosco
se los busca porque quiere ser glorificado en
Cádiz, donde cuenta con una casa de las
• su\-as ».
Podemos decir que desde este instante las
bendiciones de Dios llueven sobre esta casa.
y los asuntos más delicados o los inevitables
contratiempos de toda obra humana se re
suelven, de modo tan favorable como ines
perado. Mientras se fabrica el basamento,
cuyo sobrio y elegante proj'ecto ofrenda el
arquitecto provincial Sr. Hidalgo, el grupo
es expedido en Genova a bordo de un barco
de la Compañía Ibarra. Durante la travesía
se opera en España el cambio de régimen
con las consiguientes perturbaciones y alga
radas... pero D. Bosco no se asusta de las
revoluciones, porque es la encamación de la
democracia en el sentido más genuino de
esta palabra, de la que hoy tanto se abusa.
La estatua de Don Bosco con los dos
niños, formando un conjimto exquisitamente
genial y artístico, cuyo retrato apareció ya
en las páginas del Boletín, sígüe su rumbo
fuertemente embalada en las bodegas del
barco y bien puede decirse que va haciendo
milagros... hasta llegar a España y a su
casa, precisamente cuando la revolución espa
ñola estaba en su apogeo. Y decimos que
\-ino haciendo milagros, porque lo fueron
sin duda para nosotros en el terreno econó-
io 8
mico. El flete, de Genova a Cádiz, gratis; los
derechos de aduana, dispensados; ocho meses
y cuatro días de estadía en el muelle, debida
a la anormalidad de las circunstancias, que
suponían la entrega de i.io o Ptas. a las
Obras del Puerto, dispensados; hasta los Ser
vicios de transporte nos trajeron la caja del
muelle a casa graciosamente. Si esto no es
milagro, dígalo el lector.
IvA INAUGURACION. — Y llegó el día magno
en que Cádiz quiso pronunciarse por elPeato J. Bosco de un modo público y so
lenme. I'ué el 27 de Diciembre, festividad
de S. Juan Evangelista, nombre de pila del
fundador excelso. E l acto, preparado con
actividad y cariño por el incansable autor
de la bella idea, debía resultar brillante,
emotivo, devoto.
Y así fué. Todos prestaron su concurso a
esta fiesta de niños, porque en todo lo que
a D. Bosco se refiere, estos ocupan siempre
el primer puesto. Unos tres mil de ambos
sexos rodearon aquella tarde inolvidable, la
estatua del Padre, que parecía mirarlos con
ternura infinita desde el pedestal de su gloria.
Todos las escuelas privadas de Hermanos y
Hermanas, la Escuela del Mar, varias nacio
nales, y representaciones de casi todas, gra
cias a la bondad de la Inspectora Dña. Te
resa Izquierdo de Varela, entusiasta del Beato,
acudieron a rendir homenaje al gran Maestro
de la infancia y a cantar el himno de su
triunfo, previamente aprendido. Más de cinco
mil personas se apiñaban en la gran expla
nada y glorieta del emplazamiento; hasta las
ventanas y azoteas del edificio aparecían
cuajadas de racimos de cabezas y millares
de ojos, ávidos de contemplar el magno
espectáculo, en verdad sorprendente y emo
tivo. Desde las tres p. m. las Bandas de mú
sica, en su tribuna, ejecutan delicadas obras
que aplaude la multitud regocijada. A las
cuatro, el estrado de honor se cubre de |>ersonalidades que presiden el acto solemne,
luitre ellas destaca el Rvdo. P. Inspector de
la Bética D. Sclxistián María Pastor, el in
signe cooperador salesiano y capitán de ná\do
D. Juan Cervera Jácome, el notario y alma
del api^tolado seglar en esta, D. José de
Bedoj-a; D. Manuel Cerón, Rvdo. Arci
preste del Puerto de Santa María Dr. Xúñez
Galván; los directores salesianos RR. PP.
Bressán, Fernández, Pbro. D. Euis Sánchez
y el director de la Casa D. Modesto Jiménez,
con otras personalidades que sería prolijo
enumerar. Ea llegada, en idéntica hora, del
Sr. Ministro de Marina en visita oficial a
esta base naval, impidió la asistencia de las
autoridades locales, de las cuales varias
enviaron representantes.
A las cuatro y cuarto el P. Inspector, de
legado del Sr. Obispo ausente, bendijo el
monumento, que, una vez cumplido el rito,
descubrió la referida Inspectora de Escuelas
nacionales, Dña. Teresa Izquierdo de Varela.
Al descorrer el lienzo lanzó emocionada un
viva profundo y devoto que la multitud re
pitió vibrante de entusiasmo durante unos
instantes. Hecha la calma, las bandas pre
ludian el himno «Al pié de tu Imagen » y
las tres mil voces de niños y niñas resuenan
graciosas, argentinas, en coro imponente,
como un niágara articulado que canta la
gloria del hombre de Dios, rindiendo al
Beato el fér\’ido homenaje de piedad y de
afecto que la niñez y juventud del mundo le
deben. Hecho el silencio y desde la misma
tribuna de la Presidencia, el Dr. Rvdo. Núñez Galván pronunció un discurso elocuente
y vibrante de entusiasmo ensalzando la fi
gura del Beato y de su obra en la cual, dice,
resplandece la idea sobrenatural que presidió
siempre la vida santa y la acción fecunda del
hombre de Dios. En párrafos brillantísimos
e.xhorta a los niños a amar a D. Bosco que
es para ellos signo de redención, y termina
con tres vivas entusiastas a Cristo Rey, a la.
Inmaculada y al gran D. Bosco.
El orador, que fué escuchado con interés
creciente, recibió al terminar una gran o^•ación.
También fué justamente aplaudida una
primorosa oda de ocasión declamada por un
interno de la casa.
Eas bandas ejecutaron varias obras se
lectas de su re]>ertorio y, con la repetición
del himno, terminó el acto grandioso y de
recuerdo imborrable.
L a m e r i e n d a . — Mientras iba disolvién
dose aquella multitud enorme, los niños eran
obsequiados con sendas meriendas debidas
a la munificencia de varios señores y enti
dades, de las que correspondieron mil al
limo. Sr. D. Elias Ahuja, quien costeó así
mismo el lunch ofrecido a las personalidades;
quinientas, a la Exma. Diputación; qui
nientas, a los Srtó. de Bueno; y en número
menor a otros varios Sres. hasta rebasar
Escuelas Profesionales - C id iz (EspaRa). — O tro aspecto de la fiesta.
las tres mil, que se distribuyeron entre niños
y adultos de los felices concurrentes a este
festival espléndido, que tanto ha contribuido
a grabar en el alma de esta juventud ardo
rosa, el nombre bendito del Beato J. Bosco,
que ha de ser, sin duda para ellos, como para
todos, Padre amoroso, que los aliente en las
luchas del bien y los guíe por el camino del
cielo.
Enhorabuena al organizador de tan inol
vidable jomada.
B O G O T Á (Colom bia). — Cerfam en cafequísfico inspectoría/ y C ongreso de
¡as Com pañías,
A principios del año-escolar de 1931, el
R. P. José María Bertola, inspector, envió
una entusiasta circular a todas las casas de
la República, anunciándoles su intención de
celebrar por primera vez un certamen ca
tequístico, con toda la solemnidad con que
se suele hacer en otras inspectorías salesianas.
Dictó norteas y programas, señaló fechas
y anunció los espléndidos premios con que se
coronarían los esfuerzos de los concurrentes.
No es para dicho el entusiasmo que cundió
entre los alumnos de todos los colegios: el
texto de la magna ciencia vino a ser el com
pañero inseparable de niños y jóvenes, de
díscolos y aplicados. Todos a porfía estudia
ban rigurosamente al pié de la letra el
cuestionario señalado, mientras, con sus tra
bajos por escrito, daban a entender cuán
a fondo trabajaban para penetrar en la
esencia del Catecismo. Y llegó la hora del
combate: primero local, como preparación
al inspectorial, al que debían tomar parte
sólo cinco alumnos por cada casa. Ihi cada
una de ella el certamen revistió caracteres
de una solemnidad a la que asistió lo
más granado del clero y laicado. La lucha
fué recia y encarnizada, y trabajo costó
determinar los cinco adalides que irían a
Bogotá a batirse en pugna interinspectorial.
E l I I de octubre, víspera de la Fiesta de
la Raza, ante un concurso abrumador de
espectadores y ' en presencia del Sr. Nuncio
de Su Santidad y’ del Excelentísimo Sr. Arzo
bispo Primado, en un amplio y bien decorado
salón, cuarenta campeones, cada uno con
la noble ambición de llegar a ser Em-perador
dd Caiecismo. E l acto fué algo nunca visto
en su género: los adalides llenos de brío y
lio
fortaleza respondían uno tras otro a las pre
guntas que el Regulador les dirigía. Era
tal la precisión de las respuestas que el pú
blico aplaudía sin cesar, lleno de estupor.
Bastaba sólo una equivocación en sílaba
o puntuación para salir del combate. Tres
horas y media duró la refriega y sólo después
(le ese tiempo pudo determinarse el mérito
de los siete más aguerridos luchadores que
debían formar la corte imperial. Y aquí
otra nueva y más fiera batalla para la con(juista del trono imperial. Mutuamente se
dirigían preguntas a cual más capciosas para
hacer caer cada uno a sus demás rivales.
Cuando no quedaban mas que cuatro, se
vió la imposibilidad de conseguir nuevas
eliminaciones y el Jurado Examinador de
terminó juzgarlos por el trabajo escrito y
sacar de entre ellos el Emperador, mediante
votación secreta.
En medio de las aclamaciones de la con
currencia entusiasmada, fué proclamado el
joven Roberto Arciniegas, de la Sección de
estudios del colegio León X III de Bogotá.
El Primer Principe vino a ser Pedro Luis
Rodríguez, de Medellín; el segimdo Helvecio
Calderón, de Bogotá (Estudios); el tercero
Luis C. Mendoza, de Bogotá, (Artes); el cuarto
Pedro Pablo Olivo, de Meílellín; el Capitán,
Henoc Cáceres, de Mosquera y el Alférez,
Gonzalo Bonilla, del Externado de Bo
gotá.
E l Emperador recibió una corona de laurel,
de manos del Augusto Representante del
Papa y además un cheque por valor de cien
dólares y dos lujosísimas medallas, una de
ellas, obsequio esj^ecial del Sr. Nuncio. Toda
la Corte recibió también bellos regalos y
sendas medallas simbólicas.
E l . COXORKSO DK I..\S COMrAÑI.\S. —
líl
Certamen fué una digna preparación al Con
greso de las Compañías que,, precedido por
las jornadas locales, funcionó con el más
espléndidi» entusiasmo durante los días 12,
13 y 14 de ríctubre.
Un Comité Organizador nombrado desde
el principio del año por el R. P. Inspector,
cumplió con laudable acierto su <x)metido
de preiKirar c:on tiempo los ánimos para la
digna celebración del Congreso, ora fijando
programas, ora en\*iando circulares llenas
de fuego, y ardor, ora, en fin, señalando
los temas que con preferencia se tra
tarían.
J o r n a d a s l o c a l e s . — Cuan cierto es que
en el corazón de los niños bullen siempre
grandes ansias de acción y que, bien encau
zados los ardores juveniles pueden produdi
bellas floraciones de virtud y apostolado. En
todas las casas el congreso o jomada local
se celebró con el más grande entusiasmo, y
los benéficos resultados que ya empezaron
a notarse en todas partes son prueba ine
quívoca de la conveniencia de tales asambleas
juveniles.
E l c o n g r e s o iN S P E C ro R i.tL . — Marcarán
época en los anales de la Inspectoría las tres
grandes jomadas tenidas en el Colegio
León X III de Bogotá. E l día 10 de octubre
llegaban a la casa Inspectorial, en medio de
universal alegría, las comisiones de cada una
de las casas, y, ese mismo día se verificaba
la primera sesión preparatoria o de presen
tación de los delegados. Fué un acto senci
llamente bello. Cada uno entregaba al Re
gulador del Congreso las propias credenciales,
en medio de aplausos de la concurrencia
juvenil.
E l Congreso se realizó de la siguiente ma
nera: Por la mañana hubo las denominadas
Sesiones de Discusión, en que las respecti\'as
casas, por medio de sus representantes, iban
proponiendo a examen las deliberaciones acor
dadas en los congresos locales. Por la tarde
tenían lugar las asambleas generales en que
se pronunciaban ardorosos discursos en apoyo
de las muy’ bellas y prácticas deliberaciones
aprobadas. Todo ello amenizado con la re
citación de poesías alusivas y la ejecución
de escogidas piezas musicales. Las sesiones
matinales fueron verdaderas palestras de
sana y animada polémica en que se discutía
muchas veces con acaloramiento, sobre los
muy importantes temas propuestos. Cliicos y
grandes pedían la palabra para proponer y
defender las deliberaciones prácticas o para
combatir las utópicas y extemporáneas. El
primer día tcx:ó a las Compañías de San José
deliberar sobre los medios de vitalidad de las
Compañías; el segundo a las Compañías
de San Luis sobre Acción Católica juvenil y
el tercero a las Compañías del Santísi
mo sobre la piedad. Tod<5s estos temas
ya estudiados en cada casa, fueron tra
tados cion cordura y madurez no sospe
chadas.
Dígalo si nó el selecto catálogo de condusiones que del Congreso salió.
ttl
Congreso Inspectorial de Compañías de Bogotá (Colombia).
El broche de oro se puso con la Sesión
Solemne de clausura que con asistencia de
los Escmos Sres Nuncio de S.S. y Arzobispo
Primado, se celebró en la tarde del tercer
día. Allí se dió lectura a las adhesiones de
varios Sres arzobispos y obispos, y a los
cablegramas del Sumo Pontífice y del Sr. Don
Felipe Rinaldi. Sentidos discursos y ma
gníficos cantos corales alternaron con la
lectura de las deliberaciones del congreso,
todo en medio de un desbordante entu
siasmo.
Que Dios bendiga los frutos de estas memo
rables asambleas, que tanto bien están lla
madas a hacer en todos los colegios de Don
Bosco.
Corte imperial del catecismo - Bogotá (Colombia).
II2
Q U IT O (Ecuador). — E l IX A niversario
de la Fundación d e l O ratorio Festivo
d e la Tola,
E l Oratorio Festivo de nuestro Insti
tuto Salesiano de Quito se abre como un
oasis; como personas autorizadas han obser
vado, consiente y estimula toda forma de
diversión honesta y sana, cautiva los co
razones infantiles con la afabilidad, con acen
tos de amor y arrullos de sosegada paz;
envuelve el alma del niño en un ambiente
de espiritualidad espontánea, con una clara
visión de sus deberes y derechos, con una
firme persuasión de los destinos sobrehu
manos, con las prácticas del culto católico,
con la primera comunión de los niños de las
escuelas fiscales.
El Muy Ilustre Concejo de Quito, persua
dido de la importancia del Oratorio Festivo,
donde el salesiano va al corazón mismo
del pueblo, con los brazos y el alma abiertos,
para realizar una verdadera y sólida demo
cracia, sobre las bases del orden y de k
moral, dotó a dicha Institución de un buea
instrumental de banda, con la cual los uiñcs
oratorianos ya han hecho las delicias del
público en varias ciudades del Ecuador, con
magníficas audiciones.
H ay además una sección dramática que
con frecuencia atrae a numeroso público,
con la lucida interpretación de emocionan
tes dramas, contribuyendo con su modestí
sima entrada a la construción del bellísimo
templo que el Oratorio h'estivo le\-anta a
Cristo Rey, dueño absoluto y universal de
todas las criaturas.
Apoyemos, como nos sea posible, el fun
cionamiento y desarrollo del Oratorio Festivo,
que levanta la condjción moral y civil de los
hijos del pueblo; que hace del oratoriano un
defensor de la patria, armado más que de
arma homicida, de un brazo apto para el
trabajo honrado; que da a la Sociedad inte
ligencias ilustradas con principios que son
eficaz garantía para la convivencia social
y que, finalmente, de^-uelve a la familia
corazones capaces de plausibles abnegacio
nes en aras del amor a los semejantes.
Banda de mú^ua del Oratorio Festivo de Quilo (Ecuador).
El equipo "O ralorto Festivo" de Quito (Ecuador).
A c m i D A D D E L ORATORIO F ESTIVO SAL E SIAN O
DE L
I
II.
a
T
o la
d esd e
1922
a
1931.
- Niños matriculados en el Ora
torio, en 9 a ñ o s .......................... 2887
- Niños que asisten regular
mente por la mañana . . . .
400
III. - Niños que asisten regular
mente por la t a r d e ............................900
IV. - Primeras Comuniones de niños
Oratorianos, {un grupo cada mes)
desde 1923 a 1931, se han prepa
rado ..................................................... 1387
V. - Paseos dados a los de la Ban
da y Dramática:
A
A
A
A
Sangolquí . . . .
. .
M a c h a c h i ...............................
Ib a rr a ..........................................
A m b a t o .....................................
3
2
i
5
n. Funciones morales dramáticas
preparadas para el público en el
Teatro Católico Oratoriano desde
1923 a 1 9 3 1 ........................................... 114
V II. - Ropa repartida a los Oratorianos pobres en las premiaciones
anuales de Navidad de 1924 a
1931Camisas
Sacos
. .
Pantalones
Camisetas
Sombreros
1456
342
1284
89
18
N u esfro O raforío y la voz
d e l P rela d o A rquidiocesono,
{Del discurso' por él pronunciado en la
clausura del primer Congreso Mariano de
Quito).
* ¿Quién no ha visto, o por lo menos no
ha oído nombrar el Oratorio Festivo de la
Tola? Esa obra tan salesiana, tan propia
del Beato Juan Bosco, quien por ella empezó
su mara\*iUoso apostolado, recoge a esos
niños que no frecuentan escuelas católicas,
que andan vagando por las calles el domingo,
les da im padre y tutor espiritual, como ángel
II
enviado por Dios a su encuentro, para en
señarles su santa doctrina, llevarlos al templo
para la Misa, y agasajándolos de mil modos
todo el día, con juegos y entretenimientos
honestos, con música y teatrito infantil, los
aleja del mal, y los aficiona al bien, a la
jjiedad y a la virtud. En este Oratorio Festivo.
mil veces bendito, reúnense de ochocientos a
mil niños y más, cada semana, y aunque
4
S A N T A T E C L A (El Salvador). — Expo.
sición p ro fesio n a l d e las E scuelas Solesianas.
El domingo primero de noviembre p. p.
tuvo lugar la solemne clausura del año esco
lar del Colegio Santa Cecilia, y al mismo
tiempo la inauguración de la gra7i ex-posición
profesional. Ocupa ésta dos elegantes y
Trabajo de cerrajería arllsüca de las Escuelas de Santa Tecla (E l Salvador).
sean alumnos de las escuelas laicas, se pre
servan o escapan del contagio del laicismo.
Obra mil veces bendita, obra provindencial que merece el apoyo de cuantos católicos
comprendan el precio de las almas y quieran
consolar a Nuestro Señor y a su Dolorosa
Madre, salvando a tantos niños que sin ella
irían a engrosar las filas de la impiedad, la
re\’olución y el comunismo. Si el Obispo,
colocado en alto como vigía de la casa de
Dios, puedo y debe señalar, en su nombre
las más premú^sas necesidades dignas de la
owperación de los hijos de la Iglesia, os
sugiero, Señoras y Señores, el auxilio de la
obra salesiana, y muy en particular del
Oratorio l'estivo y su Capilla de Cristo
Rey ».
espaciosos salones, y en ella se ven gran can
tidad de trabajos hechos por los alumnos
en el presente año. Cautiva especialmente la
atención de los visitantes el pabellón de Car
pintería y Ebanistería, que expone trabajos
notabilísimos. Dígase otro tanto del de He
rrería-Mecánica, con sus hermosas y artís
ticas labores, ejecutadas a lima; sobresasale
un magnífico portón, fabricado para una
quinta de Don Carlos A\nla. Son admirables
los trabajos de fresadora. La Electricidad con
sus artísticas combinaciones y cambios, la
Encuademación e Imprenta, la Tenería, Zapetería y Sastrería, todos, todos los talleres
tienen instalaciones bellísimas que demues
tran la bondad de la en.<«>ñan7.a que allí
se da, y el aprovechamiento de los alumnus.
DE NUESTRAS MISIONES
Visiía del Rvdmo Sr. Don Pedro Tirone
a la misión de Rio Negro (Brasil).
El 3 de octubre dejamos el Colegio «Don
Bosco» de Manaos, después de ima grata
permanencia de dieciséis días, durante los
cuales el Señor Visitador fué obsequiado con
las más cordiales manifestaciones por parte
de alumnos y superiores, asociaciones y
autoridades. Embarcamos en la Gayola Parayba.
■
I
■
I
■
i k
L a G a y o l a . — Diremos antes dos pala
bras sobre este sistema de embarcación,
propio de nuestros t ío s que, en determinados
sirios, ofrecen el inconveniente de tener po( ■)
fondo.
Las gavolas, llamadas también gubias, son
vapores de 40 a 50 metros de largo y 10 a 15
de ancho, con 300 o 400 toneladas de despla
zamiento. Tienen la quilla completamente
plana y la plataforma inferior abierta por
sus costados, a fin de que cuando hay mare
jada — lo que ocurre raras veces — puedan
las olas entrar y salir libremente, sin poner
en peligro la estabilidad del barco.
En este plano inferior se hallan instaladas
las máquinas, de 100 a 150 caballos de fuerza,
bullen y circulan los pasajeros de 3* clase,
se almacena la leña que ha de alimentar las
calderas, se debaten con angustia multitud
de enormes tortugas que los pescadores han
tumbado patas arriba para que no puedan
fugarse, chirrían desesperadamente araras y
papagayos, silban y ahuUan los monos cautivados en la selva, y mujen los pocos bueyes
destinados al avituallamiento. Todo esto en
Una promiscuidad desconcertante y todo
revuelto entre rimeros de piasaba, montones
_______ ____________________
de castañas y gavrillas de tabaco. jEl arca
de Noé!
La parte superior ya es otra cosa; alineadas
a lo largo de sus bandas a babor y estribor,
hay una porción de cabinas cómodas y lim
pias para el pasaje de
clase, y en el centro
sobre la popa el salón-comedor, con las
paredes laterales rasgadas completamente
para que el viajero, mientras come, pueda
a su sabor regalar la vista contemplando los
variados y estupendos panoramas del rio.
Esto cuando no llueve y cuando agua y \riento
no restallan con fragor sobre la cubierta,
porque en este caso hay que correr a echar
las cortinas y a v e c « huir del salón, si no
se quiere tomar un baño.
El puente de mando, como de ordinario,
está instalado en la parte de proa.
Algunas de estas i^ayolas están provistas
además de un puente superior, grande y es
pacioso abierto por todas partes, donde los
pasajeros tienden sus liamacas y matan el
tiempo charlando o leyendo, envueltos entre
el humo perfumado de los puros brasileños.
La gayola será una embarcación tan extra
vagante como se quiera, pero es sumamente
práctica para navegar, durante días enteros,
a lo largo de estos rios inmensos.
R io N e g r o . — Desde Manaos hasta San
Gabriel, sede de la Prelatura ajKstólica, se
^•iaja remontando el rio Negro.
Es éste el afluente más grande del Ama
zonas, en el que desemboca 18 km. más
abajo de Manaos. Nace en las regiones
montañosas de Popayán, en Colombia, viene
:i 6
formando su caudal con el tributo continuo
de rumorosas cascadas y torrentes, se en
cauza antes de llegar a San Gabriel y sigue
precipitándose, en rápido declive, entre esco
llos y remolinos, hasta Santa Isabel, donde
empieza a ser navegable para las gayolas
en una distancia de 1561 kilómetros. Al
desembocar en el Amazonas la anchura de
sus orillas es de cuatro mil metros.
has aguas de este rio, cuando se las observa
en masa, toman un matiz oscuro, debido a
las miríadas de millones de algas microscó
picas que llevan en suspensión; vistas no
obstante a través de un vaso de cristal, son
claras, limpias y potables.
Henos dispuestos a emprender el viaje a
bordo de la Gayola Parayba. Marcha a razón
de 7 leguas por hora. El calor es asfixiante;
no hay en todo el vaporcito ni un solo rincón,
donde poder respirar con holgura. El pai
saje es grandioso pero hasta ahora monótono.
Nuestros compañeros de viaje soplan y se
abanican, maldiciendo el bochorno que les
sofoca. Es sencillamente un viaje horrible.
No parece sino que las torvas y sombrías
aguas de este rio están pidiendo venganza
al sol, contra esos hombres que osaron ro
bar sus tesoros, para derrocharlos de la
manera más insensata en Manaos y en otras
ciudades.
Las industrias extractivas de Rio Negro
produjeron riquezas fabulosas, durante todo
el periodo comprendido entre los años 1910
y 1927 en que el caucho alcanzó precios elevadísimos. Pero los acaparadores de la codi
ciada goma creyeron que aquella ganga no
acabaría nunca, y se dieron a tirar y derrochar
sus ganancias estúpidamente. Depreciado el
caucho, por las causas de todos conocidas,
las industrias del Amazonas se declararon
en bancarrota y a la abundancia y al derroche
sucedieron la desesperación y la miseria.
Habíamos salido de Manaos el 3 de octubre
y el 5 estábamos eu Moura que es la primera
parroquia de la Prelatura apostólica, redu
cida a muy pocas casas después del terre
moto industrial que devastó toda esta co
marca.
A eso de las diez pasamos frente a la de
sembocadura del rio Blanco cuj^s aguas
amarillentas, penetrando en las oscuras del
Negro, las desplazan en una extensión de
varios kilómetros imponiéndoles su propio
color, hasta que éste ^alelve a imperar con el
tono sombrío que justifica su nombre.
E l día 6 tocamos la orilla de Barcell«
donde radica la primera Residencia de la
Misión, pero de ella nos ocuparemos eu el
viaje de regreso. Saludamos de paso a aque
llos queridos hermanos nuestros y seguimos
el viaje siempre monótono y sin una mala
aventura, hasta dar vista a Santa Isabel,
donde fué preciso abandonar la gayola, lo
que hicimos sin el menor pesar, despidién
donos de su viejo capitán que es en verda
dero lobo de mar y un gran amigo de la
Misión.
S a n t a I s a b e l . — Está constituida por un
pequeño conglomerado de casas y almacenes.
Allí nos esperaba ya el Director de San Ga
briel con su «Auxiliadora » lindo vaporcito
a motor de 10 caballos, adquirido por la
Misión a la que presta señalados servicios.
Hicimos el transbordo, nos encomendamos
a Dios y adelante; ya se ha dicho que desde
este punto, la navegación empieza a hacerse
difícil; grandes bloques de piedra obstruyen
el cauce del rio y, si por una parte lo vuelven
más pintoresco formando caprichosos islotes
cubiertos de vegetación adventicia, por otra
lo hacen casi imposible dando lugar a pe
ligrosas corrientes, cascadas y remolinos que
pueden arrastrar la nave estrellándola con
tra cualquier escollo, o cerrarle el paso sin
que pueda seguir adelante.
Nuestro «Auxiliadora» llevaba dos lan
chas a remolque, una a cada costado, para
nosotros y para las Hermanas, cuya Inspec
tora iba también de viaje para visitar sus
casas de Misión.
Al principio todo nos fué a pedir de boca;
el vaporcito nevegaba estupendamente, sor
teando las dificultades con verdadera maestría
y triunfando de la rabiosa violencia de las
aguas; nosotros nos dejábamos llevar por
él como encantados, mientras contemplá
bamos los insuperables panoramas de am
bas orillas que por momentos se iban ha
ciendo más variados y pintorescos; a derecha
e izquierda, murallas seculares y colosales
de boscaje, tupidas e impenetrables, espejá
banse en las aguas del rio; |ay del que se atreve
a penetrar en ellas sin un guía muy experto,
porque se pierde sin remedio y, si no muere
de hambre, perece víctima de los animales
feroces y venenosos que allí pululan!
Mas allá de la selva, veíase perfectamentó
la cadena montañosa de Caborys que corre
en dirección norte, hasta el-rio B ¿nco. Al
II
pié de estas montañas y a todo lo largo del
rio Caborys que se despeña por sus vertientes,
\i\-en los indios del mismo nombre muy
anmerosos y aún en plena barbarie.
Dije que al principio todo resultaba fácil
V basta poético y así era en verdad , pero
ál llegar a Comanaos el cauce se hacía tan
dificultoso y las aguas tan violentas, que
el «Auxiliadora» tuvo que abandonar los
remolques y hasta aligerarse de los viajeros,
para poder continuar rio arriba él sólo con
¡a carga.
7
costillas. Quedamos aterrados y llenos de
angustia, le hicimos ima cura de urgencia
y Dios quiso que, después de descansar un
rato, nuestro Visitador se levantara animado,
sin que el vivo dolor de las heridas le hiciera
perder su habitual alegría, ni su infatigable
actividad.
S a n G a b r ie l . — A esta población llegamos
finalmente el día 13. Es imposible describir el
gozo de los niños y niñas y de los superiores ele
aquella Misión, cuando divisaron a lo lejos el
Indios Taríanos de Jauareté, presididos por el Rvmdo P. Visitador D. Pedro Tirone.
No tuvimos pués, mas remedio que echar
pié a tierra y seguir andando por la orilla
pedregosa del rio, hasta superar la región
de las cascadas, en tanto que nuestro intré
pido «Auxiliadora » luchaba y se encabri
taba contra las furiosas y re\ueltas espira
les que se oponían a su paso.
Llegados a un punto donde la corriente
del rio \Tielve a encalmarse, hicimos alto
para esperar el vaporcito, sin sospechar que
allí nos esperaba a nosotros un serio y do
loroso percance.
Cuando el Padre Tirone saltaba de ia
“rilla para reintegrase al «Auxiliadora » el
^pordto se deslizó un poco y el Padre dió
tma rafHq desgraciada, fracturándose dos
« Auxiliadora » que avanzaba ágil y elegante
como un cisne, y no es fácil tampoco ima
ginar nuestra satisfacción cuando vimos apa
recer las primeras casas.
El recibimiento que se nos hizo fué deli
rante; sobre los rostros bronceados de aque
llos indiecitos se pintaba una alegría y un
entusiasmo sin límites. Los aplausos se haefan interminables; aclamaron al Visitador,
al Rector Mayor Don Felipe Rinaidi, a Don
Bosco, al Papa y rodeándonos, en son de
fiesta, nos acompañaron triunfalmente hasta
la Residencia. Allí pudimos finalmente des
cansar un poco.
San Gabriel, como antes se ha dicho, es
la sede de la Prelatura apostólica. Fué, hasta
ii8
liace poco, una ciudad regularcita, pero la
desvalorización del caucho arruinó su co
mercio y los habitantes, ante la perspectiva
del hambre, huyeron a la desbandada; en
la actualidad cuenta solamente con 300 al
mas.
Tiene una situación topográfica bellísima,
ocupando el vértice del triángulo que la
corriente vertiginosa y veloz del rio Negro
describe a sus píés. vSu clima es variable
y mas bien húmedo.
La Prelatura levantó aquí una linda iglesia,
que aún no está terminada y dos pequeños
Colegios, donde hay acogidos 148 niños, en
tre alumnos y alumnas que son educadas por
las Hijas de María Auxiliadora. Kn estos
Colegios, además de los estudios elementa
les que tienen validez oficial, se enseñan al
gunas artes y oficios y nociones de Agri
cultura La misma Prelatura ha montado
un hospital, con todo el confort higiénico y
con un botiquín repleto de medicinas, gra
cias al celo del actual titular. Monseñor
Massa
De este modo el pueblo encuentra en la
Misión todo lo necesario, tanto para el alma,
como para el cuerpo, y esto se traduce en
mayor prestigio de los misioneros y aumenta
además las fecilidades para hacer el bien.
Iva parroquia de San Gabriel alcanza el
enonne radio de 700 km. y comprende tan
solo unas 3000 almas.
J atjrete — Y a estamos de nuevo en el
«Auxiliadora » que esta vez sólo lleva una
barcaza, en la que viajan la Inspectora y
algunas Hermanas salesianas. Vamos todos
a Jaureté.
Vn día de navegación y atracamos en
Manaré, totalmente habitada por indios de
la tribu de los Dessanos. Kstos indios re
ciben siempre bien al misionero y hablan
algo el portugués. Pasamos allí la noche,
mejor que para descansar, para ser marti
rizados por los piuns, mosquitos pequeñísinu->s que forman esj>esas nubes y, donde
clavan su aguijón, dejan un escozor de fuego
que no se quita en muchas horas. íPaciencia!
es una de las muchas caricias que estas tierras
hacen al misionero; de este modo en la otra
vida el premio será más grande.
Poco más arriba de Manaré dejamos el
rio Negro y nos internamos en al Waupés,
que es su mayor afluente y hace un recorrido
de 750 km. Su lecho es todo él rápido y
escarpado, originando peligrosas corrientes
que forman continuos zig-zag.
Lo que de este rio más nos interesa es que
a lo largo de sus orillas, h ay hasta 33 aldehuelas o reducciones, habitadas todas por
indios.
K1 espíritu goza y se enternece, cada vez
que pasamos por alguna de estas reducciones.
Figurarse una calle de más de 20 metros de
ancho, formada por dos filas de casitas cons
truidas con barro y troncos de árboles y
techadas con hojas de palma. Todas están
enjabelgadas de blanco o de amarillo y sus
ventanas son, unas cuadradas, otras ojmles, otras terminadas en punta de diamante;
tienen puertas de madera acepillada y algu
nas están rodeadas de una especie de ga
lería, cerrada a menudo por una tosca ba
laustrada, ofreciendo un conjunto pintoresco
que recuerda los pequeños chalet suizos.
Interiormente se dividen en dos, cinco y
hasta seis habitaciones y todas se hallan
bien provistas de mesas y de bancos y de
un stok más que regular de instrumentos
de trabajo y de pesca.
lyiuchos creerán que todas estas cosas las
ha hecho el misionero. De ninguna manera,
lo que hace el misionero — y aquí se nos viene
a las puntas de la pluma el nombre de!
P. Marches! — es dirigir, establecer la ubica
ción de las casas y diseñar los muebles, pero
en realidad los constructores son estos mismos
indios, que antes ^dvía^ en sus malocas escu
ras y miserables; los verdaderos maestres
son nuestros e.xalumnos también indios que,
después de haberse educado en los diversos
centros de la Misión, se reintegran a sus pro
pias tribus.
Al fondo o a la cabeza de cada pueblecito se
levanta la iglesia hecha también de barro y
madera, pero más limpia y decente. A su lado
nunca falta la casita para el misionero y una
y otra son igualmente obra de los indios.
¡Ah! cuando se piensa que, hasta hace
poco tiempo, estas pobres gentes eran com
pletamente salvajes y vagaban desnudos por
ríos y seh’as sin más ideal ni otro horizonte
que la satisfacción de sus necesidades diarias,
por medio de la caza y de la pesca y ahora
se les A-e agrupados en poblaciones estables,
separados por tribus con su jefe a la cabeza,
protegidos y consolados por la religión de
Cristo que practican de un modo ejemplar,
frecuentando muchos de ellos los santos sa
cramentos, y x'enerando al misionero que
iig
‘Jauareié". pueblecifo de Indios sobre el Waupés.
(Uno de los 33, fnndsdos por nneslros misioneros).
para ellos lo es todo; cuando se ve todo esto,
con qué fervor se bendice la bondad de Dios
que se ha dignado fecundar los sudores de
los pobres Salesianos y de su Prelado apos
tólico, y escuchar las oraciones de nuestros
Cooperadores y multiplicar las limosnas de
las almas generosas que ayudan estas mi
siones.
El Señor Visitador se quedó maravillado
y nosotros estábamos que no cabíamos de
gozo.
Si nuestros jóvenes pudieran ver, como
lo vemos nosotros, todo el bien que se
hace, toda esta cosecha de frutos suavísi
mos recogidos en la Misión, muchos, muchisiamos, se entregarían a la Sociedad Salesiana para hacerse también ellos misioneros y
ayudar a extender el Evangelio civilizador
en medio de tantos y tantos indios como aún
esperan una mano salvadora que les arrajujue
del Satanismo y de las tinieblas de la ido
latría!
P
edro
G h is l a n d i
Hijo de Don ¡Sosco.
{Continuará).
120
Palacio del Concejo
de Madrás (India).
M adrás (India).
Sobre
la línea del
sueno.
«Traza una línea sobre la carta geo
gráfica, desde Santiago de Chile hasta Pe
kín y haz centro en medio del Africa. En
todas las ciudades y regiones tocadas por
esa línea tendrás un día misiones, institutos,
noviciados ». — Así le habló la Virgen A uxi
liadora, en uno de sus famosos sueños, al
Beato Juan Bosco.
A los cincuenta años de aquel sueño, los
Salesianos tienen casas en Santiago y en
toda la América, en el Congo belga, en Egipto,
en Palestina, en Turquía, en Bombay, en
Calcuta, en Hong-Kong y en otras cien ciu
dades por donde pasa la línea ideal.
La archidiócesis de Madrás y la misión
de North Arcot caen también dentro de ella.
Ante esto, no hay más remedio que excla
mar: Miráhilis Dcus in sanciis suis et in
opéribus suis. ¡Qué admirable es Dios en sus
obras y en sus santos!».
1
Madrás , a ciudad del sol y de los verdes
IJaisajes, bañada por el mar de Bengala y
pictórica de vida, tiene una historia gloriosa.
Cuna de este inmenso imperio colonial bri
tánico acogió, hace trescientos años, la pri
mera Eactoría de la East India Company
que operaba bajo la protección de la reina
de Inglaterra.
Aquella pobre y destartalada aldea de
entonces es hoy la tercera ciudad del Decán,
con anchas avenidas, soberbios palacios, tem
plos fanu^os y rientes jardines. El paseo
de la Marina, Monnt Roa.i, el aristocrático
arrabal de Kgmore, el popuk^so Mou- Market,
el industrial George Town, son los puntos
de mayor atracción.
Toda la vida de Madrás se concentra en la
calle, convertida en un pintoresco hervidero
de gentes de todas clases, en un abigarra
miento monstruoso de tipos y de colores, que
forman violento contraste. Allí se ven el
Fiat 521, que se desliza veloz, al lado de la
carretilla de dos ruedas del rickshaw tirada
por un indú; la elegante dama europea que
pasa rozando con el sari tosco y plebeyo; fa
quires y niños desnudos; vacas raastodónticas
y soberbios bramhines, con los signos hieráticos de su casta pintados en las anchas
frentes.
Allá en lo alto, solemne y retador, un sol
haciedo llamear los colores y arrojando verti
calmente sus dardos de fuego sobre las ca
rreteras que echan vapor, y sobre esta pobre
y jadeante humanidad que suda y se liquida,
por todos su poros.
Pero donde la India triunfa es en el mer
cado. Por doquiera pilas de naranjas, sacos
de drogas y de arroz, montañas de nueces de
coco y de betel, exquisitos papayos, pirámi
des de pifias y bananas que enervan con su
perfume y por entre los callejones laberínticos
formados por esas pilas, enjambres de
niños, en traje adamítico, que corren y
alborotan entre los gritos de los vendedores;
barberos que hacen cantar sus tijeras junto
a la sartén donde se fríe el pescado; encan
tadores de serpientes; cuervos que revolo
tean, pican y se alejan, atronando los espa
cios con sus graznidos.
Esta es la Madrás que interesa al turista,
pero yo quiero hablar de Madrás cristiana,
porque esta ciudad, que cuenta con sesenta
I2 I
mil católicos, tuvo la fortuna de ser regada
por la sangre del Apóstol Santo Tomás, quién
para reparar aquel minuto fugitivo de incre
dulidad hacia su Señor resucitado, \*ino aquí
a misionar y a morir por Jesús.
En una vetusta iglesia de una montaña
próxima existe todavía una cruz, que se dice
labrada por él en la piedra viva y sobre la
cual hubo de ser decapitado.
Hay también un cuadrito con la imagen
de la Sma Virgen, que el Santo Apóstol
trajo de Palestina, y se cree pintado por
San Lucas. Ante este cuadro que conserva
\ivos e inalterados sus colores, vienen a
rezar y a pedir gracias, no sólo los católi
cos, sino también los musulmanes y los
indúes y hasta los protestantes.
Sladrás es pués una de las diócesis más
antiguas de la India, y no hay duda que
escuchó también las predicaciones de San
Francisco Javier, cuando vino a evangelizarla
vecina ciudad de Mylapore, pués todavía
hay entre estos buenos cristianos, quienes
llevan con marcado orgullo sus apellidos espa
ñoles, portugueses e italianos impuestos por
el gran Apóstol navarro, quién, no sólo les
dió el nombre en el acto del bautismo, sino
que les infundió además, con una fuerza
increíble que ha desafiado los siglos, el fer
rar y la práctica de la vida cristiana.
El número de estas almas es grande y
consolador, pero apena considerar que aún
son más las que esperan, incomparable
mente más.
¡Dichosa de tí, Madrás, que te hallas sobre
la linea de Don Boscol Los Hijos de ese Gi-
La Virgen de San Lucas.
Madrás (India).
gante del bien, aúnque han sido los últimos
en llegar, trabajarán con todo el ardor del
espíritu del Padre, sudarán, inmolarán sus
días y sus años y hasta morirán, si es preciso,
con Tomás Aposto! y con Francisco Javier,
para iluminar a todos tus habitantes, con
aquella divina luz que un día se encendió
en el Gólgota y es más viva y rutilante que
la de tu sol tropical.
ViCTORio Mangiakotti
Misionero Salcsiano
GACETILLA SALESIANA
Mahia A t' xii .iadora kn Ma o a u .anfs . — lin
uno de los más apartados rincones de la República
chilena, donde se juntan a menudo las tragedias del
mar con las inclemencias del cielo', nuestra celestial
Auxiliadora acaba de ser entronizada, en un esplén
dido santuario que figura cutre los mejores de SudAmórica y es el edificio más bello de aquella ciudad.
Su arquitecto, el sacerdote salesiano P. Juan
Bernabé ha dotado al nuevo templo de todos los
elementos necesarios para hacerlo cómodo y artístico.
Mide 50'50 metros de largo, por 24 de ancho y
16’ so de alto, ocupando una superficie total de
1200 m". Una magnifica estatua de María Auxilia
dora corona el esbelto campanario de 42 metros,
sirviendo de norte a las embarcaciones que se aven
turan a cruzar los tortuosos canales magallánicos,
dondi' la muerte está siempre en acecho. Cinco
grandes campanas difunden por aquellas regiones
desolada.^ las místicas alegrías de nuestra santa
religión, pesando 978 kilos la mayor de ellas; un
soberbio órgano, con 1663 tubos sonoros, invita a
jK-nsnr en la vida triunfal de los bienaventurados,
infundiendo anhelos de sacrificio y adoración; gran
des lampadarios eléctricos remedan las estrellas
que nimban la frente inmaculada de la Reina del
cielo y 28 radiadores esparcen en torno suyo dulce
y suave calor, durante los ocho largos meses de
crudísimo invierno.
Todo se ha hecho en grande, todo se ha enca
minado a convertir el santuario de María en un
pequeño cielo, donde nada impida a las almas
entregarse de lleno a las expansiones de la piedad
filial.
De ahora en adelante, cuando los pobres marinos
y los exploradores antárticos pierdan de ^^sta
los últimos ve.stigios dcl mundo civilizado, y entren
en las solodadt-. <lr los inmen.sos páramos helados,
aún les sonreirá la imagen de María Auxiliadora y
todavía escucharán el .sonido religioso de las cam
panas de su santuario, que invitan a pensar en
Dio.s V a re .rr.
Distinción iiovom ncA. - Xos comunican de
l.i Re^nibliea de K 1 Sídv;uior que nuestras Escuelas
l’rofi'sionaleN de Santa Tecla que, en la última
Expusieión Internacional de Sevilla, tenían insta
lado un -s.'.T ’ ’ intcrciMmle y hermoso, fueron agra
ciadas por el Jurado de dicha Exposición cou dos
grande.' premios: r - d r ■ .0. por las primorosas
piele.s presentadas, y , .
por los trabajos de
Ebanistería y Carpintería.
I. \ v '.:n ' \n ■ \ dk un obispo . — ¿Quó católico de
Espau i o América no ha oido hablar del Obispo de
Málaga, del buenisimo D. Manuel González, apóstol
de lo^ sagrarios, enamorado de Don Bosco y fer
viente Cooperador salesiano, cuyo gran corazón es
to<lo de Dios y del pueblo que sufre?
Pocos habrá también que no hayan oido re
referir el triste calvario que este bondadoso prelado
tuvo que sufrir en los recientes incendio.*! y saqueos
de las turbas sin Dios, que convirtieron la bella
ciudad mediterránea en un cuadro de ruinas.
Allí lio perdió la vida el Sr. Obispo, por un visible
milagro de la Providencia, pero perdió la casa, los
archivos, las ropas, los dineros con que socorría i
su clero y a sus pobres, y la ciudad de Málaga
transida de dolor le vió, en aquellos aciagos dias,
desnudo y fugitivo, teniendo que aceptar hospita
lidad de tierras extrañas.
Terminado ahora su forzado destierro, acaba de
volver con inmensa alegría al seno de su rebaño y,
enterado de que sus buenos diocesanos habían
reunido fondos en pública suscripción para com
prarle un báculo y una mitra, de los que carece
todavía, ha pensado que sus pobres tienen más
necesidad de zapatos, en esta temporada de invierno,
que él de aqueUas insignias pastorales, y a remediar
esa necesidad ha destinado el producto íntegro de
las suscripciones.
Nada de extraño tendría que, entre los agraciados,
se halle alguno de los incendiarios y ésta sería para
el Sr. Obispo de Málaga la noticia más grata y la
venganza más dulce.
¡LO TENGO HECHO UN GOLFO! — Cortamos esta
noticia de un diario: En la visita que el Primer
Presidente de la República española ha hecho a la
ciudad de Alicante, donde las Escuelas Salcsianas
pictóricas ha,sta hace poco de alegría infantil, se
hallan reducidas a cuatro paredones ennegrecidos,
una pobre mujer del pueblo se acercó al Sr. Alcalá
Zamora y en tono muy vivo le dijo: Sr. PresiJin'.c.
mi
esfd hecho un golfo: los Padres salesianos rae
lo enseñaban muy bien y sin que me costara un
céntimo, y ahora no tengo donde ponerlo.
Es un grito que llena de congoja el alma y.
todas los buenos no piden a Dios, con verdadera
insistencia, para que la ola de sectarismo que inunda
la tierra no acabe de destruir la enseñanza religiosa,
contra la cual van dirigidos Todos los tiros de U
impiedad, dentro de algunos años todas las madr "
católicas tendrán que exclamar como esa pobre
alicantina: ¡Mi hijo está hecho un golfo!
S . S. P ío X I RECIBE A LOS NIÑOS PREMIAI’OS
LA c a TKQUESIS. — El dia 18 del pasado Enero el
Papa recibió a todos los niños y adolescentes de
ambos sexos, premiados en los Certámenes de^ la
catequesis romana, y les dirigió ima tierna y senti^
exhortación, haciéndoles un elogio del pequeño
libro que con tanto amor aquellos jóvenes habían
estudiado y que contiene —• Ies decía — toda 1*
ciencia de los grandes filósofos y teólogos del cns
tianismo.
I<es animó a seguir estudiándolo, para sacar de
él normas de vida práctica, y paternalmente les
bendijo.
Gracias obíenidas por intercesión
de María Auxiliadora y del Beato Juan Bosco.
ESPAÑA (CADIZ) San José del Valle. — Habiendo
acontecido a mi madre im accidente visceral, fué
conducida inmediatamente medio exánime al hos
pital en donde tuvieron que hacerle una operación
muy peligrosa. Además de esto, se le infeccionó la
herida de la operación. Y o empecé una novena muy
fervorosa al Beato J. Sosco, aplicando al mismo
tiempo una reliquia suya sobre la gasa que guardaba
la herida de la enferma. El buen Padre no se hizo
rogar, pués al dia siguiente cuando volvrieron
los médicos quedaron asombrados al ver la herida
desinfeccionada y en perfecto estado de cicatriza
ción. Tres dias después volvía mi madre a casa
completamente sana.
JOSE JIOUNA LOPEZ
Novicio Salesiano.
ESPAÑA - S alamanca . — Postrado en cama
•ictüna de una enfermedad de importancia, pedí
: los PP. Salesianos una estampa del Beato Juan
Bosco con una reliquia y me encomendé a él, supli
cándole por intercesión de María Auxiliadora que
me diera la salud y en efecto aquella misma noche
pnde descansar, mejorando rápidamente y encon
trándome en franca convalecencia. Prometí decirle
una misa y publicarlo en el Boletín Salesiano, como
asi lo hago.
Luis C uervos .
.\RGENTIN*.\ - S anta C ruz . Puerto Deseado. —
Cumplo agradecida mi promesa y hago pública mi
profunda gratitud hacia nuestro milagroso y bonladoso bienhechor, el Beato Juan Bosco, por
^ibenne alcanzado la gracia pedida por la salud
de mi hija.
Boy, pues, diez pesos para las Obras Salesianas
de la localidad y hago celebrar una misa de acción
de gracias.
E l\t r a P. vj>a d e P edemonte .
ARGENTINA - S anta C ruz . — María Auxi1 id-.ra me protegió en modo verdaderamente
admirable y a ella debo mi salud y la de mi
hago pública mi gratitud; envío gustosa
■ oa pequeña ofrenda para su Santuario de Turin
7 íüplico a la Santísima Virgen siga protegiéndome
- 1 t'-'da mi familia.
Carmen C. de T ico .
Ex-alitmna.
ARGENTIN.A - S anta Cruz . — L'na buena
pcaona cumple la promesa de manifestar su agra
decimiento al Beato Juan Bosco, pues teniendo que
acompañar a una enferma en un viaje bastante
largo, experimentó visiblemente su protección;
porque en un fuerte ataque que sufrió la paciente,
se le calmaron los dolores al contacto de la reliquia
del Beato, a quién debe también gratitud por otros
favores.
A R G E N T IN A (Chubut) - Raw son . — Hallándose
gravemente enferma desde hacia dos meses la niña
Rosa Sajz y habiéndola vnsitado tres médicos, dos
de ellos la desahuciaron dándole pocos días de
\rida y el tercero ranñaba únicamente en la Divina
Providencia, pués la ciencia era impotente. Llena
de confianza acudí a nuestro Beato Padre Juan
Bosco con una fervorosa Novena junto con la
Comunidad, prometiéndole publicar la gracia si la
niña sanaba. Nuestra oración no fué desoída pués
el ultimo día de la Novena la niña se levantó, dando
algunos pasos por la habitación con maravilla de
los que la habían visto completamente postrada.
Agradecida a tan buen Padre, cumplo la prome.sa.
Sr. VicTORiNA B arrio
Hija
M, Auxiliadora.
ARGENTIN.A (Patagonia) - Bahía B i.anca .
El día 22 de octubre del corriente año me ‘ eiiti
gravemente indispuesta. SÍJi pérdida de tiempo
llamóse al médico, y declaró ser una congestión
cerebral que podría traer graves consecuencias. Eu
tan afligida situación toda mi familia y compañer.ir.
mías acudieron con fé a María Auxiliadora y ai
Beato Juan Bosco, pidiéndole me devolvieran la
salud y la tranquilidad. Aconsejadas por las Hijas
de María Auxiliadora me aplicaron una reliquia
del Beato y se dió comienzo a una novena.
A los pocos día.s de empezada la novena, me
confesé y recibí la bendición de María Auxiliadora
y ahora completamente curada cumplo la promesa
que hice de publicar la gracia y envío una limosna.
Diciembre 1931.
L uisa G. Pagano .
AR G EN TIN A - BUENOS A ires . — El día 24 de
diciembre enfermó mi hermano; visitado por el
médico, declaró que tenía complicación de cuatro
enfermedades y que cualquiera de ellas lo llevaría
al sepulcro. ruegos del enfermo y siendo yo todavía
novicia, fui enviada por mis buenas Superíoras a
verlo. Lo encontré gravísimo, sólo respiraba me
diante aplicaciones de oxígeno que le fué adminis-
124
trado íluraiite un mes. l,os golpes de tos eran tan
fuertes que lo dejaban extenuado, produciéndole
mucha fatiga. Al verme me reconoció, me dijo que
el sacerdote lo había visitado y administrado los
sacramentos de la Penitencia y Extremaunción.
Ee rogiié se encomendara al Beato Juan Bosco,
colocándole una reliquia del nii.smo sobre el pecho;
prometió conservarla y encomendarse al Beato.
A la mañana siguiente estando presente, se le dió
leche a beber con la reliquia dentro. Después de
esto, tuvo varios de.svauecimicntos, estando pre
sente el médico, su cuerpo se puso morado, cubierto
de una transpiración muy fina; luego reaccionó y
desde entonces fué mejorando. Su enfermedad fué
de 48 dias Ahora gracias a Dios está bien. Cumplo
la promesa de publicar la gracia y manifestar la
más viva gratitud a nuestro Beato Padre J. Bosco.
Sor E lisa Cousturé
Buenos Aires, 12-1931.
íl. AI. A.
CODOMBIA - BOGOTA. — Siendo fervorosa
devota de Muría Auxiliadora, le pedimos con mis
cinco hijas per mediación del Beato Bosco que nos
diera techo, pués lo acabábamos de perder por un
mal negocio de mi esposo. Todo se nos presentaba
oscuro, no teníamos a quien acudir y sólo veíamos
nuestra salvación en la realización de un milagro.
La protección del Beato no se hizo esperar: al día
siguiente de contarle nuestras cuitas y de implorar
su ayuda, fuimos sorprendidos per la llegada de
recursos que no esperábamos de la persona que nos
los suministró. Con estos recursos solventamos
nuestras necesidades del momento, reconociendo
en el Beato Juan Bosco a nuestro Salvador.
JüDiTii H. DE Silva e hijas .
COLOMBIA (Bolívar) Cartagena . — Un hijo
mío estaba muy enfermo, sufriendo de un dolor
atroz en la región renal; después do haberlo enco
mendado con toda mi fe y esperanza a la intercesión
de nuestra celestial Madre y del Beato Juan Bosco,
empezó al poco tiempo su mejoría y hoy se encuen
tra casi completamente curado. Ojalá pueda pu
blicarse esta gracia en el Bolelin!
Envío una limosuita para las Obras Salesíanas.
R osa
P. ni-; C.aviedeí?
Coof>eradora Salcsiana.
COLOMBIA (Nariflo) P asto . — Con inmensa
satisfacción hago pública mi eterna gratitud al
Beato Juan Bosco por haberme curado por medio
do una reliquia suya, de una upcmlicilis que el
«loctor creía necesario tenor que operar.
lian pasado seis meses, y hoy estoy completa
mente bien sin operación y sin necesidad dcl mé
dico.
r.c estoy además nmy agradecido al querido
taumaturgo, nuestro Beato Juan Bosco por otros
singulares favores de índole económica recibidos
cu circunstancias de las que no era posible salir,
sin el intervento del auxilio del Ciclo.
JosB J ulio D elgaimd.
ECr.VDOR - CoTOCACUl. — Encontrábame nmy
apurado por una deuda. Como mi sueldo de Proíest'r jubilado apenas alcauza para subvenir a mis
necesidades, no me era posible pagarla. Tenia un
terreno en venta pero no me daban por él ni un
centavo. En estas circunstancias, acudí a María
Auxiliadora, quien me inspiró fuera a la casa de
un sacerdote, y éste, sin tener gran necesidad se
animó a comprarme el terreno, en un precio más
que regular, con lo que pagué la deuda y me quedé
tranquilo.
Agradecido a la Celestial Madre mia, ruego se
publique esta gracia y envío la pequeña limngna
de diez sucres para la decoración del templo salesiano de Riobamba.
NICOLAS L o z a n o . P ro .ano
MEJICO - Gu a d a l a JARA. — Doy gracias a
María Auxiliadora por haberle concedido la salud
á mi hermana y a mi padre que estuvieron seria
mente enfermos y yo prometí, si se aliviaban,
publicar su milagro.
U . C. A. V.
MEJICO (Zac.) J e r e z . — Doy infinitas gracias
a María Sma Auxiliadora porque habiendo pade
cido, por espacio de ocho años, una penosa enfer
medad sin probar alivio con las diversas medicinas
que tomé, me resolví a confiar mis males a la que
es médica celestial, la Auxiliadora de los Cristianos,
y muy pronto conseguí verme completamente sana
Ahora gozosa rindo públicamente mis más
expresivas gracias, con las que acompaño ima oferta
para el culto de la Virgen Santísima en su Santuario
de Tarín,
E p ig m e n ia G .
de
G onzález
Cooperadora Salesiana.
MEJICO - GUADAL.AJ.ARA. — Dcspués de haber
agotado todos los medios para el arreglo de un
asunto difícil me dirijí á María Auxiliadora, ha
ciéndole 3 novenas, y al poco tiempo me escuchó.
Doy las gracias á tan bondadosa Aladre y lo publico
para que con confianza recurran á ella en todas la-s
tribulaciones; al mismo tiempo le mando ima
pequeña limosna de 10 pesos.
F r a n c is c o A costa .
MEJICO - P u e b l a . — Encontrándose grave
mente enfermo del corazón uno de mis familiares
y habiéndolo desahuciado los médicos, lo encomendé
a la Santísima Virgen María Auxiliadora, ofrecién
dolo que si le otorgaba la salud, publicaría la gracia
en el Boletin, y darla una limosua.
Como ha pasado ya más de un año de tal gracia
y el paciente se encuentra restablecido de tal ma
nera, que atiende a sus ordinarias obligaciones y
trabajos, cumplo mi promesa y al mandar publicar
la gracia, envío la limosna prometida.
Una De d a .
MEJICO - P u e b l a . — Doy gracias a mi muy
querida Madre María Auxiliadora por la gracia que
muy especial recibí. Estando ya desahuciada por
algunos doctores de una enfermedad horrorosa, fe
recé xma Novena en la cual comenzó sin obstáculo
alguno mi curación y quedé sana; por lo cual ofrecí
publicar esta gracia.
J o s e f i n a H e r n .andez .
MEJICO - P uebla . — Doy gracias a la ?m»
Virgen María Auxiliadora por haberme concedido
la gracia de aliviarme de una enfermedad qo*
padecía desde hace mucho tiempo; ofrecí publicarlo
y doy cumplimiento.
Una Devc'.a.
ITEJICO • P u e b l a . — Amalia Beguerisse de
Herntodez. dá gracias a María Auxiliadora 7 a
Don Bosco por haber consegmdo la salud de su
esposo el Sr. Gonzalo Hernández y por haber li
brado a su sobrinita Carmela, de una muerte segura;
pués teniendo dos y medio años de edad cayó de
una altura de seis metros y estos favores ofrecí
publicarlos en el Boletín.
MEJICO - PUEBI.A. — Pedí al Beato Juan Bosco
que le diera la salud a la compañera de mis días.
Concedido mi deseo, cumplo mi promesa de publi
carlo en el Boletín Salesiano y mando una limosna
para las misiones salesianas.
E s t e b a n M ir a n d a .
MEJICO - P u e b l a . — Encontrándose mi querido
padre gravemente enfermo y habiéudo estado ya
30 días en cama, le hice una novena a nuestro
queridísimo D. Bosco prometiéndole una limosna
para las misiones y publicar su milagro si es que
me lo aliriaba. A los 20 dias con gran gozo mío veo
que mi padre quedaba perfectamente curado y
hoy cumplo mi promesa, exhortando a todos los
lectores a tener ima confianza ilimitada en el Beato
Juan Bosco.
MEJICO - P u e b l a . — Una devota da gracias
t Don Bosco por haberle arreglado tm negocio muy
difícil.
MEJICO - P u e b l a . — Hago pública la gracia
que me hizo el Beatojjuan Bosco, devolviéndole la
alud a dos hermanas mías que estuvieron muy
enfermas.
Una Devota.
MEJICO (Ver,) - C ó r d o b a . — Sufriendo desde
hace algimos años continuo dolor en im riñón,
invoqué fervorosamente a Don Bosco, empezando
desde luego una novena a María Auxiliadora y
poniéndome en el lugar del dolor una estampa de
de Don Bosco, lo que íué suficiente para que mi
padecimiento desapareciera al momento.
G u d a l u p e Ma r t ín e z .
PERÚ - J CUACA. — Encontrándome muy en
ferma con una angina maligna en la que po.siblemente debían operarme, invoqué con toda el alma
a nuestro Beato Padre Don Bosco, y a las pocas
horas había reventado el ñcmón que tanto me
molestaba, cesándome la fiebre y casi todo el dolor.
Al siguiente día el médico se sorprendió de mi
mejoría, pues de otro modo hubiera procedido a
la operación.
Después de esto lo he invocado en otras ocasiones
J por diversas cosa.*: y siempre me ha oido.
C. H. de N.
A’E X E ZU E LA - M a r a c a i b o . — En octubre
de 1924 empecé a sufrir un mal asmático que por
Mis años me dejó imposibilitada para atender los
quehaceres de mi casa, y mf«! fuerzas se agotaban.
Una amiga me regaló ima estampa de Don Bosco
7 me aconsejó que acudiera a él, pidiéndole me
ubtnviera de María Auxiliadora la curación de mi
Mal. Asi lo hice e inmediatamente se inició la mejoría,
habiendo seguido bien hasta la fecha, por lo que
■ e considero en el deber de manifestar mi profundo
agradecimiento, teniendo su imagen en mi casa y
dando una limosna para sus misiones.
Ca ta u n a Q. de R iera .
U RU GU AY (Montevideo) - V illa Colon. —
Agradecidísima a mi queridísimo Padre ol Beato
Juan Bosco, publico la gracia inmensa de hal'cniic
obtenido la salud.
Habiéudo scutido ciertos siiUoina.s alarmantes
tales como una intensa hemorragia iiilosliual, y
consultados cinco médicos, éstos despué.< de mi
nuciosos análisi.s y radiografías, hieieron diagnós
ticos de nn tumor .maligno y pcn.saron en la necesi
dad de una intcrvciicióu quirúrgica. Ante tal pro
nóstico, me encomendé fervorosamente al Beato
Juan Bosco y me puse su reliquia.
Inmediatamente empezarou a ceder los síntomas,
habiéudo hoy curado radicalmente y pndicmlo comer
de todo. No sé como expresar mi agradecimiento
á tan queridísimo Padre
Sor T eodora Castañeda
Hija de María Auxiliadora.
URUGUAY,^Florida) CERRO COLORADO. — Te
niendo una hija enferma bastante grave, invoqué
a Dilaria Auxiliadora le concediera la salud, prome
tiendo publicar la gracia en el Boletín Salesiano.
Nuestra Virgencita me ha escuchado, y yo llena
de gratitud, hago pública una vez más la miseri
cordia que ha usado conmigo María Auxiliadora.
FILO.MEN.A H. DE ITHURBIDE.
Dan también gracias a María Auxiliadora y
a! Beato Juan B osco y envían limosnas:
E spaña (Lérida) Soisona. — María Angela Cugat,
en nombre proprio y de varias amigas.
E spaña (Pontevedra) Vigo. --- Exemo Sr. Mar
qués de Méndez Núñez.
E spaña - Salamanca. — Ernesto Amador.
E spaña - .Madrid. — Pilar de Góngora.
A rgentina - Buenos Aires. — Luisa Bombara
de Gregori — Angela de Marzo de Merlo — Paula
Resio.
A rgentina (Buenos Aires) Gorosliaga. — María
R. de Borgatello.
Colombia - Bogotá. — Constantino M. de Castro,
Salesiano.
Colombia (Valle) Cali. ~ María Josefa, Vda
de Valledlla — Juana de Ramírez — Mercedes
Nogales — Raquel Martínez de Hurtado.
Colombia (Valle) Yumbo. — María de López —
Ana María Vda de Domínguez — Dolores L. de
Delgado — Mercedes A. de Palacios — Ana Sán
chez — Rosa Vivas de L.. Rosenda Vergara —
Rosario Espinoza — Matilde Cuevas — Emilia
de O. — Juliana de Bryón — Rafaela Prado —
Herminia Ortíz — Martina Vivas — Luis C. Isanoa
— Cloiinda de López — Isabel Gamboa de G,
E cuador - Quiío. — Dr. Carlos M. Cadena,
Párroco de Snta Bárbara.
I2 Ó
rísTAOOS U nidos (California) Los Angeles. —
Concepción Vela de López.
E stados U nidos (California) Pomona. — Aurora
55. de Ürtiz.
MiCjiCO - Agiiascalientes. — Aurora Palomo de
E.odrígiiez.
Miíjico - Guadalaiara. — María Dolores Rivera.
Mhjico - Puebla. — Refugio M. de Alonso —
Jo.sefa Esparza — Antonia y Francisca Villicaña.
Mkjico (Midi.) Morelia. — Soledad Ochoa.
VKNEZUKI.A - Barcelona. — Hermanas Méndez.
sometió a una operación delicada y obtuvo la sa
lud; don Vicente Billauchini le encomendó la salud
de su esposa, de una niñita y de una hennana, que
estaban gravemente enfermas y todas sanaron.
Damos testimonio de estas curaciones y cumpli
mos la promesa de publicarlas.
R afa e t -A Q u e s a d a y liermanas
Dan también gracias p o r favores recibidos:
A la Sierva de Dios Dorofea de Chopitea;
A r g e n t in a (Tierra del Fuego) Ushuaia. — José
Musso.
Méjico - Puebla. — Modesta Escalante — Tri
nidad Martínez — Dolores Cortés.
Por intercesión
de nuestros Siervos de Dios.
ARGEN TIN A (Patagonia) R oca . — Habiendo
enfermado de una fuerte neuralgia que duró un
año entero, con dolores agudísimos que casi me
impedían hablar y tomar alimentos, mis queridas
Superioras me hicieron ver por tres facultativos.
ICl especialista dijo que mi enfermedad era muy
grave y difícil de curar, aplicándome inyeccio
nes por la nariz y por los oidos terriblemente do
lorosos.
Cambié de clima, pero el mal seguía su camino.
La Ruda Madre Insp. me liizo visitar de nuevo por
otro médico de esta localidad; al verme, habló de
una enfermedad, cuyo nombre no recuerdo, que
obligaba a hacer una operación raspando un hueso
de In cara. La queridísima Madre Sup. al saber
la noticia, no quiso .saber nada de la operación, me
mandó una reliquia de Domingo Savio, a conse
jándome que le hiciera una novena. Y a sí lo hice.
Apliqué una.s cuantas veces la reliquia a la parte
dolorida y rezando con mucha fé a Domingo ¿avio
y al Beato Juan Bosco, alcancé la mejoría sin
operación. Gracias a Dios ya pa.saron cinco meses
y me encuentro completamente sana.
Loca de alegría, les doy gracias pViblicamcnte y
envío una liimwua.
Sor JOSEKA
Hija de María . 1 .
Los Cooperadores Salesianos. que, confesados y
comulgados, recen
intención del Romano
Pontífice, pueden giinvn:
Indulgencia Plenaria.
1) Un día de cada mes, a su elección. .
2) El día en que hagan el piadoso Ejercicio
mensual de la Buena Muerte.
3) El día en que asistan a la Conferencia mensual
Salesiana.
y en cada uno de los siguientes días:
Abril
M.ayo
>
*
»
COSTA-RIC-V • C artaco . — Cuando conocimos
en el Bolelin Salesiano la santidad de Dña Dorotea
de Chopitea, le pedímos la realización de un negocio
urgente y difícil. Al din siguiente, con grandísima
sorpreso, se nos realizó con vcjilajas magnificas.
Despviés le pidió una de nuestras hermanas que la
•curase de unas jaquecas, le ofreció hacer la novena
y obtuvo la salud; otra hennana enfermó de un pié
V de una congestión al hígado, se encomendó a la
intercesión de Dña Dorotea, y mejoró. Profundaincutc agradecidas cumplimos la promesa de pu
blicar las gracias, para la gloria de Dios y la beatiñcación de su Sierva.
-\gradecidas por tantos favores recibidos, pro
pagamos su devoción entre nuestras amistades, y
■ obtuvieron favores extraordinarios la.s personas si
guientes: doña Joaquina de Calderón sanó mila
grosamente de una úlcera, doña Lila de Troyo se
4 Fiesta de la Anunciación de Ntra
Señora.
3 Invención de la Santa Cruz.
8 Aparición de San Miguel Arcángel.
17 Aniversario de la Coronación de María
Auxiliadora en Turín.
24 Fiesta de Maria Auxiliadora.
Por concesión especicUisima de S. S. Pío XI,
hecha al Rector Mayor de la Pía Sociedad, D. Feli^t
Rinaldi (6 de Junio de 1922) todos los Salesianos <
Hijas de Maria Auxiliadora, con sus respectivas
cooperadores, alumnos y ex-alumnos, pueden ganar:
1) Una Indulgencia Plenaria cada día, sólo con
elevar su corazón a Dios en medio de sus ocupaciones
habituales.
2) 400 días, cada vez que repitan el mismo acto.
Para lucrar estas Indulgencias llamadas *
Trabajo* únicamente se exige el estado de grade,
estando disperssados de cualquier otro requisito.
127
NECROLOGÍA
Silvia Franco Uribe.
El 19 de octubre 1931, volaba al cielo, en
la ciudad del Socorro (Colombia), el alma de
esta ilustre dama, insigne bienchechora de nuestras
obras, modelo de cooperadoras y prototipo del per
fecto cristianismo.
Perteneciente a una de las más distinguidas
familias de la Sociedad del Socorro, fué durante
toda su vida ejemplo de virtud y de piedad.
Como santa fué su \-ida, así fué su muerte. Con
fortada con los amdlios de nuestra Santa Religión
entregó su bendita alma a Dios, de quien habrá
recibido el premio de sus buenas obras y virtudes.
Al depositar sobre su tumba la flor de la gratitud
salesiana imploramos deí cielo para sus afligidos
hermanos D. José Urbano y D. Heliodoro, re-'
agnación y conformidad en su gran pena, y enco
mendamos su bella alma a las oraciones de todos
los Cooperadores.
minosa obra que, por lo dispendioso de su impresión,
no ha llegado a publicarse y es una verdadera
Enciclopedia agustiniana.
Esto hacía que su predicación, nutrida- de doc
trina y salpicada de oportunas citas y ejemplos,
fuese escuchada siempre con interés y graiulcmcule
provechosa para las almas, sintiendo por olla y
por los demás ministerios sacerdotales, no sólo
gusto, sino santo y vehemente entusiasmo que
llegó a dominarle por completo, hasta en la últinm
etapa de su vida, cuando ya sus facultades menta
les habían dejado de funcionar uonualmentc.
Su celo incontenible por el bien de las almas, su
profundo c.spíritu sacerdotal, su don de gentes y
especialmente la encantadora sencillez e ingenuidad
de su carácter, le abrían todos los corazones y le
D. Francisco Atzeni, Pbro Salesieno.
Con gran dolor recibimos la noticia del falledmiento de este santo sacerdote, cuya vida
estaba íntimamente ligada a la Obra Salesiana
en España, pues formó parte de la humilde
expedición que el 16 de febrero de 1881 llegó a
Utrera (Sevilla), personalmente enviada por el
Beato Juan Bosco, para establecer allí la primera
casa.
El P. Atzeni sobrevivió a todos aquellos SalesiaBos, muriendo en la misma ciudad de Utrera el
14 de enero p. p., a la avanzada edad de 81 año.s,
con 52 de profesión y 48 de sacerdocio.
Nacido en Cerdeña y dotado de cualidades nada
comunes, cuando ya era adulto fué a ver a Don
Bosco, quién le admitió en su Oratorio de Turín,
donde hizo su profesión religiosa y con gran apro▼ echamiento cursó parte de sus estudios, que debía
terminar luego en España.
En 1884 se ordenó en Sevilla de sacerdote, ini
ciando la brillante serie de vocaciones sacerdo
tales salesianas, que en aquella católica nación
habían luego de florecer.
A excepción de algimos años, pasados como
Krector en los Colegios de E d ja y Cindadela de
Menorca, y de una estancia no muy prolongada en
Italia, toda su larga \*ida la pasó en Utrera, donde
Ifegó a ser popular y sumamente querido. Primero
® aquel Colegio como profesor, y después en la
*íícsia adjunta como encargado del culto público,
desarrolló nuestro Padre Atzeni con celo iluminado
y ejemplar perseverancia un trabajo meritísimo.
Era un enamorado de las tradiciones salesianas
y tenia verdadera pasión por los estudios ecleíáásticos, siendo versadísimo en Patrística y conocedor
*^>etíalizado y profundo del Doctor de la Iglesia
-Agustín, habiendo dejado escrita una volu
D. Francisco Aízeni, Pbro Saleaiano.
conquistaban muchas y valiosas amistades, que
él procuraba llevar a Dios.
Cuando, %nejo y enfermo, vió que ya no podía
seguir trabajando, procuró hacerse útil a sus her
manos, por medio de la oración y todos le vieron,
estos últimos años, encorvado y arrastrando los
piés, recorrer varias veces al día el inmenso Colegio,
con el santo rosario en la mano, y pasarse horas
enteras en la iglesia delante del tabernáculo.
Aquella clara luz de su existencia que siempre
había ardido para Dios, se fué apagando poco a
poco y su muerte fué un rudo golpe para el Colegio,
en el que la venerable figura del Padre Francisco
se había como incrustado, y un gran luto para la
noble ciudad de Utrera, que acudió en masa a tri
butar al querido difunto los más sentidos home
najes de gratitud y cariño.
Una oración por su hermosa alma.
D. Manuel Perís Fueníes.
En su ciudad natal de Burríana (España) falleció
este culto abogado y ejemplar caballero cristiano,
confortado por los auxilios de nuestra Santa Re
ligión.
Desde joven se distinguió por su espíritu activo
y emprendedor dedicó todo sn entusiasmo a tra
bajar por el mejoramiento moral y material de su$
128
conciudadanos; y desde los elevados cargos polí
ticos que ocupó, tuvo siempre como único pimto
de mira el bienestar de todos, lo que unido a su
carácter alegre y expansivo y a su inagotable
caridad, le granjeó las generales simpatías.
Dotado de preclaro talento y notables aptitudes
literarias, enriqueció la literatura valenciana con
numerosas y selectas obras, que le merecieron hon
rosas distinciones y resonantes triunfos, en concur
sos literarios y juegos florales.
fibra fué debilitándose, hasta que en la tarde dd
siete de enero, entregó su bella alma a Dios.
Si bien no pudo ver realizados en la tierra sus
sueños, ahora que goza del Paraíso, no desamparará
la obra que comenzó aquí abajo, y quiera Dios que
sea pronto un hecho la terminación de las Escuelas
anhelo unánime de toda la ciudad.
Era su deseo que sus restos mortales descan
sasen en la Iglesia aneja a las mismas. A este fin,
el mismo había abierto su fosa, al pié del presbi
terio, y a las visitas y amigos, la indicaba di
ciendo:
Quiero descansar aquí para que los niños, al pisar
esta losa y leer mi nombre, se acuerden de enco
mendarme a Dios.
Esta serena visión de la muerte era señal de la
paz y santidad de su alma justa.
Con todo, recomendamos a las oraciones dr
nuestros piadosos lectores a este insigne bienhe
chor.
Recordad también en vuestros sufragios a:
E spaíía • Barcelona. —— Obdulia Massó y Verdaguer — Gloria Conde y Garriga de Rosales —
Antonia Escudero y Escudero — Rvdo D. Jaime
Argemí Guasch, Párroco de Santa María de las
Corts — Luis Prats y Plá — Teresa Llop ^’da de
Bartra — Carmen Casamitjana Dalmau — Escina
Sra Dña Isidra Pons Serra, Marquesa deVillota de
San Martín, Vda de Sebastián Pascual de Bofanill.
E spañ a
(Pontevedra) Bauzas. — Eduardo de
Haro Pon
Coi.OMPlA - Bogotá. — Leopoldo E. Torres.
Colombia (Valle) Cartago. — Rosalvina Aulestia.
D, Manuel Peris Fuenles.
Ultimamente tuvo ocasión de conocer y apreciar
la Obra Salesinnu, y como ya hacia tiempo venia
acariciando el proyecto de fundar alguna Insti
tución bcnófictt que, aun de.spués de su muerte, se
dedicase a la instrucción y educación de los niños
de Burriana. no váciló un instante y comenzó a
trabajar con entusiasmo, hasta lograr que los hijos
de D. Bosco se encargasen dcl Instituto.
Y a tocaba, a su término la construción de las Es
cuelas, cuando sobrevinieron los dolorosos sucesos de
mayo que motivaron la paralización casi total de las
obra-s; pero él. siempre optimista, confiaba en que
en un tiempo no lejano había de ver convertido en
realidad su sueño dorado.
Kl día que vea estas clases y este patio lleno de
niños, ya podré entonar gozoso el A’iotr dimiltis,
decía a sus amigos.
Mas el Señor quiso privarle de este consuelo. Su
salud, algo quebrantada a causa de su avanzada
edad, empeoró no poco por los disgustos que le
Oca.síunaba la persecución religiosa, y su robusta
C olombia (Santander) Girón. — María Josefa
Reyes Vda de González. — Aua Paula Valdivieso
de Arenas — Trinidad Rey — Tobias Valdivieso
C. — María Ordóñoz Plantilla.
F ilipinas - Manila. — Mercedes Z. de Calero.
Mkjico - Puebla, — Carmen Nieva de Royes —
Rosario Nieva — Juaim Rojas.
Méjico (Zac.) Tepetongo. — Srta María de I*
Torre.
\'enezuel .a • Maracaibo. — Amalia Ramírez.
R .I.P .
Coa
mpeobmdóm de la aatorfdad ecJesiáaílca.
D.rec»or-rcspon»«blc: D. DO.MENICO GARNERI.
CaUble<iiakoto Tip. de la Sociedad Editora laleraacraBai - Tvk
Coreo Regima Margherrtm, ¡7S,
-
Fecha
-
1932.04