BS_1931_07

Ficha

Título
BS_1931_07
Descripción
Boletín Salesiano. Julio 1931
extracted text
BOLETÍN SALESIANO
REVISTA DE LAS OBRAS

DE DON

BOSCO

Bodas de O r o del Rdmo. Sr. D. F. Rinaldi
Con el corazón rebosando de la más v iv a alegría comunicamos tan fausta noticia
a toda la Fam ilia Salesiana.
¡E l 23 del próximo mes de Diciembre nuestro amantisimo Rector Mayor cumplirá los

cincuenta años de sacerdocio!
b a M isa de Oro del tercer sucesor del Beato Don Bosco suscitará latidos dé afecto
y de júbilo filial en millares y millares de corazones de todos los países, aun en las mas
remotas regiones, donde quiera se levante una casa salesiana, una misión, un grupo de
Cooperadores, de Exalum nos, un admirador, en fin, del Beato D on Bosco.
L a memorable fecha deberá ser solemnizada con especiales festejos de que daremos
cuenta apenas sea ultimado el programa.
Apuntamos entretanto un pensamiento, expresión, estamos seguros, de los latidos,
de las aspiraciones de muchos corazones.
Nuestros beneméritos Cooperadores y Cooperadoras han recibido con indecible alegría
la noticia del Decreto de la Sagrada Congregación de R itos que anuncia el comienzo del
Proceso para la Canonización del Beato Don Bosco. Nosotros rogamos y liacenios votos
para que alboree cuanto antes el día de la Santificación de nuestro Fundador y Padre,
Mas, al mismo tiempo, conociendo por experiencia el ardiente amor que Don Rinahli
siente por el Beato Don Bosco, pensamos que como preparación a tan fausto aconteci­
miento, ningún homenaje le será tan agradable en sus Bodas de Oro, como el Aliar que
Im de erigirse en un lugar digno, dentro de la Basílica de María Auxiliadora, en honor del
gran apóstol de la juventud. Satisfaremos así el vivo deseo ya expresado por el Venerando
Rector M ayor en la carta dirigida a los Cooperadores en enero del 1929: « Precisa preparar

la Casa-Madre de la Obra Salesiana una digna acogida al Venerable Don Bosco para el
lia ifi que sea elevado, como esperamos, a los honores de los aliares. Por lo tanto, tendremos
q'.te prepararle un aliar digno y grandioso en sitio donde encuenJren cabida sms hijos y los
1-':qIos que acxidan a invocarlo ».
A los deseos del Padre responderán con santo entusiasmo los devotos hijos.
Pero de estas halagüeñas iniciativas hablaremos más ampliamente en los números
siguientes del Boleiin.
luA-itamos, pues, a los Salesianos, H ijas de María Auxiliadora, Cooperadores y
Cooperadoras, Ex-alum nos y Alumnos, Bienhechores y admiradores del Beato Don Bosco, a
rogar por nuestro Venerando Rector lía y o r Don Felipe Rinaldi y a preparar resueltamente
Qna común y eficaz acción para que sea pronto una consoladora realidad el homenaje que
queremos ofrecer al B eato Don Bosco y a su tercer Sucesor.

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Vocación maravillosa y probada
Un nuevo Bienhechor.
T.a muerte de D. Calosso sumergió a Juan
Bosco en el más profundo dolor tronchando
de un sólo golpe todas las esperanzas que
su inolvidable bienhechor hiciera nacer res­
pecto a la solución pecuniaria de su carrera
sacerdotal. D ía y noche lloraba al bienhechor
difunto: despierto, en él pensaba; dormido,
con él soñaba; acrecentaba su tristeza el
fúnebre tañido de las campanas prolongado
y repetido de parroquia en parroquia por
la muerte del Sumo Pontífice Pío V I I I ,
muerto aquel año. Y ta l estrago hicieron
en su salud todas estas cosas, que Margarita,
temiendo por su vida, lo mandó por unos
días a Capriglio con el abuelo.
Da D ivina Providencia, sin embargo, le
proporcionaba aquel mismo año un nuevo
bienhechor, que tanto había de infiuir en la
vida y apostolado del Siervo de Dios: era
éste el Beato José'Cafasso, de Castelnuovo
de Asti, h o y Castelnuovo de Don Bosco,
según acuerdo del Municipio confirmado por
el Gobierno. Dejemos la pluma al Beato
que nos narrará con sus mismas palabras el
feliz encuentro.
« E ra el segundo domingo de Octubre y
fiesta en Murialdo de la Maternidad de María
Santísima, la fiesta principal del pueblo.
Todo el mundo se afanaba por las cosas de
casa y de la iglesia, mientras otros se diver­
tían tomando parte en diversos juegos. Uno
solo v i apartado de las diversiones, y era un
clérigo, pequeño de estatura, de ojos cente­
lleantes, aire afable y rostro angelical.
Estalxi a la puerta de la iglesia, y yo, atraído
por su semblante, y... movido por el deseo
de hablarle, me acerqué y le dije estas pa­
labras: — Señor cura, ¿desea V . ver algihi
espectáculo de nuestra fiesta? Y o le condu­
ciré gustosísimo adonde V . quiera. Me indicó'
graciosamente que me acercase y me hizo v a ­
rias preguntas acerca de mi edad, estudios,
frecuencia de sacramentos, etc. Y o quedé en­
cantado ante aquella manera tan edificante
de hablar; respondí de buena gana a todas sus
preguntas, y después, como para agradecer
su afabilidad, le in\rité de nuevo ofreciéndome
a acompañarlo a ver algún espectáculo.

— Querido mío, me contestó, los espectá­
culos de los sacerdotes son las funciones rdigiosas, tanto más agradables cuanto más
devotamente ejecutadas. Nuestras novedades
son las prácticas religiosas, que son siempre
nuevas y dignas por tanto de frecuentarse
con asiduidad: yo espero solamente a que
se abra la iglesia para entrar.
T a l confidencia me animó a continuar la
conversación y añadí: — Verdad es cuanto
dice; pero h a y tiem po para todo: tiempo
para ir a la iglesia y para recrearse.
E l santo clérigo se sonrió y concluyó con
estas memorables palabras, que fueron como
el programa de las acciones de toda su vida:
— E l que abraza el estado eclesiástico se
vendé al Señor, y nada debe tener más en
el corazón que lo que puede tom ar a mayor
gloria de Dios y bien de las almas.
Maravilladb, quise saber el nombre de
aquel clérigo, cuyas palabras y compostura
tan a las claras manifestaban el espíritu del
Señor, y supe que era el clérigo José Cafasso,
estudiante de primer año de Teología, de
quien varias veces había oído hablar como
de un espejo de virtud ». Pasaron algunos
años antes que el aldeanito de Becchi pu­
diese ser\úrse de los consejos del B. Cafasso
y gozar de su caridad; pero se habían cono­
cido con impresión para ambos imborrable!

" ¡S i yo fuese sacerdote!..."
U n domingo, mientras Juan Bosco —
narra Lemoyme — entretenía con sus juegos
a la m ultitud en medio del patio, Margarita
que lo observaba silenciosa, se volvió de r^
pente a Catalina A gagliata su 'vecina, y W
dijo: « ¿Qué te parece que será de mi Iiijo?'
Ciertamente — contestó la otra — ¡está des­
tinado a hacer gran ruido en el mundo!!»
A sí me lo contaba Don Bosco, riendo, cuando
era y a viejo.
Después del encuentro con el clérigo Ca*
fasso y la muerte de Don Calosso el pensa­
miento que siempre ocupaba su mente era
el adelantar en los estudios. Veía a varite
buenos sacerdotes que trabajaban con celo
en su ministerio, pero no encontraba manera
de acercárseles. Con frecuencia se encontraba

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con su párroco y \acepárroco; los saludaba
de lejos, y al acercarse a ellos les hacía una
inclinación respetuosa. Pero ellos con modos
graves y corteses respondían al saludo con­
tinuando su camino. Muchas veces llorando
decía entre sí, y a veces hablando con los
otros: “ Si yo fuese sacerdote obraría m u y
diversamente; querría acercarme a los niños,
decirles una buena palabra, darles un buen
consejo. jQué feliz sería si pudiese hablar con
mi párroco! E ste consuelo lo tenía en vid a de
Don Calosso. ¡Que no lo pueda tener más!..

¡Oh! si llego un día a ser sacerdote, quiero
consagrar mi vid a a los niños. N o me verán
nunca serio, antes bien, seré el primero en
hablarles Los reuniré a mi derredor; los
amaré, haré que ellos me amen, y no descan­
saré hasta verlos felices.

En Casfeinuovo.
Viendo M argarita la aflicción de su hijo
por las diñcultades que se oponían a la con­
tinuación de los estudios, y estando ya un

JuanHo B obco aprende el oficio de saalre.
¿Qué lo vam os a hacer? querido mío,
‘’vcjH su madre; es preciso resignarse.
¿Qué les costaría decir una buena pa•l-ra, pararse un minuto con un niño en el
camino?
- Y ¿qué quisieras tú que te dijeran?
— -\lgo que hiciera bien a mi alma.
• ¡Tiene tanto que hacer en el confesioario, en el pulpito y demás cargos de la

l^rirquial
— Y nosotros, aunque pequeñitos ¿no
:
ovejas suyas?
— En suma, tu querrías que perdiera el
contigo.

onque nuestro Señor perdía el tiempo
se entretenía con los niños?
— X. 1 digo eso; pero ¿qué lo vam os a hacer?

tanto avanzado el curso, determinó resuel­
tam ente mandarlo a Castelnuovo, a despecho
de Antonio que continuaba oponiéndose.
E ra el 1830 y Juanito tenía y a 15 años cum­
plidos. Los estudios hechos en privado y
el cambio de maestro fueron para él un des­
concierto ta l que debió comenzar de nuevo
la gram ática italiana para abrirse camino a
la latina. A l principio volvía a Becchi al
mediodía, recorriendo al día 20 kilómetros
entre ir y venir; pero esto ocasionaba perjui­
cio en los estudios, por lo que cambió de
sistema saliendo de Becchi a la mañana y
volviendo solamente a la noche. A veces
soplaba un \*iento molesto; otras una lluvia
pertinaz o un deshielo cubría el suelo de
fango, o la nieve copiosa o el frío agudísimo

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lo hacían tiritar; y él todo lo toleraba con
maravillosa calma, y para no ocasionar de­
masiados gastos a la madre, cuando los ca­
minos estaban fangosos, quitábase los za])atos, se los echaba al hombro, llegando al
término de su camino con los pies doloridos
y no pocas veces ensangrentados. A l llegar
a Castelnuovo se ponía de nuevo los zapatos
y dejaba el fardelito de la comida en casa
de un tal Juan Roberto, adonde se retiraba
a rcfocillarse entre una lección y otra. Si
alguna vez al acercarse la noche amenazaba
la tempestad, deteníase en la misma casa y
dormía debajo de la escalera.
Margarita, que por razón de economía
había permitido tales caminatas, no tardó
en ver la necesidad de buscarle un albergue
cu Castelnuovo, pues el invierno se hacía
cada vez más crudo. L a pensión podía pagarse
en cereales, vino, o en otras especies, según
se acordó. Por otra parte Juanito era m uy
querido en el pueblo y éste hizo una colecta
para (pie eV hijo de la siempre bondadosa y
compasiva Margarita pudiera continuar sus
estudios, rogándola que aceptara aquel hu­
milde obsequio, ella que tan misericordiosa
había sido siempre con los desgraciados.
Margarita agradeció de corazón la oferta de
sus convecinos y puso al hijo a pensión en
casa del susodicho Juan Roberto, de profe­
sión sastre y buen cantor tanto de música
como de canto llano. L a útiica recomenda­
ción que esta santa madre hizo a su hijo al
dejarlo en la pensión íué esta: « Sé devoto
de la Virgen. ». Inn\ensa fué la alegría de
Juanito al Ver que la D ivina Provndencia
le deparaba tan favorable coyuntura para
poder continuar sus estudios. N o dejó tam ]joco de aprovechar la ocasión de aprender
el canto llano y la música, llegando a ejecutar
en poco tiempo, dada su magnífica voz,
partes obligadas con guin éxito. Deseando
además aprovechar el tiempo en las horas
lie recreo se puso a hacer de sastre, y en breve
tiempo ai>rcndió no sólo a coser sino también
a cortar. \ ’iendo la maravillosa aptitud del
nuevo aprendiz, el maestro le hizo proposicionc.s halagüeñas para que se quedase en
el taller. Pero eran m uy diversas las miras
del nuevo sastre, quien, si para evitar el ocio
se ocupaba en muchas cosas, hacía toda clase
de esfuerzos jxam llegar a su fin principal...
IvU escuela de lengua latina, instituida
hacía
tiempo, era vínica, y por lo tanto
se reunían en ella todos los jóvenes de las

varias clases, bajo la dirección de un solo
profesor, que a la sazón lo era D. Manud
Virano, el mismo que había bendecido la
sotana a l clérigo José Cafasso. D. Virano
era hombre de mucha ciencia y de gran habi­
lidad para comunicarla, por lo que gozaba
de gran ascendiente entre sus discípulos.
Grandes fueron los progresos de Juanito
en la escuela de D . Virano; tauto*que llama­
ron la atención del mismo maestro. Una nubecilla vino, sin embargo, a turbar la tran­
quilidad de la nueva vida. E l sacerdote D. Virano fué nombrado párroco de Mondonio;
por lo que en abril de 1831 el amado maestro
tom aba posesión de la parroquia, y era su­
plido por uno que, incapaz de mantener el
orden y la disciplina, casi mandó al viento
los anteriores progresos, en expresión del
Beato: este profesor era D. Moglia, sacerdote
caritativo y piadoso, que le había conocido
cuando estaba al servicio de sus parientes
y que tenía la idea fija de que Juanito no
estaba hecho para los estudios. Duras fueron
las pruebas por que tu vo que pasar la hu­
mildad del pobre Juanito. U n día fué dado
como tem a de composición el hecho de
Eleazar, que prefirió morir antes qué dar
escándalo comiendo carne prohibida; y
Juan desarrolló el tem a ta n bien, que nin­
guno podía imaginarse lo hubiera hecho él.
L a composición se corrió de mano en mano
de los maestros, y todos estaban admirados
de las disposiciones del autor de aquellas
páginas. F ué presentada también a Don
Moglia, el cual, después de examinarla, con­
cluyó por decir que ni las personas más
viejas e instruidas de aquellos contornos
eran capaces de escribir semejante compo­
sición y que por lo mismo era imposible que
lo hubiese hecho Juan Bosco. D e este juicio
de Don Moglia comprendió el Siervo de Dics
que no gozaba de la protección de su antiguo
maestro. E n efecto, por uno de aquellos inex­
plicables cambios que vense algunas veces
en los corazones humanos, D. Moglia tenía
la idea fija de que el de Becchi habría hecho
mejor en renunciar a los estudios y volver
a tom ar la azada. E l porqué sólo Dios lo
sabe, que, como veremos, preparaba a Jua­
nito una nueva contradicción para probar
una vez más su fe y su constancia.
Un día fué dado el llamado ejercicio de
los puestos; y aunque Juanito cursaba el
primer año, pidió al maestro se le pemutiera
hacer el del tercer año. Don Moglia soltó b

197
carcajada y dijo; — ¿Qué pretendes tú... tú
de Becchi? ¿Qué quieres tú que sean capaces
de hacer los de Becchi? D eja de estudiar el
latín... no comprenderás nada. Tú, vete a
coger nidos, a buscar setas; esta es tu babilickd; en esto tendrás un resultado estu­
pendo... pero ¿estudiar latín? ¡es una locura!
Juaníto, insistió sin dar señales de baberee
ofendido; el maestro repUcó cargando la
dosis, y como no cesaba de insistir pidiendo
le dejase bacer el ejercido, finalmente le
dijo que biciese el que mejor le pareciese,

Algunos de los escolares se alzaron y di­
jeron; — Sí, sí, lea, lea la página de Bosco
para que oigamos los disparates que ha
puesto.
B1 maestro, acostumbrado a ceder ante la
escolaresca, tom ó la página y la dió una mi­
rada; la traducción era exacta; pero él, po­
niéndola de nuevo sobre la mesa, exdam ó:
-— ■ ¿No be dicho y o que Bosco no sir\^e
para nada? Do ha copiado de algún compa­
ñero... lo ha ciertamente copiado: ¡es impo­
sible que sea obra suya!

JuanUo aprende el oficio de herrero en el taller de Evario Savio.
añadiendo que él ni siquiera leería las bestia­
lidades que ciertamente pondría en el papel.
Fué dictado para los de tercer curso un
pasaje para traducir del latín al italiano; y
después de menos de una hora Juanito pre­
sentó su página al profesor, el cual la tomó,
y sin mirarla, la pxiso sobre la mesa son­
riendo compasivamente. Pero el escolar se
labia quedado en pie delante del maestro,
y al ver que no hacía caso de su trabajo, dijo
Inunildemente:
— L e ruego, Sr. maestro, se sirva mirar
nri página y me corrija los errores.
— ¿Pero no te he dicho, respondió in ­
dignado D. Moglia, que los de Becchi no
saben nada... que no tienen talento para
®tas cosas elevadas?

E l compañero de puesto de Juanito, que
había visto cómo había éste trabajado sin
recurrir a la ayuda de ningún compañero
ni de los libros, se alzó para salir en su de­
fensa y dijo;
— Señor profesor, V . afirma que Bosco
ha copiado la traducción; tenga la bondad
de exam inar si entre las páginas h a y alguna
que sea semejante a la suya.
Era una observación razonable, y que
hubiera resuelto toda cuestión; pero el m a­
estro siempre obstinado reprendió al que
había hecho la observación diciendo'
— ¿Qué sabes tú? ¿No has oído que los de
Becchi no sirven para nada, para nada abso­
lutamente?
Y no hubo medio de persuadirlo, pues

ig S
obcecado por los prejiácios, no hacía por
salir de su error. Pero el jovencito que había
visto cómo Juanito Iiabía hecho su trabajo,
contó a los compañeros punto por punto
cómo había sucedido la cosa; y todos admi­
rando no sólo el talento cuanto la humildad
con que había soportado las insultantes p a­
labras, concibieron hacia el héroe una gran
estima y un grande afecto.

E l árbol de ¡a cucaña.
L a estrecheces por que pasaba la familia
de Margarita hacían (jue el futuro apóstol
se industriara para ser lo menos gravoso po­
sible, ganando todo lo que en su mano estu­
viera para ayudar a la madre, que por su
parte trabajaba sin descanso para que su
hijo pudiera llegar a la cumbre de sus de­
seos. Una graciosa anécdota nos muestra
hasta qué ¡ninto se industriara para procu­
rarse lo necesario.
ICn el país de M ontaña ,se celebraba una
gran fiesta, y en medio de la plaza se había
colocado un altísimo árbol cuya cima coro­
naban varios objetos, como premio. Una
inmensa muchedumbre asistía al espectáculo.
Los jovenzuelos del pueblo, uno después de
otro, se acercaban al árbol y dándole una
ojeada, intentaban la subida, llegando quién
a un tercio, quién a la mitad, cayendo todos
a tierra antes de llegar al codiciado premio.
Los gritos del populacho animando a los más
valientes, los silbidos a los más cobardes
([lie no eran capaces apenas de subir un palmo
sobre el árbol engrasado, llegaban a las
estrellas, Juanito notó que todos comenzíiban
con rapidez y entusiasmo, casi sin tomar
aliento, y que llegados a cierto punto, no
inidiendo seguir, eran arrastrados al suelo
por su propio i>eso. Quiso, pues, él probar
variando un poco el procedimiento. Se pre­
sentó resuelto, j)ero con calma, en medio del
espacio libre de la muchedumbre, y comenzó
a trepar letitainente, cruzandp de cuando
en cuando las piernas para adherirlas al
árbol y sentarse sobre los calcañares para
descansar. K1 pueblo que no entendía al prin­
cipio el ponjué de aquella maniobra, reía a
unís no poder, esj>erando de un momento a
otix> ver volar hasta el suelo al luchador.
Pero viendo que éste iba ganando cada vez
mayor altura, se hizo un silencio profundo;
y cuando Juanito estuvo cerca de la punta
del árbol, que se cimbraba grandemente x>or

1

ser m u y delgado, frenéticos aplausos atro­
itronaron el espacio en honor del joven vencedor
que extendiendo la mano, tomó una bolsa
con 20 liras, un salchichón y un pañuelo
dejando los objetos de menor importandá
para que se pudiese continuar el juego.

Nueva visión.
Acabado el curso con poca satisfacción por
parte de Juanito, siempre incierto por su
porvenir, pero resignado, volvió a casa de
la madre. Durante su estancia en Castelnuovo, se había verificado un importante
cambio. Margarita y José Boscó, heraiano
del Beato que a la sazón contaba i8 años,
habían formado sociedad con im p^op^i^
tario del pueblo entrando en aparcería de
una finca llamada el « Sussamb*ino » pro­
piedad entonces de un ta l M atta. José se
estableció en la casa del colono, y Mar­
garita tenía su residencia, y a en el Sussambrino, y a en Becchi, según lo pvigían
las labores del campo o la recolección de
las cosechas
Juanito fue a v iv ir con su hermano José
que lo am aba entrañablemente, y gozaba de
libertad para entregarse enteramente a sus
libros. N o queriendo, sin embargo, ser de
peso al heniiano, se encargó de conducir dos
vacas al pasto en el valle vecino, dando de
vez en cuando una mano al trabajo en el
cultivo de la hacienda, y en un rincón del
cortijo, en donde se había formado una
especie de taller, repasaba la ropa de su
hermano José, o sobre un hornillo, arre­
glaba los instrumentos de labranza que
tuviesen necesidad de alguna reparación
sencilla.
E n Castelnuovo había contraído amistad
con un compañero llamado José Turco, cuyo
padre poseía una viña que confinaba con la
finca del Sussambrino. E l padre de José
Turco, encontrándose frecuentemente con
J uaiiito a quien había cobrado especial
cariño, le ponía la mano sobre la cabeza
diciéndole:
— ¡Animo! Juanito: sé bueno y estudia;
que la Virgen te ayudará.
— He puesto en E lla toda mi confianza,
respondía Juanito; pero me encuentro siem­
pre en la incertidumbre: quisiera continuar
los cursos de latinidad y hacerme sacerdote;
pero mi madre no tiene medios para ayudam ie.

199
— No tengas miedo, querido Juan; ya
«rás cómo el Señor te ayudará y allanará
el camino.
— Lo espero; y despidiéndose, con la ca­
bera inclinada iba repitiendo pensativo: —
Pero.. Pero...
Después de irnos días el señor Turco y su
hijo José ven que Juanito viene a ellos
corriendo m uy alegre.
¿Qué hay de nuevo, Juanito, que vienes

visto venir hacia él una gran Señora que
conducía un numerosísimo rebaño, y que
acercándosele y llamándolo por el nombre,
le había dicho:
— H e aquí, Juanito; todo este rebaño lo
confió a tus cuidados.
— Y ¿cómo haré para cuidar tañías ox'cjas
y tantos corderos? ¿Dónde encontraré pastos
para apacentarlos?

Ei ¿ihol de la cucaña.

tan alegre mientras hacía tiem po

que te

\*eía pensativo?
— ¡Buenas noticias! ¡buenas noticias! esta
noche he tenido un sueño, en el cual he visto
<pie continuaré los estudios, llegaré a ser
'icerdote y seré el jefe de muchos jóvenes,
de cuya educación me cuidaré toda mi vida.
He aquí todo; ya
un hecho; pronto podré
ser sacerdote.
— Pero esto no es sino un sueño, observó
el buen Turco; y del dicho al hecho h a y gran
trecho.
— ;Oh! el resto no es nada. Sí, llegaré a
56r sacerdote, y me pondré al frente de
:^iichos jovencitos a quienes haré mucho,
mucho bien.
Obligado a contar el sueño, dijo que había

lya Señora respondió:



N o temas; yo

te asistiré. Y desapareció.
E sta narración fué hecha por el mismo
señor José Turco y su señora Lucía, y está
en armonía con unas líneas de las memorias
del Beato, en las que se leen las siguientes
palabras: A los i 6 años tuve otro sueño.
E n efecto, la asistencia de la Madre Ce­
leste debía en aquel año mostrársele de una
manera sensible.

E l que quiera adquirir el verdadero espíritu de
devoción, mttestre gran respeto y reverencia por las
cosas de la religión y guárdese bien de hallar de
ellas en son de burla o desprecio.
Ven. J u a n Hosco .

200

C O O P E R A C IO N
Cooperador salesiano
en e/ concepto de Don Bosco.
N o cabe duda que Don Bosco es un santo
universal, que ha sabido ver mucho más
allá de las paredes de su casa. Miembro de
una Iglesia que tiene por una de sus notas
características la catolicidad, sirve a esta
Iglesia con espíritu católico, y lejos de aquella
expresión vulgar — barrer para adentro —
proporcionó a varias diócesis de Italia en
aquellos tiempos dificilísimos para la for­
mación de sacerdotes, centenares de minis­
tros sagrados que habían de ser más tarde
ornato del clero secular y gloria del sistema
pedagógico del Beato. Don Bosco no fué
nunca acaparador. E s verdad que se sirve
de sus Cooperadores para llevar adelante
sus obras, pero tam bién lo es que los pone
a disposición de las necesidades de la Iglesia,
de la Diócesis, de la Parroquia. N o será
Túnica hombre de capillitas: cooperador sa­
lesiano, en su pensamiento, quería decir —
¡cuántas veces lo repitió! — excelente cris­
tiano, y a entonces entregado enteramente
a la acción católica, de la que no se conocía
todavía el nombre, , pero que estaba más
que en germen.
Quería especialmente que su tercera orden
se ocupase en dos obras de grande urgencia:

la enseñanza de la religión y la difusión de
la buena prensa.

La lucha contra
la ignorancia religiosa»
Con su penetrante mirada de atento ob­
servador, liabía diagnosticado pronto uno
de los más graves males que en nuestros
tiempos hace grandes estragos en las almas:
la ignorancia religiosa. Toda su vida le hizo
guerra a muerte. Si se examina bien su exis­
tencia agobiada de trabajos, se encuentra
el secreto resorte de aquella actividad de
aiióstol, de predicador, de escritor, de m i­
sionero dentro de su habitación, de educador,
en este deseo ardiente de comunicar a las
almas la verdad divina. Sin su luz se marcha
a tientas; sin su fuerza, no se hacen sino
ridiculeces.

E F IC A Z

Veía en su derredor un pueblo excelente
llevado instintivam ente a las cosas de lá
Iglesia, a las sagradas ceremonias y a las
manifestaciones de fe; pero a la par ignorante
de lo esencial de su religión. Veía sobre
todo una generación de jóvenes, atraídos de
las aldeas a las ciudades, que, engolfados
en los cuidados del trabajo, inclinados du­
rante doce o catorce horas sobre el banco
del trabajo, no tenían tiempo ni gusto para
instruirse en las verdades humanas y divinas.
Gran parte de ellos no sabía apenas leer. Si
al menos la instrucción religiosa primaria
hubiese estado atendida, esta preparación
no habría sido sin duda suficiente para atra­
vesar sin estrago la crisis de las pasiones,
pero habría servido para preservar de las
más grandes caídas. Por otra parte el cate' cismo no se daba sino en cuaresma, y de un
año a l otro las nociones penosamente ad­
quiridas y trabajosamente digeridas se olridaban pronto. L a predicación dominical hu­
biera podido compensar este mal; pero ésta
era rechazada por su duración, por su retó­
rica y por su falta de adaptación. E n tiempo
del Beato se predicaba mucho, pomposa­
mente y sin fruto. E l mismo Don Bosco
hubiera caído en este defecto si un día el
cura de Capriglio, parroquia de su madre,
no le hubiese puesto en guardia diciéndole:
« Sencillez, sencillez, sencillez, amigo mío!».
N o nos admiraremos, pues, si este gran
médico de las almas, después de haber des­
cubierto el mal que las afligía, se aplica con
todo su empeño a poner oportuno remedio.

Necesidad del retiro espiritual
Si nuestro Beato vi\nera en estos tiempos,
su ojo escrutador habría descubierto que
nuestras generaciones han agravado su igno­
rancia religiosa con un estado febril, inquie­
tante; hoy la atención es absorbida por los
negocios y por los placeres, que no les dejan
ni un solo día para atender a su alma. La
máquina marcha, marcha; camina con ra­
pidez asombrosa; los días, los meses y los
años se atropellan en la vorágine, y de re­
pente llega la muerte y sorprende al alma

201

Gunabocoa (Habana). — Novicios mejicanos el día de la (orna de habito de manos dei Rdo. P. Tornquist.
sin que ésta haya tenido tiempo de pensar
«a sí misma
Urge, pues, que el retiro espiritual recuerde,
a! menos una vez al año, a nuestros hermanos
d fin ultraterreno, como urge tam bién en­
señar a las nuevas generaciones, en los bancos
la escuela, el catecismo, o en los círculos
estudios las verdades de la fe, las fuentes
•le la fuerza, los rudimentos de la virtud.
Para atravesar los ásperos senderos de
^ vida, para franquear las crisis de la ju^ tu d , es necesario hacet gran acopio de
^ y fuerza, de fe y valor.
Estos bienes de orden moral, puede un
■ •^jperador salesiano prodigarlos a sus her“l^os, y el B old in Salesiano ha mostrado
•^ 0 en muchos sitios nuestros Antiguos
Alumnos se han costituido en catequistas
^^^tarios de sus hermanos menores.

£/ cooperador salesiano debe luchar
contra ¡a ignorancia religiosa.
He aquí un nuevo cam po abierto al celo
los miembros de la Pía Unión de Coope­

radores Salesianos; encaminar suavemente a
hacer unos días de ejercicios espirituales, a
ser posible cerrados, a las almas que, sin
esta mediííá salvadora perderían la dirección
de sí mismas, y dar sus tiempos libres a la
obra de la enseñanza del Catecismo.
E sta enseñanza puede revestir mil formas.
Unos se ofrecen al cura de su parroquia para
hacer adelantar a los más atrasados o dar
una clase; otros, en el colegio se prestan a
a>Tidar al pobre director agobiado de trabajo;
éstos van a domicilio a enseñar los rudimentos
de la fe a aquellos pobres cristianos que
están a punto de casa rae, o que no han hecho
aún la primera Comunión, mientras aquellos
preparan para recibir el bautismo a un adulto, que por su edad tiene reparo de asistir
a clase con los niños de diez años.
A excepción de la ayud a eficaz que se
presta a las Misiones, ningún acto de caridad
vale tanto como éste. Revelar la verdad
eterna a l gim a de un hombre y hacerla amar:
jqué hermosa labor! jqué dicha! ¡qué fuente
de bendidonesi
N o ha mucho que un célebre apologista

para descansar de sus fatigas apostólicas se
entretenía en j^reparar a los niños a la Pri­
mera Comunión. E l canciller de la Univer­
sidad, Gersón, en el siglo X I V , lo hacía
también. Y San Francisco de Sales, en A n necy, era incomparable en este oficio.
Que nuestros cooperadores tomen ejemplo
de estos hombres de Dios, y escuchen el
ruego del Beato Don Bosco convidándolos
a esta cruzada contra la peor de las igno­
rancias y la más cruel de las cegueras: la
ignorancia religiosa y la ceguera sobre los
eternos destinos.

Misión imporfanfísimü
del cooperador salesiano
ayudando al sacerdote.
E s preciso instruir al pueblo cristiano, an­
daba repitiendo el B eato con frecuencia. E ste
no es malo, sino ignorante. Enseñadla religión
a los hijos del pueblo — rogaba a sus amigos
y cooperadores. E l sacerdote, por su misión
divina, es el delegado para este oficio; pero
en nuestros días no basta; un trabajo exce­
sivo lo abruma, sobre todo en las ciudades
populosas. Por lo tanto es preciso que los
seglares le alivien én esta carga que, a Dios
gracias, no es exclusivamente de orden sa­
cerdotal. E l buen católico, que dispone de
tiempo y de aptitudes, puede grandemente
cooperar a esta obra.
Y en lo que particularmente insistía el
Beato Don Bosco con sus cooperadores era
en que se trabajase por el resultado efectivo
de los triduos, novenas. Ejercicios Espi­
rituales, catecismos.
ICn su tiempo, especialmente en el Piamonte, los triduos y novenas en preparación
]>ara las grandes solemnidades cristianas, a
la fiesta patronal, a las Cuarenta Horas,
hacían furor. Don Bosco, jwr su parte, desde
el 1850 a i 8(’)5, predicó en casi todos los púlpitos del Piamonte. Y aceptaba este trabajo,
añadido a nuiclu^ otros, sin duda para con­
ducir las almas a purificarse y alimentarse
de la Eucaristía, jxíro también para tener
ocasión de recordar las grandes verdades de
la F e que son las que hacen caminar derecho
ptiT la senda del deber.
C^eenK^s, sin emb;irgo, que en lo que
más insistió fué en dos medios de hacer
llegar a los corazones la \'erdad religiosa:
U-»s ejercicios esf>iritu.des, cerrados o no, y

los catecismos.

Los Sres. Cooperadores Salesianos, además de
las indulgencias ordinarias que se detallan tn
el Reglamento, pueden ganar, cumpliendo los
requisitos de costumbre, indulgencia plenaria
los siguientes dias:
Mes de Julio:
1 — Preciosísima Sangre.
2 - - Vi.sitación de Nuestra Señora.
16 — Nuestra Señora del Carmen.
Mes de Agosto:
6 — L a Transfiguración del Señor.
15 — Asunción de la Santísima Virgen.
16 ■— San Roque.

Seis Misas diarias perpetuas.
Recordamos a nuestros lectores el privilegio
extraordinario concedido por el Papa León XIII
(d. f. m.) a nuestro B.to P . Don Bosco en favor
de todos los que contribuyeron con sus Htnosnas
a levantar la Basílica del Sagrado Corazón ik
Jesús en Roma o cooperen en lo porvenir al sos­
tenimiento de aquella iglesia e internado de .4 riís
)• Opcios para niños pobres.
Basta entregar una sola vez la limosma ‘c
I iJeseta (20 centavos de dólar más o men-'S]
para tetier derecho, en vida y después de muerte,
a la aplicación diaria de 6 misas, que se celebran
en el altar mayor de dicha Basílica.
Pueden también ser inscritas, entregando por
cada una de ellas la misma limosma, las
nos ausentes o fallecidas, las cuales gozan \guMmente de dicha aplicación.
Para gozar de esta gracia tan exfraordir..v'-¡
basta reunir en una lista ¡os nombres de /os p:
desean inscribirse y enviarla, junto con la hmosna correspondiente, al Rector Mayor de
Salesianos {Via Cotiolengo, 32 - Turin, loj.
Italia) o también al Sr. Director de la Casa stflesiona más próxima y apenas inscritos cr, • •
registros, empiezan a gozar de la aplicación Idichas 6 misas. Como testimonio de la uiscr-.pción cada uno de los inscritos recibe tí*.? cédvlJ
con su nombre y con la explicación L talla-si
de este privilegio.
Los que ya conocéis este privilegio, dadlo a
conocer a todos vuestros amigos y
y
veréis como no queda ni urto que no se tnscrtba
y que no haga inscribir a sus difuntos.

203

ECOS

DE

LA

HONllANDO A UN GIL4N AMIGO Y BIENHE­
CHOR DE D. Bosco.
En el Oratorio de Valdocco tu vo lugar en
mayo una reunión de Decuriones de Coope­
radores Salesianos, especie de Orden-Ter­
cera Salesiana que Don Bosco instituyó para
sostener sus benéficas obras y que hoy al­
canza un gran desarrollo. Todos los años
tienen una reunión diocesana en la que in­
tervienen los decuriones o celadores de cada
parroquia: cerca de 200 eran los que el día
7 de Mayo último se reunieron de toda la
Archidiócesis de Turín, y sus discusiones
fueron interesantes y no pueden menos de
ser útiles para el desarrollo de las Obras
Salesianas, especialmente de las Elisiones.
La reunión fué honrada con la presencia del
Excmo. Sr. Arzobispo Mons. Fossati, acogido
con demostraciones de gran veneración por
todos, especialmente por el Rector M ayor
D. Felipe Rinaldi, que le ofreció el saludo
de todos los Salesianos y de todos los reu­
nidos: el alma de la reunión fué, como corres­
pondía, Don Trione. L a nota saliente de la
reunión fué la conmemoración del teólogo
Borel, figura poco conocida, pero de capital
importancia en la vida de Don Bosco y en
los principios del Oratorio.
Sobre el Teólogo Borel y sus relaciones
con Don Bosco habló con aquella precisión
de fechas y de hechos que todos en él apre­
cian, el cultísimo salesiano Prof. D. All>erto
Cariglia, del Colegio San Juan Evangelista,
profesor de la Historia del A rte en dicho
colegio, y de Religión y A rte Religiosa en
la Academia de Bellas Artes E l prof. Don
Cariglia evocó la noble figura del Teólogo
Borel que guió los primeros pasos de Don
Bosco sacerdote, obteniéndole un puesto en
la Obra de la Marquesa Barolo donde pudo
dar principio a la vid a del Oratorio, reco­
giéndose en principio con sus jóvenes en el
Refugio, propiedad de la misma marquesa.
El Teólogo Borel sustituj'e a Don Bosco
cuando v a a Becchi, y hace de Director de
naciente Oratorio; el teólogo Borel alquila
d sotechado de Pinardi donde florecerá más
laíde la inmensa obra de V ía Cottolengo; en
sus memorias, Don Bosco hablando de sus

C A S A -M A D R E
primeros ayudantes lo llama « el intrépido
B o r e l», y T/enio^Tie en sus Memorias Biográ­
ficas exclama: a ¡Eterna alabauzá para aquel
sacerdote incomparable! lín 1851, cuando la
casa Pinardi es comprada (con 20.000 liras
])restadas por Antonio Rosmini y otras 8500
venidas de otras personas) el contrato de

Tcol. J. B. Borel, insigne cooperador de D. Bosco.
compra es hecho por D Bosco, L). Borel,
D. Cafasso y D. Murialdo! ¡cuatro magní­
ficos nombres!
Después del interesantísimo discurso de
D. Alberto Caviglia, todos his reunidos se
trasladaron al patio del Oratorio para el
descubrimiento de una lápida en memoria
del teólogo Borel. L a lápida está puesta bajo
el pórtico, junto a la capilla Pinardi, lugar
testigo de los trabajos del santo sacerdote.
S. E . >fons. Fossati pronunció un breve,
pero hermosísimo discurso, ensalzando la fi­
gura del Beato Don Bosco y la obra por él
llevada a cabo, ajnidado por Borel, modelo
de sacerdote celoso y capaz de todo sacri­
ficio por el bien de las almas, especialmente
de la juventud. H ace resaltar de una manera
singular el cdoso prelado la heroicidad del
teólogo Borel al permane<^r siempre oculto,
no obstante sus relevantes dotes de inteli-

*

204
gencia, para que brillara más la figura del
Beato Bosco.
A l terminar de hablar el virtuoso prelado,
una gran muchedumbre de peregrinos de
la Sábana Santa había invadido el patio,
quienes unidos a los ya presentes recibieron
del Sr. Arzobispo la bendición, con que se
dió por terminada la hermosa ceremonia.

T riduo rn honor d el B eato J uan
B osco. — Con el mes de María Auxiliadora
principió el triduo en honor del Beato Juan
Bosco. Las campanas lo anunciaron a los
primeros albores con festivos acentos. Una
inmensa ola de devotos llenó la Gran Basí­
lica en las tres funciones que cada día del
triduo se celebraron en honor del Beato;
una a las seis y media de la mañana, otra
a las cinco de la tarde y otra a las ocho de
la noche. E n todas las funciones hubo ser­
món; pero la que revestía m ayor solemnidad
y esplendor era la de las cinco de la tarde
que tu vo por orador a S. E . Mons. Humberto
Rossi, obispo de Susa. L a oratoria del pia­
dosísimo prelado, profundo conocedor de
Don Bosco y de su Obra, se presentó ador­
nada de suma elegancia, solidez de pensa­
mientos, conmovedora en muchas circuns­
tancias, y siempre escuchada con gran aten­
ción por parte de los jóvenes y del pueblo,
y a que el orador tenía para todos mágicos
resortes para excitarlos a la imitación del
Beato. E n las tres tardes Mons. Rossi estudió
la misión divina del Beato Don Bosco en la
Iglesia y en la Sociedad; su preparación a
esta divina misión, especialmente en el seno
de la familia en la escuela de Mamina Mar­
garita; la gmtuUosidad externa de la Obra
de Don Bosco y el sistema de educación
para llevarla a cabo.

E iesta d el B eato D on B osco . — No
podía resultar iii más bella ni más devota.
L a esplendidez del tiempo contribuyó tam ­
bién a que la qfluencia de gente tanto al
templo como al Oratorio fuese extraordinaria
para visitar los queridos recuerdos del Beato.
L a misa de la primera comunidad fue
celebrada por el Rdo. Don Felipe Rinaldi,
>• la de las siete y media por Mons. Humberto
Rossi.

L a misa solemne, a las nueve y media
fué pontificada por S.E.Mons. Pinardi, qué
tam bién pontificó en las Vísperas. El pane­
gírico del Beato fué hecho de una manera
maravillosa por Mons. Rossi; quien trató
con extraordinaria competencia de la san­
tidad de D on Bosco. L a bendición eucaxística fué dada por Mons. Maurilio Fossati,
Arzobispo de Turín,
A l salir de la iglesia, el Sr. Arzobispo fué
objeto dé una entusiasta aclamación por
parte del inmenso público que llenaba no
sólo los patios sino también la plaza de María
Auxiliadora. L a estatua de la Virgen que
campea sobre la cúpula del grandioso templo,
apareció al atardecer inundada de un mar
de luz, y la fachada y la cúpula iluminadas
por potentes refiectores colocados alrededor.
L a Virgen parecía sonreír desde su trono
regio a aquellos que habían honrado a su
fiel siervo el Beato Juan Bosco.

Me s d e M aría A uxiliad ora . — Embar­
gado se encuentra el cronista cuando lo que
trata da trasladar al papel está muy por
encima de sus pobres fuerzas; cuanto lo que
sus ojos han contemplado está tan fuera de
lo ordinario, que toda relación resulta pá­
lida ante los fulgores de la realidad. Y tal
acontece cuando se quiere dar noticia de las
funciones religiosas que tienen lugar en la
Basílica de María Auxiliadora de Turín.
Desde el día 23 de Abril hasta el 25 de Mayo
es un espectáculo de fe y devoción el que
se contempla ante el altar de María Auriliadofa y ante la Urna del Beato Don Bosco,
que no puede menos de conmover al que lo
presencia hasta derramar lágrimas de emo­
ción al ver cuán hondamente ha penetrado
en el alma del pueblo cristiano el humilde
pastorcito de Becchi.

L a s PEREGRiNAaoNES. — Con la felh
coincidencia de la Exposición de la Sábana
Santa, se han anticipado este año las p e^
grinaciones a la Basílica de i ^ r í a Auxilia­
dora y a las habitaciones del Beato Juan
Bosco, llegándose a dudar, ta l ha sido la
aglomeración de peregrinos en María Auxi­
liadora, si era en dicha Basílica donde se
exponía la Santa Sábana, y dando lugar a

205
graciosas preguntas como ésta: ¿ E s aquí la
Exposición de la Sábana Santa? Otras per­
sonas demostraban su sencillez e ignorancia,
al par que su cariño a D on Bosco, pregun­
tando; ¿E s aquí la Santa Sábana de Don
Bosco? Y verdaderamente, al ver la ola in­
mensa que durante todo el mes ha llenado
la Basílica de María Auxiliadora desde las
seis de la mañana hasta las nueve de la noche;
al ver la continua riada de gente que pasaba
delante de los santos restos del Beato y de

y ante la urna que conserva los preciosos
restos del gran Apóstol del Siglo X I X , y
visitar las modestas habitaciones, testigos
de tantas maravñlas obradas por el hombre
de Dios; después de haber dado desahogo
a su espíritu; en los amplios pórticos de la
vasta obra, o a la sombra de los drb<íles (pie
la exuberante primavera comenzaba ya a
cubrir de verdor, o en las clases 5’ teatros
cedidos generosamente para que aquellas
devotas gentes pudieran reparar las fuerzas

Turín (I(aüa) — Peregrinación de Asti al Santuario de Marta Auxiliadora.
SU humilde habitación, quien por vez pri®era llegara a Turín y se presentara en la
plaza de la Catedral y en la de María A u x i­
liadora, no sabría decidirse en afirmar dónde
habría más peregrinos.
t
Emíxionante, en verdad, ha sido durante
todo el mes ver desfilar en devotas peregri­
naciones infinidad de pueblos y colegios no
‘ lamente de Turín, sino de Milán, Venecia,
Oénova, etc.
Edificante ha sido ciertamente ver infi­
nidad de pueblos a cuyo frente se veía ordi­
nariamente el párroco, llegar al Oratorio
como a casa propia, y después de satisfacer
^ piedad ante el altar de María Auxiliadora

perdidas en alas de su devoción; era em ixionante ver el encantador espectáculo (jue
ofrecía aquella abigarrada multitud en la
que se retrataba la alegría y la satisfacción
de poder disfrutar de un día pasado dentro
de los muros santificados por el Beato Don
Bosco.
A las peregrinaciones de los pueblos hay
que añadir las de numerosísimos colegios
que de todas partes sin distinción de sexo
y condición acudían a rendir homenaje de
devoción al gran taum aturgo del siglo p a­
sado y a la Virgen Auxiliadora. L a llegada
de las peregrinaciones era generalmente
saludada por ün P . Salesiano quien con íer-

1

206
vor y gratitud después de darles la bienve­
nida, entonaba un canto sagrado, dando a
continuación la bendición de María A u x i­
liadora y varias veces al día la del Santísimo
Sacramento, habiéndose dado algunos días
nueve veces, y no bajando de 14 peregrina­
ciones las que diariamente llegaban al San­
tuario.

I/A N oven a . — K 1 fervor manifestado
desde el primer día del mes de María A u x i­
liadora en su grandiosa Basílica, aumentó
al dar comienzo a la novena. E n ella todos
han rivalizado en la demostración de su ca­
riño a la Virgen* de Don Boéco: sacerdotes,
religiosos, religiosas, niños y niñas, hombres
y mujeres de toda edad y condición; el tem])lo siempre abarrotado de fieles; los tres
({ue se hallaban continuamente ante la urna
(jue guarda los felices despojos, no se daban
un punto de reposo, teniendo que relevarse
de cuando en cuando para poder restaurar
sus cansados miembros; los cánticos y el rezo
del santo rosario se seguían casi sin internipción y cuando después de la última
función de la noche era preciso cerrar las
puertas del sagrado templo, sentíanse en tal
manera atraídos ante la estatua de la Virgen
Auxiliadora que entonaban por última vez
en el día una copla, coreada por innumerables
voces, semejando el adiós triste de una per­
sona am ada que vese forzada a dejar la
grata compañía del amor.

V íspera p e t.a gran F iesta . — Y llegó
el último día de la novena, víspera de la gran
fiesta. A l despuntar del día y a comenzaban
a llegar al Oratorio autobuses cargados de
líeregrinos que venían dispuestos a pasar
dos días bajo la sombra tutelar del Santuario
de María Auxiliadora. Pronto los patios del
espacioso colegio se vieron convertidos en
improvisados garages, teniendo algunos ve­
hículos que acomodarse en la plaza de María
Auxiliadora. Todo el Oratorio es un continuo
hormiguero de personas. A l llegar la hora de
las Vísperas rontificales. patios y plaza
están com^ertidos en templo, y gracias a los
potentes altavoces instalados se pueden oir
el canto de las vísperas y los sermones que
tanto a las cinco como a las ocho de la tarde
tienen lugar en la Basílica. Acabada la úl­

tim a función, podríamos decir de cartel
(pues toda la noche es una continua función)'
aparece ante los numerosos expectadores qué
llenan los patios y plaza de María Auxilia­
dora la fantástica iluminación que este año
al decir de los que la han visto otros años
también, supera en mucho a las de años an­
teriores. Ea banda interna del Oratorio acom­
pañada de todos los jovencitos que se edu­
can a la sombra del santuario, sale a la plaza
de María Auxiliadora y llena el aire con sus
armoniosas notas con las que alternan di­
versos coros de artesanos y estudiantes,
mientras en la espaciosa plaza no se puede
dar un paso, tal es la aglomeración de gente
que llega hasta el gran paseo de Regina
Margherita. A las once la banda y los niños
se retiran y comienza el espontáneo desa­
hogo de los afectos íntimos del pueblo amante
de María Auxiliadora que no se retira en
toda la noche del sagrado templo. Uno de
los muchísimos fieles entona un himno al
que todos hacen coro; un sacerdote sube al
púlpito e improvisa un fervorín, y de este
modo entre cánticos, sermones y rezos se
llegan las cuatro de la mañana, hora en que
tiene lugar la primera misa cantada.

lÍL GRAN DIA. — Con imponente concurso
de pueblo celebra la Casa-lkladre Salesiana
de Valdocco el gran día de María Auxilia­
dora. E a devota peregrinación que no ha
cesado un momento de renovarse en el trans­
curso del día y noche de la vigilia, aumenta
al alborear el día 24. Después de las primeras
misas celebradas por el Rector Mayor y nu­
merosos obispos que han venido a unirse a
los Salesianos en Valdocco para honrar a
la Virgen Auxiliadora, tiene lugar la misa
cantada a las diez. Celebra de Pontifical
S. E . Mons. límanuel, obispo auxiliar de
Magliano Sabina. E sta función había sido
precedida por otra en la que había oficiado
Mons. Bartolomasi a la que habían asistido
los caballeros del Santo Sepulcro.
E n la tarde la afluencia de fieles fué aún
más grandiosa. Se preparaba la gran proasión, la solemne procesión (a la que debía asis­
tir y participar una muchedumbre de más de
200.000 personas. E l desfile comienza a las
cinco y media. Abren la marcha los alumnos
de los oratorios salesianos, a los que siguen
los colegios, las compañías religiosas, los

207
círculos católicus, Tos alumnos del Instituto
Misionero « Conde Rebaudengo », las Madres
Cristianas, la H ijas de María Auxiliadora,
el Clero y un número incontable de banderas.
Después de las insignias de la Basílica, des­
fila el dero mayor entre el cual resaltan once
obispos con los ornamentos pontificales.
Preside la procesión el Excm o. Sr. Arzobisno
de Turín Mons. Maurilio Bossati. Detr.-o

su entrada en el templo. D e rep>ente se encien­
den los miles y miles de bombillas que ilu­
minan como si fuera d- lía la elegante fa­
chada de la Basñica, mientras las campanas
con sus armoniosos acentos in\ñtau a la
m ultitud a la oración. D el interior del San­
tuario llegan a la plaza los ecos de las preces
litúrgicas, mientras la gran ola de gente en
actitud recogida sigue las sagradas funciones,

Turín (lialia). — Diverso* aspecíos de la Procesión de María Auxiliadora.
clero y sobre una carroza triunfal adornada
con exquisito gusto y con una iluminación
esplendente viene la estatua de María A u ­
xiliadora, a la que siguen los universitarios
y universitarias, representaciones de las asociadones con banderas y las asociaciones
católicas de hombres.
Desfilando entre dos compactas alas de
pueblo que reverente se arred ila , y reza, el
cortejo recorre la V ía de Don Bosco, A v e ­
nida Príncipe Odón, A venida Regina Margherita. Plaza Manuel Filiberto y V ía Cottolec:: » voEdendo a la plaza de la Basílica.
Las primeras sombras de la noche comien­
zan a cubrir d d é lo cuando laprocesión hace

íL -

escuchándose, gradas a los potentes alta­
voces el magnífico Tantum ergo. Un sonido
de clarín tronca el murmullo de la oradón:
S. E . Mons. Fossatí, rodeado del clero, apa­
rece a la puerta de la Basílica para dar al
pueblo la triple bendición, mientras se ele­
van al cielo las invocaciones a María A u x i­
liadora.
Am ado lector: perdona las defidendas de
esta pobre crónica hecha al vuelo, y si quieres
sentir una de las mayores y m ás íntimas
satisfaedones y alegrías, no dejes, si está en
t u poder, de venir algún año a contemplar
con tus mismos ojos esto que se siente m üy
hondo pero que la pluma no puede expresar.

2o8

GRACIAS
DE MARÍA AUXILIADORA

INIICSTA fCuiíNCA-IiSPAÑA). — Habiendo
ido al pueblo inmediato a pasar un par de días
con mis lujos y nietos, y estando entre ellos
con la mayor alegría, nos retiramos a descansar
la segunda noche de mi estancia, cuando a las
dos de la madrugada me llama mi hija diciéndonie que el niño pequeño se había puesto en­
fermo. Me vestí precipitadamente y mandé
en busca del médico, y a los dos días diagnos­
ticó que el niño tenía bronconeumonía con
colapsos cardíacos y sñitomas de meningitis,
y que el resultado sería fatal.
15n tan triste situación, y ^'iendo el descon­
suelo de mis hijos, pedí con todas las veras de
mi corazón a la que es Auxilio de los Cristianos,
que ya que los médicos tenían poca esperanza
cu lo hmuano, hiciera ella el milagro y se com­
padeciese de esta familia atribulada y devol­
viera la salud al ninito. |Oh prodigio! Des­
pués de varios días de enfermedad luchando
entre la vida y la muerte, el niño recobró la
salud, y continúa cada día mejor.
¡Madre raía! en acción de gracias mando la
limosna ofrecida para que sea dicha una misa
en tu Santuario de Turín y otra para los huerfunitos de Don Bosco.
Mayo 8 de 1931.

ISABEi, T omas de S errano.
T rinidad (Uruguay ). — Una madre, ata­
cada de tuberculosis pulmonar, y desahuciada
de los médicos, había sido mandada al campo
en tal estado que no |x>día caminar. En este
trance acudí a María Auxiliadora por medio
de una novena, ofreciendo mandar decir una
misa y publicar la gracia si obtenía la curación,
(íraeias a Jiuestra Bondadosa Madre María
Auxiliadora hoy veo trabajando a la que humamnnente dábamos por muerta. Cumplo lo pro­
metido mandimdü publicar la gracia, y envío
una limosna para el fíoletin Salesiano.
L uisa R. G. de F ernandez .

V A L E N C IA (España ). — D oy muy rendidas
gracias a m i buena Madre María Auxiliadora
por un favor extraordinario que sólo a su bon­
dad maternal debo. Hallándome abatido du­
rante once meses por ima grave enfermedad
el médico me dijo que no tenía cura si no mé
operaba, y yo por mi parte temía la opera­
ción. En tal aflicción pedí con toda la fe de mi
alma a María Auxiliadora, cuya medalla me
puse al cuello, que me concediera la salud. No
fui defraudado en mis esperanzas, pues hoy
me encuentro. completamente restablecido y
en perfecto estado de salud.
Muy agradecido a la Santísima Virgen Auxilio de los Cristianos, cumplo las promesas
que hice, para que sir\'a de aliento a las per­
sonas que se hallen angustiadas.
Marzo de 1931.
A ngeu H errero da P uerta.
Dan también gracias a María Auxiliadora y
envían una limosna :

COBAN (Guatemala). — Esteban Leal, S.,
por la curación de ama grave enfermedad de
su hija María Concepción, y hace una oferta
para las Misiones Salesianas. — Victoria de
Véles y Matías Gabriel, por gracias recibidas.
C oncordia (Argentina). — Cristina y --I»tmia Destéfano, por un señalado favor, y en­
vían una limosna para el Santuario de Turín.
F ontana (Califomia-U.S.A.). — Marina
Carlos agradece a la Virgen ' de Don Bosco
grandes beneficios recibidos de su bondad ma­
ternal y envía una limosna para su culto.
F onTiveros (España). — Eufemia Gallego,
Angeles Delgado, Isabel Gómez, Teófila Báñez,
Victoria González y otras dos devotas, ix)r gra­
cias señaladas y envían una liniosna por medio
del digno Decurión Salesiano D. Generoso
Zurdo, para las Obras y Misiones Salesianas.
PORTOVIEJO (Ecuador). — Enriqueta Aíanéndez hace público su agradecimiento a María
Auxiliadora por un favor extraordinario.
G uadaeajara (Méjico). — C7«a CooperadoT?
Salesiana, por haber librado a una amiga suya
de un grave peligro y por una especialísima
gracia de orden íntimo debida a la intercesión
de la Virgen de Don Bosco a quien invocaron
en tan apuradas circunstancias.

DE NUESTRAS MISIONES
Vicariato Apostólico
de Magallanes e Islas Malvinas

Noíicias varias.
Misión eníre los indios Alakalufes.
El limo. Señor Vicario Apostólico, Mons.
Arturo Jara, se halla m uy empeñado en hacer
revivir la Misión Salesiana entre los últimos
restos de Indios Alakalufes, en el Territorio
de Magallanes.
Para este objeto, casi todo este último tiempo
se ha dedicado a hacer las gestiones necesarias
para situar la nueva Misión.
Acompañado de algunos Misioneros Salesianos ha recorrido dilatadas regiones, a pie,
en automó\'il y en barcos, visitando tierras
continentales e islas, en donde poder encontrar
un paraje más adecuado a la instalación de
casas par$ los Misioneros y Misioneras y para
la nueva cristiandad que vendrá a ocuparlas.
^ to s \dajes, a través de estas regiones inhos­
pitalarias y frías, no están exentos de peripecias
y sacrificios apreciables. N ada extraño el caso
de ver rodar por el suelo al Vicario Apostólico
o divisarlo sumergido en el fango, entre los
así llamados turbales, para ganar una cumbre
o para llegar a una meta determinada. Las
indemencias del clima, los fuertes vientos do­
minantes. la soledad y mil otros obstáculos
que estas tierras presentan al obrero evangé­
lico, son motivos más que suficientes para com­
prender y aquilatar el mérito que entraña esta
Misión cristiana y católica en Magallanes. A
ella ha dedicado todos sus esfuerzos nuestro
Vicario Apostólico, sobreponiéndose a grandes
dificultades que se presentan para su completa
realización; pero espera en Dios y en la protec­
ción del Beato Don Bosco ver algún día coro­
nadas sus santas aspiraciones.
En su reciente Visita ad limina Apo'iolorutn
del limo. Señor \ ’icario, tuvo oportimidad de
hablar personalmente con el Sumo Pontífice
y ponerle al tanto de la necesidad imprescin­
dible de pacificar y civilizar esta porción de
Indios diseminados en los Canales del Noroeste
de la capital Magallanes; y el Papa de las M i­
ste:: • tomó m uy en cuenta esta Misión, ani­
mando a nuestro Vicario a emprender la obra
Cnanto antes. — Con este motivo, a su vuelta
a Chile, el limo. Señor Vicario celebró una im­
portante conferencia con el Exemo. Señor Pre­

sidente de la República, General Don Carlos
Ibáñez del Campo, quien se manifestó suma­
mente entusiasta de la obra por realizarse, y
prometió ayudarla con decidido a|x>}'o moral
y material. Lástima grande es, que ix»r la crisis
que aqueja a la Nación, este proyecto deba
postergarse algiín tiempo en su ejecución. —
Con todo, si no en las proporciones primitivas,
a lo menos en parte, modestamente, se hacen
las diligencias del caso, para poder hacer algo

Iglesia de la Misión,
siquiera en favor de esa raza que está diez­
mándose por la indigencia y jxír los vicios que
la afectan despiadadamente.
Los Indios diseminados, ascienden a. varios
centenares, sumidos en la más abyecta bar­
barie. Son dignos de toda conmiseración .Así
lo comprenden la Iglesia, el Gobierno y todos
los habitantes del Territorio.

Inauguración de un nuevo Templo,
E n la población de Puerto Natales, a 256 ki­
lómetros de Magallanes, se halla Natales, con
irnos 4.000 habitantes, floreciente pueblo que
promete un halagüeño porvenir. E s sede de
una Parroquia, servida por dos Sacerdotes
Misioneros y cinco Hijas de María Auxiliadora.
— .Poseía im mísero templo parroquial y una
oüLVí para Colegio y dependencias parroquiales.
Mas, la D h in a Providencia ha venido inespe­
radamente en auxilio de los Misioneros inspi-

210
fondo a la poderosa Sociedad Explotadora de
Tierra del Fuego, así llamada, la idea de edi­
ficar jwr su exclusiva cuenta un hermoso
templo Parroquial, cuya inauguración dió mo­
tivo a grandes fiestas en el mencionado pueblo,
con asistencia de las Autoridades Civiles y
Religiosas de Natales y Magallanes. Fué un
día de verdadero regocijo espiritual para los
Salesianos, sus amigos y fieles todos de aquella
región. Un templo en Natales, -es una dádiva
del cielo para todos los habitantes, im verda­
dero regalo que ha hecho el Cielo al Vicariato y
a los Misioneros, después de los grandes sacri­
ficios que se han impuesto para mantener la
Fe en esa tan apartada región, azotada en una
época no lejana por las ideas dlsociadoras e irre­
ligiosas que imperaban sin contrapeso alguno.
Nadie puede imaginarse cuál sea el rego­
cijo que experimenta el Misionero, cuando
puede contar con medios para desarrollar su
obra de bien y de evaugelización, sobre todo
con un templo henuoso y-lleno de comodidades
para el ejercicio de sus ministerios. Y esto sube
de punto, cuando este templo ha llovido del
cielo, inesperadamente, casi sin pedirlo. Un
eximio católico, el Señor Hernán Priete Vial,
Gerente General de la Sociedad Explotadora
de Tierra del Fuego, fué el instrumento de que
se valió la Providencia Divina para la reali­
zación de esta obra, que la Iglesia ha sabido
agradecer con todo género de demostraciones,
por medio de nuestro Vicario Apostólico.

Fiesfo en honor d el B eafo Don Bosco.
También Magallanes respondió con las so­
lemnidades del caso, al amor y reconocimiento
que profesa al Beato Don Bosco, por las obras
de bien que ejercen los Salesianos en el Terri­
torio. — Precedida la solemnidad, ejue se había
preparado, de un feivoroso Triduo, celebrado
en los templos de María A\ixiliadora, Santuario
homónimo a cargo de las Hijas de María A u xi­
liadora e iglesia \ncarial, •— se dió término a
los festejos con una solemne procesión que
recorrió cerca de cuatro küómeros, en medio
de numerosísima concurrencia de fieles que
nxlcaba la sagrada efigie del nuevo Beato. E l
tiempo, de ordinario malo en la época en que
so realizaba este acto, parece que liizo los
honores a Don Bosco, suspendiendo su rigidez
IKira dar ocasión a que la ciudad rindiera todo
el homenaje de su amor y reconocimiento a
quien, por medio de sus hijos los S;Uesianos,
debe inmensos beneficios.

E l mes de María Inmaculada en Magallanes.
Es reahuente consolador en estas regiones
del frío y de la indiferencia religiosa, cómo en
el Mes de María, asi llamado por antonomasia

el mes de Noviembre en nuestra República,
— se ve despertar la piedad y se siente palma­
riamente la protección del cielo en las almas.
Mediante la predicación diaria en los templce
y capillas, el celo desplegados por las Hijas de
María Auxiliadora y Religiosas Verónicas para
preparar niñitos, niñitas y jóvenes adultas, las
más, se despiertan poderosamente las almas
y se acercan a Dios. — E s consolador para el
Misionero ver los templos repletos de fieles
que acuden devotos a escuchar la palabra de
Dios y las santas lecturas que se hacen diaria­
mente acerca de las maravillas de María San­
tísima o de las Verdades de nuestra Sacrosanta
Religión. — E l día 8 de Diciembre es, podemos
decirlo, el día clásico para la piedad cliñena,
pues ese día todos los buenos y gran número
de los tibios y fríos, se acercan a los Santos
Sacramentos; es el día de las Primeras Comu­
niones y de las Confirmaciones. Ordinariamente
se hace también ese día una solemne procesión
por las calles y plazas de la ciudad, en medio
de un religioso respeto, que contrasta con el
triste pasado que ofrecía Magallanes en otros
tiempos en que imperaba, como en Natales
principalmente, un desenfreno satánico contra
todo lo santo y sagrado.

Las Hijas de María Auxiliadora,
Reser\'amos im párrafo aparte para elogiar
merecidamente la acción misionera de las Hijas
del Beato Don Bosco en el Vicariato.
Tienen eir éste cinco mansiones en donde
e je r c e actividades dignas del reconocimiento
de la Iglesia y de la Patria.
A pesar de las múltiples y continuas preo­
cupaciones que les demanda la educación e
instrucción en sus colegios, es sencillamente
edificante cómo estas industriosas Hijas del
Beato Don Bosco, tienen tiempo para atender
a la preparación de niñitas y jóvenes para la
Primera Comunión, en los Oratorios Festivos
y en los templos salesianos, con motivo de las
diarias festividades en honor de María Inma­
culada, durante el Mes a Ella dedicado (No­
viembre y parte de Diciembre).
Sin que esto sea todo, sino parte de sus
múltiples actividades, es de justicia reconocer
cu esta Institución un celo admirable que des­
pliegan en todas sus obras, constituyendo para
la acción misionera un verdadero factor de
eficiencia y de aliento moral inapreciable.
Que Dios Nuestro Señor bendiga sus santas
empresas, como palpablemente lo ha hecho en
•mil circxmstancias, hasta con verdaderos pro­
digios y milagros. N o hace mucho, — p^ra
citar im caso, — encontrándose en graves com­
promisos una de sus casas de beneficencia, ante
la exigencia judicial por el pago de ima fuerte
suma de dinero, recurrieron a la protecdói

211
del cielo, mediante el gran v a ­
limiento de su santa Madre y
Primera Superiora, Sor María
Mazzarello, cuyo Proceso de
Beatificación y Canonización
se halla en Roma, y en una
forma completamente inespe­
rada y prodigiosa, la suma de.
dinero llegó, y hasta sobró,...
para el cumplimiento de esa
apremiante obligación.
La Iglesia, por medio de
nuestro Vicario, hace constar
en estas líneas la complacen­
cia con que ve y admira el
celo, abnegación y sacrificio que
se imponen las Hijas del Beato
Don Bosco en el servicio de las
almas y reconoce en ellas una
adhesión incondicional a la A u­
toridad Eclesiástica, en las di­
versas circunstancias en que es
requerida su cooperación para
las actividades católicas de Ma­
gallanes e Islas Malvinas.

Bautizo de un indio Alakalufe.
Nuestro Vicario, en su re­
Térra del Fuego. — Catequizando a tos indios Alakalufes.
ciente Visita Pastoral al seno
de la Ultima Esperanza, tuvo
tiana. a causa de la escasez suma de operarios
ocasión de bautizar al primer indio Alakalufe
evangélicos.
de esa región después de muchos años que
Una distinguida familia de Natales, capital
esos habitantes de los Canales del Noroeste
de este Departamento, quiso prohijar a este
no recibían los beneficios de la Religión Cris­

Tierra del Fuego (Argentina). — Familia de indios Alakalufes.

212
nuevo cristiano y lo aceptó como miembro de
su hogar. Kjemplo que sería de desear, fuese
imitado por muchos otros hogares. Desde el
piilpito del sagrado templo, el Señor Obispo y
Vicario Apostólico, se encargó de ponderar la ac­
ción noble y cristiana de esa familia, poniéndolo
como ejemplo que deberían seguir otros hogares
a quienes Dios les ha dado tantos beneficios
materiales, fuera de los inestimables de la Fe
Cristiana y de la civilización. Produjo muy
buena impresión la exhortación de Mons. Jara,
y quiera el buen Dios que su palabra encuen­
tre almas generosas para esta obra de tanta
trascendencia cristiana y social.

Bendición de nuevas campanas
y un gran crucifijo.
Este año, a pesar de la crisis que azota a toda
esta región, más que en ninguna otra parte de
la República, se han podido llevar a cabo obras

de detalles, si así podríamos llamarlas, en el
templo de la Parroquia de Puerto Natales;
como la bendición de dos hermosas campanas,
que llevan los nombres de: Santa Teresita y
Monseñor. Fagnano, en recuerdo agradecido a
la gran Protectora de las Misiones, la Santita
de Disieux y al gran Apóstol de la Patagonia
y Tierra del Fuego, Monseñor José Fagnano.
E l acto religioso, llevado a cabo por el limo.
Señor Vicario, revistió los caracteres de im ver­
dadero acontecimiento entre los fieles de Nata­
les; como, asimismo, la bendición de un grande
y hermoso Cnicifijo, obra de un artista cHileno,
que no sólo ha venido a embellecer el sagrado
templo, sino a prestar un nuevo aliciente a la
piedad cristiana de la población, sobre todo en
el elemento masculino, que guarda por Nuestro
Señor Cnrcificado especial respeto y devoci(k.
Magallanes, i<> de Septiembre de 1930.

L uciano Ortiz,
Sac. Salesiano.

Misión del Japón.
La Corea Católica. — Habiendo venido de la
Corea a Oita el P. Mario Julien para animar
y confortar a los coreanos de nuestra parroquia,
especialmente a aquellos que no comprenden
el japonés, le rogué me diera alguna noticia
de la historia del Cristianismo en aquel simpá­
tico país, y pude recoger de sus labios las si­
guientes noticias.
E l P . Julien. — Es éste un misionero que
hace 25 años se encuentra en la Corea, simpá­
tico y amable sacerdote de las Misiones Extran­
jeras de París, fundador de muchas residencias
e iglesias y primer apóstol del Distrito de Tjin
Tjon donde trabajan 32 Misioneros, de los
cuales 9 son coreajios; los católicos son 480.000.
Actualmente es Rector del Seminario de Taikou.
Quienes fueron los primeros misioneros. —
En 1594 el P. Gregorio de Céspedes, jesuita,
«.'chaba en Corea la primera semilla de la pa­
labra evangélica que pronto debió confiar a
la Divina Provúlencia para su conservación,
ya que al poco tiempo f\ié echado del país. No
se tiene noticias de otros Misioneros hasta el
1784 en que encontramos un gran número de
cristianos, convertidos e instruidos por otros
coreanos que habían aprendido la verdades de
la Fe en libros cristianos escritos en chino.
Formaron varias comunidades y muchas veces
pidieron al obispo de Pekúi les enviase algún
misionero. Después de mucho tiempo fué en­
viado el P. i ou, que llegado allí en 1876 en­

contró 3000 cristianos. Poco duró su aposto­
lado, pues moría en 1801.
Las persecuciones. — Comenzaron apenas
fué expulsado el primer misionero y duraron
sin interrupción hasta nuestros días. L a muerte
del tan esperado P. You dejó abatidos a los
cristianos que nuevamente pidieron al obispo
de Pekín misioneros, y no pudiendo obtenerlos
se dirigieron al mismo Papa Pío V II quien
desde su prisión en Fontainebleau les escribió
ima carta alentándolos a perseverar en la Fe.
Finalmente en 1825 Roma confiaba la con­
versión de la Corea a las Misiones Extranjeras
de París, nombrando a Mons. Bruguiére, primer
obispo de la Corea. Este misionero se encon­
traba entonces en el Siam desde donde em­
prendió hacia su Diócesis un viaje penosísimo
que duró dos años, siendo tantas las penalidades
que tuvo que soportar, que antes de llegar a
la meta le sobrevino la muerte.
Nuevos misioneros y nuevos mártires. —
Como sucesor del primer obispo fué jiombrado
Mons. Imbert, el cual de la China se dirigió a
la Corea donde llegaba el año 1829 jimtamente
con otros dos misioneros; el P. Maubant y el
P. Chastan. Estos dos últimos después de dos
años de trabajo oculto fueron descubiertos y
hechos prisioneros. E l Obispo procuró obtener
de las autoridades la libertad de los dos misio­
neros, pero fueron vanos todos sus esfuerzos
consiguiendo únicamente quedar también él

213
prisionero, y poco después los tres recibían la
palma del martirio en 1836. Diez años después
sufrían el martirio 75 cristianos coreanos jun­
tamente con el sacerdote indígena Andrés ¿ im
que había sido consagrado sacerdote en Macao
un año antes. Estos 76 juntamente .con los tres
primeros mártires fueron b eatificaos por el
Papa Pío X I el 5 de Julio de 1925.
En 1846 fué nombrado obispo de la Corea
Mons. Ferreol y hasta el 1866 llegaban perió­
dicamente nuevos misioneros. N o faltó tam­
poco algún gobernante amante de la civiliza­
ción europea que protegiera la entrada de los

europeos entraron algunos misioneros que de­
bieron permanecer ocultos hasta el 1883 en
que se establecía el tratado de amistad entre
Francia y Corea; a pesar de lo cual hasta el
1890 los misioneros debieron andar disfrazados
y reunir a los cristianos durante la noche.
Estado actual. — Al pre.sente hay completa
libertad. L a Santa Sede ha dividido el país en
dos Diócesis confiadas a las Misiones Extranje­
ras de París, y^ios Vicariados confiados, uno a
los Padres Maiy’knoll y otro a los Benedictinos.
H ay cerca de 52.000 cristianos, y dos semina-

japón. — Una familia coreana.
Misioneros. Mas nuevas calumnias contra los
eufopeos llegadas al Regente, hicieron que éste
decretara en 1866 la más terrible persecución
contra los cristianos. Fueron sacrificados el
obispo Ferreol, el obispo auxiliar Mons. Daveluy, 6 misioneros y 63 cristianos. Actual­
mente el gobierno japonés ha permitido revisar
el archivo secreto y se han encontrado los in­
terrogatorios y otros preciosos datos acerca de
la muerte de estos mártires.
Nuevamente quedó la Corea sin Misioneros.
No faltó, sin e m b a lo , algún valiente que in­
tentara ir a consolar a aquellos cristianos, como
por ejemplo el P. Marillol que penetró en Seúl,
a través de im agujero abierto por los mismos
cristianos en las murallas de la ciudad y el
P. Ridel, que fué descubierto y reespedido al
Japón. E n 1876 jimto con los pleiupotenciarios

rios albergan más de 140
lidiantes, aunque
sean pocos los que llegan al fin de la carrera,
por caxKa de la poca resistencia física. En Seúl
el día de la fiesta de Cristo-Rey fueron ordena­
dos seis sacerdotes indígenas y cuatro diáconos,
los únicos que han llegado al término de la carre­
ra, de 68 que comenzaron los estudiosen 1917.
Carácter. — Indolentes, incostantes y emi­
grantes por naturaleza, los coreanos una vez
convertidos son buenos cristianos, m uy unidos
al misionero a quien aman como a un Padre
y hacen colectas entre ellos para .su sosteni­
miento construyéndole la casa y la ^lesia.
Cuando el misionero hace la visita anual,
vienen de m uy lejos para poder recibir los
Santos Sacramentos, y en las fiestas de Navidad.
Pascua de Resurrección etc. hacen hasta dos

214
o tres días de camino para pasar la fiesta con
el misionero y los otros cristianos.
Un hecho interesante. — Para demostrar la
firmeza en la fe de estos coreanos convertidos,
el P. Jnlien me ha contado el siguiente hecho
del cual él fué testigo.
Una mujer llamada Kim Agat bautizada y
confiniiada ix>r el coadjutor Slons. Daveluy

Typo coreano.
fué prc.sa juntiuuenle con su marido durante
la ix'rsocución tle i866¡ el marido fué decapi­
tado, y ella recibió ochenta azotes, pues las
nmjen’S no son condenadas nunca a muerte.
Ningx'm jxirientc la quiso en casa y debió pe­
regrinar de pueblo en pueblo hasta una de las
islas HUÍS lejanas del Sur de la Corea; allí vivió
por esp.uMo de 43 años creyendo siempre que
en la Corea no quotiaban ya ni misioneros ni
cristianos; t«xios los días, mañana y tarde, re­
citaba sus oraciones y el Santo Rosario; des­
pués de 25 años perdió su rosario, y desde en­

tonces lo rezaba contando por los dedos; con­
taba también los días que debían ser festivos
y en ellos rezaba el Rosario entero. Después
de 43 años quiso volver a ver su país nativo,
como lo hizo. Grande fué su sorpresa al entrar
en una tienda y ver un crucifijo en la pared
y im rosario. Preguntó qué significaba aquelb
y le dijeron que los habitantes de aquella casa
eran cristianos; pregimtó si había más cristianos
en el pueblo, a lo que se le respondió que eran
muchos los que había. Entonces ella contó su
historia preguntando por los misioneros a
quienes deseaba ver. De dijeron que e.sperase
algim día, pues, estando cerca la fiesta de la
A.scensión, podría ir junto con otros cristianos
que debían hacer un día de camino para llegar
a donde se hallaba el Misionero. I.legó a mi
misión, continúa el P. Julien, y al verme se
echó a mis pies y llorando no hacía más que
besarme la sotana. De hice muchas preguntas
y pude constatar que había conser^'^ado todo
lo esencial-.de las verdades de nuestra Santa
h'e, rezando las oraciones la mitad en latín y
la mitad en coreano. Permaneció aún un mes
en la misión para aprender bien todas las ora­
ciones, y cuando yo debí dejar aquella resi­
dencia para ir a Fusan, la buena mujer se
marchó también por miedo de perder a su - Pa­
dre », como ella llamaba al misionero. Grande
fué su heroísmo teniendo que hacer cinco días
de camino con 73 años a cuestas y pidiendo
limosna por los pueblos por donde pasaba.
Otro hecho curioso. — Siendo muy connm
en la Corea el uso de los azotes como castigo
tanto por las autoridades como jx>r la cabeza
de familia, no han faltado quienes en diferentes
ocasiones, juzgándose culpables han venido a
que les impusiese este castigo. Da primera véí
sucedió así; Dos coreanas nu tanto alegres vinieron a la misión gritando y dicierido que
querían apaleanne. Hice salir a mi criado que
los acompañó a casa y hasta los ayudó a meter
en cama. A la mañana siguiente veo que viene
uno de ellos con una vara en la mano para Que
yo lo apalease por lo que había hecho la noelie
enterior diciendo sinceramente que le haé’ herido en el corazón lo que había hecho. Des­
pués de recibir algunos azotes se marchó, y al
día siguiente volvió diciendo:
Ayer hicr la
paces con el Padre; hoy cjuiero hacerlas con
el Señor; tenga la bondad de confesarme ».
Me agradaría que contara estos dos lic-clíc^.
concluyó el P. Julien, para que se vea cómo
ios coreanos, en medio de su sencillez y humil­
dad, aprecian la fe cristiana y a los misioneros
que se la han enseñado.
Oita, 23 de Enero de 1931.

P e d r o E s c u r s e l i .,
Misionero

En honor del Beato Juan Bosco.
PAMPLONA (España).
salesianas.

En las Escuelas

Hemos asistido a todos los actos celebrados
en las Escuelas Salesianas con motivo de la
fiesta del Beato Don Bosco.
El Triduo. — Resultó solemnísimo, alter­
nando en la predicación los señores canónigos
doctores Velilla y Eleta, entusiastas admira­
dores de la Obra Salesiana y versadísimos en
cuestiones sociales. Una nota simpática la dieron
los exalumnos salesianos, alma y vida de todos
estos actos.
La Fiesta. — E l domingo, a las ocho de la
mañana, fué la misa de comunión general para
alumnos y exalunmos y demás simpatizantes
con la Obra. La celebró el Sr. Director y le ayu­
daron los Sres. Pío Goñi y Pantaleón Arzos,
esalumuos de las Escuelas Profesionales de
Barcelona. Si bien por parte del celebrante fué
misa rezada, por lo que se refiere a los alumnos
y exalumnos resultó cantada, por las coplas
y motetes, que con verdadero gusto y maestría
interpretaron.
Nada diremos del altar, adornado como mmca
con profusión de luces y de flores para hacer
más solemne el acto; pasemos también por
alto el entusiasmo juvenil pK>r hacer que el re­
cuerdo de esta fiesta quedase profundamente
grabado en el ánimo de todos; diremos sólo
que el programa fué admirablemente interpre­
tado en todas sus partes.
Banquete. — A la una, hora fijada para la
comida íntima, los exalinnnos en número de
30, fuimos al comedor elegantemente adornado:
gozosos tomamos asiento al lado de nuestros
queridos superiores que tampoco perdonaron
nada porque estas fiestas resultaran del agrado
de todos. L a comida, estupendamente adere­
zada por el Sr. Cuevas, fué servida con pulcritud
y esmero por los alumnos de las Escuelas.
Reinó entre nosotros la mayor concordia y
alegría, evocando todos aquellos años dichosos
de colegiales que nos parecía vivir de nuevo,
pero que desgraciadamente no volverán.
A los postres, se sucedieron los brindis joC'Ti-..-, a base de cariño para con nuestros supe­
riores y de la más estrecha imión con nuestros
Compañeros.
Telegramas. — A l levantamos de la mesa,
nucatro pensamiento voló lejos, m uy lejos; de
cc:nún acuerdo redactamos un telegrama al

Superior General de la Institución Salesiana
Rdmo. D. Felipe Rinaldi, tan español y tan
padre de los exalumnos. Cursamos otros dos,
uno para el Rdo. Sr. Inspector D. Jasé Calasanz y otro para el Rdo. D. Marcelino Olaechea.
Foiograjia. — E l Rdo. D. Joaquín Goiburu,
amantísimo de la juventud y lleno de entusiasmo
por todo lo que es salesiano, quiso que todos
guardáramos un recuerdo de este día y al efecto
impresionó una placa del grupo que una vez
que llegue a nuestras manos ¡srocuraremos
conser\*ar con cariño como recuerdo de un día
inolvidable.
La velada. — Para las siete de la tarde estaba
ammeiada la función recreativa con que los
antiguos aliunnos entendíamos obsequiar a
nuestros Superiores, a los Cooperadores Sale­
sianos y a nuestras familias. E l amplio salón
de actos estaba adornado con exquisito gusto
y en el escenario se estrenaban decoraciones
nuevas. Ocupaban la presidencia los Sres.Director y Prefecto de la Casa rodeados de Rdos.
Sacerdotes y exalumnos salesianos. L a masa
de espectadores era imponente.
Hablar ahora de la ejecución de los diversos
números del programa, lo considero difícil,
casi imposible. He de limitarme, pues, a decir
que todos los números fueron maglstrahnente
interpretados y que el público salió satisfechí­
simo; fué, en sentir de personas cultas, un ver­
dadero derroche de gracia y arte.
Despedida. — Algún exalumno i)ropuso, y
todos aprobaron, que antes de regresar a nues­
tras casas debíamos ir a la cajulla y cantar
una Salve a la Virgen Auxiliadora. Nuestro
ejemplo arrastró también a los alumnos y al
público asistente al teatro; y con «este canto
terminamos la fiesta a los pies de María A uxi­
liadora, que parecía sonreimos y agradecemos
el haber honrado estos días a su humilde y fiel
siervo el Beato Juan Bosco.
De ( Diario de Navarra t>.

VALPARAISO (Chile). — Un nuevo aliar al
Reato Juan Rosco.
En el Colegio Salesiano de Valparaíso, las di^
tinguidas Damas de la Colonia Italiana Porteña
y de la ciudad han dado una pmeba más de
su afecto y devocíái al Beato J uan Bc»co. En
el mes de Octubre p.p. se bendecía solemne-

J

2i 6
Hiente la nueva estatua del Beato, adquirida
en las escuelas Salesianas de Sarria-Barcelona
por el Sr. Director del Instituto, eu su viaje á
Europa. lía la tarde del 25 del pte. mes se ben­
dijo el nuevo altar, trabajado en las Escuelas
Talleres del Colegio. Solemne resultó la cere­
monia: apadrinaron el acto numerosas madri­
nas. damas de nuestra sociedad; miembros de
la Colonia Italiana; madres, esposas y hermanas
de los Ex-alumnos del Instituto, yendo a la

Valparaíso (Chile). — Eslalua del Bealo Juan Bosco
obra de ios talleres saicsianos de Sarríá-Barcclona.
cabeza la dignísima esposa del Sr. Comm. Italo
Capauni, cónsul general de Italia en Cliile.
Durante la función se pronunció un discurso
de ocasión en el que se recordaron las gran­
dezas del Beato Bosco, despertando entre
Kvs alumnos y las nunxerosas personas qne
asistieron a la bendición, amor y veneración
hacia el fundador de la obra Salesiana.
E l día siguiente, 26 de Abril, se celebraron
solemnes cultos, y en la tarde se puso término
a los festejos con un acto Músico-DramáticoLiterario, esmeradamente preparado y ejecu­
tado; acto que fué amenizado con escogidas
piezas por la banda instrumental del estable­
cimiento.

Mil gracias de corazón a las distinguidas
madrinas, a quienes deseamos las bendiciones
y favores del Beato Don Bosco.
M E J I C O .— D io de triunfo fué el 26 de Abril
para nuestro Beato Padre a quien se rindiercai
espléndidos y devotos cultos en nuestra iglesia
de Santa Inés, a pocos pasos del palacio de
Gobierno de la República, en la casa inspectorial.
En el templo los devotos honraron al Beato
Fundador acudiendo numerosísimos a recibir
al R ey de Reyes en el augusto sacramento del
Altar y asistiendo después a la solemnísima
Misa cantada en la que el inspirado orador
sagrado Mons. Pineda pronunció un brillante
panegírico. Un sucesso que parece tener visos
de milagro fué, la curación instantánea de una
pobre joven que desde hacía siete años estaba
privada del uso de la razón sin haber tenido
tregua. Hace siete días que está bien, y pudo
acercarse a los Santos Sacramentos.
Llamó justamente la atención pública el
grandioso festival gimnástico dedicado al
Exemo. Gobierno de la Nación y a varios re­
presentantes diplomáticos, en cuyo obsequio
nuestros niños saludaron al respectivo pabe­
llón nacional, y la banda ejecutó el himno res­
pectivo. Fué imión de corazones y de almas
que vibraron de entusiasmo y amor fraternal
ante la figura del Beato Don Bosco, pacífico
conquistador del alma del joven obrero.
Nuestro buen hermano, Luis Franchi, fué
vitoreado por el éxito feliz de la grandiosa y
oportuna fiesta. Coronó el día una entusiasta
demostración dedicada al Padre Santo Pío XI
en la persona del Delegado Apostólico Exano.
Mons. Leopoldo Ruiz.
E l martes, 28, eco del día del Beato, acudieron
a nuestro colegio, en un tren de fratenial alianza
cuatrociaitos alumnos gimnastas, de los ocho­
cientos que se asilan eu la P)scuela Industrial
de Beneficencia Pública. Después de un esplén­
dido festival de gimnasia al compás de su bien
acordada banda, los cariñosos huéspedes visi­
taron nuestros talleres, cuya organización les
dejó asombrados. Fueron luego agasajados
con cariñosas manifestaciones de aprecio y
una sabrosa merienda.
Los discursos protocolares fueron inspirados
en sentimientos de compañerismo netamente
cristiano, y no dudo que nuestro Beato Padre
aceptó con paternal sonrisa y beneplácito los
htirras y vivas de la turba juvenil obrera reu­
nida en su nombre y en el de la unidad meji­
cana por la que bregan sus hijos alentados
por los hombres rectos y bien inspirados que
rigen lc« destinos de esta nación.
{De una caria del P . Pedemontc Inspector r.’
los Salesianos al Rdo. P . Rinaldi.

217
Los especialistas comprobaron con estupor la
perfecta curación de la mano declarando tra­
tarse de un caso extraordinario.
Cumplo con la promesa hecha por mi her­
mano de publicar la gracia en el Boleti».
23 de Abril de 1931.
S alv a d o r B e n k n a t i .

CORDOBA (argentina ). — A fines del pa­
sado ilarzo del corriente año mi hermano
Victorio, de i6 años de edad, estando cursando
el primer año de Enología en Mendoza, a causa
de los primeros trabajos del curso, salióle un
callo en la mano izquierda; pero como el tra-

C A JIA G O E Y (Cu ba ). — Deseando cooix^rnr
una vez más a las glorias de Dios Nuestro
Señor por medio de las múltiples mercedes que
a manos llenas viene derramando para glori­
ficación del Beato Juan Bosco, quiero anotar

W
'V ',f/ í
í'ff‘ í

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ijt

t
Méjico. — Fesiival en honor del Beafo Juan Bosco.

bajo crecía, el callo se infectó llegando en dos
días hasta las conyunturas de los dedos. En
%Tsta del peligro de una infección al hueso, se
consultó con especialistas, quienes, después de
haber examinado con atención la mano, resol­
vieron sajar para extraer el pus. Durante ocho
días consecutivos siguieron extrayendo pus,
sin ver en la mano del paciente señales de me­
joría. En vista de que podría tener consecuen­
cias graves, comenzó con fei^'or una novena
al Beato Don Bosco, prometiendo acercarse a
los Santos Sacramentos todos los domingos y
días de fiesta y hacer publicar la gracia en el
BoU:';: Salesiano. Por mi parte yo también le
acompañaba con mis pobres oraciones. |Oh po­
der -iel Beato Don Bosco! A los cuatro días de
haber comenzado la novena estaba y a sano.

la gracia de que he sido objeto por su poderosa
intercesión en las solemnes fiestas que con mo­
tivo de su Beatificación se celebraron en Ca. magüey el 15 de Diciembre de 1930.
Desde niña padecía de fuertes dolores de
cabeza que jamás cedieron a los cuidados y
medicinas que me prodigaron casi todos los
acreditados facultativos de esta localidad.
Esta molestia, naturalmente, me ponía en com­
pleto estado de imposibilidad para las funciones
del Magisterio, a que me dedico.
E l día de la solemne fiesta de la Beatificación
de Don Bosco, mi anhelo creció ante la terrible
pena de encontrarme que mi mal no me per­
mitía asistir a ella. Pero triunfó en mí el amor
a nuestro Beato, y confiando en él fui a la Iglesia,
me pestré ante su imagen, y le supliqué Ínter-

2I8
cediese en mi favor ante Jesús Sacramentado
y María Santísima Auxiliadora, ofreciendo
publicar la gracia.
Efectivamente, antes de que diera término
el sermón de aquella memorable fiesta, ya mi
mal había cesado, y desde entonces me en­
cuentro curada, sin que en los diez meses que
han transcurrido haya sentido la más leve
molestia.
Agradecida por tan insigne favor cimiplo
lo prometido.
22 de Abril de 1931.
D ülorks M ar ía P iciiardo .
Ibidetn. — En nuestro Colegio de las Hijas
de María Auxiliadora estudiamos el bello arte
Musical más de 38 alumnas; se acercaba el
tiempo de nuestros exámenes anuales y nues­
tro apuro era que el Profesor, Director del Con.servatorio « Ealcóii» de la Hanana, venía a
examinamos a 12 de nosotras, pues estábamos
incorporadas a su Conservatorio. Nuestro pri­
mer pensamiento fué el de hacer una novena
a nuestro Beato Don Bosco, comulgando los
nueve días, haciendo alguna limosna en su
honor y rezando unte su imagen en la capilla
del Colegio la Coronilla del Beato. A medida
que se acercaba el día crecía nuestro apuro y
nos encomendábamos con más fervor. E l día
del examen nos presentamos ante el examinador
sin Lenror, viéndose la protección del Beato,
pues todas sacamos las notas de sobresaliente y
el Título de Profesora de Solfeo y Teoría una
lie nuestras compañeras.
Agradecidas le enviamos una limosna para
obtener pronto la Canonización del Beato Don
Bosco.
Marzo, ly de 1931.
Si ¡¡lien las firmas.
M IN G L A N IL D A (C uknc .^-Iísp a ñ a ). — En
mis horas de amargura recurrí al Beato Don
Bosco, poniendo a mi lüjo Joaquinito su reli­
quia durante una gravísima enfermedad, pi(lieiido al Beato le devolviera la salud si así le
convenía, y puedo aíinnar que el Beato obró
el milagro, recobrando mi hijo la salud que
los médicos no esperaban.
En acción de gracias mando publicar el favor
y doy la limosna ofrecida.
Abril de 1931.
M ar ía S krrako dk C u e ll .\r .
SADAM.VNCA (España ). — Habiendo hecho
ojKwicioues al Magisterio Nacional dos hermanas
míttó, y teniendo gran interés, por las circuns­
tancias especiales de mi familia, en que se
colocaran, tuvimos la mala impresión de que
las dos quedarían sin plaza. En este penoso
momento recurrí al Beato Juan Bosco, prome­
tiendo publicar la gracia, si se arreglaban las
cosas del modo deseado. A los pocos días tu vi­

mos la certeza de que se colocaba una de ellas, y
el 24 de Mayo, día de la Virgen de Don Bosco,
la noticia de que también tenía plaza la 2*.
Son tan especiales las circunstancias, que han
concurrido en ambos casos, que no me queda
la menor duda de que sólo a la poderosa inter­
cesión del Beato debemos tan señalado favor.
Ruego se publique esta gracia, deseando se
animen muchos a confiar sus necesidades a
tan poderoso mediador.

A. M.ARTIN.
SA L T O (Uruguay ). — Encontrándose un
hermano mío bajo la angustia dolorosa de luia
acusación injusta, recurrí al Beato Don Bosco
para que con su intercesión hiciera que se escla­
reciera el asunto.
Después de dos años de tristes espectativas
y crueles incertitumbres. la inocencia de mi
hennano quedó plenamente justificada y con
alegría indecible regresó al seno de su hogar.
Gracias ¡oh benditísimo Padre! Aceptad mi
íntimo reconocimiento, y sirva esta pubHcación
para acrecentar el número de vuestros devotos.
Febrero de 1931.
Sor Magdai,ena Conte -Gr.\>ti,
Hija de María Auxiliadora.
S A N T A T E R E S A (Pampa Centrai.-ArgesTin’ a ). — Después de irse al Cielo nuestro pri­
mero y tan deseado hijito, pasando por grandes
sufrimientos, tuve que ser sometida a una do­
lorosa operación, sin ser cloroformada ni recibir
ningún calmante. En tal amargura recurrí al
Beato Don Bosco prometiéndole que si me
daba valor de soportar semejante martirio sin
exhalar una sola queja, rezando y besando el
Cnicifijo, publicaría la gracia. Habiéndola obte­
nido, cumplo mi promesa.
Marzo 16 de 1931.
A dela Caurdio de S udarte.
V A L E N C IA (E s PíVñ a ). — Encontrándones
en gran tristeza por la muerte de nuestro buen
padre, y un año después por la cesantía de
uno de mis hennanos que sostenía la casa,
acudimos a la que es Auxilio de los Cristianos
y - a l Beato Don Bosco: hoy, solucionada en
parte nuestra situación, pues mi hennano tiene
un puesto más segirro, damos las gracias por
este favor y por otros recibidos, mandando diez
pesetas de limosna para las Misiones de Do3
Bosco, pidiendo a nuestros Protectores no nos
dejen de su mano mientras caminamos por
esta vida.
7. de noviembre de 1930.
A dela y María del R osario A lv .vrez.
G U A D A L A J A R A (MEJICO). — Estando enferma de uefritis una persona de mi familia,
le sobrevino repentinamente im síncope uremico. Mientras buscaban médico puse al en-

219
ferino una reliquia del Beato Juan Bosco en
el pecho, suplicándole no le dejara morir sin
sacramentos: y a la hora ya había recuperado
el conocimiento y el habla, pudiendo recibir va­
rias veces la sagrada commiión, pues no murió
hasta 18días después, completamente resignado.
Otro hermano enfermó de un cólico hepá­
tico muy fuerte: invoqué de corazón al Beato
Don Bosco, poniendo al enfermo tma reliquia
del Beato en el lugar donde tenía el dolor, y
luego desapareció pudiendo el enfermo salir de
casa en seguida y está completamente sano.
Abril, 2 de 1931.
M.VRI.^ R. F.
Cooperadora salesiana..

S.’VN ANDRÉS (COI<OMBIA-&tNTANDEU). —
— En el mes de julio del
año pasado, mi hermana Mariana enfermó de
graves ataques a los pulmones y a los riñones',
que le hicieron perder la voz, a la vez que mi
cuñado, Diógenes Flórez, sufría rm ataque al
h%ado, acompañado de vómitos incontenibles
y fiebre intensa, que le hicieron perder el cono­
cimiento. Como la enfermedad progresaba de
modo alarmante, el médico que los asistía ma­
nifestó la necesidad de llamar a otro médico
el cual fué llamado urgentemente, y diagnosticó
que a mi cirñado sólo le restaban dos horas de
vida.
Un cooperador salesiano me aconsejó enton­
ces invocara al Beato Juan Bosco y ofreciera
publicar la gracia en el Boletín Salesiano. En
Lvración prodigiosa.

QaHo (Ecuador). — Iglesia en construcción.

vista de esto, }’■ en medio de tanta angustia,
invoqué con mva fe al Beato Juan Bosco y le
supliqué librara de la muerte a mi cuñado y
diera la salud a ambos enfennos. El Beato
escuchó benignamente mis oraciones y súplicas
y, con gran a<lmiración y alegría mía, la enfer­
medad cedió y bien pronto los enfennos se
vieron libres de sus males, y hoy gozau de
perfecta salud. Por tan señalado favor, doy in­
finitas gracias al Beato Juan Bosco, para cuyas
obras envío una limosna, y animo a quienes
se hallen apenados que invoquen al Beato, en
la seguridad de ser benignameJite escuchados.
Mareo de 1931.

ASCENSION CASTIíU.ANOS.
Menifíeston también su gratitud al Beato y
envían una limosna:

Q«Ho.

— Iglesia de M . A . en la fiesia de Crisío Rey.

B arcelona (España).
Una cooperadora,
por la curación de un hijo suyo de una enfer
niedad contagiosa haciendo que no pasara a
otro niño hemiantio suyo, y envía 12 ptas. —
Ma. del P .P ., por mi favor recibido, y envía
15 ptas. para los huérfanos de Don Bosco.
G uatemala . - E l P . Collym ore quiere hacer
publico su agradecimiento al Beato Don Bosco
por favores recibidos.
ZiTAGUARO (Méjico). — María Gómez de
Rescala, por haber salvado a su esposo en una
situación financiera, y manda decir una misa.
— María de las Mercedes Lagunas, por un se­
ñalado favor.

220

1

POR EL IñUNDO SALESÍANO
CORRIENTES (Argeníina), — Grandiosa manifesfación de Jueves Santo.
E n el Colegio Salesiano. — |De cuántas her­
mosas iniciativas ha sido fuente el Colegio Saleslano que tan humildemente comeuzara su
acción entre nosotros hace tres años!
De esta casa, abierta a todos sin distinción,
ha surgido la célula madre de esa entusiasta
manifestación de fe de caballeros y jóvenes
católicos que el Jueves Santo han recorrido las
calles de nuestra ciudad engrosando a cada
paso sus filas y pregonando a rostro descubierto
y con voz templada y varonil la sublimidad
de los ideales cristianos y la robustez de las
creencias católicas.
La Manifestación. — A las 17, de acuerdo
con los volantes y manifiestos fijados en las
puertas de los templos y de las casas de negocio,
se organizó la manifestación en la calle de San
Juan, frente al Colegio de Don Bosco.
Los manifestantes ostentaban una escarapela
con la imagen del Beato Juan Bosco sobre
fondo argentino. Encabezaban la columna los
Excmos. Sres. Ministros de Gobierno y Hacienda
Dres. Tomás V. Casares y Enrique Sandoz, el
Presidente del Consejo Superior de Educación,
Dr. Lassaga, el Ex-Gobemador Dr. Adolfo
Conte, el Ex-ministro de Hacienda D. Eugenio
I,affont, el Ex-presidente del Superior Tribunal
de Justicia Dr. Pedro Díaz Colodrero. el Rector
del Colegio Nacional Dr. Carlos J. Benítez, el
Dr. Félix M. Gómez, Dr. A. F itz Simón, H. Desimoni, Ing. M. Beróu de Astrada, el Vicerector
del Colegio Nacional D. Vicente F. Lój)ez, el
Subsecretario de Gobierno Sr. Samuel W. Medrano y muchas otras altas personalidades de
nuestra Sociedad.
En el conjunto de los quinientos manifes­
tantes alternaban hombres y jóvenes de tocia
condición hennanados por el ideal de la caridad
cristiana y animados por un mismo sentimiento
de fe que se esteriorizaba en los devotos rezos
coreados por la multitud y en los robustos y
entonados coros que elevaban al cielo los cantos
dol alma que se extasiaba al publicar la^gtandezas del Dios hermanado para la salvación
del mundo.
Entre las Asociaciones pudimos distinguir
a los Ex-alumnos de Don Bosco, Terciarios
Fnuiciscanos, Henuauos del Santísimo Sacra­
mento v Caballeros Viceutinos.
En los templos. - La imponente y devota
manifestación de fe visitó los templos de San

Francisco, L a Merced, L a Cruz y la Catedral,
recibiendo en cada uno de ellos la acogida más
cordial por parte de sus rectores, quienes diri­
gieron a los manifestantes sentidas alocuciones
eucarísticas y vibrantes palabras de aliento.
En la Catedral. — A l llegar a la Catedral pu­
dieron contarse 42 filas de manifestantes for­
madas de 12 a 13 en fondo quienes cantando
las estrofas del canto « A Dios queremos * ocu­
paron la nave central del templo; allí dirigió
la última estación el Director del Colegio Sale­
siano, y desde el presbiterio dirigió la palabra
el limo. Sr. Obispo Auxiliar Mons. Pedro D. Tibüetti, visiblemente conmovido y satisfecho
por la entusiasta exteriorización de fe de los
caballeros y jóvenes católicos de Corrientes
que daban a la ciudad tan edificante ej^plo
de virtud cristiana. Agradeció las preces por
el éxito de la santa Misión y sosteniendo del
brazo al venerando y anciano Pastor Mons.
Niela, se llegó hasta la puertas del templo
para saludar a los manifestantes quienes acla­
mando a Cristo-Rey, a Jesús Sacramentado,
a la Patria y a los limos. Prelados, en perfecto
orden se retiraron llevando a sus casas la im­
presión de un día que marcará un jalón de
gloria cristiana en la historia de su vida. (De
« E l Liberal» de Corrientes, 4 de Abril de 1931).

QUITO (Ecuador). — Colonia Escolar del
Colegio "C ristó b a l C olón” en Quito.
E l día 20 de Marzo los niños costeños del
Colegio Salesiano « Cristóbal Colón >
>que pasan
su temporada de vacaciones en la pintoresca
Riobamba, realizaron una interesante jira hasta
la capital de la Repxíblica.
E)se memorable día lo llevarán profunda­
mente grabado en su memoria. Durante el
trayecto entre Riobamba y Quito, recorrido
en autobiis, reinaba entre los niños y sus supe­
riores la más franca cordialidad y alegÁ.
Mientras los discípulos admiraban los paisajes
encantadores de nuestra región interandina,
oían al mismo tiempo de los labios de sus pro­
fesores las oportunas explicaciones, cual una
lección m uy práctica que difícilmente se bor­
rará de su mente. En Machaachi salieron a su
encuentro los Rdos. Padres Pablo Montaldo,
inspector, José Broll y Pedro Gialorenzo, di­
rectores de los institutos de Don Bosco en
Quito; lo que aumentó el júbilo de la colonia
en jira. Pero lo más entusiasta y solemne fué
la llegada al Colegio Salesiano de Quito; los

II

221

Quito (Ecuador). — Colegio “ Cristóbal Colón” de Guayaquil
en su excursión de Ríobamba a la Capital (Marzo de 1931).

Quilo (Ecuador). — Oraiorianos jugando el día de San Carlos,

222
superiores y aliimuos con la banda de excelen­
tes músicos salieron a dar la bienvenida a los
tüüus costeños. Todos se esmeraban a porfia
en atenciones y cumplimientos con la colonia
escolar de Guayaquil. A l son de la banda y
entre sonoros vítores entraron en el Instituto
Don Bosco que se hallaba profusamente ador­
nado con siml)ólicos gallardetes y banderas.
I,os excursionistas guayaquileños se desem­
peñaron muy bien correspondiendo a los cor­
diales saludos (le los quiteños.
Por la tarde, durante la comida se presentó
de repente también la banda del Oratorio
b'estivo a honrar con su escogido repertorio a
los hu($spedes costeños.
lyos días 21 y 22 fueron dedicados a conocer
las bellezas de la Capital. lin todas partes
fueron atendidos los excursionistas con la ex­
quisita cultura de la sociedad quiteña.
Por la tarde del día 21. en el teatro del colegio
de la Tola, fueron obsequiados con una hermosa
velada por los superiores y jóvenes de fonnación
salesiana del segundo establecimiento de Don
Bosco en la capital. La fiesta fué ofrecida con
palabras encomiásticas por el Rdo. P. Pedro
Noboa, y tomó parte en ella todo el personal
docente y discente de los dos planteles con la
banda de los internos. Agradecieron el home­
naje el Rdo. P. Gabriel Moorillo y el niño
Raúl Espinóla C. de la colonia escolar.
E l domingo, 22. fué brindado por el colegio
de Quito un suntuoso banquete en honor del
Colegio * Cristóbal Colón 9 de Guayaquil. A
las tres de la tarde hubo ima interesante matinée ofrecida por el Oratorio Festivo, cuyo
entusiasta Director, el Rdo. P. Carlos Izurieta,
tuvo palabras m uy cordiales para con la colonia
excursionista.
Por la noche del mismo día, la compañía
dramática dcl colegio de la Tola representó
un grandioso y m uy instmetivo drama: f El
juramento cumplido ». el cual fué ofrecido con
])alabras sinceras y patrióticas ix>r el Rdo.
P. lílías Maldonado. I<a laureada banda del
Oratorio Festivo ejecutó en kxs entreactos muy
henuosas piezas musicales.
Los alumnos del colegio <Cristóbal Colón *
agradeoioron esta denu«tración de cariño y de
armonía entre la sierra y la costa con sonoros
niílausi^s en honor de las actores del hennasísimo dr:una, de su director y de los nnísicos.
lyos cordiales festejos brindados por los dos
colegios y el Oratorio Festivo del Beato Don
Bosco de la Capital en homenaje de los Insti­
tutos de la misma sociedad de Guayaquil, re­
presentadlas jx)r la colonia escolar, dicen muy
claro que la educación salesiana no conoce
fronteras, sino más bien une con lazos inque­
brantables las provmcias y ios pueblos.
E l día 23 por la mañana, después de una des­
pedida muy tierna, la colonia volvió felizmente

a Riobamba, donde permanecerá hasta la iyauguración de los cursos escolares en Guaya­
quil. E l vigor y las fuerzas, adquiridas durante
los dos meses de vacaciones serraniegas, tan
necesaria para la salud de la niñez costeña
sm duda ayudarán mucho para continuar con
más aplicación y mayor ánimo los estudios en
la Perla del Pacífico.
Los recuerdos del instructivo, hermoso v
ameno paseo a Quito, dificihnente podrán
borrarse de la ñiemoria de los alumnos excur­
sionistas del Colegio Salesiano « Cristóbal
Colón » del año 1931.

EL PERU. — En la Granja-Taller de Puno,
Aprovechando las vacaciones escolares de La
Paz, tuve el gusto de ir a pasar la novena de
la Inmaculada con los Salesianos y los 150 indiecitos de la grandiosa Granja-Taller de Puno,
fundada por el gobierno peruano en pr^ de los
hijos de los numerosísimos indios quechuas y
aymaras del altiplano.
L a granja, situada a 4000 m. sobre el nivel
del mar y junto al lago Titicaca, ocupa una
extensión de 1800 hectáreas, en terreno plano
y accidentado, apropiado para la agricultura
y la ganadería. E l edificio, aimque sin terminar
todavía, mide cerca de 500 m. de longitud y
contiene escuelas, talleres, comedores y dor­
mitorios, texio bien dispuesto y con todas las
comodidades del caso.
E l gobierno ha hecho grandes sacrificios pe­
cuniarios en favor de esta obra que está lla­
mada a contribuir poderosamente a la regene­
ración del indio del altiplano, que solamente
pertenece al cuerpo de la patria y que está muy
distanciado de pertenecer al alma de la misma,
restándole inmensas energías que podrían servir
para su engrandecimiento. Conviene tener pre­
sente que dos tercios de la población del Perú
son indígenas con lengua propia v .seinipngaiia.
La gran mayoría habla el quechúa y el resto el
aymara.
Los indiecitos asilados en la granja apreudeii
agricultura, y deberán ensoñar a los -suy(5S lo
aprendido bajo la dirección de los Salesianos,
(lue para ellos son maestros y padres. Los
quieren mucho y forman los superiores con los
inferiores una gran familia. Lo pude constatar
eu los diez días que pasé en medio de ellos.
r.a conducta de los indiecitos es verdadera­
mente edificante. Cantan y rezan con gusto,
y commulgau casi siariamente. E l recreo está
m uy animado; pero sin animosidades ni peleas.
Se tratan como hermanos y cx>mo tales se quie­
ren. Apredau el beneficio recibido de hallarse
asilados, y se esfuerzan por corresponder a ta­
maño favor del cual no gozan otros muchos in­
diecitos. Celebraron la novena 3- fiesta de la Prf
sima con sauta alegría y con una piedad dign*

223
de imitación. E l día de la fiesta formaron el
pequeño clero y cantaron la misa <de Angelis »,
aunque con los dientes cerrados, pues así hablan,
a causa de la naturaleza de la lengua nativa.
Escuchan con placer la divina palabra y
manifiestan gran deseo de aprender y conocer
la religión católica, que casi ignoran sus padres
y que por absoluta escasez de clero no hay qui«i
ja enseñe en la inmensa soledad del altiplano.
El día transcurrió alegremente, y los jue­
gos que se acostumbran' en nuestras casas se
sucedieron rápidos con extraordinaria compla-

mosa y mística colmena en que el profundo si­
lencio de la inmensa altiplanicie, habrá d e la­
brar la cera de la fe y la miel de la caridad de
Cristo destinada a extenderse por todas partcsl
E rnesto Briata , Pbro.
Dir. del Col « Don Basco » La Pas.

VALENCIA (España). — inauguración de un
monumenío a '^Domingo Savia".
Los jó^■eues obreros de las Salesianos que han
eligido ix)r su Patrono a Ekuningo Savio, en el

Valencia (Esp.) _ Niños de las Escuelas Salesíanis reunidos alrededor del monumenío a Domingo Savio
cencía de aquellas ahnas rudas, mas sensibles
y agradecidas. L a banda ,por ellos integrada,
y bajo la dirección del buen P. Paglia cerró la
¿esta religioso-recreativa con un concierto en
el gran patio de la granja.
Los Salesianos encargados de la dirección y
BKp.ñanTa forman un mosaic» etnográfico. Allí
hay italianos, peruanos y alemanes; pero el
papá de los indios, pequeños y grandes, es el
ya mencionado P. Paglia, con la cabeza blanca
como la nieve, pero lleno de fuerza y energía
para estar en todo y moverlo todo.
Esperamos con la ayuda de Dios y la proteccií;. de nuestra Madre María Auxiliadora po­
der admitir pronto otros 50 indiecitos y mástarde otros 50 hasta completar los 250. !Her-

aniversario de su santa muerte, le han erigido
un monumento en el patio de los centros de los
antiguos alumnos. A este acto solemnísimo
asistieron, después de la misa de comunión,
en que el P. Conde, Director de las Escuelas
Salesianas, enfervorizó con una elocuente plá-..
tica a la munerosa concurrencia, los jóvenes
del centro i Domingo Savio *, la cooperativa
del barrio Don Bosco, centro ■; Don Bosco ».
y los alumnos del externado e internado, que
acompañados por la laureada banda de música
« L a Vega », cantaron en imponente coro el
himno a Domingo Sario ante su monumento.
Luego, después de unas palabras de ocasión
del P. Director, los antiguos alumnos, el inter­
nado y externado, depositaron sendas coronas

224
de flores al pie del monumento, recitando her­
mente su puesto de Cooperador en nuestra fa­
mosas poesías.
milia espiritual, qxie siente y lamenta como
Terminado el acto de la inauguración con
irreparable la pérdida de tan eximio varón.
una larguísima traca, los jóvenes del centro
¡Rogad por éll
I Domingo Savlo » en mimero de unos 200 pa­
saron al refectorio, en donde el reverendo don
Srita. Rorario González
Manuel Pérez, salesiano consiliario del mencio­
Córdoba (Cuenca-Ecuador).
nado centro, les tenía preparado un suculento
desayuno que presidieron, con el P. Director
.
Apenas conocidos en Cuenca los Hijos de
y don línrique Vallbona, las Juntas directivas
Don Bosco. ya tuvieron entre sus bienhechores
de los centros « Domingo Savio » y « Don
quienes, como la Srita. Rosario González y
Bosco t.
Córdoba, fueron durante los años sucesivos él
por la tarde a las cuatro, el invencible Colobrazo derecho de la Fundación. ¡Bendito sea
Colo jugó en el campo del Colegio un reñidí­
el Cielo que así allanó el camino por donde de­
simo partido contra el « Yale * del Cabañal, y
biera ir aún entre penas y combates, de triunfo
a las cinco y media, el cuadro artístico « Do­
en triunfo, en la católica Cuenca, la Familia
mingo Savio * puso en escena el grandioso y
Salesianal
emocionante drama en tres actos y en verso
Los tres lustros que existieron las Escuelas
« San Hermenegildo », tenninando con el chísy Talleres en el paupérrimo edificio de San
tasfsimo sainete « Alma en j^ena », qxie lo mismo
h'rancisco, sin la solicitud y generosidad a
que el drama, fué magistralmente interpretado
toda prueba de tan excelente dama, quizá
por los jóvenes actores, quienes cosecharon
habría desaparecido de Cuenca la Obra Salemuchísimos aplausos.
siana.
Da orquestina del barrio « Don Bosco s ame­
Su caridad silenciosa y perseverante se en­
nizó los entreactos, y el selecto público salió
cendía de tiempo en tiempo, cuando más ane­
satisfechísimo haciéndose lenguas de la labor
ciaban los fríos huracanes de la persecución.
aílmirable que realizan los P. P. Salesianos en
Larga sería la lista de méritos de la ilustre
la populosa barriada de Sagunto.
finada si enumeráramos los servicios que de­
bemos a su virtud. Estas flores que deshojamos
sobre su sepulcro, sólo simbolizan los votos
de la Casa de Don Bosco en demanda de grati­
tud de rodos los salesianos por la cooperadora
cuencana, en cuyo beneficio aplicaremos su­
fragios y oraciones.

NECROLOGÍA

Recordad fambién en vuesfros sufragios a:

Docíor D. Adolfo Peralía Vázquez
Cuenca (Ecuador).
Joven era aún el caballero cuyo nombre
acabamos de escribir en la losa del sepulcro,
cuando en 1893, se fundaba en esta ciudad de
Cuenca el primer Colegio Salesiano; y en el
largo decurso de casi cuarenta años la bené­
vola aniLstud con que el Doctor Peralta brindó
a los Hijos de Don Bosco, prevaleció a todo
contratiempo y perseveró sin menguante al­
guno. Y si alguna vez aquellas relaciones se
manifestaron más estrechas, fué precisamente
en las dolientes horas de prueba, que no fal­
laron largas y amargas a la nueva Fundación
en la católica capital aznaya.
Los Sixlcsianos correspondieron, por su parte,
con sinceridad y gratitud a los buenos oficios
del creyente y docto métlico que contó entre
sus bellas cualidades morales la de un corazón
nobilísimo, indulgente y caritativo.
I^a prensil y las Facultades Universitarias
han dedicado elogios m uy característicos al
ilustre profesor finado, quien ocupó brillante­

B A R C E L O N A (Esp .aña). — D. Francisco
Boix, cooperador Salesiano de Sardañola. —
D . José Balsells y Cortada.
Exemo. Sr.
D. José Moiiegal y Nogttés. — D. Man:u‘l
Sarrias Suan.
LO S A N G E L E S
lores González.

(Caufornia -U.S.A.) — Do­

S A N T A W O SA D E C A B A L (C olombu CiU,DAS). — Manuel Martínez y Aguslir. Htfnández.
S E L V A (Argektix .a-Santiago ). — Fenuv.do
Zanichelli).
Z A R Z A D E A B A JO (Cuenca-E spañ.i ). —
Simón Parra, Esteban Belinchón,
Belinchón, Simón Fernández, Ensebio Garaa,
Paula Torres, Anacleta Fernández, José Garda.
Ana Belinchón y Juliana Belinchón.

Coa mprobaclón de le eeforided eclesiástica.
Gercnfc! D . DO.MENICO GARNERi.
Eslobleciraiealo T ip . de U S ocied ad Editora laterBOcion.'l - toHa
C o ro o R e g irte .Uar^üeW/a, Í7 á .

Fecha
1931.07