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Título
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BS_1932_01
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Descripción
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Boletín Salesiano. Enero 1932
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extracted text
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Año XLVII - N. 1 . — Enero. 1932
BOLETÍN SALESIANO
REVISTA DE LAS OBRAS DE DON BOSCO
Preparado este B oletín para entrar en máquina, una desgracia cruel y dolorosísima
viene a llenar de luto a toda la Sociedad Salesiana, la niuerie de nuesfro venerado
Redor Mayor, Don FELIPE RINALDI, ocurrida hoy, 5 de Diciem bre, a las 11 de
la mañana, cuando la dolencia crónica que padecía se fnronunciaba, francam ente, por
una mayor benignidad.
Los designios de D ios son inescrutables; ta l v ez no éramos dignos de tan buen Padre, ta l vez
ha querido prem iarlo, llevándoselo a la eternidad para que celebre a llí su Misa de Oro,
en com pañía del B eato D on Bosco y de los santos Salesianos que hay en e l cielo.
Aunque adoramos la mano amorosa que tan duramente nos prueba, sentimos en e l alma
la orfandad y e l desconsuelo y tenemos los ojos llenos de lágrim as.
Este últim o R etrato de Don Rinaldi, que aparece bañado de efusiva paternidad y
estaba destinado a levantar en los corazones ecos de fiesta y de triunfo, debe ahora
recordamos, a todos, los supremos y filia les deberes que con é l tenemos.
R. L P.
Carta del Rvdmo. Sr. Don Felipe Rinaldi
(Rector Mayor de la Pía Sociedad Salesiana)
a los Cooperadores Salesianos/’^
Beneméríías Cooperadoras,
Amados Cooperadores,
«Prescribe nuestro Reglamento que, al fin
de cada año, se haga una relación acerca de
las obras principales realizadas durante el
mismo. N o hay que decir con cuanto gusto
cumplo yo esta obligación, que me brinda la
oportunidad de daros las gracias, por la ca
ridad con que, hasta el presente, me habéis
socorrido, en pro de tanta juventud abando
nada y también de alabar al Señor que, tan
espléndidamente, nos ha bendecido».
Con estas palabras el B eato D on Bosco
encabezaba, cincuenta años hace, la relación
anual que, regularmente, continuaron ha
ciendo luego sus sucesores y heme aqiu, yo
tam bién, dirigiéndome ahora una vez más
a vosotros, con este mismo objeto.
Pero este año, lealm ente os lo confieso,
me resulta, no ya difícil, sino casi imposible,
hacer una enumeración sintética de las obras
más im portantes que, gracias a la Providencia
D ivina y a virestra caridad, hemos conse
guido llevar a cabo, durante el año 1931,
en no pocos de los institutos nuestros es
parcidos hoy ya por toda la tierra.
«líl Boletín Salesiano» por otra parte,
ha procurado teneros siempre al corriente de
cuanto se viene haciendo, a pesar de las
dificuldades de estos tiempos, en favor de
toda clase de |>ersonas.
Si me fuera posible poner ante vuestros
ojt>s la crónica íntima de muchas de nuestras
( I) Tal vez no sea del todo extraña a la muerte
de D. Rinaldi la insistente inquietud que se des
prende de estas últimas páginas, dirigidas a sus
aunados Cooperadores. Para un corazón enfermo
y deshecho por el trabajo, un estado de preocu
pación intensa puede ser fatal.
Nunca el buen Padre había escrito con acentos
de tan profunda alanna y es de esperar que no
faltarán almas generosas y comprensivas que sepa^
recogerlos, para tributarle este último homenaje
de cariño y consolar en el fondo de su tumba a
este gran corazón, todo suaridad y amor, al cual las
miserias ajenas lucieron siempre palpitar con fuerza.
casas, estoy seguro de que vuestro deseo de
acudir al remedio de tan tas pobres almas,
sentiríase avivad o y enardecido y la pers
pectiva del gran número de gracias y bendi
ciones que el Señor os tiene preparadas, esti
m ularía poderosamente vuestra generosidad.
Rste año me veo precisado a llam ar vuestra
atención sobre una cosa sola, sobre la ne
cesidad de que nos ayudéis, en un esfuerzo
colectivo, a llevar adelante dos obras, a cual
m ás im portante, a las que no tenemos más
remedio que hacer frente, día tras día, por
muchas y angustiosas que sean las negruras
económicas de la hora presente.
Volvam os el pensamiento a nuestro Padre
Don Bosco y recordemos uno de los epi
sodios de su juventud.
¡C ié n a ñ os h a ce !...
Cién años hace, según leemos en su \Hda.
había él iniciado, a la buena de Dios,
sus estudios de latinidad en Castelnuovo y
aquella santa y discreta mujer. Mamá Mar
garita, convencida de que el cielo le llamaba
al Sacerdocio, decidió enviarlo a Chieri
para hacerle allí cursar, regidarmente, la
señanza Secundaria; con este propósito iba
ella preparándole, poco a poco, el equipo ne
cesario, pero la falta de recursos hacía que, el
ta l equipo, no acabase de com pletarse nunca.
A quel hijo adm irable, alentado por el
profético sueño que tuvo , al frisar en los
diez años y que, de prodigiosa manera, había
vuelto a repetirse, en cuyo sueño la Virgen,
señalándole un interm inable rebaño, le había
dicho, por segunda vez: « He aquí tu campo
y el lugar de tu trabajo; hazte humilde, fu^te
y robusto r, aquel hijo adm irable, repito,
propúsole esto a su madre: S i os parece,
madre, yo tom o dos sacos y v o y recorriendo,
una por una, todas las casas de los vecinos
V estoy seguro de que nos socorrerán.
Accedió M argarita y el pequeño Juan
fué llam ando a todas las puertas de I Beccb i y de la próxim a aldea de Murialdo y
3
regresó a casa, con una regular provisión
de panes, quesos, m aíz y trigo. Asom brada
una vecina de la vocación de aquel pobre
joven, bailó la manera de interesar, en favor
suyo, al cura párroco, el cual acudió a la
caridad de algxmas fam ilias pudientes y , al
cabo de pocos días, envió a M argarita un
pequeño socorro económico, para que pu
diese atender a los estudios de su hijo. Y
este, el 3 de Noviem bre de 1831, marchó a
Chieri a form alizar la m atrícula y , en aquel
solo Curso de 1831 a 1832, a pesar de la
estrechez en que v iv ía , pudo aprobar, bri
llantemente, no solo los tres grados elemen
tales que entonces se exigían y el año pre
paratorio, sino tam bién el primero y segundo
curso secundarios.
Este recuerdo, mis amados Cooperadores,
no me parece inoportuno, porque, si hoy
no es ya el pequeño P astorcito de I Becchi,
el que ejercita la virtud de la humildad,
en aquella forma, siempre ta n penosa, que
íué el gran sacrificio de tod a su vida, a
saber, en la necesidad, que siempre tuvo, de
pedir limosna para poder cum plir la misión
providencial que le había sido confiada; si
hoy no es aquel mismo Pastorcito que salió
a llamar a la puerta de sus amigos para
poder consagrarse al Santuario, es siempre
el mismo Don Bosco el que vu elve a reco
mendar sus obras, h o y agobiadas bajo el
peso de excepcionales apremios; es el mismo
Don Bosco el que, lleno de confianza, im
plora vuestra caridad, para poder continuar
los trabajos emprendidos, sin otro fin que
la mayor gloria de Dios y la salvación de
las almas.
Las n ecesid a d es m ás urgenfes.
En el pasado año, con la gracia de Dios y
mediante el auxilio #e \Tiestras limosnas,
hemos podido sistem atizar algunas de las casas
destinadas a la formación del nuevo personal
misionero y proveer al sostenimiento de
muchos aspirantes y de un número aún bas
tante m ayor de pobres niños, huérfanos o
abandonados, acogidos en nuestros Colegios.
V esto lo hemos hecho, no solo en las varias
naciones de Europa y singularm ente en
Italia, si que tam bién en las Indias, China
y Japón. En aquellas apartadas JEsiones, los
niños por nosotros asilados a los cuales es
preciso educar, instruir y mantener, alcanzan
nn número considerable.
Después de lo expuesto, he aquí ahora
la gran preocupación que yo tengo: ¿cómo
podremos sostener nosotros a tantos aspi
rantes a misioneros y a tantos pobres jó
venes, a quienes h a y que proveer de mil
cosas indispensables, en medio de las actua
les dificultades económicas?
E s verdad que se han com pletado y a no
pocas Becas Misioneras, 'in as tam bién es
cierto que están aún m uy lejos de alcanzar
el número de los mil y pico de aspirantes
que y a estam os formando para el apostolado
de las misiones y lo es, además, que 3 a renta
anual de una Beca, no alcanza hoj' a cubrir
todos los gastos.
¿Cómo nos arreglaremos, pués, con este
número enorme de pobres huerfanitos que,
por doquiera, aum entan, de día en día, cuando
muchos de nuestros internados no pueden
y a contar, ni siquiera, con las medias pen
siones con que, hasta ahora, venían ayudando
m uchas fam ilias m odestas que no podían
pagarlas enteras?
Y no hablemos de todas esas otras mil ne
cesidades a las que, de un modo inexcusable,
h a y que atender. Pues bién, yo me pregunto;
¿Qué hemos de hacer en circunstancias tan
extrem adam ente críticas? Por nuestra parte
y a lo sabemos, invocar, con la m ayor fe y
confianza, la asistencia de Dios Nuestro
Señor y la generosidad de nuestros buenos
Cooperadores.
A m ados C ooperadores, ¡ayudadnos!
A qu í tenéis, pués, al humilde sucesor de D on
Bosco presentándose, tam bién él, a vosotros
con aquellos dos sacos, uno para subvenir
a las necesidades de nuestros aspirantes a
misioneros y otro para poder atender al
sostenimiento de los numerosos niños pobres
que tenemos acogidos.
E l momento (¿quién no lo sabe por expe
riencia propia?) es extraordinariam ente di
fícil. Nosotros, los Salesianos, hemos sus
pendido todas las nuevas construcciones.
H asta la obra del hermoso tem plo de María
Auxiliadora que se está levantando en Roma,
en la V ia Tusculana y en la que tan to in
terés tiene el Santo Padre, se halla in
terrum pida, a pesar de lo avanzado de su
construcción, y no sabemos cuando se podrá
continuar.
A ún esas
reparaciones que, perió
dicamente, suelen hacerse necesarias, se ha
decidido diferirlas para m ejor ocasión, no
siendo aquellas que, de no realizarse en se
guida, originarían, a corto plazo, gastos
nmcho más considerables.
Y o no me canso de repetir a los nuestros
que economicen, cuanto puedan, en los
viajes, en el vestido y en todo lo que no
sea de absoluta necesidad y puedo asegu
raros que algunos están dispuestos hasta a
reducir la com ida a lo puram ente indispen
sable para no perjudicar la salud ¿Podemos
hacer más? Como ya lo he indicado, lo único
que aüu podemos hacer es acudir a la ora
ción, llenos de la m ayor confianza; pedir al
Señor que venga a socorrernos, con su Pro
videncia amorosa, e implorar el auxUio de
todos nuestros buenos Cooperadores y de
las fervorosas y beneméritas Cooperadoras.
He aquí las palabras que el Santo Padre
P ío X I, que Dios nos conser\^e aún muchos
años, escribía en su reciente L etra Apostó
lica Nova impedent, al tra tar de la actual
crisis económica: « Recuerden todos, para que
les sirva de estimulo y aliento, que el Divino
Salvador considerará como hecho a S i mismo,
cuanto nosotros hayamos hecho en favor de
sus pobres (M a t t ., CCV, 40) y que, según
otra de sus consoladoras palabras, el que pro
diga a los niños sus cuidados, por amor suyo,
es como si se los prodigase a E l en persona.
(Ma t t ., X V I I I , 5) ».
« Yo no he de deciros, ahora, todo lo que
vosotros podéis hacer, os repito con Don
Bosco; siga cada cual las inspiraciones de su
corazón >>.
«Pero hallándome en apuros excepcionales,
y estas son palabras de su primer Su
cesor, el Siervo de Dios Don Miguel Rúa,
no puedo menos de tenderos la mano, como
la tienden los pordioseros que piden limosna ».
Si ello me fuera posible, quisiera ir yo
mismo a llam ar a vuestra puerta y « — Oh!
con qué gitsío volverla a saludar a aquellos
de vosotros, a quienes ya conozco y qué satis
facción tendría en conocer personalmente a
todos. Os aseguro, sin efttbargo, que los mismos
sentimientos de gratitud que inundarían mi
corazón, al recibir la más pequeña oferta de
vuestras manos, los he de experimentar igual
mente, cuantío vosotros me ¡a enviéis, en la
forma que os sea más cómoda, bien seguros de
que pediré al cielo ¡a más amplia recompensa.
P ed irem o s mucho p o r vosofrod.
Oh! si, puedo y debo asegurároslo; ofre*
ceremos oraciones especiales y extraordi
narias por vuestra intención. Todos los salesianos y aspirantes a misioneros, todos
nuestros queridos huerfanitos acudirán a
Dios, sin fa lta r un solo día, para pedirle las
gracias que a vosotros más os interesen y
convengan, interponiendo la poderosísima
mediación de Aquella, que jam ás ha dejado
de bendecir y consolar a los Bienhechores
de las Obras Salesianas y la de nuestro
amado Padre 5’ Fundador Don Bosco quien,
teniendo, como tuvo, durante su vid a mortal,
sentimientos de tan honda gratitud hacia
sus Cooperadores, continúa teniéndolos y
demostrándolos, de un modo mucho ra ¿
eficaz, en el cielo.
E l <( Boletín Salesiano » os h a comunicado
que, el año 1932, en que, por la gracia de Dios
hemos entrado, es el Cincuentenario de mi
Ordenación sacerdotal.
Pues bién, y o os he de asegurar, con toda
m i alma, amados Cooperadores, que cada
vez que, en este año, m e sea dado celebrar
el Santo Sacrificio, tendré un recuerdo especiaHsimo para cada imo de vosotros y para
vuestras familias.
E n el antiguo pueblo de Israel, cuando
se celebraba el Año Jubilar, se perdonaban
todas las deudas. Oh! quién me diera, amados
Cooperadores, que esta oración que yo
elevaré, en el altar, todos los días, para obte
neros del cielo las más exquisitas gracias,
llegara a ser tan eficaz que saldara, cuando
menos en parte, las innumerables deudas de
gratitud que con vosotros ha contraido la
Sociedad Salesiana.
Hechas estas manifestaciones, en las que
he dejado que hable mi corazón y confor
tado por la más dqjce esperanza, no me
resta sino pediros aún otra caridad, la de
que roguéis por todos los Salesianos e Hijas
de María A uxiliadora, a fin de que se hagan,
cada día, m ás dignos de su vocación y ha
gáis esa caridad, m uy especialmente, por mí
que, con la más sentida gratitud, me com
plazco en repetirme, de todos vosotros
humildísimo servidor
F e l i p e R i x a l d i , P bro.
P A R A L A M IS A D E O R O
DEL R V D M O .
SR. D. FELIPE RINALDD"
que ninguna de las fiestas que, en honor s\iyo,
El 23 de Diciembre próx mo entrará en el
se hagan, habrá de tener carácter pn»fauo,
año de su Jubileo sacerdotal maestro venerado
debiendo todas consistir en manifestaciones
Rector mayor, celebrando D. m. su MISA
íntimas y religiosas encaminadas a implorar,
DE ORO. el 23 del mismo mes de 1932.
Toda la familia salesiana saluda este aconte sobre la j>crsona del festejado, los divinos fa
cimiento con vivísima alegría, y con insupe vores v glorificar al Beato Don Bosco a quién,
después de Dios, Don Felipe Rinaldi se declara
rable afecto se dispone a festejarlo.
deudor de todo.
Estos cincuenta años de sacerdocio de Don
Una vez detenninado el verdadero carácter
Felipe Rinaldi, han sido cincvieiita años de
apostolado intenso en la Congregación Sale de los festejos del Año Jubilar, vamos a exsiana. Como maestro, como Director e Ins ix)ner, en sus líneas generales, el pro^am a a
que habrán de sujetarse, en la seguridad de
pector, como Prefecto General y Rector Mayor,
que esta iniciativa, que era m uy esperada,
lo mismo en Italia que fuera de ella, lo mismo
será, por todos, recibida con verdadero agrade
entre florecientes juventudes de Oratorios y
cimiento y, con el m ás férvido entusiasmo,
de Colegios, que en él ejercicio del ministerio
secundada y desarrollada.
sacerdotal y en sus relaciones privadas con las
personas que, de cerca, le trataron, ha desa
rrollado im apostolado amplio, fructífero, insu
I. - La Jornada de oraciones.
perablemente digno de un discípulo y sucesor
de Don Bosco.
Queremos, ante todo, abrir el año con una
No es posible hacer un balance de todo el
{ornada de oraciones. E n todas las Casas e
bién que ha reaUzado, en estos sus dos lustros
Iglesias de los Salesianos e Hijas de María
de \"ida, pero hay un hecho positivo y bien
Auxihadora deberá celebrarse, dicha jomada,
manifiesto a los ojos y a los corazones de todos
el miércoles, 23 de Diciembre. No se deter
y es que, la bondad que él ha sembrado, a
minan las oraciones, ni la fonna de los cultos,
manos llenas, en los surcos de su campo de
bien convencidos de que. el entusiasmo y el
apostolado, germina y fructifica en verdaderas
afecto hacia nuestro veiierado Rector Mayor,
oleadas de amor, que le llegan de todos los
sabrán hallar el modo más adecuado de exte
Hijos e Hijas que la Providencia confió a su
riorizarse y desenvolverse, libremente, en su
gobierno y de todos los Cooperadores, Alumnos
gestivas y devotas funciones, para obtenerle
y Ex-alumnos.
del Señor ama salud robusta, una iiiefalfle
La resonancia de este fausto Jubileo es ya
lluvia de Ijeiidiciones y un acentuado floreci
tan grande que, en tCKlos los continentes, se miento de la vida e.spirilual, en toda la familia
organizan actos para celebrarlo, con la más
salesiana.
viva alegría y, desde todos ellos, conver jen,
Tanto los Sres Cooperadores, como los Alum
hacia su humilde pereona, los más expresivos
nos y Ex-alumnos deberán asociarse, donde
mensajes de cariño, altamente reveladores de sea posible, a todas esas manifestaciones de
la febril impaciencia y del entusiasmo, con que
las Casas Salesianas y de las Hijas de María
la gran fiesta es esperada.
Auxiliadora; en los lugares en que e.*?tas casas
;Qué haremos para solemnizarla? ¿Qué ha no existen; procuren los Directores Dií^cesanos,
remos para celebrar, dignamente, la M ISA
Decuriones, Celadores y Celadoras organizar,
d e o r o del Sr. D. Rinaldi?
ellos mismos, funciones parecidas, en la forma
que puedan y estimen más conveniente.
Pero la Jomada de Oraciones debe ser el
Empezamos por advertir, liaciéndonos eco
primer acto de solidaridad espiritual en tomo
de un deseo expreso de nuestro Rector Mayor,
de Aquel, a quien tratamos de festejar.
(n Este Programa, cuya inoportunidad salta a
la vista, porque es todo él un plan de festejos,
tendrá que convertirse ahora en Programa de su
fragios. ¡.^si lo ha querido Dios! ¡Ojalá sepan todos
recoger de é! lo sustancial que es, llevar nuevos
«tirr.ulos de vida a la Obra Salesiana y nuevos
Motivos de consuelo al corazón de los Superiores!
II. - Oferta para la Misa de Oro.
Otra señal de tai^ible adhesión a las fiestas
jubilares de nuestro Rector Mayor habrá de
ser, así lo deseamos y esperamos, el óbolo indi
vidual para la Misa de Oro. No hay quién no
tribuir, con redoblado afecto, al mayor esplen
dor de la fiesta del Padre.
EUos también, por consiguiente, al reuniise
en asamblea, deberán proponerse esta doble
finalidad: en\dar su adhesión y recoger el Obolo
para la IVIisa de Oro.
V. - Reuniones de Alumnos y Alumnas.
vea el significado profundo y simpático de
c.sa oferta colectiva, para la Misa Jubilar del
Sr. D. Rinnldi y estamos bien seguros de que,
Cooj>eradores y Cooperadoras, Alumnos y
Ahmmas, lix-nlmnnos y Dx-alumnas habrán
de rivalizar, generosamente, en la medida de
sus posibilidades, eu este homenaje, aunque
no fuera mas que para- conseguir ima partici
pación más amplia, en los beneficios espirituales
de tan singular acontecimiento.
III. - Reunión de Cooperadores.
Con ocasión de la Fiesta de San Francisco
de Sales, nuestro Patrono, (29 de Enero) o del
aniversario de la muerte del Beato Don Bosco.
{31 de Enero) los Centros de la Pía Unión y
las Casas Salesianas, organizarán una gran
asamblea de Cooperadores, en la cual, además
de las Funciones propias y acoslumbrados, se
dará una conferencia, a propósito, anunciando
y recomendando el fausto acontecimiento, e
invitando a todos a orcauizar una adhesión
colectiva y ofrecer una limcsna personal para
la Misa de Oro.
IV. - Reuniones de Ex-alumnos y Exalumnas.
Puede ser designado, para tales reuniones,
el 12 de Abril, fecha mUaltcta del Oratorio, u
otro día del mismo mes.
Saben, muy bien, los lís-alum uos y Exalumnas que, de la inteligencia y del corazón
del Sr. D. Rinaldi es, precisamente, de donde
piiriió la fuerza impulsora que ha detenuinado
la organización de todas sus Asociaciones y
habrán de sentirse orgullosos de que se les
venga a la mano una ocasión, que les pemtita
testimoniar, a su venerado Stiperior. los nobles
sentimientos de su ánimo agradecido y con
Todos los Alumnos de las Casas Salesianas
y de las Hijas de María Auxiliadora deberán,
igualmente, reunirse, bajo la presidencia dé
sus Superiores, tal como se establece para los
Ex-alumnos y Cooperadores. A ellos que ve
neran, en el Sr. D. Rinaldi. al Padre bueno que,
fidelísimamente. encama el espíritu del Beato
Don Bosco, se les han reserv-^ado dos días muy
indicados para tales reimiones: el 26 de Mayo,
onomástico del Rector Mayor y el 9 de Junio,
en que suele celebrarse, en el Oratorio de Turín,
este onomástico.
VI. - Otras fechas y manifestaciones.
Tenemos aun en proyecto otras manifesta
ciones para el Año Jubilar, cuyo conocimiento
se facilitará, cuando estén, del todo, concretadas
y detalladas; ello no obstante, podemos ya
ammeiaros dos que resultarán, particularmente,
sigmficativas: el 29 de Mayo, en que será inau
gurado, oficialmente, el Instituto Misionero
Conde Rebaudengo donado por la espléndida
generosidad del Senador Señor Conde Re
baudengo y el 15 de Agosto, aniversario
del nacimiento del Beato Don Bosco, en
cuyo día se celebrarán solemnes y especiales
cultos, en el Santuario de María Auxiliadora
y se colocará un hermoso y artístico relieve
de Mamá Margarita, en la casa de I Becclii,
donde nació el Beato, homenaje debido a la
iniciativa de algunas celosas Cooperadoras.
De estas y otras manifestaciones que aiín
están en estudio, informaremos oportunamente.
Por ahora nos basta haber tenido el gusto
de invitar a todos a que contribuyan, con la
más cordial y solícita adhesión, al resultado
grandioso de los actos que se prepararan.
Hemos de recordar, finalmente, lo que ya,
en meses anteriores, ha dicho nuestro BoUt :
haciéndose eco de estas palabras del Sr. D. Ri
naldi: * E l Beato Don Bosco ha de tener, ¿v. la
Casa Madre de la Obra Salesiana, no solo
altar bello y decoroso, sino también espacio sufi
ciente. capas de acoger a sus Hijos y a los nu
merosos devotos que vendrán a invocarle ». No
sotros estamos más que seguros de que el im
pulso, para tan grandiosa empresa, vendrá,
una vez más, de la generosidad de nuestros
buenos Cooperadores y, en esta dulce seguridad,
esperamos la respuesta j
1
m
e 'f
SAN
Y EL
F R A N C IS C O DE SA LE S
BEATO
La m ansedum bre virtu d
conquistadora.
Para el cristiano no es nada difícil desarmar
a un enemigo; ¿cómo? Devolviéndole bien por
es la táctica que nos impone San Pablo,
® el gran secreto de Dios para desbaratar el
furor y las astucias del infierno.
El hombre, dice Luis Veuillot, resiste a todo;
a la razón, a la ciencia, al ca stro , pero se rinde
a los beneficios. En vano intentará sublevarse,
en vano empuñará, contra las dulzuras de la
caridad las Tní^smas armas con que hace frente a
la justicia, a la candencia y a los milagros; la
caridad penetra hasta la conciencia, a través
DON
BOSCO
de las envolturas de bronce y el hombre tiene
que ceder, tiene que rendirse; es disposición de
Dios: Beati miles, quia possidebuni terram:
Bienaventurados los mansos, jxjrque ellos po
seerán la tierra.
Aprended de mi. decía Jesús a los que le
seguían; y ¿qué es, buen Maestro, lo que que
réis que aprendamos? ¿a fabricar mundos como
Vos? a poblar de estrellas el firmamento? a
echar demonios y resucitar muertos? a calmar
los \-ientos y los mares? No, no, aprended de
mi a ser mansos y humildes de corazón. He aquí
la sabiduría d d cristiano, la señal con que
Dios quiere ver marcados a los que se pre
cian de ser discípulos suyos.
ojos puestos en el deber, la amonestó pública
y severamente, desde el pulpito.
Desencadenáronse, en seguida, el despecho
de la Bellot, las imprecaciones de sus amigos
y los más negros proyectos de venganza.
Se falsificó una carta, sumamente compro
metedora y llovieron, sobre el pobre Santo, las
calumnias más soeces, de las que se hizo eco,
no solo el duque, sino una buena parte del
pueblo, siempre docilón para creer e inclinado
a despellejar al prójimo.
Francisco acudió a la defensa de su honra,
como era su deber, pero sin alterarse lo más
mínimo y dejando, en las manos de Dios, el
triunfo completo de su inocencia. A los que le
incitaban a proceder contra sus calumniadores
les decía: «No puedo dejar de amarles; si Dios
me ordenara odiar a mis enemigos, me costaría
mucho trabajo obedecerle ».
C asííllo donde nació S . Francisco de Sales.
Uno que a p ren d ió bien
¡a lección d e l m aestro.
Siendo los Santos los discípulos más aven
tajados de Jesús, es natural que hayan apren
dido, mejor que nadie, esta divina lección y,
si entre ellos pudieran establecerse categorías,
no hay duda que, en la más ^Ita de todas ellas,
habría que colocar al Santo de la dulzura, a
San Francisco de Sales.
A l estudiar, los literatos, la envoltura exterior
de sus más famosas obras « La vida devota y
el Tratado del amor de D io s,» admiran el candor
y naturalidad de su estilo y dicen que el Obispo
de Ginebra escribía con la misma sencillez con
que hablaba. Ivos iiue se ocupan de algo más
sustancioso que el estilo, saben que la sua\idad
y dulzura, de que estas obras están impregnadas
no son, ni más ni menos, que el perfume despren
dido de la propria vida de su autor, cuya ca
ridad y manswlumbre tocaron el vértice del
heroísmo. No hay sino sacar algunas muestriis
escogidas ol azar:
Mlle. Bellot, joven y sobrina de un ministro,
dalx\ escándalos formidables en la pequeña y
piadixsa .\nnecy, en cuyo palacio fexulal pa
saba, entonces, tenqwrada el duque de Nemours
y <U)ude so celebraban li\s imis aparatosas fiestas
mundauitó. Temblaba el buen Pastor ‘ por el
seguro ctuitagio de las almas a él confiadas y,
no habieiuU> s\irtido efecto s\is santas indus
trias y admoniciones secretas, para apartar
del mal camino a aquella alma desgraciada,
sabiendo bién a lo que se exponía, pero con los
Un abogadillo llamado Pellet que, de publico,
era conocido como autor de los más indignos
libelos, se encontró una vez en la calle con su
inocente víctim a y el Santo, al reconocerle,
fuese derecho a él, le estrechó efusivamente la
mano y exclamó: «¿Por qué me quere Vd. mal,
doctor? ¿por qué trata, por todos los medios, de
dañar mi reputación? sería inútil que os excusáraís, porque a mi me consta perfectamente.
Ahora bien, sabed, no obstante de esto, que
aunque vos me hubiéseis arrancado un ojo,
yo os miraría con el otro, lleno de la mayor
benevolencia ».
E l tal Pellct murió pobre y, de los tres huér
fanos que dejó, mío fué acogido gratuitamente
por la madre Chantal, a instancias de San Fran
cisco. La misnra bondad usó con la desventu
rada Bellot. causa primera de tantos escándalos.
He equí otro hecho ocurrido en esta misma
éjxxra de la \*ida del Santo, en que Dios quiso
someter a la pnieba del fuego su mansedumbre
y paciencia hcróicas.
Uno de aquellos señores de horca y cuchillo
que nadie sabe por qué razón le tenía ojeriza
al obispo, escribió contra él unas sátiras que, de
puro \iolentas, no hicieron mella en el público,
en \nsta de lo cual imaginó, el m uy indigno,
una cencerrada diabólica. Durante varias noches
consecutivas liizo llevar, al pié de las ventanas
de la cámara episcop>al, sus lujosas traillas de
perros y dispuso que, numerosos seiaidores y
gentes del hampa, les tirasen continuamente
de las orejas, enardeciéndolos, además, con disjKiros de armas de fuego, como se acostumbra
en las cacerías.
batahola de aquellos desal
mados y los aullidos de los pobres animales
eran indescriptibles y nadie, ni aún la misma
justicia, se atrevía a poner fin al escándalo,
por temor a las represalias de tan alto caballero.
r—
■
Los criados del obispo ardían, sin embargo,
en deseos de venganza, pero él les contenía
diácido: «Dejádles, más sufren ellos que no
sotros, porque aquí, cuando menos, estamos
abr^dos y bajo tediado, mientras que ellos
están, a la intemperie: « es que son unos mise
rables », gritaban los criados rugiendo de
coraje... «Decid más bien que son dignos de
lástima; ¿qué sería de nosotros si la gracia de
Dios no nos sostmriese? tal vez obraríamos
peor que ellos ».
Como no era jwsible conciliar el sueño, en
medio de tan horrible sinfonía, el Santo dejaba
su lecho intacto y pasaba, una noche y otra
noclie, rezando por aqudlos foragidos que,
cada vez más irascibles, rompían, a pedradas,
k)S cristales de las ventanas.
La venganza era ciertamente pesada, pero,
al fin, no tuvo m ás remedio que estrellarse
también contra la mansedumbre cristiana.
Un día en que el bilioso y omnipotente ca
ballero iba por la calle topó, de manos a boca,
con el Obispo de Ginebra y, tan graciosamente
le saludó este y tales palabras le dijo, que poco
le faltó al miserable para desplomarse en tierra
de vergüenza; su conducta sufrió im cambio
radical y muchos le oyeron decir que aquel
gesto angelical de Francisco de Sales, le había
impresionado más que cién sermones.
Los que no entienden de estas cosas dicen
que estos hechos no arguyen santidad, puesto
que también los realizaron los filósofos paganos
quienes, a fuerza de inhibir sus nervios, aca
baron por hacerse insensibles.
Ni es ello cierto, ni puede establecerse, así
como así, esta paridad de ejemplos. A raíz de
una sarta de insultos qiie le dirigió xm Comen
dador de la Orden d e íla lta , empeñado, contra
toda justicia, en conseguir un curato para un
sacerdote amigo suyo, (lijóle al sufrido obis¡x)
uno de sus familiares: * ¿Qué es esto, Monseñor?
« que no os impresionan semejaxites desacatos?
- Tanto me impresionan, contestó él, que
mientras ese hombre alborotaba, — yo sentía
'•''nir la cólera en mi cerebro, como hierve el
en el fuego ».
¡Oh que di\'inas lecciones son estas y qué
Iñén nos enseña a vencer a nuestros enemigos
el Santo de la dulzura!
\’éase, ahora, hasta que pimto las aprendió
también el más grande de sus discípulos y
hered. ro legítimo de su espíritu, nuestro Beato
Padre Don Bosco.
D o n B o sco y la odisea
d e un revolucionario.
Nadie, que haya saludado la historia, ignora
quién es y lo que representa, para la Nueva
Italia, Francisco Crispí.
Condenado.a muerte, en 1849, por im tribimal de Nápoles, a causa de sus conspiraciones
contra el trono, logró huir de Palemio. su pueblo
natal y refugiarse en Marsella pero, gastados
los pocos recursos que Uevó de la casa paterna
y destituido de todo valimiento humano, íué
rodando, de pueblo en pueblo, hasta llegar a
Turín, capital del reino del Piamonle. Allí logró
colocarse en la redacción de « La Constancia »
jxero, además de que el sueldo era ridículo
y los diarios políticos de entonces no ofrecían
al periodista estabilidad ninguna, el tempera
mento meridional de Crispí y sus idea.s repu-
Esfatua de bronce del S a n io D o c to r
inaugurada pocos años hace en Annecy.
blicanas hubieron de liacerle, m uy pronto, in
compatible con la Corte norteña, como in
compatible le habían hecho ya con la de su
patria.
Tanto el pueblo como el Gobierno del Píamonte, entonces a raíz del desastre de Novara,
estaban convaleciendo; nadie quería oir allí
liablar de revolución, la vida de la patria pa
saba por una curva difícil y se imponían a
todos los ánimos el silencio y la meditación;
Crispi no tenía pués nada que hacer en aquella
ciudad; aunque era buén abogado y mejor
escritor, su pluma, en exceso inquieta y revol
tosa, le ocasionaba conflictos continuos, así
que, allá por el otoño de 1952, se hallaba, el
pobre, sumido en la más humillante y desola
dora miseria.
ÍO
B ien p o r mal.
V Cierto día Don Bosoo iba acompañado de
aIf»i.nos niños de su Oratorio, cuando, a poca
distancia del Santuario de la Consolata, reparó
en un hombre, de porte educado pero escuálido
y ojeroso, que le seguía fijamente, con una
mirada llena de hostilidad y dureza, pero som
breada, al mismo tiempo, de mía indecible
angustia.
Comprendió, en seguida, el buen sacerdote
que allí se ocultaba mía tragedia nada vulgar
y se acercó a él... ¡Virgen Santísima! ¡si es Crispí!
el periodista blasfemo, el revolucionario v i
tando que tanto ha despotricado contra el
Papa y contra el clero...
Este descubrimiento espoleó, aún más, la
caridad de Don Bosco y el pobre cesante, ven
cido materialmente por la necesidad del estó
mago y. quién sabe si por la exquisita y para
él extraña dulzura de aquel sacerdote, contestó
Usa y llanamente a sus preguntas: i No estoy
enfermo, Señor; es hambre, hambre lo que
tengo, pués hace ya dos días que no como.
Ix) que sucedió, en seguida, es admirable;
Crispí, el hombre que, en" un futuro no lejano,
había de ser el dueño de los destinos de ItaUa,
descendió, liasta Valdocco, apoyado en el brazo
de Don Bosco y aUí, durante mes y medio, se
sentó en su misma mesa, atendido amorosa
mente por él y por Mamá Margarita que, ante
esas generosidades de su hijo, se esponjaba de
gozo y de santo orgullo.
Crispí salía todos los días a buscar tra
bajo, pero inútilmente; enterado, de que la
secretaría de Verolungo, pequeño numicipio
rural, se hallaba vacante, apresuróse a escribir
al alcalde solicitándola pero el buen hombre
se;asustó, al leer, al pié de la instancia, la firma
de un político de tantas campaniUas que
tanto ruido había hecho, especialmente en
Sicilia y contestóle que aquel cargo era de
masiado humilde para él.
Triste y desalentado y no qxieriendo abusar,
jíor más tiempo, de la ho.spitalidad de Don
Bosco, dejó el Oratorio y arreglándose como
piulo, alquiló una mezquina habitación, no muy
lejos de la mencionada iglesia de la Consolata.
El buen Padre que, en los ratos de sobremesa,
no había i>erdido ocasión de excitar, en aquella
pobre alma extra\*iada, sus primeros sentimientas cristianos, fué a visitarle, varias veces,
en aquella buhanlilla y, de cuando en cuando,
le hacía llevar allí la coniúla, añadiendo, en
ocasiones, un poco de dinero y , una vez, hasta
un par de botas nuevas, según rezan las efe
mérides del Arcliivo de la Pía Sociedad que
ntvs ha conservado hasta el nombre del joven
Bargetti de Castelnuovo a quién Don Bosco
había confiado el cumplimiento de tan piadoso
encargo.
Crispí correspondía a tan grandes delicadezas
bajando, todos los domingos, al Oratorio a
comer con su Bienhechor donde, a menudo
le hablaba de sus proyectos y le p ^ a consejo*
hasta que la situación del reino, cada vez más
turbulenta, le alejó de Turín. Habiendo ema
nado del Gobierno una orden de arresto, para
todos los refugiados políticos, él fué el primero
que dió con sus huesos en las cárceles del Pa
lacio Madama, en aquellos lóbregos y húmedos
subterráneos de la regia mansión barroca,
proyectada por Juvara.
Siete días, nada más. estuvo preso el fogoso
aventurero, teniendo que salir escoltado otra
vez para Francia, donde vivió, varios años,
sin que Don Bosco supiera de él, hasta que
Garibaldi le facilitó nuevamente la entrada en
Turín, para que le ayudase a organizar la fa
mosa Expedición de los M il.
La v irtu d conquisfadora.
Cuando en 1888 murió Don Bosco, Fran
cisco Crispí y a no era el hombre perseguido
y famélico, era la figura más destacada del
nuevo reino de Italia, su Primer Ministro
y cuando las alabanzas al llorado Padre de
los huérfanos florecían en todos los labios y
se extendían, ¡xir la gran urbe, envolviéndola en
una tristeza solemne. Crispí recordó pública
mente que Don Bosco fué también su Padre;
desde las alturas del poder y de la influencia,
no se avergonzó de confesar que él también
tuvo hambre, como los huérfanos callejeros y
que la mano delicada y dulce de un sacerdote
se la había quitado, muchas veces.
E l gran muerto reclamaba, entre tanto, su se
pultura, ima sepultura digna de él y el tiempo
apremiaba y era preciso tomar ima decisión. Sus
hijos le querían tener cerca, de ser posible end
mismo hogar familiar; aunque estaba muerto,
querían tenerlo a la mano para llamar con fre
cuencia a su tumba, excitar sus cenizas e invocar
su espíritu. Sonreía a los Superiores salesianos
la idea de inhumarlo en Valsálice y todo
estaba allí preparado, mas las leyes sanitarias
eran inflexibles y la desolación y el desaliento
hacían presa en todos los ánimos. E n medio
de aquella angustia, alguien se acordó de Crispí;
le escriben, hacen llegar a sus manos tma sú
plica llena de lágrimas y el telégrafo les trae
una orden de Roma, urgente, fechada en el
Palacio de la Presidencia y mojada, también,
con una lágrima furtivamente derramada; los
obstáculos se desvanecen, como la niebla y Don
Bosco es llevado en triunfo a Valsálice.
'\l
ECOS DE LA CASA MADRE
O on m em oradón solemne*
Turín ha celebrado apoteóslcamente, como corres
pondía a su noble alcurnia mariana, el 15® Cente
nario del Concilio de Efeso, que fué el que declaró
dogma de fe la divina Maternidad de María. La no
che del 11 de octubre, después del devoto y severo
pontifical habido, por la mañana, en la catedral,
donde imponentes masas corales de ambos sesos,
preparadas y dirigidas por nuestro incomparable
maestro, el P. Grosso, ejecutaron, bellamente, la.s
apacibles melodías gregorianas, organizóse la magna
Procesión de las antorchas.
Todo el oratorio salesiano, educandos y supe
riores, con otros varios colegios nuestros de dentro
y fuera de la capital, comprendidos los de las Hijas
de María AuxiÜadora, volcáronse, materialmente,
con sus miles de alumnos y exalumnos en el grandioso
cortejo que, como un ancho rio de llamas, empezó
a moverse, atravesando los más céntricos viali,
envuelto en una sublime algarabía de rezos y de
cánticos.
La procesión partió de la tiadiclonal Basílica de
la Cousolata, cuya imagen, llevada en una carroza
de flores, iba presidiendo y terminó en el templo
monumental votivo de la Gran Madre'di Dio que,
con su esbelta rotonda clásica, domina la margen
derecha del Po. A l remansarse allí todas aquellas
compactas filas de devotos, se produjo un espec
táculo difícil de describir: las monolíticas columna
tas del templo; las amplias graderías, los paseos
central y laterales, quedaron convertidos en una
sola e inmensa hoguera, integrada por decenas de
miles de oscilantes llamas que, en medio de la oscu
ridad cerrada, reverberaban dulcemente en las
inquietas ondas del río; seis potentísimos difusores
eléctricos iluminaban, además, la impoaenteesceiia.
Cuando apareció la Hostia de amor, destacándose,
en toda su mansa blancura, entre las manos del Sr.
Arzobispo que estaba rodeado de varios obispos y
de todo su clero, las muchedumbres, que clamoro-
Como un aocbo río de llamas empezó a moverbe...
12
sámente acababan de cantar el Credo yelT an tu m
lirgo, quedaron unos momentos como suspendidas
y electrizadas, ante aquella sublime visión alucinadora que alguno definió como ima epifanía de luz.
Recibida la bendición del Dios que se hizo hombre
en el seno maternal de María, reinaron de nuevo,
el silencio y la oscuridad, pero las luces encendidas
aquella noche, no se apagarán tan fácilmente en
los corazones y en los cerebros de los turineses que,
tan tiernamente aman a María.
Los B o d a s d e oro d e / sa ce rd o te salesiano D o n Ju an B aufisfa G rosso.
Con ocasión de este íáusto aniversario celebrado
el 24 de setiembre p. p., se cuentan por centenares
las felicitaciones valiosísimas y los homenajes coIc-ctivos, de muy alta significación, (uno de los
Discípulo primero y gran amigo después 7 cola
borador de los PP. Benedictinos de Solesmes, cuva
abadía le es familiar, ha consagrado, por voluntad
expresa de sus superiores, toda su ciencia eclesiás
tico-musical, que es inmensa y todo el dinamismo
de su carácter, que es asombroso, a hacer triunfar
en los templos, los austeros criterios artísticos im
puestos por el famoso Moiu proprio de S. S. Pió X
y dondequiera que él ha estado, lo ha conseguido
plenamente.
En Turín, a pesar de su edad avanzada, son
varias las capillas musicales que él dirije y desde la
Universidad Internacional Salesiana de La Crocella
donde, oficialmente, amaestra a nuestros teólogos,
tiene el control de todas las actividades músicoreligiosas de la capital del Piamonte.
Que Dios lo conserve, aún muchos años, para
biéu de la Iglesia y de la Sociedad Salesiana.
Una £ esfa intima.
El ilusfre músico salesiano
P. Juan l^ia. Grosso,
cuales (pliso avalorar, con su presencia, el mismo
Rector Mayor) que han venido a sacar de su humil
dad habitual, a este esclarecido hijo de Don Bosco.
Nacido en San l'ictro Val hemiua, el dia 7 de
febrero de 185S, entró en el oratorio de Don Bosco,
a la tierna edad de diez artos y alli hizo los estudios
de i* y J* euscrtaiiza y se iniciri en el conocimiento
de la música, para la que, desde pcqtierto, demos
traba cualidades excepcionales.
Mucho antes de ser .sacerdote, fuó enviado, como
profesor, al C«)lcgio salesiano de Jlarsella, en cuya
aristocrática Parroquia, organizó una agrupación
coral de canto litúrgico, tan nutrida y perfecta, que
pronto se impuso a todas las demás de la ciudad y
rápidamente adquirió notoriedad en toda Praueia,
rivalizando sus audiciones cou las de la célebre
Sellóla Cantorum de Vicente d’Iiidy y Amadeo
Oastoué de París y las de Versailles, Dijon. etc. y
siendo la preferida, para solemnizar las grandes
fiestas de la Beatificación de Juana de Arco, en
1900.
El sabado, 3 de octubre, en la intimidad familiar,
siete venerables sacerdotes salesianos, D. Carlos
Tessa, D. Bartolomé Pértile, D. Natalio Brusasca,.
D. Horacio Garlando, D. Francisco Cottrino, D.
Domingo Finco y D. Lorenzo Saluzzo, a<nidieron
a la Casa Madre, desde distintos puntos de Italia,
para celebrar el 50° aniversario de su profesión reli
giosa, que tuvo el privilegio de ser recibida, la
primera vez, por el Beato Don Bosco, en el colegio
de San Benigno Canavese donde, precisamente, era
superior nuestro actual Rector Mayor, D. Felipe
Rinaldi.
Los siete beneméritos salesianos, todos con nieve
en los cabello.s, como es fácil presumir, pero también
con una carga, más que regular, de méritos y de
virtudes, oyeron una misa ante el altar mayor de
la Basílica de María Auxiliadora y a eso de las n
se reunieron en la capillita contigua al cuarto
de Don Bosco, para depositar en manos del Rvmo
D. Felipe Rinaldi la renovación de sus votos reli
giosos, con inmenso consuelo de sus almas y honda
emoción de cuantos lo presenciaron, que fueron
muchos.
Después de la ceremonia y de la palabra siempre
cálida y vibrante del Padre, que evocó recuerdos
gratísimos, pasaron todos al refectorio donde, aco
gedor y sonriente, quiso él sentarse en medio de
aquellos buenos hijos que, por espacio de cincuenta
artos, se han conservado fidelísimos a su vocación
y a las santas tradiciones salesiauas. ¡Dichosos
ellos!
¡lilP O R T A N l'E !
¡..i rflacióv df pesias, fundaciones y noticias s.i!''
siíinus cuya publicación se desea en este Boletín
es necesiitio que venga dirigida a Sr. Director del
Boletín Salesiano Español, Calle Coltolengo, 3-’
Turín (109). De no poner esta dirección, es jd:ii
que se cxttaiien los originales, o que ¡leguen a
¡a Redacción con excesivo retraso, viéndonos obliga
dos, en consecuencia, a dejar de publicarlas.
DE ESPAÑA Y AMERICA
ASTUDILLO (España-Palencia). — Colegio
Salesiano de Misiones. - Hacia la mefa.
El 24 de Agosto figura ya, por tradición, como
una fecha memorable, en esta casa de misiones,
pues es la que se ha elegido para despedir a
los generosos jóvenes que, después de haber
terminado satisfactoriamente su aspirantado,
ran a la Casa Madre de Turín para dar la
última mano a su formación religiosa.
Diez y siete eran los que se preparaban para
la partida.
Al medio día, superiores y alumnos se juntaron
en un mismo comedor; hubo discursos de des
pedida en que, la nota del entusiasmo misio
nero prevalecía sobre el dolor de la separación.
Algunos cantos y escogidas piezas de su reper
torio musical, tocadas por la bien organizada
banda, que iba a perder ocho de sus nuisicos,
dieron digno remate a aquella ficstecilla de
familia.
L a tarde los rexmió, de nuevo y ix>r última
vez, en nuestra hermosa iglesia, para la commemoración mensual de María Auxiliadora; al
pié de aquel altar, donde, tantas veces, habían
pedido luz y fuerza en los momentos críticos,
venían ellos a despedirse de su Patrona.
Fuera caía una ligera llo^’^^na que, por algún
tiempo, nos hizo temer que no pudiésemos
realizar nuestro programa de despedida, y
con esta preocupación, nos retiramos a des
cansar.
Mucho antes de amanecer, tocó la campana
y a pesar de ser la hora tan desacostumbrada,
e incómoda, se le obedeció prontamente y con
mucha alegría. Ansiosos escudriñaban nuestros
Seminario de M isiones de Aslndiilo (Palencia-EspaSa).
Los que marclian a Ilalia a conplelar so formación.
14
ojo» el ciclo q\ae mostrábase mucho más
benigno de lo que esperábamos, y , con la ale
gría en los rostros y la paz en el corazón, em
prendimos la marcha hacia Quintana del
Puente.
En bulliciosos grupos, bajamos, por la
ancha carretera, hacia el valle del Pisuerga,
comentando, por el camino, la partida de los
novicios, recordando a los que habían ido otros
anos y haciendo cálculos sobre los que debe
rían seguirles, en los años venideros.
Casi sin damos cuenta, llegamos al río que
dista unos seis kilométros. Lo atravesamos, sin
necesidad de la barca, pues todo su caudal
corría por el amplio canal de riego, y a las siete
y media en punto, entre amenísimas diarias
y alegres cantos, entramos en Quintana del
Puente, dirigiéndonos en seguida a la iglesia,
pues aún no habíamos oido misa y todos de
seaban recibir la Sagrada Comunión.
l ’omado un frugal desayuno junto a la fuente
del pueblo, nos encaminamos todos a la esta
ción. La hora de la separación se acercaba y
por lo mismo, se hacía sentir una preocupación
de tristeza. Pero pronto se impuso, ima vez
más. d entusiasmo misionero y todos deseaban
que pronto llegara, también para ellos, d día
de poder dar el adiós a la patria, al colegio y
al hogar, para sendr en las invictas huestes
de los guerreros de Cristo.
Se cambiaban los últimos saludos, se daban los
líltiinos abrazos, se repartían recuerdos y recibían
encargos, guando, de lejos, apareció d blanco
penacho de humo que anunciaba a todos la
llegada d d trén. Al entrar en la estación, cen
tenares de curiosos se apiñan en las ventanillas.
Nuestros compañeros suben y buscan, también,
su ventanilla, para dar aún im apretón de
manas, un efusivo saludo, un f)ensauiientorecuerdo que anima y consuela. E l tren parte,
se seca por acá y allá algtma lágrima. En
seguida sentimos el vacío qne han dejado, pero
pronto desaixirece ante la esi>eranza de todos,
de seguir pronto sus huellas.
Aún se veía d tren, eu el hermoso valle d d
Alarzón, cuando emprendimos la \nielta al
pueblo, sin los compañeros que habían ido,
{vro con más cntusiixsmo qne nunca para perseN’erur, firmes como rocas, en nuestra hertiiosísinm vocación, y en apresurar, todo lo po
sible, el día eu que, dando un adiós a los iitteroses
terrenos, poihunos volar al glorioso campo de
bis misiones salesinnas.
BARCELONA
(España). — Asamblea de
Acción Católica Juvenil en el Tibidabo.
Las montañas han sido siempre lugares pro
picios para consultar, con d cido, los graves
asuntos do las almas y por esto, los Sres orga
nizadores de la Asamblea de Acción Cató
lica juvenil, se acordaron d d Tibidabo y d
17 d d pasado julio, se encaminaron hada su
cumbre, con nutrido y brillante acompaña
miento de jóvenes, de todas las categorías
sociales.
Los PP. Salesianos tuvieron la satisfacción
y el honor de ofrecerles im amplio y magnífico
salón, donde poder edebrar las sesiones y
estas se desarrollaron con éxito, tan liso
njero, que superó las previsiones más opti
mistas.
Doscientos sacerdotes, de las distüitas dió
cesis de Cataluña, asistieron a dicha Asamblea
que ha tenido por objeto despertar, en los co
razones, ansias de apostolado y pone,r a los
jóvenes católicos en condiciones de poder
ayudar, eficazmente, a sus párrocos en las
tareas catequísticas.
Los discursos fueron, en general, elocuentes,
los debates interesantísimos y prácticas las
conclusiones.
A l terminar y como digno y obligado remate
de sus trabajos, pasaron los asambldstas a la
Cripta d d Templo expiatorio, para depositar, a
lospíés d d Sacratísimo Corazón de Jesús, todos
sus proyectos, consagrarse a E l y pedirle su
bendición que, no solo no les faltará, sino que
será abundantísima, porque la Acción Cató
lica es como la niña de los ojos de nuestro
Santo Padre Pío X I, Vicario de Cristo en la
tierra.
¡Oh Tibidabo, Tibidabo! ¿Cuándo veremos
terminado ese trono d d Amor divino, de que
te has hedió pedestal incomparable? Estamos
impacientes; hay en España sed de caridad,
hay necesidad, urgente, de luz y de consejo,
hay penas que parecen inconsolables y no pueden
quedar mucho tiem|x> sin refrigerio y todo tóo
hemos de ir a encontrarlo en tu cumbre, Tibi
dabo, eu esa cumbre alta, visible, soleada, que
Dios quiere tener abierta a todos los corazones
como abierta la tiene a todos los A-ientos; en e.sa
cumbre donde los cuerpos anémicos esponjan
sus pulmones de aire balsámico, que enriquece
la sangre y donde las almas cansadas irán
en busca de fuerza para no sucumbir en
sus ludias crueles contra loa, enemigos del
bien.
Quiera el cido que esas columnas, que aún
se alzan descamadas, en busca del espado, como
brazos desolados puestos en oración, reciban,
este mismo año sus arcos de piedra y la predosa carga de su ingente cúpula y que esta
suba, hasta las nubes, llevando d rico florón
de su efigie luminosa, en la que todos soña
mos, de ese Corazón de Jesús, mil veces ado
rable, que ha prometido reinar en España, no
de un modo cualquiera, sino con más venera
ción que en otras partes.
15
Asiudillo (Palencia-Espaoo). — Banda de música.
In specforía S a lesian a d e S an F rancisco S olan o (A rg en fin a -C ó rd o b a ).
El Instituto Teológico “ Clemente J. Villada y Cabrera”
Anfecedeníes.
necesidad de dar a los clérigos salesianos
uua completa formación eclesiástica, de acuerdo
con los Sagrados Cánones y con las Reglas de
la Congregación, preocupaba seriamente a los
Superiores de la Inspectoría de San Francisco
Solano, por carecer de un edificio adecuado
donde los futuros levitas tuviesen comodidad
de entregarse, de lleno, a sus estudios.
Pero d Beato Don Bosco, desde el cielo,
parecía que pensaba en la solución de este
problema, pues, a raíz de las solemnísimas
fiestas que en Septiembre de 1929, con motivo
de su Beatificación, se le tributaron en Córdoba,
sede de la nueva Inspectoría, dos Cooperadoras
Siilesianas, las Stas. Elisa e Indalecia Villada,
persuadidas de la excelencia de la obra de las
vocaciones eclesiásticas, y deseosas, al mismo
tiempo de perpetuar, en im magnífico monu
mento, la memoria de su padre, el esclarecido
patricio Dr. Gemente J. Villada y Cabrera,
se presentaron al Rdo. P. Pablo Vicari, Ins
pector Salesiano, ofreciéndole luia vasta ex
tensión de terreno, en las cercanías de Córdoba
y comprometiéndose a levantar, de su peculio,
el Instituto Filosófií» y Teológico.
La consfracción.
Tomadas las necesarias providencias, se
puso mano a la obra en los últimos meses de
ese mismo año, 1929.
Los trabajos, que ocuparon a muchos obreros,
se llevaron a cabo con toda prontitud y feli
cidad sin que íu e ^ menester interrumpirlos,
esto, a pesar de la crisis económica que ya se
dejaba sentir en ese tiempo.
Evidentemente el Beato Don Bosco bendecía
la obra que tanto le interesaba y se encargaba
de allanar las dificultades, a medida que iban
apareciendo. Así se explica como el Instituto
haya surgido de la nada, en toda su imponente
mole en el espacio de un año y pocos meses:
i6
benrlíjose la piedra fundamental el 30 de Sep
tiembre de 1929 y a principios de marzo de
1931, el edificio, aunque no terminado, daba
cómodo albergue a sus moradores.
Breve descripción del edifício.
E s una gram liosa construcción de cemento
arm ado, de 103 m etros de largo y 14 de ancho,
con (los alas perpendiculares de doce metro.s
en cada extrem idad; con.sta de medio sótano
destinado a refectorio y dependencias, y de
dos pisos, de los cuales, el inferior está dividido
en una serie de salones para capilla y aulas
escolares, gabinetes, etc. y el superior presenta,
u anilKDS extrem os, dos salones donnitorios de
40 por 14 con sus respectivos lavatorios y
baños y en el centro una serie de pequeñas
celdas.
Romijieiido agradablemente la uniformidad
de la larga línea arquitectónica, la parte central
del edificio (en la que se hallan la portería, el
locutorio y las oficinas de la dirección), se ade
lanta de unos metros y se eleva de un piso
más que remata eu una pequeña azotea con
mirador.
En el frente que da al Sud y en el primer
piso se extiende un soberbio claustro de 88
metros de largo por 6 de ancho, con esbeltos
arcos y columnas cuadraugulares. lugar pre
ferido ix>r los estudiantes para los recreos mo
derados.
Ivos planos fueron diseñados por el Rdo.
P. Florencio Martínez, salesiano, discípido del
P. Ernesto Vespignani, tan conocido en el mundo
artístico, Iva concepción del Padre Martúiez,
original y bella dentro de la sobriedad y sen
cillez de las líneas arquitectónicas, ha merecido
generales alabanzas.
E l edificio se ha constm ído con anrplio cri
terio moderno cu lo coiiceniiente a exigencias
lügiénicas de lim pieza, aire, lu z y calefacción,
y s e p u las proscrii>cioncs ¡Xídagógicas, en lo
relativo a la ¡jarte escolar, aprovechándose
todas líís enseñanzas q\ic la técnica y una larga
experiencia han dictado en esta m ateria.
Situación.
I.a ubicación del edificio no p<Hlía ser más
acertada. A su alre<letlor se extienden600 hectá
reas de terreno cubierto, en gran parte, de bas
ques vírgenes, los que cederán el puesto a má.s
útiles cultivos, cuando pueda realizarse el
proyecto de fundar una escuela de agricultura
¡xira los niños y jóvenes de la zona. Al Oeste
cierra el horizonte la \-isión de las cercanas
sierras de Cóixloba, tan celebradas por sus
bellezas naturales y artificiales y tan frecuen
tadas por los turistas.
Levantándose el edificio sobre una colina
de las últim as estribaciones de dichas sierras
hacia el N orte se domina, en tod a su extensión,'
im am plio y hermoso panoram a de la llanura
cordobesa, donde las graciosas casitas, de ele
gan te arquitectura, alternan con la verde es
m eralda de los cam pos y arboledas.
A pocos pasos del Instituto, y formando el
límite de la propiedad, se desUzan, mansamente,
las aguas del Río Primero, cuyas orillas, som
breadas por añosos sauces llorones y otres ár
boles, son la meta preferida de los jóvenes
alumnos. Como se ve, pues, el paraje es nmy
a propó.sito para el silencio, el sosiego y la
meditación formando un ambiente propicio a
los estudios de los que, un día, tendrán en
sus manos la suerte de la Congregación en
estas provincias del interior.
La inauguración.
Aunque el edificio comenzó a habitarse en
marzo, sin embargo, como falaban aún muchos
detalles, hubo de diferirse la inauguración
oficial hasta el mes de septiembre y precisa
mente hasta el 30. día de San Jerónimo, Pa
trono de la provincia. L a ceremonia efectuóse
a las 17 horas y fué honrada con la presencia
de S. E. Monseñor Fermín E. Lafitte, Obispo
Diocesano, y de ilustres representantes del
clero, de la magistratura, del ejército y de la
sociedad cordobesa; asistía también el Rdo.
P. Pablo Vicari, Inspector y las distinguidas
donantes con miembros de su familia,
Inició el acto la ejecución del Himno Nacio
nal. después del cual, el Sr. Obispo, revestido
de los sagrados ornamentos, pronunció las pa
labras litúrgicas de la bendición. Ocupó luego
la cátedra el orador oficial, Pbro. José C. Silva,
salesiano, director del colegio «Don Bosco 5
de Buenos Aires, quien supo atraerse la aten
ción con la profundidad y oportunidad de su.*;
conceptos, como por la belleza de la forma y
el calor de la expresión; fué m uy aplaudido y
felicitado.
La Schola Cantoriim del Instituto ejecutó,
con maestría, el «O Quam Meiueiidits * del
Cardenal Caglicro, y otras piezas de mi'isica
clásica; la banda del colegio Pío X amenizó el
acto con irnos trozos de su repertorio.
En seguida, los concurrentes, pasaron a otro
salón donde fueron obsequiados con un lunch
en el cual se brindó por la prosperidad del
Instituto.
Lápida conmemorativa.
Ivos Iiijos de Don Bosco, deseosos de ofrecer
un modesto tributo de agradecimiento a las
dos beneméritas ccxjperadoras donantes, lu
cieron esculpir una artística lápida que descu-
£1 nuevo Insfiluio “ Clemente J . Villada
brieron el mismo día de la inauguración. La
lápida es lui primoroso y magnífico trabajo
efectuado en maestras escuelas profesionales
de Rosario. En el centro, rodeado de ramos
de laurel y coronado con la cruz y los escudos
de Córdoba y de la Congregación Salesiana,
se destaca el medallón del Dr. Clemente J . ViUada y Cabrera; debajo aparece un dibujo del
frente del edificio, con la siguiente leyenda;
«La o b r a d e D on* B osco a l a m em oria
11,1'STRE PATRICIO DR, CLEMENTE J. VlLLAUA
Y Ca b r e r a , d e d ic a ■. « Sus h ija s E l is a e
INDAT.ECLA VlLLADA, PARA PERPETUAR EL RE
CUERDO DE LAS VIRTUDES DE SU P.ADRE, CONS
TRUYERON ESTE INSTITUTO FILOSOEICO Y TE"
LOGICO, EN PRENDA DE CARIÑO Y GRATITUD
FIIJALES — 30 DE SEPTIEMBRE DE 1931 *.
La lápida colocada en la sala de honor del
Instituto recordará, siempre, a sus moradores
y a los arisitantes, la generosidad de esas dos
*lmas hacia la obra de Don Bosco.
Los alumnos.
El Instituto ha sido puesto bajo la protecdel Angel de las Escuelas y Prmcipe de
L->teólogos, Santo Tomás de Aqnino. Cuenta en
»aactualidad c»n 39 alumnos; 17 son del curso
‘ i-olisco, los restantes atienden al estudio de
-i filosofía y a las asignaturas del curso normal
".ne los habilitan para el ejercicio del magislo » en las provincias del interior.
Los programas del curso teológico, como
también los métodcs 5' horarios, están en
todo conformes con los que rigen en el Instituto
Inteniacional de Turín donde funciona, desde
varios años, im estudiantado modelo en su
género que ha dado y a a la Congregación y en
esi>ecial a la República, sacerdotes m uy pre
parados. Ivos alumnos, ix>r su parte, están ani
mados de la mejor buena voluntad, como lo
dem uestra,. entre otras pruebas, el solemne
Congreso de Formación Eclesiástica que efec
tuaron en el mes de agosto, y que fué presi<lido
por el Rdo. P. Pedro Berruti, In.s])cctor de los
casas de Chile, y VLsitador Extraordinario de
estmiiantados teológicos en nuestra República
y en la del Uruguay.
Conclusión.
L a Inspectoría de San Francisco Solano está,
pues, de enhorabuena habiendo dado, con este
Instituto, feliz solución a uno de sus más arduos
problemas, cual es la formación religiosa e in
telectual de su personal.
Todos los años saldrán de esta casa hábiles
maestros y sacerdotes celosos que, reempla
zando a los difuntos y a los ancianos, seguirán
manteniendo, en toda su vigorosa floración,
la eterna juventud de la Iglesia y de las obras
de Dios.
Quiera el Señor bendecir a las dos almas
generosas que levantaron este edificio, a cuantos
le prestaron su cooperación y a los que seguirán
prestándosela.
i8
DERNAL (Argeníina-Buenos Aíres). — Bri
llante actuación de la Schola Cantorum
" S a n to C ecilio".
Rvdmo Sr. D. Felipe Rinaldi,
Amadísimo Padre: Quiero comimicarle una
noticia que, de fijo, alegrará su corazón. Con
motivo de las solemnes fiestas de Ntra Sra. de
la Guardia, Patrona excelsa de Beraal y las
de Santa Rosa, que lo es de toda la América
española, nuestra Escolanía i Santa Cecilia *
que, tan brillantemente, dirige el P. Eanabruschini, ha dado una serie de magníficas audi
ciones que dejarán imborrable recuerdo en
esta ciudad.
Ivas composiciones sacras * María Virgo Poteus » « Siguum magnum » y « M agníficat», a
tres y cuatro, voces, de Pagella, el «Domine,
non sum digims » de Victoria, el «O sacrum
convivum » dcl propio P. Lambruscliini y es
pecialmente las misas, 2* Pontifical de Perosi
y la de Sancho Marracó, a cuatro voces solas,
fueron ejecutadas con verdadera maestría y
demostraron que, en las casas salesianas,
siguiendo la tradición iniciada por su Fimdador
el Beato Don Bosco y las prescripciones de la
Iglesia, se cultiva, con verdadero amor, respeto
y dignidad, el canto litúrgico.
IvO deiiiás estuvo también, a tono, con la
música en estas solemnes fiestas de Agosto.
Ivos sermones de los PP. José Clemente Silva
y Antonio Zita, prefecto este del Colegio, que
supieron infundir, en el corazón de los oyentes,
un ardiente amor a la virtud y una devoción
filial y sincera a la Reina del cielo; las primeras
comuniones de los niños que, en todos, excitaron
una santa envidia; la edificante piedad de los
fieles bemalenscs que asistieron a los cultos,
llenando literalmente et templo; las paternales
palabras de aliento dcl P. Director D. Nicolás
Esandi y, finalmente, la l ’crcgrinación genovesa
que. presidida por el Rvdo P. Cabrini, llegó
de Buenos Aires, contribuyendo a saturar más
y más el luubiente, que ya estaba lleno de
piedad y entusiasmo,
llvoado sea Dios por todol
Bendíganos, Rvmo P. Rinaldi, para que los
salcsianos de Bental seamos siempre £er\'orosos
paladines dcl decoro de las f\mciones sagradas
y enumoradivs devotos de María Santísima,
nuestra madre amantísima.
¿'m humilde hijo q. b. s. m.
F. A in r o c sit .
CALCETA - CU EN CA (Ecuador). — fiesta
de María Auxiliadora.
En i 8q 7 pasaron por este pueblo los salesianos, hermanos nuestros, desterrados del
Ecuador por la revolución allí imperante; la
Srta Guillermina bYauco hija del general que
los había sacado de Quito, les acogió y aten
dió con una caridad exquisita y ellos, agra
decidos, depositaron en el pueblo, como regalo
precioso, las primeras semillas de oro de la
devoción a María Auxiliadora.
Aquellas semillas dan ahora su fruto, pues,
cada día, el amor a la Reina del cielo es más
palpable y cada año se hacen con mayor so
lemnidad los cultos del mes de Mayo, especial
mente, desde que se hizo cargo de la parroquia
el Rvdo Sr. D. Imís M.o Pinto, ex-alumno
salesiano. Heno del más cariñoso entusiasmo
por la Obra del Beato Don Bosco y apóstol
incansable de María Auxiliadora.
Este año la fiesta tuvo más ambiente que
otros años. En la misa de comunión general
pasaron de 300 las Hijas de María, Sras. del
Apostolado de la Oración, Congregación de
San José, etc. que se acercaron al banquete
eucarístico. después de cuya misa, el bueno y
celoso párroco de Calceta consagró, solemne
mente, a todos sus feligreses a María Auxiliadora y de un modo especial, a los niños.
La devoción a la Virgen de Don Bosco se
extiende también, que es im consuelo, por todos
los pueblos comarcanos, produciendo, por do
quiera, un bello florecimiento de la vida espi
ritual. A este respecto nos escribe el susodicho
párroco: Desde que impera esta devoción de
María Auxiliadora, todo v a aquí viento en
popa; los hombres se hacen más generosos y
amables, las nurjeres más piadosas y carita
tivas, los niños más dóciles y obedientes; ahora
los Coros de la corte perpetua han venido a
reforzar, todavía más, esta acción benéfica.
Llenos de viva gratitud hacia la Obra Salesiana, que tanto bien hace en el mundo y es
pecialmente en estas tierras, hemos bautizado,
con el nombre del Beato Don Bosco, una her
mosa carretra abierta eii el corazón de la mon
taña, entre Calceta y Santo Domingo.
SUCRE (Bolivia). — Nuevos albores de vida.
E l colegio Don Bosco de esta capital, que
ha pasado por momentos seriamente crílicos,
va volviendo a las épocas de su mayor prospe
ridad, gracias a las actirídades desplegadas por
sus últimos directores.
Sus talleres, montados con los modernos pro
gresos de la mécanica; su imprenta con Intertype de modelos últimos; y sobre todo, su lito
grafía que es la primera, sino la única en Boliría, y en donde se han ejecutado ya delica
dísimos y artísticos trabajos, son toda un*
seguridad para el porvenir del estableciniienta
Mas no era a estos progresos, a los que de
seábamos referimos.
H ay otros que son más significativos.
Cuando el 18 de mayo del año en curso,
IQ
asistimos a la fiesta que se celebraba en el
Colegio Don Bosco, al oir hablar al actaal di
rector de la reorganización de los exaluninos,
de la forma en que él esbozaba su programa,
nos pareció que se proponía algo que no suele
dar de sí la idiosincracia local.
Y sin embargo, los esalumnos están ya cons
tituidos; tienen su salón para las reuniones,
para sus recreos; tienen su billar, un modesto
bar y lo que más significa, los vemos pasar
semanalmente, por bajo de nuestras ventanas,
en perfecta formación, para dirigirse a los cam
pos de deportes, de donde Auielven a su colegio
para las prácticas religiosas, amenizadas con
música, y de donde se retiran a sus casas, a
comunicar a las propias familias las gratas y
sanas alegrías experimentadas.
El domingo próximo pasado, el Padre Gasbarrí, volvió otra vez a reunimos. E sta vez era
para reorganizar a los cooperadores.
La in-\-itación fué correspondida por la ge
neralidad de los invitados, entre los que ano
tamos lo más representativo que tiene la ca
pital, tanto entre los cabaJleros y jóvenes, como
entre las señoras.
Se recordaron deberes; se hizo música; hubo
proclamación de los directorios y se acabó por
la aprobación de cuatro telegramas, dirigidos
respectivamente al Santo Padre, al señor Pre
sidente de la República, al Reverendísimo Padre
Rector Mayor de Turín, y al Padre Visitador.
GUAYAQUIL (Ecuador). — Impresiones del
limo. Moas. Comin sobre e l X I Congreso
de Cooperadores Salesianos celebrado en
Bogotá.
La Junta Directiva del X I Congreso Inter
nacional de Cooperadores Salesianos, me pide
algunos pensamientos para el álbum recorda
torio que se va a publicar, con las Actas y
Acuerdos de las diversas sesiones. N o pueden
aer mis palabras de simple aprobación o adhe
sión a un Acto en el cual he tomado parte di
recta, accediendo, gustoso, a una gentil invi
tación; deben ser de jubilosa y plena felici
tación por el éxito de todos y de cada uno de
los festejos, en honor del Beato D. Bosco v,
particularmente, por el magnífico resultado del
XI Congreso de Cooperadores Salesianos y del
Ul Nacional del Antiguos Alumnos.
He constatado, de visu, las grandes simpatías
qut la noble Nación Colombiana tiene para la
Obra de los humildes Hijos de Don Bosco.
He admirado cuanto, con el apoyo de los Coo
peradores Salesianos y la franca aprobación
de las Autoridades de la Nación, han hecho,
basta ahora, estos religiosos y , por eso, tengo
fe en una m ayor pujanza y éxito de sus obras
para el porvenir, tanto más, cuanto que las
conclusiones del X I Congreso Internacional de
Cooperadores, son fruto de un selecto núcleo
de apóstoles sociales.
Considero este Congreso como una crista
lización pura de los deseos del actual Pontífice
que invita, a todos los seglares, a secundar las
normas de la Jerarquía para extender más y
mejor el Reino de Cristo. La obra de los Coop>eradores Salesianos es y debe ser la quinta
esencia de una acción católica, prácticamente
aplicada a la salvación de la juventud, a la
enseñanza del Catecismo, a la instrucción del
obrero y a la evaugelización de los paganos
y de los salvajes. Los Cooperadores SaIe.sianos
realizan el ideal del Beato Don Bosco: Almas,
almas para el Cielo; Da mihi animas, caetcra
tolle.
En m i nombre, en el de los Misioneros de
Méndez y Gualaquiza, y en el de mis pobres
jíbaros muchas veces favorecidos p>or los Coo
peradores Salesianos de Colombia, presento mis
enhorabuenas a los promotores de este Con
greso y les en^río mis votos y bendiciones, para
que Dios realice y consolide las sabias conclu
siones a que han llegado los ilustres Congresis
tas.
D om ingo C om in
\'icario Apostólico de Méndez y Gualaquiza.
Guayaquil 29 de agosto de 1930.
PORTO V IE JO (E cu a d o r - M a n a b i ). —
Tengo el gusto de ccmunicarle que, este año la
novena y fiesta de María Auxiliadora resultaron
m uy bien, con mucha concurrencia de fieles y
muchas comuniones. También hemos tenido la
grandísima satisfacción de ver establecida aquí
la Archicofradía de María Auxiliadora, impo
niéndosenos la medalla con la cinta azul y rosa
el día 23 de Mayo a unas 35 socias, por el Rvmo.
Sr. Administrador Apostólico.
L u z A g r ip in a M k n d o za y V hra
Celadora Salcsiana.
(Extracto de una carta dirigida al P. líinaldi
con fecha del 15 de Julio de
YUM BO (COLOMBi.\). — Este año no pudi
mos celebrar la fiesta de nuestra Madre María
Auxiliadora en el mes de Mayo; pero la trasla
damos al 27 de Julio, resultando una fiesta muy
lucida. Hubo misa de Comunión General en la
que se vió lo mucho que aquí se quiere a María
Auxiliadora, por lo numerosas que fueron las
comimiones; hubo también misa cantada con
sermón, vela del Smo. durante el día, y a la
tarde procesife, en la que tomó parte toda la
población. Esto fué lo que se pudo hacer en
honor de nuestra Excelsa Patrona.
F i d e l G o n z á l e z , Decurión Salesiano.
(Carta dirigida al P . Pinaidi en Setiembre
de 1931).
20
M onseñor M A L A N ¡ha muerío!
O b is p o de Petrolina (B rasil) y Padre de los indios Bororos.
U no V ococión
p ro d ig io sa .
No era día de fiesta,
ni se celebraba en la
Basílica de María Au
xiliadora, ninguna de
esas solemnidades- que
dejan en el espíritu
huella imborrable y,
sin embargo, la amplia
nave del templo liallá
base llena de fieles
que, como de costum
bre, acudían a oir la
misa del Beato Don
Hosco.
Cuando el santo sa
cerdote estaba ya con
el cáliz en la mano,
descendiendo las gra
das del altar de San
Pedro donde acababa
de celebrar, fijóse en
ima pequeña llama de
fuego que. desprendiéndose dcl de María A uxi
liadora, iba a posarse sobre la cabeza de una
de las personas que junto al comulgatorio
estaban. Su familiaridad con lo sobrejiatnral
había llegado a ser tan grande que, en su
exterior, no se observó nada extraño, detúvose
tan solo un segundo, para envolver, con sus
dulces ojos, a aquella persona y siguió su
camino hacia la sacristía.
Media hora después, hallábase ya el buen
Padre en el patio de recreo, rodeado de sus
huerfanitos, cuando un forastero se acercó a
él y le besó la mano... En el acto reconoció a la
persona aquella del comulgatorio; le acarició,
bondadosamente, con su mirada, le dirijó al
gunas palabras, cor
respondiendo a su sa
ludo y con gran dul
zura, le invitó a subir
a su despacho, para
comunicarle algo im
portante....
Cuando aquel joven
bajaba del cuarto de
los prodigios, estaba
y a marcado por Dios,
tem'a tomada su reso
lución, sería sacerdote
y misionero de Don
Bosco...
Así nació, para la
C on gregació n Salesiana el Padre Antonio
Malán, así entró, en
los campos del apos
tolado, por el atrio de
lo maravilloso, señal
evidente de que Dios
quería hacer de él
uno de sus más pre
ciosos vasas de elección.
Natural de San Pedro de Cúneo, (Italia)
donde vió la primera luz el i6 de Diciembre
de 1862, fué llevado a Francia, niño todaria,
y al cumplir los veinte años, volvía a la patria
amada para someterse a los deberes mili
tares. Tal vez su visita a Don Bosco obe
deció a la natural curiosidad de conocer a
un santo, cuya fama había rebasado las fron
teras; acaso, y esto parece lo más cierto, fué
a visitarle, expresamente, para que le acon
sejase sobre su vocación, fijando de este
modo el nimbo definitivo de su ^rida, que
solo de un modo m uy vago se dibujaba en
su alma.
21
Figura d e m isionero.
Mons. Malán era la genuina figura del miáonero. como los obispos salesianos que, antes
ijue él, franquearon las puertas de la eternidad;
como Cagliero que fué el que clavó en las Américas la bandera salesiana; como Lasagna que
la hermoseó con su ciencia; como Costamagna
que la inflamó con su celo; como Versiglia que
le dió la púrpura de su martirio.
Su campo de acción fué el Brasil, teniendo
que operar en el mismo corazón rudo y sel
vático de la inmensa República, en el Mato
Grosso, con su millón y medio de kilómetros de
superficie, donde llegó en 1889, como jefe de
la primera espedición de misioneros que salió
de Itaüa a raiz de la muerte de Don Bosco,
estableciendo contacto con las tribus de los
Bororos y Coreados, acaso las más salvajes de
-■ bnerica, siempre en continua hostilidad con
una naturaleza llena de enemigos formidables
y siempre con la büis irritada por los cnxeles
Fa(-endeiros de las factorías que, en sus razzias
violentísimas, los cazaban como fieras.
Teodoro Rooswelt, en sus Memorias de viajes,
dice que no se sabe de ningima tribu salvaje
del Brasil que haya cometido mayores depre
daciones que ellos, ni haya inspirado mayor
terror a las tribus limítrofes.
Fácil es, pues, adivinar todo el cúmulo de di
ficultades que Mons. Malán y sus compañeros,
los PP. Bálzola, Solari, Turriccia y Colbacchini,
con algunas Hiijas de María Auxiliadora, tu
vieron que derrochar, para internarse en aquellas
selvas erizadas de obstáculos naturales y hacer
la captación espiritual de semejantes fieras
humanas.
A fuerza de enormes fatigas y sacrificios
sobrehumanos, aquellos salvajes fueron alraidos
por el misionero, amansados, dcsannndos y
surgieron las bellas Colonias dcl Sgdo Corazóji,
junto al rio Baneiro, la de María Inmaculada
junto al rio Das Gar9ns y la de San José a
orillas del Sangradouro, en cuyas Colonias, con
la suavidad de las costumbres cristianas, stirgieron los primeros rudimentos de la cultura
científica y algunas pequeñas explotaciones
ganaderas y agrícolas. Simultaneados con el
café y la caña de azúcar, viéronse rápidamente
aclimatados, cereales y legumbres, árboles
frutales y viñedos y hasta se inició a los indios
en el tráfico comercial, creando, para ello, un
especial signo monetario de hoja de lata.
H oy aquellas Colonias son verdaderas ciu-
E xifos y conquisfas.
El éxito, a pesar de todo, fué rotundo y
definitivo. E n 1895 el P. Malán pudo ya fundar
la Colonia de Santa Teresa, donde vn%-ían com
pletamente reducidos unos 600 indios Bororos;
en 1897 exploró las tribus de los Parecis; en
1900 %isitó a los Cajábis y, poco años después,
fflia inmensa parte de la selva estaba domesti
cada y sus habitantes bautizados y convertidos
4 la suave ley evangélica.
EJ P . Msl&n CD plena selva.
22
P lá cem es y condecoraciones.
Ante resultados tan consoladores y magní
ficos, no tiene nada de extraño que hayan
llovido, sobre el Padre Malán, honores y ben
diciones sin cuento. En 1914 Pío X , de santa
memoria, lo premió con la dignidad episcopal,
elevando, a Prefectura Apostólica, toda la re
gión del Registro de Araguaya; en 1924 Pío XI
le dió aún más categoría, trasladándolo a la
diócesis de Petrolina, donde tuvo la satisfacción,
el nuevo obispo, de iniciar y terminar la cons
trucción de una catedral soberbia.
Cuando el P. Malán se hizo cargo de Araguaya, esta contaba solamente con 800 habi
tantes y al abandonarla, tenía ya cerca de
4000, con dos colegios magníficos, hospital,
escuelas públicas, observatorio meteorológico
y otras instituciones de carácter cidturd y
benéfico.
E l veferano m uere en Ja brecha.
catedral de Peirolina.
dades en embrión, a base de familias ordenadas
y estables que conviven, pacíficamente, cada
día más olvidadas de las costumbres de su
vida nómada. Alegres bandadas de niños, ves*
tiditos a la europea, saltan y corretean en
tom o de las alineadas malocas, cantando, como
los pájaros, el alborear de la civilización cris
tiana y ora aprenden el catecismo, ora escri
ben y deletrean, alternando la piedad con el
trabajo y con la música instrumental y vocal
y creciendo y multiplicándose, bajo la bendi
ción del suceulote, como la simiente de nuevos
pueblos que darán días de gloria a su patria,
si el \-aho del snpcrmaterialismo no los per\ierte.
Aquella furia de trabajo abrumador e ince
sante había de quebrantar, al fin, la fibra del
gran Obispo, que era robustísima, y a la edad
de 69 años ha dejado de existir, en su campo
de apostolado, bendecido por la Iglesia, hon
rado por la nación que recibe, de sus manos,
extensos territorios, abiertos al progreso, sin
haber tenido que disparar im solo tiro y llorado
por las nuevas cristiandades arrancadas a la
selva y por la familia salesiana que. si bién
siente el dolor de haber perdido, en Mons. Ma
lán, a uno de sus hijos más ilustres y más que
ridos, lo ve, por otra parte, compensado con
la esi>eran2a de que tiene un nuevo y valioso
abogado en el cielo, junto a María Auxilia
dora y al Beato Don Bosco; a pesar de cuya
esperanza, pide a todos sus cooperadores y
amigos, una fen*orosa oración por el eterno
descanso de su alma.
I
DE N U E S T R A S M ISIO NES
Rosas y espinas de la vida misionera.
«Atravesar los mares, salvar im alma y
después morir * exdam aba el P. Chicard, apóstol
de la China, cuando, ante sus ojos, ávidos de
nuevos horizontes, brillaban, en todo su fulgor,
los primeros albores de su vocación misionera.
¡Cuantas veces yo también, de niño, me en
golfaba en la lectura de las gestas lieróicas,
llevadas a cabo por los misioneros, en lejanas e
inhospitalarias tierras y me imaginaba su vida
como una novela de aventuras, como un ga
lopar alegre y pintoresco, a través de inmensos
prados y enmarañadas florestas... y deseaba,
yo también, desembarcar en alguna isla miste
riosa, con el crucifijo en la mano y un corro de
salvajes pendientes de mis labios!
Esta es la parte poética, si se quiere llamarla
así, pero la realidad de todos los días y de todas
las horas, es bién distinta.
Atravesar los mares no es ningi'm trabajo
del otro mundo, como no lo era, de ordinario,
durante la guerra, tomar por asalto una posi
ción avanzada. Lo difícil, lo que siempre re
quería el máximo sacrificio era conservarla,
en medio de un incesante diluvio de fuego y
de los furiosos contraataques del enemigo, era
vigilar, de día y de noche y sostener el lento
martirio de las trincheras.
Es, precisamente, lo que le ocurre al misio
nero. No le faltan, no, por la misericordia di
vina, rosas abundantes que amenicen los ca
minos que ha de seguir y son rosas m uy perfu
madas, por ejemplo, la correspondencia afec
tuosa que encuentra en miles de corazones
sencillos, condenados al ohddo y todas esas
conversiones maravillosas que florecen a su
paso, como capullos abiertos de los jardines
del Rey. Pero, en medio de estas rosas, ay!
mantas espiuas se ocultan, enrojecidas con
la sangre del apóstol de Jesucristo, que se va
perdiendo, gota a gota, en una vida áspera
de cotidianas inmolacionesl
Un día, im celoso misionero del Assám debía
trasladarse a una localidad, p>erdida entre el
laberinto de las colinas Klrasi, donde aún no
había llegado el eco de la Buena Nueva.
Dos jom adas de camino, por veredas imprac
ticables y a través de desfiladeros abruptos,
en cuyo fondo rugían los torrentes, lo habían
debilitado, de tal suertb, que, a duras penas,
podía tenerse en pié. A pesar de ello, era pre
ciso continuar, porque resultaba peligroso pasar
la noche en aquel paraje desierto, infestado
de osos y de chacales. «Allá, en la cumbre de
aquel monte hay una aldehuela, aceleremos
el paso, tal vez llegaremos antes de que se
ponga d s o l » le había dicho el guía. El misio
nero miró hacia arriba, vió aquel calvario de
lajas puntiagudas que formaban el camino del
empinado repecho, lanzó un suspiro y dijo:
* Bueno, adelante: en la cima de la.s montañas
el Señor hace, también, brotar rosas» a medida
que subía, el camino empeoraba, enriscándose
y retorciéndose de una manera diabólica sobre
aquellas cumbres peladas, como si quisiera
lanzarle un reto y al pobre misionero no le
quedaban ya más fuerzas...
Los últimos rayos del sol tiñeron, por unos
momentos, de un rojo \*ivo, como de sangre,
las más elevadas crestas y, en seguida, la noche
dejó caer su velo tenebroso sobre todos los
objetos, haciendo la situación más desoladora
y triste. Si antes sera difícil seguir avanzando,
ahora, con la obscuridad y el viento que, de
puro frío, calaba los huesos, se hacía casi im
posible. A pesar de todo, había que seguir
y siguió; sacando del bolsillo el santo rosario
empezó a rezarlo, tropezando y cayendo a cada
paso.
Cuenta xma antigua leyenda que un pere
grino, habiendo tenido que atravesar, de noche,
im bosque plagado de ladrones, rezaba también
d Rosario y a cada A ve María, salía de sus
24
la1)ios una rosa perfumada, ante cuyo prodigio
atemorizados los bandidos, no osaron poner
en él sus manos y hacerle daño.
El hecho <iue estoy refiriendo no es ninguna
leyeinhi, es una realidad. A cada A ve María
c(ue salía de los labios del misionero, los án
geles (k-1 cielo iban añadiendo un alma, a la
preciosa corona cpie de ellas se estaba prepa
rando, en lo alto de aquel monte.
Y a la noche iba muy avanzada, cuando unas
lucccitas que temblaban, a través de los bam
búes gigantes, le indicaron que, finalmente,
estaba allí la aldea; un esfuerzo aún y llegó.
ráfagas del dentó, lanzaban extraños resplan
dores y una desenfrenada babel de gritos inar
mónicos atronaba aquellas alturas, yendo a
perderse en los lejanos y profundos valles.
En un abrir y cerrar de ojos, todos se habían
sentado en tierra, absolutamente todos, apre
tujándose unos contra otros, poseídos de una
ansiedad y de una expectación indescriptibles.
E l desventurado misionero, con todos sus
músculos doloridos y llenos de sangre y sin
poder hablar apenas, a causa de la prolongada
falta de alimento, mas bién que hacer largos
discursos, sentía una necesidad irresistible de
Los caminos del misionero.
Aquella nunca imaginada \*isita produjo un
revuelo enorme. Ivos Khasi se p;rsan los horas
muertas acurrucados, al mnor del fuego y allí,
los más viejos, cuentan sus fechorías, mientras
deiiuís mastican la nuez del <-b e te l» y la
gmesa pijxi fmniliar va <lando \-ueltas por el
corro, (le mano en mano y de boca cu boca:
cuaUiiúer C(vsa que los distraiga de esta su única
cK'uixiciém habitual es. para ellos, un acontecimicnt*'. Xo es extraño, pues, que al correrse
la V",- do (luc había llegado un l’ hadar, (padre)
de largas barbas, tcxlos se (,'chasen fuera de
sus chozas, (xtra reunirse en la explanada
central del i>obIado (¡ue era, a la vez, mercado,
tribunal, ixirlamento... un vehladero foro ro
mano.
escena resultaba, por demás, caracterís
tica: azotadas las antorchas por las fuertes
comer y de acostarse. Su pensamiento voló,
por un instante, hacia un hogar tibio y lejano
donde un corazón materno suspiraba por él
y en sus ojos brilló ttna lágrima... fué tina fla
queza momentánea.
Había delante de él tantas almas, que tenían
hambre de un Pan infinitamente superior al
que él echaba entonces de menos; había tantos
corazones petrificados en el liielo, que esperaban,
hacía tanto tiempo, el fuego del Amor divino...
Comenzó pués, instruyéndoles, hablándoles del
Padre que está en los cielos, de Jesús, el Buen
Pastor, que tanto amó a sus ovejitas, que murió
por ellas y envió ai misionero a buscarlas para
meterlas en su redil... Sus paternales exhorta
ciones, forjadas dentro de un pecho que era
un homo encendido, adquirían, en m ^ o del
silencio de la noche, ima resonancia misteriosa
25
y salían con una fuerza de com icción irresisti
ble. Los pobres paganos, que jamás habían
oido palabras de Vida eterna, estu\úéronse
mucho tiempo quietos y atentísimos y, cuando
voMeron a sus cabañas, adivinábase, clara
mente, que la semilla había caido en buen
terreno.
AI día siguiente, m uy de mañana, el pequeño
altar portátil del misionero estaba y a montado,
bajo el azul cobalto de la bóveda celeste. Un
grupo de indígenas que habían ayudado al
Padre en la maniobra, sin entender lo que
hacían, escuchaban, silenciosos, lo que este
les iba diciendo y en sus ojos se traslucían las
ansias de verdad que buHían en sus entrañas.
Cuando el misionero les pregiintó si le habían
comprendido y si estaban dispuestos a entrar
en el gremio de la Iglesia, todos contestaron
afirmativamente y, al hacerles obsen’-ar que
aún era necesario esperar algunos meses, antes
de recibir el Bautismo, para poderse instruir
debidamente, surgió, unánime, una voz de
protesta: «No, queremos ahora mismo el agua
que purifica el alma. Si tu te marchas de aquí,
es posible que nos quedemos sin ella, para
siempre ». ¿Cómo resistir a tan santos deseos?
Con el corazón pues, profundamente coinuo■ súdo, el Ministro de Dios comenzó las ceremonias
del sagrado rito, mas he aquí que, ajxuius ini
ciadas, se presenta otro gnqx) gritando: « Phadar, phadar! también nosotros queremos ser
ovejitas de Jesús, danos el agua». E ra una
escena que solo tenía semejanza con la de
Pentecostés.
Cincuenta y una fueron las rosas que. aquel
día, abrieron sus pétalos al Sol de la gracia
bautismal... y empezó la Santa Misa y el mi
sionero la celebraba, llorando de alegría, porque
le era imposible contener su emoción.
Nunca, en su larga \dda de apostolado, había
encontrado juntas y antrelazadas tantas rosas
con tantas espinas.
Shilong. 3 de Mayo de 1931.
L u is R a v a r ic o , Pbro
misionero Salesiano.
H ong K o n g (C h in o).
Diez Ordenaciones Sacerdoíales.
Hong Kong, 17 de Julio de 1931Amadísimo Padre:
Mientras la vasta provincia del Kuang Tung,
rebelándose contra ¿ Gobierno Central, se pre
para para una formidable campaña de guerra
y de estrago, que tendrá por campo el terreno
de nuestra ya tan probada Misión, ante la in
certidumbre del mañana y como para animamos
a ima serena confianza. Dios misericordioso
nos ha proporcionado una gran alegría e in
menso consuelo. E l 30 de Mayo diez de nuestros
estudiantes de Teología (la mayor parte de los
cuales han hecho sus estudios aquí en China)
eran ordenados sacerdotes. L a conmovedora
función se llevó a cabo, con toda la solemnidad
de los ritos, en la amplia catedral de Hong
Kong, dedicada a la Inmaculada, actuando de
(xsisagraute S. E. Rvdm a. Mons. Enrique Valtorta, gran amigo y ferviente cooperador de la
Obra Salesiana.
Asistían a la hermosa ceremonia, como para
suplir a los parientes de los ordenandos, for
mando preciosa corona, muchos salesianos y
misioneros de diversas congregaciones; los jovencúos del Instituto de San Luis, algunos
oratorianos y los Superiores de Macao, im buen
número de cooperadores y cooperadoras; todos
los cuales acompañaban, con sus oraciones, a
los diez nuevos levitas.
E s la primera vez que la Congregación Sale
siana se enriquece en Cliina con tan henuoso
número de sacerdotes y, en la misma catedral,
nunca se había visto una ordenación tan nu
merosa. Mons. Vallorta pronunció un vibrante
discurso animando a los nuevos Ministros de
Dios a llevar, con intrépido valor, a Jcsils a
tan gran número de paganos como csixjran la
Redención por medio de su mle^•o ministerio,
imitando el celo de D. Bosco y siguiendo las
huellas de los mártires Mons. Versiglia y Don
Caravario.
Los buenos Padres del Instituto Pontificio
de las Misiones Extranjeras quisieron, con
exquisita caridad y cortesía, obsequiar a los
nuevos sacerdotes con un sabroso desayuno.
E l 31 de Mayo nuestros queridos ordenados
fueron gentilmente invitados por los Párrocos
de diversas Iglesias y Superiores de diversas
comunidades, para c¿ebrar su Primera Misa.
Fué una disputa <»rdíal, soUcita, dando una
nueva prueba del amor que se tiene a Don
Bosco y a su Obra.
Los Padres Jesuítas Irlandeses, que derraman
su profundo saber y su celo apostólico en sus
múltiples Instituciones, quisieron tener a núes-
26
Nuevos Ap6sioles.
tro D. David Ilourigan, su compatriota; D. Poinati fué invitado jxjr el párroco chino de la
iglesia de Santa Crnz; D. Mario Calvi celebró
en la catedral; D. Ricardo Musso en las Her
manas Indígenas de la Preciosa Sangre; D.
Mario Rasiga en la capilla del Instituto Ita
liano de las Ilennanas Canosianas; D. Natal
José Avalle en la casa de las Hermanas Candenses; D. Gnillemio Schuzdeller y D. Miguel
Snppo en nuestra parroqiria de San Antonio.
A las diez D. Mario Acquistapace cantaba la
Misa Solemne en dicha iglesia, con música fi
gurada y gregoriana y Don Esteban Bosio
hizo el discurso de ocasión.
En todas partes los nuevos sacerdotes fue
ron objeto de las más vivas demostraciones
de estima y afecto, especialmente jxjr parte de
los oratorianos.
A la una de la tarde, no obstante el temporal
de agua, nuestra pobre mesa fué honrada con
la presencia de muchos amigos miestros y ad
.
..
.
Estudiantado teológico de Hong Kong.
miradores de la Obra Salesiana. No faltaron
los brindis; siendo muy aplaudidos S. E. Mons.
Deswaziéres de las Misiones Extranjeras de
París, el venerando P. Spada, del Instituto
Pontificio de las Misiones Extranjeras de Milán,
el P. B3nne Superior de los Jesuítas, el Cónsiü
del Brasil, admirador de la Obra de Don Bosco.
También ensalzaron a Don Bosco, felicitando
a los nuevos levitas, los representantes de más
de 12 naciones. A todos respondió D. Darid
Hourigan comprometiéndose, con sus nueve
compañeros, a emplear toda su vida en pro de
los chinos.
E l Vicario Apostólico de Hong Kong, S. E.
Mons. Valtorta, quiso honramos también con
su ^'isitn, apenas la inclemencia del tiempo se
lo pennitió.
A l caer de la tarde, los antiguos alumnos
atrajeron un numeroso público al teatro por
ellos pacientemente preparado. Conmorido
observé como nmchos de los paganos se enter
necían, a medida que se iba desen
volviendo el drama que recordaba
al Mártir San Vito, interesándose
vivamente ante la doctrina que el
confesor de la fe i^redicaba y hacía
revivir.
Amado Padre, es verdadera
mente consolador contar, en las
filas de nuestro mermado ejército,
con diez nuevos soldados; dis
puestos a la lucha; pero si consi
deramos la necesidad en que nos
hallamos de personal, es cierta
mente el caso de repetir aquello
de: Rari liantes tn gurgiío tasíc.
Con la esperanza de que pronto
vendrán almas generosas en nuestra
ayuda, deseamos que haya padres
que sientan el orgullo de dar a la
Iglesia celr>sos Misioneros.
C.ART.os B r .\g.\, Pbro
M itienero Salttüm o.
GACETILLA SALESIANA
M a ría A uxiliadora
en la región d e las nieves»
En los Alpes Cárnicos (Venecia) y a más de 2000
metros de altura, inauguróse, el día de la Virgen
de los Angeles, bendecida por el Hxcmo Sr. Obispo
de Udine, una pequeña pero graciosa capilla, dedi
cada a María Auxiliadora, por iniciativa de los
salesianos de Tolmezzo. Para los alpinistas que, con
mcontenible pasión, frecuentan
aquellos parajes, no se necesitaba
un templo mayor, además de que
allí toda la naturaleza es templo;
el silencio solemne de aquellas
alturas; la blancura inmaculada
de los ventisqueros, tendidos sobre
las cumbres como paños de altar;
el órgano cadencioso de las cas
cadas y de los vientos y de las
esquilas de los ganados; las moles
de granito que, ora se hienden
formando bóvedas, ora suben al
cielo como inmensas columnas; las
lámparas siempre encendidas del
sol y de las estrellas... todo, todo
es allí templo y todo habla allí de
Dios; mirabilis in alíis Dominus.
l-n detalle conmovedor y edi
ficante: los buenos vecinos de
Pesaris, que es el poblado más
próximo, quisieron contribuir a la
obra de la capilla, llevando hasta
arriba, sobre sus espaldas, una
M aría
buena parte de los materiales de
construcción.
Un p rem io
a n u estras m isiones d e l Congo.
El Jurado de la Exposición internacional de
Elisabetville {Congo belga) ha decretado nueve
recompensas para las misiones de diversos Insti
tutos católicos, adjudicando la Gran medalla de
'
a nuestras Escuelas profesionales de L a K a fubu. ¡Enhorabuena!
La ciu d a d d e N iza
p o r M a ría A uxiliadora.
La graciosa reina de la Cote d"A zur no se preocupa
í limente de embellecer sus jardines aristocráticos
y uiuiiiplicar sus palacios de millonarios, sino que
piensa también en los valores espirituales, proclartándolo muy alto el grandioso templo dedicado a
Mír'i Auxiliadora, que está levantando en la plaza
dé Armas y en el cual se trabaja febrilmente. Es
probable que, cuando esta noticia llegue a los lee
tores del Boletín, esté ya inaugurado.
La causa d e canonización d e l B .D .B o sc o .
Va, gracias a Dios, viento en popa. Tenemos el
gusto de informar a nuestros amigos que. el proceso
diocesano relativo a los dos nuevos milagros de
Auxiliadora en la región de las nieves.
Barí e Insbruck está tan adelantado que, dentro
del presente año, se espera que pueda celebrarse en
Roma una, cuando menos, de las tres grandes reu
niones—la antipreparatoria —para la canonización.
Hay que pedir mucho para adelantar el gran día.
N u estro s o b isp o s d e! B rasil.
Mons. Lustosa, obispo de Corumbá, ha sido ele
vado, hace poco, a la sede arzobispal de Belém de
Pará. Con este nombramiento son ya tres los ar
zobispos salesianos del Brasil, a los que hay que
añadir además tres obispos, un prefecto y un ad
ministrador apostólicos.
E l **messis quidem multa"
en la R epú blica d e Lifuania.
Un exministro de Lituania acaba de dirigirse a
nuestros Superiores pidiendo, con urgencia, una
28
fundación salcsiana en aquellas tierras bálticas.
Con esta son ya ocho las peticiones que han llegado
de aqucdla nueva república tan directamente ex
puesta al contagio del comunismo y es un dolor
que no .se haya podido atender ni una sola. Es
necesario trabajar, sin descanso, por las vocaciones
y, a propósito de ellas, seguid leyendo:
con que tropiezan, han iniciado la publicación men
sual de « Las Lecturas Católicas » con el fin de
contrarrestar la activa propaganda protestante
que entre aquellos gentiles se hace. El misionero
católico es siempre el mismo; trabaja y se multiplica
para extender el reinado de Dios; morirá en la
brecha, pero no se rinde.
¡60 novicios salesiün os en A lem ania
y 120 en Polonia.
D om ingo S a vio en M esina.
He aquí la bonita cosecha que ofrecen este año
las dos nuevas Repúblicas. Si todos nuestros Noviciado.s marchasen con esta velocidad, los Supe
riores Salcsiauos uo tendrían que comprimir su
Gracias a la munificencia de Mons. Faino, .Arzo
bispo de Mesina (Italia), los salcsianos de aquella
capital han abierto un nuevo Colegio que es verda
deramente grandioso y espléndido. Tiene capacidad
para más de mil alumnos; locales soberbios, patios
Noviciado de Ensdorf (Alemania).
corazón para decir que uo, a tantos buenos coo
peradores como n ellos se dirigen, pidiendo fun
daciones y más fundaciones.
O irá nación que no qu iere s e r menos.
linee nada más que dos años se abrió un colegio
para vocaciones misioneras en Shrigley (Inglaterra)
con 53 alumnos. Este año ha empezado el nuevo
curso con cl hermoso número de 163. Una obra de
tal importancia la sostienen integramente nuestros
buenos cooperadores de Inglaterra, Irlanda y
Escocia, hombres de modesta fortuna, la mayor
parte, pero fervorosos y espléndidos. Que la Divina
Providencia, de la cual son piadosos instrumentos,
Ic.s premie abundantemente y que el Beato Don
Bosco les bendiga.
L as L ecturas C atólicas en e l Japón.
Nuestros valientes y abnegados misioneros del
J apón, a pesar de las dificultades de todo género
y terrazas soleados y alegres, toda la construcción
es de lo más perfecto que pueda exigir e imaginar
la técnica moderna.
A ese Colegio se le ha dato el nombre de Do
mingo Savio».
Una conferencia n otable en P isa (Italia)»
Así puede calificarse la que ha dado, en el Para
ninfo de dicha Universidad, el regio Proveedor del
Gobierno de Roma, Dr. Padellaro. Su tema ha sido
« Don Bosco educador y pedagogo ».
E l sabio conferencista que conoce sólidamente
el sistema pedagógico creado por el gran Educador
de la juventud, por haberlo estudiado teórica y
prácticamente, lo presentó en su verdadera luz, de
una manera maravillosa, siendo aplaudido por un
numeroso y culto auditorio. He aquí una de sus
aserciones: Hoy la singular pedagogía de Don Bosco
ha recorrido ya triunfante todas las nadones civi
lizadas; es algo definitivamente admitido y donde
quiera recoge plácemes y enhorabuenas.
Gracias obíenidas por intercesión
de María Auxiliadora y del Beato Don Bosco.
SARRIA (B arcelona -E spaña ). — Hacía ya dos
meses que sufría fuerte ataque de artritis en las
piernas, que me impedía andar y me causaba agudos
dolores; después de tomar varios remedios inútil
mente, aconsejada por la Madre Inspectora, empecé
üna novena a mi Beato Padre Don Bosco, prome
tiendo publicar la gracia y m andaruna oferta.
El 30 concluimos la novena sin notar ninguna
mejoría; un poco desauimada, pero sin perder la
esperanza, me puse, por la noche del mismo día,
nna reliquia del Beato en la parte efectada, p i
diéndole me alcanzara la curación.
A las t; de la mañana del día siguiente me desperté,
y no sintiendo dolor alguno, pensé que seguramente
mi Beato Padre me había alcanzado la gracia. Me
echo de la cama, y ¡cuál no sería mi asombro al ver
que podía andar sin dolor y con gran {acilidadl
Hasta el día de hoy no he vuelto a experimentar
ninguna molestia; por lo que bago público mi agra
decimiento a mi querido y Beato Padre.
Octubre de 1931.
i,’«a Hija de María .'luxiiiadora.
WEST TAM PA (E stados U nidos ). — Matilde
Nales da gracias al Beato don Bosco por la mejoría
alcanzada en su enfermedad, envía dos pesos y
desea la hagan suscritora del Boletín Salesiano.
septiembre de 1931.
BUENOS A IR E S (REr. A rgentina ). — Hago
público mi agredecimiento por una gracia e.spiritnal
obtenida por intercesión del Beato don Bosco, decla
rando, con gran satisfacción de mi alma, que nunca
he acudido a Dios poniéndolo por mediador, sin
haber sido oida pronta, segura y eficazmente. A esta
relación acompaño una limosna.
Margarita C. T ambüsso .
JUNIN D E LOS AN D ES (R e p . A rgentina ). —
Desde más de treinta años, la única hermana mi?,
residente en Belluno (Italia) se hallaba afectada de
renmatismo agudo, crónico y articular. Habiendo
resultado inútiles los remedios humano.s, encomendé
la pobre enferma al Beato don Bosco y con inefable
satisfacción, recibí la noticia de una muy sensible
niejor:.i. .\gradeddo hago publica la gracia y mando
fele^r^r diez míitas en honor del Beato Bosco.
la -iciubic de 1931.
L uis d e N a d a y .
VIGO (E spaña ). — N. N. envía 50 pesetas, por
un favor recibido del Beato don Bosco y otras 5O1
por una gracia que desea alcanzar.
:M0 H ERN AN D 0 (Guadai .ajaka -E spaña ). —
Próximo a ingresar en el noviciado de los hijos de
Don Bosco, tuve necesidad de reintagrarme, por
consejo del médico, a la casa de mis padres, a causa
de una enfermedad que el Señor me envió. .Ante
semejante aflicción, que ponía en peligro la más
grande de las aspiraciones de toda mi vida, hice
una novena al Beato don Bosco y al poco tiempo
estaba completamente curado, pudiendo seguir
trauquilainente mi vocación. Nunca olvidaré esta
gracia que me ha devuelto la alegría y la felicidad
V irgilio Oliv a .
S-AN -ANDRES (Santander -Colombia ). — Car
los Borrás da infinitas gracias al Beato Juan Bosco
V envía dos ]>esos para sus obras, por haber curado
total y rápidamente, con la sola aplicación de la
bendita medalla del Beato, a su señora madre Dña
Eduvigis V. de Borrás, de una grave dolencia que
sufría en un brazo, hacia ya diez años, dunante los
cuales, eminentes facultativos la medicaron sin
lograr la más leve mejoría.
Septiembre de 1931.
SAN .ANDRES (SANTANDER-CoiXJMmA). • Atri
bulada por lo enredado de un .asunto que directa
mente afectaba a mis queridos hijos acudí, llena de
confianz."!, a María Auxiliadora y al Beato don Bo
sco, prometiéndoles hacer sus novenas, con comu
niones fervorosas, si me sacaban de tan peligroso
conflicto. El favor no se hizo esperar, pués el 24
de Mayo, día en que acompañada de mis hijas,
terminaba las novenas, quedó todo arreglado,
completamente. Agradecida por tan señalado favor,
cumplo mi promesa de hacer pública esta gracia y
prometo en^^ar una limosna para los huerfanitos
de don Bosco.
Septiembre de 1931.
A na R osa d e bohorqüez .
V-ALENCIA (E spaña ). — .Al principio de junio
de este año, se hallaba tan gravemente enferma
una hermana mía, que los médicos desesperaban,
en absoluto, de salvarla. En aquellos días leí en los
perió'Iicos el milagro que obró el Beato J uan Bosco.
30
durante las fiestas de su beatificación en Turín,
devolviendo la vista a un cieguecito. Animada con
la lectura de esta gracia, yo también encomendé al
Beato a mi hermana, prometiendo la limosna de
25 pesetas para las líscuelas Salesianas de esta
ciudad. lOli maravilla!, al poco tiempo se notó, en
la enferma, una notable mejoría y ahora se halla
casi del todo restablecida.
Muy agradecida cumplo mi promesa.
Noviembre de 1931.
T eresa Carbonhu <.
CAMPANAR (V ai .encia -E si'a S a ). — Durante
el verano próximo pasado, caí enferma de fiebres
tifoideas. Mi amiga Carmen Cebría de Beiiicalap,
me procuró una medalla de María Auxiliadora y
del Beato don Bosco, recomendándome .que me
encomendara a ellos y prometiera una limosna para
las obras salesianas de Valencia.
Así lo hice y, en breve, quedé del todo restable
cida. A poco una amiga mía cayó también con la
misma eníonnedad; se puso al cuello mi medalla,
haciendo la misma súplica e igualmente curó.
Noviembre de 1931.
JOSEEA CARBONELI,.
ROCAFU 12RTE (Man abi -E cuabor ). — Triste
y desconsolado al ver a una hermanita mia sufriendo
fuertes dolencias que ponían en g r a n peligro su
vida y resultando ineficaces todas las intervenciones
de los médicos, tuve la inspiración de hacerle un
triduo al Beato don Bosco, prometiendo publicar
la gracia y ofrecer xm pequeño óbolo para su obra
y la gracia me ha sido concedida tal como yo la
deseaba.
Octubre de 1931
J. F rancisco R odríguez D.
BOGOTA (coi,OMBi.\). — El 18 de noviembre
del año pasado cayó enfermo de tifo el 30 de mis
hijitos, Domingo, de 9 años de edad. Creyendo
nosotros que se trataba de una fiebre pasajera, solo
acudimos al médico al sexto día de enfermedad,
siendo esto causa de que este nos hiciera un diagnóslico sumamente desconsolador. lín efecto, mi pobre
hijo empeoró rápidamente, liasta que sobrevino
la meningitis y el día 5 de diciembre quedó sin
habla. Se le prodigaron todos los cuidados, .se
llamaron otros médicos en consulta, todo resultaba
inútil y ol caso era dcsc.sperado. Consternados de
dolor, acudimos ni cielo y empezamos en seguida,
con los otros pequeñitos y todos los de la casa, una
novena a Mariu Auxiliadora y al Beato don Bosco
haciéndose otra simultáneamente en el colegio salesiano de esta población (Mosquera) por la bondad
de su director, el P. Caicedo que, varias veces, dió
la bendición de Maria Auxiliadora a mi eufermito.
Los dias 4 al 15 fueron de suprema angustia y en
casa se imploraba, con tanta fuerza, ante las imá
genes de la Virgen y del Beato, que nuestros gritos
debieron llegar al cielo, porque la enfermedad te
rrible hizo crisis favorable y hoy mi hijo está tan
perfectamente curado que no le queda de la do
lencia ni la menor reliquia, caso verdaderamente
raro y excepcional. E.xtrañado el médico de lo que
acaba de presenciar, ha podido decir a mi esposa:
« Señora, el niño está muy bien, pero no vaya a
creer que su curación se debe a las medicinas; aquí
hay mucho de estraordinario ».
¡Gloria a María Auxiliadora y al Beato don
Bosco! a quienes debemos este verdadero prodigio.
7 de septiembre de 1931.
L uis B oxilia .
JA L A P A (Méjico ). — Encontrándose enferma
mi esposa de un dolor en una pierna y habiendo
recurrido en vano a la medicina, invoqué con el
mayor fervor a nuestro Padre don Bosco y al águiente día quedó curada. Agradecido, por tan
señalado favor, publico la gracia y envío una li
mosna.
8 de octubre de 1931.
D onato Quiroz E uzondo.
CALI (Colombia -vall E). — En 1886 fui atacado
de una enfermedad en la pierna izquierda resul
tándome toda ella ulcerada. 29 años e.stuve con este
sufrimiento, en cuyo lapso de tiempo, me trataron
diez médicos, quienes no hacían otra cosa que rece
tar para darme alivio, pero sin que mi enfermedad
cediera lo más mínimo; el último de ellos díjome
que había necesj^ad de amputar la pierna, a lo que
yo no podía resignarme, acudiendo entristecido y
lleno de confianza al cielo. Por aquel entonces se
estaba propagando, en esta ciudad, la devoción
a la S.ma Virgen Auxiliadora y resolví dirigirme a
eUa con gran fe haciéndole la promesa formal, si
me escuchaba, de propagar con todas mis fuerzas
su devoción y alistar el mayor número posible de
personas en su Archicofradia y en la Pía Unión de los
Cooperadores Salesianos. La Virgen me escuchó y
las úlceras de mi pierna están completamente cica
trizadas. Tan radical ha sido mi curación que, des
pués de 17 años", no he vuelto a sentir la menor
molestia. Está demostrado que la Virgen de Don
Bosco ha querido obrar'su primera gracia en esta
ciudad de Cali en mi humilde persona, lo cual me
llena de agradecimiento y me obliga a trabajar,
ha.sta la muerte, en favor de las Obras fundadas
por el gran Don Bosco.
Septiembre de 1931.
MiGUEi, Mercado A v a la , Decurión Salesiano.
LOS AN G ELES (California ). — Maria G. Váz
quez envía una oferta, con infinitas gracias a María
Auxiliadora y al Beato Don Bosco, por haber curado,
por su intercesión, a mi esposo de una grave enfer
medad, pues le dió un ataque de parálisis. Ahora
el enfermo se eucuenta completamente bien, des
pués de haberle aplicado una reliquia de Don Bosco
y no solo esta gracia he conseguido, sino que, ha
biéndole venido la enfermedad a causa de que so
trabajo era excesivamente pesado, ha encontrado
otro que, con menos esfuerzo, le permite cubrir las
atenciones de la vida.
7 'di octubre de 1931.
Dan también gracias a M.aria Auxiliadora y
al Beato D on ¿oseo y envían limosnas:
Elvira López .de Marín. — E l C-ASTILLO (Co
lombia).
Bi\*iana y Delfina Rodríguez. — S.-tN A ndrés
(Colombia-Santander).
31
Manuel Uribe Azuero. — T.OS S antos (Colombia-Santander).
M. E. S. Cooperadora Salesiana. — C allao (P erú ).
Berta Ramírez y Dolores Sardi. — Ca u (Cobmbia).
Blanca de Martínez de Ojeda y Amalia de Del
gado. — Y aritagtja (Venezuela).
Margarita M. Vda de Pasteris. — P iedritas
(.Argentina).
Maria G. de Navia. — V illa C olon (Uruguay).
Una Suscriptora del Boletín Salesiano. — S.arria
(Barcelona) que entrega 15 ptas para los Iméríanos
del Beato Don Bosco.
Josefina y Aurora Navarro y Srtas Josefina y
Soledad Navarro. — A guascaltentes (Méjico).
Gara Muñoz de Guzmán. — A guascali ENTES
(Méjico).
Victoria Aguilar de Torres. — A guasc .a liektes
(Méjico).
C.
M. C. Cooperadora Salesiana. — G uadalajasa
(Méjico).
Una devota del Beato Juan Bosco y la Sra Luz
Baz de M. — S.an A ngel D. F. (Méjico).
José Blasco Richart-Játiva. — V alencia (Es
paña).
Manolita López y Regina López. — V alencia
(España).
Maria Elía C. de Martínez. — Montevideo
(Uruguay).
Los Cooperadores Salesianos que, confesados
y comulgados, visiten alguna iglesia privada o
pública {los religiosos que viven en comunidad
su proptio Oratorio) y recen segiln la intención
del Soberano Pontífice, pueden ganar:
Indulgencia Plenaria.
I. Uii día de cada més, a su elección.
II. E l día en que hagan el piadoso Ejercicio
mensual de la Buena Muerte.
III. E l día en que asistan a la Conferencia
mensual Salesiana.
y en todos los siguientes días de Enero y
Febrero.
Enero:
4
6
10
P o r intercesión
de n u estro s S iervos de D ios.
GUAD.ALAJAR.A (MEJICO). — Encontrándose
enferma una de mis hijas y siendo opinión del
doctor que era necesaria una operación, le ofrecí
al Siervo de Dios Don Miguel Rúa, Primer Sucesor
del Beato Don Bosco que, si me la sanaba sin que
fuese operada, pubblicaría la gracia y haría una
oferta para los ga.stos de su beatificación. Con gran
consuelo mío y de todos los de mi hogar, vi conse
guida, al poco tiempo, la gracia tal como yo la
deseaba, por lo que agradecida cumplo mi promesa.
20 Septiembre 1931.
18
23
Fiesta de la ürcim cisión del Señor.
'>
d d Santo Nombre de Jesús
*
de la Epifanía
'de la Sgda Familia
de la Cátedra de San Pedro
en Roma.
de los Desjxjsorios de la
S.ma Virgen.
de la Conversión de San
Pablo.
u
de San Francisco de Sales.
Febrero:
»
22 —
de la Purificación de Ntra
Señora,
de la Cátedra de S. Pedro
en Antioquía.
C. C. DE MENDEZ.
Cooperadora Salesiana.
BUENOS A IR E S (A rgentina ). — María L uisa
de la Vega de Figueroa envía una generosa oferta
para los gastos de la causa de beatificación del
Siervo de Dios D. Miguel Rúa, a cuya intercesión
encomendé una necesidad, riendo plenamente
escuchada.
LOBOS (.Argentina ). — Por una p a c ía con
seguida mediante la intercesión de Dña Dorotea
Chopiiea envía un peso de limosna.
J. G. B.
LOBOS (A rgentina ). — J osefa R osf^ agra
dece un singular favor recibido por mediación de
la Sierva de Dios Dña Dorotea Chopitea y envía
inu oferta para los gastos de su beatificación.
Otro enorme tesoro de Indulgencias conce
didas, por la bondad de la iglesia, a lodos los
Salesianos y a sus Cooperadores.
Cada vez que, en medio de sus ocupaciones,
sin necesidad de confesar y comulgar, {supuesto
siempre el estado de gracia) se unan a Dios, de
corazón, por medio de alguna santa jaculatoria;
1. — Una Indulgencia plenaria, cada día
por una de esas uniones-jaculatorias (la que
ellos quieran).
2. — 400 días para todas y cada una de las
demás.
32
NECROLOGIA
Señorita
María Jesús J. Rospigliosi y Gómez Sánchez.
K1 22 (le setiembre p. p. entregaba su bella
alma al Creador e.sta distinguida señorita de la
Sociedad Liiiieíla y celosa Dccuriona de la Obra
Salesiana.
Modelo de virtiule.s cristianas, pasó su vida
haciendo el bien.
Heredó de su buena madre el amor a la Insti
tución Salesiana, consagrando sus actividades en
buscar limosnas para la coinstrucción del templo de
María Auxiliadora.
IvOs Salesianos de Ivima siempre la recordaran
con gratitud, mientras elevan una plegaria sobre
su tumba.
D. Maríin Vallbono
muerto en Valencia (España).
Su nombre está Intimamente unido a la fundación
de las Escuelas Saicsianas de Valencia, porque
aparte de que no hubo obra grande ni pequeña en
que D. Martin no aportara su óbolo, fué providen
cialmente elegido para cimentar, con su valiosa
cooperación, el grandioso edificio, que en doce meses
elevaron los prodigios de María Sma. Auxiliadora.
Al firmar el acta de la colocación de la primera
piedra el Illmo. Sr. Obispo de Segorbe, que la ben
decía, mostró su extrañeza de que el espacio re
servado para cierta firma quedara en blanco, y se
le contestó que aquel hueco debiera llenarlo la
firma de una señora que habla prometido 5.000
pesetas para los cimientos; pero como a última hora
desistió de darlas, no le pareció procedente estampar
su firma.
Y entonces, como cuando las mártires de Sebuste,
surgió D. Martín Vallbona recabando para si el
honor de aportar aquella cantidad y licuar el hueco
del acta con su prestigioso nombre.
Durante toda su vida cooperó generosamente al
desarrollo de las obras de D. Hosco, complaciéndose
cu visitar con mucha frecuencia esta casa y en
realzar los actos de más importancia con su presti
giosa presencia.
La Virgen Sma. Auxiliadora, de quien era muy
devoto, se lo pagó con creces, porque su muerte
fué la del justo. — Talis vila, ftnis ita.
Dña,
Salvadora Maríí Vicen Viuda de E. Vallbona.
Falleció santamente el 4 de Julio de i q j í .
Desde las primeros días cu que los Salesianos se
instalaron en la barriada de la calle de Sagtinto,
fué para ellos Dña. Salvadora una verdadera pro
videncia.
Al principio faltaba todo; alimentos, ropas, y
hasta las velas para el Stó. Sacrificio, y Dña. Sal
vadora, como buena
de lo.s Salesianos, a todo
atendía y de todo se preocupaba para remediar las
muchas deficiencias de la casa incipiente.
Desde que se fundó la Archicofradía de María
Auxiliadora, perteneció a su juuta directiva* promoviendo, por todos los medios que estaban a sn
alcance, la devoción a tan buena Madre. Era tan
asidua a todos los actos de la Asociación, que sus
compañeras la llamaban la in fa lta b le.
La última visita que hizo, antes de caer grave
mente enferma, fué a María Auxiliadora, para
entregar una buena limosna con destino al comedor
de los cxterno.s, que se estaba construyendo, pre
cisamente por iniciativa de su hijo Enrique, a quién
supo educar en un acendrado amor a todas las obras
que, como las saicsianas, se consagran a la e]evaci<Jn
dcl pueblo mediante la educación de la juventud*
Dios nuestro Señor y la Virgen Sma. Auxiliadora
ya le habrán premiado tanta bondad- no obstante,
por sí tuviera algo de que purificarse todavía, lá
recomendamos encarecidamente a nuestros lectores
D. José Piscopo Gil Del Castillo.
Entregó su hermosa alma a Dios en Valentía
(España) el 22 de agosto p. p.
Parecía que el Sr. Piscopo presintiera su muerte,
porque pocas semanas antes de su fallecimiento^
llamó inesperadamente al Sr. Director de la casa
de Valencia y le manifestó su decidido deseo de
cooperar al sostenimiento de las misiones Saicsianas,
fundando, una tras otra, tres becas /iiisioneras. que
perpetuarán su memoria.
La vida del Sr. Piscopo fué ejemplarísima. AIgxiien dijo que sus energías fueron, como el aceite
de la lámpara que se comsiune todo en honor
del Santísimo.
Era muy rico, y sin embargo, vivía tan modesta
mente, que jam.ás se le vió usar automóvil. Con las
economías atendía a muchas obras benéficas y
educaba cuatro o cinco niños que a sus expensas
sostenía en el internado Salesiauo.
Su muerte la llorarán hoy muchos pobres, quie
nes tienen en concepto tan elevado sus virtudes,
que le invocan como .sí fuera un santo.
Quiera María Sma. Auxiliadora y el Boato Hosco
suscitar cooperadores como estos que en pocos
meses ha perdido la casa Salesiana de Valencia,
Recordad también en vuestros sufragios a:
Dña Mercedes Navas y Dña Elias de Valenzuela
fallecidas en S-vx .\ x d r e s (Colombia-Santander.
D. FcH.v Noya — fallecido cu Cambados —
E.sPA5t.\ (Pontevedra).
D. Félix Francisco Jaimes — fallecido en Sax
A xdres (Colombia-Santander).
Dña. Josefa Palau Poch — B arcei .ox .a (España).
Dña. Eulalia Torres Cabrer Vda. de Amargés
Dña. Josefa Ayinerich Vda. de Torres.
Dña. Francisca Fomelio Bargallo.
D. Domingo Amat y Piera.
D. FederiíX) Alhiñana y Vila.
Dña. Fucarnacióii Más Gallardo Vda. de Magro.
R .I.P .
C o a mprobtrclia de U aalorld ed ech s iis tica .
C é r c a le : D . D O .M E N I C O G A R N E R I .
E slableeim icnfo Tip. de la S ocied ad E dilora latcraaeiooal - Ttfla
C o ra o ffejp'Ba .M argA en fa. íT6.
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Fecha
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1932.01