BS_1931_04

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Título
BS_1931_04
Descripción
Boletín Salesiano. Abril 1931
extracted text
BOLETÍN SALESIAN O
REVISTA DE LAS OBRAS DE DON B O S C O
26 de Abril.

EL B E A T O J U A N B O S C O
FUNDADOR DE LAS OBRAS 5ALESIANAS
iCocperadores, Cooperadoras y Antiguos
Alumnos Saleslanos! no olvidéis que el día
26 d e A b ril es la
Fiesta por excelencia
da la Familia Salesiana, y que debéis
considerar como un
deber solemnizarla de
un modo real.
La mejor manera
de festejar al Beato
Don Bosco es seguir
las normas prácticas
por él sugeridas pa­
ra obtener las gracias
de la Auxiliadora. El
siempre inculcó la de­
voción a Jesús Sacra­
mentado y a María
Auxiliadora junto con
la frecuencia de los
Santos Sacramentos.
Expongamos en este
día a Aquel a quien
fíoy contem plam os
extasiados en la glona de los altares todas nuestras necesida­
des, las de la Familia Salesiana, las
la

Iglesia y las de la Patria, seguros de que él
prodigará sus bondades sobre aquellos que se
cobijan a la sombra
del Lábaro Salesiano.
Oración
al Beato Juan Bosco.
i O h D ios! que susci­
taste al B eato Juan, tu
Confesor, como Padre
y Maestro de la j u ­
ventud, y por su me­
dio, con la protección
de la Auxiliadora V ir­
gen M a ría quisiste ha­
cer florecer en tu Igle­
sia nuevas fam ilias: te
rogamos, Señor, nos
concedas que inflama­
dos en e l mismo fuego
de caridad, podamos
buscar las almas y a
T í solo servir. Por J e ­
sucristo Nuestro Señor
tu H ijo que contigo
vive y reina en unión del Espíritu Santo, por
los siglos de los siglos. - A s í seq.

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CINCUENTA AÑOS
DE LABOR SALESIANA EN ESPAÑA
"Buscad almas y no dinero, propagad la devoción
a María Auxiliadora, y veréis lo que son milagros".
( C o n s e fo s d e D o n B o s c o a s u s p r im e ro s m isio n e ro s y a
lo s q u e e n 1888 e n v ió a E s p a ñ a a e s fa b ic c e r s o O b r a ) .

Rdo. D. Felipe Rinaidí, S uperior G eneral
y Prim er Inspector de España.

I.

Andalucía.
DI 15 de Febrero se cumj)lieron cincuenta
años de la llegada de los primeros Salesianos a España.
Fné un liccho insignificante en que muy
pocos fijarían su atención
A las cuatro de la tarde de aquel día me­
morable, en los fastos de la l^paña salesiaT ia, una barquilla prwedente del HumiK'rto I que poco antes había fondeado en la
bahía gaditana, llevó a tierra unos cuantos
sacerdotes extranjeros, italianos, como lo de­
notaba la factura de sus hábit^ís.
h^los sacerdotes humildes, sencillos, que
ni siquiera atmjeron las miradas de las con­
tadas jiersonas que a la sazón se hallarían

en los muelles de Cádiz, eran los primeros
hijos que el gran Padre, Don Bosco, enviaba
a nuestra patria.
El, Don Bosco, había leído el porvenir, y
sabía que esos humildes religiosos eran las
raíces del árbol gigantesco que andando el
tiempo había de cubrir con su sombra be­
néfica toda la Península. Pero los iniciadores
y promotores de la idea, los pocos que al
día siguiente, iG de Febrero, recibieron en
Utrera con la más exquisita cordialidad a
los viajeros que la víspera habían desembar­
cado en Cádiz; los mismos que sin saberlo ni
sospecharlo eran representantes de España,
de la España de entonces, y de la España
más grande del porvenir; los que como tales,
en nombre propio, y en nombre de España,
dieron la más cordial y afectuosa bienve­
nida a los hijos de Don Bosco, estaban se­
guramente muy lejos de imaginarse la tras­
cendental importancia del hecho que se rea­
lizaba; muy lejos de soñar el desarrollo de
la obra de aquellos hombres a la vmelta de
algunos anos, muy pocos, lo indispensable
para que la semilla que venian a arrojar
en nuestro suelo naciese y fructificase.
Eran estos sacerdotes los Rvdos. Don
Juan Branda, D. Ernesto Oberti y D. Carlos
Pane, el clérigo D. Francisco Atzeni, y los
coadjutores Don Miguel Branda y D. José
Goitre: Seis; el iiumero indispensable que se
requería para poder formar comunidad.
Pocos eran en verdad; pero tenían ánimos
y arrestos de conquistadores; ponían toda
su fuerza y su confianza en la causa que v e
nían a defender; en el poder del Capitán y la
Capitana cuyos enviados eran, y no podían
menos de sentir sus fuerzas centuplicadas.
Estamos seguros de que si hoy pudieran
todos contemplar ed desarrollo de su obra,
como le es dado contemplarla al decano de
los salesianos españoles, al Padre Atzeni, a
qiuen Dios ha querido conservar para que

1
99
tuviera el consuelo de asistir a la gloria de al año siguiente, 1S92, en el antiguo con­
este dia, ninguno de ellos mostraría la me­ vento de la Santísima Trinidad.
Esta casa, por la importancia de Sevúlla,
nor maravilla, como no la muestra aquel supérstite. Dirían sencillamente: «Eso ya lo y por el celo que supieron desarrollar sus
sabíamos nosotros; ya nos lo había dicho primeros fundadora, adquirió muy pronto
D. Bosco, y D. Bosco no se equivocaba, por­ ta l prestigio, qne se la consideró como la
madre de todas las de Andalucía.
que tenía la seguridad que le daba su Virgen
Fué su primer Director, el Rev’erendo Don
Auxiliadora, que le inspiraban sus miste­
riosos sueñes».
Conviene consignar aquí el nombre del
eminente patricio y caballero cristiano a
cu5'a iniciativa se debió esta primera fundadóii Fué éste el Exemo. Sr. D. Diego Ma.
Santiago, marqués de Casa-UUoa.
A este benemérito cooperador comisionó
también el Emmo. Card. Lluch, que entonces
ocupaba la sede hispalense, para que en su
nombre diese la bienvenida y agasajase a
los hijos de D. Bosco.
En septiembre de aquel mismo año se
inauguró el Colegio. U n niño externo y ^os
internos, cuyos nombres se ignoran, fueron
la base del grandioso centro de educación
y enseñanza que en el espacio de cincuenta
años ha dado sazonados frutos a la religión
y a España como lo atestiguan sus innume­
rables antiguos alumnos que, deste todos los
puntos de la Península, lo recuerdan con
nostalgia, lo bendicen y lo honran con su
ciencia, y especialmente con su irreprochable
conducta cristiana.
La preferencia que D. Bosco dió a Utrera,
enviando aquí sus hijos, excitó la emula­
ción de otras ciudades, y al año siguiente
D. Juan Cagliero, más tarde Cardenal, que
había recibido la representación de D. Bosco
para cuanto se refiriera a los Salesianos de
España, abrió la casa de Málaga, que ocupó
en un principio un inmueble en la calle que
hoy lleva el nombre de D. Bosco. En e.sta
casa trabajaron los Salesianos con celo y en­ Rdo. Don F. Afzeni, único sobreviviente de los seis
tusiasmo hasta 1897 en que se trasladaron a prim eros S alesianos m andados por D . B osco a fispsRo.
a su actual residencia, el Asilo de S. Bar­
Matías Buil, uno de los primeros salesianos
tolomé. .
Dos años más tarde, el primer Director españoles, muerto santamente hace poco en
de Utrera, D. Juan Branda, recibió orden de América a donde le llevó su celo y esjfiritu
D. Bosco para trasladarse a Sarriá abriendo de sacrificio, y donde trabajó con actividad
juvenil hasta su.s últimos años en la cristia­
en 1SS4 aquella importante casa.
Como se ve, el árbol estaba ya arraigado nización de los pueblos del Ecuador.
Sucedióle en la dirección de tan impor­
y comenzaba a mostrar los primeros frutos.
.Al terminar el primer decenio, la Congre­ tante casa, el Rvdo. D. Pedro Ricaldone,
gación Salesiana en España contaba con las cuyos méritos son bien conocidos de cuan­
casas de Utrera, Málaga, Sarriá, Barcelona tos tienen o han tenido alguna relación con
y Gerona, y en Andalucía se gestionaba la los Salesianos de España.
En este mismo año, 1892, fué creada por'
apertura de la de Sevdlla, que se inauguró

too
Esta visita fué ocasión de mayor desarrollo
de la obra y de nuevas e importantes fun­
daciones, como la de Montilla, aceptada por
el mismo Rector Mayor, accediendo a la in­
sistencia de beneméritos cooperadores de
aquella ciudad, entre los que se distinguía
entonces como ahora por su fervorosa adhe­
sión e incondicional apoyo a la obra de Don
Bosco, el Sr. Conde de la Cortina.
Ea ültima fundación de D. Rinaldi en An­
dalucía fué la de Córdoba, que es sin duda
la que ha llegado a ma}'or grado de pros­
peridad, albergando actualmente en .su re­
cinto más de un millar de niños externos
e internos que la convierten en activa y
bulliciosa colmena, y en centro importan­
tísimo de estudio y piedad salesiana.
Ivl mérito de todo ello se debe a dos ce­
losos sacerdotes, D. Mariano Amaya, que
quiso dotar su parroquia de San Lorenzo
de unas escuelas salesianas que fueran como
Rdo. D. P. RicaSdonc, prim er Inspccfor de Andalucía,
aciualm eníe Prefecto G eneral.

lí. Rúa la Inspectoría Salesiaiia española,
siendo su primer Inspector o Provincial el
(¡ue hoy es el Rector Mayor de los Salesianos,
el kvm o. 1). P'elipe Rinaldi.
Rajo la dirección de este hábil y celoso
superior, el desarrollo de las obras salesianas
en Kspaña fué verdadaramente sorprendente.
Diez años duró en su cargo; seis fueron
las casas de que se hizo cargo en 1892; pues
biCn, cuando D. Rúa lo llamó a ItaUa en
1901 para hacerlo miembro del Capitulo Su­
perior, dejó en España veinte fundaciones
salesianas, pudiendo decirse que a él se debe
la consolidación y desarrollo de la obra salesiana en la Península, ya que además de
de las de líspaña, él fué quien abrió las ca­
sas de Lisboa, Oporto y l^eja en Portugal.
Limi^-ándoiios a Andalucía, el año más
^ecundo de actividad salesiana fité el 1897.
Durante él, en efecto, se iiiauguraixm las
casas de Carmona y líoija- adquirió su sede
definitiva la fundación de Málaga y se comei\zaron las obras de la segunda casa de
Sevilla, la de S. Benito de Calatr.U’a, que
se abrió definit.vamente al año siguiente.
h'n 1899 el Sucesor de D. Bosco, D. Mi­
guel Rúa, visitó las casas de España; siendo
en todas partes recibido en triunfo, como
sólo el pueblo sabe recibir a los hombres
cuya simtidad intuye con finísimo instinto.

Rdo. D . Atonuel Herm ida. prim er Salesiano e*pañol.
que fué Inspector de la Tarraconense.

ÍO I

el testimonio del cariño que profesó a sus
feligreses y de su celo por las almas; y Don
F. Romero BoUoqui, quien con su caridad
hizo posibles los nobles designios de su amigo.
.y ser llamado D. Rinaldi a Italia, la im ­
portancia de la Obra Salesiana era tal, que
D. Rúa pensó organizaría y dividirla en tres
prorincias o inspectorías, encargando de la
andaluza al Reverendo D. Pedro Ricaldbne,
et cual comenzó su labor abriendo en 1902
las Escuelas de Sta. Teresa en la importante
dudad de Ronda, fundación de la Sra.
Marquesa de ilontezuma.
Hasta entonces las fundaciones en España
se habían sucedido con sorprendente rapi­
dez y casi sin interrupción; las vocaciones no
escaseaban; sin embargo no podían bastar
para satisfacer las necesidade.s que se iban
multiplicando con el crecimiento y natural
desarrollo de tántqs casas.
Por esto la mente pre\dsora del Rector
.Maj'or ordenó que no se hicieran nuevas fun­
daciones por un período de dos años para
dar lugar a consolidar las existentes, y no
recargar el personal con un trabajo excesivo
que a muchos inutilizaba prematuramente.
Terminado aquel período de descanso, el
aiio 1904 abrióse la importante casa de Cádiz,
merced a la muiiificieiicia de la ilustre y ca­
ritativa dama Doña Ana de V iya y Jáuregui,
la cual había tratado esta fundación con el
mismo D. Bosco.
La enfermedad gravísima que por entonces
acometió y puso en peligro la vida del activo
Inspector D. Pedro Ricaldone, fué en gran
parte la causa de que las fundaciones se intermmpiesen en Andalucía durante varios
anos, no reanudándose hasta su vuelta de
América en 1909, año en que se abrió la
casa noviciado de S. José del Valle, en una
finca ijue para este fin cedió el limo. Don
Rafael Romero, dignisimo sacerdote y uno
de los más beneméritos cooperadores salefianos de Andalucía, muerto hace pocos años
casi centenario.
Llamado en 1911 el Rvdo. 1). Pedro Ricaldone a formar parte del Consejo directivo
déla Sociedad Salesiana, sucedióle, como Ins­
pector de Andalucía, D. Antonio Candela,
el cual atendió notablemente a la formación
moral y científica de su personal, ayudán­
dole en este cometido la llamada ley del
Candado, que fué magnífico argumento para
Ho abrir nueras casas.
No obstante esta célebre ley, y el deseo de

los superiores de poner límite a la expaiisión salesiana, hubo de abrirse el floreciente
Colegio del Carmen, en Alcalá de Guadaira,
cerca de Sequila, inaugurado en 1914.
La guerra europea que estalló en este año,
obligó al jefe de esta Inspectoría y a otros
importantes miembros de la misma a mar­
char a cumplir sus deberes militares a Eraii-

Kdo. D . Antonio C nndela, miembro del C apllulo
Superior, que rigió la Inapecloria Bélica.

cia, quedando como Insjiector, con carácter
de interino los dos primeros años, y luego
definitivo, el Rvdo. Don Esteban Giorgi, (jue
en 1916 fundó las Escuelas de Arcos de la
I'Tontera y en 1920 el Colegio de segunda
enseñanza del Sagrado Corazón, de Ronda.
A fines de este año fué nombrado Inspector
el Rvdo. D. Guillermo Viñas, que se había
distinguido por su carácter activo y empren­
dedor como Director de las casas de Bar­
celona, Cindadela y Valencia, carácter que
no desmintió ciertapiente durante los seis
años de su permanencia en Andalucía, si
bien durante ellos sólo se llevó a cabo la fuu-

102
dación de la casa de Las Palmas en Gran
Canaria.
Desde 1926 rige los destinos de esta Ins­
pectoría el Rvdo. D. José Manfredini, el cual,
a pesar de sus deseos de no abrir nuevas
casas y dedicarse exclusivamente a la conso­
lidación de las muy numerosas que ya exis­
ten, ha inaugurado la de Puentes de Anda­
lucía en 1929 y la de Pozoblanco en 1930;
y sabemos que prepara la apertura de una
tercera en .Sevilla, en el barrio de Triana
como recuerdo de este año jubilar, y otra
en Antequera.

ella albergados, quiso que fuese un verda­
dero trasunto de la que El había fundado en
Turín, y que abarcase la mayor parte de
las obras por él ideadas en favor de la ju
ventud y de la sociedad.
Puede decirse por tanto, que es xma casa
que realiza casi por completo el ideal de Don
Bosco.
Tiene en efecto, talleres para artesanos;
talleres en que han aprendido su arte milla­
res de obreros y artistas cristianos. Unico e
su género en toda la Congregación por la
fama justamente adquirida, es el de escul-

U trera (Espafia). — Prim er C oleólo S alesiano en España,
de cuya fundación se recuerda este año las “ B odas de oro

II.

Cataluña, Aragón, Valencia.
Hemos diclu* ya como en iSí'q el Pudre
Branda, i)rimcr Director de la casa de
ITreru, 1uiIh> de ab;indonar ésta para fun­
dar los Talleres Salesiauos de Sarriá.
1.a .hierva de Dios, insigi\e cotíperadora
Salesiaua, Dona Dorotea de Chopitea, en­
tusiasmada con los icieales de Don Bosco en
favor de la juventud, deseó un Instituto Salesiano, y 1). Branda supo fundarlo y organizarlo a medida de su deseo.
Don B imjco que, en iS8(\ santificó esta
casa con su presencia, y se interesó personal­
mente por la conducta de los alumnos en

tura, del que han salido casi todas las bellí­
simas imágenes de María Auxiliadora que
reciben culto en España y América, y ha
tallado infinidad de artísticos altares.
Admite niños estudiantes; cuenta enn un
lloreciente Oratorio Festivo. A imitación de
Don Bosco, se dedica a la difusión de las
buenas lecturas, publicando cada mes un
opúsculo interesante, ameno, moral. Edita
la hermosa Galería Dramática Salesian.i, el
Joven Instruido, manual de piedad com­
puesto por Don Bosco para los niños; nume­
rosas obras musicales y libros de texto y
el interesante periodiquín semanal para ni­
ños, El Oratorio Festivo.
Para seguir en todo a la Casa Madre de

103

S arriá-B arcelona (E spaña). — Prim itiva C a sa de Íos S alesianos en dicha ciudad.

Turíü, ha querido elevar una grandiosa
Basílica a María Auxiliadora que es hasta
ibora la mejor con que la Virgen de Don
Bosco cuenta en España.
La misma santa fundadora de esta casa,
riendo el gran bien que los Salesianos reali­
aban, quiso que estableciesen unas escuelas
populares en el barrio de Hostafranchs, muy

necesitado entonces de- una institución se­
mejante; y lo consiguió en 1890 con la inau­
guración de las Escuelas y Oratorio Festivo
de San José. Estas escuelas han contribuido
en gran parte a cristianizar aquella impor­
tantísima barriada de Barcelona. L a obra
de los Salesianos se ha visto coronada en
estos últimos años con la erección del mag-

S arriá-B arcelona (E spaña). — E scuelas S alesiao as de A rie s y O ficios.

104
nífico templo dedicado al mismo glorioso
Patriarca San José, que es foco de piedad y
fervorosa vida cristiana
Al año siguiente les fué ofrecida a los Salesianns una gran extensión de terreno cerca
de Gerona para que en ella establecieran
una Granja Agrícola, como en efecto lo h i­
cieron dando a conocer así en Kspana una
nueva modalidad de la Obra de Don Bosco
(jue ha (luerido extender su benéfica acción
a los niños de todas las clases sociales y de
todas las condiciones
Kn 1898 se abrió la importantísima casa
de Valencia que ha llegado a ser uno de los
principales centros de actividad Salesiana de
la Península, contando con talleres, escuelas
y una muy floreciente Asociación de Anti­
guos Alumnos Salesianos que entre las par­
tidas de su glorioso haber cuenta la de haber
edificado un barrio para sus socios.
Al año siguiente, 1899, los Salesianos se
establecieron en Cindadela, en la isla de Me­
norca. Con elhis entró y arraigó la devoción
a la taum atuiga Virgen de Don Bosco, que
hoy es verdaderamente la Reina de Menorca,
donde cuenta con tantos hijos casi, como son
los habitantes de sus florecientes poblaciones.
Al visitar Don Bosco Barcelona en i886,
le fué ofrecida con escritura pública la cum­
bre del Tibidado, sobre la cual, con palabras
j)roféticas aseguró que sus hijos elevarían
un soberbio templo en honor del Sagrado
Coravón de Jesús, que sería como el Montmartre de Pspaña. Pues bien, esta promesa
se ve ya cumplida en gran parte, y se halla
muy próximo el día de su total realización.
Kn la cumbre del Tibidabo se levanta, en
efecto, la cripta del grandioso templo que
Don Bosco contempló indudablemente Cv>n
visión profética, y las esbeltas columnas <iue
han de st^stener la ingente mole de la airosa
cúpula, se yerguen ya sobre sus bases, dis­
puestas a recilñrla sobre sus robustos sillares.
Ksta casa se abrió a j)esar de las grandes
dificultades que se le oj>usieron, en 1902,
desj)ués de la sei>arac:ón de las inspectorías,
y siendo Insiícctor de la Tarraconense el
celosísimo P. Aime, antiguo y primor Di­
rector de la casa de Barcelona donde había
des¡>legado una actividad y celo maravillosos.
Kste mismo celo le hizo solicitar de los
su¡)eriores un puesto de lionor y de i>eligro
en las filas salesianas. ofreciéndose jxira las
misiones de Colombia, viendo al fin cum­
plidos sus anhelos de consumir su vida en

aras de la caridad cristiana, asistiendo v
cuidando a los infelices leprosos de Agua de
Dios, en aquella República.
A l celosísimo D. Antonio Aime. sucedió
Don Manuel Hermida, santo religioso, activo
y emprendedor, que sacrificó su vida en un
trabajo callado, constante y asiduo, a cuyos
esfuerzos se debe en gran parte el que se
haya convertido en hermosa realidad el proféüco sueño de D. BosCo acerca de la cum­
bre del Tibidabo.
Durante el régimen de estos dos primeros
inspectores y de los que a los mismos suce­
dieron, esta provincia salesiana se ha desa­
rrollado de un modo consolador, contando
lioy, además de las casas arriba indicadas,
con las de Huesca, fundada en 1903; el im­
portantísimo colegio de segunda enseñanza
de Mataró, en 1905; el Estudiantado filosófico
y teológico de Campello; las florecientes Es­
cuelas de Alicante, que el año pasado mere­
cieron el alto honor de ser duramente ata­
cadas por ios enemigos de Cristo en ocasión
de la solemnísima procesión de María Auxi­
liadora; y finalmente una reciente fimdación
en la próspera ciudad de Alcoy.
III.

Las Castillas,
Vascongadas, Galicia, Navarra.
Kn Castilla se inauguraron las fundaciones
salesianas en 1892 con la casa de Santander,
abierta merced al decidido empeño del Obisjw
de aijuclla diócesis, el Kxemo. Sr. D. \ icente Sáncliez de Castro.
A esta siguieron las de \ igo en 189 p Béjar
en 1895, Baracaldo en 1897, y Salaiiuuic.:
en 1S98.
I.a Congregación Salesiana se hallaba
extendida por casi toda España, i>cro le fal­
taba la especie de consagración «ilicial que
sólo puede dar la Capital tle la Monarquía,
y esta consagración vino finalmente en 1899
fundándole la primera casa salesiana en la
\’ illa y Coite de Madrid.
Para establecer esta importantísima fun­
dación fué destinado uno de los prinierus
salesianos enviados por Don Bosco a Kspaíu.
el P. Ernesto Oberti, que poi mucli 'S añw^
liubú regido el colegio de IJtrera, ele\ fuidolo
a un envidiable grado de prosperidad.
E l mi§ino P. Oberti fué el primer Inspec-

to <

tir de la Provincia Céltica, creada enigo2
\ puesta bajo la protección de Santiago.
En Madrid, como en todas partes, los Salesianos coinen<aron con los niños pobres,
abriendo escuelas populares eu la Ronda de
Atocha, no olvidándose de hacer conocer la
devoción a su Virgen Auxiliadora; y el pue­
blo respondió con tal entusiasmo, que hoy
pasan de un millar los niños que llenan esta
casa, especialmente los domingos; y la iglesia,
dedicada a la Virgen de D.m Bosco, no se ve
jamás desierta de heles que numeross acuden
a solicitar la protección de la Celestial Señora,
o a darle gracias por los tavores recibidos.
I,as casas de Madrid se han multiplicado,
y hoy puede decirse que en la Capital de
l‘)spaüa la Obra de Don Bcsco se halla digna­
mente representada, puesto que, además de
h que pudiéramos llamar casa matriz, de
la Ronda de Atocha, existen la de Cuatro

una casa para talleres que promete ser algo
grandioso y digno de la industriosa ciudad.
Ultimamente esta Inspectoría ha abierto en
Mohemando (Guadalajara), un estudiantado
filosófico y teológico para los nüembros de
la Congregación que aspiran al sacerdocio.
-Serán por tanto unas cincuenta las casas
salcsianas que habrá en España, en e.ste a iu
jubilar del establecimiento entre nosotn s de
la obra de D. Bosco; magnífica fecundidad
de la labor salesiana, bendecida por María
Auxiliadora.
Tal ha sido el desarrollo del árbol que seis
humildes Salesianos plantaron en esta tierra
de María Santísima el i6 de Febrero de i88i.
Y ¿qué hacen los Salesianos en estas casas?
Nuestros Cooperadores y Antiguos Alum­
nos lo saben perfectamente. Se educa cristia­
namente a millares de niños de todas las
clases sociales; se les enseñan las letras hu-

PA G IN A D E O R O M IS IO N A L .
Beca “ S A N J A I M E ” formada p or una familia de Gerona (España) de­
vala de Ja Sma. Virgen Auxiliadora,
Beca “ S A N T A A N A ” formadn p or los Salesianos, Alumnos y Coopera­
doras d el Colegio “ San J o s é ” de Sania Ana (E l Salvador).

Caminos, con escuelas externas y una gran­
diosa iglesia en construcción; la del Paseo
Extremadura para aspirantes salesianos
y el acreditado colegio de segunda enseñanza
A Carabanchel Alto.
Ua primera casa de Madrid promete emu­
lar con el tiempo a la de Sarriá, contando
actualmente con un magnífico taller de Mecánicu dotado de todos los adelantos modernos,
y l‘.s de tijx>grafia, sastrería, carpintería, etc.
Además del colegio de Carabanchel, esta
Inspectoría posee el espléndido de Salamanca
pira la segunda enseñanaui, sumamente acreiitadn cii toda aquella región como centro
■'■ t estudios formales y serios, siendo por lo
‘-ant>» dos las casas salesianas que posee esta
^^pital, como sucede en Santander, Vigo, etc.
En iQio abrióse la casa de Orense; la de
Corulla en 1916, y la de Allariz en 1923.
I’anqdona cuenta desde hace seis años con
*n-i¿nídcos talleres de mecánica y carpin­
tería; i>cuelas de primera enseñanza y un
áoreciencte Oratorio Festivo, todo ello dea la esplendidez dei Sr. Aróstegui.
También eu Bilbao se halla en preparación

manas con una competencia generalmente re­
conocida. Los colegios de segunda enseñanza
de Utrera, Ronda, Mataré, Salamanca, etc.
han adquirido justo renombre como insui»rables centros de enseñanza salesiana.
Esta labor, con ser tan grande y tan in­
tensa, no es, sin embargo, la única a que
atienden los Salesianos. Don Bosco no li­
mitó el campo de acción de sus hijos, como
durante su vida no limitó el suyo.
El acudió doquiera hubiese una necesidad
que remediar, o un bien positivo que realizar.
Lo mismo hacen los Salesianos. Se dedican
a la educación de los niños; pero además
procuran la difusión de la buena prensa, de
las buenas lecturas; atienden al esplendor
del culto en sus magníficas iglesias; trabajan
con entusiasmo para propagar y hacer co­
nocer la devoción a María Auxiliadora, su
\’irgen, la Virgen de D. Bosco; y se prestan
a cualquier género de apostolado que tienda
a promover de algún modo la gloria de Dios
y la salvación de las almas, especialmente si
estas son las almas de los niños, que consti­
tuye nel objeto de sus preferencias.

io6

A
NUESTRAS

QUE

PUNTO

CAUSAS

Nuestros lestores sal>en ya que, a más de
la causa de Canonización de nuestro Beato
Padre D. Bosco, tenemos otras varias cau­
sas de Beatificación en curso. Recordemos
ante todo que un Proceso de Beatificación
comprende dos fases: la fase iiocesana y la
jame romana. La primera se llama proceso de
información, y la segunda proceso apostó­
lico.

La primera trata de los escritos, la repu­
tación de santidad del Siervo de Dios, la
autenticidad y valor de los milagros invo­
cados para la canonización, y de la ausencia
(le culto público. Ksta se acaba siempre con
el recoiKXíimiento de los restos del Siervo de
Dios.
La segunda fase trata de la heroicidad de
las virtudes del Sieiv'o de Dios y del valor
de los dos milagros debidos a su intercesión.
Estos dos puntos son discutidos separa­
damente en tres sesiones solemnes llamadas
antipreparatoria, preparatoria y general. La
primera de estas sesiones se tiene delante
de los consultores de la Congregación de
Ritos, la segunda delante de los Cardenales de
la misma Congregación y de los consultores,
y la tercera delante del Papa, los Cardenales
y los consultores de la Congregación de R i­
tos. Es de notar que estas sesiones no discu­
ten en conjunto la heroicidad de las virtudes
y los dos milagros: hay tres consagradas a
la primera discusión, y tres a la segimda.
El título de Venerable, que en otro tiemjKi
se daba al Siervo de Dios después que la
causa era introducida en Roma, no se da
ahoni sino después de la sesión general
acerca de la heroicidad de las virtudes.

Después de estos informes, repelidos >*a
en el Boletin, nuestros lectores pueden darse
cuenta del estado de nuestras ocho causas
de Beatificación.

ESTÁN

D E B EA TIFICACIÓ N .
Para Don Bosco: Después de la solemne
Beatificación celebrada al 2 de junio de 1929.
con Decreto de Su Santidad Pió X I de 18
de junio de 1930 ha sido decretada la reanu­
dación de la Causa para discutir los mila­
gros que han de merecer al Beato los ho­
nores supremos de la Canonización.
Para Domingo Savio, se tendrá el 5 de
Mayo próximo la sesión preparatoria, donde
se discutirá la heroicidad de sus virtudes.
Para D . BeÜrami, el proceso (2200 pági­
nas en-8°) acaba de llevarse a Roma para
la congregación antipreparatoria.
Los expedientes de los procesos de infor­
mación de D . Rúa y del Príncipe Czartorystñ
están ya en Roma, que debe examinarlos
para declararlos válidos, antes de introducir
la Causa ante su tribunal y discutir la he­
roicidad de las virtudes.
La Madre Mazzarello, fundadora de las
Hijas de María Auxiliadora, está en las mis­
mas condiciones que D. Beltrami: espera la
determinación de la fecha de la sesión anti­
preparatoria acerca de la heroicidad de sus
virtudes.
Sor Teresa Valsé, acaba de ver terminado
su proceso diocesano. Su expediente está para
introducirse ante la Congregación de Ritos.

Y Da. Dorotea de Chopitea, de Barcelona,
nuestra adm irable (Cooperadora, está en la
misma situación.
¡Total ocho causas! ¡Ocho candidatos a
los honores de los altares en una sola Con­
gregación! Se ve cómo razonaba el esentor
que hace dos años declaraba solemnemente
desde las columnas de una revista célebre de
París: Los Santos son cada vez más raros.
que el P Foresta, de espíritu m«ás obser­
vador, le contestaba: Los Sa}Uos,los enctienUv

en todas partes.

107

COOPERACIÓN EFICAZ
DiScuIfad de la empresa.
La Obra Salesiana es, sin duda alguna, su­
perior a las fuerzas de los obreros encargados
de llevarla a cabo. Su fin es algo grande,
conáderada en sí misma. Educar a los hijos
del pueblo, llevar el Evangelio a países sen­
tados en la sombra de la ignorancia, de la
barbarie y del error, destruir por medio de
la Buena Prensa los falsos prejuicios que en
la hora presente tanto se esfuerza por es­
parcir entre el pueblo la prensa impía, ajuidar a las almas a \rivir según su fe, o con­
vertir su corazón arrastrado hacia las pa­
cones de esta tierra; facilitar la subida al
Monte santo del Estado Sacerdotal o reli­
gioso a los llamados por Dios: este múltiple
trabajo, síntesis del programa salesiano, es
carga pesada muy superior a las fuerzas del
humilde hijo de Don Bosco.
Añádase a esto todas las dificultades sur­
gidas del estado moral de la actual sociedad
que entorpecen grandemente su obra. Nunca
la juventud ha sido tan disputada de una
parte o tentada de otra; jamás las naciones
infieles, empozoñadas las unas por un falso
nacionalismo, engañadas otras por competi­
dores provistos de medios de halago; jamás
han sido en conjunto tan rebeldes a la pre­
dicación del Evangelio, jamás el apostolado
de la Prensa ha encontrado tan hábiles y
adinerados adversarios; jamás las vocaciones,
han tenido que sentir tanto la- lucha contra
las solicitaciones del mundo. ¡Pesada labor,
hay que repetirlo, es la que se ofrece al Sa­
lesiano! Si cuenta sólo consigo mismo, ve que
las fuerzas le fiaquean; se impone, pues, el
problema de la unión.

E l auxilio de lo AJfo,
¿Quién se prestará a ayudarle? ¿Quién
dará luz a su inteligencia, ardor a su cora­
zón, energía a su voluntad para conducirlo sin
desmayar a la meta de su apostolado? Como
d Rey Profeta, va suspirando: Quaesivi in
linde venirei auxilium mihi; Miré ha­
da la cima de las colinas para ver si apael auxilio. Y su fe le responde: A uxilium

meum a Domino; La ayuda necesaria no

puede venir sino de lo alto.
Pero la mayor parte de las veces — es la
condiciqn impuesta por el Maestro de todo
bien — esta aynida no viene si no es solicitada
con confianza, humildad, y perseverancia.
Cuanto más insistente es la oración, tairto
más poderosa se hace ante Dios y tanto más
segura está de alcanzar las gracias esperadas.
He aquí por qué el ejército salesiano no
cesa, en vista de la labor que debe llenar,
de implorar la oración de todos indistinta­
mente, pero sobre todo la de las almas de­
dicadas por vocación al ejercicio do la ora­
ción, o que disponen de tiempo para ella:
oración de los conventos, oración de los an­
cianos; de las almas que tienen un gran poder
sobre el corazón de Dios: oración de los niños,
oración de las almas puras, oración de los
enfermos; oración, en una palabra, del ma-

5'or número posible de sus cooperadores y
amigos, ya qua esta gran masa suplicante
obtiene lo que quizá aislados no obtendríau.
De todas las formas de cooperación a la
Obra Salesiana, ésta sería quizá la más eficaz,
si no le aventajara el sufrimiento, el sacri­
ficio, aceptados con el más puro-espíritu cris­
tiano.

La voz de los Mayores.
El Beato Don Bosco no cesaba de pedir
esta forma de cooperación a sus amigos.
¿Plxi.ste acaso un sola de sus cartas a sus
cooperadores, una de sus circulares a esta
Orden-Tercera tan querida de su corazón,
una conferencia a sus amigos donde él no
haya inculcado esta caridad?
Su primer Sucesor, D. Miguel Rúa, se­
cundó los sentimientos del Padre: Rogad lo­
dos los días — escribía a los Bienhechores,
de sus Obras — por los Salesianos. Pedid a
Dios que aliente su valor ante los enemigos de
la Religión, que les envíe auxiliares celosos, a
fin de que con la unidad de esfuerzos puedan
arrancar al demonio d mayor número de almas.

E l segundo Su<^sor, D. Pablo Albera,
insistía fuertemente sobre el mismo asunto:
Aquellos cooperadores — escribía — que, des­
provistos de todo otro medio, no pueden venir

M adrid (España). — P aseo de Estreniadura — C olegio de vocaciones salesianas.

en nuestya ayuda, que imploren con sus ple­
garias las (gracias del Ssñor sobre Nuestra
Obra. Recomiendo sobremanera esta forma de
cooperación, por ser la más fácil y al mismo
tiempo la ?nás eficaz.

Y . fiiKilmciite, en época bien reciente, aca­
bamos de oir al tercer Sucesor, D. Felipe
Kinaldi, solicitar una vez más esta forma
de cooperación, en carta dirigida a los Coo]M;radoies Salesianos al principio de este ano
Rogad — dice — rogad mucho no sólo por
todas nuestras obras, sino también por los
pobres salesianos diseminados por tantas par­
tes, a fin de que, salvando las almas de los
otros, salven también las suyas, ba conducta

de estos hombres de Dios es el eco fiel de
la tradición. ¡Qué poder el de la oración!
¿Podremos jamás apreciarlo lo bastante?
K1 misionero se fatiga, multiplica sus giras
apostólicas, consume su \*ida lle\’tmdo un
rayo de la di\ ina luz a las intelij^ncias su­
mergidas en el error y prodigando la cari­
dad, Y llega un día feliz en que su celo abneg-ado wnsigue romjx'r el hielo de los cora­
zones hasta entonces rolxldes a la gracia,
y ésta llega a penetrar en los espíritus en­
tenebrecidos. Alguno ix'iisará quizá que esta
«-'onquista es fruto efe las fatigas del misio­
nero y no será sino de la humilde oración
de la viejecita que todas las tardes pasaba
las cuentas de su rosario pidiendo con gran
fervor jx»ra que el misionero consiga Ue\*ar

al redil de Cristo al rebaño que se le con­
fiara. — Un educador, después de prolon­
gados y pacientes esfuerzos consigue ende­
rezar la voluntad de un joven hasta entonces
tiranizado por el mal; ¡desgraciado de él si
se atribuye a sí mismo el resultado! Podría ser
muy bien que esta victoria se debiera a la
oración de un pobre enfermo o a la plegaria
nocturna del solitario que durante les do­
lores de la enfermedad del uno o la vigilia
del otro subían al trono del Altísimo como
aroma delicado pidiendo ¡)ara que los tra­
bajos del educador no fueran estériles.
Razón tenía D. Albera, como arriba queda
dicho, cuando afirmaba que de todas las forfí'. v
de cooperación ésta es la más fácil y la más eficaz.

Futre las ventajas de esta forma de coojxración debe contarse la de que está al al­
cance de todos. Kl artesano inclinado so­
bre el banco de trabajo, el gran industrial
enfrascado en sus negocios, el pequeño esc-ilar, la religiosa entregada a sus obras de
caridad; todos pueden, en medio de su tra­
bajo implorar la bondad del Padre que esta
en los cielos para que venga en auxilio de
este ejército luchador por la causa del bien.
Y esta obra de caridad no corre riesgo,
como tantas otras, de ser menoscabada por
el amor propio a l contemplar sus admirables
efectos, puesto que su resultado se nos oculta
enteramente, y sólo lo conoceremos auíc d
Tribunal de Dios.

109

Ecos de la Casa-M adre
Vísifas ilusfres,
S. E. Rdma. Mons. Luis Olivares, Salesiano, obispo de Nepi y Sutri, el 17 de Enero
llegaba de madrugada al Oratorio. A las 8
celebró la misa en el altar del Beato; al me­
diodía salió para Saluzzo para la consagra­
ción episcopal de Mons. Margaría, párroco
de Lagnasco electo obispo de Civita Caste­
llana, Orte y Gállese.

Exorno. Alons. Carlos Labbé y Marqués
obispo de Iquique ( Chile).
El día I de febrero llegaba al Oratorio de
San Francisco de Sales este ilustre antiguo
alumno de la casa de Talca (Chile) de paso
para Roma y España. En el corto tiempo
que fué nuestro huésped nos edificó grande­
mente con su piedad, de la que dió grandes
muestras estando a los pies de María A uxi­
liadora cada día no menos de dos horas se­
guidas, después de celebrar en el altar del
Beato un día, y otro en el de María A uxi­
liadora con edificante fervor. Visitó las di­
ferentes obras salesianas de la ciudad de
Turín, la magna Obra del Cottolengo y la
Consolata llevando de todo gratísimo re­
cuerdo.

La voz d e l Papa
en la Basílica de María Auxiliadora.
Los Salesianos, para no desmentir su tra­
dicional afecto al Papa, siguiendo las hue­
llas que su Fundador marcara en su adlit sión completa a la persona del Sumo Pon •
tíÉce, con ocasión de su mensaje a través de
los cielos a todas la naciones y a todas
las criaturas, han querido testimoniar una
vez más su devoción al Pontificado, mereúendo los elogios del órgano de la Prensa
de la Ciudad Vaticana.
Dice, en efecto, « L ’Osservatore Romano *;
En Turin, por iniciativa de los Padres Sale-

M adrid — PóH íco del C olegio para A spiranies.

sianos una escogida masa de invitados llenó
la Basílica de M aría Auxiliadora para escu­
char el radio-mensaje del Padre Santo. La
voz augusta del Pontífice se ha oído perfecta­
mente.
Después el Rector Mayor de los Salesianos,
D. Felipe Rinaldi, entonó un Solemne « Te
D cw r ■' por la conservación y prosperidad del
Sumo Pontífice Pío X I .

H ay que añadir que no sólo en la Basílica
sino también en el salón de actos, donde se
interrumpió la sesión que en aquella hora se
estaba representando, pudo oírse la voz au­
gusta del Padre Santo. No bajarían de 3000
las personas que se hallaban presentes y que
pudieron tener la dicha de escuchar el au­
gusto y paternal saludo del Padre Común
de la Grey Cristiana jCómo habrá sonreído
nuestro Beato Padre Don Bosco desde el
G elo al ver que sus hijos siguen siendo fieles
a sus enseñanzas en el amor al Papa y en ir
a la vanguardia en la d\'ilizaciónl

lio
Visita
de un Delegado de Ja Tabla Redonda,
l*‘l 31 de Uñero el Delegado Católico en
la Conferencia de la Tabla Redonda, Sr. Rao
Baghüdur Pamir Selvam, en su \naje de
vuelta para la India quiso pasar por Turín
con el fin de visitar la Casa-Madre de los
Salesianos de la cual es un antiguo amigo
en la India.

S r. R ao B aghadur Pam ir Selvam
y el Embajador en Rom a S r, O gilvie Forbes.

lista distinguida personalidad católica de
la India es uno de los 52 delegados escogidos
para representar el pueblo indiano en la con­
ferencia de la Tabla Redonda recipiteiuente
reunida en Uondres. El objeto de* la confe­
rencia ha sida buscar un arreglo contra los
disturbios nacionalistas que tanto han preo­
cupado últimamente a Inglaterra política y
comercialmente. Las conclusiones adoptadas
en Londres han sido entusiásticamente re­
cibidas por to<U^. Y si los partidarios de los
Cthendi llegan a entenderse, pronto tendrá la
India su Parlamento Nacional al cual han
consentido de pertenecer los naturales Rajah
indianos. Con esto parece asegurada la fu­
tura pacificación del pueblo indiano.

Ahora bien, el Delegado en esta Confe­
rencia en nombre de todos los Cristianos de
la India, que ha querido honramos con su
visita, es un antiguo amigo de los Salesianos
en la India; pues' que ha vivido varios años
en Tanjore donde tenemos un floreciente
centro de Misión con excelentes escuelas
bajo los cuidados del Misionero Salesiano
D. Méderlet, actualmente elevado a la digni­
dad de la sede arzobispal de Madrás.
E l Sr. Rao Bachadur es uno de los pocos
abogados católicos del Sur de la India, y fué
elegido por el Virrey para representar los
intereses de todos los cristianos indianos,
Protestantes y Católicos, en la Conferencia
de la Tabla Redonda. Acabados los estudios
de jurisprudencia en la India, estuvo un
año en la Universidad de Cambridge en In­
glaterra para perfeccionarse. Vuelto a Tan­
jore, estableció su bufete de abogado, y
tomó parte principal en la vida política de
su patria tanto en el gobierno local, del cual
ha sido dos años Presidente, como en el ramo
nacional. No obstante las presentes ocupa­
ciones durante la Conferencia, el Sr. Rao
Bachadur halló el medio de hacer breves nsitas a algunas de nuestras Casas de Ingla­
terra, especialmente a la de Londres, Battersea, donde presenció la fiesta anual de los
Premios y habló a los jóvenes de la India
y de sus relaciones con los Salesianos.. Visitó
también nuestra Casa de Oxfort y pasó al­
gunos días en aquel estudiantado salesiano.
Durante las vacaciones de Navidad \dsitó
en peregrinación Lourdes, y apenas termi­
nada la Conferencia se apresuró a venir a
Turín para visitar la Casa-Madre de los Sa­
lesianos, el Oratorio del Beato Don Bosco,
del cual tanto había oído hablar a sus amigos
los Salesianos de la India.
Fué obsequiado por nuestro Superior Ge­
neral P. Rinaldi y otros Superiores que eu
El entendían obsequiar a todos los Católicos
de la ludia. Después visitó detenidamente
las diversas dependencias de la Casa-Madre,
especialmente las Escuelas Profesionales y
entre las muchísimas cosas que le llamaron
la atención fué una el habitual silencio con
qu6' los alumnos atendían a su trabajo.
Al día siguiente dejaba Turín para ir a
Roma donde le esperaba una Audiencia del
Padre Santo, antes de volver a .su Patria
para dedicarse a la ejecución de las deci­
siones tomadas en la Conferencia de la Tabla
Redonda

IIl

DE NUESTRAS MISIONES
Una vocación providencial en la Misión del Japón.
Nuestros pobres coreanos.
En verdad que son pobres y bien pobres; una
choza de dos metros cuadrados, m uy limpita
V aseada, constituye todo su hogar; alli comen,
íluermen, trabajan, y cocinan, cuando llueve;
ya que cuando no llueve suelen hacerlo al aire
libre.
Pobres y bien pobres, moralmente hablando,
pues no pueden recibir los auxilios espirituales
del misionero, es decir; los de la Predicación
Evangélica y el de consejo y aliento... pues ellos
no saben el japonés y éste no sabe el coreano...
La pena de eUos era también una pena para
nosotros, y con los ojos vueltos hacía Aquella
que es esperanza nuestra le pedimos fuera Ella
la misionera de estas pobres almas hasta tanto
que no nos enviara un misionero digno de
reemplazarla...

Un joven que busca ¡a verdad.
En la ciudad de Nakatsu, distante un par
de horas de tren... había un joven coreano de
unos i8 años de edad, que Dios en su infinita
misericordia le habla concedido la gracia de
encontrarse intranquilo y mal, en medio de
las tinieblas del paganismo. Iveia libros y más
libros buscando la luz que le iluminara... Su
rectitud de intención fué recompensada, encon­
trando un buen amigo, coreano, que le puso en
el buen camino, diciéndole que la única y ver«ladera religión era la católica, y. que en ella
encontraría la verdad que anhelaba su alma; y
para más detalles le dió la dirección de la m i­
sión católica.
El buen joven, llamado Malsu-Shiia (bajo
el bosque) no se dió reposo hasta que pudo
liablar con el misionero. Pero ¡ay! su ocupa­
ción de empleado en una tienda de comesti­
bles le impedía entretenerse lo necesario en la
Misión. E s de saber que los Dechis (siervos
del comercio) son esclavos del estableci­
miento, comen y duermen allá, y cuando salen
por encargos y comisiones siempre van en bi­
cicleta. veloces, jw r tener los minutos contados;
son verdaderas criaturas o instrumentos del
dueño...
Nuestro joven no pudiendo ausentarse de su
cargo, escribía todas sus dudas en cartitas y
Cuando sah'a para una comisión, se la dejaba
M misionero el cual se la contestaba también

por carta, pasando a recogerla cuando debía
salir de nuevo del establecimiento....
Las dificultades le surgían como por encanto;
pero su tenacidad lograba vencerlas; quist) einp>ezar a estudiar el catecismo, pero ¿cómo ha­
cerlo estando siempre ocupado? Pues he aqui
la hábil solución... se escribió todas las ora­
ciones en papelitos, y cuando salía para sus
comisiones, con mía mano conducía la bici­
cleta y con la otra sostenía el papelito apren­
diendo de memoria los medios de asegurarse
lo que más convenía a su alma: la salvación
eterna...

La divina recompensa.
Tanto penetró el verdadero sentido de lo
que de por sí aprendía, o mejor, tanto le ilu­
minó el Espíritu Santo, que un dia se pre­
sentó al misionero y le dijo «Padre: ¿cuánto
dinero se necesita para los estudios de sa­
cerdote? * ¿Por qué lo quieres saber?, le dijo
éste. « Porque desde -hoy quiero empezar a re­
coger lo que pueda, y cuando tenga la cantidad
suficiente, poder entrar en el sem inario». E l
misionero, sorprendido y admirado a la vez, le
contestó. «Mira, si te sientes con fuerzas, deja
el establecimiento y vente a la misión, aquí
aunque pobres nos partiremos con alegría el
pan nuestro de cada dia (aquí como que no
comen pan dicen en el Pater * el alimcvto de
cada dia). A los pocos dias volvió diciendo...
« Estoy decidido... ¿cuándo podré venir a la m i­
sión? >

Su caíecumenado y bautismo.
Teniendo en nuestra parroquia de Oita el
■ grupo de coreanos de que y a liablé, el misionero
de Nakatsu nos habló del Joven Matsushita y
con mucho gusto lo admitimos en nuestra casa.
Empezó con grande entusiasmo, estudió todo
el catecismo en japonés, y a pesar de no .ser su
lengua materna, al cabo del mes lo sabía todo
de memoria. Lo que nos complació más era el
ver que progresaba también en piedad, pa­
sándose largos ratos haciendo compañía al
Santísimo.
Finalmente recibió el codiciado premio: « el
bautismo *; se lo dió el gran bienhechor de las
misiones en general y de im modo particular

tíá

O ita (Ja p ó n ) — Rdo. D . Adolfo Tornquisi y a su derecha nuestro coreano.

de la Olta, al Rdo. Don Adolfo Tom quist que
estaba de paso. Se le puso el nombre deAdolfo;
había que ver la cara del neobautizado aquel
día; irradiaba felicidad manifestando cual es­
pejo Bel la dicha que embargaba .su alma.

Nuesíra esperanza.
Adolfo continúa siendo imuejorable, estudia
con costancia el roniaji y el latiu, y io d o su
ideal está en llegar a ser un día sacerdote dcl
Señor. E n el oratorio festivo juega con los ni­
ños, ejercitándase en la vida práctica salesiana.
En las horas libres se le ve siempre atareado,
ora haciendo de carpintero, ora de mecánico,
ora de pintor...
¡Es nuestra esperanza! sen para la cntcquización de nuestros jxíbrcs coreanos, sea para la
conversión de las zoo familias coreanas paganas
que residen en nuestra parroquia..... Nuestro
Reato Padre haga que sea el primer eslabón
de oro do la cadena de vocaciones sale.«ianas
coreiuias, que un día, cual valerosa legión,
vayan a convertir en su pais a los 20 millones
de paganos, ya que es xma de las viñas en que
imls se hace oir la voz del Señor «Messis quidom multa operarii autom |u\uci».
Oita, 23 enero 1931.

P edro M. E scurseel, S. S.

Prefectura Apostólica del Assam.
E l Oraíorío.
E l Oratorio f^ tiv o ha sido llanrada la rélulaniadre <le la Congregación Salesiana, y éste no
puede faltar donde se establezca una Obra «Salesiana, y n\uclio menos en tierra de misiones.
Y en Shillong no sólo no falta el Oratorio,
sino que hay varios y muy concurridas, puesto
que son medios potentísimos que reportan
grandes bienes tanto a estas jx>blaciones como
a los clérigos mismas de esta Misión que con
tanto ardor a ellos se dedicaii.
Sería bueno estar aqiií un domingo a nu'dio
día para darse cuenta de la forma típica de
esta salesianísima obra. Uti mo\T.miento extra­
ordinario rompe el orden que siempre aqxií reina.
I kw jóvenes salesianos que han consagrado su
\-ida a la obra de las Misiones y que atienden a
su fonnación sacenlotal, dejan sus libros du­
rante medio día, y cargado, quién de una cometa
quién de una tromba, o de im clarittete, provist<.v5 todos de algui’.as estampas, rosarios, meda­
llas, y a \’eces también algunos caramelas, y
cuando la bienhechora mano de nuestros Coope­
radores nos lo depara. Je un tuüón, o .sino
alguna pelotita, sin que a ninguno falte el cate­
cismo que durante la semana han aprendido
a explicar en lengua kashi, marchan cada uno

ir
m

AssAtn (India) — O ra io rio Fesüvo saleaiano.

a su campo de acción, después de hacer una
riáfa a Jesús y a María Auxiliadora para que
llagan feamda la obra dd apostolado que van
a ejercer,
bo primero que necesitan, apenas llegados, es
lacer ruido pata que en las cabañas se enteren
de la llegada de los catequistas y del comienzo
del Oratorio, el cual tiene lugar en el campo deltiDorrio, o sea, un terreno llano sin cultivar.
Después de una buena hora de juego, tiene
lagar el Catecismo. Bajo un árbol, o alrededor
del fuego, según la estación, se explica el CateÓMio, Se hacen aprender las oraciones, y al que
mejor lo aprende se le da un premio.
Generalmente el Oratorio es para sólo los
niños y jovencitos; pero en muchos sitios se reur.:i tamién las madres, los viejos y... los prohstantes. Mientras se juega están a los lados
dd campo; pero una vez se hace el círculo para
Catecismo, peco a poco van acercándose,
niuchas veces se hace más bien a ellos que
- io mismos niños.
Así es como la buena semilla ^•iene arrojada,
mcual fuctificará cuando la gracia mueva los
®^*2oiies y les de la fuerza suficiente p>ara
•J.Tar de sus errores y entrar en el redil de
la Iglesia Católica.
Muchas veces, sin embargo, no se puede obIsoer esto fácilmente, por parte de los adultos;
se oblicué que sus niños y sus jóvenes sean

I

bautÍ2^ados y que frecuenten la Iglesia v las
funciones sagradas en los días festivos. Gana­
dos los hijos, es casi cierto que les seguirán los
padres. Estos, antes de renmiciar a sus costum­
bres paganas, quieren ver qué efecto obra la
nueva Religión en sus hijos; pero como nues­
tra Religión es Religión de bondad y de amor
no pueden menos de apreciarla y abrazarla.
Alachas veces, no obstante, el que va al Ora­
torio encuentra serias difiailta<les. Unas veces
son las madres que temen, debido a supersti­
ciones apremlidas, desgracias para sus hijos;
otras son los Protestantes que no quieren tener
contacto con los ahorredblcs de Roma, como
aquí nos llaman. En alguna ocasión se pre­
sentó una M iss a echamos en cara que ti
jugar en día de fiesta era gra%*ísiino pecado.
Rogad, lectores queridos, para que pronto
se pueda tener un sitio donte todo sea Ijendecido y adaptado para la educación cristiana de
la juventud.
!Oh! si cada Oratorio de Europa o de Amé­
rica tomase bajo su protección particular un
Oratorio de las Alisiones, y con sus oraciones
y pequeñas ofertas -Niniese en su a3mda ¡cuánto
bien se podría Imcer!...
Quien quisiera informarse mejor, escriba a:
Dirección Oratorio Festivo, Salesian - Calholic
Mission - ShiÜong (Assam-India).

F. M. F ossati.

II4

Misión indígena Salesiana del Rio Negro (Brasil).
Lu pQcifícadón de los salvajes “ Barás” hecha por e l Misionero D . Juan Marche^.
Los salvajes **Barás'\
Son una tribu de Indios que habitan la flo­
resta donde nace el río Tiquié, afluente de
Wnuix:s, en la región del Río Negro. Estas
salvajes tenían fama de feroces y batalladores;
y hacía muchos años que eran enemigos irre­
conciliables de los Tuyucás, con los que esta­
ban en lucha continua.
Un comerciante en caucho, acompañado de
una buena escolta de empleados, y con muchas
mercancías, quiso subir hasta los orígenes del
Ti<iuié, y aunque avisado de no internarse entre
los Barós, tomadas las debidas precauciones,
fué allá. Pero lo pasó mal: en efecto, mientras
la comitiva atendía al transporte de la mer­
cancía y matalotaje sobre las cascadas, nues­
tro explorador, habiéndose adelantado un poco,
se vió de improviso rodeado de unos quince
salvajes Barás armados de arcos y flechas en­
venenadas. Primero con buenas formas, y des­
pués con amenazas, pidieron por señas que les
entregase todo lo que llevaba; y él, axmque
provisto de revólver, prefirió contentarlos.
Abierta la cajita que llevaba consigo, distri­
buyó cuanto llevaba: cerillas, espejos, peines,
tabaco, etc. Al fin, cuando esperaba que al­
guna flecha envenenada lo hiriese, llegó un
indio Tucano, el' cual, hablando con los Bariis, les aseguró qu el señor era bueno, que
no tenía intención de hacer uso de las armas,
y que ¡wr lo tanto también ellos debían res­
petarlo. Así, gracias a la intervención del Tu­
cano, el explorador se vió salvo.
Fué, sin embargo, tal la impresión que re­
cibió, que sin más averiguaciones y sin dete­
nerse en busca del caucho, dió orden de volver
atrás, porque consideraba muy ¡xdigroso tra­
bajar junto a indios tan feroces.
Tales son los sah-ajcs Barás que el Misionero
Salesiano D. Juan Marchesi, con su heróico
valor, con su caridad prudente y apostólico celo
ha conseguido i>acificar completamente, po­
niéndolos en el camino de la evangclización
y de la civilización.
Causa de ¡a lucha entre los “ Barás ” y
los “ Tuyucás".
Ivntre las tribus de los indios del Río Negro
existe la costumbre de contraer matrimonio
robando las mujeres de otras tribus. Este rapto
es casi sicmi>re combinado con los padres de
la joven. En cierto ocasión los Barás robaron
a k\s l'uyucás algunas jóvenes, y cuando los

Tuyucás intentaron hacer otro tanto, encoatraron resistencia, y varios de ellos cayeron vic­
timas de los Barás, quienes para mejor vencer
a sus enemigos, cerraron el paso del pequeño
afluente derribando gruesos árboles a ambos
lados. Desde entonces las dos tribus se cm sideraron siempre enemigas acérrimas, y si
algiuio trasponía los confines, corría riesgo de
caer bajo la punta de una flecha envenenada.
Cuando entre los Barás una mujer Tuyaca
quedaba viuda, era m altratada y perseguida
hasta que debía huir casi sola hacia los de su
tribu; y contando a los suyos las vejaciones y
persecuciones sufridas, amnentaba siempre él
odio y la sed de venganza entre ambas tribus.

Primer encuentro del Misionero con los
Barás.
En junio de 1926 el P. Marchesi debía partir
para una excursión apostólica sobre el río Ti­
quié. Como el viaje, siempre en barca, duraba
más de un mes, se encomendó fervorosamente
a las oraciones de los niños y después me dijo;
« Quiero intentar de acercarme a los Barás}
ver si puedo ponerme en relaciones con ellos y
extender hasta ellos nuestra obra ». Traté de
disuadirlo, porque me parecía imprudencia y
temeridad ponerse a peligro de ser asesinado,
tanto más que éramos sólo dos sacerdotes¡qu«
no podíamos atender a los indios ya conocidea
y dóciles, y muchas otras razoues que en aquel
momento me vinieron a la mente; pero todo
fué inútil. D. Juan Marchesi liizo caso omiso
de todas mis observaciones, insistió en que se
rezara mucho y partió. Después de 16 días de
viaje durante los quales había visitado muclus
malocas de indios, administrando muchos bau­
tismos y prodigando la palabra de Dios, lltp
a la última maloca de las l\jynicás. Aquí s
detuvo un día para disponer los preparative^
para la ida a las Barás. Naturalmente ninguno
de los indios Tuyucás aceptó acompañarlo;
antes bien trataron de disuadirlo. El misionero
no se desanimó: llamó a cuatro Tucanos y de
jada la barca, con el bagaje a la espalda, temó
el camino de la floresta con ellos y un alunmde la Misión de Taracuá.
Caminaron todo el día abriéndose de cuand'
en cuando camino con la podadera, atrave­
sando lugares pantanosos y muclios regatea
hundiéndose a veces hasta más arriba de
rodillas. Al atardecer, hicieron alto en rma ¡dar**
tación de mandioca, e improvisaron una c.v
baña donde pernoctaron. A la mañana Sh

II5
guíente, el P. Marchesi no pudo celebrar de­
bido a un fortísimo dolor de dientes causado
sin duda por la extraordinaria humedad de la
floresta y por las lluvias de los días anteriores.
Refocilados los estómagos con im poco de ha­
rinade mandioca cocida, emprendieron de nuevo
la marcha. A las once oyeron ladridos de perros,
T pocos minutos después apareció ante ellos
ia primera maloca de los famosos Barás.
La vista del Slisionero provocó gritos y sus­
tos entre las mujeres y los niños, quienes, presa
de una gran confusión, huyeron precipitada­
mente a la selva por la parte opuesta de la
maloca. Los hombres, al contrario, con el ca­
cique a la cabeza, se apostaron a la puerta
esperando que se acercase aquel que osaba
poner el pie en su reino. E l aspecto de aquellos
salvajes, todos horribümente pintarrajeados,
era tan fiero y amenazador que hubiera hecho
temblar a cualquier explorador. E l Misionero,
ei-sai^ento de sanidad durante la guerra euro­
pea. y que muchas veces se había expuesto a
mayores peligros, avanza sin temor. Sabe que
nna flecha envenenada lo puede dejar en el
átio; pero confía en la ayuda del Señ^or, pues
DOva a conquistar un palmo de terreno sino
almas para Jesucristo.
Los Tucanos que le acompañan saludan en­
seguida a los Barás, y uno de ellos presentando
a! líisíojtcro añade: «_Este es el Padre Juan
(Pjf Joae). Es bue::o, amigo de todos, hace a
todos bien y mal a ninguno. Es blanco (civiIhado), pero es bueno: nos da ropa para ves­
timos e instrumentos para el trabajo; nos
habla de Dios y nos enseña muchas cosas; nos
trae armas, y os quiere bien también a voso­
tros >.
Agradó bastante a los Barás el elogio que el
Tucano hizo del Misionero, y el cacique le dió
la mano en señal de amistad. D. Marchesi sa~
:«ló a todos respondiendo con palabras de
■ •ondad y con sonrisas; después fué invitado
3 entrar en la gran cabaña donde le ofrecieron
tma hamaca para que se sentara.
Agradó a los Barás el panegírico que del
Minonero había hecho el Tucano; mas no fué
juícieme para convencerlos de la bondad del
MLionero. y para asegurarse, una vez sentado,
b rodearon y registraron como los- policías
hacen con los bandidos. Uno le m etía las manas
fn un bolso, otro en otro, quitándole todo lo
que encontraban; mientras otros le tocaban el
c:eIlo, los zapatos, las medias... E l Misionero
1« dejaba hacer, sonriendo a todos. Conven­
cidos de verdad que no llevaba armas y que
bueno, se agazaparon todos a su alrededor
g ir a n d o todos sus movimientos, maravilóndose sobremanera. Entretanto un indio ha^ ido a la floresta a llamar a las mujeres para
que vinieran a ver al Padre Juan. L as indias
^ sus niños a la espalda o a los flancos, una

en pos de otra en fila indiana, se acercaron a
la maloca. Ninguna, sin embargo, quería en­
trar la primera; se empujaban-una a otra,mientras los niñas chillaban desesperadamente de
miedo. También las mujeres estaban grosera­
mente pintarrajeadas y sucias, vestidas a la
moda con tm andrajo desde la cintura a las
rodillas.
E l cacique viendo su apocamiento, las re­
prendió brutalmente y entonces se acercaron
a oler la mano del Misionero. He dicho oler,
porque tal es la costumbre entre ellos. Ix>s
niños y las niñas no se atrevieron a acercarse
al Misionero, a aquel huésped desconocido; le
observaban desde lejos, y si él les hacia indi­
cación para que se acercasen, huían más lejos.
Los Tucanos entablaron larga y animada
conversación con los Barás, narrando todo lo
que el Misionero hace en bien de todos los In­
dios. Dijeron que enseñaba a construir las
casas, formando pueblos con la iglesia {Vaque
= casa de Dios) en medio; contaron que se to­
maba cuidado de los viejos y de los enfennos.
Les refirieron todo l<y que había hecho en la
Misión de Taracuá, donde había recogido mu­
chos niños, los había vestido como los civili­
zados y les enseñaba a leer y escribir, a tra­
bajar y a cantar; hablaron de los otros Misio­
neras, de las H ijas de María Auxiliadora,
llamadas por los salvajes Pai »«ta=padre
mujer; de la iglesia de Taracuá, del taller de
los carpinteros y de los sastres, etc...
Todas estas noticias aseguraron a ios sal­
vajes de que el personaje que hospedaban era
ciertamente bueno y que podían tener en él
plena confianza.
Así a la tarde Don Marchesi, sin necesidad
de reunir a los salvajes, por(|ue no .se cansaban
éstos de pbservarlo, en un rincón de la maloca,
después de abrir el pe(jueño altarcito, colocó
en él una hermosa imagen de la Virgen e hizo
la primera función religiosa, cantando y re­
zando con el pequeño alumno de la misión de
Taracuá, haciendo al fin un poco de catecismo
a todos.
Más fácil es de imaginarse que de describir
el estupor y la m aravilla de los salvajes ante
aquel espectáculo tan bello y tan nuevo para
todos ellos; y sin exagerar, creo que si hubiese
continuando toda la noche, ningún indio se
habría cansado. ¡Oh! ciertamente desde el Cielo
el Beato Don Bosco habrá contemplado y ben­
decido a su digno hijo, que, despreciando los
peligros, se había internado en el corazón de
la floresta en busca de salvajes más abando­
nados y miserables para amansarlos y hacerlos
lüjos de Dios y de la Iglesia....
(Cottiinuará), 25 de Diciembre de 1930.
A k t o k io G ia c o x e ,

M is io n e r o

S a le s ia n o .

ii6

CULTO DE MARIA AUXILIADORA
¡Viva María AuxiHadora!

Del ¿4 (le abril al 24 de mayo millones de
(íjos y de corazones se volverán a esta Buena
Madre, ({ue desde su trono refulgente de
Valdocco extiende sus brazos para derramar
tesoros a manos llenas sobre sus devotos
hijos. Desde su Santuario de Turín, que es

culcó con tanto celo el culto de María
liadora?

He aquí la repuesta. Al recordar las nia­
ra vallas obradas por María Auxiliadora, ad^
más de un desahogo de su inmenso afectn
hacia la iiladre de Dios, Don Bo.sco cuidaía
de ayudar al prójimo. Quería despertar en
todo el mundo una confianza ilimitada en
Aquella que en medio de las angustias, l.
las tribulaciones, de los errores y de los pe
ligros de esta pobre yida mortal, había sido
y continuaría siendo la amorosa, la solídt
y potente Auxiliadora.
R ecomendaciones :
A los señores Directores, Decuriones, C^
ladores y Celadoras recomendamos la se
gunda conferencia anual, prescrita por el
Reglamento, con ocasión de la solemnidad
de María Auxiliadora. A este fin inviten ;
algún conferenciante celoso, o rueguen a!
orador de la Novena que dedique un dis­
curso a las glorias de María Auxiliadora.
A todos los Cooperadores reconiendanioí
inscribirse o procurar nuevms inscripciones
en la Asociación de los devotos de María
Auxiliadora. A los asociados se les proponcD
dos cosas: «Promover la gloria de la Madre
del Salvador para merecer su proteexión e:
vida y particularmente a la hora de la muerte,
y promover y extender la devociem a Jea*
Sacramentado... ».

el centro y el corazón d e'to d a la I'amilia
vSalesiana, la Virgen de Don Bosco dispensa
sus gracias y sus favores celestiales.
/ l’úví María Auxiliadora!
Idla nos ha dado a Don Bosco para que
na'^ enseñase a amarla, a invocarla. Vayauu>s a lilla como hijos a su madre: en sus
braztvi maternales encontraremos seguro re­
fugio Y descanso eterno.
, ríVíi M aría Auxiliadora!
Roguemos y cantemos todos unidos con
Don Bosco las gracias y los triunfos de nues­
tra Madre y Celeste Reina.
( Por que d Beato D. Bosco itislHuyó e in­

G U AYAQ U IL (Ecuador). - La fíesía dt!
Comiíé de María Auxiliadora.
I,a fiesta que auuahnente suele ofrecer a ^
celestial Patrona el Comité de María Anriludora, se celebró este año el día 30 deNoviemt *
con la m ayor solemnidad y numerosa concur­
rencia de devotas.
La misa fué cantada por el P. Director —
Comité, y después del l?vangolio proiiuuciót •
conceptuoso panegírico el Rdo. P. Gabriel Jl''*
rillo, salesiano.
E l canto corrió a cargo del Coro del colc»^
Cristóbal Colón que ejecutó hermosos motí-''
en la misa de Comunión y una magistral
cantada. A l fin de ésta un P. Salesiano irni»-'
tió a todos los concurrentes la Bendición
rí'irgica de María Auxiliadora, y recibió en

Asociación de Devotos de María Auxiliadora a
algunas personas que se consagraron en este
día. presentadas por la incansable Presidenta
del Comité Srita. María Angélica Novoa, quien
no omite sacrificios para llevar adelante su
admirable obra de propaganda del culto de
María Auxiliadora.

S.U/AMANCA (Kspa S a ). — De muerte a vida.
— listando mi padre enfenno de cuidado a
cíHisecuencia de la gripe con complicaciones,
so agravó de tal modo que las médicos no en­
contraban ya remedio, diciendo que a su edad
era impasible la salvación. Angustiado y lleno
de fe acudí a la que siempre me ha escuchado,
prometiendo dar una limosna y publicar la
gracia de la curación en el Boletín Salesiano.
Y como si la Virgen Auxiliadora quisiera hacer
más patente el milagro, en la mañana de m ayor
gravedad llegó a nuestra casa la bendita ima­
gen que mensualmente llevan en la visita do­
miciliaria. E l prodigio se obró; por la tarde la
mejoría fué notoria con gran asombro de mis
familiares, a se rra n d o todos que solamente
por un milagro se explica tan rápida mejoría,
donde la ciencia se había declarado impotente.
Cumplo m i promesa, y doy gracias a tan
buena Madre que ha sido siempre y seguirá
siendo mi Auxiliadora.
Febrero de 1931.
BERNABE GONZ.ALEZ VICENTE.
A. A . Salesiano.
PATZCUARO (Méjico ).
¡Gracias, Madre
r:ia'
Como consecuencia de ima caída, me
lastimé bastante seriamente un pie, que me
bacía sufrir terriblemente, tanto que había
niomentos que los dolores eran para mí ina­
guantables. E n medio de mis padecimientos
pedí a María Auxiliadora que me calmara los
agudisimes dolores o me ayudara a soportarlos
cou paciencia. Para conseguir mejor m i fin
puse una estampa sobre el pie. ¡Cosa admira­
ble' Después de poco tiempo me encuentro cu­
rada. Como agradecimiento mando 10 pesos
2^ de \ovicmbre de 1930.
Ma . So eedad a . d e C ar ba ja i ,.

Dan fambién graciñs a A laría Auxilia­
dora y envían una limosna:
Ai i c \nte (España). — Una devota, por ha­
ber obtenido la salud de su esposo y de un
nuembro de la familia. — A . Martines, por un

señalado favor, y envía 25 Pías. — Valentina
S. Moróte, por haberla sanado de una dolorosa
enfennedad para la que no hallaba alivio eon
ninguna clase de medicinas.
Camagü EY (Cuba). — Francisca Manague,
por varios señalados favores.
C artagena (Colombia). — i?osa A . P. de
Caviedes, cooperadora salesiana, por la j^rotección que en diversas circimstaiicias le ha dis­
pensando, especialmente haciendo renacer en
un liijo la fe que había perdido.'
Ciudadela (España). — A . A . S., jx>r una

gracia obtenida, y entrega 25 p.tíis para las
obras del Colegio Salesiano de dicha localúlail.
— Da. Mariana Gornés, Da. Gabriela Rosselió.
B. de F . y Da. Juana Pous, ix>r favores reci­
bidos.
M.aiion (España). — A. C. Orfila, por un
favor .señadadísimo, y envía una limosna para
las Misiones Salesiauas.
J erez de la F rontera (Españq). — Juana
Reguera, por una señalada gracia, y envía mía
oferta para las Misiones Salesianas.
Maracaibo (Venezuela). — Ana Teresa de
Finoh, U. F., por un extraordinario favor.
M a TEHUALA (Méjico). —- Irene C. de Gaután,
y varias otras devotas, por haberles favorecido
visiblemente y mandan limosnas para las
Obras Salesianas.
MORELIA (Méjico). — B. Cortés, por haber

librado a su mamá de míos ataques que ponían
en serio peligro su vida;

SINALOA (Méjico). — Laura G. vda. de .41calde, por la curación de un nietecito desahu­
ciado por lo médicos, y envía una limosna para
las Obras y Misiones del Beato Juan Bosco,
B enimaclet (Valencia-E.spafia). — Da. Nie­
ves Santamaría, da gracias a María Auxiliadora
y al Beato Juan Bosco por un favor recibido,
y envía la limosna de 15 p.tas para las Misiones
Salesianas.

Gracia conseguida
por Sor M aria Mazzarello.
YA PE PÜ íB uenos A ires -A rgentina). —
Estando enemistada con personas de m i familia
y deseando volver a nuestra antigua amistad,
cosa que yo veía completamente imposible, re­
currí a la Sien-a de Dios Sor María Mazzarello
prometiéndole, si conseguía esta gracia, publi­
carla en el Boletín Salesiano en\-iando al mismo
tiempo una limosna de cinco pesos para la causa
de su Beatificación.
Hoy, concedida la gracia, cumplo mí promesa.
M. B. C.

ii8

En honor del Beato Juan Bosco
DON BOSCO Y L A S MISIONES.
Quiso abarcar el mundo en un abrazo
porque lo vió en abyecto cautiverio,
y desde un hemisferio a otro hemisferio
tendió Don Bosco su amoroso lazo,
juntas l<¡ alaban hoy en su regazo
cien lenguas en magnifico salterio,
desde los Incas al Celeste Imperio,
desde el Gaurisankar al Chimborazo.
Don Bosco es caridad: sobre su frente
jamás pondréis ynás fúlgida aureola.
Por dar al patagón y al negro ardiente
de la gracia de Dios la nivea estola,
¿qué no diera el que diera prontamente
su vida por ganar un alma sola.^
OUVERIO. S. S.

V A L V IÍR D E D E L CAMINO (H uei.va ). —
Festejos en honor del Beato Juan Bosco: Con
éxito, nunca o nuiy ¡x)cas veces visto en Valverde del Camino, se celebraron con gran fé
y entusiasmo los festejos en honor del Beato
Juan Bosco.
Bendición de la estatua y traslación del Smo.
Sacramento: Con grandiosidad extraordinaria
el día 17 de diciembre de 1930, se abrieron los
festejos con la benedición solemne de la esta­
tua del Beato, una imagen del Sacratísimo Co­
razón de Jesüs, otra de María Auxiliadora, y
la traslación del Smo. Sacramento a la Capilla
del Colegio de las Hijas de María Auxiliadora,
Capilla que desde algún tiempo venía restau­
rándose; el acto íué llevado a cabo por el Rdo.
Sr. Arcipreste Doii Jest'us Mora, a cuyo acto
tuve la dicha de asistir, y mi alma muy
salesiana, como de toda ex-alunm ade las casas
de Don Bosco. se \mió simultáneamente con
los mismos entusiasmas a aquella inmensa
multitud y en alas tle estas nuestros ideale.s
ya realizados, de ver al Beato Padre en el
Altar, y fiel gozo que embarga mi alma, quiero
grabar en el pajx'l aunque sea en lacónicas
frases, los homenajes de cariño, que al Beato
Juan Basco, tributó la pequeña grey de Valvertle del Camino.
Los dias del triduo: El día i8 comenzó el
solemne triduo, y para dar más realce y so­
lemnidad a las fiestas, se celebró en la Parro­
quia, con una concurrencia inmensa de todas
l;\s clases sociales; también hubo representación
de los Colegios salcsianos de Se^•illa y Ecija.
E l horario que se siguió en los dos primeros

dias fué el siguiente: A las 7 y media la Sta.
Rlisa solemnizada con escogidos motetes, que
con gusto exquisito ejecutaron las alunmas y
Ex-alumnas del Colegio de las Hijas de M. A.
Por la tarde a las 7, la palabra amena del Rdo.
Padre Salesiano Don Rafael Tormo, fascinó a
la multitud que le escuchaba, y acrecentó más
los entusiasmos hacía el Beato Juan Bosco.
¡¡E l gran día!! Amaneció por fin el día 21,
el gran día en el cual llegaron a su a p o ^ las
ceremonias de los días anteriores.
Un alegre repique de campanas nos llevó a
la Parroquia donde oímos la S.ta Misa y reci­
bimos la Sta. Comunión de manas del Rdo.
Don José Manfredini, Inspector salesiano del
Betis, quien en alas de su celo paternal y de
su amor filial hacía el Beato voló hasta el seno
de aquellas multitudes que lo acogieron con
los brazos abiertos, ávidas de oir a im hijo de
Don Bosco que tuvo la dicha de besar sus pa­
ternales manos y de recibir los consejos de este
gran Pedagogo y Santo.
A las 9 resonaron nuevamente los musi­
cales acentos de las escogidas voces que for­
maron el coro durante el triduo cantando con
singular maestría la misa qire resultó solemne
en sumo grado. Durante la Misa ocupó la cá­
tedra del Espíritu Santo el Rdo. Sr. Inspector,
quien en un concentrado y magistral panegí­
rico, cantó las glorias del Beato.
A las 4 de nuevo reunidos todos, recibimos
la benedición con S. D. M. con gran solemnidad
y después de besar la reliquia del Beato salimos
de la Parroqtiia llevando en triunfo la son­
riente figura de Don Bosco, en la procesión
que coronaba aquel gran día.
La Velada: Digno remate de estas fiestas que
cerró con broche de oro aquellas demostraciones
de enriisiasmo hacía Don Bosco fué la Velada
músico-literaria que en el salón de actos del
Colegio tuvo lugar a las 8 del mismo día 21.
Entre la numerosa y selecta concurrencia
que llenaba el salón, ocupaban la presidencia
el Rdo. Sr. Inspector D. Don José Manfredini,
el Rdo. Sr. Arcipreste D. Jesús Mora, el Exmo.
Sr. Alcalde de la localidad y otras dignas per­
sonalidades eclesiásticas y militares.
También formó parte de la presidencia y
ante la cual tk >s sentimos profundamente com­
placidas, la Rda. RIadre Provincial en la per­
sona de su Vicaria Sor Rosina Capelli.
E l programa fué desarrollado con la mayor
gracia y maestría, alternando el arte mii5i<*í
con el arte de la oratoria; Es digna de citarse

iig
una representación de las Ex-alumnas que tri­
butaban homenaje de gratitud y amor filial
al Beato; fueron también notablemente representandos algunos cuadros de la vida del
Beato; no m eios digna de mención fue la
hermosa cinta cinematográfica «Las misiones
salesianas de Don Bosco en el Asam ».
Entre los números del programa se intercaló
uno del Colegio de las Normalistas de las Hijas
de María Auxiliadora de Sevilla, en el cual
una alumna en nombre de sus Superioras y
compañeras manifestó los sentimientos de adhe­
sión del Colegio de Sevilla con el de Valverde
en ocasión tan íntima: saludó y díó gracias
en nombre de la concurrencia a las dignas per­
sonalidades qire se habían dignado honramos
con su presencia.
Témiinó aquella hermosa velada con muy
sentidas y sabias palabras del Rdo. Sr. Ins­
pector, que con la misma elocuaicia y entu­
siasmo que por la mañana, encomió de nuevo
los mil heroísmos del Beato Juan Bosco, ha­
ciendo la aphcación para nuestra vida práctica,
lo cual acabó de probamos que el incompa­
rable espíritu del Apóstol de siglo X I X fué
la preciosa herencia que legó a sus amantes
hijos, quienes a ejemplo de su ^ e a to Padre,
empuñando en rma mano la bandera de Ma­
ría Auxiliadora y en la otra la Cruz de nuestra
Redención se arrojan en alas del amor en
busca de corazones que conquistar, lanzando
al aire entre arpegios de victoria el inmortal
gesto de Da mihi animas caetera tolle.
Valverde, 24-XII-1930.
Una Ex-alumna.

G R A C IA S
DEL B EA TO JU A N B O S C O

MADRID (Esp .\ña ). — Don Bosco viene en
mi avu'ia. Habiéndome encomendado en cierto
apuro económico al Beato Juan Bosco, me en­
contré con que a las pocas horas me aumenta­
ban inesperadamente el sueldo. En agradeci­
miento a este patente favor envió el imparte
bitegro de dicho aumento correspondiente al
primer mes, al objeto de que sea destinado a
las Misiones Salesianas.
Enero de 1931.
A. L .
MATARO (España ). — ¡Las ires salvadas!.
Tenía tres sobrinas erifermas de fiebre tifoidea;
una de eBas estaba gravfeima, pues el médico,
en una de sus visitas, nos aconsejó que le hi­
ciéramos administrar el Santo Viático, ya que
no había medio alguno de salvarla.
En tan desesperado trance, pedí auxilio al

Beato Juan Bosco; tom é su estampita, e inme­
diatamente empecé ima novena, díciéndole
de todo corazón: « Y a que sois el protector de
la infancia, curadlas si es para su bien. Y en
efecto, cinco días después de haber empezado
la novena, el médico vió en ellas cierta mejoría
que fué avanzando progresivamente hasta que­
dar completamente restablecidas. El día de
Santa Lucía fueron las tres juntas a oir misti
y a dar las gradas al Beato Juan Bosco por
tan gran favor.
25 de Enero de 1931.

Carmen C. de R ibas .
C IU D A D E LA (Menorca-España ). — En
marzo del año pasado sentíme atacada de agu­
dos dolores en el vientre que me hacían sufrir
horriblemente y me veía al mismo tiempo im ­
posibilitada de digerir cuanto tomaba.
Consultados varios médicos, todos conve­
nían en que era preciso someterme a una ope­
ración quirúrgica. E n tan apurado trance em­
pecé llena de confianza una novena al Beato
Juan Bosco supHcándole me sanase sin nece­
sidad de operarme.
No fueron defraudadas mis esperanzas: al
cabo de poco tiempo me encontraba comple­
tamente bien, y hasta la fecha no he vuelto a
sentir la más ligera molestia.
jGracias sean dadas al gran Apóstol de la
juventud, que desde el Cielo favorece de un
modo tan manifiesto a sus devotos 1
Febrero de 1931.

María Miret de N oveeia .
M A G A LLA N E S (CHIPE). — E n Diciem­
bre del año 1929 estando m i hermana grave­
mente enferma de im fuerte ataque de hernia
que duró cerca de dos horas, y no teniendo ya
esperanza de vida, después de confesarse y de
recibir la bendición de María Auxiliadora dada
por un Padre Salesiano, yo por mi parte puse
toda mi confianza en el Beato Don Bosco co­
locando debajo de la almohada una estampita
del Beato, prometiendo que si sanaba ayudaría
yo con todos los medios a mi alcance, a las
Obras Salesianas y trabajaría también para
que todas las personas con quien me relacio­
nara cooperasen a la Obra Salesiana. A los
pocos momentos de retirase el sacerdote, em­
pezó a mejorar la enferma, y antes que llegara
el médico el ataque había desaparecido. E l 21
de Noviembre del pasado año recibí otra gra­
cia particular del mismo Beato. Agradecida por
ambas gracias cumplo la promesa.
Enero de 1931.

D onata R ojas Soto.
C A M A G O E Y (CxmA). — Hacía dos años
que m i esposo se encontraba sin empleo, lo que
traía la ajnstem ación sobre nuestro hogar pa­
sando
amargos. Durante la celebración

120

M éjico (M éjico) — El P rocurador G eneral de la Nación. S r. D . J o s é A guilar y su distinguida Espora
en la solemne dislribución de premios a los alum nos del C olegio salesiano “ C ristóbal C olón".

(k* las fiestas de la Beatificación de Don Bosco
brilló sobre nuestas almas afligidas como faro
luminoso la idea de acudir al Beato para que
remediara nuestra aflictiva situación. Dadas
las circunstancias especiales que han mediado,
no dudo en afirmar que ha sido el Boato Juan
Bosco quien milagrosamente ha venido en
mic.stro auxilio.
Sir\*an estas lineas ])ara expro.snr mi agra­
decimiento a tan valioso Protector.
Diciembre. 23 de

T‘1spjír.\nza i >ií N.vron’ a m? Cortina .
SK V IM .A (Hspañ .v). - - Salvado, por enco~
wt Hd'trse a D. Hosco, de una mtterie sef^ura.

— TcJuiendo alguna desgracia, mi marido se
encomendó al Beaio Juan Bosco de quien es
sumamente devoto. líl Beato no dejó de pro­
barle «n pr»>tccción; pues habiéndose encontrado
con un antiguo guarda .suyo, a quien había
favorecido mucho, ésto le disparó un tir<3. A
jK'sar de haber sido disiwrado el tiro do muy
i'ctva, l<vs pitivecliles no le cnusiiron uuís que
leves heridas en el cuello y en la sien, escap.indo milagnxsamente de una muerte segura.
MI métUeo testifica que ha sido un verdadero
milagro que no haya queílado muerto en el
acto. MI Beato Juan Bosco ha sido, pues, quien

lo ha librado de una muerte segura. D05', por
consiguiente, las más fervientes gracias al Beato
Fundador suplicando al mismo tiempo se pu­
blique esta gracia para que todos confíen en
su valiosa protección.
1930.
^:\RIA Pinar de F loriís.
MADRID (EspaÑ.\). — Habiendo tenido,
por circunstancias de la vida, que cambiar de
domicilio, nos trasladamos a Madrid, en donde
la separación de la familia y la falta de cono­
cimientos y amistad que tenía en e.sta c.q'ítal
me hacía más triste y penosa la existencia.
Mu este estado de ánimo me encontraba nú»
cuando llegó el comienzo del curso y tuvini- =
que pensar en buscar un colegio para mi hijo.
A mi esposo le gustaba le enseñanza que x
daba en uno que teníamos cerca, j)ero era laico,
cosa que a él no le importaba, pues si bien cexcelente esposo y padre en las cosas de casa,
en ^■ »unto a Religión es indiferente como mu­
chos de hoy día.
Mi corazón de madre cristiana no podía re­
signarse a ver a mi hijo en una escuela laica,
y por otra parte no me atrevía a oponem-’
a la voluntad de mi esposo. Considerando
que la obligación más grande de una madre es
la cristiana eclucación de su hijo en los prin-

121

r

•r^.J.t-' V I

M

M éjico — C olegio “ C risfóbal C olón" — R eparíición de premios.
I. Banda — 2. S uperiores y alum nos — 3. C uadro gim nástico — 4. Pirám ide humana de 7 m. de altura.

cipios de la Religión Cristiana, recurrí al
Apáslol de la juventud, el Beato Juan Bosco,
pidiéndole se interesara por mi hijo y no per­
mitiera que ingresara en aquella escuela.
Con este fin le empecé una novena, y después
otra y otra, dispuesta a r.o dejar de invocarlo
hasta no ser atendida. Iba por la tercera no­
vena. cuando mi esposo disgustado porque no
le avisaban tan pronto como él deseaba los de
la escuela laica, desistió de ponerlo alli.
En aquellos mismos días y sin saber cómo,
fos enteramos que m uy cerca de nuestra oasa
lüibía im colegio m uy bueno dirigido por re­
ligiosos, de cuva enseñanza quedó mi esposo
plenarnente satisfecho, y determinó llevarlo a él.
^'’o es para describir la alegría de mi corazón
ni el agradecimiento que al Beato J uau Bosco
le tengo por tan señalado favor.
.to ■’V Octubre de 1930.
Cr.-T antigua ahimua de las Hijas de Marta A.
SE\^^J,A (E spa S.\).— El B. Juan Bosco escu(úf'íica. Hallándome en el colegio, se puso
gravemente enferma una de mis conpañeras.
•\I principio creía qne no fuese nada de par­
ticular y como estaba separada no me daba
cuenta de la gravedad. E l Viernes Santo nos
anunció la Madre Superiora que m i compañera
estaba muy grave y que la darían aquella

misma, noche la Extremaunción, y entonces
comprendí que los médicos no podrían nada.
Empecé una novena al Beato Juan Bosco
en compañía de una de mis compañeras y de
una Madre, Al principio no mejoraba, pues al
3“ o 4« día estuvo en m uy serio p-.-ligro. Vo
continuaba, .sin embargo, la novena, prome­
tiendo dar una limosna si obtenía la gracia
deseada, y a los iiltiinos días e.staha fuera de
peligro y en franca convalecencia. Agradecida
cumplo la promesa.
1930.
Ma x o u t a E isskn .

ManiResfan también sa gratilud a¡ Beato:
A u c ANTIv (España). — Francisco Vera, jefe
de Estación de Navajuelo.s, por una gracia
obtenida, y envía 10 pías, para las Misiones
Salesianas.
MORELIA (Méjico). — Guadalupe Mejia,
por haberle ayudado en la solución de un ne­
gocio asaz difícil, y se liace cooperador salesiano contribuyendo con la limosna de 5 i>esos
mensuales.
J erez de la I*'roxti-:r.\ (España). — juana
Reglura, por haberla favorecido con su pro­
tección en una grave enfermedad, y manda una
limosna para sus Obras.

122

POR EL MUNDO SALESIANO
piído todos los números del programa, cuando
en medio de xm silencio impropio de ser sos­
tenido por 600 niños, se oyó la voz del señor
Cano Ortega.
Por la mañana. — lin las Escuelas SaleDijo que se sentía dichoso y feliz en aquel am­
sianos ele San José .se celebró il 23 de enero
biente de paz y bienestar, y que agradecía la
una fiesta patriótica en honor de S. M. el Rey
invitación que le había proporcionado im oasis
don Alfonso X II.
de bienestar en medio del tráfago de trabajos
A las 8 de la niañaim a pesar de no estar en
pesados y desagradecidos, en que tenia que
el sumario de festejos, acudieron los 600 niños
intervenir.
de las Escuelas a la Santa Misa acercándose a
Exhorta a los niños a que continúen el ca­
la mesa eucarística pidiendo al R ey de reyes
la consei^’ación del augusto Señor que rige los mino de estudio y honradez que han empren­
dido bajo la amorosa tutela de tan sabios y
destinos de nuestra amada patria.
santos maestros, puesto qire así lo esperan los
A las diez y media y en correcta formación
que rigen la nación que tiene puestos los ojos
acudió el batallón infantil «Alfonso X III» con
bandera y música al Santuario de María A uxi­ en una juventud sensata y educada, que con­
liadora donde se celebró una misa oficiada por traste su condrreta con la de esos mozalbetes
de 15 a rS años que se entretienen en romper
el salesiano Rvdo. P. Magiorino Olivazzo.
cristales y faroles y en apedrear tranvías.
¡j)s actos de la tarde. — Por la tarde a las
Termina recitando con los niños «Dios te
cuatro y media y ante numeroso público que
salve amada patria » concebida en términos
sumaba sus aplausos a los de los niños, pasaron
altamente patrióticos. Un ¡Viva el Rey! y ¡Viva
revista al batallón infantil formado ante la
España! Fué el epílogo de la velada.
fachada de las Escuelas el gobernador militar
Los aplausos y vivas de la niñez congregada
de la provincia señor Cano Ortega y el alcade
acompañaron al general y sus acompañantes
señor Mengual.
hasta mucho después de traspasar los mubrales
Y a en el salón de actos los niños con sus fa­ del teatro,
miliares, y a los acordes del pasodoble de EcheLos invitados fueron obsequiados por el di­
goyen « Quitapenas ». interpretado por la banda
rector del establecimiento en el salón de visitas
infantil qire dirige el salesiano Don Alejandro
con champañ y pastas, y los niños con una pe­
Morido, hicieron su entrada los invitados que
lícula cómica.
tomaron asiento en la presidencia.
Componían la presidencia de la velada, junto
E l primero en hablar fué el director del cen­ con el general Cano Ortega, el señor Menguó
tro Rvdo. señor don Recaredo de los R íos que,
teniente coronel y comandante de la Guardia
con frase pulida y elegante ensalzó las glorias civil, Juez municipal del norte, señor Barbel,
de España y de su Monarca a quien hijos desna­ abad de la Colegiata señor Nájera, señores
turalizados han osado ofender en los recientes
Abad e Iñesta del Oratorio Festivo de Novelda
sucesos.
y representaciones de numerosas entidades.
P'ué muy aplairdido.
E l boceto dramático dcl señor Zapater ga­
BARCELONA (España). — E l Templo de!
lanamente interi)rctado por niños de la clase
Tibidabo.
5» fué igualmente muy aplaudido.
Entre el asombro de todos salió a escena el
E 1 Ilustre Prelado de Barcelona en la Carta
peqireñuelo Miguel Bonet de la 2® B., siendo
Pastoral de Cuaresma manifiesta los vivísima
ixntador de la venera de la ixrtria.
deseos que tiene de ver prontamente inaugurado
I‘d gracejo al declamar la poesía de Goffard
el Templo nacional expiatorio que se está le­
«Mi bandera » fué tal que los aplausos con que
vantando en la cumbre del Tibidabo y que
se premió al acabar duraron largo rato.
como nuestros lectores saben m uy bien fué
Algunos uiiEis del batallón pusieron en escena
confiado al mismo Don Bosco en la visita que
la zarzviela « El Ixitallón infantil *, siendo jus­ hizo a la ciudad de Barcelona poco antes de su
tamente aplaudidcvs
solos de un niño de la
muerte. Citemos las palabras del celoso
clase tercera, cuyo nombre sentimos no recordar.
Debemos pensar en la inauguración «-•
pío Nacional del Sagrado Corazón de je.'US ^
Habla el ¡¡obernador miliiar. — Y a parecía
Tibidabo. Cabalmente cuando escribíamos w
tenninada la amena velada, ya que acabada­
pritneras lineas
esta Caria Pastoral, rrnrrr «
mente y a satisfacción de todos se habían cum--

ALICANTE (España). — fiesfa patriótica en
honor de S. Al. e l Rey.

123
a visitarnos los P P . Sahsianos, pidiéndonos la
aulorisación para una cuestación extraordinaria,
pues tenían el propósito de cubrir el templo lo
antes posible. ¡Oh! ¡Cuán ardientemente deseamos
ü':ic ya la hora venturosa de su inauguración,
par¡} entronizar el Sagrado Corazón de Jesús en
esta ciudad de Barcelona y consagrarle solemnemente toda nuestra amadísima DiócesisI
Hace tiempo que tenemos dada la fecha del
año 1933, como la más indicada, si no para ter­
minar del todo las obras del Templo, al menos
para cubrirlo e inaugurarlo.
¿Es capricho? N i mucho menos. Es una fe-

tan magnífica ocasión. Para ello se necesita
medio millón de ptas., sin mermar las ordi­
narias limosnas.
N o dudamos que los católicos harán honor
a sus sentimientos de devoción al Sagrado Co­
razón de Jésiís. Interesados más que nadie de­
ben estarlo todos los amantes de Barcelona.
Necesitamos que cuanto antes se alce el pa­
rarrayos celestial en la m ayor altura que do­
mina nuestra ciudad, para que, a la par que
publique la afirmación de nuestra fe, detenga
los rayos de la divina Justicia.
I.a obra del Templo del Tibidabo, por el ca-

* A licaote (Espafia). — Batallón Infantil “ A lfonso X II I " (1931).

cha muy significativa, pues se cumplen dos>entos años de la promesa q\ie el Sagrado Co.'¿zón hizo al P. Hoyos.
Desde que los Padres encargados de llevar
"iclante los trabajos del templo tomaron esta
«si inspirada resolución, se ha activado la
'Topaganda, se ha trabajado con intensidad,
>ro... a pesar de ello, estando casi en vísperas
vi año 1933, vemos que es preciso que redicen
^•dos un esfuerzo supremo y extraordinario
l*ta que dicha inauguración sea rma realidad.

Por medio de estas lineas hacemos un calunso llamamiento a la generosidad de todos
• ? católicos para que, secundando los vehe­
mentes deseos de su excelencia reverendísima,
‘ "'•tribuyan <x>n sus limosnas a que las obras
■-d Templo puedan ser conducidas a los térnecesarios, para poderlas inaugurar en

rácter expiatorio que tiene, ha de ser colec­
tiva * es decir, que tcxlos deben contribuir a
ella en la medida de sus posibilidades, los rice»
dando mucho, los pobres el óbolo de la viuda,
y todos de buen corazón.
He aquí, pues, que se abre ima suscripción
•; pro Templo Tibidabo * a fin de impulsar las
obras con tanta actividad como sea precisa
para jjoderlas inaugurar en el año 1933 Esta
es la finalidad de la champaña c pro Templo
Tibidabo *, que comenzamcjs hoy.acmciadospor
las palabras y el ejemplo del amadísimo pre­
lado, y de cuyas incidencias iremos dando
ementa a nuestro» benévolos lectores.
Terminemos este templo. H ^ o s levantado la
cripta, levantemos ahora el templo. ¡Que llegue
pronto el día en que la gigantesca crúpula sosten­
ga la dulce imagen pacificadora del Redentor!

124
T/OS que trabajen en la llanura la mirarán:
en ella fijarán sus ojos los que en bajeles surc|ueii el mar y los que en rápidos autos y en
veloces trenes crucen valles y montañas la mi­
rarán y sentirán ea sus corazones la esperanza
y el amor!

CAD IZ (España), — Excursión memorable.
iCn la mañana del último día del pasado año
llv>í»arón a Tuerlo de Santa María en excursión

trión Sr. Ahuja, que tenía a su derecha al Sr.
Arcipreste Dtor. D. Francisco Núñez Galván;
Superior de los Salesianos D. Modesto Jiménez
y lo sacerdotes salesianos D. Juan Romero,
D. F élix Paco y D. Enrique Hidalgo; y a la
izquierda, los religiosos del Sanatorio de Santa
Rosalía, Superior P. Adriauo y el hennano
Agustín, y la representación de Revista Portuense.
De la confección del menú y del servido
estuvieron. encargadas las virtuosas Hijas de
vSíUi Vicente de Paul, de la
residencia del Hospital. Sor
1'rancisca, Sor Rafaela. Sor
María, Sor Patrocinio y Sor
Danieln, quienes estuvieron
admirables en .su coinetiJo,
hábilmente auxiliadas peí
el personal de amlx>s scx».'!
quesuele concurrir a sen'ir
las comidas (lue da pcriiV
dicamente el Sr. Aluija a

de vacaciones de Pascuas de
Xavidad los comiX)neutes de
la residencia que los PP. SaIcsianos tienen establecida
cu San José, extramuros de
Cádiz.
Hicieron el viaje en el
\aqKjrcito « Matagordn » de
la Constructora N aval ce<lido por ésta lunablc y gra­
ciosamente, concurriendo a
C ád iz (EspoRa) — E xcursión dcl C o leg io saiesiano
recibirles al muelle el Hatala Puerto de S a n ta M aría.
lón Juvenil l'ortuense, dirigicmU'se desdo allí a la Priolas viudas cpie jrrotego, reforzado e.-^to ser­
ral, donde ante el altar do nuestra amanlisinm
Patnma colobrúse mi.sa srdomne. Desde el tem ­ vicio por algumvs oixrarios de la oa.'.u
A l terminar el suculento banc[uote un nm*'
plo maix'haróu hxs excursionistas al domicilio
del Sanatorio y otro délos SaI»»ianos leyear.
dol Exorno. Sr. D. Idías Ahuja y Audría, donde
sendos dircursos saturados de gratitud hae:.*
so les oKse'quió espléudidamonto con pastas y
el Sr. Ahuja que con tanta amabilidad )
vinos, A mwiio día concurrierihi al hennoso
esplendidez les había obsequiado. QuL'<’
edificio que ou o.sqnina do calles Correo y Larga,
testar el Sr. A h u ja ; pero la emoción mten».i
IKxsoo dicho distinguido convecino donde éste
tenia dispuesta la comida en honor de los ex­ «.le que estaba embargado le ini])idió pa’cursionistas. En ilioho acto ocupamn lugares nuuciar palabra, haciéndolo en su lugar «-i
Rdo. Sr. Arcipreste con sti proverbial el* ■
a la mesa junto con los 200 componentes de la
ciiencia.
resUU’itciu salesiana de Cádiz, una comisión
En brevísimas y elocuentes frases briial®**
venida del Sanatorio de Santa Rosalía, de Jerez.
también por el' Sr. Ahuja el Prefecto de í*
La presidencia estaba constituida.por el aufi-

1^5
jjilesíai’.os Sr. Ilomcro y el P. Adriado, superior
del Sanatorio de Santa Rosalía.
Por último, el Sr. Aliuja, aún presa de la
emoción, pronunció uii elocuente discurso en
el que agradeció la atención tenida por los
pjesentes al asistir al acto; terminando de­
seando a todos felicidades en el Año Nuevo.
Del acto que estuvo bellísimo y altamente
eiiificante obtuvo diversas fotografías el cor­
responsal de Prensa Gráfica Sr. Castroverde.
Después de una hermosísima sesión de cine
ccui que el Sr. Ahuja quiso obsequiar en el

MADRID (España). — Una obra de regañe^
ración.
Honran este mes las págiuas de nuestra re­
vista dos hermosas fotografías de la magnífica
iglesia que en la extensa barriada de Cuatro
Caminos, Francos Rodríguez, se yergue majes­
tuosa, esperando que pronto se vea temiinatla.
Representa esta gigantesca obra el esfuerzo
titánico de un hmnilde sacerdote, el salesiano
D. Antonio Tonn, quien se ha impuesto un
trabajo capaz de rendir la más fuerte fibra, poi

Madrid (España). — Iglesia que los P P . S alesianos levanían en la barriada de C uofro Cam ii

Teatro Princijjal a sus visitantes, y en la que
^ banda de los Salesianos, bajo la acertada
'Afección del competente maestro Sr. Pagés,
Dterpretó varias inspiradas composiciones de
®variado repertorio, emprendieron el regreso
®automóvil a Jerez los religiosos del Sana­
co de Santa Rosalía y los pequeños que les
■ ®®pañaban, y los excursionistas gaditanos
“^^iriiaron al muelle, donde volvieron a oenel í Matagorda » que cerca de las cinco y
^ ia .‘^Dltaba la.s amarras zarpando con rumbo
^ la capital demostrando antes su agradeI‘diento a tan amable Bienhechor por el gratí2010día que les había procurado y del que
®*ser\*arán eterna memoria.

llevar a cabo esta iglesia que tantos beneficios
reportará a esta parte de Madrid.
F,1 que hubiera visitado la extensa barriada,
en que está enclavado el colegio salesiano de
San Juan Bautista, en 1918, hubiera visto un
extenso solar en cuyo fondo se levantaba un
sotechado que servía a la vez de capilla y salón
de actos, donde se reunían los demingos y días
festivos no menos de 600 jovencitcs. A todo
esto se reducía este Oratorio Festivo, que re­
cordaba la humildad de origen de la Institución
en el solecliado de \'aldocco (Turín-Italia),
J/DS vSalesianos habían visto que en este barrio
eminentemente obrero hacía falta luz para la
inteligencia y alientos para el corazón. Más

I 2Ó

M ATARÓ (España). — Una fíesta pafrona/.

M adrid — Fachada de la misma iglesia.

larde pudieron levatitar las florecientes escuelas
que hoy albergan a unos 500 niños, proporcio­
nándoles enseñanza gratuita, con harta pena
lie no ixjder satisfacer a otros tantos que todos
los años tienen que quedarse en la calle por
falta de medios para prolongar el' edificio.
Después de proveer a la educación intelectual
por medio de las Escuelas, no se le ocultó al
P. Torm que los niños necesitaban alientos para
el corazón, y éstos esi>ecialmente para los po­
bres sólo los da la Religión, y con harto dolor
de su corazón veía la necesidad de inia iglesia,
no solamente para los niños, sino, y muy esi>ecialmente, para la i>opulosa barriada, en la que
tanto escasean los tempk»s; y con abnegación
heróica emi)czó la constnicción del hermoso
templo que hoy se levanta niraso, gracias a la
generosa ayuda que los beneméritos cooi>eradO'
res de Madrid han prestado al infatigable Padre.
Otro empujón, como decía la hojita del Co­
legio b'l Paro Salesiano *, y jxHlemos ya dar
gloria a Dios y ayuilar a la salvación de los al­
mas con el culto público.
Estos pensamientos deben alentar a nues­
tros Cooperadores y Admiradores a proseguir
ayudando a ver terminado este hernioso tem­
plo. fuente de regeneración de este pueblo que
no dejará de bendecir la generosidad de aque­
llos que se unen a los Hijos de Don Hosco para
llevarlo a Dios.

Con brillantez extraordinaria han celebrado
los PP. Salesiauos solemnísimos festejos «1
honor de su excelso patrono San Francisco de
Sales, y un sentidísimo homenaje de filial gra­
titud al Director del Colegio en el día de su
Santo.
l,a fiesta, hermosa en todos conceptos, se
■ desarrolló a perfección con actos religiosos y
recreativos. En la función religiosa destacó por
su grandiosidad la misa cantada, primorosa­
mente interpretada por la capilla en el coro, v
tan devotamente servida en el presbiterio por
el clero infantil, que con sus sotauitas flanianles y sus multicolores fajas de seda, dentro de
la gravedad de las funciones sagradas, da uua
nota de alegre recogimiento, trasportando d
espíritu a la región de lo maravilloso y dejando
en el ahna un ardiente desso de lo sobrenatural.
Para formarse idea de la enseñanza artística
que en el colegio'se da, basta saber el buen gusto
y la maestría con que los diminutos artistas
interpretan obras de Brunet, Palestfina y Al­
cántara, declaman trozos escogidos de prosa
preciosa y representan obritas teatrales.
Pero no es esta, con serlo tanto, la parte más
importante de la fiesta; lo más atrayente y
simpático, y que cautiva a cuantos la presen­
cian, es el derbordado cariño que se trasparenta en el rostro de los colegiales por home­
najear al padre de la familia: que esto, ni má;
ni menos, es lo que representa el Director en
los colegios del Beato Juan Bosco.
Cada año elevan, salesiauos y niños, un mo­
numento a la autoridad; mas no a una auto­
ridad adusta e inabordable, sino a una auto­
ridad que impera amando, y se hacer obedecer
previniendo, no,castigando... Significación edu­
cativa sobre toda ponderación, es la de este
acto, de manera especial en estos tiempos en
que tantos desacatos y vejaciones minan ia
autoridad, ese legado hermoso que Dios diera
a los hombres, para que unos la ejerzan en prlie los demás; no para que los que estén en -!
j)edestnl miren con desdén al súbdito, ni fek
se crea autorizado para odiar al superior, ún:camente por serlo... Y lo que más que ñau
demuestra la verdad de cuanto queda expu^' f
es la solicitud de los antiguos alumnos en
ver a su querido colegio y ofrendar a su a m a r to
Director la gratitud que en sus corazones preodiera en los años de su educación...
Hermosas y bien pensadas frases las dtl “ *
ñorito Abril. ¡Qué bien supo reverdecer la me­
moria de los felices años que fueron...! ¡y
acertado en afimar que en la realidad de ^
vida imperan sobremanera las enscñanz.".> sj- ■
bidns en el colegio y cómo jamás pueden oi'^
ese espíritu familiar que tan a raudaltó ' bieron en el hogar salesiano, idea magisti*^

127
malte expuesta por el predicador en su pane­
gírico, mezcla de tem iua y encanto...!
Restas como las que reseñamos son la apo­
logía más grande de la genial institución que
jn su mente de apóstol y santo, concibiera el
hmdador de los Salesianos, el insigne pedagogo
del siglo X IX , el inmortal Don Juan Bosco.
Enero de 1931{De La Vanguardia, periódico de Barcelona).

artistas tanto por la perfecta interpretacipn de
la obra como por la delicadeza y buen gusto
con que supieron preparar la escena.

MONTILLA (España), — Fiesta de S. Fran­
cisco de Sales.

R . P. J u a n B. G herra.

Solemne cual correspondía a su glorioso ti­
tular, el dulcísimo doctor de la Iglesia y Obispo
de Ginebra, San Francisco de Sales, ha sido
el triduo y fiesta que le dedicaron los Padres
Sifcsianos de esta ciudad durante los días 29,

3b y I-

Hubo sermón todas las noches predicado por
padres del colegio, siguiendo después el ejer­
cido y canto de letrillas admirablemente eje­
cutadas por la Escolanía, terminándose con la
Beidición solemne.
El primero de Febrero, fiesta trasladada de
San Francisco de Sales, fué im día completo,
tanto en la parte religiosa como en la recreaira.
.‘í las siete y media hubo misa de Coinimión
para los niños internos. A las ocho y media,
risa para todos los señores cooperadores; al
¿nal, el Sr. Director del colegio D. Florencio
Sánchez, prommeió una hermosa y elocuente
inferencia en cumplimiento de lo que preriene el reglamento para esta circmistancia.
las nueve y media, fué la misa para los
riños externos; asistió mucho público y fué
cenmovedora por la nota simpática y emocio
^te que daban los 40 niños de primera coaimión con sus trajecitos blancos e inmaculados
ioio limpias e inmaculadas eran sus almas.
Ante de darles el Pan de los Angeles, el ceebrante, P. Femando García, dirigióles un sen•rio fervoiín.
Al concluir la misa, los Padres del Colegio
'''guiaron a estos niños con chocolate, dulces
Jotras golosinas que los angelitos saborearon
'■ « fruición. Con indecible gozo presenciaban
í*acto las familias de los invitados.

Apenas concluido el desayuno, formaron
■ tíos un hermoso gmpo que impresionó el fo*'>?rafo como recuerdo de tan memorable día.
A las diez y media tuvo lugar la misa solemne
^ panegírico del Santo por el P. Justo MiLa Escolanía interpretó con el gusto y
dación de siempre una partitura a tres voces.
Alas seis de la tarde la compañía artística de
alunmos internos obsequió a los señores
'tjperadores con la representación del drama
®cinco actos titulado «Julio >.
sincero y caluroso aplauso merecen los

H a fallecido en la Gobernación de Misiones,
el R. P. Juan B. Gherra que fuera Rector de
hxs escuelas Salesianos de ésta.
L a noticia, ha cansado en esta ciudad, lo
mismo que en otras de la República, gran
pesar por el intenso aprecio de que gozaba el
conocido sacerdote, aprecio justificado por las
-excelentes dotes de que estaba adornado.
E l padre Gherra fué uno de los más entu­
siastas propulsores de la venida de la misión
de Don Bosco a Córdoba, por lo que fué aquí
conocido y apreciado.
Su vida, de hombre de bien, es una trayec­
toria de hechos nobles, digna de imitarse.
Nació el Rvdo. Padre Juan B. Gherra, en la
ciudad de Turín el 24 de marzo de 1865. Hizo
sus primeros estudios en las escuelas elemen­
tales y dedicóse luego al comercio. Atraído por
la caridad del gran apóstol de la juventud, el
Beato Don Bosco, apenas cumplidos los 20
años, ingresó al Oratorio de Turín para formar
parte de la Congregación Salesiana. Ordenado
de sacerdote el 16 diciembre de 1892, en la
ciudad de Faenza, dedicó sus actividades a la
enseñanza en el Colegio que los Salesianos di­
rigen en dicha ciudad. Uno de sus alumnos du­
rante dos años en dicho colegio fué el que es hoy
el jefe d el‘ gabinete italiano, don Benito Mussolini, quien, aún en el ajetreo de la política
y del gobierno, nunca olvidó a su maestro, en­
viándole a menudo fotografías con dedicatoria
de su puño y letra.
En Noviembre de 1895 llegaba el Rvdo. Pa­
dre Gherra a Buenos Aires, para hacerse cargo
de la dirección del Colegio San Francisco de
vSaks, en Almagro. Bien pronto pnídose notar
que había en él fibra de apóstol. Aquel Co­
legio y Oratorio festivo era frecuentado los do­
mingos por más de 2000 niños, cosa que se
explica .«!i se tiene en cuenta que era en aquel
entonces el único recreatorio, para niños eii
toda la ciudad de Buenos Aires. Acudían a él,
atraídos por las indtistrias del Padre Gherra,
niños de todos los pimtos. de la ciudad y su
nombre se hizo tan popular que llegó a ser
sinónimo de sacerdote, pues, los niños al ver
pasar a cualquiera que \Tstiera hábito talar,
le decían para saludarlo: « Adiós, Padre Ghe­
rra *. Casi podría preguntarse si hay niño de

128
fiqudla época que iio haya conocido eu Buenos
Aires al Padre Gherra y que no haya recibido
de sus manos, tiradas al voleo desde las azo­
icas, naranjas, caramelos, etc.
Kn 1905 el Padre Gherra llega a Córdoba
para la fundación del Colegio Pío X . Desde
entonces su nombre queda vinculado con el
pueblo, con los niños, con la sociedad, con los
gobiernos, y en fonna tal que aquí nunca se
le iJodná olvidar. Asesorado por el docto y celo.so cura del Pilar, Monseñor Pablo Cabrera
y ayudado j>or una comisión de dignísimos cabnlleros ffjrmada ix>r el señor don Agustín
Garzón, don Vicente Castro, doctor Temístocles Castellanos, doctor Simeón Aliaga, l ’bro.
doctor Carlos líohetiique y Altamira y otros,
y con la protección que le disix-nsara el Obispo,
Monseñor Bu.stos, inició .su obra con el Ora­
torio festivo el 23 de abril del mismo año, en
la cn.sucha de la calle 9 de Julio Rodríguez y
Peña, sir\dendo de primera capilla, lo que hasta
entonces liabía sido uii establo, hecho que
arrancaba a menudo de los labios del Padre
('iherra esta expresión;«Comenzamos bien; como
Nuestro Señor Jesucristo en el portal de Bel6i *.
líl 3 <le diciembre de 1905, Monseñor Bas­
tos bendice la primera piedra del edificio donde
el Padre Gherra debía reunir a los primeros
asilados dos años mós tarde, y así la Obra de
Don Bosco va tomando forma en Córdoba y ya
no son sólo los Oratorianos y los externos las
<iuc reciben la bondadosa caricia del Padre,
sino el huérfano que encuentra im nuevo hogar
V a contar de esta fecha el nombre del Padre
Gherra empieza a hacerse popular en Córdoba,
esjx'ciahnente entre los niños que ni siquiera
<liccn: «Vamos al Colegio, vamos al Oratorio;
sino, vamos al Padre Gherra ». Y , es preciso
recordarlo, desde entonces se abreti tímibién
para el Padre Gherra, que no tiene más atrac­
tivos que su .sencillez evangélica y un corazón
expansivo, las puertas de los ricos y jxHlerosos,
y puede continuar con su ayuda las constniccionc.s iniciadas a fines de 1905.
Kn Octubre de 1906. con la donación de doña
Petra A. R. de Perca Muñoz, el Padre Gherra
puede extender el radio de acción de la Obra
Sale.siana en Córdoba, fundando el Oratorio
h'c.stivo ♦ San Antonio ei\ San Vicente.
líl 31 íle enero de 1910 huida el Padre Gherra el Centro de líx-alumnos de Don Bosco.
líu julio de l y u , funda la SiK'ieilad Católica
Popular Italimiu, que hulni de librar verdaileras campañas jior la defensa de sus ideales.
lín i q i i funda el Padre Gherra el Círculo
Católico de estudios, ni que concurrieron mu­
chas jóvene.s conlolx'ses.
Kn io!.| funda lu Asendación de la.s Devotas
de María Auxiliadora..siendo la primera pre­
sidenta la señora IXuninga Gómez de Posada.
Dyseoso de dar al populoso barrio que se ha

ido formado alrededor del Colegio las como
didades para cumplir con sus deberes religicscs
acaricia la idea de levantar un grandioso san­
tuario en honor de María Auxiliadora y el 24
de noviembre de 1915, Mon.señor José Anselmo
Luque bendícela piedra fundamental delmismo.
K1 2- de julio de 1916 funda el ii<> batallón
de Exploradores de Don Bosco.
líl 16 de diciembre de 1917, cumple el Padre
Gherra sus bodas de plata sacerdotales y por
más que quiere sustraerse a todo homenaje,
lo recibe espontáneo y sentido de sus herma­
nos en religión y de la sociedad y del pueblo
de Córdoba.
lili los primeros días de 1921 el Padre Gh^
rra es trasladado a San Nicolás de los Arroyos,
donde, sintiéndose joven todavía, inicia las
obras de la restauración del templo y de am­
pliación de aquel Colegio, el primero ¡xir orden
de fundación de los Colegios Salesiancs en
América.
En 1928 es de.signado como Director de la
nueva Escuela Agrícola Salesiana en Pindapoy;
Gobeniación de Misiones, donde le sorprende
la nuierte.
De.scause en paz el laborioso hijo de Don
Bosco.

R ecordad en vuesfros sufragios a:
BA R C E LO N A (E spañ a ). ~ Dña. Amalia df
Mora de B acardi. - D. Luis Botey Puig. —
D. Alfonso Boxa y Coll. (abogado).
C A N T A L A t'IE D R A (E spañ a ). — Da. Simo««
Sánchez
CU BEI, (ZAUAnozA-IÍSPAÑA). — Rdo. Au
Adelaida Bamirc:: Pclardo, (Párroco),
P ü N T IV E R O S (E.'ípaña ). — Da. Nemcm
Luengo, hermana de la incansable y piades-a
celadora salesiana, Da. Eusebia Lucug?.
M ADRID (E spañ a ). - D. Pedro Gara':
D. Antonio Rodríguez. - D. Luis i’ idal D. Gumersindo Ruiz. - - D. Nicolás Goma y
Toral. — D. Francisco Llorca. — Da. F
.-ipaiio.
Da. Frasquiia Mayiceho, vda. ‘l<
Chacón. — Rvdo. D. Andrés Mayor. PáiT-ode la Iglesia de Santa Cruz de esta Corte.
MANILA (PiUPiKAS). — Mercedes Z.ác Cd¡ero.
MAR.ACAIBO (Vp:xr-:zuEi,A). — María F ie ..
buena y activa coop>eradoTa salesiana.

C o a a p r o h a c ló tt d e ta a a lo r id a d e c k s i é s t l c » .

Gerealf.

D . D O M E N tC O G A R N ER 1.

E sta b lc c im w a lo T ip . d e la S o c ie d a d E dU c^e tale ra a c io a a l •
C o r o o R e^ 'ita .M a n fh e rila , 17<í.

Fecha
1931.04