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Título
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BS_1931_02
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Descripción
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Boletín Salesiano. Febrero 1931
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extracted text
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BOLETIN SALESIANO
REVISTA DE LAS OBRAS
DE DON B O S C O
Terciarios Modernos
LOS
COOPERADORES
Nada hay nuevo bajo el sol: observación
trivialísima que sólo tiene un mérito, mante
nemos en pensamientos de humildad, puesto
que sin quererlo, creyendo renovarlo todo,
repetimos los siglos pasados, aunque con
alguna ligera diferencia. Por ejemplo, la Edad
Media dió más de un fundador de orden re
ligiosa, especialmente San Francisco y Santo
Domingo que plantaron en el terreno de la
Iglesia un árbol robusto, ordinariamente de
tres ramas: Franciscanos, Clarisas, y OrdenTercera franciscana; Dominicos, Dominicas,
Orden-Tercera dominicana; y nuestros tiem
pos modernos han visto más de una fun
dación semejante. Y para no citar sino una,
tenemos aquí también im árbol de tres ra
mas plantado por el Beato Don Bosco en
1860 y 1866: Salesianos, Hijas de Maria Auxi
liadora y Cooperadores Salesianos. Estas fun
daciones, sin embargo, se diferencian de sus
modelos por el carácter todo especial de su
tercera rama. Dos rasgos la dan a conocer
como nacida en los siglos diecinueve y veinte.
Primeramente su forma laica; sólo la forma.,
pues estará organizada con miras a la ac
ción católica!
Esta agrupación de buenas voluntades, de
sacrificios espontáneos, no se lUamará ni ter
cera orden, ni cofradía, ni hermandad, ni
siquiera asociación religiosa, nombres en otro
S A L E S IA N O S
tiempo gratos a la piedad cristiana; pero que
en los nuestros podrían alejar a los espíritus
desconfiados: y establecerá como fin prin
cipal no la oración, sino el trabajo, un tra
bajo que es oración, la salvación moral de
los hijos del pueblo cada día más abandona
dos por la sociedad, la escuela y la familia.
Cómo el fundador de los Salesianos llegó
a completar sus fundaciones con esta ter
cera familia, a qué necesidades actuales res
ponde ésta y qué esperaba de la actividad
de esta obra; he aquí preguntas a qué el
presente artículo quisiera responder.
I.
La necesidad crea el órgano. Esta afirma
ción, falsa en biología, es admirablemente
verdadera en el apostolado. La unión de los
Cooperadores Salesianos nació de una nece
sidad, de una humilde necesidad de auxi
liares que un dia experimentó el fundador
de un asilo. He aquí los hechos: son elo
cuentes en medio de su sencillez. Del 1841
al 1843, D. Bosco, a través de mil peripecias
que el Boletín Salesiano ha relatado, funda
su primer asilo en Turín. Don Bosco poseía
el don de la atracción, porque la caridad de
Cristo abrasaba su corazón , y por otra parte
aquellos centenares de ovejuelas perdidas
en la gran ciudad, se consideraban dema-
34
siado felices de haber encontrado finalmente
un pastor; y de esta simpatía recíproca nació
una familia de quinientos a seiscientos niños,
que llenaron totalmente la vida del Siervo
de Dios. Jvntonces Don Bosco acudió a los
seglares, Jos grandes católicos de Turín v
les dijo en concreto; «¿No me ayudaréis tam
bién vosotros? Trabajo no falta: hay para
todos los gustos y para todos los talentos.
Vosotros habéis sido miniados por Dios;
vuestros ocios, vuestra ciencia, nuestras multijiles habilidades, vuestra abnegación vues
tra fortuna ¿no los pondréis en señal de agra
decimiento, al servicio del Señor en la per
sona de estos desgraciados? » Este lenguaje
fué escuchado, y de todas las clases de la
sociedad acndioron valiosos auxiliares en
ayuda de Don Bosco.
No podemos nombrarlos todos; pero nos
es halagüeño saludar entre ellos a los tres
hermanos De Maistre (Carlos, Eugenio y
francisco) hijos del ilustre pensador, quienes
venían regularmente a enseñar el Catecismo
a los pilluelos de Don Bosco en compañía
de su cuñado el Marqués Fassati.
Y no hacían solamente esto aquellos se
ñores ; se prestaban para acudir a mil nece
sidades urgentes: clases nocturnas, asisten
cia en la capilla, praparación a la primera
comunión, buscar trabajo a los desocupados,
visitar en el taller a los aprendices, ensayos
de teatro, entretenerlos con los juegos, con
ducir a los flojos y remisos a la misa y ofi
cios religiosos del Domingo, etc, etc.
Gracias a este apoyo formidable la obra
fué adelante, creció y se desarrolló de tal
manera que cinco años después fué preciso
abrir un segundo oratorio en el otro extremo
de la ciudad.
^Y no sin mérito ofrecían éstos sus servi
cios al Beato. El barrio, a donde ellos venían
a hacer el bien, estaba fuera de la ciudad,
era de los de peor fama; la clientela coií
quien tenían que habérselas era grandemente
interesada, mugrienta, locuaz, mal educada:
finalmente no era solamente el domingo
cuando se requería su sacrificio, sino muchas
veces a la semana y hasta diariamente, si
se trataba de las clases nocturnas y de Ca
tecismo.
Paralelamente y en distinta forma sus
madres, sus esposas y hermanas colaborabt\n en la misma obra de la manera más
secilla, más vulgar, pero también más prác
tica. iíntre aquellos desheredados de la for
tuna muchos no llegaban a encontrar tra
bajo porque en su persona se rezumaba la
miseria. Entonces aquellas señoras reunidas
en casa de Don Bosco o en casa de una de
ellas, hacían camisas, remendaban calzones,
repasaban, arreglaban las miserables pren
das de vestir o las compraban nuevas, en
señaban a lavarse y peinarse a aquellos
pobres niños, que, transformados y desco
nocidos, llegaban finalmente a encontrar pa
tronos que los aceptasen.
La historia ha conservado los nombres de
algunas de estas mujeres admirables que
junto con la madre de Don Bosco vestían
a los que estaban desnudos, mientras sus
esposos, hijos o hermanos apagaban la sed
d e ,la verdad en aquellos pobres sedientos
espirituales.
Son sus nombres; Señora Gastaldi y su
hija, madre y hermana del que más tarde
había de ser Arzobispo de Turín; Sra. Rúa,
madre del primer sucesor de Don Bosco; la
Marquesa Fassati María de Maistre... ¿Pen
sarían unos y otras que eran el origen de
un gran río cuyo cauce iría ensanchándose
y cuyo curso se prolongaría con el tiempo de
una manera tan prodigiosa? Creemos que
no. Ellos obraban la caridad secillamente,
servían a Dios en la persona de aquellos que
sufrían, sin otra mira. Mas aquel que había
despertado en ellos esta forma de sacrificio,
que tenía el don de concebir empresas extra
ordinarias, veía más allá. Con su mirada
profunda y segura veía allá en lontanaza
junto a sus dos sociedades religiosas, en com
pacto escuadrón, este ejército de auxiliares
indispensables cuya semilla estaba allí bajo
sus ojos remendando medias o haciendo sila
bear el abecedario.
II.
Y este Apóstol demostró poseer alma de
precursor. Así lo ha reconocido el actual Pon
tífice al decir que «Don Bosco siempre fué
a la vanguardia cuando se trataba de obrar
el bien*. Estamos en 1841. No ohddemos
que no estamos más que a ocho años de dis
tancia de la Fundación de la Primera Con
ferencia de Sn. Vicente de Paul, y ya enton
ces este Apóstol moderno presentaba un
ejército, que las circunstancias nuevas de
apostoldado seglar colocaban en la Sociedad
moderna, y que él por su cuenta regía.
Es un hecho que el maquinismo {y también
los placeres) han atraído a las ciudades olas
35
Mons. M A U R ILIO F O SSA T l
recientemente promovido a la Sede Metropolitana de Turín
3^
inmesas de trabajadores. Verhaeren estuvo
acertado cuando bautizó a estas ciudades
modernas con el nombre de tentaculares, que
chupan, aspiran, atraen a ellas immensas
multitudes. Las ciudades industriales se pue
blan en demasía: sus parroquias ven doblar,
triplicar, quintuplicar el número de sus ove
jas sin que aumenten proporcionalmente
los obreros de salvación. E l clero, aislado,
debe llamar en su auxilio a los seglares. La
actuación de profesor, de director de escena,
de conferenciante, de contable o de maestro
de orquesta es avalorada con la autoridad
del sacerdote, labor preciosa, pues cooperan
con él al servicio de las almas.
Otra razón muy fuerte que hace más esti
mable la cooperación seglar es que hay me
dios que el sacerdote no puede emplear,
porque sería con menoscabo del hábito que
lleva: es, pues, preciso que la chaqueta o
el gabán praparen el terreno para que la
sotana sea recibida sin desdoro, con dignidad.
Las razones expuetas crean en la hora pre
sente, y seguirán creando cada vez más, en
nuestras organizaciones católicas, un puesto
de auxiliar valioso en los cristianos dispues
tos a sacrificarse por la causa católica. Esta
colaboración es ciertamente delicada. Se su
ponen, más aún, se palpan los escollos. Por
una j)arte, hace falta mucho tacto, mucha
habilidad, por tratarse de colaboradores be
névolos, con frecuencia indispensables, mas
no criados. Por otra, éstos corren riesgo de
tender a usurpar, a mermar el oficio propio
del sacerdote, reducirlo, en una palabra, poco
a poco a la sacristía. Peligro de dominio
por una parte, y de secularización por otra.
Mas, ¡cuántas veces estos peligros han sido
conjurados haciendo que la caridad reine en
el fondo de los corazones!...
III.
Para no desviarnos de nuestro asunto, con
sideremos cuán sabiamente supo Don Bosco aprovechar esta fuerza inestimable del
apostolado católico seglar, b'l Reglamento
que dio a los Cooperadores Salesianos es un
modelo de prudencia y de talento. Un doble
problema se presentaba ante su vista: ¿Cómo
unir por medio de lazos reales y al mismo
tiempo suaves, todos estos sacrificios espon
táneos? ¿Quéobligaciones les impodríaque, sin
dejar de ser fáciles de sopvirtar, fuesen al
mismo tiempo generales? Todo este inmenso
ejército de cooperadores se mantiene com
pacto, unido, ligado de hecho a su jefe por
un triple lazo. Primeramente, cada dia —
y esto es obligatorio — rezar una corta ora
ción a San Francisco de Sales; cada mes m
dia de retiro y al año algunos dias de Ejer
cicios Espirituales-esto de consejo. Este pri
mer lazo, de piedad, está avalorado por
un segundo, de privilegios. Los Romanos
Pontífices han sido extraordinariamente ge
nerosos respecto a los Cooperadores Sale
sianos: han abierto para ellos con una gene
rosidad extraordinaria el tesoro de las In
dulgencias, y la lista de privilegios que Don
Bosco y sus sucesores han obtenido para sus
colaboradores supera en amplitud y abun
dancia a las órdenes terceras más privile
giadas.
En fin, cada mes el Boletín Salesiano y
cada año una conferencia especial, dan a
conocer a los Cooperadores las normas, los
proyectos, las necesidades, las obras llevadas
a cabo por las dos familias salesianas, de
las que ellos son auxiliares indispensables. En
efecto, ellos están directamente asociados a
estos proyectos por el precioso concurso que
aportan a las Obras Salesianas. Este con
curso es diverso, como lo son los medios de
que disponen los miembros de esta cruzada:
unos prestando fervorosamente el apoyo de
sus oraciones, ayudando otros con sus li
mosnas; éstos pondrán al servicio de la obra
todas las influencias que poseen; aquellos
se podrán ellos mismos con sus grandes o
pequeños talentos a disposición de los hijos
del Beato.
Es una idea falsa o más bien incompleta
la que tienen del cooperador salesiano aque
llos que le definen; un cristiano o cristiana
que una vez al v\cs o al año dan su óbolo ¡i
la obra de Don Bosco.
Esta cooperación es ciertamente necessaria; pero no pocas veces la aventajan otras
formas de cooj>eración. E l cooperador que
nos busca verdaderas y sólidas vocaciones,
que procura trabajo para nuestras EscuelasTalleres, que trabaja por la fundación de una
casa salesiana, que da a conocer nuestras obras
de caridad, que entre sus conocidos reparte
nuestros folletos de propaganda, que pone
al servicio de la Obra Salesiana su pluma de
escritor o su palabra de conferenciante (de
que hablábamos el mes anterior), que se im
pone el molesto trabajó de repartir el Bo
letín a los domicilios de los suscriptores o
mejor todavía, el que directamente nos ayuda
37
r
a dar una clase, a enseñar d catecismo, a
dirigir un cuadro dramático; éste coopera ver
daderamente con su persona, y si nos es
permitido expresamos, ^ tá plenamente en
el espíritu de la vocación de cooperador se
gún la definición del Beato Don Bosco; un
cuidado constante de sacrificarse al servicio de
la juvcTítud pobre y abandonada para hacerla
mejor, con los mismos procedimientos de que
Sí sirvió San Francisco de Sales.
Y nunca faltan estos hombres y mujeres
que, o al margen de nuestra \rida, o íntima
mente unidos a eUa, colaboran a la obra de
Dios. Y a es en Romans, donde un Coronel
retirado que, cuando algún salesiano estaba
enfermo, estaba él pronto para suplirle en
la clase: ya en Presles, donde hace y a tiempo
un eximio doctor de la Escuela de Minas
daba el curso de Algebra; son Niza, Marsella,
ilontpelher... donde nuestros cooperadores, al
descargar la tempestad de 1902, que arrojó
de Francia a los religiosos, éstos fueron en
auxilio de nuestras obras heridas de muerte,
y las salvaron del terrible naufragio.
Salamanca tiene todavía viva la memoria
del llorado Padre Juan Tagliabué, que tanto
trabajó por propagar la devoción a María
Auxiliadora, y que tanto se desveló por ir
en auxilio de los hijos del pueblo; pues bien,
al lado de Don Juan Tagliabué vemos sa
cerdotes seglares, cuya modestia nos impide
citar los nombres, que cooperan abnegada
mente prestando su ayuda, dando clase como
verdaderos salesianos. Podríamos multiplicar
los ejemplos; pero éstos bastan para demos
trar la oportunidad de esta creación que sabe
admirablemente adaptarse a todas las almas
y a todos los lugares, y solicita lo mismo
la ofrenda silenciosa de los sufrimientos
del paralítico que la oración nocturna del
arrobado contemplativo.
IV.
Inspirada po Dios, esta Asociación ha ido
desarrollándonse durante cincuenta y cuatro
años, que han transcurrido desde que Roma
dió su aprobación, con una rapidez extraordi
naria. Actualmente son más de cuatrocientos
mil los Cooperadores Salesianos, que en las
doco partes del mundo contribuyen, como ha
dicho P ío X I, al feliz resultado de todas las
obras emprendidas por los Salesianos en
pro de la educación cristiana de la juventud.
Cada año se ven engrosadas sus filias, a me
dida que aumentan las exigencias, con nuevas
formas de apostolado. L a necesidad continúa
creando el órgano, como en los tiempos pri
mitivos del primer asilo de Don Bosco.
E s preciso añadir también que la bendi
ción de los Soberanos Pontífices alienta a
esta Orden-Tercera de caridad y de acción.
Desde Pío I X hasta Pío X I parece como
si los Papas hubieran ido rivalizando a porfía
en generosidad y estímulo para con esta pia
dosa Asociación; la han bendecido, esclare
cido y enriquecido con multitud de privi
legios.
Pío X y Pío X I eran ya cooperadores
antes de ser elevados a la Cátedra de San •
Pedro. E l Patriarca de Venecia y el Arzo
bispo de l^Iilán se gloriaban de cooperar a
los proyectos ya concebidos o llevados a cabo
por los Hijos de Don Bosco, y al menos una
vez al año su ofrenda venía a testimoniar
su activa simpatía. Esta predilección de los
Papas hacia los Cooperadores Salesianos se
explica de dos maneras; primero-y esto es
natural — por la importancia que esta Aso
ciación ha adquirido, en virtud de los hechos,
de la oportunidad de su organización; y en
segundo lugar, por la conducción que siempre
han tenido de que estas asociaciones cris
tianas, organizadas para el apostolado en
pro de la juventud, eran al mismo tiempo
un ejército enteraranente consagrado a la
persona de Pedro. Benedicto X V notaba ya
en su tiempo la adhesión de los salesianos
y cooperadores al Vicario de Cristo.
Esta adhesión es tradicional en la familia
salesiana; ha sido heredada del Beato y no
hay hijo, amigo o auxiliar de Don Bosco que
no'esté dispuesto en todas las circunstancias,
y sobre todo en las más trágicas, a pen
sar como Roma, sentiré cum Ecclesia.
Quien al Papa ofende, muere, observaba
hace tiempo la larga experiencia de M. Thiers.
Podemos invertir la frase diciendo: « El que
sirve al Papa, vive*. Una celestial sonrisa
borda los labios de aquellos que se mantienen
estrechamente unidos a la Cátedra Apostóbca. Los Salesianos, las Hijas de María A uxi
liadora y los Cooperadores consideran éste
un deber tan dulce como sagrado, y pode
mos decir que a esto se debe en gran parte
que el grano de mostaza arrojado ¡c la tierra
hada el año 1843 se haya convertido en un
árbol gigantesco de tres grandes ramas, cuya
sombra cobija toda una juventud educada
en la L ey de Cristo, que canta y alaba a
Dios por haberle propordonado este refugio.
38
Consagración episcopal de Mons. Ignacio Canazei
El domingo, 9 de Noviembre, en Shiu-Chow
al norte de la provincia de Kwang-tung, ha
sido consagrado obispo Mons. Ignacio Ca
nazei, salesiano, para ocupar el cargo de V i
cario Apostólico de Shiu-Chow, vacante por
la muerte del llorado Mons. ¿u is Versiglia.
Shiu-Chow está situado al término de la
aún incompleta linea ferroviaria CantonHankow, en las orillas del Rio Septentrional
y en una risueña posición, doscientas millas
el norte de Cantón. Es un lugar histórico,
pues en Shiu-Chow se encuentran los restos
de la iglesia y de la casa donde el Padre
Ricci, de la Compañía de Jesús, trabajó con
éxito por más de cinco años (desde no
viembre 1589 hasta mayo del 1596) y donde
algunos de sus compañeros duermen el sueño
eterno en tumbas ignoradas. Aquí también
sobre una pequeña colina están las tumbas
de un obispo francés y d^ un sacerdote per
teneciente a la Sociedad de
las Misiones Extranjeras de
París, desde principios del
siglo X V III.
El considerable número de
Obispos y de eclesiásticos de
quince diferentes nacionali
dades y de cinco diversas con
gregaciones religiosas, junto
con los seglares que vinieron
a Shiu-Chow para la consa
gración de Mons. Canazei, no
lo han hecho tan sólo para
asistir a la consagración
y honrar al celoso y activo
sacerdote que debía recibir
aquel dia la plenitud de la
autoridad y de la dignidad
sacerdotales, sino también
para rendir un ferviente ho
menaje a la memoria del
santo Prelado que junto con
su joven sacerdote Padre
Caravario fué bárbaramente
asesinado por los bandidos
en el mes de febrero pasado.
La consagración episcopal fué
hecha por Mons. Celso Constaiitini, Delegado Apostólico
en China, asistido por dos
Obispos: Mons. Tsu, Vicario
Apostólico de Haimen, uno
de los seis obispos chinos
consagrados por su Santidad
Pió X I en octubre de 1926,
y Mons. Fourquet, Vicario
ApostóHco de Cantón. En
el
coro hallábanse presentes
Mons. Ignncio CAnazd, sucesor dcl insigne Mons. Versiglia
Mons. H. Valtorta, Vicario
en el Vicariato Apostólico de ^.htu-Chow.
El Exmo. S r. Nuncio de S . S . con el nuevo Obispo Mons. Ignacio Caoazei
y demás invitados a la fiesta.
Apostólico de Hong-Kong y Mons. Walsh V i
cario Apostólico de Kongmoon. Los huéspedes
se alojaron en los amplios locales de la Mi
sión cercanos a la Catedral, atendidos con el
mayor afecto por los Padres y Hermanos
Salesianos. Las bandas musicales de San
Luis, de Hong-Kong de las Escuelas de la
Inmaculada de Macao, y de las Escuelas de
la Misión de Shiu-Chow habían acudido a
participar de las fiestas bajo la acertada
dirección de sus respectivos maestros sale
sianos, siendo de gran esplendor su concurso.
Los grupos gimnásticos de la Escuelas de la
Inmaculada de Macao ejecutaron con pre
cisión hermosísimos números de conjunto
en un festival al aire Ubre, después de la
ceremonia, ante numerosísimo público que
los \ritxireó con creciente entusiasmo.
La consagración del nuevo Obispo ha te
nido lugar en la catedral en el altar mayor
frente al cual reposa el cuerpo del Mons.
Veisigha. E l gobierno provincial de Kwangtung estaba representado por el coronel
Tang Fai, cuya esposa asistió también a la
ceremonia con otras autoridades oficiales
chinas.
La catedral resultaba insuficiente para
contener la enorme muchedumbre reunida
para asistir a la más solemne ceremonia que
la ciudad haya visto jamás desde siglos atrás.
La consagración se díó comienzo con una
solemne procesión, en la que todas los cere
monias del rito se llevaron puntualmente a
cabo según el Pontifical Romano, como en
las más famosas y lejanas catedrales ro
manas.
Los Padres Salesianos ofrecieron después
un desayuno a sus huéspedes. En la mesa
Mons. Costantino tomo la palabra pronun
ciando un brindis concebido en los siguientes
términos: «Venerables Hermanos: En el Sinodo de Shangay, saludando a la augusta
asamblea de los Obispos y Padres, hablaba
de caridad y de apostólica fortaleza. Dos de
los obispos entonces presentes, Mons. Jane
y Mons. Luis Versiglia han consumado y a el
40
supremo sacrificio de caridad». E l hombre
no puede dar otra demostración de caridad
más sublime que la de dar la vida por sus
amigos ». Su sangre no ha gritado vengan
za, sino que ha pedido al Señor se digne
apresurar el dia de su gracia para la vasta
población de este país. El último latido de
aquellos nobles corazones fué un latido de
caridad y yo creo que con la última gota
de su sangre han repetido la plegaria de
Cr sto sobre la Cruz: « Padre, perdónalos
porque no saben lo que hacen ».
Con grande alegría he venido a conferiros
la plenitud del sacerdote, Mons. Canazei;
pero también con gran deseo de encontrarme
aquí para pagar mi tributo de amor y venera
ción al buen Pastor que ha dado su vida por
su grey y al Padre Caravario, flor segada
en la primavera de la vida para ser trasplan
tada al Cielo.
Con indéntico fin me he encaminado en
el mes de febrero a Schang para visitar la
tumbas de Mons. Jane y de aquellos Padres
que cayeron con él como soldados en el
campo de batalla.
Antes de partir de Peping he leido de
nuevo las cartas escritas por Mons. Versiglia
a la Delegación Apostólica. En ellas se re
fleja aquel espíritu de caridad, de bondad
cristiana y de celo misionero que hacía de
Mons. Versiglia una de las más egregias fi
guras del Obispo misionero. Mis felicitaciones
a Vos, Venerable Hermano, y las plegarias
que hoy dirijo al Cielo por Vos son para
que Vos podáis ser digno sucesor de Mons.
Versiglia y que lleguéis a practicar a per
fección las enseñanzas que el santo Don
Bosco, daba a Don Cagliero y a los demás
Misioneros cuando marcharon para las tie
rras de América. Recordemos algunas de
aquellas sabias palabras:«Buscad almas y no
dinero, honores, dignidades; sed caritativos
y corteses con todos... Tened especial cui
dado de los enfermos, de los niños, de los
viejos y de los pobres. Así mereceréis las
bendiciones de Dios y la benevolencia de
los hombres. Prestad obediencia a todas las
autoridades civiles y religiosas. Procurad
que todo el mundo vea que sois pobres en
el vestido y en el alimento, pobres las casas
en que habitéis, pero ricos delante de Dios,
y ]>odréis ganar de este modo los corazones
de los hombres. Amaos los irnos a los otros,
aconsejaos, corregios.» Estas palabras con
tienen un programa de acción misionera,
Ellas no son sino un oportuno y acertado
comentario de las de San Pablo. Hacm
todo para todos. Estos pensamientos del
santo Don Bosco concuerdan con la liturgia
de esta fiesta que nos recuerda cómo el
obispo debe resplandecer más que por la
riqueza de los vestidos por la luz del alma.
Que vuestro espiscopado, mi querido Her
mano, sea largo y fecundo. No os arredre
si lo encontráis difícil y penoso. Ea Iglesia
os ha llamado no para las alegrías de este
mundo sino para afrontar y soportar las
fatigas de la vida apostólica cuyo único fin
es dar a conocer a Cristo. El sendero que
debéis seguir os ha sido trazado por un
gran Misionero, Mons. Versiglia. Que el
santo Don Bosco os guíe durante todos los
momentos de vuestra vida episcopal. El os
ayudará a sobrellevarla con su protección
y plegarias desde el C ielo».
E l coronel, en uso de la palabra, expresó
su respeto por la Iglesia CatóHca, diciendo
que por observaciones personales ha podido
comprobar que los Misioneros Católicos son
sinceros y caritativos, guiándoles en todas
sus obras sólo el amor y el bien de los demás.
Trabajan en favor de la juventud, instruyén
dola en las escuelas, fundan hospitales, asilos
para los viejos, para los ciegos; todas estas
obras de caridad son las pruebas que atesti
guan de modo elocuente su virtud. Manifestó,
además, la honra que le cupo al ser nombrado
por el gobierno para representarle en los
funerales de Mons. Luis Versiglia antes, y
ahora en la consagración de Mons. Canazei,
a quien tiene el gusto de conocer personal
mente. Dijo que estaba seguro de que el
nuevo Obispo seguiría las huellas gloriosas
de su ilustre predecesor y que como él man
tendría el estado floreciente en que se en
cuentra el Vicariato. El hecho de encontrarse
entre los comensales individuos de 15 na
ciones diversas es una prueba, dijo, elo
cuentísima de la universalidad de la Iglesia
Católica, en la que todos sus miembros
aun de las más lejanas naciones se liallan
unidos por los vínculos estrechos de la
caridad.
Tuviéronse luego brindis en inglés, fran
cés, español, italiano, y chino: y por último
tomando la palabra Mons. Canazei pronunció
uno elocuentísimo, primero en italiano y
después en chino.
El imponente cortejo de las autoridades
vino desde la estación del ferrocarril acom*
__ por tres bandas de música y por
una gran muchedumbre de católicos y pa
ganos que han asistido devotamente tomando
parte activa en nuestras fiestas. Las so
lemnes ceremonias y los festejos que con
motivo de la consagración han tenido lugar
en Shiu-Chow produjeron efectos maravi
llosos en la población.
La tranquilidad y d orden que han rei
nado durante todas estas fiestas así como
la venida de tantas autoridades y foras
teros ha sido posible gracias a la amabi-
Ecos de la Casa-M adre
Enfrada solemne d el nuevo párroco
de la Basílica de María Auxiliadora.
E l día 30 del pasado noviembre el M.
Rdo. D . Domingo Gallenca (S. S.) tomalxi
posesión de la Parroquia de María Auxilia
dora, que estaba vacante desde la muerte
de su primer párroco D. Roberto Ricardi,
acaecida el 12 de julio del pasado afio.
Ctiína. — Daranle la velada en honor del nuevo Obispo salesiano Mons. Canazei.
lidad del gobierno provincial que dió toda
clase de facilidades, incluso disponiendo el
enrío de una fuerte escolta de soldados
«loe acompañó el tren especial donde via
jaron las autoridades desde Cantón hasta
Shiu-Chow.
Todos los presentes manifestaron sus au
gurios de largo y fecundo apostolado a Mons.
Canazei y repitieron las más sinceras felici■ ídones a sus hermanos de la Pía Sociedad
>‘ ’<Mana por la gran obra que realizan en
i-vur de las almas.
(Del Osservaiore Rotnano, 14-XII-1930).
A d m u llo s annos.
Tomaron parte en la ceremonia todas las
asociaciones parroquiales con sus banderas,
muchos salesianos, todos los alumnos de
Valdocco y una imponente masa de la ba
rriada de Monterose con la banda de aquel
Oratorio y la banda « Cardenal Cagliero *
de Valdocco.
D. Gallenca, después de la recepción ri
tual hecha por el Ecónomo Rdo. D. L. Nai
y varios Sres. párrocos de la capital, en me
dio de una inmensa muchedumbre de pa
rroquianos, subió al púlpito, y con acento
conmovido dirigió por vez primera la pa
labra a su pueblo, presentándose como buen
pastor y padre.
Después de la Bendición Eucarística, dada
por el mismo párroco, los parroquianos de
42
María Auxiliadora y la Familia Salesiana
dieron en el teatro interno una velada para
demostrar su adhesión y afecto al nuevo
párroco.
E l Boletín Salesiano se une a los Salesianos y a los jóvenes del Oratorio de Turín
y de Cerdeña para presentar al nuevo pá
rroco los más fervientes votos de un largo
y fecundo apostolado.
Visiías ilustres.
El Rdmo. Mons. Héctor, Asistente Ecle
siástico General de la Juventud Católica
Italiana, celebró el i6 de Noviembre en el
altar del Beato D. Bosco.
El Rdmo. Mons. Pedro Cogliolo, salesiano,
encargado de los Negocios de la Santa Sede
en la República de Haití, estuvo hospedado
durante el mes de Noviembre por algunos
días en el Oratorio.
Gratísima fué la visita del M. Rdo. D . F.
Fanüionis, ilustre eclesiástico escritor lituano
de paso por Turín, antes de trasladarse a
América, adonde le lleva la misión de v i
sitar y organizar los compatriotas allí emi
grados.
Al/sas y Comuniones,
Durante el mes de Noviembre, en el San
tuario de María Auxiliadora y capillas de
pendientes se celebraron 1900 misas y se
destribuyeron 32000 comuniones. Durante
todo el año 1930 se celebraron 25700 misas
y se distribuyeron 451150 comuniones.
Fiesta de ¡a Inmaculada.
Día de imborrables recuerdos es el 8 D i
ciembre para todo cristiano; pero para los
Salesiaiios, y en especial para los que vivi
mos bajo la sombra tutelar del Siintuario de
iMaría Auxiliadora en Turín, esta fecha tiene
un encanto es^Kicial. Siguiendo la tradición,
este día se vistió de gran gala el Oratorio
de Valdocco y las funciones en la Basílica
de María Auxiliadora revistieron grandio>;dad impregnada de extraordinario fervor.
l ‘or la tarde, después de las solemnísimas
funciones de iglesia, en el teatro interno hubo
la tradicional velada músico-literaria en la
que tomaron parte, a más de los niños y
salesianos todos de la Casa-Madre, los miem
bros del Capítulo Superior y muchísimos Co
operadores de la obra de D. Bosco. En el
escenario, adornado con extraordinario gus
to artístico, surgía la bella imagen de la
Inmaculada, en cuyo honor niños y grandes
hicieron derroche de elocuencia y cariño eu
verso y en prosa. Ea banda musical del Orato
rio hizo oir las mejores piezas de su abundante
repertorio, y al final los cantores nos rega
laron con una hermosa Jota que mereció los
honores de la repetición, por unanimidad del
público, que escuhaba con verdadera frui
ción esta música tan genuinamente española.
Digno remate de tan simpático acto fueron
las palabras del Rdmo. D. F. Rinaldi, quien,
después de felicitar a los que habían tomado
parte activa en la velada, y agradecer efu
sivamente a los que se habían unido a los
Salesianos para participar de sus alegrías y
de sus entusiasmos para con la que ha sido
es y será el sostén de la Obra Salesiana, es
tuvo felicísimo, como siempre, en los pensa
mientos que expuso como fruto del hermo
sísimo acto que con cariño de padre había
presidido. Das palabras del venerando an
ciano fueron escuchadas con religioso silen
cio, y se pueden sintetizar en estos tres pen
samientos:
<(Mientras aquí se celebraba esta hermosa
velada que tantos recuerdos evoca a mi
mente, estaba pensando que no serán menos
de 2000 las veladas que en todo el mundo
salesiano se celebren en este día para hon
rar a la Inspiradora de las Obras del Beato
D. Bosco.
E l año que va a empezar, 1931, nos trae
a la memoria que hace 100 años que D. Bosco
empezó su carrera eclesiástica, teniendo que
recurrir a la caridad pública para poder ir
al seminario. ¿Quién diría a aquellos que
le ajnidaron a empezar sus estudios que éstos
habían de dar como fruto el inmenso apos
tolado que D. Bosco había de desplegar por
medio de la Congregación Salesiana?
Por últim o, la efigie de la Inmaculada,
que preside esta fiesta, debe enseñamos a
hollar las insinuaciones de la serpiente in
fernal que ella tiene bajo su pie; caminar
por este mundo con la mirada en el Cielo
y conserv-ar el blanco vestido símbolo de
la pureza, el ideal de D. Bosco ».
43
¡POR
FIN
SEÑOR!
I.
Con dos ióriolas de ofrenda
por la senda
que conduce hasta el altar,
salen los castos Esposos
silenciosos,
del retiro de su hogar.
Lozana y vertiendo aroma,
cual paloma
que se eleva% de un jardín,
tiñe la Virgen radiante
su semblante
de arreboles de carmín.
Dormidito en su regazo,
con un brazo
flotante en suave vaivén,
roba su dulce cariño
el Dios Niño
que descendió del Edén.
Ya suben la escalinata,
ya retrata
su lindo grupo el cristal;
ya ondea en el incensario
del Santuario
la roja mirra oriental.
A l sentir su puro ambiente
sonriente
el Dios Niño despertó.
La Virgen en su embeleso
le dio un beso
y hasta el atrio penetró.
II.
A llí está el trémulo anciano
fatigado de vivir,
como el rudo veterano
con la bandera en la mano
y el ansia en el porvenir.
Momia de polvo, se mira
torpe, helado y sin vigor;
y si aun late, si aun respira,
es porque en sueños suspira
por un Sanio Redentor.
2 de Febrero:
La Presenfacióa de Jesú s en d Templo.
Ya una mañana serena
en el cielo de su fe,
vió a la hermosa Nazarena
venir de júbilo llena
para postrarse a su pie.
Sintió un Impetu en el alma,
rompió extático a llorar;
y alzando, entre palma y palma
al Niño ,en su augusta calma
gimió ante el sagrado altar/
♦ Deja, Señor, por fin que estos despojos
descansen con quietud,
ya que contemplan mis absortos ojos
al Dios de la salud.
Tú le has puesto a la faz de las regiones
ceñido de fulgor.
¡Bien venga el nuevo Sol de las naciones/
¡Bien venga el Salvador!
R . P. D.
44
DE N U ESTR A S M ISIONES
JORNADA GLORIOSA.
La fiesta del Corpus Chrisfí en Shiilong (Assam).
Jesi'is Sacramentado es sin duda el centro
dcl culto y (le la vida cristiana como es el cen
tro de imióii de los cristianos de todas partes;
y como en los países cristianos reúne en tomo
de Sí en la mesa eucarística y en la solemne
procesión del Corpus a todos sus hijos sin dis
tinción de clases ni de categorías, también en
estos países donde su Reino empieza apenas
a establecerse, reúne en tom o a Sí con igual
fuerza y eficacia a los que se encuentran disI>ersos entre los hijos de las tinieblas, para
unirlos entre sí, para fortificarlos con su amor,
para mandarlos después a llevar este calor y esta
\ ida a ese mundo pagano que poco a poco se ird
rindiendo a esta insistencia del amor de Dios.
Tístos pensamientos llenaban nuestra mente
el domingo g de Noviembre, día en que se
celebraba la fiesta del Corpus Christi trasladada
por concesión pontificia (ie su día, que por ser
durante la estación de las lluvias, en esta re
gión es iinpo.sible celebrarla, y estas ideas nos
mueven a procurar dar a nuestros lectores rma
idea de esta hermosa fiesta de tanta efica<úa
cu la vida cristiana de estos pueblos.
de la fiesta constituyó y a ima fiesta que hu
biera sido solemnísima si no hubiera quedado
eclipsada por la solemnidad del día siguiente.
Mons. Perier confirió las sagradas órdenes a
los estudiantes de la Misión. L a espaciosa igle
sia estaba atestada de fieles que con piadosa
curiosidad seguían los sagrados ritos explicados
por el Párroco, y que al fin de la ceremonia se
agolparon a la puerta de*la iglesia a dar sus
parabienes a los recién ordenados; un subdiá
cono, cinco diáconos, de los cuales uno indígena,
y un sacerdote, el P. Mlekus, particularmente
querido por los Khasis, porque habla su lengua
con ima soltura y propiedaci que parece nacido
en estas montañas. Por la tarde, solemne Expo
sición del Smo. Sacramento que se vió visitólo
por todos sus hijos, cercanos y lejanos, que
llenaron la iglesia todo el tiempo que estuvo
de manifiesto. A l salir de la reserva una vis
tosa iluminación entretuvo agradablemente a
los concurrentes pensando en la solemnidad que
les esperaba al día sigueiite.
Preparación a la fíesfa.
E l día amaneció espléndido, no obstante que
días antes había llovido de firme haciendo te
mer por la fiesta. E l Señor quiso que dos días
antes pasaran las lluvias, y el día de la fiesta
\m sol mañanero asomara su rubia cabellera,
como ansioso de contemplar aquellos grupos
de mujeres austeramente rebujaiias en sus pa
ñolones al uso kliasi y de hombres tocados
con blanquísimos turbantes, y aquellas filas
de niñas coronadas de flores y de niños con
sus airosos uniformes de exploradores que se
dirigían todos a la igle.sia para oir la Sta. Misa,
recibir el Pan de los Angeles y no pcx'os re
cibir las aguas regeneradoras delSto. Bautisnu).
Seseivta y cinco fueron Icxs bautismos admi
nistrados, y más de mil las comrmioiies que
se distribuyeron en las misas que se celebraron
antes de la solemne. Esta fué celebrada por d
nuevo sacerdote con asistencia pontifical del
Sr. Arzobispo y escuchada por un gentío in
menso que encontraba muy pequeña la iglesinCariñoso fué el fen'or con que todos los Seltó.
desde el primero al último, pasaron a besar
las manos al nuevo sacerdote y a recibir las
primicias de sus bendiciones.
Algunos días antes empezaron a llegar los
forasteros, pues todos nuestros cristianos de
las montañas kliasis que no se encuentran im
pedidos tienen a gala no faltar a la fiesta que
es sin duda alguna la más solemne del año.
Venían de pueblos distantes 6o y más K iló
metros, saludaban al Padre contentos y satis
fechos, se acomodaban en el puesto que se les
podía proporcionar en los locales de la Misión
(los khasis son poco exigentes) y después a
visitar las dei>cu(iencias de In Misión, a gozar
de la hermandad de los demás crist;ianos que
aun viniendo de los pueblos más opuestos se
sentían hemmiuís en la íe. I^a noche se apro
vecha par«í reuniones religiosas en que se reza,
se habla, se oye al Padre y se canta, y así se
pasa gran pixrte de la noche; algunos se la pa
san de claní en claro.
E l viernes llega el líxcm o. Mons. Perier Ar
zobispo de Calcuta que viene a presidir la fiesta
Es recibido con muestras de la mayor vene
ración y cariño por el persotial de la Misión y
lc« cristianos que ya han llegado. La \*igilia
L a ñesfd.
45
La Procesión,
Pero llegó el momento culminante de la
fiesta, la Procesión. A la hora señalada, Mons.
Perier acompañado de los sagrados ministros,
de Moiis. Slathies y del clero de la Misión,
toma en sus manos la Sgda. Custodia y em
pieza el desfile. Con admirable orden, debido
a una prudente organización, el mar de ca
bezas que aibre la espaciosa explanada adya
cente a la puerta de la iglesia, se v a encau
zando por los caprichosos caminos que serpean
por las colinas en que radican las diversas obras
de la Misión, y pronto aquella muchedumbre
multicolor se convierte en ejército ordenado
y \istoso que, siguiendo a grupos sus respecti
vas banderas, va desfilando en compacta for
mación bajo los copudos pinos que cubren el
monte, por la verde alfombra del prado, y por
la frecuentada carretera que los transeúntes,
sin disfinción de religiones, ceden respetuosos.
Rompen la marcha los simpáticos exploradores
de nuetras escuelas de San Antonio; siguen
las reprensentaciones de los pueblos de los
distritos misionales del Shillong, Jor\'ai y Laitfcynsew; cada pueblo lleva a la cabeza su estan
darte seguido de las filas de hombres y mu
jeres, capitaneados por su respectivo catequis
ta que entona cantos y oraciones a los que
todos responden con edificante fer\'or; vienen
luego las diversas obras de la Misión en Shi
llong, las escuelas de niñas, las asociaciones
panpquiales, los colegios. E l asilo de niñas
khasis, St. Marycawent presenta a sus asiladas
^estidas al uso khasi con mi gusto refinado,
las pequeñitas todas de blanco coronadas de
flores blancas, las mayores con el traje kliasi
modestísimo p>ero elegante por los vistosos y
cariados colores que las buenas religiosas han
sabido escoger; el colegio de Loreto de niñas
inglesas o anglo-indianas lleva a sus niñas con
degante uniforme, a la europea. Siguen las
escuelas y asilo de D. Bosco de niños kliasis,
d colegio de St. Edmund con más de 300
alumnos ingleses o anglo-indianos, la banda de
laj? Escuelas < D. Bosco *, el clero con sus vistaso.s ornamentos, y cerca del Smo. Sacra
mento dos grupos de niñas que esparcen flores
al paso del Jesús: rmas son del colegio de St.
Mar}*'s, khasis, las otras del colegio de Txareto,
inglesas, como para indicar que todos los pue
blos y razas ofrendan a Jesús sus homenajes
por manos de la inocencia.
¿Cuántos componían este magnifico cortejo
de Cristo Jesús? N o es fácil decirlo con pre"^óii. — I,os pueblos representados en la pro
cesión eran veintidós, las banderas o estandar
tes que presidían los distintos grupos eran unos
treinta, el número total de los concurrentes
contando el numeroso grupo que seguía a la
Custodia no bajaría de 4000 personas. Aún
estaba el Smo. en la puerta de la iglesia y ya
se oían los cánticos de la procesión en la cima
de la próxima montaña. Y Jesús escoltado por
tantos corazones amantes recorría estos ca
minos tan frecuentados por hombres de E l tan
separados, y en medio de grupos de curiosos
que no tienen la dicha de verlo bajo los velos
eucarísticos como los cristianos. De cuando en
cuando se paraba la procesión para que el
Señor descansara en artísticos altares prapurados por la piedad de las diversas comuni
dades religiosas y entre cánticos de amor des
cendía la bendición de Jesús sobra aquella mu
chedumbre que reverente inclinaba su cabeza
para contmuar después con nuevo ardor can
tando las glorias del Amor de los amores. Im
ponente fué la llegada del Señor a la Iglesia
y la última bendición. Toda aquella muchedumbra po.strada al paso de Jesús Sacramen
tado cantaba a una voz el «Hosanna Filio
David * con im entusiasmo que hacía p>ensar
en aquellas turbas que aclamaban a Jesús du
rante su vida mortal. E l sol se había puesto
ya, y la penumbra del crepúsculo vespertino
envolvía en simpático misterio aquella escena
grandiosa en sí como son todas las ceremonias
de nuestra Sladre la Iglesia. Las notas d e l« Tantum e rg o » vibraban con im vigor especial
repetidas por las misteriosas voces del valle
que parecía más profimdo en la oscuridad, y
Jesús se alzaba una vez más para dar en su
bendición como el abrazo de despedida a aqueUos fieles servidores que le habían seguido casi
por cuatro horas. Y se retiró a su soledad del
sagrario mientras los fieles corazones, como para
manifestar el fruto que habían sacado de esta
hermosa fiesta, cantaban con entusiasmo el
himno «Firme la voz » en su traducción kliasi
en cuyas notas sonoras y españolas iba en
vuelta una protesta de fe y adhesión inviolable
a Jesús que nos ha dado por madre a la Iglesia,
a la Iglesia que es la fiel guardiana de Je.stls
en la Eucaristía y de los tesoros de Je.siis en su.s
enseñanzas. Y aquella inuche<lumbre se dis
persó, y al día siguiente dimos el Khulbisi de
despedida a aquellos buenos amigos que vol
vían a sus remotas aldeas a Wvir entre herejes
e infieles, sin iglesia y casi sin sacerdote, por
que no todos los días lo tienen a su disp>osición, pero que volvían contentos y decididos
a superar cualquier dificultad con tal de con
servar el precioso tesoro de su fe en Jesús cuya
gloria habían presenciado, y a participar esta
dicha a los que no la tienen.
¡Corazón Eucarístico de Jesús! reina pronto
en todo el Assam, reina en todo el mundo que
de Tí aleja aún la superstición y el error,
Shillong, Novicnú>re de 1930.
E duardo
G utiérrez
Misionero Saiesiano.
46
Taracuá (Rio Negro-Brasil). — La Misión Saiesiana.
MISIÓN DEL RIO NEGRO (BRASIL).
La vejez eníre los Indios del Rio Waupes.
Entre las cosas que causan mayor impre
sión, viajando entre los indios Tucanos Piratapuyas o de cualquier otra tribu, una és
ciertamente el abandono de los pobres viejos
K1 viejo o la vieja indios, mientras viven uni
dos se ayudan mutuamente; el uñó pescando,
cazando y procurando frutas silvestres, y la
otra cuidando de la plantación de mandioca
(el pan del indígena) y de todos los quehaceres
de casa. Pero si uno de los viejos muere, el
sobreviviente queda expuesto a sufrir nmcho
durante los dias que Dios le conceda de vida.
Feliz él si to<lavía le queda algihi hijo sin fa
milia, el cual generalmente no jxírmitirá que
falte al padre lo necesario, qíden a su voz con
tinuará. mientras las fuerzas se lo permitan,
ayudando el hijo en el trabajo. Mas si todos
los hijos han fonnado ya su familia, el jwbre
viejo, si puede trabajar, recibirá como recomIX'Usa un poco de alimento, y nada más; por
que el hijo casado dirigirá tc^os sus cuidados
y totlo su amor a aquella a quien se ha unido,
'l'odo lo que gima adquiere etc. etc., será para
él. Al jxidre o madre ancianos no dará ni si«luiera un andrajo para cubrirse, y rara vez
un ixKO de harina de mandioca. En nuestra
residencia do Taracuá. nosotros, especiahuenle
en kis primeros tieuipos, hemas presenciado
cas<.>s venlader;miente dignos de compasión,
viejos exhaustos q\ie venían a ganar con su
trabajo, como ellos decían, un pedazo de tela
para cubrirse.
^
Si tienen la desgracia de caer enfermos, en
tonces comienza el verdadero calvario para los
pobres viejos. Tendidos sobre la hamaca, ten
drán por único compañero un fueguecillo, avi
vado y atizado por algiín indio de la maloca.
Si antes los baños frecuentes y los rayos so
lares obraban en ellos los efectos terapéuticos
y los libraban más o menos de las miserias
corporales, ahora, cesados los baños, la sucie<lad, el sudor y el humo darán al pobre
viejo el aspecto de un deshollinador: porque
no habrá agua para lavar aquella cara. Si tiene
algún objeto de valor, vendrá el pagy (el bmjo)
quien con gestos, con soplos y remedios pre
parados con hojas y raíces, o con duchas fria'^.
se los ganará abre\'iando los días al pobre pa
ciente. Si al contrario, el enfermo no posee nada,
el brujo no se dejará ver, o dirá que está en
venenado, y los otros se irán cada imo a sus
quehaceres: pues consideran inútiles todos los
cuidados, todos los remedios: la muerte del
pobre ^*iejo es cierta porque está envenenado.
Fácil es imaginar cómo pasará los últimos dias
de su existencia.
La falta de alimentación y el abandono le
abrevian los dias, y agravándose, los i>ariente5.
todos van a porfia en visitar al enfermo por
ver si aquel hilo de vida se ajiaga, y la pala-
Al
Rio Negro (Brasil). — Las embarcaciones de los indios en el rio Waupés.
bra más frecuente que tienen en los labios es
siempre la misma; « ya faJta poco »
A la muerte se sucede una explosión de gri
tos y de llantos por parte de los parientes más
próximos, que van a desahogarse sobre el ca
dáver con cara aparentemente dolorida y con
algún lagrimón de ocasión que hace recordar
a aquellos que eran pagoiios para llorar, como
se lee en al santo Evangeh'o. N o falta tampoco
generalmente qu kn canta toda la historia del
difimto. Tras breves instantes, vuelve la vida
ordinaria y la alegría, como después de im
temporal vuelve el sol. Una barquilla servirá
de caja mortuoria, a aquel cadáver, verdadero
esqueleto... y en pocas horas estará praparada
también la fosa cavada en un rincón de la
misma maloca. E n el momento del sepelio se
oirá todavía algún gemido y un corto canto
final fxinebre, y después todo ha terminado
para siempre.
Así pasan los últimos días de su vida, y así
mueren nuestros pobres viejos en la floresta del
Rio Waupes y en sus numerosísimos afluentes.
[Del dizrio dd viaje
del Misionero D. J. Marchesi).
Un caso singular de moda indígena.
Cuando los indios del Río "Waupes pueden
Vestirse más o menos como los civilizados y
dijjar la costumbre adamítica, lo hacen con
niucho gusto, y gozan en hacer bella figura. Un
p.ir de calzones pueden, sin embargo, durarles
'■ •irios meses y axm años; pues en los trabajos
II
de la floresta, en la pesca y eii la caza no los
ponen; y en cambio los usan cuando hacen o
reciben visitas importantes. Una vez Don
Marchesi regaló a un tucano im chaleco, ne
gro, prenda casi desconocida entre los indios.
E ra natural que el afortunado poseedor los
usase solamente en las grandes solemnidades,
y cuando el concurso de indios fuera mayor.
Así, el dia de Pascua, durante la segunda misa,
cuando la iglesia estaba ya llena, nuestro indio
entró serio y orgulloso y pasando por medio
de los otros fué a colocarse detrás de los niños
internos. Vestía a la última moda indígena:
blusa blanca, y encin:a el chaleco negro y des
pués .. sin pantalones. Ixis poquísimos fieles
no indígenas apenas podían contener la risa
ante aquel espectáculo tan original; y los in
dios, en cambio, lo miraban con cierta envi
dia, y más de uno deseaba tener un chaleco
negro para llevarlo encima de la blusa
Después de la Misa, mientras todos le ro
deaban contemplando aquella moda tan ele
gante (sic) también yo me acerqué y le dije;
¿Por qué has venido a la Misa sin calzones?
¿Donde has dejado aquellos que te ganaste la
semana pasada? — Ix)S he lavado y no están
todavía secos. - - E l chaleco se lleva debajo
de la blusa y no encima, — añadí yo. E l indio
soltando una sonora carcajada, a la que hicie
ron coro todos los presentes, me dijo: — r Sí
lo pongo debajo de la blusa, no se ve, y en este
caso es inútil llevarlo i.. — Lógica de indio.
A ntonio
G iacone
Misionero Salesiano.
48
M IS IÓ N D E M E N D E Z Y G U A L A Q U IZ A
(E C U A D O R ).
Maírimonio cristiano de cuatro parejas de jíbaros
con ocasión de la visita de Mons. Comín.
K 1 29 (le mayo de 1930 fiesta de la Ascensión
de Ntro. vSeñor Jesucristo y día en que para
darle mayor solemnidad celebrábamos nosotros
la fiesta do María Auxiliadora, señalará en las
trado suficientemente preparados, creyó del
caso admitirles para que por la tarde del
día 28 realizasen su unión matrimonial,
como cristianes.
Méndez (Ecaador). — Grupo de los caairo matrimonios cristianos
celebrados el 29 de mayo 1930, con el Vicario Apostólico Mons. Comín y el Rdo. Sr. Inspector.
crónicas de nuestra Misión de Santiago de Mén
dez un nuevo derrotero para la evangelización
de nuestros jíbaros.
Desde el din 18 teníamos entre nasotros al
limo. Mons. Domingo Comín, nuestro Vicario
Apostólico, que vino acompañado del Rdo.
P. IHvSpector de los Salesianos del Rcuudor
Don Pablo Montaldo, <[ue en nombre de nues
tros buenos Superiou's viene a girar una v i
sita a las Misiones Salesianns del Oriente Ecua
toriano.
Durante las dias que pasaron entre nosotros
estos ilustres visitantes pudieron darse cuenta
de cuanto se trabaja jxira ir llevando a Jesi'is
a esttís buenos jíbaros, líl linio, Moas. Comín
examinó a los que se preparaban para realizar
su matrimonio cristiano. Habiéndolos encon-
Se trataba de cuatro parejas de jíbaros, her
manos del famoso Puenguera que ya se casó
el año pasado unos días antes de la fiesta de
San José. Todos ellos habían sido sumamente
asiduos a las explicaciones del Catecismo y,
penetrados de la importancia del acto que iban
a realizar, venían preparándose para la solemne
ceremonia.
Tratándose de jíbaros que habían sido bau
tizados de pieqneños por algmios de los nume
rosos mineros que viajan pfjr estas regiones en
busca de oro, y dudándose fundadamente de
la validez de dicho bautismo, el Rmo. P. Insspector realizó la .solemne ceremonia del bau
tismo suó conditione: acto que resultó impre
sionante 3*iendo la seriedad, recogimiento y
piedad cx»n que recibieron dicho sacramento.
■
49
Al anochecer todos ellos se acercaban al
sacramento de la confesión, a fin de que, si
d bautismo de manos de los mineros hubiese
sido válido, pudieran recibir los demás sacra
mentos en estado de gracia; y todos quedamos
verdaderamente edificados y sorprendidos al
ver cuan dóciles son nuestros indomables jíba
ros cuando realizan actos como los que nos
ocupan.
A eso de las ocho de la noche, estando nuestra
pequeña capilla toda ella atestada de colonos
y jíbaros de nuestra región, que se hallaban
presentes para asistir al matrimonio de sus pa-
de nuestra Misión, que ya han recibido la Sda.
Comunión se acercaron a la Sda. Mesa acom
pañando a los nuevos esposos cristianos que
también iban a recibir por vez primera a Jesús
Sacramentado, pues también para los jíbaros
vino a este mimdo.
E l aspecto que ofrecía nuestra capilla era
algo asi como un pedazo de cielo. Con los que
recibieron a Jesús Sacramentado por vez pri
mera en este día, llegan ya a 30 los jíbaros
que comulgan en Méndez, y con los que con
trajeron matrimonio cristiano el dia de hov
son y a cinco las familias cristianas jíbaras que
^ r-
Méndez (Ecuador). — £1 P . Dardé curando ana úlcera a una jlbanía traída deade Tayusa a la Misión.
rientes, dió principio a la ceremonia el limo.
Moas. Vicario Apostólico.
Las cuatro parejas se hallaban arrodilladas
i un lado del presbiterio, en actitud de reco
gimiento y con una seriedad inconcebible para
Ifs hijos de esta fioresta. A l acercarse a ellos
fl lUnio. Mons. Comín con los hábitos pontiñcales. y al hacer al novio la pregunta
dd ritual y en lengua jíbara: í Ammne José
Haambutsara nutca tasan Roca Z a veit haukerainuet? > Contesto con la energia y seguri
dad propia del caso: Huetcarajei; Sí, quiero.
Luego se fueron realizando las demás cereffionias y ellos casi estupefactos no aparta^ sus ojos de la persona del lim o. Mons.
^icario, pues les atraían los vestidos pontique ellos no están acostumbrados a
.\ la mañana siguiente, todos los indios
tenemos, y todos ellos dan óptima esperanza
de éxito.
Todos nosotros no pudimos dejar de elevar
al cielo nuestras plegarias para agraflecer a
Dios y a nuestra buena Madre María A uxi
liadora que nos confortaban con tales satis
facciones como son el ver que se acercan a Dios
nuestros feroces jíbaros.
¡Ojalá que nuestros Bienhechores no se des
animen y sigan en\iándonos sus limosnas que
tanto se hacen desear a causa de que siempre
aumentan nuestros gastos para poder llevar
las almas a Dio.
Ménder,
de Julio de 1930.
Conrado D ar d é
Misionero Salesiano.
50
MISIÓN DEL JAPÓN
Curiosidades de la vida japonesa.
(Esíudio etnográfico del Misionero Salesiano Rvdo. Pedro Escarsell).
I.
LA C A S A .
Es este el primero de una serie de artículos
que pienso escribir sobre la vida íntima japo
nesa. en el seno del hogar, que presenta no
pocos detalles raros e interesantes.
Eni¡)ezaré explicando la construcción de la
casa, considerando la parte técnica, la parte
artística y ix)r último la parte extravagante.
Técnica de ¡a construcción.
En los patses europeos varios días antes de
emi>ezar una construcción, se pueden observar
los preparativos: vallas, acumulación de ma
teriales, letreros, etc. Aquí en cambio si dejáis
transcurrir quince dias sin pasar por una calle,
al volver a pasar por ella os encontráis con la
sorpresa de ver en ella alguna casa nueva ya
construida.
i Preparativos? Casi ninguno: im pequeño te
chado en el cual el carpintero, sin perder la
calma jaix)nesa, va haciendo la casa a trozos
y cuando ya está toda hecha, entonces se pre
sentan los hombres para abrir los cimientos.
Los Cimientos son de dos clases según sean
para casas o para viviendas de familias pobres,
lín el primer caso son verdaderos cimientos,
<[ue con.sisten en una zanja de 50 centímetros
todo lo que es el perímetro de la casa, relle
nada de piedras. Las casas pobres y de campo
prescüiden de tales cimientos y en su lugar
trazan dos paralelogramos en cuyo perímetro
abren ocho hoyos que llenan de piedras, api
sonándolas de una manera muy primitiva. Dis
ponen entre maderas una viga, a la cual por
medio de cuerdas imprimen un movimiento
vertical acompasado unas doce mujeres vesti
das de manera típica, con abundancia de color
rojo, al compiLs de una canción o sonsonete.
Asi coustniycn los pilares sobre los cuales se
Icvaixtará la casa.
Levantan enseguida los ocho palos maestros
aix\vad<\s sobre las pilares del cuadrado interior
uniéndolos luego am travesaiuxs, tanto en la
parte alta anuo en la parte baja y sobre ellos
.qx\van la armadura del tejado.
ColtH'au de.spucs los ocho pies derechos del
cuadrado exterior, uniéndolos igualmente por.
la parte alta para sostener el grande alero,
característico del tejado japonés, y a una al
tura de 50 centímetros del suelo en la parte
baja, forman la barandilla de la galería
abierta que rodea toda la casa y que es tan
caracterí.stica de la Casa japone.sa. Todo este
trabajo es cuestión de dos o tres días.
Construida la armazón completa de la casa,
rellenan los espacios entre palo y palo con un
tejido de caña de bambú aplastada, formando
así todas las paredes y tabiques de la casa y
también los techos o cielorrasos. Luego hacen
una especie de mortero con barro y trocitos
dé paja triturada a máquina, con el cual los
que podríamos llamar albañiles revocan todo
aquel cañizo. Mientras los albañiles siguen po
niendo las tejas, que son negras, los carpin
teros colocan los armarios y el pavimento, que
queda siempre irnos 50 centímetros levantado
del terreno.
L a última operación es la de revocar y en
lucir la casa con yeso u otra materia. Son ha
bilísimos en la imitación de azulejos, piedras,
columnas etc. de manera que muchas veces
uno cree encontrarse ante una casa como las
nuestras y se engaña, pues debajo de aquel
enlucido sólo hay barro, paja y bambú. Mu
chas casas, sobre todo en los pueblos, en lugar
de yeso ponen sobre la pared de fango una
madera negra, que Ies dá mi fúnebre aspecto,
pero que según dicen es im remedio infalible
contra la humedad. Y con esto la casa está
exteriormente concluida.
E l estilo.
I.a primitiva casa japonesa era un hoyo con
un tejado; luego se construyeron cuevas en las
montanas defendidas por empalizadas y aun
hoy dia viven asi muchos ainos del norte del
Japón.
En el siglo V II importaron de la Corea,
además de la cerámica y demás adelantos de
la ciNrilización china, la forma de las casas con
tejado.
El estilo japonés es igual en toda.s partes,
tanto en Tokio como en el extremo más apar
tado de la isla más pequeña. Casita.® de una
sola planta, algunas con un pisito bajo y coa
im gran tejado muy inclinado a veces de tejas
de paja. E l tejado es la parte más importante
51
de la casa japonesa. E s la mejor defensa con
tra el agua, m uy abundante en verano y con
tra el sol que en verano es verdaderamente in
soportable.
El estilo resulta adaptadísimo al clima. En
invierno la casa resulta uua caja cerrada, pues
no hay ventanas, las cuales son sostituidas por
una serie de puertas correderas que cierran
todo el edificio. Las del exterior son de madera
y las interiores de papel y entre ambas corre
el pasillo que da la vuelta a la casa. E n v e
rano la casa resulta como un patio cubierto,
pues quitan todas las puertas y queda la casa
expuesta a los cuatro vientos.
Siendo el país sumamente volcánico y sujeto
a constantes terremotos el no estar la casa
adherida al suelo, sino solamente apoyada sobre
las piedras dé Ictó cimientos, hace que después
de los movimientos sísmicos, si no son exage
radamente fuertes, la casa quede en su pri
mitiva posición sin ningún daño.
El material de construcción por excelencia
ea el Japón es la madera; por eso un arqui
tecto japonés tiene que ser im buen carpintero
y esto mismo hace que las casas resulten m uy
baratas. Sin emnargo hay casas que a primera
vista engañan, pues por su aspecto se diría
que no valen nada y en cambio han resultado
muy costosas, por haber querido obtener los
dectos de bdleza y arte con materiales rússticos, lo cual es mucho más difícil.
La casa japonesa resulta pequeña y estética;
cuando es nueva parece un juguete; el japosabe obtener la mayor belleza con el menor
precio.
E ¡ esfilo europeo.
En las grandes ciudades abimdan los edi
ficios de mampostería, pero son casi exclusi
vamente destinados a las residencias de euro
peos y americanos. También los emperadores
y príncipes japoneses han construido sus pa
lacios de piedra a imitación de los europeos;
el del emperador es una imitación del de Versailles.
Hoy día se v a generaUzaudo mucho el uso
del cemento annado, que ha dado pruebas de
gran resistencia aun en casos de grandes tenemotos. Pero en los pueblos y ciudades de
provincia se ven bancos, fachadas de hospi
tales, cuarteles, etc. de puro estilo renacimiento
o modernista, al parecer construidos de ladrillo
y piedra, mientras que en realidad es todo
madera o cañizo revocado, pues, como y a he
mos dicho más arriba, son habilísimos en estas
imitaciones.
Los castillos y fortalezas tienen algo de las
obstrucciones ciclópeas, como se puede ad
mirar en las murallas del castillo de Osaka,
levantadas con piedras fenomenales.
Curiosidades.
L a casa japonesa no tiene puerta y se puede
entrar por cualquier parte de ella, mediante las
paredes correderas de que hemos hablado antes.
Sólo hay im pxmto más cubierto para dejar
el calzado por si acaso lloviera durante la vi
sita. L a familia reeilje al visitante piaesta cu
hilera en el corredor descubierto, llaniado
Engawa.
L a casa japxanesa la hacen en pocos días; al
segimdo, y a está cubierta. Tienen horror a las
clavos; son capaces de hacer una casa sin clavar
ni uno, valiéndose sólo de la cola y de las en
sambladuras.
I.,a casa japonesa dura poco; los templos y
Japón. — Iglesia saleuana en consfroccíón.
las casas ricas las destruyen cada 20 años y
las vuelven a edificar con el mismo estilo, y
si manifestáis vuestra maravilla por ello, os
responden que los europeos se preocupan mucho
de la duración, mientras que el japonés tiene
presente el poco tiempo que ha de habitar
su casa, ya que la vida es tan corta.
Dos son los enemigos de la casa japonesa;
las hormigas blancas y los incendios. Para el
japonés el incendio es una cosa habitual y
causa m aravilla muchas veces el ver a una
familia que está contemplando con indiferencia
cómo su casa se quema y aun es dado descu
brir una sonrisa de satiáacción en el jefe de
la familia que no se sabría decir si es para
disimular la pena o más bien por la idea de
construirse otra casa mejor con la subvención
que en estos casos concede el Ayuntamiento, o
con los regalos que le hacen los amigos para
aynidarle a reconstruir la casa. En Tokio son
tan frecuentes los incendios que y a desde muy
antiguo las llamas reciben el nombre de < fiores
de Yedo >. Las casas de esta ciudad tienen
52
una duración media de 7 años, y la estadística
registra unos 15 incendios semanales. Si al
incendio .se añade el viento, desaparece un pue
blo en pocas horas, como sucedió hace poco
más de un mes en un pueblo donde en una
noche quedaron reducidas a pavesas 400 casas.
A janas concluida la casa, se celebra la inau
guración de una manera singular. E l padre
y t()(lo.s los varones de la familia suben al te
jado provi.sto9 de grandes fuentes de Mochi,
(dulces hechos con pasta de arroz) y los lanzan
a la calle y casas vecinas donde se reitne toda
la chiíiuilleria de la vecindad ansiosa de llevar
a casa una buena cantidad. Este año en la
inauguración del templo de Ise se lanzaron dos
millones de machis.
Otra cualidad sorprendente de las casas ja]X>ne.sas es la facilidad con que se pueden transl)ortar. I^a primera vez que me hicieron notar
esta cualidad fué con ocasión de luia orden dada
por el Ayuntamiento de ensanchar una calle
tres metros, L a operación es sencilla: estando
la casa solamente apoyada en los pilares que
le sirven de cimientos y hallándose el pavi
mento con.struido a mía altura de 50 cm. del
suelo, {xjr medio de una máquina especial,
levantan toda la contrucción unos treinta centimetras, introducen en el espacio que queda
libre unas cuantas vigas muy gruesas y con
la misma máquina empujan la casa entera
hasta su nuevo emplazamiento donde se han
construido ya los cimientos o pilares necesa
rios para sostener la casa.
He ahí algunas particularidades acerca de
la casa jaixinesa; quería hablaros también
de nuestras iglesias, pero veo que esta carta
ya es demasiado larga y asi lo dejaré para
otra vez. Sólo os digo que nuestras iglesias
son pequeñas, la mayor parte de madera y
algunas como la nuestra con má-s cartón que
madera. [Qué pobreza para la casa del verda
dero Dios, mientras los dioses falsos disponen
de grandiosos y riquísimos e<lificios! ] Ojalá
la caridad de nuestros Cocixítadores nos asista
para ]>oder disponer cuanto antes de alguna
Iglesia más digtia de la grandiosidad de nues
tra Religión.
P ed ro E s c u r se l i .. P ir o
Salesiano.
Los quf (hseen gracias de María Aii.xUiadora ayuden alas Misiones Salesuinas y eslén
seguros de que las obtendrán.
Vcncrábie J u .\n B o sco .
Los Sres. Cooperadores Salesianos, además de
las indulgencias ordinarias que se detallan ai
el Reglamento, pueden ganar, cumpliendo los
requisitos de costumbre, indulgencia plenaria,
los siguientes días:
Mes de Febrero:
2. L a Purificación de Nuestra Señora.
22. Cátedra de S. Pedro en Antioquía.
Mes de Marzo:
25. Anunciación.
27. Viernes de Pasión.
29. Domingo de Ramos.
Seis Misas diarias perpetuas.
Recordamos a nuestros lectores el privilegio
extraordinario concedido por el Papa León XIII
(d. f. m.) a nuestro Bto. P. Don Bosco en favor
de todos los que contribuyeron con sus limosnas
a levantar la Basílica del Sagrado Corazón de
Jesús en Rom a o cooperen en lo porvenir al
sostenimiento de aquella Iglesia e internado
de Artes y Oficios para niños pobres.
Basta entregar una sola vez la limosma de
I peseta (20 centavos de dólar más o menos)
para tener derecho, en vida y después de muerte
a la aplicación diaria de 6 misas, que se celebran
en el altar mayor de dicha Basílica.
Pueden también ser inscritas, entregando por
cada una de ellas la misma limosma, las personas
ausentes o fallecidas, las cuales gozan igual
mente de dicha aplicación.
Para gozar de esta gracia tan extraordinaria
basta reunir en una lista los nombres de lu-i
que desean inscribirse y enviarla, junto con la
Umosna correspondiente, al Rector Mayor de
los Salesianos (Via Cottolengo 32 - Turín (109)
Italia) o también al Sr. Director de la Casa
salesiana más próxima y apenas inscritos en
los registros, empiezan a gozar de la aplicaci<ta
de dichas 6 misas. Como testimonio de la ins
cripción cada uno de los inscritos recibe una
cédula con su nombre y con la explicación de
tallada de este privilegio.
Los que ya conocéis este privilegio, dadlo a
conocer a todos vuestros amigos y conocidos
y veréis como no queda ni uno que no se ins
criba y que no haga inscribir a sus difuntos.
53
CULTO DE MARIA AUXILIADORA
Recordad...
qne cada día, con los acostumbradas condi
ciones. los Cooperadores Salesianos, que, en
medio de sus ocupaciones, eleven su corazón
a Dios por medio de ima piadosa invocación,
pueden ganar;
i«> Por una cualquiera de estas invocaciones,
a sw elección, una Indulgencia Plenaria, cada
dia.
2*>Por iodos las demás, 400 dias de indulgencia
cada vez.
N. B. — Los Cooperadores, a quienes el
estado de enfermedad o de convalecencia no
pennitan ir a la iglesia, pueden ganar las in
dulgencias arriba indicadas rezando en casa 5
Padre nuestros. Avemarias y Glorias.
VAIvENCIA (E s p a ñ a ). — Estando mi hija
Dolores en \m estado de crisis del que dependía
su vida, y viendo que los esfuerzos del faculta
tivo resultaban ineficaces, encomendé con el
mayor fervor que me fué pasible la enfenna
a María Auxiliadora y al Beato Juan Bosoo
prometiendo publicar la gracia en el Boletín
Salesiano y depositar ima limosna en la capülita de María Auxiliadora de la visita domi
ciliaria, si tan buena Madre y tan poderoso
Protector escuchaban mis ruegos. A l dia si
guiente, sin intervención del médico, desapa
reció el estado peligroso de la enfenna y volvió
la calma a los corazones de todos los de la
familia que se encontraban angustiados en tan
triste situación. Por este y otros muchos fa
vores alcanzados, doy las más rendidas gra
das a María Auxiliadora y al Beato Juan Bosco
y les pido sigan protegiéndonos a todos los
de la familia conio lo ha hecho hasta ahora.
I
Diciembre de 1030.
R a m o k P il e s L l o r e n s .
RODEL D E L M EDIO (A r g e n t in a ). — Ob
sequio de un automóvil %Chevrolet t por gracia
de María Auxiliadora. Los bienhecho
res de D. Bosco decíanle frecuentemente que
ayudando a sus Obras luego recibían con creces
los intereses de ese dinero, pues pronto no
taban níejores éxitos en sus negocios. E l hecho
se sigue repitiendo; y así el Sr. Carlos Luján
Willans representante de la casa « Chevrcdel »
en Mendoza, que desde la primera preregrinación al Santuario de María Axixiliadora en
Rodeo del Medio, ha tomado parte siempre
en esas manifestaciones de fe, declara que anual
mente está obteniendo favores especiales de la
\''irgeu, y que con su amparo ha logrado la
brillante jx>sición que ocupa su agencia.
En el mes de Mayo p. p. al retirarse del San
tuario prometía un auto para la Escuela, si
la Virgen le ayudaba en los proyectos que tenía
para el próximo mes. Obtenida la gracia, el
25 de Julio, día onomástico del Rdo. P. D i
rector, y a la vez festivad de S. Cristóbal, Pa
trono de los automovilistas, cumplió su pro
mesa donando un coche para uso de la Escuela.
Este ejemplo servirá de estímulo a muchas per
sonas favorecidas por la Virgen Santísima, que
como testimonio de gratitud no dejarán de
favorecer la Obra de D. Bosco.
B A H IA BL A N C A (A r g é n Ti n a ). — Afec
tada de un tumor al vientre, los médicos, des
pués de prolijo examen llegaron a la conclusión
de que no queílaba otro recurso que una inter
vención quirúrgica. Me encomendé entonces
con fervor a María Auxiliadora prometiendo
publicar la gracia en el Boletín Salesiano, y
en'úar una limosna para su Santuario de For
tín Mercedes, y al poco tiempo sintiéndomne
más aliviada, sometida a xm nuevo examen,
los médicos declararon que ya no era nece
saria la operación, y que me hallaba en franca
curación. Efectivamente, desde agosto m<* hallo
perfectamente curada, y hoy cumplo mi pro
mesa para mayor gloria de Dios y honra de
nuestra Madre Celestial en quien he puesto
toda m i esperanza.
N. N.
3 de Noviembre de 1930.
F O R TIN M ERCED ES (Ar g e n t in a ). — Lola
Lucero Yolde de Villar da gracias a María
Auxiliadora y envía ima limosna por una gra
cia señaladísima.
I
de Noviembre de 1930,
Dan también gracias a María Auxilia
dora y envían una limosna:
A l -ayor (España). — Un cooperador, por un
favor recibido y envía 100 ptas. de limosna.
54
A i.modovar d k l C ampo (España). — A . C.
por haber .sanado a una hija enferma del oido,
sin recurrir a la operación que los médicos
creían necesaria, y envía una limosna para el
Santuario de Turín.
grave enfermedad. — Gregorio Valdivieso Y.
por haberlo sanado de una parálisis aguda. —
Ester Valdivieso por la curación de vm sobrino
de ima picadura mortal de culebra. — Antonio
T. Macias, por haber obtenido la salud.
BuiíNOS A irks (Argentina). - - Ernestina H.
de Malhis, y Antonio Fnembuena, por gracia
recibida.
PiEDECUESTA (Colombia). — Matilde Man
tilla M ., Alberto Padraza, Trinidad Mantilla,
Ana Josefa T. vda. de Morales, Clementina
Mantilla y Lucrecia de Reyes manifiestan su
agradecimiento a María Auxiliadora por fa
vores que les dispensó y por el digno conducto
de la celadora Herminia Mantilla Pradilla
envían una limosna para las Obras y Misiones
Salesianas.
CIUDADKI.A (España). — L. P., por la cu
ración de un sobrino suyo que a consecuencia
(le un fatal caida estuvo en grave peligro, y
manda decir dos misas.
líi, C armen (Colombia). — Clotilde R. de
Echévcrri, ]x>r la curación de un hijo suyo de
una fuerte tifoidea, que padeció durante dos
ine.se.s sin (pie hubiera ya esperan/as de vida;
envía lo pesos. — Ana Julia de Millán, por
un favor extraordinario, y envía 130 pesos pa
ra su Santuario. — Bárbara T. de Velasco, por
varios favores recibidos, y en^•ía una liiu(5sna
para el Santuario de Turín.
E on Tiveros (España). — Hipólito López,
Eusebia Luengo, Wenceslao Zurdo, Feliciano
Báncz, Julia Gutiérrez y Teodora González San
tos envían una limosna en favor de las Obras
del Beato Bosco como testimonio de su gra
titud a María Auxiliadora por señalados be
neficios que les dispensó.
Los A ngelpxs (Califomia-U. S. A.). — Ade
lina y Gilberto Porras, por favores recibidos.
J aca (España). — Teresa Bayona, por hal)er curado de ima penosa enfermedad a ima
amiga.
M an abi (Ecuador). — María Ester Vera,
por haberla curado de una larga enfermedad.
— Dolores Barre de Vera, por una gracia sin
gular y envía cinco sucres. — Plácida Pinargote, por haberla protegido en un peli
groso alumbramiento que, dadas las circuns
tancias de enfeniedad en que se hallaba, pre
veía un fatal deseidace. — José Luis Baldo
mcro Hurtado ¡x>r haber recobrado la salud. —
Clara M. de Cevallos, por una gracia recibida.
—
M. de A ., jxir una gracia obtenida. —
Carnu'n R. de Haria (coojíeradora salesiana)
jxir halx'rla concedido la salud cu una grave
enfermedad, y envía 3 Sucres. - P . C. de H.
ix)r halx.'r curado a su esjxjso atacado de un
accidente mortal que le tuvo dos meses entre
la vida y la muerte.
Rosa Pilar M. de Ccvallos [un luilxT obtenido la salud de sus hijos
gravemente cnfennos. - Guillermina r í 7/ade Loor, ix>r favores recibidos. — Ma
tilde Snlmoro E. por haberla salvado de una
PORTOVIEJO (Ecuador). — Angela Rosa de
Cevallos J . por varios favores recibidos.
R odeo dee M edio . (....... ). — M . D. J. por
haber salvado a su padre de la ruina económica,
dadas las circimstancias, y manda una li
mosna para su Santuario.
S ocorro (España). — Pablo E. Velásquez,
por un favor recibido y manda celebrar una
misa.
T ecucigaepa (Honduras). — C. A. por la
curación de su papá, quien sufría por habér
sele inflamado una pierna y se temía un fatal
desenlace.
T ip l e (Colombia). — María del Rosario Her
rera de Saldaña, por haber sanado a su madre
de un grano gangrenoso que le salió en la cara,
y a su hija de un trance m uy apurado.
V era (España). — Josefa Ruiz, por haber
devuelto la salud a su padre y a una hermana,
cuando los médicos creían no había ya medio
de salvarlos. — C. C., por haber librado a un
hijo suyo de una gran (iesgracia.
R ocafuerte (Ecuador). — S. R. M. por
cuatro scñalaí^isiinas gracias, y manda aplicar
tres misas por las almas devotas de María Auxi
liadora. — Dolores B. de Vera, Guillermina I •
de Loor, Dolores G. de Huerta, Rosa Amira.
Ana María y Blanca Alvarado, Rosa Pilar Mde Cevallos, dan gracias a María Auxiliadora
y envían una limosna piara las Obras del
Beato D. Bosco. por medio de la celadora
Srita. Rosa Matilde Alcívar.
A lco y (Espxiña). •—• Trinidad Margarit per
un favor recibido. — Isabel Pastor BoUnch.'
p)or haberla curado de una enfermedad que
requería una op>eracióu urgentísima, sin qu^
esta se llevase a cabo. Agradecida enida ua®
limosna.
DD
Nuevos prodigios del Beaío Don Boscb.
El Señor sigue haciendo muchos milagros
por meilio de su Siervo el Beato Don Bosco.
El que vamos a riferir es reciente y lo tomamos
del periódico «María Ausüiatrice », .órgano del
Santuario di Valdocco.
El i8 de Junto próximo pasado, el Sr. José
Bravo y su hijita María de ocho años y medio
llegaron al Santuario para dar gracias al Beato
Don Bosco por im señalado favor.
La niña habia sido atacada de meningitis
tubercular, enfermedad gravísima e incurable
según testimonio de la ciencia. Asi lo declaró
el médico con estas precisas palabras: « No me
pregunten más cómo está la enferma, porque
su mal no tiene remedio: estamos agotando
todos los recursos de la ciencia para prolongar
la vida, pero lo cierto es que esa niña debe
morir muy pronto. Por este motivo he dispues
to que fuera trasladada a una habitación par
ticular a fin de que no haga demasiada impre
sión en los otros enfermos ».
Sin im milagro, pues, la enferma ^ ta b a per
dida. Las Hermanas de María Auxihadora in
sistían para que se pusiera toda •confianza en
el Beato Don Bosco. E l Padre de la niña hizo
voto de regalar a la iglesia las joyas de su di
funta esposa y de conducir a la enferma al
Santuario de la Auxiliadora de Tuiíu para dar
gracias al Beato Don Bosco. Entretanto co
menzó la mejoría. Su primer shitoma fué
cuando la niña se acercó a sus labios la reliquia
de Don Bosco y logró pronunciar ese nombre
después de muchos días de mutismo. Al dia
suguiente fué de nuevo a visitarla su padre,
quien con gran sorpresa al entrar vió a su hijita
sentada en el lecho. 1.^6 preguntó ansiosamente:
— ¿Cómo estás, María? — Estoy mejor, —
le contestó clara y serenamente. ¿Quien te ha
curado? — E l Beato Don Bosco. Lo he visto
entrar con las manos jmitas, rodeada su cabeza
<le un gran aro de luz, vestido de negro, con
una pequeña capita un sus espaldas — ¿Y
qué te dijo? — Esta noche a las seis te vas a
levantar *. ¡Quién podrá expresar la conmoción
del buen padre y de todo el personal del Hos
pital? ¿La niña quería levantarse, y tanto las
Hermanas como los enfermos aguardaban an
siosos lo que acontecería. Llegada la hora in
dicada dijo el padre: — María, acaban de dar
las seis. Alzóse la niña inmeditamente y se
puso a caminar y a saltar de alegría. E l padre,
temeroso de que su hija debilitada por tantos
días de avuno cayese desmayada, sentóla sobre
Sus rodillas didéndole: « María, estás cansada,
vuelve a la cama ». Pero la niña escurriéndose
echó a correr por la escalera y después de atra
vesar patios y corredores penetró en la capüla
del hospital para dar gracias a Dios y al Beato
D. Bosco. Enseguida se puso a comer de todo
sin experimentar la más leve indigestión. I,a
meningitis tubercular había desaparecido radi
calmente y en forma repentina.
Los médicos comprobaron luego la perfecta
curación de la niña declarando tratarse de mi
caso extraordinario y ajeno a la ciencia.
i8 de Junio de 1930.
PATA G O N ES (A rgentina ). — A mediados
de Marzo me hallaba entregada a mis trabajos
domésticos. En el momento en que partía leña
saltó una astilla que penetró en el maxilar
inferior a la altura de la oreja y perforando
el hueso me producía agudos dolores. Acudí
a uno de los facultativos de esta población,
quien me aplicó los rayos «X *, y. no recono
ciendo cosa alguna, atribuj’ó los dolores al golpe
y dijo que pasarían poco a poco con la apli
cación de una pomada que me recetó. A pesar
de mis cuidados, los dolores no cesaban, y
noté que comenzaba la supuración y los do
lores eran tales que m e producían fiebre y me
impedían masticar, de modo que me veía pri
vada de ahmentarme suficientemente. Como
el mal progresaba, determiné trasladarme a
Buenos-Aires donde ingresé en el Hospital.
Allí me aplicaron nuevamente los rayos «X »,
pero sin resultado, por lo que se hniitaron a
hacerme lavajes con agua oxigenada para curar
la herida. Pasaban los dias y nada detenniuaban. Consulté entonces con el Dr. de sala
y me dijo que tuviera paciencia, que curaría
paulathiatpente, pues mi m al era hereditario.
Viendo que los médicos no reconocían mi mal,
acudí con fe al Beato Don Bosco mediante
ima fervorosa novena comenzada también por
los míos y por las R. R Hennana? de Patagones.
En ese mismo día el paracticante, al curarme,
vió que de la herida salía un pahto redondo
sin auxilio de los instrumentos quinirgicos.
Como el Dr. de sala habia declarado que mi
mal era hereditario, quedó no poco asombrado
al ver la astilla que tenía entre sus dedos. Desde
este momento no experimenté ya dolor alguno,
desapareció la fiebre y me sentí completamente
sana. Atribuyo mi curación a la poflerosa in
tercesión del B. Don Bosco a quien me había
encomendado. Cumplo con la promesa hecha
de publicar la gracia en el Boletín Salesiano
y envío seis pesos de limosna.
L ucia T. d e G usmeroll .
QUITO (E cuador ). — Una gracia señala
dísima del Beato Don Bosco. — En juho de
1930 m i hijo de nueve meses de edad, Roberto
l
s6
Ulpiano, cayó gravemente enfermo con erisipe
la fUctinular, que comenzándole en el rostro
se extendió luego a la cabeza y a todo el resto
'del cuerjx). híusta los pies. E l caso se miraba
como absolutamente perdido pues en edad
tan tierna, íiseguran los médicos que una eri
sipela general y de la calidad especialmente
grave que se conoce con el nombre de flictinular, es siempre mortal. La temperatura del
enfermo llegó a subir hasta cuarenta y un grados
y nueve décimas, haciendo esto el caso aún más
desesiHírado. En tan amargo trance comenzamos
con mi esposa una novena al Beato Don Bosco,
hicimos dar la bendición de María Auxiliadora
al enfennito y aplicamos con gran fe una me
dalla y reliquia del Beato. E l jueves, 24, de
la semana que comenzamos la novena, el en
fermo se pviso de más cuidado: no tomaba me
dicina. comenzaba a fallarle el corazón, el vien
tre estaba meteorizado; la situación era deses
perada y el niño no daba señales de vida. Re
cordando que al día siguiente era viernes, con
sagrado al Sdo. Corazón de Jesús, resolvimos
hacer a las doce de la noche la hora santa ro
gando al Corazón de Jesús por intercesión del
Beato Don Bosco, jx>r nuestro único hijo cuya
próxima muerte ñas llenaba del más profmido
e inconsolable dolor.
Habíamos acabado de rezar la hora santa
y la novena del Beato cuando, loh prodigio! al
entrar en la estancia donde estaba el niñito,
antes inconsciente, encontramos que tendiendo
sus manos a la reliquia del Beato que se hallaba
junto a él. la había tomado y la tenia consigo
sin querer desprenderse de ella. A l propio tiempo
habia bajado notablemente la temperatura; el
vientre no estaba meteorizado y el corazón
funcionaba nonnahnente. Apenas podíamos dar
créilito a lo que veíamos. E l que momentos
antes se hallaba en agonía daba ahora signos
inequívocos de volver a la vida. Desde ese ins
tante fué conmenzando una lenta mejoría hasta
que el niño quedó completamente sano.
Sirva la sencilla relación de este caso au
téntico para encender en las almas la devoción
al Beato Don Basco y ni Sdo. Corazón de Jesús
de que tan amante fué el Beato y ojalá esta
gracia puede contribuir para que se apresure
el dia en que los creyentes veamos al Beato
aíireolado ya con el título de Santo.
Gustoso publico este testimonio y, con mi
esposa e hijo salvado da la muerte, remitiré
pnmto una limosna ixira la cmiouizacióir de
Don Bosix).
10 {/<• Novicntbrc de 1930.
J. ROBIvRTO P akz .
M.AXILA ^Isi..\s l'iuriNAS). -- E l 14 de se
tiembre encontrándose mi querida madre gra
vemente enferma de una neumonía, con cua
renta gratlos, espcctoraudo sangre (carnteris-
tica de tal enfermedad) y con fuertes dolores
en el costado, y habiéndome asegurado los doc
tores Aguilar y López que la enferma se en
contraba grave, acudí a María Auxihadora, mi
amantissima Reina y Madre, rogándola que
por los méritos de su siervo el Beato Juan
Bosco concediera la salud a m i mamá, prome
tiéndole que lo publicaría para que ello sir
viera para su Canonización. Coloqué ai pecho
de la enferma una de las medallitas tocadas
al cuerpo de Don Bosco, y la estampita de la
urna que contiene sus restos.
Hasta eso de la madrugada del referido dia,
14 de setiembre, mauiá estuvo m uy mal; pero
después empezó a desaparecer todo, y al ama
necer del dia 15 no tenía nada, como por en
canto; eso sí, la habia quedado como demastración palpable de lo mal que habia estado,
ima flojedad grande y una visible palidez. El
Dr. Aguilar me dijo que era verdaderamente
un milagro, y como tal lo atestiguo en esta
m i carta habiéndolo asi prometido yo misma
a cuantas personas lo he relatado.
21 de Octubre de 1930.
P a u la V arela d e F abres .
Maniñesían también su gratitud al B^aío:
E l Carm en (Colombia). — Bárbara T. de
Velasco, por un favor recibido, y envía ima
limosna para los huerfanitos de D. Bosco.
M an abi (Ecuador). — Antonio Maclas, por
favores recibidos y envía ima Hmosna y im
ex-votf».
Mercedes (Argentina). — Mariana Ibárraz, por un señalado favor, y envía una li
mosna para las Misiones Salesianas. — María
A. Casarstto, por haber mejorado a su madre
de unos fuertes ataques y a una hennanita
enferma, y envía diez pesos en favor de las
vocaciones salesianas.
M on TE\^EO (Uruguay). — Orfilia Bevgoeshea, por haberla solucionado im asimto de
familia que a causa de los desórdenes de lui
mienibro de ella, amenazaba con grandes males
a muchos.
S an A ngel ^Méjico). — G. S. C., por haber
hecho desaparecer hondas aflicciones de que
hacía tiempo estaba rodeada, y encarga una
misa y entra en la Arcliicofradía de María
Auxiliadora.
B etijoquk (Venezuela). — Mariana P. de
.'írJoHa, Ana Brígida M. de Matheus y Mana
Olmos G., dan gracias y envían ofertas por gra
cias recibidas.
B uenos A ires (Ai^entina). — A. R. P.. por
varios favores recibidos.
57
POR EL MUNDO SALES ¡ANO
AREQUIPA (Perú) — F ie s fa d e C r is to R e y
en e l C o le g io D o n B o s c o .
Los socios del círculo Misionero «Don C.
Santinelli» han desplegado sus mejores ener
gías para solemnizar de la manera más digna
esta simpática festividad. L a iglesia se presentó
revestida de sus mejores galas con gran de
rroche de luces y flores que le daban un im
ponente aspecto.
La Misa de Comunidad fue celebrada por
el Rdo. P. Catequista con asistensia de nume
roso clero; durante ella se cantaron escogidos
motetes y alabanzas a Cristo Rey. A la Misa
solemne asistieron-muchos fieles, casi todos los
alumnos del Externado, y un núcleo conside
rable del Oratorio Festivo. E l Rdo. Padre Ma
teos (S. J.) ensalzó las grandes bondades que
encierra el deífico Corazón de Jesús, al mismo
tianpo que con imponderable maestría pintó
muy al vivo ante el numeroso auditorio juvenil
(que absorto pendía de sus labios) todas las
ingratitudes, todas la abominaciones, todas las
profanaciones con que se ultraja de continuó en
ciertas reuniones secretas en donde se escupe,
se pisotea y se abofetea la imagen de J esuscristo.
A las tres, p. m. tuvo lugar la velada m i
sionera. Numerosas personas realzaron con su
presencia el acto. Hubo discursos, poesías y
diálogos sobre las Misiones. Todos los nú
meros del programa se desarrollaron correcta
mente ; sobre todo el drama misional cosechó
muchos y prolongados aplausos. Puso broche
de oro a esta significativa función el cuadro
alegórico de las Misiones, cuya sugestiva y gra
tísima impresión ponderaron mucho todos los
concurrentes.
ASTUDILLO (España) — U n a d e s p e d id a .
Era el 24 de Agosto, fecha memorable, que
tm se borrará tan fácilmente de la mente de
nuestros aspirantes.
Por tercera vez, desde que existe este colegio
de misiones, se despide a un grupo de valientes
jóvenes que habían terminado su primera
prueba e iban al no\iciado central de futuros
misioneros o a la escuela de Artes y Oficios
que han abierto nuestros Superiores en Turín
dotándola con todos los adelantos modernos
pnra formar maestros competentes de artes y
®fiaos para nuestras misiones.
En toda la casa se notaba algo extraordinario.
Todo era movimiento y preparativos. Se parela agitación en que vive una colmena la
*®*úana en que va a salir un enjambre.
Y no era de extrañar; ¿no era, por A-entura,
un enjambre de nuevos aspirantes que ofrtH'ía
España, la siempre generosa, hidalga y misio
nera patria de San Francisco JuA-ier. a las
misiones salesianas? Ix»s doce escogidos (si bien
a Italia marcliaban sólo diez, pues dos hacen
su noviciado en España) pueden representar
m uy bien a toda la nación, pues los liaA* de
Falencia, de Burgos, de Na\'arra, de Lérida,
de Valencia y Málaga. En el Sur y en el Norte,
en el Centro y en el Oriente, se ha escogido
la Virgen sus hijos que un día han de ser los
heraldos de la Buena Nueva, y ellos llevarán
juntamente con la luz de la fe el nombre de
España misionera por el mundo salesiano.
Era, pues, m uy natural que las fmiciones
religiosas de aquel día revistieran una solem
nidad especial, tanto más que se trataba del
día 24, conmemoración de María Auxiliadora.
¡Con qué ferA^or habrán pedido aquellos buenos
aspirantes por última A’ez, al pie de aquel altar,
donde tantas luces y gracias habían recibido
durante su estancia en esta dichosa casa! ¡Qué
de gracias no habrán dado a nuestra buena
Madre María Auxiliadora, por haberlos acer
cado un paso más a la realización de su noble
ideal!
Estos fueron los sentimientos que exterio
rizaron después, de sobremesa en el comedor,
y su alegría y decisión sirvió admirablemente
para fortalecer cada vez más el ideal misionero
en el corazón de sus compañeros.
Llegó la noche, la última que debían pasar
en Astudillo. Mil sentimientos dÍA-ersos de ale
gría y esperanza, de dolor de despedida y de
entusiasmo embargaron .sus pechos; la imagi
nación y el cerebro de uno.s y otros revoh-ería
mil y mil ideas antes de que<lar donnidos, tanto
más que todos los que quedaban querían des
pedirlos antes de ton:ar el tren, aunque habían
de recorrer muchos hilómetros. A las cuatro
de la mañana se puso en marcha la alegre ca
ravana.
L a hermosa bó\*eda azul del limpio cielo de
Castilla que nos cubría, el fresco rocío que re
generaba las plantas, el dulce trinar de mil
pajarillos y aun la suave brisa de la mañana
contribuían a acrecentar más aún la franca
alegría que inundaba los pechos de unos y
otros al ver que tantos compañeros podían dar
un paso más h ada la realización de su sublime
vocadón.
Verdad que una gota de acíbar se mezclaba
con tanta alegría ante el pensamiento de la
pronta separadón, que había de alejar a com-
r
58
pañeros queridos de hermanos con quienes se
vivía una misma vida, con quienes se hicieron
los mismos estudios persiguiendo un mismo fin.
Pero pronto se disipaba tan triste nota, ante
el pensamiento de que al año, otro nuevo grupo
seguiría al que marchaba y serviría de lazo de
unión entre los que partían y los que quedaban
j)nra más tarde. Unos recuerdos traían otros, y
así se recordaron de los que fueron el año pa
sado, y para ellos se encargaban mil saludos
y recomendaciones.
Así se iban encaminando hacia la estación
y cada uno de los qite marchaban formaba
como un centro, alrededor del cual se juntaban
todos los de su región y muchos otros amigos
l)ara cajubiar las tiltimas impresiones. Mil ideas
«liferentes bullían en las inteligencias juveniles
y .se exteriorizaban en otras tantas pregxmtas
y encargos.
Mucho antes de lo pensado, se llegó a Quin
tana; nos reunimos en la iglesia del pueblo,
donde nuestro muy amado Sr. Director nos dijo
la íiltima misa antes de partir, que se escuchó
con gran fervor, a pesar de la larga caminata.
Después, un frugal de.sayimo y a la estación.
Allí se acentuó más la nota de desiJedida.
Baeoos Aíres (Argenfina). — Discarso del ex-alomno
Teniente Coronel D. Antonio Ambursos.
Bueno« Aires (Arg.) — El alamno Osvaldo Prego
saluta el S r. Mioistro en nombre de sos compaReros.
Todos rodeaban a los que marchaban, acompa
ñados del Sr. Director y de un clérigo italiano
que por tantos años se sacrificó en favor de
nuestros aspirantes. Iba a continuar sus estu
dios teológicos y fué por lo mismo objeto de
especial cariño y gratitud.Finalmente entra en agujas el tren que los
llevaría. Un último abrazo... un último « adiós»
... y nuestros generosos jóvenes suben al coche
para dejar a sus compañeros, a sus familias...,
su Patria... para sacrificarse y trabajar por la
más subhme de las causas: la evangelizadóo
del mundo...
Partió el tren y nos dejó a todos con una
mezcla de dolor y alegría, de entusiasmo y es
peranza, que no cabiendo en los pechos juve
niles se exteriorizó en un hennoso canto de
despedida, mientras se sigue saludando con
manos y gorras a los que se van...
Luego se piensa en la vuelta con una reso
lución más decidida que mmea para seguir la
estela luminosa abierta por los compañeros que
marcharon, aimque hubiere de costar cualquier
sacrificio; pues lo sublime del ideal presta
fuerza para todo tratándose de colaborar con
Jesucristo por la salvación de las almas en el
campo de las misiones.
59
BUENOS-AIRES (Argentina) —
C o n c u rs o
gimnásfico de lo s C o le g io s S a le sia n o s.
Ante un selecto y numeroso público, que lle
naba los amplios patios del Colegio León X III
artísticamente engalanado con banderas y ga
llardetes argentinos, se realizó el anunciado
concurso gimnástico de las Obras de Don
Sosco en la capital.
Presidió el acto el Ministro de Guerra de la
nación, general Francisco Medina rodeado de
tinguidos profesores de gimnasia y esgrima, pre
sididos por el Mayor Horacio Revenes, Insspector de gimnasia y esgrima del ejército, pro
clamó el siguiente orden de mérito: Primero:
Colegio y Oratorio San Francisco de Saltó; se
gundo: Colegio León X III; tercero: Colegio
Santa Isabel y San Isidro; cuarto: San Juan
Evangelista; quinto: Santa Catalina; sexto: Don
Bosco; séptimo: Colegio San Antonio.
A l entregar los trofeos, el Ministro de la
guerra habló ponderando la obra grande que
Baenos Aires: 1) Las ecnadras durante la ejecución del Himno Nacional — 2) La escuadra del Colegio
“Santa Isabel San Isidro”, durante los ejercicios de varita — 3) La escuadra del Colegio "P ió IX ”
4) El Jasado del Concurso — Presideule: Mayor Levene Hosacio D.
alt-X5 autoridades militares y civiles, de la Comuión Central de damas Cooperadoras y dis
tinguidos caballeros de nuestra sociedad.
El programa fué cumplido en todas sus par
tes. El Director de la Elscuela de mecánicos
del í:j.'relio Tte. Coronel Abruzzo, en im elo<^"cnte discurso, presentó el acto y puso de
relieve su importancia educativa y patriótica.
El Xiño Osvaldo Prego saludó a las autori•i-dcs en nombre de sus comp>añeros. L a corredón. elegancia, energía y enriisiasmo con
rjne actuaron las eSCTjadras concursantes fue
ron rejjetidamente p>reniiadas con prolongados
aplausos. E l Jurado, compuesto por varios dis
li
desarrolla en nuestra patria la Institución SaItóiana; exhortó a los alumnos a ser deles a
las enseñanzas recibidas, augurando nuevos
días de gloria para la patria que contempla
en ellos ima valiente legión de fieles senadores.
L a vibrante alocución del General Medina
fué larga y calurosamente aplaudida. Alegres
marchas finalizaron el acto, retirándose la con
currencia gratamente impresionada.
CORRIENTES — F ie s ía s d e S . L u is G on zaga .
Con grande entusiasmo y fervor celebróse
este año en el colegio salesiano la fiesta infantil
dedicada ai Patrono de la juventud, San Luis
6o
Gonzaga. E l colegio, repleto de bote en bote
por una multitud inesperada de 1400 niños,
ofreció ui:a nota simpática y emocionante.
Asistieron devotamente a los oficios religiosos,
alegrados con sus cantos y oraciones y con las
notas vibrantes de una numerosa orquesta,
orgullo del centro de Antiguos Alumnos de
D. Bosco.
Caljc destacar cómo en el breve espacio de
su actuación entre nosotros, han logrado los
beneméritos hijos de Doir Bosco entrar hondíunente en el ambiente de nuestra sociedad,
impulsando en todo sentido el progreso cul
tural y artístico de nuestros hijos.
L a banda Popular puso una nota más de
entusiasmo alegrar, lo a los chicos con sus mar
chas y sinfonías. Se sirvió un sabroso cho
colate a los numerosos comulgantes y luego
hubo reparto de golosinas y juguetes, finali
zando con los juegos, carreras y partidos de
fútbol y banderitas, premiando a los vence
dores.
h'ueron rifados numerosos premios, entre
otros un argentino de oro que tocó al N.° 683,
y una libra esterlina, al N.® 289.
E l día deslizóse en una iniutemunpida ale
gría. saturado el mnbiente de la algazara carac
terística de corazoncitos heiicliidos de felicidad.
Merecen una pahmra de encomio los inicia
dores y dirigentes de obra tan filantrópica
como asimismo los desinteresados amigos y
cooperadores de la misma que hicieron brillar
la sonrisa en labios mfajitiles quizás olvidados
de ella...
¡Así he hace obra patriótica, con pocas pa
labras pero con grandes hechos!
LA P A Z (Dolivia) — A m o r y g r a fifu d .
Con estas palabras se puede definir la her
mosa fiesta con que se celebró el día del co
legio, en medio de una alegría desbordante y
animada jx)r la más sincera fraternidad, cuyo
recuerdo no se borrará tan pronto de la mente
y del corazón de los concurrentes.
Desde las primeras horas del día principió
a notarse una inusitada animación en los claus
tros del colegio. Los almnnas estahmi ansiosos
de la fiesta que iba a iniciarse, y los exaluninos
de.seasos de que saliera a jx^lir de boca, como
realmente resultó. Algunos de éstos comulgaron
y otros asistieron a la santa Misa.
ha misa solemne revistió toda la ixjmpa de las
grandes fiestas; hubo excelente música y senuón
del P. Pesce, quien, siendo conciso, no dejó
de ser oportuno y eficaz. La concurrencia es
tuvo tmtrida y las alumnos de ayvr se jun
taron con los de hoy j)ara alcanzar las bendi
ciones tle! Cielo sobra la Patria Boliviana for
mando un solo corazón a los pies de María
Auxiliadora, madre común y tieniísima.
Los patios ofrecían un aspecto de agrada
bilísimo regocijo, en que se agitaban niños tier
nos y lampiños junto a hombres maduros v
barbudos; cabecitas con el pelo ensortijado y
cabezas con un poco de nieve de los años; jó
venes ágiles como ardillas y adultos cargados
con todos los años, que recuerdan los treinta
y cinco de la fundación del colegio.
Del patio al comedor, y allí se da comienzo
al ágape tradicional, en un ambiente saturado
de la más intensa expansión, y mientras se
cruzan los brindis en el salón, fuera del mismo
los acordes de la banda y la bulla de los alum
nos acrecentaban por momentos el alborozo,
que culminaba con vítores a D. Bosco. a la
Congregación y a los superiores presentes y
ausentes. Entre los comensales había alirmnos
de varias nacionalidades y de todos los gre
mios sociales: militares, sacerdotes, abogados,
comerciantesy obreros. Sin embargo, el centro
o cl alma de la fiesta fué la inauguración del
bellísimo busto de D. Bosco de cemento ar
mado, modelado con arte y amor por el esalumno boliviano, profesor Urías Rodríguez,
quien dedicó a dicha obra todo el tiempo dis
ponible. Tiene un gran parecido con el ori
ginal y nos da un D. Bosco como debe ser y
como fué: amabilísimo.
Presidió el acto el Exm o. Sr. Nuncio. El señor
Ministro de Italia estaba acompañado de un
selecto grupo de la colonia italiana. Fué padrino
el señor coronel Vargas Bozo, prefecto del de
partamento. L a V'^isitadorada las Hijas de María
Auxiliadora, se hallaba presente con \ arias
Hermanas y las internas de la Casa Miranda.
A l caer la tela que cubría el busto, nuestro
Padre y Fundador fué saludado entusiástica
mente por músicos y cantores, por la voz ar
gentina de un alumno, por la voz vibrante
de un ex-alumno y por una sentida alocución
del Director del Colegio.
Don Bosco parecía contemplamos a todos
con paternal cariño y como decimos: Ivstoy
complacido y os bendigo cual padre v amigo
vuestro bondadosísimo.
Después de tomado un grupo fotográfico, en
cuyo fondo destaca la dulce efigie de D. Bosco
los ex-alumnos y los asistentes al acto se reu
nieron nuevamente en una especie de asamblea,
en donde .se volvió a brindar y tomó la palabra
el Señor Nuncio, para hacer un paralelo entre
Lenín y D. Bosco, m uy edificante e instuctivo.
Habló el señor Prefecto del departamento, y
lo hizo como militar católico, juntando la re
ligión y la patria, la espada y la cruz, el
valor y la moral.
Nada diremos de la velada músico-literaria,
y nos cabe la satisfacción de poder afinnar que
el día del colegio o del ex-alumno, resultó este
año regio y fué un verdadero derroche de ma*
nifestaciones de amor y de gratitud para con
la Congregación Salesiana.
6i
Corneóles (Argeolina). — Cooperadores y Ex-alumnos del Colegio Salesiano.
La P a z (Bolivia). — G rap o de Aofigoos Alomnos.
62
VICTORIA (Arg.;. — P ie s íá d e l E s fu d ia n íe .
I^s actos organizados por el Centro de «Años
Nacionales », patrocinados por la Liga de Pa<lres de Pamilia, la asociación de Ex-alumnos y
la Comisión de Damas Protectoras, alcanzaron
proporciones de gran solemnidad.
Fueron padrinos de la fiesta el Sr. Félix de
Dimogent, la Sra. Teresa C. de Dimogent y
la Sra. Blanca C. Curutche, quienes obsequia
ron generosaniente lui rico ])alio que se estrenó
en la procesión eucarística realizada en el día.
Por la mañana, a las ocho celebró la Misa
de Comunión General el novel sacerdote Dr.
Horacio Joveiie ex-aluinno de este colegio,
quien ofició ademas como celebrante en la pro
cesión eucarística (¡ue se realizó por los patios
del mismo, al concluirse la Sta. Misa. Una
fervoro.sa comunión general de ex-alnmnos,
juventud ardorosa, ávida de eutreteuimientcs
y actividades físicas.
Dióse término a un campeonato interno de
foot-ball en el que resultó vencedor el cuadro
integrado por los alumnos del segundo año
nacional « B ». Representates del Centro Universitario condecoraron con once medallas de
plata, obsequio del Sr. César Villegas, a los
campeones. Cinco medallas igualmente de plata
obseqmo de la casa <i Dollar » fueron disputa
das por los equipos de basquet-ball integrado
por los Sr. Eduardo Vidat, Mario Cionatti,
José M. del Campo, Fortunato Amiranto, y
José Corvo, alumnos del Colegio San Francisco
de Sales y por los Sres. Roberto Portal .Juan
Pasquet, Eugenio Panela, Mario Fissati y
Jorge Martín alumnos del Colegio «Pió XI*
de Artes y Oficios, venciendo el primer eq\üpo
Victoria (Argentina). — Colegio San Francisco de Sales:
Procesión Eucaristica por los patios de! Oratorio — Los Padrinos de la Fiesta "E l dia del Estodiante .
alumnos y oratorianos, a quienes se unió la
Liga de Padres de Familia, formó el acto prin
cipal de la jomada.
Un grupo de alumnos del Conservatorio Mu
nicipal Argentino amenizó las actos religiosos
con música escogida y acompañó los distintos
cánticos ejecutados jx^r la multitud estudiosa,
que llenaba nuestra iglesia.
A las nueve y media reunidos los * Años N a
cionales * y el Centro Universalario en el sa
lón-comedor, celebraron, después del desaj*uuo
la Asamblea General, donde lucieron riso de
la palabara los Sres. Bartolomé Lastretto.
Juan B. P<xlcstá y Amadeo 1’ . Bnrouse.
La Asociación de Ex-nlumnos jóvenes, presiiliila jx>r el Rdo. P. Alfonso Tavani, director
de isto establecimiento, tuvo su reunión en
el sakxi ile actos ilonde el Profesor Amadeo
P. Barousc pintó con elocuentes palabras los
ideales y la obra ile la Asociación.
l ’ n nutrido programa deportivo preparado
de antemano por la Comisión del Centro v -Anos
Nacionales ‘ entretuvo durante el día a la
Por la tarde disputóse entre los colegios ya
citados, una artística copa, obsequio de la Di
rección del Colegio « Pió X I * y cinco medallas
donación de la casa «D ollar», a i lui campeonato
de tiro. El alumno Teodoro Garay del colegio
San Francisco de Sales, obtuyo el mejor cartón
de la serie con 48 puntos sobre .so. El resul
tado del campeonato fué favorable para el
equipo integrado por los alumnos Edgardo Merese, Teodoro Garay, Ricardo Speratti, En
rique Ortiz de Guinea y Eduardo Bidart, dd
Colegio San Francisco de Sales.
^
Tenninó la jom ada con una fimción teatra.
en la que el Cuadro de Ex-alumnos presento
la comedia titulada, « Testamdo había de ser »•
M AGALLANES (Chile) — Ecos del Prin^
C o n g re s o E u c a rís íic o d e lo s Colegios 5ffle sia n o s de la In s p e c to ría d e San M ig ^d
en a d h e s ió n a la e n c íc lic a d e l Papa sobi*
la e d u ca ció n d e la ju v e n tu d .
En las apartadas regiones mag.^llánicas, nz^tadas por los vientos y los hielos, resonó w
lugnsta voz del Vicario de Jesucristo q\ie pro
pone los sacramentos como fuerza salvadora,
como fortificante del corazón del niño comhntüo por las engañosas apariencias del mundo;
y al eco de esa voz, para aumentar la devoción
al más grande de los sacramentos, los SalesiaB05 fieles al espíritu de_ Don Bosco, amante
del Papa e insigne propagador de la Eucaristía
han iniciado por medio del Rdmo. P. Juan Alijjerti, su Inspector, un Congreso Eucarístico
Juvenil.
Se llevó a efecto el Congreso los dias i6, 17,
18 y 19 de octubre del pasado año, en el Ins
tituto I Don Bosco » de Magallanes. Conc^.rrieron al Congreso delegaciones de casi todas 1í s
casasSalesianas de la Inspectoría. Se estudiaron
enanco sesiones las propuestas de las distintas
compañías de los colegios, y se liicieron otras
nuevas, todas reveladoras de que el corazón
de los niños magalláiricos produce flores de
aroma delicado. Se pusieron en escena di
versos draniitas relacionados casi todos con la
Eucaristía: San Tarsicio, San Dominguito de
Valí; Jfisionero Redentor y el célebre cuadro
ILuzbel •).
El primer día del Congreso, en la obscuridad
de la noche, se desarroló por las calles de la
dudad una original procesión con la estatua
deSan Tarsicio moribundo dentro de ima urna
orcundado de un grupo alegórico de mártires
y de más de doscientas antorchas que agita
ban en el aire los jóvenes pletóricos de entu
siasmo.
Se clausuró el congreso el domingo 19 de
octubre con solemnes festejos. Por la mañana
ofició un solemne pontifical el linio. Mons. Ar
turo Jara, Vicario Apostólico de Magallanes.
Más de cuatrocientas voces juveniles cantaron
l» Misa de « Angelis s.
Por la tarde una solemne procesión encarísDca, simpática por el enorme concurso de niño.s,
trimifalmente por la calles de la ciudad.
Ccc grande afluencia de gente se desarrolló el
oltiaio acto del Congreso, al anochecer; la so\'elada. E l Teatro era un mar de cabezas.
Pkaiente pregonero de los sufrimientos de los
Misioneros fué el drama «A orillas del Rio
• h u í y alegró a la concurrencia la zarzuela
•Almas en p>ena *. Se exultaron mas de mil co®uiiiones de niños en los cuatro días del ConF®o. Se han recibido adhesiones al Congreso
Nuncio Apostólico en Chile, de los Arzobispc«de Santiago y de Buenos-Aires, de Prelados
« Inspectores Salesianos y del Presidente de
“ República Chilena Exemo. Sr. Don Carlos
llán^z clcl Campo.
P-1 Comité estudió con ahínco en los días
®
3iisecutivos cómo traducir a la realidad 1¡-.?impuestas para que por mucho tiempo en M;>Jesús sea circimdado de multidud de
“>tazones juveniles.
N E C R O L O G IA
E l Rdo. P. Jacinto Alegre, S. J. muerto en
Barcelona el 10 de Diciembre de 1930.
Ha causado vivo y profundo sentimiento el
falleciinieuto del Rdo. P. Jacinto Alegre. S. J.
acaecido el día 10 de diciembre iiltimo en Bar
celona, en donde el llorado religioso era muv
conocido y estimado.
Nacido eii Tarrasa el día 24 de diciembre
del 1874, fué bautizado cu la iglesia del Santo
Espíritu. Cursó sus primeros estudios en el Real
Colegio de Tarrasa (actualmente de las «Ecuelas Pías ». En el año 1892, cuando contaba
18 de edad, ingre-só en el Noviciado de la Com
pañía en Santa María de Veruela (provincia
de Zaragoza), donde cursó los estudios de Letras
humanas y Filosofía; practicó los primeros
votos y fué trasladado a Valencia donde pasó
un año, viniendo después a Barcelona donde
ha residido 30 años, interrumpidos por cuatro
años que pasó en Tortosa haciendo los estudios
superiores de Telogía y donde cantó su primara
misa, y en la Santa Cueva de Manresa cimicplió su tercera probación.
Las actividades apostóUcas del P. Alegría en
nuestra ciudad han sido múltiples y fecundas
todas ellas marcadas con el sello de un celo
vivísimo de y una humildad ejemplarísima.
Era el alma de casi todas las instituciones
católicas de beneficiencia de esta capital y era
ya conocido con el nombre de padre de los
pobres. Son innumerables las familias que han
sido socorridas por su inagotable caridad, la
cual se extendía a la eficaz protección a las
parroquias pobres y a las iglesias en constru
cción.
Visitaba, además, semanalmcnte todos los.
hospitales de Barcelona, donde era amado fer
vorosamente por los dohentes enfennos.
De familia m uy acomodada estaba animado
de un gran espíritu de pobreza que se traslucía
en su ajuar y vestidos.
Los humildes, los menesterosos y los enfermos
eran las niñas de sus ojos; su sonriente mansendumbre era para los poderosos llave poderosa
que les abría el corazón a la caridad. Otra de
sus actividades de apwstol incansable era la
cura de almas, especialmente entre la juventud.
Son muchos los jóvenes que lloran hoy la pér
dida del padre espiritual que sabía guiarles
por los arduos caminos de la perfección. Su
consejo siempre seguro de dulzura exquisita,
lleno de todas las compresiones, era el báculo-
64
de apoyo buscado por multitud de jóvenes en
el azaroso vivir actual.
Kl P. Alegre deja escritas dos obras con
las cuales buscó mostrar dos vidas ejemplares:
la de Da. Dorotea de Cliopitea y la del P. Luis
I'iter. S. J. La caridad y el apostolado llevados
a su grado heroico; las dos grandes actividades
del P. Alegre.
Avido de mover por el ejemplo, fué el P.
Alegre quien activó los tral)ajos para conseguir
se iniciara el proces.so ordinario infonnativo
para determinar la heroicidad de las virtudes
de Da, Dorotea de Chopitea, proceso que se
halla terminado.
Durante los días que pasó entre nosotros
en esta Casa-Madre de los Salesianos, pudimos
admirar su celo, piedad y extraordinaria ca
ridad.
Breves días ha durado la enfermedad del
ilustre Jesuíta. Contra la opinión de los mé
dicos, desde los primeros momentos afinnó que
era su última eníennedad.
Murió.en miércoles, día dedicado a San José,
cosa (|ue había anhelado siempre.
Tuvo una muerte placidísima, después de
un sufrimiento enonne, confortando a los fami
liares y congregantes que le rodeaban en aquel
trance.
Durante el día lo, la capilla ardiente lia sido
visitada constantemente. Muchos pobres, mucha
gente humilde y muchos jóvenes han llorado
y orado fervorosamente ante él.
Poco antes de morir, el P. Alegre recibió
la visita del Ilustrísimo Sr. Obispo Dr. Irurita.
Descanse en el Señor el ilustre y humilde hijo
de San Ignacio.
A sus familiares y a la Compañía de Jesús
ofrecemos el testimonio de nuestra viva con
dolencia, mientras rogamos a nuestros Coope
radores y a todos nuestros lectores nos acom
pañen en nuestras preces por el ahna del vir
tuoso religioso-fallecido.
zaro Grilli. — Cooperador constante y devoto
filial de María Auxiliadora, a él se debe la llegada
da los Salesianos a esta ciudad, y qug
parroquia poseyera una estatua de María Auxi
liadora y estuviera establecida la Asodadwi
de Cooperadores Salesianos. E l Beato D. Bosco
de quien D. Lázaro era tan devoto, lo habrá
presentado al Dios de las Misericordias. —
D. Juan Recalde. — Padre de numerosa y cris
tiana familia, cooperador insigne de nuestras
obras, dejó de existir después de larga enfer
medad, confortado con los Santos Sacramentos.
Siempre ayudó a las obras salesianas y por
eso hizo acreedor a nuestra estima y al truibuto de nuestras oraciones. Dios recompense
sus buenas obras.
Recordad en vuestros sufragios a:
V era (Almería - España). — Julia Cruzado
de Ruiz.
ClUDADELA (España). — Da. Magdalena Anglada Lluch.
Mahon (España). — Da. Juana CU Monjo.
G erona (España). — Da. Rosa Puig. — Da.
Consuelo Casademont y Busquéis. — D. Ramón
Llapart.
A lican te (España). — Da. Angeles Dupuy
Botella. — Da. Bienvenida López Seriña.
B.arcelona (España). — E l 6 de Diciembre
falleció el Iltre. Sr. D. Manuel Borrás y d¿
Palau Abogado y Notario del Ilustre Colegio
de Abogados de Barcelona.
R. I. P.
P or nuestros difuntos.
Cooperadores Sa/esianos difuntos:
S alto (Uruguay). — D. Bernabé Mendoza.
De antigua prosapia, fué uno de los primeros
amigíis y admiradores de la Obra Salesiana,
apenas llegados las lújiw <le D. Bosco a esta
ciudad, y a ella prestó en to<lo tiempo su a{x>yo
tan virtuoso bienhechor. — Da. Bernarda
Orihuela de Silva. — Miró con cariño todas
nuestras obras y a ellas prestaba su ayuda
con cariño de madre. K 1 Señor la tenga en su
gloria. — Da. Josefa Arra^uel. — lira la mujer
fuerta del Kvangelio y la madre do los pobres
y ile los necesitados. Ayudaba con amor ta la s
las manifestaciones de la Obra del Beato D.
Basco y sentía esp>ecial predilección y admi
ración por el Oratorio Festivo. En su muerte
recogió visible fruto de bondades. — D. Lá
Seria de desear que a la muerte de un cooptrador o cooperadora, la familia o algún amtg^'
«05 enviara el nombre dcl finado para inserterU
en el número más próximo del Boletín. Pens(n>of
en las innumerables ventajas que resultarían
dichas almas, con las oraciottes, comuniones y
misas qxu se aplican en todos los lugares donde
existe una iglesia salesiana o una Asociació»
de Cooperadores Salesianos.
C o a m p r o b ttíó a d e la a m fo rid a d e c le a i é s f i t * '
Gerenlc: O . O O .W EN IC O G A R N ER I.
Eslablecnalenlo Típ. de la Sociedad Edilora latenacioaal C a r a o R egim a M a r g h e r lla . t T i .
J
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Fecha
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1931.02