BS_1930_07

Ficha

Título
BS_1930_07
Descripción
Boletín Salesiano. Julio 1930
extracted text
Año XLV - N. 7.

Julio, 1930.

BOLETÍN SALESIANO
REVISTA DE L A S O B R A S DE D O N B O S C O
D e la Cruzada M isionera.

LA P Á G IN A DE O R O
desfinada a registrar los nombres de las £ e c a s

Misioneras

que se van formando

para responder al llamamiento del Sucesor de D on &osco. H e aquí la

in * SERIE.

99. Beca María Auxiliadora (22*)
fundada por varias personas piadosas de
Finale Ligure.
100. Beca San José (4*)
que por medio de Mons. Ernesto Coppo,
y como homenaje a S. José han fun­
dado varios devotos.
1* Beca Municipio de Pamparafo,
ofrecida por el Revmo. Sr. D. Francisco
Dolis.
2. Beca Santa Teresita de! Niño Jesús
que en honor a la santa ha costeado un
cooperador salesiano de La Paz (Bolivia)

3. Beca Beato Don Bosco. (9 ®)
completada entre los Salesianos, sus alum­
nos y Cooperadores de California.

Beca A lons. J . B. Scalabrini
ofrecida por el Revdo. Sr. D. Enrique Preti.

5. Beca María Auxiliadora (23®)
fundada por N. N ., de Tabacea de la Plata.
6. Beca María Auxiliadora (24®)

fundada por E. B.

L

décima sexta.

7. B eca $, Angel, mártir
costeada por el Revdo. Sr. D. José Rizzo,
arcipreste de S. Angel Muxaro (Sicilia)
8 . B eca D, Francisco PiccoHo
fundada por los ex-alumnos de Catania,
(Sicilia)

9.

B eca Beato Don Bosco (10®)
ofrecida por D. Nicolás Leolta, Schillichenti, (Sicilia)

10 . B eca Beato Don Bosco (ii®)
costeada por los Cooperadores de la d u ­
dad de Nodica y de la diócesis de Noto
(Sicilia)
11. B eca Beato Don Bosco (12®)
a cargo de la casa de Marsala y Diócesis
de Mazzara (Sicilia)
12 . B eca Magdalena Morano
costeada por las BQjas de María Auxi­
liadora de Sicilia.

13. B eca Jesús en e l Smo. Sacramento

Eucarístico
fundada por el Sr. D . Juan Bellori, al
cumplir sus 67 años y en sufragio de sus
difimtos.

•(

194 )-

LAS BODAS DE ORO
DE LA OBRA SALESIANA EN ROMA.
Uno bendición fecundo.
E l día 5 de abril 1880, D. Bosco fué recibido
en audencia particular por León X III. Fecha
histórica y de grata recordación para todo

Y puesto a la obra, no se limitó a erigir un
grandioso templo, digno de Roma, sino que,
teniendo siempre fijo el pensamiento en la ju­
ventud pobre y abandonada, al ver que vagaba
por las calles romanas una inmensa muelle-

Rom a ■*- InsÜfuio P ío XI — Fachada.
amante de D. Bosco, porque señala una nueva
etapa en la Obra del Beato y pone de manifiesto
una vez más el amor del Papa por el humilde
sacerdote, al darle una profética bendición que
hoy, a través de 50 años, vemos convertida en
maravillosa realidad.
E l Santo Padre había querido confiar a los
cuidados de D. Bosco la construcción de un
Templo dedicado al Sagrado Corazón de Jesús;
y el Beato, en su ardiente afán de complacer al
Papa, que era además su desinteresado bienhe­
chor, aceptó lleno de gratitud el ofrecimiento,
que SI bien era honroso en extremo, implicaba
graves responsabilidades y constituía una pesa­
dísima carga sobre sus ya encor\*adas esp>aldas.

dumbre de niños sin pan ni abrigo, expuestos
a caer víctimas de la miseria y del vicio, propuso
al Santo Padre levantar junto al Templo, un
grandioso Colegio capaz de albergar a unos
quinientos jovencitos para enseñarles im ofido
con que pudiesen ganarse honradamente el pan
y aprendiesen al mismo tiempo a ser hijos fieles
de la Iglesia y dignos ciudadanos.
Terminada la audiencia, el Beato pidió al
Santo Padre su bendición y León X I I I , todo
paternidad y afecto hacia D. Bosco, le res­
pondió:
— S i, os bendigo de todo corazón; y ante todo
bendigo al Sup erior que, inspirado por D ios
fundado la Congregación Salesiana, y que

T

-( 195 ) tanto celo trabaja en favor de las alm as; bendigo
vuestra Congregación que de u n a manera tan
maravillosa como ráp id a se ha dilatado por el
mundo; bendigo a todos sus miembros a fin de que,
siempre peles a su vocación y anim ados en el
mismo espíritu que s u F undador, combatan ge­
nerosamente la iniquidad, sostengan con fortaleza
y constancia los asaltos de los enim igos de D io s y
salven muchas almas, especialm ente de la juven­
tud abandonada; bendigo vuestros trabajos, vitestras fatigas, en especial las de vuestros valerosos
Misioneros, que con tanta generosidad sacrifican

Misiones, sus trabajos, y con ellos su con­
soladora cosecha de almas.

Tesfimonio de gradfud»
De aquella memorable audencia han trans­
currido 50 años.
Los Salesianos han querido conmemorar sus
Bodas de oro en la Ciudad Eterna con la cel^
bración de grandes festejos; y como el prodi­
gioso desarrollo de la Obra Salesiana en Roma,
se debe, según nuestro Beato Padre, a la ben-

i ti

Rom a — losHfaio P ío XI — Iníerior.

SMvida por extender el reinado de Cristo. Bendigo
a las H ijas de M a ría A u xilia d o ra , a los Coope­
radores y Cooperadoras; a vuestras fa m ilia s y
a
sxtyas; y vuelvo a bendecir a vuestros alum ­
nos y bienhechores a fin de que se m ultipliquen
siempre en número, pero sobre todo en fervor.
Si; la bendición de D io s Onm ipotente, Padre,
Hijo y E sp íritu Santo, descienda sobre voso­
tros, scbre todas vuestras obras y permanezca
siempre.
La bendición del Vicario de Cristo produjo
efectos maravillosos. A la vista está el prodi­
gioso desarrollo de la Obra Salesiana que y a ha
plantado sus tiendas en todas las regiones de
la tierra y que ve multiplicarse sus casas, sus

dición de los Vicarios de Cristo, se ha querido
dar a estas fiestas im carácter especial de gra­
titud y de amor a la Sede Apostólica.
Para manifestar de una manera eficaz y
tangible esta gratitud, se ha querido ofrecer al
Santo Padre un regalo digno de El: el Instituto
P ío X I .
Nuestros lectores tienen y a no tid a de este
grandioso Instituto, del que nos hemos ocupado
en nuestra Revista repetidas veces.
Gradas a la generosidad de un ilustre
bienhechor, los trabajos, que el año pasado
apenas estaban inidados, tocan ya a su tér­
mino, y el día 10 de mayo, el Revdrao.
Sr. D. Pedro Ricaldone, Prefecto General de

(
la Congregación Salesiana, en una audencia que
le concedió el Sumo Pontífice, le hizo la entrega
oficial del Instituto, ofreciéndole im artístico y
rico álbum con los planos y fotografías del
mismo.
Su Santidad agradeció vivamente el delicado
obsequio y extremó su bondad y benovolend a entreteniéndose con el representante del
Rector Mayor durante cerca de tres cuartos de
hora, preguntando detalles, pidiendo aclaradones, dando su parecer.

Después empezó a hablar de la Congregadón
Salesiana y de las Misiones entre infieles, felidtándose y felidtando al Superior por el bien
que realiza.
Finahnente, sabiendo que por una indisposidón no había podido venir a ofrecerle el ob­
sequio en persona el Rector Mayor, se interesó
por su salud, y acabó concediéndole una bendidón espedalísima a fin de que el Señor nos
lo conserve aún por muchos años.

La audiencia pública.
La comisión de los festejos había determi­
nado con muy buen acxierdo que uno de los
prindpales y primeros actos de los mismos
fuera la visita colectiva de homenaje y devodón al Santo Padre.
Y este homenaje tuvo lugar el domingo i i de
mayo, a las dn co de la tarde, en el patio de
San Dámaso, en donde se congregaron los Salesianos y las Hijas de M. A. de Roma, con sus
Ex-Alumnos y Cooperadores, Colegios, Insti­
tutos, Círculos, etc. Pasaban de 30.000 las
personas allí reimidas para rendir su filial ho­
menaje de amor y gratitud al Papa de D. Bosco;
amor que hada más intenso el hecho de hallarse
en la víspera del onomástico del Papa.
En el palco levantado en el patio de S. Dá­
maso, se colocaron los miembros del Capítulo
Superior, con las autoridades y Cooperadores
más eminentes, como asimismo representaciones
de los ex-alumnos.
A los pies del palco tomaron asiento las Hijas
de María Auxiliadora, con su Superiora Gene­
ral la R vda. M. Vaschetti y todo su Capítulo.
A las 5 y media, S. S., abandonando sus habitadones particulares, y acompañado de su
guardia noble, hizo su entrada en el palco,
precedido por el Cardenal Gasparri. A l aparecer
la venerable figura del Papa, las trompetas
dieron el toque de atención, y la inmensa mul­
titud, por unos instantes pennaneció como
petrificada, con los ojos clavados en la blanca
finirá del Vicario de Cristo. Después pmrrumpió en Stores y entusiastas aclamaciones a
P ío X I , a l P a p a de D . Bosco. hasta que estos
gritos fueron ahogados por el liimno al Papa,
cantado p>or millares de jóvenes y dirigido por
el Mtro. Antolisei.

196

)

Terminados los cantos, se adelantó D. Rj.
caldone, quien después de hacer reverencia al
Santo Padre, se expresó en estos términos:

D iscu rso d e D , Ricaldone.
Beatísimo Padre: Nuestro Beato Juan Bosco,
cuando hace cincuenta años se estableció eu
Roma, vió reahzado un deseo por mucho
tiempo acariciado en su corazón: que su obra
se hallase bajo la paternal mirada y
protección del Vicario de Cristo; seguro que de
esta suerte, sería más bendecida y santificada.
E l mismo León X I I I contribuyó a la reali­
zación de estos deseos al confiarle en 1880 la
erección de im Templo al Sagrado Corazón de
Jesús. Esta invitación del Santo Padre redu­
plicó la alegría de D. Bosco, pues al mígmft
tiempo que glorificaba al Divino Corazón, se le
presentaba ocasión de hacer un sevicio al Papa.
Puso manos a la obra con el entusiasmo y
eficacia característicos en él: con la palabra y
con los escritos hizo oir su voz en toda Italia;
fué a Francia, visitó España, pidiendo en todas
partes generosa cooperación para esta Obra
tan querida al corazón del Vicario de Cristo,
que quería suscitar en el Centro del Catolicismo
im ingente foco de amor por el Divino Corazón.
Y la empresa tocó a su feliz término a tiempo
apenas para que el Beato pudiera, entre lágri­
mas de alegría, celebrar en el Templo concluido
el Santo Sacrificio con el doble fin, decía, de
rendir tributo de gratitud al angelical Pío IX,
su verdadero Padre y soberano bienhechor, y
de recibir, antes de presentarse al tribunal de
Dios, la bendición de su Vicario en la tierra.
Hoy, Padre Santo, los Salesianos, con sus
alumnos, ex-alumnos. Cooperadores y Coope­
radoras se postran a vuestros pies para demos­
traros cuán eficazmente ha contribuido la
mirada paternal del Papa, a atraer sobre la
Obra Salesiana en Roma las bendiciones del
cielo. Junto al Templo del Sagrado Corazón se
ha levantado el Colegio, que acoge en su seno
a más de 400 jovencitos y a un nutrido grupo
de clérigos procedentes de todas las naciones,
que en la Ciudad Eterna se preparan al santo
sacerdocio.
Gracias a las bendiciones y ayuda de Pío X,
los Salesianos pudieron edificar otra iglesia con
escuelas para externos y un floreciente Orato­
rio Festivo en el barrio del Testaccio, en cuyas
cercanías se hallaba la antiguaa iglesia de San
Sabas, que también les fué confiada, fundando
en seguida un Oratorio Festivo para los jóvenes
de aquella barriada.
E l mismo Pío X nos confió más tarde ti
hermoso edificio de San Juan de la Piña, país
que siiviera de Procuraduría general a los Sa­
lesianos en Roma.
Más tarde se abrió, en los alrededores de la

(

197

dadad, la escuela agrícola de Mandrioae, que
menta con im centenar de alumnos.
También la segunda familia del Beato Juan
Bosco experimentó los benéficos efectos de la
bendici&i del Papa. Las Hijas de María A uxi­
liadora, desde sus nueve residencias en la Ciudad
Eterna, desarrollan una acción beiéfica y
multiforme en beneficio de centenares, o mejor,
de millares de jovencitas.
Y finalmente, hemos llegado ya al término
feliz de las Escuelas Profesionales, que la Con­
gregación Salesiana ha querido construir para

con su augusta jmlabra sus virtudes, ha dado
a su obra la mejor bendición y al mismo tiempo
nos ha comimicado a nosotros la certeza de que
siguiendo las huellas del Beato D. Bosco, ca­
minamos rectamente por el sendero del apos­
tolado.
Al haceros humilde ofrenda de las men­
cionadas Escuelas Profesionales, nos es grato
renovar en nombre de nuestro Beato Padre,
la protesta de nuestra fitrmísima adhesión y
filial afecto al Papa, y en modo particular a
la Augusta persona de vuestra Santidad.

f{oma — Las Aolorídades qoe asistieroo a la inaaguración del Instituto Pió XL
*lue, honradas con el nombre de Vuestra San­
tidad, y por Vos bendecidas, esta vuestra ve­
cindad no sólo continúe multiplicando las divi­
na bendiciones sobre nuestra Obra en Koma,
sino que extienda tambi&i su benéfico influjo
sobre todas las demás obras del Beato Juan
®osco en el mundo.
Contemporáneamente, junto al In stitu io
Profesional P ió X I , se está levantando, gra­
nas a vuestra iniciativa y a vuestro estímulo,
d erandioso Templo dedicado a María A uxi­
liadora.
_ Bien justo era que se levantase im monumento
•operecedero a la memoria del Augusto Pon­
tífice, que proclamando Beato a nuestro Venelable Fundador, y enalteciendo repetidas veces

Bendecid, amadísimo Padre, nuestras buenas
intenciones, aceptad los ardientes votos que
formulamos por vuestro onomástico. Mañana, en
todas las C a ^ s salesianas de Roma y del mundo
entero, se alzarán fervorosas plegarias a fin de
que el Señor conserve, acreciente y consuele
a Vuestra Santidad para bien de la Iglesia y
gloria del Pontificado Romano.

L os campanas d e S . P edro.
Durante el discurso de D. Ricaldone. las
campanas de San Pedro, echadas a vuelo por
ser el día siguiente la festividad onomástica
del Santo Padre, hideron poético acompaña­
miento a sus palabras; razón por la cual, si

(

198

bien resultaba conmovedor el concierto, muchos
de kxs presentes no pudieron oir las frases del
representante del Rector Mayor.
Cuando tenninó de hablar, el Santo Padre
tenía que dirigir la palabra a los visitantes,
pero viendo que continuaba la alegre algarabía
de las campanas, indicó a D. Ricaldone que
deseando que sus palabras llegaran todas a los
oídos de los presentes, entretuvieran el tiempo
con algunos cantos, en espera de que cesara
el concierto.
Y así lo hicieron. L a muchedumbre dirigida
por el Mtro. Antolisei, Salesiano, cantó con
entusiasmo el Himno a D. Bosco; tenninado
el cual, y tras fervientes aclamaciones, se le­
vantó a hablar el Santo Padre, quien, resta­
blecido el silencio pronunció un afectuoso dis­
curso, del que damos las líneas generales, que
traducimos del « Osservatpre Rom ano »

Palabras del Papa«
E m p ezó diciendo que había sido sumamente
agradable para su corazón de Padre el homenaje
tributado por dos hijos, y que deseaba que para
ellos fuera igualmente de grato recturdo el aplauso
que les dirigía por la afectuosa acogida que le
habían tributado con sus vítores, con el concierto
de su s bandas de m úsica y con los magníficos
cantos que habían ejecutado.
Bastaba haber oído, como lo había hecho el
Santo Pad re, la sobria, positiva, liistórica re­
lación de vuestro, o m ejor dicho, de m i querido
D . R icaldone, relativa a los 50 años de la obra
salesiana en Rom a, para comprender cómo todos
los hijos de D . Bosco, Salesianos, Salesianas,
A lu m n o s, E xa lu m n o s y Cooperadores, tienen
razón en celebrar este jubileo de las Obras de
D . Bosco con las más legitim as y consoladoras
satisfacciones del corazón.
E l santo Padre proseguía s u discurso haciendo
observar que no sin motivo había definido poco
antes las palabras de D . Ricaldone de sobria,
positiva, liistórica relación, porque en aquella
sen cilla enu nciación de obras y de actividad, no
había una alu sió n al trabajo y a l a fatiga áspera,
al sacrificio, a las inm olaciones que todas aque­
llas obras habían debido costar y que ciertamente
hablan costado.
S u San tidad decía a continuación que tenia ra­
zones particulares y m uy queridas para participar
a este santo latir de corazones a que da lugar la
celebración del cincuentenario de la Obra Sale­
sian a en Roma. Y tales razones le eran ofrecidas
por recuerdos carísim os del pasado.
S u San tid ad acababa de cantar su prim era M isa
cuando se iniciaba en Rom a la Obra Salesiana
con la construcción del Tem plo del Sgdo. Corazón
de J esús.
E n los primeros años de su Sacerdocio la

)■
D iv in a Providencia le hizo trabar una intim
am istad con el Beato D . Bosco, deparándole ii
suerte de pasar a s u lado algunos dias de mdecible alegría y consuelo para su alm a, que
puede apreciar debidamente quien tuvo tan diviu
ventura.
E l Beato D . Bosco, se encontraba entonus —
continúa al S io. Padre — en e l ocaso de su ciclópet
vida, y ya gustaba de antemano los goces que U
vida celeste de prem io eterno le tenia rescrvadoi.P ero había otro motivo por el cual el Santo
Padre se un ía a la com ún alegría.
D espués de 50 años de vida activa, recordaám
particularm ente con la presencia de los queriiai
hijos allí presentes, aquella m ism a D ivin a ñiífable Bondad, que todo lo ha conducido de moé
admirable, había concedido al Sum o Pontifiu
el consuelo de elevar al Beato J u a n Bosco a¡
honor de los altares.
Y ahora, desde el puesto en que la Divm
P rovidencia le había colocado. E l no podía dejar
de fijarse en aquella inm ensa cosecha de bien, que,
a partir de Rom a se extiende por todo el mundo
católico.
S u San tidad no podía dejar de pensar en los
m illares y m illares de h ijo s e h ija s de D . Bosco
esparcidos entre todos los pueblos de la tierra,
dedicados por completo a una obra de vida cris­
tiana tan fecunda y felizm ente activa.
C u ando el Santo Padre p ien sa en los centenares
de m iles de alm as juven iles que de todas las partes
del m undo acuden a las Casas salesianas; d
im aginarse toda esta
unnumerable juventui
perteneciente a todas les clases sociales, pero espe­
cialmente a la obrera, a quienes el Beato continúa
enseñando con s u ejem plo, con sm fe y con ¡a
apostólica caridad de su s h ijo s los senderos de
la vida, la nobleza del trabajo y las recompensas
materiales y morales que de él deben derivarse
y de que tan necesitada se halla la vida; cuando
p ien sa en todo esto. E l,e n nombre de sus Augustos
Predecesores, y en el nombre m ism o de aquel
D io s qtte se había dignado elegirle por Vicario,
no podía menos de m anifestar s u gratitud a
D . Bosco y a su s h ijo s por todo el bien que
dondequiera realizan.
E l Santo Padre continuaba diciendo qtu su
corazón presiente y su alm a añora la visión di
u n porvenir aún »iós grandioso, que ha de su­
ceder indefectiblem ente a u n pasado tan esplén­
dido y a u n presente tan lleno de realidades.
A continuación agradecía a todos aquellos
queridos hijos presentes, el haber querido asociaf
a l nombre di/ Beato J u a n Bosco su pobre notrbrt.
y el haber unido además el que podían considetaf
su jubileo, al jubileo del P a p a , tomando de este
suerte viva particip ación en S u s aconieciiivcntcs
personales y asociándose a S u fiesta onomásticoS u San tidad expresaba su particular graútui
y reconocimiento por haber querido u n ir el nombri
del P a p a al nuevo In stitu to Profesional,

junto con el templo de M a ría A u xilia d o ra , quiere
constituir un Centro de m ultiform e actividad,
fecunda en bien.
Refiriéndose a este In stitu to, el Santo Padre
dijo que quería colocarlo entre las obras más
bellas con las que la D iv in a Providencia había
querido alegrar el año de su J u b ileo ; y por este
motivo el Sanio Padre ruega al Señor con todo
corazón, que bendiga s in lim ites esta nueva obra,
y bendiga igualmente el maravilloso conjunto

risiica, le contestó: ¡Ah, en estas cosas, D. Bosco
quiere hallarse siempre a la vanguardia del
progreso!
P o r eso, dirigiéndose a los salesianos presentes,
el Sanio Pad re, les decía que debían estar y desear
hallarse siem pre a la vanguardia del progreso.
C on esta segura y consoladora p revisión, el A u ­
gusto Pontífice les decía que les im partiría la
B e n d ició n que habían venido a impetrar al Padre
en su casa, que era también la casa de sus hijos.

Ciudad del V aticano — La familia salesiana en el patio de S . D ám aso dorante la aodiencia Pontificia.

ie las obras salesianos; obras de glorificación
divina y de salvación humana.
Frente a obras tan hermosas y grandes como
ésta, el Santo Pad re, siente siem pre el deseo de
repetir una frase que m uchos le han oído: « Siem­
pre tnás y siempre m ejor»; pero hablando a los
hijos y a las H ija s de D . Bosco, el Santo Padre
prefería dirigirles otra palabra recogida de labios
de su Beato F undador.
Fn efecto, cuando en su prim er año de sacer­
docio, 5 u Santidad felicitaba a D . Bosco por la
admirable obra que estaba llevando a cabo con
escuelas, laboratorios y demás talleres monhsdos según la últim a palabra de la m ecánica,
quciido Beato, con aquella sonrisa llena de
^'oñdad y con aquella penetración suya caracte-

L a bendición que el Santo Padre im partía,
quería que llegase a todos los presentes y a todos
aquellos a quienes representaban.
¿C uán tos son ? — se preguntaba a este punto
el Santo Padre — E n el mundo constituyen
una inm ensa muchedumbre, incontable, como las
arenas del mar. Y como las innum erables arenas
del mar era de grande el corazón de D . Bosco.
C on una v isió n m undial de obras, de cosas, de
apostolado — entre las cuales S u San tidad ponía
en puesto de honor a las que combaten en las trin­
cheras d é la fe, a los M isioneros y M ision eras —
el Santo Pad re, daba a todos la bendición A p o s­
tólica, rogandó al Señor derramase sobre ellos
los mayores beneficios e im plorando del Beato
D . Bosco la más valiosa intercesión.

(

200

)

El Beaío Juan Bosco y Pío XI.
Son tantas y tan significativas las palabras
que el Santo Padre, en este año la Beatifica­
ción, ha dicho acerca de D. Bosco, que de por
sí solas fonnarían un jugoso compendio de la
relevante personalidad del nuevo Beato. Raras
son las ocasiones en que hablando en audiencia
pública a los numerosos peregrinos que acuden
a Roma con ocasión de su Jubileo sacerdotal,
no les regale como recuerdo, junto con su
venerable y paternal imagen, la del Beato
D. Bosco.
Y a hemos publicado en meses anteriores
los magníficos discursos de S. S. con motivo de
la Beatificación y de la visita que le hicieron
los Salesianos, sus Cooperadores y A. A., pocos
días después de la fausta cereuionia.
H oy queremos ofrecer e nuestros lectores un
como ramillete de pensamientos, entresacados
de otros discursos y alocuciones de S. S., que
demuestran bien a las claras el puesto preemi­
nente que en el corazón del actual Pontífice
ocupa aquel santo a quien tuvo la dicha de
conocer y tratar íntimamente.

E l día i6 de noviembre, en la audiencia con­
cedida a los «guías alpinos » les regaló como
recuerdo una medalla que llevaba su imagen y
la del Beato Juan Bosco. Y les dijo: Y no sin
motivo queremos que conservéis este recuerdo. D on
Bosco fu é un experto guia espiritual. Q ue él vele
sobre vosotros, os proteja en las horas de la dura
prtieba y os anim e a subir a las cumbres de la vida
esp iritual con el mismo entusiasm o y el mismo
ardor con que escaláis las cim as de las más altas
montañas.

líu la Encíclica MKNS nostra del 20 de di­
ciembre, el Santo Padre, después de exliortar a
los sacerdotes del clero secular a la prática de
los Ejercicios Espirituales, a fin de aquirir en
ellos el es])ítitu necesario para la delicada
y grave misión que han de desempeñar en
la Socieilad. se expresaba eii los siguientes
ténninos:
Este ha sido el sentim iento unánim e de los sa­

cerdotes más celosos; ésta ha sido la prádic»
constante y la continua enseñanza de todos
líos que se distinguieron en la dirección de las
alm as y en la form ación del clero, como por
no citar más que u n ejem plo moderno, el Beato
Cafasso, por N o s elevado recientemente al hcnun
de los altares, el cual se servia de los Ejercidos
E sp iritu a les para santificarse a si mismo y mu*
tiftcar a sus hermanos en el sacerdocio. Y fué al
terminar uno de estos E jercicios, cuando en
in tu ició n m aravillosa y sobrenatural, pudo tudicar a u n santo sacerdote, penitente suyo, ü
cam ino que le destinaba la D iv in a Providencu
y que le condujo m ás tarde a convertirse en el
Beato J u a n Bosco, en cuyo elogio, todo lo que se
diga es poco.

E n la Encíclica QUINQUAGESIMO AÍITE ANKO
del 23 de diciembre, su Santidad, reseña los
acontecimientos que más han consolado sn
corazón de Padre en este año de su Jubileo, y,
al hablar de la Beatificación de Don Bosco, se
expresa con palabras en que se desborda el
más sincero afecto:
y i cómo podremos decribir aquel placer espi­
ritual de que fuim os inundados cuando a Juan
Bosco, que habíamos adscrito en el número de los
bienaventurados del cielo, orábamos públicamenit
en la B a sílica V aticana? Porque evocando el gra­
tísim o recuerdo de aquellos años en que, recién
ordenado de sacerdote, gozábamos de la sapientí­
sim a conversación de aquel gran varón, admirá­
bamos la m isericordia de D io s verdaderamenU
«admirable en
santos 1, que a la s malvadas
m aquinaciones de los hombres, dirigidas a derro­
car totalmene el cristianism o y rebajar cois acu­
saciones e in ju ria s la suprem a autoridad dei
Rom ano Pontífice, ha opuesto al fin y providen­
cialmente a J u a n . Porque éste, que, siendo jovencito, solia reunir a su s compañeros para oresr en
com ún y enseñarles los elementos de la doctrina
cristiana, cuando recibió las sagradas órdenes
dedicó todos su s pensiasnentos y desvelos a la saivación de la juventud que más expuesta estaba*
los engaños de los hombres malvados; a apartu
de los peligros a los jóvenes que acudían a él y*
formarlos según los preceptos de la ley evangAit*

F

-( 201 )-

damente cristiana, cuyos beneficios los resum ía el
y la iniegridad.de las cosiurhbres; a bttscarse com­
Santo Padre en estas dos palabras que les daba
pañeros para am pliar una obra tan grande, con
como recuerdo: educación cristiana.
tal resultado, que dió a la Ig lesia una nueva y
nuttterosisima legión de soldados; a fundar entre
nósotros y en el extranjero colegios y talleres para
iní/rMir a los jóvenes en los estudios literarios y
Recientemente, el día 13 de marzo, en la
en los oficios; y, finalmente, a enviar a gran n ú ­
audiencia otorgada a los « Amigos de la Univer­
mero de los suyos a propagar entre los infieles
sidad Católica » les regaló como recuerdo de la
el reino de Cristo. Y al pensar N ó s estas cosas
visita ima medalla que llevaba su imagen pa­
durante aquella visita a la B a sílica de Pedro
terna, junto con
echábamos de ver
la del Beato Juan
con qué auxilio tan
Bosco y al entre­
oportuno habla so­
gársela recordó que
lido Dios ayudar y
el Beato f u i st^mdefender a su Igle­
pre fúlgido ejem plo
sia principalmente
de sublim e caridad.
en las circunstan^
P u e s s i con sus in ­
das adversas, y se
numerables funda­
nos ocurría también
ciones trabajó tanto
que a cierta provi­
en pro de la juven­
dencia especial del
tud pobre y aban­
autor de todos los
donada, no descuidó
bienes se debía el
la vastísim a obra de
que, después de ha­
ilu m in a ció n de las
ber firmado el tra­
mentes y de la di­
tado ansiadisimo de
fu sió n de la verdad,
pae con el reino de
preocupándose por
Italia, antes que a
su mayor desarrollo
otros decretásemos el
y eficacia.
honor de los altares a
Y term inaba el
JuanBosco,que, la­
Santo Padre su dis­
mentando oehemettcurso con estas p a­
k m n le la v io la ­
labras: M ucho tie­
ción de ¡os derechos
nen que aprender
di la Sede A postó­
de este M odelo los
lica, se había esfor« A m igos de la U n i­
udo mds de una
versidad ».
trn para que, rein­
tegrados los referi­
dos derechos, am is­
Finalm ente, el
tosamente se pusiese
S . S . Pío XI, el Papa de Don Bosco.
domingo 16 marzo,
fin a la fristisim a
al regalar a los jóvenes católicos romanos
disensión por la que Ita lia se había separado de
como recuerdo de la audiencia, la misma
losbraeos paternales del Pontífice.
medalla, les habló con palabras entusiastas
de aquel grande amigo de la prim era edad y
juventud, de aquel grande M aestro, que bien
El día 30 de diciembre recibiendo en audien­
puede llamarse e l héroe de la educación cris­
tiana, viva, verdadera, exquisitam ente cristiana:
cia a los ex-alumnos de los Institutos de S. J . B .
de la Salle de Turín, S. S., les r^ a la b a al ter­
el Beato J u a n Bosco
Y terminó diciendo:
minar la medalla conmemorativa de su Jubileo
E sta im agen bendita, it -,.írá ciertamente como
llevaba en una de sus caras la imagen de
íí- Bosco, diciéndoles que era u n recuerdo m uy
recuerdo de la audiencia, y como señal de la pre­
dilección de D io s, de su s Santos y de su V icario
piado para ellos, porque esta m edalla deen la tierra hacia «m- alm as juveniles.
%lo que puede hacer una educación pro/'-ci-

( 202 )-

Ecos de la Casa Madre.
La primero fíesía del Beato Juan Bosco.
Precedida de un triduo solemne se ha cele­
brado en Turín la primera fiesta en honor de
nuestro Beato Padre.

L a tres funciones que diariamente se cele­
braban, por la mañama, tarde y noche, eran
igualmente concurridas; pero resultaban in­
suficientes, teniendo que esparcirse mucln»
fieles por los patios del Oratorio, mientras
esperaban la hora de entrar en el templo, al
menos después de las sagradas funciones.
Para acrecentar la sohnenidad de la fiesta
llegó de Polonia el Cardenal Salesiano, S, E.
Augusto Hlond, quien con la majestad de la
púrpura dió mayor realce a las fiestas. También
acudió Mons, Montanelli, Arzobispo de Vercelli;
se hallaban presentes los Prelados salesiancs
Mons. Ernesto Coppo y Mons. Antonio Malán.

E¡ mejor obsequio.
L o fué sin duda para el Beato el que le ofre­
cieron en la víspera de la fiesta los Salesianos de
la China, abriendo las puertas de la Iglesia a un
jovencito que había traído en su reciente viaje
el P. Garelli. Se llama T si-P a -T se n . Tiene i8
años; inteligente, amable, piadoso, en los díaá
que ha estabo en el Oratorio ha cautivado
las generales simpatías y ha edificado a todos
con su piedad sincera. L a sagrada ceremonia
tuvo lugar el día 25, después de las Vísperas
Solemnes, administrándole el Sto. Bautismo
el Emmo. Card. Hlond., quien le impuso los
nombres de
Jttan J o s é Pa-tsen; el primer
nombre en honor de su padrino el Conde Al­
berto della Chiesa; el segundo en honor del
Beato; y el tercero en recuerdo de la Misión d<
San José (Cliina) en donde fué recogido y edu­
cado.
Don Rinaldi asistía complacido al emocio­
nante espectáculo, que la multitud que llenaba
la iglesia, seguía con vivo interés.
Juan Pa-Tsen. el noevo cri&tiano, con el P . G arelli.
Una providencial coincidencia ha hecho de
modo que el triduo y fiesta del Beato se hayan
celebrado al comenzar el mes de María A uxi­
liadora. No parece sino que la Virgen haya
querido honrar a su fiel Apóstol cediéndole las
primicias del mes a ella consagrado; o también
que el Beato haya querido colocar su fiesta a
his puertas del Jues de Mayo para con ella
enfer\'orizar a todos sus lujos para que celebren
el mes de María con aquella devoción y santo
entusiasmo que tanto les inculcaba en \ida.
L a gran Basílica de María Auxiliadora era
incapaz de contener a la multitud.

La festividad.
E l altar en que reposan los restos del Beato,
en su magnífica unía, es desde hace un año meta
de incesantes peregrinaciones.'Desde que se abrí
la iglesia hasta que se cierra por la noche, M
hay un sólo instante en que la sagrada urna vo
se vea rodeada de numerosos devotos, que di
todas partes acuden o para alcanzar favortí.
o para agraceder los ya recibidos. La capD*
se halla materialmente cubierta de exvotos 5
las conmovedoras escenas que de continuo
tienen lugar en aquel privilegiado recinto, d«®
fe del poder del nuevo Beato y de la confiaB*
que en él depositan los fieles.

r
-{ 203 )Son madres que traen a sus pequeñuelos,
aquejados de algiina enfermedad y suplican al
encargado los coloque junto a la preciadas
reliquias. Son otras que con sus hijos y a cu­
rados. se presentan radiantes de gozo a dar
gracias al Beato. A veces se ven enfermos que
venien de lejanas provincias, transportados
en automóviles hasta los patios del Oratorio
y que desde allí, en una camilla, son colocados
junto a la urna, en donde permanecen largas
horas rodeados de sus familiares, implorando

presenciar una de estas funciones puede for­
marse idea de ellas. Y tratándose del Beato
D. Bosco, el santo más popular y más querido
de todo el Piamonte, toda ponderación resulta
fría e incolora.
A las 6 celebró Misa el Rvdo. D. Felipe R inaldi; a las 7 y media, el Cardenal Hlond. A
las 10 el mismo Cardenal asistió de capa magna
a la Misa Pontifical celebrada por S. E . el Ar­
zobispo de Vercelli. L a Shola Cantorum del
Instituto Teológico Internacional, interpretó

Tarín. —• N aero altar del Beato Don Bosco en Valsátíce.
U grada de la curación. Escenas sublimes de
íe que arrancan lágrimas a quienes las presendan.
'
Ante la tumba de D. Bosco se ven con mucha
frecuenda jóvenes fornidos y hombres de edad
niadura, que no vienen heridos por enfermeda­
des físicas: su mal es más hondo, y con los ojos
Ovados en el Beato, desahogan con él sus
fatimos pensamientos, piden luz, fuerza, ayuda;
y salen finalmente consolados. Dios sólo saBe
conversiones que la grada de Dios obra
diariamente ante la tumba de nuestro Beato.
resurrecdones del alma constituyen sin
duda sus mayores triunfos.
^^^r del entusiasmo que en el día de la fiesta
*«oó en la Casa de Valdocco, es tan imposible
inútil. Tan sólo qiuen tienen la dicha de

con la maestría que le es propria, la Missa « oh
quam suavis » de Vitoria.
Tanto en esta, como en las fundones religiosas
de la tarde, el gentío que invade la Basílica es
imponente, y lo que llama más la atendón es
su actitud siempre devota y recogida. E s este
el templo de la Piedad y del Recogimiento.

En VaJsalice.
E l domingo, día 27, continuaron los festeje»
en Valsalice, en donde se ha querido consagrar
un artístico altar en el mismo lugar en donde
por espado de 40 años han descansado los res­
tos mortales del Beato. E l R^-mo. Rector
Mayor, D. Felipe Rinaldi, inauguró el altar
celebrando el primero la Santa Misa, dirigiendo

•(

204

düspués a los numerosos cuncurrentes breves
palabras en que les explicaba la importancia
del acto que se realizaba.
Alo/ná M argaríía.
Por la tarde, en el patio principal del Oratorio
tuvo lugar un simpático homenaje tributado
por la Agrupación de las Madres Cristianas a
Mamá Margarita. Consistió en el descubri­
miento de una lápida, que colocada en el muro
de la que fué casa P in a r d i recordará a todas las
generaciones las virtudes y excelentes cualida­
des de la santa madre del Beato D. Bosco.
L a lápida es obra del escultor Cellini, quien
ha sabido con mucha precisión dar al mármol
una viva semejanza con el rostro de Mamá

La lApido conmeinorafiva de M am á M argarifo.
Margarita, reproduciendo esa bondad y ma­
ternal solicitud que constituían la característica
de aquel ángel tutelar de los primeros tiempos
del Oratorio.
Asistieron al acto innumerables madres
cristianas de Turíu, Agrupaciones católicas de
Señoras, Colegios e Institutos de niñas, que
dieron al primer homenaje tributado a la hu­
milde madre del Beato, un carácter grandioso.
A l caer el velo que ocultaba la lápida, y ce­
sados los aplaxisos y vítores, hizo uso de la
palabra la Señora Florentina Castellano, quien
hizo un magnífico estudio sobre la personaHdad
de Mamá Margarita. Don Rinaldi pxiso fin al
acto enalteciendo las \'irt\ides de esta mujer
fuerte que supo formar a un santo y cooperó
con él a la cristiana etlucación de innumerables
jovencitos.

Le fíor de la Grafiíud.
N o podían clausurarse de modo más propio
del espíritu salesiano las fiestas del Beato, que
con el homenaje de gratitud y de afecto tribu­

)-

V

tado a los Cooperadores en la persona del CoaJt
Rebaudengo, Presidente de la Asociación Inter­
nacional de Cooperadores Salesiauos.
Y a hemos hablado en otras ocasiones, dd
grandioso Instituto Misionero que lleva d
nombre del eximio Cooperador; inaugurado
el año pasado, a raíz de las fiestas de la Beati­
ficación, el grandioso Instituto está ya casi
terminado.
Y queriendo los Superiores demostrar so
gratitud a tan insigne Cooperador con algo
más que con palabras y promesas, le han al­
canzado de la Santa Sede el nombramiento de
Caballero Oficial de la Orden Piano, que cons­
tituye la mayor distinción que otorga la Santa
Sede a persona que no pertenece a la familia
Real.
Con este motivo, en la tarde del 27 de abril,
reunidos en el Teatro del Oratorio todos I03
Superiores y amigos y familiares del home­
najeado, se procedió a la sencilla ceremonia de
imponerle al Sr. Conde la insignias de su nueva
dignidad.
E l Presidente de los Ex-Alumnos, y culto
abogado Comendador Massera, hizo con pa­
labras entusiastas la presentación del Conde
Rebaudengo poniendo de relieve los muchos
méritos que con su beneficencia ha adquirido
para la preciada distinción.
Terminadas sus palabras, el Rector Mayor,
en medio de prolongados aplausos impuso por
sí mismo la insignias al Conde Rebaudengo; y
a continuación, en im crescendo indescriptible
de entusiasmo y de aplausos, ambos ancianos
se abrazaron estrechamente, entre lágrimas de
alegría, lágrimas que surcaron las mejillas de
muchos de los presentes a tan inohidable
escena.

C A ST E L N U O V O D O N BOSCO. — Cosa frequente es que los hombres tomen su nombre
del pueblo que les vió nacer; pero el que un
pueblo cambie su nombre para adoptar el de
uno de sus hijos, es algo ertraordinario; y sin
embargo ha sucedido así con Castelnuovo d'Asti,
patna del Beato D. Bosco.
Las Autoridades de esta localidad, sumán­
dose al homenaje que en este primer año de so
Beatificación ha tributado a su preclaro hijo
el mundo entero, con fecha del lo de diciembre
del pasado año, pidieron al Gobierno les per­
mitiera cambiar el nombre del Municipio por
el de Castelnuovo D o n Bosco. L a petidóa
hecha al Primer Ministro y presentada al Rey,
ha sido acogida favorablemente y con fec.^
del 14 febrero de 1930, se autorizó al Municipio
de Castelnuovo d 'A s ti, en la provincia d e ^
jandrfa, para cambiar la propia denominadáo
por la de Castelnuovo D on Bosco.

-( 205 ) '

GRACIAS
DEL BEATO JUAN B O S C O

Caraclón prodigiosa.
El 17 de junio del pasado año, cayó grave­
mente enferma de escarlatina, complicada con
cmpp diftérico, la alumna interna Julia Llera.
Según el dictamen de los médicos, el caso era

dimos la fe y la confianza en el Beato D. Bosco.
Seguimos orando.
A la mañana siguiente, el médico, maravillado,
nos comunicaba que el peligro había desapare­
cido. ¡Quien podría decir el gozo que experi­
mentamos todas. Hermanas y niñas! Un himno
de agradecimiento se elevó de nuestras almas
h ad a el amado Padre. Ocho días después dejaba
el hospital y volvía al seno del hogar para re­
stablecerse, y y a completamente curada re­
gresó contenta y feliz al Colegio para reanudar
sus estudios y poder prepararse a sus exámenes.
Y el Beato D. Bosco hizo aún más: pues no

Casfeinaovo Don Bosco. — £1 pueblo en m asa fribnta an homenaje a so hijo predilecto.

gravísimo. Temiendo perderla, nuestra constemadón era inmensa. Los padres de la nifífl
qae fueron llamados sin pérdida de tiempo,
estaban inconsolables.
En medio de nuestra angustia no nos olvi­
damos de nuestro Beato Padre D. Bosco, que
en esos días acababa de subir al honor de los
altares y con viva fe aplicamos a la garganta
de la enferma una reliquia del Beato: es más:
ella misma, a pesar de la asfixia que la ahogaba,
liaaendo im supremo esfuerzo, logró tragar con
nn poco de agua, unos hilitos de la reliquia.
Redbió varias veces la bendición de liaría
Anxiliadora, se confesó y comenzamos xma
novena prometiendo publicar la gracia y ofre­
cer una limosna si mejoraba.
A pesar de todo siguió agravándose hasta
el punto que el médico, alarmado, ordenó fuera
^^nsladada al hospitaL Con el alma llena de
pesar, la -vimos dejar el colegio, pero no per-

permitió que se contagiaran sus hermanitos,
cosa tan fádl, con esta terrible enfermedad.
Inmensamente agradecida el Beato, hago
pública la gracia, envío en nombre de la niña
ima limosna, y le suplico quiera proteger a
esta casa y librarla de las enfermedades del
alma y del cuerpo.
General A ch a (Argentina) i abril 1930.
La

Directora del Colegio
M a ría A u xilia d o ra .

Pleuresía curada.
Uno de mis hijos se hallaba enfermo de
gravedad a causa de una pleuresía líquida en
el pulmón derecho. Los médicos lo habían
desahuciado varias veces y -viendo que no
me quedaba ninguna esperanza en los reme­
dios humanos, acudí a la poderosa intercesi&j

-( 206 )•
del Beato Juan Bosco y desde este momento
cambiaron de tal modo las circunstancias que
empezó una franca mejoría restableciéndose rá­
pidamente y pudiendo reanudar sus estudios.
Agradecido al Beato le ruego publique en el
B oletín mi gratitud.
Barcelona (España).
A dr ián S e g u í .

Encuentra trabajo.
Estando sin trabajo mi marido y habiendo
encontrado al fin mía colocación, al presentarse
vió que ya habíau tomado a otro en su lugar.
En estas circmistancias, encontré a ima señora
a quien entregué una pequeña limosna para la
obra Salesiana. Este pequeño sacrificio no quedó
sin recompensa: porque dicha señora me regaló
mía novena del Beato Juan Bosco; al verla,
tuve el presentimiento que con ella venía el
trabajo para mi esposo, y en efecto, al día si­
guiente, ya tenía trabajo. Agradecida, publico
el señalado favor y envío dos pesetas para los
Misioneros salesianos.
R eu s (España) enero 1930.
U n a devota.

EBcacia de la reliquia del Beato.
Hacía nueve años que sufría fuertes y dolorosas pimzadas en todo el cuerpo, deján­
dome en tal estado de postración, que me era
imposible descansar im momento. Los médicos
no acertaron a aliviarme a pesar de los múltiples
remedios que me aconsejaron.
Una día tuve la feUcidad de oír hablar del
Beato y de los innumerables favores que conce­
de a sus devotos, y de mi corazón sentí de re­
pente plena confianza de que él sólo me había
de salvar. Y en seguida, me dirigí a él con fervor
suplicándole tuviese compasión de mí y me
devolviera la salud, jimto con la tranquilidad
para mi familia.
Al mismo tiempo, una amiga mía me ofreció
una reÜquia del Beato, que había recibido de
Turín, y sin titubear un instante, me la apüqué
a la cabeza, y al poco tiempo, con inmensa
alegría de nii parte y sorpresa de toda la familia
me vi libre de las dolorosas punzadas y hoy
pasados dos meses, me encuentro completa­
mente bien.
Eternamente agradecida al Beato, cumplo
gustosa mi promesa de publicar la gracia y
mando una oferta para las Misiones salesianas.
Com postela (Méjico) 2 abril 1930.
M ag d a le n a Z u S ig a .

Salva a nuestra hija.
.•Vgradecemos de todo corazón al Beato Juan
Bosco su intercesión en favor de nuestra hijita.
Y a iba a cumplir mi año y no podía sostenerse
en pie, doblándose y sufriendo al intentarlo.

Parecía que la columna vertebral y el sistema
óseo no tenían la debida consistencia. Alarma­
dos, hicimos sacar la radiografía, y pedimos
al Beato Juan Bosco hiciera favorable el diag­
nóstico salvándola con im milagro, y al mismo
tiempo le prometimos nuestra gratitud y una
limosna para sus obras.
A l día siguiente nos dijeron los médicos que
la niña no tenía sino debilidad muscular, rece­
tándole, en consecuencia ima medicina, que
por 22 días no dió resultado algimo. Nuestros
corazones, empero, confiaban en D. Bosco que
no desoye las súplicas de los que con fe acuden
a él en sus necesidades, y ¡oh alegría! al cabo
de cuatro días la niña se podía sestener fácil­
mente en pie continuando rápidamente su me­
joría y ahora goza de perfecta salud, que debe
a la poderosa intercesión del B. Juan Bosco.
E l E sp in o

(El Salvador).

JESUS Q uesada y S ocorro de Q uesada.

Manifíesían fambién su grafifud a l Beafo:
A L B A R IC A L . — Blanca de Martínez, por
gracias recibidas, y envía una limosna.
C A L I (Colombia). — Mercecdes Nogales,
Mercedes Torres y Benida Ramírez, por favores
redbidos.
C A R TA G O
(Costa R ic a ). —
Angelina
Blanco de Alvarenga, agradedda por haber
conseguido im pasaporte imposible de obtener.
E n vía tma limosna.
CO B A N (G u atem a la ). — Matías Gabriel,
envía mía oferta, agradeddo al Beato.
G E N E R A L A CH A (Ar g e n tin a ). — P^
trona F. de Mondragón, por haber obtenido la
curadón de mía hermana, envía mía limosna.
L A C U M B R E (Colom bia ). — María Cardona,
por haber alcanzado la salud.
L O S A N G E L E S (EsT. U n .). — Guadalupe
Castillo, envía mía oferta, agradedda al Beato.
M O N T E V ID E O (Ur u g u a y ).— Angela M. Beretta por haber obtenido la curación de su padre.
P A V A S (Colom bia ). — Femando y Leonor
Correa hacen pública su gratitud al Beato por
un señalado favor y envían una limosna.
SA L A M A N C A (E spa R a ) . - — Filomena Alvarez, por haber conseguido la salud de su
hennana.
SA L T O (Ur u g u a y ). — E . B.; por una grada
recibida.
SA N JO S E (Costa R ic a ). — Concha de
Monje por un señalado favor.
V A L E N a A (E sp .\ñ a ). — Concepdón Torres,
agradedda al Beato, manda celebrar una MisaY U M B O (CoLOMBi.-^). — Alfonso Mañosea
por haber alcanzado la salud.

D e nuestras Misiones
Desde la Misión Salesiana del Alio Paraguay
C on ¡os Cham acocos.
Cuando la Comisión de Wásliington lanzó
la idea de poner como punto ñmdamental
del pleito Paraguayo - Boliviano el límite
de puerto Ledda, me apresuré a visitar con
mi compañero Don Gregorio Acosta, uru­
guayo, a los queridos Chamacocos, que tie­
nen sus tiendas en las selvas cercanas al
mismo Puerto. Quería saludarles, bendecir­
les; y después de unos días de viaje, los
encontré a todos acampados en un gran
anfiteatro salvaje, dominados desde su
centro por el simpático Cacique Viví. Nos
recibieron con gritos de alegría y los niños
se nos acercaron con infinito cariño para
ayudamos a bajar del caballo. Pero la ale­
gría desapareció de pronto. Cuando llegué al
toldo del gran Cacique, un alarido salvaje
brotó todos los pechos, alarido que se pro­
longó en llanto doloroso, acongojado. La
gripe, con su hoz cmel, había segado la
vida de muchos niños, y las madres anegadas
en dolor, buscaban desahogo en las lágri­
mas. Me acerqué a la esposa del cacique Viví.
Bajo su tienda, sentada en el suelo a la
morana, con los cabellos al viento, la ropa
hecha pedazos y la cara tatuada, emitía,
inmóvil como una estátua sus gritos, de­
jando entre uno y otro un intervalo, como
para tomar aliento y gritar más fuerte y
desgarradoramente. L a llamé con afecto. No
me contestó. Pedí razón de su dolor, y ima
mujer en cuya cara se veían huellas de re­
ciente llanto, me mostró dos tumbas que
habían recibido unos días antes los restos
mortales de dos indiedtas cristianas: la niña
Teresa y su hermana Juanita.

M aríio Fariña, el c a d q a e de los indios Bravos,
enemigo declarado de Viví.

— Eran mis hijas, me decía la india toda
apenada, tú las habías bautizado y ahora
están allá.
Y la madre volvía los ojos al délo. Entre­
tanto la vieja cadca se había levantado de
su asiento, y acercándoseme murmuró con
voces entrecortadas:

-( 208 )

I Kran mis nietas 1
Consolé a todos con palabras de esperanza;
se erigió una cruz en la tumba de cada muertecita, y bendije los túmulos. Eran los pri­
meros ángeles que desde la selva se habían
remontado al cielo para proteger con su
plegaria eterna a los de su tribu. Pero yo
no podía darme razón de lo que veía. Me
habían dicho que cuando muere up Chamacoco en el toldo todos los demás se alejan
espantados transportando las tiendas. Y
ahora había dos muertos, en sus proprios
toldos y ellos se habían detenido en el mismo
lugar donde la muerte había vencido! Quise
saber algo... y el cacique V iví me descifró
el enigma. Estas niñas, me contestó el viejo
enjugándose unas lágrimas de amor y de
ternura, eran cristianas y no dan miedo.
Conmovido abracé al viejo abuelito y le
hablé de Dios, que ampara con su Provi­
dencia a los que quedan en la amargura.


E l c a d q n e V iví, y so esposa. — En el cenini

Y he aquí que mientras comía algo, se me
presentaron 15 Chamacocos engalanados con
Entretanto otros indios habían vuelto del plumas y sartas de perlas y cubiertos con ca­
trabajo y me rodeaban con efusión y ade­ retas. Se adelantaron algunos, me tomaron
manes cariñosos. Eran viejos amigos, pobres por la mano y me llevaron al pie de un al­
seres desamparados, desterrados, moradores garrobo, diciéndome: « Párese aquí y véalo
de las selvas, ávidos de luz evangélica, que todo ».
Me dejaron solo, y corrieron a unirse a
tan raramente les alumbra por falta de
apóstoles que la difundan. Con buenas pa­ los compañeros. Pasaron unos momentos, y
labras logré apartarlos de los pensamientos los indios aparecieron dando gritos infernales,
lúgubres que los embargaban. Das mujeres rodeando a la carrera una vieja planta. Otros
contuvieron las lágrimas amargas y dolo- 5 indiecitos, de unos 15 años, casi desnu­
rosas y los hombres quisieron ofrecerme un dos, se adelantaron hacía el grupo de co­
rredores. Todos se detuvieron en ademán de
homenaje de agradecimiento por mi visita.
batalla. Un niño se ade­
lantó para boxear con
los grandes, pero fué
levantado en el aire, en
brazos de cuatro indios,
\
entre los gritos de toda
la asamblea. Eran los
últimos destellos de la
infancia, que dejaba sus
puerilidades, para dar
paso a la juventud de
la floresta, del trabajo,
de la familia. Los niños
vencidos se entregaban
a los vencedores y se
ponían en hilera con
ellos para ejecutar las
mismas muecas, para
dar los mismos gritos.
Po«r(o Sa«tre —
de S . Pedro, de ia M isión del C haco.

Danza salvaje.

( 209 )•

TII ¡TÍOFarioa, preparándose para una excursión.

Desde mi observatorio, lo veía todo y
con xm sentimiento, mezcla de asombro y
maravilla, consideraba el significado de las
ceremonias.
B a ile

infanfi!.

laban asidos de las manos, mientras otros
compañeros llevaban el compás. ¡Pobres
amiguitos! yo los veía, los alentaba, y ellos
no podían por cierto penetrar mi corazón,
que temblaba ante su obscuro porvenir.
Bailaban junto a las tumbas de las bermanitas, y cada vez que pisaban la tierra
de los muertos se paraban, bajo las miradas
entristecidas de las madres. L a muerte no
había podido cortar la unión de las almas;
el amor había sobrevivido y quedado como
lazo potente y dulcísimo entre los muertos y
los vivos fundiendo en las madres su memoria
como si fueran aún parte de su ser corporal.
A l ponerse el sol, volvimos a montar a
caballo. Los indios que habían vuelto con
los carros cargados de quebracho, nos rode­
aron para escuchar las últimas palabras.
E l viejo cacique V iví me manifestó su de­
seo ardoroso del bautismo. Le prometí sa­
tisfacerle en mi próxima visita; di a todos
irnos regalitos, repartí ropa a las familias cris­
tianas y me alej é al galope entre los saludos ca­
riñosos de los indios. Mi corazón lleno de reco­
nocimiento daba gracias a Dios que nos había
dado la oportunidad de hacer un poco de bien.
En Casado,

La fiesta duró una hora. Los indios luego
Después de unos días llegamos a Casado.
recobraron las facciones de antes y salieron
Aquí la iglesia de la misión está entera­
para los trabajos. Me saludaron, y uno de
mente acabada y brilla al sol en todo su
ellos me murmuró b a jito ;
esplendor. Es un edificio majestuoso, lleno
— Padre, que no sepan las mujeres lo de hermosura, de severo estilo colonial. La
que tú has visto.
Comp. Carlos Casado Lim. quiso manifestar
Me quedé con los niños y las madres,
todo su cariño a la madre. Doña Ramona
adoctrinándolos a todos
en nuestra sagrada reli­
gión. Siempre apacibles
y buenas, las mujeres
me ecuchaban con ve­
neración, y los niños se
me arrimaban procu­
rando imitarme en hacer
la señal de la cruz, pa­
ra pronunciar las pa­
labras del Pater y del
Avemaria.
Terminada la lección,
unos indios pequeñuelos, que no tenían más
óe tres años, se adelan­
taron hacia mí y se pu­
sieron a bailar entre las
risas de las madres. BaiC haco Paraguayo — lodiecifo G oaoá. gaía d d M istooeor.

•( 210 )-

Sastre de Casado, levantado este grandioso
templo a S. Ramón Nonato, a cuya sombra
bienhechora se recogerá el pueblo alabando
a Dios y al Santo Patrono.
Casado está listo para recibir a los pas­
tores... Los Indios Tobas, que tienen noticia de
su cercana redención, se aproximan al templo,
y viendo al misionero le pregutan cuándo se
establecerá entre ellos para bautizar a los niños
Así con el corazón gozoso con la perspec­
tiva de nuevos horizontes que se muestran
llenos de esperanzas, se bendice a tantos
muníficos bienhechores y se sale soñando
con nuevas cosechas. ¿Y cómo no? Están ya
listas las eras para recoger las mieses...
todo el ambiente reclama más apóstoles de
Dios... Todo huele a nueva vida, huele a
alimento sano que se quiere, que se de­
sea... aspírase algo como aire nuevo, hen­
chido de trigo evangélico, herencia de los
futuros misioneros.

En Sastre,
En Sastre todo se reanima y despierta.
Después de largo tiempo en el cual la
misión alcanzó su desarrollo entre dificul*
tades de habitación y extrema pobreza, la
vida se presenta más lisonjera.
No ya el pequeño y único cuartito de la
humilde Casita de Don Bosco; no ya el único pequeño patio donde se apiñaban indios
con civilizados... H oy la misión se cobija
a la sombra bienhechora de un lindo cam­
panario que guarda una hermosa y amplia
capilla misional. Por esto y por todo lo demás
que se espera, se trabaja con mayor ahinco,
saboreando de antemano la sublime dulzura
de un abrazo con nuevos apóstoles que nos
ayuden a trabajar por Cristo, por la re­
dención de las almas.
Padre L iv io F ariña .
Misionero Salesiano del Chac^ ^'iragmyo.

Curiosidades de la vida japonesa
Los hijos.
La nota característica de la familia ja ­
ponesa, como ya dije en otro artículo, es la
preocupación por procurar la continuidad
del culto a los antepasados, y por lo tanto
el matrimonio necesariamente ha de tener
hijos; y en caso contrario, la ley permite el
divorcio o tomar una mujer secundaria, la
cual se halla sometida a la autoridad de la
legítima esposa; mas como esta solución
suele ser causa de graves disgustos en el
seno de la familia, en general, suelen solu­
cionar el conflicto adpotando uno o varios
hijos.
'

E ! nacim ienío.

Así como en nuestras tierras suelen las
madres preparar con amoroso desvelo los
primeros vestiditos que ha de llevar el ser
que esperan, aquí preparan un llamativo
kimono, compran el cordón sagrado, y los
retazos de papel blanco, que junto con
otros símbolos de la religión sintoísta, se
apresuran a colocar sobre el recién nacido a
fin de preservarle de una infinidad de enfer­
medades y peligros...

L a ansiedad y espectación de la familia
es enorme, sobre todo si ge trata del pri­
mogénito. Si nace niña ¡qué desengaño! Se
suspenden láS fiestas, se retiran las invita­
ciones, y todo acaba en un ambiente de
tristeza y mal humor. ¿Porqué? — Porque
la familia teme ver frustradas sus esperanzas
de perpetuarse.
No falta alguna excepción a esta regla,
como por ejemplo sucede en el pueblo del
joven que nos sirve de criado, en donde se
hace fiesta si nace niña y no si es un varón el
recién nacido; porque, según dicen, las mujeres
sirven para trabajar en el campo, mientras
los hombres pasan la vida en la holganza.
Si el recién nacido ha sido varón, a los
siete días se celebra una gran fiesta. El
nombre de la fiesta es Oshitsya (la sép­
tima noche). Acuden todos los parientes y
amigos de la familia, y se celebra un gran
banquete, con enorme consumo de sahe.
Después se viste por vez primera al recién
nacido con el kimono, vistosamente de­
corado con los blasones de la familia. Luego
le cortan el pelo y a continuación el padre,
o en su defecto ima persona de las más
autorizadas de la familia, le impone el nombre.

-{

2 II

La im posición d e l nombre.
Hasta no hace mucho, sohan ponérseles
diez o doce nombres; pero ahora han to­
mado la moda europea y tan sólo les ponen
tres o cuatro. E l primero es el nombre tra­
dicional de la familia. Por ejemplo: Akaiwa
= roca bermeja; Narusawa = montaña de
arroz. Es de notar que la terminación wa cor­
responde a la de nuestros patronímicos tan
vulgares y corrientes en ez, como González,
López, Sánchez...
El segundo nombre es el del país de
origen de la familia. Por ejemplo: Mura
Yama, = país montañoso; Yamamoto = a
ks faldas de la montaña.
El tercero corresponde a nuestro nombre
depila. Para el primogénito es Taro, para el
segundo Jiro; para el siguiente Saburo, etc.
En la escuela y en la calle, usan el primer
nombre, pero en el seno de la familia, nin­
guno de los tres sino otros distintos: Niisan
es el hermano mayor; Neesan la hermana
mayor; Ototo el pequeño e Imoto la pe­
queña.
Si la faTnilia es cristiana, añade a estos
los nombres del santo patrono. Pero este no lo
usan nunca y por eso, cuando a un niño
se le pregunta por su nombre cristiano, corre
a preguntárselo a su madre, porque no lo
sabe o porque tal vez se le ha olvidado.

)-

la escuela los hennanitos mayores, a quienes
entrega la carga envolviéndoles luego con la
misma cubierta.
jCreéis que los hennanitos tienen cuidado
alguno? No; ellos se ponen a jugar, o a
correr con sus compañeros sin preocuparse
poco ni mucho de la carga que llevan a sus
espaldas. Por su parte los bebés no lloran
ni se incomodan por las violentas sacudidas

La infancia.
Hasta les dos años. — Todos los japo­
neses cumplen los años en el mismo día: es
decir, el primero de enero. Eos nacidos en
diciembre del año pasado, tienen en enero
del presente, dos años.
Hasta que saben caminar, y a veces aún
después, los niños pasan su vida sobre la
espalda de la madre, de la abuelita o de los
hennanitos mayores. Instintivamente, el pequeñuelo extiende sus piemecitas; se le hacen
pasar las rodillas por unos lazos que la
madre ata delante del pecho; luego echan
encima una cubierta, que en in\iemo
parece un verdadero colchón, y que llega
liasta las rodillas de la madre, y el pequettoelo no deja ver mas que su cabezita ra­
pada y los brazitos desnudos.
Y esa es su cxma. L a madre se dedica a
sus ordinarios quehaceres de fregar, lavar,
de, como si tal cosa, hasta que vienen de

El Rvdo. P . Escnrsell (en el centro)
poco después de sn llesada al Japón.

de que son objeto. Están ya acostumbrados.
Y ríen gozosos — cuando no duermen plá­
cidamente, — como si se hallaran en la
nina más mullida del mundo.
Las niñas, sobre todb, tienen particular
placer en llevar esta carga. Cuando no tie­
nen hermanitos, llevan muñecas de tamaño
natural.
Con frecuencia viene a nuestra residencia
lina n^ña que no pasará de los 8 años y
siempre trae a su hermanito a la espalda,
meciéndole con tina gracia tal, que cautiva,
y ella deja ver por la alegría de su rostro la
satisfacción de que se halla poseída.

■ ( 212 )-

Hasta Jos cinco años.
I^a familia los deja en completa libertad.
Pasan la vida en la calle jugando y gri­
tando. IvO curioso es ver de vez en cuando
a uno de estos mocosuelos que sin más ni
más se pone a llorar desaforadamente. ¿Qué
tripa se le ha roto? — preguntaréis —
Pues nada, es sencillamente, que tienen
hambre y ese es el modo más eficaz de pedir
el pecho a sus madres. Porque aquí no des­
tetan a las criaturas hasta los tres años.

compensará en parte las veces que no se
lavan la cara en invierno, según se puede
comprobar en los muchachos que acuden a
la Misión. En verano, por dentro de casa,
van desnuditos, y esto que nosotros no po­
dríamos sufrirlo, por considerarlo ima in­
decencia, para ellos no tiene importanda
algtma, pues se hallan acostumbrados, ya
que aún las personas mayores tan sólo se
cubren con un sencillo taparrabos. La causa
es el intenso calor que hace en estas casuchas
de madera, paja y cartón, que en lo más
fuerte del verano, deben estar a la temp^
ratura del homo.
R esp eto p o r Jos niños.

Un precioso b e b í del Imperio del S o l Naciente.

Satisfecha su necesidad, vuelven alegres y
contentos a sus interrumpidos juegos.
Desde pequeñitos usan ya las sandalias ja ­
ponesas, llamadas Cetas. Consisten en dos
tablillas planas, de madera, con dos tacones
cada una, la altura de los cuales varía según
el tiempo sea seco o lluvioso. En la parte
anterior hay un par de cintas que hacen pasar
entre el pulgar y los demás dedos, y con este
sistema tan sencillo de calzado, corren, jue­
gan, saltan, sin que se les caiga jamás, cosa
que a primera vista parece imposible. Hasta
van expeditamente en bicicleta.
Dos o tres veces al día, les dan un buen
baño, en unos cubos de madera... y esto

Dentro de la familia no se trata de tú a
nadie. Al final del nombre añaden la ter­
minación San que quiere decir señor. Así:
Otosan, señor 'padre; ogiisan, señor abuelo;
Imotosan, Señor hermano pequeño, etc. B
tratar de tú a una persona es un verdadero
insulto en el Japón.
Las caricias aún a los hijos, %son desco­
nocidas. Nada de besos ni abrazos. El trato
cariñoso que en nuestras familias se da a
los pequeñuelos, no lo pueden concebir. Pero
en cambio se guardan mucho de pegarles o
de reprenderles. En una ocasión descubri­
mos a un muchacho que por dos o tres
veces había robado algunos objetos dentro
de casa; y al encontramos con su padre, se
lo dijimos, recomendándole diera una fuerte
reprimenda a su hijo. Le llamó, y delante de
nosotros, con el mismo tono de voz que con
nosotros usaba, le dijo: — Eso que has hecho
no está bien.
Y esta fué toda su reprensión.
Naturalmente, con esta educación, cre­
cen libres como los pajaritos del cielo,
nadie les exige cuenta de cómo emplean su
tiempo y a veces, a altas horas de la noche,
vienen algunas madres a preguntamos por
sus hijos, que no han aparecido en casa
desde las primeras horas de la mañana.
Y este trato respetuoso hacia los peque­
ñuelos, no sólo se les da en la familia, sino
también fuera de casa, en la calle, son respe­
tados. Así se ve a veces a los kurumaya, o
cochecitos tirados por hombres, que, por no
estorbar el juego de tmos rapaces o por no
atropellarlos, dan largos rodeos; y en caso de
no ser posible, los van apartando delicada­
mente con la mano.

-(

213

Cuenta el historiador japonés H e a rn que
uno de los bandidos más famosos del Japón,
Ishirawa G o e r m o n , entró en cierta oca­
sión a robar en im a casa, dispuesto a
matar a quien se le opusiera. Pero quedó
sorprendido ante la sonrisa de un pequeñudo que desde su cunita le extendía amo­
rosamente los brazos. Sin pensar en otra
cosa, se puso a jugar con él, tan ajeno al
mundo que le rodeaba, que, advertita la po­
licía, pudo sorprenderle y capturarle fácil­
mente.

)-

La Sierva de Dios
Doña Dorotea de Chopitea
A últimos de abril se termino el proceso or­
dinario instruido en la Curia de Barcelona para
la Beatificación de la Sierva de Dios Dorotea
de Chopitea, viuda de Serra, ilustre Coopera­
dora Salesiana.
H a actuado de juez delegado presidente, el

C ostnm bres japonesas: on grapo de Difieras.

También comprueba lo mismo la estadí­
stica de la criminalidad, en que se advierte
que de familias enteras, asesinadas por criDünales, tan sólo quedaron con vida los
niños.
Dicen los japoneses que por medio de los
Diños los hombres conocen el H a de todas
bs cosas. Conocer el H a de todas las cosas
qniere decir, según frase corriente de la li­
teratura japonesa, tener ima naturaleza im ­
presionable, delicada, im corazón sensible.

{Continuara}
P edro E scdrsell ,
M isio n e r o S a le sia n o .
Cita, J a p ó n , 2r¡ m arzo 1930

Doctor D. Francisco de P. Pérez, canónigo
Maestrescuela de aquella Ilustre Catedral.
Para la instrucción del proceso sobre la vida,
santidad, virtudes y milagros de la Sierva de
Dios y de los dos procesÜlos super non cu liu y
de perquisitione scripíorum , se han celebrado
l i o sesiones y se han oído más de treinta tes­
tigos.
L a sesión de clausura celebróse en la capilla
publica del Palacio episcopal. Los procesos
fueron cerrados y sellados para ser archivados
en la Curia. Y el Sr. Obispo entregó al Reve­
rendo Padre Julián Massana, Salesiano, y
Postulador de la Causa, una copia auténtica
de los mismos para que en persona los presen­
tara a la Sagrada Congregadlo de Ritos.
A la ceremonia asistió numerosa y selecta

•(

214

concurrencia, destacándose en primer lugar
los inieinbros de la familia de la Sierva de Dios,
con representaciones de los numerosos Colegios,
asilos y casas benéficas, fundadas o protegidas
por la caritativa Dama.
L L U V IA

D E G R A C IA S

aíribuídas a la intercesión de la Sierva de D ios
D O R O T E A D E C H O P IT E A .

Situación apurada.
E l día 27 de diciembre me hallaba algo triste,
pues a pesar de que tengo ima buena colocación,
la única entrada es la mía, y por estar bastante
atrasada, me hallaba m uy pesimista y sin saber
qué pensar.
A las i2 ’30 estaba cosiendo y echando cuentas
cuando llegó por correo el librito «Lluvia de
G racias» A l ver tantas gracias y favores de
Doña Dorotea suspirando dije:
— N o te olvides de mí, Doña Dorotea; ya
ves cómo me encirentro.
E l mismo día a las tres de la tarde fui a ver
a un Padre para contarle mis penas; pero no
pude, porque había ido a visitar en enfermo y
esto me entristeció.
Entonces me vino al pensamiento ir a visitar
una señora a quien yo conocía. L a encontré
rezando el Rosario. Me preguntó cómo estaba.
Y o dije: — Como siempre.
Ella añadió;
— Si viviera Doña Dorotea no lo pasaría
tan mal.
Estuvimos un rato hablando y al despemos
me dijo;
— Aunque no sea mucho, venga todos los
meses que le daré algo.
Pué grande mi sorpresa. Jamás pensé pudiese
comprender mi necesidad y por eso jamás le
había pedido nada.
Además de esta gracia, ha obtenido otras
varias en días críticos en que no teniendo donde
volverme, mirando el retrato de Doña Dorotea
el mismo día se me solucionaba el conflicto.
Como deber de gratitud a Doña Dorotea, lo
publico para que se animen los pobres como yo
y que tengan confianza en la que fué Madre de
los necesitados.
L u isa L in a r e s .

Difícu/fades económicas.
Encontrándome en gran apuro de dinero
pnm cmnjilir con serios compromisos después
de la muerte de mi querido esposo, traté, por
todos los metiios posibles, de vender un terreno
de mi preípetlad: pero todos mis trabajos fueixui imttilcs: y entonces, como a supremo recurso
acudí a la Sier\-a de Dios Dorotea de Chopotea
haciéndole la promesa de una hmosua p>ara su
causa de Beatificación, publicar la gracia en el

)-

Boletín Salesiano y dar ima limosna para U
iluminación del altar del Sgdo. Corazón.
Hechas dos novenas de misas y comuniones
recibo la gracia deseada, y por ello doy in
finitas gracias a mi poderosa mediadora.
Salto {Uraguay).
R osa B ea n c a A m brosini

de

A ndrade.

M E L IL L A {España). — Encontrándose en
inminente pehgro de muerte, a judo de los
médicos, mi hija política doña Juha Krausse
de Carrasco, a consecuenda de imas fiebres infecdosas, tuve casualmente la inmensa suerte
de escuchar de sus labios palabras de consuelo,
y el consejo de que sin pérdida de tiempo
empezara con mi familia una Novena, pidiendo
la curadón de la enferma, si así convelía, por
intercesión de la Sierva de Dios Doña Dorotea.
Así lo hidmos, con la mayor fe y puedo te­
ner hoy la alegría de manifestarle, como le pro­
metí hacerlo, que mi hija se encuentra fuera
de todo peligro y en franca convalecenda, lo
que no podemos menos de atribixir a la miseri­
cordia divina manifestada por intercessión de la
mendonada Sierva de Dios.
L e autorizo para que pueda dar esta carta
publiddad, si lo estima conveniente.
A nged Carrasco.

M aniSestan fam bién s u gratitud a Doñd
D orotea:
A SU N C IÓ N (Paraguy ). — Cristina Zubizarreta, por una gracia obtenida jx>r intercesión
de la Sierva de Dios, y envía una limosna.
C H O N E, — Leopoldina de Bravo, por haber
alcanzado la salud, y envía una limosna.
A G U A S C A L IE N E S (Mé jic o ). — Guadalupe
de los. Reyes de Cervantes, p)or una señalada
grada.
C A L I (C01.ONBIA). — Ehsa Castillo y LoU
Lloreda, por varias gracias.
E L C E R R IT O (Colombia ). — Manuela de
Tenorio y Raquel Tascón, por haber obtenido
la fehz soludón de varios asimtos, mandan
una oferta para los gastos de la Beatificadón.
P A N D O (U r u g u a y ). — M. Mercedes Furrioo
Guerra, por una gracia recibida.
L IM A (PERU). — A. T. de S. por haber sido
escuchada favorablemente en una necesidad,
agradecida, envía ima Umosna para los gastos
de la Causa.
M A R A CA IB O (Venezuela ). — Delía Ramí­
rez, por un favor recibido. Envía ima limosna.
SA N R O Q U E (España ). — Doña 01 imp¡«
Recaño manda ima limosna agradedda a la protecdón de Doña Dorotea en una grave necesidad.
S A N T A T E C L A (E l S alvador ). — MaríaK.
Ruiz por haber obtenido la salud de su padreS A S T R E (Argentina ). — Anita Tolozano,
p>or dos gradas redbidas.

215

!

£] limo. D r. M illares. O bispo de B arcelona con los Rvdos. S res. S acerdotes qae form aban
el (ribonal Eclesiástico para la cansa de Beatificación de D oña D orotea.

Qiuto (E cuador) — Los C o o p tfad o re s rodeando a M ons. D e la T orre, en ocasión de las fiestas del B eato.

Culto de María Auxiliadora
G R A CIAS
DE MARÍA AUXILIADORA

Curación de una hemorragia.
Hago pública mi eterna gratitud a María
Auxiliadora por un señalado favor recibido.
E l día 14 de diciembre de 1929, al amanecer,
sentí una hemorragia interna en el estómago:
como carecía de recursos para pagar la visita
de un médico que me asistiera en tan grave
necesidad, tuve que resignarme a sufrir sin
esperanza, hallándose toda mi familia sumida
en la más espantosa desolación. Por fortuna
me acordé entonces de la bondad sin límites
de la Auxiliadora de los Cristianos, y lleno de
confianza y con todo fervor, le dije: « O h M aría,
ten piedad de m i y favorece a este tu fiel devoto en
el apurado trance en que se halla »
Y María no se hizo rogar mucho; casi al ins­
tante, sentí que me pasaba el mal y al día si­
guiente, sin intervención ninguna del médico
me hallaba completamente bien. Agradecido,
cumplo mi promisa de publicar la gracia en el
B oletín y envío ima limosna para las obras
salesianas.
C a li (Colombia) 5 abril, 1930.
J. JOSE RAftnRKZ M akea , Coop. Sales.

M e cura de varias enfermedades.
Encontrándome gravemente enferma de tu­
berculosis. acudí al métlico, pero en vez de me­
jorar bajo su tratamiento, fní empeorandode
día en día, luista j)eixler toda esperanza de
curación. Entonces acudí a María Auxiliadora
sxiplicándole me alcanzase de su D in n o Hijo
la curación completa del terrible mal que pa­
decía.
I.a bondadosa Madre de los desvalidos, escu­
chó mi plegaria, haciendo desaparecer por com­
pleto el mal que durante cuatro años iba mi­
nando mi existencia.
Poco después se me declaró un fuerte dolor

en el estómago, y el médico a quien acudí me
dijo que la causa era un tumor que se estaba
formando. Recurrí nuevamente a María Au­
lladora haciéndole la misma súplica, y de nuevo
se dignó consolarme.
Agradecida por tantos favores, cumplo lo
ofrecido, mandando tres pesos de limosna y
suplicando se publiquen las gracias en el Boletín
Salesiano para arecentar en todos el amor y la
confianza en María Auxiliadora.
C a li (Colom bia) enero 1930.
INES O te r o V ie lalobos , Coop. Salesiano.

Pude seguir mi vocación.
Sintiéndome llamada al estado religioso tuve
que esperar varios años antes de ver cumplidos
mis deseos, a causa de la oposición de algunos
miembros de mi familia. Cuando por la bondad
de María Santísima pude salir de casa para
ingresar como aspirante en el Instituto de
María Auxiliadora, mi salud se resintió de tal
manera que estuve a punto de tener que volver
a mi casa.
María Auxiliadora a quien acudí llena de
confianza, me ayudó también durante esta
segunda prueba devolviéndome la salud. Pude
vestir el Santo Hábito y después de dos años
de Noviciado tuve el gran consuelo de hacer
mi profesión religiosa.
Agradecida a mi buena Madre María Aus*
fiadora cumplo la promesa de publicar la grada
y mando una pequeña oferta para las misiones
Salesianas.
B u en os A ires 30 de M areo de 1930.
Sor M a r ía TE r z .a chi H. de M. A.

Una infección.
A un hijito mío de tres meses de edad, se le
declaró de improviso una grave infección in­
testinal, haciendo el mal tan rápidos progresos,
que se vió a las puertas de la muerte sin que ks
remedios recetados le aliviaran en lo más mí­
nimo, ni los médicos lograran vencer la enfer­
medad. Viendo que no había salvación en k*
remedios humanos, acudí con plena confian?»

( 21? )•
a la que es Auxilio de los Cristianos, que no
dejó sin consuelo a la madre que con tanta fé
le pedía la salud de su querido hijo. A l acabar
la novena y el triduo que hice por este fin, el
niño empezó a mejorar notablemente y hoy
día se halla m uy mejorado, esperando de María
Auxiliadora, me lo querrá conservar con salud
por muchos años. Agradecidísima, mando una
fimosna para su Santuario de Turín.
Cali [Colombia) i i marzo de 1930,

Ma TII,DE V . DE BERON.
Una vocac/on vicíorioaa.
Hacía ya más de im año que veníamos lu­
chando para que un hermanito nuestro pudiera
seguir su vocación. Mil circunstancias se oponían
su viaje a la casa de formación. Su padre, prin­
cipalmente, era el mayor obstáculo y la escasez
de medios imposibilitaban realizar los ardientes
deseos del jovencito. E n tan difícil situación
recurrimos con fe a la que es Consuelo de los
afligidos y Auxilio de los Cristianos que con fe
la invocan. Propusimos hacer ima novena co­
mulgando cada día. Pasó un mes, dos, tres
meses; el asunto parecía cada vez de más difícil
solución. Acudimos más confiadamente a María
Auxiliadora repitiendo la novena, y apenas
terminada, la benignísima Señora se dignó
patentizar su favor, pues sin saber cómo, la
oposición del padre se trocó en eficaz empeño
por el viaje presentándose también los medios,
de una manera insperada. ¡Bendita seas, Madre
querida' Tu protegido y yo nos unimos para
tributarte ferviente acción de gracias.
Mosquera [Colombia) 24 marzo 1930.
P. de J. S. S.

también gracias a M aría A u xilia ­
dora y envían una lim osna:
ANAHEIM (E. E . U . U.). —
Chárriz.

Timotea de

b l a n c a (Argentina ). — Delia E . Mozzoni,
por la curación de su madre.

(España ). — Antonia Frexe,
por varios favores.
BARCELONA

CALI (Co i ,OMBIA). — Hermelinda Reina de
Probar, Hermelinda Valencia, Matilde Hede Zatizábal, Vicenta Ledesma, vda. de
Iglesias, María Josefa Espinosa, Mercedes N o­
gales, Rómula Clavijo, Cilia García, Dolores
de T., Matilde M. de Mercado. Julia
íloreda y Ix)la Lloreda, por gracias recibidas.
CAÑAS (Uruguay ). — Eusebia M. Palomeíae, por haber alcanzado la salud. — Una
Bevota, por haber conseguido la curación de
®ia enfermedad crónica de un niño.

C E R R IT O (Coeombla). — Raquel Tascón,
Hersüia Tenorio, Clímaco Reyes, Lucrecia
Tenorio, Carmen de Reyes, Elisa Saavedra
Delfina de Tascón, Cecilia de Domínguez, Cesarina de Tascón, Ramón Tascón, Leticia de
Escobar, Nieves Escobar, Germán Reyes, Car­
men de Otero, Rosa Reyes y Elena Ocampo
agradecidas por señalados favores.
CO M PO STELA (MÉJICO). — Una coopera­
dora Salesiana, agradecida por la curación de
im hijo.
C O R D O B A (España ). —
guito de Gonzáles.

Magdalena Jim-

J A T IV A (E sp a ñ a ). — J. B. R ., pór varias
gracias alcanzadas.
L O S A N G E L E S (EsT. U n .). —
Murillo, por im señalado favor.

Modesta

M O N T E R R E Y (Méjico ). — Gloria Martínez
de Martínez, Dolores González, vda, de V., A. L.
por varios favores.
M O N T E V ID E O (Uruguay ). — Rosa S. de
Vaghi, María T. de León de Roca, Manuela
Lecco de Balestra testimonian su gratitud a
M. Auxiliadora y al Bto. D. Bosco por especia­
les favores.
N O G A L E S (EsT. U n .) — G ^ o v e v a Vega,
por haber salido bien de una difícil operación.
P A V A S (Colombia). — Heliodoro Orejuela,
Pacífico Orejuela, Lucio Satizábal, J. M. Mó­
tate, Mercedes de Buenaventura, Trinidad
Escobar, Virginia de Bonilla, Concepción Camacho María Cardona, Fidelina Valencia, Juana
González y N. B.
Q U ILM ES. (A r g en tin a ). —
Berraz.

Pierina B. de

S A L A D O (CouoííBIA). — Jovina Ramírez,
vda. de Monteya, Juana de Dios Figueroa y
Mercedes de Figueroa, por gracias recibidas.
S A L T O (Uruguay ). —
Hilda Madeiros
Fomello, Juanita S. D ’Angelo, C. S. de Zanotta
y María N . de Lombardo.
SU A Q U I G R A N D E (MÉJICO). - Teresa S.
de Flores, agradecida a la protecd&i de M.
Auxiliadora.
SA L A M A N C A (España ). — Silverio Cua­
drado, por haber obtenido una colocación.
TACUREM BO
Martínez.
TARRAGONA

(Uruguay ). —

Odila

M.

(España ). — J. M. Serrano.

Y ü M B O (Colombia ). — Marcos Satizábal
y su esposa, Faustina Morales, Leticia de Gue­
vara, Animciación Guevara S., Angélica Acevedo L ., Juan Sepúlveda, Juana Ortíz y Beatriz
C. de Sánchez.

Por el mundo sa/esiano
C IU D A D E L A (España ). — L a fiesta del
Beato J u a n Basco. — L a Obra salesiana se halla
profundamente arraigada en Ciudadela. E n las
Escuelas Salesianas se educan la mayoría de
sus niños; lo más selecto de su juventud en ellas
se ha fonnado; y lo mejor de la sociedad ciudadelana tiene a honra pertenecer a la flore­
ciente Asociación de Cooperadores Salesianos.
No es de extrañar, pues, que al tratarse de
celebrar la fiesta del Beato Juan Bosco, Ciu­
dadela entera se uniese a los Salesianos en
su alegría, celebrando como propia la fiesta
de su Beato Fundador.
Y a el día 25, vfapera de la fiesta, la Banda
del Colegio recorrió las calles, despertándola
animación e invitando a los fieles para el día
siguiente.
Desde la primeras horas del 26 empezó a
notarse en la Iglesia de María Auxiliadora extra­
ordinaria afluencia de fieles, que acudían nume­
rosos y devotos a recibir la Santa Comunión.
A las 10, empezó el Oficio solemne, cantando
todos los niños del Colegio la Misa de A n gelis.
El Rdo. P. D. Gustavo M. Más, Salesiano, fué
el encargado de tejer el panegírico del Beato
y enfervorizó a los numerosos asitentes presen­
tando a D. Bosco con los caracteres del verda­
dero Apóstol.
Por la tarde, tuvo lugar la grandiosa manifes­
tación , bendición de la nueva imagen del Beato y
festival giriiuástico. Recibida de los acreditados
Talleres Salesianos de Sarriá la hermosa estátua
del Bto. Juan Bosco, fué llevada al domicilio del
Dr. D. Antonio Anglada, Presidente y Decano de
los Coo|>eradores Salesianos de Ciudadela, quien
había tenido el alto honor de hablar personal­
mente con el mismo D. Bosco; desde allí tenía
que ser trasladada en grandiosa manifestación
de cariño a la iglesia de María Auxiliadora. A
las cuatro llegó el limo. Sr. Obispo Coadjutor,
acompañado del dignísimo señor Alcalde y
Autoridades. Abría la marcha el gnipo gimnás­
tico con su bandera y tambores; seguía la Banda
Salesiana tocaiulo alegres piezas, luego la ima­
gen del Beato llevada por Antiguos Alumnos,
rodeada de flores y acomp>añada de las miradas

de todos, que no se causaban de contemplarla,
y finalmente, presidido por el limo, señor
Obispo y Autoridades, im grupo compacto y
numeroso de admiradores que acompañabas
a Don Bosco en su triunfo. Llegados al San­
tuario, el limo. Sr. Obispo Coadjutor, revestido
de Pontifical, procedió a la bendición de la
nueva imagen que fué apadrinada por el Sr.
Notario, Dr. D. Antonio Anglada y la distin­
guida Sra. doña Agustina Mariño.
Después de la Bendición Eucarística, se
dió a besar la Reliquia del Beato; la iglesia
profusamente iluminada se hallaba llena hasta
rebosar, y en medio de la multitud la imagen
del Bto. Juan Bosco, rodeada de luces y sobre
un lecho de flores recibía las primeras plegarias
de Ciudadela agradecida.
E l festival gimnástico, había sido preparado
con esmero y resultó atractivo en sxuno grado.
Para la tarde del domingo, estaba anunciada
la solemne velada homenaje, y fué, ciertamente,
el acto recreativo de más realce en estas fiestas
E l salón-teatro se había adornado con gusto
exquisito y la imagen del Bto. Juan Bosco
campeaba gloriosa bellamente iluminada. Ocu­
paron la presidencia las mismas distinguidas
Autoridades de la tarde anterior.
E l Presidente de los Antiguos Alumnos turo
a su cargo el discurso de introducción, y viviviendo, como rrive, vida esencialmente sale
siana, no le fué difícil retratar de mano maes­
tra la figura de D. Bosco.
E l niño P'. Mir, cantó con maestría la inspi­
rada romanza del Cardenal Cagliero 1 E l Hucrfanito », logrando conmover a los oyentes; p«w
lo que sobre todo deleitó al auditorio fué 1*
hermosa opereta de Pedrolini t¡Bu!... N'**
frío* * en la qxie la Schola lució sus habilidades
artísticas y musicales bien cultivadas.
L a Banda dirigida por el inteligente maestro
P\ijolar S. S ., estuvo a la altura correspondiente,
no desmereciendo im ápice en la fama que
tiene justamente conquistada.
Un cuadro plástico en el que aparecía el
Bto. Juan Bosco protegiendo a la niñez, pus®
fin a la fiesta tan grandiosa y entusiasta.

•(

219

SALAMANCA (E s pa ñ a ). — Colegio de M a ría
Juxiliadora. — L a fiesta del S r .' Director.
Con motivo de la brillantísiiiia fiesta con
que los jóvenes de este Colegio han querido
mcstiar su gratitud y afecto al Rvdo. Sr.
D. Jesús Corcuera, ha tenido lugar la inau­
guración de una estación radioemisora, que
como preciado regalo han ofrecido los alumnos
a su querido Director.
De ninguna otra manera más simpática podía
inai^rarse esta nueva estación, qué radiando
la hermosa Velada que al caer de la tarde se
celebró en el teatro del Colegio en honor del
Sr. Director.
Las bellas y españolísimas melodías de Albéniz
y Granados, que tan finamente interpretaba
la banda de la Victoria, las poesías y discursos
enque los niños exponían tan filiales y delicados
CMiceptos al señor Director, las cálidas estrofas
de Gabriel y Galán, los himnos que el Colegio
enpleno, con voces vibrantes y afinadas entonó,
las palabras de gratitud que el Director, emodonado, pronunciaba, todo, merced a la feliz
idea de tener propia emisora, volaba por la
Europa entera, quizás a América y más allá:
y la onda extracorta llevaba en sus alas los
ecos de un acto tan simpático, tan educador.
Ha sido una iniciativa largo tiempo acaridada y que ha realizado la compenetración
afectuosa de profesores y alumnos.
De esta manera, la vida del Colegio no se
ceñirá tan sólo a los escolares.
Podrán seguirla, paso a paso, desde sus ricas
dehesas o desde los más apartados pueblecillos
de la sierra, las familias de nuestros Colegiales.
Tal vez la mamá, rodeada de los hermanitos
y parientes, oirá con lágrimas en los ojos la voz
desu hijo que recita ante el micrófono, o sabrá
conmovida que es la mano de su estudiantino
de María Auxiliadora la que modula las ondas
<lue le traen los ecos venturosos del Colegio!

- - E n el Colegio de S a n B en ito —
foáón de u n turno tarsiciano.

Inaugu-

En el Colegio Salesiano de San Benito se
®auguró, el 20 del pasado abril con toda soIcouudad un nuevo tum o tarsiciano.
Autorizados los jóvenes adoradores nocturKs del X I I tumo, para fundar imo de San
Taidsio en el Colegio Salesiano, en donde
ditiios jóvenes recibieron su educación social
y religiosa, pusieron manos a la obra.
Eosieron por delante a María Auxiliadora,
* excelsa patrona, y se dirijeron a personas
®^tes de la Eucaristía y de dicha milagrosa
y no tardaron en conseguir lo que se
P*¥^an: Bandera, Rituales, distintivos etc.
es reconocer que tanto el Consejo

)•
Directivo de esta Sección, como parte de sus
miembros, ayudaron eficazmente a ello, ya
que se dieron cuenta de la gran ventaja que
traía consigo el ftmdar un tum o de tarsicios en
esas Escuelas que tantos beneficios están re­
portando a la Ciudad.
E n su consecuencia, el Excmo. Prelado de
la Diócesis, Dr. Don Francisco Fm tos Va­
liente, bendijo la Bandera a inauguró el nuevo
tum o tarsiciano, prommciando sentidas pala­
bras de aliento y de enhorabuena para ios
cincuenta nuevos adoradores, haciendo ima
hermosísima apología de la Fé Eucarística y
exhortándoles a^no renegar nunca de los sanos
principios que los P. P. Salesianos les inculcan.
Dos nuevos adoradores y sus hermanos los
del Tum o X I I (nocturnos) consagrado a María
Auxiliadora, obsequiaron a los asistentes al
acto religioso, con ima hermosísima Velada
en la que se cantó el Himno a San Tarcisio,
y se representó con justeza el sentimental cuadrito histórico « E l Martirio de San Tarsicio».

R IO G A L L E G O S (Argentina ). — E n honor
de Dom ingo Savio. — E l día 9 de marzo, 73
amvereario de la muerte del angélico jovencito
Domingo Savio, no pasó inadvertido para los
alumnos del Colegio Salesiano de Río Gallegos.
Desde la semana anterior se venían preparando
composiciones, poesías y cantos para celebrar
tan simpática fecha con verdadero entusiasmo.
E l domingo 9, después de la Misa mayor reu­
nidos todos los niños en el salón de actos, dióse
principio a ima sencilla velada, en la que los
alumnos ofrecieron a su angelical Modelo el
mejorpégalo, al presentarle las notas de con­
ducta que les fueron leídas, que eran todas
óptimas. Después de la lectura de varias com­
posiciones y, declamación de escogidas poesías,
se cantaron hermosas piezas musicales. Puso fin
a la fiesta el Sr. Director del Colegio, animando
a los alumnos a la imitación de Domingo Savio
en todas sus virtudes, especialmente en aquella
que constituye su característica y que el Beato
D. Bosco quería fuese la que distinguiese a los
jovencitos educados en las Casas Salesianas.

G R A N A D A ÍNicaragua ). — H onroso in ­
forme. — Los Comisionados oficiales mandados
por el Gobierno a nuestro Colegio « Juan Bosco,#
dirigieron a la Superioridad, con este motivo
el siguiente informe:
< Comisionados por Ud. para presenciar los
exámenes sintéticos de fin de curso en el Colegio
« Juan Bosco, * de esta ciudad, nos constituimos
en él, en los días 17 y 18 del mes ppdo, y acom-

•( 220 )pañados por el Rdo. P. Emilio Bottari director
del establechnieiito, vimos y oímos a los alum­
nos de la Escuela Graduada anexa al Colegio
« J lian B osco» y quedamos completamente
satisfechos ya sea por el modo muy educado
con que los niños se presentaban delante de la
Comisión, ya sea por lo hermoso y franco con
que los examinandos contestaban a nuestras
preguntas, y desarrollaban en nuestraa pre­
sencia los varios problemas que les proponía­
mos.

tual de sus niños: parece que lo que más les
agrada, es que en el Colegio «Juan Boscoi.se
usa con sumo esmero el sistema preventivo,
que consiste en poner al niño en la imposibilidad
de faltar a sus deberes merced a la santa astuda
del maestro en preverlo y prevenirlo todo, por
cuanto humanamente se puede.
Ciertamente el fundador de los Salesianos,
el inmortal Don Bosco, tuvo una luz celestial
en favor de la educación de la niñez y de la
juventud, luz vivísima y bienhechora que se

Valencia (EspaAa) — G rupo de A n U ^ o s Alumnos que han celebrado los Ejercicios Espirituales.

L a Escuela superior Graduada consta de 130
alumnos y trabajan en ella 6 profesores muy
aptos y cumplidos, y la Graduada elemental
tiene 220 niños con 7 profesores de nuestro
conocimiento personal.
De los 350 nlunmos examinados promovidos
al grado inmeiliatamente superior 339, cosa que
verdaderamente consuela y edifica.
L a disciplina escolar, en términos generales,
nos hizo la impresión que se lleva al contem­
plar un pequeño ejército bien instruido y cultivatlo Ciertamente esos niños que son los
hombres del mañana, harán honor a sus fa­
milias y a la Patria.
La voz común es que todas las familias que
lum tenido o actualmente tienen sus hijos en
el Colegio «Juan Bosco *, están muy satisfeclias
y agradecidas por el adelanto moral e intelec-

nota en sus hijos y ayuda felizmente a todos
los alumnos que llegan a las casas salesianas.
Ojalá, cuanto antes el Supremo Gobierno
ponga por obra el pensamiento, que varias
veces ha manifestado por boca del señor Presi­
dente Moneada, de poner una Escuela Salesiana
en cada dejwrtamento de esta República •-

C A R TA G O (C o sta R ic a ). — Gratísima ■
honrosa visita. — Fué la que nos hiciere» de
improviso el día 26 de marzo el Exemo. í*’’
Ministro de Instrucción pública D. León Cor­
tés y el Director Creneral de Estudios D. RaffláB
Céspedes, acompañados de sus secretarios.
Como nada se había preparado para reobú

-( 221 )Ügnamente a tan ilustres huéspedes, el Sr.
Director los entretuvo unos monentos en el
iocutorio, mientras la campana se encargaba
de llamar a todos los jóvenes, que en aquellos
uKaaentos se encontraban en sus talleres res­
pectivos, en plena actividad.
A los pocos minutos, precedidos por la
Banda se presentaron ante las Autorida­
des todos los jóvenes del Colegio, y después de
ritorear y aplaudir a los representantes del
Gobierno, les dirigieron breves discursos de
saludo y bienvenida, que Su Excelencia agradedó conmovido.
A continuación regresaron los alumnos a sus
talleres, y los ilustres huéspedes tuvieron la de­
licadeza de visitarlos en su trabajo, recorriendo
los salones de mecánica, zapareria sastrería,
ebanistería e imprenta, quedando en todos
rivamente satisfechos.
Después de visitar la casa, fueron invitados
i honrar nuestra pobre mesa, a lo que acce­
dieron gustosos, compartiendo la frugal comida
del pobre salesiano.

FORTIN M E R C E D E S (Argentina ).. — L a
ftsia del Beato D o n Bosco. — E l devoto mes
en preparación a la fiesta del B. Padre, cele­
brado con fervor de corazón y con inusitado
ípaiato litúrgico, terminó con el solemne no­
venario predicado por el Rdo. Sr. Inspector Dr.
Gaudencio Manachino, de retomo en esos días,
de una larga gira misionera por las regiones
ooidilleranas.

Inspirándose en la más dulce familiaridad
talesiana, durante los días de la novena, los
clérigos del estudiantado, los novicios y los
íspirantes, momentos antes de entrar en sus
wpectivas aulas de estudio, reunidos a los
pes del monumento del Beato, cantaban el
lónno salesiano y escuchaban im discursito
pKnundado ya por un clérigo, ya por un nonao, ya por un aspirante, en el que siempe se enaltecía la vida y las virtudes del
B. Padre.
Durante esos días, en las varias clases se
•^aron, como temas de composición, episo­
dios relativos al Beato.
Con tan esmerada preparación, la solemni­
z a fiesta no podía menos de resultar un grandioeo himno de amor al Beato. Cantó misa el
®®no Sr. Inspector y la schola caniorum ejeZ » con singular acierto la « M is s a D avidica »
« Mtro. Perosi. Por la tarde, después del canto
* las vísperas, se veneraron las reliquias del
mientras la citada escolanía ejecutaba
Solemne Laúdate D om in um a 4 voces del

Ett.

Página de los ex^alumnos
V A I/E N C IA (E spañ a ). — Eos Antiguos
Alumnos han celebrado su día de una manera
digna de su brillante tradición. E l Colegio
Salesiano, llamado por el Sr. Director la <Co5a
de los pueblos > porque son 14 los que mandan
sus hijos a las Escuelas Salesianas, se hallaba
adornado como en las grandes fiestas.
Se dió comienzo a las solemnidades, con una
Misa de Comunión, que coronaba dignamente
los Ejercicios Espirituales, realizados con xma
asistencia extraordinaria, pues los participantes
pasaron de doscientos, entre ellos el Barrio
D . Bosco en pleno.
E l Rvdo. Sr. Inspector, D. José Calasanz,
antes de repartir la Santa Eucaristía dirigió a
los jóvenes un fervorín que les inflamó en amor
a Jesús Eucaristía.
■ A continuación, en el salón del Centro, se
sirvió a todos xm suculento desayuno, pasando
el resto de la mañana entre alegres diversiones.
Cerca de las dos, sentáronse todos alrededor
de sus antiguos Superiores y en el banquete
reinó la más franca alegría. A los postres se
levantó a hablar el Sr. Director, P. Conde,
congratulándose de ver representadas en aquel
verdadero ágape famihar todas las clases
sociales: la Industria, el Comercio, la Univer­
sidad, el Ejército, la Aristocracia y el Obrero,
que conviven todos como hermanos en la mayor
armonía porque todos se glorían de tener el
mismo padre y las mismas aspiraciones.
E l Exemo. Sr. Barón de Cárcer habló después,
dirigiéndose especialmente a la sección de L e­
gionarios Católicos, integrada por im grupo de
Ex-Alumnos; les animó a seguir por el camino
emprendido, asegurándoles que con la constan­
cia y con las almas bien templadas por la E u ­
caristía, tienen asegurado el triimfo de sus
nobles ideales.
A continuación habló D. Enrique Vallbona
como presidente del grupo de Adoradores noc­
turnos, integrado por los antiguos alumnos
salesianos. Hizo ver la necesidad que tiene la
sociedad de hombres apóstoles, y que estos
sólo se forman ejerciendo la caridad en favor
de los semejantes, sin ruido, sin brillo, pero con
eficacia.
También hicieron uso de la palabra el Cate­
drático de la Universidad D. Vicente Martí, el
Presidente de los E x - Alumnos, Sr. Aznar y por
fin el Rvdo. Sr. Inspector, quien dijo que si
bien Valencia tiene fama de ser la ciudad de las
flores, con todo, ai ver aquella hermosa agru­
pación de jóvenes animados de tan altos ideales,
se había convencido de que también es la tierra
de los mejores frutos, (X)mo lo demostraba el

-( 222 )•
hecho de lo3 Ejercicios Espirituales y el faliz
éxito de la magna obra del Barrio D o n Sosco.
I,a fiesta terminó con una interesante fun­
ción de teatro, en la que los artistas, ex-alumnos,
demostraron una vez más su maestría y su arte.

S A R R IA (Barcki ,0n .4) — E jercicios E s p i­
rituales.
N o s escribe el Secretario de la A sociación local:
Sentimos nuestros pechos rebosantes de
íntimo gozo, de espiritual alegría, tras esos

•jB.ir r»
o.v

li

y solitaria, que desde hace irnos años nos cotíji
bajo sus bóvedas hospitalarias; ver a estos A, i
jóvenes unos, rayando en la segimda juventud
otros, todos anhelantes por confortar sus almas
en el rocío bienhechor de la D ivina Palabra,
acudir presurosos de distintas partes de esta
populosa ciudad de Barcelona, para reunins
unas horas en íntima hermandad, bajo el biai.
hechor influjo del ambiente Salesiano.
Pero donde rayaron a un altura envidiabfc
el entusiasmo, el sacrificio y el sentido fervw
de que se hallaban poseídos todos los A. A., fut
en la mañana del domingo; para cerrar coo

»•

íTÍT eiTí Tí í i

S.SJiA

Barcelona — Los Ex-alumnos de S a rríá . M afaró y Barcelona
después de la brillante tanda de Ejercicios Espirituales.
días tan breves, pero hondamente fecundos
en gracias para nuestras almas. ¡Qué de ansias
renovadoras de nueva y fen’iente vida en los
plantíos del bien, infiltraron en nuestro ser
¡a brillante y persuasiva oratoria de D. Süverio
Maquiera, Director de la Casa de Huesca; así
como los emotivos y salesianísimos conceptos
de D. Antonio Martín, Director de la Casa de
Barcelona, y la cálida y vibrante palabra de
nuestro muv amado y antusiasta Sr. Director,
Rdo. P. V iñ as!
Ha sido en extremo edificante y consolador
el ver un gnipo tan numeroso de Antiguos
Alumnos de las Casas de Barcelona, Mataró y
Sarriá> congregarse durante estos días en la
Capilla cercana a la calle de Canuda, recogida

broche de oro estos Santos Ejercicios Esp**
rituales, la bondadosa delicadeza del Rdo.
P. Viñas, como en años anteriores, invitó »
todos los ejercitantes a la Misa de Comunioc,
en el Santuario de María Auxiliadora de Sai^
¡Cuán intensamente conmovedor aquel in*’
tante feliz, en que el Corazón de Cristo, riene »
entregarse en dulce alimento a nuestras alffl**
ansiosas del Bien Celestial!
N o podía faltar en esta mañana, en que
doquier se respira fervor y piedad, la -visita •
la capilla, que en un día lejano, cobijó la san®
figura de nuestro excelso Beato. Allí unas ^
brantes palabras de nuestro Sr. Director. "
Viñas, elevaron nuestras ahnas hacia el Pofr
dador glorioso de la Familia Salesiana teUB*’

■(

223

aando acto tan conmovedor con vm ósculo
fen'iente a su sagrada Reliquia.
Finalmente la exquisita esplendidez de los bue­
nosSaperiores de nuestra Casa Solariega, brindó
itodos los concurrentes un suculento almuerzo.
Por la tarde el Cuadro Artístico de nuestra
Asociación, obsequió a todos los A. A . y sus
familias, con una función teatral, poniendo en
escena el drama « Trabajo y Honradez » y el
sainete«Nit d ’Animes », cosechando los actores
nutridos aplausos y desarrollándose la velada
ea el más íntimo ambiente familiar y en la más
agradable expansión salesiana.
Días como el de este domingo abrileño
predsan para avivar y recordar en nuestros
pechos sedientos de espíritu salesiano, los días
felices de nuestra lejana infancia, en que
arrullaban nuestro sueño, la dulcísima mirada
de nuetra excelsa Madre. María Auxiliadora
Vel álito amoroso del Beato Padre.

BUENOS A IR E S (Argentina ).— Colocación
it la primera piedra del monumento a D on Basco.
Fue motivo de ima grata satisfacción para
ks Ex-alumnos Boquenses, la colocación de­
finitiva de la Piedra Fundamental del monunaito a Don Bosco, que eregirán en el patio
del Colegio como recuerdo de su beatificación.
Para realizar este acto entendieron los exalumnos que debían hacerlo con sus conciencias
blancas como un lirio y a los piés del confesor
[orificaron sus almas y recibiron luego con
edificante piedad la Sda Eucarist'a.
Terminada la parte religiosa del •programa
sesir\ió en los comedores del colegio un sabroséimo desayuno.
Pasaron luego a los patios en donde debía
colocarse la piedra. Cuatro ex-alumnos la
transportaron desde el local del Centro hasta
d lugar determinado, siguiéndolos en compacta
columna, más de doscientos ex-alumnos, que
írfrecían mr espectáculo* admirable por lo ín­
timo y sencillo.
No se hallaban presentes autoridades de
^ e l . pero estaba Don Bosco, en las personas
de sus discípulos los Reverendos Padres Beruario Vacchinay José Quaranta, que parecían
rejuvenecidos.
Este último colocó en el interior de la piedra
el acta de la bencdición de la misma, una pe­
queña cantidad de tierra de la tumba de Don
enviada por el Reverendo Padre In­
spector, D. Jorge Serié, desde Italia; asmismo
X colocaron tres monedas de niquel, del año
ea(miso, junto con unos diarios, revistas, folletos
y circulares, como recuerdo de estos festejos.
H Reverendo Padre José Quaranta fué quien
^ho la primera paletada de mezcla, sucedién^ el Reverendo Padre Director, el Señor-

)-

Manuel J. Parí y el presidente del Centro, Señor
Juan J. Guastavino.
Uno a imo fueron luego los ex-alumnos co­
locando su parte y formulando a la vez la pro­
mesa « Q uiero ser siem pre digno ex-alum vo de
D o n Bosco >.
Y sobre esta piedra, pero sobre una base
más sólida, sobre una base más firme, cual es
la de esta promesa, se levantará la estatua de
Don Bosco, para ejemplo de las generaciones
que vengan en pos.

o

N E C R O L O G IA
Rvdo. P. D. José M. Beauvoir S. S.

Después de larga y dolorosa enfermedad
entregó su alma a Dios, en el Colegio Pío IX ,
de Buenos Aires, el benemérito sacerdote Rvdo.
D. José M. Beauvoir, imo de los pocos sobrevi­
vientes de las primeras expediciones enviadas
por el Beato D. Bosco a la Argentina.
Nació en Turín, hace 8o años, y recibió su
educación en los Colegios Salesianos de dicha
c iu d a d ,'y por el afecto que sentía hacia Don
Bosco, se hizo Salesiano, recibiendo el santo
sacerdocio en 1875, a los 25 años.
Dos años más tarde, el Beato, descubriendo
en él tesoros inagotables de piedad y de cris­
tiana caridad, lo mandó a la Argentina, para
que en ella desplegara su celo sacerdotal.
E l P. Beavoir es uno de los sacerdotes que
con más entusiasmo y sacrificio han trabajado
en los territorios de la Patagonia y Tierra del
Fuego y que más tiempo ha pennanecido en
contacto directo con las tribus de indios,
sufriendo en consecuencia p>or largos años las
penahdades de la vida misionera; su cama era
las más de las veces la dura tierra, pasando las
noches en plena llanura, expuesto a las incle­
mencias del cielo y del destemplado clima de
las pampas.
E l P. José María, como le llamaban todos
cariñosamente, fué por muchos años el brazo
derecho de Mons. Fagnano; y mientras este
concebía los grandiosos proyectos que tendían
a la redención material, religiosa y moral del
indio, nuestro Misionero ejecutaba con espíritu
de sacrificio verdaderamente heróíco, las más
difícdles y arriesgadas empresas en beneficio
de sus queridos indios.
Innumerables fatigas y disgustos le costó
el adquirir una embarcación titulada < María
Auxiliadora » con el objeto de abaratar para sus
indios el precio de los artículos de primera ne­
cesidad.

•(

224

L a obra realizada por el P. Beauvoir en la
Misión de la Candelaria, bastaría para inmor­
talizar su nombre; tantos fueron los sacrificios
c|ue le costó y tantos los contratiempos que
tuvo que superar para poder llegar a crear
esta obra social y civilizadora de primer orden.
E l P. Beauvoir estuvo en contacto íntimo
y constante con los indios: vivió con ellos y
con ellos sufrió las penurias de la vida privada,
la carencia de las más elementales comodiades;
con su espíritu verdaderamente sacerdotal,
logró evitar luchas sangrientas, surprimir odios

)•

Doña Eudosia González de Quintas,
Entregó su alma a Dios en su pueblo natal
de AUariz (España), el día 4 de febrero del
presente año.
Santa madre de familia cristianísima; seme­
jante a la mujer fuerte deque habla la Biblia, era
de carácter expansivo y emprendendor que hacía
recordar el templa y la fortaleza de las antiguas
matronas, celosas de su hogar y de la educadóo
de sus hijos.
Quiso la Providencia premiar su virtud con­
cediéndole catorce hijos, doce de los cuales riven todavía. Y no paran allí las gracias de lo
A lto ; en justa retribución a su labor de madre
católica tuvo el consuelo de ver profesar en la
Congregación Salesiana, entre las Hijas de
María Auxiliadora, a sus hijas. Sor Rafaela y
Sor Francisca, la primera con residencia en
Nuevitas (Cuba) y la segunda en Sarriá —
Barcelona (España).
Lleguen a todos sus hijos las expresiones de
nuestro sentido pésame por el rudo golpe que
acaban de sufrir.

R ecordad en vuestros sufragios:
B A R C E L O N A (EspaS a ). — Doña Teresa
Calvey y Juncosa; Doña María OHva Redina;
Doña Josefa Ubach y Serra.
C A L I (Coi,ombia). — D. Tomás Joaquh
Zapata; María A. Torres; Nicolasa Echeverri,
vda. de Palacios; Saturnina Polo, vda. de
San ciernente.
E L C E R R IT O (Coi,OMBrA) D. Silvestre Arce.

y acercar las almas, consiguiendo que en su
campo de trabajo brotaran preciosos lirios
humanos, esto es. jóvenes de extraordinaria
virtud y de una mentalidad privilegiada hasta
el asombro.
E l amor a los indios le había impulsado a
escribir su i Pequeño D iccionario del idiom a
fueguino-ona * obrita de gran interés lingüístico
que se agotó al poco tiemjxí.
Prototipo del hijo de D. Bosco, ha fallecido
el P. Beauvoir lleno de méritos y virtudes,
llorado jK>r cuantos le conocieron y dejando
imperecederos recuerdos de su actirídad y de
su abnegación por dondequiera que pasó.
Rogamos a nuestros lectores quieran enco­
mendar en sus oraciones el alma de este santo
sacerdote, en la seguridad de que su corazón
magnánimo no les dejará sin recompensa, si
como fundadamente esperamos, goza ya de la
■ iloria eterna.

S A N T IA G O (España ). —
D. Francisco
Caracciono Villa, Doña Amelia Gomis Mullof
de el Río.
CA M ILLO A L D A O (Argentina ). — Doña
Inés de Dealbera.
T I P L E (Colombia) —
Ramírez de Montenegro.

Doña

Petronilla

R . I. P .
Recom endam os a los Directores de las Cases
Salesianas, encargados de Cooperadores y Ce­
ladores, que se sirvan enviarnos cada mes u«4
nota de los Señores Cooperadores fallecidos, pare
encom endar sus alm as d las oraciones de toda le
fa m ilia

Salesiana y p uedan gozar del

legio qxu les concede el Reglam ento de la ünii*'

C o a mprohaciOm d « U airíorld*d c c k s /ts llc a .
G e n a lc : D . D O M E N I C O G A R N E R I .
CalablectBitcalo T ip . de la Socied ad E ditora iB lerM cioaal - T***

C arao Raginm M mrghcrna, ItO.

Fecha
1930.07