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Título
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BS_1930_06
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Descripción
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Boletín Salesiano. Junio 1930
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extracted text
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Junio, 1 9 3 0 .
Año XLV - N, 6.
BOLETÍN SALESIANO
REVISTA DE LAS OBR AS DE DON B O S C O
D e ¡a Cruzada M^isionera.
L A P Á G IN A D E O R O
destinada a registrar los nombres de las S e ca s Al/s/oneras que se van formando
¡ara responder al llamamiento del Sucesor de Don Bosco. He aquí la décima quinfa (III Serie).
Hacemos presente a nuestros lectores que el Boletm no puede, por razones de espacio, publicar los
nombres de los donantes que contribuyen a la for
mación de una misma beca por cuenta de determi
nadas Casas o Colegios Salesianos. El Boletín pu
blicará la beca cuando esté completada; mientras
tanto dejamos a la iniciativa de cada casa, el pu
blicar, en su hojita o revista mensual el nombre
de los donantes.
84. Beca Cusfavo Bruñí, e l pequeño se
rafín de Euca isfía
debida a la iniciativa del Rvdo. P. D. Abun
dio Anzini.
85. Beca Beato D on B o sco (6®)
fundada por la Señorita B. Caccia en acción
de gracias por un favor recibido.
86. Beca San Juan Evangelista
ofrecida por los fieles devotos de la iglesia
omónima de Turíu.
87. Beca San Francisco de Sales y San
Bernardo
fundada por D. Francisco Cottino.
88. Beca Beato Don B o sco (7®)
completada entre varios donantes.
89. Beca Medalla de oro de Jas M isio
nes Sa/esianas
ofrecida por una piadosa persona en memo
ria de Mons. Versiglia y del P. C^ravario.
9 0 . B eca María Corita
fundada por la señorita Cora F. de Esca
lada.
9 1 . B eca Cristo Rey
costeada por la señorita María de la Luz,
profesora que admira el sistema educativo
del Beato y que no pudiendo consagrarse
a Dios entre las Hijas de M. Auxiliadora,
desea que haya un Misionero que trabaje
por ella en favor de las almas.
9 2 . B eca Cristo Sacerdote
completada entre los Sacerdotes Coopera
dores Salesianos de Hungría.
9 3 . B eca Jaim e Belia
ofrecida para el mes y la Fiesta del Beato
Juan Bosco, por un generoso amigo de
los primeros tiempos del Oratorio.
9 4 . 9 5 , 9 6 . B ecas Antonio Berfero
Dejadas como legado por este piadoso
caballero, fallecido en junio de 1928.
9 7 . B eca Bartolomé Gaido
fundada por los Ex-Alumnos del Colegio
del Sgdo. Corazón de Jesús, de Roma.
9 3 » B eca Padre Pedemonte
costeada por los Salesianos, Cooperadores
y .\juranos del Colegio de Puno (Perú).
■{
i
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)-
La Semilla del Evangelio.
K 1 Divino Salvador ha juzgado a nuestra
humilde Congregación digna de derramar
por su nombre bendito la sangre de sus hijos.
Y mientras con el corazón destrozado por
el dolor, unimos nuestras lágrimas a las que
derraman las familias de los heróicos mártires,
sentimos el imperioso deber de ofrecemos
por entero a Jesús y a su Vicario en la tierra,
para llenar el vacío que dejaron estos santos
misioneros.
y así como los Apóstolos rebosaban de
alegría porque Jesús los había hallado dignos
de padecer por su causa, del mismo modo
nosotros, los últimos hijos de la Iglesia,
sentimos nuestro corazón inundado de santo
consuelo, y suspiramos por alcanzar también
el glorioso triunfo de los Apóstolos.
E l m e jo r m on um enfo.
K1 mundo civilizado erige monumentos a
los hombres que sacrificaron su vida por una
causa gloriosa. Bien dignos de él serían
nuestros Misioneros, que derramaron su san
gre por la Fe y la Pureza demostrando que
aún no se ha terminado para la Iglesia de
Cristo la era de los Mártires. Pero el monu
mento más digno de un Misionero, no es el
que se esculpe en mármoles o se funde en
bronces; el monumento de ese ser que huye
de la gloria terrena y de las comodidades de
la vida no ha de verse en las plazas, objeto
de curiosidad o de estéril admiración. El
monumento más eficaz, el que ellos, como
verdaderos apóstoles ansian, es bien diferente.
Ellos nos piden un monumento viviente, que
perpetúe no sólo su recuerdo, sino y sobre
todo, su obra.
Y este monumento ha de ser otro Misionero.
En nuestro número de abril lanzábamos
la idea de lundar dos becas que perpetuaran
el recuerdo de los heróicos Misioneros. A los
pocos días nos llegaba esta bellísima carta,
que, adi\inaudo nuestros deseos, se antici
paba a cU .s.
I,a escribe a D. Rinaldi la Presidenta del
Comité Central de Cooperadoras Salesianas:
Rvdo. Sr. D. Felipe Rinaldi:
Bien sabe I*, el vivo interés y el sincero
a/ecto con que esta Asociación sigue ¡a próspera
marcha de las Misiones del Beato D. Bosco.
Podrá, pues, figurarse la profunda pena que
hemos experimentado al enterarnos de la Urrible desgracia acaecida recientemente con la
irreparable pérdida de los celosísimos Misio
neros Mons. Versiglia y el P . Calixto Caravario
bárbaramente asesinados en la China.
Precisamente, hace pocas semanas hábiams
recibido de Mons. Versiglia una caria en que
nos pedía algunos objetos necesarios parad
culto sagrado, de los que tienen extrema nece
sidad las pobrísimas capillas de su Misión.
Con esto podrá formarse idea de la constante
comunicación que teníamos con Monseñor; y
este es el motivo que hoy nos impulsa a ofrecer
nos incondicionalmente para hacer algo en
honor suyo. S i V., amado Padre, lo creyen
conveniente, nosotras iniciaríamos una Beca
M isionera dedicada al ilustre Pastor a fin de
que de este modo se perpetuara su recuerdo y
su acción en la persona de otro joven misionero
Salesiano. Y el ilustre Apóstol, que durante
toda su existencia derrochó sus energías y su
talento en pro de la obra Misionera, será desde
el cielo el constante inspirador de las nuevas
energías de numerosos soldados de Cristo.
A este fin le hacemos entrega de cinco mil liras,
con las que nos honramos en iniciar dicha Beca.
Permita, veneradisimo Padre, que le reniuve
los sentimientos de nuestro profundo dolor;
pero al mismo tiempo me atreva a decirle que
la mirada bondadosa de Dios se ha posado
sobre la benemérita Congregación Salcsiana,
de la que V. es Padre amantisimo, al pedirle
el sacrificio dedos de sus más esclarecidos hijos,
con los cuales se aumenta el glorioso número
de los mártires de la Iglesia de Cristo, que han
sido siempre la fecunda semilla de «//¿tíís
almas redimidas para la fe.
L avinia S cati G ri .m aldi. Presidenta
Al mismo tiempo que nos llegaba esta
carta, otras almas generosas, coincidiendo en
el mismo pensamiento, haii iniciado otra
beca dedicada al P. Caravario. Creemos que
el sólo anunciarlo, bastará para que ambas
becas sean bien pronto una realidad.
Eos héroes han volado al cielo; pero liay
una legión de jóvenes animados de los mis
mos sentimientos que aspiran a reempla
zarlos en su puesto glorioso. La caridad de
las almas buenas ofrecerá a estos jóvenes
los medios necesarios para formarse perfectos
y santos Misioneros, que, al par que honren
lia Iglesia de Cristo, sabrán hacerse dignos
(Je los santos apóstelos que les precedieron
en el campo del Apostolado.
M adre de un Misionero.
Apenas llegó al Oratorio el telegrama que
maliciaba la terrible desgracia, los Supe
riores encargaron al P. Braga, Misionero de
la China y amigo íntimo de ambos mártires
para que fuera a dar la triste nueva, junto
conel bálsamo de la caridad y la resignación
cristiana, a la familia del P. Caravario.
El padre, profundamente cristiano, no bien
repuesto del rudo golpe, dijo a su esposa:
— Animo, no llores, que nuestro Calixto
dona el tener un hijo apóstol, consagrado por
entero al bien de las almas ».
Así como la buena madre del P. Caravario
no puede resignarse a vivir sin sentirse Madre
de un Misionero, del mismo modo, la Congrega
ción Salesiana, la Iglesia Católica, repite todos
los días la angustiosa exclamación de aquella
otra Madre bíblica: Da mihi filios, alioquin
moriar: Dadme hijos, si no queréis que muera.
Padres, que sentís vuestro corazón infla
mado por la fe; debéis sentiros santamente
orgullosos de poder ofrecer vuestros queridos
hijos a Dios, para que los constituj-a apóstoles
de su Iglesia, Príncipes de su glorioso Reinado.
Almas generosas que diponéis de medios
Shio-Chow (ChÍD«). — £1 P , Braga, entreteniendo a sus haerfanitos.
tstá ya en el cielo... Lo habíamos consagrado
per entero al Señor. E l lo ha querido para Sí.
Adoremos su santa voluntad.
A lo que la santa madre, en un arranque su
blime de fe, exclamó, dirigiéndose al P. Braga:
—<
■ M i mayor gloria ha sido siempre el ser
Madre un Misionero. Este ha sido también
único consuelo durante las largas horas de
dolorosa separación y de continuo temor. Tengo
hijos a quienes amo con todo el corazón;
P^o yo siento la necesidad de ser siempre la
madre de un misionero. V., querido D. Braga,
W tiene ya madre; ocupe, pues, de aquí en
<ddante el lugar de mi hijo. V. me enviará
^dos los meses aquella carta que había llegado
^ ^ la mayor alegría de mi vida. Escríbame
cono me escribía mi querido Calixto. Yo
•u'ica esperé de él dinero ni ayuda material
sino tan sólo las alegrías que propor-
para hacer la caridad, contribuid con vuestros
bienes de fortuna a la formación de los Mi
sioneros que han de difundir en el mundo la
luz del Evangelio para bien de nuestros
hermanos descarriados; y de esta manera os
procuraréis la inefable alegría de ser como
los padres espirituales de estos héroes de
nuestra Santa Religión.
Terminaremos nuestras palabras subra
yándolas con las bellísimas frases que se leen
en la última carta dirigida por el P. Caravario
a su madre, pocos días antes de su martirio;
frases que pueden ser\úr de consuelo, de edifi
cación, y al mismo tiempo de santo estímulo.
'(La muerte d d Misionero? — No tiene im
portancia. Lo verdaderamente importante es la
vida de estos millares de niños que se encuen
tran abandonados por los campos, sin amor,
sin ayuda, sin protección alguna.
-( i <>4 )-
El martirio de dos M isioneros Salesian os
O n e ce m o s a n u e s tro s fe c lo re s la re la c ió n q u e d e lo s s a n g rie n to s suce so s h a e n via d o
a lo a S u p e rio re s e l M is io n e r o d e la C h in a . P . C a va d a , de spués d e h a b e r in te rro g a d o a
h s jó v e n e s y a las c u te q u is fa s q u e a c o m p a ñ a b a n a lo s M is io n e ro s en su ú ltim o v ia je .
La parfida.
A la intimación de acercarse a la orilla,
el P. Caravario respondió:
La mañana del 24 de febrero de 1930
— Somos del Tien Tchu Tong p^IisiÓD
emprendieron el viaje hacia Lin-Chow Mons.
Católica) y nos dirigimos a Lin Chow, llevando
Versíglia, el P. Calixto Caravario, la religiosa
con nosotros algunos escolares.
Clara Tseng, dos jóvenes maestros de la
Los piratas no quedaron satisfechos con
Kscuela N orm al«Don Bosco» y dos maestras
de la Kscuela Normal «María Auxiliadora ». esta respuesta e intimaron nuevamente la
orden de acercarse a la orilla
A las 4 y media de la tarde, llegaron a esta
Desde afuera no se podía descubir a los de
Residencia de Lin Kong How.
la barca. E sta era cubierta. En la proa se
Dado lo avanzado de la hora determinaron
pernoctar en nuestra compañía. Me alegré hallaban los dos jóvenes Maestros que por
inmensamente por tal detenninadón que no tener lugar dentro y por ir vestidos a la
me propordonaba el placer de pasar unas lijera fueron tomados por barqueros.
Una portezuela daba acceso a la salita en
horas con mi amado Vicario Apostólico. L,o
donde
se hallaban los demás. A la izquienda
encontré alegre y dispuesto a la broma; des
pués de las oraciones de la noche nos dirigió del que entraba, se hallaba Monseñor; a su
a todos breves palabras animándonos a servir frente D. Caravario y junto a él un niño de
fielmente al Señor, quien tiene en cuenta unos diez años, que había querido formar
siempre nuestras obras buenas y todos los parte de la expedición para continuar sus
estudios en Lin-Chow.
sacrificios que nos imponemos en la práctica
Más a dentro, junto a una mesita se ha
de la virtud.
llaban sentadas las tres mujeres. En el fondo
Al día siguiente por la mañana, terminada
la Santa Misa, se puso de nuevo en marcha de la embarcación, estaba la cocina y en ella
la pequeña expedición; iban alegres y gozo dos ancianas, una barquera y una vieja cris
sos poque el tiempo era verdaderamente tiana que se dirigía a la residencia de Hamespléndido. Una vez embarcados, izaron la Kuong. Los tres barqueros se hallaban a proa,
junto con los dos muchachos.
bandera, en que se leían en grandes caracteres
Llegados a la oriUa, sale afuera D. Caraestas palabras: «Iglesia Católica ».
vario, a parlamentar con los bandidos.
Nosotros les seguimos con la mirada hasta
— ¿Quién os ha dado el salvoconducto
que la barca se perdió de vista en una curva
para
viajar por estas aguas? le pregunta uno.
del río.
— Nosotros no necesitamos salvocon
A eso de las nueve, tomaron un poco de
ducto, pues somos de la Iglesia Católica.
alimento y a las i i y media ya se encontraban
A l oir esta respuesta, que aseguraba a los
cerca del afluente S u i Píen. Monseñor invitó
a sus compañeros a recitar devotamente el bandidos que no tenían que temer ninguna
represalia de parte de otra banda más nume
Angelus.
rosa, algunos de ellos saltaron a la barca,
E l encuentro con ¡os piratas. procurando mirar al interior; pero D. Caravario se puso ante la portezuela impidién
Poco después de la confluencia del afluente
doles sus propósitos.
Su i Pien con el Lin-Ounr, aparecieron en la
— ¿Y porqué no nos habéis llamado para
orilla del río una docena de hombres armados defenderos? — preguntó un bandido.
de fusiles, pistolas e incluso con una ametra
Don Caravario repitió que eran de la igle
lladora. Kran los piratas, que teniendo no sia Católica y que no tenían necesidad de
ticia del paso de los Misioneros, habían ace defensa alguna. Y al decir esto les entregó
chado el momento oportuno para arrojarse su tarjeta de visita.
impunemente sobre ellos.
Sin hacer caso, respondieron los piratas:
(
i 65
— Bien, entonces dadnos 500 dólares y
os dejaremos tranquilos.
Entonces intervino Monseñor, quien les
dijo:
— Nosotros no tenemos dinero; nosotros
vamos a predicar el Evangelio.
Al oir esta respuesta, los bandidos, de
cepcionados, se enfurecieron y los de la
orilla gritaron:
— Sacadlos afuera, y ya nos entenderemos
aquí abajo.
)•
tranquilamente, iba apagándolos; visto lo
cual, los piratas, exasperados, empezaron a
golpearle con las culatas de sus fu sila. Otros,
subiendo a la barca por la popa, quisieron
pentrar en la estancia, para apoderarse de
las jóvenes. Los de proa, intentaron también
penetrar en el interior; pero a ello se opusieron
enérgicamente ambos Misioneros. Las mu
chachas, entretanto, viendo que no había
esperanza de salvación, se arrojaron a los
pies de los Misioneros. Reduplicaron los
M ons. V ersiglia en una de sus excursiones aposlóiicas.
O bsérvese la disposición de ia barca, que ayudaré a comprender mejor el reíalo.
Y al mismo tiempo disparaban al aire
algunos tiros para intimidarles.
Entretanto imo de los de la barca, habiendo
descubierto a las muchachas, dijo:
— Matemos a estos Europeos, y, llevémo
nos las mujeres.
Y mientras esto decía, descargó su fusil;
afortunadamente sus compañeros desviaron
el cañón y le dijeron que tuviera calma.
E l maríirío.
Viendo que no bajaban, los piratas quisie
ron prender fuego a la barca, echando tizones
enceudidos ante la portezuela; pero Mons.,
piratas los golpes y con tanta ferocidad, que
Mons., exhausto de fuerzas y derramando
abundante sangre por las numerosas heri
das, cayó pesadamente sobre la religiosa que
se había acurrucado a sus pies. Aprovecharon
los bandidos esta circustancia para apode
rarse délas jóvenes, ybajarlas a la orilla. Pero
una de ellas, María Tong, antes que verse
en sus manos, se arrojó al río. Mas de poco le
valió, porque uno de los bandidos llegó a
tiempo para agarrarla por los cabellos y
y arrastarla hasta la orilla.
A continuación intimaron a los Misioneros
la orden de bajar a la orilla. Mons., desfa
llecido por los golpes recibidos, apenas podía
•( i66 )-
moverse, por lo que le tuvo que ayudar D.
Calixto Caravario que, más joven y robusto,
había resistido mejor los golpes.
Una vez en la orilla, se arrojaron sobre
ellos los bandidos, y les ataron fuertemente
los brazos, conduciéndoles después a un
bosíjuecillo de bambú. Detrás de ellos iba
el grupo de las mujeres. Kstas mismas tes
tificaron más tarde que, aprovechando los
misioneros la ocasión en (jue los piratas les
dejaron ])ara ir a saquar la barca, se con
fesaron devotamente entre sí. Después, Mons.
dirigiéndose a las muchacha.s, les indicó con
los ojos el cielo, como invitándolas a la resig
nación y a la fortaleza cristiana.
Ivos piratas, entre tanto, se dedicaban al
saqueo. Quemaron todo aquello que no po
dían llevar consigo o que no les era de inme
diata utilidad.. Uuego arrojaron al río todo
lo que era de origen europeo: el sombrero de
Mons., los libros y los vestidos que los Coope
radores de Turín habían regalado a D. Ca
ravario para los huerfanitos de su escuela.
También fueron quemados los ornamentos
sagrados de Monseñor.
Los dos jovencitos, que mientras duró el
despojo, habían sido atados, fueron puestos
en libertad y los bandidos les hicieron ganar
a nado la barca, que ya. era arrastrada por la
corriente, dándoles la orden de que se alejasen
rápidamente sin volver la vista atrás.
Vueltos los piratas al lugar en donde se
hallaban sus víctimas, decidieron acabar
con ellas fusilándolas inmediatamente.
Las jóvenes suplicaron a los piratas que
les dieran también la muerte junto con los
Misioneros. Esta petición indignó a los ban
didos, quienes replicaron:
— Nosotros odiamos a los europeos y no
a vosotras. Aunque queráis que os matemos,
no os materemos.
Despojaron de sus relojes a los Misioneros.
Mons. les entregó el dinero que llevaba:
sesenta dólares.
Después se dividieron en dos grupos. Unos,
con las mujeres, se dirigieron a una pequeña
pagoda que se hallaba cerca; los otros, con los
misioneros, escondidos siempre en el bosquecillo de bambú, se dirigieron hacia la
orilla del afluente Su i P un. Después de unos
cuatro minutos de angustiosa espera, las
muchachas oyeron cinco tiros de fusil. Los
mártires, habían dejpdo esta tierra de su
frimientos para volar al Laraíso.
Todas estas violentas escenas habían sido
presenciadas de lejos por los habitantes del
país, que asistían a actos tan horripilantes
con la misma tranquilidad que si se tratara
de una función de teatro.
Los bandidos, cumplido su sanguinario
pro3'ecto, dieron algunas monedas a algunos
de ellos a fin de que enterraran los cadáveres;
luego se marcharon, llevándose consigo el
botín y las mujeres capturadas.
Estas, en los tres días que duró su cautive
rio, se mantuvieron firmes en su resolución de
morir antes que ceder a les pretensiones de
lo piratas. Durante este tiempo no probaron
bocado, bebiendo tan sólo algunos sorbos
de agua, porque creían que de esta manera
morirían más pronto.
Así estuvieron hasta el primero de marzo,
en que los piratas, sabiendo que había salido
en su persecución un fuerte destacamento
de soldados, las abandonaron. Las recogieron
lo soldados, quienes las trataron bien y las
consolaron prometiendo llevarlas a sus ho
gares. Finalmente, escoltadas por la po
licía, hicieron su retomo a Siu-Chow el día
3 de marzo, siendo recibidas con transportes
de gozo por sus hermanas y Superioras del
Colegio de María Auxiliadora.
Inúfíles pesquisas.
A eso de las 4 de la tarde del 25 de febrero,
los jóvenes que acompañaban a los Misioneros,
llegaron a mi residencia y entre lágrimas y
sollozos me comunicaron la triste noticia
de la captura de los Misioneros y de las
Maestras. Sin pérdida de tiempo, telegrafié
a Siu-Chow, al Obispo de Cantón y al Man
darín de Yeng Tak; y aprovechando el tren
que iba a partir para esta última población,
me presenté al Mandarín comunicándole
detalles de la captura y rogándole diera las
órdenes necesarias para la liberación de los
que creíamos aún prisioneros de los piratas.
Me prometió que empezaría las indagaciones
a la mañana siguiente.
Y o telegrafié inmediatamente a otro Mi
sionero de Sm-Chow, el P. Lareno, y junto
con él emprendí el camino seguido por Mon.'<euor. Por fortuna pudimos aprovechar el
])aso de un vaporcito que en menos de una
llora nos condujo hasta la confluencia de
los dos ríos. Bajamos a la orilla descubriendo
restos de una grande hoguera y desparra
mados por el suelo las hojas del Bre\'iario,
papel fotográfico y otros objetos. Nos detu-
( 167 )-
rinios sólo unos momentos para recoger
algunos recuerdos de Mons. y del P. Caravario y siguiendo las huellas de los objetos
diseminados, llegamos a la entrada del bosquecillo de bambú, en donde encontramos
cenizas de una segunda hoguera con otros
objetos, como el breviario y el pasaporte de
Monseñor y otras cosas menos importantes.
Llenos de tristeza y con la ora
dón en los labios, seguimos aquel
sendero, sin poder encontrar nuevas
trazas de nuestros Misioneros. Lle
gamos así hasta la colina que se
para el río Lin Chow de su afluente
S\tt‘Pieyi. A las faldas de la colina,
tanto hacia un río como hacia el
otro se extiende una pequeña aldea.
Apenas nos vieron sus moradores,
se dieron a precipitada fuga. Corri
mos tras ellos para pedirles algunas
informaciones, pero todo en vano.
Entonces nos pusimos a llamar a
grandes voces a nuestros Misioneros:
— ¡Monseñor!... ¡Don Caravario!
Silencio de muerte.
Volvimos sobre nuestros pasos.
Detrás de un seto de-bambú descu
brimos algunas personas; nos diri
gimos a eUas preguntándoles si ha
bían visto a los Misioneros o a las
Catequistas. Un joven iba a respon
demos, pero una vieja que estaba
a su lado, le dió con el codo im
pidiéndole la respuesta. También
aquí gritamos a grandes voces:
— ¡Monseñor! ¡Don Caravario!
Inútilmente!. Quisimos subir a la
colina, pero nos disuadieron ¿Por
qué razón? ¿Sería tal vez para des
viamos de la pista segura? ¿O sería
porque se habían compadecido de
nuestro profundo dolor? Pero en
M ons.
tonces, ¿a qué venía aquella fuga a
nuestra presencia?
Lo cierto es que nuestra llegada les había
llenado de terror, porque la creían sobrena
tural, inverosímil, como una verdadera apa
rición.
La explicación de este terror la tuvimos
pocos días después, cuando descubrimos que
precisamente en aquellos lugares se hallaban
enterrados ambos cadáveres.
Continuamos, pues, por el sendero que
bordea el río Sui Fien hasta llegar a otra
aldea en donde nuestra llegada causó gene-
, k
-
ral sorpresa. Un anciano del país, llamado Li,
hermano del nuevo K eui Tseung de S u i Picn,
se ofreció a acompañamos hasta este lugar,
a la presencia de su hermano, a quien pedimos
noticias y exigimos su concurso para rescatar
a nuestros queridos Misioneros. Mientras
tanto llegó un cristiano, el cual nos dijo que
al pasar por Küi-Leung, había oído rumores
V ersiglia dispuesto a emprender la visita Pastoral.
acerca de asesinato de nuestros Hermanos.
Esta noticia nos fué confirmada poco después
por el guardián de nuestra residencia de Su i
Fien, quien al tener noticia del asesinato
había ido al lugar del suceso pudiendo ver
con sus propios ojos las cañas manchadas
todavria con sangre fresca.
De esta manera nos enteramos nosotros
del triste fin de Mons. y de D. Caravario.
El K eui Tseung nos prometió que a la
mañana siguiente, a primera hora iríamos al
•( i68
lugar del suceso con una escolta de diez sol
dados. Vino también con nosotros el guar
dián de la Residencia, quien nos condujo
directamente al sitio donde había tenido
lugar el sangriento suceso. Allí pudimos ver,
jjrcsa de !a más profunda lástima y horror,
las canas aún salpicadas con la sangre de los
mártires; encontramos igualmente los lentes
de Mons. y un pezado de alzacuello. La tierra
parecía recientemente removida. Cavamos
con infinitas precauciones, pero no encon
tramos los cadáveres. Después de nuevas
indagaciones, encontramos nuevas huellas
de sangre recientes, y restos de los sesos,
que según pudimos comprobar sespués, per
tenecían a D. Caravario.
Recogimos todos aquellos sagrados des
pojos y seguimos las huellas de la sangre,
que nos llevaron hasta la orilla del Sui Picn.
Las gotas de sangre, seguían por la arena de
la orilla hasta cerca de una barquita reciente
mente lavada, pero que aún conservaba cerca
de la ¡¡roa una ligera mancha de sangre. Se
apoderó de nosotros un triste presentimiento:
— ¿Habrán arrojado los cadáveres al río?
Atravesamos éste con la esperanza de
encontrar de nuevo las huellas en la orilla
opuesta, pero imítilmente.
Mientras tanto el Keui Tseung procedía
al interrogatorio de los habitantes de la aldea.
A fuerza de amenazas de muerte y otras
gravísimas penas, consiguió que le revelaran
todo lo que sabían.
Lo sucedido fué que, aquella misma ma
ñana, antes de romper el alba, temerosos de
ser acusados del horrible delito, habían des
enterrado los cadáveres, sepultándoles más
lejos en la orilla opuesta, en un hoyo exca
vado en la arena. Después los habían vuelto
a cubrir con arena y cañas haciendo desaperecer todas las huellas de la operación.
Anfe los cuerpos de /os Márfires.
Así, pudimos llegar finalmente al sitio
indicado, y nos pusimos en seguida a cavar;
a poco apareció un girón de sotana. El co
razón nos latía con violencia mientras los
ojos estaban arrasados en lágrimas. Seguimos
febrilmente nuestro trabajo teniendo cuidado
de liacerlo con la mayor delicadaza. A poco
aparece una barba rubia: era D. Cara^'ario.
La limpianurs de amna y depositamos un
ardiente beso en la faz del mártir.
Después lo sacamos del h o w . Estaba aún
fuertemente atado. Rompimos las cuerdas y
lo depositamos sobre una sábana, reparándolo
del mejor modo posible de los ardorosos
rayos del sol, que brillaba aquel día como en
lo más fuerte del verano. Después prosegui
mos nuestra tarea, y bien pronto apareció
también el rostro del amado Padre y Pastor.
Le besamos llenos de respeto y lo deposita
rnos sobre otra sábana, después de librarlo
de sus fuertes ataduras. Entre tanto el ca
tequista había preparado unas cañas de
bambú, que pasadas por las costuras de la
sábana, nos ayudaron a trasladar los sagrados
restos liasta la embarcación.
Hecho esto, bajamos el río escoltados por
cuatro policías y llegamos a Lin Kong Hoie
a eso de las cinco de la tarde del día 27. Colo
camos los cuerpos en el atrio de la Capillita
y los cubrimos con otras sábanas. Y después
empezamos a buscar los ataúdes porque con
el fuerte calor los cadáveres presentaban ya
señales de avanzada putrefación. Por des
gracia sólo encontramos una caja.
La tarde del i de marzo, depositamos en
ella el cadáver de Mons. Versiglia y a conti
nuación clavamos la tapa.
A l amortajar el cadáver de Monseñor pudi
mos ver llenos de admiración y grandemente
edificados que a raíz de la carne llevaba un
áspero cilicio, teñido en sangre. jComo si
fuera poco la constante mortificación de la
vida del Misionero!
E l día 2 pudimos encontrar otro ataúd y
en él depositamos a D. Caravario.
A l medio día, estábamos ya dispuestos a
trasladar los restos a Siu-Ckow, aprovecliaiido
un tren de mercancías, cuando, a la llegada
de un tren de pasajeros procedente de esta
ciudad, \dinos descender a D. Guarona, D.
Dahuasso, al Vice-Delegado y a un encargado
especial a quien el Gobierno de Cantón había
ordenado levantar acta minuciosa de todo
lo sucedido.
Tuvimos que llevar de nuevo los ataúdes
a nuestra Residencia, en donde después
de desclavarlos, los delegados procedieron a
examinar los cadáveres, sacando fotografú.s
de las heridas y midiéndolas minuciosamente.
Después, sin clavarios depositamos los ataú
des al aire libre cerca de la Residencia.
Don Lareno, el día 3 de marzo, trajo de
Siu-Chow dos ataúdes nuevos y más dignos
de nuestros ilustres mártires; se hallaban
revestidos interiormente de una caja de zinc,
que permitía im cierre hermético.
•( 169 )-
La tarde del 4, trasladamos a las nue\'as
cajas los sagrados restos. E l Sr. Inspector
D. Canazei, D. Lareno y el que sucribe, pro
cedimos amorosamente a esta última ope
ración en la que los chinos no quisieron aj-udamoS; a causa del avanzado estado de des
composición en que se hallaban sus cuerpos.
Por la noche del mismo día, llegaron^ a
SiU'Choie. siendo recibidos en la estación por
todos nuestros Hermanos y las Hijas de
María Auxiliadora, con sus alumnos y
Ho-S L
ganos, porque todos amaban con delirio asanto Prelado. Daban evidentes pruebas de
este afecto las inumerables banderas y col
roñas de flores naturales que adornaban la
estancia. Das inscripciones y dedicatorias
eran conmovedoras y significativas, especial
mente la del Gobierno de'Cantón.
En otra estancia cercana se hallaba un
cuadro de Monseñor, adornado con la soga
con que sus verdugos le habían atado, y un
girón de su sotana teñido en sangre.
— M oas. V ersiglia con los Congreganfes de S . José.
alumnas, quienes atraversaron la ciudad en
medio de la tristeza e impresión general,
hasta llegar a la Iglesia, en donde se cantó
el Libera me Domine.
Los funerales.
Las exequias fúnebres, se celebraron para
el P. Caravario el día 12 de marzo, en el
pequeño Seminario indígena de Ho-Si, y al
^ siguiente, en Shiu-Chow tu\-ieron lugar
ías de Mons. Versiglia.
El cadáver de Monseñor se hallaba en
estancia, débilmente iluminada por la
hémula luz de los cirios, y a donde acudían
en incesante peregrinación cristianos y pa-
Los funerales fueron solemnísimos. En
ellos tomaron parte cerca de 30 sacerdotes,
el Obispo de Macao, los Vicarios Apostólicos
de Cantón, Kongmoon y Hong-Kong.
Después del clero, seguían los militares
de la guarnición y los representantes del
Gobierno de Cantón. La solemne Misa de
Requiera fué cantada por Mons. Fourquet,
Obispo de Cantón. El Mandarín del distrito
y los delegados del Gobierno, han asistido
a la sagrada ceremonia. En el altar se ha
llaban los representantes de doce naciones:
China, Italia, España, Francia, Portugal,
Estados Unidos, Irlanda, Alemania, Austria,
Checoslovaquia, Polonia y Uruguay.
D e nuestras M isiones
R E LA C IÓ N DE
UN VIAJE
Por tierras del Siam
Amadísimo Padre: Tan sólo ahora me es
posible enviarle la relación de este viaje
emprendido los primeros días del año pa
sado, en compañía de nuestro visitador el
P. Cayetano Passoti. El objeto principal del
viaje era visitar un gmpo de cristianos de
Phukct, que desde hacía varios años espera
ban amsiosamente la visita del Misionero.
Apenas supieron que habíamos llegado al
Siam loa Salesianos, acudieron insistentemen
te al Vicario Apostólico Mons. Perros para
que nos interesáranmos por ellos.
Ea ocasión era excelente para poder visi
tar, si no todos, al menos algunos de los cen
tros más importantes de la península de Ma
laca, que pertenecen al campo de trabajo
confiado a los Salesíanos.
Los jovencifos de " P efcha burí” .
El primer centro que se encuentra al em
prender el viaje hacia el sur, saliendo de
Ratburi es Petchahuri, situado a unos 50 km.
de la ciudad santa de la península de
Malaca.
L a ciudad se encuentra llena de gigan
tescos templos budistas, antiguos y recien
tes; una de sus calles más pintorescas está
formada exclusivamente por templos y mo
nasterios, motivo por el cual a cada paso se
encuentran bonzos vestidos con su caracte
rística túnica amarilla.
l^a ciudad cuenta unos 15 mil habitantes;
se levanta al pié de ¡ñntorescas a^linas, re
cibiendo el amoroso abrazo de un riachuelo
que hasta hace poetas años ha tenido el
alto privilegio de proveer con sus aguas a
la Corte real del Siam. Hallándose tan cer
cana al mar, y además unida por el ferro
carril a Bangkok, Penang y Singapore, su
comercio, siempre activo, va tomando enor
mes proporciones.
Sus colinas, de piedra calcárea encierran
una multitud de grutas y cavernas de sor
prendente belleza. Los indígenas las hen con
vertido en templos, colocando en ellas infi
nitos simulacros de Buda siempre en su ca
racterística postura.
Mientras visitábamos la ciudad, y ya de
vuelta a la estación, encontramos un grupo
de muchachos que se detuvieron para obser
var a los dos farang {extranjeros); nos diri
gimos hacia ellos deseosos de entablar con
versación. Pronto nos hicimos amigos, tanto
que al despedirnos con un afectuoso xa] o
(¡viva!) también ellos respondieron afectuosa
y bulliciosamente con repetidos xajó, xajó...
¡Pobres muchachos! Han adivinado que
éramos sus amigos. ¿Cuándo podremos abnr
un Oratorio para ellos en esta bella ciudad?
Y a en marcha nos llamó poderosamente la
atención una estación pequeña, pero extraor
dinariamente cuidada y elegante, en donde
se apeó muchísima gente. Es Hua-lin, la
playa aristócratica, donde van a veranear los
personajes más conspicuos de la Corte del
Siam.
Después \*iene Prachuab Kirikan, en donde
viven algunas familias cristianas; finalmente
descendemos en Xumpon.
Xumpon es el primer distrito de la ex
tensa provincia de Srithamarat y un cen
tro importantísimo en el istmo de
de aquí arranca una preciosa autopista qA
( I 7I )
pasando por Tap-Lee, termina en Ranong,
}-a en la costa occidental; de aquí, cos
teando la península bañada por el Indico,
llevará a Phuket en breves horas; pero como
este último tramo no está acabado, hemos
de perder en la traversía un tiempo precioso.
De nuevo en el tren. Es de noche y los
viajeros se disponen a prepararse el lecho
para dormir. Colocan una tabla sobre los dos
banquillos; extienden sobre la tabla una col
choneta y una sábana, y ya está Hsta la cama.
Divagaciones nocturnas.
En e l país de las golondrinas»
Los que no tienen otra cosa que hacer
y se sienten atraídos por las aventuras,
pueden alquilar algunos elefantes y
atraversar de esta forma extensas
florestas y bosques poblados por
infinidad de fieras. Muchos viaje
ros se detienen en Xampon para
dedicar algunos días a la caza del
tigre, del leopardo o de la pantera
negra.
Xumpon es famosa, sobre todo,
por sus pesquerías y por el comer
cio de nidos de golondrinas. No se
trata del nido de nuestras golon
drinas, sino de la salangana, lla
mada también golondrina marina,
que hace sus nidos en las grietas y
hendiduras de los numerosos islotes
que se extenden frente a Xumpon.
La golondrina, para construir sus
nidos emplea las secreciones de sus
glándulas salivares. En unos diez
días suele concluir su obra; pero
como pasan los buscadores a arre
batársela, tiene que volver una y
otra vez a emprender su trabajo;
mas no por eso fiaquea su constan
cia y vuelve de nuevo a comenzar
su tarea; entonces el hombre, a
quien la misma' codicia obliga a
ser generoso, la deja en paz, para
que pueda dedicarse tranquilamen
te a la cría de sus poüuelos. El
macho, como buen oriental, se contenta la
primera vez con presenciar la activa la
bor de su compañera; pero al segundo de
sastre, contribuye también a repararlo con
su trabajo.
Abundan igualmente los nidos de golon
drinas en Singara, otra localidad no lejana,
también en el golfo del Siam.
Como dato curioso, es de notar que en
la Exposición de París de 1867, el Siam
ganó una mención honorífica por ios nidos
de golondrinas, que los gourmets ci¿nos continúan pagando a peso de oro.
Los vagones están bien iluminados y se ha
llan ocupados por gente de todas las razas: se
oyen los acentos de todas las lenguas, se ven
La bcilíBÍma pagoda de Bang-K ok.
toda clase de vestidos. Poco a poco los ru
mores se van debilitando, hasta que acaban
por cesar del todo, pues la naturaleza re
clama sus derechos; en tanto, el express
Ban^kok-Singapore devora las distancias.
Y o no puedo dormir; mi mente, recordando
los años pasados, me representa los sueños de
la infancia cuando por vez primera sentí en
mi imaginación virgen el deseo de llegar a
ser lo que soy ahora; Misionero, Sacerdote.
Heme ya por fin ,. entre una multitud de
hombres que ingoran sus altos destinos, y
a quienes tantas cosas querría decirles, si
•( I?2 )-
fuera capaz de hablar su lengua. Es ^ te el
mayor tormento de todo misionero.
En ¡a Federación
de los Estados Malayos.
Loa Malayos.
Después de unos mil kms. de viaje, en
Padang-Bejar, atravesamos la frontera del
sur para entrar en la Federación de los Esta
dos Malayos que tiempo atrás pertenecían al
Siam, pero que, más tarde, con la a3nida de
los ingleses, se hicieron independientes.
Los ingleses han transformado estas re
giones en un verdadero paraíso. Hace unos
80 años, según cuenta Mons. Pallegoix, era
imposible viajar a causa de las impenetra
bles florestas infestadas de animales feroces y
de salvajes no menos feroces. H oy preciosos
caminos asfaltados enlazan entre sí bonitas
poblaciones a través de extensas plantaciones
de caucho.
La civilización ha dado pasos gigantescos
[Ah, si la Religión Cristiana pudiese también
difundir sus beneficios en estas almas! El
calendario de la diócesis de Malaca, cuya sede
está en Singapore registra tan sólo unos cua
renta sacerdotes de las Misiones Extranje
ras de París, que junto con los Hermanos
de San Gabriel y algunas religiosas, son los
únicos obreros que cultivan este campo;
pero ¡cuán pocos son para tan vastísimo
territorio!
Descendemos en Prai para subir a la em
barcación que nos ha de conducir a PuloPenang, la perla del océano Indico.
El Rvdo. P. Adrián Devals, párroco de la
Asunción, nos recibe y agasaja con extraor
dinario cariño; después de dos días de in
cesante viaje, es preciso descansar un poco.
Pido-Penang, significa en lengua malaya «U
isla del arce ». Es una ciudad maravillosa,
con bellísimas calles, soberbios edificios y
extensas playas cubiertas de preciosos jar
dines. El clima es algo húmedo a causa de
los Monzones del Océano Indico. En Pcnn>’;
se halla el Séminario filosófico y teólogico de
la Indochina, a donde acuden multitud d*estudiantes del Siam, Cochincina, Aniiam,
y la China Meridional.
Al romper el alba llegamos a Tungsong'
Yunction pero el'tren emprende de nuevo su
veloz carrera atravesando desfiladeros de ma
ravillosa belleza, entre colinas cubiertas de
una vegetación tropical. Los Malayos parece
que son oriundos de Sumatra emigrados en
una época incierta. Tienen un color moreno
aceitunado, frente estrecha y abombada, na
riz achatada y ancha, pómulos pronunciados,
boca anchísima y la mandíbula superior muy
saliente. Deben proceder de un cruziamento
de las razas negra y mongola.
El malayo presenta un aspecto poco tran
quilizador y su natural es hipócrita y traicio
nero. Es valiente, audaz, feroz en la guerra,
astuto y hábil comerciante. Tiempo atrás te
nían fama de temibles piratas. Hacen enorme
consumo de betel y de arec que mascan con
tinuamente. Sus alimentos consisten en arroz,
sagit, peces, carne de búfalo, patatas y fruta.
Entre los cultivos, dan la preferencia a la
banana, la caña de azúcar y la pimienta.
La lengua malaya es una de las más ar
moniosas y más fáciles de aprender de
todo el Oriente.
En cuanto a religión, son en su mayor
parte, mahometanos, aunque con mezcla de
grosera.'í supersticiones de origen budista. El
cristianismo fué predicado por vez primera
en Malaca por San Francisco Javier, allá por
los años de 1564.
Hacia Penang.
Al mediodía llegamos a Kao~Chown~Tong,
de donde arranca un ramal que va a Shrithanmarat ciudad que se encuentra en la
costa, capital de provincia y que conserva
aún numerosos recuerdos de su pasada gran
deza. Una antigua leyenda afinna que fué
ésta la primera ciudad del Siam que abrazó
el Budismo, difundido después por todo el
reino. Aún hoy día es la ciudad budista por
excelencia. Cuenta con más de dos mil pa
godas esparcidas j>nr su territorio y de ellas
l\ay una que se halla materialmente reves
tida de oro.
Aquí el tren queda casi vacío, pues mucha
gente baja i>ara buscar trabajo en los ri
quísimos centros mineros de la región.
En Phukef.
Después de dos días de descanso toma
mos el vapor que nos ha de transportar a
Phukcí, meta de nuestro viaje. El (>céano
tranquilo, nos deparó un viaje feliz. Al echar
el ancla en la bahía de Tongka, capital de
la isla, el P. Devals nos presentó a un sim*
'( 173 )pático muchacho que acababa de subir a
bordo:
— El Príncipe Siridet Motn Chao, hijo me
nor de S. E. el Gobernador de la Provincia
de Phuket.
Iba vestido a la europea, con verdadera
elegancia, y fué tan cortés con nosotros
que nos ofreció su lancha y su palacio en
donde nos tuvo como huéspedes de honor
durante nuestra permanencia en la isla. Es
muy amigo del P. Devals y frecuenta el
trabajos. Hemos visitado también el pe
queño cementerio, bien conservado y la capillita, ya inservible. De esta sólo quedan
las columnas que sostienen el techo de zinc.
Y a no hay paredes y los alrededores han sido
convertidos en almacén de maderas. El altar
mayor sirve de gallinero a una clueca que
cuida de sus numerosos poUuelos.
E n tierra firme encontramos otros cristia
nos empleados en el cultivo del caucho. Nos
recibieron con gran alegría expresando su ar-
Siam . — Típico mercado sobre el río M eklong.
Colegio católico de Penang con ejemplar asi
duidad.
Nuestro primer cuidado fué ponemos en
contacto con los cristianos. Son pocos: dos
familias indígenas y algunas familias de Eu
ropeos o Australianos, que dirigen las minas
o tienen en ellas algún cargo de relativa im
portancia.
El primer domingo los reunimos a todos
en un salón, y celebramos la Sta. Misa, admi
nistrando un bautismo. Son la pequeña se
milla de la futura cristiandad y merecen que
el Misionero vay^ con frecuencia a visitarlos,
aunque sería mucho mejor que se quedara a
'hir entre ellos, si quiere ver asegurados sus
diente deseo de tener entre ellos un sacer
dote que vele por ellos y por sus hjios.
¿Podremos satisfacer este legítimo deseo?
Sólo Dios lo sabe.
Envíe algunos misioneros, amado padre,
para evangelizar este territorio de Phuket;
de este modo iniciaremos el trabajo en la
península; trabajo, que a no dudar, dará
copiosos frutos.
Volvimos por el camino de Kantan a Ratburi llenos de alegría por haber confortado a
aquellos hijos lejanos, con la esperanza de
ir en su aynrda lo más pronto posible.
J o sé P it a f f o ,
Misionero Salesiano.
-( 174 )-
El Templo del Tibidabo.
Están para sonar los dos siglos de la consola
dora promesa hecha por Jesucristo a aquel sa
cerdote español, miembro de la Compañía de
Jesús, particular y regalado amigo del Corazón
Divino, el 1’ . Hoyos: * Reinaré en España con
más veneración que en todo el m undo.»
Y reina ya en España, Jesucristo.
tribuir, además, con el sacrifico de cinco mil
liras; Dios lo quiere, y por eso ha puesto en el
corazón de nuestro católico Monarca un carino
particular por ella y le ha inspirado grabar
su escudo y el de su augusta Madre (que en
gloria esté) en el ventanal principal de este
trono de amor.
Estado de las O b ra s del Templo, eo marzo del afio pasado»
Rendido a sus pies, con rasgo de la piedad
más acendrada, a la faz del mundo, se le en
tregó nuestro católico Rey, como fiel vasallo,
en el cerro de los Angeles) así lo pregonan
aquellas piedras: * Reino en España ».
Pero el Corazón Divino de Jesús quiere
más de España; quiere tener su alcázar para
ver en él congregados a sus hijos de todas
las regiones, y oír en la admirable variedad
de acentos de la madre España, su procla
mación entusiasta como Rey.
D ios ¡o quiere; y jx>r ello inspiró al Congreso
líucarístico Internacional de Madrid, al de
clarar esa Obra * Templo Nacional Expiatorio
del Sagrado Corazón de Jesús »; Dios lo quiere,
y jHir eso en su nombre envió una bendición
a tixU'^ los favoreceiiores de la Obra el Papa de
la Paz, S S. Benedicto X V , quien quiso cou-
No penséis, generosos lectores, que os escribe
un hombre: pensad que os hablan todos 1«
miembros de vuestra familia, los que llenaron
de gloria a la madre Patria o enaltecieron Mies*
tro nombre con las virtrxdes acrisoladas de so
alma, con las proezas de su ingenio, de su co
razón y de su brazo.
Esos muertos que viven en Dios y en el altnr
de ^•uestro cristiano corazón, os piden en nom
bre suyo y de Jesucristo, que es su Re}’ y sa
Beatitud, que rindáis a los pies di\*inos el contributo de \*uestras limosnas, para levantará
el trono de gloria desde el cual quiere rei^
sobre totlos y cada uno de los pueblos de España¡Es la hora del triunfo! ¡Dios lo quiere!
¡Benditas, mil veces benditas por Dios y por
los hombres las almas que con su cooperaoí*
apresuren el venturoso día!
Los íriunfos
de María Auxiliadora
Una de las cosas que más poderosamente
llama la atención del que por vez primera
visita el Santuario de María Auxiliadora, en
Turín, es la grajndiosa cúpula, decorada en
1891 por el pintor RoUini, ex-alumno del
Beato Juan Bosco.
Es una obra acabada, no sólo por la feli
cidad de su composición sino también por
representar de un modo perfecto y maravi
l l o la gloriosa historia de la constante ayuda
de María en favor del pueblo cristiano.
Los grabados que publicamos a5nidarán
a formarse una idea de esta Historia, mucho
mejor que las cortas líneas que escribimos
para dar una breve explicación.
La Virgen en su frono.
La parte superior de la cúpula representa
el Cielo. Un ángel, con su trompeta de oro
publica a los cuatros vientos las grandezas
de María, entonando el versículo del Magní
ficat: Fccit potentiam in bracchio suo. En tomo
suyo, los coros angélicos cantan himnos a
su Reina. La Sma. Trinidad, la contempla
complacida, como a la obra más perfecta del
amor y de la omnipotencia divina.
La \’irgeu se halla sentada en riquísimo
trono, teniendo sobre sus rodillas a su Divino
Hijo.
A su lado, el Patriarca San José, que con
ella compartió en la tierra trabajos y angus
tias, participa ahora de su triunfo. A la
derecha, se adelanta la Corte de los Biena
venturados, precedida por los que más se
distinguieron en su amor a María: San Fran
cisco de Sales, San Carlos Borromeo, San
Alfonso de Ligorio, Santa Teresa de Jesús,
San Luís Gonzaga, capitanean la pléyade
gloriosa.
En la parte inferior de la cúpula, y todo
alrededor de la misma, a partir de los pies
de la Virgen, se halla expuesta en bellísimrs
cuadros la historia de los triunfos de Mafia
Auxiliadora.
Siendo infinitos los acontecimientos en que
palmariamente se ve la protección de María
en favor de los Cristianos, el artista ha tenido
que limitarse a representar los de más re
lieve y que con más eficacia perduran en
la memoria del pueblo.
María A uxilio de ¡os
Cristianos cautivos.
Aparecen, en primer lugar San Juan de
Mata, fundador de la Orden de Trinitarios,
y San Pedro Nolasco, que fundó la de los
Mercedarios. Ambos Patriarcas, se inclinan
reverentes ante el trono de María como pi
diéndole su ayuda para poder cumplir la
heróica misión a que se han dedicado. lín
segundo término se ve a San Ramón Nonato,
rescatando del poder de los infieles a los cris
tianos cautivos, que son bárbaramente
apaleados por negarse a apostatar de la íé.
Un grupo de cristianos redimidos, de ro
dillas, presenta a María sus cadenas rotas.
Victoria de Lepanto.
El segundo cuadro representa la protección
de María a la Europa cristiana amenazada
por el peligro turco. Selim II, después de
apoderarse de Chipre, acariciaba el proyecto
de conquistar Veneda y convertir luego la
cátedra de San Pedro en establo para sus
caballos. El Papa San Pío V, hace un llam a
miento a los príncipes cristianos quienes a las
•( 176 )■
órdenes de D Juan de Austria, humillan en
aguas de Lepante la altivez de la medialuna.
Aparecen en primer término Felipe II,
que da la mano a D.Juan de Austria; Manuel
l'iliberto, Colonna, yenniero, Barbarigo, y
Andrés Doria, héroes de aquella memorable
hazaña, han sido retratados de mano maestra.
Luego aparece Pío V, quien mientras un
pajecillo le comunica la nueva de la victoria
señala a la Virgen como la única salvadora
del ])ueblo cristiano, y para perpétua me
moria del hecho, añade a las letanías
lauretanas la invocación: Auxiliuni Christianonim ora pro nohis.
A continuación, un grupo de ángeles des
pliega un grandioso estandarte en donde se
puede contemplar la memorable batalla de
Lepante, la mayor ocasión que vieron los
siglos y que esperan ver los venideros, a decir
del glorioso Manco, testigo y héroe de la
gloriosa jomada.
Sobieski. Liberación de Viena,
Ha transcurrido casi un siglo. Los turcos,
rechazados y casi destruidos en Lepante se
han vuelto a rehacer y amenazan de nuevo
a la Kuropa cristiana. Trescientos mil musul
manes se presentan ante los muros de Viena.
La ciudad, desamparada, apenas podrá
resistir su furiosa acometida, y en caso de
perecer, ya no habrá
obstáculo que se oponga
a la fuerza arrolladora
de los turcos.
De nuevo es el Papa
quien exhorta a los
Príncipes cristianos a la
unión contra el común
enemigo; su voz es escu
chada tan sólo por el
piadoso príncipe polaco
Juan Sobieski; el cau
dillo cristiano pone toda
su confianza en María
y con su nombre en los
labios y en el corazón
de sus soldados, ataca
a los enemigos, ponién
doles en vergonzosa fu
ga. La Europa cristiana
se ve de nuevo libre de
sus mortales enemigos.
En memoria de este
memorable triunfo, se
instituj’ó en Munich,
capital de Bandera, la
primera Cofradía en ho
nor de María A uxilia
dora.
E l artista ha repre
sentado al caudillo po-
LA EPOPEYA I
Mari» .i
veni
inferior,
«I tro
Las Oá
de Ca
de lif
s<*»i
-( 177 )-
laco, al frente de sus
tropas, mientras su ca
ballo huella los trofeos
arrancadas al enemigo
los turcos en tan me
morable victoria.
P ío VII
recobra la liberfad.
AUXILIADORA.
Al principio del siglo
pasado, engreído Napo
león por los constantes
triunfos de sus armas
victoriosas, soñó con
ceñir en sus sienes la
corona de los Estados
de la Iglesia. Irritado
por la oposición del
Papa, le trató inicua
mente, despose5'éndole
de su trono y relegán
dole a la dura prisión
de Fontainebleau. El
Papa prometió en tan
crítica circunstancia a
la Auxiliadora de los
Cristianos, celebrar en
su honor solemnes fies
tas si conseguía volver
de nuevo a su amada
1
Roma. No se hizo esperar la proteción di\úna.
Eas águilas imperiales, abatidas en España y
aniquiladas en Rusia, tmderon triste fin en
la isla de Sta. Elena, mientras el Sumo Pon
tífice, recorriendo en viaje triunfal el camino
del destierro entraba entre delirantes aclama
ciones en Roma, y establecía que todos los
años, en tal día 24 de mayo, se celebrara so
lemnemente la fiesta de María Auxilio de
los Crisiianos.
El artista ha representado al Sumo Pon
tífice junto a una columna rota, que lleva la
fatídica fecha de 1815, año de la muerte de
Napoleón.
María Auxiliadora y D on Bosco,
Y en este mismo año, en las risueñas co
linas del Piamonte, veía la luz primera un
pobre niño, hijo de pastores, pero a quien la
Providencia destinaba a ser el Apóstol de
María Auxiliadora.
La Obra de D. Bosco es harto conocida
para que nos detengamos en describirla. En
menos de un siglo se ha esparcido por toda
la tierra; y adonde quiera que vaj'a, el Salesiano lleva consigo a María Auxiliadora. Y
hoy todas las naciones civilizadas tienen
magníficos templos dedicados a la Virgen de
D . Bosco. Y junto a los templos, escuelas,
talleres, granjas y Oratorios, en donde la
-( 178 )-
juventud y la niñez encuentran seguro asilo
contra las asechanzas de sus enemigos, y
nutriendo sus corazones con el Pan de Vida
y el amor a la Virgen Auxiliadora, se renueva
y se prepara a las duras refriegas de la vida.
Y eso es lo que (juiere indicar grupo de
Salesianos que atienden a la instrucción de
ese enjambre de niños.
Pero no sólo las naciones cultas; también
en las lejanas tierras de infieles, en las flo
restas vírgenes y en los desiertos sin límites,
triunfa María Auxiliadora por medio de los
hijos <le D. Bosco.
Ved allí, a los pies de María Auxiliadora
al Beato, ya en las postrimerías de su exis
tencia; ante él se postran cuatro indios
«pie le besan, conmovidos, la mano. Los ha
traído Mons. Cagliero de la lejana Patagonia,
para que ofrezcan al amado Padre el testi
monio de su afecto y de su gratitud por
haberles redimido del estado de abyección
en que vivían.
l'innlmente, se ven unas Hijas de María
Auxiliadora, que presentan también al amado
Fundador y Padre a dos jovencitas indias,
primeras y fragantes flores de la selva.
Tul es, en breves palabras, la historia del
Culto de María Auxiliadora; historia que por
la grandiosidad de las figuras que la integran,
por la belleza de la ejecución y por lo emotivo
de los asuntos, bien merece el nombre de
epopeya: La Epopcva de María Auxiliadora.
GRACIAS
DE MARÍA AUXILIADORA
Curación de un absceso.
En los primeros días do noviembre del año
pasado, empecé a senlirme enfenna, moles
tándome todas las lardos una ligera fiebre,
que poco a poco, con el pasar de los días me iba
agravando cada voz más. .sin que le ciencia
módica, a ]K'sar de todos sus esfuerzos, lograse
n.‘uu.‘iliar mi mal. En vista de mi triste situa
ción. los módicos mo actnisejaron me troslatlara al Uospitiü en donde después de diez días
lio observación, pudieron cotustalar que se tra
taba «.le un absceso y que en «.xMisocuencia, de
bía someterme a una oiK'racion. En trance t;ui
a[>uruilo, recvirrimos t«xlo.s kvs de la familia a
la que es Auxilio de los Cristimios y jxjr media
ción de su fiel siervo el Beato Juan Bosco, le
suplicamos me concediera la salud, y además
me proporcionara el consuelo de poder asistir
a la ceremonia de la vestición de sotana de un
hijo mío, que tendría lugar en Bernal antes del
29 de enero.
¡Oh poder y bondad de María Auxiliadora y
de D. Bosco! Después de varias novenas, él
día 23 de enero, el médico que me había ope
rado, me comunica que la herida se había ce
rrado y por consiguiente, podía volver a mi
casa completamente restablecida. Me apresuré
a rendir la.s más fervientes gracias a mis celes
tiales protectores y el día 29 de enero, junto
con mi esposo y varios hijos, asistí a la vesti
ción de mi hijo, que es el segmido que consa
gro a Dios en el santo Sacerdocio. Dios quiera
asistirles hasta el fin, concediéndoles la gracia
de la perseverancia.
Ensenada (Argentina) 3 febrero 193oV ir g in ia E. d e L o m b a rd ’.
Devuelve la salud a nuesfra hermana.
Damos infinitas gracias a María Auxiliadora
porque ha querido escuchar nuestras humildes
súplicas en mía ocasi'»n en que nos hallábamos
sumamente afligidas a causa de una grave e
incurable enfermedad que padecía una hermana
nuestra. Sin otro recurso que la bondad sin
límites de María Auxiliadora, acudimos a EUa
mandando celebrar dos novenarios de misas
en el Colegio de los Salesianos.
L a gracia no se hizo esperar, por lo cual,
nos apresuramos a publicarla para demostrar
nuestra gratitud a tan buena Madre y ])ara que
sirva de aliento y estímulo a todos los que
sufren, sin esperanza de encontrar alivio on
los remedios limnanos.
También hemos de agradecer a María Auxilia
dora otras gracias, una espiritual y otra corporal,
concedidas a dos miembros de nuestra familia.
Como prueba de nuestra gratitud, enviamos
una limosna para los huerfanitos de D. Bosco.
Bogotá (Colombia) Septiembre 1929Unas Devotas de M . Auxiliadora.
La grafiíud de un padre.
Cumplo con el grato deber de dar gracias muy
sinceras, |x>r medio del Bolciin, a nuestra San
tísima Madre María Auxiliadora por habenne
conseguido la curación de una de mis hijas
que estuvo en ¡)cligro gravísimo de perder la
vida por causa de xma muy grave y prolongada
enfermedad. E n tan apurado trance, acmií c«3n
toda confianza a la que es Auxilio de los Cris
tianos y E lla oyó benignamente mis súplicas.
Acompaño una limosna en acción de gracias.
Bogotá, febrero 1930.
F r a n cisco V a r g a s .
II
( J79 )-
Salva a un niño
de una muerte segura.
LU GO (Esp .\ñ .a). — Slaría C. Castedo, por
vanos favores recibidos, envía una limosna para
el bautizo de un pagano.
Doy rendidas gracias a María Auxiliadora por
un fa%'or extraordinario que ha querido conce
derme. Mi hijo José Carbonell, de seis años
de edad se hallaba entregado a sus juegos cuando
le atropelló un caballo, de tal modo que la rueda
del carro le pasó por encima del pecho. A l ver
el horrible espectáculo, me dirigí llena de fe
a la Virgen Auxiliadora, exclamando: « ¡Oh
\’irgen Santísima Auxiliadora, salvad a mi
hijo! »
Y la Auxiliadora de los Cristianos me lo pro
tegió de tal suerte, que a pesar de que todos
creían verle destrozado, mi liijito, no sufrió
absolutamente ningún daño.
Gracias, querida Madre alaría Auxiliadora!
SALAM ANCA (E sp.a ñ -v). — Eleuteria Sánchez y Juan Antonio Sánchez, envían, agra
decidos, ima limosna.
VaUncia (España) i i febrero 1930.
Ma r í a G r a n c h a aiARTiNEz.
Dan también gracias a María Auxilia
dora y envían una limosna:
AGUASCALIENTES (aiÉJiCo). — Joseñna
Morán por un favor recibido.
ATESCATEM PA (Gu a t e m a ia ). — Fidela y
Francisca Arteaga hacen pública manifestación
de su gratitud a alaría Auxiliadora que les ha
alcanzado la curación de su madre.
BANDE (E s p a ñ a ). — aiargarita González
Mánnol, por varios favores recibidos.
B LU E FIE LD S (N ic a r a g u a ). — aiercedes
Z. de Miranda, por haber alcanzado la salud
de su liija. — Graciela ai. de Dorainguez, por
especiales beneñcios recibidos.
BUENOS A IR E S (A r g e n t in a ). — Armando
Parodi, por un señalado favor recibido.
CASTROJERIZ (E s p a ñ a ). — Ulpiano aiuñoz. por varias gracias que le concedió M. A u
xiliadora.
CIUDAD G A R CIA (aiÉ JiC O ). — María R odrí
guez, Librada Ortiz y N. N., dan gracias por
varios favores y envdan una limosna.
CORINTO (N ic a r a g u a ). —
S. por un favor recibido.
En honor
de Domingo Savio.
V A L E N C IA (Eísp a ñ a ). — E l entusiasmo por
Domingo Savio no decae en la ciudad de las
ñores.
E l día 9 de marzo, aniversario de la muerte
del angelical jovencito, se reunieron junto a su
monumento todos los jóvenes del Colegio, des
pués de haber pedido en la Sagrada Comunión
de la mañana fuerza para ser sus fieles im ita
dores.
E l «Círculo Domingo S a v io » había prepa
rado un bonito programa a fin de que todo re
sultara digno y atractivo. E l Sr. Director del
Colegio, P. Daniel Conde, expuso en breves y
entusiastas frases, la significación del acto y
animó a todos a ser fieles imitadores de tan
acabado modelo.
A continuación fueron ofrecidas a Domingo
Sa^^o tres hermosas coronas de flores natu
rales. Una por los alumnos internos, otra por
los externos y la tercera por los socios del
Círculo Domingo Savio.
Por la tarde el Sr. Director del Colegio ob
sequió con un lunch a los socios del Círculo y
a continuación, reunidos todos en el Teatro
de la Casa tuvo lugar una Velada, a la que
quisieron tomar parte distinguidos Bienhecho
res. Los socios del cuadro dramático « Domingo
S a v io » interpretaron muy bien * La lior del
Espino » y otras bonitas composiciones. La or
questa del Barrio D. Bos<» amenizó los entre
actos con la maestría de siempre, dejando a
todos vivam ente complacidcs.
Santos Silva
CORUNA (E sp a ñ a ). — Carmen Alcarraz
por haber curado de una enteritis ulcerosa.
LOS A N G E LE S (EsT. U n id o s ). — María
Huizar de Valdas, agradecida por un señalado
favor.
II
TANGAl-LANDAPIO (MÉTICO). — Dolore.s
García Valdés, por haber conseguido la salud
corporal junto con la espiritual.
T U R IN íI t a l -a ), — E l amor que los niños
del Oratorio profesan a su santo compañero,
es de todos conocido. Su tumba, en la Ba.sílica de María Auxiliadora, se ve continuamente
rodeada de jovencitos que con la frente apoyada
sobre el mármol, se entretienen con él en ín
timos coloquios...
-{ i8o )Pero el Rvdmo. Rector Mayor, D. Felipe
Riiialdi ha querido hacerles este año un precio
so regalo y a este fin ha mandado levantar en
uno de los patios del Oratorio im monumento
al angelical jovcncito, para que presidiera tam
bién en sus juegos a los niños del Oratorio.
E l día 12 de abril toda la Casa, reunida
junto al Monumento ha asistido al acto
de la inauguración. Don Felipe Rinaldi, des
pués de bendecirlo, ha hecho el ofrecimiento
•en palabras llenas de sabias enseñanzas.
mi corazón a la intercesión de Domingo Savio
animándome a conseguir la gracia, el hecho
de hallarme en el mes que en el Colegio dedica
mos al Siervo de Dios.
Por lo tanto, la noclie del 20 de febrero, con
fiado en el poder de Dios, que derrama sus gra
cias por intercesión de los que en vida le fue
ron fieles, e impulsado por el cariño a mi hermanita y por el dolor de ver sufrir tanto a mis
queridos padres, empecé im triduo, juntamente
con algunas personas caritativas, diciendo;
Valencia (Espafio). — Honrando a Donúngo Savio.
L e contestó un niño artesano, agradecieitdo
€l delicado obsequio y prometiendo, en nombre
de sus compañeros, que en el Oratorio no ha
bían de faltar nunca fieles imitadores del in
signe Modelo de la juventud Salesiana.
G racia obtenida
por intercesión de Domingo Savio.
Curación repentino.
Se hallaba mi honuanita desde hacia algún
tiemiH> atacada de broncouetuuouía, y como
el mal iba tomando cada día projxjrciones más
alaniuuttos, las médicos llegaron a desalmciarla. Entonces recurrí con todo el fervor de
« ¡Oh Domingo Savio, tú que amas tanto a
los niños, escúcliame y alcánzame del Señor
que mi hennauita cure pronto y completamente!
Oye mis ruegas y te prometo publicar la gra
cia cu el Boletín Salesiano. — ¡Domingo Savio,
María Auxiliadora, rogad por mí! ¡Sagrado
Corazón de Jesús, en Vos confío!»
E l 22 por la noclie concluimos el triduo. El
23, supe, oh prodigio, que mi hennaiiita, la
noche anterior, se sintió de repente perfecta
mente ciuada de su enfermedad, llenando de
iüegría mi corazón y el de mis amados jjaJres.
¡Gracias, angélico Domingo Savio, por la
gracia obtenida!
Sarria, (Barcelona) 28 febrero 1930*
G u ille r m o M as
Alumno del Colegio Salesiano,
-( iS i )-
Ecos de la Beatificación
La fiesta del Beato Juan Bosco
en la Capital del Ecuador.
Ante el universal concierto de admiración y
de gratitud que del orbe entero se eleva al gran
Ap^tol de la niñez, Quito, la hermosa Sul
tana de los Andes no quedó a la zaga, y glo
rificó al nuevo Beato en forma verdaderamente
grandiosa y solemne.
Esperamos será del agrado de nuestros lecto
res la reseña, siquiera tan sólo esbozada, de los
grandes festejos.
Misa Pontifical, oficiada por el limo. Sr.
Obispo de Guayaquil, Dr. Carlos M. La Torre,
con asistencia del Venerable Cabildo Cate
dral, Seminario Mayor y varios párrocos de
la ciudad.
Asistieron también varios miembros del
Cuerpo Diplomático, entre ellos los Sres. Mi-
Funciones religiosas. E l Triduo.
Las solemnidades religiosas tuvieron lugar en
la Santa Iglesia Catedral. E l altar se hallaba
pixrfusamente iluminado y sobre un fondo
blanco amarillo, destacaba el bellísimo cuadro
del Beato, obra valiosa del artista D. Antonio
Salguero.
El jueves 6 de febrero, primer día del triduo,
celebró la Santa Misa el Rvdm o. Canónigo
Dr. Alejandro Mateus, Director Diocesano de
los Cooperadores, con gran concurrencia de
todos los Colegios de la Capital. A las 9, la Misa
Solemne con una afluencia extraordinaria de
fieles. Por la tarde después del Rosario un
elocuente orador sagrado subió al púlpito a
tejer el pangírico del Beato, terminando las
solemnidades del día con la Bendición con
S. D. M.
El mismo programa de fimciones religiosas
tuvo lugar durante los tres días de preparación
a la fiesta, aumentando cada día el entusiasmo
y afluencia de los fiieles
La Comunión general diaria, adquirió pro
porciones insuperadas. Todas las Comunidades
religiosas y todos los Institutos de enseñanza,
de ambos sexos, dirigidos por jirofesores catóquisieron rivalizaren fervor y entusiasmo,
lista santa porfía en honrar al santo Regenera
dor del pueblo, este homenaje imponente de
toda la capital Ecuatoriana hacia el taumaturgo
del siglo 5ciX , llegó a su apoteosis el día de la
fiesta.
La festividad d e l Beato.
Empezó con la Misa de Comunión general,
eelebrada por el Rvdo. P. Inspector y a la que
tomaron parte todas las asociaciones católicas
do la capital.
A las 9 de la mañana se celebró la Solemne
Q u ito (Ecuador) —
La C atedral durante el homenaie
a Don Bosco.
nistros de España. Italia, Perú y Estados Uni
dos; concurrió igualmente el Comité de Coope
radores Salesianos, presidido por su digno Pre
sidente Sr. Dr. Chiriboga Bustamente y re
presentaciones de todas las comunidades re
ligiosas.
Las amplias naves de la Catedral estaban
completamente ocupadas por numerosos caba
lleros, damas y obreros. Entre ellos destacaba
el nutrido grupo de Ex-Alumnos Salesianos.
Una magnífica orquesta c<mtribuyó a la ma
yor esplendidez de tan grandiosa solemnidad
reh'giosa.
E l conocido y notable orador sagrado Rvdo.
D . Luis Escalante, pronunció im erudito sermón
{ i 82 )-
cuyo tema fué «El obrero católico a través
de los tiem pos». Habló del influjo secular de
la Iglesia en bien de la clase trabajadora,
a la (jue ha levantado y moralizado con numero
sas instituciones de diversa Índole.
'I'crminada la Mi.sa se cantó un solemne «Te
Deum ».
A continuación las dos bandas salesianas, en
el atrio de la Catedral dieron una magnífica
audición (jue los concurrentes aplaudieron con
entusiasmo.
Despué.s del sermón se distribuyeron líenno
sos recuerdos de la Fiesta y breves reseñas
biográficas del Heato.
Por la noche, en el Oratorio Festivo de la
Q nito (Ecuador). — U n aspecto del desfile.
Tola se llevó a cabo una hermosa Velada literario-musical, en la que los entusiastas mucha
chos de la Compañía Dramática Üratoriana pu
sieron en escena el conmovedor drama titulado
«Un estudiante como tantos v. Asistió a la
velada el Encargado de Negocios del Brasil.
E l salón se hallaba lleno do selecta concurren
cia que aplaudió varias veces la meritisiina la
bor <le los pequeños artista.s.
No iX)CO contribuyó a la mayor brillantez de
la fiesta la Biuula del Oratorio Festivo.
£/ acío social.
Desde las dos y media de la tarde onq>czaron
a congregarse en el salón de actos tlcl Colegio
lie las Rvtlas. Matlres de k>s Sagrados Cora
zones. distinguidas personalidades de nuestra
S^K.'ie«.lad. presididas ]>or el limo. Sr. Obispo
Dr. La Torre; Sres. Ministros de Itíüia y del
Brasil, miembros de las Comunidades Reli
giosas y Párrocos de la capital, Cooperadorís,
Éx-Alumnos y alumnos Salesianas del Insti.
tuto de la Tola.
Antes de empezar el acto, la Banda del Insti
tuto ejecutó una retreta de gala en el patio del
Colegio.
A las tres se dió principio al desarrollo del
programa con la magistral interpretación de
la obertura Británicos, por la orquesta Europe,
Irunediatamente pronunció en nombre del
clero de la Arqmdiócesis xm discurso el R\teo.
Sr. Canónigo Dr. José A. Baquero, ocupándose
especialmente de la actuación de los Salesianas
en la República del Ecuador; al tenninar sa
discurso fué muy aplaudido.
E l conocido orador Dr. Manuel Elido Flor,
hizo las delicias del público durante la recita
ción de su brillantísimo discurso en honor del
Ilustre Beato.
L a señora Matilde de Anderson atrajo la
atención de los concurrentes por su lucidísima
intcpretación de la rapsodia Húngara de Litz.
También interpretaron difíciles y escogidas
piezas otras distinguidas señoritas, que fueron
muy aplaudidas.
Finalmente habló el lim o. Sr. Obispo de
Guayaquil, quien en ima improvisación elo
cuentísima, en que hizo resaltar la admirable
labor de los Salesianos en su diócesis y en Quito,
dejó electrizados a los concurrentes.
En suma; el acto social en honor de D. Bosco
resultó espléndido, digno del gran Apóstol de
la juventud, a la que dedicó todas sus energías
y preciasa actividad.
¡Que el Bienaventurado Padre, cuya última
bendición desde el lecho de la agonía fué para
sus hijos recienteureiite llegados al Ecuador,
bendiga y amj>are la gloriosa Patria del humortal García Moreno!
El homenaje o Don Bosco
en Estados Unidos.
Con un acto piiblico sobre Don Bosco J
su obra, en el gran salón de la Uuix'cr.sidad
Católica, se clausuró la serie de los cele
brados en su honor en esta Inspectoría sale
siana que va desde Toronto (Caftadd) hasta
Florida, sobre el golfo de Méjico. En todos
ellos ha prctlominado la doble nota caracterí
stica salesiana, de un sincero fen'or religioso J
de una concurrencia extraordinaria de elemen
tos jóvenes.
El acto más solemne se efectuó en la Cate
dral de San Patricio en New York, el i6 de
febrero.
Consistió en una Misa solemne, presidida por
r
( tS3 ).
el Cardenal Patricio Hayes, Arzobispo de New
York. Asistííui los Obispos de las Diócesis de
Albany, Bufíalo, Rocliester, Scranton y Trenton, en persona o por delegados, con represen
tantes de numerosas sociedades religiosas y
del clero seglar, y unas cinco mil personas, que
a pesar del frío intensísimo, habían acudido
a rendir homenaje a Don Eosco, desde las
naves del magnifico templo gótico.
Música de Perosi y del Salesiano M.® Pagella,
ejecutada en el grandioso órgano inaugurado
días antes, llenaba el ambiente y las almas.
.Al Evangelio dijo el panegírico Mons. GuiUenno Tumer, el docto Obispo de Buffalo.
rrencia, a través de la palabra de los oradores.
Y la figura de Don Bosco, una vez impresa en
el alma, no se desvanece ya más.
H ay con todo ima gran diferencia entre las
conmemoraciones de Don Bosco en los Esta
dos Unidos y las celebradas en la América del
Sur, especialmente en la Argentina y en nues
tro querido Uruguay. Es la diferencia que jíasa
entre las fiestas de primavera y las de otoño;
las de la siembra y las de la cosecha.
Las muchedumbres que aclamaron a Don
Bosco en la Avenida de Mayo y en la calle
Q u ito (Ecuador). — La Banda del O ratorio Festivo.
Fué ima síntesis magistral del sistema edu
cativo de Don Bosco, condensado en esta frase:
«Expresión, no Represión *.
Amplificadores colocados en el piilpito di
fundían sobre el vasto auditorio la voz del
Prelado y volvieron a difundir al fin de la Misa
la del Cardenal, que tuvo frases de admiración
y devoción intensas al Beato.
Los grandes diarios de New York, sin dis
tinción se hicieron eco de la fiesta, y el «New
York Tim es» publicó en la página editorial tm
amculo de su editor en jefe.
No menos solemne fué la conmemoración
de anoche aquí, en la grande «Universidad
Católica«. Si bien la figura de Don Bosco se
presentaba por vez primera en público en esta
capital, sin embargo, conquistó de inmediato
la atención y el apluso de la numerosa concu-
i8 de Julio, compuestas en gran parte de alum
nos, ex alumnos y cooperadores salcsiaiios,
eran el fruto de medio siglo de siembra prodi
giosamente fecmida. L a imagen de Don Bosco
flotaba sobre una marea de corazones ya ix>r
él conquistados y definitivamente suyos.
Aquí los Salesianos atraviesan aún el periodo
de <siem bra». E n sus fiestas de Don Bosco
ha resonado la nota alegre, pero la simple nota
alegre de la esperanza, no la clarinada del triunfo,
el canto de la cosecha plena y sazonada, cii5’o
eco ciertamente ¡jerdura en esas tierras, para
mí inolvidables.
Cuando, al leer la crónica de las fiestas de
Buenos Aires y Montevideo, y o reconstruía en
mi alma la realidad de aquellos actos, y al
frente de la columna en marclia por la calle i8
de Julio veía a «siete indiecitos» del Chaco
I&4
paraguayo, del fondo de mi ser subía una ola
de emoción que no podría deciri
I.a cosecha de Don Bosco madurará sin duda
también en este grande país. Sus Hijas ocupa
rán su puesto de honor entre los muchos ada
lides de la educación católica en Estados Uni
dos.
Y tendrán su nota característica.
Se refería a ella xmo de los oradores anoche
en la Universidad Católica, con las siguientes
palabras:
«'1‘odii Sociedad educadora en nuestro campo
católico, tiende a llevar a Cristo al alma del
niño; Cristo, que dijo de sí mismo: «Soy la
V(Tdad, el Camino y la Vida ».
Y bien. Socie<lades Religiosas hay, en los
Estados Unidos, cpie desarrollan una iiunensa
actividad en el terreno científico a través de
sús Colegios y Universidades. Su lema parece
ser: «Cristo es la Verdad *.
I.as liay que se distinguen por su acción
apostólica en Mi.siones, Ivjcrcicios Espirituales
y Conferencias a la juventud. Su lema parece
ser: « Cristo es el Camino ».
Si yo entiendo bien el espiritu de Don Bosco,
y la multiforme actividad mundial de sus H i
jos entre la juventud, su lema debe ser: « Cristo
es la Vida *.
Y es precisamente un soplo de Vida Sobrena
tural la suprema necesidad de estas nuevas
generaciones norteamericanas, amenazadas de
muerte por el sutil veneno protestante y el
aliciente seductor de las satisfacciones terrenas.
W'ishiHgton, 25 febrero 1930*
P . R ic c a r d o P it t in i ,
Salesiano.
Tomado de i E l Bien Público», de Montevideo.
CARM ONA (E s p a ñ a ). — L a ciudad de Carmona ha festejado con entusiasmo y cariüo al
Beato Don Bosco. Salesianos y ahunnos. Coo
peradores y ex-alumnos, Arcliicofrades de M.
Auxiliadora, el Clero secular y todos los amigos
de la Obra S;desinua, que en Canuona se puede
decir son todos las vecinos, por la inmensa
labor que en 30 años ile contüiuos trabajos han
realizado los Salesianos. han manifestado su
amor al Beato U. Bosco y su adhesión a la
Obra salcsiana, asistiendo con devoción y asitluiiiad a las solemnes cultos celebrados desde
las días :o al 24 de febrero en la Real iglesia de
S;mtiago. Consolador fué el número de fieles
que acudían durante estos días a venerar la
preciosa reliquia del Beato, ^ r o el acto más
itu|X)rtante fué la concurrida Misa de Comunión
general celebrada el 23 y durante la cual se
acercaron e recibir los Santos Sacramentos una
infinidad de fieles.
E l Beato Don Bosco bendecirá desde el cielo
a esta noble ciudad, sobre todo a su Ilustre
Clero y a los celosos cooperadores que durante
estos días con tanto entusiasmo trabajaron por
la mayor brillantez de los festejos.
GRACIAS
DEL BEATO JUAN B O SC O
Ale oyuda en los esfudios*
Hago público mi agradecimiento al Beato
D. Bosco por los muchos beneficios recibidos
de su mano en el año 1929- Mediante una novena
en su honor he conseguido que desaparecieran
ciertos malestares que quebrantando mi salud,
me impedían proseguir mis estudios. Después,
gracias a su mtercesión he conseguido seña
ladísimas gracias espirituales, que me han
ayudado a llegar a la m eta de mis aspiraciones.
[Gracias, pues, sean dadas a este buen Padre,
que con tanto cariño ayuda y socorre a sus hijos!
Buenos Aires, 20 febrero i 93°M. de P.
Sacerdote Salesiano.
Sifuadón apurada, resuella.
Estando sumamente angustiadas a causa de
ima deuda que habíamos contraído, compro
metiendo con ella ima casa, único haber que poseíamas, y siéndonos imposible hacer el pago en
la fecha indicada, nuestros acreedores estable
cieron el juicio para el remate de la casa.
En trance tan apurado, recurrimos al Beato
D. Bosco para que intercediera ante María
Auxiliadora y nos sacara del compromiso.
¡Oh Bondad del Beato! A l terminar la novena,
encontramos un pariente a quien hacía muclios
años no veíamos, y, seguramente inspirado por
el Beato, nos ofreció generosamente el dinero
necesario para salir de situación tan apur^a.
Llenas de gratitud, recomendamos a toass
las personas que se encuentren en alguna tribu
lación que acudan confiadas al Beato Juan
Bosco, seguras de ser prontamente socorridas.
Bogotá (Colombia).
S. V .
D on Bosco me devuelve la cartera.
En el mes de Julio, 1929, habiendo ido a
Pérgamo por asuntos de familia, a mi regreso.
-(
me di cuenta de que faltaba la cartera del bol
sillo de mi cliaqueta. En ella, había ima con
siderable cantidad de dinero, algunos impor
tantes documentos y también la imagen del
Beato D. Bosco a quien tanto he querido y
quiero.
Busqué en todos los rincones de mi casa y
{aera de ella, recorrí las mismas calles, acudí
a las casas y fármacias en que había estado,
pero siempre con éxito negativo.
Denuncié el hecho a la policía de Pérgamo;
todo fué inútil.
R^esado a Trento, y a en mi habitación,
renové con más diligencia la búsqueda siempre
i 85
)■
confianza. Se ve que D. Bosco recuerda siempre
con cariño a sus alumnos y se complace en con
tentarlos.
Trento, Octubre de 1929.
Sn,vio P asserinti
químico farmacéutico de la Universidad
de Innsbruk y Genova.
Nianifí^sfñn también sugrafifud a/Beato:
AGUASCALIENTES (Méjico ). — Juana E.
de Rudas. Jovita Robles, y Amelia Raucel
Iqaiqne (C h ile). — Niflos de la Primera Cornuoiáo.
Me dijo entonces, mi hija Itala de doce años:
■— Papá, voy a encender una vela al Beato
Pon Bosco y le rezaré un Padre nuestro.
Muy preocupado, le hice poco caso y la an^na criada de casa admiraba la ingenua con
i z a de la niña: cuando ésta, se dió vuelta,
diciendo estas textuales palabras:
“ Papá, parece que Don Bosco me sonríe.
En el mismo instante, un ruido claro y seco
nos llamó la atendón: algo lejc^ de mí y de la
cnada y a espaldas de la niña había caído algo
« sudo. Era mi cartera intacta.
^ hija fué la primera en darse cuenta. La
'■ fcogió y me la en tr^ ó temblando de sorpresa
T Qnodón.
hemos dudado entonces ni dudamos ac®ntamte de que este sorprendente hecho se
únicamente a la protecdón del Beato
^ Bosco, a quien invocaré siempre con toda
por un señalado favor reríbido del Beato. E n
vían una oferta para las Misiones Salesianas.
LO S A N G E LE S (EST, U n id o s ). — V . Campanelli manda una oferta para el altar dcl
Beato, en acción de gradas por un favor re
cibido.
M ADRID (E spa S a ). — María y A . López,
por im favor redbido.
P A Y SA N D Ú (U r u g u a y ). — M. M. Aschieri
hace pública su gratitud al Beato por una grada
señalada.
T U R IN ( I T A L I A ) . — Teresa F. vda. de Toja,
envía una oferta para las obras salesianas, por
im señalado favor redbido, al par que implora
su protecdón sobre toda la familia.
P o r e l mundo salesiano
La obra salesiana
en Hungría
T.os hijos de D. Basco se establecieron por
ve/ primera en Hungría, en el otoüo del 1913.
fijando su residencia en Szenikereszt, (Stregonial. Animada'» del mejor esp ritu y confia
dos en el auxilio divino, empezaron su trabajo
en pro de la juventud. Poco tiempo pudieron
disfrutar de tranquilidad; al año escaso esta
llaba la gran guerra y en consecuencia, se vie
ron sumidos en el mayor abandono; faltos de
los medios indispensables para desarrollar su
acción bienhechora, tuvieron que pasar los
cinco años que duró aquella inmensa heca
tombe. entre estrecheces sin cuento, sufriendo
tocia suerte de penalidades, sumidos en la más
estrecha pobreza; pero no por eso decayó su
espíritu ni desmayó su celo; trabajaron en la
sombra, haciendo todo el bien posible; y cuando
pasada la borrasca volvió a renacer la paz y
tranquilidad en la Nación Hiingara. circulo
ixir las filas salesianas un nuevo aliento de
vida, y en el año 1920 empezó la nueva
era de actividad, con la fundación de un
segundo Colegio en Nyergesújfalu, en las pin
torescas orillas de Danubio.
Por la singular posición de esta nueva casa,
fueron trans]iortados a ella los colegiales ba
chilleres de Szeutkereszt, quedando ésta desti
nada a casa de fonuación de los salesianos
húngaras. Por su situación aislada, rodeada de
amenas bosquccillos, alejada del rumor mun
dano, es un sitio ideal como mansión de paz y
de recogimiento: de nuxlo que los Novicias y
Ivstudiantes do Pilasofía. ]meden dedicarse tran
quilamente a su formación intelectual y reli
giosa y prepararse así a la vida a que están
destinadas.
'rambión tienen a su cuidado \i\\ celebre bantuario dedicado a lu Santa Cru.-’, meta de con
tinuas V devotas jícregrinaciones.
K 1 Instituto de Nyergesújfalu ha adquirido
inmenso prestigio. K1 método preventivo de
nuestro Beato Padre, y el trato familiar que
los salesianos dan a sus alumnos, cosa hasta
entonces desconocida en Hungría, entusiasmó
a los jóvenes escolares, que respondieron cum
plidamente con su conducta y aplicación a los
desvelos de sus Maestros, elevando de tma ma
nera prodigiosa el prestigio del Colegio, de tal
modo que a pesar de su capacidad, no puede
atender a las innumerables demandas de acep
tación que continuamente recibe.
Rápidos progresos.
En el mismo año 1920 se abrió en la Capital
una casa, ubicada en uno de los barrios más
pobres y destinada a recoger a los niños aban
donados. E stá dedicada a San Luís Gonzaga
y como el campo de trabajo es vastísimo, no
bastando la primera ampliación, se está pen
sando aliora en aumentar su capacidad. Por
de pronto, en los días festivos su recinto resuena
con los alegres gritos y cánticos de centenares
de jovencitos del Oratorio Festivo, cuyo entu
siasmo y buenas disposiciones demuestra la va
liosa orquesta sinfónica compuesta por unos
cuarenta jovencitos del Círculo San Luís y que
goza de justa fama en toda la barriada.
Algunos años después se abrió a pocos ki
lómetros de la capital la casa de Rakospah!<’'
Su situación la pone en condiciones de hacer
el bien a la juventud dfe dos ciudades, que acude
numerosa y eiitu.siasta a su floreciente Oratorio
Festivo. E l Colegio, dedicado a San Esteban,
primer rey de Hungría, alberga a i.fo aluiunre»
en su mayor parte, artesanos. E l floreciente
Oratorio festivo con sus diversas secciones.
Círculo. Exploradores, etc, atrae a mía numerasa juventud, deseosa de serv-ir al Señor coa
alegría.
Esta casa posee una ti^xigrafía montada
giiu los últimos adelantos modernos, que hace
bellísimos trabajos y edita el Boletín Salesi^e»
en lengua húngara (30.000 ejemplares). Di
rector de este floreciente Colegio es el c&o»
sacerdote D . Juan Antal, cuya actividad .^
celo son harto conocidos no sólo en el
(
sino también en España, en donde ha traba
jado durante varios años, dejando imboirables recuerdos en cuantos le han conocido, por
su bondad, sencillez y actividad.
Los colegiales son todos pobres, y por esto
nutren hacia sus superiores y especialmente
hacia su papá — como llaman al Director —
un afecto sin límites.
En el mismo año, (1924) el Gobierno confió
a los Salesianos un grandioso Colegio en Eszteremtdbor, edificio que durante la guerra sirvió
de cárcel a los prisioneros. Después de hacer
en él las mejoras convenientes, hasta no dejar
huellas de su pasado, acoge hoy a más de
)
E n 1926 se abrió un nuevo Colegio dedicado
a la Auxiliadora de los Cristianos, en Viseernd,
la antigua capital del Reino bajo la dinastía
de los Arpad; la ciudad, en las orillas del Da
nubio, goza de ima situación pri\-ilegiada y
de im panorama encantador, extendiéndcfee
frente a eUa la isla Szent Endre, y la orilla
opuesta del río; en este Colegio se acogen más
de cien huerfanitos, encaminados al las artes
y Oficios.
fíelágü eñ o p orvenir.
Por orden de fundación viene alrota la £>equeña casa — pero de brillantísimo porr enir
RákospAlofa (Hungría). — V isíla del Nuncio Apostólico al Instituto Salesian o (marzo 1950).
(00 jovencitos pobre^. Abarca las escuelas ele
mentales. medias, técnicas, agrícolas y de Ary Oficios. Este vasto plan projjorciona esmer:da educación y formación profesional, no sólo
1-js internos, sino también a nmiierosos ex
ternos, que acuden a él para labrarse un hon
rado porvenir. l,os días de fiesta, cuando se
callan reunidos en lc« vastos patios aquellos
llen ares de jóvenes, entregados a los más
vanados jiregos, los pasajeros del tren que
atrariesa la propiedad, quedan admirados ante
espectáculo tan original y tan extraño
• •ra ellos. Sobre todo causa imborreble im:<euon el ver a los sacerdotes y clérigos,
. ?ando con los niños, como si fueran comr--eros.
Anejo al Colegio hay im Círculo recreativo
' iieado a los soldadcs de la guarnición.
— de Ujpesi. En abril del este año se ha puesto
la primera piedra de la nueva ala del Instituto.
H asta el presente no tiene alumnos internos,
porque el local es insuficiente; pero en cambio
cuenta con un floreciente Oratorio Festivo.
También tienen a su cargo los Salesianos una
veneradlsima iglesia dedicada al Sagrado Co
razón, y con ello se llena el gran vacío de
asistencia espiritual que hasta ahora existía
en este barrio.
Finalmente, hemos de citar la mayor, más
hermosa y reciente casa de la joven inspecto
ría húngara. Casa abierta gracias a la munifi
cencia de Mons. Vass, Ministro de Higiene y
Asistencia pública, en la ciudad de Srombathe/y. Hace pocos meses que se ha inaugurado
y y a ha sabido conquistarse ima fama enridiable. El Oratorio Festivo es frecuentado por
-{ i88 )más de 400 jóvenes. E l Instituto es para Artcsíiuo.s. H ay aneja también una parroquia,
de más de 8000 almas; todo este trabajo pesa
sobre tres sacerdotes salesianos, que para
atender a todo han de trabajar día y noche
con inmenso sacrificio de su parte.
Como se ve el personal es escaso, no sólo
a([uí, sino también en las demás casas; los
salesianos son llamados con insistencia de to
das las partes de la Nación, y a pesar suyo no
])ueden atender a tantas demandas, porque aún
para las casas que tienen son demasiado pocos.
La mies es abundante y pocos los operarios.
I.vl Gobierno y las autoridades eclesiásticas,
no les escatiman su apoyo y protección y el
pueblo los mira en todas partes con respeto
y sim¡)ütla. Este hecho, pero sobre todo la
ayuda del Señor y la maternal protección de
María Auxiliadora harán de modo que la
Obra salesiana se difunda pronto por toda Hun
gría, haciendo llegar con ello el brazo de la ca
ridad a la niñez y a la juventud de aquella
gloriosa nación cpie ha sido tan duramente
probada en estos últimos años.
L A V E G A (V e n k z u k ia ). — E l primero de
marzo, los salesianos de esta Casa, aceptando
gu.stosos la amable invitación del lim o, y
Rvdmo. Sr. Obis^Ms de Coro, Mons. Lucas
G. Castillo, antiguo Alumno Salesiano, nos tras
ladamos tras un recorrido de 120 Km . al pueblo
de San Casimiro para tomar parte en las solem
nes fiestas que estaban para celebrarse ; el v i
gésimo quinto aniversario déla Primera Misa
de Mon.scñor, que coincidía con las fiestas del
Patrono del Pueblo.
E l tributo de gratitud y amor que el pueblo
de San Casimiro tributó a su antiguo Pastor,
fué solemne y conmovedor. La nutrida comu
nión, distribuida por el mismo Prelado, el nu
meroso concurso de fieles que asistió a su solemne
Pontifical, realzado por la presencia de S. Sria.
lim a. Mons. Sixto Sosa, Obispo de Cvmmná,
no pudieron menos de conmover hondamente
su corazón de l ’adre.
líl día 3 do marzo, acompañando en devota
peregrinación a Mons. Castillo, los salesianos
tuvimos el placer de llegar al caserío de Guiripa,
donde se levanta ol primer Santuario erigido
eu Venezuela a María Auxiliadora. A lt pudimos
adtuirar una vez más el celo del antiguo Cape
llán. hoy Obispo, y la fili.il devoción tan fuert.•mente arraigada, de aquellos lugareños haC..X la Virgen de D. Bosco, patrona principal
del ])nebleeito.
Se cantó Misa, hubo una numerosa Comu
nión, y después de dar la Bendición con el Smo.
Mons. administró la Confirmación y bendijo
vanos matrimonios, dando a besar a conti
nuación ima reliquia del Beato D. Bosco, a Ies
numerosos fieles querían venerar al Apóstd
de María Auxiliadora.
E l martes, último día de Carnaval, se cefebraba en el país la fiesta patronal y los Salesia
nos tomamos parte al común regocijo en el so
lemne Pontifical oficiado por el Ihno. Sr. Obispo
de Cuinaná.
Por la tarde, los hijos de D. Bosco no du
dando la tradicional costumbre de juntar lo
útil a lo agradable, y como para demostrar su
gratitud por la exquisita hospitalidad de qw
habían sido objeto, ofrecieron al piieblo la re
presentación de un drama en tres actos: «La
venganza del Cristiano». L a función, honrada
con la presencia de los Ilustres Prelados, y de
los Rvdos. Padres del Inmaculado Corazón de
María, dejó gratísima impresión en todos, al
paso que constituyó el broche de oro de los fes
tejos de aquel piadoso pueblo.
BU EN O S A IR E S (Ar g Eíí Tin a ) . — En e¡
Colegio de S. Francisco de Sales. — Con gran
esplendor se llevaron a cabo las solemnes fiestas
organizadas en honor de S. Francisco de Sa
les, glorioso Patrón de la Obra Salesiana y de
nuestro Colegio.
Desde las primeras horas de la mañana pudo
apreciarse el entusiasmo de la creciente y bulli
ciosa juventud que en tropel acudía a tomar
parte a los festejos. A las 9 tuvo lugar la Santa
Misa, en la que muchos de los asistentes se acer
caron a los Santos Sacramentos. Durante la
Comunión se cantaron varios motetes.
E l Sr. Director del Colegio hizo al final ud
breve y atractivo panegírico del Santo. Debemos
hacer resaltar la nutrida representación de los
Sres. Ex-Alumnos, quienes con fervor y ])iedad
acompañaban a sus hermanos menores en el
acto religioso, haciendo el Ejercicio mensual de
la Buena Muerte.
Los padrinos de las fiestas obsequiaron s
continuación a todos los niñas con un sabroso
desayuno, lluego se organizaron iirtere.saiites
encuentros deportivos que resultaron muy en
tretemdos. También se organizaron varias tóm
bolas, rifas y otros juegos que llenaban de
alegría a toda aquella bulliciosa juventud.
Después de comer se prosiguieron los iest^
jos, reíüizáudose una henuosa procesión
los patios y dependencias del Colegio, llevando
eu triunfo la reliquia del Patrono. Precedía
el clero infantil y luego las Compañías del
Santo Angel Custodio y de San Luis Gonwga.
con representaciones de Antiguos AlumnosOratorianos y alumnos de los Años Nacionales'
P'onuaban escolta la banda de clarines y tambo
res de los Exploradores D. Bosco y una no*
merosa concurrencia de niños.
•( iSg )
Al volver a la capilla el P. Director hizo un
breve discurso alusivo al acto y a continuación
se (lió la Bendición con S. D. M.
Tenninadas las funciones religiosas, xma afa
mada compañía de títeres representó en uno
de los patios del Colegio varios números de su
repertorio, que fueron constantemente ovacio
nados. A las 7 se terminaron los festejos,
abandonado el público infantil el recinto con
visibles muestras de satisfacción y regocijo.
PUERTO N A T A L E S (Chti,e ). — E l 9 de
marzo del corriente ano, la población de Puerto
del Fuego, que no escatimó recursos para que
el sagrado edificio resultara digno de la piedad
de Puerto Natales.
AG U A D E DIOS (Co lom bia ). — L a salida
de 25 enfermos, ha marcado en los anales de
esta población del dolor, una nueva etapa. Con
ella se ha abierto ima nueva era de lucha
abierta con el terrible mal; ludia de que han
salido victoriosos nuestros médicos alentados ]K»r
los espedalistas Benchetrich y Delgado Palacios.
En medio de cantos de júbilo, de himnos sa
grados y de gritos de indescriptible alegría.
Ujpest (H anjria) - C o le g io Solesíaao. — Los pajecíios del S gd o . Corazón.
Na^es acudió en masa al Colegio Salesiano para
^ b ir del gerente de la Sodedad Explotadora
de la Tierra del Fuego, Sr. T.eslie R . W . Greer,
« Iglesia que dicha Sociedad edificó para benefido espiritual de la ciudad.
El sagrado edifido fué confiado a los Salesianos en la persona del lim o. Sr. Obispo Mons. Artoro Jara.
Xmnerosas personalidades, alumnos, exumnos y Cooperadores se trasladaron desde
agall^es a Puerto Natales para dar con su
^seacia mayor realce a la importante ceremoEos distintos números del programa de fes3^ resultaron luddisimos y constituyeron un
^ e n te himno de agradecimiento a la municeocia de la Sodedad Explotadora de la Tierra
25 enfermos, y a del todo curados, se han .se
parado definitivamente de sus compañeros de
dolor, dejando en todos los que se quedan la.s
más risueñas esj>eranzas de una pronta y total
curación.
E sta primera victoria dará a los afamados
leprólogos nuevos bríos, mientras en el espí
ritu de los pacientes hará florecer la esjjeranza,
que m itigará sus dolores.
Nosotros no podemos menos de unir nuestra
alegría a la de los enfermos restableddos y de
evocar la memoria del apóstol de los leprosos,
el inolvidable D. iCguel Unia, que, a no du
darlo, sonreirá desde el cielo, y bendeciiá los
esfuerzos de los médicos, para que el mal v a y a
pxx:o a pxx:o desapareciendo hasta que se ex
tinga px>r completo.
( 190 )■
Página de los ex>^aIumnos
P ieda d y acción.
Con gusto trasladamos a nuestras columnas
el bellísimo artículo, que, firmado por * Un
Antiguo alum no», hemos leído en la Revista
« Auras Salesianas ♦ , Organo de los Ex-Alumnosde la casa de San José (Barcelona).
«No sé si todos nosotros estaremos compe
netrados del fin primordial, casi único dina,
de laS Asociaciones de antiguos alumnos salesianos. No nos engañemos a nosotros mismos
5' confesemos con franqueza, que la piedad,
tal y como la practicábamos en los años de co
legio, es el fin último de nuestra Asociación;
los deportes, el teatro, los círculos de estudios
y demás secciones, han de servimos como me
dios pura llegar a ese ideal.
Eos Antiguos Almnnos, hennanos nuestros
de Surriá, compenetrados con esta suprema as
piración, han querido brindamos un ejemplo
digno de imitación. Bajo la advocación de María
Auxiliadora y del Beato Juan Bosco, acaban de
fundar una Congregación, .similar a las de la
Purísima, Son Luís y San José, tan caracterís
ticas de los Colegios Salesianos. Desde hace
años funcionaba y a la Congregación de María
Auxiliadora; pero la de nueva creación la han
enriciuecido al ^xnierla bajo la advocación del
Beato Juan Bosco, y la han hecho más salesiana, condensando en una sóla, las dos gran
des a,s])iraciones, los dos grandes amores de
todo corazón salesiano: María Auxiliadora y
€Í Deato Juan Bosco.
Con toda solemnidad, se celebró la imposi
ción de las medallas a los veinticuatro congre
gantes fundadores de la primera Congregación
de antiguos alumnos salesianos, bajo el patro
cinio del Beato Juan Bosco. La medalla, ver
dadera obra de arte, representa en artísticos
relieves las figuras de ambos patronos de la
Congregación, y ])cnde de riquísimo cordón
con los colores del Stuito l ’adre, blanco y ama
rillo. otra de las características dcl ideal salesiano y por consiguiente de la Congregación;
el amor al Pupa.
De ninguna otfu manera más digna y más
salesiana, jxxirían dar comienzo las fiestas que
la AsiK'iación de Sarriá tiene en proyecto con
motivo de sus bodas de plata, pues nació la
Asociación al día 8 de diciembre de 1904,
fiesta de la Purísima Concepción.
Estevs beneméritos antiguos alumnos, quieren
llevar nnls allá su actividad salesiana: no se
i'onlentan, lo diré con píüabras de nuestro
querido señor Director, con participar con
entusiasmo en la vida salesiana, que para ellos
es y a vida propia, algo consubstancial con su
manera de ser y sentir; quieren hacer partícipes
de su entusiasmo y amor por María AuxiUadota
y el Beato Juan Bosco, y por cuanto signifique
espíritu salesiano, a todos sus compañeros y
amigos, a sus relaciones sociales y muy espe
cialmente a sus familiares: quieren, en una pa
labra, constituirse en verdaderos ai>óstoles del
ideal salesiano. Innecesaria parece la adver
tencia de que la frecuencia de los Santos Sa
cramentos, tal y como la jiredicaba y quería
el Beato Juan Bosco, es una de las obligaciones
que espontáneamente se imponem todos los
congregantes.
En este año lleno de júbilo por la reciente
beatificación del gran fundador de la Congre
gación Salesiana, deberían proponerse todas las
asociaciones de antiguos alumnos, hacer algo
práctico para que el espíritu de piedad viviese
con pujanza en el seno de las asociación^, y
no un espíritu enteco y de cámara, como el
vivido por la mayoría hasta la fecha.
E s la hora de la « F e intrépida *, de la • Ac
ción Católica »: pasaron los tiempos de las timi
deces y cobardías. Después de las incesantes
llamadas de los Prelados de la Iglesia, comen
zando por el Santo Padre, a todos los católicos
a participar en el apostolado jerárquico,
difícilmente podemos disculpar en ningún ca
tólico, y menos en un antiguo alumno salesiano,
la falta de cooperación y ayuda a la acción, ^
apostolado de la Iglesia. L a oración y el sacri
ficio enriquecerán nuestra alma para la propia
salvación, y la acción y caridad nos llevarán
a luchar por la salvación de la de los demás.
E l Beato Juan Bosco quería alumnos in
trépidos y decididos en defender y luchar por
su fe, y antiguos alumnos que con estas caracte
rísticas del alumno, transplantaseu en su hogar
esa fé e intrepidez lograda en el Colegio, pero
una fé ^^va, servida con férrea voluntad puesta
al servicio de mía inteligencia sin mácula.
Los antiguos alumnos salesianos debemos
llegar más allá; nuestro hogar ha de ser el
lui buen cristiano, y además el de mi buen
alumno salesiano; en justa correspondencia a
la fe y virtudes cristianas atesoradas en el Co
legio, debemos trasladar al hogar las co.'^tuni*
bres y amores salesianos, de donde no pueden
faltar la imagen de María Auxiliadora y dd
Beato Juan Bosco como supremos ideales oe
nuestro corazón salesiano: es un deber de gra
titud y es una necesidad, pues para nosot^
la Congregación es nuestra segimda familw-
r
— { 191 )
Los Congregantes de Sarriá nos dan ejemplo,
¡Con qué o rg ^ o llevaban todos su medalla de
congregantes!; María Auxiliadora y el Beato
Juan Bosco, después de llenar por completo su
corazón, rebosaban al exterior en artística ima
gen.
Que sin-a de estímulo y ejemplo para que to
dos sigamos el mismo camino ».
CIUDADELA (E spa S^a.). — Ciclo de conferen
cias — También la Asociación de Ex-Alumnos
de Cindadela da señales de intensa actividad.
G U A Y A Q U IL (Ecuador ). — Día del E xAlumno Salesiano. — E l domingo, 24 de no
viembre, se celebró en el Colegio Salesiano Cris
tóbal Colón el Día del Ex-Alumno. Concu
rrieron alrededor de cien jóvenes quienes, si
bien de distintas condiciones sociales, supieron
mantener la más franca alegría y espíritu de
compañerismo durante la amem'sima jomada.
Desde las 9 de la mañana, empiezan a lle
gar a su antiguo Colegio, que les recuerda U>s
días de su infancia y donde los ya ancianos maes
tros. les atienden con premura, brindándoles
Gnayaquil (Ecuador). — G rupo de Ex-alumnos Salesiano*.
Son ya varios los Socios que se prestan volun
tariamente a dar clases de catecismo a los jorendtos del Oratorio Festivo, prueba evidente
de que en ellos ha echado hondas raíces el
espíritu salesiano.
No sólo: deseosos de perfeccionar su ciütura
han organizado una serie de conferencias, a
cargo de destacadas per.sonahdades eclesiásti
cas y salares de la ciudad, que ha aceptado
^ to sas el honor de dirigir la palabra a tan
simpática coucurrencia.
bos temas, que versan sobre asuntos cientí“Cos, religiosos, sociales o hterarios, son desa
rrollados con maestría y expuestos con claridad
y sencillez, para que todos puedan compren
derlos y asimilárselos.
Nuestra enhorabuena más cordial a la Asociición de Cindadela, a la que deseamos una
•ctuación siempre próspera y fecunda.
consejos y sonrisas. Y a está completo el nú
mero y nuestros piadosos Ex-Alumnos entran
en la Iglesia para oir la Sta. Misa. E l Altar re
verbera de luces y flores, y en él se destaca
sonriente la estátua de lia r ía Auxiliadora, que
es el centro de todas las miradas. Celebra la
Misa el R. P. José Raj*mondi. Después del
Evangelio, el R . P. Segimdo F . A yala pronun
ció una alocución vibrante ensalzando a la
Virgen del Colegio.
Durante el ágape fraterno reinó en todos la
más risueña confianza y camaradería. Pocos mi
nutos después se realizó en el salón principal
del Colegio la Sesión literaria y musical, empe
zando con el himno del Ex-Alumno; luego
el R . P. A yala dirigió im 'hermoso saludo de
bienvenida y el R . P. Castello habló en nombre
de los maestros. E l notable literato Sr. Carlos
Alberto Flores, Presidente Honorario de la
'( 192 )Sociedad, sustentó una magistral disertación
crítico-literaria sobre el poema de la Divina
Comedia y el secretario Sr. Carlos Salmón,
con un emocionante discurso evocó los re
cuerdos del Colegio. í,os intermedios fueron
llenados con escogidas piezas musicales admirubleineute ejecutadas por el Mtro. vSarmiento
y el Coro del Colegio. Acto segitido se reunió
la Asamblea generaJ con todas las formalidades
de e.stilo: en ella se aprobó lo hecho por el Di
rectorio actual, cuyos miembros fueron reele
gidos; se formaron las Comisiones: de Redacción
y Propaganda, de Arte Dramático-Musical, y
de Deportes; se resolvió iniciar la Matrícula del
ICx-Alumno; y se tenninó tributando mi voto
de ajilauso al Sr. Carlos Alberto Plores. Por
fui después de tomados unos excpiisitos refresCO.S, se despidieron nuestros entu.siastas ExAlunmos, gozosos de haber celebrado su Día,
cuyos recuerdos serán indelebles.
B líR N A L (Argkn Tin a ). — Ejercicios espiri
tuales. — I<os cx-aluranos Salesianos de Bue
nos Aires, aprovechando los días de Carnaval,
se han reunido numerosos en la casa de for
mación de Bemal para hacer una tanda de
líjercicios Espirituales. L a ocasión no podía
ser más propicia. A su rotunda afirmación de
fe han imido el enérgico gesto de desprecio por
las vanas diversiones miuidanas con que en
estos días se ultraja igualmente a Dios y la
modestia cristiana.
Retiñiéronse un grupo consolador, entre los
que había hombres y jóvenes de todas las cate
gorías sociales: jirofesionales, universitarios,
empleados, estudiantes y obreros, que rivali/abim santamente en demostrar la profimda
piedad y convencimiento religioso que sienten
en sus corazones.
L o s ,predicadores supieron llegar al corazón
de sus oyentes infiltrando en ellos el espíritu
cristiano que ha de guiarles en el mundo en que
viven, en donde han de mostrarse siempre y cu
todo lugar valientes adalides de la fe, consecuen
tes con los principios en que fueron educados.
Durante estos días inolviilables era hermoso
el ver a aquellos jóvenes que hace tautt^s años
abandonaron el Colegio praticar con el mismo
fervor sus ejercicios de piedad, desenqx'ñando
con toda serietlad sus oficios de lector, organista,
regulador, etc.
Por descontado que la comunión general del
ultimo día fué el broche de oro de aquellos días
de paraíso.
Por la tiude reunitlas en fraternal ban
quete, expresaron a los brindis su compla
cencia por el feliz resultado de los Ejercicios,
que tantas frutos les han de reportar y se despitlieron todos con un afectuaso * H arta d año
tfue
», frase que es el mejor elogio de la
siuita labor efectuada en esas días inolvidables.
NECROLOGIA
Recordad en vuestros sufragios:
BA R C E LO N A (E s p a ñ a ). — D. Juan Espasa
y Escayola, Caballero Comendador de la Or
den de San Gregorio, Comendador Ordinario
de la Orden Civil de Alfonso X III; D. José
M. Sagrera Fiorit; Doña María de Gatell Ma
yoral; Doña Dolores Serrat y Bonastre; Doña
Cruz Elisa Chiriquián y Monard; Doña Carlota
Pons y Roquer; Doña Emilia Cert y Sacristá.
B A R IC H A R A (Colom bia ). — Doña Irene
Pinilla de Serrano.
CIUDAD G A R CIA (IVIÉJICO). — D. Hilario
C. Llamas.
COM POSTELA (MÉJICO). — Doña María de
Jesús vda. de Flores.
E N SE N A D A (Ar g e n t in a ). — D. Patricio
M. Gorenack.
SA N L U IS D E POTO SI (MÉJICO). — Don
Cándido Tames Sánchez.
SAN CR ISTO BA L (VENEZUELA). — D. Saúl
Amaya.
YOTOCO (Co lo m b ia ). — D. Eloy Trigueros,
Coop. Salesiano.
FO N TIV E R O S (E s p a ñ .v) . — Sor Isabel Zurdo
Figueroa, de las Religiosas Adoratrices de Ma
drid.
R. I. P.
Recon%endamos a los Directores de las Casas
Salesianos, encargados de Cooperadores y Ct(adores-, que se sirvan enviarnos cada »tes
nota de los Señores Cooperadores fallecidos, para
encomendar sus almas a las oraciones de toda ¡e
familia Salesiana y puedan gozar del pri^'
legio que les consede el Reglamento de la Uniia.
Coa a p r a h » tíá a de la a u to r id a d e c le s iá íllc a .
Gerente: D . D O .U EN IC O G A R N ER l.
Cetablecimiento Tip. de la Sociedad Editora lolemacioMl - I * *
C o r s o R e g io » .n e r g lt e r ila , i r e .
-
Fecha
-
1930.06