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                Título                        
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                        BS_1929_07
                                            
        
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                Descripción                        
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                        Boletín Salesiano.  Julio 1929
                                            
        
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                extracted text                        
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                        Año X U V - N. 7.
 
 Julio, 1929.
 
 BOLETIN SALESIANO
 
 REVISTA DE LAS OBRAS DE DON BOSCO
 
 ¡Beato Don B osco!
 palabra infalible del
 Y a nos es familiar
 Supremo Jerarca de
 el nuevo título: Bea
 la Iglesia, nos sonríe
 to Don Bosco.
 a todos con la be
 Tantas veces lo
 nevolencia que fuera
 temos repetido y
 su característica du
 oído repetir, entre
 rante su vida, y pa
 aclamaciones de en
 rece como si nos diera
 tusiasmo o entre fer
 de nuevo la cita que
 vientes lágrimas de
 pronunció tantas ve
 dulce emoción; de
 ces en su lecho de
 labios de los pur
 muerte: — ¡Hasta
 purados Príncipes de
 que nos volvamos a
 la Iglesia y de los
 ver
 en el Paraísol
 humildes hijos del
 ¡Beato J uan Boscol
 pueblo...
 Protege a tu querida
 Durante estos me
 Congregación,
 a ' las
 ses no se oye otra
 Hijas de María Au
 cosa: El Beato Don
 xiliadora, a los niños
 Bosco es el tema
 y niñas que de ellos'
 de todas las conver
 reciben el pan de la
 saciones, y es real
 instrucción y educa
 mente conmovedor
 ción cristiana...
 ver el entusiasmo,
 Ruega por los Exla veneración y la
 Alumnos que en me
 fe con que todo el
 dio del mundo si
 mundo salesiano,
 guen
 tus máximas y
 E
 l
 B
 e
 a
 fo
 J
 o
 a
 n
 B
 o
 s
 c
 o
 aquí reunido o re
 ponen por obra tuas
 (d e la fo to g ra fía s a c a d a eo B a rce lo iu i e s 18S 6) .
 presentado, pronun
 •
 santas enseñanzas, y
 cia ese nombre ve
 nerando, síntesis de todos sus afectos, de ten una bendición especial para los Benemé
 ritos Cooperadores, que con sus oraciones y
 todas sus ilusiones.
 E l Beato Don Bosco, desde su trono de limngnas hacen prosperar la Obra que tú
 gloria, en donde acaba de presentárnoslo la fundaste para la salvación de tantas almas.
 
 í
 
 194
 
 Mamá Margariía.
 
 llena de ternura, le dice estas memorables
 palabras:
 «Hijo mío, vistes ya la santa sotana; mi
 En estos días de solemnes festejos y de consuelo es inmenso al ver cumplidos los
 intensa alegría, todo ha girado en torno de anhelos de tu vida; cuando viniste al mundo,
 la gigantesca figura del gran Apóstol de la te consagré a la Santísima Virgen, y desde
 Juventud.
 entonces he hecho todo lo posible por in
 Con todo, sería incompleta la exaltación filtrar en tu alma la devoción a tan birena
 del Santo, si no tuviéramos un recuerdo Madre. Ahora perteneces por completo a
 Ella. Si llegas a ser sacerdote, sé
 el apóstol de María.
 — Sí, le respondió conmovido
 el nuevo clérigo; jamás olvidaré
 estas palabras. Ellas serán la nor
 ma de tuda mi vida ».
 Ea recomendación de la madre,
 y la promesa del hijo tienen hoy
 • su más dichoso cumplimiento.
 La devoción a María Auxilia
 dora, es ya universal y el mundo
 entero ha unido de tal modo el
 nombre de la Virgen y el de su
 preclaro apóstol, que la conoce e
 invoca con particular afecto, bajo
 el título de la « Virgen de Don
 Bosco».
 Mamá Margarita fue la que sos
 tuvo al Apóstol en .sus primeras
 pruebas; con él compartió las
 estrecheces de la pobreza y las
 amarguras de la contradicción.
 Por él sacrificó la tranquilidad y
 sosiego de la \dda pueblerina, tro
 cando la relativa abundancia y
 bienestar de la aldea, por la aza
 rosa vida en la ciudad extraña...
 Junto con Don Bosco dió comienzo
 a la grandiosa obra de los Inter
 nados para los niños abandonados,
 “Mamma Margherita**
 coadyuvándole eficazmente en la
 Sania madre del Beato, plasmadora de sa alma
 sublime obra de la regeneración y
 cristiana educación de sus jovencitos. Ella nos ha legado la santa
 para esta santa mujer que supo “infiltrar en práctica, fuente de tantos frutos de \drtud,
 su alma los principios de la santidad y del conocida con el nombre de las Buenas Noches.
 apostolado. lilla nos dió a Don Bosco; ella
 Con Don Bosco \'i\rió, y le sostuvo y animó
 formó el Santo; ¡Bendita sea!
 eii los momentos de lucha e incertidumbre,
 prodigándose por entero, con santa abnega
 ción, hasta que Dios la llamó a su lado para
 Acababa Don Bosco de vestir el hábito darle el merecido galardón.
 eclesiástico. Recogido en la soledad de su
 Ella nos ha proporcionado estos dias de
 cuarto meditaba en las dulces emociones de gloria. Justo es, pues, que, glorificando al
 tan fausto acontecimiento, cuando entre hijo, tengamos un recuerdo cariñoso para la
 abriéndose la puerta, aparece Mamá Marga Madre, y le rindamos el ferviente tributo
 rita, quien envolviéndole en una mirada de nuestro amor y de nuestra gratitud.
 
 195
 
 El Beaío Cafasso.
 He aquí el santo amigo y consejero de
 D. Bosco. Desde su niñez D. Cafasso apareció
 a los ojos de nuestro Beato como dechado
 de toda virtud, y su prestigio sobre el após-
 
 arroyo. Recordadlo siempre: E l primer ca
 tequista de nuestro Oratorio ha sido D. Ca
 fasso, como ha sido siempre nuestro más
 constante y generoso bienhechor».
 En efecto, fué Don Cafasso quien aprontó
 la cantidad para la compra de la Casa IHnardi. primera sede estable del Oratorio, y
 
 certidumbre... Su corazón vacila...
 Quiere entrar en un convento.
 — No; le dice D. Cafasso. Tu sitio
 es el Seminario.
 Más tarde, Don Bosco, siente en su
 pecho, la llama gigantesca del apos
 tolado misionero. Sueña en lejanos
 países, en donde le esperan tantos in
 felices salvajes sumidos en las tinie
 blas de la idolatría...
 — Ten paciencia, le dice de nuevo
 Don Cafasso. Sé misionero en Turín.
 ¿Preveía tal vez el santo confesor de
 D.Bosco el prodigioso desarrollo que ha
 bían de alcanzar las Misiones Salesianas?
 E l celo de D. Bosco parecía exage
 rado a algunos eclesiásticos. Sus visiones
 proféticas eran calificadas de manías...
 — “ Don Bosco está loco... Vamos a
 encerrarlo en un Manicomio.
 — Dejadlo, decía Don Cafasso. —■
 Don Bosco está llamado a grandes
 cosas. Vosotros no le comprendéis.
 ¿Sabéis vosotros quién es D. Bosco?
 Yo, cuanto más le estudio, menos le
 comprendo. Do veo a la vez, sencillo
 y extraordinario, humilde y grande,
 pobre y ocupado en obras grandiosas.
 Y aunque en apariencia incapaz para
 nada, está llevando a feliz término
 las más árduas empresas. Don Bosco
 El Beato José Cafasso.
 es un misterio. Pero estoy seguro q.ue
 trabaja por la gloria de Dios y que Dios " S i algún b ie n he hecho en m i vida, lo debo a esfe digno
 es el único fin de todas sus empresas». e c k s iá s iic o , en coyas menos pase m is p e n s a m ie n f^ . m is
 p ro y e c to s y io d o m i s e r " —
 (Palabras de Don Bosco).
 Don Bosco correspondía a las bon
 dades de su Maestro, con un afecto
 sin límites. Y a sus jovencitos y a sus sale- de donde se difunde por todo el mundo la
 benéfica influenda de la obra regeneradora
 sianos les repetía con frecuencia:
 — Por obedecer a Don Cafasso me quedé del Beato Don Bosco.
 Por eso hoy, que la familia salesiana acude
 en Turín, y por su consejo y bajo su direc
 a rendir tributo de amor y veneración a su
 ción, empecé a reunir en los días festivos a
 tod<¿ los golfilios que encontraba por 1^ santo Fundador, creemos de justida enal
 tecer la memoria del Beato Cafasso, sin cuya
 calles, para darles un poco de instrucción
 atinada direcdón y sabios consejos, nos ve
 religiosa. Gradas a su apoyo y a su ayuda
 pude recoger en mi casa a los más abando ríamos privados, tal vez, del Apóstol del si
 nados, preservándolos así de los peligros del glo X IX y de su obra maravillosa.
 
 ig6
 
 El reconocimienío
 de los restos del Beato Juan Bosco.
 El día i6 de mayo tuvo lugar en el Colegio
 Y los que no tuvieron la dicha de cono
 de Valsalice la exhumación de los gloriosos cerlo en vida, los que sólo por sus grandes
 despojos del gran Educador y Apóstol de la obras y por su universal renombre le habían
 Juventud.
 erigido un altar en su alma, y le amaban
 Fué una ceremonia conmovedora, el po y veneraban como a Padre, sintieron tam
 ner de manifiesto, ante los ojos de sus liijos, bién ellos un no sé qué de conmovedor y tierno
 al padre tan amado y por tanto tiempo al encontrarse por primera vez ante aquel
 oculto a su vista. Por eso, al levantar la cu Hombre, hoy Santo, que llena con su fama
 bierta de la caja fúnebre, sus hijos predi todo el mundo, y cuya virtud proclama
 lectos, allí reunidos, sintieron en su corazón la Humanidad, y ante quien se postran, en
 las más dulces emociones, y derramaron ferviente acto de veneración, desde el Sumotiernas lágrimas, al verse otra vez delante Jerarca de la Iglesia hasta el humilde niño
 de aquellas manos sagradas que tantas veces que en sus escuelas recibe el pan de la ins
 les bendijeron, al contemplar aquella cabeza trucción y educación cristiana.
 venerable, donde se incubaban tan altos
 pensamientos y tan sublimes ideales; al ob
 O jeada refrospecfíva.
 servar aquel pecho, relicario de un corazón
 puesto al servicio de todas las miserias y
 Cuando en la madrugada del 31 de enerode todas las necesidades, y que tan genero
 de
 1888 el glorioso Beato hacía su entrada
 samente se inmoló en aras del amor...
 triunfal en el Paraíso, todos sus hijos y Coo
 peradores estaban ya firmemente persua
 didos de verle en fecha no lejana elevado al
 supremo honor de los altares. Y por esto
 pensaron en depositar sus restos mortalesen un lugar a propósito, de antemano prepa
 rado en la Basílica de María Auxiliadora.
 Nadie quería separarse de aquel a quien por
 tantos años llamaran Padre. Su corazón de
 hijos, no podía avenirse a la idea de tener
 que desprenderse de él: les parecía el mayor
 de los absurdos. Pero las leyes civiles no van
 siempre en consonancia con las leyes del co
 razón, y más en aquellos tiempos de secta
 rismo tan pronunciado... Don Bosco tenía
 que ser sepultado en el cementerio. E l Padre
 de la juventud, el que llevó el nombre de
 Italia a todas las regiones del mundo, no
 merecía de su Patria el honor de una excep
 ción...
 Los Salesianos no se querían resignar a la
 inflexibilidad odiosa de una ley... Apenas se
 supo en España la decisión de las autoridades
 turinesas, se presentó a los Superiores nna
 propuesta singular: los Españoles manda
 rían un barco a Génova, y allí recogería los
 restos del Siervo de Dios para transportarlos
 I ^
 Io« sagrados restos
 a ^ p añ a y sepultarlos honoríficamente en
 •I • « sacada del lóculo que la conservó dorante 41 afioa. la iglesia salesiana de Sarriá, en donde dos
 
 197
 
 años antes había prodigado, con motivo de
 su visita a Barcelona, los milagros y favores
 a manos llenas.
 Pero los Salesianos de Turín no acepta
 ron y llenos de confianza se dirigieron al
 Ministro Crispi, que tenía motivos más que
 sobrados para estar reconocido a D. Bosco.
 Sabido es cómo Crispi, antes de ocupar el
 elevado cargo de Presidente del Consejo de
 Ministros, tuvo que pasar por grandes es
 trecheces y comer el amargo pan del des
 tierro. Y fué D. Bosco quien en aquellos
 tristes días le dió el pan, le proporcionó al
 bergue, y le buscó ocupación, como profesor
 particular de varios alumnos de familias
 distinguidas.
 Crispi no olvidó nunca los desinteresa
 dos servicios del humilde sacerdote. Y cuan
 do los salesianos se le presentaron exponién
 dole su temor de verse privados del cuerpo
 de D. Bosco, les prometió interesarse acti
 vamente por conseguirles lo que pedían. Y
 lo cumplió; pues hábil jurista como era,
 encontró medio de eludir la ley con una
 habilísima estratagema. Y a que la sepultura
 era permitida fuera del cementerio, con tal
 que fuese extra muros de la ciudad, acon
 sejó a los salesianos buscaran un lugar adap
 tado para el caso y allí con toda tranquilidad
 podrían- conservar su precioso tesoro. Y
 así se hizo. E l cuerpo de D. Bosco se tras
 ladó a Valsálice, y no tuvo que salir de
 entre de sus hijos.
 Prim era exhumación.
 
 Tuvo lugar el día 13 de octubre de 1917,
 al clausurarse el Proceso Apostólico sobre las
 virtudes y sobre los milagros in specie, con
 el fin de constatar si el cuerpo encerrado en
 el féretro, era realmente el del Vble. Juan
 Bosco. En aquella ocasión el cuerpo de Don
 Bosco se encontraba en perfecto estado de
 conservación, y los que tuvieron la dicha de
 visitarlo, creyeron encontrarse todavía en
 presencia suya. Estaba en vías de progresiva
 momificación, perfectamente íntegro y con
 las Hnpfls inalteradas. Sólo el color oscuro,
 la boca algo abierta y las órbitas vacías, —
 privadas de aquellos ojos que habían son
 reído a tantos niños — decían claramente
 que aquellos despojos habían sido abando
 nados por el alma grande de nuestro Padre.
 Monseñor Cagliero, que se hallaba pre
 sente, al fijarse en aquellas manos, perfecta-
 
 Don Felipe Rinaldi. besando el Férelro.
 
 mente conservadas, que tantas veces se ha
 bían levantado para bendecir y absolver
 a innumerables jóvenes; que habían sido
 cubiertas por tan tiernos besos, y (jue tanto
 habían trabajado por la gloria de Dios y el
 bien de la juventud, no pudo contenerse y
 exclamó profundamente emocionado:
 — jHe aquí estas manos, que tantas veces
 he besado con veneración!
 Sobre su frente se veían aquellos rizos
 característicos y su rostro conservaba aún
 los rasgos de su fisonomía.
 Segando reconocim ienfo.
 
 Así como el primero tenía por objeto el
 cerciorarse de la autenticidad del cuerpo;
 el segimdo debía constatar, comprobando
 los .sellos, que desde entonces no había sido
 tocado nada, y que siempre se trata del
 mismo cuerpo. La I^esia muestra particular
 empeño en asegurarse de que no haya fraude
 ni engaño en una cosa de tanta importancia.
 En este segundo reconocimiento se procede
 también a la extracción de algunas reliquias
 para presentar al Santo Padre, reliquias que
 suelen tomarse directamente del cuerpo
 
 T
 
 igS
 cuando este no está momificado, y que con
 sisten generalmente en algunos huesos del
 costado y las falanges de un dedo de la mano.
 Al acto del reconocimiento se le había
 querido dar una forma privadísima; tan sólo
 contadas personas debían encontrarse pre
 sentes : las que indican los cánones. Pero
 tratándo.se de D. Hosco, es difícil que todo
 lo ([ue a él se refiere no tome enseguida,
 contemporáneamente, carácter oficial y po
 pular. ¿as autoridades de la ciudad manifes-
 
 toman puesto en la escalera que da al se
 pulcro. Entre las autoridades se halla su Emi
 nencia el Cardenal Gamba, el Alcalde de
 Turín, conde Taon de Revel, Mons. Salotti,
 Promotor de la Congregación de la Fe, Mons
 Filippello, Obispo de Ivrea y paisano de Don
 Bosco, Mons. Tomasetti, Promotor de la
 Causa, y además el Capítulo Superior de la
 Congregación Salesiana, presidido por el
 Rector Mayor, D. Felipe Rinaldi.
 Se hallan también presentes varios mé
 dicos y el Consejo Superior de las Hijas de
 María Auxiliadora con algunas Hermanas,
 entre las cuales Sor Eulalia Bosco, hija de
 un sobrino del Beato.
 No podían faltar a ceremonia tan impor
 tante las dos privilegiadas por los milagros
 de Don Bosco, cuyas curaciones prodigio
 sas han decidido a la Santa Sede a elevar
 a los altares al nuevo Beato. Trémulas de
 emoción, asisten a los actos, ansiosas de ren
 dir gracias y besar con devoción los despojos
 m o b le s de su celestial benhechor. La Se
 ñorita Teresa Callegari y Sor Provina Negro
 deben sentir en estos momentos algo muy
 hondo, imposible de interpretar y de des
 cribir.
 A p eríu ra d e la tumba.
 
 S. b. el Card. Gamba, Arzobiapo de Tarín
 venerando los aa{(rados despojos.
 taron su deseo de inter\*enir al acto, así
 como otras distinguidas personalidades a las
 que no se les pudo negar la participación.
 L os invifados.
 
 A las tres de la tarde, ante la tumba
 del avin \ euerable, se había congregado una
 gr;ui multitud de fieles y sobre todo de salesianos, que quisieron acudir a rendir su
 tributo de cariño al Padre, y a contemplar,
 si íueni posible, el cuerpo de su Fundador.
 Pero la puerta de hierro del vestíbulo sólo
 está abierta para las autoridades y escasos
 iuvitad<.>s, que, a medida que van llegando
 
 Entretanto se han llevado a cabo los tra
 bajos preliminares. A la altura de un metro
 del rellano de la escalera, y resguardado por
 un cristal hay un bajo relieve, que representa
 a D. Bosco en su lecho de muerte. Detrás del
 mármol hay un tabique y una losa de pie
 dra, e inmediatamente el féretro. Los obre
 ros empiezan su trabajo; separan el vidrio,
 arrancan el bajorelieve derriban el tabique,
 y remueven la losa de piedra.
 Al desvanecerse la polvareda producida
 por los albañiles, aparece a los ojos de todos
 el féretro del santo. Es una caja grande,
 rectangular, de color amarillento, con dos aga
 rraderas de liierro. Todos se inclinan instin
 tivamente para ver más de cerca... Parece
 que quisieran atravesar con su mirada la triple
 caja para arrancar el secreto que encierra...
 Los albañiles se retiran, dejando desem
 barazado el lugar. Por un momento nadie
 habla; todos contemplan en silencio y como
 temerosos de profanarlos, aquellos maderos
 que encierran los restos de un hombre grande,
 de un apóstol. El educador de quien se habla'
 hoy en todo el mundo, el santo que ha des-
 
 igg
 lumbrado a todos con sus resonantes mila
 gros, el bienliechor de la Juventud... está
 allí, dentro de aquella caja, que parece de
 masiado modesta, casi miserable, para un
 ser tan privilegiado.
 P ie d a d filial.
 
 Después de contemplar el féretro por bre
 ves momentos, el Cardenal Gamba y demás
 
 suelo y deposita un prolongado beso sobre
 el féretro. El Cardenal, el Alcalde, y demás
 invitados, entre la emoción de los presentes,
 se acercan a su vez, con edificante piedad,
 a besar la caja.
 Inmediatamente se organiza el cortejo. Ivl
 féretro, llevado por ocho sacerdotes de la
 Casa, y sostenido amorosamente por el mis
 mo Cardenal Gamba, es transportado a un
 amplio salón mientras los clérigos, que pre-
 
 El Alcalde de Tarín, en representación de la Ciudad, rinde so homenaie de amor al nuevo Beato.
 autoridades y funcionarios, son invitados a
 la sala de la Dirección, para firmar el verbal
 y para actuar de testigos, operación algo
 prolija, que pone impacientes a todos... Por
 fin vuelven a aparecer las autoridades, que
 se ven sorprendidas por una infinidad de
 máquinas fotográficas y cinematográficas,
 encargadas de difundir por todo el mundo
 le e m o d Ó D del sublime momento.
 Se quita el velo con que pro%TSoriamente
 se había cubierto la caja, y se saca esta de
 su nicho hasta aparecer casi por completo.
 Don Rinaldi, el Sucesor de D. Bosco, no
 puede contener su filial dev’odón; con los
 ojos llenos de lágrimas se arrodilla en el
 
 ceden la comitiva, con sendos cirios encen
 didos abren la marcha, salmodiando.
 El local que debe recibir los sagrados des
 pojos está vistosamente engalanado. En el
 fondo se destaca un gran retrato del Beato,
 a cuyo alrededor están los sillones que ocu
 pan las autoridades. En el otro extremo de
 la sala está la urna de cristal que deberá
 encerrar el sagrado cuerpo después del re
 conocimiento.
 Los portadores depositan la caja en una
 mesita colocada en el centro de la habitación;
 los escasos afortunados que pueden hallarse
 presentes se agrupan en torno al Padre.
 Entonces toma la palabra Mons. Salottí,
 
 procurador General de la Fe, quien se ex
 presa en estos términos:
 <(Ayer por la tarde, tuve la honra de ser
 recibido por el Santo Padre. — Vaya a Turín, me dijo, y asegure al Cardenal Gamba
 nuestra complacencia por la gran solemni
 dad con que ha dispuesto se celebre en Turín nuestro Jubileo. Diga a la Familia Salesiana que me uno a su alegría, porque su
 gozo es el mío, sus fiestas son mis fiestas».
 Prosigue el discurso manifestando su pro
 funda emoción ante la grandiosidad del acto
 que se está realizando, y sus impresiones al
 encontrarse ante la figura que, aunque na
 cida y criada en la pobreza y la privación,
 ha llegado a hacerse tan grande por su bon
 dad y por su virtud, que ha merecido dar
 su nombre al siglo X IX .
 A continuación hace algunas recomenda
 ciones recordando la prohibición de llevarse
 ninguna reliquia, que habrán de ser presen
 tadas antes que a nadie al Sumo Pontífice
 en la fecha gloriosa del 2 de junio.
 ¡D o n B osco, vuelve a la lu z !
 
 A continuación Mons. Maritano, Notario
 Arzobispal, lee las actas del anterior reco
 nocimiento del 1917, en latín, y acabada la
 lectura, se procede a la apertura del féretro.
 Empiezan por sacarse los tornillos que
 mantienen encerrada la caja, — que son
 recogidos escrupulosamente — , y se quita
 la primera tapa. Aparece el segundo ataúd,
 de color más oscuro, con los sellos arzobis
 pales sobre los clavos y en los nudos de las
 cuerdccitas que rodean la caja. Quitada
 también la segunda tapa, tras no poco tra
 bajo, todas las cabezas se inclinan, todos
 los ojos quieren beber con avidez los pri
 meros rayos que se desprendan de la figura
 venerable..
 Y esta sale a la luz. Das vestiduras sagra
 das, que lo cubren, se hallan casi carboni
 zadas por la acción del tiempo... parece que
 deban volar en polvo al primer soplo...
 Sobre el pecho se conserva la cruz, y a los
 pies, la urna de los documentos. Los médi
 cos se acercan y constatan que en estos úl
 timos años el cadáver se ha descompuesto.
 Los Superiores y autoridades no se can
 san de contemplar aquellos restos preciosos
 Es verdad que el tienrpo ha hecho su obra
 destructora, pero aquellos huesos, aquellas
 cenizas son « Don Bosco » es la herencia que
 
 de sí mismo nos deja el Santo, es el tesoro
 más preciado que posee la Congregación Salesiana.
 Por los cristales de las ventanas, se ven
 asomar racimos de cabezas que quieren ade
 lantar por unos segundos el feliz instante
 de ver al Santo.
 Al abrirse las puertas para que pudiera
 ser vistado, irrumpen en el salón centenares
 de personas, de toda condición y edad, pero
 uniformes todas en el mismo sentimiento,
 todas con la plegaria en el corazón, la ale
 gría en el rostro, y las lágrimas en los ojos.
 Así fueron desfilando durante más de una
 hora los fieles, dando ocasión a escenas con
 movedoras de fe y de confianza.
 Finalmente, los sagrados despojos son
 trasladados a otra sala, donde en presencia
 de las personas estrictamente indispensables
 designadas por los cánones, se procede al
 reconocimiento oficial del cadáver y a le
 vantar acta atestiguando tratarse de los res
 tos del Beato Don Bosco, que quedan con
 fiados a la custodia de los clérigos del Insti
 tuto.
 R econocim ienfo M éd ico.
 
 El día siguiente, a partir de las primeras
 horas de la mañana, la afluencia de los fieles
 que deseaban ver el Cuerpo del Beato fué
 enorme. Personas de todas las clases socia
 les, en toda suerte de vehículos, tomaban
 por asalto el caminito que conduce al Ins
 tituto de Valsálice, deseosas de satisfacer su
 santa curiosidad. Pero la mayor parte vie
 ron defraudadas sus esperanzas, pues era
 necesario proceder cuanto antes al recono
 cimiento del cadáver, por los peritos; y los
 Superiores se vieron en la triste, mas impe
 riosa necesidad, de negar la entrada a los
 visitantes. Sólo fueron exceptuados los alum
 nos del Instituto Teológico Internacional y
 alguna otra Comunidad Religiosa.
 A las diez empezaron su labor los peritos,
 y después de despojar él cadáver de las ves
 tiduras sagradas que lo cubrían, lo extraje
 ron del féretro, colocándole sobre un ancho
 cristal, en donde pudieron constatar que se
 conservaba mejor de lo que parecía, ya que
 en gran parte se encuentra momificado. Se
 extrajeron con todo cuidado las reliquias
 directas, destinadas una al Santo Padr«“, y la
 otra al Tesoro de las Reliquias de la Santa
 Iglesia
 
 T
 
 201
 
 *
 EJ sagrado depósito al ser conducido a la sala del reconocimiento.
 Paede admirarse el afecto con qne S. £. el Cardenal Gamba ayuda a sostener la preciosa carga.
 
 r
 
 f
 
 Aatorídades e urifados alrededor de la caja dorante la lectora del acta dd reconoomiento anterior
 momentos antes de la apertera.
 
 líOS vestidos sacerdotales formarán las
 reli(jiiias indirectas, de las que se podrán
 obtener gran cantidad para satisfacer la de
 voción de los fieles.
 Ivstos trabajos tuvieron ocupados a los
 médicos todo el día i8, prosiguiendo su labor
 el 19, en que facilitaron la siguiente nota:
 
 D ic t a m e n oi -t c ia Iv d e eo s p e r it o s a c er c a
 DEE ESTADO DE LOS RESTOS MORTALES DEL
 líEATo J u a n B o sc o .
 Después del reconocimiento canónico del
 Cuerpo dti Beato don Juan Bosco, llevado a
 cabo el i(> dcl corriente, los médicos peritos
 jurados. Caballero Pedro Luis Peynetti, doctor
 Comendador Juan Filipello, Caballero doctor
 hduardo I estera. Jefe dcl Departamento de
 Higiene, doctor Eut^cnio Rocca, doctor Pro
 fesor Jorge Canuto, en presencia de Mons.
 Carlos Salotti, Promotor Geneí'al de la Fe,
 del Rvdo. Francisco Tomasetti, Postulador Ge
 neral de la Causa, y dcl Rvdo. D. Fidel Giraudi, del Consejo Superior de los Salesianos,
 han procedido al e.xamcn de los restos, despo
 jados de iodos los vestidos de que el cadáver
 se hallaba revestido.
 Los venerandos despojos se encontraban en
 las siguientes condiciones:
 
 pesar de la destrucción de las partes blandas.
 Lo mismo puede decirse de las extremidades
 superiores.
 Los médicos que suscriben, por lo tanto,
 declaran que el cadáver del Beato D. Bosco,
 se halla, en su conjunto, bien conservado, y
 para satisfacción de todos s«s devotos y admi
 radores, añaden que entre los diversos órganos
 se halla especialmente bien conservada la lengua.
 Firmado: Doctor P. L. Peynetti, Doc
 tor G. Filipello, Doctor E. Testera, Doctor
 E. Rocca, Doctor C. Canuto.
 
 Este veredicto debe llenarnos de santo jú
 bilo. pues nos asegura que los restos gloriosos
 de nuestro Padre se conservarán a través
 de los años, atrayendo a su gloriosa tumba
 de Valdocco. a toda clase de personas de los
 más lejanos países, que acudirán gozosas,
 ávidas de venerar las sagradas reliquias del
 gran Apóstol de la Juventud.
 Mientras escribimos estas líneas, siguen los
 trabajos de los médicos, dedicados a la me
 jor conservación y presentación del cadáver,
 líl eximio escultor Caj^etano Cellini, sacó
 una máscara de cera, que cubrirá *el cráneo,
 con objeto de presentar la cabeza de Don
 1.
 - El esqueleto se halla anatómicamenteBosco en mejores condiciones. El resto del
 completo, y los huesos, enjutos y compactos, cuerpo, se hallará revestido de los ornamen
 se encuentran situados en su natural posición tos sacerdotales, regalo de Benedicto XV, y
 y las junturas se hallan en gran parte unidas una vez todo bien arreglado, será deposi
 por los ligamentos de las partes blandíis que tado en la preciosa urna de cristal donde se
 hallará visible a la devoción de los numerosos
 se conservan.
 fieles.
 2. - Los tejidos cutáneos de la cabeza, di
 secados por un proceso de momificación, re
 E scenas d e fe.
 visten por completo los huesos dcl cráneo y
 de la cara, cuya forma se encuentra bien con
 Apenas fué extraído el sagrado depósito
 servada y con las mandibulas unidas. Los del nicho en que durante 41 años se hallara
 cabellos se conservan casi por completo.
 encerrado, fué cosa admirable y tiernamente
 conmovedora ver la fe con que numerosos
 fieles procuraban conservar de aquel lugar
 venerando los ladrillos, las piedras, el polvo...
 Una fila de niños ciegos, acompañados de
 Religiosas, subían uno a uno, y después de
 4.
 - Se encuentran igualmente bien confrotar sus manos sobre la tierra de la tumba
 servadas las partes blandas que rodean y man vacía, se las pasaban con gran fé y devoción
 tienen unidos los huesos de la pelvis, a la que sobre sus ojos sin luz...
 Otro niño, de uno de nuestros Colegios,
 se hallan unidos los fémures envueltos con
 miraba como extasiado aquel hueco que ha
 abundantes miisculos momificados.
 bía conservado un tesoro tan grande... No
 5.
 - El esqueleto de Uis piernas y de lossabeiuos lo que pensaría aquella tierna capies se halla asimismo bien conservado, a becita, pero de pronto, en un mo\-imiento
 
 3. - El tórax presenta momificadas mu
 chas partes blandas, de modo que las costillas
 y la colutnna vertebral fortftan un todo unido
 y compacto, encerrando en su cavidad h s restos
 de los órganos internos, disecados.
 
 !
 
 ■
 
 203
 espontáneo, inexplicable, se metió en el ni
 cho, se extendió en él, y exclamó:
 — ¡Oh! ¡qué bien se está aquí! ¡Yo soy
 Don Bosco!
 Su ejemplo fué imitado por muchos de sus
 compañeros, ante la vista de sus superiores,
 que ante tan insólita escena, no sabían si
 reprenderlos o alabarlos.
 El natural temor a la muerte, tan caracte
 rístico en los niños, ni siquiera pasó por su
 
 La Divina Pro\ndencia quiso ahorrar a
 su Siervo este pesar: A su muerte, costaba
 gran trabajo a los sui>eriores el tener que
 alejar a los niños del cadáver de D. Bosco,
 en cuya contemplación encontraban un sin
 gular atractivo; para ellos D. Bosct^ fué
 siempre D. Bosco, y nada más: el padre
 de gran corazón, el guía de sus almas; y
 el convencimiento de que era un santo,
 borraba tedas las otras impresiones y les
 
 Don Bosco vnelve a la luz eníre la honda emodóo de (odos los presentes.
 imaginación. El espectáculo de una tumba
 vacía, de la que acaban de sacar los restos
 humanos que contem'a, más bien causa re
 pulsión que atractivo.
 ¿Porqué, pues, aquellos niños, lejos de
 sentir temor o repugnancia, querían tener
 el gusto de extenderse sobre las mismas lo
 sas que sostuvieron el sagrado cadáver del
 Beato?
 En sus últimos días, Don Bosco repetía
 a sus confidentes: Sólo siento el morirme
 por una cosa: y es que los niños, que siem
 pre me han querido tanto, me tengan miedo
 y huyan de mí...
 
 hacía mirar sus sagrados despojos con el
 cariño y la veneración con que le contem
 plaban cuando aún estaba entre ellos...
 Y después de más de 40 años, los niños
 de hoy, ante sus restos mortales, conservan
 los mismos sentimientos.
 Es que para los niños Don Bosco no ha
 muerto: Don Bosco vive, hoy más que nunca,
 en los corazones de todos, pero de un modo
 particular en el de los jóvenes educados en los
 Colegios salesianos, que le han erigido un
 altar, en donde rinden tributo de veneración
 al amado Padre, que será siempre el Padre
 de los niños, el Apóstol de la Juventud.
 
 204
 
 La O b ra de Don Bosco.
 Los PRINCIPIOS. — A últimos de 1841 Don
 Bosco, que contaba entonces 26 años, em
 pezó su obra maravillosa con Bartolomé
 Garelli, en la Sacristía de S. Francisco de
 Asís. Durante varios años, el joven sacerdote,
 se dedica sólo a su Oratorio Festivo, am
 bulante, por las exigencias de las circuns
 tancias. Sólo algo más tarde encuentra de
 mora fija, y da comienzo a sus escuelas noc
 turnas.
 Pero algunos de sus niños, completamente
 desamparados, debían pasar la noche al
 abrigo de los portales o debajo del puente
 del río, con gravísimo peligro de perder en
 un instante el fruto adquirido a costa de
 tan graves sacrificios. D. Bosco no descansó
 hasta poner remedio. Adquirió Dios sabe con
 cuántos sacrificios una casita, humilde, sí,
 pero acogedora, en donde la simpática figura
 de Mamá Margarita hacía olvidar a los ni
 ños las angustias de la orfandad.
 Luego se lanza a sus primeras obras, cons
 truye unos pobres edificios en donde instala
 sus primeros rudimentarios talleres, haciendo
 él mismo de maestro, gracias a la providen
 cial pobreza que en su juventud le obligó a
 ejercer toda suerte de oficios para ganarse
 el pan.
 Y al mismo tiempo que provee a la ins
 trucción de los artesanos, no desciuda la
 formación intelectual de aquellos otros ni
 ños, que dotados de preclara inteligencia y
 de costumbres ejemplar^, sienten especial
 inclinación al estado eclesiástico.
 Se encuentra casi sólo, en el trabajo abru
 mador... sólo algunas almas generosas que
 le saben comprender, le prestan su desinte
 resada ayuda. Si por un momento le pasa
 por la imaginación la idea de fundar una
 Congregación, sonríe como si se tratara de
 un sueño, de una utopía irrealizable.
 Mas en 1857, precisamente un Ministro
 anticlerical, Urbano Rattazzi, que se había
 distinguido por su acthddad en contra de las
 Congregíiciones Religiosas, le aconseja que
 funde una, para que se perpetúe a través
 de los tiempos la obra que lleva a cabo...
 Y él mismo le hace ver el modo de eludir
 las leyes.
 Y D. Bosco, el año siguiente,
 a Roma
 
 y presenta al Santo Padre las « Reglas o
 Constituciones de la Pía Sociedad Salesiana».
 
 L a s p r im e r a s c if r a s . — El Papa alabó
 en su decreto de julio de 1864 la nueva
 Sociedad, autorizándola provisoriamente por
 5 años en 1869. La aprobación definitiva
 no llegó sino en 1874.
 En 1871 sale a la luz por vez primera el
 Catálogo de la naciente Congregación, con
 la lista de las casas y el nombre de los Her
 manos: Las fundaciones son cinco: Turín,
 Borgo San Martino, Lanzo, Cherasco, Alassio. Las tres primeras, se agrupan en el Piamonte en torno a la cuna de la Obra.
 Los religiosos alcanzan el número de 70,
 de los cuales 26 sacerdotes. Pero la floración
 de los novicios se presenta abundante: Son 77.
 A LA MUERTE DE DON BoSCO. — Don
 Bosco abandonó este mundo, consumido por
 sus inmensas fatigas, el 31 de enero de 1888,
 a los 73 años de edad. Pero tuvo el consuelo
 de ver su obra asegurada. Sus hijos habían
 traspasado los límites del Piamonte, de Ita
 lia y de Europa. Su Congregación era ya
 mundial.
 En I t a l ia contaba 38 casas, pero fuera de
 las fronteras florecían Orfanotrofios, Colegios,
 Oratorios Festivos, Escuelas Profesionales y
 Agrícolas, animadas todas por el mismo es
 píritu que regía en la Casa Madre de Turín.
 A principios de 18S8
 Francia cuenta ya 8 casas salesianas.
 España, 2.
 Inglaterra, i . .
 Austria, l.
 Los primeros misioneros, llegados a pla
 yas americanas en 1875, no se han conten
 tado con crear las florecientes misiones de
 la Patagonia y la Tierra del Fuego, sino que
 han conseguido fimdar
 6 Colegios en la Argentina
 4
 » en el Uruguay y
 2
 » en el Brasil.
 Así, pues, a la muerte de su Fundador, los
 Salesianos cuentan ya con 64 Casas, 37 en
 Europa y 27 en América. — El número de
 religiosos alcanza la cifra de 768, y sus no-
 
 205
 
 $ UNA PÁGINA MARAVILLOSA DE LA DIVINA PROVIDENCIA.
 
 Aqaí nació el humilde pasiorciilo de /
 
 ^
 
 j
 
 B ccch í.
 
 aqaf se ha dalo cifa d mondo entero para rendir ferror oso homenaje al Apóslol de la
 Joveafod. el ^ a f o Jnaa &ooco.
 
 206 — ^
 ----------------- ------------------- --------------
 
 viciados rebosan de jóvenes entusiastas y
 animados del mejor espíritu.
 Su rápida propagación exigió la creación
 de un Obispo. Mons. Cagliero. Vicario Apos
 tólico de la Patagonia central, — que más
 tarde se vió revestido con la púrpura carde
 nalicia — y un Prefecto Apostólico, Mon
 señor bagnano, que administró los inmensos
 territorios de la Patagonia meridional y la
 Tierra del Fuego.
 
 E n n u e s t r o s d ía s . — Hoy día, a pesar
 de los entorpecimientos y vicisitudes que en
 cuentra para su desarrollo en Francia, Ecua
 dor, Méjico, China, etc., la Congregación Salesiana nos ofrece cifras portentosas.
 lyos hijos de Don Bosco son actualmente
 8016, pertenecientes a 42 naciones diversas.
 Su actividad en terrenos de Misión, es con
 siderable. Pasan del millar los salesianos que,
 lejos de su Patria, en tierras de infieles, se
 dedican a la evangelización de íos pobres
 salvajes.
 Tienen además la dirección de 616 casas
 regulares, y 40 Naciones, gozan hoy día de
 la benéfica influencia del humilde sacerdote
 que la Iglesia acaba de elevar al honor de
 los altares.
 E n E u r o pa
 Italia
 tiene 149 casas
 España
 »
 45 »
 Francia
 »
 22
 »
 Inglaterra e Irlanda »
 »
 9
 Portugal
 »
 4 »
 Bélgica
 »
 11
 »
 Holanda
 »
 I
 »
 Suiza
 »
 4 »
 Alemania
 »
 >
 14
 A ustria
 »
 8
 »
 Hungria
 »
 6
 »
 Polonia
 »
 »
 25
 Yugoslavia
 »
 »
 7
 Checoslovaquia
 »
 3 >
 Albania
 »
 I
 »
 
 E n A s ia :
 Turquía y Egipto tienen 8 casas
 La Palestina
 * 5
 »
 La /«rfia cuenta las siguientes obras con
 fiadas a los salesianos:
 Dos institutos para indígenas en Bombay
 y en Calcuta.
 La misión de North Arcot con el arzo
 bispado de Madrds.
 
 La Diócesis de Krishnagar.
 La Prefectura Apostólica del Assam.
 La China:
 El Vicariato de Chiu-Chow, al norte de
 Cantón.
 Institutos para indígenas en Hong-Hong,
 Macao y Shanghai.
 E l Siam:
 La Misión de Rajburi.
 El Japón:
 La Misiones úe^Miyasaki, Oita y Nakatsu.
 En
 
 A f r ic a :
 
 Argelia y Túnez tienen 8 casas
 E l Cabo
 » 2
 »
 E l Congo Belga, la Prefectura Apostó
 lica de Haut Luapula.
 En
 
 A u s t r a l ia : Una gran Escuela Agrícola en Melbourne.
 
 En
 
 A m é r ic a :
 
 Estados Unidos
 18 casas
 Canadá
 j
 »
 Panamá
 1
 »
 Costa Rica
 2
 »
 Honduras
 1
 »
 E l Salvador
 4
 »
 Nicaragua
 2
 »
 República Argentina
 58 casas y el
 inmenso territorio de Misiones que comprende
 la Patagonia y las Pampas.
 Brasil comprende 40 casas, la Prefec
 tura Apostólica de Rio Negro y la Misión
 de Porto-Vclho, en la floresta amazónica. La
 Prelatura de Registro de Araguaya ( i i tribus
 confiadas a los salesianos en las inmensas
 selvas del Maito-grosso).
 Chile 13 casas y el Vicariato Apostólico
 de Magallanes (Tierra del Fuego).
 E l Perú 10 casas y una misión entre
 los indígenas.
 E l EcuadJSy 8 casas y el Vicariato
 Apostólico de Méndez y Gualaquiza.
 E l Paraguay^ casas y la Misión del Chaco.
 E l Uruguay 14 casas.
 Bolivia 3 casas.
 Venezuela 7 casas.
 Colombia 12 casas, de las cuales 3 Le
 proserías.
 Méjico 6 casas.
 Cuba 2 casas.
 
 207
 Es decir, que en América los Salesianos se
 encuentran en todas las Repúblicas, excep
 tuando sólo la de Guatemala, en donde está
 prohibida la entrada a todos los religiosos,
 excepto los Lazaristas.
 P relados.
 
 No deja de ser interesante la enumeración
 de las dignidades con que la Iglesia ha que
 rido honrar a los humildes hijos de D. Bosco,
 que representan también la importancia cada
 vez mayor que en el mundo católico va ad
 quiriendo la Congregación Salesiana.
 En el día de hoy los Salesianos tienen:
 I Cardenal, polaco.
 5 Arzobispos: 2 italianos, 2 brasileños,
 I francés.
 10 Obispos: 4 italianos, 3 brasileños,
 I francés, i chileno, i peruano.
 8 Vicarios, Prefectos o Administradores
 Apostólicos: 3 italianos, 2 franceses, i belga,
 I español, i chileno.
 I Encargado de Negocios, italiano, en
 Haití.
 La santidad.
 
 Y si levantamos los ojos de las dignidades
 terrenas, para fijarlos en las del cielo de la
 Iglesia, también veremos la consoladora
 abundancia de salesianos que, luchando con
 denuedo en el áspero combate de la vida
 han sabido conquistar el honor de los altares.
 Han pasado apenas 40 años desde la muerte
 del Fundador, y ya le veneramos en los al
 tares. I;e siguen de cerca tres salesianos y
 uno de sus alumnos: Don Andrés Beltrami,
 Don Miguel Rita, el Principe Czarloryski y
 el angelical jov'encito Domingo Savio.
 Conclusión.
 
 t
 
 Terminaremos con las palabras de nuestro
 Beato Padre Don Bosco, porque ellas son
 harto elocuentes y tendrán la virtud de ani
 mar a nuestros queridos Cooperadores, en
 la santa empresa que con sus oraciones y su
 generosidad llevan a cabo:
 * Sin vuestra caridad, no hubiera sido po
 sible nada de esto: Todo este gran bien que
 veis realizado, es debido tan solo a vuestra
 generosidad. Dejad, pues, que os dé las gra
 cias iiTifl vez más antes de terminar mis
 días, antes de irme a rogar por vosotros, si
 
 la Divina Misericordia, por los méritos de
 Jesucristo y la protección de María Auxilia
 dora, me juzga digno de ser admitido en el
 Paraíso».
 Así escribía D. Bosco en su carta-testa
 mento, que fué encontrada después de su
 muerte, entre sus papeles. Y sus Sucesores,
 se ven obligados a repetir siempre los mismos
 sentimientos.
 ¡Gloria a nuestros queridos Cooperadores!
 También ellos tienen que tomar parte im
 portantísima en la alegría general. Las ci
 fras aportadas son el mejor testimonio de
 gratitud, y la prueba más fehaciente, de que,
 fieles servidores, nosotros hemos procurado
 hacer fructificar sus limosnas, que han pro
 ducido, el día de hoy, un resultado tan con
 solador y maravilloso (i).
 
 (i) A lado de los Salesianos es justo colocar a las
 Hijas de María Auxiliadora, fundadas igualmente
 por Don Bosco y cuyo fin es hacer con las niñas lo
 mismo que los Salesianos hacen con los niños. Su
 prosperidad corre parejas con la délos hijos de Don
 Bosco. La primera profesión de las Hijas de María
 Auxiliadora data del 1872. Su Intitulo tiene 53 años
 de existencia y de quince que eran en aquella fecha,
 hoy se han multii)licado extraordinariamente hasta
 llegar al número de 6305. sin conUr las 810 novi
 cias actualmente en su año de prueba. Sus casas
 son 590, y en todas ellas hay un floreciente espirito
 de trabajo, que abarca toda clase de actividades.
 Las humildes religiosas, perdidas no ha mucho en
 un rincón del Piamonte, se extienden hoy por todo
 el mundo, y desarrollan su actividad en 32 paises.
 
 La Lengua de Don Bosco.
 Suele la Dm na Providencia obrar con una
 delicadeza maravillosa. Como para desmen
 tir la obstinada ceguera de la incredulidad
 moderna, escribe aún en nuestros días admi
 rables páginas cuya verdad no pueden menos
 de reconocer todos los que no cierran volun
 tariamente los ojos a la luz de los hechos.
 Así como contra todas las leyes naturales
 se conserva intacto el corazón de San Fran
 cisco de Sales, como para honrar el símbolo
 del amor que en aquel santo, el santo de la
 dulzura, fué tan extraordinario, así encon
 tramos en la maravillosa conservación de la
 lengua del Beato D. Bosco, un símbolo con
 solador.
 * **
 Cuando Don Bosco fué ordenado sacerdote,
 TiiVn algunas peticiones a la Divina Bondad
 
 que por vez primera bajaba a sus manos, al
 imperio de su voz omnipotente; peticiones
 que por fortuna nos son conocidas en sus
 detalles.
 Leemos en la auto-biografía de D. Bosco:
 
 Me parece que el Señor ba escucbado mi
 humilde oración».
 Así escribía poco antes de su muerte, re
 conociendo con toda sencillez haber recibido del Cielo don tan precioso.
 
 .S
 
 Con el maravilloso cfon
 
 de la p a la b ra
 
 pudo Don Bosco llevar al cielo innumerables juvencitos...
 
 ♦ Es una creencia piadosa la de que el Señor
 concede infaliblemente al nuevo sacerdote
 la gracia que le pide al celebrar su Primera
 Misa. Yo pedí ardientemente la eficacia de
 la palabra^ para poder hacer mucho bien a
 las almas.
 
 De él repetían los jóvenes y los que no
 lo eran: — Ningún sacerdote habla como ¡o
 hace este.
 Corrían unos tiempos en que la elocuen
 cia — no sólo la sagrada — era una esclava
 sumisa de la retórica; tiempos que entre el
 
 209
 pensamiento y su expresión era necesario
 prodigar toda suerte de adornos impertinen
 tes, más o menos dulces al oído, aunque
 huecos de todo sentido y de toda enseñanza.
 Don Bosco por breve tiempo, especial
 mente en los primeros meses de sacerdocio,
 rindió tributo a la costumbre reinante; pero
 pronto se zafó de las inútiles trabas que la
 moda tiránica y caprichosa imponía.
 Para eUo se valió de dos medios principa
 les: ante todo, un estudio detenido y serio
 de las fuentes sagradas— Escritura, Teolo
 gía, Historia — y luego, un trabajo continuo
 de lima y selección, para hacer que todas
 sus palabras llegaran a las inteligencias in
 fantiles. Para esto hacía sus ensayos delante
 su madre, humilde aldeana, o de otros jovencitos de escasa instrucción.
 Un día D. Bosco estaba leyendo a su ma
 dre unas cuartillas que pensaba dar a la
 imprenta. Hablaba de San Pedro, y le lla
 maba con el nombre de clavijero.
 De interrumpió la buena Margarita;
 — ¿Clavígero? ¿Dónde se encuentra ese
 país?
 — No es ningún país. Clavígero quiere
 decir que lleva las llaves.
 — Pues entonces dilo así, y deja aquella
 palabrota que ni siquiera soy capaz de pro
 nunciar...
 Cuando se dió cuenta, en los primeros
 sermones que liizo a sus jovencitos, de que
 no podía captarse la atención de su audito
 rio, no echó la culpa a los niños, sino a sí
 mismo, y cambió de sistema. Y con el sistema
 cambió también el interés de los niños que
 le llegaron a escuchar con verdadero placer.
 Comprendió entonces que la fantasía de
 los niños es una puerta abierta de par en
 par, mientras que su inteligencia es una
 puerta apenas entreabierta; no cometió, pues,
 el error de meterse obstinadamente por esta,
 dejando la que ya estaba abierta. Se intro
 dujo por esta primero, y una vez dentro,
 encontró modo de penetrar en la segunda.
 Método evangélico, método divino, por
 que fué el que practicó y recomendó el Di
 vino Maestro.
 Las parábolas de Don Bosco eran sus
 sueños.
 Sí, sueños soñados, porque del mismo modo
 que el guerrero sueña en combates, D. Bosco,
 capitán de los pilluelos, soñaba sólo en la
 educación de la juventud y en los métodos
 educativos cristianos.
 
 Cuando el cuerpo reclamaba un poco de
 reposo, su cerebro continuaba por cuenta
 propia su labor, combinando sueños, que
 cuando serán publicados (y lo serán pronto)
 aparecerán como parábolas insuperables, al
 par que misteriosas anticipaciones del fu
 turo.
 Don Bosco tuvo el don de la palabra; en
 el púlpito, en el confesionario, en todas par
 tes, y particularmente en aquellas palabritas
 mágicas al oido...
 ¡Oh, santa lengua de D. Bosco! Tu fuiste
 para tantas almas guía para el bien; reclamo
 para la virtud, acicate para la perfección,
 alivio en los dolores, luz en las incertidum
 bres... consuelo en todo momento!
 ¡Lengua santa. Dios ha querido prevervarte
 de la corrupción, porque no podía permitir
 fuese pasto de la tierra, aquel órgano santo
 que tantas almas condujo al cielo!
 A. COJAZZI.
 
 P o r exigencia d e la com posición y envío
 d e l presen fe número, nos ha sid o impo
 sib le dar cabida en é ¡ a ¡os solem nes
 fesfefos d e
 
 Roma y
 
 D o n Bosco. —
 
 T urín en honor a
 
 £/ número p róximo ¡o
 
 dedicarem os, D io s m edianíe, a reseñar
 las fíesfas d e esfo s
 
 días inolvidables.
 
 G R A C IA S
 DEL B E A TO JU A N B O S C O
 
 K aksas Ci TV (Estados Unidos) — Habiendo
 caído imo de mis hijos víctima de ima grave
 y peligrosa enfermedad, que el mismo doctor
 confirmó delicada, lo encomendé a la inter
 cesión del Beato Don Bosco, dando principio
 con toda la familia al rezo de la novena en
 honor de María Auxiliadora.
 A l octavo día recibimos caita de puño y
 letra de nuestro querido hijo manifestándonos
 grande mejoría. Hoy día se encuentra bastante
 bien y signe acentuándose su alivio.
 Con el corazón henchido de viva gratitud
 hago público el grande poder que Don Bosco
 tiene hoy cerca el Trono de Dios y de María
 Auxiliadora, y a la vez que en imión de toda la
 familia le prometemos imperecedera gratitud.
 
 210
 
 niaiulainoH un ])equeño donativo para los gastos
 de su próxima beatificación.
 Abñl 29 de 1929.
 
 I r en k o M o n to ya .
 
 E chaouk (Islas Filipinas). — Ju an M. De
 Bonilla atribuye a la intercesión del Beato Don
 Bosco varias gracias obtenidas de María Auxi
 liadora y las corresponde con una oferta para
 sus Obras y Misiones Salesianas.
 B arckelos {Misión Salesiana de Rio Negro).
 — Hada ya muchos días que el joven Manuel
 de Souza, hijo mayor del Secretario de la Tntendenda de Barcellos sa Inallaba postrado en
 cama. Da inflamación del hígado y del bazo
 junto con la intensa fiebre, que agotaba sus
 fuerzas físicas, lejos de desaparecer con los mil
 remedios que se le proporcionaban, iban aunu'ntaudo hasta el punto de darse ya al joven
 por perdido. Se intentaron todos los medios
 ]iosiblcs para devolver la salud al enfermo y con
 ella la clama y la alegría a sus desolados padres.
 Se pensó por fin en administrar al enfermo los
 últimos Sacramentos pues se preveía de un
 momento a otro el fatal desenlace.
 ,
 Hecha la instrucción religiosa que era del
 caso, hizo el joven su confesión, después de la
 cual se le administraron los Santos Oleos. Antes
 de marcharse, el sacerdote le entregó una re
 liquia de D. Bosco, aconsejándole, como tam
 bién a sus padres, que hiciesen una novena para
 obtener la salud, y si fuera posible, para que a
 los cuatro o cinco días, es decir, al domingo si
 guiente, jmdiera presentarse en la iglesia para
 hacer su primera comunión.
 Empezada la novena, empezó también la
 mejoría, y fué tan rápida, que una semana
 dc.spués, aunque muy débil to<lavía. rotleado
 por todos sus parientes, pudo oir la Santa Misa
 y en ella hacer su primera Comunión.
 Gracias sean dadas al Boato D. Bosco.
 15 Febrero 1929
 
 A ngiíl Ckrri, Pbro.
 
 H u esca (España). — Una Cooperadora SaIcsiana, entristecida por un tentativo de estafa
 da porte de una mala amiga, que amenazaba
 de muerte a su hermana si hubiera sido denun
 ciada a la Autoridad, se dirigió a la intercesión
 de Don Bosco, rezando una novena, y antes
 de terminarla, pudo recobrar su dinero, sin
 consecuencias. Gustosa hace mía oferta para
 los gastos del altar que le levanta en la Basi
 fica de ftfaría Au.xiliadora, en Turln, en que se
 conservará el cuerpo del Beato.
 H ab .kn’ a (Cuba). — Estando muy enferma
 una amiga, la encomendamos a Don Bosco y
 al poco tiempo se alivió. En agradecimiento la
 señalado beneficio, envaimos una oferta para
 las Misiones.
 D oe-.^res Mexdivh ,.
 
 Eos Sres. Cooperadores salesianos, además
 de las indulgencias ordinarias que se detallan
 en el Reglamento, pueden ganar, cumpliendo
 los requisitos de costumbre, indulgencia plenaria, los siguientes días:
 
 Mes de Julio.
 1. Preciosísima Sangre.
 2. Fiesta de la Visitación.
 16. Nuestra Señora del Carmen.
 
 Mes de Agosto.
 6. Transfiguración del Señor.
 14. Ascensión de la Sma. Virgen.
 i6. San Roque.
 S e is M isa s diarias perpéfuas.
 Recordamos a nuestros lectores el pririlegio
 extraordinario concedido por el Papa León X III
 (d. f. m.) a nuestro Vble. P. Don Bosco en favor
 de todos los que contribuyeron con sus limosnas
 a levantar la Basílica del Sagrado Corazón de
 Jesús en Roma o cooperen en lo porvenir al
 sostenimiento de aquella Iglesia e internado
 de Artes y Oficios para niños pobres.
 Basta entregar una sola vez la limosna de
 1 peseta (20 centavos de dólar más o menos)
 para tener derecho, en vida y después de muerte
 a la aplicación diaria de 6 misas, que se celebran
 en el altar mayor de dicha Basílica; como tam
 bién, de todas las prácticas de piedad que en
 ella se practican. Pueden también ser inscritas,
 entregando por cada una de ellas la misma li
 mosna, las personas ausentes o fallecidas, las
 cuales gozan igualmente de dicha aplicación.
 Para gozar de esta gracia tan extraordinaria
 basta reunir en una fista los nombres de los
 que desean inscribirse y enviarla, junto con la
 limosna correspondiente, a! Rector Mayor de
 los Salesianos - Via Cottolengo 32 - Turhi (109)
 Italia - y apenas inscritos en los registros, em
 piezan a gozar de la aplicación de dichas 6
 misas. Como testimonio de la inscripción cada
 \mo de los inscritos recibe una cédula con su
 nombre y con la explicación detallada de este
 privilegio.
 Los que ya conocéis este privilegio dadlo a
 conocer a todos vuestros amigos y conocidos
 y veréis como no queda ni uno que no se ins
 criba y que no haga inscribir a sus difuntos.
 
 DE NUESTRAS M ISIONES
 Venganza jíbara y viaje accidentado
 ( D e a a e s fra s M is io n e s d e l E c u a d o r).
 
 Macas, 23 de marzo.
 Esta mañana llegaron apresuradamente a
 nuestra residencia tres jíbaros con la noticia
 de que Yakuma acababa de asesinar a Mocuimbo, hijo de Samagashi; indignados, piden
 con insistencia que las autoridades persigan
 al asesino y le den el merecido castigo.
 Les be preguntado las circunstancias del
 delito y con gran lujo de detalles me hen
 contado lo siguiente:
 Hace dos años Mocuimbo tomó por esposa
 a una muchacha pretendida también por
 un pariente de Yakuma. Al verse éste desai
 rado, su furor no tuvo límites, y empezó a
 preparar su venganza.
 Un día, mientras vagaba por el bosque
 armado de su fusil, sorprendió a su rival
 completamente descuidado; verle y disparar
 su arma contra él, todo fué uno: pero la bala
 no salió, y mientras cargaba de nuevo,
 Mocuimbo se arrojó sobre su agresor le arre
 bató el fusil y con la culata del mismo le
 abrió la cabeza.
 Realizada su hazaña, desapareció por dos
 años; habiendo vuelto hace poco a rondar
 por aquellos lugares, Yakuma, en cuyo co
 razón aún no se había extinguido el deseo
 de la venganza, le esperó en acecho; y cuando
 más descuidado se hallaba Mocuimbo, le
 atravesó la cabeza de un certero balazo.
 Tal es el relato de mis tres visitantes.
 31 de marzo.
 Estamos de marcha: muchos habitantes
 de Ataras nos acompañan largo trecho antes
 de despedirnos: van delante los niños de la
 escuela; a continuación las Hijas de María
 Auxiliadora, que rodean cariñosas a su
 Inspectora, la Madre Carolina Mioletti.
 
 Al llegar a las orillas del Upano nos des
 pedimos de todos; sólo nos acompañan al
 gunos indios, encargados de llevar los equi
 pajes. Cerca del río Kurumbaio encontramos
 al Sr. Mario Rivadene3ra, con otros varios
 amigos, que habían ido allí con el único fin
 de saludarnos.
 Seguimos nuestro viaje, aprovechando la
 ocasión para visitar a algunos colonos amigos;
 y al caer de la tarde llegamos a casa del Sr.
 Cevallos, a orillas del Tutanangosa, en donde
 pasamos la noche
 I de abril.
 Mientras pasamos el río Tutanangosa, el
 barquero nos da una versión algo distinta,
 de los sangrientos sucesos. Según él, Mo
 cuimbo, había asesinado a su rival, no en
 legítima defensa, sino alevosamente, apro
 vechando la ocasión en que su enemigo se
 hallaba bajo los soporíferos efectos de la
 chicha.
 Yakuma exigió de las autoridades com
 pleta justicia, pero como el asesino había
 desaparecido, no se pudo hacer nada. Pasó
 el tiempo: ya parecía olvidado el sangriento
 suceso, tanto que Yakuma y el padre de
 Mocuimbo habían llegado a una avenencia,
 comprometiéndose el primero a renunciar
 a su derecho de venganza, a cambio de al
 gunos cerdos que le dió el segundo.
 Mocuimbo al tener noticia de las paces,
 volvió a su cabaña y siguió su vida ordinaria:
 pero Yakuma no podía ver con buenos ojos
 al asesino, que comía, bebía, y se divertía
 tranquilamente; cada día iba en aumento
 su cólera hasta que, no pudiendo contenerse
 por más tiempo, preparó una celada a Mo*
 cuimbo, y le asesinó traidoramente.
 
 212
 
 Mons. Comln con doa Jibarí(o« recién banfizados.
 Naturalmente. Yakuma espera que los
 parientes de JIocuimbo ejecuten a su vez la
 venganza; por esto se ha hecho fuerte en su
 choza, en donde, acampañado de varios
 parientes y amigos, se defenderá hasta el
 último trance.
 — Si he de morir, dice, no será sin que
 antes me hayan precedido muchos de mis
 enemigos...
 r de abril.
 Primer Viernes de mes. Hoy nuestra jor
 nada se ha presentado pródiga en aventuras
 y contratiempos.
 Como quiera que el sendero que hemos
 seguido suele ser muy poco frecuentado por
 los Macabeos, (así llaman a los de Macas)
 nuestro guía se extravió: tuvimos que volver
 atrás y tomar otro camino... Después de
 mucho andar nos encontramos en el mismo
 sitio.
 
 Este contratiempo no dejó de desconcer
 tarme. Y a era tarde para llegar a tiempo
 al lugar prefijado y no me era grata la pers
 pectiva de pasar la noche en el bosque; más
 que nada lo sentía por la pobre M. Inspectora,
 y las muchachas que la acompañaban, que
 ya no podían más.
 Pr fin decidimos vlover atrás, y después
 de un rato, encontramos el camino verdadero.
 Alrededor de las cuatro de la tarde llegamos
 al sendero que conduce a la choza de Fuanga,
 un jíbaro que nos quiere mucho y nos está muy
 agradecido. Y no le faltan motivos para ello.
 Fuanga tiene una hija: hace tiempo Mocuimbo (la víctima de Yakuma) se la pidió
 por esposa: ante la negativa del padre se
 escondió en el huerto a donde la joven solía
 ir a recoger la 5nica, y cuando la vió venir
 le pegó un tiro diciendo; a Si no eres mi esposa
 tampoco lo serás de nadie ».
 Muy grave estuvo la pobre joven; pero
 gracias a los soh'citos cuidados que le prodigó
 la Madre Troncatti y al esmero con que le
 extrajó la bala y desinfectó la herida, pudo
 en breve recobrar la salud.
 Por su parte Fuanga, como su hija no
 había muerto, no pensó en la venganza: en
 cambio, desde aquel día, es amigo incondi
 cional de las Hermanas y del Misionero.
 Esperábamos, pues, pasar la noche en su
 casa; pero algunos de la comitiva habían
 tomado otro camino y tuvimos que seguirles.
 Llegamos así a la vivienda de Fumbitik:
 la casa parecía desierta; sólo nos contestaron
 los perros que se pusieron al ladrar deses
 peradamente. A sus ladridos, los Jíbaros,
 creyendo que venía gente de Macas para
 apresar a Yakuma y a sus compañeros,
 empezaron a disparar contra nosotros desde
 tres puntos distintos del bosque. Fácil es
 imaginar nuestra sorpresa y nuestro espanto.
 Nos encontrábamos en inminente peligro
 de caer acribillados por aquellos salvajes.
 ¿Qué hacer? Lo más razonable era desandar
 lo andado y volver a casa de Fuanga.
 Cuando los indios dejaron de disparar,
 nos pusimos a gritar con todas nuestras
 fuerzas: — jFimbitik! Nosotros no somos
 enemigos... Vuelve a tu casa... Venimos de
 Méndez... Está aquí el Obispo... También
 la Madre, a quien ya conoces... No temas
 acércate.
 Para mejor convencerle, la Madre se puso
 también a llamarle, ya que Fimbitik conocía
 su voz
 
 —
 
 213
 
 ¡Vano empeño! No nos hacían caso: tal vez
 nuestras voces no llegaban hasta ellos. Por
 eso decidimos volver enseguida a casa de
 Fuanga. Nuestros guías encendieron un farol
 y nos precedían señalándonos el camino. A
 cada paso tropezábamos con las piedras o
 con los arbustos del camino. Los Jíbaros no
 debían estar muy lejos y seguramente nos
 espiaban.
 Para disipar en ellos toda sospecha rogué
 a la Inspectora rezara en alta voz el Rosario
 con las muchachas que la acompañaban,
 para que se convencieran los indios de que
 no les engañábamos.
 ¡Con cuánto fervor dirigía sus oraciones
 a la Virgen pidiéndole ayuda en trance tan
 apurado! Mas de pronto la Madre dejó de
 rezar; no podía más; sus fuerzas físicas la
 abandonaban; las muchachas tuvieron que
 continuar solas.
 Por fin dimos con el sendero de la casa de
 Fuanga. Pudimos respirar tranquilamente:
 ya estábamos seguros. Esta convicción nos
 hizo olvidar el susto pasado y ya no pensamos
 en el cansancio y empezamos a subir con
 entusiasmo la empinada cuesta que nos
 llevaba al lugar apetecido.
 A nuestra llegada los Jíbaros, asustados
 por el ruido que hacíamos, huyen a campo
 traviesa: las mujeres, solas en casa, no quieren
 abrimos, pues temen que seamos los agentes
 de la justicia.
 En vano las llama la Madre Inspectora;
 en vano también las recuerda que ella fué
 la que ajuidó a curar a su hija Teresa...
 En vista de que es inútil gastar la voz y
 el tiempo, se pone a rezar devotamente a la
 Sma. Virgen. Su oración es escuchada.
 Apenas abrieron la puerta, penetramos
 en casa la Madre y yo, para asegurar a las
 indias que aún no las tenían todas consigo.
 Y entonces una de comentarios:
 — ¡Pues si era verdad!... Mira, esta es la
 Madre... Y aquel es el Padre Grande, el
 Señor Obispo...
 Respiramos, por fin; nos encontrábamos
 cansadísimos, mojados, completamente des
 fallecidos. Después de tomar algún alimento,
 nos dispusimos a dormir... en el santo suelo.
 Al Obispo le reservaron una esterilla...
 2 de abril.
 Después de tomar un bocado el mismo
 Fuanga se ofrece a acompañamos a fin de
 que nadie nos moleste. Apenas salidos de su
 cggq se pone a gritar con voz estentórea:
 
 El (errible Yakurns. d aMSÍDO de Mocaimbo.
 — ¡Paso al Sr. Obispo! ¡Paso a la Madre!...
 Dejen pasar...
 Y repitiendo a intervalos estas voces
 llegamos a la \nsta de la cabaña de Fimbitik.
 Entonces Fuanga a grandes voces le avisó
 de nuestra llegada.
 La respuesta fueron algunos disparos de
 fusil: mas nuestro guía no se inmutó y
 continuó adelante. Llegados a casa de Firnbitik, se sorprendió al verla desierta sin
 otros habitantes que los perros que ladraban
 furiosamente.
 — H ay que tomar otro camino, me dijo
 contrariado.
 Y nos dirigimos hacia la choza de Samagashi, el padre de Mocuimbo; pero nueva
 aantraiiedad: el dueño estaba ausente; pues
 había ido a Myazal a hacer provósión de sal.
 
 214
 Sainagashi es terrible. Ha matado ya a
 varios y no dejará de tomar cruel venganza
 por la muerte de su hijo.
 Pasado el Yurupaza, tuvimos que caminar
 largo trecho por un camino tan escabroso,
 que a cada paso tropezábamos, con inmi
 nente peligro de rompernos las costillas. Mas
 hay una Providencia que vela por los Mi
 sioneros.
 Como si tantas fatigas no fueran suficientes,
 pronto se agregó a ellas el tormento de la sed:
 la pobre M. Inspectora era la que más sufría.
 
 Mons. Comin
 
 a sd llegAdA a
 
 el comportamiento de los habitantes de la
 floresta.
 El <s Ambusha » de Méndez se deshacía en
 improperios contra Yakuma: — Nosotros,
 los de Méndez, no somos así, ni lo seremos
 jamás. P'l Obispo nos quiere bien a todos
 y ningún Jíbaro le causará la menor molestia.
 Más indignado aún se mostraba Masbingashi: Te lo juro, me decía, hubiera querido
 estar allí con mi fusil para enseñar a ese
 bandido de Yakuma cómo se debe tratar al
 Obispo.
 
 M acas d esp u és del AcidenlAdo vÍA¡e...
 
 y eft varias ocasiones la ví inclinarse afanosa
 y humedecer sus labios con algunas gotas
 de agua que la pasada lluvia había depositado
 en las hojas de los árboles.
 Por fin en el arroyo Tayusa nos encon
 tramos con el P. Conrado Dardé que hacía
 tiempo nos esperaba, y
 había preparado
 toda suerte de provisiones. Gracias a ellas
 nos animamos un poco y a eso de las cuatro
 de la tarde hicimos nuestra entrada en la
 Misión de Méndez.
 Durante varios días el tema obligado de
 todas las conversaciones era el triste inci
 dente de nuestro viaje. Tanto los cristianos
 como los «idios lo deploraban sinceramente
 y se mostraban sumamente indignados i>or
 
 ¡Pobres Indios! La venganza es el ideal de
 su vida salvaje a pesar de que saben que
 toda venganza suscita otras muchas, que,
 preparadas en la sombra, son ejecutadas
 con toda ferocidad y alevosía.
 Un Jíbaro que tenía ya seis homicidios
 sobre su conciencia, al hacerle yo las ante
 riores observaciones, me contestó:
 — Lo sé; ya sé que el día menos pensado
 me pegarán un tiro: pero prefiero morir así.
 Quien muere herido por una bala de fusil,
 muere gordo; en cambio, el que muere por
 enfermedad, muere flaco. ¡Yo quiero morir
 bien gordo!
 Mons. D o m in g o C o m in
 Vic. Apost.
 
 EL CULTO DE MARIA AUXILIADORA
 Asociación de los devoíos de María Auxiliadora.
 El día 9 de jimio de i 85S fué para D. Bosco
 imo de los más felices de su existencia: sus
 deseos, sus asiiiraciones y su filial devoción
 a la Madre de Dios se veían satisfechos con la
 consagración del templo erigido a María Au
 xiliadora en \'^aldocco, hedía por el Excmo.
 Sr. Arzobispo Mons. Alejandro Riccardi.
 Siervo fiel de María Auxiliadora, destinado
 a ser el apóstol de su devoción, se lanzó a la
 empresa sin recursos humanos, pero con ima
 coi^anza ilimitada en su celestial Tesorera,
 que se complacía en poner en manos de D. Bo
 sco, la salud de las personas y el bienestar de
 las familias. Cada piedra del templo, es una
 gracia de María Auxiliadora, decía el Beato.
 ¿Estará satisfecho D. Bosco, después de haber
 erigido a María tan suntuoso templo? No; su
 corazón de apóstol no se limitó a erigir un
 templo, por monumental 3' grandioso que fuese;
 su anhelo era formar de cada corazón cristiano,
 un santuario en que reinase soberana, la Reina
 del Cielo.
 Las mnumerables personas favorecidas con
 singulares gracias de María Auxiliadora, le
 instaban desde hacía tiempo a que fundase una
 Asociación piadosa con el fin de tributar a la
 Santísima Virgen, en forma decorosa y regular,
 el honor debido.
 Este era también el ardiente deseo de D .Bosco;
 pero no cre>*ó oportuno llevarlo a la práctica,
 hasta tanto que la Santísima Virgen Auxiliadora,
 tuviera en Turín im templo digno de ella.
 Por eso, ima vez terminado y consagrado el
 grandioso templo, se dedicó a poner por obra
 su plan, formulando irnos Estatutos, que se
 rían el Reglamento de los Asociados. Madurado
 su proyecto solicitó del Excmo. Sr, Arzobispo
 de Turín la aprobación del mismo, dirigiéndole
 a este fin la solicitud que reproducimos:
 
 deseo de promover la mayor gloria de Dios y el
 bien de 'las almas, desearía fundar en la Iglesia
 de María Auxiliadora — abierta al culto divino
 por S. E. hace próximamente un año — una Pia
 Unión de fieles, con el nombre de Asociación de
 Devotos de María Auxiliadora, cuyo fin prin
 cipal seria el promover la veneración al Smo. Sa
 cramento y la devoción a María Auxilium Christianorum, advocación que parece objeto de viva
 complacencia por parte de la Augusta Reina de
 los cielos.
 A este fin he fortnulado algunas reglas, mode
 ladas y casi copiadas de los Estatutos de la célebre
 Archicofradía de María Auxiliadora erigida en
 Munich {Daviera), con el objeto de que estos ejer
 cicios de piedad tengan forma estable y conforme
 al espíritu de la Sta. Madre Iglesia.
 El que suscribe suplica humildemente a V. E.
 atienda benignamente este piadoso deseo, y se
 digne examinar dichos Estatutos, añadiendo,
 quitando y modificando cuanto le parezca opor
 tuno, y asi modificado, quiera concederle su alta
 aprobación para mayor gloria de la Augusta
 Madre de Dios y bien de las almas.
 El altar de la Asociación seria el altar mayor
 de la referida iglesia, que es privilegiado, y en el
 que ya se llevan a cabo, con gran bien de las almas,
 la mayor parle de los ejercicios de piedad que
 forman el objeto de esta Asociación.
 Esperando confiadamente obtener un favor tan
 señalado, lleno de gratitud imploro su santa ben
 dición 4/ me profeso de V. E.
 
 Exc¿l¿-jícia Reverendísima:
 El que su;r,ihe expone htemildemsnte a S E.
 Rvma., que, guiado únicamente por el ardiente
 
 E l Reglamento a que alude el Beato en su
 solicitud, y presentado con ella a la aprobación
 del Arzobispo, era el siguiente:
 
 humilde suplicante,
 
 J u a n B osco , Pbro:
 
 2 I6
 REGLAMENTO
 DE LA A SO C IA CIÓ N DE LO S DEVOTOS
 DE MARÍA AUXILIADORA
 I.
 
 Deberes de los Socios..
 1. Con autorización del limo, y Revmo.
 Sr. Arzobispo de Turln hállase canónicamente
 • erigida en el Santuario de Turín, consagrado
 a María Auxiliadora, una piadosa Sociedad de
 sxis devotos, con el fin de promover la gloria
 de la divina Madre del Salvador para merecer
 la protección de ella en vida y sobre todo en
 punto de muerte.
 2. Das cosas se propone especialmente: Di
 fundir la devoción a María Santísima y la vene
 ración a Jesi'is Sacramentado.
 3. Se empeñarán los socios con la palabra y
 el con.sejo. con las obras y su influencia en con
 tribuir al decoro y devoción de las novenas,
 fiestas y solemnidades que en honor de María
 y del Santísimo Sacramento se celebren en el
 curso del año.
 4. Pondrán asimismo gran interés en la di
 fusión de buenos libros, imágenes, medallas y
 en asistir y ¡irocurar que otros asistan a las
 procesiones en honor de María y de Jesús Sa
 cramentado, a la mesa eucarística, a la santa
 Misa y a acompañar el Santo Viatico.
 5. Además pondrán gran diligencia en im
 pedir la blasfemia y cualquiera conversación
 contraria a la religión o a las buenas costmnbres
 y en remover todos los ob.stáculos que puedan
 imj>edir la santificación del día festivo.
 6. Los socio? recitarán cada día después de
 las oraciones de la mafuma las siguientes jacu
 latorias en honor de Jesús Sacramentado y de
 Marín vSantísimn: Sea alabado y reverenciado en
 
 todo moynento el Saníisimo y Divinísimo Sacra
 mento. Alaria Auxiliutn Christianorum, ora pro
 nobis. lín ciumto a los sacerdotes basta que en
 la misa tengmi mtenclón de rogar por todos los
 agregados a esta Sociedad. listas oraciones
 scr\úráu de vínculo a los socios de modo que
 sean como un solo corazón y alma para honrar
 cotno es debido a Jesús Hostia y a su Augustí
 sima Madre, y participar a todas las obras de
 picilud de los mismos socios.
 II.
 
 Ventajas espirituales de los socios.
 I • Para ayudarse mxHuamente a caminar por
 la ^•ía de la salvackSn. todos los socios hacen
 comunes las obras buenas que ejecutan en
 privado o en pxiblico. en la iglesia de María
 Auxiliadora o en otra parte.
 
 2. Participarán de las prácticas de piedad
 que se hagan en el altar mayor de esta iglesia:
 altar privilegiado perpetuo, según el decreto
 y los días festivos a las siete, se celebrará una
 misa en el altar de María Auxiliadora y se reci
 tará la tercera parte del Rosario y otras ora
 ciones.
 Todos los días feriales, a las seis de la mañana
 de la Sagrada Congregación, fechado en 22 de
 marzo de 1868.
 Todas las tardes se cantarán algimas alaban
 zas sagradas, se hará lectura espiritual y oración,
 se dará la bendición con el Santísimo Sacra
 mento y se recitará nuevamente una tercera
 parte del Rosario.
 3. Todo asociado puede ganar indulgencia plenaria en las solemnidades siguientes: Natividad,
 Circuncisión, Epifanía, Ascención de Nuestro
 Señor, Domingo de Pentecostés, Corpus Christi, Inmaculada Concepción (8 diciembre),
 Natividad de María (8 de setiembre), Presen
 tación al templo (21 de noviembre). Anun
 ciación (25 de marzo), Visitación (2 de julio),
 Purificación (2 de febrero), Asunción de María
 al Cielo (15 de agosto), María Auxiliadora, Ti
 tular del Santuario (24 de mayo) y im día al
 año a elección del socio, con tal que en tales
 días \’isite la iglesia, oratorio o altar de la So
 ciedad, niegue por la concordia entre los prín
 cipes cristianos, extirpación de las herejías y
 exaltación de la Iglesia Católica; esto es, por la
 intención del Sumo Pontífice.
 4. Todo socio con intervemr a las prácticas
 de piedad que se hacen en este Santuario, como
 triduos y novenas solemnes en honor de María,
 puede ganar ima vez al día htdulgencia de siete
 años y siete cuarentenas {Pió IX, 16 de marzo
 de 1869).
 Conviene notar que para ganar dichas in
 dulgencias pU'uarias está siempre prescrita la
 confesión y la comimión, salvo que el socio
 tenga la piadosa costmnbr'e de confesarse se
 manalmente; en cuyo caso basta el estado de
 gracia y la comxmión (S. Congregación de Indul
 gencias, 9 de diciembre de 1763). Para ganar
 las indulgencias parciales basta hacer las ora
 ciones u obras con corazón al menos contrito
 y devoto.
 5. Todos los años en el primer día que el
 rito lo permita, pasada la fiesta de María Auxi
 liadora, se canta ima misa de Réquiem y se
 hacen otros sufragios particulares por las almas
 de todos las socios difxmtas y en especial por
 los que han sido llamados por Dios en el curso
 del año.
 6. Cuando im socio cae enfermo o sale de
 este mundo será encomendado especialmente
 en las oraciones que se hacen cada día en el
 altar de María Auxiliadora, siempre que se dé
 a\ñso.
 
 217
 III.
 Aceptación,
 
 1. Quien desee ingresar en esta Pía Sociedad
 hará escribir su nombre, apellido y lugar de su
 residencia en el registro que se tiene en la sa
 cristía del Santuario de María Auxiliadora'. En
 tal ocasión recibirá una imagen o medalla ben
 dita de María Auxiliadora (i) y el opúsculo que
 trata de esta Sociedad.
 2. Los Párrocos y todo sacerdote que tenga
 personas á su cuidado, como Directores de co
 legios y de casas de educación o de institutos
 de beneficencia pueden agregar á cualquiera
 de sus súbditos, con tal que manden el nombre
 apellido y lugar de residencia de los solicitantes
 al Rector de la iglesia, que. como se ha dicho,
 lo es también de la Sociedad.
 3. No hay obligación alguna pecuniaria; cada
 uno da lo que gusta para los gastos que octirren
 en la novena y fiesta de María Auxiliadora y en
 las demás funciones que celebra la Sociedad.
 
 {Continuará).
 
 (i) Se recomienda llevar devotamente esta medalla
 al cuello en obsequio de María y para ganar muchas
 indulgencias que por ello están concedidas. Esas in
 dulgencias están enumeradas en el E len co de las I n 
 dulgen cias A p ostólicas o Papales, aprobado por la
 Sagrada Congregación de la Indulgencias.
 G R A C IA S
 DE M ARÍA A U X ILIA D O R A
 CALI (Colom bia ). — Hallábase mi hija ata
 cada de grave enfermedad, y llamado el médico
 encontró el caso tan desesperado, que se decidió
 por una pronta y dolorosa operación. El dicta
 men del médico nos sumió en el más hondo pesar
 y alarmadas por la inminencia' del peligro, en
 vez de poner la salud de nuestra querida en
 ferma en manos del doctor, la encomendamos
 a la poderosa intervención de la Virgen María
 Auxiliadora, que es Salud de los Enfermos.
 Y esta buena Madre, siempre generosa para
 quienes la invocan de corazón, escuchó nuestras
 picarías, devolviendo a mi hija la más com
 pleta salud. En ^radecimiento, mando una
 limnsna para los hueríanitos de D. Sosco y otra
 para que se diga una ^lisa ante su altar del
 Santuario- de Turín.
 JtTAÍíA B . FlGUEROA, vda. DE CASTILLO.
 VALENCIA (E spa ña ). — Estando enfermo
 tm hijo mío de fiebres maltesas, rebeldes a todo
 tratamiento, empecé con fe una novena a María
 Auxiliadora, CtHisiguiendo ens^uida ima rá
 pida mejoría, por lo que cinnplo lo ofrecido.
 
 que era dar ima limosna y mandar publicar la
 gracia.
 Otra hija se vió atacada por una dolencia
 tan grave, que el médico que la asistía pronos
 ticó que no le quedaban más que unos diez días
 de vida. Confiada en la bondad de María Auxi
 liadora, acudí de nuevo a Ella, empezando una
 novena, y pasado el plazo, al reconocer de nuevo
 el médico a la enferma, la enconcontró comple
 tamente curada. Conforme lo ofrecido, publico
 esta gracia y mando una limosna para su San
 tuario.
 Abril 1929.
 M. C. V.
 BARCELONA (E spa ña ). — Virgen que
 rida, gracias incesantes te da esta madre agra
 decida, porque le has obtenido la salud de su
 hijo.
 Desde pequeñito sufrió ataques nerviosos y
 a los dos años de edad declaró el médico que se
 trataba de epilepsia, y tras algún tiempo de
 solícitos cuidados, pareció que había conse
 guido la salud. Pero la mejoría era tan sólo
 aparente, pues al llegar a los 11 años, se le pre
 sentaron nuevamente los síntomas de la enfer
 medad, y con tanta frecuencia y vigor que todos
 estábamos desconsolados.
 No encontrando remedio en lo humano, in
 voqué con toda mi alma a la Virgen de Don
 Bosco, convencida de que Ella no me dejaría
 sin consuelo. Le ofrecí que si me curaba a mi
 hijo, le llevarla a hacer su primera Comunión
 a su Santuario de Sarriá, y publicarla la gracia
 en el Boletín. La Virgen obró el milagro, y mi
 hijo, a los 13 años confesó e hizo su primera
 comunión, en el templo de María Auxiliadora,
 conforme le ofrecí. Me faltaba aún publicar la
 gracia en el Boletín Salesiano, y aunque algo
 tarde, pero siempre agradecida, cumplo hoy
 mi promesa.
 12 abril de 1929.
 F. C. de P.
 PALERO (E spaña ). — Estando mi marido
 atacado por ima fuerte enfermedad acudí llena
 de mnfianyji a María Auxiliadora, rezando la
 novena tan recomendada por su fiel Siervo el
 Beato D. Juan Bosco. Pronto empezó a sentirse
 la mejoría, que prosiguió rápidamente hasta
 hallarse hoy completamente curado. Agrade
 cida, envío nna límnsna para las Obras del Tibidabo, y otra igual de 45 pesetas para la Iglesia
 del Rosario que los Salesianos construyen en
 Madrid. Quiera la Virgen Auxiliadora seguir
 prot^endo a mi familia, que tan agradecida
 le estará siempre.
 
 D o lo r es I b á ñ ez
 
 de
 
 I b Añ e z .
 
 E L CARMEN (C olom bia ). — Mi hijo se ha
 llaba gravemente enfermo. Todos los recursos
 de la HpnHfl eran inútiles; inútiles los cuidados
 
 1
 
 2i 8
 y atenciones que todos le prodigaban desde
 
 hacía cinco años. Por fortuna llegó a mi noticia
 el prodigioso poder de María Auxiliadora, y,
 llena de confianza en ella, le supliqué de co*
 razón devolviera la salud a mi querido hijo,
 y su corazón maternal, no desoyó mi humilde
 y fervorosa silplica. Agradecidísima, envío una
 limosna para su culto al Santuario de Turín.
 Febrero, 4 de 1020.
 
 P a u lin a S olano d k Collazos .
 ANGIÍLES (Ca l ifo r n ia ). — Hallán
 
 LOS
 dose mis hijos enfennos de la llamada viruela
 loca: y como padecieran horriblemente a causa
 de los intensos dolores que sentían, que no
 podían mitigar ni médicos ni medicinas, les
 dije se encomendasen de corazón a la Sma.
 Virgen Auxiliadora, para que ella calmase sus
 dolores y les ayudase a soportarlos. Aceptaron
 con júbilo la propuesta, y se encomendaron a
 Klla. Pero pronto les vino a la mente el pensa
 miento de la gratitud, y como han oido hablar
 varias veces de los huerfanitos de Don Sosco,
 detenniiuiron sacrificar sus aliorrillos y hacer
 con ellos una ofrenda a María Auxiliadora. En
 efecto, todo el dinero que les regalaron sus tíos
 al visitarles, me lo entregaron, rogándome lo
 enviara a ese Santuario de Turín.
 Le envío, pues, muy gustoso el dólar que han
 recogido, y le ruego no se olvide de pedir por que
 jean siempre buenos cristianos y buenos hijos.
 4 Diciembre 1929.
 
 M. Ca m pa n k lli .
 (A r c i -n tin a ). — Lleno de
 
 CHOS MALAL
 profunda gratitud publico hoy la lluvia de gra
 cias que he obtenido por mwliución de la Virgen
 de Don Bosco.
 Estando enferma mi es¡>osa de una pulmonía,
 la encomendé a María Auxiliadora, y consiguió
 prontamente la más completa sahuí. Mis hijos
 cayeron luego enfermos de sarampión. Acudí
 de nuevo a la matcnial bondad de la Virgen y
 ella me los devolvió sanos y robustos. Yo mismo
 caí gravemente enfenno a causa de una he
 morragia, y al encomendarme a Jlaría Auxilia
 dora, obtuve una ]>routn mejoría y al presaite
 me enoucutro casi jK»r completo como antes.
 ICn to<lm estos trances prometí a mi querida
 Madre Celeste hacer ]>úblicn mi gratitud v su
 ^XKler en el Hotciin SaleüaHC y hoy con inmenso
 júbilo de mi corazón satisfago mi promesa e
 invito a tocios los lectores a que acudan con filial
 confianza a la Virgen de D. Bosco en todas sus
 cuitas, seguros de ser generosamente atendidos.
 31 enero 1929.
 
 P i :d ro M a r tin en g o .
 
 CALI (Colom bia ) . — Mi sobrinita Olga Lucía
 Córdoba, se \ ió atacada de ima enfenueiiad
 desconocida, y como su estado, lejos de mejorar
 iba cada vez de mal en peor, acudimos al mé
 
 dico, el cual le aplicó varios remedios que dieron
 resultados contraproducentes. Llamamos otros
 dos médicos, pero a pesar de sus cuidados la
 enfermita seguía empeorando de tal modo que
 ya teníamos la seguridad de im desenlace fatal
 en no lejana fecha. Sin esperanza en los reme(Los humanos, y compadecido profunda
 mente por el dolor que embargaba a toda la
 familia, y sobre todo a los padres de la desgra
 ciada niña, acudí lleno de fe a María Auxiliafora pidiéndole la salud de la enferma, y al
 mismo tiempo le prometí publicar la gracia y
 mandar xma limosna a la casa Madre de los Salesianos, en Turín. La Sma. Virgen, siempre
 madre tierna y bondadosa, quiso escucharme,
 disipando así nuestras angustias, y devolviendo
 la salud a la enfermita y el sosiego y alegfía a
 sus padres.
 Hoy con el corazón rebosante de gratitud,
 doy infinitas gracias a la Virgen D. de Bosco y
 cumplo mi promesa, mandando cinco pesos
 para ima Misa en el Santuario de Turín y para
 los huerfanitos de D. Bosco.
 Abril de 1929.
 
 A u r e l ia n o Casas C u eva s .
 Coop. Sal.
 
 SOCORRO (Colom bia ). — El 10 de jimio de
 1928 hallábame postrada en cama a causa de un
 vómito de sangre, y en im estado tan grave,
 que el médico declaró que liimiaiianiente yo
 no podría sobrevivir. Entonces acudí llena de
 fe a la Santísima Virgen María Au.viliadora
 para que me alcanzara la salud, ofreciéndole
 publicar la gracia y enviar una limosna para su
 culto a su santuario de Turín. Al hacer hoy
 piiblico mi ferviente agradecimiento remito
 un peso con el fin prometido.
 Febrero de 1929.
 Aura María Rujeles.
 
 SANTA CRUZ (A r g e n t in a ). - Hacia el fin
 de Julio p. p. mi hijo Felipe, niño de 12 años,
 interno en el Colegio Salesiano, enfenuó de
 gravedad sin que los cuidados, ni la ciencia
 médica lograsen mejorarlo.
 Parecía inminente la catástrofe y, era tal el
 estado del paciente, que casi no se explicaba
 como pudieran prolongarse sus sufrimientos,
 que duraron cerca de lui mes.
 En tan aciagos días aumentó mi confianza
 en María Auxiliadora, y mientras dos buenos
 facultativos, multiplicando las consultas y los
 remedios intentaban arrebatarlo a la muerte,
 empecé con toda la 'amilia y los Revdos. PP.
 Salesianos la novena de María Auxiliadora,
 prometiéndole hacer pública la gracia si mi hifo
 lograba salvarse.
 ¡Oh bondad de María Auxiliadora! Puesta
 sobre la parte dolorida del enfenno la reliquia
 del Siervo de Dios Domingo Savio. pareció
 
 219
 
 M ar del Piala (Argentina) — Niños del florecienie Oratorio Festivo qne han hecho su primera Comunión.
 que a ruegos de tan poderoso intercesor, la
 Virgen no pudiera negar la gracia, y ésta fué
 completa, patente, tal que hoy mi hijo goza de
 perfecta salud.
 Vivamente agradecido cumplo la promesa y
 envío una humilde ofrenda en testimonio de
 mi gratitud.
 Febrero de 1929.
 Juan Castro.
 
 BERNAL (Ar g e n t in a ). — Una hennanita
 mía sufría de alteración mental, y según la opi
 nión de los médicos no había esperanzas de cu
 ración. Acudí entonces a María Auxiliadora,
 acompañada de mis Superioras, prometiendo
 publicar la gracia, y con gran maravilla de
 todos, mi hennanita salió a poco del hospital
 completamente curada.
 Hoy cumplo la promesa, manifestando al
 mismo tiempo mi profunda gratitud a tan buena
 Madre, y enviando una limosna para las Obras
 del Beato Don Bosco.
 Abril de 1929.
 
 M a g d a len a Ca r is i .
 MERCEDES (U r u g u a y ). — Encontrándome
 
 enferma y sometida a ima operación, llena de
 mnfianza acudí a María Auxiliadora invocando
 su protección en tan apurado trance. La ce
 lestial Madre escuchó mi súplica, por ,lo que
 agradecida, ruego publique la gracia en el Bo~
 leiin Salesiano y acepte esta pequeña limosna
 que le envío.
 
 B A snjA rTTKixE
 
 c a ster An ,
 
 D a n también gracias a M aría A u xilia 
 dora y envían una limosna:
 
 B a h ía B lanca (Argentina). — Sra. de Ferrari
 por haber alcanzado la salud de una hija.
 Ca l i (Colombia). — Sras. Manuela González
 de Rivera, Sara Vareta, Erminia Muñoz, Mer
 cedes Percáñez, Mercedes Aragón de Lenis, Ra
 faela Sarasti, Bárbara de Caldas, María Antonia
 Esguerra, Dolores Echevarri Pizarra, Carlos
 Martínez.
 CERRITO (Colombia). — Sr. Nepomuceno Valdés, Sra. María Orejuela de V., Ester de González
 Marta de Tascón, Margarita de García, Ramón
 Tascón, Rosa María Girón, Soledad de Jiménez,
 Inés B. de Guevara, María de Echevarri, Cecilia
 de Jaramillo, Julia Bermeo.Addn Reyes y Señora.
 C o ru ñ A (España). — María Cánovas Lacruz,
 
 por haber obtenido la curación de su hermano.
 Ciu d a d V icto rd ^ (Méjico). — María de la
 Luz C. de Gutiérrez, por haberla salvado de una
 peligrosa enfermedad.
 E l C armen- (Colombia). — Clotilde R. de
 Echeverri. y A?ui Joaquina de Echeverri, p>or
 varios favores obtenidos.
 P asto (Clombiaj. —- Las Alumnas y Maestras
 del Depariamenlo de Marino, agradecidas a la
 Virgen de D. Bosa> por haberlas ayudado en
 sus dificultades escolares.
 YOTOCO (Colombia;. — Amalia Pérez de Moya
 Cecilia Castillo, Cayetano Pérez, Eloy Trogueros
 Soto y Manuel C de Escobar, por varios favores
 
 recibidos.
 
 PorSalesiano
 el mundo
 BOGOTÁ (Colombia)
 Colegio Salesiano.
 
 Honrosa visita a!
 
 HUESCA (España) — Ampliación de las Es
 cuelas Salesianas.
 
 líl 29 de enero del presente año, la fiesta de
 San Francisco de Sales revistió una solemnidad
 y esplendor inusitados. El Pontifical fué cele
 brado por el Illnio. Sr. Arzobispo Primado con
 una numerosísima afluencia de fieles. A la hora
 del almuerzo los salesianos se vieron honrados
 con la presencia del Presidente de la Repú
 blica, Exemo. Sr. Miguel Abadía Méndez, del
 Niuicio de S. S., del Arzobispo de Bogotá. Pri
 mado de Colombia. Asistieron también el Mi
 nistro de Relaciones Exteriores y el de Edución Nacional con otros insignes personajes,
 cuya presencia ha hecho de esta reunión, tma
 de las más solemnes que jamás aqiií se hayan
 presenciado.
 Después del banquete, los ilustres convidados
 acompañados por el Sr. Inspector, visitaron
 detenidamente la casa, admirando la sólida
 construcción de los nuevos locales, y alabando
 a los hijos de D. Bosco por el gran bien que en
 la República de Colombia hacen sobre tc^o en
 favor de la juventud obrera.
 Largo rato pasaron en la contemplación de
 la nueva Iglesia que se está construyendo; Pu
 dieron admirar la cripta con sus bóvedas y
 magníficas cohunnatas que sostienen ya el piso
 del futuro Santuario Nacional del Canuen.
 Presenciaron la elaboración de los bloques de
 mármol que lucirán en el frontis, algunos de
 los cuales ya estabaji colocados en su lugar.
 En una palabra, palparon cómo se trabaja y
 preparan los materitües que se invertirán en
 los futuros monumentos de que se verá orgullosa la capital de Quesada, en vez de los ve
 tustos y antiestéticos que hasta ahora han ser
 vido de Capilla y Colegio.
 Recorrieron las nuevas clases y salones de la
 sect'ión de Estxidiantes, amplios y ventilados,
 según las exigencias de la higiehe y pedagogía
 modernas.
 Los distinguidos visitantes, entusiasmados,
 al ver tantos progresos y tan halagüeño por
 venir, animaron a los salesianos a seguir con fe
 en la obra comenzada, ofreciendo su vaUoso
 apoyo, y lo que es más de agradecer, su aprecio
 por la labor realizada por los salesianos. en bien
 del pueblo colombiano, al educar con tanto
 cariño y con tanto éxito, a la juventud.
 
 Las Escuelas Salesianas de la ciudad de
 Huesca, en su incesante y prodigioso desarro
 llo. eran incapaces de dar cabida a tantos niños
 como pedían continuamente asistir a ellas para
 labrarse un porvenir, ya que la reputación de
 que gozan en toda la provincia, hace que dichas
 Escuelas sean las preferidas pqr toda suerte de
 personas.
 Si a esto se añade que, dada la escasez de lo
 cal, nacían graves inconvenientes que cada vez
 se hacían más insostenibles, se aplaudirá la oportimidad con que el Exemo. Sr. Obispo, Patrono
 de la Fimdación Salesiana, se ha preocupado
 por remediar tales deficiencias. A este fin hizo
 las gestiones necesarias para la adquisición de
 xm vasto local contiguo al Colegio y gracias a
 las buenas disposiciones de su propietario,
 Sr. D. Máximo Escuer, se ha podido llegar a
 mi acuerdo, satisfactorio para todos.
 Séanos permitido desde estas columnas elevar
 nuestra protesta de sincera gratitud al Exemo.
 Sr. Obispo Fr. Mateo Colom, que ima vez
 más ha querido de mostrar su afecto por la
 Obra Salesiana, y el vivo interés que le me
 rece la juventud, especialmente de las clases
 obreras. Nuestros plácemes al Sr. Director
 D. Silverio Maquiera, y a ios Salesianos de la
 Casa de Huesca, que ven ensancliarse el ya
 vastísimo campo de su actividad, en el que, a
 ejemplo de su Fimdador, se prodigan con tanto
 celo y actividad.
 
 VALENCIA (España) — Fiesta del Antiguo
 Alumno.
 La festividad que anualmente celebran los
 Antiguos Alumnos de este Colegio se anunció
 este año para el día 21 de abril.
 Fueron varios centenares de socios del Centro
 Don Bosco y diferentes secciones que de él de
 penden los que se adhirieron y dieron con su
 presencia realce a la fiesta en la que depar
 tieron fraternalmente como hermanos los Sa
 lesianos y sus Antiguos Alumnos.
 Como preludio se celebró por la mañana la
 Misa de Comimión que dijo el A. A. Rdo. Sr.
 D. Ludo Aranguena la cual estuvo como siem
 pre muy concurrida.
 
 A la tma en punto de la tarde después de
 haber acompañado la Junta Directiva con el
 P. Director al Sr. Calatayud, abogado y Coope
 rador Salesiano, por las distintas dependencias
 de la Casa y del Barrio D. Bosco, pasó dicho
 señor con sus acompañantes al salón del Centro
 para dar la conferencia a que se le había in
 vitado.
 Hizo la presentación del conferenciante con
 breves palabras el P. Director y puso de relieve
 su figura como abogado, propagandista católico
 y además como Cooperador Salesiano.
 Empezó seguidamente su disertación el Sr.
 
 Terminó su discurso deseando que la vida
 próspera y pujante que lleva la Asociación de
 Antiguos Alumnos no se vea jamás interrum
 pida y recomendó para ello a todos los jjresentes que jamás olviden los muchos beneficios
 que de la Casa Salesiana recibieron y que con
 tinúan prodigándoles a manos llenas los suce
 sores de Don Bosco.
 Una salva de aplausos premió la labor del
 conferenciante que durante \mos momentos
 tuvo pendiente de sus labios al numeroso au
 ditorio.
 Previa la consabida fotografía tomada en
 
 Salía (Argeniina) — Casi un cenlenar de Ex-alumnos del Centro “Angel Zerda”
 han concurrido al solemne acto de la Comunión Pascual d 14 de abril del presente aRo.
 Calatayud en forma de charla familiar, y con
 gran facilidad de palabra hizo una verdadera
 apología de la Obra Salesiana y de la gran im
 portancia que adquiere su desarrollo de día en
 día. Compíiró la sublime figura de D. Bosco con
 la del Padre Joffré pues mientras éste en el
 siglo X V II se preocupaba de la fundación del
 primer Hospital para enfermos pobres en Va
 lencia, aquél conseguía en el siglo pasado que
 todo el mundo fijase la atención en la Juventud
 a la que deseaba instruir cristianamente por
 medio de sus Oratorios.
 Relató diversas anécdotas de la vida del
 nuevo Beato y de aquellos primeros pilluelos
 que tuvieron la dicha de recibir su educación
 allá en Turín, y estimó que la la obra de los Salesianos es de las más importantes que en el
 orden social se extienden por todo ¿ mimdo.
 
 los patios, pasaron Antiguos Alumnos e invi
 tados al comedor en donde fué servido un su
 culento banquete. Fué ocupada la presidencia
 por eí P. Director D. Daniel Conde, loe Coope
 radores Don Enrique Vallbona y Don Vicente
 Martí, el contratista de las obras de la Coopera
 tiva, D. Federico Ferrando y la Jimta Directiva
 en pleno.
 A los brindis el Sr. Director se levantó y re
 saltó en rálídas frases la importancia de estásreuniones en las que se admira el espíritu de
 fraternidad que hay entre toda la familia Sale«síana en la que están íucluídos los Antiguos
 Almnnos.
 A las seis de la tarde pasaron los invitados
 con sus familia*; al teatro en donde se celebrd
 nna amena velada.
 En resumen; im día de verdadera satisfacción
 
 222
 para los Antij'uos Alumnos los cuales gozaron
 de los distintos actos preparados y se animaron
 a continuar trabajando como hennanos para el
 continuo progreso de la Asociación sin parar
 mientes en los que se entretienen en restarle
 la importancia que ha tenido y tendrá siempre.
 
 TUCUMAN (Argentlaa) — Comunión Pascual
 de los Ex*Alumnos.
 Fué un rotundo éxito la Comunión Pascual
 de los ex-alumnos del Colegio «Tulio García Fer
 nández » realizada en corporación el Domingo
 7 de Abril.
 
 ríütica para enfervorizar los ánimos, distribuyó
 la Santa Comxmión a más de un centenar de
 ex-alumnos reimidos expresamente para ese
 acto tan solemne; en sus rostros se reflejaba
 la paz, la alegre tranquilidad que proporciona
 ima conciencia pura.
 ¡F1 momento era grandioso! Había algo de
 cielo en el ambiente y la música y los cantos
 eran como remedo de coros angélicos.
 Después de la Santa Misa se sirvió el desayimo, que se aprovechó para dar ima muestra
 de afecto y cariño al nuevo Padre Inspector.
 Con im bien servido ágape en el que reinó
 
 Gral. Acha (Pampa, Argentina) — Grupo de Aspirantes Salesianos.
 Durante los días 4. 5. y 6 el Rdo. Padre Di
 rector protlicó un triduo de preparación al que
 concurrieron tjunbién los alumnos del Colegio,
 I)ucs, también ellos tenían fijado el mismo día
 para dar cumplimiento al Procejíto.
 El Domingo 7 la Iglesia estaba vestida de
 blanco y lucía sus mejores galas.
 líl altar mayor resplandecía de luces. Celebró
 la misa de comunidad el nuevo Insj)octor Rvdo.
 Padre Pablo Z. Vicari y previa alocución enca
 
 la más franca alegría propia de la juventud se
 dió por terminada esta simpática reunión de
 Antiguos Alumnos y aclamando al nuevo inspec
 tor, a los superiores que tan cariñosamente los
 habían tratado y haciendo votos para que se
 repitan a menudo estas hermosas fiestas de
 camaradería, se retiraron.
 Hermosa fiesta cuyos recuerdos perdurarán
 por largo tiempo en el corazón del que la ha pre
 senciado.
 
 Se rfcominuia a cuantos envían fotografías para el Boletín Salesiano o para el Archivo de la
 ■ Congregación, noten daratnente en el dorso de cada fotografía: i . La Inspectoría, o Misión de
 donde proviene - 2. La Casa o localidad - 3. El asunto de ¡a fotografía, con indicación de los
 personafes importantes si los hubiera - 4. La fecha en que fué totnada.
 Rogamos adt^nds a todos tos encargados de pitblicaciones y revistas salesianos, por pequeñas quer
 sean, «<» dejen de . ':: \ar dos ejemplares de cada número a esta Redacción, uno para entresacar
 noticias y otro para el archivo.
 
 T
 
 223
 VALDIVIA (Chile). — Con ocasión de la
 visita que el Geueralis mo del Ejército Alemán,
 
 Herr Wilhehn Heve, hizo a la ciudad de Val
 divia, los salesiaiios se vieron honrados con la
 presencia de tan ilustre personaje, que se com
 plació vivamente por las demastraciones de
 respeto y simpatía de q\ie tanto los Sujicriores
 como los alumnos del Instituto le hicieron objeto.
 
 ALICANTE (España). — En medio del ma
 yor entusiasmo se celebró la Fiesta del Glo
 rioso Patriarca, titular de la Casa. Por la ma
 ñana, fueron numerosísimos los que tomaron
 parte en el sagrado banquete. A la una de la
 tarde se celebró ima comida íntima, que trans
 currió en medio de la más franca alegría. Como
 digno remate de la fiesta, los Antiguos Alumnos,
 representados por su digno Tesorero Sr. Bo
 tella, hicieron entrega al Sr. Inspector, P. Calasanz, de looo pesetas, recaudadas con destino
 a la beca misionera. Por la tarde se celebró
 una hermosa velada teatral que resultó superior
 a todo encomio, distinguiéndose todos los que
 en ella tomaron parte. Nuestra enliorabuena
 más cordial a los ejemplares ex-alumnos de
 Alicante.
 QUITO (Ecuador).— Certamen Catequístico’,
 — El Domingo de Ramos a las tres de la tarde
 ante el muneroso conjimto de los niños Oratorianos. los valientes mucliachos de las escuelas
 elementales « Sucre » y t Esp>ejo » sostuvieron
 im Certamen Catequístico de toda la materia
 aprendida durante la Cuaresma.
 Después de dos horas de viva discusión fué
 proclamado Príncipe el niño Alfonso Rodríguez
 del IV Grado de la Escuela Sucre y premiado
 con un elegante reloj. Primer Cónsul el niño
 Gustavo Tamayo de la misma Escuela «Sucre >
 y premiado con im par de pantalones de casimir.
 Vayan nuestras felicitaciones a estos dos estu
 diosos y aplicados niñc« del Catecismo.
 SALTA (Argentina) — Centro “ A ngel Zerda”
 Una vez más los ex-alumnos de Don Bosco
 del Centro más floreciente del Norte de la Re
 pública, han ratificado su fé, en el solemne Acto
 de la Comurión Pascual, que se llevó a cabo
 en la Capilla del Colegio, el Domingo 14 de
 Abril del corriente año.
 El Rvdo. Padre Inspector, Pbro. Pablo Vicari,
 habrá experimentado, a no dudarlo, una íntima
 satisfacción al ver ese núcleo de jóvenes, parte
 del contingente universal de los ex-alumnos de
 Don Bosco, cumplir <xm el precepto pascual.
 Con motivo de esta solemnidad, a las doce
 del mismo día efectuóse un almuerzo, al que
 concurrieron los superiores y ex-alumnos, y
 perscmas caracterizadas de esta ciudad.
 
 ,1
 
 necrología
 Marcelino Albán.
 Entregó su alma al Criador en Pavas (Co
 lombia) el día 9 de marzo del presente año. Fer
 viente cristiano y padre ejemplar, tan luego
 conoció la Obra Salesiana, se entregó a ella con
 todo el ardor de su corazón, difundiéndola entre
 sus nimierosas relaciones, llegando a ser pro
 puesto Decurión Salesiano, desempeñando dichocargo con general complacencia, y captándose
 las simpatías y el cariño tanto de los Salesianos
 como de los huerfanitos de nuestras ICscuelas.
 A su desconsolada esposa Doña Kuhjgia, a
 su hijo Carlos y demás parientes, les damos
 nuestro más sentido pésame, al par que ofre
 cemos el concurso de nuestras oraciones para
 el eterno descanso del alma del finado.
 Francisco Pini (hijo).
 Víctima de una rápida dolencia que hizo presa
 en su robusto organismo, falleció a la edad de
 27 años el señor Francisco Pini (hijo), miembro de
 una antigua y caracterizada familia de Almagro.
 Educado en el Colegio Salesiano San Fran
 cisco de Sales, el joven Pini actuó el Centro de Ex
 Alumnos de ese establecimiento, granjeándose
 muchas simpatías por su carácter jovial, abiertoy entusiasta.
 Secundaba en sus actividades a su señor padre,
 empresario constructor que ejecuta, entre otrasobras importantes, la del templo de Ntra. Sra.
 de Buenos Aires, constituyendo en ese sentido
 toda una promesa por su competencia profe
 sional. Hallábase próximo a constituir su hogar,
 lo que hace aún más penosa su inesperada y pre
 matura desaparición.
 Acompañamos en su justo dolor a su buen
 padre, mientras le animamos a dirigir confiad»
 lin a -m ira d a al cáelo, y a resignarse cristiana
 mente a la voltmtad de Dios, que a estas horasle habrá dado ya. sin duda, el premio merecidopor sus •virtudes.
 
 224
 
 Mons. Manuel Aníbal Palma
 Deán de la Sania Iglesia Calcdral de Arequipa (Perú).
 Rodeado del intenso cariño de los suyos y la
 veneración de sus conciudadanos, ha dejado de
 existir, el 31 de enero del pte. a la respetable
 edad de 84 años.
 Ha sido una de las figuras más culminantes
 ■ de su época, actuando con brillo en el Parla
 mento, en el piUpito y en el magisterio.
 Hn él han encontrado los Hijos de Don Bosco,
 •desde su arribo a las playas Arequipeúas, mi
 amigo generoso y decidido, siendo muchísimas
 las pruebas recibidas de la sinceridad de su
 afecto durtuite los 30 y más años que han te
 nido la suerte de conocerlo.
 Por esto ellos han sido de los más asiduos en
 rodear el lecho de su dolor para llevarle, con
 los últimos auxilios de nuestra santa religión,
 los consuelos de la amistad y el testimonio de
 su profouda gratitud.
 ¡Que la Paz del Señor descenda copiosa sobre
 la tumba del amado extinto!
 
 Doña Catalina B. De Barón.
 E l día 28 de marzo del presente año entregó
 6u alma a Dios esta insigne Cooperadora Sale*
 
 siana. Una antigua dolencia, reagravada en
 estos últimos días determinó su fallecimiento
 a la edad de 55 años, enlutando un hogar respe
 table y dejando im hondo vacío en el corazón
 de todos los que la querían por su caritativo y
 magnánimo corazón.
 Poseedora de nobles cualidades y generosos
 sentimientos, el ejercicio de la caridad era en
 ella una profxmda vocación espiritual. Su nom
 bre quedará ligado a conocidas obras de bene
 ficencia, en las que puso a prueba la generosidad
 de sus sentimientos. Construyó el Colegio « Ho
 gar del niño »de los Padres Salesianos en Ramos
 Mejía, obra que perpetuará el nombre de su
 esposo, señor Wilfrid Barón, y para la cual desti
 nóse un millón de pesos. Allí podrá darse edu
 cación a 500 niños. Instaló por su propia cuenta
 hornos para fimdición en los talleres-escuelas
 de Don Bosco.
 Su obra benéfica se extiende hasta el Para
 guay, donde ayudaba a la Escuela Agrícola Salesiana de Ipacaray y al hospital de Leprosos,
 haciendo igualmente obra de hinnanidad con
 los internados en el hospital Muñiz
 Se ocupó en especial de los niños, en quienes
 veía los ciudadanos del mañana, prodigándoles
 cuanto su alma bondadosa y dulce sabía dar
 de sí.
 Entre las numerosas distinciones recibidas
 por la señora de Barón se hallan las de primera
 comendadora de la Orden Franciscana en la
 República Argentina, la cruz pontificia, co
 mendadora del Santo Sepulcro, la Cruz de Jerusalén, etc.
 El acto dcl sepelio se llevó a efecto en el ce
 menterio del Norte, congregando a una nume
 rosa y caracterizada conciurencia. Todos los
 sentimientos de cordial simpatía y afecto que
 la extinta supo conqviistarse en vida, se con
 densaron en im elocuente testimonio de duelo
 en tomo a su féretro.
 Encomendamos a las fervientes oraciones
 de nuestros amigos a la ilustre finada, y al mis
 mo tiempo damos nuestro más sentido pésame
 a su distinguida familia, a quien no dejará de
 consolar en tan ruda prueba la seguridad de que
 sus buenas obras le habrán merecido el des
 canso eterno.
 R ecordad en vuesfros sufragios a:
 (España). — Sr. D. José Gáste
 
 BARCEI.ONA
 
 los; Sra. Da. Antonia Padró; Sr. D . Domingo
 Pujadas y Amigó; Sr. D . Buenaventura Socios
 Mestre.
 P esca do r (Colombia). — Sr. D.Angelino Pos.
 Y a m u n d i (Col.). — Sra. Da. Pacifica Ledesma.
 Coa opaoáacMa de la *mtorid»d ecJesiásíic».
 Gereate: D. DO.HENICO GARNERI.
 Eatablecúaícato Tip. de la SoócdaJ Edilora latcnaciaaal - Tarfa
 Carao ^e^oa .Worjderffa. tT I.
 
 ...
 
 
        
- 
                Fecha                        
- 
                        1929.07