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Título
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BS_1930_03
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Descripción
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Boletín Salesiano. Marzo 1930
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extracted text
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BOLETIN SALESIANO
REVISTA DE LAS O B R A S
DE D O N
SO SC O
EL DISCÍPULO AM ADO
¡D. F rancesia ha
dejado la tierra por
el Cielo!
Aquella figura an
gelical que, sin to
car al parecer el
suelo, atravesaba los
patios del Oratorio
de Turín, regalando
sonrisas, diciendo una buena palabra a
cuantos se le acer
caban, infundiendo
veneración y respeto
en cuantos veían su
persona coronada de
niveos cabellos, se
ñorilmente simpáti
ca, ya no cruzará
más los patios de
Valdocco.
Aquel poeta ina
gotable, que parece
hav'a querido con
servar el Señor para
cantar con épica
sencillez y con - encantadora genuinidad de
espíritu, todas las vicisitudes y todas las
glorias del Beato Don Bosco, desde que em
pezara su heróica jom ada hasta verse coro
nado de la aureola de los Santos, durante
una no interrumpida serie de 8o años, ha
dejado colgada para siempre su lira terrenal
para trocarla por la
lira celestial, que
inspira los cantos de
los bienaventurados
en la Eternidad feliz.
Aquel P atriarca
que, conservado casi
diríamos milagrosa
mente, único sobre
viviente de un' pu
ñado de héroes de
la primera hora, du
rante años y años,
hizo oir todos los
días su voz a las
generaciones de salesianos, que, unos
tras otros, se suce
dían cabe el altar
de María Auxiliado
ra, ya no nos dará
más aquellas sabro
sísimas Buenas No
ches, uno de los
mayores encantos y
de los más gratos re
cuerdos de cuantos \asitaban la Casa Madre:
aquellas Buenas Noches, que eran como la
voz viviente de Don Bosco, que quería ver
asegurado su espíritu.
Aquel Director admirable de almas, que
tanta parte de su vida pasó sentado en el
Tribunal de la Penitencia, comumcando a
-(
sus hei manos de religión y a los fieles los
tesoros de su santidad, ya no levantará más
su mano para pronunciar la fórmula abso
lutoria.
Kn una palabra; el discípulo amado de Don
Hosco, el inolvidable Don Juan Bta. Francesia, falleció santamente a las i i de la ma
ñana del (lía 17 de enero, a los 91 años y 3
meses de edad, para ir, sin duda, a juntarse
en el Cielo con el Beato Don Bosco, con el
(|ue fué su discípulo, Domingo Savio y con
tuTitos otros Salesianos compañeros suyos y
venidos mucho después que él, que le pre
cedieron a la Eternidad.
E¡ discípulo amado.
Hemos dicho discípulo amado de Don
Bosco y así nos place considerarlo al dar a
nuestros lectores el triste anuncio de su
muerte.
Juan se llamaba como el discípulo predi
lecto de Jesús; como él, se distinguió por su
angelical pureza que, aún a los 90 años de
edad daba a su persona aquel encanto espe
cial que lo hacía parecer más un ángel que
un hombre y que hizo exclamar a más de
uno: «Las ideas de ángel y de anciano pare
cen inconq)atibles; pero en Don I'rancesia se
ven admirablemente hermanadas»; y la ex
clamación de cuantos embelesados lo con
templaban, era siempre la misma: Parece un
ángel.
Como vSan Juan Evangelista, gozó tam
bién de la predilección dé su maestro, el
Beato Don Bosco, cuyos ideales abrazó con
el mayor entusiasmo mereciendo del buen
Padre continuas pruebas de afecto y espe
cial cariño.
Como el Discípulo amado recostó también
su cabeza sobre el corazón de su I^Iaestro,
sobre todo en el Sacramento de la Peniten
cia; y de aquel contacto sacó sin duda aque
lla dulzura y eficacia que luego le distin
guieron en la administración de este Sa
cramento.
Como al Discípulo amado, le fué concedida
una avanzada ancianidad, pero ancianidad
sin achaques, con plenitud de fuerzas, con
extraordinario vigor mental, con una agu
deza de sentidos que bien hubieran querido
para sí muchas |)ersonas jóvenes.
Como el Discípulo amado era un predica
dor incansable de la caridad, que junto con
el amor e imitación de Don Bosco era siem
66 ).
pre el tema obligado de sus admirables Bue
nas Noches.
Como San Juan Evangelista pareció de
jado a propósito por la Divina Providencia
como predicador y testigo fiel de las tradi
ciones primitivas y de los ejemplos, enseñan
zas y santidad de vida del Padre.
También a él, como Jesús a San Juan,
había aplicado Don Bosco frases y sueños
proféticos que hacían alusión a su larga \dda.
... Mas po le dijo Jesús: Non morirá; sino:
Y o quiero que así se quede hasta mi venida...
Y hasta la vuelta de Don Bosco se ha que
dado Don Francesia en el Oratorio Salesiano
de Turín y después de verle regresar en me
dio de la apoteosis grandiosa que acompañó
su Beatificación, pudo como lo hizo, entonar
plácida y confiadamente el Nunc dimittis.
Las Fechas de s u vida.
Nació el doctor Don Juan Bta. Francesia
el 3 de octubre de 1838 en San Jorge Canavese, prov. de Turín, diócesis de Ivrea
(Italia).
Empezó a frecuentar el Oratorio de Don
Bosco, entonces en los míseros inicios de la
casa Pinardi, en 1850 y entró definitivamente
como alumno estudiante el 22 de Junio de
1852, habiendo cursado ya el primer año de
gimnasio (bacliillerato elemental) en las Es
cuelas Oficiales.
Formó parte del primer grupo de jóvenes
generosos a quienes Don Bosco empezó a
hablar de formar ima Congregación ReÜgiosa, siendo admitido al Noviciado en el
mismo Oratorio de Turín, el 8 de Diciembre
de 1855, vistiendo la sotana en Castelnuovo
de Asti el 4 de octubre de 1856 por manos
del Dr. Cinzano. Hizo los votos trienales en
Turín el 14 de Mayo de 1862 y la profesión
perpétua el 15 de Noviembre de 1865.
Recibió las sagradas Ordenes Menores el
20 de octubre de 1861; el Subdiaconado en 21
de Diciembre del mismo año; el diaconado
el 5 de abril de 1862 y el 14 de Junio del
•mismo año ofrecía por vez primera el Santo
Sacrificio de la Misa.
Obtuvo con gran brillantez la licenza liceale (grado de Bachiller) en el Instituto
Oficial de Turín, en julio de 1863 y al cabo
de 2 años el 15 de Diciembre de 1865 conse
guía el título de Doctor en Letras en la Uni
versidad de Turín, siendo el primer salesiano
doctorado en la Universidad.
•(
67 )-
Durante su vid a ocupó los siguientes car
gos:
Del 1870 al 1871 Director del Colegio de
Cherasco.
Del 1872 al 1879 Director del Colegio de
Varazze.
Del 1880 al 1884 Director del Colegio de
Valsalice.
Del 1885 al 1886 Director del Oratorio de
Turín.
fué objeto de cariñosas manifestaciones por
parte de sus hermanos, amigos, exalumnos
y admiradores, al cumplir los 90 años de
edad el 3 de octubre de 1928.
S u actividad.
Pero la anterior enumeración no da idea
de la prodigiosa actividad desarrollada por
este ínclito hijo del Bto. Don Bospo, el cual
... La M uerte no ha logrado borrar la sonrisa característica de D. Francesia.
Del 1887 al 1901 Director del Oratorio
Festivo para niñas de las Hijas de María
Auxiliadora, junto al Oratorio Salesiano de
Turín.
En 1902 fué Inspector de Lombardía y
Pianionte con residencia en Turín.
Del 1903 al 1905 nuevamente Director del
Oratorio Festivo.
Desde el 1906 hasta su muerte tuvo como
principal ocupación la de confesor en el Ora
torio de Turín y en la Basílica de María Au
xiliadora, con un pequeño intervalo durante
el 1908 en que dirigió el Colegio de San Juan
Evangelista de Turín.
Sus Bodas de Oro sacerdotales fueron so
lemnemente celebradas en el Oratorio de
Turín el 14 de Junio de 1912, como también
en todos estos cargos e independientemente
de ellos desarrolló una actividad maravilh:sa
que aún en los últimos años asombraba, como
maestro, como escritor, como predicador y
como confesor.
Fué de los primeros maestros formados se
gún el corazón de Don Bosco y que contri
buyó grandemente a la fama y esplendor (jue
alcanzaron las clases de Segunda Enseñanza
del Oratorio de Turín en tiempos de Don
Bosco.
Como escritor fué de una fecundidad asom
brosa, siendo completísima la Colección de
Clásicos latinos por él publicados, expurgán
dolos debidamente y enriqueciéndolos con
amplios comentarios.
Fué grande propulsor de las Lecturas
---- ( 68 )Católicas que dirigió durante algunos años
siendo autor de un gran número de sus volumitos. Y aún pocas horas antes de morir
las recomendaba con afecto al actual encar
gado de ellas, y se alegraba al saber que
aumentaban los suscriptores. Su ardiente
amor a la Congregación Salesiana le hizo po
ner mano a numerosas Biografías de Salesianos Difuntos, merecedores de tal honor por
sus virtiules. Verdaderamente admirable es
su producción poética tanto en latín como
en italiano llegando a ser el cantor clásico
de los acontecimientos Salesianos, que dejó
inmortalizados en inspiradísimas poesías que
él siempre declamaba con singular maestría
y (lue eran escuchadas con emoción intensa,
especialmente en los últimos tiempos, en que
era causa de mayor admiración ver como la
nieve de los años, no lograba entibiar la
llama de su inspiración.
Kra además colaborador asiduo de varias
publicaciones, entre ellas el Gymnasium de
Roma, eii la cine eran apreciadísimas sus com
posiciones latinas en prosa y verso, de un
agradable sabor clásico, colaboración que
duró hasta pocos días antes de su muerte.
Se distinguió también como predicador,
dotado como se hallaba de una gran facilidad
de palabra, de una voz melodiosa y.6onora,
de una entonación y ademán que cautivaban
y sobre todo de un corazón ardiente en el
celo por la salvación de las almas. Se prodi
gaba en el ministerio de la Divina Palabra
con una abundancia y habilidad verdade
ramente apostólicas. Hasta pocos meses an
tes de su muerte con 90 años cumplidos,
predicaba todos los domingos en la Basílica
de María Auxiliadora. Y este apostolado de
la palabra lo ejerció de un modo especial
con sus hermanos de religión, por medio de
las Buenas Noches. ¿Quién que haya pasado
por Turín no recuerda las Buenas Noches de
Don Prancesia, que era uno de los atractivos
mayores de la Casa Madre? Nosotros tuvimos
la dicha de oirlas durante cuatro anos se
guidos y cuántas veces lamentamos no poder
trascribirlas literalmente, para hacer de ellas
un ramillete que hubiera sin duda sido un
regalo preciadísimo para todos los salesianos.
Todas las enseñanzas de Don Bosco, sacadas
tanto de svis ejempU^s, como de sus palabras,
en una convivencia que se prolongó casi cua
renta anos, eran presentadas por el buenísimo de Don Krancesia a sus hennanos con
cariñt>so afecto de hijo hacia el Padre amado,
y de hermano mayor hacia los hermanos me
nores. Cada día nos hablaba y rarísima vez
se repetía y siempre el nombre de Don Bosco
iluminaba su pensamiento, daba fuerza a sus
exhortaciones. El mismo veneradísimo Supe
rior General, P. Rinaldi, al recordar a los
hermanos rermidos el día de los funerales,
la simpática figura del amado Don Francesia,
decía que durante tantos años que había
también él escuchado sus Buenas Noches, no
recordaba haberle oído una sola sin que nom
brara a Don Bosco.
Y finalmente merece especial mención su
obra como Director de almas. Durante años
y años fue el confesor obligado de casi todos
los salesianos de la Casa Madre, de un gran
número de Comunidades religiosas y hasta
pocos meses antes de su muerte, después de
celebrar la misa a las 4 y media de la madru
gada, en verano e invierno, escuchaba pri
mero en el coro de la Iglesia de María Auxi
liadora las confesiones de sus hermanos y
Superiores y luego se sentaba dos o tres horas
diarias en su Confesionario de la Basílica,
que era siempre el más frecuentado. ¿Quién
puede imaginar los tesoros de bondad y de
virtud que habrá derramado a manos llenas
en tan sagrado ministerio, ejercido de aquel
modo angelical que tanto le distinguía? Sólo
en el Cielo podremos conocer los tesoros de
gracia que el Señor quiso derramar por mi
nisterio de su fiel Siervo.
M uerte precioso»
I'n a \*ida tan santa y tan llena de obras
buenas, no podía sino ser premiada por una
muerte preciosa y envidiable.
Don Francesia gozó siempre de una salud
a toda prueba. Sólo después de haber cum
plido los 90 años, los excesivos fríos del in
vierno turinés le obligaron a permanecer
algo más retirado en su habitación. Pero
este año, el día de San Juan Evangelista,
para dar gusto a los hemiarios del Colegio
del mismo nombre en la ciudad de Turín,
fué a participar a su fiesta patronal y quizás
el aire frío al cual se expuso más de lo ordi
nario. hizo que se le desarrollara un resfriado
(jue al principio pareció cosa ligera, pero que
luego se convirtió en fuerte catarro, que eml>ezó a preocupar cuando se \*ió que, por la
escasez de fuerzas, se hacía difícil desalojarlo
de los bronquios. Se multiplicaron los cui
dados pero aquella máquina que había fun-
( 69
donado durante 92 años se resistía a los
remedios y entonces empezó a temerse por
su vida. El enfermo sin embargo no mani
festaba la menor impresión, pues aún la
muerte había perdido para él todo su horror
y no era sino un pasaje necesario para llegar
al suspirado puerto, al encuentro anhelado
con Don Bosco en el Cielo.
La respiración se iba haciendo cada vez
más afanosa; pero el enfermo no perdía ni su
)•
progresivo agobio podía acabar a cualquier
momento con la \nda del querido enfermo
nuestro Superior General P. Rinaldi le ad
ministró solemnemente el Santo Viático y la
Extremaunción que el enfermo recibió con
la sonrisa en los labios 5' siguiendo con gran
devoción todas las ceremonias, ya que hasta
el último momento conservó el uso de sus
sentidos de una manera admirable.
Recibidos los últimos sacramentos ya sus
Don Francesia en !a C apilla ardienle.
serenidad ni su buen humor, bromeando de
buena gana con los que le cuidaban y entre
teniéndose aún en hacer alguna poesía a los
acontecimientos recientes, como la muerte
del Cardenal Gamba, las Bodas del Príncipe
del Piamonte etc. Otras complicaciones no se
presentaban; pero la creciente fatiga que
oprimía al enfermo empezó a preocupar se
riamente.
Solo dos días antes de su muerte se empezó
a correr la noticia de que las condiciones del
enfermo se hacían desesperadas y la pena
y consternación invadieron todos los cora
zones. Casi nos parecía imposible que tuviera
que faltar D onTrancesia.
Cuando el médico manifestó que aquel
pensamientos no eran más que del Paraíso;
hablaba con la mayor naturalidad de su en
cuentro con Don Bosco y demás salesianos
difuntos, aceptaba encargos para el Paraíso
del que hablaba como si ya se encontrara en
él; repetía con afecto extraordinario las jacu
latorias y oraciones que le sugerían; agrade
cía con muestras de \úva gratitud las frases
de afecto de cuantos le visitaban y a todas
respondía aunque fuera solo con el movi
miento de los labios, cuando no le era po
sible de otra suerte. En un momento en que
nos hallábamos presentes tres o cuatro sa
cerdotes, la noche antes de su muerte, uno
le rogó nos bendijera y con una serenidad
admirable, a pesar del ahogo creciente que
•( 70
ya no le permitía hacer oir su voz, pronunció
en voz baja la fórmula completa de la Ben
dición, que acompañó con una amplia señal
de la Cruz, que arrancó lágrimas a todos los
presentes; un poco más tarde dijo: — Hay
muchos salesianos viejos y jóvenes; pero uno
que os quiera más que yo difícilmente lo en
contraréis. Al dar la media noche se le dijo
(pie empezaba el viernes, dedicado al Sagrado
Corazón de Jesús; si le gustaría morir en
aípiel día y él contestó: Si, pero yo qiiisiera
morir cantando las glorias de la Virgen San
tísima. Una jaculatoria que repetía con sin
gular complacencia durante las últimas h o
ras era: Sacro Cuor del mió Gesii ja ch'io t'ami
sempre pin. Cuando ya la respiración parecía
más estertor agónico que otra cosa y hacía
buen rato que no abría los ojos ni decía pa
labra alguna, el sacerdote que le asistía le
sugirió al oído: Do 7i Sosco dice: Os espero en
el Paraíso; y el enfermo abriendo los ojos
repitió claramente aquellas palabras que le
hablaban de una realidad muy próxima
I)ara él.
Cuando los vSuperiores Mayores entraban
en su alcoba para enterarse de su estado;
cuando al parecer ya no se daba cuenta de
ello, bastaba decirle aunque fuera en voz
baja el nombre del Superior que le visitaba
para que enseguida levantara los brazos y
tentara articular palabras de gratitud. Se le
pidieron en aquellos últimos momentos ben
diciones y ofrecimientos especiales para to
dos los salesianos de las distintas Naciones
y para los Misioneros y él a todo asentía
con un afecto que conmovía a todos los pre
sentes.
La respiración se hacía cada vez más difícil,
varias veces parecía que el catarro iba a
sofocarle; en una de ellas no recobró la respi
ración, el corazón dejó de funcionar y sin
el menor movimiento, reposando suavemente
la cabeza en la almohada quedó serenamente
dormido en el Señor. Ivran las i i de la ma
ñana del viernes, 17 de enero.
Entierro triunfal.
L a noticia de la muerte del preclaro hijo
de Don Bosco se difundió rápidam ente por
)toda Turín y enseguida se inició una con
tinua procesión de fieles que querían rendir
el último tributo al varón santo. Toda la
tarde del viernes, todo el sábado y la mañana
del domingo duró el concurso cada vez ma
yor de personas de todas las clases socdales
que acudían a visitar aquel cadáver, que
lejos de infundir terror daba una sensación
de paz y serenidad tan grandes que parecía
se trasparentaba la santidad del alma que
hasta pocos momentos antes había anima
do aquellos despojos; y la gente empezó a
hacer tocar objetos a sus manos que muchos
besaban con veneración y las oraciones se
sucedían sin cesar casi más para encomen
darse a su intercesión, que para ofrecer su
fragios por su alma, que no cabía ninguna
duda había ido a recibir el premio de sus
virtudes.
E l entierro se verificó el domingo a las
dos y media de la tarde y resultó una mani
festación imponente de afecto para el fiel
discípulo de Don Bosco. Los patios y alre
dedores del Oratorio Salesiano de Turín se
fueron llenando de la muchedumbre de ami
gos que las grandes ocasiones llaman a la
Casa solariega de Don Bosco; filas intermi
nables de clero y representaciones numerosas
de todos los Colegios Salesianos de Turín
acudieron a rendir el último tributo al Sale
siano insigne; y sin preparación ninguna se
organizó una manifestación imponente que
ocupaba casi un kilómetro de longitud a pe
sar de marchar de a cuatro y seis en fondo
y a trechos en grupo compacto. Hora y me
dia duró el desfile llenándose por completo
la plaza de María Auxiliadora siendo pocos
los que pudieron penetrar en el Templo para
asistir a las solemnes exequias que celebró
el Rvdmo. Sr. D. Rinaldi.
L a muchedumbre guardaba un religioso
silencio, sólo interrumpido por las plegarias
y cantos del Miserere, entonado por los di
versos grupos que, conmovidos, formaban
más bien que un fúnebre, un triunfal cortejo.
Al terminar la imponente ceremonia todos
comentaban su grandiosidad y espontáneas
salían de miestros labios las frases escritú
rales: Preiiosa in conspectu Domini mors sanctorum eius. Erit sepulchrum ejus gloriosum.
'Scoio 91Á
nr***
rn:iD<ii(RMÍa[U'rnsMt r<jtn¿c«i9^[a.xij
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íkcJtp. xni*
71
Una flor del jardín Salesiano.
El día 9 del presente mes se cumplen 73
años de la muerte del angelical jovencito
Domingo Savio. Nacido de humildes padres
en Riva di Chieri, demostró desde la más
dolé en Don Bosco un hábil jardinero, bajo
cuya dirección prosperó de tal modo que
aún en la primavera de su existencia mereció
ser trasplantada a los jardines celestes, de-
:I
h
u
Domingo Savio. al frenie de ana legión de jovencHos, se aparece a Don Bosco.
tierna infancia una pureza de ángel 5* una
elevación de miras poco común.
Era una tierna florecilla de suaves matices
y delicado aroma, que no podía permanecer
expuesta a la intemperie. Necesitaba un
jardinero experto que la supiera cultivar
para que produjera sazonados frutos de san
tidad. Ea Providencia veló por ella, deparán-
jando en la tierra tan sólo el aroma de sus
virtudes y el tallo marchito.
En la Basílica de María Auxiliadora, a
pocos pasos de la urna que contiene los res
tos del Maestro, se encuentra el .sepulcro del
Discípulo.
Los fieles — sobre todo los niños,— repar
ten a entrambos por igual sus flores y su
-( 72 )cariño. Ante la tumba del Padre se postran
reverentes para pedirle su protección y ofren
darle sus corazones. Ante la tumba del amigo,
del compañero, se inclinan confiados, y en
íntimo coloquio le piden su ajnida, le pro
meten seguir sus huellas, y se les ve aban
donar el templo llevando marcada en sus
rostros la seguridad del triunfo.
Sobre la tumba de Domingo — en la que
el hábil cincel clel artista ha entretejido
lirios y laurles — hay un altorelieve de ala
bastro, que representa una escena sencilla,
pero que es todo un poema.
KI Maestro está sentado: En frente, el
Discípulo, de pié, con las manos junto al
pecho y los ojos elevados al cielo, deja esca
par de sus labios la suprema y constante
aspiración de su alma: Iddio mi vitóle santo!
¡Dios quiere que sea santo!
No se podía imaginar nada más hermoso,
más profundo, ni más en armonía con la
realidad.
Dicen que educar es formar hombres. Don
Rosco no pensaba así. Para él educar, era
formar santos. Cuando admitía entre sus
hijos a un nuevo jovencito, lo único que le
pedía era que le entregara su alma, para
llevarla al Cielo.
Da tnihi animas, cadera tolle, fué el lema
de su vida de Educador.
Asegurar al bienestar terreno, la prospe
ridad económica, una cultura más o menos
brillante, eso lo puede hacer cualquier mer
cenario. líl educador cristiano debe tener por
principal objeto de sus fatigas encaminar a
sus alumnos hacia la consecución de su feli
cidad verdadera.
El día que el Papa, con su voz infalible
eleve al honor de los altares al angelical
.jovencito Domingo Savio, ese día, la diadema
que ciñe las sienes del Beato Juan Rosco,
adquirirá una de sus más preciadas gemas;
y el mundo entero aplaudirá, con la glorifi
cación de Domingo Sa\-io, la consagración
definitiva de un admirable sistema educativo.
Y ese día no está lejano.
Dentro de pocos meses tendrá lugar en
Roma la Congregación autipreparatoria que
ha de juzgar la heroicidad de las \nrtudes
del Siervo de Dios.
No queremos adelantamos a los juicios
infalibles de la Iglesia; pero ¿quién, que haya
leído la vida de este santo alumno de Don
Rosco, no se llena de firme confianza y de
sano optimismo?
hace pedazos la revísía que los corrom pía
con su inmundo veneno...
Porque ese jovencito que, por evitar la
ofensa de Dios no teme exponerse a los gol
pes de dos iracundos mozalbetes que quieren
hacer valer sus razones a fuerza de pedradas;
ese delicado niño, que, sin temor alguno a
la indignación de un grupo de jóvenes, hace
pedazos la re\nsta que les corrompía con su
inmundo veneno; que animado de insaciable
espíritu de penitencia esconde pedazos de
ladrillo bajo las sábanas para que el breve
descanso le sirva de tortura, o regala su
abrigo a otro compañero para atraerle a la
prácticas de piedad, ese jov^encito, ¿no de
muestra ser un alma privilegiada?
De Domingo, como de la vSantita de Lisieux, apenas se podrá decir nada que pa
rezca extraordinario, si por tal se tienen
asombrosas penitencias, agotadores ayunes,
esos destellos de \drtud que más invitan a una
admiración estéril que a la imitación activa.
Tuvo, sí, carismas celestiales; su intenso
amor a Jesús-Hostia le sumía en dulces éx
tasis, en los cuales la Divina Misericordia se
-(
73
)-
más interesado en que este modelo aparezca
coronado con la aureola de los Santos.
Y por nuestra parte, acudamos con con
fianza a Domingo Savio en nuestras necesi
dades. Muchísimas son las gracias que ha
obtenido a sus devotos. E l Boletín se hace
con frecuencia eco de ellas. Cuantas más se
obtengan, más fácil sará elegir las que sean
necesarias para su estudio y aprobación.
Trabajemos todos en la medida de nuestras
fuerzas y cooperemos con entusiasmo a tan
bella causa. Hablemos de Domingo Savio,
hagamos conocer las gracias y favores que
a manos llenas derrama sobre sus devotos;
difundamos su hermosa Biografía en todos
los hogares; pero sobre todo llevemos este
preciado modelo a la juventud. Este joven
estudiante, que en las mismas circunstancias
y en los mismos peligros ha sabido mante
nerse puro como un ángel y fer\^oroso como
un Serafín, será un rotundo mentís a los
pusilánimes y a los derrotados, al par que
un valioso estímulo para los generosos, que
siguiendo sus huellas, alcanzarán, como él,
la corona del triunfo.
Domingo ve en un éxtasis el p o n e n ir
del catolicismo en Inglaterra.
servía de su inocencia para salvar a los des
carriados o también para hacer oir su voz
al Vicario de Cristo...; pero lo que constituj'e
la característica de Donringo Sa\rio. lo que
subjTiga a la juventud que ve en él su guía
y su Modelo, es esa virtud atrayente, sen
cilla, cuya imitación no presenta infranquea
bles barreras, sino que se insinúa dulcemente
y acaba por cautivar el corazón de los jó
venes, que, juzgándola fácil y a su alcance,
acaban por exclamar: ¿Porqué no he de ha
cerme santo yo también?
Al hacer estas consideraciones nuestro pe
cho se llena de confianza ante la próxima
Congregación Romana. Pero el fallo favora
ble hemos de obtenerlo de la Bondad Divina
con nuestras oraciones. Es necesario que
seamos constantes en pedir a María AuxiÜaQora y al Beato D. Bosco allanen todos los
obstáculos que puedan oponerse a la buena
marcha de la Caima. Don Bosco, que escribió
la \ada del santo joven para ponerlo como
ejemplo a la juventud de sus Casas, será el
Gracias obtenidas
por intercesión de Domingo Savio.
Domingo Savio nos devuelve un objeto perdido.
JERU SALEM . — El día de Pascua del año
pasado, tuvo lugar en esta ciudad la colocación
de una preciosa estátua de María Auxiliadora
como remate a la grandiosa construcción de la
Obra del Cardenal Ferrari. Entre los numerosos
espectadores me encontraba yo con mi esposa,
<}ue quisimos asistir a la grandiosa ceremonia
lenniuada la cual, nos retiramos a casa, llenos
de alegría. Pero esta no duró mucho, ¡jorque
al atardecer del mismo día mi esposa se flíó
cuenta de que había perdido uno de sus pen
dientes, cuyo valor no bajaría de 20 libras egip
cias, o sea unas 800 pesetas.
Sin perder im momento nos pusimos a buscar
la joya por todas los rincones de la casa, sin
resultado alguno. A l día siguiente, a primeras
horas de la mañana, me dirigí a la Obra del
Cardenal Ferrari y conté al Director lo sucedido,
rogándole que en caso de que se hallara el
pendiente, tuviese la bondad de devolvérmelo.
Inmediatamente, dió orden de que se liiciese un
m inudeso examen por los alrededores del edifido y por dentro del mismo, pero todo fué en
vano. "Perdidas y a todas las esperanzas de en-
(
74
cíjiitrarlo, me acordé entonces de Domingo Savio
a c^uicn conocía por haber impreso su -vdda en
lengua árabe, y con ella algunas de las gracias
cjue había otorgado a sus devotos. Entré en la
Iglesia, y después de una breve oración prometí
a Domingo Savio, que en caso de encontrar
h'i joya, ofrecería una limosna para los gastos
(le su Beatificación. No se liizo esperar la in
tervención milagrosa del Siervo de Dios. A las
ix)cas horas, mi <mñado se hallaba junto a la
cisterna, cuando de repente descubre allí cerca
el pendiente. Es de advertir que mi esposa no
se liabía acercado para nada a aquel lugar. Vino
corriendo a nuestro encuentro y nos preguntó
si era aquello lo que buscábamos. No ciueríamos
creer a nuestros propios ojos. Al examinarlo,
encontramos a faltar la mitad, pues que se
comjX)nía de dos amllos unidos y faltaba uno.
I,a parte que faltaba la encontramos cerca del
lugar dónele se halló la otra.
Llenos de alegría publicamos nuestra gratitud
al Siervo de Dios y mando la oferta prometida.
i6 septiembre.
JACUB A ntón C a lía .
Curación de un dolor de muelas.
MODENA (iTA i.i.v). — Hacía tres días que
padecía un fuerie dolor de muelas. L a lúnchazón era tal, que me privaba de la vista del ojo
derecho, y no podía mover la boca ni comer
nada sin sentir agudísimos dolores. E l día 17
de noviembre, el dolor creció de tal modo que
me ocasionó elevada fiebre teniendo que guar
dar cama. Como uingmio de los remedios apli
cados me servía para nada, recurrí con viva
fé a Domingo Savio; me levanté de la cama,
me ful a la iglesia, y después a mis ocupaciones
entre los niños. A pesar de que el dolor iba
cada vez en aumento, desde el principio tuve
la absoluta confianza de que al día siguiente
Domingo me habría alcanzado la gracia. Así
lo dije a los alumnos, quienes reían de mi pro
fecía. Un hermano, me preguntó, sonriendo, si
al (lía siguiente podría encarganne de los en
sayos teatrales; le respondí que estuviera tran
quilo, porque el día siguiente ya estaría en dispasición de atender a mis onlinarias ocupacio
nes. Ante su extrañeza por la seguridad con cinc
le hablaba, le repliqué que había hecho un pacto
con Domingo Sa\-io y que tenía plena confianza
en él.
Llegó la noche y fui a dormir. Y o no sé lo
lo que pasó, ni recuerdo <x»sa alguna, pero es
lo cierto (pie al desixírtarme a la mañima si
guiente. no quebaban trazas del mal, ni sentía
la más iK'ipieña molestia, ante la mara\-illa de
toda>Mos superiores y también de 1(» niños que
se liabían prometido un día de vacación.
Y la gracia fue completa; porqué antes debía
tener mucho cuidado en las cosas que comía
)
que no pocas me proporcionaban grandes dolo
res; y desde aquel día pude comer tranquila
mente de todo, aún fruta seca’ y dulces, sin
que nrmea haya vuelto a experimentar dolor
alguno. Hace ya más de i i meses que sucedió
el Vipr-bn y no he vuelto a sentir la más ligera
molestia.
E n cumplimiento del pacto hecho con D o
mingo Savio, me complazco hoy en publicar la
gracia recibida, para mayor gloria del ^er%'o
de Dios.
4 noviembre 19291,
P ascu .\l J osé G uerrino , S. S.
Devuelve la salud a un enfermo.
TA R A CU Á (R ÍO NEGRO, BRASIL). — Quiera
perdonarme el ejemplar alumno del Beato Don
Bosco si he tardado tanto tiempo en cumplir la
promesa que le había hecho.
E n el 1929 partí con dos jóvenes catequistas
para una difícil excursión apostólica por los ríos
de esta región. Uno de ellos, después de tres
días de viaje en canoa y bajo una lluvia per.tinaz que no cesaba de (¿a ni de noche, empezó
a dar señales de im fuerte constipado y después
se le liincharon las piernas de tal modo que nos
preocupamos seriamente por su vida, tanto más
que nos hallábamos desprovistos de los reme
dios más indispensables, y el viaje debía durar
todavía cerca de un mes. E n estas circimstandas recurrimos todos con fe viva a Domingo
Savio, reatando todas las noches tres Padre
nuestros, A ve Marías y Gloriapatris con la
promesa de publicar la gracia, si devolvía la
salud al enfermo.
A los dos días el joven se hallaba bien, sin que
en los 49 días que duró la excursión voldera
a sentir la más ligera molestia. Y eso que hu
bimos de soportar el sol tropical y lluvias to
rrenciales, dunniendo al sereno en medio del
bosc[ue. Domingo Savio nos protegía .
Teníamos que pasar por una tribu, enemiga
declarada de los dos catequistas; los parientes
de estos nos habían asegurado que seríamos en
venenados, pero recurrimos de nuevo a Domingo
S a d o y no nos pasó nada, pudiendo volver a
uiuestra Misión sanos y salvos.
Y a los que nos preguntaban cómo nos ha
bíamos arreglado para pasar incólumes por entre
tribus enemigas, respondíamos; • Hemos rezado
todos los días a Domingo S a d o
A ntonio G iaccone .
Misionero Salesiano.
Ayuda en los exámenes.
H A BA N A (C u b a ). — Tenía que presentarme
a exámenes de fin de curso y encontrándome
muy apurado a causa de tener muy flojas al-
'(
gimas asignaturas, recurrí a Domingo Sa^’io,
pidiéndole me ayudase a salir bien y a pasat
al segundo curso, sin verme en la triste nece
sidad de retardar mi carrera; y este fiel Siervo
de Dios me escuchó bondadoso, pues contra
toda esperanza, salí bien en todas las asigna
turas. Como prometí pubbcar la gracia si la
conseguía, le suplico tenga la bondad de hacerla
salir en el Boletín Salesiano, para que sirva a
la glorificación del Sier\'o de Dios.
6 noviembre 1929.
P edro C. Morai.es .
Seminarista.
75
}No es la primera vez que emprende haza
ñas gloriosas. Ya durante la guerra europea
luchó como voluntario en el ejército francés
mereciendo por su heróico comportamiento
honrosas condecoraciones. Además, en la pri
mavera de 1927, a bordo del "U ruguay" y
en compañía de su hermano Glauco, también
ex-alumno, intentó ya la peligrosa travesía; un
accidente les obligó a bajar en Cabo Jubi,
en donde fueron aprisionados por los Moros,
salvándose gracias a la generosa protección del
Gobierno Español.
A l llegar a las Canarias y desembarcar en
El Pájaro B lanco y su heróico pilofo Larre B orges, ex-alumno salesiano.
El triunfo de un Ex-Alumno.
Por cuarta vez Europa y Am érica han sido
unidas en vuelo directo. Y ahora la mara
villosa hazaña la ha realizado el aviador mili
tar uruguayo Teniente Coronel Tidw Larre
Borges acompañado por el francés Challe.
El 15 de diciembre partieron de la base de
Tablada (Sevilla), lanzándose al espacio con
la intención de batir el record en linea recta,
llegando en un sólo vuelo a Montevideo. Pero
fuertemente combatido por vientos contrarios
y por una espesa niebla que le sorprendió
en las costas brasileñas, el Pájaro Blanco fué
a chocar violentamente contra unas rocas,
resultando ligeramente herido Challes e ileso
el Coronel Larre Borges.
Gustosos consignamos la noticia porque el
Teniente Coronel Larre Borges es un ex-alum
no salesiano de nuestro Colegio de Paysandú
(Uruguay), consecuente con sus ideas, y ami
go de sus antiguos Maestros con quienes siem
pre ha mantenido cordiales relaciones.
Las Palmas, quiso hospedarse en el Colegio
de los Salesianos. No los conocía, pero esta
ba seguro de encontrar en los hermanos de
sus queridos Maestros, una acogida fraternal y
afectuosa. Y a los niños les habló con en
tusiasmo y gratitud de la protección que le
había dispensado María Auxiliadora durante
su arriesgada aventura.
Más tarde, en Montevideo, cuando los í-alesianos ofrecieron una Velada en su honor, qui
so acudir acompañado de su madre, y en las
vibrantes frases que dirigió a los jóvenes,
recordó emocionado el día de su Primera
Comunión, y la promesa hecha a su madre
en tan solemne día, poniéndola por testigo de
que no había faltado jam ás a ella.
H oy, triunfador del Atlántico, la aureola
del héroe ciñe sus sienes. Sus Maestros de
ayer y amigos de siempre, se complacen en fe
licitarle y augurarle que este triunfo sea el pri
mero de una larga serie que le conquiste
gloria para su nombre 5' prestigio para su
amada Patria.
76
inauguración d e la eslación " D o n B o s c o " . A 13 km. de Buenos A ires se le ha dado el nombre de D on B osco
a esfa eslación, que por su Iráfico - 220 (renes diarios - está llam ada a converlirse en una populosa barriada.
Hermosa iniciativa.
E l Templo Nacional del Sagrado Corazón de
Jesús en el monte Tibidabo se está levantando
a costa de sacrificios. Eos hijos de Gerona, de
cuyas canteras se extrae la piedra que sirve
para la construcción, han querido coojxírar a la
magua Obra; y ya que no putxlen ir a labrar la
pitxlra, t|uieren ofrecer el jornal de un obrero
q\ie lo hará por ellos. Muclios son los que han
liado su nombre y su óbolo i>ara obra tan bella,
pero al frente de toilos merece citarse — y lo
hacemos con profunda gratitud — el nombre del
celoso Obispo.de Gerona, Doctor Vila Martínez.
Nos complacemos en reproihicir la carta con que
el piadoso l^relado se adlürió y bendijo la Obra;
rís/o el proyecto de sttscripción para el pago
de jornales de los canteros que en las Pedreras
de Gerona labran piedras para el Templo Votivo
Nacional del Sagrad^ Corazón de Jesús en el
Tibidado de Barcelona, lo aprobamos, concediendo
cincuenta dias de indulgencia a iodos nuestros
diocesanos qtte contribuyan, y nos suscribitnos por
dos jornales, o seaú veinte pesetas mensuales.
E l O bispo d e G erona .
Y ante un ejemplo tan admirable, ¿quién no
se animará a labrar al menos una piedra para
el trono de Cristo Rey? — Manos a la obra,
oh queridos Cooperadores. Jesús nos pide este
sacrificio. ¿Tendremos valor para negárselo?
D e nuestras Misiones
Excursión por los aflueníes del Río Negro
----
CVéase Ocíubrc 1929 )
Lección de Catecismo a los Wananas. —
i Para todos h ay ! — Ejemplares pro
pósitos.
f'i
L
Al cabo de cuatro días llegué a YuiicaCachoeira última etapa de mis correrías por
las orillas del Waupés. Desde allí, a través
de la floresta, podría llegar en pocas horas
al río Ayarí. Fué este, aunque corto, im
ríaje penoso y erizado de dificultades, ya
que las numerosas cascadas nos obligaban a
descargar y cargar nuestras embarcaciones
a cada momento. Y no era esto lo peor;
porque a veces, para encontrar algunos in
dios qu^ nos ayudasen a transportar los ba
gajes, era necesario internarse muy adentro
en la floresta, en donde los indios habían
construido sus malocas, huyendo de los co
merciantes sin conciencia, que les explota
ban inicuamente para el transporte de sus
mercancías a través de las cascadas
Kn Yutica me esperaban junto a la orilla
unos 150 indios, que al verme, corrieron a
mi encuentro llenos de alegría, exclamando;
¡Finalmente ha llegado el Padre!
Los había reunido D. Antonio Maya, hon
rado y cristiano comerciante, que quiso hos
pedarme en su casa. Dios le recompense su
caridad y quieran rogar por él nuestros que
ridos Cooperadores, ya que pocos meses des
pués fué bárbaramente asesinado por una
borda de indios Cúbeos. Gracias a su influenria, los indios, abandonando el sistema de
rida común en la maloca, han empezado a
construirse cada cual su casita. Las visité
casi todas y al llegar a la del cacique coloqué
en ella im cuadro de María Auxiliadora, cosa
que le halagó sobremanera, quedando su
mamente complacido. Poco después les reuní
a todos para la instrucción catequística.
Las mujeres, que por vez primera oían las
sacrosantas verdades de nuestra Religión,
quedaron muy satisfechas. Prestaban tanta
atención a mis palabras, que hasta suspen
dían la respiración y en algunos momentos,
no podían dejar de reprimir una exclamación
de sorpresa o de alegría.
Cuando les dije que Dios conoce hasta
nuestros pensamientos más íntimos, y los
más ocultos deseos, su estupor no tuvo lími
tes y émpezaron a cuchichaer comentarips
de modo que tuve que suspender mi plática.
Al explicarles la pasión y muerte de Jesu
cristo, todos los indios se levantaron y poco
a poco se iban acercando a un cuadrito del
Via-Crucis que 3*0 había expuesto, y profun
damente conmo\'idos, oí a más de uno estas
palabras: ¡Oh, qué bueno era Jesús! ¡Cuánto
ha sufrido!... ¡Y nosotros no sabíamos nada
de todo esto!
Pero lo gracioso fué cuando empecé a ex
plicarles los Mandamientos. A l llegar al
cuarto, y advertirles la obligación que tienen
los hijos de honrar a sus padres, éstos, con
las manos y con la cabeza hacían señas a
sus hijos para que escuchasen bien, pues la
lección iba para ellos. El cacique, tomando
por la mano a su hijo, le dijo: ¿Ves lo que
manda Dios.^
Pero cuando, pasando adelante, empecé a
explicar que Dios también prohíbe la em
briaguez — es el vido capital de estos in
dios — entonces se cambiaron las tomas. El
cadque fué el primero en bajar la cabeza.
Los hombres se mostraban m uy avergonza
dos mientras los niños les miraban sonriendo.
■ ( 78 )dando señales de aprobación como diciendo:
¿Y esto, para quién va? ..
Al terminar el catecismo, me rodearon los
hombres y no faltó quien me dijese: — Padre,
si es así como has explicado, ya no podremos
hacer más el cachiri (bebida alcohólica).
No, les dije. Dios no prohíbe que ha
gáis el cachiri — es la única bebida algo
fuerte que tienen •— ; lo que prohíbe es que
bebáis hasta emborracharos y luego os en-
Visífa a los Siusi-fapuyas, Cúbeos y Banívas.
Acompañado por cinco Wananas, llegué,
después de cuatro horas de viaje por la flo
resta, a orillas del río Áyarí. Es este el prin
cipal afluente del Yssana; su curso es de
unos 400 kilómetros; nace cerca de la fron
tera colombiana a pocos kilómetros del Waupés y corre paralelo a éste durante unos 100
PRfrcnURA APOSTOLICA
n, F
tregüéis a esas danzas y orgías que os con
vierten en bestias. Y les cité el ejemplo de
los indios de Taracuá, que preparan también
el cachiri, pero lo beben con moderación y
sin danzas, animándoles a luicer otro tanto.
ICI cacique, viendo que eran pocos los que
me escuchaban, me dijo:
— Padre, repite esto más fuerte para que
lo oigan todos: pues de lo contrario vendrán
otra vez a pedirme que les haga un cachiri
'gratule Y yo no lo quiero hacer más.
Hice lo que me jíeiUa >• todos me prome
tieron que cumplirían mis órdenes. Si en
verdad las han cumplido, han dado el paso
más importante jxira su conversión definiti\*a.
kilómetros, siendo en ciertos puntos tan
corta la distancia que los separa, que se oye
perfectamente el fragor de las cascadas del
Waupés.
En las orillas de este río, se hallan dise
minados unos 400 indios Banivas, Siusilapuyas y Cúbeos, estos últimos, provenientes
de la Colombia. Hablan un dialecto incom
prensible que no tiene ninguna semejanza
con el de las tribus del Waupés. Una parti
cularidad muestran estas tribus, y es su exa
gerado tatuaje y la profusión de collares con
que se adornan. Son hábiles y valientes ca
zadores y algunos de ellos manejan con ex
traordinaria habilidad el fusil. No es pues.
(
79
de extrañar el ver que los
numerosos collares están
formados, preferentemente,
con dientes de tigre, de
tapir y de jabalí.
Al aproximarme a sus
malocas, los niños y mu
jeres echaban a huir, mien
tras los hombres me espe
raban tumbados indolente
mente en sus hamacas sin
dignarse responder a mi
saludo, ni ofrecerme una
hamaca y algo de comida.
Se explica esta conducta
por el hecho de que estos
indios no conocen al mi
sionero. Valiéndome de un
R ío N egro
catequista que hacía de
intérprete, les expliqué el
motivo de mi venida y entonces me presen
taron a sus niños para que los bautizara.
Cuando tuve que partir, me fué imposible
conseguir una canoa. Sólo después de mucho
rogar y de pagarles muy bien, me concedie
ron una embarcación que me llevó hasta la
maloca más próxima, teniendo que repetir
la misma historia no sé cuantas veces.
Una cosa me llamó la atención y fué el
ver a los hombres llenos de cardenales y
heridas en todo el cuerpo,' producidas al pa
recer, por violentos golpes. Me explicó uno
de ellos que después de sus orgías acostum
)
(Brasil). — A travesando una cachoeíra (cascada).
bran a azotarse mútuamente con unas varas
especiales. Me mostró unas cincuenta de ellas
arrinconadas en un ángulo de la maloca y
pude adquirir algunas para nuestro Museo
de San Gabriel. Tienen una longitud de me
tro y medio y su grosor vendrá a ser como
el dedo medio; son sumamente flexibles y
tienen la punta revestida con una fibra de
corteza de árbol para que no se rompan.
— ¿Y porqué os golpeáis en esa forma?,
le pregunté.
Se contentó con levantar los hombros, son
riendo sin decir palabra
El Dabucury
en el rio Issana.
Lo» presentes grabados pueden dar ¡dea del lraba}o qne implica
paea el M isiooero el paso de las cascadas, tan numerosas en aqoellos ríos.
El llegar al Issana, viendo
la escasez de mis provisio
nes, pensé que lo más pru
dente sería bajar a San Ga
briel, en vez de remontar la
corriente. En este río ya no
se ven malocas; estas han
dejado de existir y en su
lugar se alzan ya algunas
casitas de adobes. Tampo
co se ven indios desnudos;
quien más quien menos,
todos dan señales de haber
recibido la sana influencia
de la civilización.
Además del dialecto Ba~
niva, muchos hablan el ne~
engatú y algunos el español;
•( So )
ílue han tenido ocasión de aprender en sus
relaciones con los comerciantes venezolanos.
No poca maravilla me produjo el ver cómo
los padres se oponían obstinadamente a que
bautizara a sus hijos, poniendo por excusa
que no tenían dinero para pagar; las mujeres,
apenas me veían corrían a esconderse en la
floresta con sus hijos en brazos. Finalmente
pude averiguar que la causa de este temor
era la creencia de que para bautizar a un
niño hay que pagar. No sé quién ni con qué
fines les habrá inculcado estas prevenciones
contra el Misionero.
Idegué a Tunuvi mientras los indios Baniva estaban en pleno Dahncury. Los hombres
se hallaban completamente ebrios. Algunos,
algo más dueños de sí, vinieron a mi encuen
tro y mostraron’ su maravilla de que fuera a
visitarles precisamente cuando se hallaban
adornados con las plumas de ave y grotesca
mente pintarrajeados. La orgía — no otra
cosa es el Dabucury — dura varios días. Y
cuando termina en un punto, empieza en
otro. De modo que estos indios vivien en
una continua embriaguez y desenfrenada
orgía.
Viendo que nada tenía que hacer, retorné
a mi barca, pero los remeros me dijeron que
podía buscarme otra canoa, pues ellos debían
volverse a su maloca, ya que estaban prepa
rando un Dabucury y por nada del mundo
querían privarse de él. Me fué imposible
convercerles. Y ¿dónde encontrar una canoa
y algunos remeros, si todos los hombres esta
ban bajo los efectos del cachiry? Rogué a
D. Bosco viniese en mi ayuda. Después de
dos horas pude encontrar dos jóvenes, un
poco menos ebrios que los demás, que se
rindieron a mis ruegos.
ICmprendí de nuevo el viaje. A la primera
vuelta del río apareció una grande cascada,
y mis remeros, sin previo aviso de que me
bajara, se metieron en lo más impetuoso de
la corriente. Juguete del torbellino, la ca
noa giró varias veces sobre sí misma, como
una cáscara de nuez. Y o cerré los ojos, cre
yendo llegada mi ríltima hora y me enco
mendé a María Auxiliadora y a D. Bosco.
For fortuna la canoa resistió los embates de
la corriente y por fin ganó las aguas tran
quilas.
lín Santa .-Ua, el centro más importante
del Issana, me indicaron el lugar en que
zozobró Mons. Giordano mientras dormía eu
su canoa. El Issana es un río que presenta
enormes dificultades. Las cascadas son fre
cuentes y peligrosas: las distancias entre los
diversos poblados, enormes: se sufre una
absoluta carencia de los alimentos más indispensablfes. Gracias si se llega a encontrar
un poco de mandioca. Durante los nueve
días que duró mi navegación por el Issana,
tuve que estar sometido a estas penalidades;
pero por fortuna pude llegar a San Gabriel
en buen estado de salud, contento por haber
podido visitar io8 malocas; y eso que me
limité a recorrer tan sólo las orillas de los
grandes ríos, sin meterme en los innumera
bles afluente,®; en cuyas orillas viven infinidad
de tribus que nunca han visto ni oído hablar
del Misionero. También estas almas esperan
la luz de la redención. Viven sumidas en la
'más negra miseria y en realidad son esclavos
de los explotadores de la goma.
H oy más que nunca sentimos la necesidad
de iniciar a estos pobres indios en los hábitos
de una vida civilizada, haciéndoles amar la
tierra, que les ha de producir lo necesario
para vivir, pobremente, sí, pero tranquilos
y seguros.
Por este motivo nos encomendamos a la
caridad de nuestros queridos Cooperadores,
para que nos ayuden a vestir a estos indios;
al menos que podamos dar a los jóvenes de
ambos sexos las prendas más indispensables,
y a los demás los utensilios necesarios para
trabajar la tierra y empezar de este modo
la vida sedentaria, condición indispensable
para una labor fructífera y eficaz del Misio
nero.
Al colocar en las malocas de los indios la
imagen de María Auxiliadora, la primera
exclamación que proferían las pobres indias,
era siempre esta:
— ¡Oh, qué bellos vestidos tiene! |Y no
sotras no tenemos nada! — Padre, danos
algima cosa con que podamos cubrimos.
Y esta es la petición eternamente repetida.
Nosotros la queremos hacer llegar a nues
tros caritativos cooperadores, seguros de que
no han de dejar en la desnudez y en el aban
dono a estos pobres hijos de la selva.
A n to n io G ia c o n e .
Misionero Salesiano,
•( 8i
)
Curiosidades de la vida japonesa: El matrimonio.
(R elación d e ! R vdo. P . P ed ro Escu rsell, S . S .)
He observado que este año (1929) los prin
cipales Congresos Católico-Sociales tanto en
Alemania como en Francia y en Suiza; y
otros no católicos, como el Pan-Pacífico cele
brado aquí en el Japón, han tratado con
particiüar interés el tema « L a familia » Y
esto me ha sugerido la idea de informar a
los lectores del Boletín Salesiano de los di
versos aspectos que ofrece la familia japo
nesa, haciendo resaltar los puntos en que
más se diferencia de la familia cristiana. Y
como el matrimonio es la piedra fundamental
de la fa^nilia, me parece-muy oportuno em
pezar por él mis modestas observaciones.
o la esposa, de la misma manera que se preo
cupa por encontrarles un oficio o profesión.
A los 20 años si es varón; a los 16 o 18 si
se trata de una hija, el padre se apresura a
casarlos cuanto antes, y a este fin encarga
Preám bulo necesario.
El sentimiento básico del alma japonesa es
el culto a la familia, al Estado y a los ante
pasados: de los tres, el último es el más
arraigado. El japonés siente por sus abuelos
un amor lleno de respeto y una gratitud sin
límites. Recuerda piadosamente a sus difun
tos y hace propias sus máximas y costumbres,
í' Ellos son, dicen, los que juzgan las acciones
de los v iv o s ». Todas las familias conservan
con veneración los Ihai o tablillas de madera
que llevan grabados los nombres de sus as
cendientes: ante ellas se reúnen todos los
días con gran veneración para quemar in
cienso. El casamiento lo consideran princi
palmente como el medio indispensable para
asegurar la sucesión de la familia y conservar
cada día más vivo, el recuerdo de los que
fueron. La extinción de la propia familia es
considerada por todo japonés como la mayor
desgracia que le puede sobrevenir.
Los esponsales.
En el Japón es completamente descono
cida la \-ida sentimental y galante. Aquí no
veréis una pareja de prometidos, ni en los
paseos, ni en los espectáculos ni en los \’iajes.
Es una costumbre que tal vez sería tachada
de inmoral o a lo menos mirada con descon
fianza como ajena a las tradiciones japonesas.
En la familia, desde el más pequeño al
mayor, todos están sometidos al padre, el cual
se encarga de elegir para sus hijos el espq^o
M atrim onio japonés en el día de la boda.
a algún amigo que negocie el matrimonio
con el padre de la persona que ha escogido.
El amigo hace las gestiones oportunas, y una
vez puestas de acuerdo ambas partes, lo noti
fican a los interesados, que en la mayoría de
los casos no saben del hecho una sóla palabra.
Después se fija el día y el lugar-en que
ambos contrayentes han de verse por vez
primera, y con tal motivo tiene lugar el
cambio de regalos; suelen consistir en vesti
dos o almohadas — las sillas japonesas — y
en dinero para comprar le» peces simbólicos.
Con esta ceremonia el acto de los esponsales
queda confirmado, oficial y públicamente y
a partir de aquel día la joven tiene que pei-
■ ( 82 )
narse de diversa manera y su kimono ostenta
colores más llamativos.
La cerem onia d e! mafrimonio.
líl día de las bodas, la esposa viste un rico
kimono de seda blanca, artísticamente pin
tado; la familia suele gastar en este adorno
la mayor parte de la dote. El color blanco
indica el luto en el Japón y la novia lo lleva
como símbolo, ya que desde este día ha
muerto para su familia. En la cabeza lleva
una cofia de papel también blanco. El pei
nado es sumamente extraño, y forma como
tres cúpulas dos a los lados y la otra sobre la
frente. Esta suele ser más elevada, de cerca
de un palmo. Eleva la cara estucada con
pasta blanca que contribuye a desfigurar sus
facciones. De los hombros le cae un velo que
le llega hasta la mitad de la espalda y que
no depondrá jamás, pues con él debe ser
enterrada.
ICl novio es libre de vestir a la japonesa
o a la europea.
La ceremonia se lleva a cabo mediante la
celebración de dos banquetes. El primero,
al que asiste exclusivamente la familia, es
el acto del casamiento: y el segundo viene a
ser la ratificación pública y oficial, y en él
toman parte los amigos y conocidos.
Eos dos banquetes se celebran en casa del
novio. Las mesas se disponen de diversos
modos, pero siempre de manera que los hom
bres (lueden a una parte y las mujeres a
otra. La costumbre de alternar como se estila
entre nosotros no es conocida. Las mesas son
a la japonesa, es decir, apenas levantan un
palmo del suelo, y los invitados toman asiento
sobre mullidos cojines, pero a la japonesa,
o sea, descansando el cuerpo sobre las
pantorrillas, pues otra postura sería considerata como falta de educación.
Los novios toman asiento ante dos mesitas
una frente a la otra, lín una de ellas hay la
cafetera nupcial y una lx)tella de sake —
aguardiente de arroz — rodeada de 12 vasos
pequeños, símbolo de la oferta de la esposa.
En la otra mesita hay un abeto enano secular,
símbolo de la fuerza del esposo; un ciruelo
llorido, símUdo de la belleza de la esposa
y un objeto artístico que suele representar
una cigüeña apoj-ada sobre una tortuga, que
es el emblema de una \4da larga y feliz.
Durante la comida se llevan a cabo los
actos tradicionales. Los esposos, acercan por
tres veces a sus labios tres copitas de sake y
bebe primero la esposa. A continuación cam
bia de vestido, poniéndose el que el esposo
le ha regalado para esta ocasión y después
beben de nuevo el sake pero en pequeña
cantidad y por nueve veces consecutivas, con
la diferencia de que ahora es el esposo el
que bebe primero, como significando que
desde este momento es el dueño y señor.
Durante esta ceremonia un cantor entona
trozos de poesías clásicas llamadas Dai.
h'l otro banquete que se celebra el mismo
día sirve para que los amigos de la familia
conozcan a los nuevos esposos. Suele durar
de tres a cuatro horas, pero los novios se
limitan a hacer acto de presencia y a que se
retiran a los pocos minutos. Se sirven los
platos más variados, casi siempre fríos y de
gusto picante, y si la familia es rica son tan
numerosos que llegan hasta 32, pero en com
pensación, son tan poco abundantes que
entre todos apenas llegarán a formar cuatro
de los nuestros. Se hace gran consumo de
sake, ya que la etiqueta requiere que los
comensales salgan de allí un poco alegres. Lo
curioso es que cuando ya se da por acabada
la comida, se sirve un nuevo plato variado
y abundantísimo. L a etiqueta les obliga a
demostrar que ya no pueden con él, y en
tonces los sirvientes, que y a lo saben, depo
sitan los platos en elegantes cestitos que des
pués se Uevará a su casa cada uno <e los
invitados, como recuerdo de la boda
D espués d e l casamienío.
En el Japón ño se conoce el viaje de bodas.
La esposa pasa enseguida a vivir en casa de
los padres del esposo, y se la considera como
parte integral de la nueva familia de la cual
adquiere el nombre, perdiendo el de la propia.
Debe obedecer en todo al marido, a quien tra
tará con reverencia, lo mismo que a la suegra,
a quien debe sonreír invariablemente aun
que ésta la injurie y maltrate. En lo sucesivo
vendrá a ser la criada más distinguida de su
esposo; ha de desvivirse por proporcionarle
la satisfacción de sus menores deseos, le ser
virá a la mesa: y a su llegada, deberá correr
a su encuentro saludándole con una re^'erencia profunda hasta tocar el suelo con la
cabeza. En los viajes ocupará siempre el
rincón más oscuro del departamento, apo>Tindo su cabeza sobre la desnuda madera,
mientras su esposo descansará bien arre-
-( 83
llanado en los cojines; si llueve, será ella
quien lleve el paraguas; si van de compras,
¿la cargará con los paquetes; no puede poseer
nada propio. No se la pone al corriente de los
asuntos de la familia ni aún de los de su marido.
Con todo, ahora, especialmente entre las
familias humildes, ya se va introduciendo
cierta igualdad.
E l divorcio.
A pesar de esta vida tan humillante, so
portada por la mujer no sólo con resignación,
sino hasta con alegría, aún puede verse repu
diada 5'a que la ley permite al marido hacer
demanda de divorcio por los más fútiles pre
textos, como si por ejemplo le aburre, o se
ha vuelto enfermiza; si es estéril, si no sim
patiza con la suegra, o si al parecer de ésta,
es mal educada o excesivamente celosa.
La estadística muestra que la tercera parte
de los matrimonios en las clases pudientes,
y en las humildes, el 50 por cien, terminan
con el divorcio. El esposo queda siempre con
los hijos y este es el motivo por el cual ellas
lo sufren todo antes de perderlos.
O bra d e l cafolicismo*
La primera y principal consiste en inculcar
y mantener dentro de la familia el concepto
cristiano de la mujer, que ha de ser la reina
del hogar. L a condición de la mujer dentro
de la familia viene a ser parecida a la del
antiguo imperio romano, y así como de aque
llas salieron las grandes defensoras y propa
gadoras del cristianismo, así es de esperar que
aquí en el Japón, sea la mujer la que nos ayude
con mayor eficacia en nuestra santa empresa.
Muchas de ellas han entrado en el rebaño
de Cristo y se han fundado ya dos Congrega
ciones de mujeres indígenas. Pero muchas
veces, por desgracia, permaneciendo los pa
dres paganos, las casan con jóvenes no cris
tianos, y entonces, a la corta o a la larga
la pobre esposa, no puede, a pesar del com
promiso de dejarla en libertad, practicar su
culto, y acaba por perder la fe o por perder
la salud a fuerza de los malos tratos.
Lo que se pude afirmar es que la mujer
japonesa, por su vida, por sus sentimientos
y honestidad, está más cerca de la religión cris
tiana que el hombre, que se mantiene aferrado
a sus creencias y libertades de todo género.
Oita 24 noviembre de 1929.
P e d ro M. E s c u r s e l l , S. S.
)-
Los Sres. Cooperadores salesianos, además
de las indulgencias ordinarias que se detallan
en el Reglamento, pueden ganar, cumpliendo
los requisitos de costumbre, indulgencia pleuaria, los siguientes días:
Mes de M arso:
25 — Anunciación.
Mes de Abril:
II — Viernes de Pasión: Los 7 Dolores de la
Sma. Virgen.
13 — Domingo de Ramos.
17 — Jueves Santo.
20 — Pascua de Resurrección.
S e is M isas diarias perpéfuas.
Recordamos a nuestros lectores el privilegio
extraordinario concedido por el Papa León X III
(d.f.m .) a nuestro Bto. P. Don Bosco en favor
de todos los que contribuyeron con sus limosnas
a levantar la Basílica del Sagrado Corazón de
Jesús en Rom a o cooperen en lo porvenir al
sostenimiento de aquella Iglesia e internado
de Artes y Oficios para niños pobres.
Basta entregar una sola vez la limosna de
I peseta (20 centavos de dólar más o menos)
para tener derecho, en vida y después de muerte
a la aplicación diaria de 6 misas, que se celebran
en el altar mayor de dicha Basílica: como tam
bién, de todas las prácticas de piedad que en
ella se practican. Pueden también ser inscritas,
entregando por cada una de ellas la misma li
mosna, las personas ausentes o fallecidas, las
cuales gozan iguahuente de dicha aplicación.
Para gozar de esta gracia tan extraordinaria
basta reunir en ima lista los nombres de los
que desean inscribirse y envnarla, junto con le
limosna correspondiente, al Rector Mayor da
los Salesianos - Via Cottolengo 32 - Turín (109)
Italia - y aperfas inscritos en los registros, em
piezan a gozar de la aplicación de dichas 6
misas. Como tesumonio de la inscripción cada
uno de los inscritos recibe una cédula con su
nombre y con la explicación detallada de este
privilegio.
Los que ya conocéis este privilegio dadlo a
conocer a todos vuestros amigos y conocidos
y veréis como no queda ni uno que no se ins
criba y que no haga inscribir a sus difuntos.
Culto de María Auxiliadora
Solemne bendición del nuevo Aliar Mayor
dedicado a María Auxiliadora
en su Santuario de Talca (Chile).
8 de noviembre del año pasado Mons.
Carlos Labbé .Márquez, Obispo de Iquique,
después de un elocuente discurso en que ex
puso su sentir acerca de la Obra Salesiana,
bendijo con extraordinaria solemnidad el
nuevo altar Maj'or, presidido por la bellísima
imagen de María Auxiliadora, que desde el
camarín sonreía complacida bendiciendo a
sus devotos hijos.
líl nuevo altar es una magnífica labor en
estilo gótico, obra del salesiano D. Manuel
Somaza, quien ha recibido con este motivo
merecidos y calurosos elogios.
l'U artista ha puesto en su obra todo el
cariño y toda la gratitud que los salesianos
de Talca sienten hacia su potente y bonda
dosa Reina, que en los tristes días del terre
moto (jue desoló la población el año pasado,
bendijo de manera tan portentosa a sus hijos.
Conseguido de nuevo reedificar el trono de
María, Klla se encargará de mover los cora
zones de las almas generosas para que tam
bién llegue para sus hijos el día en que pue
dan volver a disponer de un espacioso Colegio
en donde sigan bendiciéndola y venerándola.
TIPLE (Colombia). — Bendición de una
capilla dedicada a M aría Auxiliadora.
El día 22 del pasado septiembre tuvo lugar
en este caserío, una fiesta verdaderamente
salesiana aunque no interviniéra en ella nin
gún hijo de IX lh>sco. Todo es debido a la
actividad y celo de los buenos Cooperadores
y especialmente al infatigable Decurión Don
i'idel M. González, quien en una carta diri
gida al Rector Mayor da una sencilla rela
ción de la fiesta en los siguientes términos:
E l día 21 nos preparamos para recibir al
Sr. Arzobispo, Dr. D. Maximiliano Crespo,
que llegó a las 3 y media de la tarde. Se le
hizo un recibimiento digno de tan ilustre
prelado, quedando profundamente conmo
vido no tanto por los agasajos sino espe
cialmente ahver la acendrada piedad de que
daban muestras todos los vecinos.
Por la tarde, a las 6 tuvo lugar la sencilla
ceremonia de bendecir la iglesia. A conti
nuación, se cantó la Salve Regina, aprove
chando luego el Sr. Arzobispo la ocasión,
para dirigir una fervorosa alocución a todos
los presentes. Después, empezaron las con- |
fesioneá, que se prolongaron hasta altas ho- ^
ras de la noche, de modo que al día siguiente
durante la primera Misa celebrada en la nueva
capilla por el Exmo. Sr. Arzobispo, se acer
caron al sagrado banquete cerca de 400 per
sonas, ofreciendo de este modo un sincero
homenaje a nuestro Beato Padre Juan Bosco,
en cuyo honor se celebró la Misa.
A las 9 se celebró la Misa solemne con asis
tencia pontifical. E l Exemo. Sr. Arzobispo
hizo un hermoso panegírico de nuestra ce
lestial Madre, edificando a todos con los her
mosos sentimientos que brotaban de sus
elocuentes labios.
Por la tarde tuvo lugar la ceremonia de
las confirmaciones y bautismos. Veinte niños
fueron recibidos en el seno de la Iglesia, y unos
114 fueron ungidos como soldados de Cristo.
Como término brillantísimo de los festejos,
se sacó por la tarde en triunfo a la Virgen
María Auxiliadora, que recorrió nuestras ca
lles aclamada sin cesar, aceptando las ofren
das de fragantes flores que por doquier le ofre
cían sus devotos y derramando en todos los
corazones sentimientos de la más pura alegría.
De vuelta al templo, se rezó el santo rosasario y se cantó la Salve de despedida o
mejor dicho, de saludo, puesto que en ade
lante el amor sincero de los amantes de María
Auxiliadora hará que no quede nunca de
sierto su devoto santuario.
{ 85
)cia en el Boletín Salcsiano; con este objeto liice
varias novenas, y cuando menos lo aperaba,
recibí carta de mis padres, comunicándome la
obtención de la gracia deseada.
15 diciembre 1929.
L uis P arrondo , S. S.
TüR IS (Espa Ra ). — Hallándcse Bii señor
padre bastante delicado a causa de un ataque
cerebral, y temiendo le repitiera, en cuyo caso
perdería la razón y seguramente la ^ida, se
gún el dictamen de los médicos, acudí Uena
de confianza a María Auxiliadora, prometién
dole si me conseguía la curación de mi padre,
publicar la gracia y mandar decir \ma Misa.
La celestial Señora no se hizo de rogar pues
inmediatamente se inició la mejoría y hoy mi
padre se encuentra fuera de peligro. D oy ren
didas gracias a la Virgen y cumplo gozosa lo
ofrecido.
30 octubre 1929.
Ma r ía d e los D olores B eltram
DE D elgado .
BAR C E LO N A (E spaña ). — De tiempo atrás
padecía del estómago y del pecho, habiendo
perdido por completo el apetito y a consecueu-
BOGOTÁ (Colombia ). — Desde varios me
ses sufría un dolor tan espantoso en las piernas
que no podía caminar ni arrodillarme, sin gran
des dolores. De nada sirvieron los remedios que
diversos médicos me recetaron, por lo que no
esperando ayuda de la ciencia humana, acudí
llena de fé a la bondad sin h'mites de la Reina
de los Cielos, María Auxiliadora, empezando
una novena y prometiéndole, si me devolvía la
salud, que publicaría la gracia en el Boletín y
enviaría ima hmosna para sus niños. No tardó
en atender a mis súplicas una Madre tan buena
y hoy, encontrándome perfectamente bien,
me apresuro a cumplir mi promesa.
Octubre, 31 de 1929.
Mercedes d e Montenegro .
TORREON (MÉJICO). — Estando en medio
de continuos peligros durante los tres últimos
anos a causa de los males que desolaban mi
amada patria, varias veces me encontré en pe
ligro de perder la vida. Cuatro veces he esta
dos a punto de ser fusilado, pero acudiendo con
todo corazón a la maternal bontad de María
Auxiliadora y de su fiel siervo el Beato Don
Bosco, siempre conseguí la libertad y la vidaAgradeciendo profundamente los milagros obte.
nidos, cumplo mi promesa de publicarlos en el
Boletín y mando la limosna ofrecida para el
Santuario de Turín.
Octubre de 1929.
Ma n el C astaííeda . M.
SAN JOSÉ D E L V A L L E (Españ a ) . — H a
biendo quedado mis padres sin partido donde
poder ganar para mantener a su familia, hice
que recurrieran a ^[aría Auxliadora, lo cual
hice yo también, prometiendb publicar la gra
Talc« (C hile) — N aevo altar de M a ría Auxiliadora.
cia de mi debilidad, muchos días debía aban
donar el trabajo, perdiendo de esta manera se
manas enteras. Acudí al médico, quien no me
dió esperanzas de curación, pero me recetó una
medicina para tomarla cuando me atacaran los
dolores. Con todo, las fuerzas me iban abando
nando, y tuve que desistir del trabajo. Enton
ces acudí a María Auxiliadora, empezando una
nov'ena. A los pocos días el médico me visitó
y dijo que tenía uii cáncer y me mandó a un
especialista que me miró con los rayos X . A
todo esto yo había acabado la novena y sin
necesidad de nuevo tratamiento, me vi de re
repente curado de mi enfemedad, me volvieron
-----------------{ so
his fuerzas y puedo seguir trabajando como
nunca. Cracias sean dadas a María Auxiliadora,
que ha hecho tan gran prodigio. Envío una
limosna,
S alvadí)"» F ortltíy.
POPAYA n (Coi.OMmA). - Doy las más ren
didas gracias a María Auxiliadora por haberme
sacado con felicida{l de un accidente que puso
en peligro mi existencia. Tanto yo como mi
esposo temíamos un deseiilace fatal. Los médicos
<|ue me habían auxiliado se mostraban franca
mente pesimistas. lín trance tan apurado, llena
de coníianza en la Reina del Cielo, me enco
mendé a ella, le ofrecí publicar la gracia en el
Bok-lin y habiendo conseguido un feliz desen
lace, cumplo gustosa lo ofrecido, mandando
también iina limosna para los niños pobres de
1). Poseo.
M. DE M.
LINARES (Méjico). — Hacía algi'm tiempo
(lue no cesaba de pedir a María Auxiliadora por
mediación del Beato Juan Bosco, la salud espi
ritual de una persona de mi familia. Ahora, con
gran consuelo de toílos, nos la ha otorgado,
¡x>r lo que llena de gratitud publico le gracia
y envío una limosna.
Noviembre de 1920.
J I .d e J E S U S J lA R T lN D E L C a MI’ O.
JIONTEMORIiLOS (Méjico ). — Encon
trándose gravemente enfemia mi querida
mamá de liebres pahidicas complicadas con
gripjie y viendo que cada día se iba debili
tando más, invoqué con todo el fen’’or de mi co
razón a mi querida Madre María Auxiliadora,
pidiéndole la salud de la enferma. ¡Oh milagro!
Al momento empezó la mejoría y hoy se en
cuentra completamente fuera de peligro. Suma
mente agradecida a tan bondadosa madre, cum
plo mi promesa de publicar la gracia y envío
una ¡xjíiueña limosna.
Octubre de 1929.
M a r ía
Ca brer a
(ex-alumna).
SOCORRO (Colombia). — Tenía enfenno a
mi esjxjso desde hacía más de dos meses, sin
que la ciencia métlica encontrara recursos con
(pío aliviar sus dolencias, ni pudiera darlo espe
ranzas de salvación. Entonces, llena de fe, in
voqué a la misericonliosa Madre María Auxi
liadora implorando de su maternal bondad, de
volviera la salud al enfermo, prometiendo pu
blicar la gracia y mandar una limasna para las
Obnus Salesiamis. En vista de cjue hoy se en
cuentra ya ixnnidetmnente restablecido, cum
plo, gustosa y agradecida, mi promesa, mien
tras invito a tocios los lectores del Boletín a
que acudim a Ella en todas sus necesidades
y jx'nas.
O b d u l ia \' a r i ;.\s d e A ricn.\s .
D an también gracias a M aría Auxilia
dora y envían una limosna:
CARTAGO (Colombia ). — Herminda Aragó,
Tulia Aragón y Arcelia Aulestia.
C E R R IT O (Colombia ). — Adolfo López, Ma
ría Claudia Cañizales, Licinia López, Belemiiisa
Tenorio vda. de T., Mónica Tenorio de 0 ., Ce
cilia Cañizales, Raquel Rivera vda. de Mafia,
Ester Gutiérrez, Apolonio Quintero, Silvestre
Costrillón. Jliguel José Cañizales, Zabulón Ca
ñizales, Avelina Cuéllar de Sánchez, Laura
Reyes de V., Marcelina Hernández, Abraham
Trochez, Chiquinquirá Vázquez, Carmen Quin
tero vda. D., Alejandrina López, María L.
Plaza, Elvira Salcedo, Ramón Tronche/., Re
gina Castro, Abigail Granobles vda. de Tenorio,
Placida Palacios, Adelaida Palacios, Inés Imdo
y Elisa Peña agradecen a María gracias espe
ciales conseguidas de su maternal bondad y en
vían una oferta para sostén de las Obras Salenes Salesianas del Beato Don Bosco, por el
digno conducto de la fervorosa Celadora Salesiana, Sra. D .a N ieves JIartinez Vda. de Gn.
GALAN. — Jlercedes de Vanegas, agradecida
a varios favores obtenidos envía una limosna
para obtener la conversión de su hijo. - Luciana
de Rueda, Hermina de Macías por varios fa
vores recibidos.
J E R E Z (México ). — Una devota de María
Auxiliadora, por favores recibidos. - G. L. por
haber conseguido la curación de una penosa
enfermedad de la garganta. - Sofía Guerra Can
til por haber hallado solución a im asunto su
mamente importante para toda la familia. N. N., por haber alcanzado la salud.
M ON TEVIDEO. (Uru g u ay ). — J. G. Bazzano, por haber salido felizmente en los exá
menes. - Una Cooperadora, por haber alcan
zado la sahid de un pariente que se hallaba en
peligro de perder la vida.
ROvSARIO D E L U RU G U A Y. — María Z.
de Zabala, por favorer recibidos. - Mariana E.
de Perfumo, por dos gracias recibidas.
P E N A R O L (JIontevideo ). — Ira ie Muzzolón. agradece un favor recibido.
SOCORRO (Colombia ). — Jlaría Uribe Fran
co e Isabel Mendoza manifestan su gratitud por
varios favores y envían mía limosna para las
Obras Salesianas.
TO A Y. — D. Téofilo Gando y D. Em ilia Corro
de Gando, por haber alcanzado la salud de su hijo.
VA L E N C IA (España ). — Jlaría Torrens, poi
haber alcanzado la salud de un hermano.
V IL L A D E DON F A D R IQ U E (Españ a ). —
Angela \’illarubia y Raimunda Jluñoz, agrade
cidas por sin guiares beneficios recibidos de la
Virgen, envían una limosna.
-( 87
)-
Ecos de la Beatificación.
ALICANTE {España) — Imborrables re
cuerdos dejarán en cuantos los presenciaron
los solemnes festejos que al Beato D. Juan
Bosco tributó la dudad de Alicante. Durante
el solemne triduo de preparadón, la dudad
entera acudía a venerar con religiosa piedad la
reliquia del Beato expuesta en el Santuario de
María Auxiliadora. Elocuentes oradores se
encargaron de enfer\'orizar a todos a fin de
preparar los corazones para la numerosa Comu
nión con que se quería honrar al Beato el día
de la fiesta. Desde las cinco y media de la ma
ñana hasta las doce y media, en que terminó
la Misa solemne, ni un sólo momento dejó de
afluir la gente a redbir en sus corazones a Jesús,
rindiendo de este modo el homenaje más grato
al nuevo Beato.
La Misa solemne estuvo a cargo de la Escolam'a de la casa de formación de Campello, que
a su sentimiento artístico, rmía el ternísimo
afecto que sienten por su Padre, resultando de
este modo magistralmente interpretada la
Missa Pontificalis prima, de Perosi. E l limo.
Sr. Abad de Alicante quiso tomar a su cargo el
panegírico del nuevo Beato y su oración resultó
un canto sublime a la Madre exelsa de la Con
gregación salesiana y un admirable lümno de
gratitud a D. Bosco por los iiunensos beneficios
que por medio de sus celosos hijos ha derramado
sobre la gloriosa ciudad levantina.
Por la tarde tuvo lugar una Velada en la que
todos a porfía rivalizaron en demostrar el cariño
que hacía el Padre amado nutren sus corazones.
La Banda, los cantos, los discursos, la pieza
dramática, cosecharon merecidos ajdausos.
ECIJA {España) — E n el imiversal concierto
de bendiciones y alabanzas que el mimdo en
tero dedica al glorioso Fundador de la Con^egación Salesiana, no podía faltar la adhesión
cariñosa y entusiasta de la ciudad de Ecija, que
desde largos años viene disfrutando de los bené
ficos frutos de la Obra de D. Bosco.
Empezaron las fiestas con la bendición de
la magnífica estátua del Bedto, obra dé nuestros
renombrados talleres de Sarriá. E l día ir de
diciembre, en la magnífica Iglesia del Carinen
ae hallaba reunida la ciudad, representada por
todas las clases sociales. E n medio de un entu
siasmo indescriptible da comienzo la ceremonia.
Actúan de padrinos el Sr. Alcalde, D. Antonio
Benitez Fernández y su Señora, Doña Josefa
García del Busto, que trémulos de emoaón
•sostienen en sus manos las anchas cintas de
seda blanca que descienden de las manos del
Beato. E l Rvdo. Sr. Inspector, siguiendo las
Ecija (E spaña). — El aliar dcl B ealo D. Boaco duranle la celebración del solemne Triduo al que par
ticipó con entusiasmo la población entera.
preces del ritual, bendice la imagen, y a conti
nuación sube al púlpito, en donde habla de
las diversas virtudes del Beato, caldeando en el
más férvido entusiasmo los corazones de todos.
A continuación se da a besar a los presentes la
Reliquia del Beato, regalada a la ciudad de
E d ja por el Rvdo. Rector Mayor, mientras desde
el coro descienden las armoniosas voces infan
tiles encantos y plegarias de inefable dulzura.
Durante los días 12,13 X i 4. tuvo lugar el
solemne triduo caracterizado por ima afluencia
extraordinaria a los santos Sacramentos.
E l día 15, dedicado a la glorificación del Pa
dre, toda la ciudad se unió a los festejos,
acudiendo nmnerosa a la Comunión de la ma
ñana y a la Solemne Misa que se celebró a las
10 y media, en la que se puso de manifiesto una
vez más el afecto y filial piedad de todos los
-{ 88 ).
buenos hijos de Ecija hacia el nuevo Beato.
A l terminar la Misa solemne se cantó vin Te
Deum en acción de gracias.
Como digno remate de la fiesta se celebró xm
ágape familiar en el que reinó la más cordial
camaradería, dando a los postres en cálidas y
sentidas frases las más efusivíis gracias a todos,
el M. Rvdo. vSr, Inspector, qxxe dijo quedaba
encantado de las sublimes manifestaciones de
fe y de cari fio del noble y leal pueblo Ecijano.
Contestando a e.stos elogios, el celoso Arcipreste
tomó ocasión para una vez más en.salzar la
magna labor salesiana en esta ciudad, afinnando
que Ecija, con todo cuanto es y vale, tiene a
honra contar entre sus hijos a los del nuevo
Beato, qxxe fonnan de los niños del pueblo, los
ciudadanos honrados y los hombres cristianos
del mañana.
I<A PAT.MAS {España) — Hace pocos años
que los í^alesianos han llegado a estas playas
para hacerse cargo del precioso Colegio (pie les
iwú donado jxxr el munífico y caritativo Cooix;rador Exemo. Sr. I). Alejandro, Hidalgo y R o
mero; y en tan breve espacio de tiempo han
sabido coiuiuistarse el afecto y la benevolencia
de todos los isleilos. En muchas ocasiones han
demastnxdo ésttxs sus sentimientos de adhesión
a la Obra Salesiana: pero nunca de la manera
con que lo han hecho con motivo de la Beati
ficación del Fxxndador. Queriendo que tan
fausta fecha dejara inxjx;recederos recuerdos
se la ha ({uerido rodear de xxna solemnidad
nunca vista. E l ya citado Cooperador Salesiano encargó a nuestros talleres de Sarriá una
bellísima escultura de D. Bosco, que fué recibida
a los acordes de la Banda de mx'isica y entre
entusiastas vítores de la multitud,.
Como preparacióxx a la magna fiesta se cele
bró en la S. I. C. un solemne trídxxo. Eos niños de
nxxestro Colegio, se dirigían a la Catedral todos
los días en vistosos axxtomóviles, llanxaxxdo por
doquiera la atención de todos e ixxvitando con
.su ejemplo a xxna numerosa mxxltitxxd, qxxe gxxstosa se adhería a las .sagradas fxxixeioues.
M isa dt Comunión general
y solcmni' Pontifical.
Al lU'spxmtar la aurora del día 17 toxlos los
corazones admiradores de la obra salc.siaixa
latíatx al xiuLsono pletóricxxs de entxisiasnxo y de
salesiauisiuo. A las
la Catedral estaba ocu
pada por txxhis las ixsociaoiones piadosas de E íxs
Pahuas, entre las (jxxc figxxraban cu hxgar pre
ferente las asociaciones salesianas de los A. A.,
Cooj)cnxdore.s, Archicofradía de María Auxilia
dora y las Compafiías establecidas entre los
alumnos del Colegio Salesiaxxo. Veinte niños
del Colegio salesiano recibieroix por ver pri
mera el pan de los ángeles. Terminada la
misa, los automóviles regresan al Colegio para
volver inmediatamente a las 10 a la Misa So
lemne. E l templo está completamente ocxxpado
por cerca de tres mil personas. E n el presbiterio
toman asiento las autoridades ci\-iles y mili
tares; en el coro asiste el Cabildo Catedral en
pleno y otras autoridades eclesiásticas. Revesstido nuestro Exmo. Prelado se dá comienzo a
la Misa Solemne. Gratísima impresión causó
axux a las presonas más competentes y entendi
das, la Misa De Angelis interpretada correctísinxameixte por xxnos 700 niños de distintos
centros docentes, alteniaixdo con la Schola CantOYum del Seminario y dirigida por el Sxxperior
de los vSalesianos Rvdo. P. Manuel Fenxáixdcz.
E l panegírico estxxvo a cargo del M. Iltre.
Sr. D. José Marrero, Magistral de la S. I. C.
Terminados los sagrados oficios la Schola
Cantoriim salesiaixa interpretó un Te Deum a
cuatro voces original de Palestrina, alternando
con la melodía gregoriana cantada por los can
tores del Seminario, y los fieles pasaron al pres
biterio a venerar la reliquia del cuerpo del
Beato.
Brillante velada.
Como digno final de los solemnes festejos
religiosos se celebró el día 24 en el hermoso
salón-teatro de María Auxiliadora, xma velada
músico-literaria que resultó brillantísima.
A l aparecer la majestuosa y venerable per
sona de nuestro dignísimo Prelado, la Banda
salesiana le saluda a los acordes de un precióse
paso-doble, en tanto que el pxxblico le aclama
y ovaciona entusiasmado.
Los alumnos interpretan un himno coral con
acompañamiento de banda, compuesto para
esta ocasióix por el Mtro. salesiano Don Igixacio
Plá.
El Sr. Ronxóix de Calvo, vix’anicnte enio; ionado, ]')roxxxxncia un breve y sentido discurso,
con el lema D. Bosco Educador.
E l Sr. D. Manuel Marrero, graix anxigo de los
salesiaixos y notable artista de la escena, decla
mó una bellísima jxxesía titulada Da mihi ani
mas. caetera tolle.
I,a Schola Caniorum salesiana interpretó la
barcarola M i barquilla obra inspirada del aíanxado coixipositor salesiano D. P'elipe Alcáixtara,
y el coro a tres voces de Rossini La Carilá
acoixipañado de pequeña orquesta.
Habló después el Sr. Mascareñas. E l distingxiido orador desarrolló de xma manera incomjKxrable y sublime el tema E n la vida de D.
Bosco, Dios y elpxteblo compartieron sus amores.
Clausuró estos solenxnes actos nuestro celo
sísimo Prelado, felicitando primero a los organi
zadores de tan grandicxsa manifestación de
amor y simpatía hacia el nxxevo Beato; después
con frase galana y conmovedora demostró el
•( 89
gran amor y admiración que siente por Don
Bosco, a quien tuvo la dicha de conocer a su
paso por Gerona, y por su obra milagrosa, la
Congregación Salesiana. Sus tiltimas palabras
fueron acogidas con entusiastas aplausos, que
demostraban la satisfacción que hencliía los
corazones de los presentes y la viva participa
ción que todos tomaban en la glorificación de
D. Bosco
Finalmente, a los acordes del liimno, los pre
sentes se alejaron del salón-teatro vivamente
emocionados y con un deseo grande de conocer
la Vida de D. Bosco, para aprender de el a
)embargó todos los corazones. Los aluumos del
Colegio, alternando con el coro de los P. P. Lateranenses y de la Merced, ejecutaron la misa
de Valdés.
Terminado el Pontifical, los concurrentes.,
desde las amplias graderías de la Catedral tu^'ieron el placer de contemplar el marcial desfile
de los alumnos del Colegio.
Por la tarde, en el Teatro Victoria tuvo
lugar la hermosa Velada con que se quiso p>oner
digno término a los festejos. Cantado el himno
Nacional, se pronunciaron algunos discursos y
poesías dedicadas al nuevo Beato. lü uúiueB»
Las Palm as — C oncurrenies a la comida íntima ofrecida por los salesianos a sus amistades
presidida por el Excmo. S r. G obernador Civil, D. M ariano de C áceres.
trabajar sin desaiidar el negocio de la propria
salvación, que es el más importante de todos
los negocios de la \ida.
SALTA (Argeiflitia) — Salta glorificó de una
manera digna al Fundador de los Salesianos.
El triduo re\istió caracteres de extraordinario
acontecimiento, concurriendo a él con su adhe
sión sincera y entusiasta los miembros de las
diversas comunidades religiosas v del clero
secular.
El 19 de octubre, último día del triduo,
la Comunidad salesiana quiso obseqxuar con
un banquete a lo más representativo de la so
ciedad salteña. Presidió el limo. Sr. Obisjx)
ilons. Bernabé Piedrabuena.
El día 20, fué destinado a la fiesta del
Ecato. A las 10 liizo su entrada en el templo
el Sr. Obispo. En sitiales de honor se hallalim
el Exemo. Sr. Gobernador y sus Ministros. Co
menzó el Pontifical y una oleada de piedad
que cautivó más la atención de los presentes,
fué, sin duda, la impecable ejecución de una
obrita lírica tGiovaniii il Fabbrc, • compuesta
por el M. de Vecclii, primer Maestro de Música
dej Oratorio de Turín, quien la ejecutó en pre
sencia de D. Bosco. El episodio recuerda algu
nas escenas de la juventud del Beato.
Con el himno a D. Bosco se dió comienzo a
la segunda parte, que estaba a cargo de distin
guidas señoritas de la sociedad salteña, que no
se contentaron con ser espectadoras, sino que
quisieron tomar también parte activa en la
glorificación del Beato.
Pero lo que dejó más gratas impresiones en
todos los presentes, fué el hermoso discurso
prommeiado por el Dr. Juan B. Podestá, que
en vibrantes frases cantó im himno al Beato,
poniendo de relieve el fundamento y el secreto
de toda su obra social y educadora: Su inmenso
amor a las almas, y su ilimitada confianza en
Dios.
( 90 )
llU IvNüS AIRH S (Argentina) — Una Meda
lla de J). Bosco al Presidente de la República.
Las Cooperadoras Salesianas han ofrecido al
Presidente de la República, Doctor Hipólito
Irijíoyen una artística medalla de oro, finamente
cincelada: en el anverso lleva la sonriente ima
gen de I). Hosco y en el reverso una significativa
(íedioatoria. Despuís de ofrecerle el valioso
regalo, la Presidenta de las Cooperadoras pidió
(jue en el proyecto ílcl presupuesto para 1930
se incluya la cantidad de 200,000 pesos para la
continuación del Hogar Universitario Obra D.
Bosco, para el cual ya en el pasado ejercicio
íué destinada la suma de 100,000 pesos. E l coste
total de la grandiosa fundación, cuyo proyecto
fué aprobabo a su tiempo por la competente
autoridad, se calcula en 750,000 pesos.
L IN A R E S (C/íj/e) — r,os días 29 y 30 de no
viembre y primero de diciembre fueron dedi
cados al triduo con que la ciudad de Linares
quiso celebrar la glorificación del Beato Juan
Bosco. Se iniciaron los festejos con un solemne
pontifical celebrado ix>r el limo. Sr. Obispo
diocesano, !Mons. Miguel León Prado; una co
misión de Cooperadores se encargó del arreglo
del templo, interpretando con exquisito gusto
artístico el diseño preparado jx>r el joven arqui
tecto salesiano D. Luis Irazdbal. P'l Colegio y
la plaza contigua a la iglesia ostentaban los
escudos y banderas de todas las naciones en
donde los hijos de D. Bosco ejercen su acción
biciüicchora.
En las funciones de la tarde ocupó la cátedra
sagrada el Rvdo. P. Polonio Crespo, Mis. Hijo
del 1. C. de M.; por las noches la fachada del
Colegio y de la Iglesia, lucían artística ilumi
nación,
la Banda obseciuiaba a la multitud
con briliantcs ejecuciones musicales.
ICl limo. Sr, Obispo D. Ricardo Sepiilveda,
Vicario General de la Diócesis de la Concepción,
ixmtificó en la mañana del segundo día. El
pueblo linarense obsequió al Beato con una
numerosa corona de fendentes comuniones.
Por la noche llegó el limo. Obispo de Talca,
Mons. Carlos Silva, para unirse a los otrcis dos
prelados y clausurar con toda Iciimidad las
fie.stas de D. Bosco.
E l día I de diciembre quedará consagrado
con recuerdos imperecederos para kw linarenses. pues desde el gran ¡x)iilifical <le la mañana
celebrado por Mons. Carlos Silva, luusta las
funciones de la noche, fue una continua lluvia
de alegríius c.spirituales.
A his 3 y media cu el mejor teatro de la ciudad
y cu priscucia de tenias hus autoridades eclesiástic;is y civiles, se desarrolló una magnífica
velada nuudco-Üteraria a cargo de los alumnos
sulcsianos y de alumiuxs de kis Hijas de M. A.
sin faltarla brillante aportación de los ex-aUuniu)s y Coojx'radores.
E n imponente cortejo se dirigieron las auto
ridades e invitados desde el Colegio Salesiano
hasta el Teatro Victoria. Formaban escolta de
honor unos cincuenta jinetes, vestidos de hnasos
que habían venido con su párroco, el salesiano
P. Stalil, desde la encantadora villa de Pejerrey.
Punto culminante de aquella asamblea salesiana fué el magnífico discurso pronunciado por
el abogado D. Miguel de Sotomayor.
Linares, al xmirse con tanto entusiasmo al
regocijo de los salesianos por la glorificación
de su fundador, ha querido manifestarle su
reconocimiento por la inmensa labor que en
tantos años han realizado los Salesianos en pro
de la niñez y juventud linarense.
P A Y SA N D Ú (Uruguay) — Paysandú, una
de las primeras ciudades que en América reci
bieron los beneficios de la obra de D. Bosco, se
ha mostrado digna de sus antecedentes y de su
fama de ciudad eminentemente salesiana fes
tejando brillantemente al gran Apóstol de la
Juventud.
Imposibilitados de hacer ima crónica deta
llada de los festejos, nos limitaremcs a rese
ñarlos sucintamente.
Su principal característica fué la participa
ción que en ellos tomó la ciudad entera.
Los diferentes números fueron cumplidamente
ejecutados. Dos transmisiones radiotelefónicas,
el desfile automovilístico, una procesión de las
más numerosas que se recuerdan con la imagen
del nuevo Beato, ima lucida kermesse y una
hermosísima Velada en el teatro principal de
la ciudad, fueron los actos sociales. Pero más
importancia aiín, si cabe, tu\*ieron los actes
religiosos.
Las ahmmas del Colegio «María Axixiliadora»
y de Nuestra Sra. del Huerto y los del Colegio
de Ntra. Sra. del Rosario, tu^^e^on a su cargo
el canto de la Misa en los día.s del triduo. En él
predicó, tejiendo al fin con frase galana y entu
siasta el panegírico del Beato, el P. Eduardo
Dufrechti, salesiano, hijo de Paysandú. El limo.
Mons. Catnacho, Obisjx) diocesano, gran amigo
de los salesianos, con ocasión de la Beatificación
escribió una jugosa Pastoral sobre D. Bosco.
v se dignó celebrar el colemne Pontifical.
Si la tiranía del espacio no nos obligara a
reducir esta reseña, quisiéramos citar los nom
bres de todas las personas que contribuyeron
eficazmente al mayor esplendor de los festejos.
Para elegir un nombre en que se concentre la
gratitud de los salesianos, citaremos tan sólo a
1). Bruno Goyeneche, veterano amigo de la
primera obra, papá, casi diría, de los salesianos
<lc Paj’sandú, que recuerda aún aquellos tiem
pos en que tan sólo dos personas frecuentaban
la Eucaristía, y que al ver al presente el flore
cimiento de la piedad demostrado en las
numero.sas y íer\-orosas Conniniones que a
•( 91
diario se ven en la Parroquia,
V al pensar que depués de la
ayuda de Dios, se debe a la
labor salesiana, llora siempre
al recordarlo. En él, modelo
de Cooperadores, presentan
los salesianos a todos ellos,
que con tanto cariño han tra
bajado por el brillo de las
fiestas, el más sincero agra
decimiento.
a r e q u i p a (Perú) — E x
posición de objetos litúrgicos.
La florecente asociación de
Cooperadores Salesianos de la
ciudad de Arequipa ha querido
honrar al Beato Juan Bosco
con im delicado y rico obse
quio de ornamentos litúrgicos.
Para dar mayor solemnidad
al acto fueron invitadas las
autoridades locales, presididas
por el limo. Sr. Obispo de la
Diócesis Mons. Fr. Mariano
Holguin.
El acto fué sencillo y s6lemne. Se inició con un dis
curso pronunciado por el doc
tor E. Adolfo Chaves en nom
bre de todos los Cooperadores
Salesianos. Después de elo
giar la figura del nuevo Beato
en quien ve la humildad fran
ciscana, la caridad \'icentina
y una característica visión de
la cuestón social, pasa a en
salzar la obra de sus hijos
coad}-uvada por doquier por
Payaandú (U ruguay) — La fiesfa en honor dcl B eato Don Bosco.
la floreciente Asociación de
los Cooperadores Salesianos.
pañaban el superior de la Misón, P. Emilio
Tenuinó el Dr. Chaves, describiendo los obje
Gaona, y el coadjutor D. Alfredo Fernández.
tos expuestos y haciendo entrega oficial
de ellos al Superior de los Salesianos. Estos
Los indiecitos, de carácter despierto y amable,
se captaron bien pronto las simpatías de cincos
obsequiaron a los concurrentes con jireciosas
y grandes.
medallas e imágenes de María Auxiliadora y
Una nota sumamente .simpática fué el bau
del, Beato Juan Bosco.
tismo de uno de ellos realizado con toda .solem
El coste total de los ornamentos y vasos
nidad en la Iglesia Metropolitana, actuando
sagrados, asciende a dieciseismil soles, siendo
de padrinos la Señora AureOa MaciódeCampísesta la valiosa aportación que los Cooperadores
y amantes de la Obra Salesiana ofrecen como
tegui y el eximio vate Dr. Zorilla de San Mar
homenaje a D. Bosco con m otivo de su eleva
tín. E l Exmo. Sr. Presidente de la República
quiso que el recién bautizado llevara los nom
ción a los altares.
bres de Juan Agustín Campístegui Macció. Y
no paró en esto la amabilidad del Sr. Presidente
MONTEVIDEO {Uruguay) — Con motivo
y de su Señora, sino que la llevaron al extremo
de los solemnes festejos al Beato Juan Bosco,
de querer hospedar por unas horas en su casa
realizados el la floreciente capital del Uuiguay,
particular a los indiecitos del Chaco, a quienes
hamó poderosamente la atención de todos un
llenaron de agasajos y atenciones.
ftupo de indiecitos del Chaco Paraguayo, que
E l domingo siguiente, Juanito A. Cqmpístevinieron a tomar parte en los festejos, en repre
gui, recibió por vez primera la Sagrada Comusentación de sus hermanos de raza. Les acom-
( 92
nión. El acto, en medio de su sencillez, fué
hondamente conmovedor, pues la vista de
acjuel niño, regenerado por las aguas bautisma
les y que ahora se acercaba a recibir a Jesús,
nos traía a la memoria a tantos de sus infelices
hermanos que aihi no han tenido esa dicha y
nos hada exclamar: ¡Oh »Señor, que llegue
pronto para ellos el día de la redención 1
)
contraba enferma y con riesgo de tener que
someterme a ima operación y de nuevo acudí
llena de confianza al Beato pidiéndole me ob
tuviese la salud sin necesidad de someterme
a la intervendón del drujano. A l ser visitada
de nuevo por el médico, declaró que ya no era
necesaria la operadón.
Profundamente agradedda por tan señalados
favores, cumplo, como lo ofrecí, la promesa.de
publicarlos en el Boletín Salesiano.
Diciembre de 1920.
F elisa M. P once d e L eón .
E C IJA (E spaña ). — A poco de nacer mi hijo
Ivorenzo, se le presentó en el costado un quiste
que iba tomando cada día mayores proporcio
nes. Alarmada, hice que le reconociera un espe
cialista, quien me dijo que no había otro reme
dio que operarlo, pero que era necesario espe
rar algún timpo. T4ena de pena acudí a la
intercesión del Beato Juan Bosco en ocasión que
se celebraba su fiesta en esta ciudad, prometién
dole que si me obtenía del Señor la completa
curación de mi hijo, publicaría la grada en el
Boletín y mandaría decir una misa cantada ante
su imagen. A los pocos días, el quiste había des
aparecido. Consultado el caso con el doctor, me
confesó que era verdaderamente prodigioso.
H oy cumplo con gusto la promesa hecha,
para mayor honra y gloria del Beato.
8 de enero del ^929.
M aría L. D omínguez d e B enítez
Ei indiecUo Junnifo A. CompiMegui M oció.
con ñus ilustres padrinos.
G R A C IA S
DEL BEA TO JU A N B O S C O
M O R líLLA (MÉXICO).
Hallándose mi es
poso gravemente atacado de una congestión ce
rebral, acudí llena de fé al Beato Juan Bosco,
pitli«índole la gracia de su curación.
día si
guiente el enfermo empezó a sentirse sumamente
mejorado y pocos días desqudí obtuvo un com
pleto restablecimiento. En otra ocasión me en
CAMPEELO {España). — Habiendo terminado
mi hermano Gabriel los estudios comerciales
que se ciursan en el Colegio salesiano de
Valenda. se hacía necesario buscarle mía colo
cación. Mi madre hizo todo lo que pudo y supo
para colocarlo, pero sin resultado algimo. Por
mediación del Sr. Director del Colegio salesiano
de Valencia se presentaron varios y excelentes
omiileos que hubo que rechazar dadas las con
diciones físicas del solicitante.
Y a habían jiasado dos años y todos los tra
bajas y oraciones parecían inútiles. Viendo que
la situación no se resolvía, decidí hacer ima
novena al Beato Juan Bosco y publica^ la
gracia si se lograba encontrar una colocación
adecuada para mi hermano. A los pocos días
encontró trabajo donde menos lo esperaba. Mas
me pareció tan mezquina la colocación y tan
¡K)co segura que me creí desligado de mi pro
mesa. H a pasado más de medio año y la colo
cación sigue con una paga no de.spreciable y
con promesas de aiunento. Aunque tarde en
reconocer la protección de nuestro Beato Pa
dre Juan Bosco, doy testimonio de mi sincera
gratitud y ruego a María Auxüiadora, nuestra
celestial Madre, acelere el día de su canonización.
Diciembre de 1929.
J uan B t a . P iles , S. S.
-(
VALPARAÍSO (Ch ile ). — Una noche de
las primeras de Octubre, me fui a acostar
bastande cansada y apenas me puse en cama,
empecé a sentir agudos dolores de corazón. Al
principio no di importancia al hecho porque no
era la primera vez que me sucedía, pero al
darme cuenta que el lado izquierdo se iba
hinchando'de manera alarmante, me llené de
zozobra y pensé en llamar a alguna Hermana
para pedir que me fueran administrados los
santos Sacramentos. Pero en aquellos días estámos todas cargades de trabajo. Todo el día lo
pasábamos en la clase; teníamos en cama a
varias niñas, enfermas de grippe: estábamos
preparando además el triduo a D. Bosco... En
rista de todo esto, me \dno el pensamiento de
que con tanto trabajo, yo no debía niorinne
y entonces, llena de fé, tomé una medalla que
había tocado el cuerpo del Beato y exclamé:
¡Oh D. Bosco; bien ves que yo no puedo morir.
Hay mucho trabajo en casa... Espera un poco,
que pasen estos días de trabajo! - Apenas pro
nuncié estas palabras y me apliqué la medalla,
desapareció la hinchazón y con ella el fuerte
dolor que tanto me hacía sufrir.
Llena de gratitud por tan insigne beneficio,
quisiera fuera publicado para que todos enzalzaran al nuevo Beato y se animaran a acudir a
él en sus penas y tribulaciones.
28 noviembre 1929.
Sor ^L4T1I.DE O lce se , H. d e M. a .
M ONTERREY (Méjico ). — Me hallaba en
grande angustia, pues mi esposa, de un momento
a otro se trastonió de tal manera que le venían
con frecuencia excesos de arrebato. En momen
tos de tan grave desolación me fué regalada
una reliquia del Beato Juan Bosco, y todos los
de la familia acudimos confiadamente a él ha
ciendo una novena para conseguir la deseada
gracia.
Después de irnos días de indecible angustia,
mi esposa ha recobrado la salud y se une a mí
para agradecerle al Beato J. Bosco el insigne
favor que le ha otorgado.
Lleno de gratitud cumplo la promesa de pu
blicar la gracia y mando la limosna prometida.
Julio de 1929.
P iA cido G arcía .
SARRIÁ (E spañ a ). — Doy gracias al Beato
Juan Bosco por habeme conseguido la mila
grosa curación de un dedo que, durante la clase
de prácticas, me fué magullado y destrozado
por un engranaje. Junto con m í mamá hice una
novena al Beato y el dedo continuaba sin me}oría alguna. Habiendo venido a ^■ isita^me mi
papá, lloré de pena al ver que y a no podía
Seguir trabajando, pero al día siguente, al pro
ceder a la curación del dedo, con gran mararilla de todos, vimos que y a se hallaba comple
jamente curado, pudiendo continuar mi trabajo
93
)-
desde ese mismo día. Deseo se publique tan
extraordinario favor para gloria de M. Auxilia
dora y de mi querido padre el Beato Juan Bosco.
P ío J osé M ontero ,
Alumno salesiano.
BAR C E LO N A (España ). — Siempre que he
recurrido a la intercesión del Beato Juan Bosco
a quien tuve la dicha de conocer cuando \*isitó
esta ciudad, he podido constatar que no ha
tardado en obtenerme la gracia deseada. Por
eso quiero hacer público mi agradecimiento por
haber conseguido el alivio de dos enfenuedadcs
y por haber obtenido una gracia muy importante
en favor de una persona que me es muy querida.
Agradecida a mi querido protector, quiero
hacer pública mi gratitud y mando una li
mosna para las Oliras Salesiauas.
C a RMICX
de
C R K IiriíT DE, C a PDEVIL.A
G uanabacoa (C uba) — Personal de la C asa
de formación.
SALAM ANCA (E sp .\ñ a ). — ¡Oh Beato Juan
Bosco! Después de invocar tu celestial patro
cinio, te soy deudor de una promesa hecha,
ya que te dignaste oir las súpUcas de este tu
indigno hijo.
Se encontraba un hermano mío enfenno de
gravedad, debido a una peligrosa congestión
pulmonar. Apenas me enteré de la gravidad de
la dolencia, comencé tma fervorosa novena en
honor del Beato Juan Bosco, con la promesa
de publicar la grada en el Boletín Salesiano si
el enfermo recuperaba la salud. Con el auxilio
di\ino, pudo superar la crisis; algunos días des
pués abandonaba el lecho y hoy se halla com
pletamente restableddo.
Gradas, oh Beato Padre D. Bosco, pues en
este año bendito de tu glorificadón haa querido
oir benignamente las súplicas de los que a tí
se han encomendado.
20 enero 1930.
M. L. G arcía
SaiesiaiUi
P or el mundo salesiano
CADIZ {España) — Por feliz iniciativa del
Kxcmo. Sr. D. Diego Bolando, Presidente de
lív Diputación Provincial de Cádiz, los niños
que hasta ahora estaban asilados en el Hospicio
Provincial, quederán confiados a los cuidados
<le los Salesianos. Todos los sectores de la so
ciedad gaditana aplauden con entusiasmo el
gesto del Sr. Bolaños y la prensa local se hace
eco de estas alabanzas. Dice la Información:
« Ks evidente que los hijos del Beato Don Bosco
han de cuidar de la educación y de la instruc
ción de esos desheredados con el celo y abnega
ción que ponen en sus empresas; es evidente
(pie esto ha de redundar en beneficio de estos
niños que el día de mañana serán hombres per
fectamente cristianos y laboriosos: y como
consecuencia de esto es para nosotros seguro
V evidente que estos hombres del mañana bendicifán el nombre de D. Diego Bolando y de
sus compañeros de Corporación por haberles
proporcionado el beneficio de esa educación
solcsiana ton admirable »
Y no sólo ha recibido esta hermosa inicitaciva
el aplauso de la prensa local; sino que el mismo
jefe del Gobierno, al enterarse de' ella la ha
elogiado con entusiasmo.
Los Salesianos, por su parte, quedan muy
agradecidos a esta prueba de confianza y de
afecto de la Diputación Gaditana y se hallan
dispuestos a trabajar por estos pobres deshe
redados de la fortuna, para (piienes D. Bosco
sentía el más profundo cariño y ix)r quienes se
se sacrificaba con mayor desvelo.
CARI^IONA {España)
Fiesta de Sía. Ce
cilia. - K1 día 24 de noviembre tuvo lugar en
el patio del Colegio un concierto de juúsica cu
honor de Sta. Cecilia. La Banda Municipal do
la ciudad, dcspuós de asistir a \n\ci función religi(\sa en honor de su Patrona, se tnvsladó a
nuestro Colegio, donde, en presencia de las
IX'rsouos unís distinguidas de Cannona inter
pretó \ui selecto progratna, qxic mereció los
más entusiastas aplausos de todos los presentes.
Antes de euqx'zar el cocierto, el culto Maestro
D. Manuel Pemández Olmedo, pronunció un
discurso alusivo al acto, siendo muy aplaudido.
RO N D A (España) — Homenaje al Papa. —
No podía pasar desapercibida para este Colegio
Salesiano la simpática fecha del 21 de diciembre.
E l papa actual, el Papa de la Beatificación de
nuestro Padre, merecía en justicia, en el hermoso
día de su jubileo sacerdotal, el homenaje que
el Colegio del Sgdo. Corazón le tributara.
Sencillo, pero tierno, fué el actoliterario-musical celebrado en su honor.
Después del himno Cristo vence, cantado por
todos los niños, se leyeron algunos trabajitos
hechos por los mismos alumnos acerca de la
persona y obra del actual Pontífice.
A l final, el Sr. Director del Colegio desarrolló
el sugestivo tema: E l Pontificado de los últimos
tiempos y la Congregación Salesiana. Huelga
decir que trazó magistralraente una visión de
conjunto de las relaciones estrechísimas que
siempre mediaron entre los Papas y la Congre
gación Salesiana, creando, por decirlo así, esa
tradición de veneración y de amor hacia el Papa
que distingue a nuestra Congregación. E l Grupo
del Colegio representó al cuadrito en un acto
Derecho de Asilo, que fué m uy aplaudido.
A YA G U A I.O {El Salvador) — Creación De
Una Escuela Normal. E l 30 de septiembre del
pasado año, en virtud de un decreto finuado
por el Presidente de la República Dr. P. Romero
Bosque, quedó establecida en la casa de for
mación de Ayagualo ima Escuela Nonnal de
primer orden, con el fin de formar maestros
entre el )[)ersonal salesiano, con los mismos clereclios de que goza la ecuela Normal Oficial
establecida en San Salvador. Las comisiones
examinadoras son propuestas por los salesianos,
y aprobadas por el Gobierno. Los primeres
exámenes realizados t\i\deron lugar en la pri
mera quincena de noviembre. Trece de nuestros
clérigos obtmneron el títxilo de Maestros con
unanimidad de votos. A la distribución de títu
los, que se verificó el día 16 quiso asistir el mis
mo I»residente de la Repúbhca, quien, acom
pañado por su Señora y distinguidas persona
lidades quiso honramos con esa prueba de
afecto y de confianza. Y 110 se redujo a esto sólo
su bondad, sino que en \*ista de la apremiante
(
necesidad de agua que se hacía sentir en el Co
legio, determinó que fuera instalada gratuitaniente una nueva cañería capaz de abastecer
al establecimiento.
Desde estas columnas, no podemos menos
de agradecer tantas bondades al Sr. Presidente
deseando que osos favores que nos dispensa,
redmden siempre en beneficio de la cultura y
de la Patria.
BAHÍA BLAN CA {Argentina) — Clausura
dd año escolar. Gratas impresiones dejará en
cuantos la presenciaron la herniosa fiesta con
que el Colegio Don Bosco clausuró el año esco
lar. Después del canto del himno nacional, el
Director del Colegio liizo la presentación de
95
)•
las bodas de diamante de la proclamación de tan
inefable Misterio, se conmemoraba el 88o ani
versario de la fimdación del primer Oratorio
Festivo. Con tal motivo se preparó tm nume
roso grupo de más de cien niños que por vez
primera hicieron su Primera Comunión. Después
de la ceremonia, fueron obsequiados con un
suculento desayuno.
E l día lo tuvo lugar la solemne distribución
de premios. L a fiesta resultó agradabilísima,
tanto por la numerosa y selecta concurrencia,
como por la variedad y precisión de los dife
rentes números del programa.
También recibieron su premio los niños más
asiduos al Oratorio, y fueron obsequiados con
prendas de vestir y otros lUiles regalos, como
Bahía Blanca (A rg.) — Los Em peradores del Certam en Catequístico, con sus respectivas C o rtes de Honor.
los nuevos bachilleres y tenedores de libros,
agradeciendo al mismo tiempo la artística placa
de bronce que los bacliiUeres donaron al colegio
como homenaje al Beato D. Bosco
Lo que más cautivó la atención de los nume
rosos concurrentes fue el bien ejecutado pro
grama gimnástico, que con singular maestría
preparó el subteniente Sr. Lammirato, que
recibió de todos más entusiastas plácemes, lo
mismo que los marciales gimnastas.
Tenninada la repartición de premios se proce
dió a la proclamación de los alumnos que han
mereciclolos premios de honor por su conducta
y aplicación.
A continuación fueron premiados los Em
peradores del certamen catequístico con sendas
medallas de oro. Tenuinó el acto con la inter
pretación de la zarzuela E l arte Musical, que
dejó gratamante impresionados a todos los
presentes.
BUENOS A IR E S [Argentina) — Prifneras
t'-;;: ■ ;:ioíws — Repartición de premies. — E n el
'-'olegio y Oratorio de San Francisco de Sales
^ celebró con especial solemnidad la fiesta de
3 Inmaculada Concepción, porque además de
asimismo los exploradores del batallón primero,
que tiene su sede en el local del Colegio.
Tenninó la velada con unas palabras del P.
Director del Colegio, agradeciendo a todos su
asistencia y felicitando a los alumnos premiados,
mientras a los demás les estimulaba a merecer
tal distinción con su aplicación y conducta en
los años venideros.
B A R R A N Q U ILL A {Coloníbia) — La clau
sura del año escolar ha revestido este año ¡>articular solemnidad, a causa de las di.stinguidas
personalidades que han querido tomar parte
activa en los actos realizados. E l Sr. Dr. D,
Rafael Donado, Directorde Educación Nacional
abrió el acto con un magistral discurso, en el
que, además de manifestar sus profimdos co
nocimientos pedagógicos, hizo ver que csjnoce
a fondo la obra salesiana; en breves, pero elo
cuentes frases ponderó la labor altamente
educativa de los salesianos de Barranquilla,
haciédose eco de la admiración de las autori
dades por tantos trabajos, y ofreciendo ima
vez más su incondicional apoyo para todo lo
que signifique cultura y progreso de la Patria.
A continuación el Sr. D. Aureliano Angulo,
(
96
después de adherirse a las frases del anterior
orador, manifestó la imperiosa necesidad de
fimdar cuanto antes una Escuela de Artes
y Oficios, para salvar a los hijos del pueblo
<le la oleada de perdición que les amenaza.
I^os minieros de nuisica, las recitaciones,
diálo{»os y Gimnasia, todos perfectamente des
arrollados ix>r los diminutos artistas, dejaron
agradable impresión en todos los presentes,
<iuienes se despidieron complacidos y dispuestos
u favoracer una institución tan benéfica a la
pros|x:ridad del país.
NECROLOGIA
.¿ ív »
)-En aquellas regiones fué D. Mayorino incan
sable propagandista de la devoción a María
Auxiliadora, inculcándola espedalmente en los
indios, quienes no pocas veces, como narra él
mismo en su librito « Florecillas silvestres »fue
ron regalados en punto de muerte, con la apa
rición de tan buena Madre.
N o descuidó la obra científica que había de
dar prestigio a nuestras Misiones. Los diversos
artículos que escribió en el Boletín son docu
mentos preciosos para conocer la historia na
tural de aquellas tierras inexploradas. En 1893
fmidó en Magellanes el Museo Etnográfico y de
Ciencias Naturales, uno de los más ricos de
América Meridional, y que desde hace varios
años es llamado t Museo Mayorino Borgatello».
Quebrantada su salud con tantos trabajos y
fatigas tuvo que volver a la Patria, y desde
entnces desplegó su actividad como vice
párroco en la Basílica de María Auxiliadora.
Devotísimo de la Sma. Eucaristía, encontraba
sus delicias en llevar el Viático a los enfermos
de la parroqma.
Era bueno y afable con todos, no sólo en su
cargo, sino también en la calle, saludando y
diciendo siempre rma buena palabra o regalando
una medalla a cuantos encontraba, sin desper
diciar ocasión alguna de llevar las almas al
cielo.
Su muerte fué la de los justos. Su entierro
una sentida manifestación de duelo por parte
de todos los que tuvieron la dicha de conocerlo
y que acudían llorosos a visitar sus venerandos
restos.
Tengamos un recuerdo especial por su bella
alma y seámosle generosos del sufragio de
nuestras oraciones.
Rvdo. Sr. D. Mayorino Borgafello.
E l día 20 de diciembre, después de un mes de
penosa enfermedad entregó su alma a Dios este
santo Sacerdote y celoso Misionero, asistido amo
rosamente ix>r D. Riualdi, quien le dió le Ben
dición de Marín Auxiliadora y le administró
los liltimos Sacramentos. Entró de niño en el
Oratorio de Turín, en donde hizo sus estudios
bajo la mirada de D. Bosco, a quien se con
sagró por entero, dando su nombre a la Con
gregación Salesitum en la flor de sus años. I?n
1887, cumulo D. Bost'O estaba enfenno y todos
teniüm por su vida, el generoso D. Mayorino
escribió a D. Rúa, diciéndole (jue había hecho
a Dios el oímeimiento de su \*ida por prolongar
la del amado Padre. *
En otoño del 1888 pidió a D. Rúa le permi
tiese ir a ilesplegar su celo en las Misiones de
América en donde trabajó con incansable celo
por espacio de veinticinco años, dejando imbo
rrables recuerilos de su acti\'idad v de su \irtud.
Cooperadores Salesianos d¡Fuñios:
CEBU (Filipinas). — D. Jaime Vañoz.
CE R R ITO (Colúmbia). — D. Femando Ayalde, Raíaela Soto. Waldina Sánchez, Trinidad
Quintero, Nicoraedes Tenorio, Concepción Peña,
líenxiinia Tenorio, Cecilia Portos, Ramón Mafia.
C IE ZA (España). — Doña Salud Capdevila.
L A VICTO R IA (Venezuela). — D. Nicolás
Serrano, Doña Dolores de Serrano.
R . I. P .
Coa a p ro b tetó a d e /« a a ío rld a d e d e s iia tlc a ,
G m a l e : D . D O .N tE N IC O G A R N C R I.
EoU blecim koto Tip. d«
S o cied ad E ditora latcm ocioaal - Tni*
C orea R e sin a Mar^^rt'fa. 176.
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Fecha
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1930.03