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                Título                        
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                        BS_1929_04
                                            
        
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                Descripción                        
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                        Boletín Salesiano.  Abril 1929
                                            
        
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                extracted text                        
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                        Abril, 1929 .
 
 Año XLIV - N. 4 .
 
 Íí Ea
 
 BOLETÍN SALESIANO
 REVISTA DE LAS OBRAS DE DON BOSCO
 D e la Cruzada Misionera.
 
 LA PAGINA DE O R O
 destinada a registrar los nombres de las B e c a s
 que se van fundando para res
 ponder al llamamiento del Sucesor de Don
 Bosco. He aquí la novena (2® Serié)'.
 M is io n e r a s
 
 53 . Beca Pedro Roía
 completada entre los alumnos internos de
 San Pablo (Brasil).
 
 54 . Beca M ons. M ourSo
 4 6 . Beca San José
 fundada por un insigne Cooperador de los
 Estados Unidos.
 
 47 . Beca San Francisco Javier
 debida a la generosidad del mismo señor.
 48 . Beca Colegio Morgando
 fundación del Colegio Salesiano «Justo
 Morgando* de Cuorgné (Italia).
 
 49 . Beca lÁons. Giordano
 fundada por los exalumnos del Liceo del
 Sagrado Corazón de San Pablo (Brasil).
 
 50 . Beca Alons. Lino
 fundada por la Asociación de la Guardia
 de Honor del Sagrado Corazón, de San
 Pablo (Brasil).
 
 51 . Beca María Auxiliadora
 fundada por los Sres. Cooperadores de San
 Pablo (Brasil).
 
 52 . Beca Nfra. Sra. de Lourdes
 debida a la generosidad de sus archicofrades de San Pablo (Brasil).
 
 recogida entre los alumnos externos de
 San Pablo (Brasil).
 
 55 . Beca Dionisio Giudici
 fundada por los alumnos artesanos de San
 Pablo (Brasil).
 
 56 . Beca Don Rosco (V)
 completada entre varios donantes.
 57 . Beca Don Bosco educador
 completada entre varios donantes.
 5 8 . Beca Don Cerruffi
 completada entre varios donantes.
 59 . B eca Corita Escalada
 ofrecida por su madre, en memoria de la
 bija, volada al Cielo.
 
 60 . Beca Parroquia de Sfo. Domingo de
 
 la Alfa Verapaz
 debida a la iniciativa de los Cooperadores
 de aquella localidad (Guatemala), donde
 no hay casa salesiana.
 
 98
 
 /A s a l v a r almas!
 Conmovedora en extremo es la historia del nerales simpatías y en San Pablo y Rio Ja
 Cacique Mayor. De naturaleza y aspecto sal neiro fueron recibidos con entusiasmo y to
 vaje. de elevada estatura, el hijo de las selvas
 dos admiraban su conducta ejemplar.
 del Mattogrosso era la encamación del in
 La Banda de los pequeños Bororos era una
 dio indómito y feroz
 magnífica prueba de la labor de apostolado
 Llegado a nuestra misión el año 1905. aún de los Hijos de Don Bosco y una demostra
 demostrando hacia los misioneros simpatía ción más de la santidad de nuestra Religión,
 y respeto, conservaba su altiva independen que sabe inspirar y llevar a cabo, a través
 cia; y como su temerario valor le daba grande de heróicos sacrificios, grandes empresas de
 ascendiente entre los suyos, ningún indio se caridad.
 atrevía a dar un paso sin su permiso. Él,
 Pero estos triunfos y alegrías debían tener
 por su parte, nutría afecto de padre para un epílogo de penas y dolor. E l 7 de jxilio
 con todos los miembros de su tribu.
 una cruel enfermedad ponía fin a la vida del
 Uno de sus hijos frecuentaba asiduamente pequeño Vital da Cruz, y con breve intervalo
 la Misión y el terrible indio lo acompañaba morían también los dos hijos del Cacique
 entre temeroso y desconfiado. Pero cüando Mayor, Jorge y Miguel Magone.
 los misioneros le pidieron que leé dejara a
 Es imposible hacerse una idea del dolor
 su hijo para instmirlo, bajó la cabeza, que de los misioneros. ¿Quién se atrevería a co
 dóse un tanto pensativo y luego exclamó: municar la desgarradora noticia al padre, que
 — Si, os lo dejo porque sois muy buenos... amaba entrañablemente a sus hijos?
 Y se alejó con los ojos bañados en lágrimas
 E l inolvidable P. Bálzola nos describe la
 Y el indiecito recibió el bautismo y se escena trágicamente conmovedora.
 llamó Miguel Magone.
 Apenas el Cacique entendió la triste nueva,
 Cuando más tarde pidieron al fiero cacique pareció enloquecer de dolor: desnudo, lan
 jiermiso para llevarse a su hijo a Kuropa,
 zando alaridos y acuchillándose todo el
 contestó en seguida: — Ya os lo dije una cuerpo, filé recorriendo todos los lugares
 vez: de vosotros me fío. P . Maldn. no lo deje donde habian estado sus hijos. Dirigióse a
 a nadie más y devuélvamelo sano y salvo.
 la residencia de los misioneros, chorreando
 Y Miguel vino a luiropa: muchos de nues sangre y entre ayes de dolor se hería en la
 tros amigos recordarán todavía la suave im cara, en los brazos, en todo el cuerpo, ba
 presión de bondad (¡ue doquiera dejaba el ñando con su sangre aquellos lugares.
 hijo del Cacique.
 — ¡M is hijos, iba gritando, mis hijos!
 A su regreso ejerció tal influencia en el éDónde están mis hijos?
 ánimo del padre, ([ue también él ret'ibió el
 bautismo y fué uno de los más eficaces au
 Este grito del Cacique Mayor es el grito
 xiliares del misionero.
 de la Iglesia Católica y debe ser también el
 Pero en acjuel año igo8 sucedió también
 grito de las almas buenas.
 la terrible desgracia. K 1 P. Malán bajó desde
 ¿Dónde están mis hijos, clama la Iglesia,
 el Malto Gros.so a lo largo del Paraná, acom mis hijos redimidos con la sangre preciosísima
 pañando la banda de los pequeños bororos de Jesucristo?
 que habían sido invitados por el mismo Go
 ¡Pobre juventud! ¡Pobres niños paganos!
 bierno a la Exposición de Rio Janeiro.
 El infanticidio, esta abominable práctica
 La impresión que causaron aquellos joven- corriente todavía por desgracia entre algunes
 citos, que pocos años antes vivían errantes pueblos paganos, es un baldón de ignominia
 por las selvas, en estado completamente sal- Nuestros misioneros la encuentran practi
 v ije , y que hoy, regenerados por las aguas cada con métodos y proporciones distintas,
 bautismales, daban ejemplo de piedad y
 tanto en Oriente como en Occidente.
 cu.dura, fué extraordinaria.
 Pero la nación tristemente clásica del in
 En fíuenos Aires, en Montandeo, donde se fanticidio es la China: aunque no es general,
 detuvieron algunos días, se ganaron las ge ni las cifras son tan elevadas como a veces
 
 99
 se ha dicho y hoy día disminuyen conside
 rablemente.
 Lo q :e más hiere la conciencia cristiana
 es que este abominable delito esté como san
 cionado por una de las célebres V E IN T I
 CU ATR O L E Y E N D A S , que sarcástica
 mente se llaman morales, destinadas a in
 culcar a los niños los deberes filiales. He ahí
 en resumen lo que cuenta;
 Una vez... había un jxibrecito que no lo-
 
 ¡Las pobrecitas niñas, sobre todo, sacri
 ficadas de mil inhumanos modos, qué com
 pasión no inspiran a los corazones que arden
 en el amor cristiano!
 Y aún se piensa quizá menos en otra forma
 de infanticidio no menos abominable y más
 terrible todavía por sus consecuencias; el
 infanticidio de las almas. Son millones y. mi
 llones de tiernas criaturas, primorosas ñores
 que se marchitan antes de tiempo, a causa
 
 La banda d e los indios B ororos de la que formaban parle los dos b ijís del C acique M ayor.
 
 graba mantener con el fruto de sus sudores
 a sus ancianos padres y demás familia. No
 sabiendo qué hacer para hacer frente a tales
 estrecheces, determinó, de acuerdo con su
 mujer, enterrar vivo a su propio hijo. Y he
 aquí que al cavar la fosa para su criminal
 intento, encontró en el fondo de la misma
 un tesoro. Así fue premiada — dice la moral
 china — la piedad filial de aquel padre des
 naturalizado.
 No es de extrañar, pues, que con tales
 enseñanzas se haj’a extendido la infame prác
 tica que tanto repugna a nuestro sentimiento
 cristiano-
 
 del ambiente corrompido, o segadas por un
 fanatismo embrutecedor.
 ¿Y no correremos a salvarlas? ¿No escucha
 remos la voz de nuestra Madre la Iglesia
 que por medio del Vicario de Jesucristo
 clama sin cesar; Salvad, salvad a mis hijos!
 
 El ejemplo de los niños.
 Se diría que el sentimiento de piedad y
 entusiasmo cristiano se manifiesta más es
 pontáneo y ardiente en los jóvenes. Estos
 niños que sienten fuertemente el amor hacia
 los hermanos lejanos necesitados, constí-
 
 lóo
 luyen una primavera de flores que prometen
 los más consoladores frutos. Quisiéramos te
 ner espacio suficiente para documentar nues
 tra afirmación y presentar a los lectores del
 Boletín hechos de belleza moral incompa
 rable que hablan muy alto en favor de los
 pequeños protagonistas. Nos linjitamos a
 citar alguno:
 Un generoso Cooperador Salesiano de V a 
 lencia (Kspaña) nos escribe:
 M is hijos Enrique, José, Consuelo, María
 Julia y Mariita, sabiendo cuán a pechos ha
 tomado el Rvdmo. Sr. D . Rinaldi el desarrollo
 de las Misiones, desean contribuir a la for
 mación de una B e c a M i s i o n e r a , c o n 50 0
 PTAS. CADA UNO, a los cuales añade otras qui
 nientas mi buena mamá.
 Otros jovencitos, los hermanos Manuel y
 Joaquin Marios Mollincdo, han encontrado
 también una manera simpática de contribuir
 a la salvación de los niños paganos, con un
 acto de exquisita caridad.
 K 1 Banco de Kspaña, como un tributo al
 bien llevado a cabo por los misioneros, ha
 hecho una emisión de billetes de Banco de
 25 pesetas, que en el anverso tienen grabada
 la figura del gran apóstol del Oriente, San
 Francisco Javier y en el reverso, al mismo
 santo bautizando a un grupo de infieles.
 Pues bien, habiendo el papá de los citados
 hermanos regaládoles uno de esos billetes,
 que bien prodríamos llamar misioneros, los
 generosos jóvenes se apresuraron a enviarlo
 como un homenaje al sucesor de Don Bosco,
 para la Cruzada Misionera.
 Nosotros, que desde hace años y muy ínti
 mamente conocemos las tradiciones de bon
 dad de los queridos alumnos del Colegio de
 Utrera, les tributamos con gusto desde las
 páginas del Bo/ri/n un caluroso elogio, augu
 rándoles que se conserven siempre entusias
 tas de toda obra buena y dechados de toda
 virtud.
 Ni podemos pasar por alto el acto exqui
 sitamente delicado del Sr. Sartorio, que, el
 mismo día en que el Señor alegraba su hogar
 con el nacimiento de una preciosa niñita,
 quiso ofrecer, para celebrar el fausto acon
 tecimiento, un cuantioso donativo para las
 Misiones, para atraer sobre su Cannencita
 la protección y bendiciones del Cielo.
 Si todos los niños, hijos de padres cristia
 nos, al nacer, recibieran esta señal de caridad
 en favor de las Elisiones, ¡cuántos bienes se
 atraerían sobre las nuevas generaciones y
 
 qué de rasgos de nobleza surgirían de un
 hecho llevado a cabo en la aurora de la vida,
 por padres cristianamente afectuosos!
 
 Nadie quiere ser menos.
 Kn esta porfía para la salvación de tanta
 pobre juventud todos quieren formar en
 puesto de honor; como lo demuestra el en
 tusiasmo que doquiera y en todo género de
 personas ha despertado la Cruzada Misionera.
 Desde los Estados Unidos un caritativo
 señor funda dos Becas para la salvación de
 los niños de Oriente. Nuestros alumnos. E x
 alumnos y Cooperadores de San Pablo [Bra
 sil) se han propuesto fundar siete Becas y
 escriben que todavía no se siente satisfecho
 su celo. Así aquella noble Nación, donde
 Don Bosco vió un maravilloso desarrollo
 de sus obras, sabrá atraer con la generosidad
 que la caracteriza, gracias abundantes sobre
 las poblaciones de su inmenso territorio.
 También Colombia contesta con entusiasmo
 al llamamiento del Rvdmo. P. Rinaldi. Pro
 curaremos publicar cuanto antes ios resul
 tados del trabajo que allí desarrollan con
 tanto afecto nuestros amigos.
 Nos conmueve además el delicado pensa
 miento con que tantos buenos Cooperadores
 quieren dedicar Becas Misioneras a la me
 moria de los Hijos y amigos más insignes
 de la Congregación Salesiana y a sus misio
 neros más distinguidos.
 Hermosa también la idea de dedicar una
 Beca al Venerando D. Juan Bta. Francesia,
 hijo predilecto de Don Bosco, que con sus
 90 años cumplidos no se causa de hablarnos
 del Padre y de su Obra, a cuyos difíciles
 inicios asistió y cuyo triunfo definitivo espera
 presenciar. Su nombre figurará dignamente
 en la Página de Oro, junto con los de tantos
 otros que a la Obra de Don Bosco han con
 sagrado todas sus energías, desarrollando una
 acción vasta y fecunda, tanto en los países ci
 vilizados como en las lejanas tierras do gimen
 en las tinieblas del error los pueblos infieles.
 También nos ha emocionado la iniciativa
 de los parientes del Cardenal Massaia, que
 envían un donativo de 500 liras para iniriar
 la fundación de una Beca dedicada al gran
 apóstol de la Etiopía. Oportunísima la idea
 de los Salesianos y Cooperadores de Pisa de
 dedicar una Beca Misionera a su E m da. el
 Cardenal M a ji, que tan bien ha dicho en pá
 ginas admirables de Don Bosco y de Don R úa.
 
 i
 
 lOl
 P.\vs.^^NDú (Uruguay). — Largos años hacía
 sufría de tma enfermedad al estómago que me
 imposibilitaba para el ciunplimiento de mis
 deberes. Poco o nada pude conseguir de la
 ciencia médica, pues la eiiíenuedud iba agra
 vándose cada vez más, reduciéndome a menudo
 a crisis de violentos y frecuentes vómito.s, que
 acaban i>or hacerme caer largamente desva
 necida, con otras desastrosos efectos.
 Para someterme a lui examen ra Uognlfico
 tuve que trasladarme a la ciudad de Buenos
 Aires, no sin grandes dificultades; pue.s miestado delicado me tenía casi inii>osibilitada
 para el movimiento. El dia 23 de mayo de 1928
 regresé nuevamente a Paj'sandi't creyendo mis
 hermanas recibir xm cadáver ¡Tan deshecha
 voM a de mi forzado viaje!
 Del examen radioscópico los médicos dedu
 jeron que era necesaria una operación, pero yo
 no sabía determinarme a dar mi consentimiento.
 De pronto llega hasta mi celda un grupo de
 hermanas trayendo en procesión una hermo
 sísima imagen de nuesrío Padre Don Bosco,
 regalo que acababa de hacer xma señora en re
 cuerdo de la Primera Comunión de su hijita. El
 retrato de nuestro Vble. Fundador fué para
 mi como una visión de Cielo, que infundién
 dome fuerzas hizo que me dispusiera con calma
 a la inter\-ención quirúrgica.
 En efecto, 20 dias después en el sanatorio
 de esta ciudad se me practicó la difícil operación
 de cuyo resultado mucho temían los mismos
 médicos, dado el estado de gravedad en que
 yo me encontraba.
 Mas la intercesión del Vble. Don Bosco
 imiilorada por las hermanas y niñas durante
 varios meses, en los cuales, sin interrupción se
 rezaba la Novena para obtener la Beatificación
 de nuestro queridísimo Padre; su reliquia, que
 Al hablar de Don Bosco, como de los demás Siervos
 me acompañó siempre, aún en la mesa oix;rade Dios, nos importa hacer constar que no queremos
 toria, me obtuvo la gracia pedida de la que
 en manera alguna contravenir a las disposiciones ponti«
 son testigos todos los que presenciaron mi en
 ficias, ni atribuir a ningún hecho una autoridad superior
 fermedad.
 a la que merece un simple testimonio humano, ni prc>
 Hoy, después de una larga convalecencia,
 venir el juicio de la Iglesia, de la cual, a ejemplo de
 recobrada milagrosamente la vida, hago pú
 Don Bosco, nos gloriamos de ser obedientisimos hijos.
 blica mi gratitud al Vble. Juan Bosco para
 CamagOe y (Cuba). — Hace años hallándose gloria de Dios y de su Siervo.
 ima amiga mía en estado preagónico, se le puso
 15 E n ero 1929.
 ima reliquia del gran Fundador de la Obra
 Sor Angelina L emoyne
 Salesiana y, a p>esar de que tenía un tifus ma
 ligno, fué mejorando gradualmente y hoy se
 B uenos A ires (Argentina). — Sara Hechart
 encuentra en perfecto estado de salud.
 agradece vivamente al Vble. Don Bosco la
 Pero lo que me mueve hoy a hacer púbhco gracia de que haya podido caminar im sobrimi agradedmieuto es que hace apenas lo días ' nito cuya salud inspiraba serios temores y
 tuve a tma hermana gra\‘ísima, con unos sín en%-ia agradecida la suma de L. 400 para el
 copes tan alarmantes que temíamos se quedara Boletín Salesiana.
 en algtmo de ellos. Invocamos a Don Bosco y
 le aplicamos su reliquia y ens^uida se dió con la
 S an G regorio (Uruguay). — Sofia Frantán
 causa de la enfermedad, que se curó rápidamente. de Peláez agradece a Don Bosco el ahvio de
 su enfermedad y envía «na limosna para su
 29 Enero 1928.
 Caii-m de Beatificación.
 Una Cooperadora Salesiana.
 
 Pasaron muchos días..... Una mañana el
 Cacique Mayor se presenta al Misionero y
 le dice: — Hoy los he visto a mis hijos; se me
 aparecieron sonrientes y vestidos de blanco. Me
 dijeron que estuviera contento, que fuera bueno,
 que un día iría con ellos. ¡Ah mis queridos
 hijos, se han vuelto más hermosos; jamás los
 había visto así!
 ***
 Apreciados amigos, todos los que os afa
 náis para el éxito de esta Cruzada y con
 oraciones, con la propaganda, con las li
 mosnas cooperáis a la salvación de tanta
 pobre juventud, levantad vuestra mirada a
 las legiones de niños que nimbados de luz
 celestial os sonríen desde el Cielo. Son los
 niños por vosotros salvados y arrancados del
 error y del vicio, son el fruto de vuestra
 caridad y un día serán vuestra corona.
 Cada uno de vosotros, absorto ante tan
 hermosa visión puede exclamar con el Ca
 cique Mayor:
 ¡M is hijos se han vucllo más hermosos:
 jamás los había visto asi!
 P e d r o R i c a l d o n e , Pbro.
 
 Por intercesión
 del Vble. Juan Bosco.
 
 REINA Y MADRE
 Pero tambén fué para España Madre y
 ¡Ha muerto la Reina Madre!
 Madre cariñosa. No sólo mientras fué su
 Jamás un epíteto de categoría o dignidad
 reina sino y, casi diríamos especialmente,
 ha podido significar mejor las dotes ‘d e la
 persona a quien se aplica; porque eso'es lo después. Cuando libre de los cuidados y
 preocupaciones de la regencia, se dedicó por
 que han perdido España y su Rey con la
 completo a aliviar las
 inesperada muerte de
 penas y dolores de
 la virtuosísima Señora
 sus súbditos más nece
 Dña. María Cristina:
 sitados, entregándose
 Una Reina y una Ma
 a aquella \ada activa
 dre, de valor inesti
 de caridad, de la que
 mable en ambos con
 tantos episodios ha re
 ceptos.
 cogido la prensa y que
 Reina y Madre para
 le captó el amor de to
 Su Majestad el Rey
 dos los españoles, que
 (q. D. g.). Porque Ma
 en ella veían la personi
 dre cariñosa y ejem
 ficación de la bondad.
 plar fué para él cuan
 He aquí por qué su
 do, tierno infante, lo
 muerte ha sido tan
 mecía en sus ieales
 generalmente sentida
 brazos, cuando depo
 y ha despertado un
 sitó en sus sienes la
 plebiscito tan espon
 corona real. íntegra y
 táneo de admiración y
 gloriosa, cuando con
 de cariño que ha cul
 sus oraciones y con
 minado en una de las
 sus cuidados le acom
 demostraciones más
 pañaba en todas las
 circunstancias tristes
 grandiosas de duelo
 que haya presenciado
 y alegres de su azarosa
 España.
 vida, cuando con en
 S . M . la Reina M adre . D A s . A laria C rislina
 tusiasmo frenético lo
 Y para la Obra Sa(q. s. g. h.)
 lesiana en España fué
 estrechaba contra su
 pecho al volver tras larga ausencia, cuando
 también Reina idolatrada y madre cariñosa.
 complacida y humildemente orgullosa con Varias veces los hijos del pueblo que se edu
 templaba a su augusto . Hijo convertido can en las Escuelas Salesianas de la Corte
 en ejemplo de gol>ernatvtes y soberanos, pudieron aclamarla gozosos, recibiéndola a
 llevando a nuestra Patria hacia las cumbres los acordes de la marcha real, cuando en
 de la gloria.
 alas de la caridad no se desdeñaba de atra
 Y Rfina fué también para su Alfonso que vesar los llamados barrios bajos para acudir,
 en su corazón le tuvo siempre levantado un en los momentos en que la Obra Salesiana
 trono y (jue cual otro Salomón le dedicaba daba pasos importantes en sus Instituciones
 la parte mejor de sus gloriosos éxitos.
 a favor del pueblo, a tomar parte en su
 ¡Y una reina y una madre ha perdido tam alegría y animar con su presencia a la pro
 bién ICspaña! Reina amante, solicita, valiente, secución de aquellas obras a las que no re
 que recibió el delicado encargo en momentos gateaba nunca el concurso de su caridad.
 bien difíciles, que se captó el respeto y el Grande aprecio nutría la Augusta reina por
 amor de sus súbditos, que supo llevar con la Obra Salesiana que hoy la llora y deposita
 honor y conservar para su hijo, una corona una oración sobre su tumba, como lo demos
 que corrientes sectarias y antipatrióticas tró en reciente ocasión queriendo confiarle
 hubieran querido arrebatarle.
 uva importante obra benéfica oficial en la
 
 103
 Capital de España y siguiendo con interés
 el desarrollo de la misma en pro de la niñez
 pobre y desvalida.
 Es por eso que nuestro Superior General,
 D. Felipe Rinaldi, que tan imborrable re
 cuerdo conser\*a de su ^'isita al Regio Alcázar,
 apenas conoció la triste nueva se apresuró
 a enviar a Su Majestad el Rey (q. D. g.)
 la expresión del sentimiento suyo y de toda
 
 Salesiana y a su dignísimo Superior, con
 testó inmediatamente en la siguiente forma;
 Felipe Rinaldi - Superior General Salesianos Turin.
 Profundamente reconocido por afectuoso
 pésame y sufragios de Religiosos, Cooperadores
 V Alumnos por mi inolvidable amadísima
 Madre - Alfonso, Rey.
 Por todo lo cual el Boletín Salesiano, une
 
 M adrid íñspaR a) — S o s M a jesla d ts los Reyes y la Reina M adre
 en la C a sa Salesiana. coa mofivo de la colocación de la prim era piedra d e las Escaelas Profesionales.
 
 la familia salesiana por tan irreparable pér
 dida, con el siguiente telegrama:
 Majestad Alfonso X I l l - Palacio Real Madrid.
 Superior General Salesianos envía sentido
 pésame Su Majestad y Real Familia muerte
 sania Reina madre/ nombre Salesianos, Coope
 radores y alumnos ofrece oraciones y sufragios.
 Felipe Rinaldi.
 Y Su Majestad el Rey que tantas pruebas
 de aprecio tiene dadas a la Congregación
 
 su voz a la de toda España para rendir
 tributo de cariño y admiración a la Reina
 buena, para pedir a todos, fervorosos sufra
 gios por su alma y para presentar a la Real
 Familia y especialmente a su Majestad el
 Rey -el pésame más sentido e invocar sobre
 su Real Persona el bálsamo del consuelo cris
 tiano, seguros como estamos que si hasta
 aquí tuvo siempre reserv'ado en su corazón
 un trono para su santa Madre, hoy le t a
 consagrado y a un altar.
 
 DE NUESTRAS M ISIONES
 Excursión por el rio Demini (Brasil)
 Primer encuentro con los Indios Chinanas y Aicars,
 (D e una relación del P. M isionero Angel C erri, desde el B arracón de T abatinga)
 
 Amadhhno Padre,
 I^as funciones sagradas ejercidas ayer en
 este sitio y en las que pasé el día entero, me
 produjeron tal satisfacción, que sin poderla
 contener en mí, quiero hacer a S. Rvcia. par
 tícipe de ella a fin de que conmigo y a los
 ])ies de María Auxiliadora, agradezca al Se
 ñor el gran bien que, con su divina gracia,
 se va haciendo por estos inmensos Ríos y en
 el mismo corazón del <f.infierno... verde •i
 Conforme a lo establecido por Mons. Massa, de acuerdo con el Sr. Luís de Souza, el
 comerciante más importante del Río Demini,
 partí el día 12 de noviembre de Barcdlos,
 con el fin de recorrer dicho río y ver si me
 podía poner en relación con las tribus de
 los Chirianas y
 que habitan en las
 orillas de su curso superior. Era esta una
 visita sumamente necesaria ya que el año
 pasado entró en este río, por primera vez.
 una lancha protestante, con el fin de con
 quistar a U>s indios y establecer un Centro.
 |Cónio amarga el corazón ver a tantas almas
 bien dispuestas, que, por falta de Misioneros,
 puetlen ser presa de los enemigos de la Iglesia
 de Cristo! Desgraciadamente hube de com
 probar U>s des;\strosos efectos de esta primera
 visita protestante; pues uno de los tres co
 merciantes de este Río se ha afiliado ya a
 la secta y se ha ofrecido a coadyuvar a la
 propaganda protestante entre los indios.
 ¡Pobre hombre! agobiado por las deudas se
 deja alucinar por el dinero y las promesas
 de los protestantes y todo lo sacrifica. Daba
 pena ver la indiferencia con que avisaba a
 
 las familias de él dependientes, de la visita
 del misionero para los bautismos y casamien
 tos que hubiera que hacer.
 Pero el Señor misericordioso quiso le
 vantar mi ánimo del abatimiento que este
 triste hecho le producía, con el espectáculo
 que ayer presentaba este sitio de Tabalinga,
 propiedad del buen Sr. Luís de Souza.
 Al cabo de tres días de estar en él, ocupado
 en enseñar el catecismo a las familias del
 núcleo más próximo, al amanecer del do
 mingo, entre un dialogado tiroteo de esco
 petas, revólveres y cohetes, fueron llegando
 desde muy lejos canoas y más canoas reple
 tas de familias, con el fin de ver al misionero
 y cumplir sus deberes religiosos.
 K1 nuevo barracón, aiín sin terminar, en
 que había de celebrar la Sta. Misa, se llenó
 por completo. Las mujeres con sus numero
 sas criaturas de pecho sentadas sobre esteras
 en el suelo y alrededor, de pie o sentados
 sobre cajones, un nutrido grupo de hombres
 y mozos en actitud respetuosa y devota.
 L a función iniciada con unas piezas que
 toqué en mi armonium, compañero de \daje,
 en medio de la general admiración y entu
 siasmo, fué desarrollándose solemne; sin que
 fueran obstáculo a ello ni el mo\'imiento de
 I>erros, gallinas y cerdos compañeros inse
 parables del indio, ni la gritería, cantilena
 y lloros de las criaturas que se arrastraban
 a mis pies.
 Terminada la misa pude administrar 21
 bautismos, entre ellos unos doce de indios
 Chiri.inas y a adultos; por la tarde fué la vez
 
 i 05
 de la legitimación de matrimonios. Con
 grande consuelo de mi alma pude bendecir
 10 uniones, algunas de las cuales llevaban ya
 vanos años sin legitimar. I^a enérgica pro
 paganda, en este sentido llevada a cabo por
 el inolvidable P. Bálzola, va produciendo
 sus frutos y el casamiento religioso va en
 trando en las costumbres de estas pobres
 gentes.
 Terminados los casamientos, di comienzo
 a las confirmaciones en número de 21 y no
 terminé la labor apostólica de este día sino
 
 Indios qué en las ignoradas selvas arrastran
 una vida llena de miseria y barbarie.
 Mañana seguiré mi viaje remontando el
 río Demini. para pasar un día en el Barra
 cón de uii señor judio, último límite civili
 zado de estos parajes, y seguir luego, p(ír
 otros tres o cuatro días de monótona nave
 gación, hasta la Cachoeira donde se encuen
 tra la primera Maloca de indios Chiriunas,
 por medio de los cuales he de procurar entrar
 en relación con los Aicars, que viven mucho
 más arriba. Todo lo he preparado para que
 
 C erca de Barcellos desemboca en el R io N egro, el R ío Demini, de! caal habla el P . C errí en su relación.
 En la parle alta de su curso se hallan las tribus de los C hiriaoas f de los A icars.
 
 con la puesta del sol, hora en que emj)ezó
 la desbandada, .pues varias de las fanülias
 allí congregadas debían viajar largas horas
 de la noche para llegar a sus solitarias chozas.
 No sin profunda pena veía partir aquellas
 canoas, cuyos tripulantes quizá por mucho
 tiempo no oirían más las palabras de con
 suelo y esperanza del Misionero, ni recibi
 rían los auxilios de la Religión. jVengan, sí,
 vengan pronto nuevos misioneros que re
 corran siquiera nna vez al año estos inmensos
 ríos y visiten estas familias tan bien dispues
 tas, que con tanta veneración reciben y escu
 chan al misionero y que puedan llevar tam
 bién la luz del Evangelio a tantas tribus de
 
 este primer encuentro les sea simpático y
 sirva de imán a infinidad de tribus descono
 cidas que pueblan estos parajes.
 (La carta fechada en 19 de noviembre de 1928
 sufre aquí una interrupción y la continuación
 lleva la fecha de 29 d d mismo mes).
 
 Hacia la Maloca de ¡os Chinanas y en
 busca de los Aicars.
 Van y a dos días que nuestra lancha des
 ciende velozmente del alto Demini y mien
 tras nos acercamos a los puestos civilizados
 voy a darle cuenta del resultado de esta
 larga excursión.
 
 io6
 Gonlo le decía anteriormente, el día 20 de ron apareciendo los ornamentos de la misa,
 tíovienibre, después de la activa jornada mi allí fué el correr de los indios en su adamítica indumentaria, y medio escondidos
 sionera, áalímos de Tabatinga en compañía
 detras de los árboles asistieron con atención
 del Sf. Luís de Souza, que nos facilita la
 y silencio al Santo Sacrificio, que el sacer
 lancha y llena de atenciones al misionero.
 Tres horas después llegábamos a la propie dote ofrecía por su redenc ó i.
 Pero su curiosidad y atención subió de
 dad del señor judío, último puesto civilizado,
 punto cuando sentándome en el harmonium
 donde pasamos la noche. Al día siguiente,
 empecé a tocar algunas piezas y a cantarles
 fiesta de la Presentación, celebramos la santa
 Misa y pude decir algunas palabras de oca alguna copla. ICntonces se fueron acercando
 cada vez más en apretado círculo y algunos
 sión a las familias que se habían reunido de
 querían también cantar como yo.
 los sitios adyacentes. Y tuve el consuelo de
 Aproveché la ocasión para sacar diversos
 administrar 14 bautismos, 18 confirmaciones
 grupos fotográficos no sin grandes esfuerzos
 y un matrimonio.
 Y a aparecía tras las florestas la hermosa para vencer su desconfianza. lluego nos di
 faz de la luna, cuando emprendíamos nue rigimos juntos a la próxima maloca de los
 vamente el viaje (jue debía durar dos noches Chirianas y entonces pude ver lo que era
 y dos días consecutivos, hasta que llegamos la fila indiana y admirar la velocidad y sol
 por fin a la primera cachoeira, o cascada, cuyo tura con que caminan por la floresta.
 Las malocas de los chirianas son de forma
 rumor oíamos ya desde muy lejos, y a cuyo
 nivel se encuentra la primera maloca de los rectangular hechas por completo de hoja de
 palmera y con techo a dos aguas; son bajas
 indios Chiriaiias.
 No hallando allí a los indios, mandamos y con solo dos puertas. Las dos malocas que
 al día siguiente una canoa con dos de nuestros aquí existen formando una sola, tienen unos
 12 m. por 6; son muy oscuras y húmedas y
 chirianas ya civilizados, que están al servicio
 en su interior se ven troncos de árbol cor
 del Sr. de Souza y allí resolvimos aguardarlos.
 Tan fuerte era el calor del sol, que se tados. Al ver tanta lobreguez no me extrañó
 reflejaba en las rocas en que nos habíamos que estos indios quedaran diezmados por
 refugiado, que optamos por bajar hasta la entermedades de pecho. De las costumbres
 de los aicars nada puedo decirle, pues nadie
 abandonada maloca, internada en la floresta,
 ha llegado todavía hasta sus malocas, luí
 (joude los indios tenían su morada y sus
 mi futura Misión de abril o marzo espero
 cultivos de mandioca.
 Tendiendo nuestras hamacas entre los poder llegar a conocerlos íntimamente y po
 árboles pasamos allí dos días y tres noches derle decir algo de su género de vida.
 Los que ahora vinieron a vernos junto con
 en espera de los indios, hasta que el día 2O
 a media noche, mientras la luna lucía su los chirianas me llamaron la atención por su
 mejor luz, fueron llegando sigilosamente 3 pelo cortado a lo fraile, tanto las mujeres
 como los hombres, formando cerquillo, del
 canoas cargadas de indios con el producto
 de su pesca, 25 enormes tortugas. A la ma cual penden girones de algodón. E l cacique
 ñana siguiente cuando bajaba yo al río para ostentaba además una corona roja en forma
 de solideo, cual si se hubiera pintado la ca
 lavarme, estaban allí todos escondidos tras
 del follaje contemplando maravillados aquel beza con tinta encarnada. Algunas mujeres
 llevaban adornos alrededor de la boca y de
 «bicho raro ».
 Solo cuando fuí saludando al tuchana {ca la nariz, hechos con palitos incrustados en
 cique) de los chirianas y con mil señas con la carne y además llevaban el cuello y los
 brazos rodeados de fibras vegetales.
 seguí que viniera el tuchana de los /I icars y
 ¡Si hubiera \*isto amado padre, con cuanta
 le extendí la mano y lo abracé sin que él
 acertara a devolverme el saludo, fuerou acer ávidez recibían las medallas que les di 5’ los
 espejitos y collares de \*idrio que les regalé'
 cándose los más valientes, a los que también
 A l atardecer se reunieron nuevamente al
 saludé con afecto.
 Allí estaban por fin los .4 icars en contacto rededor del altar para presenciar la ceremo
 con los civilizados por medio del misionero nia del bautismo de dos chirianas y oir em
 y era de esperar que las demás tribus se bobados las piezas de armqnium y ensayos
 de canto que allí hice.
 irían también aproximando.
 Cuando las sombras de la noche empezaron
 Cuando comencé a annar mi altar y fue
 
 107
 a desplegar su manto los indios encendieron
 sus fogatas junto a las hamacas y el paisaje
 adquirió fantástico aspecto.
 A l pie de un gigantesco árbol y junto a
 una de esas fogatas hice mi parca cena, con
 sistente en sabrosa carne de tortuga y cuando
 todos hubieron terminado los reum' por úl
 tima vez al son de mi harmonium junto al
 altarcito y tras el rezo del rosario y unos
 cantos, no pudiéndoles hablar, les fui ense
 ñando el estribillo de alguna copla y la señal
 de la cruz. A l intentar hacerla el viejo tn~
 chana de los Aicars suscitó la hilaridad ge-
 
 Excursión por los afluentes
 del Río Negro (Brasil).
 (Relación del P . G iaccone).
 
 Taractui, Octubre 1928.
 Rvdmo. Sr. D. Rinuldi.
 A l llegar de mi larga e.xcursión apostólica,
 que ha durado 49 días en canoa, tocando
 casi los cuatro puntos cardinales de nuestra
 extensa misión, deseaba \’ivamente enviarle
 cuanto antes una -relación de los peligros y
 
 El P . C erri, misionero salesiono argentino entre los indios del R io N egro (Brasil).
 
 neral, pues resultando para él muy compli
 cada la cosa, con grandes esfuerzos hizo la
 señal de la Cruz hasta la palabra Espíritu y
 no sabiendo como continuar llevó decidido
 la izquerida al hombro derecho diciendo
 Santo. iPobrecitos! N i besar el Crucifijo sa
 bían, pues algunos lo lamían con la lengua
 y otros lo introducían en la boca como prara
 morderlo.
 Terminada aqudla original primera misión
 a los Indios Aicars todos se retiraron hacia
 sus chozas para dormir y a la mañana si
 guiente mientras ellos regresaban a sus tie
 rras el misionero emprendía el ^naje de \*uelta
 con la impresióiL dolorosa de la gran falta
 de operarios para recoger tanta mies ya
 madura y bien dispuesta!
 
 peripecias del \naje y del bien que con la
 gracia de Dios se había podido hacer; pero
 mis ocupaciones me han obligado a diferirlo.
 Antes de empezar le ruego, amado Padre,
 una a las mías sus fervorosas oraciones para
 dar gradas a María Auxiliadora y a nuestro
 \T>le. P. Don Bosco, por haberme salvado
 hasta tres veces de una muerte trágica en
 las terribles cascadas de estos ríos. Sin una
 espedalfsima protecdón del Cielo yo no hu
 biera regresado de mi escursión apostólica.
 
 En e/ río Tiquié. — Primeras difículfades»
 — Como se viaja en ubó- — La IJuvie,
 E sta vez no salí solo; sino en compañía
 del P. Algeri, que desde Sav Gabriel bahía
 
 io 8
 
 venido a Taracuá para reponerse algo de las
 fiebres que lo habían dejado agotado; y sa
 limos decididos a viáitar los lugares escogidos
 por el P. Marchesi para las futuras residen
 cias. Dejamos Faracud con un poco de preo
 cupación y de tristeza: el viaje era largo y
 peligroso, las lluvias torrenciales no daban
 sfeñal de terminar y había que cambiar va
 rias veces de canoa. Pero confiados en las
 oraciones de nuestros niños y de tantas al
 mas buenas que rezan todos los días por los
 misioneros, salimos en un sencillo ubá (i).
 I'.l río Tiquié corre en continuo zig-zag,
 obligando a los remeros a atravesarlo dos
 veces al día, lo cual retrasa mucho la mar
 cha. Cuando se va de una orilla a la otra,
 para evitar un largo rodeo, la fuerza de la
 corriente es tal que la canoa no puede avan
 zar, antes al contrario retrocede. Cuando
 en cambio el río está crecido se pueden evi
 tar grandes rodeos y ganar así horas de viaje,
 entrando en los canales laterales, accesibles
 sólo a los ubá. listo explica la prontitud
 extraordinaria con que los indios de una ma
 loca avisan a los de otra cuando llegan co
 merciantes o misioneros. Nuestra canoa se
 metió casi enseguida en uno de estos canales.
 Después de dos horas de marcha entre árbo
 les gigantescos, nos encontramos delante de
 un enorme tronco que a flor de agua nos
 cerraba el paso. Dos remeros discutieron
 cual era la mejor solución; descargar la ca
 noa no era posible, porque toda la selva
 estaba inundada, volver atrás era perder
 casi un día de viaje, cortar el tronco, no se
 podía por faltíi de medios... finalmente deci
 dieron pasar a todo trance. Se echaron al
 agua para levantar la canoa y arrastrarla
 por encima del tronco, utilizíuido palos y
 lianas en lugar de cuerdas. Tam bi6i nosotros
 dimos una mano a los pobres indios y al
 cabo de una hora de trabajo el obstáculo
 fué superado. Pero todos nosotros estábamos
 mojados hasta la cintura.
 La lluvia que hasta entonces nos había
 respetado \-olvió a caer con violencia. A los
 remeros les importa poco, porque se quitan
 los vestidos, los ponen en lugar seguro, y
 luego se los vuelven a pt)uer enjutos cu:uido
 cesa la llu\'ia. En cambio nosotros nos refu
 giamos biijo el toldo de la canoa.
 El ubá, es óptimo para viajar cuando hace
 IM Embarcación consistente en nn tronco de árbol
 N^iciado como se ve en el adjunto grabado.
 
 buen tiempo, pues es velocísimo. Pero cuando
 llueve resulta muy incómodo. H ay que encojerse y hacerse un ovillo bajo el toldo que
 a duras penas llega a cubrir el altar portátil,
 la caja de las medicinas y las provisiones. Y
 esta vez el caso era más grave, porqué éra
 mos dos y uno bastante voluminoso. Imagínes^, amado Padre, que todo el espacio
 disponible era de 1,20 m. de largo por 80 cm.
 de ancho y 1 m. de altura; de manera que no
 se podía ni extenderse ni hacer movimiento
 alguno, debiendo permanecer inmóviles como
 estatuas; y en tan penosa situación pasamos
 cuatro días y cinco noches. Si la lluvia va
 acompañada de viento, entonces el movi
 miento producido en las hojas del toldo hace
 que penetre el agua y al poco tiempo uno
 queda empapado y se empiezan a sentir
 escalofríos terribles. Además en ciertas zonas,
 de aguas estancadas hay que luchar con los
 mosquitos, que asaltan con tanta violencia,
 que hay que trabajar continuamente de ma
 nos, si uno no quiere quedar tan desfigurado.
 La prim eras malocas. — La alegría de
 lo s indios. — P a d re no p ierdas de
 visfa a m i hijo.
 Hacia las tres de la tarde llegamos a una
 maloca de Tucán s. De la enorme cabaña
 salía una espesa columna de humo: todos
 corren a saludamos en medio del entu
 siasmo de los niños que gritan, de los perros
 que ladran y de los papagallos que chirrían.
 La parada es breve y mientras decimos al
 guna buena palabra a aquellos indios y co
 locamos ima imagen de María Auxihadora
 en el palo principal de la maloca, nuestros
 remeros se aprox-echau para calentarse un
 poquito al fuego, y en seguida reanudamos
 la marcha. La llu\*ia torrencial sigue caj'endo y se escurre por las espaldas desnudas
 de los remeros, que no por eso retardan el
 ritmo de los remos, ni pierden su buen hu
 mor; al contrario, de cuando en cuando es
 tallan en sonoras carcajadas. Se ve que han
 nacido para eso; no pierden su buen humor
 y natural alegría, ni bajo un diluvio de agua,
 ni bajo el sol abrasador de estas latitudes.
 Tienen tanta costumbre y ejercicio, que re
 sisten hasta quince horas remando continua
 mente, hablando, riendo y silbando con la
 mayor tranquilidad.
 Hacia las 8 de la noche llegamos a la ma
 loca del Maiapy, primera etapa del misio-
 
 109
 ñero, que desde Taracuá remonta el río Tiqiiié. Encontramos allí apenas tres familias,
 dos de tucanos y una de desanos; a esta úl
 tima pertence uno de los dos catequistas
 (alumnos internos de la misión) que nos
 acompañan. E l recibimiento fué cordial y
 afectuoso. — Finalmente ha llegado el Pa
 dre, se decían unos a otros. Mientras hacíamos
 secar nuestros vestidos junto a una gran
 hoguera, los buenos indios nos prepararon
 un ángulo de la maloca para pasar la noche.
 
 algo y nos dispusimos a partir. L a familia
 del niño que nos acompaña estaba fuera de
 sí por la alegría; pero el padre, al despedirse,
 me recomendó mucho que no lo perdiera de
 vista, para que nadie le diera ningiin veneno;
 y henos de nuevo en nuestro pequeño uhd,
 encogidos e inmóviles. Los primeros días de
 tal modo de viajar son inaguantables; menos
 mal que los dos pequeños catequistas, siem
 pre alegres, nos tenían de buen humor. Sen
 tados delante de nosotros se entretenían
 
 A taniobras indispensables para remontar las cachoeiras (cascadas) d d Rio N egro y de sos afluentes.
 
 Después de ima modesta cena, colocamos
 una imagen de María Auxiliadora en lugar
 preferente y preparamos el altar ante el cual
 rezamos las oraciones en común y luego nos
 acostamos en las hamacas. La lluvia aguan
 tada, t í cansado del viaje y el calordUo de
 la maloca, nos sumieron pronto en profundo
 sueño.
 A la mañana siguiente nos levantamos
 tempranito y seguía lloviendo. Celebramos
 la santa misa, durante la cual se rezaron las
 oradones y el rosario; los dos catequistas
 hideron la santa Comunión con grande edificadón de los indios y luego les hidmos
 un poco de catecismo. La llu\'ia disminuyó
 
 leyendo o haciendo algún ejerd d o de arit
 mética o cantando las coplas que han apren
 dido en Taracuá con gran placer de los
 remeros que los escuchaban embobados. Y
 entre tanto van desfilando ante nuestra vista
 las dos orillas de la selva, como grandes
 murallas, siempre iguales, con la exuberante
 vegetadón verde-oscura que les da un as
 pecto sumamente tétric». No encontramos
 ni una cabaña, ni una canoa; la soledad es
 completa; sólo de cuando en cuando nos
 distrae algima bandada de loros o tucanos
 o grupos de monos, atléticamente suspendi
 dos de los árboles. Viajamos hasta después
 de mediodía, siempre bajo la Uu\'ia, hasta
 
 que llegamos a la última cabaña de los indios
 (jue habitan este punto del río Tiqnié.
 Son tucanos que viven escondidos en tres
 pequeñas chozas, algo internados a orillas de
 un pequeño afluente de aguas frías y ne
 gruzcas. Desembarcamos para hacerles una
 visita, tomar uu poco de alimento, enjugar
 nuestros vestidos y calentamos. Digo ca
 lentarnos. porque hasta los remeros, a pesar
 de que han trabajado y no poco, están tiri
 tando de frío. Parece mentira que sobre el
 ecuador se sienta la necesidad del fuego y
 no solamente de noche sino aún de día,
 cuando la lluvia no ceja. El buen Calixto,
 un viejo tucano, nos preparó con cariño un
 buen fuego, mostrando mucha pena por vernos en tal estado y luego nos ofreció pescado
 fresco, que estaba asando a fuego lento. To
 dos formamos un gran corro y los indios no
 cesaban de preguntamos sobre nuestro viaje,
 sobre sus hijos que se educan en la misión,
 sobre el P. Marchesi etc. etc. l'u é una hora
 de verdadera expansión familiar mutua, que
 nos sirvió de gran consuelo. Calentados y
 algo refocilados, dejamos también aquí la
 imagen de María Auxiliadora, después de
 decirles alguna buena palabra.
 Iva lluvia había cesado casi por completo
 y nos pusimos de nuevo en camino para
 aprovechar las últimas horas del día, con la
 esi)eranza de encontrar a lo largo del río
 alguna vieja choza de seringueiros — colec
 tores de caucho — • dónde pasar la noche.
 Nos encontramos en una zona deshabitada
 y por cinco días no veremos más malocas.
 TCl río está bastante crecido y hace acudir
 a mi mente i>ensamÍentos tristes. Hace dos
 años que ya no se trabaja en el caucho; pro
 bablemente las pequeñas chozas deben estar
 destruidas o medio sepultadas por la exu
 berante vegetación o hutididas en el agua
 que todo lo invade. Con estos pensamientos
 trascurrimos varias horas, haciendo hipó
 tesis y obser\*ando atentamente a cada nuevo
 recodo del río si aparecía alguna choza. ¡Inú
 til empeño! La noche se nos echaba encima
 y U>s remeros, habiendo descubierto un lugar
 algo elevado, atracaron la canoa y se pre
 pararon ¡xara pasar la noclie.
 Alhenas desembarcados, desaparecieron en
 la selva en busca de leña y comimos con
 alegría, que gracias a Dios no nos deja nunca;
 rezamos las oraciones y luego cada cual
 buscó un lugar para dormir. El ubá fué nues
 tro dormitorio, donde tu\imos que estar
 
 como sardinas en banasta. Los remeros en
 cambio colgaron sus hamacas en los árboles
 de la selva, alrededor de su imprescindibile
 hoguera. Pero apenas trascurrida una hora,
 un tremendo trueno nos despierta. ¡Ogkoro
 aiinti — que viene la lluvia!, exclaman los
 indios y en seguida saltan de las hamacas
 para improvisar una pequeña choza donde
 refugiarse. La oscuridad no les permite bus
 car hojas de palmera y tienen que conten
 tarse con pocas ramas que encontraron a
 mano y en pocos minutos el techo estuvo
 listo, pero tan pequeño y bajo que apenas
 caben acurrucados como pollitos bajo la
 clueca. Entre tanto el temporal ruge ame
 nazador, los relámpagos rasgan siniestra
 mente la oscuridad de la selva y la lluvia
 se desencadena, junto con un terrible hu
 racán. En la selva se produce un rumor in
 fernal, los árboles crujen, las ramas secas se
 desgajan y caen al suelo con gran estruendo
 y alguna alcanza el toldo de nuestra canoa.
 ¡Qué pequeño se siente el hombre ante la
 grandiosidad de los fenómenos de la natu
 raleza! ¡Qué feiA’orosa acude entonces a los
 labios la oración! En ciertos momentos exj>erimentábamos la misma impresión que en
 los frecuentes terremotos de cpie éramos víc
 timas en Chile. Los indios impertérritos, de
 bajo de su impro\isado techo, hacen esfuer
 zos inauditos para mantener encendido el
 fuego. ¡Pobrecitos! ¡Después de trabajar todo
 el día verse obligados a pasar la noche acurnicados sin poder descansar! Y la furiosa
 tempestad dura cuatro largas horas y cuando
 dismiiuu'e la fuerza de la lluvia, en la selva
 sigue goteando el agua de los árboles gigan
 tescos. Pero los remeros muertos de cansan
 cio, \uelven no obstante a colgar las hamacas
 en los árboles y se acuestan lo mismo. Y
 así bajo aquel gotear continuo y sobre el
 fuego encendido, pasan las liltimas horas de
 la noche, dándose vuelta cuando una parte
 del cuerpo está mojada y la otra caliente.
 
 Sin misa. — Avanzando en la soledad.
 — Ofra noche en la selva.
 La lluvia continúa durante toda la mañana
 y no podemos celebrar la santa Misa. Es el
 mayor sacrificio para el misionero. Después
 de hacer nuestras prácticas de piedad y de
 tomar una taza de café reanudamos el \úaje
 con la esperanza de encontrar im día mejor.
 Pero no fué así. Una densa lluvia nos acom
 
 paño hasta las cuatro de la tarde y no pu
 dimos calentar ni una taza de café. Abri
 gábamos la esperanza de encontrar al menos
 hacia el anochecer ima barraca donde pasar
 la noche; pero cuando llegamos al lugar se
 ñalado, no vimos más que las ruinas de la
 antigua habitación. Había sufrido la suerte
 de las demás y no tuvimos más remedio que
 pernoctar en la selva. Menos mal que cesó
 la lluvia y nos dejó tranquilos hasta las cua
 tro de la madrugada, pero luego no nos dejó
 tampoco celebar la santa Misa. ¡Paciencia!
 Pero nuestra comitiva no cambia de hu
 mor y alegres risotadas interrumpen el mo
 nótono chapoteo de los remos. Sin una com
 pañía tan alegre y divertida aquellos días
 se nos habrían hecho eternos. Entre tanto
 nuestro pensamiento vuela 3’ se adelanta ha
 cia las muchas malocas que esperan nuestra
 llegada, deseosas de recibir la pequeña se
 milla de bendición que nosotros esperamos
 poder sembrar en los corazones de tantos
 salvajes como habitan en aquellas regiones.
 También aquel día pasó como Dios quiso,
 molestados de cuando en cuando por la llu
 via. Pero hacia el anochecer tu\ámos el con
 suelo de encontrar un techo, aunque mise
 rabilísimo, para pasar la noche en compa
 ñía de una familia de indios que también
 habían buscado allí un refugio nocturno. Un
 Deo gratias nos vino espontáneo a los labios,
 porque nuestras piernas, encogidas e inmó
 viles desde varios días, exigían con insistencia
 poder extenderse para encontrar im poco
 de cómodo descanso.
 La barraca era pequeñisima >* abierta por
 los cuatro costados y si no llovía reparaba
 de la lluvia; la hierba en su interior era alta
 dos palmos y el agua del río a pocos pasos.
 Mientras nos disponemos á hacer un poco
 de hmpieza, hacen su aparición dos enormes
 y asquerosos sapos dueños absolutos de aque
 lla mansión. A nuestros más terribles ene
 migos, los mosquitos, los ahuyentamos con
 un buen fuego, que mantenemos encendido
 toda la noche, porque todo el que se des
 pierta de noche baja de la hamaca para
 atizarlo. A l alba, montado el altar en plena
 seh*a, celebramos la santa Misa seguida de
 un poco de catecismo. Antes de partir in\*ité
 a dos de los indios a acompañamos como
 lemeros y aceptaron. Entonces emprendimos
 la marcha con mayor animación; pero el día
 no se presentó mejor que los anteriores. E l río
 iba creciendo y se desbordaba inundando la
 
 selva. Ni una persona, ni una mísera choza
 donde cobijamos. Hacia el anochecer nos
 detuvimos en un punto algo ele\’ado para
 pernoctar 3' mientras preparábamos un te
 cho de hojas de palmera, un inesperado agua
 cero nos obligó a intermmpir todo trabajo
 y a refugiamos en el ubá.
 El huracán y lluvia continúan toda la no
 che y no podemos ni encender fuego para
 preparar un poco de comida. Con algunos
 Jaeces asados la noche anterior 3' un poco de
 harina de mandioca tuvimos que conten
 tamos. Sólo Dios sabe cómo pasamos aque
 lla noche, siempre bajo una lluvia torrencial.
 Nos animamos con el pensamiento de que
 quizá sea el último día de aislamiento, porque
 luego encontraremos malocas de indios todos
 los días y la cosa cambiará de aspecto. ¡Ade
 lante, pues, alegres 3’ contentoe!
 
 E l encuenfro con los indios.
 Hacia las cinco de la tarde divisamos una
 choza de donde salía humo 3* grande alegría
 inundó nuestro corazón. Efectivamente en
 contramos una familia de cinco personas,
 entre h s cuales dos niños de diez a doce
 años. Pero la miseria reinaba allí y las caras
 aparecían pálidas y macilentas. I^os pobrecitos, para huir de una epidemia que 'se ha
 bía declarado en una maloca del Iraiti lf;arapé, se habían trasladado a aquel lugar,
 sin más alimentos que las fmtas silvestres,
 que se disputaban con los monos. I/ís in
 vité a tomar parte en nuestra modesta cena,
 pues me parecía duro hablarles del alma 3’
 de Dios cuando sentían los estímulos del
 hambre. Efectivamente después de cenar
 escucharon con gusto la lección de catecismo.
 A la mañana siguiente, durante la misa,
 Don Algeri con los catequistas y remeros
 rezó las oradones y el Rosario; y mientras
 él celebraba, yo expliqué , en tucano, el
 catedámo a los salvajes. Estaban mu3' aten
 tos y los padres Harían de cuando en cuando
 con la cabeza signos de asentimiento a las
 verdades que Ies animciaba. Cuando llegué
 al cuarto mandamiento: Honrar padre y ma
 dre, la madre tocó la cabeza del hijo mayor
 que tenía delante y le dijo: — Tota ualJie
 dugtipi. Así lo manda Dios. Y quiso que yo
 repitiera el mandamiento y, para darle gusto,
 lo hice cuatro veces. Antes de salir regalé
 a cada uno, una medalla de María Auxilia
 dora.
 
 112
 
 Acíividad Misionera en el Siam
 (Relación del P . M . Almazón, Mi&ionero Salesiano)
 
 Primeras impresiones.
 Después de largo, pero feliz viaje, el grupo
 de misioneros salesianos siameses ha Uegado
 a su destino.
 Hablar del sinnúmero de agradables im
 presiones que al entrar en esta misión se
 reciben, es punto menos que imposible. Cual
 quier europeo que llegue por primera vez a
 estas regiones, tendrá que confesar, que se
 encuentra en un mundo nuevo. Clima calu
 roso, que hace sea la naturaleza en extremo
 rozagante y fecunda, mientras nuestras cum
 bres tal vez estén cubiertas por la nieve.
 Abundan, en efecto, las inexploradas flores
 tas, y las hermosas plantaciones de cocos y
 bananas. Frutos de perfume nuevo y de
 sabor exquisito y refrescante.
 Construciones originah'simas, y abundan
 cia de palafitos en las orillas de los ríos y
 de los canales, dan a la vida un carácter
 nuevo, por cuanto toda ella se desarrolla
 sobre la superficie de las aguas, surcadas
 constantemente y en todas las direcciones,
 por barquichuelas conducidas con suma ori
 ginalidad y arte. Tipos característicos, a
 base de líneas chinas, pero más suaves y
 muelles: rostros francos y abiertos sin huella
 de preocupaciones de ningún género; por
 cuanto la naturaleza les brinda con todo lo
 necesario para su vida austera y sencilla:
 vestidos adaptados-al ambiente y la natura
 leza en que viven, sin faltar ni remotamente
 a las fundamentales leyes del pudor. Sentido
 extraordinario de limpieza personal, por lo
 menos, los que viven próximos a los ríos y
 a los canales.
 Todo esto, y un sin fin de detalles, difíciles
 de concretar en estos primeros instantes, nos
 hacen entender que estamos en regiones muy
 remotas de Europa, donde la agitación febril,
 la lucha por la existencia, el remolino de la
 civilización actual, dan un carácter comple
 tamente diverso a la vida en todos sus as
 pectos.
 Y conro henu'is venido a estas regiones en
 nombre de aquel Dios que derrama bondad
 cu el mundo y busca a la oveja perdida in
 cesantemente hasta encontrarla, hemos sen
 
 tido desde los primeros momentos, gran
 consuelo para nuestro corazón misionero.
 Hemos visto a estos sencillos cristianos recil)irnos con la alegría del que recibe al dele
 gado de Dios que viene a cuidar de sus
 almas, con entrañas de caridad: los hemos
 visto rezar devotamente en la hermosa iglesia
 de la misión, en voz alta, modulando sus
 plegarias con los tonos originales de su len
 gua: los hemos visto asistir atentos y fervo
 rosos al sublime sacrificio, sin distinción de
 edades ni de sexos, y postrar sus frentes en
 el polvo ante su Dios una vez recibido en la
 Sma. Eucaristía, y hemos quedado honda
 mente conmovidos al saber se encuentran
 acechados por todas partes de enemigos de
 nuestra sacrosanta religión, porque a parte
 de que el cristianismo no es la religión del
 estado, las pagodas y los bonzos ocupan
 todos los puntos estratégicos de estas tierras.
 Originalísimo también es el saludo que nos
 dirigen arrodillándose en el suelo, e incli
 nando su cabeza, con las manos juntas pe
 gadas a la frente.
 Los he podido ver ante el Rvmo. Sr. Obispo
 Monseñor Perros, todos arrodillados en el
 atrio de la Iglesia, escuchando sus paternales
 consejos, y me han recordado las turbas ante
 Jesús en el sermón del monte, recibiendo
 sus palabras de vida.
 
 Dos fíesfas hermanas.
 Son una de la comunidad misionera de
 Bang Nok Khuek, y otra de la cristiandad
 del mismo centro y en los mismos días: asis
 tió a las dos Mons. Perrós, Vicario apostólico
 de las misiones del Siam.
 Se refiere la primera al congresillo mariano,
 celebrado por el personal de esta casa-misión.
 I/OS jóvenes estudiantes de filosofía, des
 arrollaron en él dos temas adaptados a las
 circunstancias: influencia de la Sma. Virgen
 en la vida sacerdotal el primero, e influencia
 de la misma en la vida de los jóvenes el
 segundo, con otras diversas composiciones
 literarias y musicales y un hermoso dialoguito en lengua siamesa. A l fin de la velada
 
 ” 3
 el Rvmo. Sr. Obispo dirigió paternales pala
 bras de felicitación y nos dió su bendición
 pastoral.
 L a segunda fiesta la celebró la cristiandad
 de Bang Nok Kbuek.
 L a constituyó la comunión solemne de
 varios niños y niñas, y la bendición de dos
 campanas para la iglesia de la misión, pa
 gadas por una buena señora siamesa recono
 cida por su piedad cristiana y devoción al
 Sdo. Corazón de Jesús.
 ©0
 
 bendijo las dos campanas adornadas con
 toda gala, rodeado por todo el personal de
 la Misión de Bang Nok Khuek, por una nu
 trida representación de P. P. del Seminario
 indígena, y por todos los que habían acudido
 a cumplir con sus deberes de buenos cristia
 nos.
 Todavía a las tres de la tarde ante Mon
 señor e inmenso concurso de fieles, los niños
 y niñas de la primera comunión acercándose
 de dos en dos al presbiterio, juraron sobre
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 c«.®
 
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 Los niños úam escs se dirigen a las E scuelas de la misión en Frógiles barqoícbnelas conducidas por ellos misinos.
 
 Desde muy de mañanita, empezaron a pu
 lular buen número de cristianos, con sus
 trajes de fiesta de vistosos colores, por la
 plaza y alrededores de la iglesia. E l Rvmo.
 Sr. Obispo, celebró la Misa de las primeras
 comuniones, concurridísima por numerosos
 fieles que llenaban la iglesia y el atrio, du
 rante la cual un sacerdote preparó los cora
 zones de aquellos niños a recibir, en medio
 de la magnificencia del ambiente, con el ma
 yor fervor, a Jesús Sacramentado.
 A las 8, después de cantada 3Iisa solemne
 en honor de S. Fr. Javier, el Rvmo. Sr. Obispo,
 revestido con los omament<» pontificales.
 
 los evangelios que jamás se separarían de
 aquel buen Dios que había tomado posesión
 de sus almas.
 Durante todo el día los cristianos se entre
 tuvieron por los alrededores de la. misión en
 honestas y tranquilas recreaciones, hasta que
 al anochecer, tomando cada uno su barquichuelo se desparramaron por las tranquilas
 agixas del río, en dirección de sus hogares,
 llevando consigo la dicha y la paz que da la
 amistad con Jesucristo, R ey de todos los
 hombres, y de todas las regiones.
 Ma n u e l A lmazán Pbro.
 Misionero del Siam.
 
 r
 
 £L CULTO DE MARIA AUXILIADORA
 í ;í:ii;i
 
 n
 
 La Virgen de Don Bosco.
 XXV.
 
 Moría Auxiliadora ¡¡ama a su fíeJ siervo
 a! premio eferno.
 K 1 día 4 de diciembre de 1887 Don Bosco
 celebró por liltinui vez la Santa Misa. El
 día 6 se hizo acompañar todavía al Santuario
 de María Auxiliadora para dar el abrazo de
 despedida a los Misioneros salesianos c^ue
 partían hacia el Ecuador.
 Cuando- entró en el presbiterio sostenido
 por dos sacerdotes, la muchedumbre que
 llenaba la iglesia se puso de pie. como movida
 por un .resorte. Todos querían contemplar
 al venerando anciano. Asistieron con las lá
 grimas en los ojos a la conmovedora escena
 de despedida de los misioneros, que uno a
 uno pasaron besándole la mano y recibiendo
 su bendición y ajieuas acabaron de pasar los
 Misioneros, el público invadió el presbiterio
 para ver de cerca al Siervo de Dios y besar
 su benéfica mano. iCuántos lloraban al ver
 el estado de postración en que se encon
 traba! Al salir al patio fué aclamado j>or los
 niños y cansado en extremo se retiñí a su
 habitación.
 Al día siguiente llegaba Mons. Cagliero de
 América, restablecido casi milagrosamente de
 una mortal caída que había sufrido atrave^ando los Andes. En su interior había oído
 una voz que le decía: Corre a Turin si quieres
 re'o^er ci último suspiro tie Don Bosco.
 Por la lan le de aquel mismo día llegó
 t imbién el Obispo de Lieja, Mons. Doutre1 ux, que deseaba obtener la fundación de
 una Casa Salesiana en aquella ciudad. Don
 Bosco que al principio parecía contrario, al
 
 día siguiente, fiesta de la Purísima, contestó
 afirmativamente. ¿Qué había sucedido?
 Por la mañana había dictado a su secre
 tario estas palabras: « Palabras textuales de
 María Inmacxdada que apareciéndoseme esta
 noche me ha dicho' Es de beneplácito Divino
 y de la Bienaventurada Virgen María que los
 Hijos de San Francisco de Sales vayan a
 fundar una Casa en Lieja, en honor del Santí
 simo Sacramento. A llí empezaron las glorias
 de Jestis públicamente, y desde allí deberán
 ellos difundir estas mismas glorias en todas
 sus familias y especialmente entre los muchos
 jovencitos que en las diferentes partes del
 mundo están y serán confiados a sus cuidados.
 E l Día de la Inmaculada Concepción de M a
 ría de 1887 #.
 El día 20 de diciembre recibió la Sagrada
 Comunión y en un momento de calma que
 le dejaron las visitas, a megos de su secre
 tario, escribió detrás de algunas estampas
 de María Auxiliadora las siguientes frases:
 Oh María, obtenednos de Jesús la salud del
 cuerpo si es conveniente para el bien del alma,
 pero sobre todo aseguradnos la salvación eterna.
 Sac. Juan Bosco.
 Daos prisa en hacer obras buenas, pues puede
 faltaros el tiempo y quedar asi engañados.
 Y en seguida observó: — Me siento can
 sado. Casi no sé ya escribir.
 Y al rogarle que lo dejara y descansara —
 Xo, no; añadió, es la última vez que escribo.
 Y prosiguió:
 Felices aquellos que se dan a Dios desde la
 juventud. - Cuántos quisieron darse a Dios
 y quedaron engañados porque les faltó d
 tiempo. - Quien difiere el darse a Dios pone
 
 A
 
 115
 en gran peligro la salvación de su alma. *
 Hijitos 7n(os, aprovechad bien el tiempo y el
 tiempo os conservará para la Vida eterna. Quien siembra obras buenas recogerá buenos
 frutos. - S i obramos bien recibiremos el pre
 mio en esta y en la otra vida. - A l fin de la
 vida se recoge el fruto de las buenas obras......
 A este punto don Viglietti le hizo observar:
 — Don Bosco, escriba cosas algo más alegres...
 éstas son un poco tristes.
 Don Bosco levantó sus ojos anegados en
 lágrimas y con una sonrisa imposible de des-
 
 alma, lo salva todo; quien pierde su alma, lo
 pierde todo.
 Habla vuelto a los i>eiisamientos que em
 bargaban su alma y contimió en el iiiisiiio
 tono:
 Quien protege a los pobres será abundaixfcmente recompensado ante el Divino Tribunal.
 - Quie^i protege a los huérfanos sérá bendecido
 por Dios en los peligros de la vida y protegido
 por la Santísima Virgen en el trance de la
 muerte. - ¡Cuán grande será ¡a recompensa que
 recibiremos por el bien obrado durante la vida!
 
 e imprimen un beso en aquella mano que lanías veces se habla levantado para bendícirlos..,
 
 cribir: — Pobre Garlitos, dijo, eres todavía
 muy niño... no llores... y a te he dicho que
 eran las últimas estampas que escribo... pero
 para complacerte vo y a cambiar tema.
 Y siguió escribiendo:
 Dios nos bendiga y nos libre de todo mal. Oh María, proteged a Francia y a todos los
 franceses. - Dad mucho a los pobres si queréis
 haceros ricos. - Date et dabitur vobis.
 Que
 Dios nos bendiga y que la Virgen Santísima
 nos guie a través de los peligros de la vida. Los niños son la delicia de Jesús y de María. Dios bendiga y recompense abundantemente a
 iodos nuestros bienhechores. - Sagrado Corazón
 de mi Jesús, haced que os ame siempre más. E l mayor enemigo de Dios es el pecado. Oh María, sed mi salvación. - Quien salva su
 
 - Quien hace el bien en vida, encontrará bien
 en la hora de la muerte. - Qualis vita finís ita. Yo rezo todos los días por vosotros y vosotros
 rogad por la salvación de tni alma. - Oh Virgen
 piadosa, tu brazo fuerte defienda al alma mía,
 en punto de muerte. - En el Paraíso se goza
 de toda clase de bienes por toda la eternidad...
 Cesó de escribir y dió las z8 estampas a
 Don Viglietti con los ojos llenos de lágrimas:
 contenían su testamento. Más tarde escribió
 toda\-ía en otra estampa; — - María, tu nos
 ab hoste protege et mortis hora suscipe y en
 otra, que fué la última, volvió a escribir:
 Oh Virgen María, tu brazo fuerte defienda al
 alrna mía, en punto de muerte.
 E l día 28 de enero, antes de recibir la sa
 grada Comunión dijo a>n voz casi ímper-
 
 it6
 ceptible: — Esto se acaba. Y luego dirigién
 dose a Don Bonetti añadió: — Di a los niños
 que los espero a todos en el Paraíso. Estas
 palabras fueron recogidas con afecto y con
 tribuyeron a aumentar la común tristeza.
 El día 29, fiesta de San Francisco de Sa
 les, mientras los sagrados bronces doblaban ■
 a fiesta y en el Santuario se desarrollaban
 solemnes funciones, la pena más honda em
 bargaba los corazones de todos. Don Bosco
 recibió todavía la Sagrada Comunión, pero
 fué la última, siendo después sobrecogido
 por una especie de sopor, del que no salía
 sino cuando alguien le hablaba del Paraíso
 o de cosas del alma. Y a no admitía nada de
 alimento o bebida. Don Bonetti le sugirió
 la jaculatoria: María Mater gratiae, tu nos ab
 hoste protege y él contestó: et mortis hora
 suscipe. De cuando en cuando exclamaba:
 ¡Madre, madre! ¡Mañana!
 Al toque del Ave Jlaría, repitió claramente
 las palabras: ¡Viva María! y mks tarde aña
 dió : Jcstis, María, Jesús, María, os doy el
 corazón y el alma mía. In manus tuas Domine commcndo spiritiim meum... ¡Oh Madre, M a
 dre, Madre... abridme las puertas del Cielo!
 Y con las manos juntas iba repitiendo algu
 nos textos de la Sagrada Escritura que ha
 bían sido el programa de toda su vida: Diligite ininiicos vesiros... Benefacitc his qui vos
 persequuntur..... Quaerite primum rcgnum
 Dei...
 Durante la noche dijo todavía varias veces,
 alzando la mano iziiuierda, pues la derecha
 la tenía ya inmóvil. • ¡Hágase la voluntad
 de Dios!: fueron sus últimas palabras.
 El día 30 de enero los médicos anuncian
 la muerte inminente. La triste noticia siem
 bra la desolación en el Oratorio; entonces
 kís salesianos piden verlo por última vez y
 Don Rúa permite que todos pasen a besarle
 la mano. Silenciosos se reúnen en pequeños
 grupos en la antecámara. El buen Padre está
 en cama y uno a uno van pasando por la
 alcoba del moribundo que, con la cabeza algo
 levantada por almohadas y con los ojos en
 treabiertos, sereno y tranquilo el semblante,
 tiene las manos extendidas sobre la cama,
 un crucifijo en el pecho y a los pies de la
 cama una estola morada. Los hijos se acercan
 de puntillas, se arrodillan un instante, con
 templan llorosos las facciones del padre e
 imprimen un beso en aquella mano que tan
 tas veces se había levantado para bendecirlos.
 V fueron varios centenares los que pasaron;
 
 pues, además de los Salesianos del Oratono
 y de las Casas más próximas, fueron admi
 tidos a la conmovedora escena los alumnos
 estudiantes y artesanos de los cursos supe
 riores.
 E l día 31 de enero, a las dos menos cuarto
 de la madrugada, Don Bosco entró en agonía.
 Don Rúa se puso la estola y empezó la re
 comendación del alma. Y con urgencia fue
 ron llamados los demás superiores. Bien
 pronto la alcoba quedó llena de los que a
 aquella hora estaban todavía en pie; todos
 se arrodillaron. Entretanto llega también
 Mons. Cagliero, a quien Don Rúa cede la
 estola y él pasa a la derecha del moribundo
 y acercándose al oído del amado padre, le
 dice con voz ahogada por los sollozos: —
 Don Bosco, estamos aquí; nosotros, s«s hijos.
 Le pedimos perdón de todos los disgustos que
 le hayamos podido ocasionar; en señal de per
 dón y de benevolencia paterna, denos una vez
 más su bendición. Yo le guiaré la mano y
 pronunciaré la fórmula de la bendición. ¡Des
 garradora e inolvidable escena! Todas las
 frentes se curvaron y Don Rúa sobreponién
 dose momentáneamente a la emoción que
 le embargaba, pronuncia las palabras de la
 bendición, mientras levanta la diestra para
 lizada de Don Bosco e invoca la bendición
 de María Auxiliadora sobre los hijos presen
 tes y sobre los ausentes, esparcidos por el
 mundo.
 A las tres de la madrugada llegó todavía
 un telegrama con una bendición especial del
 Santo Padre « a Don Bosco gravemente en
 fermo ». A las cuatro y media Mons. Cagliero
 entona el Proficiscere. L a campana de María
 Auxiliadora toca el A ve María; todos los que
 se hallan en el cuarto rezan el Angelus. Don
 Bonetti sugiere al oído del moribundo la ja 
 culatoria que otras veces él había repetido:
 — ¡Viva María! — Cesa el estertor que du
 raba desde hora y media; por un instante la
 respiración se hace libre y tranquila; luego,
 de repente, cesa... ¡Don Bosco muere! exclama
 Don Belmonte. Todos se estrechan alrededor
 del lecho y ven como exahala tres suspiros
 a breve intervalo. Mons. Cagliero le sugiere
 las últimas jaculatorias: — Jesús, José y
 María os doy el corazón y el alma mía y el
 alma de Don Bosco volaba al Cielo, donde
 lo llamaba María Auxiliadora para dar a su
 Siervo fiel el premio a que se había hecho
 acreedor.
 ¡Así. mueren los santos!
 
 II7
 
 Piesía de M aría Auxiliadora
 en S. Andrés (Colombia)
 Verdaderamente dignos de especial men-ción y alabanza son los Cooperadores Salesianos de Colombia que han sabido oi^anizarse en tantas localidades donde todavía no
 han llegado los Hijos de Don Bosco y que dan
 muestras de una vitalidad y entusiasmo por
 María Auxiliadora y Don Bosco, que consuela
 y edifica.
 
 G R A C IA S
 DE M ARÍA AU X ILIAD O RA
 
 CARTAGENA (Co w ííbia ). — Estando su
 mamente enferma, casi a las puertas de la
 muerte, vino a visitarme una amiga piadosa
 y me trajo una estampita de la Santísima Virgen,
 que ella había recibido de Turín (Italia). Insistió
 que me encomendara con fe y confianza a nues
 tra excelsa y celestial Madre. Desde luego cou-
 
 Sao A odrés (C olom bia) — Procesión en honor de M aría Auxiliadora,
 
 De San Andrés, nos escribe xm celoso Coope
 rador cómo se celebró, precedida de solemne
 triduo, la Fiesta de María Auxiliadora el día
 29 del pasado noviembre.
 La Misa solemne fué ampriizaHa con gran
 orquesta y por la Banda Municipal. Ocupó la
 sagrada cátedra el virtuoso sacerdote, hijo de
 la Parroquia, Dr. D. Gabino Orduz,
 De las II en adelante estuvo abierto al pu
 blico im gran Bazar, con el obieto de recaudar
 fondos para la construcción de la capilla dedi
 cada a María Auxiliadora, que está y a muy
 adelantada.
 Por la tarde del día siguiente hubo solemne
 procesión con la imagen de María Auxilia
 dora siendo admirables la piedad y el entu
 siasmo de los feligreses.
 
 sentí y s^ u i el consejo de mi buena amiga, y
 con inmenso placer de mi alma y sorpresa de
 cuantos vieron mi gravedad, al poco tiempo
 recobré mi salud.
 Persuadida de la bondad y potencia de la
 Virgen de Don Bosco, no dudé en invocarla
 en otras necesidades, viéndome siempre aten
 dida. — Del fondo de mi coraate doy gracias
 a la Divina Señora, y deseo hacer pública mi
 gratitud. Envío una oferta para las Obras y
 Misiones Salesianas.
 Abril de 1928
 Juana Carmela Bonoli.
 
 CALI (Colombia). — Un sobrino mío sufrió
 por eq>ack> de tres meses, de una infección en
 una pierna con probabilidades de paralizár
 sele. En nuestra afli«aón acudimos a la pode-
 
 r
 
 ii8
 rosa y celestial Auxiliadora de los Cristianos,
 ofreciendo dar una limosna para las Obras de
 su Siervo Don Bosco, si nos conseguía la salud
 del enfermo.
 ba Santísima Virgen se dignó atender nuestros
 ruegos, y siguiendo nuestro sobrino en perfecta
 vSalud, cumplimos con lo prometido, deseando
 a la vez hacer pública nuestra inmensa gratitiul.
 26 de Noviembre 1928.
 María Josefa Cabal y familia.
 
 CASTI.CLPLANIO (It a l ia ). — Escribe el
 Vicario de la Parroquia: Nuestra Parroquia
 ha sido objeto de especial benevolencia divina
 con una curación portentosa que ha impresio
 nado vivamente toda la población.
 Constantino Marini, padre de familia, enfer
 mó de tifus maligno, el día 10 del pasado
 agosto, has condiciones del enfenno a los pocos
 días se hicieron desesperadas: tanto, que hasta
 los mismas médicos llamados a consulta, lo
 desahuciaron unánimemente.
 Pero sus deudas y amigos no cesaban de
 encomendarlo a María Auxiliadora y a su fiel
 siervo Don Bosco. Por la mañana del primer
 viernes dcl mes de setiembre, el enfermo se
 encontraba en estado agónico, ruando de re
 pente, mientras en la Iglesia Parroquial se
 estaba haciendo la función en honor del Sagrado
 Corazón, el enfenno dió una sacudida como
 tlesjjertando de un sueño y en seguida dijo
 que se sentía bien.
 La gracia estaba hecha y todos la han jxidido
 comprobar, pues hoy el enfermo desahuciado,
 goza de perfecta salud. ¡Gracias sean dadas
 a Dios, a María Auxiliadora y al Vble. Don
 Bosco!
 10 Octubre 1928.
 Dominf;o Hornipia, Pbro.
 
 COLOMÉS (Es I'ASa ). —• Para cumplir la
 promcvsa hecha lo ruego publique en el Boletín
 Salesiano la siguiente gracia obtenida de
 María Auxiliadora;
 Habiendo perdido todas las esj>cranzas hu
 manas do Siüvar a nuestro tierno hijito, recu
 rrimos a Moria Auxiliadora y tal fue la gracia,
 ciue, a pesar de haber pasado cuatro meses sin
 jxxicr amamantarlo y de sufrir enfennedades
 graves como la viruela, catarro, granos y tu
 mores que cubrían gran parte de su cuerpo,
 salimos de todo sin más remetlio que la protec
 ción del Cielo: y al cumplir los dos años ni
 los mismos vecinos lo reconocían de lo sano y
 robusto que estaba.
 Por tan grmide beneficio dan gracias a María
 Auxiliadora sus padres.
 6 Enero 1929.
 Joaquín Ferrer y Mercedes Salvá
 
 ECIJA (E s p a ñ a ). — Encontrándose grave
 mente enfermo D. José Elias Muñoz, su esposa
 acudió con confianza a María Auxiliadora, pi
 diendo su salud por intercesión del Vble. Don
 Bosco, ofreciendo a la vez enviar una limosna
 y publicar la gracia en el Boletín Salesiano, si
 se obtenía. La Santísima Virgen oyó los ruegos
 de esta atribulada familia, devolviendo la salud
 al querido enfenno. —- Hoy, profundamente
 agradecida, cumplo mi promesa, enviando a
 Tarín (Italia) mía limosna para los gastos de
 la Beatificación del Vble. Don Bosco.
 24 Enero 1929.
 V. R.
 
 ENSENADA (A r g e n t in a ). — A mediados
 de Mayo de 1928 nuestro liijito Mario Raúl
 de apenas dos años, enfermó de gravedad.
 Llamado con urgencia el médico puso en juego
 cuantos medios pudo segerirle la ciencia para
 combatir una" fuerte bronconeumonia que se
 había declarado; pero todos los esfuerzos de la
 medicina fueron vanos... el mal progresaba y
 nuestro pobre Mario deshauciado y moribundo
 estaba ya próximo a expirar.
 Fué en tales angustias y cuando inexora
 blemente fallaban los medios numanos, que
 sentimas renacer con más intensidad en ■ el
 corazón la confianza en María Auxiliadora y
 con todo fervor acudimos con insistencia a tan
 bondadosa Madre, encareciéndole no nos aban
 donara en tan duro trance. Llamado el sacer
 dote, puso al pequeño enfermo bajo la protec
 ción de María Auxiliadora y recordándonos
 que en este año se conmemoraban las bodas
 de oro de la Bendición que el Vble. Don Bosco
 daba en su nombre a los eafenuos, le impartió
 la Bendición de María Auxiliadora y colocando
 en la cabecera una imagen de esta bendita
 Madre, nos exhortó a poner en Ella nuestra
 confianza e invocarla con devoción. — En
 tonces prometimos hacer celebrar una Misa
 en su Santuario de Turín y publicar la gracia
 en el Boletín Salesiano.
 Desde ese momento, con admiración del
 mismo médico, el niño comenzó a mejorar
 rápidamente y pronto se halló completamente
 restablecido, sin que hasta el presente haya
 vuelto a experimentar la menor incomodidad,
 por lo que reconocidos, cumplimos nuestra pro
 mesa.
 el padre, Francisco Sisio.
 la madre, Francisca G. de Sisto,
 In fidem,
 Pbro. Luis J . Muras, S. S.
 
 HORQUETA (P a r a g u a y ). — J li hijita
 Yolanda Concepción, de nueve meses se encon
 traba atacada de ima bronquitis-capilar y daba
 pena el verla; agoté los reculos de la ciencia
 
 J
 
 .
 
 íig
 
 sin ningún resultado, mientras la fiebre per
 sistía muy alta y casi estacionaria. Fué entonces
 que por consejo de mi tío. Cura Párroco de
 esta feligresía de Horqueta, Pbro. Rafael
 Maggi, hicimos una ferviente oración a María
 A n d ad o ra, pidiendo la salud de la enfermita,
 y obligándome, en caso de recibir la gracia, a
 mandar 50 liras italianas para aplicar una Misa
 en su Basílica Santuario de Turín. Con asombro
 mío. de mi esposo y vecinos, a la media hora
 mi chiquita se encontraba sin fiebre y con
 semblante risueño pedía jugar con su muñequita.
 I I Diciembre 1928.
 
 —
 
 SALAVLANCA ( E s p a S a L — Teniendo a mi
 hijo menor, niño de cinco meses, enfermo con
 una infección intestinal, acudí a Marín Auxilia
 dora haciendo una novena y prometioiulo pu
 blicar la gracia en el Boletin Sahsiano si obtenía
 la deseada curación de mi enfennito. Y In l>ondad de nuestra Madre no se hir.o esperar: Al
 terminar la novena, mi hijo estaba fuera de
 cuidado, por lo que cumplo con gusto mi pro
 mesa dando las más expresivas gracias a María
 Auxiliadora.
 3 Febrero 1929
 María del Rosario Sánchez de Cuadrado. .
 
 Ana Vera de Maggi.
 
 MONTEVIDEO (Uruguay ). —
 Encon
 trándonos en una apremiante situación, acu
 dimos a la que es «Auxilio de los Cristianos»,
 invocando al mismo tiempo a su fiel siervo
 Don Bosco, en demanda de mejorar nuestra
 condición. Y ¡oh prodigio de María! antes de
 terminar la novena que habíamos principiado,
 con inmensa satisfacción de todos, nuestro
 asunto familiar estaba plenamente arreglado
 según nuestros deseos. Eternamente recono
 cidos a la Celestial Señora y al Vble. Don Bosco,
 enviamos la ofrenda para ima Misa en el San
 tuario de Turín en acción de gracias.
 10 Noviembre 1928
 Angela R. de Vilardébo y familia.
 
 CHONE (Ecuador). — Hallándome el año
 ]>asado sumamente grave, atacado de fiebre
 infecciosa recurrí a la Snia. \firgen Auxiliaílora
 ofreciendo una limosna para los huerfanitos
 de Don Bosco, tan pronto como recobrara la
 salud, la cual obtuve enseguida.
 Pero como por mi descuido no cumplí mi
 ofrecimiento, el Todopoderoso quiso recordár
 melo, mandándome nuevamente la misma
 fiebre, de la que, gracias a María Auxiliadora,
 pude nuevamente salvarme.
 Hoy cmnplo con lo ofrecido, dando públi
 camente gracias a la Virgen Santísima y en
 viando ima hmosna pra los huerfanitos de Don
 Bosco.
 Julio 1928.
 Macario Gutiérrez.
 
 RONDA (E s p a S a ). — Hace años cayó
 eufeimo mi esposo y de resultas de la enfermemedad quedó ciego. En aquella tribulación
 lo recomendé a la Sma. Virgen María Auxilia
 dora, prometiendo publicar la gracia en el
 Boletín si mi esposo recobraba la ^dsta.
 La Sma. Virgen escuchó mis fervientes ple
 garias y en la actualidad mi esposo se encuentra
 ‘ otalmente bien.
 Enero 1929,
 Presentación Fierro.
 
 Dan fambién gracias a María Auxilia
 dora y envían una limosna:
 A guasCALIEísTES (Méjico). — M<». Guada
 lupe Castro da gracias por la curación de una
 pulmonía y envía una oferta para el Santuario
 de Turín. —- Josefina Ledesma da gracias por
 la salud obtenida para ima tía suya y envía
 una limosna.
 C a i .1 (Colombia). — José Alvear, Dolores
 López, Dolores Charria, Otoniel Zamorán y
 María Josefa Domínguez y envían una limosna.
 
 Carixina (España). - Rosa Ferrer envía
 una limosna en agradecimiento a María Auxi
 liadora y al Vble. Don Bosco jxjr un favor
 recibido.
 Carmen* (Colombia). — Marcelino Monioya
 por im favor recibido.
 Car NERILLO (Argentina). — Lucia Amhrngio,
 agradecida envía una ofrenda para las Misiones
 Salesianas.
 CobAn (Guatemala). — Carolina v. de Molía.
 Leonor de Portee, Rosita Pérez, Celso M . Narcisj,
 Elisa de Calderón, Servando v. de Gómez, Concha
 S. de Fortín, Albina Dclacruz, Vicenta Chavarria. Chica Ponce y Matías Gabriel, ofrecen las
 flores de su más sincera gratitud a la excelsa
 Auxiliadora por beneficios que les otorgó gene
 rosamente y por el digno conducto de la entu
 siasta Celadora Salesiana, Dña. Silvia R. v. de
 Pérez envían ima ofrenda para las Obras y
 Misiones Salesianas.
 F unes (Colombia-Pasto). —
 Concepción
 ViUola de S. y Tomasa X . hacen manifiesta su
 gratitud a la Virgen de D. Bosco por haberles
 otorgado especí^es beneficios y mandan una
 limosna para su culto en el Santuario de Turín.
 J erez ¡Méjico). — Rafael Rivera, p>or habci
 obtenido él remedio de una gran necesidad.
 
 J erónimo Cort /cs {Argentina-Córdoba). —
 José Pigozzi envía una oferta en agradecimiento
 a María Auxiliadora ]>or .señalados favores
 que le otorgó por medio del Venerable Don
 Bosco.
 Los A ngici.es {California). — Luz Padilla
 hace manifiesta su eterna gratitud a la Virgen
 de Don Bosco por im señalado favor que le
 consiguió y envía una ofrenda para los huerfanitos salesionos.
 P asto {Colombia). — Gonzalo Moreno, Pas
 tora Jaramillo, Rosario Pabón de M., Joaquín
 Figueroa, Luis Martínez Sanabria hacen pública
 su gratitud a María Auxiliadora por favores
 conseguidos y por mediación del Decurión Salesiano, D. Jorge López Alvarez envían su limosna
 para las Misiones y Obras Salesianas.
 P avas (Co/om6»a). — Librada Garda de
 Salinas, Gregaria Escobar Vda. de Correa, María
 Escobar de Lemas, Julia Moreno de Salinas,
 Lisimaco Motaio, Soledad Escobar de Orejuela,
 Ermila Satizábal, Heliodora A . de Collazos, Pau
 lina B. de Gamboa, Alfredo Mayor, Benedicta
 Reina, Juan M. Motato, Isaac Mayor, Mercedes
 Escobar de Buenaventura, Lucinda Mayor, Mar
 garita Escobar de Orejuela, Trinidad Escobar,
 Sccundina Bonilla de Cuero, María Albán,
 Elena Mayor, Juana G. Vda. de Vázquez, Clementina Perlaza, Carlos M. Albán, María Con
 cepción Albán de Reina, Margarita Mondragón,
 Virginia Sánchez de Bonilla, Vicente Díaz,
 Concepción Camocho, María Cardona, Eusebia
 Velasco, Justina Vareta de Guevara, Clara
 Orejuela, Margarita Pardo de Perca, José M.
 Albán, Ramona Motato de Becerra, Gregorio
 Medina, Rosa Amelia Reina de Motato, Puri
 ficación Cruz, Ermelinda Caicedo, Sinforosa
 Satizábal, Benedicta Díaz y Darío Reina, dan
 gracias y envían su limosna para las Obras
 Salesianas por mediación del distinguido y
 activo Decurión. Sr. D. Marcelino Albán.
 S alto {Uruguay). — T. C. por haber obte
 nido plaza en un concurso muy reñido.
 V illa de D. Padrique {España). — Angela
 Villarrubio, Salustiana Villarrubio, Marta Luisa
 Izquierdo, Isabel Manzanero, y Costanza Maqufdo corresponden públicamente a la bondad
 de María Axixiliadora por beneficios recibidos
 y por mediación de la local Celadora Salesiana
 nuuidan una limosna en favor de las Obras
 y Misiones de Don Bosco.
 ViNCES {Ecuador). — Lucila León, Coope
 radora Salesiana, publica su gratitud a la Virgen
 de Don Bosco y a Dña. Dorotea de Chopitea
 por un señalado favor que obtuvo mediante
 su intercesión, y manda una limosna para el
 Santuario de Turín.
 
 LLUVIA DE G RA CIA S
 aíribuídas a la intercesión de la Sierva de Dios
 DOROTEA DE CHOPITEA.
 A rtós del Panadé S {España). — Dña. Josefa
 A rnau da gracias a la Sierva de Dios por haberle
 alcanzado la venta de mía finca y envía una
 limosna para las Obras Salesianas.
 B arcelona {España). — Doy infinitas gra
 cias a Dios que se dignó concederme el
 arreglo de un asimto sumamente difícil, el
 cual me parecía imposible solucionar, habiendo
 puesto por intercessora a Dorotea- Chopitea
 a la cual hice una novena.
 Eugenia Tovar de Poirino.
 V alencia {España). — En dos ocasiones
 he hecho la Novena a Dorotea de Chopitea
 pidiéndole, la primera, el arreglo de im negocio
 difícil de solucionar y la segunda, otra gracia
 especial.
 Las dos peticiones fueron atendidas de modo
 tal que no me queda la menor duda lo fueron
 por intercesión de la Sierv’a de Dios.
 Deseo la inserción de estas lineas en el Boletín
 Salesiano como prueba de gratitud y para
 ensalzar las vnrtudes heróicas de Dña. Dorotea
 y envío una limosna para los gastos del proceso
 de Beatificación.
 22 Noviembre de 1928.
 Carmen Montagud .
 Los A ngeles {California). ■— Catalina y
 Consuelo Freese agradecen a la Sierva de Dios
 algmios favores obtenidos.
 Bucaramanga {Colombia). — Una Coopera
 dora Salesiana. agradecida a Dorotea de Chopítea por un favor obtenido, manda una ofrenda
 para su causa de canonización.
 G irón {Colombia). — Una devota cumple su
 promesa de hacer pública su gratitud para con
 la Sierva de Dios y envía una limosna para su
 causa de Canonización.
 'S an A ntonio {Salto-Uruguay). — Deseo se
 publique en el Boletín mi agradecimiento a la
 gran Cooperadora salesiana, Dña. Dorotea de
 Chopitea, pues por su intercesión he obtenido
 una gracia de la Sma. Trinidad y envío una
 limosna para la causa de beatificación.
 L eon oo P intos.
 Moron (España). — Margarita F. Moran
 da infinitas gracias a la sierva de Dios Dña
 Dorotea de Chopitea por un favor recibido y
 hace público su agradecimiento.
 D a vos PL-ATZ (Suiza). — Matilde González
 atribuye a la intercesión de Dña Dorotea un
 señalado favor que ^radece, enviando ima
 limosna para los gastos de beatificación.
 
 Por el mundo
 Snleúano
 CIUDADELA (España) — Bodas de Oro sa*
 cerdotales del P. Salesiaao Don Federico Pareja.
 
 El dia 5 del pasado enero^ la ciudad de Cinda
 dela estuvo de gran fiesta para honrar a uno
 de sus preclaros hijos adoptivos, al sacerdote
 ejemplar a quien se debe la fundación de la
 Casa Salesiana, el cual después de haber dado
 a los hijos de Don Bosco cuanto era suyo, dióse
 a si mismo entrando a formar parte de la Con
 gregación Salesiana.
 La fausta fecha de las Bodas de Oro sacer
 dotales de Don Federico Pareja, dió motivo a
 una serie de festejos en que todos se congratu
 laban con él por haber traído a Ciudadela a los
 Hijos del Vble. Don Bosco.
 El Sr. Obispo de la Diócesis escribía para
 dicha ocasión: f La Divina Providencia quiso
 hacer de vos el caput anguli de una Obra bella y
 grande. Sobre esa piedra angular fué levantado
 y se mantiene el edificio de doble estructura mate
 rial y espiritual, la Casa Salesiana, que, como
 
 i
 I
 
 frondoso árbol regado por la mano de la Auxilia
 dora, viene creciendo en años y extiende sus ramas
 cargadas de opimos frutos, una Juventud culta
 y cristiana ornamento de la Sociedad, esperanza
 de la Religión y de la Patria. Quiera el Señor
 alargaros en más dilatados años la preciosa vida
 en continuo aumento de bendiciones. En este
 glorioso dia recibid la cordial felicitación con
 bendición de vuestro
 Obispo de Menorca.
 
 Número importantísimo de los festejos fué
 sin duda la recepción en la Casa Ayuntmniento
 donde el virtuoso salesiano fué condecorado
 con la medalla de la ciudad, creada para la
 fausta circunstancia. El Sr. Alcalde, despuéi
 de recordar los méritos del festejado que ya
 en 1899 le merecieron del Ayuntamiento el
 nombramiento de Hijo adoptivo de Cindadela,
 y la trasformación que j>or virtud de la obra
 Salesiana por él fundada ha experimentado
 la ciudad, dice que el actual Ayuntamiento
 
 C io ila d d a (M esorca) — £1 Rvdo. D. Federico P areja en la facsU fecha de
 coo el perM>oal del c o le ^ aatesiaao.
 
 mu
 
 B odas de O ro aacerdoialea
 
 122
 
 se lionra en conceder a tan esclarecido y bene
 mérito cíudaílano la Medalla de la Ciudad y
 termina diciendo: Pava él la crea, para que en
 fecha tan señalada y en acto tan conmemorativo
 como el que hoy celebra con recocijo Cindadela,
 sea como el ósculo de paz y de gratitud de nuestra
 población al inmortal apóstol y bienhechor Don
 Pedcrico Pareja y Mesa, a quien en nombre de
 la ciudad felicito y abrazo.
 
 Mientras el Sr. Alcalde le colocaba la medalla
 resonaban frenéticos aplausos y vivas y el
 fcvStejndo visiblemente emocionado dió luego
 las gracias con breves y sentidas frases.
 K1 Kxemo. Ayuntamiento que acababa de
 llevar a cabo un acuerdo que tanto le honra
 quiso completar su obra acompañando en cor-
 
 -
 
 familia y el hogar». Comenzó el P. Conde su
 entusiasta oración, felicitando a cuantos habían
 cooperado a la magna obra, proporcionando
 un hogar confortable a cien familias, de las
 cviales 27 iban a recibir aquella misma tarde
 las llaves de sus nuevas viviendas. Dió sentidas
 gracias a los excelentes cooperadores salesianos,
 don José Gil del Castillo, que por un precio
 modicísimo cedió los terrenos en que está-encla
 vado el barrio «Don Sosco », y a don Manuel
 Peris, afamado arqiiitecto, que levantó los
 planos del mencionado barrio.
 Relató luego las vicisitudes, trabajos y
 amarguras por que pasó la junta directiva de
 la Cooperativa «Den Sosco #, y singularmente
 su presidente, don Joaquín Aznar, a cuyos d,es-
 
 Valcncia (Eapaha). — F.l Arzobispo bendice las C a sa s del ‘‘B arrio Don Bosco"
 construido por iniciativa fellcisimn de los Fxalumnns de aquel C olegio Salesiano.
 
 velas, tesón y constancia, dijo, se debe, en gran
 parte, la con.strucción del barrio « Don Bosco *.
 Por iiltimo, después de unas atinadas consi
 deraciones sobre la felicidad del hogar, tenninó
 felicitando efu.sivamcnte a los antiguos alumnos
 salesianos, agraciados con tan hermosas casas,
 a quienes encareció que en ninguna debe faltar
 la imagen de María Auxiliadora, bajo cuyos
 auspicios se etlucaron, y el retrato del vene
 VALENCIA (Españfl)
 Entrega de las llaves
 rable Basco, maestro y padre de todos.
 dcl Barrio “ Don B asco" y Bendición de las
 Tenuinado el discurso, los beneficiarios reci
 nuevas Casas.
 bieron emocionadísimos las llaves de las nuevas
 K1 ilía 27 del pa.vulo enero, con la asistencia viviendas de manos del Padre director, de don
 Enrique Vallbona. don Manuel Peris, doña I.sade casi tocia la jxqnilasa barriada de Sagunto,
 que invadió el amplio salón-teatro y patios bel Miralles y de la junta directiva que presidía.
 El domingo siguiente, 3 de febrero, se celebró
 do las Sulesianas. se veriliex) el acto comnoveiior
 de la entrega de las- llaves a los veintisiete an con toda solemnidad la Bendición de las 27
 tiguas alumuas sale.sianos, beneficiarios de las cosas ya habitad.as.
 Fué jirecedida de una Misa de Comunión
 ■ 27 primeras casiis tenninadas, de las loó dé
 que a las siete y media de diclio día y en el
 que ha de constar el barrio « Don Bosco *.
 lil acto fué amenizado con una hermosa colegio de Padres Salesianos de la calle de
 \-clada durante la cual el Padre Conde, director Sagunto, dijo el reverendo Padre Director don
 Daniel Conde, asistiendo a la misma gran nú
 de la«s Kscuelas Salesianas, pronunció un briÜante discurso, desarrollando el tema «I^a mero de beneficiarios. De esta manera dieron
 
 poración al humilde sacerdote a la Casa Salesiana en varios antas cjue habían sido ofrecidas
 por sus propietarios.
 líl Boletín SiiUsiano une su voz a la de tantas
 amigos y admiradores del bueno y humilde
 hijo de Don Sasco para felicitarle e invocar
 sobre él las más escogidas bendiciones dcl Ciclo.
 
 i-i3
 principio a las fiestas preparadas con motivo
 de la bendición de las 27 vi\dendas reciente
 mente terminadas, correspondientes a la primera
 serie del primer grupo del barrio de Don Bosco.
 A las diez de la mañana fueron llegando los
 invitados, quienes, a j^esar del tiempo lluvioso
 y desapacible, no quisieron dejar de asistir al
 acto, anunciado de antemano en el programa
 del Primer Congreso de Acción Católica que
 •se estaba celebrando en Valencia.
 Asimismo acudió el excelentísimo y reveren-
 
 enfermo. y a instancias suyas le acompañaron
 hasta su habitación, situada en el piso alto;
 con dulces palabras le animó y le dió su ben
 dición, con lo cual demostró clara y evidente
 mente su gran corazón de padre. Tonninadas
 de bendecir la.s 27 viviendas, sin haber ce.sado
 la lluvia y pisando el barro de los terrenos
 que hasta hace i>oco habían sido cultivados,
 regresó Su Ivxcelencia al punto de partida, desde
 donde dió al pueblo su bendición, disiiurAiidose una larga traca.
 
 Sevilla (E spaña) — El C ard. Ilundaín bepdice una nueva máquina de imprenla de las Esenelaa P. Salesianas.
 
 dísimo señor Arzobispo, siendo recibido con una
 salva de aplausos, a los acordes de la marcha
 de Infantes, ejecutada por la banda La Vega.
 Revestido Su Excelencia y asistido pior varios
 señores Canónigos del muy ilustre Cabildo de
 la Metropolitana, dió principio la bendición de
 todas las casas, entrando y recorriendo las
 dependencias de cada ima de ellas. 1Si la bondad
 y simp>atias de S. E. no fueran de antemano
 conocidas por todos los valencianos, nosotros
 ]X)dríamos dar fe de ellas.dando a conocer minndosamente infinidad de detalles que para
 nosotros no pasaron desapercibidos y que pusiercm de manifiesto la bondad de nuestoo Pre
 lado ». Después de bendecir éste cada vivienda
 daba a besar el anillo pastoral al jefe y familia
 >' se interesaba px>r todos; en una de las casas
 supo que había uno de los hijos gravemente
 
 Al terminar el acto se le . despidió con los
 mismos honores qua a la llegada, habiendo
 encarecido S. E. a la Directiva, que tan pronto
 esté terminado el otro grupo en construcción,
 se le avise para repetir tan simpática fiesta.
 ¡Bien por los antiguos alumnos de los S le*
 sianos, que con celo y perseverancia han conse
 guido un alto puesto, al desarrollar una obra
 social de tanta trascendencia como es edificar
 im verdadero pueblo para familias modestas
 junto a las escuelas del Venerable Bosco.
 SEVILLA (España) —
 la fiesta patronal.
 
 Digna celebración
 
 de
 
 En las Escuelas Sales lanas de la Sma. Trinidad, con motivo de la Confereucia reglameutaria
 a los Cooperadores Salcsianos prescrita para
 
 124
 
 la fiesta de San Francisco de Sales, celebróse
 un acto solemnísimo y de capital importancia
 j)ara aquellas Escuelas Profesionales.
 A las cinco de la tarde, bajo la presidencia
 del Enmio. Sr. Cardenal de Sevilla, dió la con-
 
 y extemos cantaron varias composiciones a tres
 voces, siendo admirablemente interpretadas.
 A continuación el Sr. Cardenal Ilundain,
 que tanto aprecia y distingue a los humildes
 e infatigables hijos del V. D. Bosco, en su her-
 
 Valencia
 
 floreciente Colegio
 
 (V enezuela).
 
 S alesiano “ D . B osco”
 
 V arias visfas del
 
 de aquella ciudad.
 
 ferencia a los Coo|>eradortís y Cooperadoras
 de li\s obras salesianas el Muy Iltre. Sr. Don
 Balbiuo Santos, Lectoral de la S. I. C. quien
 expresó con admirable claridad y elocuencia
 las obras de celo emprendidas por los Salesianos.
 Dió la bendición coa el Santísimo el Emmo.
 Sr. Cardenal. Las escolauias de los internos
 
 moso y fecundo apostolado de educar y en
 señar a la juventud las ciencias y las artes,
 bendijo la nueva Máquina tipc^ráfica alemana.
 Fue designada con el nombre de nuestro
 Venerable Fundador para dar a conocer a los
 niños el bien que £1 sabia hacer y el que sigue
 haciendo por medio de sus hijos los Salesianos.
 
 125
 Terminada la bendición fué puesta en marcha
 para imprimir unos recuerdos en honor de
 Don Bosco, que fueron distribuidos como
 obsequio a los asistentes.
 Fueron padrinos de tan solemne acto el
 Sr. D. Félix Sánchez Blanco y su distinguida
 esposa Dña. Francisca de Borja Pardo.
 Los salesianos confían que la caridad de los
 Cooperadores no sólo les permitirá cubrir este
 gasto, sino hacer otros nuevos para el desarrollo
 de la grande Obra de las Escuelas Profesionales.
 VALENCIA (Veaezuela) — Colegio “ Doo Bosco”
 
 Extractamos de la ariistica Revista «Billiken ».
 
 El Colegio Don Bosco, imo de los primeros
 de la República, está situado en la parte más
 sana de la Capital de Carabobo, ocupa m a
 manzana de terreno y los parques que rodean
 el edificio están plantados de eucaliptus, que
 aiunentan con la salubridad de sus hojas la
 mucha higiene- del plantel.
 Sus aulas espaciosísimas, ventiladas, llenas
 de aire y luz, sus dormitorios con capacidad
 para roo camas, en el segundo piso, sus patios
 de Deportes, su Salón Museo, su Salón Teatro,
 su artística Capilla, consagrada a la Reina de
 los Cielos, la inspiradora de Don Bosco, la
 que en visiones le enseñara el Sistema Preven
 tivo, para salvar a los niños, no con el rigor ni
 los castigos, sino con el consejo oportuno y
 cariñoso; sistema que ponen en práctica los
 Hijos de Don Bosco, haciéndose niños con los
 niños, para jugar con ellos, intimar con ellos,
 y sembrar en ellos el germen de sabiduría y los
 sentimientos nobles, religiosos y patriotas en
 las almas.
 Para desarrollar el germen de piedad que
 deja en el alma el Bautismo, tiene el Colegio
 Don Bosco. la confesión frecuente, la Misa y
 la Comunión diaria en su propio Santuario,
 sai como los demás actos de piedad; para la
 sabiduría humana sus Cuidos de Instnicción
 Primaria Elemental, Superior, Bncliillerato,
 Idiomas.
 Para despertar el arte en las almas que se
 les confían, las clases de Música, canto; sus fre
 cuentes representacion^is teatrales en su Salón
 Teatro, donde se inician con producciones
 propias en la tribuna, los oradores de mañana;
 sus clases de Dibujo y de Pintura; todo lo
 que el Arte de los hijos de Don Bosco sabe
 enseñar.
 Para el desarrollo físico, los patios de Depor
 tes, la Gimnasia, las excursiones campestres.
 Y para estimular el amor a la Patria, los
 P ad r¿ Salesianos, llevan en excursiones patrió
 ticas, sus alumnos, a Bárbtila, San Mateo, Carabobo, enseñándoles los sitios donde supieron
 conquistar la Gloria y damos Patria Libre
 nuestros Libertadores.
 
 Cuenta además el Colegio Salesiano, con una
 Granja, la Granja San José, situada entre Naguanagua y Valencia, de donde viene la le
 che purísima, los cereales, la miel, y donde se
 enseña agricultura y donde se dan clases noc
 turnas, fonnando hombres de trabajo y de
 honor, a los chiquillos pobres, que los Padres
 Salesianos acogen como suyos!
 El Colegio o Don Bosco * ha formado casi
 todos los hombres de Valencia, que en el terruño
 querido son honra y orgullo y a otros, que lejos
 del terruño y de la Patria, han ido a dar gloria,
 a la sabia, silenciosa y abnegada educación
 Salesiana, y de la cariñosa cordialidad de sus
 aulas, han salido Médicos, Abogados, Diplo
 máticos, Sacerdotes y artistas que al volver
 la mirada al pretérito, sienten confortar su
 espíritu con el recuerdo de los años pasados
 bajo las frondas de sus árboles, o en el calor
 cariñoso de sus aoUas, o en el suave y místico
 ambiente de la amada Capilla consagrada a
 la Virgen dé Don Bosco, la amada Madre María
 Auxiliadora.
 
 BARCELONA {España). — En * La Van
 guardia » del 27 de enero último vimos con
 gusto \m artículo titulado * Una Obra benificosocial sin terminar en el cual se señalaba a
 la caridad de los Barceloneses la importantí
 sima Obra que la Congregación Salesiana desa
 rrolla en la Barriada obrera de Hostafranclis.
 Después de un resumen de su historia y de las
 dificultades con que ha tenido siempre que luchar
 tan benéfica Institución, debida a la Sierva
 de Dios Dorotea Chopitea, se enumeran las ac
 tividades a que se dedica en bien de la juventud
 obrera de la popialar barriada:
 Escuelas de primera enseñanza gratuitas
 para unos 300 alumnos.
 2®, Escuelas nocturnas para adultos, con
 doscientos aliimnos.
 3®. Patronato escolar que proporciona comida
 y prendas de vestir a los niños más necesitados.
 40, Oratorio Festivo, donde los domingos y
 días festivos redben instrucción religiosa más
 de 800 niños, a quienes se proporciona además
 alegre y sana diversión.
 
 - !:
 
 '^ í V ', . ^
 
 *■
 
 1
 
 ^ 1
 B fZ 09
 C orrientes (Arj{.) — £1 O ra to rio Festivo y una sección de E xploradores que hicieron la
 
 5." Floreciente Asociación de Exalumnos.
 0 ". Iglesia pública frecnentadísima y de una
 intensa vida eucarística.
 Y termina haciendo un llamamiento a la.«?
 I'íersonas caritativas j>ara que cooperen.al desa
 rrollo de esta Obra, sobre todo ahora en que
 se divisa el b.ello día de la Beatificación del Vble.
 Don Bosco, a quien Barcelona recibió en regio
 triunfo en 1886.
 CORRIENTES {Argentina). — Orgullasos
 imedeii estar los amantes de la Obra Salesiana
 
 Comunión.
 
 de esta ciudad por los éxitos obtenidos durante
 un año que funciona en ella el Oratorio Festiva
 de Don Bosco. Al celebrar el primer aniversario
 cuenta dicha Institución con una hermosa
 Capilla generosamente dotada; una Escuela
 de primera enseñanza, cuyos títulos se hallan
 equiparados a los de las Escuelas Fiscales;
 un Batallón de Exploradores que ix>r lo nume
 roso y disciplinado llama justamente la admi
 ración del piíblico: un Oratorio que reüne todos
 los domingos y fiestas varios centenares de
 niños a]>artáiidolos de los peligros de la vagancia
 y dándoles histruccióu religiosa. Un centro
 bien organizado de Exalumnos y Cooperadores
 salesianos, que coadyuvan con su óbolo en la
 delicada misión de educar a la niñez j>obre y
 desvalida.
 MAR DEL PLATA {Argentina) . — También
 en esta veraniega ciudad, aún no trascurrido
 un año de la inauguración del Oratorio Festivo
 se están cosechando yo, abundantísimos frutos,
 líl día de la Inmaculada se distribuyeron un
 centenar de Primeras Comuniones y luego la
 Comisión de las Cooj>eradoras Salesianas orga
 nizó una espléndida fiesta para bendecir una
 preciosa bandera que el Coronel Irigaray, des
 pués de un elocuente y entusiasta discurso,
 entregó a los Exploradores, y a cuyos lemas
 juraron fidelidad las numerosas escuadras in
 fantiles. Y alguien pudo decir que los niños
 de hoy, obedientes y sumisos, no parecían los
 de ayer, revoltosos y rebeldes. Son los milagros
 del Oratorio Festivo.
 PAM PLONA {España). — Las Escuelas
 ProfesionaUs de la simpática capital Navarra
 
 AVar del P lata (A r^.) — Un grupo de oralorianos.
 
 van siendo cada vez más conocidas y aprecia
 das por el culto y generoso público de Pam
 plona, como lo demostró al asistir con entu
 siasmo a la Conferencia Salesiana dada por
 
 ■
 
 lÉH
 
 127
 
 el Director de las mismas con motivo de la
 fiesta patronal de San Francisco de Sales.
 También la Diputación Provincial dió una
 gran prueba de aprecio a dichas Escuelas con
 cediendo una medalla para premiar a sus
 alumnos más aventajados.
 SALAM AN CA [España). — Los Exalumnos
 de las Escuelas Salesianas de San Benito to
 maron por su cuenta la celebración de la Fiesta
 de San Francisco de Sales que revistió im es
 plendor inusitado. Tanto la parte religiosa,
 en la que sobresalió el panegírico predicado
 por el Rvdo. Don Joaquín Rodríguez, salesiano. como la recreativa, a cargo del cuadro
 artístico de los Exalumnos, merecieron los
 plácemes imánimes de toda la población.
 SALTA (Argentina). — Alcanzó im éxito
 inesperado la fiesta de los Reyes Magos, cele
 brada el Domingo 6 de enero en el Colegio
 Salesiano «Angel Zerda ». — La acción eficaz
 y fecunda del P. Director del Oratorio Festivo
 Rvdo. Tomás C. della Vedova, se puso de
 relieve en el citado día con una concurrencia
 infantil de más de 1500 niños. El interesante
 jnograma fué desarrollado con mucho entu
 siasmo gracias a la cooperación de los Ex
 alumnos de Don Bosco del mismo Centro
 
 Táriba (Venezuela) — La C a sa Salesiana.
 
 «Angel Zerda». que tan activa parte toman
 en todas las fiestas del Colegio Salesiano.
 TÁRIBA (Venezuela). — Solemnísima re
 sultó la fiesta de la Imnaculada que coincidió
 con la distribución de premios del Curso ante
 rior. Número saliente fué la velada celebrada
 en el salón de actos y amenizada por la banda
 del Distrito galantemente cedida por el digno
 Jefe Civil, Oral. José Antonio González, du
 rante la cual el P. venezolano Cosme F. Alteri
 pronunció un jnagLstral discurso y fueron dis
 tribuidos los premios a los agraciadas.
 
 Solta (A rgentina) — Los aiSos d d O ra to rio F e ^ v o el dfa d e Reyes,
 
 128
 
 ■¥•
 B9
 
 necrología
 
 Sr. Dr. D. V íd o r Góm ez Jurado.
 Profunda impresión ha causado en la socie
 dad Ibarreña el fallecimiento de este ilustre
 jurisconsulto y sincero amigo de la Obra Salesiana en el Ecuador.
 Su distinguido talento, su exquisita cultura
 y sobre todo su gran probidad le granjearon
 las simpatías de todos los elementos de la
 Sociedad.
 El Iltre. Concejo Mimicipal y el Colegio de
 Abogados de su ciudad natal formularon
 \’aliosos acuerdos deplorando la desaparición
 de uno de los abogados más distinguidos del
 foro ibarreño.
 Nosotros, además de adherimos de corazón
 a tan justas manifestaciones de admiración
 para con tan distinguido ciudadano, lo pre
 sentamos a nuestros queridos Cooperadores
 como modelo de caridad para con el niño pobre.
 Ultimamente trabajaba con grande interés
 a fin de que sus queridos salesianos se estable
 cieran en Ibarra.
 Esperamos que Dios N. S. le haya dado el
 I^remio por su vida ejemplar y especiales mere
 cimientos; sin embargo lo recomendamos a
 las oraciones de nuestros amigos y Coopera
 dores.
 A sus distinguidos deudos enviamos el más
 sentido pésame y esperamas que María Auxi
 liadora derramará sobre sus corazones el sua
 vísimo bálsamo de le resignación cristiana.
 
 Don Jacinío Pimenfel.
 Después de larga y dolorosa enfermedad,
 confortado con los auxilios de nuestra santa
 Religión, el día 24 de Diciembre de 1928,
 \ igilia de Navidad, entregó su alma a Dios
 D. J acuito Pimentel. esposo de nuestra antigua
 \- generosa Cooperadora. Sra. Dña. Elena Arrumctuli.
 Hombre grandemente laborioso, de grandes
 iniciativas y de vida integérrima, fué D. Ja
 cinto esposo modelo y padre ejemplar. Las
 vicisitudes de su Patria (Méjico) lo obligaron
 a refugiarse en la ciudad de Los Angeles. La
 
 oración piadosa de todos los Cooperadores,
 sirva de consuelo a su atribulada esposa y a
 sus afligidos hijos, a quienes renovamos la
 expresión de nuestro sentimiento por la pér
 dida irreparable con que el Señor ha querido
 probarlos.
 
 Don Dionisio Cabof y Rovira.
 En Diciembre último falleció en la ciudad
 de Barcelona este modelo de caballeros cris
 tianos. Todo su prestigio y los bienes de for
 tuna ponía al servicio de las causas santas,
 siendo incalculable lo que le débe la Acción
 Católica de la ciudad de Barcelona.
 Convencido de la Providencialidad de la
 Obra Salesiana la contaba entre las especial
 mente por él favorecidas y era entusiasta
 admirador de la gran figura de Don Bosco.
 El Boletín Salésiano da a la familia el más
 sentido pésame y pide a sus lectores una ora
 ción para el finado.
 
 Recordad en vuestros sufragios a:
 B.a.RCEW)NA (España). — Miguel A . Plana
 y de Goytisolo, Miguel Casas Marturet, Rosa
 Serra Vda. de Romaní , Dña. Elvira Pich Vda.
 Crehuet, falleció en Barcelona el 9 de enero.
 Alma entusiasta de las Obras Salesianas supo
 ayudarlas con la generosidad de su hermoso
 corazón.
 V illa db D on F adrique (España). —
 Carmen Isquierdo, Victoria Villarejo, Cándido
 Martines.
 R. I. P.
 
 « Sé caritativo según tu posibilidad: si tuvieres
 mucho da con abundancia; si poco, procura dar
 de buena gana aún de lo poco que tuvieres; pues
 con esto te atesoras una gran recompensa para el
 dia de la muerte; por c%tanto la limosna libra de
 todo pecado y déla muerte eterna y no dejará caer
 el alma en ¡as tinieblas del infierno; pues la
 limosna será motivo de gran confianza delante
 del Soberano juex.
 T obías IV, 8-12.
 C o a a p n b m c ió m d e U tm fo rid m d e c Ie s ié e U e e .
 G e m f o D . D O .N t E N iC O G A R N E R l.
 E»lableeiaiiea(o T ip . d« la Socied ad Editora l a t e r a i d c a l - T a r is
 C o r s o R e g ie * .Wmrg h e r ile , IT -t.
 
 
        
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                Fecha                        
- 
                        1929.04