BS_1921_01

Ficha

Título
BS_1921_01
Descripción
Boletín Salesiano. Enero 1921
extracted text
LIBRERÍA SALESIANA DE SARRIA (Barcelona)
P a s e o D o n S o sc o - n ú m . 4.

P u b lic a c io n e s p e rió d ic a s:
Lecturas Católicas.
Publicación mensual, fundada el por el Vble. Juan Bosco. — Sale cada mes un tomito
de unas cien páginas, de lectura amena, moral e instructiva, siempre interesantísima. A los
suscriptores se les regala a fin de año el almanaque “ E l Hombre de B ieid \ que encierra un
tesoro de entretenimientos de utilidad y solaz.
La suscripción es de 4 ptas. para España y toda la América.

“ ^ /

Oratorio Festivo 99

Hojita semanal para los niños. Es un simpático periodiquito en el que se tratan los
asuntos más serios y graves en la forma más agradable y amena, al alcance del público
menudo.

Galería dramática Salesiana.
Colección de obras teatrales a propósito para Colegios de ñiños y niñas, Centros cató­
licos, etc: tiene un completísimo surtidos de damas, domedias, sainetes, zarzuelas, cantos, ro­
manzas, etc. No tiene rival en su género.

Veladas ¡Recreativas.
Es una colección de composiciones liberarias, en prosa y verso, para declamarse en
actos públicos, academias o veladas: diálogos, poesías, monólogos, discursitos, sobre diversos
asuntos y para diversas ocasiones. Van publicados ya cuatro tomos en-8®, de 300 a 400 pá­
ginas cada uno. Es un arsenal indispensable para los Colegios y Centros, que han de im ­
provisar a veces algún acto público.

Calendario Salesiano de María Auxiliadora.
Almanaque de pared, que consta de cartón cromo-litografiado, con la imagen de María Auxi­
liadora, y taco de hojita diaria. Hace más de.veinte años que se publica, con un éxito siempre
creciente. Contiene una máxima moral o ascética para cada día y un surtido variadísimo de
anécdotaSj pensamientos, poesías, chistes y curiosidades de todo género, siempre dentro de
la más sana moral: es un verdadero tesoro para las familias. — El indicador religioso está
adaptado al público de España y de la América española.

Biblioteca amena “ Juventud 99
Colección de libros de amena lectura, que contienen noveütas, historias, leyendas y na­
rraciones, eminentemente literarias y .educativas. — Van publicados 10 tomos de unas 200 pá­
ginas en-8*. Son muy indicados para regalar a los niños en la distribuciones de premios: hay
varias encuadernaciones, más o menos ricas y lujosas o económicas; todas bonitas y elegantes.

Advertencia. • Pídanse muestras, precios y catálogos al Sr. Admor. de
Salesiana
Paseo Don Bosco, 4 • Síirriá (Barcelona-España).

Librería

E n e r o d e 19 2 1

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Roktín Sak$iano
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Turin — V ia Golfolengo N. 3 2 .

SUMARIO. — Don Pablo Albora a los Sres. Coo
peradores Salosianos .............................................
3
10
Nota del mes ............................................................
xo
Actividades j u v e n i l e s .............................................
13
E l Sumo Pomlfice y los Salesianos de Viena
Un monumento a la memoria del P. Evasio Rabagfiati 13
D e n u e s t r a s m i s i o n e s : Misión de Méndez.y pualaquiza (Ecuador) — Rio Negro (Brasil): Una tra­
bajosa misión en la región inferior del Río Negro

— Nuevo Prefecto A, osióiico.........................................*4
En la Uasilica de María Auxihadoia; ÜCi-pcdid» de
un grui>o de Misioneros
............................................ 2°
C m .ro i»K M a r í a A u x i l i a d o r a : Cali, Buenos Alres-

.............................................................................. ^3

Gracias de María A u x ilia d o r a ....................................... >1
Antiguos A lu m n o s ............................................... ' ’
P o r e l m u n d o s a l e s i a n o : Salatna- ca, Pamplona,
Salto, Rawson, San P a u lo ........................................

D. PABLO ALBERA
A LOS SRES. COOPERADORES SALESIANOS
Turin, i« de enero de 1921.

Carísimos en el Señor:
. ó ■ ■ ¡ÑAME a veces a la memoria el le­
jano día, en que, niño y o de doce
años, fui caritativam ente acogido
por Don Bosco en su Oratorio;
y este recuerdo me enternece sobremanera,
porque tras él desfilan una a una por mi
mente, las gracias sin cuento que el Señor
me reservaba en la escuela de ta n am ado
Padre. Pero conmigo, otros m il han de re­
petir: ¡Todo se lo debemos al Venerable
D on Bosco! L a educación e instrucción reci­
bidas, y no pocos aún la misma vocación
sacerdotal, se las debem os a los paternales
cuidados de aquel varón de Dios, que am aba
a sus hijos espirituales con im afecto santo
y un cariño sin igual.
N o es, pues, de m aravillar que m ás viv o
y tierno que el de cualquiera o tra persona

querida, guarde nuestro corazón el recuerdo
de este buen Padre, junto con una honda
adm iración de su santidad extraordinaria
3*^ de la misión altísim a, que es fuerza reco­
nocer le confió el Señor. A m edida que pasan
los años, lejos de perder nada de su hechizo,
agigántase a nuestros ojos y brilla con nue­
vos fulgores la am ada figura del Padre y se
a v iv a el recuerdo dé sus heroicas virtudes,
al paso que el afianzam iento y desarrollo
de su O bra, apoyada por todos los buenos,
nos obliga a repetir en lo íntim o del corazón:
D igiius D ei est hic! Sí: la Obra de D . Bosco
es verdaderam ente Obra de Dios: E l la quiso
y realizó y sigue ayudándola con una asis­
tencia constante.

Al inaugurarse el Monumento de D. Bosco.
Tales pensamientos y afectos se adueña­
ban de mi alm a particularm ente al acabarse

4 —
el pasado año, recordando las fiestas solem ní-'
simas, a que dio lugar la inauguración del
Monumento de Don Bosco. Quien por diclia
intervino en los Congresos, que la precedie­
ron, ño podrá nunca o lvidarm i la fervorosa
ansia de trab ajar que m ostraban los Coo­
peradores y Cooperadoras, ni la apasionada
gratitud de los Antiguos Alum nos de las
Casas vSalesianos, ni la am able y gentil
adhesión de las líx-A lu m n as de las H ijas
de Jlaría A uxiliadora,
Nuestros benem éritos Cooperadores, adm i­
rados del apostolado religioso-social de Don
Boso», del que bien se puede decir no dejó
])Or acom eter o acariciar ninguna de las
obras que hoy se proponen a la activid ad de
los Católicos de buena voluntad, pusiéronse
a estudiar con amor sus ideales precursores.
H allaron en ellos un práctico plan de res­
tauración cristiana, que hicieron suyo y
trataron de ponerlo por obra, particular­
m ente trabajando por el bien de la juventud.
*Cí';i vistas a ta l fin, procuraron precisar y
robustecer las líneas de la propia organización, y señalaron a la activid ad de la misma
algunas Normas directivas, m uy a .propó­
sito para encender un foco de acción salesiana, docpiicra h ay un núcleo de Coopera­
dores.
No fue menos provechosa e im portante
la labor realizada por los E x-A lum nos y
líx-A lum nas. A m bas Asociaciones, form a­
das respectivam ente por los Centros abiertos
en cada una de las Casas Salesianas y en
cada uno de los Colegios de las H ijas de
María A uxiliadora, constituyen dos Fede­
raciones Internacionales, adm irablem ente
unidas y com pactas. Unos y otras, con un
ardoroso entusiasm o que nunca me hubiera
imaginado, hicieron profesión de imperece­
dera gratitu d a sus educadores y educadoras;
m as no contentos con eso, remontándose por
propia iniciativa al m anantial mismo de
donde les \’in o a ellos el caudal de beneficios,
de que fueron favorecidos, juraron erigir un
nuevo monumento a Don Bosco, de mucho
más im portante significación que el que
estaba por inaugurarse, esforzándose por
repartir y verter a m anos llen;is en el seno

de las fam ilias y de la sociedad, aquellos
mismos frutos de vid a cristiana, que el V ene­
rable había hecho crecer y m adurar en las
alm as de ellos con su adm irable sistem a
educativo.

“ Queremos imitar a Don Bosco
L a verdad es que los Sres. ‘Cooperp-dores
y Ex-jAlumnos, por una parte y las Señoras
Cooperadoras y E x-A lu m n as , por otra, an­
daban a porfía por penetrar en las ideas y
el gran corazón de D on Bosco, con el noble
propósito de recoger y apropiarse los planes
y recursos de que el Venerable echaba mano
para llevar a cabo sus fructuosas iniciativas.
E l resultado de este estudio fué una firme
convicción en todos, de que no se puede
hacer cosa de más agrado para Don Bosco,
que im itarle en el am or al prójim o y a la
juven tu d en particular, y de que no desper­
diciaba él ocasión alguna ni medio, por in ­
significante y b aladí que pareciese, para
hacer a los otros algún bien.
E stan do las alm as y los corazones 'todos
penetrados, de estos generosos propósitos,
n atu ral era que los im ponentes grupog de
Cooperadores y Cooperadoras, de A ntiguos
Alum nos y Alum nas, se deshicieran an aplau­
sos, cuando se retiró el velo que ocultaba el a r ­
tístico Monumento. Confieso que en aquellos
instantes me sentí hondam ente conm ovido
y se m e llenaron los ojos de lágrimas: cierto
no había p ara menos a la v ista del gran­
dioso espectáculo que ofrecía la P laza dé
M aría A uxiliadora, donde la presencia de
tod as las A utoridades de la ciudad, presi­
didas por los Representantes del Pa^a, de
Sus I\rajestades el R e y y la Reina de Italia,
del E xem o. Sr. Presidente del Consejo de
M inistros y de m uchos Gobiernos extran ­
jeros, se herm anaba y fundía adm irable­
m ente con el gentil garbo 5* vistosa gallardía
de cinco mil jóvenes, niños y niñas, que
vitoreaban a su grande Bienhechor y Padre.
P.ero lo que henchía m i alm a de íntim o e
inefable gozo y consuelo, era v er ta n univer­
salm ente apreciada
estim ada su misión
educadora; y sobretodo, la persuasión de que

desde aquel día memorable, todos sus Ahim nos y Cooperadores se esforzarían por darla
a conocer de palabra y de obra.
No es ésta la ocasión de reiterar el jgracias!
más cordial a tod as las personas que con­
tribuyeron a la doble apoteosis de Don Bosco;
pero ruego al Señor, por intercesión de la
celestial Patrona de las O bras Salesianas,
que el santo propósito de em ular la ardiente
caridad del Venerable, perdure en el corazón
de sus hijos y admiradores, m ás aún que el
Monumento de bronce y granito, que le
hemos levantado delante del Santuario de
María Auxiliadora.

Las Juntas de acción Salesiana.
M as con el fin de que estos deseos tengan
cum plimiento y produzcan abundantes fru­
tos para gloria de D ios y provecho de las
alm as, quiero añadir una recomendación.
H ase reconocido por todos, que p ara im ­
plantar en las ciudades v pueblos el aposto­
lado religioso-social de Don Bosco, es me­
nester que se constituyan entre los Sres. Coo­
peradores, Juntas o Comisiones de acción
salesiana. E s evidente que cuantas m ás de
tales Juntas lléguen a constituirse 5* cuanto
m ayor celo, activid ad y tacto desplieguen
los com ponentes de las mismas, tanto serán
m ejores y más copiosos los frutos. E s por
tanto, una obra de la m ayor im portancia la
form ación de tales /««¿¿zs, y p a r a d la reclamo
el celo de los Sres. Cooperadores y E x-A lum nos, de las Sras. Cooperadoras y Ex-Alum nas.
P ara ta l fin es de todo punto necesario que
unos y otros se pongan de acuerdo y se den
resueltam ente la mano. L a P ía Unión de
Cooperadores tiene derecho a reclutar entre
los E x-A lum nos o las E x-A lum nas de Don
Bosco, nuevos socios activos y emprende­
dores, y a que, gracias a la educadón redbida, ellos son los m ás capacitados para
penetrar en el íntim o espíritu del Fundador
y secundar sus planes.' D e igual manera,
las A sodaciones de A ntiguos Alum nos y
A ntiguas Alum nos, ^ n dejar de la mano el
program a propio, que les m antiene unidos
al Colegio u Oratorio que los h a educado,

i

no pueden escoger ni pro]‘>onerse en el campo
del apostolado un program a mejor, que el
que el Venerable Padre trazó tan práctica­
m ente a sus Cooj>eradores.
Cuiden, pues, los Directores Salesianos de
inscribir en la P ía Unión de Coo]>eradores
el m ayor número posible de sus Ex-Alum nos;
hagan otro tanto con sus A x-A lum nas. las
H ijas de María Auxiliadora; y con el auxilio
de los Directores diocesanos y locales de los
Cooperadores, verem os surgir 011 poco tiempo
m uchas y fe n ’orosas Juntas de acción sales-'ana. ¡Oh! en otra carta como ésta, al lado
de tas Obras realizadas por los vSale.sianos e
H ijas de María Auxiliadora, con qué placer
daría tam bién cuenta de las que liubiescn
emprendido o llevado a cabo los Cooperado­
res, con su exclusivo y particular esfuerzo
durante el año!

Reseña del año 1920.
Paso ahora, oh amados Cooperadores y
celosas Cooperadoras, a daros cuenta, según
lo que dispone el Reglam ento, del poco o
m ucho bien, que con la gracia de D io s.y el
socorro de vu estra caridad, h a realizado la
Obra de Don Bosco durante el año, que
acaba de expirar.
Prim eram ente debo m anifestaros para
vuestro consuelo, que hemos podido conti­
nuar sosteniendo y desarrollando todas las
obras, que teníam os anteriorm ente comen­
zadas. Quien se pare a considerar la exten­
sión inmensa, que lia concedido el Señor 3
la Obra Salesiana, y j)ase revi.sta a las varias
Casas de beneficencia, Hosjiicios y Colegios,
Oratorios y Centros de Misión, .donde se
a tien d ea la ed 'c a ció ii cristiana d é la ju ven ­
tud, a la asistencia de los .emigrantes y a la
evangelización de tribus y pueblos idólatras,
y piense en 1 s caudales enormes que exigen
todas estas obras, los cuales día por día son
sum inistrados por la Providencia divina
m ediante la caridad de nuestros Coo|>cradores, no podrá menos de quedar pasmado, y
santam ente consolado adem ás y contento del
provechoso empleo de sus limosnas, si habiese



sido uno de los enviados de la Providencia
para remediar la pobreza de los H ijos de
Don Bosco. Y en efecto, ¿quién es capaz de
m edir el inmenso tesoro de m éritos que el
Señor repartirá entre esas alm as generosas,
en vista de los muchísimos niños salvados
de la im piedad y del vicio y puestos en el
cam ino real de la honradez y de la fe; de las
vocaciones sin cuento, para el estado reli­
gioso o sacerdotal; de los miles de neófitos,
ganados para la Iglesia y la civilización?
Adem ás, la experiencia diaria nos enseña
cómo María Sm a. A u xiliad o ra se com place en
derram ar con soberana m unificencia toda
suerte de gracias y bendiciones sobre los
Bienhechores de las O b las de Don Bosco,
aún en esta vida, sin perjuicio del premio
harto m ayor, que les tiene reservado en la
otra.
Pero, es y a tiem po que declare en p arti­
cular las obras, que los Salesianos han
emprendido durante el pasado año.

Obras comenzadas por los Salesíauos.
E n I talia merecen citarse las dos siguien­
tes: la nueva parroquia, que con el. títu lo de
María A uxiliadora, se erigió en la ciudad de
Rim ini, para el servicio espiritual de una
populosa barriada, que se form ó estos últim os
años jun to al mar; y un pensionado para
alumnos de segunda enseñanza, abierto
en la ciudad de T rá fani, el cual cuenta y a
unos cien alumnos.
E n K aifa ciudad de P alestina se ha esta­
blecido una E scuela Italiana.
E n Budapest, capital de H ungría , hemos
tom ado la dirección de un Colegio, puesto
b ajo la advocación de San I.uis, capaz para
una cincuentena de muchachos; pero abri­
gam os adem ás de propósito, tan pronto como
nos sea posible, de abrir varios Oratorios
l'estivos, en el centro y suburbios de la po­
blación, dotados de obras de cultura y asis­
tencia para la juven tu d , principalm ente
obrera.
E n A i.Em.\nia se han efectuado dos nuevas
fundaciones. E n Burghausen tenem os en­
cam inado un Colegio p ara niños que aspiran

6



a seguir la carrera eclesiástica: en Ensdorf
(Alto Palatinato) hemos abierto una Casa
para jóvenes alem anes y húngaros, que deseen
ingresar en nuestra P ía Sociedad: será
un precioso plantel de vocaciones, indispen­
sables p ara la vid a y desarrollo de nuestra
O bra en la E uropa Central, y p ara el sostén
de nuestras lejanas ^Misiones.
O tra fundación de grande im portancia,
por estar igualm ente destinada a la form a­
ción del personal, es la de Oxford (Ingla ­
terra ). N o se h a hecho sinó con m u y cos­
tosos sacrificios; pero dímolos por m u y bien
emlpeados, y a que la n u eva Casa pone a los
jóvenes reclutas salesianos en condiciones
de poder frecuentar aquella fam osa U niver­
sidad: esperamos que el Señor bendecirá este
nuevo Instituto.
L os Salesianos del U ruguay se han en­
cargado de una grande parroquia en Salto,
jun to a la cual funciona y a un numeroso
externado y Oratorio F estivo, y existe el
propósito de establecer ta n pronto como sea
posible, unas Escuelas de A rtes y Oficios.
A todo esto h a y que añadir el em puje dado
a los diversos centros de Misión, m ediante
el envío de nuevo personal, pues no menos
de cincuenta misioneros, entre Salesianos e
H ijas de M aría A uxiliadora, partieron el
pasado año para la P atagonia (Argentina),
P relatura de Registro do A ragu aya (Brasil),
N orte Am érica y China. L a b rigada m ás nu­
merosa, al despedirse solem nem ente el 24 del
pasado octubre, tu vo la fortuna de recibir
la bendición de nuestro prim er Misionero,
el Em m o. Cardenal Cagliero, a quien guarde
el Señor m uchos años, p ara honra de nuestra
P ía Sociedad.
Aunque es y a harto dilatado el cam po de
las Misiones Salesianas y no obstante las
sensibles pérdidas experim entadas por la
m uerte de algunos ilustres Misioneros, como
Monseñor Lorenzo Giordano, P refecto A pos­
tólico de R ío N egro (Brasil), aum entóse con
todo notablem ente con nuevos territorios
y nuevas fundaciones.
E n el V icariato A postóhco de M éndez y
Gualaquiza (R ep . del E cuador), que por
renuncia del venerando Mons. Costam agna

confió la S an ta Sede a nuestro carísim o her­
m ano Mons. Comin, se abrió una nu eva resi­
dencia .el E l Pan, con una parroquia y Ora­
torio Festivo.
L a Misión que tenem os en la provincia
china de Cantón ha sido elevada a la cate­
goría de Vicariato Apostólico, siendo enco­
m endado a nuestro fervoroso y activo misio­
nero, Mons. L uis Versiglia, preconizado
Obispo de Caristo.
Otros dos dilatadísim os territorios de
misión han sido entregados al cuidado de
los Salesianos. A ruegos del celosísimo P re­
lado de Asunción del P aragu ay y de la Sda.
Congregación de Propaganda Fide, hemos
aceptado la evangelización del Gran Chaco
Paraguayo, vastísim a región casi inexplorada,
p ara donde partieron los prim eros misio­
neros desde Asunción y se establecieron en
Fuerte Olimpo, situado a unos 700 kilóm etros
de la capital. — Asim ism o obedeciendo a las
reiteradas instancias de la Sda. Congrega­
ción de Propaganda, nos hemos encalcado
de la dificílisim a Misión de Angola, en el
Suroeste de A frica.
Y a veis, carísim os Cooperadores, cómo, a
pesar de las angustias de la hora presente
y de las m uchas vocaciones, que la guerra
aplazó o segó en flor, la O bra de D . Bosco,
protegida por M aría A uxiliadora y su \nDle.
Fundador, h a podido seguir su m archa
ascendente, m ientras en otras m uchas partes
se la deseaba e invocaba, no habiendo sido
posible atender a esos ruegos por falta abso­
lu ta de personal.

Obras emprendidas
por las Hijas de María Auxiliadora.
E sta misma escasez de personal h a puesto
a las H ija s de M aría A uxiliadora en la im ­
posibilidad de acceder a todas las peticiones
de fundación: pero, a pesar de todo, el desa­
rrollo alcanzado por su In stitu to el ano pa­
sado, principalm ente en Italia, es ta l, que
h a j’ m ucho p ara alab ar a Dios.
A q u í en el Piam onte, confiadas en la pro­
tección de su Sm a. Madre M aría A u xilia­
dora, han aceptado la dirección de tres

nuevas Casas-pensión para jóvenes obreras;
una en Chieri, jim to a la fábrica « Succ. F ratelli Fasano *; otra en Oulx, jun to a la fá ­
brica R obbiati, y la tercera en Strambino,
al lado de la F ábrica de hilados y tejidos del
mismo nombre.
E n Novara han convertido la antigua
Casa-pensión p ara Obreras « R otondi », en
un A silo, donde gracias a la munífica gene­
rosidad de un noble caballero, han hallado
refugio y cuidados niatem ales cien pobres
huerfanitas, que quedaron sin techo y sin
abrigo a consecuencia de los filtim os desas­
trosos terrem otos de Toscana.
O tra bellísim a obra de caridad han em­
prendido nuestras H erm anas en VoÜri, litoral
de Toscana, en beneficio de los niños pobres,
particularm ente de los huérfanos de la po­
blación m arinera, encargándose del «^st 7o
Orfaneüi di Bordo ».
Son tam bién dignos de notarse los nuevos
Asilos infantiles, con Oratorio F estivo ad­
junto todos ellos, y algunos con Obradores y
Clases diurnas, que han abierto en Liorna
(Toscana), a poca distancia del Colegio Salesiano, en el populoso barrio de Porte Col­
ime; en Passalacqua, jun to a Tortona; en
Zoagli, prov. de Génova; en Ravefia, parro­
quia de San Roque; y en Roma , cerca del
Orfanotrofio de « Gesü Nazareno ».
A sí mismo en Roma han instalado una
nueva E scuela Profesional y un Oratorio
F estivo, al lado del « Asilo Savoia ».
N o son tam poco para pasados en silencio,
la n u eva disposición y desarrollo dados a
las tres Casas para «liuérfanos de la guerra »,
que tienen aquí en Turín. Así en el grande
y hermoso Colegio de la P laza de María A u x i­
liadora tienen recogidas a las Imerfanitas
m ayorcitas; el de Turin-Grugliasco sirve
de asilo a las m ás pequeñas; y el de TurinSassi, se reserva únicam ente para los pár­
vulos varones. • L os tres establecim ientos
tienen las plazas totalm ente cubiertas y
albeigan en conjunto a unos tresceintos huerfanitos.

También fuera de Italia ha hecho algunos
progresos el Instituto: nuestras Hermanas de
EsPAñA han ido a Alicante, donde regentan



unas Escuelas diurnas m uy concurridas,
con su Oratorio F estivo y una Casa de hos­
pedaje p ara m uchachas, que se hallan de
paso o que por cualquier causa carecen acci­
dentalm ente de hogar: otra casa, con fines
parecidos a la anterior, acaban de fundar
tam bién en Madrid, en el barrio de Bella
Vista, por iniciativa de la E xcm a. Sra. Con­
desa de Floridablanca.
Ivii Lieja (Bélgica ), se encargaron de
las Escuelas Parroquiales de St. Gilíes, que
abarcan tódos los grados de enseñanza, desde
el jardín de la infancia hasta las clases supe­
riores, con el Oratorio F estivo y Catecismos
I)arroc(uialcs.

lili I rlanda han puesto en marcha una
floreciente escuela profesional y doméstica
en Limcrik, y en ¡locos meses ha tomado tal
incremento, que ya piden refuerzos de per­
sonal.
Por últim o en Ipiranga (B rasil ) han
inaugurado una Casa de form ación, para el
cultivb de vocaciones. Pero tam bién ellas,
icuántas más casas habrían podido abrir, si
tuviesen personal más abundante!

Recomendaciones para el ano que empieza.
Diré ahora brevem ente las obras a que
hemos de aplicar nuestro esfuerzo m anco­
munado y nuestros desvelos en el transcurso
del año, entrante: no son necesarias m uchas
explicaciones, porque después de las indi­
caciones que he tenido el gusto de comu
nicaros más arriba, ello se destaca y reco­
mienda por sí mismo.
E n primer lugar, oh am ados Cooperadores,
¡ayudadnos a cultivar nuevas vocaciones reli­
giosas y sacerdotales!
Y a os dije de pasada que si la Pía Sociedad
Salesiana y el Institu to de las H ijas de María
Auxiliadora padecieran menos penuria de
personal, m uchas más hubieran sido las
obras que habrían podido emprender. l l u e ­
ven casi diariam ente las dem andas de nuevas
fundaciones: y una de las penas más grandes
que hallo en mi difícil cargo, es cabalm ente
tener que dar invariablem ente una contesta­
ción negativa a todas las x^eticiones, que se

8



nos hacen a veces en térm inos de súplica
conm ovedora. Ora son voces, provenientes
de puntos en extrem o necesitados, pidiendo
auxilio para salvar a m illares de jóvenes,
sumidos en el m ayor abandono; ora son
m egos de em inentes o augustos Personajes,
los que no quisiéramos ni debiéram os dejar
desatendidos. Con todo, pese a la m ejor
y m ás decidida volu n tad de no cejar nunca
delante del trabajo, sinceram ente confieso
que no sé puede hacer más.
U n sólo remedio veo para acudir a esa
necesidad: m ultiplicar las vocaciones. ¡Cuán­
tos buenos m uchachos y piadosas doncellas,
si hallasen el oportuno y debido apoyo,
tendrían a dicha consagrarse a las obras'de
caridad y celo en el estado religioso o sacer­
dotal! E l cultivo de las vocaciones, que bien
X)odenios llam ar <i divino », toca en prim er
lugar a los x^adres de fam ilia y luego a todas
las x:>ersonas que se interesan jDor la gloria de
D ios y la salvación de las alm as. ~ « N o ol­
videmos, decía Don Bosco, que regalamos un
precioso tesoro a la Iglesia,, cuando le procura­
mos una vocación; no importa que esa vocación
sea para la Diócesis, las M isiones ó una Con­
gregación religiosa; ella será siempre un gran
tesoro que regalamos a la Iglesia de Jesucristo »,
H aréis, pues, una obra santa y sum am ente
provechosa, oh am ados Cooperadores y pia­
dosas Cooperadoras, si el año que com enza­
mos y los venideros, con vuestros consejos, o
m ejor aún, con vuestro ax503’0 m oral y m ate­
rial, encamináis a la Pía Sociedad Salesiana
o' al Institu to de las H ijas de M aría A u xilia­
dora, alguna nueva vocación religiosa. D e­
lante de D ios y de los hombres, declaro que
ésta será x^ara nosotros la más imx^ortante
3* más agradecida limosna.
E n segundo lugar, ¡ayudadnos a llevar a
buen f&ntino las obras comenzadas!
H ab lar de construcciones en estos tiempos,
en que los m ateriales y la mano de obra son
ta n costosos, podrá x^arecer un contrasen­
tido, o una tem eridad, a quien desconoce la
marcha de nuestras asuntos; i>ero no a vos­
otros'ciertam ente. Vosotros sabéis en efecto,
que no somos nosotros los que nos m etemos
a tales enqnesas, x^ara las cuales no x^odría-

^

9 -

E n m uchas Casas se están efectuando o se
mos presupuestar ni un un céntim o siquiera,
sino que es
Providencia divina la que las proyectan, ensancham ientos necesarios para
hacer lugar a un m ayor número de niños,
quiere e inspira y se encarga de darles cima.
Parécem e, pues, un deber ineludible que que necesitan ser educados en el tem or de
Dios. A q u í en Turín, por ejemplo, tenemos
se busque la m anera de dar un buen em puje
a la fábrica de m uchas iglesias, que esperan en construcción un nuevo pabellón en la'
la últim a mano, como tam bién a las obras Casa-Madre; y dos edificios de planta on
los Oratorios de Sam P ab lo y de Montcrc'sa,
de ensancham iento, que se están efectuando
.que deben ser sus sedes estables y delinilivas.
en varias Casas Salesianas.
E n junio últim o tu v e el consuelo de asistir Se han hecho y a ingentes gastos; ]icro las
a la consagración solemne del Templo fde necesidades espirituales de la inm ensa b a ­
San Agustín en M ilán, que se dignó realizar rriada y las v iv a s y reiteradas instancias de
el Hmmo. Card. Ferrari, a quien nuestra nuestro Em m o. Cardenal-Arzobisi>o, que
P ía Sociedad guardará gratitu d imperece­ am a entrañablem ente la O bra Salesiana, nos
dera. Tam bién se llevaron a cabo otras aprem ian a dar comienzo cuanto antes al
iglesias, entre las que me com plazco en proyectado Templo de Jesús Adolescente y de
m encionar el nuevo tem plo de San Gonzalo la Sda. Fam ilia, jun to al Oratorio de San
en Cuyábá {Mato Groso-Brasil) y la bellí­ Pablo; pero no he osado fijar aún la fecha de
la colocación de la prim era piedra, por tem or
sim a iglesia de María Auxiliadora, de la
de que quede descubierta por falta de fondos.
casa de form ación de Bernal (Aigentina),
¡Y a veis, oh mis buenos Cooperadores,
que es tm a verdadera jo y a de arte construc­
qué m ucha necesidad tenemos de que no
tiv a , debida al diseño de nuestro carísimo
herm ano y arquitecto D on Ernesto Vespi- mengüe un punto la generosa llam a de afecto,
que profesáis a la Obra de Don Bosco, a la
gnani: pero h a y en cam bio otras iglesias,
tod as ellas monum entales, que reclam an el que ta n de corazón os habéis consagrado!
D e ahí m i tercera y última recomendación:
auxilio de vu estra caridad para ser acabadas.
Redoblen todos su celo y caridad.
Os recuerdo por tanto, los Templos dedicados
R edoblad esta caridad directa e indirecta­
al Sdo. Corazón de Jesús, que se están cons­
mente,
es decir , del m ejor modo que podáis,
truyendo en el Tibidabo (Barcelona), en
haciéndoos eco de las'necesidades de la Obra
Liorna (Toscana) y en el barrio llamado
de Don Bosco cerca de vuestros deudos y co­
Valentino de Casal Monjerrato; los grandes
Santuarios de M aría Auxiliadora, que se nocidos, p ara quienes podéis pedir el Diploma
fabrican en Nictheroy (Brasil), en Monte­ de Cooperador Salesiano, que les enviarem os
video (U ruguay), en Lim a (Perú), en Guaya­ mu5' gustosos.
Redoblad así mismo vuestro celo, es decir,
quil (Rep. del Ecuador) y en la ciudad de
M éjico; el Santuario de Jesús Adolescente de vuc.stra a ctiv a diligencia en el cam po de la
Cooperación Salesiana, ])rocurando remediar
Nazaret (Palestina); el Santuario de la Sda.
Fam ilia de Florencia (Toscana); el Templo <le vuestra parte en la ciudad o en el pueblo
las necesidades espirituales de estos difíciles
Parroquial de San Roque, de Barranquiüa
m omentos y aplicar el apostolado de Don
(Colombia) y otros varios, que os podría
Bosco a hacer vo lver la población de las
m encionar aquí, de los. cuales os hablará el
Boletín. Todas estas obras, de proix)rciones ciudades y de los cam pos a la fe en Dios, a
la práctica de la religión y a los sentim ientos
enormes y por lo mismo, de enorme coste,
hondam ente cristianos. Sin esta renovación
m ayorm ente en esta época, p id e n 'e l más
decidido y generoso apoyo de parte de todos cristiana del corazón y del alm a hum ana es
inútil esperar que desaparezca esa volub i­
los am igos de la O bra Salesiana.
lidad levantisca y consiguiente m alestar que
Mas, según y a os he indicado, no son sólo
éstas las obras que necesitan vuestro cari­ es el torm ento de esta época: todos podemos
contribuir a la deseada restauración de la
ta tivo concurso.



10

de provecho, que a más de la exposición doctrinal
y consideraciones generales sobre el tema, el
conferenciente propusiese a su auditorio la reali­
zación de alguna obra particular, entre aquellas
cuya necesidad es más sentida, para que a ella apli­
quen con preferencia su actividad y entusiasmos
Conclusión.
los Cooperadores de la localidad durante el año.
Con este pensamiento, que encierra el
En vapos centros los Sres. Cooperadores y Coo­
más ardiente anhelo de los H ijos de D on peradoras se reúnen mensualmente para hacer
en común el piadoso «Ejercicio de la Buena Muerte»
Hosco, pongo fin a esta carta, pidiendo al
tan calurosamente recomendado por nuestro Vble.
Señor que os dé la recompensa que nosotros Fundador, quien llegó a decir que puede darse
no os podríamos dar jam ás. Pero os certi­ por segura la salvación de aquellos que practican ese ejercicio con fidelidad y perseverancia: en
fico que no pasa día sin que los Salesianos
otras partes celebran con cierta solemnidad el
y las H ijas de M aría A uxiliadora y los niños día 24 de cada mes en honor de la Sma. Virgen
y jóvenes confiados a sus cuidados, eleven Auxiliadora: ambas prácticas están enriquecidas
con muchas indulgencias.
fervorosas preces a Dios, para que os colme
Pero, ya que no lleguen a efectuarse estas reu­
de escogidas gracias y bendiciones a vosotros niones mensuales, no se descuide por lo menos las
y a vuestros fam ilias, en este mundo y en Conferencias anuales que el Reglamento prescribe
el otro. Kn cuanto a mi dedico todos los días para las fiestas de San Francisco de Sales y de»
María Auxiliadora. Los Sres. Directores diocesanos
un memento en la Sta. Misa según vu estras' o Celadores locales, inviten a algún celoso sacer­
dote (o también a un seglar, si el acto se realiza
intenciones.
E n fin os ruego que nos encomendéis en fuera de la iglesia) a dar la conferencia y anúnciela con anticipación, de modo que pueda llegar a
vuestras oraciones a nosotros y nuestras conocimiento de todos los socios, indicando el lugar
ylahora. En dichas conferencias se efectúa también
Obras, y me com plazco en reiterarm e
una colecta en favor de las Obras Salesianas, cuyo
Vuestro a¡mo. humilde Servidor
producto enviará luego el Celador al Revmo. Sr,
D. Pablo. Albera. No hay porqué advertir que
todos estos actos han de llevarse a cabo de perfecto
acuerdo con el Prelado o el Párroco del lugar.
La Santa Sede concede Indulgenica Plenaria
a todos los Sres. Cooperadores, cada vez que asisten
a dichas Conferencias.
Nota del mes.

sociedad, si hacem os lo que está de nuestra
parte para que se eduquen cristianam ente
las nuevas generaciones.

Este lucs de enero se cierra con dos fechas muy
(lucridas ¡jura todo corazón dsalesiaiio: el día 29
es la fiesta de San Francisco de Sales. Patrón y
Titular de nuestra Pía Unión; y el 31, la gran
l'ninilia Salesiana conmemora la santa muerte de
su ínclito I'undador y Padre; pues recuerdan sin
duda nuestros lectores que el Venerable Juan
Basco trocó este destierro jxar la patria el último
día de enero de 1888.
Es razón que los miembros de la «Pía Unión de Co
peradores Salesianos •» procuren festejar lo mejor
¡xísible a su santo Patrón: será éste un cuidado
especial de la J unta directiva local de cada centro
y acerca de este particular recordamos solamente
que para el día de la fiesta u otro cercano, que
pareciere más oportuno, el Reglamento prescribe
se tenga una de las dos conferencias anuales.
Esta conferencia debe consistir en la exposición
de algr'm punto del Reglamento, hecha por una
persona conq>etentc, has conclusiones adoptadas
en el último Congreso, que encierran un buen pro­
grama de acción religiosa y social, ofrecen materia
abundante para tratar en dicha conferencia. Lo
mejor es tocar un punto en particular, cómo las
vocaciones al estado eclesiástico y religioso, la
buena prensa, las misiones, etc', y desarrollarlo
de una manera sencilla y práctica: sería muy de
desear, para que el acto resulte verdaderamente

Actividades juveniles.
Nuestro Boletín, como órgano que es de la
Obra del grande Apóstol de la juventud de estes
tiempos, no puede permanecer indiferente a
todo lo que al bien de la misma juventud di­
recta o indirectamente se refiere. A l servicio de
esta nobilísima causa consagramos todas nues­
tras fuerzas y entusiasmos; y todo triunfo de ella,
que signifique ima elevación, un acercamiento
a Dios de las nuevas generaciones, es motivo
para nosotros de inmenso consuelo y alegría.
Esto supesto, a nadie maravillará que salu­
demos hoy con alborozo y nos asociemos de
todo corazón a los solemnes actos, que demues­
tran un saludable despertar de las juventudes
hispano-americaiias. Era ya tiempo que se
desvaneciera ese incomprensible encantamiento,
esa atmósfera de hielo, esa indiferencia inco­
lora, con que el espíritu liberalesco del siglo
pasado tenía sujetas y paralizadas todas las
más nobles energías de nuestra gente moza.
H oy estamos viendo a vista de ojos, que esa
pretendida neutralidad espiritual e indiferencia.



II

religiosa, tan predicada y practicada en el
pasado siglo, es tan absurda como funesta,
porque al fin {según frase gráfica de un pro­
fundo pensador italiaho) o se es cr^tiano o
fiera: no hay término medio.
Ejemplos hermosos de este despertar crisstíano, nos los dan los jóvenes estudiantes de
los Institutos y Universidades españolas, que
se organizan en Asociaciones neta y paladina­
mente católicas; los obreros, que buscan su
fuerza en la organización, pero protestando
que no quieren apartarse un ápice de las ense­
ñanzas del Evangelio, único código donde se
contienen soluciones adecuadas para todos los
problemas de la p;resente vida y de la eterna.
Xo es tampoco para pasado en silencio el
Segundo Congreso Nacional de la «Juventud
Católica U ruguaya», que así como fué la pri­
mera que se constituyó en América, de igual
modo* parece ir a la cabeza de todas en dar
muestras de vitalidad exuberante y fructuosa.
El Congreso se ef^ tuó los días 19, 20, 21 y
22 del pasado agosto, que fueron dedicados
respectivamente a la Piedad, al Estudio, a la
Acción y Organización y a una grandiosa y
espléndida profesión de fe y religiosidad, con
que se cerró dignamente el Congreso.
E l día de la Piedad, se inauguró con una Co­
munión general en la Iglesia del Sdo. Corazón
(Seminario) de todos los centenares de jóvenes
congresistas de la capital y de las demás centros
de ^ nación. Por la noche se tuvo la primera
sesión plenaria, bajo la presidencia del Excmo.
Sr. Arzobispo y del Comité Ejecutivo de la
Federación. Después de un sustancioso discurso
del Secretario, Br. Lorenzo Martínez Vera,
disertaron el Sr. D. Francisco M. Grosso sobre
la piedad del joven, y el Padre Salesiano, D. José
M. Vidal sobre las Jornadas Eucarísticas. Estas
últimas son una oportunísima institución de la
Argentina y el Uruguay, que han contribuido
poderosamente a fomentar la.piedad y llevar
a la mesa eucarística a grandes muchedumbres
de caballeros y jóvenes.
E l día del Estudio se trataron en la sesión
temas a propósito para fomentar la sana ilus­
tración de los asociados. Así, el distinguido ar­
quitecto Don Román Berro habló con mucha
logicé y claridad sobre los Circuios de estudios.
No menos, notable fué la Memoria sobre Las
Bibliotecas, que leyó el Sr. Arturo Xalambrí,
organizador de la Biblioteca « Mariano Soler ».
Por último el apóstol de la Democracia Cris­
tiana, Dr. Eduardo Cayota, expuso con mucha
claridad y solidez el tema candente de la acción
social y sindicación cristiana.
E l día de la Acción y Organización fué dedicado
a diveisas visitas instructivas. Fué la primera
a los « Talleres de Don Bosco », escuelas sale-



sianas de Artes y Oficios. Los visitantes reco­
rrieron acompañados por el personal de la Casa
las diversas dependencias de la misma y fueron
obsequiados con un modesto lunch en el salón del
Centro «D. Bosco». El Padre Director, D. Bernardiuo Harispuru, les dirigió im saludo y dió una
explicación de esta genial obra salesiana. De
allí los congresistas pasaron a visitar el domi­
cilio del gran diario católico « El Bien Público »;
y luego estmderon a ver la Biblioteca dol Cen­
tro « Mariano Soler », modelo de bibliotecas
populares católicas. Acabó la jornada con la
tercera sesión, en la que los Sres. Dr. Alfredo
Canzani, Br. Alfredo Snmlcgui y Dr. Víctor
Escardó ilustraron los temas de * Prensa Cató­
lica », « Los Centros de cennpaha * y « Propa­
ganda y Organización d, promoviéndose sobre
éste último un animado debate.
El domingo, 22, era el día de clausura. Jamás
había presenciado la bella y culta ciudad de
Montexñdeo, el sublime espectáculo de dos mil
gallardos jóvenes, en la flor de la edad, llenando
las anchurosas naves de su Catedral, como los
vi 6 la mañana de dicho »día, religiosamente
postrados al pie de los altares y acercarse con
el corazón lleno de fe y la frente iluminada con
los esplendores de la gracia, a recibir en sus
pechos al divino Jesús, que dijo un día; « Y o
soy la Verdad, el Camino y la Vida ».
Al medio día los congresales fueron obsequia­
dos con un banquete en un hotel de Villa Colón y
por la tarde celebraron una memorable sesión en
del salón de actos del Colegio Pío. En esta Casa
de Don Bosco se tomó el acuerdo de publicar
uña revista quincenal y se expresó el ardiente
anhelo dé que sea pronto un hecho el diario
católico callejero.
Por la noche se celebró la solemnísima sesión
de clausura en el Club Católico. Pronunciaron
elocuentísimos discuisos el Presidente Br. Saralegui y los Dres. Secco Illa y Casares, dele­
gado este último de la Argentina. Por fin una
\abrante alocución del Sr. Arzobispo cerró digna­
mente todos estos actos, que dejaron profunda
y larga huella en cuantos los presenciaron.
Del triunfal suceso de este Congreso se feli­
cita la Obra de Don Bosco, no sólo por ser un
magnífico paso hacia la elevación de la juventud,
según arriba dijimos, sino también j>or la mucha
parte que tuvieron en él los Antiguos Alumnos
Salesianos. Pues, como dice el « Don Bosco »
de Montevideo, del que tomamos estas noticias,
exalumno fué el Presidente del Congreso,
Br. S a ra l^ u i; exalumnos fueron varios de los
organizadores del movimiento y exalumnos
también muchísimos delegados de la Capital
y del interior de la República.
E l Venerable Padre no estará descontento
de esos hijos.

El Sumo Pontífice y los Salesianos de Viena
facción a los generosos obreros que no desmaya­
ron en la empresa y ' hoy recogen gozosos los
primeros frutos, de igual modo es fuerza que sea
de gran consuelo al Representante de Aquel, que
distinguió con el particular afecto de su Corazón
a las almas de los niños. A l dar efusivamente su
bendición* al floreciente Instituto y a los que lo
dirigen, a sus alumnos y bienhechores, d Au­
gusto Pontífice tiene a dicha mezclar rma vez
más su voz con la de los Hijos de Don Bosco
en acción de gracias a Dios: y supuesto que
un tan fecundo pasado es la más segura prenda
de un dichoso porvenir, abriga la esperanza
de que el <1 Salesianum » de Hahenmüllergasse
S kcrktarÍa de E stado
y las demás obras que han surgido o surgirán
DE Su Santidad.
en esa Metrópoli, resplandecerán, para gloria
de Dios y honor de la Iglesia, como focos de
Palacio Vaticano, 34 sept. 1930.
la más noble*caridad, y como poderosos imanes,
Revmo. Señor:
atraerán a los hombres hacia la luz de la verdad
iCudn del agrado de Su Santidad ha sido y el amor de Jesucristo.
la noticia de los próximos festejos, con que
Alégrome de un modo particular de este
los Salesianos ddel Vble. Don Bosco se pro­ augusto mensaje y me complazco en juntar
ponen celebrar el décimo aniversario de la fun­ mis personales parabienes y valerme de esta
dación de su primera Casa en Viena! Esa fausta ocasión para dar a V. R . el testimonio de mi
fecha, al paso que ofrece una ocasión bastante distinguida y sincera estima.
propicia, no de ostentar, sino de apreciar mejor
De
R. afmo. s. s.
y señalar a la pública estima el variado, paciente
P. Card. G a s p a r r i ,
y desinteresado trabajo realizado allí por los
A l M . R. P . Superior de los Salesianos —
hijos del grande Educador cristiano, presenta
Hahenmüllergasse, 43, Viena I I I .
también al Padre Santo la más oportuna coyun­
tura para dar a estos hijos suyos un solemne
Como se ve, los términos de esta Carta son
testimonio de satisfacción, gratitud y aliento en extremo entusiastas y lisonjeros: en otro
])or una obra de tan vital interés y fecundos número, D. m., publicaremos una relación de
resultados.
la Obra Salesiana en la Europa Central, que
En efecto, es bien conocida de Su Santidad dará a nuestos lectores una adecuada infor­
la brillante serie de caritativas empresas, con mación de ella y les permitirá apreciar cuán
<^ue esos valerosos apóstoles de la juventud justificado está el entusiasmo del Padre Santo.
han sabido llenar el primero y más trabajoso
período de su establecimiento en Viena, a
despecho de no pocas ni leves dificultades; y
cómo han sabido ecliar mano de todas las for­
UN M ONUM ENTO
mas del ai>ostolado cristiano, desde la escuela
a la cocina económica, haciéndose maestros y
a la memoria del P. Evasio Rabagliatl.
padres, gulas y bienhechores espirituales y
E l caballeroso pueblo colombiano no se ha
temporales de centenares y millares de niños,
a quienes la caridad, asistiéndoles en mil formas dado por satisfecho con los tributos de admi­
bajo la humilde sotana del Salcsiano, logró de ración y gratitud que rindió al insigne apóstol
este modo mantener fieles a Jesucristo, fervo­ de los leprosos, Don Evasio Rabagliati por el
rosas en la religión, alejados de la corrupción órgano de las más elevadas Magistraturas de
del mundo y prontos a confesar paladinamente la nación, sino que últimamente ha querido
perpetuar su memoria en los mármoles; y para
su fe con la palabra y con la vida.
Un trabajo tal. que ha llegado a arrancar tal efecto, las Cámaras legislativas han votado
aplausos aún a los mismos adversarios, así una ley especial, por la que se decretan los
como debe llenar de alegría y legítima satis­ honores de un moniunento al humilde Salesiano.

T/OS Salesianos de la capital austríaca celebra­
ron el pasado setiembre la primera década de su
establecimiento en aquella ciudad. Habiendo pe­
dido humildemente con tal motivo una bendi­
ción al Papa Benedicto X V , dignóse éste con­
testarles con una hermosísima carta, que de­
muestra el inmenso paternal afecto y soberana
estima con que el Sumo Pontífice aprecia y
agradece los trabajos y empresas casi heroicas
de caridad, que han realizado allí los Salesianos
durante la guerra y después de ella, para aliviar
la tristísima suerte de aquellos pobres niños.

~
Presentó el proyecto en el Senado el Dr. José
Joaquín Casas y fué aprobado por unanimidad;
en el Congreso de los Representantes, en el que fue
el ponente el General Víctor M. Salazar, alcanzó
todos los votos menos dos: el ilustre Senador
Dr. Casas, se apresuró a comunicar la noticia
al Superior de los Salesianos con estas pala­
bras:
« Tengo el gusto de comunicar a V. R. que
el proyecto de 3> y que tuve la honra de pro­
poner al H. Senado sobre honores al insigne
Salesiano, P. Evasio Rabagliati, es ya L ey de la
República, que acaba de ser sancionada por el
Poder Ejecutivo. Dicha L ey manda erigir en
el sitio que designe el Gobierno, un busto de
mármol, de tamaño natural, del P. Rabagliati,
en cuyo pedestal se grabará esta inscripción:
« L a República de Colombia al P. E vasio
Rabagliati ». Es para mí gratísimo hacerlo saber
así, como agradecido adictísimo seividor de la
Pía Congregación y muy respetuoso amigo de
V. R.

José Joaquín Casas ».
E l importante diario La Nación de Bogotá,
en su número del día 7 de octubre, dedicaba mi
caluroso elogio a esta resolución oficial, comen­
tándola con un artículo titulado « Gratitud
y Justicia », que nos complacemos en repro­
ducir:
€ E l Poder Ejecutivo acaba de sancionar la
Ley 10 del año en curso, por la cual el pueblo
colombiano — por el órgano del Congreso —
tributa honores a la memoria del Rdo. Padre
Kvasio Rabagliati.
« Pocas veces un Congreso ha interpretado
Je manera tan fiel y auténtica la voluntad de
un pueblo, como en el presente caso, y pocas
»eces también la justicia y la verdad han inspi­
rado tan imperativamente como ahora las de­
terminaciones de un cuerpo colectivo.
* El Padre Rabagliati fué en Colombia no
un protector de las clases desvalidas, no el ins­
trumento de que Dios se sirvió para librar al
País de uno de sus mayores azotes; fue esto y
muclio más desde luego que sintió, como si
fueran suyos, los dolores de los Colombianos;
gustó de nuestras tristezas; vibró con nuestras
esperanzas y se confundió e.spiritualmente con el
alma nuestra, hasta el punto de que fue colom­
biano por los sueños y por los dolores, que aquí
torturaron su corazón nobilísimo y su alma
grande.
« Discípulo de Juan Bosco implantó en el
País las escuelas Salesianas en cuyo seno se
incuba el fémiento que ha de transformar en
inocua la acción de la levadura socialista, y
abarcó en las redes de su cristiana actividad
todas las manifestaciones de vida de las clases

13 —
populares y tuvo solícitos cuidados y tiernas
atenciones para cada una de las etapas de la
vida del hijo del pueblo. Para el niño, los Ora­
torios festivos; para el joven, los talleres, y
para la mujer las escuelas en donde las Hijas
de María Auxiliadora, como solícitas jardineras,
cultivan el corazón y preparan a las soberanas
del hogar del pueblo.
« Este solo aspecto de la fecunda labor del
abnegado misionero bastaría a justificar el
acto legislativo de que hablamos.
« Pero hay una faz sublime en la obra rea­
lizada en Colombia por el ilustre Salesiano, una
faz que pone de relieve las grandezas de que
es capaz el corazón del hombre, cuando h\ in­
flama el celo de la caridad cristiana. Nos refe­
rimos a los trabajos del Padre Rabagliati en
pro de los leprosos.
« Conoció el « País del dolor • y en \’ista de
las tristezas que allí reinan, en vista de los vacíos
allí por él, obseiA'ados, acometió de frente y con
santo entusiasmo la empresa de consolar a esos
tristes, de aliviar a esos desgraciados y de pre­
venir las entonces incontenibles y fatales con­
quistas, que el rey de los espantos hacía en las
clases desvalidas, como también en las acomo­
dadas.
Con este objeto recorría el territorio patrio
predicando, suplicando y pidiendo. Inquirió
la opinión de los leprólogos más eminentes para
organizar los lazaretos de acuerdo con un plan
científico; fundó sociedades que recogier; n
fondos y distribuyeran limosnas; envió al l a ­
zareto a sus hermanas y a las Hijas de María
Auxiliadora; y cuando la calumnia cobarde le
hirió, cuando la ingratitud .sectaria lo hizo apurar
la amarga copa dei desencanto (i), no abrmdonó a sus enfermos, a sus amadísimos enfer­
mos, y desde lejanas tierras siguió con solicitud
cada día más amorosa, velando por la suerte
de aquellos a quienes como en Cristo, sirvió
por Cristo y a nombre de Cristo dedicó desde
sus desvelos hasta su honra.
«. Murió el Padre Rabagliati lejos de Colom­
bia: y a su tumba iluminada en las noches apa­
cibles por los pálidos fulgores de la Cruz del Sur,
llevarán su rumor cadencioso las oraciones que
por el eterno descanso de su alma murmuran los
labios sedientos que él refrescó; los pechos upiimidos, por él aliviados, y las almas, en quieiie.s
prendió su mano los fanales de la Fe y de la
Esperanza, en medio de la noche del infortunio ».
(I) Refiérese aquí sin duda el articulista a la campana,
que un patriotismo bien intencionado pero mal entendido,
desencadenó contra el P. Rabagliati, tom.'iiido cabal­
mente pie de su propaganda incansable en favor de los
pobres leprosos y que l e obligó a retirarse. La unánime
grattud y gloiifi ación de ahora compcns.a y repara >^>bradamente las amarguras de entonces {A . de ¡a R . <Ul
Dolelin).

D E JN ÍU E ST R A S M I S I O N E S

misión de llíóndez y Gualaquiza (Eiaatlor)
Un viaje desde Qualaceo a Santiago de Méndez.

Con fecha del 9 de enero de 1919, el P. Mi­
sionero Muy Revdo. D. Domingo Comín, posteriomiente nonrt>rado Obispo de Obba y Vicario
Apostólico de Méndez y Gualaquiza, envió una
carta al limo. Sr. D. Santiago Costamagna,
dándole cuenta de una excursión efectuada a
través de aquellas extensas y tupidas selvas
vírgenes. Monseñor Costamagna nos la remitió
para que llegase a noticia de los lectores del
Boletín, con la esperanza: « que les -moverá a
-multiplicar s«s oraciones por las necesidades
de la Misión entre los Jívaros, la cual es sin
duda ninguna la. más difícil del mundo cató­
lico ».
Dos largos viajes que esta carta ha debido
hacer antes de alcanzar nuestra redacción y
la estrechez del espacio justifican de algún módo
el enorme retraso en su publicación. D e todos
modos, dada la escasez de noticias que tenemos
de aquella Misión, nuestros buenos amigos
leerán ciertamente con interés la siguiente
relación, que extractamos de la referida carta.
U na noche en la C o rd illera. — U n buen
am igo. — L a resid en cia de Indanza. —
L a s a sp ereza s del cam ino no m enguan
la a leg ría .
En compañía de mi carísimo hermano, el
P. Juan Torka, partí de Gualaceo el 21 de oc­
tubre. Todo hacía presagiar un viaje feliz y sin
contratiempos, pero el Señor dispuso otra cosa.
No bien ganamos la cresta de la Cordillera,
llagados al lugar llamado Culebrillas, comenzó
a afliginue un grave malestar, que se resolvió
en un violento dolor de cabeza con náuseas y
vómitos. Eran como las tres de la tarde: el
cielo, cubierto de plomizas nubes, amenazaba
descargar un deshecho aguacero. Nuestro primer
cuidado fué buscar refugio en uno de los pe­
queños ranchos (chozas) que se encuentran
por allí.
No es por cierto halagadora la perspectiva
de tener que pasar una noche en lo alto de la

Cordillera, bajo un endeble techo de hojarasca
y expuestos a todas las intemperies; pero no
hubo más Remedio que resignarse a ella. A l
anochecer se desencadenó un furioso, vendabal,
que por milagro no se llevó por los aires nuestra
mísera choza; pero el agua sí que se coló a su
sabor por entre las hojas que nos protegían.
Pasamos las largas horas de la noche sin
pegar el ojo, antes dando diente con diente y
tiritando de frío: mas, a eso de las dos y media
de la madrugada, habiendo aparecido el cielo
del todo raso y una luna esplendorosa, ensillanios las cabalgaduras y proseguimos nuestro
camino hacia Indanza. E n la hacienda Corpus
Christi, tuvimos una amabilísima acogida por
parte de la familia de Don Luis Ríos, quien
mandó al punto nos preparasen de comer.
Luego echamos de nuevo a andar para Indanza,
a donde llegamos a las cuatro de la tarde. Esta
residencia está muy bien situada y provista de
muchas cosas. E n su extensa huerta hay yuca,
bananos, cañá de azúcar, maíz etc., todo en
abundancia. Dos vacas proveen a la misión de
leche suficiente y las gallinas la abastecen de
huevos. E n una palabra, la Casa no escasea
de víveres y aún puede proveer de ellos a los
colonos que padecen necesidad.
E l tiempo que permanecí en Indanza conti­
nuaron los disturbios de mi salud, y esto me
hacía temer que no pudiese resistir la larga
caminata que me tocaba hacer hasta llegar a
Santiago. Confiado con todo en la protección
del Señor, púseme en camino el día 27 de oc­
tubre. No es capaz de imaginar lo dificultoso
que es este sendero, sino el que ha debido me­
dirlo con sus pies. Es un continuo alternar y
sucederse de largas, fatigosas e interminables
cuestas seguidas de rapidísimas bajadas, que
más propiamente merecen llamarse despeña­
deros. A cada paso hay peligro de resbalar y
dejar la propia estampa en el barro. Las raíces
de los árboles se cruzan en el camino en todos
los sentidos; y por poco que los ojos se emboben,
viene el tropiezo, y tras el. tropiezo... la catás­
trofe. Hablo a posteriori y adoctrinado por una
cruel experiencia: una distracción de nonada
me valió dar de cabeza contra un árbol, de que
quedé medio atontado. E l encontronazo fué

-

IS —

tan sonoro, que mis compañeros de ^^aje se
asustaron; hube de tranquilizarles, asegurán­
doles que en el choque mi cabeza se había
mostrado la más dura.....
En otra ocasión cometí la imprudencia- de
fiarme de las habilida'des acrobáticas de mis
pies. Un estrecho tronco de árbol tendido a lo
largo del suelo, formaba el único pasadizo sobre
un charco; me aventuré a pasar sobre él: pero
al llegar a la mitad, sentí que se doblaba bajo
el peso; y antes de que pudiera ponerme en salvo,
fui a dar de espaldas contra otro árbol. De este
golpe se resintió el espinazo por espacio de
\ arios días. Otra vez, no acordándome de que
ya están bastante lejos mis veinte abriles flo­
ridos, quisó saltar un arroyo y fui a parar en
medio de él, tomando un baño no esperado ni
querido. Menos mal que todos estos incidentes
eran tragicómicos, pues, pasada la primera
impresión dolorosa, acababan en una solemne
risada.
P a s o d el rio C hu p ianza. — L a n ce curioso.
— L le g a d a a S a n tia go de M éndez. —
E n tre am igos. — N o tic ia s de la M isión.
Vadeamos todos los ríos que se nos atravesa­
ban al paso, menos ú Chupianza y el Paute (que
allí llaman Namangosa) los cuales, por ser muy
caudalosos, nos obligaron a procuramos una
barca y un caronte, que la gobernase. El esguazo
de los ríos hízose sin descalzarse, pues no es
posible que los pase a pie desnudo, quien no
está acostumbrado a las asperezas'de sus vados.
E l agua nos llegaba casi siempre hasta la
cintura; con el auxilio de un robusto garrote
vencíamos la fuerza de la corriente, que solía
ser harto impetuosa, y una vez pasado el río,
con el frescor del baño recibido, continuábamos
briosamente nuestro camino.
Llegados por la noche a una cabaña de indios,
nos mudábamos las ropas mojadas con otras
enjutas, y dormíamos lu ^ o a pierna suelta
sobre d santo suelo, bien seguros d d peligro
de caemos de la cama.
Después de andar tres días de esta guisa,
dimos vista al caudaloso Chupianza. El bellí­
simo paisaje que se desplegó ante nuestros
ojos, era para tentar los pinceles de un artista
o arrancar sublimes notas á la lira de un poeta.
¡ Qué maravilloso espectáculo el de aqudla
floresta frondosísima y sin fin, a través de la
cual se desliza en tortuoso z^-zag d Chupianza,
a manera de una descomunal serpiente!
L a víspera de Todos los Santos, cuarto día
de viaje, a las dos de la tarde, tuve d placer
de ver y estrechar entre mis brazos a nuestro
carísimo hermano, el P. Telésforo Corbdhni.
Habiendo sabido de nuestra lib a d a , \'ino' a
nuestro encuentro este Padre con dos robustos

mozos de la Colonia, uno de los cuales pasó con
el bote a buscamos en la otra orilla. Tocóme
el honor de ser el primero en usar de la frágil
barquichuda: pero era d ía tan mezquina, que
bastó d peso de mi persona para sumergirla,
\'iéndome precisado a ir sentado sobre el move­
dizo y fresco demento. No era esto cosa mayor
para mi; pues que de tanto andar ora en la
tierra ora en el agua, llegué a tenenne por m\
anfibio; pero lo grave fué que mi caronte, al
llegar a la mitad del río, comenzó a dar \'oces
pidiendo socorro, porque la corriente podí.i
más que él y nos llevaba a donde ni él ni yo
queríamos ir. Vino a nado d otro mozo para
auxiliamos; pero al agarrarse a un extremo de
la barca, ésta tomó una inclinación tan i^eligrosa, que estuvimos los tres en un tris de ir
a hacer compañía a los peces.
Pero, gracias a Dios, no pasó la cosa a mayores.
Llevóse a cabo el traspaso sin otros contra­
tiempos. Tres horas después llegamos a orillas
del Pauto. En la ribera opuesta estaban aguar­
dándome los colonos de Santiago de Mhuiez y
un gmpo de muchachos. En otra barca muy
mejor que la de marras, pasamos el río; y al
cabq de poco rato me hallába en nuestra Ca.sa,
rodeado de todos nuestros buenos amigos, que
con sus cordiales agasajos y finezas me hicieron
olvidar todas las aventuras menos poéticas del
viaje.
Componen esta colonia siete excelentes fa­
milias procedentes de E l Pan. Otras muchas
vendrían a establecerse aqm, de lo que iios. otros recibiríamos mucho contento; pero la
escasez de recursos no ha permitido hasta ahora
a la Misión hacerse cargo de los ingentes gastos,
que supone su mantenimiento hasta la primera
cosecha. Algunos se han podido hacer para la
traída de las siete familias antes dichas; espe­
ramos que tampoco nos faltará el auxilio del
Señor para extender el mismo beneficio a las
otras que lo desean.
• Tenemos motivos para creer que la coloni­
zación será el medio más eficaz para atraer a
los salvajes a la vida d v il y cristiana. Ayúdenos,
Monseñor, con sus santas oraciones, a no des­
merecer los recursos y auxilios necesarios,
para llevar a feliz término nuestra empresa.
Ocho días permanecí en Santiago; vi por
mis ojos lo que me interesaba conocer. Dejé
señalado el lugar donde se habrá de levantar
la nueva Casa, la iglesita y el puebledllo. Eché
de ver que se trabaja con mucho celo en la catc­
quesis de Iqs jíbaros, que no huyen, antes se
muestran aficionados al misionero.
También se atiende con mucha solicitud a
procurar el bienestar temporal y espiritual de
los colonos. De su misma boca oí que estaban
contentos. El Misionero enseña y cuida de los

i

— i6
niños. Pero a las niñas... ¡Haga el Señor que ción de la verdad; pero nosotros seguiremos
trabajando cerca de ellos con invicto tesón y
pronto vengan a ocupar su plaza en este campo,
nuestras buenas Hermanas, y entonces la obra constanda, hasta que el Señor sea servido
ablandarles el corazón y verter un rayo de luz
estará completa!
Antes de salir de la Colonia, los reuní á todos divina en sus entenebrecidos entendimientos.
y les dirigí la palabra, recomendándoles que
sean dóciles y correspondan a las fatigas y
sacrificios a que el Misionero se sujeta por su
bien, y les repartí algunas piezas de td a para
RIO NEGRO (Brasil)
([ue se hagan vestidos, de que estaban harto
necesitados. Fueron al pie de unos cincuenta
los favorecidos de esta suerte. Cierto enternecía
02676869
ver las muestras de gozo y reconocimiento con
que recibían esos regalos. ¡Qué dicha hay en
{Carta del Misionero D. Juan Bálzola, Pbro).
poder hacer un poco de bien!
Manaos, septiembre 1919 (i).
K1 día 6 de noviembre emprendimos la vuelta.
h',n este viaje permitió el Señor que conociese
Amadísimo Padre, Don Pablo A Ibera: Escríyo por experiencia cuán enojoso y duro es bole desde Manaos, donde me estoy reponiendo
andar por la floresta en tiempo de lluvia. Esta espiritual y físicamente, después de un mes de­
nos acompañó constantemente hasta nuestra misión en el Río Negro inferior. Tan pronto
llegada a Indanza. Los ríos aparecían hen­ como estuvo de vuelta Mons. Giordano de su
chidos de una manera espantosa: era excusado larga y fructuosa excursión, emprendí yo la
pensar en vadearlos: no había mas remedio que mía, tomando pasaje en al vaporcito de nues­
esperar a que bajasen las aguas o improvisar tro buen amigo Don Aníbal Peixoto.
un puente sobre ellos. A este partido nos aco­
Andando río abajo, tocamos los poblados
gimos cuando llegamos al río Cuhiimas. La de Jucaby y Cajntmo, en los cuales advertí un
operación fué sencilla por demás: se corté un confortante florecimiento religioso; y después
árbol de la orilla y se le empujó de modo que la de tres días de camino arribamos a Santa Isabel.
copa fuera a caer sobre la opuesta. Por desgracia
vino a dar de través y el agua se lo llevó en un U na m isión durante la ep idem ia g rip a l. —
santiamén. Cortamos otro, y Dios quiso que
L u g a r de desolación . — E n M oreira. —
al caer el ramaje fuese a besar la otra playa.
Ign oran cia de la relig ió n y una lección
Tendido ya el puente de este modo, no hay
salu d a b le.
sino pasarlo. No es fácil empresa trepar como
Iba a dar comienzo a la misión en las már­
un gato a lo largo de aquel tronco, agarrándose
a él con pies y uñas, mientras el agua ruge y genes del afluente Emicí; pero, habiendo sur­
borbota siniestramente algunos metros debajo gido algunas difícültades imprevistas, pasé a
de él. Nos encomendamos a Dios y uno en pos la hacienda del Sr. Diego González, que envió
de otro fuimos pasando en silencio, sin resollar por mi un vaporcito. E l lugar es espléndido;
y cerrando los ojos para no ver el precipicio, pero son en él evidentes las huellas de una terri­
ble tribulación. En 1912 el Sr. González tenía
que producía vértigos.
En cambio el río Jananas nos aventuramos aquí ocupadas a cien personas: en cinco años
a pasarlo por el vado, aunque con grave riesgo murieron noventa y en aquellas casas reina da
de ser arrastrados por la corriente. Empuñandp desolación con un silencio de cementerio. K1
sendos gruesos palos de chonta por un lado y paraje fué abandonado como un lugar de mal­
fuertemente asidos los brazos por el otro, ga- . dición. Tom a ahora a poblarse poco a poco y ’
nainos el P. Torka y yo la ribera opuesta, sos­ recobra la vida del trabajo; en medio de esa
teniéndonos recíprocamente como buenos her­ gente pasé tres días administrando los Sacra­
mentos.
manos.
Camino adelante, tuve lugar de ejercer el
Huelga decir que los caminos estaban hechos
unos barrizales, amén de otras mil tropiezos que sagrado ministerio en Damurí y Santo Tomás,
los hacían sumamente penosos; pero, por más y gracias a la caballerosidad de nuestro amigo
que estábamos calados por el agua y cubiertos el Coronel Joaquín Aguiar pude hallarme en
de lodo, después de las peripecias pasadas, ya Moreira para la fiesta de la Virgen del Carmen.
todo lo demás nos parecía coser y pantar.
(i) Como puede verse por la fecha, sale esta carta
Acabo asegurando a V. S. lima, que no se con harto retraso en nuestro Bolelin. Con todo, pues
desiK'ulició ocasión alguna pam catequizar a que sabemos el grande interés con que siguen nuestros
los jívaros. Muy de lamentar es que estos labres lectores la marcha de las misiones, no dudamos en pu­
blicarla, pues ella ayuda a formar un cabal y justo juicioindios sigan mostrándose reliados a la predica­ del estado religioso de aquel vastísimo territorio.

Doa Majosa misioa es la legióii inferior "

,

I



1 7



Figurábame que la población habría hecho dujo una inxpresión saludabilísima a cuantos
los acostumbrados preparativos para dicha lo presenciaron.
Hallábame en un embarazoso aprieto, por
solemnidad, mas fué grande mi desencanto al
no hallar sino una general frialdad y retrai­ carecer de vehículo con que trasladarme a
miento. Echábase de ver que la población Piloto; mas unos buenos vecinos, sabedores
entera gemía bajo el peso de una impresión do- de mi embarazo, se ofrecieron a trasportarme
lorosa, y que algún nuevo y desagradable su­ en canoa; es más, uno de ellos me brindó el
ceso turbaba la paz de las familias. Fui a casa auxilio de su hijo, si tenía por bien bendecir
del Sr. Femando Monteiro da Eima, dueño su matrimonio. El hijo estaba entonces lejos,
del lugar, quien me recibió con xm semblante dentro de la floresta; el padre corrió en su
en que se retrataba honda congoja y pesa­ busca; pero nosotros partimos antes que vol­
viese. Encontfámonos, empero, con él, que ik i
dumbre.
— Padre, este año la fiesta anda muy desa­ en canoa acompañado de la novia; por lo que,
nimada; yo estoy enfermo y todo el vecindario llegados a Es>neralda, bendije su matrimonio
se mantiene retraído en casa por temor de la y continuamos el \uaje hacia Piloto.
gripe. ■
Pero la inesperada llegada del misionero, E n B a r c e lo s . — U na curación sin gular. —
que se corrió velozmente de casa en casa, hizo
L a ep idem ia a rre c ia y lleg an a falta r
el milagro de levantar los decaídos bríos; la
los v ív e re s . — L a s d e sg ra c ia s de un m a­
población se reanimó lentamente, y la fiesta
trim onio cristia n o . — F ie s ta de San
alcanzó el esplendor y solemnidad ordina­
A lb erto en C arvo elro .
rios.
Traté de dar comienzo a la misión al anoche­
También aquí hallé a la población desolada
cer, con el rezo del Rosario, canto de las Leta­ y abatida bajo el azote de la epidemia. Visité
nías y otros piadosos ejercicios; pero con grande a algunas familia? amigas y luego bajé a Barestupor y maravilla me di cuenta de que esa celos. E n xma casa de las afueras del pueblo,
pobre gente estaba de todo en todo ayuna de había un grupo de gente aguardándome. Visité
tales cosas. Páseme por tanto a adoctrinarles; al dueño de ella, que me era conocido, y me
y después de algunas lecciones, bajé a enseñar­ hospedé allí por tres días. Cada día me llegaba
les la práctica. Puestos los hombres a im lado a Barcelos, donde recorría las familias, casi
y al otro las mujeres, les enseñé uno por uno a todas afligidas por la enfermedad, llevándoles
santiguarse, haciéndoles repetir la señal de la una palabra de aliento y consuelo.
cruz tantas veces, cuantas creí necesario para
Luego pasé a vivir en la población, en casa
que les quedase bien grabada.
del alcalde, Sr. José Félix d ’Oliveira Neto, que
Una infeliz mujer se había quejado al dele­ es al propio tiempo médico y boticario.
gado de policía de haber sido maltratada por
Un día fui con él a visitar a un enfermo de
su propia hija, que era ya madre de familia. mucha gravedad, que se hallaba en los extremos.
E l delegado puso en mis manos el arreglo de la Le confesé; y a la mañana siguiente celebré la
cuestión. Estando todo el pueblo reunido en la misa en su casa y le di el viático. No sabría
iglesia, la pobre madre, que ni siquiera sabía darse decir cómo fué ello; |>ero lo cierto es que el en­
fermo se puso bueno antes que ningún otro; y
a entender en portugués, se adelantó hacia mí y
me nostró los cardenales que le había hecho su el pueblo atribuyó su rápida curación a la efi­
hija. Esta, que estaba allí presente, quiso dis­ cacia del santo Sacrificio.
culparse, acusando a su madre de borracha y
Las familias atribuladas acuden con pro­
amiga de alzar el codo. En calidad de juez y
mesas a San Alberto, que es muy venerado en
árbitro de aquel deplorable y escandaloso litigio, su Santuario de Carvociro, la mejor iglesia de
reprendíles a ambas ásperamente, particular­ todo el Río Negro. Pongo por caso: un día hube
mente a la hija; y haciéndole a ésta presentes de ir a casa del notario de Piloto, Sr. Leóniduh
los castigos con que amenaza el Señor a los hijos Rodríguez, con motivo de un matrimonio reli­
descomedidos con sus padres, la exhorté e invité gioso y dvil. Le hallé tan afligido y postrado
a pedir perdón a su madre, recomendando de por el mal, que ni fuerzas tenía para manejar
paso a ésta que se lo ortorgase. Mis palabras la pluma. Contóme que el día antes, en un
obtuvieron el efecto deseado: deshecha en un acceso de la calentura, que de nueve días atrás
m?tr de lágrimas, la joven se arrojó a los pies de le atormentaba, había hecho un voto a San
Alberto, que si al día siguiente se veía libre de
su madre; ésta dando rienda suelta a las suyas,
echó los brazos al cuello de la hija; y una y otra, la fiebre y podía tomar algún alimento, iría a
así abrazadas y llorando, fueron a postrarse de­ Carvoeiro el día de su fiesta, y seguiría la pro­
lante del altar y pidieron a Dios que las perdo­ cesión a pies descalzos y en mangas de camisa.
nase. E l hecho fué de mucha edificación y pro­ Y jcosa singular! a la mañana amaneció limpio

— i8 —
de calenturas; y yo le v i asistir a la fiesta del
Santo el 7, de agosto, y cumplir fielmente su
promesa.
Luego de bendecir el matrimonio y admi­
nistrar algunos bautismos, me volví a Báñelos.
No dejaba de preocuparme un poco el temor
de caer enfermo en casa ajena, y precisamente
cuando más necesaria era la acción del misionero
y el ministerio sacerdotal. E l estado sanitario
del país era alarmante en extremo. A la falta
absoluta de médicos y medicinas venía a jun­
tarse una gran penuria y escasez de víveres.
No había pan ni arroz, ni leche condensada,
alimento indispensable para los enfermos y
cjiivalecientes. Los hombres que solían proveer
a la población de caza y pesca, yacían en cama, •
y no había manera de' hacerse con una onza
de carne o pescado. Gallinas ni huevos no había
])Orqué nombrarlos. Pero noticias más pavorosas
aún llegaban de los afluentes Aracá y Detncní.
De Aracá llegó un día en su canoa un pana­
dero enfermo: echáronle al punto la mano y le
obligaron a hacer una hornada, abalanzándose la
muchedumbre a la boca del horno por temor
de quedarse sin pan, como a’ algunos por fuerza
hubo de suceder. También yo hube de sentir
días antes los remordimientos de estómago,
pasar hambre e irme a la cama sin cenar; pero
ahora, gracias a Dios y a la generosa y carita­
tiva hospitalidad del señor Alcalde y su digna
esposa , me hallaba a salvo de esas tristes
apreturas.
Estos buenos consortes han sido apurados en
el crisol de la adversidad como el santo Job.
Como no tenían hijos propios, adoptaron a dos
huerfanitos y en ellos pusieron todo su cariño.
Antes de mi llegada, había muerto ya uno de
ellos; el otro yacía gravemente enfermo, a pesar
de los más solícitos y afectuosos cuidados. Al
pro])io tiempo vínoles la noticia de que de los
hmibres que tenían a su servicio en el río Aracá,
ocho habían fallecido y los demás estaban en­
fermos. Enviaron al punto en su socorro un
vaporcito, cargado de víveres y medicinas.
La tarde del sábado el jefe de la familia me
dijo: — Mañana iremos todos a misa. A la ma­
ñana me levanté muy contento, con la espe­
ranza de ver bastante acrecentado el número de
mis fieles; disponíame ya a salir al altar, cuando
llega la señora y me dice: — Mi marido no
viene, pues se halla sumamente afligido. Esta
noche, al volver el vaporcito. le han dado la
mala mie\’a de que la canoa se ha ido a pique
y todo se ha perdido con ella. La noticia era
impresionante, no tanto por el valor de la pér­
dida en sí, cuanto por la extrema necesidad
que de tales cosas se estaba padeciendo aquellos
días. Aquella misma noche el enfennito se
agra\’ó notablemente; acababa se retirarme a

mi cuarto, cuando me llamaron a toda prisa,
porque el niño se moría. Acudí al punto^ a su
cabecera. No había remedio que valiese; de
allí a poco expiró. No son para dichos la deso­
lación y vivo dolor, que se apoderó de los des­
consolados esposos: sus muchas lágrimas y
sollozos delataban el inmenso cariño que le
tenían.
Después de dar al dolor la satisfacción que
pedía, y hecho el entierro, fuerza fue hacer una
nueva remesa de socorros á la gente del río
Aracá. Por la noche el Sr. Neto se puso malo e
igual suerte le cupo a su mujer unos dos días
después. Para colmo de desdichas, súpose que.
esta segunda canoa, al volver con un carga­
mento de piasaba del valor de varios millares
de pesetas, se había ido también a pique. Huelga
decir que esta serie de infortunios , fueron otras
tantas dolorosísimas pruebas para la pobre
familia, que no halló consuelo, sinó en la fe y
resignación cristiana. Cuando yo me despedí
de estos buenos señores, comenzaban apenas
a convalecer y reponerse de la enfermedad.
Puesto que estábamos a las vueltas del 7 de
agosto, me encaminé hacia Carvoeiro, para
hallarme a la fiesta de San Alberto. A mi lie-,
gada la población aparecía toda entregada
a dar la última mano a los preparativos, y se
veían concurrir de todas partes canoas atestadas
de peregrinos, que iban a cumplir las promesas
hechas al Santo. A despecho de la epidemia,
que seguía proyectando una sombra negra
sobre los espíritus, la fiesta se hizo con mucha
solemnidad y brillantez, dándose muy conso­
ladores espectáculos de ardiente fe, piedad y
devoción. Por la tarde se celebró la píocesión,
en la que intervinieron muchísimas personas,,
hombres sobre todo, alumbrando con candelas,
descalzos y en mangas de camisa, conforme
a las promesas hechas. Para completar el cuadro,
baste decir que el que abría la marcha con la
cruz alzada, era un individuo conocido en toda
la comarca por cabecilla de la secta espiritista,
y de alta graduación en las filas masónicas.
Arrodillados al pie del altar y asistieirdo devortamente a las funciones Religiosas, pude ver a
más de cuatro que hacía años no ponían los
pies en la iglesia... jOh bondad infinita de Dios,
que en el mismo castigo tenéis aparejada la mise­
ricordia!
E n M anaos. — C o rd ia l recibim iento de
lo s P a d re s C apuchinos y d el S r. Obispo.
— N ecesid a d de e s ta b le c e r aquí una
C a s a S a le sia n a . — U n am igo querido.
Acabada la fiesta, me embarqué para Manaos;
y, llegado a esta ciudad, fui a pedir hospedaje
al Convento de Padres Capuchinos, qué me

recibieron con afectuosa cordialidad. Tuve la
agradable sorpresa de encontrar aquí a su l^refecto Apostólico, Fray Evangelista de Cefalonia,
a punto de emprender un viaje a Roma.
El día siguiente fui a cumplimentar al Señor
Obispo, que me otorgó todas las facultades del
sagrado ministerio y me invitó a su mesa para
el día de la Asunción de Nuestra Señora. Ha­
blamos de nuestra Pía Sociedad; Su Excelencia
me mostró el lugar que tiene guardado para
los Salesianos el día que vengan a fundar aquí.
Es un solar en cuadro de más de cien metros de
lado, en un lugar céntrico y populoso.
Me ha causado la mejor impresión ver el
adelanto religioso .que se ha alcanzado en la
parroquia de San Sebastián , ser\dda por los
Padres Capuchinos, en la Catedral y en los
varios Conventos y Colegios de religiosas. No
sólo pude celebrar, sino que tuve además oca­
sión “de predicar, confesar y distribuir muchí­
simas comuniones. Manaos no es ya la ciudad
tristemente famosa de otro tiempo: goza ahora
en ella el sacerdote de mucho respeto y el Obispo
es tenido en grandísima veneración.
Pero no me sufre el corazón ver corretear
por estas calles bancadas de chiquillos, desarra­
pados y sin educación, que me traen a la me­
moria a los históricos « pihuelos de Don Bosco »,
Cierto un Oratorio Festivo cosecharía aquí un
bien inmenso, entre los trescientos muchachos,
que podría reunir cada domingo. Soy de parecer,
amadísimo Padre Albera, que debiéramos estar
prontos a imponemos cualquier sacrificio, aún en
la misma Misión de Río Negro, con tal que los
Salesianos. tengan aquí abierta una residencia.
Fuera del bien que se podría obrar en la juven­
tud de la población, sería también de mucha
ventaja para nosotros los misioneros, pues nos
serviría de retiro y lugar de descanso, después
de las largas y fatigosas excursiones apostólicas.
El año pasado Mons. Giordano estuvo dos
meses hospedado en el palacio episcopal y yo
gozo ahora de la misma caridad por parte de los
Padres Capuchinos: siento verdadera necesidad
de reposo, después de la misión, que hicieron
sumamente trabajosa las desastrosas condiciones
sanitarias de la población, azotada por la epi­
demia.
Además, se hace imprescindible una Casa
nuestra en Manaos para que sirva de base y
escala para el aprovisonamiento, envíos y ne­
gocios de la Prefectura.
Hice también una visita al establecimiento
que quiso damos el Gobierno a los Salesianos
y que sirve ahora de cárcel con una granja
agrícola aneja. Por voluntad expresa del Pre­
lado, celebré la misa a los presos y les hice una
platiquita. Les conté la caridad que usó Don
Bosco con los presos de la cárcel de Turín y los

frutos que obtuvo entre los jóvenes corrigendos
de la Generala, y el hecho del joven, que habiendo
atracado a Don Bosco una noche en un paraje
solitario, fué reconocido de éste por uno de sus
amigos de la cárcel; y el recurdo del bien reci­
bido entonces conmovió de tal manera al sal­
teador, que se confesó allí mismo, junto al
camino. Durante la explicación pude ad\’ertir
que mis palabras no caían en sacó roto. Después
di una vuelta por la granja agrícola, que hallé
m uy bien montada y dirigida.
Diré por último, que he tenido la fortuna íle
toparme aquí en Manaos, con un amigo querido,
con quien había entablado relaciones en Mato
Groso, por el año 1S96, esto es, el coronel Don
Leopoldo de Matos. Es un representante dcl
Presidente del Estado, Monseñor de Aqiiino,
q u e ' desempeña el importante cargo de dele­
gado gubernativo para el cobro de las rentas
fiscales, y está aquí sobre todo para tratar la
delicada y antigua cuestión de los confines
entre ^ambos Estados. Tiene una particular
destreza en despachar los negocios, lo que le
ha valido repetidas veces el aplauso d esú s Su­
periores, según consta en varios despachos ofi­
ciales. Me habló de lo conveniente que sería
establecer ima misión salesiana en las márgenes
del río Guaporé, que señala la raya entre Mato
Groso y Bolivia, donde habitan muchos indios,
ya reducidos de la vida nómada. Esa misión
de suyo no sería ajena a los designios de Don
Bosco y del malogrado Mons. Lasagna, por
cuanto, mediante ella, los Salesianos de Mato
Groso se darían la mano con los del Amazonas.
Veneradísimo ‘Padre, concluyo mi carta.
Estoy bueno de salud y pronto tom aré a San
Gabriel. Quiera el Señor que la terrible gripe
haya desaparecido para siempre. Dígnese acep­
tar, amadísimo Padre Albera, mis cordiales
saludos, que hago extensivos a los demás Supe­
riores y hermanos y a todos nuestros amados
Cooperadores, y Vd. bendiga a este
su humildísimo hijo in C. J.
Juan Balzola, Pbro.
Misionero Salesiano.

Nuevo Prefecto Apostólico.
Tenemos el placer de adelantar a nuestros
Rectores la grata noticia de que la Sda. Con­
gregación de Propaganda, acaba de dar sucesor
al llorado Mons. Giordano, nombrando nue\ o
Prefecto AposiólL:. de Río Negro, al Muy Rdo.
D o n P e d r o M a ssa , hasta ahora Inspector
del Mato Groso.
Al nuevo Prelado ofrece el Boletín sus feli­
citaciones, junto con los deseos de un santo }■
fecundo apostolado.



20 —

En la Basílica de María Auxiliadora.
Despedida de un grupo de Misioneros.
Kl domingo 24 de octubre , en la Basílica de
María Auxiliadora, a los pies de la Virgen de
Don Bosco, se repitió una vez más la conmo­
vedora ceremonia de la despedida de Misio­
neros. Unos cuarenta Salesianos, sacerdotes y
coadjutores, pertenecientes a diversas nacio­
nalidades, se hallaban reunidos al pie del
altar, esperando el último abrazo del Revmo.
Sr. D. Pablo Albera y demás Superiores Mayores.
En la iglesia fuera del presbiterio, ocupando
unos bancos de preferencia, había también
un grupo de Hijas de María Auxiliadora, que
iban a partir a lejanas tierras.
Es una cerenxonia sublime, a pesar de su
sencillez, porque reproduce en cierto nA>do la
escena que se verificó en otro tiempo en un
monte de Galilea, cuando Nuestro Señor Jesu­
cristo dijo a los Apóstoles y discípulos que le
rodeaban: « Id y enseñad a todas las gentes »
(S, Ma t . 28, 19).
Después del canto de las Vísperas, el Rdo. Don
Luis Pedemonte. Inspector de las Misiones Salesiauas de la Patagonia, pronunció desde. el
púlpito una conmovedora plática. Como Salesiano y argentino, comenzó por tributar un
merecido homenaje de gratitud a los Sres. Coo­
peradores de Turín, con cuyo eficaz auxilio
pudo el Vble. Bosco enviar los primeros misio­
neros a su patria. Ensalzó enseguida la obra
de estos intrépidos heraldos de la fe, que bajo
la dirección del Emmo. Card. Cagliero, sem­
braron la civilización cristiana de un cabo al
otro de la Patagonia; expone luego la peren­
toria necesidad de acudir con nuevo personal
y fondos a sostener , afianzar y extender los
beneficiosos frutos de cristianización, alcanza­
dos allí con tantos trabajos y sacrificios.
Habló también de los denxás campos de
Misión Salesiana, a donde vau destinados los
misioneros que están para partir; la Prelatura
de Registro do Araguya (Mato Groso-Brasil),
la Prefectura ‘Apostólica de Río N egro; los
\’icariatos Apostólicos de Méndez y Gualaquiza
(lícuador), Tierra del l'uego y Patagonia, jr
Shiu-Kxian (China) y a varias casas de América
para la asistencia de los emigrantes.
« Como veis, decía el P. Pedemonte, el campo
del aiK>stolado salesiano es inmenso; es por
tanto, de todo punto necesario que se doble
el número de los misioneros y se multipliquen
K%s bienhechores. Si vosotros. |oh amados Coo­
peradores! os pusierais alguna vez a considerar

los bienes inmensos que puede producir vuestra
limosna, seguro estoy que no pondríais coto a
vuestras larguezas y que no escatimaríais los sa­
crificios para ayudamos ».
Luego salió a dar la Bendición con el Smo.
Sacramento pontificalmente el Emmo. Car­
denal Cagliero. Nuestro Cardenal es siempre
el veterano de nuestras misiones, y la sagrada
púrpura, lejos de apagar los pasados entu­
siasmos, simboliza a las mil maravillas en lo
exterior las llamas de santo celo en que se abrasa
todavía su corazón. Habiendo terminado el
período de sus vacaciones, que quiso pasar
enteras aquí en el Oratorio de Turín, retrasó
expresamente su vuelta a Roma para poder
asistir al solemne ¡adiós! de los misioneros y
darles su fraternal abrazo. Después de la Ben­
dición eucarística, el Cardenal entonó las preces
del Itinerarium Clericorum y bendijo e impuso
a cada uno de los expedicionarios el Crucifijo,
que es la insignia oficial del misionero. Luego,
desde el pie del altar, con una voz entera y
robusta, que llenaba los ámbitos del vasto
templo, dirigióles una alocución hermosísima,
cada una de cuyas palabras parecía salir cal­
deada en las llamas de su encendido pecho.
Tomó por tema las palabras de Nuestro Señor
Jesucristo: Eunies: docete otnnes gentes, etc. «Id,
enseñad a todas las gentes... Predicad el Evan­
gelio a todas las criaturas... enseñándoles a
guardar todas las cosas que os he ordenado... i.
y hecho un breve comentario de cada uno de
estos incisos, prosiguió:
Estas mismas palabras nos decía el Vicario de
Jesucristo, el inmortal Pío IX , a los primeros Misio­
neros Salesianos: y ellas quedaron tan hondamente
grabadas en mi corazón, que aún ahora, pasados
cuarenta y cinco años, me parece sentirlas resonar
en mis oídos: y yo os las repito ahora a vosotros,
mis queridos hermanos y herederos de apostolado:
Eunies, docete otnnes gentes!

Cumpliendo estas palabras de Jesús, los Após­
toles se esparcieron por todo lo descubierto de la
tierra' de igual modo los Salesianos, por la mise­
ricordia de Dios y la asistencia maternal de la
\'irgeu Auxiliadora, se han' desparramado por
todo el mundo; de suerte que los hijos de Don
Bosco y las Hijas de María Auxiliadora se hallan
hoy, no sólo en Europa, sino «1 las tres Araéricas,
en Asia y Africa. Son más de seiscientos los cen­
tros de Misión, Casas y Colegios, donde los Sale­
sianos enseñan a amar y servir a Jesucristo; por­
que no hay ciencia no hay letras, no hay sabi­
duría humana que enseñe a salvar el alma, fuera
del Evangelio de N. S. Jesucristo.



21



No he hecho esta enumeración por vana com­ bien, enviadnos ^’uest^os niños; nosotros les ense­
ñaremos V. vosotros, abraza:ido sus enseñanza.s,
placencia, sino para que os sea de justo consuelo y
tendréis todo lo que necesitáis.
estímulo hacia nuevas conquistas. No de otra
Y los niños y niñas acudían cada vez más dó­
suerte San Pablo se felicitaba 'con los Romanos,
de que la fe cristiana fuese ya predicada por todo ciles y en ma\*or número, a pedimos el santo bau­
tismo: y así, de los niños las verdades evangélicas
el orbe: gracias doy a mi Dios por Jesucristo....
llegaron a los padres; y en aquellas tierras, en otro
porque vuestra /« es ya predicada en todo el m un^...
tiempo bárbaras y terribles, amaneció la luz cris(Rom. 1, 8).
stiana y con ella se extendió y arraigó la verda­
Id, pues, hermanos míos, os repito; marchad y
enseñad. Este mandato divino os alcanza también dera ci^^lización.
Creed que se me despedaza el alma id ver el
a vosotros, porque sois misioneros, esto es, missi,
enviados para este fin. Tendréis el beso y abrazo contraste que ofrece la vida pacífica y sencilla
de vuestro Rector Mayor, de este veterano de las de esos pueblos, llamados ayer a la ci\’üización
Misiones, de todos vuestros Superiores: y acompa­ cristiana, y la de estas viejas naciones civilizadas,
donde se niega a Dios y se blasfema s\i santo
ñados de las oraciones de todos estos niños y
fieles presentes, os pondréis en camino. La gracia Nombre y donde la apostasía y relv^Hón contra
de Dios sea con vosotros. Muchos hermanos que las enseñanzas de la Iglesia se toman por el no»
desde años trabajan en el campo evangélico, os plus ultra del progreso.
Pero lo cierto es, y una triste ex|>eriencin lo
esperan ansiosos.
Es consolador en extremo el espectáculo que confirma, que un pueblo que no ama y desconoce
ofrece nuestra Pía Sociedad por el trabajo rea­ a Dios, no hay autoridad humana, que lo gobierne.
Ho olvidéis nunca, oh amados Misioneros, que
lizado en el espacio de cuarenticinco años en las
Misiones, a donde se lanzó con ardor juvenil, para no hay don, fuerza ni bendición que no nos wnga
la conquista, no de nuevas tierras, sino de nuevos dada de lo alto. Si os desponéis a cumplir vuestra
misión bien persuadidos de esta verdad de fe, os
vasallos para el reino de Jesucristo.
Y vosotros vais a aumentar la cosecha de la fío que saldréis adelante con ella. Otro medio de re­
mies. Os voy a indicar un medio infalible para sultados infalibles es la caridad de N. S. Jesucristo:
Charitas Christi urget nos. Este sublime grito del
conquistar y confirmar a nuevos pueblos en la
fe y práctica de las enseñanzas del Evangelio: es Apóstol, dechado de los Misioneros, debe brotar
el mismo que nuestro Venerable Padre D. Bosco también de vuestros pechos. Pensad que hoy
nos propuso a los primeros Misioneros, con estas Jesús dice a cada uno de vosotros lo que' dijo al
palabras: « Haced de vuestra parte lo que podáis: misTTio San Pablo: Vas electionis esi mihi isie, ut
Dios hará lo restante. Propagad la devoción á Jesús
Sacramentado y a María Auxiliadora, y veréis
lo que son milagros.

Y os puedo decir que los milagros los hemos
visto... milagros de conversiones y conquistass
espirituales: estábamos atónitos de ver los ruidosos
resultados de nuestras modestas fatigas.
Aquellas tribus bravas, al ver al Misionero, hijo
de Don Bosco, alzar los ojos al cielo y levantar
la mano para bendecir sus tierras y chozas, se
preguntaban asombradas; — ¿Qué busca aquí este
europeo? Y el cacique se adelantaba a pregun­
tamos; — ¿Qué queréis de nosotros? Y nuestra res­
puesta invariable, era ésta: — ¡La s a lv a d a de
vuestras almas! — ¡ Oh! vosotros no sabéis lo que
es el alma. Ies decía el Misionero; ignoráis por
tanto su origen, belleza y precioso valor. Ha sido
creada a imagen y semejanza de un ser infinita­
mente superior a nosotros y que nos profesa un
amor también infinito! Hijos del desierto, no
habéis sido creados vosotros para vegetar en estas
estepas requemadas del sol: también vosotros
estáis llamados á pertenecer al pueblo escogido,
a la gente santa, si aceptáis la palabra de Jesu­
cristo. Y a traeros esta palabra hemos venido
nosotros aquí: hemos venido a recoger y enseñar
a vuestros hijitos, los cuales, volviendo a vuestras
chozas, os repetirán las verdades aprendidas;
y si vosotros les dáis oído y los creéis, también
Jesucristo os abrirá los brazos y os admitirá en
su reino. No, pueblos infelices, no habéis nacido
para arrastrar siempre una vida tan de^acidada:
ya véis, no tenéis techo, ni vestidós ni pan. Pues

poriei nomen meum coram gentibus et regibus ei
filiis Israel (Act. 9, 15). También vosotros, oh

Misioneros, estáis destinados a llevar el nombre de
Jesucristo, a todas las gentes, a fieles e infieles,
con el ministerio de la palabra, pero mayormente
con las obras: fe, celo y espíritu de sacrificio. El
corazón de San Pablo, según dice San Crisóstomo,
latía al mismo compás con el corazón de Jesucristo:
Cor Pauli, cor Christi; así debe ser también vuestro
corazón: lleno de fe, de modo que no anhele sino
hacer conocer a Jesucristo a todas las almas;
henchido de valor y fortaleza cristiana, de suerte
que no se arredre delante de ningún obstáculo;
inflamado de amor divnno, hasta poder decir con
el Apóstol: « Quis ergo nos separabit a charitaie
Christi? (Rom. 8, 35). ¿Quién nos distraerá de
procurar los intereses de Cristo o de immolamos
por su amor? Nadie ni fuerza ni peligro alguno del
mundo.
El Misionero debe estar dispuesto a arrostrar
todo linaje de peligros y trabajos. San Pablo hace
de ellos un impresionador recuento: periculis
fluminum, periculis latronum, periculis ex genere,
periculis ex gentibus, periculis in civiíaíe, pertculis
in solitudine, periculis in mari... (II Cor. n , 26).

De todos ellos saldréis victoriosos, si, movidos por
la fe, el celo y el espíritu de sacrificio, no tenéis
otra mira que la gloria de Dios y la salvación de
las almas.
Celad siempre y únicamente los intereses de
Jesucristo; « Tratad de ganar almas y no os andéis
tras el dinero, honores ni dignidades * os añadiré,
usando una expresión que nos solía repetir Don

^



22

Bosco; si esto hacéis, vuestra misión será rica de
Don Bosco: amad, sustentad y defended siempre
preciosos frutos, porque, estará con vosotros el y doquiera la autoridad del Papa: propagad el
auxilio del Todopoderoso y la gracia del que es el amor y culto de Jesús Sacramentado; predicad
el culto y devoción de María Auxiliadora, y las
Camino, la Verdad, y la Vida. Hincadlo bien hondo
en vuestro corazón: no hay más camino para llegar Misiones Salesianas florecerán siempre y darán
al cielo, que el que nos ha trazado Jesucristo: no hay copiosos frutos.
verdad, fuera de El; no hay amor, y por tanto no
Mas de venticinco minutos duró la inflamada
hay vida, sin El: Si quis non amat Dominum Jesum
plática del Cardenal Cagliero: todos estaban
Christum, sil anathema (I Cor. i6, 22). Qui non
admirados de que ni los muchos anos ni los
diligit, manet in morie (I loan. 3, 14).
Partid, pues, en alas de la caridad de N. S. Jesu­ infinitos trabajos padecidos hubieran logrado
cristo; predicad su doctrina, ignorando todo lo abatir ni siquierá menguar su juvneil ardor:
(jue no sea Jesucristo; y repartidlo a dos manos,
la sagrada mitra, que coronaba su cabeza, la
no solo « verbo *, como decía Don Bosco' sino tam- • capa y báculo, en que se apoyaba, hacían majes­
bién « sacramento >. Sea vuestra honra más grande
tuosa su figura y daban autoridad a su palabra:,
delante de todo el mundo, ser ministros de Jesús
Crucificado: Non enim iudicavi me scire aliquid viéndole y oyéndole nos parecía asistir a una
escena de otros siglos. Aquel carácter fuerte,
Ínter vos, nisi Jesum Christum, et hunc Crucifixum
(I Cor. 2, 2), y también vosotros sabréis lo que aquel corazón magnánimo, aquella energía
indomable de nuestro Cafdenal no sabríamos
son milogres.
Dentro de pocos años se celebrará el quincua­ compararla sino con la de San Pablo, con cuyos
gésimo aniversario de las Misiones Salesianas.
ideales, afectos y ejemplos parece hallarse iden­
La mejor conmemoración consistirá en renovar tificado, y cuyas proezas y padecimientos por la
esta misma ceremonia, pero en proporciones mucho
la predicación de la fe tantas ocasiones ha te­
mayores. Pidámoslo al Señor y esperemos.
nido de imitar.
En estos momentos suplicamos a María Sma.
Al discurso del Emmo. siguió en el auditorio
Auxiliadora que sea servida bendecir a los nuevos
que
llenaba la iglesia, una emoción profunda:
apóstoles y sus futuras empresas y trabajos, y que
tenga ix>r bien renovar metliante ellos, los mila­ y comenzó enseguida la tierna escena del úl­
gros de otros tiempos. Y los milagros se repetirán timo [adiós! Los Misioneros desfilaron de uno
sin diuTa, jx>rque a la nuestra se une otra ple­ en uno a besar la mano al Revmo. P. Albera,
garia. El Venerable Don Bosco, que nada amó en
que les susurraba una palabrita al oído: y luego
este mundo, que no fuera Dios y las almas, en abrazaban fraternalmente a los demás Supe­
estos solenuies instantes, postrado a los pies de riores. Entre todos los presentes al acto veíanse
María Auxiliadora, le ruega se digne bendecir con muchos ojos humedecerse y verter lágrimas:
una especial bendición a los nuevos Misioneros.
entre tanto en el coro se cantaban algunos mo­
Así, pues, en la tierra y en el cielo se repite la
tetes,
y muchos labios musitaban plegarias.
tierna desjjcdida de San Pablo de los Cristianos de
Efeso, cuando, postrado de hinojos en tierra, oró El espectáculo se hizO más enternecedor cuando
en compañía de todos ellos. Sí, hermanos, aquí esta­ los Misioneros se dirigieron a la puerta, atra­
mos todos juntando nuestras oraciones con las vesando la iglesia entre dos alas de apiñada
muchedumbre, que se agolpaba a su paso, y
vuestras. .
Dícese en los ♦ Hechos de los Apóstoles » (cap.
les acompañaba con votos y augurios de un
20, 38) ejue llegada la hora de separarse, hízose un feliz y fructuoso apostolado.
gran llanto en tomo de San Pablo y no se harta­
ban de abrazarle y besarle, a causa de haberles
dicho, que no volverían a verle el rostro. Esa misma
BIBLIOGRAFIA.
escena viene verificándose de cuarenta y cinco
años acá al pie de este altar. Antes los hijos, enter­
Libros recibidos en esta Redacción:
necidos, besaban aquí y bañaban con sus lágrimas
Dr.
D. M. Carrera y S anabria , Pbro. — Memoria
la sagrada mano de Don Bosco...: después la de
presentada
al Primer Congreso Mariano MontforDon Rúa, ahora la de Don Albera...'Recuerdo mi
tiano, celebrado en Barcelona en 1918. Sevilla 1920.
¡adiós! de hace cuarenta ycinco años: yo no habla
El piadoso y docto Catedrático de Teología
llorado nunca: es harto conocida la recia condición
de mi natural; pero en aquél instante me fué ini-, Dogmática en la Universidad Pontificia de Sevilla,
posible contener las lágrimas. Aliora os vais a Sr. Carrera y Sanabria, ha publicado en un folie-,
separar de Don .-Ubcra. Algimos de vosotros es tito aparte la Memoria que presentó al Congreso
seguro que no le volverán a ver en este mundo...; Mariano de Barcelona, en la cual estudia y prey tampoco me verán a mí, que si bien parezco aún seflta acertadísimas conclusiones, acerda de la
fuerte y robusto en el aspecto, no puedo menos formación de los apóstoles de la Santa Esclaritud
Mariana. Aunque redactada en forma esquemá­
de sentir el peso de los años...
Pero, ¡arriba los corazones, carísimos! Así como tica, fué hallada tan sustanciosa e importante,
somos henuanos cordialmeute unidos aquí en la que se la incluyó íntegra en la Crónica del Con­
tierra, igualmente .seremos hemianos, cuando nos greso. Será muy utilmente leída por los Sres. Sa­
reunamos en el cielo. Sed dignos discípulos de cerdotes y seminaristas.

.1

fe r= f

E L CULTO

de lia ría Auxiliadora
Nós teoemoi !■ peranmBl6a de que, en l u vklsUadee delereeat de loi Üempei
qoe etraTCseiDOS, no nos quedan más cnnsuelos que ios del Cielo, jr entre eiioa,
la poderosa proleccióu de la Vlrfen bendita, que fué ea ledo tiempo el Auxilie
de los Cristianos.
n o x.

CALÍ (Colombia). — F i e s t a d e M a r ía A u x i ­
— El nombre de esta población colom­
biana es ya familiar para nuestros lectores, por la
frecuencia con que se repite en la sección de gra­
cias de María Auxiliadora. Es este el índice más
seguro y expresivo de lo extendida y arraigada
que está en ella la devocicai a la milagrosa Virgen
de Don Bosco. Por esto> a ñunguno de ellos sor­
prenderá la relación que nos comunica el celoso
decurión D. Justiniano Dazo, de los solemnes fes­
tejos con que la obsequiaron el i6 de mayo los Sres.
Cooperadores de aquella ciudad.
A las seis y media bubo misa de Comumón y a
las nueve otra solemne , con asistencia del Hmo.
y Revmo. Sr. Obispo, Dr. D. Eladio P. Pcrlanza,
de los Muy Utres. Sres. Vicario General y Secre­
tario de Cámara, y otros miembros del Qero secu­
lar. El sermón estuvo a cargo del Sr. Cura de la
Catedral, Dr. Don Pedro A. Lozano, quien, después
de ensalzar las grandezas de nuestra amadísima
Madre, María Auxiliadora, hizo ima breve reseña
de la vida y admirables obras del Venerable Juan
Bosco.
Terminado el sagrado rito, quedó la Sma. Virgen
en velación hasta las siete de la noche, hora en
que se puso fin a los solermres cultos del día con
el rezo del santo rosario, salve, plática y Bendición
con S. D. M.
l ia d o r a .

BUENOS AIRES-MALDONADO (Argentina). — L a
M a r ía A u x il ia d o r a . — Esta
Asociación fué fundada em 1906, según consta
por el diploma de agregación.
Sin embargo* hasta el año 1909 no comenzó a
funcionar la Asociación con toda regularidad,
nombrándose entonces las celadoras con el encargo
de atender a los respectivos coros y de aumentar
el número de las asociadas.
Desde entonces la Cofradía ha ido cada afio
aumentando en número y fervor, y difundiendo por
doquiera en este dichoso barrio el espíritu de la
Asociación, cuyo objeto es el de promover las glo­
rias de la divina Madre del Salvador, para merecer
su valiosa protecci<m en la vida y particularmente
en el trance de la muerte, difundir buenos libros,
A so c ia c ió n d e

imágenes, medallas, folletos devotos, la osisteiu ’a
a la Santa Misa, la frecuencia a los Santos Sa­
cramentos, etc.
En la actualidad los asociados su'man 920, los
que se hallan distribuidos en 24 coros.
Los asociados acuden a honrar a María Auxilia­
dora el día 24 de cada mes, acercándose en diclio
día a la Santa Comunión y asistiendo a los demás
actos de culto que se estilan hacer en las iglesias
salesianas.
El último domingo del mes es el día establecido
para el piadoso Ejercicio de la Buena Muerte, al
que toman parte todos los asociados.
Desde Msüdonado la devoción a María Auxilia­
dora se ha propagado a varios pueblos de las
provincias, especialmente a Rio Cuarto y Villa
María (Córdoba), Gál\’es (Santa Fé), Gualeguay
(Entre Ríos), Ulapes (La Rioja).
En 1911 por iniciativa de la Compañía del Smo..
se llevó a cabo la primera peregrinación al San­
tuario de María Auxiliadora de Almagro, la que
todos los años en el mes de septiembre se ha ve­
nido repitiendo hasta ahora.
También está aquí muy floreciente la obra de
María Auxiliadora para ayudar a la formación de
vocaciones sacerdotales que fué organizada en
1914. y en la actualidad cuenta doce coros de con­
tribuyentes, recolectándose mensualmente al re­
dedor de ochenta pesos, los que se entregan al
P. Inspector para el noriciado de Bemal,

Gradas de María auxiliadora.
I G ra c ia s M adre m ia !
Hallándome atacada, hacía mucho tiempo
por una enfermedad crónica de la garganta, y
siendo inútiles todas las medicinas, opinaron
los médicos que debía someterme a una operación
(t) Declaramos que todas estas relaciones expresan ei
pacecer y juicios de personas, que creen haber sido
favorecidas por la Sma. Virjien; y que por tanto, fuera
de lo que la Iglesia ha fallado con el suyo infalible, no
se les debe más fe que la meramente humana.

— 24 —
quirúrgica para obtener alguna mejoría. En
estas circunstancias, resolví, antes de todo, po­
nerme bajo la protección de María Auxilia­
dora, a quien invoco en todas mis necesidades,
haciéndole una fervorosa novena, convencida
de que la Sma. Virgen me obtendría la gracia
de mi curación.
]$I 24 de Mayo de 1915, día en que concluí
la novena, fué el de mi completa curación, pues
desde esa fecha no he vuelto a sentir novedad
ninguna en la garganta y me encuentro perfec­
tamente restablecida.
Como testimonio de gratitud a tan buena
Madre, cumi>lo la i)romesa que le hice de pu­
blicar la gracia recibida, deseando que todos
invoquen a María Auxiliadora en sus nece­
sidades, pues Ella no niega gracia alguna a los
que con fé y amor la invocan.
Si siempre fué grande mi amor y confianza
hacia tan dulce Madre, mi único deseo en ade­
lante es propagar su devoción y atraer muchas
almas a sus plantas.
Bogotá (Colombia), Enero 24 de 1916.
María I sabel F uentes M ediano .
L a V irg e n C o n so la d o ra .
Me hallaba en una de las situaciones más
dolorosas de la vida: mi primer hijo pequeuito se hallaba atacado de una enfermedad
mortal, y sin esperanza de recobrar la salud ni
de sobrevivir a la dolencia que sufría, pues los
médicos habían declarado inútiles los recursos
de la ciencia. Y o era presa de una terrible exas­
peración, y era tal la^ atribulada situación de
mi espíritu, que no eran poderosos para tran(luilizanne ni los consuelos de la religión, ni
las reflexiones de mi familia ni los esfuerzos
con que procuraba conformar mi voluntad con
la voluntad de Dios. En estas circunstancias
me vino la idea de acudir á la intercesión de la
Sma. Virgen bajo su advocación de María Auxi­
liadora, prometiendo dar en su honor una
limosna y publicar el milagro que de ella im­
ploraba. Mi petición fué oída: contra toda hu­
mana esperanza, mi hijo recobró la salud, y
hoy no ceso de dar gracias á la que es verdade­
ramente Consuelo y refugio de atribulados y
Auxilio de todos los Cristianos.
Bogotá, Febrero de 1919.
* María V ictoria V ilijmíizar d e V alen cia .
Un incendio sofocado.
El día 22 del pasado enero, hallándome en
una finca de mi hijo, prendí fuego a una roza:
pero al tiemix) que ésta ardía, sobrevino un
viento huracanado, que extendió las llamas a

un rastrojo vecino. Se propagó el incendio con
tal voracidad, que en pocos momentos recorrió
un buen trecho, amenazando prender en el
cañaveral y la enramada del trapiche, e invadir
las fincas vecinas. Dios sabe con cuántos destro­
zos. E ra excusado,pensar en aislarlo, dado el^
fuerte viento, que soplaba y el incremento que
había tomado. No me quedó más recurso que
levantar los ojos y el corazón al cielo, e invocar
a nuestra benigna Madre y poderosa Auxilia­
dora, para que acudiese en mi socorro y cortase
el paso al voraz elemento. No había terminada
la oración, cuando al mirar hacia el lugar del
fuego, v i que estaba éste apagado. Dadas las
proporciones del incendio y la rapidez instan­
tánea con que había cesado, no j)ude menos
de reconocer en el suceso un favor singularísimo
de la Sma. Virgen Auxiliadora. ¡Sea E lla^ endita mil vecesl
Manzanares (Colombia), 4 febrero 1917.
F ermín G a lvis M.
I B en d ita sea M . A. !
Desde muy niño padecía una enfermedad
interna en la cabeza, que a más de agudos do­
lores, me causaba molestias insufribles por
las secreciones de la nariz. E l mal duró varios
años; diez médicos de fama me curaron, sin
lograr más que pasajeros alivios. Por fin, sa­
biendo los favores que concede la Sma. Virgen,
Auxiliadora de los Cristianos, me encomendé
con toda mi alma a su bondad, prometiendo
inscribirme en la Pía Unión de Cooperadores
Salesianos: el favor vino fhn prodigiosamente,
que sin mas aplicaciones médicas, me v i del
todo libre del terrible mal.
Años después, me enfrié en las prácticas de
piedad y devoción propias de los Cooperadores:
y entonces la enfermedad reapareció con igual
violencia que antes. Acudí de nuevo a la celes­
tial Auxiliadora, prometiendo (era entonces
el 1918) que si por su fiesta de 1920, >staba
sano, tomaría con más ardor a las piadosas
prácticas de la Cooperación Salesiana, mandaría
una limosna a Turín y haría publicar el mi­
lagro. ¡Bendita sea la Virgenl Ella me deparó
un eminente facultativo, bajo cuyos cuida­
dos recobré ima cabal salud: meses antes del
plazo indicado, estaba completamente resta­
blecido.
H oy cumplo todos los extremos de mi pro­
mesa y deseo que mi caso estimule a todos los
que padecen tribulación a acudir a la que es
Auxilio, Refugio y Consuelo de los afligidos y
enfermos.
Zapatoca (Colombia), 22 septbre 1920.
L u is F. Gómez R u ed a .

— 25 —
dole a que se encomendara a María Auxiliadora
para que le concediera la salud del alma y la del
Jiucho tengo que agradecer a la intercesión de cuerpo, si le convenía. Supe después que al leer mi
la Sma. \irgen Ausáliadora, cuya devoción aprendí carta se quedó un poco pensativo y pronto comenzó
de los Padres Salesianos en mis años de Colegio:, a invocar a María Auxiliadora; llamó al confesor,
diré aquí algnnos casos en que el socorro de la recibió todos los Sacramentos y rezaba con tanto
Reina del Oelo apareció claro y patente.
fervor que todos se edificaban al oirle. Así murió
En cierta ocasión al regresar a mi casa hallé muy arrepentido y como buen cristiano el que
gravemente enferma á mi pobre madre, de cuyo había ^^vido tan descuidado de sus deberes reli­
alivio se desesparaba por haber agotado ya todos giosos. ¡Cuán grande es el poder de María Auxihnlos recursos. De todo corazón puse a la enferma en dora! Agradecidísima deseo que todos acudan con
manos de María Auxiliadora y lo mismo en esa la mayor confianza a tan bondadosa Madre en
que en otras enfermedades posteriores fué el su­ todas sus necesidades espirituales y lempornlos.
premo remedio, cuando los humanos se declaraban
Madrid, t2 Junio r920.
impotentes.
F rancisca Past<>r .
A xma prima mía, Dolores Raposo RivaduUa,
estando también tan grave que se le contaba sólo
Desde hace más de un año wnín jrndcoieiulo
vida por horas, acaso por minutos, le en'\’ié en tan una grave afección dcl estómago <1110 inc im]fOflía
grave trance imá medalla de María Auxiliadora retener los más ligeros alimentos. A ¡resar do los
y casi en el acto se resolvió favorablemente la in­ cuidados de los mejores e.spct'ialistas. el mal hacía
minencia del peligro.
rápidos progresos y mi debilidad había llegado
Por último en las dificultades de mi vida de estu­ ya a tal extremo que ]x:strada en cama .sólo csjx>diante, cuando humanamente parecían invencibles, raba mi última hora. Por lillüno se decidieron a
y en cuantos trances — que no fueron pocos —
hacerme una operación de éxito muy dudoso y
apelé a la devoción de María Auxiliadora, que me sumamente difícil. Acepte re.signnda y me puse jxDr
inculcaron los Salesianos en mis años dé colegial, completo en manos de María Auxiliadora. Xo en­
que nunca bendeciré lo suficiente, siempre vi a vano invoqué su aviida; ]X)rque la operación se
María de un modo^ostensible , de im modo claro y
realizó con el mejor éxito y con gran sorjjrcsa de
pro\ndencial corriendo a mi ayuda.
mis parientes y amigas, antes de los ocho días
dejaba el le cho y cernía distintos manjares ron
La Coruña (Présares-Vila.santar)
gusto y apetito. Agradecidísima a María Auxilia­
21 de Agosto de 1920.
dora hago priblico este hecho, cumpliendo así la
jESL-s G ómez R iv a d u e l a .
promesa que hice en tan apurado trance.
Mi hijita tuvo la desgracia de partirse la lengua
Madrid, 16 de Julio 1920.
a causa de una caída. Fué atendida y curada por
B e .^Tr iz T . d e S c h e r e r .
un doctor: pero al cabo de algxin tiempo, habién­
dosele abierto de nuevo la herida, los doctores
Dos liijas mías se hallaban enfermas de la gripe.
opinaron ser necesario practicar una segunda ope­ Una de ellas padecía una bronconeumonía tan
ración; mas, por ser muy dolorosa, la aplazaron fuerte, que segi'm opinión de uno de los médicos
para cuando la niña fuera mayorcita y capaz de que la visitaban, se hallaba a las puerta.s de la
soportarla. Mas en esto acudimos a ilaría Auxi­ muerte. En tránce ten apurado acudí d María
liadora. pidiéndole le concediese la salud; y la Auxiliadora y postrado ante .su imagen la rogué
Virgen nos escuchó, pues la partidura se le cerró curase a mi hija ofreciéndola hacer una novena
normal y perfectamente, sin necesidad de opera­ y pedir de puerta en puerta para decirle una músa
ción, alguna y sin quedar señal de la cicatriz, como en acción de gracias y en aquel mismo día empezó
han podido ver varias personas que la han exa­ á mejorar la enfenna hasta su total curación.
minado.
Orgaz, 4 febrero 1920.
Agradecidísima a tan buena Madre mando cien
F rancisco R i;iz de 1.1is l’.vños.
pesos de limosna para la Obra de Don Bosco.
¡ V iv a M aría !

Cobán, 7 septiembre 1920.
A ntTa d e I t ú r b id e .

Padecía unos cólicos hepáticos, a los que se aña­
dió una ictericia que puso mi vida en peligro. Los
médicos no hallaban más remedio a mi mal. que
ima operación para extraerme los cálculos. Pedí
entonces muy de corazón a María Auxiliadora
me librara de la operación y me concediera la
salud, pues llevaba un año sin tomar más alimento
que leche. A los pocos días comencé a mejorar
notablemente y mi curación fué completa.
Un pariente mío enfermó de gravedad y estuvo
nueve meses postrado en el lecho con frecuentes
vómitos de sangre. Sabiendo yo que el pobre en­
fermo era hombre incrédulo, le escribí exhortán­

. 1

Atribuyo al favor de María Auxiliadora, a rjuien
invoqué por la mediación de San Uoejue, la sal­
vación de un niño <jue a los siete días de nacido
fué acometido de enfermedad mortal y cuya cu­
ración juzgaron im¡x)sible los facultativos. Ixj
hago constar a.sí.
Bogotá, junio 23 de 1919.
R afaei. E scorar R.
D a n tanbién g ra c ia s a M aría A u x ilia d o ra
y en vian una lim osna:
B ogotá. (Col.). — D. Alberto de Francisco,
ofreció publicar en el Boletín la gracia de haber
recobrado la salud de los ojos por fntercesíón de
la Virgen Auxiliadora; y hoy cumple la prome.sa.

— z6 —

— Una famñia, pasaba un gravísimo apuro eco­
nómico sin saber a donde acudir. Invocó el auxilio
de Nuestra Señora y el día de su fiesta, 24 de mayo,
recibió una cantidad de dinero, que alivió su si­
tuación.-— D. Pedro M. Sonc agradece a María
Auxiliadora haberle sacado de una muy grave
dificultad y terrible desgracia, que le amenazaba.
— Da. Iv. I. de R. reconoce deber a María Auxilia­
dora el arreglo de un asunto, que parecía no tenerlo.
— Da. Dominga Garzón de Aguirre, declara que
al curarle el médico de una dislocación de la
espalda, producida por una caída, invocó a María
Auxiliadora y se halló al punto milagrosamente
sana. — U. P. P. padecía una enfermedad muy
molesta y de difícil curación. Hizo una novena
a María Auxiliadora y al terminarla había desa­
parecido la enfennedad.
UUCARAMANGA (Col.). — D. Salvador Prada y
familia, agradecidos a la Virgen del Vble. Don Bosco
por muchos y singulares favores, envían la ofrenda
de cinco pesos para los huerfanitos salesianos.
IlUGA (Col.). — Da. M. J. C. de C. da gracias a
Muría Auxiliadora por un favor recibido por su
mediación y envía una limosna para las Obras de
la Pía Sociedad Salesiana.
Cai.i (Col.). — María Villaguiráii expresa la in­
mensa gratitud de su familia a María Auxiliadora,
pues hallándose en una grave estrechez económicay^
con el ¡)adre enfermo desde varios meses, empezada
una novena a María Auxiliadora, al quinto día
les vino el remedio de su situación y el enferqio
comenzó a mejorar. Envía una limosna. — Los
Sres. D. Mcúiuel M. González, D. Miguel Mercado
Ayala, D. Camilo Becerra, D. Manuel Gutiérrez,
D. David Falla, D. Pedro Antonio Castillo, Doña
María Vülaquirán, Da. Soledad Muriel, Da. Mer­
cedes Molina de Bustamante; Da. Dolores Sardui de
Oleio.
COBAN. — Da. Lola de Pontiaza en acción de
gracias por una curación milagrosa manda 20 p.
— Da, Luisa, V. de Wasem, Da. Josefina, V. de
Wasem, Da. Josefina de Ponce, 30 p.; las Srtas.
Silvia, Rosita y María Pérez, 20 p., Srta. Corona
Sierra, 5 p.; Da Manuel M. Sierra, 10 p.
H o r c a jo d e S a n tia g o (Cuenca-Esp.). — Da.
Manuela Roldán, por haber salido felizmente de
una operación dificilísima con el favor de tan
buena Madre, y envía 50 ptas. de limosna.
M a d r id (E.spaña). — Da. Luisa Poveda da
gracias a* María Auxiliadora por la curación de un
hijo gravemente enfermo, alcanzada por su inter­
cesión. — Da. Encamación Illán de Verdú, da
gracias a su querida Madre la Virgen Auxiliadora
ix)r un favor recibido.
P a m plo n a (Colombia). — Ix)S consortes D. Luis
I.imdazábal y Da. Diores de I.nndazábal publican
el favor que les otorgó María Auxiliadora, devol­
viendo la salud a su hijo José, gravemente enfemio.
También le dan las gracias por otros favores.
P rjVDKRa (Colombia). — Da. Margarita Moreno
de Manzano, en agradecimento a la Virgen Auxi­
liadora manda 1,25 p. de limosna.
R avaela iArgentina). — Victoria D. Darícino
en\-ia 50 francos tomo testimonio de gratitud a
la X-irgen de D. Bosi.o jx)r muchos favores que le
concedió.

Socorro (Colombia). — Da. Bernardina Mar­
tínez de Ortiz, envía una limoaia al Santuario
de María Aiuxliadora de Turín, por haberle sacado
de una necesidad muy grande. — :Da. María An­
tonia de Gómez, después de ocho meses de cama
y viendo que perdía cada día más fuerzas, hizo
la novena de María Auxiliadora para alcanzar la
salud. Hoy sana y salva publica su agradecimento a
la Reina del Cielo.
V alle Cauca (Colombia). — Da. Pobreza H.
de Perdomo, padeciendo de^ un agudo ataque
biliar, hizo la novena de M. A „ invocando la in­
tercesión de Domingo Savio, y se sintió muy mejo­
rada; por lo que le da infinitas gracias y mand.^
dos pesos oro de limosna;
Z apatoca (Santander-Colombia). — Una devota
de la Virgen, tenía a punto de morir a la per­
sona más querida de su familia, sin que pensara
en recibir los sacramentos; pidió entonces a María
Auxiliadora, que se mostrase tal poniéndole en
el corazón pedir el sacerdote. La Virgen escuchó
la súplica. La enferma pidió confesarse y murió
con todos los auxilios de la religiónl ¡Gloria y
honor a María Auxiliadora! — Da. Mercedes Se­
rrano de Plata, bendice a la Virgen Auxiliadora,
que la sacó de una grave enfermedad, y envía una
limosna. — Da. Isabelina Gómez de Serrano, se
vió libre de una gravísima dolencia al invocar a
María Auxiliadora. — Da. Petronila Díaz Serrano
padeció .por largo tiempo una grave enfermedad,
rebelde a todos los remedios ; al fin, María Auxilia­
dora le concedió la salud. — Da. Leticia Gómez de
Gómez agradecida por un gran milagro de M. A.
envía una limo.sna. — Una humilde Cooperadora
Salesiana y devota de M. A. pidió a la Virgen Sma.
mediante una novena el cobro de una cantidad que
consideraba perdida. El último día le restituyeron
la cantidad.

T E S O R O ESPIRITUH L.
Los Sres. Cooperadores Salesianos cumpliendo
los requisitos de costumbre, pueden ganar /«•
dulgencia plenaria:

í® El día que se inscriben en la Pía Unión.
2® Una vez al mes, a elección de cada cual.
3® Una vez al mes, asistiendo a la Conferencia.
4® Asimismo, una vez al mes, el día en que
hagan el Ejercicio de la Buena Muerte.
5® El día que por primera vez se consagren
al Sdo. Corazón de Jesús.
6® Siempre que hagan Ejercicios espirituales
durante ocho dias seguidos.
Además, los siguientes dias de Febrero.
El día 2 - La Purificación de Ntra. Sra.
»
22 • La Cátedra de San Pedro en Antioquía.
También pueden ganar otras muchas in d u l­
gencias parciales y gozar de vatios privilegios^
como puede verse en el Reglamento o « Cédul/de admisión en la Pía Unión »,cuaa Isanol
remitimos.

— 27 —

ANTIGUOS ALUMNOS.
R evistas de la s Asociaciones*
El general despertamiento de entusiasmos, pro­
ducido por el último Congreso entre nuestros An­
tiguos Alunmos, muéstrase por el gran número
de nuevas re\'istas, que han comenzado a publicar
éstos iiltinios meses, en varias partes del mundo.
Por lo general no tienen más pretensión que ser
portavoces de las respectivas Asociaciones y lazo
de unión entre los socios. Pero alguna de ellas
sobrepasa esos modestos límites y es una verda­
dera tribuna, desde la cual en bien pensados artí­
culos se expon&n sanas doctrinas y provechosas
iniciativas sobre asuntos, que pued& interesar a
nuestros ex-alumnos e ilustrarles acerca de los
candentes cuestiones del día. Tal es la
«Rivista.dei Giovani», que se publica en Turín,
bajo la dirección de la Junta Central de la Fede­
ración Intemacicnal de Antiguos Alumnos de
Don Bosco, siendo al propio tiempo órgano de la
mi.-:ma Federación. Sale cada mes y el precio de
suscripción a la misma es de 15 liras al año, para
los países fuera dt Italia {Socieíá Editrice Internacxonale. Corso Mgixta Margherita, 174, 1 orino
[ilialiai.

♦ Juventud Perenne t es el título de la rc'-ísta
de la Federación Española de Antiguos Aluuuios
Salesianos. Hemos recibido el segundo númcio de
esta revista, que anda ufana de los alent€ul<írcs
augurios recibidos del Emmo. Card. Primado. Dr.
Guisasola, al que dedica un sentidísimo artícu't)
necrológico, y del Re\Tno. Sr. D. Felipe RinaU-.
promotor y Consiliario general de la Federación.
Por ahora se ciñe a dar cuenta de los actos Je la
Federación y a traer noticias de las diversas sec­
ciones locales; pero expresa el propósito de .sa­
lirse de estos estrechos límites y alzarse a mayónos
empresas, contando con el concurso de los muchos
valiosos miembros que integran la Asociación.
Nosotros abrigamos la firme con^^cción de que
tales propósitos tendrán cabal cumplimiento, •y
que la revista será digna de la noble nación donde
ve la luz.
♦ Don Bosco», órgano de los Ex-Alitmnos Sale­
sianos del Uruguay y Paraguay. Esta revista co­
mienza ya el año quinto de su publicación. Tiene
un tamaño grande, impresión nítida, interesantes
ilustraciones y una redacción brillante y entu
siasta: todo lo cual le hace el más adecuado ins­
trumento para cumplir su fin, que es mantener
vivo entre los socios el fuego sagrado del compa­
ñerismo y las santas tradiciones aprendidas en
las Casas de Don Bosco. Allí se escucha la voz
amiga que exhorta a la vertud y avisa y previene
contra los peligros; se ensalzan y proponen a la
imitación los ejemplos y nobles rasgos de los
ex alumnos que con su conducta han hecho honor
a la educación recibida; se da cuenta del movi­
miento de la Obra Salesiana en la región y de las
especiales iniciativas emprendidas por los diversos
Centros; se halla una reseña completísima de la

vida de cada uno de éstos; en fin, en articulitos
a proposito, escritos con afectuosa delicadeza,
se anuncian los felices o solemnes acontecimientos,
tocantes a la vida de algún compañero o se dedica
un recuerdo a la memoria de los socios o bienhe­
chores difuntos. Creemos que esta revista puede
pasar por modelo en su género.
♦ E l Día de Colegio ». — Así han titulado los
E x alumnos del Colegio Comercial Salesiano de Valparafeo (Chile) una publicación destinada a per­
petuar el recuerdo de su primera reunión amml.
E l día de Colegio es lo que en otras partes se llama
la Fiesta de la Unión. Es una jomada en que los
ex alumnos se dan cita en su antiguo Colegio,
para pasarla dentro de sus inolvidbles muros, cu
compañía de los superiores, refrescando antigi;os
recuerdos y anudando relaciones de camaradas,
interrumpidas por los azares de la vida. Tales
reuniones, saturadas de una inefable cordialidad,
suelen dejar jjerdurable impre.sión en las almas:
los buenos se afirman en la virtud, los dormidos
reciben una sacudida saludable y los extraviados
se .siente de nuevo llamados al buen camino. Hn
este primer número de E l Día de Colegio, nuestros
amigos chilenos cantan im hinmo de gratitud a
sus antiguos Superiores, cuyos retratos adornan
las páginas: un puesto preferente en ellas ocupa el
de la Señora Juana Ross de Edwards, insigne
bienhechora de la Obra de Don Bosco en Val­
paraíso. Otros amenos articulitos recuerdan las
travesuras y chiquilladas y escenas de la vida
colegial... que no carecen de sabrosa ijccsía y \itil
substancia'filosófica, cuando se comparan con el
prosaico bregar cuotidiano.
Una tSociedadAnónima*. — I,osEx aliimnosdel
Colegio Comercial, al constituirse en Sociedad y
tratar de arbitrar fondos para muebles, juegos, etc.
han recurrido a un expediente, que acredita sus
cualidades mercantiles: han fonnadb una Sociedad
Ah ánima. La flamante sociedad ha establecido
su reglamento prepio; y ha emitido ci:atrocientas
accit-ues de 5 jkscs cada mía. C( n las cuales se
projKinen reunir 4 n capital social de dos mil j>esos
cabales. Estas acciones serán adquiridas )xir los
E x ^unuios, miembros de ).'< sociedad; pejo tam­
bién están a dis¡xjsición de socios hor.oraiios y
bienhechores.
Los fondos remydos son dciX).silados en la Caja
de ahorros; y las utilidades .se reparten de este
modo: el 50 % se divide entre los accionistas; ti
lo %, se pone en manos de la Dirección del Cintro;
y el 40 % forman los fondos sociales, que fie emplea­
rán según el fallo de la asamblea general.
Un buen número de aciones fueron compradas
el primer día. E.ria genial iniciativa de nuestros
comerciantes chilenos se la brindamos para que
la imiten, a tartos Centros que suspiran por tener
la Casa del Ex alumno y tantas otras cosas.
>c>>ooc>>c>>cx)<zx>o<<>xr>c<2>oooc>>oooocx<^
Advertencia. — Cos penonat que Jeteen tcconer a
nuetlTat Obra*, ya sea con dinero, ya tea con objetos o
géneros. paeJen dirigir tus ofertas al Rdmo, Sr. D. Pablo
Albera, Superior General de la Pía Sociedad Salesiana,
Via Coliolengo, 32 , Turín (Italia).

ÍJ p v = ^ =

POR Eb MUNDO SflhESISNO
SALAM ANCA (España), -r- U na cai.ijs a D on
BüSCO. — A ]>ropuesta del distinguido caballero
y concejal, Don Sajitiago E.ie.sco, el Excmo. Ayun­
tamiento de Salamanca adoptó por unanimidad

el mxmdo entero la conoce, la admira, y lo que es
más, la ama.
Pocos meses ha, en una de las más hermosas
plazas de Turín, se elevaba un grandioso monu-

VALPARAISO (C h ile ) - Los A n tig u o s A lum nos del “ C ole gio C o m e rc ia l,,, q u e fe s te ja ro n e l “ D ía d e l C ole gio,,
y fundai% n la “ Sociedad A n ó n im a ,, en fa v o r d e l p ro p io C e n tro .

el acuerdo de honrar el nombre de Don Bosco,
dedicándole una de las calles de la noble y docta
ciudad.
Comentando el dicho acuerdo de la Corporación
Municipal, el diario La Gaceta Regional (29 de oc­
tubre de 1920) hace estas henuosns retlexiones:
« Es esta una resolución que honra al municipio
y a Salamanca.
Entre las grandes figuras de la moderna socio­
logía se destaca gigantesca la del gran fundador
de los tNtlesianos.
S\i obra de caridad, justicia y educación inte­
gral. i>eri>etuada en la simpática institución que
organizó, tan conYcnicntc en nuestros días y tan
adaptada a las costuivibres y necesidades de los
tiemix)s modernos, no necesita encarecimiento;

mentó, al misno héroe, que también Salamanca
quiere celebras; en su inauguración estuvo re­
presentado lo más noble y significado de Italia,
la Iglesia, los Reyes, las Cámaras, el Eji-rcito.
Por cierto, que la rcJ>reSentación de Su vSantidad Benedicto XV, la Uevaba un excelso sal­
mantino, el Eimuo. Sr. Cardenal Almaraz.
¿Y quién había de faltar vn tan justo homenaje,
si jx>r encima de todas las ideas y opiniones y
perjuicios flotaba incóh me la empresa heroica del
gran Padre de la juventud menesterosa, del pro­
fundo jK'dagogo, del esplendor de su caridad, de
su alto espíritu evangelizador?
Salamanca dedicándole el homenaje de una de
sus calles se eimoblece, al asociarse a la a<^niración
universal.

— 29 —

PAMPLONA vEspirña). — Una futura funPero hace más; rinde un tributo de absoluta
DACIÓK Y UNA CONFKRKXCIA. — Eli la Capital
justicia.
También a estas apartadas regiones ha llegado navarra ha sido ofiecida a los Salesianos la direc­
una partecilla del espíritu A-imticante de Don ción de unas Escuelas de Arles y Oficios, funda­
Bosco, y la pbra del Venerable ha surgido fe­ ción de Don -\ntonio Aróstegui; con tal motivo
cunda en flores de virtud" y frutos copiosos de fué invitado a principios de noviembre el Rdo.
,D. Rodolfo Fierro a dar una conferencia sobre la
caridad.
En sus escuelas gratuitas de la calle de la Com­ Obra Salesiana en un salón público de la ciudad.
Asistían a la conferencia los Excnios. Sres. Obisi>o,
pañía, en el Instituto Salesiano de María Auxilia­
dora, en el Colegio de las Sladres Salesianas ¿que Alcalde y Presidentes de la Diputación y de la
mímero sin número de niños y jóvenes no encuentra Audiencia, la mayor parte de los Sres. Concejales,
la educación más amable, la instrucción más muchos SreS. Canónigos v sacerdotes, caballeros,

U c e u Salesiano de SAN PAULO (B ra s il) - M ons. O liv e lra y los A n tlflu o s A lu m n o s y C oo p e rad o rea ,
que c o n m e m o ra ro n a Don Bosco.

sólida, del refugio en las horas de tentación y
siempre un alma cariñosa dispuesta a recibirlos,
aconsejarlos y regalarlos?
Quizá pasen de un millar los niños que actual­
mente están encomendados a la obra benéfita de
los Salesianos en Salamanca.
La moral, la religión, la cultura le^ son deu­
dores de inmensos beneficios. Su caridad es inago­
table ».
Termina el diario apuntando la idea de que
como adhesión a la última resolución del Ajnantamiento se abra ima suscripción popular para costear
ima artística lápida de mármol, que ostente el
nombre del Venerable -en la calle que se la ha de­
dicado^

A

señoras y señoritas y un numeroso público desde
las clases más distinguidas a las más modestas de la
sociedad.
El conferenciante hizo una exposición sintética del
vasto plan del VTife. Juan Bosco para la elevación
moral y religiosa de la sociedad, el cual gira y se
apoya sobre la educación cristiana de la niñez'y
juventud y se desenrmelve en Ia.s tres instituciones
geniales: Oratorios Festivos,. Escuelas Profesio­
nales y Escuelas Agrícolas. Pasa luego a hablar
de las Escuelas Profesionales en particular y del
método educativo que empleó Don Bosco en la
formación de sus futuros -obreros, cuyo triunfo
se tradujo en la magnífica apoteosis mundial del
pasado maye.



3 0

A este punto se proyectó la cinta cinematográ­
fica, de las solemnísimas fiestas de la inauguración
del Monumento a Don Bosco en Turín.
En la segunda parte de su conferencia, el Padre
Fierro esboza unas Escuelas Profesionales Salesianas, cuales se establecerían en Pamplona, en
el caso de realizarse el proyecto de fundación.
Dice que las Escuelas Profesionales Salesianas
no aspiran a formar ingenieros ni peritos industria­
les: su fin es infinitamente más modesto, pues pri­
mariamente tienden a recoger y salvar de los pe­
ligros del desamparo, orfandad y vagancia a la
juventud desvalida, elevándola moral y profesionalmcnte. De las Escuelas Salesianas salen obreros
conscientes, perfeccionados y encargados de taller.
En ellas los aprendices riciben paralelamente la
instrucción teórica y la práctica, y una cultura ge­
neral, que les capacita para ejercer hábilmente un
oficio y aiin dirigir un taller; pero se completa esta
formación profesional cen una educación social y
profundamente religiosa, de modo que sean ca­
paces ^de conservarse cristianos, y aun dominar el
ambiente perverso que por desgracia les ha de
rodear a su salida del Colegio.
Da conferencia fué muy aplaudida y elogiada.
Las Autoridades eclesiásticas y civiles, no sólo
desean y aplauden la fundación, sino que la con­
sideran como necesarísima para Navarra.
líl ambiente de cordialidad que halla la Obra
Salesiana en esa hidalga región, débese en buena
parte al entusiasmo desplegado por los Sres. Ca­
nónigos D. Víctor Gurrea y D. 41ejo Eleta y al
jefe de la Empresa Irati, el cuihplidisimo caballero
D. Domingo Elizondo.
¡Haga el Señor que tengan feliz cumplimiento
los buenos deseos y esperanzas de todos!
S A L T O (Uruguay). — U n,«^.ü e v o cam po y s u s
PRIMEROS FRUTOS. — E l limo. Sr. Obispo de Salto,
Mons. Camacho, quiso dar una nueva muestra de
aprecio a la Pía Sociedad Salesiana, confiándole
la parroquia de la capital de su Diócesis.
En efecto, a principios de julio, tomó posesión
de ella el nuevo párroco, P. Aschieri, con otros
dos sacerdotes y un coadjutor, que forman la
nueva comunidad salesiana.
La fiesta de Nuestra Señora del Carmen, revistió
gran solemnidad en la nueva parroquia salesiana,
por la asistencia del Sr. Obispo, que celebró un
Pontifical, y de una distinguida colonia de sanduceros, que se trasladaron a Salto en excursión.
Pronunció un bello panegírico el P. Ricardo Pittini y cantó la misa el Coro Santa Cecilia del Co­
legio Salesiano de Paysondú. Durante el día se
celebraron actos públicos y privados, que ofre­
cieron un magnifico cuadro de armonía y cordia­
lidad afectuosa entre las dos ciudades, unidas por
la misma fe.
Se está trabajando activamente para levantar
un colegio: y para apro\'echar el tiempo, mientras
se construyen las paredes, han comenzado ya las
clases, a que asiste un buen número de niños.



R A W S O N (Argentina). — En el perió­
dico de esta, población La Cruz del Sur, hemos
leído una serie de artículos intereseantísimos, en
los que un distinguido escritor expone las impre­
siones recibidas durante una detenida y minuciosa
vi.sita al Colegio Salesiano de la misma. El arti­
culista muestra ser hombre ducho en achaques
escolares y pedagógicos, lo que da un valor especialísimo a sus juicios y apreciaciones. Habiendo
tenido la ocasión y el gusto de asistir a los exá­
menes de los setenta alumnos, dice que no sabe
qué elogiar más si la excelente preparación y
admirable progreso de éstos, o la paciencia y abne­
gación de los maestros, que aquellos delataban.
Después fué invitado a recorrer la Exposición
escolar permanente.

Allí estaban acuarelas y dibujos y planas de
caligrafía, alternando con los cuadernos de ejer­
cicios matemáticos, gramaticales o de redacción,
todos limpios y perfectamente ordenados, divididos
por clases, y con los nombres de los pequeños
autores, allí presentes.
En fin, el culto periodista, admirado sobre ma­
nera de cuanto veía, pidió presenciar una lección
práctica, con el fin de apreciar el método allí se­
guido y vió que era el más racional y a propósito
para la enseñanza de los niños. Conversando luego
con el Director, echó de ver que el profesorado del
Colegio está al corriente de los más modernos ade­
lantos pdeagógicos y metodologías europeas, y que
sabe ponerlos por obra con excelentes resultados.
En fin, esa relación honra sobremanera a la Co­
munidad Salesiana que dirige el Colegio, el cual de­
muestra qiíe en las playas patagónicas, que treinta
o cuarenta años atrás estaban desoladas y desiertas
o bajo el dominio de la barbarie, florecen ya cen­
tros de enseñanza tan buenos como los mejores de
la Capital federal o de la cult^ Europa.
SA N P A U L O (Brasil), — El día i6 de agosto,
día onomástico del Vble. Juan Bosco, se tuvo en
el L iu u do Sdo. Corazón, de la capital paulistana
ima reunión, de Antiguos Alumnos, que presidió
el limo. Sr. D. Helvecio Gómez d ’Oliveira, sale­
siano, Obispo de San laiis de Marañón. En esa
reunión se tomaron importantes acuerdos para
promover la actuación del programa de la coope­
ración ,sale.siana. El gran número de los reunidos,
puédese apreciar por el grabado de esta revista.

E l “ B o le tín S alesia n o ,, se envía de ordi­
nario e indistintamente a todos los miembros de la
P ía Unión de Cooperadores Salesianas y no tiene
por tanto fijado precio alguno de suscripción : pero,
dados los enormes gastos de impresión y envío, que
son ahora varias veces mayores que antes de la
guerra, nos vemos obligados a acudir a la carita­
tiva y espontánea generosidad de nuestros lectores,
para que vengan en nuestra ayuda. M a ría A u x i­
liadora y Don Bosco les bendicirdn.

Con aprobación de la Autoridad Eclesiástica: Gerente: GEMINIANO FERRARI.
Establee. Tip. de la S. A. Int. de la Bueña Prensa — Corso Regina Margherita, N. 174 - TURIN

l ib r e r ía

SALESIANA
Paseo Don

de

(Barcelona)

s a r r ia

S o sc o - n ú m . 4.

A cuantos deseen conocer el espíritu del apostolado salesiano y el adm irable
método educativo de Don Bosco» recom endam os la s siguientes
Obras del P . R O D O L F O F IE R R O , Salesiano

LOS ORATORIOS FESTIVOS
O

sea el Arte de atraer y catequizar a los niños y a los jóvenes
Obra laureada. Lindo folleto de 228 págs. (16x9.5).
En púsf/ca

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IjOO pías. — En tela

Explica detenidamente la admirable organi­
zación de los Oratorios, Festivos o Patronatos
fundados por el gran Educador Vble. Don Bosco,
para catequizar a los niños y jóvenes. Enséñase
la manera de dar interés a los Catecismos y de
fundar y sostener las obras suplementarias y post­
escolares, necesarias hoy para la vitalidad de las

.

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1,50 ptas.

Catcquesis o que sean su corona y ornamento.
I Libro-arsenal » lo denomina el gran sociólogo
Severino Aznar; « libro indispensable a los Sres.
Párrocos y Sacerdotes y útilísimo a los padres y
educadores », en concepto del Excmo. Sr. Maura,.
Obispo de Orihuela.

El sistema educativo del Vble. Juan Bosco
Obra en dos temos de 324 págs. cada uno ( 2 0 x 1 3 cm.). Indicadísima para padres y educadores

E n róef. 5 ,0 0 pfas. ^
Esta obra ha merecido justísimos elogios calu­
rosos de las más eminentes personalidades nacio­
nales y extranjeras. « Es uno de los mejores libros
de Pedagogía que yo haya leído *, dice le Excmo.
Sr. Barrera, Obispo de Madrid-Alcalá, más tarde
Arzobispo de Valencia.
< Dos volúmenes, dice el Emmo. Card. Pedro

En felá, 7 ,0 0 píasMaifi, Arzobispo de Pisa y ornamento del Sacro

Colegio, dos volúmenes que no tienen una página
de desperdicio: que afrontan y resuelven con la
mayor naturalidad y competencia los más arduos
problemas de la educación, sin dejar, podríamos
decir, ni una situación de colegio y aiiii de Ja vida
de los niños, sin la debida solución «. «

LA INSTITUCION SALESIANA

y ■<>

^ace

228 grandes páginas (21x12,5 cm.).
En rústica, 3 ,0 0 pías.
Consta de dos partes. Forman la primera las
tres célebres conferencias que dió el autor en
Madrid, en 1911. cuando a raíz de su luminoso
informe parlamentario contra el proyecto de Ley
de Asociaciones, se despertó en el público el anhelo
de conocer con algiín detalle la magna figura de
D. Bosco y su obra educadora y social. La segunda
declara los ramos principales en que se desarrolla



En leía. 4 ,0 0 pfas.

la actividad SaIcsiana: Patronatos, Colegios,
Escuelas Profesionales, Granjas Agrícolas, Mi­
siones, etc.
< La Institución SaJesiana es un libro admirable,
dice el P. Dueso, y deben leerlo lodos los que quieran
conocer la institución social más grande y que está
llamada a ser la solución más práctica y fecunda
de la cuestión social >.

E sta s obras se hallan en venta en la ** L ibrería Salesian a „ de SARRIA (B arcelona)
P aseo Don Bosco - núm, 4, y en todas la s dem ás L ibrerías S ale sian as de España y
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THEOLOGIAE MORALIS SINOPSIS
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/Jrch/dicocBs/s T aurinenels Sacerdos Sacrae Theologiae Docfors.

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JOHANNES CAVIGIOLI - Archipresbyter S. Maurltll a Gilvo

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Fecha
1921.01