-
Título
-
BS_1919_04
-
Descripción
-
Boletín Salesiano. Julio - agosto 1919
-
extracted text
-
LIBRERÍA EDITORA INTERNACIONAL DE LA S. A. I. D. BUONA STAMPA
TORINO — Corso Regina Margherita 174-176 — TORINO
NIÑO A HOMBRE
JOSEPH R IC K A B V S .J .,
Traducido directamente d« la 3‘ Edición inglesa por R o d o l f o F
Volumen de 300 páginas
.
.
.
.
.
.
.
ie r r o
T
.
.
Salesiano.
Ptas. 3 —
o rres,
l^ u b li c a c i o n e s r e c i e n t e s
THEOLOGIAE MORALIS SINOPSIS
Auctore P E T R O R A C C A
fírchidimcesU Taurlnenels Sacerdos Sacras Theohgias Doctors.
B r e v e o p u s ex sapientissimis scriptoribus in R e Morali eductum et ad normam n o v l
G o d i c i s J u r i s 6 a n o n Í c ! exaratum. — Vol. ( 2 0 x 1 3 ) en 16®, casi 60Ó págs. Ptas. 12,50
DE CENSURIS “ L A T A E S E N T E N T IA E ,,
Q UAE IN e O D l C B J O R I S e a N O N I C I C O N T IN E N T U R CO M M ENTARIO LU M D IG E SSIT
JOHANNES CAVIGIOLI - Archipresbyter S. Maurittl a Clivo
Hermoso volumen en 16® páginas 164
.
.
.
.
.
.
.
Ptas. 3 75
NOVUM JESU CHRISTI TESTAMENTUM
Vulgatae Editionis iuxta exemplar Vaticanum cum appendix
Volumen manual ( 1 3 x 8 ) impreso en finísimo papel opaco, contorno encarnado en todas las
páginas. Págs. xvi-800. Encuadernación en tela negra, corte encarnado
. Ptas. 6 —
Encuadernación en tela negra, corte dorado
.
.
.
.
•
»
7 5®
BECHIS Sac. M ICHÁEL
seu totius Sacrae Scripturae concordantiae iuxta vulgatae editionis exemplar Sixti V P. M.
iussu recognítum et Clementis V III auctoritatae editutn praeter alpkabeticuvi ordinem in
grammaticale redaciae. — Dos grandes tomos en 4, de más de 200 páginas Ptas. 14 —
M AZZELLA Mons. ORAZIO
(AKZOBISPO DB TARBNTO)
PRAELECTIONES SCH0LAST1C0=D0QMATICAE
B r e v io r i
c u r s u i
a c c o m o d a te
Cuatro tomos en 8" mayor Ptas. 25.
Volumen I complectens Tractatus de vera Rellglone, de Scriptura, de Tradltlone, de Ecciesia ChrIstI Ptas. 6,25
Volumen II complectens Tractatus de Deo uno ac trino et de Oeo c r e a n t e .......................... * 6,25
Volumen III complectens Tractatus de Verbo Incarnato, de Gratia ChrIstI et de VIrtutIbus Infusls » 6.25
Volumen IV complectens Tractatus de Sacramentis et de N o v i s s i m l s .................................. > 6,23
A d verten cias. — Todas estas ediciones se hallan sólo en la Sociedad E d ito ra In te rn a cio a a i para la d ifu s ió n de la Buena Prensa, Corso R egina M a rg Jte rita 174-176,
T u ria ( Ita lia ) , a la cual deben dirigirse los pedidos acompañados de su importe. — E l precio
del franqueo está calculado para cada volumen, — Se hacen rebajas tansolo para los grandes
pedidos. Los gastos de envió son a cuenta del comprador. — Las rebajas sem sobre e l precio del
libro, no sobre e l franqueo. — D e la rebaja disfrutan los Seminarios, Colegios, Institutos.
AÑO XXXIV - N. 4
Julio-Agosto de igig
_Sf
^ Ú
o
¿)
p
Q
ú
P
0
P
o
Q
ú
p.
o
í;) ó ^
.0 ) .
^0
w
<?ü
^
íí
^
cj
c>
(?
cf
ci
a
(?
i
*»
¿>
Boktín $ak$iano
¿7
í^cvisía de las Obras de D o n Bosco
c?
t
fo
6b
rr
■ in
X _ A
V ia Cottolengo N. 32.
SUMARIO. — ¡Invoquemos a María Auxiliadoral
99
La vida cristiana.............................. ..............................102
Tesoro espiritual................................................................. 104
Nueva R e v i s t a ................................................................. 104
D e n u e s t r a s m is io n e s : China • El viaje d e los
Misionero.s; III. De Sangai a M acao— Ecuador:
Por la ¡eligión y la civilización — China: El Bau
tismo de Basilio T o p a ................................................... 105
Rasgos del Vblc. Juan B o s c o ..........................................i n
E l c u l t o d e M a r ía A u x il ia d o r a : Benedicto X V
^
Q
y el Santuario de María Auxiliadora en Becchi
— Un nuevo Templo a María Auxiliadora — La
ñesta en Turin — Las estatuas de M. Auxíladora
Gracias de María A u x ilia d o ra ..............................
Gratitud a Don Bosco y a Domingo Savio . .
P o r e l m undo s a l e s ia n o : Mons. Marenco en Ni
caragua y El Salvador — Noticias sueltas — An
tiguos Alumnos: Uruguay, Argentina
. . ,
Necrología: La Madre Elisa, etc....................... ....
Cooperadores difuntos
........................................
112
” 5
U9
124
127
¡Invoquemos a María Auxiliadora!
abril de 1869 establecía Don
Bosco en Turín la Asociacióii
de los Devotos de M aría A u
xiliadora, teniendo por base el majes
tuoso Santuario que le acababa de le
vantar. E l año siguiente, 1870, en el
mismo mes, y precisamente el 5, Pío IX ,
de s. m., le daba su alta aprobación, eri
giéndola en Archicofradía, con todos
ios derechos y privilegios consiguientes4
León XIII, d. f. m. le renovó la apro
bación, concediéndole la facultad de
agregar toda asociación erigida ya o
que en lo sucesivo se erigiera con e.se
título en cualquier parte del mundo.
Decididamente, D. Bosco era el Siervo
de María Auxiliadora y M aría A uxilia
dora era < la - V ir g e n de D . B o s c o » .
El Siervo de D io s había venido al
mundo en 18 15 , precisamente el año
en que el V icario de Jesucristo, en agra
decimiento de la terminación del cauti
N
verio infame y del restablecimiento de
la paz turbada en Europa hacia ya tantos
años, había decretado la fiesta de María
A uxiliad ora el 24 de mayo. Y toda la
vida de nuestro amadísimo Fundador
no fué sino la consecuencia de esa pre
dilección del cielo. E l extiende por el
mundo esa devoción y en cambio la
V irg e n siembra de prodigios su exis
tencia y su obra y cuanto con él se
relaciona, en la extensión del universo.
María Se complace — y lo demuestra
patentemente — en ser invocada bajo
esa advocación. N o que antes de D on
Bosco la desconociera la Cristiandad.
Y a hérhos visto que Pío V I I decretó
su fiesta el mismo año que nació D o n
Bosco, y sabemos que en las Letanías la
había co n sá g ra d o S. Pío V en reconoci
miento por la victoria de L ep an te {1571),
donde' se sirvió como de instrumento,
de las armas españolas, esas armas
— lOO —
siempre limpias, que no se han man
cillado jam ás para oprimir al débil ni
para coml)atír la Religión de Cristo.
Y a S. Buenaventura la había llamado
expresamente attxilio 7i 7iestro e l fnás so
lía lo , y explicado teológicamente este
concepto. — Y aún tenía ya alguna ca- .
pilla y aun algún temi)lo. Pero hasta
Don Hosco la devoción no era popular y
ni aun tenía imagen definida. D . Hosco
mismo en su niñez y en los primeros
años de su sacertlodo no la invocó bajo
ese título. Am aiuísim o y devotísimo de
la Inmaculada Concepción, éste era el
título y la prerrogativa que [irefería.
Pero el mismo Cielo intervino y él re
cibió de lo alto ese (.lulcísimo mandato,
que tan bien supo cumplir, tle hacerse
el heraldo y el apóstol de la devoción
Mariana bajo el título consolador y ad
mirable de Auxilio de los Cristianos.
L a O bra salesiana fue la primera en
experim entarlas bendiciones de la .V ir
gen así invocada y en recibir, como en
raudales no interrumpidos, ese auxilio
soberano. « María Santísima — decía
D . Hosco en 1880, cuando algunos ma
nifestaban temores sobre la continua
ción de la O b ra a su muerte — María
.Santísima se ha encargado de nuestra
Obra; no temáis, lo pasado es prenda
de lo p o rv e n ir» . L a afirmación y e x
tensión de la Pía Sociedad Salesiana
en el mundo, es un milagro palpable
de María Auxiliatlora.
'Poda la cristiandad ha recibido no
tables vantajas de esta devoción. Y la
prueba es que apenas hay diócesis en
el mundo que no haya erigido la Archicolradía. Pueblos enteros han surgido
a vida civilizada o han pasado de las
tinieblas de la idolatría a los esplen
dores del Catolicismo, por el Auxilio
de María.
Invocada bajo ese título ha otorgado
y otorga diariamente gracias y lavores
sin cuento, algunos verdaderos mila
gros, en todas las naciones del mundo.
L o s que publicamos en el Boletín Sa-
lesiano son apenas una parte insigni
ficante.
Claro se ve que Jesús quiere honrar
a su benditísima Madre bajo esa advo
cación. -A fuer de agradecidos y, fieles
hemos nosotros de corresponder a este
deseo invocándola, alistándonos en la
Archicofradía, y propagando su culto.
Invoquémosla en nuestra vida privada,
invoquémosla sobre todo en todas las
necesidades públicas.
E l mundo entero sufre hoy convul
siones espasmódicas, ante las cuales
parecen pequeñas las mismas que se su
frieron durante l a ’guerra. En lo humano
parece no hay remedio; pero quedan
los del cielo y a n t e todo la intercesión
de María Auxiliadora.
Invoquémosla llenos de confianza; que
sus bondades son infinitas, pues como
decía el P. Cristóbal Fonseca: « A u n
que en la V irgen resplandecen todos
los atributos de Dios, pero el de su
misericordia campea tan especialmente,
que tengo a la Virgen por la mayor de
las misericordias de Dios > exceptuada,
se entiende la Redención. Invoquémosla,
y repitiendo unas palabras del Beato
A lonso de Orozco, diremos: « ¡Oh M a
dre de D io s ! oh Paloma única de N oé;
¡qué bien es está el ramo de oliva en
vuestra boca, predicando paz y .serenidatl del gran diluvio pasado... Decid paz,
no solamente a la casa de Zacarías,
sino á todo el mundo, pues la guerra
que levantó la ambición, será apaci
guada por Vos, que traéis dentro de
V o s al Príncipe de la Paz, Jesucristo,
el cual es nuestra Redención, nuestra
salud y nuestra Paz ».
Esta devoción no es propiamente
una novedad: no es sino una manifes
tación del encargo dado por Dios a
María de ser dispensadora de sus gra,cias, tesorera de sus riquezas, es con
secuencia de su M aternidad D ivin a .
E ste título lo tiene desde el momento
— lOI ~
que aceptó ser M adre de Dios, respon presentes. E s que la humanidad ha sido
diendo al A n g e l E m bajad or: H ágase siempre la misma. H o y también como
en m i según tu palabra. A ce p ta n d o esa en tiempo de la Conquista y como en
misión, se hizo A u x ilia r ía de D io s en en tiempo de la Independencia ameri
la Obra de la Redención, y por lo mismo cana, campa el odio, y no entre unos
A u xilia d ora de los hombi'es redim idos. pocos pueblos, sino entre todas las na
Todos los privilegios de María no tienen ciones del mundo y entre las diversas
otro origen ni otra causa.
clases de una misma nación. Y hoy
D esd e los principios del Cristianismo como entonces es necesario postrarnos
ha ejercido este oficio. Con su auxilio
« a las plantas soberanas * de la V irgen
han contado todos los A p ó sto les que e implorar de su auxilio que destierre
desde el Cenáculo acá han predicado los odios, que « extinga las g u e rra s» ,
el reino de Dios. — Y podríamos decir que haga « brillar la paz », la paz de
que no hay nación en el mundo que la Justicia, la Paz en Cristo. D. Hosco
lo haya experimentado tanto como E s escribió esta bella oración, que tlebiépaña. A l nombre de María se engarzan rámos rezar todos los días;
todas las glorias nacionales. En su nom
« Amada Madre María, cobijad piadosa haio
bre ha obtenido las mayores victorias. Y
vuestro manto a toda la Iglesia y especiaimcme
en reciprocidad, la devoción a María su Augusto Jefe el Sumo Pontífice; defendedlo
es parte integrante de nuestro genio en todo tiempo contra los asaltos de tantos ene
migos ; hacedle más llevaderas las penas y asis
nacional. « N o hay sentimiento, dice tidlo siempre para que pueda conducir segura
el P. Manresa, en todas las épocas de al puerto la navecilla de S. Pedro y triunfar de
nuestra historia, ni más constante, ni • las ondas orgullosas que amenazan, sumergirla ».
más saliente, ni más general que éste
Tam bién el poeta suplicaba, con pa
de sincera y viva devoción a la V irgen labras que cada uno de nosotros puede
María » .
hacer suyas:
Y lo que se dice de España, se dice
De mi Patria constante Protectora,
de la prolongación de España, pues como
Hoy que pruebas de amor recibes de ella.
cantó el poeta hispanoamericano: (i).
Disipa el malestar que la devora.
Tu culto a esta región hermosa, un día
Trajo el audaz conquistador hispano:
Tu favor a la guerra le seguía
Y templos en la paz alzó su mano;
De nuestra Religión no comprendía
Altos misterios el inculto indiano ;
Pero tu imagen apacible amaba,
Por ella al seno, de la Iglesia entraba.
Vencido y vencedor a ti clamaron
Postrados a tus plantas soberanas...
Y su amor hacia ti su odio destierra,
Brilló la paz y se extinguió la guerra.
Y unidos ellos, su esperanza pía
Cifraron ‘d e tu amor en los raudales;
Invocaron tu nombre día por día
Y alivio en él hallaron a sus males.
Su celo por tu culto construía
Templos humildes, regias catedrales;
Y allí, los ojos de tu rostro fijos,
Su devoción leb ró n a sus hijos.
Las estrofas del bardo americano
parecen escritas para las circunstancias
(i) J. M. Roa Bárcesa.
Sé de su porvenir la blanca estrella.
Consérvale su fe, noble Señora,
De discordia civil borra la huella,
Y iiaz que se den, sin el puñal las manos,
Y el ósculo de paz nuestros hermanos.
Vierta salud tu celestial aliento
En el aire vital que no.s rodea ;
Que no falte a los pobres alimento
Ni en la ciudad ni en la remota aldea;
Que la inmortal memoria del tormento
Que ante la Cruz sufriste, asilo sea
En los grandes pesares que prolijos
Sobre la tierra asaltan a tus hijos.
El corazón del pecador conmueve
Y hazle que de sus vicios deje el cieno ;
Ablanda su dureza, cual la nieve
El sol deshace al asomar sereno;
Desarma el brazo de asesino aleve
Y prolonga los días del hombre bueno ;
Vela el pudor de la doncella tierna
Y da acierto y constancia al que gobierna.
Sí, pidamos a María A uxiliad ora su
constante Patrocinio sobre nuestras res
pectivas Patrias, sobre la humanidad
entera... que en el gra d o de civilización
—
102 —
a que hemos llegado, no debe ser sino
una gran Familia, en la cual todos ne-,
cesitamos de todos y todos gozamos
del amor y del trabajo de todos. ¿Ha
brán los odios de desunir lo que la
Providencia, valiéndose del progreso:
(barcos, trenes, aeroplanos, telétonos...)
ha unido?
Pero pidamos ante todo que se ex
tinga la raíz de todos esos inales: el
pecado. El hombre ha nacido no para
revolverse en el cieno sino para volar
por los horizontes inmaculados de la
gracia; no para el odio sino para el
amor.
L a vida cristiana.
La vida humana es propiamente un v ia je ; y
no metafórico sino real. El día que nacemos
nos ponemos en marclia. La meta o término es
la eternidad, con doble destino: o eterna dicha
o eterna infelicidad. Allá debemos necesaria
mente llegar todos. El destino depende del ca
mino que llevemos. Aunque en apariencia mu
chos, los caminos no son sino dos : la observancia
o la transgresión de la ley de Dios ; el cum
plimiento o la desobediencia a la voluntad
divina. Todos los estados, carreras, profesiones,
etc. no son sino modos de viajar por esos dos
caminos.
La misión de la Iglesia sobre la tierra es
precisamente la de guiar a los hombres por el
camino de los Mandamientos de Dios, a través
de la existencia, hasta ponerlos salvos y sanos
en su destino supremo. Para ello, cuenta con
machos medios, que vienen a resumirse en la
práctica de la Religión, y singularmente en lo
que se llama la Liturgia, el Culto sagrado en
sus diversas manifestaciones: Misa, Sacramentos,
actos, símbolos, cantos, etc. que expresan y
aseguran nuestras relaciones sociales con Dios.
No puede haber buena educación si no se co
nocen estas cosas sacrosantas; no puede haber
verdadera vida cristiana si no se practican. Por
eso todos los educadores cristianos le han dado
siempre tan grande importancia. D. Bosco dedi
caba a ello buena parte de sus admirables ins
trucciones y catcquesis. Sus niños entendían la
misa.rsabían el simbolismo de los ornamentos
sagrados, comprendían el por qué del ara, el
significado de los colores, cantaban las vísperas,
practicaban con inteligencia la devoción a la
Santísima Virgen, a S. José, a S, Pedro, etc.
El santo Pontífice Pío X insistió mucho sobre
este argumento. Y es que para restaurar en Cristo
individuos y pueblos, casi no hay medio mejor.
¡Si es la vida, la verdadera vida humano-divina
cual compete al hombre redimido por Jesucristo
Nuestro Señor! — Es tambiéíj el mayor de los
consuelos, el más alto de los intereses. La si
guiente relación de lo acaecido en el Norte de
Francia durante la guerra demuestra esta verdad,
a la vez que manifiesta el medio más eficaz para
lograr esa vida verdadera.
Ya antes de la guerra, en Alemania y sobre
todo en Bélgica se había determinado una gran
corriente litúrgica. Son célebres las Pastorales
del Cardenal Mercier sobre este asunto, y edifi
cante y con.solador el movimiento que se había
despertado en la pequeña grande nación, florón
en tiempo de la corona española. La vida cris
tiana era allí intensa, porque era practicada a
conciencia, y era a conciencia practicada porque
el pueblo estaba instruido y vivía consciente
mente y saboreaba sus ritos. Con la guerra no
disminuyó sino que aumentó e.<5a vida y pasó a
los limítrofes territorios franceses, siendo un
bálsamo en ios terribles sufrimientos, un con
suelo en tan tremendos dolores, una fuente de
variados goces en la trágica monotonía de los
bombardeos. Lila, Roubaix, Tourcoing gozan
de ese reflorecimiento de la piedad; y aseguran
los que las han visitado recientemente que es una
verdadera nueva vida
¿Cómo se ha verificado el renacimiento? El
dolor avecinó las almas a Dios. Y luego, ha
biendo cesado con la invasión enemiga las ordi
narias diversiones y la misma industria y el comer
cio; la tristeza y el aburrimiento invadían las
almas. Los sacerdotes entonces volvieron con
ardor los ojos a la Liturgia, y empezaron inme
diatamente a ver trasformaciones sublimes y a
recoger frutos opimos. En una parroquia de Lila
lograron el primer año 15.000 comuniones, el
siguiente 50.000, el otro 75.000, y el pasado,
el del armisticio, 100.000. En la parroquia de
S. Cristóbal, en Tourcoing, pasaron de 400.000.
Y la mayor parte comulgan en la Misa, y siguen
con su libro el santo Sacrificio, y los domingos
cantan el Kyrxe y el Gloria y el Credo.
Uno-de los sacerdotes a quienes se debe el
movimiento y los grandes frutos que de él se
derivan, cuenta su génesis y desenvolvimiento.
La ocupación enemiga privó, como era natural,
de alegría y de vida propia a la región. Recor
daron entonces que S. Ambrosio, en ocasiones
parecidas había sabido conservar en el pueblo el
ánimo y atraerlo a la iglesia por medio del canto
de los himnos y los salmos, y así determinaron
hacer participe al pueblo, de los tesoros que la
Liturgia encierra. — Extraña a primera vista
parece esta resolución, tratándose de un país
católico, que por lo mismo debiera estar fen
perenne posesión de estos tesoros, que son el
ambiente en que vive ; pero por desgracia no lo
es, y en el mismo caso nos hallamos en España
y en casi todas las naciones, pues por más que
duela a nuestró amor patrio, és innegable que
nuestro pueblo ignora casi por completo no sola
mente los tesoros de la Liturgia, sino la misma
vida cristiana.
— 103 —
Estos celosos sacerdotes, pues, comenzaron por completo el papel, mantuvo la resignación en
instruir al pueblo, hasta embeberlo completa los corazones atribulados, con el recuerdo de las
mente, sobre el significado y el valor de la Santa esperanzas inmortales de que la Liturgia es maMisa, centro de todo el culto católico. A tal fin ' nantial inagotable y suavizó la penosa existencia
multiplicaron las funciones — y podían hacerlo,
derramando las melodías gregorianas entre el
pues por fortuna ni teatros ni cines lo impedían —
ruj ir de los cañones y el rechinar de las espadas.
y en sermones, conferencias, diálogos y luego,
Mucho insisten los redactores sobre este con
y sobre todo, én hojas volantes, folletos, etc.
cepto : no Liturgia o Canto, sino Liturgia y
que profusamente repartían, explicaron bajo sus Canto, o r^ejor aún : Canto para la Liturgia.
Cada número ponía especial cuidado en explicar
diversos aspectos, las varias partes de la Misa,
los textos, los ritos que acompañan al Santo el tiempo litúrgico correspondiente y las fiestas
Sacrificio, la administración de los Sacramentos que en él caían. Explicaron muy bien las de
y demás funciones litúrgicas. Pasaron mas ade vociones, llamémoslas así, modernas, del mes
lante y explanaron las relaciones de la vida de María, mes del Sagrado Corazón, mes del
cristiana con la vida litúrgica, y en particular Rosario, etc., engarzándolas en la Liturgia ge
la necesidad de unirse al sacerdote celebrante neral. Una sección especial dedicaron a sus
en la oferta del Sácrificio y en la recepción de lectoras, que, naturalmente, eran nuinerosi.simas,
la Eucaristía, para subir diariamente con Jesús y consiste en consejos prácticos para la con
al Calvario, y de esa unión y de ese Sacrificio fección de ornamentos sagrados, amitos, albas,
con el Salvador.derivar fuerza y vigor para so corporales...' y no así escuetos, sino acompa
portar los gravísimos que las circunstancias im ñándolos de bellísimas observaciones hi.stóricas
ponían.
— su origen y desarrollo — y sobre su sinjbolismo. — Un ¡lustre jesuita, comentando esta
sección, dice; « Y a la verdad, nada más a
¿Y el pueblo? — ; Oh ! el pueblo! el pueblo propósito podía proponerse a tantas señoras,
es más bueno y más inteligente de lo que se le segregadas por completo del resto del mundo
supone. Pues todos esos sacerdotes quedaron y enteramente desocupadas ». Y ellas respon
admirados del interés con que los seguía y de dieron con grande celo, abasteciendo a las
la parte vivísima que tomaba en esas explica iglesias de lo más indispensable, con lo poco
ciones, que... debiendo ser su vida normal, eran que todavía podían conseguir.
para la mayor parte... completamente nuevas,
Otro medio de que los celosos sacerdotes se
como poco más o menos lo serian en todos valieron, fueron las llamadas jornadas litúrgicas,
nuestros pueblos. — Así se explicó todo el ciclo o sea pequeños congresos parroquiales, por el
del año litúrgico, los diversos tiempos del año estilo de los demás congresos que 'suelen cele
eclesiástico, tan interesantes, tan bellos, tan brar los países cristianos, tales oomo los Con
acomodados a la marcha de la naturaleza y a la gresos Eucarísticos, los Marianos, los Sociales,
marcha de la vida individual y de la humanidad etc. Escogían una parroquia, y a ella invitaban
en conjunto ; se explicaron las fiestas ele la Virgen,
para determinado día, no sólo a los feligreses,
de los Santos. — A la Misa se añadieron las Vís sino a todos los que quisieron asistir. Por la
peras, y se multiplicaron las funciones: casi mañana celebran la Misa solemne, en la cual
cada domingo se cantaban la Misa y las Vís comulgaban todos; por la tarde cantaban las
peras. y era de ver el entusiasmo con que la Vísperas y Completas. En el canto tomaban
gente, ya instruida y bien consciente de lo que parte todos. Así, en la jornada de Lila, del i8
hacia, tomaba parte en las funciones, y cómo de abril 1918, había una ma.sa coral de 1.200
las paladeaba, y cómo olvidaba en esas horas hombres, situado.s en lo que podríamos llamar
felices las miserias que la oprimían.
coro, y con ellos alternaba el pueblo, es decir
Y lo que más regocijaba el corazón de esos unos millares de hombres y mujeres. En el in
buenos sacerdotes no era el número, sino la tervalo que separaba las dos funciones, se tenían
calidad de las pensonas, pues todo o la inmensa conferencias sobre diferentes temas, siempre
litúrgicos.
mayoría no era una masa pasiva, sino que en
realidad se asociaban al clero y se asociaban
Para que esta piedad fuera más consciente,
íntima, estrechamente, tomando parte activa en solían distribuirse folletitos con breves puntos
el canto litúrgico... por tantos siglos descuidado de meditación sobre los textos litúrgicos de la
y hasta olvidado. •
fiesta celebrada ese día; v. gr. una solemnidad
Para aprovechar la afición a la música, que de la Virgen, la de un mártir, un confe.sor, etc.,
hay en el país, sostuvieron y .fomentaron las y como si aun íuera poco, en la misa, después
clases de canto, .los or/eottes, los coros, y hasta del Evangelio,, un sacerdote pronunciaba una
homilía, tomando por base las lecciones en que se
algunos Sres. Obispos, como Mons. Charast,
narra la vida del Santo o se explica el misterio,
nombraron un inspector diocesano del Canto
litúrgico. Asi se conservaron o fundaron las sacando, como es natural, consecuencias prác
Escolanías y se pusieron a disposición de las ticas, acomodadas a las circunstancias^ ora ex
Catedrales y de las parroquias.
hortando el pueblo a la paciencia en las rudas
pruebas, cual la tuvo el mártir en las suyas,
A pesar de la escasez del papel, se fundaron
algunas revistas. Notabilísima es la Voix de como medio y condición para merecer el des
i’Eglise, que por dos anos, hasta que faltó por canso y gloria eternos; ora animándolo a unirse
-
r
a la Virgen Santísima en tal o cual relación con
Dios; en suma, aprovechando « lo visible para
remontarse a lo invisible
según se dice en
el [^refació <le Navidad,
Como en el famoso Congreso Catequístico de
Valladolid, los niños de ambos sexos solían dar
una nota interesantísima. En diálogos muy bien
preparados, explicaban las oraciones litúrgicas,
o sea Colecta, Secreta, Postcomunio,-y deducían
las lecciones prácticas de doctrina o de moral
que ellas encierran, y que la Iglesia se propone.
Hemos querido citar este ejemplo de nuestros
hermanos de Francia para demostrar que tambiéa en nuestro siglo, y en las circunstancias
más tristes, es posible tan poética y sublime
vida, Ba.sta quererlo seriamente. También ella
es una prueba de que la vida cristiana, sentida
y verdaderamente vivida, no solamente eleva y
embellece la e.xistencia, sino que ayuda a conlle
var las penas, endulza los pesares y hace tole
rable lo que de otro modo conduciría a la des
esperación.
K.spcramos que nuestros colaboradores en sus
Patronatos y Oratorios festivos, en sus Escuelas
y Colegios, nuestros buetios Cooperadores Sacertlotes en sus parroquias, capellanías y am
bientes adonde llegue su acción, nuestros Coo
peradores seglares en sus hogares, tomen muy
én cuenta estos ejemplos y los deseos de la
Iglesia y de nuestro Venerable Padre D. Bosco,
y se animen a probar por sí mismos en toda
su. extensión, y procurarla a los demás en la
•medida de lo posible, esta vida de unión con
Cristo, que es y debe ser propia de todo cris
tiano. Miembros de Jesucristo por el Bautismo,
hemos de vivir en El y de El, ó como decía
Don Bosco, hemos de procurar vivir en una
atmósfera cristiana.
T E SO R O E SP IR IT U aL .
Los Cooperadores Salesianos que confesados y
comulgados, visiten devotamente una iglesia o
capilla pública, o si viven en comunidad, la propia
capilla, y rueguen según la intención del Suma
Pontífice, pueden ganar las siguientes indulgen
cias plenarias:
Julio. El I®: La Preciosísima S an gre— El a:
La Visitación — El i6 : Ntra. Sra. del Carmen.
Agosto. El a: La Porciúncula (ioties qUoties)
— El 15: Asunción — El 16: S. Joaquín.
Septiembre. El 8: La Natividad — El la; Santo
Nombre de María — El 14: Exaltación de la
Santa Cruz — El 15: La Virgen de los Dolores
— El 29; s. Miguel Arcángel.
Además, cada mes: i* un dia de libre elección,
V. g. el primer viernes; 2» el dia del Ejercicio de
la Buena Muerte; y el dia en que se reúnan en
conferencia.
104 —
N Ü EV a R E V IST A .
En Madrid ha comenzado a publicarse una
espléndida Revista titulada Raza Española. No
es la raza un concepto puramente biológico, sino
algo espiritualmente más úno, amasada con la
fuerte e incorruptible levadura hispana, con ese
conjunto singular de heroísmo, de altivez, de
hidalguía, fundido por la llama ardiente de la
fe cristiana y sostenido por la belleza robusta
de una lengua envidiable. Raza española son las
gentes que arrancan del mismo milenario tronco
hispano, las nacidas en la península que hizo
Dios indivisible al entallarla como un solo blo
que entre el Pirineo y las olas de los dos mares;
son las gentes que descubrió y amalgamó con
sigo el genio peninsular en la hora de su ple
nitud insuperable.
Esa unión es ya un hecho de conciencia para
los Españoles de las dos Españas, porque, a la
verdad, como decía Rubén Darío, todos ios
hispano-americanos reconocemos la unidad de
nuestra estirpe, « una y española », y nos glo
riamos de serlo, y comprendiendo la importan
cia de la hora histórica, clamamos por esa unión
efectiva y afectiva como suprema necesidad de
vida. Raza Española es la Península ibérica,
toda, entera,- y los pueblos que la península
formó allende los mares. Conservar su unión,
más aúni su tmidad es cuestión vital.
Recordar esta verdad, ilustrarla, fomentalarla
de todas las maneras posibles, parece ser el fin
de la Revista, a juzgar por los dos número.s
que han llegado a nuestras manos. Genios vi
dentes hace años que vienen sosteniendo esa
tesis y laborando por su actuación; baste citar
a los colombianos José Joaquín Ortiz, Miguel
A. Caro, Rufino J. Cuervo y al actual Presidente.
D. Marco Fidel Suárez. El uruguayo Zorrilla
de S. Martin, Menéndez Pelayo y Mella han'
hallado acentos de irresistible persuasión, por lo
mismo que brotan como de un instinto del alma
y de una verdadera necesidad histórica.
La Revista corresponde a tan simpático y
vasto programa. Cuenta con escritores de todas
las naciones que hablan castellano y portugués,
personalidades eminentes, académicos, diplo
máticos, hombres de armas, de ciencia, de arte,
comerciantes. Tiene secciones diversas; Historia,
Filosofía, Literatura y Filología, Intereses his
pano-americanos, Turismo hispano-americcno.
Música, Pintura. Arquitectura. Bibliografía etc.
todas interesantísimas.
Las condiciones materiales no pueden ser
mejores; finísimo papel, esmerada impresión,
grabados primorosos. Sanz Calleja acredita una
vez más su renombrada Casa Editorial.
De
n u e s tra s
CHINA
El viaje de los Misioneros.
(Del Diario del P . Garelli).
III
DE S A N G H A I A MACAD
Novedades de via je — F ratern a acogida de
los PP. Jesuítas — L as obras de los P a
dres — En los Institutos — Lo bueno y
lo malo de la ciudad — A n te una cere
monia pagana.
Sanghai, 18-IX-1918.
Estamos a bordo del Sing-Kiang, regularcito vapor inglés, que viaja entre Sanghai y
Cantón. El tiempo es malo Los doce días em
pleados de Singapor a Sanghai no se nos
hicieron muy largos, por las constantes nove
dades; barcos encaminados a China o japón,
costas, islas, arrecifes entre los cuales parecía
temeridad navegar, escuadras de delfines, ba
llenas bellísimas con su plateada columna de
agua en la cabeza Pero como novedad poco
agradable, nos sorprendió un tifón a 400 millas
de Sanghai. El mar teñido de amarillo por
los detritos del río Y-ing-tzequian, se enne
greció embravecido, y sus embates potierosos
retardaban la marcha, de manera que en lugar
de llegar el 12 llegámos sólo el 14, después
de estar a bordo del fíiw a tin z la bagatela de
52 días. Efa la fiesta de la Exaltación de la
Santa Cruz, y pensábamos que también en esta
vasta China la Redención divina, obrada en
la Cruz, recibirá nueva exaltación por medio
de los Misioneros.
Sanghai, jamás vista ní siquiera en sueños,
porque queda cuatro joma<las más allá de
nuestro verdadero puerto de desembarco, estaba
a la vista.
D:.- Adén y de Singapore habíamos telegra
fiado a nuestro amadísimo P. Versiglia, y a
medida que el vapor entraba en el puerto, agu
zábamos la vista por si descubríamos a alguien
saliendo a nuestro encuentro. Las 'esperanzas
quedaron frustradas, y ya me resignaba a bajar
solo para ir a tomar informaciones en el con
sulado Italiano, cuando de improviso nos ha
llamos ante el mensajero de la Divina Provídení'ia. que lo era el Hermano Siimel S. J.
Bajamos en un motor boai y en un abrir y
M is io n e s
cerrar de ojos estábamos en tierra y acogidos
cariñosamente en el Toug-ka-dun por los Padres
Franceses de la Compañía de Jesús. El P. Ver
siglia no había venido, pero sí telegrafiado y
escrito al Excmo. Sr. Vicario Apostólico Mons.
Paris, cuya paternal solicitud no podían actuar
mejor los amables Padres que nos hospedaron.
Monseñor se dignó invitarnos a su mesa el día
siguiente. Las amabilidades íueron tantas, que
no podíamos menos de decir: « ¡demasiado! »
Fué una dulce persecución, superior a toda ven
ganza. Especialmente el P. Piet, Superior en
el -Tou^-ku-dun, se mostró incansable. Fueron
dos días d f movimiento continuo. Nos hizo
visitar todas las obras católicas de la ciudad,
a través de estas intricadas callejuelas chinas,
ora a pie, ora en carrocines tirados por chinos,
que desafiarí.m a los caballos
Hemos visto sólo al vuelo lo que sería
necesario examinar para apreciar dignamente
e imitar en la maravillosa obra desarrollada
por los Jesuítas en poco más de 50 años. Nada
■ han descuidado. Han atendido a los meneste
rosos, a los opulentos, al instruido, al igno
rante, al cristiano y al pagano, al chino y al
europeo, a las necesitades espirituales y a las
materiales, a la dÜ'usión, al esplendor de la le
y al prestigio de la ciencia, que a la fe desem
baraza el camino, a las almas de los vivos y
a los restos mortales de los difuntos.
Nos parecí.i un sueño. Y veíamos la catedral
llena de cristianos, numerosas comuniones,
oíamos cantar tiernamente el Avemaria en
chino. Examinábamos las bellezas de la catedral,
aún no ultimada: los amplios y bien dota<los lo
cales de las Escuel.ns. el delicioso vivir del Co
legio y la Universidad, la preciosidad de U Bi
blioteca, los gracio.so.s trabajos de la Tipografía,
la Fundición, la Escultura del Orfanato; la lim
pieza y apacibilidad del hospital, las blancas
tumbas y nichos del cementerio. Admirábamos
la severidad y el limpio vestir de los ancianos
asilados, los artísticos recamos hechos por las
niñas desamparadas, hoy maternamente dirigi
das por las Hermanas Auxiliadoras. Pero acaso
lo que más impresiona son lo pequeñines re
cogidos por esas admirables Religiosas a medi<la que los van encontrando. Allí, en su linda
cunita, sonríen hasta en el sueño. Nadie sabe
de quién son ni de dónde vienen, qué corazón
celebró o lloró su primer vagido Están toda
vía sumergidos en ese sueño que preludia a
— io6 —
la vida; al despertarse no hallarán a la madre, imaginadas, pero que Dios hará patentes a la
pero les sonreirá el ángel de Dios en hábito
faz del mundo »?
ele Hermana Auxiliadora. Ante aquellas cunas
El imán de D . Bosco había atraído hacia
hubiera deseado piesentes a muchos corazones nosotros esa turba, que nos rodeó y aplaudía
generosos de los pueblos cristianos, seguro de cuando el Sr. Lo-Pa Ies traducía la expresión
que su mano habría primero acariciado esas que brotó espontánea de los labios del P. Pascaritas inocentes y luego inmediatamente abierto sotti: « Estos son nuestros amigos ».
la bolsa; y allí Iuil)iera querido veros también a
El infrascrito no hablaba. Sin pensar aca
vosotros, oh niños de nuestros colegios y ora riciaba una idea: Echarme a los pies de Mons.
torios, seguro de que en el fomio de vuestro
París y decirle: « Excelencia, deténgame aquí;
corazón liabríais sentido nacer espontáneo este he hallado mi obra; si es preciso, úname a los
generoso propósito: « También yo iré a salvar,
Padres de la Compañía ».
de un modo u otro, niños chinos ». ( i )
Pero esta misma última frase mental me
Como en casa propia nos hallamos en el volvió a la realidad. Y o amo a la juventud
Hospicio de S José. Lo dirige un cristiano abandonada, podré laborar eficazmente por ella
chino, D. Lo-Pa-Hong, que parece llevar en sólo a condición ser, en eb espíritu y en la
el corazón el dulce espíritu de D. Bosco. El práctica de la vida, verdadero hijo del Vbie.
en persona nos acompañó por todos los locales,
Don Bosco.
y radiante de alegría, demasiado divina para
La ilusión se trocó en un voto ardiente por
llamarla santo orgullo, decíanos: « Todos los que los valientes discípulos de S. Ignacio y
deshechos de la ciudad se halla recogidos aquí: los humildes hijos del Vble. Bosco se estrechen
hay 1400, y en su favor gastamos mensual en la China la mano, como en el cielo sus
mente 7 000 dólares (35.000 pesetas); y se co respectivos fundadores con el único fin de la
menzó con nada: la Providencia se ha encar mayor gloria de Dios.
gado de todo ». Es pues una « Pequeña Casa
Salimos conmovidos de allí, porque podíamos
de la Divina Providencia » trasplantada en apreciar toda la grandeza de la obra, habiendo
plena China.
antes atravesado toda la ciudad. Por la ma
El Sr. Lo-Pa sabía lo que más podía inte ñana habíamos admirado la riqueza, la elegancia
resamos: en un patio triscaban 50 vivarachos- de su parte aristocrática, que es cosmopolita,
rapaces: « Estos los he quitados de la calle. si bien la preponderancia absoluta es de in
Ninguno los quería. No eran de nadie. Serán
gleses y franceses, que tienen allí privilegios
de Jesucristo. Ya están bautizados. Se están especiales. Nada tiene que envidiar a las me
educando. Pero se necesita barrer aún siquiera jores ciudades europeas, teniendo sobre ellas el
un millar y recogerlos en un local capaz, con atractivo que ejerce en el extranjero el elegante
escuelas y talleres, que pronto s.e harán.
vestir de los chinos ricos y los objetos artís
— Bien, le respondí, lo hecho es prenda de
ticos y productos indígenas que pueblan las
lo que se hará. Pero ¿quién se encargará de vitrinas. Pero por la tarde, para llegar al hos
ellos?
picio habíamos atravesado los barrios pobres,
— Hace diez años que rezo a D. Bosco
donde e.xisten las más sudas y feas calles que
con esta intención, contestó. E t apóstol de la en mi vida liaya visto y las chozas más mi
niñez abandonada proveerá.
serables, donde se amontonan en vida común
No repliqué. ¿Cómo había conocido a D.
hombres, mujeres, niños y animales. Por aña
Bosco y su obra y su espíritu el celoso cris didura un polizonte conduciendo a viva fuerza
tiano chino? ¿Por qué nosotros estábamos en a un chico: adónde? De seguro no al salónSanghai en esos momentos? ¿Por qué, como
teatro ni al comedor de un colegio.
última impresión de la obra del Catolicismo
Toda civilización es como una mesa, más o
en esa ciudad, contemplábamos encerrados en
menos provista, según el grado a que haya
un patio, esos 50 muchachos abandonados, que
llegado, pero donde es imposible que no que
como por fuerza nos reconlaban aquellas pro- den numerosas migajas. Migajas de almas que
féticas palabras de nuestro Vble. Padre:
A
brantadas quedan por desgracia en las civili
su tiempo se extenderán nuestras misiones hasta zaciones cristianas; pero quedan aún sobre la
la China, e irán hasta a Pequín: pero recuerden
mesa. Aquí son migajas de almas destrozadas
mis hijos que nosotros estamos especialmente que caen a montones en el fango, donde son
destinados a los niños pobres y abandonados...
holladas, aplastadas, enterradas y que allí que
Allá, entre pueblos desconocidos e ignorantes darán si no se levanta el grito de Cristo: Coldel verdadero Dios se verán maravillas no ligiU fragmenta, ne pereant. Recoged los pe
dazos para que no se pierdan!
Y ya los mismos paganos alargan Fa mano
(t) Medios nu faltan: hacerse misionero, hacerse niiemDro de la Santa Infancia, del Apostolado de la Oración, etc.
para socorrer las miserias, y varias obras cari-
— 107 —
tativas han comenzado por iniciativa suya. Pero
como la caridad sólo florece y vive en el Cris
tianismo, todas estas obras han venido ó parar
en manos de los católicos, quienes reciben li
mosnas de sus hermanos y también de los
gentiles,' lo cual honra ciertamente al paga
nismo chino, pero es un grito, un llamamiento
a la civilización cristiana: « ¡Mandadnos obre
ros evangélicos! »
Igual llamamiento sentimos en el fondo del
alma al presenciar en las calles una ceremonia
pagana. En un aposento de planta baja, cuya
puerta ocupaba todo el ancho del mismo, ha
bía, enrimados, multitud de ídolos. En medio,
muy visible, el ídolo mayor, y ante él el mayor
de los tres Bonzos, que con gritos y cantos y
el ru,ido ensordecedor de platillos y tambores,
conjuraban a los espíritus malignos, a quienes
había que alejar con semejantes estrépitos; y
al mismo tiempo quemaban un un caballo de
papel delante de la casa, a fin de que a su
dueño, más allá de la tumba, hicieran el pre
sente de un buen corcel para sus correrías por
el paraíso.
A duras penas podíamos- contener la risa.
Pero notamos que los dos Bonzos menores reían
también. Ridiculeces, por cierto, que degradan
a la naturaleza humana y que pregonan la
grandeza de esa fe cristiana que el misionero
lleva a sus hermanos envueltos en las groseras
supersticiones.
Hong-Kong — E l P. V e r s ig lia — L a bondad
del V icario A postólico — Con los Padres
de S . C alógero — M acao — A Cantón —
Llam am iento.
Macao, 25-IX-i8.
Escribo tranquilamente en mi escritorio de
nuestro Orfelinato de Macao. Es tierra firme.
Lo que da vuelta es mi cabeza, y vuela de
pensamiento en pensamiento, recordando pa
rientes, superiores, amigos, bienhechores y man
dándoles un saludo, un ¡gracias! cordial.
El 17 IX por la mañana zarpamos de Sanghai
y en 4 días llegamos por fin a Hong-Kong,
cayendo entre los brazos del P. Versiglia.
Incomodidades, sufrimientos, nostalgia... todo
quedó sepultado en ese abrazo, que era para
nosotros la entrega de nuestras personas a la
nueva misióp y la primera palpitación vital que
nos comunicaba su celosísimo Jefe.
Queríamos partir inmediatamente para Macao,
pero nos detuvo el Sr. Vicario Apostólico,
Mons. Pozzoni. Fuimos a su residencia en
sillas de manos. En Sanghai los carrocines,
iquí las sillas en hombros de dos chinos, que
contentan con unos cuantos centavos. En un
principio, el alma cristiana siente repugnancia
ie servirse de semejante medio de trasporte,
d ecién d o le rebajar la dignidad humana, pero
luego pensando que ésta queda a salvo, pues
lo hacen Ubérrimamente y muy de buen grado
para ganarse el sustento, y que no hay otro,
se resigna a usarlo.
En casa de Mons. Pozzoni estuvimos fran
camente como en casa nuestra. Cuatro días es
tuvimos con los buenos Padres de S. Calógero,
encendiendo en nuestro corazones las benéficas
llamas de la esperanza en nuestra misión.
El mal tiempo no nos permitió visitar la
ciudad ni sus obras católicas. Sólo entrevimos
el bello panorama de la ciudad, recostada en
la montaña que, verdeante y sembrada de
quintas y jardines, desciende suavemente hasta
besar el mar. El vasto puerto, con sus entra
das fortificadas, nos parecía animadísimo, sur
cado como estaba en todas direcciones de toda
suerte de embarcaciones. Y sin embargo, de
cíannos que era la muerte, en comparación de
lo que era en tiempo de paz. Los ingleses,
que son los amos, han construido en esas rocas
una espléndida ciudad con un puerto magní
fico; y están preparando otros. No se puede
menos de admirar su actividad.
Admirables son también los Padres de la
Misión. Muchas y bellísimas son las obras e
instituciones que han hecho surgir. Maravillosas
cosas hemos visto en Sanghai; pero en HongK ong hemos visto labores de aguja finísimas,
hechas por infelices niñas ciegas de nacimiento.
El pan de la vida terrena se pone así en manos
de los ciegos del cuerpo; excelente augurio
para quien se consagra a dar el pan celeste a
los ciegos del, alma!
El 23 fué el último día de viaje. En tres
horas de navegación llegamos a Macao. Nuestros
hermanos que habían estado tres meses angus
tiados 5>or nuestra suerte, nos recibieron como
es fácil suponer: amor que sólo se puede en
contrar en la familia. Estábamos, no propia
mente en nuestra misión, sino en el lugar de
aprovisionamiento.
Naturalmente deseábamos ver la península
que forma la posesión portuguesa de Macao.
El Vicario Apostólico, Mons. Nuñez, con esa
caballerosidad ibérica que sabe prevenir los
deseos, vino por la tarde a llevarnos en auto
móvil. Imbuidos — me avergüenzo de confe
sarlo — en un prejuicio común dominante en
Europa, a cargo de Españoles y Portugueses,
no hubiéramos creído, a no verlo con nuestros
propios ojos, cómo los Lusitanos han sabido
cambiar en bellísimos jardines, en alamedas
encantadoras, en deliciosa y fresca morada, un
sitio pantanoso y ardiente-. La ciudad no es tan
grande ni tan comercial como Hong-Kong.
Pero es linda y a.seada, no sólo en su parte
europea, sino toda, también los barrios donde
predomina el elemento chino; y une las delicias
— io8 —
de su tranquilo vivir a los hechizos de la na
turaleza que ha acumulado bellezas a lo largo
de la fantástica Praga Grande y que el exqui
sito buen gusto portugués lia sabido aprovechar
y realizar. Es justo reconocer el mérito. Es
deseable que los latinos dejemos de denigrarnos
tan injustamente unos a otros.
Tras unos días de descanso, el P. Versiglia
nos condujo a Cantón, para presentarnos a su
Excia Revma. el Vicario Apostólico, Mons.
De Guebriand, bajo cuya jurisdición (jueda la
nueva Misión Salesiana. Nos acojíió como puede
•el Padre amante y Pastor celoso que.ve acre
centarse los obreros para beneficiar el campo
y apacentar la grey que a sus cuidados confió
el Altísimo. Nos sentó a su mesa y nos abrió
su carazón, declarando su alegría al incorpo
rarnos en su Vicariato y confiarnos una parte
muy importante y cara de su grey, y prome
tiéndonos todo su apoyo. Su finísimo tacto se
mostró hasta en el escoger nuestra propia len
gua, el italiano, para hablar a la mesa, él, que
es francés Naturalmente nosotros procuramos
corresponder a sus atenciones, y le aseguramos
que él con el P. Albera compartiría nuestro
cariño y obediencia filial. •
No estuvimos en Cantón muchos .días; pero
fueron bien aprovechados. Gran parte de los
Padres franceses del Vicariato estaban allí en
Ejercicios Espirituales, y pudirrios conocerlos
y tratarlos, ofreciéndonos ellos los datos de su
experiencia. Aliados contra el reino de Satanás,
nuestra alianza espiritual no se romperá, cua
lesquiera sean la vicisitudes que corra la actual
alianza de nuestras Patrias en armas.
El cónsul italiano, hábil y patriota como buen
cristiano, nos ofreció un almuerzo en el Con
sulado. y al ver que éramos tan escasos para
el trabajo que nos espera y la misión que te
nemos que cumplir, se manifestó apenado e
hizo ardientes votos porque pronto seamos en
nómero suficiente.
Hemos vuelto a Macao y estamos preparán
donos diligentemente para ir a nuestro sitio y
emprender nuestros trabajos. Sólo que después
de ver las maravillas que otras Misiones han
realizado, y entrever lo que debemos hacer
nosotros; consitlerando lo reilucidos que somos,
la escasez de nuestros medios, nuestra falta
casi total de recursos, no de|amos de experi
mentar cierto miedo. Pero ]viva la Providencia,
que no dejará de velar sobre nosotros!
El terreno apostólico es fértil. Risueñas es
peranzas acarician nuestros corazones. Pero
hacen falta ornamentos sacerdotales, hace falta
dinero. Todo esto vendrá, porque la Misión la
quiere Dios.
Vendrá... ¿de dónde? El lo sabe. Vendrá de
vosotros, oh jóvenes animosos que sentís en
vuestro corazón esos tres amores generoso»
que son la fuente inagotable del Apostolado:
el amor a Jesucristo, el amor a vuestra propia
alma, cuya salvación queréis asegurar, y el amor
a las almas de estos nuestros hermanos que
esperan ansiosos la luz del Evangelio. En vos
otros están nuestros compañeros y sucesores
en estas Misiones. El día que estampéis vues
tros .pies de apóstoles en esta tierra será, ya
lo veréis, el mejor 'de nuestra vida.
Vendrá de vosotras. Hermanas amadísimas
en Cristo jesús, que bajo el velo que cubre
vuestra frente, extendéis las miradas de vuestra
meditación a los confines del reino de Dios;
vosotras nos mandaréis, tejidos por vuestras
manos, los ornamentos y adornos necesarios
para el culto de vuestro celestial Esposo, para
atraer más fácilmente al rededor de su trono,
a las almas hoy esclavizadas al yugo de satanás;
y quizá un día vendréis vosotras mismas a
emular las glorias de tantas Misioneras.
Pero de quien naturaliiiente más esperamos,
es de nuestros amados Coo[)eradores, admi
nistradores de la Divina Providencia. Vosotros
sabréis darnos, como ya en otras ocasiones,
lo necesario para establecer y llevar al triunfo
una misión que debe evangelizar tres millones
y medio de seres húmanos
A cuantos nos ayuden les prometemos nues
tras más fervorosas oraciones y la participación
en nuestros méritos, ,y nos atrevemos a prome
terles en nombre de Dios y de María Auxi
liadora, abundancia de gracias y bendiciones.
S a n t e G a r e í l l i , Pbro.
Misionero Salesiano.
ECUADOR.
P o r la P e lig ió n y la C iv iliz a c ió n ,
£1 camino da Pan a Méndez. — Un puente
sobre el R io Negro. — L a tsan za. — Misión
en M acas.
{Correspondencia del P . D e l Curio).
El Pan, t5-IX-i8.
Amadísimo P. A lbera:
... Del camino del Pante a Méndez sólo una
cuarta parte se ha hecho. Demasiadas son las
dificultades que se presentan Pero lo realizado,
en donde más de mil obreros han em[>leado
sus energías por treinta días cada uno, presta
ya importantes servicios. Por aquí han pasado
los colonos que están transformando las már
genes del A^amangosa, hasta ayer madriguera
de seq>ientes y tigres, en uno de los más ricos
vergeles que alumbra el sol tropical.
El camino de Pan a Méndez, ha facilitado
la misión importantísima de Macas.
La construcción de un puente sobre el Río
Negro, indispensable para la comunicación
entre la colonia y la zona andina, era uno de
mis más ardientes anhelos. Cuantas veces lo
había intentado, había tenido que desistir. Por
fin lo hemos logrado. Cuanto de más hórrido
presenta la naturaleza, parece que se reúne allí.
Las dos ramificaciones del Lasii//o y de
Ventanas, que forman un vasto y elevado an
fiteatro donde convergen varios valles, vienen
a tocarse formando un gigantesco corredor,
oscuro y profundo. Un pequeño trozo de cielo
azul se ve allá arriba, como por la tragaluz
de una prisión. E l río, como impaciente por
mezclar sus aguas con las del Chupienza, em
pieza a saltar rápidamente en una serie de
cascadas. Trepar de arbusto en arbusto por
los acantilados, buscar los árboles necesarios
a la obra, tirarlos a la margen del abismo,
colocarlos en el sitio conveniente, todo esto
estaba rodeado de peligros. Pero con el au
xilio de Dios el puente es ya un hecho. ¡Gra
cias a E l !
Después de dos días, de descanso en Mén
dez, me encaminé a Macas, con el P. Julio
Martínez. Diez hombres de este pueblo salie
ron a recibirnos. La distancia es de 50 kms.
por terrenos bastante accidentados, pero, como
en general todos los tropicales, fértiles y her
mosos. Visitamos unos 40J indios Casi.todos
habitan a orillas de los ríos Zagusa, Jalapas^
Blanco, Zungos, Cutumbano, afluentes del
Upano por su vertiente derecha. Méndez está
a Soo ms sobre el nivel del mar, su tempe
ratura media es de 24®; Macas está a 1015,
su temperatura 22“. El viaje es penoso. La
esperanza de hallar una posada cómoda, con
forta al viaj- ro. Pero eso no se da entre estas
tribus inhospitalarias. En la casa del indio
Jangora, a la margen del Zuegos, una visión
horrenda nos hirió el alma. Al lento calor de
una llama encendida al pie de un peak, (o
cama jíbara , un jíbaro desecaba un cráneo hu
mano. Cómó se hallaba allí esa tsaniza, era
un misterio de horror que no tardé en des
cubrir.
Mamey era chica de 14 años, de la tribu
de Makuwa. Una noche tremenda en que se
desencadenó sobre su casa el ciclón de la horda,
perdió a todos sus parientes y apenas pudo
salvarse ella sola con la fuga. Vagando por el
bosque, fué sorprendida por Angoasha, hijo
de Jangora, quien declarándose su protector,
se la llevó a su casa. La pobre prisionera se
había resignado a su suerte. Vivía tranquila.
Pero un día mientras trabajaba en la huerta,
Angoasha la mató, sin saber por qué, y de su
cabeza hizo una tzantza.
¿Cuáles fueron los motivos de crimen tan
atroz? Uno solo. ,E 1 salvaje quería hacer la
fiesta de la tzantza. ¡Para ello necesitaba una
cabeza humana!
♦
* *
La distancia de Méndez a Macao — que no
se puede recorrer sino a pie — se salvaría
cómodamente en tres días, pero nosotros, mi
sionando, empleamos muchos más.
El primer saludo que nos dió Macas fué un
festivo repique de campanas, que el viento nos
trajo a lo largo del caudaloso Upano, a cuya
margen izquierda se asienta. A l divisar la po
blación queríamos limpiarnos un poco, pues
estábamos cubiertos de fango y con los ves
tidos destrozados. Pero no se nos dió tiempo.
El pueblo avanzó a nuestro encuentro cantando
y vitoreando. ¡Cuán felices se sienten al ver
un sacerdote desj)ués de tanto tiempo! Se im
provisa una procesión, que engruesa siempre.
Niños y niñas esparcen flores y perfumes en
el camino que nos lleva a la iglesia. Esta de
mostración nos hace olvidar los sufrimientos
del camino y nos palpar la religiosidad de
este pueblo, conservada viva y palpitante, a
despecho del abandono de 20 años, en que
no han visto un sacerdote, del contacto con
los salvajes y, lo que es peor, de la acción
insinuante de un ministro protestante. ¡O h !
la fe que con su sangre generosa supo infun
dir España en todas las naciones adonde llegó!
¡Bendita la raza hispana, que entre las visicitudes niás varias conserva la tradición de lo
divino; que. cuando el dólar domina el mundo,
sabe sobreponerse a la codicia y estimar la fe
purísima de Cristo por sobre todas las ester
linas y todos los dólares del mundo!
Macas es un precioso pueblo de 600 vecinos
ecuatorianos y tiene dos fracciones o arrabales
algo distantes: 6". Vicente y Zimac, con otros
200. Dista de Riobamba 150 kms. y de Moroña 50. Asentada en la confluencia del Upano
y el Carambaina, casi rodeada por ellos, forma
una península bellísima de superficie ligera
mente undulada y ofrece a la vi.sta campos
esmeradamente cultivados y extensas praderas
en donde pacen numerosas manadas de corpu
lentos bueyes. Las 1 12 casas que forman el
pueblo están medio escondidas entre bananos
y canelos, que aquí llaman choniaruru.
Cerrando el horizonte por el N. O. y do
minando el paisaje, se eleva Ja grandiosa mole
del Sangay.
El clima delicioso, los productos abundan
tes, el carácter dulce y hospitalario de los
vecinos invitan a fijar morada allí — Vivimos
en la abundancia, pero nos falta todo, porque
nos falta e l sacerdote, decíanos un grupo de
vecinos.
La misión duró casi un mes. Hubo el mayor
— lio —
fervor. Los niños fueron nuestros favoritos.
400 fueron los comulgantes, 60 los Bautismos,
60 las confirmaciones.
Una cosa digna de nota y que debe orien
tarnos en la formación de la colonia de Méndez
es esta. En el seno de las familias blancas de
Muías viven varios niños jíbaros como hijos
adoptivos. No nos impusieron demasiado tra
bajo para instruirlos y prepararlos a los sacrc^mentos. El ambiente cristiano en que han
vivido ha realizado la parte principal y más
difícil de transformación de su espíritu. Es la
ley de la atracción que obra también en el
campo moral. Muchas colonias de este género
resolverían, y esperamos, resolverán en no muy
lejano día, el ditícil problema de la civilización
de los Jíbaros. ¡Cuánta razón tenía un habilí
simo Presidente Colombiano al establecer co
lonias en los territorios aun casi inexplorados
que marcan los límites entre esa gloriosa re
pública y el Ecuador, Brasil y Perú, y mandar
al frente de ellas misioneros para enseñar las
verdatles supremas y agentes de milicia para
asegurar el orden!
Muchas cosas tendría que decir aún, pero
me falta el tiempo.
Perdóneme, Padre, y dígnese aceptar mis
sentimientos más profundos de amor filial.
Devino, hijo ín C, J.
A i,bino D iül C urto , M¿s. Sa¡.
CHINA.
El Bautismo de Basilio Topa.
¡ Cuán cierto es que el cristiano fervoroso
de los más grandes dolores saca bienes I
Una buena señora de Macerata, Da. Rosa
Pianesi, apenada por la muerte en guerra de
un sobrino amadísimo, se acordó de los pobres
niños chinos, frecuentemente abandonados por
la inhumanidad de sus padres, y mandándonos
a esta misión una suma, nos rogaba recoger
un niñito y ponerle el nombre del amado so
brino.
No fué difícil satisfacer sus deseos. En, esos
mismos días un niño de diez años vino a soli
citar lo recibiéramos en el Orfanato de Macao.
— ¿Quién eres?
— Un niño abandonado.
— ¿ Y qué quieres?
— Me han dicho que aquí hay muchos como
yo y vengo a ver si me recibes.
— ¿Tienes padres?
— Los tenía (dijo suspirando y poniéndose
rojo de vergüenza', pero ahora...
— ¿Ahora dónde están?
— En Cantón.
— ¿ Y cómo te has quedado tú aquí?
— Vea.,, mi padre... es... malo. Quería ven
dernos a mí y a mi hermanita. Mi madre nos
reembarcó dándonos un paquete de ropa y unos
dinerillos; me dijo que llevara la niña a las
hermanas que reciben las niñas y que yo bus
cara el colegio donde reciben niños. Y aquí
estoy.
— ¿ Y qué quisieras hacer?
— Lo que queráis vosotros. Seré obediente.
Haré cualquier cosa, con tal que no me man
déis a mi papá.
— ¿ Y tu mamá?
— Y a sabe que estoy aquí y vendrá a verme.
— Está-bien. D. Bosco te abre los brazos.
Y a hablaré con tu madre cuando venga.
No pasó mucho tiempo; vino la madre y no
sólo confirmó el relato del chico sino que
añadió episodios no muy edificantes y circuns
tancias graves que la habían obligado a aban
donar a su marido.
Luego se presentó a la policía y lué tam
bién admitida por las Hermanas. D e grado
consintió que su hijo fuera instruido y educado
en el Cristianismo y se comprometió a no re
tirarlo hasta que llegue a la mayor edad.
.Inteligente y avispado, en breve aprendió
el Catecismo, y el 24 de mayo 1918 fué bau
tizado con el nombre de <v Basilio Topa ».
Poco antes del Bautismo lloraba, porque no
tenía madrina.
— No te afanes, que yo te he buscado una...
aunque está algo lejos.
— ¿ Dónde ?
— En Italia.
— ¿ Y me verá desde allá?
— ¿Sabes quién te mantiene en este co
legio...? Pues esta buena señora, y tú puedes
considerarla como tu madrina
— Si así es, bueno. Y o rogaré mucho por ella.
— Y escucha bien. El nombre que tomarás
en el Bautismo es nombre muy caro a su co
razón, y si te portas bien, estará muy contenta
de habértelo dado.
— Sí, sí. Escríbele que seré muy bueno;
que rogaré mucho por ella. Y que cuando sea
grande le mandaré un par de zapatitos de seda,
pero muy monos, de esos elegantes de señora
(qhería decir para pies diminutos).
R eí su sencillez y le prometí escribir. Y se
preparó con edificación al Bautismo.
H oy es bueno, obediente, estudioso. Cuando
comete alguna falta basta recordarle su bienhe
chora. Dios lo conserve siempre bueno y que
honre y llene de consuelos a la digna Coo
peradora.
L u is V
erstg u a,
S a le s ia n o .
—
111
RílSQOS DEL VBLE. JU9N SOSCO
MEMORIAS INÉDITAS
E n la s soledades de la P atagonia.
Sin comentarios: para la historia.
Ha llegado un viejecito... ¿llegado de dónde?...
¿Quién lo sabe? Apenas se le puede entender.
Dice que no sabe lo que es el Bautismo : ase
gura que no tiene idea del Cristiapismo ; ríe
como un bendito cuando se le habla del agua
bendita. Pero, aunque enlermo, consiente en ir
con los demás a aprender un poco de Catecismo
en la instrucción común. Si se le pregunta de
dónde viene, responde : Pampas... ¡ lejos 1 lejos !
Si se quiere saber quién le ha indicado venir
acá, sonríe, y a fuerza de señales y medias pa
labras, da a entender que un Padre... un viejito
muy bueno... le ha enseñado' el camino y la
casa.
— ¿Quién será este Padre? preguntamos a la
Hermana enfermera.
— ¿Quién puede saberlo ! No es el primer
caso. Hartas veces se han presentado enfermos
de muy .lejos, que sin saber nada del Hospital,
ni de los Salesianos, ni de nada, han venido
para obedecer a un Padre, dicen ellos, que les
indicaba esta casa para sanar del cuerpo y del
alma. Y lo mejor es que al ver por primera vez
el retrato de D. Bosco, se paran a mirarlo, le
mandan besos y preguntan: ¿Cómo se llama
este Padre? — D. Bosco. — ¡Es él, es él quien
nos lia mandado venir !
Hace poco sucedió un hecho aún más ex
traño: un individuo que vivía como un pagano
en plena Pampa, atravesaba cierto día una de
sus estancias para ver cuánto ganado disperso
había en sus propiedades, cuando se ve sor
prendido por la tormenta, o huracán devasta
dor, propio de esos sitios. Sobrecogido de
terror se pregunta a sí mismo cómo • podrá li
brarse del terrible enemigo. Y he aquí que ve
pasar por delante un sacerdote de sotana blanca,
rostro sereno, aspecto apacible, montado en un
caballo blanco también y espoleándolo como para
ir al encuentro de la tormenta.
— i Desgraciado! le grita nuestro hombre,
¿adúnde vas? Pero al reconocer en él un sacer
dote, exclama : ¡Peor para ti! vete en malahoral
¡Un cura menos sobre la tierral
Pero un resto de buen corazón le hace cor
regir:
— ¡ Padre, vuelva V . 1 Padre, vuelva V . ¿ No
ve que la tormenta avanza? ¡ Retírese, y pronto !
— I Huye tú antes! le responde el Padre,
huye el peligro que te amenaza. ¿No ves cómo
te persigue la muerte? Vete, vete, a recoger
tus animales espantados; la tormenta no te se
guirá ; al contrario tomará la dirección opuesta.
Pero pronto! Y sin preocuparte de mí, teme
por ti, que la justicia'de Dios está encima!
Y al decirle esto, le 'echó una mirada pene
trante e infinitamente dulce. Después, picó el
caballo y desapareció.
Nuestro hombre, espeluznado, huye a todo
galope, y abandonada la brida y casi sin darse
cuenta, se encontró en casa de uno de nuestros
mejores Cooperadores. Se recobró y contó cuanto
le sucediera, añadiendo: « Ese sacerdote me
ha hecho repasar toda mi conciencia en un se
gundo, y confieso que el temor de verme sor
prendido por la muerte en este estado... » Y al
decir -esto se había fijado en la pared de en
frente, donde estaba el retrato de nuestro Vble.
Padre, y conmovido empezó a decir : « ¡ Cielos !
¡Si es él, es él! ¡el Padre, el Padre! Sólo que
vestía de blanco y montaba un gran caballo
blanco ! ¡ Es él, es él I
Y de aquella casa salió medio convertido, él
que de todos era tenido por un endemoniado.
Y se confesó poco después y comulgó en la
iglesia Salesiana de Viedma, y jamás se aver
gonzó de contar lo ocurrido a cuantos se lo
preguntaban.
*
« *
Otro caso parecido pero de epílogo diferente.
Una mañana a eso de las 7 se levantó un
ventarrón tan furioso que por más -de inedia
hora nos sumió en la oscuridad por el polvo
y tierra que levantaba. Pasado el ciclón, más
de cuatro dedos de polv.o cubrían techos y pa
vimentos y todo. Entre tanto un hombre guar
daba, en el campo su rebaño y antes de que
sobreviniera el ciclón vió venir en lontananza"
un caballero de.sconocido, rodeado de luz y
montado un poderoso caballo. Temiendo un
encuentro molesto sacó su revólver, pero al co
nocer que era un sacerdote, lo guardó de nuevo.
Dice el hombre que el caballero montaba un
caballo tan raro y tan hermoso, que en su vida
no había visto semejante. El jaez era de plata
y caminaba sin tocar el suelo. Un gran manto
envolvía al caballero, no sin dejar ver el cuello
candidísimo. Sin curarse del impetuoso viento,
leía. El pastor lo preguntó si acaso andaba ex
traviado.
— No, amigo mío, yo no me he extraviado;
tú sí que estás extraviado; lleva tus ovejas al
redil, si no las perderás todas todas y tú no
dormirás esta noche en tu casa. Sábete, añadió,
que Dios quiere castigar dos grandes pecados
que se cometen en esta región: uno es el robo;
el otro es tal que ni conviene nombrarlo. —
Y prosiguió su camino.
El hombre no hizo caso del aviso. Y perdió
todo el ganado, y habiendo empleado el tiempo
en buscarlo inútilmente, no pudo volver a su
casa y durmió esa noche al escampado.
Al hombre se le mostraron varios retratos de
Sacerdotes y al ver el de D. Bosco aseguró que
al Padre que había visto en el campo era él,
(Sacado de la CrÓJiica de las Hermanas del
Hospital de ViedmaJ.
o "o
_9
o„.=-
8
'
EL CULTO
d e M a r ía /lu x ília d o r a
Nós teaemoi la persuatlia de que. eo las vicislludee dolom as de los tiempos
que atravesamos, oo nos quedan más consuelos que loa dcl Cielo, y entre estos,
la poderosa (frolecclón de la Vlrten bendita, que iu¿ eo todo tiempo el Auxilio
de los Cristianos.
pio ;c.
B E N E D IC T O
XV
T il SaDtuatio de Karla Auxiliadora en fiECCKI.
A instancias del Emmo. Cardenal Cagliero, Su
Santidad ha otorgado singulares privilegios al
nuevo Santuario erigido junto a la casa paterna
de D. Bo^co.
La anchura del Cardenal en pedir y la ge
nerosidad del Sumo Pontífice en conceder, han
llenado de alegría a los Salesianos y segura
mente ^n igual medida la compartirán los Coo
peradores.
He aquí el documento:
Beatísimo Padre:
El Cardenal Juan Cagliero, della Pía Socie
dad Salesiana, deseando ardientemente promover
siempre más la devoción a la Santísima Virgen
Madre de Dios y poderoso Auxilio de los Cris
tianos, Protectora de la Igle.^iia, Reina de la Paz
y sostén de las Obras y Misiones Salesianas,
suplica humildemente a Vuestra Santidad que
se digne conceder:
1) Indulgencia Plenaria, que pueda ganarse
cada día por los fieles y los peregrinos que,
confesados y comulga(.los, concurren en la No^
vena que se celebra en preparación a la solem
nidad del 24 de mayo, a las funciones matuti
nas y vespertinas que tienen lugar en el mismo
Santuario dedicado a María .-\u.xiliadora én el
territorio de Caslelnuovo d ’Asti y ruegan allí
según las intenciones del Sumo Pont fice, por
la propagación de la Fe, por la exaltación de
la Santa Iglesia y por la conversión de los pe
cadores ;
2) Indulgencia Plenaria a ganarse por los fieles
y peregrinos en la Solemnidad de María A u x i
liadora del 24 de mayo en dicho Santuario y
con las mencionadas condiciones: quinquies
IN DIB ('cinco veces al día desde al 24 a medio
día hasta las 12 de la noche del 24);
3) Indulgencia Plenaria Cuotidiana a ganarse
en dicho Santuario por todos los fieles y pere
grinos todas las veces que vayan allá durante el
año, y confesados y comulgados, rueguen, como
arriba se dice, según la intención del Sumo
Pontífice.
Que de la gracia etc.
Estas indulgencias pueden aplicarse a las A l
mas del Purgatorio.
R espuesta .
Petifas Indulgeníias concedimus. (Coacedemoi
las Indulgencias pedidas).
BENEDICTUS P. P. XV.
í 8 m a r ta i q i q ,
Dd ddüvo Teip!i
i
Mana Miliailoía.
El domingo 1®de Diciembre de 19 8 el Exmo.
Sr. Arzobispo de S. Salvador (Centro América)
Dr. don Antonio Adolfo Pérez y Aguilar, a 'la
presencia de un concurso inmenso de fieles de
todas las clases sociales, bendijo solemne y li
túrgicamente la Primera Piedra de un suntuoso
Santuario que las Hijas de María Auxiliadora
da esta capital piensan levantar a su celestial
Madre, como recuerdo de las Bodas de Oro del
primer Santuario-Basílica que el Venerable Juan
Bosco le erigiera en Turin (Italia) cincuenta
años ha.
Conocida como es la generosidad salvadoreña
y su acendrado catolicismo, no dudamos que
las celosas Religiosas saldrán — y pronto —
airosas de su santa empresa.
La fiesta en Turin.
I.
También este año ha sido grandiosa, impo
nente, conmovedora. Abrióse el mes el 23 de
abril. Había tres sermones diarios, a las 6
a
las 17 y a las 20. Misas desde las 4,30 hasta
las I I , los domingos hasta las 12. El concurso
— 113
de fieles siempre grande. En las funciones de
la tarde no cabían en el vasto templo. La fre
cuencia a los Santos Sacramentos, que es la
mejor prueba de la devoción, realmente conso
ladora. Naturalmente todo esto aumentó en la
Novena y el Octavario. Institutos enteros toma
ron parte. De varios sitios del Piamonte vi
nieron peregrinaciones.
El 17, aniversario de la Coronación de la
imagen, habo una grandiosa ejecución grego
riana, por institutos de niñas.
El 18 de mayó, 50°. aniversario de la Aso
ciación de los Devotos de María Auxiliadora,
hubo una imponente peregrinación de los Ora
torios festivos, en que comulgaron 1000 niñas
y 2200 niños y llenaron el templo de armonías.
Celebró la Misa el Rev.mo P. Albera y predicó
un fervoroso sermón el venerando Misionero
P. Vachina, Salesiano.
Los días 21, 22 y 23 fueron dedicados a la
Corte Mariana.
Varios devotos aseguran haber conseguido
gracias señaladas en este tiempo.
Durante el mes vinieron a satisfacer su devo
ción, celebrando en el altar de la Virgen Taumaturga varios Señores Obispos, entre ellos Mons.
Braga, Obispo de Curitaba en el Brasil. El 23 S.
Erna, mandó a su Auxiliar Mons. Pinardi para
la misa de comunidad de los niños estudian es
y luego para las primeras Vísperas. — El San
tuario, én vela sania o adoración nocturna., per
maneció abierto toda la noche: cantos fervientes,
fervorines encendidos, plegarias sentidas, aro
mas de inciensos llenaban las anchas naves y
se remontaban cúpula arriba.
El día 34 fué, como todos los años, una ex
plosión de amor y devoción. Las comuniones
numerosísimas, habiendo misas de las 3 a las
13. El Emmo. Cardenal Richelmy y S. E.
Mons. Filipello, que pontificaron ese día, ex
presaban su admiración por cuanto veían.
El 25 hubo una nueva peregrinación de los
Oratorios Festivos de varones. Comulgaron tres
mil chiquillos y jóvenes. Hubo también Expo
sición solemne y una procesión del Santísimo
por los pórticos del Instituto.
'
.
Ei carácter de las fiestas.
Como es ya natural en este Santuario, es el
fervor religioso lo que caracteriza las fiestas de
María .\uxiliadora. Y el fervor se manifiesta es
pecialmente en la frecuencia a los Sacramentos
de la confesión y comunión. La unión con Jesús
es el supremo fin de toda devoción, y la de
María Auxiliadora, segpin la entendía el Vble.
D. Bosco, sirve maravillosamente para esto.
Jamás separó él la invocación de la Virgen del
obsequio a su Hijo Divino.
A todas horas varios confesores estaban a dispo.sición de los fieles. ¡Y cómo supieron utili
zarlos ! Desde el principio del mes hasta el 22
se habían distribuida 36.000 comonlones. Y los
últimos cuatro días se distribuyeron otras 22. 000.
Uno de nuestros Misioneros, curtido en los
trabajos apostólicos, que ha visto regenerarse
pueblos enteros y nacer a vida civilizada, y que
hacia 40 años que no veía las fiestas en el í'antu.irio, exclamaba con lágrimas : « La conmo
ción 11-3 me deja hablar. De veras que no me
imaginaba que la fiesta de María Auxiliadora se
hubiera afirmado de tal modo, que congregara
en este Santuario a todo Turin y tan gran númeio
de forasteros. ¿Y para qué? Para confesar.se,
para poniulgar y para rezar. Este es espectáculo
que mueve tanto y más que una tanda de los
más fervorosos Ejercicios hispiriiuales
Y en verdad, a poco que .se reflexione en el
número imponente de comuniones, no .«c puede
menos de reconocer un prodigio <le la gracia.
El Santuario de Valdocco no tiene atractivos
exteriores; el barrio en que está enclavailo no
es de los más bonitos ni elegantes de la ciudad,
no tiene ni siquiera umbrosas alamedas a su al
rededor.
Elste año tampoco se habían preparado pro
gramas especiales, ni anuncios en los diarios, ni
nada llamativo, a excepción de lo ordinario,
que es la buena música, la comodidad para con
fesarse y arreglar las cuentas del alma con Dios.
Elsto bastó para que en los últimos días se arro
dillaran ante la Virgen algo más de 200.000
personas. El día de la fiesta ¡ qué concurso,
qué afecto, que devoción! Cómo debían de caer,
en lluvia celestial sobre ese concurso, las pala
bras litúrgicas del Post comunio, cantado por el
Prelado: Asiste, oh ''cñor, a los pueblos que se
nuU en del .Sacramento de tu Cuerpo y Sa7igre;
a fin de que, auxiliados por tu •Santishna Madre,
sean libres de todo mal y peligro, y perseveren
en (oda obra bueña.
Sí, el pueblo que llenaba el Santuario había
escuchado el aviso de D. Bosco: A d Jesumper
Mariam. Quien atna a Marta ame a Jesús y arérquese a El. Y se había apresurado a estrecharse
con su Dios para darle gusto a la Madre del
amor hermoso.
|Y er.i de ver la fe con que lo hacían ! ¡ Y
cuántos venían para cumplir votos formulados
en las trincheras terribles, en los hogares vacíos,
en los campos desolados! Ella los liabia escu
chado. — i Y el milagro de la resignación ! He
mos visto madres acompañadas de tres y cuatro
niños venir a orar por el marido y por el pa
dre muerto en la guerra, cuando liab an hecho
el voto si le conservaba. Habían comprendido
que la vida terrena no es el supremo bien a
que un cristiano puede aspirar, y que la muerte
no separa por completo las almas que se aman.
También hemos visto novios felices, conser
vados ellos como por milagro en medio de
indecibles peligros, y ellas retempladas al fuego
de la paciencia, venir a enlazar sus manos al
pié de la Virgen, consagrándole así su amor y
pidiéndole su bendición; y luego empezar su
viaje de luna de miel con una fervoro.sa visita
a la Virgen .Auxiliadora. Y hemos visto ancia
nos venerandos venir tranquilamente a pedir la
bendición para el largo viaje de la eternidad,
— II4 —
que comprenden han de emprender muy en
breve. Y sacerdotes celosos que, vueltos a su
ministerio después de cuatro años de combates,
imj)loral)an celo apostólico y bendiciones para
sus mieses espirituales.
Un soldado había venido desde la Toscana y
enseñando al Rector del Santuario una medalla,
le d ecía: « He venido a darle gracias a la Vir
gen. Esta medalla me la dió el Párroco el día
de mi primera comunión y ella me ha salvado
en la guerra, me ha sostenido en los sufrimiento.s de la prisión y devuelto sano y salvo a mi
faniilia. ¿No debía venir a Turin para esta
fiesta ? »
Un obrero, que hubo de esperar una buena
mciiia hora para abrirse paso y salir del San
tuario, el 24 de mayo, decía con los ojos re
lampagueando de alegría : « ¡ No me importa si
esijcro ! ¡S e está tan bien aqui! Es una fortuna ».
Un ^riipo de oficiales tuvo un rasgo que llenó
de entusiasmo a nuestros jóvenes. El 24 de
mayo, a la Misa de las 7, que ‘ celebraba el
Exmo. vSr. Obispo de Gaza, un buen número de
elegantísimos oficiales se llegó al altar, trayendo
para la Virgen, dos grandes ramilletes de rosas :
uno blanco y el otro rojo encendido. Al verlos
una onda de conmoción circuló por los pre
sentes. ¡ Cuántas cosas no decían esas ñores,
en esiis manos altivas y creyentes! Pero salta
ron nuestras lágrimas cuando a la hora de la
comunión, y medio mezclados con los mona
guillos, subieron de cuatro en fondo y con las
manos cruzadas sobre el pecho, los elegantes
oficiales las gradas del altar para recibir de ma
nos del Obispo la sagrada Comunión.
Escondida entre las rosas habían colocado
esta oración:
A María Auxiliadora
24-V-1919 en el IV Aniversario...
«Auxiliadora nuestra; he aquí las rosas que
han cultivado tus hijos en las trincheras, entre
los glaciares de los valles Alpinos, entre las
desoladas escarpas del Carso, entre las hendi
duras del Grappu, a las orillas del Piuve; do
quiera, en tierra, en mar. en cielo, ellos Te
han invocado para que Tú mirases por sus fa
milias lejanas, sus hogares desiertos, para que
Tú bendijeras su valor y su sacrificio en la vida
y en la muerte.
Auxiliadora nuestra: he aqui las rosas ñorecidas en los días del ansia, en los silencios del
alm a : antes de esparcirlas sobre el camino de
las falanges victoriosas, queremos ofrecértelas
a Ti, que has bendecido las humildes plegarias,
ardientes de fe, cálidas de esperanza, inflamadas
en la caridad.
Auxiliadora nuestra: he aquí las rosas que
nuestras amadas madres, nuestras hermanas, to
dos nuestros deudos han cultivado y regado de
lágrimas, en los dias tristes, junto a tus altares,
invocándote Reina de las Victorias, Reina de
la Paz.
Auxiliadora nuestra, con estas rosas, nacidas
y crecidas en la sangre, con estas rosas blancas
crecidas en el dolor y en la sombra, antes de
enguirnaldar nuestras armas, antes de perfumar
nuestros pendones y nuestros uniformes grises
y nuestras tiendas blancas, queremos adornar
Tu altar, en Tu día, cual trofeo de la victoria
y en humilde obsequio de gratitud y pleito ho
menaje.
Te ofrecemos, oh María, nuestras amarguras
y nuestras ansias pasadas; Te ofrecemos nüestra alegría presente, que a tu bondad debemos;
Te ofrecemos el sonreír de nuestros hermanitos, y el llanto de las viudas, de las madres y
de los huérlanos, y el aroma de las rosas que
brotan sobre los túmulos de los hermanos que
han sucumbido.
Acepta, oh María nuestro dón, y bendice los
votos que nosotros hacemos a Tus pies para
mantenernos, dignos de Tu protección en la
nueva éra de paz sobre la tierra, en Tu gloria
en el Cielo.
U n grupo de O ficiales
y C ap ellanes del R egio E jército .
La clausura. — Tuvo lugar el .29 de mayo,
con la misa Pontifical de S. E. Mons. Franco,
Obispo de Orzieri, que quiso darse la satisfac
ción de celebrar aquí su primer pontifical, y la
Conferencia a los Cooperadores, dada por el
Rvmo. D. Pedro Ricaldone, Consejero General
de la Pía Sociedad.
El P. Ricaldone venía de la Tierra Santa, y
llena el alma de las remembranzas de la Patria
de Jesús y de su vida, desarrolló este tema:
El cristiano, antes de subir con Jesucristo del
Olívete al cielo, debe inclinarse con Jesucristo
para remediar las miserias de la humanidad.
Muchos ciegos tenemos que iluminar, y muchos
leprosos que limpiar, y muchos pobres que evan
gelizar, y viudas que consolar, pues lloran la
muerte espiritual y material de sus hijos. Salvar
de la muerte de! pecado a la juventud es nues
tro principal deber en estos tiempos.
La solemne ceremonia se terminó con .el Te
Demn del Kmrao. Card. Cagliero, cantado por
la gran masa coral, y la Bendición del Santísimo,
dada ponlificalinente por S. Excia. el Sr .Franco.
La música.
Como es universalmente sabido que por tra
dición el Oratorio ejecuta buena música, espe
cialmente en estas fiestas, con razón nuestros
Cooperadores amantes del arte desean conocer
siempre el programa musical. Helo aquí:
23 de mayo por la tarde: Sacerdos et Pontif e x : P.^GKLLA, Salesiano. — Vísperas: DoGLi.ANi, Salesiano. — El himno: Saepe dutn
Chrisíi: C a r o . C.^g l i e r o — E l Magníficat: P a GELLA — Oh Marta. Virgo Potens, grande An
tífona, palabras de D. Bosco, música de P a GKLLA. Eista Antífona es grandiosa, a 4 voces,
de reciente composición. Los eruditos la lla
man una maravilla de técnica. — Tantum ergo
solemne: C a r o . C a g l i e r o .
— II5 —
24 de mayo. — Sacerdos et Pontifex: P a GELLA — Missa solemnis: A. D okini — Al
Ofertorio, la Antífona ya citada. — Por la tarde,
el mismo programa del día anterior.
De la ejecución no hay para qué hablar. Los
poderosos elementos de un instituto de 600
alumnos estaban reforzados con tenores y bajos
de diversas capillas.
Las Estatuas de María Auxiliadora.
A veces se nos piden pareceres y hasta normas
para la adquisición de estatuas de María Auxi
liadora. Con tal que la representen bien, cualquier
taller de Escultura religiosa es bueno. Pero para
tener absoluta seguridad,'nuestros buenos Coo
peradores pueden dirigirse a las Escuelas Pro
fesionales de Sarriá-Barcelona, o al Sr. D. Víctor
FerrarOy Turin, Via Coitolengo, 32, que se han
especializado en esa icona gloriosa. Las tienen
de todos los tamaños y a todos los precios.
Las primeras son ya conocidas en todo el
mundo. Aun en Italia campean las estatuas de esas
Escuelas, v. gr. en el nuevo Santuario de Becchi
y en la iglesia de las Hijas de María Auxilia
dora en Turín.
En cuanto al Sr. Ferraro, es un artista que
por su propia mano ha esculpido miás de 500
y se ha propuesto reproducir en la madera lo
más exactamente posible la imagen del Cuadro
de la Basílica. El Rvmo. P. Albera se ha ma
nifestado « plenamente satisfecho » de todos los
trabajos que le ha encargado y los ha recomen
dado repetidas veces.
Gracias de María Auxiliadora.
U na m isa b ajo el fuego.
Libre de repetidos asaltos de la misteriosa
grippe que ha tronchado en flor tantas existen
cias, y estando para cambiar definitivamente el
uniforme del soldado por mi propia librea de
sacerdote,’ doy públicamente gracias a María
Auxiliadora y al Vble. Bosco por los innume
rables peligros de que milagrosamente me han
salvado, en campamentos batidos y registrados
por los proyectiles enemigos, en senderos do
minados por sus baterías y atravesados bajo
lluvias de fuego, en altísimas montañas de donde
se desprendían aludes destructores y donde se
levantaban tempestades y celliscas que hasta el
respiro quitaban. Gracias por la especial proteción que nos dispensó a mis soldados y a mí
a principios *de septiembre p. p. Era el día de
la Natividad de la Virgen Sma. Yo me había
'*) En conformidad con los Decretos de la Santa Sede,
Bo damos a estas reladooes otra fe ni otra autoridad que
la puramente humana.
adelantado hasta las más avanzadas baterías de
mi batallón, situadas en Prada, cota de 700
metros.
Desde las seis había el enemigo emprendido
un fuego molesto de contención contra nuestras
posiciones, empleando shrapnels y spheren gra
nadas. A las 10.40, el fuego continuaba furioso.
No hallando un sitio resguardado, me en
contraba perplejo si debía celebrar o no, cuando
me vino una corazonada, y monto el altar, en
un bosquecito, aprovechando un niomemo de
relativa calma. A mis oficiales y soldados se
unen en seguida los del presidio, deseando to
dos honrar la Celeste Madre, y merecer su pro
tección. Yo estaba encerrado en un rectángulo
formado por militares; era bello y solemne todo
entonces. Empiezo al santo Sacrificio y llego
tranquilamente hasta el Ofertorio; cuando de
repente un estampido seco hiere el aire, y a
200 ms. estalla una granada sphrehen; y luego
una lluvia de fuego avanza. Sentí helár.seme la
sangre, pero no me decidía a interrumpir la ce
remonia a que con tanto fervor tomaban lodos
parte ; estaba seguro de la protección de María
Auxiliadora. Las granadas, con infernal fragor
se cruzan: se suceden sin interrupción, acom
pañando con vario ritmo el Sagrado Rito, que
en esos momentos adquiría una sublimidad emo
cionante, y destrozan las cúpulas acorazadas del
fuerte, baten los contornos.
A pesar de todo y en medio de la conmo
ción de todos, pude proseguir la misa, y al
terminarla dirigí unas pocas palabras a mi tropa,
elogiando su valor y devoción y fe, concluyendo
asi: « Y ahora, muchachos, ¡a vuestro puesto y
a vuestros cañones ! en la dura prueba perma
nezcan vuestras almas templadas como el acero
de esas piezas ; hoy la desgracia está alejada de
vuestro campamento. María Auxiliadora está con
nosotros >.
Volaron a sus puesto y se estableció un vio
lentísimo duelo de artillería.
A las 14.20 un proyectil enemigo cae de lleno
sobre un cañón nuestro: lo tuerce, lo destroza ;
miles de cascos saltan en todas direcoionc.s, pero
no hieren a nadie. — Una hora después estalla
Msi^splirehcn a pocos metros de una tienda donde
dos oficiales, y dos soldados tomaban los datos
para ajustar el tiro; la metralla acribilla la tienda,
destroza la mesa, atierra a nuestros soldados,
pero no les hace daño alguno. Pálidos como fan
tasmas se levantan y saltan fuera, pero al verse
ilesos, lo atribuyen a milagro.
Cuando por la noche de tan memorable día
se mandan a la Comandancia local las habitua
les noticias, los capítulos : muertos, heridos, con
tusos estaban adornados con esas sencillas le
tras N. N. N. o sea ninguno, ninguno, ninguno.
Por estas gracias señaladas doy público testi
monio de mi gratitud sincera y envío mi óbolo
al Santuario.
Zona de Armisticio, 20-1-1919.
Dr. V i c e n t e B o l o g n a
Capellán Militar,
116 —
María Auxiliadora me ha devuelto mi hija.
Llena de gratitud filial hacia la Sma. Virgen
Auxiliadora doy público testimonio de una gracia
extraordinaria que he alcanzado por su interce
sión maternal.
Mi hija Ester cayó gravemente enferma, ata
cada de una terrible eníermedad que en breve
tiempo la puso al borde del sepulcro: pues
hubo momentos en que se la creyó muerta.
Los médicos opinaron ser enfermedad del
apéndice, y como único y último recurso re
solvieron operarla; pero la enlerma estaba su
mamente débil e incapaz de sobrellevar la ope
ración. En tan doloroso trance imploré el podero.so auxilio de la Virgen de D. Bosco, y esta
Auxilia<lora de los Cri.stianos se dignó acoger
la sú[)lica de una madre que lloraba la infalible
pénlitia de su hija querida.
Después de haber recibido los santos Sacra
mentos fué llevada, la enferma, a una clínica
para ser operada como supremo remedio y sin
otra esperanza que una gracia del Cielo.
Tendida en la mesa de operaciones recibió
aún la absolución que le dió un sacerdote salesiano, quien puso entre la mesa y la almohada
una imageit de María Auxiliadora encomendando,
a la vez el asunto al Vble. D. Bosco. Cloro
formizada ya, y al punto de empezar la ope
ración, ésta se suspendió por .llegar la paciente
al último extremo. Los encargados de tomar
el pulso dieron la voz de alarma manifestando
la suma gravedad del caso y los cirujanos sólo
se concretaroit a atenderla con solicitud hasta
hacerla reaccionar algún tanto.
Esperábamos alguna mejoría para que preci
samente fuera operada a fin de aliviar sus crue
les sufrimientos. Pero María Sma. que conoce
el martirio lento de una madre que asiste a su
hij.i moribunda, y oye su acongojada plegaría,
vino en mi socorro con una gracia singular.
Mi hiia empezó a mejorar paulatinamente, y
pocos días después la alegría más pura vino a
reemplazar al más amargo de.sconsuelo. La ter
rible enfermedad ha desaparecido sin necesidad
de operación y hoy completamente sana, es,
como antes, mi compañera de trabajos y mi brazo
derecho en la educación de mis hijos menores.
Después de haber hecho celebrar una misa en
acción de gracias, cumplo con el deber de ha
cer publicar la gracia recibida, como pequeña
manifestación de gratitud a la Sma. Virgen Au
xiliadora.
La Pas-BoliviR, diciembre de 1918.
Jo sefa G .
d e i .a
Barra.
L a P a 7,-Bo l i v i a . — El año pasado 19 1 8 , una
hijita jnia de tres años de edad estuvo a punto
de perder la vista a causa de habérsele produciilo úlceras en los dos ojos, y a falta de ocu
listas que se hicieran cargo de la enferma, me vi
en la necesidad de ponerla en manos de un mé
dico, quien, después de examinarla, no dió es
peranzas fie completa curación, y dijo que a lo
menos sanaría con defecto. Afligida con tan
desconsoladora noticia, comencé un triduo a Ma
ría Auxiliadora, haciéndole una promesa, y hoy
mí hija, gracias a Ella, se encuentra sana y sin
defecto alguno.
Mis labios serán para publicar sus glorias.
Btiero de 1919.
Ros .a Iturralde de NÚSEZ.
L a C abrera (Colombia). — ; Tres gracias de
importancia recibí de María Auxiliadora y pro
fundamente agradecida publico como testimonio
de gratitud. La primera, la de habérmele dado
la salud a mi hija, de unas neuralgias que pa
decía desde hacia algún tiempo; la segunda fué
la de convertir a mi esposo, lo cual hallaba yo
imposible y además de esto volverlo a la vida
de un ataque y concederle la gracia de morir
con los últimos auxilios ; y la tercera, la de
curarme a mí fie una enfermedad al pecho.
Agradecida a tan buena madre por tan Innu
merables beneficios que de Ella he recibido,
cantaré en loor y gloria suya para aumentar el
número de sus devotos. En cumplimiento a mi
promesa envío a la Virgen una limosna para los
huerfanitos de la casa salesiana.
2 Setiembre de 1918.
G erarda de A ngel .
C arabanchel A lto (Madrid). — El Sr. Di
rector del Seminario Salesiano nos escribe:
La Sra. Da. G. M. M. tiene un hermano
que hallándose forastero contrajo una grave en
fermedad. Acudió ella presurosa a su lado; y
cuando los médicos le tenían de.«ahucÍado, la
ciencia se declaraba impotente, y en el mpmentó
en que se le creía muerto, invocó a la Sma.
Virgen bajo el dulce titulo de María Auxilia
dora.
Al instante se inició la mejoría del enfermo,
que hoy se halla enteramente restablecido.
Gracias sean dadas a tan buena Madre; y
sirva esta relación para que acudan confiados a
su .Auxilio todos los atribulados, seguros de que
hallarán en sus desgracias remedios y consuelos.
Junio de 1918.
C iega. — Habiéndome sentido enfermo y obli
gado por la fiebre a guardar cama, acudí al mé
dico, quien diagnosticó una bronquio'iieumonía
de carácter gripal.
Aumenió.se de modo tan alarmante la gravedail, que apurados por los médicos cuantos me
dios aconseja la ciencia, estimaron desesperado
el caso.
La familia, que profesa una fervorosa devo
ción a María Auxiliadora, comenzó la Novena
a la Señora, y al quinto día desapareció la gra
vedad, siendo la protección de la Santísima
Virg^en tan grande, que a los 10 días de levan
tado, gozaba de la más perfecta .salud.
Doy gracias a María Auxiliadora por tan se
ñalado favor, que no olvidaré nunca, y envío la
pequeña limosna de 5 ptas.
Cieca, 23 Noviembre 1918.
C arlos G arcía L.
i
— II 7 —
T arrasa (Barcelona). — Gracias sean dadas
a María Au-KÍliadora. Varios años hacia que una
atribulada madre de familia tenia un hijo muy
delicado de salud, el cual se encontraba en pe
ligro de cuerpo y alma, pues además de tener
que velar por la noche para ganarse el sustento
diario, tenía que luchar para resistir a las in
sidiosas asechanzas de cierta secta que se es
forzaba para apartarlo del seno del catolicismo.
En vano procuró su piadosísima madre re
mediar tan triste situación, siendo inútiles ade
más las gestiones de varias personas que se in
teresaban para obtenerle una mejor colocación.
En trance tan apurado no quedaba otro auxilio
que el del Cielo, el cual no tardó en hacerse
sentir, pues aconsejada por mi para que hiciese
una novena a María Auxiliadora, prometiéndole
publicar la gracia en el Boletín Salesiano, la
Virgen no desoyó sus súplicas, ya que al tercer
dia de la novena, después de vencer serias di
ficultades, se le comunica Ta grata noticia de
haberse realizado sus ardientes deseos. Agrade
cida a tan señalado favor, manda pesetas 9,50
de limosna para el culto de tan buena Madre.
En testimonio de gratitud a María Auxilia
dora, me creo en el deber de publicar que du
rante la epidemia gripal, no tuvieron que la
mentar ninguna desgracia aquellas familias entre
las cuales repartí algunas estampas de María
Auxiliadora.'
Gracia singular-sima fué también la obtenida
por un atribulado padre de familia. Todos en
su casa estaban atacados de la terrible epide
mia. Una de sus hijas de 13 a 14 años se en
contraba ya a las puertas de la muerte. En tan
triste situación acudió a mí en demanda de
consejo. Comprendiendo que sólo con el auxi
lio divino podía verse consolada, le di una
imagen de María Auxiliadora para que acudiese
a tan bondadosa madre, prometiéndole publicar
la gracia en el Boletín Salesiano. ¡ Oh cuán
grande es el poder de María! Ella quiso con
solar a toda aquella familia, permitiendo que la
niña obtuviese una pronta mejoría. Agradeciíla
a tan bondadosa Madre, publico hoy en el Bo
letín Salesiano estos tan señaladas favores, ha
ciendo votos para que se propague cada vez
más en esta ciudad la devoción a María, • bajo
este hermoso titulo de Auxiliadora.
13
de Enero 191S.
Josefa Pujoi.s.
S. A ndrés (Santander-Col.) — Doy infinitas
gracias a la Divina Reina y Madre nuestra, bajo
el título admirable de María Auxilio de los
Cristianos, por el gran milagro efectuado en mi
hogar el 16 de Julio del año pasado. Mi relato
es bien triste, pues debo confesar ingenuamente
que en mis cuatro años primeros de matrimo
nio tuve la desgracia de perder cuatro hijitos que n a r-'a n unos mueitos y otros agonizando,
«n tener el consuelo de oir su primer vagido.
Mi hogar era un verdadero cementerio. Estas
penas estaban fijas en mi mente y me tenían
desgarrado el corazón. En lo humano se hizo
cuanto estuvo en nuestro alcance, varios mé
dicos me recetaron y sin embargo cada alum
bramiento era un fracaso y un'a negra decepción,
no sólo para nosotros sino para los extraños.
En esta situación tan critica y |>róxima a ser
madre por 5* vez, hice promesas de adoración
a Jesús Sacramentado y la novena reiietid.is
veces a María .\uxilio de los Cristianos, junto
con la de dar publicidad al favor en el Boletín
Salesitxno y una limosna de $5 oro pura los niños
huerfaniios de D. Bosco, pidiéndole a la Vir
gen con todo mi corazón que me favoreciera
de otro caso como los anteriores y que ilumi
nara al facultativo que en esta vez me asistía !
¡Oh prodigio! el gran favor se efectuó, hall ndome hoy en compañía de una querida hijiia.
i Loado sea Dios!; infinitas gracia.s y alabanzas
a mi Madre Auxiliadora que me dió este ángel
para dulcificar mis penas anteriores! Debo ad
vertir que mi cara hijita goza de perfecta sa
lud 3^ robustez; ruego mucho a los huerfanitos
pidan a nuestra Madre Santísima por la salud
y conservación de este precioso tesoro que Ella
nos concedió indudablemente para consuelo de
mi hogar.
Mayo de 1918.
E ster B. de S uarez .
CORDOBA (España). — Me encontraba en una
situación apuradísima por no encontrar humana
mente el medio de resolver un grave asunto de
intere-ses, y temiendo por tal causa grandes
perjuicios y gravísimos digustos.
Me encomendé a María Auxiliadora ofrecién
dole si me prestaba su ayuda mandarle decir
una misa en acción de gracias, y publicar el
favor en.el Boletín Salesiano, y a los poco.s d.as
tuvo el antedicho asunto tan fácil e inesperado
arreglo, que únicamente puedo atribuirlo a la
inlerseción de María Auxiliadora.
Por aquellos mismos días, fué acometida una
hermana mía de un dolor tan grave, que temía
le ocasionara funestas consecuencias. También
recurrí a María Auxiliadora, haciéndole igual
ofrecimiento, y al poco rato, qtiedó mi her
mana libre del dolor, sin que ha.sia la fecha,
haya vuelto a teijer sintomas del mi.smo, y sin
que su cu/ación pudiera atribuirse a ningún
medio humano.
Hoy cumplo lo ofrecido, remetiendo el esti
pendio para las dos misa.s, y rogando la publi
cación de los antedichos favores, en testimonió
de profundo agradecimiento a N. Sma. Madre
María Auxiliadora.
Marzo 3i de 1919.
José C. O rtiz .
T i p i t a p a (Centro Am.). — Me encontraba tn
Granada cuando recibí un telegrama de Tipi
tapa, que mi mamá se encontraba de muerte,
inmediatamente me puse en camino y la en
contré sin esperanzas de vida, y lo que más
me afligió es, que en esa ciudad no hay sacer-
— ii8 —
por gracias obtenidas en varias ocasiones me
diante la intercesión de María Auxiliadora en
casos de enfermedad en personas de su familia.
(Argentina) — Jesús S. Maravilla, por
la obtenida curación de una grave enfermedad.
Coruña (España) — Da. Josefa Torres de Fa
riña, por un señalado favor — Da. Beatriz Morán de S. por haber obtenido la curación de una
dolencia, envía una limosna — D. E. S.. muy
Mayo 10 de 1916.
agradecido por un favor, hace una ofrenda para
Marcelina O somo.
las Escuelas Salesianas. — Da. Carmen Miguez
María y Victoria Ferreño, por favores conse
T r e l e w (Chubut). — Habiéndonos visto en
guidos.
la necesidad de abandonar a nuestra hija Au
Cubo de D . Sancho (España) — Mauro Mo
rora, enferma dealguiiagravedad, hacía ya largos
rales y Rufino Sevillano, ofrecen cada uno 5
años que, a pesar de haberle escrito varias car
ptas. en agradecimiento a la Virgen por haberlos
tas, no teníamos noticias de ella y ya la llorá
sanado de la epidemia gripal,
bamos por muerta. Hablando un día con la
Cuenca (España) — Isabel Ruíz envía 2,50
Directora del Colegio de las Hijas de María
ptas. — Da. María R. D. y Pura Pérez hacen
Auxiliadora nos aconsejó que hiciéramos una
una ofrenda- por beneficios obtenidos de María
novena a María Auxiliadora y- que ella y las
Auxiliadora.
hermanas nos acompañarían con sus oraciones,
Filiel (España) — Rvdo. D.^Cayetano Marcos,
para tener noticias de nuestra hija. ¡ Oh bondad
Párroco.
de María! Al segundo día de haber dado prin
Gerona (España) — J. Noguera, 5 ptas. —
cipio a la novena supimos que nuestra hija vivía
Da. Angeles Izortoqui, 10 ptas. — Familia Lay deseaba venir a nuestro Jado.
porta, 10 ptas. — Familia Llobet, 9 pías. —
¡ Gracias mil sean dada a María Auxilio de
Familia Bertrán, para una Misa — Rvdo. Lie.
los cristianos y consuelo de los afligidos padres
D. Narciso Prat, 25 ptas. para una Misa can
agradecidosl
tada en acción de gracias — Da. Catalina Bus
Noviembre 1918.
quéis, por favores a un hermanito y sobrinita
Juan de D ios R etamar y su esposa
de ella — La familia V. Y. envía 5 ptas. para
Isabel Marchan .
los niños de la Granja Salesiana en acción de
— Doy gracias a María Auxiliadora por ha gracias — El Sr. J. N. un cirio y 3 ptas. para
ber traído a mi esposo de Marruecos después una Misa en acción de gracias — La Sra. N. N.
de librarlo de varios peligros donde perecieron 30 ptas. para el culto de la Virgen — Un anó
algunos de sus compañeros : además le con nimo 5 ptas. — N. N., 15 ptas. en demanda
servó milagrosamente la vida, pues soportó en de oraciones de parte de los niños de la Granja
pié una pleuresía y prestando servicio, con to Salesiana por conseguir un favor — Otras varias
personas, que quieren ocultar su nombre, hacen
das las incomodidades de la vida de campaña.
Antes de partir le había puesto una medalla de ofrendas por beneficios recibidos, para el sosténi
de la Obra Salesiana en Gerona.
María Auxiliadora y en Ella confié siempre.
Guayaquil (Ecuador) — Benjamina F. de Do
¡ Bendita sea 1
noso:
Bastando mi esposo muy enfermo y desa
M. V . de P. T .
huciado por los médicos, acudí a María Auxi
liadora y esta misericordiosa Madre escuchó mis
Dan también gracia a María AoxIKadora y envían ana
plegarias, devolviendo la salud al enfermo. Llena
limosna:
de gratitud envío una ofrenda para la Obra Sa
La Disbal (España) — Concepción Farreny,
manda celebrar dos Misas, y al mismo tiempo lesiana.
Halo (Betulia, Colombia) — Florinda Durán
se encomienda a las oraciones de los niños salesianos ¡)ara alcanzar la sali\d de su hermano D. manda celebrar una Misa en honor de María
y de una sobriniia, prometiendo el etwío de una Auxiliadora por la milagrosa curación de su
señor padhe.
oferta. — Una devota, 2 ptas.
¡bagué (Colombia) — Marco A. López G. tri
Bucaramanga (Colombia) — 'Ana María S. de
Torero, en una grave enfermedad que padecía buta acciones de gracias a la bondad de la Virgen
la menor de sus hijas, acudió a María Au.xilia- por varios favores que le alcanzó, entre ellos el
de haber sido preservada su familia de la te
dora y obtuvo la curación.
Cali (Colombia) — Dolores Sardi, María An rrible epidemia gripal que en Octubre de 1918
no perdonó a ningfuna casa de la población.
tonia Torres y N. N.
Labaieca (Colombia) — José N. Villamizar
Catnpillas-Sifrra (España) — Rvdo. D. Lean
envía una ofrenda para el Santuario de María
dro Palarín, Párroco.
Auxiliadora en Turín en agradecimiento de un
Cambados (Pontevedra (España). — Dña. Partiva Piñeiro, agradece por ia salud conseguida señalado favor que le alcanzó, acudiendo a su
de una persona amiga suya, y manda la limosna valiosa protección. Herminia Valencia. María
Chavez y Sixto Mora V. envían una ofrenda
ofrecida.
por favores alcanzados.
Cassá dé la Selva (España) — José Villalonga,
dote, y mi pena crecía a medida que se agra
vaba cada vez más y podía morir sin los au
xilios divinos; ¡qué horror!
De pronto recordé que María Auxiliadora era
la única que nos podía sacar de semejante aflic
ción ; empezamos una novena y al tercer día
¡olí milagro! un sacerdote aparece de pronto,
y la querida enferma recibió los sacramentos.
¡Viva María Auxiliadora!
— II9 —
LMgostera (España) — Juan Ferrer hace el
Valdecolmenas (España) — D. Nicomedes de
donativo de 600 ptas. en acción dé gracias a la las Heras.
Virgen del Vble. Don Bosco, para que con
Villalbilla (Elspaña) — D. Hilario de Julián
dicha cantidad se adorne el altar de la iglesia y esposa, 4 ptas. — Justa de Julián, i peseta.
de la Granja Salesiana de Gerona con seis canYamundi (Colombia). — Zoila Sánchez v. de
deleros de metal — Narciso Gotarra, agradece
Ocoré hace una ofrenda para los huerfanitos de
a la Virgen por un favor recibido.
D. Bosco.
Morales (Colombia) — D. Eladio Gamboa,
Zarza de Tajo (España) — D. Joaquín Relin
reconocido por un señalado favor recibido invo chón, por un señalado favor envía 25 ptas.
cando el patrocinio de María Auxiliadora, hace
una oferta en favor de las Obras Salesianas.
Molins de Rey (Barcelona, España) — D. Odón
Rosa Pbro. 10 ptas. — Da Ana G. Capdevila, 4 ptas. — J. Viferre y esposa, 10 ptas. —
Carmen de Canepa, 10 ptas. pidiendo un auxi
OratilDd a Don Basco 1 a Doiinoo lavh.
lio espiritual en favor de una persona amiga —
Serra, 25 ptas. — Catarina Gelabert de Barceló,
Consuelo Alvarez hace pública su gratitud al
50 ptas. — Juan Mollfulleda, 25 ptas. para ce
Vble. Don Bosco, pues durante la epidemia de
lebrar Misas por la salud de su hijo — M. C. y
la gjippe cayó enferma a un tiempo toda la fa
J. P. envían respectivamente 5 ptas. y la ofrenda
milia, y habiendo acudido en trance tal a su
para un novenario de Misas y para dos cirios.
intercesión, todos salieron con bien sin conse
Pamplona (Colombia) — Natalia Llanes S. tri
buta toda su gratitud a la Virgen Auxiliadora cuencias; agradecida remite una limosna.
Vigo (Pontevedra), enero 1919.
por un favor singularísimo que se dignó otor
garle ; y hoy, mayormente confiada, espera, me
Margarita vda. de Elstefanini, madre de cinco
diante las oraciones de los huerfanitos del Vble.
Don Bosco, conseguir su salud, si así le conviene tiernos huerfanitos, cayó gravemente enferma
de g^ippe. Desahuciada por los médicos y ad
y es voluntad de Dios.
ministrada, hablamos perdido toda esperanza de
Perellada (Gerona, España) — El Rvdo. D.
curación.
Jacinto Daix, 10 ptas. por encargo de M. J. por
Invocamos la protección de María Auxiliadora,
un favor alcanzado.
Pescador (Colombia). — Epaminondas Ramí poniendo bajo la almohada de la enferma una
rez, manda una limosna en agradecimiento de una reliquia del Vble. Bosco y una imagencita
de su alumno Savio, prometiendo al mismo
un señalado beneficio.
Pontevedra (España). — Doña. Peregrina Pi- tiempo publicar la gracia si se obtenía. ¡Y se
ñeiro, hace pública su gratitud a la Virgen por obtuvo! Poco a poco la enferma recuperó la
haberla favorecido en grave necesidad y hace salud y en breve pudo reanudar sus ocupaciones
y los cuidados de la familia, cosa que todo el
una ofrenda para los niños del Vle. D. Bosco.
pueblo tiene por un verdadero prodigio del cielo.
Puerto de la Selva (Gerona, España) — N. N.,
Damos vivas gracias a María Auxiliadora, D.
una peseta, en acción de gracias.
Salado (Colombia) — Nicolás Figueroa, ma Bosco y Domingo Savio.
Corteno, diciembre 1918
nifiesta públicamente su gratitud a la Virgen del
Vble. Don Bosco por un beneficio que le otorgó.
M a r ía T a n c in o .
San Andrés (Colombia) — Por conducto de
Mando cien liras, como oferta para la Causa
la activa celadora Sra. Da. Ana Rosa P. de
Bohórquez agradecen a la Virgen importantes de Beatificación del Siervo de Dios Domingo
Savio. Es una piadosa señora quien las envía
favores recibidos de su bondad, los siguientes:
agradecida por haberla librado de la terrible
Una Cooperadora Salesiana, cuyo nombra» oculta,
5 dólares para los huerfanitos del Vble. Don enfermedad que tantas victimas ha causado. Me
Bosco — Ester B. de Suárez, 5 dólares — Mer dice también que ha puesto bijo la proleccióp
cedes N. de Buenaventura, t dólar — Saturnina de! angélico joven a su último niño de dos años,
G. de Hernández, i dólar — Rosario G. de Villa- segura de que lo bendecirá y protegerá a toda
mizar, i dólar — Susana R. de Ortiz, 0,50 — Fa- la familia.
cun«la Tapias, 0.40 y otras Cooperadores, 0,40.
Ferrara, Enero 22, 1919.
5 “. Pedro de Lovago (Nicaragua). Juan Alemán
S a n t ia g o M o r b i.
y Petronila de Alemán por la conseguida salud.
Sarria. (Barcelona, España) — Julián Miralles,
Puebla de D . Fadrigue (España) — Antonio
da gracias a D. Bosco por haberle resuelto dos Muñoz envía 5 ptas. para la canonización de
situaciones difíciles.
Domingo Savio, a cuya intercesión atribuye un
Suaita (Colombia) — Dolores de Santos manda señalado beneficio.
una limosna por haber conseguido ella y un
Varias familias e institutos han enviado a
pariente suyo la curación de graves dolencias.
Torres de Alcanadre (Huesca, España) — Cris nuestra Redacción relaciones con agradecimientos
tina Bendidio de Lacasa, pia.«. 13 por sí y por •sinceros por la protección de D. Bosco y de Do
Una amiga en agradecimiento de varios favores. mingo Savio.
POR EL NUINDO SílLESlílNO
M ons. Marenco eq Nicaragua y El Salvador
I Loado sea Dios! Todas las nobles repúblicas
del Centro Atnérica siguen estrechando sus re
laciones con la Sania Sede. ¡ Es natural ! Esas
tierras beiidiias, acariciadas por el sol tropical,
habitadas por los hijos inteligentísimos de la
raza laiina, la raza de la poesía, de los ideales
bellos, reforzada por elementos de razas prefe
rentemente positivas, no pueden menos de compremier y sentir la soberana belleza de la vida
de unión con el Papa, que Dios ha hecho cen
tro y cabeza de la liumanidad redimida, la cual
en el amor forma de totlos los pueblos una soiá
familia; no pueden menos de comprender y
sentir la conveniencia y la necesidad de la unión
con el Soberano pacifico, que sin ejércitos, ni acor
ruzmlos, ni aeroplanos de combate, ejerce juris
dicción en todo el universo, tanto más sólida
cuanto más inmaterial, tanto más fuerte cuanto
menos interesada, y tanto más eficaz cuanto me
nos apoyaila en elementos efímeros, pues los
suyos son eternos y por lo misrrro inconmovibles.
Ayer nuestrb Cardenal Cagliero, hoy nuestro
Mons. Marenco tienen la satisfacción de ser allí
los hilos conductores de esa corriente de vida que
circula de Roma a los confines del mundo y
de la tierra al cielo.
La acogida del Internuncio Apostólico ha sido
conlial y triunfal sobre toda ponderación en Ni
caragua y el Salvador. A la vista tenemos diarios
de todas las ciudades por domle pasó el humilde
Salesiano. Managua, Granmla, León, etc. se
estremecían como en una inmensa palpitación
de júbilo y de éxtasis religioso al paso del
Mensajero de Roma. Diñase que el anhelo por
tanto tiempo sentido do estrechar la? almas, natur.ilmonte religiosas, convencidamente católicas,
con el Vicario de Cristo, al verse satisfecho,
estallaba en explosiones de júbilo.
Los trenes en que viajaba se engalanaban de
flores y banderas, de flores se cubrían los au
tomóviles en que los fieles lo transportaban a
través ile las calles y plazas, camino a la ca
tedral, donde se cantaba inmediatamente el Te
De:on: al salir de las estaciones se encontraba
con arcos de triunfo, las poblaciones en masa
sallan a su encuentro aplaudiendo, y, según
decía él mismo, hacían ile esos ingre.?os « algo
semejante con la entrada de Jesús en Jerusalén »,
pero sin el temor ni el peligro de un viernes
siuuo.
Más de una vez en sus discursos de agrade
cimiento glosó este pensamienlo en variadas for
mas: « El Supremo Gobi.erno y vosotros todos,
os habéis empeñado en honrarme y acariciarme,
como no se haría ni al padre que volviera al
hogar tras largos años de ausencia. Yo referiré
todo esto al Soberano Pontífice, a quien va,
como es debido, todo honor tributado a su
representante: será un gran consuelo para su
corazón ».
No pudiendo, por falta de espacio, reseñar
tan consoladores acontecimientos, con.signamos
aquí la R ecepción o f ic ia l , extractada, como
todo lo demás, de la excelente revista salvado
reña Don Bosco.
E n N ic a ra g u a .
El 28 de Noviembre fué recibido solemnemente
el Excelentísimo Internuncio Apostólico, Su Se
ñoría Juan B. Marenco, en audiencia pública,
habiendo sido conducido en el landó presidencial
y acom]>añado por el señor Arzobispo Monseñor
Lczcano y el señor Obispo de Granada, don Ca
nuto José Reyes y Balladares y el Canónigo Al
fredo Jarquüi, en representación de Su Señoría el
señor Obis|X) Pereira y Castellón.
Asi.stieron los miembms del Gabinete, diplo
máticos y gran lubnero de invitados, de lo más
distinguido de la alta sociedad.
La recepción fué de corto tiempo y los discursos
que se cmzanm. fueron de verdadera conHiJidad
y do cxprcsivjus fnuses, que arrancaron de la con
currencia, nutridos aplausos.
Por la lUH'he, el señor Presidente de la Repú
blica olisequiO a Su Sc-ñoría, el señor Intemiincio,
con un concierto de gala, al que asistió entre otros
caballeros que podemos recordar, el señor Ministro
de Instrucción Pública. Dr. David Arellauo, el
señor Ministro de Relaciones Exteriores, Dr. I t techo, el Secretario Privado Dr. Toribio Tijeriiio,
el señor Ministro de la Guerra, general Masís, doc
tores Manuel Pasos, Gregorio Pasquier, Ramón
Ca.stillo y Máximo H. Zepeda, el Cónsul de la
Argentina don Bruno Cittadini y caballeros don
Cawtano Lugo, Luis María Gómez, Juan de Dios
Matns, Carlos Huete H. y Femando Ignacio
Martínez.
El señor Ministro Urtecho, con palabras que
sabe modelar.su privilegiado numen, ofreció a Su
— I2 I —
Excelencia , Monseñor Marenco, el simpático y
cultural obsequio, que terminó a las lo p. ra.,
quedand«) en el salón, ambiente de cordialidad que
a decir verdad, sólo se imprime en actos de ele
vados sentimientos de fraternidad.
Su Señoría el Arzobispo Lezcano, como siempre,
hizo derroche de finas atenciones a la concur
rencia.
Discurso .de Monseñor Marenco al presentar las
Letras que lo acreditan Internuncio Apostólico
de la Santa Sede ante el Gobierno de Nicaragua.
Excelentísimo señor:
Cábeme la grande honra y altísima satisfac
ción de poner en vuestras manos las Letras que
me acreditan en el carácter de Internuncio Apos
tólico de la Santa Sede ante vuestro Gobierno.
Con este acto cesa para mí la pena de no haber
podido a mi llegada a ‘ tierras centroamericanas
conocer luego a la generosa República nicaragüense,
cuya historia eclesiástica de estos últimos tiempos
ha despertado tanto interés en la Iglesia y en el
mimdo.
Vengo, Excmo. señor, representando a Su San
tidad BENEDICTO XV, mi Augusto Soberano,
cuyos sentimientos magnánimos se patentizaron
desde los albores de su glorioso pontificado, lla
mando a pueblos y a gobernantes a los principios
de la justicia para la restauración de la paz en
fundamento del progreso social.
Ahora bien; BENEDICTO X V mira con com
placencia, — tengo el consuelo de asegurarlo — ,
a esta República, a sus gobernantes y a su pueblo,
que aun recientemente lian manifestado su amor
a la justicia y a la paz; a esta República, que el
15 de Diciembre de 1912, a imitación de otra ca
tólica nación latinoamericana, se consagró oficial
y solemnemente al Príncipe de la Paz.
De esa facha memoranda, en verdad, arrancan
la creación de la Pro\incia Eclesiástica, timbre
de gloria para la patria y el siempre creciente flo
recimiento de instituciones de cristiana cultura
entre la juventud y entre el pueblo, que en pos de
sus jefes va caminando a pasos agigantados por
las vías del progreso moral y social.
Bienes estos imponderables, Excmo., señor,
que en mucha parte se deben a vos, a los ilustrados
ciudadanos que os acompañan en el Gobierno, al
Honorable Cuerpo Legislativo e integérrimos
Magistrados, porque a más de cultivar una cor
dial armonía y unión con la Santa Sede, apoyáis
y fomentáis la obra apostólica de vuestros dignos
Obispos y del Clero.
Por todo esto, Excmo. señor, y por vuestro
reciente nobilísimo acto de nombrar un Ministro
de Nicaragua ante la Santa Sede, os felicito en
nombre de Su Santidad, quien ama a Nicaragua
como hija predilecta de su gran corazón.
En cuanta a mi, Excmo, señor, feliz por verme
tan altamente AÚnculado a esta simpática nación, de
cuyas bellezas naturales soy admirador sincero y
más de su civismo y religiosidad, propóngome
emplear todas mis débiles fuerzas en favorecer
su bienestar religioso, social, especialmente con
tribuyendo a que se estrechen más y más las re
laciones de cordialidad verdadera con la • silla
apostólica.
A los votos del Padre Santo por la prosperidad
de vuestra república y por \uiestra personal ven
tura, uno los míos muy profundos y sinceros, au
gurando que Nicaragua moral, social y económi
camente alcance aquellas cumbres, con q\ic la
Providencia Divina premia a los pueblos virUiosos
y a los gobernantes sabios.
Contestación del Excelentísimo señor Presidente
de la Refública.
Excmo. y Rvnio. señor:
Vivamente complacido recibo de vuestras dig
nísimas manos las Letras que os acreditan cu el
elevado cargo de Inteniuncio Apostólico de la
Santa Sede ante mi Gobierno. Venís investido,
Excmo. y Rvdo, señor, de tan alta como grata
representación diplomática que, además de col
mar con vuestra fausta \risita a Nicaragua los
naturales anhelos de mi Gobierno, llenáis también
de rebosante júbilo a la nación nicaragüense que,
sobre estimaros grandemente a Vos mismo por los
distinguidos méritos j* por la bondad como virtud
resplandeciente que os caracterizan, venera con
justicia en vuestra üustre personalidad a la de
vuestro Augusto Soberano Su Santidad Benedicto
X V, Padre de la inmensa Grey católica, a la qiie
Nicaragua en su casi totalidad pertenece. El mundo
entero conoce los generosos sentimientos del Sumo
Pontífice, cuando movido por nobilísimos impul
sos de humanidad invitó a todos' los pueblos y
gobiernos beligerantes a la aceptación de acjuellos
medios que pudieran hacer cesar la obra siniestra,
aj>euas hoy acabada, de la más tremenda destruc
ción de la propiedad y de la vida, conmovedor
llamamiento a la concordia y a la j)az de las
naciones, que si en el pleno desarrollo de la gigaittesca acción mundial no pudo ser debida y gene
ralmente acatado, sus fundamentos cristianos
marcan hoy la digna y j)ropia orientación para
los consejos de la paz universal.
Preciso es. Excelentísimo y Reverendísimo Se
ñor, que aprovechando esta propicia ocasión, os
manifieste el reconocimiento de la Nación y del
Gobierno que presido por el interés, predilección y
complacencia con ‘que Su Santidad Benedicto
X V considera a Nicaragua, hechos lisonjeramente
demostrados como están entre otros actos, con el
de vuestra merecida representación entre nosotros,
a la que he procurado corresponder con el reciente
nombramiento de ima Legación de mi Gobierno
ante el Vaticano, a cargo de una saliente perso
nalidad, con títulos bastantes, fuera de su elevada
investidura diplomática, que le garantizan su
mejor acogida en la Santa Sede. Como habéis
dicho con notable propiedad, el pueblo nicaragüense
ama la justicia y la paz, felÍ2unente aseguradas
hoy en nuestro suelo, al favor de las cuales pro-
-gresa inoral y socialmente, guiado por sanos
estímulos e inspirándonos del deber y por la labor
apostólica ciertamente laudable de los Ilustrísimos señores Obispos y del culto Clero de Nicaragua.
Sea vuestra permanencia en nuestra patria
colmada de felicidades y de abundantes y valiosos
frutos, tanto en lo relativo a la buena marcha de
los asuntos diocesanos, como en lo concerniente
al desarrollo de relaciones de mayor cordialidad,
si cabe, entre los gobiernos del Vaticano y de Nica
ragua, para lo cual último contáis de antemano
cen las más felices disposiciones de mi gobierno.
Dignaos, Excelentísimo y Reverendísimo Señor,
acoger los sinceros agradecimientos de mi go
bierno por los honrosos conceptos que os habéis
servido tributarle, a los que añado los fervientes
votos que consagro a la creciente gloria del pon
tificado, así como a la ventura personal de Su San
tidad Benedicto X V y a la vuestra, su digno represenüinte en Nicaragua».
A titulo de curiosidad, apuntamos este episodio
que le sucedió en Léon. Aquella buena sociedad
había preparado, entre otras cosas, algunos ban
quetes para agasajarle. El Sr. Marenco demostró
que prefería comer modestamente en el Palacio
Ejiiscopal, al mismo tiempo que agradecía de
edrazón aquellas muestras de afecto que se le
daban. Entonces surgió la feliz idea de reunir lo
que se debía gastar en los banquetes y de ofrecérleselo para el Palacio que se levantará en Costa
Rica y que ser\drá de morada al Sr. Internuncio
de Centro-América. La suma montó a 600 pesos
oro, 3.000 ptas.
V is it a del E x e m o S r . Internuncio A p o s
tó lico al E xem o . S r. P re sid e n te de E l
S a lv a d o r.
I^a visita de S. E- a la república Salvadoreña
fué anunciada con una bellísima pastoral del
Sr. Arzobispo. El viaje de S. Migúel a la Capital
fué un triunfo. Flores, música, comités de se
ñoras. de entusiastas señoritas, de caballeros,
todo parecía poco para obsequiar al Represen
tante del Papa.
En 5 . Miguel la recepción tuvo magnificencia
regia. Grupos de niños vestidos de blanco es
parcían flores a su paso, las campanas, las bandas
y las orquestas rivalizaban en armonías, alter
nando la marcha Papal con el himno Nacional.
En la catedral se canta Te ’Deum solemnísimo.
El Obispo Sr. Dueñas pronuncia un magistral
discurso s»ibre la misión del Pontificado.
En Z(’. ’f -. -'lucn le sale al encuentro el Coman
dante departamental con la banda militar al
frente de s.ooo personas. Ixi ciudad entera está
embanderada; cuatro lujosos arcos triunfales se
alzan en los principales sitios.
Igual sucede en SflMíirtgo y Sto. Tomás.
Al llegar a S. Salvador, salen a su encuentro
el Presidente de la Suprema Corte de Justicia
y el Secretario privado dcl Exemo. Sr Presidente.
Frente a la Escuela Normal esperaba el Revmo.
122
--
e limo. Sr. Arzobispo Dr. D. Adolfo Pérez Aguilar.
El imponente cortejo fué derecho a la catedral.
E l 7 de Enero nuestro Internuncio, acompa
ñado del coronel don Francisco J. Rivas, visitó
al Exemo. Sr. Presidente titular de la República
del Salvador, don Carlos Meléndez.
La distinguida esposa del ilustre repúblico re
cibió en uno de los espaciosos y elegantes salones
del piso bajo a los visitantes, previa la presenta
ción del señor Internuncio, hecha por el señor
Rivas. Momentos después la gentil dama, invitó
al alto dignatario de la Iglesia y a su acompañante
a pasar al segundo piso, donde se encontraba espe
rándolos al señor Meléndez. Presentado a éste el se
ñor Internuncio, entablóse entre ambos una amena
plática que duró poco más o menos una hora.
El señor Meléndez hizo recuerdos de la ciudad
eterna, donde permaneció algún tiempo y del Sumo
Pontífice Pío X , a quien visitó en el Vaticano.
El señor Internuncio agradeció al señor Me
léndez sus amables referencias y aludió con en
comio a la situación actual de El Salvador, fe
licitándolo por su labor progresista como Presi
dente de la República y por encontrarse ya bas
tante restablecido de la enfermedad que lo tuvo
postrado por varias semanas.
Despidióse el señor Internuncio con la más
afectuosa cordialidad del señor Meléndez y de
su señora esposa y en seguida pasó a la casa del
señor Rivas donde fue atendido cariñosamente.
El día siguiente, a las once de la mañana recibió
el ciudadano Presidente efectivo de la República,
Dr. Alfonso Quiñónez Molina, en la Casa Presiden
cial, al Iliistrísimo Internuncio Monseñor Marenco.
Todos los miembros del Gabinete estuvieron pre
sentes en la audiencia e hizo la presentación del
honorable Prelado el coronel don Francisco J. Rivas
al señor Ministro de Gobernación, Fomento y
Agricultura, doctor don Juan Francisco Paredes,
quien a su vez lo presentó al ciudadano Presidente
y a los demás funcionarios mencionados. Al final
de la visita fue obsequiado el señor Marenco con
una copa de champaña por el Jefe del Ejecutivo.
A las tres de la tarde, en nombre de éste, el señor
Subsecretario de Relaciones Exteriores estuvo
a visitar en su alojamiento al Ilustrísimo Inter
nuncio y a ofrecerle un concierto, espléndidamente
ejecutado por la Banda de los Altos Poderes.
Por la noche la ciudad obsequió al Internuncio
con una magnífica procesión de antorchas, de
carácter patriótico-religioso, promovida, a lo que
parece, por la Adoración Nocturna.
Berna! (Argentina). La iniciativa Salesiana
en la progresista villa produce frutos opimos.
Entre las hermosas instituciones sociales implamtadas últimamente, figura una Caja Doial. He
aquí algunos artículos de su reglamento;
A lt. lo — La Caja Doial tiene por objeto ha-
— 123 —
bituar a las jóvenes obreras a la ^^^tud del ahorro
para ayudarlas a formar vma dote para cuando
tomen estado, o si permanecieran solteras, se en
cuentren con un pequeño capital que habrán po
dido acumular sin grandes privaciones.
Art. 2® — La obrera podrá ingressar a los
12 años y deberá comprometerse a no retirar
sus depósitos hasta que se case o cumpla 35 años.
Art. 3® — Sólo en casos excepcionales, y
esto, por motivos muy fundados podrá conce
derse a ima obrera la extracción de los fondos de
positados en la Caja antes del tiempo arriba in
dicado, pero aún en este caso no tendrá derecho
a las primas que se le hubieran adjudicado y tenga
anotadas en su libreta. Así es que sólo retirará
su capital ahorrado con los intereses que hubiera
producido.
Art. 4® — La dote de la joven obrera se for
mará:
I® Del capital que cada ima ha}^ depositado:
2®De los intereses que este capital haya producido.
3° De las primas que cada año haj’^a merecido
por su buena conducta y su dedicación al ahorro.
Art. 5® — Las primas no serán entregadas,
sino que se depositarán en la Caja para que pro
duzcan también interés, pero se anotarán en la
libreta de la beneficiada.
Art. 6° — El capital .de la Caja Dotal se com
pondrá de:
I® Los donativos de los miembros de la Junta
y de las socias bienhechoras de la obra. 3® Las
colectas que se hagan en las fiestas que a sus tiem
pos se den a favor de la Caja.
Art. 7® — Los fondos de la Caja Dotal serán de
positados en un establecimiento de crédito de
notoria responsabilidad, tratándose de obtener
para ellos el mayor interés posible.
Art. 9® — En caso de fallecimiento se entregará
a sus legítimos herederos el capital depositado
en la Caja, con los intereses que le corresix)nda.
Art. II® — Habrá a la vez una Caja de Ahorro,
donde podrán depositar todas las economías
que gusten.
Nota. — La Comisión Directiva de la Caja
Dotal de Obreras, fiel al objeto que persigue de
ayudar a éstas en todo lo que está a su alcance,
ha establecido Restaurants económicos en dis
tintos barrios de la Ciudad, donde pueden ob
tener almuerzos a precios muy modestos. Tam
bién se han instalado en los mismos piezas amue
bladas en las cuales las obreras sin familias po
drán alojarse, abonando una pensión módica.
Asi mimo se preocupará la C. D. de distraer a
las obreras dándoles varias fiestas por año. Toda
obrera que p>ertenece a la Caja Dotal siempre
tendrá una ayuda decidida en esta Comisión.
Panam á. Recordarán nuestros lectores que un
grupo respetabilísimos de personas pidió al Go
bierno un lote para fabricar un Oratorio Festivo.
lá súplica fué escuchada. La Asamblea Nacional
de Panamá decretó el 8-11-19:
Artículo I®: Autorízase al Poder Ejecutivo para
que ceda a la Iglesia Católica por el término de
cuarenta años, prorrogables sucesivamente de
diez en diez años, el uso de un lote de terreno hasta
de -WR rriil metros cuadrados de los terrenos na
cionales del «Hatillo » c»n el objeto de formar
aUí un centro de recreo para niños.
Artículo 2® En el caso de que no se establezca
dentro del plazo de cinco años contados desde
la vigencia de esta ley, el centro de recreo para
niños que menciona el artículo anterior, o que se
destine a otros usos el referido lote de terreno,
se extinguirá la concesión expresada y el predio
volverá a poder de la Nación con todas las mejor:i.s
hechas en él y sin que ésta tenga que pagar in
demnización alguna.
— En el periodiquín Salesiauo La Acción, ha
llamos el siguiente curioso dato, doblemente in
teresante por el lado científico y por el lado....
económico.
4 Los Senadores Norteamericanos qtte visitaron el
Istmo en el mes de Marzo, dieron caza a un enonne
lagarto en las posesiones de Don Ricardo Arias, cu
la Chorrera.
El lagartcr en cuestión fué trasladado o Panamá
y nuestro insigne Cooperador, Don Ricardo Arias,
tuvo la feliz idea de exliibirlo, en el muelle inglés,
a beneficio del Hospicio de Hitérfaiios. En verdad
que era digno de verse, pues mide 18 pies, 8 pul
gadas de largo y 7 piés de circunferencia.
El Sabado 22 y el Domingo 23 de marzo fue
ron los días destinados a la exliibición y el producto
total de las entradas ascendió a $ 145.25. p. p,, por
lo que damos las más expresivas gracias al Sr.
Arias por su amabilidad y su espíritu filantrópico,
pues no deja pasar ocasión ningima sin hacer el
bien a los necesitados.
E l lagarto fué embarcado para Washington y
destinado a ese Jardín Zoológico».
Bien merece todos los honores ese ejemplar
rarísimo, (si es verdadero lagarto, y no caimán o
cocodrilo), que haría revivir los saurios de.épocas
geológicas anteriores.
Dos Salesian os. -j- Hay expuesta en (Buenos
Aires) una serie de artísticas fotografías y tra
bajos geográficos de indiscutible valor científico,
de las regiones Patagónico-Andinas, Humando
justamente la atención de todos por su esmerada
ejecución e interés.
Sobre estos trabajos de mérito, cuyo autor es
un humilde Sacerdote Salesiauo, el R. P. Alberto De
Agostini, se ha ocupado la prensa metropolitana,
insertando una de las revistas semanales las .si
guientes palabras: « .... Es un gran geógrafo
el P. Agostini. Ocho años ha dedicado a reco
rrer en toda su extensión la región fueguina,
estudiando hasta sus más mínimos accidentes y
y peculiaridades. Expondrá el resultado de sus
observaciones en una obra que editará en Italia.
Contendrá, entre otras cosas, un estudio compa
rativo de los hielos perpetuos de esta regirái ar
gentina y del de los Alpes, y una descripción y
QTiglkíR de la característica vegetación fueguina.
<También completará el libro de los Salesianos
Cajazzi y Tonelli, sobre los indios del Archipiélago,
cuya primera edición premió el gobierno de Chile.
<Estos trabajos científicos y los de otros Sale
sianos, como contribuyen a hacer conocer nuestro
territorio y a preparar el porvenir a la Nación,
no siemijre son tenidos en cuenta y mucho men s
fomentados jx>r quienes debieran hacerlo. Al con
trario, de tiempo en tiempo algún insípido empleado
de la burocracia escolar, con sueldo principesco
y formidables viáticos, se traslada a algún pueblo
de la Patagonia donde haya hotel confortable:
aprovechando los estudios de los Salesianos hace
una descripción de regiones que él no ha visitado
y escribe un informe en contra de los Salesianos.
Así se ha contribuido hasta ahora al estudio de
la Patagonia o.
Hasta aquí la Revista argentina. Al citar sus
palabras, le dejamos a ella la responsabilidad de
sus aserciones.
— El R. P. Pedro Marabini del Colegio de D. Hosco
era La Paz (Bolivia) inventó una red para defensa
de buques contra los ataques de sumergibles, que
fué muy alabada en los Estados Unidos, y re
comendada por el almirante Convor Rear al
Departamento de la Marina.
Simpático obsequio.
El Centro de Ex-alumnos D . Basco, domici
liado en Montevideo, mandó por Navidad como
aguinaldo al Riño. P. Albera 518 francos, con
la siguiente carta:
pintadísimo Padre:
Un dia por otro hemos demorado tanto en
enviarle este pobrísimo obsequio de los E.xaluinnos de esta Inspectoría « San José » del
Uruguay y Paraguay. Pero podrá V. R. decir
cou el adagio popular : « Nunca es tarde cuando
la dicha es buena », si bien no será tanta como
hubiéramos deseado, pues la grippe bursátil
está también aquí en su apogeo.
Quiera D. Hosco, nuestro Venerable Padre,
que al llegar a sus manos estas pocas monedas,
se multipliquen como multiplicó un dia las pocas
avellanas en manos de sus niños.
Nuestros Centros de Ex-alumnos están hoy
florecientes, como podrá V. R. darse cuenta por
nuestro periódico Don Basco. El pasado mes en
el Centro « Don Hosco » hemos inaugurado la
Biblioteca social y contamos ya con unas ocho
cientas obras o tal vez más. La Comisión en
cargada de ella nos pide solicitemos a V. R. un
libro con el autógraTo correspondiente para tener
el gratísimo honor de honrar con él nuestra
biblioteca.
En nombre de todos los E.K-alumnos de esta
Inspectorfa le augununos mil felicidades y ben
diciones en el nuevo año de 1919, bendiciones
y felicidades que ardientemente deseamos se
extiendan a toda la Congregación Salesiana, de
la que nos gloriamos formar parte como E x
alumnos. En nombre también de todos ellos
besamos a V. R. la mano y pedimos su paternal
bendición.
M ig u e l S a r a l e g u y ,
Presidente del Centro t Don Bosco ».
Jo sé M. O b e r t i.
Asistente Eclesiástico.
Efectivamente,hojeando el periódico D. Bosco,
órgano de la Asociación, se convence uno de
que no son meras palabras, sivo una realidad
hermosa, mayor que las palabras, que la Aso
ciación es fuerte, pujante, que el espíritu es
salesianísimo, legítimamente sellado con la marca
del entusiasmo juvenil, del optimismo sano,
del valor evangélico, de la caridad divina.
¡Qué amor hacia Cristo y su Iglesia; qué ca
riño confiado para con los que fueron y son
sus maestros y padres; qué solicitud por los
compañeros! ¡cómo los siguen a través de la
vida! Vivificados por la caridad, Dios no puede
menos de bendecirlos. — Y esos jóvenes son
una esperanza real y positiva para su Patria y
para la Sociedad. ¡ Bendito sea Dios!
La revista es preciosa: buen papel, magní
ficos grabados, secciones variadas, artículos y
poesías de índole diversísima, pero siempre
dentro del programa salesiano: mucha socio
logía, pero sin ser empalagosa, discreta dosis
de Apologética, amenidades, deportes, nada de
política, etc.
Hay secciones como ésta: „Ex-alumno5 que
triunfan; y aquí noticias referentes a los so
cios que se distinguen, como D. Mario Mén
dez, quien en una Exposición Internacional
agrícola e industrial gana una medalla de oro
y obtiene un « triunfo pleno, indiscutible »;
Ex-alnmnos que forman hogar, y aquí al lado
de felicitaciones, notas como ésta: « Tres liogures cristianos .más. Tres hogares en que se
gozará santamente y se sufrirá santamente.
Tres hogares en que se tendrán permanente-'
mente presentes las enseñanzas del Venerable
D. Bosco, tres hogares en que la imagen de
nuestra santa Madre Auxiliadora campeará
cual duefla y señora,
cual reina, cual madre.
Tres hogares en que se enseñará junto con
los benditos nombres de <•. papá » y « mamá »
los cien veces sanios de Jesús. José y María;
tres hogares en que padres e hijos pedirán en
sublime coro « el pan nuestro de cada día.. »
¡T res hogares cristianos i
¡Bendita casa que tales frutos produces! »
Ex-alumnos que suben a l altar; y aquí los
nombres de esos afortunados que decidiéndose
p>or el sacerdocio o el estado religioso, escalan
las alturas del sacrificio. — Siempre acompañan
los retratos estas crónicas.
f
— 125 Curiosa sección es el Epistolario, en la cual
bajo le amena forma de cartas y con toda la li
bertad y gracia a que este género literario se presta,
se estudian y resuelven problemas hondamente
ritales. A la vista tenemos una, fechada en Valle
de Lágritnas, Febrero 1919, sobre un tema...
palpitante... el pesimismo, en que se leen parrafitos tan sabrosos como el siguiente:
f Créeme, el pesimista es im ^ifermo moral, que
odia las cosas y la %rida, porque las juzga en su
interior torcidamente, no- conoce la realidád ama
ble que lo circunda y que le brinda anchuroso
campo para desplegar ima actividad benéfica.
Los mártires de una causa, los hombres de ideales
levantados, los paladines de una idea, los abnega
dos de verdad, jamás son pesimistas; son los que
«arrojados en la fe del optimismo, horadan, al
decir de un poeta argentino, la montaña, donde
pueden ». I/3S jjesimistas tienen arrestos heroicos tan
sólo cuando, se trata de quejarse de medio mundo
(ya puede poner también el otro medio), cuando
con gesto desdeñoso de misántropos, reniegan
de todo lo presenté y agotan todos los recursos
del ditirambo para enaltecer lo pasado; son en
fin, ediciones corregidas de aquel famoso can del
hortelano, que no comía él ni dejaba comer a los
demás y esto, es claro, lo hacen amparados por
títulos de experiencia semi-infalible y de hondo
conocimiento de los hombres, experiencia y co
nocimiento, querido •Luis María, que para mí
valen bien poco, por no decirte nada. Y a puedes
ir deduciendo si juzgaré pernicioso y pésimo al
señor pesimismo, si lo reputo uno de los venenos
más dañinos y corrosivos en la formación de los
grandes y nobles caracteres. Créeme no puedo
concebir una juventud fría como un cálculo, apá
tica para todo lo que sea elevación moral, una
juventud que sea las echa de desilusionada sin
haber bregado por el triunfo de un solo ideal
siquiera, sin haber sufrido una pena en bien de
los demás. ¡Oh! y ¡qué mal tan grande hacen
en este sentido ciertas lecturas, ciertos autores,
que han escrito con liiel de sus almas tenebrosas
acaso páginas literariamente inmortales !»
i-^í se habla y así se obra, Ex-aliimnos de los
Colegios Católicos!
L a g ratitu d en p rá ctica .
Bien sabíamos el cariño que nuestros ex-alumnos
guardan en su corazón por los institutuos en
que recibieron su primera educación y su forma
ción profesional, la amistad franca, sincera, cor
dial que los une a sus educadores; pero los argentino.s han dado una prueba tan grande, tan gene
rosa, tan esppntánea, que faltaríamos a un deber
sagrado, si no la diéramos a conocer a todos nues
tros lectores.
Era la primera semana del nuevo año, i9i9,
y se inauguraba entre los rayos y truenos de una
tempestad maximalista.....
Pero dejemos hablar al Sr. Inspector de las
Casas Salesianas, P. \’espignani, quien escribe
conmovido en el órgano local de los Qíoperadores
bonaerenses;
« Desde las primeras horas de las tentativas de
asalto a varios Colegios, vimos presentarse a nues
tras Casas grupos de ex-alumnos ofreciéndose
para estar de guardia durante el día y la noche,
y poniéndose a las órdenes de la Dirección, para
ir también a a defender otros Colegios de las Re
ligiosas, en los barrios más apartados.
Eran momentos difíciles: por doquiera ,se oían
tiroteos alarmantes, el tránsito de todo vehículo
estaba interrumpido, se veían incendiarse impu
nemente autos y carruajes: nadie jwdía resistir
a la oleada de esa turba de ]>v>pulncho formada
por gente dcsahnada y por muchachos incons
cientes.
En horas de tanta trepidación y peligro, aban
donando su pro])io hogar, sus bviemus madres
y hermanas, venían esos jóvenes generosos a
rodear su Templo y su Colegio, como el Paladic'm
de su Fe y de su Religión. Reunidos y organiza
dos en varios cuerpos de guardia, salían al anoche<'cr
como de su cuartel general (de Almagro) 5-^ en
piquetes de a cuatro bien armados se repartían
en las varias Comunidades de Religiosas, llegando,
(siempre de a pie, y algunos a poca distancia
de las descargas de los enemigos) hasta el lugar
del peligro.
Podríamos citar los nombres de los más abne
gados, que pusieron en peligro su salud y hasta
su vida, que vinieron padre e hijos a pasar las
cinco noches sobre nuestros techos, que dejaron
en su casa madre y hermanas temblorosas, orando
y gimiendo; y aun quisiéramos recordar algunos
que atemorizados en un principio por la gravedad
del-peligro, mientras se retiraban a sus casas
sintieron en su conciencia delicada como un re
proche de cobardía y volvieron por largo y pe
ligroso camino a su Colegio, para incorporarse de
nuevo a los valientes defensores !
A todos estos fieles amigos, a estos esforzados
campeones de la fe y de las Instituciones Cató
licas, nue.stros plácemes, con la expresión de la
más viva gratitud por parte de hi Iglesia y de la
Obra de Don Bosco ?■.
El P. Inspector prosigue así;
Una sola advcrtuicia o reflexión queremos
añadir sobre los hechos desa.strosos (jue no.s ame
nazan aun y que se van reproduciendo. La So
ciedad civil, la Patria y la Religión, no sólo nece
sitan una defensa actual y positiva al estallar
el motín o la conflagración social. Como discípulos
de Don Bosco debemos juntar tofias nuestras
fuerzas y prevenir estos males con una compacta
organización de todos los elementos católicos, de
todas las Instituciones, para la educación de la
juventud pobre y del mismo pueblo.
En estos días se sintió en toda la Capital y en
la República entera un clamor o un grito de indignacón y de protesta contra los atentados al
orden, a la autoridad, a las instituciones y a la
misma vida de los ciudadanos; todos experimen
taban un sentimiento de horror y de eq)anto,
todos deploraban los excesos del populacho. ¿Por
qué no aprovechar esas voluntades dispuestas
a defenderse del común enemigo, para señalar
a cada cual el puesto y la actuación que le corres.
— 126 —
poiide en la defensa del orden, de las tradiciones
de la Religión y de la Patria?
l’or parte nuestra hemos de invitar a todos los
IÍ2c-aIumnos y Ex-alumnas de Don Bosco a dax
nueva vida, mejor organización y constante coo
peración a los Oratorios Festivos de Don Bosco.
Busquemos niños y niñas oratorianos; estudiemos
las necesidades morales y materiales de esa niñez
pobre y de sus familias; ejercitemos el patronato
y el protectorado del niño y de la niña oratorianos,
que llegue hasta sus familias; formemos para
esto la Conferencia Vicentina del Oratorio y para
la niñez y familias del Oratorio; y de esta manera,
cumpliendo con el Programa y Reglamento del
Oratorio, según el plan del Vble. Don Bosco. re
formaremos las barrios de la Capital y habremos
contribuido en gran parte a la seguridad de las Ins
tituciones y al bien de la sociedad y de la Patria.
Este es el llarnado que hacemos a nuestros
valientes defensores, los Ex-alunnos y amigos
de Don Bosco: y ojalá, como hoy defendisteis
el orden, con máuser. muy pronto podamos ilus
trar nuestro Boletín con hermosos grupos de los
mismos y otros jóvenes, enseñando Catecismo
en los Oratorios Festivos! »
[Muy bien, Padre Vespignani I
¡Muy bieni Y entonces se realizará un vivo anhelo
de D. Bosco: la cristianización de las masas por
obra de los Ex-nlumnos y de los Cooperadores
Salesiauos. Cuán grande beneficio es el de recibir
una educación cristiana, el de conocer íntima
mente y amar a Dios, el de pertenecer a la Iglesia
Católical Nüiguna manera más adecuada de ma
nifestar al Señor nuestra gratitud, esa noble,vir
tud, «l’afecte mes sagrat, — que puga d ’ome en
cor gravar la man del cel *, como diría el poeta ca
talán, que hacer a otros partícipes de igual be
neficio.,, ¿qué otra cosa hicieron los apóstoles ?
cen sin saber cómo. No sólo madres de fami
lia con sus hijitos, no sólo personas que habían
sido por ella beneficadas, sino también caballe
ros, muchos caballeros, comerciantes y hasta
hombres de mundo, se arrodillaban ante ese ca
dáver que, sonriente, plácido, conservaba aún
el reflejo del alma inmensamente bondadosa que
lo había habitado y que acababa de tender el
vuelo a los brazos de Jesucristo. Y sin que na
die pudiera impedirlo, todos tocaban con esos
despojos, rosarios, medallas, relojes, sortijas.
N E e K O L t íü
La M adre Elisa.
El Instituto de las Hijas de Maria Auxilia
dora ha sufrido una de las más rudas y dolorosas pérdidas que en su liistoria registre, con
la muerte de la Rda. Madre Sor Elisa Roncallo,
acaecida la noche del 19 de abril en la Casa
Generalicia de Nizza Monferrato.
La noticia de su muerte se difundió rapidisimamente y como un rayo, por toda la villa y
la comarca; y no pecamos de exagerados aña
diendo que no hubo un hogar donde no se der
ramara una lágrima. Las tiendas y comercios se
cerraron en señal de duelo; y durante los tres
días que estuvo en capilla ardiente, íué un con
tinuo ir y venir del pueblo — en todas sus ca
tegorías sociales — a contemplar el cadáver de
la insigne religiosa y rendirle un último tributo
de gratitud, de afecto, de veneración. Era ese
movimiento espontáneo que la grandeza o la
bondad — que también es grandeza — produ
objetos caros al corazón. Y todos repetían:
« I Era una santa la Madre Elisa! »
Y todos hablaban de su gran corazón.' de su
bondad, de su caridad sin limites, de su dulzura
serena. < semejante a la de su Padre D. Bosco
y su Director D. Rúa ».
Las Ex-alumnas de la Escuela Norma! de
Nizza, sus ex-alumnas, reunieron el dinero su
ficiente y compraron el doble ataúd de madera
y el de cinc, no queriendo ceder a nadie ese ho
nor, y muchas de ellas repetían : « No quere
mos que la Madre Elisa se aleje de nosotras;
deseamos que pronto sea trasladada a la capilla
del Sagrado Corazón, que es su iglesia >.
El Clero de las tres parroquias deliberó ce
lebrar a sus expen.«ias el grandioso funeral. El
Alcalde y su Concejo se reunieron apresurada*
127 —
mente para determinar la intervención oficial y
dirigir un oficio de pésame al Instituto. El D i
putado, comendador Buccelli, se dió prisa a
presentarse, expresar su dolor y su alta estima
por la Madre muerta y asistir al oficio fúnebre
y con él todas las personas notables de la villa
y la región. Después de la absolución y bendi
ción del cadáver, el Rvmo. Sr. Vicario D. Juan
Lana pronunció un sentido elogio.
El día del entierro volvió a cerrarse el co
mercio. Todos los personajes importantes, más
el Pretor y el Subprefecto de Acqui, a la ca
beza de todo el pueblo, conmovido y orando,
trasladaron el cadáver al cementerio. La banda
insistió vivamente y se le concedió acompañar
el cadáver, tocando marchas fúnebres. Seguían
el féretro las Religiosas, Hijas suyas espiritua
les, las Ex-alumnas, las Escuelas Municipales,
los Profesores del Instituto, un piquete de la
Guardia Civil en uniforme de gala. Presidian el
duelo los Salesianos representantes del Rvmo.
P. Aibera.
Los funerales de la humilde religiosa fue
ron un triunio. ¡ Y bien merecido!
Elisa Roncallo nació en Manesseno (Génova)
el 30 de mayo 1856. A los 18 años .(12-V-1874),
entró en el Instituto de las Hijas de María Au
xiliadora fundado hacia dos años (agosto 1872).
Era tanto el celo de las 'nuevas religiosas, que
de todas partes se les pedían fundaciones, con
ser ellas pocas y pobres. En 1876, D. Bosco y
la Sierva de Dios, la confundadora Madre Mazzarello, resolvieron abrir el primer Oratorio Fes
tivo Femenil en Turín, y a su frente pusieron
a Sor Elisa, que a la sazón contaba ¡ 21 años!
¡Y qué acertados fueron en la elección!
Templada en la fragua del apostolado, y bajo
la inmediata direpción de D. Bosco y de D.
Rúa, habiendo crecido su virtud a la sombra
del Santuario de María Auxiliadora, Sor Elisa
desplegó la riqueza de su talento y sobre todo
de su corazón y fué promovida a la dirección
de la Casa Madre, con su Noviciado y su Co
legio ; luego fué nombrada Inspectora, luego
Secretaria General y por último Consejera Ge
neral del Instituto.
La Madre Elisa poseía el secreto de hacerse
amar, porque piadosa, caritativa, abnegada, sa
bia ir derecho a los corazones para elevarlos a
Cristo.
Su piedad, dulce, profunda, ilustrada, se ma
nifestaba especialmente en una ternísima devo
ción al Sagrado Corazón, al Santísimo Sacra
mento y a María Sma. Auxiliadora, y como una
aureola celeste se reflejaba en su frente serena,
dándole un no sé qué de atractivo y como de
luminoso, que infundía a un tiempo profundo
respeto e ilimitada confianza. Viendo a Dios en
todo, puede decirse que su activísima vida era
una oración no interrumpida: la oración activa,
que le recomendaba D. Bosco. A sus semejan
tes les llamaba * mi amado prójimo, ?/ mío
caro prossimo *; y viendo en ellos a Dios, les de
dicaba tiempo, fatigas, oraciones. ¡ Cuántas al
mas recibieron de ella luz, consuelo, dirección.
¡auxilio espiritual y material I Casi podría ase
gurarse que nadie se acercó a ella sin sentirse
mejorado. A nosotros, sin poderlo remediar,
cada vez que la veíamos, se nos acordaba de la
Madre Teresa de Jesús. ¡Amaba tanto el sufrir!
Su caridad tenía, armonizados maravillosa
mente, los caracteres que enumera S. Pablo.
Siempre serena, activa, paciente, sencilla, mo
desta, no había para ella acepción de personas ¡
hacía el bien sin mirara quién; era humilde y dulce
con todos, con las personas de casa no menos
que con los extraños; porque en todos veía las
« almas hermanas, hijas de un mismo Dios, que
las había creado a ellas y ella para que lo
amaran tanto, y, amándose mutuamente, sé
perfeccionaran en su amor». Esta frase com
prendía su vida.
¿De dónde le vino tanta perfección? La Ma
dre Elisa fué una de esas almas escogidas que
mejor supieron comprender y amar al V. Bosco.
y apropiarse su espíritu. La Madre Elisa .-tuvo
una devoción especialísima al Sagrado Corazón,
y fué un apóstol de su devoción. Sus numero
sas alumnas, muchas, de las cuales son profeso
ras en importantes institutos, aseguran que se
inflamaba cuando de Jesús les hablaba. Sin te
ner un céntimo, logró levantar en el instituto
de Nizza una capilla, con proporciones de iglesia,
que quedará como un monumento de su devovión al Sagrado Corazón de Jesús. Murió pro
nunciando su jaculatoria favorita: Cor Jesu Sacratissimum, inflamma cor nosiru7n.\. /« pace in
idipsum dormiam et requiescam.
Quizá este sea el secreto del grande bien que
hizo durante su vida, particularmente desde que
la confianza de sus Hermanas la elevó al Consejo
Superior del Instituto, en un cargo delicado y
en el cual siempre la confirmó, a través de va
rias elecciones generales, con creciente admira
ción y confianza.
Hacía algún tiempo que su salud estaba que
brantada: un agudísimo mal de corazón le pro
curaba sufrimientos indecibles, que los aconte
cimientos externos acrecentaban. Y sin embargo
nadie la oyó quejarse, nadie la vió rehusar el
trabajo ; cuantos acudían a ella seguían reci
biendo aliento, consuelo, luz; a su Instituto lo
edificaba no sólo con la palabra, sino princi
palmente con su espíritu de trabajo, de oración
de sacrificio, de unión con Dios.
Su memoria vivirá bendecida. ¡ El cielo envíe
al Instituto de María Auxiliadora muchas almas
del temple de la Madre E lisa!
D. Antonio Blanco.
Asistido por sus dos hijos sacerdotes y con
fortado con frecuencia con los Santos Sacramentos
durante su larga enfermedad, que sobrellevó con
paciencia admirable, entregó su alma al Creador,
en Buenos Aires, este buen padre de familia.
Cristiano de fe viva y ardiente, ofreció gus
toso al servicio del Señor todos los hijos que
le manifestaron el deseo de abrazar la carrera
eclesiástica y el estado religioso.
-
128 —
Uno de ellos el Pbro. Luis M. Blanco, salesiano, falleció en la escuela vitícola del Rodeo
del Medio en Mendoza, donde era celoso pro
fesor: el otro el Pbro. Magín Blanco, también
salesiano, es un inteligente organista y compo
sitor y profesor de solfeo, en la importante
Sellóla Cantorum del Colegio Salesiano de La
Plata.
El otro es miembro de la ínclita Compañía
de Jesús, eminente profesor de ciencias natu
rales en el Seminario Conciliar de Buenos Aires
y orador sagrado de nota.
El Pbro. José M. Blanco, es muy conocido
entre los intelectuales por haber pulverizado con
el martillo de la ciencia las teorías de Ameghino,
sobre el origen del hombre, ya en conferencias,
ya en polémicas de carácter científico.
P'l piadoso finado don Antonio Blanco, ade
más de ofrecer al Señor sus tres hijos varones,
también le consagró dos hijas que son Herma
nas de Maria Auxiliadora.
Una plegaria por su bendita alma.
D. Feliciano González.
Benemérito Cooperador salesiano: descansó en
paz el 8 de setiembre p. p. en Mosquera (Co
lombia). Talis vita, finís ita. Su muerte fué sosegatla y piadosa cual íué su vida, verdade
ramente ¡mtriarcal.
A su honorable familia, y especialmente a la
que compartió con él las dulzuras de una vida
de caridad y fervor cristiano, la infatigable bien
hechora, sra. Herminia G. v. de González, nues
tro más sentido pésame. Que la resignación cris
tiana sostenga sus almas atribuladas en el fiel
y constante servicio de Dios por toda su vida,
y nuestro sentido amigo reciba el premio de
sus virtudes. Los Salesianos de Colombia y en
especial el Noviciado de Mosquera conservarán
imperecedera la memoria de su marcado cariño
y solicitud paternal por los hijos de D. Bosco.
Débese a él en su mayor parte la buena or
ganización del Catecismo bajo la atinada di
rección de su Sra. Esposa y las Misiones y 40
Horas qne se celebran cada año en la iglesia
pública con abundante fruto espiritual.
El Exemo. Sr. D. Antonio López
de Neíra.
Con la paz del justo falleció el 6 de febrero p. p.
en V'igo (Pontevedra) a la avanzada ^dad de 92
años. Eigura de gran relieve, a los salesianos
nos tlistinguió con su afecto y protección. Desde
estas columnas enviamos nuestro más sincero
pésame, a su hija Da. Pilar, actual presidenta
de la floreciente .‘\rchicofradia de María A uxi
liadora en esta ciudad.
La Sra. Vda. de Juncadella y Uliva
de Barcelona, falleció el 25 del pasado Abril,
habiendo recibido los Stos. Sacramentos y la
bendición Apostólica. Rogamos a nuestros que
ridos cooperadores que la encomienden a Dios
en sus oraciones, y damos nuestro sentido pésame
a los parientes de la finada, ofreciéndoles un
memento especial en nuestras plegarias por el
eterno descanso de su alma.
C ooperad ores difantos.
Labateca: Srita. Manuela Julia Villamizar.
Barajas de Meló (Cuenca-España) — Sra. Da.
María Vicenta Ramos.
Cali — Ramona Núñez.
Cuenca (España) — Guadalupe Ramírez, Ale
jandro Palomo, Raimundo Sáiz, Demetrio Ló
pez Pbro., Carmen Zanon, Hilario del Barrio
Pbro. y Luisa Gallego.
Huerta de la Obispalía — Valentina Martínez,
Eugenia López, Jacinta López, Ana M. Cano.
Junia (Col.) — Judit Grijalba.
Puebla de D . Fadrique — María Organero.
Tondas — Francisco García y María Martínez.
Torrejoncillo del Rey — Paula Herráiz, Marcela
Barrios, Adela Herráiz y Guadalupe García.
1916. Córdoba (Rep. Arg.) — Sr. Demetrio Espi
nosa, Dr. José M. Alvarez, Ex-Gobernador de
Córdoba, Sra. Tránsito de Allende, Presidenta
Liga Damas Católicas, Sr. Rafael Atramada,
Sra. Mercedes de Castro, Sr. Dermidio Oliva,
Sr. Esteban Rlcetti, Sr. Bartolomé Nebbia.
1917. Sra Manuela V. de Espinosa, bienhechora
insigne, Manuela Bos de Ñores, Dr. Samuel
Bretón, Sra. Dolores A. de Cáceres, Sra. Con
cepción A . de Prado, Sr. Eduardo Peralta
Ramos, Dr. Leopoldo Román, Sr. Francisco
Valero, Sr. José Fassi, padre del P. Bartolomé
Fassi Director del Colegio de la Ensenada,
Sr. Miguel Nebbia.
1918. Sr. Dionisio Bustos, Sr. Teodomiro Páez,
Srita. Mercedes Roca, Sra, Valeria G. de Valle,
R. P. Luis Terzuelo Pbro. Párroco de Poíteña
D. C. C. A. Prov. de Córdoba, Sra. Ana de
Steifeld, Miguel Bruno, Claudio Marín.
R . I. P .
O r e m o s p o r n u e s tr o s a m a d o s d ifu n t o s , n p ll*
q u é m o s le s a b u n d a n te s s u f r a g io s .
S U P L IC A M O S
a todos los que nos escriban, se dignen usar
letra clara, especialmente en los nombres pro
pios de personas y lugares;
a nuestros suscriptores que cambian domicilio,
se sirvan comunicarlo a la Administración del
„ Boletín
para lo cual lo me\6r es remitir la
faja postal coa la nueva dirección.
Con aprobación de la .-Kutoridad Eclesiástica: Gerente: GEMINIANO FERR.ARI.
Establee. Tip. de la S.
Int. de la Buena Prensa. Corso Regina Margherita, N. 176-TURIN
-
Fecha
-
1919.07
-
1919.08