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Título
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BS_1914_01
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Descripción
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Boletín Salesiano. Enero 1914
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extracted text
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A Ñ O X X IX - N.
E n ero de 1914
Edición de España
I
52.
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l^olclín $ale$iano
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Turin — Via Golfolcngo N. 32.
SU M A RIO . — Carta anual del Revino. P. .Mbera a
los Sre*. Cooperadores S a l e s i a n o s ..................................i
Una imperiosa obra de p r o p a g a n d a .................................. 7
Discurso del Exmo. D . A lejandro Pidal
. . . .
^
Un monuniento y una feliz idea
. . . . . lo
Algunos prodigiosos hechos atribuidos a la inter
cesión del V e n . B o s c o ......................................................>2
Tesoro e s i> ir itu a l.................................................................
l-a Obra de D . Basco en la A i ^ e n t i n a ...........................14
B ib lio g r a fía ................................................................................. >6
Dk
n u e s t r a s m i s i o n e s . — Matto Grosso (Brasil!
A m o r o s o s ras,^o.'i <fe la D iv in a P r o v id e n cia .
G racias <ie Miiria . A u v i l i a d o i a .................................
P o r E l . M U K i i o sAi.KsiAN o: Felicitación y saludo
— La crónica del amor. — Crónica de lo.s Oral irios
F estivos — .Asociación de ex-Alum nos. — Noticias
de aquí y de a l l í .................................................
N e c r o l o g í a .................................................................
Cooperadores Salesianos d i f u n t o s ......................
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38
CRRTñ ANUAL DEL RVMO. P. ñLBERñ
a los Sres. Cooperadores Salesianos.
bien (jue podemos hacer. Por tanto,
la jirimera palabra que en este día
y Cooperadoras:
brota de mi corazón, es una palabra de
gratitud y reconocimiento para vos
L empuñar la pluma para otros, amados Cooperadores, benemé
daros cuenta de las obras ritas S r^ . Cooperadoras. Nosotros he
que con el auxilio de la mos rogado siempre por vosotros y con
Divina Providencia y de tinuaremos rogando siempre, para que
vuestra generosidad hemos podido lle Dios os bendiga a vosotros y a vuestras
var a cabo durante el año pasado y de familias, prospere vuestros intereses
las que, Dios mediante, hemos de inau materiales y morales, cumpla vuestros
gurar en el que empieza, un cúmulo de deseos y, si es de su agrado, os otorgue
ideas se agolpan a mi mente. Veo ante aún en esta vida, el premio que me
raí a todos mis hermanos cjue en pun recéis.
tos tan diversos trabajan por la gloria
de Dios y la salvación de las almas, y
Bendigamos al Señor.
doquiera les veo rodeados, auxiliados,
Una prenda de esta predilección di
sostenidos por numerosos y celosos gru
vina
yo la veo en el hecho de que, lejos
pos de cooperadores, a quienes, des
de
cejar,
se conserve y se aumente
pués de Dios, somos deudores del poco
Beneméritos Cooperadores
nuestra obra, no obstante las numerosas
y dolorosas pérdidas sufridas, pues
además de algunas decenas de carí
simos hermanos, la muerte nos ha arre
batado más de 500 Cooperadores, al
gunos de ellos insignes por su posición
y su especial benevolencia para con la
obra salesiana. ¡Que Dios, rico de gra
cia y de misericordia, les dé a todos la
corona de gloria, que se han entre
tejido con sus obras durante la vida!
Vosotros, entre tanto, recibid, con mi
más expresiva gratitud, la formal pro
mesa de nuestras oraciones, y aceptad
nuestros férvidos votos por nuestra
prosperidad y dicha.
Y no sólo personalmente debemos
bendecir al Señor por estos y otros
beneficios, sino que debemos hacerlo
como miembros de la Familia que a El
plugo crear y agrupar al rededor de la
Cruz, por medio de D. Bosco. Salesianos y Cooperadores, unidos en un mismo
ideal, laboramos de común acuerdo
para acelerar el reinado de Jesucristo
en medio de la sociedad, siguiendo un
mismo programa de acción, que es el
programa trazado por D. Bosco. Por
esto las dificultades y las pruebas
que se interponen en la actuación de
estos ideales, son pruebas y dificul
tades, ansias y congojas comunes,
como comunes son los consuelos y
alientos de que el Señor nos va sem
brando el camino de la vida.
Sí, también el año de 1913 corrió no
exento de cruces y dolores, pero tam
poco estuvo desierto de rosas y conso
laciones dulcísimas.
I.a mayor de éstas nos vino del santo
empuje, del entusiasmo ardiente con que
en todas partes se celebraron el X X ^’
aniversario de la muerte de D. Bosco y el
Centenario constantiniano. El Boídin
Salesiano os ha dado cuenta de las so
lemnes conmemoraciones celebradas,
de los discursos de eminentes perso
najes, de las grandes alabanzas que
los diarios de todos los colores y ten
dencias han tributado a la memoria
de D. Bosco. Y sin embargo, las rela
ciones de E l Boletín han sido muy in
feriores a la realidad. E ra necesario
ver, como he visto yo, ciudades ente
ras conmoverse y exaltarse al eco de su
nombre, como si se tratara del perso
naje más ilustre y benémerito de su
propio suelo; oír a los mayores orado
res declararse impotentes para tejer
su panegírico; y mirar estrechamente
unidas en estos homenajes imponentes, a
todas las autoridades eclesiásticas, mili
tares y civiles, a los Rectores y profeso
res de las Universidades y los Institutos,
las familias más ilustres por su sangre
y su posición, las multitudes inmensas,
las poblaciones enteras que formaban
en su nombre como una sola familia.
Eterno será en mi memoria el re
cuerdo del largo viaje realizado a través
de la Católica España el año de 1913.
En medio de las pruebas de benevolen
cia y respeto de que se rodeó mi po
bre persona, como « causa de todas
ellas », quedará indeleble en mi cora
zón, reconfortante y hondísima, la vi
sión de la estima, el amor, la venera
ción unánime por D. Bosco.
En esta maravillosa demostración
universal, que a mi humilde entender,
es una parte del premio que Dios con
cede a la humildad de sus Siervos, des
cuellan, y con razón, nuestros Antiguos
Alumnos. No bien el consejo directi\'o
de su Federación lanzó la idea de erigir
al común Padre y Educador un mo
numento en la plaza de María Auxi
liadora en Tiirín, e liizo un llama
miento a su gratitud para la suscrip
ción necesaria a la actuación de la no
ble idea, se levantó tal entusiasmo y
noble porfía entre ellos, que, no lo
dudo un instante, mu}’ pronto veré
cubierta por ellos mismos y ellos solos,
la cantidad necesaria para la erección
dcl monumento.
—
Bendiagmos por ello al Señor, que
parece quiera E l mismo acrecentar la
fama de santidad de su Siervo, aún
multiplicando las gracias y favores —
algunos verdaderamente estrepitosos
— mediante su intercesión; y demos
trémosle nuestra gratitud con la ora
ción de acción de gracias y con obras
santas, recordando que el mejor modo
de atestiguarle nuestro reconocimiento
es el de mostrarnos cada día más dig
nos de tan excelso Padre.
Otro motivo de particular consuelo,
que a la Divina Bondad plugo dar a la
Familia Salesiana, yo lo veo en la di
fusión cada día mayor del suavísimo
culto de María Auxiliadora. Preciso es
confesar que D. Bosco anduvo inspi
rado al proponer a sus Hijos espiri
tuales la devoción a la Sacratísima
Reina de los cielos bajo el título de
Auxilio de los Cristianos, si este tí
tulo en tan breve tiempo ha obtenido el
más rico esplendor de obras de fervo
rosa y práctica piedad. Basta, oh ama
dos Cooperadores, dar un vistazo a las
numerosas iglesias y capillas erigidas
a la Celeste Protectora en todas partes
del mundo, y a las que se están levan
tando, y contar los altares en que se
ostenta su amable Imagen, circundada
frecuentemente de docenas y centena
res de ex-votos de oro y plata, que pren
da son de los favores otorgados; pasar
la vista por las numerosísimas Asocia
ciones de sus devotos, establecidas ca
nónicamente y agregadas a la Archicofradía que reside en Valdocco, y en las
cuales se cuentan varios millones de
personas de todas clases, que se glo
rian de velar por su culto y cantar sus
alabanzas; basta esto, para vemos obli
gados a repetir: A Domino factum est
istud, et est mirahile in oculis nosiris :
El Señor es quien en ima época de
materialismo, de indiferencia religiosa
y de incredulidad, ha suscitado tan
gran fer^’-or; solo E l podía realizar
i
—
un prodigio tan maravilloso a nuestros
ojos.
Esto solo, que en sí mismo es, sin
duda, dulcísimo para cuantos aman
las obras de Dios y admiran la Obra de
D. Bosco, no puede, en la inminencia
del centenario del nacimiento del Siervo
de Dios y del centenario de la fiesta li
túrgica de María Auxiliadora, no puede
dejar de tomar una expresión especial,
llena de santas esperanzas y de alegrías
inefables.
Obras realizadas en 1913.
Bajo tales auspicios, la Obra de D.
Bosco realizó durante el año que acaba
de expirar, un bien no despreciable.
E n primer lugar, ella prosiguió fe
lizmente el apostolado emprendido en
años anteriores; y fué este, como siem
pre, el mayor prodigio de vuestra ca
ridad. Por vosotros, en efecto, amados
Cooperadores, nuestros Oratorios fes
tivos, nuestros Hospicios, Escuelas, Co
legios e Institutos de educación con
tinuaron siendo el puerto de salvación
de muchos niños, y mientras en las
varias misiones, siguieron gozando asis
tencia material y espiritual numerosos
escuadrones de neófitos, por medio de
otras obras, millares de personas dis
frutaron también de los beneficios de
vuestro celo admirablemente distri
buido y fecundamente activo.
Amén de lo que he llamado « el ma
yor prodigio de vuestra caridad i>,
nacieron varias obras nuevas, que no
puedo menos de tocar ligeramente.
L a primera, si no en orden de tiempo,
sí ciertamente por la importancia de
los gastos, fué la expedición de 6o
nuevos misioneros, esperados como án
geles del cielo en muchas de nuestras
casas, extremadamente pobres de per
sonal e incapaces de procurárselo por
sí mismas. Ellos se despidieron de nos
otros a los pies de María Auxiliadora
el 4 de Octubre: y vosotros no podéis
formaros una idea de las angustias que
sufre mi corazón al leer las urgentes y
conmovedoras cartas que continúan
llegándome de todas partes, siendo
dondequiera escaso el número de obre
ros evangélicos, frente a las demasiado
graves necesidades. Y sin embargo,
no íué posible hacer más, también
porque nos vimos obligados a abrir
nuevas casas en el Antiguo Continente.
En Italia: liemos tomado definitiva
mente la dirección del Oratorio Fes
tivo y de la iglesia pública en Fútale
Emilia, adonde y a iban desde hace dos
años algimos de nuestros hermanos de
Parma; — gracias a la institución de
una Obra post-escolar, hemos conver
tido en diario el floreciente Oratorio
Festivo de Bor^o S. Donnino ; — se ha
inaugurado un Oratorio Festivo en
Varazze; — y hemos establecido una
nueva casa en Toi^re Annunziata, en
el Golfo de Ñapóles, para la educación
de la juventud de aquella numerosa
]K)blación.
Una fundación de alta importancia
se ha llevado a cabo en Hungría. Hace
dos años que para satisfacer insisten
tes súphcas de muchos Cooperadores
húngaros, habíamos abierto en Cavagliá bielese, una casa para sus com
patriotas. Muchos de éstos se alistaron
en las filas de nuestra Pía Sociedad, y
ahora, habiendo algunos de ellos ter
minado sus estudios y ordenádose de
.‘íacerdotes, nos hemos hallado capaces
de abrir una casa en el corazón mismo
de Hungría, a i Szenlkereszts, cerca de
Bajóth, y hay fimdadas esperanzas de
que, con el auxilio del Señor, a ésta se
guirán a i breve otras fundaciones.
Contemporáneamente, y como para
no perder nunca de vista el fin prima
rio de nuestra Pía Sociedad, hemos asu
mido la dirección del Oratorio Festivo
de Isola en el Gofo de Trieste; — abierto
uno nuevo en Rovigtio al S. E. de la
Península de Istria; — y establecido
una nueva residencia en Adalia, en
el Golfo del mismo nombre, en la Tur
quía Asiática.
Dos nuevas fundaciones se verifi
caron en España. Ea primera es la de
Alicante (ciudad), en donde, por eícelo
emprendedor de esos valientes coo
peradores, y especialmente del Abad.
M. I. Sr. Canónigo Nájera, que a nadie
cede en el amor a D. Bosco y a su obra,
han nacido como por encanto, un nuevo
Colegio 5^ una espléndida iglesia de
dicada a María Auxiliadora. — Ea
otra fundación es la de Triana (Sevilla),
cuya actividad se desplegará sobre todo
en el Oratorio Festivo.
Otras obras no menos importantes se
han llevado a cabo o se han proseguido
o iniciado: aludo a las muchas construc
ciones en nuestros institutos, imperio
samente exigidas por las necesidades
locales; y sobre todo, a las muchas igle
sias que por su importancia y dimen
siones bastarán por sí solas, amados
Cooperadores, para atestiguar a un
mismo tiempo la constancia de vuestra
generosidad y la vitalidad de las Obras
de D. Bosco.
Algunas de ellas fueron terminadas
en 1913, como las iglesias de María
Auxiliadora en Concepción de Chile y
del Sgdo. Corazón de Jesús en Bahía
Blanca (República Argentina); pero
muchas son las que se hallan todavía
en construcción. Recordaré — además
de las ya conocidas, como las de S.
Agustín en Milán, la de la Sagrada FamiUa en Florencia, las del Sagrado Co
razón y de S. José en Barcelom —
esta última de extrema urgencia, por
hallarse en un barrio obrero, numero
sísimo cuanto escaso de asistencia re
ligiosa; — la del Sagrado Corazón en
Casalnionferrato ; la de S. José en Przc~
myél en GaUtzia, la de la Inmaculada
Concepción en Punfaretuis, las de María
Auxiliadora en Talca y Linares (Chile)
generosas Cooperadoras, mientras per
manecen y a veces se aumentan, las
necesidades de auxilio y de aliento.
¿Cómo es posible remediar a estas dolorosas pérdidas? Buscando y hallando
otras almas generosas que ocupen el
puesto de las que Dios ha llamado a re
cibir el premio de su caridad; y a estt)
debe también mirar vuestro celo, ama
dos Cooperadores, celosas Cooperado
Propuestas para 1914.
ras. Del mismo modo (pie nosotros
Con tantas obras entre manos, no hacemos a nuestra Obra el mayor ser
quiero ni debo, amados cooperadores, vicio procurándole nuevas vocaciones,
proponeros nuevas empresas que ven también vosotros se lo hacéis a la Pía
gan a gravar nuestra caridad, y a so Unión, y a la Pía Sociedad le presta
brecargada de empeños, y me limitaré réis el auxilio mayor, procurando ga
a mencionaros una sola, imponiéndome nar para ella otros corazones í^ue des
la obligación de indicaros anticipada pués de vosotros puedan continuar la
mente algimos medios que no sólo nos obra generosa, la imsión nobilísima.
facilitarán la manera de hacer frente a Con este ideal y enderezado a este
los empeños que necesariamente nos fin, procurad educar el espíritu y el
hemos tenido que imponer, sino que corazón de vuestros hijos; y, hablando
asegurarán un progresivo desarrollo de D. Bosco y de sus obras, de su ca
rácter y fin, y sobre todo, <Íe la nece
de nuestras Obras.
E l primer medio que os propongo es sidad que de ellas tiene la moderna
el de buscar y hacer nuevos coopera sociedad, esforzaos por suscitar en
dores. Si es maravillosa para un ojo dondequiera nuevas falanges de coo
profano la rapidez con que la Obra Sa- peradores. Recordad que haréis siem
lesiana se ha difundido por el mundo, pre una cosa providencial y mere
cesa la maravilla para quien considera ceréis nuestra eterna gratitud, sea (pie
el gran número de almas generosas — nos enviéis el óbolo de vuestra cari
y esto es más admirable aún — que, dad, sea que nos proporcionéis un
desinteresadas, nobles, han consagrado nuevo cooperador, una nueva coope
sus fuerzas y recursos a apoyar moral radora.
E l segundo medio que tpiiero seña
y materialmente al Venerable Funda
laros,
para auxiliarnos con más efi
dor. Las nobles familias Cays, Fassati,
cacia,
es
el de difundir la Obra de María
De Maistre, Callori, Ugoccione, Colle,
Auxiliadora
para los vocaciones de -jóve
Pascual, Chopitea, Martí Codolar y
tantas otras, fueron quienes, por dis nes adultos al estado eclesiástico. No
posición adorable de la Divina Pro\’i~ es necesario cpie yo os demuestre cómo
dencia, hicieron posible a D. Bosco el hoy en día vuelve a dejarse sentir im
desarrollo y multiplicación de su Ora periosamente la deficiencia de vocacio
torio. Lo propio, en las debidas pro nes sacerdotales y por esto, cuán ne
porciones, sucede en la fundación y cesario, cuán urgente, cuán a propósito
es difundir y sostener esta obra de D.
desarrollo de toda casa salesiana.
Pero el tiempo huye, y con él desa Bosco. « Ella, escribía nuestro amado
parecen de nuestro lado los más insig Padre, está puesta bajo los auspicios
nes amigos y bienhechores, las más de María Sma. Auxiliadora, porque
y, para no mencionar otras, los monu
mentales santuarios que se dedicarán
a María Auxiliadora en Lima y Mon
tevideo, en Niciiicroy (Brasil) y Méjico
(capital), las cuales formarán otros
tantos recuerdos permanentes del Pri
mer Centenario de la Fiesta litúrgica
de nuestra amorosísima Madre.
—
siendo María proclamada por la Iglesia,
magnum et singuiare in Ecclesia prae~
sidium, se dignará ciertamente proteger
una Obra que tiende a dar a la Iglesia
buenos Ministros. Y en efecto, Dios
concede innumerables gracias a quien
invoca a su Madre Santísima bajo el
título de Auxilio de los Cristianos ».
Pero para ello « no hay medios estables,
la Obra está completamente confiada
a la piedad de los fieles, y especial
mente a la caridad de los Cooperadores
Salesianos. Cada uno puede concurrir
como Oferente, Corresponsal, Bienhechor.
I®. Los Oferentes se obligan por
10 céntimos al mes, o i franco al año.
Para los Señores sacerdotes, basta que
celebren una misa al año, cediendo el
estii)endio a beneficio de la Obra.
2.^ Corresp07isales son los que, en
honor de los doce Apostóles, se ponen
a la cabeza de una o más docenas de
Oferetites y recogen sus ofertas, trasmi
tiéndolas al Sr. Director de la Obra.
Los Corresponsales reciben con grati
tud cualquier oferta, aunque fuera la
de cinco céntimos al año.
3.0 Bienhechores son los que hacen, a
voluntad, alguna oferta, sea en dinero
sea en especie, como comestibles, ro
pas, libros etc. Los que hacen al insti
tuto una oferta de 300 o 400 francos
pueden mandar un joven al instituto ».
Hasta aquí el V. D. Bosco.
¡Oh! si todos los Cooperadores sacer
dotes, escuchando su paterna invita
ción, se hicieran Oferentes o Corres
ponsales, y los imitaran nuestros be
neméritos Celadores y Celadoras...!
¡Oh! si hubiese varias familias que
se quisieran inscribir entre los Bienhe
chores, para tener el mérito de dar a la
Iglesia uno o más sacerdotes, los cuales
rogarían diariamente según sus inten
ciones y las harían partícipes de todas
las obras buenas que realizaran du
rante el ejercicio de su ministerio!
¡Plegue a Dios que mi pobre, pero
6
—
esperanzada palabra, encuentre eco
entre nuestros amados Cooperadores!
Esto supuesto, no puedo menos de
proponeros otra obra que ciertamente
nos someterá a nuevos sacrificios, pero
que es de una extrema necesidad, y
es, la asistencia espiritual de la
Nueva Patagonia. L a Patagonia de hoy
no es y a la Patagonia de 30 años hace.
En aquellas inmensas regiones, las
orillas de los ríos y las faldas de las cor
dilleras se van poblando de aldeas y
villas de 500, 1000 y 2000 habitantes,
en sir generalidad emigrados de Es
paña e Italia, la mayor parte de los
cuales, como ya os lo decía el año pa
sado, están privados de toda asistencia
religiosa, porque los pocos Misioneros
destinados a esta obra, apenas pueden
visitarlos una vez cada año... o cada
dos... o cada tres. Urge, pues, estable
cer, a lo menos en los principales sitios,
nuevos grupos de Misioneros, a quie
nes sea fácil visitar las poblaciones,
darles convenientes cursos de instruc
ción religiosa, ofrecerles comodidad
para bautizar a sus hijos, para confe
sarse, para comulgar, para celebrar re
ligiosamente sus matrimonios, hasta
que la Divina Providencia nos mande
los medios necesarios para edificar las
iglesias que deben servirles de parro
quias. A este fin me pronpongo desti
nar nuevos padres y una parte de vues
tras limosnas, piadosos y celosos Coo
peradores.
Y termino, pero antes de soltar la
pluma siento la necesidad, amados
Cooperadores, generosísimas Coopera
doras, de aseguraros nuevamente nues
tra más viva gratitud y nuestras ora
ciones. Nosotros os recordamos y
os recordaremos en nuestras oraciones.
Cada día, en el Santuario de María
Auxiliadora y en todas las iglesias y
Casas Salesianas, mañana y tarde se
dirigen al cielo por vosotros especiales
oraciones, « a fin de que, como decía
fundir nuestra prensa; nos lo impone el ins
tinto de conservación, e l espíritu de proselitismo.
¡ Y esto es tan fácil y es tan dulce!
^Quicn no puede hablar del Boletín Salesiano,
de las Lecturas Católicas? ¿de las demás publi
caciones salesianas, y después de leerlas nosotros
misynos, darlas a leer a nuestros amigos y cono
cidos, a los obreros, a los niños, a los pobres f
¡ Y qué dulce satisfacción la que se expe
rimenta /
D ais a un hambriento una limosna, prodi
gáis un consuelo a un afligido, decís una pa
labra de aliento a uno que desmaya, y al
momento sentís dulcedumbre de miel esparcirse
en vuestro corazón : es la satisfacción del deber
cumplido, de la catidad practicada.
Pues bien, un buen libro, una buena página
es una limosna excelente, decía nuestro Vble,
Padre; que no sólo de pan vive el hombre;
es con frecuencia un consuelo, es una voz de
aliento y de esperanza ; tal vez... la salvación...
como lo fu é para S. Agustín y S. Ignacio y...
para tantos Agustines e Ignacios.
.Además, todos nosotros, quién más quién
menos, solemos dar un regalo en un cum
pleaños, en ocasión de una primera Comunión,
como premio a un niño, como obsequio a un
amigo. Pues bien ¿por qué no dar un tomó o una
suscripción de las Lecturas Católicas, de los Libros
de premio o de Lecturas instructivas o recreativas ?
Por lo menos se sabe de antemano que son segu
ras, inofensivas para la inocencia, más aún,
expresamente escogidas para fomentar la virtud.
Varias son las casas salesianas que las
Quizás ninguna obra reclama hoy tanto la editan; en general las grandes Escuelas pro
atención de los católicos, como la diftisión de fesionales del Arte Tipográfico. A sí, por
la Buena P ren sa ;y con razón; sin exageración ejemplo, la casa de .Sarriá-Barcelona en E.cpaña,
puede decirse que de ella pende la suerte de la publica periódicamente sus Lecturas Catí'ilicas,
sociedad: ella edifica o destruye, sana o enve- para cura recta redacción ha buscado brillantes
neyia, da la fam a o la quita; los propagan plumas, entre las cualesfiguran Severino Aznar,
distas de la prensa son los hombres del día,
Maria de Echarri, Aurora Lista... que tratan te
y nuestros buenos y celosos cooperadores, no mas de importancia y actualidad; publica elegan
pueden dejar de pertenecer a este escogido nú tes volúmenes para premios; publica la revista El
mero de personas de actualidad; más aún,
Vble. Bosco y el Tibidabo, para difundir la devo
como cooperadores salesianos, deben trabajar ción a l Sgdo. Corazón de fesús; publica la hocon ese fin , siendo la Buena Prensa uno de los jita semanal El Oratorio Festivo, pequeño, pero
fines de la Obra Salesiana.
amenísimo y útilísimo periodiquin para niños.
Desde luego conviene robitstecer los diarios ¡ Y los precios de suscripción son tan módicos /
V revistas católicos que defienden nuestros in
Llamamos, pues, la atención de nuestros
tereses y nos dirigen en las luchas de la vida, amadísimos Señores Cooperadores, sobre esta
Psta es una obra de justicia social; se nos obra importante, sobre esta manera especial de
impone por e l hecho de ser católicos. Y no cooperar con los Salesianos a difundir las
seria mal que, prudentemente, pero con fir sanas ideas y sobre iodo los ideales del Vble.
meza, fuéramos encaminando a ello parte de Don Bosco, a quien vosotros reconocéis como
¡a actividad de nuestras juventudes.
enviado especial de la Divina Providencia para
Pero como miembros de la Pia Sociedad remediar mtuhos de los males que atormentan
Salesiana, como cooperadores de la Obra de a nuestra sociedad.
Don Bosco, debemos ante todo sostener y di
nuestro V. Padre, os conceda salud
estable y vida feliz, os conceda la con
cordia y la paz en \uiestras familias, la
prosperidad en vuestros intereses, la fer
tilidad en vuestros campos. En una pa
labra, nuestras oraciones se encaminan
a implorar las divinas bendiciones sobre
vosotros, a fin de que, después de haber
pasado días felices y tranquilos sobre la
tierra, podáis gozar el fruto de vuestra
caridad, en lo más alto de los cielos »;.
Dignaos también vosotros encomen
dar al Señor a todos los Hijos de D.
Bosco, y especialmente a quien es y
será siempre en el Dulcísimo Corazón
de J esús.
Amados Cooperadores y Beneméritas
Cooperadoras,
Agradecido y seguro Servidor,
l Dü ¡ietiosa obla be pfobaaanba.
— s —
D O C U M E N T O S S H L E S IE N O S .
DISCURSO D E L EXCMO. D ./\L E J A N D R 0 PIDAL
en la Velada de Madrid ai P. Albera.
Señor,
E l pueblo católico de Madrid, por la voz del
más humilde de sus hijos, os saluda con júbilo
en el día alegre de hoy al miraros aparecer en
su recinto, porque, en medio de las horas tristes
que atravesamos, ve resplandecer sobre vuestra
frente, coronada por la doble majestad de
vuestras virtudes y de vuestros años, la triple
aureola del reflejo del nombre santo de vuestro
inolvidable Fundador; ¡los celestes fulgores de
la diadema de estrellas que orla las sienes de
María* Auxiliadora! y los alegres resplandores
del sol ardiente de la caridad heroicamente ejer
cida, y derramada en haces de rayos de oro so
bre las almas y los cuerjjos de miles de millares
de niños pobres y enfermos en los innumera
bles asilos, oratorios, colegios, escuelas, granjas,
misiones y lazaretos que al conjuro santo del
amor ha hecho brotar la piedad de vuestros her
manos en todo el ámbito de dos mundos.
Porque, cosa es ya de todos sabida por ser
a todas luces evidente, que el mundo se muere
hoy de falta de Amor, ¡que el virus interno que
le corroe y le destroza es el virus del egoísmo, y
que el odio de clases que empozoña la llamada
cuestión social no es más que una variante y
una aplicación más amplia de aquellos siete
pecados capitales que sólo conocen como remedio
las siete virtudes de que se compone el amor!
Amor que, caído como rocío del cielo sobre los
yermos corazones agostados por el egoísmo, los
hace florecer y fructificar en hermosas flores y
abundantes fm tos de paz, de armonía y de unión,
apenas los toca con el fuego bienhechor de la
(ibuegacióft, la mano heroica del sacrificio.
Y la Providencia divina, que como madre
amorosa siempre atiende a las necesidades de
sus hijos, íúempre envía en cada una de las crisis
que sufre la humanidad para la bancarrota dd
amor, hombres extraordinarios, amadores por
infinita manera sublimes, que reparen los estHigos de estas universales
del corazón,
abriendo en el suyo la inexhausta fuente de la
caridad, cuyos desbordados raudales anegan
con sus ondas celestes el árido campo social,
trocándolo, de eriales desiertos en frondosos y
florecidos vergeles. Así en\nó en la época misma
que atravesamos, enfrente de las dos barbaries
sociales del individualismo y del socialismo
enemigos, de la justicia sin caridad de los unos
y de la caridad como justicia de los otros, la
justicia, perfeccionada en la misericordia i>or la
caridad ó sea el amor a los hombres por el amor a
Dios de los santos, [caridad que enderra y que
resume toda la ley, abarca y comprende toda
la dvilizadón y contiene 'el germen divino de
toda la inmensa feliddad terrestre j cdeste
del hombre!
¡El Nombre de este enviado de Dios.^ ¡ya lo
sabéis!, lo besa vuestro corazón con los labios!
E s el Nombre mil veces bendito, ¡mfl veces
adamado! ¡triunfal! el Nombre popúlarísimo.
¡excelso!, escrito con caracteres de luz en el seno
de todo corazón atribulado y con caracteres de
gloria sobre las tristes y desvalidas cunas de la
niñez desamparada y enferma! ¡El Nombre di
vinamente inmortal d d Venerable Padre Don
Juan Bosco!
Ese fué d Nombre del hombre de Dios! del
enviado del Altísimo! del embajador de ¡a Provi
dencia! cuyas tínicas credenciales eran las Obras
de Misericordia selladas con el sello de la caridad.
que es d sello oficial de los cidos.
Todos sabéis cómo recibió el mundo esa Ca
ridad, como recibe siempre d Odio la visitadón
d d Amor! Pero todos sabéis también cómo el
Amor acabó por vencer al Odio!
y después de una era de persecuciones y de
atentados y de crímenes a que sólo contestaba
el Hombre enviado de Dios con beneficios, el
Mundo de las pasiones cayó postrado de liinojos
ante d cielo de la virtud, y la estela de sus glo
riosas y caritativas fundaciones se extendii»
sobre la haz de la tierra haciendo de su Nombre
una institución! ¡de su congregación, una legión
de héroes del amor de la caridad!
E n d universo dvilizado nadie pregunte hoy
por sus títulos. Como su Divino Maestro, puede
contestar enseñando los enfermos curados y los
pobres evangelizados! un laigo poema del dulzura,
de misericordia y de caridad que forma la inmor
tal epopeya del amor es la obra d d apóstol de
los tiempos modernos!
Pues bien, señor Don Albera, si Dom Bosco
era el envnado de Dios, vos sois el enviado de
— 9 —
Don Bosco. Así consta en el seno de vuestra
Congregación y así lo atestiguan las palpitacio
nes de los corazones de todos. Y por eso el pueblo
católico de Madrid ferv’^orosamente os saluda, y
rendidamente os acoge, y espontáneamente se
os ofrece 3’ encarecidamente os pide que, uniendo
en uno, con la gracia de Dios y con las bendicio
nes de Don Bosco, los esfuerzos y las oraciones
de todos, hagáis brotar como Moisés con la
vara colocada en vuestras manos por las pre
dicciones de Don Bosco y los decretos del A ltí
simo, de la roca del egoísmo sensualista contem
poráneo, el manantial- de la caridad, las aguas
vivas del amor, la fuente inágotable de la mise
ricordia, que ensanche piadosa la estrechez de
estos muros sagrados, establezca escuelas pro
fesionales de artes y oficios, oratorios capaces
para acoger la vagancia de niños pobres por las
calles, escuelas de primera enseñanza en que se
enseñe teórica y prácticamente el Catecismo,
para restar agentes 3’^víctimas al \ricio, arrancar
a la logia y al presidio una presa, formar ciuda
danos para la Patria y el cielo y dar a la familia
y a la sociedad hombres útiles en vez de hombres
perversos, que lleven a la humanidad por las
anchas vías del progreso al alcázar de la civili
zación, en vez de despeñarle por los precipicios
del error, de la blasfemia y d d mal en los abismos
sin fondo de la barbarie.
Así, dándonos vos omnipotentes auxilios del
cielo y dándoos nosotros niños pobres que curar
3* que educar, niños enfermos que curar y niños
vagos que evangelizar, y ahorros del trabajo y
del capital que se centupliquen en el délo, ha
bremos entre todos restablecido en esta corte de
Madrid la circulación del amor, que es la sangre
de todo el cuerpo sodal, la savia del árbol sa
grado de la Patria, el viento sutil, impetuoso y
tenaz que eleva las almas y las hace volar a su
bien, anegándolas en la feliddad antidpada del
cielo.
Xo toméis, señor, os lo ruego, estas sinceras
y sentidas palabras, brotadas espontáneamente
del corazón del más tibio de los cooperadores, por
retóricas exdtaciones a la caridad resfriada por
el ambiente de los tiempos ó agotada por la con
tinuidad de los esfuerzos repetidos. Las dicta
la confianza y las inspira la fe, conservadas por
la experiencia. Dadnos, señor, lo que vos habéb
recibido de Don Bosco y Don Bosco recibió de
Dios, 3’ veréis cómo en esta noble y agradecida
tierra de España fructifica fecunda la santa si
miente del amor, cuya esencia consiste en darse
y cu>’a perfección se consuma cuando el amado
es el amor que dió su vida en el Calvario por re
dimimos, y nos da su propia divinidad en el
délo para embriagamos de feliddad con su po?:?ión bienaventurada en la gloria por toda una
eternidad, en premio de haber dado un sorbo de
agua en su nombre a uno de esos inocentes y
desvalidos pequeñuelos que el Verbo Encamado
de Dios pedía con amorosa voz suplicante que
no les impidiésemos llegar a El. « Dejad — ■ decía
— que los niños se acerquen a M i *, y, creedlo,
negarles el óbolo respectivo de la caridad en caso
como éste es secundar los propósitos homicidas
del odio, impidiendo, con nuestra indiferencia
glacial, que los «i«os
acerquen a Jesucristo.
Bien venido seiás, pues, señor don Albera, a
esta tierra clásica de la fe. No temáis que la
impía resistencia de nuestras almas cierre la en
trada a los efluvios celestes de la gracia de di
vina. Si así fuera, aún os queda el recurso de
impetrar de \niestro venerable l'undador desde
el cielo una de aquellas bendiciones que hacían
resucitar a los muertos sobre la tierra y abrían
presurosas las almas a las irresistible mociones
de la gracia eficaz.
Pedidle que ella ablande nuestros corazones
y los oriente a su gloriosa finalidad, exclusiva
siquiera para que la corte regia de España no
constituya el oprobio de una excepción en la in
terminable lista de las Obras santas Salesianas
que fuerzan a bajar las misericordias del cielo
sobre la tierra en que se cobijan estos tiernos y
dulces nidos de amor en que la orfandad y la
desnudez duermen el sueño tranquilo de la ino
cencia bajo las alas maternales de la piedad 3' la
mirada complacida de Dios.
Y si, a pesar de todo, nuestros corazones em
pedernidos permanecieran impasibles ante el
espectáculo conmovedor, dolorosísimo y elo
cuente de tantas almas y tantos cuerpos de niños
víctimas de la más triste orfandad, implacable
mente consagrados al vicio, al deshonor y a la
muerte, tanto del cuerpo como del alma, en
tonces, ¡ah! entonces acudid al recurso supremo:
haced que tomen vuestros labios los acentos im
periosos y enérgicos de Don Bosco y, a la voz
de mando de vuestra autoridad superior, haced
que del seno de toda la Obra Salesiana salga de
todos sus oratorios, escuelas, colegios, laza
retos y misiones, una oración que, unificándose
como ráfagas dispersas de incienso en una sola
nube de amor, ascienda, elevándose en los es
pacios, hasta las gradas del trono celestial en que.
Reina del délo y de la tierra, preside a los des
tinos del universo la Inmaculada Madre de Dios
con el Nombre y advocación de María Auxilia
dora.
¡Entonces, ante este clamor universal de
tantos corazones unidos, presentado ante la
Madre de los desamparados por el alma del pro
pio Don Bosco en d délo!, la Virgen Madre de
Jesús no podrá menos de conmoverse y , acor
dándose de su inolvidable intercesión cuando
—
los ecos del rosario rezado por toda la cristian
dad le arrancaron la maravillosa victoria de lyCpanto y más tarde el glorioso triunfo de Viena,
elevará sus ojos misericordiosos a Dios inter
cediendo por nosotros, y Aquel que tiene en su
voluntad las voluntades de todos los seres inte
ligentes y libres, no pudiendo desoir el ruego
de la que ha establecido por único y soberano
canal de todas sus gracias y favores, pronunciará
la inefable palabra de su decreto celestial, y a
esta palabra de amor, derretido el hielo del egoís
mo y libre de sus {)risiones el alma, la lluvia be
néfica de la limosna caerá de las arcas de hierro
del corazón sobre el seno desnudo de los niños
P op
e l Sdo,
10
—
menesterosos, y Dios habrá realizado una de
sus mayores y más gloriosas maravillas, sobre
naturalizando unos trozos de miserable metal
hasta el punto de convertirlos en bonos de aman
te y de divina gratitud, pagaderos a la vista en
el cielo con una inacabable eternidad de feli
cidad absoluta en la gloria.
jNegocio más usurario en verdad jamás fué
soñado por banquero alguno en la tierra!, y
este es el negocio que Don Albera nos ha ve
nido a proponer! Por eso el pueblo católico de
Madrid le saluda reconocido por mi voz y aclama
unánime su presencia en el seno de sus queridos
hermanos de la caridad de Madrid.
C orazón,
Un m onum ento p una fe liz ideo.
III.
Higo de H istoria.
Tienen Vds. razón sobrada. Antes de compUxcer d Josetin y María, debo continuar la
historia en el punto que la dejé para contestar
la amabitisima observación de Vds. Nuestros
ptimeros pasos en la senda del sacrificio fueron
alffo penosos. Dios nos aclaraba e l camino con luz
de cielo; pero esa luz divina nos deslumbraba
y entre tanto esplendor andábamos a ciegas.
Quisimos opganizat la propaganda como se
suelen organizar todas las propa¡>andas, sin
contar que esta idea del sacrificio en los al
bores del siglo X X era completamente distinta
de las demás v debía tratarse de muv distinta
manera. Esta idea no admitía tómbolas, ni ker
messes, ni conciertos, ni ninguna de estas mo
dernísimas promiscuaciones de caridad que tanto
la desvirtúan; y sin estos alicientes rc.^ulíaba
difícil la formación de una junta de Señoras
que se encargara de difundirla cual deseábamos.
Tas Sras que realmente valían tenían ya sus
obras particulares v sólo vieron en ésta una
obra más que podía competir con la obra pro
pia : las que no actuando en esa activa esfera
de acción social hubiesen quizás entrado en ella,
creyeron base ilusoria v puede hasta ridicula
la de pedir ^ la limosna de un sombrero » el
sacrificio de una superfluidad en esta ¿poca en
que las más nimias superfluidades se convierten
en indispensable necesidad. Todas, con unani
midad perfecta, llamaron a la idea del sacri
ficio « el sueño de %ma alma buexia que ansiaba
reparar desconociendo la triste realidad del
mmido en que vivía » y... tuvimos que desistir
de form ar una ju n ta de la que nadie quiso
formar parte.
¿Q u é hacerf Encomendarlo a D ios; y con
fiando en E l y esperando contra toda esperanza,
empezar tata propaganda modesta, obscura, pero
activa y persistente; algo de labor de hormiga
que paciexitemente mina la tierra... Escribimos
un folleto dedicado á las Damas amantes del
Sdo. Corazón de fesús y otro folleto a las alumnus de los colegios católicos de España ; en am
bos exponíamos nuestra idea de reparación,
nuestro deseo de no mermar limosnas ni agravar
presupuestos, nuestra creencia firm e de que un
templo hecho a base de sacrificios encerraría
la verdadera esencia de la devoción a l Sacra
tísimo Corazón de fesiis y seria el verdadero
trono de su Reinado en esta infeliz España que
tan horriblemente pecó y tantísimo tenia que
reparar. Escritos los folletos empezamos a es
parcirlos como verdadera siembra de amor, en
viándolos con expresivas dedicatorias no sólo a
nuestros amigos particulares, sino a todas aque
llas direcciones que algunas almas buenas pro
porcionaban de señoras piadosas, colegios é ins
tituciones; y como s i D ios quisiera probar
hasta la evidencia que sólo á E l se debería el
éxito de la empresa, recibimos preciosísimos
desaires de las personas en quienes más con-
p
—
fiábamos y verdadero afioyo de los absoluta
mente desconocidos. Un caballero que leyó e7i
casa agena iiuestro proyecto^ inició e l sacrificio
de tabaco, absteniéndose de fum ar y beber vino
los miércoles y viernes de cada semana y en
viando a fin de año lo economizado en 'la s y 2
semanas que e l año cuenta. Unas monjas de
Galicia, desconocidas y pobres, hiiciaron los
sacrificios religiosos « las perlas del sagrajio » ;
con saciificios verdaderamente heroicos (llegaron
a comer la verdura sin aliño fiai-a entregar el
I
.,v
?
-
II —
L a siembra se extendía .... Niños, jóvenes,
ancianos, ricos y pobres de muy distintos lu
gares, aportaban bellas flores y he?‘tnosos frutos
de reparación; y a l recibirlos con gratitud inmensa, se^itiamos doble alegría: alegría crístiana a l ver cómo atraigaba una obra toda de
Dios y sólo para Dios y alegría salesiana, al
ver cumplimentarse uno de los más bellos ensue
ños de nuestro Padre e l Vb/e. D . Poseo. Por
esto, si bien siento la inmensísima distancia
que hoy nos separa, me ale}¡io de ella al pensar
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C O N S T A N T IN O P L A —
A lu m n o s d e l In s titu to G iu s tin ia n i,
importe del aceite) pudieron reunir 35 pesetas,
las primeras que se dedicaron al sagraría ben
dito sufragado con solos sacrificios de almas
puras consagradas a Dios. Una pobr ecita mendiga que pedia limosna por las calles de Utrera,
junta trabajosamente quince céntimos que re
mitió en un sello; y un pobre cieguecito en
viaba desde la Habana cuatro sellos de real,
i ' como si Dios, complaciéndose en la caridad
purísima del pobre, quisiera recompensarla con
la dádiva del rico, una Señora, tomando todas
la precauciones imaginables pai'a ocultar su
rrmbre, enviando 1500 pts. economizadas en
vestidos y sombreros ; y ob'a, en renuncia de
joyas, entregaba cantidad mayor.
que e l traslado de Vds. a París ha de ser al
tamente beneficioso para el mayor éxito de nues
tra obra, pues siendo ciudad cmincjitemente cos
mopolita, tendrán ahí más elementos para píopagarla. Pero no olviden que es sacrificio y
sólo sacrificio lo qiu pedimos; que éste puede
obtenerse en todos los países ; y que donde quiera
que aliente un cooperador salesiano, ha de ex
tenderse esta idea salvadora que educa el sen
timiento, fortalece la voluntad, obedece la orden
del Señor y glorifica al Vble. D . Bosco.
E l nos bendiga desde e l cielo y nos dé fe liz
aciei to.
M. V.
—
Un niño g rie g o c ism á tic o dos v e c e s s a l
v a d o de la m uerte.
12
—
se experimentaba un mejoría general y tres
días después, mi hijo entraba en franca conva
lecencia.
Con fecha 30 diciembre 1902 escribía al Rvmo.
Dicho cooperador me exhortó a publicar la
P, Rúa una carta el cooperador D. Pedro S. Pas
gracia en vuestro Boletín, mas no lo hice por
tor, incluyéndole la carta de un griego cismático,
varias razones.
agradecidísimo a I). Bosco por haber salvado de
Mi hijo estaba completamente curado; cuando
muerte segura a su segundo hijo.
he aquí que de improviso vuelve a enfermar.
« E l que firma la carta aquí incluida, decía
Quejábase de un fuerte mal de garganta; los
el Señor Pastor, es un griego ortodoxo, que tuve
accesos de tos eran violentos, y esa tos seca y
yo como empleado desde la edad de 17 años en
ronca, con un sonido particular, me preocupó
mi librería poliglota, en donde estuvo hasta los
seriamente.
35, en que me dejó para establecerse por su
Llamé inmediatamente al médico y éste diag
propia cuenta. Un sacerdote griego cismático
nosticó tratarse de un caso terrible de group.
bendijo su matrimonio en mi misma casa. De
El muchacho se asfixiaba y el mal adelantaba
esta unión tuvo dos hijos, el primero de los cuales
tan rápidamente, que el infeliz y a quedaba sin
tiene seis años y también él ha recibido muchos
respiración.
favores de María Auxiliadora y de 1). Bosco, que
Los médicos me propusieron el último ex
los salvó varias veces...
pediente, reservado a los casos desesperados,
El agraciado de que aquí habla, es el segundo.
la traqiieotomía, sin ocultarme que no había casi
Pana^hiotUiki, nombre masculino de Pamghia,
esperanza de salvarlo.
la Todosanta, o sea la Virgen María ».
E n ese preciso momento recibí una carta del
He aquí la relación;
mismo cooperador, que decía, poco más o me
nos: « V. no ha querido publicar en el Boletín
Esm irna, 30 de diciem bre de 1912.
Sale^iano la primera gracia obtenida por inter
A l Revnio. D. Rm ,
cesión de D. Bosco. Prometa publicar las dos y
General de los Sacerdotes de D. Bosco
le aseguro que el niño curará ».
Tnrin.
Ajiliqué nuevamente al niño la reliquia de
Soy liijo de la grande Iglesia ortodoxa de aquel insigne bienhechor de la juventud; luego,
Constantinopla; pero desde mi más tierna edad como el niño no podía y a respirar, y aunque
he vivido en íntimo contacto con los católicos. hacía un frío siberiano, lo llevé a un hospital,
Desde hacía más de 18 años yo sabía que en distante una hora de mi casa y mandé hacer la
Italia, y precisamente en Turín, vivía un vene operación, no obstante las poquísimas espe
rando sacerdote que hacía milagros, y leía su ranzas que me daban los médicos. Hoy, estando
vida maravillosa, quedando edificado del celo ya fuera de peligro mi hijo, cumplo la promesa
que desplegaba para librar de la miseria y del de hacer público mi agradecimiento a la San
vicio a la pobre juventud abandonada. Más tísima Madre de Dios y a su fiel siervo D. Bosco,
tarde leí algunas de las cartas del mismo 1). que por dos veces han salvado a mi hijo.
Bosco a unos cooperadores de Esmirna. Y sentía
Dignaos, Rvmo. Padre, aceptar mis más
una extraordinaria admiración de todo lo que expresivos sentimientos.
leía y oía de vuestro Venerado Fundador.
D e m e t r io T z a n n e s .
.\hora bien, tres años hace que un hijo mío,
de tres años, cayó gravemente enfermo. Los mé
Socorro p rod igioso.
dicos no me daban ninguna esixíranza y yo aguar
daba la catástrofe de un momento a otro, en
Me hallaba desde algún tiempo en críticas
medio de angustias terribles.
circunstancias financieras, y no sabiendo ya a
Imo de vxiestros Cooperadores me envió una qué santo encomendarme, me acordé de las gra
reliquia de D. Bosco, exhortándome a colocár cias que se suelen obtener por intercesión de D.
sela al cufennito, que estaba ya agonizando,
Bosco, y quise experimentarla yo también. Co
asegurándome que por la intercesión de este mencé inmediatamente una novena consistente
venerando sacerdote curaría.
en tres Pater, Ave y Gloria, prometiendo pu
Apliqué la reliquia al enfemiito; poco después blicar la gracia si era escuchada. Oh! sí, mi re-
— 13 —
curso no fué vano! Pocos minutos bacía que
había terminado la novena cuando veo llegar
una persona y ofrecerme espontáneamente,
cuanto necesitaba. Siendo extranjera dicha per
sona, no podía naturalmente conocer la neceádad en que me hallaba, y no habiendo yo
acudido a ninguna otra persona, no puedo atri
buir el hecho sino a la intercesión de D. Bosco, a
quien únicamente me había dirigido.
Cumplo, pues, mi promesa, publicando la gra
cia para gloria de Dios y para estímulo de las
almas que deseen acudir a la intercesión del ^'enerable Padre.
Jafa, 13 de m ayo de 1908.
R. A . JI.
Cooperadora Salesiana.
¡H e sid o escu ch ad o I
Una grave circunstancia estaba para arre
batarme a mis estudios y a la paz del Seminario,
poniendo en grave peligro mi vocación. E n mi
angustia, me volví lleno de confianza a L a que
es invocada como Auxilio de los Cristianos, y,
prometiendo publicar la gracia en el Boletín
Salesiano, interpuse la válida mediación del V.
D. Bosco.
La Buena Madre atendió las súplicas de su
Siervo y yo fui plenamente escuchado.
Con el corazón lleno de la más viva gratitud,
cumplo hoy mi voto y , mientras hago pública
la bondad de María, exhorto a cuantos a Ella
acuden, a que interpongan ante su maternal
corazón, la intercesión del V. D. Bosco, seguros
de ser escuchados y favorecidos abundante
mente.
oferta, una vez obtenida la curación. Desde aquel
día cesaron los dolores, no se renovaron las
erupciones y el mal desapareció.’
Por ese tiempo cayó enfermo mi hijito Luis,
de siete años, sobrecogido de graves dolores a las
articulaciones y de fiebres reumáticas. Dos semap-s llevaba sufriendo y no se encontraba ningún
remedio eficaz, cuando me dirigí a D. Bosco, y
le prometí que llevaría también al niño a la
tumba si me curaba. Se calmaron los dolores,
desapareció la fiebre y se levantó mi hijo.
E l día que cumplimos la promesa, decíame
Luisito mientras subíamos la colina; « Mira,
madre, vamos a dar gracias a 1). Bosco, pero
entre tanto, la mano derecha me duele todavía
y no la puedo mover como quisiera ».
Desgraciadamente era así. Nada le dije yo.
Pero llegando a la Tumba, el niño mismo puso
la mano sobre el mármol de la tumba, y oró. Al
alejamos, mostrándome la mano, perfecta
mente libre, decíame; ¡Mira, madre, ahora está
perfectamente curada! ».
Y efectivamente, curada estaba. Llegando
a casa empuñó la pluma y la maneja perfecta
mente desde ese día.
Es tanta la confianza que en mí han despertado
estas dos gracias, que a D. Bosco acudo en todas
mis necesidades y siempre soy consolada.
T u rín , 25 de agosto de 1912.
S
tam ura
Barch
ie s i
in
G
a l a v o t t i.
Nota. — A iodo esto no damos oira f e ni
autoridad que ¡a meramente humana.
T E S O R O E S P IR IT U A L .
Roma, O ctubre de 1911.
M
a r io
Bcn
d .n i .
del Pontificio Seminario Pío.
S o b ra la tum ba del V e n e ra b le .
En el mes de febrero fui por tercera vez ata
cada de una furunculosis en el canal del oído,
que me causó atroces dolores por espacio de dos
meses. E l mal habíase manifestado por primera
vez en el mes de agosto anterior, después había
venido de nuevo; pero su tercera venida debía
ser más penosa y casi insoportable. He pasado
largos días de dolores indecibles. E l doctor me
decía que dada la ubicación del mal, no se podía
llegar a una curación enérgica y directa, y dada
su gravedad, era muy peligroso, debido a lo
cual sería muy lenta y problemática la curación.
Cuatro o cinco días llevaba sufriendo más de
lo acostumbrado, cuando me vino la inspira
ción de trasladarme a oir misa y comulgar en
Valsálice, en la tumba del V. D. Bosco. Fui, e
hice la promesa de volver, llevando una pequeña
Los Cooperadores Saleslanos ípie confesados
y comulgados, visiten devotamente una iglesia
o capilla pública, o si viven en coinnniihul, la
propia capilla, y rueguen según la intención
del Sumo Pontífice, pueden ganar las siguientes
indulgencias plenarias:
para el mes de en ero:
El
I®La Circuncisión del Señor.
»
6 Epifanía.
» 18 El Santísimo Nombre de Jesús.
» 23 Desposorios
de MaríaSma.
» 25 La Sagrada
Familia.
29 S. Francisco de Sales.
Cada mes:
1. Un día cualquiera de libre elección.
2. El día en que hagan el Ejercicio de la
buena muerle.
3. El día en que tengan conferencia,
♦
*
—
1
4
—
La Obra de Don Bosco en la Argentina.
^
Correspondencia del P. Trione.
Adv. Con la bendición del Padre Santo y del
Rvmo. P. General, nuestro hermano el P. Es
teban Trione, emprendió un viaje a la Amé
rica del Sur, para estudiar las principales obras
y necesidades de la Institución Salesiana en
esas tierras. B e sus interesantísimas cartas a
1). Albera, publicaremcs algunas, seguros de que
serán ávidamente Icidas por nuestros coope
radores.
I.
N o ta s de via je.
Buenos Aires, i de agosto 1913.
Rvmo. Señor D. Pablo Albera.
Venerado Padre:
Be escribo desde Buenos j\ires, adonde llegué el
26 de Julio, después de 20 días de felicísimo viaje.
Pin e l « Garibaldi» de la Bígure-Brasiliana, que
me trasladó de Genova, no había muchos pa
sajeros por no ser esta la época de las grandes
multitudes: y así, se estaba comodísimamente.
El elegante barco, posee todas las comodida
des modernas, con un lujo sorprendente, y un
vaivén ligerísimo. E l comandante, los oficiales,
el personal, de abordo, no pueden ser más
amables con los pasajeros.
El mar hizo con nosotros muy buenas migas
y nos trató muy bien durante todo el viaje.
También en los terribles golfos deLion y deSta.
Catalina estuvimos sin la menor molestia.
A bordo, uno es forastero el primer día, después
se hacen todos amigos. Yo, viajando como
Capellán, tenía un motivo de más para acer
carme a todos, y, gracias a Dios, lo logré fácil
mente, tanto más cuanto entre el personal de
a bordo y los pasajeros, encontré varios antiguos
alumnos de nuestros colegios de Italia.
Tuve la fortuna de ])oder celebrar todos los
días la Santa Misa, los díaslaborables en una sala
y los festivos sobre cubierta públicamente y con
una breve plática. Grande era la satisfacción de
la gente, lira la primera vi z que yo predicaba
en alta mar en un ambiente tan nuevo para mí,
y no me faltaron consuelos y emociones.
Los señores de i* clase, el día que pasamos la
línea ecuatorial quisieron que les hablara, y yo
les complací, tocando argumentos que les gus
taran y edificaran a todos, sin olvidar a nuestra
amada Patria, cuyo cariño siente uno más in
tenso a medida que se alejan sus playas siempre
caras al cx>razón.
E n el barco abundaban los pasajeros de 3*
clase, emigrantes al Brasil, agricultores en su
mayor parte y excelentes cristianos, llenos de
fe. ¡Que la Divina Providencia les asista en las
nuevas tierras! ¡Con cuánta devoción acudían a
la santa Misal ¡Y cuán grande fué su consuelo
cuando les distribuí medallas e imágenes, dis
tribución a la cual no quisieron ser ajenos los
señores de 1“ clase.
Gracias a Dios durante todo el viaje fué ex
celente la salud a bordo; siempre encontré vapía
la enfermería. Pero por cuanto seguros sean
estos viajes, siempre se está más tranquilo
cuando se sabe que a bordo hay capellán y mé
dico, y por este motivo ahora todas las compa
ñías procuran tener siempre a bordo su Capellán
como ya tienen su médico.
Con esto puede verse cuán sabiamente pro
cede la Trasatlántica Española, que desde su
fundación lleva siempre sus capellanes a bordo.
Pasada la línea ecuatorial, admiré en el cielo
la bellísima Cruz del Sur. En Santos, Estado de
P. Paulo en el Brasil, toqué tierra. Fué una
fiesta cuando se comenzaron a divisar los ár
boles de la pujante vegetación que rodea la
hermosa ciudad que aparece como un diamante
engastado en aquella bahía, una de las más
bellas del mundo.
Hasta hace pocos años, en Santos era endé
mica la fiebre amarilla y sembraba el pánico en
cuantos vapores aportaban; ahora, en cambio,
debido a los grandes trabajos de saneamiento
que se han hecho, es una de las estaciones sani
tarias mejores y más buscadas. Dista solamente
dos horas de tren de la gran ciudad de S. Paulo,
a la cual sirve de puerto.
Una vez en la ciudad, busqué al buen Misio
nero do Emigrados, P. Malatesta, pero no lo
encontré y fui a casa del inspector local de emi
gración, Sr. Oscar Ldfgren con quien tuve una
larga e interesante conferencia.
La nación que hasta hace pocos años propor
cionaba mayor número de inmigrantes al Brasil,
era Italia. Ahora las cosas van cambiando. En
el Estado de S. Paulo entraron en 1911, 17.000
italianos, 13.000 portugueses, ii.o o o españoles;
en 1912 entraron 23.000 italianos, 29,000 portu
gueses, 25.000 españoles.
E n Santos los inmigrantes son inmediata
mente recibidos por los Encargados del • Inspectorado gobernativo local »; los de 3* dase
tienen el \-iaje gratuito hasta S. Paulo, en donde
hallan hospitalidad gratuita por () días, durante
las cuales se les procura un empho, si es que no
—
1 5
tienen adonde dirigirse. Hasta este punto la lejes buena y previsora; de lo que luego venga, no
puedo hablar porque no tengo datos completos.
Aunque en Sud-América es todavía invierno,
en Santos se siente un tibio ambiente prima
veral; pero prosiguiendo el viaje, la temperatura
desciende a medida que nos acercamos a la Ar
gentina, sin bajar no obstante de lo grados. No
teníamos los 2q de la línea ecuatorial, pero tam
poco nos sorprendían las mínimas que se acercan
a cero, como sucede a veces por este tiempo a
las orillas del Plata.
VBRZEI —
—
paralelas y transversales que cortan regular
mente en porciones iguales la ciudad; emergen
fantásticamente las cúpulas y torres de las igle
sias y la cima de soberbios edificios. Admira
mos la extensión inmensa de la ciudad, su puerto
y el monte vecino, que dió origen a su nombre;
pero pronto partimos para llegar a la meta de
nuestro viaje. Después de otras diez horas,
henos en la gjran capital federal de la Repú
blica Argentina, que tiene i.q^S.ooo habitan
tes, de los cuales 400.000 italianos, y se asienta
sobre la orilla derecha del Río de la Plata, en el
E l « M a ria n u m ».
Entrados en este río, de enorme desembo
cadura, que llega a tener 200 quilómetros de
anchura, de aguas amarillentas como el Tíber,
y una profundidad media de solos 6 metros,
nuestra vista quedó bien pronto arrebatada por
la encantadora perspectiva de la ciudad de Jlontevideo y el majestuoso panorama que la rodea.
Xos acercamos para consignar a una lancha la
íorrespondencia y el nombre de los pasajeros
de clase, nombres que telefonados a Buenos
Aires, son inmediatamente publicados en los
diarios de la gran capital.
Montevideo tiene el aspecto de una elegante
y ostentosa ciudad europea. Tiene el piso desi
gual como Roma, pero sus undulaciones son
regulares y simétricas. Admiramos sus calles
punto donde éste tiene 80 kilómetros de anchura.
Inmediatamente me trasladé al Colegio Salesiano Pío IX , en donde se me tributó un reci
bimiento afectuosísimo por el R. P. Vespignani,
Inspector de nuestras casas, por todos los her
manos y por las representaciones oficiales de
los exalumnos y otros amigos. La banda del es
tablecimiento tocaba a fiesta, pero la fiesta prin
cipal estaba en mi corazón, que palpitaba albo
rozado al poder abrazar a tantas personas tan
caras mi corazón.
Todos pedían noticias de V. R., amadísimo
Padre, y gozaron infinito al recibir las buenas
que les di junto <»n las expresiones y bendicio
nes que se dignaba enviarles por medio mío.
Cuanto antes le escribiré sobre el encargo que
— i6 —
V . R. me encomendó como finalidad del viaje.
A cepte, entre tanto, mis cordiales y humildes
■ obsequios con los de todos los hermanos y coo
peradores, y bendíganos, pero con una bendición
■ esi>ecial.
De V. R. devmo. hijo in C. J.
E s t e b a n T r io n e , Pbro. Sales.
Librería C atólica Internacional de Luis
Gili, Barcelona, A p artado 415.
Pal-las — Diccionario Enciclopédico monual en cinco
idiomas: español, francés, inglés, alemán e italiano.
165.00Ü ariiculos, 4.000 grabados negros y en color.
Caudal de voces de la última Edición de la Real
Academia Española: tecnologías, sinónimos, e.\tranjerismos, equivalencias de los 5 idiomas cita
dos; cuatro vocabularios: francés-español, inglésespañol, alemán-español, italiano-español; conjuga
ción de verbos; mapas, reproducciones de herra
mientas, motiumentos, banderas, etc., etc. 3* Edi
ción, 10 pías.
H erederos de Juan Gili, B arcelon a (Cor
tes 581).
Medicina pastoral, por C. Ca])ellmann, Consejero de
Sanidad del Reino de Prusia y Caballero de la Orden
Pontificia de San Gregorio el Grande. Refundida por
el Dr. Berginann y revisada por el R. P. Lehmkuhl,
de la Compañía de Jesús. Tercera edición notable
mente aumentada, traducida de la 16^ alemana por
el R. P. Jaime Pons, de la misma Compañia. 464
págs. en 8® 5 ptas. en rúst. y 6 en tela.
1.a nueva edición de esta obra, tan popular en
Alemania, lia sido profundamente modificada en
varios puntos y considerablemente aumentada por
el famoso Dr. Bergmanu. Puede, pues, decirse que
es una obra realmente nueva, indispensable a los
sacerdotes, a los médicos cristianos, a los padres
de familia, a todos cuantos se interesan por la
salvación del alma y la salud del cuerpo, ya que
la obra es un verdadero tesoro de doctrina médica
en armonía con la moral cristiana.
Apologia del Crlatlanlsmo, por el Dr. Pablo .Schan?;.
Traducción del Dr. Modesto H. \’ iIlaesrusa.3*tomo.
El éxito extraordinario que ha obtenido el primer
tomo de la incomparable ApoDfito del Dr. Schanz,
es señal evidente de que ha venido a satisfacer
una necesidad liuiulamente sentida en nuestro
tiempo. Unánimemente ha reconocido la critica el
incomparable valor exegético y científico tle esta
excelsa obra, ctimo también la grandiosidad de su
plan y la stmciller. de su exposición, clara, profumla y niotódica, asentada toda ella sobre los fun
damentos solidísimos de la ciencia y la fe, cariño
samente hermanadas, como Injas que son de un
mismo Padre, la Sabidnria Eterna. 1.a mano po<lerosadel Dr. Schanz ha sabido despojar a la ciencia
dcl falso oropel de que la había revestido el racioitalismo y el materialismo, y le ha devuelto su primi
tiva y sencilla grandeza, armonizándola con la fe.
En e.ste segundo tomo desenvuelve el Dr. Schanz,
estudiándolos en sus múltiples aspectos, temas de
trascendencia suma, tales como la Jina/idad en la
naturaleza^ la virtud y la reiompensa, la existenda
y esencia de P íos, el ahna, el manistno, la creación
y la historia de la misma, el sistema del mundo, la
Mnidad del genero humano, su antigüedad y el di
luvio, todo ello en páginas sólidas, robustas, cien
tíficamente cinceladas, en páginas de oro puro,
pues no huelga en ellas ni una idea, ni una digre
sión, ni una palabra.
Un magnífico volumen de 600 páginas en 4®
6 ptas. en rústica y 8 en tela.
La obra entera se compondrá de 6 volúmenes, cuyo
precio es de 36 pe.setas en rústica y 48 en tela.
los que anticipen su importe hasta fines de 1913, sólo
les costará 30 pesetas en rústica y 42 en tela.
El Dolor, por Mons. Bougaud, Obispo que fué de
Laval. Traducción de la novena edición francesa,
por el Dr. D. Emilio A. Villelga Rodríguez, Pbro!
El solo nombre de Mons. Bougaud basta para
dar a este libro la importancia que merece. Quizás
sean sus páginas las más tiernas, las más inspi
radas, las más consoladoras (pie brotaron de la
l)luma del incomparable autor de AV Cristianismo
y los tiempos presentes. De esta obra se han to
mado, para que puedan circidar más fácilmente v
serenar las muchas almas que el dolor aflige. Sus
frae'es profmuias, conmovedoras, convincentes van
derechas al corazón, y producen siempre un efecto
sorprendente. E l D olores un libro de oro, llamado
a enjugar muchas lágrimas.
Constituye el volumen VIII de la Colección de
Autores Católicos.
En rústica, ptas. 3 .— - Encuadernado, ptas. 4.—
De la T ip ografía C atólica —
Pino 5.
Barcelona,
Gramática francesa; Ejercicios prácticos, Antología,
Modelos de Correspondencia, por el R. P. Luis
Francoz, S. J. — Un volumen de 412 páginas, ta
maño 21X14 centímetros, 4 pesetas ejemplar en
cuadernado. Tipografia Católica, Pino, 5, Barcelona.
La Gramática francesa del P. Francoz nos ha
gustado por su claridad, por su concisión, porque
es rica en ejemplos, aplicaciones prácticas de la
regla a que se refieren, y porque está escrita con
riguroso ntétodo didáctico. Adaptada a dos cursos
de francés; se divide en cuatro partes: Gramática,
I-'jercicios prácticos, Antología y Correspondencia,
de las cuales las tres primeras se subdividen en
parles correspondientes al primero y segundo curso.
En la parte gramatical, dejado lo puramente teó
rico, se hacen notar las diferencias y semejanzas
de giros en ambas lenguas. La sintaxis está to<la
en francés ; las reglas llevan como título el eiemplo
en que se aplican r en éste deberán hacer hincapié,
asi el profesor como el alumno, para que el fruto
práctico sea más sólido y rápido. Observa el autf>r
que sigue lo recientemente prescrito por el Mi
nisterio de Instrucción pública francés, referente a
la simplificación de la ortografía y de la sintaxis
y a la nomenclatura gramatical. Creemos que es
obra de toda recomendación, excelente por texto
en los Colegios de primera y segunda enseñanza
y muy buena para el que quiera aprenderse el
francés sin maestro.
Pruebas importantes del Cristianismo, por D. N. A.
Pbro., 40 paginitas de muebo meollo, en que se
estudian los motivos de credibilidad. La belleza di
la obrita y su baratura abonan el celo de la Cara
Casal.
Flores del cielo; Sentimientos espirituales, del
P. C l a u d i o de la Colombiére, S. J. Traducido^ y
dispuesto por el P. Longino de Navas, S. I. 300
págs. 1.50 ptas. El sólo titulo de la obra y el
nombre del director de Sia. María .Margarita, la
recomiendan suficientemente.
D E J M U E S T R A S M I5 1 0 J S ÍE 5
MATTO GROSSO-BRASIL
üQiorosos rasios de la Diviaa Piovideocia.
{Carta del R. P . Bálzola).
Sangradouro (Colonia de S. José), i agosto, 1913.
Rvmo. P . Albera:
recuentemente se me han pedido no
ticias de los primeros tiempos de la
misión y recuerdos personales, ase
gurándome que los verían con agrado los lectores
del Boletín. Los satisfago en lo que puedo, y allá
va, amadísimo Padre, un recuerdo, que ya segu
ramente V. R. habrá oído de los labios del P. lla lán, nuestro amado Inspector, pero que uo le
disgustará ver confirmado por un testigo per
sonal. Cada día me persuado más de que Dios
bendice abundantemente a los humildes Misio
neros del Matto Grosso.
S
G ra v ís im o p e lig ro que co rriero n los
M isio n ero s.
V. R. recordará que cuando se fundó la Co
lonia del Sgdo. Corazón, estuvimos siete meses en
el centro de la floresta, preparando cabañas y ca pilla después de haber rozado una buena porción
’de bosque: nos proponíamos alojar allí a los indios
y hacer las primeras siembras. El 18 de enero de
if)02 plantamos allá nuestras tiendas, y sólo en
junio y julio aparecieron las fogatas al Norte y
al Sur, señal de que los indios se acercaban,
hasta que el 7 de agosto aparecieron dos de
ellos a un kilómetro de la misión. Recuerdo que
al atardecer mandé dos exploradores a cab alo
a la floresta vecina, regada por el río Danvin,
los cuales al volver me dijeron que habían oido
los gritos, cantos y alaridos de los salvajes, que
celebraban el Bacururú. Nosotros pasamos la
noche con cierta ansiedad, porque el estar tan
cerca los indios y no haberse presentado, nos
hada sospechar no tuvieran malas intendones.
¿Qué hacer? Oramos con el mayor fervor, y a
la mañana siguiente, después de encomendar
con grandes veras nuestra misión al Señor, hice
preparar los caballos para una nueva explora
ción. Estábamos para montar, cuando vimos
acercarse dnco hombronazos, cargados de arcos
y flechas y el cueijio extrañamente pintado de
bija.
— ¡Padre! ¡los Indios! grita uno de los nues
tros.
Y responde el famoso capitán Joaquín (el
hombre de la Providenda):
— Padre, Bororos boa! Bororos boa! ¡Padre!
¡somos Bororos buenos! ¡somos Bororos buenos!
Lleno de gozo corrí a ellos y los abracé. To
dos demostramos viva alegría por su llegada.
Ellos permanederon dos días con nosotros, les
tratamos con gran benevolenda, y les exjdicamos nuestros designios, rogándoles que desis
tieran de matar gente, y didéndoles que había
mos y a avisado a todos los braides (civilizados)
que no los persiguieran más; que fueran a dar
la noticia a los demás y que volvieran. Y en
efecto, cargados de regalos, se marcharon con
tentos y satisfechos, prometiéndonos volver
después de dos lum s, como realmente hicieron.
A nosotros nos parecía cpie la Misión había
comenzado bajo felicísimos auspicios. ])orque te
niendo tal desenlace el primer encuentro, no
había nada que temer ni recelar.
En cambio ¡qué catástrofe nos amenazaba!
Solamente diez años más tarde hemos venido a
conocerla. Indios que ahora son cristianos y
legítimamente casados y que se acercan con frecuenda a los Santos Sacramentos, nos aseguran
que ellos mismos con un considerable número
de compañeros habían acudido tam bién.a las
cercam'as de la Colonia y hábilmente rodeado
nuestra casa, con ánimo de asesinarnos a todos,
sin excepdón. Hasta nos han dicho dónde y
cómo se encontraba entonces cada uno de nos
otros, por ejemplo, que yo estaba escribiendo
sobre una mesita, y que teniendo la cabaña
una pared o reparo de hojas de palma de la al
tura de un hombre, poco más o menos, ellos se
habían detenido largo tiempo mirándome y uno
de ellos había tendido ya el arco para dlsi>ararme
una flecha mortal, con ánimo de hacer luego lo
mismo con todos los demás; pero que todos los
otros, movidos no se sal>e por qué ni por quién.
— i8 —
le habían hecho señal de suspender el golpe, y él
había obedecido.
Dicen ellos mismos: Fué Papai grande quien
no lo permitió.
Es pues, evidente que si estamos vivos y con
tinuamos la obra de redención, es debido única
mente a la Divina Providencia, cuyos caminos
son realmente maravillosos. Los que formaban
entonces el grupo fatal, hoy son casi todos bue
nos cristianos, y el que había tendido el arco
contra mí, recibió de mis manos el bautismo in
arliculo mortis el i de abril de este año. Era nada
menos qne el famoso Clemente, que no se sabe
cuántos homicidios ha perpetrado, y que últi
mamente había asesinado a una de las dos muje
res cjue tenía y que, desterrado por los otros in
dios, vagó errante cual nuevo Caín, hasta este
año, que, enfermo y decaído, se refugió en la Co
lonia, donde se le asistió caritativamente y
murió cristiano. A su cadáver, casi ningún indio
se le acercó; especialmente las mujeres tem'an
un grande miedo a su cadáver, aun después de
sepultado, diciendo que estaba con Bope, es
decir con el demonio. ¡Feliz, empero, de él, que
pudo morir en acabando de recibir el Bau
tismo!
Ahí si yo pudiera contar todas las finezas que
ha tenido para con nosotros continuamente la
Divina Providencial Me permito solamente otro
recuerdo personal.
O tro g ra v ís im o p e lig ro conjurado.
En el arriesgadísimo viaje que hicimos en busca
de los ferocísimos e intratables Cajabis del Rio
Paranatiiiga, en iqoo, habíamos viajado una
semana entera en canoa, sin hallar de ellos ves
tigio alguno, aunque estuviéramos ya bastante
internados en sus territorios, desconocidos por
completo de toda la comitiva y de toda persona
que no fueran los propios salvajes, porque na
die había llegado hasta allí, fuera quizá de algún
exi>edicionario de remotos tiemix>s, expedicio
narios que si fueron, no volvieron ni dejaron
memoria de sí.
Era el lo de julio, y yo, habiéndome levan
tado con un triste presentimeento que no me
sabía explicar, preparé el altar para celebrar la
Santa Misa, y como el rito lo consentía, la dije
de difuntos, aplicándola por las Benditas A l
mas del Purgatorio para obtener su protección,
viéndonos como nos veíamos en continuo pe
ligro, o de naufragar o de morir asesinados por
los feroces salvajes. Temiinada la Santa Misa,
bauticé aquel sitio con el nombre de Plax'a de los
Sufrai^os, y prt^soguimos el viaje. Eramos i8
l>ersoims en cinco canoas, tres grandes y dos
pequeñas, y en todos veíase una tristeza y me
lancolía inconcebible. ¿Era un presentimiento
de lo que debía acaecemos!
A las 3 Y2 llegamos a un punto que nos pa
reció en extremo peligroso por las enormes
piedras que interceptaban la corriente. Con
las debidas precauciones, pasó primero la canoa
más pequeña, luego la otra, y tras días una de
las mayores, con piloto muy experto, de modo
que en un abrir y cerrar de ojos, se alejaron rá
pidamente al impulso de la corriente. L a última
canoa, en la cual estaba el hermano Silvio Milanese, estaba aún muy atrás, de modo que la
mía, que marchaba en el centro, estaba bien dis
tante tanto de las unas como de las otras.
Y he aquí que llegados al sitio de mayor pe
ligro. la canoa se ve impelida precisamente en
dirección de una grande roca a ñor de agua.
— ¡Una piedra! grité. — Pero era tarde.
La barca golpeó tan fuertemente contra el
peñón, que la popa, \'irando, chocó \'iolentamente contra otra roca. Entonces los remeros,
viendo que era imposible gobernarla, se arroja
ron al agua para enderezarla, pero por la impe
tuosidad de la corriente y las piedras que allí
abundaban, el frágil leño continuó saltando de
una parte a otra, con gran espanto de todos.
E l guía de la expedición, que estaba con nosotros,
se arrojó al agua y confiado en su habilidad en
el nado, esperaba ganar la orilla; pero vestido y
armado como estaba, era empujado aquí y allí
por la corriente, mientras los cuatro que conmigo
quedaban en la barca, gritaban:
¡Socorro! ¡socorro! ¡Estamos perdidos!
Para mí, que no sabía nadar, el peligro era
mucho más grave, y permaneda en la endeble
cáscara de nuez, rogando a las Almas Benditas
del Purgatorio y a María Auxiliadora, sin omitir
esfüerzo por devolver el equilii>rio a la barca,
que esperaba llegaran los hombres a ende
rezar.
Pero cuando v i que, violentamente sacudida a
diestra y siniestra, se llenaba de agua y, pasadas
las piedras, deslizábase veloz adonde el agua te
nía más de cinco metros de profundidad y co
menzaba a hundirse, me levanté no sin gran di
ficultad y agarrando con las dos manos la tienda
que la cubría, apoyé los pies en la orilla de la
canoa que se sumergía lentamente... hasta que
el agua me llegó a la boca! Desesperados estába
mos todos, porque aun los otros, que sabían
nadar, no querían dejar la canoa xx>r la carga
que contenía y por esto la acompañaban con
los pies mientras con las manos procuraban
mantener unidos los baúles, cajas, sacos de viaje,
cajones de Wveres, que y a flotaban junto con
el altar portátil. No puedo describir el espanto
de aquellos momentos en que estu\*imos en lucha
— 19 —
terrible con la muerte. Y a no teníamos fuerza
para resistir y nos dejábamos llevar de la cor
riente, cuando el más valiente o más hábil de
la comitiva, oyendo nuestros gritos y hacién
dose cargo del inminente peligro, se abalanzó
hada nosotros a todo remo, con su pequeña
canoa, a la ciial me aferré, dando gracias de todo
corazón a María Auxiliadora. LUegó entre tanto
también otra de las grandes canoas, y entré en
ella, pareciéndome que nacía de nuevo.
Pues bien, ni aun en este peligro tan grave,
peredó ninguno. E l guía de la expedidón que,
luchando denodadamente con la corriente, había
llegado a orilla, pero que, rechazado violenta
mente por las aguas, había y a perdido las fuer
zas y comenzaba a ahogarse, fué alcanzado por
una canoa pequeña, agarrado por los cabellos
y salvado.
Es derto que se perdieron muchos víveres;
perdimos d botiquín, que costaba 800 francos;
perdí mi sotana negra, que usaba solamente
para la Santa Misa y quedé sólo con d abrigo
blanco; perdí las hostias, que se convirtieron en
una masa pegajosa y por 40 días no pude cele
brar; la misa en sufragio de las Almas Benditas
fué la última que cdebré en la expedidón: pero
a esos sufragios y a esa asistenda especial me
dice el corazón que se debe atribuir nuestras salvadón.
Una exp lo ració n por el R io d a s M ortes.
\'iniendo ahora, amadísimo Padre, a más re
cientes notidas, le diré que en estos tiempos de
sequía, suden nuestros indios marcharse a pes
car y cazar, permaneciendo fuera dos y tres
meses, con no pequeños inconvenientes.
Para eritarlos. este año les dije que los con
duciría yo mismo al Rio das Mortes a pasar al
gunos días. L a propuesta fué acogida con en
tusiasmo, espedalmente por ser lugar desconoddo, pues nunca habían ido por temor a una
tribu enemiga.
Hidmos los preparativos convenientes, y par
timos el 14 de Julio, día de S. Buenaventura.
Por la mañana los invité a la Misa como los
domingos y asilo hideron; después de misa, les
hice distribuir algunas provisiones que les sir
vieran para d primer día, porque los restantes,
no sólo tendrían ellos, sino que nos los darían a
nosotros, como en efecto sucedió.
Nuestra marcha ofreda un bdlísimo espectá
culo. Nosotros,-es dedr, d infrascrito, d acó
lito Poli, d aspirante Virginio y dos indios prindpales, íbamos a caballo; los demás, hombres,
mujeres y niños, uno en pos de otro, según su
costumbre, caminaban detrás de nosotros, los
hombres con sus inseparables arcos y flechas, las
mujeres cargadas con los niños... y con todo lo
demás, también según costumbre.
Tomamos hacia d Norte. Después de apenas
un cuarto de hora, hubimos de comenzar a abrir
camino, pues no lo había, y ésta fué empresa
de los jóvenes, quienes con afilados machetes o
grandes cuchillos, dando mandobles a diestro y
siniestro, iban abriendo fácil trocha. Algo des
pués los flecheros mataron un Tamadúa liandeira, que dió canie para todos; y después de
cuatro horas de viaje, acampamos para pasar
la noche, como se acostumbra en estos de
siertos.
En un abrir y cerrar de ojos, cada cual ocupó
su puesto, quién bajo este árbol, quién bajo
aquél, y cada familia encendió su indisi>ensable
fogata. En d centro del campamento se encendió
una grande, común a todos los hombres, particu
larmente a los mozos.
A l cerrar la noche, los llamé a todos junto a
mi tienda para rezar las oratíones, y al rayar el
alba acudieron todos a oír la santa Misa, para
implorar las bendiciones del cielo. Di a aquel sitio
el nombre de S. Buenaventura, haciendo votos
porque todos fuésamos bien-aventurados.
Nos pusimos en marcha y a la media hora lle
gamos a las fuentes de un riachuelo, sitio en
donde se extendía una estrecha y larguísima
sdva de palmas y bejucos, con espinas y yerbas
de toda clase, que la oscuredan y hadan pare
cer impenetrable, también porque d agua re
balsaba formando un gran pantano.
l)icho laberinto, que a nosotros nos parecía
imiíenetrable, no lo fué para los indios, que allí
predsamente paredan gozarse más. Algunos
perros comenzaron a ladrar, y poco después vi
desaparecer por entre la sd va a los mozos que
abrían camino y luego a todos los demás, dando
grandes voces y filtrándose por aquella espesura
sin reparar en espinas ni rezumaderos. ¿Qué
habían visto? Cuaios (cruadrumanos de la fa
milia de los monos). Cuatro mataron, y así
tuvimos carne abundante.
Prosiguiendo nuestra trocha, después de otra
media hora llegamos a una grande floresta, que
nos paredó la d d Río das Mortes. Los indios
subieron a los árboles para ver la direcdón que
se debía tomar, y viendo que era imposible en
trar en la sdva, tordmos hada Levante.
Una hora después estábamos a la orilla del río
y en la confluencia de otro arroyo con él, y
viendo así atajada la marcha, nos detuvimos
para precisar bien d sitio en que nos hallába
mos. Pero tras largo examen quedamos aún
dudosos, porque si bien habíamos seguido el
rumbo indicado por algunos que habían estado
años atrás en tales parajes, aquella corriente nos
parecía demasiado pequeña para ser el Rio das
V
—
20
Martes y demasiado grande para ser la conti
nuación del Sangradoi^ro.
Mientras, tanto, las familias habían elegido su
puesto bajo los árboles, y nosotros nos decidimos
a idantar las tiendas entre los dos ríos.
Una hora después, el campamento estaba de
sierto: los hombres se habían alejado cazando,
y las mujeres se desparramaron recogiendo
miel silvestre, que allí abundaba mucho. Por
todas partes se oían caer los árboles que hacían
estremecer la tierra, y por la noche regresaron,
los hombres trayendo animales de sabrosa carne
y las mujeres abundante miel.
A l acercarse la noche, dije a un capitán (ca
cique). que les avisara que se prepararan para
rezar las oraciones, y que para no molestarse
atravesando matorrales, permaneciera cada cual
en su sitio. Me trasladé yo al centro del cam
pamento, donde ardía un gran fuego en rededor
del cual estaban los l^ombres comentando los
sucesos del día y haciendo la guardia a un gran
caldero de carne (caldero que les había yo rega
lado expresamente para la partida); hícelos
levantar a todos, comencé por la señal de la
Santa Cruz, siguiendo ellos; luego el 1 mué pogiodd'ai - in Aroe ci Migera — itt'addu karnure
d i — i nabo giamcdit taba — are i touje — are
Cristño d’imi koddx etc., es decir el Os adoro,
Padrenuestro etc, que todos rezamos en alta
voz.
iQué cuadrol ¡qué impresiones al oír aquellas
voces ásperas, tan fuertes y robustas, que un
tiempo hacían resonar los montes con gritos de
muerte y ahora elevaban plegarias al Altísimo!
K 1 mismo Bari-Boniio, el Brujo principal, uno
de los más famosos por sus atrocidades y que
líltimamente había clavado un cuchillo en el
pecho a cierto Clarismundo, frecuentemente re
cordado en nuestras memorias, no sabiendo las
oraciones, repetía conmovido las palabras que
pronunciaban los demás. Ohl la oración pública
es evidentemente algo de influencia segura!
Terminadas las oraciones, un cacique, según
costumbre, empezó su arenga anunciando el
orden del día y las instniccioncs para el siguiente,
repitiendo lo que yo le había encargado.
Al día siguiente, oyeron todos la misa, y los
hombres se marcharon de nuevo a cazar y las
mujeres a buscar miel.
No pennanecinios ociosos nosotros. Después
de hacer algunas exploraciones, preparamos una
gran cm z. es decir arreglaiuos un grueso palo
que sir\-iera de brazos y lo clavamos en un árbol
elevado, a fin de tpie ni siquiera el fuego pudiera
destruir aquel sagrado emblema, que colocá
bamos allí cual prenda de cm lización, rogando
a Dios mandara pronto días venturosos para
aquella selvas del Norte, donde en una exten
—
sión de miles de kilómetros, vagan aún varias
tribus completamente salvages.
Por la tarde volvieron los hombres con mucha
caza y las mujeres con gran copia de miel, pero
sin noticias ciertas acerca del Río das Martes.
Grande era nuestro deseo de vencer todas las
dificultades y seguir hasta dar con él; pero con
aquella enorme caravana era empresa imposible;
por lo cual decidimos dejarlo para mejor oca
sión. Volvimos atrás, no sin celebrar un acto de
trascendencia. El i6 de Julio, festividad de Ntra.
Sra. del Carmen, bendije solemnemente aquellas
tierras, suplicando al Señor se dignara abrirles
los amplios horizontes de la civilización cris
tiana.
E l 17 partimos, abriendo otro camino y flan
queando siempre el río. A las i i llegamos a una
vastísima floresta que se extendía a entrambas
orillas, y como los Indios venteaban espléndida
caza, plantamos las tiendas y se renovaron las
escenas de los días anteriores.
E l 18 resolví volver a casa nosotros, llevando
algunos niños y dejar allí a las familias algunos
días más, como me lo pedían. Todo fué muy
bien; retornaron satisfechos y contentos y llenos
de esperanzas de volver, si Dios quiere, el año
entrante a continuar la exploración empezada.
Por los demás, creo poder asegurar que todo
va bien y que gracias a Dios, estamos provistos
por lo menos de las cosas más indispensables,
y que otras veces nos faltaron. Hasta vino de
Misa hacemos ya, y no sólo para nosotros, sino
también para nuestros hermanos de Cuyabá;
dos veces al año vendimiamos, en febrero y julio:
podamos las cepas en septiembre y marzo. Que
riendo, se puede tener uva madura en todo
tiempo, porque cuatro meses después de la poda,
comienza a madurar la uva regularmente. Esto
nos hace recordar los primeros tiempos de la
Misión, cuando, en 5 años, bebimos una botella...
entre 14 personas!
Pero ya he abusado bastante de su paciencia.
Concluyo, pues, dejando el resto para otra oca
sión.
Dígnese, amado P. Albera, encomendar nues
tra Misión a los beneméritos Cooperadores y
Cooperadoras, asegurándoles que las humildes
oraciones que desde estas florestas se elevan a
Dios, implorarán diariamente sobre ellos y sus
amadas familias, las bendiciones del Cielo.
De V. R., amadísimo Padre,
Humilde hijo in Corde Jesu,
J u a n B á l z o l a ', Pbro, Sal.
21
F
Gracias de M aría A u xilia d o ra .
k
C u ra ció n sin g u lar.
En abril del presente año sufrí un fuerte y dolorosa derrame de sinobia en la rodilla izquierda,
novedad peligrosa que aun combatiéndola pronta
y enérgicamente suele ser laiga y dejar conse
cuencias penosas, como la pérdida del movimiento
de la articulación de la rodilla.
Afligida por el anterior pronóstico y atendida
por uno de los mejores médicos de la ciudad, cpiieii
con verdadero interés rae hizo varias aplicaciones
para ver de evitar mayores males, y en la duda de
mi reposición, ofrecí a mi amada madre María
Auxiliadora una novena, ima misa y comulgar
en ella y asistir el 24 de Mayo a su fiesta el el Co
legio León X III y santuario anexo del Carmen, si
EUa me curaba, como sucedió realmente, pues al
7° día de la novena el médico halló que el derrame
sinobial había desaparecido por completo. Actual
mente, en efecto, me veo completamente curada;
por lo cual estoy muy agradecida a la Sma. Virgen
v se me ha atunentado la confianza en su Protec
ción.
a mi buena Madre; prometiéndole comulgar eu
su honor el último día; hacerme cooperador salesiano; publicar la grad a en el Boletín y mandar una
Hmnsnfl al Revmo. P. Albera para los huérfanos.
H oy que todo lo he conseguido, cumplo mi promesa
exhortando a todos a tener grande confianza en
esta misericordiaosa madre que nunca abandona u
los que con fé recurren a Ella.
Setiembre 10 de 1913.
F.
CÉSAR D a i . e r o
R.
Junin de lo s A n d es (Arg.). — Después de unos
I>ocos días de malestar que nmica habíamos notado
en nuestra vida de juventud y de colegio, nos sor
prendió repentinamente a la una mi ataque de
neuralgia facial y a la otra una pleuresía, tan agudas
en ambas, que en el ténnino de .t8 horas nuestras
su¡x*rÍoras y el mismo Sr. Cura párroco creyeron
conveniente administramos la líxtrema-linción.
E n tan afanoso trance, careciendo de toda iicrsomi
entendida en el arte médica, se acudió a la proteo
ción de la <iue siempre ha sido y será la A uxilia
dora del Pueblo Cristiimo, María Sma..
Por indicación de luia persona c¡ue se interesaba
por nuestra salud, tomamos uua píldora ejue no
era más que una estampila de N. S. Perpetuo
Socorro, v puesta nuestra confianza en María, a
Ella nos entregamos. En el breve espacio de 24
horas de tomar esa medicina, íué sertnda nuestra
buena y cariñosa Madre devolvemos la mejoría
tan rápidamente que al fin de la semana pudimos
Bogotá, Setiem bre de 1913.
levantamos de la cama, siguiendo gozando de buena
JU D iTH F. de P o s a d a G,
salud.
A los tres meses de halícr obtenido la curación
C urado del tétano.
una de las agraciadas enfcmió nuevamente del
Padecí una enfermedad que, diagnosticada, re mismo mal y entonces, reconociendo que la causa
sultó ser el terrible mal de tétano; esta enfennedad debía ser la de no haber cumplido la prome.sa de
se agravó como era consiguiente, y me vi expuesto publicar la gracia, resolvimos hacerlo ajienas la
a perder la vida; no empezando a ceder la gravedad, doliente pudiera escribir, y ¡oh prodigio! al día si
sino cuando ofrecí a la bondadosa Madre que pu guiente se levantó de la cama y proclama muy alto
blicaría la gracia, con finna de los que me asistían, ({ue la Virgen Auxiliadora es quien la lia .sanado
.si lograba recuperar la salud. H oy con las muestras
Rogamos al Sr. Director ejuiera dar cabida entre
de mi mayor gratitud publico la gracia, haciendo las demás a esta gracia para cumplir con la pro
constar que. no es esta la primera bondad que mesa hecha.
conmigo y mi familia ejerce María Sma. Auxilia
«3 Oci. 1913.
dora, pues han sido muchas las peticiones cjue ya
P a s c u a l a R a m a y o y M k r c i -:d e .s K i c k t k r .
nos ha oído desde su augusto trono de Jíadre de
Dios y Reina de los Cileos.
Girón (Col.). — Dominada j)or uua jxína in
¡Acudamos a ella en toda necesidad!
mensa y viendo que en lo humano no tenía reme
San Rafael d el M ozan, Agosto 31 de 1913,
dio. encomendé el asunto a la que es jxideroso A u
xilio de los Cristianos, ofreciéndole apuntar a mi
S. de V i c e n t e - P e t r o n i l a P. de V i c e n t e
hijo V a mi esposo en la Hermandad o Cofradía de
H e r m i l o R í o s - I s a b e l de V i c e n t e de Ríos
María Auxiliadora y dar ima limosna. A los pocos
Ja c o b in a M o r i l l o .
días todo estaba arreglado como yo deseaba.
C a li (Colombia).— Doy las más rendidas gra
Agradecida por tan gran beneficio y otros que
cias, V hago público mi agradecimento a María be recibido, doy gracias a la Sma. Virgen y cumplo
A liviad o ra, por dos favores m uy especiales que cuanto ofrecí.
acaba de dispensarme la que con sobrados títulos
M arzo de 1913.
llamamos * Auxilio de los Cristianos *. E l primero
A. de O.
consiste en haberme devuelto la salud, de una en
G
u
atem
ala.—
Más
de
dos
meses
y
medio
pasé en
fermedad m uy crítica que hacía algún tiempo me
bada sufrir horriblemente, y el segundo: el ha los mayores apuros, sin recuisos y sin trabajo, hasta
que al fin puse el asunto en manos de María A u xi
berme ayudado eficazmente a practicar rm n ^ o d o
liadora. empezando inmedítamente una novena.
de sumo interés para mi; ambos los obtuve, durante
¡Cuál no fué mi agradable sorpresa, cuando a loeel curso de una novena que con grande fé le hice
—
primeros días me veo llamado para ofrecerme un
empleo el la Secretaría de Correos! Actualmente
lo (le.sem|xíño, lleno de gratitud a María Auxiliadora
a <|uien suplico me bendiga siempre.
Setiem bre 27 de 1913.
E
duardo
R . R a m ír e z .
S e v illa .— Perdonadme, Madre mía, si he tar
dado en daros jjúblicamente gracias por tu favor
.singular.
.....Hace ya algún tiempo, y estando todavía en
mi casa, cayó una copiosa nevada. Contra mi volun
tad, pusieron en la antesala de mi alcoba un brasero
con fuego. Al ir a acostanne, viendo el brasero casi
apagado, me contenté con abrir im rato la puerta
para dejar escapar el ácido carbónico y, después
de rezar mis oraciones, me acosté. A las 2,10 de la
mañana me desj)erté con gran dolor de cabeza y
tuerte malestar, pterdiendo luego el conocimiento,
lx)T la asfixia, no sin (|ue antes invocar la protec
ción de Maria Auxiliadora y de Don Bosco. Así
estuve hasta las 8, hora en que alannadas las per
sonas de la casa, a quienes yo acostumbraba lla
mar, y algunos otros, pues yo abría la iglesia tem
prano, corrieron a mi habitación y me encontraron
sin sentido pero con vida aún, cosa que no nos pa
reció natural después de tantas horas y que yo
atribuyo a un singular favor de María Auxiliadora
(jue tan milagrosamente protege a quienes con fe
la invocan.
Agosto de 1913.
F . P. M., Salesiano,
Ibidem. ■— Herida extraña. — Un sobrino mío,
oficial de las tropas indígenas regulares de Melilla,
íué destinado con sus fuerzas a Ceuta y tomó parte
activa en la ruda batalla del 18 de Junio último,
cerca de Tetuán, en la cual ca3'ó herido de gravedad
en el vientre, sufriendo lo indecible. Reconocido
bien después de alguno.s días, con admiríición de
todos, se vió lo extraño y prodigioso de esa herida,
pues a jxisar de haberle entrado la bala |X)r la ca<lera izquierda, atravesáitdole todo el vientre, y
saliéndolc ix>r la ingle derecha, no ha lesionado
ningima entraña ni hueso Sin duda alguna, la
Sitia. Virgen, a quien se lo habíamos encomendado,
lo salvó de la muerte.
Kimca cu vano se acude a la protección de
nuestra poderosa Madre María Auxiliadora sin ser
de Ella favorecido.
Gracias mil se'on dadas a María Auxiliadora
|K>r tan singular beneficio.
.Agosto de 1913.
F . P. M.. n r o .
Ibidem, — Curación prodigiosa. — El niño Baldomom Sánchez Hemáudez, de 11 añas de edad,
del Colegio de San Benito de Calatrava (Sevilla),
ent'cnnó grovementc con calentura tifoidea, y así
estuvo entre la vida y la muerte muchos días; al
enterarse su Director de su gravísimo estado fué
a visitarle, y al verlo sin habla y con síntomas mor
tales le drigió algtmas palabras de ánimo, fe y espe
ranza en nuestra buena Madre Maria Auxiliadora, le
colgó su medalla al cuello, le absolvió y dió la ben
22
—
dición de María Auxiliadora, encargando a sus
afligidísimo.^ padres le avisasen de cualquier no
vedad. A los pocos días supe con gran satisfacción
que se hallaba fuera de peligro, presentándose más
tarde ya restablecido a dar rendidas gracias a su
insigne bienliechora María Auxiliadora por haber
otorgado milagrosamente la' salud deseada.
¡Cuán buena y misericordiosa es María Auxi
liadora para con sus devotos que a ella recurren en
sus tribulaciones.
Sevilla, Agosto de 1913.
F. P. M., Pbro.
T a r lfa .— Amalita Espinosa Molina de diez años
de edad, enfermó de tifus, con fiebres altísimas que
se sostuvieron por muchos días con complicaciones
[X)r jtarte de hígado y corazón, Uegando su gravedad
a tal ptmlo que los cuatro médicos que le asistían
juzgando el caso verdaderamente mortal, y de des
enlace brevísimo, ordenaron preparar el ataúd
para (pie inmediatamente de expirar fuera su cadá
ver retirado al Depósito, dado el carácter infectocontagioso del padecimiento. Su afligido padre,
médico también, viendo ya agotados los recursos
de la ciencia, encomendó y pidió a María Auxilia
dora el milagro de la curación de su hija, ofreciendo
en su honor una novena y la celebración de una
Misa en su Capilla. Desde aquel día la niña empezó
a mejorar y en im tiempo relativamente corto
la enfermita se encuentra ya. no sólo fuera de p>eligro sino en franca convalecencia. I<o que tengo la
satisfacción de participar para gloria de Dios en su
Madre Sma. como gratitud al bien recibido.
12 Octubre de 1913.
B
e n ig n o
E s p in o s a .
U tr e r a (Sevilla).— Después de haber padecido
jx>r espacio de once meses una enfcniicdad de
oídos ó sea una supuración constante que mucho
daba que temer, por las fatales consecuencias que
según los médicos podrían resultar; hoy me encuen
tro completamente bien, gracias al poder de la
Virgen Sma., a quien muy de veras me encomendé,
confiando en su poderoso auxilio, y prometiéndole
al propio tiempo, publicar la gracia, como hoy lo
hago agradecida a tan buena Madre.
Ilonor y gloria a la Virgen Auxiliadora, que
siempre viene cu favor del tjue con fé y esperanza
la invoca.
Utrera (Sevilla), 2 de N oviem bre de 1913.
D . L.
Z a p a to c a (Col.).— Quince meses hacía que venía
sufriendo mía parálisis cerebral, y ya desahuciada
(le los médicos, invtxjué a Maria Auxiliadora, pro
metiéndole que si me curaba, los primeros pasos
que diera, serían para inscribinne como cooperadora
í^esiana. I.a gracia fué completa, y agradecidos
mi espso y yo, enviamos una pequeña limosna para
el emito de Maria Auxiliadora.
Agosto d e 1913.
B e a t r iz S
errano
de Plata.
Ibidem . — Hacía 5 años que sufría fuertes
trastornos sin qtte los remedios me los aliviaran.
Al fin consulté a im especialista, y como me dijera
que era necesario im examen muy detenido, al
que yo, francamente no me sentía dispuesta,
invoqué la protección de María Purísima A uxiliadora, y esa noche misma ya me v i libre de la en
fermedad.
¡Nadie te invocó jamás en vano ¡oh María A uxi
liadora!
Agosto 23 de 1913.
L e t ic ia U . d e S e r r a n o .
Dan también gracias a María Auxiliadora y eaviaa su
limosaa:
Alicante. — Una devota, por favores recibidos,
25 }>tas.
A lm e ría . — D. Diego Flores y Da. María Flores,
por haber otorgado la salud a su hermana.
Baracaldo — (Bilbao) Una devota, por la cura
ción de su señora madre.
Bogotá (Col.). — N. N., por un gran favor,
Betulia (Col.). — Da. Jacoba Plata de M., por
haberla curado de un mal de garganta. — D. Joaquín
Martínez, por haberle sanado de una úlcera.
Buenos Aires. — Una cooperadora, por haber
.sido singularmente favorecida de la Virgen Sma.
Cuenca (Esp.). — Da. Antolina López, por una
gracia, ptas. 10. —
Canuto (Ec.). — D. J. C. de S., por varias gra
cias.
Coruña. — D. E ., por varias gracias y favores.
Agradecido envía ptas. 80,75.
Caracas. — Una religiosa, por un gran favor de
Índole general. — C. U., por haberle curado de
lina pierna.
Cendea de Galaz(Esp.). — Da. Juana Unzu, por
una gracia recibida.
Espinal (Col.). — G. A. cooper. sal., por haberle
devuelto la salud en un caso de muerte. Fr. 10.
Girón (Col.). — Da. Isabel Valdivieso O., Da.
Josefa Ma. Arango, D. Jo.sé E. León. Da. Ma. Ro
sario Prada G ., Da. Tránsito Ordóñez de G ., Da.
Carmen Villalba de Pér*«, D. Ramón Prada, Da.
Mercedes de Valdivieso R., Da. Mercedes Novoa
A.. Da. Amelia Rey de O., Da Josefa Ma. Arango.
Da. Delia Reyes de G., D. Telésforo Ruiz, D. T o
más Prada G . Todos por varios favores y gracia.s
recibidas.
Granada (Nic.) — C. C. de L., por un favor re
cibido, fr. 2. — Da. Ma. de Chavarria, fr. 6. —
Da María Josefa de Mauis, fr. 2. — Da. Josefina
E. V. de Gutiérrez, fr, t,5o. — S. M. S., ir. i.
D. Anselmo Ruiz, fr. 2. Todos por varias gracias
y favores. — Da. Éncaniación Pérez, por lo mismo.
— Da. Carmen Velázquez, fr. 2. — Da Josefa Gua
dalupe Ruiz, fr. 1,60. — Da. Dolores v. de Bolaños,
^r. To. — D. Juan de Dios Trara, pesos i. Por
varios favores y gracias.
Granada (Esp.). — I). Felipe Fajardo, por ha
berla sacado de una grave enfermedad.
Guadalupe (Col.). — Da. Virginia Amorocho,
fr. 2,50. — Da. Emperatriz Castillo, fr. 2. — Da.
Elisa León Gutiérrez, fr. 2. — Da. Guadalupe Luquena, fr. 3. Todas por gracias recibidas.
Horeco de Santiago. — D. Feliciano .Alcázar, por
la salud de su hijo. Luis. 5 ptas.
Popayán (Col.). — D. Joaquín Negret, por un
gran favor, fr. 5.
Jerez (México). — Da. Margarita B. ile Castañón,
envia la limosna de $ 6,25. agradecida por la cu
ración de 5 hijos y pide oraciones.
Jinotepe (Nic.). — Da. Juliana Aburlo, por la
salud de su hijo Manuel, fr. 2. — Da. Matilde
Gutiérrez, por haberla salvado a ella y su lujo
fr. I .
Madrid. — Da Francisca Campero de Pascual
por un favor recibido y encarga celebrar siete «nisas
en su santuario de la corte. — D. Luis de Reiegui,
por varias favores y envia 25 ptas. para las Missione.s de América.
Madroño de Castillo (Esp.). — Da. M*. de los
.Santos Martin de Martin, por la salud obtenida.
Málaga (Esp.). — Da. Asunción U, de Lncave,
por la salud suya y de uua sobriuitn, ptas. 5.
Rocafuerte (Ec.). — M. K. H., por un favor re
cibido.
San Marcos (Nic.). — D. Porfirio II. Urbina,
por id., fr. 2. — Da. Evangelina v. <le López, por
id., fr. 2.
Sevilla. — Da. Rosario Gil, por un favor, ptas. 5.
— Da. M. J. A ., por id., ptas. 5. — Da Rosario
Albencada Gómez, por haber devuelto la salud a
su esposo. — Una clevota cooperadora, por haber
sanado a un pariente suyo, de uua grave enfermedaii.
Toledo — (Puebla de D. Fadrique). — D. Leoncio
de la Corte, por un favor recibido, 5 ptas.
Yamundi (Col.). — 1.a Sra. Cooperadora Da. Do
lores Sardi, por habeile devuelto la salud a mi
hermano Lucio, gravemente enfermo, ptas. 6. —
D. Joaquín Zorrilla, y otro caballero favorecido,
ptas. 2,50. — Da. Mercedes Bonilla, por la salud
de su hija pequeña.
Zapatoca (Col.). — D. Ildefonso Acevedo, por
la curación de su señora. — Da. María Díaz de
Díaz y Da. Ana Inés Serrano y Serrano, por gra
cias y favores. — Da. Verónica y Bárbara Serrano
G., por la curación de su madre. — D. Santiago
M. Díaz A ., por un favor, fr. 5. — A. .S. J. D. C.,
por la salud de su sra. madre y pide oraciones.
— D. Toribio Rueda Ü.. por un favor, fr. 2,50. —
Da. Ana Teresa Rueda de R., por haberla sacado
de tina enfermedad peligrosa, fr. 2,50. — Da. Maria
del C. R., jx)r la salud recobrada, fr. i. — Da.
E. M. por la salud recobrada y otro favor. —- Da.
Elvira Martínez, por la salud de una comadre stiya.
— Da. Rafaela Cnrreño, por grandes favores. —
Da. Agrícola R. de R.. por un favor. — D. Trino
Plata, por la curación d d ahoguío. — Da. Mer
cedes Gutiérrez Ramírez, por muchas gracias de
M. Aiix.
Da. A. P. Ch., p<»r la salud <le una
amiga suya y envía 5 ptas. — Da. Amalia Plata,
por la saíml recobrada. — D. E. P., por la cura
ción de un amigo gravemente enfermo.
P ID E N
O R A C IO N E S :
F. R. B. Phro., por la conversión tle una per
sona querida. — D. Ildefonso Acebedo, D. Ignacio
Diaz Serrano y D. Blas Joaquín Díaz, de Zapatoca
(Col.), V envían una limosna. — Da, Mariana Gó
mez de Prada, de Girón (Col.).
= ® v=a9 =
>Ccü ! j
POR EL MUNDO SflLESlílNO
J1
la I g le s ia ^ al £ u e 6 lo ^Español fcli*
cilanioa efuaivom eiije po^ la prom ociói\ del
clcpsíainio ^ r . © uigusofo, Jj!(2o6iapo de ~VaIcncio, a fa ^ iíla prim ada de 'i^ofedo. —
vii^luoao Jarciado, bicnfíecfíoi^ inaigne de fa
66ifa ^ a lc a ia q a , prcaenfom oa r^ucaííjo reapeíuoBO parabién v cordial enlíorabuena.
La crónica del amor. — Tomamos de la revista
E l Ven. Dosco y el Tibidabo. — Sacrificios. — Son
los sacrificios, pedazos del corazón, trozos del alma,
arrancados de nuestro propio ser para ofrendarlos
al Dueño amado de nuestra vida.
¿Quién puede medir el abismo, la profundidad
de su móvil, que no es otra cosa sino el amor? Nadie
sino Dios.
Esas placeres lícitos, esos giistillos innocuos sa
crificados, iimiolados en aras de im amor que no es
humano, si son repetidos, constituyen un martirio
voluntario, y por lo tanto meritísimo y tanto más
precioso y acepto a Jesús cuanto más escondido,
más oculto.
(Sacrificios! he aquí lo que nos pide su Corazón
amante: la negación de nuestra voluntad, la priva
ción de alguno de nuestros gustos.
[Sacrificio por sacrificio! Jesús se nos anticipó:
Sacrificó sm vida jxir nuestro amor. Ju.sto que tam
bién nosotros sacrifiquemos algo de nue.stru vida.
algo de nuestro ser, por Quien on aras de nuestro
amor dió su vida y s\i sangre toda.
[Oh sacrf/íctos benditos! ¡Corra vuestro eco por
todos las lugares de la tierra, abrasándolo todo,
inflamándolo todo, e hiriendo, cual saetas de amor,
totlos los corazones!
lié a([uí algutuís sacrificios cuya relación nos ha
sido remitida el último bimestre:
Un niiio. — Era el 25 de julio. l/js niños de
nuestras h'^'uelas Profesionales de 8arriá comen
zaban sus vacaciones. Se me acerca \mo. vivo como
un azcfgue, travieso como un gatito de pocos meses,
y me da un sobre cerrado. — ¿Qué es esto? —
Cxiando vaya a la Redacción, ábralo V. y lo verá,
antes no. Y el muchacho se aleja saltando. Subo
al despacho, rompo el sobre; hallo un billetito:
• Para el Tibidabo. Sacrificias de bombones. Un
alumno de la Escuela Salesiana do... * (aquí el nom
bre de la Escuela, pero encargándome no ponerlo);
y en ixiies de aplicación y buena conducta, 2*50
['Osetas. ¡2*50 pesetas! ¡para un muchacho es mi
capital! ¡Y los castillos que se pueden hacer! [Y ese
niño sacaba sólo o’ 10 semanales! Es decir. 25 se
manas pensando en el Tibidabo. ¿ Y esto ao es her
moso ? ¡Y cuánto se le habrá robustecido su carácter!
Un fumador. — E ra un caballero que fumaba
muclio y no encendía sino una cerilla... la colilla
del uno le servía para encender el siguiente. Oyó
hablar a María Victoria, y le prometió a su propia
mujer; ¡dejar de fimiar los miércoles y los viernes
[X)r el Tibidabo!
¿ Y eso no es heroico? ¡Templo bendito que tales
cosas inspiras! ¡Almas nobles, generosas! seguid,
seguid, abejas místicas, libando la flor de vuestras
acciones para formar un panal de amor donde halle
sus delicias e l Corazón suavísimo de Jesús!
[rónita ile los Oratotios Festivas 3
■I
ROSARIO (Arg.). — A primeros de octubre se dió
a los niños de este Oratorio la fortuna de unos días
de ejercicios, para purificar las almas y fomentar
la pureza de conciencia, fuente de verdadera alegría.
De.spués de les dió un paseo. He aquí lo que dice
un diario local:
Con un éxito brillante bajo todos conceptos,
se clausuró ayer la misión que para niños oratoríanos dieron los Padres Salesianos del Colegio
San José.
Más de trescientos niños, casi todos de familias
obreras, se acercaron a recibir el Pan de los Angeles
convenientemente preparados para el acto.
A las 8.10 se encaminó la columna de oratorianos en mimero de 470, hacia la estación Central
para tomar el tren que debía, por deferencia del
Sr. J efe del tráfico, ser enganchado con el ordinario
([ue sale de Smichales a las 8.50 en dirección a
Paganini, lugar destinado para el almuerzo cam[>cstre.
Difícil es describir el entusiasmo de los nume
rases niños que asistieron, quienes prorrumpían
continuamente en laicos y estruendosos aplausos.
A la \'uelta desfilaron los niños por la calle
Corrientes y Salta, llenando el trayecto de una
cuadra.
A los gritos de la muchachada los vecinos salían
a los balcones comentando el hecho de que con una
misión de pocos días se haya podido reunir tantos
niños y se haya conseguido de ellos tanta sujeción
y obediencia.
Los que han conocido a Don Bosco y a sus • birriquinos » han podido ver algo de eso en el Rosario,
y han hecho votos para que esas escenas inoralizadoras se repitan con frecuencia para bien de
los nifioí ptibros.
—
SANTIAGO (Cbile).— Hermosa fiesta.— Con motivo
de la presencia en Santiago del Secretario General
de los Cooperadores y Ex-Altmmos de las Obras
Salesianas, Rev. Padre Sr. Esteban Trione, se llevó
a efecto el 24 setiembre en la Escuela Profesional
de la Gratitud Nacional una cariñosa fiesta, que
omsistió en la presentación de un numeroso gnqx)
de los ex-almnos de la Casa al Rev. Padre Trione.
El acto se realizó en el salón de representaciones
del establecimiento, que se hallaba hermosamente
engalanado con escudos y banderas nacionales.
Dió comienzo a la corta velada el joven Sr. Ma
nuel Cáceres, quien prommeió un bonito discurso,
dando la bienvenida al Padre Trione y rogándole
se hiciera intérprete ante los Superiores de las
Casas de Italia, del cariño y del reconocimiento
que se guarda en el corazón de los hijos chñenos al
\'en. Padre Don Bosco por los beneficios de su
grandiosa y bienhechora obra.
Tomó en seguida lia palabra el ex-altmmo Sr.
huis Toro, quien prommeió im hermoso discurso
en italiano, haciendo votos por la felicidad personal
del Rev. Padre Trione y manifestándole la sincera
adhesión de los jóvenes salesianos chilenos.
Vivamente emocionado contestó el Padre Trione
en frases llenas de cariño, exhortando a los jóvenes
ex-alumnos a perseverar en sus buenas ideas, ya
que en ellas vivían llenos de felicidad y esperanza.
I.es recordó también el rol de actividad que co
rresponde realizar dentro de la acción social a los
jóvenes educandos en las escuelas católicas 5'.
* lio basta, les dijo, llamamos cristianos, sino que
es preciso demostrarlo; hacer que todo el mimdo
sepa que dentro de nuestras sublimes ideas somos
intensamente felices en la tierra y que aiin espera
mos eterna y mayor ventura después de esta exis
tencia terrenal *.
» Es para mí simiamente consolador ver en
nstedes, les dijo, los frutos hermosos de la gigatesca obra de nuestro Padre Don Bosco, y no dudo
que este hermoso país será cada día más grande }•
respetado contando con jóvenes q u e , como us
tedes, son elementos de orden, de progreso y de
felicidad para la patria *.
La banda de músicos y la orquesta del Centro
Camilo Ortúzar de la Gratitud Nacional ameni
zaron d acto.
(De La Unión).
ALMAGRO (Buenos Aires). — E l i ° de septiembre
del pasado año celebró el Colegio Pío I X el X X X
aniversario de su fimdación, debido ante todo al celo
y amor de los Antiguos Alumnos, que no perdonan
medio mi circunstancia para manifestar con hechos
su gratitud para sus amados profesores y maestros.
2.S
—
Entre otras determinaciones, tomaron la de pre
sentar mía instancia ante el H. Congreso de la Patria
para hacer efectiva una partida por él votada a fa
vor de dicho Instituto. L a instancia irá aconqiauada
de su concienzudo estudio estadístico, (pie con
datos claros y evidentes manifiesta los boulici(í.s
cue el instituto ha derramado por toda la nación.
Especial ñiterés tienen en ayudar clica/.nK'uto a
la Colonia o mejor. Granja Agrícola de Uribclarrca
que puede ser una de las mejores Escuelas letkicoprácticas de Agricultura.
— lín el lui-smo Colegio tuvo lugar el 7 dcl mismo
mes el imix>rtante acto de bendecir los nuevos lo
cales para los talleres de tqiografía e imprenta, se
guido de ima fiesta « Pro Monumento Don Bosco ».
« Ante una selecta concurrencia de ex-alumnos
de los diversos centros de la capital, de los jirincipales Cooperadores de la Obra de Don Bosco, de
ima representación de las distinguidas damas (]\ie
foniiau el comité central de Cooperadoras Salesia
nas, dice E l Pueblo, inicióse el desarrollo del pro
grama con el canto del himno nacional coreado
por los 500 almnuos del Colegio Pío IX yporlo.s
800 niños del Oratorio San l'rancisco (le Sales.
A las 4 p. m. Monseñor de Andrea, acompañado
por el clero, por los padrinos, doctores Bas y Cafferata, por las madrinas, las distinguidas señoras
de Lacroze y Emery, y por el consejo general de los
Ex-Alumnos de Don Bosco y las comisiones de
los centros de la capital, precedió al acto de la ben
dición de los nuevos talleres de nnprenta y tipo
grafía, que tanto por el local como por los elementos
que los completan, responden en todo a las exi
gencias de los adelantos modernos.
> Los local(is, imnejorables: hay luz, buena airea
ción, y por tanto higiene; los elementos, de primer
orden: dos grandes mácjuinas litográficas, cuatro
grandes máquinas de imprenta y tres pequeñas
en el taller correspondientes y nuevas instala
ciones (]ue pueden .servir de modelo al taller me
jor montado de la capital en la ti|)ografía, en díuule
hemos visto, además, una mácjuina TijX)graph.
Tuvimos (Ka-sión de obseravr algunos de los tra
bajos ejecutados p>or los ]x;queños aprendices; son
todo primor y delicadeza, lo que hojira grande
mente a los directores de amlx)S talleres.
» Después del acto religioso , las escuadras del
Colegio Pío IX , con su in.slructor a la cabeza, de.sfilaron ante los invitados, y luego ejecutaron, al
son de la banda, una serie de ejercicúos gimnás
ticos que les nierecierom los plácemes más jiLsti(úeros. E l maestro fué calurosamente ovacionado.
Terminados los ejercicios gumiásticos, la c<mcurrencia pasó al salón de actos, donde se de.sarrolló el programa de una interesante función literariomusical Pro Monumento a Don Bosco, organizada
por les ex-aliunnos del centro San Francisco de
Sales. Los espectadores aplaudieron todos los nú
meros del programa, que si bien, algo extensos, logró
no fastidiar los ánimos.
Merecren especial men<rión los números de piano
y violín ejecutados pcír los niños Cifuentes, y la
representación de la comedia « E l catedrático de
anatomía *, pero lo que deseaba el público era que
—
):ablarau nuestros diputados católicos los doctores
Cafferata y Bas. y hablaron. E l doctor CafEerata
leyó su discurso, que resultó una pieza elocuente,
y el doctor Bas, ante la insistencia de los Ex-Alumnos de Don Bosco, hubo de improvisar, siendo
interrumpidos a menudo, ambos oradores, por re
petidos aplausos.
• Ix)S Ex-Alum nos de Don Bosco pueden estar
satisfechos de una fiesta que ha congregado un
piiblico tan numeroso y selecto, y que ha produ
cido el contacto de dos representantes del pueblo
argentino con la asociación c[ue ellos fonnau,
PARMA (Italia). - • bn monumento al P. Baratía.
ICl pasado octubre se reunió en el Colegio San
Benedetio una verdadera m ultitud de Antiguos
Alunmos. De diversas ciudades y i>ro\-incias y aun
dcl extranjero tom aron los camaradas y con en
tusiasmo y alegría singular, mezclada de un dejo
de amargura al no ver allí al amado maestro, evo
caron la vida entera de ¿5 años (lue cuenta de exis
tencia el floreciente colegio. Mezcláronse hombres
y jóvenes, literatos, militares, comerciajites, sa
cerdotes. movidos del deseo ardiente de tributar
un póstumo homenaje de admiración a ejuien, como
primer director, como padre v maestro, supo pre
pararlos tan bien para la vida, abriéndoles hori
zontes dilatados y robusteciéndoles las alas de la
conciencia y del corazón para recorrerlos sin pe
ligro.
Había también representaciones de S. E . el
Cnrd. Ferrari, Arzobispo de Milán, de S. E. el Sr.
Obispo de Borgo S. Donnino, del Revnio. D. Albera,
de los Diputados Cardani y I^ongiiiotti; y asistieron
Mons. Co:rforti, Arzobispo de Parma, el Sr. Lusignani. Presidente de la Diputación Provincial, el
consejal St. Giraldi, el Sr. Benasi, profesor de la
Universidad, el Conde de San Vital, los profesores
Boselli, De Giorgi, Gambara, el Sr. Abad de los
Benedictinos de Torrechiara, el canónigo Sr. Boni,
el Ten. Coronel Canozzi, el Capitán Cravosio y el
Comité de Señoras.
E l monumento cou-siste cu un Imsto de mármol,
obra del escultor panuo.sauo Tunnbara, <jue ha
querido representar al P. Carlos M. Baratta. ro
deado de las figuras simbólicas de la Agricultura,
la Mxisica, la P'e y la Caridad, hVliz idea por cierto,
que expre.sa la vida de a(ptcl'a]Kistol, que, lleno de
viva y ardiente caridad, vivió y trabajó siempre
artí.sticamente, para Dios y para el prójimo.
Pronunció el discurso el abogado Sr. Bocchialini,
y imnegirizó con elocueiicia saturada de amor « al
luuuilde y modesto sacerdote, de presencia sen
cilla, pero de alma indomable y animado de una
ixxlerasa llama de fe y amor *.
Tras esto, y para hacer honor a la memoria del
Maestro, siempre práctico en medio del entusisamo,
se reunieron en Congreso, que resultó animadísimo,
práctico y genial, tomando resoluciones encami
nadas a intensificar la acción social de los A nti
guos Alumnos, segim los ideales del P. Baratta.
26 —
MONTEVIDEO. — Colegio « Sgdo. Corazón de
Jesús. — E l sábado 18 de Octubre a las 8.30 p. m.
se realizó ima gran función extraordinaria a be
neficio del Monumento que se erigirá a Don. Boscc
en Turín. I^a nutrida e inteligente concuirencú
aplaudió con entusiasmo todos los números. En e
piano se distinguieron las Stas. Carmen Belinzón
Marta Irrazábal y Elvira Metallo que interpretaron
con arte exqui.sito clásicas composiciones. El vio
linista José M. Rodríguez embelesó con el Nocturno
N ° 2 de Chopín, el Miramar Zortico de Sarasate y
im trozo fuera do programa. E l Sr. Rodríguez toca
maravillosamente, como los grandes maestros
El joven Estanislao Barreto que tiene espléndida
voz y óptima escuela, cantó las romanzas La Tem
pestad e II Libro Santo. Los actores del « Cenare
Don Bosco » se portaron como verdaderos artistas
En La Mala Guia hicieron pasar al público momen
tos de intensa emoción trágica y en la comedia
<
■ En mangas de camisa » le mantuvieron en cons
tante hilaridad por espacio de media hora. E l dis
curso de introducción a cargo del Rdo. P. José M.
Vidal fué wna pieza oratoria. Nuestros parabieneía todos los que contribuyeron al éxito.
VERZEJ (Estiria). — En esta ciudad se ha abiertc
recientemente una casa salesiaiia para « Hijos d(
María ■>,o sea, para la educación de jóvenes-adulta
con vocación al Estado Eclesiástico o Religioso.
I,láma.se precisamente « E l Marianum », y el pa
sado Septiembre contempló la vestición clerical d«
36 de sus alumnos. Ix)s habitantes de los alrede
dores acudieron numerosos a presenciar la fiesta,
tomando parte en ella con edificante piedad y dando
con generoso afecto el óbolo de la caridad cristiana.
Muy estimado es dicho Instituto y todos se
prometen de él grandes beneficios.
E l Director del mismo les dió a todos los conairrentes una conferencia para expresarles su gra
titud y exponer los fines de la casa.
CüNSTANTINOPLA. — Por los Ernigrados polacos
—• S. E. el Sr. Delegado Apostólico ha tenido e
bien encomendar a los Salesianos la asistencia espi
ritual del pueblecillo polaco Adampol, aceptando
ellos con reconocimiemto, por tener así ocasión de
cumplir con una de las misiones más bellas de la
Institución Salesiana, cual es ésta, de mirar poi
los Emigrados.
Adampol es una colonia de prófugos polacos,
establecida a raíz de la guerra de Crimea, en una
grande hacienda adquirida por el heredero del
trono de Polonia, el augusto Príncipe Czartorisky, q. g. h. quien, como los lectores saben, murió
siendo sacerdote salesiano on olor de santidad.
Es singular el espectáculo de \m pueblo lleno de
fe. de fe viva, que se conserva en el corazón del
islamismo, como una palma frondosa en medio de.’
desierto. Está constituido por labradores, y ahora
w
— 27 —
se estiman dichosos en tener en medio de ellos mi
religioso que les habla en su propia lengua, de la
Patria amada y los ajmda a sobrellevar con valor
las pruebas de la vida.
Sus restos fueron trasladados al Santuario de
Covadonga, donde está el panteón de familia. lín
Madrid y en todas las estaciones, fueron objeto
de respetuosas e imponentes manifestaciones, como
en todas partes se llora su muerte.
Los Salesianos no podemos olvidar la simpatía
con que siempre miró nuestra Obra, simpatía tiue
se exteriorizó ruidosamente durante la reciente
visita del P. Albera. tomando parte activa en las
festejos y pronunciando el grandilocuente discurso
que en otro lugar de este número hemos publicado.
Excmo. Sr. D. Alejandro Pidal y iVlon.
La condesa viuda de Rivadedeva.
Pasó a mejor vida el grande orador y Presidente
de la Real Academia española, el 19 de Octubre.
En el castillo que en Saint Laup (bYancia) ¡x)seen los marciueses de Amell de Paladine.s, falleció,
víctim a de un ataque cardíaco, el día 3 de noviem
bre, la Exm a. Sra. D. María de Jesús Cortina,
condesa viuda de Ribadedeva.
Fué esta virtuosísima señora una de las damas
de nuestra aristocracia que figuró siempre en pri
mera línea en cuantas obras de celo y de caridad se
sostienen o se fimdaron en esta corte, y así vimo,
su nombre en los Consejos y Directivas de cuanta
Asociación piadosa y benéfica tienen aquí vida.
Fué ella quien con esplendidez regia dotó a la
Congregación de San Luis de amplísimo local, para
que cómodamente pudieran sus socios dedicarle
a las obras meritísiinas que en cien ocasiones han
sido admiradas y aplaudidas por los buenos, y
fundando al mUmo tiempo la hermosa iglesia,
del Salvador y San I.uLs G onz^ a. Fué xma de las
protectoras más entusiastas y decididas de las
Reparadoras, a las que ayudó con cuantiosas
limosnas para fimdar la artística iglesia de María
Reparadora. También los hijos de Don Bosco
encontraron en ella auxiliar jx>derosí.simo para
su fundación en esta villa. I^a Congregación de las
H ijas de María del Sagrado Corazón, el Asilo de la
Sma. Trinidad y tantas y tantas otras in.stitucione.s
análogas, han perdido con la muerte de la condesa
de Rivadedeva una de las protectoras más gene
rosas. entusiastas y decididas.
A ella deben los Salesianos de la Corle el .salón
de actos y buena parte de la bellísima iglesia,
amén de las limosnas sueltas que solía mandarle.s,
especialmente cuando sabía que se encontraban
en algún apuro.
Los Salesianos de toda la Provincia Céltica y lo }
niños de sus casas han orado y oran por el eterno
descanso de la gran bienhccliora, que probable
mente habrá entrado muy pronto en la gloria,
pues grandes eran su piedad y caridad.
Grande es el vacío que el eximio patricio dejó
en las filas del Catolicismo militante y de la lite
ratura patria contemporánea, de quienes era uno
de los más gloriosos adalides.
Su muerte fué tan cristiana como fué su vida, y
en los últimos momentos manifestó ese temple de
alma que siempre tuvo. Y a enfermo durante el
verano, aconsejáronle los médicos diferir su venida
a la Corte; pero no creyendo deber abstenerse de los
trabajos del Docto Cuerpo y de las numerosa.s
juntas de Beneficencia y Cultura de que era presi
dente, como se había abstenido de los de su bufete,
se trasladó a Madrid, y en breve cayó mortahnente
enfermo. E l mismo no se disimuló su estado y
pidió hmnildemente los Santos Sacramentos, que
le fueron administrdados por su íntimo amigo el
Sr. Arzobispo Xozaleda, O. P. Diñante los tres
días que aún vivió, edificó a todos con su piedad y
generosidad.
Excmo. Sr. Conde César Balbo.
También para los Católicos italianos lia sido
una grave pérdida la muerte dcl Conde Ballxi,
hombre de temple heroico, benemérito del arte, de
la Administración y de la acción social. « En su
acción, dice el marqués de CrLsix»ltí, el Conde Balbo
y
— 28 —
tuvo ix)r guía al Ven. Don-Bosco, coa quien lo
unía una grande amistad, que se estrechó aun más
cuando el C<.»nde tomó estado, porque la familia
Billiani era íulinia del Venerable y a su casa se
recogía cuando Cjuería trabajar siu ser molestado.
K1 Conde admiraba especialmente el método edu
cativo del Veiieral)le. Un día le llevan a éste un
chico idiota, en la esperanza de que lo admitiera.
Ivl pobre muchacho no sabía ni siíjuiera responder
a las más sencillas ijreguntas, sino con palabras
üiconcxas: todo üidicaba en el al degenerado.
I'inalmente Don Bosco le preguntó: « ¿Sabes jugar
a banderas? ». Iv0.s ojos del muchacho tuvieron una
imperceptible vislumbre de complacencia. Enton
ces el sacerdote, con aire de <juien ha hecho un
Da. Angela Remigio de la Iglesia,
excelente Cooperadora, modelo de madres cris
tianas, y madre del principal Decurión de Coope
radores Salesianosen Orense, D. Emilio Montero
Beneficiado de la S . I. C. desdicha ciudad, falleció
el día 17 de octubre de 1913 después de recibirlos
Saiitos Sacramentos y demás auxilios espirituales.
Una oración suplicamos a nuestros lectores
por el alma del Bxmo. Sr. Obispo de Barceloofl,
fallecido mientras se tira el presente número.
Cooperadores Solesianos difuntos.
de.scubrimieuto feliz, exclama; ♦ Txj acepto ». P a
saron varias años y un día al Conde se le anuncia
la visita de un sacerdote para él desconocido. St
ic intuxlucc y ve dchuite de sí a \ui sacerdote de
gallarda presencia, conversación amena y variada,
íie rastro lleno de gracia y hasta de intención,
V. no me rtaxnuKX', le tlijo: Soy l-hilano de tal.
act'ptadü por Don Bosco en casa de V. en Nizza.
• Ivfectivaiueute Don Basco había visto a través
de las facinoucs del niño, una cliispa de ingenio, y
había luvlio de él un hombre de provecho. Ballx)
narraba el hecho complacido y se alegraba mucho
cuando oía hablar o leía los triunfos ijedagógicos
<k'l Sier>’o de D io s». Hasta aquí el Marqués de Cri<poUi.
Hace dos anos, estando ya lleno de achaques,
quiso pronunciar el discurso en la coiunemoración
miual de Don Bosco en Valsálice. En su casa se
eía en común la \-ida de nviestro Ven. Padre.
Sra. Da. Prada Gómez
Girón {Colombia).
>
» Rufina Gómez de M. »
»
»
> Amelia Serrano de M. »
»
»
» Irene Prada
•
» Genoveva González
6
» María R ey Gómez
»
» Conceix-ión Arango
»
» Mercedes Castillo
» Petronila Méjica
>
» Catalina Castillo de Arciniegas •
»
» Mercedes González García
»
>
I Filcia Rey R.
»
•
Sr. D. Nicolás Cortés
»
*
Dr. D. Tomás Arango
»
*
Sr. D. Miguel C.
Caráqtiez (Ecuador).
>
»Mariauo Pmargote Rocafuerte (id.).
Sra. Da. María Moreno Yamunái (Col.).
»
> Rosario Idrobó
*
D. Muriano Arrazola. Madrid.
Hxma. Sra. Da. Regiua .■ Abarca V. de Gamazo *»
D. Gonzalo .^mlón
»
»
Exemo. Sr. Marqués de Casa Am ao
» *
Con aprobación de la Autoridad Eclesi istica:
Gerente: JO SE GAM BIN O .
Establee. Típ. de la S. A. Int. de la Buena Prensa
Corso Regina Margheríta, N. r76-TU RlN*
-
Fecha
-
1914.01