BS_1913_05

Ficha

Título
BS_1913_05
Descripción
Boletín Salesiano. Mayo 193
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XX VIII • N. 6

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M a yo de 1913

Edición de España

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Boldín Salesiano

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T u rin — V ia CottoUngo N. 52.

SUMARIO.
La catequesis d o m éstica...................................................113
El monumento a D. Bosco y la Federación de los
e x -n lu m n o s .................................................................... 117
Libros regalados a nuestra R e d a c c i ó n .......................X19
Cartas de familia: De P iu r a ...........................................lao
La Exposición del Colegio Salesiano « León X III » de
Bogotá.................................................................................raí
Dk n u e s t r a s m i s i o n e s . — Sostengamos las misio­
n e s — República Argentina: Del alto Neuquén:

0

Ó

^

Somos muy pocos. — Frutos abundantes
. . . 124
Tesoro e s p i r i t u a l ...........................................................126
El, C u l t o d e M a r ía A u x il ia d o r a : Venid y va­
mos todos a honrar a María Auxiliadora
. . . 127
Gracias de Maria A u x i l ia d o r a ..................................128
P o r e l m u n d o s a l e s i a n o : El sucesor de D. Bosco
en España. — Noticias varias: Bogotá, Viedma,
Buenos A i r e s ........................................................... 130
Memorias biográñcas de Mons. Luis Lasagna
. . 1 39
Cooperadores Salesianos d if u n t o s ............................ 140

1-ka caieqaesis doméstica^
NTE la necesidad, hoy más que
sentida, de instrucción
religiosa, nosotros que he-,
mos consagrado todas nuestras ener»
gías al cumplimiento de ese gran deber,
impuesto por Jesucristo a sus sacer­
dotes al enviarlos por el mundo para
que enseñaran su Doctrina « a toda
criatura *, no podemos permanecer
indiferentes; por eso interrumpiendo
nuestro argumento sobre « La caridad
en la educación >, vamos a recordar
una de las más premurosas recomen­
daciones que nuestro Vble. Fundador
solía dirigir a sus cooperadores, acerca

de la cristiana educación de los hijos.
Nosotros, y todos aquellos que de­
sean que la juventud se eduque en
principios sanos, debemos redoblar
nuestro fervor, ya que la lucha contra
la enseñanza religiosa va haciéndose
cada vez más encarnizada y hasta las
legislaciones de los pueblos católicos
van tomando un sesgo muy peligroso.
Desgraciadamente el legislador parte
siempre de un fenómeno social que se
trata de evitar o producir mediante la
medida legislativa. Y lo que se trataba
de evitar es, en apariencia la violación
de las conciencias, en el fondo la fo r-



II4

mación de las mismas en el doenia
católico, para producir, la libertad de
los espíritus aparentemente, y la des­
orientación de los mismos en realidad.
Por mucho que se discuta, el meollo
de la cuestión es eso. Con todo ese
aparato de cultura, con todas esa alha­
racas de respeto a los sentimientos
religriosos, se trata solamente de sus­
traer las almas a la enseñanza dogmá­
tico moral de la Iglesia Católica. No
se quiere que el alma de nuestros
niños tome la dirección ética contenida
en la Doctrina, como llamaban nues­
tros abuelos al catecismo; porque esa
Doctrina por excelencia es la de Jesu­
cristo ; es el Credo católico, nuestros
Sacramentos y Oraciones, el De­
cálogo y las Virtudes, expuesto todo
ello por el magisterio infalible de la
Iglesia.
Que en ese ensañamiento contra la
Doctrina de Jesucristo y de su Iglesia
hay algo de obcecación inexplicable,
castigo terrible tal vez de inteligencias
tan elevadas como soberbias, es cosa
cuanto evidente lastimosa; porque se
requiere una ceguera mental incom­
prensible para negar a esa Doctrina
la eficacia de civilizar las naciones y
guiarlas a las cumbres del progreso
social, siendo así que basta tender la
vista por un mapamundi para ver que
los confines del imperio efectivo de
Jesucristo son las fronteras de la civi­
lización ; más alia está la barbarie. Y
he ahí hombres esclarecidos minando
sin saberlo los fundamentos de esa
misma civilización cristiana que los ha
engend rallo, lo cual produce en los que
la difieiultm, alentados por la voz infali­
ble del V'icario de Jesucristo, actitudes
de enérgica defensa proporcionada a
los supremos intereses de la humanidad,



puestos en peligro por hombres tan
poderosos como funestos. En los mo­
mentos en que escribimos estas líneas
una mano homicida, guiada por una
conciencia que desde luego, quizá por
respetarla, no se formó con la ense­
ñanza del catecismo, atentó contra la
vida del augusto representante de la
potestad civil. Por dicha de España,
la Providencia no ha permitido que la
idea sanguinaria se convirtiera en he­
cho luctuoso, como no permite, merced
a la actividad de los buenos, que las
ideas de los que combaten la ense­
ñanza del catecismo den por entero su
lógico resultado. Pero que ese resultado
está contenido en los principios sustantados por los seldes del libre pen­
samiento es cosa sabida y resabida
desde Donoso Cortés acá.
El catecismo, compendio popular de
la civilizadora doctrina do<rmático-moral
de la Iglesia católica, produce en los
individuos el mismo efecto que la pre­
dicación de la Iglesia ha producido en
las naciones. Enseñad a un salvaje el
catecismo, como los Cirilos y Metedlos
se lo enseñaban a los reyezuelos bár­
baros de otros tiempos, y el salvaje
dejará de serlo; para que un pueblo
civilizado vuelva al estado salvaje, basta
que olvide o menosprecie las ideas fun­
damentales de ese librito, admirable
por lo sencillo y lo profundo, y ten­
dremos una semana roja y civilizados
a lo Bonnot y Sancho Alegre, por
citar el ultimo modelo. Es que todo lo
que tiene la Doctrina cristiana de di­
vina, progresiva y edificante, lo tiene
el ignorarla de embrutecedor, bárbaro
y antisocial; y suprimir esa Doctrina
de la escuela es hacer una escuela no
sólo inútil, sino altamente perniciosa.
Los facinerosos de la banda Bonnot eran

— 115 —

hombres muy instruidos formados en
la escuela laica, tenían una gran bi­
blioteca y en ella figuraban muchas
obras serias, en otras las de Rousseau,
El origen de las especies. Ciencia y con­
ciencia, Filosofía y Pedag^ogia, etc. Uno
de ellos, Callemin, se apellidaba con
grande énfasis Reymond la Science..,.
para sarcasmo trágico de esa ciencia
acea, aprendida a espaldas de la di­
rección moral de la Iglesia. El mayor
respeto que se puede mostrar a la con­
ciencia del niño es no privarla de la
verdad, a la cual tiene absoluto de­
recho, y menos de la verdad reli­
giosa de la cual depende su conducta
moral y su eterno destino. Es cierto
que los enemigos del catecismo arguyen
que en él tal vez no hay verdad; pero
no hay sofisma que resista a la evidencia
de estos hechos; y si una muchedumbre
de locos se pone a minar un edificio
público, una escuela por ejemplo, los
cuerdos están en el ineludible deber,
de maniatarlos a viva fuerza y ence­
rrarlos en un manicomio...
*

• *

Pero desde los tiempos de Salomón
el número de los necios ha ido cre­
ciendo, a pesar de ser ya entonces
infinito, y los cuerdos tendrán mucho
que sudar par oponer a la acción des­
tructora de aquellos, la acción iluminada
p:»r la fe. Y aquí séanos lícito hacer
una pregunta. Si los padres cristianos
quisieran de veras ¿podrían ir adelante
los proyectos del laicismo escolar? Y
suponiendo que desgraciadamente esos
proyectos llegaran a ser ley ¿lograrían
el efecto apetecido por sus autores?
Creemos que no. Además, si nos pre­
guntamos la causa de ese ese estado de

opÍ7iibn que reclama la supresión del
catecismo en la escuela, debemos bus­
carla, en sus primeras manifestaciones
externas, en la familia. Allí comienza
la supresión del catecismo en la escuela,
ya que la escuela continúa, o debe con­
tinuar, la educación doméstica. El cate­
cismo pasó en otros tiempos de la
iglesia a la familia, y de la familia a la
escuela; pero la escuela no tiene efi­
cacia para devolverlo a la familia, por­
que, en cuanto a educación moral, la
familia no puede ordinariamente ser
substituida del todo por la escuela. Y
si se trata de la escuela elemental,
mucho menos.
Es lamentable por esta parte la in­
consciencia o dejadez de los muchos
padres cristianos, que desean sincera­
mente que sus hijos sean adoctrinados
con el catecismo, sin qiife ellos se to­
men la molestia de dirigirles una pre­
gunta en tal sentido. Todo el trabajo
se lo dejan al maestro, y no compren­
den que el maestro no puede substi­
tuirlos por completo en el cumplimiento
de ese deber; a lo más, podrá ayu­
darles.
Aun en las escuelas de los reli­
giosos, dónde la enseñanza del cate­
cismo es todo lo que puede ser, no
produce el efecto debido cuando no
va acompañada por la instrucción fa­
miliar. No digamos nada si está con
aquella en ab.soluta contradicción, por­
que entonces es casi inútil.
Es cierto que las necessidades de la
vertiginosa vida moderna apenas dejan
a los padres cristianos tiempo suficiente,
para dedicar algunas horas semanales
e la educación religiosa de sus hijos;
sin embargo, hay muchos que, piidiendo
hacerlo, ni siquiera piensan en ello. En
cuanto a los obreros, es un hecho que

— 116 —

nuestros abuelos lo hacían; y eso que no
disfrutaban de la jornada de ocho horas;
pero aunque ellos no puedan, después
de las prescripciones del actual Pon­
tífice, por las cuales en las parroquias
se ha renovado el fervor de la ense­
ñanza catequística, ya no se quedarán
sin una instrucción conveniente, si se
esmeran en hacer que sus hijos asis­
tan a la explicación de la doctrina
con asiduidad, añadiendo siempre, por
supuesto, el ambiente religioso del ho­
gar.
Todos los católicos debemos luchar
sin tregua para que el estudio de nues­
tra santa Religión tenga en la escuela
el lugar que a la Religión le corres­
ponde en el gobierno de la vida; con
todo, los padres que desean eficazmente
que los preceptos salvadores de esa
Religión dirigan en realidad la con­
ciencia de sus hijos, deben hacer algo
más.
Se han fiado mucho hasta ahora de
esas dos o tres lecciones semanales,
que, dadas como se dan generalmente
en las escuelas, producen un lastimoso
vacío de vida cristiana, y sólo sirven
para dispensar a los padres de una de
• sus obligaciones más graves, sin que
por ello quede la obligación cum­
plida.
¡ A h ! Si ese laicismo que ahora ame­
naza invadir la escuela no hubiese in­
vadido multitud de hogares cristianos,
no se hubiera propagado esa indife­
rencia mortífera, que en último término
viene a concluir en incredulidad. Los
hijos de los primeros cristianos tenían
que asistir a escuelas infames, donde
se enseñaba el odio positivo a la nueva
Religión y una moral horrible, y se hicie­
ron santos y llegaron a santificar aque­
llas mismas escuelas donde ios retóricos

paganos blasfemaban de Jesucristo, glo­
rificando las pasiones más abyectas.
La impiedad solo pasa a ser ley cuando
viene de la vida íntima, de la vida del
hogar; y viceversa, cuando allí la fe
es profunda, cuando la Religión se vive,
pronto pasa a ser ley. Digámoslo claro,
para recordárselo a los que lo olvida­
ron y enseñárselo a los que no lo
aprendieron: no fué la fuerza, no fue­
ron los decretos de la Gaceta los que
echaron el catecismo del ho^ar, sino
la incuria religiosa de los padres crisstianos, algunos de los cuales protes­
tarán ahora tal vez de que se quiera
laicizar la escuela como ellos laicizaron
la familia. Al mismo tiempo que defen­
demos la escuela cristiana, es tiempo,
pues, de pensar también en cristianizar
un poco más el hogar, introduciendo allí
de nuevo, si se hubiere suprimido, la
enseñanza del catecismo. No basta dar
a los hijos el pan del cuerpo, que no
de sólo pan se vive; si buscar el pan
de los hijos es la obligación más ur­
gente, no es, sin embargo, la más
esencial.
i Ojalá que el espíritu de nuestro
Vble. Fundador se extienda más y más
en las familias! El no cesaba de reco­
mendar a sus cooperadores la cris­
tiana educación de sus hijos, aunque
estos asistían en su mayoría a la es­
cuela religiosa; y parte esencialísinia
de la cristiana educación, su fondo
mismo, es la enseñanza del catecismo
con la frecuencia de sus sacramentos.
Introducid, amados cooperadores, ese
espíritu no sólo en vuestros hogares,
donde lo suponemos ya, sino también
en los de vuestros conocidos; ese es un
acto importantísimo de vuestro aposto­
lado y un medio lento pero eficaz de
combatir la escuela neutra, laica o atea,



II7



como queráis llamarla. Esa escuela sin el mejor remedio, sin descuidar otros,
Dios no podrá existir mientras la ma­ es hacer de modo que cada hogar cris­
yor parte de los niños que deban for­ tiano sea la primera escuela teórica y
marla salgan de familias donde se habla sobre todo práctica de catecismo: que
de Jesucristo y de su Doctrina salva­ no hay ley ni fuerza humana que pueda
dora; pero para inutilizar sus efectos, suprimirlo de allí, ni obligarnos a ser
caso de que tuvierámos que padecerla, apóstatas.

El monumento a D. Bosco
y la Federación de los Ex-Alumnos
la satisfacción de anun­
ciar a las Uniones de Ex­
alumnos que ha salido ya el
primer número del tan suspirado pe­
riódico, que ha de ser el portavoz de
las aspiraciones y medio de comuni­
cación de los Ex-alunmos salesianos.
Se llama „Fedcrac!Ón“ porque será el
eco de la Federación Internacional de
las Asociaciones y Círculos confede­
rados; aunque por ahora, provisional­
mente. sea el boletín de la Comisión
ejecutiva del monumento. Principia con
una brillante presentación del Prof.
Gribaudi, Presidente de la Federación,
luego, entre otros artículos y noticias,
contiene el llamamiento en favor del
monumento del Marqués de Crispolti y
por fin una larga lista de las ofertas
que la Comisión ha recibido ya.
Dando un fraternal saludo al nuevo
periódico, hacemos votos fervientes
para que responda a las esperanzas
que todos hemos puesto en él, y du­
rante muchos años lleve a las familias
de nuestros Ex-alumnos los efluvios
dei espíritu de Don Bosco.
Para muestra copiamos algunos pá­
rrafos de sus páginas.
ENEMOS

A los Presidentes y a los socios de los Circuios
y Uniones de ex-alunmos.
E l i6 de agosto de 1915 se cumplirán cien años
desde que nació el Vhle. Juan Bosco.
¡Terrible prueba para muchas glorias humanas
cien años, aunque se cuenten desde al nacimiento,
y no la muerte, de los hombres! Algunas no llegan
ahi sino por artificiosa exhionación; otras, como
recuerdo nada más de un nombre cuyo poder vivo
ha cesado. D. Bosco llega entero: nombre y obra.
Después de haber consumido en un bien in­
mortal sus años mortales, lo hizo estable acá bajo
por medio de miles y miles de discípulos, que,
continuando y aumentándolo que él había hecho o
dejó comenzado, hicieron y hacen sentir palpable­
mente que estos aumentos son todavía eficacia del
Maestro.
Hoy en todos los lugares de la tierra donde
quiera que el triunfal progreso moderno deja
todavía abandonados jóvenes, que esperan en vano
hacerse úiiles para sí mismos y para la sociedad,
mediante la educación cristiana y la instrucción
profesional; donde quiera que pueblos salvajes
esperan la luz del Evangelio y de la civilización:
donde quiera que haya emigrados con derecho a
conservar presente el rostro de la patria lejana y
cultivar en si las mejores tradiciones de la raza;
donde quiera, en fin, que se abra un campo a las
más diversas industrias de la caridad, allí D. Bosco
es bendecido o invocado.
Esta gratitud y expectación que concurren fara
conservar y perpetuar la acción providencial de
D. Bosco, (Uo merecen ser expresadas en un signo
tangible? D. Bosco debe recibir este premio de

nosotros; y nosotros nos premiamos con ello a
nosotros mismos -por haberlo comprendido. ¡Y
qué ocasión más propicia que el próximo cente­
nario?
E s necesario un monumento.
E l óbolo debe recogerse entre todos aquellos
que en el mundo saben comprender, recordar y
ensalzar las virtudes y el poder de los sacrificios,
hechos por el bien de los hombres en nombre de
Dios. La mano que educa, ennoblece y sostiene
innumerables criaturas, no sólo es providencia para
ellas; lo es también para la entera sociedad hu-

sitio en que D. Bosco transformó suelo y almas,
fundó la madre patria de sus gentes, envió por d
mundo sus colonias, y les dió el lugar perpetuo
de reunión.
E n los siglos venideros la obra de D. Bosco
crecerá todavía; perennes son los dolores y ¡as
aspiraciones humanas que de ella esperan socorro;
pero el mármol y el bronce darán con igual pe­
rennidad el testimonio del recibimimto que le
hizo el mundo.
E l monumento dirá que, entre el Apóstol de
la piventud y su tiempo, hubo tal correspondencia

Exposición de los bocetos del monumento a D. Bosco. — Parte derecha.

mana, que úel bien hecho a los humildes, y especiabnnite a los humildes adolescentes, saca
grandes ventajas. De todos debe venir el home­
naje de le gratitud; es preciso ir más allá de
las esfe ras que fueron picrticularmente objeto de
la solicitud salesiana; comprender a todos los
ciudadanos de una civilizacióix beneficiados por
ella.
Pero los antiguos alumnos de D. Bosco, como
m4 s ¡ntinumente relacionados con él. Unieron el
privilegio de ser los promotores y quieren tener
la gloria de erigir c- monumento.
Y este vr'vu.-ncnio debe levantarse en Turin,
en la plaza de María Au.uliadora, en el mismo

de afectos, que los prodigios de él aparecieron n
una plenitud de tiempo, o sea, en una socieiiad,
pronta a venerarlos y digna de recibirlos.

E l concurso para el monumento, como ya
hemos indicado, ha tenido éxito espléndido; los
59 bocetos venidos de todas partes, y expuestos
en el salón del oratorio, son objeto estos días
(20 de marzo) de numerosas \úsitas. El Jurado
ha premiado cinco, de los cuales publicarenios
grabado y relación en el próximo número.

— II9 —

Cfbros regalados a nuestra Relaccibn.
De la Librería ^E ditorial de M aría A u xilia­
dora A partado 37, S evilla .
BJenientos de geografía por F . de^Selas. — Primer
grado: 774 páginas con grabados y mapas; cada
ejemplar 0,75 Ptas. Segundo grado: 328 páginas
con grabados y mapas; cada ejemplar 1.25 Ptas.
El Segundo Grado es un curso completo de Geo­
grafía que puede servir muy bien hasta para Se­
gunda Enseñanza, pues, además de la Geografía Ge­
neral en la que se detallan los estados de las cinco
partes del mundo, contiene la descripción de las
provincias de España, comprendiendo cada pro­
vincia los siguientes puntos: límites, extensión,

penetrando hasta lo más profundo en el espíritu de
¡os principales.
Avalora más todavía la obra del Sr. Jünematm
la admirable colección de trozos contenidos en la
Antología, gracias a los cuales, no sólo se forman
el lector y el estudiante idea del estilo de los prin­
cipales hablistas, sino que van asistiendo al desa­
rrollo del habla castellana en el tiempo, desde los
dias del Fuero Juzgo y el Romancero hasta los de
Ayala y Tamayo.
Ilustran por fin e.ste libro 27 retratos de A u­
tores castellanos y algunas interesantes reproduc­
ciones, que contribuyen a hacer de la Historia de
la Literatura Española y Antología de la niisnia
una obra tan primorosa por su forma, conio aca­
bada y fundamental por su contenido.

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Exposición de los bocetos.
costas, suelo, clima, producciones, población, ca­
rácter de sus habitantes, leuguaje, vias de comu­
nicación, agricultura, industria, comercio, división
leritorial, capital, poblaciones más notables y par­
tidos judiciales.

De la L ib rería de B. H E R D E R (Friburgo de
B risgovia) Alem ania.
Historia de la Llteratora Española y Antología de la
■ isma. Con 27 retratos y una lámina-frontispicio.
En-8* mayor. (XII y 268 págs.) En rústica Fr, 4,50;
encuad. en teia Fr. 5.50.
La superioridad de esta Historia de la Literatura
Española con respeto a obras similares, consiste en
no ser de segunda mano. Cuantos la examinen se
convencerán de que el Sr. Jünemann no se ha con­
tentado con reproducir opiniones y juicios ajenos,
sino que ha leído, estudiado y meditado los autores.

Parte izquierda.

Corso de Ingles psrs niños. Métodp práctico y fácil
por Fr. M. Cándido, Profesor del Colegio Santo
Tomás de Curazao.
La obra se compone de dos partes en cuatro tomos
en 8". los cuales se venden separadamente: Gra­
mática en ejercicios I (X y 138 págs.) encuader­
nado Fr. 2.25. — Gramática en ejercicios II (VIII
y 184 págs.) encuad. Fr. 2.60. — Lecturas I (VIII
y
págs.) encuad. Fr. 1,50. — Lecturas II (VIII
y ro8 págs.) encuad. 1.65. — La obra completa
encuad. en 4 tomos Fr. 8.
Las lecciones de los dos tomitos de Lecturas &covñpañan paso por paso a las de los dos de Gramá­
tica.
palabras usadas en aquellas que no se
haj-an aprendido ya en las lecciones, se encontrarán
en los vocabularios correspondientes a cada una de
ella. El decir que este Curso es para niños no quiere
decir que no sirva para los grandes; éstos lo en­
contrarán muy fácil y no menos útil.

C a r t a s d e fa m ilia .

DE PIURA
Desde el terremoto.
Amadísimo Señor D. P . Altera:
Después que el terremoto del 24 de julio asoló
la ciudad de Piura, su R. habrá querido saber
algo de los hijos que quedaron al amparo de
la Providencia, algo sobre el fin de la tragedia.
Gustosísimo, amado Padre, uo quiero privar a su
corazón de una muy justa satisfacción, de una
halagüeña noticia.
Con el apoyo de varios cooperadores se pudo
cubrir la superficie dcl patio de barracas; lim­
piándose los escombros del que fué colegio,
permutóse la escena: estudio y oración allí donde
fue lugar de solaz y alegría, donde la piedad y
la ciencia educaban los tiernos corazones y las
inteligencias infantiles. Parecía que el número
de niños escolares disminuiría después de la
catástrofe; pero no fué así, pues conociendo a los
hijos del Vble. D. Bosco, no han querido de­
jarlos, sino que a porfía acudieron a sus clases,
no alterándose en lo más mínimo la marcha
regular del año escolar.
Señalados los días para un certamen cate­
quístico, los niños, con el mayor ahinco y plau­
sible entusiasmo, se preparaban con el estudio
del catecismo.
E l 24 de noviembre fué designado para las
clases primera y segunda, y el i ®de diciembre
para el tercero, cuarto y quinto año, con el jurado
compuesto por el Dr. David Piérola, presidente,
y el Dr. D. Joaquín Helguero y Enrique del
C. Ramos, realizando el acto la presencia de D.
Juan Hilarión Helguero y de los RR. PP. Fran­
ciscanos, los cuales daban con el mayor acierto
la misión en esta ciudad.
Eran atrayentas las respuestas y preguntas,
enérgicas sin exageración, claras en su vo­
calización, persuasivas en su comprensión, de
la mayor parte de los campeones, que ludiaban con valor en el campo de la doctrina
de Cristo.
Mas les palpitaba con cierta violencia el corazón
cuando el timbre sonoro de la justicia repercutía
en su oído, anunciando la caída de un campeón
de no muy poderosa memoria, ya por supresión
de una sílaba, ya por el aumento de una copu­
lativa.
Algunas clases hicieron dxirar el certamen un
par de horas, rindiéndose el jurado satisfacto­
riamente, rifando la banda presidencial entre

los que no se habían equivocado ni aun en las
pausas que exije la puntuación.
E l día 8 de diciembre, día de la Inmaculada
Concepción, después que saludamos y festeja­
mos a la Virgen, de la Bemardita de Lourdes y
d d inmortal Vble. Bosco, se impusieron las ban­
das a los vencedores del certamen, conservando
su victoria en una fotografía. Triunfos, amadí­
simo Padre, de la santa causa, y que formarán
una de las no menos brillantes páginas de la
crónica de esta casa.
E l día 22 de diciembre, después, de dar los
exámenes finales con la mayor satisfacción,
se repartieron los acordados premios a los que
se habían hecho acreedores a ellos por su con­
ducta y aprovechamiento, ante la flor y nata
de la sociedad piurana.
Se había preparado un bonito programa: y con
la asistencia del Sr. Prefecto, del Sr. Sub­
prefecto, Sr. Inspector de Instrucción, del Sr.
Gobernador del Ceicado, de D. Juan Hilarión
Helguero y de muchísimas personas influeyentes,
que nos honraron con su presencia.se clausuró
el año escolar 1912. ¡Gracias sean dadas a Dios
y a María Auxiliadora por habernos bendecido
tan copiosamente!
Bendíganos también su R. para que con el
auxilio del cielo podamos empezar un nuevo
año escolar 1913.
Su humildísimo y afectísimo hijo in C. J.
Piura, i de enero de 1913.
O c t a v io O r tiz A r r ie t a S. S.

Los beneméritos cooperadores salesianos
no tienen una determinada obligación pecu'
niar ia en faoor de las Obras de D. Bosco:
pero hacen m ensual o anualmente ¡a ofronda que Jes dicta ¡a caridad de su co­
razón.________________
Nos perm itim os re co rd a r este punto del
reglamento y enojamos ¡a expresión de ¡a
más üiua g ra titu d a todos aquellos que en
estos días nos han mandado o nos mam
darán su ofrenda, la cual, aunque sea de
3 pesetas, se recibe siem pre con sumo agra­
decimiento. pues oiene a compensarnos los
gastos de im presión y expedición del B oíefin.

I2I



LA EXPOSICION
O o le g ;io S a i l e s l a n o

99

X /0 < 3 n X I I I

DE BOGOTÁ

Después de leer las brillantes reseñas que pu­
blicaron los periódicos de la capital colombiana,
y d halagüeño Informe presentado al Sr. Ministro
de Instrucción Pública por el Sr. Subsecretario
del mismo ministerio, la gratitud hacia nuestros
cooperadores bogotanos, a cuyo generoso despren­
dimiento es debido al éxito alcanzado, se ha des­
bordado de nuestro corazón ; y hemos bendecido mil
veces al Señor que ha deparado corazones tan en­
tusiastas a la Obra de D. Bosco en la nobilíshna
república colombiana. Y para que se vea cuan jus­
tificado es nuestro entusiasmo, léanse los siguien­
tes párrafos con que un distinguido escritor
invita a los indiferentes al apostolado social, or­
ganizado en grande escala por el gran hienhechor de la humanidad, Vble. Juan Bosco, con su
Pia Unión de Cooperadores, poniendo ante sus
ojos, iu) vanas declamaciones retóricas, sino rea­
lidades tan hermosas y convincentes como la E x­
posición de ntiestras Escuelas de Artes y Ofi­
cios, espuesta al público en Bogotá el pasado dicim hre.
* \’enid, dice el citado escritor en La Sociedad
del 5 del mismo mes, venid y os convenceréis
con vuestros propios ojos de que la savia, que ali­
menta a los hijos del Venerable Don Bosco, está
fecundizando el mundo entero, está inundando
de trabajadores honrados y virtuosos las cinco
partes del globo; está libertando del vicio, de la
degradación y del crimen a millares y millares
de niños y de jóvenes que mañana serán honra
y prez de esta querida patria; está formando
en la escuela de la virtud y del trabajo a muchí­
simos colombianos, que de otra manera serían
quizá mañana habitantes perpetuos de las cár­
celes y de los presidios. Venid desprovistos com­
pletamente de prejuicios, sin odios en el corazón,
án recdos de ninguna clase, y os aseguramos
que tendréis que convenir en que los religiosos
salesianos están efectuando en nuestra tierra
una portentosa obra, que muchos de nuestros
nismos compatriotas ni siquiera han pensado
® hacer; que estos abnegados hijos del V ene­
rable Don Bosco merecen todo nuestro reconorimiento y toda nuestra gratitud.

E n presencia de estas obras que nos hablan
con elocuencia abrumadora, nadie puede negar
honradamente, ni siquiera poner en duda, que
la obra salesiana es una de las instituciones que
mayores bienes han producido y están llamadas
a producir.
Si tan cierto es aquello de que « obras son
amores », obras y no otra cosa son las que los
salesianos nos presentan año tras año, al finalizar
sus labores, para decimos: aquí está la mies
que hemos recogido en este año a costa de
inmensos trabajos y muchos sacrificios; aquí
os presentamos esta exposición que sintetiza
un año de desvelos, de luchas, de fatigas, de
trabajos y de triunfos; delante de vuestros
ojos ponemos lo que muchas veces ha sido re­
gado con nuestro sudor y con nuestras lágri­
mas, a fin de que el mundo vea que la oración
y el trabajo han sido la brújula que nos ha
guiado en la noble y delicada misión que se nos
ha confiado.
Y de la misma manera que año tras año ex­
hiben sus trabajos, año tras año también van
saliendo de ese distinguido jdantel jóvenes vir­
tuosos y trabajadores, aptos y a para ganarse la
\nda honradamente e ir al lado de los suyos para
servir de apoyo a su familia, de honra y orgullo
a su patria; es esta otra exhibición que sale de
los límites de los claustros de ese establecimiento,
¡)ara ir a pregonar por el mundo lo que han sido
y son los salesianos. « Hombres de abnegación
y de humildad, que viven muertos sin pensar
que lo están, que hacen el bien creyendo que
no hacen nada, que se sacrifican sin acordarse
de ello y aun casi ignorándolo, y que venidos a
la hora postrera, se estiman los últimos entre
los servidores de la iglesia... Tiene el salesiano
a^ o de la energía, de la actividad, de la exten­
sión y alteza de miras y de la incontrastable fir­
meza del jesuíta; tiene algo de la popularidad
del capuchino; tiene algo del recogimiento y de
los hábitos de trabajo del monje; tiene algo, en
fin, de todos los institutos religiosos conocidos,
siendo, no obstante, un tipo nuevo * como muy
bien lo dice él Cardenal Spínola t.
Veamos ahora el Informe que vale por sí sólo
más que otra cualquiera apreciación; Informe que



I

nosotros dejamos sin comentario, -porque en rea­
lidad no lo necesita.
INFORM E
Presentado al Señor Ministro de Instrucción
Pública por el Señor Subsecretario del tnismo
ramo.
Ministerio de Instrucción Pública. - Subsecretaría.
Señor Ministro de Instrucción Pública.— P.
Para corresponder a la misión que Su Se­
ñoría tuvo a bien confiarme, respecto a la E x ­
posición con que clausuró las tareas escolares del
presente año el Colegio de León X III de esta
ciudad, hólñlmente dirigido por los Reverendos
Padres Salesianos, tengo el honor de presentar a
su Señoría el siguiente informe:
La Exposición. — A l terminar el año escolar
y ]>recisamente el día de la sesión solemne, en el
Instituto se realiza una exposición didácticoescolar que se aparta un poco en el criterio que
la rige del que se sigue en actos análogos: no se
exhiben en ella las mejores obras de los alumnos
más adelantados, sino que todos toman parte;
desde el que acaba de entrar en el Instituto,
hasta el que va a recibir su diploma. Cada obra
lleva una papeleta, en que consta el nombre del
alumno, el período de aprendizaje, el tiempo
empleado en el trabajo, etc.
Organización. — El Instituto da una educación
literaria, y otra práctica en los talleres. E l plan
de estudios de la primera comprende cuatro
años y se acerca a un término medio entre el
que se sigue en las escuelas primarias y el adop­
tado en los colegios.
H ay también uno o dos años más de estudios
literarios, que siguen los que aspiran a perfec­
cionarse en la ])rofesión que han elegido. Su
objeto es profundizar más los conocimientos
anteriores, dándoles mayor solidez. La práctica
en los talleres dura cinco años, j)orque no es
posible en menor tienqw formar obreros com­
petentes, verdaderos artistas. E l alumno que
lia siilido bien en los exámenes durante estos
cinco años, recibe su diploma de obrero; si i)erinanece un año más para \>erfeccionarse, se le
concede el diploma de maestro.
En el Instituto funcionan las siguientes es­
cuelas-talleres, que son de libre elección para
los alumnos: electrotécnica, jundición de tipos de
imprenta, cajistas e impresores; las de encua­
dernación. carpintería, zapatería, talabartería y
apicultura. A la escuela de electrotécnica pue­
den asistir los alumnos que trabajan en herrería
y mecánica, y los que quieran pueden concurrir.

2



con la anuencia del Director, a la de apicultura.
Obras de los talleres. — Pasando de la orga­
nización del Instituto a sus resultados, es dedi,
a sus frutos que son los que dan a conocer mejor
a los hombres y a las instituciones, haré una
breve revista d'e las obras hechas en los talleres,
siguiendo el orden con que estaban colocadas en
la Exposición.
Escuela de sastrería. — Los artículos de esta
sección han sido hechoá en los dos últimos meses
de tareas, algunos de ellos en pocas horas, como
consta en las papeletas adjuntas. Su mérito es
vario, naturalmente, según los años de estudio
que tienen los alumnos. Los del primero y s^
gundo año han presentado piezas sencillas, como
pantalones, chalecos hechos de mantas y driles,
pero que denotan ya cierto gusto y corrección:
los del tercero, cuarto y quinto año presentaron
trabajos bastante buenos, entre los cuales me
llamaron la atención un vestido completo de
paño y un sobretodo para sacerdote. En esta
sección recibió diploma de habilidad el alumno
Salomón Torres.
Escuela de talabartería. — Los alumnos de
este taller cursan el primero y segundo año.
Exhibieron galápagos, sillas de montar y
aperos de cabeza. Estableciendo comparacio­
nes entre los del primero y segundo año, se
aprecia en estos últimos un notable adelanto. El
maestro del taller es alumno graduado en el
Instituto.
Escuela de zapatería. — Trabajan en esta sec­
ción alumnos de todos los años de estudio: de
ahí que los jiroductos sean muy variados y que
haya obras de verdadero mérito. Encontramos
aquí desde zapatos sencillos hasta botas de pri­
mera calidad montadas en cuero charolado, en
cuero blanco o en paño. Aquí se aplican riguro­
samente la teoría, los métodos y los dibujos a
la práctica. La teoría tiene por objeto enseñar
a los alumnos a conocer las clases y calidades
de los cueros, sus aplicaciones y preferencias,
los distintos barnices y colores, etc. etc. En esU
escuela recibió diploma de habilidad el jova
Luis Guerra. Hacemos notar, por ser una honra
para el Colegio, que el maestro es alumno gra­
duado en el mismo Instituto.
Escuela tipográfica. — E sta escuela se áiviái
en dos secciones: cajistas e impresores. Las
obras exhibidas en este taller son un verdadenhonor para el establecimiento por la perfección
del trabajo y la variedad de los productos. Laí
magníficas muestras presentadas en la EspO"
sición pueden competir con las extranjeras de
la misma clase. Regularmente cada trabajo e?
hecho por un cajista y un impresor: el primero
])repara las planchas y el segundo las coloca en
la máquina y hace la impresión. Para el dibujo



12

de cada trabajo se hacen concursos entre los
cajistas e impresores, *on el objeto de escoger
el mejor como modelo. I^a teoría comprende 1^
formación de rodillos, preparación del papel y
tintas, conocimiento de los varios cuerpos, de
los tipos y conservación de las máquinas y fun­
cionamiento.
Esciula de encuadernación. — Lo que estaba
a la \dsta en esta sección, no diré que hace honor
al Instituto sino al país y que quizá difícil­
mente pueda superarse en talleres europeos.
Hechas aquellas obras con el conocimiento teó­
rico requerido, alcanzan tal perfección que me­
recen el encomio de los conocedores del oficio,
y es de admirar que sólo alumnos de primero y
segundo año las hayan llevado a cabo.
Escuda de fundición de ti-pos. — E stá divi­
dida en tres secciones: la de fundición propia­
mente dicha, la de estereotipia y la de galva­
noplástica. E n la primera se prepara el material
para el arte tipográfico, como tipos, intermedios,
espacios, etc.; la s^ unda sirve para simplificar
el trabajo de imprenta, y la tercera tiene por
objeto la reproducción de grabados por medio
del baño galvánico. Las obras expuestas en
esta sección me parecieron de una factura aca­
bada. Esta escuela presta importantes servicios
en Bogotá por ser la única que hay en Colombia.
Por su me<Éo se han aprovechado todos los tipos
antiguos que había en esta ciudad, desde que
los Reverendos Padres Jesuítas trajeron la
primera imprenta. E n esta escuela recibió di­
ploma de habilidad en el presente año el señor
Roberto Roldan.
Escuela de carpintería y ebanistería. — I'undona con alumnos de todos los cursos, quienes
presentaron su examen teórico con bastante
lucimiento. Los muebles expuestos son bastante
buenos, algunos magníficos. Llaman la atención
especialmente un tocador, un altar gótico y un
ceibo, obras hechas por los alumnos Alfonso
Sánchez, Jlarcelino Báez y Otoniel Narváez,
quienes recibieron en este año el diploma de
habilidad. L a teoría que se enseña en este arte
comprende el conocimiento de los instrumen­
tos, maderas, ensambles, cambios de color por
la química, pinturas, molduras, útiles y órdenes
arquitectónicos.
Escuda de dectrotécnica. — Había en la E x ­
posición instalaciones de motores de corriente
continua y de corriente de tres faces; grupos

?



de conmutaciones en derivación y en series, con
aplicaciones prácticas a la vista del público.
Los alumnos de esta escuela son regularmente
de los del cuarto y quinto año del taller de he­
rrería y mecánica.
Escuda de herrería y mecánica. — Está di­
vidida en dos secciones. E n la de mecánica se
exhibió un ventilador eléctrico de gran potencia
para soplar hasta cinco fragttas a la vez, y otro
portátil que se maneja a mano. Este aparato
sirve para calentar una pieza de bastante grueso,
hasta de cien milímetros. Había también una
máquina para hacer hostias con \m accesorio
para cortarlas, un tornillo para taladro, varias
herramientas de precisión para el servicio del
mismo taller y una máquina de afeitar.
E n la herrería tuve ocasión de ver dos tum­
bas funerarias, una verja, un porta-estandarte,
varias camas de modelo sencillo, baños, perchas,
etc. E l trabajo de las primeras obras enume­
radas es admirable; en ellas se ha dominado el
hierro como si fuera cera. E n una y otra sección
se aprende el manejo del tomo, el conocimiento
de toda clase de metales, el modo de soldarlos,
templarlos y fundirlos y los tratamientos quí­
micos de los barnices al fuego. Recibió Diploma
de Habilidad en esta sección el alumno Ful­
gencio Archiia. También se exhibió la foto­
grafía de una máquina silábica, que está cons­
truyendo en el establecimiento el alumno
Guillermo Mejía, quien mereció el aplauso del
inventor.
Escuda de apicultura. — Hubo también \ina
sección de apiculutra, en la cual pueden apre­
ciarse los resultado.s del tratamiento racional
de las abejas. Había ex]niestos miel, cera, col­
menas y aparatos que simplifican el trabajo
de las abejas pata que con menos labor y menos
tiempo den mayores productos.
Termino este informe manifestando a Su
Señoría que en mi sentir los trabajos de la E x ­
posición superan en mucho a los que era posible
esperar, y que los Reverendos Padres Salesianos
son acreedores al reconocimiento del Gobierno
y a la gratitud nacional ¡xir la inteligencia, el
celo y la abnegación con que se consagran a la
educación de las clases obreras.
Dios guarde a Su Señoría,
Benjamín Uribe.
Bogotá, diciembre 3 de 1912.

DEMUESTRAS MI5 IOJ\ÍES

Sostengamos las misiones
El Padre Santo, en un Breve del 31 de enero
pasado, en el cual respondía a una memoria
colectiva, presentada por los Superiores de los
Institutos de las misiones extranjeras que hay
en Parma, Milán, Verona, Turín y Genova, dice
a todos los fieles estas graves palabras:
« Es doloroso en verdad también -para Nos. el
deber notar la exigua parte que, en la obra de
la cvangelización de los infieles, corresponde a
Italia, sede venturosa del catolicismo. Y no habéis
errado, Venerables Hermanos y ainados hijos, al
señalar en la memoria que Nos habéis enviado poco
ha, como causa principal, la ignorancia, tan co­
mún entre nosotros, del deber que tiene cada uno
de cooperar, especialmente con la oración y con
el óbolo de la caridad, a extender, a aquellos que
todaiia no lo poseen, el infinito tesoro de la fe,
principio de nuestra salvación, alma que vivifica
todas las virtudes, don sobrehumano que, regene­
rando con vida nueva, abre las puertas de la di­
chosa eternidad.
« Desgraciadamente los mds olvidan que en
esto tiene su principal aplicación el grande pre­
cepto de la caridad; o no se mide bien el al­
cance de este precepto, limitándolo a las personas
más cercanas y a las necesidades de más bulto.
No se piensa que, en la inmensidad del espacio,
más allá de los mares, futy nuevos cielos y tierras
nuevas y pueblos innunurables que yacen íothivía
en tinieblas y sombras de muerte; y que precisa­
mente de nosotros, que por gran fortuna nuestra
participamos ya de los beneficios inestimables de
la Redención, esperan quien les hable de Dios
y de siís obras y los introduzca en la admirable
luz del Evangelio. V con esta ignorancia, decís
con muchísima razón, ^cómo pueden sentir los
ánimos el peso de la miserias jenas, abrirse a la
caridad y seguir los imp¡dsos generosos?
Por lo que a Nos toca, no hemos dejado pasar

ocasión algum para recordar e incidcar la obliga­
ción de contribuir a la propagación de la Fe, ya
fomentando las vocaciones al apostolado, ya implorando de la divina Bondad frutos abundantes,
ya, fituxlmente, proporcionando los medios nece­
sarios para el apostólico ministerio......».
E l Padre Santo termina bendiciendo ♦ con
paterno afecto » a todos aquellos « que muestran
a los desgraciados infieles entrañas de miseri­
cordia ».
Esta bendición del Vicario de J esucristo des­
ciende, pues, copiosa sobre nuestros beneméritos
Cooperadores y Cooperadoras, que nos ayudan
a sostener las misiones de la Patagonia y Tierra
del Fuego, Matto Grosso, Ecuador, Mozambi­
que, Congo, India y China; las cuales debemos
proveer de iglesias, escuelas y orfanotrofios.
Recordamos especialmente las de Meliapor y
Tanjore, en la India, y ía de Macao en China.

REPUBLICA ARGENTINA
DEh

ñwro DEUQUÉn.

«¡Somos muy pocos!"
{Carta del misionero D. Mateo Gavotto a D.
blo A Ibera).
Chos Malal, 14 de diciembre de 1913.

A madisitno Padre:
^ermita que este pobre \riejo, que frisa
ya en los 65, le abra enteramente d
corazón. Acabo de llegar de una larga
misión, la postrera de este año; y me parece opor­
tuno exponerle las necesidades de tantas al­
mas. L a Patagonia no está habitada solamente
por los indígenas y a convertidos a nuestra san^



125

fe, sino también por muchos emigrados, ame­
ricanos y europeos, que aumentan de año en
año; así las poblaciones más números aumentan
también y se van formando por todas partes
nuevos centros. No basta y a que algún misio­
nero visite de cuando en cuando estas pobres
almas para invitarlas, en nombre de Dios, a
acercarse a los sacramentos y a renovar sus pro­
pósitos de vida cristiana. Es preciso que vean
con más frecuencia al sacerdote; y yo añado que
es de todo punto necesario que el sacerdote se
establezca entre ellas definitivamente.
En los primeros años que me encontraba en
Chos-Malal, el visitar los pocos pueblos que ha­
bía al Norte y Sur de esta parroquia, no obstante
las grandes fatigas del viaje y las privaciones
consiguientes, era para mí un gran consuelo;
gozaba acercándome a aquellos pobres herma­
nos nuestros, que vivían como otros tantos
anacoretas alejados enormemente unos de los
otros; y allí nos era imposible [establecer demora
fíja.
Ahora no es así. Cada vez que salgo siento
que se me oprime el corazón, al ver tanta ca­
sas que no podemos visitar ni siquiera anual­
mente. ¡Somos poquísimos, amado Padre, poqm'simos!
Por gracia de Dios y de su S.S. Madre, María
Auxiliadora, siguiendo el ejemplo de nuestro
Padre D. Bosco, a nosotros no nos asusta el
trabajo; y aunque nuestras fuerzas van debili­
tándose cada día, perseveramos gozosos en el
campo de nuestras fatigas. Pero ¿cómo reco­
geremos la abundantísima mies ya madura, si el
campo va ensanchándose cada vez más?
El que esto escribe ha pasado cerca de ocho
meses fuera de casa, este año que termina,
dando misiones por los campos, y le aseguro que
hemos trabajado; pero ha quedado mucho por
hacer.
Partí la primera vez, el i8 de enero, junta­
mente con un mozo llamado Jacinto Guerrero
que desde 1911 es mi fid compañero en estas
apostólicas excursiones. Pasé a Pichiñirg, RohUcilio, CuUinicó y Las Ovejas, vohriendo d 26
de febrero a Chos-MaJal.
El 26 de abril volví a salir para dar otra misión
en Das Ovejas y Challanta, misión que duró
hasta d 14 de mayo.
El 24 d d mismo mes me trasladé a Norquín
paia bendecir un matrimonio y volví a casa d
28. El 3 de junio me puse de nuevo en viaje para
Curibo, Tricán-Malal, Chapua, Barrancas, Ba-



taranquü y Trü, estando fuera de casa hasta d
20 de julio. E l I de agosto saK de nuevo para
Andacoüo, en d departamento de Las Minas,
y d 26 de agosto volví por Taquimildn, PúJtagui,
Trahtinurá, Quintucó, PÜmathui, Sierra de la
Grasa, Las Lajas, Coyuncó, (en tres lugares distin­
tos), Carreris, Lincoüón, Haychal, Cajón dcl Almaza, Lonctipé, Pino Andino, Norquin, Hencú,
Cholor, Villa Mallín, Nireco y Fortín Guañaco:
pude volver por fin a Chos-Malal el 3 del corriente
diciembre, donde fui recibido con grandes
muestras de cariño por D. J. Panaro y d coad­
jutor Samberaardo que me esperaban ansio­
samente. E n estos ocho meses de misión, con la
gracia de Dios, nuestros trabajos han producido
abundantes frutos. Administré 490 bautismos,
550 confirmaciones, bendije 48 matrimonios, di
215 primeras comuniones, a más 1605 a otras
personas. ¡Cuanto más hubiera hecho, si hubiese
tenido tiempo para visitar detenidamente otras
localidades! Y si hubiéramos sido dos o tres y
aún más misioneros, todos hubiéramos tenido
qué hacer y se hubiera hecho mucho más.
Debo confesarle, amado Padre, que hay to­
davía comarcas comprendidas en nuestra esfera
de acción que, por la excesiva distanda, no he­
mos podido visitar aún, y siempre nos falta
tiempo para hacerlo debidamente en las otras.
Ordinariamente nuestras visitas las hacemos en
centros, en los cuales se presume que con un poco
de buena voluntad pueden reunirse los que
viven en los alrededores, y solamente podemos
ayudar a los que se presentan. Otra cosa es im­
posible. Pero ¿qué sucede? Los indiferentes, es
decir, los que tienen más necesidad de acercarse
al sacerdote, no se presentan y se van que­
dando sumidos en una ignorancia religiosa in­
verosímil. Se encuentran jóvenes de 20 y más
años que no saben qué cosa es la misa y mucho
menos qué es confesarse y comulgar. Urge, pues,
abrir otras residendas para visitar con más fre­
cuencia y calma estas comarcas.
E n las excursiones de este año pude admi­
nistrar los SS. Sacramentos a ocho enfermos.
¡Pobredtos! Dando un suspiro de consudo y
tendiéndome los brazos, me recibieron como a
un ángd venido d d d d o ; y no acababan de bendedr al Señor por la fortuna que les había to­
cado de tener al lado del lecho de su dolor un
sacerdote. Dos especialmente, que pocos días
después pasaron a la eternidad, np cesaban de
darme las gracias, pensando que en aquellos
mismos días muchos se encontraban en las mís-



1 26 —

mas circunstancias y ninguno podía socorrerlos;
se me saltaban las lágrimas al oirlos. ¡Oh Se­
ñor, mandad a estas tierras nuevos operarios
c¡uc nos sustituyan; nosotros estamos ya gas­
tados y somos incapaces de hacer todo aquel
bien que no hemos podido o sabido hacer! ¡Qué
pena da el pensamiento de que muchos se mue­
ren sin recibir los últimos consuelos de nuestra
santa Religión!
Por lo demás, en la mayor parte de estas fa­
milias no falta la fe. De ella son prueba los
sacrificios qi^e se imponen ¡jara aprovecharse
del paso del misionero, acudiendo de muy lejos
y suspendiendo sus ocupaciones.
lin Las Lajas bendije un camposanto y fué
una ceremonia solemne, en la cual hicieron de
padrinos el Sr. Dr. D. Ignacio Alsina y consorte,
representados por los Sr. Carlos y Vicenta Alsiiia. La tarde del día de Todos los Santos fui­
mos ¡irocesionalniente al camposanto, y se hicie­
ron las exequias por todos los difuntos con gran
concurso de fieles.
Durante la misión de Barrancas, se inició una
suscripción para levantar una capilla que es­
pero poder bendecir muy pronto.
Otras muchas pruebas de fe y piedad tuve que
ver en otros lugares y no es el caso de narrarlas
todas.
Dígnese, V., amado Padre, aceptar estas bre­
ves noticias como prenda de mi particular ve­
neración, en tanto que pidiéndo su paternal ben­
dición para estos hermanos y para los fieles <‘e
nuestra parroquia y misión, y en especial para
mí, le felicito el nuevo año y me ofrezco de V’.
su afino, en Jesucristo
M a t e o G a v o t t o , Pbro.

Misionero Salesiano.

Territorio del Río Negro, da estos datos de con­
junto;
E n repetidas excursiones, recorrió 4950 le­
guas que hacen unos 24750 km., \dsitó 30420 fa­
milias; reunió 9862 oyentes en la santa mi«;a;
distribuyó 30788 comuniones; de éstas 244 a
fieles que la recibían por vez primera; admi­
nistró la confirmación a 2129 individuos: 2668
bautismos, 1186 a blancos y 1492 a indios; de
éstos 117C eran niños y 316 adultos; bendijo
215 matrimonios, 103 de blancos y 112 de in­
dios; y prestó asistencia médica y medicinas a
320 enfermos.
¡Qué Dios recompense las fatigas del misio­
nero!

TESO RO

E S P IR IT U A L .

Los Cooperadores Salesianos que confesados
y comulgados, visiten devotamente una iglesia
o capilla pública, o si viven en comunidad, la
pro])ia capilla, y rueguen según la intención
del Sumo Pontífice, pueden ganarlas siguientes
indulgencias plenarias:
Para el mes de mayo:
I.

3.
8.
II.
18.
22.
24.

Ascensión de N. S. Jesucristo.
Invención <le la Sla. Cruz.
Aparición de S. Miguel Arcángel.
Pentecostés.
Fiesta de la Sma. Trinidad.
Fiesta del Corpus Christi.
Fiesta de María Auxiliadora.

Cada mes:

Fru to s abundantes.
l'll celoso misionero D. Andrés Pestarino, en
una hre\‘e relación de las misiones, llevadas a
cabo por él en siete años desde 1905 a 1912 en el

1. Un día cualquiera de libre elección.
2. El día en que hagan el Ejercicio de U
buena muerte.
3. El día en que tengan conferencia.

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EL CULTO

de María Auxiliadora

m

----- -------------------------------------Ni s tenemos la persuasl&a de que, en las vicisitudes dolorosas de los tiempos
que atravesamos, no nos quedan más consuelos que ios del Cielo, y entre estos,
la poderosa protección de la Virteo bendita, qne lu¿ en lodo tiempo el Auxilio
de los Cristianos.
n o X,

p

Venid
oamos todos
a h o n ra r a M a r ía ñuKiHadora.
filiando nuestra humilde revista llegue a manos de nuestros (Cooperadores, ga ellos se
encontrarán santamente enfervorizados para celebrar el homenaje filia l que todos
los miembros de la gran familia salesiana dedican cada año a su excelsa dlXadre, la £>ngen de
0). Asco, la Fundadora de las obras saksianas. j^orque a ella se le deben, a ella se las
debe la humanidad: ella inspiró a nuestro J^ble. ^^adre, ella le dió luces y fuerzas, ella
le allanó los obstáculo^, ella, en fin, lo hizo taumaturgo, para que a poder de milagros
llevara a cabo su Santuario en Oaldocco, g otro santuario más hermoso g más grande aún,
con serlo tanto aquel, en las almas de miles g miles de fieles, que en el mes de mago la acia
marán (¿Auxiliadora del pueblo cristiano. ¡V bien necesitados estamos de su 'tobeiano auxilio 1
« íja necesidad, decía nuestio Fiencrablc, exponiendo (as razones de adoptai ese título
para su santuario, de invocar a la Birgen
que experimentamos hog, no es particular,
sino general,
se bata de enfervorizar a los tibios, ni de convertir a los pecadores, ni de
conservar los inocentes; estas cosas son útiles siempre g en todas partes. íSog es la misma
Iqletia que necesita tal (¿Auxilio: la Iglesia atacada en sus junciones, en sus insiUucicnes
saqiadas, en su Sefe, en su doctrina, en su disciplina; como ccntio de ¡a verdad, como
maestra de todos los fieles. V precisamente para merecer una especial bendición del (Sielo,
recturimos a fílTaría como fÜTadre común, como especial (¿Auxiliadora de los reges g de los
pueblos católicos, como católicos de todo el mundo. » / (Desgraciadamente esta es la verdad!
Aa no es una herejía particular la que debe destruir, ella que las ha exlerniinado todas
en las diferentes épocas del desenvolvimiento dogmático de la Iglesia, es la herejía total;
el mundo rechaza con desden satánico la ebra entera de su divino !5i¡c g persigue encar­
nizadamente a sus fieles en todos los órdenes de la vida. Líos enemigos de la Iglesia renuevan
heu la lucha veinte veces secular con una astucia g tenacidad tales, que sólo el (¿Auxilio
de h alto puede salvar la sociedad de la gran catástrofe que, sin él, produciría irremisi­
blemente la aposlasia general. Fiasta ahora no había pensado la incredulidad sino en arrancar
del seno de la iglesia a los adultos; heg piensa airancarle los runos. ¡ (¿Arrancarlos! dti
sijiicra dejará que se formen en las entrañas de la Madre infalible. (Son el pretexto especioso
de respetar ¿as conciencias, las embrutece elevándolas de Aesucrinto g de su Iglesia; dejando



128 —

luego el alma adolescente a merced de todos los sofismas y tal vez de todas las pasionera
La iglesia es la dUadre de nuestras almas como ^ios ts el J^adre; alejar las inteligencias
y los corazones de esa SlTCadre divina, es privar a los hombres de la educación sobrenatural.
¿Quién ¡es enseñará después a conocer alj^adre que está en los cielos? ¿.Quién les resolverá
los enigmas de la vida y de nuestros destinos ? ¿ Quién les explicará la dlíloral, el ^eber, la
Birtud? ¿oÁcaso ha encontrado ya la ciencia incrédula un « nuevo medio espiritual > donde
las almas puedan vivir tranquilas sin las inquietudes del más allá? Ssos pobres niños qut
se quiere sustraer a la solicitad maternal de esta 'jfíladre, que ha dado la vida a los grandes
hombres del cristianismo, ¿encontrarán en oha parte el alimento del alma, los grandes ideales,
las grandes verdades que dirigen la conducta humana ? ¡ oAh, no ! Que separar violentamente
los hijos de la ^adre iglesia es arrojarles a la orfandad más trágica, la orfandad del
espíritu; y esa ciencia cruel podrá dar a esos pobres huérfanos una madrastra, pero Jamás
podrá darles una madre,
qA s í que, devotos de ajilaría ^Auxiliadora, se trata de implorar el <Jluxilio de la Reina
del Qielo para que defienda a esas victimas inocentes de hombres sin entrañas. La obra de
de
qB osco filé inspirada por Wjaria ^Auxiliadora para salvar la juventud; y bien veis
que el ambiente de la esaiela atea es peor que el ambiente de la calle. ^Aprovechad este
mes de mayo para hacer dulce violencia a aquella que ha sido puesta por ^ios para auxiliar
al pueblo cristiano, porque los momentos son críticos: nc se trata ya de combatir a la iglesia
militante, se trata de ahogar la ig le s ia naciente a fin de extinguir sin lucha la primera.
Boy más que nunca debemos repetir con fe profunda: ¡M a ría HuniHadoPO,
rogad p o r no so tro s!
GRACIAS DE MARIA AUXILIADORA. *
Y u m b o (Colombia). — E n el año 1905 se me des­
arrolló una terrible enfermedad, la que me puso
a las orillas del sepulcro. Los médicos durante cua­
tro años no alcanzaron sino a aliviarme. Viéndome,
pues, en tal situación desesperada, acudí con toda
confianza a María Auxiliadora, ofreciéndole hacenne
cooperador y mandarle mía limosna; y la Virgen
escuchó mi suplica, haciendo desaparecer la en­
fermedad. Muy agradecido envío doscientos jiesos y
noventa más por otro favor.
A p o l in a r V á z q u e z .

L is b o a . — Tengo vm niño de tres años y medio, v
en el mes de diciembre del año pasado dió una caída
y se fracturó el bracito izquierdo ix>r dos partes.
Dijéronme que para que el niño no quedase manco,
había que hacerle una operación muy dolorosa. Al
saber esto, tuvimos un disgusto grandísimo, v
en aquel momento le pedí a María Auxiliadora
que me pusiera a mi niño bueno sin que le hicieran
la operación. Esta bondadosa Madre me otorgó lo
que le pedí, pues a mi hijo desde ese día se le
pasaron los dolores, y mueve el brazo con la misma
facilidad que el otro.
Diciembre de 191a.

M. J. S. de B.
U tre ra . (Esp.).— Sor Natividad del Niño Jesús,
de 24 años de edad, religiosa y profesora del ci(•) Ateniéndonos a las prescripciones de N. S. M. Igle­
sia, no emendemos dar a estas gracias más valor que el
que merecen atendibles testimonios humamos.

tado Colegio, cayó gravemente enferma, con pul­
monía gripal y afecciones del corazón, el 25 de fe­
brero. Durante cinco días se agravó de tal modo,
que el sábado 1® de marzo, el médico, en su vi­
sita de la mañana, desesperando salvarla, mandó se
preparase a recibir los últimos Sacramentos.
Ese mismo día, la enferma enterándose de la
llegada a Utrera del Reverendísimo Padre Albera, y no pudiendo y a soportar más los dolores
intolerables que padecía, rae manifestó el deseo que
tenía de que dicho Padre le mandase su bendición,
si no pudiese ir él mismo en persona a dársela.
Habiendo accedido a su siiplica, fueron dos her­
manas al Colegio de los Rvdos. PP. Salesianos para
e.xponer el anhelo vehementísimo de la joven reli­
giosa.
E l Señor y su bendita Madre recompensaron su
gran fe; pues a penas el buen Padre hubo bende­
cido y en^^ado mía medalla de María Auxiliadora,
la enfenna, como saliendo de un letargo, se tran­
quilizó, los dolores desaparecieron como por en­
canto, y el médico en su visita de las 8 de la noche
notó un poco de mejoría. Con todo reiteró la pres­
cripción de la mañana, no sabiendo lo ocurrido.
Aquella misma noclie la enfenna durmió, lo que
no había hecho desde que había caído.
Temiendo yo que pudiera ser esta la mejoría de
la muerte, llamé al com'esor, y éste la preparó para
el gran v*iaje de la eternidad.
A las 7 de la noche, la religiosa recibió los últi­
mos Sacramentos con un fervor y ima piedad que
edificó a todas las personas que asistieron a este
acto tan coitmovedor; la enferma contestó con en­
tereza y con voz clara a todas las oraciones de

— 129 —
Nuestra Santa Madre la Iglesia y con la tranqrulidad de una persona que goza de buena salud.
El médico que hizo su última visita del día,
unos diez minutos después de tan solemne ceremo­
nia, as^uró que la hermana estaba fuera de peligro,
y no sabía a qué atribuir cambio tan súbito, pues
la fiebre, que a las 4 de la tarde estaba a 40 grados
y 6 décimas, había bajado a 38.
Desde este momento la mejoría hizo progresos
rápidos, la enferma pudo tomar alimentos el miér­
coles, el jueves se levantó algunas horas y hoy está
casi restablecida.
¡Gracias a Dios Nuestro Señor y alabanzas a
María Auxiliadoral
Marzo de 1913.

La Superiora del Colegio del Santo Angel.
Dan también gracias a María Auxiliadora y envían su
limosna:

Algodonales (Esp.). — Varias personas, por fa­
vores obtenidos y envían 13,50 ptas. de limosna.
Badajoz (Esp.). — E. M., por una gracia espe­
cial y envía 25 ptas. de limosna.
' Bogotá (Col.). — Emilia Rodríguez, por varios
favores. — Id.; Juana Vieschacón, por haberle de­
vuelto la vista que ya creía perdida. — Id.: M. L.,
por varios favores y especialmente por uno muy
grande, y manda 50 ptas. de limosna.
Beteta (Esp.). — María Sauz, por un favor reci­
bido y da una limosna.
Bilbao (Esp.). — R. M., por haber librado a su
esposa de un trance apurado y envía una limosna.
— Id.; María de la Paz R., por haber curado a un
hijo suyo y da 5 ptas. de limosna.
Barcelona (Esp.). — Una cooperadora, por haber
hallado colocación para su padre. — Id.: Sofia F¡gueras de Osorio, por un sinnúmero de favores y
manda decir cinco misas en acción de gracias. —
Id.: Miguel Casals, por haber devtielto la salud a
un hermano suyo. — Id.: María Marta, por un
gran favor y manda limosna para una misa.
Ciudad Bolívar (Venezuela). — Silvana Steffaní
de Irady , Hercilia Montoro y María Teresa Ro­
mero, por favores obtenÍ<los, y envían una limosna.
Cali (Coloinb.). — Sergio Cantillo, por haber li­
brado su ganado de una epidemia y por otros fa­
vores, y manda 1200 pesos de limosna.
Canccros (Esp.). — Pastora López, por un favor
y envía una limosna.
Cádiz (Esp.). — Ascensión de la Puente, por un
gran favor.
Córdoba (Esp.). — Clementina Marchesi , por
haber recobrado la salud y envía sii limosna. I!.: María Ortiz Rivas, por haberla librado de una
afección del pecho.
Granada (Esp.). — Maria Rodríguez, por haberle
arreglado un negocio, y manda 5 ptas. j)ara ios
niños de D. Bosco.
Gerrí de la Sal (Esp.). — María Juncas, por una
gracia muy señalada, y manda decir una mi«a.
La Coruña (Esp.). — N. N., por varios favore.s
y manda 22,50 ptas. de limosna. — Id.: Angela
Freire, por un señaladísimo favor, y envía 100 ptas.
de limosnaGascaeña (Esp.). — Perpetuo Martínez y Mi­
caela Romero, por favores recibidos y dan una li­
mosna.
Morales (Colombia). — Evangelina Bautista de
G.. Rosario Lucumi de López, Purificación l,ucumi
de Mina, y envían una iimosna.

Pasto (Col.). — Angel Recalde, por haber librado
a un hijo suyo de un terrible cólico. — Id.: Sofía
E. de Mejia, por haber librado de una niuerte
inminente a su espioso. — Id.: Ismael M. Villota,
Dolores Fierro, Manuel M. Navarrete, Carmen U.
de Escandín, Elena Enríquez, Miguel Renscos, Eudosia Villota, una señora y familia, Carlos Terán.
Vicente Barrera, Toribio Chaves y Dolores F. v.
de Santacruz, por varios 'favores.
Riedecuerta (Col.). — Maria del Rosario Pr.ada,
por haber salvado de la muerte a un hermano suyo.
Oliva (Canarias). — Tomás Sarabia por haberle
librado de un fuerte cólico, y manda su limosna.
— Id.: Antonia Isabel Chocho, por haberle sacado
bien de un parto laborioso, y manda su limosna.
Sevilla (Esp.). — José Gómez Garrido, por haber
librado a una hija suya de un gravísimo ataque
cerebral y por otros favores, y manda limosna para
una misa. — Id.: Julia Díaz, por haber librado a
su hija Concha de unas viruelas terribles con al­
tísima fiebre. — Id.: Una hija de Maria Aux., por
haber curado de grave enfermedad a un hermano.
— Id.: Una cooperadora, por la curación de un
hijo, y manda 6 ptas. de limosna. — Id.: R. M.,
por varios favores y manda 55 ptas. de limosna.
— Id.: Jo.sé Luis Fernández , por haberle curarlo
de un fuerte dolor y manda celebrar una misa. —
Id.: José López, por un gran favor, y manda 5 otas,
de limosna. — Id.: Julia Sariaín, por un favor y
manda decir una misa en honor de María Auxi­
liadora. — Luis Fernández, por haberlo curado de
un fuerte dolor nefrítico, y manda decir un misa.
— Id.: Inés Deupinera de Fernero, por haberla
librado de una enfermedad que la había atormen­
tado durante dos años.
Salamanca (Esp.). — F. R., por haberla librado
<le unos dolores de cabeza que desde hacía mucho
tiem])o la molestaban.
Socorro (Co!.). — María Elisa de M., por varios
favores.
Tambo (Col.).
José Ma. Dávtde, por haberlo
librado de un grave ataípte, y manda 5 ptas de
limosna.
Tunja (Col.). — A . C. .S., por haberle arreglado
un pleito de manera satisfactoria.
Sto. Domingo (Kep. l)<)iniiiican;i). — Una coo­
peradora salcsiana, por varios favores. — Id.:
Una devota por haber librado a un hermano de
la prisión.
Santiago (E<p.). — V^ictorína Pita, por un favor
muy singular, y envía su limosna para el culto de
Maria Auxiliadora.
Vígo (Esp.). — Josefa Torres, por un favor,
y envia 25 ptas. de limosna. — Id.: A. P., por
otra gracia, y envía 10 ptas. — Id.: Viciorina Rita
de Bugallo, por varios favores y envía 25 ptas.—
Id.: Una hija de María, por haberla librado de una
grave aflicción.
X. — N. N.. por haber librado a Rosario Díaz
de unas viruelas peligrosísimas.
Yamundi fCol.). — Purificación Lerma , por un
favor recibido. P. B., por varios favores.
Yotoco (Col.). — Hilarión Escobar, por un favor.
Zapatoca (Col.). — Tránsito Acebedo, por ha­
berla librado de una rebelde enfermedad de estó­
mago. — Id.: Francisca de Acebedo, por haber
devuelto la salud a un amigo. — Id.: Mercedes
Otero e hijas, por haberle devuelto un hijo que se
había perdido.
Zarza de Tajo (Esp.). — .Simón Parra, por ha­
berle sanado de una enfermedad, y envía una lí-

POR EL ^UNDO SfILESiaNO
El sucesor de D. Poseo erj España.
Nuestros lectores habrán advertido ya que,
muy a pesar nuestro, además de salir tarde
las reseñas del viaje de nuestro queridisimo
Superior General, hemos tenido que alterar el
orden cronológico de alguna casa. L a causa es
que los periódicos traen nombres, horas y hasta
fechas equivocados, a parte de las omisiones
que más de una vez han tenido qué lamentar
nuestros cooperadores, y tenemos que esperar
los datos complementarios. Según los vayamos
recibiendo, los iremos ptiblicando, aunque vayan
retrasados; pues preferimos esperar un poco o
defraudar con una relación incompleta las experanzas de los que contribuyeron a las gran­
diosas manifestaciones de simpatía y veneración
que nuestro Rvmo. Rector Mayor ha recibido
por parte de nuestros cooperadores, de las au­
toridades y del pueblo español en general, en
todas las poblaciones por donde ha pasado.

114-

MÁLAGA. — Después de las pruebas de afecto v
veneración que nuestro ainadísimo .SujicTior Ge­
neral había recibido en otras ciudades de líspafia.
no jxxUa faltar cu Málaga una lucidísima mani­
festación de simpatia al sutvsor de D. Bosct».
Salió de Moiitilla el i8 de febrero y llegó a Malaga
a las 5 ^2 de la tardo del mismo día.
A su llegada ya le esjx'raban en la estación en
representación del señor Obisix) de la DiiScesis, el
M. I. señor don Jocujuin Jaruba Lozano. Secretario
de Cámara del Obispado, el limo, señor Provisor
don José Jiménez Camacho. Kvs M I. señores Ca­
nónigas don Pe<Iro ('x^mez Cíuidena, don Andrés
Coll y Pérer y don Juan l'raiico I’ró, el Rector
del Seminario con una comisión de alunmos. livs
siqx'riores del Asilo, el teniente fiscal de la Audien­
cia. ctunisión de exalumnos y un gran número de

cooperadores cuyos nombres nos vemos obligados
a omitir.
Nuestro Superior con el Ecón. General P. Bretto
y el P. Candela, Inspector de la Provincia bétka,
ocuparon el automóvil de D. Anselmo Ruiz y se
dirigieron al Asilo de S. Bartolomé, cuyas campanabas repicaban alegres, xmiendo su metálico sa­
ludo al de la banda y a los vítores y aplausos de
la muchedumbre congregada en los aldedores del
edificio. L a comitiva entró en la capilla que lucía
todas sus galas, donde se canto el Te Deum. A l salir,
como ya había anochecido, tddo el espacioso patio
estaba iluminado con farolillos a la veneciana;
multitud de bengalas y fuegos artificiales se que
marón a su paso. A los acordes de la marcha real y
entre los aplausas y vivas de los aliminos, pasó al
.salón preparado al efecto donde los niños le diri­
gieron una afectuosísima bienvenida.
Coiunovido el Rvdo. P. Albera iba despidiendo
a la numerosa concurrencia, que se apiñaba ansiasa de besar la mano del sucesor de don Bosco,
quien tenía frases de í^radeciniiento para los ma­
lagueños que le recibían con tan grandes muestras
de enüisiasmo.
El día siguiente 19 a las ocho, nuestro Superior
General, celebró el Santo Sacrificio de la Misa en
el A ltar Mayor de la Capilla del Asilo de San Bar­
tolomé, adornada con mucho gixsto, ilmninada con
profusión y ocupada totalmente por distinguidas
.señoras y cooperadores salesianos, deseosos de re­
cibir la sagrada comunión de manos del venerable
y santo suce.sor de D. Bosco.
Antes de dar la comunión, dirigió una plática
llena de unción conmovedora a los que iban a co­
mulgar, y en especial a los niños que hacían la pri­
mera comunión. Durante la misa y comunión, la
Schola caniontm del colegio cantó varios motetes
con mucho sentido artístico aumentando la devo­
ción y solotmiidad. IVspués de la misa se entretuvo
el P. A llx ra con las niños, sobre todo con los de
la primera comunión, felicitando a todos por las
pruebas de piedad sincera que habían dado en la
función religiosa. A las diez recibió la visita de
Kxmo. Sr. Obispo txjn el cual pa.só largo rato en
afectuosa cordialidad. E n la comida intima, a la
cual asistieron varios cooperadores y representaciones. el distinguido letrado Sr. Ortega dirigi<> a
nuestro Superior un saludo entusiasta en noml re



i;r —

de los cooperadores, recordando oportunamente
el mismo acto en honor de D. M. Rúa, habido el 1 2
de Abril de 1899.
Aun no eran las cuatro de la tarde, y a el salón de
actos del colegio se hallaba atestado de distinguida
concurrencia, que venía a rendir homenaje de sim­
pática adhesión al Superior de los salesianos.
Presidieron el acto nuestro Excmo. e lim o. Pre­
lado y el P. Albera, ocupando los demás sitiales del
estrado el R . P. K onning, de la Compañía de
Jesús, el Sr. Secretario de Cámara del Obispado,
(Ion Joaquín J araba Lozano, el Ecónomo general

modevIUa, Manuel Meléudez Lorca y Miguel
Méndez Arjona interpretaron con extraordhurio
acierto un diálogo titulado María Auxiliadora y
Don Bosco.
Tus hijos atnantes, otra poesía y la com|>oici()U
italiana A l Padre, tuvieron asinrismo una inter­
pretación digna del mayor elogio.
En la zarzuela de Píídrolini titulada E l Naranjero
se distinguieron iiotablcinente, todas los intér­
pretes, sobresaliendo el joven Ramón OouzAloz
Ciuzmán a quien estuvo encomendado el piqx'l de
protagonista.

C A M P E L L O (A lican te) — E l R vm o . Sr. D . P ablo A lb era en el Oratorio festivo.

don Oemente Bretto y M. 1. Sr. don Andrés Coll.
Frente al estrado habíase levantado una tribuna
para los oradores.
A los elementos del colegio estuvo encomendada
nna parte printúpalísima del programa, llevada a
cabo c»n lucimiento extraordinario.
En primer término la banda, dirigida con gran
acierto por el salesiano don Manuel Baeza, inter­
pretó el himno salesiauo y más tarde, en los lugares
que el programa indicaba, ejecutó también de m<xio
admirable un vals, una mazurka y un paso(iobIe
fin a l

Xo quedó reducida a esto la participación de
los alumnos en el acto que se celebraba.
El niño Eduardo Ortiz le .-ó muy bien la poesía
titulada: Un stitiio del V. Juan Bosco; su compa­
ñero J osé Morales López otra que llevaba por tí­
tulo Los niños malagueños: y los niños Juan So-

Todos cosecharon aplausos mcrecidísimos y muy
entusiastas.
E l primer discurso fué el del euiincnte orador
s e r a d o D. Andrés CoU. Bien quisiéramos trans­
cribir los hermosos conceptos debidos a la inspi­
ración soberana d d cultísimo canónigo de Málaga.
Para muestra copiamos la introducción:
Bien puedo deciros Sr. Reverendísimo, sin que
míe frases suenen a alabanza propia, porque no
soy malagueño, que os halláis eu el paraíso más
encantador de España, en el suelo al que Dios ha
querido reseivar, en prueba del afecto con que le
mira las más halagüeñas caricias y los más cariñosos
mimos de la madre naturaleza.
Estáis ya en Málaga; y Xlálaga es el símbolo de
los ensueños más gratos; el conjuro que evoca los
má.s risueños alborozos: el perfume delicado que
em b rib a más dulcemente los sentidos; la ciudad

132 —

ílue pone en frente del sol más hermoso de la; tierra,
para que sean esmaltados por las llamaradas de su
lu/, sus preciados timbres de leal y hospitalaria, <x)ronados por una diadema de esplendor tan sobera­
no, que las otras provincias sus hermanas la rinden
pleitesía llamándola la bella, la hermosa sultana que
se duerme arrullada jx>r las mansas procelas de su
mar latino, y reclina su frente sobre la cima de
flores más hermo.sa de Andalucía.
Llevando por mantilla un jirón de cielo, traspa­
rente como el alma de una Virgen enamorada de
Jesús, y prendiendo entre ,sus guedejas de reina
mora un manojo de claveles de su parque, vestida
con la túnica primorosa de sus gracias, con su ca­
bellera de luz tendida al viento, (¡ue la perfuma
con los aromas de sus flores, y ceñida con la faja
de sus encantos de odalisca..... al verla ayer ca­
minar con regios andares en busca del Knviado de
Cristo, del Apóstol social que lleva como mote de su
escudo y lema de su bandera la regeneración del
mundo modenio, me parecía Málaga, señores, la
Magdalena del siglo X X , (jue busca a Cristo otra
vez cargada con sus pecados para besar de nuevo
sus pies y ungir sus heridas con los aromas de sus
verjeles.
Por eso ayer en vuestro encuentro, rompió el
frasco de sus ix?rfumes de alabastro; por eso cuando
en brazos del vapor atravesabais ayer los bosques
de naranjos que le sirven de antesala, sentiríais las
caricias dd sus céfiros y los derroches de su luz in­
maculada: y cuando pisasteis este suelo bendito,
que pisó descalza la Reina Isabel de Castilla, hasta
las palmeras se apresurarían a daros la bienvenida
con esc cortesano y reverencioso aleteo, que es el
beso de paz con que Málaga recibe a los viajeros
que vienen a visitarla.
Pero había reservado para hoy la ofrenda y el
homenaje de su corazón. *
Y el homenaje fue digno de Málaga. Desjmés
de asegurar a nuestro Su¡>erior que sus hijos, los
salesianos, tendrán en aiiuel venturoso país morada
segura, a pesar de las amenazas con que sc'hostiga
a los religiosos, el Sr. Coll, recordando las íUficultades con ejue han tenido que luchar, canta mi
himno inspiradísimo a la efioaida de la obra salesiana y tenuina con estas palabras.
« Por eso Sr. querctm>s ijue tenga vida exube­
rante esta casa salcsiana, éste tiido de amor donde
María Auxiliadora se reclina y en el que tantos pe(¡ueñuelos sc mecen ; y en pago de las gratitudes
(pie ilel>c a vuestros sacrificios pasados, y como
silplica y estimulo de vuestro amparo venidero,
Málaga, a quien en estos momentos tengo el or­
gullo de representar, hoy os ofrece un precioso ra­
millete. un escogidísimo « bouquet » no ya de las
flores de sus verjeles, que al fin palidecen y se mar­
chitan, sino el haz apretado de sus corazones, a ta­
dos con la cinta descolorida de mi palabra, pero
llevando inscrita con letras de amor en los extre­
mos dcl lazo esta dedicatoria sencillísima;
Señor. MiUoga os da la bienvenida. *
Los aplausos ruidosísimos se prolongaron largo
rato al terminar el Sr. Coll.
ICl distinguido letrado D. José Andarías recordó

en su brillante discurso las grandes problemas de
la educación, y después de notar que las naciones
modernas a p>esar de que creen que la instrucción
y educación hermanan los hombres, preparan ar­
mamentos colosales para destrozarse y que las
commlsiones sociales dan un mentís solenme a los
utopistas de la enseñanza divorciada de la religión,
continúa:
« Sin embargo, un humilde sacerdote, allá en un
rincón de la admirada Italia,' sintió en su corazón,
lleno de caridad y celestiales nostalgias, que era
preciso hacer algo para salvar esos tiernos cuerpecitos y moralizar esas almas abandonadas, guián­
dolas por el camino de la instmcción, en ese mo­
mento de su despertar, y cuando indecisas se en­
tregan inennes al primero que las solicita. Creo,
queridos salesianos, que no necesito pronunciar el
nombre de ese digno representante de Cristo por­
que se encuentra grabado en nuestros corazones.
Pues, bien, al emprender Don Bosco su benéfica
obra, no reclama el apoyo, que probablemente le
hubiera sido negado, de los poderosos de la tierra,
levanta su alma al cielo en espiritual plegaria, y
contemplando a la Madre de Dios, llena de gracia
por concebida sin peccado, a su amparo se acoge,
y la que se llam a por la humanidad, en todos los
idiomas y naciones Estrella de la mañana. Rosa
Mística, Torre de Marfil y Puerta del Cielo, se lo
otorga generosa, porque es Auxilio de los Cristia­
nos. Y ved, como la Obra salesiana nace , vive,
crece, y da hermosos frutos, bajo la protección de
María Auxiliadora.
E l inmortal y bienaventurado Don Bosco, con su
fe inquebrantable, sólo y pobre, llevó a cabo lo
que muchos no pueden hacer con grandes recursos
de«?de las alturas de inmenso poder. Aquella alma
privilegiada comprendió que era preciso enseñar al
que no sabe; dar posada al peregrino; vestir al des­
nudo; dar de comer al habrieuto; en suma, auxiliar
a sus hennanos por Cristo, en la persona de los ni­
ños. Contemplemos para enseña de las generacio­
nes, como ese gran problema social, se resuelve, y
yo creo, señores, que todos, por medio de la santa
caridad, que es amor.
Re.specto al desarrollo de la más benéfica de
las obras, puede coupendiarse en aquellas célebre.s
del gran Tertuliano, citadas por mi en parecidas
circunstancias, y hablando de los cristianos: «So­
mos de ayer, y llenamos el mundo entero *.
Pasa después el orador revista a las obras sale*
sianas esparcidas por el mundo, y concluye ani­
mando a los cooperadores presentes en estos tér­
minos:
« Ayudemos con toda nuestra voluntad sus nobles
esfuerzos: que vean prácticamente que no están
solos, .siendo esta \Tsita, con que nos honráis, des­
tello divino que alumbre nuestras inteligencias y
nos guíe en esta áspera vida, para cmnplir el diidno precepto; « Amarás al prójimo como a ti
mismo •.
La distinguida concurrencia tributó al señor
.-Vndarias al terminar una calurosa y merecida
ovación.
E l saludo de los cooperadores estaba a cargo

1

áel conocido escritor D. Ramón Franquélo que no
pudo asistir por impedírselo atenciones ineludi­
bles; su señor hijo leyó unas cuartillas admirables
que el selecto auditorio aplaudió coh indecible en­
tusiasmo. E l Sr. D. Francisco Muñoz, Presidente
de los Antiguos alumnos, presentó a nuestro quelidísimo Rector Mayor el homenaje de éstos en un
discurso que rebosaba carino filial y gratitud in­
mensa. El Sr. Muñoz fué también m uy aplaudido.
El celebre poeta D. Narciso Díaz de Escorar leyó
m ^tralmente una inspirada composición dedi­
cada a la Virgen de la Victoria. Interminables
aplausos coronaron las delicadas estrofas del vate
malagueño. Después de la representación admirable
de«El Naranjo*}», se alzó en el estrado la amable

soberbio panorama, el Sr. Masó los condujo después
al Hospital pro\-incial cuya superiora conocía a
D. P. Albera desde hace tiempo. Visitó luego al Sr.
Ghiara, uno de los más insignes cooi>eradores de
Málaga, pasando después por el convento de las
Esclavas donde habita Da. Ventura Torrado, viuda
deSandoval, que facilitó la instalación del Oratorio
de S. Enrique. A las once estaban de Amolla ]>ara
trasladarse al palacio episcopal, p\ics había sido
invitado cortésmente por el Kx. Sr. Obispo (jue
quería conversar con el cu fatniliar banquete.
Sentáronse a la mesa en unión del Ilustrísinio
Sr. Obisjx) nuestro Sui>erior General, el Ecónomo
don Clemente Pretto, el lusixH'tor do las casas
de Andalucia, don Antonio Candela, el Director

C A M P E E L O (A lican te) — E l R v m o . Sr. D . P ablo A lbera en la escalinata de la estación.

igura de nuestro Superior para dar gracias a los
presentes por el afecto que le habían mostrado,
::-mtaendándoles la obra salesiana. I/a conmo'-■ ídora sencillez y el afecto paternal de nuestro
Kector arrancaron a los presentes atronadores
^í^ausos.
Mientras la numerosa concurencia desfilaba a los
Acordes de la música, el patio se ilimiinaba de nuevo
los globos y cohetes aumentaban la animación.
El día 20, después de la misa, el automóril de
Sí. Masó esperaba a nuestro Rmo. Rector Mayor
qúe visitara el Asilo de los Angeles, adonde
h condujo acompañado de dicho Sr., el P. Bretto
r d Sr. Inspector. Así pudieron admirar los puntos
-M pintorescos de la población. Nuestro Superior
! ^ ó muv complacido de las atenciones de la Sul'^iora y Hermanas, manifestando al Sr. Masó
^ admiración por lo bien atendidos que están los
Contemplando desde aquellas alturas el

de la casa de Málaga, don Manuel Gómez, el pro­
visor don José María Jiménez Camocho y el ca­
nónigo secretario de Cámara don Joaquín J araba.
E l acto, que ha sido una prueba de deferencia
que el eximio Prelado ha querido dar a nue.stro
Superior como testimonio de respeto y admira­
ción, terminó a las dos de la tarde.
A esa hora el automÓAÚl de Sr. Masó los condujo
al Asilo S. Bartolomé, donde D. P. Albera, tenia
am m ei^ a una conferencia para las señoras de la
Junta de cooperadoras.
E l día 22 era el día de la partida. La Defensa,
periódico católico de Málaga, la relata de este
modo.
« E n el tren correo de la mañana salió ayer para
Ronda, según tem'amos anunciado, el venerable
Superior general de los Salesianos R . P. Pablo A l­
bera.
,
A la casa de San Bartolomé acudieron a primera

— 134 —
hora de la mañana numerosas y distinguidas da­
mas para despedir al ilustre sacerdote.
Don P. Albera mostrábase muy agradecido a las
señaladas atenciones de que ha sido objeto durante
su estancia en Málaga.
Los alumnos del Colegio le tributaron una desipedida muy entusiasta.
Don P. Albera se trasladó a la estación en el
automóvil de D. Anselmo Ruiz, acompañado del
M. I. Sr. Canónigo don Andrés Coll, el Director
de la Casa Salesiana de Málaga don Manuel Gómez,
don Clemente Pretto y don Baldomcro Ghiara.
Ivn el automóvil del señor Masó fueron éste, el
inspector de las Casas de Andalucía don Antonio

domero Glüara y hasta Ronda el acreditado joyero
don Federico Sierra.
D. P. Albera permanecerá en Ronda hasta el
martes y ese día manchará a E cija a fin de visitar
aquella casa.
Reciba el insigue' sacerdote nuestro Tná<? efu­
sivo saludo de despedida. *
CAMPELLO (Alicante). — Con verdadero aniioip
era esperado en esta casa de formación para Hijos
de María y estudiantes de Filosofía, nuestro Rdo.
Rector Mayor. Arregladlas mejor que se supo y
pudo la Iglesia y fachada; cubiertas las ventanas
con transparentes en que se leían los salduos que

CAM PELLO (Alicante) — El Rvmo. Sr. D. P. Albera sube al automóvil.
Candela, el Director do de los extomos don P'ernando Ramírez y el minorista salcsiano don Ma­
nuel Bneza.
Kii otros cochos los sígtiierou numerosas y distinguiiLLS {K'rsona.s; a la llegad.'i del P. Allx*ra a la
estación el anden se hallaba ocupado j>or un con­
curso mmicrosisimo, (jue acudia iutiuiado dcl
deseo de tlar cjmñoso adiós al sacerdote insigne
que lu^y ocuj)a tan alto cargo en la Congregación
Stücsiana.
Cuanto pKmdcrcnuxs la despedida que se tributó
a don P. .\U>cra resultaría una pálida referencia.
.\iitcs de (pie marchara el tren, cuantíis personas
había en la estación pidieron la bendición a D.
1'. AU>cra y éste los bendijo a todos, que para ello se
postraron rcKliUa en tierra.
Con el venerable Superior marcharon para acom­
pañarle hasta Bobadilla el Director de la Ca.sa Sa­
lesiana do Málaga dott Manuel Gómez y don Bal-

cl amor dictara, un hermoso arco en la entrada del
jardiucito delante de casa, todo demostraba que
eran muy grandes los deseos de recibir ol Sr. D.
Pablo Albera como él se merece, coníoniie lo ha­
bían hecho los demás Colegios y a visitados.
Acompañado por D. Clemente Bretto, el SíInspector, D. J. Manfredini.y del Sr. Director de
la Casa que había salido para encontrarse con ell cii una de las estaciones del tránsito, llegó a Ali^
cante el viernes 31 de enero en el tren de las i2HI recibinüento que se le tributó fué cual nadie
podía figurarse. Verdad es que la prensa’ había
hablado de su venida, había dado a conocer sus
relevantes dotes de mente y corazón; sabíamos que
la Junta de Señoras, P'undadora de las Escueltó
SalesiaJias en esta ciudad, jimtamente con el S.
D. Modesto Kájera, Abad de esta Colegiata y otros
Sres, Canónigos y eclesiásticos, se habían propuesto
no quedar atrás en la demostración de simpaD*

al Superior de Sociedad Salesiaiia; pero a realidad
superó las esperanzas de todos, pues a pesar de no
haber axin casa salesiana en Alicante, ya que Campello se halla bastante lejos de la ciudad, llenáronse
los andenes de personas de todas las clases sociales,
que con grandes muestras de entusiasmo vitorea­
ban al Rdo. Sr. D. Pablo AJbera y a la Congrega­
ción Salesiana. Entre los muchos recordamos el
M. Dtre. Sr. Abad, nutridas representaciones del
Cabildo y Clero junto con los de las entidades
católicas de la ciudad y pueblos circunvecinos; los
Exmos. Sres. Marqueses del Bosch, el M. Iltre. Sr.
Delegado de Hacienda- de esta provincia, Exma.

separado de él los buenos estudiantes, que escu­
chaban sus palabras como las turbas escucharían
las del Señor.
Aprovechando la ocasión se había trasladado la
fiesta de S. Francisco de Sales, al día 2 de febrero. (i )
Por esto el día i a las 3 ^ hubo las primeras ví.speras. Revistan allí especial solemnidad estas
fiestas, pues todos toman parte en el canto de las
Antífomas y Salmos, revestidos con sotana y ro­
quete, de modo que son al mismo tiempo clero y
cantores. Asistió aellas nuestro Rdo.|RcH.'tor Mayor.
Al día siguiente, dijó la Misa de Comunidad el Sr.
D. Clemente Bretto. A las 9 hubo la bendición délas

CAM PEELO (Alicante) — El Rvmo. Sr. D. Pablo Albera con los estudiantes y el personal de la casa.
Sra. Baronesa de Petré.s. D. Alfredo Salvetti, D.
Emilio Señante, D. Eugenio Botí y otros muchos
que uos es imposible recordar.
En el auto de la Presidenta de la J unta, Da. An­
geles Saudoval y seguido de numerosos coches y
automóviles, se trasladó al Colegio en fim dación;
y después de haber examinado detenidamente las
obras y comido en casa de la digna Presidenta, tomó
d camino para Campello, llegando a nuestro Col^ ic a las 4. Recibido con calurosos aplausos y \iVü» por todos los alunmos, después de un breve
saludo al que en pocas palabras contestó el amado
Padre, fué acompañado a la iglesia, en donde se
cant • im solemne Te Deum, finalizando con la
Benifición de S. D. M. E n los días en que pennaneció allí fué objeto por parte de todos de las más
Z o i la s atenciones. Xi im momento se hubieran

Candelas. Procesión y Misa, en que ofició el Sr. D,
Pablo Albera. asistido del Sr. Inspector y Director
como Diácono y Subdiácono respectivamente, can­
tándose la Misa V H de D. Felipe Alcántara. S. S.
Sentáronse aquel día a nuestra modesta mesa el
m uy ilustre Sr. Abad, Sr. Cura y Alcalde de Cam­
pello junto con otros señores amantes de la Obra
Salesiana. A las 3 *2 fué la velada homenaje a la
que asistieron, además de los anteriormente nom­
brados, los Sis. Canónigos de la Colegiata de A li­
cante D. \1cente Alemán y D. Juan Genestar, el
Rdo. Sr. P. I.,uis Gerenguer y otro.».
Además de los programas impresos, había pin­
tado otros los Estudiantes de Fílosofia. En cl se
(i) No extrañe e! lector que esta rclacíóii vaya tan
atrasada pues la hemos recibido el 22 de abiil.

r
— 136 —
representaba un sueño de D. Bosco. por el que
se deducía y así lo hizo notar el mi^mn Vble. al
explicarlo, que D. Albera acuparía tm elevado
cargo en la Iglesia. Comenzóse el acto con nn
licTinoso himno de ocasión y tras im breve discursito de bienvenida por un sacerdote Salesiano y
una poesía original de xm alumno de cuarto año,
interpretó la vSchola Cantorum, con acompaña­
miento de piano y annonium el coro « Gerusalen *
de la opera «I Iximbardi >>de Verdi. a 6 voces. Al­
ternando otras poesías dedicadas al festejado y a
D. Bosco, con un cliistos diálogo en el que tomaban
parte un alumno de cada curso de Latin en repre­
sentación de sus compañeros, y los cantos « Ave
venuu» a 4 voces del polifonista español Victoria;
una barcarola a 5 voces y « Gran jota aragonesa »
de Alvira a 4 voces, todos ellos sin acompaiiamiento, fu6 desarrollándose el atractivo programa,
dando fin a la velada con su autorizada palabra el
Sr. D. P. Albera. Dió gracias a todos los que habían
Lomado parte en acjuella fiestecita, deponiendo
todo lo que se le había dicho, todos los aplausos de
que había sido objeto, a los pies de D. Bosco.
Deseosos los Cooperadores de Alicante de recebir de manos del 2° Sucesor de D. Bosco, la Sa­
grada Conumión, le invitaron para que fuera a de­
cir misa a la Colegiata. Allá se dirigió nuestro Rec­
tor Mayor el día 3, en el automóvil de los Barones
de Petres, In conumión fué muy numerosa. AI fin
de la misa con una breve platiquilla los exhortó
a perseverar en el trabajo por el reinado de Jesucri.stü en s\xs almas primero y luego en la sociedad.
K 1martes, día 4. suavemente obligado por el Sr.
Cura del Campello, D. Rafael Erades, que junto
con las autoridades y demás personas prestigiosas
de la población se había apresurado a venir a sa­
ludar a nuestro Rector Mayor, fué a la Parrociuia
a celebrar la santa misa. Da comunión fué en
realidad general lo cual satisfizo mucho al Sr. D.
P. Albera que, según su costumbre, no dejó de
hacerles algunas recomendaciones. Como estába­
mos en carnaval justo era tener alguna función
de teatro. Se representó un cuadro titulado
el peligro », cuyo argumento son los preparativos
para la batalla de las Navas de Tolosa. el drama
latino del Dr. D. Juan B. bVancesia, S. S. « Tarcisius » y la zarzuela « El aleado interino ». E l Sr.
D. P. Albera quedó muy satisfecho ya por el mé­
rito (lue supone la representación de un drama en
latín, ya jx)r gozarse de la alegría de todas en la
zarzuela.
E l Miércoles bendijo la ceniza, la impuso y dijo
la misa de comunidad.
Invitado por
Sres. Barones de Petrés salió
da casa a las 10 ^'siendo colmado de grandísimas
atenciones jwr Uípiella noble y religiosa familia,
tjue coiusidenuido como una dicha, que muchos hu­
bieran ajK'twido, el tener tal huésped, procuraron
honrarle como ellos saben hacerlo. Además de la
familia se sentaron a la mesa los Sres. Marqueses
del Basch, el Rdo. Sr. D. Clemente Bretto, el Sr.
Insi>ector y el Sr. Director de la casa.
Para his 4 estaba animciada la velada con que los
Cooperadores de Alicante querían obsequiar a D.

Albera y desde las 3
se hallaban ocupados todos
los asientos preparados en xm amplio salón del
Asilo del Remedio, lugar en donde debía verifi­
carse el acto. Bajo artístico dosel, y teniendo a los
lados a los Sres. Abad, D. Modesto Nájera, y otros
Sres. Canónigos de esta Colegiata. D. Clemente
Bretto, Don Enulio Señante y otros cuyos nombres
sentimos no recordar, tomó asiento D. Albera. Co­
menzó el acto con el Himno a D. Bosco de Pagdla
SS. y a continuación subió al estrado el Rdo. Sr.
D. Francisco Maestre, Cura-Párroco del pueblo de
Busot. Su discxirso fué magistral como todos los
suyos y sentimos que el espacio no nos permita in­
sertarlo integro. Después de un saludo al festejado
en nombre de la hermosa ciudad levantina, pasa a
describir el estado moral de Alicante; la falta qxic
en ella hace un Colegio Salesiano. Estudió luego el
distintivo de la educación salesiana, fxmdándose
en hechos de la vida de D. Bosco, contraponiéndola
a la que se da en las escuelas laicas, y acabó di­
ciendo que del corazón de los alicantinos no se bo­
rrará minea la fe, ya que él es como un relicario que
tiene en una cara la Faz divina y en la otra la Virgen
del Remedio, Patraña de Alicante. Varias veces fué
interrumpida por los aplaxisos la brillante oración,
tributándosele más abxmdantes al conclxiir •su inspi­
rado discurso. Da Schola cantorum del Campello
cantó luego « L ’Emigrant », coro a 4 voces; y des­
pués de xma poesía a D. Bosco y mi diálogo de oca­
sión, movido por los reiterados ruegos de los pre­
sentes, tomó la palabra el Catedráctico del Instituto,
D. Emilio Señante. Como el tiempo era poco no
pudo el orador explayarse como lixxbiéramos de­
seado, pues habiendo empezado a hablar también
de la enseñanza, mncho y bueno hubiera podido
decir, quien desde tanto tiemjx) a ella se dedica.
Representóse a continuación la Zarzuela ^ El
i?ev C'Aíco » de F. Alcántara. S. S., que gustó mu­
chísimo. Ivcvantóse luego a hablar en medio de una
salva de aplausos ^ Sr. D. P. Albera. Fueron sus
palabras de gratitud a los Cooperadores de la ciudad
de Alicante por el amor qxxe demuestran a la Con­
gregación Salesiana y a los niños pobres, ya que se
han impuesto la ardua tarea de recoger limosnas
para levantar un edificio-e.scuela para ellos y que
entregarán, luego a los Salesianos. Dos animó a
trabajar prometiéndoles tenerlos presente en sxis
oraciones ante el altar de María Auxiliadora y ante
la tumba de nuestro Padre D. Bosco.
Todos desfilaron ante él para besarle la mano.
E l día 5 era el de la separación; triste cuanto ale­
gre había sido el de la llegada. V’erdad es que todos
habían pasado por su habitación y habían recibido
xm consejo, habiéndose hecho firmar xma estampa
como recuerdo; pero se Jiabían y a acostumbrado
y casi formado la ilusión de que siempre estaría
con ellos. A las 4 14 se levantaron para oir por
última vez la misa y recibir la comxmión de
manos del amado Padre. Acabada la Misa, le
rodearon para despedirle y besarle la mano.
A las reiteradas instancias de todos, dió ia ben­
dición de María Auxiliadora, que recibiron todos
de rodillas; y poco después a las 6, en el auto de
los Sres. Barones de Petrés, a qxiienes desde estas

— 137 —
columnas repetimos las más efusivas gracias lo
mismo que a las demás personas que de alguna
manera obsequiaron a nuestro Superior General, se
dirigió a la estación, donde a pesar de lo incómodo
de la hora fué despedido por algunos amantes de
la Obra Salesiana, que allí habían acudido.

BOGOTÁ (Colombia). — L a fiesta de S. Francisco
de Sales, como la de los anteriores años, resultó
muy pomposa y ordenada. Grandes cartelones
anunciaban con anticipación la solemnidad de la
novena, y a las frmciones religiosas, acudió, du­
rante el curso de la misma, considerable número
de devotos.
El día de la fiesta celebró la misa de la comunión
general. Monseñor Montagnini, Delegado Apostó­
lico, y el Ilustrísimo Señor Caycedo, Arzobispo
de Medellín, ofició de pontifical a la misa mayor.
El niímero más brillante de este día fué cierta­
mente la conferencia que pronunció a los coope­
radores, el lim o. Señor Maldcnado, obispo de Tunja. No fué su conferencia, ccmo él mismo decía,
de esas que conmueven multitudes y, levantan
tempestad: con el lenguaje más sencillo y correcto
iba desenvolviendo su plan, e hizo palpar la ultilidad de las buenas asociaciones, y sobre todo la
de la Congregación salesiana. «|Os imagináis vos­
otros. decía, lo que quiere decir una huelga de cin­
cuenta mil obreros hambreados y amenazantes?
Aquí en nuestra amada patria, por fortuna no pre­
senciamos toda\da escenas tan salvajes; pero ¿ quién
nos asegura de ello? Prestemos todo nuestro apoyo
a los beneméritos hijos de D . Bosco, consuelo de los
huérfanos, regeneradores de la clase obrera; con
el dinero los que puedan, con sus oraciones y sim­
patías, todos ». Unas pocas y entusiastas palabras
sobre la obra de los Lazaretos, pusieron fin a su her­
mosa conferencia.
El R. P. Aime dió las gracias a todos y expuso
los adelantos de la Congregación Salesiana en Co­
lombia; llamó mucho la atención sobre el Oratorio
del V. Juan Bosco. inaugmado en esta ciudad el
ocho de diciembre del pasado año, y sobre el tem­
plo de San Roque que se está levantando en el ba­
rrio más poblado de la ciudad de Barranquilla.
El limo. Señor Maldonado dió la bendición con
S. D. M. con lo que se terminó nuestra fiesta. E l
toque del Angelus se dejo oir e inundó de didce
paz nuestros corazones.

VIEDMA (Rep. Arg.). — Con escogida y nume­
rosa concurrencia se ha colocado la primera piedra
para el nuevo hospital de S. José. E l primitivo
construido hace más de 23 años por los primeros
salesianos llegados a aquellas tierras y a es insu­
ficiente: resultando los comienzos del nuevo la
glorificación del viejo y un testimonio elocuentísimo

de los valiosos servicios prestados en él por nuestros
hermanos. Se prommciaron hermosos discursos,
entre ellos el del Sr. Inspector, el del Dr. R. Spurr
y el Sr. De Rege. E l segundo decía, hablando de
los trabajos llevados a cabo en el edificio an
tiguo:
« Bien sabido es que si el pueblo ha consagrado
con el uso la licencia denominativa do « llospitíü »
a esta casa, no fué seguramente por las condiciones
de vetusta exterioridad que ella presenta, ni la re­
lativa carencia de comodidades de c]ue sus asilados
puedan disponer, ni por los exiguos recursos que
mantuvieron su existencia. E l pueblo sal>c (jue, cu
en este conglomerado de mal delineadas dejxíudeucias, centenares de enfermos menesterosos han re­
cibido solícita asistencia desde veinte y tantos
años hace. También sabe que a la acción infa­
tigable y bienliechora de la « Congregación Salesiaua > se debe su creación y sostenimiento.
Obra bienhechora, porque son incalculables los
beneficios que ha prestado y presta en estas apar­
tadas regiones, donde de vm extremo a otro su
nombre inspira simpatía y confianza, que supieron
conquistar y mantener sus fimdadores.
Hagamos reseña retrospectiva. E l año 1889, dos
ilustres miembre» salesianos, el Obispo D. Juan
Cagliero y Pbro. Evasio Garrone, de los primeros
soldados que la órden nos enviaba, en las más no­
bles de las conquistas, por la lumianidad y su ci­
vilización, llenos del celo que tal investidura
exige y pródigos en el bien al prójimo, dispusieron
habilitar la misión de mi pequeño hospital, donde
los pobres pacientes, encontrasen el bálsamo para
sus dolencias y la palabra confortante para su
espíritu. Unas pocas camas, im pequeño despensario para medicamentos, ningún material
quirúrgico ni sanitario, fué el comienzo. Año
tras año, era menester aumentar sus proporciones
y proveerle de los adminículos indispensables.
E s que si por acaso, faltaban fuerzas sustenta­
doras, sobraban en cambio, la esencia, el alma,
la vida en una palabra, que forja el desarrollo y
quiebra los obstáculos, vida sin la cual no es ¡x)sible prospere una institución, y que en el pre­
sente caso surgía vigorosa, al calor de afanes in­
conmovibles *.
A.si han podido los salesianos curar millares de
enfermos y arrebatar a la parca centenares de vidas.
E l Sr. D e R ^ e , añadía también: « Los Salesianos,
que de la nada han podido sacar las obras que te­
nemos a la vista y que admiran y aplauden pro­
pios y extraños, tíenen v iv a fe en la Provindecia
divina; y no dudamos de que a la acción de e.stos
apóstoles del trabajo, y ai celo de la Comisión,
que me honro en representar, se asociará el entu­
siasmo de im pueblo grande, aunque pequeño; gran­
de digo, porque grande es el alma que alienta en su
pecho. *
jP l^ u e al Señor que el nuevo edificio pueda
abrirse pronto, para ahorrar a nuestros hermanos
parte de los dolores inherentes a nuestra delezna­
ble naturaleza; y la caridad salesiana, ínciadora
y estimulante de la caridad de Viedma, vea reali­
zados sus más ardientes deseos!

— ir.S —
BUEN0S«AIRES. — Con ocasión la fiesta de S. supimos que se habían \nielto oratorianos de Don
Bosco y los vimos muy devotos asistir a la doctrina
Francisco de Sales celebrada en S. Carlos, el Sr.
Inspector de las casas de la República Argentina, y a las funciones sagradas y acercarse a los SS. Sa­
R. P. D. José Vespignani, tuvo la conferencia de cramentos ».
Rasgos semejantes y aun más admirables po­
reglamento a los cooperadores que en gran número,
le escucharon con visibles muestras de interés, por dríamos narrar de la Boca, de Almagro y de Sta
tratar el conferenciante los puntos más esenciales Catalina; pero sobre todo se han venido notando
de la acción salcsiana. No queremos privar a los en el Rosario y en Córdoba, donde la Superiora de un
cooperadores de las demás repúblicas americanas colegio anteriormente no se animaba a reponer los
de las sentidas recomendaciones del P. Vespignani, vidrios, rotos repetidas veces por los piliuelos de
portiue m ge en todas jiartes el apostolado sale- la calle; pero cuando notó el cambio moral obrado
por el Oratorio en los muchachos del barrio, avisó
siano y a que las necesidades aumentan.
al P. Gherra que y a los haría colocar, como en
I-)e.spués de demostrar el orador que la Obra
salcsiana es una aplicación del grande y único man­ efecto lo hizo, sin que en adelante sufriera ningún
damiento evangélico « amar a Dios sobre todas las perjuicio.
¿f¿uiéii podrá ponderar los saludables efectos
cosas y al prójimo como a nosotros mismos por
amor de Dios », píisó en reseña las obras principales que los mismos niños van produciendo entre sus
cinc a su juicio merecen preferencia especial por compañeros y en sus propias familias? ~Los que co­
parte de nuestros cooperadores.« Es necesario, dice, nocemos a los verdaderos Apóstoles del Oratorio
que el Cooperador se penetre bien de la importancia Festivo del V. D. Bosco. podemos atestiguar que
de los oratorios festivos. En esas reuniones de mi­ se renuevan a menudo en los suburbios de la ca­
les de criaturas en los días festivos se reconocen los pital, especialmente en Almagro y en la Boca, las
efectos admirables del arca salvadora en medio del antiguas escenas de Valdocco. Los días de las
diluvio de la corrupción; esos niños, después de ins­ rifas o premios mensuales ¡qué alegría en cada
truirse cu la Religión, orando, cantando y divir­ muchacho, que con su puntualidad en asistir o por
tiéndose inocentemente, se van formando en el sen­ su diligencia en aprender la doctrina ha ganado
timiento moral, aprenden y practican todas las im trajecito, una gorra, un par de zapatos, y puede
Virtudes y se preparan a vencer con un criterio sano llevar esas prendas a sus padres! Y cuando esa
y con una conciencia recta las insidias de la incre­ distribución de premios se hace con la asistencia de
dulidad y la seducción de los vicios. ¡Ojalá prospe­ las familias de los oratorianos, y esos pobres pa­
raran esos Oratorics en cada barrio, en cada Parro­ dres ven y oyen a sus hijos representar, recitar
quia y que los pudientes se declarasen protectores versos; cantar o tocar algiin instrumento en el teade algimo de esos asilos y escuelas populares de trito, entonces es toda una población que se siente
feliz por la educación cristiana de la juventud.
piedad y virtud!
La Pía Sociedad Salcsiana desde hace 35 años, ha ¡Estos espectáculos propios del Oratorio Salesiano
\’enido fundando en Buenos Aires los Oratorios Fes­ son más elocuentes que ima misión; por los lüjos se
tivos de Almagro (Belgrano y Yapeyú); La Boca; convierten los padres y todo el pueblo siente los
Sla. Catalina (Bra.sil y Tacuarí); Mater JILsericor- efectos de la divina Redención'
Después del Oratorio festivo trató de las Escue­
diae (Solís y Moreno); San Antonio (Méjico y Artes
las de Artes y Oficios, índisjxnisables para preservar
y Oficios); y en Maldonado (Dorrego y Kranier).
Otros tantos Oratorios para niñas han ido a nuestros obreros de caer en las redes del sociali.sino
abriendo las Hijas de Marín Auxiliadora; y no he­ anárcjuico, indicando que funcionan 8 en la Ar­
mos de explicar aquí la transfonnación moral que gentina. Insistió después en las Colonias agrícolas
luego se ha obrado en esos harrias por el saludable y escuelas de primera y segunda enseñanza,
donde las clases menos acomodadas hallan para .sus
influjo del Oratorio.
l ’ero entre los varios ejcmplas que narró el Ins­ hijas abiertas las puertas de la instrucción, que de
pector Snle.siano. n,'cordnremos el honraso testimo­ otra manera les quedarían cerradas. Por xUtiiuo,
nio que dió de ello una ihistre dama argentina al tocó uno de los .pmitos que más deben interesar a
costear y repartir las nudaUas de plata que ella nuestros cooperadores; la formación del ministro
misma quiso repartir en un solenme certamen ca­ del altar y del maestro de escuela; ambos fmididos
tequístico del Oratorio de * Mater Miscricordiae *, en una sola persona: el salesiano. Algunos coope­
Describió c.sa matrona ante una selecta concu­ radores han comprendido mu)’ bien la necesidad
rrencia las insoleucia.s, molestias y j'icrjuicios de que de anteuder directamente a las vocaciones, y han
eran victimas las vecinas de eso barrio jior obra fundado becas, que esperamos vayan en aumento;
de las pilludos de la calle, antes que se estableciera porque es una lástima grande el ver que abunda
el Colegio y Oratorio Festivo í Don Bosco ». tanto la mies y escasean tanto los operarios.
Tero he aquí que finalmente, por el año 1898.
se abrió ese Oratorio con sus corrcspiondientes
clases. « Veíamas entonces, decía esta buena
cooperadora. aquellos mismo ñutos qtie antes
eran el azote de la vecindad ir muy tranquilos y
sasegados por las mismas calles guaneando la más
correcta conqxtstura; y nos dimos cuenta de la
causa de su admirable transformación, cuando

— 139 —

MEMORIAS BIOGRAFICAS
DE MONS. LU IS L A SA G N A
CAPITULO X U V III {Continuación).
El día de la Asimción de María Sma., después de
haber celebrado pontificalmente y predicado, a eso
M anochecer se embarcó en el vapor Desterro lle­
vando consigo a diez personas entre Salesianos y
Hermanas de María Auxiliadora. Era ima paret
del personal que había destinado para la escuela
de agricultura de Cachoeira do Campo y para los
Colegios de niñas de Ouro Preto y Ponte Nova,
que pensaba fundar m uy pronto en el Estado de
ninas Geraes. A su salida del Colegio Pío se le
podía leer en el semblante im insólito misterioso
sentimienrto de tristeza. Con asombro de todos
quiso hacer testamento, dió varias órdenes, de­
mostró particular ternura a los hermanos f aimnos
y a los que mostraban sorprenderse de ello les res­
pondía: f ¡Nadie sabe lo que puede suceder en viajes
tan largos!...» Y sin embargo había emprendido
otros muclios más largos y azarosos, sin asomos del
funesto presentimiento que aliora le embargaba.
Dios inspira a los suyos.
Tuvo un viaje lento y muy penoso: el Desterro
adetem'a en todos los puertos para descargar y
cargar mercaderías. Monseñor aprovechó de estas
escalas para bajar a tierra en Río Grande, en Des­
terro y en S. I'rancisco, donde su visita acarreó
pan consuelo y aprovechamiento espiritual a
ranas comunidades religiosas ya conocidas por
d, como también a varios buenos Coojjeradores
®igos suyos. Sólo el 25 de agosto entró el Desterro
« el puerto de Santos, y al día siguiente nuestros
tuisioneros eran recibidos con gran fiesta en el
liceo Sagrado Corazón de Jezús en San Pablo,
que se convirtió en el cuartel general de Monseñor.
De allí salía para trasladarse y a a Lornae, ya a Río
Janeiro, y a a Guaratinguetá ó a cualquier otro
punto adonde le llamase el bien de las ahnas, y allí
^ ría imz vez terminadas aquellas misiones. NoWiDS tenemos que renunciar a seguir sus frecuen­
tísimos \úajes y limitamos a señalar los hechos de
«layor momento.
Por su iniciativa la ciudad de Río Janeiro cekbró una grandiosa fiesta nacúonal en honor de
Ciistóbal Colón, en el aniversario del descubri®>ento del Brasil. Su profundo conocimiento de la
^xicáe de aquellas jóvenes naciones había engen­
tado
él la convicción de que no sólo se debe respetar el ardiente y legitimo entusiasmo de los
Aoiericanos por el suelo nativo, sino también de
que el miáonero debe prevalerse, con prudencia,
id amor patrio, toda vez que se le brinde la oca­

sión para elevar los ánimos a sentimientos nobles
genercjsos, esto es, para excitar a los ciudadanos a
consagrar todas sus aptitudes al bien de la patria,
a homarla con una vida sin mancilla y con la prác­
tica de la religión y de la \irtud, tínicas fticutes
de verdadera grandeza inditridual y naciotial. Pa­
recióle, pues, muy del caso promover en Río J a ­
neiro una solemm'sima fiesta religiasa y civil en
homenaje a Cristóbal Colón y para dar gracias a
Dios que había in.^piratdo al atrevido Genové.s el
valor de arriesgar su vida con el único fin de arracar del error y el embrutecimiento a los pueblos
americanos, haciendo re.qtlandecer sobre ellos In
luz de Evangelio y de la civilización.
Coüd}uvado por varios Cooperadores ejue en­
traron en la corriente de sus ideas y a quienes enar­
deció hasta el entusiasmo, logró fonnar una comi­
sión encargada de preparar tales fiestas. l/os miem­
bros que la coni|x3nían se consagraron sin dilación
a recolectar ofertas, excitando la generosidad de
las personas de bien con las proclamas y los dis­
cursos más eficaces. De tal manera se allegaron re­
cursos para las funciones religiosas, los adornos, la
iluminación y la música. Monseñor obtuvo que fuera
puesta a disposición del Comité de festejos la her­
mosa y vasta iglesia de S. Francisco de Paula;
indujo a Mons. Amorín a celebrar la misa jxjntifical
con la mayor pompa; y aunque no poseía la lengua
portuguesa como para hablarla con toda propie­
dad. se reservó el discurso. Sys animosos esfuer­
zos y los de la Comisión se vieron coronados con
el resultado más espléndido. Celebróse la kesta el
12 de octubre; de soberbio éxito que botuvo nos
hablará el diario O Apóstalo del día siguiente, del
cual, traducimos estas entusiastas expresiones:
* Jamás, jamás Río Janeiro, ni el Brasil, ni Amé­
rica vieron una fiesta tan hermosa como la que se
celebró el 12 de octubre. J amás el faustísinro suceso
del descubrimiento de nuevo continente tuvo
ima comm raoración tan espléndida y fecunda como
a la que a istinios, en las calles, en las plazas, en
los edificios p.íblicos y particulares. Y el centro
de tanto regocijo que sin estrépito cundía jwr toda
la ciudad, era una iglesia.
> Esta iglesia fué la de S. Francisco de Paula en
cuyas amplias naves tal vez nunca el K.spíritu
Santo ha estremecido tan reciamente los corazones
de los fieles y también de los incrédulos que ha­
bían acudido, en graji mímero, como ayer por me­
dio del acento inspirado, convencido, abrasado
en caridad con que liabló Monseñor I.,uis Lasagna.
Hizo oír al pueblo una elocuencia sagrada quizá
nde nuevo género, pero ciertamente irresistible
para cuantos la oíaji. ¡Qué sublime conferencia!...
a E l templo estaba engalanado como nunca;
pero todo lo que tuvo de sublime y maravilloso le
pro\"ino del inspirado discurso de arjuelapóstol.
Fué tm discurso monumental que granjeará al ilitstre Prelado el renombre de orador .sublime. !Ah!
É l no se preocupaba absolutamente de ello. En su
oración no se dc-.scubrió ni sombra de arte y de re­
tórica; por el contrarío, d discípulo de D. Bosco
expuso con admirable sencillez verdades tales, que
todos salieron conmovidos é infiamados en celo

140 —
por la causa de la educación de la juventud según
el sistema seguido en los colegios salesianos, y
quizá por la primera vez que yo sepa, verdadera­
mente convencidos que se debe trabajar en la
cvangelización de los indígenas ».
Nuestro Obispo, para decirlo todo en pocas pa­
labras, había presentado a Cristóbal Colón como
primer misionero del continente americano y había
demostrado que a todos aquellos a quienes ha ca­
bido en suerte la vocación a la fé cristiana les incmiibe el deber de hacerse continuadores de la obra
de Colón, empeñándose, sino personalmente, a lo
menos con la limosna en llamar a la participación
de sus riquezas morales é intelectuales a las hor­
das de los salvajes. Terminó asegurando que los
Salesianos estaban dispuestos a seguir las huellas
de los rl'anciscnnos, de los Dominicos, y de los
Jesuítas para correr en auxilio de los Indios y for­
mar de ellos otras tantos hennanos en Jesucristo:
describió a grandes rasgos su viaje a Matto Grosso y
los horrores de que había sido espectador; Ningimo
se asombrará, pues, de la eficacia de su discurso.
laiego visitó el importante colegio de las Hijas
de María Auxiliadora en Guaratinguetá y tanto
como le consolaron las excelentes disopsiciones de
aqirellas educandos, otro tanto le apesadumbró
el miserable estado en que halló a la poblaciónde a(¡uella vasta parroquia. E l sacerdote encar­
gado ¡)or Dias del cuidado de aquellas almas, con
su conducta indigna de un ministro del Altísimo,
se había convertido en ocasión de horrible escán­
dalo. Iwos malos batían palmas y empujaban hacia
el abismo al infeliz apóstata; desesperanzábanse
los indiferentes y vacilaban cada día más sobre si
habían ne creer las enseñanzas de los sacerdotes:
todos los buenos estaban profundamente acongoja­
dos. Aquella parroquia necesitaba una sacudida
recia, ima palabra henchida de calor y de doctrina
que rasgase el velo del error y devolviese ariuellas
almas, penitentes y compruigidas a los pies del Pas­
tor de los pastores, a los brazos de Jesús ANuestro
Salvador. Nuestro Obispo, después de haberlo re­
flexionado con madurez, se decidió, á pesar de sus
múltiples ocultaciones, a predicar él mismo una
misión y llamó en su ayuda al P. Domingo Albauello que le parecía de pro para coadyuvarle eficannente en \ma empresa de tanta monta. En la
tardo del ¿4 de Octubre, los misioneros hicieron su
solemne entrada en la parroejuia y todo el pueblo se
mostró dispuesto a escucliarlos.
lillas por su parte no perdonaron trabajo ni sa­
crificio y el Señor dió incremento a la semilla. A
la vuelta de pocos dias estaba totalmente trocada
ajtóstnta había sido reparado con creces por el
celo, el ardor, la ciencia de los misioneros. No hav
que creer sin embargo que el iuflemo se diese por
vencido y no bregas.se por impedir que tantas al­
mas se reconciliaran con su Dios. Ixts amigos del
apóstata no sólo no se dejaron intimidar, sino que
conoeicudo que el bien obrado por los misioneros
condenaba su maldad, pusieron en juego todas las
artes y engaños para neutralizarlo. Trataron de
turbar las f\mciones sagradas y espciahncnte la
predicación, tanto que fué necesario que intervi­

niera la fuerza pública para tutelar el orden v de­
fender la vida de los predicadores en el mismo instante en que ejercían su ministerio. Menudearen
horrendas amenazas por escritos privados y aun
en los diarios. E l furor de aquellos energúmenos no
tuvo límites cuando advirtieron que los dos mi.
sioneros, sin darse por entendidos, continuaban
su fructuosísimo apostolado. Con todo, el últm»
día Mons. Lasagna aconsejó al P. Albanello q®
se retirase, quadando él solo para concluir el tra­
bajo y clausurar la misión, resignado, y aun d^
seoso de morir víctim a de los enemigos de Jesu­
cristo. E l 4 de Noviembre se dió en la iglesia de
Guaratinguetá el dulcísimo espectáculo de una connuiión general, en la que tomaron parte sin res­
peto hmnano muchos hombres que por años y
años habían permanecido alejados de toda práctica
religiosa. E n tan fausta ocasión nuestro Obispo
subió al pulpito y no pudo menos de estar elocuentísiino: manifestó a aquel apiñado auditorio los
consuelos que había recibido durante la misién 7,
conmovido hasta derramar lágrimas, recomendó*
la perseverancia, implorando oraciones en favor
de aquellos mismos que habían tentado inutilizar
las gracias de Dios y turbar el sosiego de la población.'Con admirable arranque de caridad rogó a sos
enemigos que asestaran las armas contra él,
con tal que cesaran de hacer estragos en las almas.
Luego se distribuyó a todos una hojita en que con
el retrarto de Mons. Lasagna estaban impresos
los recuerdos de la misión. De tal modo parecía
que el celosísimo Obispo después de su partida
continuaba bendiciéndolos y exliortandolos a per­
manecer fieles a sus éonsejos y constantes en el
buen camino. ?Qué mucho, pues, que el adver­
sario de todo bien al ver que le arrebataban tantas
almas se embraveciese y jurase venganza ? !Y a fé
que la venganza fúé digna de él!

Cooperadores Salesianos difuntos.
E SPA Ñ A .
Sr. D. Demetrio Serna Martin
Abia (Cuenca).
» » Juan Román
> » Miguel Albá
*
Sra. Da. Carlota Antet
»
>
» Rosa Sivilla v. de Castells
>
»
» María Negre v. de Vidal
»
»
» María Nolia v. de Arauz
»
Rdo. Sr. D. Pedro Crego
Ledrada (Salamanca'
Sra. Da. ^íanue!a Llanos de López
Tuy (Pontevedra)
Sr. D. José Garza Médica
Villar OrdílUs (Orens^
> » Serafín Casas Sabuzedo
»
>
» » Antonio González Herrero Vega de Perros iLeóni
> » Francisco Rebullida, médico
Zaragoza

R. I. P.
Con aprobación de la Autoridad Eclesiástica:
Gerente: JO SE GAM BIN O.
Establee. Tip. de la S. A. lut. de ia Buena Prensa
Corso Regina Margherita, N. 176- TLJRIN.

Fecha
1913.05