BS_1910_07

Ficha

Título
BS_1910_07
Descripción
Boletín Salesiano - Agosto 1910
extracted text
D { ! ) O ú

ú

o

i

: ) t:íi7

(70 0 0 0 0 0 o

J

B okfín §ak$ iano
t>

^

C>

^

(? ' ^ ~ 0 ^ C ^

'v

Turin — Via Cottolengo N. 52.

SUMARIO: Los Cooperadores Salesianos. . . .
185
Tesoro espiritual
..................................................... 187
A la Memoria de D. R ú a ........................... .... . 18S
Carias de familia: El terremoto de Costa Rica . 198
A los Cooperadores del C h i le ............................... 199
De n u e s t r a s m is io n e s : Patagonia Septentrional Indias Orientales............................................. 200
Bibliografía...................................................... 203

&

Qg

0

^ ^

ú

r

^

c u l t o d e M a r ía A u x il i a d o r a : Turin-VaU
docco — Ciudadela.............................................204
Gradas de María Auxiliadora................................207
P o r e l m u n d o s a l e s ia n o : Europa: La Obra Salesiana Nacional — Ciudadela — Conslantinopia
— Viena — América: México, Viedma . . . 209v
Necrología...............................................................211
Cooperadores Salesianos d if u n t o s .......................212

El

JiO^ ^ooperadoije^ ^alesianos
I.
dguiendo nuestro p la n de bos­
quejar á grandes rasgos la
Acción Social de la Pía So­
ciedad Salesiana, hoy les toca su turno
á los € Cooperadores Salesianos, > esos
modernos terciarios, que form an con nos­
otros una sola fa m ilia y con nosotros
irán. D ios m ediante, d fo rm a r la m as her­
mosa corona del Venerable Ju a n Bosco.
Mas antes de hablar 7iosotros, queremos
que nuestros lectores ■saboreen tm her­
moso articulo de D . A m ador del Campo,
publicado en la < R evista Católica de
Chile y lo hacemos tanto m ás gustosos,
cuanto es una m irada gen era l de esa
institución adm irable.
< La Pía U nión de C ooperadores
Salesianos no es una novedad: tiene

una historia de gloriosos servicios pres­
tados á la causa de la Iglesia, historia
paralela á la de las O bras Salesianas
fundadas p o r aquel adm irable varón que
fue el Ven. Juan Bosco.
* Cuando, erran te por los prados de
V aldocco, rodeado de una turba de
niños harapientos, el joven sacerdote
soñador, llena el alm a de la visión de
lo futuro, henchido el corazón de cari­
dad inextinguible, veía d esertar á la
m ayoría de sus am igos que le tenían
por iluso, encontró sin em bargo, en
medio de ta n ta s contrariedades y des­
engaños, algunas alm as buenas que, si
al principio quizás no supieron com­
p ren d er el alcance de su celo, al menos
respetaron lo que no com prendían y
sostuvieron su celo en medio del g e­
neral abandono. Sus prim eros auxilia­
res fueron dos san to s: un sacerdote, el

— i 85 —

Ven. Cafasso, y una mujer, su madre.
Al am paro del cariño de su m adre y de
los consejos de su confesor, Don Bosco
siguió sin vacilar la vía que le trazaban
sus visiones, su corazón y su celo.
» A medida que los sueños fueron
transform ándose en realidades y las
líneas de su gran obra calificada de
locura fueron perfilándose ante los ojos
de los incrédulos, fué tam bién ensan­
chándose el círculo de los amigos, adm i­
radores y bienhechores de Don Bosco.
Como todas las obras extraordinarias
que vienen de arriba, la O bra de Don
Bosco tuvo que soportar ante todo esa
especie de persecución con que los
mismos buenos reciben á los santos
cuando no los co m p ren d en : nace esa
oposición del mismo celo por el bien,
del tem or de ver com prom etida la pru­
dencia de la Iglesia: pero es una prueba
dülorosa que sólo saben superar los
santos. Don Bosco, pasada la torm enta
que levantaron sus mismós am igos y
que él supo vencer con la virtud, sólo
vió ante sí la gran falange de los ene­
migos de la Iglesia, con quienes es más
fácil y consolador com batir porque se
com bate con extraños.
» Y desde aquel día — el de la re­
velación de sus santos intentos á los
ojos de los buenos — Dbn Bosco tuvo
en sus Coopcradotes á los am igos de
su vida, confidentes de sus grandes
ideales, providencia visible de sus obras.
Don Bosco recibía de sus amigos el
óbolo, la protección, el trabajo para su
obra, y en retorno derram aba en las
alm as y en las familias de sus amigos
el espíritu de celo y de caridad, sus
altos ideales, el am or al sacrificio, la
felicidad.
» D e este cambio recíproco de im­
presiones, actividad, plegarias, limosnas
y afectos entre D on Bosco y sus am i­
gos, nació espontáneam ente la Pía Unión de C ooperadores S alesian o s: y es
de notar que, en esta como en las de­

más instituciones del V enerable Padre,
las cosas nacieron sin leyes, sin orga­
nización, á impulsos de un espíritu co­
mún que unía y m odelaba los corazones
en un mismo centro, en una misma for­
ma de acción.
» La constitución orgánica vino más
tarde, cuando con la expansión de la
O bra Salesiana, la actividad y la pre­
sencia de D on Bosco no podía bastar
por sí sola p ara im prim ir rumbo y ca­
rácter á las obras lejanas. Entonces el
V enerable Padre escribió su Reglamento
y su C arta-T estam ento á los Coopera­
dores, llenos de sencillez y de candor,
im pregnados de dulzura y de caridad.
» Y la Pía U nión de Cooperadores
Salesianos, ideada por D on Bosco, aconsejada por las circunstancias, ben­
decida y recom endada por los Pontífices,
honrada por las prim eras personalidades
de la tierra, vive con vida próspera y
fecunda en todos los países del mundo:
es una ram a del árbol gigantesco de la
caridad cristiana.
» Su program a es cual corresponde
á los actuales tiem pos: tiem pos de ac­
ción y de lucha y no de estériles dis­
cusiones. “ Trabajo, trabajo, trabajo'
fué el program a que desde su lecho de
m uerte dictó Don Bosco á sus Hijos y
C ooperadores: obligación suya es re­
coger las cláusulas de este testamento
y actuarlas en conform idad á los grandes
ejem plos que dim anan de su vida.
» El infierno ha tom ado ahora como
entonces, como punto de conquista lo
más precioso que tiene la Iglesia: la
juventud y la clase obrera: los pobres
y los pequeños á quienes Jesucristo
llamó bienaventurados. Y es menester
conocer en todos sus detalles la vida
del Ven. Bosco p ara ver y adm irar el
am or sin m edida, casi frenético, con
que él am aba á estas dos clases — el
niño y el obrero — que forman el en­
canto y las esperanzas de Jesús. Y estos
dos ídolos de su corazón son los que

principalmente recom ienda al celo de
sus Cooperadores.
» Al reunir en torno suyo á sus amigos, D on Bosco los * instituyó en
Unión Piadosa — por que sólo la re ­
ligión y la piedad pueden inspirar la
verdadera caridad — y les dijo, como
Cristo á sus apóstoles: “ Id y trabajad,
trabajad sin descanso, en la m edida de
vuestras fuerzas, en la esfera de vuestra
acción, por la juventud, por el obrero,
por el porvenir de la Iglesia: Sed Co­
operadores de D ios '^acijutores D el" si
queréis ser mis. C ooperadores.
» De este modo la Pía U nión de
los Cooperadores es el complemento
necesario de la Pía Sociedad Salesiana:
es la prolongación en el seno mismo
de la sociedad de esta O bra que por
su carácter y por el género mismo de
su vida, no puede descender á los ho­
gares ni rozarse con la vida ordinaria
para esparcir su espíritu.
» Los C ooperadores constituyen la
providencia visible de los niños alber­
gados en las casas de D on B osco; son
los propagandistas de las O bras Salesianas y de su e sp íritu ; son los padres
de los niños que ellos p ro te g e n ; los
que reciben á las puertas del taller y
de la escuela á los niños que salen á
combatir por la vida en el campo del
mundo, los toman bajo su am paro y
los guían en los años críticos de la fe
y del porvenir. C onsiderada bajo este
amplio aspecto, que la caridad del V e­
nerable Padre supo dar á la institución
de los C ooperadores, no se la podrá
tener como d e m iras estrechas y ex­
clusivistas. Puesto que si el C ooperador
está penetrado del verdadero espíritu
de S. Francisco de Sales — y por eso
se llama Salesiano — será un apóstol
en su propio h o g ar y en el de sus
amigos, el amigo de todas las O bras
buenas, el sostén de los Institutos de
Don Bosco, el apoyo de las autorida­
des eclesiásticas y el p ad re de los po­

bres. La santa democracia de Cristo,
su caridad sin límites y sin distinciones
de clases, que tanto brillan en el V e­
nerable Padre, serán tam bién las ense­
ñanzas que recogerá el C ooperador en
su vida de caridad ».
H asta aquí el apreciado colega.

TESORO ESPIRITUAL
Los Cooperadores Salesianos que confesados
y comulgados^ visíten devotamente una iglesia
6 capilla pública, ó si viven en comunidad, la
propia capilla, y ruegen según la intención
del Sumo Pontífice, pueden ganar las siguientes
indulgencias plenarias:
Ea todo tiempo:

1. ®El día que dieren su nombre á la Unión
de Cooperadores;
2. ®Una vez al mes, el día que cada cual quiera
esco ger;
3. ®Igualmente una vez al mes, el día que
asistan á la Conferencia;
4. ®Asimismo una vez al mes, el día que hagan
el ejercicio de la buena muerte;
5. ®El día que por primera vez se consagren
al Sgdo. Corazón de Jesús;
6. ®Cada vez que por ocho días consecutivos
se retiren á hacer ejercicios espirituales.
7. ®E n articulo de muerte, si confesados y co­
mulgados, ó almenos contritos, pronunciaren
devotamente el Smo. Nombre de Jesús con la
boca á ser posible, ó al menos con el corazón.
Para el mes de setiembre:

El día 8, Natividad de María SSma..
2“
» I I , El Santo Nombre de María.
14, Fiesta de la Exaltación de la

Sta. Cruz.
18, Fiesta de los Dolores.
29, Ded icación de S ; M iguel A rcángel.


— iS 8 —

A LA MEMORIA DÉ DON RUA
Una súplica.
Es común el deseo de que la veneratida figura
del primer Sucesor de Don Bosco pase á la poste­
ridad viva y real como lo está actualmente en nos­
otros. Por esto se suplica á los Salesianos. alumnos.
Cooperadores, parientes, amigos y admiradores del
Difunto que anoten cuanto estimen digno de me­
moria sobre su vida, palabras y obras, y lo remila7i
al M. R. Don Felipe Rim ldi, Via Cottolengo, 32 Turin, en cmlqnier lengua. C7i hojas donde no haya
más correspondencia, pero firnxado con nombre,
apellido y lugar.
Se recibirá con gratitud cualquier apunte, aunque
sea um sola linea, que contenga un hecho, una frase,
digna de ser recordada.
Muchas son las personas que nos piden una de­
tallada biografía del padre que tanto estiman, y si
no se compila aJiora, difícilmente se podrá hacer
más tarde.

¿QUIÉN ERA DON RUA?
El retrato de D. |3osco.
Desde su ordenación sacerdotal hasta el
día en que, muerto D. Bosco, asumió la direc­
ción suprema de las Obras Salesianas, pasó
22 años dedicado á un trabajo que pudiera
llamarse escondido, aimque inmenso, continuo
y maravilloso, unido á un estudio incesante del
esi)íritu, de las ideas y ejemplos de D. Bosco,
con lo cpie consiguió retratarlo fielmente finido
su trasunto más bien que su Sucesor.

El dipiorna de profesor.
Todos los deseos de D. Bosco fueron siempre
órdenes para D. Rúa.
Kn 1863, el Apóstol de la juventud se pre­
paraba á la apertura de su primer instituto
fuera de Turin. el colegio de Mirabello que
después, para mayor comodidad fue trasladado
á Borgo S. Martiuo cerca de Casal Monferrato;
pero no contaba con profesores titulados. Ha­
bía decidido con Mons. Calabiana que el ins­
tituto se tátularia Seminario Menor y por lo
tanto bajo la exclusiva dependencia del Obispo

de Casale, pero se temía que el proyecto no se
realizase.
¿Qué hacer? En aquel año apenas cosiguió
que tres de sus clérigos y un sacerdote fuesen
admitidos en la Universidad de Turin al exa­
men de ingreso en la Facultad de Eetia?. El
éxito fué brillante; los cuatros candidatos ha­
bían conseguido ser aprobados por unanimidad,
y los clérigos Francesia y Cerruti, además
grandes elogios. Mas todavía había que espe­
rar que éstos hubiesen concluido sus estudios,
lo cual equivalía á retardar la apertura dd
nuevo instituto por cuatro años; y en cuatro
años jcuántas cosas no pensaba hacer D. Bosco!
¡Pero he aquí que en julio se anunció una
convocatoria extraordinaria de exámenes para
septiembre, á propósito para los que deseaban
obtener el título de profesor de gimnasio! Hacía
y a varios años que tal convocatoria no se ha­
cía; D. Bosco bendijo á la Di\dna Pro\-idencia
y exhortó á varios de los suyos á prepararse. El
tiempo apremiaba; apenas si faltaban dos
meses; pero dos clérigos y tres sacerdotes que á
su debido tiempo habían sufrido con éxito el
examen de Filosofía en el Seminario (consi­
derado equivalente al examen de licenciatura
del liceo) se presentaron con decisión.
Entre ellos, no obstante sus muchas ocu­
paciones se distinguió D. Rúa. Los exámenes se
efectuaron desde el 15 al 20 de septiembre; los
cinco candidatos del Oratorio obtuvieron to­
dos el título de profesores para las tres pri­
meras clases gimnasiales. D. Rúa dió con tanta
brillantez su lección práctica, que el ilustre pe­
dagogo abate Rayneri se entusiasmó y acabado
el examen se le acercó al instante y le ofreció
una cátedra en un gimnasio del Gobierno.
Pero muy distintos eran los empleos á que
le destinaba la Di\4na Pro\4 dencia.
Tenemos el deber de declarar que D. Rúa
siendo el íntimo confidente de D. Bosco y su
brazo derecho, apenas si tenía momento dispo­
nible para estudiar con tranquilidad, y sin em­
bargo, para ser más útil á su padre adoptivo, se
presentó á otros exámenes extraordinarios y
consiguió el titulo de profesor de gimnasio su­
perior.

Diredor en Mirabello.
D. Bosco había decidido entonces abrir é
c o l^ o de Mirabello. Apenas se difundió la no-

— 189 —

ticia por el Oratorio, todos se dieron á discurrir en
quién sería el director de la nueva casa y la voz
general señaló á D. Rúa, porque á nadie sino á el
se le creía capaz de reproducir la mente y la
vo untrd de D. Bosco en la nueva colonia del
Oratorio.
Xo se equivocaron los que así pensaron.
«Ya que la D m n a Providencia ha dispuesto
que se pueda abrir una casa destinada á pro­
mover el bien de la juventud en Mirabello —
le escribía D. Bosco en mi precioso autógrafo,
que D. Rúa celosamente conservaba en un cua­
dro colgado cerca de su pobre lecho — he
pensado para mayor gloria de Dios confiarte su
Dirección.
»Pero como siempre no podré estar á tu lado
para darte, ó mejor dicho, repetirte aquellas co­
sas que has msto practicar, creo agradarte que
te escriba algunos avisos que podrían servirte
de norma en tu modo de obrar.
Te hablo con la voz de un tierno padre que
abre su corazón á uno de sus más queridos hijos.
’ Recíbelos, escritos de mi mano, como prenda
del afecto que te profeso, y como un acto
externo del vivo deseo que tengo de que ganes
muchas almas para Dios 0.
Y después de darle prudentes normas que
practicar consigo mismo, con los maestros, con
los asistentes, con los criados, con los jóvenes
y con los externos acababa diciendo:
-■ La caridad y la cortesía han de ser las notas
características de im director.
■ En caso de cuestiones relativas á cosas ma­
teriales. condesciende en todo lo que sea posi­
ble aunque sea con daño, con tal que se conserve
la caridad.
' Si se tratase de cosas espirituales ó simpleir.eite morales, entonces las disensiones de­
ben resolverse en el sentido de la mayor gloria
de Dios y bien de las almas. Compromisos, quis­
quillas. espíritu de venganza, amor propio, ra­
zón, pretensiones y hasta el honor, todo debe
sacrificarse en este caso!.... »
A este programa D. Rúa amoldó siempre
su conducta.

“ ¡Es cómo D. Boscol
« Don Rúa en Mirabello — refiere la crónica
de Don Ruffino — se conduce como D. Bosco
en Turin. Siempre está rodeado de jóvenes,
atraídos por su amabilidad y también porque
siempre les cuenta cosas nuevas. A l comienzo
del año escolástico recomendó á los maestros
que no fuesen demasiado exigentes por en­
tonces, que no tratasen á gritos á sus alumnos
por cualquier negligencia ó \'ivacidad, sino que
tolerasen muchas cosas. Después de la comida
^ él también á recrearse en medio de los

í

niños, jugando ó cantando... Los alumnos van de
paseo todos juntos, dos á dos; son cerca de no­
venta.
» E n las fiestas predica dos veces... Hay que
advertir que cuando por la noche habla á los
niños se expresa siempre en tono gracioso y
alegre..
IvOS jóvenes le amaban como los jóv'enes del
Oratorio amaban á D. Bosco, el cual en una
carta dirigida á sus amados hijos del peqwño

La madre de D. Rúa.

Seminario de S. Carlos en Mirabello. escribió
estas palabras.
- .... Os agradezco el afecto que tenéis á D.
Rúa y á los demás Superiores de ese Seminario! »
Era una confirmación de la bondad del sis­
tema educativo inculcado por D. Bosco y de
la elección del nuevo director.
Así transcurrieron dos años.

La madre.
Su madre le siguió á Mirabdlo obedeciendo
una delicada indicación de Don Bosco.
Juana María de Rúa que, desde la entrada de
Miguel en el Oratorio había comenzado á ayu-

igo —
dar (i la madre de D. Bosco, y que á contar
desde la muerte de Mamá Margarita, á sa­
ber, desde 1856, por invitación de Don Bosco
y del hijo, había ocupado el puesto de esta
mujer incomparable, era también un ángel de
bondad.
Al ver partir á su hijo la virtuosa madre
pensaba:
— ¡Olí! si pudiese seguirle!
Don Bosco, con aquella ternura que le era
peculiar la comprendió y dispuso que acompa­
ñase á su Miguel en la nueva mansión.
Aunque ya entrada en años, era sin embargo
de robustísima complexión, de sano juicio, de
admirable paciencia, amante de la mortiñcación cristiana, de conciencia delicadísima,
pero sin sombra de escrúpulos y muy dispuesta
para cual({uier trabajo.
De vuelta en el Oratorio en 1870 después del
traslado dcl colegio á Borgo S. Martino, conti­
nuó trabajando por los jóvenes, prefiriendo á
los más pobres é ignorantes, hasta el 21 de junio
de 1876 en que voló al Paraíso.
Dejó establecido un piadoso legado para
una misa anual en el aniversario de su muerte,
y D. Miguel nunca faltó, encontrándose en el
Oratorio, á dicho acto sagrado celebrado sin
pompa alguna pero con edificante piedad filial.

,

Otra vez ai lado de Don Bo^co.

> Kn octubre de 1865, muerto el P. Víctor
Alasonatti, primer prefecto del Oratorio, Don
Bosco llamó á su lado á Don Rúa. Después del
colegio de Mirabello se había abierto el de banzo;
cuyo primer director, el P. Ruthno, había muerto
ya. Nohabía dificultades para el nombramiento,
porque D. Rúa había ensenado á los denuís el
camino.
Pero en cambio necesitábase quien siempre y
á cada instante supiese comprender y ayudará
Don Bosco en el ('Oratorio y ocupar cumplida­
mente su puesto, cuando tenía que alejarse;
y esto ocurría cada vez con más frecuencia ya
por las visitas que debía hacer á las otras casas
ya por los prolongados \*iajes que tenía que
emprender ]>ara arbitrar recursos con destino
al majestuoso Santuario de María Auxiliadora
y aun para la causa de la Iglesia en Italia.
Ncv.'ositábase quien. imponiéndose á los
demás por su ejemplaridad, especialmente por
su singular rigidez consigo mismo y la justicia
ailmirable que usaba con todos y en todas las
cosas, personificara en sí la observancia del
Reglamento, y en el creciente desarrollo que
tomaba la Obra Salesiana, nos atrevemos á
decir, completase en cuanto á la parte disciplmaria el programa.
Necesitábase igualmente quien diera á las

casas que iban multiplicándose, una direcdón
administrativa práctica, á fin de que todas tu­
vieran una organización igual y precisa.
E l hombre que respondía á estas necesidades
era Don Rúa.
E n 1865, pues, volvió al lado de Don Bosco
para no separarse jamás de él, tomando parte
en todas sus santas empresas y siendo partícipe
de todas sus penas y alegrías,

jMada sin permiso de Don Bo^col
En 1868 cayó enfermo y ¿qué era ello?
Creyóse que había llegado el fin de su vida. El
caso era verdaderamente grave; Don Bosco
estaba ausente.
E l enfermo rogó á D. Lazzero que le admi­
nistrase la Extrem a Unción; éste le respondió
que no lo creía necesario y que además era con­
veniente esperar á Don Bosco.
E n efecto, por la noche Don Bosco entra en
casa, y los niños que y a habían salido del re­
fectorio le rodean para besarle la mano y le
dicen que Don Rúa está enfermo, más aún,
¡para morir! También algunos Superiores se
acercan al Siervo de Dios rogándole que suba
á ver al enfermo, pero Don Bosco contesta con
gracia:
— ¡Don Rúa no parte sin mi permiso! de­
jadme ir á cenar — y bajó al refectorio.
Después de la cena fué á verle.
— ¡Ah! ¡Don B osco! — le dice Don Rúa
con un hilo de voz; — déme su bendición y la
Extrem a Unción, porque siento que me muero.
— Está tranquilo — le responde el Vene­
rable; — ¡tú no partirás sin el permiso de Don
Bosco; no sabes aun cuántas cosas te quedan
que hacer!
Y como Don Rúa insistiese, Don Bosco re­
pitió:
— ¡¡Está tranquilo!! ¡¡está tranquilo!! ¿no sa­
bes tú que Don Rúa no hace nada sin el per­
miso de Don Bosco?
Efectivamente Don Rúa se tranquilizó, curó
-y ocupó de nuevo y decidido su puesto de tra­
bajo.

Un elogio magnifico.
Aprobada la Pía Sociedad Salesiana en iSb;
y sancionados definitivamente sus estatuto?
en 1874. Don Rúa fué siempre Prefecto Ge
neral, que es como decir que tuvo siempre el
primer cargo que sigue al de Rector Mayor.
Quien lo conoció en aquellos años no puede
menos de recordar que era otro Don Bo»:'
cuando éste se hallaba fuera, y se eclipsaba des­
pués al \’oIver de D. Bosco y no obstante, tra­
bajaba sin descanso, no sólo de día sino g**®
parte de la noche, y así su ejemplo servía d<

estímulo á los demás para trabajar incansables
por Don Bosco, es decir por el Señor.
¿YDonBosco?

dese también su apoteosis en los honores es­
pontáneos que multitudes enteras tributaban
al Fundador.

Estaba tan admirado que m uchas veces no
pudo menos de hacer este elogio:

\a última bendición de Don Poseo.

— ¡Si Dios me hubiese dicho: « Imagínate
un joven adornado de todas las virtudes y
habilidades mayores que puedas desear, pí­
demelo que yo te lo concederé» nunca me habría
figurado un Don Ruü!

Et Vicario Geqeral.
En 1884, agobiado Don Bosco por diversas
enfennedades pensaba nombrar un Vicario
que lo representase y fuese cómo im otro él,
pues era su deseo vivísimo que, llegada la hora
de su muerte, nada turbase ó mudase la marcha
de sus obras.
Mientras meditaba este proyecto, León X III
espontáneamente le preguntaba, por media­
ción de Monseñor Domingo Jacobiui, á quién
consideraba apto para hacer sus veces en la
dirección suprema de la Pía Sociedad Salesiaua.
■ Yo — escribió Don Bosco — agradeciendo
al Santo Padre su bene\-olencia, le respondí
proponiendo por mi Vicario á Don Miguel Rúa,
porque en atención al tiempo es uno de los pri­
meros de la Sociedad, porque y a hace muchos
años que en gran ¡larte ejerce este mismo cargo,
y en fin porque este nombramiento habría
sido del agrado de todos los hermanos ».
Y habiéndole el Santo Padre significado por
medio del Emmo. Cardenal Alimonda que
dicha propuesta era de todo su agrado, usando
la facultad que le fué concedida por el Su­
premo Pastor de la Iglesia, en 8 de diciembre
de 1885 nombró á Don Miguel Rúa su Vicario
CtJii'/ii/.
• Desde hoy en adelante..... él hará mis ve­
ces en el j)Ieno y completo gobierno de nuestra
I'ía Sociedad; y todo lo que yo pueda hacer,
podrá hacerlo él también con plenos poderes. »
Aunque parezca que el nuevo oficio recla­
maba un contacto mayor del elegido con Don
Bosco y la necesidad de un cambio más intimo
de ideas y una más estrecha comimicadón de
sentimientos, en realidad no había novedad al­
guna, á no ser el haberle conferido legalinente
rí pleno poder; porque Don Rúa hasta aquel
momento había \*i\*ido completamente para
I^n Bosco en íntima comimicación con él.
Don Bosco estaba ya decaído y acabado, y
Don Rúa le acompañó por Francia, España,
bombardía. Genova y Roma y fué espectador
de sus más ruidosos triunfos. Y era justo que
^ e n humildemente y en silencio había tra­
bajado por d incremento de la Obra Salesiana.

Después de una \dda empleada para la mayor
gloria de Dios y salvación de la juventud y
provecho de la sociedad, Don Bosco cae en­
fermo en diciembre de 1887 y en medio de la
conmoción del mundo católico en pocas sema­
nas llegó á los últimos momentos de su vida.
E n la noche del 30 al 31 de enero de 1888
entró en agonía. En un instante su reducida ha­
bitación se llena de sacerdotes, clérigos y legos.
Todos hincan la rodilla.... Al lado de Monse­
ñor Cagliero que le recomienda el alma está
D. Rúa, d cual se inclina al oído de D. Bosco
moribimdo y:
— ¡Don Bosco — le dice con voz sofocada por
el dolor — aquí estamos nosotros sus hijos. Le
pedimos perdón de todos los disgustos que por
nuestra causa ha sufrido, y en señal de perdón
y benevolencia dígnese damos su bendición.
Y o le guiaré la mano y pronunciaré la fórmula!
¡Escena conmovedora y triste á un mismo
tiempo! Todas las frentes se inclinan hacia el
suelo y D. Rúa, dominando su emoción, pro­
nuncia las palabras de la bendición, levanta la
diestra paralizada de D. Bosco é invoca la pro­
tección de María Auxiliadora sobre los Salesianos presentes y los demás ausentes, esi)arcidos por las diversas regiones de la tierra.
D. Bosco volaba al Paraíso aqtiella mañana
á las 4.45... Toda\na en la hora de su muerte
mantiene la jiromesa hecha al antiguo escolar
de Porta Palatina, ])ues ambos, por mitad, daban
á sus hijos la última bendición.
{Continuará).

HONRAS FÚNEBRES
’an llegado á la Redacción las relaciones
délas solemnes honras fúnebres celebra­
das en diversas partes, distribuidas así:
r) E n Italia en 127 poblaciones; 2) en Espa­
ña 54; 3) en Portugal 7; 4) en Palestina 3; 5) en
Egipto 2; 6) en Francia i; 7) E n Argentina 8;
8) en Chile 4: 9) en Colombia 5, 10) E n Brasil
5: i i ) en el Perú i; 12) En Inglaterra lo; 13)
en E l Salvador 3; 14) en Méjico i; 15) en los
Estados Unidos 2.
Xos consta que son muchas más; pero no he­
mos recibido las relaciones.

— 192 —
En la imposibilidad de reseñarles todas, ha­
blaremos de las principales, mencionando de
paso las demás, en sucesivos números.
Es justo que comencemos por

T U R IN

Funerales de Trigésima en el Santuario de M. Auxiliadora.
Celebráronse el lo de mayo. Se encendieron
los millares de lamparillas del Santuario que con
los cirios del túmulo producían un efecto gran­
dioso. El cuadro de María Auxiliadora se cubrió
con un velo plateado tachonado de estrellitas y
coronado por una gran cruz negra, con adornos
jílatcíidos. En la puerta se leía esta inscripción
de D. Francesia:
<f Para D. Miguel Riui — -predilecto kijo de
D. Bosco — reconocidos imploramos la paz de
ios elegidos — con solemnes sufragios
A las 10 ya estaban en el Santuario el Comen­
dador Rinaudo. en rei)resentación del Alcalde y
del Ayuntamiento, el Cav. Scrimaglia, en la del
Gobernador, el Conde Miglioretti, en la de las
Obras Fias, el Com. Pulciano, sustituto del Pro­
curador General, la Condesa Faá, el Conde Balbo,
el Teniente Morisani, en las de la Corte y el
ejército, los cuales hacían digna escolta á Sus
Altezas Reales Tomás de Savoia y María Isabel
de Baviera, Duques de Génova. 'También estaban
el Barón Manno, el Marqués Rovasenda, el Ba­
rón Cavalchini, los cab. Poma, Bersanino; las
condesas de Bray, de Capello, Solaro del Borgo.
Davriano, baronesa Cordero de Vonzo, etc.
Eos Príncipes tomaron puesto al lado del Evan­
gelio y se empezó la solemnísima ceremonia.
Pontificaba Mons. José Gamba, Obispo de No­
vara, con asistencia del Emmo. Card. Richeliuy.
á cuyo lado estaba Mons. Tasso, Obispo de Aosta.
rodeados del Cabildo de la Catedral.
Bajo la dirección de Dogliani y acompañando
Pagella se ejecutó la misa polifónica de Anerio,
Palestrina y Griesbacher.
Al rededor del túmulo estaban el Capítulo su­
perior y los numerosos representantes de las
autoridades y de los centros, círculos y asocia­
ciones. con banderas enlutadas.
L a oración fúnebre.
Antes do la absolución subió al pulpito Su Erna,
el Ctml. Arzobispo de Turiu y tomando por lema
el versículo: In siUmio ef in s¡\' erit fortiiudo ve~
stra. ilustró la \*ida do D. Rúa. tejida de modestia
evangélica y de sobrehumanas osatbas.
¿Será posible, decía, hablar de silencio y de tran­
quilidad cuando se habla de la Cot^regación Salesiaua ? ¿ No soti los hijas de D. Bosco los que gustiui tle agitarse en meilio de las muchedumbres,
correr solícitos donde es más vivo el morímieuto.
levantar en todas partes ruido santo ? ¿ Y “ no será

inoportimo detenerse en alabar las bellezas del espe­
rar, allí donde es dado recoger los frutos de una
mies-sumamente copiosa y escogida?
€No sé qué responder para desvanecer estas obje­
ciones directamente: pero yo creo deber desarrollar
ese tema ante el suave aspecto y la misión provi­
dencial de D. Rúa, y una secreta voz me dice al
oído que vosotros, oyentes mios, convenís conmigo
en la sentencia: In silentio et in spe. »
Y entrando á hablar de la vida de Miguel Rúa
estudiante y clérigo, ilustró las dotes singulares que
en él se reunian en aparente contradicción.« No fué el primero en orden de tiempo, pero fué
el primero en el corazón de D. Rosco.
* Todos sabéis cuán admirablemente se urdan
en el Fundador de los Salesianos, dos cualidades
á primera vista incompatibles: actividad pasmosa
y lentitud constante.... D. Bosco vió que ninguno
mejor que D. Rúa podía aprender el difícil arte de
esta miión..... quizá Dios mismo se dignó revelár­
selo, y a que Rúa debía ser la piedra angular del
nuevo edificio.....
N o es fá d l hablar de las virtudes de nuestro
Padre: pureza inmaculada, humildad profunda,
obediencia heroica, espíritu continuo de abnega­
ción y sacrificio.... Superfluo decir que se soste­
nían en una piedad ternísima que él alimentaba en
todas las prácticas de nuestra Santa Religión,
particularmente en la devoción á Jesús Sacramen­
tado y á María Santísima.....
#... Pero en él la virilidad se adelantó á la edad.
No era todavía sacerdote y ya brillaba en él la
grandeza, de modo que luiáuiniemente fué elegido
por D. Basco y sus compañeros para Director Es­
piritual de la naciente Swiedad. Y apenas sube al
altar, cuáiT admirable, ¡cuán visiblemente se im­
prime en su rostro la paternidad espiritual! Y desde
luego pcnnaueciendo en humilde sujeción á su
Sui>erior, á los ojos de sus compañeros aparece circmidado de la aureola de no contrastada auto­
ridad, revestido de autoridad senil. Era otro D.
Basco, y en Mirabollo su^x) llenar con inteligencia
darisima y dulzura admirable, todos los deberes
dificilísimos de un excelente sui>erior; ¡y aim iio
tenia 30 años!
- \’uelto de allí, á la muerte del P. Ala.sonatti.
fué el brazo derecho de D. Bosco. no sólo en la pre­
fectura del Oratorio, sino en todos los negocios
en la plena dirección de la Congregación Salesiana.
Diriamos también que D. Rúa fué la sombra
de D. Bosco: tal era la unión continua entre ara­
bos y el cuidado diligentisimo que ponía en ocul­
tarse él mismo para esclarecer la figma del Padre.
D. Rúa callaba y obraba; .sin presumir de si, todo
lo esperaba de aquella prorideuda que en medio
de los calamidades de este siglo suscitó al grande
apóstol, al grande amigo, al eximio protector de
la niñez....*
Tratando del periodo más importante de su vida,
el Cardenal deda:
Que á la muerte d d Venerable, los Salesianos
unánimes hayan elegido á D. Rxia para sucedería
no es raro; pero que D. Rúa. afligido más que nadie
de la inmensa pérdida, pudiese asumir el peso «**

— 193 —
tanta tranquilidad, y lo que es más, que durante
:: años lo haya llevado sin defraudar una sola ,de
las esperanzas de sus hermanos, con incremento
áe la Congregación, diftmdiendo luz y bondad, es
ixisa que el entendimiento htxmano, quedando en
d campo de la razón natural, no puede explicar.
» Aquí siento la necesidad de volver á las paJakasdel Profeta, é iluminado por la fe, estudiar su
recóndito sentido: 7n silenHo et in spe erit fortitudo
idtra.
»ySíngular analogía la que existe entre el silen­
cio y la belleza de un paciente trabajo de puli­
mento: casi con una misma palabra expresan los
griegos el callar y el trabajo de dar á un objeto
brillo y esplendor. Y o creo que esto merece reáenón profunda. No es fácil la virtud del silencio;
para que sea agradable al Señor y útil al hombre,
senecesita un largo estudio y no pequeños esfuer­
zos; se necesita pulir y repulir el alma; es indispen­
sable vencer las pasiones y dominar el amor pro­
pio para dejar el campo libre á las manifestaQones de la fe y la caridad... y por cierto que dicha
virtud del silencio no consiste solamente en la par­
simonia de las palabras, sino que se extiende á
toda manifestación exterior.
I Igualmente, por confianza, íjue es fuente de
fartaleza y pregonera de victoria, no debe enten­
derse la expectación de un bien futuro, no; es
popio de ella infundir, con la calma preciosa, una
singular energía.
>Recibida en im corazón preparado, la confianza
es madre de las grandes obras; de ella brotan
judias palabras: Todo lo puedo en Aquel que me
Muclios de nosotros han tratado á D. Rúa;
cinchos han tratado de penetrar á través de su
liana delgadez, su mente y su corazón. ¿Quién
descubierto en él algún principio de vanidad
le ambición? ¿ quién un leve movimienlo de
ó de inipadencáa ? Y cuenta que no le faltau ocasiones.
‘ Por ima parte, hemos cx>ntemplado casi exta'■ lo6, una serie de triimfos; por otra ixna lucha tan
trxanúzada de Satanás contra la Pía Seriedad,
'.-c’üs mismos profanos y anticatólicos no imbuidos
prejuicios de partido, no podían cxiultar su in-v^ación. Pero D. Rúa no se desmintió á si mismo;
-í-eiturbable en las cumbres de la gloria, como se(entre las espiras de la persecución, supo callar
‘rar, escondiéndose silenciosamente en los pliede la modestia y al mismo tiempo guiando
^^^T«térrito el timón de la nave que se le confiara.
Preguntado un docto discipulo de D. Bosco qué
‘-ibaaza podía escribirse en honor de D. Rúa,
*^testó: ñafia
fácÜ que d elogio de D. Rúa,
también nada más cüficil: sus dias fueron t o
iguales para él; hablar de uno es hablar de
’ dcü ; pero aqui está la dificultad; á xm tiempo
humildad profunda y un celo enqxrendedor;
«qnála atraía sobre él toda suerte de bendiciones
'’^^^stiales. éste hacía que no crayera en tierra ni
^ migaja de los favores celestes.
• • Hal len otros de las benemerencias de D. Rúa
^ ioscampos de la ci vilización; yo no ignoro que la

Patria y la entera sociedad civilizada tiene deudas
de gratitud para con él y su Congregación: el arte,
la ciencia, la cultura popular, junio cx>n la indus­
tria y la Agricultura, deberían ser llamadas á con­
curso tratándose de tejer una corona de alabanzas
á los hijos de D. Bosco y de D. Rúa; yo me con­
tento cx»n trazar su fisonomía moral....
»... Maestro incomparable así con la pluma como
con la palabra.... fué todavía más aventajado en
la cátedra del ejemplo. Ami evitando diligente­
mente cuanto pxxdiera llamar sobre él la atención
de los demás, en su piedad ternísima, en la obser­
vancia más exacta de texias las reglas, en la aten­
ción constante para evitar hasta el más insignifi­
cante defecto, en la escrupulosa distribución de
sus horas y momentos, en el estudio incesante, en
el cuidado en proseguir las vías del bien, fué objeto
de admiración, y fué un dulce reprcx:he á cuantos
fueron testigos de su vida y especialmente á los de su
Congregación que tuvieron la dicha de vivir á su
lado; axm asi y todo, en medio de su silencio y
calma, decían cx>n él aquellas palabras de S. Pablo,
que jamás salieron de sus labic», pero que todos oían
al acercársele: Imitaíores mei esiote sicut ei ego
Christi.
* La Misa de D. Rúa; la meditación de D. Rúa,
la lectura espiritual, la visita al Santísimo Sacra­
mento, la conversación de D. Rúa, la vida toda de
D. Rúa. su breve reposo, el abrazo tierno que daba
á sus hijos, particularmente cuando debían partir
para lejanas tierras, las mismas cíorreexiones que
daba, sus reprcx:hes. todo, todo en él era escuela
de virtud; su enseñanza era deseada, era am ada;
se recordaba en tiempos y lugares distante.? y ja ­
más quedaba sin fruto. ¡Oh! ¡por qué semejante es­
cuela se ha cerrado para siempre?....*
L a elegante oracúón duró casi una hora y fué es­
cuchada con profunda comnoción.
Bajado del púlpito, el Emíneiiti.simo Purpu­
rado se revistió los hábitos pontificales, cantó las
preces de rúbrica y dió la absolución.
Con breves interv’alos celebráronse parecidas
honras en varias iglesias de la misma ciudad: S.
Juan Evangelista, Valsálice. el Seminario Metro­
politano, los Santos Mártires. E n esta última fué
sii^ular la oración fúnebre. Pronuncióla el M.
I. Sr. Canónigo Jacinto Ballesio. condiscípulo de
D. Rúa, y no liabló <ni déla epopeya salesiana, ni de
la obra apostólica, moderadora y mundial de D. Rúa,
ciño de los años de 1859 á 1864 en que vivieron jun­
tos; y asi, habiendo visto la edad heroica, la infancia
y primera juventud de la Sociedad Salesiana, con
rápidas frases hizo revivir la vida intima del estu­
diante Rúa, del Sacerdote Rúa, el primero, el más
grande de los hijos de D. Bosco *.

ESPA Ñ A .
E n esta nación ha repercutido fuertemente la
explosión de dolOT, entusiasmo y amor á la ve­
nerada persona de D. Miguel Rúa. no solamente en
las poblaciones donde hay salesianos, sino en todas
partes donde era conocido, ó habla lib a d o la fama
de su nombre.

— 194 —
M AÜRIÜ. — Fué la coronada villa una de las
primera,s en hacer sufragios grandiosos y solemnes
por el alma del'llorado Difunto.
« líl 15 de Abril, se celebraron en la iglesia de
María Auxiliadora de esta corte, los funerales por
el eterno descanso del alma del padre Miguel Rúa,
superior general que fué de los Salesianos. Celebró
la santa Misa monseñor Solari, auditor de la Nun­
ciatura. asistido por las Cooperadores Salesianos
don Jesús Porta y don Julio Camargo y por el
pequeño clero del colegio Salesiano. Terminada la
Misa el clero y los ministros se dirigieron procesioníilmeute hacia el severo catafalco que osten­
taba las insignias sacerdotales y el escudo de la
Pin Sociedad Salesiana y alli se cantó el solenme
responso final con la as|)ersión del túmulo. El
duelo fué presidido por el Exmo. Sr. Obispo de
Madrid-Alcalá, por el embajador de Italia, se­
ñor Silvestrelli, el padre provincial de los Salesianas y el director de la casa. Hubo represeutación de todas las Ordenes religiosas, de los pá­
rrocos y clero de Madrid, de las Conferencias de
S. Vicente de Paúl con su dignisimo presidente
general y del Centro de Defemsa Social, asi como
numerosa concurrencia de cooperadores y coope­
radoras. La Sohola Cantomm del Colegio cantó con
la afinación y gusto que la caracteriza, música po­
lifónica y gregoriana, llamaudo mucho la atención
espccñalmcute de los que por primera vez la escu­
chaban.
* Descanse en paz el ilustre sucesor del Venera­
ble Don Poseo >.
De « E l Universo p i 6 abril.
CÓRDOBA. — E n esta ciudad se celebraron los
fmierales el 19, en la iglesia parroquial de S. Mi­
guel, y resultaron extraordinariamente tiernos y
severamente solemnes.
.‘U terminar la Misa, subió al púlpito el R. Sr.
D. Antonio Rodríguez Blanco. Rector de Santa Ca­
talina de Pozo Blaixco, y pronunció una oración
fúnebre digna de su fama de elocuente orador.
E l señor Rodríguez coiiocia bastante á D. Rúa y
á la Obra Salcsiiuia, por haberse educado cu el Co­
legio Salesiano del Nuestra Señora del Carmen en
Utrera. Evocó la simpática figma de D. Rúa con
tal colorido, que creíamos verle y con tal muñón
que las lágriimis surcaban nuestro rostro.
CIU D AD ELA. — En la ciudad isleña se hizo el
ñuierul el 10, celebrando la Misa el Director de
la casa salesiatva, P. Viñas, y asistiendo de medioPontifical el Sr. Obispo. E l M. I. Cabildo de la
Catedral quiso cantar él mismo la Misa, que fué
IX'rfectamente litúrgica.
\’A L 1CNCIA. — No menos solemnes fueron los
q\ie celebró la Ix'Ua ciudad del Itiria el 21 de abril.
V En el centro de la iglesia se había levantado
un severo catafalco de tres pisos, revestido de pa­
ñas negros, alumbrado por gruesos blandones.
» Ni;estro amantisimo Prelado, (el Exmo. Sr.
Guisasolal A pesar del luto que en la actualidad
viene guanlaiido por la reciente muerte de su se­
ñor hermano, asistió á los funerales del Sucesor del
Venerable D. Hosco, significando con su presencia

el afecto que sentía por el virtuoso Sacerdote Dm
Rúa, al cual habia conocido y tratado.
i>S. E. ofició de medio Pontifical, asistido por d
director del Colegio D. José Marino y por el padre
encargado de los cooperadores -D. Ensebio Edialecu.
p En el Nocturno, Misa y responso ofició el Ca­
nónigo de esta Metropolitana m uy ilustre Sr. Dt.
Sirvent. asistido de dos Padres Salesianos.
» A las diez en punto comenzaron las exequias
con el cauto del Nocturno, interpretado por la
capilla de música del Colegio, bajo la direcdóa
del profesor don Angel de Pablo.
» En los bancos dispuestos para los invitados al
fúnebre acto tomaron asiento, además de las re
presentaciones de todas las Comunidades religosas con residencia en esta capital los señores cónsul
de Italia. D. Ricardo Trénor, D. José Piscopo, D.
Leocadio Jitueno, D. Eduardo Carrasco, D. José
G. Castillo, Sr. Balbona y gran número de «ño­
ras protectoras de las Escuelas Salesianos.
« Entre las religiosas las más numerosas eran las
Hijas de María Auxiliadora, iustituto fundado por
el Venerable D. Bosco
De 4 La Voz de Valencia s>, 22 abril.
BARCELO N A.’ — Pero donde quizás han re­
vestido mayor solemnidad é imponencia, es en
Barcelona; lo cual no es raro, dado lo conocido que
era en ella D. Rúa. L a distinguida Junta de Coope
radores Salesianos que tan dignamente preside
limo. Sr. Marqués de Pascual, tomó por su cuenta
el asunto y. en tales manos, 110 podía dejar de tena
éxito grandioso.
lís-'ogióse el dia 7 de Mayo, ó sea la trigésinu
y la iglesia central de Nuestra Señora de Belén,
una de las más espaciosas y seguramente la mi'
cómoda de la ciudad. En ella habían hablado D.
Bosco y D. Rúa. E l templo, todo enlutado é ilu­
minado profusamente, presentaba un aspecto f •
vero é Imponente que recogía el espíritu é invital •
á orar y devar el alma á las regiones más puras dv
lo ideal.
Asistió de medio pontifical el Exmo. Sr. 01''T ‘
Laguarda, asistido por los beneficiados Sres. F*rrero y Bassas y celebró el M. I. Sr. Portolés, t .•
nónigo de esta S. I. C..
Ocupaban los puestos de preferencia, á más de eclesiástica, las autoridades civiles, militares
académicas: los conséjales Sres. Carreras y Caí»
V Albó; el General Moltó, en representación
Exmo. Sr. Capitán General, que estaba ausente la ciudad; el Sr. Die. en representación de S. E- fSr. Gobernador; el H. Sr. D. Pió de Valls, en no:;:bre de la Diputación Provincial, y por el cueii»
Universitario el Sr. Rector de la UniversidrBarón Dr. Bonet.
.
E l duelo fué presidido por el Sr. Inspector sale
siano y sus consejeros de parte de los Salesian».
las familias Pascual y Foncuberta por los Coof^
radores Salesianos.
Estaban representados el Colegio y Escuda
lesianá de Sarriá, las Escuelas Gratuita? Saksnas de Barcelona y el Colegio Salesiano de 1 I *
Enseñanza de Mataré.

195 —
¿démas había representaciones de todas las
Oaranidades religiosas de la ciudad, siendo la
más numerosa la de los Hermanos de las Escuelas
Cristianas, en cuyos establecimientos aprendió
d finado las primeras letras. E l vasto templo
estaba completamente lleno.
Ifi Escolanía de Sarriá ejecutó la severa Misa de
Mas y Serracán.
Al terminar la Misa prommció la oración fú­
nebre el M. I. Dr. Más, Canónigo Magistral. Su
sermón fué, como suyo, elocuente y sentido. Tomó
nnte.’rto muy apropiado á D. Rúa: «A cradó á Dios ;
bé hallado justo, y en el tiempo de ia ira fué un
tHStrumenfo de reconciliación » (EccU. 44). Habló
de la misión pacificadora de la institución de D.
Bosco, haciendo ver cómo D. Rúa había sabido
cmnplirla, precisamente porque empezó por agra­
dar á Dios, adornando su corazón con todas las
virtudes, especialmente con la unión con Dios « ya
que todas las obras verdaderamente grandes, co­
mienzan por una mirada al cielo ».

A M É R IC A .
BOGOTÁ. — El funeral del Rector mayor de
los Salesianos, tuvo lugar el dia de trigésima, 6 de
mayo, en la iglesia del Carmen que está á cargo
dela importante comimidad Salesiana.
Pontificó el Ilustrísimo Señor Moisés Higuera,
Obispo titular de Maxiinópolis y asistió de semipcffltifical el limo. Señor Arzobispo Primado acomptoado por los muy destinguidos Sres. Canónigos
é interesante representación de los sacerdotes se­
culares y regulares y del Seminario.
Se ejecutó la grandiosa misa de réquiem á tres
voces del Maestro Perosi.
También dieron realce á las honras la presencia
•ifl Sr. Presidente de la República, Gral. Ramón
'■ onzalez Valencia, los ministros de Gobierno
c Instrucción Pública, Dres. Miguel Abadia Méndvz y Manuel Dávila Flores y el Sr. Gobernador,
bv. Don Ramón Lago.
Ix) numeroso y escogido de la conciurencia. el
untuoso arreglo de la iglesia, la conmovedora mú'^'■ a y sobre todo la anterior comunión general
sufragar el alma del inolvidable extinto,
de aquel dia amo en gran manera memora"•e. si bien de dolor por el palpitante recuerdo del
»aado padre, también de consuelo por las valiosas
y sufragios que la ^ a titu d de tan buenos
tributaba á su llorado jefe y modelo en todas
^virtudes.

Conmemoraciones civiles
B Comité Tumés para los honores á Don Bna.
be reumó en sesión extraordinaria el 25 de
en U sala del Circulo « Giovanni Bosco »;
l^esidente Barón Manno, Senador del Reino,
de lamentar la pérdida que Turín é

Italia habían sufrido en la muerte del Sucesor
de D. Bosco. preguntó si debido á esa circuns­
tancia debía disolverse d Comité. Tras larga y
serena discusión se determinó que siguiera cons­
tituido para ayudar á los Salesianos en la E x ­
posición de Escuelas Profesionales que según el
R alam en te de la Pía Sociedad Salesiana debe
verificarse cada seis años, y hacerse iniciador de
una Obra permanente que perj^etúe la memoria
y los méritos de D. Rúa. La actuación de tan
bella idea hallará apoyo decidido en todos los
Admiradores del pío sacerdote y de la Obra Sale­
siana.
TU RIN. — El ?) de mayo eti Valsáltce. — So­
lemne y conmovedora la conmemoración promo­
vida por el Círculo « Juan Bosco que la misma
tarde del 7 lo había hecho en su domicilio social.
« Para tener una nueva prueba del afecto y
veneración que los Turineses tenían y tienen á
D. Rúa, dice la Siampa, bastaba hallarse ayer
en la subida de Valsálice, y particularmente en
el Colegio de las Misiones. Miles y miles de per­
sonas se reunieron para rendirle un tributo de
amor. A las 1 6 'llenaban el patio algunos miles
de antiguos alumnos y Cooperadores Salesianos.
Presidía la Conmemoración el Senador Barón
Manno, y se hallaba rodeado de los Superiores
de la Pía Sociedad, de los Conséjales del Muni­
cipio, representaciones de la nobleza, de la Corte
de Apelación, del Clero, del laicado, y sobre todo
de una turba inmensa de pueblo, confundida con
las representaciones de muchas Asociaciones
de Antiguos Alumnos de los Colegios Salesianos.
* E l orador oficial debía ser el Abogado Guido
MigÜoli, Consejal Municipal de Creraona y An­
tiguo Alumno del Colegio Salesiano de Borgo
S. Martino, pero impedido por una enfermedad
que le obligó á guardar cama, fué sustituido por
los Consejeros Municipales de Turín, abogado
Fino y Prof. Gribaudi. los cuales hablaron con
tanto afecto de D. Rúa, que arrancaron lágrimas
á los presentes.
» Mas que una conmemoración fúnebre al pie
de una tumba, aquello parecía una apoteosis. Y
en realidad lo fué ».
A lo que dice el col^ a, añadiremos algún de­
talle.
E l Barón Manno abrió el acto declarando lo
que pensaba hacer el Comité para festejar el
50® anivereario de la misa de D. Rúa. * Pero
Dios quiso llevarlo para celebrarlo con él en el
délo; pero los hombres de corazón no lo olvidan
y se consideran o^ullosos en prodamaree sus
admiradores >.
E l abogado Battú leyó las adhesiones, entre
las cuales despertó singular entusiasmo la de
Mons. Morganti, Arzobispo de Rávena. Salió

Gribaudi á la tribuna, y dijo que el « Círculo
Juan Bosco » rqíresentaba en ese momento á
toda la falange de Antiguos Alumnos esparcidos
por el mundo y que en todas las clases sociales,
en el ejército, en la magistratura, en todas las
carreras, en todos los oficios, honran á sus maes­
tros y se glorían de haber pasado los mejores
años en los Institutos Salesianos ». Habló del
espíritu democrático que anima á la Obra Salesiana, del espíritu de abnegación de D. Rúa dedi­
cado continuamente á los humildes; que llegó
á todos los puntos de la tierra; por eso ha sido
universalmente llorado. Recordó á los alumnos
el deber que tienen de difundir doquiera el espí­
ritu de D. Bosco y de D. Rúa, que es espíritu ver­
daderamente cristiano, es decir, espíritu de abne­
gación y de amor. « En nombre, pues, de milla­
res y millares de ex-alumnos, no sólo de Italia,
sino de Europay del mundo, nosotros, ex-alumnos
de Turín, prometemos ante tu tumba, ¡oh Padre!
permanecer siempre fieles á las enseñanzas reci­
bidas en los Colegios Salesianos.... Todo lo de­
bemos á vuestras obras y nosotros, discípulos
agradecidos, os ofrecemos nuestros corazones y
nuestra vida!
Fino habló por todos los ausentes que, no
pudiendo hallarse con el cuerpo, están allí con
el es]>íritu: y con esa su elocuencia finísima, vi­
brante y poderosa, Uena de escogidas y escul­
tóricas imágenes, e%'ocó la inohidable figura de
1). Rúa, su obra de caridad, de amor, de fe; exaltó
la memoria de quien murió como patriarca, des­
pués de embalsamar el mundo con sus virtudes;
liabló de él como pacificador social; recordó las
peregrinaciones conducidas por Le Mire y León
Harmel, que quisieron pasar antes por « la ante­
cámara italiana de la cri^tiandad ' y recibir en
Turín y Valsálice la bendición y los paternales
consejos del Sucesor de i>. Bosco; y terminó con
una brillante apostrofe al apóstol de los obreros
que ha preparado á la socierlad una generación
de cristianos y ciudadanos seguros, conscientes,
que sabrán merecer bien de la Religión y la Pa­
tria y también la bendición de D. Rúa desde el
cielo.
Por último el abogado De Lauso hizo notar
en su discurso que el método educativo de Don
Bosco y de D. Rúa se había adelantado á las
conquistas de la ciencia jurídica: y dió las gra­
cias á los presentes, en nombre de los sobrinos
y parientes, aunque delicadamente observa que
parientes de D. Rúa son todos los Salesianos
esparcidos por el mundo.
Cerró la \-elada Mens. Muriana. diciendo breves
frases con afecto de antiguo alumno y con per­
fecto conocimiento de D. Rúa y de sus obras: y
en seguida se dió la Bendición con el Santísimo
Sacramento.

GÉNOVA. — En el palacio ducal. — En lo»
magníficos salones del histórico palacio, el 12 de
mayo ante selectísimo y numeroso concurso, d»
su conferencia sobre D. Rúa el célebre marqnés
de Crispolti. Estaban presentes las representacio­
nes de la Corte de Apelación, del Ayuntamiento,
del cuerpo académico, del Comercio, del dero,
de los S^esianos, de la Intendencia, y un selectí­
simo grupo de señoritas y damas. El gran orador
subió á la tribuna, acompañado por los abogados
Parodi y Cappa y acogido con una salva de
aplausos, y habló durante hora y cuarto con su
habitual elegancia, ganándose desde el prin­
cipio las simpatías del auditorio. Tras una breve
introducción sobre la vida de D. Bosco y Don
Rúa, entró á hablar de la Obra, bajo el tríplice
aspecto de protección de la infancia, de con­
quista de las tierras salvajes y tutela de los emi­
grantes en extrangeras playas; recuerda sus altos
ideales sostenidos por la fe y la oración, por lo
cual ha progresado por encima de otras institu­
ciones semejantes; hace una breve estadística
de las casas y personal salesiano.
« D. Rúa santo, concluye, fué colocado en
Valsálice, que hace parte de la misma cadena que
Superga. Y así como al templo erigido en Superga á la memoria de los héroes iríamos á beba
el valor si la patria nos llamase. Dios no lo quien
á defenderla contra un enemigo; así á
lice iremos á inspirarnos en las ideas del culto
y de las obras buenas de civilización y cari­
dad, que hallaron en D. Rúa el apóstol más fer­
viente
A l día siguiente Crispolti daba otra conferencia
en CH IÁVARI.
En MILAN tuvo lugar el 22 de mayo en d
Circulo Popular, con discurso del Prof. Esteban
Trione y de Mons. Coppel.
E n E SPE C IA se verificó el 10 de abril en el
Circulo de S. Luis ; estuvo la conferencia á ca^o
del abogado Pablo Boracchia, y en su espléndi<b
discurso desarrolló este tema: « Los Salesiano»
en sus numerosas obras y cx>n su espíritu
licamente democrátic» demuestran la fecundidad
de la Iglesia y su influencia en la sociedad ba':*
todas las formas, y D. Rúa ha sido su inspiradardiente y organizador tenaz ».
En CHIOGGIA, en LUCCA se hicieron seme­
jantes funciones bajo la iniciativa de los Afltiguos Alumnos.
E n TA R E N TO hicieron una solemne conirí'
moradón los P R . P P . Carmelitas, hablando tu»
de ellos, el P. Estanislao Cola, Director de >
Unión Popular, de la oportunidad de honrar *■
hombre ilustre y venerando, cni}*a muerte 1^'*^
todo el mimdo, siguiéndolo el P. José Frascrii*»

— 197 —
cu>*a docta y hermosa conferencia fué una apo­
teosis de la Obra Salesiana.
En VARESE se hizo en la Unión Caiólica Varesina y fué orador el elocuente Dr. Maddalena.
En CASTEGGIO, el 21 de mayo. Comenzó por
una misa fúnebre en la parroquia. Por la tarde
pronunció una oración el dr. Testone, y para
hacer algo práctico en memoria de D. Rúa. fun­
daron una Asociación de Antiguos Alumnos,
ya que Antiguos Alumnos fueron los iniciadores.
(Hablaron el Director del Giorno y el redactor
del Momento).
*

* *

.

Además en multitud de Círculos, Asociaciones,
reuniones se han celebrado muchísimas conme­
moraciones que la prensa local reseña; pero que
nosotros con sentimiento no podemos reproducir.
Agradecemos desde lo más profundo del alma
á todos nuestros cooperadores y á todos los ad­
miradores de D. Rúa, estas manifestaciones de
cariño, y al pie de su tumba les renovamos la
promesa de seguir laborando sin descanso en
la obra á que él dedicó sus energías, especial­
mente en beneficio de la juventud y de los hu­
mildes.


O

Ecos de la Prensa.
A la corona que le ofrecimos á D. Rúa en el
número anterior, unamos dos flores más, reco­
gidas al acaso en las líneas de dos periódicos ita­
lianos de Buenos Aires que se hallan bastante
lejos del campo católico.
Uq grande Haliano.

« .... Su \*ida fué admirable por la actividad,
piedad y amor á los humildes. Nada de aspereza
en su carácter, nada de intolerancia en el desa­
rrollo de su obra benéfica, inspirada sólo en los
sentimientos de religión y patria.
* ... Todo el bien realizado por su Instituto
se refunde en él como en centro directivo; todos
los niños educados en los institutos salesianos lo
Daman Padre; hasta las hordas salvajes lo miran
como su apóstol.
* La muerte de D. Rúa es un luto para todos
los italianos que, libres de preconcebido espí­
ritu sectario, contemplan la obra que realiza la
Soaedad Salesiana con la elevada mira de le­
vantar moralmente al pueblo y con im sincero
patriotismo.
* Con la muerte de D. Rúa, Italia no derra
Qertaniente el álbum de sus grandes hijos; pero
está fuera de toda duda que pierde uno de los

más altos representantes de aquella fe sincera que
remueve las montañas y obra milagros.
» Amigos y admiradores de cuantos hacen
seriamente él bien y cooperan al bienestar y á la
dignificadón de los humildes, desde estas co­
lumnas damos al P. José Vespiguani y á todos
los Salesianos de la Argentina, nuestro sincero
pésame.
{La Patria degli Italiani. B. A. 7 abril).
Un digno Sacerdote.

« L a figura de D. Rúa, tan popular y simpá­
tica, es recordada en estos momentos en todo
sitio de la tierra en donde, con la cruz, ha en­
trado la propaganda religiosa, que en él tenía uno
de sus más férvidos é inspirados directores.
» Los católicos se asodan ofidalmente al duelo
y piden al délo se muestre propido para con el
alma del digno Sacerdote, que avanza al Pa­
raíso; nosotros, que \d\imos en otro mundo de
ideas, en otro ambiente y otros prindpios, nos
inclinamos igualmente ante la tumba del vale­
roso y convenddo soldado de Cristo.
» Continuador de Don Bosco, D. Rúa ha dado
al mundo la prueba del sacrifido constante de
su inteligenda y de su actividad por el triunfo
del prindpio cristiano y para consolidar cada
día más, las bases de la organizadón salesiana,
benéfica institudón, cuya importanda en todas
las regiones del mundo sería vano desconocer.
» Don Miguel Rúa ganó la mayor de las sim­
patías, por su gran modestia, por la sencillez
de su vida, exdusivamente dedicada al ejerdeio de su misión.
» Ni fausto, ni esplendores, ni lujos. Vivía mo­
destísimo entre los modestos, en un aposentillo
del primer piso del inmenso Colegio en donde no
había nada que no recordara el programa de toda
su exLstenda.
» .....Mientras su nombre pasa á la posteridad,
y su tumba se derra entre las p ica ría s de la
colectixúdad católica que con razón llora á uno
de sus más ilustres miembros, nos complacemos
en escribir, con tranquilidad convendda de con­
dénela. que D. Miguel Rúa fué de verdad un
digno ministro de Dios.
{II GiomaU d'Italia di B. A ., 'j abril).
ü n ilxistre escritor florentino, el profesor Eliseo
Battaglia, acaba de escribir una obra titulada
Un sovrano deüa bontá {D. Michele Rúa), Ditta
Para\'ia, de la ciial D. m. daremos una muestra
á nuestros lectores en el próximo número, tradudéndola expresamente para el Boletín Saiesiano.

O
» «

— 198 —
Cartas de familia

DESDE EL CENTRO AMÉRICA
El terremoto de Costa Rica.
[Correspondencia del P. Guerra).
I.
S. José, Mayo 10, 1910.
M. R dd . P. A l b e r a :

a los diarios les habrán dado cuenta
de la destrucción de Cartago por un
terremoto espantoso. Un temblor c’e
tierra de tres segundos el 4 de mayo á las 6.30,
bastó para asolar la bella y simpática ciudad,
cuna de Costa Rica y domicilio primero de la
Obra Salesiana cu la República, de la Corte de
Justicia Centroamericana y de muchísimas fa­
milias ({lie de Panamá y otros puntos solían
venir {lara pasar los días del verano.
Nuestro colegio cayó casi todo, mientras la
comunidad, superiores y 142 alumnos, estaban
en la iglesia. De ésta cayó solamente una parte.
JCn un abrir y cerrar de ojos saltaron todos fuera.
{)cro ({uedaron bajo las ruinas dos Salesianos:
los hermanos Joaquín Vega y Francisco Stanga,
el sacristán Manuel Solano y dos niños. A media
noche se extrajo todavía de entre las ruinas otro
niño cpie murió poco después rodeado de sus
compañeros, y al día siguiente otro. Cuatro,
{)ues, son los niños muertos y uno está en el hos{)ital gravemente herido.
A los habitantes de Cartago los había puesto
alerta una fuerte sacudida sísmica el 13 de abril
á las 2 de la mañana y luego muchas otras de
escasa fuerza, razón por la cual muchos dormían á
cam{)0 raso y solamente entraban en casa y de paso
de día. ¡Por esto no hubo tantas victimas, sin em­
bargo, á estas horas se han extraído de entre los
e.scombros unos 600 cadáveres! Añádase la forma
o.s{)ccial de construcción de estas casas, que son
{icqueñas y ligcrisinuis, las cuales aunque han
hecho muchísimos heridos, perdonaron muchí­
simas vidas. ¡Ay si la terrible sacudida coge
una cuidad europea! Sin duda alguna debe
halK'r tenido mayor intensidad que la de Me­
silla. pues bastaron dos ó tres segundos para
arrojar á algunos metros de distancia enormers
cauqxinarios que databan de los tiempos colo­
niales.
Inmediatamente me trasladé á Cartago, en
donde se extrajeron con gran tralxijo los cadá\-eres de nuestros hermanos y alumnos y se les
(lió cristiana sepultura. Una buena parte de los
niños fueron en\ iados á sus familias, y los huér­
fanos y sus superiores se eucaientran aquí en el

palacio de la Delegación Apostólica, convertido
ahora en Colegio.
E l Sr. Obispo y el Gobierno no quieren que los
Salesianos salgan de Costa Rica, y probable­
mente irán á residir temporalmente en la ciudad
de Heredia.
Dentro de poco llegará el Inspector, P. Misieri
Come le dije, el 13 abril se dejó sentir la pri­
mera sacudida, y después ha habido algunas
cada día.
El I® mayo había y a ’comenzado los sermones
del mes de María en la iglesia del Carmen de
S. José. Hacía dos minutos que estaba hablando,
cuando se sintió un terrible temblor, no cierta­
mente como el de Cartago, pero bastante para
destniir varias casas de la ciudad.
Inmediatamente grité; ¡Salgan! y como estab in de par en par las puertas, en pocos minutos
se desocupó la iglesia. A fuer de buen, capitán,
permanecí en el pulpito dirigiendo la salida, y ya
me daba por muerto, pues dej techo se des­
prendía un fragor como el de un tren pasando
un túnel. Gracia á Dios la iglesia resistió, sin raái
ai-erías que algunas grietas en la fachada. Entre
mis oyentes no hubo ni muertos ni heridos, y los
diarios alabaron la sangre fría del predicador, Pero
en realidad ¿podía yo proceder de otro modo?
Aquí ninguno duerme bajo techo. Y o mismo
duermo en una barraca improvisada. El Boletín
científico señaló ayer ciento cinCo sacudidas en
24 horas, y desgraciadamente vivimos en la in­
certidumbre. temiendo nuevas catástrofes.
Monseñor Caghero está actualmente en El
Salvador, y las noticias que tengo de él no son
muy buenas. Desde la muerte de D. Rúa no se
encuentra tan bien c5omo antes.
Dígnese, amado P. Albera. presentar mis res­
petos á los demás miembros del Ca{ntulo Su­
perior y créame
Su dcvmo. in Corde Jesu
F élix G uerr .\. P . S. SII.
S. José, 18 de Mayo de 1910.
M. R do . r . A lber .:V;

Cartago quedó enteramente destruida, y
centenares de obreros se ocupan en allanada
á raso, y dentro de poco, no quedará de ella
ni un i cxisa, ni una iglesia, in un edificio pútilico. También será arrasado el antiguo y tra­
dicional Santuario de Nuestra Señora de los
Angeles. De Nuestro colegio, de el^ ante cons*
tmcción. buena parte cayó, y la otra está gra­
ve uente venrddo: también él está aguardando
la piqueta y la dinamita. ¿Volverá á levantarse?
El nuevo Presidente. D. Ricardo Jiménez
Ore.imuno, oriundo de Cartago, dice:

— « Los Salesianos, pioncers geniales y au­
daces, volverán á Caríago; harán un Colegio á
prueba del temblores y seguirán educando á mtes/ros niños en el amor del trabajo y á la virtud. »
De todos modos, el P. Misieri llegará á fines
dd mes y decidirá.
Nuestros hermanos con unos 30 hnerfanitos
se han retirado mientras tanto á Heredia, en
una casa que ha puesto á su disposición el
Hmo. Sr. Obispo.

de las fiestas extraordinarias con que se ha re­
cibido al Delegado en el Salvador; por estas
relaciones se puede ver también el poderoso re­
surgimiento cristiano que ha produciilo en to­
das partes y en toda la República, la visita de
Monseñor.
Le beso la mano y me repito una \ C7. más
Su obligadísimo in C. J.
P r u x G i ’ e k u .a .

■ ■

w

m

m

m

fB ü

.jt

^

m

m

? E ’.

V IE N A (Austria) — El Coleg;io Saleslano.

Las víctimas del desastre se cuentan por
miles. En im solo día se enterraron más de 300
cadáveres y se recogieron algunos centenares
de esqueletos y cadáveres que el tersemoto
arrojó \*iolentamente de sus tumbas. Los her­
manos Joaquín V ^ a y Francisco Stanga fue­
ron sepultados en nna mi^ma fosa.
Mons. Cagliero ha estado indispuesto; pero
así y todo, se prepara para ir á Guatemala, lo
que verificará el 4 de Jxinio. Se prevé otro
triunfo para la Iglesia y la Santa Sede, como
ios que han tenido lugar en las demás Repúiilicas de Centro-América. Los periódio)» de
todos los matices han hablado últimamente

í s s A los Cooperadores de! Chile ^
Es coirsolador el ver la santa porfía de los coo­
peradores i>or terminar el santuario de María A u­
xiliadora en Concepción. Muchas son las personas
que se imponen verdaderos sacrificios, como una
señorita de familia honorable, que desde una dis­
tancia bastante larga viene cada domingo, á pie
ante M.
con el fin de ahorrar para el santuarioios 20 centavos que gfastaria en tranvía, l'ero aun
queda mucho p<»r hacer. ¡Adelante en las limosnas
y el entusiasmo, que María Auxiliadora sabe agra­
decer y recompensar 1
(Las limosnas al Sr. Director del Colegio Salesiano de Concepción).

D EJN ÍU ESTR AS M IS IO J\ÍE 5

Patagonia Scpfenlrional
{De una carta de D. A ndrés Pestarino M. S.).
Victima, 20 de Noviembre 1909.

Muy amado Padre:
'é que hag ) cosa grata á V . R. informán­
dole de nuestros trabajos apostólicos y
yo lo hago con el mayor gusto, h e pre­
sento un resumen de la última excursión em­
prendida eu compañía del Padre Maranzana y
del Hermano Cuaranta. Diez meses nos llevamos
en élla; desde el 6 de Novembre 1908 hasta el
4 de Setiembre 1909.

en la costa. Tan arenoso y tan malo era el ca­
mino que el primer día anduvimos quince kilorn.
escasos y casi siempre á pie porque ya era muclio
para los caballos si podían arrancar el brek vacío.
Tres bautismos en E l Fuerte, cinco primeras
comuniones el la Barrancosa, dos bautismos más
y un matrimonio en La Entrada recompensaron
largamente las fatigas del \iaje.
Desde La Entrada dejando á espaldas el mar
nos dirigimos al A rroyo Salado de Sierra Grande.
Llegamos al caer de la tarde. Pernoctamos en un
lugar donde dos conocidos nuestros de \hedma
estaban levantando una casa. Comimos bajo las
estrellas y dormimos cobijados por la espléndida
bóveda del cielo.

A l N orte y al Sur del R io N egro.

E n el T e rrito rio del Chubut.

Yemlo de La Salina del Algarrobo á E l Copete
equivocamos felizmente el camino y fuimos á
parar á la casa de un antiguo alumno de nuestro
colegio de Patagones, el Sr. Manuel Ibáñez. Nos
recibió con muestras de suma alegría y cariño
filial. Nos guió á una toldería donde cuatro cria­
turas esperaban las aguas regeneradoras del
S. Bautismo y un jjobre indio tendido en el suelo
sufría horriblemente. Mientras yo administré el
Bautismo, Cuaranta, que además de buen cate•quista es también buen enfermero, alunó y con­
soló al enfermo. Kn la hacienda de los Sres. Alvarez encontramos un indio Chileno que desde
mucho tiempo estaba aguardando al Misionero
para hacerse cristiano. ¡Con qué consuelo vió el
pobrecito cumplidos sus ardientes votos!
En Pringles no siendo posible reunir los chicos
de la primera Comunión en ninguna parte tuvi­
mos que irlos buscando todos los días en sus
chozas ó entre sus rebaños impartiéndoles así
la instmcción religiosa á domicilio. Después de
muchos sudores y sacrificios \-imos con placer
\ eintc indiecitos acercarse por vez primera á la
Mesa Kucaristica. Eu Cubanca, á diferencia de
otros años, la misión tuvo un éxito consolador
contribuyendo niuciio á ello la generosa y activa
cooi>eración de la Sra. Josefina S., Viuda de
Sonsa. Esta vez para ir á 5 iVmi Grande no pasa­
mos por Bombilla (70 kiU sino que costeamos el
Océano para \*isitar algunas familias que \*iven

E n aquella casita blanca, nos dijo uno de los
dos conocidos, señalándonos vm punto muy lejos,
en aquella casita blanca, vive una buena familia
que tiene un chico y un \*iejo paralítico sin bau­
tizar.
A l amanecer nos dirigimos á la casita blanca,
y como estaba recién construida, la bendije, ce­
lebré la S. Misa, bauticé al chico y \isitamos al
viejo paralítico.....Los ojos como perdidos en las
cavidades del cráneo, el rostro apergaminado y
el cuer¡)o todo reducido á las pequeñas dimen­
siones de un cuerpo de niño; yacía el pobre sin
dar más señales de vida que el movimiento de las
lagrimosas pupilas.
Aquel hombre contaba más de cien años de
existencia. Recibió el S. Bautismo con lágrimas
de profunda satisfacción y señales de una devo­
ción tierna y sincera.
La Salina Grande y a pertenece al Territorio
del Chubut. Llegamos á casa del Sr. Martiniano
Hernández en el momento en que disponíase á
llevar á Madryn (150 km. de viaje) una hija que
tenia gravemente enferma. Le suplicamos que
defirieseel viaje. «Nosotros, le dije yo. llevamos
un botiquín bien abastecido y nuestro Hermano
Cuaranta es un enfermero como pocos ». Se rindk»
á nuestras razones, Cuaranta vió la enferma, le
administró algunas medicinas y lo hizo con tanto
acierto que al día siguiente la joven se encentro
mejor y á los tres días empezó á levantarse.

Dejo de describir la alegría de aquel buen señor
y la admiración de todos los vecinos. De Salina
Granie hasta E l Junco el \daje fué penosísimo.
Los caballos anhelantes, sudorosos y rendidos
de cansancio no encontraban para abrevarse
más que charcos de aguas n ^ a s y corrompidas.
Acercaban la boca á aquellas aguas pero torcían
lu^o la cabeza como nauseados, y, áridas las
fauces, la lengua colgando de la abierta boca nos
miraban con unos ojos que parecían decirnos:
i Dadnos por caridad una gota de agua í>. Mas
nosotros no lo estábamos pasando mej or. Muertos
de cansancio, de sed y de hambre nos sorprendió
la noche en despoblado. La temperatura bajó
rápidamente á irnos grados bajo cero. Probamos'
dormir, mas fué imposible.....el frío nos helaba
los huesos. ¡Qué noche! ¡Bendito sea Dios! E n el
Junco administré siete Bautismos y bendije
cuatro matrimonios y a contraídos civilmente.

las mandíbulas se desclavan, el pecho se levanta
dos, tres veces, el corazón vuelve á su latido
normal y el joven recobra los sentidos. Estaba
muy cansado, apenas tenía fuerzas de hablar.
Una taza de manzanilla le sumió muy pronto
en un sueño calmo y reparador. Al despertar al
día siguiente y a encontrábase muy bien.
No es fácil de describir las muestras de grati­
tud profunda que nos dieron aquel padre y aque­
lla madre. Sin embargo no había que dejarlos
en la persuasión que su hijo hubiese curado del
todo, el ataque le volvería á repetir á intervalos
más ó menos largos. Les hicimos entender la
cosa aconsej ándoles sometiesen al niño al régimen

De V u e lta — E l A rb o l de G u alich ú .
El 21 de Junio emprendimos el viaje de vuelta.
Llegados á la mitad del camino que debía lle­
vamos al Arroyo Verde, \-iendo que los caballos
estaban sumamente cansados, pedimos hospi­
talidad en la casa más próxima. Nos recibieron
y agasajaron dos pobres trabajadores. Eran in­
fieles pero deseaban ser cristianos. Los prepa­
ramos convenientemente y á los pocos días reci­
bieron los Sacramentos del Bautismo, Confir­
mación y Eucaristía. E n Arroyo Verde el Sr.
Francisco Rial, \dejo amigo de los Misioneros..
nos hospedó por una semana entera, durante la
cual los caballos pudieron recobrar un poco d e '
fuerzas y nosotros visitar á más de 40 familias.
Marchamos de Arroyo Verde y llegados á Los
Berros de noche, cenamos y, á descansar..........
El sueño nos había cerrado los párpados
cuando gritos desgarradores de im niño hieren
nuestros oídos. Acudimos apresuradamente y
topamos con un jovencito de unos 14 años, agi­
tándose en el suelo como tm azogado.
La epilepsia apoderábase cruel y violenta­
mente de aquel cuerpecáto, y después de haberlo
martirizado con horribles convulsiones lo dejó rí­
gido y aterido como tm cadáver echando grandes
espumarajos por les contrahechas mandíbulas,
y rechinando espantosamente los dientes.
Los padres del chico ante este espectáculo
quedaron como petrificados; entonces el Hermano
Cuaranta toma en sus brazos al pobre niño y lo
Deva á la rama. Manda le desabrochen los vestidos
y h ^ an fricciones y masajes en el pecho y en las
extremidades. Pasó »na hora de dolorosa trepi­
dación. una hora eterna en que nadie osaba in­
terrumpir el angustioso silencio. Todos obede­
cíamos ciegamente al enfermero. Finalmente
aquellas \*ítreas pupilas pierden su inmobilidad.

ik

E l árbol de Gualichú.

especial de i*ida indicado para esa enfermedad.
Partimos y -.mi i Arroyo de l Ventana nos infor­
maron que el Sr. Cornelio Telia Iiabía pasado á
mejor \*ida. Lo sentimos e el alma porque era
muy grande amigo nuestro. Bendije su sepulcro,
celebré por él la Santa Misa y toda la famiUa
asistió á ella rezando el Rosario con edificante
piedad* E l pensamiento de la muerte es siempre
saludable y yo aproveché la ocasión para diri­
girles palabras sobre la necesidad de estar siem­
pre preparados para el terrible paso. Tuve oca­
sión de repetir la misma triste ceremonia e . el
Salado de Sierra Grande, en E l Chara, en Los
Fodios, en Chanqu n y en Valcheia.
Discurriendo por estas inmensas regiones ya
rag totalmente sometidas al dulce 5mgo de Jesús
el pensamiento del misionero vuela con frecuen­
cia á D. Boscx). Si el estandarte glorioso de la

Cruz tremola en estas apartadas tierras ahuyen­
tando las tiníddas del error, derrocando los al­
tares de vSatanás. regenerando las almas, ilumi­
nando las inteligencias, civilizando los pueblos
todo se debe al celo de aquel apóstol que seña­
lando la Patagonia. dijo á sus hijos: Id y enseñad
á todas las gentes bautízándol s en nombre del
Padre, v del Hijo y del Espíritu vSanto!
A t'tulo de curiosidad le envío una fotografía
del Arbol de Gmlichu resto de las viejas supersti­
ciones. Con retazos de telas pertenecientes á
parientes ó amigos enfermos, los indios ata an
con fuerza las ramas de este árbol, seguros de
que así obligaban al espíritu malo (de las enfer­
medades) á retirarse del cuerpo de esos enfermos.
R esum en G eneral.
Lugares visitados:
a) Al Norie de Río Negro: Salina del Algarrobo,
El Copete. Tres Lagunas, Monte Coñuelo, La
Piedra, aliíral Grande, Monte Alegre,Bajo Ro'tida,
Ciudad Rio Negro. Cerro Bichada. Pringles, La
Pava, Seis de Febrero. La Criolla, El Chingólo,
E l Cacique, E l Pepe, Laguna Grande, Laguna del
Algarrobo, Cinco Lagunas. La Comercial, Bajo
S. Pedro, Boca de la Travesía del Turco, Isla Ma­
dera, Isla Batel, Cerro Francisco Pringles. v
b) Al Sur del Río Negro: La Cuchilla, San J a ­
vier, Potrero Cerrado, Cubanea, La Piedra, Pozo
Moro. I.agum Coromdo, Segunda Angostura, Co­
lonia Frías, Conesa Sur, Las Máquinas, San Anto^nio Oeste. Los Jagiielüos, E l Fuerte, La B a ­
rrancosa, La Entrada, E l Salado de Sierra Grande.
Rincón del Salado, La Palma. La Aguadiia, El
Chra. Los Podios.
c) Al Sur del Arroyo Verde (Terr. Chubut): Ofi­
cina Telegráfica<iArroyo Verde », Aguada Amarga.
Salina Grande. AguadaGrande. E l Junco. Agmda
Blanca Sierra Colorada dcl Sur. Puerto de Piedra.
ch) Al Norte del Grado Cuarenta y dos: Arroyo
Verde, Arroyo de la Venfam r de L-o< He-rros,
Aguada dcl Capitán, Sierra Colorada del Este,
Aguada del Chingóla, Agutda Cecilio. Changuín,
Pueblo de Valcheta, rigiuíf.t .-imarga, Cinco Cha­
ntres. San Antonio Oeste v Este, Laguna del
Barro. La Esperanza. La Primavera. La Inver­
nada. Las Aguoi/as y la Cuchilla.
Kilómetros recorridos 3.500.
Familias visitadas 470.
Personas que concurrieron álasmisiones3.86o.
Merlicinas distribuidas gratuitamente por el
valor de Pesetas 1:0.
Libros, hojas, rosarios, escapularios etc. 3.386.
Bautismos 218.
Confirmaciones 225.
Comuniones 485.
Matrimonios i .
He aquí lo que cosechamos en diez meses de

trabajo. No deje, amado Padre, de encomen­
damos á Dios á fin de que el bien que se hace
vaya aumentando cada día más en pro de las
almas y para la mayor gloria de Dios.
Le besa la mano
Su afmo. hijo in Corde Jesu,
A^'D^f.^? P

ístvrin-j

Misionero Sálesiano.

InOias Orienlaks
Las Misiones Católicas en las Indias.
{Carta del Sr. D. Pedro Cogliolo, Pbro. 5 .).
A bordo del York, 26 de Enero 1910.

M uy Venerado Padre:
añana, si Dios quiere, llegaré á
■ A I A l Hong-Kong y con una travesía de
pocas horas llegaré á Macao, cuna
de la Obra Salesiana en China. Como preveo que
no tendré tan pronto la comodidad de poder
escribir á Vuestra Reverencia, cumplo con este
mi deber antes de bajar á tierra á pesar de los
bruscos movimientos de la nave perseguida
hace tres días por un rabioso viento de Noreste.
Permanecí un mes en la India, pero una re­
gión tan extensa, donde para el Europeo todo
es nuevo, y el campo del misionero ^•astísinlO,
exigía mucho más tiempo para un estudio menos
superficial y más provechoso. Mas las circuns­
tancias me impidieron detenerme por mas
tiempo. Allí nuestra obra está aun en fajas pero
cuida de ella un padre que no podría ser ni más
cuidadoso, ni más tierno ni más abnegado; y ese
padre es el Mons. Teutonio Vieira de Castro,
Obispo de Meliapor. L a dulzura de su carácter,
la afabilidad de sus modales, la ciencia, el celo y
la entereza apostólica de este Prelado, nos re­
cuerda vivamente la simpática figura de nuestro
S. Francisco de Sales.
Jo\-en sacerdote, de paso por Turín, visitó
nuestro Ven. Fundador y de él recibió la bendi­
ción para sí y para sus obras. Confiado en esta
bendición de D. Bosco el celoso Pastor espera
mucho de las Misiones Salesianas que por medio
suyo se iniciaron en las Indias.
Es notorio que estas Misiones presentan gran­
des dificuldades. tanto que humanamente ha­
blando no se concibe la posibilidad de poder
arrancar esos pueblos de las garras del fetichismo
más degradante y del intricadísimo laberinto de
supersticiones increíbles robustecidas por él celo
satánico de los Brahamines á quienes se les es­
cucha como á ^*e^daderos oráculos.
Con la muerte de San Francisco Javier la

evangdizadón de las Indias se paró casi de golpe.
Las conversiones de los ma3’’ores de edad son
rarísimas y la juventud es el campo natural de
las Misiones. A las escuelas de los Misioneros
acuden los niños en gran número sin distinción
de religión ni de casta. Allí aprenden á apreciar
las virtudes y las máximas evangélicas y esa
buena semilla producirá sin duda á su tiempo
fratos abundantes.
I^s institutos para Huérfanos y la Obra de la
Santa Infancia son los grandes auxiliares del
Misionero.
Es admirable el celo y el espíritu de sacrificio
con que trabajan los Misioneros Católicos en
aqueÚas tierras donde la temperatura es elevadísima y la vida rodeada de mil peligros y sujeta
á muchos sufrimientos.
No ohddaré jamás el hermosísimo cuadro que
presencié en una Misión de los PP. Jesuítas.
ün venerando Misionero, que en 45 años de
misión no ha vuelto nunca á ver su patria, con
esa afabilidad y sencillez que devuelven al an­
ciano los encantos y atractivos de la niñez, sen­
tado á los pies de un árbol, con el Crucifijo en la
mano, enseñando el catecismo á un tropel de
indiecitos que boquiabertos colgaban de sus la­
bios bebiendo las aguas saludables que fluían
dulces y suaves llenan de unción y de gracia.....
¡Oh! cuantos méritos en aquella vida consa­
grada únicamente á la salvación de las alm as!
Desde Tanjore (ciudad del todo india, pues
cuenta apenas 5 mil cristianos sobre 75 mil
habitantes) me dirigí á Tuticorin y de allí en
una noche llegué á Colombo, capital del Ceylán,
extensa y muy poblada. Arriban á este puerto
buques de todas las naciones del mundo y en
número verdaderamente extraordinario. Das
costumbres del pueble y las lenguas que se ha­
blan son variadísimas. Me hospedé en la casa de
los PP. Oblatos que tienen grandes y florecientes
Misiones y el 16 del corriente rae embarqué en
este y&poráéi. Norddeuíscher Lloyd. EI21 llegamos
á Pemng á la entrada del Estrecho de Malaca.
El 22 fondeamos en Singapore que es para los
Ingleses el Gibraltar índico; ciudad con 200.000
habitantes, maleses. indios y chinos, comercio
acti\*isimo, clima su namente caluroso pero en
general sano, v ^ e ta d ó n variada y exuberante.
La Misión Católica está á cargo de Sacerdotes
de las Misiones de París y Sacerdotes portugueses
bajo la jurisdiedón del Sr. Obispo de Macao.
Macao en las Indias y Timor en la Oceanía
son los restos que quedan del antiguo y vasto
dominio pcrti^ués en el Oriente. Los heroicos
navegantes Portugueses trajeron la fe á estas
üerras y los Misioneros en\*iados por el gran Rey
Don Manuel I (1500), luego por D. Juan III y
sucesores catequizaron y con\úrtieron á nuestra

Religión los abudos de los que hoy se glorían de
ser Católicos.
¡Gloria al pequeño Portugal! Ojalá que el re­
cuerdo de sus tiempos de gloria lo ayude á salir
de la crítica situadón que está atra\'esando.
V oy á conduir.... Se me dice que mañana á las 7
estaremos en Hong-Kong, d puerto más impor­
tante del Extrem o Oriente visitado con frecueiid a por los ciclones que son el azote de estos
mares.
¡Dios me libre de ellos!
Y o tengo que ser muy agradecido á Dios y á
María SS. Auxiliadora por lo bien que me he
hallado durante todos estos viajes. También en
este último pude edebrar todos los días la
Santa Misa. Deo gratias.
Bendígame, amado Padre y créame siempre
Suaimo. hijo in Corde Jesu,
P e d r o C o g l io l o ,

Pbro. Salesiano.

B IB L IO G R A F ÍA .
Con feliz acuerdo la Academia Calasancia de Bar­
celona — Paseo de Gracia 7 — lia comenzado la
Biblioteca de autores griegos y latinos, con el texto
original y las versiones literal y literaria de insi­
gnes traductores. A la vista tetiemos los .siguientes
tomitos: I dos odas de Safo y dos db lírina: tra­
ductores Jordán Urríes, Bonique y Faliú, Menéiiilez Pelayo, Castilla y Arenisa, Rubió y Llucli. 16
pág. 0,20 ptas..
De la Librería Católica Internacional de Luis
Gilí • Barcelona, Claris 82.
Los seis primeros siglos de la Iglesia. — Historia
Crítica por .Mons. L. D üchksnh , versión caste­
llana de la 4* ed. franc. por el P. Pkdro R odk Igukz , o . S. a . Prof. del Colegio Internacional
de Roma. — La obra de Mons. Duchesne es ver­
daderamente monumental y de un mérito extraor­
dinario tanto cientíñea como literariamente: la tra­
ducción no desmerece dél original. Tenemos en
nuestra mano el primer tomo 16x03 cnir. y 500
págs. La obra constará de cuatro tomos. Precio:
una vez terminada la publicación 32 ptas. rúst. 40
ene. tela — mientras dura la publicac. y suscri­
biéndose á ella. 26 y 34 respectivamente; á lo cual
hay que añadir ei franqueo.
Peusamieatos místicos, por F rancisca S a k a sa t e :
elegante tomito en 8® y 102 págs. 2 ptas.
De los Herederos de Juan Gilí.
Hemos recibido los tomos V y V I de la famosa
obra de Mons C amus. Los orígioes del Cfistíaoisino,
hermosos volúmenes en 4^- en magnifico papel y de
400 y 500 págs. respectivamente. Precio: 6 ptas.'
rústico y 8 tela cada uno.

O

O

ík '

T

■’Ooooo®

«OOOO®'^

7T

EL CULTO

de María Auxiliadora
• Nós teaemos le persuailin de que, ea.las vlclsltndei dolorosas de les tleoipoa
que atravesamos, do nos quedan más consuelos que los del Cielo, y entre estos,
la poderosa proteccldu de ia Vlrteo bendita, que fué en todo tiempo el Anxlllo
de los Crlsllaaos.
pío x .

^

>

„« aria Auxiliadora es amada; la devoción á la Reina divina bajo el
título consolador de Auxiliadora,
gana terreno cada día; María Auxiliadora paga
á sus devotos con gracias y favores, y verdaderos
milagros: es la impresión dominante estos días,
es el grito que con entusiasmo brota del pecho,
después de lo que hemos visto y oído. Narremos
someramente algunas de las muchas imponentes
fiestas en su honor, dando la preferencia, como
es natural al Santuario-Madre.
TURIN'VALDOCCO.— A pesar de la tristeza que
aún pesa sobre la casa por la muerte de D. Rúa,
los cultos no han dejado de revestir la grandiosi­
dad de todos los años. Los Padres Brezza y Carmagnola con su inflamada palabra caldearon los
ánimos mañana y tarde, durante el mes; las
liscolanías del Oratorio, Valsálice, S. Juan Evan­
gelista. Escuelas Apostólicas, S. Benigno y Foglizzo, turnándose, realzaron los domingos; los
fieles, numerosos y devotos, con su asistencia y
comuniones les dieron el brillo más esplendoroso.
LA VIG ILIA.
Conferencia — Primeras Vísperas.

S. E. Mons. Cástrale, Obispo de Gaza y Vi­
cario Capitular de la Arquidiócesis dijo la Misa
de Comunión. — A las i6 dió la Conferencia á
los Cooperadores el P. Cannagnola. « Siendo la
primera \ ez que los Cooperadores se reúnen en
conferencia en el Santuario después de la muerte
de D. Rúa, el alma vuela necesariamente á él *.
Habió de las finezas de la Proxidencia para con
la Obra Salesiana y ^ pregunta: « Y ahora ¿qué
serd de ia Pia Sociedmi Salesiamr E s la misma
pregunta que se hacía cuando murió D. Bosco.
V la respuesta ha de ser la misma: La Obra de
/). Bosco es obra de LHos, >' «o puede perecer, y
ahora menos que nunca. Poco antes de expirar.

decía D. Rúa á los que lloraban: « No es el caso
de S. Martín..... ahora hay tantos capitanes que
pueden llenar mi puesto. » Los Cooperadores con­
tinuarán prestándole su apoyo material, su apoyo
moral, su apoyo espiritual. L a Obra de D. Bosco
no puede perecer.....
Pontificó las vísperas Mons. Conforti, Obispo
de Parma. L a iluminación fué sencillamente
maravillosa.
LA SOLEMNIDAD.

Espectáculo de jé. — E l Santuario permaneció
abierto tóda la noche, lleno de fieles, cautos y
perfumes. Poco antes de la media noche sobre
aquel apiñado pueblo cayó viva, penetrante, la
palabra del P. Marchisio, director del Oratorio,
elevando los corazones.-Después de una pausa de
silencio místico, al tocar la media noche, el tem­
plo se iluminó repentinamente con los millares
de lamparillas eléctricas y envuelto en nubes de
incienso, subió á los cielos el canto del Magníficat,
escapándose de millares de pechos, unidos en im
solo pensamiento: María Auxiliadora. Siguió la
súplica <t Oh Santísima » y el rezo del Rosario y
el Canto de las Letanías.
Desde las primeras horas comenzaron á llenar
los comulgatorios infinidad de personas de la
nobleza y del pueblo; espectáculo tanto más ad­
mirable, cuanto la lluvia caía á torrentes con
grande insistencia. También los aposentos de
D. Bosco y D. Rúa se vieron visitadisimos.
Á las 7.15 dijo la misa S. Erna, el Card. Richelray, y dirigió á los niños ima sentida plática,
inxitándolos á que pidieran á la Sma. \"irgen
Auxiliadora tres gracias: conservar la fe, la ino­
cencia y la vocación.
E l PoyUifical. — Celebrólo Mons. Conforti y el
panegírico el P. Cannagnola, quien declaró que
cada siglo ha l^ a d o siempre al que le sucede su
herencia de amor, devoción y gratitud á María

— 205

por los beneficios que le ha concedido; y ha­
ciendo una clara y profunda disertación sobre el
poder de intercesión de la Madre de Di()s, pasó
en rápida reseña todas las épocas d d Cristia­
nismo para demostrar su aserto, para terminar
con una brillantísima peroración en que, para­
fraseando la antífona: Sancta María, Succurre
miseris, resumió los conceptos que había des­
arrollado durante la no\'ena.
El templo estuvo concurridísimo todo el día.
La Procesión. — Iva lliuda había cesado y
aunque el cielo continuaba borroso, después de
las Vísperas salió la procesión. Precedían el paso
10 col^ios de niños y niñas, con estandartes,
tres bandas, e l « Círculo Valdocco *•. de uniforme;
cuatro Asociaciones con sus banderas, largas
filas de clero y el Arzobispo-Obispo de Parma con
sus asistentes; escoltaban la estatua los socios
del Círculo « Juan Bosco
y l i seguían nume­
rosas representaciones con banderas del Concejo
Central Obrero, de los Antiguos Alumnos y de
nueve Asociaciones más. Llamaba la atención
la compacta fila de obreros rezando el rosario.
Era una vista consoladora, hermosa, reconfor­
tante.
Terminada la procesión el Arzobispo dió la
Bendición con el Santísimo, primero desde el
altar y luego desde la puerta á los miles de fieles
agrupados en la plaza de María Auxiliadora.
La mmica. — « Para el día de María Auxilia­
dora, dice II Mome}Uo, estaba reservada una
interesante primicia: la primera ejecución de la
nueva Misa X I I á cuatro voces, del M° Pagella, P. S. S. E l P. Pagella es siempre y ante
todo un músico profundamente italiano, ama la
amplia y fluyente melodía, pidiendo inspiración
« su genio fecimdo, á las obras de los grandes
maestros antiguos y modernos, re\ústiéndolo
todo de ese sello característico de originalidad
qoe le colcca entre los más distinguidos autores
de música sagrada, de que se gloría el mundo.
•• También gustaron mucho las Vísperas en
íalso-bordón, obra del cav. Dogliani. E l himno
era de Mons. Cagliero, las I.etanías de Pagella
y el Tanium ergo de Dogliani. Un programa mu­
sical variado, pero armónico, escogido con feliz
SQsto artístico, ejecutado con rara maestría ».

ESPA Ñ A .
Mudias cosas tendríamos que repetir, ha­
blando de las fiestas de M. A., por lo cual nos
bnütamos á lo tnát; indispensable.
CIUDADELA. — Varias veces habíamos oído
hablar de la devoción, del entusiasmo, del amor
qiie hay por María Auxiliadora en la simpática
®idad menorquina. pero confesamos sincerá­
b ate que la realidad es superior á lo que nos
*®aginábamos.
afluencia de gente desde las

primeras horas del día, desde las 4, en que se
abre la iglesia, hasta las 22. en que se cierra, ese
renovarse incesante de fieles ante su altar, esas
peregrinaciones de todas partes de la isla á ese
templito; á « María Auxiliadora de G u d ad ela",
esa multitud de cirios y flores, esos cantos, esas
preces, esas comuniones tan numerosas, tan es­
pontáneas, tan tiernas, ese conjunto armónico de
preces y fiestas, del clero y el paisanaje, de la
nobleza y el pueblo, de los burgueses y los obre­
ros, de los hacendados y los payeses en una
sola idea, en un solo amor, que siiv'e de \'íucuIo
de unión y de armonía, en María Auxiliadora.....
eso +iene algo de soberanamente hermoso, algo
de divino, algo que llena el alma de poesía y de
esperanzas.
— Todo el mes es así, nos decían, y aun todo
el acó.
Pero es preciso decir que María Auxiliadora
paga con creces esa devoción y ese amor. Las
columnas del templo están tapizadas de cora­
zones de plata y de otros objetos de plata y oro,
que son exvotos y prendas de gratitud por fafavores señalados: « Aquí se pide con la se­
guridad de ser oído, decíanos tm anciano sa­
cerdote de 'la isla ■ .
La novena y especialmente el triduo se hi­
cieron con gran solemnidad. El Padre Inspector
de la Provincia Tarraconense trasladóse allá para
ver de cerca esos cultos y contribiiir á realzarlos;
con él fué otro padre á quien se había invitado
para predicar el triduo, y que naturalmente
había de sentirse inspirado al ver aquel gentío
agolpado á los ])ies de María Auxiliadora, lle­
nando el templo, el coro, la sacristía, el patio,
agolpándose en la calle, orando con edificante
devoción. Sus temas fueron prácticos y de actua­
lidad: María Auxiliadora y Ciudadela. María
Auxiliadora y los niños. María Auxiliadora y la
familia.
Para darles comodidad á todos, se hacía antes
un ejercicio para los niños y las funciones de la
tarde comenzaban á las 7 ‘/2La fi sia. — Anticipóse de dos días la fiesta,
celebrándose el domingo 22. A las 4 de la mañana
y a resonaban los ecos de la banda, saludando la
elevación de la Hostia con la marcha real. ¡Qué
espectáculo má«; hermoso no pre^ndamos en la
misa de comunidad, celebrada por el Sr. Inspec­
tor! Entre la multitud de fieles, se destacaba un
grupo de 31 niños que hacían su primera comu­
nión: cada niño se acercaba al altar entre papá
y mamá, que comu^aban también «para acom­
pañar al niño ». ¡Qué bello es esto y cuánto dice
al alma! El Padre Inspector estuvo in^iradísimo
en el fer^’orín que Ies dirigió en el momento de
descubrir la píxide sagrada, no se podía por
menos.

2 o6

Después de la Misa, todos esos niños y sus fami­
lias se reunieron para un almuerzo íntimo en el
salón de actos. L a banda ejecutaba bonitas
piezas entre tanto.
Celebró el oficio mayor el M. I. Sr. Peniten­
ciario, cantó el coro de la Catedral y tejió las
glorias de la Virgen el M. I. Sr. Canónigo Ma­
gistral, que enlazó admirablemente el misterio
de la Santísima Trinidad con el título de María
Auxiliadora.
Las Comuniones en este día no bajaron de 900.
La Procesión. — Pocas procesiones hemos

Clero de la ciudad, la representación del Ayunta­
miento y todas las Asociaciones católicas de h
ciudad, el C o l^ o de niños y de niñas, banderas
y una banda; de los fieles, el que no llevaba cirio,
llevaba una banderita con la imagen de María
Auxiliadora y además, en todas las puertas de
las casas, campeaba esta bendita imagen. Al
paso de la Virgen, las campanas de la ciudad se
echaban á vuelo. Un triimfo verdadero.
Terminada la procesión y dada la bendición
con S. D. M. tuvo lugar la iluminación de h
Calle de María Auxiliadora.

VIEDM A (Patagonia Sept.) — La fiesta de los Círculos Obreros.

N-isto tan hermosas. El día anterior habíamos pre­
senciado el trabajo verdaderamente febril de
todos los vecinos de Cindadela para adornar con
ara», banderas, guirnaldas y pabellones todas
las calles que la procesión había de recorrer, que
era casi la mitad de la ciudad; el tiempo amena­
zaba. los dias anteriores había llovido mucho, y
como manifest ramos nuestro temor, la gente
nc» decía: ~ Jamás ha llovido el día de Slaría
Auxiliadora *. Y tampoco llovió este ano. La
procesión t'ué grandios;x: ]>uede decirse que de
ocho mil habitantes que tiene la ciudad, seis mil
tomaban parte en ella: todo el traynado era un
arco solo; todas la calles recorridas estaban ador­
nadas de colgadtiras, de todos los balcones arrojabau flores y papelitos con vers»» á María: iban
en la procesión el Cabildo de la Catedral y el

El día 24 puede decirse que se celebró una
segunda fiesta, con sus primeras comuniones y
su oficio solemne, cantando la Misa el Jf. L Sr.
Rector del Seminario, ejecutando la música el
coro de la Catedral y diciendo las alabanzas de
María el M. I. Sr. Canónigo Tuduri, quien habló
atii arrebatadora elocuencia de María Auxi­
liadora como inspiradora de D. Bosco y sos­
tén de la Pía Sociedad Salesiana, de cuya
obra dijo cosas tan altas que verdaderamente
nos confunden.
Tenninadas las fiestas, siguió el octa\’ario,
durante el cual se turnaron en el púlpito \'alien"
tes oradores.
Otra cosa nos chocó también, y por cierto
agradablemente, y es la costumbre de dar s
pueblo las buenas noches, igual que en nuestros

--- 207 —

Colaos. Terminadas las funciones y y a can­
tada la Salve, el Sr. Director de la casa, dirige
al pueblo un breve discursito, y a para narrarles
la gracia obtenida ese dia, y a para encomendarles
algún enfermo, bien para darles algún aviso ó
para animarlos á una buena confesión; concluye
siempre rezando una salve por algiina necesi­
dad, y dic endo tres veces la jaculatoria; María.
AuxiUum Christianorum, á que el pueblo en
masa responde: Ora pro nobis.

Gracias de María fluxífladora.
J
¡G ra cia p o rten to sa !
Si María Auxiliadora no fuera conocida ya por
k) milagrosa que es, bastara conocer lo que me con­
cedió con asistencia y conocimiento de muchas
personas testigos del hecho, para que todos acu­
dieran á Ella con entera confianza.
En Enero de este año. hacia 15 meses que había
perdido completamente la voz; \’isitas y consultas
de médicos, medicinas y muchos rem edos fueron
del todo inútiles á mi mal. No habiainás remedio
que conformarme á vi\-ir sin voz.
Por la noche de la Mspera del 24, dia coiasagrado
á María Auxiliadora, y al oír la campana de su
Santuario que iu\’itaba á la fiesta del dia siguiente,
desí’onsolada y llorando fonnulé llena de confianza
la promesa de confesar y comulgar todos los 24,
7 de regalar im rosario de plata y dos cirios á
ilaria Auxiliadora, si me curaba.
¡Oh Virgen Sauüsima. cómo me oíste! ¿Cuál no
s»ia la sorpresa de mi hermana y sobrino que ve­
nían de la iglesia de María Auxiliadora de pedir la
misma grada, cuando me oyen hablar claro y
fuerte ? Y o misma no sé lo que me pasó, lo que sé es
que cuando desperté y a hablaba y después de cua­
tro meses hablo perfectamente con asombro de
wantos conodan mi mal: y nunca me cansaré de
•labar á Maria. y de repetir que se acuda á Ella con
cutera seguridad de alcanzar sus gradas y favores.
Ciudadela, Mayo de 1910.
M.^r í .\ A n c l a d a .

L o s n iñ o s de D . H osco.
Hace algunos dias la desgrada hirió mi hogai’
Imaendo presa en ocho seres queridos y postrando
gravemente á cinco de ellos. E s imposible dedr
la «mstemadón de la familia. Cuando íbamos á
taer en el abatimiento, levanté los ojos al délo, y
Hamando en mi auxilio á los niños de D. Bosco,
tcgué á Maria Aux. no desoyera nuestras súpHcas
y devolviera la salud á los enfermos y la alegría
a esta familia. ¡Parece increíble la validez que tieante la Santisima Virgen las oradones de los
mfios: Mis queridos enfermos convalederon rápi­
damente, y hoy esta familia gozosa publica im fa­

vor más de que se reconoce deudora á Maria A uxi­
liadora.
Meruelo, Mayo 1910.
A d o l fo de V i e r n a .

P ro d ig io s a reco n ciliació n .
Un pobre obrero, de buenas cualidades, pero in­
diferente en religión, caredendo de resignadón
cristiana, desesperado se cortó el cuello para dar
fin á sus tribuladones. Los vecinos llamaron al mé­
dico y se hicieron todas las diligendas humanas
que el caso requería. Mas nadie se cuidaba del
alma del suidda. María Auxiliadora empero no
quiso que muriera en desgrada de su Hijo é ins­
piró á ima persona que me llamara. Volé y con
gran pena vi que las autoridades allí reunidas me
prohibían la entrada, por juzgarla inútil, pues el
padente no hablaba. A fuerza de súplicas logré
entrar para hablarle al oído; lo hice con grande efu­
sión de corazón, al mismo tiempo que rogaba á María
ría Auxiliadora diera eficada á mis palabras. El
moribundo se conmovió profundamente, y besaba
el crucifijo y articulando algunas palabras pidió
confesor. Se reconcilió con Dios, con gran adiniradón de los médicos que consideraban imposible
que articulara una sola palabra. Tuvo la sufidente
vida para redbir la Extrem aimdón (la comunión
¡ay! no podía dársele, por tener destrozada la gar­
ganta) y murió como cristiano. Los médicos y cir­
cunstantes apenas daban crédito á lo que veían.
¡Poder de la bondad de Maria Auxiliadora!
Carmena, 191P.

A. Z.
G o ayaqu U (Ecuador). — Infinitas gracias doy
á mi amaiitisima Madre Maria Aiixiliadora, por­
que habiendo e.ítallado en esta Ciudad la pc.ste bu­
bónica me libró de día, y me concedió otros
raucho.s favores.
Cumplo mi promesa de publicarlo en el Boletín
Salesiano, y en d o mi pequeño óbolo para la Obra
de D. Bosco.
17 Setiembre 1908.
A n a V íl l a m i l I c a z a .

S a n tia g o (Chile). — Por indicación del Rmo. Sr.
D. Rúa, mi familia acudió á Maria SS. Auxiliadora
para obtener por su medio la .salud de nuestra que­
rida mamá, en drcimstancias en que im cáncer y
su extrema debilidad amenazaban quitárnosla á
nuestro cariño y bienestar.
E n el término de casi dos años, parece que su
mejoría y conservación relativamente óptimas
nos obligan á atribuirlas á un favor de Maria A u­
xiliadora. P ot lo que, en cumplimiento de la pro­
mesa, Junto con una limosna que hemos dado á la
obra Salesiana de L a Gratitud Nacional en San­
tiago, publicamos esta gracia en el Boletín Sa­
lesiano.
28 Marzo 1910.
Familia A g u i l e r a y B r a v o .
C ó rd o b a (Esp.).— Estaba una señorita parienta
mía enferma de fiebres infecciosas en tal estado de
gravedad, que los médicos desconfiaban y ella no
podía ni siquiera tragar nada. E n tal apuro, co-

— 208 —
menzamas una novena á M. A.. Desde los prime­
ros días, la enfermedad dejó de avanzar, el último
día los médicos dieron esperanzas. La misma enfer­
ma, cüaudo pudo volver en sí, se encomendó á la
Cele.stial Madre y en breve Vos la sanasteis, ¡oh
Madre Auxiliadora! ¡Agradecemos vuestras bon­
dades!
También os agradecemos la milagrosa salud de
mi querida hija, desahuciada por los médicos, y
vuelta á la vida al contacto de vuestra medalla.
¡Gracias oh Madre de bondad!
Mnrzu, 1910.
F

r a n c is c a

B

u r il e .

P o r t B la k le y — Soy marino y durante un viaje
á los E. B. U. U. me caí en la bodega rompiéndome
un brazo, la mandíbula y das costillas y magullán­
dome malamente todo el cuerpo, y á todas estas
me hallaba sin médico y sin auxilio. Pedí á M. A.
que hiciera algo por mi, algo sobrenatural si era
preciso, á fin de que llegáramos pronto á im puerto,
y E lla me lo concedió, sanándome y haciendo que
en 17 días llegara á un punto para el que solia emj)loar dos meses. Agradecido publico el favor.
Capitán S. A. M o r a l e s .
M ad rid -C arab an ch el (ICsp.). — 20 anos ha
que venia padcniiendo mi grave mal, que sentía
especialmente al cambiar el tiempo. E n Octubre de
H)OQ hicimos una novena á M. A. con promesa de
publicar la gracia y curado y a hace más de medio
año, cumplo mi promesa.
Mayo, 1910.

V. S. Nov. Sal.
T o n a ca te p eq u e (Rep. del Salvador). — Me en­
contré en inminente peligro de perder todas mis
])ropicdades y cada luio de mis iutereso.s: pero acutli
d Míiria Aux. cuando el 'l'ribuual de 1“ Instancia
falló en mi contra, resultando que en la Apelación
ante la Suprema Corte de J usticivi. el alto l'ribuual
revocó la sentencia y condenó á la parte contraria.
I ’or tan grande beneficio cauto un solemne TeDeum y doy públicas gracias á la que es Madre de
misericordia.
5 Marzo, 1910,
J o a q u ín C o r t é s .
Dan también, con toda la efusión de su alma, gracias ó
María Auxiliadora y envían una ilmosoa:

Por la salud recobrada.
Asunción (Paraguay). — Da. Ana No^t/fy y so­
brinos.
Barcelona (Esp.). —- Da. Dolores de los fíanios
Fokh — Da. A . F. de S. y da 5 pta.s. — Da. Rosa
Font y Fuero i>or su sobrina Matilde. Limosna
20 pesos. D . Manuel Ftlip y señoril y (V.xw dos lam­
paras-arañas por su santuario de Sarriá. — D . X .
A . por su padre.
Bahía de Caróquex (Ecuador). — D . José Luis
Cantos — Da. Guadalupe Caballero por su hijito
de n meses — Da. Alicia de González.
Buenos Aires. —■ D. Juan Pedroueini.
Cali (Col.). — D . Gabriel Panero.
Granada (Nic.). — D . Manuel Malespiue — Da.
Marta Coneepcián Sorgen — Da. Margarita Gómez
por un primo.
Carmena (Esp.). — Da. Micaela A katd e Gaz’iria

— Da. Adoración Vélez Bracho — D . Macario Ba­
rrera T- D . José Luis Sanjuán — D . José de la
Osa, alumno de ios Sales. — Da. Consuelo Rodrí­
guez López.
Chone (Ecuador). — Da. Petrona S. de Loor, ea
nombre de un amigo — Da. Mercedes Cedeño, por
su hijo Francisco.
L.ima (Perú). — Da. Hipólita Salazar, por su
hijo Aurelio.
Madrid (Es¡).). — Da. Ramona Goñi, por su so­
brina María, por su hermana Asunción.
Otero de las Dueñas (Esp.). — Las señoras Plá­
cida Dolores y María Gutiérrez, por su padre.
Santander (Esp.). — Da. Elena J . Mazo — Da.
Luisa Castillo, por su hija Rosita.
Puerto Cabello (Ven.). — Da. Leticia de Aiicña.
S. José de Costarica — D . D . G. por un pa­
riente.
Valdecolmenas de Arriba. — Da. Paula de la Torre,
por su nietedta Dolores.
Villagatón (Esp.). — D .J o sé Ma. Cómbanos.
Yaritagua (Ven.). — Da. María G. de Soleldo —
Da. Edelmira F . de Graterón, por su hijo Napo­
león Segundo, de cinco años — Da. Mixría Luisa
Baldan — Da. Inés G. de Alvarado Tovar — Da.
Julia de Aponte, por su hijito.
Zambrano (Col.). — D . Manuel Báez — Srta.
Concepción Lozano L . — Da. Petrona M.de Báez.
Por otros favores señalados.
Asunción (Par.). — D . N . D . — Da. Alicia de
González.
Bahía de Caráquez (Ven.). — Un distinguido
caballero de la localidad y se hace coop. sal.
Barcelona (Esp.). — Da. Dolores Rubio — Da.
Cándida N .
Bocono (Ven.). — Los sres. Araujo, Da. Paula
Guerra y otra cooperatlora.
Cali (Col.). — D . A . S. — D . M. González Trino Micolia — D. Gonzalo Pardo.
Cádiz (Esp.). — D . A . M. B.
Cuenca (Esp.). — D. M. L.
Chone (Ecuador). — Da. Rosario Aveiga M. y
hermana María Magdalena — Da. Mercedes Zambrauo y da i sucre — Da. Petronila de Cedeño.
Diriconio {Nic.}. — Da. Juana Manuela Mentses
y (la n pstas.
Fosagua (Ecuador.) — Un coop. sales. — Dña»
Angela Alcivar — Da. Francisca M iI-k
Granada (Nic.). — Da. Flora Delgado, 2 ps. —
Da. Rosalía Guerrero.
Guatemala — Juana de Simonsón, 5 pe.sos papel
—- Da. Marta Cristina E. Larrazabal, por su her­
mano.
La Grita (V^en.). — D . Samuel Olivieri Palacto.
Lima (Perú). — Da. HermUia Vda.de Hidalgo
— Da. Eloísa V. de Vizatto.
Orihuela (Esp.). — Da. Micaela Aliaga.
Madrid (Esp.). — Da. Ramona Goñi, (haber en­
contrado buena colocación y salido sus hijos, ex­
alumnos de Sarriá, libres del servicio militar).
Nandaime (N ic.).— D. Procopio Aragón, i peso.
Poxoblanco (E sp .).— Da. Pilar Guijo, 2?, pstas.
Santander (Esp.). — D . Manuel Gómez Iglesias.
S. Marcos (NMc.). — Da. fosefa Villavicencio ae
Vega, Da. Apolonia de Sánchez, 5 pesos cada una
— Da. Mercedes Cerda, i peso.
Yaritagua (Ven.l. — D . Pedro Araña M- I ^
esposa leticia; 2 bolívares limosna — Da. Filomela
de Carvallo.
Zambrano (Col.). — Da. CoHcepción Lozano,

POR EL MUNDO SOLESISNO
A

Debido á los luctuosísimos acontecimientos que
ocuparon todas nuestras páginas durante los meses
de junio y julio, nos atrasamos en las relaciones
de las fiestas á nuestro Patrono S. Francisco de
Sales, y considerando que han perdido ya su opor­
tunidad, nos abstenemos de publicarlas, aunque
con verdadero sentimiento.
Los que pensábamos publicar por su especial
importancia eran las de Madrid, Huesca, Valencia,
Sevilla. Santander, Bogotá, Buenos Aires, San­
tiago, Yaritagua y algunas otras.

EU RO PA .
BARCELONA — La Obra Nacional en el Tibidabo.
— Después de una paralización de las obras, debida
4 la lúgubre semana que tantas ruinas amontonó
y tantas neusidades creó, de nuevo resuena en la
cumbre del Tibidabo el alegre traqueteo de la
almadana y el acompasado golpear del cincel: de
r.ucvo se ve la vida en la montaña bendita, al rede­
dor th la cripta y del futuro templo, con tanto mayor
intensidad, cuanto mayor había sido el dolor y más
frolongado el silencio. La romería del Ram, más
'•"'■ fenente que nunca; los colegios católicos de Bar­
celona y pueblos agregados subiendo por turno dun>;:* d mes de Junio á comulgar en la cumbre; la
elocuente y autorizada de oradores y escritores,
‘ alando en folletos por toda la península; el entusiasde los cooperadores, el sentimiento intimo que
t.-’s tenemos deque Jesús quiere su templo... todo
augura la ^onta terminación siquiera de la
« ;r‘j del Tibidabo. De nuestros hermanos, los ca■ 'C’-'S de España, depende. Mostrémonos todos gelos unos con el dinero, los otros con la prof^ianda activa, incansable, eficaz; todos con la ora'■ )' el sacrificio. E l Corazón de Jesús ha de tener
' “ trono en España; É l mismo le determinó al V.
el sitio y el lugar; desde allí derramará los
•■ ■ JTos de su misericordia. « Cuando fuere exaltado,
"
-.'traeré á M i, » y hoy necesitamos tanto de la
de Cristo; necesitamos tanto del reincido
la paz. del impeno del amor.
Ll nuevo templo tiene también el carácter de de-'■ srraijo — en obras — de ¡os sacrilegios y opro‘ s de que Jesús fué victima en la semana de triste

^■ 'Tdacri-n.
iHagr.i:;os que el templo del Tibibabo sea cuanto
un hecho/

«* •
^Feliz idea es la que ha tenido la publicista espa^ María Victoria en un llamamiento al elemento
*®®uno de Esptaña. « Para este templo, dice.

Í= P ^

debemos sacrificar algo nuestra vanidad, morti­
ficar algo los sentidos, ofrecer á Jesús algo de­
seado (no necesario ni siquiera útil en rigor para
nosotras) que renimciemos para entregar su im­
porte al templo expiatorio. » Y propone la li­
mosna de un sombrero, es decir, privarse de un
sombrero de temporada, que por cierto son ahora
4 descomunales y pesadísimos. *
Pero en la limosna del sombrero cabe todo sa­
crificio de la vanidad, « desde los miles de duros de
collar de perlas y brillantes, hasta los diez cén­
timos del ramito de violetas.... una cinta, tm aba­
nico, una golosina, una flor. »
Y la idea ha producido ya exquisitos frutas:
niños y niñas hay que han suplicado á su madre
dar al Corazón de Jesús en limosná el precio de
los bombones que habían de regalarles: las niñas
de im Colegio sacrificaron al Corazón de Jésus, el
postre de un dia... cositas de nada, pero que placen
á Jesús, educan el alma y abrillantan el corazón.
jA ver si tienen muchos imitadores!
CIUDADELA. —

Una serie de conferencias.



Como dijimos en nuestro número de Mayo, los Salesianos de la isla, para mejor ir al pueblo y ha­
cer que el pueblo vaya á ellos, organizaron mía
corta serie de conferencias sociales en el salón de
actos de la casa, capaz de 1.300 personas, y en
honor de la ciudad deljemos coiLsignar que pare­
ció siempre estrecho.
La primera la dió el P. Fierro, Salesiano; la segimda, el Dr. Cainps, conocido por P'raucesch de
la Branca: su elocuentísima y práctica disertación
versó sobre- el sugestivo tema
La mujer y la
Acción Social, * demostrajido que la salvación de
la Sociedad está en la familia y la de la familia en
la mujer.
El Capitán de Estado Mayor D. Eduardo Mar­
tínez Caracciolo, desarrolló con singular origina­
lidad y buen sentido la tercera sobre Escuela y
Ejército : la buena escuela, la escuela moral y cris­
tiana dará á la Patria soldados de que no tei^a
que avergonzarse y héroes de que pueda enva­
necerse así como la escuela impía, destruyendo la
base de la moral y del sacrificio, seca las fuen­
tes del valor, aniquila hasta el sentimiento del
honor y engendra el ^oismo, que es la antítesis
del militar, por su naturaleza tipo de la abnega­
ción y caballerosidad.
Hermoso y práctico tema escogió D. Julio del
Armero al tratar de la Acción de los Antiguos
Alumnos de las Casas Salesianas de Buenos Aires.
Como testigo presencial narró los hechos que había
visto, la organización de esa fuerte entidad, y



2X0

como hombre observador y de filosófico sentido,
aiinli/xi su labor, auguró sus posteriores triunfos y
cantó las excelencias de la Asociación organizada
para conservar, fuera del Colegio, el expíritu del
Colegio y realizíir los ideales alli concebidos.
Iva última de las conferencias rebasó los limi­
tes de lo ordinario y estalló en formidable miting.
Y a tomaron cartas y entraron directamente los
Antiguos Ahmuios de la Casa Salesiana de Ciudadela, bajo las órdenes de su Presidente D. Fran­
cisco CatalA queriendo dar con mi acto grandioso
luia muestra de su vitalidad y una prueba de su
amor y adhesión á sus antiguos maestros y á las
ideas ({ue ellos representan. Para ello invitaron al .
conocido paladín de la Causa católica D. Cayetano
l ’areja y Novelles, residente en Barcelona.
ICl miting celebróse en el graxi teatro del Cir­
culo Artístico, no bajando de 4.000 los asistentes
y teniendo muchos que retirarse por falta de local.
Presidian el Sr. Obispo, el Sr. Alcalde, el Presi­
dente del Circulo Católico, eminentes personalida­
des del Clero y laicado católico ciudadelano y al­
gunos representantes de otras poblaciones de la isla.
Habló ante todo el P. Viñas, P. S. S. que « se
creía con derecho indiscutible y con deber inelu­
dible de salir á la defensa de los niños, porque el
amor cine les profesa es intenso, porque un liijo de
11. Bosco sacrifica su reposo y su vida antes que
consentir se sacrifique á los niños. » E l discurso fo­
goso del activo salesiano produjo un entusiasmo
indescriptible, (jue el pueblo demostró en una
ovación no iuternunpida.
Ivuego se levantó el Sr. Pareja saludado con una
salva de aplausos. Venia á hablar contra las escue­
las laicas; venia á demostrar una vez más y con
ln.s pruebas tremendas de los hechos, que la ense­
ñanza laica es ilegal, irreligiosa, antipatriótica
y antisocial; que no es la gramática, ni la aritmé­
tica, ni la caligrafía, ni la ciencia aislada lo que ha
de salvar la humanidad, que por lo demás la escue'a
laica ui científica ni humanamente está á la altura
de las escuelas católicos; venia como testigo de la
semana vergonzosa cuyos sucesos son para E s­
paña como un dique que la detiene ante mi
abismo, como mi relámpago que le avisa la tem­
pestad. Insiste en lii necesidad de mostrarse va­
lientes. de ñmientar la buena prciusa, de asociarse
y organizarse. El público, {reouentemente poniéiulose cu pie aclamaba al brillante orador.
IClocucutisinios estuvieron también el simpático
cuanto ilustrado y modesto notario de la ciudad
Dr. I"). Antonio Anglada y el Dr. Camps, el sabio
mé<Uco de Miy-jom.
Ivl Sr. Obisix) cerró dignamente el miting coíf
su palabra y su Ixindición pastoral.
Los adheridos ol miting pasaron de 30.000 y entre
ellos figuraban la personalidades más salientes
de España: el Cardenal Ih-imado con la mayoría de
los Sres. Arzobispos y Obispos, Senadores. Dipu­
tados. hombres de letras y ciencias, comerdantes. etc., etc..
Se tomaron resoluciones muy prácticas y se
mandaron expresivos telegramas al Papa, á los
Keyes, al Superior de los Salestanos.



CONSTANTINOPLA (Turquía). — U nueva
Escuela Salesiana de Artes y Oficios. — El Exmo.
Sr. Bouetti, delegado apostólico, q. e. g. e. llamó
á los Salesianos á la Cápital del imperio otomano,
pero la muerte lo atajó. Se apoderó de la idea y del
entusiasmo la noble dama Dña. Matilde V. de Giustiniani, la cual, para honrar la memoria de su difimto esposo el Sr. Giustiniani, a30idó eficazmente
á los Salesianos á construir el local, destinado es­
pecialmente á los hijos de los itahanos. El Co­
legio es hermoso, imponente, edificado con cri­
terio moderno en una magnifica posición cerca de
la Colina de la Libertad. Consta de cuatro pisos
fuera del subterráneo y termina con una azotea en­
cantadora.

m

Constantinopla. — Nuevo Instituto Salesiano.
Años hacía que debia estar edificado, pero jamás
se pudo conseguir el solicitado permiso, hasta que
en su último viaje nuestro llorado P. Rúa obtuvo
el codiciado iradé imj>erial, y fué por cierto el úl­
timo documento que firmó Abdiil-Hamid eu fa­
vor de los católicos. No hay edificada sino una ter­
cera parte, y contiene cómodamente 120 aliunnos.
Los locales fueron bendecidos el 2 de mayo pot
Mons. Sardi, Delegado ApastóUco.
L a ilustre Dama de Giustiniani \Tsitó el Co­
legio el 3 ; los niños la recibieron con cantos, le
regalaban ramilletes de flores y le decían esas pa­
labras que sólo los niños saben pronunciar, lla­
mándola su mamá querida y benéfica: lloraba ella
de comuocióu y gozo, y declaró que era la conmo­
ción más fuerte y dulce que había experimentado
en su vida. E l 4 \Tsitó oficialmente la casa el em­
bajador de Italia á quien hadan los honores los ma­
rineros del acorazado Galilco, y acompañaban «
Cónsul General con otros personajes italianos y ®
Geueralisiino de la Gendarmería turca. Robilant
Pasda; todos los cuales terminaron por hacer ui^
\-isita á la egregia viuda de Giustiniani en su prop*o
domicilio.



VIENA (Axastóa). — .Otra iundación. — S. Erna,
el Card. Arzobispo Grusca acaba de dar una prueba
de estima á los Salesianos. confiándoles la diredóa de la Sección juvenil de un Gesellenverseim
ó Circulo obrero del P. Kolpii^. y el gobierno au­
torizo la inauguración de los nuevos locales, edi­
ficio moderno y pedagógico, dnrigido por el hábil
arquitecto y benemérito cooperador D. Mario Celadíui.
Entre las visitas ilustres que ha recibido la
nueva casa salesiana, debe contarse la del Nuncio
Apostólico Mons. Granito de Behnoute, que fué
personalmente á dar el pésame por la muerte de
D. Rúa y del Sr. Arzobispo Nagl, bien conocido de
les lectores del Boletín.

A M É R IC A .
MEXICO. — Un órgano grandioso. — E l día 26.
Sábado de gloria, en el templo de Santa Inés sé
e s ^ ó un magnifico órgano litúrgico de la fá­
brica italiana Carlos Vegezzi Bossi.
El acontecimiento conmovió á todo el mundo ar­
tístico de la metrópoli, y la prensa tuvo palabras de
íK to a ó n para obra tan colosal. A la inaugu­
ración asistió el limo. Sr. Arzobispo acompañado
por Mons. Paredes, vicario Capitular, y varios reprKentantes del clero. Lo más selecto de la socie­
dad mexicana henchía el hermoso Templo, arreMtada por las harmonías suavísimas y potentes
del instrumento.
La «Schola Cantorum * de nuestro colegio cantó
^gunos motetes de autores clásicos, y los maestros
Banon y Pansera ejecutaron varios trozos de múhaciendo resaltar el valor artístico del gran­
j a órgano, que consta de dos teclados, pedate. 2.000 tubos, 30 registros efectivos y 40 de combinaaón.
Las notabilidades de la metrópoli han defin'd j
ti preaoso instrumento utia obra predarisUna en
género.
Nuestros plácemes á 1<^ Cooperadores de México
han sabido dotar su iglesia de tan rica y necesana prenda.
VIEDMA — Fiesta de los Circuios Obreros. —
w organización de Sociedades de Socorro Mutuo
doquiera exponente inequívoco del progreso
^ a l de un p u eb lo , principalmente cuando,
1
calor de la R eligió n , se inspiran en
(« altos ideales de la caridad cristiana.
Con placer, pues, vemos llegar de cuando en
J^^ando a nuestra Redacción noticias de los CírD de Obreros y de los Vicentinos de Viedma,
Salagones y de General A cha: la organiza­
ron y vida de estas Asociaciones indican que
ellos la obra del misionero ha sido fructuosa
. que la semilla del Evangelio ha caído en
■ Jcna tierra.
He aquí brevemente lo que nos escriben :
Cl 19 de marzo el Circulo de Viedma fué al
-Oientro, encabezado por la banda de música
su bandera social, del Circulo de Patago^ que en numerosos botes atravesaba el rio
‘lue separa estos dos pueblos.

211



Espléndido y cordial fué el recibimiento. En
columna se dirigieron al templo donde en nú­
mero de 200 y más participaron del Pan de los
fuertes y luego á un modesto desayuno.
En corporación a.sistieron á ia Misa camada
y luego con noble entusiasmo organlzarott una
procesión de hombres solos en número de 250.
E) banquete que siguió fué honratio por la
presencia del Sr. Gobernador, de su Secretorio
y demás autoridades del Territorio. Muy aplau­
dido el brindis del Sr. Presidente Dr. Emilio
De Rege.
Por la ta rd e , después de la bendición de
S. D. M, el Círculo de Viedma acompañó al
Circulo invitado hasta Patagones donde, al son
de la banda se recorrieron con las banderas hizadas las principales calles.
Con un lunch, donde se hicieron votos para
la pronta construcción de los salones sociales,
terminaron las fiestas dejando en todos los más
gratos recuerdos: y precisamente dos meses más
tarde, el 26 de mayo, el Círculo de Obreros de
Viedma coloraba la piedra fundamental de su
Casa. Social siendo Padrinos el Sr. Gobernador
y Señora, representados por el Sr. Dr. Vinent
y Sra. Angela de Iribarne.

N E C R O L O G IA
El Pbro. Dr. D. Carlos M. Daratta.
on este docto sacerdote desaparece una
de las más legítimas glorias de la P ía
Sociedad Salesiana: humilde, piadoso,
sabio, era el P. B a ra tía un modelo de religioso
y salesiano. « Su nombre, dice la Setlimana Sociale, era bien conocido por sus obras de socio­
logía, filosofía, música y agricultura. Fué el prin­
cipal divulgador del Sistema Solari.
» H abía nacido en 1861. Hizo los estudios
gimnasiales en el Colegio de D. Bosco en Lanzo
Turinés. E l 76 se alistó en la P ía Sociedad Sale­
siana. F u é profesor en Lúea y Alassio; se ordenó
en 1884 y el mismo año se doctoró en Letras en
la U niversidad de Genova. E n 1889 fundó en
Parm a el Instituto Salesiano de San Benedetto
y la Prim era Escuela Superior de Religión en
Italia. E n 1904 fué nombra o R ector de la iglesia
de S. Juan E vangelista en Turín é Inspector de
las Casas Salesianas del Piamoni e.
< F u é exam inador prosinodal en Parm a y
miembro de varias entidades científicas. Hombre
de admirables dotes y de cuahdades que rara­
m ente se hallan reunidas, dice i \‘¡ m i.t ■ el
P. B a ra tía enseñaba p e d a g o ^ . dirigía las almas
con la suave fortaleza propia de los hombres de
Dios, enam oraba á los jó\’enes y niños de los
ide^es más bellos, disertaba de Agricultura.
Sociología, Literatura y Teología, con la misma



212

facilidad que inteq)retaba y enseñaba á inter­
pretar á Palestrina y Perosi.
i> lya noticia de su muerte ha despertado vivo
dolor en toda clase de personas: los diarios le
dedican cerradas columnas, el Consejo Muni­
cipal de Parma sentidas palabras y publica un
manifiesto invitando el pixeblo á los funerales,
que dice así:
« líl luto de la Sociedad Salesiana de la cual
era incomparable hijo, es luto de Parma, en
donde se había cautivado con la elevación de sus
miras, la nobleza de su espíritu, la profundidad
de su genio, la constancia en los propósitos, la
dignidad y variedad de sus oficios y la operosidad
benéfica; el afecto, la estima y el aplauso de los
amigos; la reverencia y admiración de los adver­
sarios.
» H1 hombre insigne que lloramos vino á fun­
dar entre nosotros un colegio que cumple una
gran misión de sabiduría y amor, y su memoria
vivirá indeleble.
*>É l recogió en tomo suyo con afán solícito á
los nidos y á los pobrecitos, á los hijos del pueblo,
para formar en ellos al hombre nuevo, regene­
rado en el Evangelio, instruido en las artes y las
ciencias, aguerrido en las batallas de la vida.
» Hombre de pensamiento y de acción, amigo
de Solari, comprendió su alma profunda, di­
fundió su doctrina, y se hizo precursor de un
nuevo orden social en el cual el arte de los campos
com-ertido en instrumento de indefinida con­
quista, restituye á los hombres la paz, la abun­
dancia, el bienestar.
» Carlos Baratta vivió en diez lustros una vida
de doble duración; sin preocuparse por su vida,
se impuso un trabajo ímprobo sin tregua y sin
descanso, y se extinguió como la lámpara, ali •
mentando la luz ».
Los funerales fueron dignos del ilustre varón.
Entre los muchos que los honraron con su pre­
sencia, figuraba una lucida representación de sus
Antiguos Alumnos, y entre ellos el H. Micheli.
diputado al Parlamento.
l'lescansa en paz. alma escogida y bendice
<lesde el cielo á los que ludíamos en la tierra por
los ideales por que luchaste tú I
En S. Salvador (Centro América) el 5 de mayo
p. p. volaba al délo la

Srta. María Josefa Dueñas.
Era la extinta modelo de \4 rtud y por la bon­
dad de su corazón y ;[>or los delicados sentimien­
tos de su apadble espíritu era muy querida
cutre sus familiares y amigas. Fue siempre en­
tusiasta Cooperadora Salesiana desde el mo­
mento en que conodó la Obra de Don Bosco,
imitando en ese cdo por el bien, los ejemplos



luminosos de su hermano el Iltre. Sr. Canón^o
Dr. D. Juan Antonio Dueñas; á quien presenta­
mos nuestro más sentido pésam e por tan dolorosa pérdida, m ientras pedimos á todos nuestros
lectores una oradón particularísim a por d fllma
de la inolvidable finada.

Cooperadores Saleslanos difuntos.
ESPAÑ A

Sra. Da. Inés Cañizares
Ahnodóvar (Ciudad Real).
> > Patrociiiia Ipieits Escartin.
Biescas (Cuenca).
» » Ana Josefa García Fernández
»

Sr. D. Enrique Ortiz y Garrigó
»
»
R. J. Valdiglesias Siciiani
»

Rdo. Sr. D. Jacobo Freiral
CoruM.
»
» » Leopoldo Vinayo
Cuena,
Excitio. Sr. D. Luis De T.'pia
Madrid.
limo. Sr. D. José Fernández de la Hoz
»
Sr. Dr. Juan M. Mariani
*
Sr. D. Mariano Garriga
»
Sra. Da. Matilde Calvillo
»
» » Benita Guijarro
»
» > Maria Guillen Batista
Maguer(Hue
» » Maria del Carmen Corbacho Vélez Monlellaiu
(Sevilla).

» »Rosario León
Sevilla.
» »
» González
*
» >
» Girón
*
Rdo. P. Francisco García Tejera
*
Sr. D. Francisco Fernández
*
Sra. Da. Luisa Saiz
Villar D Garda (Cuenca).
D. José Cardona y Rocamora
Srta. Maria Pascual

Dña. Isabel Domínguez del Valle-Villa Aíeva de Aron.
D. Pascual Pérez
AlicanU.
DiTa. Emilia Paya

Dfla. Cornelia Díaz
*

A M É R IC A .
Srta. Elisa Carrillo
Boconó (VenexueU
Sra. Da. Ana Agostini v. de Boer
Cura'c:» > Maria v. de Quiñones
Chañe (Ecuad' t.Sr. D. Euclides Gómez
Cabuyal (Colombii).
» »Emigdio Duarte
Chía
*
» »Ricardo Dinz
Cali
*
Srta. Inés Mercado R.
»
»
Sr. n. Julio Cuadras
»

*

>Eulogio Echeverri

»

*

> » Fernando Mosquera
»
*,
Sra. Da. Isabel R.^le Marroquin
G ii-tI''”'’ \• » Margarita Verguido
(7í«j_>’<7íhi/(Ecui*'''’ •
» » Isabel Infante
»
» » Juana Padrón de Muciá
Nabar..!
• » Serafina Pérez Bnzzi
»

Sr. D. Pedro David
»
» .
'
Rdo. Sr, 1). Ramón Prado
Libertad (Nicaran*"' •
Sra. Da. A.suucióu Gaviria
Medellin (ColoiobM •
Sr. D. Luis M. Sierra
»
.
» » Angel E. de Lascurain

» • Baltasar Ri>do
La Paz (Boln V'
> » Modesto Rivadeneira
Quito ^Ecuau«'.
Sra. Da. Francisca Andrade de Andrade »
*
• » Isabel .M. Ponce
»
'
>
>Luz Matilde
»
*
Sr. D. Luis H. Giler
Rocafuerte
»
> » Manuel B. Rodríguez
»
’ ,
» » Leandro .Aguilar
S. Lorenzo de la r/*-'-''
(Paragt:^-> •
Sra, Da. Maria L
Aquíno »
*
» » Gregoria S. de Sabaté »
*
» » .\ntonia Mendoza l illa S. Pedro
'
Sr. D. Anastasio
»
»
» » Cecilio Lucero
Viedma (.\rgent;.
Con aprobación de la Autoridad E c le s i i i s u c a Gerente: JO SE GAM BIN O.
Establee. Ttp. de la S. A. Int. para la IL Pr*
Corso Regina Margherita, N. 176 - TURIí'»*

Fecha
1910.08