BS_1909_11

Ficha

Título
BS_1909_11
Descripción
Boletín Salesiano. Noviembre 1909
extracted text
AÑO XXIV

N.

Noviembre de 1909

II

2

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Boldin $ak$iano

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(? g t)'^ C ^

Turín — Via Cottolengo N. 52.

3
3 >4

De Gallegos ni Rio Ar~
gemino • Una misión entre los Tehnelch^s, * 57
nuevos bautismos................................................... 292

D e n u e s t r a s m is io n e s :

7

11

^

Méjico, Santiago de Chile, l inees, Zapatoca . 300
Gracias de María Auxiliadora................................. °*
Ribliografia................................................................. t
Por e l mundo sa le sia n o : España: Barcelona,
Córdoba — Italia: Valdocco, Giaveno — Palesti­
na: Belén — América: Buenos Aires,
Méjico, Panamá, Santa Tecla, Saji Salvador . 305
Memorias biográficas de Mous. Luís Lasagna . . 309
Necrología; Moiis. Emiliano Manacorda, D. Miguel
Antonio Caro, D. Ruperto Sánchez, Dr. Enrique
López Echeverría, Da. María Romero Pintor . 31T
Cooperadores difuntos..................................... .... .
^*

SUMARIO: ¡Noviembre!
..................................... 285
Misión Social de la Obra Salesiana....................... 2S6
Domingo S a v i o ........................................................288
Tesoro espiritual........................................................ 290
A los amantes de la Juventud................................. 290
Croniquilla.................................................................291

E l c u l t o d e M a r í a A u x i l i a d o r a : E cos d e la
fiesta d e M. A u x ilia d o ra : Rodeo del Medio, Rosario,

^^

3

-

A ,

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f

¡I^oviembre!
ien sabemos que tal vez no hay paí^ cq que taqto se quiera á !as
ánimas bendita^ del Purgatorio como eq España y América
española, sin embargo recomendamos que cq este me^ sean más
abundantes y más fervorosos los sufragios que questro^ lectores
le^ tributeq. J\ este fin no perdamos de vista los siguientes
peqsamicntos:
Es questro deber sufragar las benditas ánimas porque Dios nos lo
manda, siendo que ellas sufren y son alma^ de questros prójimos, padre^,
bienhechores y amigos, á quienes debemos mucho y tal vez todo, después
de Dios;
las ánimas de por si no pueden librarse de aquella^ atroces penas i
indecibles tormcqto^, micqtras nosotros podemos acelerarles !a entrada en
gl cielo, aplicándoles limosnas, oracioqes y bueqa^ obras, si e^ que de^eamo^ de vera^ su felicidad y sumo bien;
sufragándolas procuramos gloria á Dios, y á nosotros, protectores en
vida y muerte, y méritos para la vida eterqa; como ha escrito San Ambrosio;
Todo lo que damos á las ánimas se convierte en gracias para nosotros,
y después de la muerte encontraremos centuplicado el mérito.

Misión Social de la Obra Salesiana
V.

2) » D. Bosco estimulaba á sus obre­
D. Bosco y los sindicatos etc. — ¿Obró ros narrándoles las esperanzas ciertas
de un porvenir espléndido también para
con pleno conocimiento de causa?
ellos. Prometíales que los aposento:
El Venerable no descuidó nada de pobres donde entonces se albergaban,
lo que podía mejorar la suerte del serían reemplazados por vastos salones,
obrero, elevar su dignidad, favorecer donde el aire y la luz entrarían á pla­
su iniciativa.
cer. > Allá deberían llegar paulatina,
i)
€ Desde 1847 creó entre los jó­pero necesariamente, sin emplear otros
venes que frecuentaban los Oratorios medios que el severo cumplimiento del
festivos una Sociedad obrera de M u ­ deber, la exactitud escrupulosa en los
tuo Socorro. Su objeto era ayudar á contratos, y sobre todo la instrucción
los coinpafieros que cayeran enfermos y educación y el sentimiento cabal de
ó se vieran involuntariamente privados la dignidad humana. ¿ Y esta no era
de trabajo. La cu&ta era de 0,05 se­ una santa, pero verdadera revolución
manales, sólo después de 6 meses po­ obrera?
dían gozar las ventajas de la Sociedad.
3) « Desde el año de 1856 comenzó
El personal directivo constaba de di­ á hablarles de Exposiciones artísticas,
rector y vice-director, secretario y vice­ donde podrían exhibir sus artefactos y
secretario, cuatro consejeros, un visita­ recibir el premio del talento ayudado
dor con sustituto y un tesorero. El del trabajo. D. Rúa , que asistió á
auxilio á catla miembro era de 0,50 estas descripciones, asegura que la pa­
diarios, mientras duraba la causa. Cada labra de D. Hosco se animaba y se
obrero tenía una libreta, en cuya portada revestían de una poesía encantadora sus
se leía: ¡O h cuán bue7ia y cuán dulce pintorescas frases. Parecían sueños de
cosa es que vivan los hermanos en mutua de imagiíiación enferma ó fábulas agra­
unión! Salmo 132. Mucho antes había dables, y han venido á ser realida­
establecido la de S. Luis; pero com­ des » (i).
prendió que « no es fácil estrechar en
Si nuestro objeto fuera hablar del
haz cerrado á todos obreros, si no se tacto y delicadeza admirable del Ve­
les atrae con algunas ventajas mate­ nerable, mencionaríamos su habilidad
riales. »
y su sencilla, abierta y franca dipi<» Como hombre avisado, formó am­ macia para no chocar con los ait'sta>
biente, y cuando el terreno estuvo pre­ de fuera, para no excitar sus celos,
parado, nombró una comisión que to­ no vulnerar, antes asegurar y aumen­
mara la iniciativa, porcjue « del obrero tar sus intereses, cosas todas que tienen
desconfía menos el obrero*. En 1850 que cuidar muy tnucho los Directores
aparece ya pujante la Sociedad. Las
de Escuelas Profesionales.
prácticas de religión no se descuidaban,
formaban el alm a; pero el auxilio ma­
terial constituía el cuerpo. Como los
Pocos, muy pocos — que sepamos —
obreros palpaban las ventajas, se adhi­ han tratado la Obra Salesiana como
rieron multitud de ellos (r).
obra social. La mayor parte la esd(1) L u m o y n e . Memorie biogrifiche ccc., T. IV, c. S.

(i) Ib. T. V. c. 6i.

-

287

--

No era el último de sus medios la
man y aman como obra de beneficen­
cia y nada más, y no creemos ofender descripción de la entrada triunfal de
á nadie diciéndolo, porque ese es el los obreros en el cielo y el premio
con que los galardonaría el Obrero de
ambiente creado en torno.
Y sin embargo nosotros no podemos Nazaret. >
En este asunto es imposible pres­
concebirla de otro modo: y no esta­
mos solos: el Card. Spínola no podía cindir de la Religión. Don Hosco fundó
considerar el Salesiano sino como un entre los obreros Sociedades, especie
educador necesariamente sociólogo (i). de Sindicatos, Cajas, etc., etc.. Los So­
A la vista tenemos un célebre dis­ cialistas hacen lo mismo, y sabemos
curso del Card. Maffi , que dice lo con cuál éxito: el obrero será siempre
mismo; otro del católico batallador obrero y hombre, á pesar de todo;
Marqués Crispolti; otro del abogado y la soberbia y la codicia y la am­
Javier Fino, uno de los más brillantes bición naturales en el hombre no se
oradores del catolicismo laico italiano, matan con esas instituciones, buenas,
y una carta de Leroy, y todos afirman santas, necesarias.... cuanto queráis,
lo mismo, y no podía ser diversamente. pero ineficaces. La base y el pináculo
tienen que ser la fe práctica en la
Providencia, la Religión católica. Ella
sola,
no la idea estéril, sino como nos
I Don Hosco se dió cuenta de esto? ¡ S í!
la
pintan
S. Juan y Santiago, en obras
Pero mejor será que oigamos al
y
verdad,
Ella es la sola institución
tantas veces citado biógrafo. En el
capaz,
porque
lo tiene todo.
Tomo IV. Cap. 66, Pags. 664 y 5, se
Notemos que hablamos de la edu­
expresa a sí:
cación,
no de la conquista. Esta exige
« Mas esto no era todo. Dotado
otro
camino.
de inteligencia profunda y perspicaz,
Pero volvamos al Hiógrafo:
veía los peligros que amenazaban á las
€ Mas por sí solo no podía realizar
naciones y la tiecesidad de resolver la
cuestión obrera en sentido cristia?io. El el designio de las fábricas y oficinas
socialismo se había manifestado en cristianas, mansión de alegría, de la
otras naciones y amagaba ya á la Ita­ paz, de una actividad santa, cuyos
lia. I^os partidarios de las ideas ne­ alumnos se esparcieran por el mundo,
gras, los jefes de las sectas secretas, resueltos á afrontar las dificultades de
convencidos de que el porvenir sería la vida, á seguir inflexibles la línea
de quien supiera apoderarse del ánimo recta que Dios les ha trazado, á ser
y corazón de los obreros, desplegaban soldados de la Iglesia Católica y por
un celo verdaderamente satánico para ende del orden público, alma de las
embrutecer á las masas, á fin de te­ Sociedades Católicas obreras. »
Como se ve, D. Hosco aspiraba nada
nerlas prontas para cualquier exceso y
menos
que á crear el núcleo, el alma
poder subir sobre sus espaldas á las
cumbres del poder y las riquezas. Don de la Sociedad futura, ó sea del J^eiHosco, pues, se determinó á impedir nado social de Jesucristo. ¿ Es dema­
por su parte y en lo que pudiera, siado? La Sociedad Salesiana no está
tantos desastres, sirviéndose de los mis­ sola. Estáis vosotros, Beneméritos Coo­
mos obreros, conduciéndolos á aquella peradores, y están todas las personas
religión que es la única que puede de buena voluntad. D. Hosco cumple
la orden recibida de lo alto, abre el
mantenerlos contentos en su estado.
camino, nos muestra á nosotros la
(>) D. Basco y so Obra.
tierra prometida, á todos los católicos

incumbe conquistarla... Por su parte
liizo lo que pudo, y más de lo que
pudo, para perpetuar su obra. Como
la experiencia le demostraba que las
obras individuales suelen caer con el
hombre que les dió vida, este pensa­
miento fué el que engendró la Pía So­
ciedad Salesiana, y en especial — y
a(|uí está la gran originalidad de su
obra — esa rama importantísima que

D O M IJ\ ÍG O 5 A V IO
IQn gran satisfacción presentamos ¿i
nuevo á nuestros apreciados lectores íw
singulares virtudes del siervo de Dios
Domingo Savio. Pocos meses há anunciábamos ú
decreto de la Sda. Congregación de Ritos en el qm
se ordenaba fueran recogidos todos los escritos dd

CO RD O BA (Esp.) — Alumnos de las Escuelas Gratuitas.

son SUS Coadjutores, cuya importancia
social no se podría declarar sino di­
ciendo que sin ellos los Salesianos no
serían vSalesianos, es decir, « Soní'c/<u/
yin providencial es la
educación de la clase media, cuyo ca­
rácter distintivo, la educación completa
del obrero. Por eso los Coatljutores
suelen ser hombres de arte; y nuestras
casas, no talleres, sino Escuelas Pro­
fesionales,
( Concluirá).

joven Siervo de Dios, y ahora con grande y sanD
alegría podemos comunicar á nuestros U'doriS
varios trozos de algunas cartas que varios Carde­
nales, Arzobispos y Obispos han enviado al Padre
Rúa, quien, ¡uihiendo sido reimpresa con otr^
memorias la biografía del Siervo de Dios escrita
por el mismo Í V«. Jttan Bosco, se ha considerado
en el deber de enviar una copia á los Miembros do
Sacro Colegio y á todo el Episcopado Italiano.
Publicando este Florilegio, en primer lugar pro­
testamos formalmente de que no queremos dar i
ninguna expresión otra autoridad que la q^
Iglesia permite, sometiéndonos en todo á su iifictoy en segundo lugar en nombre del P . Rú.J reco­
vamos las más e.xpresivas gracias al impone*^
número de sagrados Pastores que tan afectuosos
han fnostrado con nuestro Superior.

— 289 —
I.

¿Quién fue Domingo Savio?
En la %*ida del joven Domingo Savio escrita
por el Ven. Bosco encuentro explicada la propa­
gación del Instituto Salesiano y di inmenso bien
que esparce entre la juventud. Cuando encon­
tramos á un fundador y alumnos de esta especie
no podemos de ningún modo negar que les acom­
paña la bendición de Dios. Y de entre estos ni­
ños, Domingo es una figura que sobresale por su
bondad y candor que nos recuerda aquellas pa­
labras del Salmista: « Minuisti eum paulo tninus
ah angelis p. Nosotros cargados ya de años nos
sentimos humillados ante tales virtudes de un
joven de quince años; pero á aquellos que toda\’ía
están en la flor de su juventud, el perfume de
tanta inocencia les ser\úrá de estímulo para di­
rigir sus primeros pasos hacia el sendero de la
piedad cristiana. Feliz fué Domingo por haber
encontrado en D. Bosco su biógrafo; y así la vida
de un santo fué escrita por otro santo. Así es
que yo hago votos, y ardientes, á fin de que
nuestra Santa Madre la Iglesia eleve pronto á
entrambos al honor de los altares en tanto que
tienen ya preparado el culto en nuestro corazón.
Roma, S5 octubre 190S.
A . C ard. A g lia r d i .

Gloria de la Compañía de Jesús fueron en sus
principios tres santos jovencitos, Duis Gonzaga,
Estanislao de Kostka y Juan Berckmans. Más
tarde los Pasionistas y íos hijos de S. Alfonso M.
de IJgtJno tuvieron al Beato P'rancisco Possenti
y el taumaturgo Gerardo Maiella. Pensando y
meditando yo sobre estas cosas, he podido com­
prender que en estos tiempos posteriores á la
reforma, llamados tiempos modernos, Dios quiere
atraer hacia á si á la juventud por medio de la
juventud santa.
¿No fueron siempre los niños el objeto predi­
lecto de Jesús? Y en estos últimos tiempos ¿no
se aparece la \’irgen ya en la Salette y después en
Lourdes á almas jovencitas?
Obser\’ad cuánta multitud de jovencitos han
sido la gloria de la Iglesia mediapte los Asilos,
Horfelinatos. Colegios y Oratorios festivos. ¿Qué
significa todo esto ?
diré en pocas palabras: « E l porvenir per¡cK::r,ii ¿ ¿2 íglfsia *. Donde hay juventud allí
iiay vida, allí hay la \irtud de Dios.
Por esto es que gozo al ver que el Instituto del
^ en. Bosco. del mismo modo que los Hijos de
S. Ignacio, de S. Pablo de la Cruz y de S. Alfonso,
pueda también presentar á los pequéñuelos, á los
niñcK y á los jovencitos, un modelo angélico, en
el Siervo de Dios Domingo Savio. un ángel de
quince años y que un día lo veremos en los al­

tares para conducir á otros jóvenes á Jesús. La
\úda de Domingo Savio tiene páginas hermosas
de santidad.
Pero todavía ima cosa más digna de admira­
ción y es que los Jesuítas, Pasionistas y los de
S. Alfonso nos presentan jóvenes santísimos que
abandonaron al mundo entrando en Religión.
Pero los Salesianos pueden hablar más directa­
mente á los niños y á la tierna'juventud seglar,
mostrándoles un jovencito también seglar, v i­
niéndoles á decir que también los seglares pue­
den ser santos.
¡Qué Providencia la de Diosi ¡Aquí se ve su
dedo!
^

CARMELO P u ji.\,

Arzobispo de Santa Severina.
L a \úrtud tiene siempre los más bellos atracti­
vos, pero cuando ésta resplandece en un jovencito con luz vivísima, entonces arrastra y ena­
mora. He leído la \úda del joven Domingo Sa\úo
escrita por el inmortal D. Bosco. Eran dos almas
que se entendían mara\-iUosamente. Bajo los
cuidados del Venerable imposible le era al buen
Domingo no pasar de virtuie m virtutem. ¡Qué
grata fragancia no despiden aquellas páginas!
¡Con cuánta claridad se palpa el orden miste­
rioso de la Providencia en el guiar, regir y custo­
diar aquella alma privilegiada tanto desde niño
y luégo de joven y en el hacerlo caminar á gran­
des pasos por el sendero de la perfección! Afor­
tunado de él y afortunados también todos aque­
llos hijos que acudirán in odorcm unguentorum
ejiis. Procuraré que lean aquella hermosa vida
los numerosos alumnos de mi Seminario. Inego
la enviaré al Círculo de la Juventud Católica
Reatina, colocando al mismo tiempo en el mejor
salón del edificio el retrato de dicho joven, á fin
de que los socios se animen á imitar sus her­
mosas virtudes, y para que él, que vive lleno de
felicidad en el cielo, los proteja y ayude á man­
tenerse fieles y puros,
29 febrero 1909.

^

B uenaventura Q

u in t a r e l l i .

Obispo de Rieii.
E l joven Siervo de Dios Domingo Savio es
una dulce figura del Paraíso, modelada según el
corazón del Ven. D, Bosco, ó mejor dicho según
el Corazón de Jesucristo de quien el \’enerable
fué fidelísimo imitador pudiendo él muy bien decir
de sí mismo las palabras del Apóstol: Imitaiores
mei esiole, sictü et ego Christi.
El joven Domingo será siempre el modelo para
la pobre juventud que hoy más que nunca es ne­
cesario que se eduque más con el ejemplo que
con la palabra. Y yo quisiera que los jovencitos
aprendiesen de él el deseo y la necesidad absoluta
de presentarse de la corrupción del mundo y de

290
nutrirse diariamente con el espíritu de piedad,
pureza y rectitud cristiana.
17 iiiarzu 1909.

^

D om ingo A m brosi ,

Obispo de TerracÍ7ia, Sezze y Pipcrno.
Id gran Siervo de Dios, hijo predilecto del
Ven. Inmdador y Padre D. Bosco que tanto su
nombre como apellido simbolizaron su futura
santidad, habiendo pertenecido todo él al Señor,
y habiendo y a desde sils primeros años edificado
eu la firme piedra, es un alma verdaderamente
privilegiada y un alumno carísimo del incomparaí)le D. Bosco. Junto con su ingenio unió una
precoz y admirable santidad; fué un cándido
lirio por su pureza, en su pequeño y débil cuerpo
albergó un alma grande, generosa y verdadera­
mente apostólica; en él existía un espíritu sin­
gular, inclinado á una penitencia no común y que
lo hace objeto de estima veneración y amor para
con sus condiscípulos, para con sus superiores y
maestros. Dios ha querido presentar á la juven­
tud un nuevo y esplendoroso modelo de cris­
tianas virtudes.

13 febrero

1909.

0

M a x im ilia n o N o v e l l i ,

Obispo de Colle de Val de Elsa.
(Contiunaiá),

T H S O K O ^ ^ E S m iT U A L
Los Cooperadores .Salesianos que confesados
y comulyados^ visiten devotamente una iglesia
ó capilla pública, ó si viven en comunidad, la
propia capilla, y nieguen s4 gún la intención
del Sumo Pontífice, pueden ganar las siguientes
indulgencias plenarias:
En todo tiempo:
i f El día que dieren su nombre A la Unión
de Cooperadores;
2 ° Una vez al mes, el día que cada cual quiera
esco ger;
3. ®Igualmente una vez al mes, el día que
asistan A la Conferencia;
4. “ Asimismo una vez al mes, el día que Imgan
el ejercicio de la bnena muerte;
5. " ICl día que por primera vez se consagren
al Sgdo. Corazón de Jesús;
6. ®Catla vez que por ocho días consecutivos
se retiren A hacer ejercicios espirituales.
7. * En artienfo de muertCy si confesados v comn/Qados, ó almenos contritos, pronunciaren
devotamente el Smo. Nombre de Jesús con la
boca A ser posible, ó al menos con el corazón.
En el mes de Diciembre :
1°. El día S. Fiesta de la Purísima.
20. El día 25, Pascua de Navidad.

X I.

Dos palabras especíale^ á iodos (o^ padrss
y una e^pecialísima á lo^ padres adir]erados.
Para vosotros, padres y madres de familia, sm
las últimas rccomendaciofies. Suponemos que «os
habéis seguido hasta aquí, y que, como el señor Cura
de Zaragoza, estéis convencido^ de lo bella y nece­
saria que es la Obra de los Oratorios festivos.
Escuchad, pues:
I®S i en el lugar donde residís, existe el Oratorio
festivo, mandad á el á vuestros l^ijos. Seréis vos­
otros los primeros en ganar, porque los jiiños se
harán tnejores cada día; es decir, más obedientes,
más dóciles, más trabajadores, resueltos á evitaros
molestias y prontos á daros ínuchos co7isuelos. Eso
se les enseña en el Oratorio, y de un 7nodo que ellos
tienen que aprenderlo y practicarlo, porque se les
enseña á amar.
S i en vuestra parroquia no existe, ni en las
cercanías, entonces no dejéis de mandarlos á la
doctrina de la Parroquia. Con vuestro auxilio y
autoridad, los párrocos no tendrán el dolor de verse
aislados y solos.
Pero debemos haceros una adi)ertencia aun á
riesgo de parecer entrometidos.
Velad porque los niños no os engañen, vencién­
doos que van al Oratorio ó á la parroquia, no se
vayan adonde el diablo los lleve, en compañía de
guien sabe quién, porque falsos amigos abundan
y perversas curiosidades no escasean en calles y
plazas.
2“ Y muchos son los lugares donde los Ora­
torios no existen. Aquí <¡n España son bastante
raros. Convenceos y persuadios que no es sola­
mente- á los párrocos á quienes Us incumbe trabajar
por fundarlos: es también y principalmente á los
padres y madres de familia, cuyos son los niños.
Por lo mismo, ayudad á los señores Curas en esta
empresa.
Grande, inmenso es el bien que un Cooperador
6 Cooperadora salesiana puede hacer con el con­
sejo. con la limosna y sobre todo con la obra per­
sonal. Decía D. Bosco que hoy día los Oratorios
festivos son la única tabla de salvación para U
pobre juvcntiui. Y continuaba: < Los sacerdotes,
por celosos que sean, no pueden hallarse en todas
partes ni hacerlo todo: necesitan quien los secundequien mande niños, quien les avude á vigihrlosy
enseñarlos. Esie es un campo vastísimo b.ira W
apostolado seglar.



291

Cuenta el Venerable que en una población de
6.000 almas, apenas 40 niños acudían á la doctrina.
Entonces los Cooperadores se pusieron á la Obra
y en breve llegaron los niños á 400; en la Pascua si­
guiente hubo 700 wpzos que se acercaron á recibir
los Sacramentos y entre ellos 400, de uno y otro
sexo, por primera vez recibieron á Jesús en su
pecho. Ya podéis imaginar la satisfacción de los
Cooperadores. ¡ Y allí no había Salesianos! pero
el párroco tenía s« espíritu.
Sería de desear que donde hubiera ya un pcqueño núcleo de Cooperadores Salesianos acome­
tieran la obra.
Y vosotros, padres felices, que, colmados por el
cielo de riquezas y comodidades, no tenéis que preo­
cuparos tanto por vuestros hijos porque podéis
tenerlos bien vigiladitos y atendidos en vuestra
casa ó en «« buen instituto de educación, ¡ah! vos­
otros
os olvidéis de iayitos pobres niños, cuyos
padres no pueden atenderlos por tener que tra­
bajar de la mañana á la noche para proporcionar­
les un pedazo de pan. S i vosotros no les ayudáis,
crecerán viciosos, y serán hasta ynalvados.
^Habremos de decir todo lo que ^ieniimos? Cuan­
do en vuestras salas se presenta una pobre mujer
harapienta {si es que á la sala logra entrar; no.
cuando golpea esa mujer harapienta á vuestra
puerta y por una feliz casualidad logra veros á
ros mismo, ó á vos misma) con dos criaturas en
brazos, sentís naturalmente un estremecimiento de
compasión y le dais una limosna. Os diremos que
diariamente, aunque vosotros no lo queráis, se os
presentan dos matronas, más grandes que vosotros,
cu liiíNtos humildes, hechos jirones porque la desgr.}cia h i despedazado, y os tienden la mano su­
plicante pidiéndoos pan para sus hijos. ¿No sentís
algo en vuestro corazón.^ Y esas matronas tienen
ticr:cho lí vu -stras consideraciones y á vuestro
^
á vuestros sacrificios ¿se los negaréis.^
Son la Religión y la Patria.
¡Cuántas luchas ha de sostener una y otra contra
los ciemenfos del desorden! ¡ Y os interesa tanto á
vosotros su conservación!
T^íi.'O/jos habéis ya poblado de hospicios infantu:s !.is ciudades {/es verdad que en algunas parie< los incendiaron los que más los necesitaban!).
oKor.i pensad en alguna institución para esos
niños al abandonar esos nidos de inocencia. Salen
cd.vd más peligrosa: su mismo candor es
un peligro más en medio de este mundo corrom­
pa
S i no podéis fundar colegios y escuelas pro­
fesionales para ellos, á lo menos procuradles un
Oratorio festivo, donde cada semana refresquen
lo aprendido, lo aumenten y encuentren preserva­
tivos co>üra el mal.
¡Como bendecirán 'vuestro nombre! ¡Cuán grande
recompensa os dará en su día el Padre Celestial!
(Continuará).

h



CRONIQUILLR
ITALIA.
ALEJANDRIA. — Los oratorianos adquirieron últi­
mamente una hermosa estatua de S. Luis que les
regaló una excelente Cooperadora salesiana. La
bendijo Moas. Villa. Cantaron la Misa III de Haller
y tuvieron una lucida procesión y una velada, en la
cual tocó la charanga del Oratorio y prommeió el
discurso un profesor del Colegio sale-siano de Borgo
S. Martino. Fueron premiados los 120 mejores alum­
nos del Oratorio que se distingxiieron por su cons­
tancia en asistir y estudiar el catecismo, del cual
sufrieron riguroso y público examen. También se
inauguró solemnemente el Circulo esportivo « Ale­
jandría y todos juntos dieron un buen paseo al
vecino pueblo de Valle S. Bartolomé, donde los
hospedó el cooperador salesiano Cav. D. Carlos
Cuttica.
MACERATA. — La Robur, premiada conmedalla el
18 de J ulio en un concmrso, fué invitada á honrar con
su pre,sencia la fiesta de S. Antonio do Padua en
Francavüla d ’Este. Tomaron parte en los festejos
y ejecutaron admirables maniobras que debieron
granjearles estima y simpatía.
RANDAZZO.— Inauguróse LaVigor, con a.si.stencia
de dos diputados y de las autoridades eclesiásticas
y civiles. Fueron padrinos de la Bandera el Hono­
rable Diputado Sr. Barón Romeo delle Torrazze y
su digna esposa, la baronesa Dona J ulia.
SCHIO. — Un ejemplo que debemos lodos imitar.
— Laudabilísimo y en estos tiempos necesario es que
los jóvenes se alísten con tiempo en algún Círculo
Católico de carácter serio y práctico para formarse
en la vida religiosa y social, porque amique Ifis diversione.s y la gimnasia son cosas excelentes como
medios, quien buscara sólo por ellos el Oratorio, no
lo diferenciaría de un teatro de variedades. Por
c.sto, el Sr. Arcipreste de Schio, imitando lo practi­
cado por los Salesianos en 'otros puntos. y con el
fin de que el Oratorio sea un seminario de las so­
ciedades de adultos activos y ejemplares, fundó la
sociedad * Concordia * con magníficos locales, de
modo que aún por el lado estético nada deje que
desear y los jóvenes encuentren gusto y satisfacción
en ellos. Tiene por fin principal la cultura social y
religiosa.
La sección gimnástica está distribuida en tres
subsecdones: de grandes, medianos y pequeños,
que trabajan con entusiasmo febril. Hay además
una institución muy atractiva: el Dopo Scuoia
(Después de clase), frecuentada por grandísimo nú­
mero de jóvenes. los cuales, además de las diver­
siones. tienen comodidad para cumplir sus deberes
escolares y darse á buenas leetmas.

50 5

DE JMUESTRAS MI I JSÍE
■\c:

' L í --------) J

PatagoDia líIeridíonaK
De Gallegos al Lago Argentino — Una
misión entre los Tehuelches — 57 nue­
vos bautismos.
[Relación del Misionero D. Pedro Renzi).
Río Gallegos, 25 de Abril de 1909.

Revino. Sr. D. Rúa:
volver de una misión de treinta y dos
dias en medio del Territorio comprendi­
do entre el río Gallegos y el Sta. Cruz,
después de un trayecto de más de 1500 kms. me
apresuro á darle una noticia circunstanciada en
la convicción de que así haré una cosa grata á
V. R. y á los lectores del Boletín.
vSalí de Gallegos el 2 de marzo con un joven
catequista y un guía con trece caballos, cami­
nábamos alegres acariciados por un vientecillo
que soplaba del Oeste; y la esperanza de poder
hacer un poco de bien á algunas almas me alen­
taba y hacía parecer lento el desenfrenado ga­
lopar de los caballos.
L a pam pa p atagó n ica — j C uántos p ro ­
testan tes ! — L a c a za del león pum a.
Después de una larga marcha por la monótona
llanura, el tres dejamos atrás el florido valle de
Coyle que le describí en mi última, penetrando
en el centro de la Patagonia. rodeada por todas
j)artes de innumerablesrebaño§deovejas, grupos
de caballos, grandes manadas de veloces guana­
cos y frecuentes cuadrilhis de avestruces que al
vernos correr á rienda suelta, bajadas las alas
corrían á la desbandada haciendo grandes curvas
serpentinas; mientras algunos guanacos, parados
sobre una pequeña colina estaban á la espectativa interesados jx>r conocer si marchábamos
contra ellos ó los dejábamos pacer y relinchar
tranquilamente. De trecho en trecho, aunque á
grandes distancias, encontrábamos alguna laguna
que nos permitía apagar la se<.l con sus cristalinas
aguas: l>ero á menudo eran aguas saladas que
exhalaban ua olor desagradable, y otras secas
cubiertas de una capa de sal que semejaba una
escarcha, finalm ente después de unas seis ó

siete leguas llegamos á la casucha de un pastor,
que sentado junto al fuego, con la pipa en la
boca y los perros lamiéndoles las manos callosas,
ora hablaba ó razonaba consigo mismo, ó bien
tatareaba una cantilena interminable. Alzóse del
escaño en que estaba sentado, é invitónos á que
nos apeásemos del caballo y mientras estaba á
punto un trozo de carne puesto sobre el fuego
obsequiónos con su mate que j amás les falta.
Comimos entonces hasta saciarnos, pues según
frase proverbial de esta gente, en la Patagonia
débese comer para prevenir el hambre que des­
pués venga, ocurriendo con frecuencia el caso
de tener que quedarnos dos ó tres días en ayunas
hasta que un penacho de humo en lontananza nos
indique la presencia de algún ser humano. Ter­
minada la comida montamos de nuevo en nues­
tros caballos confiados en que antes de la noche
encontraríamos una nueva casa donde poder
dejar reposar los miembros fatigados; y, gracias
á Dios, quedaron complidas nuestras esperanzas
pues todos al ver al sacerdote se esforzaban por
agasajarlo lo mejor posible.
Así pasamos, amado Sr. D. Rúa, los siete días
primeros, siempre á caballo recorriendo en todas
direcciones vastas distancias, sin que por eso nos
faltase la Providencia en lo indispensable y lo que
es más. encontrando siempre comodidad para
celebrar la santa Misa, que es el mayor solaz para
el misionero.
Pero una pena me desgarraba el corazón \‘iendo
que muchas de las familias que encontrábamos,
emigradas por supuesto, eran de religión protes­
tante y por esto, á pesar de tener niños no me per­
mitían ios bautizase, esperando la visita de su mi­
nistro. Entonces yo ocupábame con los criadosy
pastores diciéndoles alguna buena palabra, distnbuyendo catecismos á cuantos sabían leer y rega­
lando alguna imagen á los demás. Sí. también a
estos sitios penetra el ministro protestante.el cual.
noobstante ocúpase preferentementeconlosrict^
Hablando con un pastor anciano, inglés de nación
que vi\*e á unos 400 pasos de la casa de un neo
colono protestante, preguntóle de qué religión
era. Dióme por respuesta que era protestante.
IvC interrogi’é cada cuánto tiempo se dejaba ver
con él su ministro, y él: — Hace ocho años, dijo,
que vivo aquí y lo he visto dos veces; pero él no
viene como \*. á tomar el mate v á conversar tam*



293

bien con nosotros gente pobre: no, no, el está
siempre allá con los señores y yo nunca he podido
hablar con él.
Entretanto nos encontrábamos y a en el valle
del rio Santa Cruz, el cual, entre dos colinas de
unos doscientos á trescientos metros con un de­
clive escarpado y repentino, tan pronto se ex­
tiende diez ó más kilómetros, como se estrecha
dejando apenas paso al rio que majestuoso, se­
meja una gran serpiente que tendida al sol, ha­
ciendo grandes y pequeñas \nieltas lame con su
boca las ondas d d Atlántico mientras agita la
cola en las tersas aguas del lago Argentino allá
en lo alto de las Cordilleras. E l Sta. Cruz, abun­
dante de aguas desde donde nace, tiene una pro­
fundidad de más de dos metros, y con poco tra­
bajo para hacer desaparecer alguna que otra
roca que aparece á flor de agua, podría dar paso
en toda su extenisión á pequeños navios de bajo
calado, pero de gran fuerza, para vencer la co­
rriente que en ciertos sitios es bastante impe­
tuosa. Es un problema que se trata de resolver;
y sin duda pronto estará resuelto, con inmensa
ventaja del occidente de la Patagonia, esto es de
la Suiza Argentina, como aquí se la llama, y a que
en tal caso sería mayor el número de sus habi­
tantes.
Las montañas que limitan el valle del río son
en algunos sitios rocas y alli encuentra guarida
el león puma que tanto mal causa á los ga­
nados. Este animal no enviste al hombre, pero
se lanza sobre un rebaño de ovejas, mata una
veintena y hasta más, chupa á todas la sangre
y acaba por tomar un bocado de carne de
cada una. Saciado su apetito, lleva una bastante
lejos del lugar del estrago, y la esconde en
una fosa ó depresión del terreno, cubriéndola
con hierbas y hojas, para más tarde volver y
devorársela tranquilamente. IvOS pastores, al
dar con aquella carnicería, buscan la oveja
v.'O'indida, alzan con cautela las hojas y hier­
bas, inoculan en las carnes de la oveja destro­
zada el terrible veneno de la estricnina, y nueva­
mente la cubren de hojas. V’uelve el Itón y en­
cuentra una muerte segura allá donde se creía
tener un espléndido banquete. jOh providencia
del Señor, cuán grande eres! Sin este instinto dificilnicnte se cazaría fiera de esta índole, toda
que de nada sirven contra ella ni los lazos, ni
las trampas, ni otros venenos.
Xi dejan por eso estos pastores algunas veces
de asaltar al león en su misma guarida. Reúnense
cinco ó seis y armados de fusiles, revólveres y pis­
tolas. á caballo y con perros de antemano adies­
trados dirigense á las rocas, donde el fiel animal
que con su fino olfato bien pronto descubre la fiera,
1.: .rando la conduce hasta ellos. I^as más de las
'eces, el pobre perro sale con una terrible mor­



dedura en el cuello ó un rasguño en el vientre, y
ciertamente sería \úctima si otros perros' no
lo salvasen de las crueles garras, lanzándose de
todas partes contra la formidable fiera; la cual
obligada así á salir á descubierto encuentra la
muerte siendo blanco de un tiro de fusil; después
de lo cual los pastores satisfechos de su hazaña
vuelven á sus casas llevándose en triunfo la piel
cual trofeo de victoria.
A l llegar yo á la casa de un colono austríaco,
precisamente entonces se disponían para una
caza de este género; y yo de mil amores hubiera
aceptado su invitación, si el deber del sagrado mi­
nisterio no me llamase á otro punto.
E l pequeño v a lle C om esu aike — E ntre
lo s in dios T e h u e lc h e s — S in g u lar en­
cuentro — E l ,, auri s a c ra fam es “ —
Q uerem os que el cu ra baile.
A l anochecer del i i de marzo, llegamos á una
colina ó por mejor decir á una \'ertiente, de unos
40 kms. de largo.y de ancho más de ■ unoy alto unos
seis ó siete metros, llamada el valle Comesuaike.
Hacia el fondo en el Sur veíanse pequeñas man­
chas blancas que parecían cándidas margaritas
ó pequeños hongos que contrastaban con el verde
sombrío de la yerba; pero algún penacho de humo
que se alzaba hasta el cielo entonces sereno, diónos á conocer que allá estaban las tiendas de los
indios. Aceleramos el paso de los caballos y á
todo galopar conseguimos llegar aún de día
á las tiendas. ¡Qué desengaño! Me creía que
todos saldrían ansiosos por saludarme, ro­
dearme, y pedirme alguna cosa; y por el con­
trario algunos dormían. otros altercaban,
apenas podían tenerse en pie; uno aproximán­
dose al caballo voceaba á más no poder; otro
parecía querer bailar y no daba más que peli­
grosos tumbos; y mientras se jugaba á las cartas,
oíase á lo lejos el ruido de un tambor, á la par que
muchas mujeres reunidas cantaban una extraña
cantilena de sólo tres ó cuatro notas y á cada dos
por tres alzaban el codo para tragar con suma
avidez no sé que licor. ¿Qué había sucedido?
Reflexioné y al punto comprendí la situación.
En medio de las tiendas, rodeado de indios que
hacían un ruido infernal vi un carro cargado de
cajitas y botellas. Había llegado pues hasta ellos
un tabernero ambulante, uno de aquellos cristia­
nos que no merecen y a tal nombre, había
venido no á comerciar honestamente sino para
embriagar á los pobres hijos de la pampa para
tomarles por cosas baladíes los mejores caballos,
las pieles de guanaco y cuanto de precioso tienen.
E l indio embriagado se vuelve más simple aún
que un niño y no dándose cuenta del valor de
las cosas, á veces da por un sorbo de aguardiente
todo cuanto posee.



294

¡Oh <t aun sacra ¡ames », de qué culpas no eres
tú la causa! Un indio había vendido su caballo á
precio muy inferior á su valor real, y aún así el
tabernero no quería pagarlo en dinero y por esto
tomando en sus manos varias botellas de licor:
* ¡Mira, le decía, mira que color más lindo! ¡Cuán
contento estarás cuando lo hayas bebido! ¿Lo
quieres? cuesta sólo cinco pesos {12 pesetas),
¡lía tómatelo!
A vista de tal escena sentí
iiervir la sangre en las venas pero lá pnidencia
me sugirió que era mejor soportar y callar por
que los indios y a algún tanto borrachos no me
Iiubieran dado la razón. Y aquel infeliz cayó en
el lazo y por una borrachera perdió su caballo.
A l día siguiente hablé con el negociante y le hice
reconocer al gran mal de que era responsable;
prometióme que no vendería más licores fuertes,
y en efecto no le costó mucho mantener su pa­
labra como (¡ue los había vendido todos ya.
Hay leyes severas contra esos traficantes, pero
escudados por las grandes distancias que los se­
paran, repíteiise impunemente estos hechos casi
todos los años.
Así que la tarde deí 11, apenas me apeé del
caballo salióme al encuentro un viejo sucio, des­
greñado el cabello, las manos untadas y la boca
llena de baba, el cual tomándome por la mano
díjome en mal español:
— Cura yo amigo ¿ayo... tu darme venti chan­
cha... pagarme copüa.
U inmediatamente he aquí que se me acerca una
india la cual, llamando á otros, comenzó á gritar:
Cura, debe bailar... bailar...
No me valió la excusa de que no tenía dinero
y no sabía bailar: el viejo continuaba:
Si, si, tener plata, pero no querer pagar qué.
Mostréles los bolsos de la sotana ]>ara persua­
dirles, pero todo fué inútil. lilla deseaba que al
momento bailase, y no cesaba de gritar:
— Queremos cura bailar.
No sabiendo cómo arreglarme, de pronto se me
ocurrió montar á caballo y tomar las de villadiego, ])cro eso sería indis¡)oner á los indios contra
el misionero; por lo que recomendándome á Ma­
ría Sma. Auxiliadora y estrechando el Cmcifijo
contra mi pecho les dije:
— Üs re¡>Íto que no tengo dinero, pero conozco
al tabernero y quizá me preste; pero antes per­
mitidme vaya á ver ú ^vuestro cacique amigo
uño intimo do tiempo atrás. — Kn efecto le
habia conocido cu Gallegos dos años hacia y
él ¡)ersonalmeute me había visitado en el co­
legio.
Kstas palabras los calmaron y yo dirigíme á la
tienda del cacique, que encontré roncando, ebrio
como todos los demás. Allá me detuve hasta que
me a{iercibí de que el rumor había cesado, y al
fin á escondidas, s;ili de la tienda v me encontré



á mi guia y el muchacho, que habían preparado
una tienda algún tanto separada de las otras.
Acostado en el suelo encontré finalmente la cal­
ma y el sueño indemnizador.
Antes de pasar adelante en mi narración, per­
mítame, veneradísimo Sr. D. Rúa, que le in­
forme algún tanto acerca de estos indios.
El indio T eh u elch e — U s o s y creencias
— C erem on ias n u p ciales — L a s fiestas
de la san gre — L a fiesta del sacrificio
al sol — C reen cia s y p leg a ria s.
Los Tehuelches son muy inteligentes, de ca­
rácter vivo, agudo y social, é interesados por co­
nocer nuestros usos civiles. Tienen un afecto ex­
traordinario á los hijos, y esta es la razón del
porqué no se separan de ellos por nada del
mundo.
Hace dos años, cuando su cacique vino á
Gallegos para visitarme, aconsejéle dejara dos
hijos suyos en el colegio, que se los educaríamos
y mantendríamos gratuitamente, pero de ningún
modo quiso acceder; alegando que no podría so­
portarlo y la madre enfermaría y quizá moriría
de dolor.
E l indio Tehuelche tiene ordinariamente un me­
tro con ochenta centímetros de alto y es de niieinbros proporcionados y robustos. Su color es amari­
llento bronceado, los labios gruesos é hinchados,
las cejas algún tanto salidas y los cabellos largos
un palmo con una linda crencha en medio, reco­
gidos por un lazo que circunda su cabeza. Lleva
siempre encima una camisa que rara vez la\’a y
sus piernas hállanse protegidas por los pantalo­
nes ó bien por el chiripá, que es un gran chal ajus­
tado de modo que semeja un par de pantalones
muy largos. Ordinariamente \mn descalzos pero
saben sin embargo fabricarse zapatillas con cuero
de animales. Las mujeres visten una túnica liga­
da en la cintura, que les cubre del cuello á los
pies, dejando desnudos sus brazos. Tanto mu- J
jeres como hombres cúbrense con grandes chales
de piel de guanaco. En las fiestas las mujeres
acostumbran imtarse el rostro de un color seme­
jante al de la tintura de yodo, trazando un trián­
gulo, cuya base está en la frente y su vértice en la
barba.
También los Tehuelches tienen sus fiestas par­
ticulares, creencias propias y usos singulares. Cu­
riosa por demás es, por ejemplo, su manera de
contraer matrimonios.
Cuando un joven ha elegido la chica con quien
desea casarse, habla á algunos amigos para que
la pidan á sus padres. Estos muy de mañana \'an
á la tienda del padre de la novia, antes que se
haya levantado, y le hacen la petición. Si el padre
responde que sí entonces salen, y vuelven más

«arde para deliberar cuantas yeguas podrá dar
como fianza el esposo para recibir á la joven.
Digo en prenda, porque si él abandona más tarde
á la esposa ó la trata de modo que ella se vea pre­
cisada á volverse á la familia, las yeguas con sus
potros quedan en poder y propiedad de la familia
de ella; criando por el contrario es la esposa la
que quiere separarse ó es eUa quien motiva la
separación, entonces el marido tiene derecho á
reclamar su prenda.
Pero voh iendo á mi narración, si el padre no

Obtenido el deseado si, se estipula el número de
yeguas que debe dar el esposo, quien sin otras
ceremonias va á tomarse la esposa y la lle\'a á su
tienda. Si después esta quiere separarse del es­
poso, apenas puede ó tiene cMcasión, escapa y
vuelve con los suyos; inmediatamente el esposo
\nielve á buscarla, la persuade á seguirlo, y por
fin nuevamente se la conduce á su tienda; ]>ero
si ella se obstina, escapa segunda vez, y en tal
caso queda anulado todo contrato, y se reslituj'^en las yeguas.

P A T A G O N IA m e r i d i o n a l — Indios Tehuolches.

Tv-jvonde, les amigos quédanse ante él en silencio
y horas obligándole con tal silencio á con‘ inr. \T en cama. Por fin acaban con irse, pero al
día siguiente se presentan otra vez en la tienda
renovando su petición. Si d padre continúa en el
nhr.cio. ellos se detienen más tiempo que el día
ar.ícrior y al día siguiente \-uelven aún más tem­
prano. En este caso los padres de la muchacha
quedan obligados á tomar una resolución con
-oto al propuesto matrimonio y al fin, si respoirien que no, deben presentar sus razones; si
C't no satisfacen, son rechazadas, y el alegre
cortejo c.-»utinúa importunándoles hasta arranc.uh i el si.

Celebran también algunas fiestas solemnes:
la de la sangre, por ejemplo, que viene á ser una
especie de bautismo y las del sacrificio al sol que
ellos consideran y adoran como trono de la di­
vinidad.
La fiesta de la sangre no tiene época fija, pero
tiene lugar cuando d primogénito de una familia
jugando ó de cualquier otro modo, se corta un
dedo ó se hace un rasguño ó se rompe la cabeza,
ó la nariz contra una piedra, en una palabra
vierte por vez primera algunas gotas de sangre*
E n to n ce su padre y madre corren á avisar á los
vednos y se p r^ on a la fiesta. Toda la tribu in­
terrumpe d trabajo y mientras el padre va á

— 29b —
buscar una ó más yeguas y las mata, asándolas
á trozos sobre un gran fuego encendido en medio
de líis tiendas y va reijartiendo á todos hasta
saciarlos, la madre ó cualquier otra mujer
entrada en años con un trozo de hierro ó con un
hueso delgado se acerca á todos, hombres y mu­
jeres, y les hace una pequeña incisión en el dorso
de la mano capaz de hacer verter alguna gota de
sangre. Hecho esto, todos en masa se entregan
á la más viva alegría, entonan sus cantilenas,
el caci(pic corre á buscar un tambor y prin­
cipia el baile que dura hasta muy avanzada la
noche.
I’ara las niñas hay fijada una fiesta que se ce­
lebra cuando se les quiere agujerear las orejas
¡)!iríi adornarlas con los pendientes; y esta era
entonces la fiesta que estaban celebrando con la
ayuda del vinatero, cuando llegué á ellos
I )uró siete días y yo mismo asistí y vi la niña
víctima de estas ceremonias: apenas contaba
odio años ó nueve y tuve el placer de bautizarla.
Con tal motivo habían recogido las mejores telas
<pic tenían y hecho con ellas una tienda denomi­
nada del baile. Los ]ialos que la sostenían estaban
a lomados con grandes placas de plata y metal
bruñido. En medio de la tienda había extendido
un tapete sobre el cual se sentaba el cacique con
el tambor: y allá, después de varias y extrañas
ceremonias, entre los cantos de las mujeres y los
gritos de los hombres (agujerearon las orejas
d éla niña, que al punto fue festej ada por todos,
colocándola en un lugar de honor. Hecho esto
matan una ó más yeguas y terminado el ban<picte comienza el baile.
Id baile es curiosísimo. Delante de la tienda
adornada como he dicho, encienden un gran
fuego.
Ihijo la tienda está el cacique con el tambor y
los otros hombres de la tribu; fuera de la tienda á
la iz([uierda del fuego, las mujeres y las niñas.
Tanto ellas como los hombres eharlan alegre­
mente, hasta que se deja oír el tambor. Principia
el baile.
Se adelantan entonces del medio de la obscu­
ridad cuatro figuras, cada una con dos elevados
jienachos uno á la dereedia de la frente y el otro
á la izquierda embozadas en grandes chales de
pieles, y prineipian á saltar en derredor del fuego,
al principio poco á poco y después con más de­
senvoltura, acompañando el ruido del tambor.
I.as mujeres principian su acustumbrada canti­
lena compuesta de siMo tres o cuatro notas del
Jo al (a, tan pronto subiendo, w m o bajando,
mientras los hombres incitan á sus danzantes;
Bravo!... Bien!... Bien!... '' Kl ruido del
tamlnir se acelera y entonces aquéllos se despojan
de las pieles con que estaban vestidos y compa­
recen cuatro robustos jóvenes, vestidos y ador­

nados con sonajas y campanillas. E l que más
sobresale en pisar las brasas marcando el paso
del tambor recibe más frenéticos aplausos. Pero
el sonido se hace siempre más rápido y en­
tonces un danzante salta fuera del círculo
y desaparece en las tinieblas, y los otros tres le
siguen uno tras otro. Las mujeres interrumpen el
canto é inician la conversación hasta que un
nuevo ruido les indique que otros danzantes
entran en escena.
La fiesta del sacrificio al sol tiene lugar del
modo siguiente. E l cacique la notifica á la tribu,
que se encamina á la playa del mar donde esta­
blece las tiendas. Juntos allá fabrican la tienda
del baile, pues toda fiesta acaba con la danza.
Hechos todos los preparativos y fijado el día
del sacrificio, buscan una yegua enteramente
blanca, que guardan con cuidado para que no se
les escape durante la noche y esperan el alba.
No bien aparece el primer laxo de sol sobre la
tersa superficie del mar, el cacique armado de un
cuchillo da un tremendo corte al pecho del ani­
mal é introduciendo su mano saca el corazónpalpitante y, de cara al sol, se lo ofrece devotamente
chorreando la sangre, y entonces pronuncia una
oración; y al final lo arroja hacia el sol; mien­
tras los otros se precipitan sobre la yegua y cor­
tándola en trozos la arrojan del mismo modo en
el mar en dirección del astro luminoso. Aquel día
nadie trabaja y el baile corona la fiesta dvl modo
desento.
Pero, en realidad, ellos no creen que el sol
sea un Dios, pero dicen que su Dios está en
el sol; y algún viejo me aseguraba haberlo visto
sieudo niño, cuando, sentado en una yegua blan­
ca. esta deidad cruzaba las ondas del Océano y
desaparecía en el sol. Una vieja aseguróme que
lo invocaba muy á menudo.
- ¿Qué dices? le pregunté.
Y ella poniéndose en actitud de inspirada,
y sobr.'cogida de gran veneración. ball)nceó
varias palabras llevándose la mano primero á la
cabeza, después al corazón, de allí al hombro
izquierdo; sus palabras fueron;
— {Lic i anJo la mano á la cabeza) jOli! tú, que
eres el más rico, concédeme larga vida! [LltvanJo la mano al corazón): ¡oh! tú, que eres el más
rico, dame buena salud! {Poniettdo la niat<" ■ >: >■;
hombro izquierdo): ¡oh! tú, que eres el más rico,
dame riquezas!
Creen también en un espíritu malo que llaman
gualicho, al cual atribuyen las desgracias y laí'
enfermedades. Me narraron una larga i.ábula
referente á sus tradiciones sobre la creación del
mundo, en la que aparecen como protagonistas
el dios Hcllry. su consorte, su hijo, invulnerable
como Aquiles, menos en el talón; que si no es este
el caso de contarla quedará no obstante escrita



297

en las Memorias de las Misiones. Pero es tiempo
de volver al asunto.
¿Dónde c e le b ra r? — C atecism o y buen co ­
razón — L a s funciones de lo s b autism os.
La mañana del 12, con los miembros adolori­
dos me levanté temprano para ver de encontrar
un lugar donde poder celebrar convenientemente
la S. Misa... ¿Pero dónde?...
La mañana estaba despejadísima. E l sol des­
puntaba aún antes de las cinco, y sus rayos se
refractaban en los tenues vapores que salían
de la tierra húmeda por el rocío, mientras nume­
rosos paj arillos volaban alegremente de u n césped
á otro, dando vida á aquella naturaleza sah'aje.
En el prado Comesuaike muchos caballos con
sus relinchos saludaban también el astro del día
y los potros recorrían veloces la pradería sacu­
diendo al aire su corta crin. ¡Oh si hubiera un pedruzco, una peña ó una pequeña elevación donde
colocar la piedra del altar x>ortátil! ¡Cómo me
holgaría de ofrecer en campo libre el santo Sacri­
ficio! Bajo nuestra tienda, alta apenas un metro
y veinte, era imposible. Dirigíme pues, á la casa
de un pobre colono, que se había y a levanr
tado con toda la familia y estaba ocupado en
extraer el mate y asar carne de yegua en las bra­
sas para desayunarse. Pedíle permiso y allá entre
ladridos de perros y relinchos de caballos, en­
vuelto en el humo y molestado por el olor de la
carne puesta al íuego.formé lo mejor que pude un
altar con algunas cajitas y celebré; y a que la Sta.
Misa es el único alivio del misionero, su maná,
su sostén. Qm2á. á alguno le parezca poco reve­
rente este lugar para honrar un misterio tan
santo y tal vez dirá en su interior que era mejor
omitir la Misa más bien que celebrarla así; mas
yo pensaba que Jesús que nació en un es­
tablo ciertamente no se desdeñaría de bajar allí
también y bendecir aquellas miserables criaturas
y confortar á su Ministro.
Celebrado el santo sacrificio, dirigíme á visitar
las tiendas de los indios, los cuales me recibieron
bastante bien; habían desvanecido y a los vapores
del vino de la tarde precedente. Expuse el mo­
tivo de mi llegada y vi con placer 15 niños y 5
mozuelos que pedían ser regenerados al momento
con las aguas saludables del Santo Bautismo.
Al punto me dispuse á instruir á los mayordtos.
Todos saben bastante el español y lo hablan
también de modo que se hacen comprender. Los
pobres niños bien pronto se hicieron amigos míos
y se me aficionaron tanto, que durante el día no
me dej.nban. hasta el punto de que para rezar el
breviario debía alejarme de las tiendas y escon­
derme en alguna ondulación del suelo de suerte
que no me viesen; de otro modo al punto hubie­



ran venido en mi compañía. Ni había modo de
alejarlos ni siquiera á la tarde; así que para que­
dar algo tranquilo, pensé trasladar mi tienda al­
gún tanto lejos pero ni esto me vahó porque
tres me siguieron y permanecieron con nosotre^s
hasta muy avanzada la noche, renunciando al
baile que había comenzado y a y seguía entre los
acostumbrados gritos, cuyo rumor llegaba hasta
nosotros. De esta suerte pude disponerlos con­
venientemente y en breve; y el cacique me con­
cedió el lugar más decente para la ceremonia, ó
sea la misma tienda del baile, donde levanté un
altarcito rematado por hermoso crucifijo.
E l sagrado rito se cumplió la mañana del 14
(domingo), en presencia de todos los indios, ha­
ciendo á todos una breve instrucción sobre la
grandeza del acto que se iba á realizar.
¿Cuántos habrán comprendido? ¡No lo sé! es
cierto sin embargo que todos asistieron á la misa
con gran recogimiento. Después administré á los
15 niños y á los 5 mozuelos el santo bautismo.
¡Qué alegría probé en aquel instante al ver dibujado en el rostro de los 5 jóvenes, que compren­
dían perfectamente lo que en aquel momento
se obraba en sus almas, un destello de alegría
sobrehumana! ¡Pobres criaturas! ¡Que la gracia
del Santo Bautismo siga obrando en sus almas
por siempre jamás!
Al otro día, muy de madrugada, ensillamos
nuestros caballos y nos pusimos en marcha atra­
vesando otra \'ez la vasta llanura que veíamos
terminar allá en el occidente, partiendo de la
magestuosa cordillera andina coronada de nieves,
dorada por el sol que heríala de soslayo por la
|xirte opuesta. Dejábamos atrás las tiendas de
los indios casi en la seguridad de no verles más
y a en todo el año, y por esto con cierta pena al
pensar que el bien obrado con nuestra vi.sita era
quizá pasajero. ¿Cuánto tiempo aquellos niños
guardarían memoria de las verdades aprendidas
y enseñanzas recibidas ?
Sería necesario no sólo volver todos los años,
sino muchas veces al año y, si fuera posible, que­
darse con ellos, predicando regularmente las ver­
dades de la fé y enseñándoles á la par los prin­
cipios de la lectura y escritura; entonces sí que
el bien sería duradero. Pero paciencia; por ahora
se hace lo que se puede; Dios hará lo demás.
H a cia el L a g o A rgen tin o — E n la L ag u n a
d el O ro — E l 19 de m a rzo — E ntre
lo s in d io s A rau can os!
Absortos en estas ideas nos encaminamos ha­
cia el X-O, para llegar al Lago Argentino que se
halla en medio de la Cordillera. El día 18, supe por
el camino, que próximas á la lagima llamada del
Oro había alguna*; tiendas de indios. Distaban

tan sólo 25 kms., por lo que separándome del guía
y del pequeño catequista á quienes recomendé
siguiesen detrás más despacio, me dirigí á
un joven, empleado por lo visto, de las nue­
vas tiendas que divisamos después de una
hora á la entrada de una pradera. Eran ocho
las familias y afortunadamente encontré once
niños que bautizar, con júbilo inmenso de mi co­
razón. Pero el guía y el sacristán no comparecían.
Las horas pasaban una tras otra, sobrevino la
noche y con gran pena mía no los vi comparecer
en toda ella. Lo que más sentía era que el 19, día
de S. José, precisamente quedaría tal vez sin celebrar, como aconteció. Los pobrecitos se habían
jierdido en medio de la llanura y cansados, se­
dientos y hambrientos se vieron con la precisión
de descansar sobre un césped al cielo raso. Du­
rante la noche cuatro caballos desaparecieron
y no fueron encontrados después; de esperar es
que se hallen en alguna fa^rtoría inmediata.
Con el día los mozos divisaron el humo de nues­
tros fuegos, y por fm llegaron más muertos que
vivos, refiriéndonos sus peripecias. Pero era ya
pasado el medio día. Perderse en estos países es
muy fácil, porque en muchos puntos falta por
completo todo sendero y la configuración del
suelo es casi siempre igual, por lo que acontécenos lo que sucede en alta mar, ó sea que
si se nubla el cielo, pierde uno el rumbo fácil­
mente.
K1 20. puestos de nuevo en viaje llegamos al
río Siuita Cruz, donde algunos indios Araucanos
quizá nos esperasen para que bautizase sus niños.
Digo (juizá porque nosotros ignorábamos que
los hubiera, y yo quedé sorprendido cuando
en tres familias solas encontré nada menos que
20 criaturas entre niños y mozos, á los que admi­
nistré el Santo Bautismo.
Los Araucanos son algo distintos de los Tehuelches, más activos, mejor formados y también
más instruidos; no sólo entienden y hablan bien
el español, sino sabían también el Pdcíre nuestro y
el Ave i\Iartel y cotUK'ian los principales misterios
de la h'é; asi que me fue fácil com])letar la ins­
trucción de los mayores y prepararlos al bau­
tismo para el dia siguiente.
Allí era la mitad del viaje que había empren­
dido y tenía necesidad de volver á Gallegos para
el domingo de Ramos. No tenia tiempo que
perder.
El valle del Lago Argentino, último punto
del itinerario fijado por Monseñor ragnano.
distaba aún más de 150 kms., y de Gallegos dista­
ba ese punto 450 kms. suponiendo que me fuera
dado poder seguir el camino más corto. No bien
estuvo concluida la función religiosa ensillamos
y nos pusimos en marcha con rumbo hacia el
iago.

E l Lago. A rgen tin o — P an oram a encan­
ta d o r — L a c a z a del Cóndor — De
nuevo entre lo s T e h u e lc h e s — Faltan
operarios.
Y ace el soberbio Lago Argentino entre las altas
cumbres de las Cordilleras, donde se extiende á
zig-zag serpenteando, entre aquellos montes
cubiertos de nieves perpetuas. Allá repentina­
mente cambia todo el aspecto de la naturaleza.
Después de la melancólica y monótona llanura,
al llegar á aquel panorama encantador se queda
uno fuera de sí por el estupor. Las límpidas aguas
que reflejan el azul celeste, los montes en forma
de cono los unos y de mil variados modos derro­
cados los otros, y a entrecortados por peñascos
de un color rosado que contrasta con el azul del
lago, ya cubiertos de una vegetación lozana, vade
un color verde sombrío por las añosas encinas
que allá extienden sus ramas; las laderas llenas
hasta á flor de agua de corderitos y ovejas y ca­
ballos y guanacos, las mismas ondas surcadas
en mil direcciones no sólo por los pájaros acuá­
ticos, especie de cisnes de cuerpo blanco y cue­
llo y cabeza de un negro afelpado, sino también
de mármoles y pedruscos de hielo flotantes, que
se persiguen, se chocan, se encuentran, se rompen
todo se funde en un panorama estupendo que el
ojo no se sacia de contemplar. Añádase á esto
el ambiente más suave, embalsamado por el
olor de mil flores y el silencio quebrantado sola­
mente por el balido de las ovejas, por el relincho
de los caballos y del suavísimo gorjeo de una
multitud de pájaros que no moran en la llanura.
¡Oh cuántas bellezas encierra este lag o ! Si sus
orillas estuvieran embellecidas por casas y
granjas, superaría á las más bellas de nuestra
amada Italia!
Una especie de nostalgia se apoderó de mí y
Dios sabe cuánto me hubiese detenido á contem­
plarlo si el deber no me hubiese llamado á otra
parte. ¡Qué puesto más excelente para una co­
lonia! ¡Oh si allá se pudieran colonizar esos dise­
minados salvajes! Aunque las cincuenta leguas
cuadradas que forman el valle sean aún del fisco,
con todo hay establecidas ocho |>equeñas facto­
rías que por ahora se ocupan de la cría del ga­
nado, pero no tardarán, creo yo, en darse tam­
bién á la agricultura.
Largo más de 40 kms., el lago se extiende como
en dos brazos aquí y allá formando dos senos
llamados Rico y Roca, semejante á un desco-mn
nal escorpión cuya cola es el río Sta. Cruz y las
mandíbulas los senos antedichos. El punto más
ancho mide 22 kms. y tiene de profundo más de
200 ms.. Al Norte y al Oestelas rocas, los ;;'.i>ntes
cuyas cimas sobresalen y los hielos perpenice
se dejan lamer las faldas, mientras por



299

Sur y Este los declives son suaves y forman el
llamado Valle del Lago, donde se encuentran
las ocho factorías de que hice mención.
Allá, el valle no supera en extensión los
cinco ó seis kms. en el punto más abierto co­
rriendo parejas un brazo d d bdlolago. limitán­
dolo por d sur montes escarpados semejantes á
paredes devadísimas de pura roca. Entre aque­
llos sitios escarpados anida d cóndor, rey de los
espacios celestes, y a que según sentir de los natu­
ralistas sobrepuja en su vuelo al águila, toda vez
que se eleva á ocho mil metros. E l cóndor no es
dañino, pues no ataca tan siquiera á las ovejas,
sino raramente; pero devora la carne d^ yegua
con tanta avidez que después de saciado no
puede casi volar. Sus alas son preciosas y es por
esto que los cazadores lo persiguen tanto en toda
la Cordillera, que si d Gobierno no somete á leyes
la caza, presto desaparecerá.-Encontré entre los
cazadores á un piamontés, que envía las plumas
á París, d cual ha recorrido dos ó tres veces en
toda su extensión la Cordillera, riviendo, ó más
bien haciéndose rico con tal negocio.
Curiosa y sencilla por demás es la caza d d
Cóndor. El cazador planta en d sudo largas y
gruesas estacas, fabricando una jaula con una
gran puerta. Hecho esto, mata una yegua é in­
troduce sus carnes en la jaula, después ata una
cuerda á la puerta y con la otra punta en la mano
se va á esconder en una cabaña en el bosque ú
otro puesto conveniente. Los cóndores atraídos
por el olor de la carne muerta llegan en gran nú­
mero y, revoloteando en derredor se detienen
mirándola jaula, hasta que puestas sus patas en
tierra penetran todos tranquilamente comen­
zando allí por disputarse los unos á los otros los
trozos de carne. El atento cazador cuando ve que
hay varios en la jaula, tira de la cuerda y los su­
blimes reyes del espacio quedan prisioneros.
Entonces con laicos palos son muertos uno tras
otr<~ y sus alas de allí á uno ó dos meses, surcan
ol .Atlántico para ir á adornar las cabelleras de
las .-. ñoras de Europa.
Im d amenísimo valle del lago y debido sobret«x!'» d la hospitalidad de un excelente católico
ir!ir. lés. Sr. José Carr, pudimos descansar algo
y pr-porcionar reposo á las cabalgaduras, hasta
d 2ó de marzo, costeando la Cordillera hacia
el Sur, en la esperanza de encontrar algún otro
niño que bautizar, me puse en viaje para volver á
0alle.4üs. ¡Hallé que una familia esperaba tiempo
bacía al misionero para bautizar un niño de unos


cuatro años! Prosiguiendo nuestra marcha lle­
gamos á saber que en la Pradera Comesuaike se
hallaban tres familias de indios, los cuales tal vez
tendrían hijos que bautizar.
No reparando en la molestia de prolongar de
dos días nuestro viaje, aunque el guía no estu­
viese del todo conforme y menos los caballos por
estar demasiado cansados, quise sin embargo
volver á los Tehuelches.
De este modo vi otra vez á mis amados neófitos
y tres nuevos bautismos fueron la recompensa
de mi fatiga y de la que me quedaba por soportar
viajando día y noche para llegar á Gallegos el
día siguiente, vigilia del domingo de Ramos.
Los indios y también los pocos civilizados que
viven con ellos, los cuales parece ser que van per­
diendo toda idea de civilización, pidiéronme con
instancia les concediese que pudiesen tener
siempre con ellos el misionero. Prometíles que
hablaría del asunto á los Superiores; y ojalá les
fuera posible el encontrar al menos un sacerdote.
V. sabe, Rdo. Sr. D. Rúa, que nosotros somos
muy pocos y la región confiada á nuestros cuida­
dos es vastísima, ¡Oh si el Señor se dignase en­
viamos algún operario! La mies es abundante y
sazonada y espera al segador. Acuérdese vene­
rando Sr. D. Rúa, de nuestra estrechez.
Hé aquí pues la relación de mi viaje, que, gra­
cias á Dios, dió á la Iglesia 57 nuevos hijos entre
los cuales 55 indígenas de la pampa, á la Iglesia
y á la sociedad tres nuevas familias unidas debi­
damente en matrimonio y á mí me obtu\'o el que
conociera unos 255 indios. La asistencia del vSeñor y de la Virgen Sma. fué tan palpable en mu­
chas circunstancias, que no puedo menos de sentir
el más vivo reconocimiento.
Aquí en casa, con la gracia de Dios las cosas
van á maravilla. Ix)s niños que frecuentan el co­
legio de la Misión son cada día más buenos. Si
supiera de cuánta ayuda nos son para estimu­
larlos á la piedad, obediencia y estudio las Com­
pañías de S. Luís y del Smo. Sacramento, tan
caras á nuestro Venerable Fundador! Dios nos
ayude á multiplicar el bien que se hace y nos dé
fuerzas y salud para continuar en los trabajos
cotidianos.
V. entretanto, Rmo. Padre, reciba mis hu­
mildes saludos, encomiéndeme al Señor, y créame
Afmo. hijo in C. J,

P

edro

R

enzi

P b r o .,

Misionero Salesiano.

EL CULTO

d(2 M^ria ?\uxiliacíora.
NÓ8 tenemos la persuasión de que, en las vicisitudes d' torosas de los tiempos que
atravesam os, no nos quedan más consuelos que loa del Cie’<), y entre éstos, la poderosa
protección de la Virgen bendita, que fué en todo tiem po el Auxilio de los Cristianos.
Pío X.

Büos

<io la Fiesta de M. Aaxiliailora.

RODEO DEL MEDIO (Argentina).— E n lugar de
una relación, un himno de gratitud y entusiasmo
deberla elevarse de nuestro pecho, por el feliz
coronamiento é inauguración del soberbio templo
dedicado á la Celeste Auxiliadora después de
tanto trabajo, tantas penalidades, tantas ple­
garias. El triunfo final hace olvidar todo lo pa­
sado: el templo está ahí, testificando las bonda­
des de María. Es un monumento de arquitectura
no menos que de amor. ¡Alabado sea Dios!
Las fiestas comenzaron el lo de mayo con la
bendición solemne del templo. Las demás fueron
su comentario y complemento.
El 24, ¿quién podrá decir nuestro contento?
María Auxiliadora tiene ya palacio, y es la pri­
mera vez que en él se la festeja en su día!
líl 25 tuvo lugar la primera peregrinación al
Santuario, preludio de otras que seguirán.
Los organizadores de las fiestas atendieron á
que lio fuera todo exterior, sino que, hubiera algo
más sólido y amable, algo así como una edifica­
ción en las almas, y para ello se dió una Santa
Misión, cuyos obreros evangélicos recorrieron la
provincia de Mendoza, llevando la buena semi­
lla. El alma de ellos era el R. P. Orriols, S. J .. tipo
del varón apostólico. ¡Cuán bien supo cumplir su
delicado encargo!
Para atraer más gente, después de las funcio­
nes se iluminaba la fachada y allí mismo se hacían
proyeccioues cinematográficas, cosa enteramente
nueva en estas regiones, y por lo mismo, asaz
llamativa.
Los ba'utismos fueron 33. las Confirmaciones
900, los matritnouios legitimados 12; las confe­
siones numerosísimas, sobre todo las de hombres
y personas que teníati cuentas bastante atrasadas
con Dios Nuestro Señor.
El 29 y el 30 fueron los destinados á poner de
relieve el fnito recogido. La visita del limo. Sr.
Obispo dió creces al entusiasmo de la gente y

ocasión al pueblo de manifestar su respeto al
Prelado y demostrar con inusitado esplendor su
fe y amor á la Iglesia de Cristo.
En las Misas del 30 bien puede decirse que
comulgó todo el pueblo.
¡Demos gracias á Dios y á María Auxiliadora!
El grandioso órgano, fabricado en Alemania,
es im regalo de Doña Leonor S. de Ortega. Aún
no se había colocado.
Y a tenemos un templo más que añadir á los
que había elevado á María Auxiliadora la piedad
y agradecimiento de los Cristianos. ¡Bendito sea
Dios y su Santísima Madre!
ROSARIO (Argentina). — Coronación de una
estatua. — Las Hijas de María Auxiliadora han
hecho todo lo posible para propagar el nombre
y la devoción de su Patrona y titular. Entusias­
mados los vecinos por las fiestas del 24 de mayo,
D. Paz Canelo y su digna esposa regalaron una
linda corona para la Virgen y otra para el Niño.
E l Sr. Canelo es un verdadero artista y se encargó
él mismo de confeccionar las coronas y el cetro,
adornándolos con piedras preciosas cuyo precio
pasa de 5.000 pesetas, y su generosa esposa se
quitó los pendientes que llevaba y los destinó
á adornar á la Virgen Celestial.
El 25 de julio fué el día destinado para oeu*
decir las alhajas y coronar á la Virgen. Cantóse
Misa solemne y predicó el R. P. Juan Farinati.
Salesiano, quien desarrolló el tema:
Corona
aurea in capiU efus » en su frente brilla una co­
rona de oro.
Por la tarde hubo también solemnes cultos.
MÉJICO — Nuestro Padre D. Alberto Pattini.
realizó un viaje al través de las comarcas mcjicauas y comunicó sus impresiones diciendo:
« Que el culto de María Auxiliadora prospere ca
esta República, es cosa que todos saben; pero
en qué grado de fuerza y amor es imposible ima­
ginarlo y menos describirlo. Para multitud de
cristianos la invocación de María Auxiliado^
constituye uno de los actos más frecuentes é ifr



3or —

tensos: su confianza en la Virgen de D. Bosco no
tiene límites; á veces presencié escenas que casi
repugnaban á la discreción de mi juicio; pero el
triunfo final de todos esos actos candorosos me
persuadía siempre más de que la sencillez de la
devoción sobrepuja á toda la prudencia humana
y obtiene siempre abundancia de gracias.
A María Auxiliadora acuden en todas las
circunstancias de la ^'ida, en las enfermedades,
en las dificultades económicas, en las angustias
del espíritu, siempre, y Ella obra verdaderos pro­
digios.
« A mí, como salesiano, me recibían en triunfo
y me llamaban Auxiliador, como hijo predi­
lecto de María Auxiliadora.
*->Todo esto consuela y debe alegrar á todos los
devotos de la Reina de los Cielos: el triunfo de la
Madre es el triunfo de los hijos. s>
En Chihuahua la organizadora de las fiestas fué
Doña Francisca M. Vda. de Prieto. — E n Jerez,
Doña María M. Díaz v. de Orozco. Das fiestas du­
raron el 32,23 y 24 de mayo. Hubo ^"arias peregri­
naciones 3* ^-isitas en corporación á la Santísima
\’irgen. Las niñas tomaron ima parte muy prin­
cipal. — En Guadalupe los cooperadores cele­
braron la fiesta con tal amor, que hicieron verter
más de tma lágrima de conmoción. María premió
á uno de ellos, que debió de ser el alma de
todo, el Sr. Pbro. D. Valeriano Medina, á quien
devolvió en unas pocas horas la salud que en
\-ano procuraron darle los facultativos.
En
Matehuala fué realzada por la presencia del M. I.
Sr. Canónigo D. Panfilo J. Castillo, que fué el
celebrante. Hace cuatro años que comenzó á ce­
lebrarse la fiesta y aumenta año por año el es­
plendor. — En Pinos, pequeña población pobre,
en riqiuv.as materiales, pero rica de fe, hubo hercultos debidos al entusiasmo de los cooptradores y en especial de su celadora. Doña J.
M \ ‘Ir., de .\lfarg. — En Veta Grande hubo cultos
t Linnc-i del 15 al 24. La hermosa imagen d éla
.\ ylio(]ora .atraía todas las miradas. E l 24 co" ‘.■ .lic.aron
los cooj>eradores.
En Puebla las suntuosas fiestas fueron recomptn<:,dás v.m generosidad por los favores de la
Su. i \*irgen. En la recepción de hijas de María.
hu’
40 nuevas congregantes. E l orfeón ó
■ •: íTJ'/. r.ír: Pío X ha dejado muy bien colonombre. — En Pachuca, llamó la aten¿ originalidad y ex<juisito gusto con que los
Ce ::.:.!..res adornaron la iglesia parroquial,
f,
-f-daderaraente infundía devoción. — En
Salvatierra íué una fiesta bellísima, precedida de
un i n .\ etia. Se distinguieron por su entusiasmo

J- Saneen, Merced Lomana y
C ‘■ -'..ri'cii:: Bennúdez. — En S. Pedro Lagunillas
nuL) nuicho enrí.’siasmo, debido especialmente
al celo del Decurión, el Pbro. D. Juan de Dios

Cortés. — En Ouadalajara tuvieron los huerfanitos de D. Bosco la honra de recibir al limo, y
Re\uno. Sr. Arzobispo Ortiz, quien presidió la
fiesta. — En Méjico tuvieron para presidirla á
S. E . lima, y Revma. Mons. Ridolfi, Delegado
Apostólico Y por predicador al M. I. Sr. Canó­
nigo Dr. D. Emeterio Valverde Téllez, secretario
de la Curia. — En Morelia fué el alma de los feste­
jos el limo. Sr. Costamagiia, que no solamente
celebró, sino que también dió la conferencia á los
Cooperadores.
SANTIAGO DE CHILE. — Las fiestas y el mes tu ­
vieron la imponencia que era de esperar, dados
los elementos de que disponen. Dicen los corres­
ponsales que es imposible describir el entusiasmo.
El 24 ofició el Sr. Obispo titular de Legión, Dr. D.
Miguel Claro y predicó el Padre Carmelita Don
Ernesto, dió la conferencia el P. iU\’arez del Co­
razón de Slaría. Siguió el Octa^-ario y predicaron
diferentes oradores. A cerrar el mes acudió S. E.
el Sr. Internuncio Apostólico Mons. Sibilia.
VINCES (Ecuador). — No desdijeron las fiestas
de las-de años anteriores. Sobresalió el coro de
voces infantiles. A las funciones acudió inmenso
gentío. Gracias á la acthddad del Decurión de
Cooperadores, D. José María Paredes Ramírez,
pronto tendrán una linda estatua de María Au­
xiliadora.
ZAPATOCA (Colombia). - Hasta los que la echan
de indiferentones tomaron parte en nuestra fiesta,
escribe un corresponsal. Hubo 500 comuniones,
lo cual es algo decir para una villa como Zapatoca. Se veneran en la ciudad dos cuadros de gran
tamaño, y hay más de i.ooo católicos que tie­
nen por lema el bello nombre de María Au­
xiliadora, y se proponen desarrollar este pro­
grama:
Paz. Religión y Trabajo.
Estas últimas palabras del corresponsal, que
es celoso coo])crador salesiano. demuestran clara­
mente que los Cooperadores de Zapatoca, como
tantos otros de todo el mundo, han comprendido
bien su misión. D. Bosco no escogió á ciegas el her­
moso título de Auxiliadora para honrar é invocar
á María Sma., como tampoco obró á ciegas al
rodearse de católicos activos. D. Bosco era un
gran estratego y quería llevarnos á la campaña
activa contra el mal y á la prosecución del Rei­
nado social de Jesucristo. Nosotros queremos
la paz univerml: pero no la paz infecunda y
muerta, sino sostenida por el Trabajo y anima­
da por la Religión.

Lugo (España). — Hemos obtenido una grada
singularísima de María Auxiliadora, por la cual
damos gradas con toda la efusión de nuestro cora­
zón y enviamos 80 pesetas de limosna.

p

Julio, 24 de 1909.

¡G racias, buena M ad re!
Oraveinonte atacado de una enfermedad mortal,
y confiado en la bondad inmensa de María Auxilia­
dora le pedí valor para sufrir la delicada y peligrosa
operación (¡ue era indispensable para mi curación.
lyC ofrecí á Maria Sautisima que si me alcanzaba
la salud y obtenía buen éxito la operación le man­
daría celebrar ima misa y dar una limosna y además
harta una Comunión.
Recé lina novena en honor de la tierna y amorosa
Madre de los Cristianos, y Ella escuchó benigna­
mente mrs ruegos y aceptó mis votos, concedién­
dome la salud perdida.
líl resultado de la operación fué feliz y en agrade­
cimiento á la Reina Celestial, publico este favor á
fin de (pie todos los que sufran acudan con toda con­
fianza á tan buena Madre.
San Salvailor (C.A.), julio 25 de 1909.
C arlo s F é l ix C a s a t i.

B arcelona (Esp.). — Enfermó tan gr<aremente
de tifus mi hijo, que el 7 de Julio era el último dia de
su vida. Afortunadamente una persona de la fami­
lia que tiene gran devoción á María Auxiliadora
propuso hacer una Novena. La principiamos ese día.
El nino siguió viviendo y al octavo día estaba
fuera de peligro. Nunca olvidaremos favor tan se­
ñalado.
Ago.sio, 26 de 1909.
B e r n a r d in o E

zquerra.

C ali (Colombia). — Un año llevaba en cama á
consecuencia de una operación, cuando fui atacado
de agudos dolores á los ríñones. Dos de los más
ilustres médicos me asistían. El r8 de Abril se d •claró la uremia, que difícilmente perdona á sus victi­
mas. Ia3S médicos hicieron cuanto pudieron para
salvarme y por último me de.sahuciaron y dejaron
de darme remedios. ITno dlsqniso lo necesario para
el entierro. Yo no me di cuenta ni del sacerdote que
me administró ni de nada. Cinco días duró mi agonia:
por único alivio me echaban algunas gotas de agua
de l/ourdes. Entre tanto, alnms piadosas oraban
por mi á Maria Auxiliadora, y en el momento pre­
ciso en que debía morir, volví á la vida. Hoy. en
convalecencia franca. escrÜK) ésta para dar gracias
á María Auxiliadora y envió la limosna de 20 francos.
juA.s- A. S a .v c h k z
Cooperador salesiano.
Ibidem. - A fines de Octubre de iQ07sentimj
mal del ojo derecho. El méxlico me hizo algunos remetlios. ¡KTO totlo fné inútil, txibrcvino una nube
y decidió hacer la ojieración. l^eocupada, le |>etU
á María Auxiliadora me librara de dicha operación.
Llog».'t el dia señalado, y al prescntíuane al médico;
5oh ¡>ortento! decUm> innecesaria la operación. Poco
después estaba perfectamente sana. Gracias de lo
íntimo del alma á M;u“ia Auxiliadora’
F e l is a R. d e P o l a x c o .

P
y E

P a r d o F er n an d ez
M o r t ic o r e n ' a P e r .alta.

er fecto

z e q ü ie l a

Orense (España). — Hallábame agonizando,
cuando á una persona que me encomendaba d
alma se le ocurrió recomendarme á María Auxilia­
dora, ofreciendo una limosna si sanaba, y así sucedió.
S a r a M orgade .

Salam anca (España). — Hace algo más de dos
años concebí una idea, y para realizarla me enco­
mendé á María Auxiliadora. En Mayo me abrió
para ello la primera puerta; el año pasado en el mis­
mo mes, me abrió la otra, pero no la grada total.
Seguí orando sin desalentarme, y á principio de
mayo del presente año se me manifestó que era
probable obtener lo que pedía. ¡Oh prodigio! d
mismo dia que celebramos la fiesta de Maria Auxi­
liadora , al salir de la iglesia se me comunioi
que estaba ofidalmente concedida.
También cumplo la promesa de dar gracias á
nuestra Madre por la salud de mis hijos. ¡Gradas,
Madre amada!
Junio de 1909.
I s id r o M oro.

Ibidem. — Una viuda con tres hijos, estaba
inquieta por la suerte de un hermano, ausente hace
diez años y sin tener noticias. Mucho le pedimos
á María Auxiliadora. El 24 de Mayo, al salir de
la iglesia, recibió una carta y un retrato de su
hennano. De.spués se les inundó la casa y se hundió
el techo en una tonnenta. Invocamos á Maria Auxi­
liadora y nos libró la vida y preservó de más des­
gracias.
R

am ón

S.anchez .

S e v illa (España). — Teniendo que sufrir en Ma­
drid una dclicadisima operación Doña Rosario Ló­
pez. al pasar por la estación de Sevilla, redbió de
un alumno de los Salesianos una medalla de M. A.
á quien encomendó el éxito de la arriesgada ope­
ración. También mandó decir una misa el dia de U
operación, y ésta salió tan bien, que ni los métlicos
.se admiran del pronto restablecimiento. Demos
gracias á Maria Auxiliadora.
A n to n io L ópez.

Ibidem. — Jugando con los almnnos el acóbt'’
D. José Torrens recibió tal golpe en la cara al chocar
con otro que corría, que cayó al suelo sin sentid^
rompiéndose totalmente el arco cigomáíico. y
hiendo contusión y desequilibrio en la mandibri»
superior, que no pudo mover. Los mejores médicos
y pnifesores afinnaron que era el primer caso q*
veian, y que era preciso sacar el hueso roto, con
cual quedaría el individuo muy desfigurado. Los
Superiores resolvieron encomendar el asunto á
Auxiliadora y se les pidieron oraciones á los
El mal siguió su curso natural; y cuando )*a
tábamos victoria, la erisipela puso de nuei"®^
grave peligro la salud del querido D. José. Redo-



303

bláronse las súplicas y María Auxiliadora escuchó
las oraciones de tantos angelitos, de manera que
antes de 15 dias el buen hermano estaba casi como
si nada hubiese ocurrido.
Como hijos agradecidos, publicamos esta gracia,
en público testimonio de gratitud.
F

r a x c is c o

F em o g lio S. S.

Ibidem. — Enfermo de sarampión nuestro hijo
Carlos, se le localizó el mal en el pulmón derecho,
dando lugar á una infección gravísima con estado
febril que durante 8 dias osciló entre 39 y 40 grados,
acompañados de delirio y, al final, de colapsos car­
diacos. Por feliz coincidencia, lo encomendamos á
María Auxiliadora y le pusimos su medalla al cuello.
Esto determinó un cambio, y hoy el goza de buena
salud. Agradecemos á la Sma. Virgen el gran favor.
M.\x u e l P a r e j o C a s t i l l a
C o n s u e l o P . P a l a c io s d e p .

Sigsig (Ecuador). — De paseo en ima casa de
campo, le sobrevinieron á mi esposa agudísimos do­
lores neurálgicos. Se le suministraron muchos re­
medios, pero inútilmente. Me acordé de María Au­
xiliadora y la invoqué con viva confianza, prome­
tiendo trabajar dos dias en su santuario y comulgar;
mi esposa mejoró.
Algún tiempo después se vió atacada de fiebre
tífica complicada con pulmonía, y como la ciencia
hmnana se mostraba impotente, acudi á María Au­
xiliadora y desde esa noche se inició la mejoría.
Muchos otros favores he recibido de María Sma.
y por todos Le doy las más rendidas gracias.
Julio, 23 de 1909.
I s a a c R e in o so E

s p in o s a

Cooperador salesiano.
Daa tambiéo coa toda la efasióo de su alma, gracias á
María Auxiliadora y envían una limosna:

Bahía Blanca (Arg.). — A/. E. G. de Pacoly, por
el potente milagro de haber hecho cesar los vómitos
de sangre, á su querido papá cuando ya no habia
es¡it;ranza humana de salvarle la vida.
Barranquilla (Col.).— Da. Angelina P. de Montes,
por un favor señalado, 1. 25 ptas. — Da. Eucaris 7 .
d- Vosbal á quien después de gastar inuiiliiieiite sus
recursos en médicos y medicinas, María Auxiliadora
curó. — Una hija de María, por varios favores, espe­
cialmente la salud á ella y á su madre y librado á
de un gran peligro. — Da. Isabel Zúhiga, por
la mil.igrosa curación de su padre, de-un cáncer á
garganta. — Da. S. de D. D. por varios favores.
L. 5 ptas. — Da. Flor de María D. de Cepeda, por
haberla curado de unas aprensiones que'padecía ha­
cia 4 anuos — Da. Blasina de Castañeda, por haber
wrad- á unh hija ^ vem ente enferma. — Da. Ame//•? S-trjvia de Juliao, por favores recibidos.
Buenos Aires (Arg.). - Da. Delfina F, de Mo• ' ;->r la salud recobrada de su nietecita, 12 ptas.
Cali (Col.). — Da. María Josefa Vásquez, por hawr librado á su casa del tifus. — Da. Teresa de
í'ivvrrvr, por favores, 4 pts. — Una hija de M. A.
per haber sanado de grave enfermedad á una per¡-rida — Da. Mercedes C. C., por la curación
oe^nna l-rmanita suya. — Da. Adán Reyes F , por
.; ..u r,a yH-:ado de una violenta pulmonía. — Ma^-7 . y I y^qtiez de García por haberle concedido
. Aijxiliadora el milagro que el tifo no llega­
ra a su hogar y dá 8 pts. — Manuel A. Savia por



un milagro, i fr. — Concepción de Olaya, por haberle
librado una hija de una operación, 8 frs. — D . Ma­
nuel E . Cuadros, por varios favores recibidos. 2 frs.
— Da. Paulina Flores de Bolaños, por haberla me­
jorado del reumatismo M. A . — D . Belisario Betón,
por varios favores, 6 írs. — Da. Teresa M, de Gonzáles,
por id., 4 frs. — D . Rodolfo Lince, recibió la sa­
lud de Ella, 4 frs. — Da. Felisa R. de Polanco
por haberla mejorado, 4 frs. — D r. Juan Antonio
Sánchez, agonizando mejoró por intercesión de M.
Auxiliadora, yclá para las misiones en la Paiagonia
20 frs. — D . Belisario Palacios, por varios favore.s.
6 frs. — D .J imii .-¡/fonso Miiián, por varios favores
recibidos, 2 frs, — Da. María del Carmen Millón id.
— Da. / /rtrírt Engracia Vallecilia, id. id., 4 frs. —
Da. Dolores Siena de Herrera, id. id., 2 frs. - Da.
Magdalena Bonilla, id. id. — Da. Pobreza Herrera
de Perdomo, id. id. — D. fose' A . Rodríguez, por
un favor, 2 frs. — D . Sergio Cantillo y su esposOf
por un favor recibido, 4 frs. — Ü. Pascual Escobar
por un favor recibido, 2 frs. — Da. Magdalena Gar­
cía, id. id. — Da. Juana Aragin de Aragón, id. id.
2 frs. — D . Juan fí. Garría, por milagro, 2 frs. —
D . F . N . por un favor recibido. — Da. Juana V. de
Castillo, por un milagro. - E l D r. D . Samuel Velasco y B. por favor recibido, 2 frs. — Da. Camtld
Ruzca, id. id., 4 frs. — D . Eustacio Rodríguez, id.
id., 8 frs. — Da. María de los .ángeles Carees de
Rengifo, por un milagro dá dos francos.
Calendaue (Ven.). — Da. Guillermina de Cadenas
por la milagrosa curación de su padre. — Da. Ra­
mona Orejuela, j)or su curación. — Da. Germaná
Iglesia, por lo mismo. D . Asunción Parada, por un
gran favor.
Calceta (Ecuador). — Da. Francisca B. de Zaítibrano, por una gracia obtenida, lim. 10 liras — ‘D.
Juan Vélez, por la salud recibida. 2 frs. — Un devoto,
por una grande gracia — Da. Mariana Vera de P inagote, por un favor, lim 2 ptas.
Cuzco (Perú). — D . J . Pacheco P., por haberle
ayudado en un trance muy apurado. — D . Manuel
S. Pacheco, por haberle devuelto la salud ya deses­
perada.,
Comalapa (N ic.). — D . Demetrio Sandigo, ' \tor \a
curación de su padre. — D . fosó M. Garría por un
favor, lim. i peso — Da. Estebana Alvarez, por dos
gracias, lim. 2 pesos. — D . Caudelauo Reyes, pof
un favor recibido. 5 pesos. — Da. F. Urbitia, por
id. 5. — Dña. Fidelia .dro/igo, 5, — Dña. Micaéla
Figueroa, 5. — Dña. Eulalia Figueroa, por liaberlá
sanado de epilepsia. — D . Francisco /. Gómez, por
la salud 0,50. — Dña. María Angulo, por la salud
de su hijo, 5. — Dña. Aquilina Mendoza, por I?, cu­
ración de su hijo, I fr. — D . Santiago Robleto, por
gracias recibidas, 10. — D . David Castro ¡xir id.. 7.
— Dña. Sicolasa Pérez, por id. 5. — D . Esteban
Sánclido, por id. 2. — Dña. Sofia de Duarte, i y
un ex-voto. — D . Endaldo Suárez, por favores ei>
sus labores agrícolas, 5. — D . Cástulo González, por
id, 2 ,7 5 .------ Dña. Felipa Urbina, por haberle dado-

1

la vista á su mamá y la salud á su hijo, 3; — D .
Máximo Suárez, por la curación de su hijo, i. —r
D . Amoldo Astorga, por gracias y favores, 15. —*
Dña. Gertrudis Duarte, por favores, 3. — D. Pru­
dencio Sátielido, por id., 2. — Dña. Paula Sánclido,
X. — Dña. ToJtuzsa .Quesada, por grandes favores,
6,50. — D. Secundino Duarte, por la salud reco­
brada, 5. — Dña. Felipa Cano, pK>r una gracia, 8. —
D. Vicente Urbina, 6. — D . Santiago Urbina, i. —;
Dña. Margarita Olivar, 5. — D. Ixonardo Araus, 1.
— Dña. Manuela de Róblela, por la curación de su s
hijos, 5.



304

Cansa de la Selva (Gerona Esp.). — Dna. Nar~
asa ¡•uto V. de Bota, por un favor, lim. i 50 pts
Esmeraldas (lidiador), - Dña. Leticiav.de Prias

un enfennó. — C. R. S. por un gran favor.— /v
Marta Dolores Pérez T. por muchos favores.
Zapatoca (Col.). — Dña. Tránsito Guerrero.ra
haberle concedido la salud notablemente altera^— U m devota, por favores, 2 pts. — Dña. Co»^.
ción Gómez Otero, por muchos favores especialnien la curación de una grave enfermedad, lim. «tírs.Dna. Rufina Plata de Quijano, por un maravilloa
tavor a Ro.salma su hija. — Dña. L . E P de Gi.
mez, por un favor. 2 frs. - D . Eraticisco P^deAanrJ
^ curación de una enfermedad. — Díu
Medarda A . de Acebedo, por un gran favor á su tPO.SO. - - Dña. Mercedes Garda, por la curación csu madre de un cáncer; por haber librado de la b"
gosta .sus sembradü.s; por haber librado de iuidI
ligro inminente á iin hermano que está á .su canal
y a ella de un peligro y de una enfermedad. “

7

por nabcr librado á su hijo de graves peligros en
la niilida. — Düa. Blanca Silva, por Ja curación de
su cunado. — Oüa. Florinda de Silva, por haberle
cui ado a su hijo de unos ataques epilépticos, y á una
luja política de una enfermedad mortal
Fosagna {Manambi lie.). — Dna Josefina Vera
ite li. por liaberla curado de una enfermedad incu­
rable, 10 pts.
Gerona (Esp.). — Dita. Matilde Cralón, por una
gracia, 5 pts. y pide oraciones. — /, S. M. por va­
rios favores recibidos, especialmente la curación de
f'Wüi^^^'” ^ ”
Mana Casals de Gómez, por un
Guatemala — Dihx. Ana Silva, por haberla sanado
|)rudigiüsamente.
Iquique (Chile) - O . R, E. D . O. por Imberle de­
vuelto la traiKiuiIuIad de espiritu, quebrantada por
graves angustias.

Jabaya (Esp.). — ). L. A', una viuda v Dña. ¡li­
lla Soria, per favores recijjidos.
Jinotepe ^Nic.). - Dña. Matea Chaves, por el sin­
gular favor tie haberle hecho desaparecer un tumor
cuando tíos médicos la habían desalniciado.
Juigalpa (Nic.). — D. Vicente Meneses ¡)or haberlo
ciliado de una mortal piilmonia, lim. 3 pesos. — Da.
J anima de Cruz y otras tres cooperadoras por fa­
vores recibulüs, 3 pesos. _
Humberto Suúrez

1

inedad
>'
Moniilla (lisp.). - Dña. M .A . viuda de Z ., por un
gra?uÍe
Carlota Lara, por un favor muy
Orense. — D .Jose Rodríguez, por un favor reci­
bido.
Pasto (Col.). —- D . Leónidas Rivera, — Dña. Nataima Ordóñez, — Dña. Magdalena Martínez,_Da
Dolores Ortiz, - D . Marco A . Ortiz, por favores
recibidos.
Salamanca (Esp.). — Z^. r . K por haber devuelto
la salud a su hijito muy grave de fiebre infecciosa
— D. A . A . por el restablecimiento de un hijo
grave, — D . ¡Sandro García, por favores recibidos
a.50.

Sarria (Rarcelona lisp.). - D . P. Maitínez, por
favores recibidos, hni, 10 pts..
Sevilla (Esp.). — D, Vicente de Rodríguez Trasellas y familia, por haber mejorado á su abuela.
— J^ña. Mercedes Haro de Azctie, por haber curado
de gravísima enfermedad á su mailre Dña. Carlota
Couradi v. de //. — Da. Carmen Rotinguezde Olmo
l>or haber sanado tle una grave pulmonía — Dña
Concepción Roda, por liaberla concedido é.xito feliz
en una operación de la cual nada bueno esperaban
los cirujanos ~ La srta. Dña, Mercedes de Aserna
))ür la curación de .su padre. — Dña. Victoria Guticrrez, por haber curado á su hija de vértigos con­
tinuos y violentos. — Srtas. Gradan, por una gra­
c i a . — /). G E por una gracia. — D . G. /-'.'por
la salud recobrada. - Dña, Regina S m z de Pierrat
por un favor. - Da. .Mercedes Colverde, por id
Soledad (Col.}. — D.Jm m B. de las Silas O. por
haberle curado tle molestísimos cólicos liepáiicos —
Tabudare (\'eu.). - D. J . M. Rúa. por liabeHos
curmio .1 el y a su hija de enfermedades graves _
Dña. Henriifneta de .Marímez. })orIavidadeun luño.
lim. 5 bolívares, y por la curación, sin operación de
un tumor. lim. 2 bol..

Vigo (hsp.).
D. .]/. D. P. jw r multitud de gra­
cias y favores, 10 pts. - O. C. por la curación de

--

PIDEN O R A C IO N ES
PAR.\ OBTENER GRANDES FAVORES:
Una atribulada familia de Sevilla/ varío.s cooc*radore.s de
(V e n .); Díla Hortensiade.MrU
de Guatemala; Dña Natalia y Celia Ordoñez vdcb
I^rsonas más de Pasto (Col.); y D . Eladio Sieiia de

Cah.

BIBLIOGRAFÍA.
D e la Tipografía de las Escuelas Profesionales Silesionas de Sevilla.
Nuevo procedímieoto para elaborar el aceite de oliva. - Li
cooperación en la agricultura. Tom os LX X II y LXXIllB X X IV de la Biblioteca Agrada Solariaua, por el
hxm o. Sr. M. de Acapulco y Prof. Amando Castroviejo, respectivamente.

D e la Librería Católica - Calle Pino, n. j Barcehns.
Método teórico práctico para el estudio de la lengua fraicesa por K. T . D. — Cuarta edición. Un volumen de
unas 300 páginas en 8“, 2 pesetas encuadernado,
D e B. Herdcr Tipógrafo Editor Poutiñdo - Friburgo de Brisgovia (Alem ania):
Elemeata pbllosophlae Arlstotelico-Tbomistlcae auctore
P. Jos. Gredt O. S. B. in collegio S . An.selmi de
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hílosophia nattiralis. Editio altera, aucta ct emrudata. Fr. 9,25; relig. fr. 10,75. Un hermoso tomo
más de 500 |)áginas;

1

Historia de la Pasión de Jesucristo escrita por D. Mi­
M ir de la Real Academ ia Española. Tercira
edición, publicada con la aprobación de los E xv •
.V Revmos. Sres. Arzobispos Obispos de Madrid .Uealá y Arzobispo de Fribitrgo. Un preciosísimo v<>
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.Manual del Catequista. Segunda edición, revisada 7
aumentada. En 12® (XII y 160 pags.) — Kncua'.
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mente á los catequistas de la Am érica española.
El deber de los católicos en política. Por D omiN:*"'
R. C ruz , Dean la Concepción de Chile. Terc-^
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Hemos recibitio también el precio.sol¡broíntitula<kK
Tesoros espirituales, primera parte, segunda edicién»
que recomendamos mucho á nuestros piadosos
tores. Pídase á su aiicior el Rdo. P. Bernardo Ge'itilim, - Colegio Salesíano - C oncepción de C hii-Sg u el

POR EL MUNDO SALESIANO
ESPAÑ A.
BARCELONA. — La primera Misa sobre las ruinas.
— El domingo 29 de Agosto y en el único corredor
que no quedó sembrado de escombros estaba ha­
bilitado un altar para las nüsas de campaña. La
primera fué á las 7. Bajaron los Salesianos que ha­
bitaron alli y que ahora se hospedan en Sarriá.
El cuadro era imponente, triste y conmovedor.
A un lado lo que fué « Centro D. Bosco » mostrando
sus negras heridas, á lo largo de la parte izqmerda
lo que fué teatro, donde tantas instrucciones soaales y morales se dieron y tan honestas divemon^
se gozaron por el pueblo. A la otra parte la iglesia
en construcción, respetada por la energía del maes­
tro de obras.
En aquel ambiente, rodeada de mucl^imos mños, que no pueden ohádar los felices dias que en
el colegio pasaron, de hombres y mujeres que antes
perderían su \nda que renegar de la rehgión. se elevó
la Hostia Santa, como ya en otro tiempo se elevó
en el Calvario, para p¿ür nii.sericordia y perdón
para los incendiarios, que. en su mayor parte, no
salwn lo que hacen.
Celebráronse otras tres misas, todas con buena
concurrencia. Hablóles en casi todas el Director del
ex-Instituto. P. Matías Buil. y habló sin hacer recri­
minaciones ni alusiones siquiera á los tristísimos
suci-sos. Les dijo que se seguiría celebrando allí to­
das las fiestas y que tendrían comodidad para acer­
carse á los santos Sacramentos.
También se harán esfuerzos para abrir aunque
seansólodosclases délas cinco gratuitas que había.
El l)arrio abimda en niños pobres ¡ahora más que
nunca!
Rueguen nuestros lectores por esta casa!
CÓRDOBA.— Como es tan escasamente conocida
esta casa salesiana. creemos oportuno presentar á
nuestros lectores ima breve Monografía, á fin de
que tengan una idea de su progresiva marcha
y para satisfacción de cuantos con su óbolo, con
su influencia, ó en cualquier otro modo, contribuyen
á - «tener las obras salesianas en esta capital.
Esta casa está dividida en varias secciones, siendo
la primera las escuelas gratuitas en que reciben edu­
cación más de dosdentcs ochenta niños, distribuidf-s en cuatro clases, las cuales se sostienen única­
mente de la caridad de los generosos cooperadores
cordobeses y especialmente debido á su incansable
junta directiva presidida por la benemérita señora
Da. Francisca Enrile. Vda. de Gutiérrez de los Ríos,
que no p>erdona medios ni sacrificios algunos que
puedan contribuir al mayor desarrollo y floreci­
miento de estas escuelas.
La segunda sección es la sucursal del Patronato
de la Inmagdada Concepción, fundado por el M. I.

Sr. Dr. D. Francisco Javier Fernández de Córdoba:
recientemente se ha incorporado á este colegio, gra­
cias á la iniciativa, de sus MM. litros. Patronos ac­
tuales: cuenta con ciento treinta niños pobres, los
que sumados á los anteriores, elevan el número á la
respetable cifra de más de cuatro cientos.
Contiguo á las clases gratuitas y en local comple­
tamente separado hemos instalado hace varios años
xm colegio de pago de enseñanza y complementa!,
y recientemente la sección de estudios comerciales
con la preparación á correos, telégrafos, etc.. Estas
clases desde su funcionamiento se han xTsto con­
curridas por unos ciento veinte niños externos y
los internos y medio-pensionistas que nos ha per­
mitido el local. En el último curso fueron 25 los in­
ternos y pensamos habilitar algún otro local para
poder complacer á mayor número de familias que
desean confiar sus hijos á los continuadores de la
Obra del Yen. D. Bosco.
Una vez conocido el régimen de la casa, veamos
la labor realizada durante el curso 1908-1909.
En primer lugar se ha procurado que la enseñanza
fuera lo más práctica posible. Para ello y para apre­
ciar los adelantos efectuados por los alumnos cada
raes, se establecieron unos certámenes á que se dió
el nombre de Concursos Escolares, en que los alum­
nos de cada clase manifestaban sus adelantos en la
asignatura que se les había señalado como materia
de certamen, siendo premiados los que lograban
satisfacer á todas las preguntas sin eíjuivocación
alguna. Objeto de concurso, eran además los temas
de las diversas asignaturas, planos de dibujo y caligrafia, trabajos manuales y declamación de .selectas
poesías. Dióse también gran impulso á los cantos
escolares, morales y educativos. Grande fué el pro­
vecho que de estos concursos reportaron los aluinnos contribuyendo sobremanera á fomentar la apli­
cación de los mismos, estimulados y halagados por
la esperanza del premio.
,
Fruto de esta aplicación fué el brillante éxito con
que á fin de curso \neron coronados sm esfuerzos,
pues limitándonos á los alumnos de Comercio, baste
dedr que sobre ochenta y seis exámenes, obtuvieron
cuarenta y tres sobresalientes, quince de ellos con
matrícula de honor, treinta y cuatro notables, nueve
aprobados y ningún suspenso.
Por lo que toca á fiestas se han celebrado con gran
solemnidad las de la Inmaculada, S. Francisco de
Sales y María Auxiliadora. Durante el triduo de
esta última se vió muy concurrida la nueva capilla
por los innumerables devotos que la Virgen de Don
Bosco cuenta en esta hermosa ciudad á pesar del
relativamente corto espado de tiempo que hace se
halla esUbledda. El día de la fiesta hubo misa can­
tada con elocuente panegírico pronunciado por el
Rdo. Sr. D. Francisco de P. Velasco. cura ecónomo
de la parroquia de S. Francisco y entusiasta coo-

pcrador y admirador de las obras salesianas. A esta
solemnidad asistieron numerosos fieles y represen­
taciones del clero regular y secular y del Exino. Ca­
bildo catedral. Ivn la misa de comunión recibieron
por vez ]>rimera el pan cucarístico más de setenta
niños de las escuelas gratuitas, de manos del celoso
párroco de S. Miguel, B. Miguel Blanco, que dirigió
á los niños una muy tierna y conmovedora plática.
Jvl curso se terminó con distribución de premios
á los alunmos de est.'is últimas escuelas, celebrada
el 13 p. pasado Julio, que, dada la solemnidad
((ue revistió, no podemos dispensarnos de reseñarla
algo más por extenso.
Ivn un amplísimo patio vistosamente engalanado
se disjiuso el palco escénico y á ambos lados de éste,
dos tribunas, una para la ¡nesidencia de señoras y
otra para la de caballeros. Ocuparon la primera la
Junta do Cooperadoras y varias distinguidas damas
de la capital y la segunda el Muy Ilustre Sr. Gober­
nador eclesiástico en rejiresentación del Sr. Obispo
de la Diócesis y el ICxmo. Sr. Alcalde acompañados
ambos^,por varios miembros de los respectivos ca­
bildos catedral y municipal. Un gentío inmenso ocup<) el amplio recinto que casi era insuficiente para
contenerle.
A la hora prefijada dió comienzo el acto, can­
tando un mitritlo coro de niños un hennoso y pa­
triótico himno d la Bandera que fué muy aplau­
dido. Dc.s])ués de la Declamación de dos bonitas
odas, ima á María Auxiliadora y otra á D. Bosco, se
efectuó la distribución de premios, consistentes en
nuevo cortes de traje interior y exterior, con calce­
tines, botas, pañuelos y gorra, cincuenta cortes de
traje exterior conqdeto y sesenta cortes de pantalón
ó blusa con gorra, todo ello proporcionado por la
generosidad de los cooperadores cordobeses y por
la admirable actividad de sn junta directiva.
Terminada la distribución de premios, dirigió su
palabra al numeroso auditorio el líxmo. Sr. D. José
Contreras Carmona, eminente abogado y diputado
d Cortes por el distrito de Ilinojosa del Duque. Su
discurso fué un elogio cumplido de la obra de Don
Bosco á la qwc profesa un entrañable cariño; hizo
ver los frutos que de la misma repí^rta la sociedad
e.stableciondo un paralelo entre el estado moral y
religioso cu que se enoontraba el barrio de S. Lo­
renzo antes de la venida de los Salcsianos y el qxie
alcanza cu la uctuolklad. Terminó felicitando a la
J unta <lc cooperadoras por los marnvillasos éxitos
que su caridad ha conseguido, animándolas á que
no de.si.slie.seu de la labor comenzada, seguras de que
Dias y las generaciones futur»\s habrán de bendecir
el noble y geueraso corazón de las damas cordo­
besas l Kl discurso del Sr. Contreras Carmona. que
no dndatnos calificar de magistral, arrancó á la
concurrencia frecuentes y entusiastas aplausos y
uxuucutó á la par que la fama de orador elocuente de
que merecidmnente goza, el conocimiento y aprecio
de In Obra Salosiana, en cuantos tuvieron la suerte
de escucharle.
Terminado el discurso, los cantores ejecutaron
l i Pairo del M* De Vecchi gustando sobremanera al
público que no escatimó sus aplausos á los pequeños
artistas. El acto terminó con la repetición del him­
no á la Biuidera después deJ cual las autoridades con­

currentes al acto felicitaron al Sr. Director y demás
superiores por la acertada organización y brillante
éxito de tan simpática fiesta.
Antes de retirarse pudo el-púbiico contemplar un
pequeño ensayo de exposición escolar en que figura­
ban temas de las diversas asignaturas desarrollados
por los alumnos del Colegio, planos de dibujo y cali­
grafía, sólidos y recortados geométricos, entrelaza­
dos en papel y viruta, figuras hechas con alambre v
madera y algunos ejemplares de la sección de foto­
grafía, y bonitos trabajos de marquetería, etc., etc..
Esta .será como la base de otra más extensa que nos
proponemos efectuar D. m. para el próximo curso
escolar, extensivo á todas la.s clases.
Tal ha sido, brevísimamentc reseñado, el curso
que acaba de terminar que esperamos haya contri­
buido á atunentar la cultura intelectual y moral
de la juventud.
Por todo sean dadas infinitas gracias á María Au­
xiliadora y á cuantos con sus limosnas ó de cual­
quier otro modo han contribuido á que se haga un
poco de bien á tantas jóvenes necesitados del pan
de la instrucción y no pocos también del pan ma­
terial.

ITALIA.
VALDOCCO. — Quinientos peregrinos de Legnano,
conducidos por el celoso párroco D. Pederzali,
antiguo alumno del Oratorio, vinieron en tren esp^
cial la segimda dominica de Agosto á venerar la
taumaturga Virgen de D. Bosco. I^s dió la bien­
venida el Sr. Director del Oratorio y el venerando
Sr. D. Rúa la bendición con el Santísimo. Visita­
ron luego los cuartos de D. Bosco y la tumba,
adonde los llevaron los socios de la Unión Obrera
Católica de Turin.
El t8 del mismo mes llegó una peregrinación de
la Croacia.
GIAVENO. — El 22 de Agosto se inauguró so­
lemnemente por el Emilio. Card. Richelmy y el
Hon. Boselli. la iglesia dedicada á la Purísima.
Sus planos fueron levantados por Oficina Tén::ra
Salesiana, que presidía nuestro llorado P. D. Luis
Rocca, en sufragio de cuya alma se fundó ima misa
perpetua.

PALESTINA.
BELÉN.— Doña Amalia Dupré regaló al Orfelinato
salesiano un hennoso busto del fundador, R. Sr. D.
Antonio Belloni; la semejanza es completa, espe­
cialmente en la boca y los ojos. Así, los huerianitos
de Belén tendrán siempre á la vista las amables fac­
ciones de aquel cuyo corazón palpitó con tanto
amor por toda la juventud de Palestina.
— El Instituto fué visitado por la Peregrinadóa
italiana á Tierra Santa.

AMÉRICA.
BUENOS AIRES (Argentina). — Simpática fíe^U.
En Buenos Aires no se desarrolló la cooperación
salesiana al igual que en Turin y en otras partes,
por la gente rica; los cooperadores en general fueren
gente modesta.

En cambio, se despertó en las familias el deseo
de educar á las criaturas necesitadas, en\nándolas
al colegio, al Oratorio, á las Escuelas Profesionales,
satisfaciendo una modidsima pensión. Esto costaba
sacrificios á los Salesianos, pero en retomo, les trajo
las simpatías y les creó esa atmósfera moral popular,
que es uno de los mejores ^■ mculos que unen, porque
es simpatía y amor.
A crear esa atmósfera contribuyó no poco la Se­
ñorita Doña Teresa Montarcé. Ella, su familia y
amigas han venido practicando los más bellos ejer­
cicios de la caridad: trayendo niños al Colegio y
Oratorio, enseñando la doctrina y preparándolos á
la primera Comunión, visitando familias y habláu-

f

^

^

^

del Estado, acompañado de los Señores Gen. Abigail Partida, Secretario general del Estado, Dr,
Lisandro Lecuna Presidente del Consejo de Ins­
trucción, Dr. Medardo Medina. Superintendente
de Instrucción popular, D. Ant. Albornoz Presi­
dente del Consejo Municipal y nmnerosoj distin­
guidos caballeros.
Ocupaba también puesto de honor el Ven. Vi­
cario del Partido Pbro. Dr. Víctor J. .\rocha, acom­
pañado por varios ilustrados sacerdotes de la ciudad.
Pronunció el discurso de orden el Dr. Rafael
Iturriza interesando \ñvamente al selecto auditorio.
Todos las níimeros del variado programa fueron
muy bien ejecutados. lyos pequeños músicas y ar-

! r
‘ % 0

«I

MÉJICO — E l ll.m o y Rev.mo Sr. Ridolñ rodeado por los Superiores, Bienhechores y Alum nos,

doles de la Religión, y especialmente visitando en­
fermos y sirviéndoles y asistii ndo á los moribundos
para mandarlos al délo, acordándose de que así lo
hada D. Bosco. quien tenia por divi«a Da mihi
ar.i-.nas saetera talle.
La excelente coop>eradora fué el 3 de Agosto, ú los
pies de María Auxiliadora, á celebrar sus Bodas de
plata de cooperadón saleíiaaa.
Le deseamos que celebre también las bodas de oro
y que. para bien de la Sodcdad tenga muchas y mu­
chos imitadores.
V.\LENC1.4 (Venezuela).— El primer Domingo de
^osto se verificó en el Colegio Don Bosco de esta
dudad una velada másico-literaria con ocasión de la
solemne repartidón de premios á los alumnos del
mendonado Instituto.
Presidian el acto el Sr. Dr. Félix D. Ortega en re­
presentación del Sr. Gen. José A. Dá\'üa, Presidente

tistas llamaron grandemente la atendón y arran­
caron muchos y prolongados aplausos.
El éxito briÚante de la fiesta que ha clausurado
los no menos brillantes exámenes debe llenar de satisfacdón los alinnnos. los maestros y espedalmente
ios padres que han confiado la educadón de sus
hijos á los Salesianos.
MÉJICO — El 21 de marzo p. p. nuestro Colegio
Salesiano tuvo el consuelo de hospedar y festejar,
en ocasión de las solemnidades de San José, al
Hmo. y Res*mo. Sr. Dr. D. José Ridolfi, Delegado
Apostólico en Méjico.
El bondadoso Prelado asistió de Pontifical á la
mi<m solemne y presendó acto seguido un brillan­
tísimo espectácitío que le brindaron las Sodedades
gimnásticas del m’smo colegio, Robur y Viríus. que
cuentan pocos meses de vida pero se han cap t^ o
ya la admiración sincera de todos.

— 3o8 —
La banda interna amenizó el entretenimiento
honrado por la presencia de mucha y selecta con­
currencia.
Si^uió.se el a'muerzo al qxie tomaron parte no
sólo los Superiores y alumnos sino también nmnerosos invitado.s y varios ex-a!umnos de aquel flo­
reciente instituto: y al final del mismo muchos
brindaron A la salud del II.mo Sr. Ridoifi que ha
sabi<lo Kanar.se el corazón de todos los Mejicanos
por su extraordinaria bondad.
Agradeció el festejado Prelado con palabras
muy cariñosas para todos y de especial afecto para
nuestro Superior General Don Miguel Rúa y demás
superiores mayores. c[ue nombró uno á uno con
gratísimos recuerdos.
Por fin dignóse, antes de dejar el Colegio, de
permitir que se le fotografiase, rc^eado por los Su­
periores. amigos y alumnos que jamás olvidarán
las horas de júbilo que la bondad delSr. Delegado
Apostólico les deparó. Presentamos á nuestros
lectores el bellísimo grupo.
PANAMÁ (Centro América).— K 1 celo incansable de
los Cooperadores y Coopenuloras Panameños logró
su primer triunfo el día 15 de .Agosto, pues en esa
fecha pú<lose por fin bendecir y colocar la primera
piedra del « llaspicio de Huérfanos ■>que dirigirán
los Salesíanos. Cedemos ginstosos la palabra al dia­
rio local » La Estrella de Panatná » que en su edi­
ción corro.spondientc al día 17 de Agosto así registra
la crónica del acontecimiento: « Con un tiempo ma­
gnifico como si la misma naturaleza, regocijada,
hubiera (juerido contribuir á la obra piadosa de la
semilla del alivio al infortunio que se iba á sembrar,
se efectuó la ceremonia de la colocación de la pri­
mera pieilra del Ilo.spicio de Huérfanos, para la cual
habíamos recibido invitación especial de la J unta de
la.s Cooperadoras Sale.sianas.
•' .Asistieron á la fiesta, que resultó solemne, el
1Excelentísimo Sr. Presidente de la República y
Señora de Obaldia. los Secretarios de Estado en los
distintos despachos, el señor Ool>ernador de la Pro­
vincia. el Sr. Alcalde del Distrito y mimero consi­
derable de particulares de todas las capas sociales,
á pesar de (jue las simultáneas di.stracciones del do­
mingo restaron mucha concurrencia.que de no haber
sido asi se habrían puesto más de relieve, una nueva
voz, los sentimientos c:aritativ(vs y piadosos de los
panameñas, que se acrecentarán mientras más
menudas .sean las coces ixmtra el aguijón de su con­
ciencia rcligiasa.
* Lín el .sitio destinado al efecto so entornó el acta
de fundación <le la benéfica institución firmada por
S. K. el Presidente, la Señora de Obaldia, y como
p<ir if, miembros de lo más distinguido de esta socie­
dad. siendo dc.s]>ucs colocada la pietira que fué ben­
decida píu la primera atitoridad eclesiástica.
* La Panda Republicana concurrió también en
uniforme do parada y nunpió el aire con los acordes
del Himno Nacional, oido con religioso respeto.
* líl acto se cerró con un di.scurso apropiado al
acto, pronunciado por el orador designado previantente *.
Pueden pues regocijarse en el Señor los Coopera­
dores y Coo^ieradoras Panameños, particularmente

la Sra. Da. Micaela Sosa de Icasa y Don Nicanor
Obarrio que dignamente presiden dichas corpora­
ciones.
Dios N. S. y María Attxiliadora bendigan todos los
trabajos que se impongan por la expansión de la
Obra de D. Bosco. A nosotros nos cumple el deber
agradecerles desde estas columnas cuanto hasta
ahora han hecho, y satisfaciendo así esta necesidad
de nuestro corazón, señalamos á todos nuestros
lectores este ejemplo de verdadera, pronta, desinte­
resada cooperación, pues saben nuestros lectores
que los Salesianos se han establecido en Panamá
desde hace muy poco tiempo. Llegue también
nue.stro agradecimiento al Exmo. Sr. Pre,sidente de
la República de Panamá, y á la Sra. de Obaldia que
aceptaron apadrinar la solemnidad y á todas las
personas que con su presencia enaltecieron en sumo
grado la sigiüficativa ceremonia, honrando al mismo
tiempo y alentando á la Obra de D. Bosco que en
Panamá aún está en sus comienzos.
Santa tecla (Rep. « E 1 salvador o C.A.).— Día
de regocijo para nuestros hermanos fué el 25 de
Julio p. p.. Llegaba á visitarlos el Exmo.Sr. Milleíire,
Ministro de Italia ante los Gobiernos de la América
Central. Habíanlo recibido en la Estación del ferro­
carril irnos superiores y una deputación de alumnos
y al presentarse al Colegio dióle la bienvenida el Sr.
Inspector Salesiano, Pbro. D. José Misieri, acompa­
ñado de todo el cuerpo docente del Colegio, mientras
los alumnos en sendas filas aplaudían y la banda
hacia resonar las aires con los acordes de la Marcia
Reale.
Pasóse al patio principal y se obsequió al Iltre.
visitante con una Velada en que el amor a la Patria
lejana y el agradecimiento á la segunda Patria ins­
piraron oradores y poetas.
El Sr. Mini.'itro visitó acto seguido todo el Colegio
adiuiríuido el orden, el sistema de educación, el mé­
todo seguido en las Escu.-las Profesionales mostrán­
dose en fin altamente .satisfecho de todo.
Lo que más llamó su atención fué la tenería del
Colegio ya premiada en varias exposiciones nadonales y extranjeras.
Al dejar el Colegio <
■ Santa Cecilia ^ el Exmo. Sr.
Ministro tuvo palabras muy lisonjeras por los des­
velos con que los Superiores locales se han c.^inerado
á fin de que el plantel á su cargo fuese im verdadero
timbre de gloria para Italia.
SAN SALVADOR fC.A.).— Debido al celo lauda*
bilisimo del limo. Obispo local. Dr. D. Adolfo Pérez
y Aguilar los Salesianos están trabajando desde
cuatro años para la restauración de la música sa­
grada.
Este año. como ya en los pasados, púsose de re­
lieve el re.sultado de la instrucción que los niños reci­
ben en el Colegio «Divino Salvador ■».particularmen­
te en la extraordinaria ejecución musical del 6 de Agosto, en ocasión de la fiesta de la Transfigurackto
de N. S..
El número del programa musical que niás entu­
siasmó la muchedumbre que se apiñaba en la cate­
dral en dicho dia. fué la Missa Eucharistica 3 4 ^
ces del
Lorenzo Perosi.

M



309

Difícilmente, en esos países, suele reunirse un con­
tingente de cantores superior á una docena; y sin em­
bargo ese dia el deseo de dar gloria á Dios mediante
el acatamiento á las órdenes de su Vicario en la
tierra supo reunir más de loo cantores, que acom­
pañados en el órgano supieron hacer gustar muchiyTnr> el trabajo genialísimo del Maestro de la Ca­
pilla Sixtina.
Una vez más se ha tocado con mano que basta
querer para realizar la restauración de la música en
los templos: una vez más se ha constatado que los
Salesianos son los dignos hijos de D. Bosco pues á
costa de infinitos sacrificios saben obedecer á lo
que manda ó desea el Santo Padre. Lo registramos
gustosos mientras una vez más aplaudimos al limo.
Sr. Obispo del Salvador y á su dignísimo Vicario y
Provisor que para los Salesianos han siempre mani­
festado admiración y confianza sin límites á la vez
que un corazón paternal.

Memorias Biográficas
de Mons. Luí5 Lajagqa
CAPITULO X X X III.
fCoiiíinuaciónJ.

El P. Lasagna que no hal í i podido iniciar per­
sonalmente aquellas tres fundaciones, pues estaba
á la sazón en Montevideo, sobremanera preocupado
del éxito, escril í i al P. Peretto, Director de la casa
de Lorena: * Toda\ia no he recibido noticias acerca
<lc la llegada de las Hermanas, y esto nos tiene á
todos con mucho cuidado. Sin embargo esperamos
que t<xlo haya salido bien. Demos gracias á Dios
c|ue nc-s ha proporcionado los medios de llevar á
f.;V> iVi.i expedición cuando no teníamos per­
sonal di:v;xmiblc. ¿Ya se han establecido en Lo­
rena.* ¿Como les va? ¿En Guaratínguetá tu\*ieron buena acogida? ¿Han tropezado con dificult.'’.:!; s ’ . Y cuando recibió la nueva de que todo
ha’ i 1 s"]ido á medida dcl deseo, prorrumpía en
j •i xolamaciones- escribiendo al mismo Director:
• ¡L ado sea Dios que tan aisible protección ha
otorgado -á nuestras obras en el Brasil!'¡Pobres
Hermanas, en qué trances angustiosos se halla­
ron: cubiertas, abrumadas de flores y aplausos!
jOh, que Dios las asista! *. Palabras harto signific.ntiv.i--. que nos descubren su modo de apreciar
los honores del mundo.
Pero junto con las flores crecían para el P. La­
sagna las espinas. A pesar de su lozano aspecto,
p.'-•%eniente de su temperamento sanguíneo, se
?emia muy desmejorado por el peso de la tarea y
más aun ror las graves pruebas con que Dios quiso
acrisolar su \-iftud. Los acostumbrados dolores
reumáticos le atormentaban de continuo sin ser
parte para que interrumpiera su labor, sus predi­


caciones, sus riajes y la dirección de los institutos;
pero al fin hubo de darse por vencido. El 30 del
mismo mes escribió al P. Peretto en los términos
siguientes: «Estoy continuamente enfermo, y me
paso el día en la cama ó en el sofá. Las piernas no
me sostienen y por eso apenas puedo escribirte
sino de acostado. ¡ Oh, si á lo menos pudiern ir
pronto á Lorena! Si no puedo trabajar, á lo menos
veros, hablaros y ayudaros con algún parecer
Pero más que los dolorés físicos le acongojaban
las inmensas dificultades con que tropezaba cu la
prosecución de las obras magnas en que habia pue­
sto mano. Las con\'ulsiones po'íücas que hablan
perturbado en aquellos dios al ITruguay y al Bra­
sil hal ian paralizado las energías de muchos Coo­
peradores y bienhechores y agotado muchas fuen­
tes de beneficencia. Algimas Comisiones insti­
tuidas exclusivamente para sostener las ohras salesianas. quedaron sin rida y sin nombre, y va­
rios amigos de la primera hora, amedrentados
por las deudas que pesaban sobre los institutos por
él dirigidos, se retiraron temiendo ser envueltos
en ima quiebra con perjuicio desios patrimonios y
familias. Añádase á esto la extrema escasez de
personal, los claros producidos en las filas de sus co­
laboradores ya por la muerte ya sobre todo jx>r las
flaquezas inestables aun en las comunidades re­
ligiosas. y con esto se podrá tener idea de los su­
frimientos morales que torturaban al denodado
misionero. Sin embargo no se anublaba la serenidad
de su rostro, y prosigue su camino, siempre igual
á si mi.smo, porque el Señor al aparejarle estas
grandes luchas, le ha enriquecido también con el
caudal necesario de energí 1 para el conseguimiento
de la victoria. Y él cifrando en el Señor toda ,su
confianza á fuer de valeroso atleta, combate y
vence, realizando siempre y en todas partes la
sentencia de la líscritura: Certamen jorfe dedil illi
ul vincerci. espléndido lema ó .sínte.sis de su ad­
mirable vida. Abrumadoras son estas nuevas lu­
chas pecuniarias y morales, pero su alma, retem­
plada con el ejercicio práctic'o de la.s más altas vir­
tudes. no languidece un punto, ni .siquiera da se­
ñales exteriores de turbación. Este conocimiento
de sus secretas torturas se lo débeme» á sus carta.s
familiares en las cuales su corazón oprimido y ne­
cesitado de desahogo emplea á las veces para pedir
auxilio de las plegarias de otros, ciertas medias ex­
presiones que indirectamente manifiestan la atro­
cidad de su combate. A un hermano á quien tei í m
muy pesaroso las deudas cada día en aumento, le
escribe estas palabras: «Tus deudas no me asustan.
Reza mucho y haz rezar ». En otra ocasión, des­
pués de apuntar el abandono en que le habían
dejado muchas personas por temor de una quiebra,
exclama: ♦ ¡Pobre de mi: No te descuides de hacer
implorar el valimiento de Maiíi Auxiliadora para
que podamos llevar adelante con honra y sin daño
las obras que Dios nos ha confiado ■■ A otro, con
el mismo motivo le dice: « Aquí estamos atríbuladísimos por la crisis que nos ha sobrevenido. Las
deudas nos ahogan. ¡ Loado sea el Señor! Rogad
por nosotros 5 Cuánta fé y resignación en aque­
llos angustiosos momentos, en que Je parecía iban
á sucumbir sus tantas y tan grandiosas empresas!

« Dios (jue todo lo ve, exclama el intrépido misio­
nero, lo ha disi)uesto así para el bien de estas ca­
sas *. ¡Cuánto edifican estas y otras numerosisiinos expresiones análogas de fé, de resignación y
de amor de Dios que con tanta espontaneidad bro­
taban de su pluma! Tillas, al paso que demuestran
su fortaleza, hacen resaltar su profunda ciencia y
cíJiisumada experiencia en guiar á las almas por
el camino de la perfección aim en medio de las más
rudas pruebas.
Mas hé aquí que mientras bregaba con tantos
f)ljstáculos, le llegó con gran oportunidad ima carta
del Sucesor de D. Bosco que lo invitaba á trasla­
darse á Turíii con algún Director de su Inspectoiía.
Sometióse al punto el P. Lasagna en la convicción
de que no se trataba sino de la asamblea general de
los Superiores Salesianos; pero muy otros eran los
altísimos fines de la divina Providencia en enviarle
á Italia. Al |>cnsamiento de esta ausencia tempo­
ral de su campo de acción y del ¿escanso á que se
había de ver forzudo durante la travesía del Océano
y pubeime á la idea de poder derramar el caudal
de .sus aflicciones en el corazón del Superior Mayor,
del cual hal í:i de recibir consuelo, consejo, y au­
xilio; recobró su primera energía y se sintió muy
pronto, si no dcl todo sano, fí muy mejorado. Ha­
biendo cundido entre tanto la noticia de su inmi­
nente viaje á Italia, algunos bienhechores, para que
estuviese tranquilo durante la ausencia, abrieron los
tesoros de su caridad y le prodigaron abundantes
limosnas. Así la divina Providencia que cual madre
teniisima vela por los que á ella se confían, acudió
de inesperada manera en socorro del P. Dasagna y
(le sus institutos. lista era al mismo tiempo una
señal insospechable de la divina volimtad que san­
cionaba la orden del Superior; y asi el futuro obispo
de las .salvajes, misteriosamente guiado por la
mano de Dios, en compañía del Director de la
Casa de Lorena, D. Carlos Peretto, se entregó de
nuevo á las olas que tan desleales se le habían mos­
trado, para que le llevasen por tercera vez á las
riberos de la hermosa ItaUa.
Embarcóse en el vapor Norteaméñea, arribó
á Genova el 13 de Agosto y al día siguiente era re­
cibido con gran fiesta en el Oratorio de Turiii.
Saluda á los Superiores y encamina sus pasos á Valsálice para dc])ositar el primer tributo de sus ple­
garias, lágrimas y suspiros en la tmnba del amado
Padre, sintiendo á i)or del alma no poder besar de
nuevo aquella mono que tan larga' había sido
con él en beneficios, ni oír aquella voz que tantas
veces como jx>r encanto le había librado de sus pe­
nas c insiiirádolc nuevos bríos. Levautiíise de al i
consolado, como salía en otro tiempo del cuarto de
D. Bosco después de los más dulces coloquios y
las más tiernas demostraciones de afecto.
Ivu aquel año de 1892 celebrábase el cuarto cen­
tenario del descubrimiento de América. Génova,
gloriosa con su atrevido Nauta daba el nombre de
éste á una espléndida exposición, y los católicos
italianos en particular, á quienes León X III aca­
baba de proclamar en aquellos días el célebre Columbus nosUr esf, Colón es nuestm. habían muestra
de las dos Américas. Los Salesianos tenían entre otras cosirs, en la Exposición Colombiana, una inte­

resantísima aldea de Patagones y Fueguinos? El
P. Lasagna. misionero en toda la extensión <ie la
palabra, se holgaba de hallar á sus compatriotas en­
tonando himnos á aquel Colón que al ir y volver'p«
los espacios inmensos del Océano tenia puesta la ■
mira muy más alto que los demás, como que se pro­
ponía con ello abrir paso al Evai^elio por en medio
de nuevas tierras y nuevos mares (i). El también
podía afinnar que no la auri sacra ¡ames, sino la
caridad de Cristo le había llevado á aquellas co­
marcas, y se gloriaba de haber sido elegido por
Dios para cultivar aquellas tierras y regarlas, no
sólo con sus sudores, sino también, si tal fuese del
divino agrado, con su sangre, y le daba gracias de
que le hubiese llamado á la Pía Sociedad Salesiana
la cual con sus misiones continuaba la obra ini(fiada por Colón llevando á Jesucristo á aqueUos
lejanos países.
La obra de los Congresos Católicos de Italia
había resuelto honrar al héroe cristiano, que ver­
dadero Cristóbal, {Crísiuni bajulans, el que lleva
á Cristo) había sido el primero en llevar el signo
de la redención á las playas del Nuevo Continente,
y con tal fin celebraba aquel año en la misma Ge­
nova una da aquellas solemnes asambleas que
tanto impulso dan siempre á la Acció>i Católica,
redentora del pueblo itaUano. El P. Lasagna con­
tento de trabajar con tantos celosísimos personajes,
se unió á Mons. Juan Cagliero, digno representante
de los Salesianos en aquel Congreso Católico genovés. No figura nuestro misionero en las actas de
aquella asamblea, mas él para atesorar lo que de­
cían los venerandos Prelacios y los laicos católicos,
tomó tan viva parte en los trabajos y delibe­
raciones de los Congresistas, que con toda verdad
pude esenibir á un henuano misionero e.sta frase
lacónica, pero significativa: « El Congreso me tiene
atareado todo el día ». Salió de Génova con el fir­
me propósito de consagrarse cada vez con mayor
(olo á la salvación de las almas y corresponder asi
más eficazmente á la vocación de misionero. Y
en efecto se empeñó en realizar iimiediataniente su
resolución de vida más activa, emprendiendo en
favor de sus mi.síones una verdadera cruzada en la
Lombardía, el territorio Véneto y otras partes de
Italia. Ivntre las demás es digna de mención la confereiiífia que dió en la docta Bolonia ante un pú­
blico selecto y numeroso. El valiente diario la
Unión, con fecha del 24 de Noviembre de 1892.
después de hacor un gran elogio dcl orador, asi re­
sume la segimda parte de la conferencia: « El ora­
dor liizo obser\-ar como D. Bosco tuvo una feliz
inspiración al escoger el vasto campo c|ue le ofrecía
la América Meridional, á preferenefia de otras re­
giones, porque allá existen texiavía hombres salva­
jes. pero sobre tcxlo porque América ha llegado á
ser una segunda patria para esos pobres Italianos
desterrados de Italia por el hambre y la miseria.
Do manera que las misiones salesianas alcanzan
doble fin; mas por desgracia los medios son insufi­
cientes. Dijo que en Buenos Aires hay 200.000
Italianos sobre medio millón de habitantes (2). y
(i) León X III Encíclica, Q narto oheunte saectdo.
(a) IIüv estas cifras se han duplicado.

que aquellos gozaban de muy mala fama, tanto
que á imo de los barrios habitados por ellos le lla­
maban por mal nombre B ocoííí/ Diablo, barrio que
ahora gracias á la evangelizadón de los salesianos
ha experimentado tal transformadón, que al pre­
sente goza del general apredo.
« Habló de la barbarie de la dvilizadón pero de
aquella dvilizadón que rehuye de Cristo; recordó
la encarnizada guerra que se hace á los salvajes
á balazos y la contrapuso á la dvilizadón cris­
tiana que acoge en sus brazos á todos los hom­
bres. Comnovió dvamente á los oyentes en espedal cuando narró episodios de que había sido tes­
tigo y parte, teniendo siempre cautivada la atendon del mmieroso auditorio. Hemos visto á mudir.:s personas llorar de comnodón al oír hechos
tan mara'Nállosos, expuestos con tan hecliicera in­
genuidad y sencüL’z *.
Infatigable, recorrió luego la ribera ligur hasta
Mónaco; y en todas partes sus conferencias, que
fueron veinticinco, resiiltaron un verdadero triunfo
para el misionero salesiano que, al buscar las almas
para salvarlas, pone todo ahinco en rehabilitar
ante la sodedad á aquellas miserables criaturas á
quienes el rasero de la ignoranda y del embrute­
cimiento ha nivelado con los seres irracionales.
No faltó quien oyendo al humilde Conferencista
salesiano abogar con tanto denuedo y con tan
halagüeño resultado por la causa de los salvajes
de Matto Grosso, se aventuró á compararle con el
gran Cardenal Lavigerie cuando predicó la cruzada
contra la esdavitud. El parangón era, á no dudarlo,
atrevido y estoy por dedr que irreverente; sin em­
bargo. si Hat parva componere uiagnis, entre los
dos grandes bienhechores de la humanidad median
varios pmitos de semejanza. El Cardenal Primado
de Africa se siente poseído de amor y compasión
hacia 1(m infelices habitantes del misterioso con­
tinente negro.con los cuales, como si fueran carne
de matadero, hacen infame tráfico los que se arro­
gan el titulo, pero nada más que el titulo, de ci­
vilizados. Para denmiciar esta monstruosa bar­
barie del siglo X IX que parciía ser el siglo del
progreso y de la civilización, aquel Prelado deja
su ^ede y peregrinando por P'rancia, por Bélgica,
por Italia y hasta por la protestante Inglaterra.
e;>n la elocuencia de un Bossuet conmueve los coTov---w¿. excita una noble y casi unánime indigna‘
oonlra la plaga de la esclavitud, y para estirparla de la faz de la tierra, establece una santa liga,
aun en medio de aquellos que no están unidos con
nosotros por el \ ínculo religioso. Pero esto no es de
admirar, porque su palabra es la palabra de un
Obispo: ¿Qué digo? de un Piincipe de la Santa
Iglesia Romana, y por consiguiente posee un he­
chizo irresistible. Nuestro misionero vuelve de las
comarcas de América con el corazón transido por
haber \-isto con sus propios ojos la miserable con­
dición de los salvajes, pero principalmente por ha­
ber sido testigo de los horrores que cometen algunos
dvili?.-ídrvs . -r
/?.- Indios. Su palabra, que
es un grito de sentida indignación, los demmcia al
mundo cirilizado y particularmente al mundo cris­
tiano, apelando con santa audacia á la caridad de
todos para que con la plegaria y con la limosna

socorran á sus misioneros, quienes á su vez están
dispuestos á sacrificar patria, deudos, regalos y la
vida misma en pro de este nobilísimo rescate.
Aunque simple sacerdote y humilde hijo de Don
Bosco, obra prodigios con su palabra. ¡Cuánto más
eficaz no sería ésta si él poseyese la plenitud dcl
sacerdocio y en su pedio brillase la cruz episcopal!
Y la divina Providendal que tan preciosas te.soros de
grada y de naturaleza h a tii acumulado en aquella
ahna privilegiada quiso que también le fuese confe­
rido este prestigio, este allisimo grado, este colmo de
gracias. A fines de febrero de 1893
sapientísimo
León X III lo elevó á la dignidad episcopal. Desde
aquel día ya no paredó tan impropio el parangón
cutre Mons. Luis Lasagna, Obispo de los salvajes
brasileños, y el gran Ladgerie, el immortal pre­
gonero del antiesclavisnio.
(Continuará).

tÍ t

D'Ü S

^ Q Q ,jV E e R e L 0 G . '^ O O ^

Mons. Emiliano Manacorda
Obispo de Fossano y Decano del Episcopado Subalpino.

Voló al Cielo el
29 Julio, carga­
do de méritos,
después de má.s
de 50 años de
sacerdocio y 38
de Episcopado.
Nadó en Penango el 6 Ago- •
sto 1833; orde­
nado el 9 abril
1859, preconi­
zado Obispo en '
1871.
Largos seria­
mos si quisiéra­
mos hablar de
los hechos de su
vida. Baste sa­
ber que Fossano
lo aclamó su liijo adoptivo «cu­
ya palabra, alta y serena fué siempre señal de
concordia, conforto en el dolor, padficadora en
las diferendas, hombre que reinó constantemente
con el imperio del amor ». Como monumento de
su piedad, de su celo, de su gusto, queda el san­
tuario de Cusanio, que reedificó y decoró, sus ad­
mirables escritos, las actas del Sínodo de 1852,103
triunfos solemnes del Venerable Juan Juvenal
Ancina, beatificado á instancias suyas, el III Cen­
tenario de las Diócesis y el V del Beato Odino.
Intimas fueron sus reladones con nuestro Ven.
Padre. Cuando seminarista, le era antipática la vida
del Seminario y deseaba la actividad del Oratorio.
D.Bosco, que tanta necesidad tenía entonces de ayu­
dantes, k) escuchó con grande calina y lo exhortó á
proseguir animoso los estudios en el Seminario. Ha-

I



312

blarían in/is tarde. I^s años siguientes continuó
visitando el Oratorio y manifestó á D. Bosco el de­
seo de ir como misionero á remotos países y el Siervo
de Dios le aconsejó seguir tranquilamente sus estu­
dios. l')n 1863, ya sacerdote, se vino al Oratorio y
duró seis meses; pero D. Bosco le aconsejó seguir
la carrera prelaticia: y en efecto fué uno de los pre­
conizados por el inmortal Fio IX el 24 de Noviem­
bre de 1871, elección (|ue forma una de las más hermosíis páginas de la vida de D. Bosco.
Cuando con un célebre Autógrafo el Angelical
Pontífice declaró Patrono de la Buena Prensa á San
I-'rancisco de Sales, el 21 Noviembre 1877 — preci­
samente el año en cpic D. Bosco dió á luz el Boletín
Satesiano. cuya portada ostentaba el retrato del
Santo Obispo de Ginebra — el precioso documento
fue agregado d una súplica que con tal fin había ele­
vado un docto y piadaso Obispo: era Mons. Jlanacorda.
I^a muerte lo sorprendió mientras el Rey, proprio
liíolu. lo nomlrruha Comendador de la Orden de S.
Mauricio y Lázaro, y el Papa le mandaba un Autó­
grafo rebosante de fraternal afecto, y él se prepa­
raba á venir á abrir el ciclo de sus fiestas jubilares
en Valsálice y en el Santuario de Valdocco... ¡Dios
se lo llevó al Cielo! Especiales oraciones pedimos
l>or su alma.
En Bogotá (Colombia), su patria, dejó de existir
á principias de .‘\gasto

D. Miguel Antonio Caro,
Hx'prcsldente de la República.

Caro nació en 1S43. Fué hijo de D. Eusebio, uno
de los caracteres mejor templados que ha tenido la
.■ \mérica latina: ferviente católico, pensador origi­
nal y profundo, poeta enérgico y prosador elegante
y vigoroso. Su hijo heredó y acrecentó estas dotes,
tanto que hnblaiuloMeiiéndez Pelayo, de su padre
ílice que * la mejor de sus obras es su hijo ».
D. Miguel empezó la lucha por las principio.s catiMicos á los 19 años, en (pie y a se niastraba escri­
tor suficientemente independiente para pensar por
si mismo y católico decidido píua batallar, con hom ­
bres y regímenes establecidas. E n esta labor per­
severó toda la vida.
Sus obras literarias figuran ■ ntre las grandes del
siglo, Su nombre es bastante (xniocido para <pie ñas
detengam as en elogios. Menéndez Pelayo dice de él
(pie es la inteligencia más ptxlerasu (pie ha tenido su
patria de diez, lustnvs á esta parte. Su .sabor era in­
menso. .su el(H'uem'ia U'^ca y varonil.
los Sah'sian >s las apreció mucho. D urante ’o;
.<eis años de su j>eriodo jiresidcncial les dió gra- d •
pruebas de ello, e.specialmente al P. R abagliati en
su cruzada en favor de las Icprasas.



En Béjar (España) murió

D. Ruperto Sánchez

íntimo amigo de los Salesianos, á quienes de palabra y por obra manifestaba prácticamente su ad­
miración y amor. Deja inolvidables recuerdos como
ciudadano, como padre de familia y como católico
fervoroso.

El Dr. Enrique López Echeverría
falleció en Quito el 6
de J ulio. Durante seis,
años estuvo siempre á ‘
disposición de los Sa-,
lesianos con .su vasta
ciencia y su experien­
cia de médico. Niuica
quiso recibir un cén-.
timo, estimándose fe- ■
liz en poder « servir ‘
(le algo á los hijos de
D. Bosco * según de­
cía (xm una modes­
tia encantadora. Dos
veces le salvó la vida
á nuestro hermano
Pancheri, con su ce­
lo, su paífiencia y su
sabiduría. ¡Que Dios
le haya en su gloria!
En Lúcar dejó de existir la virtuosa señora Da.
María Romero Pintor, madre del Sr. Cura de Lúcar.
Fué celosa c(x>peradora salesiana.

Cooperadores Salesianos difuntos.
ESPAÑ A.
Rdo. Sr. D. José M. Ortiz
Sr.n. Da. Agfiieda Callado
>
> , .Magdalena Galiauo
>
» Josefa Escadell
Sr. D. José Mira All>crt
Rdo. Sr. n. Malla? Tortosa
Sr. D. Juan Lójwz —
. . Klecleriu Muñoz
» » Saturnio Recuenco
» » Casiano Casamayor

» » Ruiwrto

.•1,V,

Alguetla (.\licamc

A:-ia
A ;■ <ití

»

Cuando se retiró Caro de la Ih-csidencia en 189 •
staba tan pobre como cuando sus conoiudadanas
lo elevaron á ella.

> > Luís V’ctaz(x»
» » Cecilio Caiiips
» » Maivos Raim!
» » Enrique Lecasa
» > Juan Ub.aclí
• » Humlierto Sánchez
» » Fraiicist^D Kspinoza
» »

Rezzonico
» »
»
Vá-squez Narvaja
Sr. Or. D. Simeón .\]iaKa
Sra. Da. .\ntonia Tons y Biasgt
»
» .\na Sacapel de Daljan
»
» Justiniana Garzón de Berrotarán

* Clara de la Puente del Corzo

A la vez ipie dam as el pésame á la fam ilia y á la
P atria del grande hombre, elevam os al Cielo nues­
tras oraciones y las pedimos á m iestnis am igos por
el alma del finado, si tod avía la.s n ca'sita. y ]>or los
que fueron los objetos más constantes de su amor:
su Patria v su familia.

C on aprobación de la .Autoridad Eclesi.istica:
G eren te: J O S E G.AMBINO.
Establee. T ip . de la S. A. Int. para la B.
Corso Regina .Margherita, N . 1 7 6 - T ü R lN .

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Fecha
1909.11