BS_1906_08

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Título
BS_1906_08
Descripción
Boletín Salesiano. Agosto 1906
extracted text
N. 8

Agosto de 1906

AÑO XXI
52.

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Tarín - Oratorio do S. Francisco de Sales

SUMARIO: Grata fecha
. . . . . . . .
p¿g~ 197
Fiestas y Congreso de M il & n ................................... * 20i
Tesoro e s p i r i t u a l ........................................................206
De nuestras Misiones.' Matto Grosso (Brasil): A/tsión de los Coreados (del P. Bálzola)
. . . »
207
Boiivia: E xcursión al Territorio de las Colonias.
(P. S a n t i n e l l i ) ....................................................... » 209
'Gracias de María A u x ilia d o ra ................................... » 215
B i b l i o g r a i i a ................................................................. » 217

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^

Por el mundo salesiano — T u rin , Roma — Belén,
Maroggia — España: Cuenca, Málaga, Huesca,
Cindadela — América: Méjico, Cobán, Ibagué » 218
Necrología: Rmo. Sr. D. Juan B. León - Da. -Isi­
dora de D’Abreu - R. D. José Terrazas - Carlos
214
Sánchez A n t u ñ a n o ............................................. •
G rabados: Emmo. Card. Ferrari - Naves central y
lateral de la iglesia de S . Agustín - Indios T a ­
caños del Beni - Subida del Sorata - Velada fi­
nal (Milán) - Escuelas de S. Bernardo de Huesca.

GRATA FECHA
U
4 de Agosto se cumplen 3
años desde la exaltación de
la Santidad de Pío X al solio
de S. Pedro, y el 9 de su Coronación.
Es justo que celebremos el fausto ani­
versario, procurando avivar en nosotros
el afecto al Papa y rogando mucho
por él. El Papa es el fundamento de
la Iglesia, el centro del catolicismo, el
Padre universal.
¡ Cuán necios somos cuando nos po­
nemos á hacer suposiciones é hipótesis
acerca del Papa, dividiéndolo de la Igle­
sia y colocando el uno separado de
la otra! ¿ Qué haría la Iglesia si el
Papa tomara tal ó cual camino? ¿qué
sería de ella sí el Papa se extraviara
]l

ó apostatara de su fe? He aquí las
cuestiones más ridiculas y pueriles que
proponerse puede la razón humana.
El Papa no puede separarse de la Igle­
sia, como la base de un edificio no
puede separarse de él, porque los dos
forman una sola y misma cosa; si lle­
gara el caso de destrucción, se destrui­
rían ambos, pero separarse, nó: el edi­
ficio existe porque el fundamento existe,
quitad éste y habréis destruido aquél:
así la Iglesia existe porque existe el
Papa, porque el Papa le da la vida y
la conserva la existencia (i).
j Cuán tierno y cuán profundo se nos
(1) V . Bougaud- E l C ristia n . T . I E p ílog o .

— 198 —

muestra el Señor cuando habla con
I’edro y le confiere el Papado! El
Santo Evangelio, que en medio de su
pasmosa sencillez observa la precisión
más asombrosa, se sirve de palabras
enérgicas y que hacen resaltar las dos
figuras mejor de lo rjue pudiera el más
acabado pincel del más consumado ar­
tista. Jesús acaba de salir de las aguas
del Jordán ; el cielo se ha abierto so­
bre E l : el Padre ha dejado oír su voz
proclamándole su Hijo muy amado y
j)roponiéndole á la adoración de los
hombres; el Espíritu Santo se ha po­
sado sobre su cabeza; los ángeles - le
aclaman: la tierra, por boca de S. Juan
le reconoce como el Cordero de Oios,
como el Salvador del mundo. Con tales
recomendaciones, comienza su misión.
Las multitudes al ver aquel sér tan
extraordinario, se enamoran de El y le
siguen ; algunos, más generosos y más
amantes del reino de Dios, le piden los
admita en su compañía, á otros llama
El mismo, pero es todo con signos ordi­
narios. Mas cuando conducido por A n­
drés, Pedro se presenta al Señor, Je.sús
siente un afecto diverso en su corazón:
sus entrañas, tan tiernas para con to­
dos, se commueven más; sus ojos, her­
mosos y vivos como los ojos de Dios,
brillan con más fulgor; á los demás ha
visto, ha mirado; tratándose de Pedro
no se contenta con eso : le clava los ojos:
« Y con los ojos fijos en él. le dice:
Tú serás llamado Cefas ó Pedro que
quiere decir piedra. ».
Y esta voz ha resonado y resonará
todavía á través de los siglos. 'lYi hasta
ayer te llamaste José Sarto, de hoy en
adelante serás Pedro.
^Quién será capaz de decirnos lo
que sentía Jesús en aquel momento?
S. Juan que tan bien conocía e.se
corazón, no nos lo d ice; lo creyó
innecesario. ¿ Qué podía sentir sino
un amor especial? Emtonces le anun­
ció y en cierto modo le confió la dig­

nidad suprema: hízole Pedro, roca in­
conmovible, fundamento eterno; enton­
ces ya vió y nombró á todos sus su­
cesores y los hizo Pedros, ó por mejor
decir, Pedro, porque el Papa es uno
mismo : Jesucristo velado en un hom­
bre, y en virtud de tal título obra, en­
seña y dirige. A h ! cuán sagrada es la
persona del Papa!
En otra ocasión Jesús se había
retirado con sus discípulos, huyendo
de la gloria, al territorio de Cesárea,
y allí en la soledad, con efusión di­
vina, les va á descubrir los secretos
de su persona: « ¿Quién dicen los
hombres que soy? » Y cada cual da
su respuesta. « ¿ Y vosotros, qué
decís ? » Simón, que hasta entonces
callaba, quizá entristecido por la cegue­
dad de sus compatriotas, salta en medio
y se apresura á hacer la confesión más
explícita de la divinidad de Cristo que
han escuchado los siglos: « Tú eres el
Cristo, el Hijo de Dios vivo ». ¿Veis
aquí al Papa ? al que no puede equi­
vocarse en estas materias? Y Jesús le
responde: « Bienaventurado Simón, por­
que no te lo ha revelado la carne ni la
sangre, ú hombre alguno; sino mi Padre
que está en los cielos. Y yo te digo
que tú eres Pedro y que sobre esta
piedra edificaré mi Iglesia y el poder
todo del infierno no prevalecerá contra
ella. ^ Oís? Tú eres Pedro, y mientras
viva la Iglesia, vivirás tú. y serás in­
conmovible. Sobrev.endrán las tempes­
tades y te atacarán violentas, pero no
podrán dar contigo en tierra. Ah! cuán
consolador es ver atestiguada por la
historia la promesa divina! Pd infierno
todo so revuelve contra la Iglesia, los
hombres la atacan, los tiranos y em­
peradores la combaten, los filósofos la
presentan mil batallas, los herejes la
destrozan; pero ahí está, porque allí
está Pedro; con ella se oculta en las
catacumbas y con ella lucha ea el circo:
con ella es crucificado y con ella arde.

— 199 —

espetado en un poste, en los jardines
de Nerón; con ella triunfa luego y sale
á la luz del sol y extiende su cetro por
el mundo, y en ese mundo sufre y se
desangra, y triunfa y vuelva á padecer
y torna á triunfar y triunfará siempre;
con ella sale y saldrá renovado de to­
das las persecuciones y con ella será
trasladado al cielo cuando al Señor
plegue que la lucha cese y se renueve
el mundo.
Admirables son los pasos con que
procede el Señor! Su primera declara­
ción es velada : la segunda es mani­
fiesta; en la tercera adquiere el sumo
grado y desenvuelve quizá la escena
más tierna que contiene el Evangelio,
que nunca podemos leer sin que aso­
men á nuestros ojos las lágrimas. Jesús
bahía ya cumplido su misión ; había
bañado y purificado al mundo con su
sangre; había triunfado de la muerte
y estaba para volver al Padre. La Igle­
sia estaba fundada, pero le va á dar
la última mano. Vuélvese á Pedro y le
dice; ¿ « Me amás tú más que éstos ? »
Observad la pregunta: no interroga si
lo ama simplemente, sino si lo ama más
que todos los demás. Sí, porque el
cargo que le ha confiado y en que ’lo
va á confirmar, requiere más amor,
mucho más que el amor ordinario. « Sí,
Señor, Tú sabes que te amo. Pues en­
tonces, apacienta mis corderos:» derrama
la doctrina, pan del alma, por todo el
mundo, distribúyela á todos los fieles.
Y no bastando una sola aserción, torna
á decirle: € ¿ Me amas tú más que
éstos? Sí, Señor, Tú sabes que te amo, »
y le manda de nuevo apacentar á sus
corderos, instruir y gobernar á sus fie­
les. El Corazón divino estaba ya con­
movido y cada vez acentuaba más la
pregunta; así es que la tercera vez que
le dice: « ¿Simón: ¿me amas tú más
que éstos, » Pedro se conmueve y se
contrista por que veía que Jesús estaba
hondamente conmovido... ¿qué tenía?

A h I Jesús veía las calamidades que
habían de venir sobre su amado após­
tol, las dificultades que tendría que
superar, las cadenas que le cargarían
los tiranos, los bofetones que le darían
las naciones que á él deben su gran­
deza. Y a le había dicho, empero: « Sa­
tanás ha pedido y obtenido cribaros y
machacaros como se machaca el trigo,
más Y o he rogado por ti á fin de que
no falte tu fe y tú una vez convertido
y vuelto en ti, confirma á tus herma­
nos. »' Ahora termina: « Sí, ya que
me amas más que todos, apacienta mis
ovejas, > gobierna y rige á mis obispos.
Espléndidas y consoladoras palabras,
j cuán divinas sois! No faltará jamás la
fe del Papa ; puede, porque es hombre,
faltar en alguna otra virtud, pero en la
fe, nó, nunca: en cuanto á esto, no es
hombre, es Cristo velado. En la inmensa
serie de los papas - 16 1 - que forman la
dinastía más grande, más antigua y más
respetable del mundo, ha habido, es
verdad, dos ó tres, cuya conducta no
correspondió á su cargo y á la persona
cuyas veces hacían, pero en estos mis­
mos ¡ cómo resplandece el Papado ! ni
un error en materias de fe, ni una de­
cisión mal dada tratándose de asuntos
propios del Pontífice. Fuera de estos
imperceptibles lunares, de estas insig­
nificantes manchas, más pet^ueñas que
las del sol, que no le impiden brillar,
iluminar y fecundar la tierra ; cuánto
esplendor, cuánta majestad! 82 están
sobre nuestros altares y ellos y todos,
todos han vivido y se han preocupado
únicamente por las almas, por dilatar
el reino de Jesucristo, el blando im­
perio de la Iglesia, el cetro del amor.
Por esto, cuando los reyes y los pue­
blos lanzan legiones á conquistar y es­
clavizar países y robarles sus tesoros,
el Papa manda Misioneros á salvar sus
almas y defenderlos de la opresión.
A sí es el Papa centro de la Iglesia
y del mundo, como el sol del sistema



200

planetario; del Papa parten los rayos
luminosos que alumbran y vivifican la
Iglesia y el mundo, la doctrina del Papa
es la que salva la naciones.
' Y mirad aquí cómo su doctrina, siendo
siempre una misma, porque una misma
es siempre la verdad, sus enseñanzas
se plegan y acomodan á las necesidades
y exigencias de los tiempos. La luz que
el Papa proyecta sobre la Iglesia, se
refleja sobre los imperios y repúblicas;
de aquí el temor que le tienen los ti­
ranos y la veneración y cariñoso res­
peto con que le miran los príncipes
prudentes. A Napoleón pregunta uno
.de sus generales: ¿ Cómo queréis que
trate al rapa? Como si estuviera ro­
deado de 200.000 guerreros, le con­
testa. A los pies de León XIII vinieron
mansos Guillermo y Eduardo, los so­
beranos de las más grandes potencias.
P íoX ha tenido la satisfaciónde ver acer­
carse á sí la poderosa Rusia y el ven­
cedor Japón. ¿ Cómo , se explica que un
anciano débil é inerme, despojado de
todo lo terreno pueda ejercer tan grande
influencia? Aquí está el dedo de Dios:
Tú eres Pedro, apacienta mis corderos,
apacienta mis ovejas, te he dado á ti
las naciones por herencia; tú serás Papa
ó padre de los padres, Paier Patrum. Así
se explica la prudencia admirable en
todas las acciones del Papa. Ved al
que ayer era José Sarto, hijo humilde
del pueblo, hoy Pío X, Pedro i6 i, co­
locado en el trono más alto del mundo,
para que brille clara la asistencia que
el Espíritu Santo, que no es aceptador
de personas y .sólo atiende al mérito,
dispensa á la Iglesia Santa. Sea que
amaestre, sea que enseñe, prote.stando
con admirable fortaleza unida á sua­
vidad admirable contra la violación de
las leyes, organizando á los católicos
para las luchas políticas en defensa de
la iglesia y la sociedad, cuando llora )•



cuando goza, siempre, siempre grande,
siempre santo, siempre unido á la Dh
vinidad.
* *

Nuestro primer deber es consolarle:
sufre tanto este nuestro Padre, esta en­
carnación de Cristo: consolarle con
nuestra conducta de católicos y católicos
prácticos y de acción. Luego, apego
incondicional á su persona, pero un
apego vivificado por el amor, que es
la esencia de la vida; y orar, orar
mucho por él.
Acostumbrémonos á mirar al Papa
como es, la encarnación de Cristo; ah!
que no nos sea indiferente su persona,
sino que nos interesemos por él, como
un hijo amante por su padre cariñoso ;
tomemos parte en sus penas y alegré­
monos con sus triunfos; hagamos pe­
netrar estas ideas en todas partes y
con todos los medios; y fiados en las
promesas divinas, no desconfiemos ni
desmayemos nunca: la Iglesia y el Papa
serán perseguidos, pero no faltarán
jam ás; volvamos con frecuencia los ojos
del alma á la ciudad de Roma, donde
se ostenta el faro universal, el sol del
universo, el maestro de las gentes;
allí, allí sobre esa roca que domina
el mundo , hay un corazón siempre
abierto á todos los hombres; una voz
que siempre resuena, que siempre alienta,
siempre consuela y siempre cura; una
mano que señala el sendero del cielo ;
una mente que todo lo rig e ; el Jerarca
Supremo, el Gerente de la Providencia
divina, el Conductor de todos los pue­
blos, bajo cuyo cetro pacífico han de
entrar los moradores todos del orbe, á
formar el reino espiritual y universal,
donde imperarán la paz, la armonía,
la libertad santa, que Jesucristo anunció
cuando d ijo : < Y se formará un solo
rebaño bajo un solo Pastor. »

Fksta$ $ale$ianas y Congresok íDilán
z n j
Inauguración de la Iglesia de S. Agustín.
la \-igilia de la gran solemnidad de Pentecostes, entre los acordes de la banda y los
himnos de sus hijos, llegaba el Rmo. Sr. D. Rúa
al Instituto Salesiano de S. Ambrosio en Milán.
Inmediatamente procedió á la bendición de tres
de las campanas ; lavólas, ungiólas y bendíjolas,
según el rito, y en seguida explicó la ceremonia
á los niños y al pueblo. El 4 de J unió era el seña­
lado para la inauguración, día hermoso, día
grande para la Iglesia de Cristo, pues que re­
cuerda la venida del Espíritu regenerador. Entre
los personajes allí congregados vimos á S. E.
Rma. Mons. Doino D vom ik, Arzobispo de Zara
y Primado de Dalmacia. Por la tarde llegaba
el limo. Sr. D. Pascual Morganti, Arzobispo
de Ravenna y uno de los más celosos y activos
cooperadores, no decimos de la obra de Milán
— promovida y caldeada por él — sino de toda la
Pía Sociedad Salesiana. A las 4 p.m. entraba al
Instituto S. Em.cia el Cardenal Ferrari y se dirigía
al templo, en medio de los 400 educandos del
Instituto, del Comité de Cooperadores y nume­
roso pueblo. La ceremonia no fué la de la consa­
gración : ésta se hará cuando el monumento al
Doctor de Hipona haya lanzado al cielo su atre­
vida cúpula y sus esbeltos cam panarios; sino
la de la bendición. En el presbiterio improvisado
tenían puesto con el Sr. D. Rúa los Arzobispos
de Ravenna y Zara, el R. D. Luis Rocca, Ecó­
nomo General de la Sociedad Salesiana, cuyos
méritos para con la obra de Milán son inmensos,
D. Lorenzo Saluzzo, Inspector de la Lombardía,
y otros varios eclesiásticos. Terminada la cere­
monia, Su Eminencia no se pudo contener y
dejó escapar de sus labios entusiastas una entu­
siasta alocución : agradecimiento á Dios, gratitud
y aliento á los Salesianos, reconocimiento
y estímulo al Comité de ios Cooperadores, felici­
taciones á la juventud lombarda..... relaciones
entre S. Ambrosio titular del Instituto y S. Agus­
tín, que lo es del nuevo templo, alegando de
este último doctor un texto que dice ser la casa
de Dios escuela de vida cristiana y de justicia
y fuente de bendiciones: todo esto dicho con
ferv’or y convicción, como quien ama á los Sale­
sianos porque está persuadido de la divinidad
de su obra, todo esto levantó los ánimos y en­

cendió la caridad. Terminó dando la pastoral
bendición.
Luégo presentóse D. Trione, el infatigable
promotor de las reuniones, y manifestando que
esa función era la inauguración del Con­
greso, leyó el Breve del Papa, que lo bendecía y le
auguraba copiosos frutos, é invitó al concurso
á tomar parte en el Cortejo, que. precedido por
el Cardenal, iba á trasladar el Smo. de la Ca­
pilla intem a del Colegio á la Iglesia n u eva ; y así
se hizo, al compás de las campanas que estrena­
ban su vibrante voz, de dos bandas musicales,
de centenares de voces y de los latidos de cora­
zón de millares de fieles.
Las primeras funciones. — Bellísimas, porque
honraron el nuevo altar el apóstol de la Patagonia, hoy Arzobispo de Sebaste y los Pastores
de Ravenna y Zara. E l primero que celebró fué
D. Saluzzo, luego Mons. Cagliero, Mons. Mor­
ganti y D. Rúa. Predicaron y dieron la Bendi­
ción en los dos días siguientes, los Arzobispos
de Sebaste y Ravenna.
El I I fué dedicado á la memoria de los bien­
hechores difuntos : los niños hicieron su comu­
nión y el Inspector cantó una Misa muy solemne.
El 12 visitó el Instituto S. A. R . é I. la Princesa
Leticia de Saboya Napoleón, acompañada de
la Condesa Balbis y del Conde Bonavicino. Fué
recibida por los niños, á los acordes de la Marcha
Real. Visitó el Instituto y se detuvo con su D i­
rector, el Inspector, Mons. Cagliero y D. Juan
Minguzzi, jefe director de el Boleiin Salesiano.
Una lápida. — En prenda de la imperecedera
gratitud de los Salesianos para con sus Bien­
hechores, se colocó en el atrio de la nueva iglesia,
una lápida con esta inscripción.
A las plegarias de los venideros se recuerdan
los nombres de los Bienhechores y Bienhechoras
que generosamente concurrieron á la erección
de esta iglesia.
S . Em.cia el Card. Andrés Ferrari, Arzobispo
de Milán, S. E. Mons. Pascual Morganti,
Arzobispo de Ravenna {sigue una larga lista).

El V Congreso Salesiano.
Bella fué la idea del Comité de las fiestas Milanesas, de reunir con esa ocasión solemne el.
V Cx>ngreso- Atendida la importancia del acón-



tecimiento, la difusión de la Pía Sociedad Salesiana y varias otras circunstancias, debemos
confesarlo, la idea no tuvo tiempo de m adurar;
sin embargo, tuvo éxito y, esperamos, la gloria
de Dios y el bien de la sociedad especialmente
de los niños, han recabado de él algunos frutos.
Daremos un breve resumen.
Las adhesiones. — Numerosísimas fueron y
muy halagüeñas y el Congreso las guarda en sus

202



Cuánto y cuán de corazón deseamos bien á
este Congreso, os lo dice el recuerdo de los Con­
gresos precedentes y os lo confirma luminosamente
ya nuestra continua benevolencia para con los
Salesianos, ya el programa mismo que habéis
determinado desarrollar en las reuniones. En
efecto, Nós vemos que los argumentos que se nos
han comunicado, son de la más alta importancia
y de universal interés, tales son por ejemplo, cómo
atender á la educación de la juventud estudiosa
y obrera, cómo venir en ayuda material y espiri­
tual de las masas populares, con qué medios pro­
veer á la asistencia de los emigrantes y finalmente
cómo avanzar la hez de la Fe Católica,y por tanto,
de la civilización en medio de los pueblos salvajes.
Por esto, nos alegramos vivamente de que hayáis
determinado dirigir á estos argumentos los estu­
dios del Congreso y alabamos á sus promotores,
quienes al paso que procuran el desarrollo de la
Pía Unión, tienen también en mira y muy convenientemeíite, las necesidades del tiempo.
Adherimos, por tanto, al Congreso, con el
más ardiente deseo del éxito más fructuoso, y tene­
mos por cierto que á nuestra aspectación corres­
ponderá la operosidad y el número de los Congre­
sistas. Que en vuestras deliberaciones y votos
benignamente os asista la divina bondad
dándoos abundancia de celestiales favores. Prenda
de ellos y gaje de nuestra benevolencia sea la Apos­
tólica Bendición que á t i y á cada uno de los Con­
gresistas, con efusión de afecto, impartimos en el
Señor.
Dado en Roma, en S. Pedro, el 22 de Mayo
del año de 1906, tercero de nuestro Pontificado.
P IO P P . X.
PRIMER DIA (5 de Junio).
Sesión de la mañana.

Emmo. Sr. D. Andrés Ferrari
Card. Arzobispo de Milán.

Actos. Figuran ahí 22 de Eminentísimos
Cardenales, 100 de Obispos y Arzobispos
y un preciosísimo Breve pontificio, el cual
dice a s í:
Al amadísimo hijo, el Presidente de! Conj^eso ge­
neral de los Cooperadores Saleslanos. — Milán.
P IO p p . X.

Amado Hijo, salud y bendición apostólica.

Hemos sabido que en Milán se reunirá un Con­
greso de aquellos que se ufanan con el iMmbre ilus­
tre de Cooperadores Salesianos, hoy repartidos en
todas partes del mundoy con ánimo de promover
el increfnento de la Pia Unión y el mayor bien
religioso y social.

Asistencia y patronato de los emigrados. — Edu­
cación popular: oratorios festivos, sport, etc.

Efectuáronse todas las reuniones en el palacio
arzobispal. La i* fué presidida por S. E. Mons.
Morganti; era Secretario general el Dr. D. José
Mauri. Tratóse de la asistencia á los emigrados.
El relator Mons. Locaíelli presentó importantí­
simos votos, entre otros «que habiéndose creado
con aprobación y Bendición papal la Pía So­
ciedad de Capellanes de Emigración, los cuales
acompañan al emigrante en las naves; los
Comités de los principales centros deben pro­
curar que los que emigren vayan en dichas na­
ves que tienen capellán ».
E l M. R. D. Domingo Pasi, director diocesano
de Faenza, presentó un importante trabajo sobre
la educación de la juventud y especialmente

— 203

sobre los Oratorios festivos ; oído el cual, Mons.
Morganti pidió la palabra para insistir en que los
Cooperadoras salesianos deben persuadirse que
ellos están obligados á hacer el bien, más que el
resto de los fieles.
Mons. Lócatela pone en
relieve la utilidad y nece­
sidad de enseñar la conta­
bilidad en las escuelas pa­
rroquiales ; debemos tejier
en cuenta, dijo, todas las
necesidades de la juventud
y ponerles remedio.
El Abog. Teól. D. Guido
Garelli, compenetrado del
espíritu de D. Bosco, que
es de amoldarse á los tiem­
pos, habló de la conve­
niencia de los varios ramos
del sport, de la música, y
gimnástica y presentó im­
portantes propuestas. D e­
terminóse, por tanto, multiphcar las compañías es­
portivas, para alejar á los
niños de aquellas en que
corre peligro su alma : de­
bese mezclar la instrucción
al pasatiempo y en los pa­
seos esportivos, si se hacen
en día de fiesta, se incluirá
una función religiosa para
elevar el espíritu. L a discu­
sión fué muy animada.

cencia desenfrenada para esparcir envenenado­
ras ideas, y mordaza de hierro para proclamar
la verdad. Donde han decretado la libertad de
enseñanza, ¿porqué se le ha de negar á ella la
libertad ? ¿por qué no ha de poderse dispensar ?

Sesión de la tarde.
Juventud estudiosa (Colegios,
pensionados, etc.). — Ju­
ventud obrera (Escuelas
profesionales). — Misiones
salesiauas.

El prof. Arduino de Brescia, considerando que la
restauración social basada
Interior de la nueva Iglesia • N ave central.
en la religión católica, re­
quiere una obra de previ­
2® Que ios padres de familta pongan sumo
dente apostolado, en medio de los que serán
mañana la fuerza viva de la nación, presentó cuidado en la elección de escuelas y colegios
al Congreso dos importantes votos, que se aco­ para sus hijos, y reaccionen contra los abusos
de maestros sin conciencia, que atentan contra
gieron con una salva de aplausos.
I® — Que todos los Cooperadores Salesianos las buenas ideas y las sanas costumbres.
E l Congreso propugnó la hermosa idea de
se sirvan de la libertad de enseñanza, para hacer
respetar la obligación escolástica de la instruc­ la reunión de los maestros en la « Asociación
ción religiosa, á lo menos en las formas garanti­ del Magisterio ».
E l Rev. D. Carlos Grugni, peroró los intereses
zadas por las leyes de los diversos países. Sucede
aquí como en la llamada libertad de pensa­ de la juventud obrera, tratando admirablemente
miento, que para muchos es lo mismo que li­ de las escuelas profesionales para obreros de



ambos sexos. Dijo que los Cooperadores Salesianos harían una verdadera obra humanitaria,
fundando pensionados donde asistir á los jóvenes
que van á las oficinas ó colegios, vigilándolos con
amplitud de miras y sin rigores ni estrecheces,
lo necesario para preservarlos de la corrupción.
Finalmente el Pbro. Salesiano£>.£. Trionehizo
la relación de los varios modos de ayudar á las
Misiones salesianas, como por ejemjdo enviar
telas, dinero, herramientas de agricultura.
Reunión de la s S eñoras.
Mientras los hombres discutían en el salón,
las señoras lo hacían en la capilla arzobispal,
presididas por Mons. Cagliero y D. Rúa. —
Habló con entusiasmo y vivacidad la Condesa
Rosa deS. Marcos y alegando el hecho de que la
mujer es en todas las empresas la compañera del
hombre, probó que á ella le incumbe una gran
parte en el desarrollo del programa de Pío X , de
restaurar todas las cosas en Cristo. D. Hosco,
adhirió á esta ley de la naturaleza y llamó á la
mujer para que le ayudara en su magna obra ;
y la mujer dotada por Dios de un admirable ta­
lento educativo, debía sentir la potencia de la
obra educadora de D. Hosco : sus esfuerzos no
han sido baldíos y no es ineficaz su cooperación.
H oy {pie la mujer ha progresado, tiene en el
mundo social un ancho campo de acción. Débese
luchar contra la tendencia entre las señoras
jiiadosas á juzgar como orgullosa á la que, sin­
tiendo en su pecho latir la vida y en su cerebro
el entusiasmo por lo grande, se lanza á romper
la rutina y acaricia el espíritu de iniciativa.
Mons. Morganti, (que había cedido su puesto
á Mons. Halconi, Director del Comité Salesiano
milanés), felicitó á la Condesa, y añadió : «Gran­
de es vuestra obra, señoras. El venir en auxilio
de la juventud, bajo la dirección de D. Hosco y de
sus hijos, es obra de tal naturaleza, que se puede
tenor por una gracia especial que Dios no con­
cede á todos y que muchos no saben reconocer.
¡Adelante ! pues, porque yo nunca hablo á una
reunión de señoras, sin projxmcrlcs el ejemplo
del Comité Salesiano de Milán.”
Mons. Cagliero añadió algunas palabras de
aplauso, consejo y vivo agradecimiento.
7). Rúa dijo c¿ididamente que nunca viene
á Milán sin sentir crecer en .su pecho la gratitud
y estima jx>r el Comité Salesiano y el anhelo de
que los Salesianos correspondan siem]n-e más
á tanta bondad.
La bendición pastoral, impartida por Mons.
Cagliero, puso fin á la Sesión.

204



II DIA.

S esión de la mañana?
Instrucción agraria — Comités de Señoras — Pro»
puestas varías — Para el mes del Sagrado Co­
razón.

P R E SID E N T E , el Exmo. Sr. Morganti.
D. Trione en sustitución del abogado D. Angel
Mauri, habla de las diversas Escuelas y Colonias
agrícolas que dirigen los Salesianos y que miran
directamente á popularizar los modernos mé­
todos y adelantos que la ciencia ha traído al
campo rico y hermoso de la agricultura, haciendo
de ella no ya una cosa empírica, sino una ver­
dadera ciencia racional. Hízose mención espe­
cial de la colonia del Cuzco en el Perú, en
donde los Salesianos contribuyen eficazmente á
este importante ramo de la industria, han intro­
ducido máquinas, mostrado métodos y señalado
á la nación del sol, fuentes nuevas (le riqueza.
(Oh ! quiera el cielo que esta semilla germine
por España y el nuevo mundo que tanto se
prestan á este ramo de la actividad salesiana !)
El mismo relator' recomienda vivam ente los
comités femeninos de acción salesiana y Mons.
Morganti toma la palabra para aplaudir las di­
versas propuestas que se hacen. « Los planos de
los grandes institutos, dice, los trazan valientes
ingenieros, pero los jefes que los llevan á cima
son los Comités de Señoras. ¿Adónde no llega
el influjo de la mujer ? Señora del hogar, dueño
del corazón del hombre, reina de la sociedad
¿fracasará una obra donde ella ponga la mano ? »
Vivos aplausos coronaron las palabras del orador,
que había sido el fundador y sostenedor del Co­
mité de Milán.
Después de algunas cuestiones, debatidas
serenamente, el Presidente levantó la sesión con
las siguientes palabras : « Cuantos somos los
presentes, todos estamos persuadidos de la ne­
cesidad de ayudar á la juventud. Pues bien,
yo quisiera que todos hiciéramos el propósito
de ser activos y diligentes cada cual en la parte
que le cupiere, á fin de que se haga no sólo po­
sible, sino también fácil la acción de los hijos de
D. Hosco. »
Antes de separarse los Congresistas, aprueban
la piadosa propuesta enviada por la Dirección
Central del Ajxistolado del Mes del Sagrado
Corazón, de propagar esta devoción. Porque en
efecto: i®la devoción al Sgdo. Corazón es la devo­
ción reina de los tiempos modernos, aportadora
de bienes al individuo y á la Sociedad ; 2® e)
mejor medio de extenderla y perfeccionarla, es
el ejercicio bien hecho del Mes del Sgdo. Cora­
zón ; 3® razones especiales de parentesco espi-

— 2n; —
ritual y de ministerio social, hacen de la devoción
al Sgdo. Corazón un deber especial de los Coo­
peradores Salesianos ; 4® quizá no sin particu­
lares designios de la Di\nna Providencia, se re­
unía el V Congreso Salesiano, precisamente al
principo del Mes del Corazón de Jesús. Así pues,
se hacen votos porque todos los Salesianos y
Cooperadores esparcidos por el mundo, acojan
como suyo el Apostolado del Mes del Sgdo. Co­
razón, y trabajen por hacerlo universal.

« Los Salesianos tienen las Misiones... Nosotros
también tenemos una misión. En todo tiempo
al grito de Dios lo quiere, los obispos pasan el
estandarte bendito que Ies confiara el Señor, á
las manos de los fuertes.... H oy nuestra misión
es poner en mano de los Salesianos el pendón
glorioso de la cruz y al mismo tiempo los medios
necesarios para desarroDar el vasto programa

La reunión plenaria en la iglesia de S. Pedro Celestino.

En la tarde del 6 de J unió se reunió en sesión
plenaria un gran número de Cooperadores. Ocu­
paban las sillas de honor el Card. Arzobispo
Ferrari, los Arzobispos Morgañti y Cagliero,
varios Monseñores, los Superiores D. Rúa, D. A l­
bora, D. Durando y D. Rocca y los HH. Conse­
jeros Gori y Giulini, como representantes de la
ciudad de Milán.
El arquitecto ingeniero D. César N ava tomó
la palabra para demostrar con incontrastable
elocuencia la obra social de los instituciones de
D. Bosco. He aquí una muestra de su bello discum o:
« Entre los más deliciosos recuerdos de mi
vida, conservo el de aquellas horas benditas
pasadas en Milán con D. Bosco, cuando estuvo
por últin;a vez, hospedado por el llorado Mons. Calabiana. Su cuerpo estaba quebrantado por los
años, pero su espíritu conservaba toda la frescura
y elasticidad de la juventud. Y yo recuerdo que
observando con absorta mirada aquel apóstol,
no me podía convencer cómo un hombre de
apariencia tan humilde,de sonrisa calma y serena,
que discurría con la sencillez paterna de un
cura de aldea, que nada tenía, en ñn, exteriormente de la grandeza que atribuimos á los
apóstoles de una idea cualquiera; hubiera podido
ejecutar tanto y tanto bien, fundar tantas obras,
establecer un reinado del que se puede decir,
con más razón que del de Carlos V, que en sus
dominios no se oculta el sol...
n Bien considerado todo, el secreto de la múl­
tiple y colosal actividad de D. Bosco estaba en
el admirable equilibrio de su mente y su corazón,
que le permitía ver y apreciar con objetividad
serena las necesidades sociales de nuestra época
y proveer á ellas con medios siempre adecuados
y correspondientes al objeto... [El orador es frecuentemente interrumpido por fragorosos aplau­
sos).
Mons. Lócatela, Preboste de S. Esteban, bos­
quejó los beneñcios de las Misiones salesianas,
que llevan por el mundo el soplo de la civiliza­
ción cristiana. He aquí el ñnal de su discurso :

Él

Una nave lateral.

de civilización y redención cristiana. Sean las
Misiones salesianas en uno y otro hemisferio, el
pueblo electo de Cristo.
Luego D. Trione dió cuenta de los trabajos
efectuados por el Congreso y terminó con un
voto por la suspirada apoteosis de D. Bosco, que
dará un nuevo impulso á la Obra salesiana.
Levantóse D. Rúa á dar los gracias al Eminen­
tísimo Card. Ferrari, á Mons. Morgañti, al Co­
mité y á todos los Cooperadores de Milán, ofre­
ciéndoles á nombre de sus hijos, mayor fervor en
su empresa á favor de la ciudad de S. Ambrosio.
Inspirado sin duda por las circunstancias, el
Cardenal se pone en pie y pronuncia un discurso
palpitante de amor, de celo, de agradecimiento,
da gracias á cuantos han trabajado por el des-



20»

arrollo de la Obra Salesiana en Milán y los ex­
horta á continuar, deseándoles las copiosas
bendiciones que Dios derrama sobre los que tra­
bajan en favor de la juventud.
« No es D. Rúa ni los Salesianos quienes me
deben dar gracias; soy yo quien debo agradecer
á D. Rúa y á los Salesianos, á nombre mío y de
la ciudad de Milán... Quiera Dios que pronto
veamos terminado la iglesia de S. Agustín : en­
tonaremos entonces con plena satisfacción el
himno del reconocimiento. »
Tuvo el Comité la feliz idea de poner por re­
mate á las reuniones del Congreso con una so­
lemne función en el nuevo templo en honor de
María A uxiliadora: parecíales interpretar los
deseos de D. Bosco que atribuía sus triunfos
á María Auxiliadora, y el desarrollo prodigioso
de la obra salesiana en Milán es un verdadero
triunfo.
Celebraron y distribuyeron numerosas comu­
niones los Arzobispos dé Sebaste y Zara. Ponti­
ficó el de Ravenna, Mons. Morganti, estando pre­
sente casi todo el Capítulo Superior de la Sociedad
Salesiana y los dos Arzobispos arriba mencio­
nados. El discurso estuvo á cargo de Mons. Pogliani, que tejió un admirable cuadro de las
Obras Salesianos y de las glorias de María Auxi­
liadora. El coro nos probó una vez más cuán bella
es la música litúrgica bien ejecutada. Jamás la
Escolanía del Instituto había sido tan feliz como
en aquella circustancia. Amaestrada por el Mtro.
Caudana, cantó la espléndida Misa In honorem
S. Augustini compuesta exprofeso para la cir­
cunstancia por el Mtro. Donini, Vicedirector
de la Capilla de Loreto. Dirigía el Sr. Canónigo
Andreoni, el Mtro. Ramella, Organista de la
Catedral, tocaba el órgano y acompañaban con
armonio el cav. Luis Mapelli, prof. de contra­
punto en el Regio Conservatorio y el Mtro. Cau­
dana.
Antiguos Alumnos.

Testigos de las dificultades de los comienzos,
estaban más en capacidad de apreciar la mano
de la Providencia en aquel instituto, y así era
natural que se reunieran para constatar el hecho
y robustecer su unión entre sí y con sus antiguos
superiores. Había muchos sacerdotes, obreros,
industriales. El principal objeto de la reunión
fué formular el Reglamento que debe regir la
Sociedad de los ex-alumnos salesianos lombardos.
Eué leído, discutido y aprobado. Nombraron
Presidente honorario al Exmo. Sr. Morganti,
uno de los antiguos alumnos que mejor conocen
y aprecian la Obra Salesiana, jniesto que tra­
bajó al lado de D. .-Ubcra en el Oratorio de Valdocco.



E l ciclo de las fiestas cerróse con una m «^.
fica velada músico-literaria, en el patio del co­
legio, cuya nota saliente fué el siguiente des­
pacho del Vaticano, que escucharon de pie todos
los presentes :
Card. Ferrari, Arzobispo^ Milán.
Santo Padre complacido agradece sentimientoz
expresados por el V. Congreso de los Cooperadores
Salesianos, y confirmando benevolencia, imparte
bendición apostólica.
Card. Merry del Val.
Mons. Morganti dejó oir una vez más su en­
tusiasta palabra, animando á los Cooperadores
á continuar adelante y siempre adelante. « Ben­
digamos al Señor que nos ha llamado á trabajar
bajo los estandartes de D. Bosco y procuremos
tener siempre -alto el nombre de Cooperadores
Salesianos. »

TESORO ESPIRITUAL
Indulgencias plenarias concedidas á los Cooperadores
Salesianos para el mes de Septiembre.

1. ® El 8, Natividad de María Sma.
2.® 14, Exaltación de la Sta. Cruz.
3.° 16, Los 7 Dolores de María Sma.
4.® 29, Dedicación de S. Miguel Arcángel.
5.®
Un día al arbitrio de cada cual.
6.®
El día del ejercicio de la buena muerte.
7.°
El día que se reúnan en conferencia.
Además nuestros Cooperadores ganan in­
dulgencia plenaria la primera vez que se con­
sagren al Sagrado Corazón de Jesús.
Además (y sobre esto llamamos la atención á
todos ios Cooperadores) todas las veces que los
Cooperadores recen 5 padrenuestros, ademarías
y glorias por la paz de la cristiandad y un
Pater, Ave y Gloria, según la intención del
Sumo Pontífice, podrán ganar todas las indul­
gencias de las estaciones de Roma, de la Porciúncula, de Jerusalén y de Santiago de Compostela, con tal que se observe el decreto de
la Sgda. Congregación de Indulgencias del 7
de Marzo de 1678, que comienza' Delatae saepius (i). Estas indulgencias se pueden ganar
en cualquier lugar y tiempo y son todas apli­
cables á las almas del Purgatorio.
Recordamos que para ganar estas indulgen­
cias, es preciso rezar todos los días un Pater,
.dve y Gloria en honor de S. Francisco de
Sales rogando según la intención del Sumo
Pontífice.
(t) V . Reglamento de los Cooperadores, Sumario
de las indulgencias, ó el Boletín Balesiano de Enero
I905 > pág. S y sig.

* DE N U E S T R A S M I S I O N E S *
iíiatto Gro$$o (Brasil)
Misión de ios Coreados.
{Relaci&n del P . Balzola).
Colonia del Sagrado Corazón de Jesús,
27 de Noviembre de 1906.

Muy Rev. P . Rúa,
todo, de lo íntimo del corazón le doy
las más sentidas gracias por la afectuosa
carta que me ha enviado de su puño y
letra, en respuesta á la mía del 25 de Marzo.
, No me llegó sino con solos cinco meses de
atraso!.....
Esperanzas. — Obstinación de los adultos.
Nuestros indiecitos le retoman los saludos, y
presentándole sus más afectuosos sentimientos,
incluyen aquí una cartita escrita por el niño Mi­
guel Magone y ñrmada por todos los que son ca­
paces. ¡Niños queridos! ¿quién lo hubiera
dicho que á vuelta de pocos meses serían ya
capaces de escribir con limpieza y con alguna
corrección ! Gracias á Dios, hacen también mu­
chos progresos en la lectura, aritmética, música
instrumental y vocal, y lo que es m? , consolador,
en la piedad ! Si á Dios place, varios de los niños
de ambos sexos harán para Navidad su primera
comunión, siendo así que y a desde ahora están
convenientemente preparados. He querido reserv’ar al P. Malán honor de presidir esta cere­
monia augusta, que será un acontecimiento para
la Colonia; por eso la fecha no está definitiva­
mente fijada. Confío que para la Inmaculda Con­
cepción algunos empiecen á confesarse. Hace
3 años en ese clásico día se administraba, el pri­
mer bautismo, como S. R. debe recordar. Dígnese
la Sma. Virgen derramar sus bendiciones sobre
esta colonia, donde si tenemos mucho que sufrir
y hallamos muchas dificúltales; también nos
consuela mucho y nos llena de esperanzas.
Recordará V. R. que en la mía del 25 de Marzo,
hablando de la epidemia que nos había traído á
los indios del Rio das Martes, me lisonjeaba con
la esperanza de lograr impedirles ejecutar sus
horribles ceremonias fúnebres. Y me fundaba
en que siendo los muertos más de 30, el can­
sancio y la fatiga los apartarían de sus abomi­
nables ritos. Mas no fué así. Y después de seis

meses continúan desenterrando los cadáveres
y practicando sus ridículos ritos. Menos mal qi*e
tras un lapso de tiempo relativamente largo, >a
se hallan medio descamados y cuesta menos el
lavarlos. Esta función del lavado les agrada enor­
memente, porque además de ser una función
religiosa , es también una gran diversión en que
la juventud gusta embijarse y pintai*se con los
más extraños colores.
Como ve S. R., con esta gente, se necesita
mucha paciencia y tolerancia. Sí, es menester
mucha paciencia y mucho tiempo para acabar
con estas costumbres inveteradas. Por fortuna
ya me obedecen en muchas cosas y en otras se
excusan diciendo que no son bautizados y que
por consiguiente no las pueden comprender ó
no están obligados á cumplirlas. Sin embargo,
hace y a varios domingos que después de la Misa
de las 8 les hago una plática en su propia lengua
ó explicación del evangelio y no sólo los veo
atentos, sino me parece que se complacen en
escucharme. De este modo hasta los más viejos
spcarán algún provecho para su alma, esperanza
que nutrimos ahora tanto más cuanto que la
nueva colonia de la Inmaculada Concepción
dista apenas 50 km. de la del Sgdo. Corazón y
cuando por la caza ó la pesca se alejan de la una,
acércanse á la otra y así están siempre bajo
nuestra amorosa vigilancia.
Una em bajada. — P or una equivocación. —
H acia la colonia.
Ültimamente hemos oído decir que un gran
número de estos indios andaban vagando jfor
las orillas del inmenso río Araguaya, sembrando
el espanto en todas las poblaciones vecinas, jxirque aún no se ha apagado el eco de las espan­
tosas matanzas de algunos años hace. Pero los
mismos indios se ocultaban á la vista de los ci­
vilizados por temor de las represalias.
Nosotros estudiábamos el medio de podér­
nosles acercar. Y así cuando el P. Malán y yo
fuimos á dar una Misión á la aldehuela llamada
Macedina, distante, según se decía, 60 km del
lugar donde habitaban estos indios, el P. Malán
ansiaba ir á verlos, pero se le disuadió. Prometíle
que yo mandaría dos ó tres indios á invitar al­
gunos para hacerles conocer nuestra vida y po­
derlos conocer á ellos. A fines de septiembre
encargué á dos de los convertidos de esta misión,
prometiéndoles una manta, un cuchillo y algunos



208 —

otros objetos de los que tanto apetecen, siempre
que me trajeran 4 ó 5 de los jefes de aquellos
indios, con quienes pudiese yo entenderme;
pero 4 ó 5 no más, porque no había donde alojar­
los si pasaban este número.
Mis dos embajadores, armados de sus arcos y
flechas, se pusieron en camino. Después de 4
días de viaje, llegaron á orillas del Araguaya,
pero hallaron que los indios habían abandonado
la aldea. Viéronse obligados á seguirles la huella
y después de otros cuatro días de viaje los en­
contraron. Apenas les hubieron manifestado la
causa de su viaje y hablado de los Misioneros, sus
protectores, los indios levantaron
gritos de
entusiasmo y determinaron alzar inmediata­
mente el campo y seguir á los enviados á una y
otra colonia; aún más , enviaron en el acto á
dar la buena nueva á otra aldea distante, pero
estos indios se mostraron desconfiados : esto no
iinjíidió que mandaran 8 de los suyos á verificar
la noticia. Estos fueron los que primero llegaron
á la Colonia, anunciando que venían muchos
indios que se habían quedado atrás por la pre­
sencia de muchos viejos, niños, ciegos y enfermos
y por sentirse muy fatigados dcl camino. Por
ellos supe el motivo que los había hecho abando­
nar su antigua aldea : me dijeron que habiendo
salido una vez á la caza, encontraron una anta
6 tapir y persiguiéndola con mucha gritería, ha­
bían encontrado una canoa de civilizados que
e.xploraban el río, los cuales, oído que hubieron
los gritos, dispararon contra ellos los fusiles.
Ellos se dieron á la fuga, corrieron precipitada­
mente á sus hutas y dijeron á sus mujeres que
tomaran aprisa todas sus cosas y huyeran por­
que venían los Braides ó civilizados. Las mu­
jeres, sobrecogidas de terror, cargaron cuanto
pudieron y se entregaron á la fuga más precipi­
tada. Algunos de los más valerosos se escondie­
ron no lejos de la aldea y atisbaron lo que los
Mraides hacían, los cuales entraron en sus cho­
zos, observaron y destruyeron cuanto había.
Cuando los civilizados se hubieron vuelto á sus
canoas, los indios abandonaron su escondrijo,
alcanzaron á sus familias y todos juntos se inter­
naron unos 100 kilóm. floresta adentro. Como
se ve, es muy fácil espantar á estas pobres gentes,
y muchas veces una equivocación es origen de
infinitos desastres.
Viendo que los muchos indios que se nos anun­
ciaban tardaban en venir, resolví salirles al en­
cuentro.
Nuevos sucesos.

Tomé conmigo dos de los recién venidos y
provisto de algunos objetos para distribuir,
me trasladé á la Colonia de la Inmaculada Concc}>ción y de ahí me puse en viaje el día siguiente,

pensando que aún debería andar muchos kms.;
pero he aquí que una hora después, me encuentro
con la turba. Si hubiera visto, amadísimo Padre,
cómo les impresionó el verme á caballo en com­
pañía de dos de ellos, igualmente montados!
Prorrumpieron en gritos de alegría y lo que más
me admiró fué el oír pronunciar mi nombre por
indios que me veían por la primera vez.
Como en sus peregrinaciones tienen por cos­
tumbre caminar todos en fila, y aunque sean
ciento y en un camino ancho, van uno tras otro,
apenas me divisaron los primeros, se pusieron
á gritar : El P. Juan ha llegado ! el P. Juan ha
llegado ! y sus voces se fueron propagando por
todo el escuadrón.
Me les manifesté muy asombrado de verlos
en tan gran número, cuando yo había mandado
solamente por cuatro ó cinco, mas ellos me dije­
ron que venían todos, porque no tenían ni mantas
ni cuchillos ni herramientas. Arrota baichino,
tariga baichino.
En efecto, no tenían ni siquiera un harapo y
las pocos cuchillos que llevaban, estaban evi­
dentemente fuera de servicio.
Hícelos parar y los conté : eran 82 y les re­
partí los pocos objetos que llevaba, de lo cual
quedaron encantados. En seguida los invité á
seguir á la Colonia, prometiéndoles darles mu­
chas otras cosas bonitas ; pero ellos quisieron
que me pusiera al frente de su escuadrón y así
hacía yo la figura de un gran jefe capitaneando
un ejército especial.
Llegado que hubimos á la Colonia, el P. Salvetto les distribuyó comestibles y los condujo
á la aldea, donde accamparon. Algunos que ha­
bían dejado sus familias atrás, como vieron que
allí habían encontrado buenos amigos, se apre­
suraron á ir por ellas. Esto nos alegra inmensa­
mente , porque son almas que el Señor nos envía;
pero ¿cómo mantenerlos ? Dciis frovidebit. La
Providencia es grande y los corazones generosos
no faltan. Nuestros Cooperadores tendrán com­
pasión de nosotros que vivimos en pleno de­
sierto, en medio de salvajes infelices que carecen
de todo. Me recomiendo á S. R. que apelará á
la caridad cristiana, para que nos envíe algún
socorro. No es posible que las oraciones de un
centenar de nuevos cristianos no alcancen de
Dios lo que les es absolutamente necesario. Por
tanto, me abandono completamente en manos
de la Providencia.
Mientras escribo, es noche cerrada y ellos con­
tinúan incomodándonos con sus gritos alrededor
de la piel de un tigre que han muerto hoy mismo.
Mediante esta muerte, han librado, como dicen,
el alma de un difunto que estaba allí encerrada.
¡Cuánta superstición !
Mas es y a tiemjx> de acabar esta carta. Dígnese



amado Padre, aceptar nuestras sinceras felicita•cionesde Navidad, buen fin y buen principio de
año, y comunicarlos á ios demás Superiores y á
nuestros Cooperadores, á los cuales espero
querrá encomendarnos.
Bendíganos á todos, especialmente á su
Afmo. y obtmo. hijo in C. J.
JU AN BALZO LA , Pbro.
Traducción de la carta enviada al Sr. D. Rúa
por los niños Bororos de la colonia del
Sagrado Corazón con ocasión de las fiestas
de Navidad.

Rvmo. Padre:
También nosotros, aunque tan apartados, no
podemos dejar de manifestarle los sentimientos
de gratitud y de afecto de que están llenos nuestros
corazones.
Sí, con verdadera efusión le agradecemos viva­
mente el beneficio de habernos mandado sus ab­
negados hijos, debido á los cuales hemos salido
ds la vida errante de la floresta, para entrar en la
de la civilización cristiana. Pocos meses hace, es­
tábamos sumergidos en la tnás negra ignorancia
y en la más escuálida miseria...., y ahora, debido
al celo infatigable de sus hijos queridos, nada nos
falta en la vida material; ya sabemos leer, escribir
y contar y, lo que vale mas que todo, conocemos
á Dios nuestro Creadór, á Jesús nuestro Salvador
y á María Sma. nuestra buena Madre; y á la
llegada de nuestro amado Inspector , recibiremos
por primera vez la Santa Comuniófi. Reconocemos
que todos estos beneficios se los debemos á V. R.
que cual atnoroso Padre, piensa continuamente
en ixosotros. ¿Cómo podremos menos de amarlo
tiernamente ?
.Ah! sí, amado Padre ¡Tiernamente lo amamos y
eternamente le quedaremos agradecidos, y todos los
días, especialmente en los días de Navidad, y
sobre todo cuando Jesús descienda á nuestros co­
razones, eleváronos fervorosas oraciones á Dios,
á fin de que le conceda una 'vida larga y feliz
y todas las gracias que necesita para su santo mi­
nisterio y asi S. R. podrá extender más y más
el campo de sus beneficios para con 7Wsotros.
.Acepte, amadísimo Padre, nuestros más vivos
sentimientos ds amor filial, y ruegue mucho por
nosotros que imploramos su santa bendición y nos
reputamos felices de suscribirnos por pritnera vez
De V. R. devotísimos hijos en el Corazón de Jesús,
Miguel
Magone, Inocencio Bueno,
Román d'.Almsida, Valentín Casinis,
Julio Barberis, Tiago Márquez, Timoteo
Díaz Ferreira, Jorge Salaberry, Pancracio Prado, MarcosMetello, BenitoFerraz,
Basilio Rinaldi, Francisco Alvez, Mods'-fo Cerruti, Vidal Laragueira, Faus­
tino Marenco. .Antonio Páez de Barros.

209



Algunas otras noticias.

En la Revista Matto Grosso se lee una carta
del P. José Salvetto Director de la nueva Co»
lonia de la Inmaculada Concepción á su Inspec­
tor, el R . D. Malán en que le da cuenta de las
noticias que el P. Bálzola envía al Sr. D. Rúa.
Como complemento de la carta anterior, ex­
tractamos algunos pasajes.
„P or la absoluta falta de recursos habíamos
resuelto no recibir rnás indios en la Misión.....
Pero no pude oponerme á que se establecieran
en dos ranchos fabricados no lejos de nuestra
habitación. Antes, siempre es|>erando á S. R.
para la erección de las chozas, hemos levantado
nuevas tiendas, y en el centro un bahito.... De los
adultos por cierto que obtendremos bien poco ;
toda nuestra esperanza está en los niños. Cuán
sensible es que nos faltan personal y recursos !
Por dos meses (la'carta está fechada el 26 de
Enero) me vi obligado á mandar todo el mundo
á cazar, para que se procuraran y nos procuraran
que comer.....El trabajo es extraordinario, pero
con la gracia de Dios, vamos adelante con valor..”
Llamamos la atención de nuestros Coopera­
dores sobre el adelanto de esta misión. Los que
pudieran mandar telas ó estofas álos directores
de estas dos Colonias de Coreados Bororos, ha­
rían una obra excelente de caridad y remedia­
rían una necesidad muy urgente.
Ponemos en conocimiento de nuestros Coope­
radores que el celoso P. Malán se trasladó nue­
vamente á la Colonia en el mes de Febrero, para
determinar entre otras cosas, la erección de la
nueva población de la Inmaculada Concepción.
En seguida vendrá á Europa para buscar auxi­
lios materiales y p>ersonal.
Que Dios bendiga las fatigas de nuestros Mi­
sioneros y suscite muchos corazones generosos
que vengan en su auxilio !

Boiivla
Una excursión al Territorio de las Co­
lonias.
(Carta del R. P. Sanlinelli).
La Paz, r8 de Octubre de 1905.

Amadmo. y Rmo. Sr. D. Rúa,
l^ e s a n d o de visitar el Colegio de Sucre,
aprovecho de los dos ó tres días que
debo permanecer aquí, antes de encáminarme á la nueva Casa del Cuzco, para en­
viarle una breve relación de nuestra excursión
al Beni. El Director de L a Paz, nuestro querido
P. Reyneri, le ha hecho ya la relación desde la



partida de esta ciudad (i), hasta la llegada al
Ma¡)ir¡; así mismo del naufragio y de su regreso
á causa de su quebrantada salud.
Permítame, por coasiguiente, que yo le diga
alguna cosa acerca del resto del viaje.
Razones y motivos de proseguir el viaje. —
— Compañía de transporte -í Guzraán y
Schmith >. — Primeras impresiones de la
partida. ~ Salgebra ó recuerdo del nau­
fragio.

El día siguiente á nuestra desgracia en la que
casi pierde la vida D. Keyneri, pasadas aquellas
fuertes impresiones, yo deseaba siempre llevar
á término la misión que Ud. Kmo. Sr. D. Rúa,

Monte Sorata (alt. 4S32 m.)
E l punto más alto del camino.

y el Gobierno de Bolivia me encargaran. Pero
em[)render nuevamente el viaje los dos, parecía
poco menos que imposible, habiendo perdido
todo y algo más que todo ; porque D. Reyneri
sentía un malestar, .síntomas inequívocos de
e.sa terciana que en aquellos parajes se suele adtpiirir, y que después le acompañó por cercado
dos meses. Se resolvió por consiguiente, que yo
continuase el viaje, solo. Confiando, pues, en
Dios, y con la sola mira de cumplir un deber
que tantas ventajas reportaría á nuesta obra y
á Bolivia, me ilctorminé á emprender de nuevo
el viaje.
Yo decía entre m í:
Deberá vencer el de=
monio ? ¿ Cuántos por un vil interés arriesgan la
vida, sufren, y naufragan como nosotros ; y sin

(i) V. Núm. de Mayo.

210



embargo, no cejan en su intento con tal de ganar;
y aquí que se trata nada menos que de la salva­
ción de las almas, de un fin mil veces más glo­
rioso, deberemos amedrentarnos ? De ninguna
manera. Pues, si el Señor quisiere el sacrificio
de la vida; bien se sabe, éste será la semilla de la
nueva m isión: luego ... adelante !...»
El 25 de Agosto zarpaba del puerto del Mapiri con una expedición de ocho callapos (troncos
de árboles), embarcaciones pertenecientes á la
Sociedad de transporte, «Guzmán, Schmith y
Cía. » cargados de mercederías para el puerto
de Rurrenabaque y San Buenaventura.
Manifesté mi resolución al Sr. Guzmán, uno
de los proprietarios de la misma Compañía de
transporte, quien personalmente viaja con los
barqueros ; haciéndole observar que yo nada te­
nía de alimentos, ni para dormir, ni para los
gastos de la travesía.
El Sr. Guzmán escuchó todo, demostrando
sumo interés por esta expedición y haciéndome
conocer que tenía órdenes del General Pando,
para conducirme á mi destino.
Partimos, por consiguiente, á eso de las 7 ^ a.m
del 25 de Agosto, sin que nadie se apercibiera;
mas una doble lucha trabóse entonces en mi in­
terior : la separación del carísimo hermano y el
temor de lo que podría acaecerme todavía en el
viaje....! Pero adelante!..;. Estamos de nuevo
sobre el callapo; el Sr. Guzmán iba á mi lado
no dejando de prodigarme mil atenciones; sin
embargo, cualquier pequeño salto me hacía te­
mer siempre nuevas desgracias, y subió de punto
mi impresión, cuando después de dos horas de
navegación, llegamos al lugar del naufragio,
llamado Salgebra. Lo descubrí de lejos, mientras
el Sr. Guzmán me animaba á no temer. Yo, con­
fiando en Dios, no temía una segunda caída en
el agua, sino que la imaginación me representaba
el hecho acaecido con todas sus particularidades.
Me parecía ver el voltearse de la balsa, el furor
del remolino que hacía desaparecer al querido
P. Reyneri y d grito del Capitán, indicándome
que me aferrara á la barca.... recordaba entonces
que encontrándome bajo el agua, uno de los
balseros me puso sobre el callapo volteado....
miré.... y ví al querido P. Reyneri que iba ale­
jándose, sumergiéndose y, como hacen los náu­
fragos, hadendo esfuerzos desesperados con las
manos.... grité entonces, rogué al capitán para
que lo salvara, mientras con toda la fe que inspi­
raban aquellos angustiosos momentos, invo­
caba el auxilio potente de María Sma. Auxilia­
dora. El capitán entonces, le alarga un remo, cl
lo aferra, se acerca al callapo.... y es salvo.
¿Quién podrá describir lo que pasó en nues­
tros agitados corazones, al vemos salvos despuc.s
de tan gran peligro, y salvos por milagro?....

iá ll



211

Un amigo de lo s Salesian os. — V ida y cos­
tumbres de aquellos balseros. — C ontra­
tiempos.
Mientras en mi fantasía se renovaba aquella
escena, acaecida hada pocos momentos, los bal­
seros con su callapo seguían la corriente del agua,
de tal modo que en un abrir y cerrar de ojos nos
alejamos de allí. Pero cuando nos acercábamos
á las cascadas, torbellinos y remolinos, al punto
se me recordaba lo sucedido. A l caer de la tarde
llegamos á ima hacienda de goma del Sr. Goytia,
llamada Carura. E l administrador de dicha
hacienda es un cierto Sr. Bollati, de nacionalidad
italiano, muy amigo del Sr. Guzmán, y dice ha­
ber estado en Arequipa en 1896, es decir, en el
primer año de la fundación de aquella casa, y
que era muy amigo de los Salesianos. Nos pre­
paró una buena cena;y más aún, me prometió
que á mi regreso me conduciría en su barca hasta
Charopampa, cerca del puerto Mapiri.
Después de una alegre conversación, partimos
de nuevo para pasar la noche en un pequeño ca­
serío de los mismos balseros, no m uy distante
del lugar llamado Culebra.
No le desagrade, amadísimo Sr. D. Rúa, que
le refiera algo sobre el carácter y costumbres de
los pueblos de estas regiones. Son muchos y muy
variados.
Una parte son indios; otros, que viven á lo
largo del río Mapiri, llamados Leeos, y desde
Rurrenabaque adelante, llamados Ñapos, son
tipos originales, con su dialecto propio, entien­
den y hablan el español; son despiertos y pare­
cen bastante inteligentes y susceptibles de edu­
cación. Fuertes, robustos, afrontan con serenidad
y aun con placer cualquier peligro. Son amantes
de la lim pieza; las mujeres, robustas también,
aman el trabajo, visten una especie de túnica
que las cubre desde el cuello hasta los pies, y á
que llaman iipoi. En las fiestas se adornan con
collares hechos de una variedad de corales con
granos de varias semillas de árboles.
Los indios convertidos y que p>ertenecen á las
misiones franciscanas, como son las de S. Ana,
Covendo, Tumupasa, etc.; se mantienen fervo­
rosos cristianos, dóciles y respetuosos al Sacer­
dote ; los otros que moran internados en los
bosques de goma, viven olvidados de la religión,
ya por las distancias, y a por el uso que hacen de
bebidas espiritosas.
lo largo del río se encuentran habitantes
que de religión apenas tienen la idea, respetan
mucho el bautismo y pasando algún sacerdote,
reciben el sacramento del matrimonio.
A causa de esta ignorancia religiosa, mezclan
en sus fiestas cantos, bailes y otras cosas pro­
fanas. Sus cabañas las tienen tupidas de una

caña que llaman charo, cubiertas con ramas de
palma, esparcidas por acá y por allá á lo largo
del río y á menudo muy distantes la una de la
otra. Cultivan plátanos, (bananos) y yuca para
mantenerse, crían gallinas y es para ellos un ob­
jeto de indispensable lujo la máquina de coser
en cada casita. Los hombres cazan y pescan; pero
la mayor parte de ellos son contratados por las
compañía de transportes del río ; siempre deben
á sus patrones una buena suma, y debido esto
permanecen en el trabajo por deber de justicia ;
si no fuera así, desaparecerían sin hacer caso del
contrato, para irse á cazar ó á pescar. Con lodo,
á menudo, en alguna fiesta, desaparece un bal­
sero que hace interrumpir la marcha del callapo,
y aquí el patrón debe afanarse en busca de la
oveja perdida, ó retardar la navegación.
Nosotros llegados á Culebra, donde pasamos
la noche, y desgraciadamente hubimos palpar
lo que le acabo de decir. V ive allí un empleado
de la Sociedad Guzmán y Cía. un cierto D. Celso
Sagardi, hombre instruido y educado, el cual
por la mañana, en compañía del mismo Guzmán,
tuvo que ir en busca de los balseros. Se aproxi­
maba la fiesta del 8 de Setiembre que los habi­
tantes de allí celebran con solemnidad, y por
consiguiente, no querían ir á Rumenabaque,
porque difícilmente estarían de regreso para su
fiesta. Eran las 8 de la mañana y todavía no los
habían reunido á todos, de uno en uno debían
traerlos de sus casas. AI fin fueron reunidos, y
luego en marcha. Es bella y conmovedora la
partida de varios callapos. A un lado de la playa
se ve una turba de gente, compuesta de ancianos,
niños y mujeres que dan el adiósásus parientes
viajeros ; éstas últimas son las esposas que en
una especie de bolsa que llaman mari, preparan
á sus maridos lo necesario para el viaje : ves­
tidos, municiones de caza etc. El entusiasmo de
los balseros se redobla en aquel momento, dis­
paran algunos tiros de fusil, y vitoreando y salu­
dando á sus parientes que quedan, con febril ani­
mación comienzan á manejar los remos; mientras
sus familias silenciosas, los siguen con los ojos
llenos de lágrimas.
W ito Ponte. — O tros ríos. — Prim era noche
en la p la y a . — L a misión del P . Rodríguez.
A eso de las i i a. m. del 26, llegamos á Wito
Ponte donde la Sociedad « Guzmán Schmith »
tiene la casa y agencia principal. Los otros so­
cios, residentes allí, nos recibieron con suma
cordialidad, prepafándonos un abundante al­
muerzo. A l lado opuesto existe la pequeña po­
blación de Guanay, compuesta de 500 habitantes
próximamente.
Allí se han establecido otras sociedades de

212

transporte ; pero la mayor parte de los habi­
tantes viven de la pesca, de la caza y trabajando
como balseros de dichas compañía.
El pueblo de Guay está situado entre los ríos
Tipuani y Mapiri, fu6 fundado en 1805 por Mi­
guel Diéguez, en la latitud de 15° 17’ 32” y lon­
gitud de 67® 09’ 16” . El río que habíamos re­
corrido tiene varios nombres. Al principio se
llama Mapiri, formado por los ríos Sorata, Ca­
mota, Consata, Stilique y Aten.

Indios Tacaños dcl Río Bcni (Bolivia).

En la población de Guanay que, poco más ó
menos dista un día de barca bajando y cuatro
día-^ regresando, toma el nombre de Kaka ó
Guanay hasta el puerto Pando; la confluencia
del río La Paz con el Guanay, toma el nombre de
Rio Beni. Después del Guanay el río en que na­
vegábamos comienza á ensancharse, engniesa
sus aguas con los tributos bue recibe del Tripuani, Challana, y Coroico.
Pero volvamos á Wito Ponte donde habíamos
llegado ; habiendo el Sr. Guzmán arreglado todo
para la partida, cerca de lasó de la tarde dormi­
tamos un poco en la playa, bajo una misma tien­
da que llaman toldo. Los balseros, apenas ]mesto
]ue en tierra, se lanzaron en busca de leña para
prepararse la cena ; y jx>cos momentos después,
los veía divididos en gnqx)s al lado de sus ollas,
haciendo su sopa, consistente en caldo de cha­
lona {carne sera) con su indispensable plátano
cocido. Dos se pu.sieron á disposición del Sr.
Guzmán y dándoles lo necesario hacen, deshacen
y arreglan el toldo. Me parecieron bastante edu­
cadas. industriosos, dóciles y aficionados á sus
patronos.
En aquellos lugares tan desiertos, hay una

costumbre que nosostros llamamos caridad cristiana, la cual consiste en que cuando entre los
mismos balseros, alguno no tiene el plátano y la
chalona, los otros le reparten cordialmente.
El mismo Sr. Guzmán no comió ni una vez sin
que diese algo á sus sirvientes ; unas veces les
daba queso, otras dulce y así sucesivamente.
Este Señor cuando viaja, lleva siempre medici­
nas, regalos para las familias, para los niños. Y
luego deteniéndose en una hacienda y recibiendo
de la cordialidad de los patrones, carne, café,
etc., sería hacerles una ofensa si se les diera di­
nero : es una cosa verdaderamente providencial,
en estos lugares donde hay escasez de víveres, esta
caridad ! puesto que de nada valdría el dinero.
Pero, perdóneme las disgresiones. Bajo una
tienda pasé la noche juntamente con los otros.
El 27 seguimos el viaje y llegamos á la hacienda
de Isapuri, perteneciente á los gomales de la
gran Sociedad « Chicago. » El administrador,
como en otras partes, nos d ió ca féy alimentos;
se apellida el Sr. Monasterio.
Allí encontré al Rdo. P. Rodríguez, mercedario, párroco de Sorata, que regresaba á caballo
de una excursión hecha hasta Reyes en el Beni,
pueblo que dista de Rurrenabaque 7 ú 8 leguas.
Iba á dar misiones para bautizar, confirmar, ad­
ministrar el Sacramento del Matrimonio, espe­
cialmente á lo largo del río Mapiri donde difí­
cilmente se ve pasar un sacerdote. A mi regreso
lo dejé en Guanay, donde estaba haciendo una
novena en preparación á la fiesta del 8 de Se­
tiembre, fiesta que aquel pueblo celebra con
gran solemnidad.
Temor fundado. — Vuelve la calma. — Pe*
queña muestra de la flora y la fauna de
estas regiones.

El día 27 de Agosto debía ser para mí inolvi­
dable. He aquí el jx>rqué : En aquel día debía
salvar nuestra embarcación los pasos más difí­
ciles y peligrosos del Mapiri. Los mismos pa­
trones de esas embarcaciones ponen sobre avi,so
á los jDasajeros de los peligros que allí se en­
cuentran, y se nombran los pasos fiel río llama­
dos : Carrera, Malagua, Tetatna, Nubes, el Veo,
y otros.
Hacia el mediodía nos acercamos al primero;
en todos estos puntos se ven ])iedras colosales,
fuertes corrientes, con remolinos que arrojan
al fondo las barcas.
El Sr. Guzmán, como que estaba acostum­
brado á aquellos peligros, al mismo tiempo que
procuraba animarme me narraba los naufragios
acaecidos, las pérdidas de mercaderías, víctimas
y muertos.... El mismo temía por sus callapos,
no se fuesen á pique y así perdiese las mer­
caderías.



213

Es de imaginarse cómo estaría el infrascrito, tan
impresionado con la verdad de aquellas asercio­
nes, por lo acontecido en Salgehra, con esas re­
laciones..... veía claramente que para librarme
de una muerte casi segura, necesitaba de una
gracia de María Sma. Auxiliadora. El espíritu
estaba resignado, mas la carne se rebelaba al
pensamiento de sucumbir. Por esto, el rumor de
las aguas que se estrellaban contra las piedras,
los preparativos de los marineros para guiar el
callapo con mayores esfuerzos, la vista de las
ondas espumosas que, en ciertos momentos,
cubrían embarcaciones y hombres; fueron mo­
tivos de verdadera agonía. La confianza en Dios
y el abandono completo en manos de la Provi­
dencia me sostuvieron..... J amás en vida, había
pasado momentos tan angustiosos.
En fin con la ayuda de Dios nada nos pasó.
Salvado el peligro, desembarcamos en la playa
nos aseguramos que estábamos cabales, conta­
mos las barcas y las cosas y todo estaba com­
pleto.
Mas todos notaron en mí una fuerte agitación;
en aquellos momentos volví á sentir aquella vio­
lenta palpitación de corazón que sufrí en 1896
á causa del destierro del Ecuador y del incendio
de Guayaquil.
Reposando un poco y habiéndome asegurado
los otros que en lo que restaba de viaje no había
5?a peligro alguno y que el río era tranquilo,
se me calmó la agitación y seguimos nuestro ca­
mino en medio de las alegres voces de los balse­
ros y de la amable compañía del eximio Sr.
Guzmán.
Como le dije ya, Rmo. Sr. D. Rúa, el río Mapiri uniéndose con el de La Paz forma el gran
río Beni cuya anchura es de centenares de me­
tros, tranquilo y navegable á vapor ; éste lo pa­
samos en los días 28 y 29 para llegar á S. Buena­
ventura y ai puerto de Rurrenabaque. Fuera de
algunas pequeñas cosas, es un verdadero placer
navegar por aquellos lugares; no sólo por la
tranquilidad de las aguas sino también por la.s
maravillas de la naturaleza cuyos espléndidos
panoramas y mara\dllas indescriptibles encan­
tan la vista del viajero. Si yo quisiera describirle
las impresiones que producen tanto el canto de
mil pintados paj arillos variadísimos en el color
y la forma , como la vegetación tropical, me se­
ría poco menos que imposible. Preciso es confe­
sarlo ; ante aquella vista la fe en Dios se desper­
taba más pujante en mí lo mismo que la grati­
tud y el amor, estallando naturalmente mi cora­
zón en un himno de alabanza á la Providencia
al considerar la Grandeza, Omnipotencia, Bon­
dad y Sabiduría di\inas en las cosas creadas.
¡Qué naturaleza tand ea ! Permítame,pues, que
en esta relación, le dé una idea, aunque pálida.



de lo que allí se encuentra. Basta un vistazo
general á lo largo de la vastísima región oriental
Americana de los Andes, para conocer la riqueza
imponderable de vegetación que cubre estas
afortunadas tierras.
La vastísima zona del Beni, perteneciente á
la República de Boli\da, no es inferior á las otras
zonas que en la América del Sur, pertenecen al
Perú, Ecuador, Argentina y Brasil.
Fuera de lo que mis ojos han visto, según los

De la Paz al Beni, subida del Sorata.

datos recogidos con respecto á la flora, la va­
riedad de plantas de importancia económica,
comercial, etc.; es extraordinaria. En primera
línea se nota el Cedro y el Coloccdro, madera ya
conocida por sus cualidades y que en aquellos lu­
gares se encuentra á cada paso, descubriéndoselo
á distancia por su talla gigantesca que suj>era
á los demás árboles. Existe una gran variedad
de árboles casi iguales, cuya madera es blanca,
y á veces negra ó amarilla.
Estas maderas son excelentes para construir
muebles de todo género; sus nombres son :
Tinta, Catasalla, Guayacán, Canelón y otros.
H ay un Laurel de tres especies diferentes:
blanco, amarillo y café; una especie de palma
llamada Chiro, cuyas cualidades son dignas de
mencionarse. Sirve para fumigar la goma, para
encarrizar casas, sus hojas para hacer techos;
con sus frutos se hace una leche que sirve de
alimento á los indígenas, los cuales la llaman
chari. De las puntas se hacen escobas y con sus
raíces, peines. Además de otros muchos, me
quedó impreso el Palo Santo: es un árbol alto,
de hojas medianas, cuyo tronco está habitado

j.



214

por un innumerable ejército de hormigas, de tal
modo que el árbol no puede vivir sin las hor­
migas, ni éstas sin el á rb o l; observando que en
la parte exterior no se nota nada, mas apenas
se toca el árbol, salen afuera de la corteza in­
numerables hormigas.
Pero el que recuerdo más que todos por su
grande importancia, es el árbol de la goma que
tan inmensas riquezas encierra en estas intermi­
nables selvas. Tomé los más menudos informes

Milán • Academia fínal.

sobre este negocio, sobre el modo de extraer el
caucho, costumbres y vida de aquellos pueblos
que viven de este trabajo. Los trabajadores de
la goma, es decir, los que la extraen, se lla­
man picadores. ¡Cuántas plantas medicinales
y económicas se encuentran en aquellos lugares !
Imáginese que el General Pando me decía que
en pocos meses y sin interesarse mucho, había
podido recoger 8o cualidades de plantíis diferen­
tes entre la.s cuales muchas medicinales, para
mandar al Gobierno de los Estados Unidas.
Si del reino vegetal ]>asamos al reino animal,
¡cuántas bellezas no encierran el agua, el aire
y la tierra ! Se encuentran peces escogidos y de



variada forma. Entre los más conocidos de aque­
llos lugares, se distinguen el suchi, pez sin esca­
mas y tan grande como un toro; el mojarra, el
ppma, longo, cumuluís; todos pequeños, unos
rojos, otros blancos, inofensivos y agradables al
paladar, descollando entre todos por su sabor el
súbalo. Durante el viaje y especialmente al re­
greso, los balseros pescaron con dinamita, y yo
tuve ocasión de comer mucho de tales peces.
H ay también una especie de tortuga de lío que
pone sus grandes huevos en la arena ed ia playa,
bastante agradables.
Respecto á los pájaros podría decir que no
existe en el mundo una variedad tan grande
como en estas regiones, comenzando desde los
alegres papagayos con su interminable chirrido,
los cuervos, las garzas, los pavos reales ; hasta
los mil ])intados pajarillos del paraíso terrestre,
pues a.sí podría llamarlo aquel país afortunado.
Son notables y buscados por los cazadores
el caloma, semejante á nuestra perdiz, el huichi,
el buitudo, parecido á una gallina, el diosdará,
pájaro de pico largo, de color negro mezclado
de blanco, amarillo y rosado, bellísimo y que
recuerdo haber visto dos ó tres veces en el viaje.
El aimarisia es un pájaro grande como un tordo,
negro-amarillo cuyo canto imita el ladrido de
un p erro; otros pájaros imitan el pito del tren,
y el canto de otros anuncian las varias horas del
día, y aún durante la noche misma interrumpen
el reposo nocturno como centinelas avanzadas.
Entre los cuadrúpedos hay el Anta (tapirus
americanus) muy buscado, de la granaeza de un
asno, el chancho montañés, de color de ban-o
con pelo flexible, especie de jabalí (Dicotyles
Torquatus), vive en grupos en los bosques.
Volviendo á los balseros, acostumbran siem­
pre detenerse días enteros cazando en los mon­
tes, proveyéndose de la caza de los animales
nombrados, incluso el mono, cuya carne es ex­
quisita en aquellos parajes, y en donde se en­
cuentran para escoger. Y o comí carne de chancho
montañés y la encontré excelente. H ay también
ciervos, tigres, lieb*es, conejos, osos; entre es­
tos últimos el oso hormiguero. También en la
tierra, como en el agua, hay tortugas {Tesiiigo
terresiris).
Y ¿qué diré de los insectos, de las mariposas ?
Faltóme el tiempo de recoger una colección
para nuestro museo de Valsálice ; hubiera sido
una de las más importantes. Terminaré mencio­
nando entre las reptiles, una especie de cocodrillo ó caimán', de proporciones dignas de su
gran voracidad. Pero permítame, amadísimo
Sr. D. Rúa, pasar por alto tantas otras ma­
ravillas como he visto en aquel suelo de exu­
berante fertilidad.
{Concluirá).



GRACIAS
k (Daría Duxiliaíora
Dos portentos de María Auxiliadora.
Lleno del más grande agradecimiento hacia
María Auxiliadora, no puedo por menos que
hacer públicos dos grandes favores que ha hecho
en mi persona y bienes, quienes están hoy bajo
la santa protección de tan bondadosa Madre.
En una hacienda de mi propiedad, llamada
« La Felicidad », hacienda donde poseo más de
dos mil reses, era continuamente perjudicado
por malos hombres, que débiles de virtud, no
saben el daño que se hacen á sí mismos.
En la grandísimas sabanas á donde se extienden
los pastos, tenía que velar hasta á deshoras de
la noche, junto con hombres á mi servicio para
rondar y llevar á las ganaderías las reses extra­
viadas. Esto se repetía por meses, pasando una
vida azarosa y sin tener un momento de tran­
quilidad, hasta que en una de esas noches tem­
pestuosas, mi mayordomo, llamado Nicolás Cas­
tillo, sin duda inspirado por Dios, me dió una
idea sublime: haciéndome ver la imposibilidad
en que estábamos de atender á tan arduo tra­
bajo, me aconsejó hacer un voto á María A u x i­
liadora. puesto que él tenia probado que en
muchas ocasiones le había atendido, porque Ella
todo lo ve y lo puede. Así fu é ; en el mismo
instante y en medio del silencio de la noche y
en la inmensidad de una sabana y en el mo­
mento mismo en que pasábamos de una pro­
piedad ajena á la mía una partida de ganado
vacuno que malhechores habían descarriado; hice
el voto de levantar en mi misma hacienda una
capilla á María Auxiliadora y que todos los
años le haría una fiesta y, además, cooperar
con una cantidad á uno de los Oratorios festivos
de esta República, y ¡ oh prodigio tan porten­
toso! no había más que empezado á colocar los
primeros cimientos, cuando había parecido más
de la mitad de lo perdido y hasta hoy que la ca­
pilla va á techarse no se me iia perdido una sola
res y aumenta con pasmosa celeridad, aumen­
tando á la par mi fe y mis agradecimientos por
tan milagrosa Madre que oye los ruegos de sus
humildes hijos que le ruegan hasta por los bienes
terrenales y su conser\-ación.
El segundo favor es más portentoso: en una
de esas tantas noches que rondábamos por las
sabanas con mis peones y (que de paso diré que
se han hecho devotos de María Auxiliadora y
coadyuvan con sus pequeños ahorros á la capilla),
vimos en la obscuridad de la noche, un bulto

21

K—
que se movía en dirección opuesta á nosotros.
Creí que algún individuo de ios que me perju­
dicaban constantemente andaba en la hacienda,
mas uno me dijo que el vecindario andaba
alborotado porque un enorme tigp’e rondaba las
ganaderías haciendo destrozos en las haciendas.
Comoquiera, hice que mi gente se dividiera para
interceptar el paso y darle caza; advirtiéndoles que
si fuera alguna persona no hicieran ningún disparo.
No habíamos andado dos cuadras cuando
oímos un rugido formidable y entonces con los
rifles á la cara y con las precauciones del caso
empezamos la caza de la fiera.
Teníamos al tigre á tiro de fusil é iba yo á
disparar mi carabina, cuando oigo una fuerte
detonación y caí del caballo... Me desperté como
oprimido bajo un mole. Elstaba en mi cama
rodeado de mi familia que lloraba desesperada
y un médico que me ponía una venda en la
cara que me quemaba de un modo atroz. A v e ­
riguando el hecho, me refirieron que un peón
disparó su escopeta con tan mala suerte que, cu
lugar de dar en» el blanco fué á dar á mi cara
dañándome el ojo. Mi buen viejo se desesperaba
y se mesaba los cabellos, pero yo le consolé y
le tranquilicé diciendo que María Auxiliadora
me sanaría. — Confieso que en vista de la gra­
vedad de mi herida desesperé, pero la Madre
de Dios me inspiró nueva fe y le ofrecí en mi
lecho de agonía (digo agonía porque según me
refieren, el médico había dado el caso por fatal),
el extender más la capilla y fundar un Oratorio
á mi costa con tal que me salve la vid a... !O h !
Madre mía, cómo podré publicar las maravillas,
las bondades que haces con tus infelices é in­
gratos hijos? H oy hace un mes que no sólo me
he salvado, sino que mi ojo ve ya algo después
de haber perdido la esperanza, pues fué atrave­
sado por las municiones. Puede testificar este
prodigio todo el pueblo de Vinces que se admira
del poder de María Auxiliadora y suplica se
publique en el periódico salesiano.
V iva María A u x ilia d o ra !
José E lias P eña .
Vinces (Ecuador), Marzo 3 de 1906.
iQué buena es María Auxiliadora!
Y o siempre leo con gusto el BoUtin SaUsiano
y me enternezco al ver tantas gracias que María
dispensa á sus fieles. Llegó el momento tam­
bién para mi de valerme de su poderosa inter­
cesión. Mi hija política cayó enferma, y á pc.sar
de los muchos cuidados de los médicos y pa­
rientes, cada día empeoraba. Era una aflicción
en todos, y una tristeza que no osábamos hablar,
para no figurarnos una pérdida tan pronta como
dolorosa.
Entonces acudí á María Auxiliadora, y le puse
al cuello su imagen, recuerdo de la bendición
de una estatua; empecé á rezar una novena,
prometí una limosna para las obras salesianas y
publicar la gracia en el BoUiin SaUsiano. O h !
Qué buena es la Virgen de Don B o sco !! En



2 T6

nquel mismo liía que según el parecer de los
médicos estahi peor, empezó á mejorar y á los
pucos (lias estaba bien.
María ha devuelto la salud á una enferma,
el consuelo y la alegría á toda una familia.
F. B. de Mo n tald o .
Uniguny-Moritcvideo, febrero 1906.

María me libra de la viudez.
Estando mi esposa muy delicada de salud,
cayó en cama con una pulmonía infecciosa de
tan mal carácter y tan de improviso, que los
médicos que la asistían j)resagiaron un desenlace
funesto, h'n tan apura<lo trance, acudí desolado
y lleno de fe y esperanza á nuestra Divina
Madre María Auxiliadora prométiendola si la
salvaba, hacerme Cooperador Salesiano, publi­
car la gracia en este Boletín y mandar una li­
mosna.
María Auxiliadora se ha dignado también
ahora como otras muchas veces, atender mis
m egos y arrancar de las garras de la muerte á
mi querida esposa.
Gracias mil, amadísima Señora, salud de los
enfermos, Auxilio de los cristianos.
Bendita seáis mil y mil veces.
*
Vilurrubia de lo.<) Ojos, 29 Mayo 1906.

BiiUNARDO Marín del C ampo .

Un crónico padecimiento que me aqueja, se
aumentó hace poco tiempo de un modo más
alarmante, tanto que me impedia cumplir los
urgentes y sagrados deberes de mi cargo: en
tan triste y amargo apuro, acudí á M. Auxilia­
dora ofreciéndole una novena, según recomen­
daba D. B0.SC0; la Virgen Sma. me concedió
el favor p etlid o ; y yo agradecido deseo se pu­
blique esta gracia, según tengo prometido, y
mando tres pesetas, para ayuda de la obra SaIcsiana.
PiíDRO L ó p e z G a r c í a .

*

* *

Sr. Director de la Casa de Valencia (España).
Muy Sr. mío : Adjunto 500 pesetas como li­
mosna á la casa de su digno cargo, en agratlecimiento á un señalado favor recibido por mí
-de María Auxiliadora, á la que imploré en una
grave situación de que la Señora me sacó.
Deseo se publique en el Boletín para estímulo
do los que no tengan remedios humanos, que
los busquen en el Cielo.
E. O.

»
* *
La Rda. Madre Abadesa del Real Monasterio
de Sta. María de Pedraines, da gracias á María
Auxiliadora y envía una limosna, por varios fa­
vores recibidos: afirmando que jam ás invocó
en vano á la dulcísima Madre de Dios. Auxilio
de los Cristianos y consuelo de los atribulados
Pedrales, 15-6-906.



Dan también, con toda la efusión de su alma, gracias
á María Auxiliadora y envían una limosna:
Almería. Por favores obtenidos Antonio Manchón
Rojnero, 2,25 ptas. — Eustaquio Silva, 5 ptas. —
Adolfo Ramírez, por el feliz arreglo de intricados
asuntos, 25 ptas.
Alayor (Menorca). — Un devoto, 2 ptas.
Barcelona (España). — ManuelBarrelogura por la
salud de una sobrinita que padecía de una pul­
monía complicada con sarampión. — M. C. G. por
haber obtenido noticias de su hermano después de
largo silencio que la inquietaba mucho. — Una
madre agradecida, por haber desenredado á un hijo
suyo de un negocio muy difícil y arriesgado. —
María R ., por la feliz y pronta solución de un ne­
gocio de familia, tenida por imposible. — Una de­
vota, por la salud adquirida.
Córdoba (Argentina). — María E . Patrón, por
haberla trasladado de un lugar donde peligraba su
alma.
Cangas. — S. C. G., por varios favores.
Chos Malal (Argentina). — Concepción Garrido
por haberle concedido la curación de un molesto
mal que la aquejaba. — Por haber recobrado la
salud y por favores varios: D.^ Erna C. de Dachary,
María L. de Contreras,José Uiha, Sinforoso Ibáncs,
José Ibañez, Bautista Parada, Marta Mcdel, María
Castillo, Feliciana Valenzuela, Prosperina Mendez,
Adelaide Pincheira, Pedro Flores, Juana Figueroa.
Bautista Retamal, María Rodríguez, Da. Purifi­
cación, Bernardo Parada, Ernesto Guzmán, Deidamia Morales, Justa Farias, Catalina Quesada.Juan
C. Fuentes, Andolia Mendez, Gabriel Moya, Pcirona
Landestoy, Segundo Hei-náudez, Honorio Barros,
Nieves Rojas, Silverio Sijnenles y compañeros. Nolasco Rebolledo, Francisco Rubio, fosé Montesino,
Juan Bautista Vergara.
El Castillo (Nicaragua). — Alberto Zamora, de­
bido á una medalla de M. A . curó casi repentina­
mente de una enfermedad crónica.
La Coruña (España). — Ramona Matos de F ., por
la resolución de un asunto intricado — María de
los Reyes, por una gracia. — Beatriz Morátt de
Sudrez, por la curación de una amiga.
Los Cocos (Nicaragua) Petrona Abilés por la
salud de su hermano.
Granada (Nicaragua). — / . Trinidad Gutiérrez,
por la curación repentina de un mal de oido que
hacia 9 años lo atormentaba — Francisco López,
por varios favores — Luz Martínez, por la salud
obtenida — Felicita Sandoval, por la salud de su
esposo é hijos.
Jinotepe (Nicaragua). — Mercedes de Vijié por
la salud de su hermana y varios otros favores —
Ignacia Rojas, por la curación del niño B. Campos.
Montevideo (Uruguay) José M. Castells Pbro. Sal.
por liaberle curado de una molesta enfermedad que
lo aquejaba desde hacia muchos años y en la cual
en opinión de los métlicos era precisa una operación,
á la cual temia más que á la misma enfermedad.
Managua (Nicaragua). — /í«a G. Páiz, por la
curación milagrosa de su hermana Rosa.
Orense (España). — Un seminarista por haber
obtenido la coversión de su tio moribundo y la
revocación de un testamento injusto — Manuela R.
Macia, por la salud de una amiga.
Rama (Nicaragua). — Encamación Torrente por
haberla curado de una enfermedad grave.

— 217 —
S. Marcos. — Leattdra Selva, por la salud de su
querida madre D* Francisca Ibarra, ya deshauciada
por los médicos — Sla. Eugenia María S. G. de
Silva, por la salud de una amiga y varios otros
favores.
Sevilla (E cija) Clemente Quede, p o r la curación
de una tos pertinaz.

Santiago (Galicia). — María Pérez, por gjacias
singulares en las personas de su hermana y su so­
brina.
Tarancón (Cuenca). — Nemesio Gómez, por la
salud de su hijo grave.
T áriba. — D r. .4 . M. Delgado B . a gra d ece v i­
vamente varios favores com o la salu d de una hijita
y la de su am adísim a esposa, enferm as de graved ad.

Trujillo (Venezuela). — Rafael Isidro Buesño, por
la curación en una enfermedad desesperada.
Valencia (España). — Francisco Bendito, por
haber alcanzado la salud. (Mogante) Vicente A.
Esplugas, por un favor señalado. — José Villa,
5 pts. — José Garda Solazar, 25 pts. — (Fuente
Higuera) C. L . 8 pts. — (Catarroja) Teresa Pons,
por haberle conservado á su querido padre.
Vigo (Pontevedra). — Concha Dochet, por una
gracia obtenida — X. Mercedes N ,, por un favor
señalado — José Virós, por la curación de una
persona de su familia — H . H ., por muchos fa­
vores — Luisa Punii, por haberla librado de caer
en manos de los cirujanos, curándola Ella misma
— N ., por haberla socorrido en una grande an­
gustia.

BIBLIOGRAFIA; .
Versos. F élix M. Martínez. — Méjico. S. José el
Real, 3, 1905. — Es un elegante Hbrito de 124 págijias
que contiene hermosas poesías religiosas. Palpita
en ellas el amor á Dios, á la Sma. Virgen, á la
religión. Su estilo es bello, puro el lenguaje y la
versificación en general corre fluida y suave, á
compás de las ideas.
La Virgen prudente. Pensamientos y consejos del
P. Adolfo de Doss, S. J ., acomodadas para las
jóvenes cristianas, 2* edición, en 12'* (XII y 480 p.),
fr- 3
; encuadernado en tela, 4,50; en pergamino
superfino y corte dorado 9,25. Herder, Friburgo de
Brisgovia (Alemania). Aureo librito que recomen­
damos vivamente.
Biografía del limo, y Revmo. Sr. D. Pedro Schomaciier,
Obispo de Portovlejo por el P . Angel de AznSonet,
Mis. Cap., adornado con algunos grabados. En 12*
(VIII y 218 págs.). Herder, ió. Precio: encuadernado
en tela fr. 3,40.
Memorlae vitae sacerdotalis, auctore Claudio Arsivenet y De Sacrificio Missae, auct. Joanne Card. Bona,
ord. Cis. Herder.

Biblioteca Agraria Solariana. Guia para elevar las.
tierras á gran fertilidad y conservarlas en ella por
el Cav. D . Juan Bosignori, director de la Colonia
agrícola de Remedello Sopa (Brescia-Italia), primer
volumen, 200 pág., precio 3.25; ene. 4,75. Sevilla,
Escuelas profesionales de artes y oficios.
Lecturas Católicas. — N. 143. Ricos y pobres. Cues­
tiones de actualidad, dedicadas á los obreros, 198pág. Sarriá. — Hermoso librito que deben leer los
obreros cristianos y aun los que no lo son. Brillan
en él el talento y el corazón de su autor D . Manuel
Polo y Peyrolón.
Primer número de la Revista El Coraióa de Jesd»
en el Tlbldabo cuyo nobilísimo objeto es promover
la devoción al Corazón deifico y procurar recursos
para el monumento nacional que habrá de coronar
la cima del Tibidabo, que á su vez corona á Bar­
celona y domina el mar. Está bendecida por Su
Santidad y por S. Em. el Cardenal Casañas y re­
comendada por todos los buenos. He aquí su pro­
grama :
El objeto de este Boletín es dar á co­
nocer y propagar el hermoso proyecto de levantar
al Sagrado Corazón de Jesús, en la cima del Tibi­
dabo, cerca de Barcelona, un grandioso templo
expiatorio nacional. 2° Allegar limosnas con el
mismo fin ; dar á conocer los nombres de los do­
nantes y el empleo que se da á sus ofertas; 3» Pro­
pagar el amor y devoción al Deifico Corazón de
Jesú.s, que ha prometido hacer de España su nación
predilecta.
El Boletín se reparte á quien lo desee y acoge
en sus columnas artículos, poesías, etc., siempre
que se refieran á la obra, á la persona sacratísima
de Jesús y lo que á ella se refiera.
Para la erección del templo votivo del Sagrado
Corazón en Roma, concurrió todo el mundo cató­
lico; á los católicos de la generosa Francia se deben
casi las dos terceras partes de esta obra : por esto
El se apiadará de la nación que hoy ha prevaricado.
Ahora se trata de un nuevo majestuoso Santuario
en el principal puerto de la península, dominando
las alturas y custodiando las fronteras, como para
augurar paz y ventura á la católica España. Toda la
noble nación y la América latina, por cuyas venas
circula castellana sangre, puede y debe concurrir
á levantar el monumento que irradiará en todo el
mundo y á todo el mundo bendecirá. Pueden nom­
brarse comisiones para recoger la limosnas y remitierlas á la Redacción de E l Corazón de Jesús en
e l Tibidabo. Apartado 175, Barcelona-Sarriá. El Bo~
letin Salesiano recomienda la obra vivamente.
El Culto de S. José y la Ordeu del Cannea por el P. IXon
de S. Joaquín. Carm. descalzo. En 4®y 263 pág. En
rústica, 3 pts. En tela inglesa, rótulos en oro, 4.
Gili. Barcelona (España) 581. — Las ediciones de)
Sr. Gilí son elegantes y económicas.

Por Italia.
TUKIN. — El 24 de Juaio en el Oratorio de Valdocco.
A esta fiesta de familia, siempre bella como el
recuerdo de un padre, siempre afectuosa como la
reunión de los hijos, concurrieron muchos saledanos y Cooperadores, que hacían corona á D. Rúa,
representante y reflejo de D. Bosco. También es­
taba allí el civilizador de la Patagoiüa, Mons. Juan
Cagliero, en cuyo rostro han impreso los trabajos,
más que los años, sus profundas huellas. El 23 por
la noche (8 p.m.)el R. D. Marchisio, director del
Instituto, abrió la velada con palabras vivas y grá­
ficas, que c.Kpresaban sinceros y ardientes votos
Luégo alzóse el venerando P. Lemoyne, el cantor
de D. Bosco, de iMaría Auxiliadora y de D. Rúa y
leyó con voz gastada por los años, su inspirado
himno, que celebra las auroras refulgentes más so­
lemnes para el Oratorio, 24 de Mayo y 24 de Junio ;
no menos inspirada es la música del himno, debida
al genio de Dogliani. Sucédense una serie de himnos
y cantos y discursos, entre los cuales creemos bien
notar el del R. D. Domingo Perazzo, salesiano ar­
gentino y director del Colegio del Rosario, que
en nombre do sus hermanos de América saludó al
P. común en limpio y elegante castellano.
Habló D. Rúa y dijo que en sus viajes por Italia
y el exterior, echaba siempre de menos su querido
Oratorio y padecía nostalgia de él. Puede figurarse
cómo fué recibida la feliz idea por los alumnos del
Colegio.
Al siguiente día se reunieron {9 a.m.) los antiguos
alumnos y al entregarle la acostumbrada limosna,
le dijeron— delicada idea— ; «para sus calabresitos.»
A las 10 Misa solemne.
La velada do la tarde estaba dedicada á la me­
moria del V. D. Cafasso, confesor v director de
Don B osco, cuyos dos retratos adornaban el
frente del palco de honor. Entre otros perso­
najes, estaban Mons. Cagliero, conterráneo de los
•dos y el Sr. Can. ü . José Alamano, sobrino del Ve­
nerable. — El Rvmo. Ciinón. Colombero, autor de
una preciosa biografía del Venerable, tejió sus
glorias, como Consejero, Guia y Sostén de D. Bosco,
y el popular D. Frimcesia en elegante verso, las
-cantó como confesor y auxiliador de los condena­
dos á muerte.
El Padre Santo y el Card. Richelmy enviaron,
<on sus votos y adhesiones, su bendición.

Cerraron la fiesta las afectuosas alocuciones de
Mons. Cagliero y D. Rúa.
Entre los regalos ofrecidos á D. Rúa figura m
magnífico roquete de punto y un preciosísimo es­
tolón, lo mismo que 120 roquetes, divididos en tres
tamaños, para el pequeño clero del Santuario de
María Auxiliadora. Todo ello hecho y donado por
las H. H. de María Auxiliadora de la casa-madre
de Nizza (Monferrato).
ROMA. A los pies del Padre Santo. E l 3 de Junio,
un centenar de señoritas normalistas y profesoras,
guiadas por las Hijas de María Auxiliadora, tu­
vieron la dicha de ser recibidas por Su Santidad
en la sala del Concistorio. Apenas entrado, el Papa
recorrió el semicírculo en que estaban formadas
para dar comodidad á todas de besarle la mano.
Era el mediodía y apenas lo dieron las campanas, el
Papa se detuvo y entonó el Regina Coeli, á que con­
testaron todas con la devoción que es de imagi­
narse.
Sentóse el Papa y les dirigió la siguiente alo­
cución :
« Ante todo, os agradezco la visita que habéis
querido hacerme. Os bendigo de corazón, á fin de
que el Señor os conserve siempre buenas y satisfaga
todos vuestros deseos. Bendigo á vuestros padres
y á vuestras familias todas, á fin de que puedan
hallar siempre en vosotras su consuelo y el modelo
de todas aquellas virtudes que las Hermanas pro­
curan infundiros. ¿ Y deberé decíroslo ? Bendigo
de un modo especial vuestros exámenes. Que todas
sin excepción podáis superarlos felizmente y que
las buenas notas sean un premio de vuestros gene­
rosos esfuerzos y fatigas y una satisfacción para
vuestras maestras y vuestros padres.
« Bendigo de un modo especial á las que de vos­
otras terminan ahora sus estudios ; á fin de que
puedan en el puesto que obtengan, ser apóstoles
de la religión y del bien. Y esto, no solamente en
las lecciones de liistoria y de lengua que habéis de
dar, ó en la enseñanza en general, sino sobre todo
en el ejemplo, con la santidad de la vida y la inte­
gridad en los costumbres. No os disimulo que os ro­
dean peligros de toda clase, que tratarán de sedu­
ciros y haceros caer. Pero manteneos fuertes, pia­
dosas, religiosas y el Señor no dejará de bende­
ciros. Entonces las criaturas que debéis educar, os
amarán, os guardarán gratitud, y podréis ejercer
una verdadera misión sobre la tierra, guiando las
almas á Dios. Os recomiendo de un modo especial
la oración, la frecuencia á los SS. Sacramentos y d



219

buen ejemplo. Haciéndolo así, tenéis asegurada la
protección de vuestro ángel de guarda, la bendición
y ayuda de Ntro. Señor.
« Sea alabado Jesucristo ! »
Las afortunadas que tales cosas oyeron de los
labios mismos del Vicario de Cristo, salieron con­
movidas y no las olvidarán jamás.

Por España.
CUENCA. — Eco de las fiestas patronales.
Nos escriben : Brillante por todo extremo ha
resaltado el Triduo á María Auxiliadora, celebrado
en los días 15, 16 y 17 de Junio de 1906. L a Iglesia
parroquial del Salvador, á pesar de su mucha am-



se acercaron á la sagrada mesa ; regalándoles á la
par una estampa y una hojita de santa lectura.
Los reverendos Señores Sacerdotes, Decuriones
y Celadoras todos han acudido con ejemplar en­
tusiasmo, y se han prestado á trabajar para el buen
resultado de las sagardas funciones, dando con ello
mucha gloria á Dios y á su bendita Madre.
¡Que todos reciban por sus trabajos abundante
premio en el cielo !
MALAGA. — La fiesta de María Auxiliadora.
Extractam os de La Libertad : Nueva y gallarda
prueba de su amor y entusiasmo por María Auxilia­
dora han dado los hijos del inmortal Don Bosco,
celebrando su fiesta con el mayor lucimiento y es-

H U E SCA — Escuelas de S . Bernardo.
plitud y de lo desapacible del tiempo, resultaba pe­
queña para la multitud de fieles que, ávidos de tri­
butar homenaje de gratitud á lo que es Auxilio de
los Cristianos, y de escuchar la elocuente voz del
orador sagrado, y los torrentes de armonía de la
música religiosa, se apresuraban á coger sitio en el
santo templo.
El orador, que lo íué el Iltre. Sr. Magistral D.Eusebio H. Zazo, desarrolló con grande oportunidad
V maestría los interesantísimos temas siguientes :
I®María es el ideal del verdadero feminismo;
2®María es el ideal de la verdadera democracia : y
3®María es el ideal de la v'erdadera paz tan ansiada
hoy en medio de las naciones.
No puede dudarse que esas tres proposiciones,
evidentes para todo católico, son las bases para en­
cauzar los corrientes del moderno y utópico femi­
nismo, y de la falsa y exaltada dem ocracia; así
como son el iris de la paz del cielo, único capaz de
consolidar la paz universal del mundo.
La Capilla de la Catedral, encargada de la parte
musical ejecutó con mucho acierto y sentimiento
estético salves, letanías, m otetes, trisagios y
despedidas á la Virgen.
Su Excelencia Urna, nuestro piadoso Sr. Obispo
se ha dignado repartir el pan de los Angeles á los
Cooperadores, que en número de tuák de trescientos

plendor en el Asilo de San Bartolomé á la que pre­
cedió un solemne Triduo.
E l último domingo, al toque de diana y á través
de un repique de campanas, la banda del estableci­
miento recorrió las calles que había de seguir la
procesión, y á las ocho de la mañana nuevos re­
piques y salvas reunían en el templo, decorado con
sencillez y elegancia, numerosos fieles que asistieron
á la Misa y tomaron parte en la Comunión general,
que por primera vez recibieron veintitrés niños
de las escuelas y talleres de la casa.
A las diez comenzó la función religiosa en la Ca­
pilla, ejecutándose á dos voces la Misa del Pbro.
Salesiano G. Pagella, cantada delicadamente por
los niños.
Terminado el Evangelio, ocupó la cátedra sagra­
da el M. I. Lectoral de Málaga don José Jiménez
Camacho, pronunciando, con gran alteza de con­
cepto y bella forma, un elocuente y notabilísimo
discurso. A l finalizar, estimuló á los Cooperadores
para que siguiesen prestando su eficaz y providente
concurso, auxiliando obra tan útil, tan meritoria
y trascendental cual es en los talleres y en las aulas
la educación cristiana de la niñez desvalida, de la
generación del porvenir.
Por la tarde se realizó la procesión anunciada
que, por lo simpática, piadosa y edificante, puso



de relieve una vez más los sentimientos religiosos
que laten y germinan en los corazones españoles.
Más de trescientos niños internos y externos,
con luces y ramos de flores, iban alumbrando, entre
cuyas filas se destacaban los estandartes de sus
respectivas asociaciones, á los que seguían gran nú­
mero de señoras y cooperadores con luces también,
precediendo á la bellísima efigie de María Auxilia­
dora, colocada en un artístico trono cubierto de
flores y esquinado con grandes candelabros : des­
pués el clero de la casa, formando el cierre el Preste
y los diáconos seguidos de la banda de los niños
y un piquete de Extremadura con cornetines y
tambores, mandados por un señor oficial.
Las calles en su mayoría ostentaban colgaduras
en los balcones y aun las ventanas bajas de la ca­
rrera, llenaba las bocas calles un devoto y nume­
rosísimo público de todas edades, sexos y condi­
ciones ; siendo más de notar cuanto que á esa hora
se celebraba un miting y una corrida de toros.
Después de entrar la Virgen en su templo, el
Presbítero salcsiano Don Dionisio Ferro, orador
de altos vuelos y de profunda erudición, dirigió
una breve alocución á los fieles encomiando el
acto que acaban de realizar, demostrando la nece­
sidad é importancia que tienen para los católicos
estas públicas y ostensibles manifestaciones, y es­
timulándoles á la devoción constante, y á que re­
curriesen en todos sus cuitas, como indeficiente
esperanza, á María Auxiliadora á la que al terminar
se le tributaron los más fervientes vivas.
Bien merecen la protección, gratitud y respeto
de todas las clases los beneméritos PP. Salesianos,
que tanto se desvelan por los huérfanos y desvalidos
hijos del pueblo, labor docente y moralizadora,
timto más alta, interesante y preciosa para la vida
social cuanto que el alivio de los males materiales
y pasajeros no la afectan ni con mucho, en grado
tan culminante, como la de educar cristianamente,
dando orden á la vida del trabajo y disciplina y
santidad á las costumbres todas de la generación
del porvenir.
HUESCA. — Como nuestros lectores saben, de­
bido á la generosidad del Exmo. Sr. D. T^rnardo
Monrcal y Ascaro q. d. h., se establecieron en
esta ciudad los Salesianos el 20 de Marzo. Pre­
sentamos un grabado que representa la nuc>a
casa.
CIUDADELA (Menorca). — De la importancia que
ha adquirido la devoción á María A. en esta isla,
podrán nuestros lectores formarse una idea, por
el resumen que hacemos de una relación que se
nos envía. — Desde el primer día del mes de Mayo
apareció la iglesia de María Auxiliadora adornada
con numerosas coronas de laurel con alusivas de­
dicatorias; el altar y todo el presbiterio asemejaban
un aromático jardín. Completaban el cuadro las

220



vistosas colgaduras de color azul celeste y rosa,
las guirnaldas y festones.
Cada día se colocaban en ricos marcos dos ex­
votos, con adornos y cintas multicolores á los pies
de la Virgen. Muchas ofrendas se hicieron á María
Auxiliadora, entre otras una corona de plata con
diadema para la Virgen y otra para el Niño ; rega­
los que fueron presentados á la Virgen en la vigilia
de su fiesta para estrenarse al siguiente.
Todos los días hubo los acostumbrados ejercicios
con gran solemnidad y concurrencia. Durante la
novena aun íué aumentado la concurrencia, qne
llenó la sacristía, patios y calle.
De la parte musical no hay que hablar ; escogi­
dísimos cánticos, tiernas plegarias, motetes de
depurado gusto clásico, nos dieron un trasunto de
las celestes harmonías de los ángeles.
E l celoso Director de la Casa Salesiana, Rdo.
D. Guillermo Niñas, Pbro. no contento con dirigir
la parte musical, iba enfervorizando todas las no­
ches á los asistentes con adecuadas pláticas. Esto
dió por resultado un aumento de fervor, que se
significó de un modo especial, en la celebración
de la fiesta de María Auxiliadora. E sta fué de lo
más solemne, de lo más devoto, de lo más brillante
que hemos visto. Communiones en número extra­
ordinario y casi increíble, misa solemnísima cantada
por la orquesta de la C ated ral; concurrencia como
de jubileo durante todo el día, hasta m uy entrada
la noche; procesión brillantísim a, en medio de
una alfombra de flores que cubría las calles del
tránsito, de los acordes de la Banda y orquesta,
de los repiques de todas las campanas de esta ciudad
de los festones de laurel, coronas de aromáticas
flores, gallardetes, pabellones etc....
¡Qué bella demostración de amor á María Auxi­
liadora ! ¡Cuántas bendiciones derramaría la Virgen
durante su triunfal carrera por las calles y plazas de
Cindadela !
Por la noche, hermosos fuegos artificiales, á los
acordes de la Banda popular.
Esta hermosa manifestación de amor á María
Auxiliadora, será prenda de su maternal protección
para los que tanto se han esmerado en obsequiarla,
y fundamento de halagüeñas esperanzas para esta
religiosa ciudad donde Ella tiene tan hermoso
templo y tan numerosos y entusiastas devotos.

Por América.
MÉXICO. — Fiesta de María Auxiliadora.
En la pobladísima Colonia de Santa Julia, se
celebró el domingo 27 de Mayo, en el Colegio Salesiano, la fiesta de la Patrona del Instituto, María
Auxiliadora. Las impresiones peregrinas y santas
que experimentó nuestro espíritu, serán imperece-

-deras: los amplios portales que rodean los inmensos
patios, estaban poéticamente adornados con ramas
y flores, y al entrar en ellos se respiraba la fres­
cura y fragrancia de los jardines primaveriles. Un
sinnúmero de banderas de todas las naciones armo­
nizaban con los demás adornos ; el plantel todo re­
vestía, con exquisito gusto artístico, la idea propia
de la fiesta y del triunfo.
La Capilla de María Auxiliadora, y a graciosa,
ostentaba con todo esplendor y pompa, riquísimos
adornos, fiores y luces, y la hermosa estatua de
María Auxiliadora se destacaba en medio de un
mar de luz, majestuosamente en su trono.
A las siete los escuadrones de niños decentemente
vestidos con porte grave y religioso silencio, ba­
jaban á la iglesia.
Luego que entraron éstos, salieron de la misma
iglesia unos cuarenta niños vestidos de acólitos,
para acompañar al altar al Excmo. señor José MRidolfi, Delegado Apostólico.
Pocos actos religiosos son tan emocionantes como
una función en ese plantel Salesiano, donde el cora­
zón del niño se educa al par que su inteligencia.
Qué encanto ! No hay cosa más delicada que un
niño, educado sabia y cristianamente ; su frescura,
unida á su bondad, produce hermosuraarrebatadora.
E l coro, de poco más de sesenta niños, demostró
delicado gusto y genio de la música clásica. E l Sr.
Canón. D. Ernesto Valverde cantó las glorias de
María Auxiliadora, presentándola como auxilio de la
Iglesia, de la sociedad y del individuo que ha sido
en todo tiempo, particularmente en el siglo pasado,
cuando bondadosamente se ofreció por protectora,
en las obras de su siervo D. Bosco, del niño desva­
lido, para regenerar con eso la familia, salvar la
sociedad y enriquecer á la Iglesia de miembros
santos.
Concluida la Misa, desfiló solemne y majestuosa
la procesión bajo los portales, á los acordes de la
banda del Colegio, compuesta de unos cuarenta
jóvenes.
Llegados de regreso á la iglesia los niños seguían
cantando : venid y vamos todos, y todos fueron á
dejar á los pies de María la flor del símbolo de sus
votos y afectos.
Por la tarde la banda del Colegio tocó una mar.
cha triunfal de bienvenida al limo. Sr. Silva, dig­
nísimo .Arzobispo de Michoacán, que asistió a
las fiestas vespertinas. La habilidad de los mú­
sicos es verdaderamente grande.
Monseñor Silva, después de haber visitado con
admiración los ocho grandiosos talleres salesianos
y las clases de los pupilos, pasó á visitar los talleres
y clases de las niñas en el Colegio de las Hijas
de .María .Auxiliadora. Las superioras y niñas de ese
otro plantel grandioso como es la caridad cristiana,
improvisaron un gracioso entretenimiento con can­
tos, discursos, poesías y un pequeño drama.

221

--

Monseñor Silva, al despedirse, manifestó su
a'Tradeciraeinto en elocuentes frases de felicitación
á los salesianos y á las Hijas de María Auxiliadora.
< Siempre apoyaré, dijo, estas grandiosas insti­
tuciones que responden altamente con éxito feliz
á las necesidades presentes».
Como final de un día tan hermoso, en uno de los
patios del Colegio Salesiano, iluminado con focos
eléctricos, la banda, con admiración de todos, eje­
cutó escogidos trozos de autores célebres, como
Verdi, Donizetti, Leoncavallo, Puccini, e t c .'
Los globos, los juegos pirotécnicos, los cohetes,
las bengalas, los castillos, animaban esa masa ju ­
venil hasta el entuisasmo.
He aquí, pues, una institución altamente re­
comendable.
A tiempos nuevos, instituciones nuevas, y no
hay hoy día institución que ataque el mal social
con tanta eficacia como la Institución Salesiana.
Si la Capital turiera cuatro ó seis planteles como
ese de Santa JuUa, veríanse en poco tiempo trans­
formados los niños de nuestras calles, de nuestras
plazas y la sociedad de mañana sería la socidad de
mañana sería la sociedad de que todos desean y so
afanan para obtener.
Ojalá que los hijos de Don Bosco encontraran
generosos cooperadores que en lo material les ayu­
daran como ellos merecen y como ellos lo necesitan.
(Extractado de E l País.)
COBÁN (Guatem ala).— Triunfo de María Auxi­
liadora.
Nuestro R. P. General ha recibido de esta pe­
queña ciudad guatemalteca una carta que por su
encantadora sencillez y su perfume campestre,
bien mereciera la publicidad ; cuenta el recibi­
miento solemne hecho á una « primorosa estatua
de la Virgen de Turín. * Empero, careciendo de es­
pacio, diremos solamente de qué se trata. Los Coo­
peradores de la ciudad y Alrededores, por propia
iniciativa encargaron la estatua, la cual les llegó
el 21 de Dbre. p. p. Apenas se tuvo noticia de la
llegada, se pusieron en movimiento todas las gen­
tes de la ciudad y pueblos circunvecinos y obtenido
el permiso competente, salieron en cuerpo á en­
contrarla, como se hace cuando se acerca un general
victorioso (y ojalá estos triunfos de generales no se
verificaran con tanta frecuencia). Encontrado el
simulacro de la Virgen .Auxiliadora le rindieron,
grandes homenajes y celebraron su triunfo. Los
adornos del templete improrisado « eran muy bo­
nitos, aunque eran de monte * y por esto creemos
que eran hermosos ¿qué mejor adorno para María
que la esbelta palma y el plátano frondoso? En se­
guida arman una litera y k>s más gallardos jóvenes,
se van tun and o de cuatro en cuatro en la conduc­
ción de la Reina. A l entrar á la ciudad, el Alcalde



222

le hace los honores y la hospeda en su casa. Sácanla después en imponente procesión por la calle
principal, cuyos balcones ostentan adornos, casi
todos campestres— flores y frutos — todo esto en
medio de un gentío inmenso, al compás de músicas
suaves y do himnos salidos de lo más hondo del
a lm a ; en fln, una fiesta de amor cuya nota mejor
era la sinceridad, y los corazones el ornamento
mejor que se depositó á los pies de la Virgen de
Turín, como dicen ellos. Adelante, valientes Cobañeros 1 que la Virgen Auxiliadora os bendiga y os
mande muchos imitadores.
IBAQUÉ (Colombia). Primera piedra de la Iglesia
de Ntra. Sra. del Carmen. — Fué solemnemente
bendecida el i8 de Marzo por el limo. Sr. Perdomo,
Obispo de la diócesis. E l R. P. Cera, Director de la
Ca.sa Salcsiana de la ciudad, expuso en elegante
frase, perfumada con las fragancias de la sencillez
evangélica, la necesidad del nuevo templo. Tam­
bién el Sr. Obispo peroró la misma causa, con esa
elocuencia propia de los varones apostólicos. Quiera
Dios que esta nueva iglesia salesianasea concluida
pronto, para acrecentar la devoción á María, el
culto de Dios y el bien de tantas almas, especial­
mente de la numerosa juventud, que según escribe
el Director de la casa, se muestra muy dócil y
corresponde muy bien á las fatigas de sus institu­
tores.
BELÉN (Palestina). — De una informe que el Di­
rector del Establecimiento presenta á uno de los
principales bienhechores, tomamos lo siguiente :
X Nuestra situación es poco más ó menos la misnta del año pttsado : alimentamos un centenar de
niños huerfanitos y les enseñamos un oficio con que
puedan ganarse honradamente el pan.
« Las escuelas gratuitas para extemos cuentan
220 alumnos, divididos en siete clases. Imparten
la instrucción maestros externos que nosotros pa­
gamos porque nos falta el personal.
« K1 pensionado está en su segundo año de exis­
tencia y tiene 36 alumnos de familias acomoda­
das de Belén.
Nuestra iglesia del Sagrado Corazón es muy fre­
cuentada por la población, que ha crecido notable­
mente en estos últimos años. Belén apenas tenía
pocos centenares de familias treinta años hace; hoy
cuenta 10.000 habitantes, y cada día aumenta, á
pesar de que muchas familias emigran á buscar
fortuna y establecerse en la .América para siempre.
• Las cifn\s oficiales de los diversos ritos son :
Latinos católicos 4.501
Griegos católicos 172
Griegos cismáticos 3,881
Protestantes
132
Musulmanes . . . 788
C o f t o s .................. 12
Annenos
. . . .
175
El número de católicos es efectivamente mayor
de los que arroja la cifra oficial, pero es necesario



advertir que el pasaje de un rito á otro en los
registros turcos no se hace sino cuando la peticióa
va acompañada de un buen hackchicke. Además,
como los Griegos cismáticos tienen grande interés
en que no aparezca disminuido su número, ejercea
grande influencia sobre las autoridades turcas para
evitar todo cambio; mientras los Griegos católicos
no tienen delante de las autoridades más apoyo
moral que el Orfelinato. Y en efecto la parroquia
griego-católica ha estado siempre á nuestro cargo,
sin que nos haya sido posible, con todo nuestro
interés y con inmenso dolor de nuestro ánimo,ha­
cerla prosperar tanto por falta de recursos pecu­
niarios como por otras razones.
« Nuestra constante preocupación es asegurar i
nuestros huerfanitos el alimento cotidiano, ya que
este pequeño mundo no deja de tener siempre uu
excelente apetito. Arreglado este punto, habríamos
dado un gran paso. Para esto confiamos en la Pro­
videncia y en la generosidad de nuestros bienhe­
chores. Entonces podríamos poner mano á trabajos
de una utilidad incontestable.
« Entre estos trabajos el más importante será un
pórtico para defender á nuestros alumnos del
calor sofocante en verano y de la lluvias del in­
vierno. Necesario es también ensanchar el taller
de carpintería. Construido con demasiada econo­
mía, no responde á las necesidades actuales. Su
techo de cinc nos hace su china en ciertos tiempos
igual al de los plomos de Venecia ; al paso que en
el invierno el frío y las lluvias ponen á prueba la
robustez de nuestros alumnos.
« Casi todas las aulas y clases necesitan amplia­
ción é higiene.
« Si el Orfelinato era suficiente al principio, hoy
es absolutamente incapaz, tanto más que debemos
sufrir la competencia de los Griegos, protestantes
etc. que construyen edificios hermosos y soberbios,
donde la juventud encuentra, desgraciadamente
con pérdida de la fe, todas las comodidades del
progreso moderno, para la educación de la juventud.
« Quizá es pedir demasiado á nuestros bienhe­
chores, pero su caridad es inagotable y la Provi­
dencia muy grande.*
MAROQQIA (Suiza). — Este simpático pueblecito, recostado m uellem eite entre el poético lago
de Lugano y la Cordillera alpina, posee un ins­
tituto Salesiano, el Colegio D. Bosco, de ca­
rácter internacional, donde hay educandos ale­
manes, franceses, suizos, americanos etc. Es encantandora su posición, pues las aguas del lago
vienen á besar sus pies, mientras su> corredores
y piezas altas dominan un panorama maravillosa
Durante los meses de verano ofrece pensión y
clases á los franceses y alemanes que deseen
aprender el italiano. El Colegie tuvo la dicha de
recibir una visita deMons. Cagliero el 6 de Jusia

— 223 —

NECROLOGIA

m

El Rmo. $r. D. Juan Bernardo León
Vicario Capittüar de Riobamba.
En el breve plazo de cinco meses ha quedado
dos veces viuda la Iglesia de Riobamba. Dos in­
signes Prelados acaban de descender á la tumba uno
en pos de otro, acrecentando asi las calamidades
públicas de la Iglesia ecuatoriana. No se habían
aún enjugado las lágrimas por el fallecimiento del
limo. Sr. Andrade, cuando sucedió la muerte del
Rmo. Sr. Juan B. León.
Descendiente de noble familia, nació en 1844.
Su carácter blando y apacible, y la piedad que le
infundiera su madre, la honorable matrona Da.
Rosalía Nájera, le inclinaron á abrazar el estado del
sacerdocio.
Cursó con lucimiento los estudios eclesiásticos
en el Colegio de S. Felipe, bajo la dirección de los
RR. PP. Jesuítas. Terminado el estudio de teo­
logía, á la edad de 24 años, íué ordenado por el
limo. Sr. Ordóñez en 1867 ; y principió luego á
ensayarse en el ministerio atendiendo á los enfermos
en el Hospital. Después ejercitó su celo pastoral en
el espacioso campo de algunas parroquias hasta
1877, en que fué llamado para regentar una Cátedra
en el Colegio Maldonado ; pero la escasez de sacer­
dotes obligóle á volver nuevamente al servicio pa­
rroquial. Fijó su residencia en Riobamba en 1886
donde obtuvo una canongía. E l voto popular hon­
róle en 1894 confiándole el importante cargo de
senador de la República del Chimborazo.
Mientras hacía las veces de párroco en Cicalpa
en 1897, íué arrestado en la casa parroquial .por
la fuerza armada que esos mismos días desterró al
limo. Sr. Obispo y al Sr. Deán ; mas luego se le
puso en libertad. Desde su destierro el lim o. Sr.
Andrade, nombróle Vicario General, como que el
Sr. Dr. Juan B. León era la persona más apta para
regir la Diócesis en aquellas diíicUes circunstancias.
Después de la muerte del Sr. Obispo, íué elegido
Vicario Capitular. Aunque se sentía quebrantado,
no tanto por la edad, pues tenía 62 años, como por

una grave dolencia, publicó 12 días antes de su
muerte una tierna exhortación pastoral. Dadas sus
últimas disposiciones y preparado con los auxilios
de la Iglesia, durmió el sueño de los justos el 13 del
corriente. Sacerdote digno, modelo acabado de las
virtudes evangéheas. Distinguióse desde su niñez
por la inocencia de costumbres y candor angelical
que no se eclipsaron jamás. L a misma, detracción que
no ha mucho tiempo hizo guerra abierta al clero
y publicó por la prensa manifiestas calumnias, se
vió forzada á excluir de sus inculpaciones á la acri­
solada virtud del Rvm o . Sr. Dr. León.
Su mansedumbre y bondad evangélicas fueron
tales, que se puede afirmar que él no tuvo enemigos
personales. Fué el vínculo de caridad que unía á
todos los ciudadadanos ; derramando bálsamo sa­
ludable en las heridas del corazón.
Para los lujos de D. Bosco íué siempre un padre
cariñoso y caritativo que no ahorró ningún sacri­
ficio personal para consolarlos como ayudarlos é
impulsar sus obras. Lleguen pues también nues­
tros generosos sufragios á la morada de esa alma
bondadosa.

Sra. Da. Isidora de d’ ílbreu.
Fué esposa del señor Doct. Luis d’Abreu y emuló
sus virtudes, su caridad y obras de beneficiencia.
Buenos Ayres vió en ella no sólo un modelo privi­
legiado de altas virtudes sociales, sino también el
dechado cabal de la verdadera piedad y perfección
cristiana.
Dios quiso llamarla á la posesión eterna del
premio que se labró mediante sus buenas obras.
Las Misiones de Bahía Blanca han sido, junto con
su esposo, objeto de su particular cariño; y son
testimonio elocuente la Iglesia de La Piedad, el
Colegio y terrenos anexos, generosa y liberalamente
ofrecidos á la Pía Sociedad de San Francisco de
Sales, en favor de la educación cristiana de la niñez.
Recomendamos pues á nuestros Cooperadores y
Cooperadoras Salesianas á la Señora Doña Isidora
de D ’Abrcu : no la olviden en sus oraciones y la
imiten en su larga carrera de las buenas obras.
Y nosotros enviamos nuestros más sentidos pé­
sames al corazón apesadumbrado del Señor Don
Luis d'Abreu, pidiendo á Dios le consuele y le con­
ceda aun largos años para la continuación de sus
beneficiencias en bien del prójimo y de la niñez
menesterosa de educación.

— 224 —

El N. R. S. D. José üerrazas.
El día 6 de Marzo á las 4 de la tarde Dios, N. S.
ilamaba á Sí para coronarle con la corona de la
gloria á este insigne Bienhechor nuestro, Coopera­
dor Salesiano, y dechado completo del Sacerdote
Católico. Toda su larga vida la gastó en la práctica
de las virtudes del cristiano, del Sacerdote, no sa­
biendo si fuera de admirarse más en 61 su caridad
hasta el heroísmo quedándose él sin nada para dar
á los pobres, ó su celo sin medida, que lo hacía
trabajar sin descanso aún en sus años muy avan­
zados en bien de las almas y á gloria de Dios, ó su
tierna piedad y ardiente devoción, devoción que
rayaba á veces en lo prodigioso cuando se trataba
•desu Glorioso Patrono, el Patriarcas. José. Fuéen
Quito el Apóstol de la Devoción á S. José, y el
hombro de la caridad y de la oración ; el Sacerdote
celoso, humilde, aun cuando desempeñó por mu­
chos años el elevado cargo de Deán de Is Canónigos
■ de la Catedral de Quito.
Nuestra Casa Salesiana de la Tola, ha perdido en
él un Protector insigne, un Padre. ¡Cuántas veces
aún en los últimos tiempos tristísimos para el Clero,
hemos los Salcsianos experimentado los efectos de
su caridad sin líimites !
Su muerte fué sentida por todos ; su entierro fué
una apoteosis de su esclarecida virtud, y aun
cuando confiamos fundadamente que S. José lo
haya introducido ya á la posesión de la eterna
gloria, á la cual tanto anhelaba, lo recomendamos
sin embargo á título de gratitud á las oraciones de
todos los Salesianos y sus Cooperadores.

Carlos Sánchez Antuñano.
6 de Mayo de 1906 pasó á mejor vida
este sincero amigo de los Salesianos á la
•edad da 55 anos con todos los auxilios de
Nuestra Santa Madre la Iglesia.
Cristiano práctico, perdió á su Señora á los
10 meses de casados. Desde entonces D. Carlos,
favorecido con regular abundancia por los bienes
de fortuna, decidió entregarse con todo el co­
razón á los ejercicios de piedad y á la educa­
ción de su único hijo para quien hizo de padre
y madre.
Don Carlos decía varias veces con sencillez
de niño que su pasión dominante era el comulgar

todos los días y su amor á San José, diciendo
que nada le había concedido de cuantos bienes
temporales le había pedido, y que cuanto
más lo desatendía más lo amaba. E l castísimo
Patriarca, habiéndole alcanzado de Dios la
gracia de vivir como cristiano ejemplar y de
soportar con toda paciencia su larga enfermedad,
se lo llevó á su compañía, como piadosamente
esperamos, en la fiesta de su Patrocinio.
Fué caritativo por carácter, no negándose á
ningún, necesitado, socorriendo con especial
empeño todas las obras religiosas de esta Gudad,
averiguando á fin de año en su .balance, que ha­
bía invertido mayor cantidad en limosnas que
en su propia manutención.
E n tiempo de salud todos los días asistía á
la primera misa del Colegio, comulgando dia­
riamente ; los niños estaban edificados por su
espíritu religioso.
Su hijo ha querido que en la Capilla del Co­
legio Salesiano se hicieran los funerales por su
difunto padre, y una comisión del mismo Co­
legio lo acompañó hasta el sepulcro.

COOPERADORES SALESIANOS
DIPUNTOS

Rdo. D. Francisco Geuoves — Valencia.
D. Manuel Sonz-Breuiois —
id.
D. Blas Novella —
id.
Rdo. D. Carlos Hervás — Segorbe.
D.* Estanislaa Reyes — Utiel.
D. Severo Jimenéz —
id.
R. I. P.

Con aprobación de la Autoridad Eclesiástica:
Gerente: JOSÉ GAMBINO.
Turin, Tip. Salesiana (B. S.) — Via Cottolengo, 3»

Fecha
1906.08