BS_1906_05

Ficha

Título
BS_1906_05
Descripción
Boletín Salesiano. Mayo 1906
extracted text
AÑ O XXI

N. 5

M a y o de 1906

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Bolefín $ak$iano

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Tarín - Oratorio de S. Francisco de Sales ^ < ^ 0 ^ ^

SUMARIO: En honor de nuestra Madre . .
El mes de María AuxH. en el Santuario de Turín »
Importantísimo Decreto de la S. C. del Concilio
sobre la comunión cotidiana.............................. »
Nuestro tesoro espiritual.......................................»
Noticias de nuestros Misioneros de Oriente (Rela­
ción del P. Jorge T om atis)...........................>
Bolivia: Excursión al Territorio Nacional de Co­
lonias (Relación del P. Ra\'neri)......................>
Ecuador: Entre los Jibaros (Reí. del P. Mattana »

-o

Q

A través del Ecuador...................................... pog.
Gracias de María Auxiliadora.............................. »
Por el mundo salesiano — Telegrama importante.
Por España: Ecos de la visita del Revdo. D. Rúa.
Vitoria, Salamanca. — Por .América: La obra
salesiana en Méjico, Bogotá, Ecuador, Sucre,
Asunción ............................................................. »
Bibliografía............................................................. •
Necrología: Exmo. Sr. D. José M. Pereda - La
Sra. Thorndike • D. Xelmo ófniis Pbro. . . »

laS
131

135
139
139

6n honor de nuestra lliadre.
ARA los Hijos de D. Bosco la
devoción reina, la devoción
dulce que domina sobre to­
das, es la de M aría A u x i­
liad ora; á Ella acudimos
cuando nos vemos afligidos, para im­
plorar consuelo, á Ella cuando las penas
del alma ó las desilusiones de la vida
nos ennegrecen el horizonte de la exis­
tencia, cuando el remordimiento de la
conciencia nos avisa que vamos des­
carnados; y Ella nos alivia, nos infunde
la fuerza necesaria jiara continuar bo­
gando en este mar de sufrimientos, tal
vez nos dora el horizonte sembrándolo
de hermosas perspectivas. Ella nos de­
vuelve al recto sendero. Ella nos con­
duce al Corazón de Jesús, horno de

amor, manantial de felicidades. Es tan
natural al hombre buscar un corazón
que le comprenda y pueda socorrerlo,
porque es tan natural la debilidad hu­
mana; el solo nombre de amigo lo
enciende, y una palabra de amor lo
entusiasma y lo gana; y así cuando lle­
gamos á encontrar verdadero amor,
interés sincero por nuestro bien , nos
adherimos á él y su solo nombre excita
simpatía y cariño. Por esto ha sido el
mundo tan devoto de María desde que
aprendió á conocerla, y cuando Don
Bosco le reveló muchos de los tesoros
que aún permanecían ocultos bajo el
hermoso título de Auxiliadora, se apre­
suró á recoger sus palabras, y la de­
voción de María Auxiliadora, cual fuego

— II4 —

que se dilata, se extendió rápidamente vores diarios y continuos, su amor ma­
hasta los últimos confines del mundo: terno, razón es que nosotros le testi­
surcó los mares y penetró hasta las fiquemos nuestro amor filial.
Muchos son los medios de que dis­
marañas recónditas en donde los hom­
bres moraban como los brutos y los ponemos: primeramente debemos cele­
iluminó, puso su trono en los asilos brar el mes con todo el fervor de que
donde llora el hombre su miseria y su somos capaces, añadir alguna pequeña
del)iHdad extrema, y un hálito de nueva obra de piedad á las ordinarias, en su
vida refrigeró sus almas. El entusiasmo honor, acudir, si es posible, á escuchar
entonces llamó á María Auxiliadora la sus grandezas y misericordias en las
Virgen de D . Bosco. O h ! j cuán suave iglesias donde se predica su mes, au­
para el amor de los hijos ver el nom­ mentar nuestra confianza en su patro­
bre del padre unido indisolublemente, cinio casi omnipotente, hacerla conocer
casi indentificado con uno de los tí­ de los que aun no tienen tan alta dicha,
tulos más suaves de la Reina de los y sobre todo aumentar nuestro amor y
cielos! El la honró y la hizo amar y honrarla con una comunión muy devota
Ella, fiel á sus promesas de honrar á en su día.
Los innumerables favores que cada
los que la honran, ha hecho inmortal
su nombre y lo elevó á la dignidad mes publicamos y otros muchos que se
callan, nos están predicando sin cesar
de patriarca en la Iglesia de Dios.
l^a sociedad ]>or él fundada guarda que no en vano la honramos y recu­
con respeto esta devoción ticrnísima y rrimos á Ella.
Nadie está excluido de .su amor,
Ella la cobija con sus alas y la fomenta
porque es infinito, y así nadie debe
con su amor.
Por esto los Salesianos y sus Coo­ temer acudir á E lla ; los pecadores para
peradores y alumnos que forman una encontrar luz y ánimo suficiente para
sola familia, celebran con tanta pompa volver á Dios. Ah! de la misma ma­
y cariño la fiesta de M aría A uxilia­ nera que una madre no riñe á su hijo,
cuando caído y estropeado se lanza en
dora.
sus brazos, que antes se conmueve
:fs
y enternece, María recibe con infinito
Estamos en el mes consagrado de placer á los pecadores que anhelan por
un modo especial á su culto, su festi­ la amistad de D io s; los enfermos va­
vidad se acerca y es necesasio estimu­ yan á Ella para buscar salud ó resig­
larnos á celebrarla bien. Las pruebas nación : los padres para pedirle luz y
de cariño y de confianza que le damos fuerzas en su dilícil ta rea ; los niños
durante el año deben ahora redoblarse, para suplicarle proteja su inocencia;
y de la misma manera que cuando se los ricos y acomodados para aprender
acerca el onomástico de nuestra madre magnanimidad y caridad, los pobres
natural, todo debe ser entusiasmo, todo para aprender resignación y valor. En
afecto, todo ternura.
una palabra, todos vayamos á María
Y á la verdad que esto es muy ¡usto: con arranque generoso; de este mes y
Ella nos ha colmado de beneficios, nos de esta fiesta hemos de sacar aumento
ha manifestado de mil modos, con fa­ en nuestra devoción.

— II 5 —

ser verdadero cooperador salesiano,
quien no odia el pecado y procura,
mediante la oración y los Santos Sacramentos, mantenerse y acrecentarse
en el fervor. D. Bosco fué suscitado
por la Divina Providencia para dar

Para lograr mejor estos fines y cumplir con nuestro Reglamento (Art. IV,
Parág. 5), no se deje pasar la fiesta sin
la Conferencia salesíana, que tanto sirve
para estrechar los mutuos
lazos de unión y aumentar
nuestra esfera de acción,
excogitando nuevos medios
y extendiendo el imperio de
la caridad y de la fe.
El celo de nuestros Di­
rectores, Decuriones, Cela­
dores y Celadoras sabrá
encontrar modo de tributar
este homenaje á María A u­
xiliadora, que á la vez con­
tribuirá al incremento de
la Congregación salesíana
y á la felicidad de tantas
almas.
Los argumentos que en
tales conferencias pueden
tratarse, son muy varios,
pero son de preferirse aque­
llos que, como más prácti­
cos son más conformes al
espíritu de nuestra Pía Aso­
ciación y al del siglo en que
vivimos. El Emmo. Card.
Richelni}', en su conferencia
de la fiesta de S. Francisco
M A R ÍA A U X IL IA D O R A
de Sales, ha desarrollado
Busto auténtico de la Imagen que bc venera en Turin.
magistralmente lo que si­
gnifica ser Cooperadoi' salesiano.
gloria á Dios y salvación á las almas,
•' Cooperar, decía, significa obrar con regenerando de un modo particular la
otro que se reconoce por maestro y juventud, y á esto debe tender la coo­
jefe, y este maestro, y este jefe, es peración salesiana.
D. Bosco. Para obrar e) bien, es ne­
Descendiendo luego á los medios,
cesario ser antes cristianos, buenos y « distingue la cooperación en directa
fervorosos cristianos. El buen cristiano é indirecta: la primera consiste en
imita á Jesucristo, y D. Bosco lo imitó... obrar eficazmente, imponiéndose, cuando
Según el espíritu de D. Bosco, no puede es preciso, sacrificios pecuniarios y per-

— ii6 —
sonales para sostener la santa causa,
sobre todo promoviendo la asociación
de todos los cooperadores de la ciudad,
pueblo ó región y aunando sus esfuerzos
y sacrificios personales. Quien pretendiera obrar solo, conseguiría apenas
levantar la llama efímera de una paja.
Pecítniíie obediunt oninia; el dinero es
nece.'^ario para todo y todo lo alcanza:
así es el mundo y no han de ser los
Salesianos una excepción: las limosnas
de los Cooperadores se convierten en
pan y en instrucción de los protegidos
de D. Bosco.
« La cooperación indirecta consiste
en compenetrarse del espíritu de Don
Hosco, que es el de S. Francisco de
Sales y obrar en todo según ese mismo
espíritu ».
Luego, cada nación tiene sus nece­
sidades peculiares, cada pueblo ofrece
vario y libertoso campo á la acción
social de los Cooperadores. Estudiarlos,
poner valladar y remedio al mal, im­
pulsar generosamente el bien, hé aquí
el objeto de tales conferencias.
Los Salesianos y sus cooperadores
están llamados á ocupar un gran puesto
en las milicias de la Iglesia. Acudamos
á ocuparlo, pero con fe, con valor, con
la serenidad y energía de quien está
seguro del triunfo, por(|ue marcha á
las órdenes de experto general. Vencer
el mal, hacer triunfar el bien; acabar
con la ignorancia, difundir la luz ben­
dita de la ciencia; en una palabra,
guerrear contra el infierno y luchar á
brazo partido por la causa de Dios;
hé aquí nuestro programa!
j Que María Auxiliadora derrame sus
copiosas bendiciones sobre todos nos­
otros: que bajo su eficaz protección y
A la sombra de los estandartes de Don
Hosco, luchemos como bravos y obten­
gamos espléndidas victorias.

61

me$ k (Daría Auxiliadora

en

Santuario cíe Turín.

P a r a s a tisfa c e r la p iedad y ju s ta cu­
rio sid a d de n uestros lecto res, publicamos
el sigu ien te H orario de la s funciones en
el San tu ario de T u rín .
Mayo 1° Continúa el mes de María Auxiliadora
con el siguiente horario: misas desde las 4,30
hasta las 10,30. A las 5 Misa con sermón del
Rev. Dr. D. Francisco Zublena, Sales, y Ben­
dición con S. D. M .; 7 i la segunda Misa de la
Comunidad. A las 5 p. m. sermón del Rev.
Dr. D. Tomás Pentore, Sales, y Bendición.
Horario que vige todo el mes.
4 . Práctica devota del primier viernes del mes.
15. Novena Solemne. Como los demás días;
pero la Novena será predicada por Mons. Fóschi,
Obispo de Ceresia.
17. V Aniversario de la Coronación Pontificia de
María Auxiliadora. S. Ex.cia Mons. Constanzo
Cástrale dirá la Misa de las 7^ é impartirá por
la tarde solemnemente la Bendición con el San­
tísimo. Particular indulgencia plenaria á los que
visiten el Santuario desde las primeras vísperas,
es decir desde el 16 por la tarde hasta la tarde
del 17.
23. Vigilia de la Solemnidad de María A uxi­
liadora. A las 3 p. m. Conferencia á los Coope­
radores Salesianos ; á las 6 ^ primeras vísperas
y lo restante como los demás días.
A las 8 p. m. iluminación general. El San­
tuario lo será (mr 2.000 lámparas eléctricas y
3.000 llamas de gas, y estará abierto hasta las
10 p. m.
24. Fiesta de la Ascención y Solemnidad de
María Auxiliadora. Corte de María. Especial In­
dulgencia plenaria. El Santuario se abre á las
3 a. m. La 2* Misa de la comunidad ser.i ce­
lebrada por S Em*. el Card. Agustín Richelmy,
Arzobispo de Turin. La Misa Mayor será can­
tada por el limo. Sr. Spandre, Obispo Auxiliar
de la Arquidiócesis. .A las 6 p. m. 2“ vísperas
solemnes y pontificales, procesión solemne, Ben­
dición impartida por S. Em.* el Cardenal Ri­
chelmy.
25. 2° día de la Corle de María. Todas las
oraciones de este día son en sufragfio de los
difuntos de la Archicofradía de María Auxil. y
de los Cooperadores Salesianos.
26. Ullimo día de la Corte de Ufarla. A la
función de la tarde Solemne Tedéum de acción
de gracias.
Como nuestros lectores saben, las Compañías
de trenes italianos conceden en estos dias grandes
rebajas para facilitar las pelegrtnaciones al San­
tuario.

— 117 —

Sobre la Comunión cotidiana
mportantí5Ímo Documento de la S. Congregación del Concilio.
OR orden *expresa de S. S. ha exir3T pedido la S. C. del C. el docu­
mento que se verá á continuación.
Nuestro gran fundador fué propagador
asiduo de la Comunión cotidiana, tanto
que muchos lo tacharon de laxo en este
punto. Y no era extraño, el jansenismo
tenía todavía muchos prosélitos y no era
raro ver rótulos en los confesionarios,
para apartar á los fieles.
D. Bosco, lleno de amor de Dios,
quería llevarle muchas almas á su Cora­
zón divino. Y qué mejor medio que
concederles recibir dentro de su pecho á
Jesús mismo? De la Comunión frecuente
hizo un poderoso medio educativo (r)
como bien lo saben nuestros lectores.
Muy consolador es ver autorizadas por
la Iglesia misma la doctrina y la prác­
tica de D. Bosco en este importante
punto de la vida cristiana.
Lean nuestros Cooperadores con in­
terés el precioso documento, empápense
de su espíritu, y sobre todo los Pasto­
res de almas, Superiores de Comuni­
dades, Rectores de Seminarios, Con­
fesores y Predicadores « hagan de él
tesoro, » como quiere II Monitore Ecclesiasticoy órgano de la S. Sede.

DECRETO
DE LA S. CONGREGACIÓN DEL CONCILIO

Sobre la Comunión frecuente y cuotidiana.
20 de Dicem bre de 1905.

Santo Concilio de Trento, teniendo pre'
sentes las inefables riquezas espirituales
que derivan los fieles que reciben la Sagrada
Eucaristía (Sess. 22 cap. 6) dice : Desearía el
I

i

11) Y . B oletín Salesiano de S bre de 1905. Art. de fondo.

Sacrosanto Sínodo que en todas las Misas, los
-fidss que asisten, comulgaran no sólo espiritual,
sino también sacramentahneyúe. I..as cuales pala­
bras muy claramente manifiestan el deseo de que
se nutran diariamente en este espiritual ban­
quete, para sacar de el más abundantes frutos
de santificación.
Y estos votos concuerdan con el deseo en que
encendido Jesús, instituyó este admirable Sacra­
mento. El, en efecto, no una vez sola ni de un
modo oscuro ó velado, sino muchas y claramente
manifestó la necesidad de comer su cuerpo y
beber su sangre, especialmente en estas pala­
bras : Este es el pan que ha bajado del cielo. No
sucederá como á vuestros padres que comieron el
maná y no obstante murieron; el que come
este pan vivirá eternamente (Joan. VI,
Por
esta comparación del alimento angélico con el
pan y con el maná, fácilmente podían entender
los discípulos que así como el cuerpo se nutre
cada día con el pan y los Hebreos se alimenta­
ron diariamente con el maná, así el alma cris­
tiana se puede alimentar y confortar cada día
con el pan celestial. Además, en la oración domi­
nical nos manda pedir el pan nuestro de cada
día y por este pan casi unánimemente enseñan
los Santos Padres que debe entenderse no tanto
el pan material, alimento del cuerpo, cuanto el
pan eucarístico cotidiano alimento del alma.
El deseo de Jesucristo y de la Iglesia de que
todos los fieles cristianos se acerquen cada
día á la Sagrada Mesa, mira especialmente á
que los fieles, unidos á Dios p>or medio del Sacracramento, reciban de él fuerza para reprimir
la concupiscencia, para purificarse de las man­
chas que se contraen con las culpas veniales que
se cometen cada día, y para precaverse de las
pecados mortales á que está sujeta la íragilidad
humana : y no ya como á fin principé para pro­
veer al honor y veneración de Dios, ó que sea
para los que le reciben, como un premio debido
á sus virtudes (S. Agustín, Serm. 57 in .Math.
De Oraiione Domiuicale \\ 7;. Por esto el S. Con­
cilio Tridentino llama á la Sagrada Eucaristía
el antídoto que nos libra de las culpas cotidianas
y nos preserva de los pecados mortales.
Comprendiendo perfectamente este deseo di­
vino, los primeros Cristianos acudían todos los
dias á esta mesa de vida y fortaleza. Eran asiduos

— ii8 —
en oír la doctrina de los Apósiole'^ y en la comuni­
cación de la jraccjón de! pan (Act. l i , 42). Y que
se continuó ¡>racticando en los siglos posteriores,
no sin gran ventaja de la perfección y santidad,
lo atestiguan los Santos Padres y los Escritores
eclesiásticos.
Resfriándose luego la piedad y sobre todo,
difundiéndose después desgraciadamente por
todas partes la peste jansenista, se comenzó á
disputar sobre las disposiciones necesarias para
acercarse á la comunión frecuente y cotidiana y
á porfía se exigieron más graves y más difíciles
como condiciones indispensables. Y tales contro­
versias dieron por resultado que se redujesen á
pocos aquellos á quienes se juzgaba dignos de re­
cibir la Eucaristía diariamente y sacar de tan
saludable Sacramento la ])lenitud de los efectos,
debiéndose contentar los demás con alimentarse
de él una vez on el año, ó en el mes, ó á lo sumo
en la semana. Que antes, se llegó á tal punto de
severidad, que se excluyeron de esta mesa celes­
tial clases entelas, como los comerciantes y los
que estuvieran unidos por el matrimonio.
Con todo, algunos cayeron en la opuesta sen­
tencia. Estos, juzgando que la comunión coti­
diana estaba mandada por derecho divino, á
fin de que no se pasara un día sin la comunión,
amén de otras cosas contrarias al uso de la
Iglesia, decían que se debía recibir la comunión
aun el viernes santo y la administraban.
En estas circunstancias, la Santa Sede no
faltó á su deber. Efectivamente, con Decreto
de esta santa Orden, que comienza : Cum ad
aures, del 12 de Febrero de 1679, aprobado por
el Papa Inocencio X I, condenó tales errores é
impidió semejantes abusos, declarando al mismo
tiempo que cualquiera, de cualquier condición
que fuese, sin excluir los mercaderes y casados,
se podía admitir á la frecuencia de la Sagrada
Comunión, según la piedad de cada cual y el
consejo del propio confesor. El día 7 de Febrero
de 1690, por medio del Decreto Sanciissimus
Dominus nosier de Alejandro V III fué condenada
la proposición de Bayo, que exigía el purísimo
amor de Dios, exento de todo defecto, en los
que (juisieran acercarse á la Sagrada Mesa.
Sin embargo, el veneno jansenista, que había
inficionado ha.sta el ánimo do los buenos, bajo
el pretexto del honor y veneración debida á la
Eucaristía, no desapareció del todo. La contro­
versia sobre l;m disj>osiciones para recibir la
Sagrada Comunión soluevivió á las declaracio­
nes de la Santa Sede ; y sucedió que también
algunos teólogos de valor ensoñaron que rara­
mente y sólo bajo cierta.s condiciones, jxxlían
los fieles acercarse á la comunión cotidiana.
No faltaron por otra parte hombres de doc­
trina y piedad, que abrieron camino más amplio

á una costumbre tan santa y agradable á Dios,
enseñando con la autoridad de los Padres que
no hay ninguna prescripción eclesiástica acerca
de la Comunión cotidiana mayor que para la
mensual ó semanal y que mucho más copiosos
serían los frutos de la cotidiana que de la sema­
nal ó mensual.
Las disputas se aumentaron en nuestros días
y no sin acrimonia, con no poca perturbación
de la mente de los Confesores y de la conciencia
de los fieles y no pequeño detrimento de la cris­
tiana piedad y del fervor. Por esto muchos pre­
claros varones y pastores de almas dirigieron
insistentes súplicas á nuestro Santísimo Señor
el Papa Pío X , para que se dignara dirimir con
su Autoridad Suprema la cuestión de las dispo­
siciones necesarias para recibir la comunión to­
dos los días, de modo que esta costumbre salu­
dabilísima y gratísima á Dios, no sólo no se dis­
minuya entre los fieles, sino que más bien se
aumente y se propague por todas partes , espe­
cialmente en estos días en que la Religión es
combatida en todas partes, y no poco se echa
de menos la caridad y la piedad. Y Su Santidad
teniendo sumo interés, con esa solicitud y celo
que le distingue, en que el pueblo cristiano sea
con más frecuencia y aun diariamente invitado
al Sagrado Banquete, y goce de sus inmensos
frutos, encargó de examinar y definir la cuestión
á esta Orden Sagrada.
Por lo tanto, la Sagrada Congregación del
Concilio en la reunión plenaria del 16 de Di­
ciembre del 1905, sometió á rigurosísimo exa­
men dicha cuestión, y pesadas con diligencia
y seriedad las razones producidas por una y
otra parte, ha establecido y decretado lo si­
guiente:
I® La Comunión frecuente y cotidiana, como
sumamente deseada por N. S. Jesucristo y por
la Iglesia Católica, debe ser permitida á todos los
fieles de cualquier clase ó condición, de modo
que ninguno que se halle en estado de gracia y
con recta y piadosa intención se acerque á la
Sagrada Mesa, pueda ser excluido de ella.
2® La intención recta consiste en que el que
se acerca á la Sagrada Mesa, no lo haga por ru­
tina, vanidad 6 respetos humanos, sino con
deseos de agradar á Dios, unirse más estrecha­
mente .1 El por medio de la caridad y curarse de
sus enfermedades y defectos con este alimento
celestial.
3® Aunque conviene muchísimo que los que
comulgan cotidianamente se hallen libres de
pecados veniales, á lo menos de los plenamente
deliberados y de la afección á ellos, basta para
comulgar cada día estar exento de pecado mor­
tal y tener propósito de no cometerlo jamás,
porque con este propósito, no puede ser que en

— II9 —
los que comulgan diariamente no vayan desapa­
reciendo los pecados veniales y la a'ición á ellos.
40 Y como los Sacramentos de la Nueva Ley
aunque producen su efecto
opere ope'-aio, to­
davía obtienen mayor fruto á proporción de las
disposiciones que se tengan para recibirlos, debe
procurarse que preceda diligente preparación
y siga conveniente acción de gracias conforme
á las fuerzas, condición y olidos de cada imo.
50 Afin de que la Comunión frecuente y coti­
diana se haga con mayor prudencia y obtenga
mayor fruto, debe pedirse consejo al Confesor.
Guárdense empero los Confesores de estorbar
la Comunión frecuente á los que tengan limpia
la concienda y se acerquen con buena intención.
6° Siendo evidente que con la Comunión fre­
cuente y cotidana se estrecha la unión con Cristo,
se alimenta más abundantemente la vida espi­
ritual, el alma se va adornando de virtudes más
y más y la misma prenda de la eterna felicidad
se da más seguramente á quien así la recibe, los
Párrocos, Confesores y predicadores exhorten,
según la sana doctrina del Catecismo Romano
(Parte II*, cap. 63), con frecuentes y encarecidas
amonestaciones, al pueblo cristiano al uso pío
y saludable de la comunión frecuente y diaria.
70 Foméntese la Comunión frecuente y diaria
prindpalmente en los Institutos Religiosos de
ambos sexos, para los cuales, no obstante, con­
tinúa en vigor el decreto Quemadmodum del 17
del Diciembre del 1890, emanado por la Sag.
Cong. de Obispos y Regulares. Promuévase
asimismo cuanto sea posible en los Seminarios,
cuyos alumnos aspiran al servicio del altar, como
también en todos los demás institutos cristianos
de educación.
8° Si hubiese Institutos sea de votos solemnes
ó simples en cuyas Reglas , Constituciones ó
Calendarios, tengan días fijos para la comunión
y sea en ellos obligatoria, estas normas han de
tenerse como directivas, no como preceptivas.
El número de comuniones debe considerarse
como el minimum para la piedad de los religiosos.
Por lo tanto debe serles siempre libre el uso de la
comunión más frecuente y aun diaria, según las
normas dadas en este decreto. Y afin de que to­
dos los religiosos de uno y otro sexo puedan
conocer las disp>osiciones del presente decreto,
los Superiores de todas las casas cuidarán de que
se lea todos los años á todos en común y en lengua
vulgar dentro de la octava de la fiesta del Corpus.
gP Finalmente después de la promulgación
de este decreto deben todos los escritores ecle­
siásticos cortar toda disputa acerca de las dis­
posiciones para la comunión frecuente y diaria.
Habiéndose dado cuenta exacta de todas estas
declaraciones á Nuestro Santísimo Señor el Papa
PíoX por el infrascrito Secretario de la Sag.Cong.

en la Audiencia del 17 de Diciembre de 1905, Su
Santidad confirmó, ratificó y mandó publicar este
Decreto de los Eminentísimos Padres, no ob­
stante cualquier cosa en contrario. Mandó asi­
mismo que se expida á todos los Ordinarios y
á los Superiores Regulares, afin de que lo comu­
niquen respectivamente á sus seminarios, pá­
rrocos,. comunidades religiosas y sacerdotes y
en sus relaciones sobre el estado de sus di6ce.«is
é institutos, informen á la S. Sede del cumpli­
miento de las disposiciones contenidas en él.
Dado en Roma el 20 de Diciembre de 1905.
)$f V ICEN TE
Card. Obispo de Palestina, Prefecto.
C A Y E TA N O D E LA I,
Sen'eíario.

NUESTRO TESORO ESPIRITUAL
ó la s In d u lg e n c ia s.
ladulgeacias plenarías concedidas á los Cooperadores
Salesíanos para el mes de Mayo.
A los Cooperadores salesianos que confe^
sados y comulgados, visiten devotamente una
iglesia ó capilla pública , y nieguen según la
intención del Sumo Pontífice, se les concede
indulgencia plenaria en los siguientes d ía s:
I® el 3, Invención de la Sta. Cruz;
2® el 8, Aparición de S. Miguel Arcángel;
3® el 24, Por doble motivo: Ascensión de
Ntro. S. Jesucristo y Solemnidad de María
Auxiliadora, Patrona de las Obras Salesianas j
4° un día al arbitrio de cada cual;
5® El día que se reúnan en conferencia;
6® el día del ejercicio de la Buena Muerte.
Además (y sobre esto llamamos la atención á
todos los Cooperadores) todas las veces que los
Cooperadores recen g padrenuestros, avemarias
y glorias por la paz de la cristiandad v un
Pater, Ave y Gloria, según la intención del
Sumo Pontífice, podrán ganar todas las indul­
gencias de las estaciones de Roma, de la Porciúncula, de Jerusalén y de Santiago de Compostela, con tal que se observe el decreto de
la Sgda. Congregación de Indulgencias del 7
de Marzo de 1678, que comienza Delatae saC’
pius (i). Estas indulgencias se pueden ganar
en cualquier lugar y tiempo y son todas apli­
cables á las almas del Purgatorio.
(i) V. Reglamento de los Cooperadores, .Sumario
de las Indulgencias, ó el Boletín Sal. de Enero
1905. pág- 8 y sig.

JsIoHcias de los Misioneros
que partieron at Oriente
{Relación del Padre Jorge Tomutis).

U ltim o saludo al R ev. P . Rúa — V ig ilia
y fiesta de N a v id a d — E l salu d o del
S r. O bispo de M eliapor.
A bordo del • Rafel Rubatlino •
20 de Diciembre de 1905.

Vencradisimo Señor D. Rúa :
’emos llega<lü á Mesiiia : hasta aquí el
viaje ha sido más que bueno; ninguno
ha sufrido. Estamos eu compañía de
la sociedad inglesa Salvation Artny (Ejército
de la salvación) que va á hacer prosélitos en la
India ! El Señor haga brillar la verdad en todo
su esplendor y devuelva á tantos infelices náu­
fragos al ¡)uerto de salvación.
Antes de perder de vista el último jirón de
Italia, presetamos á S. R. y á todos nuestros
amados Superiores, nuestros respetos afectuo­
sos, y una vez más nos encomendamos á sus ora­
ciones.
Puerto Said, 24 de diciembre de 1905.

Esta mañana avistamos á Puerto Said y á las
4% el Capitán del Puerto subía á nuestro pirós­
cafo. Nosotros estábamos ya todos en pie, y
deseosísimos de gozar de la vista de la ciudad
iluminada y de la entrada del puerto. Fué un
espectáculo interesantísimo. Veíamos delante de
nosotros mil y mil luces que parecían estrellas:
el poderoso faro arrojaba sobre nuestro basti­
mento sus haces de luz intermitente. A las 5 en­
trábamos en el puerto; la máquina lanzó el silbido
resonante y al momento las campanas todtis
de la ciudad, como desportadtis por él, tocaron
el Ave María. Para nosotr^>s fué un instante
dulce y delicioso. Las campanas tocaron y tocan
ahora ix)rquc hoy es fiesta y vigilia de Navidad.
Con cuánto gusto se oyen después de seis días
de mar.
Nuestro viaje continúa espléndido y los ma­
rineros nos dicen que rara vez el mar se en­
cuentra tan manso. Todos nosotros estamos
bien. Esta mañana celebramos en el camarote,
porque en el salón de primera clase, puesto cor-

tésmente á nuestra disposición, ha habido bas­
tante trajín y movimiento por estar el vapor
anclado en el puerto. A la media noche celebra­
remos la Santa Misa y asistirán los pocos cató­
licos que hay. No habiendo personal suficiente
para cantarla, será rezada, pero con acompa­
ñamiento de armonio y algunos motetes.
Persuadidos estamos de que si hasta aquí he­
mos traído un buen viaje, lo debemos á las ora­
ciones que se hacen por nosotros. Por esto,
amado padre, ruegue y haga rogar porque todo
siga bien....
28 de Diciembre.

L e escribo nuevamente algunas líneas que
despacharé mañana llegando á Adén. E l viaje
es siempre excelente, tranquilo el mar y el basti­
mento corre que es un placer. Todos estamos
bien y pasamos alegremente las fiestas de Na­
vidad. E l suscrito celebró á media noche. Ha­
bíase preparado un gracioso altarcito en el sa­
lón de I* clase, adornado con tazas de flores:
nos hemos servido de cuanto hemos podido,
para hermosear el lugar que debe acoger al Sal­
vador en el aniversario de su feliz nacimiento.
Asistieron á la Misa todos los pocos católicos
que se hallaban á bordo y los marineros libres
de servicio, que no eran muchos, porque eucontrándonos en el canal de Suez y por lo mismo
en un sitio más bien peligroso, convenía que casi
todo el equipaje estuviera alerta. Durante la
noche el barco hubo de retirarse muchas veces
contra la orilla para dar paso á otros vapores que
encontramos. D. Vigneron dijo la Misa á las 7
y D. Biebuych ¿Lias 10 y asistieron algunas per­
sonas.
Aquí y a hace mucho calor, todos nos hemos
vestido de verano y sudamos que es un gusto.
En los camarotes voltean de continuo los ven­
tiladores y en el refectorio no vagan los venti­
ladores eléctricos y no eléctricos. Muchos duer­
men sobre el puente.
Por la tarde pasamos algunas horas en el
puente, cantando algunas alabanzas y hablando
de nuestros asuntos y muy á menudo de nues­
tros Superiores ainadísimos.
•\dén, 30 de Diciembre.

A causa del viento que nos ha sido contrario,
el pirós»-ato llegó a Adér. sólo esta mañana á la i.
No pudienao dormir por el ruido y el gran calor,

— I 2I —

subo al puente á ver el incesante trabajo que
se hace casi en la oscuridad descargando mer­
cancías y á las 3 recibo una carta del lUmo. Sr.
Obispo de Meliapor que nos envía su paternal
bendición y y a nos da la bienvenida. Su Exce­
lencia espera que lleguemos para el 9 de Enero,
3° centenario de la erección de su diócesis. Y
llegaremos de cierto, porque habiendo traído
hasta ahora un viaje excelente, no tendremos
necesidad de detenemos mucho tiempo en Bombay para descansar.
¿Cuándo partirán los compañeros destina­
dos á Macao?
L leg a d o s á B o m b a y — U na vu e lta por la
ciudad — L le g a d a á M eliapor — C o r­
d ia les recepciones.

y muchos de la ínfima casta de indios, que visten
miserabilísimamente. Hay, pues, una mezcla
curiosa é interesante.
Las calles son animadísimas; pocos son los
coches tirados por caballos, pues como acostum­
bran usar para el trasporte las vacas uncidas á
los carros, se ven las calles llenas de ellas, de
modo que aquí, faltando los caballos, no son ya
los asnos, sino las vacas las que deben trotar y
aun galopar. Pero hay muchos tranvías eléctri­
cos sumamente cómodos, y las bodegas y alma­
cenes tienen de todo bien de Dios.
Nuestro amabilísimo Capellán nos da la hos­
pitalidad más cordial y después de darnos ex­
celente desayuno, nos acompaña á visitar la

Bombay, 6 de Enero de 1906.

Ayer, á eso de las i i , nuestro Rafael Rubaitino
echaba anclas en el puerto de Bombay. Nuestro
\ iaje de Aden á Bombay, como el de Genova á
Adén fue estupendo ; el mar siempre tranquilo,
y nosotros, salvo breves excepciones, estuvimos
siempre bien. Deo graiias! Las oraciones calma­
ron hasta el furor de los vientos y la furia del mar.
^■ ino á recibimos á bordo, para damos hospi­
talidad en su casa, el Señor Capellán del Obispo
de Damáo, suplicado á tal fin, por el Obispo de
Meliapor.
E l Obispo está ausente, hallándose en Melia­
por para las fiestas centenarias del 9, á las que
también nosotros tomaremos parte. E l cortesísimo Sacerdote vino á bordo con persona en­
cargada de trasportar nuestro bagaje, por lo
cual desembarcamos sin molestia alguna y nues­
tros bagajes fueron trasportados á la estación
de donde se parte para Madrás, donde tomamos
nuestros billetes de tr e n : todo á las mil mara­
villas.
Después de una refacción fuimos á visitar al
Sr. Arzobispo el cual, estando enfermo, no pudo
recibimos, pero le hicimos entregar su carta.
Nuestro guía nos condujo á visitar el magnífico
colegio de los P. P. Jesuítas, que tienen 1400
alumnos entre primera y segunda enseñanza.
Además tienen una universidad y una escuela
de artes y oficios que iremos á ver hoy mismo.
Los Misioneros que se hallan de pasaje en Bom­
bay, reciben generosa hospitalidad de los bene­
méritos hijos de S. Ignacio.
Iva ciudad de Bombay es m agnífica. cuenta
más de 800.000 habitantes y ostenta palacios
que no tienen semejanza en las grandes ciudades
europeas. Todos los edificios del Gobierno son
verdaderos monumentos de arquitectura. H ay
gente de toda raza y condición. Se encuentran
petimetres vestidos á la última moda de París

B olivia — i) T rasporte de goma.
ciudad. Y aquí termino esta mía, bendiciendo al
Señor que nM ha conducido tan felizmente hasta
aquí, y rogándole que nos asista hasta el fin de
nuestro viaje.
Santo Thomé de Meliapor, 8 de Enero de 1906.

Deo gratias.' Esta mañana á las 6 ^ llegamos
á Meliapor. Gracias á Dios, también el viaje de
tierra fué felicísimo. Hemos hallado la ciudad
toda en fiesta por el centenario de que hice men­
ción arriba. Por todas partes ondean banderas
y oriflamas. Al rededor de la Catedral y el pa­
lacio episcopal se han alzado mil arcos de triunfo.
Para estas fiestas han acudido á Meliapor nu­
merosos Obispos de todas partes de la In d ia ;
hay y a 15 y se esperan otros todavía, algunos
han andado 1.500 kilómetros para venir hasta
aquí. E n la estación encontramos dos Sacerdotes
enviados por el Sr. Obispo á recibimos y acom­
pañarnos á la casa donde moraremos estos días ;
después de las fiestas iremos á Tanjore, en donde



se halla el Orfelinato, á 12 horas de tren, en el
interior de la India.
Acabábamos de celebrar en la Catedral, y
vuelto á casa, cuando vino por nosotros el Secre­
tario del Sr. Obispo con una hermosa carroza
de dos hermosos caballos, para conducirnos á
la presencia de S. Sría. lim a., quien nos recibió
con paternal bondad y nos presentó á todos los
Obispos allí presentes. Todos hablan francés y
algunos italiano. Vi al Ex.rao Obispo de Vizagapatam que estuvo eu Turín, al Obispo de Hyndewbad, natural de Bérgamo, y que es Mons.
Vigano y otros varios que estuvieron en Turín
y conocieron á D. Bosco.
S. Ecia. nos convidó á comer y nos sentó bas­
tante cerca de sí. Se habló francés, y á los postres,
el Sr. Obispo de Meliapor brindó á nuestra salud,
n Saludo, dijo, á la Pía Sociedad Solesiana, en la
persona de su Representante, el Rev. P. Jorge
Tomatis, y hago votos porque los Salesianos
puedan realizar en la India el gran bien que
obran en otras parte del mundo ! » Todos aque­
llos limos. Obispos alzaron su copa haciendo
votos por nuestra felicidad.
De.spués del almuerzo tuve el gusto de entre­
tenerme familiarmente con varios de aquellos
venerandos Pastores, todos anhelan tener á los
Salesianos en sus diócesis. S. R. entanto, ama­
dísimo Padre, ruegue por nosotros, para que no
faltemos en lo mínimo á la general expectación.
Eas fiestas duran desde hace 8 días. Ayer dió
Mons. una comida á mil pobres; hoy cerca de
mil recibieron tela para cubrirse. Mañana será
la fiesta más solemne.
lista mañana asistimos á la Misa cantada : la
grande y herniosa iglesia estaba llena de gente
de\’otamente recogida y postrada hasta la tierra.
En las calles todos nos saludan juntando las
manos . Parécenos un sueño y es una realidad !...
Cuando lleguemos á Tanjore, le escribrié nue­
vamente.
L le g a d o s á destino — R ecibim iento en­
tu siá stico — L a a le g ría de lo s niños —
C om ienza la m isión.
Tanjore (Soutli Iiulín) Enero 15 de 1906.

Por fin hemos llegado á Tanjore, lugar de
nuestro destino ! Gracias á Dios ! V no basta
decirle que llegamos, debo añadir que tuvimos
un recibimiento como jamás nos hubiéramos
podido imaginar. Kué ayer, 14 de Enero, á eso
de la 6 de la tarde, cuando el tren nos p>onía en
la estación de Tanjore. Encontramos el Rev.
Sr. Párroco. D. N. Coelho, á quien y a conocíamos,
acompañado de las principales autoridades de
la población, que nos las presentó nna á una y
con las cuales se cambiaron los más corteses sa­
ludos y apretoiKSs de mano.s.

122



E l vasto atrio de la estación estaba repleto
de gente que nos acogió con fragorosos aplausos;
estrechándose en torno nuestro, todos nos be­
saban los vestidos y nos pedían la bendición. No
habríamos podido salir de allí, si los soldados
llamados para la drcimstancia, no nos hubieran
abierto el paso. Con gran dificultad llegamos
á los coches. También en la plaza había millares
de cristianos que, conociendo nuestra llegada,
habían acudido á recibirnos. E l Rev. D. Biebuych, el Párroco y yo tomamos puesto eu la
primera carroza, que era un bellísimo landó ti­
rado por una pareja de caballos negros y condu- í
cidos por dos cocheros vestidos de librea, pre­
cedidos y seguidos de otros cuatro domésticos de
librea roja. E ra el coche de los descendientes del
R aya, que todavía existen en la ciudad. Tam­
bién los domésticos estaban entonces á disposi­
ción del Párroco para nuestro servicio, y honor.
Seguían otros seis coches en los cuales se acomo­
daron los demás hermanos y las autoridades de
la villa que habían ido á recibirnos á la estación.
De pronto se oyó una música, y al compás de
ella se movieron los carruajes, escoltados por
soldados. Se anduvo siempre al paso, rodeados y
seguidos de la multitud que se arrodillaba á
nuestro paso. Las calles estaban embanderadas.
L a entrada á la ciudad fué solemne sobre toda
ponderación. No fuimos directamente á casa,
sino que, para dar gusto á la gente, hubimos de
dar una gran vuelta por la ciudad.
Cuando empezaba á oscurecer la noche, en­
tramos en una calle lujosamente iluminada.
Encendieron hachas que eran tan numerosas
en torno nuestro, que parecía pleno día. Los
más contentos eran los niños que se contaban
á centenares ; nos sonreían dulcemente, se arro­
dillaban en tierra, juntaban las manos y de mil
modos nos manifestaban su contento por vernos
por fin en medio de ellos. Por nuestra parte,
estábamos maravillados y conmovidos por tanto
entusiasmo. Por fin llegamos al Orfelinato, donde
hallamos adornada y colgada de banderas la
sala que por aliora constituye todo el local.
Y o hube de tomar asiento en medio de los her­
manos y los sacerdotes de la ciudad. Resonaba
la m úsica; se cantó un himno en tamul, dos
niños leyeron sendos saludos en inglés y tamul,
todo entre fragorosos aplausos. Nos ciñeron el
cuello con un esplendente collar, nos obsequia­
ron con varios mazos de flores y nos hicieron
mil augurios cordialísimos en inglés. Respoudíles
en francés, pero estoy seguro que fueron pocos
los que me entendieron. Todos sin embargo, es­
cuchaban en profundo y respetuoso silencio. El
Rev. Sr. Párroco tradujo y amplificó mi discurso
y entonces no cesaban los aplausos, ^*ivas y agra­
decimientos *ol limo. Sr. Obispo de Meliapor, á

S. R- que nos ha mandado y al Sr. Cura. Hicimos
todos una breve oración en acción de gracias y
luego les di la bendición de María Auxiliadora.
A nuestra recepción tomaron parte todos los
Cristianos, que pasan de 12.0000, todos muy
adictos á la Religión. Asisten devotamente y
siempre de rodfllas á las sagradas funciones, y
todos los días van centenares á misa.
Por lo demás, esta ciudad tiene también
60,000 idólatras. A cada paso se encuentran pa­
godas, templos, monumentos antiguos de ido­
latría, y en muchos lugares, especialmente á las
afueras de la ciudad, á las orillas de los ríos y
lagunas, se ven reunidos regimientos enteros
de divinidades, en forma de caballos, cabras, ele­
fantes, bueyes, etc.etc. H ay todos los animales
de la creación y algunos de añadidura. Vese por
las calles á estos pobrecitos idólatras, todos con
los distintivos de su religión y casta, encami­
narse reverentes á sus pagodas. Viven en la más
degradante y triste idolatría.
Los Europeos son poco numerosos; pero
cuánto bien hay por h acer! Tanjore es im her­
moso sitio, el aire es saludable y el cHma, aunque
muy caliente, también salubre.
Nosotros estamos todos bien, aunque sudando
de la mañana á la tarde : las noches por fortuna
son frescas. E n estos días nos acomodamos del
mejor modo posible. Hemos hecho un altarcito con una estatua de María Auxiliadora ; aquí
cumplimos con las prácticas de piedad y para
la Misa vamos á la Parroquia, que nos está
muy cerca.
Ivos niños que tenemos son muy pocos; ape­
nas seis ; pero pronto recibiremos otros y otros,
á medida que se vaya agrandando el local.
Ruegue mucho por nosotros, amado Padre, y
haga rogar, á fin de que podamos corresponder
á la grande espectación de los Cristianos y atraer
numerosos infieles á la fe. Con este fin, bendíga­
nos á todos, pero especialmente á su
Dev.mo y afnio. hijo in Corde Jesu,
JO R G E m M A T IS .

Bolivia

E xcu rsió n a l T errito rio N acion al
de C olon ias.
La Paz, 15 de Noviembre 1905.

Amadísimo y Rvmo. Sr. D. Rúa:
’é aquí sucintamente la relación del viaje
del R.mo D. Ciríaco Santinelli y del
suscrito al Territorio nacional de Colo­
nias de la República de Bolivia con el fin de es­
tudiar la posibilidad de fundar un Colegio-Misión.

A l principio se había pensado hacer esta \-isita
en el pró.ximo Mayo; pero vista la insistencia del
Excmo. Sr. presidente de la República, se de­
cidió partir inmediatamente aprovechando la
buena estación.
Hechos los preparativos con toda celeridad,
el día 12 de Agosto dejamos L a Paz. E n la tarde
del mismo día llegamos á Achacachi, pueblo dis­
tante cerca de 22 leguas de la Paz. Aquí fuimos
recibidos con toda cortesía por la familia Men­
doza.
E l día siguiente, domingo, celebrada la Sta.
Misa en la parroquia, tomando las cabalgaduras
nos pusimos en viaje.

2) T rasporte de goma.
A eso de las
p.m. llegamos á Sorata, pe­
queña ciudad que dista 32 leguas de L a Paz,
con clima suave situada á las faldas del Illainpa,
una de las montañas más colosales y elevadas de
la cadena real de los Andes.
E l Sr. Sergio Castillo Subprefecto de la ciudad
vino á ofrecernos generosamente su c a s a ; otro
tanto hicieron los RR. PP. Mercedarios, á los
cuales están confiadas la parroquia y las clases.
Para no disgustar á ninguno, aceptamos cenar
donde el Sr. Subprefecto y pasar la noche en el
Convento de los PP. Mercedarios.
E l 14 se contrataron los animales que debían
trasportarnos hasta Mapiri, lugar de embarca­
ción sobre d río homónimo. Dos horas después
de almuerzo todo estaba preparado y nosotros
nos pusimos en marcha.
A eso de las 5 ^ se hizo alto en un punto de­
nominado Ticunayo y aquí pasamos la noche.
El día T5 consagrado á la .■ Asunción de María
Sma., cdebrada la S. Misa sobre el altar portátil.

— 124 —
continuamos el camino que es una continua subi­
da. Pasamos á eso de las 2, después de almuerzo,
el punto llamado Llachisani á 4.705 m. de ele­
vación. A las 434 se llega á una pequeña villa
denominada Ingenio, habitada exclusivamente
por Indios. Aquí pasamos la noche. El día si­
guiente el camino se hace más difícil y aun pe­
ligroso.
Un panorama nunca visto se presentad nues­
tros ojos desde aquellas alturas; un verdadero
mar el que contemplamos bajo nuestros pies. La
ilusión no podría ser más perfecta: son espesas
nieblas, emanaciones de las inmensas florestas
vírgenes á las que nos estamos acercando.
A las 534 se llega á Tolapampa que no es otra
cosa que una casucha de piedra abierta á los
cuatro vientos ; aquí es fuerza pasar la noche;
porque no hay absolutamente otro lu g a r; el por­
tal de Belén debía de ser algo mejor. Comenzando
de este punto, el clima es más suave, se presenta
el bosque haciéndose siempre más espeso y
majestuoso hasta el Mapiri. Contemplamos pá­
jaros y mariposas de los colores más variados.
Se pasa todavía una noche en Pararani, lugar
completamente en medio de la floresta y el día
siguiente 18 de Agosto después de haber re­
corrido 8 leguas en medio de plantaciones de
caña de azúcar, café, plátanos y quina etc. lle­
gamos á Mapiri, pueblo situado á 590 m. de ele­
vación sobre el mar con una temperatura media
de iq O; pero lugar malsano por la fiebre palúdica
que en él domina todo el año.
Aquí se dejan las cabalgaduras y comienza
la navegación fluvial sobre el Mapiri en callapos
(especie de zataras gobernadas por indios leeos).
Pasando á la otra orilla del río sobre una suave
pendiente está Chacopampa, factoría gemífera,
propriedad del vSr. Benito Goytia, uno de los
principales ricos señores de La Paz. A esta fui­
mos dirigidos. Recibidos con suma bondad por
las personas adictas á la administración de la
factoría, fuimos tratados con toda suerte de
atenciones por tres días. Un deber de gratitud
me obliga á consignar aquí los nombres del Sr.
Germán Decher y Señora y del Sr. Adolfo O.
Montiel, los cuales entre todos se distinguieron
en colmarnos de cuidados.
En nuestra breve demora en Charopampa tu­
vimos la comodidad de estudiar de cerca algu­
nas variedades de árboles gomales, el del cacao
etc. Admiramos también una calidad de palma
de inmensa utilidad, porque con las hojas se
cubren los techas, con el tronco se hacen pavi­
mentos, paredes, camas, mesas, etc. y con la
parte más madura se beneficia la goma. En este
mismo árbol se anida un gusano que se conoce
con el nombre de Tuyoiwyo. Su cabeza, tostada,
forma un excelente guiso para la gente del lugar.

E l 23 de Agosto la embarcación que nos debía
trasportar á S. Buenaventura, capital del terri­
torio de Colonias, estaba preparada. Se llama
callapo y está formada por la reunión de tres
pequeñas balsas ó canoas, cada una de las cuales
consta de siete palos unidos jtmtamente.
Saludados aquellos amados bienhechores y
acompañados de los augurios de un felicísimo
viaje tomamos asiento en la nave de nuevo gé­
nero, Izada aquí una pequeña bandera á los dis­
paros de dinamita y entre los vivas ! y burras!
con nuestros seis bravos tripulantes comenzamos
á descender por la rápida corriente del río. El
viaje no podía ser más poético teniendo siempre
á los dos lados la pintoresca floresta con siempre
nuevos panoramas y nuevos encantos y mara­
villas. L a corriente, como dije, era rapidísima y
aun peligrosa pero nosotros estábamos tranqui­
los confiando después de Dios, en la pericia de
los tripulantes que conocen el río se puede decir
palmo á palmo. Habían ya pasado dos horas de
bajada sin el más mínimo inconveinente, cuando,
no se sabe cómo, nuestra embarcación es arras­
trada al medio de un remolino. E l callapo gira
sobre sí mismo y la proa se sumergió comple­
tamente. E l suscrito por la fuerza del agua es
arrastrado al fondo del remolino. Mas en tanto
¿qué sucede? El callapo se endereza de flanco
y luego se voltea. Momento terrible... todos des­
aparecieron por un momento en el vórtice,... Los
tripulantes, diestros, se salvan casi inmediata­
mente y ayudan al pobre padre Santinelli á salvaree mientras él se agitaba debajo del callapo.
Mediante su ayuda sale fuera del agua y logra
subir sobre el callapo volteado. Pero ¿qué es
de D. Reyneri? E l no lo ve y grita; María Auxilialiadora : salvadlo !... » depués á los tripulantes :
a pronto, pronto, buscadlo, salvadlo !... » Entre
tanto yo dentro del agua, perdida toda espe­
ranza de salir, sin saber nada de lo que sucedía
fuera, me había ya conformado con la voluntad
de Dios y esperaba de un instante á otro el úl­
timo momento. Mas entre tanto la embarcación
había avanzado como unos ochenta metros desde
el lugar del desastre y con la pericia especial
propia de ellos, que conocen por el movimiento
de las aguas el lugar donde está el náufrago, me
alcanzan, me tienden un largo remo al cual por
instinto natural de la propia conservación me
aferró y con pequeño esfuerzo puedo salir á flote y
después ayudado por los robustos brazos de dos
tripulantes salgo del agua y soy recostado sobre
la embarcación semimuerto.
Vuelto en mí, abro los ojos y veo á D. Santi­
nelli á mi lado con un aspecto cadavérico por el
espanto tenido en la creencia que yo me hubiese
perdido irremisiblemente. Juntos dimos gracias
al Señor de habernos salvado tan milagrosa-

— 125 —

mente de una muerte cierta. Puesto pie en tierra
y considerando el peligro corrido, recordé al
instante las palabras del gran P o e ta :
E come quei che con lena affannata
Uscüo fuor del pelago alia riva
S i volge alVacqua perigliosa e guaia etc. etc.
El naufragio sucedía el 23 de Agosto á las i i
a.m. noveno aniversario de nuestro destierro del
Ecuador.
Es inútil el decir que todos nuestros bagajes
y provisiones se perdieron irreparablemente.
V ¿ahora qué hacer ? Sin nada para cambiarnos,
ni para comer, resolvimos hacer nuevamente el
camino recorrido. Colocados en una balsa ó sea
en una tercera parte del callapo con tres tripu-

Pasados dos días en reposo, el P. Sautiuelli
resolvió emprender de nuevo el viaje. Y o en
cambio sintiéndome poco bien, por consejo y
voluntad del R. P . Santinelli regresé á L a Paz,
donde llegué enfermo de la fiebre terciana que
me duró por cerca de dos meses.
Aquí hago pimto, amadísimo Padre. E l Rdo.
P. Santinelli continuará esta relación dando no­
ticia de su viaje hasta el puerto de S. Buenaven­
tura.
Ahora no me queda sino recomendarme á su s
oraciones, mientras gozo de poderme decir
Su afmo. liijo en Jesús y María,
JO SE M. R E Y N E R l,
Pbro. Sales,

Ecuador

En la tribu de los Jíbaros.
{Relación de D. Francisco Maüana)
Gualaquiza, 15 de Octubre del 1905.

Revmo. Sr. D. M iguel Rúa,
Amadísimo Padre:

3) Un callapo varado en el Mapiri,
lantes, comenzamos la penosa subida del río.
Esta se hace tirando desde la orilla con cuerdas
la embarcación vadeando de una parte á la otra
toda vez que desaparece la orilla y entra el río
con toda su fuerza.
A eso de las nueve de la noche, después de una
\ erdadera agonía de varias horas y después de
haber corrido no pocas veces peligro grave á
causa de la oscuridad, llegamos á los pies de
Charopampa. Saltamos á tierra y la besamos
en acción de gracias al Señor.
Poco después corrieron á encontrarnos los
queridos amigos que nos habían visto partir
por la mañana con tan risueñas esperanzas. Al
contemplamos en estado tan deplorable llora­
ron de dolor, al mismo tiempo no acababan de
abrazamos y alegrarse de vemos salvos. Es inú­
til decir los cuidados amorosos que nos prodi­
garon. Basta recordar que todas corrían por
camisas, calzoncillos, medias etc.... y todos se
disputaran la fortuna de podernos servir.

^or fin después de tantas fatigas se co­
mienzan á ver los fmtos de los sudores
derramados por nuestros Misioneros
entre los infelices Jíbaros, y yo, venerado Padre,
creo hacer cosa grata á su paternal corazón,
dándole cuenta de una excursión apostólica
hecha en estos últimos meses á través de la tribu
Jíbara del viejo Naranza.
Por cuanto voy á decirle verá S. R. que parece
llegada la hora afortunada para los pobres Jí­
baros, en la cual Dios, mediante los esfuerzos de
los humildes hijos de D. Bosco, llegados después
de tantos héroes que derramaron inútilmente
sudor y sangre en estos bosques sin confín para
redimir la ij^rte más desgraciada de la República
del Ecuador, llama definitivamente á estos hijos
de la floresta á la luz del Evangelio.
E n la floresta — A o rilla s del B o m b o iza
— E n la s cercan ías de la tribu.
Partí de la casa de Misiones en compañía del
clérigo Juan de María. Hasta cierto punto nos
fué posible andar á caballo, aunque con gran di­
ficultad. Tres Jíbaros nos precedían abriéndonos
el camino en la floresta con hachas y machetes,
instrumentos necesarios para viajar en estos
parajes. Muchas veces tuvimos que desúiontarnos en los malos pasos para no rompemos las
costillas ni derrengar los caballos.
E l poder de Dios se manifiesta en toda su
magnificencia en la espesura de la selva donde,
* *



' excepción del microscópico sendero, no hay ojo
humano que pueda adelantarse ni pie que ose
internarse libremente. Empero frecuentemente
los osos y los tigres hacen repercutir la selva
coa sus rugidos y las serpie ites con sus sibüdos
no muy agradables, mientras los dulces y sua­
ves cantos de los pájaros y el gallardo danzar de
los cuadrumanos distrae algo el pensamiento
del viajero, sombrío y como opreso de la impo­
nente majestad de la selva.
Dos horas habíamos andado, cuando nos ha­
llamos á la orilla de un angosto río que nunca
antes había existido pues se había formado
])uco antes por la abundancia de las lluvias.
Digo angosto, porque cuanto era de estrecho, era
de profundo é impetuoso y no había canoa para
pasarlo. Pero los Jíbaros, quizá aquel mismo
día, habían cortado un enorme árbol, y deján­
dolo caer á través del brazo, hecho un puente, y
fue una fortuna, porcjuc pudimos todos arras­
trarnos sobre el tronco y pasar al otro lado. Y
como las muías no pudieron pasarlo, nos fué
forzoso dejarlas atadas mientras volvíamos,
haciendo á pie el largo trecho que nos faltaba
para llegar al sitio {pie nos hablamos prefijado.
Atravesada una pequeña galería de plantas y
de arbustos que se entretejen unos con otros,
llegó á nuestros oídos el rumor de las vertigi­
nosas aguas del río no muy distante. Recorrimos
todavía un trayecto de la selva y luego se pre­
senta á nuestra mirada el majestuoso Bomboiza, crecido por las lluvias y precipitándose
por un plano inclinado. Y sin embargo, debemos
navegarlo... y en qué?
No ep una fuerte nave ni en una grande
barca, sino en una pequeñna canoa fabricada
por lo salvajes t un pedazo de árbol ahuecado,
do cuatro metros de largo por medio de ancho!
Esta cáscara debía desafiar las aguas arreba­
tadas y con todo nuestro peso. Nos pusimos
cu las manos del que es dueño de la vida y
de la muerte y que todo lo dispone para nuestro
bien. Dos Jíbaros, prácticos de estos lugares y
hábiles en la navegación de las aguas orien­
tales, nos pasaron á la otra orilla sin el menor
incidente, sirviéndose de sus mismas lanzas
como de remos. También yo como buen vene­
ciano, les ayudé con gusto.
Da casa á la cual nos dirigíamos distaba to­
davía una buena pieza y el camino era mucho
más hórrido que el anterior. A esto se añadía la
noche anticipada en la oscuridad de la floresta,
que con su denso velo nos ocultaba el microscó­
pico sendero, si tal se podía llamar una reguera
llena de agua y de fango. Da oscuridad de la
floresta ¿á qué negarlo? nos infundía un senti­
miento de temor, que aumentaban los monó­
tonos chillidos de las aves nocturnas y él agudo

126 —

silbo de las víboras que, amantes de la oscuridad,
se deslizan por entre la yerba y ondulando ágil­
mente en fáciles espirales subían y bajaban con
garboso movimiento sobre los arbustos y matas.
Después de media hora de viaje fatigoso por
entre fango, hoyos y espinas, la charla animada
de los Jíbaros que nos acompañaban nos hizo
colegir que y a estábamos cerca de la casa del
viejo-Naranza, jefe y centro de toda la tribu.
Gritamos que nos hicieran luz, mas nuestras
voces eran impotentes para llegar á las casas.
Entoneles nuestros guías alzaron salvaje grita
en su salvaje idioma, y otro coro de voces horri­
bles y selváticas respondió de lejos. Pasados
algunos minutos, vemos correr hacia nosotros
un muchacho desnudo que llevaba un tizón
en iá mano para alumbrarnos el camino. Da
casa estaba cerca : nos lo decía la plantación
de plátano y achote, este último produce un
fruto de encendido rojo de que usan los salvajes
para pintarse el cuerpo y la cara y los civilizados
para dar color á la sopa. Sobre un pequeño ri­
bazo distinguimos por fin la casa.
Todas las habitaciones de los Jíbaros son ais­
ladas. Para ponerse al seguro de los enemigos,
construyen la casa en el centro de la floresta y
sobre un montículo : obligados á fabricarla en
terreno bajo y llano, la circuyen de un foso. Al
rededeir siembran plátanos, achote, ywa de que
sacan el alimento. Das casas son ovaladas, con
dos puertas una en frente de otra, una para
los hombres y otra para las mujeres. Das paredes
están formadas de palos á poca distancia, el
techo es de paja muy bien dispuesta y el inte­
rior es espacioso y muy aseado.
A c o g id a s — R ecep cion es — In stru ccion es
y confesion es — L a función la rg a — E l
b a ile.
Entramos. El recibimiento fué cordial, pero
siempre de salvajes . alzaron unánimes un grito,
y al vislumbre de diversos fuegos encendidos,
pudimos ver más de 40 Jíbaros, que firmes eti el
fondo de la casa y cada cual apoyado en su lanza
y dispuestos en semicírculo, nos estaban aguar­
dando. Nceotros avanzamos y entonces se ade­
lantó por primero hacia nosotros el Capitán
Naranza, dueño de la casa, que cual jefe presi­
día en metlio de todos, teniendo en la mano en
x^ez de lanza una xnejísima espada, arma quizá
de algún cjonquistador español de los que en
1500 vagaban por estas comarcas y que fueron
muertos todos en 1569 en una sublevación ge­
neral de los Jíbaros.
Nos saludó el viejo, diciéndome.
— Aparu/ Padre : te he inxntado á que cele­
bres la fiesta con nosotros.... Vén, vén.

— 127 —

— ái, sí, le respondí: precisamente porque
acepté tu invitación he v’enido á hacer la fiesta,
y para que estéis todos contentos y recibáis
con fruto los.Santos Sacramentos.... Pero antes,
dadnos algo de comer.
— A estas horas no hay nada de comer, co­
merás mañana, y así diciendo nos presentaron
un poco de j*uca, especie de patata, fría y medio
cruda, y por aquella noche hubimos de ayunar.
No nos dejaron, eso sí, faltar la chicha.
Ríceles rezar á todos algunas oraciones y
luego Ies dijé :
Mañana, bien temprano, celebraremos la
fiesta ; preparaos lo mejor que podáis, que yó con
mis compañeros, os aj'udaremos. Les bendije y
di las buenas noches y nos tendimos en el suelo,
pero no pudimos casi dormir por el ruido que
hacían preparándose á la fiesta tan deseada.
Bien temprano comenzamos á instruirlos sobre
los misterios principales de la Religión ,y los
Sacramentos, instrucciones repetidas y a mil
\'eces, tanto en casa de ellos como en el Colegio
de Misión. Principalmente procuramos darles
una idea suficiente sobre la naturaleza, efi­
cacia y efecto de los Sacramentos del Bautismo,
Confirmación y Matrimonio que muchos de
ellos debían recibir ese* mismo día.
Los catequistas continuaron la instrucción
mientras yo, sentado sobre un grueso tronco,
oía las confesiones. Era un expectáculo tierno
y consolador ver aquellos soberbios dueños de
la floresta, dejar á un lado sus lanzas, flechas y
demás armas 5* arrodillarse en el desnudo suelo,
humildes y devotos con las manos juntas estre­
chando su crucifijo que cubrían de besos du­
rante la confesión. Oh ! qué momento solemne !
y cuán bien pagados me parecieron todos los
sacrificios y privaciones sufridos durante mu­
chos años en estas selvas orientales. Cuán espontáeo me venía el grito : Bendito sea el Señor
que se ha dignado llamarme á su santo servicio !
y también bendito sea D. Bosco que me envió
á evangelizar estas tribus infelices !
Terminadas las confesiones y mientras mis
compañeros, ayudados de los mismos indios,
arreglaban con troncos y telas una capillita,
algún tanto separada de los ranchos, yo tomé
á parte las parejas que debían unirse en matri­
monio y les expliqué la santidad del Sacramento
y los deberes que impone. Insistí en que las es­
posas deben ser tratadas en todo como compa­
ñeras y no como bestias de cai^a, como con de­
masiada frecuencia suelen tratarlas estos sal­
vajes ; que debían llevar inmediatamente á la
iglesia á bautizar los hijos que Dios les fuera
dando, y en llegando á grandecitos, nos los con­
fiaran por cierto tiempo para instruirlos conve­
nientemente, y me prometieron hacerlo.

Hecho esto me re\-estí y canté la Misa y des­
pués del Evangelio les hice un sermón; distribuí
la sagrada Comunión á los Catequistas y á los
cristianos que me acompañaban. Celebré nada
menos que sobre un escudo de los que usan en
guerra para defenderse de las flechas enemigas :
en este instrumento, cuyos agujeros, cuyas cor­
taduras indicaban tantas iras, tantos odios,
venganzas, guerras y pecados, sobre este instru­
mento, repito, coloqué el ara bendita y descendió
el Cordero sin mancilla.
A la Sta. Misa siguió la administración de va ­
rios bautismos, confirmaciones y matrimonios.
Siete fueron los bautismos de adultos de irexnta
á ochenta años; cuatro los de niños; veinticinco
las confirmaciones y doce los matrimonios. A d­
ministrando los Matrimonios, repetí á las doce
parejas en fila y arrodilladas en tierra, los avisos
relativos al nuevo estado y bendije su unión.
A eso de las 3 p.m. terminó la larga función.
Nos detuvimos aún todo el día, como era me­
nester para instruirlos más en la verdad de la
Religión é inculcarles firmeza y perseverancia
en la \dda cristiana. Los tuve alegres con ino­
centes diversiones, como se acostumbra hacer
en nuestros colegios los días de Carnaval y pre­
senciamos uno de sus bailes, ridículo en verdad,
pero para ellos indispensable en sus gran­
des fiestas. Las mujeres se adornaron con cas­
cabeles, campanillas, dientes de mono, alas de
insectos, luego se engarzaron de las manos unas
con otras, y los hombres hicieron lo mismo en
frente de ellas y con orden perfecto. Cuando los
músicos hicieron sonar sus pifaros, empezó el
baile. Y qué baile ! cuatro pasos adelante, cuatro
atrás, y á encontrarse las escuadras. Empero los
pasos de las mujeres son diversos de los pasos
de los hombres. Ellas van saltando adelante y
atrás de la misma manera que hacen aquellos
que, atados los pies y envueltos en un saco, jue­
gan la corrida del saco produciendo con sus cas­
cabeles un ridículo ruido monótono y salvaje,
mientras los hombres, ejecutando el correspon­
diente mo\*imiento, pasean graves y serios, os­
tentando la superioridad que ejercen sobre las
mujeres. Y en tales bailes pasan á veces las no­
ches enteras sin-cansaise.
Después del baile cenaron y en seguida, todos
cansados y rendidos, reposamos in Domino.
A l día siguiente les hice rezar las oraciones
de la mañana, diles algunos avisos oportunos,
celebré la Misa en el altar del día anterior y partí
para Gualaquiza con algunos Jíbaros que qui­
sieron acompañarme, satisfecho por haber po­
dido hacer sdgún bien en la tribu de los pobres
indios de Naranza.
Hé aquí, amadísimo Padre, la breve reseña de
la últíma excursión basta más allá de las riberas

128

<ld graa río Bomboiza. O h ! cuánto más se pu­
diera hacer á no faltar los recursos pecuniarios
y d personal! E l Señor que ve en el fondo de los
corazones aceptará los ardientes anhelos que
abrasan nuestro corazón por la salvación de
tantas almas. S. R. en tanto, niegue y haga ro­
gar mucho, y no olvide la recomendación y sú])lica que en mi última le dirigí, para la redendón
de los infelices Jíbaros. Bendíganos á todos, y
en especial á quien, besándole la mano se declara
Su obmo. y afrao. hijo in C. J.
FRANCISCO MArrANA,
Misionero Salesianj.

J \ través del Ecuador
(Relación del P. Abrahán Aguilera.)
(Conclusión). *
S. Salvador. Los Salesianos en ¿1.

San Salvador es el San Marino de las Américas
en cuanto á pequeíloz : os un treceavo de la Central
tan sólo. Su bello nombre lo debo al glorioso español
D. l ’edro do .\lvarado que se lo puso en memoria de
halxusü ganado la íiltima batalla que sujetó á los
indios de Cuscatldn (antiguo nombre de esta región)
el 6 do Agosto de 152Ó, día de la Transfiguración
de Nuestro Señor.
Su naturaleza es pródiga y parece haber ella
condonsado allí sus obras maestras ; como la del
Kcuador hermosa y como ella salvaje, menos donde
el hombre la ha cultivado reduciéndola sin saber
á valles lombardos ó clspadanos. Allí el corpuU‘i\to amate, la palmera real, el monstruoso ma­
tapalos, el cedro, los árboles de la caoba, del nogal,
del ébano, del pino, del granadülo, del guayacán
y otras madenvs preciadas en la construcción y ebanistoria ; allí las huertas bizarras pobladas de ahuacátes, de mameyes, naranjos, bananas, mal asanos,
jocotes, marañones, papayas, chirimoyas, mangos,
etc. etc..., allí esas aromáticas plantaciones de
cafeto. Esto sin mentar yerbas medicinales, palos
<le tinte, tales como la mora, el campeche, el divi­
divi, el añil, etc.... Sin embiurgo los salvadoreños
no se van tras eso. Las plantas preciosas para ellos
son : el cafeto que produce do 300 ú 400.000 quin­
tales por año, el bálsamo impropriamente dicho,
riel Perú, la cera \-egetal >• el añ*l que cuando no
tenía la competencia de la IndiU inglesa y de los
tintos do anilina produjo hasta 3.000.000 de escu­
dos anuales.
Doquiera la vegetación es exuberante y precoz,
desarrollada y lujosa, do modo que S. Sith’ador
presenta el aspecto de una esmeralda festonada
á trechos por una vena de plata en las aguas cristalinivs, que lo cruzan ó abrillantada por innume­
rables Citsitsquintas, 141 pueblecitos, 64 viUas y
28 dudados en que habitan 1.006.848 moradores
Véixsc el lioi-BTÍN de .Mario p. p., pag. ;o.

divididos a s í: ioO/q de blancos, So^^Iq de mestizos
y 4o0|o de indios.
Sobre esa mar de perenne verdor, surgen 14 vol­
canes {3 de los cuales están en actividad) como
otros tantos vijías ó faros majestuosos. Descuella
entre todos el Izalco cuya historia es demasiado
hermosa para callarla. Un día sosegado del Febrero
de 1770 los labradores de una hacienda á 6 leguas
del Pacífico, ven que á corta distancia empezaba
la tierra á humear y luego á hincharse poco á poco.
Más fácilmente se concibe que se narra el estupor
y espanto de aquella buena gente. Detalles parti­
culares no se conocen, sólo se sabe que desde en­
tonces ha continuado creciendo en términos que,
si en 1868 tenía 2.825 m. de elevación, hoy tiene
3.500, es decir, ha crecido 655 m. en 36 años. Nos­
otros hemos podido gozar de la estupenda escena
que ese Vesuvio del Salvador ofrece, ora cuando
esbelta y despaciosa se eleva la columna al cielo,
ora cuando el viento la abato y ella se tiende en
derredor <lel cono. Pero nada más hermoso, cuando
la densa obscuridad de la noche favorece la magia
terrorífica de esas erupciones que se suceden cada
24 lloras y que sirven á los marinos para conocer
la vecindad ó lontananza de las costas. Por eso.
es llamado el Izalco « Faro Salvadoreño.'» Otra par­
ticularidad muy notable tiene el Izalco y es el ser
uno de los únicos volcanes que se han formado en
el Continente Americano después del descubri­
miento. El otro pertenece á Méjico y es el Sorullo.
Siguen de N. á S. el Santa Ana, ó Laraatepeque
(cerro padre), el S. Salvador ó Quetzaltepeque
(cerro del quetzal) y el San Vicente ó Chichontepeque (cerro de dos puntas). Dado y concedido que
tantos volcanes son una belleza, no dejan por eso
de ser un peligro que la experiencia ha demostrado
ser terrible. Según el geógrafo Darío González, la
Capital ha sido destruida 15 veces desde su funda­
ción, en el año 1528 á i.° de Abril.
Otro fenómeno interesante que llama la atención
lo tenemos en las así llamadas fumarolas ó infier­
nillos que vienen á ser los geiseros, esto es, colunmas
horizontales de vapor de 20 á 50 cms. de diámetro
que salen de las faldas de algunos montes con un
ímpetu que las arroja á 3 ó 4 metros de la boca.
Estos geiseros, los hertdderos y las muchas lagunas
que se hallan en el fondo ó al pie de los %*olcanes,
y que en ciertos tiempos hior\-en y despiden gran­
des emanaciones sulfurosas, demuestran que toda
la República de Salvador está colocada sobre uno
de los puntos más activos del sistema volcánico
que recorre las costas del Pacífico por los negros
antros de la Cordillera andina en toda su extensión.
Si es rica la flora y la orografía salvadoreña, la
fauna no lo es menos, especialmente en cuanto á
aves y pájaros. Sus especialidades son el pájaro
de las quebradas y el pájaro de ¡a libertad. Aquél
de deliciosísimo cantar, es un misántropo que suele
esconderse en los senos más apartados y solitarics
de los montes para gorjear, escogiendo de prefe­
rencia el borde de un precipicio cuanto más ho­
rrible y silencioso, mejor. ¡Ay ! si ve un hombre
ó animal viviente ! Se expatria ai punto y no vuelve
ya. Este, el llamado con otro término quetzal.

— 129 —

tiene el porte de una paloma torcaza, plumaje en S. Salvador este dicho de un eminente poeta
verdemar coa mezclas de rojo y oro, gracioso pe­ americano al hablar de Roma. :
nacho en la cabeza y dos largas plumas en la cola.
« Es reina
Guatemala tiene á este pájaro como emblema del
como es reina la rosa entre las flores. >
escudo nacional y de las estampillas por ser, como
dejamos dicho, el pájaro de la libertad, tal que se Nuestros Cooperadores y los Colegios del Salvador.
mata á sí mismo pero no se resigna jamás á \ávir
Creo hacer cosa provechosa, queridísimo Sr.
en los estrechos límites de una jaula.
Abunda en las costas del Salvador el caracol mo­ D. Rúa, deteniéndome por un instante á hablar
rado (murex purpureus) muy estimado porque de la generosidad y animación que distinguen á
los Cooperadores salvadoreños, no porque S. R.
tiñe como la púrpura de Tiro.
Esta tierra tan bendecida ¡ah cómo es feraz para se informe (que ya lo estará) sino para que, publi­
los obreros de nuestra ama­
da Congregación Salesiana!
Si se quiere calcular con
justo criterio el amor que
acaricia á nuestras obras en
S. Salvador, preciso es saber
que desde el 25 de Enero
de 1859, día en que esta
República se declaró libre
y soberana, las revoluciones
se han sucedido casi con los
años; y ¡ triste verdad ! las
consecuencias de esos tras­
tornos son casi siempre ó
la opresión ó la expatriación
de los inermes religiosos!
De este modo las Repú­
blicas de Centro América,
menos Costa Rica, todas
han llegado á quedar sin
ninguna comunidad religio­
sa, La historia atestigua
que las había muchas y
muy santas mas todo desapereció con las turbulencias
de mil revueltas. Los ancia­
nos señalan con tristeza
este ó aquel lugar que per­
tenecía á tales ó cuales Pa­
Mons. Costam agna en S ta . Tecla.
dres y endonde hoy se ve
una plaza, un cuañtel, un
cados en el Boletín sus hechos vengan ellos á fener,
paseo público, quizá una sentina del vicio.
S. Salvador, empero, parece haber entrado en por decirlo así, una garantía de las complacencias
una éra de paz, y de consuno poco á poco el Go­ de S. R., con que no dejarán de animarse mucho y
bierno va llamando de por si mismo á los religiosos cobrar nuevos bríos y aliento.
Y desde luego he de decirle que los Comités de
para que ayuden al clero nacional en la reforma
de las costumbres populares y en la instrucción Cooperadores y Coop>eradoras, están allí mara­
y moralización de la juventud. Los Salesianos fue­ villosamente bien organizados, y que son admira­
ron los primeros llamados y los que, teniendo por blemente prácticos y activos como en pocas partes,
cabeza y caudillo al P. Calcagno y hoy al P. Mi- de donde han llegado á ser los Centros más pode­
sieri, han obtenido lisonjeros resultados, y de este rosos y respetables de cuantos hay establecidos en
San Salvador. Se ha de notar que están compuestos
modo se han hecho dueños de la situación, por
decirlo así. Son queridos por el Clero, respetados de lo más granado de la República, para que se me
y protegidos por el Gobierno, amados, muy ama­ crea sin dificultad que mensualmente cada comité
dos por el pueblo. Hé aquí el factor de esa especie recoge de 300 á 400 francos para socorrer á los Sade fascinación general que lleva á los Salesianos lesianos. E ^o se hace indefectiblemente en la Ca­
en alas del cariño y de la cooperación salvadoreña. pital : en las otras ciudades se hace lo mismo, pero
Ellos han sabido corresponder y no han rehusado no sabría fijar el número exacto de la contribución
sacrificios : Dios los premia. En esas casas vive pecuniaria. Esos comités se encargan también de
pagar la fruta que los Domingos se reparte á los
sensible el espíritu de D. Bosco : todo es piedad,
caridad, trabajo, orden, alegría. Feliz idea la de niños del Oratorio festivo, y de regalar los objetos
aquel que aplicaba á la Congregación Salesiana para la rifa que á los mismos se hace cada trimestre;

— I.^O —
ellos pagan los viajes de los Misioneros cuando es
el caso, ellos en ñn acuden en cualquier necesidad
sin que los Salesianos tengan que tomarse otra
molestia que de exponérsela.
Los cinco Colegios y Talleres establecidos en la
T<c¡)ública, son, en su origen, otros tantos regalos
incondicionales con cuatro ó cinco cuadras de
terreno por añadidura. Por su parte, los Salesianos
trabajan con una abnegación sin límites.
Recepciones hechas á Monseñor.

Aquí debe figurar en primera línea el limo. Sr
Obispo D. Antonio Adolfo Pérez y Aguilar y el
Clero de la Diócesis, especialmente el V. Cabildo.
AI telegrama que Monseñor le envió desde la Unión
contestó el limo. Sr. Pérez (que en aquel tiempo se
se hallaba en la visitapastoral)con otro muy atento.
En una carta que le escribió después le cedía todos
RUS poderes y privilegios y terminaba a s í: « El
arribo do un Obispo entre nosotros debe celebrarse
como un acontecimiento, mucho más si es Hijo de
D. Hosco, limo. Sr., con cuya memoria y familia
han comenzado á unirnos vínculos tan estrechos,
sintpatías y afectos tan profundos. *
Recepción de Sta. Tecla.

De ella habló ampliamente E l Mensajero del
Divino Corazón y yo me concretaré á lo más esen­
cial.
<' Mims. Costamagna desembarcó en La Libertad
y siguió su marcha para Sta. 'l'ecla, acompañado
del Kdo. P. Misieri, Superior Salesiano y del Sr.
Cura Vicario Dr. Argueta y otros varios, que fue­
ron Imsta á bordo á recibir á S. Sía. lima. A las diez
do la noche ingresaba en Sta Tecla que lo recibió
triunfalmento con una ovación espléndida, á pesar
de la hora incompetente de la noche.... El pueblo
en nxasa, en todas sus categorías sociales, salió al
encuentro del esclarecido huésped y numerosos
coros de niños, con sus angelicales voces de ino­
cencia, le cantaban alborozados..,..
«Nuestro limo. Prelado Diocesano, desde que tuvo
noticia de la llegada de Mons. Costamagna, mandó
prepararle hospedaje en su proprio Palacio; pero
Mons. Costamagna, como Visitador Salesiano, ha
tenido que quedarse en el Colegio Santa Cecilia, en
Sta. Tecla, que es como la Casa Central de la Pro­
vincia Centro-América. Allá fué una Comisión dol
V. Cabildo Eclesiástico, para dar la más respetuosa
y cordial bienvenida al limo. Sr. Visitador Sale­
siano, primero que con ese carrdetor llega á estas
apartadas regiones. ->
Recepción de S. Salvador.

Aquí la recepción suj>eró nuestras expectativas.
El mismo tliario da la relación.
« La estación del ferrocarril, fué invadida por las
multitudes de católicos salvadoreños, ávidos de
conocer y de saludar al limo, y Rdmo. Sr. Obispo
Salesiano, Mons. Santiago Costamagna. que en el
primor tren llegó á esta Capital. Esperábanle allí
una Comisión del V. Cabildo, con los Sres. Sacer­
dotes residentes en la ciudad, muchos apreciables
caballeros de la primera sociedad, entre los que

figuraban estudiantes, médicos, jurisconsultos.
Diputados de la Asamblea Nacional y consejeros
de Estado ; prominentes figuras del noble gremio
de artesanos, y entre señoras y señoritas lo más
selecto de la sociedad capitolina : todos mezclados
y confundidos con la masa del pueblo, cqmo ver­
daderos hermanos en Cristo, sin atención de cate­
gorías, unidos en un solo espíritu é impulsados por
una sola aspiración ; « honrar al Sucesor de los
Apóstoles, al Ministro Santo de Dios. »
<i Desde que Mons. Costamagna descendió del
tren, una lluvia de flores cayó sobre su sagrada per­
sona por todo el trayecto que tuvo que recorrer
hasta la Catedral; demostración importuna tal vez,
pero muy significativa del cariño y de la venera­
ción y respeto que el pueblo guarda al represen­
tante de nuestro amado Salvador.
« Imponente cuadro formaba la compacta con­
currencia como séquito de Mons. Costamagna al
dirigirse á la Catedral! En la puerta mayor espe­
raba el M. 1 . Sr. Provisor, revestido de pluvial,
acompañado de Ministros sagrados y del Clero,
para ofrecer, en el hisopo, el agua bendita, á S. S.
lima.; al mismo tiempo que se oían las majestuosas
notas del órgano y el alegre repicar de las campa­
nas. Se cantó el Te Deum y á continuación el limo.
Sr. Obispo dirigió al pueblo una hermosa alocución
con voz persuasiva, elocuente y enérgica, demos­
trando su gratitud por aquel recibimiento, recor­
dándonos la lluvia de gracias y celestiales bendi­
ciones que descienden sobre un pueblo á quien un
Obispo bendice. Terminó pidiendo al Salvador del
mundo, fuese Jesús (ó Salvador) para su pueblo
del Salvador. »
<<De la Catedral pasó el limo. Sr. al Palacio Epis­
copal, vistosamente engalanado, donde al medio
día se le sirvió un almuerzo por parte del V. Ca­
bildo. A las 4 p. m. recibió la visita de la nume­
rosa Sociedad de Cooperadores y Cooperadoras
Salesianos, presidida por la esposa del Sr. Presi­
dente de la República y por la Junta Directiva.
A las 5 p. m. el Sr. Obispo partió para el Colegio de
las Hijas de María Auxiliadora. >
Recepción de Sta. Ana.

Como las anteriores fué imponente y cordial.
Jamás olvidaré al organizador de la recepción, el
Rdo. Fray Felipe de Jesús Moraga ; jamás se bo­
rrará do mi memoria aquel mare magnum de las
20.000 personas que se movían lentas y ondulantes
por los altibajos de las calles por donde pasó el
acompañamiento; jamás recordaré sin admira­
ción la sencillez y cordialidad de los santanecos.
Aun me parece sentir el cansancio de aquellos
9 días en los que Monseñor confirmó más de lo.ooo
entre 'criaturas y adultos; veo aún la Capilla del
Colegio de las Madres de la Asunción, endonde ties
Hermanos nuestros recibieron la tonsura y las me­
nores ; tengo presente el Palacio nuevo deí Gnl. Re­
galado (la entidad militar de la Nación) adonde
Monseñor fué invitado para bendecir las piezas,
como tengo presente la bondad de ese Señor que
puso á disposición de Monseñor su carruaje mien­
tras permaneció en Sta. Ana.

— 131 —
Partida. En S. Francisco de California.

En tanto vino Mayo y se puso como dulce y po­
deroso obstáculo á la partida que ya era tieiripa de
efectuar. Qualquiera comprenderá que las fiestas
reHstieron un esplendor inusitado, que llegó á su
grado máximo el día 24 en el cual, á la invitación
de Monseñor, más de 800 romeros se postraron á
los pies de M. Auxiliadora en la Capilla de las Hijas
de D. Bosco, primera que se levantó en su honor.
Asistieron á la Misa Pontifical y oyeron el sermón
del mismo Monseñor en que les recomendó consi­
deraran esa Capilla como un Santuario, adonde
peregrinasen á menudo en cualquier necesidad, es­
pecialmente si se trataba de disipar algunas cala­
midad pública, guerras, leyes inicuas, epidemias,
etc. etc....
Y con esto se dró por terminada la \dsita. Partió
Monseñor entre las manifestaciones más tiernas
y conmovedoras de la Sociedad.
Entro ahora en los Estados Unidos, queridísimo
Sr. D. Rúa, y de pronto veo ante mí á S. Francisco
de California y á New-York. De esta última el
Boletín ha dado tantas noticias que para decirle
algo de nuevo tendría que inventar'; me concreto
á las casas de S. Francisco, porque son bastante
desconocidas, y porque la labor que hacen allí
nuestros hermanos, es importante al par que ab­
negada y ardua.
Es'ta misión tiene por objeto el cuidado espiri­
tual de la Colonia italiana que se compone de 40,000
emigrantes, para quienes Norte América es, sin
exageración ninguna, lo que fué Babihonia, para
los Hebreos, y aun peor. Los emigrantes que
estaban firmemente robustecidos en la religón que
mamaron en la leche, tal vez no la perderán, pero
topan con la dificultad de la lengua. ¿Qué pueden
comprender ellos de pláticas, ellos encanecidos en
la tierra de la dolce favella? Los que por ser jóvenes
aún, habían echado pocas y débiles raíces en la fe,
se dan al comercio y á los afanes de tal modo que
apenas les quedará tiempo para rezar las dos viejas
oraciones que, por haberse aprendido de la Madre,
no se oK-idan : el padrenuestro y el avemaria ; pero
no frecuentan ni la Iglesia, ni los Stos. Sacra­
mentos. Los que, finalmente, de catecismo y moral
tenían poco ó nada, son los más desgraciados, los
que pasan á ser impíos y antireligiosos de profesión.
.\ntes de que llegasen los Salesianos ese inmenso
campo estaba abandonado, de suerte que al llegar
lo encontraron baldío é ingrato ; pero su buena
voluntad y constancia apoyadas de la gracia, lo
han cambiado en una Parroquia de la Italia septe;:trional, como decía Monseñor.
^’erdaderamente las parroquias son tre s; mas
como una de ellas no es central y la otra es portu­
guesa, la de S. Pedro y Pablo viene á ser casi la
única y por lo tanto la más frecuentada y flore­
ciente y tal vez no tiene segunda en CaUfomia,
según es la devoción y la piedad que mantiene v
nutre la fe de los feligreses. Si me pusiera á enco­
miar cada industria de que se valen los Salesianos
para este intento no acabaría tan pronto, y así me
contento con mentar « el Catecismo Dominical » y
«las Escuelas > anexas a la Iglesia á las que asisten

2.500 niños de ambos se.\os, todos hijos de iiahanos
americanizados en la lengua y en la moda. Si pu­
diera ^•er, Rdmo. Padre, con sus propios ojos la
piedad que los Salesianos han conseguido infun­
dirles, si pudiera ver las comuniones generales de
los niños y de las niñas ¡ oh cómo bendeciría al
Señor y á esos instrumentos que tan bien han co­
rrespondido á los designios de la Pro\ñdencia !
De vuestra R. af.mo hijo en J. C.
ABRAHAM AGUILERA.

S a lu d de los enferm os
y consuelo de lo s

afligidos.

Después de seis años de ausencia en la
vecina república de Chile, pude con el per­
miso de los superiores visitar á mi familia que
reside en la Provincia Sur Jungas (Bolivia).
Indescriptible es el contento y alegría que
se experimentan al encontrarse después de
algunos años de separación. Los parientes y
demás amigos de infancia se esmeraron en
festejarme con toda clase de atenciones, pues
llegaba en medio de ellos con el carácter de
sacerdote, perteneciente á una institución jjor
muchos títulos recomendable: la Congregación
Salesiana. La alegría y el contento inundaban
mi corazón; pero siempre los goces son pere­
cederos en esta vida. El mar de felicidad se
convirtió en mar de amarguras; el cielo azul
se cubrió con un manto de tristeza. Dios me
visitó con la enfermedad y todo cambió como
del día á la noche.
No conozco propiamente el carácter de la
enfermedad que me aquejó; pero haln'a mo­
mentos en que peligraba mi vida por los vó­
mitos de sangre, que apenas me dejaban un
hilo de vida. Los recursos médicos fueron
impotentes durante' un raes; hasta que acor­
dándome de los innumerables favores conce­
didos por María á todos los que de veras la
imploran, le ofrecí una novena, según la en­
señanza de nuestro padre D. Bosco, á Ella
que es la Médica por excelencia y el Consuelo
de los afligidos para que consolase á mi fa­
milia desolada por el grave estado de mi salud.
El quinto día de la novena parecía que se
me quintuplicaba la dnfennedad por cinco ac-

i

— T32 —
COSOS de sangre, que tuve en ese día. A l día
siguiente pude colegir que María me había
escuchado por la tranquilidad de que g o zab a ;
y el noveno día pude entonar un hosanna en
honor de María por la gracia merecida.
No dudo que la lectura de esta gracia ser­
virá para que otros puedan igualmente recurrir
á Ella, como la salud de los enfermos y con­
suelo de los afligidos.

Manuel C. C ampos. Sac. Sal.
Cliulumani, 8 de Diciembre de 1905.

D o s cu racio n es m ila g ro sa s a lca n za d a s
por la

d evoción de M a ría

A u x ilia d o ra .

Habiendo sido atacado un hijo mío del mal
de San Vito ó Corea, y habiendo sido rece­
tado sin éxito alguno por muchos de los más
notables médicos de la ciudad, desesperando
ya de su curación y viéndolo cada día más
grave, apelé á las oraciones de los Hijos de
Don Rosco y mandé celebrar una Misa en
honor tle María Auxiliadora, al mismo tiempo
que comencé la novena á la Santísima Virgen
con esta milagrosa advocación.
El mismo día en que en el Oratorio de la
casa se celebró el Santo Sacrificio, le volvió
á mi hijo el uso de la palabra, perdida desde
el principio de la enfermedad, y pocos días
después quedó perfectamente sano.
Algún tiempo después me encontré yo misma
agobiada por una dolorosa enfermedad interior
que me había reducido á la cama por más de
dos meses. También en esta ocasión agoté los
recursos de la medicina sin resultado alguno,
hasta que los facultativos resolvieron que era
indispensable hacerme operación.
Temiendo más á la operación que á la en­
fermedad misma, apelé', como en el caso an­
terior, á la devoción de María Auxiliadora,
ofreciéndole una Misa, la novena y la publi­
cación del favor. Terminada la novena, y pa­
sados tres días, desapareció la causa de la
enfermedad, con asombro de todos los que la
conocieron, pues había sido suficiente para
haberme causado la muerte desde el priíicipio.
Doy las gracias públicamente á María, A u­
xilio de los cristianos.
D. R. DE Vir.LARRAGA.
Bogotá (Colombi.'t). Febrero de 1906.

M arta am paro de lo s niños.
Estando mi hija de siete meses de edad
atacada del cólera infantil, no dando ya espe­
ranza los dos médicos que la asistían, cuando
la llorálxunos por muerta, invoqué á María

Auxiliadora, ofreciéndole un óbolo, y poco á
poco fué recobrando suavidad el estómago y
hoy la niña goza de perfecta salud.
P e d r o R o d r íg u e z .

U n esp ecia l fa v o r
de M a ria Sm a. A u x ilia d o ra .
Mi hijo mayor tenía el cargo de i« cajero
en una casa de comercio; se presenta un día
un amigo íntimo de mi hijo, en el cual él
tenía la mayor confianza y le pide por favor
la cantidad de $ 150 para salvar una situación,
prometiéndole que la devolvería antes de medio
día. Mi hijo, que como digo, tenía suma con­
fianza en su amigo, le concedió con gusto el
pedido, haciéndole notar las consecuencias que
podrían sobrevenirle si faltara á su palabra.
Dios permitió, para mayor gloria de su
Sma. Madre, que el amigo no volviera con
dicha suma y que se ordenara una revisión
de cuentas á la cajas. A l oír esto mi pobre
hijo casi se volvió loco pensando en el apuro
en que se encontraba. En esa hora debían ir
los empleados á almorzar y á cierta hora de­
terminada debía procederse á rendir cuentas
en la
caja.
A l llegar á casa noté algo de extraño en el
rostro de mi hijo; le pregunté el motivó y me
lo explicó todo. Inmediatamente voló mi pen­
samiento á María Auxiliadora y dije llena de
fe : « Hijo mío, María es consoladora de los
afligidos y por eso debemos ponernos bajo su
protección prometiéndole publicar en el Boletin
Salesiano, si nos concede la gracia de salir
de tan crítica situación. Cuento esto á una
amiga mía y no dejándome concluir, me inte­
rrumpe diciéndome que cabalmente tenía la
misma cantidad y que con mucho gusto me la
entregaría inmediatamente y sin esperar mi
respuesta, fué á buscarla y al cabo de 5 mi­
nutos. volvió á llenarnos de consuelo y tran­
quilidad.
María, dije, nos ha favorecido, ella nos ha
librado de la deshonra en que podíamos haber
caído sin ninguna culpa, sino por amor á la
caridad. Demos gracias á nuestra buena madre
que tanto vela por la tranquilidad espiritual
y temporal de sus hijos.
Z. F.
Cooperadora Salesiana.
Santiíigo de Chile, 11 Diciembre 1905.

M aría A u x ilia d o ra , am paro de lo s pobres.
Desde hace muchos anos trabajo como
maestra de escuela, siendo este empleo el

— 133 —

sostén de mi viudez y el alimento de mis hijos.
Sucedióme que de repente me vi desprovista
de mi cargo y por el pronto sin trabajo ni
recurso alguno. Acudí á los altos funcionarios
de la Instrucción pública, presentando mi hoja
de servicios y exponiendo el estado en que me
hallaba; mas ellos, á pesar de su buena vo­
luntad, ya no podían revocar los nombramientos.
Angustiada ante la perspectiva tétrica que
me ofrecía mi familia de hijos pequeñuelos, pero
llena de esperanza, recurrí á María Auxiliadora
con la confianza de un niño; lloré, supliqué
no me desamparara, que hiciera brillar en mí
su misericordia, y luego, me abandoné á su
bondad.
Al día siguiente, sin yo saber cómo y por
qué medios, recibo la confirmación en mi
empleo, precisamente cuando debía llegar mi
sustituta, nombrada hacía días. ¡ Cuán grandes
son tu poder y tu bondad, oh Madre mía!
S. M. de O.
Mosquera (Colombia), Enero de 1906.

S a lu s infirmorum.
Me hallaba muy enferma y el doctor ya había
pronosticado una operación, sin la cual no
podría sanar. Una persona piadosa sabiendo mi
estado, y la situación de mi numerosa familia,
encomendóme á María Auxiliadora prometién­
dola hacer rezar una misa en la primera ocasión.
¡Oh bondad de María! Dos ó tres días después
me hallaba fuera de peligro, y ahora estoy com­
pletamente sana.
Mas unos días después de mi enfermedad
llegó mi esposo del campo muy enfermo, se
llamó el doctor y la enfermedad se presentaba
grave; llegó un misionero salesiano, y me su­
girió que hiciera con mis hijas una novena á
María Auxiliadora prometiéndole hacer rezar
una Misa y hacer todas la Santa Comunión si
pronto se restablecía.
María, que nunca desoye á los que la invocan,
aceptó nuestras promesas, y empezó á mejorar,
y ahora ya pudo volver á su trabajo. Sean, pues,
dadas infinitas gracias á tan buena Madre, y su
nombre sea siempre más conocido y ensalzado.
Josefa U r t k b e r e a .
Rio Colorado (Argentina), 10 de Febrero X906.

tancias. ¿Qué hacer en ese trance? Ofrecí é
hice celebrar una misa en el altar de María
Auxiliadora, junto con la promesa de este débil
testimonio. Hoy tenemos sano y al servicio de
la casa al desahuciado de entonces.
Un segundo y doble favor tengo recebido en
la curación de mis dos hijos, caídos en el mismo
día con fiebre tifoidea; los cuales alternaban
en el peligro de morir. Tengo fe de que la
ciencia del médico ha sido instrumento del favor
que ha querido hacerme la Virgen de D. Bosco.
C. ViLLAVICENClO.
La Paz, Diciembre de 1905.

V isible gracia.
Estaba una niña de seis años atacada de una
meningitis y padeciendo frecuentes colapsos por
tener una afección al corazón, desahuciada ya
y esperando su fin de un momento á otro, la
recomendó con tres Avemarias á la Sma. Virgen,
María Auxiliadora una devota suya, para que
la mejorara ó recogiese pronto su alma sin que
padeciera más, y á las pocas horas, cesaron los
ataques; al día siguiente se la puso bajo la al­
mohada una imagen de María Auxiliadora y la
niña quedó fuera de peligro, hoy está, aunque
algo débil, buena y sana.
Gloria á tan buena Madre.
C. G. P.
Calm a el m ar y consuela al afligido.
Habiéndose desencadenado una violenta tem­
pestad en el Pacífico y peligrando seriamente el
barquichuelo en que íbamos, encomendé fervo­
rosamente nuestra suerte al Sdo. Corazón y á
María Auxiliadora, y el océano calmó sus iras.
Además, caí enfermo de modo que casi se me
imposibilitaba continuar el viaje; apliquéme en­
tonces una medalla á la parte comprometida,
rogando á María Auxiliadora me sanara: apo­
deróse de mi un profundo sueño del que desperté
completamente curado.
Más tarde me vi perdido en un páramo yermo
y solitario del Ecuador, y en medio de la an­
gustia y el afán clamé á María Auxiliadora con
todo el fervor de mi alma. Jamás se acude á Ella
en van o: pronto se me deparó una guía que
me sacó á camino recto y mi angustia se cambió
en sentimiento de gratitud y alegría.
J ulio Mar tín e z .

E x-voto.
Bien que al cabo de once meses, lleno el
grato deber de dar testimonio debido, por los
visibles favores alcanzados en la curación de un
indígena, hijo único, que estando al servicio de
la familia, enfermó gravemente y fué trasladado
al hospital de esta ciudad, en donde en breve
fué desahuciado y llegó á las ansias de la muerte
con indecible angustia de la familia, que lo
amaba entrañablemente, sea por las condiciones
de bondad del indio, como por otras circuns­

Quito, 10-3-1906.

SaUsiano.

M aría me h a consolado.
Desde mucho tiempo ya no tenía noticias de
mi hermano. En mí aflicción me dirigí á María,
prometiendo que si á los pocos días recibía no­
ticias de él, haría publicar dicha gjacia No se
invoca en vano á María. Recibí noticias y son
de la más satisfactorias.

— 134 —

Cumplo con lo prometido para que todos re­
conozcan la bondad de María Sma.
Villa San Pedro, Junio 3 de 1905.
U na C o o perad o ra .

P arecía imposible.
Hormigas destructoras asolaban mi jardín.
Supliqué á María hiciera desaparecer estos da­
ñosos animalitos, prometiéndole enviar una li­
mosna y publicar la gracia. María escuchó mi
ruego y cumplo ahora con lo prometido.
Villa San Pedro (Asunción), Mayo 18 de 1904.
U na C o o perad o ra .

Dan también, con toda la efusión de su alma, gracias
á María Auxiliadora y envían una limosna:
Alicante (España).— A. López, F. García, L. Vi­
cente y V. García, por un singular favor espiritual
en bien de una amiga.
Almería. — Adolfo Ramírez, por la feliz trans­
acción de dos negocios importantes y difíciles.
Ambato (Ecuador). — C. Martínez, por haberla
despachado favorablemente una súplica.
Asunción (Paraguay). — Alfredo Rodríguez, por
varios favores recibidos.
Ibídem. — M. T. P. de Padilla, por un gran
favor concedido á una amiga suya.
Ibídem. — Rosa Cándida Celada, por una gracia
obtenida.
Ibidem. —• Sinforiana López, por una gracia ob­
tenida.
Ibidem. — María Gregaria Garcete, por haber
obtenido la salud.
Ibidem. — Luisa Crovato, por haber devuelto la
salud á una amiga, enferma de gravedad.
Ibidem. — Presentación C. de Ferná7tdez, por
haber escuchado mis ruegos de esposa y madre.
Ibidem. — J . C., por haber escuchado mis ruegos
en favor de un hijo extraviado por las malas com­
pañías.
Ibidem, — Balbitta Nine, por haberme hecho re­
cobrar un objeto de valor que había perdido.
Auftón (Guadalajara, España). — A . J., por una
gracia.
Cantalapiedra (España). — Agustina Onis, por
un favor.
Cuenca (España). — Francisco C.Júnénezde P.,
por haberle librado milagrosamente de la muerte.
Ibidem. — Carmen Palomino, por un favor re­
cibido.
Ibidem. — Lisandro Guifarro, por haber reco­
brado la salud.
Comalapa (Nicaragua). — Josefa Üpaya, por un
favor recibido.
CobAn (Guatemala). — J . Lino Cordón, por haber
alcanzado la curación de una molesta enfermedad.
Costa Rica. — Claudio Aimador, por haberle sa­
nado de una penosa hemorragia.
Dirtamba (Nicaragua). — Esteban GutÍe’rrez,xtOT
haberle escuchado en una grave angustia.
Ibidem. — Fernando Bendaüa y
por varios
favores recibidos.

Erin (Trinidad). — Felipe Mejías, por haber re­
cobrado la salud.
Granada (Nicaragua). — Zacarías Ruiz, por ha­
berle otorgado la salud y otros varios favores.
Ibídem. — Enrique García, por haberle sanado
de una enfermedad muy grave.
. Ibidem. — Concepción Saandra, por haberla sa­
nado de una grave enfermedad de garganta.
Ibidem. — Rosa Juliana Fernández, por varios
favores recibidos.
Ibídem. — Lauriano Lacaya, Elisa de Ferrari y
Paula Quirós, por varios favores recibidos.
Ibídem. — Petrona Calvo, por haberme concedido
la salud de mi madre y de un sobrinito gravemente
enfermos.
Ibídem. — Amalia Reyes, por haber curado al
Dr. Urtecho, casi desahuciado por los médicos.
Guatil de S. Ignacio. — Manuel Bennúdez, por
varios favores.
Ibídem. — Rita Amador, por haber obtenido la
salud.
Jinotepe (Nicaragua). — Pilar Martínez, por haber
alcanzado la salud de su hija grave.
La Plata (Argentina). — Sebastián Rosas, por
haberle sacado bien en sus exámenes.
Ibídem. — M. A . de V., por un gran favor.
Madrid (España). — Marquesa del Castelar, por
una gracia concedida á su hijo.
Ibidem. ^
— Isabel Doitiínguez y familia,-por varios
favores recibidos.
Ibídem. — , R . R., por haberle sanado á su hijo.
Ibidem. — Una devota, por una gracia singular.
Ibídem. — Otra devota, por otra gracia señalada.
Ibídem. — M. G., por una gracia obtenida.
Ibídem. — Sabina Punariega, por un señalado
favor.
Mamblas (España). — Rev. D. Serapio Huerta
Moreno, por una gracia otorgada á un amigo.
Managua (Nicaragua). — Una madre desolada, á
quien María le concedió la conversión de una hija
querida.
Pasto (Colombia). — José A . Folleco, por innu­
merables favores alcanzados.
Rosario. — Mercedes P. de Cappesse, por haberme
salvado de la muerte á mi hijito Porfirio enfermo
de escarlatina complicada con nemonias.
Salamanca (España). — Teresa A ., por una gracia
otorgada.
S. Caj-los (Nicaragua). — E. de Vargas, por la
salud de mi hija.
Ibídem. — Tomás Granizo, por una curación
milagrosa de una hemorragia.
S. Juan de Dios. — B. Valverde, por una gracia.
Ibidem. — Rafaela Monje, por la salud de su hijo.
S. Rafael. — Norberta Chinchilla, por la misma
causa.
Ibidem. — M. M. Andrés Solózano, por id.
S. Pedro del Mojón. — Ramona Alvarado, por
la salud de su hijo.
S. Sebastián. — María Cascante, poruña gracia.
Sto Tomás (Nicaragua). — Buenaventura Bravo,
y envía 40 ptas.
Utrera (España). — María ¿7. de C., por haber
alcanzado la salud de una amiga.

Publicamos, con todo su elocuente
laconismo el siguiente

Telegrama importante

llegado el 29 de Marzo al Oratorio de
Valdocco:
Lima 27 - 3 - 1906.

Superiores Salesianos
Exito Cotigreso espléndido. Urgen­
tísimo plano Iglesia.
S a n t in e l l i.

Nos reservamos tratar el asunto de­
talladamente, cuando tengamos en nue­
stras manos todos los documentos ne­
cesarios.

Por España.
E c o s de la V i s i t a d el R v m o . D . R ú a .

En la Casa Satcsiana de Salamanca.
Tiempo hacia que D. Rúa, el dignísimo sucesor
del inmortal D. Bosco era esperado por sus hijos,
alumnos y cooperadores de Salamanca; todos anhe­
lábamos la hora de besar lamano á tan justo varón,
y recibir de sus labios reglas de vida y de sus manos
la Sagrada Comunión y bendición.
Por fin su llegada fué anunciada al infatigable
director de esta casa, D. Juan T^liabue y la no­
ticia corrió como chispa eléctrica por todos los que
asistimos y cooperamos á tan hermosa obra, no
tardando en hacerse del dominio público.
Desde este momento no se pensó nada más que
en prep>arar un digno recibimiento que demostrase
aunque pálidamente el júbilo que embargaba nues­
tros corazones ante visita tan deseada.
Todos los salesianos, de esta casa, alumnos y
socios de San José se multiplicaban ; se aprove­
chaba todo el tiempo en los preparativos y en pro­
curar, dentro de los escasos recursos con que se
contaba, demostrar á D. Rúa,que nuestra voluntad
y nuestro deseo eran mayores que las facultades y
medios de que disponíamos.
Aun no habíamos terminado el arreglo del saloncito
del teatro, cuando adelantándose el ilustre viajero
ánuestrosentusiasmos, se presentó de improviso en
la casa saJesiana; claro está, que no pudimos*ocultar nuestra contrariedad al ver por tierra la pri­
mera parte de nuestro programa de recepción,
mas no por esto se crea que nuestro ánimo decayó;

nada de eso, entonces se trató de acumular lo no
hecho á lo que faltaba realizar.
La noticia de la llegada corrió veloz por toda
Salamanca y todas las gentes sin distinción de cla­
ses fueron á rendir justo homenaje de respeto y
admiración, al bondadosísimo D. Rúa, que sin
acordaise de las fatigas propias del viaje á todos
recibía con sonrisa paternal y palabras afectuosas.
El día 2 tuvimos la honra, de que el insigne su­
cesor de D. Bosco, nos visitase á los socios de San
José en la sala de juntas que tenemos en el Co­
legio Salesiano ; allí nos dirigió la palabra que fué
escuchada con respeto y cariño; su espíritu remon­
tándose á las alturas de lo infinito nos daba rectos
y sanos consejos para nuestra vida; al terminar una
salva de aplausos y numerosos vivas demostraron
nuestro cariño al venerable anciano, á quien le hi­
cimos entrega de dos pequeños recuerdos, reci­
biendo de sus manos una preciosa joya, una me­
dalla de María Auxiliadora y el Sagrado Corazón,
por él bendecidas y que conservaremos en nuestro
pecho con la veneración que merece.
El día 3 era el designado para la fiesta principal,
aquella noche tenía lugar la velada en honor de
nuestro Superior General á la cual estaban invi­
tadas las personas más distinguidas de la pobla­
ción y autoridades.
Momentos antes de la hora anunciada el salón
del teairo se encontraba totalmente ocupado por
los invitados que asis+ían ávidos de contemplar
á D. R ú a ; allí se encontraban dignas representa­
ciones del Cabildo Catedral, Ordenes religiosas,
Universidad, Instituto facultades de Ciencias y
Medicina, Calatrava, Ejército, numerosos Sacerdo­
tes y Cooperadores.
Ocuparon la presidencia, bajo dosel en que cam­
peaba el retrato de D. Bosco, el Exemo. Señor
Obispo de la Diócesis, teniendo á su derecha á
D. Rúa y á su izquierda al Sr. Deán; hermosas
macetas adornaban el estrado, la sala sencilla y
elegante en la que se destacaban bonitos escudos de
la Sociedad Salesiana y el palco iluminado por nu­
merosos focos eléctricos formaban un conjunto
hermoso.
Tomaron parte en la velada D. Luis Martín quien
con hermosa palabra saludó á D. Rúa en nombre
de los Cooperdadores Salamantinos, siguieron con
lecturas de poesías originales los señores Polo y
Rubio que conquistaron nutridos aplausos del au­
ditorio que así premiaba sus hermosas composi­
ciones.
Varios niños y jóvenes representaron diálogos
en que expresaban el cariño que su corazón sentía
al padre, produciendo verdadera emoción en el
corazón de quienes les veíamos.
Puso fin á tan ^pradable y hermosa fiesta la
representación de la zarzuelita intitulada Conse­
cuencias del vicio, de que es autor el profesor de

— 136 —
música de este colegio salesiano, p . Miguel Ro­ edificios hermosos de esta Roma la chica; su trato
dríguez,
sencillo y bondadoso le conquistaron las simpatías
Después, D. Rúa saludó con hermosas y sentidas y el respeto de todos nosotros, habiendo tenido
frases de carlfio á todos los concurrentes, dedi­ un verdadero placer en acompañarle en sus visitas
cando un grato recuerdo al R. P. Cámara (q.p.d.) científicas.
Quiera Dios y María Auxiliadora llevar nueva­
por lo amante que era de los Salesianosy que tan
buen sucesor tuvo en el R. P. Valolo, á quien agra­ mente á su paríia al venerable anciano y compa­
decía mucho la honra que dispensaba á los hijos ñero de viaje sin tener ningún contratiempo en
sus expediciones.
de D. Bosco, asistiendo á esta velada.
Invitado por los concurrentes, el Sr. Obispo di­
ANGEL MARTIN D E ARCOS
rigió breves pero elocuentes frases en pró de la
Josefina.
Obra Salcsiana, en la cual veía el verdadero re­
En la Casa-Noviciado de Vitoria.
medio contra los males ejue afligen la sociedad.
Después de dar la bendición se dió por terminado
Después de varios días de ansiosa espectativa,
el acto, prorrumpiendo el auditorio en repetidos hemos tenido el consuelo de ver al veneradísimo Sr,
vivas á D. Rúa, al Obispo y á D. Bosco.
Don Rúa. Llegó á esta estación el 22 de Febrero á
El día 4 tuvo lugar la misa en que D. Rúa había las 6 ^ p.m., acompañado del Rev. Sr. D. Francisco
do dar la Sagrada Comunión no sólo á los congre­ Bertello, consejero profesional de nuestra Pía So­
gantes de San José y de la Archicofradía de María ciedad y del Inspector de la Provincia Céltica, que
Auxiliadora, sino á cuantos quisieron acercarse el día anterior había ido á encontrarlo á S. Sebas­
tián. Cuando llegó á la Casa el coche en que venía
á la sagrada Mesa.
El acto revistió toda la solemnidad y esplendor nuestro venerado Superior, el entusiasmo contenido
que esperábamos; desde las primeras horas de la prorrumpió y se le recibió como en triunfo, en medio
mañana fuó llenándose la Iglesia hasta hacerse de banderas, y entre aclamaciones, himnos y dis­
imposible la entrada á la hora señalada. Antes de cursos. A tales manifestaciones de amor, respondió
distribuir el Pan Eucarístico D. Rúa dirigió su inmediatamente nuestro Superior General con pa­
autorizada palabra á los ñcles; aquella voz de padre labras impregnadas de amor y de ternura paternal:
cariñoso y aquel convite del anciano ministro del luego pasamos á la Iglesia á cantar el Tedéitm en
Señor hizo derramar las lágrimas ácuantos escuchá­ acción de gracias y á recibir la Bendición con Smo.
El siguiente día lo empleó todo en visitar las cla­
bamos y preparó nuestros corazones para recibir
ses y hacer y recibir visitas, entre las cuales sobre­
dignamente al Dios tres veces Santo.
No tendríamos siificiente espacio si hubiéramos salió por su cordialidad la del limo. Sr. Obispo, que
de seguir paso á paso todos los detalles y escenas prometió restituírsela en Turln dentro de poco.
También la íondadora de este Instituto recibió la
do cariño de que era objeto D. Rúa ; sólo diremos
que tuvimos el honor de retratamos en su com­ visita del Sr. D. Rúa. Asimismo los miembros del
pañía y que conservaremos la fotografía como Patronato se presentaron á obsequiar al Rev. Sr.
D. Rúa.
recuerdo grato de esta visita.
Cerróse el día con una velada literaria en que los
A la una, en el sencillo comedor de los Salesianos
fué ser\'ido un bien preparado almuerzo, al que alumnos internos y externos rivalizaron en mani­
habían sido invitados algunos cooperadores. A los festar sus sentimientos de amor y veneración al
postres D. Rúa levantó su copa para brindar entre digno Superior, de gratitud y adhesión á nuestra
serio y humorístico por los invitados, por Sala­ Pía Sociedad.
Cuando se entonó el antiguo liimno del Oratorio
manca á la que dedicó frases de cariño y admiración
y por España entera; á este brindis le contestaron de S. Francisco de Sales : Andiamo, compagni,
D. Bosco ci aspeita, el venerando Superior, no sólo
D. Eranciso de la Concha, D. Domingo Monleón
unió su voz á la del coro, sino que poniéndose en
y mi humilde persona,
Al poco rato los acordes de la banda anunciaban pie, llevaba el compás : una tempesta de aplausos
que Be aproximaba el momento en que D. Rúa á D. Bosco, á D. Rúa, á D. Bertello fué la última
debía partir á visitar la Casa Salosiana de B éjar; nota de la Academia.
El siguiente día, sábado 24 de Febrero, á eso
la despedida fué conmovedora.
El día 6 en que tuvimos la dicha de volverlo á de las 12, D. Rúa nos distribuía una medalla de
tener entre nosotros, fué invi+ado por los PP. je ­ María Auxiliadora y partía para Bilbao, Santander,
suítas á visitar el Seminario y los hermosos gabi­ Salamanca, Lisboa.... Es tan dulce y suave para
netes que poseen de Física é Historia Natural, pa­ el Padre visitar á sus hijos, y para estos recibir las
caricias y los consejos del padre.
sando en su compañía todo el día.
A las 5 de la mañana del miércolo •. entre vivas y
saludos, arrancaba el tren quenos llovabaá nuestro
querido D. Rúa, dejándonos en el corazón un vacío
La Obra Satcsiana en Méjico.
por su ausencia y en nuestra memoria un recuerdo
imperecedero de su visita que, quiera Dios, se repita
El año de 1905 fué próspero y abundantísimo,
en adelantos, para las Obras Salesianas de la Repronto.
Hemos dejado para lo último el hablar del ilus­ púbhca Mexicana. Grandes sacrificios costó á los
trado Consejero profesional. D. Berlello quien ad­ Salesianos, tan ruda labor pero, á Dios gracias, su
miró, con la inteligencia de artista que posee, 1<» corte de cuentas es honroso para todos y pueden

Por América.

estar orgullosos, nuestros bienhechores, de éL Es
verdad, que, siguiendo las huellas de nuestro ama­
dísimo padre D. Bosco, muchas de las obras con­
cluidas, en este año están por pagar, mas también
es cierto que nuestros Cooperadores mejicanos sa­
brán quitamos de apuros, aligerando nuestras
deudas, como tradicionalmenlte sucede, desde los
tiempos que pueden llamarse heroicos de la Con­
gregación Salesiana. La generosidad y abnegación
de los caritativos habitantes de la República
Mexicana, crece en razón directa de las necesida­
des. He aquí una prueba.
En todas las Casas Salesianas de la República,
hubo obras de perfeccionamiento y adelanto. Relatarémoslas brevemente, comenzando por las de
México.
Sin duda, la obra magna del año que pasó, es la
construcción del gran Oratorio Festivo y la aper­
tura de las escuelas nocturnas para niños y adultos.
Los que conozcan la Colonia de Santa Julia no po­
drán menos de comprender el bien inmenso, que
estas instituciones están llamadas á producir y
están ya produciendo. El plano del Oratorio, es,
al par que artístico, grandioso ; y apenas está cons­
truida la mitad del espléndido edificio del cual
hablaremos en otro número.
El nuevo, magnífico taller de litografía, que la
Casa de México compró á la de Puebla, entre otras
razones, porque no existiendo en aquella ciudad
más talleres litográficos que el del Colegio, casi nin­
gún niño quería dedicarse al aprendizaje de este
arte, resultando frustrado el fin principal de los
talleres-escuelas Salesianas, que es la enseñanza de
los niños. La construcción de comedores amplios
y capaces para 500 niños, son obras de no poca im­
portancia y costo, las nuevas cocinas, despensas
y lavaderos, los cimientos de la nueva enfermería,
la habilitación y decorado de las nuevas clases y
estudios, el impulso dado á los talleres, con el re­
cibo de moderno material y maquinaria, particu­
larmente á las Escuelas de Tipografía y Encuader­
nación ; en el de imprenta se recibieron, aparte de
muchísimo material para trabajo de arte moderno,
dos máquinas modelos. La Optima, grandiosa má­
quina para grandes impresiones y la Ideal, precioso
aparato; último modelo para trabajos finísimos á
colores.
Establecimos clases superiores de quinto y sexto
año, clases comerciales, con arreglo á los últimos
modernos adelantos; adquirimos 8 magníficas
máquinas Remingion para la escritura, montando
una clase especial de Comercio.
Nuestros trabajos, hechos por los niños, recibie­
ron medalla de plata en la Exposición de San Louis
Missouri (E. U.) y el \-iaje de propaganda Salesiana,
hecho por uno de nuestros Padres, sindó para estre­
char los lazos de unión con los Cooperadores y para
probar más y más el cariño profundo que el pueblo
Mexicano tiene á las Obras Salesianas ; de él surgió
la idea de la coronación de la Sma. Virgen Auxi­
liadora, imagen hermosísima, y de gran coste, ad­
quirida, también en este año, procedente del gran­
dioso taller de talla y escultura que tienen los Salesianos en Sarria (Barcelona).

El número de niños, no sólo en la Casa de Méxicq,
sino en todas las de la República, aumentó extra­
ordinariamente. En la de México, bien puede de­
cirse que se ha triplicado.
Fundóse en Guadalajara ima nueva casa donde
hay escuelas y talleres ; humildes principios de un
plantel que mediante la nunca desmentida caridad
de los buenos Cooperadores de Guadalajara dará
incremento á la Obra Salesiana en aquella ciudad.
En Morelia colocóse la primera piedra de un
nuevo hermoso templo á María Auxiliadora que
por favor de Dios, ya se alza varios metros sobre
sus cimientos, y en el magnífico Santuario que, en
México se está construyendo á la Taumaturga Vir­
gen de Don Bosco, alzóse grandioso armazón de
hierro, hecho en las fundiciones de Monterrc>\
En Puebla, á fuerza de sacrificios y privaciones,
dióse gran impulso á la construcción de los magní­
ficos talleres, terminando tres de ellos ; obra que
honrará al Colegio y á los Cooperadores de aquella
ciudad. Son de piedra y bóvedas de ladrillo, sobre
viguetas de hierro y tienen 15 metros de ancho,
8 de altura y 80 metros de largo.
En verdad, que son unos soberbios talleres;
también, se mejoró el material de la Encuadema­
ción é Imprenta, adquiriendo, para éste último,
una espléndida máquina Optima igual á la del taller
de México. La nueva enfermería y Dirección, reci­
bieron igualmente un buen impulso.
Obras de menor cuantía se han hecho, en todas
las casas ; pero, sólo relatamos aquellos que tienen
mayor importancia, y, á nuestro entender, queda
probado que, el año de 1905, fué de enormes gastos
y de grandes sacrificios para los Salesianos, pero
también de glorioso recuerdo en los anales de la
Inspectoría Mexicana y de profunda alegría para
el corazón de todos nuestros amadísimos Coopera­
dores.
Una de las causas principales de este auge de la
Obra es sin duda la difusión que toma la devoción
á María Auxiliadora , fecunda siempre en toda
suerte ée bendiciones.
Dios N. S. bendiga á los Cooperadores Salesianos
p>or la caridad con que ayudan á los hijos de Don
Bosco, y que la bondad de esos campeones de la
verdadera filantropía tenga mucho imitadores en
el mundo entero, pue> cada país tiene numerosas
necesidades, y asi su inagotable caridad venga
una vez más conmano generosa, en auxilio nuestro,
á fin de que podamos satisfacer los muchos com­
promisos que una necesidad imperiosa nos ha obli­
gado á contraer casi dondeqmera.

BOGOTÁ (Colombia) — Ea la porfía de la cari­
dad y el trabajo. — De la Memoria presentada por
el Sr. D. Ricardo Herrera Restrepo sobre la Expo­
sición á beneficio de las Sa.lA.s del Asilo para niños
pobres, tomamos lo siguiente, que se refiere á la
parte tomada por nuestros hermanos.
El autor, después de haber hablado de verdade­
ras obras de arte, exhibidas por diversos concu­
rrentes, prosigue :
« Se ven obras de la misma naturaleza hechas en
la Escuela de Artes y Oficios de los PP. Salesianos,

las cuales demuestran la competencia de los profe­
sores y lo bien aprovechado de sus discípulos. Es
un estilo nuevo entre nosotros, que ha llamado
mucho la atención, muy especialmente su orna­
mentación. I..as obras de sastrería, zapatería y car­
pintería demuestran muy bien las aptitudes de los
profesores y alumnos y llama la atención que los
trazos para los cortes de botines, piezas de paño y
géneros .semejantes son con reglas geométricas, lo
que me parece importantísimo, porque así habrá
precisión en las medidas. Las obras de hierro de
diversas clases : la chapa de secreto y la visagra,
asientos, obras de adorno y ornamentación prue­
ban de lo que son capaces de hacer los alumnos,
lo que satisface y entusiasma verdaderamente.
Muy particularmente me llamó la atención en
este ramo, una tela de malla de alambre de
hierro, fabricada con máquina inventada en la
Escuela Salesiana.
* No menos sucede con la fabricación de tipos de
imprenta y demás elementos necesarios que se ven,
y como comprobante de la eficaciade ellos,'los her­
mosos, elegantes y nítidos trabajos de imprenta,
hay algunos tan buenos, que parecen de litografía.
Como muy notable, unas muestras de unos ensayos
de una máquina nueva para hacer retratos á colores,
que parecen litografiados y que se llama fototipia.
Esto constituye un adelanto y recurso para la
ilustración de periódicos y otras cosas semejantes.
Esta nueva é importante innovación se debe á la
iniciativa y ejecución del Padre Antonio Aime, Su­
perior de los Salesianos en Colombia. En fin, no se
sabe cuál trabajo admirar más; pero lo cierto es que
eso da la medida del bien que están haciendo en
la educación de los hijos del pueblo, que formándole.s el corazón en la moral cristiana y buenas cos­
tumbres, los enseñan á ganar el pan honradamente,
dándole progreso y honor verdadero á su Patria.
« Aunque ya los Salesianos son muy conocidos
por los grandísimos bienes que les están haciendo
ó varios do nuestros hermanos,-especialpiente el
Hcv. i*. Evasio Rabagliati y sus compañeros de
misión, no es menor la importancia de los bienes
que nos están haciendo en favor moral é industrial
de nuestro pueblo.
Como consecuentes imitadores de su Patrono
S. Francisco de Sales, son prácticos y verdaderos
modelos de. caridad.
« ¡Benditos los hijos de D. Bosco su fundador,
y (piicn le hizo á nuestra Patria el bien de propen­
der por su venida !
Hasta aquí el Autor de la memoria, á lo cual sólo
añadimos que ya los obreros y artistas formados
en las Escuelas Salcsianas del Colegio León XUI,
constituyen un buen núcleo y pronto se organizará
la Asociación de los Antiguos alumnos, obra simpá­
tica y fecunda, que tantos frutos de bendición y
bienestar e.stá llamada á prestar á la Sociedad, en
estos tiempos de mutualidad y de unión.

ECUADOR. — Los Cooperadores Salesianos de la
región dcl CARCHI, en donde es de notarse aún no
existe Cusa Salesiana han decidido edificar en S.
Gabriel una iglesia á María .Auxiliadora de 50 metros
de longitud. Cuentan ya para con ello el terreno

138 -

suficiente en el centro de la población y con la ayuda
y entusiasmo de todos los Cooperadores de esos
pueblos. Para dar principio, sólo esperan el per­
miso de la Autoridad Eclesiástica.
Felicitamos sinceramente á esos celosos coopera­
dores y hacemos votos por la pronta realización de
sus magnánimos proyectos.
SUCRE (Bolivia). — Premios. — Celebróse en el
teatro del Colegio Salesiano una hermosa función
dramático-musical, con motivo de la distribución
de premios á los sobresalientes en las pruebas de
fin de año escolar.
Selecta concurrencia asistió á la fiesta que re­
sultó interesante, tanto porque había sido acerta­
damente organizada, cuanto porque la ejecución
de todos los números nada dejó que desear. Sobre
todo, la interpretación del drama alcanzó un ver­
dadero triunfo, porque fué satisfactoriamente re­
presentado, á pezar de ser drama de aparato y
como dicen los entendidos, de papeles fuer­
tes, es decir difíciles. Los actores todos bien, perfec­
tamente caracterizados y mejor preparados para
hacer la exhibición irreprochable.
El Director del establecimiento, P. Capelli, inau­
guró la fiesta con un conceptuoso y galano discurso,
que rememoró con felices toques la bienhechora obra
obra de la Pía Sociedad salesiana.
Nota simpática de la función fué también el dis­
curso de uno de los maestros graduados, pronun­
ciado á nombre de sus compañeros ; era la palabra
de gratitud y agradecimiento á los Salesianos, por
el más práctico y el más positivo de los beneficios,
cual es el de recibir educación artística y oficio para
ganar el sustento de la vida.
El público se retiró aplaudiendo á los Padres Sa­
lesianos, á quienes de nuestra parte enviamos para­
bienes por el éxito, que indudablemente a sido
uno de los mejores de aquel establecimiento.
ASUNCIÓN (Paraguay). — Piedra fundamental.—
Ayer á las 4^ p.m. se colocó la primera piedra del
futuro local para el colegio de las beneméritas her­
manas salesianas, en la calle Bermejo y Tacuari.
El señor presidente de la República don Juan B.
Gaona y su esposa doña Regina C. de Gaona apadri­
naron el acto.
El Superior de S. Francisco hizo uso de la palabra
y bendijo la piedra el Superior de los Salesianos el
Padre Domingo Qucirolo.
Numerosa concurrencia hizo acto de presencia
á la inauguración, la que fué suspendida por algu­
nos minutos por la fuerte llovizna que cayó en los
oportunos momentos en que iniciaba su plática
el orador. (Dí E l País. 6 de Nov.)
— Funerales. — En la capilla de María Auxilia­
dora se celebraron el 5 de Nov. p. p. solemnes fu­
nerales con motivo del décimo aniversario de la
muerte del obispo Salesiano doctor Luis Lasagna.
acaedida en la catástrofe ferroviaria de Juiz de
Fora (Brasil).
Además, el 26 de Nov. celebróse con gran pompa
y numerosa concurrencia la distribución de pre-

— 139 —

mios en el Colegio Mons. Lasagna de Estudiantes
y Artesanos. Hemos recibido el programa el cual
es variado y hermoso.

MALTEBRUGGE-GAND (Bélgica). — Rasgo con­
movedor de amor filial. — La Obra de D. Bosco
estableció en este Orfelinato de S. José la obra del
« Dinero de S. Pedro > y nos es sumamente grato
poder manifestar á nuestros lectores que se repiten
las tiernas escenas de la abnegación y amor al Pon­
tífice Romano de lostiemposdeD. Bosco. Pequeña,
insignificante fué la limosna recogida, no fueron
sino 20 francos, pero recogidos cuarto por cuarto de
los ahorros de huerfanitos amantes. El Eminente
Secretario del « Dinero de S. Pedro » en Gant, dió
cuenta de esta donación en una asamblea general,
y nosotros referimos sus palabras, traduciéndolas
de Le bien public, diario de Gant. Dice a s í: « Entre
las ofertas que hemos recogido este año, hay una
que enternece sobre todas las demás. Nos ha sido
enviada por los huerfanitos del Instituto Salesiano
de Maltebrugge. Estos niños habían oído hablar del
Dinero de S. Pedro, se conmovieron y espontánea­
mente, con sus ahorros, recogieron la suma de 2ofrs.
como oferta á Pío X , el padre universal de todos los
pobres y de todos los huérfanos. » [Prolongados
aplausos).

NECROLOGIA.
txcmo, Sr. D. José María Pereda.
jía de tristeza y de luto fué para los Salesianos de Santander el i® de Marzo en
que todos los telégrafos de España anunciaban
el fallecimiento de uno de sus más insignes bien­
hechores, el Exmo. Sr. D. José M.* Pereda.
La noticia del fallecimiento del incomparable
escritor, del que tan magistralmente había des-

BIBLIO G RAFIA.
Lectoras Católicas de Sarriá-Barcelona. Núms. de
Febrero, Héroes Cristianos por Hugo Mioni. Con­
tiene interesantes narraciones. Precio en rústica
0,50 ptas. En tela 0,75 En id. con tela corte do­
rado y plancha 1,00.
Maaual 4e la Pasión, compilado y arreglado por
un P. pasionista. Precioso volumen en 8® de 514
páginas.
La Editoria B. Herder Friburgo de Brisgovia
(Alemania) tiene en curso de estampa:
la tradución de la famosa obra inglesa del insigne nove­
lista Slieehan, canónigo, intitulada .Hi Nnevo Coa­
djutor, Diario humoristico de un anciano párroco
irlandés. La tradución es de M. R. Blanco-Belmonte. Un tomo en 12« cerca de 400 págs.
E l Rotnero. Guía de los principales monu­
mentos y Santuarios de Roma y de las demás
ciudades importantes de Italia; por D. Elvino Ná­
car Fuster. Frc. 7,50. Libro ameno y muy útil para
los peregrinos y para cuantos se interesan por los
monumentos de la ciudad eterna.

1

José M. Pereda • Eximio novelista.
crito la explosión del Machichaco, produjo, cual
otra explosión, un vacío en la atmósfera de las
letras, dejando á los montañeses en la mayor
consternación.
No es del caso hablar del insigne cantor de la
Montaña, pues sus obras le dieron gloria imp>erecedera que se extendió á toda España y Amé­
rica.
Diré algo que se relacione con la (Congregación
Salesiana.
Era tal el afecto que abrigaba aquel noble co­
razón por nuestra Obra, que en iqoo, se le veía
andar de puerta en puerta por las calles de
Madrid, pidiendo á sus compatriotas montañeses
suscripciones para el edificio en construcción.
Era y a entonces el gran Pereda, se sentaba ya
majestuoso en trono de gloria teniendo el cetro

— 140 —
supo enjugar muchas lágrimas y llevar consuelo
del reino de las le tra s; y sin embargo recibió
eficaz á muchos desgraciados; varios niños re­
desprecios y muestras de desagrado, en muchas
cibían en diversos planteles una cristiana y sólida
ocasiones !
¡Bien cierto es que los grandes hombres con educación debido á la caridad de esta matrona.
A l declinar su existencia Sufrió terribles gol­
una mano tocan al ángel y con otra al niño !
Como yo se lo recordase tres meses antes de su pes, que como la muerte de su esposo y de su
hijo, abreviaron sus días. Los Salesianos que
muerte, y le diese las gracias por sus cuantiosas
limosnas y por cuanto habíatrabajado, respondía tuvieron en la familia Thomdike un factor im­
portante en el desarrollo de sus obras, consagran
con ingenuidad in fan til: « Sí, s í ; adúleme V.
mucho y recuérdeme aquellos días de aventuras
que me agrada sobre m anera; ahora con esta en­
fermedad que me tiene abatido é inmóvil, todo
me fastidia menos el recuerdo de esas cosas. »
Genios inmortales como Pereda los suscita
Dios para consvielo de sus fieles en las épocas
más críticas. Ahora que la literatura yace en el
cenegal del más repugnante naturalismo y la
prensa incrédula domina, brilla de primera mag­
nitud el genio del gran novelista, el que en ciertos
momentos supera al mismo Virgilio.
Católico á toda prueba, se le veía arrastrarse
por las calles de Santander los días santos para
asistir al santo sacrificio de la misa, de la que
-/
estaba dispensado ]ior su dolencia. Su devoción
á la Madre de Dios era grande como su nobleza.
Recuerdo que no pudiendo él leer mi circular
á los Cooperadores con motivo de la última fiesta
de María Auxiliadora, quiso que yo mismo se
la leyese. Apenas comencé su lectura, se descu­
brió poniéndose el gorro sobre la rodilla en acti­
L a S ra . Thom dike.
tud de aguardar la conclusión. Le advertí que
no estábamos en la iglesia para descrubrirse y
un recuerdo á la memoria de su bienhechora, y
me respondió : « cuando oigo nombrar á la Vir­
piden al Sgdo. Corazón y á María Auxüiadora,
gen Sma. no puedo estar cubierto » y no se cubrió
con cuya medalla había sido condecorada la Sra.
hasta que terminó la lectura.
Thomdike el 14 de Obre. p. p., la introduzcan
Con mucho interés me preguntaba por la
cuanto antes en el trono que merecieron sus vir­
marcha de nuestra Obra y oía con agrado todos
tudes y que se digne consolar á la familia de la
los pormenores, cuando no se le podía hablar de
generosa extinta.
otros asuntos por su abatimiento.
También los Salesianos de Sevilla (España)
A su desconsolada familia que tanto se inte­
han perdido un valioso apoyo en la Sra. Dña
resa por la Obra Salesiana enviamos en nombre
de toda nuestra amada Congregación el más Sabina Alvarez de Alvear y Ward , fallecida el
10 de Fbro. p. p. después de recibir los SS. Sa­
sentido pésame y rogamos á nuestra madre
cramentos
y la Bendición de Su Santidad.
María Auxiliadora les consuele en tan dolorosa
circunstancia.
D. üelmo íllutis Pbro.
Nuestros niños, con nosotros, no cesarán de
fbandonó
el mundo este virtuoso Sacerdote
implorar del ciclo la salvación del grande
en
la
ciudad
de Pasto (Colombia) en Sep­
Bienhechor.
tiembre del año p.p. Fué modelo de celo y acti­
E l Director del Colepo de SatUander.
vidad, amaba con ternura á los niños cuya ins­
trucción promovió. Estableció y sostuvo la Co­
La Sra. Thorndihe.
fradía del Santísimo y fué muy devoto de la
Salesianos de Lima y en general la so- Sma. Virgen.
R. I. P.
ciedad limeña han experimentado una
grave pérdida con el fallecimiento de esta se­
Con aprobación de la Autoridad Eclesiástica:
ñora, acaecida á mediados de Enero. Sus gran­
Gerente: JOSÉ GAMBINO.
des prendas naturales estaban realzadas con una
Turin, Tip. Salesiana (B. S.) — Vía Cottolengo, 3**
esmerada educación. Su caridad era inagotable,

Fecha
1906.05