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Título
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BS_1905_10
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Descripción
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Boletín Salesiano. Octubre 1905
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extracted text
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rjistra
Redacción y
P'úi CottoUngo, $2
f
AÑO X X — N. lo
—
Ptiblicación mensual
SUMARIO: L a m ayor de ias c i e n c i a s ........................
249
El R o s a r i o ............................................................................. ....
El Representante d el Sucesor de Don Bosco en
A m é r i c a ......................................................
252
De nuestras M isio n es: M isión de la Isla Dawson . 255
»
M isión de Matto G r o s s o .............................256
>
E n el Lazareto de A gu a de Dios
. . 257
»
través d el E c u a d o r ................................. 259
B ib lio g r a fía ............................................................................... 263
Gracias de M aría A u x i l i a d o r a ...........................................264
—
—
Tiivin- Ilal'ux.
O C T U B R E de 1905
Sensible p e r d i d a ............................................................. • ^ '7
Crónica S alesiana : Por E s p a ila : O tid , V alencia, Ciu- •
d adela — Por Am érica: M osquera, Buenos Aires,
E l Rosario. A requ ipa, M aracaibo, .\raure, Ynrilngu a, Im babura, G uatem ala - Por Italia: Valdocco,
Ancolia, M ilán, Rom a — Pin P o rtu gal: Lisboa —
E n A frica : . A l e j a n d r í a ....................................................268
M erecida d i s t i n c i ó n ...............................................................275
N e c r o l o g í a ............................................................................... 27.'5
Cooperadores Salesianos d i f u n t o s ....................................276
La mayor de las ciencias.
"T
L a ciencia sin la religión es
u n libro despojado de su prin
cipio y su fin (G a u m u ).
I.
de sumo» interés y de
imprescindible necesidad es la
enseñanza religiosa. Mucho se
ha hablado y escrito acerca de
ella, pero jamás será bastante. Entre to
das las ciencias y todos los estudios, el
de la religión debiera tener la primacía,
porque es el que más interesa al hombre
y á la sociedad. Pudiera decirse que
es la sola ciencia necesaria, porque
conduce á la posesión de la única cosa
necesaria de que hablal^a Jesucristo.
Sublime ciencia la que descubre
al hombre los más hondos arcanos
'UESTIÓN
que, á la vez que robustecen su
entendimiento, iluminándolo con la luz
más viva, llenan su alma de goces ine
fables; que le enseña el secreto de la
felicidad y le proporciona los medios
de conseguirla. Hermosa ciencia que
debiera ser buscada y perseguida con
el ansia con que se busca una panacea,
con el anhelo cqn que buscaban la al
quimia los antiguos. Ciencia sobre ma
nera práctica que tiene por fin todo
cuanto más puede interesar al hombre:
ella, es cierto, tiene por objeto primario
procurarle su felicidad eterna, es decir,
llevarlo al cumplimiento del noble fin
para que lo creó el Omnipotente, pero
de paso le procura cuanto sea nece
sario para su bienestar terreno. Ense-
— 250 —
*•
ñándole sus derechos y deberes, le pro
mete y da la paz, ese tesoro que todos
Siendo esta ciencia necesaria á todos, y
buscan, pero que pocos hallan, ese re necesaria por toda la vida, se debe comen
medio que endulza las penas y suaviza zar á enseñar desde temprano. Nadie me
el sufrimiento. Ciencia á todos necesa jor que la madre puede iniciar en ella á
ria, á todos útil. Y sin embargo j cuán su hijo. Las ideas mamadas con la lechey recibidas en las rodillas de la madre,
descuidada está!
Nos asombramos cuando al lanzar una jamás se borran, los sentimientos allí
mirada por el mundo y contemplar el adquiridos nunca se estínguen. La ma
estado de la sociedad presente, da dre es el ángel del hogar, y el padre
nuestra vista con supremos males : con es su sacerdote. A ’ entrambos incumbe
s j agitación como mar en deshecha tem el sacrosanto al par que dulcísimo de
pestad, sus aberraciones, su fealdad; é ber de destilar en el alma de sus hijos
instintivamente nos preguntamos; ¿cuál el néctar del amor de Dios, la leche de
será la causa de tamaño mal? Y lle la religión. «Un hijo, dice el P. Vianvado cada mal de sus propias ideas, ney, debería poder recordar siempre
quién señala una y quién otra. Para con ternura el nombre de su madre. »
nosotros, como para el Soberano Pon Y esto se logra principalmente ense
tífice, el práctico, el apostólico Pío X, ñándole la ciencia del cielo, que es el
la única es la ignorancia en materias baluarte del hogar, como más tarde lo
religiosas (i), «no solamente entre la será de la sociedad, salvaguardia de
gente ruda del campo y el pueblo más los vínculos de la familia, prenda de
bajo de las ciudades, sino también, y amor y gratitud. ¡ Con cuánta compla
acaso con más frecuencia, entre hom cencia recordará más tarde el hijo,
bres de otra categoría, incluso entre los quizá en medio de las vicisitudes de
que se envanecen de su saber, y apo la vida, las enseñanzas de los padres!
yando en una vana erudición, pretenden A ellos debo la tranquilidad de que
burlarse de la religión y blasfeman lo disfruto, se dirá; á ellos el que no haya
sido presa de lo desesperación, á ellos
qtie no conocen (2).
De aquí el escepticismo que llena la la esperanza de una vida futura, que
mente de tinieblas; el disgusto de la me alienta y me sostiene. Pero si esto
vida que arrastra á tantos al crimen se descuida, lábrase la desgracia de
horrible del suicidio; el egoísmo que la familia, y el hijo maldecirá más tarde
se pasea triunfante por el mundo; la la indolencia de sus padres. Sabida es
instabilidad de las sociedades, la inse la historia de aquel infeliz criminal, que,
guridad en la amistad, lo vacilante de condenado á la última pena por la jus
los tronos, la ruina misma de la fami ticia, ya sentado en el banquillo, llamó
lia, y, lo que es peor, el estrago de á su madre para darle el último adiós;
las almas. Poned en su lugar la reli y al acercarse ella, le destrozó el ros
gión, dadle toda su importancia, y ha tro, diciéndole: tú tienes la culpa de
bréis remediado, si no en todo, en mi desgracia, porque en vez de edu
carme cristianamente, me abandonaste
parte al menos, el terrible mal.
á mis instint;os.
( i) Kncic. del 15 de .\bril.
(a) Ju d. 10
*
* *
Llegado el niño á conveniente edad,
— 251 —
debe ponerse sumo cuidado en escoger
el maestro al cual confiar el depósito
sagrado: el niño es un tesoro inapre
ciable que no puede entregarse sino á
manos muy seguras. El maestro es el
encargado de desarrollar los gérmenes
de virtud que la Providencia depositó
en el corazón del niño, y que los pa
dres comenzaron á cultivar.
El catecismo, ese librito admirable
que en su pequeñez contiene las más
grandes verdades teológicas, que en
seña la manera de tratar con Dios, y
nos amaestra en nuestras relaciones
para con el prójimo y en nuestros de
beres para con nosotros mismos; que
nos muestra los remedios para curar
de nuestras enfermedades y los alimen
tos para robustecer nuestras alm as; el
catecismo, decimos, debe ser la materia
que de preferencia.se debería enseñar.
Pero no de un modo superficial y es
téril, sino haciéndolo ameno y apete
cible, profundo y racional, de manera
que el niño se dé cuenta de su fe y
sea fuerte para no dejarse seducir ni
llevar de todo viento.
A l paso que se adelanta en las de
más ciencias y que la razón se va des
arrollando, debe marchar la enseñanza
de la religión. Hoy día el simple ca
tecismo no basta.
Con cuánta satisfacción hemos visto
en varias ciudades de Italia, que los
jóvenes universitarios, al salir de las
aulas, — de donde por desgracia está
desterrada la enseñanza de la ciencia de
las ciencias, — se dirigen á un colegio
salesiano ó á otro plantel católico, para
recibir la instrucción que es más nece
saria, la de la Religión. Y á veces
tienen que afrontar las burlas de sus
compañeros y las befas de los perver
sos, pero van con frente serena y co
razón alegre, convencidos de cumplir
á
con un deber, tal vez estimulados por
los consejos de una madre, sostenidos
quizá por el recuerdo de la que les dió
el sér y que ya se ha marchado parii
la eternidad. Así es como totlos de
bieran proceder. Las ciencias humanas
armonizan con la virtud, y parece un
crimen separarlas, cuanto más el pre
sentarlas reñidas.
Vosotros, pues, vosotros todos los
que sentís palpitar en vuestro corazón
el amor á la humanidad, reanimad
vuestro entusiasmo, apresuraos á rea
lizar con el Supremo Jerarca, el vasto
programa de restaurar- todas ¿as cosas
en Cristo.
l^OSARIO
:a práctica del Santísimo Rosario es
\ma devoción universal en la Iglesia:
no hay familia cristiana que no se
haga un deber de rezarlo.
El Profeta Elias vió una nubecilla diminuta
que saliendo dcl mar, fué creciendo y creciendo
hasta cubrir el horizonte y derramar luego co
piosísima y fecundante lluvia sobre la t érra que
estaba árida y retostada. Con esa lluvia flore
cieron los campos, brotó la verde hierba, se
cubrieron de mieses las campiñas y se adornaron
las colinas y los montes. Tal ha sido la historia
del Rosario. Apareció sobre los horizontes de
la Iglesia, insignificante, que apenas se veía.
Sto. Domingo, gloria de España y sol de la cris
tiandad, lo descubió á los hombres, en época
árida y desastrosa para la sociedad. La nubecilla
creció, empezó á derramar bendiciones que ha
cían germinar la planta de la devoción, y pro
ducía los frutos de las virtudes; los fieles se ena
moraron de ella ; y vino á hacerse tan general,
que no hay pueblo donde se conozca.
A llá en pueblos jóvenes de la virgen América,
que apenas comienzan á poblarse, es cosa digna
— 252 —
de verse, cuando al caer la tarde , al débil claror
dcl sol moribundo, los campesinos abandonar
sus trabajos, y se dirigen, á sus hogares, donde
una familia sencilla forma su encanto. Si la
iglesia no les queda muy lejos, allá se dirigen y
acompañan al Párroco en la recitación del Ro
sario. Oh ! ¡qué bello es ver aquella gente que,
terminadas sus faenas , van á bendecir á su
Reina, cuando mucre el día i Si la iglesia es dis
tante, al toque de oración se arrodillan, y diri
giendo el padre ó la madre, acomjjañan á los
que allá en la iglesia rezan. Aquellas plegarias,
cual delicado incienso, suben al cielo y llegan al
trono de María.
León X III, de s. m. que pudiéramos llamar
el Papa del Rosario, como Pío IX lo es de la
Inmaculada, de tal modo cultivó y propagó esta
devoción, que su nombre y el del Rosario son
casi insej)arables. En el vió lo que hay en reali
dad,— y lo habían visto y experimentado antes de
él los Pastores y los fieles, — un remedio social.
Rezad el Rosario como se d eb e, medi
tando sus misterios y acompañando con el co
razón el movimiento de los labios, y obtendréis
grandes victorias. Ahí recordáis el dogma, ad
miráis las virtudes y la vida de Jesús, María y
José, el modelo más alto de familia, os consoláis
de vuestros trabajos y suspiráis por el cielo.
Una jovencita que acompañaba á su madre
en el rezo del Rosario, vió que cada Avemaria
que salía de su boca, se convertía en una preciosa
rosa, como esas que crecían á la orilla del Jordán,
y que la Sma. Virgen allá en lo alto las recogía y
con ellas formaba una guirlanda que ceñía luego
á las sienes de su Hijo.
Praticad esta devoción, celosos cooperadores,
propagadla como lo hacía D. Bosco y contri
buiréis no poco á la gloria de Dios y al bienestar
de los hombres.
EL EEPEESEm iTE DEL SÜEESOR EE DOS EOSBO
EN A M É R I C A
(Correspondencia de D . Calógero Gusmano á nuestro Rector Mayor, D . Miguel Rúa)
(Continuación). (*)
isitando la ciudad, pasamos delante del un arte, aprendían á ganárselo en el porvenir.
¡Cuántos jóvenes que se habrían entregado á una
Protectorado^ obra también de García Mo
vida miñosa para sí y peligrosa para la sociedad,
reno, situado á los pies del delicioso Pichincha,
Es el mejor edificio de artes y oficios de la ciudad recogidos en aquel santo recinto no prometían
y los lectores del P old ín y a lo conocen. En los el éxito más brillante ! ¡Cuántos no arrancó el
nueve años que estuvo bajo la dirección de los Protectorado al delito, con frecuencia provocado
por la ignorancia , el ocio ó la miseria ! La mejor
nuestros, vió ampliado el local, aumentados y
jieríeciüuados los talleres, de modo que llegó á pmeba de que Dios bendecía aqueha obra eran
ser el primer instituto de la Capital y digno de los numerosos jóvenes que afluían, la adhesión
figurar en cualquiera ciudad europea. Allí los constante y reconocida que profesaban los an
tiguos alumnos á la simpática institución y á sus
jóvenes adquirían con métodos teórico-prácticos,
en brevísimo t.empo, los conocimientos ne superiores. Y éstos, correspondidos, estimulados
cesarios para ganar un dii>loma. un puesto hon por su ardiente celo, no reparaban en gastos v
rado en la sociedad; y salieron tantos, que en sacrificios, hacían mejoras, elaboraban nuevos
gran parte compensan los sacrificios hechos ; métodos racionales, y los ponían en manos de
allí tantos hueríanitos y desheredados recibían los niños.
Esta obra no podía ciertamente agradar al
con la educación moral y religiosa, el pan ne
cesario pan» el sustento diario, y por medio de enemigo del bien y á sus secuaces ; y por esto,
el Ecuador vió gente’ comprada que gritaba
contra el extrangero, contra Ja competencia, la
{*) VéRse Boletín de Septiembre, pág. 22S.
¥
— 255 —
educación de sacristí la complicidad en política,
hasta que estalló la revolución, y el 24 de Agosto
de 1896, á media noche, cuando el pueblo menos
lo pensaba, los nuestros sin saber porqué, se vie
ron constreñidos á partir, expuestos por 40 días
á toda suerte de peligros á través de las florestas
del Paylón, privados hasta del miserable alivio
de la disculpa. Las penalidades de aquel \iaje,
lo mismo que las víctimas, son conocidas por
la obrita de D. Francesia — Nuestros Mísiotieros.
Los pobres desterrados, llegados á Guayaquih
y sabiendo que en aquella ciudad se hallaba el
General Alfaro, entonces árbitro supremo, fiados
en Dios y en el testimonio de su propria concien
cia, poder sublime, roca incontrastable, invul
nerable como el genio, se presentan en la persona
del Superior, al hombre que ejercía el supremo
mando. Acompañábanlo el capitán del buque
y el vicecónsul italiano. E l general escuchó todo,
mo\úó algunas dificultades, y vencido por las
razones de D. Calcagno, concluj’ó lamentando
el no haberse podido entender en Quito y pro
metió hacer justicia á los Salesianos. D. Cal
cagno partió con los suyos á Lima ; pero á los
Salesianos de Riobamba, que iban también
camino del destierro, se les volvió á llamar, y
Dios quiso servirse de ellos para conservar la
obra de D. Bosco en la República del Sagrado
Corazón. Cuando llegó allá el Visitador, se con
taban seis casas, independientes todas del gogierno ; pero el Protectorado con sus talleres, un
tiempo soberbios, existían tansolo de nombre :
los jóvenes disminuían por los continuos cam
bios de dirección y hasta poi la falta de maqui
narias. Quiera Efios que aquel vasto edificio
logre el fin para que lo levantó el héroe del
Ecuador, García Moreno !
E l nuevo Colegio.
Nuestra nueva casa de la Tola se levanta
frente al Protectorado , á los pies de otra co
lina ; allí los Salesianos han edificado un mo
desto colegio que alberga más de 200 jovencitos,
repartidos en las varias clzises y talleres, y edi
ficaron una iglesita que se necesitaba en aquel
barrio. D. Albera bendijo un períectísimo taller
de curtiduría, arte poco conocida en el E cua
dor antes que fueran allá los Salesianos. E l Gober
nador de la ciudad y su afabilísima señora
hicieron de padrinos, y tuvieron para los Saíesianos no sólo elogios, sino que concurrieron
con generosa oferta. Dios les recompense su
magnaminidad!
D. Albera, bendecidas las varias distribucio
nes del vasto taller, habló poco más ó menos en
estos términos. ; * Señores, hemos asistido á
un grande acto, y digo grande, porque, g i^ d e
es todo lo que la caridad inspira y la religión
bendice: ¿ y qué ideal más alto que socorrer á
los niños pobres y abandonados, sin techo
con frecuencia ? niños que llevan en sí el germen
de las futuras generaciones, el secreto dol por
venir, el consuelo ó el terror de la patria y de
la.iglesia ? ¡Huérfano y abandonado ! ¿quién no
siente toda i a tristeza de estas ])alabras, sobre
todo si piensa en las dulzuras do que hace dis
frutar una madre tierna y llena de solicitud ?
En torno del huérfano, no hay sino vacío: de
sierto, tristeza ; quién suplirá esta falta ? Vos
otros, mis buenos cooperadores, apasionados
amantes de estos pobrecitos ; vosotros, que se
réis abundantes en misericordia para con ellos,
vosotros que en vuestra desinteresada caridad,
les haréis de padres y de madres ; vosotros se
réis quienes les procuren un ¡porvenir honesto
y tranquilo ; el porvenir del trabajo que robus
tece, del estudio que ennoblece, de la religión
que consuela, santifica y eterniza esta creatura
de hoy. Sí, vosotios seréis el padre y la madre
de millares de adolescentes que la caridad de
vuestro corazón ardiente aliment?, para formar
hombres honrados y valerosos cristianos. »
En Quito, la simpatía para con los Salesianos
es grand*^, todos quieren concurrir á levantar la
casa de la caridad, como la llaman, y que va,
lentamente sí, pero con seguridad, agrandán
dose y asilando mayor número de niños.
E l Sr. D. Albera se apresuró á visitar al S.
Francisco de Sales del Ecuador, el manso y afable Illmo. Sr. González, verdadero padre de
los Salesianos, esjíccialmente en el tiempo de
la revolución y el destierro. Como dije arriba,
nos acogieron cortésmente el Presidente de la
República, el hijo de García Moreno y varias
distinguidas jxjrsonas, que concurrieron en su
mayor parte, á formar corona á nuestro Su])erior,
durante el acto literario, bien ¡^reparado y mejor
ejecutado. Los Hermanos de las Escuelas Cris
tianas le invitaron á celebrar la Misa, y saliendo
de la Iglesia — delicada idea — le presentaron ios
1300 niños que ellos educan, y que aclamaban
todos á nuestro Superior. Dos de ellos lo salu
daron, y con sentidas frases le dieron las gracias
por los beneficios que les hacen los Salesianos,
que desde há tanto tiempo se prestan á ser
sus capellanes y confesores.
E l trabajo no falta : el Director tenía clase
regular, predica en la iglesia pública y atiende
á las numerosas confesiones, y los demás le imi
tan. Dígnese el Señor enviar muchos [y buenos
obreros, que de otro modo es impossible cultivar
convenientemente la abundantísima mies.
L a partida — Un excesivo temor.
D. Albera estaba poco bien, la altura de la
ciudad de Quito le produjo los mismos efectos
— 254 —
que sufrió en la Paz ; dificultad en la respiración
y fuertes dolores de cabeza. No era el caso de
prolongar la permanencia. E l fin de Julio se acer
caba y el 30 debíamos estar á bordo del vapor
que j)artia de Guayaquil á Colombia. Acom
pañados del Director, montamos á caballo, y en
pocas horas estuvimos en la casa que nos que
daba por visitar, el antiguo noviciado de Sangolqui, que la noche de la expulsión contaba
30 novicios. ¡Cuántas tristísimas consecuencias
no trajo aquella noche dolorosa !
Volvimos á Quito, sirviéndonos de todos los
medios de transporte ; diligencia, caballo y tren,
á trueque de llegar y tomar el vapor ; y á grandes
jornadas nos dirigimos hacia Guayaquil. La
última fueron catorce horas sobre lomo de
caballo, con un sol abrasador ; los caminos no sé
por cuál motivo se habían dañado á trechos, y
nosotros para libramos del sol, nos internamos
en la floresta. Nos habíamos extraviado una oca
sión ; por esto, vista una ca.sucha, mientras
D. Albora se hallaba pocos pasos adelante, me
llegué á ella y pregunté si estábamos en el ca
mino que conduce á Huigra.
— Sí, Señor, me respondió un hombre de se
vero aspecto, de larga, espesa y venerable barba,
cumplütamente blanca, y añadió : ¿desea to
mar un refresco ?
— Gracias, mil gracias, respondíle yo. Pero él,
sin darse por entendido, entra en la choza, des
tapa una botella, prepara un grande vaso, y
alargándomelo, dice :
— Beba, beba esta gaseosa que le sentará
muy bien.
Y o continúo rehusándola, pareciéndome ex
traño que en aquel lugar so me ofreciese una
bebida por un hombre que no me inspiraba
mucha confianza, y luego, pensaba entre m í:
Si fuese verdadera gaseosa ¿ porqué no abrir la
botella en mi ])resencia ? y persistía en mi re
sistencia, aduciendo mil pretextos.
En el ínterin, D. Albera, no viéndome, vuelve
atrás, y aquel hombre á ofrecerle la gaseosa que
yo había rehusado. Jle apresuro á responponder por el Superior, diciendo que no tenía
sed, que le haría mal, que 'poco hacía habíamos
bebido, etc. Poro D. .«Vlbera. que nada sospechaba
y que realmente estaba ardiendo de sed, aceptó
el vaso no obstante mis fingidas excusas, y se lo
arrima á los labios. No sé qué hubiera yo hecho
para que no bebiese; sin embargo, temiendo ofen
der á aquel hombre, acabé por aceptar también,
y en todo caso compartir mi suerte con el Su
perior á quien acompañaba. Alejados de allí,
hice presente á D. Albera lo que me parecía
haber arriesgado, y continuamos confiados en
Dios : aquel hombre guardaba, bajo rudas apa
riencias, un alma generosa y caritativa, y quizá
habiendo sufrido el ardor que experimentába
mos nosotros, se había movido á compasión.
O tro acto de p iedad — Con dirección
á C olom bia.
A l siguiente día, otro acto piadoso vino á
probamos una vez más cuán amorosa es la Pro
videncia. En Huigra habíamos dormido bajo
mísera tienda ; en rma casa de madera en constnicción liabíamos celebrado la santa Misa, ver
dadero consuelo del Misionero y más todavía
para nosotros, no acostrumbrados á vida tan
¡cenosa. Licenciado nuestro guía y cambiado el
traje, entramos en el tren ; á medida que nos
acercábamos á la costa, sentíamos más y más
que estábamos bajo los ardorosos rayos
ecuatoriales. Eran las 2 p.m. y nuestros vagones
parecían otros tantos hornos ; párase el tren
por espacio de media hora, y yo invito á D. Al
bera á bajar y tomar alguna cosa. Me contesta
que no tiene gana de tomar absolutamente nada
que su estómago estaba relajado y sin fuerza, y
que lo único que podría tomar era una taza de
caldo, lo que era inútil esperar en aquel lugar.
Apoyada en la mano la cabeza, estaba yo dis
curriendo lo que debía hacerse, porque era muy
tarde y no habíamos gustado alimento, cuando
siento golpear á la puertecilla del vagón : era
una muchacha con dos tazas de caldo, mientras
una señora desde un balcón algo distante, nos
invitaba graciosamente á tomarlo. D. Albera
me preguntó sonriendo si podía aceptarlo sin
peligro : por toda respuesta le doy por primero
el ejemplo : fué aquello un verdadero conforta
tivo, un rasgo amoroso de la Providencia.
En Guayaquil habían los nuestros preparado
algunos jovencitos á la primera comunión, que
recibieron de manos de D. Albera. Por la noche,
fuimos inquietados con el desarrollo de varios
incendios: algunas casas vecinas á nuestro colegio
desaparecieron, uniéndose á las 26 manzanas y
á varias iglesias 15 días antes reducidas á cenizas.
Se nos anuncia que había llegado del Callao el
vagor Colombia que debía llevarnos á Panamá.
Después de dar el adiós á los Superiores y alum
nos, nos dispusimos á partir : era el último tra
yecto en el Océano Pacífico, que debía durar
sólo tres días, y todos nos lo auguramos verda
deramente pacífico. Nosotros , agitando por
última vez nuestros pañuelos, nos alejábamos
de aquella República que nos había hospedado
por dos meses y que tantos sudores, sacrificios
pecuniarios y hasta víctimas, costaba ya á la
Pía Sociedad Salesiana. Sean ésos nuestros lazos
de unión sempiterna á la generosa República
que D. Bosco moribundo bendecía y le enviaba
sus obreros evangélicos.
(Se coniinuard).
■ ©
E NUESTRAS MISIONES
w
que los más civilizados, especialmente los jó
venes que vivían en nuestro colegio, estaban
con puntualidad á nuestras prescripciones y
ninguno murió. Antes, para muchos la enfer
Misión de la Isla rfe Dawson.
medad fué saludable remedio para sus almas;,
(Caria del P . Maqgiorino Borgatello)
tomándola como suave visita del Señor, hicieron
todos la confesión general y recibieron como
por viático la Sagrada Comunión.
Revmo. Sr. D. ^í^guel Rúa :
Una tarde, sin que nadie les dijera nada, me
mandaron llamar y quisieron confesarse todos
Por encargo de Mons. José Fagnano, Prefecto
Apostólico, le doy algunas noticias tocante á conmigo, como forastero que era para ellos.
Hallólos tan llenos de fe y devoción, que me jianuestra misión de la isla Dawson .
Á fines del pasado febrero tuve la fortuna de ha recieron dignos de prop>onerse como modelos
cer allá, en compañía de unos treinta hermanos, á tantos cristianos de hoy día que en las prácticas
parte de aquella isla y parte de Punta Arenas, de devoción, si es que las hacen, se contentan
con mucha exterioridad, pero poco corazón.
los ejercicios espirituales, dictados por los P.P.
¡Buenos
indios., habéis venidos los últimos á
Santiago Spreafico y Juan Noat, celosos misio
nuestra
Religión,
pero sois los primeros por
neros salesianos. Mientras en Punta Arenas se
vuestro
fervor
!
Perseverancia
!
ensañaba la escarlatina, (aquí llamada alfom
Gran
consuelo
me
proporcionó
una joven
brilla) y segaba numerosas víctimas, especiaindia
de
20
años
que
ví
morir
como
una santa.
mente niños, aquí era desconocida del todo. Pero
Pocos
meses
antes,
siguiendo
mis
consejos,
se
apenas llegó el buque que nos conducía, apare
había
retirado
á
la
Misión
y
moraba
con
las
Her
ció el terrible azote. Pocos días después,casi todos
los indios de nuestra misión, fueron atacados de manas. Estaba ya enfermiza y la familia á
la enfermedad. Hicimos, pues, de médicos y. en quien servía no quería tenerla más, porque no
fermeros, y los que obedecieron á nuestros cui podía atender á sus ocupacionesy porque temía
pegase á los almás su lenta enfermedad. Le
dados y recomendaciones, sanaron todos, y
dije que se fuera á Dawson, donde se hallaría
pronto ; algunos de los que fueron rebeldes á
b
ie n ; y no sin graves dificultades pudo reco
todo tratamiento, pagaron con la vida su capri
gerse
á la Misión. El día siguiente á mi llegada
cho. Baste decir que algunos de los más antiguos,
á
la
isla,
sabiendo que se hallaba mal, fui á
en vez de estar en cama y resguardaise del frío,
visitarla.
Aquella
misma mañana había recibido
como se lo mandaban los médicos, preferían
todos
los
auxilios
de
nuestra sacrosanta religión
estarse á la intemperie, tendidos sobre el terreno
y
la
encontré
resignada
y llena de alegría. Se
húmedo y con el pecho desnudo para gozar un
regocijó
en
extremo
al
verme,
me dió las gracias
poco de fresco, porque se sentían acalorados
de
haberme
interesado
tanto
para
que se retirara
por la fiebre. Á éste se le gritaba que se quitase
á
aquella
misión
bendita,
donde
se
hallaba tan
de allí y entrase en su casa porque aquello era
contenta
y
se
había
preparado
tan
bien
ai paso
dañoso á la salu d ; pero respondía tranquila
de
la
muerte.
Díjome
que
moría
feliz
porque
mente ; E n casa mucho calor.... no resistir....
esperaba
ir
al
cielo
á
gozar
de
la
vista
de
Jesús
mucho calar... aquí estar bien. Aquél fingía obe
decer, esto es, entraba en la casa, para salir y de María Auxiliadora.... y que desde allá ro
garía mucho por mí y por todos los Salesianos.
nuevamente á escondidas. Bebían tanta agua,
En seguida me pidió la bendición de María Auxi
que parecía imposible. En suma, era casi obli
liadora, que yo le di con toda la efusión de mi cogar á la Providencia á hacer milagros. Mientras
Tierra del Fue^o.
1
— 256 —
razón. Habióndola recibido, como si no esperase
otra cosa, cerró los ojos y se durmió plácida
mente en el Señor. ;Qué hermosa muerte aqué
lla ! Y cuántas muertes envidiables he presen
ciado yo entre aquellos salvajes convertidos!
Causa verdaderamente envidia, al verlos partir
de este mundo radiantes de alegría y de fe, cual
si fueran á un festín, con una esperanza segura
de pasar dentro do breve á una vida mejor por
toda la eternidad. jCuán bien empleadas son las
de salvajes porque son todos civilizados y los
pocos que aun permanecen en su estado salvaje
no pueden infundir temor. Pero siempre es
cierto que la cruz de Jesucristo ha triunfado
completamente, y su reinado glorioso se ha ex
tendido en este pueblo, enantes bárbaro, hoy
casi en su totalidad, cristano fervoroso. ¡Gloria
sea dada á Dios !
Rv.mo Señor D. Rúa : acepte los más sinceros
saludos de todos los indios de la misión, de
Lisboa (Portugal — Solemae dlslribucdón de premios — 4 de Junio de 1905.
pocas fatigas dol Misionero que salva almas tan
bellas y caras al corazón de Dios ! ¡Cuán bien
empleado el dinero de los bienhechores que con
curren á una obra tan grande y tan santa !...
Es cierto, que estos salvajes mueren muy
pronto y que el Misionero no disfruta del dulce
consuelo de ver pobladas y florecientes por el
número las nuevas cristiandades; pero ¿qué
importa si el ñn principal porque trabajan está
completamente conseguido ? Lo importaiUe es
qt4€ se salven, exclamaba Léon X III de s. m.,
ya que es im/>o$ible oblener más. »
Ahora felizmente la lucha de los civilizados
con estes infelices ha cesado. Y a no se va á caza
Mons. Fagnano, de todos los hermanos, y los
míos propios : Recuérdenos á todos delante del
Señor y bendíganos.
Me repito de V. R.
Humilde servidor é hijo ob.mo en J. y M.
M AYORINO B O R G A TELLO , Pbro.
M.ATTO GROSSO (Brasil). — El misionero
P. José Solari enviaba en carta del 23 de Marzo
del pte. año consoladoias noticias al Sr. D. Rúa,
de la imp>ortante Misión de los Indios CoroadosBororós : c De la Colonia del Sagrado Crorazón,
le dice, recibimos halagadoras noticiar. Los sal-
— 257 —
que naturalmente fué ejecutado con inimitable
expresión....
E l silencio de la noche también fué de im
proviso interrumpido por los conciertos de la
banda, que se colocó á los pies de la estatua de
María Auxiliadora, que domina el jardín que da
á nuestras celdas : la significativa serenata ter
minó con los gritos de ¡Viva el P . Luis! ¡Viva
María Auxiliadora! ¡Viva D . Sosco!
Y no es raro, para estos seres, la incancelablc
memoria del P. Unia, y los PP. Rabagliati, Crippa
y Variara personifican todos sus bienhechores.
Por lo demás, esto no fué sino un pálido reflejo
de las festejos — no ciertamente improvisados —
que celebraron por el retorno de Europa del
P. Crippa, á quien temían perder. Véase aquí un
solemne mentís á los que acusan de ingratitud
á ios leprosos.
E l P. Variara está feliz, yo también gozo de la
general alegría, satisfecho de este sentimiento
del deber cumplido, con el pensamiento natu
ralmente vuelto á mi inolvidable Lazareto de
Contratación, cuyo clima insalubre me ha des
En el Lazareto de Agua de Dios
terrado quien sabe hasta cuándo. Cuántas cartas
per la vuelta del P. Variara.
recibo llenas de afecto y de sinceras expresiones
{Caria del Rev. Padre Alejandro Garbari)
de cariño.
Quiera el cielo devolverme en medio de ellos
Rev.mo Sr. D. Rúa :
cuanto antes. Ruegue con este fin, amado padre
' os leprosos no tienen corazón! Quien da cré- y bendiga, á su •
Afmo. hijo en J. y M.
rtjj dito á esta calumnia debía hallarse aquí
ayer tarde y presenciar las fiestas improvisadas
A E L JA N D R O G A R B A R I, Pbro.
por la improvisa vuelta del P. Luis, quien, lla
Para que nuestros lectores comprendan mejor
mado á otro lugar p<?r la obediencia, ha obte
esta
carta, les daremos una breve relación de
nido el retornar al Lazareto.
lo
acaecido
con el P. Luis Variara.
Seguro estoy de que si el P. Luis se hubiera
Hace y á i i años , es decir desde el tiempo del
presentado en A lta villa, lugar de su nacimiento.
Sus compatriotas no lo hubieran recibido con immortal P. Unia, que aquel valeroso hijo de
D. Bosco se halla en el Lazareto de Agua de
mayores transportes de júbilo y entusiasmo.
Fué una demonstración sumamente espon Dios, viviendo únicamente para los enfermos, es
tánea, porque fué improvisada como la llegada pecialmente para los niños. Mas, habiéndose
del Padre ; y sin embargo el afecto tomó tales quebrantado algo su salud, los Superiores quisie
proporciones, que no sé describirlos : parecía un ron trasladarlo, para que se restituyera á su pri
mitivo vigor. E l, hijo de la obediencia, se retiró,
delirio......
A l Rosario había un concurso como en las no sin experimentar gran dolor.
Pero si él sufrió por esta separación, no menos
mayores solemnidades, yo jamás los había visto
orar con tanto fervor. Durante la Misa, los sufrieron los enfermos, que oprimidos por la
cánticos de las huerfanitas del asilo, parecían pena, pusieron en juego todos los medios para
gemidos ; pero ayer tarde, cambiadas y a las recobrarlo. Dirigieron cartas y telegramas al
cosas, era un reflejo del gozo que inundaba sus P. Superior R . D . Aime, á D. Rúa, al Ex.mo Sr.
Delegado Apostólico, al Ilimo. Sr. Arzobispo
corazones. Notélo p^ticularmente en el canto
Primado, al mismo Presidente y hasta al Padre
de la alabanza ;
Santo, suplicándoles se interesaran por su suer
. ¡Viva Jesús! a léjese
te, é hicieran que los Superiores les dejasen al
La tierra, el cielOj el mar !
vajes continúan acercándose al Misionero y
portándose bien. D . Bálzola los recibe, pero no
sabe qué hacer para atenderlos. E n estos días
llegaron 200 de los cuales 50 con fiebre. Para
la fiesta de María Auxiliadora confío inaugurar
la Colonia de la Inmaculada, y más tarde, para
^cundar los deseos de V . R., la de S. José en el
lugar llamado Palmeiras. Así se podrá atender
mejor á su catequización, mientras llega el
tiempo de ponerlos en comunicación con los ci
vilizados. E l trabajo no falta, pero escasean los
obreros. »
Un telegrama que llegó al Sr. D. Rúa con oca
sión de su onomástico, le anunciaba que la fun
dación de la Nueva Colonia de la Inmaculada,
era un hecho.
COLOMBI/\
-
258 -
que tanto bien les hace. A estas diligencias hu
manas, añadieron otra más segu ra: la oración.
Dios les escuchó, el P. Aúne les restituyó á
los pocos días al que ellos llaman la herencia
que les legó el P. Unia.
Deseado, pero de improviso, llegó al Lazareto
el 27 de Enero al cerrar la noche, y esto dió lugar
á las fiestas descritas en la carta anterior.
Publicamos algunas de las tiernísimas cartas
que en aquellos días se dirigieron á nuestro ve
nerado Superior General, advirtiendo que una
de las consecuencias de la elefancía es avivar
e.xcesivamente la sensibilidad; ellos sienten y
sufren como nosotros no podemos imaginar,
ese ostracismo y confinamiento á que necesa
riamente los condena la sociedad en su misma
patria ; mas también sienten con viveza y agra
decen los beneficios que reciben; el menor
acto de ternura- ó conmiseración, los conmue
ve y los gana : de aquí la fuerza con que se
expresan, la gallardía de las imágenes que usan;
sus acentes son gemidos, y sus frases, llanto
Esto explica ciertas expresiones de las siguientes
cartas, que quizá pudieran parecer á alguno
exageradas, pero que para ellos son naturales
y aun insuficientes.
Muy R. P . D. M iguel Rúa Superior de la
Sociedad Salesiana.
Turín.
Respetado y amadísimo Padre :
El último de vuestros hijos desgraciados de
Agua de Dios, pero el que más os ama y admira,
os saluda con suma reverencia, y á la vez tiene
el honor de dirigiros estas humildes líneas, obli
gado por una gran necesidad que sólo vos p>odéis
remediar.
Es el caso, amadísimo Padre, que el R. P.
Aime, Insj^ector de Colombia, nos ha arrebatado
á nuestro amadísimo P. Luis, la joya más pre
ciosa que nos legó el R. P. Miguel Unia, de feliz
é imperecedera memoria, con el fin de hacerlo
Maestro de Novicios en la Casa de Mosquera.
Muchas son las súplicas empapadas en llanto
que diariamente hacemos todos los enfermos
ai R. P. Aime para que nos le devuelva ; pero
hasta ahora han sido inútiles; mas nosotros,
fuertemente impulsados por el amor que profe
samos á nuestro queridísimo P. Luis, estamos
obligados de manera imprescindible á no omitir
sacrificio ni esfuerzo alguno hasta recuperar esta
joya inestimable que se nos ha arrebatado.
Con la separación de nuestro amadísimo Padre
Luis, el Lazareto quedó sin vida, y los enfermos
hemos perdido la tranquilidad, el sosiego, la
paz, el corazón....! Con él huyó la alegría de
nuestras almas, el reposo de nuestros ánimos,
el contento de nuestros acongojados espíritus,
el sustento de nuestras caras ilusiones, la más
dulce esperanza de nuestro oscuro porvenir, y
en fin, huyó de nosotros la dicha que nos amino
raba la enormidad de nuestra desventura.
A vos, amadísimo Padre, os toca demostrar
nos una vez más que también nos amáis, devol
viéndole al Lazareto la vida y á nosotros el co
razón, la paz, la tranquilidad, el sosiego y la
alegría de nuestras almas ; sin esto no podremos
ni querremos vivir, porque nos faltan los ele
mentos principales.
Recordad, respetadísimo Padre, que uno de
los mmisterios más sublimes que enaltecen la
santa y piadosísima Congregación Salesiana, de
que Vos sois digno Superior, es el de aliviar la
triste suerte de los leprosos, enjugando sus lágri
mas, compartiendo con ellos sus penas, prodi
gándoles toda su ternura y compasión, suminis
trándoles el pan del alma, formándoles el cora
zón en la práctica de las virtudes, y por último
conduciéndolos hasta el cielo. ¡Bendita s e a !
Todos estos beneficios los hemos obtenido de
ella hasta hoy por obra de la Misericordia di
vina ; por eso es que las mayores penas que trae
consigo nuestra terrible enfermedad, se disipan
al llegar al Lazareto, porque en él encontramos
á los RR . PP. Salesianos, haciendo del infortunio
un piélago de dicha y de consuelo. Horrorosísima
sería la pérdida que sufriría este país del dolor
con la separación de nuestro amadísimo P. Luis,
como lo vais á ver : las Congregaciones del Sagra
do Corazón, de S. José, la Guardia de Honor, y
de la Hora Santa, decaerían notablemente y tal
vez fracasarían del todo, porque él es el alma
y el Director de todas ella s; el Oratorio-Asilo
que tiene en construcción quedaría sm termi
nar quién sabe hasta cuándo; la banda de mú
sica que él dirige, se acabaría sin duda; en una
palabra, el Lazareto quedaría bruscamente re
ducido poco menos que á la nada.
No dudo, pues, que la ardiente súplica que
o? dirigimos con lágrimas y en nombre de María
Auxiliadora, de D. Bosco, del P. Unia, de toda
la benemérita Congregación Salesiana y en el
de los leprosos de Colombia eái general, será por
Vos atendida con toda la generosidad y bene
volencia que os animan en favor de vuestros
— 259 —
desvalidos hijos de Agua de Dios, recibiendo en
cambio copiosas bendiciones del cielo, unidas
á nuestra eterna gratitad.
Vuestro más humilde hijo que implora vuestra
bendición.
Á N G E L D E F. B E R N A L .
9 través del Ecuador
(Relación del P . Abrahán Aguilera.)
(Continuación). *
Bueoavista.
— ¡Hola, D. Bairesuete ! ¿ Y cuánto demora
remos en llegar á Santa Rosa ? preguntamos á
nuestro arriero recoquín, veloz como la luz, sutil
como el pensamiento, ágil como la ardilla y sabido
(¡ó sabihondo!) como Pero Grullo.
— Dos 6 tres horas á más tardar — fué la res
puesta dogmática.
Para la inteligencia cabal y exacta de ese « dos
6 tres horitas, » nótese que D. Barxuesueto, con
las cualidades enumeradas y que son apéndice de
las que dejo en el tintero, es capaz de salir de su
casa con la aurora á dar una vuelta á la redondez
del globo y llegar hijadeando á comer con su fa
milia á la puesta del mismo sol que en su veloz ca
rrera no le pudo dar alcance.
Las dos horitas de D. Barresueto equivalen,
pues, á un día poco más ó menos.
Vadeado el estero del Pasaje, cuya corriente de
tienen las espadañas y los ovas y á cuyas márgenes
atisba su presa el cocodrillo hipócrita, se abre una
callejuela por entre las huertas de cacao y de ca
feto. Los arcos y el sonido de campanas nos revelan
cercanías habitadas. De repente se divisan de un
solo golpe el conjunto y los matices de un pano
rama. ¿Qué buena vista/ exclama talvez el viajero
entusiasmado ; y, al darse vuelta para preguntar
ansioso el nombre de esa paisaje que le cautiva,
oye la voz de uno entre risueño que se le anticipa
y le responde :
— Buenavista se llama este lugar.
Como ^•isión fantástica apareció un chicuelo
agitándose en un balcón. L a multitud que había
salido al encuentro del Sr. Obispo, calla y el niño
empieza á decalmar una hermosísima composición
que realzó la destreza y habilidad del pequeño
Demóstenes.
*) V. Boletín de agosto de 1905.
Santa Rosa.
Nos apeamos, y , entre las confesiones, el confir
mar, predicar y comer alguna cosa, llegaron las dos
de la tarde, hora en que montamos y seguimos
viaje á Santa Rosa.
Entre tanto las dos horitas de D. Barresueto
pasaban largas, bien si no pesadas.
A poco andar, rompe una avenida encantadora
y deliciosa. El «-jfiro de la mar cercana se perfuma
en la fragancia de las flores de mil árboles y mil
arbustos que á su belleza añaden la variedad.
Flota en los penachos el amarillo, el rojo, el en
camado, el blanco, el \úoleta, el azulejo y capri
chosamente se combinan. Cada árbol de esc jardín
es el centro de un sistema, una glorieta entretegida
por las trepadoras y los parásitos. Murmura quieto
entre los pardos guijos el río Buenavista que so
une con el Santa Rosa y de sur á noroeste sigue
con el nombre de Vital hasta morir cerca del puerto
Bolívar frente á Jambelí.
L a península que el mar circunda por el po
niente, el Santa Rosa por el este y el Pital por el
norte, es el asiento de la ciudad de Santa Rosa y
sus alrededores. Por el sur se une con la provincia
de Loja.
Salieron al encuentro el Sr. Cura Párroco Rdo.
M- Romero, el Jefe político Sr. Antonio Bem al,
la Escuela de niños, la banda del ejército y otras
personas. Después del célebre Obispo Maciá, Mon
señor era el primero que visitaba á Santa Rosa.
De curiosos y devotos se llenaron los pó icos y las
aceras, los balcones y los techados.
¿Con qué consuelo agradecimos al buen Jesús
hubieran concluido al cerrar la noche, las dos ho
ritas de D. Barresueto que, con haberlas pasado
sobre el caballo y por entre campiñas y bosques es
maltados, nos dejaron el cuerpo quebrantado y
el estómago pedigüeño I
Repuestos del cansancio y la fatiga, gracias á la
exquisita fineza y caridad del Sr. Antonio Bernal
que nos acudió con cariñoso hospedaje, se dió co
mienzo en esa misma noche á las confesiones, plá
ticas y confirmaciones que continuaron al día si
guiente y la mañana del otro, memorable también
porque á ese día se postergó la celebración de la
fiesta de la Virgen de las Mercedes, á fin de que
revistiese, como revistió, más pompa y esplendor
con la presencia de un Príncipe de la Iglesia.
E l Rdo. P. Félix tuvo al pueblo un interesante
discurso sobre la libertad cristiana, pieza ora
toria que no sólo satisfizo sino que ilustró y admiró
á todos los oyentes.
Arenillas.
L a noche
que U fam os, el Sr. Jefe político de
Santa Rosa leyó á Monseñor un telegrama recibido
de su lugarteniente en Arenillas, pueblecito á dos
— 26o —
horas al sur y á cuatro del confín peruano. Estaba
concebido en estos términos :
Sr. Jefe político t
Mañana estaremos allá en unión de las personas
más caracterizadas de esta parroquia para conse
guir del Sr. Obispo que nos visite. He convocado
una subscripción y se han prestado con la mayor
buena voluntad y entusiasmo.
Espero se digne Vd. por su parte influir en el
ánimo del Sr. Obispo para que acepte la invitación
de las moradores de ésta, y yo, á nombre de los
de este pueblo, agradezco á Vd. anticipadamente
su atención.
Esta visita es muy oportuna á fin de poder con
seguir un Cura y no dejar que el espíritu religioso
vaya desapareciendo. — Teniente político. —
Monseñor, al oír las tiernas expresiones de esa
carta, no pudo resistir y accedió gustoso. Nos acom
pañaron las autoridades de ambas partes. Á me
dida que avanzábamos se nos iban uniendo otros
y otros de manera que muy pronto nos vimos rodea
dos de un regimiento.
Líis flores y los arcos se encontraban á profusión.
Los que no tenían unas varas de percalina ó lienzo
para forrar dos palos arqueados, exhibían los pon
chos, pañolones de rebozo, chaquetas, jubones,
colchas, sábanas, etc. etc... Caían de entre los bu
llones de los arcos, de entre las hojas y las flores,
dijes, encajes, espejos, platos, instrumentos de
labranza.... Ni faltó quien me puso á S. Antonio en
la horca, es decir, atado del cuello al centro de una
ojiva. iTodo era poco para exteriorizar el recono
cimiento y la veneración !
Un pobre anciano de 120 años, vagabundo de
esos lugares, con mil esfuerzos consiguió arrastrarse
hasta el camino, se arrodilló y, con voz cavernosa
ya apagada por los años, pidióla bendición episco
pal como para descender á la tumba consolado.
Á boca de noche avistamos á Arenillas cuando
doraban la enliiesta colina los moribundos rayos
dcl sol poniente.
La conmoción y el lloro de ese villarcito es un
prodigio do la fe que, al sentir de un escritor, huye
de las ciudades para asilarse en las pacíficas mo
radas del aldeano. Años há que los arenilleros
estitn pidiendo un párroco, y su ruego ha sido
siempre vano. jAh 1 Es la única comodidad que en
esc rincón del mundo apetecer se puede. A esas
rocas no llegan el agitarse pertinaz y el confuso ru
mor de las metrópolis. En donde anida el buitre
y se cierne el águila real, no se ven palacios, no se
oyen cánticos. Pero donde vive el hombre, rugen
las pasiones, circuyen los demonios y la muerte
siega vidas.
Penetrados, pues, de esas verdades los areni
lleros decían á Monseñor con acento que enternece
el alma : « Abandonados como estamos ¿quién nos
consuela y nos sostiene ? Quién instruye á nuestros
hijos ? Quién les partirá el pan de la palabra di
vina ¿ Si caemos ¿ quién nos reconciliará con Dios ?
Si la muerte nos coge de repente ¿quién nos pondrá
el corazón en paz ? &....
Monseñor les advirtió que por jurisdicción nada
podia remediar, <perO,' les dijo, siento con vosotros
vuestra desgracia y con vosotros rezaré porque
termine pronto- vuestra- orfandad. Interpondré
además mi valimiento ante los que pueden antici
paros el día de vuestro gozo. Entre tanto enco
mendaos á M aría' SS. y á vuestro santo obispo
Maciá d. f. m. Acordaos que la oración y las buenas
obras violentan la Providencia. »
Vueltos de Arenillas á Santa Rosa, para regresar
á Puerto Bolívar, un bote y cuatro bogas se pusie
ron á disposición de Monseñor, y allá la máquina
por tercera vez hizo viaje especial para llevamos
á Machada.
Felicitamos y agradecemos á los Sres. Párrocos,
al Rdo. P. Villalba, á las autoridades de cada can
tón á los proprietarios y á todos en general p>orque
han sabido portarse con el Sr. Obispo cristiana y
caballerosamente. Retribúyales el Señor.
Los caminos.
Como antiguamente partían de Roma á las di
versas partes del imperio, las espaciosas vías -de
comunicación y de estrategia, así á las ciudades
principales del Ecuador llegan de las diferentes
partes de la República y de los varios puntos cardi
nales numerosos cam inos; á cual más diñcil, que
convergen á ellas como radios al centro.
E l de Naranjal, el de Huigra, el de Loja, el del
Oriente y el de Móchala son los más transitados.
•Abiertos en la cordillera, ora suben á las mesetas,
ora las abandonan y por el costado bajan á las
cuencas y se reparten en en mil ramales como las
arterias del organismo. Siempre erizados de peHgros, rara vez son cómodas. E l de Machala está
cavado en las mayores depresiones de los Andes.
-Anualmente lo frecuentan más de catorce mil
esperanzas del Oriente.
Por 61 pasó Alfaxo con los suyos para asediar á
Cuenca en el último período de las revoluciones.
En despoblado.
Nosotros también tomamos el camino de Ma
chala, por más que todos aconsejaban á Monseñor
que regresase á Guayaquil, y de allí tomara el ca
mino de Naranjal ó el de Huigra, que son menos
peligrosos; pero eso requería muchos gastos y no
estaba de sobra cualquier ahorrillo para la Míaiinn
da Gualaquiza.
E l mismo día que llegamos á ílachaia, nos fui
mos al Pasaje. Los últimos trabajos evangélicos
coronaron la gran misión á través de E l Oro.
Todo estaba dispuesto para la partida : el arriero.
..
261 —
— Pierda Vd. cuidado. Dispóngase y haga que
las muías, las pro\’isiones. Nada faltaba : ni el pago,
todos se dispongan.
que aun eso se tomaron á cuestas los buenos Curas,
L a mujer en volandas se fué á llenar su cometido
pues no se les ocultaba el estado pecuniario del
y á poner al fuego la callana ((cacharro y ol tacho
Obispo de los Jívaros.
(botijo de lata).
Hasta Casacay, primera casucha en las primeras
Nubes cenicientas cubrieron el horizonte y la
manifestaciones de la montaña, nos hicieron grata
noche
obscureció. Las luciérnagas y ios cocuyos
compañía los Sres. Párrocos. D e Casacay arriba,
iluminaban
el negro fantasma sobro el que á
nos internamos por el bosque, en su muía cada
poco se escargó el rayo y una lluvia torrencial.
cual, y las muías en lucha tenaz con el sendero,
Vieras á Monseñor aplicando el oído á una cor
El musgo y los heléchos criados al borde de un
tina, ó sea, frazada que hacía Las veces do cortina.
arroyuelo, formaron el verde mantel de nuestra
Del lado opuesto una penitente so alza llena de
mesa opípara, gracias á la bondad de los Sres.
inefable gozo y otra le sucede. Más allá en un rin
Curas que nos pusieron en las alforjas de todo bien
cón D. Tallachini, apoyado en un tronco, estrecha
de Dios.
Rezado el Angelus, picamos á las muías que se con sus brazos á un anciano, después á un joven
dieron á subir por la izquierda del
Jubones hasta que á un cierto
punto pasaron á la derecha. Allí
sobre el abismo se cruza un puen
te que tambalea como im ebrio.
El viajero contempla maravillado
aquel precipitarse de la corriente
con son horrísono que esparce el
aire por leguas á la redonda;
aquel resistir de un peñasco enor
me (cuscumimi—piedra del gavilán)
que cierra el cauce ; aquel levan
tarse de las espumas ; aquel tor
nar feroz y arremeter con nuevos
bríos y mayor fuerza ; aquel abrir
se brechas en la viva piedra, y
aquel seguir cantando las aguas
su victoria.
Esa tarde llegamos á pernoctar
Lisboa (Portogal) — Grupo de alumnos premiados.
en Sarayunga (valle caliente del
maíz). Una choza y una barraca :
hé ahí la posada hospitalaria que ofrecen los des de primer bozo. De la otra parto un grupo de mu
chachos y en medio un dórico que catequiza....
poblados al primer Obispo que osa visitarlas.
Es el misterio de la redención copiosa, al contacto
Con razón la vieja dueña de casa decía :
con el de la naturaleza virgen, como salió de las
_H ay que aprovechar la maravilla.
manos del Criador ! El Espíritu Santo que descendió
_ Precisamente, proseguió un sacerdote. Hoy
sobre los confirmados, vino á completar y sellar la
pasa el Señor y quizá no vuelva para muchos.
obra de su Ministro.
— Sí, padrecito. ¿Cuándo pasa por aquí, no diré
Después de una cena más que frugal, rezamos el
un Obispo, un Sacerdote ?
rosario, MonsenSr dió las buenas noches como se
_Por lo mismo, Señora. Advierta Vd. á la fa
acostumbra en nuestras casas y nos fuimos á des
milia y, si somos dignos de hacer algún bien, puede
cabezar el sueño, como se dice, á la anacoreta , si
que Diosos lo otorgue ávosotros por medio nuestro.
no
peor, pues no eran mejor cuatro cañas sostenidas
— ¿Gracias ! mitaitito. Y a verá !...
por
cuatro estacas, en donde se celaban los tá
_Muy bien. Le encomiendo la prontitud. El
banos,
las hormigas y otros bichos ; y en donde
tiempo no se ha de perder porque estamos cansa
el
viento,
el frío y el agua nos perdieron el respeto.
dos y el estómago siente un desmayo.
De ahí, sin embargo, se deriva una gran ventaja
_Todo estará listo : nunca nos faltó la Provi
y es que sin eso por el cansancio del día, en la noche
dencia. Pero dígame : ¿dónde confesarán ?
—
aos durmiéramos con sueño tan profundo que no
fueran parte para despertamos la algarabía de los
papagayos ni las escalas diatónicas de la muía.
Con eso, por el contrario, de muy buena gana pre
sedemos á la aurora.
— jMonseñor l oí decir esa mañana á la misma
vieja de la noche pasada: Sírvase bendecimos el
cementerio.
E l Obispo íué presuroso.
Un cuadrilátero encabezado por un peñón, es la
postrer morada de los cuerpos de tantos que, sin
tiéndose atacados por las tercianas de Junquillas,
huyeron para salvarse y murieron en los despobla
dos de Sarayunga.
¿Nos tocará la misma suerte ? En Junguillas
¡nos espera algún desastre ?
Pingu-Tendal.
E l sol nos sorprendió en los espantosos lodazales
que hay entre Sarayunga y una cabaña que ha
dado en llamarse Pingu. Como ayer en Sarayunga,
hoy aquí en Pingu confesaron y se confirmaron
casi todos los de casa.
L a acción más ardua y ventajosa, fué la subida
de Monseñor por un palo dentellado que daba con
el desván. ¡Hubo de equilibrarse como volatinero
sobre la cuerda !! Oh ! Bendito D. Bosco que ha
sabido formarse hijos que lo imiten ! Una pobre
moribunda le esperaba en ese chiribitil, y el celoso
Obispo Salesiano no conoce obstáculos cuando se
trata del ministerio. Cabalgamos nuevamente y
al retirarnos, los buenos montañeses nos auguraron
feliz viaje. Dios mediante, no fué tan malo, hasta
Tendal á lo menos.
Tendal es la renombrada estación telegráfica.
Una casuca desvencijada, dos hilos que bajan y
penetran por uno de los innumerables agujearos
que la casa ofrece para el objetoj adentro, dos aparatitos, dos pilas por el suelo, un escaño, una es
especio de cama ; al pie del monte, una cuadra, un
naranjal, y... non f>lus ultra para la gran estación
telegráfica de Tendal. Si er<^ caritativo ó quieres
nxalgivslar tres reales, échale diez palabras y sin
jurarte te aseguro que el telegrama llegará sólo
breves horas después de ti.
La prisa solamente nos permitió regalar algunas
imágenes do María Au.xiliadora, porque aun faltaba
que hacer lo más peligroso y más difícil.
Pachamama.
Sahr de Tendal, encajonamos en una garganta,
soplar un viento recio y quemar el sol como para
cocemos, íué una misma y sola cosa.
2Ó2
—
A dos, á ciento, á quinientos metros ascendía
mos por vericuetos tan horribles, que á duras penas
el pobre animal podía apoyar el casco. A cad^ ins
tante se topa con un despeñadero. L a más leve
distracción sería rodar al fondo sin más esperan
zas que sepultarse en la corriente del Jubones, ó
hallar desdichado y momentáneo reposo en el
vientre de los rapaces. Tres horas y media se ca
mina orillando precipicios y cuando se sale, se va
de sirtes á caribdes, se va á otro atolladero que,
con ser diverso, no causa menos sobresalto.
E l valle de Yunguillas es famoso por las tercianas
y las viruelas. « Pasar y quedarse para matarse »
dice el vulgo porque, si no es por milagro, nadie
escapa de ese monstruo Cerbero.
E l tiempo se nos iba muy de su espacio, enga
ñando al miedo la imaginación y ésta alerta sobre
los primeros síntomas del mal.
Finalmente vemos que se adelanta hacia Mon
señor un caballero alto, delgado y de rostiro son
riente que revelaba un sér amigo.
— Reverendissime Pater ¡A su encuentro he
venido.
— ¡Sr. Cura !... Dios lo guarde ! Gracias !
— ¡Bienvenida la paloma de Noé, Reverendis
sime Pater /
— Y pues el cuervo no quisiera ser, accepto la
lisonja. ¡Bienvenidos seamos !
— ¿Y por qué no lo será, Reverendissime Pater?
continuó dicendo el Sr. Fidel Rosales (que así se
llamaba nuestro Cura) mientras nos introducía á
un cobertizo para reparamos del chaparrón que
en ese instante se descargaba.
— Somos de Dios y en E l vivimos, contestó
Monseñor, pero llegar aquí sin haber probado ali
mento desde las cinco de la mañana ¿no le parece
un provocar más que á las tercianas, á las cuarta
nas dobles ?
— ¿Válgame Dios ¡ Qué oigo ! Y y a son las cuatro
de la tarde, Reverendissime Pater.
— Y algo más. Dicen, sin embargo, que es la
vaciedad un excelente preservativo.
— Que se vacien allá los médicos, Reverendissime
Pater, mas no S. lim a, ni sus compañeros y, diri
giéndose á la dueña de casa — tenga la bondad,
le dijo, traiga cualquier cosa por lo pronto.— Luego
continuó : — ¿ Y cómo así han pasado el día en
ayunas ?
— E l arriero, Sr. Cura. E l arriero que llegará
con el viático esta noche, si no mañana
— ¡Vaya, vaya ! Ese es el defecto dominante,
ese el pecado capital de esa raza de tortugas.
Así que nos hubimos confortado, y escampó el
—
263 —
desolada En Cruzloma y en la boca del Pórtete
chubasco, tomamos la vuelta de la parroquia que
los conservadores tuvieron sus reveses. Hoy, enídistaba una hora todavía.
pero,
como el gigante de la mitología, Girón surge
La lluvia recayó y, no obstante la furia, todos
má<t vigorosa de sus caídas y al paso que se recoi\slos niños salieron á derramar flores por el lugar
en que pasaba S. E. Las campanas también toca tituye, no se olvida del Señor. Un grandioso templo
sustituirá á la diminuta capilla actual.
ron infundiendo contento y recocíjo en huéspedes
Las confirmaciones pasaron de ocho ient s.
y hospedados.
Como de costumbre. Monseñor predicaba con tanto
Cundió como el relámpago la voz de que en esa
celo y ardor, que todo el pueblo le llegó á querer
misma noche el lim o, confirmaría á los infantes,
como á un Padre ternísimo del alma. Esto confirmó
porque la mañana estaba reservada especialmente
la despedida. Más de cuarenta jinetes le acompa
para los adultos, como quiera que ellos necesitan
ñaron por largo trecho y el pueblo todo lo ben
de instrucciones adecuadas y sobre todo de con
decía á los gritos de ¡ Viva Monseñor/ Viva el Obispo
fesar.
Salesianol Los niños y los hombres que no pudieron
Nótese que á Yunguillas (iterativo de yunga
conseguirse
un rocín, le siguieron á pie con tal
valle caliente) ó Pachamama (región grande),
constancia
y
por tan largo espacio, que no parecía
ningún Obispo ha penetrado antes de Monseñor
sino
que
no
pudieran
apartarse de su lado.
Costamagna, por no pescarse la terciana. Por ahí
Lo
mismo
dice
el
telegrama
que cuatro días des
se entenderá lo de numerosas confirmaciones, lo
pués
le
mandó
á
Cuenca
el
Sr.
Cura. Hélo a q u í:
del alborozo al recibirlo y lo de las finezas y aten
limo, y Rdmo Sr. Obispo Costamagna :
ciones que no escasearon ni durante la permanencia
Saludóle respetuosamente; también dignos com-ni á la despedida.
pañeros, deseando hayan tenido feliz arribo. Sepa
Yunguillas se llama toda la extensa vega que
ración S. Illma. dejó consternado mi pueblo y á su
baña el Jubones y su tributario el Shuray, pero el
pueblecito más importante, más extenso de con muy humilde Cura, — Manuel Alvarado.
tagios y en donde nos hospedaron, se llama Cka(se continuará)
huarurcu (del quichua chahuar-cahuya., pita y
«rcM-cerro) debido á que está colocado en una
loma tapizada de esas lináceas que allí conocen
con el nombre de penco ó penca.
En Girón.
Desde las cinco de la mañana hasta las diez
estuvo Monseñor confesando y confirmando en la
Iglesia parroquial de Chahuarurcu. Á las cuatro
de la tarde estábamos ya en Girón libres de la
terciana. ¡Ah ! Cuántas veces ha florecido y flo
rece aún sobre los labios el Deo gratias el Mariae !
Á la verdad que la misericordia divina nos protege
bajo sus alas.
En Girón todo yacía : no un toque de campana,
no un sér humano, nada.... Sólo la voz desagra
dable de las ranas. Era que una densa niebla había
anticipado la noche y los habitantes se acogieron
á la amorosa lumbre del hogar. Salió á nuestras vo
ces un anciano de baja estatura, erguido como
palmera, de paso lento, cabeza blanca y rostro
surcado de arrugas. Su hábito talar y amabilidad,
nos le dieron jxir el que era.
Cuarenta y nueve años van que ese sacerdote
comparte con sus feligreses de Girón las a la ría s
y dolores. Grandes terremotos han arrasado los
edificios y demolieron la hermosa iglesia parroquiaL
Antes de esta catástrofe, dos incendios la habían
Bibliografía
Libros regalados á esta Dirección y que
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— 2Ó4 —
2
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4
@ RACIAS
de María Auxiliadora
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Nós tenemos la persuasión de que, en las vicisitudes dolorosos de los tiempos
qtie atravesamos, no nos quedan más consuelos que los del Cielo, y entre éstos,
la poderosa protección de la Virgen bendita, que fu é en todo tiempo el A uxilio
de los Cristianos.
Pío X.
¡Oh cuán grandes son los favores
de María Auxiliadora!
A principios del mes de Marzo del año pre
sente el R. P. Julio Vacacela S. J., Director
de los congiegantes del Seminario de Pasto,
sufrió una fuerte caída con la cual el brazo de
recho quedó en grave estado y sin movimiento.
Nadie sabe cuál fué mi angustia al saber tal
desgracia, tanto más que aquel mes nos tocaba
celebrar la fiesta de nuestra Patrona. Pero en
este momento de angustia recordé los innume
rables favores que María Auxiliadora concede á
sus hijos, y la invoqué prometiéndole que el
día del Patriarca Señor San José haría una Co
munión en su honor y con mucha piedad, para
que nuestro buen Director el día de la Anun
ciación se hallara mejor, y además le hacer pu
blicar este favor en el Bo letín S alesiano para
gloria de María y bien de nuestras almas.
j Oh grandeza de María! ¡oh cambio miste
rioso! María oyó mis súplicas y permitió que
nuestro director mejorara. La víspera de la fiesta
se hallaba algo restablecido y tuvo ánimo de
preparar á los jóvenes que se iban á consagrar,
y el 25, día de la Anunciación, tuvimos la dicha
de oírle la S. Misa y por la tarde él mismo
consagró á los jóvenes. Quién se hubiera su
puesto que nuestro buen Director celebrara la
Misa y los actos de consagración? Pues todo
esto sucede y lo debemos á la Madre de Dios.
Ahora me apre.suro á cumplir mi promesa
hecha á la bondadosa Madre de Dios y de los
hombres.
¡Viva María Auxiliadora!
José A ntonio F o lleco E.
Pasto (Colom bia-Narifio), 31 de M arzo de 1905.
Gracias á María Auxiliadora.
Recibí aviso para que fuese á ver un hermano
que estaba gravemente enfermo. En seguida me
puse en camino, encontrándole en tan grave
estado, que todos los médicos decían que se
moría. Viendo que los remedios humanos no
podían ya librarle de las garras de la muerte,
acudí á María Auxiliadora, celebrando al día
siguiente el Santo Sacrificio en honor suyo, pi
diendo por la salud del enfermo, si convenía;
además ofrecí dar una limosna para la obra de
Don Bosco y suscribir al hermano al Boletín
S alesia n o , todo lo cual prometí publicar en
dicho B oletín para honra y gloria de María
Santísima, que le dió la salud al enfermo, pues
ya se levanta de la cama y está bien.
B ernabé A l v a r e z .
Rioseco de T a p ia (León-España), 30 d e M arzo d e 1905.
¡C uán poderosa es María!
Á fines de Enero p. p. me sentí con graves
dolores de cabeza y la calentura llegó en
breve tiempo á 40 grados y medio. Y o no
conocía ya lo que pasaba á mí derredor. No
podía tomar alimento de ninguna clase. El
— 2SK —
médico dijo que era un ataque gripal en toda
forma. En trance tan apurado una hija mía
acudió á la que es salud de los enfermos, á
María Aux., mandando encender dos velas
delante de su milagrosa imagen, que se venera
en la iglesia de S. Antonio Abad. L a gracia
no se hizo esperar, é inicióse luego una nota
bilísima mejoría, de tal suerte que habiéndome
el día después visitado el médico, exclamó
con asombro: Esto ha cambiado por completo,
y declaró que estaba fuera de peligro. En
breve tiempo me puse del todo bueno. Suma
mente agradecido á María Auxiliadora, mando
celebrar una Misa en su altar y deseo se
publique en el Boletín Salesiano.
dalla de María Auxiliadora. A l poco tiempo
cesaron los dolores, y al presente me hallo
perfectamente curada quedando el brazo bien
como antes.
V a len cia, 25 F ebrero de 1905.
C l e m e n t in a E s t k l l ¿ s .
Gracia singular.
A principios de Setiembre mi hijo José
María Rodón y Mir hubo de guardar cama,
y á los pocos días se le declaró una gástrica,
llegando á muy grave estado. Viéndole yo en
tan triste situación y no sabiendo qué hacer ni
á quién acudir, para distraerme (pues me en
contraba sumamente nerviosa á consecuencia
de mi triste estado de ánimo), me puse á leer
V alen cia, 4 M arzo de 1905. .
una revista salesiana en la que se publicaban
Q u in t ín Jo r g e .
varios milagros obtenidos por mediación de la
¡ Loor á María Auxiliadora \
Virgen Madre Auxiliadora, con lo que quedé
Desde hace mucho, venía padeciendo una muy animada, persuadida de que la Virgen
enfermedad, cuyo carácter y gravedad me tenían Auxiliadora me asistiría en aquella grave ne
en constante preocupación tanto más cuanto cesidad, y le pedí llena de confianza la salud de
los médicos desconfiaban de los recursos hu mi hijo, prometiéndole que si sanaba lo publi
manos, pues éstos estaban ya agotados sin caría en su revista, mandándole también una
advertir el más leve alivio. Encomendóme á limosna. Puse la revista con la imagen de la
María .Auxiliadora y le hice un ofrecimiento, Virgen debajo la almohada del enfermo que
y tan visible se dejó ver la protección de de ningún modo quería tomar nada ni remedió
la Virgen Stma., que hoy gozo de una alguno. La noche siguiente la pasó más tran
quila y al día siguiente füé mejorando, de
salud perfecta; y agradecida á tan excelsa
suerte que á los pocos días, si bien algo débil,
Señora por tan señalado favor, entrego una
estaba bien. Hoy llena de agradecimiento
limosna para la Obra de los Salesianos, de
publico esta gracia para mayor gloria de Dios
seando se publique en el Boletín la gracia al
y esperanza de los que se hallan aHigidos,
canzada.
como yo en aquella ocasión, esperando de
A lm ería, Julio de 1905.
María .Auxiliadora me alcanzará otra gracia
A g u s t in a J. d e V é l e z .
que espero, si me conviene.
Una medalla de María Auxiliadora.
Habiendo hecho un esfuezo’, salieron de su
lugar los huesos que forman la muñeca de la
mano izquierda. No se conoció luego el mal
Pasaron tres meses y no cesando los dolores^
acudí al médico, el cual declaró que los huesos
estaban fuera de puesto y que se hacía más
difícil la curación por haber transcurrido tanto
tÍem|io, y que si llegaba á curar, no podía
quedar bien por haber ya crecido la carne
entre los huesos dislocados.
Una persona muy amiga nuestra me acon
sejó pusiera sobre la parte dañada una me-
A . M ir viuda de R o d ó n .
S . S adu ru i de N oya (España), 1905.
(Bendita seas, Madre mía!
Desde el mes de E n ero , encontrábame
sufriendo de diabetes; y tal estrago, hizo en
mí la enfermedad, que me llegaron á faltar
las fuerzas. En tan triste situación, me enco
mendé á María A uxiliadora, rogándole me
concediese la salud; y esta celestial Reina se
dignó escuchar mis súplicas; pues a la fecha
en que escribo este milagroso portento, me
encuentro bien de salud; por lo que después
— 266 —
de la misa de acción de gracias, que mandé
celebrarle, hago público testimonio de mi eterna
gratitud hacia tan poderosa Madre, que no
sólo es la Auxiliadora del pueblo cristiano,
sino que también es la salud de los enfermos,
consuelo de afligidos y remedio de necesi
dades.
¡ í Bendita, alabada y glorificada sea la In
maculada Virgen María, Auxilio de los Cris
tianos!!
Guatemala (America Central), Junio 2 de 1905.
Jo s é M a r í a B ú c a r o .
Salus ínfermorum.
Encontrábame gravisimamente enferma, hasta el
extremo de haberme administrado los últimos Sa
cramentos. Me encomendé de^ corazón a María A u
xiliadora, ofreciéndole publicar en sus Anales mi
curación.
Habiéndola obtenido por su poderosa intercesión,
vengo á cumplir mi promesa, alabando su bondad
y dando públicamente muestras de mi agradeci
miento hacia la Santísima Virgen.
Sevilla, 7 Junio 1905
E u g e n ia A l v a r e z D a g u e r r e .
Una gracia de María Auxiliadora.
En el mes de.Febrero último .estuvo mi. madre,
anciana de ochenta años de edad, enferma de una
pulmonia, con sintomas de ataque cerebral; invo
qué á María Au.xiliadora, ofreciéndole una limosna,
y al momento se inició la mejoría, contra la pre
visión de los médicos que habían mandado admi
nistrarle los Santos Sacramentos, y no tenían es
peranza de salvarla, j Gloria á María Auxiliadora,
que quiso conservar la vida de mi buena madre I
Sao Pelayo de Navia, 24 de Abril de 190$.
E m il ia n o Q u ir ó s
De E l Siglo Futuro.
Salud de los que la invocan.
Habiéndome encontrado con una molestísima en.
fermedad más de dos meses, me encomendé con
grande confianza á María Auxiliadora, prometién
dole si sanaba, una Misa y publicar la gracia en el
Boletin.
Virgen se dignó concetlérmelo.
Cumplo mi promesa y tributo eternas gracias á
tan bondadasa Madre.
Puerto S u . Murta, ii-IV-1905.
CoN suBL F r a n c o .
María me ha consolado.
Encontrándose una hija mia enferma con unas
graves calenturas, tuvo una tan alta, que parecía
que no j>odria resistirla. Se le dieron varias medi
cinas y ninguna hacia bajar la fiebre; entonces
ofrecí á María Auxiliadora una limosna y publicar
la gracia si la sanaba, y en el momento empezó á
bajar la fiebre desapareciendo la enfermedad. Por
lo cual doy á María infinitas gracias.
Sevilla, Abril de 1905.
J o s e f in a L e B o u r g .
Confianza en María Auxiliadora.
Después de una larga y penosa enfermedad que
me ha tenido año y medio padeciendo y cuando
los médicos cansados de mi enfermedad no sabían
ya qué hacerse, comencé una novena á María Au
xiliadora, pediéndole con todo mí corazón me de
volviese la salud. ¡Oh milagro patente! al cuarto
dia empecé á notar mi alivio y hoy, hace 5 meses
me encuentro completamente restablecida. No sahiendo cómo agradecer á la Sta. Virgen, hago pú
blica la gracia para que todo los cristianos acudan
á Ella en todas sus tribulaciones
Jere* de la Frontera, 8 de Julio de 1905.
I s a b e l Z a l d iv a r .
Doble favor.
Un cooperador de Madrid hallándose padeciendo
una larga y penosa enfermedad, se encomendó á
María Auxiliadora con dos novenas sucesivas y
ofreciendo una limosna. Desde la terminación de
la primera novena se le inició mejoría, y antes de
terminar la segunda pudo salir de casa é ir Misa.
Durante el curso de la primera novena una persona
que cuidaba al enfermo sufrió una caída con fuerte
golpe á la cabeza, que podía haber sido mortal,
pero del que curó en pocos días, gracias á Dios y
á María Auxiliadora.
En agradecimiento de este nuevo beneficio, el
cooperador ofreció doble limosna como lo cumple;
pidiendo á María Auxiliadora le obtenga completo
restablecimiento de su convalecencia.
Madrid, 16 de Mayo de 1905.
J o s é G a r in y V a r g a l .
Dan también, con toda la efusión de su alma, gracias
i María Auxiliadora y envían una limosna:
Barcelona — D , L. Necesitaba urgentísimamente
cierta cantidad de dinero, y gracias á María Au.xiliadora pude conseguirla.
Belhucurt de Urgel — Luis Reig. Pbro.: Por un
señalado favor hace público su agradecimiento á la
Virgen de D. Bosco.
Cali (Colombia) — Hipólito Santiago; Por una
gracia obtenida.
Córdova (España) — E . E . : Por un favor reci
bido y espera aún otro.
La Coruña (España) — N . Agradecido, envía una
limosna, por varios favores recibidos.
Gerona (España) — J . P .; Por haberle obtenido
feliz éxito en los exámenes.
La Plata (Argentina) — / . M. B. di L ., coope
radora salesiana, por varios favores recibid<fc.
Madnd (España) — J . D .: Da infinitas gracias
á María Auxiliadora por haberle curado prodigio
samente una hija de dos tumores malignos.
Ibídem — Sabina Pumariega; Por favores reci
bidos.
— 267 —
Auxiliadora y'ofrecí publicar la gracia si sanaba.
Ibídetn — María y Concepción Moiraga: En un
Obtenida ésta, cumplo mi promesa.
momento critico en que debía resolverse un asunto
Yaritagna (Venezuela) — Damiana de Velásques,
muy urgente é importante para nuestra familia, im
da
gracias á María Auxiliadora por un favor reci
ploramos el patrocinio maternal de María Santísima
bido, y envía la limosna ofrecida, deseando se pu
Auxiliadora, y como por su protección alcanzamos
blique la gracia en el Boletín Satesiano, para mayor
lo que pedíamos, cumplimos la promesa de publicar
gloria de la Sma. Virgen Auxiliadora.
el favor y dar una limosna á los religiosos saleEloísa Silva: Da gracias á Muría Auxiliadora por
sianos.
un favor recibido, y cumple su prontesa de enviar
Manabí (Ecuador) — N . N .: Hallábame en grandes
la limosna ofrecida, hacer publicar el milagro en
ansiedades y congojas de espíritu, próximo á perder
el Boletín Salesiano, y apuntarse como Cooperadora,
mi buen nombre por no poder satisfacer una deuda.
que asi se lo ofreció á la Sma. Virgen.
Invoqué con fervor á María Auxiliadora y del modo
X*** _ Una Cooperadora: Por haberla librado
más inesperado acudió á mi necesidad.
C. de M .: Da infinitas gracias á María Auxilia de graves dolencias.
dora por haberla sacado de graves tribulaciones, y
Súplicas á María Auxiliadora.
espera su socorro en otras que la aquejan.
Puerto de Sta. María (Cádiz-Espafia) — /*• R•
CostaRica — Marcelino Tallas se recomienda i
Estando una tía mía gravemente enferma, invoqué
las oraciones de los Cooperadores para obtener una
á la Sma. Virgen, ofreciendo dar una limosna si la
gracia señalada.
Cartagena (Colombia) — Una persona que espera
sanaba, y escuchó mis súplicas. Agradecida, cumplo
recibir una gracia envía 25 francos y pide oraciones.
mi promesa.
Un Señor de Vélez-Rubio (Ameria) se secomienPuebla (Méjico) — P . C.: Tenia una sobrinita
da á las oraciones de todos los lectores para con
enferma. Pásele al cuello con mucha confianza una
seguir de María Auxiliadora un favor especial.
medalla de María Auxiliadora y la enfermita curó.
Rivadavia (España) — Estando enferma una per
sona de familia, empecé una novena á María Au
xiliadora y al 4« día empezó á mejorar.
MAR/4'
S. Ignacio (Costarica) — Jesús Cascante, envía
una limosna por una gracia singular.
S. Martín de Provcnsalo (Barña) — A . G .; Por
haberle librado de agudísimos dolores.
SeviUa (España) — A n a Rodríguez: Cinco
había que sufría horribles dolores en un pie sin
encontrar alivio alguno. Tres cirujanos opinaron
que era necesario cortar el pie. Invoqué á Mana
Auxiliadora y hoy me hallo muy aliviada y fuera
de peligro.
a esperimentado nuestra granja agrícola
Ibídem — V. F . de las R .: Da gracias por varios
de Uribelarrea (Rep. Argentina), con la
favores recibidos.
Tulcán (Ecuador) — P. A . R. y fam ilia: Por
muerte de su esimio Fundador, el Sr. Miguel
inmensos favores obtenidos.
Nemesio Uribelarrea [F. C. S.j diputado de Ca
Valera (Venezuela) — / . de J . Atiez Suengo: Por
gracias singulares hechas á su familia, en casos
ñuelas, acaecida el 17 de Junio del año en
desesperados.
curso. Sólo Dios sabe cuánto hizo por los SaleValencia (España) — M. R . S .. En muchas oca
sianos este caritativo y generoso caballero.
siones he experimentado el favor de la Sma. \ irgen,
pero últimamente he recibido tres singulares: dos,
Gracias á él, pudieron abrir en la República
sacándome de negocios dificUes y otro, sanándome
Argentina, la primera escuela de agricultura
de grave enfermedad.
Ibídem — D * Ramona Sanchis, María Bellver,
práctica, como también dos nuevos colegios:
Virginia Ramc, dan una limosna por favores alcan
uno para niños y otro para niñas, y además
zados de María Auxiliadora.
Ibídem — Z?.‘ Carmen Martínez: Manda celebrar
una capilla pública.
una misa por un favor recibido.
L a muerte edificante del gran Cooperador,
Viuces (Ecuador) — Ana M. Lor^H : Agradezco
á María Sma. el haberme curado á una hermana
sus méritos excelsos, su vida empleada en servir
que sufría enfermedades complicadísimas.
á Dios, las oraciones de nuestros niños y her
Ibidem — Carmen A . LorenH: Por varias gradas.
Ibídem — Petra Ronquillo de Bajaría; Ana Victo manos, hacen esperar que goce ya del eterno
ria Álvarez P . : por favores obtenidos.
descanso. Pero una plegaría no será de más.
Ibidem — Lorenzo F élix, Rosa Zapatier Mino:
por favores señalados.
Ibidem — Mercedes Miño Bustamante Teniendo
ima hijita gravemente enferma, invoqué a María
Sensible pérdida
H
268 —
ROÑICA SA L E SIA N A
Por España.
OTIEL (Valencia)'. — Orisfen de la Pía Unión Saletiana en la villa..— Nos escriben E stériles habían
sitlp |lps, trabajos que por, espacio de cinco años
venía haciendo en esta población un pobre y hupiil(je-sacerdote para establecer y arraigar en sus
compañeros y amigos la grande obra de D. Bosco
y la ilevoclón á Maria Auxiliadora. El fin que se
proponra no era otro que proporcionar á la juventud
y á'to d a'la sbciedad entera de Otiel los inmensos
beneficios que aporta esta benéfica institución
ailonde quiera que', llega.
,
Conjenzó al-.efecto,' a propagar entre, sus cono
cidos ésta santa idea^ repartiendo algunos Bóletines
y documentos salesianos, que todos recibían con
la mayor frialdad, tratando algunos, más de una vez,
de convencer al piadoso rdicho sacerdote á' que
disistiera de su empeño. Pero como Dios sabe
vencer las dificultad.gs y coronar sus obras por
medios inesperados y con instrumentos humildes,
permitió que uno de los que con más frecuencia é
interés leían el Boletín, contrajese una penosa en
fermedad. Después de agotar inútilmente todos los
recursos de la humana ciencia para alcanzar su
salud perdida, recurrió á la que es salud de los
enfermos, María Auxiliadora, jx)r cuyo valimiento
logró desechar su enfermedad. Éste, que es un sen
cillo labrador, agradecido mandó celebrar la fiesta
de María .\uxiliadora en acción de gracias, y una
Jimosna de 83 pesetas que recogió y entregó al
Sr. Director de la casa de Valencia. Más tarde, el
día de S. Krancisco de Sales del corriente año, se
celebró esta fiesta ya con carácter salesiano, es
decir promovida por la Pia Unión de los pocos
Cooperadores; y asi poco á poco se lia conseguido
que el dia 24 de Mayo del presente año se cele
brara la fiesta de Maria Auxiliadora con toda so
lemnidad! 'Éo<Tós iban á ver la preciosa imagen de
María Auxiliadora que campeaba en el altar mayor;
el triduo resultó grandioso y la Comunión fué nu
merosísima. edificante la Misa Mayor con sermón
que predicó el R. P. D. Santiago Ghtone, Salesiano
del or.atorio de Valencia. En él habló de.'Maria
Auxiliadora, demonstrando con los hechos como
Ella en todo-tiempo íué el Auxilio de los Cristianos,
y que la Obra de D. Bosco, esparcida ya por toiios
los ámbitos de- la tierra, debe su desarrollo á la
protección que siempre le ha dispensado esta ce
lestial Señora.
• Por la tarde tuvo lugar la conferencia de los
Cooperadores Salesianos. Predicó el mismo Padre
Salesiano. Trató del origen, fin y desarrollo de la
Obra Salesiana, los frutos que ha producido y va
produciendo mediante la educación é instrucción
de la juventud. Sé entusiasmáronlos oyentes cuando
les dijo que él había tratado por doce años á Don
Bosco ; que había sido admitido por él, que de sus
manos había recibido el hábito, y en sus manos
hecho su profesión religiosa.
Así quedó establecida la Pía Unión Salesiana
con cuatro Rvdos. Sacerdotes y noventa Coopera
dores y Cooperadoras; Maria Auxiliadora ha triun
fado ; Viva Maria Auxiliádora!
VALENCIA. — La repartición de premios en el Colegio
Salesiano. ^
— De « La Voz Católica ». Este magnifico
acto tuvo lugar el 23 de Julio. A las cinco de la tarde
dió principio la función, que se verificó en el patio
del claustro, espléndidamente adornado con ban
deras y gallardetes, y con asistencia de numeroso
público que llenaba por completo las arcadas y parte
del patio destinado á los alumnos. En la parte
recayente á la clase de párvulos se levantaba un
precioso altar en que aparecía , bajo dosel, un
hermoso cuadro de María Auxiliadora, protectora
especial de la Congregación Salesiana.
Comenzó el acto con un discurso pronunciado
por el director, ensalzando las excelencias de la
instrucción: expuso y manifestó, como excelente
pedagogo, las ventajas y los inconvenientes que
ofrece la concesión de premios á los alumnos, según
sean las condiciones personales, el temperanvento,
educación y otras causas propias y dependientes
de circunstancias especiales. Anunció que el próximo
curso los premios que se concedan consistirán en
admitir gratuitamente al Colegio, en calidad de
internos y libres de todos los gastos, á los alumnos
que, además de ser pobres, reúnan las condiciones
necesarias para hacerse acreedores á tales distincio
nes, cursando además los estudios de segunda en
señanza ú otros análogos en la misma forma.
En este discurso, en que patentizó sus grandes
cualidades de pedagogo, mostró igualmente el amor,
el cariño que profesa y el gran celo é interés que
tiene en proteger á los niños, cu>-a dirección espi-
— 2Ó9 —
ritual, intelectual y moral le está encomendada, y
le valió muchos y merecidos aplausos.
Procedióse después á la distribución de premios,
cuyo acto fué amenizado por la banda de música
de la casa, que ejecutó bonitas y escogidas piezas
de su repertorio, alternando con cantos y poesías
los alumnos premiados del establecimiento, que
fueron aplaudidos.
Se distribuyeron ocho premios de mérito y treinta
y uno de aplicación ; diez medallas doradas, treinta
y cuatro plateadas y ciento catorce accésits, consis
tentes en libros, carteras y ropas, que suman un
total de ciento noventa y nueve diplomas de toda
especie, distribuidos entre 300 alumnos y 1.200 asi
gnaturas.
Del acto quedó, como es natural, muy compla
cido er numeroso público que acudió á presenciar
la exquisita labor que vienen realizando los celosos
Salesianos, encargados de la educación é instrucción
(le los alumnos de su Colegio.
En la misma forma que se verificó el día 23 el
reparto de premios á los alumnos externos, se
efectuó el 25 el de los internos, á los que fueron
concedidos cuarenta premios, habiendo sido exami
nados :io alumnos de 505 asignaturas todos ellos.
Empezó el acto á las cuatro de la tarde, á cuya
hora se hallaba completamente lleno el local del
teatro donde se efectuaba, terminando á las seis y
media con un discurso, pronunciado por el digno
director, el cual comenzó exponiendo los inconve
nientes y desventajas que presentan los colegios
que, más que tales, son establecimientos de clau
sura, extendiéndose en consideraciones para justi
ficar esta verdad, y terminó manifestando lo satis
fecho que estaba de los adelantos de los alumnos,
como lo demostraban los resultados que habían
obtenido éstos en el presente curso, en aquel centro
de enseñanza, puesto bajo su dirección.
Seguidamente se procedió á la repartición de
premios á los párvulos, y era de ver la franca
alegría con que recibían su premio aquellas tiernas
criaturas.
A continuación tuvo lugar la repartición de pre
mios á los alumnos de i* y 2* clase elentcmal,
produciéndose con tal motivo en el salón escenas
verdaderamente conmovedoras, entre los padres y
madres, que tuvieron el gozo natural de ver á sus
hijos premiados.
Merece especial mención el discurso pronunciado
por el diácono D. José Hernández, al terminar la
repartición de los dichos premios.
CIUDADELA. — Hermosa Fiesta en el Colegio Saiesiano.
— Cortamos de E l Vigia Católico: Pocas veces
hemos tenido el gusto de asistir á un acto tan
grandioso, tan solemne y espléndido, al par que
tierno y simpático, como el que tuvo lugar en el
Colegio Saiesiano de esta ciudad, en la noche del
25 del corriente, día de Santiago, Patrono glorioso
de España, con motivo de la repartición de premios
entre los centenares de niños de todas clases y
condiciones, qtíe se educan é instruyen, en aquel
centro de enseñanza.
Comenzó el conmovedor acto con el canto de un
Himno patriótico, ejecutado por 300 niños, con tal
maestría y admirable entonación, que no pudo
menos de arrancar nutridos aplausos á la inmensa
concurrencia, que llenaba el espacioso salón.
Un bravo á los niños, y un aplauso á los Sale
sianos que, con su cristiana paciencia, han sabido
formar tan hábiles cantores.
\i
V
Lisboa (Portugal) Bandera de las Escuelas Profesionales
Salesiunas.
El tema, muy adecuado al acto, versó sobre el
Espirita de D . Bosco y los Salesianos. Muy o}H>rtuno estuvo el joven diácono y con frases conmo
vedoras, que brotaban del corazón, entreteniendo
largo rato, agradablemente al numeroso auditorio,
puso de manifiesto, con mano maestra, que c!
espíritu que animó á D. Bosco y le resolvió á em
prender y plantear la colosal y sobrehumana Obra
Salesiana, fué la Caridad Cristiana, espíritu rjue
todavía reina entre los Salesianos, sus hijos, y los
sostiene y alienta en la tremenda lucha, que tienen
que sostener, para que no se malogre y produzca
— 270 —
torios sus beneficiosos efecto, la obra planteada por
su glorioso Padre D. Bosco.
Terminó el grandioso y simpático acto con la
repartición de los Premios de Honor, y repetición
del Himno patriótico.
La presidencia la ocupó el M. I. Sr. Arcediano
Lie. D. .Sebastián Vives, Gobernador del Obispado,
acompañado de otros sacerdotes, y del Teniente de
Alcalde D. José Benejain, y todos ellos quedaron
muy complacidos de haber presidido un acto tan
sumamente importante y que ha de reportar tantos
y tan inmensos beneficios, en el porvenir, entre la
juventud ciudadelana.
maneja el castellano con admirable propiedad, el
Sr. D. Sierra, que es nuestro Vicario, y varios otros,
todos los cuales alimentaron y robustecieron el entu
siasmo, con sus,bellísimos di.scursos. Monseñor bendijo solemnemente al pueblo con S. D. M., y á las
5 p. m, regresaba á la capital, acompañado de
eximios personajes y bendecido de todos.
A los habitantes de Mosquera, y especialmente
á su excelente Alcalde, Sr. Venancio Jiménez y al
Sr. Lorenzo Fonseca, que han sido el alma de estas
solemnidades, damos nuestros más sinceros para
bienes, y rogamos al Corazón Divino y á Maria
Auxiliadora les concedan , ver coronados su magná
nimos deseos.
Por América.
BUENOS'AIftBS — En el Colegio S. José de Arles y
Oficios. — Tomamos de La República:
« Ha resultado un éxito mayor al esperado por
los Padres salesianos la brillante fiesta escolar rea
lizada en el Colegio San José de Artes y Oficios
en ocasión de la repartición de los premios en el año.
El día, hermoso y apacible, al par que el objeto
de tan bella fiesta, habían congregado en el local
que el establecimiento ocupa en la calle España es
quina á la de Salta un núcleo inmenso de familias.
Otro propósito más tenía el festival: la bendición
de los nuevos salones que se agregan á los ya exis
tentes como una demonstración palmaria de los
progresos que ha alcanzado este colegio.
A las 4 de la tarde se recibió la visita de los pa
drinos de la cerimonia.
En la puerta principal que daba acceso al local
hallábase el limo, señor Obispo titular de Colonia
y Vicario Apostólico de las Misiones Ecuatorianas
de Méndez y Gualaquiza, D. Santiago Costamagna,
el padre director don Domingo Perazzi y demás
eclesiásticos del colegio.
Las distinguidas visitas, precedidas de los sacer
dotes nombrados, visitaron los talleres de tipografía
y encuadernación, zapatería, sastrería, herrería, car
pintería, etc., admirando á los pequeños artesanos
que ocupaba cada uno su sitio en la labor, esgri
miendo las herramientas de trabajo con la libertad
y desenvoltura que les da la propia conciencia de
su preparación.
El señor Obispo bendijo cada uno de los salones
con una ligera ceremonia religiosa.
De ahí se pasó al sitio hermoseado por banderas
y gallardetes, y entre hojas y floreg se dió princi
pio á la fiesta infantil, cuyo programa publicamos
ayer.
A unas dos mil personas ascendía la concurrencia.
Contribuía á dar animación al acto la banda de
policía y la del colegio, formada por alumnos del
mismo.
El sitio de honor lo ocupan el señor Obispo; á
su derecha, el señor Vicegobernador de la provin
cia, a su izquierda el señor Jefe político.
MOSQUERA (Colombia). — Uo nuevo templo á María
Auxiliadora. — De una carta de nuestro Correspon
diente tomamos lo que sigue: Precedida de esplén
dida novena, celebramos la fiesta de María AuxiIhulora el 4 de Junio, que ha sido un acontecimiento,
no tansolo para Mosquera, sino tamjpíén para toda
la Inspectoría, y que no carece de su interés para
la Congregación entera. Kn efecto, se bendijo la
piedra fmulamental del nuevo templo á Maria Au
xiliadora. 1 Cuánto entusiasmo, cuánta devoción!
los pueblos circunvecinos se hallaban todos aquí,
de la misma ciudad de Bogotá vino un gentío in
menso. Las comuniones fueron numerosisimas. A
las 8 a. m. el afamado aeronauta Valencia, verificó
una ascensión á beneficio de la nueva obra. A las
9 la población en cuerpo salió á recibir el expreso
en que venia el Exmo. Sr. Delegado Apostólico,
Mons. Ragonesi, é inmediatamente se dió principio
al magnifico bazar, en que las damas y señoritas
vendían los objetos que la piedad de nuestros ha
bitantes regaló, para dar robusto comienzo al san
tuario. A las 10 112 la gran Misa, cantando nuestra
Escolanía la primorosa de Haller, y pronunció el
panegírico, con su habitual unción, nuestro muy
amallo Inspector el P. Aimo. A las xr empezó la
entraila de ciclistas en primoroso desfile, y luego
en nuestra casa tuvo lugar un banquete presidido
por el Nuncio del Papa y los Delegados del Pre
sidente de la República.
A las 2 p. m. el Sr. Delegado, bajo el lujosísimo
palio, guial>a la solemne procesión al lugar de la
bendición de la piedra attgular. Fueron sus padrinos
el Kxnu). Sr. Genrl. Reyes, Presidente de la Repú
blica y el Gen. Vásquer Cobos, Gerente del Ferro
carril de la Sabana, representados por el Sr, Don
Ulpiano Valenzuela y el Dr. Silvio Peña, respecti
vamente. Una nota un poco discordante hubo en
tan bella función, y fué una lluvia torrencial que
se derramó de repente; pero á pesar de todo, el
acto se llevó á cabo con el mayor arreglo. Hicieron
uso de la palabra el Exmo. Sr. Delegado, que
'''
— 271 —
razzo, en cuanto supo el objeto que nos conducía
allí, prestóse gustoso á servirnos personalmente de
acompañante para recorrer el establecimiento.
Después de atravesar el patio donde, en ciertas
festividades, se organizan las fiestas y funciones
teatrales que tanta concurrencia atraen, pasamos á
otro espacioso, que sirve para el recreo y expan
sión de los niños.
A su alrededor existen las clases y talleres. En
las primeras, los PP. Salesianos dan la enseñanza
de los cinco grados, y nos complació descubrir en
los jóvenes escolares gran orden y compostura,
libres empero de la coacción y violencia que impone
una disciplina rigurosa y mal entendida. En los se
gundos aprenden diversos oficios numerosos mu
chachos.
En el taller de carpintería, así como en el de he
rrería, pudimos apreciar el grado de adelanto de
los aprendices por lo perfecto de los trabajos.
Lo mismo podemos decir de los talleres de zapa
tería y sastrería, de los que este año saldrán varios
operarios completamente instruidos en sus oficios
respectivos.
En el salón de música, en el momento de nuestra
visita los niños ponían á prueba la paciencia del
profesor, señor D ’A ló , que á fuerza de perseve
rancia ha logrado formar la banda del colegio.
Recorrimos luego los comedores, situados en la
planta baja , y los dormitorios, instalados en los
dos pisos superiores , observando en todas partes
la mayor limpieza é higiene.
Según nos manifestó nuestro caballeroso acom
pañante, en el colegio reciben instrucción unos 220
pupilos y unos 60 medio pupilos, muchos de los
cuales no pagan mensualidad alguna. Los que la
pagan, se reduce ella á pesos 20 para los pupilos
y 10 para los medio pupilos.
Parece que ese colegio, á pesar de existir en el
Rosario hace ya más de doce años, no ha logrado
merecer en esta ciudad el apoyo que en otros pun
tos como en Buenos Aires obtiene. Sus ingresos
se limitan á las limosnas que recibe de la cam
paña, especialmente de la colonia italiana, y al
producto de la venta de algunos trabajos efectua
humano.
dos en sus talleres y por la imprenU, que edita la
Parecia á veces abandonarse á la corriente de su
bien escrita revista semanal 4 Cristoforo Colombo.»
sagaz inspiración; se elevaba para volver en su
La obra meritoria que realiza ese Colegio, donde
descenso gradual hasta sus auditorios. Se dirigía á
tantos niños reciben esmerada educación para en
los conscientes y á los educandos.
contrarse preparados para las luchas y visicitudes
Su palabra, fácil y persuasiva, tiene gran poder
de la vida, no es posible que sea discutida, siendo
de argumentación.
de lamentar que no obtenga mayor apoyo y au
Dbre. i 904<
xilio entre nuestra sociedad.
Hermosa se nos presenta la virtud de la caridad,
EL ROSARIO ÍRep. Argentina). — Una visita al Co
al acudir al socorro del desvalido; pero no es digno
iesio salesiaao. — Cortamos de E l Mercantil:
de aplauso menos caluroso el trabajar para evitar
Ayer visitamos el grandioso edificio del colegio
que el numero de desvalidos y desheredados dis
de Artes y Oficios que tienen los PP. Salesianos
minuya, aumentando el de obreros laboriosos y el
en las calles Salta y España.
de hogares modestos, pero no necesitados.
Recibidos por el director, Rdo. D. Domingo Pe-
Las partes del programa se cumplieron debida
mente, sin que faltara en la apertura de la fiesta
la hermosa música de nuestro himno patrio.
A l iniciarse la segunda parte del programa, hizo
uso de la palabra el doctor José A . Campos.
Tuvo al auditorio por breves momentos suspenso
de su palabra fluida y galana. Es el perfil de los
oradores modernos : conciso y erudito á la vez.
Domina el escenario y lo cautiva con conceptos
llenos de filosofía. Esparce flores con sencilla lla
neza. Es orador que se expide dentro de un plan
de orden sintético; da bellísimo colorido al pensa
miento: brilla en las tinieblas de la idea como en
la penumbra.
Su improvisación sedujo á todos.
Expresó las cualidades de abnegación de los sa
cerdotes que formaban de esa niñez que se entre
gaba á sus cuidados, hombres útiles para la sociedad
y para ellos, que aprendían un arte ó un oficio:
exhortó, al finalizar su discurso con una sublime
erenga, á los maestro y á los eclesiásticos á que
modelaran el corazón de los niños á la vez con los
arrullos de nuestros episodios históricos, enseñán
doles á amar á la patria y á recordar los nombres
ilustres de los próceres que, á guisa de leyenda,
debieran evocar los adolescentes.
Una salva de aplausos saludó al orador al terminar.
AI fenecer la fiesta el señor Obispo usó también
de la palabra. En forma cadenciosa y solemne, pero
con pensamientos robustos y vigorosos, rememoró
la historia de la istitución de la escuelas dirigidas
por Salesianos é iniciadas por él.
No veo aquí premios para los Salesianos; hay
acá, si, los de los alumnos que han merecido tal
distinción, pero vosotros los tendréis también.
¿Y cuáles son ellos ? ¡ O h ! El premio de vosotros
son estos mismos seres que entregáis á sus hoga
res, á la humanidad; es el deber cumplido acá en
la tierra para conquistar el del cielo... »
El virtuoso sacerdote matizaba su discurso con
citas y latinismos que traducía á la vez á nuestro
idioma con verdadero derroche de elocuencia, con
admirable conocimiento de la vida y el corazón
— 272 —
AREQUIPA (Perú). — El i®de junio con extraordi
naria concurrencia y fruto se realizó la conferencia
de los Cooperadores salesianos. El P. Luis Bouroude
con elocuentes frases dió á conocer la obra práctica
llevada á cima por D. Hosco, con el auxilio de
María Aux. y la eficaz cooperación de los buenos,
en la reforma de la sociedad mediante la educa
ción de la juventuil, y exhortó á todos á alistarse
entre los Cooperadores salesianos. Siguió luego el
acto músico-literario, en el que sobresalió el estudio
social del P. Marchand, lleno de pensamientos
sublimes. El limo. S. Vicario dirigió frases de fe
licitación á las Damas de María Auxiliadora. El
drama Justicia del cielo nada dejó que desear,
como todo el variado programa desarrollado. Ma
cemos votos porque los Cooperadores vean coro
nados los trabajos á que han dedicado sus nobles
esfuerzos.
MARACAIBO (Venezuela). — Fiesta de María Auxl*
lladora. — Copiamos de E l Avisador: La fiesta de
María Auxiliadora se ha celebrado con mucho en
tusiasmo por el personal y alumnos del Instituto
Don Hosco; y esta fiesta no sólo ha sido la mani
festación del cariño de ellos á su divina Protectora,
sino también la expresión clara de que la Virgen
de Don Hosco se hace cada vez más popular entre
nosotros.
La víspera, al medio día, llegó una comisión de
niños y niñas de Gonzalo Antonio ; en la tarde el
hongo San Miguel arribó ai puerto conduciendo la
Sociedad de señoritas de Nuestra Señora de Lourdes
y doce niños, como representantes de la Isla de
Lourdes en aquella solemne festividad á la Madre
Auxiliadora; ya antes habían llegado caballeros y
señoras de Maracaibo, y un grupo de jóvenes, an
tiguos alumnos, que venían á honrar á su dulce
Madre.
Llegó el día 24 con grande regocijo de todos ;
el salón del Colegio, que ha sitio destinado para
capilla, estaba adornado sencillamente, pero con
elegancia; el altar resaltaba con artística belleza,
luciendo en el centro un hermoso cuadro de la
Virgen Auxiliadora. A las 7 celebró misa rezada
con acompañamiento de armónium, el Padre Di
rector, para dar la primera Communión á varios
niños internos y externos; comulgaron también los
otros alumnos y muchos devotos más. La misa
solemne enjpezó á las ocho; fue cantada por los
internos, acompañados de la banda; asistió gran
concurso de personas siendo insuficiente el salón
y lugares adyacentes para contenerlas.
Por la tarde se hizo la procesión, saliendo de la
capilla A la plaza pública, entrando lueg;o al Colegio
para recorrer los claustros y la plazoleta interna.
A las 7 y media levantóse el telón del teatro para
dar principio al drama Los tres gibosos de Egipto',
los papeles fueron muy bien desempeñados por los
alumnos internos, y los entreactos fueron ameni
zados con alegres toques de la banda. Fué esto el
coronamiento de la fiesta, despidiéndose la con
currencia con alabanzas y bendición para los hijos
de Don Hosco y admiración por sus obras.
Ya el Zulia empieza á percibirse de los benefi
cios del árbol salesiano plantado en su territorio.
El Instituto Don Hosco figura )-a entre los pri
meros centros de enseñanza que tiene el Estado,
y las familias que han colocado sus niños bajo el
amparo de los Salesianos, están satisfechos de sus
buenos métodos para el mejoramiento de los
alumnos.
El Istituto Don Hosco de San Rafael, á las con
diciones morales por parte de sus profesores, añade
para poder llevar el título de buen colegio, condi
ciones especiales de salubridad-: goza del hermoso
panorama del lago, tiene su fuente ó pozo parti
cular bien construido que le da un agua pura y
saludable, sus habitaciones son espaciosas y bien
ventiladas. No obstante todas estas ventajas y ser
un centro de primera categoría, la pensión es tan
moderada que lo hace adaptable á la personas
menos ricas.
ARAURE (Venezuela). — En esta ciudad, famosa
en la historia por ser la patria del general Páez,
se celebró de una mqnera insólita y solemne la
fiesta de María Auxiliadora el 24 de Mayo p. p.
Este acto estuvo por demás lucido, digno del en
tusiasmo de nuestro venerable Cura-Párroco y del
fervor religioso de esta sociedad esencialmente
cristiana.
YARITAQNA (Venezuela). — La fiesta de María Au
xiliadora tuvo lugar el 24 de Mayo con singular
esplendor. Ofició el venerable Cura P. Francisco
José Carell, quien también llevó la palabra sagrada,
cautivando á la numerosa concurrencia con sus
bien escogidas y brillantes frases, y por la arreba
tadora elocuencia con que nos habló de las glorias
y el poder de María Auxiliadora, aconsejando
mucho su divoción, que la honremos y la invo
quemos como Madre. Nos habló con entusiasmo
de los Salesianos, mauifestaiulo su admiración por
la Obra inmortal de D. Hosco.
El templo estaba lleno de numerosa y escogida
concurrencia de fieles, que habían asistido también
en las primeras horas de la mañana al Banquete
Eucaristico, y que asistió después al ejercido de
la tarde y acompañó la procesión de la Santísima
Virgen Auxiliadora, que fué paseada en andas
lujosamente adornada, que llevaban en sus hom
bros un grupo de jóvenes de lo más selecto de
nuestra sociedad. l..a conferencia de los Coope
radores tuvo lugar el mismo día, en seguida que
se terminó la Misa, siendo presidida por el ve
nerable Sr, Cura, quien nos habló de nuevo lar
gamente.
— 273 —
IWBABURA (Ecuador). — La Obra de Doti Basco en
U provincia de Imbabura. — Nos escriben : D^de
hace muchos años la noble, generosa y cristiana
Ibarra pedia á los Salesianos, para que fueran allá
é implantaran una escuela de Artes y Oficios, donde
la piedad y el trabajo aunados, hicieran de tantos
jóvenes que andan por las calles sin oficio alguno,
honrados ciudadanos, artesanos laboriosos y cum
nense al frente con la buena prensa; que si los
malvados se empeñan en atraer á los jóvenes é
introducirlos en reuniones perniciosas con juegos,
diversiones y teatros inmorales; también los Siilesianos en los Oratorios festivos cultivan la verda
dera alegría con recreaciones honestas, teatros muy
morales, y, más que nada, enseñan á santificar el
día del Señor y con estos medios libran á tantos
jovencitos y niños de mil peligros aun temporales,
en particular, del imponderable riesgo de perdei
el alma eternamente; que si los descreídos se es
fuerzan en alejar á la juventud inexperta, del es
tudio de la Religión y del Catecismo con los falsos
atractivos de clases comerciales é idiomas exlran-
plidos.
A repetidas llamadas de algunos señores de
Ibarra accedió el Muy Reverendo Padre Guido
Rocca, y aprovechando de los pocos dias de vaca
ciones de Pascua, marchó para esa ciudad en compañia de un Salesiano y un alumno del Colegio
de Quito, para dar la primera conferencia á los
Cooperadores.
Llegados á la capital de Imbabura, fuimos á sa
ludar al limo, y Rdmo. Mons. González Suárez,
quien acogió al R. P. Guido y á sus compañeros
con exquisita bondad. Este dignísimo y por tantos
títulos benemérito Prelado, al solicitársele el permiso
para la conferencia, concediólo de buen grado ; y
como muestra de singular afecto al P. Guido, or
denó que se la hiciera, pública, y en su misma
capilla episcopal.
El Rdmo. Sr. Canónigo, Dr. Don Nicolás F.
Ayala, conocedor profundo, admirador del espíritu
Salesiano y Cooperador práctico como él solo, á
fin de que esta conferencia tuviera felices resul
tados, puso en juego su ardorosa actividad y des-,
plegó todo su celo y la grande infiuencia de que
goza en todas las clases de la religiosa Ibarra.
El dia 28 del pasado Abril tuvo lugar dicha con
ferencia. A las 5 P- m. todos los señores convi
dados se hallaban reunidos en la capilla episcopal.
Ocupaban los asientos de en medio los Rdmos. .
Sres. Canónigos, Vbles. sacerdotes de la diócesis
y los principales caballeros de la población. En el
altar mayor, elegantemente adornado, campeaba
un cuadro de Maria Auxiliadora, propiedad del
Rdmo. Dr. Ayala.
Revestido de sobrepelliz y estola, subió al pulpito
el M. R. P. Guido Rocca. Con la familiaridad que
le es peculiar y la sinceridad que le distingue en
sus palabras, saludó á los circunstantes y les ma
nifestó el motivo de la reunión. En breves pince
ladas demostró quien fué Don Bosco, la ardua
misión que recibiera del C ielo; puso tan bien de
relieve los principales rasgos de su vida, que el
auditorio permanecía estupefacto y dejaba traslucir
á las claras el vivo deseo de saber más y mas las
virtudes y proezas del venerando Don Bosco. Hizo
resaltar cómo la Congregación Salesiana está lla
mada á ser el antidoto contra las enfermedades
MoBseflof Juan B. Córrela Nery.
jeros. también los Salesianos líeiieii escuelas donde
florecen sólidamente los estudios de comercio, en
una palabra que tratan de realizar con verdad lo
que los otros prometen sin cumplir jamas.
Demostró que poco ó nada habrían podido llevar
á cabo sin la desinteresada caridad de los Coope
radores. Llamó la atención al mismo tiempo sobre
el elevadlsinio destino que están designados á ocu
par los Cooperadores en el seno de la Iglesia y en
el lacerado corazón de la Patria, dando acogida,
coadyuvando y tomando parte activa en los sacri
ficios, desvelos y abnegación de los hijos de Don
Bosco. Concluyó invitando á los señores, que <iuísieran inscribirse en la lista de Cooperadores, tu
vieran la bondad de pasar al salón de los Rdmos.
Sres. Canónigos.
socislss*
Cantadas la Letanías de la Santísima Virgen y
Notó que sí los enemigos de la Religión de
el Tatitum ergo, el Rdmo. Dr. Ayala dió la ben
Cristo se sirven de la mala prensa para seducir
dición cori el Saiiúsiino Sacramento.
á los incautos , también los Salesianos pé
— 274 —
Finalizados estos actos, todos los señores pasaron
al salón,arreglado de antemano,donde llenos de entu
siasmo se agregan á la Pía Unión de Cooperadores.
Repartiéronse, como recuerdo, unas breves biogra
fías de Don Bosco, del M. R. P. Luis Calcagno,
fundador de las casas en el Ecuador, y una pe
queña imagen de la taumaturga Virgen, María
Auxiliadora.
Con el acertado parecer del R. P. Guido Rocca
y con la unánime aprobación de los señores, quedó
nombrado Director diocesano de los Cooperadores
el Rdmo. Dr. Ayala.
Era ya entrada la noche. Pasamos á dar las gra
cias al limo, y Rdmo. Sr. Obispo por tan bené
vola acogida y á pedirle su paternal bendición,
para al día siguiente tornar á Quito y continuar en
nuestras faenas cotidianas.
No podemos pasar por alto el cariño con que
nos recibió S. S. lima, en esta última vez. Al R.
P. Guido bendijo con singular ternura y en su
persona á les Salesianos todos de la República,
haciendo votos por la prosperidad y conservación
de nuestros institutos. Añadió Monseñor que de
rramaba sus bendiciones sobre la conferencia á fin
de que tuviera buen éxito, opimos y consoladores
frutos en el terreno fecundo de su predilecta dió
cesis.
En la mañana de nuestro regreso para Quito, el
Sr. David Andrade González condujo al R. P.
Guido á un lugar, sito casi á los afueras de la
ciudad, donde dicho señor con su propio peculio
quiere levantar un Colegio de Artes y Oficios para
entregarlo á los Salesianos. Este caballero, á pesar
de los largos años que cuenta, les anima con viril
actividad y abriga ardentísimos deseos de que Ibarra se levante y progrese á la sombra de la Reli
gión Católica y bajo la dirección de los Ministros
de Cristo N. S . ; espontáneamente ofreció vigilar
y dirigir él mismo en persona la construcción del
edificio, proporcionar maípiinarias y dar abundante
cantidad de agua para ios talleres que nece.siten
fuerza motriz. ¡ Dios, que es el Dueño absoluto de
la vida y que no se deja vencer en generosidad,
otorgue muchos y tranquilos años de existencia al
Sr. David Andrade González, para que pueda ver
realizados sus nobles, patrióticos y caritativos
proyectos en pro de la juventud pobre y abando
nada de su país.
Antes de dar término á esta ligera relación,
queremos manifestar nuestra gratitud'una vez más
al Rdmo. Sr. Dr. Don Nicolás F. Ayala, por la
exquisita atención y miramientos que nos prodigó.
Ibarra será, sin duda alguna, el centro de la
actividad salesiana y el vasto campo donde se
pueda sembrar la semilla del bien á pro de la Re
ligión, la Patria y el Progreso.
Quito, 19 de Ma>-o de 1905.
GUATEMALA. — Nos escriben: Se ve que la In
maculada Madre de Dios quiere que se propague
su culto en esta ciudad y en esta nación tan com
batida hoy por las sectas, pues al colectar las li
mosnas para el mes y fiesta de María Auxiliadora,
todos manifestaban el más intenso amor y el mayor
entusiasmo. La novena fué muy concurrida, tanto
á la Misa que se celebraba con gran solemnidad
por la mañana, como al rosario cantado que ejecu
taban por la tarde lo más célebres profesores de
la ciudad. El 17 de Mayo se festejó con solemni
dades especiales el 4® aniversario de la corona
ción de María Auxiliadora.
El 24 á las 6 a. m. fué descubierta S. D. M.
sobre espléndido dosel. La imagen de la Virgen
ocupaba en el centro del altar, hacia lo alto, y á
los lados campeaban el Sagrado Corazón y San
José.
El R. P. D. Erlindo García, cooperador salesiano,
cantó la Misa, que fué solemnísima. Después del
Evangelio el Sr. Pbro. D. Angel Montenegro tegió
las glorias de María, reseñó brevemente el gran
bien que hace la Pía Sociedad salesiana y animó á
los cooperadores á proseguir en su generosa em
presa.
La Pía Unión de Cooperadores hace votos porque
la Sma. Virgen extienda su manto protector sobre
esta nación que tanto necesita de los auxilio del
cielo.
Por Italia.
VALDOCCO (Turín) — Solemne distribución de pr^
ralos — Tuvo lugar el 15 de Agosto, presidida por
el Exmo. Mons. Cagliero y el Revmo. Sr. D. Rúa.
Pronunció el di.scurso de ocasión el Rev. D. Marocco, salesiano, quien hablando de la vida de Cer
vantes, lo propuso á los jóvenes cual modelo de
virtud, de trabajo, de firmeza de carácter y de
inquebrantable amor á la patria. La e.spléndida
fiesta, fuente siempre de emulación, terminó con
el discursito de D. Rúa y la bendición de Mon
señor.
El Illmo. Sr. Correia Néry Obispo de Pouso Ale
gre (Brasil) dignó también visitar el Oratorio de
S. Francisco de Sales* y honrarlo varios días
de su presencia.
ANCONA. — El 27 de Junio recibía el instituto sa
lesiano de este colegio la visita de Mons. Cagliero,
á quien los niños improvisaban una fiestecita, que
fué honrada también por la presencia del Emmo.
Cardenal Arzobispo de dicha ciudad y por varios
ilustres personajes.
Mons. Cagliero habló con entusiasmo de la difu
sión de la obra salesiana, amenizando su bellísima
Improvisación con anécdotas que le han acaecido
— 275 —
en sus viajes y misiones de la América, y termi
nando con dar gracias al Emmo. Purpurado por
el favor que dispensa á los hijos de D. Bosco.
S. Erna, respondió con palabras llenas de unción
y recomendó á los Cooperadores la Obra salesiana.
MILÁN — Hermosa fiesta. — El 21 de Junio tuvo
lugar en el magnifico salón del Instituto de los
ciegos, una selecta junta, presidida por Emmo. Car
denal Arzobispo, el egregio senador Ponti, alcalde
de la ciudad y representante del Prefecto, el caba
llero Simoni. Se trataba de realizar una noble idea
de la Cámara de Comercio de la ciudad, que asig
naba una medalla de oro al Instituto salesiano,
no solamente como establecimiento de pura beneficiencia, sino también como centro conspicuo de
enseñanza de artes y oficios; y que señalaba cuatro
medallas de plata, para distribuirse entre los cuatro
alumnos que más se habían distinguido en la úl
tima exposición de trabajos. Pronunciáronse bellí
simos discursos, que miraban á ensalzar el trabajo
y las artes, á cantar al Sagrado Corazón, á María
Aux. y á D. Bosco.
actividad y su generosa caridad, á favor de las
obras de D. Bosco.
A F R IC A .
ALEJANDRIA.— Nuestro colegio de Alejandría, el 12
de Mayo tenia el honor de recibir la visita del
Duque de los Abruzos. Recibido con los acordes
de la marcha real, pasó como en revista los alum
nos escuchó el saludo que le dirigió un alumno y
aceptó un mazo de flores que otro le presentó. Vi.sitó luego el Colbgio y al despedirse entre las acla
maciones de los niños, manifestó su complacencia
por los progresos del instituto, añadiendo que había
visitado otros de Sur América, admirando en todos
el adelanto y progreso.
ROMA — Repartición de premios en el Colegio del Sa
grado Corazón. — A presencia del Emmo. Cardenal
Cassetta, Mons. Juan B. Nery, Obispo brasiliano,
Mons. Todini, y muchos otros ilustres personajes,
se verificó el 19 de Julio, con admirable variedad
y fineza. Claramente se vió el progreso continuado
durante el año, mediante un sabio programa peda
gógico, tanto en los estudiantes como en los arte
sanos. Este año se comenzó á distribuir el Diploma
de Obrero, á los artesanos que, habiendo termi
nado su aprendizaje, fueron declarados obreros
competentes por el Jurado de calificación. El mismo
Cardenal, entusiasmado por la oportunísima insti
tución, en el acto de la proclamación dió la señal
de aplauso, á que todos correspondieron con una •
vehemencia que bien manifestaba la satisfación
Merecida distinción.
El Soberano Pontífice que con tanto empeño se
dedica á la reforma social, ha otorgado la Oran
Cruz de S. Gregorio Magno al Exmo. Sr. D. Rafael
Rodríguez Cepeda, Profesor de Jurisprudencia en
la Universidad de Valencia, y uno de los sabios
más insignes de la doctrina social católica. El
Breve del Papa dice a s í:
« A l amado hijo Rafael Rodríguez Cepeda,
Profesor de furisprudencia en la Urtiversidad de
Valencia. E l insigne y notorio mérito de tu saber,
junto con la integridad de costumbres y el amor
á las cosas de nuestra Religión: el industrioso y
constante cuidado en ayudar las ob}'as católicas, y
otras dates tuyas, asi de vigcnio como de virtud,
que con seguridad nos constan; en algún modo
nos impelen á honrarte con un titulo de disiin'
guido honor.
Nuestras felicitaciones al distinguido Profesor y
fervoroso católico.
general.
PO RTUG AL.
LISBOA _ Dlstribocióa de premios — Esta sim
pática fiesta , solemne siempre , revistió en el
presente año especial solemnidad, debido princi
palmente á la presencia del Exmo. y Revmo. Sr.
D. José Macchi, Delegado Apostólico y de S. E.
D. Juan de Alarcón, Ministro de las Obras públi
cas. El vasto patio, toldado naturalmente por ro
bustos árboles en los cuales flotaban banderas de
diversas naciones, > adornado con varios retratos,
presentaba un aspecto imponente. Los premiados
fueron muchos y la concurrencia selecta.
En Lisboa prospera considerablemente la obra
salesiana, debido á la generosidad de los Coope
radores, especialmente la Exma. Sra. Condesa das
Anias, que hace ya muchos años, desplega su
Necrología
D. Manuel Aparisi de Orellana.
Íl desaparecer de la vida este queridísimo
,
amigo é insigne cooperador salesiano, tenf'
mos que lamentar juntamente con su muerte el sitio
vado que deja en las filas del ejército católico.
Como buen Aparisi, siendo sobrino del gran
Aparisi Guijarro, ha vivido y ha muerto conde
nando loS’ errores modernos.
Tenia un carácter franco y alegre; era su con-
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versación amena; fué amigo de los niños y de los
humildes á quienes aconsejaba siempre con rectitud.
Seria interminable hacer una enumeración de las
.asociaciones católicas á que pertenecía. Hablaba
con mucho entusiasmo de D. Bosco y de su Obra.
Devoto fervoroso de María Aux. compuso una lierHHjsa poesía en sti honor, y la leyó en una solemne
velada que tuvo lugar en Jos principios de la fun
dación de esta casa de Valencia.
'I'errible y dolorosa enfermedad, que le ha tenido
postrado en cama durante medio^ año, purificó su
alma ; dió muestra durante ella de resignación poco
común.
Murió el día 31 de Jidio p. p. á los 53 años de
edad.
l’etiiinos á nuestros amados cooperadores una
oración para el eterno descanso de su alma.
Cooperadores Safesianos difuntos
ESPAÑA.
Sr D. Antonio Garriga y Valle — Barcelona.
»
'>
ilaixera
»
»
José .Andrés Ferrer
»
»
Mariano de la Poza
»
»
Kcrnaiulo Romaguera
»
»
Liiiz Peñafiel Martínez
»
Sra. D \ Carolina Batlles Va. de Martínez »
S. D. Luis Casani — Bnrjasot (Valencia).
»
Manuel P'ernández López — Cannona (Se
villa).
» José Carpintero, Pbro —
Cuenca.
■ » Eusebio Muñoz
»
» Juan Castillo, médico
%
» Pedro Fernández Oteo r—
Madrid.
Sra D“. Josefa Maureta
»
»
Gregoria González
»
Exilia. Sra. Marquesa de Vallejo
*
»
*
de Perales
>
Condesa de Vigo
«•
ICxrmo. Sr. Marqués de Casa-Laiglesia "
Srn. D«. Paz Enriquez Leyda — Mríia,qa.
Sr. 1). Luis Peñafiel — Murcia'
Juan F o n ty l‘arera— .l/<j«í7rí>r (Baleares).
>
Jiménez.Alvarez —
(Sevilla).
» .Amonio Gnbuldón —
U tid (Valencia).
>
Saturnino Hernández
»
>
'■
José Moreiiá - •
h'ornando Culictls
Manuel Encina, Pbro.
Sra D". Concepción Rico
»
^
Centelles
M J. Sr. 1). Joaquín Rodríguez-Conde
de Peztagua
Sr 1). José Campos
>
Vicente Baldori
»
Manuel .Aparisí
Wxlcncia.
»
»
» Felicia A na de M endoza— Barquisimefo >
» Yderfonsa Piña
»
»
» Manuela A . de Solgnie
»
»
Sr. D. Daniel Camacho
»
»
Jesús Ma. Hurtado Pbro. »
>
» David Marrufo
»
»
» Andrés Asnaye
»
>
»
Pedro M. Segura — Btiria
»
Sra D-\ Norberta de Segura
»
»
.»
Juana Polanco —
Comalapa (Nicar.).
»
Josefa V . de Loth
»
»
Sr. D. Fernando Rosas
»
>
Sra. D“. Beatriz Riiiz — Caldera
»
Sr. D. Juan Sandoval — Granada
»
»
Lorenzo Porras
»
»
»
Luis Legrand
-Guatemala.
»
Alberto Estrada
»
»
Manuel Flores
»
»
Gabriel AquÜar
»
Sr. Dr. L. Antonio Cruz
»
Sra D-'. Trinidad V . Boiaños
»
»
Isabel A rrivilla
»•
»
Cristina V . de Tafán
»
»
Rosario Jiménez — L a Libertad (Nicar.)
Sr. Dr. D, José Luis Ruiz — La Paz (Bolivia).
Sr. D. Aurelio P. Romo — Jerez (México).
»
Antonio Maldonado — Yinotope (Nicar.).
»
Celestino Morí — Moxitevideo (Uruguay).
»
Félix Queraltó
»
»
Sra. D“. Aurelia M. de Ramírez ».
»
» Carmen C . de Jiménez
»
»
» Manuela C de Correa
»
»
». Teresa K. de García
»
»
Sr. D. Juan Evaristo Montenegro — Porí-ofSpain (Trinidad)
Sra. D*. Francisca Tonia.sa Ortega
»
» Concepción Pont — Paysandú (Uruguay).
» Rosa Rodríguez
»
»
» Juana Betlega
»
»
Sr. D. Manuel Bercianos
»
»
Srla. D". Enriqueta Bedoya — Quito (Ecuador).
Sra. D*. Araceli Bonilla — S. L uis (Colombiaj.
> Ambrosia N. de Blanquino — Sallo (Urug.).
Sr- D. Domingo Cañedo
*
»
Sra. D*. Josefa Olmedo — S. Lorenzo (Parag.).
Sr. D. Julio Montesdeooc, ?hro. — Tarara
» Antonio José Carrillo M árquez— Trujillo >
Sra. D“. M. del Socorro Gutiérrez — Üruapán
(México).
» Cruz Méndez — Yaritagua (Venezuela).
Sr. D. Manuel Saperano
>
»
EXTERIOR
Sr. D. Zeferino Namuncurá — Frascati (Italia).
Sra. D®. Antonieia Campredón d ’A lb a ret— Turin (Italia).
>
»
»
AMÉRICA.
Sn\. D \ Juana de Soteldo — Acarigua (Venez.).
»Sabina Sandoval de 1 ovar »
>
Con aprobación de la .Autoridad Eclesiástica:
Gerente: JOSÉ GAMBINO.
Turin, Tip. Salesiana (B.S.) — Vía Cottolengo, 32.
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Fecha
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1905.10