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Título
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BS_1905_09
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Descripción
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Boletín Salesiano. Septiembre 1905
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extracted text
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L E T IN
?A L E S IA N O
^
Redacción y Rdmiqistracioq
Vza Cotiolengo, ^2 — T nrhi- Italia.
A No X X — N. 9
—
Publicación mensual
SUMARIO: L a Eucaristía en la educación . . . . 221
La acción católica según el S. Pontífice......................224
El Representante del Sucesor de Don Bosco en
A m é r i c a ......................................................................... 22S
De nuestras Misiones: Las Misiones de la Patagonia
y Mons. Cagliero . . , . 232
Gracias de María A u x ilia d o r a ......................................238
—
S E P T IE M B R E de 1905
Crónica Salesiana: Por Espafia: Sevilla, Salamanca,
Vigo, Valdecolmenas de Abajo-Cuenca — Por Amé
rica: Colonia V ign aud, Baranquilla, Patagones,
Mosquera — Por Italia: Bolonia, Florencia . . 243
Mons. M. A. Espinosa..................................................... 247
Biblioteca Agraria S o la r ia n a ...........................................24S
B ib lio g r a fia ......................................................................... 248
La Eucaristía en la educación.
¡ Oh Víctima de salvación.....
encarnecidas son las batallas que
nos acosan: danos fuerz.a y ven
en nuestro auxilio. — Himno del
Corpus.
más lleno d e bondad y de
poesía que aquellas palabras
de Cristo á los Apóstoles:
D ejad que los niños vengan á M i. Pa
labras tiernas y suaves por la delica
deza que traspiran; palabras profunda
mente sabias por el hondo sentido que
encierran. No eran palabras ocasiona
les, ni sólo para el momento: expre
saban una ley, un deseo, una profecía.
Esta paternal invitación, que tan suave
suena á nuestros oídos, la repite cada
día y cada hora desde su Sagrario: la
repite á los padres y á los educadores.
Dejad, pues, que los niños se acerquen
'A D A
i
á Jesús que en el altar lo espera con
los brazos y el Corazón abiertos, los
espera y los llam a: dejadlos, que ellos
son en la tierra los que más derecho
tienen á vivir la vida del Sagrario,
porque son los más puros, ponpie son
los más débiles, porque son los que
más necesitan de las caricias, de las
gracias y de los latidos del divino Co
razón. — El lo ha dicho; D e ellos es el
reinos de los cielos. Nosotros, los que
hemos transcurrido ya la mitad de
la vida humana dejando en las zarzas
del camino andrajos de la inocencia,
los que no. podemos alzar la frente sin
que la vista del cielo nos produzca un
sonrojo, al acercarnos al Sagrario, de
bemos golpearnos el pecho y llorar por
que nos hemos manchado: pero ellos,
lloramos, como nuestro padres debieron
llorar las delicias del Edén perdido,
entra en la vida de la razón; empieza á
explicarse algunos enigmas del mundo,
á pensar, á entender, á desear; aunque
el mundo le presenta su cuadro claro
y preciso, él todavía lo ve con el ob
jetivo risueño y dorado de la inocencia;
los enigmas del mal son para él aún
inexplicables. Esta época, que es la más
tranquila y la que más puras goces
presenta, llega hasta los diez años, edad
la más apta para la primera Comunión.
Toda ella debe ser una preparación
lenta, pero esmerada, para ese acto su
blime, él más solemne quizás de la vida,
la toma de posesión de Jesús, rey de
las almas. Rodéese este acto de solem
nidad, désele toda la importancia que
merece, pondérese á los niños la nece
sidad que de él tiene el alma y los
preciosos efectos que en ella produce.
La vida entonces se abre á la luz ra
diante de la razón, y la primera Co
munión es para los niños el primer
Viático para el largo y peligroso viaje
de la vida que entonces emprenden.
Al salir el niño de los años de la
ingenuidad, cuando poco á poco se va
quitando la venda que le cubría los
ojos, para ver mejor lo que hay en
torno de él: en el difícil pasaje de la
infancia á la adolescencia, el niño prueba
la necesidad y al mismo tiempo la di
ficultad de abrir su corazón con alguien.
Empieza el tiempo de los pequeños se
cretos, de los deseos desconocidos, de
la timidez instintiva. Brotan en su alma
pasiones tiernas que crecen: el orgullo
del hombre futuro empieza á dominar
sus actos; una fermentación sorda pasa
de los sentidos al corazón: encuentra
mil cosas que él quisiera saber, pero
***
Salido el niño de la infancia, esa que no se atreve á preguntar. El cuerpo
época santa y dichosa de la vida que crece, las pasiones se forman, y el niño
lus niños, los que aun conservan la
pura estola de la inocencia, van á Jesús
como quien va á saludar á un amigo,
como quien va á recibir las caricias de
un padre y apoya la frente en su pecho,
sin miedo de que tristes recuerdos la
ruboricen.
¡ Cuán sabia se mostró la Iglesia de
los primeros siglos, cuando no pudiendo
por temor á los paganos, reservar los
restos de la Mesa Eucarística, llamaba
á los niños y les daba las migajas so
brantes, constituyéndolos así en sagrarios
vivientes de la Eucaristía: cuando en
cargó á Tarsicio para repartir entre los
fieles el Pan; sirviéndose de la inocencia
como puro depósito del Dios de los
inocentes.
Dejémoslos, pues, acercarse y gozar
de las delicias sin nubes de la vida eu
carística, mientras la inocencia les son
ríe. Ya les llegará el día — y por des
gracia demasiado presto — de postrarse
y llorar los bienes perdidos.
Esta dulce invitación está en parti
cular dirigida á los padres y educa
dores: para ellos el dejad de Jesús es
wxwn^nádito. D ejad quiere decir: traedlos
á Mí, acercadlos á Mí, que yo los ins
truiré y los protegeré. A dar á conocer
este tierno reclamo del Rey de los ni
ños, á convencerlos de los j^reciosos
efectos de la S. Comunión en la educa
ción de la juventud, se dirigen estas
pocas y pobres palabras, que nos per
mitimos dedicar á los padres y educa
dores. No nosotros, que nos atraveríamos á tanto, sino D. Bosco, en cuyo
espíritu van informadas, es quien las
pronuncia. Recibidlas como salidas de
los labios de aquel apóstol inmortal de
la educación eucarística dé la niñez.
— 223 —
empieza á cuidarse más de sí mismo,
de su aliño, de la elegancia, y se ena
mora de su propia juventud como Nar
ciso el de la fábula pagana.
Es la época más peligrosa, de los
trece á los diez y siete años, el pasaje
de niño á hombre, época, que más que
ninguna, requiere la acción divina de
la Eucaristía, que enfrene las pasiones
nacientes, que fecunde la buena semilla
que el educador arroja en su corazón.
Al calor del Sol Eucarístico brotarán
lozanas y fuertes las virtudes y se agos
tarán los renuevos de las pasiones.
La Comunión frecuente, espontánea:
he aquí el secreto de la- educación, el
secreto con que D. Bosco obró tan pro
digiosas transformaciones en el alma
de los niños. Para formar corazones
para el cielo, él se los entregaba á Jesús
mismo para que los modelase según el
suyo. D. Bosco reunía todas las ma
ñanas á sus niños en torno del Sagrario
y allí los exhortaba á ir á Jesús su
delicia, su perenne y dulcísimo amor.
La educación no puede ser completa,
el hombre no es perfecto, no es útil,
no podrá ser buen ciudadano, si la Eu
caristía no ha grabado en él el estigma
de los redimidos, la Gracia: pues no
puede ser buen ciudadano de la tierra
quien no se considera peregrino del
cielo.
En todas las fases de la juventud y
de la educación, en especial de los diez
y seis años en adelante, que es la época
de las luchas abiertas y terribles, cuando
la fe y la pureza combaten con la in
credulidad y las pasiones, la Comunión
es el único refrigerio, el único principio
de fuerza y de vigor. Porque la Euca
ristía , no es sólo de valor negativo,
esto es, un contraveneno de la pasio
nes, del mal que por desdicha es nuestra
eterna tentación; la Eucaristía es fuente
de gracia positiva, de fuerza, de vida
cristiana, es un medicamento divino que
vigoriza el temple del alma.
Quien co7ne de este pan vhirá eter
namente... S i no coméis la carne del Hijo
del hombre no tendréis vida en vosotros:
Jesús lo ha dicho. Y si esta necesidatl
se extiende á todos, los niños que dan
ios primeros pasos en la vida de la fe,
necesitan este pan para sostenerse: sin
él, la semilla echada por el educador
en el corazón del niño crecerá raquí
tica, macilenta y acabará por secarse,
por que le falta el sostén, el incre
mento. — ¡ E l pa?i, ante todo, el pan!
clamaba el Card. Pío. El Pan eucarístico
para sustentar en esa alma la fe que
desfallece; el Pan eucarístico para man
tener firme la virtud de ese corazón
que vacila y amenaza naufragio; el Pan
eucarístico para ese espíritu que se
consume en la duda ó gime bajo el
peso de la tribulación.
El jansenismo hipócrita acertó en el
medio que para destruir la fe había
escogitado, quitando al alma el sostén
de la Eucaristía. Sin la Comunión se
enervan las fuerzas de la fe y desfallace
la virtud. ¿Quién sabe si el decaimiento
moral que hoy padecemos se deba á
ese alejamiento que en el siglo pasado
se notó de la Eucaristía? Las genera
ciones han crecido flacas y débiles en
la fe, porque no comieron del Pan de
la fortaleza: volvamos á él, alimente
mos á nuestros hijos con el Pan de los
fuertes, y la fe resuscitará.
*
*
¿Cuántas veces habrán de acercarse
los niños á la sagrada Mesa? — Muchas
veces, siempre que estén preparados,
siempre que un prudente confesor se
lo permita. — Los que han pasado al
gún tiempo viviendo con los niños,
i
— 234 —
saben el mágico efecto de la Comunión
en la vida ordinaria del Colegio: la
frecuencia con que se acercan á Ella
es el termómetro de la conducta y aun
de la aplicación de los colegiales. La
alegría, la ingenuidad, la docilidad son
virtudes que en los niños produce la
Eucaristía, y cuanto más se alejan de
Ella, la tristeza, la malicia y el orgullo
van sucediéndose en sus almas. — Don
Bosco solo, sin represión alguna, do
minaba con su mirada penetrante y sus
suaves palabras á una inmensa turba
de niños, porque los enseñaba á co
mulgar. Eso era todo el secreto de su
método educativo.
Y cuando todas las mañanas, en todas
las capillas de los Colegios que Don
Bosco ha sembrado por el mundo en
tero, se ven las turbas de niños con
los ojos alegres y serenos, que dejan
tras[)irar la fe ingenua y viva del co
razón, con compostura y devoción, acer
carse á la sagrada Mesa, recibir á Jesús
y estrechándolo en el pecho, inclinar
la cabeza y hablar con Él con el amor
propio de la niñez ; para nosotros los
creyentes, esa escena nos habla al co
razón y sabemos que Jesús labra en
aquella almas la corona de la vida cris
tiana, y aun para los que no creen ese
espectáculo tiene todo el hechizo de
una cosa ideal: es un misterio de la
gracia divina el que se está obrando alli.
— Dad á los niños, á los adoles
centes. el Pan de la fortaleza; con ese
viático divino irán, como el joven Tarsicio, hasta el martirio, hasta sacrificio
de la vida por la fe. por la integridad
de la virtiul; alimentadas en el Sagrario
las generaciones que crecen, fuertes y
denodadas, harán resuscitar en el mundo
con todos sus esplendores, la antigua
vida cristiana.
S S S ñ S S iiS S S
La acción católica
según el S. Pontífice
Restaurar todas las cosas en Cristo.
Sumo Pontífice Pió X (q. D .
ha publicado una preciosa Encíclica dirigida
(i iodos ¡os Obispos de Italia, acerca
de la acción católica italiana. Con ella ha qu
dado definido en este Reino el campo de sus
operaciones, pues hasta ahora estaba prohibido
á los católicos la participación directa á la vida
política. Pero dejando aparte lo que e?i partí'
cular atañe á la nación kerma?ia, algo, y muy
importante, encontraremos que nos pueda se7~vir
á todos de atnaestramienio y segura guia, algo
que nosotros, como hijos amantes del Papa,
710 dejare77ios desatendido, pties la palabra que
viene de la Santa Cátedra de Pedro, es sie/npre palabra de verdad y de salvación.
— Empieza el Padre Santo explicando acuellas
preciosas palabras de S. Pablo que É l tomó
por te7)ia y programa de S7i pontificado desde el
principio: Restaurar todas las cosas en Cristo.
Este es su objeto y en esta sa7ita ob>'a, dice, e7npleará todas las fuerzas q 7ie la bondad del Se'
ñor se digiie concederle. V enseguida, hablando
de la acción católica jr, después de 7-ecordar algioios dociwientos que É l misnio ha publicado
sobre estea 7‘g u 7nento, prosigue: Dilatadísimo es el
campo— sonstis text 7ialespalabras— de la acción
católica, la cual, de suyo, no excluye absoluta
mente nada de cuanto de algún modo, directo
ó indirecto, pertenece á la divina misión enco
mendada á la Iglesia. Fácilmente se descubre
la necesidad del concurso individual en obra
de tanta importancia, no sólo para la santifi
cación de nuestras almas, sino para extender
V ensanchar el reinado de Dios en los indivi
duos, las familias y la sociedad, procurando
cad.a uno, según sus fuerzas, el bien del pró
jimo, la difusión de la verdad revelada, la
práctica de las virtudes cristianas, y las obras
de caridad y misericordia corporales ó espiri
tuales. Tal es la conducta digna de Dios que
nos exhorta á seguir San Pablo, agradándole
en todo, produciendo frutos en toda especie de
obras buenas v adelantando en la ciencia de
Dios. Y después de de//iostrar que la Iglesia
« co7iserva7ido y perfeccio7ia 7ido los eleme7itos uiilizables de las antiguos civilizaciones paga 7iasV saca7iao de la ba7 barie d los ptieblos míreos
que e/i su seno 7natemal se a77ipara707 t é iiiipiil
E
— 225 —
miendo á la sociedad entera e l sello espíen'
dente de la civilización cristiana, ha sido, y lo
es todavía, guardadora y protectora de la civización cristiana », prosigue.
Ideal; realidad; restauración.
No tenemos necesidad de deciros, Venerables
Hermanos, qué prosperidad y bienandanza, qué
paz y concordia, qué respetuosa
sumisión á la autoridad y qué
excelentes gobiernos se alcanza
rían y conservarían en el mundo,
si se pudiera realizar enteramente
el perfecto ideal de la civilización
cristiana; mas, dada la continua
lucha de la carne contra el espí
ritu, de las tinieblas contra la luz,
de Satán contra Dios, no puede
esperarse tanto bien, por lo me
nos en toda esta medida.
Así es como se ve que sin cesar
se está arrancando algo á las pa
cíficas conquistas de la Iglesia,
pérdida tanto más dolorosa y fu
nesta cuanto más tiende la humana
sociedad á gobernarse por los
principios opuestos al concepto
cristiano, y aun á apostatar ente
ramente de Dios.
Mas este no es motivo para
acobardarse. Sabe la Iglesia que
las puertas del infierno no preva
lecerán contra ella; pero sabe
además que el mundo la ha de
oprimir, que sus apóstoles serán
enviados como corderos entre lo
bos, que sus fieles se verán llenos
de desprecio y odio, como se vió
colmado de odio y desprecio su
divino Fundador. Entretanto, la
Iglesia prosigue adelante, y, mien
tras extiende el reino de Dios á
las regiones donde aún no había
sido predicado, procura por todos
los medios repararar las pérdidas
habidas en el reino ya conquistado.
Instaurare omnia in Christo fué
siempre el lema de la Iglesia, y es
singularmente el Nuestro en los terribles días
que atravesamos ; restaurarlo todo, no en cosa
cualquiera, sino en Cristo ; quae in coelis et quae
in ierra suní in ipso, añade el A póstol; res
taurar en Cristo, no sólo lo que propiamente
pertenece á la divina misión de la Iglesia, que
es conducir las almas á Dios, pero también,
como lo hemos explicado, cuanto se deriva na
turalmente de esta divina misión: la civiliza
ción cristiana en el conjunto de todos sus ele
mentos y en cada uno de los que la constituyen.
Apostolado seglar.
Y no deteniéndonos sino sólo en esta última
parte de la apetecida restauración, bien véis.
Venerables Hermanos, qué auxilio aportan A
la Iglesia las escogidas huestes do católicos
que se proponen especialmente juntar todas
sus fuerzas vivas para combatir, por todo me-
Naestro Smo. Padre Pío X.
dio justo y legal, á la civilización anticristiana;
reparar por todos los medios los desórdenes
morales que de esa civilización se derivan; res
taurar á Cristo Jesús en la familia, en la
escuela, en la sociedad; restablecer el princi
pio de la autoridad humana como represen
tante de la de D ios; defender con decidido
empeño los intereses de la clase popular y, sin
gularmente, de los operarios y labradores, no
sólo inculcando en los corazones de todos el
principio religioso, único verdadero manantial
— 226 —
de consolaciones en los trabajos de la vida,
pero esforzándose en enjugar sus lágrimas, en
dulzar sus penas y mejorar su condición eco
nómica merced á bien entendidas disposiciones;
emplearse en hacer que las leyes públicas sean
conformes á la justicia y en que se modifiquen
ó deroguen las que le son contrarias; defender,
por ultimo, y sostener con espíritu verdadera
mente católico, los derechos de Dios en todas las
cosas y los no menos sagrados de su Iglesia.
El conjunto de todas estas obras, sostenidas
y propagadas, en gran parte, por los fieles se
glares y diversamente entendidas, según las ne
cesidades propias de cada nación y las cir
cunstancias particulares de cada pueblo, no es
más sino aquello precisamente que se designa
de ordinario con el nombre especial y nobilí
simo de acción católica ó acción de los católicos,
la cual ha concurrido en todos los tiempos á
auxiliar á la Iglesia, que siempre acogió favo
rablemente este auxilio y siempre lo bendijo,
aun que se realizó diversamente en cada época,
conforme á las necesidades de cada una.
Eterna juventud de la Iglesia.
En llegando aquí conviene no pasar adelante
sin observar, desde luego, que no es posible
volver á hacer de la misma manera que se hizo
cuanto fué útil y aun eficaz en los siglos pa
sados: tantas son las radicales modificaciones
que el correr de los tiempos ha producido
en la sociedad y la vida pública, y tan gran
des las necesidades nuevas que el cambiar de
las circunstancias origina continuamente. Pero
en el largo transcurso de su Historia, la Igle
sia siempre, y en todos los casos, ha demos
trado luminosamente que posee la maravillosa
virtud de adaptarse á las variables condiciones
de la sociedad civil, y de tal modo, que la
inmutabilidad é integridad de la fe y la mo
ral quedan siempre á salvo, y salvando asi
mismo sus sagrados derechos, se pliega y
acomoda fácilmente á cuanto es accidental y
contingente en las vicisitudes de los tiempos y
las nuevas exigencias de la sociedad. La vir
tud — dice San Pablo — sirve j)ara todo, como
que trae consigo la promesa de la vida pre
sente y de la futura. Fictas autem ad omnia
uti 'is est, promissionem habens vitac, quac nunc
csi, ct futurae. Pues de la misma manera, la
acción católica, aunque cambia oportunamente
las formas exteriores y los medios de que se
sirve, siempre es la misma en los principios
que la dirigen y el fin nobilísimo que se pro
pone, y para que al proprio tiempo sea eficaz
convendrá indicar esmeradamente las condicio
nes que á sí misma se impone, si se considera
bien su naturaleza y su objeto.
Ante todo los católicos deben ser modelo
de virtudes.
Antes que nada, ha de grabarse profunda
mente en los ánimos esta idea: que todo ins
trumento es inútil si no es adecuado á la obra
que se quiere ejecutar. Como resulta eviden
temente de cuanto ya va dicho, desde el mo
mento en que se propone restaurar todas las
cosas en Cristo, la acción católica, se convierte
en verdadero apostolado en honor de la gloria
del mismo Jesucristo. Para bien desempeñarlo,
se requiere la divina gracia, que no se con
cede al apóstol que no está unido á Jesucristo:
por consiguiente, sólo cuando hayamos instau
rado á Cristo dentro de nosotros mismos po
dremos llevarle más fácilmente á las familias
y la sociedad. Por lo cual, todos los que están
llamados á dirigir ó se emplean en promover
la actividad católica, deben ser católicos á toda
prueba, bien convencidos de su fe, sólidamente
instruidos en las cosas de la Religión, since
ramente sumisos á la Iglesia, especialmente á
esta suprema Cátedra apostólica y al Vicario
de Cristo en la tierra; y han de juntar con la
piedad verdadera, virtudes varoniles, pureza de
costumbres, y vida tan limpia que á todos
sirvan de eficaz ejemplo. Cuando así no se re
gule su espíritu, no sólo será difícil promover
el bien ajeno, pero será casi imposible proce
der con rectitud de intención y faltará ener
gía para soportar con perseverancia los tra
bajos que trae consigo todo apostolado, las
calumnias de los adversarios, á veces hasta la
envidia de los mismos amigos y compañeros
de acción, excusables, es cierto, en atención á
lo flaco de la naturaleza humana, pero también
sumamente perjudiciales y causa de discor
dias, conflictos y luchas intestinas. Solamente
una virtud paciente y firme en el bien, y á
la par suave y delicada, es capaz de salvar ó
disminuir estas dificultades, de manera que la
obra en que se emplean las fuerzas católicas
no se vea comprometida. Esta es la voluntad
de Dios, decía San Pedro, que obrando bien,
tapéis la boca de la ignorancia de los hombres
necios. Sic est voluntas Dei, ut benefacientes
obmustescere faciatis imprudentium kominum
i^ioraniiam.
Obras particulares que requieren la acción católica.
Importa, además, definir bien las obras en
que deben emplearse con toda energía y cons
tancia las fuerzas católicas. Estas obras han
de ser de tan evidente importancia, han de
responder tan perfectamente á las necesidades
de la actual sociedad, han de ajustarse de tal
modo á los intereses morales y materiales, se-
— 227 —
ñaladamente del pueblo y de las clases pobres
que, comunicando mayor actividad á los pro
movedores de la acción católica por el copioso
y seguro fruto que prometen, sean, al propio*
tiempo, fácilmente entendidas por todos y vo
luntariamente recibidas. Precisamente porque
los graves problemas de la vida social en nues
tros días exigen pronta y segura solución, se
excita en todos el mayor interés por conocer
los diversos modos con que estas soluciones
se ofrecen en la práctica.
Las discusiones en uno ú otro sentido sur
gen cada vez más numerosas y se propagan
fácilmente por medio de la prensa y es de la
mayor importancia que la acción católica apro
veche el momento oportuno, se adelante vale
rosamente, proponga también su solución y la
haga prevalecer mediante una propaganda vi
gorosa. activa, inteligente, disciplinada, capaz
de oponerse directamente á la propaganda con
traria. La bondad y justicia de los principios
cristianos, la recta moral que profesan los ca
tólicos, su completo desinterés en las cosas
suyas propias, no deseando franca y sincera
mente sino el verdadero, el sólido, el supremo
bien del prójim o; por último, su evidente ca
pacidad para fomentar mejor que nadie los
verdaderos intereses materiales del pueblo, es
imposible que no penetren en el entendimento
y el corazón de cuantos los escuchen y no
hagan más nutridas sus filas, hasta convertirlas
en un cuerpo robusto y compacto, capaz de
resistir gallardamente al ímpetu contrarío y de
tener en respeto á los enemigos.....
Hé ahí, Venerables Hermanos, los caracte
res, el objeto y las condiciones de la acción
católica, considerada en su parte más impor
tante, que es la solución del problema social,
merecedor, por consiguiente, de que á él se
apliquen con la mayor energía y constancia
todas las fuerzas católicas. Lo cual no obsta
para que se favorezcan y promuevan otras
obras de destinto género y diversa organiza
ción ; pero todas igualmente destinadas á pro
curar este ó aquel bien particular de la so
ciedad, ó del pueblo, y el reflorecimiento de
la civilización cristiana en sus varios y deter
minados aspectos. Es lo ordinario que estas
obras nazcan del celo de algunas personas par
ticulares y que se difundan en cada diócesis
y á veces se agrupen en federaciones más am
plias. Ahora b ie n ; siempre que sea laudable
el fin que se propongan, y seguros los prin
cipios cristianos que sigan, y justos los medios
á que ap>elen, también merecen que se las alabe
y fomente de todas maneras- Y aun deberá
dejárselas cierta libertad de organización, no
siendo posible que donde se juntan multitud
de personas se modelen todas conforme al
mismo tipo, ó se concentren bajo una misma
dirección. La organización debe nacer espon
táneamente de las mismas obras, de otra suerte
se tendrán edificios bien trazados, pero faltos
de cimiento y, por lo tanto, efímeros. Conviene
también tener en cuenta la índole de cada j>oblación. Lo que importa es que se edifique
sobre buenos cimientos, con solidez de prin
cipios, con fervor y constancia, y si esto se
consigue, el modo y la forma que adopten las
diferentes obras son cosas accidentales y de
ahí no pasan.
Relaciones coa la Autoridad Eclesiástica.
Réstanos hablar. Venerables Hermanos, de
un punto de suma importancia, conviene á sa
ber, la relación que todas las obras de acción
católica deben tener con la autoridad eclesiás
tica. Si bien se considera la doctrina que
hemos expuesto en la primera parte de estas
Letras, fácilmente se deducirá que todas aque
llas obras que directamente se ocupan en au
xiliar al ministerio espiritual y pastoral de la
Iglesia y que, por consiguiente, se proponen
un fin religioso con la mira de procurar el
bien de las almas, hasta encías cosas más pe
queñas, deben hallarse supeditadas á la auto
ridad de la Iglesia y, por consiguiente, á la
autoridad de los Obispos, puestos por el Espí
ritu Santo para regir la Iglesia de Dios en
las diócesis que les están asignadas. Pero las
demás obras, que, como hemos dicho, se han
fundado principalmente para restaurar en Cristo
y promover la verdadera civilización cris
tiana, obras que, en el sentido ya explicado,
constituyen la acción católica, no pueden tam
poco concebirse, en manera alguna, indepen
dientes del consejo y la alta dirección de la
autoridad eclesiástica, especialmente por cuanto
todas deben acomodarse á los principios de la
doctrina y la moral cristiana; y mucho menos
pueden concebirse en oposición, más ó menos
franca, á la misma autoridad. Cierto que tales
obras, supuesta su índole, deben moverse con
la conveniente y racional libertad, recayendo
sobre ellas mismas la responsabilidad de su
acción, sobre todo en los asuntos temporales
y económicos, y en aquellos que pertenecen á
la vida pública administrativa ó política, ajena
al ministerio puramente espiritual; mas, como
los católicos enarbolan siempre la bandera de
Cristo, por lo cual enarbolan la bandera de la
Iglesia, conveniente es que la reciban de ma
nos de la Iglesia y que la Iglesia cuide de
que se conserve sin mancha y que á e.sta vi
gilancia maternal se sometan los católicos como
dóciles y amantes hijos.
— 228 —
Define luego el S. Pontífice e l campo que en
esta acción co)Tespo7ide al clero, y concluye:
Los comienzos podrán ser humildes, mas con
tal de que tengan principio, la divina gracia
les hará desarrollarse y prosperar en breve
tiempo. Que todos Nuestros amados hijos que
se emplean en la acción católica atiendan una
vez más las palabras que espontáneamente sa
len de Nuestro corazón. Kn las amarguras de
que diariamente Nos vemos rodeado, si hay
para Nós alguna consolación en Cristo, si al
gún refrigerio de parte de vuestra caridad, si
alguna unión entre vosotros por la participa
ción de un mismo espíritu, si tenéis entrañas
de compasión, diremos con el Apóstol San
Pablo: haced cumplido Nuestro gozo por vues
tra concordia, por vuestra caridad, por vues
tro idéntico sentir, por vuestra humildad y
debida sumisión; buscando, no vuestro propio
interés, sino el bien general, trasfundiendo á
vuestros corazones los mismos afectos que
abrigaba Cristo Redentor Nuestro. Él sea prin
cipio de todas vuestras empresas: Cuanto ha-
gáis, sea de palabra^ ú obra, hacedlo todo eyi
fiambre de nuestro Señor [csucrisio ; Él sea el fin
de todas vuestras operaciones: Todas las cosas
son de É l ; d rU sea la gloria por siempre ja
más. Y en este fausto día, que recuerda á los
Apóstoles cuando, llenos del Espíritu Santo,
salieron del cenáculo á predicar al mundo el
reino de Cristo, descienda también sobre todos
vosotros la virtud del mismo Espíritu y pliegue
toda dureza, temple lo que está frío y vuelva
al recto sendero cuanto se halla extraviado.
Flecte quodest rigidum, fove qtiod est frigidum,
rege quod est dcvium.
En tanto, sea auspicio del favor divino y
prenda de Nuestro especialísimo afecto la Ben
dición Apostólica que de lo íntimo del cora
zón os concedemos.
Dado en Roma iunto á San Pedro, la So
lemnidad de Pentecostés ( i i de Junio) de
1904, segundo de Nuestro Pontificado.
PÍO PP. X .
EL REPRESENTANTE DEL SDGESOR DE DON ROSCO
EN A M É R I C A
(Correspondencia de D . Calógero Gusmano á nuestro Rector Mayor, D . Miguel Rúa)
(Continuación). (*)
Las aventuras de la vuelta.
llegamos á Cuenca, después de tres días
v/i. i de v ia je ; devolvimos algunas visitas
que debíamos, y henos de nuevo en
marcha por otro camino para R iobam ba: era
preciso entonces no ya costear sino atravesar
el terrible Azuay. Pero lo i>eor nos pasó al ano
checer ; mientras íbamos buscando la casa de
un Coojwrador ¡)ara pasar en ella la noche, el
guia poco práctico nos llevó por horribles precijíidos. Cayo la noche, el cansancio nos oprimió
y no llegábamos aún al suspirado tambo. Después
de varias horas de agonía y de continuos peligros,
felizmente evitados, llegamos á una casa aban
donada y sin comodidad algun a; para dormir
tuvimos que echarnos en un tablado que en
otro tiempo debió servir de pesebre para los
(•) V^cise el B o l b t í n de .Agosio de 1905, pág. 192.
animales. Sin reparo alguno para librarnos de
la lluvia y sin mantas para cubrirnos, quitamos
las monturas de los caballos y con ellas nos arre
glamos. Aquella noche fué cuando más se mani
festó la protección divina sobre nosotros. D. Albera, á pesar del peligro en que estaba de tomar
alguna enfermedad, sólo se levantó con ios huesos
algo molidos.
A l despuntar el día el guía había desaparecido:
llamamos á un indio que estaba apacentando
un rebaño de bestias, y le suplicamos que nos
accompañase. El indio nunca dice que no ; pidió
permiso para ir á tomar no sé qué, desapareció
y nosotros estuvimos tres horas esperándole
inútilmente. Tuvimos que ir á sacarle de su es
condite, le encontramos y él se excusó diciendo
que no podía dejar su rebaño. Le dijimos que
por algunas horas lo podía guardar su mujer,
le prometimos una buena paga, pero no quiso
— 229 —
acceder, de modo que nos vimos obligados casi
á foraarle, pues para nosotros era cuestión de
\nda ó muerte. E l indio viendo la resolución
con que nos impusimos, se volvió manso como
un cordero y echó á andar con nosotros.
Las subidas en algunas partes eran terribles :
muchas veces el pobre animal al poner la uña
en la piedra resbalaba y caía de rodillas. Para mí
era un continuo sobresalto ver á D. Albera en
tantos peligros. Ir á pie no siempre se podía, ir
á caballo no siempre era prudente, de modo
que á trechos nos apeábamos. En una de estas
pendientes, mi pobre muía, después de haber
hecho varios esfuerzos para asentar la uña, ca
yendo otras tantas y con las rodillas todas ensangrentandas, se abandonó desfallecida: yo
tuve tiempo para deshacerme de los estribos
y echarme á tierra. L a muía se paró sobre algu
nos arbustos : pocos metros más abajo, cubierto
por tupido y lozano ramaje, se escondía un ho
rroroso abismo.
Por ñn, después de 15 días de viaje, el 5 de
julio Degaraos á Riobamba, una de las ciudades
principales del Ecuador, la reina del Chimborazo, donde reside el Superior de los Salesianos
de la República. Un tropel de Salesianos y alummos del Colegio salieron á nuestro encuentro :
y D. Albera pasó por la ciudad en medio de dos
filas regulares de jinetes que le aclam aban: el
pueblo acudió numeroso á saludar al Visitador
Salesiano y arrojaba flores á su paso. Se me per
done el recuerdo, pero en aquel momento era
imposible no pensar en Jesús cuando entraba
triufante en Jerusalén.
E n R iobam ba.
Riobamba, á 2738 metros de altura sobre el
nivel del mar, cuenta unos 16000 habitantes y
se eleva sobre una meseta arenosa; cuando
sopla viento, cosa que acaece de continuo, se
vive en una nube de arena. Las calles son espaciosas y derechas y las casas bajas ; cuenta
con varias hermosas iglesias y los PP. Jesuítas
están construyendo una que será magnífica.
Estos buenos Padres nos llevaron á ver el sitio
donde íué asesinado, durante la última revolu
ción, su Superior el P. Hoscoso, natural del país,
hombre de carácter sumamente benigno. Los
revolucionarios, á la impiedad añadiendo la
burla, pusieron en manos de la víctima un fusil,
y tales cxísas dijeron de él que no se necesitó
siquiera desmentirlas. Los asesinos profanaron
las Iglesias y el Smo. Sacramento, pero el castigo
fué inmediato y tremendo y han escarmentado
ya muchos.
También ios nuestros durante la revolución
tuvieron que sufrir no poco : se les quitó el co
legio que fué reducido á cu artel; los alumitos
y los hermanos mismos fueron dispersos. Gracias
á la prudencia y longanimidad del Superior lo
cal, se logró recobrar la casa y ahora alberga á
más de 200 niños. Tuvimos ocasión de asistir
al examen final al que se suelen invitar las prin
cipales personas de la ciudad, y salimos de él
muy satisfechos. Los alumnos, alineados todos
delante de los examinadores, en un palco, clase
por clase, eran interrogados acerca de los puntos
del programa de sus respectivas clases ; muchos
son los padres que acuden á esta pública prueba
de la educación de sus hijos. Gustó á todos en
particular la disputa de los J ibaritos de Gualaquiza recogidos desde hace algunos años en nues
tro Colegio: llevan el nombre respectivamente
de Juan Bosco, Miguel Rúa y Juan Cagliero.
Aprovechando la ocasión de la presencia del
Visitador Salesiano en Riobamba, se dió la Con
ferencia á los Cooperadores, como prescribe el
reglamento. La dictó el R. P. Cangas, de la Com
pañía de Jesús, quien en su espléndida confe
rencia, se mostró completamente informado de
nuestra obra. A l fin, D. Albera dirigió palabras
de gratitud á los Cooperadores, especialmente
al Dr. Proaño, su Director, y á los Celadores y
decuriones.
Visitamos la Iglesia que junto el Colegio está
construyendo, no sin grandes sacrificios, el Padre
Fusarini. Los domingos, después de haber asis
tido á los divinos oficios, muchos de los fieles
dispuestos en orden y cantando coplas piadosas,
quien con sus animales, quien á cuestas, van á
tomar piedra para la construcción del temj)lo,
concurriendo de esta manera á edificar la que ha
de ser Casa del Señor y para ellos Puerta del
Cielo. Mucho nos conmovió ver la fe y devoción
con que lo hacían : que Dios los colme de ben
diciones.
Fuimos á saludar al Sr. Obispo que poco
hacía había vuelto del destierro que la revolución
le había impuesto : visitamos las varías comuni
dades religiosas y después partimos con direc
ción á la Capital.
D e v ia je á Quito.
La primera jomada, hasta Atocha, la pasamos
á caballo. E n Atocha se está preparando para
—
230 —
los Salesianos una vasta casa que se les ha cedido
en propriedad. Era antes seminario, que vino á
parar durante las últimas guerras en cuartel, y
ya se sabe que los soldados dejan por doquiera
señales de su paso, y esta vez fueron profundas,
])ues destruyeron todo lo que pudieron; baste
el decir que para restaurar la casa y amueblarla
pobremente se gastarán más de loooo francos.
Los trabajos han empezado ya; para terminarlos
contamos sólo con la Providencia.
En la próxima ciudad de Ambato nos esperaba
el Director de Quito ; los PP. Dominicos nos
dieron caritativa y cordial hospitalidad.
Situada como está á 2850 m. sobre el nivel del
mar, en un valle desigual, es la más fría de las
ciudades interandinas : y el viajero lo va no
tando, pues á medida que se va acercando á ella,
echa de menos la lozana vegetación que hasta
entonces le había sorprendido. L a ciudad mi
rada desde una de las colinas que la rodean pre
senta un aspecto magnífico : sus calles, á pesar
de la desigualdad del terreno son derechas, y
algunas anchas y bien empedradas. Los mejores
y más ricos templos de Sud-América están en
Quito. Digna de verse es la Iglesia de la Com
pañía cubierta completamente de oro puro, de un
P anoram a de Quito — Ecuador.
A l día siguiente temprano tomamos la dili
gencia, abandonando las cabalgaduras que, á
pesar de lo cansados que nos tenían, bien sabía
mos debían ser j)or algunos meses todavía, sino
el único, al menos el principal medio de trans
porte.
A una hora de Quito salieron á nuestro en
cuentro varios representantes de las autoridades
y corporaciones religiosas de la ciudad. Era esta
la última y más completa prueba de afecto que
nos dispensaba el E cu ador; en la nueva iglesia
v.u gentío inmenso esperaba el canto del Tedeum,
que por más veces que lo habíamos repetido,
nos salía espontáneo, pues siempre teníamos que
cantar nuevas misericordias del Señor.
E n la C ap ital.
Henos, pues, j-a en la Capital del Ecuador.
estilo indefinible, que en América se llama estilo
de los PP. Jesuítas. Numerosas y buenas son
las demás iglesias, pero desde el terremoto del
1859 han perdido mucha de su belleza exterior.
H ay varios magníficos conventos, como los de
S. Francisco, Sto. Domingo, de la Merced, de
S. Agustín, del Carmen, de Sta. Clara etc. como
también el Colegio de la Compañía de Jesús
que en su mayor parte está ocupado por oficinas
gubernativas.
E l H éroe del E cu a d o r.
Mucho debe el Ecuador á García Moreno; allí
todo habla de él, en especial Quito. Antes de subir
al poder, como periodista siempre inexorable
con el error, había defendido los fueros de la
ju sticia : cuando en el 1861 se encargó del Go-
— 231 —
biemo, el Ecuador no contaba más que 30 años
de vida nacional independiente. Tomó las rien
das del poder de su querida Patria y se mostró
á todos como modelo de ciudadanos : se esforzó
porque todos desempeñasen puntualmente su
oficio, sin preferencias ; se deshizó de los pará
sitos y de los que no administraban con con
ciencia : restableció la disciplina en el ejército,
castigando á algunos generales y fusilando pu
blicamente á varios soldados.
García Moreno, conociendo las necesidades de
su nación llamó á lo s mejores religiosos: Jesuí
tas, Hermanos de las E E . CC. , las Damas del
Sdo. Corazón, las Hermanas del Buen Pastor
etc. Bajo su gobierno las Misiones entre los sal
vajes tomaron gran incremento: se establecieron
comunicaciones diplomáticas con la Sta. Sede; se
abrieron caminos, y se dió principio á la cons
trucción de ferrocarriles.
En una palabra,
García Moreno fué siempre y constantemente
fiel á su divisa: « Libertad para todos y para todo,
menos para el mal y para los malhechores.
A pesar de las muchas veces que atentaron
á su vida, se mostró siempre impávido y tran
quilo, con la tranquilidad que da la buena
conciencia.
Si fueron adelantos los que reportó el Ecuador
durante su gobierno, lo dice y lo dirá la historia.
Cuando el 1870, el Papa fué despojado de sus
estados. García Moreno hizo votar 52,000 fr. —
ejemplo único en los Gobiernos — para socorrer
al Vicario de Jesucristo. E l 1873, viendo acer
carse el fin del plazo de su presidencia, consagra
la República toda al Sagrado Corazón, y el eco
de la solemne función celebrada en la catedral
de Quito se propaga hasta las últimas parro
quias y más humildes capillas de la nación.
No ignoraba él los secretos manejos de los franc
masones, y por tanto presentía la suerte que le
esperaba, pues poco antes de su muerte escribía
á Pío IX : Las logias de los países confinantes
vomitan contra mí toda suerte de atroces inju
rias y de horribles calumnias, y buscan secreta
mente los medios para asesinarme ; ahora más
que nunca necesito la divina protección, á fin
de que pueda vivir y morir en defensa de nuestra
santa religión y de esta amada República. ¿Qué
mejor ventura puede sucederme. Padre Santo,
que la de verme calumniado y odiado por amor
de nuestro Divino Redentor ? Pero ¡qué mayor
ventura aim si vuestra bendición me alcanzase
poder derramar mi sangre por Aquél que, siendo
Dios, quiso derramar la suya por nosotros en la
Cruz! »Y Dios escuchó su plegaria. El 6 de agosto,
primer viernes del mes, el Presidente se había
acercado á la Sda. Mesa : por la tarde, después
de visitar al Smo. Sacramento, se dirigía al
senado para conmunicar su mensaje : j^ero á
la puerta de la iglesia le esperaba un sicario y
allí murió víctima de su amor á la patria. Pero
el jefe de'los asesinos murió á manos del pueblo
aún antes que García Moreno. Fortalecido el
Héroe con los últimos Sacramentos, espiró en
la Catedral y allí fué sepultado ; justo premio
á tan esclarecido mártir ! Sobre el corazón se le
encontró im billete escrito aquel mismo día, con
estas p alab ras: « Señor mío Jesucristo, dadme
amor y humildad y hacedme conocer lo que debo
hacer hoy para vuestro servicio. >
El traidor Rayo, al sepultarle repetidamente
el puñal en el pecho, le decía : « Muere, / tirano
de la libertad ! y García Moreno tranquilo res
pondió: ¡Diosno muere!... y prueba de asta subli
me exclamación fueron los terribles castigos que
sobre los asesinos cayeron.
Antes de su muerte García había profetizado :
Después de mi muerte el Ecuador caerá de nuevo
en manos de los revolucionarios que gobernarán
despóticamente. Pero el Corazón de Jesús, á
quien he consagrado mi patria, hará que viva
libre y honrada bajo la guía de los grandes prin
cipios del Cristianismo. »
En el bolsillo del Presidente se encontró en
sangrentado el mensaje en que daba cuenta de
su gestión, daba las gracias y pedía perdón si
había cometido algún involuntario error. Aquella
preciosa reliquia empapada en sangre, fué co
locada en una arquita de cristal de roca y ofre
cida á S. S. León X III el 31 de Diciembre de
1887, día de su jubileo sacerdotal: el grande
Pontífice, al recibir tan precioso regalo pro
nunció conmovido estas palabras: « íil ha muerto
por la causa de la Iglesia bajo el puñal de los
impíos ».
{Se continuará).
D
— 232 —
E NUESTRAS MISIONES
w
La$ (Dí$íone$
la Paíagonía
Y MONSEÑOR CAQUERO.
{Estudio del P . Lino Carhajal)
{Continuación)
Puestos estos antecedentes geográficos, cabe
preguntar : ¿Y qué kan hecho los Salesianos con
Monseñor Cagliero -por jefe? V oy á responder.
Desde 1897 á 1888 han misionado recorriendo
á grandes líneas su campo de acción, ora si
guiendo el curso de los caudalosos ríos, ora á
través de las mesetas, llanuras y montañas.
Y a visitando los toldos de los Indios, y las casas
de campo ; ya los pueblos y colonias que venían
surgiendo.
Fué el período de los grandes viajes, de las
penurias y tanteos para echar los fundamentos
de las misiones sistemáticas. Duró diez años
teniendo sólo las Casas de Patagones, fundada
en 1879 y la de Viedma el año siguiente.
Explorado el terreno, y buscados los centros
desde donde se podían efectuar las Misiones
con mayor provecho, se estrenó el período de
las fundaciones desde 1888 hasta 1892, fundando
las Casas de Chos-Malal, de Neuquén (1888),
Pringles (1889), Roca (1889), Conesa (1891), en
el Río Negro ; Ra\vson (1892) en el C h u b u t;
Bahía Blanca fundada en 1890 está al Sud de la
Provincia de Buenos Aires.
Luego siguió un trienio de nuevas correrías
al rededor de los centros habitados, dilatando
á más la acción á un nuevo territorio, á la
Pampa. Terminadas estas nuevas campañas,
que habían hecho ver las nuevas necesidades
que reclamaban, no sólo los indígenas, sino las
masas de colonos, que iban llegando á los terri
torios, se inauguró otro período de fundaciones
desde 1895 á 1897.
Durante esta período se crearon las Casas
de Fortín Mercedes (1895) sobre el Rio Colo
rado, de Junín de los Andes (1895) sobre el Chimehuin del Neuquén, de General Acha y Santa
Rosa de Toay (1896) en el centro de la Pampa
y de Victorica (1897) en el mismo territorio.
En Bahía Blanca se fundaron dos nuevas casas
en 1895.
Desde esa época hasta la presente (1904) han
cesado las fundaciones en nuevas regiones, pero
no las Misiones á los lugares desiertos y nueva
mente poblados. Estas reclaman ya ciertamente
nuevas Casas, porque la población se aglomera
y está pidiendo con insistencia que se extienda
á ellas el beneficio de las Misiones localizadas.
Esto por lo que toca al Norte, desde el Chu
but á la Pampa ; p u es, por lo que respecta al
Sur los períodos han sido diferentes, si bien
con las mismas tácticas.
En 1895 se creó la primera misión de Santa
Cruz, en la Colonia del mismo nombre, situada
á la boca de ese río ; en 1887, la de Punta Arenas
sobre el Estrecho de Magallanes, que no tardó
en ser atravesado hacia la isla de Davi^on, para
ver fundada la Misión de S. Rafael {1889) en
la Bahía Harris, situada en el centro y en la
parte Sur de la boscosa y montañosa isla.
Por la misma época las Misiones, pasando
por la boca oriental del Estrecho de Magallanes,
fueron á sentar sus reales en las Islas Falkland,
en el Puerto Stanley (1888).
Pero los Indios Fueguinos reclamaban á gritos
su parte de redención, y fué necesario pasar el
Estrecho, internarse en sus tierras heladas y
echar los cimientos (1893) de una gran reducción
á la margen izquierda de la desembocadura del
llamado Río Grande ó Jorr-Chaurshinquen. Allí
se estableció pues, la Misión d é la Candelaria,
que en 1895 fué traslada dos leguas más al Norte,
á una milla más al Sur del Cabo Sunday ó Do
mingo, y no al Cabo Peña, que se halla 15 millas
al Sur de la Boca del Río Grande.
L a población allá también en esas regiones
frías aumentaba y ios indígenas recogidos á
— 233 —
centenares, requerían nuevas Casas, y fué una
necesidad levantar la Misión del Buen Pastor
{1898) en la extremidad oriental de la Isla Dawson y la del Puerto Porvenir (1898) en la Bahía
del mismo nombre situada en la costa Sur del
Estrecho, á 36 millas al S. O. de Punta Arenas.
Esta parte del Sur, que en totalidad responde
á la iniciativa de Monseñor Fagnano, la he men
cionado porque Monseñor Cagliero ha tomado
parte en las primeras fundaciones y ha aconsejado
las últimas.
Así de este modo, misionando hacia lo des
poblado y fundando casas en los centros más
habitados han trascurrido 25 años, un cuarto
de Siglo que formará época, no sólo en los Anales
Salesianos, sino en esas regiones que los Misio
neros han santificado con sus cultos y obras de
verdadera caridad.
*
* *
Delineada á grandes rasgos cronológicos la
marcha progresiva de las Misiones, es tiempo
de examinarlas en detalle.
Y a le he dicho cómo estaba poblada la Patagonia, y como sus primeros habitantes salvajes
tuvieron que abandonar la soberanía; pero me
toca decir qué era lo que en materia de religión
y vida social tenían los pocos civilizados, que
vivían aterrorizados dentro de sus poblaciones.
A decir verdad, en la Patagonia no existía
culto alguno servido como convenía. En Pata
gones y Viedma, las dos más grandes poblaciones, no había más que una mísera capilla, que
más tenía apariencia de rancho que de Iglesia.
Los Capellanes se enviaban desde Buenos Aires,
y ningimo solía pasar más de dos ó tres años, que
dando á veces abandonada por otro tanto tiempo.
Como esos pueblos habían gozado de la poca
honrosa calificación de lugares de destierro y
de presidio, se comprende porqué los Capellanes
no fueran de los mejores, por no querer ir á ellos
los que reimían cualidades relevantes. Los an
cianos aún recuerdan á muchos de ellos, y salvo
uno ó dos, cuyas prendas personales y religioso
celo todavía se reconocen, los demás eran Ca
pellanes que no dedicaban su mayor tiempo y
estudio á las necesidades morales y religiosas de
su pueblo. Fuera de estas Capellanías Católicas,
no había otras ni al N. ni al S. ni al E . ni al O.
de la Patagonia. Sólo recién en 1880 se r^ularizaron las de Bahía Blanca y Rawson. Luego
puede decirse que había bien poco y esto de
ficiente.
Era pues, una necesidad, después de la Con
quista, crear un espíritu cristianamente disci
plinado, levantando templos y propagando las
enseñanzas católicas con una doctrina pura y
sencilla entre los civilizado é indígenas.
Tres fases se presentaron entonces para re
solver esta idea, que Monseñor Cagliero, como
Vicario Apostólico, debía desarrolllar con los
medios que estaban á su alcance.
A él se le había encomendado un Vicariato
Apostólico, donde no había, puede decirse, nada
absolutamente : ni Iglesias, ni Parroquias, ni
Colegios, ni Misioneros, ni Curas, ni recursos
sobre todo.
El debía, pues, dar Parroquias con sus Curas
celosos á las poblaciones, misioneros abnegados
á la campaña y á los indígenas; Colegios con el
personal adaptado á la niñez.; asilos á los des
validos y Hospitales á los enfermos. Todas
las formas en fin de la caridad, de la vida social
y del celo por la causa de la Religión.
Era menester crear todo esto, y Monseñor
Cagliero no trepidó aynjdado por sus hijos en dar
principio á la Misión que la Iglesia le había con
fiado.
Y aquí empieza la vida de Apóstol, de per
petua actividad, de verdadero regenerador,
de fundador del Culto Católico en los territorios
del Sur.
Sus medios eran bien escasos, ó mejor, nulos
para una empresa sem ejante; su personal no
estaba preparado, ni templado por la experiencia
y tino requeridos. Él mismo debía formarse y
modelar su gente inexperta. Dios debía ayudar
y guiar los primeros ¡)asos, otorgándole su be
nigna Providencia, los recursos que podían lle
varlo á la meta deseada.
Puesto á la obra, los obstáculos se levantaron
á cerrarle el paso : la ignorancia envuelta en los
pliegues de su oscura niebla, resiste á los rayos
de la luz, que trata de aclararla; las pasiones
desordenadas de los que llegaban á buscar ri
quezas se alzan airadas, para entorpecer la
Doctrina Evangélica ; los vicios fomentados poi
la codicia y el libertinaje rechazan toda morali
dad : el orguUlo y la omnipotencia de los qut
habían llegado 2H gobierno con las armas aún
manchadas con la sangre de los salvajes, pretende
coartar toda acción pacificadora; el comercio
fraudulento que iba á tener ojos puros que lo
observara, inventa calum nias; la escasez de
recursos crea dificultades; los fracasos de la
inexperiencia sumergen en la d u d a ; y la falta
de apoyos eficaces detiene la iniciativa.
**
234
¿Y qué diré de la murmuración maligna, de
la mentira desvergonzada, de la crítica insidiosa,
de los libelos infames, de las invectivas y viles
calumnias hiriendo de muerte ?
Pero no eran éstos solos los obstáculos que se
oponían á la realización de los generosos desig
nios ; sino que la misma naturaleza parecía con
jurarse á entorpecer ó retardar la benéfica acción.
¿Cómo cruzar los desconocidos desiertos, los
anchurosos ríos, las empinadas montañas ?
¿Cómo reducir á la vida civilizada aquellos tan
indómitos salvajes, que por tantos años habían
resistido á toda idea de cambio de mejor vida ?
Nada pudo sin embargo hacer mudar el plan,
ni detener la fuerza de la caridad que obraba en
los Misioneros sostenidos, guiados, iluminados,
fortalecidos y corregidos por Monseñor Cagliero.
Esta ha sido una de las más difíciles tareas del
Vicario Apostólico.
Pero hasta ahora no hemos entrado en el de
tallo verdadero de lo que en realidad han hecho
los Salcsianos. Vamos á llenarlo.
Las fundaciones iniciales de las dos Casas
Patagones y Viedma se deben al valeroso Mi
sionero Monseñor Fagnano, que fué el primero
en hacerse cargo de las Misiones Patagónicas
en 1879, cuando los ejércitos de la República
luchaban, para someter los aguerridos salvajes.
El mismo quiso acompañar una brigada de la
división que operaba en el Río Negro, yendo
hasta el Lago Nahuel-Huapí á entonar el Te
Deiim al Todopoderoso con el cual los valientes
militares habían querido sellar el término de
su primera campaña contra la barbarie.
K1 tuvo que soportar las primeras fatigas, y
diríase, el primer choque contra todas las difi
cultades que estaban aparejadas á la empresa
de las misiones.
Su acción, que sólo duró hasta 1885, ha que
dado marcada con caracteres indelebles. Du
rante su tiempo se construyó la Iglesia de P ata
gones, y se estableció la Caj‘>ellanía de Viedma
que más tarde abrió un Colegio para niños exk'rnos.
Con él fueron las primeras Hermanas Salesiaivis ó Hijas de María -\uxiIiadora, que abrieron
un Colegio en Patagones y concurrieron de un
nodo admirable á difundir entre el elemento de
•u sexo el espíritu Cristiano.
Llegando Monseñor Cagliero, como Vicario
Ajwstólico á mediados de 18S5, las Misiones to
maron un nuevo empuje y un rumbo más di
recto hacia la perfección.
Él mismo, quiso darse cuenta de su Vicariato y
emprendió un viaje á caballo h acíala Cordillera,
viaje penoso y larguísimo, que estuvo á punto
de costarle la vida en la memorable caída de
M alal Cawallu al pié de la Cordillera de ChocoyMaluida, situada á 50 kilómetros al N. E. de
Chos-Malal (i).
(i) Y o he visto esa región en mi reciente expe
dición científica por todos los territorios del Sud, y
puedo decir que el lugar es uno de los más peligro
sos é imponentes de la naturaleza. Allí se ha reu
nido todo lo que tienen de grandioso las precor
dilleras. — Una montaña de 2500 metros, que
arrancando del gran nudo formado por el corpu
lento monte Domuyo de 3900 metros, corre hacia
el Sur en línea recta por unos 80 kilómetros, divi
diendo las aguas del Alto Néuquén del Río Curileo,
que viene á echarse en el Neuquén junto á ChosMalal.
En la parte Sur, antes de convertirse en cerros
lomosos, se abre un boquete por donde perpetua
mente sopla un viento huracanado, por el cual
ha merecido la montaña el nombre de Cordillera
del Viento — CAocoy-viento, maAutáa-sierra cor
dillera. — Por este boquete es íu erzi atraversar
hacia el Oeste para caer al Río Neuquén. En este
punto la Cordillera está como cortada á pique
mostrando su base esquistos carbonosos, y sus cimas
rocas andinas porfirídicas; mientras que en sus fal
das del Oeste masas megalíticas de rocas volcánicas
de pasta basáltica y tobácea forman derrumbade
ros y precipicios espantables.
E l boquete, que forma la Quebrada del Cudio
no sigue directamente al Oeste, sino que una vez
pasado el cuerpo de la montaña que tendrá allí
tres kilómetros de frente, por 1000 metros de altura
sobre el nivel del suelo, se gira al Norte entre rocas
rojizas amontonadas en peñascos enormes, caídos
unos de las cimas, otros brotando, por decirlo así, de
las grietas de la tierra, para formar figuras estram
bóticas, que ora semejan gigantes monstruosos, ora
cavernas misteroisas por donde silba el viento
enronquecido á través de las porosidades y conca
vidades de las rocas.
Un torrente baja saltando entre los blocks errá
ticos atraversando en su curso, hasta llegar á un
punto donde tuerce riolentemente al Oeste para
correr con el nombre de Af*7/a Michy~C6 ó Agua
Chica del Oro.
Frente á este codo, hacia el Norte, se levanta un
valle pastoso entre la Cordillera y una serie de cerros
paralelos á la montaña. Este valle, que no tendrá
más de tres kilómetros en su mayor anchura por
siete de largo, es lo que se llama M alal Cawallu ó
Corral de los Caballos.
Pero Monseñor Cagliero no cayó en este valle,
235 —
Una vez medio retablecido de las lesiones re
cibidas y de la fractura de una costilla, sigmó
adelante remontando el Alto Neuquén por su
margen izquierda, hasta encontrar el vertigi
noso Río Varvarco (agua que hierve) que corre
al pie del Monte Dumoyo, desde donde se dirigió
al Oeste atraversando aquel río, el Neuquén, y
otros hasta llegar al boquete de Chillan, en las
Cordilleras, para llegar á Chile.
Poco antes de apartarse del Neuquén, dió
las órdenes convenientes para que se estableciera
la Misión de Chos-Malal á fines de 1887.
Después de visitar las nuevas fundaciones
sitando la misión de Punta Arenas, que recién
había ido á fundar, por su consejo, Monseñor
Fagnano.
Desde el Estrecho volvió á Buenos Aires,
donde permaneció poco tiempo hasta embar
carse para Europa á fin de solicitar recursos,
personal y dar una relación circunstanciada al
Santo Padre. No quedó en Italia más que el
tiempo suficiente para proveerse del personal
y algunos recursos teniendo el consuelo de asis
tir á la muerte del malogrado Padre Bosco ; des
pués de la cual regresó á su Vicariato para em
prender las fundaciones que había vistd ser ne-
x379 — E n las R iberas del R ío N egro . — Catecism o ¿ lo s indios de P atagonia.
(1) R. P. Santiago Costamagna.
(2) Mons. M. Antonio Espinosa.
(3) D. Luis Bolta.
que se estaban haciendo en Chile, embarcóse
hacia el Estrecho de Magallanes que atravesó visino siguiendo el curso del ArroyoAf*7/a Michy-Có,
(donde se encontraron después unos abundantes
lavaderos de oro, que ya dieron 600 kilogramos
del precioso metal), y al descender hacia el Río
Neuquén, después de atraversar los cerros lomosos,
llenos de bloks erráticos, y de rocas volcánicas
que he dicho sirven de margen occidental al valle
de Mulal-Cawallu. Allí el Río Neuquén corre con
un ancho de 45 metros encajonado entre altos mu
ros de rocas andinas. Su corriente se precipita con
una velocidad increíble formando remolinos, saltos
y borbollones, que marftan al contemplarlos. De
la parte opuesta de Neuquén, esto es á su margen
derecha, se levantan mesetas que gradualmente
por diez leguas van subiendo hasta encontrar la
primera línea de la Cordillera de los Andes.
cesarías.
Así es, que apenas llegado á su Sede, envió
á fundar las Capillas, Casas y Colegios de Pringles, Conesa, Roca y Bahía B lan ca, lanzando
á los desiertos ima falange de misioneros que
catequizaron y convirtieron al Cristianismo
los Indios rendidos.
Tres años se seguieron después en que Mon
señor Cagliero, apremiado por la falta de re
cursos y por la necesidad de su presencia en
todas partes de su Vicariato Salesiano, de la
Vertiente Oriental de los Andes, tuvo que viajar
continuamente en todas direcciones, ora para
aconsejar ó aprobar otras fundaciones en la
Argentina, Uruguay y B ra sil; ora para pedir
limosnas y apoyo á los Gobiernos.
En su Sede á pesar de la escasez de medios,
llevó á cabo una de las más benéficas institu-
— 256 —
Clones de las Misiones ; la fundación del Hospi
tal Salesiano de Viedma, que tantas dolencias
de cuerpo y de alma ha remediado.
El Colegio de Varones de Viedma, tomó el
carácter de Escuelas de Artes y Oficios, que
bien pronto se llenó de niños pobres y huérfanos
que hoy ya son hombres que saben ganarse el
pan con un trabajo honroso y lucrativo.
Vuelto á Europa, en busca siempre de recur
sos y personal, regresó para dilatar nuevamente
la acción salesiana abriendo los Colegios y Mi
siones de Rawson en el Chubut, de La Piedad
en Bahía Blanca, de Fortín Mercedes en el Co
lorado y de Junín de los Andes en el Territorio
del Neuquén, con las tres Casas de General Acha,
Santa Rosa de Toay y Victorica de la Pampa
que él visitó con no poca fatiga.
En Viedma hasta 1892 los edificios habían
sido muy rudimentarios y en parte de barro,
que el viento se encargó más de una vez de
derrumbar estrepitosamente.
Era pues, convenientísimo levantar más am
plios y sólidos edificios que pudieran dar mayor
cabida a la niñez de ambos sexos en sus ceolegios
respectivos. Y la edificación empezó á hacerse,
terminando en 1896 con un amplio colegio de
material para varones, una digna casa de sede
episcopal con sus torres lombardas para obser
vatorio y una mejor disposición del Hospital
y Farmacia correspondiente.
Se creó también dentro de la edificación de las
Hermanas, á más del Asilo Infantil, otro no
menos importante, el Asilo del Buen Pastor,
para recoger las jóvenes que la malicia humana
hace desgraciadas. En Patagones también se
introdujeron algunas mejoras en los Colegios
de Varones y en la Iglesia, donde se construye
ron capillas laterales, á más se reinstaló el Ob
servatorio Meteorológico, muniéndolo de buenos
instrumentos, y se mejoró el Colegio y casa de
las Hermanas.
Llegado el 1898, Monseñor partió para Italia
haciendo llevar una rica colección de objetos
naturales y de fabricación indígena para expo
nerlos en la grandiosa exposición de Arte Sagra
da, que se celebró en ese año en la bella Turín.
A su regreso emprendió un nuevo viaje á las
cordillenis, recorriendo la región precordillerana
hasta Junín de los Andes, desde Chos-Malal por
unos 500 kilómetros al Sur para regresar por el
L im ay, Río Negro y luego por la Pam pa á
Buenos A}nres.
En este viaje regularizó diferentes Casas de la
Misión, estableciendo las parroquias en modo
preciso y definido.
La gran inundación de 1899 había destruido
muchas misiones y pueblos, y este destructor
infortunio estimuló al celoso Vicario á moverse
activamente para remediar tan grandes males.
Fu^é á Buenos Aires, y pidiendo limosna de casa
en casa, y haciendo interesar el Gobierno, logró
mitigar los desastres con el envío de subsidios
que todos participaron.
En todo tiempo una gran necesidad de carác
ter interno se había sentido : la falta de personal
creado y templado en el teatro de la acción,
aprovechando las vocaciones que el cielo hacía
brotar allí mismo. Esta idea, acariciada por
tanto tiempo, tuvo entonces su realización,
creando el Noviciado de Misiones de la Patagonia.
Obra á la cual cooperó eficazmente su Pro
vicario el Rdo. Padre Vacchina, y que está lla
mada á dar los más fecundos y provechosos
resultados para esas regiones. A más del Novi
ciado de Varones se constituyó en Patagones
otro hermoso Colegio y Noviciado para las vo
caciones femininas.
En Choele-Choel se abrió otra Parroquia y
Misión.
Habiendo destruido la Iglesia de Viedma la
inundación del 1899, Monseñor pensó edificar
otra y en esta edificación á tres metros y a de
alto, lo sorprendió su promoción al Arzobispado
de Sebaste, y su llamada á Italia.
Las fundaciones, hechas en los diferentes tres
años citados, no quedaron inactivas sino que
trataron de progresar y desarrollarse bajo otras
faces. Así la de Roca agregó una escuela
agrícola de grandes proyecciones, y la de
Fortín Mercedes hizo otro tanto. En Bahía
Blanca se edificó un magnífico Colegio, y se
abren las Capellanías de los pueblos vicinos;
en Ra\vson se construyó un nuevo Hospital, y
por todas partes se dilatan los establecimientos
y se avanza en las misiones de los desiertos
cuyos indios son hechos cristianos en su casi
totalidad.
Así se le han pasado los veinte años de Misión
á Monseñor Cagliero en la Patagonia, traba
jando siempre, en crear, reformar, y establecer
el culto católico, en esas vastas regiones, que
hoy pueden decir con g lo ria : * Somos cristianas.»
Hé aquí ahora en resumen el resultado final:
E n el Río Negro y Sur de la Provincia de Buenos
Aires, ocho parroquias y misiones localizadas :
— 237 —
Viedma, P a tro n e s , Pringles, Conesa, ChoeleChoel, Fortín Mercedes, Roca, Bahía Blanca,
con otros tantos colegios de varones y siete de
niñas. E n Viedma, una escuela de Artes y Ofi
cios, un hospital y asilo de inválidos, un vasto
de Buen Pastor y otro de infantiles; en Pata
gones, un Noviciado de Misioneros y otro de
Hermanas; en Roca, una escuela agrícola, y
otra en Fortín Mercedes.
En Bahía un gran internado de varones y
otro de niñas, una parroquia, un internado y
cuatro capellanías en Puerto Comercial, Cua
treros y Tornquinst.
Las misiones en la campaña son continuas
con tres misioneros ambulantes. Los pueblos
tienen todos sus curas y la vida social y cristiana
en nada tiene que envidiar la de otros pueblos
más próximos á Buenos Aires, al extremo de
creerlos Monseñor, en materia práctica de re
ligión, más adelantados que una inmensa ma
yoría de los pueblos de campaña de otras pro
vincias, donde no existen religiosos. Las socie
dades piadosas de hombres y señoras son nu
merosas y florecientes, cóntandose las del Sagra
do Corazón, Hijas de María, San Vicente de
Paúl, San José, San Antonio, San Luis, etc. etc.
A más se han instalado los Círculos de Obreros
de Bahía Blanca, 1900, de Viedma, 1902, y de
Patagones, 1904, llamados á desarrollar una
gran influencia en el porvenir.
En el Neuquén, dos Parroquias, la de ChosMalal y de la Junín de los Andes, con un co
legio de varones y otro de mujeres en este último
pueblo. Para la campaña hay siempre dos mi
sioneros que recorren. En Chos-Malal hay las
sociedades del Sagrado Corazón, Hijas de María
y San Luis dsde 1902.
En el Chubut, una parroquia en Rawson, un
externado de varones y im colegio de Hermanas,
en la misma ciudad. A más recientemente, en
1904, se ha terminado un Hospital y asilo de
inválidos. La campaña no tiene un misionero
fijo, pero el Cura párroco, Pbro. Mario Migone,
emprende á menudo recorridas largtiísimas á
su extenso territorio, que puede decirse sólo él
conoce perfectamente (i).
En la Pampa tres Parroquias con un vasto
colegio en General A c h a ; dos misioneros re
corren esos llanos dilatados, y las Sociedades de
señoras piadosas son florecientes.
|i) AI presente, Superior de las Misiones Salesianas
del Chubut, es el Rdmo. P. Bernardo Vacchina.
Las obras salesianas del Sur dependen di
rectamente de Monseñor Fagnano, y allí la
piedad y el cristianismo en todas sus formas
prosperan admirablemente. L a reducciones de
Indios del Río Grande y Dawson ocupan un
lugar preferente, siendo pocos los salvajes que
y a quedan sin el bautismo.
En resumidas cuentas : Trece Parroquias y
catorce Templos tienes los fieles del Vicariato,
fuera de las Capillas internas y de Campaña ;
siete colegios de internados con una escuela de
Artes y oficios y dos Agrícolas ; nueve colegios
de alumnos externos, anexos por lo regular á
los internos, salvo uno en Bahía Blanca, en Pa
tagones, Pringles. Dos Noviciados, uno de va
rones y otro de niñas, asilos infantiles en todos
los lugares donde hay Hermanas, esto es, en
diez pueblos. Dos hospitales y asilo de inválidos
con una farmacia notable en Viedma. Tres cír
culos de Obreros y numerosas asociaciones
piadosas; siete misioneros ambulantes para las
campañas y colonias de indígenas.
Ha, pues, llenado Monseñor Cagliero con los
Salesianos las tres principales fases de su acción :
Las Parroquias, las misiones en campaña y los
colegios. Su acción social queda establecida en
las numerosas asociaciones católicas y en los
Círculos de Obreros; fuera de esa acción con
tinua del ejemplo y de la predicación ordenada.
Si algo queda que hacer aún, esto lo podrán
desarrollar sus continuadores, su grande y
único auxilio, los Salesianos que él mismo formó.
La República Argentina puede quedar satis
fecha y dar gracias á la Divina Providencia, que
ha incorporado á su civilización una región in
mensa que á paso de gigante corre hacia el
progreso. La Iglesia, madre amorosa de todos
los hombres, no puede menos que congratularse
por este resultado que uno de sus hijos ha lle
vado á cabo en veinte años de apostolado. Cómo
la historia interprete estos hechos y cómo los
hombres de alto criterio puedan juzgar ó ape
llidar al factor de ellos, es cosa que dejamos á
ello s; por nuestra parte, llevados de un lado
por el cariño y por otro de la admiración que
nos suscita la benéfica activitad de Monseñor
Cagliero, sólo nos permitimos llam arle: « E l
hombre providencial de la Palagonia. >
P. LINO D. C A R B A JA L .
1904.
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de María Auxiliadora
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M s tenemos la persuasión de que, en las vicisitudes dolorosas de los tie^npos
Q74e atravesamos, 710 nos quedan más consuelos qtie los del Cielo, y entre éstos,
la poderosa protección de la Virgen bendita, qite filé en todo tiempo el A u xilio
de los Cristia/íos.
Pío X.
C onñanza en M aría.
Hace como año y medio mi hija María An
gélica (contaba ella entonces dos años) fué
víctima de una enfermedad de carácter infali
blemente mortal, según diagnóstico de varios
médicos.
En los primeros días se manifestó con una
descompostura de estómago muy grande y
persistente, sobrevino después una hemorragia
interna exteriorizada por ronchas coloradas en
todo el cuerpo y flujos de sangre por la boca,
seguida más tarde de pérdida del habla, con
vulsiones, retorsiones de la vista y pulsaciones
casi imperceptibles.
El Dr. Martirené , especialista en enferme
dades de niños, á las pocas visitas que hizo
á la enfermita y en vista de los síntomas tan
alarmantes , la desahució. Al rededor de su
cainita, mi madre y mis hermanos sólo ha
blaban ya de los preparativos para amortajar
y enterrar á Angélica, cuando la Virgen San
tísima, en cuya sola protección cifré mi última
esperanza, me inspiró la salvadora idea de ofre
cerle una Misa bajo la advocación de María
Auxiliadora. Así lo hice y con asombro de
todos comenzó la m ejoría: desaparecieron las
hemorragias y la niña empezó á articular al
gunas palabras, luego á sonreírse, recobró el
apetito y hoy goza de una salud robusta.
Agradecida he cumplido mi promesa y quiero
que el hecho, que reviste todos los caracteres
de un verdadero milagro, se publique en el
Boletín Salesiano, á fin de que los fieles se
estimulen á depositar en María Auxiliadora
una confianza ilimitada, sobre todo en los tra
bajos y aflicciones *de que está sembrada la
vida del mortal durante su tránsito por este
mundo.
¡Gloria á María Auxiliadora 1
Montevideo, 5 de Junio de 1905.
A
g u s t in a
de
Pa ssa n o .
M aría A u x ilia d o ra protege á lo s niños.
Hallábanse dos hermanitos, llamados José y
Aurelio Herrero, jugando á la puerta de su
casa. Sobre una grande losa, colocada junto á
la acera, se subían y bajaban alborozadamente,
cuando héte aquí que la gran losa de granito
se vence y cae sobre Aurelio, cogiéndole bajo
su enorme peso. Una tía del niño, testigo de
tan lamentable escena, al punto lanza un grito
degarrador que pone en movimiento á la ve
cindad. A l momento acuden en socorro de la
víctima algunos hombres forzudos. Levantan
la losa, y... ¡ cuál no fué su sorpresa y asom
bro, cuando hallaron al niño sano y sonriente
y sin sufrir la menor lesión! No queriendo dar
crédito á sus ojos le preguntaron cómo había
podido salir ileso de un peligro, humanamente
inevitable. Y él ingenuamente les contó, que,
al verse venir encima la enorme piedra, in
vocó á la Virgen, diciendo: « María Auxilia
dora, salvadme. »
Llamóse por precaución al médico, para que
observase si tenía lesión alguna en sus miem
bros; pero declaró que se hallaba perfecta-
mente bien, y no quería creer que al niño le
hubiese acaecido tal desgracia.
Bendita siempre sea la Virgen de D . Bosco,
que tanto ama á los niños.
J. T . S. S.
Salamanca, 5 de Junio de 1908.
G ra c ia s, M adre mía.
Me hallaba en una apartada aldea del Sinú
por parajes poco poblados y allí esta buena
Madre me colmó de gracias y favores, algunos
de los cuales publico por habérselo prometido.
A un pobre hombre llamado Juan Lambraño
le llevó un cañonazo la mano derecha deján
dole sólo el dedo pulgar y unos huesos des
trozados de la muñeca. Algunos de los dedos
se arrancaron con los tendones desde el codo.
En ese pueblito no había médico ni siquiera
una persona entendida que pudiera asistir al
enfermo. Solicitamos médico en las poblaciones
más inmediatas; todo inútilmente y el pobre
enfermo sufría muchísimo y cada día iba peor.
Al fin el dedo que había quedado, se pudrió
y se hacía indispensable la amputación por la
mitad del brazo para cortar todos los huesos
destrozados que ya despedían hedor inaguan
table y había mucha fiebre é hinchazón. No
había quien le amputara el brazo y todos pen
sábamos que pronto moriría por la gangrena.
Yo no hallaba que hacer, viendo que aquel
padre de familia moría por falta de médico.
Entonces le di una medalla de María Auxilia
dora y de dije se ecomendara á ella. Pro
metí también publicar esta gracia y un hombre
del pueblo que ni sequiera era carpintero le
cortó el brazo con una navaja serruchando el
hueso con un serrucho de carpintería de un
solo tajo, y más arriba del corte le ató una
cuerda para contener la sangre. Pero ya María
rvuxiliadora había sido invocada y su protec
ción no podía faltar, y como para que se viera
más claro su poder, permitió que el individuo
de la operación se resistiera á usar el agua
fenicada. Pocos días después Juan Lambraño
anunciaba de su completa curación.
Una tarde un hombre agonizaba por haberle
picado una culebra desde el medio día y como
sólo ven sacerdote tres veces al año, casi todos
mueren sin confesión. Solicité permiso para ir
adonde este hombre á fin de que pensara en
la eternidad y casi me desesperaba viendo que
no podía alcanzar este permiso. Entonces acudí
á mi buena Madre rogándole no dejara morir
á aquel hombre sin sacramentos y le prometí
publicar esta gracia en el Boletín. Obtenida
esta gracia, cumplo lo que ofrecí.
También salvó de la muerte María Aux.
á un mi primo que es Cooperador, y siempre
esta buena Madre á pesar de mi indignidad y
de mi desconfianza se ha dignado concederme
todas las gracias que le he pedido.
R
o s a l ía
S
il v a
.
Barranquilla (Colombia), Febrero de 1905.
María A u xiliadora en el U ru gu ay,
En esta República ha tomado extraordinario
incremento la devoción á María Auxiliadora,
y esta buena Madre recompensa y estimula
con sus misericordias el afecto de sus hijos
uruguayos. Prueba irrefutable de ello son las
siguientes gracias obtenidas en estos últimos
tiempos en las parroquias de Paysandú y Salto.
Pedro Santini, del Salto Oriental, estando
su esposa en el último trance, invocó á la
Virgen de Don Bosco, cuya protección ma
ternal ya había experimentado él en muclias
ocasiones, y María devolvió la salud á la en
ferma,
Alejandro Santini, de la misma ciudad, agra
dece también á María Auxiliadora una gracia
recibida y envía una limosna.
María Hilda Mossman (Paysandú), cumple
con la promesa de publicar en el Boletín Salesiano su agradecimiento por un favor que
debe á la amorosa solicitud de María Auxilia
dora.
M. B. (Paysandú), envía una limosna para
las obras de D. Bosco por haber alcanzado
de María Auxilio de los cristianos, la salud
de la madre y por otros insignes beneficios.
En la última revolución que ensangrentó el
suelo de este país, Lorenza G. de Nairac puso
bajo el amparo de Matía Auxiliadora á sus
dos hijos Juan Antonio y César Jesús, y María
se los volvió sanos y salvos.
En las misin.'is circunstancias acudió á María
la Srta. Blanca Roldán rogando por un her
mano suyo, y alcanzó idéntica gracia de la
celeste Madre, á la cual agradece también otros
favores recibidos.
L a familia Sanjurjo hizo celebrar dos misas
en la capilla de María Auxiliadora en acción
de gracias por beneficios señalados.
El joven Juan Pesce, enfermo de tifus y de
congestión pulmonar con otras complicaciones,
desahuciado de los médicos después de estar
veintecinco días sín conocimiento, recobró mi
lagrosamente la salud por intercesión de María
Auxiliadora á la cual acudió la madre del epfermo en los momentos de suprema angustia.
Mercedes Medeiros, teniendo un hijito ver
daderamente plagado de enfermedades, le tomó
en brazos y le llevó ante una imagen de María
Auxiliadora. H oy la criatura goza de perfecta
—
salud, y la agradecida madre ofrece una li
mosna é incita á todos los afligidos á confiar
en la Reina de la misericordia.
Con estas y otras gracias demuestra María
Santísima Auxiliadora que quiere hacer de la
República Oriental del Uruguay una de sus
naciones predilectas. Así sea.
L u is C o m o g l i o , Pbro. sales.
Paysnndú (Uruguay), Junio 7 de 1905.
¡C u á n b u en a es M a ría !
Mercedes Bonilla estaba enferma de un terrible
reuma que le encogió los brazos y piernas de
modo que no podía cumplir los múltiples deberes
de la casa. Prometió que le daría culto á María
Auxiliadora un dia de su mes de todos los años,
si le sanaba. Hacer tal voto y recibir la gracia
fué una cosa sola... Cumple por lo tanto la pro
mesa y ruega se imprima la alcanzada gracia.
Testigos complacidísimos del milagro fueron todos
los ilustres miembros de la familia del Dr. Don
Luis Cordero.
Cuenca (Ecuador), 25 Al^ril 1905.
*
* *
—
alcancé de Ella, y por la cual me siento rego
cijado.
Agotada mi esperanza de conseguir de mi
padre el desprenderse de un género de vida
nada grato para mi y reprobado por nuestra
Religión, recurrí, durante la novena que hacia
á mi padre San José, á mi amada madre, María
Auxiliadora pidiéndole su infalible protección
para ver de realizar la venida de mi padre á mi
la d o ; y estando distante de esta ciudad doce
leguas, y cuando sólo había transcurrido un mes
y nueve días, fuimos sorprendidos en el hogar
con la llegada de mi querido padre á quien mi
esposa había invitado para que pasase con
nosotros el mes de María!
Declaro solemnemente que este es un prodigio
de la Virgen Santísima, pues haciendo más de
cinco años de estar suplicando á mi padre lo
alcanzado, jamás dejóme entrever siquiera, que
realizarla tan feliz paso.
Bendigo, pues, á mi madre María Auxiliadora y
envío mi humilde óbolo, por conducto de nuestro
buen p astor, R. P. Ernesto Briata, quien nos
deja, aunque por pocos meses, llenos del más
puro y sincero recogimiento.
Ju l iá n G óm ez M.
Mercedes Astudillo de Crespo, devota de María
Sma. Auxiliadora, se presentó un día al Superior
de los Salesianos de esta ciudad y ofreciéndole
un precioso anillo de oro, le rogó pidiera con
los niños de su colegio á la milagrosa Virgen
de Don Bosco por su hijo Emiliano que padecía
horribles dolores de los ojos con peligro casi
cierto, según afirmaban los facultativos, de perder
la vista. Otros regalos hizo la nombrada Señora
á la Virgen del Auxilio y no en vano, pues un
dia la vimos muy llena de contento con su hija
D." Raquel Crespo de Cordero y el Sr. D. Em i
liano á los pies de nuestra buena Madre para
darle gracias del milagro recibido.
Cuenca, 26 Abril 1905.
La Srta.
más de un
Inútil para
vocar para
Dolores Ponce Brltto sufría desde
año atrocísimo mal de cerebro......
totlo trabajo no sabia qué santo in
que le sanara... Leyendo en el B o
le tín S.ALESiANO los cuotidianos milagros que
María Auxiliadora obra en favor de sus devotos,
pidió una imagen de la misma Virgen, se la
puso en la pane doliente y al momento le pasó
el terrible mal. Dicha Señorita atribuye también
el favor recibido al gran siervo de María A u xi
liadora Don Bosco, porque lo invocaba con gran
fe d eq u e por sus m ritos le alcanzaría la salud
de su bondadosa Virgen.
Cuenca, 26 de .Abril de 1905.
,
2 4 '^
Pbro. P e d r o L u is C olombo
Director.
U na conversión.
En este dia bello, en que se celebra en nuestra
Parroquia de San Roque la fiesta de María A u
xiliadora, he resuelto hacer pública la gracia que
Coop. Salesíano.
Barranquilla (Colombia), Mayo 21 de 1905.
M aría A u x ilia d o ra m e h a sa lv a d o .
Hacía más de dos años que me hallaba en
ferma de aneurisma. Me visitaron varios médicos
peritos, y después de haberme recetado inútil
mente varias medicinas, pronunciaron la triste
sentencia que ya no había remedio y que era
preciso resignarse y morir. No se puede ima
ginar el efecto que tal sentencia produjo en toda
mi familia.
Pero si se habían agotado en vano los re
medios de la ciencia humana, no en vano acu
dimos á la que es llamada Salud de losenfemíos.
Por consejo de una persona recurrimos á María
Auxiliadora y le prometimos una función con
oficio solemne y sermón en su altar en la iglesia
de S. Antonio Abad de Valencia. La Virgen
Sma. escuchó los súplicas de mi esposo y de
mis hijos. Se notó muy pronto en mi una grande
mejoría y poco á poco he recobrado mi salud
primera. Muy agradecido cumplo mi promesa,
y la función tuvo lugar el dia 4 de Junio, pre
dicando el Rdo. P. Matías Sanfelin de las Escuelas
Pias de la capital y pariente nuestro, el cual con
elocuentes palabras demostró cómo María ha
sido en todo tiempo la Auxiliadora de los Cris
tianos porque es Madre nuestra. ¡ Gracias mil
te doy, oh Madre mía, por haberme devuelto la
salud, y con ella la alegría en mi familia.
C a r m e la M o n t a S á n S a n f e l in
Alboraya-Valencia (España), 14 Junio de 1905.
S a lv a d o p o r m ilagro .
E l dia 28 de Marzo del corriente año á las
cuatro y media de la tarde fui atacado por una
— 241 —
de S. Pedro, invoqué á la Virgen con el nombre
congestión cerebral, de manera que, á los cinco
de Auxiliadora, prometiendo, si curaba, hacer
dias estaba completamente paralizado todo el
publicar la gracia y dar una limosna en la pn
cuerpo, perdida el habla y sin función ninguna
rroquia, rezar cada día una Salve y hacerla
las facultades intelectuales. En esta situación,
pública por medio del periódico en que he visto
mi familia ocurrió á la Auxiliadora de los pobres
pecadores, ofreciéndole una promesa, por el «tantas veces las gracias de Ella. Pronto vi que
cada día iba mejorando y ahora está ya levan
restablecimiento de mi salud, lo que tuvo lugar
tado, y el médico asegura el buen éxito de la
en el corto espacio de quince días. Promesa que
curación.
yo rectifiqué con la mejor voluntad.
Gracias, oh María Auxiliadora, cumplo lo pro
Es de advertir que, según la opinión de los
metido; haz que tu siervo se restablezca dcl
médicos que trataron, m.i enfermedad, quedaría
todo en su salud.
inhabilitado de por vida, para todo trabajo, en
Juan Gii.i.
el dudoso caso de que sobreviviera á ella.
No tengo inconveniente en declarar solemne
Barcelona (España), 27 de Mayo de 1905.
mente en presencia de Dios Nuestro Señor y de
M aría A ux. en Comalapa.
todos los Santos de la Corte Celestial, el bene
ficio, de que por mis pecados me creo indigno,
Habiendo enfermado Anastasia Aragón de gra
de haber recuperado mi salud espiritual y cor
vísima inflamación y al ajustar tres meses en
poral, por medio de la Sma. Virgen María A u
cama, sufriendo agudos dolores que no la de
xiliadora.
jaban dormir, llegué á verla; y me dijo; que .si
C arlos N avarro L .
no sabia algún remedio, que siquiera le calmara
Bogotá (Colombia), Marzo 24 de 1905.
aquel dolor. L e contesté que s i : que i>usiera su
fe en María Auxiliadora, que Ella la sanaría.
¡C uán buena es M aría!
Me preguntó que cómo haría? Habiéndole im
puesto de todo, me dijo que le pidiera en su
Llegó á mis manos una hoja, hace ya tiempo,
nombre su salud. Ese mismo día comencé una
en la cual se reseñaban las gracias que se obtenían
novena, y la enferma comenzó á mejorar hasta
por intercesión de la Sma. Virgen, A uxilio de
quedar completamente buena. En agradecimiento
los Cristianos, invocándola con fe y fervor. Me
da una limosna; y yo cumplo la promesa que
hallaba en aquel entonces con mi padre tan
hice.
gravemente enfermo, que sólo un milagro podía
s.alvarlo; sin vacilar decidí pedir á la Santísima
Comalapa (Nicaragua).
Virgen, A uxilio de los Cristianos, la salud de
Hallándose la Sra. Simeona Urbina grave
mi padre, y ¡gloria á la Virgen Santa! la mejoría
mente enferma, llegué á verla, y encontré á su
se acentuó, y pronta, rapidísima fué la curación.
esposo é hijos llorando ya por la falta de ella.
A los pocos días, mi hija se puso también
En lance tan apurado, rogué á la que es salud
enferma, y ... cómo no? á la Virgen Santísima le
de
los enfermos por la vida de dicha Señora,
pedí su curación, y hoy goza de perfectísima
ofreciendo desde ese dia comenzar una novena
salud. Prometí, y hoy cumplo, una humilde
y publicar la gracia, y que tan luego ella resta
limosna.
bleciera daría una limosna. Dc.sde ese día co
Hoy vuelvo á implorar su divina protección,
menzó á mejorar, y cuando terminé la novena
suplico encarecidamente á los lectores, que unan
había desaparecido el peligro de muerte. En
sus ruegos y oraciones á las mías al objeto de
agradecimiento da cinco pesos; y yo cumplo con
que la Santa Virgen, A uxilio de los Cristianos,
mi deber, dando fiel testimonio de que quien
ilumine mi mente y me socorra en la necesidad
recurre á su auxilio con fe, nunca se ha visto
mía y me alcance la gracia que le pido de su
desamparado.
Divino Hijo.
L uis B o t e y F e r r a n d iz .
Madrid, 30 Mayo 1905.
M a n u e l U r b in a .
Comalapa (Nicaragua), Agosto 7 de 1904.
Una gracia singular de M aría A uxiliadora.
M aría salud de los enfermos.
Desde unos cuatro años padecía un Señor.
Después de haberse hecho examinar por todas
las eminencias médicas de Barcelona, no sabían
decir cuál era su mal. L e hicieron tomar varías
medicinas que no surtieron efecto a lg u n o ; le
dieron el masaje sin ningún resultado. Fué por
fin á ver un médico en Alemania, pero todo,
por desgracia, fué in ú til; volvió muy enfermo
otra vez á Barcelona, y por fin, como á último
recurso, pues la familia decía; « Muerto por
muerto vale más probarlo todo >, decidieron
hacerle la operación; su cuerpo estaba débil y
toda la familia temía que no se muriese en la
operación. E l día de la operación fui á la iglesia
Un hijo mío de resultas del dengue, fué aco
metido de violentos ataques de corazón. El mal
iba progresando de dia en día, y su vida se
halló pronto en gravísimo peligro y el médico
le había ordenado inyecciones de suero con el
fin de alcanzar que se prolongara un poco má.s
su vida.
En este trance tan apurado una amiga mía
me entregó una medalla de María Auxiliadora
para que la pusiera al cuello del querido en
fermo. Nos encomendamos muy de veras á
María Auxiliadora. Siendo el enfermo el único
hijo que tengo, se puede figurar con cuánto
fervor pediría á la Virgen Sma. me lo conser-
— 242 —
vara. Le prometimos hacer celebrar una Misa
en su altar en la iglesia del Oratorio de S. A n
tonio Abad de Valencia, y hacer la Santa C o
munión. El dia después vino el médico para
hacer las inyecciones y encontró al enfermo tan
mejorado que juzgó superñua toda medicina, y
al poco tiempo tuve la dicha de verle perfecta
mente bueno.
Mil gracias sean dadas á nuestra bondadosa
madre María Auxiliadora.
V ic e n t a A lm en a S u a y .
Burjagot-Valencia (España), 17 Mayo de 1905.
Dan también, con toda la efusión de su alma, gracias
á María Auxiliadora y envían una limosna:
Ayclo Malferit (Valencia-España) — José Colomer:
Desahuciado de los médicos en una grave pulmo
nía, acudi á María Aux. rezando su novena, pro
metiendo inscribirnos yo y los míos como Coope
radores salesianos , visitar su iglesia y dar la li
mosna para una misa. Bien pronto se empezó á
notar la mejoría y en breve me hallé perfectamente
curado. Agradecido cumplo lo prometido.
Asunción (Paraguay) — C. B. de B . : Hallándome
sumamente afligida por una desgracia que amena
zaba sobrevenirme, supliqué á María Aux. que me
librara de ella ; lo cual conseguido, hago pública
mi gratitud.
Barbens (España) — L.uis Fábrega, Coop. sales,
da público testimonio de agradecimiento á María
Aux. por favores recibidos de tan buena Madre.
Barcelona fEspaña) — Antonio Sabaya: Pedí á
María Aux. dos gracias, prometiéndole que, si me
las concedía, mandaría decir seis misas en la iglesia
de María Aux. de Sarriá, cuatro en honor de la
Virgen y dos de S. José. He alcanzado lo que de
seaba, y agradecido cumplo mi promesa.
Barranquilla (Colombia) — Una Coop. sal.: doy
infinitas gracias á María Aux. por los innumera
bles favores alcanzados por su poderosa interce
sión y haber resuelto satisfactoriamente un asunto
de familia que me traia en angustia.
Burjagot (Valencia-España) — Vicenta Almena:
habiendo obtenido de María Aux. la curación de
su hijo, manda decir una misa y comulga en el
altar de María, en cumplimiento de su promesa.
Corufta (España) — J/. P. V. da gradas á María
Aux. por dos favores recibidos y se encomienda á
las oraciones de todos los devotos para obtener de
tan buena Madre otros dos importantes favores.
La Paa (Bolivia) — Modesto E. González: Ha
biendo obtenido grada de María Aux. y aliviado
de mis enfermedades, hago público mi agradeciniiento.
Manga (Montevideo-R. O.) — Angela Gamba:
Hallándose su hijo gravemente enfermo de una
fiebre gastro-entérica en condiciones peligrosísimas,
según los médicos, confiando su madre, más en el
auxilio de María que en los remedios humanos, y
deseando que la curación se debiera exclusivamente
á la Virgen, quitó al enfermo las medicinas y lo
encomendó á María Aux. A los siete días el joven
se encontraba plenamente restablecido.
Montevideo (R. Oriental) — Antonio Liccardi:
doy infinitas gracias á María Aux. por haber es
cuchado mi súplica; mi esposa ha sanado de la
enfermedad que padecía en un pecho.
Palmitas (R. Oriental) — Mercedes O. de Scanziafii da público testimonio de gratitud á María
Aux. por haberle devuelto sano y salvo, después
de nueve meses de continuos peligros en la guerra
civil, á su hermano; haber librado á su esposo y á
sus dos hermanos del servicio militar y devuelto
la salud á otro de ellos gravemente enfermo.
Salamanca (España) — Teresa Cuesta: Doy gra
cias á María Aux. por haber concedido la salud á
un enfermo que encomendé á su protección; en
cumplimiento de mi promesa doy una limosna.
San Pelíu de Guixols (Gerona-España) — María
Coclolá: Doy infinitas gracias á María Aux. por
haber obtenido la salud de uno de mis hijos que
padecía una grave enfermedad y me recomiendo á
las oraciones de los lectores del Boletín para ob
tener el completo restablecimiento de una hija. En
agradecimiento á tan buena Madre, cumplo lo pro
metido.
Valencia (España) — Trinidad Jubert, da gracias
á María Aux. por haber curado de una fuerte ca
lentura, al tercer de la novena que hizo á la Sma.
Virgen.
Ibidem — María Soler tenia á una hija de dos
años y medio con tifus. Por consejo de una per
sona devota, acudió a María Aux. para obtener la
salud de la enfermita, prometiendo dos velas para^
el altar de María. A los dos días se inició la me
joría y poco tardó en restablecerse completamente.
Ibidem — Antonia Escrig, por gracias obtenidas,
ofrece una limosna.
Valencia (Venezuela) — Teodosia de León: en
contrándose mi esposo en eminente peligro de
muerte y siendo necesaria, según opinión de los
médicos, una operación quirúrgica, acudi á María
Aux. é inmediatamente fué atendida, pues se salvó
del peligro sin necesidad de operación alguna. Hago
pública mi gratitud.
Villa de S. Pedro (Paraguay) — Ana Riveras:
Doy infinitas gracias á María Aux. por los muchos
favores que me ha concedido. Encontrándose el
honor de una persona amiga en peligro, acudi á
Ella y se salvó prontamente. Hago pública mi gra
titud á tan amorosa Madre.
X** — Una Cooperadora: Hallándonos en cierta
ocasión apurados, acudimos á María Aux. y esta
buena Madre lo remedió.
— M. de C . : doy infinitas gracias á María Aux.
por haber obtenido que mi padre en sus últimos
instantes recibiera los SS. Sacramentos y muriera
cristianamente: por varios favores recibidos.
X** (Colombia) — Una Hija de María A ux. por
haberle concedido la gracia de una pronta elección
en la vocación que Dios se dignó concederle.
— 24 3 —
ROÑICA SALESIANA
Por España.
SEVILLA. — Exposición Salesiaoa. — Tomamos del
excelente Correo de Andalucía en su número del
26 de Junio: Hemos tenido el gusto de ver la
Exposición inaugurada el pasado sábado, festividad
de San Juan Bautista, en uno de los salones de las
Escuelas Salesianas de la Trinidad con los productos
y manufacturas de los jóvenes que educan los celosisimos hijos de Don Bosco.
Es digna de ser visitada, pues revela de una ma
nera elocuente, el grado de perfección adquirido
por los jóvenes que en dicho centro se educan.
Allí pudimos ver admirables trabajos de carpin
tería, filigranas de encuadernación, los últimos
adelantos de tipografía, artísticos dibujos, prendas
de vestir de diversas clases, confeccionadas con
precisión y elegancia, y todos estos trabajos per
fectamente clasificados; se puede apreciar la labor
del niño que sólo lleva un año de aprendizaje y la
acabada obra del maestro, desde el cepillado tablero
y la simple cuña hasta el mueble modelo de per
fección.
Cuando se reflexiona lo que esta Exposición si
gnifica, se experimenta un sentimento de gratitud
hacia los heroicos iniciadores de tan hermoso pen
samiento.
AI contemplar tales prihiores no se puede por
menos de reflexionar que tal vez algunos de aquellos
pequeños obreros, que tales cosas hacen, si no
hubieran encontrado este puerto de salvación, hu
bieran naufragado en las borrascas del vicio.
¿Quién puede calcular los beneficios sociales, los
innumerables bienes que esta Exposición representa?
Dos grandes fuerzas se han uni<lo para producir
tan excelentes frutos; el trabajo y la oración.
Oración y trabajo es lo que resplandece en toda
la Obra Salesiana, amor y laboriosidad es el am
biente que alli se respira; el espíritu que informa
la gran obra del inmortal Don Bosco. Alli se reza,
es verdad, y también se cultivan las artes y las
letras y las ciencias'; allí se reza, y por que se reza
el trabajo es más suave, más agradable, más inte
ligente, los obreros son más sumisos, obedientes
y resignados; los superiores son más caritativos,
más benignos, más prudentes; por que se reza se
ama, se tiende la mano al desvalido, se ampara al
huérfano, se socorre al indigente, se forman buenos
obreros, ciudadanos modelos y honrados padres de
familia. Por la oración se santifica el trabajo, por
el trabajo la oración se hace más eficaz, más fecunda.
Esperamos que tan hermosa iniciativa encontrará
apoyo y protección entre las generosas almas que
tanto se interesan por estas apostólicas obras y
damos la más cordial enhorabuena á los incansables
hijos de Don Bosco, por el éxito que ha tenido tan
admirable pensamiento.
*
*
«•
Para celebrar el onomástico del glorioso fundador
Salesiano. tuvo lugar en la tarde del pasado sábado
una velada en ei colegio de la Trinidad. El acto
resultó muy lucido y anim.ndo, pues
artistas hicieron gala de su ingenio
á maravilla el anunciado programa.
La concurrencia que fué escogida
premió con frecuentes aplausos la
precoces actores.
los pequeños
interpretaiulo
y numerosa,
labor de los
SALAMANCA. (España). — Nos escribe D. A . M.
Q. — Fiesta de las Hijas de María Auxiliadora. —
Previa galante invitación de la R<la. M. Directora,
tuvimos el gusto de asistir el Jueves de la Ascensión
á la primera Comunión de varias jóvenes de las
que se educan en este Colegio.
El acto, como todos los de esta clase, resultó
solemne, pero mucho más en el'presente caso, si se
considera la clase á que pertenecen las jóvenes educandas, y todo cuanto pudiéramos decir nosotros
resultaría pálido ante la impresión gratísima que
recibimos al ver aquellas jóvenes, poco tiempo
antes abandonadas y próximas á los abismos de
perdición, cómo, ahora, regeneradas por una edu
cación cristiana á la par que científica, se acerca
ban á recibir en sus corazones el pan de los fuer
tes, con un recogimiento nacido de una fe firme y
sólida, después de una hermosa plática pronunciada
por el Rdo. Sr. Director de los Salesianos, en la
que les hizo ver á las niñas los hermosos frutos
que se obtenían con el Sacramento de la Comu
nión.
Por la tarde, deseando las jóvenes perpetuar este
memorable día. acordaron hacerse varios retratos
con los trajes que hubian lucido por la ma
ñana.
Como este dia no podía quedar sin algún festejo
del agrado de las niñas, después de la función de
iglesia, los invitados invadieron el salón destinado
á teatro, siendo representadas con gran acierto y
maestría por las niñas y jóvenes cducandas, las
piezas de el „Camino del Cielo'' y „Siuda la
tonta", haciendo las delicias del público, con su
gracejo y sus chistes las pequeñas aficionadas.
Aquí terminó este memorable día, el cual, aunque
para algunos lectores no revista más importancia
que la que tienen esta clase de espectáculos en
colegios religiosos, no obstante para los que vivi
mos en esta población y conocemos perfectamente
la necesidad que existe de atraer y encauzar por
los rectos caminos de la virtud, representa un paso
gigantesco.
Hasta que vinieron las Hijas de María Auxilia
dora. muchas ó casi todas las niñas que hoy educan,
estaban en el mayor abandono por parte de sus
padres, ora por carecer de recursos pecuniarios con
que poder atender á su educación y faltar co
legios gratuitos, ora, y esto sucedía en la mayor
parte de los casos, por indolencia de los padres,
los cuales miraban con cierta aversión toda ilustra
ción en la mujer, creyendo que ésta debía concre
tarse en absoluto á cuidar de la casa.
Sí á esto añadimos, que á pocos pasos del Co1 ^ 0 de las Hijas de María Auxiliadora, se levanta
como para insultar y escarnecer á los buenos ca
tólicos, una capilla evangélica, con sus correspon-
— 244 —
dientes escuelas de ambos sexos, en las cuales se
albergaban antes algunas de las niñas que hoy se
educan por las citades monjas, llevadas á aquel cen
tro laico sólo por recoger sus padres la limosna con
que los fementidos protestantes compran la igno
rancia d(; la plebe, valiéndose de su miseria; se
comprenderá cuán elevada, necesaria y hermosa
residía la misión de esas apóstoles, de esas evangelizadoras, que en unión de sus hermanos los Salesianos, no tienen más amigo que el pobre y los
niños á quienes aman con amor paterna! y para
los ([ue guardan sus más refinados cuiílados.
Sólo diremos, como prueba de lo expuesto anteriorinente, que las jóvenes que tomaron primera
comunión, cuentan quince y diez y siete años, ha
biendo sido necesario que las Hermanas las pre
parasen, como á unas niñas pecjueñas, pues igno
raban hasta las más sencillas oraciones de nuestra
santa Religión.
No hemos de terminar sin felicitamos, primero,
á los habitantes de esta ciudad que hemos tenido la
suerte que Dios nos haya enviado á los Salesianos
y á las Hijas de María Auxiliadora, para educar
nos é instruirnos, y después á la R. M. Directora
del Colegio y demás Hermanas tjue con sus des
velos y cuidados han regalado tantas almas á Dios,
<1110 al día de mañana quizás fueran perdidas, y
nos proporcionaron un dia tan hermoso que jamás
se borrará de nuestra memoria.
Salamanca, 15 de Junio 1905.
VlOO (Pontevedra). — Parroquia del Sdo. Corazón.
— Nos escriben : Con mayor solemnidad, si cabe,
que en años anteriores se ha celebrado en éste la
novena y festividad que esta parroquia y el Apos
tolado de la Oración en ella establecido dedican
anualmente á su Deifico Titular, el Sdo. Corazón
de Jesús.
La alborada era saludada por repiques de cam
panas y cohetes. A la 7 i¡2 a. m. se dió principio
á la función.
El e.spacioso templo parroquial había sido con
venientemente preparado; en el presbiterio un
magnifico dosel del que colgaban finísimas franjas
de gasa carmesí entrelazadds con otras blancas y
encarnadas que corrían toda la cornisa ; el altar
mayor radiante de arómaticas flores y profusión de
luces dispuestas con tal gusto y ilelicadeza que for
maban todo un conjunto encantador. Los sermones
corrieron á cargo de los célebres oradores Padres
Juan y Manuel, capuchinos, quienes con arrebata
dora elocuencia tenían suspenso al numeroso au
ditorio. Ivl dia 25, ultimo de la novena y fiesta
principal, se celebró á las 7 Misa de Comunión
general, en la que el Sr. Párroco Arcipreste D. F.
Ande, previos sentimentales fervorines dirigidos á
los circunstantes, suministró el Pan Eucaristlco á
numerosos fieles, entre los acordes musicales y
preciosos motetes. .*\ las nueve y media tuvo lugar
la Misa solemne con exposición de S. D. M.. que
celebró el digno Sr. Director del Apostolado,
siemlo untada con grande afinación y arte por la
Escolanía del Colegio Salesiano de esta ciudad.
El Panegirista sagrado fue tan sublime y tuvo
frases tan arrebatadoras que nos parecía oír un
serafin abrasado en el divino amor.
Por la tarde el citado i’ . .Manuel nos demostró
con grande fervor y suma unción el amor que el
Divino Jesús nos tuvo en todos tiempos y nos
tendrá hasta el fin tle los siglos y el modo como
nosotros debemos corresponder con el nuestro.
Puso digno remate á estos tiernos actos. la de
votísima procesión con el Santísimo bajo palio
sustentado por distinguidos caballeros, que á los
acordes del popularísimo himno: Corazón Santo
recorrió las afueras de la Iglesia, formando esplén’
dido cortejo las celadoras y numerosísimos fieles
de todas clases, con luces y ostentando en sus
pechos el escapulario del Divino Corazón.
Un grupo de niñas vestidas de blancas túnicas,
provistas de lindas y variadas cestillas llenas de
flores, las iban ofreciendo al Rey del Universo du
rante el paso de la procesión. Colocado S. D. M.
sobre el precioso templete del altar, el Sr. Director
del Apostolado pronunció el acto de consagración
de toda la parroquia al Deífico Corazón, y después
de las preces, bendición y reserva, entregó los
rliplomas, cruces y reglamentos á cuatro nuevas
celadoras é impuso el Sto. Escapulario á muchos
fieles que fueron á recibirle.
Gloria sea dada al Divino Corazón de Jesús, y
haga que tan copiosos frutos permanezcan sobre
esta parroquia que, como pocas, se gloría de llevar
su dulce Nombre y tenerle por Titular.
VIQO (Pontevedra). — Día de campo. — Nos escribe
Un Colegial: El dia iS de Mayo se dió á los niños
de estas escuelas un delicioso paseo por la espa
ciosa y encantadora vía de Vigo. Nuestro digno
Sr. Director nos proporcionó con él una inmensa
alegría.
A las 5 de la mañana nos encontrábamos en el
muelle al tiempo mismo que un bonito vapor, ex
presamente preparado para nosotros, izaba su ban
dera. Una vez á bordo, entonamos una harmoniosa
canción, que sirvió de diana y señal de levar anclas.
Continuamos nuestra excursión marítima con júbilo
indecible por tres cuartos de hora; pero se aumentó,
cuando empezaron á divisarse las torres de la her
mosa villa de Cangas. La saludamos con l.i Oración
del Marinero, y aquella buena gente al oir en lon
tananza las melodías, corrió presurosa á recibirnos
al puerto. Al desembarcar, entonamos otras can
ciones, y después nos dirigimos á la Iglesia-Cole
giata, donde el Sr. Director celebró el Sto. Sacri
ficio, cantándose escogidos motetes y acercándose
al Sdo. Banquete casi todos los niños del Colegio.
Concluida la Sta. Misa, nos retiramos á casa del
Sr. D. Manuel Cabanelas, excelente bienhechor
nuestro, quien nos suministró un suculento al
muerzo. Después de haberle demostrado nuestra
más sincera gratitud, nos encaminamos al pueblecito de Darbo, recorrieiulo todos aquellos paisajes
encantadores, ha.sta las 12. A esta hora nuestro
cocinero nos tenia preparada una apetitosa y abun
dante comida, que algunos amenizaron con sus
brindis. Después de habernos divertido sobrema
nera, no quisimos volver sin despedirnos de nuestro
estimado bienhechor, quien en compañía de otros
buenos Señores nos esperaba en su Hotel, brindán
donos con un refresco y acompañándonos al puerto.
Después de haber cantado una despedida á todo
el pueblo, regresábamos alegres y satisfechos á
nuestra ciudad de Vigo.
VALDECOLMENAS DE ABAJO-CUENCA (España). —
Solemnes funciones á María Auxiliadora. — Celebróse
en este pueblo un solemne novenario á María Auxi
liadora, al (jue concurría todo el vecindario, y
terminó con una Misa cantada en la que comul
garon muchos devotos de la Virgen.
En Jébaga. — En la mañana del 24 de Mavo se
cantó una .Misa con acompañamiento de ór^ n o y
•sermón á cargo del .Sr. Cura. El altar estaba .artisticamente adornado con multitud <le flores, y te
niendo en centro del remblo la imagen de María
— 245 —
Auxiliadora. Por la tarde hubo Rosario y Salve
con Exposición de Su Divina Majestad. Después
de la Reserva ofrecieron flores á la Virgen veinti
cuatro niñas vestidas de blanco, y una de ellas
pronunció una tiernisima oración en loor de tan
buena Madre. Lo fieles vertieron abundantes lágri
mas de ternura y sallan llenos de santo entusiasmo.
Por América.
COLONIA VJQNAUD (Rep. Argentina) — Solemne
beadicióo del nuevo altar á María SS. Auxiliadora. —
Es cosa verdaderamente consoladora para un sa
cerdote é hijo de Don Bosco , el ver cómo se ha
podido suscitar en poco tiempo en esta Colonia
F lorencia:
Señor Inspector D. José Vespignani, en compañía
del Rev. D. Juan Guerra. El benemérito cooperador
salesiano D. Ernesto Vignaud y su administrador
D. Juan Panadore fueron á recibirlo á la estación
de Brinkmann. Viniendo todos á la colonia en una
misma carroza y debiendo en una parle del camino
atravesar el ferrocarril, el cochero, sin advertir (jue
el tren estaba á pocos pasos, azotó los caballos
que hubieran ido bajo las ruedas del tren con .se
gura muerte de todos, si una mano invisible no
hubiese hecho dar á los caballos una repentina
vuelta, dejando asi pasar el tren sin el menor daño
de los caballos.
En vista de grada tan señalada que les hizo la
Virgen SS., cuyo auxilio imploró el R. P. Guerra
á vista del inminente peligro diciendo: ¡María Au~
xíliadora^ salvadnos! llenos todos de la más viva
Iglesia en construcción dedicada á la S . Familia.
Vignaud, la devoción á María Auxiliadora. Ya
desde algún tiempo estos buenos colonos, habiendo
experimentado los prodigiosos efectos de esta de
voción, tienen colgada en su propia casa, como
principal adorno, la milagrosa imagen de la Virgen
de D. Bosco, ante la cual rezan sus cotidianas ora
ciones. Muchos le forman un altarcito ante el cual
encienden, en determinados días , cirios y luces
para atraer con más seguridad sobre si y sus cam
pos las bendiciones celestes. La Virgen Sma. que
nunca cede en generosidad, quiere compensar abun
dantemente á sus hijos y animarlos más y más en su
amor, estableciendo entre ellos su especial morada.
Con tal fin despertó en varias personas la noble
idea de erigirle un altar en nuestra capilla. Pero
ellas, apesar de su buena voluntad, no hubieran
podido hacerlo sino mucho tiempo después. Pero
la Señora, que quería poner cuanto antes su sede
en la colonia, allanó todas las díñailtades de una
manera prodigiosa. Venia á hacer la visita el Revmo.
gratitud determinaron efectuar cuanto antes el pro
yecto de la er^rrión del altar. Hechos los c.álculo.s,
se estimó la suma necesaria eti 1600 pesos. K1 se
ñor Vignaud ofreció en el acto la mitad y la otra
mitad la ofreceron con generosidad y con no pocos
sacrificics, estos buenos colonos, que tanto desean
tener en su colonia un altar á María Auxiliadora,
como público y perenne testimonio de su amor.
No son para dichos el contento y alegría uni
versales al ver plenamente satisfecho su ardiente
anhelo, y la santa impaciencia con que esperan y
se preparan á celebrar la fiesta de María Aux. y
la solemne bendición que se harán el 28 del co
rriente Mayo.
El altar es verdaderamente precioso. Fué tallado
en el colegio Pió IX {Almagro-Buenos Ayres).
imagen de María Aux. que campea en el centro,
no es menos majestuosa y bella. Es obra del re
nombrado C o l^ io salesiano de Sarriá-líarcelona
(España).
— 246 —
K1 orden de las funciones es el siguiente : lo a. m.
solemne bendición del altar por el Rvmo. Sr. Vi
cario D. Gerardo Rerrucci. Luego Misa solemne
oficiada por e! mismo, con sermón de circunstancia,
pronunciado por el Sr. Capellán de Brinkmann
D. Francisco Ferrero. Se llevará luego en solemne
prdeesión la estatua de María Auxiliadora y se ter
minará con la bendición del SS. Sacramento.
Que la Virgen .Sina. bendiga abundantemente
esta su amada colonia y especialmente á los que
más han contribuido material y espiritualmente al
feliz éxito de su fiesta y á la pública y solemne
manifestación de amor y gratitud.
S. S.
BARANQUILLA (Colombia). — La fiesta de Marta Au
xiliadora en S. Roque.— Tomamos de Rigoletto: « La
fiesta <le Maria Auxiliadora en San Roque estuvo
es|)léndida. A las 8 a. m. del Domingo 21 se cantó
la misa por el R. P. Solis, y el coro lo desempefiaron los niños del Oratorio festivo. A la hora del
Evangelio subió al pulpito el P. Bernardino de
Orihuela, orador sagrado de fama, y trazó un ad
mirable panegírico de la Virgen. El templo estaba
lleno. En lugar de preferencia estaba el R. P. Va
liente, Vicario General.
» Por la tartie se hizo la procesión que recorrió
este trayecto: calle del Recreo, Callejón de la Igualdad, Calle Ancha y Callejón de San Roque.
Muchas de las casas del tránsito estaban adornadas
con gusto. A la estatua de la Virgen la acompa
ñaban muchas señoras y las Congregaciones de la
parroquia. Sirvió en este acto la banda de los niños
educados por los- Salesianos, lo que constituye un
triunfo para estos hijos de Don Bosco tan perse
verantes en las buenas obras.
» Nuestras felicitaciones al R. P. Briata, Cura de
San Roque, por el magnífico resultado de la fiesta.»
PATAGONES (R. Argentina) — Fiesta de Maria SSAuxiliadora — Colegio S. Francisco Javier. — Nos es.
criben: Los actos y funciones religiosas con que
en este año se ha honrado á Maria SS. Auxilia
dora en estos pueblos de la Patagonia, parécenme
cosa digna de ser registrada en las columnas del
Boletín Salesiano.
Durante todo el mes de Mayo se praticaron de
vociones especiales en honra de María y durante
el novenario , que precede á dicha festividad, se
oficiaron, por la mañana, misas en que las personas
devotas se acercaban á los Santos Sacramentos y
por la tarde alabanzas, sermón y Bendición con
S. D. M.
Los alegres repiques de las campanas, los dis
paros de numerosas bombas y cohetes, anunciaron
á los fieles que el día 24 de Mayo había amanecido
y todos los corazones se llenaron de la más pura
y santa alegría.
A las 7 am. el R. P. José Bottino ofició la misa
de comunidaíl, durante la cual se cantaron motetes
y trozos escogülos de música religiosa, para cons
tancia de lo cual basta citar el nombre del e.\imio
nmestro Perosi.
A las 9 i{2 misa solemne con grande concurren
cia, que aguardaba con devoto continente, cuando
empézó á preludiar el órgano, impregnado del
más religioso y místico sentimiento: toelo era im
ponente en aquel ambiente transformado por las
luces y las músicas; sobre todo cuando las bien
afinada voces de los cantores entonaron el Kyrie
de la misa tercia de Haller, que recreando el oido,
toca suavemente el corazón.
A las 7 pm. tuvo lugar en el salón de actos del
colegio una academia músico-religiosa.
Se puso en escena E l Misionero, boceto dramá
tico en dos cuadros, que arrancó numerosos aplau
sos. Pero lo que más llamó la atención de la con
currencia fueron los coros Saepe dum Chrisli, de
Mons. Cagliero, y el Laúdate, de Hendel, ambos á
4 voces, ejecutados con sumo gusto y exquisita
finura.
También esta velada fué muy concurrida, to
mando parte á ella lo más selecto de la sociedad
patagonesa y muchas personas que se hallaban de
paso, desempeñando misiones diplomáticas, entre
ellos el .Sr. Celso Latorre inspector de escuelas, y
el Sr. José Triaca inspector de Tierras, el Sr. lefe
de la escuadrilla del Rio Negro, y muchos’ de sus
miembros, lo que quiere decir que también en este
rincón del globo hay corazones que verdaderamente
aman á "Maria SS. Auxiliadora.
MOSQUERA (Colombia). — De una carta del P. Ro
dolfo Fierro al Rdo. D. Rúa, tomamos lo que sigue:
Años atrás, cuando el noviciado se hallaba en
Fontibón, todos los domingos y fiestas iban dos
de los nuestros á enseñar el catecismo y fomentar
el oratorio festivo en aquella vecina población. El
Sr. Lorenzo Fonseca y su digna esposa, la Sra. Con
cepción R. de Fonseca, atendían á los catequistas,
y, coadyuvados eficazmente por la gran cooperadora
Sra. Dolores Groot de R., sostenían el oratorio con
sus dádivas. Así nos relacionamos con la casa del
Sr. Fonseca.
El clima húmedo de Fontibón perjudicaba á la
salud de los Novicios. Pensaron entonces los Su
periores trasladarlo, y se fijaron en la casa de los
consortes Fonseca. Amplia, bella, en magnifica
posición, con solares donde edificar llegado el caso,
colocada en una población que tendrá que desarro
llarse admirablemente dadas sus buenas condiciones
de salubridad y sitio, era la más apropiada. Pero
valía cerca de cien mil francos. ¿De dónde .sa
carlos? Como Dios (juiso, nos arreglamos por en
tonces lo mejor que se pudo.
Pasaron algunos años y murió la Sra. de Fonseca
sin sucesión. Por lo demás, nosotros ni pensábamos
ya en aquella casa: se había proyectado la cons
trucción de otra, empresa bien difícil en aquel
entonces.
Para las fiestas del Sdo. Corazón de Jesús del
principio de siglo, se aumentó considerablemente
el fervor en nuestras casas y se pedia con instancia
nido para las palomas de D. Bosco. Al año siguiente
creció el fervor y se redoblaron las súplicas; cuando
precisamente en la Novena del Corazón de Jesús,
se presenta el Sr. Fonseca á nuestro amado Ins
pector, entonces el R. P. Rabagliati, y le dice:
« No tengo hijos, mi esposa al morir me manifestó
deseo de que legara mi casa á una obra de bene
ficencia: no quiero esperar á mi muerte para hacer
la caridad: sé que Ustedes necesitan de casa para
su Noviciado: ahi tienen la mía».
Puede figurarse, amado Padre, cual seria entonces
nuestro reconocimiento al Corazón Divino, que
había escuchado nuestras plegarías, y cómo se acrescentaria la devoción. El Sr. Fonseca vino á ser
para nosotros más que un benefactor, un padre.
Aquella su frase « no quiero esperar á la muerte
para hacer la caridad », repercutía en nuestro co
razón con armonía indecible y vino á ser materia,
de serias meditaciones, de glosas y comentarios
edificantes.
Asi se debió el Noviciado al Corazón de Jesús
y por eso está dedicado á £1.
— 247 —
En Enero del sij;u¡ente año nos trasladamos allá,
con los pocos novicios que teníamos. Lo sucedido
entonces, lo sabe ya S. R. y lo conocen nuestros
Cooperadores (i).
La casa continúa prestando sus buenos servicios:
hoy abriga una docena de novicios que. Dios me
diante, se irán multiplicando, bajo la hábil dirección
alta del celosísimo Inspector, el R. P. D. Antonio
Aime, ya Superior de Cataluña. Allí, sombreados
por María Auxiliadora y regados por la gracia del
Corazón de Jesús, crecen los que serán más tarde
apóstoles de su patria, en el fecundo campo que
el Señor brinda á los hijos de Don Bosco en Co
lombia.
El Sr. Fonseca prosigue ayudando con su eficaz
auxilio á la casa que, aunque cómoda, carece to
davía de njuchas cosas bien necesarias. Su amor
por los Salesianos y su acendrada devoción, lo
tienen ligado á aquella casa, en donde le hemos
reservado un cuartito que es su morada, especie
de celda de donde espera volar al Cielo, como él
dice.
Según el deseo de S. R. le acompaño ésta con
el retrato del benefactor, para que, estampado en
las columnas de nuestro B o l e t í n , sea un testimonio
perenne de la gratitud que los Salesianos profesan
á sus benefactores.
Bendiga, amado Padre, aquellas remotas tierras,
especialmente al Noviciado y á todos sus bene
factores. Ella, como dije, carece de muchas cosas
todavía; suscite Dios emuladores de la caridad del
Sr. Fonseca!
su proverbial generosidad, regalaba para el templo
des mil francos.
El Emmo. purpurado, terminada la Misa, dirigió
al público su elocuente palabra. Dijo « que se con
sideraba sobre manera feliz por los progresos de
la obra, en cuya construcción se veia patente el
beneplácito divino; que hubiera podido construir
una modesta iglesia, que de seguro estarla ya con
cluida ; pero que que le había parecido hacer un ul
traje al Corazón divino, cuando el mundo entero
iba á porfia para ofrecerle dignos monumentos al
principiar del siglo; que teniendo por otra parte
Bolonia e<lificios tan bellos, era indecoroso que el
santuario del Corazón de Jesús desdijera de aíjuel
ojnjunto. Era justo levantar un templo grandioso,
digno de Bolonia y menos indigno del Corazón
de Jesús. Y el templo se empezó y va adelante, si
con alguna lentitud, con seguridad completa ».
Él mismo terminó la fiesta, dando la bendición
con el SS. Sacramento.
Numerosas ofertas se recibieron para la continua
ción de los trabajos.
Por Italia.
El limo. Sr. Obispo de Buenos Aires en Turin. — El
día 1° de Agosto llegó á la Capital del Piamonte,
de vuelta de Roma, el Exmo. Sr. Dr. D. Mariano An
tonio Espinosa, Arzobispo de Buenos Aires. Se hos
pedó en el Oratorio Salesiano de Valdocco, dando
á los Hijos de D. Bosco esta prueba de predilec
ción que de todo corazón le agradecemos. Visitó
el Oratorio, el Seminario Salesiano de Valsálice,
el Colegio de S. Juan Evangelista y los talleres
del Boletín, de cuya implantación y estado se mos
tró altamente satisfecho.
Aprovechamos esta ocasión, en que nos regala
y honra con su presencia el Venerable Prelado,
para repetirle las gracias más expresivas por la
protección continua y el cariño inmenso que dis
pensa á la Obra Salesiana en la República Ar
gentina y para presentar á nuestros lectores sus
amables facciones.
Ahora se encuentra en alto mar de vuelta á su
amada Diócesis ; que el Señor le conserve y le dé
vida, y le haga dichoso en la tierra y haga fecundo
su apostolado, es el augurio que los Hijos de Don
Bosco agradecidos, á sus muchos beneficios, le
hacen de lo íntimo del alma.
BOLONIA (Italia). — En la cripta del templo votivo
del Sagrado Corazón, que por impulso ma^ánimo
del Emmo. Card. Svampa, se levanta majestuoso
fuera de la Puerta Galliera, celebróse aún con más
solemnidad que los años precedentes, la fiesta del
Sagrado Corazón de Jesús. Ofició el mismo Car
denal y asistieron numerosos devotos, que se acer
caron á la sagrada Mesa. Hallábanse presentes
muchos colegios é institutos y conspicuos perso
najes, entre los cuales el Rvmo. Mons. Pedro Canoteli, Vicario de S. Lucas que, no desmintiendo
(ij BoLSTÜí de Julio de 1903.
lim o Sr. D r. D. M ariano A . E sp in osa
A rzobispo de B uenos-A ires.
FLORENCIA. — S. E. Rvma. Mons. Alfonso M.
Mistrangelo, Arzobispo de Florencia, en medio de
sus numerosas ocupaciones, se dignaba remitir al
Director de la obra de la Sagrada Familia una
preciosa oferta, acompañada de una graciosa carta
en que le d ice:
c Mi pensamiento vuela con frecuencia á U. y á
su obra, deseoso de que la iglesia que construyen
los beneméritos Salesianos, se levante pronto para
la mayor gloria de Dios y bien de las almas.
» Mucho me prometo del celo y actividad sale
siana.
t
i
— 248 —
» Le mando cien liras, para que las añada á las
otras ofertas que espero sean mayores que la mía.
» Quisiera enviarle más, pero las necesidades de
mí diócesis son tales y tantas que me impiden se
guir el impulso del corazón.
» Bendigo á U. y á todos los que le ajnidan.
Afnio. en el Señor
► p A l f o n s o , A rz. »
Biblioteca Agraria Solariana
Premiada con medalla oro en la exposición agrícola
de Córdoba.
S u s c r ip c ió n . España: 10 ptas al año — Extranjero:
15 ptas.
En Abril entró esta importante publicación perió
dica en su tercer año de vida: vida prospera y
fecunda para la patria. Todos los que aman el re
nacimiento de la agricultura en España y los dia
rios todos han acogido con entusiasmo y alabado
esta Biblioteca que va conquistándose gran renom
bre. Los últimos números recibidos nos aseguran
de la buena marcha, ó mejor dicho, del constante
progreso de esta publicación á que los hijos de
D. Bosco dedican todas sus fuerzas — Los agri
cultores suscríbanse á la Biblioteca Agraria Sola
riana propagadora del método redentor de la agri
cultura moderna.— Sevilla-Arrebolera 18.
Desde Abril del 904 al mismo mes del 905 ha
pul>licado los siguientes tomos :
Tomo X m . Las Leguminosas y los Cereales, por Don
Pedro Ricaldone. (Segunda edición) en rústica
2 pesetas. Encuadernado, 3.
Tomo X IV . Naturaleza y efectos del error agrario en
la cuestión social moderna, por D. Estanislao Solari.
En rústica, 1,75 pesetas. Encuadernado, 2,75.
Tomos X V y X VI. El Olivo: un tomo de 216 pá
ginas, ilustrado con grabados. En rústica 3,25
pesetas. Encuadernado, 4,25.
Tomo X V ll. La Zulla ó la Reina de las forrajeras de
secano, por un Solariaiio; un tomo de 112 pág.,
ilustrado con grabados. En rústica 2 pesetas.
Encuadernado, 3.25,
Tomos XVIII y XIX. El caballo, 6 Manual de Hlpologla popular y práctica por D. -Adolfo Toro. Un
tomo ilustra«,lo, de 20S páginas. En rústica, 3,25
ptas. Encmulernado, 4,75.
Tomo XX. Tratado de la elaboración del Aceite de Oli*
va por Don .Sabas Kvill. Un tomo ilustrado de
tío páginas. En rústica 1,75 pesetas. Encuader
nado, 3.
Tomos XXI y X X II. La fertilización de los terrenos
por D. Pedro F. Boasso. Un tomo ilustrado de
197 pág. Eu rústica 3.25 ptas. Encuadernado, 4,75.
Tomos X X l l l y .\XI\’ . El Problema forrajero, (pri
mera ixirte) t>or ü . Pedro Ricaldone. Un tomo
de 260 pág. Eu rústica 4 pías. Encuadernado, 5.50.
Bibliografía
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recomendamos á nuestros lectores.
Cultus SS. Cordis Jesús et Purissimi Cordis B. V. Mariae, sacerdotibus praecipite et theologiae siudiosis
proposiius, scripsit Hermanuus Jos. Nix S. J. — II>
edición corregida y aumentada. Con aprobación
del Arzobispo de Friburgo y del Sup. de la Compañia. En 8® (XII y 236 pág.) Precio, en rústica
2’5o franc: en tela 3’25. B. Herder, Librero Edi
tor Pontificio. Friburgo de Brisgovia (Alemania).
Tratado completo del origen, significado y exce
lencia de la devoción al Sdo Corazón de Jesús,
con un apéndice sobre el Corazón de María. Reco
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los datos teológicos é históricos que contiene, co
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grabado (VIII y 484 pág.) Precio 2*50 francos en
tela. .B. Herder, Edit. Pont. Friburgo de Brisgo
via (Alemania).
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bón. Folleto de 96 pág., en que la augusta autora
ha compendiado la historia del inmortal Don Qui
jote en las principales naciones del mundo, pues
dando cuenta de las traduciones y ediciones, señala
los progresos de su expansión. Este libro, como
todos ios de la augusta Princesa española, está
escrito con sencillez de estilo y abuudancia de
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govia (Alemania). Precio 2 franc.
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Brisgovia (Alemania). Precio o’75 francos.
Contiene este opúsculo dos preciosísimas poesías
del ya célebre poeta colombiano Don Belisarh
Peña, con una Intrc-ducción del P. Manuel M. Polit, Canónigo de Quito.
Devoto Ejercicio para obsequiar el dia 23 de cada
mes al gran taumaturgo catalán el Beato José Oriol
por una Terciaria Franciscana devota suya. Breve
.Anuario en obseqnio á la Inmaculada Virgen María
por una Terciaría Franciscana. Agradecemos á
la devota Autora estos dos opúsculos con que nos
obsequia y los recomendamos á los lectores. Bar
celona, Imprenta de Franco Altés y Alabart. Calle
de los Angeles, 22 y 24.
Lejendas y Tradiciones por Francisco de P. Capella — La Eremita de la Montaña, cuento oriental
de Hugo Mioni — Cuentos alegres y verdades tristes.
— Apéndice: E l tio Ponfefito, E l bolsillo de oro.
y E l señor Tiburón — son los títulos de los tres
últimos números de las “Lecturas Católicas” de Sarriá-Barcelona. La viva recomendación que de esta
publicación hacemos, véase en la cubierta pág. 4
del Boletín.
Con aprobación de la Autoridad Eclesiástica:
Gerente: JOSÉ GAMBINO.
Turin, Tip. Salesiana (B.S.) — Via Cottolengo, 32.
-
Fecha
-
1905.09