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Título
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BS_1905_06
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Descripción
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Boletín Salesiano. Junio 1905
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extracted text
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L E T IN
E S IA N O
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Vid Cotiolen^o, J2
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A N0 X X
— N. 6
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—
Publicación mensual
—
—
Turin- Italia.
JUNIO de 1905
SUMARIO: Carta Encíclica de Su Santidad Pío X
Gracias de María A u x i l i a d o r a .................................... 148
^sobre la enseñanza del c a t e c is m o ........................ 133
Crónica Salesiana : Roma — Sarriá*Barcelona — MaA los Cooperadores Salesianos — Artículo del Card.
taró-Barcelona — Cíudadela (Menorca) — CarcaS v a m p a ....................................................................138
gente (Valencia-España) — Cuenca (Ecuador) —
De nuestras M isiones: Matto Grosso (Brasil) .
. , 140
San Salvador (Centro-America) — Vianna do Cas»
Patagonia Meridional .
.
. 142
tello (Portugal) — Nictheroy (B rasil).................... 15a
»
•
A través del Ecuador .
.
. 143
Variedades: Relatos h istó r ico s.....................................158
Necrología— Las Sras
Filomena y Teresa Rinaldi .147
CARTA ENCÍCLICA
de JNÍuestro Santísimo Señor Pío
POR
LA
D IVIN A
PROVIDENCIA
PAPA X
Á TODOS LOS OBISPOS
DEL ORBE CATÓLICO
S O B R E L A E N S E Ñ A N Z A D E L A D O C T R IN A C R I S T I A N A (*)
---------- ------------------------------A los Patriarcas, Primados, Arzobispos, Obispos
y demás Prelados ordinarios
en paz y comunión con la Sede Apostólica
PÍO P A P A X .
Venerables Hermanos,
Salud y Bendición Apostólica.
fos secretos designios de Dios Nos han levan
tado de Nuestra pequeñez al cargo de Su
premo Pastor de la grey entera de Cristo en días
bien críticos y amargos, pues el enemigo de anti
guo anda alrededor de este rebaño y le tiende la«os con tan pérfida astucia, que ahora, principal
(•) Nuestro deseo sería reprodudr por entero el pre
cioso documento, no pudiendo hacerlo por falta de espacio,
DOS limitamos á copiar los trozos de mayor importancia.
mente, parece haberse cumplido aquella profecía
del Apóstol á los ancianos de la Iglesia de Efeso :
Sé que . . . os han de asaltar lobos voraces que
destrocen el rebaño (i). De este mal que padece
la religión no hay nadie á quien anime el celo de
la gloria divina que no investigue las causas y
razones, sucediendo que, como cada cual los halla
diferentes, propone diferentes medios, conforme
á su personal opinión, para defender y restaurar
el reinado de Dios en la tierra. No proscribimos,
Venerables Hermanos, los otros ju icio s; mas
estamos con los que piensan que esta depresión
y debilidad de las almas, de que resultan Jos
mayores males, provienen principalmente de la
ignorancia de las cosas divinas. Esta opinión con(I) Act. X X , 29,
— 134 —
cuerda enteramente con la que Dios mismo
declaró por su profeta O seas; No hay conocimiento de Dios en la tierra. La maldición y la
mentira, y el homicidio, y el robo, y el adulterio
lo han inundado todo ; á la sangre se añade sangre,
■ por cuya causa se cubrirá de luto la tierra y desfa
llecerán todos sus moradores (i).
I. —
Lamentable ignorancia de la Religión
y sus efectos.
¡ Cuán fundados son, por desgracia, estos la
mentos, hoy que existe tan crecido número de
personas en el pueblo cristiano que ignoran tolalmente las cosas que se han de conocer para
conseguir la eterna sa lu d ! Al decir pueblo cri
stiano, no Nos referimos solamente á la plebe,
■ ó á las clases inferiores, á quien excusa con fre
cuencia el hecho de hallarse sometidas á hombres
tan duros que apenas les dejan tiempo de ocu
parse en sí mismas, ni en las cosas que Ies atañen,
sino que también y principalmente hablamos de
aquellos á quienes no falta entendimiento, ni cul
tura, y hasta se hallan adornados de profana
erudición, á pesar de lo cual en las cosas de re
ligión viven de la manera más temeraria é im
prudente que pueda imaginarse! Difícil sería
ponderar lo espeso de las tinieblas que los en
vuelven y — lo que es más triste — la tranqui
lidad con que permanecen en ellas !..... Por lo
cual Nuestro Predecesor Benedicto X IV escribió
justam ente: « Afirmamos que la mayor parte
de los condenandos á las penas eternas padecen
su perpetua desgracia por ignorar los misterios
de la fe, que necesariamente se deben saber y
y creer para ser contado entre los elegidos (2)
Siendo esto así, Venerables Hermanos, ¿ qué
tiene de sorprendente, pregunto, que la corrup
ción de las costumbres y su depravación sean
tan grandes y crezcan diariamente, no digo en las
naciones bárbaras, p>ero hasta en las mismas
que llevan el nombre de cristianas ? Con razón
decía el Apóstol San Pablo, escribiendo á los
Efesios : La fornicación y toda especie de impu
reza, ó avaricia, ni aún se nofitbre entre vosotros,
como corresponde á satdos, ni tampoco palabras
torpes, ni truhanerías (3). Como fundamento de
este pudor y santidad con que se moderan las
pasiones, puso la ciencia de las cosas divinas :
y asi, mirad, hermanos, que andéis con gran
circunspección : no como tiecios, sino como pru
;l)
IV. 1-3 .
(2) Instit. X X V I. 18.
Í3) Ephes. V , 3 y 4 -
dentes... Por tanto, no seáis indiscretos, sino
atentos, sobre cual es la voluntad de Dios (i).
Sentencia ju s ta ; porque la voluntad humana
apenas conserva algún resto de aquel amor á
la honestidad y la rectitud, puesto en el hombre
por Dios, Criador suyo, amor que le impulsaba
hacia un bien, no entre sombras, sino claramente
visto. Mas, depravada por la corrupción del
pecado original, y olvidándose de Dios, su Ha
cedor, la voluntad humana se vuelve á amar la
vanidad y buscar la mentira. Extraviada y ciega
por las malas pasiones, necesita un guía que le
muestre el camino para que se restituya á la
vía de la justicia que, desgraciadamente, aban
donó. Este guía, que no hay que buscar fuera
del hombre, y de que la misma naturaleza le ha
provisto, es la propia razón ; mas, si á la razón
falta aquella luz, hermana suya, que es la ciencia
de las cosas divinas, vendrá á suceder que un
ciego guíe á otro ciego, y que ambos caigan en
el hoyo. E l santo rey David glorificando á Dios
por esta luz de la verdad que había infundido en
la razón humana, d ecía : Impresa está. Señor,
sobre nosostros la luz de tu rostro. Y señalaba el
efecto de esta comunicación de la luz, aña
diendo :
has infundido la alegría en mi co
razón (2). alegría con que dilatándose el corazón,
corre por la senda de los mandatos divinos.
Y aquí, después de probar que la doctrina
cristiana nos da á conocer á Dios y sus per
fecciones por medio de la fe que guía la razón,
de la esperanza que fortifica la voluntad y de
la caridad que sostiene el corazón, y recor
dando los demás preceptos que realzan y di
gnifican al hombre y le hacen humilde, el Sumo
Pontífice continúa.
De manera que por la sabiduría cristiana, no
solamente nuestra inteligencia recibe la luz que
nos permite alcanzar la verdad, pero la misma
voluntad queda presa de aauel amor que nos
conduce á Dios y nos une á Él mediante el ejer
cicio de la virtud.
Lejos estamos de afirmar que la malicia del
alma y la corrupción de las costumbres no puedan
coexistir con la ciencia de la Religión. Pluguiese
á Dios que los hechos demostrasen lo contrario.
Pero entendemos que cuando al espíritu en\nielven las espesas tinieblas de la ignorancia, no
pueden darse ni la rectitud de la voluntad ni las
buenas costumbres, porque si caminando con
(1) Ibid. V, 15-17(a) Psal. IV, 7-
— 135 —
los ojos abiertos puede apartarse el hombre del
buen camino, el que padece de ceguera está en
peligro cierto de desviarse. Añádase que en
quien no está enteramente apagada la antorcha
de la fe, todavía queda esperanza de que se
enmiende y sane la corrupción de costumbres ;
mas cuando la ignorancia se junta á la depra
vación, ya no queda espacio para el remedio,
sino abierto el camino de la ruina.
II. — A quien íacumbe la obligación de instruir.
Puesto que de la ignorancia de la religión pro
ceden tantos y tan graves daños y, por otra
parte, son tan grandes la necesidad y utilidad
de la doctrina religiosa, ya que, desconociéndola,
en vano sería esperar que nadie pueda cumplir
las obligaciones de cristiano, conviene saber
ahora á quién compete preservar á las almas de
esta perniciosa ignorancia é instruirlas en ciencia
tan indispensable. Lo cual, Venerables Her
manos, no ofrece dificultad alguna, porque ese
transcendental cometido recae en los pastores
de almas. Estos, efectivamente, se hallan obli
gados por precepto del mismo Cristo á conocer
y apacentar las ovejas que les están encomen
dadas. Apacentar es, ante todo, adoctrinar. Os
daré pastores según mi corazón, que os apacentaran con la ciencia y con la doctrina (i). Así
hablaba Jeremías, inspirado por D io s; por lo
cual decía el apóstol San Pablo : No me envió
Cristo á bautizar, sino d predicar (2), advirtiendo
así que el principal ministerio de cuantos ejercen
de alguna manera el gobierno de la Iglesia con
siste en enseñar á los fieles la ciencia sagrada.
Inútil Nos parece aducir nuevas pruebas de
la excelencia de este ministerio y de la estima
ción que de él hace Dios. Cierto es que Dios alaba
grandemente la piedad que nos mueve á pro
curar el alivio de las humanas miserias, mas
i quién negará que han de colocarse muy por
encima de ella el celo y trabajo, mediante los
cuales el entendimiento recibe las enseñanzas y
consejos referentes, no á las necesidades terrenas,
sino á los bienes celestiales ? Nada puede ser
más grato á Jesucristo, salvador de las almas,
que dijo de sí propio por el Profeta Isaías:
Me ha enviado á evangelizar á los pobres (3).
Importa mucho, "\^enerables Hermanos, in
sistir, para que entiendan bien todos los sacer
dotes que ninguno tiene obligación más grande
y deber más estrecho. Porque ¿ quién negará
que en el sacerdote han de unirse la ciencia y la
santidad de vida ? E n los labios del sacerdote ha
de estar el depósito de la ciencia (i). Y , en efecto,
la Iglesia lo exige rigurosamente de cuantos
aspiran á ingresar en el sacerdocio. Y esto, ¿ por
qué ? Porque el pueblo cristiano es]>era recibir
del sacerdote la enseñanza de la divina ley y
porque Dios le destina j^ara proj)agaila. De si#
boca se ha de aprender la ley, puesto que él es el
ángel del Señor de los ejércitos (2). Por lo cual, en
las Sagradas Órdenes, el Obispo dice, dirigién
dose á los que van á ser hechos sacerdotes ; « Que
vuestra doctrina sea remedio espiritual para el
pueblo de Dios, y los cooperadores de nuestro
orden sean previsores, para que, meditando día
y noche acerca de la ley, crean lo que han leído
y enseñen lo que han creído (3) ».
Si no hay sacerdote alguno á quien no corres
pondan estas obligaciones, ¿ cuales no serán las
de aquellos que por el nombre y autoridad que
ostentan y por su misma dignidad tienen á su
cargo y como por contrato la cura de almas ?
Estos han de ser puestos en algún modo en el
rango de los pastores y doctores que Jesucristo
dió á los fieles para que no sean como fiiños
fiuctuaníes, ni se dejen llevar de aquí y allá de
todos los vientos de opiniones por la malignidad
de los hombres.....antes bien, siguiendo la verdad
con caridad, en todo vayan creciendo en Cristo,
que es nuestra Cabeza (4) ».
Discurre después de la estricta obligación que
los sacerdotes tienen de enseñar el Catecismo
y la dificultad .que encierra, y concluye:
Conviene repetirlo para inflamar el celo de los
ministros del Señ or: ya es crecidísimo, y au
menta cada día más, el número de los que todo
lo ignoran en materia de religión, ó tienen de
Dios y de la fe cristiana concepto tal que, en
plena luz de verdad católica, les permite vivir
como paganos. ¡ A y ! Cuán grande es el número
no diremos de niños, p>ero de adultos y hasta de
ancianos encorvados por la edad que ignoran
absolutamente los principales misterios de la fe,
y oyendo el nombre de Cristo responden : ¿ Quién
es..... para que yo crea en É l ? {5). De ahí el que
tengan por lícito forjar y mantener odios contra
(1) Malach. II, 7.
(2) Malach. II. 7.
(1) J«rem. III, 15.
(2) Corinth. 1. 17.
Üj Luc, IV , 18.
(.í) Pont. Rom.
(4) Ephes. IV , 14, 15.
(5) Joann. IX, 36.
— 136 —
el prójimo, hacer contratos inicuos, explotar
negocios infames, hacer préstamos usurarios y
constituirse en reos de otras prevaricaciones
semejantes. De ahí que, ignorantes de la ley de
Cristo, que no sólo prohibe toda acción torpe,
sino el pensamiento voluntario y el deseo de ella,
muchos que, sea por lo que quiera, casi se abstie
nen de los placeres vergonzosos, alimentan en
sus almas, que no defiende ningún principio
religioso, los pensamientos más perversos, y
hacen el número de sus iniquidades mayor que
el de los cabellos de su cabeza. Y ha de repetirse
que estos vicios no se hallan solamente entre la
gente ruda del campo y el pueblo más bajo de
las ciudades, sino también, y acaso con más
frecuencia, entre hombres de otra categoría,
incluso entre los que se envanecen de su saber y,
apoyados en una vana erudición, pretenden
burlarse de la religión y blasfeman de todo lo que
no conocen (i).
III. —
Cómo se debe enseñar el catecismo.
Si es cosa vana esperar cosecha en tierra que
no se ha sembrado, ¿ cómo pueden esperarse
generaciones adornadas de buenas obras si opor
tunamente no han sido instruidas en la doctrina
cristiana ? De donde inferimos justamente que,
si la fe languidece en nuestros días á punto de
que en muchos sujetos parece casi muerta, se ha
cumplido descuidamente, ó se ha omitido del
todo, la obligación de enseñar las verdades con
tenidas en el Catecismo. Inútil sería decir, para
hallar excusa, que la fe nos ha sido dada gratui
tamente y conferida á cada uno en el bautismo.
Porque, ciertamente, cuantos hemos sido bauti
zados en Jesucristo, fuimos enriquecidos con la
jiosesión de la fe ; mas esa divina semilla no llega
á crecer..... y echar grandes ramas (2), si queda
abandonada á sí misma y á su nativa virtud.
Tiene el hombre, desde que viene á este mundo,
facultad de entender ; mas esta facultad necesita
la excitación de la palabra materna para conver
tirse en acto, como se suele decir en las escuelas,
y esto precisamente le sucede al hombre cristiano,
que, al renacer por el agua y el Santo Espíritu,
trae como en germen la fe, mas necesita de la
enseñanza de la Iglesia para que esta fe pueda
nutrirse, desarrollarse y dar fruto. Por lo cual
escribía el A p óstol: La fe proviene del oir. y el
oir depende de la predicación de la palabra de
Cristo (i). Y para mostrar la necesidad de la
enseñanza, añadió : ¿ Cómo oirán hablar de É l
si no se les predica ? (2).
Si por cuanto se ha expuesto hasta aquí ya
puede verse cuál es la importancia de la ense
ñanza religiosa del pueblo, debemos hacer cuanto
Nos es posible á fin de que la enseñanza de la
sagrada doctrina, que sirviéndonos de palabras
de nuestro Predecesor Benedicto X IV , es la ins
titución más útil para la gloria de Dios y la
salud de las almas (3), se mantenga siempre flo
reciente ó, donde se haya descuidado, se restaure.
Así, pues. Venerables Hermanos, queriendo
cumplir esta grave obligación del Apostolado
Supremo y hacer que dondequiera se obser\'en
en materia tan importante las mismas prácticas,
en virtud de Nuestra suprema autoridad esta
blecemos para todas las diócesis las siguientes
disposiciones, que habrán de ser rigurosamente
guardadas y cum plidas:
1. Todos los párrocos y, en general, cuantos
sacerdotes ejercen la cura de almas, están obli
gados á instruir por el Catecismo durante una
hora entera todos los diomingos y días de fiesta
del año, sin exceptuar ninguno, á todos los niños
y niñas en cuanto deben creer y obrar para al
canzar la salvación eterna.
2. Los mismos han de preparar á niñas y niños
en época fija del año, y mediante instrucción que
ha de durar varios días, á recibir dignamente los
Sacramentos de Penitencia y Confirmación.
3. Además, han de preparar con especial cui
dado á los jóvenes de ambos sexos para que san
tamente se acerquen por primera vez á la Sagrada
Mesa, valiéndose para este fin de oportunas
enseñanzas y exhortaciones, durante todos los
días de Cuaresma, y si fuere necesario, durante
varios otros después de Pascua.
4. En todas las parroquias se erigirá canóni
camente la asociación que vulgarmente se deno
mina Congregación de la Doctrina Cristiana, con
la cual, principalmente donde ocurra ser escaso
el mimero de sacerdotes, tendrán los párrocos
auxiliares del estado seglar para la enseñanza
del Catecismo, los cuales se ocuparán en este
ministerio, así por celo de la gloria de Dios, como
por lucrar las Santas Indulgencias con que los
Romanos Pontífices han enriquecido esta aso
ciación.
5. En las grandes poblaciones, y principal(1) Rom. X . 17.
(i) Judas, le.
(a) Man:. IV, 3a.
(a) Ibidím. 14.
(3) Const. E tsi minime.
- - 137 —
mente donde haya Facultades mayores, liceos mayores que otra ninguna. Es más fácil hallar
y colegios, fúndénse escuelas de religión para un orador que hable con abundancia y brillantez,
instruir en las verdades de la fe y la vida cris que un catequista cuyas explicaciones merezcan
tiana, á la juventud que frecuenta las aulas en todo alabanza; de suerte que por mucha
públicas en que no se mencionan las cosas de facilidad de formar conceptos y expresarlos con
religión.
que le haya dotado la naturaleza, sépase que
6.
Porque en estos tiempos de desorden la edadnadie hablará bien de doctrina cristiana y alcan
madura no está menos necesitada que la infancia zará fruto en el pueblo y los niños, si antes no se
de instrucción religiosa, los párrocos y cuantos ha preparado y ensayado mediante seria medi
sacerdotes tengan cura de almas, además de la tación. Se engañan los que, fiándose de la inex
acostumbrada homilía sobre el Santo Evangelio periencia y torpeza intelectual del pueblo, creen
que han de tener todos los días de fiesta en la que pueden proceder negligentemente en esta
iglesia parroquial, escojan hora oportuna para materia, sino que, al contrario, cuanto mayor
la mayor afluencia de fieles — exceptuando la sea la incultura del auditorio, mayor celo y cui
destinada á la doctrina de los niños — para dar dado se requieren para acomodar la explicación
el Catecismo á los adultos en forma sencilla y
de las verdades más sublimes, de suyo tan supe
acomodada á sus inteligencias, debiendo ajus riores á un entendimiento vulgar, á la débil
tarse para ello al Catecismo del Concilio de comprensión de los ignorantes, que, no menos
T ren to; de tal modo, que en el espacio de tres que los sabios, necesitan conocerlas para alcanzar
ó cuatro años expliquen cuanto se refiere al Sím la eterna bienaventuranza.
bolo, los Sacramentos, el Decálogo, la Oración
y los Mandamientos de la Iglesia.
IV. — Conclusión.
Todas estas cosas, Venerables Hermanos,
Séanos permitido, Venerables Hermanos, di
mandamos y establecemos en virtud de Nuestra
rigiros al término de la presente carta estas pa
autoridad apostólica, y por vuestra parte habréis
labras de M oisés: E l que sea del Señor, júntese
de procurar, cada uno en vuestra diócesis, que
conmigo (I). Os rogamos y suplicamos que
estas prescripciones se cumplan puntualmente
observéis cuánta es la ruina de las almas que por
y sin retraso. Velad y cuidad con vuestra auto
sí sola produce la ignorancia en las cosas de
ridad para que Nuestros mandatos no caigan en
religión. Muchas obras útiles y dignas de ala
olvido, ni — lo que sería igual — se cumplan
banza se han establecido por vosotros en vuestras
con negligencia y flojedad. Para evitar esta falta,
diócesis para bien de vuestros respectivos re
habéis de emplear las recomendaciones más
baños ; pero, antes que nada, con toda energía,
asiduas y apremiantes, á fin de que los párrocos
todo celo y toda la asiduidad posible, cuidad
no expliquen el catecismo sin preparación, mas
esmeramamente de que el conocimiento de la
se preparen de antemano con esmero, para que
doctrina cristiana llegue y penetre á todas las
no hablen el lenguaje de la sabiduría humana,
almas. Comunique cada cual alprójimo — repeti
sino con sencillez de corazón y sinceridad delante
mos con el Apóstol San Pedro — la gracia según
de Dios ( i ), sigan el ejemplo de Cristo que, mani
la recibió como buenos dispensadores de los dones
festando cosas que estuvieron ocultas desde la
de Dios, los cuales son de muchas maneras (2).
creación del mundo (2), sin embargo, dijo todas
Que mediante la intercesión de la Inmaculada
estas cosas al pueblo por parábolas, y sin pará
y Bienaventurada Virgen vuestro celo y piadosa
bolas no las predicaba (3). Sabemos también que
industria se exciten con la bendición apostólica
lo mismo hicieron los Apóstoles, enseñados por
que amorosamente os concedemos á yosotros, á
Jesucristo, y de ellos decía San Gregorio Magno :
vuestra obra y al pueblo que os está confiado, y
«Pusieron todo cuidado en predicar á los pueblos
sea testimonio de Nuestro afecto y prenda de los
ignorantes cosas sencillas y accesibles y no cosas
divinos dones.
altas y arduas * (4). Pues en las cosas de religión,
Dado en Roma, en San Pedro, el 15 de Abril
la mayor parte de los hombres de nuestra edad
han de tenerse por ignorantes.
del año 1905, segundo de Nuestro Pontificado.
Pero no queremos que nadie, en razón de esta
misma sencillez que conviene observar, imagina
PÍO P A P A X .
se que la enseñanza catequística no requiere tra
bajo ni meditación. Por el contrario, los exige
<i) E io d . X X X II, 26.
(2) I Petr. IV , 10.
(1)
(2)
(3)
{4)
II Corinth. I, 12.
Matth. X III, 35.
Ibidem. 34.
Moral. I. X V I I cap. 26.
-
138 -
J. M. J.
w
A los Cooperadores Salesianos
aria AuxiÜadoral ¡Oh, qué
dulce, qué suave es esta
invocación al corazón de
los Cooperadores Sale
sianos I Uon Hosco nos la proponía
como objeto de esperanza y prenda
segura de éxito feliz en las empresas
difíciles. Aun recuerdo, y no olvidaré
nunca, las santas emociones que sentí
cuando, siendo aún yo joven colegial
en el Seminario de Fermo, contando
apenas 15 añ os, tuve la dicha de
ver por primera vez al grande após
tol de la pedagogía cristiana que ha
bía ya plantado en Italia los gérmenes
de su obra educadora, para la salva
ción de los pobres hijos del pueblo.
D. Hosco no demostraba gran aparato
de talento oratorio, pero cautivaba los
corazones con su palabra familiar, sen
cilla é impregnada del espíritu de Je
sucristo. Después tle haber celebrado
la Misa en la capilla de nuestro Semi
nario y de habernos distribuido la Santa
Comunión, nos dirigió una cordialísima
alocución. Nos habló como habla un
padre á sus hijos, no in sublhíiitate sermonis^ sed in ostefisione spirifus, y nos
gozábamos en saborear con avidez las
preciosas palabras que brotaban tran
quilas de los labios de aquel sacerdote.
Dos cosas nos recomendó en especial
manera: la devoción á Jesús Sacramen
tado y á María nuestra celestial Madre.
Y para que el recuerdo de aquella vi
sita quedase más grabado en nuestro
corazón, pasó por las seis secciones en
que estábamos divididos, se entretuvo
algún tiempo con nosotros y nos ex
hortó á la práctica del bien y de la
virtud bajo la égida maternal de Ma
ría Auxiliadora. Antes de despedirse,
dió á cada uno una medalla de la Vir
gen , y nosotros con trasportes de
afecto besábamos ya la medalla ya la
mano que nos la ofrecía. Postrados pe
dimos y obtuvimos al fin su bendición.
La medalla de D. Hosco la he con
servado siempre como una perla ines
timable y me ha servido siempre de
enseña y protección. Han pasado desde
entonces casi 40 años, y durante este no
breve período de mi vida he podido ex
perimentar como María Auxiliadora no
me ha negado nunca su maternal asis
tencia y tanto más me ha confortado
y ayudado cuanto más graves y difí
ciles han sido los trances en que por
ventura me he encontrado. He podido
asimismo aprender y grabar en mi alma
una grande lección; esto es, que des
pués de Jesucristo no nos queda en
la tierra más que un solo apoyo \ con
suelo verdadero: la confianza en el pa
trocinio de Aquella que es, con justo
título, la dispensadora de los favores
celestiales.
María Auxiliadora inauguró su mi-
139 —
sión saludable en favor de la Iglesia María Auxiliadora: y he aquí que el
y en pro de los cristianos, en el cená- grano se desarrolla, se convierte en plantaculo, dónde los Apóstoles y los prime- lozana y en pocos años, extiende sus
ros fieles estaban reunidos, después de ramos por toda la faz de la tierra. De'
la Ascensión de Jesús á los cielos. Con las cien, de las mil casas que los hijos,
la palabra, con el ejemplo, con la fra- y las hijas de D. Bosco han levantado
ganda de sus virtudes, Ella .fortaleció en las varias partes del mundo bárá aquellas almas tímidas y las
preparó á recibir el Espíritu
Santo. El dulce ministerio de
Atixiliadora, continuó ejer
ciéndolo desde entonces y lo
ejerce siempre con los hijos
de Jesucristo. En medio de la
persecuciones y de mil con
trariedades, en el ardor de las
batallas sin tregua y sin piedad
movidas contra la Iglesia, que
entonces como ahora era el
blanco de las persecuciones y
de la ferocidad de los podero
sos , perseguida después por
las ambiciones de falsos maes
tros, desgarrada en fin por
los cismas de innovadores hi
pócritas, vió siempre aparecer
en el horizonte, siempre solí
cito y próvido el auxilio po
deroso de la Madre de Dios.
En nombre de la Sma. Virgen
prosperó la jerarquía eclesiás
tica: florecieron en número y
santidad los gremios de sa
gradas vírgenes, aumentaron
los congregaciones religiosas,
E I Emmo Cardenal Dotnlii{o Svampa, Arzobispo de Bolonia.
y se pudo comprobar como
Ella es para las almas, para
las familias, para las naciones y para baro ó civilizado, para salvaguardia de
la sociedad entera, la Madre del casto la Juventud y amparo de los obreros,
amor, de temor filial, de verdadera sa- para defensa de los emigrados é ínstrucbiduría y de santa esperanza.
ción de los infieles, para asistencia de
La Obra de D. Bosco nació pequeña los leprosos é incremento de las artes
como el grano de mostaza: pero l e ' y de las ciencias, sale de todos los pecupo en suerte crecer bajo los san- chos sin cesar como un himno perpetuo
tos influjos de un astro propicio, de de oración y loor á Mana Auxiliadora:
— 140 —
Imagen es como el centro donde se
encuentran los votos de todos los co
razones, y Ella abre sobre la amada
progenie de D. Bosco las grandes alas
de su amorosa providencia.
Ea, pues, Cooperadores y Coopera
doras de la familia salesiana: elevemos
al cielo los ojos de nuestra fe. Don
Bosco nos mira desde allá arriba, y al
animarnos á trabajar con sus hijos en
la grande empresa de restaurar todas
las cosas en Cristo, nos señala á Ma
SU
^
ría Auxiliadora como la más dulce de
nuestras esperanzas, como Reina y Ma
dre que benedice y fecunda nuestros
pequeños sacrificios y que nos dispen
sará el premio de su protección en vida
y en muerte.
M a r ía A
tros
u x il ia d o r a , r o g a d
p o r n o so
QUE ACUDIMOS Á VÓ S.
Abril de 1905.
Cardeaal DOMINGO SVAMPA
Arzobispo de Bolonia.
0
E NUESTRAS MISIONES
W
MATTO GKOSSO [Brasil]
{Caria del R. P . Juan Bálzola).
Fiestas Religiosas.
Esperanzas..... supersticiones.
Barreiro-Arajíunya, Colonia del S. Coratón de Jesds
37 de Diciembre de 1904.
M i venerado y amado Padre D. R úa:
'1 año pasado, precisamente por estos
k*rlV
1®anunciaba losprimeros bautismos
solemnemente administrados en esta
Colonia y le daba una breve reseña de las devotas
fiestas de la Purísima y Navidad. Este año tengo
la satisfacción de comunicarle aun más gratas
noticias : son ya 65 los indios bautizados ; todos
niños y niñas, porque los adultos no nos han
parecido bastante preparados j^ara recibir este
Sacramento y sólo se les administra en artículo
de muerte. Pero está y a cercano el día en que
un buen número de adultos reciba las aguas
regeneradoras del bautismo.
Como bien recordará, le escribí que teníamos
intención de celebrar con gran solemnidad el día
de la Inmaculada Concepción y, gracias á'Dios,
nuestros piadosos deseos fueron completamente
satisfechos. A la novena, junto con nuestros
buenos neófitos, tomaron parte también muchos
indios. Los últimos días hicimos iluminación y
tiramos algunos cohetes., cosa que para estos
pobres hijos de la floresta es grandemente di
vertida. L a víspera de la fiesta Ies enseñé una
bonita oleografía de la Virgen de Lourdes, que
produjo en ellos un efecto m ágico: parecía
que no se cansasen de contemplar el candor de
la Virgen que majestuosamente se destaca en la
humilde gruta. Aproveché su atención para ex
plicarles en pocas palabras la importancia de la
fiesta que íbamos á celebrar. Puedo asegurarle,
amadísimo Padre, que la atención con que me
escuchaban, los sentimientos de veneración que
se reflejaban en sus semblantes y el porte que
observaron en las funciones del día siguiente,
no podían ser mejores. ¿ Qué decirle además de
la piedad de nuestros neófitos ? Tres de ellos
vestidos con sotana y roquete salieron por pri
mera vez al altar en la tundición de S. D. M.
No puede V. figurarse la alegría que probaron
al verlos sus padres. Todos querían mirar y re
mirar á sus hijos vestidos de padres pichiriri
(padres pequeños) como ellos decícin. Un cacique
padre de uno de los niños que se llama Miguel
Magone, se me presentó un poco triste y me dijo:
— No estoy conforme con que este hijo se haga
cura, porque es el primogénito y quiero que me
suceda ; — y al mismo tiempo me ofrecía el hijo
segundo.
Le respondí sonriendo que no le diese cuidado
por eso, porque su hijo llegaría á ser no solo ca
cique y capitán, sino también Capiián-Padre,
como ellos me llaman, que es algo más que ser
cacique.— Entonces el se sonrió y calló.
E l mismo día administramos el bautismo á
otros cinco niños. Los indios asistieron á todas
las funciones con buen porte y atención. Para
que pasasen con m ayorrecocijolas ñestas, dis
tribuimos á todos alimentos, regalitos y prendas
de vestir.....Pero que pena nos da, amado Padre,
no poder verlos á todos al menos con camisa.
Dios conmueva el corazón de alg^ún caritativo
Cooperador para que adopte y vista á nuestros
pobres indios.— L a fiesta terminó con una bo
nita iluminación y algunos fuegos artificiales
que dejaron á nuestros pobres indios admirados
y divertidos.
__
L a festividad del Nacimiento del Niño-Dios
resultó también muy solemne. Si bien no tene
mos maestro de música, cantamos durante la
novena las profecías y con nosotros las cantaron
nuestros indiecitos. Se lo confieso francamente,
es una bendición de Dios lo que aprovechan
estos niños. Algunos, como en otra carta le
escribí, están y a en el segundo libro de lectura,
y todos son buenos y diligentes. Era cosa digna
de verse la rifa que hicimos la noche de Navidad
y lo que se divertían ellos conociendo ya bien los
números. Este año antes de la Misa del gallo no
los mandé á dormir como el año pasado, sino
que nos entretuvimos con ellos en santa alegría.
El día de Navidad bauticé un niño nacido en la
Colonia, i Cuánto nos ama el Señor y qué bueno
es con nosotros! En los 17 meses que hace que
los indios viven aquí han nacido ocho y sólo dos
han muerto, dos pobres viejos que murieron en
los primeros meses. Es verdad que además mu
rieron otros dos, pero esto fué fuera de la Co
lonia, mientras estaban de caza.
En la muerte de uno de éstos, que era ya
adulto, pude observar los escrupulosos que son
aún en guardar sus tradicionales cermonias con
los difuntos. Había muerto, pues, á 20 km. de
la Colonia, y como allá no había gente suficiente
para cumplir el ceremonial, después de veinte
días fueron á buscar el cadáver, y a en putre
facción, y lo trajeron á la Colonia. Lo enterraron
á flor de tierra y dieron principio á sus repug
nantes ritos que duraron dos semanas. Cuando
la carne del muerto estuvo casi del t<^o consu
mida, principiaron la ceremonia de limpiar los
huesos, que para ellos es la más solemne, pjero
que en realidad es la más asquerosa de tod as:
con todo esto, me propuse asistir á ella. El
hedor de la carne podrida hubiera sido cajtaz
de tumbar á un granadero, pero me hice aúolencia y me acerqué al charco en que habían
metido el cadáver descompuesto emnielto en \ma
estera. Abierta ésta, empezaron á echar agua
sobre los huesos
casi mondos, después con
listoncillos de caña limpiaron los huesos de la
poca carne y nervios que aun tenía y dcsjmés
de lavados, los secaban con hierba y hojas de
árboles. Una vez limpios, los colocaron en un
cesto y los llevaron ai famoso hayto con todas las
ceremonias ya descritas en otra relación.....Son
ritos horribles, repugnantes, pero que nosotros
por ahora no podemos impedir. La nueva gene
ración es la que constituye todas nuestras espe
ranzas.
Poco tiemjx» hace en una aldea del Río das
Mortes, con breve intervalo, murieron tres indios.
Se estableció que las honras fúnebres se harían
para los tres juntos, y para que resultaran más
solemnes, invitaron á los caciques que viven en
esta Colonia, los cuales asistieron, creyéndose
honrados con tal invitación. He sabido que á
causa de estas muertes, algunas familias piensan
venir á establecerse con nosotros, porque dicen
que el Capitán-Padre para todo tiene remedios
[gioruhocuru), y no deja morir á nadie. Yo, si
bien les demuestro el buen efecto que producen
las medicinas, procuro corregir el concepto exrgerado que de ellas tienen, atribuyendo su poier
y virtud al Papai Grande, romo ellos llaman á
Dios, y enseñándoles que Él solo es dueño de
vida y muerte.
* *
Amadísimo Padre, vea V. que casualidad :
ayer, llegado á este ¡>unto de la caria, tuve qi e
interrumpirla, por que me llamalian con urgenr.a
á la cercana floresta, donde una serpiente ve:ienosa había mordido á un ix>bre indio mientras
éste cortaba leña. Salí enseguida y lo encontré
echado en el suelo y dando gritos de dolor, con
el pie horriblemente hinchado. Le fajé un poco
y mandé á sus compañeros que lo llevaran pronto
á casa para poder darle los oportunos remedios.
Y o entretanto corrí á casa por un atajo, tomé
algunas medicinas y les salí al encuentro. El
jxsbrecito padecía mucho y el pie, de puro hin
chado, estaba díforme. Suministrados los pri
meros remedios, empezó á mejorar sensiblemente
y ahora parece que esté fuera de peligro.
H oy me haii \melto á llamar. Acudí pfesurosd
y encontré en su choza á un joven de robusta
complexión atacado de fuertes dolores en el
pecho: se retorcía como una culebra y tales
muestras de sufrir daba, que creí que le habían'
142
llegado las últimas. Le apliqué algunas medi
cinas tanto de uso interno como extemo, le en
comendé al S. Corazón de Jesús y á María Auxi
liadora, y al cabo de media hora pude verle ya
tranquilizado. Las primeras palabras que me
dijo fueron estas
Bope bravo im i : el diablo
está enfadado conmigo. — Si, s i ; le dije, Bope
pega, Papai grande boa. Im i maigoddo baba
Papai grande e Muga grande boa majari aquí.
Esto e s : El demonio es malo y Dios es bueno,
Y o en este momento he hablado al Papá grande
y á la Madre grande y les dije que te curen :
ahora ya estás mejor. — Si, si, es verdad, me
respondió.
Que el Señor siga dispensándonos su bendi
ción, y acelere el día en que podamos ver enca
minados por la senda de la fe y de la civilización
á todos los hijos de la floresta. No quiero abusar
de su bondad, amadísimo Padre, pero antes de
acabar le suplico recomiende esta misión á las
oraciones y á la caridad de todos nuestros Coo
peradores.
Recibim, V. y todos los demás Superiores, las
expresiones de respeto y afecto y créame siempre
su afmo. hijo in Corde Jesu
J UAN BÁLZO LA , Presbítero
Misionero Salesiano.
PATAGONIA MEF^IDION/\L
Salvemos la fe de Punta Arenas,
[Carta del R. P. Maggiorino Borgatello).
Punta .\rcuns, 29 de Diciembre de 1904.
Rdmo. Sr. D. Miguel Rúa :
'ainbicn sus hijos de estas aj^artadas
regiones patagónicas han trabajado con
ahínco i>or celebrar dignamente el Ju
bileo de la proclamación del dogma de la Con
cepción Inmaculada. Con mayor brillo que en
los pasados años celebramos el mes de María
durante el cual hubo sermón todos los días. El
dia 8 de Diciembre, último del mes y solemnidad
lie »a Purísima, 62 niños hicieron su primera
Comunión y más de 300 heles se acercaron al
S. Banquete. La Misa fué caiUada según las
últimas prescriivciones litúrgicas. Por la tarde
más de dos mil {>ersonas tomaron parte en la
solemne processión que, se hizo alrededor de la
¡daza. La fiesta,terminó con un sermón predi
cado por el P. Noat y con la bendición de S. D. M,
Durante los últimos tres meses, numerosos fueron
los fieles que ganaron el jubileo. De esta manera
la devoción á María Sma. ha despertado algún
entusiasmo y vivificado la fe adormecida en
muchos corazones: quiera el Señor conservar
por largo tiempo el fervor alcanzado.
También las fiestas de Navidad se celebraron
con gran solemnidad. L a Iglesia, en la función
de la media noche, estaba üena de fieles, y pa
saron de ciento las comuniones distribuidas. La
función era privada y sólo podían entrar en la
Iglesia los que se presentaban con billete especial.
Un hermoso nacimiento atrajo al templo nume
roso gentío.
Hace varios años que una turba de protestan
tes, provenientes de varias partes del mundo,
pero especialmente' de la América del Norte,
trabajan y hacen mil esfuerzos por hacer pro
sélitos y alejar del seno de la verdadera Iglesia
á tantas almas incautas que, seducidas por el
oro ó la esperanza de prometido bienestar, aban
donan la religión aprendida de sus padres para
abrazar los errores de Lutero y de Calvino.
Generalmente son los más pobres y los más
ignorantes en religión los que se dejan seducir.
Los falsos profetas se dan rumbo de evangélicos,
arrogándose el privilegio de predicar el evan
gelio puro sin mezcla de cosas terrenas y regalan
biblias á los que la quieren y á los que no las
quieren, dando continuas conferencias ya en una
yaeiiotracasa. Áqnienintervienedos veces ásus
conferencias se le inscribe en el catálogo de los
evangélicos, sin que se pueda volver atrás, según
ellos dicen. Ahora están fabricando un templo
á doscientos metros de nuestra parroquia. Los
ingleses por su parte hacen otro tanto con los
ricos. Han abierto escuelas y capilla á unos 300
metros de nuestra casa y desgraciadamente son
muchos los que mandan sus hijos á tales escuelas
y los que frecuentan la iglesia.
Por nuestra parte tenemos absoluta necesidad
de abrir algunas iglesias en las inmediaciones pa
radar á los fieles la mayor comodidad posible de
frecuentar las sagradas funciones y paralizar y
destruir si fuera posible, la propaganda protes
tante. Con este fin estamos construyendo dos
capillas, una á 800 metros de la parroquia y otra
á 10 km., en un lugar llamado Tres Puentes, y
esperamos que produzcan buenos efectos; pero
necesiíamos levantar al menos otras tres, porque
la ciudad se va extendiendo cada día más y los
protestantes aprovechan la falta de sacerdotes
é iglesias católicas para sembrar cizaña en nues
tro campo.
Ruegue al Señor para que se digne conservar
intacta la fe de este pueblo, y' bendiga á este su
afmo. hijo in Corde Jesu
M AGGIORINO B O R G A TELLO
Presbítero.
'F
— 143 —
(N. de la R.). E l 2 del pasado Febrero llegó
á Punta Arenas, acompañado por nueve misio
neros, Mons. José Fagnano, Prefecto Apostólico
de la Tierra del Fuego. L a última relación pre
sentada por Monseñor á la Congregación de Pro
paganda Pide daba el siguiente resultado de
nuestras Misiones en la Prefectura Apostólica
de la Patagonia Meridional y Tierra del Fuego:
Año 1886.
Católicos de todo el territorio . . . .
1500
P rotestan tes.....................................................1700
Salvajes por c o n v e r tir .................................... 6000
Escuelas c a t ó l i c a s .....................................
i
2
Capillas c a t ó l i c a s .....................................
Año 1904.
Católicos de todo el territorio
. . . . 29000
P r o te s ta n te s ...................................................37^0
Salvajes por c o n v e r tir ......................................500
Escuelas c a t ó l i c a s ................................ •
14
Iglesias c a t ó l i c a s .....................................
7
Capülas c a t ó l i c a s .....................................
7
De esta breve estadística se desprenden dos
cosas; que la casi totalidad de los salvajes está
convertida; y que ha aumentado considerable
mente la población de aquel país, en especial de
Punta Arenas. Y nuestros beneméritos Coope
radores pueden de aquí deducir que, es necesario
mantener cotidianamente tantas familias de
indios civilizados que, habiendo formado nuevos
pueblos á la sombra de las iglesias de la misión,
todo lo esperan de los misioneros, y también que
3S necesario defender y tutelar la fe de muchos
imericanos y europeos que continuamente in
migran á Punta Arenas y otras estaciones de la
Tierras Magallánicas.
Bendiga Dios las fatigas y sudores de nuestros
misoneros y mueva al mismo tiempo en su auidlio nuevos y celosos bienhechores de aquellas
santas Misiones.
tólico, podrá recompensarle, pero é. nosotros nos
toca hacer saber á todos sus hazañas apostólicas
para gloria de Dios y honor del esforzado hijo do
D. Bosco. ¡Que el Señor le conserve y le dé vida y
le haga dichoso en la tierra y después le conceda la
palma eterna del triunfo! '
De Santiago ¿ Lima.
Á mediados del año 1903 llegaba Mons. Costamagna á Santiago de Chile, de vuelta de sus
viajes á través del Ecuador. La prensa, insigne
admiradora de las eminentes virtudes religiosas
y sociales del Obispo Saesiano, después de sa
ludarlo y augurarle una larga y grata permanen
cia en la ciudad, le obsequiaba publicando su
retrato y algunas notas biográficas. Una que otra
figura de falsas divinidades, amuletos, lanzas,
ñechas, etc. sobre las que se erguía el busto de
Monseñor bañado en luz y flanqueado por dos
Ilmo. Sr. Costamagna, Obispo Sateslano.
ñ través del Ecuador
{Relación de D. Abrahán Aguilera).
1 brillo luminoso y simbólico de esa estrella que
campea en el escudo de sus armas como la
única esperanza de un corazón ajK»stóiico, el
tercer Obispo Salesiano, el limo. Sr. Costamagna,
se arroja animoso á la conquista de las almas.
Después que ha departido con sus hijos y sus her
manos de Religión, alentando á unos, instruyendo
í otros, enseñando á todos con su ejemplo, se va
in busca de otras almas, de otros horizontes en
que espaciar su celo. Los colegios, los conventos,
las parroquias, los hospitales, las cárceles y los asi
los han oído de su boca ¿¿labras de virtud y amor.
Dios solo, que conoce su celo y su espíritu apos-
V ic a rio A p o ctó llco d e M én d c* y G u * la q u lra (E cu ad o r).
hijos de la selva, simbolizaban la caída del reino
de las tinieblas en las regiones orientales del Ecua
dor, donde S. S. I. recientemente había estado pre
dicando á Cristo, luz verdadera que ilumina á todo
hombre.
Los Salesianos no fueron en zaga á los periódicos.
E n una hermosa Academia manifestaron el aprecio
y el cariño con que distinguen al que es sostén,
aUvio y decoro de Jpis Casas Salesianas de Chile.
Dos horas después remaba un silencio sepulcral.
Esa misma tarde comenzaron los Ejercicios Espi
rituales. ¡Días santos aquellos en que ese veterano
General, nos instruía en la sola táctica que da á
nuestras filas el honor de las falanges más antiguas
de la Iglesia militante 1
Á pesar del poco tiempo disponible, una visita
al Noviciado ora' dulcemente necesaria, tanto más
que allá le aguardaban 300 confirmandos.
S. E. quedó muy complacido de todos y de todo,
especialmente de la Academia. Dió mü parabienes
á los Superiores, Novicios y Aspirantes por el ade
lanto científico y literario que revelaban las com
posiciones en todo género de prosa y verso; pues,
á lo castizo do la dicción y ca’stigado del estilo,
habían sabido unir los aromas de la piedad y las
flores del bien decir.
En S. Luis de Macul y después también en otras
cuatro ó cinco partes de Santiago, confirió el Sa
cramento de la Confirmación á unos 1.500 indi
viduos.
Hasta la fecha, las H.H. de María Auxiliadora,
arrinconadas en un suburbio de Santiago, no ha
bían podido extender su acción benéfica hasta la
mente y el corazón de las jóvenes, sino en un cír
culo estrecho á sus aspiraciones. L a Virgen de
D. Bosco ha premiado finalmente la abnegación
y humildad do largos años.
Las Hijas de María Auxiliadora de Chile, ayu
dadas y sostenidas por el influjo del famoso Don
Miguelito, primer cooperador de nuestras obras
cu Santiago, conseguieron vender su desmantelada
casa y con el producto, y 10.000 pesos del Erario
y otras dádivas, compraron una quinta situada en
el populoso barrio sur de la ciudad, para construir
allí un elegante y magnífico establecimento con
todas las exigencias de la higiene y arquitectura
modernas. Ese edificio es hoy la « Escuela profe
sional de niñas » dirigida por las Hermanas de Don
Bosco.
Bendijo la primera piedra nuestro Mons. Obispo
ante una concurrencia inmensa.
Entre tanto llegaban los primeros días de Marzo,
época en que los estudiantes se recogen á las aulas.
Los de los dos Colegios que en esa Capital regentan
con tanto brillo los Salesianos, habían encontrado
en la presencia de Monseñor, un lenitivo á la pona
que naturalmente les acompaña en los primeros
días del año escolar. Pero la dicha, que nunca es
duradera en este destierro, desapareció muy luego
para ellos. El 10 de Marzo se encontraban en la
Estación Central unos 600 niños, para despedirse
del Padre, á quien tanto cariño profesaban en vir
tud de esa especie de fascinación que en todas par
tes se conquista Monseñor por la influencia de su
dulzura, nobleza y jovialidad. ¡Qué espectáculo
conmovedor el de esos centenares de niños, en cuyos
rostros aparecían el candor de la inocencia y la
sonrisa de la primera edad, volados por la tristeza,
batiendo en el aire sus blancas pañuelos, mientras
el tren les arrebataba un Padre !
Pero así lo exigía la solicitud universal que dis
tingue al Ilustre Mitrado, y cuyo paso por doquiera
es siempre tan fructuoso en pro del rebaño de Cristo.
A los pocos días, pues, nos encontrábamos en
Iquique, puerto tan necesitado de religión y en
donde ^^ouseñor Costamagna recogió copiosos frutos
del Triduo de S. José, que con su palabra elocuente
y salida del corazón quiso predicar á un numeroso
auditorio que ávido acudía á la Iglesia desde tem
prano.
Otro campo en que el Rdmo. Sr Obispo desplegó
su celo y actividad, íué la niñez que se alberga allí
en los Colegios de D. Bosco y de María Auxiliadora,
predicándoles un triduo en preparación al año es
colar.
Fácilmente se comprende lo importante de esta
labor que regenera la sociedad, de la que es ya el
limo. Monseñor Costamagna por muchos otros
títulos insigne bienhechor.
¿Y quién más hábil que él que tan profunda
mente conoce el corazón de la juventud, y que con
su sencillo lenguaje y manuales comparaciones,
habla á la inteligencia del joven, que insensible
mente se ve precisado á correr tras los encantos de
la virtud ?
Mas otra misión le llamaba á Tacna y Arica, de
donde había sido constituido Delegado con todos
los poderes de Pastor, por el limo, y Rdmo. Mon
señor Manuel Bailón, dignísimo Obispo de Arequipa
y íué, por lo tanto, preciso acudir pronto á pesar
de ciertos tropiezos de política, que mantienen á
esa porción del cristianismo bastante desequili
brada.
Las dificultades, empero, desaparecieron á su
paso por aquella fina prudencia que sabe armoninizarlo todo. Se verá, si no, por ios resultados.
Durante los pocos días que se detuvo allí para
confirmar, administró el Sacramento á más de
5.000 personas en Tacna, y como á 400 en Arica,
no sin haber tenido que hacer lo que suele Uamar
Catecismo A mbulante, paseándose á lo largo de la
alameda ó de las calles, para instruir á un grupo
numeroso de chicuelos que, atraídos por su afabi
lidad, se le acercaban para besarle el anillo ó en
busca de algún regalo ; y no sin haber tenido que
visitar los principales colegios de niñas, para invi
tarlas con su palabra convincente á recibir los
Santos Sacramentos, deshaciendo ciertos tristísi
mos sofismas que la mala fe les había inoculado.
Habiendo sabido que desde algunos meses el
ejército no cumplía con el precepto dominical, le
celebró misa de campaña bajo una tienda levan
tada en el fondo de la alameda, mientras las
bandas armonizaban sus acordes con las sonoras
aguas del Caprina y el agreste pero sublime y miste
rioso ruido de los árboles que rozaban sus hojas
mecidas por el viento. ¡Armonías de la religión !
¡ Poesía de Dios l
Inició, finalmente, una notable reacción religiosa
que proáteguirá sin duda bajo los auspicios de la
divina Providencia, ya que, en estas lentas evolu
ciones de la Sociedad, el consuelo de recoger no per
tenece al sembrador.
E n Arequipa gobiernan los Salesianos un impor
tante plantel de educación, instrucción é industrias
manufactureras y agrícolas. L a visita á este esta
blecimiento, íué el fin de otra escala en el puerto
de Moliendo.
Días de nuevas y grandes impresiones fueron
los que tan rápidos pasamos en la catóhca Are
quipa, la hermosa ciudad del ¿listi, cono vúlcánico
que se eleva á 3.500 metros entre el Chachan! á
diestra y el Pichupichu á siniestra.
Allí Monseñor íué re^bido por varios Sres. Cañó
nigos, un representante del Rdmo. Sr. Bailón y
— 143 —
otros distinguidos personajes del cuerpo guberna
tivo de la ciudad.
Habíamos Uegado precisamente en los últimos
días de Cuaresma, y nos cupo la bella suerte de
pasar la Semana Santa con los Arequipeños.
No hay para qué encomiar las hermosas proce
siones que gozan de bien merecida fama, ni para
qué detenerse en las funciones con que la Santa
Iglesia recuerda los misterios de nuestra Reden-^
ción. Sólo diré que el limo. Monseñor Costamagna,
tomó parte en ellas compartiéndolas con el Prelado.
Él se halló en las procesiones á cuyo término se di
rigió al inmenso gentío, haciendo votos poique
nunca inficionasen ese ambienté religioso, los aires
impuros del indiferentismo, de la duda ó la apatía;
él con Monseñor Bailón y los Canónigos, sir\*icron
la cena que llaman de los pobres; él ofició en el
Mandato y en la Pontificación del Sábado, que
dando sumamente complacido por la fe intrépida
y universal que con tanta justicia ha logrado á la
ciudad el honroso título de Roma del Perú.
Durante su permanencia en Arequipa, Monseñor
fué objeto de las más finas atenciones por parte del
Prelado, quien le obsequió un banquete, del Vene
rable Cabildo Eclesiástico y de varios Señores y
distinguidas damas de la Sociedad.
Asistió á la apertura de la Universidad y dió una
conferencia á los generosos cooperadores y coope
radoras de la Obra de D. Bosco. Poco después de
Pascua salimos de Arequipa y, tras días de feliz na
vegación, el 19 de Abril, entramos en el Callao.
Las fiestas de Mayo en Lima.
En los afueras de la ciudad y á regular distancia
del océano, en una finca que llaman de Breña,
existe un asilo sobre el que cierne sus alas el Angel
de la dicha para unos 350 jóvenes, cuya mayor parte
no tu\-ieran otro medio para proteger su honradez,
en los años azarosos de la lucha por la vida.
En el centro, como un nido entre el ramaje, se
yergue una capilla modesta y pobre, en cuyo co
mulgatorio se ve diariamente un crecido número
de niños, con las manos juntas, continente recogido
y cara angelical, esperando al que se quedó entre
los hombres preso de amor á la niñez. Esto dice que
ese asilo de la virtud es una casa salesiana. De allí,
del Sagrario sacan los Hijos de D. Bosco al estu
diante recto y firme en su ideas y al artesano hon
rado.
La dirección de este establecimiento, hasta hoy
casi único de su especie en la ciudad, está en manos
del activo é inteligente Sr. Don Ciríaco Santinélli,
Inspector de las casas salesianas de las Repúblicas
del Perú y de Boliria.
Monseñor tuvo aUí una recepción muy cordial
y tierna, con todo y ser medio im provi^da. Los
alumnos, dispuestos en dos filas ante la entrada
principal que da paso á la Iglesia, se arrodillaron
para recibir la bendición, después de haber echado
al aire entusiastas vivas al Sr. Obispo no bien éste
bajó del tren.
El altar de María Auxiliadora elegantemente
adornado, era un indicio y un preludio de la especial
piedad y grandes fiestas con que celebrarían las
glorias de nuestra celestial Señora.
León X III, ese sc^ en derredor del cual giraron
las lumbreras de una centuria, antes de ponerse,
refiejó sus últimas rayos en la cúpula del Santuario
de María Auxiliadora en Turín. Su Breve, en que
decretaba la coronación de este cuadro tauma
turgo, fué uno de los postreros lampos de su gloria
terrenal. Sólo fuera de las mezquindades de nuestro
globo, León X III podía liallar una corona digna de
sus sienes, y María ciertamente habrá sabido re
compensarlo en los reinos de su Padre.
Monseñor Costamagna. consagrado Obispo bajo
las arcadas de ese templo, venia á solemnizar en
Lima los esplendores de los nuevos triunfos do
nuestra R ein a: en América, no ya en Italia, porque
María quiso ser coronada en el punto central de la
línea del Vicariato Salesiano, por un Apóstol que
Ella misma eligió para propagar sus dominios en las
tierras de Colón. Él, efectivamente, bendecía- y
aprobaba las empresas de los Salesianos, entre ellas
la de levantar un hermoso Santuario á María Au
xiliadora ; la de poner una imagen de la misma en
todas la parroquias de la ciudad : la de organizar
comités de decurionas para distribuir el Boletín
y difundir el espíritu salesiano expuesto á ellas en
conferencias oportunas, etc... etc.
E l 17 de Mayo, esta efeméride trascendental en
los anales de nuestra P ía Sociedad, fué celebrada
como debía serlo.
Nota culminante fué la Conferencia dada por
S. S. I. á los Cooderadores Salesianos. Se halla
ron presentes el Exmo. Sr. Delegado Apostólico en
los Estados del Perú, Boh\’ia y Ecuador, Monseñor
Alejandro Bavona, el limo, y Rdmo. Mons. Dr.
Manuel Arzobispo de Lima, el Exemo Enviado
Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de la
República Argentina, Señor Arroyo, el Senador de
la República Dr. Nicolás B. Hermosa, el Dr. Carlos
M. Elias notable hombre de Estado y Diplomático,
el Dr. D. Pedro José Rada célebre orador del Con
greso Católico, Superiores de las Comunidades
Religiosas y muchísimos otros distinguidos caba
lleros y Señoras.
Su Excelencia dirigió la palabra al auditorio con
notable unción y acierto, recordando commovido
las grandezas y prodigios de D. Bosco, instrumento
de María para popularizar el glorioso título do Au
xilio de los Cristianos. Refirió algunos sueños de
nuestro Padre, haciendo hincapié sobre aquel en
que se dice : A l fenecer el siglo X IX y en los al
bores del X X todo el mundo dirá de nuestro
Instituto : el dedo de Dios está aquí. » Y realmente
hemos podido verificarlo ; pues, según la gráfica
expresión del Exorno. Mons. Delegado, esa diadema
colocada en las sienes de María, es una corona puesta
á la misma Congregación Salesiana que, de hoy
más, aunque joven institución, será reina por sus
conquistas en los campos del R ey inmortal de la
gloria.
Como corolario demostró la apremiante necesi
dad de desarrollar el Oratorio Festivo, expresión
hija de nuestros tiempos y preservativo contra el
envenenamiento de las masas populares, fuerzas
neutrales todavía en la juventud y que perderemos
sin la instrucción sana y religiosa. Los caUejeros,
los vendedores de periódicos, los holgazanes que
— 146 —
merodean en las plazas y paseos públicos, próximos
á ser envueltos en la marejada de los vicios, ¿no
llegarían á ser los bárbaros destructores de todo
orden y constitución social, á no tener un Dios que
los enfreno ? Pues bien, á eso tienden los Oratorios
Festivos, á poner á Dios en el corazón del pueblo.
Días después el Prelado diocesano d ir ija á Mons.
Costamagna un Oficio en que, aprobada y bende
cida la Obra de los Oratorios, la encomienda á la
caridad de sus hijos y termina a s í ; * Junto con mis
más fervientes votos por el completo éxito del
Oratorio Festivo, dígnese V. S. lim a, y Rdma.
aceptar la limosna de diez libras con que quiero
contribuir á su establecimiento. * ¡Ojalá tan noble
ejemplo sirva de estímulo á los gobiernos y al pueblo
cristiano de las Américas, hoy que tan necesarias
se van haciendo las obras de regeneración y ver
dadera filantropía !
El 24 á las tres de la tarde se sacó en procesión
la artística efigie de María Auxiliadora á lo largo
del extenso parque Colón, hermosísimo lugar de
solaz para los moradores de Lima. Mons. Costamagna, rodeado de numeroso clero, precedía las
andas, alternando la plegaria con los cantos que
ovacionaban á nuestra Generalísima.
Como recuerdo de estas devotas manifestaciones,
se distribuyeron centenares de hojitas con una
poesía del Rdo. P. Mera S. J.
Los horrores de la guerra y siete cantos
recreativos.
Al sur do Lima y á media hora de tren se encuen
tran los pueblos de Parrancos, Miradores, Chorrillos
y S. Juan.
De trecho en trecho aparecen los esqueletos de
un edificio ó los escombros de una choza para tes
tigos inconmutables de la destrucción y el paupe
rismo que acarrea el terrible monstruo de la guerra.
Hoy esos campos mustios y silenciosos parecen
llorar la pérdida de su esplendor. Un espíritu de
tristeza y luto, desgraciado habitador de esas co
marcas, con voz penetrante y lúgubre refiere al
transeúnte las historias de su penar.
Á un lado de las inmensas excavaciones que aun
subsisten, se levanta un mausoleo abandonado
entre las arideces de un arenal. Aumenta á veces la
lobreguez, el amor de una lumbre mortecina que
talvez encendió la angustia de una madre, de una
esposa ó do una hija, para mitigar su duelo y alen
tar sus esperanzas en el misterio de la tumba. Ahí
yacen también mis compatricios chilenos sin que una
lágrima los compadezca ni una plegaria los alivie.
lO hl Dichoso el que puede cavar su hoya bajo xin
sauce de la patria y mezclar sus cenizas con el polvo
del hogar I
Entregado estaba yo á semejante meditación,
cuando la máquina se detiene y se me anuncia la
bajada. Pie al andén y en marcha. En breves mi
nutos llegábamos con Monseñor al Colegio de las
Hermanas de los SS. CC. establecidas en Barranco.
Las Superioras y las alumnas en menos que se
dice comenzaron en obsequio al ilustre huésped,
una linda diversión que dió origen á las siete últimas
composiciones musicales de Monseñor.
Hechas para los colegios, son eminentemente
educativas. Á la vez que la música marcial ofrece
al niño una diversión amena y muy propria de su
edad, la letra les señala los senderos del deber en
los ejemplos que propone. ¡Cuántos de nuestros
alumnos conocerán así los hechos de nuestro Padre
y la vida de los Savios y Magones! ¡ Cuántas veces
se sentirán inclinados á imitarlos i
Otra misión les está reservada á estos cantos:
la de suplantar ciertas canciones populares nada
religiosas. Algo de eso se ha visto y a en el Callao,
endonde de vez en cuando se oía cantar por los
muchachos de la calle una cancioncita á D. Bosco.
Espera y más espera.
Había pasado Mayo con sus encantos y Mon
señor debía emprender nuevamente su viaje con
rumbo al Ecuador, pronto, en el primer vapor que
saliese con rumbo al norte. Pero un huésped sinies
tro é importuno nos detuvo.
L a bubónica se desarrolla en el Callao y nos in
comunica con el exterior. E l pánico, la consterna
ción de los habitantes fué atroz. No se respiraba
ni se comía sin temor de tragarse uno ó dos bacilos
por lo menos, y el que dormía talvez soñaba con
bubones.
Afortunadamente, debido al clima, á las pre
cauciones del Gobierno ó que sé yo, la peste no
hizo los estragos que se temían, de modo que muy
pronto un decreto supremo habilitó el puerto
para el comercio.
Entonces nos vinimos al Callao para estar listos
á partir en el primer vapor que tocase en Guaya
quil. ¿Quién lo creyera ? Pasó un mes, pasaron dos
y tres y ni asomaba un rayo de esperanza ! Los guayaquileños no recibían busques procedentes del
Perú. ¿Por miedo de que por malignos les lleváse
mos guardado en los bolsillos algún bacilo ? Por
enemistades internacionales? Por desquite? Y o no
sé, ni me importa saberlo. Ello es que nuestro
itinerario se trastornó, y, á no intervenir la Provi
dencia en nuestra causa, todavía estaríamos en el
Callao esperando contra la esperanza, resignados
á vemos nacer canas antes de partir.
Dije esperando contra la esperanza, porque la
Junta de Saninad del Guayas, desde |Mayo á esta
parte, aun no ha suspendido el decreto que prohibía
la entrada de los vapores que hubiesen tocado en
Perú. Antes bien, ha duplicado sus esmeros y puesto
cordón sanitario hasta en la raya que marca los
límites con su desgraciado vecino, hoy con más ra
zón que nunca, porque esa maldita peste en estos
días ha vuelto á ensañarse contra los peruanos.
Con todos los decretos y á pesar de todos los cor
dones, nosotros hemos entrado dos meses ha. ¿Có
mo? Lo veremos en seguida. No adelantaré la mar
cha de los sucesos porque nos falta ver cómo en las
economías de la Providencia el contratiempo de las
esperas tuvo sus fines y sus ventajas.
No hay mal que por bien no venga.
Una casa santificada por el paso de un santo
salesiano es la que posee nuestra Congregación en
el Callao. E l P. Sani (q. e. p. d.) inmoló allí su vida
en aras de un trabajo que logró restablecer en parte
el espíritu cristiano lastimosamente decaído en ese
puerto. Á su tiempo hablará de él la Biografía.
Este Colegio está presentemente bajo la sabia
dirección del Rdo. P. Luis Quaini, cuya labor y
empeño serán sin duda coronados con éxitos hala
gadores.
Este y otro establecimiento para niñas que allí
regentan las HH. de María Auxiliadora, gozaron la
dicha de tener á Monseñor durante los tres meses
de espera : aquél para consuelo y edificación de
los Hermanos, y éste para su sostén. Sí; para su
sostén, y a que, á no mediar la prudencia y activi
dad de Monseñor, dos hipotecas, que con intereses
ascendían á 8.000 soles, hubieron talvez acabado
con esas aulas en que la mayor parte de las niñas
del Callao se instruyen y se educan en las prácticas
de la mujer cristiana.
1
Habiendo notado Monseñor que las Hijas de
D. Bosco carecían de un manual litúrgico que las
guiara en lo tocante á funciones eclesiásticas, de
terminó escribirles un libro titulado : Brevi Istruzioni alie Figlie di María Ausiliairice circa le sacre
funzioni; canto ecclesiasHco e le preghiere. E n veinte
días y algunas vigilias el libro estaba pergeñado.
E l Can. y Strio. de la Vicaría General de la Dió
cesis de Guayaquil, Dr. Félix Rousilhe, encargado
del examen y censura, en el informe péisado al Pro
vicario Can. Adolfo Corral, se expresa a s í :
« Confieso, Rdmo. Señor, que pocas obras litúr« gicas han tenido como la presente, el privilegio
« de edificarme, instruyéndome al mismo tiem po;
* pues que, el limo, y Rmo. Monseñor Costamagna
« ha sabido hacer pasar á la par que compendiar
<' de un modo claro y preciso las principales ense« fianzas de los mejores autores de S. L itu rgia ; y
« estimo que ese pequeño libro será de grande uti<- lidad no solamente para las Hijas de María Auxi« liadora á quienes está dedicado, sino para todas
« las Comunidades religiosas, que siempre se han
« distinguido por el orden, aseo y religiosidad con
<• que han velado por el decoro de la casa de Dios.
« y para todas las personas que tienen á su cargo
< el cuidado de las iglesias. Los mismos venerables
• Sacerdotes, á quienes no pocas veces se les ocup rren dudas sobre algunos puntos de la S. L itu rg ^
* y no tienen tiempo suficiente para consultar obráis
♦ de mayor extensión, encontrarán con prontitud
« una solución satisfactoria en estas Breves Ins~
« trucdones. »
Varios establecimientos públicos también logra
ron en estos días una visita del Obispo Salesiano.
Entre otros el Hospital, la Escuela Correcional de
niños, la Cárcel de mujeres y la Penitenciaría, donde
confirmó á unos 30 presos. * ¿Sabéis, decía á estos
últimos el celoso Pastor, sabéis por qué os despe
ñasteis en el abismo de la maldad ? Porque no ha
bíais recibido aún los carismas del Espíritu Santo
que, de cañas fiexibles que erais, en este instante
os acaba de tom ar fuertes como el roble secular.
Justamente la cólera divina en su misericordia os
ha tirado á estos antros porque vuestra salvación
era imposible, si el sufrimiento no venía á hermo
sear los postreros años de vuestra vida con la gracia
y la virtud de Dios, tal como adorna la flor las grie
tas de un muro decrépito. *
Y esos hombres (que pasaban de 300) do cutre
el ruido monótono de las esposas y los grillos,
oyeron la voz de Dios que les llamaba á penitencia.
Aquel día se clausuraron las misiones dadas por los
dignos Hijos de S. Francisco con la comunión de
todos los encarcerados.
•
Durante los últimos sucesos de Roma.
Entretanto la Historia del Papado agregaba á
sus dominios el Genio de León X III y la dinastía
del Rey virgen esperaba un sucesor en el que es hoy
Pío X.
E n esos duelos y en esos goces de la cristiandad,
en las alternativas del temor y la esperanza, Mon
señor se mostró siempre hijo el más amante y atento
de la Iglesia. Pedía muy á menudo informaciones
sobre los asuntos del Vaticano y cumplió con fineza
sus deberes diplomáticos ante la Delegación Apos
tólica de Lima.
{Se continuará).
Cas Sras filomena y teresa Rinaldl.
,EA paz eterna á las almas piadosas de D.*
Filomena y D.* Teresa Rinaldi, muertas en
el ósculo del Señor, la primera en Turín el dfa
II del pdo. Marzo y la segunda en Lu del Monferrato el 14 del pdo. Abril.
E l Señor ha visitado con esta doble desgracia
á nuestro amadissimo padre D. Felipe M. Ri
naldi, Prefecto General de nuestra Sociedad
quien, hallándose en visita por las Casas Salesianas de España, no ha tenido siquiera el con
suelo de despedirse de sus queridas hermanas y
bendecir su féretro: de lo íntimo del alma le
acompañamos en su justo dolor y nos unimos
á él para pedir descanzo eterno á las finadas.
Nos consuelan la piedad, la caridad y las sin
gulares virtudes que adornaron su vida, asi como
el amor que demostraron por la Obra de Don
Bosco.
A nuestros Cooperadores pedimos el tributo
de sus oraciones en sufragio de tan cristianas
señoras, también como testimonio de afecto y
gratitud á nuestro amado Superior.
R. I. P.
A
lin
® R A C I AS
de María Auxiliadora
‘©i
JVós tenemos la persnasiófi de que, en las vicisitudes dolorosas de los tiempos
que atravesamos, no nos quedan más consuelos que los del Cielo, y entre éstos,
la poderosa protección de la Virgen bendita, que fu é en todo tiempo el Auxilio
de los Cristianos.
Pío X.
U na g ra c ia s m ás.
Un año hacía que una hermana mía había con
traído una afección al corazón llamada « peri
carditis », sin que los esfuerzos de varios médicos
consiguieran resultado ninguno satisfactorio'; por
el-contrario la enfermedad progresaba cada día
más, causando la angustia más terrible en medio
de la familia, en vista del estado desesperado de
la paciente. Varias veces habíamos acudido á la
Santísima Virgen por medio de novenas, sin em
bargo faltaba aún invocarla bajo el título de
« Auxilio de los Cristianos », y bien se deja no
tar que esto esperaba María Santísima, para mo
verse á compasión de tanto sufrimiento. El Rdo
P. Joaquín Spinelli, sacerdote salesiano, invitó
á la enferma á hacer un triduo á María A u xi
liadora, prometiéndole tet'minar con una comu
nión, publicar la gracia y recibir la bcnedición
de la Santísima Virgen bajo este titulo. N o bien
hubo terminado el triduo, la que por tanto tiempo
había sufrido se sentía completamente buena, y
goza hasta el presente de perfecta salud. Sean
pues, dadas mil y mil gracias á María A uxilia
dora; sea por siempre bendecida la que es verdaderíunente %Salud de los enfermos ».
Jo s é A n t o n i o M e r a
Paccha, (Ecuador) Mayo
Pbro.
de 1903.
María salva
á un niño de una muerte segura.
Ibamos el 9 de Setiembre en romería al Quinche
en donde se venera una imagen milagrosa de
Nuestra Señora. El caballo de uno de los niños
que nos acompañaban resbaló y cayó en un
caminito angosto en cuyo borde se desprendía
un precipicio hondísimo y escarpado, cuya sola
vista horripilaba. N a tuvimos tiempo de dar la
voz de atento al niño, cuando vimos rodar en
el precipicio el caballo con su jinete. Á mí me
faltó la palabra, y pálido como la cera, invoco
con todo mi corazón á la SS. Virgen para que
no permitiera una horrible desgracia que podía
acarrear funestas consecuencias para el Colegio
mismo.
Sólo la SS. Virgen podia salvarnos, porque
humanamente hablando era del todo imposible
que no se precipitara el caballo hasta el fondo
arrastrando consigo el niño haciéndolo pedazos
al estrellarse contra las peñas.
Mas ¡oh bondad de María! ¿Cuál no fué nues
tro estupor y sorpresa, cuando vimos detenerse
el caballo, y ai niño agarrado á unas ramas? Ha
bía soltado ya los estribos, y se encontraba sano
y sa lv o : caballo y caballero remontaron la escar
pada ribera por donde habían rodado sin ningún
daño, á excepción de un formidable susto.
No puedo menos que reconocer en este acon
tecimiento la protección de la SS. Virgen A u
xiliadora que acude en favor de sus devotos.
Ojalá que la publicación de esta gracia en
cienda en los que la leyeren, una tierna devoción
á la augusta Madre de Dios.
G u id o
Rocca
P b ro .
Quito (Ecuador) 38 Octubre de 1903.
Salus iofirmorum.
La Virgen Santísima, madre de gracias, siem
pre escucha los ruegos de los que de corazón
la invocan.
E n el pasado diciembre, mi anciano padre,
cayó enfermo de reumatismo y atacáronle tales
dolores, que se vió obligado á dejar sus ocupa
ciones y guardar cama por mucho tiempo.
Pasaron casi de» meses y después de muchos
— 149 —
remedios, no se notaba ninguna mejoría en el
enfermo.
Confiando en el poder de la Virgen Santísima
y seguro de alcanzar la salud á mi padre, em
pecé una novena, prometiendo publicar la gra
cia de la curación en el B o l e t í n S.\ l e s i a n o .
La Santísima Virgen escuchó mis ruegos y
pronto vino en nuestro auxilio; papá comenzó
á mejorar, pudo levantarse y en acción de gra
cias, se acercó á los S. Sacramentos.
Presentemente goza de buena salud, pudo vol
ver á sus ocupaciones y se conserva muy agra
decido hacia la Virgen Auxiliadora.
Cumplo muy gustoso con mi promesa, dando
gracias á tan buena Madre por el favor recibido.
L o r e n z o F i o r i t o - Salesiano.
Buenos .Aires - Marzo to, 1905.
El año pasado en el mes de Junio, me vi grave
á consecuencia de un mal alumbriamento, por lo
cual llamaron á los mejores médicos del lugar,
quienes' esperaban mi muerte de un momento
á otro. Como la noticia de mi próximo fin
corrió en la población llegó á oídos de varias
personas amigas, quienes se tomaron interés
por mi salud é hicieron promesas á María A u
xiliadora para que me librara de la muerte pro
metiendo publicar la gracia.
Esta Divina Madre oyó la súplicas y me
dió la salud que tanto deseábamos. Ahora
cumplo la promesa de publicar el favor y
doy infinitas gracias á nuestra Madre Auxilio
de los cristianos.
T eresa
de
C a s t il l o .
Masaya (Nicaragua) 24 de Mayo de 1903.
Gloria eterna á María Auxiliadora.
Tenía á mi servicio una jovencita llamada
Aurea R odríguez; el 3 de Junio de 1903 se
.sintió atacada repentinamente de un agudo do
lor de estómago, que á los pocos momentos
la puso al borde del sepulcro. El Dr. D. Ro.sendo Chamorro, que vino á verla, la encon
tró muy grave y dijo que probablemente se
moriría aquella noche. Viéndola yo sufrir ho
rriblemente y que ningún alivio le daban las
medicinas, se las suspendí, puse á su cuello
una medalla de María Auxiliadora y una re
liquia de lo santa Casa de Loreto, le di á
tomar un poquito de aqoa de-Lourdes y le
pedí fervorosamente á la Sma. Virgen la sal
vara, prometiéndole publicar el favor,
María .Auxiliadora se dignó escuchar mis
ruegos, pues la niñita se quedó dormida tran
quilamente , y á las seis de la mañana se
despertó con un pioquito de dolor que le desa
pareció una hora después, quedando entera
mente sana.
Cumplo hoy, aunque tarde, mi promesa
á iá
dando por medio de estas líneas un público
testimonio de imperecedera gratitud á nuestra
poderosa y dulce Madre María Auxiliadora.
E m il ia
N uñes
de
S olorzano.
Masaya (Nicaragua) 16 de Enero de 1905.
María todo lo puede.
En el mes de Julio del presente año, fui
llamado á asistir á un herido á 5 leguas de esta
población. Dicha herida la hubo, al momento
de sacar un revólver, yéndosele el tiro y abrién
dose el muslo izquierdo cerca de la ingle.
El día que fui llamado, habían transcurrido
veintitrés días del suceso. El herido tenía un
dolor muy fuerte en la herida, de intensidad
tal que no le dejaba un momento en calma.
Hice la curación de la herida y de una ma
nera inesperada, como á la hora de haberla
hecho, se me presenta una hemorragia fulmi
nante, la cual en pocos minutos, puso en peligro
la vida del paciente. Hice todo lo que estuvo
á mi alcance por cohibir la hemorragia, sin re
sultado ninguno; acudí á María Auxiliadora
rezándole una salve y ofreciéndole publicar la
gracia en el Boletín Salesiano, siempre que se
cohibiera la hemorragia. No bien había hecho
la petición, cuando á los pocos minutos quedó
cohibida completamente, podiendo incontinenti
mandar por medicinas á la población. A gra
decido á tan excelsa Madre cumplo mi promesa,
haciendo pública esta gracia, dando infinitas
gracias á la Virgen del inmortal D. Bosco.
Pedro
P r . G im ó n
F.
Pao de Barcelona (Venezuela) 13 de Julio de 1903.
Viva María Auxiliadora.
Habiendo azotado en este año la terrible
epidemia de la viruela á nuestra República de
Venezuela y habiendo invadido repentinamente
la población donde resido, me sobrecogí de
temor al ver que tanto mi persona, como los
demás miembros de mi familia no e.stábamos
vacunados ni había linfa con que hacerlo. R e
currí á la Poderosa Reina de los cíelos, bajo
el consolador título de Auxilio de los cristia
nos, á fin de que nos librara de la peste, ó á
lo menos que viniera la tan deseada Unía para
efectuar la vacuna. No esperé en vano, á los
veinte días de mi petición vinieron de Caracas
siete tubitos, con los cuales pudimos salvarnos
la mayor parte de la población. Debo advertir
que durante la epidemia, tenía que, en ejerci
cio de mi profesión, asistir á varios variolosos,
antes de haber venido la linfa vacuna, no ha
biendo sido infectado por tan terrible enferme
dad, que á cada paso trataba, gracias á la po
derosa protección de María Auxiliadora, á la
que me había encomendado; por lo que agra
decido, doy gracias á tan bondadosa madre y
al mismo tiempo hago pública esta gracia para
que todos acudan con fe á la que es madre
de todos los cristianos.
P e d r o P r . G im o n F .
niendo todos la alegría de ver desaparecer la
enfermedad.
Sea esto, pues, á la vez que una acción de
gracias á tan cariñosa Madre, un testimonio de
su protección á la Sociedad Salesiana.
Ju a n
Ba u t is t a F e r n a n d o S á n c h e z .
E l Viso (Córdoba) 9 de Agosto de 1904.
Pao de Barcelona (Venezuela) 9 de Dbre de 1904.
U n a gracia de M aría.
¡Cuán buena es M aría i..,
En el mes de Octubre se me agravó una niñita
con una maligna pulmonía y llegó á ta l peligro
Á la edad de dos años, á causa de
cuido caí víctima de la terrible en- •
fermedad de la hernia. Todos los es
fuerzos de mis padres en buscar
m dicos y medicinas fueron inútiles;
sólo quedaba la esperanza, se g ú n ,
decían los facultativos, de que con
mi desarrollo, se cerrara la herida.
En esta triste situación cumplí los
catorce años teniendo que llevar un
braguero que me molestaba mucho.
En 1900, (estando yo en el Sem i
nario) llegaron á esta ciudad de La
Serena los Salesianos á fundar el .
Colegio que lleva el nombre de
León X III, y como estos dignos hijos
de Don Bosco, lo primero que hacen
es dar á conocer A María Auxiliado
ra, llegó también A mis oídos el eco
de las numerosas gracias que conce
día A sus devotos.
El nombre de María Auxiliadora,
fué para mi el iris de esperanza. Me
dirigí, pues, á la Iglesia, hice la '
Santa Comunión y lleno de confianza
me dirigí A la Celestial Madre; Ma
ría, A uxilio de los Cristianos, rue
ga por mí, alcánzame la salud y
me haré Salesiano. ¡Oh poder de la
V irgen!... Decirlo y quedar in.stántaneamente curado fué la misma
cosa.
Ya estoy cumpliendo mi prome
sa, habieitdo sido ailmitido en el
Noviciado Salesiano de San Luis de
Mucul.
des
A i .k j a n d r o G a l e n o C o r t a s .
Sniuiogo de Chile 31 de Enero de 1905.
Hendida sea M aría Auxiliadora.
Nietheroy (Brasil) — Percfrlnaje de las madres cristianas
al Monumento de María Auxiliadora.
Hallábase mi única hermana M.
Soledad enferma, con tan graves
ataques al corazón, que el médico le daba muy
pocas horas de vida. Cuando la ciencia declaraba
su impotencia, y nadie en la tierra podía favo
recerme. un Boletín Salesiano, que á la vista te
nia, me sugirió la idea de que con itada obli
garía niAs á la Santísima Virgen, á que me
concediera una gracia tan grande, cual era la
salud de mi hermana, como haciéndome coope
rador Salesiano
Con esta promesa y la de publicar lá gracia
en el Boletín, para gloria suya, empezé la no
vena, que en él se prescribe. El último día de
la novena mi hermana abandonaba el lecho, te
que ninguna medicina humana la mejoraba ; cada
día aumentaba el peligro. No teniendo esperanza
de vida, corro y me postro ante una imagen de
María y con gran fe le pido me devuelva la
salud á mi hijita, prometiéndole si me concedía
la gracia dar una limosna y publicarla en el Bo
letín Salesiano. H oy cumplo con lo que ofrecí, pues
la niñita esta tan restablecida que parece que
nunca ha estado enferma. ¡Viva María Auxiliadora!
S im ó n A r é v a l o .
Masaya (Nicaragua) Noviembre 5 de 1904.
— T«;i —
Agradecimiento á Maria.
Hallábame desahuciada de cuatro médicos y
muy próxima á un desenlace doloroso. En tales
circunstancias una esperanza vino á arrullar las
horas amargas de mi congoja: Maria A uxilia
dora, que^ jamás desatiende las plegarias de sus
devotos. A E lla me d irig í; en E lla deposité mi
confianza toda y no fueron ineficaces mi humildes
ruegos.
Durante la novena que hicimos á la Virgen,
empecé á sentir alguna m ejoría; después de al
gunos días rae sentí llena de vigor y fuerzas.
Y ahora cumplo lo que prometí, de publicar el
favor obtenido y hacerme cooperadora.
A Maria, pues, con toda la efusión de mi alma
elevo un himno de agradecimento.
D o l o r e s R . d e B.^^r r o s .
Mendoza (República Argentina) Febrero 19 de 1905.
Dan también, con toda la efusión de su alma, gracias
á Alaría Auxiliadora y envían una limosna:
Almácera ( Valencia-España) — Manuela Peris
Torres^ por un favor especial obtenido de la Sma.
Virgen Auxiliadora.
Asunción (Paraguay)— G. Znbizarreta, hace pú
blico su agradecimiento á Maria Aux. por haber
recobrado la salud.
Barcelona (España) — J . R . S., por una gracia
obtenida. — C. M. J . Hacía catorce meses que
venia padeciendo de un pié y ningún remedio me
daba alivio ; empecé una novena á .María Aux. pro
metiendo hacer celebrar dos misas. Obtenida la
gracia, cumplo lo prometido. — Una Cooperadora:
Teniendo una hermana ^ferm a acudí á María Aux.
prometiendo hacer una novena y una misa; con
seguida la gracia, cumplo agradecida la promesa.
Cañuelas (Argentina) — Una devota; Atacado mi
señor padre por una enfermedad, pedí á Maria Aux.
concediera al paciente la salud, lo' cual esta buena
Madre me concedió, pudiendo notar una asombrosa
mejoría en el doliente. En agradecimiento hago
pública la gracia.
Carabanchel Bajo (.Madrid) — María Vigodet v.
óe M .: Estando mi anciana madre gravemente en
ferma de una pulmonía , recurrí á Maria Aux. y
empecé una novena. El mismo día cesó la gravedad
y al poco tiempo se encontró restablecida. Como
lo prometí hago pública la gracia.
Cartagena (Colombia) — Eva S. de Escobar: tenia
enferma una niñita de tres meses: acudí á Maria
Aux. y al presente está del todo restablecida’. —
Francisco Pacheco: Vuelvo á dar gracias á Maria
Aux. por un nuevo favor obtenido.
Chacay Melchúe (Argentina) — M. Amalia C. de
Conireras: Encontrándose mi esposo enfermo de
Un dolor al costado izquierdo, ofrecí á Maria Aux.
Una limosna y publicar la grada, sí mi esposo sa
naba. Obtenida la gracia, cumplo gustosa lo pro
metido.
Fuente la Higuera (Valencia-España) — Ana Ma.
Torres Casatiova, por varios favores recibidos.
Gerona (España) — J . y C. Hallándose nuestra
hermana con una peligrosa enfermedad, acudimos
con nuestra hermana á Maria Aux. y prometimos
publicar la gracia: restablecida ya la enferma cum
plimos la promesa.
Granada (Nicaragua) — Feliciana Guerra: M»
querida madre Juana G. Monterrey sufrió una he
rida en la mano derecha, y como presentara sín
tomas alarmantes que ponían en peligro su exis
tencia, ofrecí á la Virgen una llmo.sna y publicar
la gracia si sanaba mí madre. Obteniila ya, cum|)to
gustosa lo prometido.
Ibídem — Josd A . Bolaños, Esilda v. de Arg&eUo,
Femando Silzm y Rosa Araz dan gracias á María
Aux. por favores recibidos.
Málaga (España) — M. Garría S. En varias en
fermedades me encomendé á Maria Aux. y esta
buena Madre escuchó siempre mis plegarias.
Masaya (Nicaragua) — Juana M. de Velázquez:
Ana Velázquez, después de pasados varios años de
sufrir dolores de estómago ha obtenido la salud
por favor de la Sma. Virgen Aux. Cumple con su
promesa.
Ibidem — Emilia de S-ilórzano da gracias infi
nitas á María Auxiliadora por haber salvado de la
muerte á su hermana Olimpia de Arguello, que se
encontraba grave á conseguencia de un alumbriamiento prematuro.
Montalvo (Cuenca-España) — E. G. Coop. Sal.
En nuestra villa se habían dado varios casos de
viruela, que á causa de la falta de condiciones hi
giénicas, amenazaba invadirla toda ella. -Acudí con
una novena á María Aux.; Ella escuchó mis ruegos
y yo hago pública mi gratitud á tan buena MadreMontevideo (Uruguay) — Clconisia Marín de D e
Aíaria: El mes de Enero p. p. una gravísima en.
fermedad me tenia postrada en cama. En medio de
crueles dolores, me encomendé con toda confianza
á María -Aux. prometiéndole j)ublicar la gracia. A l
canzada la curación y agradecitia á las bondades
de María, Imgo público el favor.
Montílla (Córdol)a-Españn) - M. A . V.
.-Ha
biendo recibido una gracia cspi-cial de María Aux.
para una sobrina mía, doy de ludo corazón gracias
á María Aux.
Orense (España) — Elisa G. M., por haber re
cibido de María Aux. un favor especial.
Val de Colmenares de Arriba (Cuencn-España)_
E l niño Severiano de la Torre sanó de una grave
tuberculosis por intercesión de Maria Aiix. — Vi
cente Martínez acudió á María Aux. para alcanzar
que su hijo se librase de quintas y lo obtuvo -Una Coop. Sal. obtuvo de María Aux. librar de las
garras de la muerte á una hija suya ya desahuciada
por I0.S médicos — N . N.: Estando un hermano
mío sin esperanzas de vida, acudí con toda con
fianza á María Aux. y su curación fué completa.
En agradecimiento hace .público el favor.
Valencia (España) — M. O. Hacía dias que me
hallaba postrado en la cama con fuertes calenturas
sin que pudieran los médicos combatirla por ignorar
la causa de ella. Una buena persona amiga y de
vota de Maria Aux. hizo una novena por el en
fermo, prometiendo publicar la gracia. Ésta 00 se
— 152 —
hizo esperar, y conocida la. causa de la fiebre, á los
pocos días el enfermo se halló completamente sano.
Gracias sean dadas á María Auxiliadora.
Vélea Rubio (Almería-España) — E l R .D . Pedro
Caballero Pérez da gracias á María Aux. por favores,
recibidos.
Vinces (Ecuador) — Reinaldo Villata CeL Sal.
El 27 Octubre p. p. me acometió por la noche una
terrible colerina que crei era llegada mi postrera
hora. Viéndome solo y sin auxilio humano, invoco
de corazón á María Aux. suplicándole me aliviara
ó al menos no permitiera que muriese sin los S.
Sacramentos. María oyo mis ruegos. El 8 calmó
la enfermedad, y el 9 pude ya dedicarme á mis
ordinarias ocupaciones. Sea siempre bendita María
Auxiliadora.
X** en Galicia — Maria N , doy gracias á María
Aux. por haber sido atendida en dos necesidades:
la I» por haberme proporcionado recursos que con
urgencia necesitaba: la 2^ por haberse resuelto con
satisfacción un asunto difícil pendiente tiempo liada.
Agradecida hago público el favor.
Súplica á María Aux.
Una Señora de Carabanchel {Madrid) se reco
mienda á las oraciones de todos los lectores para
conseguir de María Aux. un favor especial.
*>cia>o<3c><><co2><>ci>c.aí3><><car>o<zoz><><a><3E><><cí><2j^><><rtr><>cj>cs:><>c3r><><ai><><3}i><><3r^
RÓNICA S A L E S I A N A
ROM R
El vigésimo aniversario de la Obra de D. Bosco
en la Ciudad Eterna.
Último domingo de M ayo, vigilia del
mes del S. Corazón, el Asilo del S. Co
razón de Jesús en el Castro Pretorio de Roma
entonó al Señor el himno de la alegría y
acción de gracias por el bien obrado durante
sus cinco lustros de vida. En ocasión de esta
solemnidad, hubo reunión de antiguos alumnos
y una modesta exposición de los trabajos de
aquellas escuelas profesionales. — Creemos del
agrado de nuestros lectores dar algunos dalos
de la fundación de esta importante instituto.
El enorme desarrollo que en estos últimos
años han tomado los barrios altos de Roma, y
especialmente el del Castro Pretorio, se debe
A la actividad y desinterés del limo. Sr. Merode que dió principio A la Calle Cesarinl,
llamada después Via Nazionale y la instala
ción del grande surtidor de agua que Pío IX
bendijo poco días antes de los tristes sucesos
del 20 do setiembre del 1870, precisamente
••n el lugar donde más tarde se edificó la
luenie de las Termas. Este desarrollo fué pre
coz y bien pronto se echó de ver la necesidad
de una parroquia y escuelas que ayudasen en
la instrucción de las almas á las parroquias
de Sta. María de los angeles, Sta. María la
Mayor, S. Benito y S. Lorenzo extra-muros.
El ilustre y piadoso P. Ludovico da Casoria,
como narra el Card. Capecelatro en su vida,
ideó y se dedicó con ahinco á la edificación
de este centro espiritual, con la bendición y
el sostén del angélico Pío IX . Pero imprevistas
dificultades se opusieron á la obra del santo
sacerdote, á quien Dios destinaba como campo
de trabajo otro barrio de la ciudad eterna,
donde está la Alameda de Manzoni. El Augusto
Pontífice León X III (d. s. m.) se dignó en
tonces encargar á Don Bosco, que ya había
hecho hablar de sí por los prodigios de su
ardiente caridad, la obra interrumpida, esto es,
la edificación de un templo al S. Corazón de
Jesús como voto internacional al Redentor.
D. Bosco con ánimo intrépido tomó á
cargo
la obra, con aquella ilimitada confianza que en
su corazón de apóstol infundía la voz del Vi
cario de Jesucristo.
El templo se levantó digno de Roma, gra
cias á la benevolencia de los Soberanos Pon
tífices Pío IX y León X I I I , á la caridad de
los Cooperadores .Salesianos y al celo infati
gable de D. Bosco y de sus hijos. El suntuoso
templo es hoy parroquia , centro y asilo de
las almas y consuelo de muchos corazones.
Pero aun la obra no estaba completa; era ne
cesario establecer en Roma á la sombra del
S, Corazón de Jesús lo que en Turín crecía
y prosperada á la sombra de María Auxilia
dora. Y el consorcio del estudio con el tra
bajo, de la pluma con el cincel,.de la escuela
con el taller se realizó también en Roma,
centro de la armonía social. No le faltaron
por cierto adversarios á este nuevo asilo, pero
— 153 —
los amigos fueron los más, y los más reporta
ron la victoria.
Este año, que marca el vigésimo quinto de
su fundación, se ha querido demostrar á los
tenaces amadores de la Obra Salesiana, que
no han errado al escogerlo como objeto de
su caridad, y que gracias á sus favores y al
impulso que le han dado, hoy existe en la ca
pital del orbe una obra eminentemente social,
nacida en la mente de un hijo del pueblo y
por él realizada entre los aplausos y con el
auxilio de los buenos, que ha dado y seguirá
dando copiosos frutos de bendición y de paz.
SARRIÁ (B a r c e l o n a ). — Nos escribe, con el buen
humor de siempre, nuestro Ismael S. la siguiente
relación de dos solemoes fiestas celebradas en aque
lla casa.
Pero hombre ¿es posible que no hayan llegado
hasta V . los rumores de las ñestas que aquí nos
hemos pasado? Tengo para mí que una de dos:
ó V. está algo asordado ó le pasa á V . como á
mi que me llega una carta hoy y la abro (se en
tiende por conmemorar el hecho; el día de la oc
tava. No haga V . tal con estaque ahora le mando;
pásela V . corriendo los ojos, y désela V . al cajis
ta, pero escapado; que quiero que salga pronto
en letras de molde. Que no se puede V . figurar lo
qué á mi me place el ver en letritas de molde
estos borronazos que yo escribo y que me parece
mentira que luego vayan á pasar tantísimos ojos
por encima de ellos.
Y me gusta además ser muy corto: porque
créame V .: cuando leo una crónica de fiestas y veo
que empieza por decir que si el sol salió rutilante
y esplendoroso , que si las rosas parecían abrirse
(y ¡qué se han de abrir ni cerrar 1), que si los pin
tados pajarillos (¡Dios bendiga al primero que los
pintó y al segundo que los creyó pintados)... ¿sabe
V. qué hago yo entonces? Pego un salto fenome
nal con los ojos, miro quien firma la tal crónica,
ciérrola y exclamo al tanto ya de todo: ¡Enlerados¡
Prefiero la chispa á mucha retórica ; y más quiero
abrir los labios y sonreirme, que no, embebido en
un cuadrazo de imágenes, quedarme como pájaro
encantado mirando al cielo y donde menos al cabo
de la calle. Pero vamos al grano.
Le diré á V . que hemos celebrado dos fiestas
de primer orden y de las que dejan ruido. La de
San José y la de nuestro celoso P. Director.
A la de San José, ate V . además un precioso
acontecimiento : dos primeras misas. Dos hermanos
muy queridos han subido al altar en medio de su
fervor y del entusiasmo de todos: Don Jaime Amet11a y Don Bemardino Simón. Eso y el ser los chi
cos de aquí devotísimos de S. José le pueden dar
á V . alguna conjetura por donde deducir el esplen
dor de nuestros festejos.
Por la mañana, gente que por aqui anda, más
amiga de la pólvora y del tiroteo que lo que pia
dosos oidos quisieran, prepararon una detonación
atroz con pólvoras y morteretes. Yo, que esos dias
leia la guerras de Russia y Japón, me disp>erté
aterrado creyendo estar en la Mandchuria! Pero
pronto me di cuenta de que comenzaba allí la ex
plosión de entusiasmo que habia de resonar aquel
día.
En la misa de comunidad, que celebró uno de
los misacantanos (comprenderá V. que los dos á
la vez no podían cantarla) oí dos motetes muy más
que bonitos afuera de muy litúrgicos. ¡Alto allá 1
aquí no se falta ni un ápice á las prescripciones de
la Iglesia. Eran un Venite, dePozzoli y el retozón
Cantaba Domino del colosal Perosi.
A las lo subió al altar el otro sacerdote nuevo
y la Capilla de María Auxilidora arrancó de la
gran partitura de Thermignon, armonías melotliosisimas, que mezcladas con el incienso del altar
debieron hacer de nuestra elegantistma capilla un
trasunto del cielo. Es que la Misa « 7> rogamtcs,
Domine » tiene unas páginas de oro donde se en
garzan por modo admirable, y que no siempre se
ve, lo brillante con lo religioso, lo severamente
litúrgico con lo que se llama vulgarmente golpes
de efecto (que V . sabe es muy distinto de lo de
efectos del golpe).
El predicador, D. José Rosell S. S., estuvo por
las nubes en el ensalzamiento de las virtudes del
Santo Patriarca. Claro está que no estuvo solo: los
oyentes estaban con él, de tan acabadas y enamo
radas que sus frases eran al bendito Santo. Y es
tuvo muy en el corazón en las conmovedoras que
dirigió al escogido del Señor.
La animación en los niños no bajaba ni un punto:
ellos, en zaragata continua, la banda pitando á
todas horas, el patio hecho un jardín de adorno
y recreo, globos al aire, caramelos, medallas nue
vas y estrenadlas ; todo era un continuo crescendo
que á vuelta de cuatro ó cinco calderones, fué sin
parar en aumento hasta la hora de la función
teatral.
Pusieron en tablas el drama Totnás Moro donde
resplandece la firmeza y constancia de aquel Sol
de Inglaterra, que no era moro, sino muy cristiano
y que acabó mártir.
En los entreactos se leyeron en honor de los
nuevos levitas varias adecuadas composiciones que
fueron contestadas con nutridos aplausos. Diéronse
las debidas gracias y coronaron el acto unas frases
alusivas del Rdo. Sr. Director.
Excuso decirle á V . que á raíz como estaban los
niños de los santos ejercicios espirituales, con la
devoción que ya profesaban á su gran Protector,
los frutos de esta fiesta han sido muy gratos y con
soladores.
No se han ahorrado gastos, ni sacrificios y el
resultado ha respondido á las esperanzas.
Pero quien no parece que responde á la promesa
de ser corto, soy yo que empiezo á serle á V.
algo molesto.
Le haré entonces una breve reseña de la otra
fiesta que le he prometido... y hasta otra.
Pero esta segunda fiesta fué más de familia y
por eso no se le voy á contar á V . por sus pelos y
señales todo cuanto nos ha ocurrido el 5 del Abril
pasado. Que filé muy cariñosa y en ello se supone
todo.
Comprenden los niños los continuos desvele» del
padre de sus almas, el R. Sr. D. Vicente Schiralli,
y por eso no han dejado de hacer en su dia cuanto
les ha dictado el corazón.
Lo que sí pedí yo muy mucho al Señor fué que
le diera toda la paciencia y valor de su santo Pro
tector S. Vicente de Ferrer, para que le conserve
muchos años al bien material y espiritual de sus
hijos.
Y como agradecidos y para darle una prueba
de amor y respecto unieron todos sus esfuerzos:
cada taller preparó su primoroso trabajo que re
galarle, cada clasecita su cordial felicitación y cada
corazón un saludo y una plegaria. Comulgaron por
él. que es buen modo de pagar sus beneficios. Y
á las 10 celebró la Misa Mayor, que ejecutó la ca-
pilla de María Auxiliadora, haciendo resonar en el
templo con acompañamiento de arco la magistral
A/issa Pontificalis de Perosi; parto genialísimo é
incomparable de la fantasía del Maestro del V a
ticano. Si á Palestrina le inspiraban los ángeles,
yo no sé quien inspirará á Perosi; pero le cierto
es que esta Misa sabe á algo como de más allá de
las estrellas.
El Rdo. Sr. Director del Colegio del Angel de
la Guarda, Don José Calasanz, pintó de mano ma
estra al Santo de Valencia, al gran predicador de
su tiempo, y abrió á los ojos de su.s oyentes virtu
des grandes que imitar y á sucorazón un santo sim|)ático y alta
mente Protector.
La velada literario-musical fué
una muestra de viva gratitud y
entusiasmo: los niños cantaron á
coro-general un himno de amor á
su padre, sucediéronse variados y
amenos (y cortos) hasta veinte nú
meros de Programa, y selló la fiesta
una senti<la acción de gracias del
festejado Padre, qtiien tiene en el
corazón de sus hijos muy merecido
el cariño y la confianza que le pro
fesan.
Y voy á acabar, no sea que me
desvuelva V . á mi el palmetazo y
me eche en cara que no cumplo mis
propósitos de ser corto y conciso.
Sólo le he querido escribir lo que
le llevo dicho porque creo que es
bueno que todos nos enteremos
de lo que vamos haciendo (siempre
que pueda ser de general interés)
y por otra parte porque ese es el
solo órgano de que para ello dis
ponemos y ese es su fin.
Por haberle nombrado á V . el
órgano..... si le parecerá una frio
lera, pedir dinero para un órgano!
lestá tan fea nuestra Iglesia sin ese
rey de los instrumentos I
¿Quién querrá ser el alma pia
dosa que quiera dejar en nuestra
Iglesia perpetuado su nombre uni
do á un órgano precioso que llene
de armonía nuestras arcadas?
¡ IJah 1 ]Qué de poca fe somos!
El mejor día se nos entran por
casa 4000 duros: ¡bendita la tnano
que los lleve eti ¡>oso 1 Y enton
ces se lo notificaré á V . aunque
sen en verso y no en íina pro.sa
tan rancia como la de hoy.
154 —
(q. s. g. h.) hará unos 17 años; habiendo quedado
palizada su continuación desde 1S91, por falleci
miento del señor Cuyás, hasta que en 1903 reem
prendiéronse con gjande actividad las obras por los
señores albaceas testamentarios y herederos de con
fianza de la señora D.^ María Sagarra y Puig Vda.
de Cuyás, (q. g. g.), quienes han llevado á cabo la
conclusión de tan importante obra hasta su inau
guración celebrada en la mañana de ayer, atendiendo
en cuanto ha sido posible la manifiesta voluntad de
ambos ilustres fundadores del « Colegio de San
Antonio ».
Nictlieroy (Brasil) — Bendición de la funicular María Auxiliadora.
MATARÓ (Barcelona). — Nuevo Ins
tituto Saleslano. — De E l Diario de
Maiaró extractamos lo seguiente; Colefio de San
Para tal solemnidad religiosa, en el tren de las
Antonio de los PP. Salesianoa.
8,45 llegó á ésta el limo, y Rdmo. Señor Obispo
Con dia espléndido, verdaderamente primaveral,
auxiliar de la diócesis, Dr. D. Ricardo Cortés, acom
tuvo lugar ayer. 24 de Abril por la mañana, con toda
pañado de sus señores, secretario Rdo. Dr. Ros y
solemnidad, ante selecto y extraordinario concurso,
familiar Rdo. Sr. Monsó, Pbros., llegando en el pro
la bendición é inauguración oficial del grandioso y
pio tren la nutrida banda de las Escuelas Sale
esbelto edificio denominado < Colegio de San An
sianos de Barcelona.
tonio. » levantado junto á la carretera de ésta á
Acudieron á la estación á dar la bienvenida á su
Argentona cu el paraje de la « Font de la Saint *.
Excia Ilustrisima las autoridades eclesiásticas, civil,
El edificio hoy destinado á la i ‘ y 2*^ enseñanza
militar y judicial, y ocupando juntos coches al
bajo la dirección de los beneméritos PP. Salesianos,
efecto dispuestos trasladáronse á Santa María y de
como bien saben todos los mataroneses, ftié co allí al edificio del Colegio, mientras la referida
menzado {>or su piadoso fundador, el malogrado
banda recorría las principies calles batiendo marcha
patricio M. Iltre. Sr. D. Antonio Cuj*ás y Sampera,
poniendo con sus armoniosos acordes en movimiento
-
155 —
toda la ciudad que á tropel á las diez acudía al co
legio de S.. Antonio para asistir al acto de la ben
dición que, en medio de la mayor solemnidad
y ceremonial litúrgico, efectuó el ilustrisimo señor
Obispo revestido de pontifical.
La capilla provisional del colegio resultó insufi
ciente para dar cabida á los centenares de fieles
que deseaban asistir á los divinos oficios celebrados
por vez primera en aquella casa, siendo muchísimos
los que, no pudiendo penetrar en la capilla durante
.a celebración del santo sacrificio, se esparcían por
los diferentes locales del colegio y parque del
mismo. La banda situada en la plaza de los claus
tros en el acto de la elevación ejecutó con ,gran
precisión la Marcha Real.
í'ué celebrante el Rdmo. P. Inspector de la Con
gregación Salesiana, D. Manuel Hermida^ asistido
de otros dos padres y del maestro de cerimonias
Rvdo. Dr. D. José Nunell, oficiando desde el trono
de medio pontifical el venerable Prelado. Asistían
al acto los señores ecónomos de Santa María y de
San Juan y San José, Rvdos. Dr. Mas y Señor Ríal,
albaceas de la nombrada testamentaría, los Iltres.
Sres. D. José Borrás y de Mata, en representación
del señor alcalde ; D. Trinidad Soriano, coronel co
mandante militar de esta plaza, y D. Miguel Sanjuán, juez de Instrucción y del partido, demás al
baceas Rvdo. Dr. Viaplana y señores Castany, Sust
y Esquerra, los Rvdos. Dr. Ros y Dr. Costas, pá
rroco de la Concepción de Barcelona; el Sr. Marqués
Pascual de Bofarull, el P. Llonch, rector de las
Escuelas Pías, el Hermano director del Colegio de
Valldemia con otro hermano Marista de la ense
ñanza ; P. Fábregas, escolapio; las respetables se
ñoras hermanas de la piadosa fundadora del colegio
y demás allegados de ésta, con otras distinguidas
personalidades de esta ciudad y de la vecina capital.
El Oficio fué cantado con todo ajuste y precisión
por la capilla de música de Santa María, dirigida
por el reverendo D. José Molé, y después del Evan
gelio desde el pie del altar el señor Arcipreste,
Rvdo. Dr. Mas, predicó un elocuente sermón sobre
la importancia de la instrucción religiosa y el gran
dísimo bien que puede reportar Mataró con la só
lida y cristiana educación que se da á sus hijos
por los diferentes centros de enseñanza en elU es
tablecidos. dirigidos por institutos religiosos. La
entusiasta plática del doctor Mas fué atentamente
escuchada con marcado interés por el apiñado au
ditorio de fieles en la capilla congregados.
Después del oficio siguió solemne Te Deum, en
eí cual ofició de Pontifical el limo. Dr. Cortés,
cantando excelente partitura la propia capilla de
Santa María. El altar, en el cual presidía la ima
gen de S. .Antonio, estaba profusamente iluminado
y adornado con flores.
Á las doce y media, terminada la fiesta religiosa,
las autoridades saludaron á los PP. Salesianos y
cumplimentaron al señor Obispo dando algún paseo
por el parque y bosque de! establecimiento, aguar
dando la hora del banquete ofrecido por los al
baceas Sres. Cuyás y Sagarra, al señor Obispo, á
los Rdos. Padres del instituto salesiano, autorida
des y demás entidades invitadas al acto. Ocupa
ron ambas presidencias de la mesa el limo. Dr,
Cortés y el Rdmo. señor Hermida, quienes tenían
a sus lados respectivamentes las autoridades locales,
alternando los demás comensales hasta 33, según
su categoría y relación con la casa.
A las cuatro partió en coche hacia la estadón
para Barcelona el ilustre Prelado, siendo despedido
en los andenes por las referidas autoridades, y antes
de ausentarse del colegio la banda ejecutó notables
piezas en obsequio de su Excia. Ilustrisima , con
tinuando hasta las seis de la tarde los conciertos,
dando con sus airosas melodías excelente animación
á aquel hermoso lugar, frecuentado desde las cuatro
hasta bien anochecido por millares de vecinos de
la ciudad. Los concurrentes invadían las salas y
departamentos de la casa con el objeto de enterarse
de sus más insignificantes detalles, de la di.stribución
y solidez del soberbio edificio, mostrándose muy
complacientes con sus visitantes los RR. Padres
del colegio y muy particularmente su aprecialile
director Rdo. D. José Calasanz, que durante el tlia
se multiplicó para atender con afecto y exquisita
galanura á tan numeroso séquito que conocía por
primera vez.
La fiesta resultó, como era de esperar, suntuosa
y memorable, ofreciendo los balcones y galerías
del colegio y claustros con sus avenidas magnífico
panorama por la variedad de colgaduras y ban
deras, escudos y gallardetes con que habíanse ata
viado por el inteligente adornista señor Viada.
Sean bienvenidos en Mataró los Padres Sale
sianos, á quienes cariñosamente saludamos, y que
nuestra ciudad sepa aprovecharse de su instalación.
n. los piadosos albaceas de los beneméritos funda
dores, que con tanto celo y desinterés han llevado
á cabo la importante obra, nuestra más cordial en
horabuena y el tributo de nuestra perpetua gratitud.
ClUOADELA (Menorca) — Cortamos de E l Vigía
Católico: « Espectáculos como el que hemos pre
senciado, en los dias 25 y 26 del corriente, en la
Casa colegio de los reverendos Padres Salesianos,
alegran el alma y abren el corazón á la esperanza.
Hemos asistido á una fiesta hermosa, sobre toda
ponderación solemne y grandiosa, y e n toda la sus
tancia y detalles, católica, la que, en último re-’
sultado, por más que este no fuera su objeto, ha
venido á ser una demostración espléndida de las
grandes simpatías, de que, con justo titulo, gozan
en Cindadela los Salesianos, y á más de esto , lo
que es más consolador todavía, un síntoma clarí
simo, que nos hace esperar que el sentimiento re
ligioso, demasiado dormido en estos últimos tiem
pos, ha de tener muy pronto un glorioso despertar,
en nuestra católica ciudad.
» Se trataba de festejar, con solemnes fiestas, á
los beneméritos Salesianos D. Antonio Casiagtié y
D. Jorge Delezenne recién ordenados de presbí
teros, con motivo de celebrar su primera misa.
Nada más natural, que los Salesianos se entregaran
á las más estrepitosa alegría, y echaran, como
quien dice, la casa por la ventana; era la primera
ver que se celebraba semejante acontecimiento en
su Colegio de Ciudadela; pero se atravesó una
circunstancia que contribuyó á que la fiesta re
sultara más simpática y conmovedora; ambos Pres
bíteros son extranjeros , victimas inocentes de la
inicua persecución, que el gobierno francés, intri
gado por judíos y masones, ha levantado contra las
órdenes religiosas. Esta circunstancia ha contribuido
á que la fiesta revistiera un carácter de superior
grandeza y se exaltara el entusiasmo de todos.
La iglesia apareció artísticamente adornada con
profusión de flores y ricos cortinajes. La imagen
de la Santísima Virgen, rodeada de hermosos ramos
de flores y espléndidas luces, parece como que se
sonreía, y tomaba parte en el santo júbilo que
inundaba el corazón de sus hijos.
» Apadrinaron al Rdo. D. Antonio el M. 1. Sr.
D. Lorenzo Cardona Alcalde de esta dudad y su
señora esposa D.* Isabel Cabrisas Cardia; y como
.Ministros Asistentes, los M. I. señores ÍA o. Don
— IS6 —
Sebastián Vives , Arcediano y el Dr. D. Antonio
Sintes, Penitenciario. De la bellisima oración pro
nunciada con gran maestría por el ilustrado sacer
dote D. Juan Tudurí, nada hay que decir. Todo
elogio resultaría pálido, en comparación con la
realidad. Tuvo momentos sublimes y pensamientos
tan tiernos y oportunos, que no pudieron menos
de arrancar copiosas lágrimas al celebrante, y al
numeroso auditorio, que entusiasmado, le escuchaba.
I-e felicito de veras.
9 Apadrinaron al Rdo. Don Jorge el Excelentí
simo Sr. Conde de Torre Saura , D. Bernardo de
Olives y de Olives y su señora hermana, D.* Ca
rolina de Olives y de Salort, y como Ministros
Asistentes los M. I. Sres. Ldo. D. Manuel Ibarrola, Deán de la Catedral y el Ldo. D. Pedro
Molí, Canónigo Magistral. El Rdo. P. Viñas, que
fué el orador, estuvo valiente , oportuno y arreba
tador, sobre todo cuando recordó' al nuevo cele
brante q u e , si habla sido arrojado de su patria
nativa, en Ciudadela había hallado otra patria, y
en los Salesianos otros tantos hermanos, que le
querían con todo aquel tierno amor, que sabe ins
pirar la caridad.
9 En actos de esta naturaleza no hay mejor elo
cuencia que las lágrimas, y yo las derramé en
abundancia, y aún anublan mis ojos en este mo
mento.
» Los padrinos se mostraron verdaderamente
rumbosos y espléndidos, como no podía menos de
esperarse de personas de su importancia. Se repar• tieron con profusión, entre la numerosa concu
rrencia, riquísimos dulces y variados licores; par
ticipando, en primer lugar, del rico festín los 400
niños, que salían más contentos que unas pascuas,
con el cartuchito de dulces en la mano.
» La Velada Músico-Literaria tampoco dejó nada
que desear. La presidió nuestro dignísimo Prelado,
Excmo. Sr. Obispo diocesano , como era de espe
rarse, porque el Sr. Obispo es decidido protector
y entusiasta admirador de los Salesianos, y su pre
sencia contribuyó á dar mayor realce á una fiesta
destinada á honrar á sus hijos predilectos.
» Todos los números asi literarios como musi
cales fueron ejecutados con delicado gusto y arte
consumado. El Oratorio /t$ cotno Dotttitti, del M”
Perosi, ejecutado por la escolania con acompaña
miento de cuerda y piano arrancó al público nu
tridos aplausos , en especial el R. D. Juan Salom
Pbro. que cantó la parte de Cristo. Bien por todos,
y un aplauso á los niños, que en la piececita: E l
i\'araHjero, dei;M>» Pedrolini, tan graciosamente des
empeñada. excitaron la hilaridad de todos.
9 Iji velada fué cerrada con broche de oro; pues
de oro fueron las pocas y sentidas y tiernas pa
labras que el R. D. Antonio Castagné en su nom
bre y el de su compañero D. Jorje Delezenne di
rigió al público para dar las gracias. Las lágrimas
brotaron de todos los ojos cuando, en un arranque
de entusiasmo nacido del corazón y con voz tem
blorosa por la emoción, exclamó: He sido arra
jado de mi {vitria, he abandonado á mis padres y
hermanos: pero en España he encontrado una
nueva patria, y en Ciudadela otros padres y her
manos ; mirad cuantos son los padres y hermanos
que ten go : todos los aqui reunidos.
CARCAGENTE (España-Valencia). Centro de Coo
peradores salesianos. — Hermosa resultó la fiesta
que el dia 2 del p. Febrero celebró el centro de
Cooperadores, cuyo digno y celoso Decurión es el
muy Rdo. D. José del Toro, Pbro,
Se trataba de honrar una vez más á María Au
xiliadora y para esto se escogió el día indicado:
la fiesta de la Purificación.
La iglesia del hospital se adornó como en las
grandes solemnidades y á la hora señalada se ce
lebró la Misa solemne con sermón.
La mesa eucaristica fué muy concurrida lo mismo
que el santo Sacrificio, siendo de notar la dulce
satisfacción y el gran contento, que embargaba los
corazones de todos; satisfacción y contento que
parecen ser patrimonio de toda fiesta salesiana.
Reciban nuestros parabienes el citado Sr. Decu
rión y los devotos fieles que promovieron esa fiesta.
CUENCA (Ecuador). — Solemnísima y muy devota
fué nuestra fiesta en honor de san Francisco de
Sales, celebrada en la humilde capilla de Nuestra
Madre Auxiliadora Inmaculada. Durante la santa
Misa que cantó el Revmo. señor Canónigo Don
Javier Landivar, dignísimo Vicario Cap., tuvimos
la suerte de oir tan precioso panegírico del dulce
y caritativo Patrono de N. Pía Sociedad, que no
dudamos ha obrado mucho bién en nuestras almas
y las de nuestros Cooperadores, agrupados ante el
altar de nuestro santo Patrono. Quisiéramos poder
transcribir todo ó en parte el panegírico del afa
mado orador, Dr. D. Julio Matovelle, gran coope
rador salesiano, pero no nos lo permite el espacio.
Le damos sin embargo un sinnúmero de gracias y
le auguramos que las virtudes del Santo, que tan
lucidamente supo elogiar y hacer admirar á sus
oyentes, produzcan frutos de bendición. Por la tarde
el Presidente de los Cooperadores salesianos, Dr.
D. Nicanor Aguilar, llamado justamente por Mon
señor Costamagna el ptilqnerrimo orador de Cuenca,
dió una bellísima conferencia, en la que recordando
otra vez la inalterable constancia, el celo empren
dedor y la paciente caridad de san Francisco de
Sales, excitó á los Cooperadores reunidos, á formar
serios propósitos prácticos para obrar en Cuenca
sólido bien á nuestra pobre Casa, que al decir
de todos, mucho podrá hacer en provecho de los
7000 jóvenes cuencanos cuando la auxilien seria
mente.
Cuenca tiene grande y célebre Universidad, mu
chos oradores y poetas; mil doctores en leyes y
medicina, pero ni un solo recinto para tanto niños
que anhelan instruirse en las artes y educarse en
la piedad. Quito, Guayaquil, Riobamba, Ambato se
honran con sus grandes colegios y Casa salesiana,
y Cuenca que lo puede también y que ha empe
zado la obra ¿la dejará sin terminar? ¡O h alma
grande del Dr. Juan Bautista Vázquez! tú que casi
previendo los tiempos calamitosos y escasos por
que pasamos, decías: « Cuenca encontrará sólo su
grandeza en un taller y casa de educación, * habla
— 157 —
á los herederos de tus obras y de tus virtudes para
que tu predicción se verifique.
El 31 de Enero fué otro día grande para los
Hijos de Don Bosco y para sus Cooperadores.
Reunidos en la vasta y bella iglesia de San Fran
cisco, prestada por su Rector el eximio Dr. Don
Nicanor Aguilar, se cantó una solemne Misa de Ré
quiem por nuestro Padre Don Bosco. Que Él desde
el cielo multiplique nuestros protectores y María
Auxiliadora bendiga á los bienhecores de esta casa.
SAN SALVADOR (Centro-América) — Generosa Ini
ciativa del limo. Sr. Obispo. — El Excmo. Sr. Dr. A.
venes de cada una de las parroquias de la diócesis,
pagando de su propio bolsillo la pensión necesaria:
pero viendo que la casa que hasta entonces habi
taban no era ni adecuada ni capaz, instaló á los
Salesianos en un hermoso palacio contiguo á la
catedral, para que en él abrieran sus escuel.as y la
clase de música sagrada.
Agradecido á la Divina Providencia y A la ca
ridad del dignísimo Sr. Obispo, el personal de la
pobre choza pasó desde entonces á su nueva mo
rada, bautizada por Su Excelencia con el nombre
de Colegio del Divino Salvador. Al presente fun
cionan ya las clases elementales y de latinanidades
Viaona do Castello — Vista dei lastituto Saleslaao.
Pérez Obispxj de S. Salvador, con su desprendi
miento y caridad ha dado vida y estabilidad á
nuestra obra en la ciudad del Salvador. Hasta
ahora los Salesianos no tenian casa, sino una pobre
choza donde funcionaba un externado y un Oratorio
festivo de poca importancia porque no había local
suficiente. La casa no se podía Cerrar, pues sentían
abandonar tantos niños, ni se podía construir una
nueva porque faltaban recursos. Pero el Señor se
sirvió de un medio inesperado para ayudar y sos
tener el celo de los hijos de D. Bosco- Acatando
las disposiciones dadas por S. S. Pío X en su Moíu
proprio sobre la música sag^rada, el Excmo. Sr.
Obispo se dispuso á poner manos á la obra y emfezar la reforma del canto. Encargó á los Salesia
nos que abriesen una escuela de canto llano y
música sagrada, á la que él mismo mandaría jó*
para los jóvenes que dan esperanz.as de vocación,
junto con la escuela de canto sacro. Además un
Salesiano es maestro de capilla en la catedral;
mientras la antigua casa sigue siempre frecuentada
por los niños en los dias festivos.
ViANNA DO CASTELLO (Portugal,) — Fundación de
un Instituto Salesiano. — En esta noble y risueña
ciudad llamada la Princesa del Miño, los hijos de
D. Bosco han sentado últimamente sus reales, para
dispensar también allí el beneficio de una instruc
ción religiosa y civil á la juventud.
Secundando las vivas instancias de varios distin
guidos caballeros de la ciudad, á fines del p. pdo
año los Salesianos tomaron posesión del instituto
que, fundado por el ilustre viannés R. P. José Luis
Zamith, había hasta ahora arrastrado una vida de tris-
-
IS8 -
tes vicisitudes caminando hacia su completa destruc
ción. Este instituto — y sea dicho en honor de la
verdad — habla gozado una época de prosperidad,
cuando varias caritativas personas, especialmente el
malogrado D. Domingo de Moraes, repartían en
él á niños pobres y huérfanos el pan de la caridad
y de la instrucción, En manos ahora de los hijos
de D. Bosco es de esperar que, sostenido por la
generosidad de los vianneses, producirá los buenos
frutos que de él esperaban sus piadosos funda
dores,
NICTHEROY (B r a s i l ) — Clausura de las fiestas Ma
rianas. — Como anunciamos al principio del año
Jubilar, el 8 de cada mes se reunían, alrededor
del monumento de María Auxiliadora en Nictheroy,
fieles y peregrinos para honrar á María Inmaculada.
Digna de la solemnidad y entusiasmo de estas fies
tas mensuales fué la clausura del año jubilar, que
fué en espectáculo consolador de fe y devoción. El
día II Diciembre, como dijo el Excmo Sr. Arzo
bispo de Rio Janeiro. « Fiié una espléndida apoteosis
de la Sma. Virgen, una corona, una llave de oro de
los brillantisimas festejos ». El Sr. Arzobispo cele
bró la Misa de la Comunión general, y el Excmo.
Sr. Tonti, nuncio apostólico celebró misa campal al
pie del monumento, á la presencia del mencionado
Sr. Arzobispo y del Sr. Obispo de Petrópolis. El
Dr. D. Julio María hizo un entusiasta discurso al
numeroso pueblo allí reunido, y remató la función
el solenne canto del Tedeum.
El mismo día, á las dos de la tarde, el Señor
Obispo de Petrópolis bendijo con toda la pompa del
rito la funicular « María Auxiliadora » que con
duce d los pies del grandioso monumento.
VARIEDADES
M ISIONES S A L E S IA N A S
DE LA
P A T A G O N IA
Angela y Rosita Rayil y dos fieras.
Rio Negro, rey de los ríos de la Patagonia,
centro de las Misiones Salesianas en estos
parajes, recibe el tributo del Neuquén, que nace en
el norte, cerca del volcíln DanuUo y del Limay,
que toma sus aguas del Nahuel-Huapí. Corre del
esto al sudeste, y tiene un curso de i20 leguas,
hasta desembocar en el Océano Atlántico. Á veces
se ensancha, formando muchas pequeñas islas cu
biertas de plantas, piastos y \-iñedos ; otras veces
corre eucajonando entre dos paredones profundos.
V
dejando un paso estrecho y peligrosos.
A l este del primer estrecho, á la distancia de una
legua de Viedma, se encuentra una isla cubierta
de sauces verdes y frondosos, á la sombra de los
cuales buscan un poco de reposo el gaucho con su
familia y el misionero con sus caballos cansados.
Algunas tiendas de comercio y unas cabañas mise
rables interrumpen la triste y lúgubre monotonía
de estos parajes solitarios.
Un hombre vestido con el traje de los gauchos
y una mujer vestida de india se encaminan hacia
el oeste, para llegar al borde de la laguna del Toro.
Uno y otro fustigan sus caballos, y van huyendo....
A l ver su aspecto ceñudo y sombrío, cualquiera
diría que los persigue la sombra de un crimen.
En ese momento, dos niñas, Angela, de edad de
ocho años, y Rosita, de cinco, corren atemoriza
das, y sin saber adonde, á través del campo, pa
sando por llanadas áridas y ocultándose en pro
fundos cauces y detrás de las malezas. Ambas
tiemblan y gritan. Angela tiene una ancha herida
en la cabeza y otra en el pecho, de la que brota
abundante sangre. Rosita trata de cerrar con sus
manitas la herida de su brazo izquierdo, sin notar
que su negra cabellera está cubierta de sangre.
Las pobre niñas están muertas de hambre y
sed. Recogen algunos ásperos frutos de paquilli y
se arrodillan al borde de un foso, para beber las
pocas gotas de agua que ha dejado allí la lluvia
de los dias precedentes. Mientras tanto, la noche
viene á sorprenderlas y, anonadadas de terror,se
acurrucan al pie de una maleza teniéndose muy
abrazadas, por temor de separarse.
L a noche estaba obscura y el silencio espantoso
apenas era interrumpido por los gritos de las aves
nocturnas, por los sollozos y los gemidos lastime
ros y por la fatigosa respiración de estas infelices
niñas. En fin, el sueño procuró un poco de calma
á las pobres niñas , y los ángeles velaban por su
inocencia, cubriéndolas con sus alas.
Á los primeros albores de la manana, se desper
taron, y por temor de ser perseguidas, empezaron
á marchar á paso largo, sin saber adonde iban ;
marchaban á través de los bosques, desgarrándose
los pies con las espinas que encontraban á su paso.
Pasó aquel día y se acercó la noche. Muertas de
hambre y sed, se acostaron al borde de un foso en
un poco de hierba que habían recogido. Ningún
sér \ávente oía sus gemidos, pues todo estaba de
sierto en aquellos parajes. Una muerte cruel les
esperaba.
Pero no, son dos almas inocentes, y Dios acudirá
en su auxilio....
— 159 —
« Y al decir esto picamos la espuela á nuestros
La noticia de su fuga y del atentado de que ha
caballos. Entonces vimos con la mas agradable
bían sido víctimas, corrió por la pequeña colonia
sorpresa, que en vez de dos perros eran las dos ni
de Cubanea junto á la primera angostura del Río
Negro. E l comisario de Viedma con tres soldados ñas, Angela y Rosita, que al divisarnos de lejos
se puso á escape en camino, y llegaron á la habita procuraban ocultarse detrás de las maleza.s. Las po
ción de los principales colonos. — Pero dejemos bres se echaron á llorar pronunciando los nom
bres de Lorenza y Rufino. iPobres niñas ! No tenían
ahora la palabra al comisario :
« Gracias á una casualidad providencial, supimos por vestido más que un andrajo ceñido á la cin
que dos niñatt habían sido abandonadas en las in tura ; una y otra estaban pálidas y en su delgadez
se conocía cuánta hambre habían sufrido. Angela,
mediaciones del primer estrecho. Al principio no
la mayor, tenia varias heridas en la cabeza, y
dimos crédito á esta noticia, pero al llegar á la casa
Rosita tenía las espaldas y los brazos amoratados
de comercio situada cerca del « Sauce Blanco > á
de los golpes que habla recibido.
orillas del Río Negro, nos contaron el hecho con tal
precisión que ya no nos ca
bía la menor duda.
« Según las indicaciones
que pudimos recoger, dos .
miserables, después de ha
berse disputado y descargado *
su cólera sobre estas inocentes
criaturas, habían huido hacia
la laguna del Barro.
Inmediatamente envié un •
sargento con un agente de
policía en su seguim iento,
dando orden de que los apre
sasen. A l mismo tiempo hice
indagaciones en el mismo
punto de su domicilio y partí
con otro agente de policía en
busca de estas dos niñas
abandonadas.
«Encontrar á dos niñas
perdidas hacía dos ,ó tres
Vlaaaa do CasteUo — Los primeros alomaos del Inslltulo Saleslaao.
días, en medio de los mato
rrales, no era cosa muy fácil.
€ Cuando logramos tranquilizarlas un poco con
Quién sabe si les habría ocurrido una desgracia;
buenas palabras y caricias, les preguntamos de
acaso estarían muertas de hambre : estas eran
donde venían.
las ideas que me atormentaban. Sin embargo,
— De allá abajo, de casa, me respondió Angela.
me parecía que una fuerza misteriosa nos animaba
— ¿Y por qué ?
á continuar buscándolas en la dirección que nos
— Por que Rufino nos ha pegado y luego ha
habían indicado. Y a habíamos recorrido tres leguas,
huido con Lorenza.
sin ningún resultado, y nos sentíamos cansados y
— ¿Y adónde vais ahora ?
desalentados; pero un buen hombre nos dió indi
— No lo sabemos.
caciones precisas y continuamos nuestra empresa
— ¿Tenéis hambre ?
con nuevo aliento.... Al poco rato, y a estábamos
— ¡Oh, sí, mucha !
al borde de la laguna del Toro, donde debíamos
— ¿Queréis venir con nosotros ?
encontrar á las dos niñas.
4 E n efecto, al acercamos creimos distinguir al
guna cosa que se movía. — Son dos perros, dijo uno
de nosotros. — Pues si hay perros, dijo el otro,
también hay personas, porque los perros jamás
andan solos. »
— SL
Entonces las montamos á la grupa y volvimos á
escape al sitio de donde habíamos salido.
Allí, una buena señora tuvo no sólo la bondad de
asear á las dos niñas, sino que les dió de comer y
— i6o —
las vistió con decencia. D i las gracias á esta buena
familia, y enseguida continuamos nuestro camino
hasta la casita de comercio, donde pasamos la no
che, esperando el resultado del persiguimiento de
los dos criminales.
« Estos llegaron por la mañana, del día siguiente
acompañados por el sargento y el agente de policía.
[Cuánto se asustaron las dos infelices niñas, cuando
oyeron pronunciar el nombre de Lorenza y Ru
fino ! Ambas echaron á correr, llorando y tratando
de ocultarse.
— No queremos ir con ellos. Rufino nos va á
pegar.
— Venid conmigo, les dije yo, Rufino no os
puede pegar.
Con gran trabajo logré tranquilizarlas y las lle^'^é
conmigo. En presencia de los prisioneros, les pre
gunté :
— Quién es el que os ha pegado ¿Es Rufino ?
— Sí, señor.
— No ha sido él sino yo, replicó la mujer.
— Y usted ¿quién es ?
— Soy Lorenza, su madre.
— ¿ Y ese hombre es su marido ?
— No, señor, mi marido ha muerto....
— ¿ Y por qué ha maltratado y herido á estas
pobres criaturas ? ¿Porqué en seguida han huido
ustedes ?
— Porque estaba harta de ellas....
— Pero lísted ha intentado matarlas ?
— No, señor, yo prefería que muriesen solas...
— [Monstruosa crueldad ! Usted no es una ma
dre, sino una fiera.
<f Después de este interrogatorio sumario, entre
gamos á la autoridad superior los dos culpables.
Luego, se trataba de conducir Angela y Rosita á
Viedma, á una distancia de 20 leguas ; por fortuna,
uno de los barcos pequeños que remontan el Río
Negro estaba libre.
Una breve entrevista con el comandante bastó
para entenderme con él y confiarle las dos intere
santes niñas.
Cuando vieron que se iban á separar de mi, me
abrazaron las rodillas, llorando.
— No queremos marchar, gritaban ella s; que
remos quedamos con usted.
— Sed juiciosas, le respondí yo, id con este señor
que os quiere mucho. Y o voy á llevar á Lorenza y
Rufino muy lejos de aquí, para que no os vuelvan
á pegar.
Se quedaron resignadas, subieron á bordo y lle
garon muy contentas á Viedma, »
En el transcurso de Nomembre de 1900, las dos
niñas indias fueron recibidas en Viedma, en la casa
central de la Misión, y confiadas á los cuidados ma
ternales de las Hijas de María Auxiliadora.
Las dos estaban en un estado lamentable, cubiertíis de cardenales y heridas, algunas cicatrizadas
y otras abiertas todavía. Su cara estaba pálida,
triste y enfermiza. Se asustaban de todo el mundo,
y hasta tomaban las caricias de las Hermanas por
amenazas. Pero cuando pasaron unos meses, gracias
á las delicadas atenciones, á los regalitos y las mues
tras de afecto, acabaron de comprender que había
personas buenas que no las pegaban ni intentaban
matarlas. Sólo entonces tuvieron una idea de lo que
es la caridad- cristiana.
Algunas de sus compañeras que hablan el idioma
indio, lograron persuadirlas de que las Hermanas
merecen todo su afecto y que les sirven de madres.
Nuestras indias se acostumbraron también á amar
las demás niñas y considerarlas como hermanitas.
Pero no podían oir los nombres de Lorenza y Ru
fino, sin palidecer ; estos dos nombres significaban
para ellas terror y espanto. Aún tenían las señales
de la crueldad de esos monstruos, de esos salvajes,
de esos tigres con figura humana.
Ahora que el Sacramento de la regeneración ha
venido á revestirlas de la gracia sobrenatural, ahora
que la instrucción y la educación han formado su
corazón, ¡qué delicioso es verlas adelantar en el
amor del estudio, del trabajo, y de la virtud ! Ya
no son dos niñas salvajes, sino dos hijas de Dios,
en las que ha triunfado la gracia, son dos a.1ma.q
destinadas para el cielo.
Y a han aprendido á amar y perdonar, y no tiem
blan ahora, cuando oyen pronunciar los nombres
de Lorenza y Rufino ; sino que lloran de compasión
al pensar en sus verdugos y piden á Dios que los
convierta y los salve. D a gusto verlas tan inteli
gentes, alegres, aseadas, afectuosas y revestidas
de candor y de inocencia. Así es que todos las aman
y á sus vez ellas aman de veras á sus maestras y
compañeras.
Angela espera con impaciencia el día más feliz
de su v id a ; ahora está estudiando el Catecismo
y tiene preparado su vestido blanco y su medalla
con cinta blanca, símbolo de la inocencia, de la
piedad y de las gracias del cielo. E stá suspirando
por el feliz momento de su Primera Comunión.
Rosita llora y repite que envidia á su hermana :
pero se consuela pensando que también para ella
llegará ese día feliz. ¡Oh, sin duda. Nuestro Señor
tomará posesión de estos dos tiernos corazones, los
santificará, los colmará de gracias y favores á ellas
y á sus bienhechores!
G. B.
Con aprobación de la Autoridad Eclesiástica:
Gerente: JOSÉ GAMBINO.
Turín, T ip. Salesiana (B.S.) — V ia Cottolengo, 32.
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Fecha
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1905.06