BS_1905_01

Ficha

Título
BS_1905_01
Descripción
Boletín Salesiano. Enero 1905
extracted text
R(2d c ic c ió ri y f l d m i q i s t r a c i ó r j

© -^

Cottolen^o, 32 —
AÑO X X — N. I



P7tblicación mensual

SUMARIO: Carta del Rdmo. Sr. D. Miguel Rda á
los Cooperadores S a le sía n o s ................................. i
Indulgencias y privilegios otorgados por Su Santidad
á los Cooperadores S a le s ía n o s ............................ 8
De nuestras Misiones: Colom bia.............................i i



Turin- Italia.
EN ERO de 1905

Crónica Salestana: S a la m an ca ..................................... 24
Barranquilla ( C o lo m b ia ...................................... ..... . 35
V iedm a ( F a ta g o n ia ) ........................................................... 35
Punta-Arenas (T ierra del F u e g o ) ................................ 36
V a rie d a d e s: C arta 2* de M úsica Religiosa
. . .
37

Carta del Rdmo. Sr. D. Miguel Rúa
á los Cooperadores Salesiaqos
Beneméritos Cooperadores:
,L presentaros la acostum­
brada relación anual,
siento en mi corazón la
necesitad de tributar un
himno de agradecimiento á la Celestial
Patrona de las Obras Salesianas, á María
Auxiliadora.
Vosotros sabéis que Ella fué siempre
la inspiradora, la guía y el sostén de
nuestro Padre D. Bosco.
Aun antes que le prestase su mano
para fundar la grande obra de los Ora­
torios festivos, el día 8 de Diciembre
del 1841 {Cuántas gracias no le había

dispensado! Pero de.sde aquel día para
siempre memorable, María multiplicó
para con él sus maternales cuidados, y
á su tiempo narrará la historia las ma­
ravillas que obró en su fiel siervo.
Y yo me veo obligado á declarar
que María Auxiliadora dispen.sa gene­
rosamente á la Obra Salesiana la pro­
tección que dispensaba á D. Bosco.
Hace ya diez y siete años que, por dis­
posición de la Divina Providencia, yo
fui llamado á suceder á nuestro Padre
D. Bosco; y si en este espacio de
tiempo las Obras Salesianas se han
multij)licado y desarrollado casi porten­
tosamente, debemos rendir gracias á
María Auxiliadora.

El año que acaba de espirar ha sido
también uno de los más señalados por
las maternales bendiciones de tan pia­
dosa Señora. Y nosotros en medio del
regocijo que nos produce el Quinquagésimo Aniversario de la definición
dogmática de Su Concepción Inmacu­
lada, para demostrarle nuestro amor,
hemos emprendido nuevas obras per­
manentes , á pesar de la escasez de
recursos y de personal; hablo de las
numerosas fundaciones terminadas ó
comenzadas durante el año 1904, bajo
el manto de la Purísima, obras todas
que servirán en lo venidero como pe­
renne recuerdo de este faustísimo Ju­
bileo.
Y es esta la causa por la cual yo
siento en el corazón la necesidad de
elevar á María Santísima un himno es­
pecial de la más viva gratitud.

La benevolencia del Sumo Pontífice y la misión
de los Cooperadores Salesianos.
Pero antes de enumerar la obras rea
lizadas, debo presentar un humilde tri­
buto de acción de gracias al Soberano
Pontífie P ío X, quien durante el año
pasado, sin hablar de otras pruebas de
singular afecto, se dignó dar á la fa­
milia salesiana dos prendas de su par­
ticular benevolencia. La primera fué el
augusto y afectuoso autógrafo que Su
Santidad, con fecha del 1 7 de Agosto,
se dignaba dirigirme y que vosotros, ama
dos Cooperadores, ya conocéis. La
segunda nos ladió con un riquísimo Su~
ttutno de indulgencias^ indultos y privi­
legios que el S. Padre, por medio de
la S. Congregación de Indulgencias,
tuvo la bondad de conceder á cada
uno de nuestros Cooperadores. A con­
tinuación de esta mi carta encontraréis
la tradución literal del documento. De
ahora en adelante, como en él podréis

observar, todos los Cooperadores que
deseen participar de las gracias espi­
rituales que se les conceden, aunque
no se prescriban otras prácticas pia­
dosas, deberán rezar cada día un Pa­
drenuestro, Avemaria y GloAapatri en
honor de S. Francisco de Sales, junto
con la invocación: Sánete Fra^icisce Sa~
lesi, ora pro nobis. Nuestro Regla­
mento prescribía ya esta práctica, pero
el Sumo Pontífice la ha puesto como
condición para poder ganar los favores
espirituales concedidos: pero es una
condición tan fácil, que no dudo la
cumpliréis todos á porfía, para lucrar
las indulgencias.
Yo quisiera, repito, del mejor modo
posible, presentar al Soberano Pontifico
las expresiones de mi más viva grati­
tud, pero confieso que no encuentro
palabras adecuadas para ello. No obs­
tante creo conveniente manifestaros,
beneméritos Cooperadores, que si el Vi­
cario de Jesucristo nos ha honrado
tanto, ha sido en vísta de las obras
que por medio vuestro se han llevado
á cabo.
En efecto Su Santidad se complació
en repetir en su precioso autógrafo que
nuestra humilde Sociedad « fmidada
por aquel ilustre varón, en quien res­
plandecía un modelo de todas las virtudes
cristianas, principalmente de la caridad,
ref>ortc> grandes ventajas d la sociedad
civil y emprendió muchas obras efi todas
las partes del mundo para procurar la
salvación de las almas, sin descuidar por
ningún concepto la Índole de los tiempos
modernos. > Pero lo poco que han rea­
lizado los hijos de D. Bosco, ¿no se
debe acaso á vuestra generosa coope­
ración? < Sin vuestra caridad, > repe­
tiré también yo con Don Bosco en su
carta-testamento, « bien poco ó nada
» hubiera podido hacer yo; mientras



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con vuestra caridad hemos contribuido á enjugar muchas lágrimas y
á salvar muchas almas. Con vuestra
caridad hemos fundado numerosos
Colegios, y Asilos en donde se han
educado y educan millares de huérfanos sacados del abandono, y de los
mil peligros de irreligión y de inmoralidad que los rodeaban y, mediante una buena educación, con el
estudio y el aprendizaje de un arte,
han llegado á ser buenos cristianos
y ciudadanos honrados. Con vuestra
caridad hemos podido llevar nuestras
misiones hasta los últimos confines
de la tierra... y enviar centenares de
operarios evangélicos á extender y
cultivar la viña del Señor. »
¡Oh! ¡qué brillante y elevada es vuestra
misión, amados Cooperadores! ¡cuántos
y cuántos sabrosos frutos no va produ­
ciendo con el apoyo que prestáis á
todas las obras de D. Bosco! Cuando
yo lo considero me siento impulsado á
unir mi voz á la del Sumo Pontífice y
(¿e lo intimo dcl corazón hago votos
también yo para que vuestra Pía Unión
« tanie de dia en dia 7nayor incremento,
y por la bofidad de D ios, llegue á ser
tal que, en todas las ciudades y aldeas
y en todas pa 7'tes, ó se viva el espíritu
del Fundador de los Salesianos, ó se cul­
tive su amor. » ¡ Sí, del espíritu de Don
Bosco! Acordémonos, beneméritos Coo­
peradores, que el espíritu de D. Bosco
es espíritu de trabajo continuo por la
salvación de las almas, un continuo sa­
crificio por el bien espiritual y material
de la juventud, especialmente pobre y
desvalida. D a m ihi anim as coetera
to ile : Dame almas y llévate lo demás:
He aquí la palabra de orden pronun­
ciada por D. Bosco, he aquí su inmu­
table programa. Quien ama á D. Bosco,
ama la juventud, se sacrifica por los

3



necesidados y por la gloria del Señor
nuestro Dios.

Obras realizadas por los Üalesianos
dnraníe el año 1904.
Os presento, pues, para vuestra sa­
tisfacción y consuelo, una rápida reseña
de las varias fundaciones llevadas á
cabo por los Salesianos durante el año
pasado, mediante el concurso de vuestra
caridad.
Dado el afecto que D. Bosco tenía
á los Oratorios festivos, me es grato
anunciaros que el año 1904 se señaló
por la fundación de varios de ellos.
En P is a y L io rn a se había abierto
ya un Oratorio, pero vista la necesidad
de asilar á mayor número de niños, y
el incremento que el existente había
tomado, se ha fundado en cada una de
dichas ciudades, un segundo oratorio.
Otro Oratorio, con Asilo de Huér­
fanos anexo, se inauguró en la indus­
trial cuidad de B arí, accediendo á las
repetidas instancias del Excmo. Señor
Arzobispo y á las generosas premuras
de un insigne bienhechor. Atendiendo
á las conmovedoras solicitudes del
Exmo. Sr. Obispo de Poten za, hemos
fundado también en esta ciudad un
Oratorio festivo y tomado á nuestro
cargo un pequeño seminario. En Schío,
junto al Oratorio, se ha fundado un
instituto de perfeccionamiento para los
jóvenes que desean asociarse á nuestra
obra. En F o g lizzo C anavese (Turín)
y en S. G regorio (Catania-Sícilia) he­
mos abierto dos Colegios teológicos
para los estudiantes de nuestra Pía So­
ciedad : en E ste (Padua) tomamos la
dirección del Colegio Municipal.
No sólo en Italia, sino también en
varias otras regiones del antiguo y nuevo
Continente, se han llevado á cabo nue­
vas fundaciones. En Londres, junto

li

con un Oratorio abierto poco ha, hemos
aceptado la dirección de una nueva pa­
rroquia. Se ha inaugurado también en
L ondres una nueva Misión para los
Polacos en Patriot Square, al Este de la
ciudad. En Sierk (Lorena-Alemania)
se ha fundado una casa con el título de
S. José, destinada á la asistencia es­
piritual y protección de los numerosos
emigrantes italianos de aquellos alrede­
dores.
En D ilbeek (Bélgica) y en Carabanchel (Madrid) con gran consuelo
mío, se han abierto otros dos Colegios
de teología. C ád iz ha visto inaugurada
otra escuela de artes y oficios, gracias
á la inteligente y generosa caridad de
una ilustre Cooperadora. En D a sza w a
(Austria) hemos abierto con buenos
auspicios la segunda casa de^la Polonia
.Austriaca. En Constantinopla. habién­
dosenos cedido un local conveniente,
hemos dado mayor desarrollo á aquella
obra, y finalmente en Palestina, á donde
con ternura se dirigen los pensamientos
de todos los cristianos, en Jerusalén
hemos fundado una escuela para Emi­
grantes.
Pasando al América, me es grato se­
ñalar también nuevas fundaciones. En
E l C uzco, una de las más antiguas
ciudades del Perú, se ha establecido
una escuela práctica de agricultura. Se
ha inaugurado un colegio en B a g é
(Río Grande del Sud-Brasil) y una es­
cuela de artes y oficios con Oratorio
festivo anexo en B atataes (S. PabloBrasil). En V illa C oncepción (Para­
guay). precisamente en el año jubilar
de la Inmaculada Concepción, se ha po­
dido fundar un establecimiento de artes
y oficios, y en A sunción, con casa pro­
pia. dar estabilidad á la obra. En la
República Argentina hemos abierto
la casa de C ó rd o b a, en donde tanto

tiempo hacía esperaban á los Salesianos. En la Patagonia central hemos du­
plicado el personal de R a w só n (Chubut) para dar principio dentro de poco
á dos ó tres nuevas fundaciones. En
la Patagonia Meridional se bendijo la
parroquia del P o rven ir y el 15 de
Mayo se inauguró otra parroquia en
Sta. C ruz con Colegio salesiano anexo:
en U sw h aia, capital de la Goberna­
ción Argentina de la Tierra del Fuego,
tomamos á cargo nuestro una capilla
para beneficio de aquella población.
Como podéis ver, amados Coopera­
dores, gracias á Dios y á la bendición
de María Auxiliadora y apoyados por
vuestra caridad hemos emprendido nu­
merosas fundaciones.
Pero no puedo pasar por alto la her­
mosa Esposición que en los meses de
Agosto, Septiembre y Octubre se ce­
lebró en el Oratorio de Turín. Como
todos sabéis, tratábase de conmemorar
dignamente el quincuagésimo aniver­
sario de la fundación de las Escuelas
Profesionales de Valdocco (Turín) y
ningún modo nos pareció más conve­
niente para tan fausta memoria, como
celebrar una Exposición ¿riejial (la 2*)
de las escuelas profesionales y granjas
salcsia7ias, con la intención también de
dar más amplio desarrollo á esta obra
y de atraer sobre ella la estimación y
el apoyo de toda clase de personas. Y
en efecto la solemnidad con que se dió
principio á la exposición, las ilustres
visitas con que altos personajes la hon­
raron y el esplendor con que fué ter­
minada, y todo el conjunto, no sólo
resultó un brillante homenaje á la ve­
nerada memoria de Don Bosco. sino
también una feliz revelación de la obra
misma para rodos los que la visitaron.
Pues augustas A insignes personas tri­
butaron grandes elogios á tan provi-



5

dencial institución y demostraron con
gran efusión su más vivas simpatías.
Sea por todo alabado el Señor; y
las personas, que han contribuido al
cumplimiento de tantas obras y al feliz
éxito de la exposición, reciban las más
cordiales sentimientos de nuestra per­
petua gratitud.

Fundaciones de las Hijas de María Auxiliadora.
Si la Vireen Auxiliadora bendice
todas las obras salesianas, no puede
menos de bendecir también, y en par­
ticular manera, al ejército de sagradas
vírgenes que se honran con llevar su
nombre.
Las Hijas de María Auxiliadora, en
efecto, han llevado á cabo durante el
1904 numerosas fundaciones. En V ia rigi (Alexandria-Italia) tomaron la di­
rección de un Asilo con Oratorio fes­
tivo anexo; una fundación semejante
establecieron en O ttavian o (Pavia): en
R etorbido (Pavia) y en B risigh ella
(Romagna), junto con asilo y oratorio
festivo, han abierto también escuelas.
En L io rn a (Toscana) gracias á la ge­
nerosidad de una ilustre familia, inau­
guraron una escuela de perfecciona­
miento para el personal; R o m a posee
también un importante oratorio festivo
para las ninas. En C on eglian o (Veneto). G arettola (Milán) y P erosa A r­
gentina (Turín) establecieron colegios
para obreras. Se han establecido asi­
mismo en T o u m a i (Bélgica); en S a ­
lam an ca han abierto un educandado
bajo la advocación de María Auxilia­
dora. En B atataes (Brasil) establecieron
un Colegio con oratorio festivo, en
Ponte N o v a del Brasil regentan un hos­
pital: en C ach o eira do Cam po, Corum bá y en S. P a b lo , también en el
Brasil, abrieron escuelas de labores y
oratorios festivos. En M éjico, capital, un



asilo infantil y escuelas de labores, en
Sta. T e c la (República del Salvador), un
asilo de huérfanas, en R io Sta. Cruz
(Tierra del Fuego) un Colegio con orato­
rio festivo, en P u n ta A ren as (Patagonia
Meridional) un asilo de huérfanos eri­
gido con ofertas privadas; en Cuenca
(Ecuador) una residencia para la Mi­
sión de los Jíbaros, y finalmente en C o­
lom b ia se prepara el personal para
un nuevo Lazareto.
Y parece ser que la Divina Provi
dencia las llama á fundar durante este
año nuevas casas en S. Colom bano
(Milán), F orm igin e (Módena) y en
Cornedo (Venezia), pues las prácticas
de fundación están bastante adelantadas.

Propoestas para el año 1S05.
Pero es tiempo ya, amados Coopera­
dores, de que pase á enumeraros los
proyectos que quiero proponeros en
modo especial para el año 1905, al
que, por suma bondad de Dios, hemos
llegado. Me contentaré con enumerar
sólo tres.
I.
— Durante el año que empieza,
como habréis podido ver en el último
número del B olktIx , la obra á que de­
bemos dirigir nuestras mayores solici­
tudes, son las M isiones Salesianas.
Más de 150 Misioneros salieron, en
los meses de Octubre y Noviembre, de
varios puertos de Europa con rumbo
al Africa. Asia y á las Repúblicas Ame­
ricanas. Gracias á este refuerzo de per­
sonal, sin ejemplo en la historia de
nuestra Pía Sociedad, se consolidarán
las fundaciones existentes y se estable­
cerán otras nuevas. Apenas lleguen los
nuevos Misioneros á Cuyabá, capital
del Matto Grosso, saldrá de allí una
expedición para fundar otra colonia de
Coroados-Bororós con el título de Co­
lonia de la Inmaculada, á diez leguas



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de distancia de la del Sdo. Corazón:
y sí no se frustran mis esperanzas, á cien
km. de Cuyabá, en el camino que lleva
á las Colonias, se fundará una residencia
para poder con mayor facilidad sub­
venir á las necesidades de los Salesianos de ambas Colonias y á los nume­
rosos hijos de la floresta que se gua­
rezcan en derredor de ellos. Este nuevo
centro de misión será consagrado al
Protector de la Iglesia Universal , al
glorioso Patriarca S. José.
También la misión de la Patagonia
Central será considerablemente ampli­
ficada. El Excmo. Sr. Cagliero, aunque
promovido á la sede arzobispal de Sebaste, y á causa de su avanzada edad
la S. Sede le haya establecido en Italia,
sigue siendo aún Vicario Apostólico de
la Patagonia: el gobierno espiritual
queda á cargo de dos Provicarios que
él ha nombrado: el R. P. Esteban PaglÍLT¡, en la Pata|^onia septentrional y
el R. P. Bernardo Vacchina, en la cen­
tral. Cuanto antes se establecerán en
el C hubut (Patagonia Central) dos ó
quizás tres residencias: una^ en Treleu,
otra en G ajm an y la tercera en lugar
conveniente aún por determinar.
Me es grato también anunciaros que
en la isla de M acao se abrirá en breve
la primera casa salesiana de China, y
están bastante adelantadas las tractativas para otra .importantísima funda­
ción en M eliapor en la India Oriental,
cpie deberá llevarse á cabo en el tér­
mino de este año, si nada se opone al
acuerdo tomado con el Excmo. Señor
Obispo de aquella población. Es pró­
xima también otra fundación en la dió­
cesis de Calcutta, cuyo Arzobispo ha
determinado el sitio para los hijos de
D. Bosco.
Como véis, el año que ahora em­
pieza será memorable en la historia de



nuestras misiones, ya por el desarrollo
que tomarán los centros ya existentes,
ya por las nuevas residencias que se
han de fundar y por los nuevos y es­
paciosos horizontes que se abren ante
nuestra Pía Sociedad en la China y en
la India. Este es el homenaje particular
que hemos determinado ofrecer á María
Auxiliadora en el Santo Jubileo de la
definición dogmática de su Concepción
Inmaculada, pero para realizarlo nece­
sitamos más que nunca de vuestra ge­
nerosa cooperación.
II. — Os recomiendo asimismo cua­
tro grandiosas iglesias que la Socie­
dad Salesiana está presentemente cons­
truyendo, además de algunas otras no
tan grandes, pero no menos importan­
tes, como la que se está construyendo
en honor de María Auxiliadora en Riobamba (Ecuador). La primera de las
iglesias mencionadas es la que se edifica
en Milán en honor de S. Agustín; la
segunda en Florencia, dedicada á la
Sda. Familia; la tercera en honor del
Sdo. Corazón en la cumbre del T ib idabo (Barcelona); la cuarta como ho­
menaje al Sdo. Corazón de Jesús y
María Auxiliadora, en Buenos Aires.
Todas estas construcciones requieren,
como es natural, sumas ingentes y con­
tinuas.
I I I . — Pero lo que entiendo reco­
mendar con mayor empeño á vuestra
caridad es la manutención de tantos
pobres niños artesanos enteramente
confiados á los cuidados de los hijos
de D. Bosco. Sólo para los huérfanos
de Francia, que tuvieron que seguir á
nuestros hermanos en su destierro y
que instantemente nos recomendaron
nobles y generosas personas de aquella
República, hemos abierto tres casas,
una en Tournai (Bélgica), otra en Guernesey (isla Normandas dependientes de

Inglaterra) y la tercera en San Pier
d’Arena cerca de Génova. A estos
añadid muchos otros huérfanos recogi­
dos en las Casas salesianas de la Pa­
lestina y otras regiones, y decidme qué
es lo que podría hacer el Sucesor de
Don Bosco si por un solo instante le
faltase vuestro generoso auxilio.
R eflexiones im portantes
y conclusión.
Llegado á este punto, amados Coo­
peradores, no puedo menos de haceros
algunas reflexiones.
Cuando el 1889 yo por primera vez
os dirigía esta carta-reseña, recuerdo
que os decía; Pensemos en la satis­
facción que hemos de experimentar,
especialmente en el instante de la
muerte, cuando casi en presencia del
Supremo Juez, temblando quizás por el
recuerdo de debilidades pasadas, al con­
siderar que en el cielo hay ya almas
que interceden por nosotros, alguien
que fui instruido en casas fundadas y
sostenidas por nuestra caridad, ó sal­
vado por los Misioneros que nosotros
hemos socorrido, ó que volvió al recto
sendero por obra de un sacerdote que
nosotros hemos ayudado en su voca­
ción ó en sus estudios... Pensemos ade­
más en que Dios ha prometido que la
caridad^ que hemos usado con los de­
más, El la usará con nosotros y que
derramará ámanos llenas sobre nuestras
familias las más escogidas bendiciones.
Este año os vuelvo á hacer estas
mismas reflexiones, y os exhorto á los
mismos pensamientos, y si me es lícito
añadir una súplica, os diré: socorredme
ahora, como lo hicisteis aquel año, en
que todos conmigo sentíais el dolor de la
reciente pérdida de Don Bosco. — En
vuestras necesidades, en vuestras an­
gustias, en las enfermedades, en los

litigios, en los apuros y en todas las
dolorosas circunstancias de la vida, re­
cordaos, amados Cooperadores, de las
palabras que D. Bosco os dejaba como
testamento: « Sintiéndose, en estos
> tiempos más que nunca, la falta de
» recursos materiales para educar en
» la fe y en la moral á los niños po» bres y desvalidos, la Sma. Virgen
» se ha constituido Ella misma su pro» tectora ; y este es el motivo por el cual
» dispensa á los Bienhechores de los
» niños, muchas gracias espirituales y
< temporales extraordinarias. »
Dejad, pues, que os exhorte á recu­
rrir con toda confianza á la poderosa
intercesión de María Auxiliadora y que
os asegnare con D. Bosco, que si vos­
otros hacéis vuestras las necesidades
de las Obras Salesianas, que Ella ha
tomado bajo su protección, nunca os
negará su pronto y eficaz auxilio.
Antes de terminar, dedicaré un sen­
tido y afectuoso recuerdo á los miles
de Cooperadores que durante el año
han dejado de existir, y mientras in­
voco la misericordia del Señor sobre
sus almas, y el premio de su caridad,
los encomiendo vivamente á vuestras
fervorosas oraciones.
Prometiéndoos y asegurándoos que
los Salesianos todos y sus alumnos, y
las Hijas de María Auxiliadora con
sus alumnas, rogarán por vosotros al
Señor y á su Sma. Madre para que
os colmen de bendiciones, os prometo
que me acordaré también yo de vos­
otros en mis oraciones y me profeso,
beneméritos y amados Cooperadores,
vuestro S. S.

Miguel Rúa Pbro,
Turín, I® de Jtuero de 1905.

Indulgencias y Privilegios
otorgados por Su Santidad á los Cooperadores Salesianos

Atesorad más bien para vosotros
tesoros en el cielo.

(Mati!. vi, 20).

a Iglesia, depositaría de los méritos de Jesu­
cristo, nos abre sus tesoros inagotables, nos
convida á participar de ellos y como el Profeta
nos dice^ Vosotros todos los que tenéis sed, venid
á las aguas puras, y los que no teneis plata, apre­
suraos... venid y comprad sin oro y sin plata (Isai.
LV, I . ) .
Mientras tenemos tiempo y los tesoros de la
gracia están abiertos, acudamos á enriquecemos
con bienes eternos que no perecen: cuando nos
llegue el instante de la muerte, estos solos tesoros
llevaremos con nosotros á la vida futura, á esa
vida futura que, si no son muchos los que la
niegan, son innumerables los que la descuidan¡Ah! Es por desgracia cierto que sólo las rique­
zas y el bienestar materiales absorben los cui­
dados de la mayor parte de los hombres: los
bienes del cielo son pocos los que los buscan.
Dios ha puesto el mérito aun en los actos más
insignificantes, con tal que los dirigíamos á El:
y la Iglesia por su parte enriquece con indul­
gencias nuestras obras buenas. De modo que todo
cristiano solícito de su vida futura, de su eter­
nidad, puede acumular cada día sin gran sacri­
ficio, innumerables méritos para el cielo. Y no
sólo necesitamos gracias para la vida presente
y méritos para la vida futura, sino que también
tenemos cuentas pendientes con D io s, cuentas
que si no las ¡lagamos en el tiempo, deberemos
pagar en la eternidad. Somos deudores ante Dios.
Y á esto ha puesto también remedio la Iglesia:
de los méritos infinitos de Cristo saca sus tesoros
y los reparte á los fieles que acuden á Ella y
cumplen lo que Ella ordena. Las indulgencias
son partidas pagadas en el tiempo sobre la deuda
de la eternidad, son un atajo para ir al cielo sin
pasiir por el Purgatorio.
La Iglesia en todo ha puesto las indulgencias,
en todas partes nos brinda con el perdón: en los

E

deberes domésticos, en las oraciones, en las obras
de caridad, en los actos piadosos, hasta en los
mismos preceptos. Y si en todas partes el cris­
tiano tropieza con ocasiones de culpa, Dios en
todo rejíone el principio de perdón: allá hasta
donde llega el peligro, llega también la mano
maternal de la Iglesia, para curar con el bál­
samo de la gracia, las heridas que el cristiano
reporta en la lucha de la vida. Sólo necesitamos
buscarlo.
Os repetimos, pues, á vosotros, amados Coo­
peradores, á vosotros que formáis parte de la
milicia de la caridad, os repetimos con nuestro
Divino Maestro: Atesorad más lien para vosotros
tesoros en el cielo.
*%
Nuestro Smo. Padre Pió X (q. D. g.) felizmente
reinante, en su augusto Autógrafo del 17 del
p. pdo. Agosto, dirigido al R. P. D. Miguel Rúa,
Superior de la Pia Unión de Cooperadores Sa­
lesianos, con un rasgo de paternal bondad, se
dignó conceder á la misma Unión, las Indulgen­
cias y Privilegios ya otorgados por sus dos glo­
riosos Predecesores Pío IX y León X III, de
siempre feliz recordación.
Damos aquí el catálogo especificado y auténtico
de la S. Congr. de Indulgencias con su respectivo
Decreto.
S U M A R IO
de la s Ind ulgencias, P riv ile g io s é Indultos
con cedidos á lo s C ooperad ores de la
S o cied a d S alesian a.
I.
IND U LGEN CIAS P L E N A R IA S
A)
— A los Cooperadores de la Sociedad Sa­
lesiana que, confesados y comulgados, visiten
devotamente una Iglesia 6 Capilla pública, y
meguen en eUa según la intención del Sumo



9

-

D) — Finalmente in articulo mortis si, confe­
Pontífice, se les conceden las siguientes Indul­
sados y comulgados 6 al menos contritos, pro­
gencias.
nunciaren devotamente el SS. Nombre de Jesús
I® E l día que dieren su nombre á la Unión de
con la boca, al ser possible, ó al menos con el
Cooperadores; 2®Una vez al mes, el día que cada
cual quiera acoger; 3® Igualmente una vez al corazón.
mes, el día que asistan á la Conferencia; 4® Asi­
II.
mismo una vez al mes el día en que bagan el
ejercicio de la Buena Muerte; 5° E l día que por
IN D U LG EN CIAS ESTACIO N ALES.
primera vez se consagren al Sdo. Corazón de
En los días de Estaciones señalados en el Misal
Jesús; 6® Cada vez que por ocho días consecu­
Romano,
los Cooperadores visitando cualquier
tivos se retiren á hacer Ejercicios Espirituales.
Iglesia
ú
Oratorio
público y rogando según la
B)
— En las siguientes fiestas, si hicieren las
intención
del
Sumo
Pontífice, lucrarán las mis­
mismas prácticas de piedad;
mas
Indulgencias
que
lucrarían si visitasen per­
I® De la SSma. Trinidad: 2® Natividad de
sonalmente
en
dichos
días
las Iglesias, dentro ó
N. S. Jesucristo; 3®Circuncisión; 4®Smo. Nombre
fuera
de
Roma,
indicadas
en
el Misal, con tal que
de Jesús; 5® Epifanía; 6® Transfiguración de
cumplan
las
demás
prácticas
impuestas.
N. S. J. C.; 7° Pascua de Resurrección: 8®Ascen­
sión; 9° Pentecostés; 10® Corpus Chrisii', ii® Pre­
III.
ciosísimo Sangre de N. S. J. C.; 12® Domingo de
Ramos; 13® Invención y 14® Exaltación de la
IN D U LG EN CIAS PA R CIA LE S.
S. Cruz; 15® S. Familia de Jesús, María y José;
— De siete años y siete cuarentenas á los
16® Immaclada Concepción y 17® Natividad de
Cooperadores
que, al menos contritos de cora­
María; 18®Presentación, 19®Anunciación, 20®Des­
zón;

siempre
que renueven la consagración
posorio, 21® Visitación. 22® Purificación, 23® Ade

mismos
al
SS.
Corazón de Jesús;
sunción, 24® y 25® Siete Dolores de María (el
2
®
Todas
las
veces
que
enseñan á otros el modo
Viernes después del Dom. de Pasión y el I lle r
de
ayudar
á
Misa;
3
®
Todos
los Viernes de Cua­
Dom. de Sept.) 26® Sagrado Corazón y 27® S.mo
resma
rezando
cinco
Padrenuestros,
Avemarias
Nombre de María; 28® S. Rosario, 29® Materni­
y
Glorias
en
memoria
de
la
Pasión
de
N.
S. Jesu­
dad, 30® Pureza de María Sma.; 31° La Virgen
cristo.
del Carmen; 32® Aparición y 33® Dedicación de
B) — De trecientos dias, siempre que, al menos
S. Miguel Arcángel; 34® S. Juan Bautista; 35®Cá­
contritos
de corazón, hagan cualquier obra de
tedra de S. Pedro en Roma y 36® en Antioquía;
piedad
6
caridad.
Todas y cada una de las In­
37® C:ónversión de S. Pablo; 38® Commemoración
dulgencias
hasta
aquí
enumeradas, con excepción
del mismo S. Apóstol; 39® Sta Cecilia V. y M;
de la plenaria que puede ganarse in articulo
40® S. Roque Confesor.
C)
— Todas las veces que los Cooperadores mortis, son aplicables por las almas del Purga­
recen cinco Padrenuestros, Avemarias y Glorias torio.
por la paz de la Cristiandad, y un PaUr, Ave y
IV.
Gloria según la intención del Sumo Pontífice,
P R IV IL E G IO S.
podrán ganar todas las indulgencias de las esta­
ciones de Roma, de la Porciúncula, de JerusaI® Todas las Misas que cualquier Sacerdote
lén y de Santiago de Compostela, con tal que
celebre en sufragio de los Cooperadores difuntos,
se observe el Decreto de la S. Congr. de Indul­
son siempre y dondequiera privilegiadas.
gencias del 7 Mayo de 1678, que empieza; D í 2® Los Sacerdotes Cooperadores gozan del
latae saepius (i).
indulto del altar privilegiado personal, tres dias
cada semana, con tal que no hayan impetrado
(1) En este decreto se establece que las Indulgenaas
indulto para otro día.
de las Estaciones de Roma, así llamadas, no se pueden
3® Los Sacerdotes Cooperadores que ejerzan
ganar sino en los días señalados por el Misal Romano,
y que una Indulgencia Plenaria, para los^ wvoí, conce­
el
cargo de Directores Diocesanos, sí están apro­
dida á la visita á una iglesia ó á una práctica piadosa,
generalmente no se gana sino una sola v m al día. Pero
bados para Confesar y con el permiso del Ordi­
no es necesario para ganarlas saber distintamente el
nario, tienen facultad:
número y la cualidad, basta el estado de graaa, la in­
tención y rezar devotamente los seis FaUr, A v e j Gloria
a) De bendecir fuera de Roma (privadamente
prescritos para los únes indicados.

10
en todo tiempo, pero públicamente solo en Ad­
viento, Cuaresma y en tiempo de Misiones ó
Ejercicios Espirituales en que predican al pueblo)
Rosarios, cruces, Crucifijos, estatuas ó medallas,
y de aplicarles las Indulgencias Apostólicas, y
á los rosarios además las indulgencias llamadas
de Sta. Brígida (i);
b) De dar con el Crucifijo ó simplemente con la
señal de la cruz, en el último sermón de Ad­
viento, Cuaresma, Santas Misiones ó Ejercicios
Espirituales, la Bendición Papal con indul­
gencia plenaria, que ganarán los fieles que, con­
fesados y comulgados, asistieren á dicho sermón
y hubieren oido en los mencionados tiempos, al
menos cinco sermones de dichos sacerdotes.
c) De dar á los fieles Cristianos moribundos
(observando la formula y rito de la Constitutución Pia Mater de Benedicto X IV , d. s. m.) la
Bendición Apostólica con indulgencia plenaria,
que podrán ganar los mismos fieles, con tal que,
según la mencionada Const., estén debidamente
preparados (2).
V.
IN DULTOS.
I® Los Cooperadores que estando enfermos ó
convalecientes, no puedan cómodamente salir
de casa, podrán ganar todas las referidas In­
dulgencias si rezaren, en vez de hacer una visita
á la Iglesia, cinco Padrenuestros, Avemarias y
Glorias.
2® Los Cooperadores que viven en lugares
donde no existe ninguna Iglesia de la Sociedad
Salesiana, podrán lograr las Indulgencias otor­
gadas á dichas Iglesias por los Romanos Pontí­
fices, si visitaren su Iglesia parroquial, obser­
vando las condiciones que deben observarse (3).
3® Los Cooperadores que viven en los Semi­
narios, Colegios ú otras Comunidades, pueden
ganar tanto las Indulgencias proprias de la
Unión de los Cooperadores, como las que se

(1) Para aplicar estas indulgrencias k los menciona<los
objetos piadosos, basta formar la intención y hacer sim­
plemente la sedal de la crus sobre los objetos, aunque
no se pronuncie nin^'una palabra.
(a) La fórmula para dar la Bendición Apostólica con
Indulgencia Plenaria i los moribundos, se encuentra en
el Ritual Romano bajo el titulo: Benedictionis Aptisio¡tea I* artü'uio mortis a sacerdotibus ad id deiegaiis
impertiendít.
(3I Esto es, si después de haber confesado y comul­
gado para ganar la Indulgencia Plenaria retaren alH una
oración según la intención del Sumo Pontífice

conceden á las Iglesias de la Sociedad Salesiana,
si, cumpliendo las demás condiciones, visitan
la Iglesia, 6 á falta de ésta, el Oratorio privado
de sus respectivas Casas (i).
D ECRETO.
La Sagrada Congregación de las Indulgencias
y Sagradas Reliquias, sirviéndose de las facul­
tades á E lla concedidas por Nuestro Smo. Señor
el Papa Pío X , benévolamente confirmó y con­
cedió de nuevo en favor de los Cooperadores de
la Sociedad Salesiana, las Indulgencias, privi­
legios é indultos enumerados en el precedente
índice; poniendo no obstante á los mismos Coo­
peradores , tanto Sacerdotes como seglares, la
condición que, si quieren gozar de las mencio­
nadas gracias espirituales, deberán rezar todos
los días la Oración Dominical con la Salutación
Angélica y un Gloria Patri etc. según la inten­
ción del Sumo Pontífice, añadiendo la invoca­
ción: Sánete Francisce Salesi, ora pro nobis;
y ha mandado además que en lo venidero los
mencionados Cooperadores sean sólo partícipes
de las Indulgencias y gocen sólo los Privilegios
é Indultos que se han expuesto en el referido
Indice (2).
L a misma S. Congregación quiere que dicha
concesión sea valedera in perpetuum, también
para el tiempo futuro, sin que sea necesario ex­
pedir Breve alguno. Y ésto á pesar de cualquier
disposición contraria.
Dado en Roma, de la Secretaría de la mis­
ma S. Congregación, el 2 de Octubre del año 1904
{Lugar del sello)
A. Card. T R IP E P I, Prefecto
Por el R. P. D. DIOM EDES PANICI
Arzob. de Laodicea, Secretario,
JOSE M. Can. CO SELLI, Sustituto.

(1) Como en la nota precedente.
(2) En vet de los antiguos Indultos y Privilegios que
se les hablan concedido direltamenie.



II



"O

E NUESTRAS MISIONES

w

e O L O M B lR -

Misión en el Lazareto de Contratación
(Carla del R. P . E. Rabagliati)
Contratación, 9 de Mayo de 1904.

M i amado y venerado Padre Rúa:
’a terminado la misión en el Lazareto de
Contratación y, gracias á Dios, ha ter­
minado bien, á pesar de que había co­
menzado algo mal. Me explico.
A l dar principio á esta misión temíamos no
encontrar los elementos necesarios para llevarla
á feliz término. Algunos días antes me escribía
el P. G arb ari: « Si V. quiere de veras dar una
misión, busque confesores; porque los dos que
aquí estamos nos encontramos en tal estado
de salud que estamos incapaces hasta para
confesar: jubilados á la fuerza. »
El Sr. Obispo de la diócesis lo sabía, y cuando
yo llegué á Contratación me envió una tar­
jeta asegurándome que me mandaría dos sacer­
dotes, que después jK>r .justas razones no pu­
dieron venir.
Pero si yo no contaba con la cooperación de los
dos sacerdotes que el dignísimo Prelado me había
prometido, estaba sin embargo seguro de que
nuestros dos Salesianos, si bien inválidos, se pres­
tarían gustosos para confesar, y ésto me bastaba.
Pero uno de ellos se declaró desde el primer día
fuera de combate; el pobre P. Garbari durante to­
do la misión no pudo alzar cabeza: sólo pudo ha­
cer un esferzo para decir la Misa el último día. De
todos modos las solas Comuniones distribuidas
durante la Misión llegaron á mil ochocienies ctncuenla, sin contar las de las Hermanas, que co­
mulgaron en su capilla particular. Estos frutos,
después de la gracia de Dios, primer factor de
todas las empresas morales y materiales, fueron
debidos en parte á la distribución de 40000 p e ^
que hice antes de comenzar la misión, y también
(y creo que los lectores del Boletín no lo advinarían aunque lo estuviesen pensando hasta el día
del juicio) y también á un ¡Grafófono^ Lo había

comprado en Turín pocos meses antes, precisa­
mente para divertir un poco á mis queridos le­
prosos: y después de habérmele llevado á Agua
de Dios (donde trabajó de firme durante la mi­
sión) no podía negársele á Contratación. Im­
posible es describir el efecto producido por la
máquina cantante y parlante. Todos los días,
después del sermón de la tarde y terminadas las
confesiones, se reunían todos en la plaza pública
pidiendo el grafófono, y no era posiblie negarlo.
Hasta una tarde que llovía á cántaros, cuando
yo me creía que toda aquella buena gente se
habría retirado á descancar y pensaba á dar va ­
caciones á mi máquina, al abrir casualmente la
puerta de casa que da á la calle, vi la plaza llena
de gente que esperaba pacientemente el grafó­
fono. Y como que estaban ya todos mojados
y parecía imposible decirles que se retirasen para
no mojarse más , el sacrificio que habían hecho
bien merecía una recompensa: y también aquella
tarde hizo sus gorgoritos nuestro grafófono. La
fama de una máquina que cantaba y hablaba
se extendió bien pronto por los pueblos vecinos, y
muchos eran los que venían á Contratación para
oirla; casi todas las tardes se renovaba el audito­
rio. Imposible es describir los joh! y ¡uh! que salían
de la boca de aquella buena gente. «Si no fuera un
sacerdote quien trae y maneja esta máquina, me
decía un leproso hombre de instrucción, toda esta
buena gente huiría espantada, creyendo que
dentro de la máquina hay una cuadrilla de dia­
blos. * He aquí explicado en gran parte el enig­
ma de las 1850 comuniones hechas en la Misión.
Pero, se me dirá, ¿qué relación hay entre las
Comuniones y el pobre grafófono? - Si, señores,
y grande. Vean Ustedes. Muchos de los labrado­
res que venían al Lazareto para conocer de vista
la maravillosa máquina parlante, no pensaban
siquiera en la misión, pero cayeron en sus sa­
ludables lazos; y yo creo que esta fué la causa
de que tantos quedaran presos en ellos. Ved
aquí como un invento humano puede conver­
tirse en instrumento de salvación. Pero el gra­
fófono desempeñó también un papel principal
en otra función. Aquí el Sto. Rosario se reza en
todas las familias, y conozco á algunos que de­
jan de ir á Misa, pero no de rezar el Rosario:



12



será efecto de ignorancia, en ésto no me meto, lladas. Cinco Hijas de María Auxiliadora van
pero el hecho es este. Eran por tanto muchos á abandonar el Lazareto y volverse á Bogotá.
los que me pedían rosarios. Pero yo que había Otras cinco se quedarán aquí para ocupar el
llevado estampas, medallas y escapularios para puesto de las que se van y que, después de seis
todos, me había olvidado desgraciadamente de años de sacrificios y privaciones, necesitan res­
los Rosarios. ¿Qué hacer pues? En buerihora me pirar otros aires, ver otros semblantes, sentir
acordé que tenía dos docenas de rosarios traídos otras impresiones..... L a separación,- á los que
últimamente de Roma, tocados y bendecidos por se van y á los que se quedan, ha de costar sin
Su Santidad Pío X . Tuve una buena inspiración: duda muchas lágrimas. ¡ Fenómeno verdadera­
y annuncié una solemne lotería. Mandé escribir mente extraño del corazón del hombre, que llega
á aficionarse al dolor mismo! De las cinco, nin­
ios nombres de todos los leprosos en papelitos
á la hora señalada todos estaban en la plaza que guna de ellas quisiera partir; y están extenudas
hay delante de nuestra pobre residencia, Las y rendidas, y hace ya seis años que vinieron á
extracciones se hacían en series de veinte nom­ este Lazareto á sepultarse en vida!... sólo las
bres; el vigésimo nombre que salía de la urna, mueve el pensamiento de que haciendo este sacri­
era proclamado solemne­
mente y se le daba un Ro­
sario del Papa; después los
músicos del grafófono toca­
ban ó cantaban una pieza
de las que había en su re­
pertorio. De este modo to­
dos pasaron dos horas de
santa alegría. ¡Se necesita
tan poco para entretener
á estos pobres leprosos casi
siempre mustios y tristes!
El Sr. Obispo de la Dió­
cesis concurrió también con
su generosidad á regocijar
el corazón de todos. El dia
antes de la clausura de la
Misión recibí de Socorro
(residencia episcopal) una
tarjeta del prelado conce­
bida en estos términos « Le
E 1 P . MalAn en medio , A su derecha el P . BAlzola y A los lados los tres Bororós
envío dos vacas y un buey
que los acompañaron A CuyabA. fy ¿ a s « la p ¿ g . 19).
con algunas otras cargas
de comestibles y objetos, para que los distri- ficio obedecen y que, una vez restablezcan sus
buuya entre todos los leprosos, y pasen ale­ perdidas fuerzas, podrán volver á sacrificarse
gre el último día de la misión, de la que estoy otra vez. Pero yo estoy seguro que todas se
seguro habrán sacado mucho provecho. » La quedarían gustosas en su puesto de honor, aun
voluntad del bondadoso prelado fué cumplida que supieran que habían de sucumbir bajo el
fielmente , y aquel mismo día todos los enfermos peso de la cruz que espontáneamente han abra­
tuvieron un buen quilo de carne y algunas otras zado.
Aquí, cerca de nuestra casa, hay una gran
cositas. Todo ésto alegró en gran manera los
ánimos y los dispuso para tomar buenos propó­ multitud de gente reunida: nadie habla, el si­
sitos. ya que el Señor se había mostrado con ellos lencio es general y apenas interrumpido por al­
gunos sollozos que no se pueden contener. ¿Pero
tan generoso y bueno.
Fruto inmediato de esta misión fué la funda­ por qué esta muchedumbre y esta conmoción?
ción de la compañía de la Adoración perpetua, Es que el amigo y padre de todos, el P. Garbari
que en otro tiempo se había eregido en este la­ debe salir para Bogotá y se encuentra en un
zareto, pero que poco á poco había ido cayendo estado de salud verdaderamente lastimoso. Na­
die lo dice, pero todos lo sienten; quizá no le
en desuso.
Once de Mayo. — H oy es día de partida gene­ volveremos á ver: y todos se aprietan para llegar
ral y también de general llanto. Desde el apo­ hasta la p uerta, para verle y que él los vea mejor.
sento en que estoy escribiendo, veo frente á la Y o quiero ser el último en salir, para presenciar
casa de las Hermanas, cinco caballerías ensi­ la escena y poderla describir... Pero es ya hora,



1

y el P. Garbari no parece. Entro en su cuarto
para darle prisa y le encuentro excitado; tiene
los ojos preñados de lágrimas; absorto en un
pensamiento que lo domina, no entiende lo que
le digo y no me responde. Mientras pasea agitado
por el cuarto, si bien el reuma le tenga casi para­
lizadas las piernas, con aire decidido me dice:
«Padre, hoy no salgo, nó, no puedo salir; saldré
otro día, pero hoy no puedo, » y el llanto le in­
terrumpió las palabras. E l misterio estaba des­
cubierto; no eran los dolores físicos, sino los
moral^ los que le hacían llorar: el virtuoso Salesiano se s ^ tía incapaz de abandonar, quizás
para siempre, á sus queridos leprosos con quienes
había vivido siete largos años, y pedía una pró­
rroga.... que yo no pude negarle. Por ahora se
queda aquí; partirá dentro de pocos días, y en
secreto, con nuestro hermano Angel M. Cuenca y
otro buen amigo', que le acompañarán hasta
Bogotá ó á donde le destine la obediencia.
Mi misión aquí está y a terminada, al menos
por ahora. Ahora parto para Bucaramanga,
capital de este departamento de Santander, para
defender á toda costa la causa de estos infelices.
Bendiga, amado Padre, á los sanos y á los
enfermos, á los Salesianos y á las Hijas de María
Auxiliadora y demás empleados del Lazareto,
y en j)articular bendiga á este su afmo hijo en
el Señor.
E V A SIO R A B A G L IA T I Pbro.

BRASIL
De San Pablo al Matto Qrosso
{Relación del R. P . Antonio Malán).
Cuyabá, 25 Junio 1904.

Rdo. Sr. D. ^figuel R ú a :
Antes de ayer, después de un vúaje de más de
cuatro meses, volví á Cuyabá. Me embarqué
en el puerto de Cuyabá á bordo de la lancha
Ypiranga el día 13 de Febrero con dirección
á la ciudad de Corumbá. Me acompañaban algu­
nas hijas de María Auxiliadora que iban á dicha
ciudad para fundar un colegio de niñas.
El viaje fué delicioso; íbamos en compañía del
ilustre Comandante Enrique Sta. Ana, íntimo
amigo y apologista infatigable de nuestro malog­
rado Mons. Lasagna y grande bienhechor de
nuestras casas de Corumbá, quien nos trató con
exquisita finura. E l viaje, que duró 4 días, lo
pagó el Gobierno del Estado, siempre solícito
sostén del progreso y de la instrucción. L a fun

%



dación de un colegio de niñas honra altamente
á la ciudad de Corumbá; el colegio que van
á abrir las Hermanas será un jardín cerrado
en que crecerán, con la educación moral y
religiosa, muchas de las futuras madres de fa­
milia, de las que depende en su mayor parte
el porvenir de la sociedad. Todas estas causas
bien las comprendió la población de Conimbá,
que acogió á las Hermanas con señales de re­
conocimiento y entusiasmo. Desde el día que
llegaron hasta el i® de marzo, en que se estable­
cieron definitivamente en el Colegio, fué un
continuo ir y venir de personas á la casa de Da.
Luisa Poupina Carbalho, en donde recibían cor­
tés hospitalidad. De este modo han quedado
satisfechas las ansias de las familias de Corumbá
que tantos esfuerzos han hecho por conseguir
un colegio de Hijas de María Auxiliadora, es­
pecialmente el 1897, año en que hizo su visita
la Superiora General de las Hermanas.

Ea busca de recursos para la Colonia del Sdo. Co>
razón de Jesús — En Río Janeiro — De Río
Janeiro á Barreíro.
El I® de Marzo salí de Corumbá para la capital
federal, navegando por el río Paraguay y to­
cando en Asunción y ciudad del Plata; me lle­
vaba allá el pensamiento de recoger limosnas
para la Misión, pues el maravilloso desarrollo
que ha tomado nos obliga á establecer otra co­
lonia, á diez leguas de la actual, y ésto con el
fin de no aglomerar los salvajes. En la del Sdo.
Corazón hay ya 350 que, si bien amansados por
las enseñanzas de nuestra santa religión, no
pueden perder de un golpe su natural fiereza.
Hermosa y consoladora es esta obra de apos­
tolado civil y religiososo, que ha de conceder el
beneficio de la i)az y bienestar á estas regiones
continuamente regadas con sangre fraterno....
pero cuántos sacrificios no le cuesta al misionero!
A veces nos encontramos sin recursos, y nos
hemos visto obligados á acudir a la caridad de
los Mattogrossenses, que gracias á Dios, nunca
nos han n ^ ado sus limosnas. Pero la civiliza­
ción de la numerosísima tribú de los CoroadosBororós que pueblan las selvas inmensas del
Matto Groso (región tres veces mayor que Es­
paña) es una empresa tal, que requiere el con­
curso de todos. Me anima al trazar estas líneas
la misma esperanza que me animaba al empren­
der mi último viaje, ésto es, de encontrar cora­
zones generosos que se interesen profundamente
por las conquistas inseparables de la religión y
de la civilización.
Fui , pués, á Río Janeiro para pedir al Go­
bierno federal reculaos para nuestra Misión. El
Exemo. Sr. Presidente me acordó una audiencia
«a»



privada en su palacio dePetrópolis; laconferencia
fué cordialísima, interesante y duró más de una
hora. Del Gobienro obtuve algonos centenares de
monturas del ejército para nuestros salvajes, y
el Sr. Ministro de obras públicas me concedió
jmerto franco en los trasportes nacionales para
todos los objetos destinados á la Colonia.
Obtenido , pues, mi intento y agradecido tam­
bién á otras muchas personas de la capital y de
otras ciudades de la confederación, me dirigí á
S. Pablo, con la intención de ir hasta Goyaz
en tren y desde allí continuar por tierra el ca­
mino hasta Araguary y Cuyabá, atravesando
parte del Estado de Minas Geraes, todo el es­
tado de Goyaz y todo el de Matto Grosso. Por­
que, habiendo pasado por S. Pablo y debiendo
estar en la Colonia el mes de Junio, era para mí
más difícil volver á Río Janeiro, ir desde allí por
mar al Plata y subir por él lentamente á Cuyabá
y de Cuyabá seguir á caballo el viaje á la Colonia
para después volver á Cuyabá. Me decidí, jmes,
á hacer el viaje por tierra, con la intención tam­
bién, de visitar el Estado de Goyaz, en donde
empieza á reinar grande entusiasmo por nuestra
Misión, y para poder visitar asimismo á muchos
buenos cristianos que sólo de tarde en tarde
pueden ver á un sacerdote.

De S. Pablo á Araguary — Cordial acogida.
Llegado que hube á S. Pablo, la grande ciudad
industrial de la Federación de los Estados uni­
dos del Brasil, me puse á preparar lo necesario
para el largo viaje. Figúrese, no tenía en el bol­
sillo más que 30 francos, habiendo empleado
todas las limosnas en comprar regalos y utensilios
para los Indios de la Misión. Pero nuestro buen
P. Zeppa, á quien e.xpuse mi situación, con bon­
dad más que fraternal me ]>roporcionó 240 fr.
dejando por saldar una cuenta que entonces
mismo le presentaban. El día 22 de abril con
270 francos en el bolsillo y acompañarlo del coad­
jutor Eduardo Saraco y de un ex-alumno de
nuestro Colegio de Cuyabá. me puse en camino.
El buen P. Zeppa nos acompañó á la estación
y nos pagó el billete hasta la próxima ciudad de
Campiñas, que dista tres horas de tren de la ca­
pital. Aquellos excellentes hermanos nos deja­
ron óptimas impresiones,
A las 7 i de la tarde llegamos á Campiñas,
donde nos esperaba el Sr. Director P. Giudice,
quien no sólo nos dió cordialísima hospitalidad
y 240 fr. para nuestro largo viaje, sino que nos
acompañó hasta Riheiráo Preto. Dios se lo pague
á nuestro generoso hermano y á los socios de
la compañía Mog\'ana. que nos concedió pasaje
gratuito desde Campiñas hasta Araguary, aho­
rrándonos la suma de 480 fr. que para nosotros
fué una limosna providencial. En Ribeiráo Preto

14



nos esperaba el R. P. Eúclides, coadjutor del
Párroco de aquel importante centro, y antiguo
alumno del Colegio de Lorena. En casa del Pá­
rroco fuimos agasajados por él y por la madre
del Párroco, el Can. Sequeira, que estaba ausen­
te. A la mañana siguiente después de haber ce­
lebrado la misa y abrazado al P. Eúclides y Giúdice partimos para Uberada, L a línea del Ferro­
carril atraviesa panoramas espléndidos á la
sombra de extensísimos cafetales. Empezaba
entonces la recolucción. Veía al pasar niños y mu­
jeres en alegres comitivas recoger en cestas el
fruto de la aromática y de ellos predilecta bebida,
y mis pensamientos volaban á Provenza, mi
amada patria, á la cosecha de aceitunas á que
asistía en mis primeros años.
Hasta Uberaba el viaje fué felicísimo; llega­
mos á las 12 de la noche. Dos Padres Dominicos,
el P. Hamois que acababa de Degar de Europa
y el P. Dardedien, procurador de convento de
Uberaba que desde una estación telegrafió al
Superior nuestra llegada, nos hicieron amable y
sabrosa compañía. E l afable Superior, R . P.
Deswisins se dignó salir á recibimos á la estación,
de acompañarnos hasta el convento y de colmar­
nos de atenciones.
Uberada es una villa pequeña, pero fioreciente, con 8. ó g mil habitantes, situada en el
triángulo Minero, ésto es, en la parte meridional,
que tiene la forma de un triángulo del extensi>
estado de Minas Geraes. Es actualmente Sede
episcopal de la diócesis de Goyaz, á cuyo pastor
el Exemo. Sr. Duarte Silva, prelado celoso ó i nfatigable, no tuve la dicha de visitar por estar du­
rante aquellos días en Roma. Pero durante mi
breve permanencia en Uberada pude visitar al
Vicario General de la Diócesis, Mons. Ignacio
Javier, quien me concedió amplias facultades
para administrar los SS. Sacramentos á los fieles
que quisieran aprovecharse de mi paso. Uberada
es un centro activo de comercio y abundan las
casas de educación tanto para los niños como
para las niñas. Además de las Escuelas nacio­
nales y municipales, cuenta con imjx>rtantes es­
tablecimientos dirigidos por los PP. Dominicos
y Agustinos, con un Colegio de HH. Maristas
y otro de Dominicas. La villa posee varios pa­
lacios artísticos y los PP. Dominicos están cons­
truyendo un suntuoso Santuario en estilo gótico
dedicado á Sto. Domingo que será el centro na­
cional de la devoción al Sto. Rosario. A los exce­
lentes hijos de Sto. Domingo les damos públi­
camente las más rendidas gracias.

En Araguary — Contratiempo — En marcha.
E l día 25, á las 5 de la tarde, llegamos á Ara­
guary, la Intima estación del ferrocarril, donde
nos esperaba el P. Joaquín Mestelán que había



sabido nuestra llegada por los PP. Dominicos
de liberada. El buen párroco nos trató con ex­
quisita finura. Pero nuestro amigo Calixto B ar­
bosa, residente en Registro do Araguaya, con
quien había yo contratado por telégrafo desde
Río Janeiro que nos serviría de guía en nuestro
viaje, no había llegado aún. Después de larga
espera llegó finalmente (había hecho 28 días de
penoso viaje) pero con animales inútiles y sin
medios para la vuelta. Me vi, pues, en la necesidad
de proveerme otros dos animales con sus respecti-

1 5



En Araguay vi una negra de 130 años de edad.
Yendo un día en compañía del Párroco á visitar
el cementerio de la ciudad, topamos con dos
negras: una de ellas me pareció tan vieja y tan
robusta al mismo tiempo, que caí en la tentación
de preguntarle su edad. « \A\\ Señor! respondió
en curiosa jerga: yo misma he llegado á olvi­
darme, pero dicen los que me conocen que tengo
y a 130 años. » Y la otra negra que la acompa­
ñaba, añadió: Ello es verdad, Señor, jiorque
cuando una negra empieza á encanecer ya ha

Matto (irosso — ladiecltos Bororés baotlrcdos por el P. AUláo el 10 de lanío de 1904.

vos aparejos; eran nada menos que 740-fr. que
tenía que sustraer á mi capital de 500 francos,
problema á la verdad bastante difícil. Pero el
Párroco, que goza de merecida estimación, hizo
que me diesen á crédito dos caballerías. Pero al
salir de rm enredo me vi de nuevo en otro: el Sr.
CaÜxtome envió una tarjeta con estas palabras:
En la situación pecuniaria por que atravesamos
debo manifestarle como buen amigo, que nuestra
caravana está desprovista de medios para la
travesía; por tanto tome desde ahora las medi­
das que creyere oportunas.
Humanamente hablando nuestra situación
era crítica, pero yo confiaba en la Divina Pro­
videncia y me abandoné en sus amorozos brazos.

pasado de los ciento. El párroco además era de
su mismo parecer.

üoa familia ejemplar — Peajes — La Sucury.
E l día 3 de Mayo por la tarde salimos de Ai aguary. Encantador fué el breve camino que hicimos
hasta la puesta del sol, en compañía de nuestro amigo Justino Monteiro en cuya hermosa hacienda
pasamos la noche. ¡Cuánta piedad y caridad no
reina en aquella cristiana familia! Al día siguiente
todos asistieron á la Sta. Misa: y nosotros edifi­
cados con tanta piedad, partimos con dirección
al Este, caminando á la ventura, porque nin­
guno de nosotros ^ b ía el camino que de Araguary conduce á Goyaz. Y por ésto muchas veces

— i6
perdíamos el sendero ó el juicio como nos decía
un matiUa (ó habitante de la floresta) á quien
pregunté por el camino: «¡IhP.Vicario! me decía,
ha perdido V. el juicio allá lejos, m uy lejos. »
Aquella tarde, como Dios quiso, llegamos ya
de noche á Ponte Nova ó Paranahyba, donde pa­
ramos. El puente que da el nombre á la pobla­
ción, es de magníñca construcción en hierro y
mide 200 metros de largo. Allí á mi tísico porta­
monedas le dieron una sangría de 23 francos,
])ues los pasejeros que quieren pasar por el puente
tienen que pagar 13 ir. de peaje á la compañía,
y todos deben soltar además 10 fr. para tener
libre tránsito por el estado de Goyaz.
El día 5 lo pasamos todo él á caballo y reco­
rrimos unas 6 leguas. Llegamos por la tarde á una
choza perdida en la floresta, en que esperábamos
pasar la noche; pero al acercarnos, vi que los que
la halutaban se daban á la fuga espantados, que­
dando sólo de guardia dos pobres idiotas que
nos recibieron con una risotada vulgar.... ¿Qué
era aquello? No lo sé; pero nosotros picamos es­
puela á nuestros caballos y seguimos el camino
hasta que cerró la noche. Nos apeamos al ñn;
colgamos nuestras hamacas y pasamos la noche
á la belle cloile, bajo la capa del cielo. Pero el
viento frío y húmedo y los innumerables insectos
que nos acosaban, no nos dejaron descansar casi
nada y tuvimos que levantarnos muy de madru­
gada j^ara continuar la marcha. Pero aquella
noche pasada al sereno le fué perniciosa á uno
de nuestros camaradas, que se cogió unas calen­
turas tremendas; en Campininhas se agravó y
tuvo que quedarse allí al cuidado de los carita­
tivos Padres Redentoristas.
A eso del anochecer llegamos á un viejo puente
de madera, llamado Veríssimo y tuve que des­
embolsar 8 fr. de.peaje. En la venta del puente
compré la espléndida piel de sucury que le mando.
Figúrese, que en el vientre de este animal, que
á tiros habían matado debajo del puente poco
antes de llegar yo, fué hallado un cerdo domés­
tico bastante grande. Sucury es una enorme ser­
piente que llega á tener de veinte á veinticinco
metros de larga, uno de diámetro y tres de circonfcrencia; es anfibio: anda si se quiere, poco á
poco. |>ero es terrible cuando se arroja sobre la
jiresa. Con la extremidad se enrosca en un árbol
para tomar empuje y dar el salto. Magallanes
compara el íinj^etu del sucury al del río Amazo­
nas cuando desemboca en el Atlántico, Este ani­
mal vive en las riberas de algunos ríos.

Nuevo rasgo amoroso de la Divina Providencia —
Una pobre madre — En Sapé, Bella Vista y
Campininhas.
Nuestras caballerías estaban ya cansadas y la
marcha se iba haciendo cada vez más lenta.

tanto que en la próxima estación de Arrayal
Novo dos Paulistas me vi en la dura necesidad
de comprar otra bestia para aligerar la carga de
las demás. Pero el busilis estaba en los cumquibus.
Me encomendé á la Divina Providencia y expuse
mi situación al hostelero, el buen Juan Vieira
Machado: y éste, que nunca me había visto y
nunca me había oido nombrar, me ofreció con
el solo título de amistad una buena caballería y
450 fr. pagaderos cuando me conviniera. Resta­
blecidos así nuestros intereses, proseguimos el
viaje el día 7 por la mañana: por la tarde atra­
vesamos el río Corumbá pagando 7 fr. de peaje.
Así como en los tiempos mitológicos se le ponía
al muerto una moneda en la boca, para que con
ella págase el pasaje del Aqueronte en el viaje
extremo, así el viajero que pasa por estas sole­
dades debe poner en manos de los guardias de los
puentes algunos francos para poder pasar. Y
si por una parte, el encontrar un puente en medio
del desierto produce alegría en el caminante y
anima á los caballos, por otro no lo es tanto para
el que lleva vacía la bolsa. Pero nosotros confiá­
bamos en Dios, en cuyo nombre nos habíamos
puesto en camino.
A l día siguiente, en el mismo lugar, cuando es­
tábamos para poner pie en el estribo, se me pre­
sentó un pobre hombre, suplicándome visitase á
su mujer gravemente enferma en una choza no
lejos de allí, mientras él iba en busca de algún
remedio. Acompañado por Alberto me dirigí á la
choza en que, según las indicaciones que me
había dado aquel Hombre, debía estar la enferma.
Llegamos y ¡qué desgarradora escena se pre­
sentó á nuestros ojos! La |X>bre mujer atormen­
tada de atroces dolores y delirando, yacía sobre
un pobre jergón, y al rededor doce niños llora­
ban desconsolados. Me acerqué, les dije palabras
de aliento, les di una medalla de María Auxilia­
dora y después confesé á la madre. Cuando se
hubo reconciliado con Dios la pobre mujer se
sintió tan consolada, que olvidando casi sus
proprios padecimientos, empezó á dar órdenes a
su numerosa familia. La serenidad de su sem­
blante y el acento de madre devolvieron la tran­
quilidad á aquellas inocentes criaturas; y noso­
tros con el corazón algo más consolado, nos des­
pedimos y nos pusimos en viaje.
El día de la Ascensión llegamos á Sapé: ce­
lebré la Sta. Misa, á la que asistieron muchas
personas del }>ueblo y de los alrededores y des­
pués, para llegar con algunos días de anticipa­
ción á la capital de Goyaz, donde tenía que tra­
tar algunos asuntos relativos á la Colonia del
Barreiro, me adelanté con Alberto; y e n efecto
llegamos seis días antes que el coadjutor Saraco
y demás compañeros. También en la larga y
enojosa travesía de Sapé á Goyaz los PP. Re*

17 —
dentoristas de Bella Vista y de Campininhas nos
ofrecieron cordial y fraterna hospitalidad. En
Bella Vista estos activos Misioneros regentan la
Parroquia y tienen la dirección espiritual del
incipiente pero próspero colegio de niñas dirigido
por las Dominicas: dan además continuas mi­
siones en los pueblos cercanos. En Campininhas
poseen un importante establecimiento que es
como el centro de la misión. Esta villa, como su
mismo nombre lo indica, está situada en medio
de frondosos y sanos campos: pero este año se
ha ensañado en ella la viruela que ha sembrado la

los postres predilectos del Emperador D. Pedro)
y tocamos la ciudad de Curralinho, que dista 7 le­
guas de Goyaz: nos hospedamos en casa del buen
Sr. Vicario D. Pedro Rodríguez Fraga, activo
Cooperador Salesiano que difunde las Lecturas
Católicas entre sus feligreses. Llegó á Curralinho
pocos minutos después de nosotros el P. Rosario,
dominico, Director de un importante centro de
misión en Porto Nacional en el Estado de Goyaz,
con quien me entretuve en íntimo y suave co­
loquio acerca de las misiones católicas: esta con­
versación me consoló é instruyó mucho y yo no

Matto OroBBo — ladfecltaB Bororós baatizadas por el P.
la desolación en los lugares cercanos, y gracias
á las enérgicas resoluciones adoptadas por el
gobierno de la capital, se ha podido contener la
peste.

Goyabada — Eo Curralinho — Un Santuario de
la Virgen — En Goyaz.
Agradecidos á las finezas de los PP. Redentoristas, salimos de Campininhas el día 17 ho*’adando la floresta,como dicen con frase expresiva
los Caiparas ó habitantes de esta región, con
dirección á Goyaz á donde llegamos después de
cuatro días de viaje. Pasamos por Arrayal de Goyabada (así llamado por su abundante producción
de guayaba, que, según dicen, formaba uno de

Maláa

el 12 de Juoio de 1904.

la olvidaré nunca. A legua y media de la Capital
de Goyaz, visité un Santuario de la Sma. Virgen
que se levanta en una colina, y á donde acuden
numerosos peregrinos: á los pies de la Sma. Vir­
gen le dimos gracias por el favor que hasta en­
tonces nos había dispensado, y le suplicamos
siguiera protegiéndonos en lo que nos quedaba
del viaje, que no carecía de peligros. Aquel pa­
norama despertó en mí alma dulces recuerdos,
por la semejanza que hay entre él y el de C^xipó
cerca de Cuyabá.
Finalmente, después de pasar por otra aldehuela, llamada Bacalhau, mejor construida y
r^ a d a por las aguas de un torrente, llegamos á
la CapitaL

Aspecto de Goyaz — Celo de los PP. Dominicos —
La fiesta del Corpus Cbristi en Registro de Araguaya — Hacia la Colonia del Sdo. Corazón.
Goyaz está situada en un fértil y delicioso
valle y rodeada, á manera de muralla, por la
cadena de los Montes Dorados, entre los que
domina, alta y soberbia la cima de Cantagallo.
A primera vista el lugar parece oscuro y triste,
I)cro en realidad es hermoso, alegre y salubre;
allí no se conocen las epidemias. El terreno es
ondulado, pero las calles son buenas y bien emj)cdradas; un cristalino torrente baña la ciudad.
El comercio y la industria, á causa de la dificul­
tad de transporte, se reduce á poco. Posee una
academia de Derecho y una Escuela Normal.
Durante los siete días que pasé en Goyaz, los
PP. Dominicos me dieron generosa y grata hos­
pitalidad. Hace 22 años que los hijos de Sto.
Domingo se han establecido allí, y con un celo
verdaderamente apostólico trabajan por el pro­
greso moral y material de la comarca, repartien­
do abundantemente á los fieles el pan del alma
y no ]iocas veces también el del cuerpo. ¡Ojala
que el Taumaturgo del S. Rosario, mande mu­
chos y celosos hijos, siempre generosos y sabios,
á esta fértil viña del Señor. !
Durante la semana que pasé en Goyaz tuve
la satisfacción de hablar con varias distinguidas
personas de la capital, y todas me instaban á
que fundase allí un Colegio de artes y oficios. Y
el Sr. Presidente dél Estado, el Ex.mo Sr. Dr.
Javier de Almeida insistió para que.aceptásemos
la Misión de los indios Carayás (de los cuales
encontramos varias hordas en las florestas de
Goyaz) prometiéndonos su decidido apoyo en
una empresa como esta tan filantrópica y tan
útil á la nación. Pero con no poco sentimento
mío, tuve que responder que por ahora no nos
es ¡cosible dedicarnos á esta misión, dándole sin
embargo esperanzas de que algo más adelante,
cuando la divina Providencia nos envíe mayor
número de misioneros, podremos cumplir sus
dcscí>s que son también los nuestros. Créame,
amado Padre, las dulces imjuesiones que los
jnadosos y hosintalrios habitantes del Estado
de Goyaz dejaron en mí, quedarán siempre gra­
badas en mi corazón.
la alborada del 26 de ^fayo volvimos á mon­
tar en nuestras muías, y el primero del mes del
Sdo. Corazón llegamos á Registro de Araguaya.
El viaje fuó felicísimo y de provecho para muchas
almas, que raramente ven á un sacerdote católico:
por desgracia no faltan ministros protestantes
bien retribuidos j>or la Sociedad Bíblica, que
visitan anualmente estas inmensas regiones. La
cordial acogida que nos disjíensaron en el sim­
pático pueblo de Registro nos consoló no poco,
y casi creíamos haber terminado nuestro viaje

Era la vigilia áoi Corpus Christi. Todo el pueblo
se reunió en la Capilla y me invitó á que les di­
rigiera algunas palabras y después á confesar,
ya que muchos deseaban comulgar al día si­
guiente. ¡Figúrese, amado Padre, qué alegría
para el corazón de un Misionero! En la Capilla
encontré más de 200 personas. A l día siguiente
todos asistieron á la S. Misa y muchos -recibie­
ron la S. Comunión, consolando así el agraviado
corazón de nuestro buen Jesús; pude administrar
también el bautismo á varios niños. Con el co­
razón rebosando de alegría, salimos de allí con
dirección á la suspirada Colonia del Sdo. Corazón
de Jesús.

Encuentro con el P. Bálzola — Acogida de los in­
dios — Examen de los niños — La fiesta del
S. Corazón — 55 Bautizos — Halagüeñas es­
peranzas.
A ocho leguas de la Colonia nos salió al en­
cuentro nuestro querido P. Bálzola. En su com­
pañía el espacio que nos quedaba por andar, se
nos pasó en un momento, pues la narración del
progreso de la Colonia fué como un rocío bené­
fico que nos regocijó el alma y devolvió las fuer­
zas al cuerpo.
Llegados á un kilómetro de la aldea, nos en­
contramos con unas 30 niñas, las más pequeñas
de la Colonia, que con las Hijas de María Auxi­
liadora, estaban ansiosas de darnos la bienvenida.
Unos 300 metros más adelante llegó á nuestro
oido un griterío casi salvaje; eran los niños indios,
asistidos por los Salesianos Crema y Bernardino, que venían también á saludarnos. Cien
metros más allá nos es]ieran cuatro caciques á
la cabeza de una cudrilla de hombres, que en­
sordecían con sus gritos, y más atrás las mujeres.
Entramos finalmente bajo la deliciosa sombra
de la alameda que sirve de amplio y magnífico
pórtico á la aldea del S. Corazón. Por ambos
lados al zan las palmeras sus esbeltos troncos
como innumerables columnas (si no son las co­
lumnas en la arquitectura que imitan los tallos de
las ]>almeras) agitando sus copudos jHjnachos que
refrescaban, como immensos abanicos, aquella
fiesta salvaje. De todas las partes de la floresta
salían voces de júbilo y vivas. « ¿Nos encontra­
mos entre salvajes ó entre civilizados? ' Esta era
la pregunta que yo me hacía á la vista de aquel
espectáculo; y sin poder contener léis lágrimas,
di en mi corazón gracias al Señor jx)r la visible
protección que dispensa á nuestros prisioneros.
De allí nos dirigimos á la Capilla, y con el alma
inundada de gozo entonamos el Tedeum- ¡Co­
mo podré yo expresar los sentimientos de mi
corazón al oir los versículos de este himno
sublime, pronunciados con acento salvaje sí,
pero con ferv’or, por nuestros buenos neófitos!

iQ —
Era el 6 de Junio, Aquella noche nos fuimos
á descansar con el corazón rebosando de alegría.
Al día siguiente se dió principio al triduo de
preparación á la fiesta del S. Corazón, que este
año queríamos celebrar con particular entusias­
ma, pues debía formar época en los anales de
esta Colonia. A las pláticas, que terminaban
siempre con la Bendición con S. D. M., asistieron
todos con religioso fervor durante los tres días.
Entretanto examiné á las niñas indias instruidas
por las buenas Hijas de María Auxiliadora y á
los bugrinhos (niños indios) preparados por nues­
tros Hermanos. Los examiné en religión, en el
canto de letrillas sagradas, en lectura y escritura
y en los primeros elementos de aritmética. Nunca
había experimentado tanto gusto en examinar:
el adelanto de mis buenos indiecitos superó mis
aspectación. Figúrese, amado Padre, en un año
de enseñanza, á ratos perdidos, nuestros buenos
Misioneros han enseñado á los niños — las ver­
dades de nuestra Sta. Religión, las oraciones Os
Adoro, Padrenuestro, Avemaria, Credo, Salve,
Angel del Señor, los mandamientos y varias
letrillas sagradas; los niños saben ya silabear,
leer y copiar bastante y cuentan conveniente­
mente hasta loo.
Llegó por fin el día lo de Junio, fiesta del Sdo.
Corazón de Jesús; los primeros albores ilumina­
ron una escena magnífica y conmovedora para
el alma de un civilizado. En medio de la plaza
de la Colonia, en un palo de i8 metros de largo,
flameaba la bandera nacional besada por las
brisas embalsamadas de la mañana y saludada
por los gritos festivos de los Bororós, que se sen­
tían también ellos hijos de la patria Brasileña.
Era el símbolo del sentimento patriótico que
empezaba á despuntar puro é inmaculado en su
corazón en que brotaba ya el pimpollo de la fe.
A la S. Misa asistieron todos los civilizados é
indios. Terminado el S. Sacrificio, para honrar
al Sdo. Corazón, administramos el Bautismo á
29 niños Bororós, dejando para el día 12, fiesta
de María Auxiliadora, bautizar á 26 niñas ya
preparadas para este solemne acto. ¡Con qué
fervor y edificación recibieron el S. Bautismo!
Los indiecitos se veía que comprendían los efectos
de este sacramento, pues iban diciendo y repi­
tiendo á todos que el Bope (demonio) había ya
salido de ellos y había huido lejos, más allá de las
selvas. Y era tal esta pereuasión en ellos que al­
gunas niñas se obstinaron en quedarse con las
Hermanas para no cometer pecados y que el
Bope no volviera á entrar en sus almas. Otras,
por respecto al Sacramento, iban preguntando
ingenuamente si aun podían rascarse la cabeza,
Los padres de los bautizados y todos los adultos
se mostraron contentos del acto y manifestaron
vivos deseos de recibir también ellos el S. Bau­

tismo, y nosotros satisfaremos sus deseos cuanto
antes, apenas estén preparados Lo restante de
la fiesta pasó en medio de la más inocente alegría,
entre los gritos de los Bororós y el disparo de
mortaretes.
Los ochos días que pasé en la Colonia queda­
rán entre los más dulces recuerdos de mi vida.
Visité á los indios en sus cabañas, los asistí on
la recolección del mijo, de alubias, mandioca;
en el cargamento y transporte de piedra, arena
barro y madera para la construcción; los vi
cuando abrían fosas y plantaban viñas; la vid
parece que prende bien. Asistí también á las
niñas mientras secaban la mandioca, la limpia­
ban y la molían. Le remito un saquito de ella
junto con algunas labores que hacen las indias
bajo la dirección de las Hermanas.
De los indios algunos hacen de carpinteros,
otros de albañiles y otros de labradores. Al volver
á Cuyabá nos acompañaron tres, y uno de ellos
jovencillo y bautizado y a , despejado y franco,
llenó de admiración al Presidente del Estado y
á todos los que le vieron; lee, reza, canta y cuenta
con singular desembarazo.
He aquí, pues, amado Padre, las noticias que
acerca de nuestra Colonia, y ex abundancia cordis
se me han venido á la pluma. Buena razón tene­
mos para estar satisfechos. Ahora que, gracias
al auxilio del cielo y á la generosidad de nuestros
bienhechores, los niños están ya medio civiliza­
dos, nuestros esfuerzos se dirigirán á los adultos.
Es necesario instruirlos, bautirarlos y bendecir
sus matrimonios, que es lo que ardientemente
deseamos.
Como V. R. puede ver, venerado P. Rúa. el
campo es extenso. Mil y mil infelices salvajes
esp>eran aún la voz del Misionero, para resucitar
á la luz de la fe y de la civilización, y jiostrarse
y adorar la Cruz salvadora, que debe reunir todos
los pueblos en el culto de un solo y verdadero
Dios y bajo el mando de un solo pastor.Pero es­
casean los Misioneros y los recursos materiales
no abundan: nos recomendamos, pues, á sus
oraciones y á su caridad, para que el Señor envíe
muchos y buenos obreros á su mies y siga ha
hablando al corazón de nuestros bienhechores,
para que nos sostengan con sus limosnas.
Con la esperanza de poder besarle la mano
el próximo agosto, y suplicándole se digne ben­
decir á todos losdel Matto Grosso y en especial á
los de la Colonia del Sdo. Corazón, me repito
su afmo. y obediente
Hijo in Corde Jesu
ANTONIO MALAN, Pbro.

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de María Auxiliadora

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JVSs tenemos la persuasión de que, en las vicisitudes dolorosos de los tiempos
que atravesamos, no nos quedan más consuelos que los del Cielo, y entre éstos,
la poderosa protección de la Virgen bendita, que fu é en todo tiempo el Auxilio
de los Cristianos.
Pío X.
¡ V iv a M aría A u x ilia d o ra !
Estando una persona de mi familia en emi­
nente peligro de muerte, el médico nos dijo
ie preparásemos, pues la vida se iba extinguiendo
por momentos. El enfermo hacía veinticinco
años que no se había confesado y por lo tanto
era costoso decírselo. Supliqué en tan apurado
trance á María Auxiliadora que me diera valor
para decírselo é invocando á María Auxilia­
dora me presenté al enfermo y le dije que era
necesario prepararse á morir. El enfermo lo
recibió bien, se confesó y la Virgen Santísima
le concedió una santa muerte.
Teniendo yo un bulto en el pecho y ha­
biendo dicho el médico que el mal estaba ya
muy adelantado, acudí con gran fé á María
Auxiliadora ofreciéndole, si me lo curaba, una
misa solemne y publicarlo en el B o l e t í n .
Y al momento oyó mi sáplica, haciéndomelo
desa¡)arecer repentinamente.
Me concedió también la curación de una
sobrina que padecía dolores de cabeza inso­
portables. y otros muchos favores al parecer
imposibles, pero que para esa bendita Madre
no lo fueron.
Al publicar lo presente, cumplo en todo lo
ofrecido y doy mil gracias á María por tan
señalados favores.
Vigo (España), 7 Agosto 1904.
L k o p o l d a C. D o m í n g u e z .

A cció n de g ra c ia s.
Al dirigirme de Buenos Aires á España en
un vapor de la Compañía Trasatlántica, frente
á las costas del Brasil y en alta mar, nos
sorprendió un furioso temporal que nos perseguió durante tres días, que para todos los

tripulantes fueron horribles. Las olas embrabecidas pasaban por sobre cubierta, en los
balanceos de estribor á babor el palo mayor
casi tocaba el mar, el viento zumbaba estruen­
dosamente cruzando el espacio rápidamente
innumerables rayos, el agua caía de los cielos
á torrentes, y el mar, enfurecido, estaba ya
para sepultarnos.
Las lanchas y salvavidas para el salvamento
ya estaban dispuestas, pero eran precauciones
inútiles, porque estábamos en medio de una
de las más horrorosas luchas que suelen librar
los elementos.
En todos los rostros se veían pintados la
angustia, el terror y la desesperación, espe­
rando el terrible desenlace por segundos. Yo
ya me había despedido de mi familia y del
mundo, y como los demás pasajeros esperaba
mi triste fin.
Al verme irremisiblemente perdido me acordé
de mi buena Madre y cual náufrago que se
ase á un madero, me dirigí á ella con la con­
fianza en el alma, y prometí hacer público este
testimonio de gratitud si nos librábamos de
esa tempestad.
Al día siguiente amainó la tormenta y lució
el sol, teniendo después un feliz y tranquilo
viaje, desembarcando sin novedad.
Como tan buena Madre se dignó escuchar
mi angustiosa súplica, para ser yo también
buen hijo, cumplo con mi promesa, manifes­
tándole públicamente desde estas líneas mi
profundo reconocimiento por tan excelsa gracia.
Navarrete (L<^roi\o-España), si de Junio de 1904.
D o m in g o L ó p e z
Representante de « La Ilustración
de Santiago de Chile.

»



i Qué buena e s M a r ía !
Pocos días antes de la fiesta de María Au­
xiliadora, vino á mi casa una persona amiga,
que con todos los raeilios posibles procura
propagar la devoción de la Virgen bajo el
hermoso título de Auxiliadora de los Cris­
tianos.
Habiendo visto que un hijo mío tenía los
ojos vendados, y sabiendo que hacía dos años
padecía de ellos sin que gastos ni medicinas
pudiesen mejorárselos, me aconsejó que fuera
al Oratorio Salesiano de S. Antonio de esta
ciudad, para que le dieran la bendición de
María Auxiliadora y le pusieran la medalla al
cuello, y me propuso que empezase una no­
vena. El mismo día de María Auxiliadora fuí
con mi hijo al Oratorio? y le dió un sacerdote
la bendición de Maiía Auxiliadora. Por mi
parte prometí mandar decir dos misas si con­
seguía la gracia. Desde aquel día mi hijo
empezó á mejorar y hoy está completamente
sano. Creo conveniente hacer notar que desde
el día en que recibió la bendición, no le visitó
ningún oculista ni se le aplicó ningún remedio.
María sola le obtuvo la curación. Gracias de
lo íntimo del corazón á María Auxiliadora.
Valencia (España), 29 de Julio de 1904.

D o l o r e s J e r iq u e .

[A u x ilio de lo s C ristia n o s, bend ita seas!
Hacía años que á consecuencia de la muerte
de una hija mía venía padeciendo ataques epi­
lépticos que me privaban *en absoluto de todo
conocimiento.
En vano acudí á la ciencia de los hombres;
lejos de sentir alivio con las medicinas que
me ordenaron, y no fueron pocas, aquellos
ataques fueron repitiéndose con más frecuencia
y in ensidaci hasta el punto de que, en uno
de ellos llegué á perder la vista del ojo de­
recho. y mi angustia creció en extremo ante
el temor fundadísimo, según la ciencia médica,
de que repitiéndose un nuevo ataque, llegaría
á perder el otro ojo y quetlaría ciega.
En esta aflicción acudí á la que es Madre
de todo consuelo, salud de los enfermos y
única esperanza nuestra; le ofrecí hacer celebrar
el santo sacrificio de la misa en uno de sus
altares, dar una limosna á una de las casas
de la A.sociación de Hijas de María Auxilia­
dora y publicar la gracia, si me era concedida,
en el Bo l e t ín S a l e s ia n o .
Desde el día en que hice tal promesa, y
hace ya bastante tiempo, los ataques han ce­
sado. conservo la vista y no siento otra mo­
lestia que los achaques propios de mi edad ya
avanzado.

Por ello, Madre amantísima de mi alma,

21



lleno de gratitud mi corazón, os tributo gracias
las más expresivas; y ansiosa de que cuantos
conozcan el bien que me habéis otorgado, me
ayuden á dároslas y en sus aflicciones y ne­
cesidades acudan con confianza á implorar
vuestro socorro y ayuda, publico lo que habéis
hecho con esta vuestra amantísima hija, que
también espera de Vos la salvación eterna de
su alma.
Utrera (Sevilla), 8 Setiembre 1904.

C. G. Vda. de R. V.
G ra c ia s á M aría.
Había llegado el tiempo de mis quintas y
viéndome apurado, acudí con la mayor con­
fianza á la Santísima Virgen María Auxiliatlora,
en cuyo título por muchísimas razones tengo
especialísima devoción. Todos los días la visi­
taba en la iglesia de la Trinidad y le j)cdía
me sacara con bien.
Estábamos entonces en la guerra de Cuba,
y sin embargo me vi libre por fallo de talla,
durantes los años de 189Ó-97 y 98, teniendo
dos revisiones cada año, saliendo libre en cada
una de ellas por no llegar á la marca, y fal­
tándome tan solo poquísimos milimetros y eso
que, haciendo falta hombres para Cuba raro
era el que se libraba de no entrar en la milicia
Llegué á salir con bien de todas las revi­
siones que durante esos tres años tuvieron
lugar; más quedándome la última, quiso Dios,
(y seguramente así me convenía) me sacaran
la talla, no teniendo por lo tanto ya exempción,
pues además me había tocado también un
número bajo en el .sorteo.
Entonces no quedaba otro recurso que la
redención en metálico, y como ésto era impo­
sible, no se hacía otra cosa que buscar reco­
mendaciones para que me destinaran al mejor
punto.
Entretanto se v'no al mes de Diciembre de
1899 debiendo de ingresar para formar parte
de batallón ; pero María Auxiliadora, á quien
en medio de mis tristezas invocaba con fre­
cuencia, vino en mi ayuda.
Como último recurso, fué mi padre (q.e. p. d.)
á ver á un pariente cercano de mi madre, el
cual mostrando deseos de librarme, puso la
dificultad de no tener por lo pronto disponible
los 6000 reales en plazo tan corto, como era
el de entregarlos en caja, después de varias
diligencias al día siguiente antes de las tre s;
volved mañana, le dijo, pero no lo cuente
Usted como seguro.
Pero, así como la Virgen Santísima iluminó
á mí padre, tocó también en el corazón á
dicho señor; pues al volver al otro día á su
casa y teniendo que esperarlo mi padre, entró



22

de la calle poniendo en sus manos la cantidad
induada, y sin exigirle documento ninguno, le
dijo que íuera deprisa á hacer las diligencias
necesarias, pues era escaso el tiempo que le
quedaba.
Poco antes de las tres, estaba todo arre­
glado, y esa misma tarde lleno de júbilo y
alegría el corazón, visitaba en la Sma. Trinidad
á mi celestial Libertadora.
En otra ocasión faltos de recursos mis padres
para poner cierta cantidad que se debía, in­
vocamos á la Virgen Auxiliadora, haciendo
unas tras otras varias novenas consiguiendo la
gracia apetecida.
1Oh ! cuantos favores le debemos á la Virgen
Santísima bajo la tan dulce invocación de A u­
xilio de los Cristianos, no hay gracia que le
pidamos á esta celestial y cariñosísima Madre
que sepa negarla; con muchísima razón al ver
tanta misericordia y amor en la Virgen Sma.
con el corazón rebosando de gozo nos vemos
obligados á decir como su felicísimo siervo
Don Poseo: i Cuan buena es María Auxiliadora!
Sevilla, 8 Diciembre de 1903.
M ig u e l A l v a r e z y G u t ié r r e z .
María Auxiliadora acudió prontamente en mi auxilio.

Gravísima era la situación en que me encontraba,
y lo (jue es peor aún, cerrados se hallaban los
caminos para salir de ella. En tan críticas circun­
stancias, é instigada por una devota de María A u­
xiliadora, resolví impetrar del Cielo el socorro que
necesitaba, á cuyo fin fuime á postrar ante la vene­
rable imagen de María, auxilio de los cristianos,
(jue se venera en la iglesia de la Sma. Trinidad de
esta ciudad. Oré con entera confianza de ser escu­
chada y prometí hacer en su obsequio una pequeña
limosna. En efecto al dirigirme de vuelta hacia mi
casa, encuentro abandonado entre los papeles y
barreduras de la calle, un décimo de lotería; reco­
gido y llevado á la administración, con grande
asombro mió, encuentro que está premiado con 230
pesetas, cantidad más que suficiente para remediar
mis a|)reiniaiues necesida<les. / CasnalUifíd! dirá
sin duda el descreitlo impío. ¡G nicia de Matdaf
repetirá con todo el énfasis de su alma
Una devota de María Auxiliadora.
Sevilln, 10 tic Julio de 1904.

{Cuán bondadosa es MaríaI

Agotado había ya los recursos de la ciencia, sin
que lograra, siquiera en pe^iuéña parte, mitigar
cierto padecimieiito at corazón que hacia algún
tienqH) me aquejaba y el que me tenía gravemente
enferma.
Desconfiaba ya de mi curación, cuando un dia
cruzó por mi mente la i^lea de pedir la gracia á
María bajóla advocación de .\uxilio de los cristianos,
ofreciendo al mismo tiempo hacerme cooperadora
salesiana si me obtenia tan gran favor. Desde en­
tonces comenzó á mejorar... .María Santisima había
oído mi súplica... ¡Cuán buena es Maríal
Sevilla, t9 de Julio de 1904.

E n r iq u e t a C a s t r o .

{Cristianos, á M aría!

Grave era la situación por la que tenia que pasar



una próxima parienta mia: aquejada hacía tiempo
de una grave dolencia, no había otro medio, á juicio
de experimentados facultativos, que exponerse á
sufrir una ariesgada y díñeilisima operación.
En trance tan apurado, me arrojé con entera
confianza en brazos de María Auxiliadora, á la que
ofrecí hacerle decir una misa, donarle un recuerdo
y publicar la gracia en el B o l e t ín S a l e s ia n o , si
todo salía como deseábamos.
i Cómo había de rechazar tal petición aquella que
se complace en que sus hijos la invoquen en sus
necesidades? La operación tuvo feliz resultado y la
entonces afligida enferma, hoy se halla completa­
mente curada.
¡Cristianos, acudid á María 1
Sevilla, 16 de Julio de 1904.

J. R. de M. M.

Dan también, con toda la efusión de su alma, gracias
á María Auxiliadora y envíau una limosna:
Antequera (Málaga) — Utta devota por muchos y
especiales favores obtenidos de tan buena Madre.
— Dos jóvenes, una de ellas religiosa y otra aspi­
rante, agradecidas á María Auxiliadora por haber
obtenido la salud.
Arrecife (de Lanzarote-Canarias) — Un Coopera­
dor salesiano se recomienda á las oraciones de los
Lectores del B o l e t ín para obtener una gracia.
Azuay (Ecuador) — Emilia Maldottado de Aguilar Coop. sal.', atacada de una fuerte pulmonía y
sin es¡>eranza en los remedios humanos, acudí con
toda mi familia y llena de confianza á María Au­
xiliadora. ; gracias á la bondad de tan buena Ma­
dre, estoy perfectamente sana. — Adelaida Agui~
lar: atormentada repetidas veces por una peligrosa
enfermedad, recorrí á María Auxiliadora y quedé
completamente restablecida.
Bahía de S. Blas (Argentina) — B, M. de B ,:
mi hijiia Erlisa estaba en peligro de sucumbir por
terrible enfermedad: desesperada de los remedios
humanos acudí confiada A María Auxiliadora pro­
metiéndole publicar la gracia. Mi liijita, gracias al
Poder de Maria, superó la crisis del mal y ahora
goza de la salud y alegría propias de su edad.
Bahía Blanca (Argentina) — Concepción Bidonde:
Hallándonos en el campo y lejos de todo recurso,
enfermó gravemente un miembro de la familia:
invoqué á María Auxiliadora y le prometi dar una
limosna. Maria oyó mis plegarias y hoy agradecida
cumplo mi i)rotiiesa.
Baracaldo (Bilbao) — Un devoto: Hallándome
bastante apurado en mis estudios y estando en
vísperas de exámenes, recurrí por dos años conse­
cutivos á Maria Auxiliadora prometiéndole una li­
mosna cada año y publicar la gracia : habiéndome
Ella benévolamente escuchado y atendido, cumplo
mi promesa.
Barcelona (España) — M. J . Coop. sal., da ren­
didas gracias á Maria Auxiliadora por haberle li­
brado de muchos peligros de alma y cuerpo, y
súplica se digne mantenerle firme en sus propó­
sitos y obtenerle pronto el objeto de sus deseos,
el sacerdocio. Envía agradecido una limosna.
Béjar (Salamanca) — D . Juan Peña Sánchez Pbro.,
por una gracia obtenida de Maria Auxiliadora.
Bogotá (Colombia) — Elisia D . de Durán, re­
ducida á guardar cama, postrada de fuerzas y cop
el t%mor de morir, acudí á María Auxiliadora pi­
diéndole la salud, si me convenía, y sino la resi-

— 23 —
gnación cristiana. Maria, madre bondadosisima,
escuchó mis plegarias y me concedió la salud : {sea
bendito su santo Nombre!
Canals { Valencia-España) — Milagro Gitiír:
quedo eternamente agradecida á María Auxiliadora
por el consuelo que me ha dispensado. Se encon­
traba gravemente enferma una de mis hijas y temía
por su vida. Puse á la cabecera de la cama de la
enferma una imagen de María Auxiliadora, y á los
tres dias el mal cesó por completo y hoy se en­
cuentra del todo restablecida. Doy en prueba* de
gratitud una limosna y hago pública la gracia.
Carballino (España) — María Mercedes Va/cárcel,
da una limosna en acción de gracias por un favor
recibido de María Auxiliadora.
Carcajente (Valencia-España) — Vicentíva Giuer,
por haber obtenido la curación de su hijita Con­
cepción, da una limosna y hace pública la gracia.
Curicó (Chile) — Adela Ararigue envía una li­
mosna por una gracia recibida de Maria Auxiliadora.
Córdoba (España) — S)r Mamtela de Araceli,
del Monasterio de Encarnación ; un hermano mió
se había quedado demente y todos sufríamos al
verle en tal estado : acudí á Maria Aux. con toda
confianza, y su curación ha sido completa. Doy
gloria á Maria Aux. publicando la gracia y pido
á tan buena Madre haga de mi hermano un mo­
delo de cristiano.
Coruña (España) — J . O.: en tres ocasiones he
acudido á implorar la protección de María Aux. y
me ha socorrido piadosamente dando oido y re­
medio á mis súplicas. Envió una limosna y ben­
digo agradecido el santo Nombre de María.
Dos-hermanas (Sevilla) — Una devota: he obte­
nido un grande favor de Maria Aux. por interce­
sión de S. José : en agradecimiento lo hago pú­
blico y doy la limosna para una ^lísa.
El Almenaro (Nicaragua) — Candelaria Morazán
afligida por una deuda que se le hacia difícil pa­
gar, invocó á María Aux. ofreciéndole una limosna,
hoy libre de su compromiso da gracias á su Bien­
hechora y cumple lo prometido.
General Conesa (Argentina) — Martina Núñez:
encontrándose mi abuelita gravemente enferma de
disenteria y al borde de la tumba, y no encon­
trando medios eficaces para sanarla, recurrí á María
.■ \u.\. prometiéndole varias prácticas piadosas si
me obtenia la gracia: conseguida ésta, cumplo lo
prometido.
Gerves (Sevilla) — Dolores Oiaves y Chaves:
Dos años liada que, con indecible amargura, venia
padeciendo un fuerte dolor de estómago unido á
fuertes dolores en una pierna : por una circunstancia
providencial conocí la devoción de Maria Aux. y
á Ella me encomendé. Bien pronto se hicieron
sentir en mi los efectos de su maternal bondad y
hoy, completamente curada, doy rendidas gracias
á la Auxiliadora de los Cristianos.
Granada (Nicaragua) — Petrona S-'qiteira de Montíel: rogué á María Aux. que me librase de un mal
violento que padecía y prometí dar una limosna :
Maria escuchó mis ruegos y yo agradecida cumplo
lo prometido.
Ibídem — Dolores Ramírez: encontrándose su
Sr. tío, Serapio Ramírez con una extraña eimpción
en un dedo, los especialistas después de inútiles
medicamentos declararon al paciente atacado de
diabetes é incurable. Acudí á María Aux. prome­
tiendo hacer una novena, publicar la grada y hacer
una limosna. Durante la novena el enfermo empezó
á mejorar y hoy se encuentra completamente sano,
por lo que da infinitas gradas á la Virgen de Don
Bosco y cumple su promesa.

Las Pedroñeras (Cuenca-España) — Restituía
Fet'nández da gracias á Maria Aux. por haberla li­
brado de unas calenturas perniciosas y envía una
limosna en agradecimiento.
Madrid — M. D . P .: gracias á María Aux. por
haberme concedido un favor.
Ibídem — C M .: agradecido á Maria Aux. por
haberme sanado de una enfermedad.
Málaga (España) — Isabel Roca de M, acudí á
Maria Aux. en un asunto que interesaba á mis hijos
y que parecía imposible de resolver: prometí ilar
una limosna y publicar la gracia si se resolvía fe­
lizmente: la Sma. Virgen me ha concedido la gracia
y yo cumplo mi promesa.
Ibídem — R, de L . : hallándome en dos oca­
siones verdaderamente angustiada por graves cues­
tiones de conciencia y disgustos de familia que sólo
milagrosamente parecían poder resolverse , acudí á
Maria Aux., prometiendo publicarla gracia y hoy,
obtenido el favor, cumplo agradecida mi promesa.
Nabón (Ecuador) — Una devota, padecía fuerte
emicrania, aplicándose una imagen de Maria Aux.,
cesaron los dolores.
Nandaime (Nicaragua) — Encamación Sxborio,
padecía una tos rebelde á todas las medecinas que
le aplicaron los facultativos: empezó una novena
á María Aux. y obtuvo á poco completa curación.
Orense (España) — Matilde Bordas. En Mayo del
año pasado cayó enfermo mi hermano José Bor­
das: en tan peligroso trance acudí á María Aux.,
prometiendo publicar la gracia y hacer una limosna.
María Sma. escuchó mis ruegos y el mismo día 24
de Mayo, á Ella dedicado, mi hermano se levan­
taba, ya fuera de todo peligro y libre de la enfer­
medad que le aquejaba.
Río Negro (Patagonia) — Ignacia A . de Romero ;
en varias angustiosas circunstancias de mi vida he
acudido á María Aux. y Ella me ha escuchado
siempre.
Sincelejo (Colombia) — Robustiana R . de Ruiz:
dedicada á la enseñanza de las niñas y viuda acom­
pañada de mi anciana madre, se me exigia el local,
y no me era posible encontrar, otro y los dueños
cada día me instaban más: ofrecí á María Aux.
una peseta y una Misa, y al segundo día se me pre­
sentó un amigo trayéndome la llave de una casa
para que me trasladase á ella: en otras muchas
ocasiones he podido experimentar la bondad ma­
ternal de Maria.
Ibídem — Una persona atacada del terrible fla­
gelo de la viruela, acudió á Maria Aux. ofreciendo
una Misa y una limosna. La Sma. Virgen escuchó
sus ruegos y ella hace pública su gratitud ycumi)le
su promesa.
San Carlos (Nicaragua) — Manuela Silva y Ró­
blelo da una limosna en agradecimiento á Maria
Aux. por un grande favor recibido.
San Juan de Dios (Costa-Rica) — Gertrudis Murcia
agradecida á María Aux. por una gracia recibida,
da una limosna.
San Marcos (Azuay-Ecuador) — E r ig ía Loja y
Gricelda Palomeque dan gracias á Maria Aux. por
favores recibidos.
Sto Domingo (Chontales-Nicaragua) — Valentina
Roda de Pastora por haber curado de un dolor de
pecho que sufría, sólo con invocar á María A\ix.
Ibídem — Sabino Castro, por haberse librado
varías veces del servicio militar. — Elena Díaz,
por haber sanado de un dolor que padecía.
S. Pedro de Lávago — Anselmo Lago: estando
su esposa Anita Rivas con un flujo de sangre, in­
vocó á María A u x .; al momento empezó á mejorar
y hoy está completamente restablecida.



Sarrl¿ ( Barcelona; — A . M iriín, agradecido á
María Aux. por haber salido bien de los exámenes.
Ibidem — /. S. Lleouart: Hallándose mi madre
en una grande necesidad, acudi á María A ux.:
después de haber rogado mucho, parecía como que
la Sina. V. no escuchara mis ruegos, pero confiado
en lilla, recloblé las súplicas y hoy tengo el con­
suelo de saber (¡ue el negocio se ha resuelto favo­
rablemente. Quedo eternamente agradecido.
Sevilla (Kspaña) — Sor Dolores I^al, del con­
vento de Sta Clara : Doy gracias á María Aux. por
una gracia concedida á una religiosa de este Comunidiul. Vo taml>ién liabia prometido á María
Aux. si me sacaba de una aflicción grandísima,
juiblicnrlo en el Bo l s t In , y hoy confieso para glo­
ria de tan buena Madre, que me ha favorecido de
un modo admirable.
Ibidem —- Ana Ruis da una limosna en agradecimienio á María Aux. por haber recobrado la sa­
lud cuando los médicos no daban ya esperanzas de
curación.
Sigsig (Ecuador) — ígnacia Svnantego de Illesca.
Mi liija Rosa de diez años de edad recibió un
fuerte gol[)e en el ojo que le produjo hinchazón: la
cosa tomó gravedad, pero acudi confiada á María
Aux., puse á la paciente una medalla de María y

24



al instante se sintió aliviada, y hoy está completa­
mente buena. Doy también gracias á María Aux.
por una gracia señalada que de Ella he alcanzado.
Ibidem — Zoila N . da gracias á María Aux. por
algunas gracias obtenidas.
Talca (Chile) — Zoila González //., por haber
sanado de una peligrosa enfermedad, quedo agra­
decida á María Aux. y doy una limosna. Por otros
varios favores obtenidos de tan bondadosa Señora.
Vigo (Pontevedra-España) — RIannel Cordobés:
esft\ndo gravemente enfermo y temiendo mis que­
ridos padres por mi vida, hicieron á María Aux.
la promesa de mandar decir una misa en la ca­
pilla á Ella dedicada en esta ciudad y de publicar
la gracia. Sano ya y agradecido á la bondad de
María, cumplo la promesa.
X*** — A . D. V . de C. Hacia cerca de dos años
que venia sxifriendo una enfermedad que me hacia
padecer mucho. Consulté á los mejores médicos,
pero era casi nula la mejoría. En tan triste situa­
ción é inútil para todo, por consejó de una buena
persona, acudí á María Aux. y le prometí, si sa­
naba, hacerme Cooperadora salesiana y publicarla
gracia. Hace ya cinco meses que me encuentro sana
y en testimonio de amor y agradecimiento á la
Auxiliadora de los cristianos, cumplo mi promesa.

. exa
@

•i

RÓNICA

SALESIANA

©)
SALAMANCA (E s p a ñ a ). — Cortamos de ' ‘ La Ban­
dera de la Inmuculada" la siguiente hermosa rela­
ción :
Peregrinneidn iafanlil. — Aun cuando todas las
peregrinaciones realizadas á los diferentes santuarios
de la Virgen han resultado herniosas y solemnes,
no ya sólo por el número de los devotos peregri­
nos, sino también por la fe que demostraban, pu­
diéramos tlecir que ha superado á todas ellas la
celelirada el día de To<los los Santos, d la Virgen
de la Salud, por los niños que tan acertadamente
educan los .Salesiauos.
Muclio tiempo llevaban los pequeños en espera
de tan desenlio d ia ; y cuando el Padre Director
les anunció que sus ansias iban á tener término y
a ver realiz.ados sus deseos, si su comportamiento
era iligno de tal recompen.sa, procuraron cumplir
saiisfaciorinmente sus del>eres. para no verse pri­
vados de tan ansiado goce. Llegó, por fin, el dia
prefiiado, y muy de mañana, el patio de la Casa
Salesiana se encontraba lleno de niños de totlas
las eilailes que. con sus ropitas domingueras y su
niiHlalla al cuello, esperaban las órdenes del Di­
rector para jmnerse en marcha.
Después de hacer breve nuo de oración en la
iglesia de San Benito, y dado comienzo al rosario,
púsose en camino aquella infantil muchedumbre,
cantando con verdadero enttisiasmo el Ave-María;
seguían á los ciriales y cntz los niños más peque­
ños <le las dos escuelas, después el estandarte de
la Inmaculada, los Luises con sus correspondientes
medallas y los socios de San José con insignias.

Llegados al pueblo de Tejares sin cansancio é
impulsados sólo por el deseo de postrarse á los
pies de la Virgen, se dirigieron directamente á la
igle.sia, dotide se celebró una Misa rezada, en la
cual comulgaron unos ciento cincuenta niños, coa
verdadero y ejemplar recogimiento, digno de ser
imitado por todos. ¡ Daba gusto ver á aquellas cria­
turas de lo años, con la seriedad de tin adulto,
subir las gradas del presbiterio para recibir en su
corazón el Pan de los Angeles!
Terminada la Misa, les dirigió la palabra el Di­
rector D. Juan Tagliabue, con el cariño y ia afa­
bilidad con que siempre lo hace con sus amados
y buenos niños, á quienes trata como cariñoso
padre.
Aquí hubiera terminado todo, si los previsores
Salesianos no hubieran procurado atender también
á satisfacer la necesidad que muchos de sus niños
sienten, preparándoles un nutritivo almuerzo, que
tuvo lugar en el campo á los 350 niños que asis­
tieron al peregrinaje.
Después de jugar cuanto quisieron, volvieron á
des{>eilirse de la Virgen, y cuando oímos el Adiós,
Madre querida, repetido por todas aquellas vocecitas, las lágrimas arrasaron nuestros ojos y pen­
samos que ios que asi se despiden de su Madre
son buenos hijos y nunca la olvidarán, aún en
medio de las revueltas oleadas del mundo.
Si no tuviéramos ya formada^ nuestra opinión
acerca de la misión redentora de los Salesianos,
ayer la hubiéramos formado de un modo cierto y
po.silivo; son los que se pueden llamar verdaderos



25

padres de los obreros, porque no sólo educan á
sus hijos en los rectos camino del bien y de la
ciencia, sino que coniparten su alimentación, forman
sus ideas, haciéndoles comprender los deberes que
el hombre tiene en sus diferentes estados.
Cuando los obreros comprendan que ni los ora­
dores de los mtihis ni del circulo son capaces, no
ya de educar á sus hijos, á aquellos pedazos de su
corazón, si retribución de ningún género, ni menos
proporcionarles el alimento y el vestido, con un
amor y un cariño desinteresado, entonces verán
cuán hermosa es la Obra de Don Rosco, entonces
entenderán cuán sublime es la religión que cuenta
con semejantes soldados.
Mas no sólo concretan los
Salesianos su misión á los ni­
ños, sino que también educan
al obrero en las escuelas de
noche, á donde les enseñan
las clases teóricas y las Bel­
las Artes.
No hemos de terminar sin
enviar nuestra felicitación al
Director Don Juan Tagliabue
y demás Salesianos, porque
han visto coronados sus es­
fuerzos con el triunfo más
admirable que se ha podido
imaginar.


labra de Dios, como maná celestial se e.scucha
permanentemente desde la Cátedra del Espíritu
Santo en el templo de San Roque, donde María
Au.siliadora derrama un torrente de gracias espiri­
tuales. ¡O h ! si vosotros todos, lectores, hubiérais
tenido la felicidad de escucltar la palabra a¡)«>stó!ica
del R. P. Aime, en elogio del egregio y huniildisitno
San Luis Gonzaga! ¡ Cómo brotaban de sus labios
palabras consoladoras y de aliento sobrehumano
para perseverar en el esj)inoso sendero de la virtud
cristiana de la obediencia!
La función dramática no dejó que desear. Los
jóvenes y niños se portaron admirablemenle.
« Nuestros pequeños artistas », decía modestamente

A n g e l M a r t ín A rcos

T . F.
Salamanca, 3 Noviembre 1904.
BARRANQUILLA (C o l o m b ia ).

— Cortamos del Conseri'ador:
Fiesta Salesiaaa. El dunungo,
se celebró en San Roque,
parroquia que se encuentra á
cargo de los RR. PP. Salesia­
nos. la festivitlad de S. Luis
Gonzaga, después de un no­
venario concurrUlisimo, espe­
cialmente por los niños del
Colegio « S. Luis Gonzaga »
fundado por los RR. PP. y
los demás de la misma par­
roquia.
La misa, en la cual oñció
el R. P. Briata asistido por
los jóvenes sacerdotes Coro­
nel y Pérez, fué cantada por
11^ Exposlcióo Saksiana
los niños de la Escuela á
toda orquesta. El paiieg'rico
del Santo estuvo a cargo
del R. P. Amonio Aime, Superior de los Salesianos
en Colombia, de paso para Itajia.
La Cofradía infantil de c San Luis Gonzaga»,
única de su clase en Barranquilla, compuesta de
más de 60 niños, y varios Colegios de la parroquia
comulgaron, entre ellos muchos de primera comu­
nión. Los niños de la Cofradía fueron honrados
con un escudo del glorioso Don Bosco, como in­
signia de In Escuela.
Por la larde, bendición con el Santísimo y por
la n»>che tuvo lugar la repetición de la hermosa
comedia en tres actos: c El hijo, carcelero de su
padre >. escena de la edad media, y el acto cómico
y jocoso: « Funerales y Danzas », desempeñados
por lus jóvenes y niños de dicha Misión.
Hoy |>or hoy. tienen un Colegio donde reciben
educación gratuita más de 300 niños pobres; d
culto se celebra con esplendor inusitado y la pa­

— Altar coa verja de madera, de la Escuela de Londres.
de ellos el R. P. Aime ¡ pero nosotros podemos
caliñcarlos de verdaderos maestros en el difícil
arte. El sainete « P'unerales y Danzas » fué inter­
pretado de una manera singular. Más de 3.000
expectadores rieron sabrosamente.
Felicitamos á los RR. PP. Salesianos y descamo
que el R. P. Superior lleve feliz viaje y no se olvide
al postrarse ante la tumba del glorioso D. Busco
de encomendarnos en sus oraciones á María Auxi­
liadora.
VIEOMA. — Caridad y atradecimieoto. - Hemos re­
cibido un elegante opúsculo conmemorativo de la
solemne entrega de una pUua honorífica de oro.
que los pueblos de "nbas orillas del Rio Negro
ofrecieron al P. Evasío Garrone b.alesíani
Nuestros lectores recordarán como, por ¡nicjatíva
de Moas. Cagliero, se abrió el x8bb una pequeña



26 —

farmacia en el Colegio Salesiano de Viedma (Paconceptuosas frases alusivas al acto que se estaba
tagonia) para los pobres Indios. Pero la incipiente
realizando, arrancó á la numerosa concurrencia
farmacia, dirigida por el P. Carroñe, adquirió en
nutridos aplausos.
poco tiempo tal renombre entre los mismos civili­
« En nombre del Circulo Católico de Obreros,
zados que filé tomando grande proporciones: bien
habló el Sr. Alejandro Rossi, quien con sentidas
pronto se levantó un hospital anexo, que presente­
frases puso de relieve las bellas y exclusivas dotes
mente cuenta con más de cuarenta y ocho camas,
de la caridad cristiana, la sola capaz de acciones
y el sacerdote médico y farmacista, pudo de esta
heroicas por que de origen divino, por que se funda
manera ejercer su apostolado en medio de toda
en los principios eternos é inmutables de la ley del
clase de personas. Poco á poco fueron desapare­ amor promulgada por Jesucristo. Muy efusivas fue­
ciendo las preocupaciones que había contra los
ron las palabras del distinguido joven al dar gracias
sacerdotes y todos los enfermos empezaron á con­
al R. P. Carroñe en nombre del Círculu Obrero.
sultar al P. Carroñe, médico y farmacista, quien
« Puso término á los discursos el R. P. Carroñe,
curaba á los enfermos y los reconciliaba con Dios,
el cual profundamente conmovido, agradeció á la
<lándoles, cuando no podia la salud del cuerpo, la
Comisión y á todos los presentes la señal de amor
paz tiel alma, que es más importante y preciosa.
y agradecimiento de que inmerecidamente (según
Todos los incrédulos ó indiferentes que había en
él) lo habían hecho objeto, añadiendo que esa dis­
Viedma (y á la llegada de los Salesianos había
tinción honrosa seria para él en lo porvenir, como
muchos) han muerto reconciliados con Dios.
un estímulo á mayores sacrificios para el bien moral
Noes posible ni conveniente
comjiendiar en pocas palabras
la historia de este nuevo
apostolado. Nos ceñiremos
sólo á dos hechos que de­
muestran la protección que
María Au.xiliadora dispensa á
los abnegados misioneros.
« Una noche, nos cuenta el
P. Carroñe, fué conducido al
hospital un pobrecito {|ue te­
nia rota una arteria del brazo:
en la oscuridad de la noche
no me era posible un medi­
camento regular. Le visité, le
fajé el brazo y en medio de
las vendas le puse una me­
dalla de Maria Auxiliadora.
A la mañana siguiente vuelvo
para curarle y le encuentro
enteramente sano... La tarde
del martes de carnaval, el
año pasado, un indiecito de
tres años volvía con su padre
de visitar á su abuela. Cerca
de casa, el caballo se enca­
brita, el niño cae y el caballo
con una pata le rompe el
cráneo descubriéndole el ce­
rebro. Conducido al hospital
PLACA DE ORO ofrecida por los pueblos del Rio Negro al P. Qarrooe. Salesiano.
le despojo poco á poco la cabecita y me (juedo con un
puñailo de sesos en la ma­
no. La cura era inútil, pero sin embargo le co­ y material de los habitantes de estas apartadas re­
loco en su lugar el cerebro, lo vendo conveniente­ giones argentinas.
«Asistieron al acto los Superiores de Viedma y
mente y, como el indiecito daba aun señales de
Patagones y numerosas y selecta concurrencia. Plá­
vida, le doy un cordial y encargo á los padres que
ceme hacer notar, que estaban dignamente repre­
ruoguen mucho á María Auxiliadora, iíl niño siguió
sentadas las Sociedades católicas de beneficencia
viviendo, en la cabeza se le manifestó una leve
de ambos pueblos, y que fueron muy numerosas
supuración, pero esta cesó á los pocos dias y el
las adhesiones telegráficas recibidas de distintos
pequeño Vllua sano y salvo volvió á la vida libre
puntos del territorio."
dcl campo. »
De la placa de oro que las poblaciones de Rio
Hechos como estos podría contar muchisimos, y
Negro, agradecidas á los i6 años de continuos
torios son una patente demostración de que Maria
sacrificios que por ellas ha hecho el P. Carroñe,
Auxiliadora vela amorosa sobre las Misiones de la
le ofrecieron, presentamos una reprodución. Rec:ba
Patagonia.
también el abnegado hijo de D. Sosco nuestros
.\cerca de la fiesta celebrada, dice el hermoso
humildes plácemes.
semanario "F lorfs del Campo” :
* La hermosa fiesta tuvo lugar en el jardín del
PUNTA ARENAS-TIERRA DEL FUEGO. — El Terrlt*Hospital Salesiano ricamente adornado con ban­
río de Magallanes y su climatología. — Tomamos de
deras.
las 10 na abrió el acto la banda de las
E l Cyñleno: .Acabamos de recibir el « Resumen de
Escuelas de S. Francisco de Sales, ejecutando una
brillante marcha. Acto continuo hizo uso de la pa­ datos meteorológicos » que ha publicado el R. P*
Marabini, por la Imprenta-Cervantes.
labra el Dr. César Fausone, quien con breves y

Vemos condensadas en pocas páginas los datos
que corresponden a 15 años de continuas observa­
ciones sobre los fenómenos meteorológicos de la
región magallánica, que eran desconocidos.
La multiplicidad y forma de los datos que tene­
mos á la vista dan á conocer que el Observatorio
Salesiano de Punta Arenas cuenta con los mejores
instrumentos de que dispone hoy día la ciencia me­
teorológica, y ponen de manifiesto la paciente labor
de los observadores.
Doscientas cincuenta m il anotaciones en horas fijas,
durante quince años, requieren mucha constancia
y mucho amor á la ciencia.
El hecho, además de haber sido insertado el
€ Resúmen » en los « Anales de la Universidad
de Chile » á indicación del señor Director del Ob­
servatorio Astronómico, habla muy alto en favor
de esta producción científica.
Reciba pues nuestros sinceros plácemes el laborioso
sacerdote salesiano, que á obra tan buena ha sabido
consagrar los ocios forzados de su convalecencia.

V A R IE D A D ES
D e M ú sica R eligiosa.
C A R TA II‘
Amigo de mis entretelas: S i en cuanto recibí
iu carta tengo un paraguas, lo abro, me santiguo
é invoco treinta y dos veces á Sta Bárbara.
. ¡Dios mió! ¡y cuántas preguntas me hacías á
la vez! parecía aquello un interrogatorio: cómo
era que antes no se hacía caso de las disciplinas
sobre la música; qué hemos de hacer en adelante;
dónde encontraremos música para Mayo, Junio
y demás; cómo tras el formal veto y mando del
Papa hay por ahí bailes, romanzas y pianos
por las capillas, malas respuestas al sacerdote en el
oficio divino, ejecuciones de música teatral, malas
ganas de ponerse en carril... y mil cosas más que
me preguntabas; y eche V. y no se derrame.
Verás: te iré diciendo, con orden 6 sin él ó con
bello desorden, cuanto se me ocurra respecto á tus
preguntas. Ya habrás notado que maldito el miedo
que tengo de hablar claro y castellano. Y para
que veas: quiero empezar por la última pregunta
que es la más importante, la de más i 1^0, la que
más Í7iteresa á la catisa de la Restauración. En la
carta que viene, que si Dios quiere y tú no me
pides más será la última, te diré los medios que
más prácticos se me ocurran para llevarla á cabo.
— ¿Que cómo se ha hecho tan poco caso de la vo­
luntad del Soberano Pontífice? ¡A y ! amigo de mis
puados: es la pregunta que yo me he hecho y que
todos los días me estoy haciendo al topar á cada
paso con enormes desobediencias {que otro nombre
no merecen) por parte hasta de quienes debieran
ser los primeros en dar ejemplo y velar por tan
noble causa. Lo que es que faltan hombres duididos y animados á no cejar ni por nada ni por nadie

en lo que se llama pureza en música religiosa.
¿Querrás creer que después del Motu proprio he
oido la Misa de Sta C u ilia de Gounod, que te
aseguro que ni con ruedas puede entrar en el tem­
plo? Y no quiero decirte quien la ha ejecutado^
porque habría para esca^idalizarse, y con sobrada
razón. En Italia sé que se ha trabajado y conse­
guido mucho: en España {sin que deje de haber
sus honrosas excepciones) se ha hecho bien poco',
muy poco no diré, porque eit algunas partes se
ha hecho lo bastante. Y ¿á qué se debe el no haber
hecho lo que se debía? ¡Dios me libré de ofender
á nadie en lo más mínimo! pero estoy seguro que
es por que no se quiere: quien quiere lo hace y lo
alcanza, te lo aseguro yo.
« Pero yo, me dice un maestro de capilla, lo
hago por que tengo que mantenerme: contentando
yo á tal ó cual familia que me pide la ejecución
de tal ó cual misa, me gano seis 6 siete duros: es
inútil que tne rehúse, por que si yo no lo hago, lo
hace otro y con eso el mal no se einta!* — No deja
de ser especiosa la razón de mi buen amigo, pero
tiene un remedio eficaz, radical y que urge cuanto
antes poner en práctica: la unión de todos los
maestros en no querer ejecutar nada sin que positivamente se sepa que está aprobado y que puede
cantarse en la Iglesia. A sí los fieles se verán obli­
gados á sujetarse á ellos, y no éstos á aquellos,
como con tnengua y vergüenza no pocas veces se
está *oiendo.
Desde luego te aseguro que ni aún de éso hay
necesidad si las cotnisiones se encargan de cum­
plir bien con su deber y se mantienen firmes, sin
respetos ni consideraciones á nada ni á nadie:
porque no entiendo que deba haber tales conside­
raciones ni respetos, cuando es voluntad expresa
de Su Santidad que no se vaya con contempla­
ciones de ningún género, y que si hay que cortar se
corte, pronto y de raíz.
Lo que es que le he de decir claro y redondo {y
no vayas á dar en la íotilerii de que ésto sólo sea
una idea mía) que no era aún hora de haber nom­
brado tales comisiones. — ¿Pero si el Papa lo ha
mandado? — A buen seguro que no querría el
Papa que se nombraran donde no había elementos
para ello. Y que en muchas partes se carece de
este elemento, máxime en España, es una verdad
más gratule que un templo. Porque no me dirás
tú que miembros para esa comisión se hacen en
un día, cuando en general reinaba tanta igno­
rancia y desconocimiento en cosa que, después
de iodo, veinte años hacía, se agitaba ardiente­
mente y cuyo ruido no dejaba de oirse ya en los
cuatro ámbitos del mundo. Y con todo, en un día
los encontramos hechos y al frente de vigilar por
una cosa que tantas veces quizás violaron ellos,
y de la cual no era posible tuvieran aún exacto
y cabal conocimiento.



Ya U he dico que no quiero ofender á nadie',
son ideas que emito en fuerza de libertad.
Que ¿qué hubiera hecho yo? No quiero enmendar
la plana á nadie, pero le remito á la Revista Sta.
Cecilia de Turin. Soy de su parecer : trabajar
mucho en sentido práctico por la causa, como tan
gloriosamente ha hecho y hace Millet en Barce­
lona, y cuando ya educados y al tanto de lo que
es la cosa se tuvieran hombres capaces de vigilar
con autoridad y prestigio por una causa tan santa
y digna, vengan en buen hora las comisiones y
sígase llevando adelante el carro glorioso del triun­
fo de la Restauración del canto, hasta ponerle en
contacto con el canto de los ángeles, si eso fuera
posible.
Voy á ser breve en responderte á lo demás que
me preguntas, á fin de no cansarte.
Comprenderás que la primera que me haces
tiene más de un bemol para respotiderla. Te diré
sin embargo que el que ejecutaba aquellas cosas
antes del Motu proprio desobedecía y era tan digno
de censura como ahora. Lo que es que el mismo
Pío X se dolía de ver despreciada la autoridad y
por eso puso en ello mano de hierro y quiso zanjar
de una vez para siempre toda cuestión y reyerta.
— ¿Dónde hallaremos ahora música para Ma­
yo, Junio, Navidad etc.?.... ¡A y S. Jorfe glorioso!
j y que verdad es que el pecado lleva consigo la
penitencia! ¿Quién mandó llenar los almacenes
de música de todas esas coplas, ave-marías, salves,
villancicos, canciones y barbaridades? Ahora que
sufran sus consecuencias. La desobediencia á las
leyes de la Iglesia trae ahora su castigo. N i
un ochavos han perdido las buenas casas edi­
toriales; mientras otras muchas han perdido y per­
derán, como no quemen todos esos papelejos y
usen las cenizas para.....pintar de negro h s res­
pectivos catálogos en la stYciÓN que tan impropria
y dispar adórnente llamaban </« Música Religiosa.
Concretándome á la pregunta te diré que dif ícil
es; tanto más cuanto que en España hay devociones
que no ha\ m‘ en Italia, »n‘ en Alemania. V así
difícil será encontrar Padrenuestros, AveMarias,
Salves, Trisagios, letrillas y cos<w por el estilo.
Para lo cual no hay otro rcnu'dio que hacer y
pedir el concurso de los maestros capaces para
que nos provean de ese articulo tan íucesario en
Cii5» todas nuestras funciones. Sin que por éso
crean rebajarse, por que aún en ese humilde te­
rreno pueden dar no poca gloria á Dios y al arle
patrio, ¿ y mientras tanto? Pues mientras tanto,
sufrir y callaif más vale no cantar que desobedecer
por contentar á quien ni sabe ni entietuie.
Me dices que aún oyes tocar bailables, respon­
der cada cual á sw modo al sacerdote, pocas ganas
de obedecer, criticar..,, y lo que tú no sabes. ¿Por
qué no se ha de responder al Sacerdote conforme
■ al misal durante la misa? ¿De donde viene esa

28 —

polifonia en las respuestas al Dominus vobiscum,
per omnia saecula saeculorum y demás? /Si es
tan sublime un amen dado en la misma nota!...
¡tan preciosas las respuestas del prefacio!
¡Qué poco se trabaja aún! ¡qué poca reforma
se ve aun en el canto gregoriano! ¡que tocadas
en los órganos!
¡O h! ¡y que falta hacia Jesiis con el látigo en
la mano, pero no por los atrios del templo, sino
por los coros!
Basta por hoy, amigo mío, que le voy cansando.
Pregúntame, si algo mus se le ocurre, y aguár­
dame hasta la otra, en que te quiero decir algo inás
práctico y provechoso. Trabaja en lo que puedas
por la deseada Restauración y, combate siempre
y nunca quedarás vencido, por las ideas que tan
desordenada y pobremente te va exponiendo tu
afmo. amigo
I S M A E L S. S.

D. Juan Ronzonl.
Grande fué y muy sentida para esta casa de
Sta. Catalina (Buenos Aires) la pérdida de D. Juan
Ronzoni. Este Cooperador ejemplar, italiano,
llegado á estas plazas americanas en la temprana
edad de 15 años, tuvo que someterse al prin­
cipio á toda clase de privaciones para ganarse
el pan con el sudor de su frente. En estado y
edad tan peligro.sos se mantuvo fiel á su fe y
evitó los vicios de que por desgracia abunda la
juventud. Con el trabajo, la economía y la hon­
radez fué haciéndose poco á poco un capital,
que supo emplear en la educación de su familia
y en obras de cristiana caridad. Pertenecía á
varias sociedades de beneficencia y en ellas dentostró siempre gran corazón, gran prudencia y
acendrada piedad, que en poco tiempo le captaron
la amisiatl y simpatías de todos. En su vida fué
modelo de hijos por su religiosidad y respeto á
sus padres, modelo de padres, sabio admini­
strador y piadoso creyente: por ésto Dios
bendijo su familia y sus negocios. No hay so­
ciedad de beneficencia ni instituto religioso que
no le sea deudor de grandes beneficios. Daba
generosamente y sin ostentación, y pidiendo como
única recompensa un encomiéndeme á Dios. En
su última enfermedad, ante todo, procuró arreglar
los asuntos del alma, y si pedia á todos rogasen
por su salud, daba muestras de perfecta confor­
midad á la voluntad de Dios. Rico de méritos
y llorado por todos, el 28 de Febrero con la
paz del justo y el santísimo nombre de Jesús
en los labios, entregó su alma al Señor.
Beati mortui gui in Domino moriuniur.
Mientras dedicamos un recuerdo de admi­
ración y gratitud á sus muchas virtudes, reco­
mendamos su alma á las oraciones de nuestros
lectores.
R . I. P.
CoD «probación de la Autoridad Eclesiástica:
Gerente: J O S É G A.M BIN O .

C A R T A

del M. R. P. MIGUEL RÚA
S u ceso r

del

ven eran do

D

on

B o sc o

á todos los

Cooperadores Salesianos
6 de E 7iero de 19^5

:6 e n e m é r iÍ 08 _ ^ ooperacfoi[G 3 :

/ f ^ l . Señor se ha dijnado visitarme durante estos últimos meses con una enfermedad, no grave por cierto, pero s i larga xj penosa. Sncontrándome presentemente
casi del todo restablecido, cumplo con e l deber de daros las gracias, por las oraciones que por
m i habéis elevado a l Qiclo, g de manifestar m i gratitud por el afectuoso interés que por mi
persona han demostrado todos los que tuvieron noticia de mi dolencia. 0 s puedo asegurar
que ésto me confortó y consoló mucho, por que me demuestra que tomáis á pechos todas núestras cosas y que hacéis objeto de vuestra bondad a l Sucesor de 0 . dSosco.

Muestro buen J^adre, cuando acosado por los años y trabcjos, empezaba á sentirse
achacoso y en la impo'iibilidad de hacer largos viajes por flalia y el extrarjero en favor
de sus huérfanos, solia decir: ,, dTucsiros buenos (Cooperadores saben que ^ o n <JSosco no
puede ya ir y venir, y por lo tanto, los que quieran dispensarle su generosidad á él y á
sus huérfanos, sírvanse enviarle las ofertas al Oratorio. ” V ésto mismo os repito también
yo, al menos por esta vez: carezco absolutamente de recursos, nuestros huérfanos piden pan
xj ios acreedores dinero, asi es que de nuevo me veo obligado á pediros humildemente una
limosna.
Va sabéis, mis generosos oBienhechores, como la Familia Salesiana, queriendo dar ¿
la Oirgen inmacxdada una prueba de su amor durante el año Jubilar, determinó dar
extraordinario desarrollo á todds ' su¿ dJtisiones, para las cuales envió en pocas semanas
unos 2C0 97Tisioneros. S s verdad que la mayor parte de ellos van á las casas ya de
mxicho tiempo fundadas, ptro con todo loe gastos del viaje y demás pasan de doscientos
mil francos. ^Añadid á ésto las ingentes sumas gastadas en las nuevas fundaciones de la
J^atagonia (Central, JTlatto <^rosso y de la (China, añadid además los subsidios pecuniarios
que he tenido que distribuir entre muchos de los d^Tisioneros, que han venido á Suropa
expresamente para buscar recursos, ^ decidme si todo ésto no es bastante para reducirme
á graves apuros.
V ésta es la caxisa por la cual acudo de nuevo á vuestra caridad, y no sin temotes;
no por que yo dude de vuestro buen corazón, sino por que temo que si vuestros socorros
no son prontos y generales, no sean suficientes para cubrir mis presentes necesidades.
Os puedo asegurar, generosos (Cooperadores, que si no estuviera convencido de que es
voluntad de la (¡Divina providencia que los Bxjos de
JSosco funden nuevos institutos,
desistiríamos por algún tiempo de hacer nuevas fundaciones, p e r o como la voluntad del
%eñor me es bien manifestó, y por otra parte el demonio no cesa de sembrar por todas
partes el error y la maldad, yo siento en m i más frm e la confianza en ^lo s; y sin
preocuparme mucho de los medios y los recursos, envió á los Salesianos á donde el §eñcx
los llama.

Quisiera llamar también vuestra atención sobre los grandes y continuos gastos que
ocasiona la manutención de tantos huérfanos, pero como ya os he hablado de ésto en la
carta que os dirigí el de Snero, creo que os habréis hecho cargo de mis urgentes nccesidades. ¡¡Bien sé que nuestros generosos Cooperadores de Sspaña y oArnérica sostienen con
su inagotable caridad los Institutos Salesianos fundados en su patria, y yo les repito una
vez más que m i gratitud hacia ellos es inmensa; pero séame permitido dirigirles una
súplica: Seguid siendo, como hasta ahora, los ángeles tutelares de aquellas casas Salesionas, pero no os olvidéis ahora de alargar también la mano al Sucesor de
JSosco.
dTTis necesidades son grandes y urgentes, y si con generoso desinterés venís pronto en mi
ayuda, me haréis dos favores: socorrerme y socorreime ptvnto; la prontitud aumentará
delante de Q)ios el mérito de vuestra caridad.
dTo lo dudéis; la Iníijaculada J12adi[C de í) io s , poderoso (¿Auxilio de Ips Cristianos,
no dyará sin recompensa á todos los que acojan benévolamente esta mi sxtplica; y á ésto
se dirigirán las oraciones que durante este año 1905 se elevarán al Ciclo de todas las Casas
Salesianas.
Entretanto, con la más viva gratitud y augurándoos toda suerte de bendiciones y
felicidades para el año que empieza, me repito, beneméritos Cooperadores,
jQuestio afmo. S. S.

^ /[ n
A D V E R T E N C IA S .
Muchos celosos y caritatativos Cooperadores, queriendo mandarnos sus ofertas, se hayan en la impo­
sibilidad de hacerlo, por no saber por que medio enviárnoslas. Agradeciendo los piadosos deseos de todos
estos bienhechores, les suplicamos se sirvan enviarlas á los Decuriones ó Celadoras de los Centros de
donde reciben el Boletín. En donde no existen Centros ni Decuriones, entreguen las ofertas á los Sres.
Párrocos ú otros distinguidos Eclesiásticos.
Rogamos, por tanto á los Decuriones, Párrocos y eclesiásticos se dignen aceptar estas ofertas y
enviárnoslas benignamente, por lo que les quedaremos agradecidos.
Italia — Turín — V ia Cottolengo, 3a.

Fecha
1905.01