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Título
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BS_1901_08
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Descripción
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Boletín Salesiano. Agosto 1901
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extracted text
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..9
OLETIN
SALESIANO
ig. c;ó <y> igi
J I e d a c c io n
y
^A d m
in is t r a c ió n
,T| E l am or o l p ró jim o es «no d e l o s l j i 9®
nillo» y l a ju v e n ♦ m ay o res y iu;'8 ex celen tes dones q u e ; í
• c jiltiv a d con p ra n a o esm ero s n
' j l j a d iv in a b o n d ad p u ed e cobcedor & ; educación c ris tia n a : y propo rcio n ad le
:;:io s hom bres.
♦ l i b r o s q u e la e n se ñ e n 4 b u ir d e l violo
i ' y ó p ra c tic a r la v irtu d .
{S. F r a sc . d e Sales.)
(P ío I X )
ANO X X II — N. 8
PUBUCACION MENSUAL
S U M A R IO . — D o n ació n P o n t i f i c i a ........................... P^S*
C ooperación S a le s i a n a ........................................................................... 206
D ocum entos Salesianos. —S aludo á D . B ó a ............................. 208
D . Bosco y D . R ú a en T u r í n .......................................................210
E l R e p re s e n ta n te d e l S u c e so r d e D . Bosco e n A m é ric a ■ 212
D s A'UKSTUAS iiisioNRS. P iita o o o ia ; V ied m a (A rg e n tin a —
B ogotá (C olom bia)— T ie r r a d e l F u e g o .....................................215
N urstka C ouiiksi>on-usncia . — E s p a ñ a . M ad rid — B arcelo n a
S e v illa — C iu d a d ela (M enorca) — A n u rie a . B e m a l (B ue
nos A i r e s ) ........................................................................................... 222
<g)
4
(g)
Turín (Italia)
l i | H odobtad v u e stra s fu o rsa s A flii ♦
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a p a r ta r A la n illo í y iiivi-ntud doi*
! j , o om ipcion é iiicro<'lnlidnd y p re-l*
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a si « n a nuovu g e n era.io n
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, i vav x m it .
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M il)
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AGOSTO de 1901
C ró n ic a S a l e s i a n a ............................................................................ 225
N b c b o l o g i a ............................................................................................ 228
C ooperadores S alesianos d if u n t o s ..................................................... 228
M em orias b io g rá fica s d e M ons. L u is L a s a g n a C a p . I . . 230
(7 RABAUOS. — P rela d o s d e la A m é ric a d e l S u r q u e a sis tie ro n
a l S egundo C ongreso S alesiano. — S u p e rio res S alesianos q n a
a sis tie ro n a l S egando C ongreso. — G ru p o d e n iñ o s d e l O ra
to rio F e s tiv o d e M ad rid . — S. A n to n io y S a n ta C ecilia,
flm á g e n e a d e l ta lle r d e e a o n ltu ra d e S a rr iá Baroolona).
Bonación
e aquí la carta que con fecha 7 de Alayo escribe al Reverendísimo Sr. D. MiI guel Rúa nuestro Procurador General en Roma, D. Juan Marenco.
((
« S. S. el Papa León X i l l se ha dignado dar á los hijos de D. Bosco una
s nueva prueba de su paternal afecto. Hoy me hace saber por medio de su Se
cretario particular, Rvmo. Sr. D. Ala^izolini que desea regalar á nuestra Sociedad un mag
nífico Relieve plástico de los Alpes Graies que la diócesis de Aosta ofreció á S. S.
con motivo de su Jubileo Sacerdotal y que figuró entre los objetos científicos del A^aticano, llamando muchísimo á todos la atención.
Ale apresuro á participar á Y. R . tan grata noticia y abrigo la seguridad de que
será del agrado, no sólo de los Salesianos, sino también de todos los buenos Cooperadores,
quieues desean compartir con nogotros las penas y alegrías,
Con el fin de que tan valioso regalo pontificio se tenga en el aprecio y estima que
como tal merece, lo enviaré, si Y. R . lo tiene á bien, á Yalsálice, donde seguramente
le prepararán un puesto digno en el museo de las Misiones Extranjeras.
E n espera de sus gratas órdenes le ofrezco nuevamente mis sinceros y filiales
obsequios. >
Tan pronto como conozcamos dicho regalo, haremos su descripción en nuestro B oletíh.
Entre tanto rogamos á todos que eleven sus fervorosas preces al Cielo á fin de que
conceda días felices á nuestro amado y buen Pastor, S. S. el Papa Jjeón X n i, que tantas
y tantas pruebas ha dado del aprecio en que tiene á nuestra Pía Sociedad; y no perdamos
todos de vista que es el prim er Cooperador Salesiano, congratulándose mucho, como lo
ha manifestado muchas veces, de contribuir á engrandecer la Obra de nuestro amado
Padre D. Bosco.
—
II.
L a lim o s n a .
’ste es el segundo m edio con que
se puede cooperar á la O bra Sale sin n a , estando solam ente al
alcance de aquellas personas á
quienes Dios N uestro Señor b a
dado bienes de fo rtu n a p ara que atien d an
á sus verdaderas necesidades y adem ás
á las del prójimo.
A lgo pudiéram os decir acerca de este
punto, pero querem os tran scrib ir lo que
nuestro am adísim o F u n d ad o r D. Bosco
dijo d los Cooperadores de C asale M onferrato (Italia) en u n a C onferencia que
les dió el día 17 de D iciem bre de 1881,
y lo hacem os gustosísim os en tre otras
razones i)orque distam os nosotros m ucho
de te n e r la unción de nuestro am ado
P ad re, pues sus escritos rev elan que
hablaba siem pre al corazón y con el co
razón.
D ecía así al h ab lar de la lim osna.
« L a lim osna que los fieles dispensan
á la Sociedad Salesiana red u n d a en bien
del cuerpo y del alm a, de la sociedad y
(le la Eeligióu. R ed u n d a en beneficio del
cueri)oal procurar losSalesianos alim ento,
vestido y habitación á centenares de n i
ños á quienes la orfandad ó el abandono
de sus padres h a sum ido en la m ás triste
m iseria. E n beneficio del alm a porque
aquellos niños recib en , ju n tam en te con
la m anutención, u n a instrucción religiosa
que los hace crecer en el santo tem or de
D ios y los aleja de las m alas costum bres,
disponiéndolos de este modo á .ser mo
radores del Reino de los Cielos. E n bien
de la sociedad porque n u estras in stitu
ciones, proporcionando á tales niños un
ta lle r ó u n a escuela, los arrancan del
ocio, de las divagaciones, de los escán
dalos y lu p an ares á que se en treg arían
abandonados á sí m ism os; m ientras que
recogidos aprenden u n a rte ú oficio y
llegan á ser artesanos honrados y activos
para quienes inútiles serán los vigilantes
y los calabozos. A provecha por últim o
á la Religión porque, adem ás de hacer
buenos cristianos á ios niños confiados
á nuestros cuidados, si alguno d e ellos
206
—
posee brillantes disposiciones p a ra los
estudios, encontrará en la Sociedad Sa
lesiana m edios p ara cu ltiv ar su ingenio
y habilidad: por o tra p arte con esas li
mosnas so lev an tan tem plos y capillas
donde se defienden y predican las v er
dades de n u estra Sacrosanta R eligión con
el fin de ijoner u n a baila al to rren te de
errores que tra ta n de inundarlo todo.
N o ta n sólo es v en tajo sa la lim osna al
que la recibe sino lo es au n m ás al que
la dispensa. Es u n a verdad de fe, y por
lo ta n to innegable, que nosotros pende
mos de las m anos de Dios como la h o ja
de su tallo : de D ios nos vienen la salud,
la fertilidad de nuestros campos, el feliz
éxito de nuestros negocios y todos los
bienes que disfrutam os en este suelo.
Rúes bien, ¿cuál es el m edio m ás eficaz
p a ra alcanzar de D ios todos estos bienesT
N os lo dice E l m ism o: « Date et dabitiir
vobis: » (Luc, Y I, 38) dad lim osna á los
otros y D ios os la d ará á vosotros. E n
otro pasaje com prom étese el Señor á centui>licar tam bién en esta tie rra la lim osna
que hiciérem os á los otros: « Centnplum
accipiet in tempere lioc: (M atth. X IX , 29; y
M arc., X. 30). H o y por hoy h a y que lam en
ta r infinitas desgracias: los robos, los in
cendios, las devastaciones, los hom icidios
y otros varios que todos conocemos son
crím enes com unes; pero ¿cuál es la v e r
d ad era causa de todos estos malesT T riste
es decirlo, pero es ev id en te que aquellos
que pudiendo no dan lim osna, contribu
yen en g ran p a rte á que sucedan en la
sociedad tam añas desgracias.
Si aquel acaudalado ten d iera u n a m ano
g enerosa á los In stitu to s que recogen
niños pobres con el fin de educarlos y
los p usiera en condiciones de adm itir en
sus recintos á la m uchedum bre de rapazuelos que v ag an ociosos por las calles,
ó les costeara él mism o los gastos de la
m anutención, ¡á cuántos individuos se
q u itaría la ocasión de llegar á ser m al
hechores ! Si aquel rico hacendado se
d esprendiera v o lu n tariam en te de u n a
p a rte d e sus bienes, que en n a d a había
de m erm ar su desahogada m a n era de
v iv ir ¡ á cu án tas personas podría arran
car d e los peligros que ocasionan ciertos
— 207 —
empleos! Si aquel negociaute ó dueño
de u u a ó varias fábricas em pleara u n a
p arte de sus riquezas en educar é ins
truir, no solam ente á los hijos d e sus
operarios, sino á los operarios mismos
¡ cuántos crím enes m enos contarían las
estad ísticas! P orque no h ay que dudarlo,
educando cristianam ente á los hijos del
pueblo, cesan los odios, las rapiñas, y
todos ios crím enes y escándalos de nues
tros días. Y m irad que las palabras do
Jesucristo son term in an tes: « V cb vobis
(Uiitibus » (Luc., V I, 24): y estas otras:
«Agite nunc divites, ])Íorate ululantes
ini~
seriis vestris, qius advcnient vohis'» (Jac.,
V, 1).
P ero lo que m ás eficazm ente debe in
duciros á socorrer al m enesteroso son las
v entajas espirituales que la lim osna ofre
ce. D ijo D ios á Tobías por m edio del
A rcángel S. E afael: Meemosyna a morte
Viberat, et ipsa est qua purgat peccata et
facit invenire misericordiam et vitameeternam. (Tob., X II, 9).
1°. Eleemosyna a morte liberal: la li
m osna libra (le la m uerte. L a lim osna
nos lib ra de la m u erte del alm a, obte
niéndonos la gracia de no caer en peca
dos m íírtales q u e son la causa de nu estra
m uerte e sp iritu a l, ó alcanzándonos el
arrepentim iento de ellos, i)or cuyo medio
nos lib ra de m uerte cierta. Xos lib ra
de la m uerte eterna, alcanzándíjnos la
perseverancia final, esto es, la dicha de
m orir en gracia de Dios. P o r últim o,
nos libra tam bién de la m uerte corpo
ral alelando de nosotros m uchos m ales
que quizá serían causa de n u estra m uerte,
como son los peligros de u u a g rav e e n
ferm edad.
2°. E t ipsa purgat peccata: la lim osna
b ó rra la s culpas. Q uien hace uua limosna,
hace u n a obra de c a rid a d : ahora bien,
un acto de perfecta caridad h acia Dios,
unido al deseo de la confesión, bowa,
no solam ente los pecados veniales, sino
tam bién los m o rtales; luego la lim osna
hecha por am or de D ios borra los peca
dos. L a lim osna adem ás satisface por
nuestras culpas, librándonos d e las penas
que ésta nos d epara en la o tra v id a :
tam bién satisface por las alm as del p u r
gatorio, dism inuyéndoles el tiem po d e
su destierro y anticipándoles la posesión
del Paraíso.
3®. F acit invenire misericordiam etvttam
a ternam : nos proporciona m isericordia
y la vida eterna. ¡Ay de nosotros si Dios
nos tra ta ra con todo el rig o r de su jus
ticia! ¿Q uién puede sufrir sin tem blar
el fallo del que ju z g a, siendo E ste la
m ism a ju sticia? ¿ A quién no horripila
el juicio del Excelso? Necositamos, pues,
de in d u lg en cia, de compjisión, de mise
ricordia: esta indulgencia, esta compa
sión y esta m isericordia las obtendrem os
seguram ente si nosotros prim ero las
practicam os con nuestros herm anos: J e
sucristo mismo lo prom etió con estas
consoladoras palabras: «Bienaventurados
los misericordiosos, porgue ellos alcancarán
misericordia.» (M atth., V, 7). P o r el con
trario, anuncia u n juicio severo y sin
m isericordia p ara con aquellos que no
la tuvieron con sus sem ejantes: «Judi ^
cium sine misericordia illi qui non fecit
misericordiam. » (Jac., I I , 13). T an to ag ra
d a á D ios la lim osna que la sentencia
que h a de abrirnos p ara siemi)re las
p u ertas del Cielo no es o tra cosa que el
prem io concedido á la lim osna. H e aquí
sus p a la b ra s : Ye^iid, benditos de m i Padre,
á tomar posesión del Reino Celestial que os
está preparado desde el princijño del mundo,
porque tuve hambre y me disteis de comer,
tuve sed y
disteis de bel>er, etc. (M atth.,
X X V , 34 y 35). A l contrario, la conde
nación ete rn a de los réprobos no es más
que la execración de la m aldita codicia,
como se v e en estas p alabras: « A p a r
taos de mi, malditos, al fuego eterno, pre
parado para el diablo y sus ángeles, porque
tuve hambre if no me disteis de comer, tuve
sed y no me disteis de deber,» etc. (!Matt.,
X X V , 45 y 40).
P a ra cum idir siem pre esta obra tan
santa, caritativ a y h u m an itaria dad una
ojeada á vuestros gastos y si descubiís
en ellos algo inútil, superfino ó peijudi*
cial á vuestras almas, dejadlo al mom ento
y conservad vuestros tesoros para aliv iar
á los necesitados que representan á la
persona d e nuestro divino Salvador, por
que diíje: tuve hambre, y n o los pobres
tuvieron hambre, lo cual prueda que á El
m ism o se socíorre en la persona de los
pobres. Dichosos de vosotros si en me
dio de vue.stras riquezas tenéis siem pre
grabado en el (jorazón este saludable
pensam iento: nada de mis riquezas llevaré
á la tumba, n i nada me aprovecharán en
la otra vida si en la presente no las em
pleo en él servicio de Dios. >
— 208 -
‘T )ocumeníos Salesianos
paludo á ©on Rúa
I.
£21 poi* <i\i.e <lo o s to salu do .
^ E B O la alta honra de hablar el pri1 ^ ^ mero en este augusto recinto y ante
t í ’i l l P'rsonas tan respetables por su vir
tud, BU ciencia y posición social en
el mundo, á encontrarme investido,
aunque indigno, del ministerio sacerdotal.
Los Cooperadores salesianos, sólidamente
piadosos, saben lo que el sacerdote vale, ver
dadero representante de Jesucristo, y han
querido ceder este lugar de honor, para que
fuese la primera la voz; de los sacerdotiís sa
lesianos en saludar al Sucesor de D. Bosco,
viniendo eu ])08 los demás, damas y caballe
ros protestando de práctica manera contra
ese grito del infierno lanzado en medio de las
modernas sociedades, señalando al sacerdote
de Cristo como al enemigo: el clericalismo, he
aq2ii al enemigo.
Mi humilde palabra, por otra p arte, mis
desgarbadas frases y mis períodos secos ó
inarmónicos, no serán ciertamente dignos
de D. liú a, ni de la Sociedad Salesiana;
pero re8i)oiidorán de alguna manera á ese
espíritu de i)equeñez y humildad, qfie siendo
el esi>íritu de San Francisco de Sales, lo es
do la obra de Don Bosco, colocada bajo el
patrocinio do tan gran Doctor. Sólo que esta
])cqmuie/. es grandeza, y la mía.... no levanta
dos dedos del suelo. EJercitjid, pues, vuestra
benevolencia, otro y no el menor de los actos
de la caridad crivstiana, y todo esto habréis
ganado para el Ueino de los Cielos.
Yo os saludo, esclarecido D. llvia, no para
elogiar las dotes y virtudes con que plugo el
Omnipotente favoreceros; pues, reconocién
dolo con gusto, no lo creo oportuno en este
sitio y en vuestra presencia.
Os saludo, en primer térm ino, como al
amigo más constante, más fiol^* más íntimo
de 1). Bosco, del insigue apostólico varón,
honra del clero secular primero, prudentísimo
fundador después, y siempre amparo de la
(11 Est© discurso filé prouunriado por el K. I. Sr.
Mftjcistrnl de Sevilla, Dr. D. José Koca y Pinis.a, en
la wlada literario-mnsioal oeleUrada el día 8 de Abril
de IS99 en diolia Capital en bouor de nuestro amado
Héctor Mayor, D. Sliguel Rda.
( 1)
niñez abandonada y desvalida, de la juven
tud entregada á todos los riesgos de la edad,
de la pobreza, de la ignorancia y del mundo
y del obrero, víctima de la impiedad que ha
lagándole, le explota.
Os saludo, luego, como hechura del gran
hombre, del Apóstol del siglo X IX , que os
formó á su placer, que puso en vos toda su
confianza, que como Elias á Elíseo procuró
comunicaros el doble espíritu, á fin de que
fuerais sucesor suyo, continuarais su empresa,
la extendierais y dilatarais, perfeccionando
su vida interior, lo más hermoso en la Obra
salesiana^ hasta los últimos confines de la
tierra.
Os saludo, en fin,- como el Superior de tina
Sociedad religiosa, con tanto más motivo
cuanto que hoy las Ordenes Religiosas son el
blanco <lel odio de la impiedad, y el objeto
de los amores de todos los católicos, sacer
dotes y seglares, como la porción escogida
del Rebaño de Jesucristo, como la sección
mejor cultivada de su jardín, como los hom
bres que convierten eu uu estado la vida
más perfecta, la de los consejos evangélicos.
En vos, pues, saludamos á todos los hijos
de la Sociedad, diseminados por el numdo
entero, pasando por todas partes haciendo
biená imitación de Nuestro Señor Jesucristo.
Pero Imy algo eu vuestra obra que la hace
doblemente sim pática, y es el secreto de su
difusión y desarrollo, porque responde á una
necesidad de nuestros tiempos, á una exigencia
de la caridad católica en el presente e.stado
de civilización; á una especie de redención
en aquella parte que más sufre las deplora
bles cousecueucias de los errores y de los
vicios dominantes en nuestro siglo.
Es que, aparte de otros bienes, la Obra de
Don Bosco, sin pretensiones ni ruido, aplica
la única solución que tiene lo que con no
toria impropiedad se ha llamado la cuestión
social.
Transforma al uino, educa al obrero, cris
tianiza á los ricos.
Tal es la Obra de Don Bosco; es vuestra
obra, Don R úa, digno sucesor del Apóstol,
protector y dignificador de la clase obrera.
Y es el mejor homenaje, que se os puede
tributar, el evidenciarlo brevemente esta tarde,
como es mi proj[)ósito.
— 209 —
II.
H.a ti*ansifbirmacÍ4Sii <le l a niuez.
ITunca, señores, se ha hablado tanto de
hnmanidad, de sensibilidad, de beneficencia,
de filantropía y aún de caridad, como en
nuestros días. ¿ Será porque nunca se hace
tanto alarde de las buenas prendas, como
cuando se carece de ellas, queriendo sustituir
las cosas, C07i nombres vacíos de realidad!
Sin tantos alardes y tantos discursos, y
sensiblería tanta, nuestros padres por propio
impulso, movidos de la caridad que la fe
inspiraba, atendían á todas las necesidades
de su tiempo.
Hoy el E stado, en su afán de centrali
zarlo todo y de hacerlo todo, se ha querido
hacer benéfico, y como la caridad no puede
someterse á una disciplina oficial, ni oficial
mente se ejerce, porque se ejerce con frialdad
y sin condiciones, quedan por resolver los
más arduos problemas, y sin atender las ne
cesidades más reconocidas. Donde no está el
espíritu de Dios, no vive la caridad; y la ca
ridad no puede suplirse con la ciencia, con
la oficiosidad, con el poder, con la hipocre
sía, porque es inimitable é insustituible.
Las ninez de las grandes poblaciones, aban
donada por las exigencias de la vida mo
derna, resulta un objeto de persecución por
parte de la policía y se dispone, después de
proporcionar disgustos á la ])atria, y cometer
crímenes contra la sociedad, se dispone á
desarrollarse en hombres degradados que pue
blen y acaben de pervertirse en los presidios,
ó en criminales que morirán en manos del
verdugo, ó en infelices explotados por la re
volución para que mueran destrozados al pie
de una barricada.
Esto clama al Cielo, y el Cielo siein])re
bondadoso envió un Angel que bajo sus alas
recogiera á esos'seres desgraciados, y les alen
tara, y les instruyera y les transformara.
Este Angel fué D. Bosco.
Vió en Turín aquella multitud harapienta,
pilletes de profesión, y sin ulterior pensa
miento, que los santos no son ambiciosos ni
aún en sus grandes empresas, movido por
Dios y renunciando á la s ventajas tem peries
que podía esi>erar de su talento, de su ilus
tración , de su trabajo y v irtu d , se promete
consagrarse á ellos para hacerlos cristianos
y hombres útiles á sí mismos, á Dios y á la
Patria,
Se acerca á ellos, les h ab la, les a tra e , y
desde entonces cifra toda su dicha en verse
rodeado de pilletes.
Los fariseos se escandalizaron, los amigos
le llamaron loco, pero Dios le reconocía como
un santo, ■victima de la caridad, sacrificado
á los que el mundo abandonaba y i>er8eguía.
Su labor fué difícil: debía acostumbrarse
á su lenguaje grosero, á sos maneras repug
nantes. á sn inconstancia natural, harto
explicable en quienes se veían dominados jmr
hábitos viciosos, contrariados con delicadeza,
con dulzura, con inimitable inanst'dumbro,
pero contrariados al fin ; sintiéndose, j pobrecilios! débiles en demtisía para sobreponerse
á inclinaciones fuertes ó inveteradas y ven
cerlas con resolución. Debía resistir las mur
muraciones, la oposición de las autoridades,
la contradicción eu todos sentidos. A todo
respondió la earidud constante de 1). Boaiio,
y consiguió hacer de los pilletes de Turín,
ñiños, jóvenes y hombros do provecho.
La 8oeietla4l les abandonaba, y castigaba
luego los delitos que por razón ilo este aban
dono cometían. Don Bosco los recogió cu el
arroyo, les buscó un asilo, les alimentó espi
ritual y corporalmonte y los transformó.
I Bendito sea el hombre providi-ncial que á
imitación de Jesucristo decía con carino ine
fable: dejad que los niños vengan á mí.
Lo más admirable en esta obra es que ha^
ciéudose Don Bosco niño con ellos, sin per
der su dignidad, ui su autoridad suavísima,
les transformaba, sí, poro dejándoles iiirios.
liCS dejaba su alegría estrepitosa, sus juegos
bullangueros, su movilidad incesante, y todo
lo que á la edad corresponde; y era de ver
como él se movía, se alegraba, bullía ó iden
tificaba con sus niños.
Pero les inspiraba horror á la mentira,
amor á la pureza, disgusto por las palabras
groseras, piedad en las oraciones, diligencia
en el trabajo, apli(!ación al estudio, y apego
santo á la cristiana honradez.
Sabía ser indulgente, tolerante, y siempre
disponía de inagotable manantial de dulzu
ra, humildad, caridad y mansedumbre para
atraerlos j)rimero, retenerlos después y á
continuación santificarlos.
Con la música los halagaba y despertaba
sus sentimientos noi)les; con la instrucción
les elevaba y con la pietlad les luun'a amable
á Dios, para que temiéndolo, no lo ofendie
ran, y amándole, á todo j)or El se prestaran.
Y los niños do
Bosco nunca dejaron de ser
niños, sino es con la edad; y ann entonces
brillaron por un candor infantil que stii>o
infundirles, encanto do cuantos les trataban.
Pero los pilletes habían desaparecido, dea*
X>ojados de la áspera piel de que se habían
cubierto en el abandono, y revestidos de otra
cándida, pura, fina, trasparente, á trávés de
la cual se veía un alma alegre, retozona,
pero casta, amable, sencilla y j>iadosa.
La transformación se había verificadlo. ¡Ah,
señores! El hombre para reformar destruye,
para perfeccionar mata; tomar la naturaleza
corrompida, desx>ojarla de la corrupción, lim
piarla y purificarla, dejando todo lo bueno
que la naturaleza tiene, esto sólo pudo ser
obra de Don Bosco, i>orqne la Obra de Don
Bosco era la Obra de Dios.
¡Gloria eterna al transformador de los co
razones infantiles, recogidos en lo más bajo
de la sociedad contemporánea!
{8e continuaré).
210
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V B 4 d e D u n io d e I 9 OI
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^ON verdadero placer y fruición inusi
tada se esperaba el día de S. Juan
' y/ ' Bautista en el Oratorio de S. F ran
cisco de Sales de Turín. Bien puede
decirse sin temor á errar que la ale
gría 80 enseñorea siempre en tan halagüeño
recinto; pero en este día se observan un mo
vimiento y una animación especialísimos.
4OUÓI os la causa? íTo es otra que la fiesta
del Padre. Haciendo ya tanto tiempo queso
celebra, parece ser que el fastidio ó una es
pecie de apatía debiera debilitar el entu
siasmo ; pero precisamente sucede todo lo con
trario, pues ó medida que pasan años y anos
la animación es mayor y bien se puede ase
gurar que cada vez que se celebra alcanza
un nuevo triunfo y mayor acrecentamiento
el amor para con nuestro amadísimo Padre
y su dignísimo Sucesor.
Esta fiesta que con el lenguaje expontáneo
y sincero que sale del corazón se continúa
llamando de D. Bosco, como en los afortu
nados tiempos en que al armonioso grito d e :
Viva D. Bosco, nuestros corazones se conmo
vían y parece que respirábamos al nombrarlo
un aire más puro y saturado de suaves y
delicados perfumes, lia tomado un aspecto
verdaderamente excepcional, pues aun cuando
ya no vive, sin embargo, tiene hondas y ro
bustas raicos eii nuestra memoria. Se apro
vecha esta ocasión para manifestar nuestra
gratitud y admiración hacia aquel que la Di
vina Providencia ha querido rija los destinos
de la Sociedad Salesiana. Suele él llamarse
Sucesor do D. Bosco, pero un amigo nos ha
dicho: — ¿Por qué Sucesor? jB'o es él quien
continúa tan santa Obra con el mismo es
píritu de caridad y prudencia que hacían en
extremo simpjitico y agrmiable el nombre de
D. Bosco? Esta concordia de afecto, más única
que rani, 4110 es la misma que cuando vivía
entre nosotros? Prueba evidente que él viene
á continuar su obra. — Admiramos y apro
bamos la sutileza de nuestro amigo. La fiesta
4>or tanto del día 23 de J unió se dedica toda
ella á nuestro amado Rector Maj’or, D. Mi
guel Rúsv.
Nuestros Ooojieradores de Turíii que to
marón parte en aquella dulce manifestación
de afecto, admiraron una vez más la humil
o n . T P x x r -in .
dad del fervoroso hijo do Don Bosco, quien
sentado allí adelante, donde en otro tiempo
estuviese nuestro amado Padre, esto es, como
presidiendo á su numerosa fam ilia, escuchó
con amabilidad y placer alabanzas y elogios,
hijos solamente del corazón. La admiración
y alegría pasan á porfía cual corriente eléc
trica de corazón en corazón y hay verdadera
emulación por tributar honores de gratitud
á nuestro amado Padre. Nada ha cambiado.
Como decimos antes, hace anos que presen
ciamos esta fiesta y siempre es igual en su
concepto, fervorosa en sus afectos ó impreg
nada, digámoslo así, de su inherente y propia
fisonomía.
Una expléndida marcha que manifiesta el
entusiasmo de una centuria de corazones,
inaugura la función. Al aparecer D. Rúa en
el teatro los viva •y aclamaciones son genera
les, confundiéndose con estrepitosos aplausos.
Todos ocupan el asiento que nbaudouarau
al entrar D. Rúa en compañía de los demás
Superiores de la Casa y éste, como rey de la
fiesta, ocupa su puesto, llamando su atención
los valiosos y variados objetos que como prueba
de amor y cariño le habían regalado sus hijos,
hallándose expuestos en dos grandes mesas;
y dicho sea de paso que entre ellos figuraban
muchos de otras personas que han deseado
patentizar de este modo el aprecio en que
tienen á nuestro amado Superior, y siu el
deseo de lastimar en lo más mínimo su mo
destia, merecen especial mención las ofertas
do las Religiosas del Sagrado Corazón, que
se hallan en Yalsálice y cerca de la tumba
de D. Bosco, de las Hijas de María Auxilia
dora de Niza Monferrato que han enviado un
hermoso mantel de altar bordado en oro.
Los aplausos y vivas á D. Búa siguieron á
la música, apareciendo la respetable figura
del Sacerdote Salesiauo que todos conocen,
ora personalmente, ora por sns escritos, Don
Juáu Bautista Lemoyne y leyó su hennosísimo himno que fué primorosamente cantado
después, corriendo parqjas, ó mejor dispután
dose la primacía de la delicadeza y elevados
sentimientos el anciano poeta y el celebé
rrimo y aplaudido M.® Dogliani.
A éste siguieron diversos diálogos y poe
sías siendo todos tan del agrado del pú-
211
blico que el tiempo pasó con gran rapidez.
Allí se vó lo que es la Obra de D. Bosco y
lo que debe hacer D. Eúa ayudado de sus
buenos Cooperadores. Del mismo modo que
en un cuadro se distacan al primer golpe de
vista todos los paisajes que representa, así se
vieron aquí las diversas fases de la Obra Salesiana, representadas por varios jóvenes del
Oratorio y además por otros de los Oratorios
festivos y de Valsáüce, Foglizzo, Ivrea, San
Benigno, Martinetto etc., etc. habiendo asom
brosa variedad de formas, conceptos y ex
presiones.
Dos horas ó miis duró la simpática acade
mia y nadie estsiba cansado. Después Don
Eúa, con palabras que quisiéramos transmitir
á todos valiéndonos del fonógrafo, pues eran
más dulces que la miel y más sonoras que la
más hermosa melodía, da las gracias á los
jóvenes, Cooperadores y á cuantos han tomado
parte en tan agradable fiesta, y mostró tanta
humildad que parecía indicar que lejos de
ser él la mano y la mente que todo lo hacen,
mueven y piensan, serviría tal vez de obstár
culo para que no progresara más la Obra.
Sus hijos le habían prometido que al día
siguiente ofrecerían por él la Santa Comu
nión : esto le tocó en las fibras más hondas
del corazón y dijo que á no dudar era el
mejor y más rico reg^o que le podrían hacer.
J u a n XSau~tista.
alu m no s.
1 L .O S
a n tig r u o s
A las nueve y media se nota en el Oratorio
un movimiento especial. ¿Qué será? La banda
se dirige á la portería y parece que espera
á algún i>er8onaje. Los antiguos alumnos,
guiados por el simpático Gastiui vienen á
dar gracias á D. Bosco en la persona de Don
E úa por los beneficios que han recibido. Los
niños del Oratorio suspendieron el recreo y
se colocaron en dos filas: suena la música y
pasan los antiguos alumnos: recordando los
tiempos pasados desean hacer como si en la
actualidad estuviesen en el Oratorio. Los
que se encuentran actualmente parece que le
dicen:—\Cómo pasa el tiempo I — y mezclados
unos con otros recuerdan con alegría su vida
en este sitio para ellos tan delicioso.
Los músicos van en dos filas seguidos de
los artesanos primero y de los estudiantes
después á donde les espera D. Eua. Unos y
otros le ofrecen su recuerdo anual. Su vista
los anima y conforta. A pesar de la varia
ción, pues muchos ya tienen barba, D. Eúa
los conoce á todos, los Uama por su nombre
y les dice á todos que le informen de su ma
nera de vivir, dándoles hermosísimos con
sejos.
Todos en fila presentaron á D. Eúa un her
moso frontal para el altar y un magnífico
cuadro al oleo de su querida !Madre. El Evdo.
D. Eeviglio, antiguo alumno, fué el encar
gado de manifestar los sentimientos de todos,
—
y con palabras salidas solajuente de un co
razón impregnado de amor hacia 1). Hosco
y su Obra, recordó escenas pasadas de tan
grata memoria como tenía lagar entro ellos
y Mamá Margarita ote., etc.
Xja A.oa<lomÍu <i H>. Doisoo.
Como siempre en esto día no so habla de
otra cosa que de D. Bosco. Si so trata do in
dagar la causa impulsiva do huita alegría
como en la tordo del 2-4 se notaba en el Ora
torio, seguramente que todos hubieran con
testado unánimemente que ora la Academia
que se iba á celebrar eu honor do D. Hosco,
i Qué se dirá on ella que no so haya recitado,
cantado ó tocado antest jOh, muchas cosas í
El encargado de coordinarla ha sabido unir
la unidad con la variedad para rctrahir fiel
mente á D. Bosco. Imaginaos ver los diversos
cuadros que representan á nuestro Padre
como amigo siempre de la juventud: en este
corre, como el Padre del Evangelio, á abrazar
á su hijo que creía ya perdido; en aquel,
cual intrépido y heroico Misionero qne todo
lo sacrifica en bien de las almas, recuérdaiise escenas ternísimas de. varios Salesianos,
entre otros de Mons. Cagliero.... El cuadro
de Culpa y perdón estuvo admirable.
Todos los Cooperadores saben que nuestro
hermano el M.® ÍDogliani fué el año pasado á
la América con el fin de tomar parto eu las
solemnes funciones que se hicieron con mo
tivo del XXV.” aniversario de aquellas Mi
siones : pues bien le llamó sobremanera la
atención el verdadero espíritu de caridad que
liubo entre loa hermanos do las dos partes
del mundo unidos por el vínculo común de
nuestro amado padre Don Bosco, lo mismo
en la música que en la poesía y discursos.
Entre las composiciones musicales que mqjor
brilla este pensamiento se ©ncuontraii las do
nuestro hermano D. Aquilea Pedrolini, hijo
de padres italianos, pero nacido en la Eepública Argentina, poniéndose en escena la no
che en cuestión su última obra, titulada E l
arte musical, qne es un hermoso juguete có
mico con recitado y canto y dedicada como
homenaje á nuestro Padre Don Bosco, cuya
música, de ritmo fácil y claro, simple y ele
gante, aunque grandioso, ha producido en la
numerosa y selecta concurrencia nn verda
dero y triunfal efecto. Parecía que el genio
de la música había venido de América á
rendir tributo y obsequio á nuestro amado
Padre D. Bosco por haber mandado á sus
hijos á aquellas apartadas regiones á enseñar
las notas mnsicales, no sólo en las grandes
cindades sitio en .medio de los desiertos y las
vastas soledades. Eecordando remotas épocas
del Oratorio nos sentíamos como extasiados
y DOS parecía escuchar d© los mismos labios
de D. Bosco: — He aquí realizado el com
plemento d© mis deseos.
Kuestros jóvenes no dejaron de aplaudir, y
—
212
plido, llamando la atención el hermosísimo
discurso que sobre el tema, In 'memoria del
Padre^ tuvo Don Albino Carmagnola y una
poesía llena de bellezas y encantos del Se
ñor D. Juán ÍBautista Francesia.
Como la noche anterior duró más de dos
horas y al salir los Cooperadores alababan
una vez más al Señor que tan buenos ratos
de solaz les proporcionaba por los benemé
ritos hijos del immortal D. Bosco.
onando D. Búa presentó ál autor que había
venido de América con el fin de conocer á
los Su{>eríores Mayores de nuestra Sociedad
' respirar, digámoslo así, el aire de D. Bosco,
OH aplausos se prolongaron más y más: era
el primer tributo que el arte americano tri
butaba al arte de Italia. Que el Seuor con
serve á tan simpático autor el amor que
tiene á su amada patria.
E l extenso programa fué fielmente cum
Í
o n .
- A
—
j m
é i r i o a
(Continuación. J
El Segundo Congreso Salesiano.
Chateaubriand hablando de las Misiones
dice que es una nueva y gran idea que per
tenece única y exclusivamente á la Keligión
Católica. Los idólatras han ignorado el di
vino entusiasmo de que está animado el após
tol del Evangelio. Jamás abandonaron los
antiguos filó.sotbs sus tareas académicas y
las comodidades de su amada Atonas para
lanzarse, al impulso sublime de la abnegación,
á humanar al salvaje, á instruir al ignorante,
á asistir al enfermo, á vestir al desnudo, á
llevar la paz y concordia á las naciones ene
migas y otras mil y mil acciones humanita
rias y civilizadoras que practica el Misionero
Católico. Ni los mares, ni las tempestades,
ni otra clase do peligros lo arredran. El vive
con el esquimal en aquellas chozas fabriwulas
de pieles, y como él se nutre con la gr.isa
de la ballena. El busca almas en Groenlandia,
en la Tartaria y en la ratagouia. Monta en
el dromedario y sufre los liorrores del sol
africano por seguir y catequizar al ignorante
cafre; su ticción redentora se extiende á la
China, á la India, al Japón, y con más ardor
y entusiasmo que Alqiandro procuraba tierras
que conquisbir, el Misionero busca ansioso
almas para conducirlos al Cielo.
Cuando el etiroi)co no presenta á la vista
del Misionero otra cosjv que una gran familia
de hermanos ya regenerados, entonces éste
dirige su mirada á liis más apartadas regio
nes, donde tantos infelices i>ermaneceu aún
sumidos en 1j»s tinieblas de la idolatría. La
degr.tdacion del hombre excita en él la más
viva compasión y siente verdaderos deseos de
derramar, si es necesario, hasta la última
gota de su sangre por salvar á aquellos in
felices. Penetra en extensas selvas, atraviesa
grandes ríos y lagos, gana montañas casi inac
cesibles y arrostra todos los peligros por
arribar á aquellas naciones esclavas de la
superstición más grosera, con el único fin de
qne aquellos habitantes depongan sn denigniute barbarie é implanten en su lugar la
verdadera civilización. El supera todos los
obstáculos que puedan presentársele por gran
des que sean y aun aquellos que no tienen
creencias religiosas, confiesan qne el Misio
nero obra verdaderamente persuadido de que
fuera de la Religión Católica no hay salva
ción posible, probando su persuasión la inu
sitada generosidad que usa algunas veces por
salvar un idólatra, pues no omite n i n ^ n
medio. Más de uno se ha sacrificado por su
patria y muere en la soledad sin qne le acom
pañen, no diré sus parientes y amigo^ sino
ni aun siquiera un alma v iv ie n ^ y deja gus
toso este valle de lágrimas, deja el fausto y
boato que pudieran prestarle las riquezas
mundanales que con resuelto heroísmo ha des
preciado y va á bu.scar el premio eterno que
se encuentra inmediatamente después de las
penalidades que va á sufrir.
Estas reflexiones producían en el alma
grande del Cardenal Alimonda tanto entu
siasmo que veía en el Misionero al padre, al
amigo, al educador y civilizador de los pue
blos y á todos animaba á cooperar á tan be
néfica obra, increpando duramente á aquellos
que ponían obstáculos, valiéndose de la ca
lumnia ó de otros inicnos medios. — O coo
perad, decía, á qne se extienda, ó dejad libre
al celoso Misionero qne procure para sí y
para otros la verdadera Patria, la Patria ce-
— 213 —
lestial. — Jamás lanzará anatemas contra su
cuaa, contra aquel lujrar donde recibió las
enseñanzas de evangelizador y heroe, y aunqne no siempre íilabe aquello que se hace en
su amada nación por ser contrario á la ley
divina, sin embargo ante otros lo cubrirá con
el velo de la disculpa y él solo llorará é im
plorará siempre los divinos auxilios para
aquella que vió los primeros albores do su
vida.
Los pensamientos de estos dos ilustres es
critores sintetizan admirablemente Jsis ala
banzas tributadas en el Segundo Congreso
ficados, según dijo nuestro InspiH’tor de las
Casas de la Argentina, en el Airdngel San
I^fael que acompaña á Tobías durante sus
viajes. Los beneficios quüi>r(AvStd al afortumulo
joven su angélico compañero hubieran qued;\do sepulüidos en el más profundo secreto
si al volver á la casa paterna loa dos no hu
biesen tratado. Padre é hijo, de remunerar tan
grandes servicios.
— Hoy, dice 1). Vcapignani, loa pensa
mientos do Salesianoa y alumnos abrigan la
misma idea, esto
quisieran remunerar la
activa ó infatigable coo|)eración de ana bien-
Prelaóos de América del Sur que asistieron al Segundo Congreso Salesiauc».
Salesiano al apostolado católico en general
y á los hijos de D. Bosco en particular,
mientras que la obra maravillosa llevada á
cabo en América durante 25 años de Misio
nes se presentaba á la mente de todos los
Congresistas, quienes atónitos les parecía
casi imposible lo que ellos mismos habían
hecho impulsados i>or la misteriosa mano de
la Divina Providencia. Esta reseña no fué
estéril. Américí^ que había cooperado 4 tan
gran bien, midió sus fuerzas, las enumeró y
pensó en el mejoramiento, después de dar
gracias á Dios porque tantos han contribuido
4 la redención de aquellas almas, y 4 la vez
admiraron el poder divino que lleva 4 cabo
empresas aun en medio de insnperables obs
táculos. Adem4s los Salesíanos tributaron un
homenaje de amor y gratitud 4 todos los Coo
peradores y Cooperadoras, muy bien personi-
hechores; pero no sléinlolos posible de otro
modo, lo hacen manifestando su cordíalísima
gratitud. Bien conozco que vosotros, como el
Arcángel, no es|>eráís la recompensa en este
mundo ; pero i)erinítidno8 que os rindamos
público testimonio de recoiK>cimiento por los
sentimientos que nuestra Sacrosanta Religión
08 ha sugerido para socorrer al prójimo.
Por otra parte las palabras del Arcángel
nos autorizan para dar 4 conocer este divino
secreto y manifestar al mundo entero basta
donde ha llegado vuestra generosa coopera
ción : ya lo habéis tenido oculto por espacio
de 25 ano.s, como S. Rafael lo estuvo bajo las
aparencias de am igo, cubriéndolo con el
manto de la protección 4 las escuelas de edu
cación religiosa: halléis dado la limosna con
la mano derecha, sin que la izquierda tuviera
el más leve indicio: muy b ie n ; habéis se-
— 214
guido el eousejo evangélico y habéis puesto
en práctica cuanto os intima el A rcángel:
tíacramentum liegis ahscondere bonum est.
Mientras se levantaban con la mayor pompa
en bis grandes Ciudades suntuosos edificios
en noml)re de la libertad y de la filantropía,
vosotros construíais liumildes y modestas Ca
sas en Almagro, La Boca, Barracas, La Plata,
Bahía Blanca, Rosario, Mendoza, Patagones,
Viedma, Roca, Daivson, Junín de los Andes,
Gallegos, etc. etc. cuyas fundaciones han
puesto á salvo de las mundanas pasiones á
miles y miles de niíios y huérfanos, y en cu
yos locales hay c8i)acioHos Oratorios festivos,
escuelas de artes y oficios, de Agricultura
sin que falten colegios de primera y segunda
ensenanza donde se irradia la mente de los
jóvenes alumnos con la luz de la verdad ca
tólica y so forman los corazones en la virtud.
Os sirvan de consuelo las 100 casas de Sale.sianos y las 75 de Hijas de María Auxilia
dora abiertas en e 1trascurso de cinco lustros,
solemne testimonio de la fecundidad del grano
de mostaza que nuestro anuido Padre Don
Hosco sembró eu este bendito suelo americano
y séiiuos permitido decir: «Opera auteni Del
revelare et cou fitcrí honorificum est. A vosotros
})erteiiece el bien que se ha liecho y vuestro
será el que cou la ajuda de Dios se ha de
hacer en lo sucesivo, y digo vuestro porque
vosotros sostenéis la Obra Salesiaua.
Ni 1). Bosco ni su Sucesor han emprendido,
ni este emiirenderá ninguna fundación sin
(jue sea ])ropuesta, ayudada y sostenida por
vosotros que sois la señal segura del asenti
miento que presta la voluntad divina, la nube
luminosa (pie guía muistros pasos, y est.;iinos
persuadidos de que sin e.sta vangnarilia se
liordería mucho timnpo, siendo nulos los re
sultados dcspims de inutilizar mucho personal.
S(‘gúu el espíritu de Don Bosco ios Coope
radores son la escolta do la luscióu Salesiaua,
puesto (pie ellos conocen las necesidades, las
])ürsoiias y los lugares ou los que se puede
inqilantar cou iirovecho nuestra Obra.
KI St'gmido ('ougivso 8alesiaiio, celebrado
(»u Buenos Airt's cou el beneplácito do S. K.
!. 1>. Marianc» .V. Espinosa, es un homenaje
(pie esta .Vrehidkxmsis lia tributado á Cristo
Itcdentov, y nosotros nos hemos (iongratuhido
al unir nuestra voz á los inmensos y vallados
cánticos de adoración y de gloria que el
mundo eat(Hieo, henchido de viva fe. ha
(jHerido dirigir á Dios á la eoiiclusióii del
siglo décimonoiio.
no dudar habní agra
dado á Jesús nuestro tributo. ]uk‘S del Con
greso han sugerido nuevas iiuiu.strias para
\)oderle eondueir las almas de los jt'ivenes que
1(“ son tan agradables. Nosotros liemos dicho
“ Señor, os eoiisagrainos los niños que has
puesto bajo nuestro cuidado: todos trabjijamos cou ardor, «‘dueamlo cristiauamente á
los que mañana han de constituir la SiK'it»dad, á fin de que triunfe tu santo Nombre y
i'eines eu su corazón, deseamos iiue todos sean
buenos y sigan los pasos de vuestra ley di
vina, para que todos permanezcan unidos por
los hermosos lazos de la caridad qne de Ti
procede y huyan de osa fiJantropía que tan
graves y fatales consecuencias ha ocasionado
siempre en la moderna sociedad—.
A esto tiende el Segundo Congreso de Coo
peradores Salesianos deseado por todos cou
verdadero entusiasmo y todos'abrigan verda
deras esperanzas acerca de sus resultados, re
flejándose bien claramente la opinión pública
en todos los diarios y revistas católie.os, los
cuales auguran éxito "feliz. Yo también abrigo
fundadas esperanzas de que los hechos con
firmarán el deseo de todos, evidenciándolo
ya la actividad cpie muestran eu los prepa
rativos, rebosando por doquiera los indicios
de que resultará solemne y grandioso. No hay
que extrañar ({iie no se reúna tanto episco
pado como eu el de Bolonia iiorque aquí
las diócesis son extensísimas y las distancias
por lo tantos enormes: á x>esar de todo se ha
verificado con la presencia de tres Arzobis
pos y seis Obispos.
Tanto el clero como muchos ilustres seglares
formaron parte de las Comisiones nombradas
al efecto, brillando en todos la más exquisi
ta caridad, por amor á Jesucristo, y jamás
ponderaremos lo suficiento la activiilad que
desplegaron y el interés que á todos los bue
nos americanos les movía: el 15 de Septiembre
nada se había preparado aún. y en Noviembre
todo se encontraba en condiciones y dispuesto
de tal mamara que se esperaba el más bri
llante éxito como efeidivainente resultó, con
tribuyendo á no dudarlo las excejicionales
cualidades (bitodos los que en él tomaron parte
que fueron: el Sr. Priísideiite, Dr. O’Farell:
es de mente despejada y tiene un corazón emiiienteimmte decidido por todo lo bueno: El Dr.
Zorrilla une al entusiasmo del poeta la jireponderancia del filósofo y la actividad del
periodista: el ingeniero Ay(‘zza, discípulo del
])adre de mu'stro amado Cardenal, el inge
niero Sr. Richelmy, i>arece que ha heredado
el espíritu do cabílico práctico y el amor á
nuestra Pía Sociedad: el abogado I) EiiiÜio
Laiuarca es de uii ingenio extraordinario y
qno lia consagrado iior completo á la defensa
(le la buena causa: el Dr. D. Luís Saeiiz
Peña. Ex-iiresidento de la República: el limo.
Sr, Villanova y Sauz, y tantos otros á quienes
la Sociedad Salesiaua les estará siempre re
conocida y Dios Nuestro Señor les dará en
su día uu iiremio eterno (1).
(1) T odo lo d e m á s q u e d ic e D. G neniauo e n s a c a rta
r e la tiv a a l C oucreso .Salesiaiio p u e d en v e rlo iin e stro s
le c to re s e u e l Íío l k t íx d e F e b r e ro , p á g in a s 37 y s i
g u ie n te s.
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— 215 —
( p J)
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^DE NUESTRAS MISIONES... --s^.
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se hacían intransitables. Era verdaderamente
una selva selvática y áspera, cuyo rcouai'do re
nueva el miedo.
IP ^ T J ^ G -O Is ri^
Después de nmclio padecer vimos á lo lejos
lumbre, recobrando ánimo ])or(iue (U’cíamo.s
que ya estábamos muy cerca de Chocle-Choel;
pero sufrimos una decepción horrible, pues
En «I valle de Neuquen,
no era otra cosa que iinu gran hoguera que
(Relación de D. Juan B era id i),
habían hecho los Indios Nómadas que des
cendían de la (íordilleru con el fin do c.aleu*
( Conclusión).
tarse y secar sus empapados vestidos. Nos
!E
2ii la tx-avesía. —
Vista encaatado- acercamos á ellos y.... ipobres!, estaban sen
r*a. —
Camino pésimo. —
IJnxx fofyatíx tados sobre la húmeda aren a, temblando de
<lelos iii(li«>.s. —
Al l>oi’<
l<
*<
!<
?
(iiii pre frío, todos calados y esperando ijue so asara
cipicio. —
Salvailos por milaj^i'o.
un pedazo de carne con que saciar el hambre
canina que les devoraba. S. E. I. después do
05IANTIC0 filé el viaje en. la travesía. saludarlos cordialmente les preguntó que (Uial
IDesde la cima de la misma meseta sería el meior camino para llegar á Choele(que tendrá unos 00 kilómetros cua Choel y que cuanto faltaba. Uno lo contestó:
drados de extensión) se ven magní — Camino no bueno... Choele-Choel legua y más...
ficos y pintorescos panoramas en el paso malo, — que quería decir: el camino es
valle del río Negro, inmensas y amenas lla muy malo, falta más <le una hígna y hay un
nuras y fértilísimas isletas que muestran ver paso muy peligroso. Viondo que la.s cosas
des pastos y plantaNS. A la una de la tarde iban cada vez peor S. E. I. me dijo que co
concluimos de andar por las áridas cimas de menzase á rezar el Santo lío.sario.... Poco
la cordillera y paramos un momento con el después loa caballos so jmraron jior completo
objeto de descansar. Nos aguardaba un inci sin querer dar un ]ia.so más-, siendo inútiles
tollos los medios cmpleado.s ]iara hacerlos ca
dente desagradable.
A las dos comenzamos do nuevo nuestro minar. Nos ajieauios jiara. ver si podíamos
viaje y aquel fué el camino del Calvario. La sacar las rueda.s del lodo; ]>cro tollos nues
tempestad de la noche anterior había descar tros esfuerzos fueron inútiles.... Teníamos
gado en este punto, por lo cual el camino verdadera neciyíidad <le ijue el Cielo nos ayuestaba intransitable. Tanto los cabsdlos como da.se. JIontamos <le nuevo y con viva fe re
las ruedas del carruaje se hundían en el zamos un Pater, Ave y Gloria á 8. Antonio
fango. Ibamos adelante, pero con muchísima de Padua. Decir Pater Xostor y continuar los
dificultad, hasta que los caballos, faltos de caballos su viaje como si üil estorbo hubiera,
fuerzas, se pararon por com])leto. Era nece fué una misma cosa. No es i>ara descrita
sario hacer un esfuerzo, pero 4cómo T Parar nuestra alegría, sin embargo, como presin
nos allí era peligrosísimo y mucho más al tiendo Monseñor alguna desgracia, dijo: —
ver que las nubes amenazaban descargar nue recemos nn De profundis por las Almas del
vamente. Por otra parte sólo faltaban tres ó Purgatorio para que nos libren de todo pe
cuatro leguas para llegar á Choele-Choel, ligro — La noche so ponía caila vez más
donde podríamos descancar antes de prose oscura y las furias del averno parece que se
guir nuestro viaje á Poca, Bahía-Blaca y la querían* conjurar contra nosotros por las al
mas que le habíamos arrebatadlo en aquella
Pampa Central.
Las tinieblas de la noche se acercaban á misión; ]>ero nosotros, hijos de Don Bosco,
pasos agigantados y la incertidumbre de lle habiendo puesto toda nuestra confianza en
gar á donde deseábamos aumentaba, porque Dios y en su ternísima Madre que es pode
los caminos eran cada vez peores. Pantanos, rosísimo Auxilio de los Cristianos, íbamos
&ugo y arena i>or una parte y por otra altos seguros sin temer el menor p eli^o . Por fin
vallados llenos de espinos, de modo que casi la luna mandó su luz sobre la tierra y i>oco
—
216
dospuéa (me parece todavía estarlo viendo)
descubrimos un horrible precipicio que la
lluvia do la noche anterior había formado.
Ante peÜKi'o tiin inminente se me heló la
sangre en las venas, no pudieudo menos de
dar un fuerte grito, producido por el horror
que me cansó al verlo. Monseñor, alzándose
al momento, {•omenzó á mirar á uno y otro
lado....El conductor paró al momento los ca
ballos y S. E. 1. dijo: — parémonos, por amor
de D ios; yo no voy más adelante jjorque sería
una temeridad culpable el contimuir. Para....
que me bajo.— Faltarían 4 ó C i>asos para pre
cipitarnos en aquel profundo zanjón. El paso
era iniposiblo: en vano bu8;:ainos otro ca
mino, porque uno que vimos so perdía en la
selva, i Qué hacer en este caso? Monsefior
dijo que desenganchar los caballos y i>asarlos
—
tramos varios grupos de indios que se calen
taban alrededor del fuego y por fin, después
de tantas fatigas llegamos, gracias á Dios, á
nuestra Oasa de las Misiones que se encuentra
en medio del pueblo. Por ser tan tarde no
nos esperaban hasta el día siguiente: el la
drido de los perros había despertado á Don
Domingo Anselmo, único misionero en aquel
desierto. Viajábamos desde las 6 de la mañana
sin haber comido otra cosa que un poco de
carne y pan al medio día, por lo cual, no
teníamos apetito, sino uu hambre atroz. Abrazainos á nuestro hermano que estaba lleno
do admiración al considerar el viaje, la hora
y el hambre. Entramos en casa, pero i en qué
estado se hallaba!.... Más bieu parecía una
cueva. No tenía puerta y el pobre misionero,
en los pocos meses que llevaba allí, había
Sii{icrioic8 Sulcrfiaiios que asistiorou ni Segundo Congreso.
l>odido con dificultad preparar solamente una
habitación para dormir: no tenía medios para
j>oder continuar la obra. No se lamenta, ni
mucho menos, de su situación, i>orque está
disimesto á sufrir eso y mucho unís por el
bien do las almas. No habiendo allí sitio tu
vimos que pedir hospitalidad en casa del
Sr. Gobernador, y aunque no estaba él allí,
fuimos muy bieu recibidos. Monseñor fué con
ducido á la misma habitación del Sr. Gober
nador, preparándonos el cocinero al momento
una excelente sopa con que reparamos un
1)000 el estómago.
Al día siguiente. 12 de Mayo, que era sá
bado, la excesiva lluvia nos obligó á i>ermaT o <Io !< ilo v m iitu
lo »
— necer en casa y nos ocupamos eu arreglar la
iiiut <*uovu.
IC*!
<l«‘l
Capilla. Su estado era tal que casi puede
Crol><'i*nu<loi'.
lA iiv in y ii»Í!»iioii»*ís.
cirse no so podían celebrar en ella los divi
—lílu lu
t'n<íiu*nti’o.
nos Misterios. La lluvia no cesaba: la gente
Ya estábamos cerca de Ohoele-Choel: divi- poco á poco emi>ezó á recibir los Sacramen
sávanse las luces de lase-as:is: distaba sola tos de Penitencia y Comunión, á oir la Santa
mente dos ó tres kilómetros. Todavía encou- Misa y á escachar la divina palabra: todos
uno á uno por el estrecho semlcro, imes ú
un lado estaba el precipicio y al otro había
muchos espinos y zarzas para pasar el cocho:
(solo el ánimo de Monseñor puede hacer esto),
llncis se puso adelante. S. E. 1. y un servidor
atrás empleamb) muchos esruerzos. Yo estaba
rendido y poco podía ayinlar á Monseñor,
]M>r lo cual tuvo que hacer él uu esfuerzo
extraordinario (pie lo postrt) horriblomonte.
¡Vea. amadísimo Sr. 1>. Rúa. cuanto tiene
que sufrir nue.stro amado Monseñor Caglioro
en estas ivgiones! Dios bendiga sus sudores
y no ¡KM-mita que los malvados destruyan
esta nueva cristiandail.
—
—
querían ver á su buen Pastor, hablar oon él y numerosa concnrrencia, la banda do música,
recibir su bendición. El, como siempre, es todo el Sr. Coronel y toda la oftciulidail del ba
para todos, á fin de conducirlos á todos á Dios: tallón de artülería. En medio ile las entu
se bendijeron varios matrimonios y hubo un siastas aclamaciones y do loa jMJordos do la mú
gran número de primeras comuniones.
sica Monseñor Cngliero saludaba alegro átodos
Su celo se extiende también á los pobres sus hijos, dirigiéndose después á la iglesia
encarcelados. Fué á hacerles una visita y des para dar la bendición oon el Santísimo.
pués de animarlos á recibir los Santos SaEl tiempo no nos ayudó nada pues la con
crmueutos les dijo que se encomondasou al tinua lluvia <le tres días impidió que el pue
Señor y á la Santísima Virgen por medio de blo asistiese á las funciones religiosas. S. E. 1.
la oración humilde, devota y perseverante. aprovechó esta ocasión para dar qiorcicios
Fui tres días con el fin de prepararlos por e-spirituales, primero á los Salesianos y des
medio de jfiáticas y exhortaciones, y el día pués á las Hijas do María A uxiliadora, sir
designado los (joufesó Honsefior, dijo la Santa viendo como de propanuúón á la fiesta de
Misa y les dió la Santa Comunión. Jamás ti\n buena Madre. Estas ocupaciones no le
celebra ninguna función en la que no dirija impidieron que pudiese acudir á los fíeles al
la divina palabra; por tanto les habló con bil acercarse estos á recibir los santos Sacra
unción que todos estaban verdaderamente mentos do Penitencia y Comunión. Cuando
conmovidos.
el tiempo lo permitió fuimos á visitíir nuestra
El día 15 de Mayo por la tarde, primer día Colonia Agrícola que tiene una extcii sión de 84
de la novena de María Auxiliadora, todos los Hectáreas, donde trabajan unos veinte jóvenes,
habitantes de Choele-Choel vieron con pro asistidos por el clérigo D. Constancio Mollano,
funda tristeza que se marchaba sn amado agrónomo, alegrándose mucho S. E. I. al ver la
Pastor; pero S. E. I. los consoló diciéudoles utilidad que esta fínca presta á la Misión.
que volvería pronto á pasar otros días en su
Los habitantes del nuevo pueblo de Bw’a ,
compañía. E l Secretario del Sr. Gobernador, edificado á unos tres kilómetros del antiguo
Sr. Sarmiento, y otros distinguidos perso que fué destruido el año pasado por una gran
najes lo acompañaron hasta la estación que inundación, quieren disfrutar, siquiera un
dista unos 15 kilómetros. Allí cenamos todos día, de la presencia de su amado Pastor, y
y después se retiró S. E. I. á una habitación al efecto el Sr. Coronel invitó á comer á Mon
de tabla, pasando por las rendijas el aire y señor, asistiendo todos los oficiales de la guar
el frío; mas para el que está cansado son nición, las Autoridades y distinguidas per
buenas todas las habitaciones y la noche sonas de la localidad, amenizando el día la
siempre se le hace corta. Al día siguiente música militar que dqjó oir sus afinados acor
muy temprano tomamos el tren que debía con des. Después pasaron á una capilla preparada
ducirnos á Boca.
al efecto, llenándose al momento de fíelos de
La Divina Providencia dispuso las cosas de seosos do oir á su amado Obispo y de ver
tal manera que en el mismo venia de Bahía- administrar el Síusrainonto de la Confirma
Blanca el Sr. Gobernador D. Eugenio Tello, ción, no bajando de 2(M) los confirmados entro
intrépido propagandista católico, bienhechor niños y niños. ¡Qné espectáculo do fe tan
de los pobres y defensor de la justicia y de sublime en estos remotos países I
la verdad.
S. B. I. volvió á casa tan cansado que no
Los ilustres personajes se abrazaron como podía m ás; i>ero él, segi'in costumbre, reposó
dos buenos amigos, pero debían separarse preflicando á los jóvenes do nuestro hospicio
porque el Sr. Gobernador iba para Choele- y diciéndoles la manera de prepararse dignar
Choel y S. E. I. para Boca. Al llegar al tér mente para celebrar la fiesta de nuestra amada
mino de nuestro viaje me asomé varias veces M ^ re María Auxiliadora.
á la ventanilla del coche y pregunté á Mon
La función resultó hermosa é imimnente.
señor que donde estaba el pueWo, porque no En los días que precedieron se arregló la ca
veía otra cosa que ruinas, cabanas y aJguna pilla con mucho gusto y viendo S. E. I. que
que otra pequeña y. mala casa, ü n a sola se hacía falta un confesonario él mismo, ayu
divisaba hermo.sa y bella... era la Gasa de la dado de nuestro hermano Cartella, lo cons
Misión, adornada con banderas y otras cosas truyó. ¡Qué actividad tan admirable en un
que decían á las claras la alegría que expe Obispo de sesenta y dos años!
rimentaban sus moradores porque Uegaba sn
La de.seada aurora del 24 de Mayo se de
Obispo.
jaba ver en el horizonte y las campanas la
saludaron con su sonido, llenando á ia vez
R eo ib iin ie n to . —U n a co lo n ia agrri» nuestras almas de indecible alegría, y mien
cola. —B a n q u e t e oficial. —F i e a t a
tras en Turín María Auxiliadora era honrada
Ue >fnT*ia A-uxiliadora. —Re_^re«o
en medio del más sublime esplendor y mag
A Olioele-Olioel. — U a o ra c fó n <le
un p a d r e lit>ra A e¡u h ijo d e l a c á r nificencia, la joven Patagonia le mandaba im
cel. —Res^reRO d e B a h ía -B la n c a .
saludo con toda la efusión de sn alma. En
—OoncluKión.
este día escachamos la palabra de su Apóstol
En la estación nos e.'qwraban el Sr. Di que estuvo más elocuente y más lleno de
rector, D. Stcfenelli y los otros Salesianos, amor divino que nunca, animándonos coa
—
218
íjalor -á iioiier tAda. A u^tra cowtíaii^a en
Aquella que es Madie ternísima y poderosa
Auxilio de los Cristianos.
La administración del Sacramento de la
Contíriuacióu y la bendición dada con S. D. M.
coronaron tan liala},dieña solemnidad y MonHcnor, bendiciendo á su pueblo, fue á la es
tación i>ara volver, como había prometido, á
Olioele-Clioel. Llegamos el_viernea, 2ó de
Mayo, íi las nueve do la inanana. El pueblo
mlornado con banderas, el disparo de bom
bas, la armonía de la música, todo el bata
llón formado, el Sr. Gobernador, y las otras
Autoridades... todo contribuyó á causar una
agradabilísima impresión en los numerosos
Heles. La capilla de la Misión estíiba primo
rosamente adornada dé luces y flores: la mu
chedumbre de gente llenó, no sólo la capilla
sino también la sacristía, los pórticos y el
patio. S. E. I. celebró la Santa Misa, á la
cual aaistierou el Señor Gobernador y Jas Au
toridades civiles y militare.s. Después de can
tar un solemne 2'e J)euM se dio la boudicióii
con el Santísimo Sacramento.
r o r la tarde fué ó. visitar á los presos con
,el ob.ieto do consolarlos: telegrafió al Señor
Presidente de la República pidiéndole i>ara
pnos la conmutación de la pena y i>ara otros
muchos la libertad: un padre siempre es p a
dre y jamás puede ver padecer á sus hijos.
Lo8*t/es día.s que estuviipos cu este pueblo
hizo un tiempo hermosísimo, por lo cual la
oxmcurrencia de fieles á las funciones reli
giosas y ú recibir los Santos Sacramentos faé
extraordinaria: también fué mayor el número
de confirmados y los matrimonios iH'udecidos.
-Aquí se ha Visto i)alpablemeiiU'la verdad de
aquello del poeta: Éc(¡is ad oxeinplum totun
.voniponitnr orbis, porque el Sr. Gobernador es
,uu verdadero y eminente católico práctico y
de todo corazón : ú todos dá sublime ejemplo
,cou su vida religiosa, i)ucs no solmneato fre
cuenta los Santos Smiramentos sino que todas
las mañanas oye,y ayuda Ja Santa MisaíMin
el fervor do un verdadero y ferviente cjitólico.
Aquellos. tres días pasaron veloces como
un rayo y Monseñor sentía dejar á. aquellos
amados fieles de (’hoele-Choel; poro otros
lujos lo estaban ya ivsperando.
Ku el tren que salía ú las 0 y 30 de la
noche partimos para Bahía-UUmea, llegando
á las .10 del día siguiente.
Aipií ei>ücluyo, amadísimo Sr. D. Rúa, por
que, cansado del via.je, no puedo continuar,
.dejando i)ara otra eartu muchas cosas dignas
de conocerse. Le suplico me tenga siempre
presente eu sus oraciones para que pueda sal
var mi alma y con ella otras muchas.
Reciba los saludos de S. E. I. jr de todos
los hermanos y alumnos de esta C asa: su
aü'mo. iii O. J.
q. b. s. m.
J uan B e u a l d i , Pbro.
Bahtu-Ulauca, S de Junio de 1900
YíBfiMA (Argentina)
EVMO. Y AMADO PADBE D. RÚA.
E l día 9 del corriente por la mañana salí
para el próximo distrito de San Francisco
Javier, distante de esta Oapitol 25 kilómetros,
acompañado de nu amigo y decidido parti
dario de nuestra Sociedad, D. Severiano Brilto,
y que ya otras veces, siendo Juez de Paz del
Distrito ‘‘25 de Mayo,’^ cooperó al mejor resnltádo de las misione-s entre los indígenas,
coii el objeto, después do corta auseucia, de
volver á Visitar mis feligreses y ejercer entre
ellos las santas funciones de mi ministerio.
Durante el trayecto he tenido ocasión una
vez más de poder contemplar con tristeza los
inmensos perjuicios ocacionados por el último
desbordamiento del río Negro: casas destrui
das, alambrados rotos, puentes desmoronados,
y por último los caminos convertidos eu prolimdos surcos, corta<los á cada paso por zan
jones llenos de agua que los hace intransita
bles y peligrosos para los viajantes.
A corta distancia de Viedina tuvimos que
atravesar un puente llamado de Juaii José
Riál, que se encuenti'a destrozado y consti
tuye un serio peligro para los carros que
deben pasar forzosamente por él: nos cobra
ron veinte centavos, dieiéndonos que por los
carros cobraban hasta nu peso".
Llegamos á las 4 á la casa del respetable
y antiguo vecino D. ¿Viejo León; con el ob|eto
de celebrar Misa en su casa resolvimos que
darnos hasta el siguiente día. Allí hemos sa
bido que la noche anterior había soplado un
fuerte viento de N. á S., que había derribado
varias casas e«i construcción y tronchado al
gunos árboles.
Después do la Misa, siguiendo mi costumbre,
les pronuncié una pequeña plática, exhortán
dolos á cumplir con los deberes religiosos y
á frecuentar los Santos Sacramentos.
Eu los días que transcurren del 10 al 18
recorrí parte de los distritos do San Javier
y Ciibauea, pasando |>or las casas de los ve
cinos Agustín Rías, Benigno Entraigas, Silverio, Ildefonso, y Antonio Linares, Idáxinio
Caro, Felipe Ulloa, Hilario Linares, Antonio
Malaspina, Bautista Neguelua y otros, eu las
qnaU'S di lecciones de catecismo á niños y
grandes, celebré la Santa iNIisa y administre
los Santos Sacramentos.
Como la iHíblación se eneneutra muy dise
minada, hay qne luchar con grandes incon
venientes para la reunión do los vecinos,
agregándose, á esto la indolencia por parte
del vecindario, jioco acostumbrado á cumplir
con sus deberes religiosos. El carjicter de
esbvs vecinos es muy bombvloso y hospita
lario; mi llegada siempre es objeto de alguna
fiesta criolla, consistente en. los tradicionale.s
pitóteles y el asado con cuero, jiara lo cual
so tiene que traer la hacienda de grau dis-
■
—
210
tancia, después viene el aparte de la ternera,
que se va á mmear, operación llena de pe
ripecias y emociones, donde los jinetes y enlazadores lucen sus habilidades.
El vecindario de Oubauea en sn mayoría
es italiano ó hijos de italianos; sin embargo
debido á que no tienen Iglesia y á- la gran
distancia que se encuentran de la misma han
descuidado sus costumbres religiosas.
Todos estos vecinos viven de la ganadería,
por lo que debido al poco valor que tienen
este ano las lanas y los perjuicios de la inun
dación, 80 encuentran todos los óniinos muy
abatidos.
Las Escuejas del Esbido son laic-a.s, por lo
tanto los iiiuos crecen en Íü más completa
ignorancia religiosa.
I
-
paña: pida á Dios, Revino. Padre, para que
no me abandonen el deseo de la gloria (le
Dios y el bien de las almas.
Su hijo en J. C. y S. S. q. b. s. m.
Jüsi'c Roído
Misionero .\postóli(Mí.
Viedina 22'dd Mareo de UK)1.
ííOnOTA (Oolomltiii).
Rvmo. Sr. D. Mic. ukl Riía.
Amado Padre: Un mes liacc que mandé
algunas noticias acerca del estado do nuestros
Gni|io du uiúua del OraUirio Ftíntivo do ¿I.ulii.l,
De regreso á San Javier nos di.jeron que
el í3r. Gobernador del territorio, J). Eugenio
Tello, se einurntraba en el di.strito. dirigiendo
personalmente los trabajos que ha mandado
hacer con el fin de tapar el boquete n>ás imjwrtante y i>or el que de.sbordaron las Agiia.s
<lel río Negro ó inundaron el valle contiguo'
4 Vieílma. Sentimos mucho ]>or razones a,)o-'
ñas 4 nuestra voluntad, no haber |x>dido ir 4
salndar al «itólico y a<*tivo Sr. Gobernador.
A pe.S}ir de las dificultades é inconvenientes
dichos, 4 mi regreso 4 Viedma, tuve la satis
facción de administrar diez y seis bautismos,
oir veintisiete confesiones, dar trece comu
niones y bendecir cuatro matrimonios.
Más tarde le enviare otra relación sobre una
misión que duró seis meses, habiendo reco
rrido una extensión de más de decientas
leguas.
Ya empieza ánevar.sobremicabezaybarba,
empero la siilnd, Dios mediaute, me acom-
lazaretos y en este certo es)>n<'io de tíenipo
¡cuántas cosas nuevas han siice^tide!
Aunque con alguna diiieultiul pudieron
venir 4 Rogotá ¡mra hacer los ejercicios es
pirituales to<los los he/nuaiios de esta itis|>ectoría colombiana 4 excepción de los del la^
zareto de Contratación cu el Departamento de
Santander. Mi intención era que hubiesen
venido todos, aun 4 costa de algún sacriñeip, y mucho más porque ya hace dos años
que 4 pesar de sus buenos deseos, no buu
IKxlído cumplir esta obligación religiosa; pero
consultando des])ués con el Sr. Ohis^K) de
Socorro, se creyó oimrtuno desistir de este
propósito, primero 4 fin de no dejar abando
nados aquel centenar de leprosos durante va
rias senianas y^ además por evitar otros gra
ves inconvenientes, dadas Las (úrcunstuiicias
por que atraviesa esta Kepnhlica: ¡sjr otra
parte, eu é)>oca de tanta miseria, como la
actual, es necesario coiisultivr la bolsa: todo
22Ó
c,ojiti‘ibuyó út snspender el viaje á Bogotá.
Li’iió mi verdadero sacrificio que nuestros lierinanoH lian ofrecido al Señor y que no deja
do sor inoritorip.
TjUS limosnas que se habían reunido el 25
de Diciembre, ai mal no recuerdo, ascendían
á 82,000 escudos. Mi intiMicián fuó dar doble
raidón á loa mil ciento do Agua do Bio.s y
á loa oclioojentoa de Contratación en la nltiiim semana del siglo X IX y la primera del
siglo XX. lín verdad que es una operación
muy sencilla, pero que no se podía hacer con
monos do 15,000 escudos. P ara esto invitó á
mi amigo íntimo que tengo, al público de
Bogotá, publicando mí propósito mediante .un
llamamiento general. Escribí algunas docenas
do cartas á personas particulares y de buena
posición y como por encanto llovieron en Casa
los billetes y en 15 días se reunió la crecida
suma do 10,000 escudos. ¡Sea por todo ben
dito el Señor! TToy la cantidad recolectada
en favor de estos pobres leprosos asciende d
ciento cinco mil escndon, inclusos doce mil que
mandaron de Agua do Dios, fiarte durante
(d año y el rosto como oferta al Xino Jesús.
Es do notar que Jio se han suspendido las
obras en Agua do Dios con el objeto de ter
minar pronto el magnífico edificio destinado
á los jóvenes leprosos y Completamente linérlanos,' lo cual quiere decir que un buen nú
mero de miles de escudos bou sido enviados
liara este fin: todas estas 'sumas, con raras
excepciones, son debidas ú los buenos cató
licos do Bogotó, pues el estado de las cosas
no ]iormite hacer lo mismo en el resto de la
líepública.
En tiempo norm.al iioséríagran cosa, poro
en este ¡icríodo anormal es verdaderamente
iin fenómeno ]irodigioso. J^a divina Provi
dencia jamás abandona á los que sufren y
que en Ella confían: esta gente es toda co
razón pava sus leprosos, por lo cual su ca
ridad ü8 extraordinuriu. En esto año á pesar
do todas las dificultades so lian recolectado
más do medio iniUón defrancoa.
Inútil es decir qno desde entonces ningún
leproso se lia muerto de hambre; ni contrario
Jamás han estado mejor en cuanto á la ración
que llegaba siempre ú tiempo y con precisión
mateiinUica, llevándosela el mismo D. Garb a ri, y aconsejado de la prudencia, jamás
llevó grandes sumas, no fuera que alguno le
entrase el iiesoo de tomar lo ageno contra la
voluntad do sn dueño.
Qne yo sopa el lazareto do Contratación
no sintió los efectos do la guerra, por lo cual
aquellos pobres leprosos no sufriron nada,
antes al contrario estuvieron iiiiiy bien. Xo
así en Agua do Dios, empeorando la situa
ción ya bastante precaria de aquellos pobreeitos cl babor saqueado sus casas los guerri
lleros, llevándose los eabnllos, mulos y cuanto
tenían loa pobres leprosos: destruyeron el
telógrafo algunas veces interrumpiendo la
comunicación y lo i>eor fué que so libraron
algunos combates entre los iqismos leprosos.
Llegaron las cosas á tal extremo que fué
necesaria la intervención del Gobierno.. de
cretando este que los más revoltosos, que
eran unos cincuenta, fueran desterrados. Para
esto un fuerte batallón de soldados los sor
prendió cuando menos pensaban, y hecha la
captura, los condujeron á Gisardat para ser
embarcados con dirección á una isleta que se
llalla próxima á Cartagena. Aunque proce
dieron así so pudo' conseguir que revocasen
la sentencia y los condenados volvieron á sus
casas, llevando la alegría á sus familias.
Xosotros en cambio, gracias á Dios, nada
sufrimos pues nadie se metió con los Salesianos.
Me recomiendo á sus oraciones y á las de
todos los lierma¡nos y niños para que el Señor
continué dispensándonos sus divinos auxilios
y me ofrezco su hijo y S. S. iu O. J.
EvAsio E abag-l ia t i , Pbro.
Bogotá (ColomTjia) 25 de Enero de 1901.
Taller de Esculíura de Sarria
(Barcelona).— Es cierto que nuestro B o
l et ín ha hablado bastantes veces de este
iiiteresaiite taller; pero al tener conocimiento
de las últimas estatuas que en él sellan cons
truido no podemos m e n ^ de dedicarle dos
palabras. Con efecto: el Sagrado Corazón de
Jesús, MaHa A'uanüadora, S. José y S. Juan
Bautista, nada dejaban que desear; mas la
S anta C e c il ia (construida expresamente
para la Asoci.ación establecida en nuestra
Oa?a do Bermü. Buenos Aires) y el S. A n
tonio DE P adua , cuyos grabado.s damos á
nonocer en el presente número están hechos
con una delicadeza verdaderamente exquisita
en todos sus detalles.
Xo tanto la recomendamos por tratarse de
una cosa nuestra como j>or lo satisfechos que
están todos los que han mandado construir
allí imágenes.
liemos de llamar la atención acerca de un
detalle especial, y quisiéramos hacerlo valién
donos de las mismas palabras de.un inteli
gentísimo amigo nuesto. Decía este poco más
ó menos refiriéndose al dorado : — Xo sé qiie
hacen los Salesianos. pero lo cierto es que
no he visto ten buen dorado, tan fino y tau
consistente como el que tienen las estatuas
por ellos costruidas. — Xosotros sólo añadi
remos que esto mismo han dicho otros varios
conocedores del arte.
A muchos les anima el saber el fin tan
santo. ]iorque, como parte de la Obra Salesiana, toda redunda en beneficio de los niños.
-H -M
f
—
221
-
Jaool>
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ñ o i'U M
N U ll U N O -
■tín y otK'uis tv o »
<le isuM o o in im -
s I u ik I oh
oal>o
l>lo.
TIEIUiA DEL FUEGO
E l -vapor TOXtllVO — S ii p r i m e r a
e n t r a d a cu. e l i*io O ra u d c .
Es preciso retroceder un poco. Ignoramos las
razones por las que el vapor Amadeo no había
querido entrar en el río Grande, siendo las pri
meras las goletas María Auxiliadora precedida
de la King-Ptis, verificándolo varias veces sin
la menor dificultad. El no llegar aquí el AmadeOy á pesar de mis afirmaciones de que nada
ocurriría, nos ocasionó un daño de veinte mil
pesos, siendo mucho mayor el moral. Cansado
de esperar fui á Puntarenas y allí aprecié bien
los perniciosos efectos. Para probarles á todos
que estaban en un error cargué nuestra goleta
y adeniiás otra y estas entraron en el río de la
manera mal fácil, viendo ellos la razón que yo
tenía al ser testigos de los hechos. Por fin en
traron varias goletas y por último hasta el va
por Torino aproximándose hasta frente á la Casa
(unas 6 millas). Pué un verdadero acontecimiento
que tuvo lugar el 10 de Agosto de 1894. Venía
en el vapor Monseñor Fagnano, nuestro querido
Superior, y traía bastantes víveres y además
mucha madera: le acompañaban dos carpinteros
y un cocinero
«'II «'1
Mientras nuestro amado Superior estuvo
en esta Misión de Kíogrande, nos visitó un
tal Jacob Sanmartín,
que era como el capa
taz de la Comisión do
límites y residía en liío
Alfa, cerca del Cabo
Espíritu Santo. Dijo
que había venido para
recorrer la línea; pero
en realidad era para
establecerse en el cabo
San Pablo con el fin de
buscar oro en aquella
playa, pues dicen que
hay bastante. Seis liombres le acompañaban y traían en varios ca
ballos y mulos víveres y otros enseres. Uno de
ellos decían que era un conde polaco: estaba
demacrado á causa de una enfermedad que
padecía. Sanmartín se hospedó en nuestra Casa
hasta que marcharon al punto de su destino.
Hablando de los indios me dijo que eran muy
buenos y sencillos, que á él jamiís lo habían
hecho nada y que tenía en ellos más confianza
que en los cristianos. — Cuidado, amigo mío,
le respondí, es preciso estar alerta, porque ha
cen de las suyas cuando menos se piensa: yo le
aconsejo que los trate bien, pero que se fie poco
de ellos: son muy desconfiados, por lo cual es
preciso estar muy prevenido y toda prudencia es
poca. — jOh, no, no hay cuidado, Padre! insis
tía él; hace muchos años que trato con indios
y jamás he tenido que lamentar el menor dis
gusto. — Yo le aconsejo, le dije, que esté muy
atento, no le suceda alguna cosa de la que tenga
que arrepentirse por falta de precaución: tenga
V. presente que quos Deus vult perdere, dementat: por lo tanto le suplico que no se ex-'
ponga temerariamente á que le suceda un desas
tre — : esto le pasó al pobre Sanmartín.
El día 15 de Agosto partió con toda su gente
á excepción del conde polaco que se quedó con
nosotros: después de algunos días de viaje lle
garon al cabo San Pablo, donde sentaron sos
—
222
reales. Según nos dijo uno de los compañeros,
llamado Miguel, se establecieron allí otros indios
con los que tuvo mucha familiaridad, dándoles
carne, galletas, etc. etcl Dos ó tres días duraron
estas relaciones tan íntimas. Una mañana fueron
más temprano que las anteriores: estaban arri
mados al fuego y Sanmartín se preparaba, como
de costumbre, á tomar su mate, cuando á una
señal convenida se lanzaron sobre él y con cu
chillos que llevaban escondidos le cortaron la
cabeza, haciendo lo propio con otros dos. Miguel
sintió que lo agarraban por las espaldas y ha
ciendo un esfuerzo supremo pudo librarse de tan
terrible suerte. Sus listas piernas lo condujeron
sano y salvo á donde se hallaba paciendo el ca
ballo de guardia. Lo tomó y al galope fué á
avisar á los otros compañeros, que cuidaban del
ganado caballar á una legua de distancia: cami
naron todo el día y toda la noche llegando á
nuestra casa á las 8 próximamente, teniendo para
ello que vadear el río. Concluíamos de tomar el
desayuno cuando vimos llegar un hombre á ca
ballo. Al momento lo conocí, suponiendo que
vendría a buscar provisiones. Después del saludo
le dije: — ¿Que viento lo trae á V. por aquí?.....
Pero con asombro observé que no podía articular
ni una sola palabra. — ¡Ah, paaa...dre: u...naa
gran des...gracia nos ha su...cedido —. Le mandé
que entrara y sentándose le dije: — ¿Una gran
desgracia? — Pero viéndole que no podía hablar
le contesté: — no diga V. nada: descanse un
poco, tome una taza de cafó y ya hablaremos. —
Así lo hizo: pasado un largo rato nos refirió todo
conmovido el hecho criminal que se ha dicho
antes. — ¿Por qué fué? ¿Les'dieron VV. al
gún moiivo? ¿Les habian amenazado con algún
castigo ú otra cosa parecida? ¿ Quizá intentaron
quitarles alguna criatura? — Sanmartín, dijo
Miguel, los admitía con demasiada facilidad en
su carpa y él iba después á sus toldos, entre
teniéndose mucho con ellos: el otro día tomó
un niño con intención de llevárselo, contra la
voluntad de su madre que llorando se lo recla
maba: se lo devolvió, pero dijo que otro díalo
había de llevar; y esto sin duda la mujer se lo
dijo á su marido, causando tan terrible desgra
cia. — Y. V. ¿que piensa hacer? — Venía á
ver si V. me dejahi caballos, rifles, municiones
y permitía que 4 ó 5 hombres me acompañasen
por ver si podemos recobrar algo de lo que te
nemos allí. — Es ya muy tarde: en todo este
tiempo los indios han podido muy bien apode
rarse de todo lo que hayan creído conveniente
—
y con seguridad han huido ya: además puedo
asegurar sin temor á equivocarme que lo que
ellos no hayan podido llevar seguramente lo han
quemado. Suponiendo que todavía estuviesen allí,
no le puedo servir: tengo algunos rifles, pero
los indispensables nada más para un caso apu
rado; los caballos están cansados de trabajar y
nada resistirían, aparte de que me hacen falta
para el servicio de la casa, y en cuanto á hom
bres somos poquísimos de modo que no se haría
nada. Por otra parte ¿ qué dirían estos indios si
yo los mandase ir á pelear contra sus compa
ñeros ? ¿ No sería esto como una provocación y
en parte excitarlos á que se levantaran ?.... Lo
único que debe hacer es mandar uno de los su
yos al páramo y á la Comisaría de San Sebas
tián: yo le daré un hombre para que le acom
pañe y una carta de recomendación para cada
uno de estos dos sitios que es donde se puede
solicitar auxilio.
El pobre no sabía que decir á tales razones,
por lo cual convino en que era lo más acertado.
Escribí las dos cartas dando cuenta del crimen
cometido en San Pablo y á la vez suplicando
que enviasen pronto á quien lo pudiese averiguar.
El y un peón de los suyos se hospedaron en nues
tra casa hasta saber el resulbido.
fM U E S T R A
CORRESPONDENOIA
Sr.
Director del B oletín S alesiano .
Mi buen Señor: En l:i persuasión de que será
de su agrado así como tambiéu del de nuestros
buenos Cooperadores, que con tanto interés siguen
los pasos de nuestras obras, voy á decirles algo
de 1.a nueva fase en que, Dios mediante, va á
entrar esta fundación en Madrid.
Del mismo modo que se siembra en una maceta
una semilla y después que lia germinado y crecido,
ostentando un pequeño tallo, se la trasplanto de
8U primer nacimiento á un terreno más abierto
y capas para que alcance todo su desarrollo, así
el granito de la Obra Salesiana sembrado y na
cido en la maceta, que es el ya conocido hotel
— 223 —
de la calle de Zurbano, ba germinado y ostenta
hoy un pequeño tallo : este, que promete para
el porvenir benéfico desarrollo, va pronto á ser
trasplantado.
Sí, ya llegó la hora de dejar los Saleaianos esta
provisional residencia de la calle de Zurbano
para marchar á otra estable y definitiva; en la
Ronda de Atocha. ¡ Qué salto! dirá alguno j y
en efecto es grande, como de polo á polo y que
por ventura ya habremos dado, cuando iiuesttos
buenos Cooperadores lean estos renglones; pero
antes de despedirnos y alejarnos de esta morada,
justo y natural es le dirijjunos una benévola
mirada.
¡ Cuántas cosas nos dice este lioteUto que nos
prestó grata hospitalidad en estos dieciseis meses!
£1 nos recuerda la caridad de nuestra humilde
Cooperadora, la Srta. D.“ María de la Paz Sán
chez, quien de su cosecha y cuenta nos lo buscó,
preparó y costeó hasta la fecha: jamás olvida
remos los Salesianos tan buena obra; en nuestros
corazones se perpetuará y vivirá eternamente ; y
á ella Dios se lo pague: El hoteUto nos trae á la
memoria gran numero de personas que. por su
atención y caridad, se hicieron iguuliucute acree
doras á nuestro imls sincero reconocimiento, pues
de admirar es el espíritu de sacrificio y de ver
dadera abnegación con que. no pocos acompañaban
sus limosnas ; así se puede comprender cómo ven
cieran las molestias que para buscarnos les pro
porcionaban la distancia y aislamiento nuestros.
¡ Cuántas veces estos actos de tan bien entendida
caridad cristiana «os arraucaron lágrimas de con
suelo y de gratitud! Reciban todos los que se
lian dignado visitarnos en este caro hotelito del
que nos despedimos, la seguridad de nuestra más
sincera gratitud. Y ¿ cómo abandonaréis á esos
niños, sigue diciéndonos apesadumbrado nuestro
hotel, que primero os buscaron para recibir de vos
otros el pan de la educación y no i)ocos de ellos
también el sustento corporal T ; Oh! amado hotelito,
razón tienes para sentirlo como nosotros lo sen
timos ; pero dejamos á veinte i>ara tomar ciento,
y seguro puedes estar (luo de ellos nos separamos
pero no los abaiidonareiiios: tú fuiste testigo de
su docilidad y del afecto constante con que dia
riamente acudían á sus clases; á ti tíimpoco so
te debió ocultar el aprovecliamienfo de muchos
de ellos en la iiiedud y comportamiento social.
;Cuáuto quieren á María Auxiliadora! ¡Qué pronto
]>enetrnron la bondad de D. Rosco é Iiicieron su
yos sus deseos y consejos! ¡ Rien lo viste, aun
aquellos que llevados de la corriente ofendían el
pudoi', y más aun, á Dios con blasfemias y soeces
palabras, observa con que horror las miran y oyen
ahora y con que tierna delicadeza se guardan de
ellas y las prohíben á sus cojupañeros! ¡ Oh! mi
buen hotelito, alégrate y recocíjute, pues en ti ha
tenido su cuna cu la Corte esta Obra de verda
dera regeneración que es la de D. Bosco: con
suélate, que, si se desprende de ti, es para que
en mayor número puedan sentir sus benéficos in
flujos otros muchos que los necesitan.
Después de estas reflexiones que nos sugiere
el natural sentimiento al abandonar nna morada
de tan gratos recnerdos, aún se me ocurre otra
que á todos ha de servir de eficaz aliento para
lo futuro; quiero decir la confianza que, según
D. Bosco quería, hemos de tener constantemente
en nuestra buena Madre María Auxiliadora. I..a
hemos hecho conocer, hemos tratado de hacerla
?mar y Ella, siempre bondadosa, ha hecho qne
encontrásemos aquí buenos Cooperadores como en
todas partes los hay, y por ellos, no solamente
nada nos faltó de lo preciso, sino que pudimos
también sostener una clase de niños, socoiTor dia
riamente á nnos cuantos do ellos, y uo han fal
tado Cooperadores pudientes y genoroso.s á cuya
caridad es debido ahora muestro traslado á la oasa,
que de hecho llamaremos sdlesiana.
He ahí, Sr. Director, los motivos do consuelo
que nos animan en estos días y los deberes do
gratitud que más estrechamente nos obligan á
nuestros buenos Cooperadores. Haga María Auxi
liadora que su candad vaya cu aumento y reciba
cada uno do ellos la merecida recompensa ou esta
y cu la otra vi<la.
Agradeciéndole su bondad quedo de Ud. S. A.
S. y Capp.
q. 8. m. b.
E r n k s t o OuEBTi, Pbro.
M a d rid 7 de M ayo do 1001.
U m M M .
S eñor D irecto r del B oletín S alebiano .
Muy Sr. mío : Consolador y edificauto en ex
tremo es el espectáculo que cada año con motivo
de la solemnidad de ]\lai'ía A u x lliatlo ru te
nemos la dicha de contemplar.
Todas las tiestas del año se han hecho do la
mejor manera posible y con un entusiasmo grande
tanto por parte de los niños como do los fieles
que acuden á nuestra Casa; poro por creerlas ya
corrientes y casi ordinarias uo he querido mo
lestar á V; en mandarle la relación de las mismas.
Pero tratándose ahora tle la simpática fiesta do
nuestra querida Madre María Auxiliadora, y para
que nuestros Coopemdores puedan formarse una
idea, bien que superficial, dol incremento y de
sarrollo quü va lomando la devoción á tan Au
gusta Ma<lre en esta Ciudad, merce<l sin duda á
los continuos favores y gracias <iue <lispcnsa á sus
servidores fieles, lo mamlo la relación de lo que
con su ayuda hemos podido hacer con esto mo
tivo en su honor.
Según costumbre ¡>rece«lió ú la fiesta <*1 mes quo
el mundo entero dodii-a ú María y qne á pej*ar
de hacerlo en una hena poco á jiropósit^i, liemos
tenido la satisfacción de ver cada día la iglesia
complotaniento lleim do íl«dos amadores, quienes
sacriüeando una hora do descanso, quo ellos ne
cesitaban , venían gustosos á lionraila y darle
«na prueba del amor que lo profesau.
Pero cuando se ha visto animar y revivir más
este amor ha sido durante el solemne octavario
que se le dedicó. Cada noche hubo sermón» Ocho
•distinguidos oradores cantaron á porfía las glorias
de María, cada uno fué poniendo á la vista de
la inmensa concurrencia un modo nuevo y prác
tico de amarla de verdad, insistiendo todos en
que la condición, el modo de ser devotos de veras
era amar á su divino Hijo, evitando siempre el
ofenderle, visitándole y recibiéndole muchas veces
en el Sacramento del Amor.
Que sacaron fruto, y que sus palabras no ca
yeron en ten^no estéril lo demostraron el día de
la fiesta.
Cerca de coatrocientos habían sido los qne se
alimentaron del Manjar divino , y era digno de
ver el reconocimiento y fervor que se veía en sus
rostros, animados sin duda por la (Kilabra pene-
T
— 224 —
trante y entnsia&madora del celebrante, D. MariaDo Subiróu quien con breves palabras supo
encender aún más en sus corazones el amor á
María presentada como patrona especial de España,
junto con el do su santísimo Hijo protector tam
bién especial de la misma; encendidos, pues, en
estos dos amores recibieron todos al amado Jesús,
en medio de las armonías y dulces cantos que
ara tal acto se ejecutaron. \ Oh entonces si que
esús y María fueron los verdaderos y únicos due
ños de todos los corazones de los presentes! Es
verdad que el nial hace grandes progresos y
cundo rápidamente por todas partes, pero aun
hay amantes de Jesús y María que no buscan
otra cosa que contrarrestar la obra de los malos
y desagraviar al Cordero sin mancilla del des
precio con que hoy día es mirado por casi la to
talidad de los hombres.
A las 10 hubo oficio solemne en el que nuestra
Cai^ xi .a Sai.esiana compuesta de la Escolanía
de María Auxiliadora y del Orfeó del Oentro Don
Dosco, cantaron la misa . A t o n í a C i' íh II m iiiioi’a á 4 voces de Palestrina, sin acompaña
miento de ningún género, la que á pesar de ser
muy superior á sus fuerzas fuó ejecutada admi
rablemente tanto por el gusto, como por lo afi
nado con que llevaron á cabo su cometido. Asi
mismo cantaron con verdadera maestría el C o r
JoMu flo^raiiH de Pcrosi; M a rín A u x iliu in
C liiÍM (iniioriiiii á 4 voces de Oapocci; y A d o rnm uw do Palestrina.
Por la tarde á la hora indicada hubo la so
lemne procesión que si bien por circunstancias
especiales no pudo hacerse como años anteriores
recorriendo varias calles, salió brillantísima al
rededor de nuestro espacioso patio. Tomaron parte
nuestra llanda y las otras varias Asociaciones es
tablecidas en nuestra Casa.
Acabada la procesión , y después de dirigir
nuestro querido D. Aime, Vice-Inspector de Cata
luña, su entusiasta palabra á los fieles, se dio la
bendición con S. D. M. en el mismo patio en un
altar preparado ya de antemano.
El que tuvo la dicha de presenciar este acto
no pudo menos do admirar como se va exten
diendo la devoción á María Auxiliadora y también
pudieron ver la necesidad de una Iglesia grande
y capaz para los miles que en aquel momento
llenaban nuestro patio.
La fiesta resultó del agrado de todos, pues sa
lían de nuestra Casa bendiciendo á María y á
los Salesianos que con la ayuda de tAn bondadosa
Madre tanto bien rewrtan á sus hijos y á la ciu
dad entera do llarcelona.
pana del Colegio nos anunció tan alegre función.
Muy tempranito acudimos á su voz atronadora :
todos nos acercamos á saludar la bella imagen
de la Santísima Virgen que tenemos en nuestro
hermoso patio, descubriéndonos y diciendo la ja
culatoria : Ave Marta Purmma, sin pecado con
cebida.
S
7
V
^Jr
\
Queda do V. nlT. v S. S. in
C. S. y
J osé
b. 8. m.
M a r u o , Pbro.
B arcelo n a 3 do J im io d e 1901.
S. A ntonio .
Obra del taller de escultura de Sarriá (Barcelona).
8BYÍLLA.
Sr. D irector del B olktík S alesia no .
^^uy Señor mío: Lo dirijo la presente relación
de la fiesta que hicimos á nuestra Madre María
Auxiliadora el día 24 de los corrientes en el Ora
torio de San Benito de Calatrava.
Desde las primenis horas de la mañana la cam
A las 8 y Vz
todos fl'ós encontrábamos en
la Iglesia, la cual parecía una ascua de fuego y
estaba hermosamente engalanada con fiores na
turales.
Empezamos las oraciones con gran recogimiento
y admiración de los circunstantes. La Misa de
Comunión general la tuvo nn Padre Salesiano de
este Oratorio, D. Miguel Sánchez, y dirigió una
— 225 —
fervorosa plática á los niños que por primera vez
habían de recibir el Pan de los fuertes. La Co'
mimiÓD fuá numerosísima.
Después nos odsequió el Sr. Director con un
buen desayuno.
A las 10 y i/g se cantó una solemne misa por
el coro del Colegio y los solos estuvieron tan afi
nados que parecían voces de Angeles, no de niños:
el sermón estuvo á cargo del Doctor Don Segundo
Alvarez Arteta, Sacerdote de la Bepüblica del
Ecuador, que gustó muchísimo.
Por la tarde, después de dar la bendición cou
S. D. M. y de escuchar una buena plática que
nos dirigió nuestro celosísimo Director, Don Mau
ricio Arato, nos fuimos al tentrito donde Se hizo
una bella academia müsico-literarin, recitándose
muchos versos y prosa, bonitos diálogos, y para
tinalizsir la fiesta el jugete cómico « Ooi\sulto9
Bidícttlas *: todo gustó mucho á los niños.
Le auticipo , Sr. Director , las gracias y me
ofrezco de V.
S. S. en J. C.
q. b. s. m.
U n alumno del Colegio.
S e rilla 2 d e J u n io d e 1901.
CIUSAfiSLA (Meooroa).
Señor Director d el B oletín S a lesia no .
Muy Sr. mío y de mi más distinguida conside
ración: Por más que las fiestas de María Auxilia
dora revisten algunos años há una solemnidad inu
sitada, al compás del concierto de manifestaciones
religiosas que en honor de la celestial Señora se
celebran, son una prueba palpable de la vida pu
jante que va adquiriendo en nuestra, pequeña
Ciudad tan simpática devoción.
El atleta que á costa de tantos sudores y sa
crificios, al llevar á cabo semejante obra, parecía
condenado al fracaso más evidente si hubiera te
nido que parar mientes á las apreciaciones de los
hombres, no cejó en su empeño... allí tenemos á
la Obra de D. Bosco que próspera y llena de espansión ha sentado sus reales en nuestro pueblo
Que el Señor bendiga sus heroicos esfuerzos.
Mas á pesar de lo dicho, dado el poco tiempo
que teuetnos la dicha de que los salesianos se eucuentvan entre nosotros hay que coufesar que mucho
se ha conseguido hasta el presente y muclio qneda
todavía por hacer, porque no hay duda, cuauto
mayor sea el desarrollo material que vaya ad
quiriendo la obra, tanto mayor será el bien moral
que se consiga... mas con el favor de Dios todo
se cuidará, pues por algo habrá querido la Virgen
ser aquí venerada antes que en ningún otro punto,
siendo este el primer templo que se ha dedicado
á María Auxiliadora en España.
En el día de su fiesta, apareció la iglesia ador
nada con sus mejores atavíos: desde las 4 v
de la mañana ya fué visitado el Santuario de liaría
Auxiliadora y en honor de la verdad sea dicho :
tanta fué la concurrencia de fíeles y sacerdotes
que durante todo el día acudió á los pies de tan
buena Madre, que parecía un verdadero jubileo.
El Exciuo. é limo. Prelado Diocesano, Dr. Castellotte, celebró la Misa de Comunión general, á
la que asistieron los jóvenes y niños que concu
rren al Oratorio.
A las 10, verificóse el oficio solemne, en el que
fué celebrante el M. I. Sr. D. Diego Trivea, Dig
nidad de Deán de Menorca}y estuvo encargado
de panegirizar las glorias de la celestial Sofumi,
el M. I. Sr. Dr. D. José Febrer, Canónigo Doc
toral y Rector del Seminario. ^ Qué diremos en
alabanza de la hermosisima oración quo el elo
cuente y fervoroso orador pronunció cu obsequio
de Marín?... Bastará decir lo quo oí de los mismos
Salesianos: “ Que como panegírico do M. A. era
lo mejor que habían oido...” Al anochecer, dióst*
fin á la Novena que bahía venido practicándose
como preparación á la ansiada festividad, pre
dicando fervorosos y entusiastas sermones el R.
P. Director, que llenó do santos anhelos los co
razones de todos los quo tuvimos la dicha do
oirle.
A causa de la.s lluvias, uo pudo en su día salir
la procesión do Muría Auxiliadora <iuo ¡Hir acer
tada disposición dcl Sr. Director su verificó cu
el último día del mes de Mayo. Asistieron los ñi
ños quo se educan en el Oratorio, parte del Rdo.
Clero, liacieudo el oficio de Preste el M. I. Sr.
Dr. D. Antonio Sintes, Canónigo Penitenciario.
Después que el lucido cortejo hubo recorrido el
txuyecto proyectado, regresó á su propia Iglesia,
y después que el Sr. Penitenciario hubo dudo la
bendición con S. D. M., dirigió á la concurrencia
algunas palabras alusivas al acto quo acababau
de presenciar.
Por -la noche hubo música, iluminación, colga
duras , se soltaron globos y... en fin vivas á María
Auxiliadora que prorumpierou entusiastas y anhe
lantes nuestros fervorosos Salesianos.. gracias á
Dios y á su Sma. Madx-e, la actividad que desplegáran los Hijos de D. Bosco para prepararlo
todo, tuvo como siempre felicísimo resultado.
Termino, Sr. Director, anticipándole las más
expresivas gracias por la inserción de la presente
y reiterándole mi más sincero afecto y conside
ración, este su afif." y S. S. in Corde jtsu.
F. C alafat , Pbro'.
d e M enorca 1° <1e J u n io de 1001.
---------
jL J s /L :É ] :R x a ji^
fíKfíNAL (fiiienoB Aires)
Sr. Director dcl B oletín S alesiano :
Hermano queridíHÍino en J. C.: Paróceme
que el amable Fundador del B oletín S a l e SIANO se complacería al contemplar en sus
páginas el bello recuerdo de tres simpáticas
fiestas que en él quedarán como graciosa
florecUla impresa en un libro.
Viva María Auxiliadora! — Por un mes
entero hemos trabajado en prepararnos á la
fiesta de nuestra querida Matlre María. ¡Lás>
tim a uo baya sido éste el mes de la flores I
H a sido mes de flores celestiales que han
brotado en los místicos jardines de tantos
corazones. Los homenajes tributados á la
Reina del Cielo, han igualado á los del poé
tico mes de Noviembre. Por la maílana las
oraciones mejor reza<las, la misa cou algunas
particularidades y las Comunión^ más nu
merosas. Durante el día el corazón debía ar
der en la presencia de María, como lámpara
— 226 —
perpetua; por la noche cantos, sermón sobre
puntos del Catecismo y aplicaciones y ejem
plos de María, la Bendición solemne y por fin
el canto de la invocación Alaria Ana^iUum
Chriütianorum, om pro nobis.
El hermoso día 24 quiso espontáneamente
aumentar nuestro júbilo y gozar en vernos
radiantes <le alegría su Excia. lima, el Sr.
I). Eranciaco Alborti, Obispo auxiliar de la
Diócesis y de tantos méritos en la Sociedad
Salesiuna. En el fervorín antes de la Comu
nión expuso como de entre todas las distri
buciones de la función había preferido la
Misa de Comunidad, por ser la parte más
selecta y delica<la do la fiesta. Después de
comunicar su fervor con la suavidad tran
quila de que está adornado, distribuyó el
Pati do los Angeles á nuestros jóvenes. —
Cantóse á las 9 y 1/2 una misa solemne con
la maestría que la fama cuenta de esta iSchola
Cantonm. Después del Evangelio hablónos
el Sr. Director como lo puede hacer un pa
dre á sus hijos, alternaudo los nombres y
hechos de María y de D. Bosco. Por la tarde
se acompafiaroii con órgano las solemnes
Vísperas de Monseñor Cagliero, y por fín se
cerró el día con una representación teatral.
Podemos decir que es la primera vez que
tim solemnemente hemos celebrado la fiesta
y mes do María Auxiliadora, cumpliendo así
los deseos expresados en una circular por
nuestro amadísimo P. Inspector.
M 25 de Mayo. — Es el día glorioso de la
patria y el día también en que celebramos
ai ínclito Mártir S. Fausto, que desde Koraa
ha venido á morar entre nosotros. La impor
tancia que á estíi fiesta se dá en nuestra llepública sólo puede comprenderla quien lo
ve y los Superiores del Colegio Pío IX, de
seando que sus alumnos lo vean brillar lu
minoso y risneno como el sol en la creación,
dan tradicioiialineiito un paseo general; y así
este año, los 600 moradores de aquel esta
blecimiento vinieron con su banda instru
mental a solazarse y alegrarnos plenamente.
Xo quiero espeíoílear el programa que abra
zaba varios paseos, comidas, músic4is, teatro,
funciones religiosas etc.... — Mucho nos ha
complacido el porte de loa alumnos eu todas
partes, y sobro todo la suavidad y expan
sión de* una disciplina tan exacta, liemos
observado también que durante el día mu
chos corrían á lastrarse al altar de María
Auxiliadora, á cuyos pies contemplaban á
S. Fausto, quien sin duda les enseñaba con
su ejemplo como el cristiano es robusto, hasta
perder con la sangre la vida i>or su Dios y
la patria. Después de haberse cantado la
grandiosi» antífona á 5 voces: IsU Sanctu^, y
recibida la Bendición, diéroiiuos el adiós los
buenos jóvenes á hvs 6 para pasjir luego á
eso de las 7 y *2 por la plaza V ictoria, ob
servando el orgullo con que los Argentinos
oelebrau su independencia nacional, unién
dose este año eu estrecho lazo de an\or con
su M adre, la gloriosa y grande España. El
26, solemnidad de Pentecostés, vino á com
pletar las fiestas. Celebróse con grande con
currencia del pueblo, desarrollándose el pro
grama de las más solemnes festividades. Pa
rece que hubiera deseado el Santo Espíritu
confirmar los deseos y propósitos formulados
durante el mes de María y novenas de la
misma V. SS. y S. Fausto al hacernos regalos
de sus fiestas y con ellas, es de suponer, de
sus 7 dones. Tan bellos días, como han venido
así han pasado, pero deseo que su recuerdo
quede eu el B oletín Salbsiano , tan bello
y tan fresco, como en el corazón de quien
esto escribe.
Su afmo. hermano en J. C.
q. b. 8. m.
X iC O LA S E SA N D I, P b r o .
Berual 30 de Mayo de 1901.
#rónica Salesiana
-'N
'
ANTIGUO CONTINENTE
M a d rid . — Tomamos de la Lectura Do
minical. « Pava los amigos de los Salesianos será
muy grato saber que la Obra de D. Bosco ya tiene
en Madrid oasa propia donde puede, de un modo
eficaz y permanente, dediwirse á la educación
cristiana de los niños pobres.
Nuestros lectores conocen muy bien á los salesianos, pues de sus excelentes trabajos se ha ha
blado en esta Sección obrei'a muchas veces: no
es necesario, pues, insistir en la importancia de
esta institución admirable ni en la conveniencia
de que los buenos católicos de Madrid la prote
jan, para que el arbolito que hoy se planta arrai
gue eu nuestro suelo y crezca y dé abundantes
y sabrosos frutos de bendición.
La nueva casita con un solar adyacente, que
el trabnjo salesiano pronto convertirá en jardín,
bálliise situada en la Ronda de Atocha, sitio muy
adecuado para una institución obrera.
El celosísimo Don Oberti, Superior de los Salesiunos de Madrid, al dar esta buena noticia á sus
Cooperadores, dice:
«Paréceme conveniente haceros notar que la
capacidad de la casa no es aún para que en ella
podamos desarrollar nuestra obra según nuestros
deseos; pero si se podrán abrir, ^ r de pronto,
clases para externos y establecer. Dios mediante,
el Oratorio festivo: contando con la Divina Pro
videncia lo demás vendrá á su tiempo. No os
quiero ocultar tampoco, amados Cooperadores, que
no han quedado por completo cubiertos los gastos
de la adquisición, si bien en su mayor parte.
Estos gastos se aumentarán ahora con las impresciudibles obras de restauración, limpieza y ha-
— 227 —
bilitación de la Casa, preparación de la Capilla
y de las clases, y con esto sólo quiero deciros
que se abre nn camino seguro para vuestra cari
dad; caridad que se ba resfriado en no pocos por
nuestra aparente paralización, pero que no dudo
se reanimará á la vista de los nuevos horizontes
que se empiezan á desplegar á la actividad de
los Salesianos y de sus buenos Cooperadores.»
ellos dirigía el santo rosario y las oraciouos,
causando gran edificación al numerosísimo pueblo
que los contemplaba. Visitaron luego el Santua
rio de Ntra. Sra. de la Salud, en cuyos pintores
cos alrededores se les sirvió abundante comida.
De regreso áS. Felíu visitaron el Centro Católico,
y en el teatro la sección dramática representó,
con general aplauso do los numerosos espectado
res, el drama Lo Heiórn del Ifereuet y el monó
logo Lo 2íoy de sucre. Ija Junta del Cimtro les
ofreció un refresco, que agradecieron los Con
gregantes, volviendo á Barcelona llenos do ale
gría.
S a p riá {Barcelona). — De grato recuerdo es
pora no80trt)8 el luuea do Pascua, en que varios
de nuestros niños recibieron por voz primera el
Pan Eucai'ístico. Asistieron al sacrificio do la Misa,
formúudoles corona, sus familias ó parientes. A
la elevación resonaron por todos loa ámbitos los
acordes de la marcha real ejecutada jw)r instru
mentos de cuerda y viento, al estruendo de rui
dosas detonaciones. Antes de la Sagrada Comu
nión les dirigió la palabra el Rdo. Sr. D. Manuel
B. Hermida, Dii'ector de las Escuelas Sulesionas
de dicha población. Durante ella so cantaron es
cogidos motetes. Concluido el auto, se los absequió
con un almuerzo. Por la tarde, después do So
lemne Bendición, hubo función do teatro, asis
tiendo á ella numei'osos alumnos del colegio «San
José» de Barcelona.
C iu d a d e la (Menorca) — Los más aprovecha
dos alumnos del Oratorio de San Francisco de
Sales de Ciudadela, acompañados de su Director,
D. Francisco Atzeni y demás profesores, realiza
ron, el segundo día de Pascua, una expedición
ni Monte Toro. El Sr. Director celebró en el ve
nerando Santuario de la celestial Señora el Sto.
Sacrificio de la Misa por las necesidades espiri
tuales y temporales de Ciudadela y por todos los
Cooperadores de la misma qne han contribuido
á la Obra de Don Bosoo. Los profesores y alumnos
también participaron del Sagrado convite, ofre
ciendo sn comunión por los indicados fines.
S anfA iidep — En la tarde del 18 del pasado
loe niños de este Oratorio, en número do 250, se
dirigieron al Sardinero, donde fueron obsequiados
con una buena merienda que su bondadoso Di
rector les hizo preparar en premio de su ejemplar
conducta observada durante los ejercicios espiri
tuales. Do salida y regreso al Oratorio, y con
ejemplar compostura, pasaron por las principules
calles de la población.
S anta C e c il ia .
Obra del taller de escultura de Sanriá (Barcelona).
B a rc e lo n a . — Los jóvenes que forman
la Congregación de S. José establecida en este
Oratorio, pasaron un día de campo el segundo
de Pascua. Salieron de Barcelona á las seis, lle
gando á S. Felíu cerca de las ocho, y mientras
el Sacerdote que iba con ellos celebraba el Santo
Sacriñcio, en el que comulgaron varios, uno de
M á la g a — Precedida de los siete Domingos
y de un solemne triduo de preparación celebra
ron solemnemente los niños de estas Escuelas y
del Oratorio de S. Enrique la fiesta del glorioso
Patriarca S. José. Por la taide organizaron una
academia músico-literaria en honor del Santo,
resaltando brillantísima. También con éxito ex
traordinario han tenido lugar los exámenes tri
mestrales, contestando los alnmnos con admira
ble desenvoltura á las innmerables y difícílet.
pregnntas que les dirigieron sus respectivosjueces,
demostrando con esto notables adelantos en el
terreno científico.
—
228
NUEVO CONTINENTE
P rc f^ c iitn v ló n d e l D i p l o m a a l lY Iaestro
D o ello n l. — Tomamos de la revista Santa
Cecilia. « 8Ímj)ática, solomue y grandiosa fué
la Academia que en honor del Caballero Dogliaui celebró el 14 do Abril la Asociación de
Santa Ceciliacn el Colegio de S. Carlos. Tratá
base de liiicer el acto do presentación del Diploma
do Caballero que S. M. el Key de Italia le en
viaba i>or RUS particulares benemerencias. A las
4 y li2 dióse principio al solemne acto. La con
currencia presidida por D. Albora era de lo más
selecto. D. Vospignani, Inspector de la K. Argen
tina y D. Rota, Director del Colegio Pío de Villa
Colón. Entre los personajes de la alta sociedad
de B. A. hallábase el Cónsul Italiano Com. Av.
Gioia invitado expresamente para entregar al
Mtro, Dügliani el Diploma de Caballero. Abrióse
el acto con el himno argentino y la marcha real
italiana. Acto continuo tuvo lugar un hermosísimo
discurso de D. Rota, cuyos relevantes méritos
eeulimus muchísimo no poder publ^ar á última
hora. Al terminar su discurso llevó el siguiente
telegrama dirigido por su S. S.Ilma. Mons. Juan
Cagliero Jelicitaudo al Mtro. Dogliani:
Salesianos r<itayonia envían felicitaciones 3ftro.
JDo<¡lian¡ jnirticipan alegría condecoración Su MaHey Víctor JlfíiJUícZTercero — Juan Cagliero
Inmediatamente el Sr. Cónsul presentó entre
los entusiasta» a])Iausos y los acordes de la mar
cha real italiana el diploma de Caballero de la
Corona Ketil al modesto maestro D. José Dogliani.
Cantóse después la inspirada Salve Begina del
Maestro que se acababa de condecorar. Los can
tores de Bernal y de Almagro supieron interpre
tar perfectamente tniifo dicha Salve como la Bar~
carola del Mtro. Polleri y la Serenata del D.
Aquiles Pedrolini. Como una de las notas sobre
salientes debe enumerarse también un gracioso
dialoguito de ocasión declamado en lengua ita
liana por tres cantores de la Asociación de Santa
Cecilia.
Esta ha sido la academia de despedida que
hacía nuestra Asociación al Mtro. Dogliani. Y á
esta simpática tiesta celebrada en estas lejanas
playas ameriettuas al mérito oculto tras la mo
destia del Caballero Doglimú, hará eco otra allá
en las hermosas playas italiauas cumulo sea con
decorado con la crux que le han conquistado sus
méritos. Al dejar él estas playas le enviamos
nuestras miis sentidas felicitaciones y nuestro
xlltimo saludo que le acompañen al través de los
mares al seno de sus antiguos admiradores y
juuigos que ya impacientes lo están esperando.
El recuerdo que nos deja su visita será impere
cedero y la admiración le ha escrito en nuestros
coniroues con letras de oro que el tiempo no
borrará jamás.
T..OS S a U v s ia iio s e u l a P a m p a C e n t r a l
— Se ha extendido de un modo doreciente la
iustruccióu religiosa eu Santa Rosa, Víctoríca,
Tony, Bernasconi, etc.. Mons. Cagliero bendijo
eu (Glenei'al Acha, con inmensa concurrencia
de deles, la primera cstirtua de la Santísima
Virgen en la Pampa Central.
Con la misma pomi>a bendijo S. S. I. dos Co
legios Salesianos, uno para niños y para niñas el
0^ . Funcionan ambos con un éxito halagüeño.
—
Se han bendecido 101 matrimonios, 62 de loe
cuales eran uniones ilícitas legitimadas. El número
de bautizados, entre párvulos, adultos é indíge
nas, ascieudo á 1135. Las confirmaciones son 1128.
Las comuniones administrados en General Acha,
4100j en Santa Rosa, 1200 j en Victorica, 826. Han
sido dispensadas 331 programas conciliares, un
impedimento de consanguinidad en segundo gra
do y otro en tercero. Las seis mil leguas de este
territorio han sido casi todas recorridas por los
misioneros.
La iglesia y casa parroquial do General Acha,
han sido restauradas •, su atrio se ha cerrado con
una artística reja. — En Santa Rosa se ha deco
rado la capilla en sus paredes laterales; se ha
construido un altar de mnilera y en la torre se
ha colocado un reloj. — En la iglesia de Victorica se ha colocado el piso y el cielo raso de
madera.
BüfiNOS AIRB8 (Rep. Argentina).
£1 Dr. D. Cnrlque lilosquera.
á esta ley inmutable en
los destinos humanos ha caído á em
pujo de la muerte el Dr. Enrique
Mosquera.
Su constitución robustase ha helado cuando
parecía que se encontraba repleüi de fuerza
y de vigor. Su muerte ha taladrado el sen
sible corazón de una esposa ó hijos quienes
le lloran en las angustias de la soledad; pero
con esa esperanza que endulza el dolor cuando
lloramos creyendo que las almas queridas
que se nos alejan, van á esperarnos en la
mansión do la dicha.
Este cuadro lúgubre y sombrío, como el
conocimiento personal que teníamos de las
bellas cualidades del extinto, uos autorizan
para alzar nuestra voz junto al umbral de
su tumba, y decir que el Doctor Mosquera
ora uii esposo y un padre cariñosísimo, cuyo
corazón estaba cerrado á los mezquinos afec
tos y sólo abierto á las tiernas confidencias
del alma que hacen dichosa y feliz le vida
del hogar.
E d u c ^ o á la sombra de la Beligión Sa
crosanta, llegó á ser confesor sincero de nues
tro credo religioso, virtud, señores, difícil de
encontrar en los espíritus fuertes de nuestros
días.
Deja, pues, entre los suyos el ejemplo del
amor y el ejemplo de la piedad, que lo pro
clamarán siempre como el esposo y el padre
modelo, al par que como el creyente sin ta-
O
bedeciendo
— 229 —
clia, que al cerrar sus ojos á las luces del
juuiido había comeuzado á gustar de la visión
de J>ios, en cuyo seno lo suponemos gozando
por toda una eternidad.
Sea esta creencia consoladora, basada en
loa méritos del alma que lloramos y de la
misericordia de Dios, que al decir de los li
bros santos no tiene número, el ángel miste
rioso que mitigue el dolor de aquellos cora
zones que más le pertenecieron y que si no
fuera la fe cristiana de que se encuentran
saturados ante tamaña desgracia, se agita
rían á impulsos de la desesperación.
Que Dios cubra ese hogar desolado con sus
alas es el voto que formulamos ant«‘S que los
despojos mortales del Doctor Enrique Mos
quera se confundan con el polvo de la tierra.
Encomendamos vivamente á las oraciones
de todos los Cooperadores y Cooperadoras el
alma del distinguido caballero muy benemé
rito cooperador, que fué padrino de la Ca
pilla del nuevo Colegio de los Talleres del
Sagrado Corazón para los huerfanitos de Don
Bosco en Belgrano, Maldonado (Buenos Ai
res). La virtuosa esposa del finado, celosísima
cooi>eradora, desempeña muy laudablemente
el cargo de Tesorera en la Comisión de las
Cooperadoras y siempre puso á disposición
de la Obra de Don Bosco el más vivo in
terés, toda su buena voluntad é influencia
social. El R. Sr. D. José Vespignani, Rector
del Colegio Pío IX,‘ encomendó encarecida^
mente á todos los Síilesianos y alumnos que
en sufragio del difunto dirigieran todas sus
oraciones y comuniones, y lo mismo hicieron
las Hijas de María Auxiliadora y sus aluninas. Que Dios conceda paz al difunto y re
signación á su señora esposa.
Dona Clara Rourdien de Fernández
Canillo.
L
Á. muerte prematura de esta virtuosa
dama ha consternado profundamente
á sus numerosos conocidos, pues sus
bellas prendas merecían excepcionales
deferencias.
Hay un gran consuelo y es haberla visto
morir resignada, recibiendo todos los auxi
lios espirituales de nuestra Sacrosanta Reli
gión. Su entierro ha sido tan imponente cual
lo hacían espei’ar sus virtudes, predominando
en él el seutimento genuinamente religioso.
Además de los numerosos caballeros que for
maban el cortejo fúnebre, recordamos entre
los asistentes, al Excmo. Sr. Arzobispo Es
pinosa, canónigo Elzaurdía, Mous. Echagüe,
Dr. Brasesco, y otros dístingnidos sacerdotes.
Se encontraban personas respetables, como
generales Mitre y Jelly y Obes, ingeniero
ViUanneva, Dr. Miguel García Eernández,
coronel Gramajo, etc., etc.
Rogamos á todos los Cooperado;os Salesianos que encomienden á Dios el alma de
tan bondadosa como curibitiva señora.
R. I. r. A.
Cooperadores Saíesianos difuntos
ESPAÑA
Sr. D. Federico Moreno Fi\iardo
Srn. D.* Antolina Hargúmdez
Murcia
(Salanmuca)
Puerto de IJéJar
»
Josefa Lctnmoiidi y Manzuunres Madrid
Excmo. Sr. D. Guillermo Kullaiio y Sallés »
Sra. D.* Emilia del Corral y Aramburú
»
»
Maria del Rosario de Aramburú
•
Sr. D. Francisco Sabater
Zaragoza
> Blas Teiiiiblegui
Huesca
» Juan González de Caudamo y Armada
Gijóu (Oviedo)
» Pompeo Alemani
»
* Tomás Rodríguez
Huelva
Sra. D.* Trinidad Garzón
»
» Dolores Sierra
■
Sr. D. Agustín López y Aguilar-Utrera (Sevilla)
Sra. D.* M.“ de la Consolacióu Riarola
»
Vda. de González
»
Sr. D. Manuel Hernández Las Cabezas de S. Juan
(Sevilla)
Muy Iltre. Sr. D. Esteban Serta, Canónigo Vich
(Barcelona)
Sr. D. Francisco Calvo
»
Sra. D.* Francisca Imat de Andreu >•
»
Carmen Beuet
>•
* Buenaventura Jover
»
Sr. D. José Casasnyas y Teixó
v
»
Gaspar Camparol
»
Sra. D.* Leonor Borrell
»
Sr. D.
Martín Plana
»
»
Domingo Cardenal
»
> Juan de Sucre y Llopls
»
Sra. D." Teresa de Raya de Costa
»
•Sr. D. Podro Rico
Al<|neñu (Alicante)
Bdo. Sr. D. Rafael González Maestre
Nuvelda »
Sr. D. Florencio Canto Martínez Novelda (Alicante)
Rdn. Sr. Lie. D. Leandro Muñoz do la Peña
Don Benito (Badajoz)
Sra. D.* Lanrenna Fernández Hontoria SaiiUiuder
Sr. D.
José Dehiui
Pamplona
>•
Miguel M.* de la Peña
»
»
»
» Olaso
»
Rdo. Sr. D, Vicente M.* Tetamauzi, Párroco
Villajuán (Pontevedra)
Sr. D. Francisco Rudino Puentesampayo »
» Juan Beinporta
»
»
* Santiago Moreira
»
»
> José Navas
*
»
Sra. D.* María de los Reyes »
»
*
Teresa Carballido
»
*
»
Josefa Lorenzo
»
»
> Manuela Conde
Vigo
»
Sr. D. Sebastián Carretero Ciudadela (3Ienorca
Bdo. Sr. D. José Fallícer Hugnet 5íahón >
Sr. D. Manuel Lorenzo
Orense
» Jaime Serrat Calvo
Olot (Gerona)
Sra. D-* Agustina Llacb
»
Sr. Dr. D. José Ametller
*
Sr. D. Agostín Azparren Valtíerra (Navarra)
'JiSO —
May Iltre. Sr. Dr. D. Jnan Ant.® Polo y Penalva
Valencia
Sr. D. Mateo Arambuzu, Comerciante Andoain
(Guipúzcoa)
Sra. D.* Marín Belloso Maucera, Carmona (Sevilla).
•
María del Rosario Vallesteros
»
AMÉRICA
Sr. D. Santiago Melean Cabudare (Venezuela)
Rdo. Sr. D. Leonardo Castillo »
»
Sr. D. Sanjon Colorado
Sra. D.“ Concha de Perdigón •
»
Sr. D. Andrés S. de Guilléu Yaritagua •
Srtn. D.* Melicia Vázqxiez
•
»
Sr. D. Eduardo Piiueiitel
■'
*
» J. M. Bosa
Caracas
»
Sra. D.* Manuela Cbytty >■
»
Sr. D. Alejandro Acebedo Granada (Nicaragua)
» José María Mareuco »
»
» Miguel Membreño
"
Sra. D.* Martina Rocha de Zepeda
»
* Juana M. V. de Castrillo
»
Srta. D.“ Manuela Roblcto
"
»
Rdí). Sr. D. Félix Saravia Nandaime
Sr. P. José de Jesús Membreño Nindirí »
Sr. D. Manuel Ortega, S. Marcos
»
» Francisco Toribio
>•
»
Sra D."* Esmeralda Zúñiga Uiriú
»
Sr. D. Rodolfo Hernández
»
»
Sra. D.* Venaucia Robleto Comolapa
(Chontales) »
Sr. D. Santiago Moutíel
Granada
»
Sra. D.“ Isidora Tercero
"
•
Rdo. Sr. D. Macario Vargas Párroco de
Chinandega
»
Sr. D. Juan E. Gómez Managua
»
Sra. D.“ María Rábago de Alvera Santiago
Hidalgo (Méjico)
»
Micaela Corder de Anbry
Guadalupe
»
Srta. D.* Altagracia Avellaneda
»
Sra. D.* Encarnación de Arias
Sr. D. Luciano Flores
Chichiltepec
Sra. D.* Guadalupe Gaile Gutiérrez
Rdo. Sr. Canónigo D. Juan García Oaxacn >
Srta. P.* Luz Girón
»
Sra. P.* Adela Vallero de Nubizca
»
Puebla
Sr. D. Genaro Lozano Teotitlán del Camino "
Srta. D.* Agustina Lavranaga Oaxaca
»
Sra. D.* Petronila Martínez de Longez
Sr. D. Lorenzo Mazo
»
• Antonio Moctezuma Contreras
»
• Jesvis Pliego y Carmona
»
Srtn. D.* María Luz Nava Teotitlán
del Camino >
» Guadalupe Osorio Teolitlán
del Camino »
»
Luisa de la Peta
»
»
Guadalupe Ramírez
*
*
Rafaela Utrera
»
.
Trinidad Valle
»
Sr. D. José Sánchez Barquera
»
Rdo. Sr. D. Anacleto Torres Panindiquaro »
Sr. P. Ignacio Hernández Colonia
Sta Julia
»
* Petronilo Mendoza Querétaro
»
> Manuel Saini
>
» Esteban Ramírez Yxtlan del Río
»
» Manuel González Ramírez
*
» Jesús Arrióla
»
*
» Eugenio Jaime
»
»
»
Miguel R. Barradas Soledad de
Doblado Méjico.
» Miguel Cervantes
*
Srta. D.* Isabel Borrell
»
Sra. D.® Julia de Lascurain Gómez Vaídes »
» Concepción B. de Aquilar Corrientes
América
Sr. D. Simón Espinoza
Fontibón Bogotá
» Pedro Rojas
»
» Isayas Escobar
>•
*
» Ramón Tnrriago
*•
»
Sra. D.^ María de Jesús Escandón
de Díaz
»
»
» Soledad Acero de Meló
» Juliana Guevara de Hernández >•
» Omaira Amaya de Escandón
>■
» Silvestra Cortés de Prieto
>•
Sra. D.* Emerenciaua Miltos Villa Concepción
Paraguay
Sr. D. Julián Quevedo
Asunción
»
Sra. D.® María Fernández Bababoyo Ecuador
Sr. Miguel Ybánez
»
»
Pater, Ave María, Réquiem
R. I. P. A.
MEMORIAS BIOfiRAFICiS
DE
M O N S.
l u is
----------- O E Q O - -----------
Oapítulo i
E l O do Píovieinl>i*e <le 1©00- —L a
llu n iliu Lasagriia. —Píaelm lento d e
L u is. —Fx'imci’n s m a n iieistacio n es
d e s u e x o e le u te o a rA c te r. — XJn
l>año o a lie u to . —S a lv a d o p o r lui-
la$>:ro.
iN tristísimo y doloroso acontocimiento
conmovió al mundo civilizado en el ano
1895, cuya noticia circuló por todo el
globo con la velocidad del rayo mediante el
rápido y casi instantáneo telégrafo. En. el
estado do Minas-Geraes del Brasil y precisa
mente entre las estaciones de Juiz de Fora
y Mariano Procopio, el día 6 de Koviembre
chocaron dos trenes qne circulaban por la
misma vía á todo vapor. Un coche especial
de 1* clase quedó completamente destrozado,
sufriendo la muerte más terrible y cruel seis
de los diez viajeros que en él iban, á saber:
Monseñor Luís Lasagna, Obispo titular de
Trípoli e Inspector de las Misiones Salesianas
del Uruguay y del Brasil; su Secretario que
era nu Sacerdote joven, y además cuatro Hijas
de María Auxiliadora: los cuatro restantes
recibieron heridas más ó menos graves. For
maban una expedición de animados y resneltos misioneros que iban á aquellas lejanas
regiones, no instigados por la codicia del oro,
sino para fundar una granja agrícola para
niños y dos casas de educación para ninas.
E l Obispo era su Superior y les acompa-
— 231 —
naba al campo donde habían de trabajar mncho por la Iglesia parroquial (á la que so subo
con la esperanza de abundante cosecha. Su por una larga escalera) y por ol inagcstuo.so
vida como misionero no era otra cosa que un y artístico castillo que fuó antiguo fondo ilo
sublime apostolado consagrada por completo los Barones Cavalchiui. Tiouo unos cuatro
á la educación de la juventud y á civilizar á mil habitantes y goza de buena y moroiúda
los pobres salvajes que viven errantes cual fama por sus exquisitos vinos, pues son muy
indómitas fieras en medio de las florestas apreciados hasta eu el extranjero, y lo da
vírgenes de América. E n la flor de su vida, aún mayor celebridad ol sor ia patria do
á la edad de 45 anos y cuando se hallaba en varios i>er8onajcs ilustres, encomiados por la
condiciones inmejorables para desempeñar su historia como doidos y elegantes oscritore.s,
penosa sí, pero sublime y envidiable misión, sjibios jurisconsultos y soldados valerosos, líu
moría m ártir de la Keligión y del progreso. Su efecto, son glorias do Jlontcmagno Juan Fran
prematura é inesi)erada muerte dejó en la cisco Apóstolo y Guillermo Modizio, como
más completa desolación á sus numerosísimos autores de obras latinas do un valor ]ioco
amigos y admiradores, siendo triste y pro común; el célebre jurisconsulto Alfonso Mo
longado, que aun no se ha extinguido, tan dizio y el General ühini que adquirió re
amargo recuerdo, lo mismo en América que nombro en la resistencia quo hizo ol PiaeuEuropa: sus funerales evocaron en nuestra moute contra los republicanos franceses á
mente los solemnísimos que se hicieron á fines del siglo X V III. Sobro todas ostsis no
nuestro Padre B. Bosco. Este es el personaje pequeñas celebridades debía honrar su patrio
cuyos rasgos biográficos me propongo narrar suelo y hacer célebre su nombro en bis re
para que sirvan de edificación á todos, y motas tierras americanas el niño cuyo nabipresten nuevo vigor, fuerzas y brios á nues licio se registraba el 3 do Marzo de 1850.
tros hermanos.
Este, transformado más tarde eu Monseñor
Luís Lasagna era natural de ilontemagno, Lasagna, llevará consigo, donde quiera que
provincia de Alejandría, y nació el 3 de Marzo le conduzca la mano de la Previdencia Di
de 1850, que en aquel año fuó domingo. Esta vina, el afectuosísimo recuerdo de sus amados
fecha nos indica que la noble y magestuosa paisanos y el límpido y azulado cielo del
figura del ilustre Prelado no se nos presenta Monferrato. El encantador panorama de las
circundada de la aureola que r<Mleó á aquellos colinas de su pueblo, esculpiéndose profunda
primeros y generosos operarios que trabajaron mente eu su virgen y joven corazón, contri
en el campo designado por el Divino Maestro buirá poderosamente á que sean iluminados
á n u ^ tro dulcísimo Padre B. Bosco. Al ver á la vez que luminosos los horizontes de su
el nino Luís x>or primera vez la luz que nos magnífico apostolado, ])ara que esto pueda
alumbra, ya había sufrido y sui)erado nuestro encaminarse á la mayor gloria de Dios y á
Fundador no pocas de las dolorosísimas prue la salvación de his almas.
bas á que la Divina Providencia se dignaba
Su imdre, Sebastián LUnsagna, con el cultivo
someterlo en los (M>mienzos de sus valerosas de linas fincas de su propriedad y con una
empresas, con el fin de acrisolar más y más sabia administración ])roCiiraba á su familia
su virtud: cuando nuestro joven, obediente una modesto sí, poro desahogada manera de
á la voz de Dios, vino á militar bajo la ban vivir. Era nn hombre sencillo, do jniras y
dera de S. Francisco de Sales, el nombre de sanas costumbres y ferviente católico: jamás
D. Bosco había ya alcanzado gran resonancia, tomó parte on mundanas diversiones, conser
y se pronunciaba por muchos con honor y vando intactos las herino.sas tradiciones do
respeto, y si no era conocido aún en toda la piedad y virtud que había lieredado: puede
Italia, eu el Piapionte gozaba ya cierta pre decirse sin temor á errar, que era nn hombre
ponderancia, pues el Oratorio Salcsiano de como á la antigua, según se dice vulgarmente.
Valdocco era de todos conocido.
Todavía los habitantes de Montemagno re
Empero este joven en qnien Dios, condens cuerdan con admiración la alto estima y el
in €0 naturam et gratiam (S. AUG.), había de honor con que se creía investido Reliastián
rramado á manos ilenas preciosos y abun Lasagna al partenecer á la Archicofradía de
dantes tesoros de naturaleza y gracia, en S. Miguel, siendo elegido abad muchas veces:
breve fué un verdadero gigante en la virtud, todos los domingos después de las funciones
y siendo llamado á ocupar el puesto de in parroquiales iba á cantar el Oficio Divino,
cansable y robusto operario en el campo de edificando con su recogimiento y respeto
la acción Salesiana, pronto debía rivalizar en á todos sus hermanos.
mérito con sus hermanos mayores y ser una
Habiendo celebrado nupcias con una hon
de las primeras lumbreras que habían de dar rada joven llamada Teresa Bianco, natural de
más esplendor y gloria á la Pía Sociedad Castagnole de Asti, tuvo dos bi.ío.s que fueran
fundada por el S. Vicente de Paúl del siglo Luís y José. El nacimiento del primogénito
dérimonouo.
llenó de alegría á los cónyuges L a sa b a , par
Montemagno. su país natal, es nn ilnstre ticipando de ella, al tener conocimiento de
I pueblo de la diócesis de Gasale Monferrato, tan fiansto suceso, todos los vecinos y pa
i situado, como lo indica sn mismo nombre, rientes, prueba inequívoca de la gran estima
y aprecio que todos le tenían. Muchos, espe-
232 —
cialmente las mujeres, fueron en masa, im
pulsados do los más puros deseos, á dar la
enhorabuena á tan venturosos' padres y á
contemplar al bello y hermoso reciéimacido.
Al día siguiente fuó regenerado en las aguas
bautismales por el sacerdote D. Clemente
Clivio, Preboste-Vicario de San Martín en
Montemagno: fueron sus padrinos Francisco
Rinotti de Montemagno y Mariana Bianco de
Oastagnote, poniéndole les nombres de Luís
Francisco y Pedro. El primer vástago de los
Lasagna que por medio «It-l Santo Bautismo
era ya hijo de Dios, miembro de la Iglesia
Católica y heredero del Paraíso, apareció des
pués mucho más hermoso á sus afortunados
padres. El Espíritu Santo le infundió con la
fe tal abundancia de gracias, que cuando sea
verdadero hombre sentirá una necesidad irre
sistible de procurar, aun á costa de increíbles
sacriñcios y de su misma vida si fuere pre
ciso, el ijiefable beneficio del Bautismo á los
infelices salvajes entre quienes ejercerá su
misión. Jamás dejará pasar el día del aniver
sario de su bautismo sin que en él dé al
Señor las más cordiales y afectuosas gracias
y renueve cada vez con más fervor las so
lemnes promesas que en su nombre hicieron
sus padrinos. Ciumdo ordenado Sacerdote ce
lebre por vez ijrimera el Santo Sacrificio de
la Misa en la iglesia parroquial de Montemagno, y sobre todo, cuando investido de la
dignidad episco})al dirija conmovido la divina
ó inspirada palabra á sus amados paisanos,
no dqjará de recordar que él también fué
bautizado en aquella fuente sagrada y pro
clamará que el Santo Bautismo es el primer
eslabón de la cadena larguísima do favores
celestiales con que Dios se ha dignado unirlo
íntimamente á El.
Crecía este caro niño y formaba las deli
cias, no solamente do sus padres, sino de
cuantos lo conocían: á medida que se desa
rrollaba su bieu formado cueri>o, parece que
se dejaba entrever como en lontananza su
extraordinaria y despejada iiiteligenciji, la
gran bondad de su exeelento corazón y la
vivacidad que conservó durante toda su vida.
Pero en el decurso do nuestra mortal pere
grinación se suelen mezclar las alegrías con
los dolores y tristezas. Poco más de dos anos
contaba miestro amado Luisito cuando se
puso en gravo peligro de perder la existencia.
Su cai'ácter excosivamcute vivo lo imix>sibilitaba permanecer jü lado de su madre: so
lo veía ora correr sin descanso de un lado
á otro en la habitación, deseoso de verlo y
examinarlo todo, ora divertirse en el patio
en compañía de sus pequeños amigos, y no
pocas voces, deseoso de conocer el por que de
cuanto se le piv-seutaba á la vista, molestaba
á las personas adultas con incesantes pre
guntas, maravillándose éstas de su i>recoz
ingenio. Su vivacidad era extraordinaria:
avisado por su madre se moderaba algún
tanto, pero á los pocos momentos volvía si
se quiere con más ímpetu que antes, de modo
que puede decirse que. en él todo era vida y
movimiento. ¡ Cuántas inquietudes y sobre
saltos no acarreaba á su pobre y compasiva
madre, esta manera de s e r ! Ella previendo que
todo eran peligros y desgracias para su revolto
so y juguetón hijo, procuraba tenerlo cerca de
sí el mayor tiempo posible; pero la voluntad
mejor dispuesta se estrella y no consigue
evitar ciertos acontecimientos dolorosísimos.
U n día la buena Teresa lavaba la ropa
blanca mientras su hijo, corriendo en la co
cina de un lado á otro, se divertía con sus
infantiles juegos. La madre salió de la habitar
ción por un momento y Luisito en aquel
mismo instante, andando hacia atrás, no vió
una caldera de agua casi hirviendo, y trope
zando en ella perdió el equilibrio y cayó
dentro del agua caliente. A los grandes gri
tos que daba el in f^ z , acudió su madre al
momento y al ver á sn hijo faltó poco para
no caer desmayada. El amor maternal le dió
fuerzas extraordinarias y sacó al pobre niño
de tan fatal baño, no sin dejar en el agua
parte de su pueril é inocente piel. Horrori
zada del estado de su hijo empezó á dar voces
pidiendo socorro: todos los vecinos compa
decían el estado del niño y la desolación de
su angustiada madre, y no sabiendo que ha
cer, fueron corriendo á llamar al médico.
Este ])or suerte no se hizo es}>erar. prodigando
al niño los más inteligentes á la vez que
afectuosos cuidados. Pero siendo aquel cuer*
pecito todo una llaga y las quemaduras de
masiado profundas, no pudiéndose evitar que
se moviese, empezaron á verso algunos gusa
nillos por lo cual parecía casi inevitable la
gangrena. Para que sanara era necesaria una
gracia esi)Ocial de María Santísima y ésta no
le fué nogada á la ferviente oración de su
aíligido p:ulre. Cuando Monseñor Lasagna
visitó la casa paterna después de su consa
gración episcopal, recordó el hecho al pueblo
reunido en el patio y dijo que sin duda al
guna debía su .salud á María Auxilio de los
Cristianos. [Muchos testigos oculares, con las
lágrimas en los ojos, comprobaron cuanto el
Obispo acababa de decir y además le dieron
conocimiento de muchas circunstancias por
61 ignoradas.
Tuvo, después de restablecido de la terrible
y general quemadura, cubierto todo el cuerpo
de una erupción maligna, poniendo nnevar
mente en peligro su vida, y también esta vez
recobró la salud de un modo prodigioso. Quizá
el demonio, previendo que le había de arre
batar innumerables almas para conducirlas
al Ciclo, desencadenó sobre él todas sus ar
mas infernales: pero fueron completamente
<lestrozadaa por Aquel que es terrible como
el enemigo preparado en el cau»po de batalla:
terribilis ut castrorvm ocies ordinata.
(Se contmuaráj.
C
m arnU
oMk k iiwiU IdwrtigL- G
erti¿«;
tíüSQÚ
-
Fecha
-
1901.08