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Título
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BS_1898_01
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Descripción
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Boletín Salesiano. Número extraordinario de propaganda
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extracted text
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COLEGIOS SALESIANOS
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-C O q »TX2>1.® Teniendo por objeto la salvación y mo
INDICACIONES
ralización de la juventud menesterosa, la Con
gregación Salesiana tiene establecidas en muchas
1.
®L os gastos de medicinas, libros, útiles para
de sus casas Escuelas Profesionales, en otras,
escuela, vestido, calzado, e tc., com o también los
escuelas diurnas y nocturnas y en no pocas C o de reparación de vestidos y composturas de c a l
legios de primera y segunda enseñanza y de zado corren de cuenta de los padres ó encar
gados de los alumnos. — E l lavado se hace en
com ercio.
2.
® L as Escuelas Profesionales, bien que noel Colegio por 3 ptas. mensuales.
2.
® L a pensión se pagará por trimestres an
todas, cuentan con tipografía con cajistas é im
presores, — estereotipia, — litografía, — calco ticipados. L a falta de cumplimiento á esta ografía, — litografía, — encuadernación para tocia bligacion indicará que los padres del alumno
clase de obras ordinarias y dé lujo, — carpin quieren retirarlo del Colegio.
tería, — ebanistería,— talla, — escultura de ador
3.
® N o se hace reducción alguna al que per
no y figura en barro y madera, — dorador y de manezca menos de 15 días fuera del Colegio,
corador de imágenes, — pintura con cursos de y toda quincena com enzada se cuenta com o en
dibujo, — talabartería, — hojalatería, — curti tera. No se devuelve la entrada por breve que
duría, — zapatería para toda clase de calzado,
sea la permanencia del alumno en el Colegio.
— sastrería, y cerrajería.
4.
® A ningún alumno se le permitirá tener en
L os artesanos deben aprender á leer, escribir,
su poder dinero, recibir vino ó licores, sellos,
contabilidad y sobre todo religión y moral. Se
cortaplumas, relojes, ni otros objetos de valor.
dan también clases de soljeo y música instrumen
L o que recibiere de sus padres ó encargados
tal ó los que lo pidan.
será entregado al Prefecto del Colegio, quien
3.
® Para ingresar en cualquier Casa Salesianacon la debida discreción lo destinará á los fines
deben presentarse las partidas de Bautismo y
que se le indiquen.
Confirmación del' niño, certificado de buena
5.
® L os alumnos no tendrán otras vacaciont.
conducta librado por el Párroco respectivo y
que las generales á fin de curso, ni salidas p ar-'
certificación del m édico, en que conste, haber
ticulares aunque sea en compañía de sus padres
sido vacunado y no padecer enfermedad alguna;
ó encargados.
el niño no debe ser menor de ocho años de e6.
® Podrán ser visitados, una vez por semana,
dad, si es para los estudios, y de doce si para
por
sus
familias en las horas señaladas en el
los talleres, y no mayor de los dieciocho.
N o será admitido el niño expulsado de otro Reglam ento interior del Colegio.
Colegio.
4.
®Para la pensión, e tc., se tratará en parti
E Q U IP O
cular, pues varía según las condiciones del so
Trajes en buen estado............................................................ 3
licitante.
Blusas.......................................................................................... 3
G o r r a s .....................................................................................2
5. ® Para la admisión gratuita se requiere:
Pares de zapatos......................................................................2
a) que el niño tenga doce años y no pase de Peine y cepillos para la ropa y calzado
Almohada i, y fun das............................................................4
los dieciocho.
Cobertores de lana ................................................................. 2
b) que sea huérfano de padre y madre y Sábanas ................................................................................ 4
que no tenga hermanos, hermanas ó bien pa Cam isas.....................................................................................o
Calzoncillos. .
.6
rientes que le puedan cuidar.
C a m is e ta s ................................................................................ 4
c) que sea pobre de solemnidad y abando Elástica . • . ........................................................................... *
Pares de m ed ias......................................................................8
nado.
S i el solicitante, teniendo las demás condicio Pañuelos................................................................................
s ..................................................................................... 4
nes, posee algo, tendrá que traerlo consigo, y la ST eoravlla
ille ta s .............................................
4
Casa usará de ello en su favor^ pues no es Justo Talegas para la ropa s u c ia ..................................................2
Cubierto
y
vaso
de
metal.
que disfrute de la caridad ajena, quien puede vi
El colchón, Que cada unO podrá -proveérsele si lo desea
vir con lo propio.
usar, debe medir 1,75x0,75 m.
d) que sea sano, robusto y no tenga ningún
ir O T A . — T o d a l a r o p a d e b e r d s e ñ a l a r s e co n e l ntldefecto físico.
e r o q u e l a D ir e o o io n d e l ^Colegrlo i n d i q i ^ E s t a n o
Quien deseare más explicaciones ó detalles, I' m
r e s p o n d e d e lo s o b je to s q n e fiío ilm e n te s e e x t r a v ia n , d
sírvase pedirlos á la Dirección de cada Casa. ¡ s e d e s t r u y e n co n e l n s o .
B O L E T IN S A L E S IA N O , del q u e se tira n de 17 á 2 0 .0 0 0 ejem
p la re s m en su alm en te, es órgano d e la P ía Union de los Coopera
dores de la Obra de D. Bosco, é. q uienes se les m a n d a g ra tis , así com o
á c u a n ta s o tra s p erso n as lo d e se a re n ; no se exige, pues, cantidad a l
g u n a p o r s u subscripción, p ero se re cib irán con g ra titu d la s lim osnas
q u e se n o s m an d en p a r a co n trib u ir á los g a sto s de s u publicación. Si
c a d a tino de lo s su b sc rip to re s p a g a se cu a n d o m enos 3 ptas- al aüo, se
co n se g u iria c u b rir en c a s i s u to ta lid a d e sto s g a sto s. — S uplicam os á
la s p e rso n a s q u e re cib an e ste n ú m ero y q u e to d a v ía n o so n COOPEB A D O R E S, q u e n o s avisen si desean in scrib irse com o ta le s, ó bien
re cib ir so lam en te y con re g u la rid a d el B O LETIN , q u e co n tin u arem o s
av iso en co n trario .
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EL R. P. JUAN BUSCO
|l 15 de Agosto de 1815 bajo el cielo bellísimo de Italia, en el caserío de Becchi,
ayuntamiento de Castelnuovo d'Asti, á 25
ó 30 Km. de Turín, nacía, de dos piadosos
labradores, Francisco y Margarita Ochiena,
Don Juan Bosco. Dios en sus designios le
reservaba la misión no sólo de educar á la
juventud, sino de servir de padre á la ninez
abandonada; y á fin de ^ue pudiera medir
todos los dolores y miserias que acom
pañan al huérfano y desvalido, era preciso
que él mismo iniciara su vida apurando el
cáliz del sufrimiento. Cuando apenas contaba dos años murió su padre, dejando en situación vejda’ deramente crítica á la familia. Dedicado desde pequeño a
la guarda del ganado, armonizando \os deberes que la fa
milia le imponía con los vehementes impulsos de su co
razón, acudía á la escuela, distante varios kilómetros de la
casa paterna, ávido de instruirse. De sólida instrucción reli
giosa, acudía también al templo para oir las predicaciones
de los sacerdotes, y las retenía con aquella memoria pro
digiosa, que era una de sus facultades características, que
conservó siempre, hasta sus últimos instantes; pues recor
daba de manera admirable, no sólo la síntesis y los conceptos,
sino hasta los más pequeños detalles de las conversaciones
que ante él se hubieren suscitado.
En Setiembre de 1835 ingresaba en el gran Seminarle
de Chieri y el 5 de Junio de 1841 fué ordenado de sacer
dote ; pero buscando no su propio encumbramiento, sino la
gloria de Dios, rehusó varios cargos (me se le ofrecieron;
y siguiendo los prudentes consejos de D. Cafasso, quedóse
en Íurín á fin de perfeccionar sus estudios teológicos en
el Instituto sacro, fundado en 1808 por el teólogo Luis Guala,
y dirigido á la sazón por el mencionado D. Cafasso, varón
eminente en ciencia y en virtud.
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^ 1 6Y
— 3 —
Ií
La divina Providencia que velaba atentamente por su siervo |
y que le disponía poco á poco á la gran misión para la que
le había excogido; dirigió los primeros pasos de su vida sa
cerdotal en favor de los jóvenes reclusos de las cárceles de
Turín. La vista
de tantos y tan
tos infelices jó
venes de 12 á
i8 años que allí
expiaban su
precocidad en
el crimen; el
observarque su
permanencia en
esos lugares de
expiación les
endurecía más
en el vicio y
completaba su
ya comenzada
corrupción, y el
conocimiento,
merced á sus
indagaciones,
de que la causa
de tamaña des
gracia no era
otra que el abandono y la
falta de educa
ción religiosa,
determinó opo
ner un dique á
la depravación
siem pre cre
ciente y salvar
fíl K. i\ JUAN
la sociedad que
peligraba.
Días hacía que Don Bosco no pensaba en otra cosa más que
en la manera de llevar á cabo sus humanitarios proyectos, cuando
la divina Providencia le deparó ocasión propicia para dar á
ellos principio.
Celebrábase la fiesta de la Inmaculada Concepción en la
iglesia de San Francisco de Asís de Turín, corría el año de
1841, y Don Bosco se disponía á celebrar el Santo Sacrificio.
^ -9
— 4 —
Comenzaba á revestirse, cuando llegaron á sus oidos voces
descompuestas que turbaban el silencio del lugar sagrado. Era
que el sacristán reprendía ásperamente, y aun golpeaba, á un
jovenzuelo por el sólo delito de haber entrado en la sacristía
sin objeto, pues no sabía ayudar la santa Misa. La_ conducta
del sacristán causó honda pena á Don Bosco, quien hizo llamar
al rapaz, encargóle que oyera Misa, y le mandó volver después
á la sacristía « porqué,
- .^
díjole, tengo un intere
sante negocio que tratar
contigo. » El joven no
faltó á la cita, y Don
Bosco, con una bene
volencia no humana sino
divina, que recordaba
la dulzura é incompa
rable suavidad de Cristo,
afanóse por derramar
bálsamo sobre la herida
que en aquel tierno co
razón había abierto la
dureza del sacristán. Y
echando de ver por las
Dreguntas que le hizo
a supina ignorancia reigiosa del jóven, púsose
sin pérdida de tiempo á
enseñarle el catecismo,
invitándole después á
continuar la obra em
prendida los domingos
sucesivos. No sólo cum
plió el niño su promesa,
sino que hablando á sus
amigos de la bondad de
MADRE DE D. B 6 S G 6
aquel sacerdote, en po
cos domingos llegó D. Bosco á juntar á su alrededor más de
trescientos chiquillos, dando así principio á los Oratorios festivos,
cuna de la Sociedad Salesiana.
El Instituto de S. Francisco de Asís con su Iglesia, sirvióle
de primer asilo, al cual desde un principio dióle Don Bosco
el nombre de Oratorio, como para significar que la oración era
su único recurso, y tomó por protectora á la Sma. Virgen.
Terminados sus estudios de Moral Práctica en 1844, fué nom
brado director espiritual del pequeño Hospital fundado por la
m
1
—c—
Marquesa Barolo, á donde trasladó el Oratorio H1 8 de diciembre
del mismo año bendijo la capilla, dedicándola a b. brancisco
de Sales á quien desde este momento tomó como Protector de su
Obra V de aquí el nombre de Salesiana con que se la conoce.
Despedido del Ospedaletto al ano siguiente y de las iglesias
de S. Martín de los Molinos y de S. Pedro ad Víncu a con el
especioso pretesto de que la algazara de los ñiños molestaba a
los vecinos, abandonado de todos, sin recursos y sm saber ^
parte volverse, pero sin que disminuyera en un punto su ilimitada
confianza en la divina Providencia, Don Bosco se vio obligado
á vivir con sus trescientos muchachos al aire libre como las
aves del cielo. Más tarde, haciendo un supremo esfuerzo tomo
en arriendo tres piezas en una casa situada casi enfrente del lugar
en que hoy se eleva orgullosa la soberbia cúpula del Santuario
de María Auxiliadora; pero obligado á retirarse también de
aquí y cuando ya en lo humano no h a b í a esperanza alguna de
remedio, el Señor se compadeció de su fiel siervo D. Bosco el
cual pudo finalmente adquirir un poco de terreno y echar los
cimientos del Oratorio de S. Francisco de Sales, que pobre y
humilde en sus principios, es hoy árbol gigantesco y frondoso
nue da abrigo entre sus ramas á centenares de nmos.
Tres meses después de haber fundado el Oratorio, en julio
de 1846, rendido por la fatiga y trabajado por d isp sto s ince
santes D. Bosco cayó enfermo de gravedad, por lo que hubo
de retirarse á Becchi. Y a restablecido y antes de volver al
campo de sus fatigas, empezó á preocuparle seriamente la ne
cesidad de rodearse de personas que. condividiendo sus ideas y
su espíritu, le ayudasen en su obra, que preveía había de tomar
vastísimas proporciones. Y no sabiendo por el pronto á quien
revolverse, y conociendo toda la generosidad y heroico sacri
ficio de su madre, la manifestó sus designios. Margarita llena
del espíritu de Dios, no bien oye de los labios de su hijo el
apuro en que se encuentra, rompiendo, no sin dolor, las mas
caras afecciones que á su casita la ligan, se ofrece á ser el
auxiliar de su hijo en la magna empresa que ha emprendido
de la salud de las almas, siendo la primera que enarboló sobre
aquel suelo la bandera de la caridad en fevor de los nmos po
bres y abandonados, que con justicia la llamaron madre y con
dolor indecible lloraron su muerte, acaecida en 1856.
El
de Noviembre de 1846 Margarita y D. Bosco se encaminaron á Turín á la apostólica, es decir, á pie y hablando
de Dios - D. Bosco con sólo su breviario y algunos libr^ ; Mar o-arita sin más que un cesto de ropa y algunas baratijas. D Bosco
ñecra á Turín, y á pesar de su estrechez y pobreza, se da con
todas sus fuerzas á desarrollar y perfeccionar mas su Obra, ha-
ciendo un reglamento, que es un verdadero modelo en su eénero. Escogió los alumnos más piadosos é inteligentes para oue
vigilaran sobre cierto número de compañeros, y puso erinde
empeño en formarlos bien, á fin de que pudieran á su vez edu
car a los que les encomendaba. Más adelante, en el mes de b'ebrero de 1851, tuvo el inefable consuelo de investir con el hábito
clerical a cuatro de sus alumnos de los más dispuestos los cuales
fueron las piedras angulares de la Congregación Salesiana
Miles y miles de dificultades surgen á D. Hosco en su' ca
mino, pero él con el corazón y los ojos puestos en la divina
Frovidencia sigue siempre adelante en el desarrollo de su Obra
que al poder ser apreciada, va descubriendo al mundo los inesti
mables tesoros de que el Señor la había dotado.
Bien pronto, encontrando estrechos los límites de Turín el
Oratorio se extiende por otras ciudades de Italia, y no siendo
ésta capaz de contenerle, pasa los Alpes y surca el vasto Océano
y. se ptablece en Francia y en América en 1875; en 1880 atra
viésalos Pirineos y sienta sus reales en España, y siemi^re más v
mas creciendo, al presente llena todos los ámbitos del mundo
Uon tíosco era manso de carácter, de ánimo generoso v
de corazón noble y grande. Cultivó los estudios con éxito cxfraordmario, como extraordinarias eran sus facultades mentales
i-ue historiador erucbto, escritor correctísimo y orador, en su
^
república de las letras cerca de
7 obras destinadas a la juventud y al pueblo, y escritas con
gran propiedad y pureza de estilo. Su H isto ril de Italia ha
alcanzado ya 24 ediciones y del Joven Instruido, libro de piedad
se han editado mas de 1,300,000 ejemplares en casi todas las
lenguas. Entre sus dicipulos hay hoy varios Obispos y altos
dignatarios eclesiásticos, magistrados, literatos, artistas y un ilimitado numero de honrados ciudadanos.
^
Murió el 31 de Enero de 1888, bendecido y llorado por todo
el mundo, bus funerales fueron imponentes; Turín vistióse de
luto, los comercios cerraron sus puertas y más de cien mil
personas acompañaron á su última morada al apóstol de la
juventud abandonada, no sólo de su ciudad, sino de todo el
mundo. Sus restos descansan en el Colegio de las Misiones
Extranjeras, de Valsálice, cerca de Turín, en un bonito y ele
gante mausoleo que el recuerdo, la gratitud y el amor de sus
antiguos alumnos le erigieron. Nadie que haya oido hablar de Don
Bosco pasa por Turín sin visitarlo; así como igualmente la habi
tación en que murió y que, en su humilde sencillez, se conserva
como se encontraba en vida de su dichoso habitador.
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M IG U E L
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AMiRlALiZADO y en íntima y caridad inagotable y sobre todo en su prócontinua comunicación con bida y sabia dirección de la numerosa fa
nuestros beneméritos Coope milia salesiana.
radores, dos palabras bastan
Su vida es un verdadero milasrro.
para hacer resaltar la simpá
Cualquiera que lo haya tratado, no habrá
tica y austera figura del
inmediato sucesor de D. /
Bosco en el gobierno de
la familia salesiana.
I^uestra Congregación,
decía Don Bosco antes de
morir, subsistirá siempre, porque es con
ducida por Dios y protegida por María
Auxiliadora. Con estas palabras daba
satisfacción cumplida á los infundados
temores que sobre el particular algu
nas personas abrigaban. Y efectiva
mente, no sólo no se ha experimentado
desde que falta Don Bosco decaimiento
alguno, sino que por el contrario asombra el considerar los rápidos pro
gresos y el imponente vuelo que ha em
prendido.
Nada nos extrañará esto, sabiendo
que Don Miguel Rúa, actual Rector
Mayor, es la personificación de Don
Bosco.
Don Rúa nació en Turín el 9 de
junio de 1837 ; cursó las clases elemen
tales en el Colegio de los beneméritos
Hermanos** de las Escuelas Cristianas,
á donde D. Bosco solía ir con fre
cuencia á predicar y confesar ; co
menzó á frecuentar el Oratorio en 1845
como externo, y algunos años des
pués fué recibido de interno. Investido
del hábito clerical el 3 de octubre de
1852, fué ordenado de sacerdote en
1860. Exceptuando dos años durante
los cuales fué director de la casa de
Mirabello, jamás (se separó del lado de
Don Bosco de quien fué siempre su brazo podido menos de quedar edificado. Es la
derecho; la Santa Sede, á instancias del exquisita dulzura unida á la invencible fir
mismo D. Bosco, le nombró Vicario de éste, meza y á la más profunda humildad; es
así que nadie mejor que él podía ser, como píritu rectísimo y eminentemente práctico;
en efecto lo es, el más fiel intérprete del pero lo que más le honra es el juicio que
espíritu y de las grandiosas ideas del hom de él hizo el mismo Don Bosco que tan á
bre de Dios; y por esto mismo es la más fondo le conocía; Don Rúa, decía, haría
exacta reproducción de Don Bosco al que milagros si quisiera.
se asemeja en su laboriosa piedad, en su
'X'
i
—o —
____ 9u.
“®ALESIANOS
L mundo entero ha salu
dado en D. Bosco al sal
vador de la sociedad, y
reconocido en él al hom
bre providencial que Dios
ha concedido al mundo
en estos tiempos de ho
rrible confusión, para que
con sus admirables obras ,
que traen su origen de Dios
mismo, le ofrezca un pode
roso contraveneno, un re
medio seguro é infalible para
los males gravísimos que le
aquejan, le abruman, le devoran, y menazan acabar con él entre los
siniestros resplandores de la dinamita, é
inmensas oleadas del más nauseabundo y
repugnante cieno. Pero la Obra Salesiana,
destituida de medios y de recursos* humanos, poco ó nada puede por sí sola en or
den á la realización de los fines que la
señaló la divina Providencia. Semejante á
inexplorada mina que guarda en su seno
tesoros incomparables que labrarían el bien
estar de innumerables familias, si hubiera
quien sabiéndolo, pudiera arrancarla esos
tesoros, ó bien, á rico y abundante manan
tial, cuyas límpidas aguas encierran la virtud
de hacer retornar el verdor, el encanto y
la perdida fecundidad á la agostada cam
piña, si una hábil mano le abriera una fácil
salida y le trazara las vueltas y revueltas
que dar debiera para regarlo y renovarlo
todo con su fecundante líquido, la Congre
gación Salesiana necesita para desarrollarse,
extenderse y depositar en todos los orga
nismos de la sociedad la preciosa sabia de
que la ha hecho rica el Criador, del apoyo
y de la decidida protección de todas las per
sonas honradas que sin dejarse dominar por
ese repugnante egoísmo que todo lo invade,
en algo estiman y se preocupan del bien de
sus semejantes, de la buena marcha y bienestar
de la sociedad y por consiguiente del suyo
propio, como individuos y partes integrantes
que son de esa misma sociedad, cuyos males
y convulsiones no pueden menos de afec
tarles más ó menos directamente.
De aquí el que D. Bosco, después de ha
ber consolidado la Congregación Salesiana
y puesto las primeras bases del Instituto
de las Hijas de María Auxiliadora, pensara
en estrechar más y más los lazos que desde
antiguo le unían con no pocas familias ca
tólicas, beneméritas en alto grado de sus
Obras, á las que siempre habían dispensado
señalada protección, y en atraerse nuevos
amigos y auxiliares que le ayudaran á
llevar adelante sus empresas. A este fin dio
vida á la P ía Union de Cooperadores
Salesianos, que aprobada por la Silla A postólica con Breve de 9 de Mayo de 1876
y enriquecida con innumerables y precio
sos favores, cuenta ya en su seno más de
200.000 Asociados diseminados por todos
los ámbitos del mundo.
Y bien que el objeto primordial que Don
Bosco se propuso al crear esta P ía Union
fuera el de atender á la vida de sus na
cientes Institutos, no por esto dejó de asig
nar, ó mejor dicho, precisamente por este
mismo hecho, asignó á los Cooperadores
Salesianos una grande é importantísima mi
sión que cumplir en medio de la sociedad en
que por necesidad habían de viv ir; por lo que
de la misma manera que no existe un campo
en la Iglesia que sea ajeno á la labor del
Salesiano, tampoco encontraremos obra de
bienestar civil y religioso que pueda esca
parse á la acción de los Cooperadores.
No de otro modo lo comprendió el in
mortal Pío IX, quien no sólo aprobó la
Asociación y quiso que su augusto nombre
figurara á la cabeza de la lista, sínó que
exhortó á muchos Cardenales y Obispos á
inscribirse, y hablando en una ocasión con
sus familiares pronunció estas notables pa
labras : € Los Cooperadores Salesianos están
llamados á hacer mucho bien d la Iglesia
y á la sociedad civil. Y siendo así que su
obra tiende especialmente d la educación de
10
—
—
Y Don Bosco, cuya penetrante mirada
abarcaba el porvenir, solía repetir con fre
cuencia: « É l dia en que los Obispos y los
Párrocos lleguen d conocer el auxiliar po
deroso qtie en sus diócesis y parroquias ten
drán en la institución de los Cooperadores
Salesianos, se aplicarán con todas sus ener
gías d difundirla por doquiera.- Vendrá un
dia en el que Cooperador Salesiano sea si
nónimo de católico. »
la juventud que peligra, será con el tiempo
tan apreciada, que me parece ver no sólo d
familias, sino d pueblos y ciudades enteras
correr d alistarse entre sus filas. Ved aqui
porqué yo les amo tanto y porqué les he con
cedido especialisimas gracias para ahora y
para siempre. >
Igual concepto le merecieron á su glo
rioso sucesor León X I I I ; por lo que apenas
elevado á la cátedra de San Pedro, quiso,
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Fac-símile del " Diploma " de los Cooperadores Salesianos.
como Pío IX, ser Cooperador Salesiano.
Para comprender esta capital importancia
« Habiéndome inscrito como Cooperador, dijo, que en los párrafos transcritos se atribuye
quiero ser el primer obrero. > « Decid d los á los Cooperadores Salesianos, basta sim
Cooperadores Salesianos cada vez que les ha plemente enunciar la gran misión que les
bléis, decía en otra ocasión á Don Bosco, ha sido confiada; impedir la ruma de la
que yo les bendigo con todo mi corazón; que jux!entud, como dice León X III, ó lo que es
su fin consiste en impedir la ruina de la lo mismo, librar á la sociedad del cataclismo
juventud; que no deben formar todos ellos que la amenaza; apartarla del borde del
sino un sólo corazón y un alma sola para precipicio, regenerarla, purificarla y des
ayudaros d conseguir el objeto que se propone viándola del errado camino que sigue, en
^■aCongregación de San Francisco de Sales. » derezarla á Dios que es su verdadera vida
11
y fuente única de bienestar y progreso.
Para que un individuo pueda, por lo tanto,
llamarse y ser verdadero Cooperador Salesiano, preciso es que comprenda la gran
misión que como tal le compete, y en la
medida de sus fuerzas esté decidido á cum
plirla, identificándose con el espíritu salesiano; haciendo lo posible para que este
espíritu, que no es sino el espíritu de Dios
en consonancia con las necesidades presen
tes, penetre en todos los organismos de la
sociedad minada por impías y disolventes
doctrinas; trabajando en unión de los miem
bros de la Congregación Salesiana, con los
que, por así decirlo, forman una sola fa
milia, para la consecución de los altísimos
y nobilísimos fines que ésta persigue: pres
tándoles sus auxilios más ó menos grandes,
más ó menos eficaces para que ni su acti
vidad ni su celo vengan nunca á menos; y
en una palabra, adoptando sus múltiples y
salvadoras obras, tutelándolas, amparándo
las y protegiéndolas, para que encontrando
expedito su camino, puedan, al ensanchar
su radio de acción, hacer partícipes de sus
beneficios á mayor número de necesitados.
En cuanto á los medios que deben adop
tarse para ejercer esta protección, son tan
tos y tan diversos, que sería punto menos
que imposible señalarlos todos; basta saber
que todo cuanto directa ó indirectamente
redunde en beneficio de la juventud desam
parada que se alberga en los Institutos Salesianos; de Tas Misiones ó de cualquiera de
las múltiples obras que sostiene ó fomenta la
Congregación Salesiana, todo deben tenerlo
en cuenta sus Cooperadores y de todo ello
pueden servirse en el cumplimiento de la
noble misión que voluntariamente y por
amor de Dios se han impuesto.
Es, pues, un error, y error muy extendido
por cierto, el creer que el dinero es cuando
menos una de las condiciones stne qua non
para ser Cooperador Salesiano; de donde
resulta que muchísimas personas muy bue
nas, animadas de los mejores deseos y que
podrían obrar un gran bien, se retraen de
dar su nombre á la P ía Union, porque,
careciendo de recursos suficientes para vivir,
no las sería nunca posible dar una limosna
por insignificante que fuera, ni aun para pa
gar la suscricion al B O L E T I N S a l E S IA N O .
Fuera de toda duda está que el dinero po
see la maravillosa virtud que muy contadas
cosas de este mundo poseen, de abrir casi
todas las puertas y de allanar muchas y
grandes dificultades, bien que no todas ; pero
en la cooperación salesiana, aun cuando es
i.
verdad que ocupa y debe ocupar un lugar
importantísimo, no por eso lo llena ni po
dría llenarlo todo. Léase con atención el
Reglamento, y se verá cuantos otros medios
prácticos y útilísimos pueden emplearse;
entre los cuales no ocupan ciertamente un
lugar secundario la oración y la propaganda.
¿ Quien podrá negar los excelentes y asom
brosos resultados que se consiguen con una
Oración ferviente y una propaganda activa
é incesante? La oración es la primera rueda
sin la cual ninguna otra se mueve en la
complicada máquina del universo, así físico
como moral. Hay que contar con la mano
de Dios para que dé á nuestras manos el
principal empuje; es indudable que con la
Oración hecha debidamente todo se alcanza
y que se puede y debe esperar de la ora
ción más que de todos los recursos huma
nos. Ni el que planta es a lg o , ni el que
riega, sino Dios que hace crecer lo plan
tado y lo regado. Sirvámonos, pues, de la
oración continuamente, como nos aconseja
nuestro divino Salvador, y de la propa
ganda en el libro, en el periódico, en la cá
tedra, en el púlpito, en las relaciones de
familia y en tantas y tantas otras mil oca
siones que continuamente se nos pondrán
por delante sin necesidad de irlas á buscar.
L a oración y la propaganda y varios otros
medios que el Reglamento recomienda, están
al alcance de todos, y todos pueden por lo
tanto ejercitarlos; por cuya razón no hay
persona de cualquier clase y condición que
sea, que no pueda formar parte de la P ía
U nion de Cooperadores S alesian o s, bas
tando para ello haber cumplido dieciseis
años, solicitarlo y recibir el Diploma de Agregacion, entrando enseguida á disfrutar de
todas las indulgencias y gracias acordadas, y
á participar de todas las Misas, oraciones,
novenas, ejercicios espirituales, predicaciones
y demás buenas obras que los Salesianos
hicieren por todo el mundo. Una sóla obli
gación se les impone á los Cooperadores
para que puedan disfrutar de estos favores,
y es la recitación diaria de un Padre nues
tro, Ave María y Gloria á S. Francisco de
Sales, patrón y protector de las Obras de
D. Bosco, pidiendo por las intenciones de
Su Santidad ; recomendándoseles al mismo
tiempo encarecidamente la frecuencia de los
santos sacramentos, y dar buen ejemplo á
todos los que les rodean con la práctica cons
tante de los deberes de todo buen cristiano.
Pero no sólo los simples fieles pueden
formar parte de esta P ía Union, sino hasta
las comunidades enteras á cualquier Orden
-
13 —
ó Congregación á que pertenezcan, ya que
no es rigurosamente una orden tercera,
pues los Cooperadores Salesianos no tienen
noviciado, ni profesión, ni hábito especial,
como los terciarios propiamente dichos. Kn
estos casos basta que sólo el Superior ó
Superiora y el nombre del Instituto se ha
llen inscritos en el Catálogo; mas para
poder participar de los favores espirituales,
es necesario que cada individuo coopere con
alguna obra de las que prescribe el Regla-^
mentó, por pequeña que sea; ya aconsejando
ó invitando de palabra ó por escrito á otras
personas á formar parte; ó bien orando
tólica, de nuestras familias, de nuestros
pueblos, en defensa de tantos hermanos
nuestros como se encuentran en inminente
peligro. Marchemos confiados y vindiquemos
el honor de Jesucristo y la honra y gloria
de Dios á quien los impíos quieren arrancar
de nuestros corazones. Quien presencia cada
día los avances de la herejía y la impiedad ;
el triunfo de la injusticia y de la inmora
lidad ; á la seducción y perfidia campar li
bremente por nuestras calles y plazas; y
como consecuencia de todo esto, la ruina
de tantas almas; si abriga en su corazón
una sóla chispa de amor de Dios, debe
m i
’-o
Ij
C A S A .
D O X D E
X A C IÓ
para que puedan conseguirse los fines de
tan piadosa Asociación.
Ahora bien; siendo tan fácil de ella for
mar parte y tantas y tan grandes las ven
tajas espirituales de que podemos en ella
gozar y no preceptuándosenos ninguna obligacion especial fuera de los deberes de
todo buen cristiano, i quién no se inscribirá
en esta P ía Union de Cooperadores S a
lesianos y si ya estuviere inscrito, no ex
hortará á los que aún no lo estuvieren á
inscribirse? Corramos, pues, animosos á
inscribirnos en esta santa milicia; y si bien
desunidos en el cuerpo, unidos en el espí
ritu, combatamos en defensa de nuestra
santa Religión, en defensa de la moral ca-
O .
I3 0 S C 0
levantarse indignado y lleno de santo celo
y entusiasmo dirigirse á sus hermanos con
las palabras de Judas Macabeo: Armémonos
y revistamos nuestro corazón de valor y or
denémonos en batalla contra estas gentes que
se kan unido para acabar con nosotros y con
nuestros ritos santos. Mejor nos es morir pe
leando, que preseneiar el exterminio de nues
tro pueblo y el de los Altares del Señor.
P a r a ser a$;ro{¡:ados á los C O O P E R A n O R E S j recib ir el R I P E O M A , b asta
p ed irlo á cu a lq u ier C asa Salesiana.
13
L
OBRAS DE
D. BOSCO
ALTOS de tiempo y de espacio para des
cribir en todos sus detalles las Obras
de D . Bosco^ nos contentaremos con
dar una sucinta idea de las principales
_
_ de ellas, pudiendo aquellos de nuestros
lectores que desearen conocerlas más á fondo
consultar los libros escritos exprofeso, de algu
nos de los cuales damos noticia en la sección
bibliográfica.
en la m ayor parte de las escuelas no se enseñ.a
el catecismo, que á los niños no se les lleva á
la iglesia y que muchas veces se les abandon.i
á sí mismos, no sólo son de necesidad en cierto
modo absoluta, sino que para la mayor parto
el Oratorio festivo es la única esperanza de
salvación en el moral naufragio en que se van
sumiendo nuestras modernas sociedades.
Oratorios festivos
Congregación Salesiana
L os Oratorios festivos, fuente y origen de la
Congregación Salesiana, no son otra cosa que
centros de reunión á los que acuden los niños
V los jóvenes para pasar santa al par que ale
gremente las fiestas, alejándoseles de este modo
de los peligros de la calle, y enseñándoles la prác
tica de la virtud. E n ellos debe dejarse á los
niños en entera libertad de correr, saltar y de
dicarse á toda clase de juegos que no ofrezcan
morales ó corporales peligros. L a santa Misa,
la frecuencia, sobre todo, de los santos Sacra
mentos, vida de estos Oratorios, el catecismo,
las pláticas y la bendición con S. D . M . son
prácticas esenciales y que deben alternarse con
los juegos. Paseos, distribuciones de premios,
loterías, un pequeño teatro, pero sobre todo y
más que tod o; la paciencia, la caridad, la man
sedumbre y un verdadero espíritu de sacrificio
atraerán á los niños que lo frecuentarán gus
tosos. Las clases nocturnas y la música instru
mental para los más crecidos y las escuelas
diurnas, deberán establecerse donde los medios
lo permitan y las necesidades en modo especial
lo exijan. E l establecimiento de estos Oratorios
es importantísimo. E l que quiera regenerar un
pueblo ó una ciudad, decía D . Bosco, no encon
trará medio más poderoso que un buen Oratorio
festivo. E n otros tiempos en que la m oralidad
estaba más arraigada en la familia, en que los
padres, más instruidos que ahora en sus deberes
religiosos, enseñaban por sí mismos el catesismo
á sus hijos y más cuidados se tomaban por su
educación cristiana, no eran ciertamente tan ne
cesarios los Oratorios festivos; pero ahora que
L os buenos resultados obtenidos con los Oratorios festivos; el incremento que cada día
iban tomando y las tendencias nada tranquili
zadoras que se manifestaban en las modernas
sociedades, le indujeron á D . Bosco á fundar
una nueva Congregación religiosa que adap
tándose á los tiempos, perpetuara y desarrollara
la Obra por él iniciada y opusiera un dique al
desbordamiento de la herejía y la impiedad que
amenazaban asolarlo todo.
Después de serias y maduras reflexiones, de
consultarlo con personas graves y prudentes,
pero sobre todo, de continuadas y fervorosas
oraciones, D . Bosco echó los cimientos de la
P ía Sociedad de S. Francisco de Sales, lomando
á este gran Santo por su especial protector y
escribiendo en su bandera, que desplegó ante
sus hijos, el glorioso lema, admirable síntesis del
fuego en que se abrasaba su alm a: D a tnihi
animas, ccetera tolle; dadme almas, y teneos todo
lo demás. Las Reglas y Constituciones fueron
aprobadas por Su Santidad Pío I X , de feliz
recordación, el 3 de Abril de 1874.
T odo lo tuvo presente Don Bosco al esta
blecer la esfera de acción de la nueva Sociedad
Religiosa y nada se escapó á su ojo previsor y
para todo puso oportunísimo remedio, ya que
su objeto es toda obra de caridad en bien de la
juventud especialmente pobre y abandonada. Y
así la vemos al extenderse por el mundo, aco
modarse á las más urgentes necesidades de cada
localidad, y establecer Colegios de i.* y 2.*
enseñanza para educar á los ñiños pobres y
abandonados, abrir Oratorios festivos, Escuelas
— 14 —
diurnas y nocturnas, Hospicios, Granjas A grí
colas y Escuelas de A rtes y Oficios, para pro
porcionar á cada cual, según su clase, la con
veniente instrucción y los medios para que h o
nesta y honradamente pueda ganarse la vid a;
y Seminarios para la formación de Obreros
Apostólicos que lleven la luz del E vangelio á
las bárbaras naciones: á más de esto el Sacer
dote Salesiano debe por medio de la 'prensa y
la difusión de buenos libros, de ejercicios espiri-
69 Escuelas para labores femeniles, 112 Ora
torios festivos, 7 H ospitales, 2 Fábricas y 13.
Misiones.
Obra de María Auxiliadora para
cultivar las vocaciones al estado
eclesiástico.
L a escasez de ministros del A ltar es, á no
dudarlo, una de las más grandes calam idades
de los tiempos actuales. E sta es la razón porque
D on Bosco quiso fundar esta obra para alentar,
afirmar y ayudar en su vocación á los jóvenes
que deseen consagrarse á Dios en el estado
religioso ó eclesiástico; y para esto exclusiva
mente destinó algunas de sus casas, estable
ciendo en ellas los cursos de humanidades,
concluidos los cuales pasan los jóvenes á los
seminarios de sus respectivas diócesis para cur
sar la filosofía y teología, ó á los noviciados de
la Orden ó Congregación religiosa á que se
sientan llamados. Se reciben también m ayores
de 30 años, con tal que tengan ya algún estudio.
M ás de 6,000 Sacerdotes son á no dudarlo un
dato elocuente de la im portancia de esta Obra,
sin cuyo auxilio el 75 “lo, sinó más, de dichas
vocaciones, hubieran seguramente fracasado por
falta de adecuado ambiente donde desarrollarse.
Con particular interés recomendamos esta Obra
á todos nuestros lectores, pues á ninguno se
le ocultará su im portancia. Oración, acción y
caridad son los medios más principales de que
podrán servirse para fomentarla.
Granjas Agrícolas.
SQB M A R Iá M A E U R E L b O
Primera Superlora de las Hijas de Haría Auxiliadora.
tuales, triduos, novenas y la predicación fre
cuente conservar y avivar la fé en los pueblos
cristianos y preservarlos de la continua corrup
ción.
Hijas de María Auxiliadora.
Considerando D . Hosco los grandes esfuerzos
de la impiedad para corromper á la mujer, y
por consiguiente los múltiples y gravísimos pe
ligros que por todas partes la rodean, no des
cansó un punto hasta que encontró un medio
eficaz de preservación para el sexo débil, fun
dando la Congregación de H ija s de M aría
Auxiliadora, cuyo objeto es el mismo que el
de la Congregación Salesiana en cuanto su con
dición lo comporta.
Fundada en 1872, la Congregación de Hijas
de M aría Auxiliadora se halla extendida en
E uropa, Asia, Africa y Am érica, teniendo á su
cargo 55 Escuelas primarias, 36 Asilos, 60 C o
legios, 14 Escuelas superiores, 17 Orfanotrofios,
N adie ignora que una de las causas de los
males presentes y especialmente de los que afligen á la agricultura, principal fuente de ri
queza para los pueblos, es esa fiebre de las
grandes ciudades que atrae con irresistible fuerza
á su seno á millares de infelices que abandonan
sus campos con la mentida esperanza de en
contrar una vida más desahogada, y de obtener
mayores utilidades de su trabajo. Nuestro amado
Padre D . Bosco no podía menos que lam entar
este mal gravísim o, origen de la ruina moral y
material de tantos desgraciados, y para coar
tarle en lo posible, puso entre los fines de su
Congregación el establecimiento de Granjas
Agrícolas, que infundieran en las nuevas gene
raciones verdadero amor á la agricultura, y con
tribuyeran en su pequeñez á la verdadera recons
titución de la sociedad sobre bases estables de
prosperidad y de bien entendido progreso. A l
presente la Congregación Salesiana posee nume
rosas Granjas A grícolas más ó menos florecientes
y algunas de ellas varias veces premiadas por
sus beneficiosos resultados en Italia, Francia,
España, Palestina, A frica y Am érica.
1
MISIONES SALESIANAS
’'S
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•:s
}•
incluso el de la propia vida. ¿ Qué otra cosa
c o n s o l a d o r son las páginas de la historia de diecimicvo
j
para el cre- siglos de la Iglesia, sino la más sublime
.^ 32 /^ ycnte es el epopeya escrita con los sudores y la sangre
cuadro que ahora nos de sus atletas y heróicos campeones?
toca contemplar, y que
Si bien modesto, no podía dejar de ocu
patentiza la eterna vitalidad par un puesto en estas gloriosas páginas
de que su divino Fundador la Sociedad Salesiana, pues también Don
dotó á la Iglesia Católica ! Bosco había sido mandado por el Padre
aquel momento solemne en de familias á trabajar en su viña, y sen
que nuestro divino Salvador confió á tido, por consiguiente, las ansias del apos
los Apóstoles, y en ellos á sus sucesores, la su tolado, trasmitiéndolas á sus hijos, que eblime misión de evangelizar el mundo con a- llos conservan y alimentan como precioso
quellas divinas palabras:
ensenad á todas tesoro.
las gentes, la Iglesia Católica no ha cesado
Grande y sublime era la misión que ya
nunca en la larga sucesión de los siglos, de había cumplido D. Bosco con sus escuelas
enviar á todas partes verdaderos apóstoles y talleres en favor de tantos niños como
de caridad, que van recorriendo el mundo veía crecer por las calles y plazas sin ras
y encendiéndole en el fuego sagrado que tro alguno de religión ni de moral; pero
nuestro Señor Jesucristo vino á traer á la todo esto no era bastante para mitigar el
tierra.
fuego interior de la caridad que consumía
Admirable es la armonía de espíritu y y abrasaba sus entrañas. E l verdadero amor
de fines que á este respecto informó siem nunca dice basta, y todo le parece poco en
pre é informa todavía á todos los santos y bien de la persona amada. D. Bosco amaba
ministros de la Iglesia, pero en modo es á Dios, y en Dios amaba á todos los hom
pecial á los fundadores de Ordenes religio bres sus hermanos, sin exclusión ni restric
sas, de esas milicias sagradas que forman ción alguna. El pensamiento, pues, de que
las avanzadas del Catolicismo y constituyen tantos hermanos nuestros redimidos como
su más preclaro timbre de gloria. Siempre nosotros con la sangre preciosísima de nues
y en todos tiempos ha ostentado la Iglesia tro Señor Jesucristo viven ignorantes de
en sus ministros la preciosa prerrogativa, Dios y de su alma; de penas y de méritos;
exclusivamente suya propia, de que su di de Redención y de vida futura; privados
vino Fundador la dotó de ser maestra y de la prosperidad que el hombre alcanza
guía al verdadero camino, que es Dios, de por medio de una vida inteligente, honesta
todos los pueblos y naciones de la tierra. y laboriosa; y en una palabra, faltos de fe,
De aquí esa maravillosa fecundidad que en de esa fe divina, luz fulgurísima, que tiene
todas partes ha sido inseparable compañera el poder de romper las impenetrables som
del apostolado católico; de aquí el que los bras del misterio, y de hacer visibles hasta
verdaderamente celosos obreros del Evan del más humilde pordosiero y del más ig
gelio hayan sentido siempre esa sublime norante habitador de las montañas los ar
aspiración y el arrastrador impulso de las canos de la sabiduría, ciencia y bondad de
misiones, que les hace acudir presurosos Dios: que es la fórmula bendita que atrae
donde quiera que haya almas que conquis sobre la frente del mortal los torrentes de
tar ó que conservar para Jesucristo, á true la divina gracia; y que es, en fin, el más
que de los mayores trabajos y sacrificios firme apoyo en los trabajos, miserias y conU DL I M E
— IC —
tratiempos de esta vida miserable, conmueve
las entrañas de D. Bosco, que ansioso é
impaciente espera que suene la hora desti
nada por la divina Providencia para lan
zarse al campo en sus hijos convertidos por
su trabajo en apóstoles, y anunciar la buena
nueva y atraer al redil de Jesucristo á tan
tos pueblos bárbaros como aun yacen, á
pesar de nuestros adelantos y progresos,
en las sombras de la muerte y en las ti
nieblas del paganismo.
Muchos son los pueblos que solicitan
Misioneros Salesianos; del Africa, del Asia,
de América y de la Oceanía llueven apre
miantes instancias; pero entre todos ellos
hay uno que más poderosamente llama la
atención y con más fuerza cautiva el co
razón de D. Bosco, por lo mismo que ha sido
el más desgraciado y el que mayor oposición
ha hecho á la suave ley del Evangelio, ceVrándola á cal y canto sus puertas y sa
crificando inhumanamente á los atrevidos
misioneros que á ellas se acercaron. Este
pueblo no es otro que la Patagonia, el campo
(¡ue Dios había manifestado en sus sueños
á D. Bosco, el cual le conocía tan bien, que
cuando hablaba de aquellas regiones pare
cía que las hubiera prolijamente recorrido;
ríos, lagos, selvas, montes, nada era nuevo
para él: indicaba con la mayor precisión
los caminos, los pueblos, las costumbres y el
carácter de sus habitantes y mil otros detalles
de que no dan noticia ni aún las mejores
relaciones de viaje. Y tanto era así, que la
Sociedad Geográfica de Lyon le premió
con una medalla de oro por una interesante,
completa y exacta conferencia sobre la Pa
tagonia, que dió, á ruegos de dicha So
ciedad, en 1883. A l leer con los ojos bañados
en lágrimas las primeras cartas en las que
sus Misioneros le hacían una descripción de
aquella tierra, no pudo menos de exclamar:
Este es el país que yo he visto en mis sueños;
lo conozco con todos sus pormenores.
Vamos, pues á ocuparnos brevemente de
este primer campo de apostólicas tareas de
los hijos de D. Bosco, y para que el cua
dro sea completo, hablaremos á continua
ción de las otras Misiones que la benigni
dad del Vicario de Jesucristo ha confiado
á los Salesianos después de la muerte de
su amado Padre y Fundador.
------------
--------------------
"So c» ncoo$(ario h a b e r recib id o e l
tH ptom a |mrn iH'clbir e l BOTdi^TIX, qne
»e m anda g r a tis ú cuautois lo p iiliercu .
V IC A R IA T O A P O ST O L IC O
D E L.\
PATAGONIA CENTRAL Y SEPTENTRIONAL
andaba D. Bosco sobre
el modo de satisfacer su noble am
bición de ganar almas para el cielo
en aquellas apartadas regiones,
cuando la divina Providencia le deparó ocasion propicia para realizarla. Habiendo
visitado el Cónsul de la República Argen
tina en Savona, D. Juan B. Gazzolo, el
Colegio Salesiano de Varazze, quedó dul
cemente impresionado de la esmerada edu
cación que en él recibían los jóvenes, por
lo que decidió entrar en negociaciones para
dotar de PP. Salesianos á la República
que representaba. Dirigióse á este objeto á
Turín, centro de la Obra Salesiana; expuso
su noble idea á D. Bosco, y el siervo de
Dios que no pudo menos de descubrir en
este hecho la mano amorosa de la divina
Providencia, no sólo la aprobó, sino que
sin pérdida de tiempo se dirigió á Roma
para obtener la bendición del Vicario de
Jesucristo, sin cuyo consejo no emprendió
nunca obra alguna. Recibióle S. S. Pío IX
con paternal bondad; oyó de sus labios el
proyecto, y conociendo toda la importan
cia que encerraba, pues apenas ordenado
de sacerdote había visitado las Repúblicas
del Plata como secretario del Nuncio que
su predecesor Gregorio X V I había mandado
á Chile, lo bendijo y aprobó con muestras
de verdadera alegría, y con ardientes pa
labras animó á los Salesianos á no desmayar
en la demanda, no obstante las muchas di
ficultades que habían de salirles al encuentro
para impedirles el paso.
E l Cónsul, por su parte, había escrito
sobre el asunto á Buenos Aires, de donde
se recibieron entusiastas cartas del limo.
Sr. Arzobispo, D. Federico Aneyros, y de
otras distinguidas personas, algunas de las
cuales, habiendo tenido con anterioridad
noticia de los elevados fines de la Congre
gación Salesiana, ansiaban el momento de
verla establecida en su patria.
Cuando todo estuvo preparado, salió de
Turín el l l de Noviembre de 1875 la pri
mera caravana de Misioneros compuesta de
10 Salesianos capitaneados por el R. P.
Juan Cagliero; y bien que se les abriera
por delante un camino completamente desREO CU PADO
— IT —
conocido y erizado de dificultades y peligros, replegarse si sus primeras tentativas no da
todos iban animosos y contentos, pues lle ban resultados, y esperar más oportuna co
vaban consigo las bendiciones del angelical yuntura, en tal caso, para emprenderlas de
Pío IX, que se había dignado recibirlos en nuevo.
Antes de pasar adelante en nuestra na
audiencia antes de que partieran, y las
oraciones y risueñas esperanzas que habían rración, parécenos conveniente dar á nues
hecho germinar en sus almas las proféticas tros benévolos lectores una ligera idea de
1 estas tierras, sirviéndonos para ello de las
palabras de su amado padre D. Bosco.
noticias que nuestros Misioneros
nos han suministrado en sus fre
T
.<0 cuentes correspondencias.
Divídese la Patagonia en Sep
■ ü tentrional, Central y Meridional;
extiéndese la primera desde el
grado 36 de latitud austral hasta
el 42 entre los ríos Negro y
Chubut, y comprende los Terri
torios del Río Negro y del Neuquén hacia las Cordilleras ; la se
gunda desde el 42 al 46 entre los
ríos Chubut y el Deseado, for
mando el Territorio del Chubut;
y la tercera desde el Deseado
hasta el estrecho de Magallanes
entre los grados 46 y 53, cono
ciéndose con el nombre de T e
rritorio de Sta. Cruz. Dividido ol
suelo de la Patagonia por las Cor
dilleras, prolongación de los An
des que como es sabido atraviesan
toda la América de Norte á Sur,
en dos vertientes, la una Occi
dental, que llega hasta las costas
del Pacífico, y la otra Oriental
que confina con el Atlántico, pre
senta á la vista del observador
aspecto variadísimo. Por un lado
rocas abruptas, picos gigantescos
cubiertos de nieves perpetuas, sen
das escarpadas y ásperas, apenas
transitables, bosques y selvas es
pesas de un color negruzco; por
el lado opuesto extensas é inter
minables llanuras áridas , frías,
desiertas y secas, con vastas ma
lezas de juncos y cañas y bas
n m o . S r . D . J V A l f CA<»X.lBJSO
tantes
lagunas salitrosas que á
"Z" I D O S I i g - I D I O S D E E A . E A - X A O - O I s T I A .
veces semejan la cristalina su
Desembarcados el 14 de Diciembre en perficie de un mar sin término ni orillas.
Buenos Aires, donde fueron recibidos como Los terrenos buenos para el cultivo se ha
ángeles del Señor y mensajeros de paz y llan, por consiguiente, situados al pié de
de ventura, lo primero en que se ocuparon las Cordilleras, donde la vista del viajero
fue en abrir casas de educación en la ca se ve continuamente recreada ora por bos
pital y en S. Nicolás de los Arroyos, es ques espesos en los que es muy fácil extra
decir, en los confines de las Pampas y de viarse á quien no vaya acompañado de un
la Patagonia; medida altamente previsora experto guía, ora por verdes prados, ora,
y que servía poderosamente para asegurar en fin, por zonas inmensas'de terrenos en
el éxito de la Misión, proporcionando á los las que la naturaleza ha desplegado todas
Misioneros asilos seguros á donde oudieran sus galas é inapreciables riquezas. E l centro
— 15 —
presenta también diversos puntos donde se
encuentran verdaderos oasis producidos por
las vertientes de arroyos y ríos que nacen
en las serranías y se pierden en los valles,
que generalmente son muy fértiles y de buen
clima, principalmente los de los Ríos Ne
gro, Chubut y Neuquén, que producen toda
clase de vejetacion. Las costas del Atlántico
ofrecen también algunos pedazos buenos,
aunque no tan ricos y codiciables como los
anteriores. E l clima de la Patagonia es ge
neralmente rígido, sucediéndose casi sin
interrupción vientos huracanados, lluvias
torrenciales y horribles tempestades. Varias
veces habían intentado los celosos hijos del
capitán de Loyola penetrar en este ingra
tísimo campo, pero siempre sin resultado
alguno inmediato. Con todo, á sus gene
rosos sacrificios y á la inocente sangre con
que muchos de ellos regaron aquellas tie
rras incultas, que parecía no habían nunca
de ablandarse y hacer germinar en su seno
la civilizadora semilla del Evangelio, debe
atribuirse, sin duda, el lisonjero éxito que
Dios en su infinita misericordia ha conce
dido, como veremos enseguida, á los hu
mildes hijos del inmortal D. Bosco.
M ie n tra s se p rese n tab a o ca sió n fa v o ra b le
p a ra h a cer un v ia je al in te rio r, lo s M isio
n e ro s se d e d ica ro n á estu d iar la s co stu m
b res y tra d ic io n e s d e los in d ios y á ap ren d er
su le n g u a , y p u siero n g ra n d e em peñ o en
narse el co ra z ó n d e lo s h ijo s d e los ind ios
m ás cercanoSj p a ra ten er m as fá cil en tra d a
en el de lo s p a d res é ir p re p a ra n d o e l te
rren o in c u lto d e sus alm as p a ra su m ás
p ro n ta re d u cció n a l su a v e y u g o d e la fe
sa lv a d o ra d e Jesu cristo .
E l 7 de Mayo de 1878 se embarcaron en
Buenos Aires los PP. Costamagna y Rabagliati, acompañados del Vicario General de
la diócesis, Mons. Espinosa y del P. Savino,
lazarista. Debían desembarcar en Bahía
Blanca y desde allí dirigirse á caballo á
Patagones; pero fué tan horrible la tempestad
que se desencadenó, que combatida la nave
por las encrespadas olas perdió todo gober
nalle y sólo por un prodigio del cielo pudo
escapar de la voracidad del mar. No per
mitiendo el deplorable estado de la nave
continuar el viaje, los Misioneros debieron
volverse á Buenos Aires después de trece
días de angustias horribles y de temores
mortales. E l mal resultado de esta priinera
tentativa no hizo decaer en lo más mínimo
el ánimo de los Misioneros, sino que antes
por el contrario acrecentó sus bríos y avivó
más en ellos el fuego divino que les impelía
á la conversión de aquellos salvajes á quie
nes precisamente en este tiempo se les per
seguía y daba la caza ni más ni menos que
si fueran animales dañinos ó las bestias fe
roces de los desiertos.
Emprendióse, pues, en la primavera del
año sigtiiente (1879) una segunda expedición
por tierra, que merced á la especial pro
tección de María Auxiliadora se vio coro
nada con el éxito más lisonjero. Dirigié
ronse nuestros Misioneros, Mons. Espinosa,
y los PP. Costamaga y Botta al Carhué
centro de la Pampa, donde se pararon al
gunos días, probando el dulce consuelo de
catequizar y bautizar á buen número de
indios Mansos, y conferenciar con Manuel
Grande y Eripaylá, caciques de la tribu.
Continuando su viaje, atravesaron el Río
Colorado, y después de una penosa marcha
de quince días, llegaron el 24 de Mayo á
Choele-Choel, situado sobre las márgenes
del Río Negro, que separa las Pampas de
la Patagonia; por manera que el día mismo
en que el calendario católico coloca la fiesta
de María Auxiliadora, protectora de las
Obras Salesianas, los hijos de D . Bosco
entraron en el vastísimo campo de la Pa
tagonia, por el que tanto habían suspirado.
Paróse diez días en Choele-Choel el P. Cos
tamagna catequizando á los indios, de los
que pudo bautizar 83 adultos y 22 niños, y
el 3 de Junio siguió para Patagones, tér
mino de su viaje, á donde llegó el 12, pa
sando por General Mitre y Conesa, donde
también administró unos 50 bautismos.
Vuelto á Buenos Aires, el P. Costamagna
dispuso todo lo necesario, y el 15 de Enero
del año 1880, salieron de esta capital para
Patagones ocho Salesianos y cuatro Her
manas Hijas de María Auxiliadora, los cua
les fundaron en este punto la primera re
sidencia de Misiones. L a parroquia de Pa
tagones situada en ambas márgenes del
Río Negro, comprendía varias fracciones:
Carmen de Patagones con 3.500 almas;
Guardia Mitre á unas 17 leguas de Pata
gones y más de i.ooo habitantes; Conesa,
á 34 leguas de Patagones con 800 indios
de la tribu de Catriel, y Choele-Choel á 70
leguas de Patagones y 2.000 habitantes entre
cristianos é indios, todas situadas á la ori
lla Norte del Río Negro; y en la del Sur,
ó sea en el territorio patagónico, se hallan
Mercedes ó Viedma, capital de la Patagonia,
con 1.500 habitantes, y á S leguas de aquí
la Colonia de 5 . Francisco Javier con más
de 400 indios linares. En este vastísimo
campo hicieron los Salesianos sus primeros
r
— lí»
ensayos en el apostolado, y desde aquí se
desparramaron por aquellas inmensas re
giones llevando á todas partes la luz de la
fe y el fuego sagrado de la caridad de Je
sucristo.
En Mayo de 1881 el P. Fagnano, supe
rior de la Misión, se internó en la Patagonia
llegando hasta el lago Nuhuel Huapi, si
tuado junto á las Cordilleras, el cual da
origen ai río Limay, principal afluente del
Río Negro. A mediados del año 1883 el
P. Milanesio, el Padre Indio, como le lla
man ellos por sus frecuentes correrías y
apostólicas tareas en favor de los infelices
moradores del desierto, se dirigió á las Cor
dilleras llegando hasta Roca y Norquin en
el Territorio del Neuquén, recabando ópimos frutos de vida eterna. Finalmente los
PP. Savio y Beauvoir salieron de Buenos
Aires á principios del 1886 y después de
un penoso viaje de 18 días arribaron á Sta.
Cruz, donde establecieron una residencia,
y llegaron en sus correrías apostólicas hasta
el Rio Gallegos y el Cabo Vírgenes, situa
dos junto al Estrecho de Magallanes, es decir,
en el más remoto confín de la Patagonia.
De esta manera nuestros Misioneros pu
dieron en poco tiempo explorar la parte
más importante y poblada de la Patagonia
Septentrional, y parte de la Central desde
la desembocadura del Río Negro hasta las
mismas fuentes del Limay y Neuquén, y
desde la confluencia de ambos hasta los con
fines de Chile y la provincia argentina de
Mendoza.
Para la exploración de la Patagonia Me
ridional y del Archipiélago Magallánico se
había fundado la Residencia de Sta. Cruz ;
pero dependiendo estas misiones de la Pre
fectura Apostólica, nos ocuparemos de ellas
al hablar de la Tierra del Fuego.
Con el fin de acrecentar cada día más y
de afianzar el bien grande que iban produ
ciendo las Misiones Salesianas, Su Santidad
León X III, que no podía menos de ver
con verdadero júbilo agregarse nuevos pue
blos al redil de Jesucristo, aprobó el pro
yecto que le presentó D. Bosco, y en 1883
erigió en Vicariato Apostólico las Misiones
de la Patagonia Septentrional y Central
confiando su dirección al limo. Sr. D. Juan
Cagliero, jefe de la primera caravana de
Misioneros que salió para la América, el
cual fué preconizado Obispo titular de Magida el 13 de Noviembre de 1884 y con
sagrado el 7 de Diciembre del mismo año
en el Santuario de María Auxiliadora, de
Turín,
)
L
De entonces acá estas Misiones han con
tinuado en un progresivo desarrollo, bien
que lento; y si á pesar de los años trascu
rridos y de las increíbles fatigas que los
Misioneros se han impuesto siempre, los
resultados han sido relativamente excasos,
á más del reducido número de obreros evan
gélicos que trabajan en tan vasta viña, de la
excasez de medios con que cuentan y de
las dificultades del terreno y resistencia de
los indios acostumbrados á la vida errante
y libre de las selvas, débese atribuir prin
cipalmente á la á veces sorda y á veces
descubierta y cruel persecución que las sec
tas han declarado á los Misioneros Salesianos, persecución de la que amargamente se
quejaba el limo. Sr. Cagliero en su Informe
de 9 de Abril de 1897 al Exemo. Sr. Mi
nistro del Culto, pues son graves los per
juicios que á aquellas regiones y territorios
acarrea.
Para terminar esta brevísima resefia, da
mos á continuación el estado actual de este
Vicariato y los ópimos frutos de cristiana
civilización que ha producido. L a Casa de
Viedma (Carmen de Patagones), que es la
Casa-Matriz y la residencia del Vicario A postólico, fué fundada en 1880 y se ha des
arrollado de una manera prodigiosa. Cuenta
con escuelas elementales, oratorios festivos
y colegios de ambos sexos dirigidos por las
Hermanas de María Auxiliadora, que tienen
también abierta una sala de costura y la
bores para las jóvenes, y por los Salesianos,
á cuyo cargo está además la Parroquia, en
la cual han establecido las asociaciones pia
dosas de hombres y de mujeres del Apos
tolado de la Oración, Hijas de María, las
Congregaciones de S. Luis y de S. José,
Circuios Católicos de Obreros, Conferencias de
S. Vicente de Paul y otras que producen
un bien inmenso y cada día adquieren ma
yor arraigo y desarrollo. Existe también en
Viedma una Colonia Agrícola y una Escuela
de Artes y Oficios en la que los hijos de los
habitantes de la Patagonia y los de los indios
adquieren una profesión honrosa y aprenden
á labrarse un risueño porvenir. Hasta el
presente no funcionan más que los talleres
de sastrería, zapatería, carpintería, ce
rrajería , hojalatería, escultura y pintu
ra. Está, por último, dotado Viedma de
un Hospital á cargo de las Hijas de María
Auxiliadora, las cuales prestan también sus
solícitos servicios á domicilio. Cuál sea la
capital importancia de esta fundación en aquellos vastos territorios, se deduce de las
siguientes palabras del limo Sr. Cagliero:
,4
.
—
20
« En nuestra residencia de Viedma, centro
de la Misión, el desvalido encuentra asilo, el
enfermo cama, el desnudo vestidos, el pobre
indígena alimento, y trabajo el menesteroso.
Nuestra botica está abierta á todos; la
asistencia médica (que la presta un salesiano,
el R. P. Garrone) es para todos; y lo que
caritativamente da el rico, remedia la in
digencia del pobre. E l Hospital, único en
el Territorio, no rechaza á nadie, y aunque
pobre el ajuar, abunda en la caridad de
Jesucristo. La Hermana de María Auxilia
dora vela á la cabecera del doliente, cual
madre cariñosa y lleva sus consuelos y au
xilios tanto á la morada del rico, como á
la choza del pobre y al toldo del indio.
Los miles de enfermos cuidados ora en el
Hospital, ora en los domicilios particulares,
bendicen á la divina Providencia. El indio
recibe el santo Bautismo en el artículo de
la muerte y roba el cielo; el disidente ad
mira asombrado la caridad católica, y el
cristiano indiferente se convierte. »
A lo largo del Río Negro en la dirección
de las Cordilleras y en las faldas'de éstas
cuenta este Vicariato con varias Residencias,
con escuelas elementales y colegios de am
bos sexos la mayor parte. Las principales
de estas residencias son las de Pringles, Ge
neral Roca, Conesa, Choele-Choel, y jumn
de los Andes y Chosmalal en el Neuquén.
A l sur del Río Negro, en el Territorio del
Chubut, que forma la Patagonia Central,
existen también varias Residencias, siendo
la principal la de Rawsón, capital del Te
rritorio, la cual cuenta, como Viedma, Co
legios de ambos sexos, Oratorios festivos,
Congregaciones piadosas y Hospital.
De todas estas Residencias fijas parten
periódicamente algunos Sacerdotes, los cua
les recorren con mil trabajos y privaciones
extensas llanuras y atraviesan ríos cauda
losos y ásperas montañas . para visitar las
numerosas tolderías de los indios, catequi
zando y bautizando á los que aun no lo
están y confirmando en la fe á los muchos
que ya han sido regenerados con el agua
y crKspíritu Santo. Grandes han sido los
frutos que los Misioneros han podido re
coger en estas correrías apostólicas, y si
bien no podamos como desearíamos presen
tar una estadística exacta, podemos sin em
bargo asegurar que suben de 15 á 20.000
los indios bautizados en los territorios que
comprende el Vicariato Apostólico de la
Patagonia Central y Septentrional.
—
P R E F E C T U R A A P O S T O L IC A
D E LA
PATAGONIA MERIDIONAL Y TIERRA DEL FUEGO
;^A Prefectura Apostólica de la Pa
tagonia Meridional y Tierra del
Fuego, que S. S. León X III eri^ gió con Breve del 26 de Noviembre
de 1883, y que confió al ya probado celo
del limo. Sr. D. José Fagnano, comprende
la Patagonia Meridional, las islas Malwinas y
la Tierra del Fuego con las islas que la
rodean.
Hállase situada la Tierra del Fuego entre
los grados 52° 42’ y 55° l l ’ de latitud
austral y forma un verdadero laberinto de
canales, estrechos, golfos, bahías, islas y
penínsulas. Cubrenla altas y nevadas mon
tañas, pero su aspecto varía según las di
versas partes. Las costas del Oeste y Sur
son áridas y tristes : más favorecidas por la
naturalezason las del Norte y Este. E l clima
es generalmente frío y el cielo muy triste
y borrascoso. El piamontés Santiago Bove,
que por encargo del Gobierno Argentino
exploró una pequeña parte de las costas y
también alguna isla en el año 1882, asegura
que en los días más calurosos del verano
el termómetro no pasa nunca de 12 cen
tígrados. E l invierno no es sin embargo tan
riguroso como comunmente se cree, puesto
que el hemisferio austral á igual latitud es
siempre menos frío que el boreal, pero se
puede decir que es un invierno continuo,
especialmente por el fuertísimo viento polar
que casi siempre reina.
La Tierra del Fuego fué llamada así por
Fernando Magallanes, á causa de los muchos
fuegos que vió encendidos en ella por sus
habitantes salvajes. Más tarde se creyó que
se la daba este nombre por sus numerosos
volcanes, pero parece que éstos no sean
muchos, pues se descubrió que el humo que
parecía que saliese de todos sus montes, no
era otra cosa más que niebla, la cual, re
tirándose casi improvisamente al salir el
sol sobre las cumbres más altas, tomaba
aquella forma.
La Tierra del Fuego pertenece casi toda
á Chile, y tan sólo una parte del Este á
la República Argentina, la cual posee tam
bién en el punto más meridional de aquel
inmenso archipiélago la isla de las Estados,
de unos 67 Km. de longitud y 15 de latitud,
— 21 —
MISIONES Sá LESIá Ná S
d o
l£ i,
I s la .
D a -v v -sd ri
2^’
T r ie r * r * a
d e l
F ' t i e g ’o .
con muy buena vegetación y preciosos bos
ques y colinas de 500 á 800 m. de altura so
bre el nivel del mar. De esta isla el Gobierno
Argentino hizo recientemente un lugar de
deportación; estableció un Gobernador y
levantó un faro. Exceptuado este punto,
la playa de Hopparo al Este, donde los
ingleses formaron un pequeño estableci
miento para sus embarcaciones que se de
dican á la pesca de la ballena, y la así
llamada misión protestante de Usuaia, toda
la Tierra del Fuego está habitada por sal
vajes.
En cuanto á la Patagonia Meridional, de
la que ya hemos dado los límites, hé aquí
la descripción que de ella nos hace uno de
nuestros Misioneros, que la ha recorrido
ya varias veces: < En general la Pampa
de la Patagonia es una extensa llanura que
parece nivelada. Se recorren muchas leguas
sin ver un arbusto ni encontrar una vi
vienda: todo es árido : la tierra es de color
de plomo, arenosa; la hierba que produce
es dura, seca y tan punzante que ni los
animales pueden comerla....... Para formarse
idea de esta tierra, bastará recordar las de
nominaciones que suelen dar á las cinco
partes en que está dividida. De Punta A renas hasta el río del Surdo, pasando por
Laguna Blanca, se llama Tierra de la mi
seria; del río Surdo á Coy-Julet, Tierra
de la desolación; de Coy-Julet á Santa Cruz,
Tierra de la desesperación; de Santa Cruz,
á Corpenkaike y San Julián, Tierra de la
muerte, donde ni siquiera se hallan pájaros.
La extensión menos desolada es de Palcaike á Cabeza de Mar, junto á Punta A renas, que es llamada Tierra discreta. En
los alrededores de Santa Cruz la tierra pa
rece maldita.
Pensamiento constante de los Misioneros
Salesianos al establecerse en la Patagonia
fué el de extenderse por todas las tierras
conocidas hasta las regiones más cercanas al
polo antartico, explorarlas y reducir á sus
moradores á la suave ley del Evangelio.
En i886, como ya hemos dicho, los Pa
dres Savio y Beauvoir se establecieron en
Sta. Cruz, junto al Estrecho de Magallanes,
poniendo así el primer escalón para pasar
á la Tierra del Fuego, y la primera estación
de la nueva Prefectura.
A fines de este mismo año y principios
del siguiente el limo. Sr. Fagnano se di
rigió á la Tierra del Fuego, desembarcó en
la Bahía de S. Sebastian, situada al N E .,
y recorrió la costa hasta la Bahía Tetis si
tuada al Sur. Grandes fueron los trabajos
á que tuvo que sujetarse, pero todos ellos
los dió por bien empleados, pues en este
último .punto tuvo la inefable dicha de ce
lebrar la primera Misa que se decía en tan
apartadas latitudes, y catequizar y bauti
zar á buen número de indios.
En Agosto de 1887 se fundó la Casa de
Puntarenas, residencia del Prefecto Apos
tólico y centro por consiguiente de la Pre
fectura. Puntarenas, situada en el istmo de
la Península de Brunswick en el Estrecho
de Magallanes es el puerto más importante
de este estrecho y á él afluyen vapores de
todas las nacionalidades, siendo también el
punto de reunión de los indios de la Pa
tagonia Meridional para cambiar las pieles
de guanaco y otros animales por azúcar,
yerba mate, vestidos y otros licores. De
aquí el'que nuestros Misioneros eligieran esta
ciudad como centro de la Prefectura Apos
tólica, pues á más de estas ventajas, ofrece
otra no despreciable por cierto, cual es la
facilidad de trasladarse desde ella á los di
versos y apartados puntos que abraza la
Misión.
E l completo abandono en que hasta en
tonces se habían visto los indios de las di
versas tribus que vagan errantes por la
Tierra del Fuego, y la inhumana y san
guinaria crueldad con que en diversas oca
siones habían sido tratados por mercaderes
sin entrañas, movieron á los Salesianos á
desplegar mayor celo y actividad en su
conversión y á consagrarles preferente atencion que remediara la espantosa miseria
moral y material en que yacían. Pero para
llevar á cabo tan humanitaria y cristiana
labor era ante todo necesario remover los
grandes obstáculos que se atravesaban por
el camino, y en cuanto fuera posible evitar
todo roce y contacto de los salvajes con
los blancos, (muchos de los cuales, quien
sabe porqué título, se llaman civilizados)
que muy frecuentemente ponen trabas á la
obra eminentemente civilizadora del Misio
nero, de quien se convierten en su mayor
enemigo, llevados de su insaciable sed de
oro.
A este fin dirigieron los Misioneros Sa
lesianos una solicitud al Supremo Gobierno
de la República de Chile, á quien perte
necen casi todas estas tierras australes, su
plicándole que les señalara una isla sobre la
que nadie pudiera alegar derecho alguno,
para establecer en ella un centro de civiliza
ción de los indios. Accedió el Gobierno á tan
justas pretensiones, y en 1889 concedió á
los Salesianos por 20 años la isla Dawsón,
i
G ro^em í/areíy A/¿\>/a/ío:y
cZz/oÁ
)/a /w
Cooperadores Salesiafios.
5.
®A más do los favores especíalos quo los han sido
concedidos por la Santa Sodo, los Gooponuioros S«1.
®Los Cooperadores Salesianos son los sostenedores
lesianos participan do todas las Misas, oraciones, no
y auxiliares de los Hijos de D. Bosco, con los que, venas, ejercicios ospiritualos, predicacionos y demás
por así decirlo, forman una sola familia, en la no buenas obras quo los Hijos do D. Bosco hicieron por
bilísima y trascendental empresa do la reconstitución todo el mundo.
cristiana de las modernas sociedades, mediante la edu
6.
®No sdlo los simples fióles, sino también las Vucación eminentemente religiosa de la juventud asi es nmiiidndes Religiosas á cualquier Orden 6 Congrí'tudiosa como artesano.
gacion á quo pertenezcan, puodeii formar parto do la
2.
® Para poder formar parte do l a P ía U nion deP ía U nmon de los Coopeiiadores S alesianos , como
LOS CooPERADOKBS S alesianos y gozar de los muchos
consta del Reglamento por([iio so rÍgo, quo manda*
favores que les ha otorgado la Santa Sedo, so re romos á cuantos nos lo pidieron.
quiero haber cumplido dieciseis años, ser de ejemplar
conducta, solicitarlo y recibir el Diplon\a de Agre
gación.
Boletín Salesiano.
3.
®A los Cooperadores Salesianos no so les precep
túa cosa alguna determinada, pero se les recomienda
1.® El B oletín S alesiano os una revista mensual
la constante cooperación moral y material á los fines ilustrada, órgano do la P ía U nion de los Cootera do la Congregación Salesiana, la recitación diaria al D0RB3 S alesianos , y cuyo objeto no es otro que el de
menos do un Padre nuestro. Ave M aría y Gloria tener al corriente á sus miembros do las obras que los
P airi á S. Francisco de Sales, nuestro particular Salesianos llevan á cabo en sus numerosos Colegios, Es
Patrono, la frecuencia de los santos Sacramentos y cuelas do Artes y Oficios, Granjas Agrícolas, Oratorios
el buen ejemplo.
festivos, etc., y Misiones do infieles.
4.
®Varios son los medios de cooperación que se les^ 2 .°Se manda g ra tis no sólo á los Cooperadores Sale
recomiendan, siendo los principales la Limosna, la sianos, sino también á cuantas otras personas desearen
Oración y la Propaganda, do todos los cuales ó de recibirlo y lo pidiesen.
los que estén al alcance da cada uno podrán servirse
3 .® Para poder recibir regularmento el B oletín Sá los Cooperadores Salesianos que deseen llenar por com LBsiANO, no es preciso estar inscrito ni pertenecer á la
pleto la grande misión que por amor de Dios se han P ía U nion de los C ooperadores S alesianos , ni haber
impuesto.
recibido el Diploma de Agregación.
Favores otor;?a(los por la Santa Sede á los Cooperadores Salesianos.
1. Indalgencift Plenaria y romitlon
d« todos los pecados, en las principales
tiestas de nuestro Se&or Jesucristo, ss
decir, Navidad, Circuncisión, Epifanía,
Pascua, Ascensión, Penteoostds, Santí
sima Trinidad y Oorjnu Ohritti.
2. La misma Indulgencia en las fies
tas de la iDtnaoaladaCoucepoion, Nati*
▼Idad, ProsentaoiOD, Annnoiaolon, Yisitaclon, Purificación y Asnneion de la
Bienaventurada Virgen Marín al Cielo.
3. En las fiestas do los Santos Após
toles, ee decir, S. Pedro. S. Pablo, 8. An
drés. Santiago el Mayor, S. Jnan, S. Fe
lipe. S Bartolomé. S. Mateo, Santo
Tomés, Santiago el Menor, S. Simón,
S. Jadas Tadeo, 3. MaUas y S. Bernabé.
4. Zndnlgencia Plenaria y remiaion
de todo# los pecados en la fiesta de la
Cátedra de S. Pedro en Eoma, qne se
celebra el 16 de Enero, en la de la Cá
tedra del mismo S. Pedro en Antioqnia
el 22 de Febrero, de S. Pedro etd Vincula
el I de Agosto. deS. Juan aní« Poríam
ol C
Ii conversión
de S. Pablo Apóstol el 25 de Enero y
en la de la Conmemoración del mismo
Apóstol S. Pablo el 30 de Junio.
5. En las fiestas de 8. Josó esposo
de Maris Virgen, de su Pstroolnln. do
Santa Ana. de S. Joaquín, de 8. Franclaco JavlM-, da S. Luis Gontsga, do lt>s
Santos Angeles Cnstodioa. en la solem
nidad de todos los Santos, en el dia do la
ooomamoraoion de loa difuntos, on el día
después de la fiesta de S. Francisco do
Sales, oon tal do qne habiéndose confe
sado y recibido la sagrada Comunión,
visiten slgUDS iglesia d Oratorio, rogando
aegñn laintoncion del Sumo Pontifico
6. Indulgencia Plenaria el dltlmo dia
del retiro espiritual para todos aquolloa
que hayan asistido á lo menos á la mi
tad de loa ejercicios.
7. Indnlgencia de ZOO óIm cada ves
qne con oorasón oontrito digan la slsiente jacnlatoria: María Auxilium
hrirtianorum, ora pro notris.
Todas estas indalgenclas son aplica
bles á las almas del Pnrgatorio.
6. Indolgeoeia P lsasria en el articnlo de la mnerte á todos los Coop. Sal.
9.
Indjlgencia Plenaria ana ves al
mes en el día qne qnlera escogerse, oonfesando y eomnlgando.
10. Todas l u indulgencias de los
S
Torolarlos de 8. Frsnoisoo de Asta,
asi nlmiarlas cumo psroisles. Por lo
cual los C'vineradores Salesianos (xMlrin
ganar Indulgenola Plenaria el dia que
se inscriban en la Asociación.
11.
La ganará igualmente todo Coo
perador el día que cumpla loe 25 y 50
b Q os de en agregación.
12, Cada ves que algún Cooperador
rece el oOoio de dlfantos, los siete asi
mos penitenciales ó los quince graduales
M r los liua<los, oon facultad a los coalesoros de conmutar estas obras á 1m
enfermos ó auoianos que oo pnidieraa
efectuarlas.
13. Retando la toroera parto del Ro
sario da la 8ma. Virgen ante el Smo. .*iaeramento, y no pudiéndolo, delante de
nn Crucifijo, ganarán IndaJg. Plenaria.
14. Pueden ganar to<las lae Indalgwcias Plenarias y Parciales de todas las
Boallicss. Iglesias y Lugares Santos da
Roma, de Jeroaalén, ds la Porcióneola
y de Santiago de C ^p o ste la. lo mismo
qne las de 1m estaciones «ofialadas ea si
Misal Romano.
15. Indulgencia Plenaria tod- ^
domingos y fiestas del Setter v de la
Indulgencias concedidas i las Iglesias de la
29 Indulgencia de 100 días cada vez
Sma. Virgen, bÍ confeaadoB y comolqne hagan un cuarto de hora de oración
gadoB , visitaron alguna Iglesia, rogando
Congregación de S. Francisco de Sales
mental.
en ella Bvgiin lu intención del Sumo
en ftvor de todos los Cooperadores j de
30. Indulgencia de 100 dias cada vez
Pontífice.
todos los fieles de uno y otro sexo.
que asistan al eaorifioio de la santa Misa
16. Indulgencia Plenarla cada vea
ó á los Oficios divinos en las Iglesias
que reciban la santa Comunión. Fneden
46. Todos los fieles pueden ganar In
ó Capillas de la Congregación Salesiana.
ganar la misma indulgencia plenarla los
dulgencia Plenaria el dia de S. Fran31. Indulgencia de 100 dias á los que
sacerdotes, cada vez que celebren la
oieco de Sales visitando alguna Iglesia
asistan á las reuniones de los Coopera
Mies, ya sea por si ó por las almas del
de la Congregaoion Salesiana.
dores SaloaianoB, doquiera se celobrarou.
Purgatorio d por algún pariente difunto.
47. La misma Indulgencia la fiesta
17. Pueden ganar Indulgencia Pletitu lar de cada Iglesia de la Congrega
32. Indulgencia de 100 dios á los que
naria cada día de la Semana Santa, ana
ción, con tal de que la visiten confesa
concurran á las procesiones que se evez durante la vida y otra en el articulo
dos y comulgailos.
fectuen con auturidad del Ordinario, como
de la muerte.
48. Teniendo la facultad de oelobrar
también á los que acompañen al Sauti16. El Sumo Pontífice Pió IX con
tres Misas y dar la Comunión en la noche
simo Sacramento en las mismas, ó cuando
cedió iiua indulgencia plenarla con la
de Navidad, ganarán Indulgenoia P le
selleva álos enfermos, 6 igualmente para
bendición papal una vez al año qne se
naria todos los fieles que tomen parte
aquellos que, no pudieudo' hacerlo, recen
dará 011 la forma acostumbrada á todos
á ellas en cualquiera de las Iglesias de
cinco Pater y Ave por las necesidades
los Cooperadores que, confesados y co
la Congregación donde esté el Señor
de la Santa Iglesia y por los difuntos.
mulgados, visiten una Iglesia ú Oratorio
Sacramentado.
33. Indulgencia de 100 dins á los
’ rueguen en olla por lu concordia entre
49. Como en todas las Iglesias de la
que den hospitalidad á los pobres, re
os Principes Criatianoa, por la extir
Congregación hay un altar privilegiado,
concilien á los enemistados, traigan á
pación de las licrejiae y ])or la exaltación
todo
sacerdote regular ó secular podrá
la buena sonda á los ostraviadus. y á
do nuestra Santa Madre Iglesia.
sacar ánima del Purgatorio.
los que enseñen á los ignorantes los
10. Indulgencia Plenarla y remisión
50. Ganarán Indulgencia Plenaria to
mandamientos de la ley de Dios, y todo
de tollos los pecados on los siguientes
dos los fieles que habiendo asistido á
lo que seu ú til para la salvación eterna
más de la mitad, cuando menos, de los
dios del año:
ó que bagan alguna otra obra de caridad.
iS iie i ‘ 0 — 1. La Clronnclsion de
sermones predicados durante los ejerci
84. Indulgencia de 100 diae á aquellos
cios espirituales ó de las misiones dadas
nuestro Señor Jeauorlsto. — 0. Epifanía
qne
visiten
á
loa
enfermos,
loa
consuelen
de nuestro Señor Jesucristo. — Segunda
por los Salosianos, y habiéndose confe
y los instruyan.
sado y comulgado, visiten la Iglesia 6
dominica deepucs do la Epifania, Fiesta
35. Indulgenoia do 800 dias i los que
Capilla doude se hacen estos piadosos
del Smo. Hombre do Joails. — 23. Des
pública ó privadamente enséñenla doc
qioroioios, rogando en olla según la in
posorios de la Smn. Virgen Maria.
trina cristiana.
.Mui'KO* — 6. S. Juau de la Crnz,
tención
del Sumo Pontífice. Cada vez
86.
Indulgencia
do
500
dias
á
los
que
Confesor. — 0. Sauta Franoisoa Itomona.
q^ue asistan á uno de estos sermones con
lean ó asistan á lalectura del Reglamento.
^
corazón
J u l i o * —2. La Visitación de nuestra
37.
Todos los fieles que asistan á los indulgencia.contrito ganarán 200 dias do
Señora. —14. S. Duonuvontura, Obispo
divinos Ufioios on las Iglesias de la
61. Estando facultados los Directores
y Cardenal, Dootor de la Santa Iglesia.
Congregación Salesiana en la fiesta y
de las Casas do la Congregación para
AfEOH to. — 2- Fiesta de nuestra
octava del Oorpw* CArwíi y do la Inm a
origir y bendecir, con las respectivas
Señora do los Augolos ó de la Porciúnculada Concepción do la virgen gana
indulgencias, las estaciones de la Viacula. — 4. Santo Domingo do Uuznián,
rán 400 dtas on los Maitines, 400 dias
Cmcis en sus capillas ú oratorios in
I'uudador de la Orden do los P P . Pre
en
las
Misas,
y
otros
tantos
en
las
VIsdicadores. — 12. Santa Clara, Virgen,
ternos, los fieles qne hicieren alli los
e ras; 160 dias por cada uua de las otras
ejercicios espirituales, ó la Via-Crucís,
Fiind. do las Clarisas. — 16. S. Roque.
oras. Durante la octava ganarán ade
ganaráutodos las indulgencias concedidas
X o v Ie itilM 'O * — 21. Presortacion
más 200 días en los Maitines, 200 dias
á loa Religiosos Menores Observantes
de la Sma. Virgen en el Templo.
en las Misas, 200 días en las Vísperas
y Reformados de S. Francisco de A sís .
Illc ls'iu lu H * * — 10. Prim er diado
y
60
dias
por
cada
una
de
los
otras
horas.
52. Indulgencia de 3 años á todos alanovonado la Hatividad de H .S .J .C .
38.
Cada viernes de cuaresma pue<le quellos que al menos con el corazón con
20.
Los Cooperadores Salesiauos que
ganarse
igualmente
la
indulgencia
de
7
trito asistan ó los ejercicios piadosos
hioJeron todos los dias media.Lora ó
años 7 cuarentenas, y en uno de ellos
que se acostnnibran á hacer todos los
al monos un cuarto do bora do oración
la Indulgencia Plenaria, con tal de qne
días por la maüaua en las Iglesias de
immtal, puodun ganar una Indulgencia
habiendo
confoeado
y
comnlgado,
ee
vila
Congregación Salesiana.
Plonurla uua voz al mes, siempre que en
B ite alguna Iglesia rogando en ella según
el dta que so propongan alcanzarla conla
intención
del
Sumo
Pontífice.
Indulgencias anejas al Santuario de
tiesou, comulguen y visiten alguna Igle
39.
La Indulgencia de 7 años y otras
sia, ro^udoeugihi la intención de S. S.
ülsria Ánxiliailora de Turin.
21.
Indulgencia Plenarla cada vez tantas cuarentenas en caalqniera da los
días de la novena del Haoimicnto ^ a53. Indulgencia Plenaria cotidiana
que asistan á los Conferencias de regla.
perpetua para los vivos y difuntos, á
22.
Ganarán la Indulgencia Plenarla demás una Plonaria el primero y último
dia de ella.
todos aquellos <^ue habiendo confesado
los Cooperadores que hicieren algunos
y comulgado visiten esta Iglesia, ro
días de retiro espiritual.
gando en olla por la concoñlia do lus
23.
Los Sacerdotes Cooperadores ga Indnlxenclas concedidas á los C'ooperailores
y
(pu'
pueden
ganar
todos
los
fieles
de
Principes Cristianos, extirpación de las
narán la Indulgencia Plenai'ia el día
horqlias, conversión de los pecailores y
do su primera Misa, asi como también
uno )' otro sexo.
exaltación de Nuestra Santa Madre Itóalos los Cooperadores que asistan y co
40.
Indulgencia de un año á todo glesia.
mulguen en ella.
54. Esta misma Indulgencia ptiodcu
24.
Indulgencia Plenarla on el ar aquel que gratuitamente uusuüelus cánti
cos sagrados, ó que haga alguna ves este
ganarla todos los fieles el dia de Is
ticulo de la muerte para aquellos qne
piadoso ejeroiolo pública ó privadamente,
fiesta de María Auxiliadora, visitando
reciban d e b u confesor la absolución ge
.y otra do 100 dias cada vez que los canto
la Iglesia, como se ha indicado.
neral en la forma acostumbrada.
55. Indulgencia Plenaria también to
25.
Los Sacerdotes Couporadores qne en algún Oratorio públícoóprivado.
41.
Ganarán Indulgencia Plenaria el dos los flelos oí día que ingresen en la
celebren tres Misas i>or sus parientes
último
dia
del
mes
de
Alaria
todos
aAsociación
de la Arcbicofiadia de los
lifuntos en el altar indicado por el Su
quellos quo durante dicho mes hayan
devotos do Nuestra Señora Auxiliadora.
perior de la Congregación, ganarán para
56. Igual ludulgencia y remisión de to
tomado parte en sus ojercioios y parti
aquolloa la misma Indulgonola Plonaria
cularmente on los cánticos de la Iglosia.
dos los pecados á los socios qne en el dia
que se obtendría oulobráudolas en ul al
ta r de S. Uregiirlo ó en el de S. Sebastian
42.
ludiilgoncia Plenaria luia voz al de N avidad. Circuncisión, Epifania,
Asconsion. Pentecostés, Oorput ChrUti
mes á todos aquellos que durante cuatro
extra tnuro* de Ruma.
y cu las siete fiestas principales de la V ir
26.
Los miamos que celebren una Misa días do fiesta ó de trabajo, hayan tomado
gen María, Inmaculada Concepción, Na
i>or su pudro, msdro ti otro parieuto dtpaite en los cánticos ó hayan ensoñado
tividad. Prosentacion, Aenndon, Visita
ninto, ó por cualquier Cooperador Sak cantarles.
ioalano. sacarán. Dice mediante, del
43.
E sta Indiligencia os aplicable i ción, Purifleaoiony Anunciación, con tal
do que, confosados y comnigados, visiten
Purgatorio sus almas.
los fieles difuntos.
44.
Indulgencia de 300 dios cada vez el altar de la Archicofnulia, rogando se
27.
El Sumo Puntifiee Pió IX concede
gún la intención del Padre Samo.
por el mismo Rrore del B de M ano de
que con el corasúu contrito se diga:
57. Indulgencia de 7 años y 7 cuaren
1676 tu perpetuo nna Indulgencia Pieifa ria Auxilium CArútianorum, orapro
tenas por cada dia qno loe devotos ds
noria á todos loa Cooperadores quo. con
nobU.
Maria
asistan á los triduos ó novenas
fesados y comulgados, se consagrarou al
45.
Indulgencia do 300 dias esda vez
que se celebran en preparación a las
Stkgrade Coraaón do Jesús, y on todos
que se recen las leíanlas lauretanas y
antedichas solemnidades de la Santisima
los aniversarios de osU consagración.
ios que las recen todos los dios gana
Virgen; y 40J dias cada vez que inter
rán ludulgencia Plenaria en las cinco
Indulgencias Pardales.
vengan a loa qiercicios de piedad que
solemnidades de la Santísima Virgen
se hacen todas las mañanas en la Iglesia
Inmaculada Concepción, Hatividad. AS6. Indulgencia do 40 días cada vei
de N uestra Señora Auxiliadora.
uunciacíOD,
Purificación
y
Asunción.
qne visiten al Santísimo Sacramento.
{
E
Se. A
d m in is t r a d o r
B O L E T I^ f S A L E S I A ÍfO :
d el
Despves de haber atentamente leído los párrafos que preceden, le suplico d V. que se digne
remitir periódicamente la Revista el B o l e t í n S a l k s i a n o d los nombres y direcciones siguientes:
N.‘
Nomtire y Apellido
Pueblo y calle de residencia
¡Provincia y Estado
10
-í
(Habiendo además conocido los santos finés que la C o n g r e g a < ;io u S a l e s ia iia se propone para
gloria de J>to8 y bien de las almas, y deseando cooperar á ellos en la medida de sus fuerzas, y de
este modo hacerse participes de los preciosos favores concedidos, igualmente le suplico que se sirva
agregar á la P í a U n i o n d e l o s C o o p e r a d o r e s S a l e s i a n o s y mandar el D if^ lo m a d e A g r e
g a c ió n á las personas comprendidas en los números __________________________________
______________________ de la presente lista.
Aprovecho gustoso esta ocasión para ofrecerme de V. afmo. 8. 8. q. b. s. m.
(Fecha)...
de.
de.
E
l
Colector ó Colectora
T
situada al sur de la península de Bruns embarcadero y un muelle de unos treinta
wick y al Oeste de la Tierra del Fuego. metros de largo.
Estableciéronse en ella aquel mismo aflo
Pasan de 400 los indios que habitan la
los Salesianos y más tarde las Hijas de Misión, los cuales se reparten los trabajos
María Auxiliadora; fabricaron la Iglesia» de la misma. Los niños internos en los Co
que dedicaron á S. Rafael, y las Casas de legios tienen regularmente sus horas de
la Misión, y después se desparramaron en estudio, de clase y trabajo mamui!; las
todas direcciones en busca de los indios, á mujeres se ocupan en las faenas domesticas
quienes atrajeron y agruparon
en torno de la misma; les cate
quizaron é instruyeron en las
verdades de nuestra santa fe y
los hicieron cristianos ; Ies fa
bricaron casas, procuraron im
buirles los hábitos del trabajo
■y
■ JS'
y los hicieron gustar los dulces
consuelos de la vida tranquila
y sosegada del hogar. Estos
trabajos y solicitudes no podían
menos de ser bendecidos por
Dios y dar abundantes frutos,
así es que á pesar del poco tiem
po trascurrido, la Misión de San
Rafael en la Isla Dawsón es en
.
la actualidad un alegre y bu
llicioso pueblecito lleno de acti
vidad y vida, que camina á
grandes pasos por el camino de
la civilización cristiana hacia su
encumbramiento. La población
■■ >
está situada á la falda de una
pequeíla cordillera de verdes
•A
colinas, junto á la tranquila
y pintoresca Bahía Harris al
NO. de la isla. Consta de unas
lO O casas, algunas de dos pisos,
bien aseadas y lim pias, dis
puestas simétricamente forman
do calles desahogadas y am
plias plazas. Los Colegios Je
los Misioneros é Hijas de María
Auxiliadora están rodeados de
capaces edificios, cómodos y
limo. Sr.
Santiago Cíostamagna.
ventilados, para escuelas, talle
res, casa de retiro para las viu
das, hospital, carnicería, pana
dería, curtiduría, un aserradero á vapor, y acuden algunas horas del día al taller
una fábrica de tejidos de lana, y otros de costura, donde se las enseñan las labores
edificios públicos. La iglesia es elegante, propias de su sexo y á lavar y coser la
bella y capaz de algunos centenares de ropa de sus maridos é hijos; y los hombres
personas. En la amplia plaza que está unos se ocupan en los diversos talleres de
delante, se ha levantado una gran cruz, la Misión, otros en la construcción de
que parece quiera abrazar y cubrir bajo nuevas casas, y la mayor parte en la tala
de sí á la nueva colonia que va surgiendo de los bosques y en abrir vías fáciles de
merced á su benéfica sombra. De esta plaza comunicación por toda la isla. A los actos
parte una deliciosa alameda hasta la Bahía, de nuestra santa Religión asisten todos jun
sobre la que se ha construido un cómodo tos, especialmente á la Sta. Misa y expli-
J
—
2Í —
cacioii del Evangelio ios días de fiesta. Los
niños y niñas internos se acercan con bas
tante frecuencia á los santos sacramentos,
y en las fiestas más solemnes se confiesan
también los adultos y comulgan los que
han sido admitidos. En las largas veladas del
invierno, después del trabajo y la merienda,
se recogen todos en sus respectivas clases,
y se les enseña la doctrina cristiana y á
leer y escribir. Para los indios nuevos que
aun no han sido agregados al gremio de
la Iglesia, se tienen clases especiales pre-.
paratorias al santo Bautismo. Con los jó
venes más despiertos se ha organizado una
banda de música, que sirve admirablemente
para alegrar la Misión y atraer nuevos in
dios, habiendo ya obtenido un espléndido
triunfo en Puntareiias á donde se presentó
con no poca admiración de cuantos pudieron
verles y oirles.
La vida de la Misión se desliza tranquila
y serena á pesar del rudo trabajo y de los
no pequeños sacrificios que los Salesianos
y Hermanas continuamente se imponen para
asegurar el porvenir de esta Misión, que
ciertamente ha de ser risueño, si es que el
Señor no permite que triunfen en sus dia
bólicos intentos ciertos civilizados para
quienes es sabroso bocado la carne de indio,
los cuales, no pudiendo negar su genea
logía, mueven cruda guerra á todo lo que
lleva el sello de la verdad de Jesucristo.
Pero los Misioneros no podían ni debían
contentarse con esta Colonia, que si bien
grande y en excelentes condiciones, no po
día ni con mucho satisfacer á la gran ne
cesidad que se deja sentir, ni cobijar á todos
los indios que andan errantes por aquellas
regiones y que suben á algunos miles, por
lo q u e , apenas la Misión de S. Rafael
salió, por así decirlo, de su infancia y bien
consolidada entró en la senda del progreso,
el limo. Sr. Fagnano hizo una e.xcursion
por el interior de la Tierra del Fuego en
busca de un sitio ventajoso para establecer
una nueva Misión. Salió el 15 ^e Febrero
de 1893 de Dawsón acompañado del Padre
Beauvoir, de algunos Hermanos y de los
indios que habían de servir de intérpretes,
y el mismo día por la tarde desembarcaron
en la Tierra del Fuego y acamparon á la
falda del monte Pico A W que es el primer
anillo do una grande cadena de montañas
i[ue se extiende á lo largo del canal del
Almirantazgo y va á unirse al Sur con la
del canal de Beaglc, en la que se elevan
los montes Sarmiento y Darivin. Después
de diez días de un viaje de occidente á
oriente á través de montes y selvas vírge
nes lograron el intento de su viaje, encon
trando un sitio que les pareció el más á
propósito para la nueva Misión, situado
junto á un lago y á unos 500 m. del Río
Grande, que es el mayor por su extensión
como por el caudal de sus aguas, y que
está llamado á ser el puerto principal de la
Tierra del P'uego, como el Río Negro lo
es del territorio patagónico. Corre de oc
cidente á oriente, inclinándose un poco hacia
el Norte cinco millas antes de desembocar
en el Atlántico, á once millas al Sur del
cabo Sunday (Domingo) y seis al Norte del
cabo Peña. En la barra mide tres metros
de profundidad durante la marea baja y
nueve en la alta, el mar tiene buen fondo
y está bastante reparado en este punto.
Hechos todos los preparativos para el es
tablecimiento definitivo de la Misión en el
lugar y posición indicada, el 9 de Junio,
fiesta del Sgdo. Corazón de Jesús, salieron
de Puntarenas los PP. Beauvoir y Bernabé
con tres Hermanos y algunos trabajadores,
pero el pésimo estado del mar no les per
mitió desembarcar, por lo que debieron
retroceder hasta la Bahía de S. Sebastian,
donde construyeron una Estación provisoria,
en la que se vieron obligados á permanecer
cuatro largos meses, debiendo soportar los
rigores del frío, las inclemencias del tiempo,
los estímulos del hambre y otros no menores
sufrimientos. Finalmente abordaron á las
tan suspiradas playas á primeros de Noviem
bre, poniéndose enseguida á preparar la Mi
sión que se llamó de la Candelaria, por ha
berse iniciado en el mes de Febrero en que se
celebra la fiesta de la Purificación de la Sma.
Virgen, vulgarmente llamada de la Cande
laria, levantando casas y organizándolo todo
como hemos visto que lo está la de S. Rafael.
Fué tal y tan grande el número de indios
que de todos los puntos de la Tierra del
Fuego empezó á afluir y se establecieron
alrededor de la nueva Misión, que en Mayo
de 1894 subían á 350, poniendo en no poco
aprieto á los Misioneros, que como si es
tuvieran perdidos en aquellos desiertos, de
bían proveer á la subsistencia de tanta gente
con escasísimos recursos.
Dios N. Señor se sirvió visitar á fines
de Diciembre de 1896 esta próspera Misión
con una prueba terrible, permitiendo que
un voraz incendio la destruyera casi por
completo, dejando á sus moradores apenas
con lo puesto, sin recurso alguno en aque
llas vastas soledades. Pero á pesar de tan
grande contratiempo, los indios permane-
1
r
cieron fieles y no abandonaron á los Mi
sioneros, que poco á poco y sólo á costa
de incalculables sacrificios, debidos á la
escasez de los recursos, se esfuerzan por
reparar los daños sufridos y restituir á la
Misión á su primitivo estado de floreci
miento y risueñas esperanzas.
La situación que ocupa y el roce fre
cuente de los indios con los blancos y con
otros salvajes, crea á la Misión casi con
tinuas y no pocas veces graves dificultades,
que alejan á los indios de ella y hacen que
se retarde más el tan suspirado momento
de su completa reducción al suave yugo
del Evangelio. E l demonio, que no puede
ver con calma como se le va escapnndo de
las manos el absoluto dominio que sobre
los infelices moradores de estas apartadas
regiones ha ejercido por espacio de tantos
siglos, no perdona medio alguno para difi
cultar la noble acción del Misionero, sus
citando contra él los muchos y graves ele
mentos de que desgraciadamente dispone.
Para el servició de ambas Misiones los
Salesianos han comprado varias embarca
ciones menores y una goleta, que bautiza
ron con el nombre de Mafia Auxiliadora;
y si bien es verdad que su manutención
les origina gastos enormes, tienen al menos
la seguridad de poder aprovisionar regular
mente á estas Misiones, pues difícilmente
pueden encontrarse siempre en el Estrecho
embarcaciones que se presten á ello, por
los continuos peligros que ofrece el mar
por aquellas partes. La dotación de estas
embarcaciones está compuesta en su ma
yor parte de indios, muchos de los cuales
reúnen excelentes cualidades para la marina.
A más de estas dos Misiones y de la Casa
Central de Puntarenas, cuenta esta Prefectura
con residencias fijas en Sía. Cruz y Gallegos
en la Patagonia Meridional, y en el puerto
Stanley de las Islas Malvinas, Estas islas
pertenecen á Inglaterra que las ha poblado
de colonias escoceses é irlandeses; cuentan
con una población de unos 2.000 habitantes
en su mayor parte protestantes, los cuales
intervienen con frecuencia á las sagradas
funciones de nuestra iglesia atraídos por los
esplendores del culto católico, y van poco
á poco despojándose de sus prevenciones y
aficionándose á los Misioneros, dando así
indicios y fundadas esperanzas de una con
versión no muy lejana, j Hágalo así el
Señor, y concédales á los pobrecitos des
carriados el don inestimable de retornar
cuanto antes al seno de la Iglesia, de la que
para desgracia suya en mal hora se apartaron!
V IC A R IA T O APO STO LICO
DE
MENDEZ Y GUALAQUIZA EN EL ECUADOR
gran cadena de los’ Andes, que
la atraviesa de N. á S., divide á
la República del Ecuador en tres
^ distintas regiones; la Occidental
que comprende las Provincias de Guayas,
Los Ríos, El Oro, Manabí y Esmeraldas,
cuyos terrenos bajos se extienden entre el
mar Pacífico y la Cordillera; la Central ó
Alta, compuesta de las Provincias andinas
de Carchi, Imbabura, Pichincha, León, Tungurahua, Chimborazo, Bolívar, Cañar, Azuay y Loja ; y la Oriental, formada de lo.s
inmensos territorios que, al otro lado de los
Andes, ocupan gran parte de la hoya ama
zónica. En esta última región, habitada en
su mayor parte por las tribus feroces de los
salvajes que aun quedan en el Ecuador,
se hallan enclavados los Vicariatos Apos
tólicos que trabajan en la conversión á la
luz salvadora del Evangelio y en la ver
dadera civilización de estos pueblos, sen
tados todavía en las sombras de la muerte
y en las tinieblas de la barbarie y del más
fiero salvajismo.
« Rodea á la Región Oriental un blanco
horizonte, tanto más extenso cuanto mayor
es la altura desde donde la miramos: prin
cipia la vista, al par que el pensamiento,
del O. por el ondulante y quebrado declive
de los Andes; se detiene al N. por la se
vera linea del territorio de Colombia; se
extiende al E. por la llanura indefinida de
las selvas del Brasil, y al S. se queda fija
en la serpenteada y ancha zona de las aguas
del río más grande y hermoso del mundo, »
el Amazonas.
Difícilmente podría darse una pálida idea
de las riquezas que esta tierra atesora; la
vegetación es exhuberantc y magnífica, y
en su seno viven y se desarrollan miles de
variados seres « desde la hormiguita casi
invisible hasta la danta denominada la gran
bestia; desde el microscópico insecto hasta
la mostruosa. yuca ntamu {la boa) de veinte
metros; desde la mariposa de alas azules,
hasta el majestuoso y elegante puaji que
se complace en tender sus alas sobre la copa
de las más altas palmeras. »
Mísero y triste contraste con las maravi
llas de la naturaleza prodigadas con ver
dadera profusión por la divina Providencia,
A
— 2G —
produce la ferocidad y salvajismo de los
desgraciados seres humanos que en número
de i6 á 20.000, según cálculos recientes y
autorizados, vagan como nómadas por aquellas soledades. « En este paraiso custo
diado de fieras, el hombre es la fiera más
peligrosa y sanguinaria. »
Grandes y’ heróicos han sido los esfuerzos
que desde hace más de tres
siglos han venido haciendo los
intrépidos soldados de la Iglesia, especialmente los je
suítas, para reducir á estos
indios; pero siempre con éxito
desgraciado, ya por la nativa
fiereza de éstos como, y prin
cipalmente, por la guerra y
oposición que en todos tiem
pos han encontrado los Misio
neros de parte de los merca
deres blancos y civilizados,
que más de una vez han lo
grado arrasar por completo la
obra admirable que aquellos
habían levantado en largos
años de sudores y fatigas.
Animado el católico gobier
no del Ecuador de los más
vivos deseos de mejorar la
suerte de estos infelices in
dios, y de llevar los beneficios
cíe la verdadera civilización
á los más remotos confines de
la República, acordó el i i de
Agosto de 1888 suplicar á
S. S. León X III , como en
efecto lo hizo el Excmo. Sr.
Presidente D. Antonio Flores,
que se dignara elegir cuatro
Vicariatos Apostólicos; el dcl
Ñapo, el de Macas y Canelos,
el de Méndez y Gualaquiza,
y el de Zamora; confiarlos á
los Jesuítas, Dominicos, Salesianos y Franciscanos res
pectivamente, y que los V i
carios Apostólicos que se nom
braran fueran á ser posible Obispos titulares.
Recibió el Padre Santo esta
súplica con muestras de mar
cado regocijo, como no podía
ser á menos, por lo que des
pués de felicitar al Gobierno
y de someter el asunto á per
sonas competentes, accedió á
lo solicitado, y el 8 de Fe
brero de 1893 expedía el de
creto de erección del Vicariato de Mén
dez y Gualaquiza, que es el confiado á
los cuidados y celo de los hijos de Don
Bosco, poniéndole por límites al N. el río
Apatemona que desagua en el Morona,
que á su vez desemboca en el Marañen;
al S. el Zamora, afluente del Santiago y
éste del Marañón; al E. el Morona y Ma-
.Jfh
K7l//^Arr.,ZT^
Indio Jibaro
raflón, y al O . las provincias de Loja y
Cuenca.
En esta última ciudad, al igual de lo que
nuestros Misioneros de la Patagonia hicie
ron antes de internarse en aquellas regio
nes, se abrió en Marzo del mismo año una
Casa Salesiana, para que al mismo tiempo
que ofreciera á sus habitantes un centro de
moralización y de trabajo, fuera el punto
de partida de los Misioneros para la explo
ración del nuevo campo de fatigas que la
divina Providencia les deparaba.
E l P. Bruzzone y el H. Panchieri veri
ficaron la primera en Octubre de 1893.
Decir los trabajos y penalidades que los
afligieron en este primer viaje de explora
ción, sería poco menos que imposible. Tre
pando pendientes y alturas con continuos
é inminentes peligros; subiendo rutas abier
tas en la peña viva y graderías de palo
toscamente colocados al borde de profun
dísimos abismos, algunos de más de i.ooo m.,
que producen vértigos y tienen suspensa la
respiración del atrevido viajero, preso de
mortal agonía y sobresalto; sufriendo con
frecuencia el hambre y el frío y debiendo
muchas- noches dormir al sereno, con los
vestidos empapados d e l' agua que cae á
torrentes del cielo y de la que en mil di
versas direcciones corre en abundancia por
la tierra, nuestros Misioneros llegaron hasta
los últimos confines del nuevo Vicariato,
pudiendo formarse una idea de las dificul
tades y peligros que habían de encontrar,
ya por parte de la naturaleza del terreno,
como por la de sus desgraciados moradores.
Cuando todo estuvo preparado y se creyó
lle u d o el momento oportuno, salieron de
Quito el 4 de Febrero de 1894 los Padres
Mattana y Spinelli y los HH. Panchieri y
Jurado, los cuales dieron definitivamente
comienzo á la nueva Misión, establecién
dose en Gualaquiza, centro del Vicariato,
que desde un principio consagraron al Sa
cratísimo Corazón de Jesús, y á petición
de las autoridades pusieron la Casa-Misión
b^ o el patrocinio del glorioso patrono y
protector de nuestra Pía Sociedad, llevando
por consiguiente el nombre de Colegio y
Misión de S. Francisco de Sales.
E l 24 de Mayo del año siguiente, 1895,
después de una solemnísima fiesta y de una
hermosa procesión, el Excmo. Sr. Gober
nador, D. Antonio Moscoso, de acuerdo
con las demás autoridades civiles y con las
eclesiásticas, expidió un decreto declarando
á María Auxiliadora Patrona de toda la
Provincia de Gualaquiza, de reciente funda
ción, y estableciendo por consiguiente que
fuera fiesta cívico-provincial el día 24 de
Mayo consagrado á nuestra querida Madre
bajo el consolador título de Auxiliadora de
los cristianos.
L a víspera de este mismo día se verificaba
en el Santuario de María Auxiliadora de
Turín una ceremoria conmovedora, que á
buen seguro contemplaban desde el ciclo
con indecible contento los ángeles tutelares
de las Misiones‘de Méndez y Gualaquiza.
E l limo. Sr. D. David Riccardi, Arzobispo
de Turín, asistido por los limos. Obispos Sr,
Bertagna, titular de Cafarnaún, y Sr. Leto,
de Samarla, consagraba solemnemente al
ya Vicario Apostólico limo. Sr. D. San
tiago Costamagna, á quien la Santidad de
León X III se había dignado elevar á la
dignidad de Pastor de la Iglesia titular de
Colonia en la Armenia, en el Consistorio
del 18 de Marzo anterior, abriendo así nue
vos y más vastos horizontes al ya curtido
y experimentado apóstol del Señor.
Iléchose cargo los Misioneros en las va
rias excursiones que hicieron por su extenso
territorio de las más imperiosas necesidades
que con urgencia reclamaban una labor más
directa y constante para llegar más pronto
y con menos dificultades al fin apetecido
de la civilización cristiana de los feroces
jíbaros, determinaron fundar dos nuevas
Residencias, una en Indanza en las márgenes
del Santiago al S. del Vicariato, la cual
ofrecía no pequeñas ventajas, pues á más
de servir de estación para Méndez, que se
encuentra á pocos kilómetros, y de funda
mento para la formación de una provincia
como Gualaquiza, por ser ya varias las
Haciendas establecidas, facilitaría muy mu
cho el acceso de los Misioneros á estas tie
rras, los cuales por medio de una pequeña
ensenada que uniera el Santiago con el
Marafión, podrían comunicarse con el A t
lántico; y la segunda en Patacumas, último
confín de la Misión, para poner un freno
á la barbarie de ciertos civilizados, é impe
dir que mercaderes sin entrañas sujeten á
los indios á una dura esclavitud y los tra
ten peor que si fueran bestias de carga.
Pero estos hermosos proyectos que con ver
dadero amor acariaban nuestros Misioneros,
aun no han podido realizarse; dificultades
insuperables que han amenazado también
á la vida de la Residencia de Gualaquiza,
los han hecho imposibles por ahora.
Presente está todavía en la memoria de
todos nuestros Cooperadores el terrible in
cendio del 17 de Diciembre de 1894 que
—
28
—
cepcionales dotes y celo emprendedor le eran
bien conocidos. Le llamó á Roma en 1893»
le elevó á la encumbrada dignidad de Obispo
titular de Trípoli, y colmándole de las más
afectuosas y paternales distinciones, le en
comendó que desplegara las grandes energías
de su alma en la conversión y civilización
de las numerosas tribus salvajes diseminadas
por el inmenso territorio brasileño.
Sumiso y obediente el limo. Sr. Lasagna
á la voz del Vicario de Jésucristo. abandonó
sin dilación alguna las risueñas playas de
la patria querida veinte días después de su
solemne consagración episcopal, esto es,
el 4 de Abril del mismo año, y no bien
hubo llegado al Brasil emprendió una larga
y fatigosa exploración al Matto Grosso, pues
este vastísimo Estado, el más apartado de
la capital federal y el más poblado de in
dios bravos, se prestaba admirablemente a
un plan estratégico muy eficaz y muy rá
pido para las conquistas de la Cruz y de
la civilización.
E l Matto Grosso, que significa selva gran
de, es uno de los Estados del interior de la
vasta República de los Estados Unidos del
Brasil; su superficie es de i- 379 >^5 i km-,
más ó menos como la de España y Portugal,
Francia é Italia ' unidas. Está limitado al
N por las provincias del Pará y Alto A mazonas; al O. y S. por los territorios sal
vajes de Bolivia y Paraguay ; y al E . por
las provincias de Paraná, S. Pablo y Goyas.
La población civilizada es poco más ó me
nos de 80,000 habitantes; Cuyabá, la capi
tal , cuenta con 9, ooo y es la sede del
Gobernador del Pistado y del único Obispo,
que apenas si puede disponer de una do
cena de sacerdotes para atender á las ne
M ISIO N
cesidades espirituales de las ovejas confiadas
á su apostólico celo. E l clima es en general
D EL M A T T O G R O SSO
ardiente y mal sano; el territorio abunda
en carne, pescado, frutas, vegetales y ma
EN EL BRASIL
deras preciosas como el jacarandá, el cedro
y
otras. Como en las zonas ecuatoriales, se
lONOCIENDO y considerando el gran
cultiva
el cacao, la vainilla, el algodón, el
Pontífice León X III, que con tan
tamarindo,
el café, el azúcar y otras rnil
singular acierto rige los destinos de
clases
de
plantas
fructíferas. En minerales
la Iglesia y á cuyo ojo avizor nada
e s c a l d e cuanto pueda redundar en pro abundan el oro, el diamante, el hierro, el
topacio y el cobre. Los animales feroces son
vecho de las almas y en gloria de Jesucisto,
muy distintos de los de Europa, abundando
los buenos resultados obtenidos por los Samucho la onsa parda y la onza rayada, que
lesianos en sus apartadas Misiones de la
es el tigre del Brasil; las serpientes, la boa
Patagonia y Tierra del Fuego, y deseando
constrictor, que mide á veces hasta siete
hacer extensivos estos beneficios á otros mu
metros, la de cascabel y otras mil, y el
chos pueblos de la América Meridional tan
aligador ó cocodrilo americano. También
necesitados como aquellos de la obra ab
abundan mucho los monos de casi todas las
negada del Misionero católico, puso sus
especies. Las inmensas florestas, llanuras y
ojos en el R. P. Luis Lasagna, cuyas es-
destruyó por completo la Casa-Misión con
cuanto en ella había; el material de los ta
lleres de carpintería, sastrería y zapatería,
y el de las escuelas; ornamentos sagrados,
cálices y objetos del culto; libros, mapas,
instrumentos científicos, ropa, provisiones
de boca, todo fue en un momento devo
rado por las llamas. En tan críticas circuns
tancias los Misioneros se vieron en la dolorosa precisión de despedir á los muchos
niños jíbaros que habían ya recogido, y
retirarse á Cuenca. Repuestos apenas de
este siniestro y cuando se preparaban para
recibir con el júbilo y esplendor que con
venía á su Vicario Apostólico, estalló la
revolución que tal cúmulo de horrores y de
miserias ha acarreado á la desgraciada Re
pública del Ecuador. E l limo. Sr. Costamagna tuvo que suspender su viaje, y los
pobres Misioneros se han visto sometidos á
un terrible aislamiento, que más de una vez
los ha hecho sentir los estímulos del ham
bre. Con todo, la divina Providencia ha
velado con especial solicitud por esta Mi
sión, y la ha preservado hasta el presente
del naufragio en que se han sumergido al
gunos de los Vicariatos colindantes.
I Quiera el Señor y María Auxiliadora
que vuelvan pronto á lucir días de paz^ y
de ventura para la desgraciada República
del Ecuador y las Misiones todas de O riente, y que restituidos a sus campos res
pectivos los Vicarios Apostólicos, con su
gloriosa cohorte de apóstoles, prenda pronto
la llama de la fe que todo lo ha de reno
var para Jesucristo !
—
20
—
orillas de los ríos están pobladas de nume
rosísimos salvajes, feroces en su maj-or parte,
profesando un od.o implacable á cuanto sabe
á civilización y progreso Muchas de estas
tribus son nómadas, y su único vestido es
el que les dió la próvida naturaleza. La
vangelio, salieron de Montevideo el 26 de
Mayo de 1894, después de una conmove
dora función de despedida, los RR. Padres
Antonio Malán, Superior de la nueva Mi
sión, José Solari, y Arturo Castelli, y los
HH. Agustín Colli, clérigo, y Jtian bau
tista Ruffier, coadjutor. Lle
gados que hubieron al Para
guay el 4 de Junio, se unieron
al limo. Sr. Lasagna, que se
les había adelantado con su
secretario P. Juan llalzola, y
juntos prosiguieron el viaje
hasta la capital del Matto Grosso, Cuyabá, á donde llegaron
después de un penosísimo viaje
el 18 de Junio. Inútil nos pa
rece referir la alegría y el
contento con que fueron reci
bidos los hijos de D. Hosco.
Fieles á las calurosas exhor
taciones de su amado Pastor
el limo. Sr. D. Carlos d’Amour, que les había dirigido
una pastoral con este objeto,
todos los habitantes de Cu
yabá se encontraban en el
muelle á la llegada del barco,
con su Prelado y con el digno
Presidente del Estado D. José
Manuel Murtinho, á quien
acompañaban los magistrados
y las autoridades civiles y mi
litares de la ciudad. Las cam
panas se echaron á vuelo, las
casas se vistieron de fiesta, se
levantaron numerosos arco.s
triunfales en las calles de la
carrera hasta la iglesia, y lle
naron los aires con sus armó
nicas notas las bandas de mú
sica, y con su entusiasmador
estruendo multitud de vola
dores cohetes. Llegada la co
mitiva á la iglesia, se entonó
un solemnísimo TV Deum al
Todopoderoso, que con su in
finita bondad, mandando á
8
sus ungidos, abría una era de
lengua más extendida es el guaraní, pero paz y jde risueñas y halagadoras esperanzas
hablado con tan diversas variaciones como para el territorio.
tribus, que son muchas, siendo las princi
No permitiéndole la prodigiosa actividad
pales la de los coreados, aymarás, kainguá, que en todas sus empresas desplegaba estar
guaycurús, tebajares,guanos,parecis, etc., etc. ocioso un momento, el limo. Sr. Lasagna
En dirección á este vastísimo campo para puso enseguida manos á un Colegio y Es
hacer vida común entre estas hordas sal- cuelas de Artes y Oficios en la capital, que
v’ajes, imponiéndose los más heroicos sacri al mismo tiempo que de asilo y de gloriosa
ficios para atraerlas al suave yugo del E palestra en todos los ramos de la actividad
lili .
r. D. iUIS Ik m U
— 30 —
humana á la juventud desvalida, fueran
como el cuartel general y el punto de par
tida de los Misioneros para sus futuras ex
cursiones apostólicas entre los salvajes. Más
tarde, escribía Su lima, al Rvdmo. Padre
Miguel Rúa, será necesario proceder á la
fundación de Granjas Agrícolas, que con
tribuirán mucho , infundiéndole hábitos de
trabajo, « á levantar á este pueblo, que en
general es de buena índole, dócil, respetuoso
y extraño á los crímenes que se lamentan
donde reina la refinada civilización de nues
tro siglo. Los abortos, por ejemplo, los in
fanticidios y otros horrores, son aquí com
pletamente desconocidos. Todo nos hace
esperar que el misericordiosísimo Señor se
apiadará de este pueblo tan sencillo, y le
mandará buenos Misioneros y celosos ma
estros que lo conduzcan al camino de la
salvación eterna, eleven su dignidad y le
enseñen los medios más oportunos para su
prosperidad, que lo engrandezca á sus ojos
y á los de las naciones vecinas. »
E l objeto principal, sin embargo, de los
cuidados y solicitudes de los Misioneros Salesianos lo constituyeron los indios, cuya
miseria moral y material les atraía con irre
sistible impulso. No desecharon, pues, la
primera ocasión que se les presentó de es
tablecerse en medio de ellos, por lo que el
20 de Mayo del siguiente año, 1895, sa
lieron de Cuyabá en dirección á la Colonia
Teresa Cristina situada sobre el río San
Lorenzo á unos 240 km. al SE . de la Ca
pital, los PP. Balzola y Solari con algunos
coadjutores é Hijas de María Auxiliadora.
Los indios Coroados que la habitan, fueron
un tiempo el terror de estas comarcas con
sus fechorías y salvajadas; y habiendo re
sultado no sólo infructuosas sino contrapro
ducentes las varias expediciones militares
que el Gobierno había mandado y que con
furor se habían cebado en ellos, fundó esta
Colonia para ver de tener á raya á los
indios que en sus alrededores se habían
establecido, y á quienes pasaba una especie
de tributo en víveres, dejando al efecto un
destacamento de 25 soldados al mando de
un capitán. Cansado el Gobierno del Matto
Grosso de la pésima administración de la
Colonia, concibió la inhumana idea de des
truirla y acabar de una vez con los salvajes,
declarándoles guerra á muerte y sin cuar
tel; pero se redujo á mejores sentimientos
gracias al buen criterio del Presidente y á
las repetidas instancias del limo. Sr. L asagna. Y para que los Misioneros pudieran
libremente moverse y no hubiera quien pu
siera trabas á su celo, como desgraciada
mente sucede con harta frecuencia en otras
partes, emanó un decreto nombrando al
P. Balzola Gobernador de la Colonia y Se
cretario al P. Solari, con amplia autoridad
para hacer y deshacer lo que para bien de
la misma creyeran oportuno.
Después de un largo y penoso viaje de
bido á la dificultad de la navegación y á
otras varias causas, el 25 de Junio llegaron
nuestros Misioneros á la Colonia, siendo
recibidos entre el contento general, el disparo
de salvas y morteretes y las alegres notas
de la banda militar. Los indios por su parte
demostraban su contento saltando y brin
cando y dando gritos de alegría; los que
pudieron no dejaron de adornarse con sus
mejores atavíos; algunos llevaban apenas una
levita sin mangas, otros un decálitro sin
fondo en la cabeza, y la mayor parte el
vestido holgado y económico de que les
dotó la próvida naturaleza: aquel conjunto
heterogéneo y abigarrado parecía una ver
dadera comparsa de carnaval.
Consagrándose sin dilación alguna á su
obra civilizadora, el primero y mayor ene
migo con quien tuvieron y tienen que habér
selas los Misioneros es la natural indolencia
y la repugnancia de los indios al trabajo, debi
do á lo ardoroso del clima y á la exuberancia
de la naturaleza. Criados como las fieras en
la libertad de las selvas, cualquiera podrá
imaginar si puede el trabajo que deberá cos
tar acostumbrarlos á la vida social y á la
labor cotidiana ordenada y metódica que
ésta trae aparejada. Pero no desmayando
el Misionero por éstas y mayores dificulta
des que se le presentan en su civilizadora
empresa, ni rindiéndose á la continua é in
grata tarea, sigue un día y otro día tra
bajando con el mismo ardor, con la misma
tenacidad y constancia, siempre animado y
sostenido por el amor de Jesucristo. Y ha
ciéndose pequeño con los pequeños, y hu
milde con los humildes, y no desdeñando
descender del alto pedestal en que le co
locan sus virtudes y talentos para empuñar
la azada y el arado y sujetarse á los más
bajos y repugnantes oficios, logra con el
heroísmo de su caridad desbastar aquellas
rudas naturalezas y pulimentar su corazón
cerrado á todo sentimiento noble y elevado,
infundiéndole hábitos de sobriedad y trabajo
y los gérmenes vivificadores de las virtudes
cristianas, que son las únicas que poseen el
maravilloso poder de amansar á las bestias
feroces, y de trasformar en ángeles del cielo á
los más degradados y embrutecidos seres.
— 31 —
Cuanto más santa y de más gloria de
Dios y salvación de las almas es una obra,
mayores son las contradicciones que á cada
paso levanta contra ella el infierno para
contrastarla ; y ya que no puede ordina
riamente conseguir destruirla por completo,
procura con todas sus fuerzas retardar aí
menos los frutos que naturalmente está lla
mada á producir en las almas. De aquí
que no tardara mucho la tribulación, y tri
bulación terrible, en visitar estas Misiones.
IITD IO S C O R O A S O S D E L A
preciosa e.xisteiicia, debieron sin duda re
sonar por la inmensidad de dichas florestas
los gritos de dolor que exhalaban los pe
chos angustiados de los infelices salvajes,
que veían escapárseles de las manos la fe
licidad que casi ya tocaban, confundidos
con las estridentes carcajadas que del pro
fundo del abismo subían al ver caer sobre
el campo al coloso que había minado y
pronto echaría por tierra hecha trizas su
secular y despótica dominación.
- ‘ C O L O N IA T E R E S A C R I S T IN A * *
Inmensa desgracia fue á la verdad para ellas,
al igual que para la Congregación Salesiana
y para la civilización de tantos otros pue
blos como aún yacen en las vastas florestas
vírgenes del Paraguay y Brasil sentados en
las sombras de la muerte y en las tinieblas de
la más degradante barbarie, la prematura y
trágicamuerte acaecidael 5 de Nbre.de 1895,
del limo. Sr. Lasagna, que con celo em
prendedor nunca desmentido supo asociar
su nombre á tantas y tan extraordinarias
obras de caridad evangélica y de verda
dero progreso. A l descargarse el alevoso y
artero golpe que segó aun en flor aquella
Pero la obra del limo. Sr Lasagna, si
bien sufriera rudo golpe, no cayó con él
confundida en el polvo del sepulcro, que
recogida por sus hermanos la gloriosa ban
dera que él enarbolaba, tremola y tremo
lará siempre á despecho del infierno.
La Misión de la Colonia Teresa Cristina
progresa á ojos vistas y cada día ofrece á
los Misioneros mayores consuelos y más
halagadoras esperanzas; los Salesianos de
Cuyabá ensanchan más y más su campo de
acción á medida que aumenta el personal,
y de cuando en cuando se internan entre
las varias tribus que por todas partes les
—
—
son inmensas llanuras que se extienden
desde las Cordilleras Orientales de Colom
bia hasta el Océano Atlántico, con miles
y miles de kilómetros de longitud y lati
tud, necesitándose varios meses para atra
vesarlas, razón sobrada para creer que
ninguno hasta hoy lo haya hecho. Son
algo parecidas á las Pampas de la Repú
blica Argentina, pero más hermosas, más
pintorescas é inmensamente más vastas; al
Norte y al Oriente tienen por límites el
mar de las Antillas y el Atlántico ; al Sur
el Amazonas, y al Occidente las Cordilleras
hasta el Pacífico. No son tampoco tan mo
nótonas como las citadas Pampas, en las
que se camina á veces días y más días sin
encontrar un árbol ó una piedra; yerbas}
—
o-<-,|«*•
animales que pacen, alguno que otro río.
y pare V . de contar. En estas llanuras,
por el contrario, hay una variedad que aM ISIO N
rrebata y encanta. ¡Cuánta grandiosidad }
presenta la naturaleza ! No me aD E LO S L L A N O S D E S. M A R T IN belleza
trevo ni aun á tocar de paso la flora y
fauna de estos desiertos, pues es verdade
EN COLOMBIA
ramente prodigioso ver la sorprendente va
riedad de plantas, yerbas, flores, etc., y el
J T I iempo hacía que el celosísimo Ar- grandioso y soberbio manto con que la
zobispo de Bogotá, limo. Sr. Don natura se cubre y embellece. Infinidad de
L^Juan Herrera Restrepo, instaba á corrientes mansas unas, rápidas y torrento
sas otras, las surcan y fertilizan, proporcio
los Salesianos, que desde el año de
nando además á los habitantes, en su mayor
18 90 'se habían establecido en Colombia
parte salvajes, rica y abundantísima pesca,
fundando la casa de la capital, para que
que viene á ser casi su único alimento. La
tomaran á su cargo las Misiones del vastí
caza es también muy abundante, encon
simo Territorio de S. Martín, en el que
trándose por estas inmensas florestas vír
cinco centros de población cristiana y cien
genes infinidad de pájaros casi todos dife
tos de católicos carecían en absoluto de arentes de los nuestros en el canto, tamaño
sistencia religiosa, y miles de salvaje es
y color, siendo el más ordinario el papagallo.
peraban todavía que sonase la hora dichosa
Quien en las primeras horas de la mañana
de su redención religiosa y civil, que al
mismo tiempo que al seno de la santa I- atraviesa la floresta, goza y se recrea con
una música toda particular, que con razón
glesia, les agregara al número de los pue
podría llamarse el Bcncdicite Dovuno omnts
blos cultos.
Grandes fueron las dificultades que desde volneres cali, del Profeta Daniel, pues es
un principio se presentaron, no siendo la una gratísima armonía que conmueve pro
menor la penuria de personal de nuestra to fundamente el ánimo; sintiéndola, queda
davía incipiente Pía Sociedad Salesiana. Con de tal manera el viajero tocado en su co
todo, aumentándose cada día la necesidad, razón, que si sube rezar experimenta la
necesidad de hacerlo, quedando avergonzado
y con ella las súplicas del limo. Sr. A r
y corrido si no sabe, al ver que inocentes
zobispo, y sobre todo comprendiendo que
lo más importante en las grandes empresas avecillas tributan al Criador la gloria que
él con más razón debiera y tal vez nunca
os empezarlas, el 3- de Febrero de 1896
le ha tributado, ni sabe tributarle. Por lo
salieron de Bogotá tres sacerdotes salesianos. un clérigo y un coadjutor y empren que á mí toca, puedo asegurar que me
sentía más compenetrado y recogido, y re
dieron el difícil y penoso viaje de Los L la
nos, para dar comienzo á la tan suspirada zaba con más fer\'or que al pié del altar.
Las bestias feroces y especialmente los tigres
Misión.
y los leones abundan mucho en estos de
« Los Llanos, copiamos de una corres
siertos, pero estos dos últimos sobre todo,
pondencia del R. P Evasio Rabagliati,
rodean, para ir preparando el terreno para
futuras Estaciones; y las Misiones de los
indios del Paraguay, que tan á pechos le es
taban al limo. Sr. Lasagna, llevan trazas
de comenzarse pronto, por manera que no
está muy lejano el día j Dios lo haga ! en
que vuelvan á resonar himnos y cánticos de
alabanza al Dios tres veces Santo por la
inmensidad de las florestas paraguayas y
brasileñas, y en que María Auxiliadora lome
de ellas posesión como legítima soberana,
renovándolo todo y atrayendo con^ su irre
sistible encanto al amoroso Corazón de su
divino Hijo á aquellos ahora infelices y des
graciados habitantes.
— M —
no asaltan jamás á las personas cuando és
tas son muchas; además no sufren el ham
bre por la abundancia de animales en que
cebarse que á cada paso encuentran. Más
que para las personas, constituyen un pe
ligro constante para los animales domésticos,
por lo que los propietarios de ganados les
tienen declarada una guerra permanente y
exterminadora. >
Ocho días tardaron nuestros misioneros
en llegar á S. Martín, pueblo de su resi
dencia, siendo recibidos por aquellos sen
cillos habitantes con el alegre clamoreo de
las campanas y de la más franca alegría de
toda la población que se había vestido de
fiesta, adornando las puertas y ventanas
con vistosas colgaduras, y las calles con
numerosos y magníficos arcos triunfales. No
fueron, sin embargo, todas estas sinceras
manifestaciones de júbilo las que de mayor
consuelo y satisfacción llenaron el ánimo
de nuestros Misioneros. Llegará un dia,
había dicho D. Bosco, en el que los salvajes
irán en busca de los Salesianos, y este día
era llegado. < Después de saludar á las
Autoridades, prosigue el P. Rabagliati, nos
encontrábamos solos en nuestra casa ocu
pados en abrir las cajas y ordenar nuestras
cosas, ¿uando de improviso viene á herir
nuestra atención un confuso vocerío: los
Indios^ los Indios, gritaban unos; que vie
nen los salvajes, repetían otros. Abrimos
la puerta para ver lo que pasaba, y ¡ oh
maravilla ! á pocos pasos de nuestra casa
distinguimos á una turba de indios hombres,
mujeres y niños, los cuales casi desnudos
y seguidos de una gran multitud de curio
sos, venían precisamente á ver á los Pa
dres. — Sabiendo que viniendo Padres á
S. Martin, queriendo nosotros saludarlos.
Hartos más viniendo ahí. » Como es fácil
suponer, nuestros Misionarios franquearon
sus puertas á los indios que llenos de cu
riosidad todo lo examinaban, les hicieron
varios regalos que ellos agradecieron mucho,
y después de algunos curiosos episodios los
despidieron hasta el día siguiente en que
volvieron de nuevo. Desde entonces con
tinuaron visitando la Casa-Misión, con no
poco provecho suyo y contento de los Mi
sioneros que por este medio se los van afi
cionando y preparando el terreno para
cuando la divina Providencia disponga, que
aumentando el personal y contando con su
ficientes recursos, pueda comenzarse seria
mente y con decisión la conversión y re
ducción de estos salvajes, que aun conservan
rastros de la magna labor de los benemé
ritos Padres Jesuítas, que en mejores tiempos
se ocuparon en su evangelizacion.
Hasta el presente podemos decir que el
trabajo de nuestros Misioneros, que es abrumador, se ha reducido á los centros de
población y á las Haciendas esparcidas en
el inmenso circuito á que se extiende su
jurisdicción, á saber: Uribe, con unos 3.000
habitantes; Villavicencio, con 1.500; San
Juan de Arama, con 300; Jiramena con 200
y S. Martin, con 2.000. Por ser éste último
el más próximo á las tribus salvajes, y por
su poskion central, fué el elegido por los
Misioneros para establecer su residencia,
pues desde él pueden dirigirse á los demás,
que ya han visitado varias veces, en tres ó
á lo sumo seis días á caballo; pero no por
esto han dejado de ocuparse de los indios.
Habiendo observado la facilidad con que
permiten que sean bautizados sus niños, y
la costumbre que tienen de cedérselos sin
dificultad á los padrinos para que cuiden
de ellos, los Misioneros concibieron el plan,
que han puesto ya por obra, de retener en
S. Martín á todos los niños de ambos sexos
que bauticen, los cuales permanecerán al
cuidado de familias cristianas hasta los seis
ó siete años que pasarán á los asilos infan
tiles y de éstos á los colegios que se pre
pararán para el efecto, de los que solamente
saldrán cuando la obra de su educación sea
completa y hayan llegado á la edad con
veniente de tomar estado y poder valerse
por sí mismos. A nadie se le escaparán la
excelencia de éste método y las grandísi
mas ventajas que de él han de derivarse por
natural consecuencia, pues á más de deste
rrar de las nuevas generaciones los instintos
feroces y salvajes, y de modelar su corazón
y su alma segúji los salvadores preceptos
del Evangelio, se conseguirá atraer á los
padres y poco á poco inducirlos á dejar su
vida errante, y emprender otra nueva tran
quila y laboriosa, á la sombra benéfica de
la cruz de Jesucristo.
.^-0Todof», pobrcM y ricoH, HobloH é Íi^do rantes pueden H cr COOPERADORES SALE8IAR0S
y ffo x íir por c o n M l(;a ie iite d<* lo » niurbOH
y grandes favores q u e les lia concedido
la If^lesfa, pues al alcan ce d e to d o s están
los prin cip ales m e d io » d e oooperaclony
á sab er: la O M O S X A , la O R A C IO N y la
PROPAGANDA.
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üMO especial
tJo IVIfvi'ia. A .ifx íliíí- íio i’a
protectora de
sus Obras to
Mi hijo Emiliano, de 33 años de edad, se hallaba
mó 1). Hosco
T
sentado á un lado de su casa en la Hacienda de Tro
ya desde los jes Estado de Michoacán, el 12 de Octubre de 1895,
orimeros momentos de su fecundo apostolado
a las 10 de la noche, cuando unos jóvenes Jugando
con una piitola de calibre 45 cargada con bala, de
á la Sma. Virgen, hacia quien nutría el mas
encendido amor y una tierna y confiada devo jaron escapar el tiro que le hirió en la mejilla ución, que había aprendido sobre las rodillas de quierda detrás d éla oreja, atravesando la bala toda
la cabeza y saliendo por debajo del ojo derecho,
su santa Madre y mamado con la leen®*
destrozando á su paso el pómulo derecho. Yo que
el afan y deseo de glorificarla concibió el pro estaba aquí, en la capital de la República, aten
vecto de edificarla un tem plo, que al misino
diendo á mis negocios, recibí un telegrama el día
tiempo que atestiguara el amor que la tenia,
3 á las 8 de la noche, en el que mi familia me
fuera una nueva sede donde E lla repartiera los anunciaba que mi hijo estaba grave, sin decirme de
tesoros de la gracia á cuantos acudieran do- qué Inmediatamente lo encomendé a Mana Auxi
mandándoselos. Levantóse el tem plo, que per liadora, prometiéndola hacer celebrar una Misa en
su honor y cooperar en lo posible á la Obra Salemanecerá siempre como peremne monumerito
siana, como Decurión que soy de los Cooperadores ;
de la bondad de M aría, pues cada una de las y apenas salió el tren, salí yo para mi casa en
piedras que lo componen recuerda una gracia Santiago de Zamora, desde donde me dirigí á ca
especial dispensada por tan generosa y amantí- ballo con parte de mi íainilia y otro hijo mío, Sa
sima M adre; y al presentarse D . ®osco al an- cerdote, Cura Párroco de dicho pueblo, a la Ha
cienda, teniendo que hacer cinco días de camino
oelical Pío I X para preguntarle bajo qué título
para llegar. Pero i cuál no fué mi asombro y mi
convendría honrar en el nuevo templo á la Sma.
cozo al ver á mi querido hijo Emiliano sentado en
Virgen, la consagrareis á M arta Auxiliadora.,
una silla y con la herida ya casi cicatrizada, levan
le respondió el Vicario de Jesucristo, q ledando
tarse y echarse en nuestros brazos!
desde este momento las Obras Salesianas bajo
Todos los médicos y cirujano, que habían visto
la protección de la Reina de los Cielos invocada
la terrible herida, declararon que sm intervención
con tan consolador título.
extraordinaria del Poder Divino no se podría exphear
Fueron tales y tantas las gracias que esta esta curación, que se mantiene perfectamente hasta
buena Madre empezó á dispensar á manos lle la lecha.
: Gracias mil sean dadas a nuestra buena Madi e
nas. que de todas partes se recurría á E lla y
donde quiera que había una tribulación, una María Sma. Auxiliadora de los CrEtianos! Declaro
también que yo padecía desde el año 1872 un cata
pena no resonaba otro nombre que el de Marta
rro que se podía llamar crónico y que me atormen
Auxiliadora. U. Hosco acostumbraba recomentaba desde los primeros días de Julio hasta el mes
ilar á cuantas personas deseaban impetrar al d-' Noviembre, dándome tanta ansia que á veces
guna gracia, una novena de tres Padre nuestros, tenía que apoyarme en dos personas para poder
Ave Martas, Gloria P atris y Salves á la Sma.
andar, y algunas noches no podía dormir. Después
Virgen, ofreciéndola al mismo tiempo una li de haber consultado inútilmente muchos médicos, y
haber sufrido 22 años, puse toda mi confianza en
mosna en razón de los posibles de cada uno;
María Auxiliadora, cuyas gracias leía en el Boletín.
esta práctica tan sencilla ha dado y sigue dando
mandé rezarla su novena, y héme aqm bueno y sano
excelentes resultados, como bien claro nos lo
demuestran las gracias que á continuación pu á pesar de mi avanzada edad.
blicamos, dispensadas á sus devotos por L a
S a b a s G a r c ía B e t a x c o u r t .
rinden de D . Basco, como el pueblo empezó a
Méjico, Oclubte de 18&6
llaimu á Marta Auxiliadora.
35 —
Abngando la firme persuacion de que sólo á la
protección de nuestra augusta Madre, María Auxi
liadora, debo la vida de mi querida hija Clotilde
sm perjuicio del cumplimiento de las promesas heh lS a *"^
a publicar el hecho para gloria de
Atacada mi mencionada hija de la terrible enfer
medad d ift^ a , y considerado el caso por los facuuativos llamados en consulta, de gravedad suma,
prai a nuestra Santa Madre con el mayor fervor un
inüagro; coloqué bajo la almohada de la enferma
una medalla y principié acto continuo una novena,
t i mismo dfa mi hija arrojó con relativa facilidad
membranas, que sirvieron para corroborar con el
análisis, que se trataba de un caso de verdadera
difteria, y cuando por la tarde volvieron los médicos
la encontraron tan mejorada y fuera de peligro inmment^ que suspendieron la aplicación del suero
que se habían ordenado.
A nuestra Santísima Madre debo no sólo la vida
de mi hija, sino también el que se haya evitado el
contagio de tan terrible enfermedad á mis otros
hijos, que en aquellos momentos de dolor y de angustia
no se habían separado de mi lado.
Gracias por lo tanto, sean dadas á María.
M a r ía E l e n a d e L l a n e s .
Barcelona, Mayo de 1S96.
>■
que un buen artesano y pobre
I ^ r e de familia se pierda; sin embargo, pondio
lodos los medios posibles á ver si lo salvo. » Des
pués de ocho días de agotar los recursos médicos
fui empeorando, y con gran dolor suyo me aiumcio
el facultaüvo que ya no había remedio v que tem.i
que perder no solo el ojo enfermo, sino'también el
otro. Tristísima noticia fué esta jiara mí v para im
^posa con quien invoqué á la Virgen Sma.. pro
mi dolor vino á disipar mis temores un rayo do
‘“i- 'L'
‘
Ausili.,^ trance,diciéndome á mí mismo: no es
^ sib le que esta buena Madre desoiga mis clamores
ya que conhibuyo á la obra de su siervo Don Hosco
j
q“<^ profeso. Con
°
■
enfermos, ofreciéndola al mismo
tiempo recibir yo y mi familia en nuestros corazono
lu x ilf a d ^
esperanzaiTaría
uxihadoia me curó al cabo de un mes, haciendo
?as ú C r n í
>■ ‘Jcsaparccieian
c
la cicatriz. ¡Henveces su bondad! Ahora cumplo per
fectamente con mi oficio, desapareciendo con esto
mis antes muy tristes pensamientos.
agradecimiento publico este insigne favor á
1
''ano se la honra con
el titulo de Mana Auxilio de los Cristianos.
R od olfo B a r r a g a n .
A u x i l i a c l o i 'a
Riobamba (Ecuador), Agosto de 1896.
todo lo i>uedo
En el mes de Diciembre del año 1892, á conse
cuencia de un susto, quedó completamente loca una
hennana mía, repitiendo frecuentemente en sus des
varios esta consoladora invocación : María A uxilia
dora todo lo puede.
Otra hermana mía se dirigió á la Congregación
Salesiana para que la hicieran Cooperadora de tan
Fia Sociedad y el Sr. Director de la Casa del Re
sano la contestó una carta consoladora, enviándola
una medalla de María Auxiliadora y recomendándola
que la pusiera al cuello de la enferma y principiara
una novena con entera confianza de que aquella
recobraría la salud.
Quiso el Señor someternos á algunas pruebas antes
de curarla; asi es que al siguiente año declararon
los médicos que su enfermedad era incurable y que
era necesario enviarla á un Manicomio. Así se hizo •
pero sm perder nuestra confianza en María Auxi
liadora que al poco tiempo la devolvió su entero
JUICIO y hoy está completamente bien y robusta, como
s i '! 5 ánas"^°
celosas Cooperadoras
I!í
Un ciiíj-cli'o
c ié tV-Im-ia A .ia x ili£ ic lo i'n
Una familia de Lima vióse amenazada un día por
llf”^as habíanse apoderado de^la
fn T
paredes endebles como
que forman las habitaciones de la
ciudad. ^ a iba á quedar aquella casa convertida en
cenizas, como otras acababan de serlo, cuando vino
en su socorro una idea consoladora. Acordáronse
que poseían un cuadro de María Auxiliadora y al
peligro colocáronlo
fianza ^ ^ cntratfa y Mana Sma. premió su conLas llamas declinaron y el peligro quedó inmedia
tamente conjurado.
En agradecimiento de gracia tan singular, la fa
milia reconoada ofreció una limosna considerable
para los huérfanos de D. Hosco.
Ma r ía R. B. de B e n ít e s .
Corrientes (Argentina), Febrero de 1897.
F élix T allachini, Fbro.
Lima, Mayo de 1897.
IW a ria . A u x i l i a c l o i - a m e
ele uxaa. desgracia inmensa
Caí en c ^ a enfermo con el ojo derecho, en el
úlceras y un tumor en el mismo
^ t a ! del O JO , padeciendo dolores indecibles. Llamé
a un facultativo, el cual, observando mi enfermedad,
dijo con gran pena y compasión: « Esto es una fa-
— 36 —
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A
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o
S^undaciones Salesianas
N
RA nuestro ánimo presentar á nues
tros lectores un cuadro completo de
todas las Casas Salesianas, indi
cando las múltiples obras que cada
una de por sí trae entre manos, pero
<íV'
ante la magnitud de la empresa, no
tan fácil como á primera vista pa
rece, y para no alargar más este
número verdaderamente extraordi
nario, nos hemos visto obligados á
dejar para ocasión más propicia
nuestro propósito, limitándonos por ahora á la simple
enumeración de las Casas abiertas hasta el presente
en las varias naciones, llamando en particular manera
la atención de nuestros lectores sobre la Casa-Matriz
y las de España y América.
#
F R A I V J E R O
ITALIA. — Habiendo sido la cuna de la Sociedad Salesiana, son en mayor número las Casas fundadas,
teniendo abiertas casi todas ellas las clases elemen
tales y de segunda enseñanza, la mayor parte,
á más de esto, Escuelas de Artes y Oficios, y algu
nas el liceo, Academias para carreras especiales
y Granjas Agrícolas. Las Casas Salesianas de
Italia están divididas en cinco Provincias ó Insectorías; Piamontesa, Lígure, Véneta, Romana y
ícula. Pertenecen á la primera las Casas de Borgo
S. Martino — Lanzo — Nizza Monferrato — Mathi
(fábrica de papel) — Penango — Turín (S. Juan
Evangelista) — Turín (Martinetto) — Trino Vercellese — Fossano
Chieri — Novara — Trecate
— Cavagliá — Milán — Avigliana — Busto Arsizio
•— Oulx — Occhieppo — Cuorgné — Intra — Ale
jandría — Pavia y Sondrio; á la segunda Varazze
— Alasslo — S. Picr d’Arena — Bordighera-Torrionc— Spezia — Colle Salveiti — Florencia — Savona y Pisa; á la tercera Este — Mogliano Véneto
— Parma — Verona— Treviglio — Comacchio —
Ferrara — Módena y Legnano; á la cuarta Roma —
Faenza — Macérala — Lorcto — Lugo — Orvieto
(Seminario) — Orvieto (Instituto Leonino) — Trevi
— Castellamare Stabia — Gualdo Tadino — Bolonia
— Frascati — Jesi — Casería y Genzano; y por
último á la quinta Randazzo — Catania (Oratorio de
S. Felipe) — Catania (Instituto de S. Francisco) —
AH Marina — Bronte — Marsala — S . Gregorio —
Mesina — Pedara y Tcrranova. Los noviciados de
Turín (Valsálice) — S. Benigno — Foglizzo — Piova
— Ivrea y Lombriasco para clérigos, artesanos y agricultores dependen directamente del Capitulo Su
perior de la Congregación Salesiana.
g
FRANCIA. — La Congregación Salesiana empezó á
establecerse en Francia el año 1875 y al presente
se halla dividida en dos Inspectorías que compren
den, la del Norte las Casas de París — Lila — Rossignol — Dinan — Ruitz — Presles — Rueil y Etagnac; y la del Sur Niza Marítima — Marsella —
Navarra — Saint-Cyr — Saint-Pierre de Canon —
Tolosa — Montpelier — Nizas — Romans y Lons-leSaunier.
AUSTRIA-HUNGRIA. — Fundóse la primera Casa
Salesiana en el Imperio Austro-Húngaro en 1887,
contando al presente tres, dos en Trento y la otra en
Gorizia dependientes todas de la Inspectoría Veneta.
BÉLGICA. — Las Casas de esta nación dependen
de la Inspectoría Francesa del Norte, y son igual
mente tres; una en Lieja, que fué la primera que se
abrió, en i8gi , otra en Tournai y la tercera en
Hechtel.
A la Inspectoría Extranjera pertenecen las Casas
Salesianas d e :
INGLATERRA. — Londres (1887) y Burwash.
SUIZA. — Balerna (1889) — Ascona y Muri
AFRICA. — Oran (1891) — Oran Eckmühl — Manuba — La Marsa — Túnez — Alejandría de Egipto
y Cabo de Buena Esperanza.
ASIA-P a l e s t in a . — Belén (1891) — Beitgemal
— Cremisan y Nazareth.
UTRERA. (Sevii .l a ) — Traspasados los límites dt
Italia y establecídose en Francia y en América, no
tardó mucho la Congregación Salesiana en trasplan
tar sus tiendas á nuestra querida España. Utrera fué
el pueblo afortunado escogido por la divina Provi
dencia para servir de primer asilo á los Hijos de
D. Bosco, habiéndole cabido la gloria de esta pri
mera fundación al Excmo. Sr. D. Diego M. Santiago,
Marqués V. de Ulloa, cuyos ejemplos y virtudes
mantienen todavía viva su memoria y á cuya gene
rosidad y decidida protección se debe el que esta
fundación echara profundísimas raíces. E l Colegio
de Ntrá. Sra. del Carmen de Utrera fué abierto en
Febrero de 1881, y si bien en sus principios limi
tóse su acción á las escuelas elementales externas y
al Oratorio festivo, bien pronto pudo montar un Co
legio de 2 .* enseñanza, que hoy cuenta con casi 200
alumnos, y es uno de los mejores de la provind*
Más tarde los Salesianos se hicieron cargo del Asilo
de S. Bartolomé, en el que funcionan las clases elementoles externas y el Oratorio festivo, siendo nu
merosos los niños que frecuentan aquellas y éste,
todos ellos 6 en su mayor parte pobres, por lo que
á más del alimento de su inteligencia, reciben el
corporal que alivia en algo su indigencia.
SARRIA (Barcelona ). — Alma de esta fundación
que ha Uegado á ser centro de las demás de España
por su importancia y el desarrollo que en ella ha
adquirido la Obra de D. Bosco, lo fué, como igual
mente de la de Barcelona, de que hablamos á con
tinuación, la cristiana y nobilísima matrona Excma.
Sra. D.^ Dorotea Chopitea Vda. de Serra, á quien
los Salesianos apellidaron desde un principio su ma
dre, como dan el dulce nombre de padre á Don
Bosco, de quien aprendieron á dar aquel glorioso
titulo á D.* Dorotea. Y en verdad que lo merecía,
y que más que de gratitud era un deber por asi
decirlo de justicia en los Salesianos, pues desde el
ano de 1884 en que se dió comienzo á esta fundacion hasta el i8gi en que esta caritativa Señora
pasó á la eternidad á recibir la gran merced que con
sus heroicas virtudes y admirables y múltiples obras
de caridad se había conquistado, fué para los hijos
de D. Bosco madre solicita y cariñosa, desvelándose
por ellos y distinguiéndoles con tal amor y ternura,
que no parecía sino que fueran sus propios hijos.
La casa de Samá, que inició su vida con los talle
res, después de no pequeñas dificultades ha logrado
colocarlos á un grado de prosperidad más que reespecialmente la escultura cuyos preciosos y
artísticos trabajos son admirados de propios y ex
traños. A más de éste funcionan en esta Casa los
t^eres de ca^intería, ebanistería, imprenta, estereo
tipia, litografía, encuademación, dorado y decorado,
cerrajería, sastrería y zapatería. Existe también un
Colegio en que se cursan las clases elementales y los
^ s pnmeros años del bachillerato, y un floreciente
Oratorio festivo con escuelas diurnas y nocturnas. El
número de los niños internos pasa de 400 entre estu
diantes y artesanos.
BARCELONA. — En el populoso y necesitado barrio
de Hostafranchs abrióse la tercera Casa Salesiana
de España, una de las que mayores beneficios ha
prodigado y prodiga á no dudarlo á los pobres hijos
del pueblo. Titúlase
de S. Jas¿, é inaugu
rado en Marzo de 1890 con la asistencia del limo.
Sr. Obispo de la diócesis y del M. R. Sr. D. Miguel
Rúa, viose á los pocos días poblado de niños y de
jovenes obreros, los cuales fueron de tal manera
multiplicándose de año en año, que desde luego em
pezóse á sentir la necesidad de dar más v'astas pro
porciones al edificio. En la actualidad frecuentan
unos 700 niños las clases elementales y parte de la
segunda enseñanza, recibiendo muchos de ellos la
sopa y el vestido; de 800 á 1000 el Oratorio festivo
y unos 200 obreros las escuelas nocturnas. Su salóncapilla produce admirables frutos de salvación, vién
dose frecuentadísima por personas que en su mayor
p a ^ vivían antes completamente alejadas de toda
practica religiosa.
pedregales ó terrenos areniscos y áridos, se han
transfomiado por completo y abandonada su ma
leza se han llenado de árboles y plantas fructíferas
y cubierto con un manto de verdura. Los niños que
en ella reciben instrucción ascienden ya á unos ochenta, no podiendo recibir á otros muchos que lo
solicitan por las estrecheces del fabricado, aun no
acabado por completo por falta de recursos.
SANTANDER. — Fundada en 1892 merced á las
mstancias y generosidad del limo. Prelado, no ha
podido todavía esta Casa adquirir todo el desarrollo
que fuera menester por falta de local adecuado. Con
todo, las clases diurn.ns y nocturnas y el Oratorio
festivo se yen frecuentados por casi 300 niños y jóve
nes, y últimamente se ha comenzado á iniciar los
talleres con la instalación de una pequeña imprenta
que ha ya contribuido mucho á la difusión de la
buena prensa. En 1893 se compró un terreno de unos
ío.oqo m .' debido al generoso desprendimiento de
dos insignes Cooneradores D. Manuel Mazarrasa >
D. Manuel Canales, y comenzóse la construcción de
un Instituto y Talleres, que podrán albergar de 400
á 500 niños. Apesar del tiempo trascurrido, los tra
bajos se hallan notablemente retrasados por falla de
fondos. Una vez terminado serán á no dudarlo in
mensas las ventajas que reportará La Montaña para
la cristiana educación de su juventud.
SEVILLA. — El desarrollo y la importancia adqumdos en poco tiempo por la Obra de D. Bosco
en Sevilla han sido tales, que dejan suspenso el
ánimo y hacen presagiar un porvenir risueño lleno
de halagadoras esperanzas. Fundóse en 1892 el /«>
íituio de la Sma. Trinidad, y desde que abrió sus
puertas enjambres de niños, desarrapados en su ma
yor parte, llenaron sus escuelas externas y el Ora
torio festivo. Arraigada en el corazón de los sevillanos una tíerna y entusiasta devoción á María Auxmadora, dicho Instituto creció como la espuma, y
al presente cuenta con florecientes Escuelas de Artes
que compiten en laboriosidad é importancia con las
de Sarriá. En 1898 se fundó en la misma Sevilla el
Ituhtuto de S. Benito de Calatrava destinado á los
Hijos de María para el fomento de las vocaciones
eclesiásticas, y á Patronato de Obreros.
MÁLAGA. — En 1894 establecióse el Oratorio de
S. Enrique que cuenta con florecientes escuelas diur
nas y nocturnas y Oratorio festivo. En 1897 los Sa
lesianos se encargaron de nuevo del Hospicio de San
Bartolomé de la misma ciudad, del que ya tuvieron
la dirección por varios meses en i8«o, y á él tras
ladaron los niños internos y los varios talleres que
ya tenían establecidos en el anterior Oratorio.
VICO. — El Instituto de Vigo w abrió en 1804
debido á la caridad de D. Leopoldo Gómez. Apesar
de las muchas diflcultadcs que obstruyen su camino,
últiinamente pudieron los Salesianos bendecir una
Capilla provisoria que responde mejor á las necesi
dades presentes, y parte del ediñeio que construyen.
BÉJAR (S a l a m a n c a .) — Debido á la caridad de Ja
Sra. D.* Felisa Esteban Rodríguez, fundóse en 1895
esta Casa que está llamada á obrar un gran bien
clase obrera. Por el pronto funcionan un
Colegio de 2.* enseñanza, las cleses externas y el
Oratorio festivo.
GERONA. — Esta Casa situada á poca distancia
de la ciudad á orillas del río Ter, fué fundada en
1891 y está exclusivamente consagrada á la agricul
tura, para cuyo objeto dispone de extensos terre
nos y bosques, cedidos á los Salesianos por los alS. yiCEN S DELS HORTS (BARCELONA), — Desdo
baceas del Exemo. Sr. Marqués de la Cuadra. En el los primeros pasos que la Congregación Salesiana
relativamente corto tiempo trascurrido desde su fun- , dió en España, empezó á sentir la imperiosa nece
daaon, la mayor parte de sus campos, verdaderos . sidad de fundar un novícLio para poder for-
— as
marse un personal apto para el desempeño de nues
tros fines. Después de iz años de trabajos incesantes
se pudo poner manos á esta importantísima obra
abriendo esta Casa á principios de 1895. Pero son
tales las dificultades con que se tropieza y las estre
checes de la nueva Casa, que solo á fuerza de no
leves sacrificios puede seguir adelante. Comprado
ya un terreno anejo, sólo se espera que la caridad
de los españoles se despierte para poder fabricar un
edificio capaz y desahogado, y que plenamente res
ponda al altísimo fin á que se le destina.
BILBAO. — Enclavada esta Casa, abierta á fines
de 1897, en el centro de una extensa población obrera, incalculables han de ser los bienes que está
llamada á producir con el tiempo, como así lo en
tendió su piadosa fundadora D.“ Luisa Echavarri.
Y bien que el edificio no esté todavía ultimado, los
Saicsianos no se han cruzado de brazos y trabajan
en la posibilidad de sus medios y sus fuerzas en las
escuelas diurnas y el Oratorio festivo. Más tarde,
aumentando el personal y los medios, se establece
rán, como en la generalidad de las Casas anteriores,
los talleres y las demás obras salesianas que la ne
cesidad y circunstancias aconsejaren.
EClJA (Sevilla). — Inaugurada esta Casa en No
viembre de 1897, solo cuenta al presente con escue
las elementales y un floreciente Oratorio festivo.
CARMONA (Sevilla). — Lo mismo sobre poco más
6 menos podemos decir de esta Casa abierta igual
mente en el 1897.
F» O
R T U
O A L
BRAGA. — Aceptada después de vivísimas instan
cias la dirección del antiguo Collegio dos Orphaos
de S. Caelano, los Salesianos se establecieron por
vez primera en Portugal á flnes de 1894. En este
Colegio, á más de los estudios, existen las Escuelas
1‘rofesionales de Artes y Oficios, siendo casi 200 los
niños huérfanos que en ellas se educan.
LISBOA. — Existía en esta ciudad desde hacía va
rios años una Escuela de Ayíes y Oficios fundada
por una piadosa Señora, coadyuvada por Mons,
Cordeiro, que fué su primer director, y sostenida por
una junta de Señoras. Respondiendo á los deseos
expresados repetidas veces por estas piadosas damas,
los Salesianos tomaron la dirección de estas Escue
las á fines del 1896. Y para que las vocaciones sa
lesianas que el Señor se ha servido ya despertar
pudieran cultivarse como se conviene, en 1897 los
Salesianos abrieron la Casa de Noviciado en la
Quinta do Pinheiro situada á corta distancia de
Lisboa. Estas Casas dependen de la Inspectoría
Española.
A M L K I C A
ARGENTINA. — Iniciada la Obra Salesiana en esta
República sud-americana, la primera que dió gene
roso asilo d los hijos de D. Bosco, en 1875, como
ya hemos dicho al hablar de las Misiones, ha de
tal modo progresado, que hoy cuenta con más de
veinte establecimientos con capillas, colegios, talle
res, granjas agrícolas, oratorios festivos, etc. sin con
tar los que posee en los territorios que evangelizan
nuestros Misioneros, y que geográfica y políticamente
pertenecen á esta República. La casa central, resi
dencia del Inspector y la de mayor importancia por
las obras que desarrolla es el Colegio Pió I X de
Artes y Oficios de Almagro-Buenos Aires; á más
de ésta existen otras cinco Casas en la sola Buenos
Aires, las cuales educan en las clases elementales
y de 2.“ enseñanza, en los talleres, Oratorios festivos
etc. un número fabuloso de niños que se aproxima
á 3.500. En las provincias se han fundado casas en
S. Nicolás de los Arroyos — La Plata — Mendoza
— Bernal — General Acha — Sta. Rosa de Toay —
Victorica — Fortín Mercedes — Patagones — Ro
sario, que posee dos casas, como igualmente Uribelarrea y Bahía Blanca.
URUGUAY. — La necesidad extrema que de instruc
ción religiosa se sentía en la República del Uruguay,
en la que no existía ningún Colegio genuinamenie
católico, llamó la atención de los Salesianos, que
pasaron á esta República el año de 1877, habiendo
fundado de entonces acá colegios, escuelas de artes,
oratorios, etc. en Villa Colón — Las Piedras — Mer
cedes Oriental — tres en Montevideo y dos en Paysandú.
BRASIL. — Apenas el limo. Sr. Obispo de Río
Janeiro tuvo noticia de la Congregación Salesiana,
no dejó piedra por remover hasta conseguir que los
Salesianos pasaran al Brasil, como así lo hicieron
en 1883, habiendo fundado hasta ahora á más de
las Misiones del Matto Grosso, las Casas de Nictheroy, que es la más importante — S. Pablo —
Pernambuco — Guafatinguetá — Araras — Ponte
Nova — Ouro Preto — Cachoeira do Campo —
Campiñas — Ipiranga y dos en Lorena.
CHILE. — Abrióse la primera Casa Salesiana en
esta República en 1887, siendo ocho las que hasta
ahora se han fundado en Concepción — Talca —
Valparaíso — Macul — Melipilla — Iquique y dos
en Santiago, residencia del Inspector.
ECUADOR. — Antes de la revolución que tantos
males ha acarreado á ésta católica República, los
Salesianos, que llegaron á ella en 1888, poseían
florecientes Escuelas de Artes, Colegios y Oratorios
en Quito, Cuenca y Riobamba, que se vieron pre
cisados á abandonar. Amansada un tanto la furia
revolucionaria, los Salesianos han vuelto poco á poco
á ocupar sus puestos, encontrándose con la poca
grata sorpresa de tener que empezar de nuevo á re
construirlo todo, pues todo fué arrasado y destruido
por aquella, como no podía ser á menos.
COLOMBIA. — Un espectáculo nuevo y asombroso
tócanos ahora admirar al tratar de las fundaciones
salesianas en esta República, iniciadas en el 1890.
No contentos los Salesianos con haber fundado flo
recientes Escuelas de Artes, Colegios, Asilos y Oratorios festivos en Bogotá y Fontibón, é iniciado,
como en su lugar dijimos, las Misiones de los Lla
nos de S. Martín, en 1891 emprendieron una nobi
lísima campaña en favor de los seres más dignos
de compasión de la tierra, de los desgraciados le
prosos de que abunda esta República, tanto que al
gunos hacen subir su número á 30.000, y que yacían
casi completamente abandonados de toda asistencia
religiosa. El primero en preocuparse de la infeliz
suerte de estos desgraciados fué el R. P. Miguel
Unia, que murió en aras de su heroica caridad á
fines del 1895. Los Salesianos siguieron con entu
siasmo el impulso dado por el R. P. Unia, y no sólo
dirigen los Lazaretos de Agua de Dios y Contrata
ción, sino que con sus correrías y frecuentes predi-
— 30 —
cadones han logrado de tal modo interesar al Go
bierno y á los particulares, que muy bien puede
decirse que' la preocupación constante de todos los
colombianos consiste en aliviar moral y material
mente la suerte de los pobrecitos leprosos.
PERU. — Las fundaciones Salesianas del Perú comenraxon en 1891, habiéndose establecido hasta el
presente en Lima — Bellavista (Callao) — Arequipa
y Hojarredonda.
MÉJICO. — Esta República cuenta con dos flore
cientes Escuelas de Artes, Colegios, etc. uno en la
Capital fundado en 1892 y el otro en Puebla de los
Angeles en 1894.
VENEZUELA. — La primera Casa Salesiana de esta
República abrióse en Caracas el año de 1895; la
segunda en Valencia el mismo año y la tercera en
la isla de Curasao á fines del 1897.
BOLIVIA. —• Cuenta con dos florecientes Escuelas
de Artes, etc. una en La Paz y la otra en Oruro,
abiertas ambas á principios del 1896.
PARAGUAY. — También en esta República se fundó
una Escuela de Artes, Colegio, etc. en Asunción
este mismo año de 1896; en Concepción se ha ya
empezado la construcción de otra Casa, que ha de
servir con el tiempo de punto de partida para las
Misiones del Gran Chaco.
S. SALVADOR. — Ha sido la primera República
de Centro América que ha recibido á los Salesianos,
merced á las repetidas instancias del Excmo. Sr.
Presidente y del limo. Sr. Obispo. Por el pronto los
Salesianos, que llegaron á ella á fines de 1897, han
tomado la dirección de una Granja Agrícola j más
adelante desarrollarán todas las demás Obras Sale
sianas y se harán cargo del Seminario diocesano.
AMÉRICA DEL NORTE, — Después de extenderse,
como hemos visto, por las repúblicas sud-americanas,
pasaron los Salesianos en 1896 á la América del
Norte y establecieron su primera residencia en San
Francisco de California, la cual, dadas las condi
ciones de esta ciudad y los humildes principios de la
Casa Salesiana, puede confiadamente esperarse que
ha de llegar á ser con el tiempo una grande é impor
tantísima fundación.
Residencia del Capítulo Superior y raiz y centro
de todas las Casas Salesianas es el Oratorio de San
Francisco de Sales, de Turín. Para formarse una
•dea de lo que es en la actualidad este Oratorio, pre
ciso es imaginarse una pequeña ciudad construida
por partes, que va ensanchando sus límites á medida
que aumentan sus habitantes. Ocupa el centro la
grandiosa iglesia de María Auxiliadora, teniendo á
uno y otro lado grandes y capaces fabricados. En
los talleres no hay lujo ni por sombra; pero sí mucho
orden y diligencia. Cuatro motores de gas de una
fuerza complexiva de casi treinta caballos hacen fun
cionar las máquinas de los diversos talleres: diez
para imprenta, cinco para fundición de tipos, una para
la i»nadería con amasador mecánico, y las <« la
carpintería, cerrajería y encuademación surtida de
instrumentos y máquinas de última invención. Hay
además litografía, calcografía, taller de escultura,
sastrería y zapatería. En estos talleres se amaestran
en los diversos oficios de 400 á45o jóvenes de 12 á 20
años, no sólo de casi todas las provincias de Italia,
sino también de Suiza, Austria, Bélgica y de otras
partes. En el Colegio de 2.“ enseñanza más de 500
jóvenes hacen sus estudios superiores, preparándose
en su casi totalidad para ingresar, al concluirlos,
unos en los noviciados no sólo de la Congregación
Salesiana, sino también de otras Ordenes, y otros
en los Seminarios. Más de 6,000 sacerdotes ha dado
ya D. Bosco á la Iglesia y difícil es encontrar una sólu
parroquia del Piamonte donde no haya al menos un
sacerdote educado por Don Bosco. Pasan de t.íoo
los habitantes de esta pequeña ciudad infantil llcn.a
de vida y alegría; pam conservar la cual, á más de la
tranquilidad de conciencia, que es condición indis
pensable, y de la banda de música que en los días
más solemnes da agradables conciertos en una de
las extensas plazas del edificio, pues así podemos
llamar á los cinco grandes patios donde se recrean los
niños, el 27 de Enero de «89^ se inauguró solemne
mente el nuevo y grandioso salon-teatro, capaz de casi
4.000 personas, levantado según los modernos mo
delos de este género. En este hermoso teatro se reúne
esta numerosa familia casi todos los domingos y
fiestas del año, excepción hecha del santo tiempo de
cuaresma, para pasar unas cuantas horas alegre y
santamente, pues la alegría no está en manera alguna
reñida con la santidad.
Contiguo, aunque independiente, se haya el Ora
torio festivo de San Francisco de Sales, al que acuden de 700 á 800 niños externos. Tiene su banda
aparte, patios á propósito y un pequeño teatro. La
iglesia en que celebran sus funciones es la de San
Francisco de Sales, primera que edificó Don Bosco.
Este Oratorio nos trae siempre á la memoria los
tiempos aquellos en que Don Bosco echaba los pri
meros fundamentos de su obra. Los niños, ahora
como entonces, oyen por la mañana su misa, acer
cándose gran número de ellos á los Santos Sacra
mentos, asisten por la tarde á la explicación del ca
tecismo que por espacio de media hora y en secciones
separadas se Ies hace y después se dirigen á la ca
pilla donde en forma amena se les predica la divina
palabra, terminándose con la bendición con S. D. M .:
el resto del día lo ocupan en los juegos. Es incal
culable el bien que con estos Oratorios se hace á la
juventud, pues á más de tenerla alejada de los pe
ligros que se encuentran por las calles, se consigue
con la constancia, amor y trabajo reformar poco á
poco sus costumbres é inducirles á frecuentar los
Santos Sacramentos, fuentes de toda gracia y san
tidad.
SiipIi<‘afuoM
ú lo
d o s iitiOHlroH Coo|>ci>adoroH y l4*<>forcN
q u e propag-uoii lo iniÍH q u e pu«‘(laii «d
« O L E T I X S A E E S I A X O y el oon o c im ie iito d e la O b r a d e D . 1{uh<>o d a n d o
u n a ilim ita d a d ifu sió n e n tre
kuh
r e la
c io n e s d e fam ilia , amif^ros^ conu<ridos,
e t c . A E S T E I V Ü M E IIO , d el q u e m an
d a r e m o s g;ustosos y ag’r a d e c ld o s c u a n
to s e je m p la r e s s e n os p id an p a r a e s te
o b je to .
— 40 —
(^ N o t i c i a s
y V a r ie d a d e s
A rch icotrad ia de lo s d evo to s de M aría A u x i
liad ora. — Habiendo crecido siempre nuestro amado padre y fundador D. Bosco en el amor de la
Sma. virgen, á quien profesaba una devoción tiernísima, su vida toda no fué sino un himno de gloria
y alabanza á la Reina de los Cielos, tanto que el
pueblo con esa maravillosa intuición y buen sen
tido que le distingue, llamaba la Virgen de D . Bosco
á María Auxiliadora, bajo cuyo título él la
había colocado como protectora de sus obras.
En razón de esto, no bien hubo concluido
el Santuario de María Auxiliadora de Turín,
D. Bosco no descansó hasta que pudo erigir
canónicamente en él la Asociación de los
devotos de María Auxiliadora, cuyo objeto
es propagar la devoción á María Sma. bajo
tan consolador título, y el culto á Jesús Sa
cramentado. Su Santidad Pío IX la elevó
con Breve del 5 de Abril de 1870 á la digni
dad de Archicofradía y la otorgó grandes
favores, que su glorioso sucesor León XIII
confirmó y aumentó con Breve del 19 de Enero
de 1894. Con el mismo Breve S. S. concedía
á nuestro Rvdmo. Superior Mayor P. Miguel
Rúa, á ruegos de éste, la facultad de agregar
á la Archicofradía de Turín « otras Asocia
ciones del mismo nombre y objeto estable
cidas en las casas é iglesias de la Congrega
ción, cualesquiera fuera el lugar donde éstas
existiesen. » Pero no satisfecho todavía con
esta concesión el celo de nuestro Rvdmo. Su
perior Mayor, y deseando dar la mayor exten
sión posible á la devoción á María Auxilia
dora, dirigióse humildemente á la Sede Apos
tólica, y S. S. León X III con un nuevo
Breve del 25 de Febrero de 1896 se dignó
conceder y otorgar perpetuamente al actual
Rector Mayor de la Sociedad Salesiana y
á sus sucesores el que puedan agregar á dicha
Archicofradía otras Asociaciones del mismo
nombre é instituto en cualquier Iglesia ó Dió
cesis hayan sido canónicamente instituidas,
y comunicarlas todas las gracias concedidas
á la misma Archicofradía por la Sede Apos
tólica y que sean á otros comunicables.
Después de exhortar calurosamente á nues
tros lectores á inscribirse en esta Archicofradía
establecida en casi todas las Casas Salesianas,
les remitimos pi.r.i otros detalles al opúsculo E l Gran
Apóstol de la Nifíez en el siglo X IX .
P ia O bra dol S g d o. C o razón de J e s ú s en
B om a. — En el año 1879 el Papa León XIII con
fió á nuestro amado padre D. Bosco la construcción
de la Iglesia del Sgdo. Corazón de Jesús que se
levantaba en Roma en el sitio denominado Castro
Pretorio, junto á la Puerta de S. Lorenzo. El siervo
de Dios aceptó tan honroso encargo, y correspon
diendo satisfactoriamente á las esperanzas de Su
Santidad, en 1887 la iglesia construida y decorada,
lUé con espléndidas fiestas consagrada al culto divino.
A l tomar sobre sus hombros esta empresa, Don
Bosco concibió el generoso proyecto de fabricar junto
á la iglesia un Asilo de caridad, donde sin distin
ción de nacionalidades pudieran recogerse centenares
de niños pobres y abandonados, ó por otras circuns
tancias en gran peligro de pervertirse. Pero care
ciendo de recursos para levantar el edificio y sos
tener después el Asilo, con la aprobación de la
Santuario de María Auxiliadora en Turín.
autoridad competente fundó la Pía Obra del Sgdo.
Corazón de Jesús, cuyos Asociados, por la módica
suma de una peseta por una sola vez, tienen derecho
al fruto cotidiano y perpetuo : i.** de seis Misas que
todos los días se dicen en dicha iglesia por los
socios vivos y difuntos; 2.® de la recitación del Santo
Rosario y bendición con el Smo. Sacramento; 3.® de
las funciones que celebran los Asilados en su ca
pilla ; 4.® de todas las demás funciones extraordina
rias, novenas, etc. que se celebran en dicha iglesia
y capilla; 5.® de todas las oraciones y buenas o^oras
de los Salesianos y alumnos de sus Colegios, T a lle
res, Asilos, Oratorios festivos, Misiones, etc. — Para
mayores esclarecimientos sobre esta obra importan-
tísirna, puede pedirse el Programa especial á cual
quier Casa Salesiana.
P a s s o de D. B o sc o con lo s p r e s o s de T arín
— Existe en Turín una cárcel para muchachos me
nores de veinte años: La Getutala. Los detenidos
p « an la noche en celdas separadas , y durante el
día trabajan ora en la agricultura, ora en algún arte
aempre vigilados por guardias. Excusado es decir
las nnas, pendencias, revueltas, atentados contra
las buenas costumbres y demás deplorables excesos
aue allí ordinariamente ocurrían. Mas, confiada la
dirección por el Gobierno á la Sociedad de San
Pe<ko ad Vincula, obtuvo D. Bosco el permiso de
K a ensenar la reUgion á aquellos desgraciados:
instruíalos con el mayor afecto, confesábalos y en
las recreaciones se entretenía con ellos cual si fue
ran sus hijos amados del Oratorio. Los jóvenes pri
sioneros, al verse tratados con tan exquisita ternura, le miraban como á su propio padre, se em
penaban en expresarle su estimación y simpatía
y procuraban cumplir sus consejos al pié de la letra.
Don Bosco, con tal predominio, hacía cosas sorsobrenatiiral^
ciertamente parecen tener algo de
Dictando una vez los ejercicios espirituales á los de
tenidos, fué escuchado con tanta atención y cariñoso
respeto, y saUo tan satisfecho y edificado, que resolvió
obtenerles un premio por su buen comportamiento. A
este fin pidió al Alcaide que le permitiera dar con
aquellos jóvenes un paseo al parque real de Stupimgi (I). Para el pnsionero, un día al aire Ubre lejos
de los « ^ h o s muros que le encierran, es el solaz
®
®“ ejante proposición, el
Alcaide, dándole por loco, le negó su petición.
Pero Don Bosco, sabiendo por experiencia que para
conseguir grandes intentos no basta un paso, v aue
mas meritorio es el bien que mayores obstáculos
vence, dmpose al Sr Gobernador de Turín v le hizo la
misma suplica. El Gobernador estupefacto le preguntó— ¿me habla V. en serio? — Con toda seriedá^d, señor.
) le ruego que se digne otorgarme esta gracia. Larga
fue la en^vistó: por fin el Gobernador, excusándose
con la inflexibihdad del reglamento, concluvó por de' ‘í i
con el Ministro del Inte'rior.
El Ministro Urbano Rattazzi oyó, no sin extrañeza,
la solicitud; pero como quiera que ya conocía á
D. Bosco, contestó que deseaba verle. Se presentó
D. Bosco al Ministro con aquella actitud humilde,
^ncilla y franca, inalterable delante del pobre al
deano como del más ilustre personaje. Recibióle el
Ministro con gran cordiaüdad, y hablándole del aimposible.
— No, Excelencia: permítame insistir: las disposiciones de los presos son excelentes; seguro estoy de su
docilidad y de que ninguno burlará mi confianza...
Supo D. Bosco hablarle y persuadirle con tanta elo
cuencia. que al fin el Ministro otorgó lo que se le pedía.
Bien, le dijo, accedo á la petición de usted v le
proporcionaré cincuenta números de la policía secreta
que vayan á alguna distancia para que, si es me
nester, recurra á ellos.
r
i j
El Ministro había pronunciado estas palabras con
grave y blando acento, como si dejara completamente
satisfecha Ja petición. Pero Don Bosco le contestó:
— Agradezco profundamente la bondad de V. E.
con todo no me sería dable realizar así mi desco
la vista de la fueraa pública amargaría el placer dé
los agraciados. Nada tema V . E. Yo soy respon
dí) Stupinigi os una pequeña aldea de solo unas looo
situada nmto á Sangone, á cuatro m illas de T u rín .
.j
i
sable, y me someto á sufrirla prisión si ocurriere el
menor desorden.
“
v *"?®
escapársele alguno?
— Nq abngo el más mínimo temor.
Ocurrió entonces un fenómeno extraordinario • el
Ministro Rattazzi, deseoso de tentar la prueba, no du
dando quizá que fuera fácil coger de nuevo á los que
X fugaran, y más que todo inspirándole plena con
fiama las palabras de D. Bosco, aceptó la proposición
Da víspera de tan memorable suceso, Don Qosco
se presentó á los prisioneros y les dijo: « Hijos míos
vengo á daros una buena noticia: en premio de l,i
benevolencia que habéis usado conmigo; en premio
de la buena conducta que desde hace algún tiempo
venís observando; en premio, sobre todo, de vuestra
cqirespondencia á mis trabajos en los ejercicios es
pirituales, he visitado al Sr. Gobernador y al Sr. Mi
nistro y he obtenido la licencia de llevaros mañana
á paseo al parque real de Stupinigi. »
Los pobres jovenes al oir semejante nueva que
estaban bien lejos de esperarse, prorrumpieron en un
gnto atronador de sorpresa y de alegría. Restable
cida la calma, continuó Don Bosco: « Bien com
prendéis cuán grande es este favor, que por ve»
pnmera se os concede. *
’
i'
— ¡V iva Don Bosco! ¡Viva el MinistroI excla
maron todos á una.
— Sí, viva el Ministro; pero no os olvidéis de lo que
voy á deciros. Yo he empeñado mi palabra de que
todos vosotros, desde el primero al último, os por
tareis tan bien que no habrá necesidad ni de sol
dados ni de policías; he empeñado mi palabra de
que ni uno solo dejará mañana de volver á este
lugar. ¿Podré estar tranquilo? ¿Podré estar seguro
de que ninguno de vosotros intentará escaparse?
— S i, s í , puede V. estar seguro de nosotros; nos
portaremos perfectamente, respondieron unánimes.
Uno de los más adultos añadió: ¡Cuidado! que si
alguno intentara huir correría tras él y le estrujaría
como a un pollo. Y yo, dijo otro, le rompería la
cabeza con una piedra. No volvería vivo á casa, gritó
un tercero.
>6
— ¡Basta, basta! continuó Don Bosco; estas p*
labras son duras y están de más. Yo confío en cada
uno de vosotros; sé que me amais, y estoy seguro de
que no me habéis de dar disgusto alguno. La ciu
dad de Turín tendrá mañana puestos sus oios en
vosotros; cualquier falta de uno solo caería sobre
todos y particularmente sobre mí que os he alcan
zado este favor; me acusarían de imprudente v de
Iluso, que me he dejado engañar de las inconstantes
promesas de unos chiquillos. Por otra parte ; de
qué os aprovecharía una fuga? La policía la dcscubnna al día siguiente y la haría pagar con más
severa prisión. En cambio, vuestra buena conducta
w atraerá el aplauso general y os acarreará nuevos
favores. Pero aparte de estas consideraciones huma
nas, vosotros, hijos míos, habéis prometido á Dios
no volverle á ofender; El os mira desde el Ciclo
pronto para bendeciros ahora y en lo venidero. Vais’
pues, á darle mañana una prueba manifiesta de la
firmeza de vuestras resoluciones. Con que así, todos
en guacia; ninguna desobediencia, ninguna riña ni
altercado. ¿Me lo prometéis?
— Sí, sí, se lo prometemos, palabra de honor. V
sera nuestro general en jefe, añadió uno, y ya veri
como ningún general ha tenido soldados más fieles
y disaphnados.
Cuando D. Bosco les hubo dado las buenas noches
aquellos jovenes no cabían en sí de gozo
'
A la mañana siguiente después de misa, se abrieron
las puertas del presidio y salieron los trescientos de
tenidos radiantes de contento, guiados tranquü»
-
42 —
y paternalmente sólo por Don Bosco. No les acom
pañaba ni un soldado: todos iban sueltos y en com
pleta libertad. Agitábaseles la sangre en las venas
y en sus rostros se pintaba la más pura y apacible
alexia. El grande regocijo y la dulce satisíaccion que
respiraba el sacerdote que los acompaña, parecía
reflejarse en todos ellos, como las elevadas copas de
los álamos se reflejan sobre el verde fondo de cris
talino arroyuelo.
Jamás aquellos niños habían dado un paseo ni más
hermoso, ni que les hubiera hecho probar las suaves
y desconocidas emociones que entonces probaron.
Habían tomado el camino de Stupinigi, y llegados
allá se desparramaron por las sendas, por los prados
y los bosques del casUilo, se sentaban á la sombra
por cuanto V . ha hecho en favor de nuestros prisio
neros; pero desearía saber cómo alcanza V. sobre
ellos una influencia que ojalá le fuese posible de ob
tener al Estado.
— La fuerza que los sacerdotes tenemos, como
bien lo sabe V. E ., le respondió D. Bosco, es tan
solo moral; á diferencia del Estado que ordena^ y
castiga, nosotros hablamos principalmente al corazón,
y nuestra palabra es la palabra de Dios.
El Ministro debió comprender que la Iglesia posee
una misteriosa fuerza, superior á todo recurso hu
mano y á cuanto puede intentarse para abatirla.
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C o ra íd ri, 4 e J e s ú s en. U e p a a .
de los árboles y junto á las puras aguas del lago;
jugaban, saltaban, se divertían, comían y se entre
gaban al más delicioso pasatiempo y á la más tu
multuosa alegría. E l goce de la espansiva libertad
les había hecho olvidar la oscuridad y tristeza de la
cárcel. Describir las escenas de placer, las impre
siones de los muchachos en aquel día, es imposible.
Lo cierto es que no ocurrió ni sombra de desorden.
La gran preocupación de todos era llenar de tiernas
manifestaciones al buen Padre, por lo que como le
notasen un tanto de fatiga, descargaron al animal que
llevaba los cestos de las provisiones y en él montaron
á Don Bosco sin permitirle siquiera la molestia de
llevar las riendas. En cuanto á los cestos, los mismos
jóvenes se encargaron de llevarlos á cuestas.
E l Ministro esperaba con impaciencia el resultado
de la prueba. No obstante la confianza que Don
Bosco le inspiraba, no podía sentirse del todo tranquilo.
Por la tarde, de vuelta los jóvenes á la cárcel,
pasó lista el Alcaide: no faltaba ni uno.
Don Bosco sin perdida de tiempo fué á ver á
Raita:?i para darle cuenta del resultado.
Atónito el Ministro, le d ijo: Le quedo reconocido
PENSAMIENTOS.
— La Obra de D. Bosco es, á no dudarlo, extra
ordinaria y excede á las fuerzas humanas, pues no
se concibe que un hombre solo, desprovisto de me
dios materiales, un sacerdote pobre y humilde, haya
podido hacer en breve tiempo, que breve tiempo son
treinta 6 cuarenta años, las maravillas que asom
bradas contemplan Europa y América..... El dedo
del Altísimo se descubre patente en la Obra Salesiana, toda vez que su fin es Cristo, su regla Cristo
y Cristo el arma con que lucha, que va sembrando
por doquiera abnegación, mortificación y amor; y
que trabaja por la causa de Dios y no por los in
tereses terrenos del hombre.
S. S. L eox XIII.
— La Obra Salesiana es una obra extraordinaria,
merecedora de que se la llame sobrehumana á boca
llena. Sus frutos no son los que las obras de Sata
nás producen, á las cuales acompañan como cortejo
la soberbia, la ambición, el pecado, el vicio, y si
guen á manera de escolta la ruina, la perdición y la
muerte; son al contrario los frutos de las obras de
Dios, que siembran en las almas la paz, en las fami
lias el bienestar, en la sociedad el orden, y que esta
blecen y consolidan en todas partes el imperio de
la santidad. Ha venido la Obra Salesiana a satis
facer necesidades apremiantes de nuestra época desde
el punto de vista religioso y desde el punto de vista
social.
ILMO.
Sr .
y científica, todo regulado y saturado de la-piedad
cnstiana, es una apología viviente, un mentís solemne,
popular, fragoroso á los decantadores del progreso
humanitario, á la par que un maravilloso comemario
de aquell^ divinas palabras de san Pablo: Ai ¿iVdad es útil á todas las cosas.
ILMO. S r . J. R o s s i,
S p in o l a ,
Arz. de Sevilla.
— La Obra Salesiana es la gran tradición de los
monjes de todos los siglos", remozada y presentada
ai siglo actual en el traje del día, como remedio á
una de sus más congojosas enfermedades, cual es
la descrisdanizacion de las clases trabajadoras. Idea
grande, idea fecunda, que dará su resultado social
infalible, como lo ha dado siempre: pues no ha per
dido un punto de su eficacia lo que tan visiblemente
procede del espíritu de Dios.
F . Sa rda y Salvanv.
La Obra de D. Sosco con sus granjas agrícolas,
sus numerosos talleres de artes mecánicas, con sus
maquinas y con aquella animación y con aquel mo
vimiento de vida artística, agraria, literaria, religiosa
Ob. de Sanana.
— i Quién es, ó mejor, quien fué l). Hosco? Don
Bosco fu é la gloria de la hnimnidady porque por
el bien de ella sacrificó su vida entera: Don AV.v.v
/ a / la gloria de los sacerdotes, porque en sus palabr^, en sus escritos y en sus obras se ha mostrado
imbuido del espíritu do Jesucristo: Don Boseo es
la ¿loria de la Iglesia
de todos los Ordenes reli'
^osos, porque poseía su espíritu y sus vinuties v se
ha visto en él lo que puede la i-eligion en un hom
bre que obra por virtud del Esiiiritu Santo. Hijos
míos, hoy hemos honrado la memoria de un grande
hombre; el día de mañana levantaremos una Iglesia
á un gran Santo.
ILMO. S r . CATALA,
Ob. de Barcelona.
CLZLCL.
’f L
Et gran ApóstoJ de la niñez en el siglo XIX, ó sean, rasgos
^ g ^ fic o s sobre D , Bosco y Ix Congregación Sa/estana, por el
P. I creso J . M. Palom eque, de la misma Congregacioa.
Un volumei^ elegantemente impreso y con profusión de gra
bados, de XVI-i6o pág. - De venta al precio de i pta. en
^ ü c a y ISO encuadernado, en las Lib. Saiesianas. en la de
u . Juan Urabulosa, Barcelona, y principales católicas.
— Es un estudio curiosísimo para la historia v
para los católicos, hecho con sinceridad, con deta
lles, que por lo imparciales y verídicos hacen inte
resantísima la figura del gran don Bosco, apóstol
incansable de la fe, padre cariñoso de los desdichados
a quienes ilustró y socorrió, inculcándoles á la vez
ideas emanadas de la doctrina del Crucificado, fun
dando después la Sociedad Salesiana y sus talleres
que tanto fruto proporcionan á la sociedad v á la
religión.
Bspaiia Ilustrada, de Zaragoza.
— Nos ha proporcionado verdadero deleite la lec
tura de esta obnta, de las más completas aparecidas
hasta ahora, que pinta admirablemente al gran Don
Bosco y su prodigiosa obra. Es en verdad maravi
lloso y demuestra la eterna vitaüdad de la Iglesia
catohea, ver en medio de este siglo nuestro, tan aI^gado a los intereses materiales, que corre desa
lentado en pos de todos los placeres, que cada vez
^ rece más matenalizado y degradado, á un Don
Bosco, humildísimo sacerdote, desprovisto de todo
^ d e r y toda grandeza, llevar á cabo con el poder
de la fe cristiana su obra santa de educación/ de
relonna, de enseñanza que se extíende va por todas
las partes del m undo.....................
Con verdadera unción, m¿jor dicho, con ei a¿ior
del hijo al padre, refiere el hijo de D. Bosco la
biografía de este y todo lo referente á sú obra. Trata
del Oratorio de S. Francisco de Sales, de la Congre
gación Salesiana, del Escudo de ésta, de las Hijas de
Mana AuxiUadora, de las Misiones Saiesianas, de
p . Bosco y la buena prensa, de los cooperadores salesianos, del sistema educativo de D. Bosco, etc.
etc., con conocimiento de causa y con estilo elegante
y animador. Nuestras felicitaciones al piadoso autor.
Soluciones Católicas, de Valencia.
D. Sosco y su Obra, por d Obispo de Milo (limo. S r Don
Marcelo .Spinola y Maestre, Arzobispo de Sevilla). - En tela
1 pta. Lib. Salesiana-. y principales católicas.
Mas bien que biografía de D. Bosco es el presente
^ b a jo un magistral y profundo estudio filosófico
del Apóstol del siglo X IX y de su Obra. El dili
gentísimo examen que hace de ambos, estudiando
todas sus fases, ha contribuido poderosamente á
descubrir en toda su magnitud la misión que á este
su predilecto siervo confió la divina Providencia
misión que 61 cumplió con la abnegación y fidelidad
que lodos hemos visto; y á patentizar toda la capiul
importancia que encierra su Obra providencial El
nombre preclaro de su autor, por otra parte, debe
Mr para todos la más sólida garantía de las exce
lencias de este precioso opúsculo.
E n CMía Hooc'ioii aiiunofarcmoh Ion
libros <1<* loH onalCH mí» hom m ando al
monos un ojom plar oon íal i|uo no »e
aparten d e lo.s dogm as y m oral católlcros.
— 44 —
D. Bosco, por el Dr. Carlos D'Espiney. — O bra aprobada por
la Congregación Salestana. T raducida al español por Don
Camilo Ortúzar. — XVI-346 pág. a ptas. en rústica y a'5o
encuad. — Lib. Sal.
Es esta la primera biografía de D. Bosco que se
publicó en español, por lo que á su prioridad, reúne
el mérito que la da el nombre ilustre de su autor.
Grandes han sido los aplausos que ha recibido esta
obra, que se ha difundido extraordinariamente. El
autor narra los sucesos con fidelidad y acopio de
datos: determina las fechas y lugares en que han
sucedido, y nombra á las personas que fueron tes
tigos ú objeto de los prodigios que refiere, siendo
de notar que muchas de estas personas vivían todavía
cuando se publicó esta obra, y no sólo no hicieron
ninguna reclamación ó protesta, sino que todas rin
dieron unánime homenaje á la sinceridad y exactitud
de sus aseveraciones. Esto basta para recomendarla.
D. Botco. Amenos j preciosos documentos sobre su santa vida
y admirable.^ obras, compilados por un Cooperador Salesiaoo
(D. Camilo Ortúzar). ~ 350 pág. i pta. en rústica y 2 en
tela y corte dorado. Lib. Salesianas.
Las numerosas ediciones que de este precioso libro
se han hecho asi en España como en América, sor.
su mejor recomendación. La naturalidad y sencillez
que caracterizaban al malogrado P. Ortúzar, unidas
á los hermosos episodios, animados diálogos y va
riadas descripciones dan tal interés y novedad á la
lectura, que contribuyen admirablemente á cautivar
del todo la atención del lector, á despertar en él
verdadero amor al apóstol de la niñez en nuestro
siglo y á inspirarle vivo aprecio por sus obras.
María Auxiliadora en Sevilla, 6 sea, maravillas de la Virgen
de D . Bosco coleccionadas por el Salesiano D. Pedro Ricaldone. Pbro.
L a Virgen de D. Bosco, preciosa colección de gracias y fa
vores alcanzados por la intercesión de M aifa Auxiliadora,
muy eñcaces para avivar la fe y devoción de los ñeles; reu
nidas por el Salesiano D. Camilo Ortúzar, Pbro. — Lib. Sa
lesianas.
Donde quiera que los Salesianos han plantado sus
tiendas, ha florecido y se ha arraigado la devoción
á la Sma. Virgen bajo el consolador título de Auxilio
de los cristianos. Y no podía ser á menos; pues por
una parte cuanto son y cuanto hacen los Salesianos
á María Auxiliadora se lo deben todo, y por otra
esta benditísima y tiernísima Madre ha dispensado
á manos llenas sus favores á los devotos que bajo
este título la han invocado. Puede decirse que el
adelanto é incremento de las Casas Salesianas guarda
proporción con el arraigo de la devoción á María
Auxiliadora. A la vista está el maravilloso vuelo
tomado en menos de dos años por la Casa Salesiana
de Sevilla; y que la devoción á nuestra celestial
protectora haya arraigado profundamente en el co
razón de los sevillanos, elocuentemente nos lo dice
el primero de estos opúsculos, que no es otra cosa
todo él que un himno de gratitud que todos ellos
elevan al trono de María al rendirla pleito homenaje
por los favores de todo género que les ha prodigado.
A la sencilla y encantadora narración de estos fa
vores precede la bien escrita y completa relación de
los cultos con que los sevillanos honraron á María
Auxiliadora al recibir su imagen en 1895.
El segundo opúsculo es una prueba patente de lo
que decimos al principio; pues si el primero lleva
impreso un sello regional, pues se limita á la pro
vincia de Sevilla, este otro abraza todo el mundo,
por así decirlo, pues relata gracias y favores extra
ordinarios concedidos por María Auxiliadora á cuantos
han invocado su nombre sacrosanto, ya sean de una na
ción ú otra, bien del Antiguo ó del Nuevo Continente.
Recomendamos encarecidamente á nuestros lecto
res ambos opúsculos como medio eficacísimo para
propagar la devoción y aumentar la confianza en
nuestra queridísima Madre María Auxiliadora.
S TJ M A R I O
I m portantísim o . — E l R. P. J uan B osco. — E l R. P. M ig u e l R úa . — C ooperadores Salesianos . —
O bras de D. B osco . — Misiones S alesia na s . Vicariato Apostólico de la Patagonia Central y Septentrional
— Prefectura Apostólica de la Patagonia Meridional y T ierra del Fuego — Vicariato Apostólico de Méndez y
Gualaquiza en el E cuador'— Misión del Matto Grosso en el Brasil — Misión de los Llanos de S. Martín en
Colombia. - G racias d e M aría A u xiliad o ra . — F undaciones Sa lesia n a s . — N o ticia s y V a ried ad es .
— B iblio g rafía .
Cr,7h,f^^s. El R. P. Juan Bosco — Margarita Occhiena. madre de Don Bosco — Oratorio de S. Francisco de
Sales. l 84fr$6 - El R. P. Miguel Rúa - Fac-sfmile del Diploma de los Cooperadores Salesianos — Casa donde
nació D. Bosco — Sor María Maxzarello — limo. Sr. D. Juan Gagliero y dos indios de la Patagonia — Misiones
Salesianas de la T ierra del Fuego — limo. Sr. D. Santiago Costamagna — Indio Jíbaro — limo. Sr. D. Luis
Lasagna — Indios Coreados de la Colonia Teresa Crisiista — Santuario de M aría Auxiliadora en T urln — I.
glesia del Sgdo. Corazón de Jesús en Roma.
Con aprobación de la Autoridad Eclesiástica. Gerente : JOSÉ GAMBINO — Turín — Tipografía Ralp-gíana,
INSTITUTO
D E LAS
HIJAS DE MARIA AUXILIADORA
El objeto de este Instituto, fundado por Don
Bosco, es atenderá la cristiana perfección de sus
miembros y a la salvación de las almas, cuidán
dose especialmente de la cristiana educación de
las ninas.
A este efecto las Hijas de María Auxiliadora
dirigen escuelas, colegios, asilos, escuelas domi
nicales, laboratorios y oratorios para las niñas
pobres en las ciudades, aldeas y misiones ex
tranjeras.
CONDICiONES PARA LA ADMISION DE ASPIRANTES.
Observación. — En caso de que una Her
mana por enfermedad , ineptitud ú otro mo
instituto después dr
la toma de Hábito, <5 bien falleciera .antes dv
hacer los Santos Votos, se devolverá á su fa
milia el ajuar según el inventario hecho al in
greso, y en el estado en que se hallare, con
tal que se pueda extraer de la dote lacantida<¡
de 15 ptas. mensuales por el tiempo transcurrida
en el Instituto, que no se hace responsable si
taita alguna prenda de ropa señalada en el in
ventario antes dicho.
que deseen ingresar en el Insti
Dirección. — Las peticiones para ingresar
tuto de Mana Auxdiadora han de ser de padres
legítimos, t^ner laudables costumbres, buena en el Instituto se pueden dirigir al Rdo. Sr.
índole, sincera disposición á las virtudes propias D. Miguel Rúa, Rector Mayor de la Pía Socie
del Instituto, una sana constitución física v dad S .Iesiana Cotlolengo, 52, Turín (Italia) o
cabal salud.
^
L x S rl
A tal efecto presentarán:
*’o
nacimiento y bautismo.
2.
Certificado de irreprensible conducta li
brado por el Párroco respectivo.
CONDICIONES PARA LA ADMISION
.
del médico en que conste
DE EDÜCANDAS
haber sido vacunada, no padecer enfermedad
alguna, carecer de cualquier defecto físico y no
La enseñanza
los.i cursos elemen
ciernen,
.-------- abraza iw
padecer
algunaucjcuicana.
hereditaria.
A o su familia enfermedad»*5uua
H aber cursado Jas clases elementales <5 tales y superiores, francés, piano y otras clases
por lo menos las del propio pueblo, y no tener dese¿en"°
alumnas cuyos padres lo
menos de i8 años de edad, ni má^ de 2c.
HpIí?**
aspirantes pagarán por trimestres adelantados la pensión mensual de 30 ptas du£nto
de'tomar el
rezadl. será abonado com
^ o entero.
pezadoO
“ es em-
/iprf'k
^as Hermanas conservan los
derechos civiles llevarán en dote cuanto les ner
tenec de f.^üia; y la cantidad serl de^er^miInstLlo
ios Sui>er¡ores del
Instituto en el momento de la admisión, y se
S «abito,
¿ibito ó
f antes de la Profesión. dela’ l L a
7 * elevará cada cual el ajuar según el oroE í iT
uÍ
^
indicará la^Superiora
a n ii? ="!‘'^ / = P ‘'°P°'-aonarIo mediante
• Respecto á la edad, dote y ajuar se nuede
ímlo
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-pirante tívYem
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maestra, <5 notable habilidad en las
abores de costura y de adorno.
2.“ Pero en lo que las Hijas de María Au
xiliadora ponen mayor empeño es en acostum^
vida de familia, ense
nándolas á ser buenas amas de gobierno, á
valerse por sí mismas y todas aquellas habili
dades propias de la mujer, tan necesarias para
una madre de familia y que tanto la realzan
a los OJOS de todos.
1=,
alumnas d^en presentar á su entrada
la ft de Bautismo y Confirmación y certificado
de haber sido vacunadas y ser de ejemplar conducta. No se acepta a las ninas que hubieren
sido expulsadas de otros colegios, ó bien tu
vieren ciertos defectos físicos ó morales que pudieran ser de perjuicio á Jas demás alumnas.
4 - filamente los padres ó sus representan
tes pueden visitar á las alumnas; cualquiera otra
persona deberá presentar una autorización de
los mismos.
5.® Para la pensión, equipo, etc., pueden
pedirse programas á cualquier Casa de las Híias
de María Auxiliadora.
’ '
PROGRAMA
PARA NORMA D E LOS ESCO LARES, DE LOS QUE LOS CULOCAN EN
LA
OBRA D E M A R IA A U X IL IA D O R A
Y
de
los
que
D ESEAN B R E V E S N O TICIAS SOBRE É ST A .
Objeto de la Obra.
Estudios.
I®. L os estudios comprenden las huma
nidades hasta la filosofía exclusive. L a en
señanza extiéndese tan sólo á la lengua
nacional, latín, historia, geografía, arit
mética, sistema métrico y elementos del
griego.
2.
® Exclúyese de estas clases á los que
no tienen la edad indicada ó no intentan
Aceptación.
consagrarse al estado eclesiástico.
3.
® L a pensión es de 300 pesetas al año
i.° T o d o alumno debe pertenecer á hon
que se pagan en cuatro porciones, por
rada familia, ser sano, robusto, de buen
trimestres anticipados, ó de 800 pesetas
carácter y de j 6 á 30 años de edad (i).
por el tiempo de dichos estudios.
Son con preferencia admitidos los que es
4.
® Con esta cantidad se satisfacen los
tán exentos del servicio militar ó tienen
gastos de los cursos mencionados, com o
probabilidad de serlo.
también la enseñanza del canto llano, mú
a.° Debe asimismo acompañar un certi
sica, declamación, los del alimento, alo
ficado en que conste que es de ejemplar
jamiento, médico y peluquero. Quedan á
conducta, qu e frecuenta las funciones pa
cargo de los alumnos el vestido, calzado,
rroquiales y los Santos Sacramentos, que
reparaciones, medicinas y libros. P or el
tiene decidida voluntad de abrazar el es*
lavado se abonará una y media peseta al mes.
tado eclesiástico y que ha cumplido el
5.
® E l alimento será; en el almuerzo y
estudio de los cursos elementales.
meriendapan suficiente; en la com ida sopa,
3.
®Debe además presentar la fe de Bau vianda, vino, pan cuanto se quiera; en la
tismo, un certificado de haberse vacunado
cena sopa, manjar, pan sin restricción.
y de si no le es posible pagar al menos en
Frovisiones.
parte los gastos que indica el Programa.
4.
® N o se saldrá á vacaciones, debiendo
L os escolares vestirán traje de secular
tomarse el necesario descanso en el C o
y no usarán uniforme alguno. A l entrar
legio ó en otro lugar escogido al efecto
traerán dos trajes de verano y dos de in
por los Superiores.
vierno; el uno para los días feriales, el
5.
° Term inados los estudios de huma
ot’’o para los de fiesta y salida de casa.
nidades, cada alumno queda en libertad
Además deberán llegar provistos al me
de hacerse religioso, de consagrarse á las
nos de 6 camisas, 4 sábanas, cubiertas y
misiones extranjeras ó volver á su respec
colch a para la cam a, i alm ohada con tres
tiva diócesis para pedir á su propio dio
fundas, 6 pares <le medias, 3 pares de
cesano la facultad dé vestir el hábito cle
calzoncillos, 1 camiseta ó jubón de in
rical. En este último caso el Director de
vierno, 8 pañuelos, 4 toallas, 2 pares de
la Obra se apresurará á escribir al Obispo
zapatos, 2 sombreros ó gorras, r baúl, i
recomendándole humildemente al candi
colchón de i m. 75 cms. de largo por
dato á fin de que según su mérito sea
o, 70 de anche.
benévolamente acogido.
E l establecimiento suministrará catre
con el respectivo jerg ó n ; por lo que se
(t) Tam birn se reciben personas de más de treinta
años, sirnipi e que hayan hecho algunos estudios de se
pagará tan sólo una vez, pero sin derecho
gunda enseñanze.
á retirarlo, 12 pesetas.
E l objeto de la Obra es el de fecoger
á los jóvenes con voluntad decidida de
hacer los estudios de las letras en un cur&o
destinado especialmente para quienes se
proponen abrazar el estado eclesiástico.
ir. B
. ] .na peticiones para la aceptación se dirigirán.ai Rdo. Rector Mayor de I.a Congregación
S.a1csiana, Don Miguel Rúa, T utín (Italia), Coltolengo, 3a, ó al Sr. Director de cualquier Casa
Salesiana.
-
Fecha
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1898.01