-
Título
-
BS_1896_12
-
Descripción
-
Boletín Salesiano. Diciembre 1896
-
extracted text
-
AlíO X I — N. 12.
e—
9
fi______________
PUBLICACION MENSUAL
CottDiBngo, 32 <s> ]=Ie d a c c i ó n
DICIEMBRE de 1896
~MOi^
y
^Ad m i n i s t r a c i ó n
“ ■2>¡'^
❖
Turín (Italia)
-,„,___ -'nTi
UESTRO m uy amado Superior R dmo . P. M ig u e l R úa , lo s Sale sia n o s y su s num erosos niños fe lic ita n y ofrecen su s a fe c
tu osos resp etos á nu estros muy am ados y benem éritos Coo___ p erad ores y Cooperodoras, d eseá n d o les gue p a sen con l a m a
yor fe lic id a d la s inm inentes P a sc u a s d e N a v id a d y P r in c ip io
DE A ño
nuevo.
En n u estras d ia r ia s oracion es y sob re todo, en la s ferv o ro sa s
com uniones y oraciones de esto s san tos días, nu estros m ás ardientes
votos s e elevarán, por m edio d e M aría A uxiliadora a l trono d e l
A ltísim o, á fin de que S. D. M. becbo niño por nosotros se digne
derram ar s u s m ás cop io sa s y fecu n d a s b end iciones sobre la s fa
m ilia s y sob re lo s in ter e se s de nu estros qu eridísim os (^ o p era d o r^ ,
que con tan in sig n e bondad y g en ero sid a d cooperan con su s inñ u en cia s' y riquezas a l b ien esta r tem poral y eterno de l a juventud tan
n e c esita d a en n u estros d ías, y que form ará l a so cie d a d de mañana.
¡Que e l Señor le s pagu e con creces en é sta y en la otra v id a
su in a g o ta b le ca rid a d !
t
t
25á
AVISO IMPORTANTE
Para secundar los deseos de
nuestros numerosos Cooperado
res de Polonia, anunciamos con
sumo placer que en la segunda
quincena de este mes se publi
cará un número preliminar del
B o l e t ín
S a l e s ia n o
P olaco ,
empezándose después á publicar
regularmente, desde Enero del
próximo año de 1897. Los Coo
peradores que desearen recibir
el Boletín en dicho idioma, po
drán dirigirse á la Redacción en
Turin, Cottolengo 32, ó á cual
quier Casa Salesiana.
Confiados en la divina Provi
dencia, que jamás nos faltó, y
en la exquisita caridad de nues
tros beneméritos Cooperadores,
emprendemos gustosos esta nue
va publicación, á pesar del au
mento de gastos que nos ocasio
na, á fin de extender siempre
más la buena prensa y contri
buir asi á la salvación de las
almas, nuestro objeto principal.
RKSPERIM
de nucYoa Misioneros Salesianos
L dominico 11 do Octubre
1>. p. partió de T arín un nu
meroso grupo de Salesianos
para España y Portugal, con
con el objeto de reforzar
___________ el personal de las Casas ya
existentes y fundar una nueva en esta
últim a nación.
Y a desde varios años deseaba Lisboa
los H ijos de D on Bosco, y finalmente este
año han podido éstos ir para fundar en
dicha capital la prim era Oasa Salesiana,
siendo ya la segunda en el Iteino de
Portugal.
Pocos días después tuvimos la dicha
de asistir nuevam ente á la conmovedora
ceremonia que, cada año vemos renovarse,
de despedida de Misioneros Salesianos,
y que ta n nuevas y saludables impresiones
produce siempre en nuestro ánimo.
Tuvo ésta lugar el último día del mismo
Octubre eu el majestuoso, y devoto San
tuario de María Aitxiliadora eu Turin,
donde se celebró una especiai y solemne
función, ])residida por el Excmo. ó limo.
Sr. Arzobispo de Turin, para la partida
de 60 nuevos Misioneros entre Salesianos
ó H ijas de María Auxiliadora, destinados
á Venezuela, Uruguay, Paraguay, Ar
gentina, Patagouia, Colombia y S. Erancisco de California en A m érica, y á
A lejandría y Cabo de buena Esperanza
en Africa.
Los Cooperadores y Cooperadoras de
la ciudad y alrededores, previa invitación
de nuestro Edmo. Superior General P.
M iguel Kúa, concurrieron en gran número
á presenciar la sagrada ceremonia. Los
misioneros colocáronse,como de costumbre,
en el presbiterio de frente al altar mayor
y las H ijas de María A uxiliadora fuera,
en la parto del Evangelio; dióse principio
á la función con breve lectura.cspiritual,
y acto seguido subió al i»úlpito nuestro
querido hermano misionero P. Eederico
Buril i, quien hablando consum a sencillez y
graiuleafecto, expúsola importancia de las
misiones, la extensión de las Misiones Salesianas, el sacrificio de los misioneros y
el modo de ayudarles. Su elocuente palabra
conmovió grandem ente los ánimos de los
circunstantes. Siguióse el canto de escogi
da música con la bendición del Smo. Sa
cramento im partida por el Sr. Arzobispo,
quien después de recitadas las oraciones
de los caminantes, dió su bendición á los
M isioneros, dirigiendo al mismo tiempo
á la numerosa concurrencia de Coopera
dores y pueblo, su elocuente y acalorada
palabra.
« Turineses, 61 dice, vosotros habéis ve
nido aquí en gran número, para asistir á
esta solemne función y ver á estos vale
rosos axióstoles, sacerdotes y seglarea
hombres y mujeres que dan el adiós á
su imtría para irse á lejanos países. Estos,
para salvar la propia alma, van en busca
del alma de sus hermanos qne gimen
todavía en las tinieblas de la muerte,
para hacer que resplandezca á sus ojos
la luz de Dios.
« Así debemos nosotros procurar, á imi-
— 255 —
tación suya, la salvación de nuestros lier- cuando no fuera la más autorizada de todas
manos. Nosotros no hemos sido llamados por su origen divino.
Y como lo dijo el Angel, así se cumplió,
al apostolado, j)ero como h a dicho S. S.
León X I I I , en estos tiempos no debe ó mejor, así lo han ido cuiuplieiido una tras
otra todas las generaciones. Todas, lectores
haber ni siquiera u n cristiano que no sea míos,
todas; aún la de hoy, tan fría, xiosiun apóstol.
tivista y metalizada como la vemos.
« Todos tenemos camjjo para obrar el
Es alegría de real orden, esta que en t ales
bien ayudando con la oración ó con la días experimenta el mundo. Con la diferencia,
limosna á esta Obra Salesiana, beudecida empero, de que así como los otros regocijos
por el Papa, bendecida por ios Obispos, de real orden terrena no pasan de la super
ficie exterior, porque no alcanzan miis allá
bendecida en los dos hemisferios
Despídese por último de los Misioneros, loa decretos de los reyes de la tierra, estos
saludándoles afectuosam ente, ó incierto de real orden divina le salen al mundo, casi
darse cuenta él mismo, de lo más recón
de poderlos ver tornar á su p a tria , les sin
dito del corazón, porque hasta allá extiendo
«lesea una mies fecunda, les promete ora su jurisdícióu la soberanía de Dios.
ciones, y les anim a á sufrir con valor
Tributo de regocijos ¡hermoso señorío I le
todas las penalidades que pudiesen en ha impuesto el Eterno Padre al mundo en
contrar, exhortándoles á acordarse, en sus el auiversario del Nacimiento de su Uijo
aflicciones, del solemne momento de su Jesús. T el mundo obedece y se alegra, por
despedida para cobrar así nuevos b río s, que asi se lo ha ordenado quien puede, así
hasta que, después de algunos años de fa se lo ha exigido imperiosamente su soberano
tigas, pudiesen todos ingresar en el Reiuo Dios y Señor.
Gaudium magnum ! ¡ sí, inmensa alegría,
bienaventurado y eterno del Cielo, como que/ es
otra de las pruebas de la divinidad
él les deseaba.
del glorioso Niño, como lo fuera á su muerte
Terminóse la función con el abrazo de el luto y estremecimiento universal de toda
despedida á los Superiores que con ro la naturaleza!
quete asistían en el presbiterio, y no es
Porque, decidme ai no. A este mundo frío,
para descrita la conmoción que en aquel positivista y metalizarlo, como decíamos poco
momento invadía los ánimos de todos los há; á este mundo que apenas sabe ya en
presentes, y especialmente «le ixuestros tusiasmarse ó alegrarse, por cosa alguna de
que ve con sus propios ojos y palpa con
carísimos hermanos, quienes al despedirse las
sus propias manos,^ ¿ de dónde ba de venirle
do nuestro Rdmo. P . Rúa recibían un gozarse y entusiasmarse y sentir, como un
último consejo, recuerdo postrero que el niño, hondos estremecimientos de júbilo en
amante ixadre daba á sus hijos a l sepa sus entrañas, por otro Niño que allá, hace
rarse de ellos eu esta tierra.
la friolera de diez y nueve siglos, nació á la
¡ La bendición del Señor, la protección mitail de una oscura noche de Diciembre en
de María Sma. Auxilia«lora y nuestras un viejo y destartalado portal! il)e dónde
fervientes preces acompañen á estos nues at mundo, tan mundano, pecador, altivo,
tros queridísimos hermanos en su largo sensual y fantasioso, eutusiusmarse con apajas, solazarse con aquellas bestias,
y penoso viaje, á fin de que lleguen sanos quellas
arrodillarse con aquellos pastores, poetizar
y salvos á su destiuaci«;)nl
é idealizar aquel ruin pesebre, trocar eu
primera columna miliaria de la historia las
toscas piedras de aquella covacha, y x>oner
por punto de partida de sus anales el, hu
manamente hablando, vulgarísimo sucoso que
en ella tuvo lugar!
Y ¿á qué amar tanto á ese Niño unos, y
á qué odiarle tanto otros, si es uu mero
?»> -« a
personaje histórico! ¿ Se aman por ventura
ó se odian asi los demás personajes histó
íjOLE el Angel á los pastores de ricos, por favorable ó desfavorable concepto
Belén, y no jxodía errar, porque que hayan merecido sus virtudes ó sus crí
menes al género humano! ¿Quién ama boy
de parte de Dios se lo decía:
« Os anuncio una grande ale- á Sócrates ó á Platón con esa afección real
-- ______ , gría {gaudium inagnum)^ que ha y verdadera que se llama real y verdadero
de serio igualmente para todo el pueblo. T amor! ¿Y quién odia á Nerón ó á Oaligula
con esa aversión real y verdadera que se
es, que 08 ha nacido hoy el Salvador. »
Así lo refiere textualmente la más fidedigna llama verdadero o«iio! Nadie, por cierto. Y
de las historias, la que fuera respetabilísima por tal Niño como el nuestro se sienten hoy
por sus meras condiciones humanas, aun todavía esos verdaderos y profundos amores,
256 —
pues hay quienes por Él realizan arduos sacriücios, hay quienes ti Él consagran toda
su Tida^ hay quienes por Él se someten á
los más crudos tormentos y á la muerte
misma. Vive entre nosotros, y en nosoti'os
influye con la misma vida y con igual in
fluencia con que vivió é influyó hace mil
ochocientos noventa y seis años; vive no en
las páginas muertas delliistoríador, no en los
postizos y calculados efectos del drama, no
en la artificiosa pompa de los períodos retó
ricos, sino en lo más íntimo de la conciencia
individual social, y en los más ocultos re
sortes (lol alma, siendo su nombre el móvil
más eih^az de las acciones humanas, y su
fe y su ley el problema más palpitante y de
actualidad entre todos los de los siglos. Siendo
este Niño, á diferencia de los demás puros
hombrea, contoinporáiioo de todos los tiemi)os,
sin pasado y sin porvenir, porque todos los
siglos llena y domina con idéntica presencia
real y con igual majestuoso señorío.
Tributo de infantiles alegrías le rinde cada
año el género humano, como si en medio de
su rudo batallar le serenase Él á su vez cada
año por este tiempo con una de sus infan
tiles sonrisas.
Devolvédsolíis con amor y carino entra
ñables, ¡ oh hijos del pueblo cristiano! P a
gadle de veras y como Él desea ese amo
roso tributo dol corazón. ¡Es Navidad; ¡Es
el primer vagido del Hijo de Dios, trocado
en placentera efusión suya sobre nuestro
valle de lágrimas! ¡Es á través de las nie
blas y cerrazón de acá, un rayo inefable y
embriagador de las eternas alegrías del pro
metido paraíso!
Celebró con especial devoción el jubileo patro
nal de San José (15 de diciembre). Be nuevo
lució su voz suave y armoniosa en los á solos
de la Misa de aquel día, como antes lo había
hecho en los cánticos sagrados de todo el mes
de María y en el tierno Adiós con que se con
cluye la fiesta de la Inmaculada ofreciéndole
el corazón. También tomó parte en la zarzue
la y coros de la solemne distribución de pre
mios del Colegio de Sta. Catalina; y se pre
paraba co7no protagonista á representar y cantar
en los p7-emios del Colegio IHo JA”, en los que
le esperaban los ¡^rime^-os y 7)iuy merecidos aplartsos. Pero, hé aquíqueel miércoles, 18 de Di
ciembre, amaneció C07i fuertes dolores cólicos
y se declaró luego 7C7ia perito)iitis fulmi7mnte.
É l mis77io i7ia7i)festó el deseo de 7-econciliarse
con 87Í director espiritual y 7’ccibió C07i señales
de afecto la Bendición de María Auxiliadora.
Bastaba nombrarle Ma7'ia Sm a.para quepronto
sonriéndose la Í7ivoca7‘a con alguna jaculatoria.
A un maest7'o suyo, sacerdote, encargó con ins
tancias que se acordara de él especialmente
en la Sta. 2Iisa que iba d celebrar. A7inque
se vigilaba para que S7is co7npañeros oto le mo
lestasen con sus' visitas, con todo varios alcanzaron verle y saludarle, y él les recoinoidé
que rezasen tres Avonarias según S7(, inieiición.
A pesar de la asistc7icia y c7iidados conti
Jior primorosa debía ser trasplan
tada al Cielo antes q)te la malicia
del mundo la ajase. Todo lo iba disLuisito para terminar bien el año.
Entonces empezó como una romería de niños
ál cuarto
él buen Luis acababa de fa
llecer; se rezaba, se hablaba de sus virtudes, se
buscaban sus recuerdos. Durante las horas de
nuos del facultativo, el jueves 2)or la
se conoció que la e7ifcrmedad iba á toicr un
fa ta l desc7Üace. Todos sus co77ipañc7'os se tio’naban
el A lta r co7i devotas visita s; Jos de
la Gof7'odía 7'czahan el Oficio del SS. Sao'amento, y en la Capilla de 2íaría A^ixUiadm-a
se cclch7'aba la Misa 2)ara el enfer))io. Éntre
taoito dos sacei'dotcs que le asistían 7iotaro7i que
casi instintivamente Luisito juntaba las víanos
y 07'aha: sólo se le veía 7)wver los labios sin
oírsele las palab)'Os hasta que proniaició con
voz clara «ahora y C7ila ho)'a de 7iuestra muer
A L O S Ñ IÑ O S
te. » Nunca había dado señales de co7iocer
su estado, y casi se dudaba si tenía pl$7io conociviiento •, pero era el momento en que por
últim a vez rezaba la stre s Avem arias que había
ofrecido á su celestial Madre. Y la reiría del
cielo le asistió en aquella últim a hora, pues
pudo recibir el Santo Viático y la Santa Un
LUIS TESTA
ción con seriales de piedad: repitió varias ve
&CABAD0 MODELO DE INOCENCIA Y YIRTDD
ces, besando el crucifijo: ¡ Jesrls mío, miseri
cordia! y otras jaculatorias; y mient)'as se le
rezaban las letanías de los agonizantes como
V II y último.
p o r instinto repetía con los demás — or-a pro
eo. La muerte apareció sin sus acostumbrados
Cae enfermo — Ansiedad de sus compañeros — Re
hor'rores: espiró, componiendo su rostro en sua
cibe con verdadero fervor los SS. Sacramentos —
ve sonrisa, a las 11 y 15 de la mañana rode
Admirable tranquilidad — preciosa muerte — Ex ore
ado de los sacerdotes y hermanos y varios ainfantium perlecisti laudem — El más cumpido elogio
migos
profundamente conmovidos al ver el vue
de Luis Testa — Reflexiones.
lo de este ángel al cielo, tan rápido y tan
apacible.
ABÍA llegado ya la hora en que esa
jpometu
257 —
recreo, suspendidos en varios puntos los ruidosos juegos, se oía d uno narrar cómo lo ex
citaba á ¡a oraoión, á otro cómo edificaba su
porte en la Iglesia, la diligencia y presteza
con que cumplía sus deberes, la amabilidad y
cordialidad con que trataba á sus compañeros.
Luis Testa recibía de todos el dictado de niño
estudioso y aprovechado, de una piedad sólida
y ejemplar, de un carácter suave y sencillo. »
Ex ore infantium perfecisU laudem, de la boca
de los niños, de sus mismos compañeros reci
bía el más sincero tributo de alabanzas y de
afecto.
E l más intei\sante elogio, y que pone de rc-
t./ís5(£:Vní,
LUIS
TESTA.
Heve la característica de ese niño modelo, á la
Tez que nos manifiesta la importante misión
que él ha desempeñado en su tan rápida ca
rrera, es el testimonio que da de él su misma
^adre. Se nos asegura que en medio de su dolorj evocando los 7nás tiernos recuerdos de la
'•njancia de su querido hijo, prorrum pió en es
tas frases: < Luisito á la edad de 7iueve años,
•'-.indo empezó á frecuentar el Oratorio Festivo
y el Colegio de los Padres, empezó á ser nuestro
^westro y consejero ; él nos enseñaba á rezar;
el nos repetía entre los trastornos de los negóy quehaceres de casa las verdades de le
ó... había oido en la iglesia; y Ttos
ijnvidaba á ir con él ú recibir ios SS. Sacra
mentos. Floreció entonces en nuestro hogar, p o r
sus consejos y ejemplos, la p7'áctiea de la re
ligión, y reconciliados con I)io8 vimos reinar
entre 9wsotros la más perfecta p a z y la
completa alegría. »
S é aquí realizada en esa fatn ilia una de. las
grandes aspiraciones do J)on B osco: regenerar
la sociedad, mediante el benéfico influjo de la
educación de los hijos delpuchlo, especialmente
en los Giratorios F estivos: atraer d la práctica
de la religión á los padres por medio de sus
hijos; reform ar p o r medio de los niños las cotumbres relajadas de las fam ilias. E sto es lo
que anuncia el Evangelio, que como fru to de
Redención, se debería conseguir con la p red i
cación del Precursor del Mesías, San J u a n :
ufc c o u v e r ta t c o rd a p a tr u m in filie s ; los cora
zones de los padres se inclinarían hacia sus
hijos-, y se reform arían p o r la inocencia y
virtu d de éstos, mediante el influjo de la piedad
filia l, las fa m ilia s y ¡a entera sociedad.
L u is Testa fué, pues, uno de aquellos án
geles del hogar, que con la suavidad de su p a
labra y el perfum e de sus virtudes llamó la
atención de sus parientes, é interesó vivamente
síes corazones, haciéndoles amar en sí mismos
los fru to s de la Religión: los convidó suave
mente á p racticarla; y cual hijo de bendición
p a ra los suyos, los llevó como de lu mano hacia
su L íos y Redentor, mereciendo ser llamado
verdadero Angel y salvador de su afortunada
fam ilia.
Ojalá el recuerdo 'de la virtuosa vida de
L u is Testa mueva á los alumnos todos del Co
legio P ío I X y demás Colegios Sale.sianos á
im itarle en la P ie d a d y E s tu d io . Su nombre
grabado con caracteres indelebles en la memoria
y en el corazón de cuantos le conocieron, que
dará bellamente enlazado con los de José A buin, Miguel Castro, Mauricio Pcsce, E n
rique Rezzónico, Aquilea Baglietto y otros que
con su vida inocente y virtuosa mostraro7i ct^ n
fecunda de fru to s de santidad sea la educación
cristiana que se da en los Colegios de P on
Bosco.
¥ tú, alma her7nosa de Tj Uí s Testa, que ta7ito
cariño profesaste á los tuyos dura7ite la vida,
no olvides en el Cielo á tu piadosa m adre; al
cánzala resignación en tan dolorosa pérdida y
sé su áTtgél tutelar ; pide p ara tus maestros la
f u ^ z a de la abnegación tn la práctica de sus
múltiples deberes, p a ra tus condiscípulos y amigos la fidelidad y constancia en los p rin c i
p ios y práctica de la vida cristiana: y p a ra
el Colegio, al cual tanto amaste y de donde
volaste al Cielo, que sea siempre el asilo de la
inocencia y del candor tan perseguidos en el
mundo, y dulce morada do7ide con la piedad y
él e s t r i ó se robustezcan las almas de los j o
venes p a ra la lucha de la vida, hasta reunirnos
todos en la dichosa P a tria donde confiamos ya
descanses en la p a z de los justos con la aure
ola de los bienaventurados.
— 25S —
C O L O IM IB IA .
Hueva Misión Saleslana entre los salvajes de los
Llanos de S. Martín
( Conclíisión ).
SXax'a'T'illa d e lo s In d io s. —TTimigni*anla l>uuda d e luú sioa.—Se'V'u.el-ven to d o s oon ro b a lo s . —
nxds
ST*n.nde o o n su elo d e l M isionero.
volviendo A los indios, apenas les in
vitamos entraron en casa, encontrán
dolo, como es de suponer, todo en
desorden: libros hábitos, lienzos, utencocina, e tc ., etc. Los indios estaban
como atónitos observando todo aquel fárrago de
cosas, para ellos nuevas, causándoles especial ad
miración los instrumentos musicales, pues nos tragimos diez para formar deseguirta una pequeña
banda con los niños del Oratorio festivo. No cesaban
de mirarlos y aun alguno más atrevido se puso
á manosearlosj entonces yo tomé un enorme bajo
y poniéndoselo al cuello al más espabilado, le in
diqué q\ie soplara en la boquilla, y después de no
pocos esfuerzos pudo salir un sonido. La maravilla
y gozo de toda aquella txirba de indios llegó al
colmo! todos querían tomar loa instrumentos y
saltaban de gozo y se tenían por felices cuando
podían producir un sonido cualquiera; de manera
que podemos decir que quien inaiigur«> nuestra
pequeña banda de S. Martín no fueron loa rapnzueloa del Oratorio festivo, sino los salvajes del
desierto.
La visita fnó larga, pues lo querían ver todo:
encontramos uno que, por haber pasado varios
años entre españoles sabía muy bieu el oastellnno,
y á éste fuó á quien hici»u«va un sin fin do pre
guntas para saber lo que más nos interesaba acerca
do la Misión que debíamos emnrender. Los hombres
«tiie estaban todos armados ao arco y flechas, ac«ediendo á nuestros deseos, nos dieron pruebas de
su destroza en el manejo do dichas anuas, dando
siempre en el blanco aún á grandes distancias.
Antes de despedirles les i-egalamos cigarros, pa
ñuelos de color, panela (pasta hecha con miel ó
conjugo de las cañas de azúcar), y o'tras bagatelas:
miise también probar el efecto que producía en
Olios la má«ica, y mientras estaban distraídos
sentados en el suelo cu medio del patio, coloqué
el Aor»»<>í!H(r? en un rincón y sin ser visto me puse
á tocar: al momento y como por instinto alz;iron
todos la cabera y se pusieron ¡i mirar hacia arriba
creyendo que de allá viniera el sonido, quedando
fijos y sin articular palabra hasta que se concluyó
la música.
Siendo ya la hora nn poco avanzada, se retiraron
contentos y satisfechos á los toldos ó chozas que ha
¡E R O
bían preparado en medio del bosque, prometiendo
que volverían á la mañana siguiente. Los indios
son muy desconfiados para pasar la noche con loa
blancos, pues tienen miedo de algún daño y pre
fieren dormir solos y posiblemente á la orilla de
algún río, con sus canoas preparadas para huir al
menor barrunto de peligro. Su lecho es la misma
canoa ó el chinchorro^ que es una hamaca de red
hecha con los filamentos de las palmeras.
Verdaderamente, sería suma imprudencia dormir
sobre el desnudo suelo, no sólo por la gran hu
medad, sino también por el gran peligro de los
reptiles venenosos que pululan por doquiera prin
cipalmente junto á las aguas. Acostumbran tam
bién encender grandes hogueras para ahuyentar
á la fieras, y evitar las punzadas de los mosquitos
que muerden rabiosamente á los pobres que duer
men desnudos. Nuestro gusto hubiera sido acom
pañarlos hasta BUS toldos, pero como he dicho, era
ya tarde y no era tampoco prudente á fin de no
despertar en ellos alguna sospecha.
A la mañana sígnente muy tempranito volvieron
todos acompañados de otro más, el cual exigía que
se le diera lo que la tarde anterior se había d ^ o
á los demás. Con la caridad de un buen vecino
se pudo dar á cada hombre y niño una camisa de
color; á las mujeres se les dió otras cositas, pues
estaban suficientemente cubiertas con una especie
de tejido hecho con palmas y otros filamentos,
que las cubren enteramente la persona; después,
sabiendo que son un poco glotones, les dimos
también algo de comer. Habiendo traído consigo
algunos niüitos pequeños, díjeles si permitían que
les batitizáramos á lo que condescendieron al mo
mento, no porque ellos den alguna importancia
al bautismo, pues en sn ignorancia supina no so
ben qué cosa es ni á que sirve, sino más bien por
tener algún regalillo de los padrinos que en estv
circunstancia se procuran; pero esto no importo,
pue.s el fruto se obtiene igualmente, porque la ma
yor parte de dichos niños mueren antes de llegar
al uso de la razón á causa de la mala vida qo'*
lea dan. Esto es uno de los mayores consuelos pan
el Misionero católico y uno de los mejores y niá*
seguros frutos que puede recoger desde el princi
pio do su misión: en efecto, el bantismo de lo<
niños quiero decir el Cielo asegurado para la ma
yor parto de ellos, y sólo esto sin ninguna otr.t
recompensa, valdría la pena de trab:\iar en esta-»
tierras do misione.s porque la gauancia es segnm,
y es nuila menos que el santo Paraíso para tantos
niños que mueren antes do manchar la cándida
e.stola do la inocencia.
Estó loTtnna tocó al niño qne yo bantícé el pa
sado año en S. Vicente, pues habiendo progtintado
á sus padres que por qué no se lo habían tniidc
consigo, respondiéronme que había m uerto; me
infornié después por otras personas y supe de veras
que aquel angelito había volado al Cielo.
I ? r o p tio s tn íS ! p n f í i n o o v o a i ’sso» •frtoU*
i% 1<>!< s-!ulví»i<'sí. — H <»r’nios<>
p v o v o o t o i>aví\
ori:«lí» inK'V'fx s r o iK 'v n o ió » .
— E n c p ilt 'n osatAii j>no.-stí»>í las; <*«p o r * í» iiK a « t ío l o « Mi.*«sionoi*os!.— U n
gr«'uoi*os!o a m í¿ ;o e n a q iie lla s s 11au it i'a s .
Debiendo yo volver desegnida á Bogotá p-sm
predicar el cnaresmal en nnestra Iglesia del Car
men, deseaba llev.ar conmigo nno de aquellos salvíyee y habiéndome fijado en uno que tendría como
— 259 —
15 años, más despierto que los otros y que ha
blaba bastante bien el castellano me puse, ayudado
por mis hermanos, á hacerle propuestas y promesas
oon el fin de ganarle. Antes de todo le hice obgeirar cuánto mejor sería para él vivir en una gran
ciudad que no en el desierto falto de todo; des
pués le prometí vestidos, dinero y hasta me quité
el reloj y se lo ofrecí, pero él con la más grande
indiferencia á todo respondía: iaZ vezy menos cuando
rotundamente se negaba á venir diciendo: no,
porque en 3ogotá hay muchas enfermedades y se
muere, y yo no quiero morirme. No obstante esto,
contábamos ya con la victoria, cuando una vieja,
8ue todo lo estaba oyendo y observando, se puso
a gritar hablando en su jerga, quizás para ame
drentar al buen indio, y echó á perder la cosa,
pues no pudimos obtener nada. Se le rogó enton
ces al jovencito que se quedase al menos por al
gún tiempo con los Padres de S. Martín prome
tiéndole que le habían de tratar muy bien y le
darían muchas cosas, mas él no quiso de ninguna
manera, diciendo que prefería volverse con su gente
á su tie rra ; hicimos lo mismo con varios otros,
pero todo con igual éxito.
Viendo que por esta parte no se podía obtener
nada, nos ofrecimos para ir con ellos al bosque
viviendo en su compañía, pero aun aquí indife
rencia y frialdad, no aceptando ni rehusando nues
tra propuesta, como si no creyesen formal nuestro
Mpontáneo ofrecimiento'; esperamos que con el
tiempo se pueda obtener lo quo hasta aquí ha sido
imposible; lo importante por ahora es, que tornen
á S. Martín con frecuencia, lo que harán si se les
trata bien y se les interesa con la esperanza de
algún regalo, en lo que trataremos de abundar,
mandando de Bogotá lo que sabemos que unís llama
su atención; y confiamos quo lo quo no so pueda
idean zar con los grandes, lo obtemíremos al menos
oon los pequeños. Estos indios tienen la costum
bre de ceder sus niños á loa padrinos después del
bautismo, ó al menos no oponen resistencia alguna
si se los piden, por lo que hemos combinado el
siguiente plan: retener posiblemente en S. Martín
á todos los niños y niñas quo bautizaremos, á los
que les buscaremos buenos padrinos quo cuiden de
^08 hasta lo seis 6 siete años, que pasarían á los
asilos ó colegios preparados al efecto, en donde
nosotros nos cuidaríamos directamente do ellos;
con este método esperamos poder obtener otra gran
ventaja que es la de conquistar á los pa<Ircs por
medio do sus hijos.
Por lo demás, nuestras niej ires esperanzas las
tenemos puestas en N. S., en Marín Auxiliadora,
y en S. Francisco de Sales, que bendecirán ciertamentey harán fructificar estas Misiones; así, poco
á la vez, con las oraciones de los Salesianos y de
sus Cooperadores, se perfeccionará nuestra obra.
;.E1 Señor lo haga, para la salvación de tantas
alinaA sumidas todavía en las tinieblas de la muerte
y presas entre las cadenas de la peor esclavitud,
que es la del dragón infernal!
En cuanto al número, costumbres, religión y
tribus de los salvajes, se ocuparán más adelante
en BUS relaciones los Misioneros qne se han que
dado en S. Martín, pnes yo no harír* sino nna re
lación mny incompleta. No puedo y no debo con
cluir sin nombrarle al m enos, un gran amigo y
bienhechor nuestro que hemos encontrado en S.
Martin, y que 8C llama D. Benito Rondón, nacido
y criado* en estas llanuras; tiene nn corazón de
oro y es todo bondad para con los Salesianos: en
efecto él nos recibió, con los brazos abiertos, pre
parando por sn cuenta la casa y todo lo demás,
para qne no nos faltase nada, al menos de lo uecesaxio y él fué quien mandó sus mismos caballos
para los S^esianos ó hizo trasportar nuestro c(pilpaje desde Villavicencio á S. Martín. El Señor le
bendiga y le pague con creces en esta y en la otra
vida la generosidad que usa con los pobres hijos
de D. Bosco.
Bendiga carísimo Padre, las nuevas Misiones
Salesianas de S. Martín, recomiéndelas á las ora
ciones de nuestros amados hermanos y beneméri
tos Cooperadores, y prepare fervorosos obreros,
que no tardarán en hacerse necesarios. Bendiga
sobre todo al infrascrito, que so profesa
su humilde y afectísimo hijo en J. C.
E vasio R abagliati, Pbro.
Viaje de los primeros Salesianos á la ReptiWlca.
(Carta del limo. Sr. CostamagnaJ.
(Conclusión.)
O Y v s e q n io c ío l a s a u t o i : ‘i d a c l e s c i v i "
l e s y x - e lifír io s a s <lo l o s p u e b l o s
!s ¡tiia < lo s & n u c s t i ' o s p a s o . — £11
C o ra a v a l.
lo habíamos todavía hecho nna milla,
cuando nos persuadimos do la inhabi
lidad de las muías de nuestra diligen
cia, pues si bien eran seis, no valían
por una buena. Por otra parte, la me
seta do Oruro se iba haciendo cada vez más in
transitable á causa del barrizal que habían for
mado las continuas lluvias, así qne dejando á un
hado el hermoso espectáculo quo nos ofrecía la notnraleza, nos bajamos del cocho pora facilitar á
las muías el sacarle adelanto.
Pero bien pronto sintiéndonos los efectos do la
rarefacción del aire por encontrarnos á la consi
derable altura de casi 4.000 metros, tuvimos <jue
subir de nuevo ocupando cada uno su respectivo
puesto. Las muías al sentir nuestro peso se plan
taron, y no hubo modo de hacerlas caminar^ el
pobre cochero se desgañitó á fuerza do gritar
y silbar para que aquellas arrancasen, pero todo
fué inútil: entonces bajó del pescante y cogiendo
una gran cantidad de píedrecillas, subió do nuevo
y empezó ú descargarlas sobro la.s pobres bestias,
quienes entendiendo tal lenguaje y sacando fuer
zas de la propia debilidad, echaron á correr de
sesperadamente, Concluida la provisión <le piedras,
cesaron las mnlas de correr y hasta de andar,
por lo qne el cochero tuvo que ir golpeándolas
por todo el camino hasta que llegamos á CaraeoUo, primer pueblo que encontramos á nuestro
paso.
En este pueblecito entramos á las 8 de la no
che, y el Rdo. Sr. Párroco y Jas Autoridades ci
viles, que con suma bondad habían venido á re
cibirnos á tres millas de distancia, nos trataron
—
260
con nmoba cordialidad y cortesía. El Señor les
recompense tunta caridad.
A la mañana siguiente, celebrada muy tempra*
nito la Sta. Misa uno después do otxo, pues había
un alba sola en aquella ]>obre parroquia, volvimos
á la diligencia. Esta voz las cosas habían cam
biado totalmente de aspecto, pues las muías eran
nuevas, fuertes y briosas, así que, parecía que
hubiesen puesto alas al cocho. A la una llegamos
á Sioa~Sica (abundancia de yerba), gran pobla
ción de indios, gobernada por un Prefecto. En
la plaza mayor encontramos á millares do persoHonos que, entregadas al delirio del carnaval, se
divertían gritando hasta más no ]>oder.
Después so nos presentó el Sr. Prefecto, quien
nos llevó á la fonda, y nos trató con delicada cor«
tosía. Mientras nos rostaui'ábamos un poco, un
gran temporal, que todo el santo día nos había
amenazado pasó por Sica-Sica, trayendo consigo
im diluvio de agua y de granizo 3 poro podemos
íleoir que esto fuó para sentar el polvo y refres
camos el camino que aun nos quedaba, porque
cuando media hora más tarde continuamos nues
tro viaje, salió de nuevo el sol alegrándonos con
sus benéficos rayos, y acompañándonos hasta el
término.
Serían las cinco do la tardo cuando pasamos
por un estrecho y larguísimo pueblo indiano lla
mado Pofaca - Amni/í» (cion muertos), abandonado
igualmente á las orgías del licencioso carnaval;
aciui buscamos la iglesia pero estaba cerrada; á
cada paso nos cucoutrábamos con pandillas de
indios que al son de la flauta y de la zaiupoña,
bailaban, y se embriagaban, gritando de una
manera espantosa. ¡ En vanóla conciencia remor
diéndoles interiormente les dirá que aquel es el
día del Señor, en vano las cien tumbas antiquí
simas do BUS antepasados, colocadas sobre una
colina que mira al pueblo, les repetirán que todo
pasa y que Dios N. S. ios espera en breve para el
juicio....! Ellos nada oyen: es carnaval y basta.
lE^nouoa'tro oou lo. iropx*oisoutuoi<Sii
<lol í5»iipir<Míio <3rol>loi*iio. —Iiifjrresío
Moloxiiiio eu I^n. X*U7. —£lii lii i^lexin
y ooiivüiito «lo loisi UR. I?i*. RolorinncloM. —
oL 0«>uvouto <lo lots
>£ouoi*ois Ol>sox*vautos.
Nos lUejamos ])ro8urosos dol pueblo de los
oíc» muertos, y ya »lo noche entramos en A zo-A bo
(abundancia de sal), pequeño pueblo do ludios
Á tm ard; aquí pernoctamos, y á la mañana si
guiente, después do celebrada la Sta. Misa, partíimm para I aí Fas. De^jando d la derecha Caíamarea (pueblo do las piedras), al llegar á eso de
las cuatro do la tarde, á un sitio llamado JCeiico,
á cinco millas do la La Paz, nos encoutram«vs
con cuatro Senadores de la República, los Sros.
Maohicado, Salles, Cooto é Iturraldo y con el
Sr. Profesor Kei’os, Presidente «le la Universidad,
quienes en representación del Supremo Gobierno
ao la Capital, venían á recibirnos y ofreceruos
sus servicios v apoyo ]>ara la fundación de nues
tra Oasa en í a Piu. Después de ngasígaruos y
celebrar nuestra vcuida montamos en un cocho
tirado por briosos corceles, y nos dirigimos á la
populos;^ y rica capital, meta de nuestro viaje.
En este breve trayecto, el Sr. Presidente de la
Universidad nos hizo admirar la grandiosidad dol
pauoraiua que corona y hernuwea la ciudad de
La Paz, y las nieves perpetuas que cubren la
—
cima de los gigantescos montes lllimano, HaaitaPotosiy Descabezado, pero sobre todo la del Llampo
ó Sorata, que es rey de los montes americanos,
contándonos después la siguiente fábula, tenida
siempre por verdadera por los indios Ainard.
Un. (tía los corpulentos montes lllimano y Llampo.
envidiosos de la altura del actual Descabezado',
pusiéronse de acuerdo y le coi'taron de un golpe
la cabeza, diciéndole: / Sájama ! (márchate); des
pués tiraron dicha cabeza sobre m inmensa me
seta de Tacna y Oraro, donde continúa cubierta
siempre do nieve, en medio de una infinidad de
otros montes, siendo conocida con el nombre do
monte Sájama. Entre tanto, la meseta por cuya
superficie caminábamos y quo está á la altura de
casi 4.000 metros, se abrió á nuestros pies deján
donos ver en su profundo seno toda una ciudad
de cincuenta mil almas, llena do vida y de espe
ranzas; era L a Paz ton suspirada por nosotros,
y que á su voz también ella ha suspirado durante
seis años por los hijos de Don Sosco.
A la mitad de la bajada se nos presentaron á
caballo el Intendente de Seguridad Pública y el
Cónsul italiano, Sr. De Tommasi, que salían á
recibirnos.
Aquí, como en los demás pueblos por donde
pasamos, se celebraba y festejaba el carnaval, por
lo que así las Autoridades eclesiásti(^s como las
civiles me rogaron que suspendiese el arribo
hasta que las diversiones hubiesen pasado, poi
que querían hacemos una manifestación ezplénáida y general; poro no habiendo podido acceder
á sus deseos y por otra parto, no pudiondo tam
poco ellos impedir las íociiras de las carnesto
lendas, decidieron hacernos un recibimiento, que
si bien menos solemne, fuese eu (cambio más cor
dial si cabe, sincero y afectuoso.
Apenas entramos en la capital, nos rodearon
loa RR. PP. Francisíjanos Reformados, y nos lle
varon á su coreana Iglesia, donde el Divino Je
sús expuesto en el Smn. Sacramento entre miles
luces, nos esperaba cual padre para bendecimos;
mientras entrábamos ou el presbiterio, una espesa
nube de ñores vino á cubrirnos. Cesada la lluvia
do ñores, empezó el canto dol Te Deum solemne,
ol que siguió la Bendición con el Santísimo, dada
por el Ruó. Padre Saus, Superior del Convento,
venerando religioso do 84 años, quien pronuncies
después palabras tan encendidas y tan tiernas
quo nos arrancó á todos las lágrimas. Le r(»pondi
<M>mo mejor pude á él y al (levoto pueblo, bendicióndoles á todos; después nos retiramos á la
espaciosa sacristía contigua, donde el Senador
D. Santos Machicado, presidente do la Comiaióo
])ora el recibimiento, pronunció, en nombre del
Gobierno de la República, un notable discurso
quo merecería publicarse; le respondí también á
él, y por medio suyo al Supremo Gobierno, y acto
seguido pasamos al Refectorio de los buenos Pa
dres, quienes nos trataron cordialisimamente.
Ya (le noche salimos de aquella casa de bendi
ción, acompañados por los buenos y afectnoso(^
PP. Reformados, por los Señores de la Comisión
y por ima turba de gente devota, y bajamos al
Convento de los Menores Observantes, que nos
hospedaron más de una semana. No es para dicha
h\ caridad que estos buenos Religiosos desplegaron
])ara con nosotros.
¡ Dioe N. S. y María Sma. Auxiliadora, les pa
guen con oreces, la denda tan grande qne hemos
contraído con los venerandos Hijos de S. Francisco
de Asís !
— 261 —
En c a s a <lel Sr*. Ol>ispo. —E l O ra
torio íe s tiv o . — E l Oolejjio « I>oa
3 o sc o »S olem n e tu n c ió n eit a c c ió n
de g 'racias.
Al día BÍgaiente, bien qne fuese martes de
carnaval recibimos no interrumpidas visitas del
Gobernador Sr. Salles, del Alcalde, Sr. Cisnero,
T un inmenso número de admiradores de la Obra
de Don Bosco, entre quienes había no pocos ita
lianos domiciliados en esta capital.
Nuestro deseo y deber hubiera sido el de ir á
saludar al limo. Sr. Obispo apenas llegamos, poro
estaba en cama con afección al corazón, por lo
que no pudo recibirnos hasta el miércoles de Ce
niza. i Qné amable es el limo. Sr. V aldiria!
Nos recibió con lágrimas de alegría, nos aseguró
qne sxi deseo hubiera sido damos una sorpresa
saliendo á recibirnos á Oruro y nos enseñó la
circnlar que tenía preparada para invitar á todo
el clero secular y regular al gran recibimiento
que se nos había preparado. Rogado por mí, nos
bendijo á todos, y después llamó á todo su clero
secular, reunido en Ejercicios Espirituales y me
lo presentó diciéndole que yo era el Obispo de
La Pazj y después que les hube dirigido mi pa
labra se "arrodilló el Obispo ó hizo arrodillar á
todos, para que todo el clero de La Paz fuese ben
decido por el Obispo de Don Bosco.
Y no contento con estas demostraciones de afecto
suplicó á los Canónigos que nos acompañaran á
nuestro domicilio, lo cual ellos hicieron lleván
donos como en triunfo.
¡ Qué el Señor derrame, abundantemente sus
bendiciones sobre tan digno Prelado, y baga que
sus ardientes votos puedan verse pronto realiza
dos!
Este mismo día fui con el Sr. Gobernador
á ver la Casa y prado que el Gobierno ha da
do á los SalesianoBj tiene cerca de 20 mil me
tros cuadrados, lo embellecen hermosos encaliptos
y se encuentra á pocos pasos de la ciudad, á la
entrada del valle. El edificio es nuevo, solidísimo
y capaz al presente de sesenta internos j yo he
quedado muy satisfecho, y el primer domingo de
Cuaresma fuí á bendecirlo, celebrándose después
la Sta. Misa, á la que asistió un centenar de ni
ños del Oratorio improvisado j concluido el sonto
Sacrificio se dió una representación de fantoches
llenando de maravilla á los espectadores j por la
tarde se repitió el mismo entretenimiento, y vién
dose ya el nuevo Oratorio lleno de vida, su Di
rector, el Rdo. P. Luis Costamagna, pudo empe
zar, en compañía de sus amados hermanos, á sem
brar la buena semilla en aquel campo tan nece
sitado y que tan buenos frutos promete.
Gracias á Dios N. S. y á María Auxiliadora, en
pot-4)s
la Obra de nuestro amadísimo Padre
lia tomado un asombroso desarrollo en esta ge
nerosa capital j en efecto, el Oratorio festivo
cuenta ya con más de 400 niños, y el Colegio,
que empezó en seguida con las clases elementarw, tiene ya 200 alumnos: además dentro de po
cos días se dará principio á cuatro talleres, así
que por acá todos dicen que Don Bosco desde el
Cielo ba trabajado eficazmente por ellos y por
consiguiente aplauden el título dado al nuevo
Instituto, que se llama precisamente: Colegio D<m
Boseo de Aries y Ofiáos.
Sintiéndose, pues, loe buenos Paceños, g ^ d e mente deudores á Dios, por el gran beneficio que
les había hecho enviándoles loe hijos de Don
Bosco, y queriendo en alguna manera manifes
tarle su reconocimiento y gratitud por tal favor,
determinaron celebrar una solemne función reli
giosa en acción de gracias, escogiendo para tal
acto, el. 24 de Febrero, día dedicado á la apari
ción de María Immaculada.
La Iglesia destinada para la fnnoión fué la de
los ER. PP. Franciscanos, que corrieron con todo,
y en ella se celebró una solemnísima Misa do Ponti
fical, á la que siguió un magnífico sermón sobro
la Obra Salesiana, predicado por el Rdo. Sr. Dr.
Monjú; por último so cantó un solemne Te Deum,
que fue digno remate de la grandiosa y conmo
vedora función, en la que tomaron parte todas
las Autoridades eclesiásticas y civiles, el Semi
nario, los RR. PP. Jesuítas, Mercedarios y Re
formados, las RR. MM. de Sta. Ana, ql nuevo Co
legio « Don Bosco » y nu iminonso pueblo que
ocupó las tres espaciosas naves del grandioso Tempío.
Terminado el solemne acto religioso se pasó al
refectorio, donde los buenos FranciscanoSj olvi
dándose por un momento de que eran hijos del
pobrecillo de Asís y sólo teniendo presento que el
primer Oratorio de Don Bosco nació en Turíu
precisamente en la Iglesia dedicada al Seráfico
y glorioso S. Francisco de Asís, trataron á los
comensales exquisitamente.
En aquel refectorio, sea dicho en honor de la
verdad, se encontraba reunido lo más selecto de
los oradores sagrados y profanos de La Paz j así,
pues, al levantar la mesa, desplegaron toda su arre
batadora elocuencia, primero los Rdmos. P.- Luis
Guardián, y P. Saas, y después, loa muy ilustres
Sres. Machicado Chaves y Salles, quienes habla
ron de una manera la más entusiasta, en favor
de los hijos de Don Bosco. Puso término á los
discursos, el M. Iltre. Sr. Vice-Presidente de la
República, D. Severo Fernández Alonzo, Ahogado,
candidato á la Presidencia. Sus entusiasmadas y
convincentes palabras, nos llenaron do grandes
esperanzas. Por último hablé también yo, para
d arla s gracias á todos y á cada uno en particu
lar j me sentía verdaderamente conmovido, pero
procuré vencerme, y entre las otras cosas, dijo al
nuevo Director de la Casa de La Paz, allí pre
sente, que bien podía confiar en todo aquel to
rrente de gratas promesas, pero que antes de todo
confiase en DiosN. S. pues, como en toda obra de
Dios las contradicciones vendrían pronto, y quizás
de donde menos se esperaban.
VIsitaiMlo la ciudad. —Do» am ado »
Coopei*a<loi*e». —So a c e r c a ©1 dio
do l a p a r t i d a p a r a S uero .
Por ahora, gracias áDios, estíín superadas todas
las dificultades de la fundación, y mientras los
siete Salesianos trabajan con gran conato para que
todo proceda bien á la mayor gloria de Dios, yo,
mientras espero el 4 del próximo Marzo para mar
charme á S ucre, voy dando vueltas todo el día
por la ciudad, para adm inistrarla Confirmación,
buscar niños para el Oratorio y restituir las innu
merables visitas recibidas, dando al mismo tiempo
á conocer siempre más la Obra de Don Bosco.
Me acompañan dos generosos y amados Cooperado
res, los RR- Sres. Doctores D. José Ignacio Monjó
y D. José Manuel Chaves, quienes de retomo de
Boma, donde habían hecho sus estadios, pasando
por Turín hablaron á nuestro amado Padre Don
Bosco el cual les prometió qne los Salesianos irían
—
262
á Bolivia y preciBamonte á La Paz. Con una ca<
ridiul y bondad admirables están siempre á mi
ludo con placiéndome en todo; y cuando el paso
(lueda interceptado por un rebaño de llamas ó
uo asnos que (luí cercano valle de lunfas, vuelven
cargados do bananas, acuayacas, chirimoyas, palta,
cañas de azúcar, cacao, patatas, maíz, albércnigas,
cerezas, naranjas, limones y de miles otras pro
ducciones do la llora boliviana, untoncesmis amados
Cicerones so ajuovecban para explicarme las ma
ravillas de Bolivia, y especialmente de La Paz,
recordándomela fundación hecha por los Españo
les.
Entro tanto el 4 de Marzo se acerca á paso de
gigante, y el Rdo. P. Gasparoli, Director do la
nueva casa de Sucre, está ya impaciente por dejar
á Valparaíso y venir con sus compañeros de fa
tiga á encontrarme á Ohallaaaia, para dirigirnos
á Suui'e, donde nos esperan desde hace ya mucho
tiempo.
Termino, amado Padre, rogándole que tenga la
bondad de encomendar al Señor á este pobre 0bispo, á las nuevas Cusas de Bolivia, y á las que
se fundarán de aquí á poco en Omro y en Are
quipa en el Perú, las cuales las consideramos ya
como fundadas si V. R. se digua poner su Visto
bueno.
Después de estas fundaciones, si no me llega
otra orden contraria, penetraré Deo favente, en
el Ecuador, para visitar á mis amados jíbaros.
Le beso su bendita mano, y me profeso de
V. R. Afmo. liijo en Jesús y María,
-
equipaje y se había perdido el talón para retirarla,
por lo que el conductor no quería y con razón
devolvérnosla ; entonces el jefe de la estación nos
pregunta; — j Sois Sacerdotes católicos ? — Sí —
Jurad que habéis perdido el talón y que es vuestra
la maleta. — Juramos. — Toma<Üa, pues.
A alguno le parecerá extraño que nos paráramos
enla ciudad del Paso, distante 1.625 millas inglesas
de nuestra meta, S. Francisco, pero deja de parccerlo si se tiene en cuenta que fué para obtener
una reducción en el precio del vioje, como eu
efecto la obtuvimos, si bien pequeña, pero más
vale poco que nada.
No pudieudo partir en el mismo día, nos diri
gimos á los ER. PP. Jesuítas para perdirles bosatalidad, pero no pudiendo dárnosla por falta de
ocal, nos la proporcionaron eu el Hótel Dieu Sanatorium, magníüco hospital ediücado y dirigido por
las Hermanas de la Coi'idad, quienes nos tratarou
con la más afable y delicada cortesía.
Los Padres Jesuítas han construido aquí dos
iglesias; una para los Católicos Americanos y la
otra para los Católicos Mejicanos, ambas de madera
l)oro grandes, y sobre todo bien servidas. Cuando
aquí su dice Americano sin añadir niugún otro
califteativo se entiende siempre de los Estados
Unidos.
Tomamos al día siguiente el tren y nos encon
tramos de nuevo en el desmesurado desierto; la
locomotora pasa por mares de arena y entre co
linas también de arena que me recuerdan los mé
danos de la Patagonia. saluda silbando los volcanes
extinguidos que negrean acá y allá, y atraviesa
con extraordinaria rapidez el Estado de Texas, y
SANTIAGO,
los territorios de Nuevo Méjico y de Aiizona, en
contrando sólo cada dcNScientas millas algún pedazo
Obispo T it . de Colonia .
de terreno cultivado, y á un cierto punto una
reducción de indios Zuüi. El tren se pára y éstos
lo invaden con los productos de su industria ; án
foras, pipas, estatuitas, todo de tierra. Es gente
de hermoso aspecto, fuerte, robusta de color acei
tunado oscuro, con cabellera larga y negrísima,
vestidos de una luaiiera muy exU'aña; hablan su
antiguo idioma. El Gobierno dolos Estados Unidos
De Méjico á San Francisco
les protege y les ha dado vastos terrenos que ellos
cultivan muy bien, y cuando por sequía ó por otra
causa hay carestía, los mantiene ; son católicos, y
(Carta del lído. P. Auycl Piccono).
eu cada aldea se levanta una Iglesia.
Al atravesar el Arizonu, dedicamos uu recuerdo
Amadísimo Sk. Diuectok :
al R. P. Chino: es una gloria de Italia y do la
je mando noticias de mí viajo á California, Compañía de Jesús ; la Iglesia más antigua de los
que ya lo indiqué on otra mía (1). Como Kstad4)s Unidos fué editicada por él eu Túeson.
entonces lo dije, la mañana del 22 de capital ahora del Territorio de Arizona , y fué
Junio partí con ol P, Dutto para los también él el primero que desatiautio la arenosa
luidos y después do 48 horas do tren inmensidad del desierto pasó del Arizona á Cali
por entro áridas montañas y desiertas llanuras, fornia.
( Pero cómo han hecho los primeros Jesuítas y
exceptuando los pintorescos alrededores do
r«bint, llegamos á la frontera del eran pais del Frauciscauos para pasar por estos lugares, árida
porvenir, á la eiudud llamada L'l Paso, nacida eí iitaquosaí I Cómo han hecho para evangelizar
estas tribus nómadas y feroces t ; Ingenieros, que
ayer y ya hoy rica y Üorecicnte.
extendéis el ferrocarril á través de los desiertos,
inclinaos ante el Misionero!
lOii ln
tío loK
XJuiEncontramos un fuerte, J^ort Wingate: hemos
«loiü.— -VI Hoftipitnl tl<‘ I ms* lloviu u visto á algunos soldados vestidos con nn uniforme
liUM tío l « Cai'Ulml. —
I iícUo.'s
sencillísimo de color azul, sin cordones, ni charreyiiml. l i l IX. X*. Cliiuo. — X'u ixn»itlOllVü Olí o l li'Oll.
teias, ni ninguna de tantas zarandajas, pero muy
limpios y aseados. En las ciudades no se ve uo
lie dicho íVontenv y por consiguiente aduana; uniforme. ¡Cuántos gastos de menos!
pero no hay que aimrai-se. pues ninguno mira
El día 26 á las dos ocurrió en pleno desierto un
ni reg istra: alguna pregunta y todo está terminado, incidente: se rompió la cadena que unía nuestro
que aún más, habíamos dejado una maletíi en el vagón á los otros, y los viajeros tuvieron que
hacerse improvisadas ó inesperadas reverencias,
(U V. Bol. de Svtiuiultr*
seguidas de algunos cabezadas. No había que ma
f
— 263 —
rarillarse, pues oncoutráudonos cerca del Cañón
deldiaUo, éste quiso damos algún cañonazo ; pero
en media Lora se arregló todo y seguimos adelaute.
Esto me recuerda que en este mismo mes, el día
(le la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús descarriló
el tren que venía de Puebla á Méjico y .volcándose
la máquina ai>lastó al pobre maquinista é birló
gravemente á otros, mientras que el E. P. Castelli,
que venía en aquel tren, no sufrió la menor contQsión.; Gracias infinitas al Sagrado Corazón, que
quiso conservamos á nuestro querido Lermano!
Uun p a v a d a en e l dewiei'to. — L a
loeoinotova devoi*a l a v’-ia.—
A.i*x*il>o
<1 la e iic a u ta d o v a e in d a d d e L oibí
A n g :c le s $ .
Finalmente llegamos á una estación, en la que
uua lámina de bronce golpeada con una baqueta
hace las veces de la cam pana, produciendo un
sonido muy extraño. Es un instrumento propio
déla China que usan aquí quizás para contentar
á los chinos, quienes con su larga trenza y sus
costumbres nacionales sirven de camareros. ¿Y
qué encontramos de comer en el desierto? Pues
nádamenos que pescado ñresco, excelentes tomates
ensalada blauqi^im a, fruta exquisita é hielo ; no
le hablo de las patatas, pues las hacen entrar
Ijasta en el café con leche j por xiltimo, avena co
cida con azácar y moras negrísimas j y no hay que
extrañarse de tan ta abundancia en medio del de
sierto, pues todo viene del Pacífico, coq un tren
que pasó poco antes del nuestro.
Todavía unas cien millas por esta Africa ar
diente, y después arriba por las montañas, entre
espesos pinares y minas abandonadas. Estamos cu
California: portodas partes se ven poqxieñas aldeas
en formación, todas de m adera, pero limpias,
alegres, y hasta elegantes, siendo siempre los pri
meros y principales edificios, la Iglesia y el T ri
bunal. ¡ Perfectamente, Dios y la ley !
La máquina corre con una velocidad extraor
dinaria : ¡ gné puentes aéreos, bien que do hierro !
debajo se abren profundos abismos, espumean
los torrentes y blanquean la casan ; en un instante
pasamos por encima de todo, y luego se baja de
la montaña vertiginosamente encontrándonos otra
ver en la llanura. Aquí nos parece de estar en el
Piamonte con sus viñas llenas de hermosos pám
panos, con sus árlmles frutales, sus verdes campos
y sus florecientes h u ertas; una diferencia hay, y
es que aquí se admiran vistosos y espesos olivares,
frondosos bosques de palmeras, y flores, nunca
vistas.
Este es el célebre valle de S. Bemardino, digno
vestíbulo de aquel Paraíso terrenal que es la ciudad
de Los Angeles.
A esta bellísima ciudad llegamos á las 4 de la
tarde del 27, y pasamos la noche en el magnifico
Colegio de s! Vicente de Paul dirigido por los
RE. PP. de la Misión, quienes nos trataron como
á verdaderos hermanos. Hubimos de interrumpir
de nuevo nuestra marcha, para aprovechar de la
redacción que nos liizo la Compañía del Atckison,
TopeJM y Santa Fé, pues no pudimos obtenerla
de la Southtra Padjic, qne nos habría podido llevar
directamente á S. Francisco.
Pasando ahora á darle una idea bien qne im
perfecta de este Paraíso terrestre, yo no he sentido
en mi vida nna temperatura más suave qne la de
esta ciudad: estábamos en los últimos días de Junio,
y crchunoB eucoutxaoxos nu lo más delicioso de la
prim avera; y luego, ¡ qué ciudad! es toda uua
casa de campo, un delicioso jardín, un canastillo
de flores.
Todas las casas, á excepción de los edificios dol
Gobierno, son de madera, pero tan bien piuladas
que parecen de mármol j do variadísima y capri
chosa arquitectura i>ero muy lindas y elegantos
y rodeadas do jardines de rica y variadísima llora.
Por las calles circulan continuamonto enormes
tranvías eléctricos, coches ligeros, y velocípedos y
bicicletas de todo género.
Hemos visitado la Catedral dedicada á Sta. Bi
biana, severa construcción de rarísimo estilo, quo
parece (Mxnoluida de a y e r; no se puede decir (jue
sea bonita, pero sí muy limpia y decente.
El día 28, después de celebrada la Sta. Misa y
haber dado cordiales gracias á los buenos Padres
que tan generosa hospitalidad nos dieron, nos en
caminamos hacia S. Francisco, del que nos separa
ban todavía 482 millas inglesas. Si hubiéramos
tenido tiempo y dinero habríamos subido al vecino
pico de Hamilton,ipara ver la luna con el teles
copio más ^ a n d e del mundo.
En ocho minutos pasamos el túnel de S. Fernando
atravesamos todavía alguna montaña y desierto,
y después, ¡ qué hermosura ! se ven campos vastí
simos cubiertos de doradas espigas, y viñas y
praderas, cuya fertilidad y abundancia sorprendo
y encanta. Luego se encuentra un río semejante
en este punto al Paraná, por lo extenso y caudaloso:
se llama río Sacramento y está Huno de embarca
ciones ; muy á menudo vemos también caminos do
liievro, almacenes y casas ; hemos llegado á Oakland: aquí bajamos del tren y nos embarcamos
en nn enorme barcón que puede contener unas
dos mil personas, y que atravesando en veinte
minutos una inmensa boltía, quizás la más grande
del mimdo, nos trasporta á S. Francisco.
S . IFraneiisco <te C a lif o r n ia . -- A.1
C o líííjio
loK 3?F*. J<»-
isuitaK. —L a I í^Iokíu <1o Ion I t a l i a iioK y e l «liKtrito elxluo. — M a r a v i
lla s <lo ONta ciiulacl.
Son las dos de la tarde del 29 do Junio, y des
pués de haber recorrido cerca de seis mil kiló
metros en feiTocarril, ponemos, ]>or vez primera
el pie en la majestuosa metrópoli dol Pacífico,
San Francisco de California. Ante nosostros se abre uua rectísima y ancha calle, embellecida con
lujosos y altos edificios, y llena de ^ n t e ; toma
mos un tranvía eléctrico que pasa por Rayes Street,
y nos dirigimos al Colegio de S. Ignacio qne se
encuentra en esta misma calle. Pasamos dclanta
del Hotel Falojizo, qne tiene siete pisos, ocupaun
úrea de cien metros, contiene 755 habitaciones
espaciosas, pndiendo albergar 1.200 personas, y
costó nada menos qne siete millones de duros. En
tramos en el Colegio de los ER. PP. Jesnitas: ¡cuán
ta majestad! tiene cinco pisos, y está rodeadlo
de nn jardín y de nna verja de hierro, ocupando
con sn vasta Iglesia, un blok, ó sea una manza
na entera de casas.
Pedimos hospitalidad en inglés, y con ^ a n placer
nuestro nos sentimos responder en italiano por el
B. P. Demasini, qne salió á recibimos qnedaodo
desde aquel momento huéspedes de los venerandos
Padres Jesnitas, quienes nos trataron con tanta
bondad y delicadeza, qne quedamos confundidos
y no sabíamos cómo mostrarles nuestro agradeci
miento- ¡Coántoe buenos ejemplos recibimos en esta
— 26i —
I*'
Casa, de Jesús! ¡ Qaé obserrancia, qué silencio y
qué rccogimieuto! ¡ Qué cuudal do virtudes religíoBus! Aquí hay varios Padres italiauos : uno de
ellos está aquí desde el 1848, y otros no han vuelto
á ver su patria desde veiute, treinta, ó cuarenta
años hace; el Superior, 11. P. Iiiioda, turiués, nos
recibió con los brazos abiertos. Le ruego, Sr. Di
rector, que dé gracias en mi nombro una vez más,
al E. P. Susia que me procuró con su recomendación
Una tan cordial y generosa hospitalidad.
Nos enseñaron estos buenos Padres, la Iglesia
y el Colegio: la Iglesia, dedicada á su glorioso
Fundador S. Ignacio, es la más grande, la más
hermosa, la
rica, y la más frecuentada de S.
Francisco; su estilo es del ronaciinieuto, y mide
cercade 100 pies ingleses de ancho por 210 de largo ;
tiene tres naves; fuó pintada por el milanés Moretti, y contiene 23 grandes cristales bistóricos
de Mónaco de Baviera, que son una magniñcencia:
basto decir que por la sola aduana hubo que pagar
diez mil duros. El Colegio, que es también her
mosísimo, abraza todos los estudios preparatorios
para cualquiera carrera , tiene 000 alumnos, todos
externos, y contiene juuclius y muy espaciosas
clases cou todas las comodidades imaginables, mumuseos de varias especies, laboratorio do química
y gabinete de física: este último vale unos 50 mil
duros. Los Pudres Jesuítas tienen también otro Co
legio en 6'fa. Clara, y un noviciado en Zos Gatos.
A más «le los Jesuítas, hay cu S. Francisco, Do
minicos Frunciscauüs, Paulinos (Congregación ame
riontia), Damas del Sagrado Corazón, etc. Hay
también 27 Iglesias Católicas; el cielo de aquí es
como el dü Italia, y el clima como el de S. Remo
(Italia), si bien más suave; todo el año hay flores
y frutas de toda especie: ¡Y qué fruta! en vida
mía la he visto ni gustatlo más heraiosa y exqui
sita ; vinos los hay también muy abundantes y
excelentes. Hemos visitado al Exemo. ó limo. Sr.
Arzobispo que nos recibió con bondad de padre,
y quiso que fuéramos varias voces á su casa, para
echar las bases de una fundación Salesiana: yo
escribí desoguida á nuestro Edmo. P. Miguel Rúa,
y esporo y hago votos para que nuestros deseos
se realicen lo más pronto imsible. Creo que los Salesiaoos harían aquí un bien inmenso, y yo estaría
dispuesto á recorrer de nuevo los sois mil kilóme
tros do camino, para aconrpañarles. Hemos visto
también la Iglesia y Parroquia do los italianos:
estos son do qniuc«>, á diez y ocho mil, y son ven
dedores, de ñ’uta y refrescos, jardineros, pesca
dores, y muchos de ellos ejercen profesiones y
artos. Su Párroco tiene jurisdicción sobro todos
ellos, en cualquiera pivrto do la ciudad donde se
encuentren ; dicho Párroco es un excelente y celoso
sacerdote uajioUtano, D. Decároli; sus parroquia
nos han venido aquí de todas partes de lúüía,
pero abundan especialmente los meridionales, y
so han fabricado una grande y bonita Iglesia de
ina«lera dedicada á S. redro, la que llenan siempre
en las funciones religiosas; asi nos dijo el Pá
rroco, añadiendo que al catecismo acuden siempre
más de quinientos niños, para quienes ha abierto
expresamente una Capilla ap a i^ .
Volviendo do nuestra visita á la Parroquia ita
liana, pasamos por el distrito chino, que es verderamente una pequeña China con sns casas, tien
das, teatros, templos, vestidos, costumbres y tren
zas chinas. Pero si estos pueden pasearse por las
calles con sus trenzas y sus largas túnicas, 4 por
qué no podrán los Sacerdotes llevar la tonsura y
hábito talar? I a>s chinos son cerca de treinta
mil, entre obreros, mozos de servicio, lavanderos
y comerciantes; y si bien celosos Sacerdotes cató
licos han tentado ya su conversión, todo ha sido
en vano; son tan inmorales, que el Gobierno de
los Estados Unidos ha tenido que prohibir la emi
gración. Le diré todavía algo de S. Francisco, y
concluyo esta c a rta : esta ciudad es una de las
más importantes de los Estados Unidos; cuenta
300.000 habitantes, y en población la pasan sola
mente Nueva York, Chicago, Filadelfla, Bostón, S.
Luis, y Baltimora; está colocada sobre una serie
de colmas que forman uua península de treinta
millas de larga, bañada á Oriente por las aguas
do la bahía y á Occidente por las ondas del Pacííico; 80 encuentra á 37“ 46’ de latitud Norte, y
á 122” 10, de longitud Oeste. La fundación de S.
Francisco data del 1776: en dicho año algunos
Padres Franciscanos que tenían por Superior al
P. Junípero Serra, establecieron en estas playas
la Misión, que se componía de españoles y meji
canos, y á l a que llamaron Misión de los Dolores.
Cincuenta años más tarde vinieron aquí algunos
mercaderes ingleses y americanos y en 1847, des
pués de una guerra con Méjico, los Estados Unidos
se posesionaron de la California y por consiguiente
de S. Francisco, que era entonces una aldea de
459 habitantes. El descubrimiento de las minas
de oro en 1848, hizo aumentar rápidamente la po
blación; en el año 1860 era de 56.000 habitantes
en el 1870 de 149.000 y en el 1880 de238.000;pero
por su comercio con América, Asia y Europa, por
su riqueza y por su excelente clima, llegará muy
pronto al millón. Embellecen á esta ciudad sus
espléndidos edificios, entre los que sobresale el
P la c ió Municipal, compuesto de tres palacios de
estilo griego con un magnífico peristilo; en el
centro so eleva una media naranja sostenida por
columnas, con 260 pies ingleses de alta, que se
asemeja mucho á la cúpula autoneliana de S. Gandenoio de Novara, si bien es menos elegante y más
m aciza; esta media naranja term ina en nn globo
de bronce, sobre el que se levanta una estatua,
que por la cortedad de mi vista no sé distinguir bien
KÍ es de la Libertad ó de la Licencia. En la plaza dcl
Municipio se admira un grandioso monumento que
representa á California con sus hombres célebres,
y entre estos da gusto ver á Fr. Junípero Serra
con su sayal de Franciscano, figurado en una her
mosa estatua de bronce. Los tranvías, todos eléc
tricos ó funiculares, se extienden por 60 millas
sólo en la ciudad. Hay 137 templos, de los que
sólo 27, como ya dije, son de la verdadera Reli
gión, y los demás toaos sectarios; 1.180 calles muy
anchas y rectas, 36.000 casas, 28 teatros, 24jardines
públicos, sobresaliendo por grandeza y belleza el
Golden Oate, 49 fondas comodísiinas, 39 hospitales
33 bibliotecas, 68 escuelas públicas en las que se
instruyen sin religión 80.500 niños, 168 periódicos,
y quien sabe cuántos delitos de todo género y es
pecie, puesto que no es oro todo lo que reluce.
El 10 del corriente Julio partiremos para S. Sal
vador, donde llegaremos dentro de unos veinte dí
as. Dígnese, Sr. Director, presentar mis respetuosos
saludos á los Superiores y especialmente á nuestro
Rdmu. y amadísimo Rector Mayor P. Rúa, y dí
gales que el P. Dutto es verdaderamente mi Ar
cángel Rafael.
Encomiende en sus oraciones á su añno. hermano
en Jesucristo,
A sq x l P icccno, Pbro.
S. Franolsco de California, 3 de Julio de 1896.
—
266
£1 Apostolado de las Hijas de
María Auxiliadora.
Hijas de María Auxiliadora, esta
blecidas desde el año pasado eu ^^AKOUBA junto á Túnez, ban convertido
_______ en capilla una mezquita árabe que for
ma una cruz perfecta y que fuó una antigua ca
pilla y aún tal vez un verdadero santuario do
la Snia. Virgen. Esta suposición se funda en ha
berse encontrado á principios de este siglo dentro
del recinto de la mezquita una estatua do la
Virgen Sma. de los Dolores.
Hará cosa de un año que se abrió al culto
público; todos los días se celebra la santa Misa,
proporcionándose á los fieles gran facilidad de
acercarse á los santos Sacramentos de la Peni
tencia y Eucaristía. Poco tiempo hace se admi
nistró el Sacramento del Bautismo á un niño de
dos años y medio y á dos niñas de cuatro años
la una y de seis la otra, habiendo esta última
tomado tal cariño y afección á las Hermanas, que
todas las tardes, cuando llega la hora de volver
ó casa con la familia, rompe en amargo llauto.
Las Beligiosas de Don Bosco han podido tam
bién obtener con su celo que tres jóvenes de unos
veinte años cumplidos, hayan aprendido el
catecismo haciendo después su primera Comunión.
Aquí no queremos pasar en silencio una coinci
dencia digna de especial mención : estas tres al
mas á quien el apostolado de las Hermanas de María
Auxiliadora ha prodigado estas señaladísimas
gracias, parece que tuvieran algún derecho de
ser las primicias del celo salesiano, pues la esta
tua de la Virgen de los Dolores arriba citada,
había sido descubierta por el abuelo de estas tres
jóvenes.
La capilla recientemente resfirurada está contigua
á una vasta casa, donde las Hijas do María Au
xiliadora ban puesto un Colegio, interno habiendo
también abierto un Externado, por lo que las
niñas de Manouba que hasta at]^ui se veían obli
gadas á crecer sin instrucción, ahora mientras
que atienden á los estudios y á los trabajos pro
pios de BU estado, reciben la enseñanza religiosa
junto con una cristiana educación.
Conmovido al ver tan consoladores progresos,
el Exemo. é limo. Sr. Combes, Arzobispo de
Cartago y Primado de Africa, había manifestado
el deseo de consagrar solemnemente la nueva ca
pilla para hacer un centro parroquial. Su Uustrísima fijó para esta fiesta el día 12 de Abril y
ni la inclemencia del tiempo ni otras difícnltades
aun más graves pudieron d^uadir al veneradisimo
Prelado de intervenir á la función, dando así nn
público testimonio de simpatía á las Obras de
Don Bosco; le acompañaba el M. I. Sr. Canónigo
Bompard, Arcipreste de Santa Cruz y celoso
Cooperador nuestro.
Fácil es imaginar la alegría de todo el barrio,
alegría de la que hubieran sido fiel intérprete
las campanas, ai la pequeña iglesia de Manouba
no se encontrara enteramente desprovista de eUas. De esta necesidad no dndamos que se harán
cargo nuestros beneméritos Cooperadores, por lo
que esperamos poder darles dentro de poco la
grata noticia, de que los habitantes de Manouba
AS
—
disponen ya de sagrados bronces, que Ies reúnan
para alabar al Señor, les alegren eu sus dichas
y les consuelen en sus tristezas.
El numeroso concurso de pueblo que de Ma
ncaba y sus alrededores se babía reunido, llenó
con sus alegres y entusiastas cauttis el vacío
que dejaban las campanas. También de Túnez
acudieron numerosos cooperadores entro los que
se encontraban la Sra. Goudrias, hermana do su
lima, el Sr. Arzobispo, en compañía do toda su
familia, la Sra. d ’Egremont, Presidenta do las
Damas de Caridad, la Sra. Clara Guocco, y una
sobrina do la Sra. Fasciotti, personas todas muy
amantes y favorecedoras do nuestius Obras.
Apenas consagrada la capilla so bendijo una
hermosísima estatua del Sagrado Corazón do
Jesús, regalada á las Hijas do María Auxiliadora
por recomendación del Sr. Arzobispo, el cual pro
nunció un elocuente discurso después de la ben
dición, desarrollando el tema, L a influencia divina que ejerce sobre la existencia del hombre la
más humilde iglesia de aldea, prodigando á las
Hermanas alabauzes y elogios tau patomos cuan
to delicados, por el celo y abnegación con que
se consagran á la educación de las niños y á la
propagación del reino del adorable Corazón tic
Jesús en las almas ; acto seguido impartió la
bendición con S. D. M. quedando así terminada
tan simpática como conmovedora función.
Las Religiosas do Don Bosco ban comenzado
esta Obra sin medios algunos, no habiendo ate
sorado desde que la iniciaron ninguna otra cosa
más que sus deseos de apostolado y las certezas
do la fe y esperanza que nutren en su corazón,
apoyadas eu la potente protección de su celestial
Putrona María Auxiliadora; tesoros, eu verdad,
que uo tienen nada que temor ni do la polilla
que los roa ni de ladrones que los roben.
La caridad católica y sobre todo la do nuestros
amados Cooperadores, no olvidará ciertamente á
la pe<]ucfia familia aalesiana de Túnez, la cual
esta llamada, al lado de tantos otros obreros
evangélicos al alto honor do resucifitr á su anti
gua y esplondeuto vida á la Iglesia de Africa,
cuya resurrección será registrada p<»r la historia
como uno de los advenimientos más grandes y
consoladores de nuestro siglo.
3Xaría s o c o r r o ti s u s clevotos.
Xo es esta la vez primera que María se ha mos
trado verdaderamente Auxiliadora del que con fe la
invora.
Seis meses han ^pasado sin que mi pobre padre
hallara empleo ni ¿abajo alguno, lo que contristaba
grandemente á mi familia que padecía graves es
trecheces ; en ta l contratiempo recurrí á la Auxi
liadora del pueblo cristiano, rogué ó hice rogar, y
¡ oh prodigio! el último día de la novena, esto es, la
— 2CC
vigilia de la fiesta de María Sma. Auxiliadora, ini
jiadre obtuvo un empleo provisorio en Génova. ¡ Gra
cias inñnitas, oh Madre mía Sma. que en tan fausto
día te acordaste del dltimo de tus hijos concedién
dome la tun suspirada gracia I
Dante Zaqueo.
Turl
I,
28 do Ma/o úe 1806.
U ii i n o i 'i h i i u f l o C o n t r o l a d o .
El Sr. 1). Juan Troconis de esta ciudad, padre do
numerosa familia, so encontraba gravemente enfermo
il la edad do 82 aflos, con una lesión cardíaca muy
avanzada. Cada día pensábamos, yo como su hijo
político y su médico do cabecera y toda su familia,
que le había llegado el momento de su muerte.
Otra cosa nos apenaba además de la desgracia do
verlo desaparecer , y era que uno de sus hijos se
encontraba en Valencia (Venezuela), y temíamos con
mucho fundamento que no llegase á tiempo para reci
bir el adiós de su padre.
En talos angustias, un amigo do la casa muy de
voto do María Auxiliadora, ofreció á esta buena Madre
una Confusión do la familia y una Misa, si prolon
gaba al moribundo la vida hasta que llegase su que
rido hgo.
Asi filé: en el próximo Vapor que llegó al puerto,
vino el jóvon y querido deudo. Su padre le vió y
estrechándolo entre sus brazos exclamó: — ¡ Gracias á
Dios ! — Eran las cuatro de la tarde más ó menos.
Doce horas después entraba en la agonía el vene
rando anciano, espirando rodeado de toda su familia.
Tungo para mí, pues, que este fué un milagro de
Muría Auxiliadora.
Dr. S. Montiet.,
Cooperador Salesxano.
Maracaibo (Venezuela), 23 de Mayo de 1806.
M . líOO. P . ANflEf. PiCCONO.
El más poquofiito de los hijos do una hennana
mía, se vió bastante grave por dos reacciones dife
rentes, á causa do haber resistido las enfermedades
á todos los tratamientos médicos así como á la soli
citud y cuidados que naturalmente so le prodigaban.
Mi hermana venía también padeciendo desdo cinco
años hace una enfermedad igualmente rebelde á varios
tratamientos y con In cual casi se habla resignado.
En estas circunstancias, recordando la devoción que
1). Poseo rocoinionda do los Padre nuestros. Ave
Marías y Glorias al Smo. y las Salves á María Au
xiliadora, practicó dicha devoción en los casos citados,
obteniendo desdo luego el deseado alivio.
J uan de Dios L egorreti.
liftcieiidá de S. Pedro (Mgico), 6 de Majo de 1S96.
Sr. Director
del
SoleÜn Safcsiawo.
Mi muy querido hermano en ol Señor: voy á re
ferirle un hecho que, aunque tarde, quiero que so
publique, para honra y gloria de nuestra bondadosa
Madre María Auxiliadora y para que todos se animen
:l iuTOcarla siempre, especialmente eu las necesidades
y peligros de la vida.
Corría en el 26 de Febrero del p. p. afio el úl
timo día de carnaval, y según costumbre de nue^ras
Casas, debía darse una función de teatro para t^or
alegres á nuestros niños, con aquella alegría santa
que reina en todas nuestras diversiones. To, qíe
estaba al frente del entretenimiento, dispuse las cositf
al efecto y gracias á Dios, todo salió brillantementX
y con suma satisfacción de los espectadores. E.stá-^
bamos ya casi al fin sólo faltaba el último sainete
en el que había que hacer un cambio de escena. i
To, que estaba al cuidado do las decoraciones, tim
do la cuerda con fnerzá para que el telón de rendo
subiera do golpe, pero éste, quo era nuevo y halase
por el gran peso encorvado algo, salió de su enmje
y con la velocidad del rayo me cayó á plomo ^oíh-e
la mejilla derecha causándome una grande h^ida.
En tan desastroso momento no salió de mi bocautra
I)alabra que ol dulce y poderosísimo nombre desMaría;
los Superiores espantados y temblorosos acudiáron al
lugar del suceso; ol teatro cesó, y á mí me^llévaron
á la enfermería, donde pudieron cerciorarsl^ de lo
acontecido y notar con asombro el prodigio que la
Sma. Virgen liabía obrado en mi, pues que exami
nando atentamente el sitio y circunstanciás de la
herida y pesquisando entre una infinidad de males de
más ó incomparable trascendencia quo el que acababa
de sucederme, hallaron que la herida aquella no era
sino el mal mínimo y casi insignificante, en compa
ración de muchos otros que inevitablemente me habrían
acontecido si la mano invisible do mi soberana bien
hechora y Madre no me hubiese salvado. Se fué
luego por el médico y cuando esto llegó me encontró
tendido en ol lecho con una tranquilidad jamás pro
bada, y lleno de confianza en la protección de María
rozaba sosegadamente el santo Eosario. El médico
con mucho trabajo, pues faltaba un pedazo de carne
que saltó no se donde, pudo remendarme la cara
del mejor modo que supo, y salió dejándome muy
buenas esperanzas. Á los quince días mi cara cstalia
completamente curada, quedándome sólo una señal
como la de un rasguño, sin duda para perpetua
memoria de la gracia singular que acababa de reci
bir do mi excelsa Señora, á quien seré oternamenta
agradecido y de quien cantaré y ensalzaré siempre
con todo el afecto de mi alma su adorable y potente
nombro.
Un Sacerdote Salesiano, Hijo do María Auxiliadora.
B éju (SalfcmaDCA), 12 de Majo de 1806.
C o n s u e lo d e A flig id o s *
Encontrábame un día muy triste y melancólico
porque se apoderaba de mi la tibieza y la sequedad
y deseaba ser en mi corazón mucho mejor do lo que
era, cuando hé aquí que acordándome de mi buena
Madre María Auxiliadora, me postro ante su altar y
le oñezco la primera rosa nacida en mi jardín diciándole: por esta rosa, oh Madre querida, haced
quo sea lo quo debo ser y cambiadme el Corazón, lío
tardó en ser oida mi súplica y al día siguiente me pa
recía encontrarme con nn corazón tal como yo lo de
seaba.
Otro día nna de las nujeres casadas que habían
cantado las florecitas del mes de María, no teuía cos
tumbre do confesarse nada más que una vez al año,
-
2ÜT —
siendo tal la repugnancia que probaba al tener que
volver á confesarse, que parecía si no imposible, al
menos muy dificultoso el lograr lo que se deseaba;
pero acordándome yo de la Sma. Virgen María Auxi*
liadoili, me vino una noche la feliz idea de pedirla
que ablandase el corazón de aquella buena mujer, pro
metiéndola que rezaría para lo mismo tres Ave Marfag
cada día; ¿cuál no sería mi asombro cuando a la
mañana ¿guíente, á pesar de ser día de trabajo, veo
después de Misa que se acerca á mi dicha mujer, diciándome que hiciera el favor de confesarla ? así que
no es de extrañar que confiado en la Sma. Virgen le
dijoise que sabia que debía venir á confesarse; después
al íharcharse del confesonario me dijo que como yo
trafagaba tanto por el bien de todos, y ellas hacían tan
poco, por eso le costaba todavía más el irse á confesar.
¡ Qi\e nieguen los impíos el poder de la Virgen 1
U n Sacerdote
Cooperador Salesiano.
¡B é p d it a s e a U fa r ía A u x i li a d o r a !
Hacía mucho tiempo que padecía un dolor en la
gargana, y creo que era grave, porque con pequeño
esfuerzo arrojaba p u s; dominada por la tristeza acudí
á María Auxiliadora, pidiéndola que me alcanzase de
su divino Hijo la salud de la garganta, ofi'eciéndola
yo en cambio de rezar de rodülas mientras viviese
tres Avemarias.
Esta amorosísima Madre oyó mi oración, pues hace
bastantes Ineses, desde la súplica al día en que escri
bo, que no he tenido molestia alguna. ¡ Bendita sea
María Auxiliadora I
— Tenía á mi hijo ausente y se puso muy malo de
la boca, tanto que, según aseguraba él mismo, no co
mía ni dormía. Acudí á la que todo lo puede, María
Auxiliadora, y esta buena Madre le alcanzó del Señor
la salud á mí hijo y á mí el consuelo de verlo curado,
i Bendito sea Dios N. S., que por intercesión de la
Sma. Virgen María tanto nos favorece!
@ oK ica
X^a |prax\]a. afirrícola <le L a NaT^ax*ra.
En la exposición agrícola é industrial celebrada
últimamente en Hyéres ha presentado esta impor
tante granja salesiana un variadísimo mostruarío do
sus exquisitos vinos, y un excelente tratado teóricopráctico de agricultura escrito por el director de la
granja R. P. Perrot.
El Jurado, haciendo mérito de la bondad de los
productos presentados y de la utilidad práctica del
libro del P. Perrot, se ha dignado premiarles con
dos medallas de plata, una de bronce y una mención
honorífica.
Estas distinciones añadidas á otras muchas ya ob
tenidas en anteriores exposiciones, no podrán menos
de ejercer grande influencia en el ánimo de los huerfanitos que allí se educan, animándoles á continuar
con más empeño, sí cabe, en sus tareas, y han de
llenar de satisfacción á sus maestros que ven recom
pensados aún en esto mundo los muchos sacrificios
que se imponen para dar á la sociedad hombres hon
rados y buenos agricultores.
R osalía S olleirü de L osada
Cooperadora Salesiana.
Oviedo, 11 de Abril de 1896.
R everendo P adre A ngel P iccono:
Teniendo un hijo que por intrigas que le hicieron
fue condenado á nu número considerable de años de
prisión, le puse bajo la protección de María Auxilia
dora, prometiendo publicar e ^milagro en el Boletín
Salesiano. El m il^ o se verificó, pues probada su
inocencia quedó en absoluta libertad. En vista de mí
promesa autorizo á su Reverencia, por la presente,
para que se haga la publicación, atestiguando de
dicha manera mi eterno reconocimiento a la divina
Gracia.
Doy á su Reverencia, así como á la Rda. Madre
Ursula Rinaldi y demás hermanas y también á las
niñas y niños, las más expresivas gracias por su vaintercesión, á fin de que María Auxiliadora veri■i Hse el milagro expresado.
De su Reverencia humilde servidora
Q. B. S. M.
Francisca L. de VAzqrEz
30 de A bril 1898.
fiU K N oe A m % .
R dxio. t am a d o P a d r e R ú a :
Gózome hoy cou razón, y conmigu góznuse tumbiéu los beojaiuiues del corazón <fe V. li., los bnmildes artesanos de esto Colegio de AJinagru.
Porque ¿ no es un consuelo anunciar á V. B.
que estos ulñus están sobre manera eiupeñadott
en el estudio del Catecismo y del cauto llano y
que han dado prueba clara de ello en un soleinnu
Certauieu el 20 de Agosto de este año! Tres gru
pos de combatientes subieron al palco Escénico
del pequeño teatro atestado ya de espectadores.
£ n sus rostros resplandecía la esperanza de la
TÍctoria, si bien los dominaba un ligero tinte de
ÍDcertidumbre. Dichos gro(>o8 se componían de los
alumnos del 2.° grado de la Escuela Nocturna que
debían recitar de memoria el Compendio del Ca
tecismo ; de los del 3.*^' grado que debían dar b<
IV. paite del Catecismo de la Archidiócesis, r
los del 4.** grado á quienes tocaba terminar e"!
acto con la UI. parte del mismo Catecismo. Cada
grupo estaba dividido en dos bandos llamndofde María y de 8. José. Cada bando empuñaba
su bandera T trataba de defenderla cou tul emen-zs.
—
268
que más de uoa voz rayó en heróioa. Bepetidas
voces rompieron los espectadores en los más en
tusiastas aplausos y otras quedaban como embe
bidos ante la soltura y desembarazo con que al
gunos do los combatientes se disputaban la palma
(le la victoria.
La ludia fué siempre reñida, pero al fin la
victoria favoreció al bando de los protegidos
]ior S. Jos6, lo cual les envaneció sobre ma
nera. En cada grupo, so eligieron un Príncipe
y dos Cónsules} en el primer grupo, que ora el
(lo los alumnos del 2." grado, fuó Príncipe el
niño Marcelino Cono, encuadernador, que ludió
impertérrito por más do un cuarto de hora, sos
teniendo 61 solo el partido do S. José. Los demás
compañeros notaron, con no poca edificación, que
durante el calor de la refriega él se escudaba
con el escapulario de la Sma. Virgen que tenién
dolo sobre el chaleco y oculto debajo de la cha
queta estrechábalo c(xntra su pecho. Fueron Cón
sules de este primor grupo, Francisco Retamar y
Agustín Masías, ambos carpinteros. El Príncipe
del 2.® grupo fué Angel Tomador, encuadíírnador,
saliendo Cónsules Alejo Iguorabido y Juan Perazzo, improsor el primero y sastre el segundo.
Príncipe dol grupo que fiirmaban los alumnos
d d 8.®’' grado fué Formín Albornoz, carpintero, y
Cónsules Roque’ Martello, sastre, y Ventura J.
Todio, zapatero.
Estrcjpitosos aplausos saludaron á los vencedo
res, qnienes en presencia de todos fueron conde
corados por el R. P. Inspector, con la estrella
do lionor los Príncipes, y con. medalla de 2.‘‘ or
den los seis Cónsules} se le dló luego á cada
uno un precioso librito que todos conservarán con
cariño y estima. A esto siguieron algunas pala
bras de encomio y animación que dirigió á los
circnnstniitos el R. P. Inspector D. José Vespignaui, quien por un particular acto de benevo
lencia concedió á los vencedores y á todos los
que habían tomado parte activa en el Certamen
(en todo 45), iin día do paseo que tuvo lugar el
(lomingo 28 de Agosto.
Alegrará ciértaineuto á V. R. el saber que an
tes do comenzar la lucha se cantó el Himno Ina
ugural d e l!.«' Certamen Catequístico, que compuso
al efecto nuestro amado hermano el clérigo Ri
cardo Lnque. Pm los intoriuodios se cantaron varías
antífonas en canto llano, con lo que se estreu(S
la naciente Schola Oantonim de los artesanos, á
la que con generoso 8i\crificio atiende el R. P.
Gherra.
Pasando ahora á la relación del paseo, le diré
á V. R. (luo tongo la convicción de que agradó
al Señor y produjo saludables frutos. Una visita
á la Casa do Noviciado tiene siempre algo de di
vino, inspira devoción. En este paseo procuramos
imitar á Jos primeros hyos do Don Rosco, pues
la noche precedente confesáronse todos los pere
grinos, jwra poder al día siguiente, con el primer
tren, ir á ofrecer la Sta. Comunión en la Capilla
(le N. Sra. de la Guarda, quo es la dol Noviciado.
Nada le diré de la cordial acogida que nos hicie
ron los IIH. do aquella santa Casa} los niños
]tasarou un día felicisimo y iirovechoso tanto para
el alma como para el cuerpo; en una palabra:
fué el coiijuuto do eabi sencilla y simpática fies
ta tan halagador, y llenó á todos de tan hondas
y gratas impresiones, que en el Colegio no se
habla nnis que do ella, y sólo se espera que el
año termine, para volver á presenciarla.
Terminaucio esta mía, gózoiue en declararle que
esta es la ofrenda que, para el onomástico de V.
—
R., le presentan los humildes artesanos de este
Colegio, á quienes bendecirá V. R., y especial
mente al último de sus hijos
Luis PEDB3IOOTB
.¿Jmagro (B. A); 25 de Agosto de 1896.
Sr. Director del Boletín Salesiano,
Muy amado hermano en J. C. ;
No es menester que le diga la tradicional cos
tumbre de los Colegios de Don Rosco de hacer
tres días de Ejercicios Espirituales. Pues bien,
los alumnos de este Colegio los empezaron el 2
dol p. p. Setiembre bajo la dirección de los RR.
PP. Pagliore y Zaninetti, y los hicieron de un
modo tan satisfactorio, que nuestro amadísimo
P. Rector D. José Vespignani prometió premiarlos
con un paseo extraordinario. Este tuvo lugar el
Domingo 27 del corriente, tomándose por punto
del paseo la pintoresca ciudad de La Plata, ca
pital de la provincia de Buenos Aires. Es La
Plata una ciudad fiamante, hecha sin economías,
que ostenta palacios soberbios, anchas avenidas y
grandiosas plazas. Digna capital de la primera
provincia argentina. Fué fundada tan sólo el año
de 1882 y cuenta ya con más de 60.000 habitantes.
Por amor á la brevedad, no le diré los prepa
rativos de los muchachos} ya de veinte días atrás
todos tenían preparados sus anzuelos y aparejos
de pescar unos, sus hondas y municiones de caza
otros. En la tarde del 26 no so hablaba do otra
cosa que del paseo, de lo que harían y de lo que
no harían. Faorou á acostarse pero ¿qué dormir?
El pensamiento de levantarse temprano' los tenía
tan preocupados que no les dejó ni siquiera ce
rrar ojo y aun no había clareado el día que ya
no podían permanecer más en la cama. A las 4
de la mañana ya estaban de pié y listos para
salir, los 500 niños que se asilan en esta santa
Casa de Don Roseo. Encabezaban esta gruesa co
lumna de colegiales los muy RR. PP. Vespignani
y Pagliere} venía en seguida la banda de música
del Colegio y atrás en doblo fila todos los niños
dispuestos según hi clase ó taller. Al són de mía
alegre marcha nos pusimos en camioo para la
estación del ferro-carril. Allí nos esperaba nn tren
expreso galantemente cedido por el gerente de la
Compañía D. Santiago C. Merengo, benemérito
Cooperador Salesiano. A las 6 en punto el tren
se ponía en movimiento entro los silbidos de la
máquina que bufaba de coraje, y entre los acordes
de la música y los gritos de alegría de los jóvenes
alumnos. Después de hora y cuarto de no inte
rrumpida carrera por entre los tabu<M>s de la Boca
primero, los caseríos de Barracas después, y los
lloridos j.ordines y esbeltos chaleU de Bemal y
Quilines por último, se llegó á la monumental
estación de La Plata.
Allí nos esperaban los 200 alumnos del Colegio
de U»s Sagrados Cor.izones con su digno y amable
Director R. P. Caprioglio á la cabei^ Se bajó
ordenadamente del tren, poniéndonos en filas de
á cuatro y al són de música y redobles de tambor
nos encaminamos hacia el C^olegio con la alegría
en el rostro y la felicidad en el corazón, desper
tando á los tranquilos platenses qne, soñolientos
y medio vestidos se asomaban á las ventanas
para indagar la cansa de tonta bulla. Una vez en
el Colegio nos dirigimos á la Capilla donde el
P. Rector celebró la Sta. Misa y distribuyó la
— 269 —
«agrada ComTmión á casi todos los preaentos. Se en el Colegio para cenar, y cuando estuvimos
pasó en seguida al patio donde se repartió entre preparados para retom ar á Casa, en el mismo
loa niños un abundante desayuno, obsequio de orden con que bajamos subimos de tiuevo á los
algunas buenas Cooperadoras de La Plata, y luego coches del ferrocmril. Silba por última vez la
al campo, á respirar las auras matutinas de la locomotora, la banda hace resonar sus alogres
primavera, á corretear por las verdes p rad era, h a rm o n ^ , y los niños todos, tanto de los Sugraá trepar por los árboles, á dar caza á los paja> dos Corazones como de Almagro, prornim]ieu al
ritos, y á pescar bagres y mojarras (1) por los a- ternativamente en estruendosos vivas á los PP.
rroyuelos que rodean á La Plata y su dilatada Vespignani y Caprioglio, al Colegio do la Plata
campiña. Pero es tiempo de volver al Colegio y al Colegio Pío IX, mientras que el tren so lanza
para reparar las fuerzas y cobrar nuevas para o- majestuoso y rápido á devorar los 50 kim. que
tras correrías. Hénos ya sentados en improvisados le separan de Buenos Aires. Los cochos presen
bancos de troncos, y piedras. Era un gusto ver taban al poco rato el aspecto más variado y ri
aquellos mil corrillos que se movían á compás y sueño; aquí un grupo cantando alabanzas á María,
que primero silenciosamente y después con una allí otro departiendo amigablemente y contándose
algazara atronadora hacían desaparecer como por las peripecias del d ía ; acá unos chicos que ren
encanto temeros enteros y repletos canastos de pan. didos de cansancio son dulcemente acariciados por
La tarde se dedicó á visitar los edificios y monu el sueño y cuyas cabecitas topan unas con otras,
mentos de la^iiudad. Dignos de verse son, á la y allá otros más patriotas que entonan el himno
Colegio P ío IX de A rtes y Oficios, en A lm agro (B uenos Aires).
verdad, su estupenda Catedral, en constrncción
y que una vez concluida será la admiración de
propios y extraños, el Palacio del Gobierno con
sus columnas de variados mármoles, la Legislatnra con su severo pórtico, el Museo uno de los
más ricos y hermosos de América, el Departa
mento de Ingenievos, el Palacio de los Tribuna
les, la Municipalidad, el arco de entrada al Parque
Buenos Aires, monnmentos dignos de figurar entre
loe mejores de París y Londres y qne denoncian
al extranjero qne llega á estas encantadoras pla
yas, la vitalidad y riqueza del gran pueblo ar
gentino, llamado á figurar en época no lejana
entre los más florecientes del mnndo entero.
Pero el sol declina, la noche comienza á exten
der sn negro manto, y á las 7 hay qne volver á
tomar el tren. Nos reunimos todos nuevamente
fl)
---- <jn8
Tonoho «o lo» ríos
nacional. Después de hora y media de viaje el
tren se detiene: una voz grita “ Buenos Airen ”
y en menos de diez minutos los quiuieutos niíios
quedan perfectamente ordenados y so cncaminao
á su querido Colegio de Almagro, dando á la
gran Capital Sudamericana un espectáculo raras
veces visto. Cruzamos silenciosamente la plaza
« 25 de Mayo* y al llegar frente á la hermosa
Avenida del mismo nombre, la banda rompe el
silencio con una marcha triunfal y comenzamos
á caminar por el centro de la gran Avenida. La
gente se aglomera para vemos desfilar, nos sigue,
nos palmotea, y alguno exclama: — Solamente Don
Bosco podía dar semejante espectáculo: ¡Viva Don
Bosco y vivan sos Salesianos! — A las 9 de la no
che llegamos al Colegio, cansados sí, i>ero contentos
todos; loe niños porque habían pasado un din
feliz y de expansión, y los Superiores porque no
habí.an tenido que lam entar ningún desorden ó
— 270 —
incidente desagradable, y más que todo, contentos
porn^no contentos los amados niños.
I Que Don Bosco bendiga desde el Cielo nues
tros pobres trabajos, y naga que estos tiernos
niños condados á nuestros cuidados sean un día
el Iionor y el orgullo de la Religión y de la P a
tria !
De V .,Sr. Director, afmo. hermano en J. C.
piedra del nuevo edificio de los T alleres de D.
Bosco que mañana darán p an , trabajo y sólida
educación á más de 500 de esos niños, como biea
lo dejó escrito el ilustrado amigo nuestro D. En
rique Legrand, que la vida callejera y la costum
bre de la holgazanería conviertei\ tan á menudo en
delincuentes ó , por lo menos, en miembros inútiles
de la sociedad ; en^ donde se trate de darles un
Oficio, que les permita más tarde ganarse honra
damente la vida y contribuir en su modesta esfera
Manuel J. Montaldo, Pbro.
al bien común de la patria ; en donde «e procure,
Alniftfn‘0 <B. A.) 80 de Setiembre de 1800
en fin y sobre todo, de infundir las sublimes resig
naciones y las alentadoras esperanzas, privilegio
innegable y de capital importancia social, de la en
señanza cristiana.
He dicho: Educación cristiana de los niños obre
ros.
Es esta una circunstancia favorable para expo
im n m m
neros sencillamente algunas ideas, no nuevas por
cierto, mas que, por su importancia es menester
que se graben en nuestra mente y sirvan de base
á nuestro criterio.
Los que atentamente acompañamos en sus vi
cisitudes la manifestación de la idea y de la vida
PRONUNCIADO POR EL R. P. JOSÉ GAMBA
moral en la familia hum ana, no podemos menos
de experimentar un sentimiento de hondo pesar,
con motivo ilo la colocación do la piedra [‘(indaraental del no
separado de un verdadero terror, al contem
plar el rumbo que la perversidad de los tiempos
nuevo edilicio do los Talleres de D. Bosco
y la impiedad de las doctrinas imprimen á su
marcha.
No se trata aquí de pesimismos ni de exage
iLUSTiiísiMO T Reverendísimo señor:
raciones retóricas.
Los graves movimientos de la clases inferiores,
Señores :
que todos los días nos anuncian loa periódicos;
El que habría debido dirigiros hoy su palabra huelgas enormes, motines abortados, tumultos mal
elocuente ó inspirada,* el que desdó tantos años reprimidos por la fuerza, atentados petroleros y
tenía puesto su corazón y sus esperanzas eu los dinamiteros, que se suceden unos á otros con depobres galpones de los T alleres do D. Bosco, aun- soladora frecuencia, no son sino sordo.s rumores,
no su celo de apóstol y el campo vastísimo cen siniestros relámpagos de una tempestad inminente,
ado por la Providencia á su actividad le obli que ya ha invadido todos los ámbitos del hori
garan á estar lejos do nosotros gran parte del zonte y amenaza estallar sobro nuestras cabezas.
aüoj el que ansiaba este día como premio y co
No hay duda : un mal grave aqueja jÍ la socie
rona do sus desvelos y do un trabajo arduo y dad moderna. ¿ Cuáles son sus causas ?
Señores: el mal de nuestra sociedad reside eu el
consbuite: el limo. Señor LASAGNA, el padre
de nuestros niños, el ángel do nuestros colegios, corazón : no afecta tanto á su organismo material,
nos ha sido arrebatado cuando la Congregación como al princii)io que lo da movimiento y lo go
Salosiami, la Iglesia y la sociedad so prometían bierna.
Nuestra Sociedad se va acostumbrando á no
justamente de ól obras admirables.
A mí, último entro los hijos do Don Bosco, obedecer á otros móviles, á no tener otro vínculb
destinado por la obediencia á sustituir al que de unión que el de los intereses lu.ateriales, de
tanto ho amado y venerado desdo mi juventud las conveniencias individuales y egoístas, del pro
como nfectuosisimo padre y maestro, en su alto vecho sultjotivo, obtenido á trueque de todo, sin
cargo do Superior de los Sulesianes en el Uruguay, distinción «le medios.
Ahora bien: b)s intereses materiales, en gene
debíatt)carmo reuniros eu mi rededor civ esto acto
solemne. ipU' representa á un tiem po:
ral. no unen, sino dividen, porque por sn natnraleza son tales que no ptietlen favorecer simnlUn triunfo de la Providencia,
tánoamciite ii ainlias partes, siendo así que lo que
Un porvenir pai'a los hi.ios <lel pueblo,
Una provocación dirigida con franco atrevi e.s TÍtil ú unos, «laña á otros; lo que conviene á
miento á la inagotable y proverbial generosidad l«>s ricos, su(‘le perjudicar á los pobres.
Es indispensable, pues, á loa vínculos materia
de loa Uruguayos.
En estos tiomims de universal reacción en fa les añadir, ó, si fuese necesario, sustituir otros
vor do las clases desheredadas; mientras, por un nnls universales, superiores á las alternativas de
lado, falsos amigos del pueblo, abusando de su las pasiones «j intereses humanos, y que los seño
pt>sti'ación. buena fe ó ignorancia panv satisfacer reen y dirijan.
Nuestra Socied<a«l se agita en una lucha vio
bi\jos egoismtís y ambiciones deseufrenadas, lo amtótran al precipicio, pretextando armuc.arlo de la lenta, preparada paulatinamente , pero sin des
•abyección y el servilismo, os ho llamado. Señores canso, desde varios siglos : el socialistno moderno,
Cooperadores y Señoras Ooopenidoras. para d;vr derivación ex.ngorada do un principio verdadero
comienzo en medio de vosotros, con vosotros, á en sí. poro mal entendido y peor aplicado, el prin
una em presa. cuya realización valdrá para las cipio de la igualdad ; fruto de un progreso m.aclases humildes mucho más que has intrig;\8 de terhal, con el cual no corre panojas el progreso
los couspin\dores y los violentos ataques de los moral.
Debemos oponer á «iste otro socialismo, que
tribunos socialistas: La colocación de la prioitra
DISCURSO
3
— 271
tenga sns cimientos en la moralidad y en la vir*
tad; que mientras habla de igualdad y libertad
Á1 obrero, le demuestre que la igualdad y la l i '
bertad son un absurdo mientras su corazón esté
aTasalIado por el ardor de las pasiones, y no eleve
8Q pensamiento y sus afectos al cielo, en donde
reside nuestro Padre común.
Bebemos, en ñn, curar la sociedad con la reli
gión, vínculo espiritual que domina la m ateria,
por eso mismo que á la m ateria no pertenece j
que engendra y desarrolla en el hombre los gér
menes de la virtud y enseña ó todas las clases
sociales, ricos y pobres, poderosos y humildes,
la oración sublime de Cristo, lema del socialismo
cristiano : / Fater noster qui es in coelis í
i Queremos cumplir con nuestro deber de cató
licos y de ciudadanos, poniendo un dique al
avance de tantos m ales) El medio mós eficaz que
os pueda sugerir es la educación de la niñez, sobre
todo la educación religiosa del obrero de mañana.
Porque, señores, tratar de apartar al obrero de
las corrientes desmoralizadoras que lo envuelven
por todas p artes; ganarle á los principios de Cristo
y á la vida morigerada de la familia; alejarlo de
los ambientes perversos y envenenados, donde pe
ligra su fe y su v irtud; de las lecturas pernicio
sas, de los espectáculos innobles, de las ocasiones
de dar un mal paso, agrupándolo en sociedades
honestas, sea cual fuere su nombre y su form a;
todo esto es muy santo, muy digno , muy mere
cedor del aplauso universal.
Pero cuidar de que la moral cristiana y los di
vinos principios de la religión sean su norte y su
guía desde los primeros años de su existencia;
que el vicio no manche la pureza de su corazón ;
que ideas subversivas y absurdas no maleen la
inteligencia y las fuentes del sentimiento; que sin
menoscabo de la libertad y de la verdadera
igualdad, conciba el niño la necesidad imprescin
dible de una jerarquía revestida de autoridad pre
sidiendo ul organismo social, como la cabeza al
conjunto corporeo; que sin estucrzos casi, sin las
fatales resistencias de las pasiones desbordadas,
convierta en hábito la práctica de la virtud y del
trabajo honrado y digniücíuito, imposibilitándole
moraimente á las torpezas del vicio y á los exce
sos de una libertad desenfrenada; ¿ no es eslfl, se
ñores, inmensamente más valioso, más encoiniable,
más conducente á la prosecución del fin pi’opuesto)
La' educación del niño, sobre todo del hijo del
obrero : ¡ he ahí el remedio ! Eso es atacar al mal
en sus raíces, pouer el de<lo .en la llaga, proveer
á la renovación de la sociedad inoculando en su
cuerpo caído v enfermizo nueva savia, nuevos ele
mentos de vida, que quizás lenta, pero infalible
mente circulando por su organismo, lo transfor
men devolviéndole las fuerzas de su virilidad,
sus penlidas energías.
Si el río arrastra sus olas turbias y cenagosas
hacia el mar, es pretensión vana querer devol
verle su pureza en la mitad de sn carrera; de
bemos remontarnos a sus fuentes , parificarlo en
sus origines, v entonces, sólo entonces, veréis sus
aguas deslizarse límpidas y cristalinas, reflejando
la purezas del cielo y llevando la vida y la fecum'.i'b’-d á las camp:'"»'..
Los i:’v Vos « TnlUrcs *, enya primera piedra
en nonil>re de Dios y bajo la protección de María
AniiH .-i.:" 1. hov hernias colorado, responden ca
balmente á lo que acubo de manifestaros.
{Se continuara).
BOGOTA (Colombia)
Nuestros hermanos de Bogotá han tomado á sn
cargo una nueva é importante obra de caridad
enfavor de los pobres niños abandonados, la cual
lleva por título Asilo de la Santa Infancia.
Sobre los urigiues y estado actual de esta obra
de caridad leemos eu Ul Nacional el siguiente
interesante articulo, que á no dudarlo leerán con
gusto nuestros beneméritos Cooperadores y lecto
res.
« Repugnante y triste era el espectáculo que
el nocturno transeúnte presenciaba al pasar por
muchos puntos de las cmles de Bogotá.
Hacinados en horribles montones, con sus mal
cubiertas carnes sobre las heladas y duras piedras,
tiritando de frío y de hambre y queriendo eu esa
confusión de harapos y mugre defenderse del des
templado y entumecedor cierzo de la noche : así
dormían multitud de esos muchachitos que durante
el día vemos por todas partes anunciando con sus
agudos gritos los periódicos ú ofreciendo ene ser
vicios como limpiabotas.
Seres infelices y abandonados que, si acaso lo
graban encontrar en su pequeño comercio de j)apeles y cigarrillos un pan con que saciar el ham
bre, no tenían al llegar la noche on techo donde
abrigarse y que les diera calor.
Eu el día vagando por las calles sin rumbo fijo,
almorzando y comiendo en inmundas tabernas,
con la hez de la sociedad, y por la noche, después
de unas cuantas libaciones do la maldita chicha,
tirados sobre las frías baldosas, durmiendo á la
intem perie; ignorantes de toda noción de moral
y de deber, formándose sólo ideas do odio hacia
sus semejantes que así los dejaban sufrir : esta
era la vida que llevaban esos embriones de cindadanoa, tal era el principio de una no pequeña
parte de imestro futuro pueblo.
Era urgente hacer algo en favor do esos des
graciados inocentes; había iuicesi<la4l do que una
mano carifaitiva los arrancara de las garras de la
miseria y del crimen ; no se poilían dííjar dosaniparados‘aquellos ^‘eres que allí, arrojados en la
calle en apiñados grupos, reiuisciiiabun otrow
tantzH* hombre-i imítile« eu la socieílad ó tal vez
los próximos habitant*--» «leí i>rcn¡dio.
Pero esto suceih'a en Bogotá y no podía ser
mirado ctui indiferencia; <1 remedio para tan
grave mal :t)>;iicció pront<j. \ a la nunca desmen
tida caridifl de los bogotanos ha llevado á cabo
la más l)ella y útil do las obras en bien de la
desgracir.: va todos c-íok pobres niños tienen
donde -r les dé un pan y un abrigo, ya encon
traron un hogar, que no de otro modo puede
llamarse el Asilo de la Santa Infancia.
En una casita do modesta apariencia y relati
vamente pequeña, situada una cuadra arriba do
la iglesia del Carmen, y que la Sociedad de San
Vicente de Paul dedicó á este objeto, se da aC4»"ida á
aquello^ niños qne por su completo
! desamparo,
lo que parece increíble, por la in¡ diferencia y abandono de sus padres, no tienen
i un rincón donde pn=ar la noche.
Alií, bajo la dirección del Reverendo Padre
salc-iano Miguel Mitte se les enseña á leer v es
cribir, se les dan nociones de Aritmética y Geo
metría, lo mismo que de Geografía ó Historia
Pigrada v Patria, y son instniiílos en sus deberes
de Religión y Urbanidad, dándoles al mismo
— 272 —
tiempo leccíoDes eencillas de canto y m úsica; todo
en sesiones cortas para no fatigarlos, y alternando
<ion ratos de descanso y recreo. Y os de verse la
amabilidad y cariño con que son tratados, ha
ciéndoles menos penoso, por medio de distraccio
nes y juegos apropiados, esto paso de la libertad
y holganza en que so lian criado, á la vida de
orden y sujeción (pie allí llevan.
Divididos en dos secciones, superior ó inferior,
liay actualinonte en la primera cuarenta y cinco
niños y quince en la segunda. A la sección supe
rior pertenecen los (i^ue por su buena conducta
y sumisión, viven del todo en el Asilo y depen
den en absoluto de él, formando en cierto modo
la familia principal do estn casa j y la inferior
los que i)u<lióramo8 llamar los huéspedes ó am
bulantes, los que, llevados por la policía á cual
quiera hora do la noche, son recibidos por un
empleado especial que tiene orden de abrir en
cualquier momento que lleguen, y después de
pasar la noche allí, están uno, dos ó tres días, y
se van y no vuelven más, sin que por esto pier
dan el derecho á sor acogidos (te nuevo, cuando,
acosados por el hambre y el frío, llamen á sus
puertas.
De estos últimos, los que durante un mes mues
tren i>or su puntimlidad en la asistencia y obe
diencia á las disposiciones Ruporiores, estar con
tentos en esa nueva vida y deseosos de continuar
por ese camino, son incluidos entre los de 2a
primera sección y ya jiasan á gozar de todas las
prerrogativas que estos tieuen, quedando some
tidos á las mismas leyes que los rigen.
A las cinco de la mañana se levantan y después
(le lavarse y asearse, rezar algunas oraciones y
tomar su desayuno, son llevados por un empleado
espooiai (pie los vigila y distribuye en los diverKOB talleres en que ban sido colocados, y en donde
á la voz que aprenden algún oficio, cada cual es
remunerado con diez centavos diarios.
liste pequeño fruto de su trabajo es guardado
üu la caja de aborros, donde cada niño tiene su
casilla marcada con su nombre, y allí van acuiimlnndo real por real basta que en pocos días
do constancia llegan á hacerse dueños de algo,
para ellos un capital.
Al principio los era trabajoso no darse gusto
en cualquiera de sus antojos y cada (íicr ca»tai'(>í
<pie á sus manos llegaban, ]>asnban, inmediatamente A la tienda vecina por pan ó chicho ; pero
cuando ya viovon la utilidad (lo saber ajireciar
prudentemoiite el dinero, y. cómo, de poner un
real sobro otro puede llegarse A ser capitalista,
entonces ya comenzaron a eeonomizar y guardar,
do modo que boy muchos de ellos tienen la gran
satisfaccii^n de ponerse una ruana, unas alparga
tas. un sombr('ro y algunos hasta un Ilux de buen
paño, uo inAs que con lo que les ha dado su tra
bajo.
Aquí tenemos, pues, estos capitalistas en mi
niatura, cogiéndole amor al ahoiTO, sin que por
cato estén aprendiendo A ser avaros ni usureros.
£ l almuerzo y la comida Ies son suministrados
on la Sopa (le ¿fon ríoeníc, y A las seis de la
tarde regresan otra vez vigilados \>or el mismo
empleado al Asilo, A oir las sencillas conferencias
con (lue el Padre Director les da A conocer los
principales rudimentos de las materias que hemos
apuntado.
A las ocho de la noche, después de recibir el
rofw'soo que se les reparte, rezar el rosario y es
cuchar atentos y juiciosos la plAtica que sobre
algiin punto de religión ó do moral se les hace.
van todos á entregarse al descanso y al sueño en
sendas camas muy bien arregladas y dispuestas
en dormitorios espaciosos y ventilados, en donde
el orden y la vigilancia son admirables.
Conmovedor es ver á aquellos infelices deshe
redados, que todavía llevan en sus semblantes
las huellas del frío y del hambre, arrodillarse
todos en sus cámitas A elevar una vez más su
inocente plegaria con que tal vez ruegan al Cielo
por los que así les dan calor y pan, y ver cómo
después se meten alegres entre sus calientes y
abrigados cobertores A gozar de ese dulce sueño
que ellos no habían tenido nunca.
¡ Cuántos ciudadanos útiles en la sociedad,
pensábamos al verlos, saldrán de estas pequeñas
criaturas robadas á la desgracia ! i Cuántos brazos
vigorosos tendrán aquí dentro de poco las tan atrasadas industrias de nuestra P a tria !
Hombros robustos y fuertes, sin vicios, de sanas
ideas y con nociones de moral y buenas costum
bres, que después habrán de trasm itir A sus hijos
en el seno del hogar.
Grande es la obra que se está llevando A cabo
por iniciación de varias señoras y caballeros de
esta ciudad j pero ahora principia y hay que
tener en cuenta que para llegar á conseguir los
inmensos é inapreciables bienes que de su com
pleta realización habrán de resultar, no cuenta
con otros auxiliares que los nobles sentimientos
de cavidad y amor al desgraciado, siempre vivos
entre nosotros.
Así, pues, ya que el primer paso está dado, es
necesario apoyar tan bella institución, y cooperar
de cuantos modos sean posibles en la sublime
tarea de arraucar víctimas A la miseria y la igno
rancia.
Que los Reverendos Padres Salesianos perseve
ren en su santa labor y que la pública caridad
66 haga sentir para ensanchar la institución. »
D. DAVID BULETTI, Pbro.
?iHAno Señor Director : escasea tanto en
nuestra época el verdadero mérito, á cansa
de la crisis universal de virtud, que desde
algunos años estamos sufriendo, que cuan
do por buena suerte damos con algún r tr Justus,
con algún hombre conforme al corazón de Dios, no
queremos perder la ocasión de desenterrarlo para
que las gentes lo vean y aprendan cómo se sirve á
Jesucristo y cómo se debe trabajar por su gloria.
Se trata, señor Director, de un cooperador salesiano en toda la extensión de la palabra; de
un sacerdote que Uevó cumplidamente su misión,
y á quien Dios ha llamado A percibir el premio
de sus fatigas. El Presbítero D. David Bnletli,
Cura Vicario del Rosario Oriental durante 32 años,
fué un sacerdote ejemplar.
— 273 —
De boca de los tres señores obispos que en ese
p^odo se han ido sucediendo en la diócesis del
UiQguaj, oí decir más de una vez que D. David
era uno de los párrocos que había tomado más á
pechos la salvación de las almas que se le habían
confiado, j nuestro inolvidable Mons. Lasagna,
que había tenido el gusto de conocerlo y pasar
Agimos días en su compañía, solía decirme:
< D. Buletti €8 un verdadero religioso, solo le
falta trasladarse á un convento. En su casa estoy
como en comunidad. »
£1 año ochenta un grupo de valdenses, que pue
blan una colonia junto al Rosario, invadieron el
mencionado pueblo: intentaban protestantizarlo.
Don David se hallaba casi solo para defender su
rebaño; sin embargo, no se perdió de ánimo.
Echó mano de sus ahorros y compró una minerva
con todo lo necesario para entrar en combate.
Escribió un libro bastante voluminoso titulado
Oonferencias Sistórico-Morales sobre el Protestan
tismo, que repartió gratis á cuantos lo quisieron.
En él retrató á los fundadores de la secta de
cuerpo entero, citando los elogios que durante su
vida se habían hecho recíprocamente. Sea por
vergüenza, pues no era para menos, ó porque ob
servaran que pisaban en mal terreno, los discí
pulos de Valdo creyeron prudente tocar á retirada.
En esa misma época, un indiferentismo descon
solador por todo lo que mira á los intereses del
alma, alejaba, en especial á los hombres, del templo
de Dios.
El celoso párroco, viendo que sus feligreses'se
dormían en los brazos de la muerte eterna, no se
da paz ni un momento. Busca el medio para lle
gar hasta ellos, para hacerles oir su voz, y bien
pronto lo encuentra su ardiente caridad. Escribe
folletos pequeños que casi todos los domingos dis
tribuye gratis en la puerta del templo.
En esos trabajos ba agotado todos sus ahorros ;
su celo, empero, no ha disminuido. Viendo el des
cuido de los padres en educar á sus hijos como
Dios manda, levanta dos escuelas para ambos
sexos, para lo cual hipoteca la única propiedad
que poseía, y las dota de excelentes profesores.
Dedicóse también con celo á fomentar las vo
caciones al estado religioso,siendo muchos entre
varones y mujeres, los que hoy enseñan á otros
el camino de la verdad ya en nuestros colegios,
ya en las misiones entre los salvajes.
Una vida tan llena de méritos delante de Dios
ya se comprende como se habrá extinguido.
Preciosa, en verdad, ha sido la muerte de ese
virtuoso sacerdote, delante del Señor. Conociendo
que se acercaba su fin, dijo al sacerdote que le
acompañaba: « No hay tiempo que perder, deme
loe últimos auxilios. »
Tomó después en sus manos un crucifijo que
le habían regalado el día de su ordenación, y
« bien Señor mío, le d ijo; yo os he llevado siem
pre con amor j habéis sido mi compañero durante
la vida, os'he dado á conocer á mi pueblo cuanto
me ha sido posible, vos me daréis ahora la vida
eterna. >
Hizo llaTTiar en seguida á su anciana madre, y
« Madre, la dijo, yo me voy j allá arriba la es
pero. Perdóneme las & lt^ con que durante mi
vida la haya disgastado. > Diciendo esto se dur
mió en el Señor.
Muchos, sólo ahora han conocido loe méritos
de su virtuoso párroco. El pueblo todo sin dis
tinción de creencias, acudió en masa á rendir el
último tribnto al hombre de Dios. Varios de sns
amigos y dicípulos hicieron uso de la palabra
haciendo resaltar las virtudes del extinto.
Quedo de V., Señor Director, afmo. S. S. m 0. J".
Dahaso Moreira,
Sacerdote Sulosiauo.
Bosarlo Oriental, Marco de 1896.
D. Luis G, Repetto,
gos Salesianos de la República Argentina es
tán de luto. Uno de sus más ilustres bieiihechores, uno de sus más sinceros amigos,
^uuo de sus más entusiastas admiradores, el
vSeñor Don Luis Gr. Repetto ha bajado al sepulcro
eu la primavera de la vida, cuando su vigorosa
inteligencia comenzaba á extender sus benéficos
fulgores por todos los ámbitos de la gran República
Sud-americana, cuando sus tiernos y candorosos
hijos más necesitaban de sus paternales cuidados,
cuando su patria lloraba aún la prematura muerte
de un Tristán Achával, de un Pedro Goyena, de
un José Manuel Estrada, esas glorias fulgidísimas
de la Religión y de la Pati-ia.! ¡Feliz él que con
sagró su vida entera y combatió incesantemente
por el reinado social de Jesucristo ! ¡ Feliz él quo
al fin de su joruada corta, sí, pero fructuosa, pudo
exclamar con el Apóstol: He peleado buena batalla,
he acabado mi caiTcra, 7te conseixado la fe !
A el debe vida y prosjieridad la Socieuad « Ju
ventud Católica» de Buenos Aires que fundó y
sostuvo cuando el furor de las sectas se desahogaba
persiguiendo á la Religión, cuando en las filas de
los buenos comenzaba ya á entrar el desaliento y
el desmayo. Él formó parte del primer Condeso
de Católicos Argentinos trabajando con celo infa
tigable para reunir medios, organizar elementos y
alentar voluntades; él fuó autor de cien hennosísimoB artículos sobre el poder temporal del Pajia,
la enseñanza religiosa, la cremación de los cadá
veres, el proceso de Gallleo, que vieron la luz pú
blica en los periódicos de Buenos Aires ; él, en
fin, fué uno de los católicos sud-araencanos quo
más lucharon por la buena causa, por la fe y i>or
la Religión en la tribuna, en la prensa, en la
sociedad. Dios ya le habrá ciertamente recompen
sado sus servicios con un premio eterno.
Los Hijos de Don Bosco que recibieron el óbolo
generoso de su caridad, que se honraron con su
amistad , que se ilustraron con sus consejos j los
Hijos de Don Bosco en cuyos oidos repercuten
aún las hermosas y elocuentes palabras que en
ocasión del Prim er Congreso Internacional de Coo
peradores en Bolonia pronunciara en el Clnb Ca
tólico de Buenos Aires sobre las obras del Apóstol
de la niñez, depositan la bnmilde ofrenda de sn
amor y gratitud sobre la tumba del que fué su
Bienhechor y Amigo.
B . I. P . A .
— 274 —
por ellos, como bien Á las claras se deduce leyendo
el presente discurso. Agradecemos al autor la atención.
C r is to ü e y tlanoo del odio de loe judio», rmeedor de loa Ciaarea y midico de inefable oienoiapara curar
á loe eooialietae, es un notabilísimo'discurso leído por
I 'I o i n o s x*ocit>Í<lo la segunda oonferenoia
sobro el lazareto nacional prommoiada el 2 de Agosto
por el K. P. Itabagliati, superior de los Salesianos de
Ja Colombia, ante numeroso y escogido concurso. En
ella puso do manifiesto como la idea de la fundación
de nn Gran Lazareto ha hallado propicia acogida y
merecido generoso apoyo de parto de numerosas per
sonas que se han apresurado A oontribuir con su con
tingente á la realización de tan salvador proyecto;
inculca su extremada necesidad y manifiesta la firme
esperanza que abriga de poderlo realizar antee de lo
que generalmente se oree. Merece ser leida con dete
nimiento esta notable oonferenoia por cuantos han to
mado viva parte en el proceso de este asunto, de vital
interÓB para Colombia.
*X nm 1>lóii l i a I lc j^ n c lo á esta redacción
el notable discurso prommeiado por el R. P. Luis
Morandl, Director del Observatorio Meteorológico del
Colegio Saleaiano de Villa Colón, al inaugurarse el Ob
servatorio iloíisríior l.atagna en nuestro Colegio de
Almagro (Buenos Aires), de cuyo noto dimos ya cuenta
A nuestros lectores cu el número correspondiente al
pasado Setiembre. Con óste son ya nueve los Obser
vatorios Meteorológicos establecidos por los Salesianos
en Sudainérica r en Villa Colón, Payaandú,Sau Nicolás
<le ios Arroyos, Patagones, Roca, Bahía Blanca,
Punta Arenas, Malvinas, y últimamente, Almagro;
siendo ya muchos é importantes los servicios prestados
D. José Gras y GranoUers, Canónigo del Sacro Monte
de Granada, en la apertura del curso académico de
1891 á 92. Su autor demuestra por la historia, tanto
profana como eclesiástica, que Cristo es la infinita luz
y caridad, y que sólo en el social acatamiento y ado
ración de su soberanía estriba la verdadera libertad,
el verdadero progreso y la solución de la actual crisis
del mundo. En todo él resplandece una erudición pro
funda y nu grande conocimiento de la historia, y su
lectura puede ser muy provechosa especialmente para
los csttidiantes, seminaristas, industriales y obreros.
Lo recomendamos.
X *i*aoco X ja t i x i u s es el título de una revista
mensual en latín que se i>ublica en Filadelfia. y de
ia cual hemos recibido varios números qne nemes
loido con singular placer. Su director D. Areadio Ave
llano so propone con ella diseminar y fomentar el amor
á la lengua latina, do tal manera que venga á ser la
lengua familiar, la comercial y en una palabra, la
lengua universal. Deseamos á dicho Sr. perseverancia
en sus nobles y levantados propósitos. La snsorioión
á esta revista cuesta 1’25 pesos al año.
R e c u e r d o d e l a 1.» Oonixuiidn de
S. S. León X m . — Hemos recibido este pre
cioso opúsculo, muestra galana del amor de los li
meños al Vicario de Jesucristo, y de la importancia
que ha revestido la celebración del 75 aniversario da
la 1.* comunión de S. S. Todos loa Colegios tanto de
niños como de niñas han tomado parte activa en esta
manifestación al Papa, presentándole en ese día, aparte
de las Misas y obras buenas, una rica y preciosa co
rona de comuniones que no baja de 5.000. Felicitamos
de todo corazón á la j unta promotora por el feliz re
sultado obtenido, y la agradecemos el tem plar que se
ha servido mandamos.
miiii Mii’iiriM'
Z I nT I D I O I E ]
ID E L
Enero.
Carta de Nuestro Rdo. P. Superior Miguel
Rúa á loe Cooperadore» Saleeianoe . . .
pdg. 1
»
6
C onferencia.........................................
Inmensa Catástrofe . . . . . . . . .
» 7
El limo. Sr. Dr. D. Luis Lasagua, Apóstol
del Uruguay y del Brasil. Apuntos bio
gráficos . ...................................................
> 11
lios Funerales en T u r í u ....................
•
17
El R. P. Miguel Unía. Apóstol de los lepro
sos de la C o lo m b ia .........................
»
21
Noticias de nuestros Misioneros. Brasil, i/tjtián iSalesiaNa del Mallo Groseo. Colonia
Teresa Cristina. Encuentro con los Indios.
Una víctima del Baire. Dificultades de
esta Misión . . . . ..............................
» 25
España. Utrera (SeviÜa). Colegio de N.
Sra. dsl C a r m e n .............................
>
27
Normas P rác tic as.................................
»
28
Grabados. Colegio de Giiaratinguetá —
limo. Sr Dr. D. Luis Lasagua — R. P. Mi
guel Uuia.
^ZÑTO
180S
.
Febrero.
Un grande acontecimiento . . . . . .
Miércoles de ceniza . - ..........................
CoDolnsioues Aprobadas por el Primer Con
greso luteniacional Salesiano . . . .
Noticias de nuestros Misioneros- Patagonia
Meridional. Un mes de Mieíán en la Pampa
Las primeras paradas — Inconvenientes
de estos viajes-El guía enfermo - La Pro
videncia no nos abandona. —Panorama —
Triste desierto — Los conventos y los
monjes de estos desiertos — Una precau
ción necesaria — Llegada á Gallegos —
Una enferma qne cauta el Kuno dimiltis.
— Un paso difícil —• Grave peligro . .
Viaje de nnestros Misioneros. De las Islas
del Cabo Verde á Buenos Aires . . . .
Gracias de María A uxiliadora..................
Crónica General.
España. Utrera (Sevilla). Colegio de N. Sra.
del Carmen. — Rareelena. Colegio de S.
.To«é. — Gcrtnia. Granja Salesiana de b.
» 29
> 31
* id.
>33
>36
>37
— 275 —
Isidro. — Sarrid (Barcelona). Esonelai
Saleslanas- — Nuevas fundaciones. — Pri
mera M isa...............................................
América. Quito (Ecuador). Talleres Saleaia*
nos. — P&ysanáú (Uruguay). Fiesta de
N. Sra. del Rosario. — Bogotá (Colombia).
Gran Lazareto Nacional.........................
Noticias y V aried ad es..............................
lUbliografia
..........................
A\’isos Im p o rtan tes.............................. ....
Grabados. Iglesia de María Auxiliadora,
oonstruida per los Salesianos en Lieja
(Bélgica).
\
Marzo.
Mayo.
38
60
Don Bosco y la buena p r e n s a .................
» 93
Mes de M a r í a .......................................
>
95
Conclusiones aprobadas por el primer Con*
greso Internacional Salesiano.................
>96
El R. P. Unia y loa leprosos de Agua de
D i o s ...................................................
»
98
Noticias de nuestros Misioneros. Tierra del
Fuego. Afístón de la Candelaria. Animosi
dad entre los ludios. Horrorosa tragedia.
I Nemo proplieta iu patria sual Nuevo
especíñco. Primera sepultura cristiana
entre los Onas. Civilización moderna.
Vos del M isionero.........................
>99
Gracias de María Auxiliadora . . . .
> 101
Crónica General
Ln Obra de Don Bosco en el extranjero.
Ita lia ...................................................
»
103
España. Utrera (Sevilla) — Málaga — Sevilla
— Béjar (Salamanca)..........................
>
106
América. Bogotá (Colombia) — Puebla (Mé
jico) — Lima (Perú) — Falencio (Vene
zuela — Q«tfo (Ecuador)— Córdoba (Ar
gentina) — Buenos Aires — Colombia . .
> 110
Necrología. Moiis. Basilio L eto ............
>
114
Noticias y V ariedades.........................
>
115
Bibliografía...........................................
>
116
Grabados. Mons. Basilio Leto, Obispo titu
lar de Samarla.
62
Junio.
43
46
47
48
Avisos im p o rtan tes...................................
Los Cooperadores Salesiauos y la obra de
D. B o s o o ...............................................
San José ...............................................
Conclusiones Aprobadas por el Primer Con
greso Internacional Salesiano. . . , .
El Pequeño Catequista ..........................
Noticias de nuestros Misioneros. Patagonia
Meridional. Unmea de Misión en la Pampa.
— (Conclusión). — Río Negro, Un nuevo
triunfo sobre el infierno..........................
Gracias de María Auxiliadora . . . . .
Crónica General.
La Obra de D. Bosco en el extraiyero. JíoKa.
España. Barcelona. — Sevilla. — Bialp (Lé
rida).— Santander. Otra Nuera fundación.
América, Villa Colón (Uruguay). — Buenos
Aires (Argentina). — Lima (Perú). — Vensfuela, ^ Mójico. — Colombia . . . .
Noticias y Variedades. Pensamientos . .
Historia del Oratorio de San Francisco de
S a le s........................................................
Bibliografía................. - .........................
Grabados. El niño Juan Bosco enseñando el
catecismo á sus amigos. S. Francisco de
Salea. Santuario de N. Sra. de Guadalupe
(M^ioo).
49
50
52
53
65
65
6-8
65
69
70
72
Abril.
Avisos Importantes
•
Aniversario del Cong^reso Internacional Saleeia n o ............................................
»
J Cristo T r iu n f a ! ..............................
*
Conclusiones Aprobadas por el Primer Con
greso Internacional Salesiano . . . .
El Rdo. P. Miguel U n i a ..................
»
Noticias de nuestros Misioneros. Brasil. La
vida d«I Misionero en el Matto Grosso, —
Patagonia. El Sagrado Corazón de Jesús
en la Patagonia.......................................
GraoiM de María A ux iliadora.................
Crónica General
La Obra de Don Bosco en el extranjero
Italia
...................................................
España. Utrera (Sevilla). — iSetiHa. — Mdr
l o g a ......................' ...............................
América. Buenos Aire*. — Villa Colón (UrugoAj) — Granada (Nicaragua). — Colonia
Uríielarrea — Córdoba — Nuevo Observa
torio M eteorológico..............................
Necrología. Cooperadores Salesianos difont o a ........................................... ....
Grabados. Mona. Santiago Carpanelli —In
terior de la Iglesia de María Auxiliadora
Buenos Aires.
•
73
74
75
>76
78
» 80
>83
*
8i
*
86
»
89
>
92
Avisos importantes ...................................
DonBosco y la Eucaristía ......................
Devoción al Corazón de Jesús . . . . .
A los niños. Luis Testa, acabado modelo de
inocencia y v irtu d .............................
El li. P. Unia y los leprosos de Agua de Dios,
Solemnes funerales................. .* . . .
De imestras Misiones. Paraguay. Homensje
li la memoria del limo. Sr. Lasagua. Los
funerales del limo. Sr. Lasagna . . .
Gracias de María A u x iliad o ra............
Crónica general.
Ita lia ......................................................
Esjiafla. Rialp (Lérida) —Bijar (Salamanca)
— Barcelona......................................
Amórica. Mendosa (Argentina) — 8. Kioolás
de los Arroyos (Id) — Caracas (Venezuela)
_ Mójioo — Buenos Aires - Colombia .
Excelente idea .......................................
B ibliografía..........................................
Grabados. Iglesia en conatmcción do María
Auxiliadora en Qnieri (Italia) — limos.
Sres. Bogaría, Obispo de la Asonción (Pa
raguay) y Lasagna, con stu respectivos
Secre^rios.
> 117
> 118
» 120
>
122
> 123
>
'
>
124
127
*
130
>
132
•
135
» 138
*
139
Julio.
Avisos im p o rta n te s.............................. .
»
Don Bosco y la E u c a r is tía ................
>
Una Obra necesaria y que se impone . . >
Fiesta de María Auxiliadora en Tuiin . . >
A los niños. Luis Testa, acabado modelo de
inocencia, y virtud..............................
*
De nuestras Misiones. Ecuador. Vicariato
de Méndez y Gualaquiza. — Brasil Mi
sión
del Matto Grosso . . .
>
Gracias de María Auxiliadora . . . . .
>
Crónica General.
España. Fiesta de María Auxiliadora. Sarriá
141
142
144
146
147
148
153
— 27G —
(Barcelona) — Cindadela (Menorca). Ejer
cicios Espirituales................. ' . . . .
América. Méjico — Valencia (Vcneznela) —
Jtosario de Santa Ee (Argentina) — Men
doza (Id)...................................................
Necrología ...............................................
V a rie d a d e s ..................... - ....................
Historia dol Oratorio de San Fanoisco de
S a le s................................................... ....
B ibliogralía...........................................'.
Grabados. Un detalle del camino de hierro
de Veraoru* á Méjico — Sor Teresa Rinaldi.
Agosto.
Avisos im p o rtan tes..................................
Eduquemos la nifiez. Itaeones que d ello de
ben inducimos...........................................
Una obra necesaria y qne se impone . .
A los nifioa. Luis Testa acabado modelo do
inocencia y v irtu d ..................................
De nuestras Misiones. Misión Snlcsiana de
la Fatagonia. Informe del limo. Sr, Cagliero. — Tierra del Fuego......................;
Gracias de Marín A u x iliad o ra.................
Crónica General.
I t a l i a ..................... .................................
España. — Rinlp (Lérida) — Gerona —
Sarrlá (Barcelona) — Mtílaga . . . .
América. La Plata (Argentina) —Méjico —
Qnito (Ecuador). — Bolivin — Colombia.
Lima (Perú). — Villa Colón (Uruguay) .
B ibliografía...............................................
Necrología...............................................
Grabados. Nueva Iglesia y Colegio Salesiauo en Novara.
» 154
» 156
» 160
» 161
» 163
> 163
* 165
» 166
.
1G8
. 169
» 170
» 175
> 182
» 187
» 188
Setiembre.
Avisos im p o rta n te s...................................
Eduquemos la niñez empezando desde sus
más tiernos a ñ o s ..................................
El Emrao. Card. Parocohi y loa Salesianos
Breve de S. S. León XIII en favor de la Asooiaoión de María Auxiliadora.................
A los niños. Luis Testa acabado modelo de
inocencia y v lrtn d ...................................
De nuestras lesiones. Patagonin Septentrio
nal. Por la Pampa y las Cordilleras. —
Fatagonia Central. Una Misión en el cen
tro de la Pampa.
Loa Salesianos en la
Tierra del Fuego
Gracias de María Auxiliadora
Crónica General — Italia
Portugal. liraga
España. Utrera — Santander — Sevilla . .
América.
- Villa Colón (Uruguay). •
FontibÓH (Colombia) •— Buenos Aires. Im
Blata
Bibliografía
Grabados. Iglesia y Colegio Salesiano en
costrucoión en Caserta.
» 189
» 190
» 191
» 194
»
200
» 2i)l
* 203
» id.
* 2)6
» 208
Octubre.
Sensible Pértlida
Eduquemos la niñez, Fuerza de la buena
educación
Los Santos y ol R o s a r io ..........................
Un prodigio de 1» Sma. Virgen . . . .
A loe niños £ mi« Testa acabado modelo de
inocencia y virtud . . . . . . . .
De nuestras Misiones. Tierra del Fuego.
Misión de S. Rafael. — Brasil. La fiebre
amarilla y los Misioneros Salesianos. —
» 209
» 310
» 211
» 213
» 214
Ecuador, El Sumo Sacerdote de los Jíba
ros de Gnalaqaiza qne se convierte á la
edad de 110 a ñ o s ..................................
Gracias de María Auxiliadora . . . . .
Crónica General.
I t a l i a ..................... .....................................
España Sevilla — S. Vinoens deis Sorts, (Bar
celona) — Béjar (Salamanca) — Málaga
— iSarrid (Barcelona)..............................
América. Bogotá (Colombia) — La Pas (Bolivia) — Venezuela — AsimcWw (Paraguay)
— Méjico. La Obra del Pan de cada día
Variedades
Bibliografía
Grabados. Catedral de M^icu
» 223
> 224
» 227
» 230
» 231
» 221
Noviembre.
Arisós importantes
Eduquemos la niñez. Notables autoridades
en la m ateria...........................................
La Conmemoración de los Fieles difuntos.
El primer Mártir de la Patogenia. . . .
A los niños Luis Testa acabado modelo de
inocencia y virtud ..............................
De nnestr.as Misiones. Colombia. Nueva Mi
sión Salesiana entre los salvajes de los
Llanos de S. Martín. — Bolivia. Viaje (í
la República, de los priineros Salesianos.
Gracias de María A u x ilia d o ra .................
Crónica General.
Ita lia ............................................... ... . .
España. Vigo (Pontevedra) — Gerona . .
Améric.a. Chile. — Lima (Perú). — Caracas
(Veneznela)
Variedades
B ibliografía...............................................
Grabados
R. P. Francisco Agosta . ..........................
Tallere.s Sale.sianos de Concepción (Chile).
Plaza de Concepción. — Puente de hierro
sobre el Bio-Bio. — Concepción. . . .
» 233
» 234
» 236
» 233
239
245
» 246
» 247
» 213
» 250
« 251
236
248
249
Diciembre.
F elicitación...............................................
Aviso Im portante.......................................
Despedida de nuevos Misioneros Salesianos
I Gandinm M ag n n m !..............................
A los niños. Luis Testa acabado jnodelo de
inocencia y v i r t u d ...............................
De iinestva.s misiones. Colombia. Nueva Mi
sión Salesiana entre los salv^es de los
Llanos de S. Martín. (Conolnsión). —
Bolivia. Viaje de los primeros Salesianos
á la República. (Conclusión). —Califor
nia. Do Mójico á S. Franoisco. — Africa.
El Apostolado de las Hijas de María
A u x iliad o ra...........................................
Gracias de María A uxiliadora.................
Crónica General
F r a n c i a ....................................................
América. Buenos Aires — Montevideo. — Bo
gotá (C olom bia)..................................
Necrología. D. David Bnletti, Pbro. — D.
Luis G. R e p e tto ...................................
B ib lio g rafía..............................................
Grabados
Lnis Testa . . . , ...............................
Colegio Pío IX de Artes y Oficios, en Al
magro (Buenos A ir e s .......................... ....
Indioe del año 1896
»
»
»
»
253
254
id.
255
256
» 253
» S65
» 267
> 267
» 272
> 374
» 357
Coa aprobeeióa de It iatoiidid Selesiiitíca. — Gerenta JOSÉ GiKBlIO.
Tarín — Tipografía Salesiana.
-
Fecha
-
1896.12