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                Título                        
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                        BS_1895_03
                                            
        
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                Descripción                        
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                        Boletín Salesiano. Marzo 1895
                                            
        
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                extracted text                        
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                        A íV O
 
 X.
 
 — X. 3
 
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 P u b lic a c ió n n ic u s u n i
 
 —
 
 .^ l.V K Z O ilc
 
 jt_ í= ít
 
 OLETffl
 SALESIANÜ
 f
 
 El peligro, Padre Sanio, esü en la continua difu
 sión de libros infames; y para poner coto ú tamaño
 mal. yo no veo otro remedio, que la íunüacíOn de
 una imprenta católica, puesta bajo el patrocinio do It
 baata Sede. De esta maoem, no haciéndose esperar n u ^
 tras respuestas, podremos con mayor ventaja descender
 al campo de la lid y responder cun feliz éxito i los
 provocaciones de los apostóles del error.
 
 No se engañaría mucbo quien lutenlara atribuir prin
 cipalmente i la prensa malvada todos Jos moles preMiites, asi como la deplorable condición de las cosas
 a la cual hemos venido a parar. Los escritores católicos
 deben con todas sus fuerzas valerse de la imprenta pañi
 bien de la sociedad.
 
 (LsOx .\II1)
 
 La prensa periódica sometida á la autoridad Jerirqulcj, revestida del espiniu de Jeaucnstó, viene á ser
 un poder iumenao; ilumina, sostiene la verdad, hace
 desaparecer el error, salva y civiliza; es una especie de
 apostolado sBblime.
 
 (auaosM)
 
 Buenos-Aires — L lB IíE lilA S A L E S IA N A LECTURAS CATÓLICAS. Publicación que ae propone
 excliisivanioiitü la cnaeñanzay defensa de la Re
 ligión Católica mediante la difusión de libros
 morales y amenos adaptados á la inteligencia
 do todo el mundo. Cada mes sale ó luz un optisculo do 100 á 150 páginas quo se envía á los
 señores suscritores.
 
 Precio de siisfridon (pago adelantado).
 En Buenos Aires: Un año pesos m[n. 1 50
 — Provincias:
 —
 — . . .
 1 75
 — En el oxt.iunjero: —
 en oro . . 1 50
 A los Señores Suscritores, que quieran consti
 tuir centros do suscrición, se les concederá un
 10 X
 doscuontoPara los pedidos y precio de la suscrición so
 ocurrirá á cualquier casa Salesiana, á los res
 pectivos agentes ó á la Direción de Ins Leetnras
 en el Colegio Pío I X de Artes y OJlcios, en Al
 magro, Buenos-Aires.
 Catecismo en Ejemplos por ol Pbro. Salosiano D. Ca
 milo Ortózar. — Es una recomendable obra en
 la cual no sólo se exponen con gran claridad
 las enseñanzas do la religión, sino que también
 con variados y preciosos ejemplos so alienta á
 practicar la virtud.
 'l’ercera edición en prensa en los Talleres SalesianoB «le Savriá.
 Manual de la Primera Comunión por el mismo autor. —
 Obrita suiitameiito á proposito para preparar á
 los niños á tan importante acto. — Tercera edi
 ción. En tela Pts. 2 00.
 El Joven Instruido. Devocionario muy recomendado
 y del cual so lian publicado más do cien edicio
 nes, escrito c«m gran esmero por ol Pbro. D.
 Juan Hosco.
 I'bicAiadernado en tela Pts. 1,00 — En badana
 de color 1,25 — En vitela y con cortes dorados
 2^50. — Preciosa edición de 1891. Pts. 5.
 Vida de Margarita Bosco por el Presbo. D. Juan LomojTio. Obrita en la que se refieren con gran
 amenidad los admirables trabajos y virtudes do
 aquella buena aldeana, quo con un corazón digno
 do una reina estaba escogida por Dios para
 la formación del San Vicente do Paul do nuestro
 siglo.
 Torcera edición. En róstica Pts. 1,00. — En
 cuadernada en tela 1,25. — En tela y cortea do
 rados 1,70.
 Mes de María, por el Sr. Proabo. Don Rodolfo Vergara Anti'mcz. Es uno de loa más preciosos y
 vecomemlables libros que de esto género puedan
 encontrado para honrar á María en el mes qne
 le está consagrado. El método, la unción y pie
 dad do las ovaciones y retlcxiones, los hermosos
 ejemplos. la amenidad y pureza de estilo, lo
 hacen digno do la fama y popularidad de que
 goza.
 Tercera edición recién estampada en los Ta
 lleres de Sarriá (Barcelona). Precio en Europa,
 Pts. — 1,00.
 
 Sarri4 (Barcelona)
 
 OBRAS PÜBLICADAS 0 DE TENÍA
 en la Casa Salesiana de Almagro - Buenos Aires
 Severino 6 las aventuras de un joven montañez segnido
 de la Vida de Santa Margarita de Gorto*'a.
 La Misa por Mñr de Segur.
 La Semana Santa explicada por el abate Gaume.
 ¿Mi hijo fraile? Prefiero verle muerto! Memorias de
 un joven contrariado en su vocación por el Pbro
 1). C. M. Viglietti.
 Dicha y desdicha. — Los dos caminos por Matilde
 Bourdón.
 Vida del Bienaventurado Fray Martín de Porres de la
 Orden de Santo Domingo.
 Veladas de un artesano por Juan M. Pastor.
 Fe y libre examen. —
 Papa y el Concilio Vati
 cano. Tienda— yla VííZíi de N. S. lesucristo.
 Una nueva devoción por Francisco Mavtincngo.
 Él Cruzado. Leyenda original por Francisco Her
 nando.
 El Gran Hecho. El Mundo adora á un Judío Cruci
 ficado, por G. Gaume.
 El Corazón de Jesús al alcance de los niños por el
 Pbro Don Ramón Barberá, seguido de L a Au
 rora de la devoción al S. Corazón de lesús por
 el P. Luis Coloma de la Compañía de Jesús.
 Pilatillo, — La Maledicencia y Periquillo ñin miedo
 por el P. Luis Coloma.
 Vida de San Alfonso María de Ligorio por el P. Viotorio Loyodice.
 Agustín ó el triunfo de la verdadera cruz.
 Valeria y el secreto por Matilde Boui*dón.
 Valentín ó la vocación contrariada por ol Pbro Don
 Juan Bosco.
 Angela ó la pastorcilla do los Apeuiuos por el mismo
 autor.
 Compendio de la Historia de la Iglesia por ol mismo.
 El Católico en el Siglo por el mismo.
 El Gran Paso por el Presb.™ Francisco Martinengo.
 Ei Arte divina de la oración mental según San Alfonso
 M. do Ligorio.
 Respuestas claras y sencillas á las objeciones que
 más comunmente suelen hacerse contra la reli
 gión por Mñr. do Segur, traducción de Don 6abino Tejado.
 El buen Combate de la fe por Mñr. do Segur.
 Do la Imitación de la Virgen María por una monja del
 monasterio do Marcbtall. Antonio ó el pequeño hAiérfimo de Florencia.
 El Liberalismo es pecado. — Cuestiones Candentes
 por Don Félix Sardá y Salvany.
 Josefina ó una santa de nuevo años por Mñr. de
 Segur seguido de la Vida de la Venerable Albina
 piadosa modista.
 Los Francmasones por Mñr. de Segur.
 La Gran Bestia señalada á la juventud por el Pbro
 Don Francisco Martinengo.
 
 AÑO X - N. 3.
 
 Publicación mensual
 
 MARZO 1895
 
 BOLETIN SALESIANO
 Guien recibiere á un niño en mi
 nombre, á mí me recibe.
 '
 (Math. XVllI.)
 
 Debemos ayudar á nuestros her
 manos á fin de cooperar á la
 difusión de la verdad.
 
 Os recomiendo la ninez y la ju
 ventud ; cultivad con grande es
 mero su educación cristiana ; y
 proporcionadle libros que le en
 señen á huir del vicio y á prac
 ticar la virtud.
 (Pío IX.)
 Redoblad vuestras fuerzas & fin
 de apartar &la niñez y juven
 tud de la corrupción é incredu
 lidad y preparar asi una nueva
 generación.
 
 lili S. J uan, 8.)
 Atiende á la buena lectura, á 1»
 exhortación y á. la enseñanza.
 (I T im ü t ii IV, 13.)
 
 (León XIII.)
 
 Entre las cosas divinas, la más su
 blime, es la de cooperar con Dios
 á la salvación de las almas.
 (S. Dionisio.)
 E l amor al prójimo, es uno de
 los mayores y más excelentes
 dones que la divina bondad
 puede conceder á los hombres.
 (K lD oct. S. F ranc . do Salea)
 
 DIRECCION en el Oratorio Salesiano — Calle de Cottolengo N. 32, TURIN (Italia) )Js§í-
 
 S U M A K IO .
 
 P r im e r C o n g r e s o
 
 de
 
 C o o p e r a d o r e .s S alesta n o .<>
 
 Sil importancia y el por qiuS — Bolonia — Dios lo
 muero — Junta de Sras. Cooperadoras — Boletín
 Salesiano — Adhesiones — Circular á los Sres. 0uispo.s Italianos — Exposición — Concurso — Circiliar de la Junta Promotora —Avisos — Invitación.
 E l id e a l d e l O r r e r o (poesía).
 D o n C a m il o O r t iíz a r .
 E.s p a S a . SerilUi. Fiesta do los niños
 
 Salesíanos. — Jfdlapa. — Utrera. Fiesta de San Francisco de Sales.
 L a O rra d e D o n H osco e n e l E x t r a n j e r o . Italia.
 — r rancia.
 A m ír i c a . Saniiapo de Chile. Escnela pníctica de acricnltura en Mehpilla (Continnación). Venezuela. Los
 Caracas y V.alencia. - Ofres notician.
 t ic ia s d e n u e s t r o s M i .«io n k r o s . Unipunv. La
 '■j N oprimera
 carar.ana para la Misión del Matto Gros.so.
 — Ecuador. Vloanato de Móndez y Giialanuiza. Una
 excursión al Sur de Gnalaqniza. Incendio. La Misión
 Tros meses de Misión
 Cristiana
 ~ Doscientos sesenta y tres nuevos
 G r a c ia s d e M a r ía A u x il ia d o r a .
 B ib l io g r a f ía .
 
 PRIMER CONGRESO
 DE COOPERADORES Y COOPERADORAS SALESIANOS
 S u im p o r t a u c ia y e l p o r q u é — B o ^ i i i a — I> io s l o q u i e r e — J x iu ta d e
 S ra w . C o o p e r a d o r a s — B o l c t i u S a 
 l e s i a n o — . A .d lio s io n e s — C i r c u l a r
 
 A l o s S x *e s . O b i s p o s i t a l i a n o s — E x 
 p o s i c i ó n — C o n c u i^ s o — C i r c u l a r * d ©
 l a J u n t a I * r o n r o t o r * a — ^ V -visos —
 In v it a c ió n .
 
 Como ya anunciamos á nuestros lectores, el primor
 Congreso do Cooperadores Salesianos, so ha do cele
 brar en Bolonia (Italia) los dias 2 3 , 24 y 25 del
 próximo Abril.
 No me detengo á explicar qué sean los Coopera
 dores Salesianos, por que de esto, en más do una oca
 sión nos hemos ocupado en el Boletín.
 En cuanto á la oportunidad ó importancia do esto
 Congreso, es tanta, cuanta es la importancia y opor
 tunidad do la Congregación Salesiana, fundada por
 el San Vicente de Paul del siglo XIX, el immortal
 sacerdote D. Juán Boseo, á quién el cielo confió una
 sublimo misión y á quién el cielo sostuvo en su tiempresa. Con gran espanto y terror, vemos
 levantarse en nuestros tiempos, contra Dios y contra
 la sociedad entera, al monstruo del socialismo, cuya
 principal cansa es el materialismo de una vida sin
 Dios. Inmensas falanges de pobres ó ignorantes obre
 ros, engañados por los satélites y ministros de Sata
 nás, que, apartándoles de Dios, les predican la li
 quidación social, atropeyando los más grandes y sa
 grados derechos de la naturaleza y de la religión,
 parece como que quieran aniquilamos, para elevar
 sobre nuestras ruinas la absurda y soñada igualdad
 que se imaginan. Al solo nombre del socialismo, los
 más firmes tronos se bambolean y los gobiernos tiem
 blan y se a^rrorizan, sin que por esto traten de
 oponer un dique á su impetuosa corriente. Porque los
 
 — 50 —
 gobiernos, dando ilimitada libertad á los sectarios
 para arrojar por doquiera su perniciosa semüla, des
 preciando la bonófica ayuda de la Iglesia, preten
 den, con sola la fuerza bruta, impedir los frutos de
 tan maldito como pestífero árbol. ¡Vano intentoI
 El socialismo, que no es más que el desborda
 miento de todos los malos instintos y pasiones que
 se albergan y tienen origen on el corazón humano,
 no puede sor destruido con sola la fuerza brota. Es
 preciso apoderarse do eso corazón y cerrar y reprimir
 á las íniiumerable.s fieras que en ól moran; mas esto,
 tan solo la Religión puedo hacerlo.
 D. Bosco, como dócil instrumento de los miseri
 cordiosos designios do la Providencia divina, funda
 talleres, donde al mismo tiempo que forma hábiles
 obreros on todas las artes y oficios, desbasta, con las
 herramientas do las verdades de nuestra santa reli
 gión, el corazón de los jóvenes, do todas la humanas
 pasiones y lo adorna con los bollos ornamentos de
 las virtudes cristianas. En los talleros do D. Bosco,
 al mismo tiempo que el trabajo, so aprende á conocer,
 amar y servir á Dios, á quión todo lo debemos. En
 los talleros do D. Bosco se enseña, juntamente con
 el oficio con que ganarse honradamente la vida, la
 conformidad á los designios do la divina Providencia,
 que nos privó do la abundancia do bienes temporales;
 así como también el respeto y veneración que á los
 ricos y poderosos do la tierra so debe, como adminis
 tradores que son do las riquezas y bienes que, para
 esto, el Señor puso en sus manos. Y, on una pala
 bra, los talleros de 1). Bosco, son los destinados por
 la divina Providencia pava la resolución del pavoroso
 problema social, y para contrarrestar y deshacer el
 dosbarfyusto que on la sociedad obrera han producido
 las diabólicas y disolventes doctrinas socialistas.
 Nada se escapó al ojo provisor ni á la penetrante
 mirada do D. Bosco, y para todo puso oportunísimo
 remedio. Su Obra so extiende hasta los últimos con
 fines de la América meridional, donde tiene plantado
 el centro principal de sus Misiones; y sus trabajos y
 sus continuas conquistas á la fé son asombrosos,
 como ya muy bien saben los lectores del Boletín Salosiano.
 « Donde quiera que los Salesianos han puesto el
 esfuerzo do su celo cristiano y su enérgica actividad,
 dice un diario de Chile, las obras de enseñanza po
 pular prosperan y viven protegidas por Dios, mediante
 la intercesión del venerando fundador D. Bosco. Tes
 tigos do estos hechos son las Casas Talleres de San
 tiago, Talca y Concepción, donde los Salesianos en
 señan oficios á miles de niños pobres, preparando
 asi obreros que sean orgullo do este i)ais. >
 Lo mismo pudiéramos decir nosotros respecto á
 los Talleres do Sarriá (Barcelona), al Colegio de N.
 Sra. del Carmen, do 2.* enseñanza, do UB'ora, {Se
 villa), á la Colonia Agrícola do San Isidro, en Ge
 rona y á los Colegios do Santander, Sevilla, Barce
 lona (Uostafranchs) . Rialp (Lérida), y Vigo y
 "Málagii, do reciente fundación.
 Y adviértase que lo más admirable es que todas
 estas obras so llevan tan solo á cabo, con el óbolo
 do la caridad do sus Cooperadores y Cooperadoras,
 pues que la Congregación Salesiana carece en absoluto
 do rentas; más esto óbolo nunca falta; porque los
 Cooperadores Salesianos s<\bemos, decía poco liá uno
 
 de sus más ilustres de Barcelona, que « al favorecer
 á la Obra Salesiana, construimos un antemural que
 defienda á nuestras familias y á nuestra propiedad;
 de suerte que el auxilio que se prest i á los Salesia
 nos, se asemeja al que demanda el ejército que de
 fiende nuestras fronteras, por cierto terriblemente
 amenazadas por los que, con infernal rabia, maqui
 nan contra el alcázar de nuestra fé, á la par que con
 tra el Santuario de nuestras familias y la propiedad
 de nuestros bienes. Al hacer bien á los Salesianos no
 olvidemos que, aparte del galardón que espera ales
 que practican la caridad, construimos potente para
 rayos que nos defienda de las chispas que se despren
 den de las densísimas nubes que sobre nosotros se
 ciernen. »
 < P ío I X , nunca bastante llorado, y León x m
 jamás encomiado como piden sus merecimientos, ama
 ron con amor intensísimo á Don Bosco; reconocieron
 ser su Obra extraordinaria y sobrehumana, y abrieron
 los tesoros do las celestiales gracias á favor de sus
 Cooperadores y de la que constituyó el delirio de D.
 Bosco, delirio sublime, cual el de Colón al soñar un
 nuevo mundo al través de los mares para agregarlos á
 los dominios de Cristo. Más que delirio, locura fuó la
 que tuvo D. Bosco para su Obra: locura de amor para
 la salvación de los infelices niños huérfanos y abando
 nados, locura cual la de Teresa de Jesús y Francisco
 Javier; la de la Beata Margarita y Estanislao de
 K ostka; locura de todos los Santos; de todos los Már
 tires que morían riendo: locura del mismo Cristo que
 realizó el más grande de los sacrificios á impulso de
 infinito amor. »
 « Considerando el origen, desarrollo y los frutos
 bien copiosos ya obtenidos de la Pía Congregación
 Salesiana, no podemos menos de proclamarla, dice
 el Pbro. Sr. D. Antonio Colli, una de las más asom
 brosas y espléndidas maravillas obradas por el Señor,
 para la salud de nuestro siglo. »
 Dispénsenme mis lectores si mo he extendido tanto
 en esto punto, pues lo creo muy necesario para llevar
 á la generalidad de españoles el conocimiento que
 aun no tienen do una Obra de importancia capital
 en nuestros días; de una Obra tan considerada y
 querida aquí en Italia, su cuna, en Francia, en Amé
 rica, donde tan extendida so halla y en todas aque
 llas partes do nuestra España, que ya tuvieron la for
 tuna do poseerla, y do gustar de sus frutos.
 Ahora solo rao limitaré á añadir alguna otra ra
 zón que justifique la celebración del Congreso, si es
 quo ya no queda suficientemente justificada con lo ¡
 anteriormente dicho.
 Entro la agitación y turbulencia de pasiones y dfi
 locas y horribles teorías que traen agitado al mundo,
 el León do Judá, desde la roca inconmovible de San j
 Podro, dejó oir su potente voz, cuyo fecundo eco»
 esparciéndose por el mundo, con fuerza repercutió en ^
 el Vaticano. « Los enemigos do la Iglesia amena
 zan vuestra fe, defendeos. Obrad, mas sin turbulen
 cias ; estendod la esfera de muestra acción á la de- ¡
 fensa de cuanto hay de más sagrado: oponed prensa
 á prensa y reunión á reunión. Salvaos á vosotros,:
 salvad á vuestras fomilias y á Miestra fe. » Eoma|
 habló, y sus hijos obedecen. A los turbulentos mee-!
 iinffs, so oponen pacificas reuniones; publicaciontój
 católicas y morales, á las impías y desmoralizadoras;
 
 m
 
 — 51 —
 ■y á los falsarios diarios el periodista católico. Unos
 [á otros se suceden, Congresos Católicos, Congresos
 ¡Eucaristicos, Congresos de aisladas asociaciones, todo
 con el fin de aunar his fuerzas para dirigirlas contra
 el común enemigo. T^s unita fortior; funícuius
 triplex difficile rumpitur. < Por esto, dice León
 ¡XIII en su reciente carta al Arzobispo de Tarra*
 ¡gona, Nos alabamos j exhortamos con todas nuestras
 fuerzas á todos los Católicos á reunirse con frecuencia
 len Congresos...... Nos inritamos con el mayor amor
 [á todos los Católicos á unirse lo más estrechamente
 asible al Pontífice Romano, que sobre la tierra
 'ejerce la autoridad de N. Señor Jesucristo. » Despues de todo esto, ¿habrá alguno que se extrañe ó
 flmire con apatía la celebración del primer Congreso
 •de Cooperadores Salesianos?
 •
 
 *
 
 • •
 *
 
 Como ya anteriormente dijimos, Bolonia, cuyos
 orígenes se pierden en la oscuridad de los tiempos,
 ^ ciudad floreciente situada al norte de los Ape
 ninos en una extensa llanura, de unos 75.000 ha
 bitantes , industriosa, opulenta, con universidad
 la más antigua y ahora importante de Italia, grauIdiosos edificios, hermosos museos j magníficas
 iglesias, entre las que se cuenta el santuario de
 la J/cw?o?i>ia de San Lucas, que se une á la ciudad
 por un porticado de 635 arcos, patria de hombres
 ilustres por su saber, sede Arzobispal y cuna de
 : de varios Papas, entre ellos, de Benedicto XIV,
 -ha sido la elegida por la divina Providencia para
 dar ^ mundo este grandioso espectáculo de fe
 cristiana y á los que con este motivo de todas
 partes á ella acudan, pruebas de su hospitalidad
 y proverbial hidalguía. He dicho que ha sido ele
 gida por la divina Providencia; y en verdad j de
 jando á un lado las palabras del Santo Evangelio
 que nos ensenan que nada en el mundo sucede
 sin la permisión de Dios, otra cosa no se desprende
 , de las siguientes palabras pronunciadas en una
 • reunimi de la Junta de Cooperadoras, para el
 Congreso, por el Eminentísimo Cardenal Svampa:
 « Abrigo la plena convicción do que el Congreso
 tiene asegurado su éxito. Volviendo la vista á lo
 mucho que en tan breve tiempo, con entusiasmo
 y amor se ha hecho, veo allanadas todas las difi
 cultades, por lo que me he pei-suadido más y máó
 de que Dios N. S. lo quiere y de que lo sancioDaru de tal manera con su santa protección que
 ha de resultar glorioso para Bolonia v para la
 familia salesiana, ha de quedar indeleble en la
 memoria de los que á él asistan v ha de ser ven
 to sísim o para el mundo, en el que la Obra de
 Don Bosco. va cada día produciendo benéficos
 electos para la salvación de las almas, especial
 mente de la juventud. »
 Y ya que hemos citado á la Juntado Coopera
 doras, no queremos dejar de decir también sobre
 ella, al menos una palabra.
 Durante el pasado Enero, se reunieron las Sras.
 t^l^radoras de Bolonia, bajo la presidencia del
 *
 ®t»n asistencia de distinguidos sacer
 dotes y señores, para constituir nna Junta de SeBoras que ayudara en sus tareas á l i Promotora
 ■j
 Después de un discurso de intro
 ducción se levantó el Pbro. D. Esteban Trione
 >^ne con suma precisión y claridad expuso los tra^j^jos realizados y la organización de la Junta que
 después al desarrollo de
 ries siguientes puntos, en los que se encierra
 *,«1 circulo de acción de la nueva Junta.
 i
 
 I. Divulgar la noticia del Congreso y procurarle
 adhesiones y simpatías, haciendo á todos conocer
 que, desterrando la política, solo se oenpará de
 buscar medios eficaces para difundir las obras de
 Don Bosco.
 II. Dar y recoger limosnas por insignificantes
 que sean, para subvenir á los indispensables gastos
 del Congreso y buscar y preparar alojamientos.
 III. La oración, que á todos es posible, á fin
 de que Nuestro Señor bendiga al Congreso y de él
 puedan emanar copiosísimos frutos para el bien
 de la sociedad en general y de la juventud en
 particular.
 La Junta de Señoras Cooperadoras quedó, pues,
 constituida en esta reunión y desde este momento
 no ha descansado un punto en el cumplimiento de
 BU noble y desinteresada misión.
 Habiendo nombrado varias veces en el cuerpo
 de estas páginas al Boletín Salesiano diremos,
 para terminar, tan solo dos palabras sobre él para
 que los que aun no lo conocen puedan proporcio
 nársele; tan fácil es y tan sencillo. El Boletín
 Salesiano tiene por objeto mantener vivo el espí
 ritu de caridad eutre los Cooperadores Salesianos,
 y darles á conocer las obras que la Pía Sociedad
 Salesiana trae entre manos y en modo especial
 las Misiones. Es pues, por así decirlo, el órgano de
 la Congregación Salesiana. Al presente se publica
 en italiano, español, francés, inglés y alemán.
 Para recibir mensnalmente cualquiera de ellos ó
 varios bastará que quien lo deseare nos mande
 bien determinada su dirección. Nada se exige por
 la subscripción. Pues entonces, dirá algunoi cómo
 se sostiene, siendo tan crecidos sus gastos, sobre
 todo en el español que también 6e espide á Amé
 rica? Hemos dicho que nada se exige por la subs
 cripción , y así es; más esto no quita que cada
 cual en la manera que pueda, coopere á cubrir
 estos gastos, destinando alguna pequeña cantidad
 cada año ó cada mes con este fin ; y el que nada
 pueda, procurando aumentar el numero de suscriptores entre sus parientes y amigos, pnes con
 esto contribuirán á la difusión del conocimiento
 de la Congregación Salesiana y á la participación
 de sus frutos. No han faltado Cooperadores de
 Francia, que se hayan encargado de cnbrir todos
 los meses los gastos del franqueo de su Boletín,
 pudiendo así este con más facilidad ensanchar sus
 columnas y mejorar sus condiciones. Otros Coope
 radores de otros puntos se encargan de los gastos
 en total ó en parte de impresión ó del papel etc.
 etc. y en una palabra, procuran aliviarles de sus
 enormes gastos, para que puedan, libres de tra
 bas, desarrollarse cada día máe y más á propor
 ción del continuado desarrollo de la Congregación
 Salesiana. No dudamos que estos ejemplos, apenas
 conocidos, serán también imitados y tal vez supe
 rados por la generosidad propia de nuestro ca
 rácter en pro de toda buena obra. Esperamos quo
 todos aquellos á cuyo conocimiento llegan estas
 lineas y que aún no están subscritos, se subscri
 birán al Boletín Salesiano é inducirán á todos
 cuantos puedan á hacer lo mismo, segaros de hacer
 una buena obra en favor de la Religión y de la
 patria. Toda la correspondencia nos la dirigirán
 á Turín (Italia) calle de Cottolengo, n.® 32.
 También podrán dirigir las peticiones de subs
 crición á cualquier Casa Salesiana.
 
 m
 
 — 52 —
 Los preparativos do la Junta Promotora del
 Coní?reBo do Cooperadores Salesianos, adelantan
 rApidamonte. La noticia do la celebración de este
 Congreso, ha sido recibida con indescriptible en
 tusiasmo, en todas las partes de Italia y aun, como
 ora do esperar, do nuectra querida España. De
 Venecia, Sena, Ivrea y do las principales ciuda
 des do Italia, llegan cartas y nuis cartas llenas
 de nobilísimos sentimientos y do adhesiones al
 Congreso, 'rambión do varías partes de España
 hemos rccibiílo cartas y adhesiones llenas de los
 mismos nobles y entusiastas sentimientos y espera
 mos recibir do día
 en día otras nue
 vas. De una do estas
 cartas tomamos las
 
 Bolonia, y Enero de 1895.
 R ev erend ísim o S eñor :
 
 En los díns 23. 24 y 25 del próximo Abril, s«
 reunirán en Bolonia por vez primera en Congreso
 los Cooperadores Salesianos de D. Bosco, bajols
 presidencia honoraria del Illmo. Sr. Arzobispo
 Cardenal Svampa y la efectiva del sacerdote Don
 Miguel Rúa, Rector Mayor de la Pía Congregación i
 Salesiana.
 j
 Ilustres oradores hablarán sobre la benéfica insti-1
 tución do Don Bos-i
 co y propondrónj
 á la asamblea los'
 niíís adecuados nl^J
 dios para introdu-'
 B Íg u ien t('S ] ) a l a cirla donde todavía!
 bras: « La i<lca do
 no existe y hacerlaj
 la celebración do
 más fructuosa doo-j
 esto Congreso, es
 de ya se ha exta-1
 una verdadera ins
 blecido.
 piración del Cielo,
 Mas, para que el]
 el cual, viendo la
 Congreso consigal
 actual dein’uvacióu
 el fin que persigne,
 do los hombres y
 es necesario que enj
 en modo especial
 él intervengan nn-j
 do la invontud ,
 morosos Coopera
 hace un llamamien
 dores Salesianos vj
 to, por nunlio del
 cuantos reconoceíl
 Congi’íiso, ni nume
 en las obras de D.|
 rosísimo ojórcito
 Bosco un mediol
 del inmortal Don
 para el moral Tege*|
 Bosco ])i\ra que aneram ien to del pne |
 cuda en su socorro
 blo.
 I
 y la salvo. >*
 Para obtener es-l
 Que esto Con
 tos
 resultados,
 se-'
 greso responda á
 -------.ríantilísimo
 que.¿i
 en
 las necesidades ac
 cada diócesis lin-;
 tuales y á los deae<'«
 biera una personsl
 do todos los buenos
 deputada por el Ee-I
 católicos, lo paten
 vercn<lÍ8Ímo Onléj ..t:í
 tizan notovinmento
 nario, la cual «li-l
 las muchísimas ad
 rectamente so en
 hesiones que do to
 tendiese con la Jiin-I
 das partes so reci
 ta Promotora, qnei
 ben.
 tengo el honor dít
 También las Se
 presidir, y so ofre
 ñ o r a s Bolofiesas
 cieso á distribuir han respondido adlas circulai'cs y de- i'^i,
 m irablem en te al
 m ás comnnica«los
 liamiunionto que el
 que les fueren en-*^"'
 l)irect4tv de la Jun
 viados.
 ta de Sí'ñoras, les
 Esta per.sona po- >y'
 ha dirigido, man
 dría muy bi«*n ser
 dando á porfía sus
 el Director Dioceofrendas.
 sano «io los Coop^ jLa comisión en
 radores Salcsianw^l
 Mghs. NiCQUS ZOCGOll Otíspo Auxilisr del Arzotispado de Bolonia
 cargada do prepaen las diócesis don-j
 r a r habitaciones
 de le Imbiere: j!
 y Presidente de la Junta Promotora del Congreso Salesiano.
 para albergar á los
 en las que faltare,
 congresistas, ha recibidoya bastantes ofrecimientos do distintas fami un oolosiástioo ó seglar elegido por el Reveren-j
 lias tanto de Ja aristocracia como de la clase media. dísimo Ordinario.
 Si Vuestr.a Excidoncia Reverendísima se dign»
 Todo esto hace esperar que el Congreso Salesiano.
 cuyos preparativos comienzan con tan consoladores iiulicarnos la persona que en sn diócesis, puede
 auspicíoa, ha de tener un éxito felicísimo, dejando tomar este cargo, no solo usará para conmigo y pai*
 las dignísimas personas que componen la JuntJ
 en todos imperecedero recuerdo.
 Su Exeeleucia Reverendísima Monseñor Xicohís Promotora, un acto de exquisita cortesía, sinob
 Zoccoli, Obispo titular «le Sobaste, Vicario Gene que es más, contribuirá á asegurar un felicísimo
 ral de B«>lonia y Presiilente de la Junta Promo- éxito al Congreso.
 Esperando que Vuestra Excelencia Reverendí
 dora del Congreso, ha dirigido á todos los Obis
 pos do Italia la siguiente circular, que so Imeo sima acogerá benignamente la siiplica que Le di
 rijo, dáiidtúe anticipadamente mis más cordial?»
 osteusivn á todos los de las demás nacione.s.
 
 — 53 —
 
 gracias y besaudo el Santo Anillo, me profeso con
 -el más profundo respeto
 ^ De Vuestra Excelencia Reverendísima
 Humilde servidor
 ■
 E l PresuUnte de la Junta Promotora
 vj-í NICOLÁS Obispo de Sebasto
 Vicario General.
 E l Secretario Doctor Santiago Carpakelli
 Píírroco de la Sma. Trinidad.
 A esta circular acompaña uua carta del Arzo
 bispo Cardenal Svampa, en la que de un modo
 especial invita á todos los Sres. Obispos á tomar
 .parte activa en el Congreso.
 Sabemos que varios lian prometido ya su asisten
 cia. Entre estos se eucuenti'a el ilustre Obispo de
 Lieja (Bélgica) Mons. Doutreloux, llamado el O' ispo de los Obreros, por el interés que se toma
 por la pronta solución de las cuestiones sociales,
 como muy bien patentizó en la maguítica CartaPastoral que sobre este asunto escribió el año pasado.
 
 Durante el Congreso se exhibirán, en una sala
 al efecto preparada, diversos trabajos de nuestras
 tipografías do Europa y América, ^vididos en
 i'^res secciones: Estampa religiosa y^itúrgica —
 jEstainpa para el pueblo — Estampa para las escue*
 !jlas. Si hubiéramos podido disponer de más tiempo,
 ••• se hubiera invitado á todas nuestras casas de Eu
 ropa, Asia y América y organizado una exposición
 artística.
 •y Se ha abierto también un concurso para un
 ='Himno Inaugural y Commemorativo del Primer
 / Congreso de Cooperadores Salesianos, cuyas coii■diciones están contenidas en la siguiente circular.
 E s t im a d o S k . M a e s t r o :
 
 Perdono V. si nos atrevemos it molestarlo presen_.táudule y recomendáudolu el aignioiite
 
 U a in a iiiie n t o :
 Se ha aliierto un CoiitMirso Musical para uu Hiiiuio
 • iHaii'jnral y Conmeiiioratiro del primer Congreso de
 Cooperadores .s-iiesianos, que. Dios mediante, su cele
 brará en Bolonia los dias 23, 2i y 25 del próximo
 A'iiñl.
 El himno debe ser breve, fácil y de grau efecto, seI hiejando un himno ó marcha nacional á dos voces y
 -T^oio de niños, sin que la nota niás alta pase del la,
 ^V qne inieila adaptarse tí las Casas Salesianas, donde
 ha de servir juvra l ecibir en solemnes ocasiones á ilus^tres Cooperadores Salesianos.
 La Comisión encargada de juzgar los trahaios que
 pr««euteu al Concurso, se eucarg;irá de la reducción
 .»el himno para handa.
 r, KI_ tiempo fijado pani la admisión de trabajos, espira
 ■■♦1 15 de Marzo y todos so dirigirán al infrascrito D.
 :Estebau Trione, Oratorio Salesiano, Turín (Italia).
 r Rogamos encarecidamente á todos los Srs. Maestro.s
 e Música acojan benignamente este Llamamiento v
 ■•-«pindan con trabajos dignos de su estadio é ingenio
 i la grandísima esperanza qne en ellos pone el Con;rc3o.
 El mejor trabajo será ejecutado en el Congreso, pu¡licado y puesto en venta, quedando propiedad de la
 '^ipo^aifa Salesiaiia de Turín.
 ^ La Comisión Examinadora destinará algunos premios
 ara los ciuco trabajos qiie serán reputados como nie■ores. y en el Boletín Salesiano Italiano, Francés,
 spafiol, Inglés y Alemán, se comunicará á todas partes
 nombre del autor y los méritos del himno.
 Soy de F. a/mo. S. S. y Capellán
 Por la Junta
 ESTEBA^• TEIO^-E Pbro.
 
 Estrofas p e han de ponerse en música.
 No pudieudo, por amor á la brevedad, poner todas
 las estrofas, se dará preferente atención á la primera
 y última, repitiéndose el himno con las restantes.
 
 DaH’orto alFoccaso - piü viva del lampo
 líifulge, o Don Bosco, ■ tua santa bandiera;
 L’ünpresa vi splende - A zione e P regh iera,
 Che il Dito del Sommo - Pastore vergó.
 Ci accoglie vittrice - intorno al vessillo,
 Esercito immenso, - Del Ciel la Regina.
 Siam pronti! Di grazla - giá l ’oni é vicina,
 Dei gionii piü belli -1 ’aurora spuntó.
 Del popolo i figli - ci tendón la mano,
 Ci appellan per nomo - vetusto mizioni;
 Tra glebe o oflicine - fra mille garzoni
 Apostüli nuovi - ci addita il Signor.
 Si niuova al trioiifo, - si formiu lo schiero;
 Doi Prosuli nostri - sien guida le Croci:
 Si elevino al (jielo - dei figli lo voci:
 A Dio sol l ’imporio - la gloria, l'onor!
 Las ideas aquí expve-sadas, son las siguientes: « La
 bandera del inmortíil Don Bosco so alza de uno á otro
 polo, llevando entre sus pliegues escrito por el mismo
 Santo Padre; Oración y Trabajo, síntesis de la Obra
 Salcsiana. La Reina del Cielo acoge bajo su manto á
 su inmenso ejército dispuesto á adelantar la hora del
 nuevo día de gracia, cuya aurora ya ha espantado.
 Los hijos del pueblo nos tienden su mano y todas las
 naciones nos reclaman. El Señor escojo entre multitud
 de jóvenes de la ciudad y del campo á sus nuevos
 Apóstoles. Corvamos al triunfo; formemos nuestros ba
 tallones y la Cruz sea la guía de nuestros gefes; y elüvenios al Cielo nuestras voces dándole á Dios solo,
 el imperio, la gloria y el honor. »
 
 C ir c u la r d e la J u n t a P r o m o t o r a .
 iLUSTitísiiio S e ñ o r :
 
 Unir con víuculos de amor á las diversas clases
 sociales para obtener la observancia de sus pro¡)ios deberes, su concordia y bienesLir; hacer
 conocedor al obrero do su dignidad y al mismo
 tieiii])0 de sus deberes; educar á la juventud para
 que dignamente responda á las esperanzas do la
 Religión y de la Patria: evangelizar á pueblos
 todavía salvajes para quo conozcan á Jesucristo
 y su civilización; asistir á los emigrantes italianos
 l»ara hacerles menos amargo con los beneficios do
 la Fe que aprendieron de los labios de su madre,
 el recuerdo de la patria querida; he aquí el fin no
 bilísimo que el sacerdote Dow Juan Poseo se pro
 puso y llevó á cabo.
 Humildes fueron los principios de este aposto
 lado religioso y civ il; Aias su fecundidad di
 fundida en el mundo por medio de los Salesianos
 y de sus beneméritos Cooperadores y Cooperado
 ras (admirable y amplísima Asociación interna
 cional fundada por este venerable Sacerdote para
 sostén y difusión de sus obras), al mismo tiempo
 que manifiesta el eterno y divino vigor de la Igle
 sia Católica siempre pronta, siempre apta
 socorrer á la sociedad según la varía índole de
 las necesidades que la afligen, hace renacer la
 esperanza en los corazones intranquilos por el fu
 turo.
 
 — 54 —
 Hacer, por lo tanto, conocer más y más el espí
 ritu que informaba á Don Bosco; hacer que pe
 netre y crezca principalmente en el ánimo de los
 Cooperadores y Cooperadoras Salesianos y multipliear sus institutos, es una obra que responde á
 ias ncecsidades do nuestros tiempos y por esto
 digna (le la mayor recomendación.
 A esto (In se endereza el primer Congreso que
 en los (lías 23, 24 y 25 de Abril de 1895, celebra
 rán en Bolonia (Italia), los Cooperadores SalesianoB. La idea de esta general asamblea, bendecida
 por nuestro Bininentísimo Cardenal Arzobispo, fue
 presentada por los abajo firmados al reverendísiiuo Sr. D. Miguel Kúa, inmediato sucesor de
 D. Bosco, el cual se dignó aprobarla con la más
 viva satisfacción.
 Algunos Eminentísimos Cardenales} varios Excclentísiim^B Arzobispos y Obispos, insignes perso
 najes eclesiásticos y láicos de Italia y del extran
 jero, honrarán, con su presencia el Congreso y
 con inteligencia y amor tratarán, bajo un aspecto
 esenoialmcnto práctico, cuestiones que miran al
 religioso y moral mejoramiento del pueblo.
 Tendrá la presidencia honoraria Su Eminencia
 Reverendísima el Sr. Cardenal Domingo Svampa,
 Arzobispo de Bolonia; y la efectiva el Reverendo
 Sr, Don Rúa, sucesor (le D. Busco. Bolonia aco
 gerá con alegría y amor á cuantos se dignen vi
 sitarla.
 A obra tan grande y saludable nosotros nos
 hemos consagrado con gran aliento y confianza
 en Dios. Pero á fin de que su feliz éxito sea comleto, es necesario (luo nos presten su apoyo los
 ooperadores Salesianos y todos aquellos ciuda
 danos que solo en la reacción religiosa se prome
 ten días mejores j)ara la patria.
 Venga pues V. á este primer Congreso de CooporadorcH Salesianos, como ardientemente se lo
 rogamos; difúndala noticia; dé á conocer su fin,
 su imimrtaucia y las ventajas que do él se espe
 ran; procúrenos adhesiones, limosnas, oraciones
 y todo género de auxilios. Eclesiásticos y láicos,
 ricos y pobres, grandes y pequeños dense en esta
 ocasión hv mano, pues que el fin que perseguimos
 ofrece universales ventajas.
 Con el mayor respeto nos profesamos
 
 g
 
 Do V. Afmos, S. S.
 Los Componentes de la Junta Dromotora.
 
 que con la ayuda de D io s, todo resultará}
 a mayor gloria suya y desarrollo de las obraí]
 de nuestro involvidable padre D . Bosco.
 M ig u e l B ú a Pbn
 
 ^ ■ v is o s .
 I. Pueden ser miembros del Congreso:
 a) todos los Cooperadores Salesianos que comprne-ben ser tales;
 b) todos los que pertenecen á la Congregación
 lesiana de D. Bosco, y las personas recomeifl
 dadas por un Superior Salesiano ó por un
 rector Diocesano de Cooperadores;
 c) los miembros del Clero secular y regalar; ,
 dj los agregados á cualquier Junta ó Asociaciáj
 Católica reconocida por la Autoridad Eclesiái
 tica y que lo comprueben;
 c) todas las personas recomendadas por sus re
 pectivas Curias.
 II. Los miembros del Congreso se dividen, sígún hv cuota, en tres clases:
 a) Congresistas patronos con la cuota de ISpts.'
 b) Congresistas bienhechores con la cuota do I
 pts.;
 c) Congresistas con la cuota de 5 pts.
 III. Las cuotas deberán mandarse ó al Tesorai
 de la Junta Promotora, Señor D. Rafael RigMj
 Bolonia, Calle do Azelio, n® 34 - piso 2°; 6 ál.Directores de las Casas Salesianas, los cuales le
 remitirán la tarjeta de admisión según su cattj
 goría, en orden á lo establecido en el Art. II.;
 los Congresistas de fuera de Bolonia, se les exp(
 dirá á su debido tiempo el necesario certificaáv
 para obtener la rebaja de precios en los ferroci|
 rriles italianos.
 IV. Los que residen en Bolonia ó á ella veng4
 sin haber disfrutado de la reducción ferroviarül
 pasarán á recoger su tarjeta de admisión quelfl
 entregará el Tesorero ó Secretario, llenando lif
 condiciones prescritas por los Artículos I y II. [
 V. Todo Congresista, al presentarse por t-:
 primera para ser introducido en el aula (leí Coil
 greso, declarará á cual sección ó secciones de«l
 pertenecer, dado caso que quiera incorporarse!
 alirumv.
 
 Bolonia, En(iro do 1895.
 A l mismo tiempo que aceptamos la presi
 dencia honoraria para el primer Congreso
 de Cooperadores Salesianos que debe cele
 brarse en Bolonia, nos unimos cordialmente
 á la i)resento invitación de la Ju nta Promo
 tora; é invocam os las más copiosas bendi
 ciones de D ios sobre todos los que se digna
 ren á ella adherirse.
 DOMIXGO Cardonal Arzobispo.
 
 Con todo nuestro coraz<5n y con la más
 grande gratitud aplaudimos la obra benemé
 rita de la Ju nta Promotora, y damos las más
 v iv a s gracias al Inminentísimo Presidente
 Honorario. Llenos de couíianza esperamos
 
 Animo, pues, católicos espafioles; cooperemos á e:‘gran obra; acudamos en gran numero á esta int'
 nacional asamblea religioso-social, para que al volv
 á nuestra España, cada uno en su esfera, difundi|'
 mos con celo las prácticas enseñanzas que de e
 han do brotar. No consintamos, nosotros españole
 ir á la zaga do otras naciones que con entusiasmos
 adhieren al Congreso y con solicitud se aprí'staa ■
 mandar á él sus representantes en gran númer
 Nuestra España ha do ser toda Salcsiana; D. Bos
 que así pensaba no se engañará. Y no puede ser|
 monos ni otra cosa puede esperarse de una NacM
 cuyo mayor timbre (le gloria es su acendrado cw
 licismo.
 
 — 5o —
 
 EL IDEAL DEL OBRERO
 Reina una gran confusión
 En el siglo del progreso,
 Y justamente por eso
 Hay malestar y opresión.
 Ñadie quiere bajo estar,
 Y esto es un becbo probado:
 Si todos quieren mandar
 4 Quien tiene que ser mandado i
 Se babla mncbo de derechos,
 De libertad obligada,
 Poco de cristianos hechos,
 Y”” de los deberes nada.
 Meetings á derecha é izquierda
 Para arreglar la nación,
 Y" los que se arreglan son
 Los que tiran de la cuerda.
 Apóstoles que al bien sordos
 Meten el brazo en el saco,
 Y cuando ellos esüín gordos
 Nuestro país estó Unco.
 Fildntropos que al obrero
 Le predican la igualdad
 Con gran liberalidad.....
 Pero buscando el dinero.
 Discursos de sensación.
 Juntas, proclamas, promesas,
 Entusiasmo... ni por esas...
 ¡ Todo mentira, ilusión !
 El pobre vive oprimido,
 El trabajador padece,
 El malestar sube y crece,
 Y" el pueblo lanza un gemido.
 Y es que cuando á Dios se olvida,
 Y del mal va el hombre en pos,
 La conciencia en esta vida
 Recuerda al liumbre que hay Dios.
 Vuelve, obrero, tu mirada
 Iliicia ese santo modelo (1),
 Que con fe, constancia y celo
 Llevó una vida apenada.
 Él, como tú, trabajó
 En hogar ]>obre y modesto,
 Pero fuó humilde, y por esto,
 Dios su virtud coronó.
 Él, del jnundo despreciado,
 En el fondo do un taller
 Con su bendita Mujer
 Vivió alegre y resignado.
 Y fuó su mayor consuelo
 Ver que su misma comi«la
 Sustentó en aquesta vida
 A Jesús, el Rey del cielo.
 Trabaja, pues, resignado;
 Desecha, obrero, esa idea
 Que tu concieucia te afea,
 Porque conduce al pecado.
 Sigue, sigue el mismo ejemplo,
 Que dió el Patriarca José ;
 Deja el club y ten más fe,
 Y frecuenta mjís el templo.
 Huye de ese seductor
 Que su maldad disimula j
 Porque aquel que más te adula
 Es tu enemigo mayor.
 (1) San José.
 
 Los que eu la desgracia moran
 Tendrán su dicha cumplida.
 Que Dios premia en la otra vida
 A los que sufren y lloran.
 Ten resignación, obreio,
 Y nada del malo esperes;
 Sé ahora el último, si quieres
 Llegar á ser el primero.
 Nada te apeue en tu estado,
 Todo lo vence la f é }
 Tu rumbo ya está trazado :
 Tu ideal es San José.
 
 DON CAMILO ORTÚZAR Pbro.
 Como prometimos á nuestros lectores en ol número
 anterior, les comunicamos en esto algunos datos bio
 gráficos sobre la edificante vida del hasta ahora di*
 rector del Boletín Salcsiano Español, el Pbro. Dou
 CAMILO ORTUZAR.
 Do una piadosa al par que ilustre familia, nació
 en Chile el 15 de julio de 18-48. Habiendo recibido
 eu unión de sus hermanos una cristiana educación,
 se sintió atraído y dirigió desde pequeño sus pasos
 al Santuario. Ordenado sacerdote, ocupó por varios
 años un honrado puesto en la armada de su patria,
 pasando después como Párroco y Vicario á Iquique,
 donde hizo un bien inmenso y levantó una suntuo
 sísima iglesia.
 Tenido como uno de los más distinguidos y doctos
 sacerdotes de Chile, escribió varias obras de gran
 mérito, entre las que se cuentan: mi voluminoso Ca
 tecismo en ejemplos, del que se acaba de terminar
 en Sarriá-Barcelona ía tercera edición, un M anual
 de piedad y otro de la Primera Comunión.
 Viendo el gran aprecio que de su doctrina y vir
 tud se hacia y que por esto se le quería elevar á Ja
 alta dignidad de Obispo, después de haber provisto
 á las necesidades de su extensa Parroquia, determinó
 dejar el mundo y hacerse religioso.
 Habiendo ya en otras ocasiones visitado los Santos
 Lugares y los principales Santuarios do Europa, pen
 saba en esta dirigirse á Lourde.s y Roma y hacer
 los Ejercicios Espirituales para reflexionar mejor so
 bre su vocación.
 Llegó á Turin y se dirigió á Don Ikisco para coi
 él especialmente aconsejarse. La respuesta de Dou
 Bosco fuó que si se quería quedar con él, lo proYnetia pan, trabajo y paraíso. Don Camilo, á seme
 jantes palabras, suspendió su viaje á Roma, so quedó
 entre nosotros y desde el primer momento comenzó
 á mostrarse digno hijo de tal padre. Después de
 algún tiempo pasado en San Benigno Canavese, fuó
 trasladado al Colegio de las Misiones de Valsalice,
 donde ha pasado todo el resto de su vida. Fuó de
 los últimos Salesianos directamente aceptados por
 Don Bosco y esta dicha, la tuvo él siempre como
 una señaladísima gracia del Señor. El día de la In
 maculada Concepción del año 1888 , hizo sus votos
 perpetuos y sus virtudes crecieron y embalsamaroi
 el ambiente con el suave olor de sos perfumes.
 
 — 5G
 La «olicitud y amor con que desempeñó el cargo
 do Director del BohÜn Salcsiano Español, que se
 lo confió desdo un principio, pueden servirnos do ejem
 plar á todos OH el desempeño do nuestros propios
 deberos. Era tal la afocción que sentía hacia Don
 Hosco, que no descansó hasta dar luz su vida, que
 so ha difundido mucho y producido un gran bien. Su
 amor á María era ilimitado. En su honor escribió el
 áureo libro titulado: A l Cielo por María y otros
 varios opúsculos. Ultimamente , para mortificar su
 amor propio, so firmaba en todos sus escritos con el
 tiQMÜúnimo iJomiíH/o Abeja, quo ya ai)aroco on el opús
 culo do Febrero do las Ijocturas Católicas do Sarriá
 (Ibircolona), para las quo mucho ha trabajado y pro
 metía trabajar.
 Acometido i)or una bronquitis quo degeneró on pul
 monía lenta, dejaba de o.xistir á la edad do 40 años
 en la Casa salosiana do Niza (Francia) , el 8 do
 enero il las 0 do la mañana , fortalecido con todos
 los auxilios de nuestra sania madre la Iglesia.
 Su muerto filó como su vida, edificanto. Solía decir
 quo la gracia do su vocación lo era una prueba se
 gura do predilección do la divina misericordia, quo
 lo confortaba y fortalecía on aquellos supremos inomontos. « Yo hctnliffo el día en que vi por vez
 X>rimt’ra á Don Sosco... E l ella de mi profesión
 rclif/iosa fue el más hermoso de mi vida y ahora
 lo será el de mi 7)iiíer/c, en el que, libre de estas
 prisiotics, espero entrar en el ciclo, »
 El 8 de diciombro ricibió, con pleno conocimiento,
 la Santa Extroma-Unción. Acompañaba al minis
 trante en todas las coromonias, uiiióndosoá él con todo
 su corazón. Después del último Oremus exclamó :
 Deo (jratias! y ahora: N unc dimiltc!
 En adelante, no quería so lo hablara do otra cosa
 que del cielo. Necesario es decir quo disfrutaba de
 la dicha do los santos, que su sacrificio estaba consu
 mado y (juo esperaba con alegría y tranquilidad la
 muerte.
 No nos olvidemos, sin embargo y &pesar de todo
 esto, do encomendar al Señor su alma en nuestras
 oraciones, lindada esperanza tenemos de quo no lo
 necesito, })ero, esto no obstante, nuestras oraciones
 uminoranlii nuestro dolor por tan sensible pérdida y
 el do su piadosa madre quo aún vivo.
 Imitemos su ardionto amor y práctica devoción á
 la Sina. Virgen y su humildad profunda, para quo
 cuándo lloguo nuestra hora espiremos como él plá
 cidamente en los brazos del Señor y de su Madre
 Santísima.
 
 Fiesta (le les uiíios Salcsiimos.
 E l domingo tuvim os el gusto de asistir á
 la tiesta q u o , para honrar al Inspector de
 las (Jasas ISalesianas de E spaña, el virtuoso
 ó ilustrado padre señor B . Felipe M .''Em aldi,
 
 celebraron los niños q u e , en el edificio de
 la Trinidad, educan los hijos de B on Bosco.
 B ig u á de admiración y del apoyo de todos
 los buenos es la obra que están realizando
 los Padres Salesianos en S evilla.
 Coger á m uchachos, que hasta ahora solo
 se ocupaban en desesperar á sus familias,
 en no hacer caso de su s padres, burlarse de
 los mayores , pelearse con sus iguales , im 
 provisar batallas á peñascazo limpio^ romper
 faroles, m olestar a l vecindario y ser siempre
 m ateria disi)uesta á terminar en una riña ó
 en un presidio, y educarlos, hacerlos sum i
 sos, dóciles, respetuosos, desarrollar en ellos
 el amor al trabajo, el gusto al arte y con 
 vertirlos en excelentes obreros que sirvan
 de i)rovecho á sus fam ilias y á la sociedad,
 es empresa que merece ser aplaudida y ayu
 dada por cuantos amen á la religión , á la
 sociedad, á la fam ilia y á la clase obrera.
 E l dom ingo, cuando veíamos un verdadero
 batallón de obreritos jugaii(lo en el espacioso
 patio de la Trinidad y, luego, silenciosos en
 el salón do recreo presenciando la función,
 ó con sus ju ven iles voces entonando himnos,
 prorrumpiendo en aclam aciones, declamando
 y , descubriéndose y besando la mano de los
 religiosos, sentíam os admiración y agrade
 cimiento, como católicos y como sevillanos,
 hacia los hombres que tan gran bien están
 haciendo al pueblo.
 A las dos el magnífico s a ló n , donde los
 niños de B o n Bosco tienen su teatrito, e s 
 taba lleno d e distinguida concurrencia. Poco
 después, acompañado por varios religiosos,
 entró e l P . R inaldi, atravesando el local en
 medio de aclamaciones y, al ocupar la pre
 sidencia con varios ec lesiá stico s, cantaron
 los alum nos un precioso himno dedicado al
 sabio y celoso Inspector.
 B esp u és de recitar una sentida com posi
 ción uno de los alu m n os, siete obreros sa 
 ludaron al P . E inald i en siete idiom as d i
 ferentes y , acto se g u id o , púsose en escena
 el tierno drama E l Seise m á r tir , en cuyo
 desem peño sobresalió el niño que tuvo á su
 cargo el papel de protagonista y q u e , no
 obstante su corta e d a d , lazo derramar lá 
 grimas á más de un concurrente. Terminó
 el drama con una b ella apoteosis que se re
 pitió á instancia de la concurrencia.
 Luego represeiiturou un chistoso sainete
 y una pieza muy original y á propósito para
 obreros, eu la que estuvo perfectamente el
 joven quo la cantó, mereciendo los aplausos
 con quo el público premió su trabajo.
 La agradable fiesta terminó con el himno
 al P . E inaldi, abandonando este el local ro
 deado de la concurrencia que deseaba cono
 cerlo y besarle la mano.
 Quiera B ios que la obra de B on Bosco
 alcíuice el incremento que, para bien de la
 clase obrera necesita en S evilla.
 {Diario de SecillOj 15-1-95).
 
 4-:
 i
 
 D espués que los Padres Salesianos nos
 dijeron que con la fe y la paciencia se stmtificó Francisco de Sales, el P adre Jesuíta
 nos dijo que para asegurarnos la protección
 Después de superar iunumerables obstá del Santo es m enester im itarle en su modo
 culos y dificultades suscitadas por el infierno, de corresponder á las inspiraciones de la
 y merced al celo infatigable y al amor del gracia, conformar nuestra vida con la suya,
 lim o. Prelado de la d ió c esis, se ba podido demostrando después lo necesario que nos
 abrir la Casa Salesiana de M álaga que de es hacerlo de ese m o d o ; para esto explanó
 día en día es más frecuentada. Y a se ban aquel texto de san Pablo : iVoa habemus hic
 empezado algunos talleres con solo uno o inanentem cioitatem, de lo que concluyó que
 dos niños. H um ildes p rin cip ios, es verd ad , estamos aquí de viaje y como peregrinos, y
 como todas las Obras de D . B osco; pero que debemos por lo mismo tender siempre á la
 por esto mismo dan mucbo que esperar, verdadera patria que es el cielo, cuyas puer
 pues es cosa experimentada que á tan hu tas no se franquearán sino á los que eu este
 mildes principios suele corresponder extra destierro han seguido las huellas de los
 ordinario desarrollo. Quiera D ios que asi sea Santos.
 para bien de esta ciudad tan necesitada y
 Le he dicho que la N ovena no era de
 (pie tanto excasea de Instituciones Religiosas. bombo pero sí p ia d o sa ; y en efecto queda
 A su inauguración asistieron las autori esto comprobado por el gran uúmero de codades y su lim a, que i)ronunció un elocuente mimioues y por la piedad y devoción con
 .discurso alusivo al acto.
 que todos los niños del Colegio y gran n ú 
 mero de personas externas se acercaron á
 la mesa de los A u geles. E l que celebró la
 misa de Comuuióii general, que fue el refe
 rido Padre Jesuíta, no solamente quedó edifleado sino grandem ente conmovido de ver
 la devoción y com postura de los com ulgan
 tes y los frutos de la devoción que Utrera
 profesa á s. Francisco de Sales.
 Utrera, y de Febrero do 1S95.
 E n la M isa solemne , cantada por los n i
 ños del Colegio, que, adiestrados por el S e
 M u y R e v u o . S k . D . M k íu e l R ú í :
 ñor D . José B iestro, orgauista. d el referido
 4- Creo bacer cosa muy del agrado de V. R. Colegio, desempeñaron muy bien su papel,
 •describiéndole dos renglones dándole algunos tuvim os el gusto de oir la autorizada p a
 ^d etalles de la N o v e n a , que sus hijos los labra del muy elocuente Sr. D . Ju an P a 
 RR. P P . SaJesianos y los Cooperadores de dilla, cura propio de la de S ta. María de
 le t r e r a , han celebrado para honrar y fes la Mesa y A rcipreste del partido de Utrera.
 tejar al melifluo Doctor de Ja Iglesia san Las sim patías á que dicho Señor se h a h e
 i Francisco de S a le s , tan sim pático para la cho acreedor eu el púlpito atrajo gran n ú 
 l)iadosa Utrera. N ovena en la que si bien mero d e oyentes á la función. E l asunto
 no hubo nada de bombo, no faltó lo mejor (jue trató eu el j)anegírico fue muy digno
 que es la p ie d a d , que es lo que más iiii- del Santo. « E u Francisco de Sales, decía,
 : porta y se d e s e a ; y eu comprobación de e.sto se pueden contemplar como en el Tabor, la
 ¡ sirva el que las piadosas personas que asis ciencia representada eu Jesú s, la dulzura
 tieron á ella no necesitaron de muchos re en M oisés, y el celo eu E lia s; explanó y
 piques de cam panas sino que fue bastante comprobó su tema con los principales ras
 el anuncio de la convocatoria, y á ])esardel gos de la vida del Santo, el cual, segú u el
 temporal que reinó eu casi todo el tiempo orador, no quiso estudiar n i saber sino cien 
 que duró la Novena, hubo todas las noches cia divina, la cual poseía eu grado em inente,
 , bastante auditorio á quien poder dirigir la devoró oprobios y biim illacioues para adqui
 palabra de D ios. D iré más, una noche en rir la dulzura y mansedumbre que lo carac
 que el temporal arreció más que nunca y la terizan, y no fueron bastantes para embotar
 lluvia caía de un modo esp a n to so , á i)esar su celo para la gloria de D ios y el bien de
 -de la falta de alumbrado eu la c a lle , uu las a lm a s, n i las a fr en ta s, n i los peligros
 .'''.crecido número de almas piadosas , despre- ni la s persecuciones de los herejes más fa
 feciando los vanos temores de que en c-asos náticos.
 p semejantes se hacen esclavas la s personas
 P or la ta r d e , á la hora indicada en la
 I Ilelicadas cuando se trata de asistir á la con vocatoria, tuvo lugar la Conferencia á
 ¡V^glesia, asistieron á la N ovena.
 los Cooperadores Salesianos , en la que el
 1 A, Respecto á j a predicación tanto los Pa- Director del In stitu to Salesiano de S evilla,
 I dres Salesianos como un Padre de la Com- después de habernos descrito á grandes ras
 ^pañía de Jesú s se atuvieron rigurosamente gos los asombrosos adelantos de la C ongrega
 á las enseñanzas recientem ente emanadas ción S a le sia n a , nos presentó como eu uu
 fc'de la Santa Sede A postólica.
 cuadro el estado moral de la sociedad, íu-
 
 FIESTA DE SAN FRANCISCO DE SALES
 
 — 58 —
 vocando para remedio de tan triste situación
 eii que se liallau los niños pobres, nuestra
 coo])eracióu no solo con medios materiales
 Binó que también con la oración.
 Por la noche tuvim os el gusto de asistir
 íil teatrito del C olegio, donde se representó
 uii drama en cinco actos, cuyo asunto es el
 
 Terminaré, M. 11. P ., bendiciendo á Dios
 y á Don B osco, y pidiéndole que nunca se
 olvide en sus oraciones de este entusiasta
 admirador de la Obra salesiana, de la cual,
 aunque indigno, me precio de formar parte
 por ser como soy
 Vn Coojjemdor Salcsiano.
 
 Mons. A N D R É S C A R L O S F E R R A R I
 Cardoual Arsubispu do MiUn.
 
 descubrim iento de Am érica por Colón, es(¡rito \)or el dignísim o pi'ofesor del Colegio
 ilel Carmen D r. Francisco F eiioglio. A quí
 como en la iglesia apremlimos algo para
 ]iuesti*o provecho espiritual, y es lo que el
 autor puso como de re lie v e; la lucha titánica
 que tienen que sufrir por parte del infierno
 y del mundo todos aquellos que emprenden
 alguna obra (jue redunde en gloria de Dios
 y en bien de las almas.
 
 LA OBRA DE D. BOSCO EN EL EXTRANJERO
 I ta lia .
 O lilá n . — El'día de la'.Epifania se daba prin
 cipio en los salones del antiguo Uiatorio do San
 Esteban, galuntemenu» cedidos á los hijos de Don
 bosco iKO- la Junta de Cooperadores, al Oratorio
 
 — 50 —
 fialesiano de San Ambrosio en Milán. Quisiéra
 mos disponer del suticiento espacio pava dar á
 nuestros lectores al menos una vagji idea de los
 trabajos realizados por la digna Junte de Cooperatlores en pro de esta fundación, así como tam
 bién de la solicitud con que las Sras. Coopera
 doras poveyeron de todo lo necesario al culto
 divino y al mueblaje de la cusj\, de todo lo que
 los Salesianos, en su pobreza, carecían. Baste
 decir que dichas Señoras renovaron los tiempos
 vn que nuestro querido padre Don Bosco trabiba
 de bendecir la grandiosa iglesia que en honor de
 María Auxiliadora había erigido en Turín. A la
 solemne inauguración, á mjís de nuestro superior
 Don Rúa y de casi todo.s lo.s Cooperadores y Coo
 peradoras, se dignó asistir el Cardenal Ferrari
 Arzobispo de dicha ciudad, quién pronunció un
 elocuentísimo discurso, en el que patentizó la
 viva alegría que. poseía su corazón por el esta
 blecimiento de los Salesiauos en su ciudad y las
 grandes esperanzas que ponía en su obra salvaclora. — ¡ Quiera Dios que estes esperanzas no
 queden, como esperamos, defraudadas!
 «*
 9
 
 -
 
 M o iifo i'i'a to (Piamonie). — Nnestro sacer
 dote Don Toméis Pentore, que ha recorrido los
 principales puntos de este provincia dando Con
 ferencia á los Cooperadores Salesianos. ha que
 dado plenamente satisfecho del espectáculo de fe
 «rristiana y amor de estos habitantes hacia la
 Congregación Salesiana Ya Don Bosco hab'a va
 rias veces recorrido estos pueblos, de los que re
 cibió los primeros recursos para su Obra que co
 menzaba. Baste llamar á la puerta de su corazón
 para que se presten á los más grandes sacrificios.
 En nn sobre que le fui* consignado al conferen
 ciante . se leían estas conmovedoras palabras:
 « Con este pobre oferto, quisiera poder ofrecer
 todas mi fuerzas, toda mi s.angre á los huérfanos
 y ;i los misioneros de Don Bosco. » Una pobre
 mujer le decía: « Yo no puedo dispone^© d i
 nero. poro le daré una camisa ó una sábana para
 <pie se la manden á los salvajes de la Patago-
 
 L i^ iir ia {Génova). — También los Coopera
 dores de la Liguria acudieron al llamamiento que
 el mismo conferenciunte les hizo, para subvenir
 á las necesidades de nuestras misiones. Muchos
 de los asistentes, habiendo estado en América y
 conocido á los misioneros de Don Bosco , pudie
 ron confirmar lo que Don Pentore les decía sobre
 el bien inmenso que los misioneros hacen princi
 palmente en el Brasil, Uruguay y República Ar
 gentina. á los emigrantes italianos.— ¡Dios pre
 mie á estos beneméritos Cooperadores el bien que
 hacen en favor de la Obra de Don Hos<*o!
 
 i^ n iic ia
 ¡ z a s (^onipellifr). — En estes últimos días
 acaba de fundarse en Xizasuna Colonia AiirkoJa,
 bajo la advocación de San .luán Bautista. Este
 nueva casa scTdebe á la generosa caridad de la
 Sra. Vda. SouLanges, — De esperar es que todos
 los habitantes de aquellos sdrededores contríbuiRín con 'u cooperación á la pronta constracción
 
 del edificio que ha de salvar á tantos infelices
 niños, y á la prosperidad de una obra que ten
 óptimos resultados promete.
 •
 R ititz (Puí de Calais). — Leemos en uno de
 los últimos números de la Franee Ghrétienne.
 « Hace cosa de tres años que los RR. PP. Salesanos fundaron en Rnitz la Colonia Agrícola de
 San José. En la casa, bastante reducida por cierto
 reciben actualmente educación unos 20 jóvenes
 estudiantes y lo dedicados á la agricultura y
 jardinería. Es verdaderamente digno de admira
 ción el celo con que estos religiosos, en bien de
 la juventud menesterosa, fundan sus colonias aún
 en aquellas partes donde, como aquí . á tan alto
 precio se venden los terrenos. Debido á impor
 tantes iniciativas, la municipalidad ha acordado
 subvencionar á la Colonia de Ruitz con 200 fran
 cos. »
 c V r r f e #',r r f r r r r r r r
 
 A M É R IC A .
 SANTIAGO DE CHILE
 Esencia práctica de agrícnitura en Melipilhi.
 í Continmaóii).
 
 Como estaba an un ciad o, el domingo se
 llevó A, efecto en M elipilla la bendición de
 la primera piedra de la Escuela Práctica de
 A gricultura que luego h a de elevarse eii
 aquel lugar y que h a de ser regentada por
 la Congregación Salesiana, con el esplendor
 que podía esperarse de la entusiasta acti
 vidad de sus organizadores.
 D esde las doce del día comenzaban á lle 
 gar á la estación central de los ferrocarriles
 del E stado los numerosos invitados íi este
 acto inaugural y tomaban colocación en el
 tren especial de antemano preparado.
 P or tener que esperar la llegad a del e x 
 preso de V alparaíso, de ilonde venían nu
 merosas personas que debían unirse á la
 com itiva, el trén, compuesto de dieciseis co
 ches, repletos <le distinguidas personas, sólo
 pudo ponerse en marcha á la 1,2 0 minutos
 de la tarde.
 También tomaron colocaciém en uno de los
 coches del convoy la banda de míísica «leí
 regim iento de artillería y la «le los talleres
 salesianos.
 Entusiasm o y alegría dominaban en aquel
 convoy «jue en menos de una hora salvó las
 dieciseis legu as que separan á la capital
 de la ciudad de Jlelipilla.
 Los viajeros pudieron gozar de aquellos
 hermosos campos que muestran su lozanía
 y belleza.
 Cuatro estacione.s, en una de las cuales
 se detuvo, y otras tan tas con sn.s edificios
 
 — ()0 —
 eii construcción y que eu breve se pondrán
 á disposición del público, atravesó el convoy
 jmra llegar á las dos y inedia de la tarde á
 la estación de M elipilla, en donde esperaban
 á. la com itiva, que Iné saludada con grandes
 s a lv a s , distinguidas y respetables personas
 de aquella localidad , la comisión organiza
 dora de las fiestas, los miembros del M uni
 cipio ó inmenso concurso de pueblo.
 Tan i)ronto como llegó el tren, la comi
 tiv a se dirigió al lugar donde ib a'á verift(Uirse la ceremonia, como á dos cuadras de
 la estación.
 Tanto la estación como el local de las
 fiestas, estaban engalanados.
 La gran carpa ostentaba jiumerosas ban
 deras, guirnaldas y coronas de arrayán, e s 
 cudos etc., etc.
 En los asientos de honor tomaron coloca
 ción : el Jlnstrísimo y Keverendísimo señor
 Arzobispo de S an tiago; miembros del Con
 greso, los padrinos, Jas autoridades de M e
 lipilla y otras distingnidas personas.
 Se dió principio ni acto con la solemne
 bendición de Ja primera p ied ra , en que
 ofició el ilnstrísim o y Keverendísimo señor
 Arzobispo , acompañado de sn secretario y
 de algunos otros sacerdotes.
 Terminadas las ceremonias litúrgicas fné
 firmada el acta por loa immeroaos padrinos
 y madrinas que se encontraron presente.^,
 l)or los fnncionarios públicos y algunos cal)alIoros, guardándola después en un frasco
 de vidrio <lentro do la piedra.
 Entro los ])adrinos se encontraba el Sr.
 P residente do la Kepública, varios senadores,
 diputados y otros muchos y m uy distinguidos
 señores de Santiago.
 E l siguiente es el texto de dicha a c t a :
 E n el lugar do « Lo Godoy.», á inm edia
 ciones de la ciu<lad de M elipilla, á 18 de
 noviembre de 1804, siendo Sumo Pontífice
 Sn Santidad León X I I I ; Arzobispo de S an
 tiago el lim o, y Kevmo. doctor I). Mariano
 Oasanova, y Presidente de la K epública el
 É xcino. señor Don Jorge Montt, el lim o, y
 Kovnio. señor Arzobispo de Santiago ben
 dijo la primera piedra de la E scuela P rá c
 tica de A gricultura que se va ú establecer
 bajo la dirección de los reverendos Padres
 Salesiaiios en dicho fundo y en el de « La
 V arges », comprado con erogaciones parti
 culares.
 Firman esta a(^ta, con el lim o, y Kevmo.
 señor Arzobispo de Santiago, los miembros
 do Ift Comisión promotora de esta obra, s e 
 ñor i)resbítero don Manuel de la Cruz F lo 
 res, señor don Kafael G-onzalez Errázuriz,
 señor don Enrique Kichard Fontecilla y los
 padrinos y madrinas de la nueva escuela denoinimula* San Isidro. — (Siguen las firmas).
 D espués del acto de la bendición, el cura
 párroco do la localidad, presbítero don A n 
 tonio Fernandez Moya, pronunció un elo 
 cuente discurso.
 
 E l program a, salvo pequeños detalles,
 tuvo exacto cumplimiento.
 La obertura y Ja marcha « V enecia »por
 la orquesta del Patrocinio de San José fue
 ron muy aplaudidas.
 B asta solo enunciar los nombres de don
 Kafael E gaña y de don José Kamón Gutié
 rrez para comprender que los discursos de
 estos caballeros fueron á cada paso interrum
 pidos por estruendosas salvas de aplausos, lo.s
 qtie también se prodigaron al discurso del
 alcalde de la M unicipalidad de Melipilla,
 don D aniel Rodríguez.
 La estudiantina de señoritas conquistó en
 la fiesta del domingo, por la esmeradísima
 ejecución y admirable m aestría con que supo
 ejecutar la polka « Flora» y el vals -»■ El
 Colibrí », espléndidos triu n fo s, como se Jo
 significó la concurrencia, haciendo repetir
 esta parte del ])rograma en medio de conti
 nuados y entusiastas aplausos.
 En seguida pasó la concurrencia al local
 preparado al efecto , donde se le sirvió un
 espléndido lunch , en que rivalizó la obseíjiiiosidad de los organizadores con el buen
 servicio y excelentes viandas.
 Tanto á la llegad a de la estación como en
 diversas partes de la fiesta contribuyeron á
 amenizarla las bandas de m úsica que habían
 ido con este ob jeto, las cuales tocaron las
 más escogidas piezas de su repertorio.
 Cerca de las seis de la tarde regresó el
 trén con la numerosa com itiva, que arribó
 á esta cfipital á las 7,30 de la tarde, des
 pués, de haber pasado un día de campo y
 contribuido á solemnizar un acto que tan
 benéficos resultados h a de traer para la in 
 dustria agrícola al mismo tiempo que da
 vida y animación á un importante departa
 mento de esta provincia.
 P orvenir — noviembre 20-94).
 A continuación copiamos los discursos del
 Sr. Cura Párroco y del Sr. E gaña.
 (S e confinnnrdJ
 
 V K X K Z L ’ K L .A
 
 Los Salesianos en Caracas y Valencia.
 Cftrftcn.s, 10 (]p cliciom bre <1p ISÍM.
 
 K vdyio . S r . D . K úa :
 Cumplo con la promesa que hice á S. R.
 enviarle una detallada relación de la cordialísima
 .acogida que tuvimos á nuestra llegada á la ca
 pital de Venezuela. Eran las 7 de la mañana del
 19 del pasado mes cuando, después de un feliz
 viaje, el vapKjr « Rosario, » de la Compañía ita
 liana « La Veloce. •» entraba en el puerto de La
 Guaira; los viajeros, casi todos «le óptimos sen-
 
 —
 
 —
 
 íimientos católicos . exclamaron con aqnel entu
 siasmo que siempre se experimenta al ver inaniliesta y extraordinaria la bondad de Dios Nuestro
 Señor,' ¡ Bendito sea Dios! Expresión que el señor
 Dr. Ameuodoro Crdaueta. oruamenio y decoro del
 Estado Venezolano, supo revestir con las galas
 de la poesía, traduciéndola en los versos si
 guientes :
 i Gracias, gracias, Señor! El frágil pino
 Llevado por tu mano omnipotente,
 Al lin triunfó del piélago inclemente,
 Y abrió en las ondas salvador camino.
 Bey de la eternidad, tú solamente
 Eres dueño del tiempo y del destino;
 ; Doblad ante el Espíritu divino,
 Temerario mortal, la altiva frente!
 Dios de inmensa bondad, doquier te miro
 Ya del volcán ardiente en la pujanza,
 Ya del céfiro leve en el suspiro,
 En el mar, en la luz y en la bonanza,
 Tu alto poder y tu grandeza admiro,
 Y admiro tu bondad en la esperanza..
 Apenas las numerosas personas que nos espe
 raban con impaciencia en el puerto nos pudieron
 divisar, dieron señales de suma satisfacción y nos
 salndaron de mil maneras; en la falúa deí Res
 guardo Nacional que nos visitó ;1 bordo, entraron
 comisiones de los Centros Católicos de La Guaira
 y Maiquetía para darnos la mjis cordial bienve
 nida. Cuando el vapor hubo atracado al muelle,
 pasaron á él los Rvdos. señores Pbro. Dr. Ri
 cardo Arteaga , Canónigo Doctoral, y Pbro. Dr.
 Francisco Almeida, Canónigo de Merce«l. á quie
 nes el Vble. Capítulo Metropolitano de Caracas
 había comisionado para que nos recibiesen •, acompanaban d estos señores el Vble. Cura y Vi
 cario de La Guaira. Pbro. Br. Santiago García,
 el bachiller Eduardo Vásqiiez, cura de Maiquetía,
 el Br. Carlos Chuecos, cura de El Valle, el Pres
 bítero Antero Delgado, Capellán del Carmen, y
 otros varios señores que sería prolijo nombrar, y
 que nos honraron con su visita como cooperado
 res y entusiastas de la Obra salesiana. Pasados
 los primeros saludos y presentaciones, desembar
 camos en la falúa tlel Resguardo que puso A
 nuestra disposición el muy estimable jefe señor
 Guzmán Sanabria. Al poner pies en tierra, lo
 primero que hicimos, después de pasar á la Ad
 ministración de la Adnana . donde el señor Ad
 ministrador, Dr. ünda . nos recibió corb’smente
 y anunció nuestra llegada al limo, y Rvmo.
 Sr. Arzobispo y al Exemo. Sr. Presidente, fue ir
 al templo, en cuyo atrio nos esperaba una or
 questa compuesta de niños, que bajo la dirección
 del hábil maestro de música Sr. Rafael Flores
 ejecutaba trozos escogidos. El templo estaba ocu
 pado por numerosísima concurrencia, y nosotros
 fuimos colocados en el presbiterio , al lado del
 Evangelio. Acto contínno >ubió al púlpito el
 ^■ble. Sr. Vicario, quien con entusiasmo anun
 ciaba nuestra llegada A sus buenos feligreses,
 nos colmaba de bendiciones y nos deseaba el
 mejor éxito en nuestra empresa de beneficencia
 y de salvación de la juventud menesterosa. Ter
 minada esta oración, el Sr. Canónigo Arteaga. asis
 tido por los sacerdotes entonó nn solemne Te JDeum
 y las preces
 ^rafiuriij» noímne. que acompañó
 magnífica orquesta en el coro. Acabada la fanción
 pasamos A la modesta pero linda morada del
 Sr. Vicario García. el cual tuvo la bondad de
 obsequiamos finamente, mientras la ya indicada
 orquesta infantil «egnía recreándonos con sus festi
 
 01
 
 —
 
 vos acordes. Nos despedimos al fin de tan esti
 mable sacerdote, que es Cooperador salesiano,
 como todos los demás señores que he nombrado
 antes, y pasamos á descansar al Hotel Neptuuo,
 donde la Comisión del Vble. Cabildo Metropoli
 tano nos tenia preparado cómodo alojamiento. A
 las tres de la tarde, acompañados de los digní
 simos sacerdotes nombrados y del Rvdo. P. D.
 Domingo Lauioya , nuestro compañero de viaje
 desde Barcelona y amigo nuestro muy decidido,
 fuimos A visitar el pueblo de Maiquetía, para
 nosotros de muy tristes recuerdos, pero que no
 podíamos dejar de visitar, pues allí falleció y
 está sepultado el hermano José Eterno {Q. E.
 G. E.). El Sr. Cura Br. Viisquez, su teniente el
 Pbro. Morales y numeroso couem-so de fieles nos
 aguardaban en la estación, y entre los alegres
 repiques de las campanas y líw detonaciones pi
 rotécnicas de numerosos cohetes llegamos al tem
 plo parroquial que, por cierto, revela eu todo el
 celo del dignísimo sacerdote que lo rige : allí nos
 recogimos en una devotísima capilla de la Virgen
 de Lourdes, donde se cantó una solemne Salve á
 la Virgen Santísima, seguida de las Letanías de
 la misma celestial Señora. Visitamos después el
 hospital de San José , cuidado por las Hermanitas de los Pobres, fundación del Pbro. Don San
 tiago Machedo, sacerdote muy üusti’e y benemé
 rito por su celo para toda buena obra: eu esta
 santa CMa fué asistido con el mayor esmero
 nuestro pobre Eterno y en ella Dios Nuestro Se
 ñor, dispuso que terminase el curso de su vida
 angelical. Su retrato se conserva en la sala de
 recibo del mismo Instituto. Pasamos después'al
 Cementerio, haciendo el viaje en coche por estar
 bastante retirado de la población: allí encontra
 mos numeroso pueblo , pero nuestra atención se
 dirigió á una modesta á la par que elegante
 tumba, adornada de coronas y luces, en la que
 se leía el nombre de nuestro inolvidable Eterno,
 y la fecha de su entierro: sobre esta tumba ora
 mos con los sentimientos que V. R. puede figu
 rarse, y después de cantar un solemne responso
 en sufragio del alma del que fue el primer Salesiano que fijó, siquiera fuese por la muerte su es
 tancia en el suelo venezolano, nos retiramos con
 el corazón oprimido por el triste recuerdo que
 despertaba eu nuestra mente aquel lugar de fú
 nebre descanso. De regreso á Maiquetía, como
 estaba ya próxima la caída de la tarde , fuimos
 obsequiados por el Sr. Cura con una confortable
 comida : comisiones del Centro Católico y do la
 Juventud Católica se apresuraron A visitarnos
 para darnos la bienvenida, así como otras varias
 personas de distintas clases sociales, todas muy
 atóntas y adictas á la obra salesiana. El 20, ha
 biendo celebrado la santa Misa en sufragio de
 nuestro Eterno en la Iglesia parroquial de La
 Guaira, emprendimos el vi^ie para la capital. El
 tren que va de La Guaira A Caracas recorre un
 camino de continua subida por espacio de más
 de 2 horas, hasta elevarse ú la altura de 900 me
 tros sobre el nivel del mar: la linea del ferro
 carril está situada al borde de continuos despe
 ñaderos que horrorizan al verlos , si bien dicen
 que no ha habido qne lamentar ninguna desgra
 cia desde qne fue instalada dicha línea.
 A las 10 1[2 de la mañana llegamos, por fin, á
 la capital de la República : habría á esperamos
 como unas 800 personas: numerosísimo Clero.
 presidido por el Sr. Teniente Provisor, Monseñor
 Dr. Luis F. Esteves, Protonotario Apostólico,
 salió á recibimos, y en coches preparados de an-
 
 —
 
 «2
 
 —
 
 t(-inaiio, fiiímoB llegados íi la Santa Iglesia Metro- hizo uso de la palabra, contestándole, este sn ser
 |iolit4ina. Km imponente el espectáculo <jue se vidor.
 ofrecía á nuestra vista: el pueblo llenaba todas
 Después de la recepción fuimos á visitar a!
 las avenidos de la Caiedral y el interior de ésta Excino. Sr. Ministro do Instrucción Pública, Dr.
 no ¡)Oílía contener más gente. Todo el Venerable Luis Ezpelosín, q\ie nos recibió con toda clase de
 Capítulo, j)residido [lor el muy ilustre Sr. Deán, atenciones, hasta acompañarnos personalmente á
 Monseñor Dr. M. A. Kriceño, Prelado Doméstico visitar la Escuela de Artes y Oüeios, fundada por
 »lü S. H. y Cobei nador del Arzobispado, nos dis el Gobierno, y que se desearía que estuviese ¡1
 pensó el lionor de recibirnos á la entrada de la cargo de los Salesianos. Pasamos, por tiu, después
 Catedral. ('oloendos en el presbiterio al lado del de un par de días de descanso, á fijar nuestra
 Kvangelio. el muy Reverendo Canónigo Dr. Ar- morada en nna casita, donación que es de una
 tcnga, <{Ue no se Imin'a Himrfado un momento de virtuosa familia de Cooperadores salesianos, si
 nosotros desdo (¡ue
 tuada cerca de una
 nos vio llegar a!
 hermosa capilla en
 )iuerto de Jja Guai
 un punto llamado
 ra, ocupó el j)iílRincón de El A'alle,
 pito, y en medio
 que está á muy
 de un religioso si
 corta distancia de
 lencio, prueba ,del
 Caracas, tanto que
 agrado con que se
 l)avtenece á la misle oía , pronunció
 jua ciudad. El Sr.
 u n elocticntísi)uo
 Provisor del Arzo
 discurso en el (pie
 bispado nos encar
 <lió rienda suelta
 gó el culto de di
 al cúmulo de acha capilla, en la
 fcctos (|ue embar
 (pie pronto desco
 gaba su cora/ón etillará una hermosí
 eam'siiimmentes sasima estatua deMalesiano, desde que
 ría Auxiliadora quo
 tu vo n o tic ia d le
 trajeron de Francia
 nuestra obra, que
 unos buenos Coo
 fue en lS7(i: felicitó
 peradores de esta
 con elegantes fra
 m ism a localidad.
 ses á todos los veEmpezamos, i)ues,
 uezolauns <{ue tan
 nuestra tarea y di
 cordial acogida ha
 mos á la iglesia en
 cían ñ los Hijos (lüi
 cuestión el mayor
 inmortal 1). Busco,
 culto posible: des
 y nos deseó il nosde luego, se hacen
 «)tros, con c.vpreen ella toda.s las
 sioiies lle n a s <le
 funciones de uiin
 afecto y ternura,
 I>equeña parroquia,
 las uiayorcK ben
 jmes por estar bas
 diciones de Dios
 tante retirada la
 y íle Alaría Auxi
 iglesia parroquial,
 liadora. Al acabar
 á veces tenem os
 el discui'su, cant4>se
 (|ue hacer h asta
 un solemne Te J)ibautizos y entie
 uin y las precespro
 rros, además de ai/rafiannn actionv,
 sistir enfermos y
 oliciando el suso<liadministrar los úl
 cbo iMousüñor Luis
 timos Sacramentos
 F. Ksteves. Termi
 á los moribundos
 nada la fnucióii,
 (l). Hacia 5 días
 fuimos conducidos
 que estábamos en
 á la casa-colegio de
 nuestra residencia
 las señoritas bermaTUMBA DEL CLÉRIGO JOSÉ ETERNO, SALESIANO
 fi,ia cuando llegó ol
 ims Chitty, insig
 Rev.*“‘’ é Ilustríen Maiquetía (Venezuela).
 nes Cooperadoras
 simo Sr. Arzobispo
 saleaianns, donde el
 de Caracas, y antes
 Dr. Arteaganosobsequió con un exquisito almuerzo. que tuviésoQíos noticias do su llegada, nos dispensó
 Nos acompañaban varios sacerdotes, ocupando los el honor de visitarnos en nuestra casita, repitién
 líos iniestoa de preferencia Monseñor Ksteves y donos la visita el día siguiente, acompañado por el
 Monseiior Rodríguez , díguísiino Obispo preconi Sr. Canónigo Dr. Arteaga. Nosotros devolvimos la
 zado do Barquisiineto. <juieu tuvo la bondad de visita á Su Señoría lima, en su mismo Palacio Ar
 poner ñ nuestra «liaimsición. para nuestros actos zobispal, y tuvimos el consuelo de reconocer en el
 religiosos, una hermosa iglesia oousagrjula al Rvmo. Prelado un verdadero Padre cariñoso, dis
 culto del Sagrado Corazón do desús. También nos puesto á todo para favorecer nuestras obras en sn
 honraba con su presencia Monseñor Pedro lirios(1) AI primor nifio quo bauticé en nuestra iglesia,
 clii, Secretario do Mons. Hitll. Obispo de Carta
 encargo del Sr. Cura Párroco, le fue impueato por
 gena, que se dignó acompañarnos hasta el tin por
 nombre el de J iiau: de esto me .alegre mucho, pues
 <lo nuestro viaje aprovechando la escala del va- asi recordamos el nombre do nuestro venera«lo Padre
 ¡mr en el puerto de La Guaira. Mons. Esteves y Fundador.
 
 63 —
 vasta Archidióceais. El 5 del actual fue día desti
 nado por el benemérito genei'al Joaquín Crespo para
 Tocibirnos eu audiencia : fuimos, pues, á visitar
 al Excmo. Sr. Presidente de la Kepública, acom
 pañados por el Sr. Dr. Arteaga, y encontramos
 en la persona del Jefe del Estado un verdadero
 amigo nuestro, dispuesto á prestarnos su valioso
 ajK>yo en toda necesidad nuestra.
 AJiora, Rvmo. Sr. Don Rúa , estamos sentando
 las bases de nuestra humilde fundación en Ca
 racas ; por de pronto, seguimos eu nuestra casita
 atendiendo al culto de la mencionada capilla,
 organizando catecismos pai'a jóvenes de ambos
 sexos, y esperamos poder instalar muy pronto
 mía escuela en nuestra misma casa, hasta <[ue
 Dios Nuestro Señor nos conceda, como esperamos
 con el favor de María Auxiliadora y de nuestros
 buenos Cooperadores, levantar un edificio en los
 alrededores de la ya construida (á lo menos en
 ¡►arte) iglesia, eu la cual podamos proporcionar
 asilo y educación ú tantos niños que estiíu en la
 <*xtreuia necesidad de ser recogidos en gran nú
 mero.
 Hé a<iuí, pues. Reverendísimo Sr. Don Riin, la
 relación de nuestra llegada y primera estancia
 eii la capital de Venezuela; mucho imis extensa
 hubiera debido ser si no hubiese dejado de nom
 brar numerosas otras personas que nos honraron
 con su visita, ofreciéndose para todo lo que fuese
 de su parte, como lo hicieron repetidas veces los
 HR. PP. Capuchinos y distintas comisiones de
 asociaciones católicas, que sería prolijo nombrar
 por extenso: á todos estos buenos amigos y demjís adictos y Cooperadores, tenemos que dar las
 más encarecidas gracias jwr su üuas atenciones,
 y aseguramos á todos que los tenemos muy pre
 sentes en nuestras pobres oraciones para de
 searles de Dios Nuestro Señor, y de María. Ausiliadora de los cristianos, las mayores bendi
 ciones.
 Concluyo llamando la s Umicíóii de V. R. sobre
 el especial encomio que merece el Venerable Ca
 bildo Metropolitano de esta capital, pues hizo de
 su parte todo lo que jmdo para dar el mayor
 realeo y la solemnidad más grandiosa ú nuestra
 recepción ; como también lo merece el Revereu<lísimo Sr. Canónigo Pbro. Doctor Arteaga, que
 fue para nosotros, en todo este tiempo, no diró.
 amigo inseparable, sino padre afectuosísimo «}ue
 prevenía todas nuestras menores necesidades
 ]»ar.a remediarlas al punt«*, y esto á pesar de una
 indisimsición que lo sobrevino en esos mismos
 «lías en que anduvo con nosmtros. y <jue fue (}uiziia consecuencia de bis muchas ocupaciones <jue
 lo suele acarrear su ilimitado celo para todo lo
 <iue üura á la gloría de Dios y bien do las al
 mas. Asi mismo no puedo menos de recordar á
 V. R. al Rdo. P. Víctor Atocha que merece toda
 nuestra gratitud.
 Sírvase, Rvdnn>. Padre, ayudarnos á pedir ;i
 Dios, Nuestro Señor, que premie con creces á
 tantas buenas personas , y bendecirlas á todas,
 como también á estos sus afectísimos hijos los Salesianos de Caracas Q. fí. S. .M., y en particular
 á su affmo. hijo en J. C.,
 En)cii^uk R iva Pbro.
 Sale-siauo.
 Para completar las anteriores noticias, tomaIIH.8 de otra correspondencia lo que sigue:
 ' Aquí, en Caracas, nuestra canivana debió divi‘lirseendos: cuatro de nuestros hermanos habían
 
 ya llegado á su destino : los otros cuatro volvimos
 aquella misma tarde á la Guaira, y embarcándo
 nos, continuamos nuestro viaje basta Puerto Ca
 bello , donde desembarcamos á la mañana si
 guiente. Comimos eu la casa de aquel bu^u Pá
 rroco y después emprendimos nuevamente nuestro
 viaje, en tren , hacia Valencia. A la mitad del
 camino nos encontramos con una Comisión de
 sacerdotes de la ciudad, que habían salido á re
 cibirnos. La estación estaba llena de gente del
 pueblo y de eclesiásticos que nos recibieron con
 grandes muestras de entusiasmo y alegría. Una
 larga hilera de lujosos coches nos acompañaron
 á la iglesia de la Divina Pastora, doude nuestro
 amadísimo amigo Don Víctor Julio Arocha pro
 nunció un espléndido discursi) wmtándose luegt)
 un solemne Te Deum y dándose la bendición con
 el Santísimo, al alegre sonido de Las campanas y
 campanillas según uso de estos pueblos. Con
 cluida la función, con los mismos coches nos con
 dujeron á nuestra casa provisoria , que hallamos
 con todo lo necesario.
 » Viniendo ahora á nuestras necesidades le diré'
 que la casa que actualmente habitamos, bien que
 aseada y cómoda para uua familia, no es apta para
 Colegio, por lo que nos deberemos buscar otra. Las
 peticiones son muchas } el eutusiasmo es grande
 en todos; lo malo es que nosotros siendo pocos
 no podremos corresponder á lo que de nosotros
 se espera. Confiamos en la protección de Dios y
 de María Auxiliadora y en las oraciones que
 nuestros hermanos y amigos harán por nosotros.
 Bendíganos á todos, amadísimo Sr. Don Rúa. y
 especialmente al que tiene el honor de profesarse
 JEl último de sus hijos
 P. A. Beriíeketti. Pbro. »
 U n a v i s i t a á l a K st^ u ela A jsrro u ó m iea
 d e c i*il»e!ai*i*ea. — Escribe un Señor al Cris
 tóbal í'olón de Buenos-Aires lo siguiente : « lio
 visitado la Colonia agrícola que. junto á Buenos
 Aires, confió el Sr. D. Miguel Kribelarrea á los
 RR. PP. Salesiauos. Aun cuando esta obra está
 aún en embrión, he quedado verdaderamente ad
 mirado al ver seis jíures de bueyes con los
 seis niños, con uua seriedad y gravedad impropia
 de sus años, araban, tirando surcos pusublemente
 dereclios. Entre ellos so distinguía uno, <)ue des
 pués supe se llamaba Garay, el cual j>ouíu tanta
 atención y cuidado jmra hacer biéu su trabajo,
 que parecía un viejo labrador. El Sr. Uribelurréa,
 ciue ucotui)afiHdo de otros Señores observaba con
 no oculta complacencia este trabajo, exclam ó:
 Espero poder ver dentro de muy poco cincuenta
 liares guiados por esos mis muy caros jóveues
 que tanto honor hacen jí sus Sers. Maestros. - ¡Qué obra nuís grande ejercen eu las sociedad los
 <jue se emplean en la educaciéni y formación de
 buenos agricultores, que tan necesarios son eu
 todas partes! »
 «
 U a I s l a «le I>av\>*óii. — Un diario de Chile
 habla de los grandes progresos de la Misión Salesiaua de la Tierra del Fuego y en modo es{>ecial
 de la Isla de Dawsíui cedida por veinte años al
 Muy Rdo. D. José Fagnano, Vicario AjKistólico
 de dichas Misiones. Vista desde la bahía presenta
 un delicioso aspecto. Tiene uua pequeña iglesia
 y una gran casa donde suelen reunirse los indios
 y doude también están las escuelas y los talleres
 para ensenar un oficio á los niños de los indios
 
 — 64
 coD los qao ya Be ha formado una pequeña banda.
 Las esuuelas de uiúati son dirigidas por las Hijas
 de María Auxiliadora,
 K<»li vía.
 Kii esta república actívanse las
 diligencias para el establecimiento de los SalesianoB en ella. Su digno Presidente, con una cons
 tancia y tenacidad dignas del mayor encomio,
 lia 7)00810 en Juego todos los resortes iiuaginaliles, basta interesar en su favor á la Santa Sede,
 para lograr cuanto antes la realización de sus ankíikIob y laudabilísimos deseos de dotar á su pa
 tria do centros verdaderamente cristianos i)ara
 la educación de la juventud obrera. ])obre y aban«lonadu. Muy pronto se abrirán dos Casas, ya
 nceptiidns.
 t
 
 K l inÍHÍoiu‘.i*o l>oii Saiitiiigro CuNtainaK’n n . — Después de diecisiete años de apos
 tólicas fatigas en la Kcpública Argentina, donde
 deja imperocü<leros recuerdos de su ardiente celo
 y extraordinaria actividad , Don Santiago Oostatnagtui, Inspector do las Casas Salesianas de di
 cha Kepúblicji, se embarcaba á la vuelta «le En
 rolla, llamado ¡lor Don Hüa, llegando entre nos
 otros la noche <le Navidad , durante la celebra
 ción de los divinos oíioios. Parece sor que nuestro
 superior Don lliia, <le acuerdo con la Santa Sede,
 quiere confiarle la dílicilisima Misión do los Jí
 baros <le Móndoy, y Gualaquiza (Ecuailov), eli
 giéndole al efecto, )iara Vicario Apostólico de
 diclias regiones. Ya so preiiava una nueva legión
 de Misioneros, que será capitam'ada jior Don Costamagna.
 
 l»ín). — En cartas que de aquí nos llegan lee
 mos con plena satisfacción las consolantes noticias
 del restablecimiento de Don Unía, merced á los
 exquisitos cuidados que le lian sido prodigados
 por uno do nuestros buenos Cooperadores que le
 recibió y cuidó en su 7)ro|)ia casa. Don Unía,
 pues, ha tenido el dulce consuelo de reanudar
 sus interrumpidos trabajos entre sus queridos le
 prosos. ¡ Loado sea D ios! — Don Evasio Kabagliati, Superior de la Casa Salesiaua de Bogotá,
 ha ]>vcscntado iil Gobierno un proyecto para el
 estableiúiueuto de un grandioso y único lazareto,
 vefmidioudo así los dos ya existentes. Si este |) to vocto 80 efectuara, se instaría vivamente á todos
 los infectados, ricos y pobres, para que á él se
 retiraran, oortando así el horroroso incremonto que
 va tomando el contagio. En 1888 existían, en el
 dejmrtamento de Santander, 141!) leprosos: v al
 presento saman la ri'spetable cantidad de Ó ii7t>00,
 <lü los que solo lóOO so hallan repartidos on los
 dos lazai'etOH existentes.
 Por estos datos fácilmente conocerán uuostros
 lectores la urgencia é importancia del yiroveoto
 altamente bumanitario lu-í'scntado por D. Rabagliati al Gobierno, que sin duda lo aprobará en
 vista de la graveibul. para el bien de la República,
 de los hechos en que so funda.
 L om
 «U» D o n D o i s o o
 ^ l o n t o v U i c ' o . — Ouaimo en el pasado
 uño el l^residente de la República del U ru
 guay visitaba el Colegio Salesiano de V illa
 Colón y admiraba sobre todo lo bien orga
 
 nizado que está el Observatorio Meteoroló
 gico, en alguno de los discursos que se le 
 yeron se alababa á los Salesianos por liaber
 liabiertü talleres en la capital. L os Talleres
 de I>. Bosco en M ontevideo se inauguraron
 el año 1693 y comenzaron con 50 niños po
 bres que gracias á D ios se van aumentando.
 H asta el presente sólo existen talleres de
 imprenta, encuadernación, sa s tie r ia , zapa
 tería y carpintería.
 
 NOTICIAS DE NUESTROS MISIONEROS
 U H C G L JA Y
 
 La primera caravana para la Misión
 del Matto Grosso
 KEV 310 . S lí. D . R ú a :
 
 Villa Cülúu.
 
 dii mayo d* 1894.
 
 En este mismo momento en que com ienzo á
 escribir, acabamos de celebrar una de las más
 herm osas y conmovedoras funciones, de las
 m uchas que alegran y recrean nuestras C a
 sas. Cinco de nuestros herm anos nos daban
 el adiós de despedida para dirigirse á Cuy a b á , capital del casi desconocido E stado
 del M atto G rosso, en el B rasil. E s la se
 gunda vez que en nuestra pequeña capilla
 se celebra una ñesta. sem ejante. La primera
 tuvo lugar el año 1883 cuando partieron al
 Brasil los primeros Salesianos para abrir la
 casa de X ictheroy. Mas me parece que esta
 últim a h a de tener más resonancia en la
 liistoria de nuestra Congregación y de esta
 Inspectoría, por el fin que se propone, cual
 es, do iniíáar las M isiones entre los Indio.s
 que pululan por las selvas de aquella in 
 mensa región. ¡ Cuantas páginas de gloria
 tendrán, sin duda, que escribirse en la histiOria de esta im portante M isión! — La par
 tida de nuestros hermanos despertó eu n os
 otros uu singular entusiasm o. Dejabau a
 Colón, primer campo de su s evangélicas ta
 reas, donde por vez primera inmolaron la
 O stia de P az y de P rop iciación , lugar de
 sus más gratos recu erd os, como uu día lo
 ñ ié para nosotros el Oratorio de Sau F ran 
 cisco de Sales de Turüi. Monseñor L asagna
 se les había anticipado 15 días, por lo que
 me tocó á mí dirigirles la últim a palabra,
 j Solem ne momento a q u é l! ¡ E l más duro co
 razón se hubiera conm ovido! Los alum nos
 veían partir á sus maestros, á los amorosos
 l>adres que les habían ed u cad o; y á su vez
 ios Misioneros estaban para dejar aquel sa(1) V. el Boletín de febrero.
 
 — 65 —
 grado reciuto eu tel que liabíau saboreado
 las dulzuras de uu recíproco y verdadero
 amor. U uo de ellos, bijo de esta líepública, y
 que poco bacía babía dicbo su primera Misa,
 se despedía también de su patria, de sus
 padres y de toda su familia. A l presenciar
 esta escena, se agolpaban á nuestra mente
 los recuerdos de aquella últim a función que
 antes de nuestra partida y en iguales cir
 cunstancias , se celebraba en Turín en la
 iglesia de María Auxiliadora y en la que
 recibíamos el abrazo de nuestros buenos su
 periores y hermanos, la últim a bendición y
 el postrer saludo. ¡ D ulces y santos recuer
 dos ! E l Colegio en masa acompañó á los
 Misioneros basta la estación, y al partir el
 tren nuestros ojos lea siguieron... á esto su 
 cedió un momento de misterioso silencio.
 Mañana se embarcarán en el vapor D iam an
 tino que navega sobre el Paraná. A l pasar
 por la Asunción se les unirá Mons. Lasagua
 y en quince días, si el C ielo, como espera
 mos, les asiste, llegarán á Corymbá y en otros
 tres á Cuyabá. E l deseo de IMouseñor de
 dar una misión en el Paraguay, fué la causa
 de que se les anticipara eu su viaje. E u la
 A sunción se le bizo un espléndido recibi
 miento y el mismo P residente de la Eepública le acompañó eu varias ocasiones.
 E l mismo Monseñor escribe que probable
 mente se abrirá una casa en A’^illa Concep
 ción como punto adactadísimo para las m i
 siones á los Indios ; eu Asunción nos ofrecen
 un antiguo palacio para que establezcamos
 talleres de artes y oficios.
 Muchas gracias debemos á María A u x ilia 
 dora por sus muchos favores y por la sin 
 gular protección que este ano nos ha d is
 pensado. La escasez de personal, dá mucho
 que pensar á Mons. L a sa g n a ; esperamos
 que V . no permitirá nos falte. E l 27 cele
 bramos con es))ecial solemnidad la fiesta de
 María Auxiliadora. E l Obispo Diocesano,
 que tanto nos ama, distribuyó el D ivino
 Pan á los ñiños y asistió do pontifical á la
 misa solemne que cantó Mons. De-León. El
 líd o . Mons. Luquese, Vicario general de la
 Diócesis, bizo uu magnífico panegírico, h a 
 blando admirablemente sobre María A u x i
 liadora, demostrando la razón que el pueblo
 tiene llam ándola: L a Virgen de Don Dosco.
 A pesar del mal estado dol tiempo, la fiesta
 fu6 bastante concurrida. Muchos respetables
 señores, amigos nuestros, se dignaron %
 ’isitam os eu dicbo día, sin que faltara el señor
 Piñeyro, Ministro del Exterior y Cultos.
 E l colegio sigue bien, gracias á D ios. Por
 ahora no hay ninguna otra cosa de im por
 tancia que comunicarle, l í o me queda, pues,
 más que besarle con singular afecto su mano,
 renovándome
 Su affmo. hijo
 A mbrosio M. T l' r e ic c ia , Pbro.
 
 E C U A D O R
 Vicariato de Méndez y Gaalaqniza (1)
 XJua exciii'sióii al Sun*
 (lo Oua.la.<xuiza.
 
 A madísim o P a d e e :
 Cuenca, 15 de abril de 18iU.
 E n el pasado m arzo, como y a V . sab e,
 abrimos definitivam ente la casa de la misión
 de G u alaq u iza, estableciéndose eu ella dos
 Sacerdotes, dos C atequistas, dos carpinteros,
 un cerrajero y varios albañiles que debían
 ayudarnos á la construcción do la capilla y
 del colegio.
 A los pocos días de nuestra llegad a y
 cuando y a todo estaba preparado para em 
 pezar los trabajos, recibí una carta de D on
 Calcagno, en la que me rogaba em prendiese
 un viaje hacia el sur y oeste de Gualaquiza
 para terminar el mapa geográfico del país,
 aún casi por completo desconocido, para i>oderlo presentar al Congreso que se debía
 reunir en Quito durante el més de mayo, y
 que sin duda se habrá y a celebrado cuando
 V. reciba esta. Y o habría partido al m o
 mento, más nos encontrábamos en Semana
 Santa y á mi superior D . M attaua le i>areció
 conveniente no partiera h asta pasada la
 Pascua de Kesurrección j y con mucho más
 m otivo, pues los Jíbaros aquellos días ce
 lebraban, á su bárbara m anera, la solemne
 fiesta de una Shanza, con la cabeza de una,
 ]>obre in d ia , que los Jíbaros de Zamora se
 habían traído consigo de una espedición b e
 licosa al río Pastara, y á la que los de Gualaquíza mataron algunas sem anas antes de
 nuestra llegada, para vengarse de injurias re
 cibidas, há muchos años, de los padres d é la
 infeliz cautiva. Cinco días duran estas fies
 tas, ó por mejor decir, estas horribles m ani
 festaciones de la barbarie; durante ellas,
 difícil, por no decir imposible, era encontrar
 uu jibaro que me acompañase. Sin guía, os
 una temeridad y locura ponerse en camino
 á peligro de perderse al momento entre
 aquellas solitarias y frondosísim as selvas.
 Tuve, pues, forzosamente que esperarme y
 partir el lun es de P ascu a, después de reci
 bir la bendición con S. D . M. y de de.spedirme de D on M attana y del hermano J u 
 rado. D . Spiuelli había partido el Sábado
 Santo á San José, jiara proporcionar á sus
 habitantes la comodidad de cumplir el pre
 cepto pascual.
 D ebo confesarle, carísimo Padre, que em 
 prendía mi viaje con un poco de tristeza,
 no por el temor de las incomodidades y pe(1) Véanse los Boletines de enero, jallo, agosto y
 setiembre de 1891 y el de enero del presente afio.
 
 — G6 —
 lígros del viaje, siuo por que partía solo,
 HÍu que ninguno de nuestros hermanos me
 acompañase. ¡ D ios sostuvo mi valor I Me
 dirigí
 pie hacia el sur, en compañía de
 dos robustos hombres que llevaban las pro
 visiones y algunas otras cosas de primera
 necesidad, con ánimo de visitar el Pongo y
 Méndez. Pasam os la primera noche en casa
 del Jíbaro que debía guiarnos. Otros Jíba
 ros de M én d ez, que allí se encontraban,
 quisieron aprovecharse de la ocasión , y en
 nuestra compañía, se dirigieron á su patria.
 Y o tengo liara mí que los Jíbaros son la
 gente más votíinglora (leí m u n d o; por una
 cosa de nada, gritan como desesperados y
 arman una algarabía de mil diablos. A sí
 q u e , entro el chillar de los hom bres, el
 llanto de los chiquillos y el ladrido in ce
 sante de los p erros, no pude pegar el ojo.
 A la mañana siguiente, necesité D ios y ayuda para m overles y ponernos en camino.
 Llegam os al río Bomboiza donde nos esp e
 raban dos c a n o a s, con las que pudimos
 adelantar algunos kilóm etros ; mas no todos
 de una vez, pues éramos mucha gente, y á
 cual más íbamos cargados. Cada uno de mis
 dos cargueros., llevaba sobre sus espaldas
 un peso (le 30 k ilo s ; y yo, á más de las
 mudas su licien to s, del teodolito ( 1), de v a 
 rias chucherías para los Indios y de la in 
 dispensable carabina, llevaba sobre las mías
 más de 20 K . A sí que, fué mucho el tiempo
 que se debió em plear para transportar todo
 el cargamento hasta donde em pieza un ca
 mino que sigue la orilla izquierda del río.
 D espués (le algunas horas de camino, la mayor
 parte de nuestros acompañantes estimó más
 conveniente dirigirse por la derecha á sus
 casas, quedando con nosotros tan solo una
 familia.
 M is io n e r o n i
 
 < lo l v i o j e . —I T im l o l
 is u s p e u n .l l-
 
 «liK le& i y
 
 lío me detengo á describirle estos lugares
 por que tengo pensam iento de mandarle to
 dos mis apuntes geográficos, con su corres
 pondiente mapa, después que I). Oalcagno
 los haya presentado al Congreso. A ún es
 tamos muy distantes do las llanuras del
 am azon as; nos encontramos en medio de
 profundos valles rodeados de gigantescas
 m ontañas, cuyas cimas se elevan á unos tres
 m il metros de altura absoluta. Rápida y tu 
 multuosamente se precipita el Zamora en
 uno de estos valles, abriéndose im estrecho,
 pero xu'ofuiido álbeo en las duras rocas de
 pórfido y granito. El sendero que llevam os,
 sigu e su izquierda ribera y es tanta la maleza
 que lo cubre y su estrechez, que á no ser por
 el ojo práctico y avezado de nuestro guía,
 .{!) lustnum'iito topognífico que vouata <ío dos círenlu8 y uuteojos perpoudioulares, para medir toda clase
 de iiiiKiiloe.
 
 no nos hubiera sido posible dar n i un solo
 paso por é l : en ciertos puntos apenas si se
 distingue en medio de tantos arbustos, tron
 cos y ramas ro ta s, espinos y m alezas; ea
 indudable que por aquí no pasan sinó ra- 1
 ram ente seres hum anos y casi, puedo ase-'
 gurar que ningún europeo ó americano ci-í
 vilizado lo h a atravesado aún. Con frecuen
 cia tenem os que descender á estrechos y
 profundos v a lles y de aquí pasar á la parte
 opuesta por tan em pinados sitios que nos
 vem os obligados á gatear agarrándonos á las
 raíces y arbustos y á trepar como ,la s (jabras. A ñádese á esto lo ardiente y abrasa
 dor del clima que á los pocos m inutos nos
 obliga á baña)-nos y empaparnos de sudor,
 á pesar de caminar casi siempre bajo la
 sombra de añosos y frondosos.árboles. Pot;
 fortuna se encuentran á cada paso fuenteseu que apagar la ardiente sed que devora
 y martiriza. Pasam os varios ríos con el agua
 hasta el cuello, con todo de haber tenido;
 la suerte de encontrarles m uy decrecidos'
 por no haber llegado aúu la estación de las
 llu vias. Mas todo e s t o , no era más que el
 com ienzo; muy superiores y bien distintas
 y penosas eran las fatigas , los trabajos t
 peligros que más adelante nos esperaban.
 Pero ¿á qué narrar todo esto? ¿T al vez:
 para encontrar consuelo? — íTociertamente,t
 pues poco ayudaría á mi alma. Los motivos
 que me inducen á contarle los trabajos y
 peligros á que, por cumplir con la obedien
 cia, m e he ex p u e sto , no son otros que el .
 saber que escribo á un Padre que desea co
 nocer lo que sus muy amados hijos hacen^
 en las lejanas tierras donde se encuentran:
 y un deber de gratitud hacia María Auxi
 liadora que me ha dado salud y fuerza, y
 q u em e ha librado en muchas ocasiones, deuD
 modo m aravilloso, de los inm ensos peligros)
 de que me he visto rodeado. D e aquí que
 sienta dentro de mí mismo como uu pode
 roso estím ulo que me im pulsa á magnifl-{
 caria publicando sus bondades.
 C o m o s o i>ns4i o l tlitv y d o i K l c «r
 < liio x *m o t l e u o e l i c . —
 j« l> n U e « i
 11.0 S u l m s t o e o i i t l e 1>ueu4i y «u l> ro*
 s u o í i i 'n e .
 
 A l despuntar del día y después de tomar
 un poco de desayuno que nos servía tam
 bién de co m id a , emprendíamos el camino
 que continuábam os hasta la puesta del sol.
 con muy pocas iuterrupciones y tan solo,
 para aliviarnos un tanto de la carga que so- ' •
 bre nuestras espaldas llevábam os ó para res
 pirar un poco sob retod o al llegar á la cima,
 de las m ontañas después de una difícil, pe-1:
 liosa y fatigosísim a subida.
 i
 A l anochecer sentábamos nuestros reales, i'
 siendo nuestro primer cuidado construirnos
 un rancho ó choza doude pasar la noche y pre-g
 servarnos de las frecuentes llu vias. Después
 
 — 67 —
 de chicha^ con juca, plátano y otros regalos.
 Le encontram os en un ranchita que él y
 los suyos suelen frecuentar para tomar el
 natcma ó bebida de las visiones.
 Sancim a es un hombre de unos cuarenta
 años, de mediana e sta tu r a , esbelto y mem
 brudo y de vivo y resuelto aspecto. H abla,
 ó mejor dicho, se hace entender en caste
 llano. Lo que me preguntó antes de to d o ,
 fué si padecía alguna enfermedad. Le res
 pondí que estábam os muy ca n sa d o s, pero
 que n i m is compañeros n i yo padecíamos
 enfermedad alguna, pues de lo contrario no
 hubiéramos podido emprender un tan penoso
 viaje. — ¿ Qué b u sc a s, e n to n ce s, por estos
 lugares f — H e venido aquí, le dije, y pienso
 llegarm e h asta el P on go y M éndez, para
 visitar á los Jíbaros y enseñarles el medio
 ])ara ser felices en este mundo ó irse con
 T a ita Dios después de la m uerte. — Y icu á l
 es ese m edio! — Si tú lo deseas sa b e r , yo
 volveré aquí con otros Padres; os traeremos
 cam isas, pantalones, cuchillos, lanzas y tra 
 piches (molinos de a zú ca r); te enseñaremos
 á rezar y á vivir como buen Jíbaro; te
 bautizarem os si lo deseas, y así, después de
 tu muerte, tú irás con T a ita D ios. — Me
 respondió al momento que y a estaba b auti
 zado, pero que desea mucho que vayan los
 Padres para que le ayuden á cultivar su
 h u e r to ; que les regalaría mucha ju ca , x)látano y chicha: de esto, me presentó un
 gran barreño. E nseguida, nos llevó á su
 casa.
 E n la casa del capitán Sa n cim a , que es
 m ás grande que todas las d e m á s, viven
 unas cuarenta personas, divididas en cuatro
 familia.'». E l capitán tien e dos mujeres, como
 igualm ente su sobrino. Inútil es decir que,
 apenas me vieron entrar, todos me rodearon
 llenos de curiosidad, y en modo especial los
 jóvenes, que, con su rústica fam iliaridad, se
 me acercaban para medirse conmigo á ver
 cuanto les llevab a de estatura, y se (luedaban admirados viendo que el más alto de
 entre ellos era aún dos ó tres dedos más
 bajo que yo. Me tiraban después de la barba
 y me la medían con su s dedos ; confrontaban
 el color de su X)iel con el de la de mis bra
 zos...... parecían niños de solo unos x>ocos
 años. Su m aravilla subió de punto (aiando
 vieron m i reloj, con los m inuteros, con los
 reguladores que se movían por sí m ism os...
 todos querían acercársele al oido y después
 lu ila u a s a . — E l c a | > it A ii S a iic ^ iin a .
 unos á otros se decían : tic, tac, tic tac......
 — D o s so o w < lc l IS a u l^ ifta iio. — ^ ' o c e feiiclacl y couveiiieaeia tle uua Ca- Q uisieron saber cómo se llam aba aquello y
 se lo d ij e ; después les pregunté qué jiombre
 le darían ellos. Pensaron un poco y en se
 E n tanto nos acercábamos á Indauza, pe guida dijeron : hánendei, ó sea corazón. N o
 queño lugar habitado por algunas fam ilias faltó de entre ellos quién x)reguutara si el
 de Jíbaros, y donde reside el llam ado ca reloj ten ía verdadera v i d a , si tenía co 
 p itá n Sancima, E l Jíbaro más robusto de razón...
 nuestra com itiva, se adelantó para dar la
 Mas otra cosa e r a , sin em bargo, lo que
 noticia d e mi arribo al capitán, que salió á ellos esperaban : los consabidos regalos. Co
 nuestro encuentro con una gran calabaza* menzó, por lo tanto á distribuírselos. A lc a de cenar y rezar todos juntos las oraoiones, nos
 acostábamos sobre un montón de liojas secas
 y una m aleta ú otra cosa por alm ohada, d e
 jando por guardián á nuestro ^ g e l C us
 todio, encargándole nos defendiera de las
 fieras y serpientes de la floresta y nos pro
 tegiera contra cualquier otro peligro. U n
 poco más abajo de estos sitios, la tem pera
 tura es como la de Gualaquiza, así que nada
 molesta el airecillo de la n o c h e , ni aún
 cuando es necesario dormir con las ropas
 hum edecidas por el calor y la lluvia. Como
 precaución, dejábamos siempre encendida
 una hoguera para alejar á las fieras , esp e
 cialmente á lo s osos que habitan estos lu 
 gares.
 E sta fué nuestra vida durante cinco días
 consecutivos, sin que nada de extrordinario
 nos acaeciese y sin encontrar rastro n i h a 
 bitación de ser humano. En una ocasión nos
 encontramos de improviso con una infinidad
 de jabalíes que al oir nuestros disparos h u 
 yeron á la desbandada, sin ni aún siquiera
 ijitentar volverse contra nosotros. E stos a n i
 males suelen hacer frente á los cazadores,
 lo s cuales si no están bien armados y no
 se suben XJronto sobre un árbol son en un
 momento hechos p ed a zo s; como sucedió no
 há mucho á un pobre Jíbaro que se encon
 traba solo contra unos cincuenta de ellos.
 Muy ú til nos f u é , gracias á D ios este en
 cuentro ; pues uno de los perros de los in 
 dios aferró fuertemente á una cría y á pesar
 de las heridas que recibía, ñ o la soltó hasta
 que llegamos nosotros y dimos muerte al
 jabalí con un enorme cuchillo. Su carne
 fresca, nos proporcionó una sabrosa y abun
 dante cena.
 U nos cuantos pavos de lu d ia s y otras
 aves que pude yo matar con mi escopeta,
 contribuyeron también, con sus carnes, á dar
 variedad y exquisito gusto 4 nuestra frugal
 comida.
 A l acercarnos á una pequeña aldea, n u es
 tro gu ía nos dijo que á toda costa quería
 volverse, porque allí vivía un su enem igo
 que indudablemente vengaría en él la muerte
 que su padre había dado á un hermano
 suyo. Mis palabras no fuéron suficientes
 para d eten erle; nos recom endó, sin em 
 bargo, á dos Jíbaros y éi se volvió con su
 hijo á Gualaquiza.
 
 —
 
 pit^uí le regaló uu bonito cucbilloj después,
 íí uno una agu ja; á otro uu poquito de liilo;
 á este uii eslabón; íi aquel otro un espejito
 y , en una p alab ra, á todos les dejé alguna
 cosita. La voz de que los cristianos de G-ua*
 laquiza regalaban m uclias cosas, había lle 
 gado h asta aq uí; así es que se disgustaron
 algo al ver que era muy poco lo que yo lle 
 vaba , como así era en verdad. Procuré,
 como pudo, anim arlos, diciéjuloles que v o l
 vería pronto, y bien provisto de todo.
 Comenzó íi enseñar (x los niños el signo
 de la santa cruz; los demás quisieron im i
 tarles, así 08 que, en poco tiempo, casi todos
 lo ai)rondieroji. A la vista del Crucifijo que
 daron asombrados y me preguntaban con
 instancia qué era aquello y que cosa repre
 sentaba. l\Io ingenié como pude para hacerles
 entender que, habiendo sido malos nuestros
 primeros padres, todos nosotros debíamos ir
 si quemarnos con Iguanci (el dem onio); pero
 íjue T aita Dios, de quién tienen alguna vaga
 idea, compadecido do n osotros, mandó del
 (íielo á su Hijo para que con su muerte nos
 llevara á todos a llí. Los di,je, por ú ltim o ,
 que si ellos lo querían, podían ir á ser para
 KÍemi)re foliemos con T aita D ios. Todos me
 respondieroit que tenían m uchos deseos de
 ir con D ios al c ie lo , y querían que bauti
 zara á los que aún no lo estaban. Les res
 pondí que, dentro do p o co , volveríam os ú
 bautizarlos ú todos. Esperam os que este
 deseo sea un llamamiento del Señor y nó un
 pasajero entusiasm o.
 A quí nos detuvim os un día entero y dos
 ííochoa para restablecernos un poco de las
 tatigas dol viaje. D espués visitam os algunas
 casas esparcidas por aquellos contornos: en
 todas partes encontramos sobre poco más ó
 monos las mismas costumbres, la misma be
 nevolencia y grandes deseos de instruirse
 en la religión. Cuando después se trate de
 reformar sus bárbaras costumbres, entonces
 .será otra cosa. Para tomarse especial cu i
 dado do los jóvenes , será necesario fundar
 una Casa-Mi.sión.
 Muy conveniente sería también para n os
 otros abrir en esta región una C asa, pues,
 según me aseguraron varios Jíb a ro s, el río
 Santiago comienza á ser navegable uii poco
 más abajo. D esde aquí se jiodria construir
 una pequeña eiusenada que comunicara con
 ol Marañóii; y por lo tanto, nos pondríamos
 4Ui comunicación con el A tlántico. A más
 do osla, hay otra no muy pequeña ventaja;
 pues una Casa aquí, serviría de estación
 |)ara Méndez, que se ououentra á pocos k i
 lómetros. Pero aún hay m á s ; varios Sres.
 «le CiuaUiceo, á una jornada de Cuenca, se
 4*stán constituyendo en sociedad para la for
 mación do una linea que directam ente llev e
 algo más abiyo do Im lanza, donde fundarán
 varias haciendas: do esto modo so podrá
 lormar una liermosu provincia como Guala^jiiiza. Si esto pi'oyocto se realizara, uuestros
 
 68
 
 —
 
 misioneros, aún los de Cuenca, podrían muy
 cómodamente venir por el Marañón, con
 gran ahorro de tiempo y de d in ero , y que
 daría resuelto el problema que tanto dió que
 pensar á nuesto amado D . Sabio (q. e. p. d.).
 Y o espero pronto esta solución, mayormente
 si V ., Sr. D . K úa, nos manda grandes auxi
 lios de personal y d in ero, sin cuyos requi
 sitos nada se podrá hacer con los Jíbaros.
 IN T u e s tr o s g - u ía s s e u i e g a u á. s e g u i r *
 a d e l a n t e 5 e s n e c o s a r ú o , i> oi* l o
 l a u t o , e a i i i l > i a i * d e d i r 'e c c i d n . —
 1 2 Ai* 1> a r o s c i^ 'ilia s a d o s . — ¡ O u d u t o s
 l> e lig r o s s o e n c u e n tr a n I
 
 V isitadas las casas de In d a u za , pensaba
 dirigirme al P o n g o ; mas dificultades in sa l
 vables me obligaron á cambiar de dirección.
 La entrada en la estación de las llu vias fuó
 uiio de los principales obstáculos. Las selvas
 del territorio amazónico son en extremo
 abundantes de corrientes de agua; de las a l
 tísim as m ontañas de los A n d es, se despren
 den una infinidad de ríos más ó menos
 grandes que, reuniéndose en los inm ediatos
 valles, forman esos grandes ríos q u e , aún
 en la región en que m e eucueutro, á unos
 I.OÜO m. de altura ab so lu ta , corren de una
 vertiginosa manera. E n la estación s e c a ,
 pueden vadearse con facilidad ; mas en la de
 las llu v ia s, e sp a n ta n : el pobre que en este
 tiempo quedara sorprendido entre dos de
 estos grandes ríos, como nos hubiera pasado
 á nosotros, no tendría más remedio que que
 darse allá prisionero y verse por m eses y
 m eses privado de todo consorcio h um ano,
 sin poder salir por ningún lado de aquellas
 espesísim as selvas y expuesto á morir de
 hambre.
 Otro no menor obstáculo, se nos presentó
 por parte de los Jíb aros; pues ninguno co 
 nocedor de la región del Pongo se prestaba
 á com pañarnos; porque temen muebo á los
 Indios P aciim as, q u e , dicen, son muy fe
 roces y q u e , de algunos años á esta parte,
 son el terror de los pobres Jíbaros que
 forman el territorio del Santiago. La causa
 principal de este terror, por las frecuentes
 m atanzas en ellos ejecutadas, son los b lan 
 cos, los que se llam an civilizados y civiliza
 dores de los pueblos. Gran número de co 
 m erciantes peruanos, brasileños y aun e u 
 ropeos, que se ocupan en la estracción del
 cauchnc y que poseen grandes haciendas
 con inm ensas plantaciones de café, cacao, etc.
 so establecieron en le h ifo s , B orja y otras
 poblaciones del alto Marañón. Tropezando
 con la dificultad de encontrar con facilidad
 operarios suficientes á sus trabajos, recorrieron
 las riberas delITapo, el P astaza y otros gran
 des ríos de este vasto territorio, robando, m a
 tando y apresando, como feroces p ir a ta s, á
 aquellos infelices In d io s, para llevárselos
 ¿consigo y condenarles á trabajos forzados
 en su s haciendas. Con los Indios A n d o a s,
 
 — co —
 
 jfe',
 
 Vy
 <
 
 1^'
 i'
 ftí"
 ff .
 ¿y
 ['
 
 Zaparos j Canelos, este medio les surtió
 e fe c to ; mas no fuó así cuando se trató de
 hacer lo mismo con los Jíb a ro s, que son
 bien distintos de estos otros y que muy bien
 supieron defenderse contra esa manada de
 lobos encarnizados y rapaces, civilizados.
 Mas la astucia humana ó mejor dicho diabó
 lica, encontró otro medio aún más v il y bajo,
 si cabe, que el anterior. Se dirigieron ú los
 Indios Patacum as, los Jíbaros más feroces,
 y les ofrecieron remingtons y otros ñ isiles de
 reciente invención, con tal de que les sumi
 nistraran esclavos. Deseosos como son todos
 los Indios de poseer armas de fu e g o , no
 hubieron necesidad de muchos ruegos para
 asolar las regiones comarcanas con sus fre
 cuentes correrías, incendiando las cab añ as,
 matando á los que les resistían y entregando
 los prisioneros, entre los que también se
 cuentan las mujeres y los niños, á aquellos
 pérfidos mercaderes Jiiántropos y amigos de
 la civilización y del progreso. Los Jíbaros que
 debían servirme de guía hasta el P o n g o ,
 respondieron á mis ofertas, que por nada
 del mundo me acompañarían, pues que, d e
 cían, ó morirémos á sus manos ó seremos
 vendidos á los blancos como esc la v o s, por
 unas cápsulas, un fusil ó una cajita depólvora.
 Con estos hechos me cercioré una vez más
 de la gran necesidad de abrir en Patacum as,
 que aún es territorio de nuestra m isión, una
 casa para tratar de poner un freno á tan
 desenfrenada barbarie. ¡O h , s í , amadísimo
 Padre! mándenos prontos recursos de per
 sonal y dinero para hacer estable la misión
 de Gualaquiza y fundar una estación en
 Indanza desde donde volar al Pongo y poner
 en acción los más apropiados medios para
 combatir y arrojar al demonio de aquella
 roca hasta ahora inexpugnable.
 Oponiéndose tantas dificultades á la ejecución (le mis proyectos de expedición al
 Pongo, juzgué conveniente y oportuno d ife
 rirlos hasta el próximo v er a n o , en el que.
 D ios mediante, espero poder contar con ma
 yores recursos pecuniarios. M e v o lv í, pues,
 de nuevo á las m ontañas, siguiendo un ca
 mino abierto por uno de Gualaceo que pocos
 m eses antes había bajado allí á establecer
 una hacienda. ¡T álgam e D ios, qué cam ino!
 si malísimos habían sido los hast.a aquí s e 
 guidos, este era mucho peor y casi en abso
 luto impracticable. H asta los mismos Jíbaros
 me decían que ni aún los osos podrían atra
 vesarlo en esta estación de las lluvias. Solo
 tres de ellos me acompañaron día y medio,
 con un hacha en la mano para abrirnos paso
 por entre los árboles que nos lo im p ed ían :
 al ver los grandes peligros á que se expo
 nían siguiendo tan mal sendero, no quisieron
 seguir adelante y se volvieron. Mis compa
 ñeros de viaje se opusieron á dejar tan mal
 camino, liaongeándose con la esperanza de
 que fuera mejor más ad elante; pero triste
 mente se desengañaron muy pronto. D e día
 
 en día se em peoraba; nos encontramos en
 medio de espesas arboledas, cuyos árboles y
 arbustos entretegidos no nos perm itían el
 paso sino á costa de trabajos indecibles; su
 bíamos las montañas, valiéndonos de las
 raíces como de estrib o s; y con frecuencia
 nos vim os precisados á tejer ramas de ár
 boles formando cuerdas de que nos servía
 mos para subirnos los unos á los otros, con
 peligro de caernos en algún barríinco y m a
 gullarnos los huesos.
 E n tales peligros, yo recurría con fre
 cuencia á María A uxiliadora y á nuestros
 Santos protectores. T estos nuestros celestes
 amigos no han dejado de ayudarnos, librán
 donos de grandísim os peligros. iMuchas li
 geras caídas, infinidad de arañazos en la
 cara, en las manos y en las rodillas, contu
 siones por todo el cuerpo; mas ni una sola
 herida grave.
 Tras (le difíciles subidas, se nos presenta
 ban horribles y espantosas bajadas, el paso
 del correspondiente río, que con frecuencia
 iba bastante crecido, y , como complementos,
 una no interrumpida llu via que penetraba
 h asta los huesos y un frió tan intenso, en
 las últim as noches sobre todo, que no nos
 dejaba un momento de reposo.
 Lo peor de todo era que tan desastroso
 sendero no parecía tener fin entre aquellas
 escarpadas y solitarias montañas, y yo temía
 nos fáltaran los víveres antes de terminar
 nuestro camino. Gracias á María A u x ilia 
 dora, ni aún por medio día carecimos del
 necesario su ste n to : el último pedazo de ja
 món, que un Jíbaro compró en Indanza,' lo
 acabamos al pie de la iiltim a Cordillera, á
 eso de las 3 de la tarde; y á la 0 de la noche
 llegábam os á Gualaceo, donde el buen Párroco
 se esmeró en nuestro cuidado y asistencia.
 L a tarde del siguiente día , merced á la
 bondad de dicho P árroco, que me prestó
 un ca b a llo , m e encontraba y a en nuestra
 ca.sa de Cuenca y en compañía do nues
 tros queridos hermanos que me confundían
 con sus fraternales solicitudes. ¡Cuán dulce
 y consolador es hallar.se, después de un
 largo y fatigoso viaje, en medio de personas
 am igas, entre hermanos que nos aman y
 prodigan toda suerte de cuidados!
 Mas ahora advierto q u e, á pesar de mi
 buen deseo, he sido bastante largo. No ter
 minaré, sin embargo, esta carta, sin sujdicar
 de nuevo á V ., Sr. D . Rúa, y á esos buenos
 Superiores, acudan pronto en nuestra ayuda
 con lo s tan deseados recursos de personal y
 de dinero. ¡ S i viesen cuantas necesidades
 nos ro d ea n ! A cuérdense siempre V ds., ju n 
 tam ente con los hermanos y niños del Ora
 torio, ante María A uxiliadora, de las n e
 cesidades de esta Misión y en especial de
 quien tiene la dicha de poderse ofrecer de V.
 A fectísim o y ohediente hijo
 J ac i > to P a n c h ie e i .
 
 — 70 —
 I jM C E N D IO
 Sobro esta Míhíí'ui, leemos en uu di<ario que aca
 bamos (lo ríicibir do Quito (Ecuador): « Horrible
 desgracia es la (jue ha acontecido á los ER. PP.
 SalosiaiioB en Gualaquiza. P^l 17 de Diciembre á
 las (j do la tarde, un gran incendio ha destruido
 la casa do vivienda y los talleres, quedando los
 lili. PP. sin vívor('S ni vestidos; es esta la razón
 por la qu(i los referidos jiadres se hallan en Cuenca
 implorando la caridad piibliea. Deploramos el su
 ceso y dosíüimos (juo los habitantes del Azuay y
 los do toda la Ilopul)lica, no escatiínen sus limos
 nas en bi(!U do las misiones de Oriente. » En
 Cuenca se ha distril)uido la seguiente circular para
 recabar nuevos recursos de aquellos habitantes:
 
 LA MISION OE MENDEZ Y GUALAQUIZA.
 No hace un año todavía que la ilustre Congre
 gación Salesiana de Turíu se encargó de tan importanío como Ardua Misión, y merced A las in
 cesantes fatigas do los nuevos y abnegados após
 toles , priinipiaba ya Gualaquiza A ser una
 positiva y biúllante esperanza para la Religión
 y la Patria. Varias familias se habían trasladado
 A aquellos Mirtilos territorios, donde- han hallado
 todos los recursos do nuestra Religión santa para
 <d espíritu, escuelas donde educar A sus hijos, y
 una tierra feracísima (pie devuelve en tempranos
 y ópimos frutos las fatigas que so empican para
 cultivarla. Muchos niños jíbaros habían abando
 nado ya la vida salvaje, y so habían acogido al
 amparo de los Misioueros ])ara transformarse, me
 diante la instrucción cristiana, en ciudadanos úti
 les al Estado. Todo marclmba prósperamente,
 cuando he aquí que un incendio inesperado y sú
 bito, apontecido la noche del 17 al 18 del mes
 jiróximo jmsado, acaba do reducir A cenizas la
 casa do la Misión con cuanto en ella se contenía;
 habiendo los que la habitaban salvado sus vidas
 como i>or milagro. Ornamentos, cAlices y objetos
 de culto; libros, mapas, instrumentos científicos;
 ropa, provisioiu's do boca; todo, todo ha sido de
 vorado por las llamas. Los Misioneros han tenido
 que despedir A sus alumnos y buscar hospedaje
 en casa do ^lorsonas caritativas.
 lia católica y generosa ciudad do Cuenca lainentarA, estamos seguros de ello, como suya pro
 pia la dolorosa ptírdida que acaba de sufrir Gua
 laquiza, y so apresurarA A roi)ararla con prontos
 y cuantiosos donativos. Se estima en sois mil du
 ros la ptu'dida ocasionada por ol incendio; y siendo
 muy escasos los fondos do la Misión, es imposible
 con (dios solos atender ni A lo nula imprescindi
 ble sin <d auxilio de la caridad cristiana. No es
 necesario que las erogaciones se hagan precisaimjntü en dinero: ornamentos sagrados y demás ‘
 objetos del culto, ropa, artículos alimenticios, y
 cuantas cosas son útiles jiava la vida, pueden ser
 ofrecidas A la Misión, y servirán para reponer al
 monos en parle las pfu-didas causadas por el de
 sastre.
 Las personas que so dignaren escuchar el pre
 sento llamamiento, ]»ueden enviar sus donativos
 al R. I*. Superior do los Talleres Salesianos, ó A
 las personas ]>iadosas que generosamente se han
 jirt'stado A hacer una colecta en el pueblo, A favor
 do la necesidad indicada. Y como entro todas las ¡
 obras do caridad ninguna es más cxcelento que I
 la que se dirigo A remediar las necesidades cspl- I
 
 rituales del prójimo; y entre estas la más impe
 riosa es la propagación del Evangelio en las re
 giones donde no se le conoce todavía; no duda
 mos que Cuenca darA una vez más espléndidas
 pruebas de su nunca desmentido catolicismo y ab
 negada caridad.
 Cuenca, Enero 2 de 1895.
 Amigos de la Misión de Gualaquisa.
 
 P A T A G O N IA
 T i ’ OK M x e s e s < le in iis ió n e n In. O o i*< illlc i* a . —
 c ic u to s s e s e n ta y t r e s
 n a o ’o s O r is t ia n o s .
 
 D . D om ingo Milanesio, cuyo retrato anti
 cipamos á nuestros lectores en el B oletín de
 Febrero, el Misionero de la P atagon ia su 
 perior, el Padre de los I n d io s , como ellos
 mismos le llam an por lo muclio que liace
 está con ellos y por que habla á perfección
 su idioma, después de una Misión de tres
 meses por las Cordilleras patagónicas, llegó
 á nuestra casa de Concepción (C hile), des
 conocido á todos por su larga barba que
 causas im previstas y fuertes le habían obli
 gado á dejarse. D esde allí nos dirige la s i
 guiente re la c ió n :
 E do. S u . D . E ú a .
 Concepcióu (Chile), 22 de Mayo de 1894.
 Le dirijo la presente desde C h ile , en
 donde m e encuentro desde hace ya veinte
 días. H ace tres m eses que dejé á D . V acchina
 en Eawsón, territorio del CÍmbut, y después
 de grandes idas y venidas y de inm ensas
 vu eltas y revueltas por el centro de P a ta 
 gonia y los A n d es, sentía la necesidad de
 dirigirme á alguna de nuestras casas para
 reanimar algún tanto mi ánimo y dar un
 poco de descanso al cuerpo tronzado de
 tantas y tan grandes fatigas. E n este viaje
 me he internado más que nunca y visitado
 al mismo tiempo las varias tolderías situadas
 al pie y en las Cordilleras.
 Como siempre, me acompañaba el cate
 quista Gregorio Aléndez. D urante el trayecto
 de unas 300 leguas^ 000 m illas, fuimos juntos
 con D . Juan B autista Perrero, negociante
 italiano y hombre honrado y religioso. Nos
 ayudam os m u tu am en te: yo le presté mi ca
 ballo y él nos condujo en su carro á nosotros
 y á todos; nuestros equipajes. E l resto del
 viaje, 200 legu as, lo hicimos á caballo. Para
 pasar á Chile, atravesam os los A n d es por
 Lonquimayo, que comunica á Ju nín (le los
 A n d es, de la R epública A r g e n tin a , con
 Victoria, de la de C h ile ; dos extrem os de
 ambas fronteras, que d istan entre sí cerca
 de noventa legu as.
 
 — 71 —
 E n verdad que no sé como empezar á
 hablarle de las peripecias de mi viaje, pues
 O
 D I S T . Í N C 1A
 T O L D E R IA S
 *3 T r ib n s
 son tantas, que d quererlas contar todas con
 d e s d e E a w s in a l C b o b a t
 Om
 sus pelos y señales, necesitaría escribir un
 grueso volum en, lo que no me permite la pre
 n A ra n - ■ S
 901e g u . i s \ S o
 sente estación, que me amenaza cerrarme el
 P a & o d o In d io s
 Q u ic h a h u r
 5 canos
 40 130 » (
 paso de los A n d es con una barrera de nieve.
 o o
 Y em sagevén
 4 )•
 20 150
 Por lo que, dejando para otra vez una más
 IS
 170 > )
 C h o r q u e n ila h u c
 4 >
 »
 \
 detallada relación, me limito ahora á darle
 12 172
 3 >
 R ío S in fu e r
 40 187 » \ O 3
 P la t e r o id .
 6 >
 una breve reseña de lo poco q u e , con la
 14 T e h u e l - 130 197 > (
 R ío M a v o
 ayuda de D ios, en estos tres m eses se ha
 p
 L o g o L a k -n a il
 S c a s ! 50 207
 podido hacer.
 D
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 L
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 k -a id l
 Las tribus visitadas pertenecen á las de
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 C
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 25
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 los araucanos, pampas y tehuelcas j y á
 39 > \ S
 S a lin a
 4 A r a n - i 30
 pesar de que para muchos era la primera
 53 * I 1-3
 17 c a n o s ; 200
 P a th a -C h o y q u o
 vez que recibían la visita del Sacerdote, el
 *.
 63 " 1 “ i
 R ío T e ja
 40
 O5
 »
 69 >* \
 15
 éxito de la misión h a sido felicísim o. D ia 
 C o l o n i a 17 O c t i i b . 8 > 1 70
 75 » 1 ^a i 5
 riamente me veía rodeado de infinidad de
 N
 a
 h
 u
 c
 l
 X
 u
 n
 p
 i
 100
 145
 10
 Indios que, atentos, me escuchaban con
 J u n í n d o l o s A n d . 15 » i 150 186 -* \) p j
 placer y se preparaban á recibir el B au 
 V ic t o r ia (C iiilo )
 ! 90 >
 ¡
 tismo, la Confirmación y no pocos la Sagrada
 Eucaristía.
 T o t a l 107
 948 482 l e g u a s
 Con el divino auxilio, he podido admi
 nistrar el Bautismo á 263 p erson as, de las
 E esu lta, pues, que hemos visitado 107 fa 
 cuales 245 eran Indios de pura raza y adultos
 en su mayor p a r te ; á cerca de 300 la Con m ilias; predicado la fe á 948 indígenas y
 firmación y casi á otros tantos la Santa Co recorrido 482 legu as, 1446 m illas.
 A d majorem D el gloriam .
 munión. A más de esto, bendije 15 m atri
 B en diga, carísimo P adre, á su
 monios, de los que todos menos u n o , eran
 entre indígenas.
 A fm o lujo
 Como Y . v é , amadísimo Padre , debemos
 D oíiing -o M il a n e s io , Pbro.
 dar gracias á D ios que se sirve de nuestra
 Misionero Salesiano.
 hum ilde P ía Sociedad para difundir más y
 más cada día nuestra sacrosanta E eligión
 entre los P ata g o n es, llam ándolos á la fó. jvuTjyyyyT-ru-viojvru-UTjaruxjxivrirvruvu-iJxiviJvrvi
 Sin embargo y á pesar de todo esto , yo no
 i',' puedo esconderle una pena que aflige mi
 corazón. Al mismo tiempo que experim ento
 h un inenarrable gozo por el número grande
 León (Méjico) 18 de diciembre do 1894.
 f e de Bautism os administrados, el pensamiento
 de que, en aquellos lu g a r es, donde tan
 E do. A ngel Piccono.
 grande es el número de nuevos cristianos,
 M u y llESPETABLE PADRE :
 no tenemos aún ninguna resid en cia, llen a
 mi corazón de honda pena ; pues que no cu l
 Cumpliendo un deber de gratitud publi
 tivando y fortificando continuam ente su fe, cando la bondad de D ios que me acaba de
 se corre un inm inente peligro de que ésta favorecer de una manera sobrenatural, p ar
 en ellos venga á menos y hasta que por ticipo á Y . R . que habiendo padecido por
 com pleto perezca. E stos pobres indígenas espacio de tres años d e una tos crónica que
 nunca se mueven del píe de las Cordilleras, m e m olestaba muchísim o, quedó curada, con
 por la abundancia que allí encuentran de solo aplicarme una m edalla de María A u x i
 caza, agua y leñ a ; por la fertilidad de los liadora,
 campos y la abundancia de pastos. E stas
 S i Y . l i . lo cree op ortu n o, puede hacer
 ventajas nos serían muy favorables también que se inserte en el B oletín íSalesiajw.
 á nosotros, pues que la casa que allí se fu n 
 AxaELA G oudoa Yda. de G o rd oa .
 dase podría casi por sí misma sostenerse; y
 •
 • •
 contribuiría eficazmente á conservar entre
 ;C u iin l> u e iia es* A l a r í a ! — Con el
 los Indios la buena sem illa de todo bién y
 virtud, que ahora sembramos en la tierra ánimo lleno de gratitud hacia nuestra bon
 más ó menos apta y dispuesta de su s co dadosa Madre María Santísim a A uxiliadora
 le doy las más sinceras gracias por un sin
 razones.
 A n tes de terminar, creo será de su agrado gular favor que por intercesión de tan gran
 le presente en un pequeño cuadrito el nom Madre he obtenido d el amoroso niño Jesú s.
 bre de las tolderías visitadas, el número de T a que en m i pobreza evan gélica no puedo
 toldos y de sus h abitan tes, y su distancia hacerlo de otro modo, lo h ago haciendo pu
 blicar esta gracia en el B oletín SalesmnOf y
 intermedia.
 
 GRACIAS DE MARIA AUXILIADORA
 
 I
 
 — 72 —
 
 exortando á cuantos leyeren estas líneas á
 coníiur y entregarse sin reserva á tan buena
 Madi-o, seguros de obtener cuanto con sin 
 cero corazón le pidamos.
 A dolfo J. M. T oro .
 Niza Marítima, 1 de enero de 1895.
 *
 
 • «
 
 Director del B oletín Salesiano.
 M u y S r . M ío :
 Suplico ó, V. se sirva in.sertaren el « B o
 letín Salesijiiio » el siguiente favor obtenido
 por intercesión de María Auxiliadora.
 No teniendo posibilidad de librarme de la
 quinla y siendo muy cercana la época del
 sorteo, grande era mi intranquilidad te
 miendo no me tocara un número bajo lo que
 hubiera contrariado y perjudicado en gran
 manera ú mis estudios y en especial temía
 un entibiamionto en lo que concierne al e s
 píritu religioso : en tan crítica circunstancia
 me encomendó ú las oraciones de toda la
 Comunidad y ú las do mis discípulos, m ien
 tras algunos de mis parientes y am igos tam 
 poco me olvidaban en las suyas j por mi
 parte hice del mejor modo que supo una
 novena ú lUaría Auxiliadora, pidiéndola rao
 obtuviera la gracia do poder sacar en el
 sorteo un número alto ú fin de quedar libre
 <lo oso peso que tanto me abrum aba, y
 I oh prodigio sin gu lar! Cinco días después
 del sorteo recibo carta do mis padres y
 con indecible satisfacción veo qxie no sola
 mente la Virgen me otorgáb ala gracia que
 lo había podido, sino que quiso favorecerme
 m á s , concediéndome en suerte el número
 más alto de todos.
 En testim onio do agradecim iento ú mi
 Santísim a Madre, deseo se h aga público tan
 insigne favor para que el mfindo entero en
 tienda una ve/, mós que la Virgen es ver
 daderamente A uxU hnn Gliristianorum.
 Soy de V. aflmo. S. S. Q. S. M. B .
 S a ntiag o M a r ía B a g u é , Sal.
 Sevilla, Iiisütuto S.ale8Íano cío la Santísima Triiiiclnil, 1 lio enero de 1895.
 •
 
 *
 
 S r. Director del B o h tín Salesiano.
 Tlallóndose enfermo de mucbísim a grave
 dad un hijo m ío, en nuestra aílición recu
 rrimos ú la Virgen Santísim a María Ausiliadora, por medio de una novena. Gracias ú
 su protección, mi hijo h a recobrado com ple
 tam ente la salud.
 ^A gradecido ú tan gran beneficio se lo par
 ticipo ú V. para dar un público testim onio
 do agradecim iento ú la V irgen Santísim a
 nuestra bnena madre.
 Su A . y S .'S . Q. S. M. B,
 M ariano P . B . T o u s .
 Ilnrt'elona, 29 de Euero do 1895.
 
 * •
 
 U n cooperador Salesiano de Olot (Gerona)
 se muestra muy agradecido ú la V irgen Ausiliadora por un favor especial que h a con
 seguido por su in tercesión , y se complace
 en publicarlo. Y en testimonio de su más
 profundo agradecimiento envía una limosna
 para los pobres niños de la Granja Salesiana
 de S. Isid ro , que con sus oraciones le ayu
 daron á alcanzar el fa v o r , y otra para la
 construcción de la iglesia que ú Jlaría Auxih
 liadora se levanta eii Sarriá (Barcelona).
 D an gracias especiales á María A uxilia
 dora por señalados favores ob ten id os:
 Matilde Mogna, Turín. — D. Lxiia Noverini do
 Fiorcnznola, en bu nombro y en el de otras pia
 dosas personas. — G. D. P., Especia. — D. Luis
 Colavioti do Ghioiis del FriuU, por varios favores
 ot)teniito por sus feligreses. — Lucía Rossi. Bo
 lonia.
 
 B ib lio g ra fía
 C a t e c is m o e x p lie a t lo c o n e je m p lo s
 p o r* e l K n l e s U u i o I > . C a m i l o O i--
 
 ti i s R a r
 
 La Tipografía Salesiana de Sarriá-Barcelona
 acaba de publicar la tercera edición. Es una obra
 d<5 sumo interés, la que recomendamos de un
 modo especial á los señores Párrocos y personas
 dedicadas al espinoso cargo de instrnír á la ju
 ventud, no siéndolo menos á toda suerte de per
 sonas, y mayormente á los padres de familia. El
 piadoso autor ha expuesto con claridad, no sólo
 las enseñanzas do nuestra santa Religión, sino
 que, con acierto, ha reunido variados y preciosos
 ejemplos que dientan á practicar la v'irtml.
 « El Catecismo constituyo v.\ fnmhunento in
 destructible de la educación cristiana. En él so
 resuelven todas las grandes cuestiones y se ense
 ñan los imls sagrados deberes: es el lazo miste
 rioso que une al hombre con Dios, d ciclo con Ja
 tiernty el tiempo con la eternidad.
 * Para facilitar su conocimiento nada más á
 ])ropóaito quo añadir los ejemplos á la doctrina.
 Las palabras mueven; los ejemplos arrastran. El
 camino de los preceptos es largo y penoso, el do
 los ejemplos corto y agradable. Nuestro Señor
 sembraba do parábolas sus enseñanzas. »
 El Catecismo en ejemplos de D. Ortúzar, además
 do su valor doctrinal, sería inapreciable libro de
 lectura para los hogares oatólicos, principalmente
 aqiiellos quo no tienen muchos libros á sn dispo
 sición. Sería una lectura, á la par que iuteresantísiiua , do una utilidad moral qxio no es nece
 sario encarecer. Es pues, un libro indispensable
 en un hogar cristiano j él suplo admirablemente
 la_ obra do las madres, que por lo general se li
 mita á inspirar la fo con el ejemplo , pero no á
 ilustrarla con los ejemplos.
 E l Catecismo crpUcado con cjcmjdos que anun
 ciamos, tiene, pues, el objeto propuesto. Consti
 tuye^ un tomo do 1010 páginas, y se vende al
 precio do ptas. i en rustica, y 6 encuadernado.
 Cta aprobaciÓD de la Aaloridad Eclesiástica - Gereote lOSÉ 6AIBIK0.
 
 Turíu — Tipognifta S.nlesiana.
 
 Buenos-Aires — LIBREIUA SAIESIAAA — Sarriú (Barcelona)
 Mis dificultades, — ¡Pero si yo no tenyo/é! To (pu
 siera practicar mi religión . pero no puedo, por
 el P. D. Díunás S. J.
 La Lámpara del Santuario. Novela moral religiosa
 por el Euimo. Cardenal Wiseman. ¿ Hay un Dios
 que cuide de nosotros y de su Iglesia f por Mur.
 de Segur.
 La fé y la Ciencia moderna por el mismo.
 Los Viajeros del Ferrocarril, seguido de la Vida de
 la Pastorcita Santa Germana Cousin por el Pbro.
 Francisco Butiña de la Compañía de Jesiís.
 Vida de San Luis Gonzaga por el R. P. Rivadeneira.
 Los Muertos y los Vivos. Conferencias acerca de las
 comunicaciones de Ultratumba por el P. Matignon.
 El Mejor libro 6 el Crucifijo por el Sacerdote Bongiovanni.
 Benjamina.
 Lecturas recreativas por el P. L\\is Coloma.
 Vida de Santa Rosa de Lima por el P. Pedro Riva
 deneira.
 Del Infierno al Paraíso, beclio histórico del siglo pa
 sado por el P. Juan José Franco.
 Maquinaciones tenebrosas y Rasgos edificantes. Colec
 ción de historias escogidas por el Presbo. Don
 Camilo Ortúzar.
 - La Presencia Real de N. S. Jesucristo en el Santísimo
 Sacramento del A ltar por Mür. de Segur.
 Imitación de Cristo. Edición elegante y económica.
 El Poder Temporal del Papa ó la Cuestión Romana.
 Vida de San Vicente de Paul seguida de la del B. Juan
 G. Perboyre.
 Carias espirituales escogidas de San Francisco de Sales.
 De los deberes del hombre por Silvio Pellico.
 Las siete maravillas de la Virgen del Valle por el R.
 P. Bernardino Ordlana.
 Vida de San Agustín por el Presbo Don Julio Barberis. Edición popular encomiada por varios
 Cardenales y Obispos, traducida al español de
 la última edición italiana. — Talleres Salesianos de Sarria.
 Vida da Domingo Savio el San Luis Gonzaga del 0ratorío Siüesiano. Relación de singular interés
 escrita por el Presbo. Don Juan Bosco y tradu
 cida con todo esmero para los Talleres Salesianos de Sarria.
 Primer libro de Lecturas graduadas con nociones
 elementales do aritmética, geometría y cate
 cismo. — Sarriá.
 ' Historia Sagrada. Cien lecciones con grabados saca
 dos de la Biblia ilustrada de Doré. — En rús
 tica 0,75 Pta. En tela 1. De lujo 1,50.
 Felicidad desconocida por el Presbo Esteban Trione.
 Leyendas y Tradiciones por Francisco P. do Capella,
 La Fe y la Incredulidad.
 La Perla escondida por Matilde Bourdón.
 Vida del Presbo Salesiano Don Victor Alassonaií, por
 el R. P. Francesia.
 
 El Heroísmo en sotana pi»r el G eneral A m bert.
 
 Taxil. Un varapalo ;i las sectas.
 Yo he sido impío. Revelaciones espiritistas y ma
 sónicas por José Huertas Lozano.
 El Dios de otro tiempo por Conrado do Bolanden.
 Quién es Jesucristo ? D. L. C. de Segur.
 Opúsculos de propaganda contra el protestantismo.
 Los verdaderos amigos del Pueblo por el II."’" S.r
 Obispo de Málaga . . . . . .
 Pts. 0 50
 Don Bosco y su Obra por el 11.°*" Obispo de Milo,
 boy día de M á la g a ................................... 0 60
 Don Bosco por el Doctor Don Carlos D'Espiney,
 Caballero Gran Cruz de la Orden pontificia de
 San Gregorio Magno. Acaba do publicarse la
 segunda edición española muy aumentada y re
 visada con todo e s m e r o ....................» 3 —
 Principios Elementales de Gramática Latina, por el
 Presbo Salesiano Don Celestino Durando: tra
 tado el más sencillo, metódico y práctico para
 alcanzar el conocimiento de dicho idioma, y
 que ha sido aplaudido por excelentes latinistas
 y maestros.
 Segunda edición bocha en Barcelona » 2 —
 La Casa de la Fortuna, Drama del Presbo. D. Juan
 B osco...................................................... ..... 0 40
 Semana Santa. Texto en latín, con traducción al
 castellano do las lecciones, espístolas, evange
 lios, y con explicación de las ceremonias de
 cada función, recientemente publicada en los
 Talleres de Sarriá. En tela pts. 1 25. En piel
 de 1 50. á 3 25.
 Don Bosco. Amenos y preciosos Documentos sobre
 su Santa Vida y admirables Obras compilados
 por un Cooperador Salesiano. Un vol. en-16 de
 pág. 440, Pesetas ........................................... 1 00
 Vida de Miguel Magone. Narración interesantísima
 hecha con no menor gracia que naturalidad y
 sencillez, por el Presbo. Don Juan Bosco, y en
 la cual se manifiesta cómo nn niño recogido de
 la calle llegó á ser uno de los alumnos más ar
 ventajados y virtuosos del Oratorio Salesiano
 do Turín, donde murió en olor de santidad.
 Segunda edición, traducida cuidadosamente y
 publicada con elegancia en los Talleres Salesianos de Sarriá. P e s e t a s ...............................0 40
 Culpa y Perdón • Seyano. Son dos de los dramas más
 acreditados del muy distinguido escritor Presbo.
 D. Juan B. Lemoyne.
 Traducción española. Cada uno, Pts. . 0 40
 La Virgen de Don Bosco, por el Presbo. Don Camilo
 Ortúzar. Preciosa colección de gracias y favo
 res alcanzados por intercesión de María Auxi
 liadora, muy eficaces para avivar la fe y piedad
 de los fieles.
 Tercera edición de Injo, Pesetas . . 0 50
 N. B. AI precio de cada obra es precito añadir el
 10 p. % por los gastos de correo y expedición^
 
 Buenos-Aires — LIBRERIA SALESIAXA — S arria (Barcelona)
 
 PUBLICACIONES RECIENTES
 
 CATE(]ISM0 ESPLICADÜ (IONEJEMPLOS
 |M)r el Salesiaiio D. CAMILO ORTIÍZAR, Pbro.
 
 Tiii Tipografíu Salesiuna ele Sarriá-Barcelona acaha de publicar la tercera edición. E ^
 una obra do sumo interés, la que recomendamos de im modo especial á los señores P j f
 ri-oííos y personas dedicadas al espinoso cargo de instruir á la juventud, no siéndolo mea^fy
 á toda suerte d:j personas, y mayormente A los padres de fam ilia. E l piadoso autor
 espuesto con clarid ad , Jio sólo las enseñanzas de nuestra santa E eligión , sino que.
 u(;ierto, lia reunido variado.s y ]jreciosos ejemplos que alientan á practicar la virtud,
 f« El Catecismo constituye el fundamento indestructible de la educación cristiana. Eil|
 él se i’o.siielveji todas las grandes cuestiones y se enseñan los más sagrados deberes j ríf.j"
 lazo vtint<;rioHo que une al homb);^von DÍoh, el cielo ron la tierra , el tiempo eon la efeniiáaii
 « L’ura facilitar su c o n o c iín ^ to nada miis á propósito que añadir los ejemplos úlij
 doctrina. L as palabras inuoveú
 ejemplos arrastran. E l camino de los preceptos es largil
 y penoso, el de los ejemplos e.(m¡B y agradable. N uestro Señor sembraba de pariibolas sa'j
 enseñanzas. »
 ^
 E l Catecismo explicado con ejemplos que anunciamos, tiene, pues, el objecto propueswl
 Ooiistitu}'
 stituye un tomo de 1010 Dágiiias, y se vende al precio de 4 ptas. en rústica, y 0 eB?
 cuaderuado.
 
 AL C I E L O
 
 POR
 
 MARI A
 
 por el Presb. Don CAMÍlO ORTÜZAR,
 iie lu Pía ¡Suciedad de San Francisco de Sales.
 
 Tip. Salesiana Turín. E n rústica
 
 . . . .
 
 P ts.
 
 1 .‘
 
 BOLETIN SALESIANO
 AÑO X. - K. 3.
 
 —
 
 Publicación mensual
 
 M ÁEZO d 9 1895
 
 —
 
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 E-P <5
 
 Rfiv."'*' Sig Rettore
 
 14-7
 
 Ospizio del vSacro Cuore
 
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 Via Porta S. Lorenzo 42
 ROMA
 
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                Fecha                        
- 
                        1895.03