BS_1891_05

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Título
BS_1891_05
Descripción
Boletín Salesiano. Mayo 1891
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AÑO VI. N. 5.

— Sale una ve» al mes. —

MAYO de 1891

BOLETIN SALESIANO
D ebem os a y u d a r á n u e s tro s lier>
m a n o s k fin d e c o o p e ra r á la
d ifu sió n de la verd ad .
( m S. JüAN, 8).
A tie n d e á la b u e n a le c tu ra , á la
e x h o rta c ió n y á la en señ a n za.
(I T i m o t h . IV, 13).

E n tr e la s cosas d iv in a s la m&s di>
v in a es la d e c o o p e ra r con D ios
á l a sa lv a c ió n d e la s alm as.
(S. D io n is io ).

E l am o r a l p ró jim o es u n o de
lo s m a y o re s y má.s e x c elen te s
d o n e s , q ue l a d iv in a b o n d a d
p u e d e co n c ed e r á los h o m b res.
(El Doct. S. F baxc. do Sales).



C u a lq u ie ra q u e rec ib e k u u n iñ o en
m i n o m b re, & m i m e recib e.
(M.\t ii . xvm^.

Os rec o m ien d o la n iñ e z y la j u ­
v e n tu d ; c u ltiv a d con g ra n d e
esm ero la ed u cació n c r is tia n a ;
p ro p o rc io n a d le s lib ro s q u e en ­
se ñ en a h u ir el v ic io y & p r a ­
c tic a r la v irtu d .
(P ío IX).

R e d o b la d to d a s v u e s tra s fu erza s
á fin d e a p a r ta r á la n iñ e z y
ju v e n tu d d e la co rru p c ió n ó
in c re d u lid a d y p re p a ra r asi u n a
n u e v a g en e ració n .
(L bon XIII).

D I R E C C I O N en el O rato rio S a le sia n o — C a lle de C ottolengo N. 32, T Ü R IN (Italia) )5^+-

S U .M A iC IO :

L a Fiesta do María Auxiliadora.
E l Celo por la gloria de Dios y la salvación de las
almas.
Rotioias de nuestras Misiones.
Informe del Illroo. Sr. Cagliero sobre las Misiones Salesianas.
L a tum ba de Don Bosco.
Necrología. Sensible noticia.
Noticias compendiadas.
Boceto de un Santo.

La Fiesta de María Auxüiadora
Bien que en el presente afío la
fiesta de María Auxiliadora caiga el
mismo día que la de la Santísima
Trinidad, se celebrará con todo el
2á de Mayo, y con la mayor pompa,
á causa de que corresponde al quin­
cuagésimo aniversario de la orde­
nación sacerdotal de nuestro vene­
rado Fundador y muy amado Padre
Don Bosco. E l mes que precede á
esta fiesta comenzó el 23 de Abril y,
por concesión pontificia, se gana una

indulgencia de tres años cada vez
que se concurre á los ejercicios desti­
nados para honrar á María durante
este tiempo que le está especialmente
consagrado.

EL CELO POR LA GLORIA DE DIOS
y la salvación de las almas
Supuesto que la máxima fundamentt:!
de los Cooperadores Salesiauos es el ejer­
cicio de la caridad á ñn do gauar almas
para el Cielo, para alentarse en tan santa
práctica conviene reflexionar seriamente
y a sobre la sublime dignidad de las almas
y el precio de la sangre de Cristo con
que han sido rescatadas, ya sobre el pe­
ligro en que se hallan de perderse com­
batidas por la triple concupiscencia y
los grandes esfuerzos de Batanas, ya sobre
el interés que nuestro divino Salvador
tiene de que se salven y el galardón qua

— 54
promete á los que trabajan con este in­
tento (1 ).
Muy importante y meritorio es el ejercitar
el celo:
Por medio de grandes deseos de salvar
almas; pues así como un mal deseo es pecíido que puede hacernos enemigos de Dios,
a.sí, al contrario, Dios tiene por virtud los
sjintos y buenos, y á la vez los premia como
si los hubiéramos puesto por obra. Cuando
S. Ignacio contemplaba un mapa del mundo,
lloraba porque veía tantas regiones en donde
lio se había predicado el nombre de Jesús.
Santa María Magdalena de Pazzis tenía tan
ardientes deseos de hacer y de sufrir alguna
cosa, y aun de morir jior la salvación de las
almas, que una vez cayó desmayada de
alegría al oir leer los milagros de conversio­
nes que obraba San Prancisco Javier en la
India. San Juan Crisóstomo dijo en cierta
ocasión ú sus oyentes que estaba dispuesto
á perder la vida por salvar sus almas. El
B. Alfonso llodriguez tuvo una vez vehe­
mentísimos deseos de convertir, no ya uno
solo, sino todos los pecadores del mundo; y
estos deseos agradaron tanto á Dios, que le
reveló que su recompensa sería tan grande
como si en efecto hubiera convertido todas
aquellas almas. Santa Catalina de Sena ardía
en deseos de poderse poner á las puertas del
infierno, para que ningún hombre más pu­
diese entrar en él.
**
*
Por medio de fervorosas oraciones. Toda
conversión es obra, no de los hombres, sino
de la gracia de Dios y del Espíritu Santo;
por lo cual dice San Augustín « que la pri­
mera propiedad de un predicador es que
ruegue á Dios por aquellos á quienes ha de
hablar. » Y San Juan Crisóstomo añade:
« Podemos reformar á los otros^ si pedimos
por ellos; y sucede con frecuencia, que nues­
tras constantes súplicas alcanzan lo que uo
habíamos podido conseguir con duros tra-‘
biyos. » Santa Teresa pasaba noches enteras
orando y gimiendo por la conversión de los
pecadores, ospocialmente de los herejes de
BU tiempo ; y la propagación de la gloria de
Dios y dilatación de la Santa Iglesia fué
durante cuarenta años el objeto y blanco de
sus más ardientes deseos y de sus oraciones,
4A quién debemos la conversión de un Saulo
y de uu San Agustín t 4A quién sino á la
oración de un San Esteban y á las lágrimas
de Santa MónicaT
Por saorifi(*ios de amor. También tienen
extraordinaria cticacia delante de Dios para
la conversión de las almas, uo sólo las obras
ll) Roiimluciri'inos a»pií uu uotaUlo escrito publi­
cado por í 'l C'trcido C'ateiico á«l Méjico.

de penitencia, sino también las buenas obras
ordinarias ofrecidas con espíritu de sacrificio
y de caridad por la salvación de las almas.
4Quién no se siente conmovido al pensar en
las sangrientas disciplinas que S. Francisco
Javier tomaba, por expiar loa pecados de
un miserable soldado ? Santa María Magda­
lena de Pazzis, animada del deseo de ayudar
á las almas, no sólo procuraba practicar
extraordinarias penitencias y austeridades,
sino que pidió á Dios que le mandase á ella
los dolores que merecían los pecadores, con
tal que quisiese perdonar sus almas. Otra
vez esta misma Santa exhortaba á sus hijas
espirituales diciéndoles: « Ofrezcamos hoy
todas nuestras obras por la conversión de
los pecadores; pidamos á Dios tantas almas
cuantos sean los pasos que demos por los
corredores del convento; reguemos á Dios
que convierta tantos pecadores cuantas sean
las puntadas que diéremos cosiendo. »
*
**
Ganar almas por medio de tina santa vida
y de buenos ejemplos, lo cual según S. Ber­
nardo, es más eficaz que las palabras. Las
palabras mueven, ios ejemplos arrastran. Las
gentes creen más á lo que ven, que á lo
que oyen. « Una vida santa, dice S. Ignacio,
une á lo hombres con Dios, » y hace que se
verifique aquella sentencia: « El que per­
manece en Mí, lleva mucho fruto » (J oan, xv ,
5). Cuando se ve lo que otros hacen ó han
hecho para salvarse, se anima uno á hacer
lo mismo. Pudieron estos y aquellos, 4 por
qué no tú? Este solo pensamiento estimuló
á San Agustín vivamente á su magnánima
conversión.
Procurar alegrarse de los acontecimientos
que ceden en honra y gloria de Dios y en
provecho de la salvación de las almas. Santa
Catalina de Sena besaba la tierra que ha­
bían pisado los predicadores, y Santa Teresa
lloraba cuando oía que había muerto algún
celoso sacerdote, mientras que no derramó
ni una lágrima por la muerte de su hermano.
< Los frutos de las buenas obras que otros
practican., decía S. Bernardo, son objeto de
mi amor. Mas digo, añadía: tú que eres
activo y diligente, toma tus precausiones,
porque puede suceder que trabajes en vano
y sin IVuto ; pero difícilmente puede suceder
que yo ame en vano y sin fruto lo bueno
que tu haces. > jOh qué confianza y segu­
ridad da el amor! El uno obra sin amar, el
otro ama sin obrar; aquel pierde el mérito
de su obra, mas esteno puede perder jamás
la recompensa de su amor, pues, como dice
San León: « El que se alegra del feliz su­
ceso de otros, se enriquece, apropiándose sus
ganancias. »

que forma parte de estas Religiones en que
hay orden y disciplina, y obra con rectitiul
Por medio de exhortaciones al bien, lo y pureza de intención, participa de los mé­
cual se puede liacer por deber ó caridad. ritos de cada uno de sus miembros. Y aun
Por deber lo hacen los padres paia salvar cuando este hombre, consagrado á Dios p;>r
las almas de sus hijos, educándolos cristia­ amor, tenga ocupaciones que, según laapnnamente, exhortándolos, animándolos y diri­ rieucia exterior, no tengan relación con la
giéndolos á la práctica de la virtud. Así salvación de las almas ; sin embargo, su vida
también los hombres á quienes está condado es un continuo y constante ejercicio de celo.
el importante encargo de examinar y sen­ Aquí sucede lo mismo que en una nave
tenciar según extricto derecho, están obli­ cualquiera, donde uno gobierna el timón, el
gados á tener c^o del bien del E stado, de otro despliega las velas, éste mide las distan­
la Iglesia ó de la fe , sin mirar á respetos cias, otros descansan o desempeñan varios
humanos cuando se trata del bien y de la oficios; y, sin embargo, todos van navegando,
seguridad del pueblo, y cumpliendo con este y llegan, como se supone, felizmente al puerto,
deber, ejercitan también la virtud del celo. y todos tienen también parte en el mérito
Mas si alguno, sin estar obligado por su estado de haber conducido á salvo y al puerto ujtoy oficio, corrige á los que yerran, da buen tecido la nave y sus mercancías, librándola
consqjo á los que dudan, anima á los flacos, de las peligrosas olas del mar alborotado
exhorta á los incrédulos á convertirse, á los
pecadores á penitencia, á los tibios al fre­
cuente uso de los santos Sacramentos, á los
buenos al celo de las almas; ése practica esta
Se ejercita el celo de las almas por medio
virtud por caridad.
de obras heroicas que se extiendan á muchos
hombres, y que sean de larga duración.
** *
Tales son, entre otras, el escribir y propagar
Especialmente se ejercita el celo por medio buenos libros, establecer piadosas fundacio­
de obras apostólicas, y á esto son preferen- nes para la educación de la juventud y
tm ente llamados los sacerdotes. Esto es una para la conversión de los pecadores, y fundar
dicha, pero también gran cargo; grande otros piadosos institutos. De esto nos dieron
honor, pero también gran deber. Los sacer­ también ejemplo los santos, y en particular
dotes, pues, son llamados á anunciar la pa­ S. Ignacio, el cual, además de la Religión
labra de Dios y el nombre de Jesús por toda de la Compañía de Jesús, fundó varias casas
la tierra; Jíe, docete omnes gentes ; prcedicate para el bien de las almas, como la que
Evangélium omni creaturce; « I d , enseñad á destinó á la instrucción de los judíos que se
todas las naciones; predicad el Evangelio á convertían al cristianismo, para los mahome­
toda criatura. > Por consiguiente, no deben tanos, para las arrepentidas y mujeres en
predicar en una sola ciudad, provincia ó peligro de perderse, para los que quisieran
reino, sino en todo el mundo, pues en todas retirarse á hacer los ejercicios espirituales,
partes hay almas que salvar, en todas partes y, por último, el Colegio Germánico (en Roma),
hay que trabajar por la mayor gloria de Dios, que aún existe, y en el cual son educados gra­
en todas partes hay pobres y humildes que tuitamente jóvenes alemaues que se destinan
instruir. Tienen que predicar y anunciar la al estado sacerdotal, para q u e , volviendo
doctrina de la cruz, que es escándalo para más tarde á su patria, estén en disposición
los judíos y nececidad para los gentiles; tie­ de instruir á muchas almas en la santa fe
nen que oir confesiones diariamente y practi­ católica, y así conducirlas á la felicidad
car obras de misericordia, dando así de un eterna. »
modo espiritual vista á los ciegos, oído á los
sordos y habla á los mudos, quebrautando Ilhií-iri!3i7: -luí.
las cadenas de los que son esclavos de sus
pasiones, resucitando á los que están muer­
NOTICIAS DE NUESTROS MISIONEROS
tos por el pecado, cerrando las puertas del
infierno, abriendo las puertas del cielo, y
haciendo así el oficio de Angeles, que retraen
las almas del camino ancho de perdición y L o s O r a to r io s F e s t i v o s e n A m éricalas conducen por el sendero estrecho de la
Bnenoa A jres, 17 do Diciembre de 1800.
salvación. Por último, pueden ejercitar gran­
des obras de misericordia, reconciliando á los
R e v jio . S e . D ojí R u a :
enemigos, visitando á los enfermos y asistiendo
Creo que sea del agrado de V. R. al mismo
á los moribundos.
tiempo que deber mío darle noticia del Ora­
torio festivo anexo al Colegio de Almagro.
Se puede ejercitar el celo entrando en las Los Oratorios festivos fueron el origen de
Ordenes religiosas que según su vocación se nuestra Pía Sociedad; eran entrañablemente
anplean en la salvación de las almas. El amados por nuestro Padre Don Rosco y lo

— 56 —
swn también por V. R. Tengo muy presente
la norma y consejos recibidos á propósito
de esta obra, y en cuanto las fuerzas me
lo permiten trato de praticarlos.
Me es bien satisfactorio poner en conociñiiento de V. R. que este Oratorio es fre­
cuentado por seiscientos niños. ¡ Oh qué bien
inmenso se puede hacer! ¡Pobres chicos!
Ordinariamente no so les habla de religión
en sus casas, raros son los que van á la
iglesia parroquial, y así, pues, al Oratorio
festivo toca salvarlos. Se presentan á veces
en grupos á las puertas atraídos por la fama
de que los Padres tratan bien á los niños ,
que abundan los juegos y entretenimientos,
que hasta hay un pequeño teatro, etc., y
bien compreJiderá cómo se les recibe con los
brazos abiertos. Unos conducen á otros y el
número aumenta constantemente.
En cuanto á religión, salvo muy pocas
excepciones, no saben nada. Se les pregunta
aún á los ya grandecitos: — 4Has hecho la
primera communiónt
— No, Padre, responden.
— i Te has confesado alguna vez?
— No, Padre.
— 4Sabes rezar? ¿sabes santiguarte?
Y siempre contestan: — No, P ad re, n o ,
Padre.
— ¿Quieres ser bueno en adelante, venir
al Oratorio y aprender á servir á Dios?
— Sí, Padre, responden.
Y cumplen su palabra: vienen á las ins­
trucciones de Catecismo, lo estudian, reciben
con excelentes disposiciones la Primera Co­
munión y se conserban buenos. No falta do­
mingo en que no se celebren fiestas de Priimu-a Comunión y en las solemnidades su
número suele llegar á sesenta y ochenta. Se
hacen continuamente instrucciones sobre este
importantísimo acto, porque contiuuameute
También se presentan niños ya de cierta edad
que ni aun se han confesado.
Si no existiese este Oratorio festivo, se­
rían innumerables los niños que se verían
abandonados en las calles, recibiendo ejem­
plos perversos en este lugar donde tanto
dejan que desear las buenas costumbres.
La índole de estos niños es buena, son
dóciles y de delicados sentimientos: si se
pierden, si llegan A veces á insultar al sa(•erdote en la calle, no es culpa suya; es el
fruto de la falta de educación y de las con­
versaciones oídas Agente non sancta y sobre­
manera ignorante.
En Almagro, población de unos 20,000 ha­
bitantes, es raro que se oiga una palabra
contra tú sacerdote j que por el contrario se
sacan el sombrero cuíuido le encuentran al
paso, 80 entretienen gustosos en hablar con
ól y acompañarle largo trecho. Pueden con­
tarse por miles las almas que tanto en Al­
magro como en los demás pueblos donde te­
nemos casas se arrancan de la servidumbre
de Satanás. Nuestros Cooperadores tienen

motivo para estar contentos de la inversión
del dinero que dan á los misioneros. ¡ Ah
cuántas almas salvan del pecado y mandan
al cielo! Cuántas que un día les saldrán á
recibir al volar al Paraíso, y que entonces
les d irán: « A tí debo mi salvación, á tí
que me protegiste y enseñaste la verdad poi
medio de aquel misionero mandado á la Amé­
rica. Dios premie á tales almas con sus más
preciosas bendiciones.
Yo por mi p arte, amadísimo P a d re , doy
gracias al Cielo de haberme traído á estas
regiones para bien de las almas y ruego á
V. R. me ayude con sus oraciones.
Su afmo. hijo en J ,y M.
L u is C o st a m a g n a

Presbítero.

INFORME
del limo. Sr. Don Juan Cagliero
Vicario Apostólico de la Patagonia Septentrional

Sobre las misiones Salcsianas de la Patagonia. A S. E'
Rma. Don Federico Aneíros, Arzobispo de Buenos
Aires.
R evmo S eñ o r :

Nuestros trabajos apostólicos en estas apar­
tadas regiones de la Patagonia, á pesar de
los contratiempos , contradicciones sacrifi­
cios indispensables á toda obra buena, me­
diante el auxilio divino, en el año p. p. han
sido coronados con abundantes frutos para
el bieu de las almas, para el progreso moral,
cieutíflco y religioso de estos pueblos, colo­
nias y familias indígenas esparcidas en estos
vastísimos territorios.
M is io n e s .

Como en los años anteriores nuestros P a­
dres Misioneros, salvando las muchas penali­
dades de largos y peligrosos viajes, han re­
corrido las márgenes de los Ríos Colorado,
Negro, Neuquén y atravesando áridos campos
ó inhospitalarias pampas, han conseguido
convertir á nuestra fe y á la cristiana civi­
lización á muchos hijos del desierto, que to­
davía lio conocían á Jesucristo Nuestro Señor
y Salvador del mundo. Han instruido y bau­
tizado á sus familias con indecible gozo de
todos, pues no pocos decían en su len­
guaje sencillo: ahora estar muy contento :
ser cristiano y ser argentino. Del beneficio de
estas evangélicas excurciones eminentemente
moralizadoraa participan especialmente las
familias cristianas de los colonos, estancieros
inmigrantes y antiguos pobladores, disemi­
nados en los campos, valles y elevadas
sierras.

57 —
Ko obstante las excepcionales y enfadosas
circunstancias que dificultan la expedita ce­
lebración del matrimonio cristiano, se bau
eíectuadü mucbísimas uniones ^ n ta s y arre­
glado no pocas de las ilícitas, que demasiado
abundan en el campo. En Viedma, Patago­
nes, Pringles, P oca, Obosmalal y Colonias
de la Cordillera la Misión permanente con
residencia fija de Padres, Catequistas y
Hermanas de Caridad va aumentando vi­
siblemente de día en día el espíritu cristiano
y afianzándose las buenas costumbres, me­
diante la predicación asidua del S. Evangelio
y la acción diaria de la enseñanza católica
en nuestros Colegios.
Puedo dar también á V. S. la consoladora
noticia de que se ha establecido ya en los
dos pueblos de Carmen y Viedma la adora­
ción de las Cuarenta Horas, con gran con­
curso y devoción de los feligreses: y de que
los SS. Sacramentos son notablemente fre­
cuentados i)or los niños , niñas , señoras y
hombres de fe, de que no escacea el de­
sierto.
Las diversas Asociaciones del S. Corazón
de Jeslis, de las Hijas de María, de S. Luis
y Círculo de obreros católicos progresan con
halagüeña satisfacción.
Las muchas y esparcidas Colonias de la
Gobernación del Neuquén son atendidas por
los Padres de Chosmalal: mas sería nece­
sario multiplicar las residencias y levantar
las correspondientes iglesias. Lo mismo, las
poblaciones de S. Javier, Couesa, ChoelChoel y Balcheta reclaman la residencia fija
de Padres y piden se les auxilie para ediücur siquiera una capilla de que hasta hoy
carecen j y más que ellos lamentamos noso­
tros la falta de recursos para tantas necesi­
dades.
En la Tierra del Fuego prospera la Misión
de S. Gabriel con un crecido número de fue­
guinos neófitos j y los de la Gobernación del
liío Santa Cruz y Gallegos, ó son visitados
por nuestros Padres ó comunican con nuestra
residencia de Punta Arenas.
Hubo últimamente alguna alarma por ha­
berse evadido de la cárcel los asesinos que
el año anterior habían alevosamente herido
de muerte á uno de nuestros Padres y á un
Hermano Catequista que falleció.
El Padre Fagnano trata de impedir el que
penetren en la nueva reducción; y lejos de
desmayar en sus trabajos, busca recursos
para emprender un viaje y fundar otra pobla­
ción en las costas Argentinas.
La Misión de las Islas Malvinas, las cuales
se espera que pronto serán devueltas á la
jumión Argentina á que pertenecen, procesa
también, siendo frecuentadas la iglesia y
escuela por muchos fieles anglo sajones, de­
seosos de aprender el bello idioma castellano.
Allí trabajan sin descanso dos de nuestros
Padres y un catequista.

Colegios, Escuelas de A rtes y Oficios
y Asilo.
Concurridísimos son nuestros doce Cole­
gios ; y pasan de mil los niños y niñas aten­
didos por los Padres y Hermanas de Mai'ía
Auxiliadora.
Los últimos exámenes han alcanzado más
que brillante éxito, según testimonio del
Sr. Inspector nacional d á territorio y de las
Autoridades escolares locales que los presen­
ciaron y de la3 que asistieron á los certá­
menes que se hicieron con motivo de la distilbución de premios; siendo de notar que el
primer premio de bordado lo ganaron dos
niñas indígenas de la tribu de Uaiicuohe.
En Viedma, capibil del territorio, la Es­
cuela de Artes y Oficios va progresando cada
día más con sus treinta aprendices de car­
pintería, herrería, hojalatería, zapatería y
sastrería. Estos talleres funcionan con acti­
vidad, proveyendo además de los trabajos
de comisión, calzado y vestido á las muchas
huérfanas albergadas en nuestras Casas. La
banda musical de nuestros pupilos indieoitos
y huérfanos alterna el estudio y trabíyo dia­
rio con piezas alegres, sinfonías graves y
ruidosas marchas. Sus melodías concilian el
decoro en las sagradas funciones y sirven de
honesto recreo en las solemnidades.
Merced á la animación de nuestros car­
pinteros y herreros, se ha podido concluir
el nuevo Colegio de Pringles con sus venti­
ladas salas, y adelantar bastante la cons­
trucción (en Viedma) de cinco vastos sa­
lones i)ara dormitorio, talleres y escuelas de
niñas.
Las pupüas y huérfanas hospedadas en el
Colegio de María Auxiliadora, además del
estudio y labores sobresalen en la música
vocal; y sus cantos llaman la atención hasta
de los inteligentes por su esmerada cultura,
suavizando con dulces armonías los actos del
culto y las academias religioso-dramáticas.
ItoUoa de hf^iinilirciioia.
lloHpital y aHistencia de enfermos
ú domlt-Uio.
El considerable número de Padres, profeso­
res, maestros y Hermanas de Caridad de que
dispone nuestra Misión en estos territorios
nacionales, además ile procurar el bien espi­
ritual de las almas, no olvida las otras obras
de caridad corporales. En nuestra residencia
y especialmente en Viedma, centro de la
Misión, el desvalido encuentra asilo, el en­
fermo cama, el desnudo vestidos, el pobre
indígena alimento y el menesteroso trabaj'o.
Huestra botica está abierta á todos: la asis­
tencia médica es para todos, y lo que cari­
tativamente da el rico suple á la pobreza
del indigente. El Hospital, único en el terri­
torio, no rechaza á nadie, y aunque pobre
el' ajuar, es rico en caridad. La Hermana de

— 5S-—
María Auxiliadora vela á la cabezera del
doliente, cual madre cariñosa y lleva sus
consuelos y auxilios tanto á la morada del
rico, como á la cboza del pobre y al toldo
del indio. Los miles de enfermos atendidos, ora en el H ospital, ora
en los domicilios particulares, ben­
dicen íl la divina Providencia. El
indio recibo el S. Bautismo'en ar­
tículo de muerte y roba el cielo; el
disidente admira asombrado la car­
idad católica ;y el cristiano, indife­
rente se convierto.
Prodigios de la caridad cristiana
que trajo al mundo nuestro amable
y divino Salvador Jesús. Mas todas
estas obras, y todo este movimiento
de personal exigen cuantiosísimos
fondos para su sostenimiento.
Hasta ahora la decidida protección
de V. E. y los auxilios de nuestros
buenos Cooperadores de Europa y
América iios han proporcionado no
pocos medios para tamaña empresa,
pero no son sulicientes.
lluego pues ú V. S. que como en
los años anteriores quiera solicitar
del Supremo Gobierno su valioso con­
curso y su acostumbrada cooperación
pora el bien y jírogreso de estas le­
janas Misiones que aunque tienen
por fin esiiecial la gloria de Dios y
la eterna salvación de las almas, pro­
mueven el adelanto científico, reli­
gioso y moral de estos nuevos pue­
blos de la Patagonia.

dreenlaiglesia de María Auxiliadora, en un
sepulcro preparado al efecto; pero como lo im­
pidiese el Gobierno, pudo sólo conseguirse
guardarlas. en el Seminario de las Misiones

Yicdina, Enoro 14 de 1891.

Firmado :
t J

uan

Oa g l ie e o

OMsiío de Magida y Su^críor de la Misión

icxccccccoccxcxooccsoxixo:
LA TUMBA DE DON BOSCO
A la muerte de Don Bosco los
solemnes funerales hechos al siervo
de Dios, que imis que una expresión
de duelo fueron una aclamación de
triunfo, los acentos de dolor que lle­
naron el mundo y encontraron eco
aun en la prensa irreligiosa, los elogios tributados por el Sumo Pon­
tífice, el vivo aprecio á las fundacio­
nes y obras establecidas i)or aquel
sacerdote providencial, fueron la
expresión mas elocuente de venera­
ción y respeto que pudo hacerse á
tan insigne bienhechor de los pobres fueron
una veixladera glorificación.
Sus hijos, los Salesiauos, habían deseado
conservar las reliquias de su venerado Pa-

Salesianas, á corta distancia de Turín, en
Valsálice.
Habíalo predicho Don Bosco: Un día de
setiembre de 1SS7, de xisita en esta casa

Colegio, se refería á la construcción de una
nueva. — « Está bien, señor, le contestó :
en este invierno se lo presentaré á Ud. » —
No, en la 'primavera lo presentarás al
Capitulo de la Congregación. >
T en efecto, como la muerte do
D. Bosco ocurriera el 31 de enero ,
esto es, en lo más crudo del invier­
no , el proyecto de construcción do
la capilla funeraria, estudiado y di­
scutido convenientemente por Don
Barberis, Don Sala y otros, filó pre­
sentado al Capitulo precisamente en
la inmediata primavera. EdiÜcada
poco después esa capilla,el 22 do ju ­
nio del año siguiente el Ilustrísímo
Sr. D. Basilio Leto, Obispo de Samaria, en representación de Su Emij r ifw nenoia el Cardenal Alimonda, la
f ?í
bendijo con toda solemnidad.
iX 'J#
Es ella un hernioso santuario do
'
'
estilo gótico italiano decorado con
exquisito gusto. Notable es sobro
todo el fresco que en el altar re­
presenta una piedad, digna obra del
célebre pintor Eollini, antiguo alumno del Oratorio Salesiauo.
A ambos lados de la capilla hay
en lo interior una escalera angular
que cae á una bóveda donde está
el mausoleo de Don Hosco, ornamen­
tado con un artístico bajo relieve
que representa al venerado difunto
vestido de paramentos sacerdotales.
Guarnecido el frontis de la capilla
con esbeltas columnas de mármol
y de trabajo de fábrica, que so­
stienen la arquería correspombente á
veinticuatro vidrieras de colores, está finalmente coronado por un arco
ojival sembrado de flores y con un
remate a guisa de cruz. En el campo
del mencionado arco un busto do
mármol de Carrara rejiresonta con admirablo fidelidad á Don Bosco.
Sobre la tumba de Ion justos, dice
\
el Señor, haré crecer las jiores, ij su
^
memoria, como perfume de incienso,
pasará querida y bendecida de gene­
ración en generación entre las gentes.
Las bellas flores que junto á esa
gloriosa tumba se cultivan son las in
teligencias y corazones de unos cien
jóvenes seminaristas que fervorosa­
mente se preparan para consagrar
su vida á las misiones del Africa
y de la China, de la Patagonia
y de la Tierra del Fuego. Y á
la manera que en las catacumbas
los primeros cristianos se fortale­
cían en la fe ante las reliquias de
está boy día la tumba), dijo al Director:,.» 1 los mártires, éstos ante las cenizas del santo
Harás el proyecto de fábrica y lo presen­ i Fundador de la Congregación á que pertenetarás á los Superiores. > Creyó Don Bar­ : cen, se inspiran con el recuerdo de los granberis que, estando ya ruinosa la capilla del ; des ejemplos y enseñanzas en que por él han

paseábase con el Director de ella, D. Jnlio
Barberis, por la galería del piso superior; se
asomó en seguida á una ventana y mirando
hacia la escalera central del patio (donde

— 60 —
sido formados, se alientan á imitarle en la
práctica de lieroicas virtudes, se inflaman
en aquel fuego de amor siempre ardiente en
el corazón del apóstol de Turín, de la Italia
y del mundo en nuestros tiempos, y se eml>eíian, por fin, en ser dignos hijos de su
incomparable y carísimo Padre (1).

Necrología,
La Congregación Salesiana lamenta pro­
fundamente una nueva desgracia. La señora
Dorotea ühopitea de Serra, la incomparable
bienhechora la providencia visible de nues­
tras Casas de Sarriá y Barcelona, ha muerto.
La señora Ohopitea de Serra adornada de
las prendas más estimables, era toda una se­
ñora y tipo acabado de mujer cristiana. Si tenía
grandes riquezas, eran mayores sus virtudes ;
y al observar el nobilísimo empleo que hacía de
sus bienes, uno se sentía movido á deseárselos
inagotables, como quiera que no vivía sino pa­
ra beneficiar, considerándose, más bien que
dueña, tesoreraydispeusadoradélos caudales
concedidos por Dios. Cuando se repara en mo­
delos tan cumplidos, como hay pocos , se
siento singular consuelo de ver que la pobre
humanidad, entre tantas miserias que la afli­
gen, ofrece aún para ejemplo universal ver­
daderos imitadores de Jesucristo y Evange­
lios vivos como son las almas santas; pero
no puede menos de deplorarse con profunda
pena el adiós eterno que nos dan no obstante
sea i>ara ir á recibir la inmarcecible corona
que Dios les depara en los cielos.
Hó aquí la tristísima noticia que el señor Di­
rector de las Casas mencionadas nos comu­
nica en las cartas siguientes:
J. iU. J.
barculoua-Sarriá, 31 do marzo do 1891
ItKVMO. Y QUERIDO l'A D E E :

Aunque V, li, ha recibido noticias tele­
gráficas sobre la enfermedad de Doña Do­
rotea creo deseará tenerlas más circunstan­
ciadas, y me apresuro á dárselas. El caso es
grave y muy grande nuestra aflicción. Se
trata de una pulmonía doble ocurrida de un
modo inesxiorado. Ayer mientras los médicos
se reunían en consuelta y cuando los hijos
y nietos, en número como de treinta, estaban
aguardando la opinión de aquellos, la bon­
dadosa mamá me mandó llamar unas cinco
veces. I Quó la preocupaba t — Miro, Padre,
(1) Véase D on Bosco, Amtno* y prfoioioa dooumontot
aobre su «anta n d a y admirablaa oirás oom¿iilados por
im Cooperador Salcsiauo.

me dijo luego que me presentó, había pre­
parado x)ara sus niños una merienda en la
torre (casa quinta en Sarriá) á donde deseo
que vayan á divertirse esta tarde.
En la noche cuando se temía fatigar su
imaginación y apenas si se conversaba Junto
á ella, llamó á su hija Isabel y le d ijo : —
Sabes que compré lienzo para sábanas del
.Colegio del Angel; ordena que hagan no
menos de doscientas.
Esto le indicará su tranquilidad y cómo es
nuestra afectuosísima madre.
Sor Glartua x>asó la noche á su cabecera.
La familia nos trata con el mismo cariño
que la Señora y todos han agradecido mu­
chísimo el telegrama de V. E. y la promesa
de hacer una novena á María Auxiliadora
en Turín y otraen Valsálice. Esperamos que
esas oraciones unidas á las de innumerables
personas que acá ruegan por la salud de la
muy amada enferma serán escuchadas favo­
rablemente en el Cielo.
B . L. M. de Y. B, su afmo. hijo
F e l ip e M . E

in a l d i.

P S . 1° de abril. L a enfermedad se lia agravado

anoche. Mucho temo una catástrofe. Dios uos asista.

***
Barcelona-Sarriá, 2 de a b ril de 1891.
E

evm o, t

q u e r id o

P

adre

:

Nuestra madre sigue de mal en peor; y
crece nuestra aflicción no obstante que no
l)erdemos la esperanza en una gracia x>articular del Señor y de María Auxiliadora. Los
síntomas son mortales. ¡ Ah cuántas veces
he oído decir en este año á Doña Dorotea
que se acercaba su fin. Parecía entrever el
término de sus trabajos, ó mejos, que oyese
la voz de Dios que la llama á recibir eterna
recomx)ensa. Yo trataba de no dar imx)ortancia á tal idea, porque no podía ni puedo
conformarme con que se vaya una señora
sin igual, que además de su notoria caridad
con nuestra Casa, me trata comó á verdadero
hijo. Esto sucede á todos los pobres ó insti­
tutos de caridad, porque á todos compadece,
ayuda y aconseja familiarmente y con pru­
dencia consumada.
Tan arraigado tenía ella el x^ensanüento
de su próxima muerte que es increíble cuanto
ha insistido en este último tiempo x>ara que
comenzara los trabajos de la iglesia de María
Auxiliadora. — Esta será mi última obra,
decía. Por esto pedí por telégrafo el permiso
l)ara ello. Pocos días hace que me i)reguntó
cuantos hombres trabajaban en la fábrica.
— Veinte, le contesté. — No es bastante,
que sean cincuenta, me dijo. Y con la piedad
X)i*opia de los Santos exclamó en cierta oca­
sión: ¡Oh cuánto amo áM aría Auxiliadora!
i Podrá, pues, María Auxiliadora, dejarla
de ayudar? Seguro estoy de esta ayuda

wm

61

pero tengo miedo que sea no para devol­
verle la salud y regocijar con ello á la des:»lada y excelente familia, á los millares de
pobres, á tantas Casas religiosas y Anosoti-os
los Salesianos, sino para llevarla directa­
mente al Cielo.
I Ojalá! me equivoque, y pueda darle bien
pronto mqjores noticias.
Dígnese dar su bendición á esta su familia
y á su
Afmo. Injo
F

e l ip e



Voló su alma á la gloria y quedamos
nosotros anegados en llanto, porque ella no
era sólo una santa y una sin par bienhe­
chora, sino una madre incomparable y do
bendita é imperecedera memoria para los
Salesianos. Sí, querido Padre, en la muerte
de Doña Dorotea lloramos la de nuestra muy
amada y tierna madre.
* Su afmo. Injo
F

a r ía

B

in a l d i.

*•
J . M. J.

J . M. J .

narci'loua-Sarriií, 5 de Abril do 1891.

Barceloua-Sarriá, 3 de A bril de 1891.
t

M

M . B in a l d i.

***

E e v íio . S e .

e l ip e

q u e r id o

P

adre

:

La madre de los pobres y buerfanitos,
nuestra excelente madre Doña Dorotea ba
ido á recibir al Cielo el premio de sus bue­
nas obras, boy á mediodía, esto e s , en el
primer viernes del mes consagrado al Sagrado
Corazón de quien era singularmente devota.
Dícese que Don Bosco, que la distinguía
con extremo.aprecio, le declaró, cuando vi­
sitó este país, que pediría al Señor la gracia
de tenerla muy cerca de sí en el Paraíso, y
sin que hubiera de pasar antes por el Pur­
gatorio. T á la verdad es de creer que ba
conseguido esa gracia, pues su muerte ba
sido hermosa y envidiable como la de una
santa.’ Iteoibió todos los sacramentos, bendi­
ciones é indulgencias posibles; no cesó de
hacer actos de perfección cristiana, y boy á
k s cuatro de la m añana, según su piadosa
costumbre observada día á día desde hace
cuarenta años, recibió la santa Comunión.
Iteuliiendo á sus cinco hijas junto á su lecho,
les hizo sus últimas recomendaciones, y les
encargó que en muriendo la vistiesen de
hermana de caridad, que se le hiciesen mo­
destos funerales y se invitase á ellos á sus
protegidos. Luego las bendijo en el nombre
de Dios, como también á sus numerosos
nietos. Yo llegué al terminarse ese precioso
acto. Eran como las nueve y media y á poco
comenzó la agonía. El Padre Jesuíta que le
recomendó el alma estaba tan conmovido y
recitaba las preces de la Iglesia con tal sen­
timiento que era imposible contener las lá­
grimas. Ella en tanto conservaba perfecto
conocimiento y no perdía ni una sola pa­
labra.
Rodeada de su cristiana familia y de todos
sus nietos, con una piadosa senciüez y reco­
gimiento que atravesaban el corazón, veníame
á la memoria la muerte de Jacob y de los
antiguos patriarcas.
Su último movimiento fué estrechar el cru­
cifijo, besarlo y elevar una dulce mirada al
cielo como si dejera: « Voy á mi verdadera
patria por la que siempre he trabajado »

E evm o-

t

q u e r id o

P

adre

:

Ayer hubo de pasar todo el día fuera de
casa, y mi carta quedó sobre la mesa espe­
rando esta o tra , con la cual le acompaño
algunos excelentes diarios que liablau del
fallecimiento de Doña Dorotea. Todos la en­
comian con singular eucarecimieuto, y no ob
stante siempre será poco iiara lo que se me­
rece. Pocos saben cuánta rectitud de inten­
ción animaba sus obras y euáu sobria era en
su‘ alimento y modesta en su vestido. Con
ser tan ric a , no tenía ninguno de lujo y sus
hijas le regalaban en cada cumpleaños los
que eran necesarios para el conveniente esta­
do de decencia con que se contentaba. A
inaba la sencillez y economía liara dar los
ahorros á los pobres, y fué menester que du­
rante dos años insistieran sus domésticos para
que se resolviera á cambiar los dos viejos
caballos de su coche, del cual se habría tam­
bién desprendido si a causa de sus anos no
le hubiese sido iudi.speusablo para visitar á
sin número de desgraciados.
Doña Dorotea era más conocida de los
pobres que de los rico.s, como que el objeto
constante de su pensamiento eran los pobres,
no por efecto de sentimiento natural sino
porque procuraba particularinonte la salva­
ción de sus almas. Empeñábase en cumplir
con la iníi^ima del Evangelio eii que no su­
piese la izquierda lo que bacía la derecha y
derramaba abundantemente sus tesoros en
los institutos benéficos, prefiriendo como Don
Bosco la niñez á la vejez; porque sabía que
la vejez mueve más fácilmente á compación,
mientras los niños que han de formar la fa­
milia y la sociedad quedan generalmente
abandonados.
Xo obstante sus disposiciones, se le han
hecho solemnísimos funerales. Era justo y
natural, y asi asistieron todos los institutos
de niños y niñas y asociaciones largamente
favorecidas por ella. El limo. Sr. Obispo
suspendió su visita pastoral para honrar
la exequias con su presencia, juntamente con
otro Obispo, y concurrieron además el Sr. Go­
bernador, el Sr. Alcalde y mil otros distinguí-

— C3 —
dos personajes. El acompañamiento era tal
qne llenaba absolutamente las vastas calles de
Cortes y Prado de Gracia. La simplicidad ma­
jestuosa de aquel espectáculo, la simpatía y
espontaneidad que se notaba en los semblan­
tes de todos y basta la hora de los funerales
me hacían recordar los de nuestro venerado
Don Bosco. ¡ A b ! bien se advierte que el
Señor premia á los buenos axin en este
mundo.
Hoy fueron sepultados los restos mortales
de aquella matrona modelo, que los Salesianos no podremos olvidar jamás por jamás.
iDescance dulcemente en los brazos del
Señor!
La familia de Doña Dorotea, que Y. E.
bien conoce, ha manifestado gran resigna­
ción cristiana en su profundo dolor; y más
que con lágrimas y gemidos xdensa en ex­
presarle su grande afecto con sufragios, en
imitar sus virtudes y mostrarse digna de
tal madre. No os de maravillarse, pues
que son descendientes de la familia de San
Vicente Ferrer quien les anima con su espí­
ritu y ayuda con su interseción.
Euegue V. E. j)ara que yo sepa aproveobarme de tau preciosas lecciones.
De y . E.
Afino. JET. 8. y O.
F e l i p e M a k ía E

in a l d i.

A las sentidas palabras que acabamos de
reproducir nos bastará agregar que la señora
Doña Dorotea Cbopitea de Serra era en Bar­
celona el alma de todas la obras de caridad
y religión. Obra suya son los Talleres Salesianos y el Colegio del Angel de la Guarda
en Sarriá, el Oratorio Salesiano y Hospital
del Sagrado Corazón en /Barcelona. Quizá
no bay templo ni couveuiio de esta ciudad
que no le sea deudor de ciHintiosas limosnas.
Las escuelas católicas, la's Salas de Asilo
de párbulos, el esplendor dcl culto, las pri­
siones, los presos de la cárcel, todo era objeto
de la caridad inagotable de su hermoso cora­
zón. Pertransiit hcnrfacicndo.
Hacemos nuestras las siguientes hermosas
palabras del Diario do Cataluña:
« Ni las obli-iacioues de rendita esposa, ni
los desvelos do cariñosa madre, ni las aten­
ciones á la amistad y social trato debidas,
en lo cual escrupulosiuiieute cumplía, dejá­
banla vacar á que fuese constante y asidua
huésped del tugurio del menesteroso, de la
cabecera del enfermo, del calabozo dcl preso,
de la cuna del expósito, del asilo de la arre­
pentida..... Doña Dorotea era toda para to­
dos. Arbitro de desavenencias, apoyo de va­
cilantes , enfermera de propios y extraños,
amparo de débiles, escudo donde se estrella­
ban los ñiertes, sostén decidido de aspira­
ciones generosas, alivio de los que gemen,

dique de perversas invasiones, fomento de
toda institución cristiana, adalid decidida ó
infatigable de cuanto redundara en gloria á
Dios, bien de las almas y consuelo del pró­
jimo y valiosísima auxiliadora de infortunios,
desventuras y desconsuelos entre los mor­
tales.
X si admirando, aplaudiendo y amparán­
dose del celo de Doña Dorotea, cuya caridad
antes del alba y al medio día y bien cerrada
la noche por doquier andaba, nombrábanla
autoridades, corporaciónes, cofradías, mon­
tepíos y asociaciones. Presidenta de una
Junta benéftea, aceptábala modesta y bené­
vola ; dirigíala con atinadísimo acierto y
prodigioso resultado, siempre y cuando informára la institución mi espíritu exclusiva­
mente cristiano; pues jamás aceptó cargo
alguno en esas empresas filantrópicas, que s ;
pretexto de caridad faltan al primordial precei)to de amar á Dios con todo el corazón,
con toda el alma y con todas las fuerzas.
Este fue el móvil de los portentos inau­
ditos de la inagotable caridad de Doña Do­
rotea : Su amor á Dios ardentísimo y por
consecuencia su amor al prójimo.
Enmudezca nuestra pluma y hablen i>or
ella los millares de pobres que en el trán­
sito de su cadáver ciaban muestras de su
agradecido desconsuelo, la fundación del
Hospital dcl Sagrado Corazón, las Hernianitas de los pobres, los Talleres Salesianos,
el Colegio del Sagrado Corazón, las Herma­
nas de la Esperanza, los Hermanos de San
Juan de Dios, las salas de Asilo de niños
y niñas, las Hermanas de San Vicente de
Paul, ios Hermanos de la Doctrina cristiana,
las Hermanas Josefinas, las Misiones de Fi­
lipinas, los temidos de esta capital reciente­
mente construidos, y en fin, todos los nece­
sitados de esta ciudad, y rodos los extran­
jeros que á ella acudían para un fin piadoso,
quienes la primera mano que pensaban con­
fiadamente había de abrírseles generosa era
la de Doña Dorotea de Serra. Y no sólo
aquí, sino en las grande calamidades de otras
poblaciones y de otros países atendía. Su
caridad no conocía patria.
El óbolo cuantioso de Doña Dorotea lle­
gaba á Eoma para socorrer al Sumo Pontí­
fice, á lor inundados de Jlurcia, á las vícti­
mas de los terremotos de Italia, á las iglesias
de Orán, á los Santos Lugares, á los náu­
fragos del Cantábrico y á las Misiones de
la Patagonia...
i Ha muerto! y ha muerto con envidiable
dichosísima muerte! Breve enfermedad ha
cortado el hilo de tan preciosa existencia j
durante ella ha concentrado, reflejando sus
vivísimos fulgores, la exceisitud de su vida.
Talis vita finis ita. »

— 63 F u n e ra le s .
Jomamos del mismo diario:
« Ayer (11 de abril), en Santa María del
Mar, tuvieran lugar los ftinerales por el alma
de la Bxcma. Sra. Doña Dorotea Chopitea,
viuda de Serra.
Muy acertada estuvo la familia de la vir­
tuosa dama en disponer que ios expresados
funerales se celebraran en Santa María del
Mar, en lugar de Santa A n a ; porque en
esta última iglesia bubiérale sido imposible
penetrar á la cuarta parte de las personas
que asistieron en Santa María, pues siendo
este última el templo más capaz de esta ca­
pital, quedó pequeño, en atención del inmenso
gentío de todas las clases de la sociedad que
acudieron á rogar por el alma de la carita­
tiva dama, en términos q u e , faltando las
aUlas, muchos tuvieron que permanecer en
pi^ bien que tampoco cabían más sillas.
Creemos que si se hubiesen celebrado los
funerales de una persona real, fallecida en
nuestra ciudad, no hubiera asistido mayor
número de fieles.
Veíanse allí muchos sacerdotes regulares
y seculares, muchas religiosas y el alto Clero,
presidiendo el duelo el M. I. Dr. Don Fran­
cisco de P o l, Vicario general de esta Dió­
cesis.
Modesta durante su ejemplar vida, la se­
ñora viuda de Serra quiso serlo aún después
de su muerte} y así como no se permitió
que se afease su ataúd con coronas de quin­
calla que para nada sirven en el otro mundo,
tampoco quiso que sus exequias se convir­
tieran en un concierto musical. Asi, el oficio
de difuntos fué á canto Uano, sin acompa­
ñamiento de música alguna.
Otra particularidad observamos.
Hemos asistido á funerales en que algunos
de esos que van á las exequias de sus ami­
gos más, por compromiso que por devoción,
olvidando la santidad del templo, se ponen
á hablar, como si fuera en la calle ,• pero en
los funerales de la señora Chopitea, reinó
un silencio imponente, y parecía que los
concurrentes no osaban desplegar los labios
más que para rezar.
Las virtudes de la difunta se imponen
hasta más aUá del sepulcro; y así, al salir
á la calle se oía que los pobres que habían
asistido á los funeriües decían conmovidos:
* Xa murió la santa. »
Mas por si tuviese su alma necesidad aún
de oraciones y sufragios la recomendamos á
nuestros religiosos, huérfanos y educan­
dos á la vez que á todos nuestros bienhe«hores y Cooperadores.

Otra sensible noticia.

« Contiguo al Oratorio existe un vasto y
maravilloso hospicio debido á un santo sa­
cerdote el cual fué como el precursor do
Don Boseo — Don José Cottolengo — que
nacido en Bra del Piamonte en 1786 , hace
poco más de cincuenta años, fundó en Valdocco (uno de ios barrios más apartados de
Turín) el establecimiento conocido con el
nombre de Pequeña Cam de la Divina Providencia. Puede decirse que todo es sobrena­
tural en la existencia de esa casa: no tiene
ni un céntimo de entrada, y sin embargo la
caridad pública suministra el pan cotidiano
á mües de pobres ó enfermos, los cuales
con todo esmero son allí atendidos y alber­
gados } hombres, mujeres, niños, todos, cual­
quiera que sea su eiiífermedad, sin distinción
de nacionalidades ni de religión, son allí re­
cibidos. Para ser admitido el mejor y casi el
más indispensable requisito es carecer de toda
recomendación.
Oiaritas Ohristi urget nos. — La caridad
de Cristo nos apremia, tal era la divisa de
ese siervo de Dios, cuya vida fué un conti­
nuado milagro, de ese padre — según la
gracia — de una inmensa familia de invá­
lidos, estropeados y afligidos con las cala­
midades y miserias que constituyen la he­
rencia de la humanidad.
Don Cottolengo murió el 30 de abril de
1842 en olor de santidad, y fué declarado
Venerable en 1877. »
A Don Cottolengo sucedió en la dirección
de esa casa providencial el santo sacerdote
de imperecedera memoria Don Anglesio, y
á éste otro de gran virtud, el Canónigo Don
Domingo Bosso, quien se durmió plácida­
mente en el Señor en la noche del 4 de
Marzo.
Cinco mil personas que se albergan en
aquella casa población lloran actualmente
su muerte, la cual si bien es verdad que ha
sido una dolorosa pérdida para los meneste­
rosos y enfermos en la tie rra , ha sido la
adquisición de un bienaventurado más para
el Cielo.

N O T IC IA S C O M P E N D IA D A S

ITALIA.
E ste .

En el importante pueblo de este nombre
el dignísimo Sr. Arcipreste Don Antonio
Perfile organizó una solemne fiesta el 2 de
febrero en favordelos Salesianos. El Eevmo.
Sr. Maggio pronunció un elocuente discurso
en la catedral ante una extraordinaria con­
currencia para recomendar los colegios y

— u ~
asilos l'uiidailus por Dou Hosco en beneficio
(le los pobres niños desamparados de uno y
otro sexo.
Bag^narola.

Con ocasión de la fiesta de San Francisco
de Sales, precedida t>e una devota novena,
los Cooperadores Salesianos bonraron allí
con singular suntuosidad á nuestro glorioso
Patrono.
P a v ía .

En la conferencia hecha á nuestros Coope­
radores en el presente año se hizo un calo­
roso encomio de las Misiones Salesianas de
América. La concurrencia se mostró compla­
cidísima y concurrió caritativamente con sus
limosnas al sostén de la conversión de los
salvajes de la Patagonia y Tierra del Fuego.
V E N E Z U E L A . ’

El Eevdo. Sr. I)on Tomás Monteverde,
Capellán de la iglesia del Carmen en la
Guaira, nos da noticia de haberse celebrado
solemnemente en aquella iglesia la fiesta de
San Francisco de Sales, como también unos
funerales en el tercer aniversario de la muerte
de nuestro Padre T>. Bosco. ¡ Quiera Dios lle­
nar do boiuliciones y colmar de recompensas
á los buenos Venezolanos que tan generosos
.sentimientos y singular caridad han mani­
festado siempre en favor de la Obra Salesiana.
I N G L A T E R R A .
L o n d r e s (Battcraea).

El 1® de Febrero tuvo lugar la hermosa
fiesta de nuestro Patrono San Francisco de
Sales en la iglesia del Sagrado Corazón.
Ante gi’an concurso de gente el R. P. Connolly exhortó á los fieles á mirar con parti­
cular interés por la educación de los pobres
en escuelas católicas que son la esperanza y
consuelo de la Iglesia.

quilainente y todo el tiempo que cada un»
quería, como si no tuviese otra cosa que
hacer; pues que el ángel bueno de cada uno
estaba allí para mirarme y examinarme. »
«* *
« Dócü al querer de los demás, procuraba
no hacer ir d los otros á mi sino íi yo d los
otros. ¡ O h , qué gran bien y que gran paz
resulta de plegarse así á la voluntad de
todos! >
*#*
« Miraba esta vida como un viaje que
tenemos que hacer, unidos á los que Dios
nos pone á nuestro lado á lo largo del ca­
mino, y aceptaba con gusto á esos compa­
ñeros de viaje. Dios me los enviaba, y yo
los soportaba, los ayudaba y los amaba.
iHo convenía acaso que al llegar al término
del viaje pudiesen decir á Dios que yo ha­
bía sido bueno para con ellos? »
->«*
< En toda mi vida no me he incomodado
más que una vez, y siempre me he arrepen­
tido do ello. »
*
*
« Siempre he hecho como el buen Samaritano, que no pudo llegar junto á un afli­
gido sin detenerse para consolarle, y siem­
pre he derramado aceite y vino sobre las
llagas del alma que sufría. ¡Dios mío I ¡ Si
es preciso pecar por algún extremo, que sea
por el de la dulzura! »
«**
«Que me ponga Dios en el estado que quiera;
todo me es igual con tal que yo le sirva. Este
admirable pensamiento le meditaba yo y le
desmenuzaba en mi espirito y le hacía re­
flejarse dulcemente en mis labios. ¡Si tú su­
pieras qué suave contento ha dejado en mi
alma! »
*
*

*

« lío hay hombre eii el mundo indiferente
á las penas dcl corazón; sin embargo, tengo
por tan poca cosa la vida que jamás me he
TI III I:
dirigido á Dios con mayores sentimientos de
amor que cuando me ha herido, ó permitido
que otro me ofenda. Y es que tengo el co­
BOCETO DE UN SANTO.
razón como los árboles que producen el
San Francisco de Sales, uno de los santos bálsamo: que cuanto más se les desgarra,
más simpáticos y cuya vida es el modelo más perfume dan. Cuanto más ete afligían,
más fácil que tienen \>ara imitar las perso­ más me amaban. »
nas que. viven en el mundo, puede retratarse
a sí, con palabras suyas tomadas do sus es­
« Dulcemente^ suavemente: yo hubiera que­
critos.
rido
que estas dos palabras fuesen escritas
« Yo me hacía pequeño para conducir á
los pequeños; y como el Buen Pastor, aco­ sobre cada lina de mis acciones y cada una
modaba mis pasos á los de mis corderinos, de mis palabras. »
y no loa apresuraba demasiado por temor de
« Poco y bueno, puco y dulce, pocg y cons­
fatigarlos. »
tantemente ; yo no exigía nada más de mí ni
de los demás. »
< Recibía con agradable rostro, sin des­
pedir á ninguno, cualquiera que fuese su CoD aprobacitD de la A u t Eclesiástica • Gerente JOSÉ GAMBINC
condición. Escuchaba á todo el muudo ü'anTurin, Tipografía Salesiana.

Fecha
1891.05