BS_1889_08

Ficha

Título
BS_1889_08
Descripción
Boletín Salesiano. Agosto 1889
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A:NO IV.- N. 8.

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AGOSTO de 1889

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BOLETI N SALESIANO

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- - -

Instruyó al pueblo y divulgó todo lo que había hecho.
Bus~~ las doctrinas ~tilas y escribió do. cumentos
rec~Isimos y llenos d,e , er,dad. Las palabras de los
sabws son como puas o ~Javos, que penetran pro·
fundamente, y dadas mediante nuestros maestros
por el único pastor.
,
EcLESIASTES XII, 9, 10 Y ll)

1
~

Sale una vez al mes.

El peligro, Sto. Padre , está en la continua
~ifusión <l;e libros infames; y para p~ner un dique
a este mal mmenso, yo no veo otro remedw, que la fundación de un.a imprenta católica, puesta bajo el patro·
cinio de la Santa Sede. De esta manera no hacién·
~ dose esperar nutlstras respuestas, podrémo~ con mayor
~~ ventaja descender al campo de la lid y res~onder con
~ leliz éxito á las provocaciones de los apostoles del
-r((¡ error. .
(SALES)

~ No se engañaría mucho quien intentase atribuir
~ principalmente á la ~r~nsa malvada todos los males

,_ y la deplorable condiCIÓn de las cosas, á la cual
i:l hemos llegado actualmente... los escritores católicos
,_
·
'
.
~ deb.en con todas sus fuerzas volverla en bien de la
,_ soCiedad.
~
(LEÓN XIII)

~
~

~

~

,

La prensa periódica sometida á la autoridad je·
.
.
, .
.
.
,

~ rarquwa, reve~tida del ~sp1r~tu de Je~ucnsto, viene a

.;er un poder mmenso: 1lumma, sostiene la verdad,
y civiliza; es casi
~ una forma de apostolado sublime.
~
lA
)
¡¡¡
LlMONDA

;¡;¡

~hace desaparecer el error, salva

~~n-h~~~D. :SOSCO
CABAI"LERO DE LA ORDEN DE SAN GREGORIO EL GRANDE.

OBRA APROBADA
POR

EL

INSTITUTO SALESIANO
HONRADA CON EL APLAUSO DE SU EXCELENCIA EL OBISPO DE NIZA
Y DE OTROS PRELADOS

É ILUSTRADA CON EL RETRATO DE D. BOSCO.

Traducción española
EIHOIÓN ELEGANri'E Y ESM~RADA.

~

Estará pronto de venta en las Librerías Salesianas.

.

~
~

~~""'~w~~~~~'''~~~~~~~~*~)~~w~l

Tiirin- Buenos-Aires- LIBRERIA SALESIANA- Sarriá (Barcelona)

CATECISMO EN EJEMPLOS
por el presbítero salesiano

,

CAMILO ORTUZAR
l , 1° El e,rea0 Y zva oraCWn.
·'
Vol. 2° La Jl!loral Cristiana y los Sacramentos.

TT
V0

Dos vol. en-16 de x-414:-478 pá.g. A la rústica Pesetas 5, 00 franco
En tela
"
6, 50
"

El Catecismo constituye el fundamento indestructible de la cristiana educación. En él se
resuelven todas las grandes cuestiones y enseñan los más sagrados deberes ; << es el lazo
misterioso que une al hombre con Dios, el cielo con la tierra, el tiempo con la eternidad. >>
Para facilltar su conocimento nada más á propósito que añadir los ejemplos á la doctrina.
<< Las palabras mueven; los ejemplos arrastran.
>> El
camino de los preceptos es largo y
penoso, el de los ejemplos corto y agradable. Nuestro Señor sembraba de parábolas sus enseñanzas.
El Catecismo en Ejemplos que anunciamos tiene, pues, el objeto no sólo de dar á conocer la verdad sino también, con váriados ejemplos.. alegorías é imágenes, de impulsar á practicar la virtud.
·
Se encuentra de venta en todas las ·Casas Salesianas.

EL

JOVEN INSTRUIDO
f

EN LA PRACTICA DE SUS DEBERES
·

Y EN

LOS EJERCICIOS DE LA PIEDAD CRISTIANA
DEVOCIO.NARIO

seguido del Oficio de la SS. Virgen, del Oficio de Difuntos
1

-

Y DE LAS VISPERAS DE TODO EL ANO
por el Sacerdote

JUAN BOSCO
Un tomito en-52. 1 Peseta el ejemplar.

AÑO IV.- N. 8.

Sale una vez al mes.

AGOSTO de 1889

BOLETIN SALESIANO
Debemos ayudar á nuestros hermanos á fin de cooperar á la difusión de la verdad.
(IIl S.

JUAN,

T!M. IV,

13)

Entre las cosas divinas la más divina es la de cooperar con Dios
á la salvación de las almas.
{S.

(MAT. XVIII)

8)

Atiende á la buena lectura, á la exhortación y á la enseñanza.
!1

Oualquiera que reciba á un niño en .
mi nombre, á mí me recibe.

DIONISIO)

Un tierno amor al prójimo es uno
de los mayores y más excelentes
dones que la divina bondad puede
conceder á los hombres.
(El Doct. S. FRANC. de. SALES)

Os recomiendo la niñez y la juventud; cultivad con grande empeño la.
educación cristiana ; proporcionad
libros que enseñen á huir el vicio
y á practicar la virtud.
(P10 IX)

Redoblad vuestras fuerzas para. retraer á la niñez y juventqd de las
insidias de la corrupción é incredulidad y preparar de esta. manera.
una nueva generación.
(LEON XIII)

--+; DIRECCION en el Oratorio Salesiano. - Calle de Cottolengo N° 32, Turin. (Italia) f4f-

Sumario: Dolores del Sumo Pontífice y deberes ele
lu:; Cooperadores Salesianos. - El Pn>l)a y los tres
monumentos ele Don Bosco. - Las fundaciones ele
Don Bosco. - La Fiesta ele María Auxiliadora. La primera pie¡lra ele una capilla en la Casa ele las
Hermanas ele María Auxiliadora en Turín. - Gracias
ele Maria Auxiliatlora. - Historia del Oratorio ele
San Francisco ele Sales.

titi¡ti¡tJ~~~t~iti~~it

DOLORES DEL SUMO PONTÍFICE
Y DEBERES
de los Coopei"adores Salesianos

N o pasa día sin que la Iglesia sufra
nuevos ultrajes y vea ufanarse á sns enemigos anunciando próxima y definitiva
victoria. N o advierten éstos que la guerra
misma que le tienen declarada es una
confirmación manifiesta de la perpetuidad del Catolicismo y de su indeleble y
divino carácter, como quiera que no hacen más que cumplir lo predicho por J esucristo para tranquilidad de su amada
esposa.
·
« Si el mundo os odia, decía Él á sus
,. apóstoles , sabed que primero me ha odiado á mí. Si á mí me han perseguido,
os perseguirán también á vosotros... Os
he cUcho estas cosas para que llegado el
tiempo os acordéis de que os lo había

advertido... En verdad os digo que gemiréis y lloraréis, mientras el mundo gozará; padeceréis tristeza, pero vuestra
tristeza se convertirá en alegría; seréis
angustiados en el mundo, pero tened confianza que yo he vencido al mundo. >>
Seguros, pues, estamos del trinnfo de
la Iglesia; mas lo que profundamente
lastima es considerar el mal inmenso que
esta lucha produce á las almas : daño á
los que con ciega protervia pretenden
alzar bandera contra Dios; daño á los
incautos y débiles seducidos con las falsas máximas de aquéllos.
Lamentando la pérdida de tantas almas el Sumo Pontífice, eii consistorio de
24 de mayo, pronunciaba las siguientes
palabras:
« Grandemente habíamos deseado hablaros con ánimo tranquilo· y gozoso , y
nada deciros en este lugar que no fuera
motivo de satisfac.ción. &Mas cómo podremos hacerlo en estas tristes circunstancias~ Rodéannos , como lo véis , calamidades y molestias al igual de aquellas
originadas, diez y nueve años hace, con
la ocupación de Roma; las cuales, á
causa de su larga duración , ahora aun
parecen más graves; ni se ve cual pueda
ser su término, ·si se considera la actitud
de los enemigos quienes acerbamente nos
hacen de día en día experimentar cuanto

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se va acreciendo su jactancia. Sois en
verdad testigos , Venerables Hermanos ,
de la situación actual , de cuánta sea la
audacia con que se ofende al Pontífice
y cuánta la impunidad con que esto se to~
lera. Patentizados están los propósitos
que se persiguen. La multiplicidad de los
hechos no deja lugar á duda. Las enemistades contra la,s instituciones cristianas hácense cotidianamente más encarni~adas , y se grava y oprime cada vez
mas la libertad del Romano Pontífice.
Así vemos incitar l::t opinión popular
contra la sagrada potestad de la Sede
Apostólica, atizar con petulantes palabras
el odio de las muchedumbres , y á tal
extremo se ha llegado que eiJ. esta misma
ciudad y como en presencia nuestra se
ha autorizado á la impiedad á desafiar
·con atroz y permanente injuria á la re-·
ligión de Jesucristo decretando , con ostentación insolente, se hagan á un apostata del catolicismo· los honores debidos
á la virtud. »
Con estas· últimas palabras el Sumo
Pontífice señala el insulto que acaba de
hacerse á· la Iglesia Católica con la erección de una estatua á Giordano Bruno;
insulto, á la verdad , tan enorme que el
pensamiento se horroriza en vista de tamaña infamia , y el corazón de los creyentes se siente profundamente herido.
¡Una estatua al hipócrita más corrompido
y corruptor, al apóstata que pisó el hábito tomado en religión, y despreció los
votos emitidos, y negó la fé de Jesucristo, y publicó los más inmundos escritos! ¡Una. ~statua en Roma, en la capital
del CatoliCismo, ante el Vaticano , al
~aest~o de la herejía é iniquidad, muertó
1mpemtente y con la blasfemia en los labios! ¡Y tal monumento es por añadidura inaugurado en el sacrosanto día de
Pentecostés, aniversario de la institución
de la Iglesia Católica!
Aquel. monumento de oprobio, fué erigido entre imprecaciones y blasfemias,
enarbolada la bandera de satanás , como
desafiando á Dios y glorificando Ja rebeldía á las leyes del Señor. Tal fué el
significado que quiso darse á todo esto.
&, Qué amargura no sentiría el corazón
de Su Santidad León XIII al llegar á
sus propios oídos el eco de la música, los
gritos y aplausos frenéticos de aquella
infernal apoteosis~ :Mientras los desgraciados provocaban las iras del Cielo<, el
Sumo Pontífice, delante del. Santísimo

Sacramento, oraba por ellos, aterrado con
el pensamiento de los castigos que amenazan á la infeliz nación que pretende
sacudir el suave yugo de la ley de J esu cristo.
La plegaria del Papa ante el tabernáculo de Aquel que dijo al príncipe de los
Apóstoles: -Tu eres Pedro, y sobre esta
piedra edificaré m:i Iglesia, y las 1nwrtas
del ~nfierno no prevalecerán contra ella, es
de mefable consuelo para sus hijos.
Clamorosos pero efímeros son los triunfos de Satanas , mil veces vencido con
sólo las palabras del Arcángel San Miguel ¿ Qwién como Dios? Diez y nueve
siglos hace que la Iglesia ha sido constantemente perseguida por los más formidables enemigos sin que ninguno haya
alcanzado vencerla. Pasan éstos como la
neblina deshecha por el viento; unos después de otros desaparecen, y ella perman~ce. :J es~ cristo le ha dado y le dara la
victoria. El ha ve:)lcido ayer, vence hoy
y vencerá siempre. Ohr·istits heri et hodie
ipse et in saecula (1).
Confortados los católicos con esta verdad no decae nuestro ánimo; y aunque
vengan días más oscuros y tempestades
mayores bien sabemos que reaparecerá
el sol. La Iglesia, como dice san Atanasio, es la humanidad· misma de Nuestro
Señor Jesucristo : humanitas eius ( Ohristi (2) ; de aquí que su vida es la vida de
Cristo muchas veces reproducida : á la
glorificación del Tabor ~;ucede la ignominia del Gólgota y luego resucita gloriosa y triunfante.
Unámonos al rededor del Papa, firmes
en la fe y en el amor á la cátedra de
San Pedro , porque el que está con el
Papá está con Dios. Oigamos con filial
reverencia sus enseñanzas , pues son las
enseñanzas de Dios. No nos avergoncemos jamás de confesar nuestra fe, porque lo ha dicho Jesús que en el día del
juicio se avergon~ará de quien se haya
avergonzado de El: No te conozco, le dirá
delante del Padre Celestial. Mientras tenemos tiempo hagamos el bien. Cada uno
con una vida verdaderamente cristiana
esfuércese en sostener las obras que el
Santo Padre nos recomienda : la educación de la juventud, la difusión de las ·
buenas lecturas, las misiones católicas. Y
ya que las necesidades del Papa son cada
día mayores empeñémonos en que este
(1) Hebr. XIII.
(2) De inoa,rnatione, 21.

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año sean generosas las limosnas del dinero de San Pedro, sin olvidar que quien
dct c~l Papa dct á Dios , 11 recib·irá el cént·nplo ctttn en. e8ta t·idct.

Finalmente recurramos á la oración que
todo lo alcanza,, á la asistencia á la :Misa
y frecuente comuui6n. Con la práctica de
estas obras contribniremos al tt'iunfo de
la Iglesi~, libertad del Romano Pontífice, salud de nuestras almas, conversión
de los hermanos extraviados, á dar buenos ciudadanos á la sociedad y almas
regeneradas al cielo.

EL PAPA
Y TRES IGLESIAS LEVANTADAS

por DON SOSCO.
En los meses de mayo y junio pasados han
ocurrido tres muy caras y solemnes :fiestas
para los Salesianos y sus Cooperadores : la
de San .Juan Evangelista, la de María .Auxiliadora y la del Sagrado Corazón de Jesús.
El discípulo predilecto á causa de su virginidad, la Madre de Misericordia y el Dios ele
caridad fueron los objetos de la devoción de
Don Bosco, las sublimes inspiraciones de su
vida y el alma de sus empresas. Por esto
para perpetuar los afectos que le devoraban
y las continuas enseñanzas que predicaba á
sus hijos levantó , entre otras , tres majestuosas iglesias , verdaderos monumentos de
la época : dos en Turín y una en Roma., esto
es : la de San Juan Evangelista, la de María
.Auxiliadora y la del Sagrado Corazón.
Pero otras dos ideas le dominaban al construir estos monumentos. La primera, su adhesión singular al Romano Pontífice. El
Vicario de Jesucristo y Padee de los :fieles
era amado con indecible ternura y reverenciado con el mayor acatamiento por Don
Bosco ; una insinuación, un consejo del Papa
eran para él un mandato, y á todos encarecidamente recomendaba gran obsequio á su
palabra, aun cuando sólo enseñara como doctor privado. Ninguna obra acometía sin 'obtener primero' su aprobación; por esto es que
en .las tres mencionadas iglesias esculpido
está el nombre del Santo Padre. La segunda
idea á ésta enlazada era su reconocimiento
sin límites ·al .Autor de todo bien , que por
medio de Pío IX y de Léon XIII había colmado. sus instituciones de beneficios ; por lo ·
cual sentía la necesidad de levantar casas
para gloria de Dios, que á la vez significaran una acción de gra.cias continuada y perdurable.
·
Esta es una de las razones por las cuales
tan simpáticas y solemnes son para nosotros
las :fiestas de San Juan Evangelista, de María .Auxiliadora y del Sagrado Corazón ; pues

traen á la memoria de los hijos las virtudes
y devociones del padre : su ardiente caridad,
su angelical pureza , su entrañable amor á
María, sU: particular afecto al Romano Pontífice.
Cuánto amara Don Bosco á María , con
cuánto empeño propagara su culto todo el
mundo lo sabe. Todas las palpitaciones de
su corazón eran para ella : no cesaba de recomenda.r á sus hijos que la amasen. ¡Y con
qué ternura lo hacía!
Un día del año 1848 en su pobre casa;
de V aldocco, destinada á cambiarse en un
asilo. colosal , rodeado se hallaba de niños.
Levantando los ojos sobre el prado en el cual
hoy_ se ve _la iglesia de Ma~~a .Auxiliadora,
de Improviso exclama: « ¡,VeiS allá en lo alto.
la estatua de María .Auxiliadora circundada
de luces~ » - g, Dónde~ Nada, nada. g, Quién
había de ver lo que estaba aún en la mente
de Dios~
Veinte años pasaron, y en 1868 aquellos
niños hechos hombres estaban todavía á su
lado. Era nna hermosísima tarde del octavario de la consagración de la iglesia de
María .Auxiliadora. Repetíanse unos á otros.
las grandes maravillas obradas allí por la.
Santísima Virgen en aquellos días. La banda
musical aumentaba la alegría y parecía repetir los ecos de las trompas levíticas en los
días solemnes de la dedicación del templo
de Salomón. ·Todas las ventanas del edificio.
estaban iluminadas, y allá arriba sobre la
cúpula ostentábase la estatua en bronce dorado de María con una aureola de luz en la
cabeza y centenares de llamas de gaz en
globos de varios colores á. los pies.
Una palabra de Don Bosco á los suyos no
era jamás olvidada. .Aquella tarde uno de
los antiguos alumnos se acerca á él entre
una multitud de niños y le dice : - ¡He ahí
la estatua de María Auxiliadora circundada
de luces, como Ud. nos dijo una vez!
Don Bosco contempló un rato aquel espectáculo y respondió : - Es verdad.
.Aquella estatua en lo alto atraía siempre
su vista. Cuando á las diez ú once de la
noche, después de largas horas de confesionario, se retiraba á su estancia, deteniéndose
junto á la barandilla allí vecina, en las hermosas noches de luna decía al que le acompañaba : - g, La ves? mostrandósela sobre
la cúpula; ella es quien lo ha hecho todo.
Y de cuánta ternura no rebozaba su corazón al ver á los niños acudir varias veces
al día á los pies de la Virgen á implorar las
gracias necesarias ! Repetidas ocasiones, indigente el Oratorio, deeía Don Bosco á sus
hijos: ~ Yd á la iglesia á rogar á María.
Y en la tarde del mismo día oída la súplica llegaban los socorros.
Hoy día mismo centenares de jóvenes llegan al templo con el mismo propósito y las
gracias se obtienen á millares. La devoción
de D. Bosco á JYiaría continúa en sus hijos.

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La iglesia de María Auxiliadora recordaba
á Don Bosco las palabras del Pontífice. Tratándose de dar un título á este santuario
preguntóle al inmortal Pío IX con que nombre convendría honrar en ella á la Santísima
Virgen.
Indicóle e.o.tonces el Santo Padre al nombre que ahora glorioso y potente resuena en
todo el mundo : - La consagraréís á María
Auxiliadora, le contestó.
·
Don Bosco complacíase en repetirlo á sus
hijos : - Este es el monumento de la aprobación dada por el Vicario de Jesucristo á
la Pía Sociedad Salesiana, establecida .para
salvar á la juventud pohre y abandonada.
Así el pensamiento de María Auxiliadora
unido estaba en Don Bosco al de las palabras del Vicario de Dios.

** *
Singular era su devoción á San Juan Evangelista. El candor y pureza de este santo
le cautivaban. Modelado él en las mismas
virtudes procuraba infundirlas en el corazón
de sus hijos . .A.l hablarles de la virtud angélica parecía transformarse en ángel. Sus
palabras, sentimientos, imágines y ~jemplos
eran tan hermosos que uno se sentía como
fascinado al escucharle. Para conservar tan
preciado ornamento en el alma recomendaba
á todos continuamente la santa Comunión y
la devoción á María en que tanto se distinguió el apóstol san Juan.
A él dedicó la segunda iglesia que erigía
en Turín , á fin de honrar al propio tiempo
la imperecedera memoria de Pío IX , cuya
preciosa estatua colocada en la nave central
es una de las obras maestras más admirables del famoso escultor Confalonieri.
Doce y más años de lucha contra los protestantes debió costarle aquel templo; y á
quien maravillaba semejante constancia, en
querer eclifiearlo en aquel sitio, respondía :
- Este debe ser monumento á gloria de
Pío IX y para significar mi reeonoci.miento
á Dios que, al aprobar por medio de l~L Iglesia la sociedad de los Cooperadores Salesianos, permite que nuestro Instituto sea duradero y me sobreviva.

Una iglesia en honor del Sagraclo Corazón
no era sino el cumplimiento de los trabajos
del siervo de Dios que se acercaba á recibir
el abrazo del Señor. ¡, Y dónde habría de erigirla~ Catorce años hacía que en vano procuraba fundar una casa en Roma, cuando en
1881 concíbese el proyecto de fundar una
iglesa al Sagrado Corazón en aquella~ ciudad,
y el sapientísimo Pontífice León XIII encarga
á Don Bosco la ~jecución de la empresa. Alzase sin demora la iglesia y contiguo á el] a
un Asilo para niños pobres. Tampoco en
este edificio d~jará de rememorarse el nombre del Papa, cuyo escudo grabado está en
la fachada, ele León XIII, que con más que
regia munificencia concurrió á la obra ; ni
el del pontífice tan amante del Sagrado Corazón, Pío IX á quien se ha levantado una
estatua dentro de la iglesia.
En mayo ele 1887 Don Bosco manifiesta
ardiente deseo de que la iglesia del Sagrado
Corazón sea pronto consagrada. Las dificultades eran innumerables : el trabajo no está
terminado, faltan los altares, los andamios
están en pie , han de expenderse aún gruesas sumas que es necesario colectar.
Don Bosco insiste. - Hágase lo imposible, dijo; es menester que la iglesia se consagre en este mes.
A quien lo interrogaba sobre el porqué de
tan decidida voluntacl, repetíale: - Esta es
mi última obra. La iglesia del Sagrado Corazón de Jesús es un monumento ele acción
ele. gracias que perpetúe la memoria de los
fa\·ores con que el Sumo Pontífi.ee Le6n XIII
ha confirmado los hechos por Pío IX.
La torre ele la iglesia del Sagrado Corazón
alzándose gigantesca sobre el Esquilino y
desde la cual se mira la cúpula de S. Pedro
parece escLlchar atento la voz del ·'Yraticano.
A las campanas de la gran basílica del
mundo católico obedecerán las suyas trasmitiendo su eco á las más l1l)artaclas casas
salesianas. Los hijos de Doñ Bosco jamás
dejan1n de recordar los ejemplos y las enseñanzas de su padre sobre los sagmdos deberes de amor , veneración y sumisión profunda al Vicario ele Jesucristo.

***

LAS FUNDACIONES DE D. BOSCO.

¡ Qué decir de la devoción de Don Bosco
al Sagrado Corazón ele Jesús ! Era el modelo constante del suyo, de su continuo espíritu de sr.crificio, de su celo por la salvación de las almas, de su humildad , manse··
dumbre , paciencia y caridad inalterables,
sencillas, afectuosas, sin nada que causara
admiración ó tuviera apariencia ele austeridad. Tal era su carácter. Un doctísimo y
santo prelado después de examinar el tenor
de vida de Don Bosco lo definió : - La 'UnMn con Dios.

Para tener jclea cabal de las obras de Don
Bosco sería menester hablar de todas las casas fundadas por él. Sin eluda que abundarían interesantísilnos detalles sobre el origen y vida~ ele cada una; pero semejante tarea~ nos haría extendernos demasiado. N os
limitaremos á umt ·simple enumeración ele las
principales.
En el artículo preeedente hemos mencionado las tres iglesias monumentales edificadas por él, cada una de las cuales ba~staría
para glorificar la vida de un hombre, y junto

-89

á cada una de las cuales se halla un vasto
..Asilo.
.Aparte de esas tres colosales fábricas, numerosas han sido las ig·lesias que D. Bosco
ha levantado al Señor. Todas las Casas salesianas tienen al menos una capilla ; pero
Jnuchas ostentan hermosos templos que se:rían ornamento y orgullo de una parroquia.
En Italia se han fundado Casas Salesianas en Turín, ValsáJice, San Benigno, Borgo
..S. Martino, Lanzo-Torinese, Mathi, Niza
Monferrato, Penango, Mogliano-Véneto, Varazze, S. Pier d' .Arena, Bordighera, Spezia,
Lucca, Florencia, Faenza, Magliano-Sabino,
Randazzo y Catania.
En Francia han tenido lugar importantes
fundaciones, á saber: el Patronctto ile Sm~
Pecl1·o en Niza, el 01·étt01·io de Sa1·¿ Le6n y el
de la P1"0?Jiclencic~ en Marsella, el Asílo ag'rÍcolct de Nava1·rct en Crau-d'Hyeres, el .1isilo
.ag1·ícolct de San Isid1·o en Saint-Cyr (Var)
para niñas pobres, el Asilo de San Gabriel
(iln Lille, el Orctt01··io de San Pedro y S. Pablo en París (Menilmontant) , el 01·c~torio ctg?·ícolct en Gevigney (Haute Saone) y la Casa
pam ni?íos pobres en Guines (Paso de Calé).
En España : una casa en Utrera y dos
cerca de Barcelona.
En .Austria-Ungría: un ARilo en Trento.
En Inglaterra : la Casa clel Sagrctilo Comz6n ele Jestís en Londres, en el barrio de Battersea - en medio de una población obrera
cuyas tres cuart,as partes son de irlandeses
- ocupa precisamente el sitio que era en
·Otro tiempo el jardín de Tomás Moro.
En Bélgica: está por abrirse una casa en
Lieja.
En la .América del Sur cuéntanse las siguientes:
1o En el Viccwiato ile lct Patcc.gon·ict: Parroquia del Carmen (Patagones), Parroquia de
Viedma , Pringles , Misión de Río N e gro ,
Ohubut, Colorado, Malbarco ó Ohos :Mala!.
2° Octsas cmexn8 cc.l Vicar-icc.to ele lct Pcttctgo?iicc. : las ele Concepción y Talca en Chile y

la ele Quito en la República del l'Jcuaclor.
3° En la P·refectttra ele la Pa.tngon·ia ?net·idiona.l : Misión de Santa Cruz, id. de Punta

.Arenas, id. de las Islas
Tierra del Fuego.

~falvinas,

id. de la

4° En la In8pecci6n A1·gentúw: En Buenos
.Aires: Iglesia de la Misericordia, Colegio de
San Nicolás, Casa y Parroquia ele .Almagro,
Parroquia y Colegio de San Juan Evangelista en la Boca , Casa de Sa,nta Catalina,
Colegio de la Plata.
.
5° Inspecci6n c1.el U1··ngtw.y y del Bm8il : Colegio de Colón (Montevideo), Colegio y Parroquia ele Paysanclú, Capilla de Nuestra Señora ele la Paz.
En el Brasil: Hospicio de Santa Rosa en
Nichteroy, Hospicio del Sagrado Corazón en
-S. Páblo.

** *
El (h·atnrio de Sa.n Franci8co de Sale8 en
Turín es el punto central y como el corazón
que hace circular la vida en toda la Sociedad Salesiana. Conviene advertir que en ese
Oratorio se ha realizado íntegramente el famoso plan cuya simple descripción bastó á
que Don Bosco fuera tenido por loco . .A más
de las iglesias de María .Auxiliadora y de
san Francisco de Sales tiéne inmensos talleres y salas de estudio donde se enseñan diversos oficios y profesiones á los niños. Es
verdad que el edificio construído paulatinamente, según las necesidades lo exigían, no
es de una regularidad perfecta ; pero puede
contener un internado de mil personas.
pon Bosco, con penetrante vista, no pudo
deJar de reconocer el gran predominio de la
prensa en la sociedad moderna ; por lo cual
luego que le fné posible organizó una imprenta. I1a del Oratorio es de suma importancia:
provista de diez máquinas, trabaja con todos
los útiles ele los más perfectos sistemas establecidos en los últimos tiempos. Complétanla una fundación de tipos y una grandiosa fábrica de papel organizada en Mathi (1).
Muchas obras han salido de aquellas prensas, de-stinadas unas á la propaganda popular y enseñanza elemental , otras de gran
estima ya para la enseñanza superior , ya
para los sacerdotes y teólogos:
Los talleres de grabado, cromolitografía y
encuadernación ostentan allí verdaderas obras de arte.
Tres motores de vapor, como de veinticinco
caballos de fuerza total ponen, en movimiento las variadas máquinas de la casa.
La panadería , con amasadura mecánica ,
produce con notable rapidez y economía los
setecientos cincuenta kilogramos de pan que .
en esa pequeña población cada día se consumen.
Pero lo que, sin duda, má,s que todo llama
la atención al que visita el Oratorio es la
docilidad y buena conducta de los niños. En
los talleres como en las clases y estudios son
irreprochables. Y no es posible dar idea de
su edificante actitnd en la iglesia. Es necesario haberlos observado en la oración y en
sus frecuentes comuniones; su piedad ejemplariza.
En ese Oratorio de San Francisco de Sales es donde siempre residió Don Bosco.
Desde su estancia en el segundo piso, con
vista al patio, podía presenciar los juegos de
sus niños. Componíase su morada de dos
piezas estrechas precedidas de una antesala.
En una pequeña galería contigua á su es·
tudio, apoyado del brazo de uno de sus sacerdotes, daba algunos pasos cuando ya ex(1) La Sociedad Salesiana tiene también otras imprentas en San Pedro de Arenas, en San Benigno Canavese, en N iza, Lille, Barcelona, Bllenos Aires, Nich..
teroy (Brasil) y Quito (Ecuador).
· ·

-90-

tenuado casi no podía moverse. Recreábase
allí especialmente delante de algunas Cartas,
geográficas colgadas en el muro y en ellas
seguía los movimientos de sus infatigables
misioneros extendidos hasta en los confines
de la tierra. Las misiones eran su obra postrera y por la cual tenía singular predilección.

o.

D'ESPINEY.

......... - .. .. - . .. - .. - .......... ....._....
_.

~

La fiesta de .María Anxíliadora.
Las :fiestas de María ora se celebren en
una. magnífica catedr31l, ora en una pobre
capilla de campo amrnanse con particular
belleza y alegría , con cierto suave afecto y
confianza que se trasmite aún á los corazones más fríos. Parece que entre los pobres
hijos de Eva y la más pura , santa y perfecta de todas las criaturas , la Reina del
Cielo y de la tierra , la tesorera de toda
·suerte de gracias, la Madre de Dios no medie distancia. A la verdad ella es nuestra
madre y nosotros somos sus hijos. Este es
el pensamiento que domina la mente que
. d e en arnoy todos los corazones' y la
enCien
causa de la alegr1a que se refleja en el semblante de todos. Quien en esta buena Madre
espera no se engaña; quien la implora es
escuchado; á la afectuosa oración se siguen
las gracias.
Mas por simpáticas y hermosas que en
todo lugar de la tierra sean estas fiestas las
de María Auxiliadora en Turín tieneri un
encanto que las carateriza entre todas las
. demás. La primera causa de esto es la gran
muchedumbre de niños que revestidos de
sotana negra ó morada y de blanca cota rodean el altar de María,_ como si á el1a llegaran
al escuchar su voz : Si quis est parv·ulus veniat ad me (1). Su alegría en esta fiesta crece
con ver á muchos de sus parientes que llegan á participar de la misma, á muchos Cooperadores Salesianos que son los inst,rumentos escogidos por María para la empresa de
caridad que le eonfió á Don Bosco.
Don Bosco repetía á menudo, y no cesaba
de demostrarlo, que en .sus asilos y eolegios
los Cooperadores Salesianos están en casa
~ropia; por esto cuantos se presentan partwularmente en esta fiesta son siempre amigos á quienes se ama de todo corazón.
Otro de los encantos de esta fiesta es la
demostración filial que de los diversos puntos de Italia los sacerdotes formados por
Don Bosco vienen á hacer á María. N o hav
~ diócesis .en I.1ombardía y Piamonte en cuyas
parroquias no se encuentren sacerdotes sa. lidos de las casas de Don Bosco. Gran número, pues , aprovechan esta circunstancia
para dar gracias de su vocación eclesiástica
(1) Prov.

IX,

4.

••

á la Santísima Virgen y saludar á sus antiguos compañeros.
Ahora bien: la ingenua alegría de los niños, el cariño de la familia ; el contento de
los bienhechores y amigos , el vínculo que
liga aún á los antiguos hermanos con caros.
recuerdos , todos estos afectos unidos al amor á María ~ no dan acaso un carácter especial, un encanto indecible á dicha :fiesta~
· En la vigilia, según costumbre, á eso de
las tres de la tarde hízose en el templo
la conferencia á los Cooperadores Salesianos. Después de un cánti0o y de la lectura.
de un paso de la vida de San Francisco de
Sales Don Rua subió al púlpito. Era la vez
primera que, como sucesor de Don Bosco,
hacía tal Conferencia: el año pasado había
cedido este honor a Monseñor Cagliero. La
exposición que hizo de las obras efectuadas
por la salud de las almas fué interesantísima y edificante. Sin sernos posible reproducirla aquí nos limitaremos á decir que el
punto principal de su discurso fué el hermoso cuadro de la vida entera del misionero·,
quien antes de abandonar la patria aprende
la ciencia sublime de salvar las almas, ejercítase en las santas fatigas del apostolado
en la esfera de acción señalada por los Superiores , santíficase para santificar á aquellos á quienes será enviado, esto es, se prepara. Cuando obedeciendo á la voz de Dios
se encamina á lejanas tierras, protéjelo la
Providencia con maternal cuidado, centenares de emigrantes son los primeros en aprovechar en la nave sus instrucciones. Lllego
que llega á su destino, corde magno et animo
volenti comienza la obra de salvación. A esta
obra consagra todos los instantes de su vida,
todo el ardor de su celo , todos los afectos:
de su corazón. Recoge millares de nuevas.
ovejas en el rebaño de la Iglesia militante y
procura encaminarlas con exquisita solicitud
á la Iglesia triunfante. Dios enciende los
corazones de los que escuchan su palabra y
los mueve maravillosamente, de tal modo que
hasta los habitantes de la Tierra del Fuego.
celebran corno un triunfo el día en que ven volver á Don Fagnano á quien meses hacía esperaban , le oyen corno á ángel de salud y
lloran de consuelo.
Las palabras de Don Rua c::~,usaron gr::m
impresión al auditorio.
Terminada la conferencia Mons. Basilio·
Leto, Obispo titular de Sarnaria dió la ben-dición solemne con el Santísimo Sacramento.
A las 6 de la tarde comenzó el canto de las.
vísperas, á las cuales siguió un erudito sermón del teólogo Don Hilario Vigo , párrocO>
de Santa Julia en Turín.

*

**
El día de María Auxiliadora
á las dos de·
la mañana celebróse la primera Misa para
el personal del Oratorio que debía ocuparse·
en mil diferentes trabajos. Abie~tas las puer--

-91-

tas de la iglesia numerosos eran los peregrinos que antes de amanecer llegaban al Santuario de María. Muchos de ellos eran de
lejanos países. El Piamonte, la Iáguria y la
Lombardía, eran los más representados. De
Francia vinieron no pocos Cooperadores y
Cooperadoras.
Grande fué la afluencia á los santos Sacramentos. Los confesionarios estuvieron rodeados de gente hasta las diez y media. Diez
altares sirvieron para la celebración de numerosos sacerdotes. No siendo fácil, á causa
de la inmensa concurrencia, llegar hasta la
sacristía, todo estaba dispuesto para que se
revistieran y dieran acción de gracias junto
á, cada altar. Cinco sacerdotes durante la
:Misa de Mons. Leto por más de una hora
dieron la santa comunión, si bien otro desde
muy temprano estuvo casi constantemente
distribuyéndola á los numerosos devotos de
María .
.A las 10 112 cantaba la Misa solemne
S. E. 1\fons. Marello Obispo electo de Acqui,
asistido pontificalmente de S. Em. el Cardenal Arzobispo Alimonda.
¡ Qué hermoso espectáculo presentaba entonces el altar mayor!
El Osservatore Ca.ttolico de Milán decía lo
siguiente sobre esta :fiesta:
Tal solemnidad en la iglesia de María Auxiliadora es cada año un verdadero acontecimiento, fecundo en santas emociones y frutos preciosos de devoción.
La :fiesta de este año ha sido solemnísima.
N o es posible asistir á esta función sin sentir la más suave y profunda impresión. Adornada estaba la iglesia con tanta riqueza
como gusto y elegancia. Sus naves estaban
todas las mañanas de bote en bote. Los sagrados misterios celebrados fueron con toda
pompa y con asistencia el Eminentísimo Cardenal Alimonda y de otros prelados. Adviértese la siempre viva y religiosa simpatía á la
santa memoria de Don Bosco y á sus obras.
Todo esto da á la solemnidad de María Auxiliadora una importancia excepcional.
Lo que por otra parte constituye un grande
atractivo á la :fiesta es la música, siempre
escogida entre lo mas selecto, .siempre grandiosa é imponente en la ejecución. á. Dónde
podrá encontrarse un conjunto de elementos
musicales mejores y más abundantes que en
la iglesia de María Auxiliadora ~ El Oratorio Salesiano sin duda alguna los posee como
nadie y sabe aprovecharlos. El coro de sopranos y contraltos compuest,o como de doscientos jóvenes del mismo Oratorio es imposible encontrarlo en otra parte. El gran
maestro Dogliani, que á su reconocido mérito une harto rara modestia, ha sabido introducir en la educación de las voces infantiles un método verdaderamente . admirable.
Sus sopranos y contraltos cantan con tanta
maestría, tanta seguridad, con voz tan dulce
·y suave que ma.ravilla. Sus voces angélicas,

unidas á los coros robustos de los tenores y
bajos se armonizan de- tal modo que uno se
siente como transportado á una esfera ce-lestial.
La Misa de Santa Cecilia del célebre maes-.
tro Gounod , ejecutada este año, fué interpretada á la perfección. ¡ Cuanta dulzura y
melodía en el Kyt"W! ¡Cuánta en la introducción del Gl01·ict ! Luego como á un suavísimo murmurío del coro sigue la voz del
soprano , de un efecto mágico. En seguida
unísonos cantan el soprano , el tenor y el
ba¡jo ...
El Credo es de un efecto sorprendente. El
concepto es severo , el acompañamiento robusto y poderoso ... El Agnus Dei una joya
de singular hermosura y pureza. En suma
la Misa es superior á todo encomio: verdadera obra maestra que bastaría para inmortalizar al autor.
Después de la Misa solemne Su Eminencia
el Cardenal Alimonda, el Ilustrísimo Sr. Obispo de Acqni y varios ilustres Cooperado.
res se dignaron asistir á la mesa del Oratorio. Mons. Buffa, misionero apostólico , recordó allí las obras de Don Bosco; el conde
Cesare Balbo rogó á Don Rua tuviera á bien
aceptar la presidencia honoraria de las Sociedades Católicas Obreras del Piamonte; el
avogado Scala, director del Corriere de Turín y el conde de Villeneuve-Flayose expre-saron nobilísimos sentimientos.. Hé aquí las
palabras del Conde:
« EminencicJJ :
« Permitid al más humilde de los Cooperadores franceses beber á vuestra salud y
obsequiar en Vos al príncipe de la Iglesia,
al amigo de Don Bosco, al ilustre protector
de los Salesianos.
« Mucho se habla de alianzas nacionales
en estos días, y creo sea de buen político
desear que entre los Cooperadores franceses
se estreche una alianza cada día más fuerte
para salvar á la juventud pobre y abandonada y llevar la buena nueva á las más a.
partadas tierras.
« Es esta la segunda vez que celebramos
la fiesta de María Auxiliadora sin aquel que
nos enseñó á amar y servir á la Divina Madre. Digo mal, porque hoy tenemos dos Don
Bosco : aquel que está en el cielo más poderoso que antes en medio de nosotros y aquel que es su viva imagen y se encuentra
con nosotros.
« A la salud de Su Eminencia el Carde,.
nal Alimonda, de Mons. Obispo de Acqui y
de todos los Cooperadores Salesianos aquí
presentes ... »
Entre tanto la música instrumental del Oratorio tocaba piezas escogidas en el patio,
que como los portales de la casa estaban
convertidos en una animada y piadosa feria
de libros, dulces y mil objetos religiosos, que
en estas circunstancias se ofrecen por la mitad de su precio. Los jóvenes pasan de un

-92-

mostrador á otro y emplean en útiles obje- stri (1). Tú has sido su úni,~o ::"poyo delante
de Dios y no la abandonareis Jamás, porque
tos sus cortas economías.
Llenos de contento ocupan en esto y en esta familia vuestra quiere grabar vuestro
.variados juegos el tiempo que media entre nombre en todos los cora,zones y en todas
las funciones sagradas; todo conforme lo es- las naciones de la tierra , para que siendo
tableció Don Bosco, pues Don Rua quiere conocido , amado y bendecido . glorifiquen á
que ninguna de sus disposiciones se modi- Dios como los ángeles en el melo.
fique.
En la iglesia la veneranda imagen de María Auxiliadora está constantemente rodeada
de inmensa muchedumbre que ora de rodiLA PRIMERA PIEDRA DE UNA CAPILLA
llas. Recítase uno después de otro en alta
en la Casa de las Hermanas de Malia Auxiliadora
voz el rosario. Millares de personas entran
EN TURIN.
y salen. Las guirnaldas, coronas y ramos de
:flores ofrecidos a María por los fieles cubren
El 9 de mayo al oriente de la plaza de
casi por completo la reja que está delante María Auxiliadora celebrábase una bella é
de la capilla de Santa Ana , capHla en la. importante ceremonia. Como la antigua escual ha sido colocada una estatua de María tancia que servía, de capilla en la Casa de
Auxiliadora. Muchas de estas ofrendas lle- las Hermanas de María Auxiliadora fuera
van escritas conmovedoras inscripciones, he- ya demasiado estrecha . para los cent~nares
chas á veces con delicado gusto y arte.
de niñas pobres que asisten al Oratorio fesLas sacristías llenas están de personas que tivo, Don Miguel Rua y demás superiores
vienen á hacer relación de gracias recibidas, de la Casa determinaron dar principio á la
que presentan e::votos para coloca!los ~n~e la construcción de una espaciosa capilla.
imagen de Maria, que se hacen mscribir ya
A las 3 de la tarde del día indicado , al
entre los Cooperadores Salesianos, ya en la saludo de la banda musical, llegaba allí Don
Cofradía de María Auxiliadora.
Rua con Mons. Leto Obispo titular de SaA las 6 1r4 de la tarde con asistencia del maria y otros sacerdotes. Fué una escena
Ilustrísimo S¡·. Obispo de Acqui comenzaron bellísima y conmovedora. El Obispo con sus
las vísperas. En seguida el Oura de Santa vestiduras pontificales, rodeado de numeroso
.Julia con elocuente palabra manifestó las clero arrodillóse ante la modesta cruz planglorias de María como Auxilio d.e los ~ris­ tada entre montones de ladrillos y piedras.
tianos y por fin el Illmo. Sr. Obispo diO la El canto ele las letanías de todos los santos
bendición con el Santísimo Sacramento. Ex- entonado por preciosas voces resonaba en
eusado es advertir que la iglesia desbordaba todo aquel barrio, que desde las ventanas y
de gente.
.
puertas en todos los pitios ele las casas conVarias armonías de Mons. Oaghero, de Ca- templaba la función. Terminadas las . prece~
p occi de Haydn y del maestro Galli fueron el Sr. presbítero Don. J. B. FranceSia leyo
perfé~tamente ejecutadas.
el pergamino que debía guardarse en la pieConcluída la función derramase la muche- dra. Indicábase en éste cómo la nueva cadtimbre en uno de los patios del Oratorio y pilla quedaba apoyada al muro de l~ casa
en la plaza ele María Auxiliadora para con- de ~foretta, ahora .o~mpaela por las He!matemplar la fantástica iluminación de la casa, nas de María Auxiliadora y la cual SlrVIO
del vial y de la cúpula de la iglesia, sobre de asilo á Don Boseo y sus niños en aquella
la cual resplandece en actitud de dar la ben- época en que el Oratorio festivo no encondición al pueblo la hermosa estatua en bronce traba vivienda fija y segura,
dorado de María Auxiliadora.
Esta circunstancia produjo gran impresión
Numerosos Coopera.dores piden consejo á en los circunstantes. Leído el documento fué
Don Rua quien lo ha pasado todo el día en guardado en la piedra fundamental por Monel confesonario ó sacristía, haciendo revivir señor Leto juntamente con algunas medallas
así en todo la memoria elé Don Bosco.
de María Auxiliadora y varias monedas.
« El espectáculo ofrecido en la fiesta de
Concluída la ceremonia Monseñor con paMaría Auxiliadora ha sido admirable , con- labra elocuente y llena de unción manifestó
cluía el Osservatore Catt6Uco. Cuando se tiene que las Casas. de Dios son centro de caridad
la fortuna de asistir á una solemnidad se- y de unión fraterna, en tanto que los monumejante imposible es dejar de sentir dulcí- mentos elevados por la soberbia humana gesima impresión y de retirarse con el corazón neralmente señalan las discordias entre vamejorado. :<>
rias naciones y los males caídos sobre alHasta el Cielo debió alegrarse al ver á gunas. Concluyó expresando que la presente
tan inmenso gentío saludar á su Reina con capilla, aunque humilde, sería como arca de
el título de Auxiliadora.
salvación para millares ele almas.
¡ Y cuánta gloria pa~a su. amadísimo sieryo
A las 5 la banda musical tocaba una herDon Bosco al ser testimomo de esta alegria. mosa, marcha á la vez que Monseñor acomMostrándole la familia habrá dicho á María:
s~~bvenisf'i 1·'uinae cmte conspect~t1n Dei no(1) Juclih. xm, 25.

-

{)3-

pañado del clero se retiraba al Oratorio, con con gran estrépito y violencia en los valles.
. Catoree personas fueron sepultadas por ellas
lo cual terminaba aquella fiesta.
sin que hubiera que deplorar ni una víctima.
*
Para apreciar la evidencia de semejante
**
Una función semejante celebrábase el 12 gracia conviene observar el maravilloso modo
·del mismo mes en Macerata, donde el Ilus- con que los aludes se despeñaron sobre las
trísimo Obispo de Macerata y Tolentino se aldeas.
En Rosarolo, sin hacerla caer, arruinaron
·dignó colocar la primera piedra de una casa
salesiana , junto á la cual se levantará una · una casa, dentro de la cual hallábanse tres
hermanas con una tía enferma.
iglesia.
En el valle de Otra, del escarpado y alto
monte cayó, con extraordinaria fuerza, una
gran maza de nieve que saltando el río, pasó
sin
tocarla al lado de una casa de tres poGRACIAS DE MARIA AUXILIADORA.
bres aldea11as, una de las cuales es paralíI.
tica. U na de estas aldeanas venía á la sazón
por medio del camino y pasaba junto á un
La fe recompensada.
sotechado cuya puerta estaba cerrada con
Me propongo cumplir con esta un deber llave. El impetuoso viento del alud arrancó
·Conforme me lo permiten mis débiles fuerzas. la cerradura y lanzó adentro á la pobre niña
Soy una pobre joven que vivo con el tra- sin producirle daño alguno.
bajo de mis manos y mantengo á mi anciana
En Preia cayó un alud sobre un pesebre
madre. Varios meses hacía que una dolorosa trayéndolo .al suelo, sin causar ningún mal
enfermedad me impedía toda ocupación. El á las casas vecinas y respetando á su paso
médico después de medicinarme en vano, un pequeño santuario en honor de María Sanatendida mi pobTeza, me recomendó. entrar tígima.
·
pronto en el hospital , donde necesitaba de
En otro sitio más importante un alucl alarga curación.
terró tres casas. Una niña que estaba deN o podía conformarme con esto. Leyendo lante de la Capilla de la Paz salvó prodigioel Boletín Sc~lesiano, que una Cooperadora de samente.
este lugar tiene la bondad de prestarme,
Admirable fué como no cayó una montaña
había yo obtenido gran devoción á María de nieve acumulada sobre el Piana.
Auxiliadora; recurrí, pues, á ella pidiéndole
Los daños materiales han sido muchos ;
me sanase por intercesión de su buen siervo pero todos reconocen que María ha protegido
Don Bosco. Al punto comencé á mejorar, y singularmente á los habitantes.
al fin de los nueve días estaba completal!'orno 6 de marzo de 1888.
mente buena. Habíale prometido una pequeña
JOSÉ PERETTI.
ofrenda si me concedía la gracia; mucho
siento que mi pobreza no me permita dar
más que dos pesetas, las cuales, economizando
con gusto mi sustento, las ofrezco á María.
HlSTORIA DEL ORATORIO DE 8. FRANCISCO DE SALES
Perdone , Señor , la molestia y dígnese
mandarme su bendición.
ilillollllllll!tllllllllll!llll!!llllllllllllltiiiiiiiii:JUUIIIIIIIIJIIIIII'II!IIJIJJ.IIlfiii!'/UIIIIIIIIIIIllllllti!IHIIIIIJIIIIIi:~IIWillllllllllllllllllilllliiii!~I!JIIIIlllliJIIIIIU

Fornaci (Breseia), 28 ele üiciem1Jl'e ele 1888.

Sn lmmilcle ser·v·ic7om
T. ROS:ALINDA.

II.
Nieves y aludes.

Si en la parroquia de Forno en N ovara
no ha ocurrido desgracia algtma personal
durante el invierno pasado débese á la especial protecGión de :María Auxiliadora. En
verdad, en esta población de trescientas almas hállanse treinta y seis Cooperad ores salesianos; desde diez años hace se manda el
óbolo para los hijos del venerando D. Bosco,
y la devoción del santo Rosario se practica
en público y en privado.
No hay memoria de que jamás haya caído
acá tanta cantidad de nieve como en el último invierno. Alcánzaba ésta á una altura
de más de dos metros. Frecuentes y enormes aludes derrumbados de los montes caían

CAPÍTULO

XVIII.

( Oontinnación)

Para mejor conseguir su intento propagaron libros, fundaron escuehts , hicieron prédicas, . erigieron templos; y, como si los católicos fueran al igual de los paganos y
adoradores ele las cebollas de Egipto , nada
omitieron para tratar ele atraerlos á las sectas
de los corifeos de la apostasía llamados Pedro
Valclo, Lutero y Calvino. .
U no de los primeros en gustar los amargos frutos de aquella emancipación fué Don
Bosco. Apenas los Valdenses llegaron á Turín plantaron su cátedra en el vial de los
plátanos, no lejos del Oratorio de San Luis
Gonzaga. Allí en una casa alquilada al efecto varios predicantes so pretexto de explicar la Biblia declamaban contra el Papa,
los obispos, los sacerdotes, el celibato, la con~
fesión, la santa Misa, el purg[\¡torio, ,el culto

-· 94 -

de los santos, la virginidad y maternidad de
María Santísima.
Creyeron los sectarios que atraerían gran
· concurso de gente, exitando así cierto interés de oírles. Mas no tardaron en desengañarse; pues fueron contados los turineses
que haciendo escasa estima· de su fe asistieran á aquellas reuniones de Satanás . .Apenas pudieron seducir á uno que otro igno- ·
rante libertino sin más de católicos que el
carácter ba,utismal. Recnérdase entre éstos á
un tal Pugno, pobre zapatero, que cansado
de manejar la horma y el cuero se hizo furibondo predicador. Varias veces fué á disputar con Don Bosco, y si no fuera por la
compasión que inspiraba la pérdida de tal
alma habría sido de desternillarse de risa al
oír disparatar al improvisado teólogo y apóstol.
Viendo los protestantes cuán pocos prosélitos podían conseguir entre los adultos, empeñáronse en pervertir las almas de los niños
incautos , medio por el cual acarrearon la
ruina de muchos. Luego eligiendo entre los
seducidos los más audaces mandáronlos como
lobos en busca de corderos. Un domingo llegan éstos al Oratorio de San Luis, donde se
reunían ya como quinientos niños, y ora con
engañosas palabras, ora con burlas procuran
apartarlos de allí. - lo Qué venís á hacer
con frailes~ Venid á divertiros de buena
gana con nosotros ; oiréis buenas cosas y en
seguida os darán monises y un hermoso
libro.
Quien conoce la ligereza de la juventud y
la fuerza de los proverbios. « Gran señor
es don dinero ¡Por dinero baila el perro, y
por pan si se lo dan , » no extrañará que
algunos se dejaran engañar. - ¡Vamos! dijo
uno. - ¡Vamos! repitió otro; ya yeremos
cuanta~ blancas ~os dan. Y así, de una vez,
como cmcuenta mños fuéronse á los valdenses. N o sabemos lo que por éstos se les dijo;
pero lo que alguno~:~ recuerdan es que después de la prédica, invitados á volver, cada
uno de los muchachos reeibió una propina
y un libro del famoso a.póstata De Sanctis
contra la confesión.
.Al volver éstos al Oratorio , sin deja.r ya
de conocer la trama, contaron ingenuamente
lo ocurrido. El sabio director Don Carpano
viendo así acometidas las ovejas por el lobo,
lleno de santo celo, empeñóse en salvarlas.
Consiguió recoger aquellos libros y dándoles
á conocer á los niños el propósito de los herejes logró infundirles tal ·horror á las reuniones de aquellos que unánimemente prometieron no volver á ellas ni por todo el oro del
mundo.
En tanto la guerra estaba declarada, y"ni
por un momento se dejará. en paz á Don
Bosco, á Don Borelli, á Don Carpano, ni á.
los niños del Oratorio.
· .Al domingo siguiente los agentes' de los
valdenses , apostados en el Vial del Rey y

calles que conducen al Oratorio, lleg{tronse
de nuevo á los niños con el propósito consabido. En esta vez los jóvenes más aprovechados, advertidos por sus superiores , a
tentos estaban á tales asechanzas y apenas
veían á algunos de sus compañeros al habla
con aquellos. N o se dejen engañar , les
decían. Los quieren llevar á los bcwbudos (1)
enemigos de nuestra religión. Vámonos al
Oratorio.
Los agentes, viéndose descubiertos, acudieron á las burlas é insultos y tanto se encendieron los ánimos que por poco no se
formó un zafarrancho.
Para evitar que en las fiestas consecutivas
se negase á una reñida pendencia recomendóse á los niños que tan pronto como divisaran á alguno de aquellos desgraciados les
volvieran las espaldas y, sin decir palabra,
se fuesen al Oratorio.·
Un domingo después viéronse realizadas
tales previsiones . .Apenas pasado mediodía
preséntanse delante del Oratorio de treinta
á cuarenta muchachos de los seducidos por
los herejes. Los niños. del Oratorio, obedientes á las órdenes recibidas, entraron al patio
como corderillos en el propio aprisco. Pero
los contrarios comenzaron á lanzar una granizada de piedras con tanto furor que aquello parecía el bombardeo de una torre.
Las piedras llovían sobre las puertas y ven"
tanas , sobre el techo y en el patio, siendo
heridos varios niños en la cabeza. El espectáculo era aterrador. Esta audaz provocación
irritó de tal modo á los jóvenes casi adultos,
que perdida la paciencia y arrostrando todo
peligro , salieron fuera y cogiendo piedras
que abundaban en aquel sitio , con tal ímpetu se lanzaron contra los agresores que
bien pronto los obligaron á huir lejos.
N o fné esta la única vez que ocurriera
tan lamentable escena. Don Bosco y sus auxiliares ponían todo empeño en que no se
renovasen ; pero casi todos los domingos,
durante varios meses el Oratorio estuvo comQ
asediado. Los herejes y sus secuaces, no pudiendo coger á los niños en sus redes, procuraron alejarlos de ese barrio. N o sólo les.
hostigaban en el camino sino que varias veces esperaron que se hallasen todos reunidos:
en la capilla para descargar sobre la :pue:rta
ó ventana una lluvia de piedras, infundir el
espanto y obligar á suspender la función.
No fué esto sólo. Una vez ·que Don Borelli y Don Carpano se revestían en la sacristía para dar la bendición , presentóse .á
la ventana un sieario y disparó contra ellos:
dos pistoletazos.
Dios, que :protege á los suyos , no permitió el asesinato , y pasando las bahts junto
á la cara de los sacerdotes fueron á dar en
el muro opuesto. Fácil es imaginar el terror
(1) Apoclo que, por llevar mneha barba, se claba á.
los ministros valdenses.

-95-

que esto produjo en la iglesia á la vez que
el placer de ver errados los tiros.
Bien claro se ve que los adversarios querían á toda costa que se cerrara el Oratorio
de San Luis.
Mas con la gracia de Dios y ayuda de
lYiaría, Don Bosco y sus sacerdotes sin perder el valor y fortaleza resistieron hasta
quedar dueños del campo.
El Oratorio ha florecido sin cesar y la modesta capilla ha sido reemplazada por el suntuoso teniplo de San Juan Bvangelista, elevado como monumento de amor y reconocimiento á la veneranda memoria de Pío IX,
.como se dirá después.
CAPÍ'l'ULO

XIX.

.El año 1848. - Efectos de la mal entendida libertad.
Atentados contra la vida de Don Bosco. - Compra y venta. - Ensanche del Asilo. Vida de los
primeros asilados. - Comida de Don Bosco. - Oficios. - El padre adoptivo.

Referidos ya los orígenes del Oratorio de
San Luis Gonzaga volvamos al de S. FranDisco de Sales.
Era. el año de 1848, año de grandes acontecimientos. El rey Carlos Alberto después
de las reformas civiles,., de la emancipaeión
de los judíos y valdenses, el 4 de marzo del
mismo año aprobó las Constituciones ó Estatuto; quedando con esto declarada la igualdad de la ley para todos los habitantes del
reino y concedida , entre otras , la libertad
de la prensa. Imagináronse muchos que tal
aprobación facultaba para hacer, según antojo, el bien ó el mal, y confundiendo la libertad con la licencia no repararon en lo vedado, cual si todo fuera permitido, particularmente en lo tocante á, religión.
Contribuyó á tan mm1struoso error la libertad concedida á las sectas de que hemos
hablado ; y no fueron pocos los que sin discreción alguna imaginaron no había distinción entre católicos y herejes, que todas
las religiones fueran igualmente buenas y
agradables al Señor, como si blanco y negro
dulce y amargo , luz y tinieblas , verdad y
error, alabanza y vituperio fueran una misma
cosa. N o fué esto todo. Los protestantes y
otros sectarios, abusando de la libertad conüedida, diéronse a propagar fábulas contra la
Iglesia Católica, á publicar calumniosas historias contra los obispos, sacerdotes y religiosos y á .poner en juego todos los medios
posibles para desacreditarlos y ponerlos en
ridículo.
Por estas y otras causas que largó sería
enumerar, no pasó mucho tiempo sin que las
ideas del pueblo se trastornaran de tal modo
que un sacerdote ni siquiera podía andar
tranquilo por las .calles de la civilizada
Turín.
Los insultos, amenazas y execrables atentados recn.yeron pa.rticularmente en D. Bosco.

Muchos hechos podríamos referir á este propósito ; mas á fin de seguir en lo posible el
orden cronológico nos limitaremos por ahora
á contar el siguiente que puso su vida y la
del Ora,torio en peligro.
A pocos metros de nuestra capilla, al norte,
había entonces un muro bajo que la. separaba de los prados y huertos de Valclocco
que se extienden hasta el Dora. En la primavera de aquel año, un domingo que en la
capilla Don Bosco explicaba el Catecismo á
los niños y les hablaba de la inmensa. caridad de Nuestro Señor Jesucristo en hacerse
hombre , padecer y morir por nosotros un
malvado, movido por satánieo espíritu, colocándose tras de aquel muro, disparóle un
arcabuz. A Dios gracia,s la bala pasandole
entre un bra.zo y el cuerpo , sólo le rompió
las sotanas y fué á hacer un gran agujero
en la pared. Este sacrílego atentado originó
indecible espanto entre los niños; mas ;Don
Bosco sin inmutarse y sonriente les dijo :
Es ~m ilgsgraciaclo músico. Si la Sa·ntísi?na
Virgen n.o le h-ub-iera hecho errar .la p~tntería
1ne habría, heco cae1·. Luego mirándose la sotana añadió: ¡Oh, pobre sottma! ¡ Oonqtte la
lws pctgado 1 ; mncho siento lo qu,e te pctsa,, pnes
eres mi 1ínico abrigo. Esta jovialidad de Don

Bosco y el verle sano y salvo restableció un
tanto la tranquilidad. Quienes llegándose á
él lloraban de consuelo; quienes le regaban
con lágrimas las manos; y todos por fin, de
lo íntimo del alma, dieron gracias á Dios
por haberle tan admirablemente protegido.
En el curso de esta historia tendremos oportunidad ele narrar otros criminales atentados contra la vida de Don Bosco, en especial cuando comenz6 á escribir las Lect~t­
ras Católicas y á confutar los errores de los
protestantes. Veremos entonces patentemente
con que particular providencia el Uielo protegía la vida de su buen siervo.
Entre tanto como de día en día se aumentaran los peligros que rodeaban á la incauta
juventud, Don Bosco, Don Borelli y demás
auxiliares, con celo siempre creciente, se empeñ-aban en socorrerlos. Vió D. Bosco cuanto
más apremiaba entonces la necesidad de aumentar el número de Jos albergados en el
Asilo y de afianzar más y más á los niños
en el Oratorio festivo. Procuró al efecto comprar la casa de Pinardi; pero como este se"
ñor pidiera por ella sesenta mil pesetas, preci.o en verdad exhorbitante, no le fué posible. obtenerla.
Compró entonces la casa de :M:oreta con
intención de repararla y trasladar allí el Oratorio y Asilo. Pero hecho el contrato y
pagado el precio advirtióse que á consecuencia de la mala calidad de los materiales usados en la construcción y del deplorable estado de ésta no era posible efectuar la obra
proyectada; por lo cual á poco logró venderla Don Bosco con no pequeña ventaja.
Años después volvió á, comp::-~rla para las

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Hermanas de María Auxiliadora , Oratorio
festivo de niñas y principalmente para evitar
así los escándalos que, convertida en burdel,
se daban en ella.
Sin poder conseguir una casa como deseaba para el objeto indicado resignóse á
esperar tiempo mejor y fué arrendando entre
tanto las estancias de la casa de Pinardi á
medida. que iban desocupándose. De este
modo conseguía poco á poco mayor tranquilidad para el Oratorio á la vez que dar alojamiento hasta á treinta niños de los más
abandonados y en más inminente peligro.
No será fuera de propósito decir aquí cual
era el género- de vida de los primeros asilados : Madrugábamos más ó menos según la
estación, íbamos á la capilla, oíamos la Misa
de Don Bosco, durante la cual se recitaban
las oraciones de la mañana y una tercera
parte del rosario, y los más piadosos recibían
la santa Comunión. Para que pudieran todos
tener comodidad de frecuentar los sacramentos, Don Bosco tanto á la hora de las oraciones co:m,o en la mañana temprano hallábase pronto á confesar. Terminada la misa
cada uno marchaba á la ciudad á su respectivo oficio, en diversos talleres de zapatería, sastrería, carpintería, imprenta, encuadernación etc., como que no hubo taller
alguno en el Asilo hasta 1856. A mediodía
volvía á comer al Asilo. Alegres y bullicio~
sos nos acercábamos entonces con una escudela de barro en mano á recibir la menestra
repartida óra por mama Margarita, óra por
Don Bosco. Consistía ésta ya en papas con
arroz, ya en castañas con harina de maíz ya
en la celebrada polenta, á lo que en las solemnidades solía añadirse un pedazo de queso,
de salchicha ó de pescado. El refectorio no
era otro que el mismo patio. Dispersos acá
y allá, quienes se sentaban sobre un palo ó
piedra , quienes sobre la escalera ó en el
suelo. En cuanto á bebida había allí cerca
una fuente de agua fresca y abun<lante.
Terminada la comida cada uno lavaba su
cazuela y la guardaba en lugar seguro. Respecto á la cuchara, se consideraba como instrumento tan precioso que se traía siempre
en el bolsillo. Sucedió una vez que á un tal
C. Pablo, compañero nuestro, yendo á clase
cayósele en ella la cuchara. ¡ Oh 'IHU6 cucha1·a 1 exclamaron los demás, echando á reír.
Pablo, como la cosa más natural del mundo,
respondió sin inmutarse: ¡Lindo! ¡ Oonqt~e
httbría de ·veni1· al colegio sin cuchara 1 Y luego
recogiéndola se la metió de nuevo tranquilamente en el bolsillo.
A la una y media andábase otra . vez al
trabajo y al caer la tarde se volvía á cenar
á casa.
Nada hemos dicho del pan. En un principio Don Bosco en vez de· distribuirlo en
el Oratorio daba diariamente veinticinco céntimos á cada niño para que se lo proporcionase. Con esto regalábanse algunos con com-

prar pan blanco , otros de paladar menos
delicado á :fin de que los monises les alcanzasen para ciertas golocinas, obteníanlo
de inferior calidad. Así se industriaban en
hacer cálculos y economías de lo cual harto
necesitaban ; pues llegó ocasión en que uno
estuvo á punto de vender su colchón en
cuarenta céntimos. Por fortuna súpolo á
tiempo Don Bosco , quien anulando el contrato dió así una lección de discreción al par
que de justicia,.
Durante nuestra cena reuníanse en el Oratorio multitud de escolares que frecuentaban las clases nocturnas. Don Bosco estaba
atento á todo y hacía clase de música. A
veces sin haber podido cena-r oportunamente
hacíalo á tiempo que enseñaba , alternando
así los bocados con enmendar ora un problema de aritmética, ora la recitación de un
escrito, ó la entonaCión de un canto. El único día en que dejaban de hacerse tales clases era el sábado, para que todos tuviesen
facilidad de confesarse.
Concluída la enseñanza, que duraba como
una hora , los externos regresaban á sus
casas y nosotros en compañía de Don Bosco
rezábamos las oraciones, y dadas á nuestro
padre la,s buenas noches nos íbamos á nuestra cama que si bie:J;l regularmente no fuera
más que una funda llena de paja, con el
cansancio, el sueño y la alegría del corazón
hallábamos magnífica.
Habiendo hablado de nuestro alimento,.
digamos algo del de Don Bosco. Era tan
frugal que sus colegas apenas si le acompañaban más de una vez á la mesa. Su menestra era la nuestra con más un plato ya
de vigilia para los viernes y sábados, ya de·
carne que harinada y en forma de torta, se
preparaba el domingo y recalentada le servía hasta la noche del jueves. Si en el verano se arraneiaba no ponía atención á ello
Don Bosco, que la comía con igual apetito.
Esta fué su comida hasta que comenzó á.
tener clérigos y sacerdotes quienes á causa.
de sus estudios y ocupaciones necesitaban
otra clase de alimento.
En cuanto á sus trabajos regulados estaban de este modo: Mientras sus asilados se·
ocupaban en distintos oficios en la ciudad,
él en el Oratorio, duraute varias horas hacía clases á algunos jóvenes que mostraban
singular aplicación al estudio y le ayudaban.
en las escuelas nocturnas. Con uu método·
propio y una paciencia admirable , en poc()
tiempo púsolos en est&do de seguir cualquier·
honrada carrera.

(Se continua·rá)

Con aprobación de la .1\_ut. Eclesiástica - Gerente Ml'rEll GHIGLIONE'
Turín. 1889 - Tipografía Sn.lesiana.

Turin - Buenos-Aires -

L1BRE R1A SAL ES1ANA - Sarriá (Barcelona)
PLAN.
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Y CONDICION DE SUSCRICION
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·LECTURAS CATOLlCAS ·.
Esta publicación se propone única y exclusivan1ente la enseñanza
y defensa de la Religión Católica, 1nediante la difusión de libros de estilo
sencillo, llano y popular; adaptados a la inteligiencia de todos. En la elección de ellos se preferiran los que contengan instrucciones n1orales,
narraciones an1enas é historias edificantes, sien1pre que se relacionen con
la Religión Católica.
2°. Todos los n1eses saldra á luz un .opúsculo ele unas 130 páginas,
el que se enviara a los Sres. Suscritores.
1°.

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PRECIO DE SUSCRICION (ADELANTADO)
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En Buenos Aires: Un año peso n11n.
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)) España
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proporcionada a la cantidad.

5°. Pata los pedidos y precio de la suscrición se ocurrira en Buenos
Aires a la IJirección ele las Lecturas Católicas en el Colegio Pio IX de
Artes y Oficios, en ALMAGRO. En Salta, al R. S. Bernabé Piedrabuena,
en el Smninario. Conciliar; en JVlontevideo, a la Librería Católica de Ra- .
1nón Adzarias, calle 25 de Mayo, 2·53; en España, Barcelona-Sarria, a la
Librería Salesiana, y en Italia, a la Librería Salesiana, TURÍN, Calle ele
Cottolengo, No 32.

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Pbro de la C. de S. Francisco de Sales
TRADUCIDA· DEL ITALIANO

POR EL

PERO

F. C.

ele la misma Congregación.

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Fecha
1889.08