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Título
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BS_1889_03
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Descripción
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Boletín Salesiano. Marzo 1889
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extracted text
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~_AÑO
Sale una vez al mes.
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IV.- N. 3.
MARZO de 1889
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~~~ lns~ruyó al pueb_lo y diy~tlgó todo lo,,qlf~ había hecho. ~ ~o. se engaña~·ía
~~ Bus?~ las. doctrmas ut1les y escr 1b10 documentos
%, rec~ISimos y llenos de verdades. Las palabras de los
~ sabws son como puas ó clavos, que penetran pro·
l'lG~ fundamente, y nos fueron dadas mediante nuestros
~ maestros por el único pastOI'.
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1
Ecr.ESIASTÉS
XII, 9, 10
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El peligro, Sto. Padre , está en la contínua
· difusión d.e libros infames; Y para p~ner un dique
á este mal mmenso, yo no veo otro t•emedw, que la fun~ dación de una im¡wenta Católica, puesta bajo el patro·
:~~ cinio de la Santa SAde. De esta manera , uo hacién~~ dose esperar nuestras respuestas, podrémos cún mayor
~~ ventaja descender al campo de la lid y responder con
~: feliz éxito á las provocaciones de los apóstoles del
;(~ error.
(SALES)
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mucho quien intentase atribuir
~ prmCJpalmente a la ~r~nsa malvada todos los males
~ y la deplorable condiCIÓn de las cosas á. la cual
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¡¡¡ emos 11ega o actua ente... , os escritores. cat Icos
i:i deb.en con todas sus fuerzas volverla en bien de la
¡,;; SOCiedad.
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La prensa periódica sometida á la autoridad J. e~ ..
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~ t arqmca, reve~tida del ~spii'~tu de J e~ucristo, viene a
~ ser un poder mmenso: Ilumma, sostiene la verdad,
~hace desaparecer el error, salva. y civiliza; es casi
~ nna forma de apostolado sublime.
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(ALIMONDA)
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IMPORTANTE PUBLICACION
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~ Im¿::~:~ ~:bl~~~~o e~u~~::tl;er!!~:!r~~~ ~a~~~~~c;~ !~~:ode~:~i:ea~t~:t~:od:e~ ~:r~st~~;:o~~: ~f
~ versión griega. Y en verdad que harto lo merece, porque, salvo la Santa Escritura, no hay libro ~·
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alguno más sublime en su dulce simplicidad y quizá tampoco más saludable en sus efectos. .A ~~
fin, pues, de secundar las instancias que nos han sido ·hechas y de favorecer el incremento y .
difusión de los buenos estudios, que particularmente en estos tiempos son tan necesarios para la
educación cristiana de la juventud, hemos resuelto imprimir la Imitaci6n de Cristo en griego,
sirviéndonos de la edición del C1an. Weigl dada á luz en Sulzbac en Baviera el año de 1837.
Tal edición fué hecha con escrupulosa diligencia, teniendo á la vista la edición príncipe debida
al primero que en griego la tradujo, el doctísimo P. Jorge Mayr de la Compañía de Jesús, nacido en Rain en Baviera en 1569 y muerto en Roma en 1627. Por desgracia de esta clásica
traducción, que tiene el inestimable mérito }le conservar toda la simplicidad, gracia y unción del
original latino, no quedan sino rarísimos ejemplares en las bibliotecas. De aquí es que resucitándola, por decirlo así, nos parece hacer además un buen servicio á la enseñanza clásica. Particular cuidado pondremos en que el trabajo artístico corresponda á la importancia de la obra. ~
.Abierta desde luego una subscripción en las condiciones que abajo se indican, rogamos á los Srs. ~
Rectores de Seminarios, Colegios, Bibliotecas y en general á los amantes de las letras tengan á ~
bien exptesarnos su adhesión para comenzar cuanto antes la publicación.
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CONDICIONES DE LA SUBSCRIPCION
~
~
La obrita será un hermoso volumen de más de 300 páginas y esperamos quede terminada en el
~ mes de mayo venidero.
~. Las personas que durante el mes de marzo hayan mandado el precio del volumen, esto es, Pesetas
~ 1, 75 franco de porte recibirán inmediatamente en obsequio, que indicará haberse recibido el
~· dinero, la importante obra por el P. F. Martinengo La Gmn Bestia seña.lada a la juventud.
~
.Al que mandare el valor equivalente á diez ejemplares le inviaremos uno gratis.
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r-r lJ R. IN
-- l;ibr·eria S!i.lesiana -
'l' U R IN
VERITAS CATHOLICAE FIDEI
IN SELECTAS THESES
EXPOSITA ET COMPROBATA
CONTRA ERRORES IN SYLLABO PriOSCRIPTOS
EX PL URIMIS PII IX ·DOCUMENTIS
.A..U C T O R E
Parocho ANTONINO ORLANDO
A SALE:M
~AORAE
THEOLOGIAE DOCTORE IAM TOTIUS ACADEMIAE PRINCIPE
IN MAZARIENSI CLERICORU}l SEMINARIO
Dos vol. enm8° de pág. 602, franco de porte .
• • • • Peset.
8 00
IOANNIS GERSEN
ORDINIS SANCTI BENEDICTI
ABBATIS
~IONASTEI\II
S. STEI!liANI VERCELLENSIS
ITE
IMITl~TIONE
CIIRISTI
LIBRI QUATUOR
Un vol.
C'1a32n
de . pác. 373 franco de porte
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: Peset.
O 70
Sale una vez al mes.
AÑO IV.· N. 3.
MARZO <le 1889
BOLETIN
Debemos ayudar á nuestros hermanos á fin a_e cooperar á la difusión da la verdad.
(III S.
JUAN,
Oualquiera que reciba á un niño en
mi nombre, á mi me recibe.
(l\1AT. XVIII)
8)
Os recorrúendo la nli1ez y la juven. tud; cultivad con grande empeño la
educación cristiana; proporcionad.
libros que enseñen á huir el vicio
y á practicar la virtud.
Atiende á la buena lectura, á la exhortación y á la enseñanza.
(1 Tn11. IV, 13)
Entre las cosas divinas la más dim
vina es la de cooperar con Dios
á la salvación de las almas.
(S.
(Pw IX)
DION!SIO)
Redoblad todas vuestras fuerzas para
retraer á la niñez y juventud de
las insidias de la corrupción y de
la incredulidad y preparar de esta.
manera una nueva generación.
Un amor tierno hacia el prójimo es
uno de los más grandes y excelentes dones qne la divina bondad
puede hacer á los hombres.
(El Doct. S.
~
FRANC.
de
(LEON
SALES)
XIII)
DIRECCION en el Oratorio Salesiano. - Calle (le Cottolengo N° 32, Turin (Italia) ~
Stnnario: Primer aniversario ele la muerte ele Don
Bosco. - San Francisco ele Sales patrono üe la
IJrensa católica. - Viaje tle Mons. Uagliero á Es¡;;aña. - Gracias obtenidas ror interceAi6m de ~!a
ría Auxiliadora. - Viaje !le los Misioneros á la
Tierra clel Fnego. - Historin, del Oratorio ele San
Francisco de Sa,les.
PRIMER ANIVERSARIO
de la muer·te de Don Bosco.
:Bien puede aplicarse á Don Bosco lo
que la Sagrada Escritura rlice del rey Josías, esto es, que á causa de sus virtudes,
gratas á Dios y á los hombres, era suave
y duleísima su memoria (1). En verdad
el nombr~ de Don Bosco es grande y
amable. La honras hechas el 31 de enero
próximo pasado, aniversario del fallecimiento de Don Bosco, . ínanifiestan cuan
viva y tiernamente se cow;erva su recuerdo. Muchos Cooperadores y Cooperadoras se empeñaron eu que tales exequias correspondiesen á los sentimientos
de filial amor y gratitud que conservamoR
(1) Eccles., c. 40, v. !.
indelebles á nuestro padre y bienhechor~
el cual comprendiendo la amarga pena
que nos produciría su separación nos expresó en su última voluntad que no llo- ·
rctrarnos
S'l.t ~ntwrte.
Monseñor Bertagna se ofreció espontánea 31 gentilmente para pontificar en
aquella solemnidad. Muchos sacerdotes y
párrocos formaron honrosa corona al rededor dél catafalco. A pesar de la distancia del centro de la ciudad y no obstante
la rigidez del invierno, á las diez de
la mañana, la iglesia de María _A_uxilia-'
dora estaba absolutamente llena de gente.
¡Qué imponente espectáenlo presentaba aquel día la iglesia de María Auxiliadora ! El arte y el amor la habían
suntuosamente adornado de rigoroso y
espléndido luto. El eatafalco que se alzaba
bajo la eúpula, cubierto de coronas y
luees, era grandioso y magnífico.
Cantaron los niños del Oratorio. A este
repecto al día siguiente el Corriere N a,z·ionctle eseribía: « Nada más dulce y religioso. Basta decir que era la. Misa del
Ohentbini. N o ereemos exagerar al decir
que la ejecución fué perfecta y que el
mismo autor habría aplaudido á aquellos
buenos hijos de Don Bosco que profundamente impres-ionados cantaban el reposo eterno para el alma de f.lll padre.
Jamás olvidaremos la impresión experi-
-26F.
:we~~ada al.lelscuclhalr oel !jies ~'rae, lla "~g~
, tacwn terr1 ) e e e
on.J ~ttat,¿s rna U{·Wtts
que mueve al corazón lloroso á clamar
con humilde esperanza Voca 11w et(,m. benedictis. »
. N o sólo en la Misa sino durante todo
el día numerosa fné la muchedumbre
que vino· á orar en el templo. Pero donde
se pudo aím observar mayor concurrencia
fué . en Valsálice donde los Salesianos del
Colegio de las Misiones extrangeras son
como los guardias de honor de las reliquias del buen padre que alli duerme el
sueño del justo. Allí llegaron también
nuestros jóvenes del Oratorio y, dolientes,
cantaron como nunca el Llanto del Huérrfano. 1o Quién podrá expresar las emociones
del alma al oír aquel infantil canto ,
aquellas tristísimas palabras, cuyo eco se
repetía hasta muy lejos en las colinas~
Postrados allí, con centenares de niños ,
recordábamos aquellos benditos días pasados con tan incomparable padre, con
tan docto y virtuoso maestro ; sentíamos
acrecerse en nosotros el deseo de escuchar
los santos consejos de Don Bosco y de
practicarlos para gloria de Dios, salvación
de las almas y consuelo de la Iglesia.
. A las 6 de la mañana del día siguiente
€1 Rector de la Sociedad Salesiana Don
Miguel Rua cantaba con igual solemni·flad en la misma iglesia otra Misa de
requimn á la que concurrieron todos los
niños del establecimiento y en la cual
devotamente recibieron la santa Comunión.
· ¡Ah! Don Bosco no ha muerto para
nosotros. Continúa ayudándonos con la
memoria de su ejemplo, de sus virtudes,
de sus beneficios v animándonos á la
p~áctica del bien. Sin duda alguna ruega
por nosotros, y con el profeta podemos
(lecir : Este es el que int&rcede po·r el
1meblo.
¡;,
SAN FRANCISCO DE SALES
patrono de la prensa católica.
La prensa descreída y sectaria que de
atrás trabaja para corromper al
1meblo, sublevándole contra toda autoridad
diviua. y humana, es la principal causa de
· 11autos males se lamentan; de la corrupción
de toda. iclea de religión, orden y moralidad.
La tremenda revolu(jión francesa , fruto de
~iempo
la perversa y envenenada pluma, de los enciclopedistas, no cesa aun de producir funestas consecuencias. Ideas como aquellas
propálanse más amenazantes cada día por
apasionados diaristas de secta que á sí mismos
se llaman h·ijos del siglo .
~Qué dique, qué reparo oponer á este creciente mal '~ ~ :(Ja prensa sin honor , el d.iarismo satánico afanoso se empeña en esparcir la incredulidad, el ateísmo, la irreligión,
la immoralidad ·~ Pues bien hiérgase la prensa
honrada; la prensa católica y esforzada defienda la verdad, rechace · enérgicamente el
vicio y no desmaye en trabajar por el triunfo
de la virtud.
Pervertidas las ideas, se ha extraviado el
corazón; de ahí el vicio é immoralidad. Es
pues necesario principiar por corregir las
ideas. Entre estas y las acciones hay una
relación tan íntima como entre la causa y el
efecto; fuerza es por lo tanto vol ver á los
sanos principios, volver pública y privadamente á Jesucristo, tomar prácticamente una
cristiana vía de acción como en su encíclica
de 25 de diciembre último lo indica el sabio
Pontífice León XIII: Et privatún et publice
remigretur ad Ieswn Oh'ristwn, ohristümamq'ue
vivendi vic~tm.
El pueblo tiene ansia.s de leer. Está bien:
proporcionémosle sanas lecturas. Tiene pasión por el· d.iarismo : ofrezcámosle diarios
irreprochables. Esto es lo que se requiere ;
esta es la imperiosa necesidad de la. prensa
católica. Y por esto es que el Sumo Pontífice reinante, const;;mtemente y más en particular ahora último, ha manifestado tan singular afecto á los escritores que defienden
la causa santa , los ha alentado con sus
aplausos y consejos y se ha empeñado en
que se multipliquen los propagadores de las
buenas lecturas. La prensa. católica es la llamada á cambiar la faz del mundo , mejorar
las ideas y persuadir la verdad.
~De qué modo~ Fort-iter et suaviter: es
menester pred.icar y defender la verdad y el
bien con firmeza y caridad. Firmeza en combatir el error; nada debe bastar á retraernos
de la obligación que contra la moralidad y
el vicio la religión nos impone.
Pero obsérvese bien que nuestra batalla
consiste en inclinar al bien la voluntad, y el
med.io por excelencia para conseguirlo es la
caridad , la dulzura. La caridad es lo que
sobre todo desarma al obstinado en el error
y lo d.ispone á la verdad.
Rogado el inmortal Pío IX de dar un
protector á la prensa católica, el 21 de noviembre de 1877, nombró le como ¡patrono y
modelo á San Francisco de Sales.
Este Santo á la vez que es el azote de la
herejía es el 'ideal de la dMlzura; mientras
combate el error y confunde el vicio, salva
las almas, y más de setenta y dos mil herejes fueron por él traidos al camino de la
Yerdad. Cuánta energía usara el Santo en
.---
DON BOSCO expuesto
en laliglesia de San Francisco de Sales el~lo de Febrero de 1888.
-
:28-
combatir el error, cuánta dulzura en con- sin bajeza y tntición, temler la mano y pagar
vertir al extraviado, cuánta discreción y sa- plumas insolentes y blasfemas, comprar por
l)iduría llenaran sus escritos bien lo expresó así decirlo sus ultrajes y villanías~ ¡ Ah !
·el canónigo Uinquemani en el hermoso pa- fijaos que ante Dios y los hombres más crinegírico hecho en su honor en la iglesia de minal que el asesino que mata al viajero es
.S. Juan Evangelista en Turín , el 3 de fe- el sicario de la pluma que apaga la vida de
-brero del presente año. Ré aquí como l' U- los corazones; más rapaz y malvado que el
:nUa Cattolica. da cuenta de la fiesta. La con- ladrón es el libelista que roba los tesoros
currencia {l! la iglesia fué numerosa. Como inestimables de la inoeencia, y ele la, fe; más
·dos mil obreros recibieron la Oonumlóu de pérfido· que el falsificador de moneda es el
lllanoEJ del Ilustrísimo Señor Obispo de Su- falsario de ideas y principios ; más devastamaria Don Basilio Leto. La Misa solemne dor que el incendiario es el vil instigador
fué celebrada pontificalmente 110r S. E. He- de las torpes pasiones y desenfrenados insYerendisfma Monseñor Buglione de l'lionale, tintos de la plebe.
Obispo de Sa1uzzo. El Sr. Oanónjgo OinqueUnámonos bajo el estandarte de la prensa
mani pronunció un notable panegírico del católica. Francisco desde lo alto nos alienta.
Santo. Apuntamos aquí algunos conce11tos Sus triunfos nos dejrm eom¡n·ender que no
<e.xprer;ados sobre la prensa:
todo está perdido y que Dios que da salud
« Si la prensa es una especie de apostoa las naciones puede hácer que la prensa
lado, fr,quién m{ts generoso apóstol que San así como es fuente ele disolución sea prinJi'rancisco de Sales ·~ Ouanclo la indiferencia cipio benéfico de restauración y de vida.
y el- error soberbio y la iniquidad triuúfante
i Valor! nobles defensores de la causa
JHHlieran hacer que nuestra fe en el poder santa. Inspiraos en los sentimientos de Fran~1el apostolado de la prensa se debilit.ara,
cisco: :firmeza para eombath· el error, dul1)ensemos en Francisco, en el Ohablese teatro zura y caridad con el adYersario ...
j!,'lol'ioso de su. infatigable celo. ~ causa de
--·nna infernal conspiración, desierta ha.bía.
«pwdado la ,cátedra del santo predicador; no
VIAJE DE MONS. CAGLIERO
:pudiendo penetrar en el corazón de aquella
vobre gente por la vía del oido que le había
á España.
sido cerrada; l)iensa en la que aun le queda
Antes de partir para :América - como ha;u,bierta la de la vista y escribe sus admirables
Dontro·versüt.s que esparddas le dan el triunfo bíamos anunciado á nuestros Cooperadores
y la conquista. A; Y creéis vosotros, se:ílores, - JYions. Cagliero á pesar de que para lle•f!Ue en nuestros días haya perdido su virtud gar á España debía rehusar otras invitaciones que con instancia se le hacían ele varias
]n. ~anta palabra~ Confiad como Francisco.
Unando la gente abandona la Iglesia , bus- importantes ciudades de Francia, Bélgica é
<·.aüla con los escritos, en los talleres, en H.t.s Italia quiso tener el placer de saludar á los
Cooperadores salesianos de Barcelona y vi~plazas, en el hogar doméstico. JJa ver<lad lo
-ímico que teme es ser ignorada. l'lio.strarse sitar la casa allí fundada por nuestro venerado Padre D. Bosco.
y vencer es para ella una mism~t cosa.
El 21 de enero llegaba á la estación ele
Finalmente bien convienen á vuestra pa,eifica cruzada eontra el error, bien convienen Barcelona donde era esperado con gran in:ú la gloria y dilatación del reinado de la terés, y luegó pasando á los talleres ele SaTerdad la dulzura y caridad de este Santo. rriá indeeible fué el entusiasmo con que los
'Cuanclo no se respeta principio alguno ele sacerdotes y niños del Instituto de D. Boscl)
autoridad, cuando celosos se muestran los le recibieron.
nombres de una indepe~d.enci~ ilimitada,
Monseñor visitó los talleres en que los es~:.,ólo la benignidad y dulzura pueden influír · colares se ejercitan, y quedó sumamente com~obre el ánimo de los hermanos extraviados.
placido al observar los variados y hermosos
Por grande que sea el abismo de la mal- trabajos y en especial los de escultura hedad , por monstruoso que sea el caos del chos con tal perfección que no sería fácil aerror, por horrible que sea la conjuración divinar fueran producidos por tiernos arteüe las tiniebla~, conservaos tranquilos , ins- sanos. Digno es de mencionarse entre estos
viraos en la dulzura, mirad á Francisco en un hermoso reclinatorio, que con filial afecto
-el acto de abrir amorosamente los bmzos al aquellos buenos obreros obsequiaron al amado
malhechor que con el arma en la mano le Prelado. ·
amenaza la vida ...
A las 3 li~ de la t.a.rde del día 25 el ma .
... No sé si sea mayor la culpa que la ce- jestuoso templo de Nuestra Señora de Belén
,guera de aquellos católicos que tienen pre- ofreció un eonmovedor espectáculo. Lleno
·dilección por la prensa del error y la favo- estaba de la gente más distinguida de la caTecen. Es posible que conserv{mdose la fe pital que asistía á la conferencia que se daba
>t.lel bautismo no se mire con horror el aso- á los Cooperadores Salesianos.
darse á la prensa que conspira encarnizada
Comenzó Monseñor por dar las gracias al
<Contra el nombre eristiano 1 ~ Cómo es dable, numeroso y selecto auditorio , que con tan
itti:ti!UiiiiitU!tH1'111!1111UI'!I!Illlil:tlollJJIIIUIIII\1111lllllllol!!lllli'~i'l,l:!loi'!lllilllfFI!Itl!!li!III!;J:'•i;!lll:lil:•l·::ttlfUJtll!l 1 1'l!'itillll1lliiii
-
-vivo y particuhtr empeño veuía ú cfr la palabra amiga y agradecida del Vir.al'io de la
Pat~go~ia. Mostró en seguida el valor y eoüvemenem de la protección de la niñez desamp_arada, de 1~, "'dncación cri:.,;tiana, clel desanoHo de la Ob ·a, regeneradora de quien
es llamado el Sant) del siglo, el incompal'able D. Bosco.
·
. I..~nego, {~ grandes rasgos, expuso los pre·CIOSOR trabajos v.cometidos por el infatigable
Fund~Hlor de la Pí.a Sociedad Salesiana y en
·espemal aquel ardwnte celo que lo mo-vió á
et:,tu1J]eeer lns 1\IisioneR de Patagonia y Tijrra
üel Fuego, misiones cuya im1)ortancia todos
recouoeen, aplauden y protegen.
Mons. Cagliero, según se nos refiere, fué
¡;;;n1J.lime al lwblnr de1 muy amado Padre Don
Hosco, enyo eFlpíl'itn é\Ta, al igual de S. Franeiseo de Sales el de nuestro Señor Jesucristo :
Todo poT a-mm·. Dulzura y caridad sin me·dilln. (!omiHWió aún en extremo al auditorio
al pintar la -vida del salvaje, del indio de
las pnmpas, del pnta.gón y de los habitantes
-de la Tierra. del l!'nego. Exhortó con las palabras diehas por Don Rosco en el lecho de
muerte á t.ra.bajar por la sal-vaeión de a.quellos infelices y animó á todos con hL sin o·ularísima reeompensa ofrecida en nombre o de
María Auxiliadora, á cuya visible protección
se debe el gran incremento de la Obra Salesiana.
TerminóRe el acto con la solemne bendición del Sa.ntísimo y algunas preces por los
·0oOI)13radores difuntos. La música ~iecutada
por los niños de los talleres nadn. dejó que
desea.r.
Todos quedaron en grm1 manera complacidos de aquella bellúüma :fiesta.
En Barcelona se recuerda con vivo placer
la Yisitn. de ·Mons. Cagliero.
Hacemos votos al cielo , nos dicen , para
que prospere en nuestra patria la Obra de
Don Bosco, Obra de sublime ca.ridad, Obra
de la misericordia de :María.
Monseñor uniéndose á. los demá.s Salesianos embarcados en Génova y que el 26 tocaban en Ba.rcelona sig·uió eamino á Montevideo, adonde, nos anuneia el telégrafo, ha
negado , eomo sus auxiliares, con toda felicidad.
·
De Montevideo pasará, á visitar diversas
·Casas sa.Iesianas en América é irá en seguida
ú continuar los traba:íos de las misiones entre su porción escogida, los salvajes pata,gones.
:mmtililllllii\lhiillllillliiiiUillillliliiililiilfllltlihUUIUliiUIIIhiilllt!l!ihlhUiliiiiiJJJIIIililiilillliliililiililihlll!lliiliillh!UIIHlhlwlhTilTiiTiiTilTil",iT
GRACIAS OBTENIDAS
por intercesión de Marfa Auxiliadora.
_Dives in omnes qui ·invocant eamt.
:R.azón tenía san Bernardo en llamar feJices {¡, los que viven ba;io la protección de
una 1\>Iadre tan amorosa y potente que á
:'.D-
todo¡.; ~tbl'e su seno miserieoruioso á íin de
que reRf'.n.tado sea el esclavo y reciba el enfermo la. Halnd, y el rttligido el consuelo y el
peeador el perdón, y todos V<tyan á Dios á
la. gloria. .
'
Con justa, razón María ha. sido llamada
4'nxil·iton Ohri8tümont?n, pues á toclos dispensa generosa sus fttyores .
Nuestra buena .Mc.Hlre jam{m dejará de regalarnos con su bondad y elemencia · ella
misma nos lo ·diee : Et ~tsque cul t'11t-uru?n
saecul'Umt non clesincmt, et in, hab'itatio?w sancta.
coram, ~pso ?lt·iniHtrM'i.
Veámoslo.
** *
Más de un añ.o hace que Dios medió una
creat.ura, bautizada con el nom.hre de
Filomena. Profundo era mi dolor al considerar ca;da. d~a m~.s baldada á mi pobre hija.
Consul:te. d1stmgmd.os médicos y la confié á
las r~hgwsas del hospital , práctieas en la
atenc~?n de semejantes enfermedades. Todos
me diJeron true el mal no tenía, remedio. No
había humano recurso: mi hija tenía baldado
el pie. izqnierdo y encogido el derecho era
más eorto que el otro.
Mezclaba yo mis lágrimas con las de mi
marido y mi madre, cuando ésta recibiendo
un día una imagen de María AuxiUadora
me aconsejó la inyocara. Avivóse enton:
1·.~s mi con:tian~a y ~reció la devoción que
swmpre le hab1a temdo. Para congraciarme
m.{ts con ella, mandé una pequeña limosna
tt su Santuario de Turín y le prometí darle
~t~o tanto si me concedía la gracia que sohmtaba; Me recomendé con ardiente fe á la.s
ora.ciones de D. Rua, sucesor de D. Bosco
y r.á la.s d.e .todo su instituto, rogándole ade~
mas se h1~1era una no-vena_ de comuniones y
preces en honor de María Auxiliadora para
alcanza,r ali-vio en nuestro dolor. Nosotros
1~os unimos á estas oraciones, invocando partHmlarmente á, Don Bosco que .ele-vó á María
tan precioso santuario.
María , nuestro amor , esperanza y vida ,
cuando menos lo esperábamos , cuando ya
easi perdíamos la esperanza de obtener la
gracia , escuchó nuesta pobre plegaria y
sanó milagrosamente á nuestra hija única.
Reconocida á la Santísima Yirgen que tan
evidente prueba me ha dado de su amor y
poder, ::wompaño la suma ofrecida, deseo se
haga, público el milagro por medio del Boletín Sa.lesia.no y prometo no olvidar ni uu
solo día á t.a.n buena Madre á la vez que
poner todo empeño en ser digna hija suya .
a~able
Carrú (Moncloví) 1 fiesta clel Santo Rosario , 7 t:eor.tubre de 1888.
CATALINA GAMBEIU.
:~o-
** *
Ca110 cli Ponte, diciembre c'te 1888.
En enero del pasado año mi esposa se
hallaba gravemente enferma.
Y o estaba desoladísimo y, temiendo una caMstrofe, me volví al Sagrado Corazón de Jesús,
por intercesión de María Auxiliadora, suplicándole "diera la salud á la amada enferma,
y prometiéndole dar publicidad á la gracia
por medio del Boletín 8ales·iano.
El mal desde entonces comenzó á retirarse. A los pocos días mi esposa dejaba el
lecho. Estaba perfectamente sana.
Por esta gracia obtenida y por muchas
otras doy con todo corazón públicas acciones
de gracias ú, Dios y á 1\f.aría ~:\.uxiliadora
nuestra piadosí:::Jima Madre y celestial abogada.
ÜRIS1'Ó:B.A.L BRISCIOLI.•
VIAJE DE LOS MISIONEROS
á la Tierra del Fuego.
Muchos de nuestros Cooperadores y especialmente los parientes y amigos de nuestrol':l
Misioneros han manifestado el deseo de teuer
noticias del viaje hecho á la Tierra del ]'uego
por Monseñor Fagnano y sus compañero~.
No pudiendo satisfí:tcerlos á todos por cartas,
nos valemos, para cumplir este deber, del Boletín Sa.lcsicmo é invitamos al propio tiempo
á nuestros lectores tengan á bien dar gracias
á la divina Providencia - á la cual obedecen los mares y los vientos - que se ha
dignado disponer todas las cosas para que
este viaje fuera felicísimo.
Puntarenas, 11 de díciem bre de 1888.
C.A.RÍSIMO SR. Di'RECTOR :
¡Deo g1·atias, semper- Deo gr-c~t·ias!
Hemos por fin llegado al lugar de nuestro
destino.
¡ Cuán bonda.doso se ha mostrado el Señor
con nosotros! Cuando traigo al pensamiento
el espacio recorrido en el mar durante treinta
y cinco días, pasando por ·tan varios climas,
sin peligro alguno, con toda comodid::td, siempre en buena salud, siempre eontentos, acompañados con las oraciones de milla.res de amigos
y teniendo a la vista sin número de objeto:;;
que nos recuerdan la generosa caridacl de
nuestros Cooperadores y Cooperadoras , me
siento profundamente conmovido y bendigo
á Dios y á María .Auxiliadora que nos han
colmado con tantos favores.
Con la mente fija en tal pensamiento y
lleno el corazón de gratitud , tomo la
pluma vara 1·efel'irle nuestro viaje y satisfa-cer así el deseo expresado por nuestros hermanos y Cooperadores que tanto se interesan por nosotros.
De '.i'uriu á las islas (;ana:s.•ias.
Prhnc:t• domingo en el mar.
Conmovidos con las últimas palabras que·
confidencialmente , ante el altar de 1\iaría.
Auxiliadora, á ca(la uno de nosotros nos dijo·
Don Rua , nos dirigimos a la estación. Allí
D. :Barberis tuvo la amabilidad de regalarnos á todos un retrato de Don Bosco. MomeltoR después estábamos eu camino.
En Modane , los empleados de la aduana.
fTancesa , sabiendo que eramos misioneros ,
nos rlispensn.ron con tocb hidalguía de abrir
los ew1renttt ba.1tles que traíamo::;.
Llegamos á nuestra Casa de Marsella á
las 9 de la noche ele la vigilia de Todos los
Santos. Allí nos esperaban eon música , luminarias y gran entusiasmo.
Al día siguiente Mñr. ~aguan o cantó Misa
en la iglesia parroquial de S. José y nosotros
fuimos á celebrarla en el renombrado santuario de Nuestra Seilom de la Guardia. El
mismo día seguimos camino á Burdeos adonde
llegamos ú las 7 de la mañana siguiente. Celebra.moos Misa en la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús , y el 3 en Santo Domingo.
Luego, embarcados en una pequeña nave á,
vapor, navegando por el Gironda, llegamos
á tomar nuestra colocación en segunda clase
en el majestuoso vapor inglés J ohn Elde1·.
A eso de las ocho se leva1·on anclas y·
partimos. Saludamos las costas de Francitt
con singular afecto y gratitud. En los pocos,
días que atravesamos por ella, recibimos
atenciones tan delicadas, tan amables y exquisitas de nobles y obreros, empleados, mesoneros y de toda clase de personas que no·
habrían podido hacer más si fueran miembros de nuestra propia familia; y no obstante,
jamás nos habían visto y apenas si sa.bí:m
quienes éramos.
Tocamos en Coruña, Oarri y Lisboa, y el
8 de noviembre buscamos alta mar. Bl nmr·
desde que nos embarcamos había estado
un tanto agitado ; mas el 10 se tranquilizó;
todos los sacerdotes dijimos la santa ~fisa y
dimos la comunión á nuestros compañeros.
Los días anteriores, cuando no estabamos eu.
algún puerto sólo Mñr. l!'agnano había podido celebrar ; los sacerdotes cornulgá.bamos
con los clérigos, coadjutores y hermanas. En
el improvisado santuario de unos dos metrosde alto por otros tantos de ancho y de largo
se oye también á los 1)enitentes y se hacen
las eonfereneias. Tres camarotes vecinos ocupados por nosotros sirven de atrio á este
templo. Los mozos de camarotes eran protestantes, ingleses, fríos, de pocas palabras,.
prontos á decir un no cuando se les pedía,
un favor, quiza porque poco les agra.üa.ha
ver sL:cerclotes católicos y con el t.l'aje talm·.
-
Jl-
Al caer de la tarde del lO pasábamos cerca Islas del t:abo Verde.- Pernambuco. de las Islas Canarias. El mar estaba placiBabia. - l<'une:rales á bordo.
dísimo y á la luz ele la luna cantamos algunas alabanzas á María Santísima.
El 13 estabamos frente á las islas de Cabo·
El efecto fué sorprendente. Todos los em- Verde., el 16 con suave brisa pasamos la lípleados del vapor, capitán, oficiales y mari- nea, eeuatorial y el 17 coste8"bamos la árida
neros atentos escuchaban el canto. Varios y triste isla de Fernando N oronka á la cual el
. pasajeros ele primera clase vinieron á noso- gobierno del Brasil manda á galeras á los
tros y algunos nos rogaron que al día si- delincuentes.
guiente, que era domingo, les dijeramos la
El 18 era segundo domingo que pasábamos
Mis~ d.onde pudieran oírla. Deseosos estáen alta mar. Habríamos deseado celebrar
bamos ele complacerles. ¡,Pero dónde encon- tres misa,s pa.ra los pasajeros ; pero un fuerte
trar un lugar á propósito? Sin duda el m~jor viento impidió se celebrara sobre cubierta.
era sobre cubierta ; más difícil nos parecía N o obstante Mons. Fagnano pudo decir una
diera su aquiescencia el capitán. N o obstante en el departamento de tercera clase , como
las personas que habían venido á nosotros que estaba menos expuesto al i:ilÍre, é invitar
se presentaron á él y sin dificultad alguna allí á los católicos de los demás departamenconcedió licencia, dejando acordado que la tos, que asistieron con placer y oyeron con
Misa pudiera celebrarse de 9 á 10 en el de- gran :~tención la plática de Monseñor.
partamento de primera clase.
Si bien la mn.yor parte de los pasajeros ele
Contentos de semejante resultado Monseñor . primera eran anglicanos había no pequeño
Fagnano convino en decir él esta Misa , en número de buenos católicos que se manifestanto que nosotros la diríamos en el ora- taban contentos de la compañía ele los mitorio de costumbre. Mas en la ma.ñana si- sioneros. Un caballero belga, ele excelentes
guiente á eso de las 8 algunos viajeros de principios, que iba á Chile con su familia,
segunda y de tercera clase vinieron á su decíame un día : « En verdad que somos
vez á pedir una Misa para ellos. Pa.ra dejar bien afortunados en hacer este largo viaje
stisfechos los deseos de todos era, pues, me- en compañía de tan buenos sacerdotes, que
nester celebrar tres Misas y ya sólo Mñr. Fa- cada día celebran aquí la misa, como que el
guano estaba en ayunas : todos los demás que está con el Señor uo puede dejar ele rehabíamos celebrado. 1\fñr. Fagnano hizo en- portar mucho bien. Nuestro mayor sentitonces cuanto era dable hacer : teniendo fa- miento , al dejar la, patria , era el temor ele
cultad para decir dos Misas, dijo una en el uo poder cumplir con la prácticas más predepartamento de tercera clase en proa y otra ciosas al cristiano. Mas Dios nos ha favoen el de primera clase á popa. En un mo- recido concediéndonos la compañía de los Samento improvisóse un altar no rico, pero lesianos , como dió á Tobías un ángel condecente, sobre el cual se colocó un magnifico ductor. Por otra parte muy de veras celerelicario en forma de capilla que, abiertas bramos saber que hay en Chile muchos
sus puertas , dejaba ver tantas reliquias buenos sacerdotes y religiosos que trabajan
cuantos días tiene el año.
por el bien del pueblo. »
Semejante espectáculo produjo la más grata
Y al decir esto enternecíase aquel b11.en
impresión en el ánimo de todos. Durante padre de familia y no menos toda su familia.
las Misas cantáronse las Leü~nías, el Magni.A. la verdad que. en el J ohn Elder todos·
.ficat, el A ve Ma1·is Stella, el La~tdate Domi- nos trataron con sumo respeto y benevo'IHt!Jn omnes gm~tes en coro con todos los palencia.
sajeros.
Al llegar á Pernambuco aunque no estár.. rt celebraeión de la Misa y el canto sa- bamos más que á la mitad del camino todos,
grallo en 1.ma nave, cuando sólo se ve agua dijimos de corazón un Deo gratias. ¡ Alegra
y eielo y sólo unas tablas separan al hombre tanto la vista ele tierra después · de largos:
del abismo, tiene alg·o de sublime y en ex- días de navegación en ·alta mar !
tremo conmovedor. En aquel aislamiento del
Por sublime que sea la inmensidad del omumlo se siente más viva la necesidad de céano, andar en tierra :firme es más seguro.
DioH. Durante esta fie~ta reinó el major reEn Pernambuco algunos pasajeros desemcog-imiento, y terminada pasó revista á la barcaron; no pocos subieron. Al llegar allí
mnl'iuet'Ía el capit{~n y celebró los oficios con qué placer se empeñaron todos en compt·otestautes eou la lectura, ele la Biblia prar hermosas frutas y los fumadores en
wieutras aquellos le escuchaban ele rodillas proveerse de tabaco. Nosotros preferimos las.
~~011 libro en rnano.
naranjas que son excelentes y dulcísimas.
:Mons. Fag-uauo b1tbría querido hacer insExcusado es hablar del calor que hacía.
1J·ueciones tle ea.teeismo {-., los niíios; pero no en aquel puerto: el sol parecía quemar; el
,·ué posible ohteJJel' la correspondiente liceuaire era sofocante ; pero tan pronto como elE
eia del <.mpitáu.
vapor siguió camino se sintió fresco viento:.
En cuanto á sa.lud, todos esUtbamos perfectamente, salvo Mons. Fagnano que paüecfa.
de reuma en un brazo y agudo dolor en uu
-32-
dedo de la mano izquierda á consecuencia
dt'\ los penosísimos trabajos en la Tierra del
I~uego.
- El 20 {t las seis ele la mañana entrábamos
-en el bellísimo golfo de Bahía, antigua capital del Brasil.
Esta ciudad ofrece al que llega un aspecto
verdaderamente pintoresco. Edificada sobre
una extensa col¡na ostenta grandes palacios
y hermosas iglesias, por lo regular con dos
torres y una con tres que se eleva m-ás alto
y mayor que todas las demás.
Las plantaciones de caña de azucar , las
palmas y demás árboles no menos variados
que frondosos, con hQias siempre verdes, dan
una amenidad indecible á la población.
El puerto es grande y una cadena de colinas lo defiende de los vientos.
Aquí Mons. Fagnano bajó á tierra en
1msca de hostias y vela-s. Creíamos que nos
lLabrían de sobrar las traídas de Europa ;
mas. el buen ti¡upo nos había permitido celebrar todos lv., días , con excepción de los
tres primeros, y ahora nos faltaban para el
resto del viaje.
·
U niéronsenos aquí, entre otros viajeros, un
sacerdote lazarista frances , director del Se_minario _de Bahía que se dirigía á Río J·aneiro.
El vapor, provisto de agua dulce, á la una
-tlel día levaba anclas y partía.
A eso de las 8 de la noche ofreciósenos
una escena harto eomnovedora. Un niño de
dos años había fallecido en el- departamento
de tercera clase. Envolviéronle en lienzos
blancos y luego le recostaron sobre una tabla y le ataron á ella. Heváronle en seguida
al puente y 1 pues era hijo de protestante, el
capitán hac1endo las funciones de ministro ,
rodeado de la oficialidad y marinería recitó
algunas oraciones, concluídas la.s cuales dos
hombres tomaron la tabla que unida al cadayer en presencia de todos arrojaron al
mar. ¡La pobre madre estaba i:Q.Consolable!
]La fiesta de Santa Cecilia, - Hio .Janeiro
-- !Uoute \'ideo y los dos Colegios SaJe-
sianos.
El 22, fiesta de santa -Cecilia, recordaba con placer la solemnidad con que en
·uoma se honra á esta Santa y que dos años tuve la suerte de presenciar; recordaba la iglesia donde reposan las cenizas
de esta virgen, iglesia convertida ahora en
un pequeño paraíso por las religiosas á
cuyo cuidado se encuentra ; recordaba, la
·Cripta veneranda circundada de 940 cuerpos
de mártires y el baño y la piedra , conservados hasta hoy día, qonde la santa sufrió
.el martirio ; recordaba las catacumbas de san
Oalixto donde santa Cecilia , después del
martirio, fué sepultada. y que en su aniverE.H'l.rio se ilumina con profusión de luces y
.aclorun co11 0oronas y guirnaldas de mirto y
de rosa. Traslaclábame eou el pensamiento
á aquella cripta doüdt• erig-idos- v~trios altares
se celebra hasta mediodía y luego á su glorioso sepulcro ricamente adornado, donde se
canta solemne misa , en la cual, para recordar los primitivos tiempos de la Iglesia, se
pronuncia un sermón en latín. ¡Cuantas dul·
ces idea.s se agolpaban en mi mente ! SigloB
y siglos han J)asatlo, pero el nombre de lo~
amigos de Dios vive inmortal en la tierra,
Y en tanto &q né es de sus lJerseguiclOl'es ·~·
Desaparecieron como polvo que arroja e\
viento. Perecieron como perecen los enemigos de Cristo y la Iglesia , esto es, con el
flmesto fin que es la suerte de los que contra el reino de Dios combaten.
Para eelebrar esta fiesta , á la caicla del
sol, hemos tenido un sencillo acto literario
musical con cautos en italiano , francés, español y latín.
El 23 {L las 8 de la mañana el J ohn Jflldm·
ancló en el puerto encantador de Río J aneiro.
Vino aquí á saludarnos nuestro carísimo
hermano_ D. Pedro Rota, director del Hospicio Salesiano de Sa,nta Rosa en Nictheroy
y nos llevó á aquella amena población situada sobre una pequeña colina en medio de
· deliciosos jardines y hermosísimos planteles.
Recibiéronnos allí con singulares demostraciones de afecto y benevolencia. Nuestros
hermanos y alnlllllOS estaban contentísimos.
Salió á nuestro encuentro la banda de música y llegamos al Colegio á hora. de comer.
A eso de las 8 de la noche recibimos una
importante é inesperada visita. El Obispo de
Río Janeiro, Ilustrísimo Sr. Lacerda avisado
de nuestro arrivo y de que pensábamos visitarle á la mañana siguiente , para hablar
más largamente con nosotros, quiso anticiparse y, no obstante distar como una hora.
su casa, vino al Oolegio y con la benevolencia y confianza, de un padre para con sus
hijos se entretuvo con nosotros hasta laB
once de la noche. ¡Cuán grande es la bondad del señor Obispo! ¡ Cuá,nto nos ama 1
A la mañana siguiente, dicha hL santa, misa,
ha estado todavía con nosotros hasta la hora
de partida. A las 10 nos despedimos eou
pena de aquel venerando prelado. Desea él
que los salesianos funden numerosas casas
en su diócesis y en todo el DrasiL
A las 10 3[4 estábamos á bordo ; mas el
vapor retardó la salida hasta las 5 de la
tarde.
El domingo, 25 de noviembre, como el mar
estuviera agit~Ldo sólo Mons. Fagnano pud<1
celebrar en el departamento de tercera clase.
En la tarde sopló fuerte viento y llovió.
El 28 amanecimos en Montevideo. Bajamos
(t tierra y nos hallamos con Don Lasagna,
director de la Casa de Villa Oolón, que venía á nosotros. Unos en tnmvía ótros en coehe, después de una hora de camino por
preciosos viales de eucaliptus y otras plantas
~.~
---------------
que embalsaman el aire, llegamos al colegio
Pío. Nuestros hermanos nos recibieron con
gran fiesta y contento. Comimos con ellos,
visitamos la casa , como también la de las
hermanas de 1\'Iaría Auxiliadora., sus respectivos huertos, \Tiñas y arboledas y á las cuatro regresamos á nuestra nave, que abasteeida de bueyes , ovejas y legumbres á las
.5 112 seguía camino al sur.
Bor1•asca. - El Estrecho de Magallaues.
Puntarenas.
El cielo poco á poco se cubría, de espesas
nubes. Luego comenzó á llover á cántaros
y el viento agitó el barco sin piel'l.ad de
modo que no era posible andar sobre cubierta.
Al d:ífL siguiente cesó la lluvia; pero se
Hintió un frío tan intenso que todos los pasajeros necesitaron cubrirse con trnje de invierno. ¡ Qn~ eambio más violento ! Ayer nos
hnllábamos en pleno verano y ahora parece
1ta1)er venido la estación opuesta. El mar seg·uía agitadísimo. Olas que semejaban montañas parecían jugar con el barco y como ·
·f1_ne intentara.n sepultarlo. No obstante las
proporciones de éste (118 metros ele htrgo
pnr 15 de ancho y con siete metros sobre el
agua) era levantado como cáscara. de nuez
~- dejado caer en el espacio que como ahismo
se ahrü1 entre una y otra ola. Oontemplábam·os este cuadro con horror ; ¡)ero con buen
{mimo reíamos y confiados en Dios, como que
eumplíamos su voluntad, ni por un momento
nos sobrecogió el temor. Igual cosa ocurrió á
las hermanas. Nnestro buen coadjutor Berg·ese exclamaba en una especie de lírico entusiasmo:
- Me habían dicho que el mar es como
,extensa llanura; pero los que tal cosa dicen debían venir a,quí. ~Qué promontorios
son estos~ Me parece semejan las colinas de
nuest.ro Monferrato. Allí Orea, allá :M:onealvo
y luego Tonco con sus estrechos valles.
- Sólo falta una cosa pa.ra que la semejanza sea perfecta le dijo uno: los viñedos
·Üe tan bellas coma,rcas.
El 30 comenzó á mejorar el tiempo y el
] 0
ya volvió á serenarse el cielo y calmarse
·Jl mar.
En los dos días prececlent(js sólo J;tabía_mos · rmdado 420 millas, cuando el anclar or-tlinario es ele 315 al día.
El 2 de diciembre , último domingo en el
mar, nos levantamos de buena mañana para·
yer una hermosa salida del sol. Con cuánto
¡~usto lo vimos aparecer después de los días
()scnros!
A más de la misa de otras veces celebró se
nna en el depm~t.amento ele segunda clase.
I.~os asistentes edificaban con su atención y
<eompostura.
A las 9 ele la noche con la 11ecesaHa pre-
caucwn elJohnElder entró en el Estredw de
Magallanes. Al día siguiente veíamos tiena á
ambos lados de la nave y bien cerca de nosotros. Un fuerte viento nos hacía, tiritar de
frío; agitá,banse de nuevo las olas y temíamos se repitiesen los malos días ; pero á las
pocas horas calmá.ronse las agnas y el viento
y comenzamos á divisar las alturas nevadas
de los montes de Puntarenas .
Por fin. á medio día, después de divisar
algunas cabañas eubiertas con paja, llegamos
á l~untarenas. !Ds esta una pequeña ciudad
jnnto al mar, al pie de inculta colina y rodeada á poeos kilómetros de distancia por
una cadena de altos montes, cubiertos de
bosques vírgenes. Las casas ya blancas, ya
pintadas de va.rios colores .esM.n alinea(las
en anchas y derecha.¡;<, eaUes y si bien la vista
de la ciudad no tiene a,tra,ctivo, la saludamos con vivo entusiasmo como término de
nuestro largo viaje.
Desembarco. - I .. a Colonia de Puntarenas. - U.ecc¡_lción en la casa de la Misión. -- Un incendio.
A la una entrábamos en la rada donde
sólo había dos chalupas, un bote y cuatro
barcos carboneros. :Th-Iedia hora después llegaba la Comisión de sanidad y con ella nuestro quericlo hermano Don Ferrero. Como el
único bote que en la rada, había sólo podía
contener ocho personas hubo de emplearse
1nueho tiempo para el desembarco. A las
enatro nos despedimos del personal del J okn
Elüer y de nuestros hermanos que continua1mn viaje á Coronel. Al bajar á tierra bendijimos con toda el alma á Dios. ¡ Es tan
amable la tierra después de recién atravesado el mar !
Estamos ya en camino á nuestra casa. Las
calles en yez de empedradas están tapizadas
ele pequeña yerba. En una gran plaza cuadra,da, yerde como un prado, pastan los animales. Las casas todas de madera y de un
solo piso son limpias, coloreadas-con pintura
exteriormente y empapeladas con gusto eu
lo interior. A primem vista diríase que este
es un campamento militar, como que las viviendas pareeen provisionales y traen á l:! ·
mente las palabras de san Agustín: Non ha.bemtts hic ma,nentmn civ-ita,tem , sed fltt~wam
inqttirhnns. Sí , ilo es este nuestro destino.
¡ Nuestra patria es el cielo !
'
Luego que llegamos á nuestra humilde
morada entramos en la capillt1 bastante hermosa y devota con tres t'1ltares con sus correspondientes estatuas del Sagrado Corazó11,
Nuestra Señora del Carmen v san Jo.sé.
·
Dimos gracias á Jesús SacÚmentado por el
feliz -viaje.
Toclas las indias traidas antes ele la Tiel'ra
<~el Fuego por Mons. Fagnano habían venido
í1 saluda.r {! los misioneros y haeer mil t1e;tas á las he.i'manas que lnn de viyL· ,' n
ellas.
-34·-------------·--·-·-----------
A las 7 112, después del Rosario, cantamos
un Te Deurn solemne. La pequeüa iglesia
llena estaba de gente que celebra el Mes de
María y que había venido á congratularse
en especial con las hermanas recien llegagadas. La función terminó á las 9, esto es
apenas entrado el sol, como que aquí los
días son harto largos. Mientras estarán en
invierno en Europa nosotros gozaremos del
verano, que debe comenzar el 21 de diciembre.
Al presente el termómetro centígrado marca
doce grados de calor, llueve mucho y soplan
frecuentes vientos.
El 4 de diciembre á eso de las 3 1¡2 de la
mañana despertáronnos los repetidos toques
de la campana de nuestra capilla. Figurábame que tocaban el Avemaría. ¡Mas luego
oigo clamar: ¡Fuego, fuego! y gritos y confuso rumor. Temí que el incendio fuera en
nuestra misma casa; dejé la cama , me asomé á la ventana y ví una altísima llama
á distancia como de trecientos metros. Era
un depósito de leña aislado, en qué dormía
un pobre aldeano.
En poco rato el depósito quedó reducido
ú, eenizas. Aquel buen aldeano apenas visto
el fuego, sin fuerzas para apagarlo, corrió á
tocar la campana. Había debido abandonar
á las llamas un viejo instrumento que se
obstinaba en llamar armon]o, bien que con
esfuerzo apenas si sonaban algunas notas.
N o sabía tocar , pero tan pegado á él tenía
el corazón que mientras echaba á vuelo la
campana, sin contener las lágrimas repetía :
Adiós, adiós mi armonio.
A las 12 Mons. Fagnano con tres sacerdotes fué á visitar al Gobernador. Estaba
ausente; pero en la misma tarde vino con
su señora á pagar la visita ; díjonos cuán
contento estaba todo el pueblo de nuestra
venicla y en especial de la de las hermanas,
y nos añadió que por su parte prestaría á
los misioneros todo el auxilio que pudiera.
Una de las hijas del mismo Gobernador,
que toca bastante bien el armonio, animada
por su devoción á María viene durante todo
el mes de las flores á acompañar el canto
en la capilla.
La fiesta de la Inmaculada. -- La.s mujeres en la iglesia. - I..a guarnición. - ContoJ.•nos de Puntarenas.
El 8 de diciembre celebramos la :fiesta ele
la Inmaculada Concepción, cuya novena habíamos comenzado á bordo. Se cantó la mi1:1a
de la Santa Infancia compuesta por Monseñor Cagliero. La .concurrencia no era numerosa, pues llovía con gran fuerza. En la tarde
la iglesia estaba llena. Predicó Mons. Fa~
guano, se cantaTon himnos sagrados, se recitó
el Mes de María y dióse la bendición con
el Santísimo Sacramento.
E;._; digno de notarse el traje que en h
iglesia usan acá las mujeres. Todas sin distinción , ricas y pobres se cubren la cabez<~
con un ·m¡,mto negro, dejando descubierta b
cara, y que les llega casi hasta los pies. Además cada una lleva al brazo una pequeña
alfombra (como de un metro cuadrado) ya
de lana, ya de piel de guanaco que á falta
de reclinatorios y bancos usan en la iglesia.
En Puntarenas hay una guarnición come~
de veinte soldados, que para mantener el
órden, ha enviado allí el Gobierno chileno.
Y como las pacíficas costumbres de los habitantes no les turban, ocúpanse. además en
labrar el campo, conducir carretas, etc. Algunos de estos viven en sus casas los demás.
en un cuartel á cuya puerta hay siempre
un centinela encargado de tocar las horas.
En estos días hemos recorrido un poco los
alrededores de la· población. Es · cosa desolante ver en el suelo multitud de árboles
caidos de puro ·viejos y troncos secos todavía en pie junto á hermosas plantas. La
selva es tan vasta que no alcalizan los ojos
á ver su límite y tan frondosa y tupida que
no se puede caminar por ella. Nadie negocia
aquí con leña.
N o hay casas ; hay ganados guardados
tan sólo por los perros. Es necesario conocer
muy bien los senderos para internarse en las
florestas.
Apenas arreglada nuestra casa y la de las
hermanas abriremos escuelas y daremos principio á las misiones.
Esta es la relación precisa de nuestro viaje.
Sírvase saludar á todos nuestros superiores
y hermanos y en especial á Don Rua, agradeciéndole haya tenido á bien mandarnos á
las misiones.
Sírvase también expresar á nuestros Cooperadores nuestro · sincero y profundo agradecimiento y encomendar á los misionerosque se forman en Valsálice no nos olviden '
ante la tumba de Don Bosco , á :fin de que
el Señor se digne bendecir nuestros humildes trabajos y acrecentar aquí su gloria.
Disponga U d. de todo el afecto de su hij(}
en J. C.
M. BORG.A.TELLO.
HISTORIA DEL ORATORIO DE S. FRANCISCO DE SALES .
CAPÍTULO
XIV.
Reglamento para el Orato1·io. - Los oficiales. - La.
Congregación de S. Luis. - Sus reglas. - Los seis
domingos. - Primera visita del limo. S1·. Franzoni
- Preparativos.
Fijado su domicilio en Valdocco, D. Boscase consagró á promover en el Oratorio la.
J
-· 35-
unidad de espíritu, disciplina y dirección.
Por lo tanto á principios del año 1847, después de haber organizado las escuelas noeturnas , dedicóse al estudio y compilación
·fle un Reglamento que logr6 concluir en
-pocas semanas. Además de incluír en él lo
'11ue tradicionahnente se observaba en el 0. mtorio , designó varios oficios para desem• 1)eñar en la iglesia , recreación y escuelas
estableciendo reglas oportunas para cada uno
. de ellos. Dicho reglamento se imprimió más
· tarde, aumentado y modificaclo segun las ne. t\esidades. Dividese en tres partes. La primera trata del objeto de los Oratorios festi. vos ; la segunda contiene los ejercicios pia. •dosos que deberán practicar los niños y el
modo de portarse en la iglesia y fuera de
ella ; la tercera trata de las escuelas diurnas y nocturnas con advertencias utilísimas
á tal propósito. Desde ruego, varios Obispos
y Párrocos al tener conocimiento de dicho
i·eglamento, hicieron diligencias para iutro1lncir los referidos Oratorios en sus diócesis
y parroquiaR, observando, en cuanto era po~ible, el mismo método que en los nuestros.
Explicados los principales ofi.cios con sus
<especiales atribueiones, Don Bosco los confió
. á aquellos que por su buena conducta y
juicio le p~recieron más aptos para des~mpe
ñarlos debidamente. Como D. Bosco solla dejarlos responsables del oficio que les había
··sido confiado , limitándose él á vigilar para
·que cada uno cumpliese con su debe~, todos
.se esmeraban en conocer y desempenar del
mejor modo posible la parte que les correspondía. Con tal método en el Oratorio empezó á aumentar la disciplina y el orden con
o·randes ventajas pa.ra los niños y alivio para
~uestro Director que semanalmente reunía a
sus oficiales, y, cual experto general, los animaba con palabras llena,s de fervor á conservarse fieles en sus puestos, indicándoles
los medios que habían de poner en práctica
para conseguir mejores resultados. A Yeces
los premiaba con una estampita ó un librito
y concluía siempre recordándoles la corona
·con que serían recompensados un día en el
,Cielo. Estas palabras de Don Bosco y a.quellos
:actos ele confianza eran un poderoso estímulo, y muy raras veces sucedía que, ó por
negligencia ó por mala conducta fuese menester destituir á alguno de su oficio.
Una vez asentadas las bases orgánicas
para promover y concertar la unidad de administración, era necesario fomentar la piedad
por medio de algunas devociones estables y
-uniformes.
Para obtener lo cual Don Bosco ideó la
·Congregación de S. Luis Gonzaga, destinada
.á que los jóvenes procuren imitar á las virtudes en que dicho santo se distinguió ,
y encaminarlos así en el sendero de la mora.! y buenas costumbres. Por cuyo motivo
,(~mnpuso un br~ve I'eglamento que contenía
r
todo lo más preciso y oportuno para nosotros. Examinado por el Arzohispo mereció
su aprobación el 11 de abril del mismo año.
Las reglas son las siguientes :
1[1, Así como S. Luis fué modelo de buen
ejemplo, así también todos los que desea,n
n.listarse en su Congregación , deben evitar
todo lo qw::l puede ser motivo de escándalo
y empeñar:;;e en dar en todo buen ejemplo,
pero particularmente en la observancia de
los deberes de un cristiano. S. Luis desde
su nií1ez fué tan exacto en el cumplimiento
de todos sus deberes , tan amante de las
prácticas de piedad y tan de-voto que la gente
lo seg-uía, cuando iba ú, la iglesia para admirar su modestia y recogimiento.
2a Cada, quince días todos los socios procurarán acercarse á los santos sacramentos
ele la Confesión y Comunión y , si es posible, con más frecuencüt , sobre todo en las
principales festividades. Estas son las armas
eon que se consigue completa victoria contra
el demonio. S. Luis, siendo aún jovencito recibía estos sacramentos cada ocho días. Quien
por algun motivo no pudiese cumplir esta
eondición, podrá con el consejo del Director
de la Congregación conmutarla con otra prácti('.a, de piedad. Se exhorta además á frecuentar los sacramentos y á asistir á las fliueioues en su propia capilla, para edificación de
los compañeros.
3a Huir como de la peste de las malas
compañías y tener mucho cuidado de no hablar ele cosas deshonestas. ·San Luis, no solo
evitaba esas conversaciones sino que era tan
modesto, que nadie se atrevía á proferir palabras obscenas en su presencia.
4a Tener mucha caridad con los compañeros, perdonando fácilmente toda ofensa,.
Era suficiente hacer un agravio á San Luis
para conseguir su amistad.
5[1, Grande empeño en obser-var orden
completo en la Casa de Dios, estimulando á
otros á que entren también en la Congregación. San Luis por el bien del prójimo fué
á asistir á los apestados en los hospitales y
allí contrajo la enfermedad que fué causa de
su muerte.
6w Cumplir diligentemente con sus tareas
y deberes propios, obedeciendo con prontitud
á los padres y demás superiores.
7a Cuando un socio se enferme , todos
tendrán cuidado de encomendarlo á Dios, y
de ayudarlo temporalmente como sus fuerzas
se lo permitan.
Excitó grande entusiasmo entre nosotros
el anuncio de esta Congregación, concibiendo
todos un vivo deseo de pertenecer á ella.
Pero para que no sucediese tener que repetir el dicho del profeta: Jl.:fultiplicasti gentem, et non ?nagniflcasti. laetitiam, y también
para impulsar mayormente la reforma de la
propia conducta, Don Bosco exigió dos con-
-
:1{) -
diciones para la a.dmisión. La primera que
·el aspirante tuviese un tiempo de prueba,
dando buen eJemplo en la iglesia y fuera de
la iglesia ; la, segunda que evitase las conversaciones deshonestas y frecuentase los
santos Sacramentos. Esta disposición produjo muy pronto ~un cambio notable en las
costumbres y en la piedad. La primera admisión tuvo lugar un domingo del mes de
ma,yo, que fué el primero de los seis que
preceden la :fiesta de San Luis.
Para disponernos á celebrar debidmnente
la fiesta de este Santo , empezamos co11 los
seis domingos consagrados á San Luis acercámlose muchos jóvenes á los Santos Sacra.mentos en los seis domingos consecutivos
para ganar la indulgencia plena.ria concedida
·por el Papa Clemente XII. Rec01·damos que
]) . Bosco en esa ocasi,ón nos facultó para ir
{ll verlo á todas horas, con el :fin ele facilitarnos la frecuencia de Sacramentos.
Los sábados tenía que confesa.r hasta horas avanzadas ele la noche y los domingos
desde las cuatro de la mañana hasta la ora
de la misa y muy ú menudo hasta las nueve
y las diez. Eran dos cosas dignas de admiración : la piedad y paciencia de los jóvenes
y el celo indeeible de Don Bosco que pasaba en el confesonario de diez á onee horas no interrumpidas más que por un brevísimo desca.nso de la noche. Aun mús: no
J)ocas veces también ha tenido que confesar
t.oda la noche, de suerte que los primeros
penitentes que lleg~tba.n por la mañana ::;e
encmüraban con los últimos de la noche que
I'fHleaban aún su confesonario. Tan t.rftbnjosa
tarea no podía dejar de impresionar nue;c,¡t¡_·a,
imaginación , de modo que muehos de los
más descuidados, al ver á aquel pobre sacerdote sacrificando su vida sin interés alglm:1,
abrían los ojos, pensaban seriamente en su
alma y se convertían más fácilmente que
oyendo las mejores pláticas.
Y no fué esto todo. Muchos de los jóvenes
que frecuentaban el ·Oratorio no habían recibido aún el Sacramento de la Confirmación. Don Bosco se propuso hacerlos confirmar el día de S. Luis en el mismo Oratorio.
El Rdmo. Sr. Arzobispo Franzoni accedió
gustoso á los deseos de D. Rosco prometiéndole
no sólo. ir al Oratorio para adniinistrar el
Sacramento de la Confirmación, sino también
vara celebrar el santo Sacrificio de la l\iisa
y distribuir la Sagrada Comunión. Es indecible la alegría que nos causó tan grata noticia y también inereible la tarea que recayó
sobre los hombros de nuestro Director. No
siendo suficiente la explicación del catecismo
que todos los domingos hacía, quiso extenderla á todos los domingos por la tarde. Fué
extraordinario el coneurso de jóvenes ; sin
embargo con la ayuda ele buenos sacerdotes
y de otros caballeros , todos quedaron perfectamente preparados para el día fijado.
Entre los que mtto ayudaron tí. Don Bosco,
debemos hacer especial mención. ele los Señores Sacerdotes Borelli , Chaves, Carpano,
Musso, Trivero, é Ignacio Yola.
Era la vl'imera vez que el Rd.mo. Sr. Franzoni visitabtL nuestro Oratorio y que se ce..:
lebraban semejantes funciones en nuestra
capilla ; por consiguiente , aunque pobres,
na,da omitimos para darles todo el esplendor·
posible. Los músicos se prepararon con sus
melodiosas armonías, los sacristanes arreglaron con exquisito gusto la capilla ; la escasés de alfombras fué suplida con sábanas.
y colchas. Se armó también un modesto pabellón y un hermoso arco formado de hojas.
y flores con la siguiente inscripción : En esta
t~t pri1ner ·v~isitct , il1tst1·e Prelado , ctltmnws y
clirectores clel Orator·io te aco,jen con jú,bilo, y
te ofrecen ttmc~ guirncblcla tejida con tos afectos
filiales de su CO?'Ctzón. ·
También los campaneros contribuyeron á.
la solemnidad de la fiesta. Careciendo toclaYÍa de campanas para repicar se resol vieron
ú recorrer las calles cercanas tocando desde
las vísperas opporttme et irnpm·tune una campana, como para anunciar a los interesados
que al día siguiente se celebraba en el Oratorio la :fiesta de San Luis con asistencia del
.Rdmo. Sr. Arzobispo. En tanto, algunos, así
sacerdotes como seglares, se ocupaban en
preparar á los niños para la Confesión y
Comunión. El mencionado sacerdote Sr. Carpano compuso y enseñóles una pequeña comedia titulada : Un sargento de Napoleón;
que tenía que representarse el día de la
fiesta.
D. Bosco atendía á esta variada multitud
de cosas personalmente vigilando y dando
órdenes para que se ejecutasen. Todo, en fin,
en ~1quellos días estaba en movimiento: los
pensamientos , palabras y acciones de cada
uno no se oeupahan más que en la fiesta de
S. Luis y del modo ele eelebrarht con la mayor
solemnidad posible.
Para que todos pudiesen tomar parte, se
trasladó para. el día 29 de junio , :fiesta, de
S. Pedro y S. Pablo, porque los niños aclemás de estar libres del trabajo no tenían
que ir á recibir la paga, lo cual haeían tan
solo los domingos. El día fijaclo pam la :fiesta
llegó :finalmente. Desde las primeras hora.s
del día el confesonario de Don Bosco y de
varios otros sacerdotes se vió sitiado por una
muchedumbre extraordinaria de jóvenes. A
las siete de la mañana esta se había aumentado considerablemente. Parecía que había
acudiuo allí toda la juventud de Turín, de
modo que los que no tenían que quedarse
para ser confirmados, tuvieron que ir al santuario de la Consolata á oír misa. Lo demás
se referirú en el capít.nlo siguiente.
Con liprobaci6n__ de~At!t· Eclesiástictt- Gerente MITEO
Turín, 1889 - Tipogr;,fia Salesiana.
_GHrGWII~
1.'[JRIN -
BlJI~~()S
Lihreria Salesjana ·-
A YRES
p
LECTURAS CATOLICAS
_Año l. '1884
'
DE LA IlVIITACION
DE LA
IENAVENTURADA VIRGEN
NUESTRA SEÑORA
I.dhro compuesto en la.tin por nn monje premost.ratense del monasterio
J\farchtal, traducido por un religioso üe la eompaiiía de Jesús
Opuse. en-32° de 80 pág. (En Efuenos Ayres. m¡m.
0,~2)
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O 80
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por Mons. DE SEGUR
TRADUCIDO POR D. JOSÉ SALA. Y BALCELJJS,
Opúsc. en-32° de 100 pág. (En Buenos Ayres m¡m. 0,12) .
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EL LIBERALISMO ES PECADO
CUESTIONES CANDENTES
por D. FE ll X SARDA y SAL V A NY Pbro.
Dos opúsc. en-32° de 280 pág. (En Buenos Ay•·:s m1m 0,24 .
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AÑO
II. ~885
VIDA DE MIGUEL MAGONE
escrita por el P. JUAN ROSCO
traducida al español por un Cooperador Salesiano
Opúsc. en-32° de 112 pág. (En Buenos Ayres mJm 12)
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EL INFIERNO
Si lo Hay -. Que es -
Modo de evitarlo
por Mons. DE SEGUR
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J. G-
Opúsc. en-32° de 160 pág~ (En Bueno$ Ayres m¡m 14) • • • • • • • Peset.
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GONZAGA
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DE LA COMPANIA DE JESUS
por el P. PEDRO RIVADENEIRA de la misma Compañia
Opúsc. en-32° de 104 pág. (En Buenos Ayres m¡m 12) •
LOS
~IUERTOS
8
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...
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Y LOS VIVOS
CONFER__ENCIAS
ACERCA LAS
COMU~]CACIONES
DE ULTRA- TUMBA
por el R. P. MATIGNON
Opúsc. en-32° de 148 pág. (En Buenos Ayres m¡m. 14) .
• •
a
•
•
••
Peset.
1 00
-
Fecha
-
1889.03