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Título
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BS_1889_02
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Descripción
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Boletín Salesiano. Febrero 1889
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extracted text
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OLETI
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Ins~ruyó al pueb~o y diy1;1lgó todo lo .q~;- había hecho. ~ No se engañaría mucho quien intentase atribuir
Bus~<? las doctrmas utlles y escr1b10 documentos ~principalmente á la prensa malvada todos los males
rec~Istmos y n.enos de verdades. Las palabras de los
sab1os son como puas ó clavos, que penetran pro·
fundamente, y nos fueron dadas mediante nuestros
maestros por el único pastor.
~
, .
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EcLESIASTES XII, 9, 10 Y 11)
~ y la deplorable condición de las cosas á la cual
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ll O' d
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~
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El peligro, Sto. Padre , está en la continua
-~~~ ~ifusion ~e libros infames; y para p~ner un dique
...
a este mal mmenso, yo no veo otro remed10, que la fun...
dacion de una imprenta Católica, puesta bajo el patro·
.(~ cinio de la Santa Sede. De esta manera no hacién·
dose ~sperar nul!stras respuestas, po~rémo's con mayor
nntaJa descender al campo de la lid y responder con
feliz éxito á las provocaciones de los apóstoles del
:
error.
(SALES)
1
¡¡¡ emos e, a o ac ua en e... , os escrt res. cat Icos
~ deb.en con todas sus fuerzas volverla en bten de la
;;;; soCiedad.
~
(LEON XIII)
~
La prensa periódica sometida á la autoridad je·
.
.
•.
.
.
,
¡¡¡ rárqmca, reve~tlda del ~sptr~tu de Je~ucr1sto, VIene a
;;; ser un poder mmenso: llumma, sost1ene la verdad,
~hace desaparecer el error, salva y civiliza; es cási
~ una forma de apostolado sublime.
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(ALIMONDA)
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' ...~~F;x~~~~~~~><$x<-'$l:>><$x<$><><$x<$<~~+-~+
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TURIN
1
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LIBRERIA SALESIANA- TURIN
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IMPORTANTE PUBLICACION
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Apenas ·publicado en nuestra Tipografía de Turín el texto original latino del libro de oro, la
Imitación de Cristo muchas personas han manifestado vivo deseo de que se dé á la estampa una •
versión griega. Y en verdad que harto lo merece, porque, salvo la Santa Escritura, no hay libro
alguno mtís sublime en su dulce simplicidad y quizá tampoco más saludable en sus efectos. A
fin, pues, ele secundar las instancias que nos han sido hechas y de favorecer el incremento y
difusión de los buenos estudios, que particularmente en estos tiempos son tan necesarios para la
educación cristiana de la juventud, hemos resuelto imprimir la Imitación de Cristo en griego,
sirviéndonos de la edición del C1an. Weig·l dada á luz en Sulzbac en Baviera el ru1o de 1837.
Tal edición fué hecha con escrupulosa diligencia, teniendo á la vista la edición príncipe debida
al primero que en griego la tradujo, el doctisimo P. Jorge Mayr de la Compañía ele Jesús, na- ¡~:
cido en Rain en Baviera en 1569 y muerto en Roma en 1627. Por desgracia de esta clásica .:~,
traducción, que tiene el inestimable mérito de conservar toda la simplicidad' gracia y unción del :
orig.inal latino, no quedan sino rarísimos ejemplares en las bibliotecas. De aquí es que resuci- ~
tándola, por decirlo así, nos parece hacer además un buen servicio á la enseñanza clásica. Par- ~
ticular cuidado pondremos en que el trabajo artístico corresponda á la importancia de la obra. ~:
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Abierta desde luego una subscripción en las condiciones que abaio se indican, rogamos á los Srs.' ·
11
~.~~. Rectores de Seminarios, Colegios, Bibliotecas y en general á los amantes ele las letras tengan á ~·
...~ bien expresarnos su adhesión para comenzar cuanto antes la publicación.
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.
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CONDICIONES DE LA SUBSCRIPCI¿N
~~
La obrita será un hermoso volumen de más de 500 páginas y esperamos quede terminada en el
.
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..:. : . Las personas que durante el mes de febrero manden el precio del volumen, esto es, Pesetas ~..
-~ 1, 75 franco de porte recibirán inmediatamente en obsequio, que indicará haberse recibido el ~~~:
·~ dinero, la importante obra por el P. F. 1fartinengo La Gran Bestia seiialada a la juventud. ~
...)¡~
Al que mandare el valor equivalente á diez ejemplares le inviaremos uno gratis.
~+
~ . mes de mayo venidero.
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TURIN- Libreria Salesíana- TURIN ·
VERITAS CATHOLICAE FIDEI
IN SELECTAS THESES
EXPOSITA ET COMPROBATA
CONTRA ERRORES IN SYLLABO PROSCRIPTOS
EX PL URIMIS PII. IX DOCUMENTIS
.A."CTCTORE
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Parocho ANTONINO ORLANDO
A SALEM
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Peset.
4 OCD
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Un vol. en-32° de pág. 373 franco de porte
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l?ese1.
O 70
Sale una vez a.l mes.
AÑO IV.· N. 2.
FEBRERO de 1889
o
BOLETI
. Debemos ayudar á nuest-tos herma·
nos á fin de cooperar á la difusión de la verdad.
(lll 8,
JUAN,
(1 TIM. IV, 13)
Entre las cosas divinas la mP..s di.;
vina es la de cooperar con Dios .
á la salvación de las almas.
DIONISIO)
Un amor tierno hacia el prójimo es
uno de los más grandes y excelentes dones que la divina bondad
puede hacer á los hombres.
(El Doct. S.
t:
~
FRANC.
ds
(M.!T. XVIII)
8)
:Atiende á. la buena lectura, á la exhortación y á la enseñanza.
(S.
Cualquiera que reciba á un niño en
mi nombre, recibe á m1 mismo.
SALES)
Os recomiendo la. niñez y la juven- '
tud; cultivarl con gra.nde empeño la
adncación cristiana ; proporcionad
libros que enseñen á huir el vicio
y á practicar la virtud.
(P10 IX)
· Redoblad todas vuestras fuerzas para.
retraer á la nii1ez y juventud de
las insidias de la corrupción y de
la incredulidad y preparar de esta.
manera una nueva generación.
(LEON
DIRECCION en el Oratm•io Salesiane. - Calle 'le Cottolengo N° 32, Turin (Italia)
Sumario : El 31 de Enero de 1889 - El adios do
los Misioneros al partir para la Patagonia- Gracia
obtenida por mediación de D. Bosco- Carta de Quito
- Los funerale.s.
El 31 DE ENERO DE 1889.
Qué fecha para los Salesianos ! Día de
conmovedor recuerdo para nuestros Cooperadores. Un año hace que Don Bosco
partió á la eternidad dejándonos un rico
·tesoro de enseñanzas. No es posible pensar en Él sin que nos sintamos atraídos
por la humildad, forta,leza, amor, magnanimidad y demás -virtudes que en grado
heróico practicó. Cuando nos postramos
ante su tumba para elevar una oración
al Cielo no son lágrimas de dolor sino
de inefable ternn~a las que brotan de
nuestros ojos.
Fué nuestro mejor amigo é incomparable padre. IDl Señor que se había dignado dárnoslo nos lo qlti.tó. Dii·íase que
ahora le tenemos tan lejos como es grande
la distancia que media. entre el tiempo
y la eternidad. Y con todo, el dolor no
se adueña de nuestro ánimo ; un miste-
XIII)
~
rioso sentimiento nos le representa como
vivo y hablando en medio de nosotros.
La fe es el alimento del justo, ha dicho el Señor, y la fe fué la vida de Don
Bosco, porque sin ella imposible le habría sido realizar la grande obra á que
Dios le destinaba ni obtener de Él los
medios necesarios. Pero la fe que había
de constituir en él un mérito personal
debía servir aún de ejemplo á los demás.
San Pablo, en su carta á los Hebreos ,
nos dice como los antiguos fueron aplaudidos por la fe, como por ella fné encomiado el justo Abel, mereciendo que el
Señor aceptara bené-volo las ofrendas que
le hacia: Defttncttw aclhtw loquitur. Nos
habla todavía después de muerto : habla,
exclama San Juan, con su precioso ejemplo entre los hombres ; con su vida no
se borró su memoria que vive aún con
nosotros.
t l~o podrá decirse otro tanto de Don
Bosco ~ Defunctus adhtw loquritttr '! ~No podrá decirse que su palabra ardiente, vivificante y casi irresistible guía aún sus
obras al fin por él propuesto 1
· Más de una vez habíase dicho que
muerto Don Bosco acompañaríale su obra.
á la tumba. Acusábasele de temeraric1
en acometer empresas superiores á las
· fuerzas de un hombre. ~ Y qué ha ocur! rido 1 MaraviUados estamos nosotros mis-
-14-
mos en vista de un presente que nos da
fundadas esperanzas de duradero porvenir.
Defuncttts adhuc loquitur : Habla en las
iglesias que erigió , como quiera que·
siguen celebrándose las mismas espléndidas funciones establecidas por él y acu-·
diendo las muchedumbres á implorar la
protección de la Madre celestial ~iaría
Auxiliadora y continúan dispensándose
inefables gracias mediante las oraciones
indicadas por Don Bosco.
De.functus adhtw loquitur: Habla en medio del sin número de niños que se educan en sus oratorios y colegios, pues que
siguen repitiéndoseles las enseñanzas y
máximas que incesantemente predicaba
y frecuentándose las prácticas de piedad
con que trataba de infundirles su mismo
espíritu.
Dejunctus acl71luc loquittvr: Habla á nuestros nuevos compañeros que de día en
día vienen á consagrarse á la educación
de la juventud, prontos á difundir de
palabra y por escrito y con ardiente celo
las múltiples instituciones fundadas por
Don Bosco.
Defu?wtus adhuc loqtttit'lur: Habla por
medio de las. frecuentes y crecidas espediciones de generosos misioneros, que esforzados y llenos de abnegación y caridad, abrazando la cruz, vuelan gozosos á
cumplir la recomendación hecha ya moribundo á Monseñor Oagliero: Sa.lvad, salvacl 1nuchcts alrntas en las rntisiones.
Defuncttts adhtw loquitur : Sí. Vosotros
dignísimos Cooperadores y Cooperadoras,
vosotros tan fieles amigos de Don Bosco
y padres adoptivos de sus hijos, vosotros
que sostenéis su empresa de saLvación
~no sois acaso . una maravillosa prueba
de que escucháis constantemente la voz
de vuestro amigo, que grabadas tenéis
en vuestra mente sus promesas y dais
expansión á los generosos impulsos que
os aviva su muy cara memoria'
¡A! No cabe duda: Dejunct·us adhuc
loquitur. Él nos habla de mil modos y el
31 de enero la angustia del dolor cede á
la intensidad del afecto hacia quien, con
la caridad de N u estro Señor Jesucristo,
nos ha dispensado tan entrañable amor.
Al rededor de vuestra tumba, oh padre
amantísimo, reeordaremos nosotros tus
palabras: Os recom.iendo que no lloréis 11ii
'111/twrte : ella es ·wna dett,da qtte todos debe11WS JJagar; ·mas después larga se·rá la recompensa ele toda fatiga por a1nor de mees-
·tro bu.en Jesús. En vez de llorar haced jir.11tes y eficaces resoluciones. Sí, las haremos
recordando en particular lo que ya al
darnos vuestra última bendición nos repetisteis : trabajo, trabajo, trabajo, y nues~ras reconocidas oraciones serán la corona que deptmgam.os en vuestra bendita
tumba.
El ADIOS DE lOS MISIONEROS
al partir para la Patagonia.
El 7 enero era el día fijado por Monseñor
Cagliero para salir de Turín y dirigirse á
Génova , donde debían embarcarse sus auxiliares misioneros y emprender viaje á América.
Don Rua á los 1\'Usione:ros.
En la mañana Don Miguel Rua eelebró la
santa Misa en el Oratorio privado de Don
Boseo y dió la comunión á los 1\:!isioneros
En seguida les dijo:
« Antes· de vuestro viaje á los confines de
América, os he reunido aquí para avivar en
vuestros corazones bien caros recuerdos. Esta
fué por muchos años la morada de D. Bosco;
aquí en este altar, durante el santo Sacrificio, rogaba á Jesús por los hijos que tanto
amaba; aquí meditó , ordenó y llevó á término mil santas empresas ; aquí fué donde
por vez primera le ocurrió el grandioso pensamiento de l<as misiones, seguro de que María Auxiliadora le mandaría evangélicos obreros. Por esto he querido daros aquí un
saludo y una bendición en nombre suyo.
« Acordaos siempre que sois hijos de Don
Bosco. ~Qué significa ser hijo de D. Bosco ~
Que es necesario seguir su ejemplo , practicar sus virtudes , y continuar la obra acometida por él llenos de espíritu de caridad,
de sacri:fi.cio, de incansable trabaJo. ¡Ah!
cuán gr::mdes y sublimes fueron las virtudes
de Don Bosco ! N o es menester que yo las
describa. Vosotros mismos habéis sido testigos oculares; pero la que era como más característica en él fue el celo por la salvación
de las almas. Da 1nihi animas, eaetera tolle,
era la divisa que en su pobre celda tenía
escrita desde sus primeros años de sacerdote. Éste fué su constante anhelo y el trabajo de todos los instantes de su vida ; y
éste es el fin que todos vosotros sacerdotes;
clérigos y coadjutores debéis proponeros al
partir á América. No la esperanza, de lucro,
no el deseo de pasatiempos , honores ni la
curiosidad de conocer nuevos paises sino el
deseo de salvar muchas almas debe ser el
estímulo y aguijón del misionero.
« Animado vuestro espíritu de semejante
mtención fructuosas y dulces serán vuestras
-15-
predicaciones y enseñanzas , vuestros viajes
y sacrificios, porque os acompañarán los consuelos de Dios y la esperanza cierta de inefable é imperecedero galardón. Qué vuestro
corazón sólo palpite por Nuestro Señor Jesucristo ! Este es el propósito qne todos pueden y deben hacer. Mientras nos empeñamos
en salvar las almas de nuestros semejantes
tengamos cuidado de no perder la propia. »
Dicho esto y recordados varios consejos
de nuestro santo fundador bendijolos á todos y dióles un recuerdo y un retrato de
Don Bosco , añadiendo : « Qué Don Bosco
viva en vuestras obras, en vuestra mente y
corazón. »
Condújolos en seguida á la alcoba de Don
Bosco allí contigua y arrodillados al rededor
del lecho en que entregó su alma á Dios
- « ¡Oh! caro y venerado padre , exclamó
Don Rua, oh Don Bosco que -firmemente
esperamos - gozáis ya el premio de vuestras fatigas, dignaos mirar piadosamente á
vuestros hijos postrados junto á vuestro lecho de muerte y obtenednos del Señor que
todos cumplamos dignamente la obra que
nos está encomendada. Y vos, Virgen San- ·
tísima y bondadosa Madre nuestra , concedednos, por intercesión de nuestro fiel siervo
que nuestra conducta sea digna de tal padre y madre y podamos ser eternamente hijos vuestros en el Paraíso. »
El sábado precedente las veinte esforzadas
hijas de María que debían formar parte en
expedición de Monseñor vinieron también {t
oir la santa Misa, comulgar y oir la palabra
de Don Rua en la misma capilla.
que salvar menester es que el ministro del
Señor obedezca á la voz que á tal fin le
llama.
Pocos días hace hallábame en París, en
la gran •capital de Francia, en la metrópoli.
del mundo en busca de recursos para nuestra expedición. En una gra.n iglesia celebrábase una, solemne función. Reuníanse nobles
señores, generosos franceses , un pueblo inmenso. a, De qué se trataba~ Algunos santos
sacerdotes disponíanse á dar un adiós á la
pátria y familia para dirigirse á Oriente, {L
donde especialmep.te se encaminan los misioneros de aquella y otras naciones. Y bien
los diarios y revist::ts hablaban ufanos ele esta
fiesta de París cristiana y concluían exclamando: ¡ "Viva, viva la Francia siempre infatigable en el bien de la Iglesia! .
¡ Imaginaos ! Yo italiano girando por calles y plazas de París, que amo de corazón
mi patria, al leer, al oir: ¡ Viva la Francia!
decía entre mí : También en Italia, también
en Turín hay nobles y generosos hijos que
ofrecen en holocausto su vida por la fe de
Cristo. Y en lo íntimo del alma con santo
entusiasmo decía: Sí, ¡ Vive~ la Prancia! y
viva la Italia y viva Turín, que émula de
los franceses manda sus misioneros al Occidente.
Oharitas Ohristi ut·get nos. Esta voz del
Señor óyese resonar por todas partes con
una fuerza tan dulce como poderosa é irresistible y atrae á sí con encanto inefable.
He aquí que italianos , turineses , salesianos muévense á predicar la buena nuéva ; la
fe que los alienta. á partir , la caridad que
arde en su corazón les hace suave todo saConferencia de Mons. Cagliero crificio. Nosotros nada somos; Jesucristo es
en la iglesia de MarÍa Auxilia· todo : Él es quien obra y quien muev·e. El
hombre planta1·á y regará ; pero Dios da el
dora.
incremento.
Justo es que nos unamos al entusiasmo
A las· tres .de la tarde la iglesia de María
Auxiliadora en Valdocco presentaba el mag- de París y que nos regocijemos al ver hoy
nífico aspecto que la distinguen en las que también Turín envía crecido número de
grandes solemnidades religiosas. Jamás con- hijos á anunciar el Evangelio en los pueferencia alguna s::tlesiana había atraído tanta blos que todavía salvajes no conocen el nomgente. Caballeros y señoras, nobles y plebe- bre ele Nuestro Señor Jesucristo. Justo es
yos, sacerdotes seculares y regulares, cléri- · nos llenemos de santa alegría - nosotros
gos y alumnos confundíanse allí como miem- que partimos y vosotros que generosamente
bros de la familia singularmente protegida cooperáis á nuestra partida - con pensar
bajo el manto de Marí::t. Auxiliadora. Tan en la salvación ele muchas almas y la pronumerosa fué la concurrencia que llenó desde pagación creciente de nuestra fe. Justo, muy
temprano las naves del templo, que contra just? es, mis queridos Cooperadores, que nos
toda costumbre· hubieron de quedar fuera los glonemos de esta obra y entonemos un cántico de alabanza y gratitud á la Divina Proniños del Oratorio.
El Emmo Cardenal Arzobispo Alimonda , videncia que se digna valerse de nosotros
Monseñor Bertagna, Obispo Auxiliar y J\'Ion- para dilatar su reino. Sí, podemos celebrar
señor Leto honraban la función con su pre- con santo júbilo que el Señor haya fijado en
nosotros su benigna mirada, como quiera
sencia.
Concluidas las vísperas Monseñor Cagliero que Turín no es inferior á París en enviar
misioneros á tierras extrangeras.
pronunció el siguiente discurso :
Un .pensamiento de singular ternura y de
Oharitas Ohristi urget nos (Corinth. v, 14).
El amor, queridos Salesianos, el amor de gran consuelo . me asalta · en este momento.
· Jesucristo á las almas me mueve á hablaros Es la segunda vez que después de m1 re:en esta tarde. Donde quiera que hay almas greso de América os hablo en esta iglesia.
-16Pero ¡ ay ! vuelvo mis ojos al altar ·y ya no vuestra frente , cuántas emociones revela
veo allí á aquel que compartía con nosotros vuestro corazón! Vosotros deseáis oirme anel contento y la dulzura , el entusiasmo , la tes del viaje ; deseáis que os hable de las
gloria, los cánticos de estas :fiestas, á aquel Misiones. Y bien, os hablaré de las Misiones
que asombraba á Turín con mil obras de y de cuanto vamos á hacer en América
caridad , el fundador de nuestras Misiones , del Sud.
el impulsor de los Salesianos á la Patagonia,
Estoy en medio de verdaderos y queridos
nuestro carísimo padre D. Bosco.
hermanos , en medio de probados y buenos
¡ Ah l no le tenemos ya en medio de noso- amigos; hablaré pues ingenuamente y con
tros. Casi un año hace que voló al Paraíso. el corazón.
Ahora reposa en paz, en el eterno gozo. Él
Mas ante todo quiero responder una objeno está en medio de nosotros ; pero está con ción que ereo adivinar en más de uno en
nosotros, porque nos ha dejado su espíritu este momento. Muchos de vosotros me dirán.
el cual nos asegura que su obra es obra de Nosotros celebraríamos más que Monseñor
Dios. « Atravesarás el mar y traspasarás se quedase en Italia con los turineses.
las cordilleras; pero no temas. Nuestros hiAhora que va perdiéndose la fe harta nejos te servirán de auxiliares y nuestros Coo- cesidad tenemos también de misioneros.
peradores te prestarán su ayuda. Intérnate
- Excusad ; voso-tros tendríais en tal caso
en la Patagonia, avanza hasta la Tierra del una religión á m:omera de las torres. lo Sentís
Fuego. No temas; á nosotros no nos corres- que yo y mis compañeros partamos~ Entonponde cosa alguna.· Dios es, hijo mío, quien ces no sois, no podéis llamaros católicos. Polo hace todo. Verás progresar nuestra obra dríais apellidaros católicos turineses.
de día en día; no lo dudes. » Estas eran
lo Qué digo~ Sería absurdo." Podríais decilas palabras que por segunda vez oía de la- ros cristianos turineses ; pero de ningún modo
bios de Don Bosco en el lecho de muerte. católicos. Jesucristo vino á la tierra para la
Bien podéis imaginaros cuan grande sería al salvación del mundo y quiso ser el Pas·tor
oírlas mi eonsuelo. Y ya lo veis como hoy del mundo entero..... .Et .fiet u1~u1n ovile et
mismo se están cumpliendo sus palabras.
'Mnus patltor ... Si todos nosotros nos quedáse- Yo he temido por la Congreg·ación Sa- mos en Turín, en el Piamonte, si procuráselesiana, decíame el Santo Padre en la au- mos la salvación de sólo una parte del mundo
diencia obtenid3, en la primavera del año cómo entenderíamos la caridad de Jesucristo
pasado ; he temido á causa de la muerte de que nació y murió por todos~
D. Bosco. Ahora persuadido estoy de que
- Pero que vayan otros de Francia, de
su obra es obra de Dios y una vez más me Bélgica y de otras naciones.
confirmo en ello.
·
- ¡ Oómo l &Y vosotros turineses os resiHabríase creído que muerto Don Bosco su gnaríais á perder tan gran gloria como es
obra hubiera podido debilitarse ; y no obs- la de llevar la civilización á los pueblos saltante en breve parten diez y después quince vaJes y concurrir al triunfo de Cristo en la
valientes misioneros para América. Ahora tierra~
una tercera expedición apercibida está para
Ante el espíritu católico enmudezca, pues,
embarcarse.
el espíritu de interés privado, bie11 que pa:
¡, Oómo no bendecir á la Divina Providen- rezca cristiano.
cia~ Acaban de llegar á la Tierra del Fuego
lo Pero qué~ He dicho mal en expresar que
con Monseñor Fagnano los 15 misioneros que no estáis contentos de que partamos. Porque,
me han precedido. Cantando estarán todavía oh buenos turineses , lo qué :fin os ha traido
las alabanzas de acción de gracias después aquí~ Habéis venido para elevar una plede largo viaje de cuarenta días y ahora yo garia á María Auxiliadora por el feliz viaje
voi en seguida.
de los misioneros ; habéis venido á darnos
Mi corazón ha, debido sufrir verd.adera lu- un último adiós y decirnos: « Id á predicha antes que 1ne decidiera á part]r ; por- car el Evangelio y bautizar á todas las genque si en verdad amo la patria , deseo la tes. Euntes docete omnes gentes baptizantes
salvación de los salvajes. Amo la América; eos ... »
pero á la vez amo la Italia. He necesitado
ANo es verdad que este es el motivo que
hacerme violencia ; mas al fin la caridad de os ha traido ~
Cristo ha salido· triunfante. Así pues, ahora
Estáis pues contentos de nuestra partida.
parto y conmigo un número considerable de Hemos in voeado vuestra caridad,. vuestrO. celo
valientes que anhelan consagrar la vida en y todos habéis respondido según vuestra11
bien de las misiones. Habíanseme ya conce- fuerzas. Bien comprendéis, beneméritos Coodido diez para venir en mi compañía ; yo peradores la enorme suma que se requiera,
dije: ne~ bastan. Me dieron veinte ;; no bas- los ingentes gastos que reclama la provisión d'.~
taJ1 ; treinta , cuarenta ; no bastan. Ouando lo que necesita para mo,rerse el misionero y
pude conseguir cincuenta ; basta, dije} altora más aun el suministrar alimento y vestido ú
es tient.po. Por esto he venido "hoy a daros los pobres Patagones. Mas no sólO. nosotro3
el a.diós de h n9;rti1lih
. sino también la Italia entem, todos,:o.uestro8
L' •>><' ; :: :, ' ....,, , ·; ··" cosas veo escritas en Cooperadores de Francia, Bélgica y demás
-17-
naciones nos hl)Jn prestado poderosa ayuda
y alentado á partir. Ya prontos estamos.
Pero por. amor de Jesucristo , por amor á
Don Bosco acordaos de continuar dispensán·donos vuestra protección, de modo que ·aunque larga distancia nos separe siempre nos
una la santa caridad. Seguro estoy de que
no nos olvidaréis, porque los Cooperadores
y Cooperadoras han sido nuestro constante
sostén y socorro, como decía Don Bos'co.
Las Misiones son la empresa mayor y más
gloriosa que pueden acometer los hombres ;
son la continuación de la obra civilizadora
de los Apóstoles y tienden al cumplimiento
.de la misión de Jesucristo en la tierra. Continuas han sido en la Iglesia Católica. Leed
los anales de su historia y encontraréis que
en todos los siglos, casi de año en año, certtenares de misioneros , saliendo del centro
del catolicismo, han llevado la luz del Evangelio á leja.nos paises y salvado innumerables almas. La Iglesia de Cristo, maravillosamente fecunda, quiere la salud de los
pueblos y que sea el nombre de Dios· conocido, honrado y servido en todas partes. El
Divino Redentor no ha muerto tan sólo por
los italianos y europeos, ha muerto también
por los pueblos del Asia, de la Oceanía, del
Africa y de la América ; y conforme á los
inexcrutables designios de Dios la evangelización del mundo ha sido no simultánea sino
sucesiva.
lo Y los Patagones~ Muchos siglos pasaron
antes que el misionero pudiera pisar su suelo.
Grande era la miseria de aquellas tribus,
tristísima su suerte; pero llegó ::~,1 fin la hora
en que dijo Dios : También en la PatagoiÍia
.ftat lux. Y la luz fué hecha; y ved como
los· Salesianos penetran en aquellas remotas
comarcas , llegan al Río Colorado , al Río
Negro, al Río Chubut, pasan la Cordillera
y, recibidos con manifiesto contento por los
salvajes, establecen entre ellos su morada,
los instruyen, bautizan y acrecientan la gran
familia católica.
U na tarde , en el silencio solemne de aquellos inmensos desiertos, sentado sobre la
silla del caballo y rodeado de centenares de
salvajes que me escuchaban respondíales á
una pregunta mil veces repetida.
- t, Conque más allá de estas regiones,
más alla de estos mares hay otras tierras
donde piensan en nosotros 7
- Sí , y mi presencia aquí os prueba la
verdad.
.
- ¡ Ah! Decidnos muchas cosas. N os han
contado que aquel es un país grande , muy
grande que se llama Europa.
--:- Es verdad : la Europa es muy grande.
Mirad el desierto : .es interminablá ; su cielo
es inmenso ; y bien la Europa con su cielo
es más vasta que este desierto. Hay en ella
más de trescientos millones de hombres, que
habitan en altas y grandes casas y forman
millares de ciudades y gozan de una civilización que Dios hecho hombre trajo del
cielo á la tierra, y esta civilización es la qu~
os traemos á vosotros y á vuestras tribus.
Hay allá una ciudad famosa que se llama
Roma y en ella un hombre extraordinario
que piensa en vosotros. ]11 es quien nos ha
mandado a.cá ; se llama Papa, esto es pa.dre,
porque tiene paternal corazón y es el padre
de todos. ¡Oh, Cacique! si supieras cuanto
él se interesa por tí y por tus súb<litos. Él
nos ha enviado para que os hagamos el
bien y os salvemos. Alrededor suyo hay una
familia que os ama y nos da los medios para
venir á serviros. Esta familia se llama iglesia Católica : su Jefe, su Padre es el mismo
Papa.l\'Ias sobre este Jefe y sobre esta familia
hay otro Padre que está en los Cielos , al
cual ya hoy en la mañana habéis invocado
conmigo d.iciendo: - Padre nuestro, que
estás en los cielos.
Este Padre, este gran espíritu, Jefe de todog
los hombres ha constituido al Papa como su
representante en la tierra, ha venido á este
mundo para instruirnos, redimirnos, sal-varnos y constituir la gran familia cristiana.
Miles de miles de. nuestros antepasados le
han visto y han hablado familiarmente con
él y han presenciado estupendos milagros
que obraba á cada instante.
Y en seguida yo les narraba brevemente,
el nacimiento, la vida y. muerte y la doctrina
de Jesús.
Amados Cooperadores y ·Cooperadoras ,
¡ ah! si supieseis cuanta impresión produce
en el corazón de aquellos pobres salvajes la
simple exposición de la verdad, la sencilla
enseñanza .de nuestra Religión! No necesitan
pruebas para creer , ni siquiera las piden ;
porque tal es el carácter divino de estas verdades que bien comprenden no son invenciones humanas. ¡ Oh! ya podéis imaginaros
cuanto se consuela el pobre misionero al
predicar el Evangelio á criaturas que si bien
muy miserables no se resisten á la gracia ni
jamás se cansan de escuchar la santa doctrina, profundamente conmovidos y maravillados al oir cuan grande es el amor de Dios
á los hombres.
- Nosotros los católicos, añadía, formamos
una sola familia con un solo corazón, un solo
pensamiento, una sola fe, un solo bautismo ;
todos somos hermanos , hijos de un mismo
padre. Te aseguro , Cacique , que. si fueses
á Europa, á Turín verías suntuosas iglesias
y santuarios harto más hermosos que la humilde capilla levantada aquí por nosotros ;
verías sin número de gente que devotamente
va á rogar á Dios, su Creador y Redentor ... ·
á implorar la protección de la Virgen ... María Santísima. Si fueses á Europa todos fu
mirarían atentos no sólo porque tu color es
diferente al suyo y porque vistes piel de
•guanaco sino. p>orque te aman, porque saben
que tienes u~ alma como ellos, un alma in-
18 -
mortal por la cual nuestro l~edentor ha venido. á la tierra y muerto en una cruz.
- ¡ Oh , qué hermosa cosa , una sola familia, exclaman atonitos los salvaJes.
- U na sola familia, compuesta de más de
docientos millones de católico$.
- ¡ Doscientos millones ! N o cabrían en este
desierto.
- ¡Oh, esta no es toda la tierra! Tu conoces sólo el desierto ; nosotros conocemos
todo el mundo : la Europa y otras grandes
regiones. Pero por ahora te baste saber que
muchos te quieren bien, ·piensan en tí, en
tus hijos y en tus súbditos ...
Sí, caros Cooperadores , mil veces he repetido á aquellos salvajes que vosotros pensáis en ellos , que rogáis por ellos, que vosotros les enviáis aquello que nosotros llevamos, que vosotros sois los que sostenéis á
los misioneros Salesianos. Y los Caciques se
muestran reconocidos. Ellos mismos me han
encargado agradeceros el alimento , el vestido y demás bienes materiales que han recibido.
La docilidad y reconocimiento de los salvajes es fuente de grandes consuelos. Pero
menester es decirlo , son. el precio de indecibles fatigas y sacrificios que debe soportar
el misionero. Excusado es que yo os. lo refiera. N o sería posible ; son innumerables ;
son incalculables : pasar aguas á nado, beber aguas corrompidas, lavarse en ellas, dormir al aire libre sobre la desnuda tierra, comer lo que comen los salvajes, sujetarse á
mil miserias , verse obligado á vivir entre
gentes. que han perdido toda idea no sólo
de la dignidad cristiana sino aun de la del
hombre... Con verguenza lo digo : yo mismo
más de una vez debí esconder la cruz pastoral y ocultar el traje de obispo para no
degradar estas sagradas insignias.
¡Es esto posible 1 &Y la dignidad del Obispo~ Sí, yo pensaba en mi dignidad de
Obispo ; pero era pastor que andaba en busca
de mis ovejas, padre que debía cuidar de mis
hijos y bajar hasta ellos para alzarlos hasta
el cielo.
,
Compadecedme : momentos tuve de grandes náuseas y fatigas~ &Pero será indecoroso
sufrir tales humillaciones Y Mira la cruz, de¡:;i' cía para mí; también Jesús es en ella un es: cándalo para los judíos, y sin embargo &tre.1 pidó acaso . en ser crucificado ~ Cuando se
t trata de salvar .las almas no debe repararse
en semejantes miserias y humillaciones.
¡Ah 1 Mientras os hablo mi corazón se divide. Os acompaña y á la vez está con los
salvaJes. Está con mis hermanos salesianos
que acá trabajan· para. mantener y acrecentar
la fe entre los hijos confiados por la Providencia y está allá Mn mis misioneros que van
anunciando el Evangelio á los. que aun no
lo conocen.
Está acá con vosotros y me recuerda aquellos años en que á muchos de los que
"
me escuchan podía decir : sois mi gloria y
mi corona, y está allá entre muchedumbres
de pobres desgraciados que esperan y desde
donde una voz me llama y me dice: Et al'ias
oves fiabeo , qttae non, sunt ex hoc ovili ; et illas
oportet 1ne adduce?·e , et vocem meam audient,
et fiet ttnum ovile et tt??-tts pastor. Sí, .Jesús
mío, voy á recoger vuestras queridas ov~jas
dispersas en la Patagonia ; voy á conducirla.s á· vuestra grey y hacerlas gozar en el
gremio de vuestra Iglesia. Les hablaré de
vuestro amor á ellas , del amor que os conserva en medio de nosotros , como un padre con sus hijos, en el Sacramento del Altar, donde nos servís de alimento y bebida,
y sóis gozo y fortaleza é inestimable tesoro
de nuestras almas. Sacranwntu1n charitaUs.
Paréceme ya llegar á mi destino en aquellas Misiones y presenciar de nuevo, entre
los salvajes reunidos en torno mío, aquellas
escenas que tanta,s veces me anegaron los
ojos en lágrimas de consuelo.
- ::La caridad del Dios que te predico, oh ·
Cacique, fué tan grande que no contento de
morir por tí y redimirte ha querido darte
cuanto tiene: su mismo Cuerpo divino ; y
mañana á tus hijos ya instruidos y bautizados por nosotros los verás acercarse al
altar para hacer la primera Comunión.
- &Y que cosa recibirán~
- Recibirán á J erucristo Dios en persona.
- &Y cómo lo recibirán ~
- &N o asististe esta mañana á la Misa~
-Sí.
- &Te :fijaste bien Y
-Sí.
á, Y no has visto como se le recibe '_ t N o
has visto que yo volviéndome á los que estaban en la iglesia, después de dar una bendición, he tomado en la mano una hostia
blanca y la he puesto en la lengua del que
me ayudaba la misa ~ Pues bien , debes saber que la hostia, que al verla parecía un
pedazo de pan, era Jesucristo nuestro Dios,
en comparación de qulen tu, bien que poderoso , eres como un mosquito.
Ah, si tu fueses á Europa verías en Italia
en el' témplo santo de María Auxiliadora
como todo el pueblo se arrodilla reverente
para orar y como el oro, la plata, las telas
preciosas , las flores , la música y el canto
sirven continuamente á su gloria. Mira cuan
bueno es contigo un Dios tan grande. Aquí .
en tu cabaña de paJa y barro yo he hecho un
altar y Jesucristo se ha dignado descender·
del Cielo á mis manos. Tu no comprendes
aún lo que te digo; pero si como han hechootros hubieras adorado á Dios con recogido
espíritu , si de rodillas hubieras orado habrías sentido conmoverse tu corazón con su
misteriosa palabra.
- Pero yo no se oral'.
- Y o te enseñaré.
- Mas yo no puedo estar de rodillas .••
-19-
- I'ero dime Atienes buena volutad de oir
y aprender lo que yo te enseñe.
·
- Sí, sí.
Entonces comenzaba á referirle la conmovedora historia de la última Cena, la institución del Santísimo Sacramento , los milagros que en todos los siglos 'vienen atestiguando la presencia real de ·}Tuestro Señor
baJo las especies (le pan y vino ...
- ¡Hermosa, magnífica invención, verdaderamente divina, exclamaba como encantado el Cacique.
Proseguía demonstrándole la necesidad de
reformar la propia conducta moral para ser
verdaderos cristianos.
- Mas ¡,qué debo hacer~ me preguntaba.
- N o temas ; este Dios que ha muerto
por tí, que tanto te ama se dignará habitar
en tu pecho y te dará fuerzas para cumplir
lo que te enseño.
- Bien, bien, que sea pronto ¡ cuánto me
gusta!
- Pero antes es necesario el bautismo.
Así los salvajes corren á escucharme, ávidos de la verdad y con instancias me ruegan que derrame el agua sobre sus cabezas
y les haga cristianos hijos de Dios.
Y ante semejante espectáculo yo vuelvo
los ojos á vosotros , carísimos Cooperadores
y amados turiueses, vuélvolos á los valles y
montes de nuestra hermosa patria,. favorecida por Dios , con inestimables dones, más
que otra alguna de la tierra y en la cual,
por desgracia , comienza á debilitarse la religión.
¡ Ah ! yo querría que el anhelo de la fe
que manifiestan aquellos pobres salvajes fuese
vivo entre vosotros , mis amados compatrio, tas; que ninguno de vosotros llegara á despreciar la fe que con razón ellos estiman y
desean. De vuestros labios debiera alzarse
un cántico continuo de acción de gracias por
haber sido vosotros y vuestros hijos bautizados en el nombre del Padre, y del Hijo y
del Espíritu Santo. Mas fuerza es recordar
que no basta haber recibido el bautismo: es
menester conservar la fe y custodiarla en la
familia , porque escrito está : Qui non crediderit condemnabit·ur. Amad la religión; que
vuestras obras se conformen á vuestra fe;
obedeced con fidelidad los preceptos de la
: Iglesia y enseñad con el ejemplo á vuestros
conciudadanos. ¡Oh divina fe.! ¡oh Iglesia
santa que habéis . constituido la gloria de
'j nuestros antepasados que habéis,. inspirado
' tantas inmortales obras á los verdaderos hé/
,; roes del Piamonte é Italia , yo os bendigo !
J La promulgación de esta fe y la fundación
,1 de esta Iglesia , verdad es que en nuestra ·
:; tierra costaron grandes fatigas á muchos a¡¡ póstoles y millares de mártires, dieron por
.~ ellas la vida. Justo es , pues, estimar en lo
\l que vale la felicidad de vivir hoy á la sombra de. tan sagradas tiendas.
.
Vuestra ciuda.d, es una de las primeras en
1,··:..
practicar la religión , en la sólida· piedad y
en frecuentar los santos Sacramentos. Muchos
paises he visto. En muchas partes al observar como se practica ·la religión he debido exclamar : ¡Esto no es como Turín! En
otras, donde parecía triunfante, el mayor elogio que pude hacer fué. Parece que estuvieramos en Turín ! Mantened, pues, viva esta
religión y devoción y mientra,s enviáis vuestros Misioneros á los salvajes servidles de
modelo como cristianos; que nadie os aventaje en el camino de la santidad.
Una palabra más. Nuestros trabajos en
América no se concretan á, los salvajes.
¡ Cuántos italianos han ido á perder la fe y
la religión en aquellos paises !
·
-=-- ~Eres italiano ~ pregunté un día á un
compatriota que allá vivía olvidado de Dios
y sus deberes , cuyas costumbres no eran
mejores que las de un turco.
-Sí, soy italiano.'
- A verguénzate de haber venido á enseñar el escándalo á estos pobres Indios. AA
quien se adora en Italia~ ~á Cristo ó á
Mahoma,~ ~Así vienes á deshonrar la patria~
a, Así entiendes las enseñanzas que te dió 1
Yo también soy italiano y precisamente porque lo soy tengo derecho á reprenderte , á
corregirte y recordarte qile no debes olvidar
el recto camino.
¡Oh 1 cuántos allá se encuentran que no
tienen sentimient-o alguno de religión , que
han olvidado toda prá,ctica de piedad y que
con su vida son la deshonra de nuestra patria y el escándalo de los nuevos cristianos.
A nosotros misioneros corresponde , pues ,
acercarnos á ellos, facilitarles el ejercicio de
la religión, alentarlos á la frecuencia de los
santos Sacramentos é instarlos á salvar su
alma.
En la América del Sud representados están
todos los paises de Italia : allí hay muchos.
hijos de Turín y Piamonte , de Milán , Vicenz.a, V erona, Lombardía, Venecia, N ápoles,
Sicilia, etc. Es , pues , necesario que el misionero vaya también á sacrificar su vida
por ellos. De este modo nuestras misiones
no ~on solamente para los extrangeros sino
emigran también paTa los italianos.
Continuad, continuad, amados Cooperadores, dispensándonos vuestra amistad y ayuda
para que con la caridad de Jesucristo podamos á la vez que alumbrar con la luz de la
fe á los pueblos donde hasta ahora dominan
el error y la barbarie, conservar esa misma fe
entre los Italianos que cada día á centenares
:emigran á quellas regiones.
Decíale yo al Sumo Pontífice : - Espero,
Santo· Padre, que antes de mucho podré deciros que toda la Patagonia, toda la América del Sud es católica. Dignaos dar vuestra
santa bendición á los Misioneros y á aquellos pueblos para que no demoren en conocer
la verdad y no la olviden ios Italianos que
allá llegan.
·
-.(¡V-
.Así, pues·, si vosotros , nuestros Cooperadores , continuáis ayudándonos , veréis conservarse la fe entre los Italianos y la veréis
extendida en todos los pueblos ahora salvajes, de modo que no haya sino un solo rebaño y un solo Pastor.
Yo termino ... .Adios ... Qué el Señor á todos
os bendiga y que un día nos congregue para
siempre en el Paraíso.
S. E. el Cardenal Alimond.a
á los Misioneros.
Monseñor Cagliero bajó del púlpito vi-siblemente conmovido y dejando enternecido
al auditorio.
.
Poco antes de las cinco ·ha,bía llegado
S. E. el Cardenal .A.limonda quien precedido del clero llegó al altar mayor á dar la
bendición.
Después del solemne canto del Benediotus,
S. E. el Cardenal recita las preces del itineriaro. Todos miran con curioso interes á
los Misioneros mientras sobre ellos se invocan por nuestro ilustre Prelado las bendiciones del Cielo. Mas todos deseaban oír la
elocuente palabra de Su Eminencia. Suplicóle, pues , Monseñor Cagliero , honrara á
los Misioneros con una breve exhortación.
El Cardenal l recibiendo entonces la mitra ,
subió sobre as gr~:~Jdas del altar mayor y
resonó su voz en medio del más religioso silencio: « Id, hel'manos, dijo, id á aquellas
apartadas regiones para llevar la h1z del
Evangelio. El apostolado se perpetúa des(le
los primeros siglos hasta ahora en la Iglesia
católica. El mandato de Jesucristo : E untes
docete omnes gentes continúa suscitando grandes almas que vayan á enseñar la civilización cristiana á los pueblos todavía salvajes.
Sólo la Iglesia católica ha engendrado y engendra siempre estas almas santas , estas
almas generosas que inspiradas se sienten á
coner allí donde las llama la salvación eterna de los. pueblos.
» Id, pu~s, hermanos míos. El venerando
Don Bosco, de imperecedera memoria, instituyó vuestras Misiones en .América para
evangelizar á. los pobres salvajes de la Patagonia; y vosotros continuáis ese apostolado y seguí.s cumpliendo el propósito de
aquella grande alma. Id, benditos hijos de
Dios, á aquellos inmensos desiertos ; atravesad el estrecho de Magallanes , internaos
en las islas de la Tierra del Fuego para en-.
señar los caminos del Señor, hacer brillar la .
fe en medio de las tribus salvajes, distribuir
el pan de la palabra divina y salvar á. tantos
de la muerte.
» Id con á,nimo sereno bajo la gufa de
vuestro valiente. capitán, Monseñor Oagliero.
¡No temáis! María Auxiliadora os protejerá
en todos vuestros pasos. ¡ Ah ! y cuantas
oracione.slos buenos Turineses y todos los Ooo-
peradores de ,Ja Obra Salesiana elevarán por
vosotros al Cielo ! Si · mis queridos Turine- .
ses, continuad rogando á María .Auxiliadora
por los Misioneros Salesianos continuad so·
corriendo, como lo habéis hecho, estas santas
Misiones, asociaos á la obra de redención ,
dad vuestras limosnas para alegrar &1 Oorazón de Jesús, y así no sólo serán bendecidos
los apóstoles Salesianos sinó que lo seréis
tambien vosotros que les ayudáis á salvar
las almas.
.
» Id , hermanos míos ! Dios os guíe. N O·
sotros os acompañaremos con nuestras ora·
ciones, pensaremos frecuentemente en vosotros, recordaremos la tierna función de esta
tarde y os recomendaremos á María Auxiliadora.
» Pero mientras corréis vosotros, para vuestro mérito y provecho, á la salud de aquellos
pueblos no olvidéis á los que dejáis en Italia. Acordaos que el mal sigue creciendo en
vuestra patria, que oprimida está la Iglesia
católica donde debiera ser singularmente
amada . .A.coardaos que el Padre Santo necesita también de vosotros. Sí, mientras sus
días se pasan en la angustia y en el dolor,
mientras participa de la pasión del Redentor
y suspira deseoso de ver llegada la hora en
que pueda estrechar á todos sus hijos en su
seno, necesita de vuestras oraciones. Acordaos, pues, siempre del Sumo Pontífice y
rogad por él.
» Y ahora ¡partid ! Dios os bendice y
Don Bosco sonriente desde el cielo os aplaude.»
El abE:'"azo y la partida.
.Apenas hubo concluido Su Eminencia, dispusieronse los IYiisioneros á partir. Imposible
es describir la conmovedora escena del abrazo
y del adiós. El Rector G-eneral Don Rua y
demás superiores del Oratorio,_ revestidos de
cotas, dan á los catequistas y coadjutores
misioneros un abrazo y un beso de paz al
mismo tiempo que un amoroso y último consejo. Mayor es la emoción al despedirse los
sacerdotes. La orquesta continúa ejecutando
preciosas melodías. La muchedumbre no
puede quedar tranquila; quiere acercarse á
los Misioneros y besarles la mano. Pero la
concurrencia era tan numerosa que á pesar
de todas las· medidas tomadas, conforme se
había hecho en análogas circunstancias , no
siendo pos:Wle á los Misioneros atravesar por
la iglesia, debieron salir por la sacristía.
En el patio corren á ellos los alumnos que
llenos de entusin,smo gritan : ¡Viva Monseño·r
CagZim·o! ¡Vivan los Mi~·ioneros! Apenas asoman á la plaza apláudelos el pueblo ; los
aplausos crecen a la vista de Su Eminencia
el Cardenal y de Monseñor Oagliero.
Por fin Monseñor, después de repal'tir numerosas bendiciones y recomendarse á las
oraciones de todos , monta en carruaje y
-21-
se dirige á la estación para tomar el tren
de Génova. La especlición, compuesta de sacerdotes , clérigos , coadjutores y Hermanas
-de María Auxiliadora, es de cincuenta y cinco
personas.
en pueblos y naciones. Grande es el número
de los salvajes , muy grande el territorio ;
pero pocos son los sacerdotes qne dejen la
patria para ir á convertir, educar y confortar
á esos desgraciaclos. He venido, pues, á Eu·ropa á buscar más obreros que generosos se
ofrezcan. á ello.
» Y vosotros , amados Genoveses , con
Monseñor debía allí hacer una conferencia vuestms largue7,as, con iruestra trficaJz ayuda,
á los Cooperadores Salesianos.
contribuís al acreeimiento del n1nnero de miDamos á nuestros lectores las noticias que nistros de la religión que se preparen y connos transmiten Il Oittadino y L' Eoo d' Italia. sagren al bien de tantos infelices.
» El 9 de enero efectuóse en la basílica
» Bien lo sal)éis qne las Misiones no sólo son
de San Siro la anunciada conferencia del de indecible ünportancia pa,ra los infieles sino
ilustre Obispo Monseñor Oagliero , Vica,rio también para los emigrantes italianos. Ya en
Apostólico de la Patagonia.
Buenos Ayres hay como cincuenta mil ita» No obstante el mal tiempo un inmenso lü:mos, cuya dirección espiritual corresponde
gentío Jlenaba las naves del templo ávido á los Salesianos y no son pocos los que se
de oír la animada y elocuente palabra del h:m establecido en Brasil, Montevideo , EnObispo :Misionero. Parecía revivir en el pueblo tre-Hios, etc.
aquel entusiasmo con que en otro tiempo
» He dicho qne en Buenos Ayres hay como
corría á escuchar al venerado y querido cincuenta mil Italianos dependientes de la
Padre de los SaJesianos, el hombre de Dios espiritual dirección de los hijos de D. Bosco:
nunca bastante llorado Don Bosco.
pues hüm: crecidísimo nú.mero de estos son.
» En el padre se admira,ha al Santo , en de vnest:ra provincia, son Genoveses. Allá
-el hijo admírase ahora al Apóstol, al Misio- en las ('el'eanías del puerto llamado de lP.
nero al infatiga,bJe y esforzado campeón de Bo;:a se habla genovés , genovesas son las
la fe y civiJización , el narrador de hechos eost.umbres , y al andar por las calles del
grandes y heróicos , de los cuales con justo barrio en que se han congregado parece uno
derecho puede decir : qnM'ttm. pars ma{frl-a .f~¿i, se encontra,ra en vuestra Génova. Diez años
» Al aparecer en el púlpito oyóse en toda ha,ce qne estuve allí y era tanta la, incredúla iglesia un leve murmullo, qne bien signi- lidad reinante que debí apresurarme en se:ficaba el pbcer con que se le saludaba, como. guir mi camino, como quiera que no se oían
digno discípulo del santo maestro D. Bosco sino improperios y blasfemias contra el sade quien ha heredado la energía en los propó- cerdote.
sitos, la sencillez, franqueza y lealtad en los
» Cuando referí lo que había visto al
modaleg.
Sr. Arzobispo de Buenos Aires - Monseñor2
» Luego qne comenzó el elocuente y con- me dijo, ha sido una imprudencia llegar á
movedor diseurso 1 el silencio fué profundo. aquel .centrü'irreligioso. - &V. S. querría
Monseñor, después de dar las gracias por la concederme su a,quiescencia. para. volver y
caridad con que los Genoveses han favore- fund~r 11na iglesia o¡ - El Arzobispo , quedó
cido siempre la Obra Sa.lesiana , refirió los perplejo y al fin me d~jo : - Bien, sea.
últimos instantes de D. Bosco. -D. Boseo
» Volví con mis compañeros. Al principio
ha muerto, añadió, pero aun vive en sus ensañáronse contra nosotTos. Querían prender
obras. Ha abandonado la tierra ; pero no la· fuego á nuestra casa, ofendieron y go]pearon
·benéfica protección del Instituto fundado por á nuestros sacerdotes ; mas poco á poco se
él. Desde el Cielo maniti.estamente lo protege. calmaron. Edificamos una capilla y luego
Yo he visitado las Casas Salesianas de una vasta y magnífica iglesia, con capacidad
Francia é Italia y en todas ellas he obser- para cinco mil personas. Ahora esa iglesia
vado el mismo orden que durante la vida está siempre llena y mil veces se desborda
del santo Fundador. Mas aun, la Obra ha de gente.
» · El barrio se ha moralizado immensaseguido creciendo , y no menos de ciento
treinta personas han entrado en el Instituto mente; y visitándolo más tarde el Sr. Arzodespués de su muerte.
~
bispo, después de pontificar en dicha iglesia,
» La· Obra prospera en Europa y se roexclamó : - Este es un pueblo resucitado ;
bustece en América á pesar de los sacrificios me parece hallarme en aquella Génova rey obstáculos que no faltan á cada. momento.· ligiosa _que tuve el· placer ele conocer cuando
» No hace mucho que los hijos de Don fuí á Roma,
Bosco han pasado de la Pa.tagonia á la
» Con el amor á la fe, avívase además el
'Tim.Ta del Fuego y ya' comienzan á verse los amor á la patria. Aquellos católicos ele la
frutos en aquellas·. inhospitalarias y salva¡jes Booa aman con vivo afecto la Italia.
» Monseñor · habló en seguida del bien
regiones. Los Misioneros son · bien· acogidos
de aquella gente ruda que, sin -la menor idea hecho aún en la na ve, donde mil emigrant~s
de civilización, tanto necesita ser instruída en iban á·, América , y otros hechos conmove·
las máximas ·de la fe que. forma el bienestar dores.
-22» La conferencia embelezaba al auditorio;
era no menos patriótica, que religiosa. Un
vivísimo sentimiento se comunicaba de la
elocuente palabra del Obispo al corazón de
los oyentes, y muchas lágrimas rodaban al
oír las indecibles fatigas sufridas por los
. Misioneros.
» Terminada la conferencia , dió la bendición el Rev. Prevosto Galliano y se cantó
un hermoso Tantum ergo.
» La colecta hecha para ayudar las Misiones Salesianas produjo la gruesa suma de
mil trescientas cincuenta liras. »
GRACIA OBTENIDA
por mediaQión de Don Bosco.
Sr. D. Miguel Rua; Pbro.
Muy Rdo. Padre: Suplícole se digne publicar en el Boletín ·para gloria de Dios. y
del muy llorado fundador de los Salesianos
D. Juan Bosco, .el siguiente milagro que por
su intercesión se ha verificado en un Cooperador de la ciudad de Utrera.
Habiendo tenido mi esposo tercianas todo
el verano y cuando creíamos entrar en el
invierno en tan triste estado , el día 28 de
agosto encontrándose con una fuertísima fiebre; y yo sumamente angustiada , me llenó
su Magestad de fe y confianza en el amadísimo D. Bosco, y cogiendo un retrato suyo
se lo puse entre las almohadas y en aquel
momento se le cortó la calentura , gozando
desde entonces de completa salud, de la que
hacía años no disfrutaba.
Con este motivo me es grato ofrecerme y
saludar á V. R. con todo respeto encomendándome en sus oraciones.
De V. R. afma. Cooperadora y S. S. Q.
B. S. M.
M. M.
CARTA DE QUITO.
Quito 25 de febrero de 1888.
Revere1uUsi11w Señor D. Rua:
En la mia, del 1o de los corrientes le dí
noticias de nuestro largo viaje ; pero, por
escasés de. tiempo , nada le dije de la Casa
en que estamos. Bien que aun no está terminada ni se puedan alojar niños es vasta,
cómoda y hermosa. Faltan la soladura, ventanas , y quizá sea necesario reconstruir
el techo. No serán pocos los gastos , más ,
á Dios gracias, el Ilmo. Señor Arzobispo,
el President,e de la República y demás magistrados dispuestos están á ayudarnos.
El Excelentísimo Señor Presidente acompañado de algunos de sus ministros ha v-enido á vernos en estos días y en tal oca-
sión ha quedado determinado se abra el colegio en 1o de abril.
N o es fácil imaginarse, amadísimo D. Rua,.
el entusiasmo que reina en esta ciudad y
sus alrededores por la Obra Salesiana. Cada
día numerosas personas llegan á· encomendarnos sus niños y si el local lo permitiera
ya habríamos aceptado algunos centenares ..
Sin duda que esperan grandes cosas de nosotros, y el mismo Señor Presidente, en especial, desea establezcamos tantos talleres
cuantos se han establecido en nuestros hospicios de Italia. .
Por ahora comenzaremos con los de herrería, carpintería, sastrería y zapatería para
los cuales prontos están el local y los más necesarios instrumentos. Mucho bien podi'Íamos ·hacer si fuese posible fundar una librería.
Confiamos en Dios que nos será dado educar cristianamente á muchos jóvenes.
El aire de Quito es semejante al de nuestro suelo.
El termómetro marca de 25 á 30 grados
al sol y 10 á 15 en las estancias.
Han comenzado las lluvias que ya caen :fi.
nísimas ya á torrentes. El cielo está casi
siempre nebuloso.
Al principio hubimos de resentirnos en la
salud ; mas ya todos estamos bien ...
El domingo pasado, 19 del corriente celebramos lo mejor posible la fiesta de nuestro
patrono San Francisco de Sales.
En la mañana inauguramos un Oratorio
festivo, principal objeto de nuestra Sociedad,
se cantó misa solemne y se predicó. En la
tardé cantáronse vísperas, se predicó y se
entretuvo en el patio con hermosos y variados juegos á los niños. Estos estaban contentísimos. Esperamos que el número se triplicará para el domingo próximo.
Trabajamos activamente para establecer, á
más de los talleres, escuelas de primera enseñanza. Después seguiremos la repara.ción
del resto de la casa para implantar grandes
laboratorios como quiera que ya tenemos
poderosas y excelentes máquinas para trabajos agrícolas y una montaña de madera concedidas por el Gobierno.
Como ve, Remo Don Rua, abundan· los medios; pero nos faltan operarios. Los esperamos. anhelantes del Oratorio de Turín para
hacer mucho bien en este país.
Entre tantG hemos albergado siete -jóvenes 1° para utilidad del ejercicio en la lengua española ·; 2° para estudiar el carácter
usos y costumbres de los indígenas ; 3° para
ayuda en los talleres de sastrería y zapatería y 4° para que acostumbrados al reglar
mento sirvan de modelo á los demás. Pienso
hacerles usar uniforme para acostumbrarlos
á andar decentemente.
.
Le ruego, carísimo Don Rua, se digne .saludar muy afectuosamente á Monseñor Ca-
-23gliero, á todos nuestros superiores, y nos dé
á todos su bendición y en especial
á su humildísimo y ·a¡; mo
LUIS ÜALCA.GNO.
LOS FUNERALES.
( Oontinuaciún).
POBIETTO: Por medio del Párroco Sr. Don
Pedro Bovio, en unión de sus parroquianos
casi todos Cooperadores Salesianos, se cantó
el oficio de difuntos con Misa fúnebre y
recogióse limosna para los huerfanitos de
Don Bosco.
·
POCAP AGLIA (Alba): El Rdo. Sr. Don
Oalisto Oarretto hizo celebrar solemnes.
funerales con asistencia de muchos Cooperadores.
POIRINO (Turín): En la parroquia de Nuestra Señora de la Consolación tuvieron lugar sentidas y devotas homas, á las cuales asistió c.asi toda la población.
QUEBEO (Ot~nadá): También en aquellas
lejanas ciudades de América del Norte se
hicieron fúnebres .exequias. Sean dadas
cordiales gracias á aquellos beneméritos
Cooperadores que devotamente acudieron
á tan piadosos actos para manifestar así
su puro y verdadero amor á D. Bosco.
RO:fi.IA : En la iglesia, ·del Sagrado Corazón
cantó la Misa fúnebre el Ilmo. y Rdmo.
Sr. Sallúa, .Arzobispo de Calcedonia, cou
asistencia de cinco Obispos. El E m. mo Cardenal Parocchi , nuestro protector , dió la
bendición al catafalco. La iglesia estaba
llena de bote en bote. Pronunció el discurso
fúnebre el Ilmo. Sr. Manacorda, Obispo
de Fossano. La OivUta Oa,ttolica hace el
siguiente juicio : « De la grande alma de
Don Bosco , fundador de los Salesianos
¡,quién podría hablar mejor que el Ilmo.
Sr. Manacorda que, por elevación de mente
'bondad de corazón é íntima amistad que
lo ligaba al ilustre finado , no es inferior
á ninguno de los miembros que componen
el episcopado subalpino ~ El elogio, pues,
es dictado por su corazón , con verdad ,
afecto y gran sencillez de estilo. Resplandece sobre todo el arte de haber sabido
poner de relieve la virtud característica
de D. Bosco, la caridad. »
Hermosas inscripciones latinas , hechas
por el P. .Ang~?,lini , aclornaban los cuatro
lados del catafalco, y una. más grande, colocada sobre la puerta, invitaba al pueblo
á rogar por el alma de D. Bosco.
SALIÚETO: El buen Cooperador Sr. Don.
Esteban Sah~ático celebró solemnes funerales con numerosa concurrencia.
.SALUGGIA (Vercelli): La Comisión parroquial y los Cooperadores, juntamente con
el celoso Petrroco, cant~ron solemnemente
Misa fúnebre por Don Bosco. El Pbro. Salesiano Sr. Don Francisco Cerruti, natural
de dicho pueblo , pronunció el elogio fúnebre ante concurrencia inuy numerosa y
devo~a que, en ~edio de ~u ardiente afecto,
mudo aquella triste funCión en una manifestación de regocijo, denominándola fiest6TJ
de Don Bosco.
S. ALBANO (Mondov1): En la parroquia,
. con asistencia de muchísima gente, celebráronse fúnebres honras en sufragio del
alma de D. Bosco.
S. BENIGNO CANAVESE: Enlaiglesiamonumental del E m. mo Card. delle Lanze · cantó
pontificalmente Misa de req~tiem el Ilmo.
Sr. Leto, Obispo de Samaria, rodeado de
numeroso clero. Asistieron también muchas
personas de los pueblos circunvecinos con
sus respectivos párrocos, veinte de los cuales · e~.taban con roquete en el altar mayor.
Hallábanse asimismo varias representaciones de obreros católicos y las del ayuntamiento y escuelas elementales.
El elogio fúnebre estuvo á cargo del
Rdo. Sr. Dr. Piano, párroco de la' Gran
Madre de Dios , quien demostró admirablemente la vida humilde y caritativa de
D. Bosco. Fué una corona más entre las
muchas con que se ha honrado la memoria de tan insigne varón.
SANGENESIO (llfa1·che): El insigne Cabildo de la Oolegiat& celebró solemnes funerales por el reposo eterno del alma de
D. Bosco, verdadero ejemplo del sacerdote
cristiano. El Sr. Canónigo D. José Salvi
.pronunció sentido discurso narrando lo
mucho que el amado difunto había hecho
en favor de la humanidad. Concurrió muchísima gente y todos los Sres. Canónigos
aplicaron la santa l\-1isa en sufragio del
alma de Don Bosco.
ST.A. MA1~IA DEL FARO (Par?na): Solemnes exequias con discurso análogo del
Sr. Arcipreste D. Lázaro Taffi.
Asistía toda la Confraternidad con su cor- ·
respondiente divisa . .Alrededor del catafalco, colocado en medio de la iglesia, había numerosas luces , las cuales parecían
expresar : Así debe resplandecer en el Cielo
su hermosa alma, tan celosa y caritativa.
S.AN MAURO : Este pueblo fué uno de los
primeros que celebraron Misa solemne en
sufragio del alma del Don Bosco. El celoso párroco , Sr. D. Felix Melica, ligado
por antiguos y especiales vínculos de amistad al venerado D. Bosco, quiso darle
este espontáneo tributo de su tierno y sincero afecto.
Su ~iemplo halló numerosos imitadores.
S. PIER D' ARENA: En San Oayetano. Tan
solo un sendllo anuncio que se dió para
celebra.r una función fúnebre por el alma
de Don Boseo bastó par}1 que todos aquellos alredetlores de Génova y Polcevera se
pusiesen en extraordinario movimiento y
-24-
:...'··----------------------;-------------------acudiesen á rogar con gran fervor por la
paz eterna del apóstol de la caridad. La
iglesia estaba llena de bote en bote. El
elogio fúnebre estuvo á cargo del Pbro.
. Salesiano Sr. Carmagnola : « Fué una cosa
hermosa ; dice el Gittadino di Genova, y
. no podía conmemorarse más dignamente la
santa vida de D. Bosco, ni recordar con
exposición más sencilla y forma más elegante los beneficios que las instii?..:tciones
del santo Sacerdote han proporcionado á
las poblaciones de Italia, Francia, España
y América. Cuando salíamos de la iglesia
nos sentíamos más bien contentos que tristes : en vez de asistir á un funeral habíamos visto la glorificación de uno de los
más grandes bienhechores de la humanidad. »
SAN ESTEBAN al M are: En la parroquia
de Terzorio el Rdo. Sr. Lombardi celebró
solemnes honras.
SC.A.NDALUZZA (lrionferrato): El Párroco
invitó á los fieles al funeral y todos asistieron á él con extraordinaria devoción.
Asistieron también las Hijas de María
todos los niños del Asilo Cooperadores ,
y Cooperadoras Salesianos.
SOAVIA (Gomo): El Sr. Pbro. D. Severino
Andreani, decurión salesiano , celebró solemnes funerales por D. Bosco.
SPEZIA : En la iglesia de Sta. 1\iaría tuvieron lugar solemnes exequias con asistencia pontifical del Timo. Sr. D. Jacinto
Rossi, Obispo de Sarzana, quien pronunció
además la oración fúnebre.
SPILUíBERGO : El Rdo. Arcipreste de aquel pueblo con todos sus feligreses celebraron solemnes y devotas honras en bien
del ahila de D. I~osco.
TALOA (Chile): El Gonser·vador, diario católico de Chile, diee lo siguiente: « Como
lo habíamos anunciado, ayer á la hora señalada tuvieron lugar las solemnes honras
fúnebres por el alma del fundador ue laJ
Congrega.ción Salesiana, D. Bosco.
» El templo, rigurosamente enlutado, se
hacía. estrecho para contener la gran concurrencia de lo más escogido que tiene
nuestra sociedad , entre señoras y caballeros.
» Las comunidades religiosas y el clero
secular, que asistieron también, ocupaban
un lugar pre:terente.
» Se cantó la gran Misa del Ilmo. Señor
Cagliero, que fné fielmente ejec11tada por
t~l coro de cantantes, llamando la atención
el Dl,es Ime, especialmente la parte de los
solos, pues no sabríamos decir si el tenor,
el bajo ó el ba,rítono podrían cantar algo
más melodioso y conmovedor.
» El auorno de la iglesia, como lo dijimos en nuestro número de ayer, era irreprochable, pues no solo era un lutJO régio
sino que parecía una . apoteósis al gran
fundador de los Salesianos. En el froutis
de la iglesia, que también había sido rigurosamente enlutado, se veían en grandes.
caracteres las siguientes palabras : Glor·ia
á IJon Bosco.
» El interior del templo estaba brillantemente alumbrado con profusión de luces
quedaban un imponente golpe de vista,
llamando la atención en el gran cortinaje
con que estaba tapizado las columnas blancas que adornadas primorosamente con hojas de palma y cruce~ góticas, hechas de
género negro , se bahían colocado de distancia en distancia. En el centro de cada
cortinaje lucía un hermoso gancho de gas,
de los que pendían hermosas coronas plateadas. También nos llamó la atención la
gran cantidad de coronas y guirnaldas de
:flores naturales, primorosamente arregladas
y en las que se había empleado con especial maestría la yedra, la camelia y rosas blancas.
» No podemos menos que enviar un voto
de aplauso á los Sres. Samuel .A.ntunez y
al Sr. PI"eshítero D. Julio Cruz que fueron
los principales directores de la obra y á
los demás caballeros que tan dignamente
los secundaron.
» La ora.ción fúnebre predicada por el
dignísimo y virtuoso sacerdote Don José
Fortunato Berrios, fué una pieza maestra
de la oratoria sagrada. Describió á grandes
rasgos la vida del eminente sacerdote Don
Bosco ; puso de relieve las grandiosas o~
bras que había ejecutado con la ayuda del
· cielo , y m~tnifestó la importancia de la.
Cong-regación Sa.lesiana.
» Su voz dulce y suave se hacía oir en
toda la iglesia y puclimos notar que á muchas personas conmovió hasta el extremo
de derramar lágrimas.
» N os hizo asistir á lOB últimos momentos de Don Bosco y no parecía sino que
un santo cantaba los elogios de otro santo.
El que pretlicaba era el fundador de la
Congregación de San Luis , el padre d.e
los huérfanos, el protector de los neceslt}Ldos y afligidos , y el el9giado era Don
Bosco, el santo del siglo, como lo llaman
eminentes escritores, y el fundador de los
Salesianos.
» Sentimos altamente no dar un extl:acto
eom1)leto del notable discurso del señor
Berrios , pues en él con pinceladas maestras nos <lió á conocer las virtudes y obras
del gr::J,:n D. Bosco.
» A las once y media~ terminaba la manifestación. que los hijos hacían á su Padre y fundador , habiendo sido presididas
las honras por el señor Intendente de la
provincia y el saeerdote D. Julio V. de la
Cruz, fundador de esta benéfica congregación, en esta ciudad. »
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