BS_1887_11

Ficha

Título
BS_1887_11
Descripción
Boletín Salesiano. Noviembre 1887
Fecha de publicación
1887.11
extracted text
Instruyó al pueblo y divulgó todo lo que había hecho.
Buscó las doctrinas útiles y escr·iLió documentos
rectísimos y llenos de verdad. Las palabras de los
sabios son como punzas ó clavos, que penetran. pro··
fundamente, y nos fueron dadas mediante nuestros
maestros por el único pastor.
(ECLESIASTÉS XII, 9, lO y ll)

-···El peligro, Sto. Padre, está todo en la contínua
difusion ele los líbros infames; y para poner un dique
á este mal inmenso, yo no veo otro remeaio, que la fundacion de una imprenta Católica, puesta bajo el patrocinio de la Santa Sede. De esta manera , no haciéndose esperar nuestras respuestas, podrémos con mayor
ventajr., descender al campo de la lid y responder con
feliz éxito á las provocaciones de los apóstoles del
error.
(SALES)

RO~JA

mo

N o se engañaría mucho quien intentase de atribuir
principalmente á la prensa malvada , todos los males
y la deplorable condicion de las cosas, á la cual
hemos llegado actualmente ... , los escritores católicos
deben con todas sus fuerzas volverla en bien de la
sociedad.
(LEON XIII)

-····La prensa periódica sometida á la autoridad jerárquica, revestida del espíritu de Jesucristo, viene á
ser un poder inmenso: ilumina, sostiene la verdad,
hace desaparecer el error, salva y civiliza; es cási
una forma de apostolado sublime.

LIBRERIA SALESIANA

(ALIMONDA)

m

TURINo

SARiUA (Barcelona) - JRUENOS AIRES - MONTEVIDEO - IiJICTHEROY - U'fRERA (Sevilla)

'

ULTn~lAS

Respueshlls

'iC.

Dv.

cl~u·as

PUBLICACIONES
,

y sencillas á las Objecciones que 1nas co-

n1unn1ente suelen hacerse contra la religion. - Un opús.
Peset. O 80
en-32°
El Corazon de Jesús al alcance ele los niños, por D. Ramón
Barbera, Pbro., seguido de la Aurora de la devodon al co ..
~~anm de Jesús, por el P. Luis Colmna, S. I. -- Un opúsc.
en-32
)) O 80
Vida de San Alfonso M. de Ugorio, fundador de la Congre-

gacion del Santisilno Redentor, escrita por el Padre Viotorio Loyodice de la 1nisn1a Congregacion.
Un opúsc.
en-3 2
)) O 80
38. Valel"ia y el Secreto. Lecturas recreativas por. M. Bourdon.

-

Un opúsc. en-32

n

1

SELECTA EX CHRISTIANIS SCRIPTORIBVS
IN VSVM: SCHOLARVl\1
( in.-16° pa.rvu:r:n. )

~ibros circumspicienti, qm ¡n scholis ordinis secundi ternntur, mirnm profecto videbUur
aclolescentulos, christianum nomen professos, historias, orationes _et poemata tantummoclo·
evblvere veteribus passim superstitionibus imbuta. Non sum equidem nescius neminem ferme'
esse cum TVLLIO in eloquentia comparandum; utque poetas omittam, satis constat 0AESAREM,
LIVIVM et SALLVS'riVllf eo styli nitore probari, qui v.el seniores a scribenclo deterreant. Sed
cum volo latinae linguae studiosos ad optima exemplaria confugere, quo tutius bene dicendi artem arripiant, tum idem ipse contendo eis omnino non esse catholicae doctrinae
auctores invidendos, qui primis post Christum natum saeculis floruerunt. Quum enim multa,
peccent romani superioris memoriae scriptores in iis quae ad mores, ad germanam humanitatem, atque praesertim ad ipsam Dei creatoris et providentis notionem pertinent, omnino
decet tenellos alumnos illis studiorum monitoribus uti, qui sibi credentem minime fa.Uant,
quique perverBis veterum praeceptionibus sapientissima documenta opponant, mox laetissimos
fructus latura.
Caeterum nemo tam hospes est in litteris latinis qui nesciat, complures christianae sapientiae scriptores, tametsi altius spectabant, quam ut extima styli parte famam · conse. quereiltur, se tamen ad veterum imitationem cum laude composuisse. Quare et SvLPICIVlii
. SEVERVJI'I memorant, qui do brevitate cum SALLVSTIO contendit, et lVIrNVCIVM FELICEM haud sane
inelegantem dictionem dialogis suis conciliantem, atque LACTAN'l'IVM, qui Tulliani styli
virtutes est consecutus, plane ut merito Christianus Cicero sit appeHatus ..
Quae cum ita sint, propositis jam pridem praéstantissimis scriptorum voluminibus ad
legendum, optimum factu existimavi, si adolescentulos in patriae spem succrescentes acl eos
latinos quoque scriptores deducerem, qui christianam doctrinam professí, de litteris et de
religione optime meriti sunt.
J amque in vulgus prodiere cum aclnotationibus Joannis Tamiettii, salesianae Familiae
alumni, Doctoris politiorum litterarum cliligentissimi, Sancti Hieronymi Scripta selecta et
Histor·ia Sacra Sulpicii Severi, nec non Sancti Martini Vita ejusdem scriptoris. Nnnc
vero ·en idem Joannes Tamiettius edidit Lactantii: De mortibus persec~ttorum, Sancti
.A.ngustini De Civitate Dei et S. Cypriani de Mortalitate libros quos tibi propono, nt,.
si alumnis tuis prodesse videas, apud meos alumnos librarios scias excusos prostare , ut
multorum manibus terautur. Vale.

AÑO II'. -N. 1l.

Sale una vez al n1es.

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Debemos a.yuO.ar á nuestros hermanos á fin de coopers,r á la élifur'Jion de la verdad.
Atiende á la buena lectura, á la
hortacion y á la enseñanza,

ex~

(I Tn.r. rv, 18.)

:Entre las cosas divinas la más divina es la de cooperar con Dios .
á la salvacion de las alma,s.
(S.

IJIOI\JSICI)

Un amor tierno hácia el prójimo es
uno de los más grandes y excelen··
tes dones , que la divina bondad
puede hacer á los hombres.

NOVIEMBRE 1887

1
L

Oualquiera. que reciba á un niño en
mi nomhre, recibe á mí mismo.
(liiAr. xvrn)

Os recomiendo ht niñez y la juventudi cultivad con grr.nde empeño la
educacion cristiana¡ proporcionadles
libros que enseñen á huir el vicio
y á practicar la virtud.
(Pro IX)

Redoblad todas vuestras fuerzas para
retraer á la niñez y juventud de
las insidias de la corrupcion y de
la incredulidad y preparar de esta
ma,nera una nueva genera,cion.

(El Doct. S. FitANC. de SALES)

Sumario - Salida de los Misioneros Salesianos piltra el
. Ecuador - El Santo Rosario y la carta del Padre Santo
á los Obispos de Italia - Una grata y afectuosa visita
á D. Bosco - Las ánimas del Purg·atorio - Es tiempo
Explorrtcion tle lrt Tierra del Fuego y
de obrar D. José Fagnano - Peregrinacion de los Obre.r'os Franceses á Roma - Historia del Oratorio ele S. Francisco
de Sales.

FELICITACIONDon Bosco y los Salesianos,
sumaTnen te agradecidos á la benevolencia y caridad que los
Cooperadores y Cooperadoras de
América demuestran hácia los
pobres ni'flos que se hallan recogidos en J as Casas Salesianas, aprovechan an tici padarr1en te y con
sumo gusto esta propicia ocasion
para felicitarles las próxünas Pascuas de Navidad y un buen :fin
y principio de año, deseándoles
toda clase de gracias y bendiciones. tanto espirituales como temporales.

(LEON

XIII)

SALIDA DE LOS nUSIONEROS SALESIANOS
para el Ecuador.

En los primeros dias del mes de Diciembre saldrá del Oratorio de S. Francisco
de Sales, de Turin, una compaüia compuesta
d.e diez misioneros Salesianos, destinados á
la república del Ecuador. Bendecidos por
el Sumo Pontífice, van á pisar las huellas
y seguir los ejemplos de tantos y tantor-;
héroes de la Iglesia Católica, los Franciscanos, Domínicos, Mercedarios , Agustinos y
Padres de la Compafiia de :J esüs , fundadores todos de la civilizacion en muchas
de aquellas inmensas provincias, y salvadores ele tantos miles y miles ele almas
durante el trascurso de tres siglos. Pero los
obreros del Seílor no bastaron para cultivar aquel campo evangélico, por ser muy
vasto y por consiguiente tambien mucha
la miés. A la otra" parte de los Andes,
por el Oriente , van errando en medio
de las tinieblas de la muerte aquellas innumerables tribus, hacia cuya salvacion sentíase fuertemente inclinada, por su ardentísima caridad, la 1/irgen Paredes de Flores,
la gloria del Ecuador, la azucena ele Quito,
la B.. Mariana de Jesüs.
El cumplimiento de los votos de esta
creatura angélica es una parte del programa

-

130-

de los hijos de D. Bosco, y bajo su pro- nosotros ¿qué es lo que responderemqs á
teccion, con el auxilio de María Santísima quien hasta en sus ángeles encuentra algun
y el socorro material y morar de los buenos defecto? ¡Oh! ¡ qué seguridad, qué regocijo
Cooperadores y Cooperadoras, no dudamos si nosotros para defendernos séilalando con
que aumentará el número de los hijos de el dedo á miles y miles de almas gloriosas
la Iglesia y de los ciudadanos de la patria que lo rodeen, podrémos decirle:
bienaventurada.
Seüor, nosotros las hemos salvado con
Aquel que ha dicho id y enseñad á todas nuestras generosas limosnas.
las gentes, ha dicho tambien que quien dará
al apóstol, porque es apóstol, tendrá la recompensa del apóstoL
¡ Seüores Cooperadores y Cooperadoras !
A nosotros, Españoles , pertenece principalmente, por muchísimas razones, ayudar ,
con más generosidad á nuestros queridos 1
hermanos de América. No podemos negar y la carta del Padre Santo
que, áun despues de todo lo pasado , sen~ 1
á los Obispos de Italia.
timos en nuestro corazon un afecto hácia 1
aquellas regiones verdaderamente grande. 1
Entre las muchas instituciones que adorLas íntimas y naturales simpatías con sus
nobles y generosos habitantes no dismi- nan y embellecen , á manera de una aunuyeron ni disminuirán jamás en nosotros. gusta reina coronada de estrellas, á nuestra
Hoy dia, ellos mismos, en medio de su in- santa Madre la Iglesia Católica, es indudadependencia, al recordar los beneficios re- ble que, sinó la más sublime , a lo menos
cibidos de los grandes héroes Colon, Cor- la más santa y suave al corazon de toda
tés, Bartolome de las Casas y otros, llaman alma piadosamente cristiana, es la del Santo
á Ja España, con indecible entusiasmo, su Rosario. l)umamente sencillo es el modo y
órden con que dicha oracion se halla disamada madre patria.
Mostrémonos, pues, nosotros en esta pro- puesta, pero al mismo tiempo es sagrada
picia ocasion generosos con quienes saben y en extremo conmovedora, siempre que el
ser tan agradecidos y abrigan en su :pecho pensamiento de todo creyente recorra y
tan sincero y fraternal amor. Entonces sí l examine con la luz de la virtud sobrenaque pondremos en práctica el siem1)re nuevo tural de la Fe el alto y noble fin, para el
mandamiento de N. S. Jesucristo: Ut dili- 1 cual tan hermosa costumbre fué introduel pueblo cristiano.
gatis invicem, sicut dilexi vos, etc.
1 cida un tiempo entre
Sí, amémonos mútuamente y demostré- 1 Prolijo y no tan fácil serio á nuestra pluma
moslo ayudándonos los unos á los otros. j referir aqui la historia del Santo Ro;;ario,
Hagamos todos un :pequeño sacrificio por historia , -entre todas las que existieron y
amor de Jesús, ofrezcamos un ténue óbolo existirán en el mundo, hermosísima y ex=
por amor de aquel Dios que es fuente de tremadamente espléndida y gloriosa.
Nosotros diremos tan solo que desde su
todo bien terreno y celestial, y que sabe
recompensar abundantemente en esta tierra institucion hasta el presente hubo siempre
todo lo que se hace por su amor, y de esta grandes genios inspirados, los cuales, consuerte se verá cada vez más extenderse el sagrados á la Vírgen Santísima, cantaron
reino del Evangelio.
las glorias de su Rosario, mereciéndose la
Inflamémonos J. e aquel fuego que J es u- gratitud, el honor y los aplausos de todos
cristo ha venido á encender en esta tierra los que hoy sientc::m vivamente la exceleny que quiere se esparza por todas partes , cia, grandeza y majestad del culto que rinfuego de celo por la gloria de Dios, 8lner- den los Católicos á aquella que, victoriosa
gente del vivo deseo de la salvacion de las y triunfante, quebrantó la cabeza del dragon
almas. D. Bosco espera vuestros socorros. infernal , á Aquella que sirvió ele escudo
Los misioneros salen contlando e:n vosotros. con frecuencir;t_ á los pueblos que combatían
Cuando Jesús , en el último de los di as , contra los bárbaros, saliendo siempre venlJaje á la tierra lleno de gloria, circun- cedora en todas las batallas, y en fin, á
dado de ejércitos de ángeles, para juzgar á Aquella que exterminó las más formidables
las generaciones humanas, nos pedirá cuenta y perniciosas herejías, que en todos tiemdel uso de las riquezas. Será base de su pos se levantaron contra la Iglesia Catójuicio la caridad. Él nos preguntará, y lica.

El SANTO ROSARIO

-- 13i ··---~-·--··-------~--~-----~---------··-------

Hoy vemos tambien á nuestro santísimo
y sapientísimo Padre Leon XIII, que pone

todas sus esperanzas en tan santa y. hermosa devocion , y por consiguienté incnlcánosla recomendándonos con singular empeño que acudamos a la Sma. V írgen con
el rezo y contemplacion de les misterios
del Santo H.osario. De esta, y no de otra
manera, espera conseguir tambien, como
sus antecesores, el triunfo de la Iglesia Católica y el tan deseado y necesario remedio
para los grandes males que hoy día afligen
v amenazan á la sociedad.
,, Hé aquí, pues, su última carta dirigida
al Episcopado italiano:
VENERABLES HERMANOS:

Bien sabeis cuánta sea la confianza que
en medio de las presentes calamidades
hemos puesto en la gloriosa V írgen del
Rosctrio, á fin de obtener la salvacion y
prosperidad del pueblo cristiano, así como
la paz y tranquilidad de la Iglesia.
Recordando, pues, por una parte que, en
las graneles necesidades, P~1stores y fieles
acudieron siempre con suma confianza á la
gran :Madre de Dios , auxilio poderosisimo
de los cristianos , en cuyas manos están
1mestas todas las gracias; persuadidos por
otra de que la devocion á la Vírgen bajo
el título del Rosario es en sumo grado
oportuna para las gravísimas necesidades
de nuestros tiempos, hemos querido que
esta devocion reine por todas partes y se
haga uso de ella cada vez mas entre los
fieles de todo el mundo. - Varias veces
al inculcar la piadosa práctica del mes de
Octubre en honor de la Vírgen, hemos indicado los motivos, las esperanzas, el modo:
y toda la Iglesia, en cualquier parte de la
tierra, dócil á Nuestra voz, ha correspondido siempre con manifestaciones de singular piedad á Nuestra invitacion. Ahora
prepárase tambien de nuevo para pagar á
María Santísima , durante un ·mes entero ,
el tributo cotidiano de la devocion que tanto
y tanto le es grata. En esta santa y
noble porfia no se ha quedado atrás, la Italia, donde la piedad hácia la V írgen está
tan profundamente arraigada y se siente
de una manera universal; ni tarnpoco dudamos que .tambien en este año dará una
hermosa prueba de su amor hacia la gran
Madre de Dios , á fin de proporcionarnos
nuevos motivos de paz y consuelo. Sin em~
bargo no podemos menos de dirigir á
Vosotros, Venerables Hermanos, una palabra

de especial exhortacion, á fin de que con
nuevo y singular empeüo sea en todas las
diócesis italianas santificado el mes dedicado á Maria Sma. del Rosario.
Fácil es comprender las razones particulares que Nos mueven á ello. - Des!1e
que Dios Nos hubo llamado para rt;)gir sobre
la tierra su Iglesia, Nosotros hemos procu~
rado poner en práctica todos aquellos medios
que están en poder Nuestro, y que creimos
más oportunos para la santifieacion de las
almas y para la dilatacion del Reino de
Jesucristo. No hemos excluido de Nuestros
á ninguna nacion ni
1 cotidianos ~uidados
pueblo, sabiendo que por todos derramó su
pr~ciosa sa~g~~ sobre. la Cruz el Re~entor,
1
y a todos anno el remo de la gracia y de
la gloria. Ninguno , pues , se admirará si
con sin~gul.ar predileccion aten~1emos ~1
1' pueblo Italiano; puesto que tamb1en el chvino Maestro Jesucri~t~ ,' ,entre to.das las
partes del mundo, ehgw a la Halla para
1 Sede de su Vicario en la tierra, y en los
1 consejos de su divina providencia
dispuso
1 que Roma fuese la capital del mundo
cal tólico. Por consiguiente el pueblo italiano
1 está llamado á vivir en mayor proximidad
con el gran Padre de la fanúlia cristiana,
1
y á dividir más especialmente sus alegrias
y dolores. Y por desgracia no faltan actual1 mente en nuestra Italia gravísimas razones
, de angustia para Nuestro ánimo. La fe y
lla moral cristiana , preciosísima herencia
1 que nos dejaron
nuestros antepasados, y
que fueron en todo tiempo la gloria de
nuestra 1)atria y de los grandes Italianos ,
son ó insidiosamente y easi á escondidas ,
ó abiertamente y con re1)ugnante cinismo
asaltadas por una rnano de hombres, que
se esfuerzan con todo su empefío, en roh:1r
á los otro~ la fe y la moral que ellos per-~
dieron. Fáeil es ver en todo esto, mas que
otra cosa, la obra de las sectas y de los
que son instrumentos, más ó menos dóciles,
en manos de ellas. Aquí, en Roma, donde
el Vicario de Cristo tiene su Sede, se re, cbncentran más que en otras partes sus
esfuerzos y se manifiestan en toda su pertinaz ferocidad sus satánicas intenciones.
No es preciso os digamos, Venerables
Hermanos, cuál y cuánta sea la amargura
que inunda Nuestro . corazon al ver expuestas atan graves peligros las almas de tantos
queridísimos hijos Nuestros. Y esta Nuestra
amargura crece al ver que Nosotros mismos nos hallamos en la imposibilidad de
oponernos á estos gr:mdes males con aquella
eficacia que querriamos, y que tamhien tenJ

,1

-· 132 -

dríamos el derecho de poseer; puesto que
os son ya notorias, V enerahles Hermanos,
como tamhien á todo el mundo, las condiciones de vida á las cuales Nos hall::un0s
reducidos. Por cuyo motivo Nosotros tenemos mavor necesidad de invocar el auxilio
de Dios <'y la proteccion de la gran Vírgen
lYiadre. - Los buenos Jtalianos rueguen
fervorosamente por sus hermanos descarría·
dos, y rueguen tarnbien por el Padre comlln
de todos, el Romano Pontifice, á fin de que
Dios, en medio de su infinita misericordia,
acoja y oiga los votos comunes de los hijos
y del Padre. Y tambien por esta parte
colocamos Nuestras más vivas y firmes esperanzas en la gloriosísima Reina del Rosario;
Ella desde el punto que comenzó á invocarse con el titulo del Rosario , se mostró
prontamente auxiliadora en las necesidades
de la Iglesia y del pueblo cristiano. Ya recordamos otras veces estas glorias, así corno
los triunfos tenidos contra los Albigenses y
otros poderosos enemigos; glorias y triunfos
que redundan siempre, no solamente en provecho de la Iglesia, sí que en prosperidad
temporal de los pueblos y de las naciones.
¿Por qué no podrían renovarse en b s
necesidades presentes las mismas maravillas de poder y bondad por parte de la
Sma. Vírgen en favor de la Iglesia y de su
Cabeza y de todo el mundo cristiano, si
todos los :fieles supiesen renovar por su
parte los espléndidos ejemplos de piedad
dados en semejantes casos por sus buenos
antepasados? Por cuyo motivo Nosotros, á
fin de conseguir que esta ·poderosísima
Heina nos sea más propicia, deseamos honrarla cada vez más bajo la invocacion del
Rosario y aumentar asimismo su culto. Por
lo que á comenzar desde el corriente ailo
hemos establecido elevar á 1"ito doble de se~
gunda clase para toda la Iglesia , la so~
lemnidad del Rosario. Y con el mismo fin
deseamos vehementemente que el pueblo
católico italiano con particular devocion,
siem1)re, pero et>pecialmente en el próximo
mes de Octubre, acuda á la Sma. Virgen y
la suplique instantemente por la exaltacion
de la Iglesia y de la Sede Apostólica, por
la libertad del Vicario de Jesucristo en la
tierra y por la püblica paz y prosperidad.
Pero puesto que el efecto ele las oraciones
será tanto más grande y seguro, cuanto
serán mejores las disposiciones de los que
ruegan, os exhortamos vivamente , Venerables Hermanos , que con todas las industrias de vuestro celo os esforzeis en
despertar en los pueblos , á vosotros con-

fiados, una fe vigorosa, viva y operativa ,
y los llameis con la penitencia á la gracia
y al fiel cumplimiento de todos los deberes
cristianos.
Entre los cuales , por la condicion do
los tiempos, conviene considerar como prin-cipalísimo la franca y sincera profesion de
la fe y de la moral de Cristo, por la cual
se venza todo respeto humano y se pongan
por delante, ante -:todas las cosas, los intereses de la religion y la eterna salvacion
de las almas. Porque no conviene disimular
que, aunque por la divina misericordia el
sentimiento religioso esté aún vivo y bastantemente difundido en el pueblo italiano, sin
embargo, tambien en medio de él , por
maléfico influjo de los hombres y de lm;
tiempos, ha comenzado á serpentear el indiferentismo religioso; por cuyo motivo va
disminuyendo aquella práctica reverencia
y aquel amor filial hácia la Iglesia que
fueron gloria y noble honor de los antepasados.
Sea por vuestra obra , Venerables Hermanos, que se despierte poderosamente en
vuestros pueblos el sentimiento cristiano, el
interés por la causa católica , la confianza
en la proteccion de la V írgen, el espíritu
de oracion. No debemos dudar que la invicta Reina, invocada por tantos hijos con
tan felices disposiciones, no corresponda
benignamente á sus voces, consuele Nuestra afliccion en favor de la Iglesia y de la
Italia, proporcionando á todas las dos dias
más felices.
Con estos sentimientos damos á vosotros,
Venerables Hermanos , al Clero y pueblo
confiados al cuidado de cada uno de vosotros, la Apostólica bendicion, prenda de las
gracias y favores más electos del cielo.
LEON PP. XIII.
En el Vaticano, 20 de Setiembre de 1887,

A tan hermosas expresiones y exhortaciones nada podemos añadir nosotros, pues
estamos seguros de que nuestros caros Cooperadores y Cooperadoras, al considerar en
ellas la. snma coufianza que Ntro. Sto. Padre tiene en tan útil como santa devocion,
y la tierna y viva súplica que á todos nos
hace de confiar tambien en ella, procurarán hacer uso de tan hermosa práctica ya
en la iglesia ó bien en casa todos los dias,
asi como se empeüarán en divulgarla entre sus amigos y conocidos lo más que
puedan , cuidando siempre de unir su intencion á la del Sumo Pontífice. De este

133

modo satisfarémos sus deseos y obtendrémas algun dia el triunfo de todos sus muchos y crueles enemigos, que hoy le hacen
tan injusta y desapiadaéla guerra.

la juventud pobre y abandonada que Dios Ntro.
Señor le ha confiado. Espera que el número de
dichos Cooperadores españoles aumentará cada
vez más, y de este modo y con nuevos recursos,
que sus corazones generosos proporcionarán, podrán abrirse muchas Casas en España, y sostenerse las Misiones que tenemos en América.

UNA GRATA Y AFECTUOSA VISITA A D. BOSCO
'

lAS ANIMAS DEl PURGATORIO.
Damos con sumo g·usto noticia á nuestros
..:;aros Coopemdores ele una reciente visita española, que por todos conceptos fué sumamente
,g·rata á nuestro amadísimo Padre D. Bosco.
~ El dia 29 de Setiembre llegó á Turin una pia"
dosa y noble familia de Barcelona con el único
y exclusivo ftn de visitar á nuestro queridísimo
D. Bosco, y hacerle al propio tiempo presente
que el bueno y hermoso recuerdo que él clej ó
allá por el año 1886, cuando fué personalmente
á visitar por primera vez á España, está todavía
impreso en todos los que tuvieron el gusto y
dicha ele verle y C('mocerle.
Dicha caritativa familia no pudo menos de maravillarse en extremo de nuestro Oratorio de
Tnrin y quedarse prendada de los preciosos trabajos que en sus talleres se hacen y confeccionan. Con frecuencia manifestaban su vehemente
deseo en llegar á tener un dia en las mismas
proporciones la casa que se instaló, cuatro años
hsce, en Barcelona y suplicaban á D. Bosco les
ayudase á llevarlo á cabo , prometiendo ellos
por su parte cooperar cuanto pudieren con el
mismo fin.
Antes de irse quisieron dichos señores dar una
muestra del mucho afecto y cariño que hácia los
alumnos y niños de D. Bosco tienen, sirviéndose
al efecto del precioso clia de la Maternidad de
María.
Fué éste un dia de verdadero y singular regocijo para el Oratorio. Hubo su c.omunion general por la mañana en la cual comulgó un crecido número de niños, aplicando todos la comunion
y sus oraciones por la intencion de quienes, con
tanto amor y benevolencia, se habían dignado
venir desde tan lejos á visitarles.
A las 10 se cantó con toda solemnidad por
los referidos niños y sus maestros la célebre
Misa del Haydn, cuya ejecuc.ion agradó y sorprendió muchísimo á dichos señores.
Por la tarde cantáronse tambien las vísperas
habiéndose ejecutado el Dixit y Magnificat del
M. Galli ; el Lauda te del Cappocci; el hermoso
motete Tata 1Julchra del Quaranta, concluyendo
con el Tanturn e!'!JO del M. Novello y la bendicion de S. D. M.
En ftn, nosotros decimos de nuevo que nuestro
buen Padre no pudo menos de regocijarse en
,extremo al ver tales muestras de cariño y devocion por parte de los Españoles , y hoy hace
públicas sus más expresivas gracias por su mucho
,celo en cooperar á la mision de la educacion de

« Hay, como todos sabemos , dos mundos : el
del sentido ;;T el del espíritu. Nosotros vivimos
en el mundo del sentido , rodeados y envueltos
por el mundo del espíritu, y, como cristianos,
tenemos contínuas y reales comunicaciones con
este último. Ahora bien; en el mundo del sentido no hay más que un fragmento, una fraccion
de la Iglesia. Hoy dia la Iglesia triunfante en
el Cielo, habiéndose aumentado con nuevas turbas y embellecido constantemente con nuevos santos, debe necesariamente exeeder en mucho á las
lilas de la Iglesia militante, la cual no comprende
ni siquiera la mayoría de los habitantes de la
tiena. Es más bien probabilísimo que la Iglesia
purgante exceda tambien en extension á la Iglesia militante , como la sobrepasa asímismo en
belleza. Acerca de las falanges innumerables de
los condenados, nosotros no tenemos ningun vínculo con ellos; envueltos en tenebrosas cavernas,
viven sin relacion alguna con las Iglesias triunfante y militante.
» Pero por la doctrina de la Comunion de los
·s:tntos y por la unidad del místico cuerpo de
Cristo, nosotros tenemos con la Iglesia triunfante
y con la purgante, íntimas relaciones de deber
y de afecto ; y la devocion católica nos suministra muchos modos, establecidos y aprobados á iin
de cumplir dicho deber para con ellas. Dios nos
dió un poder tal sobre los difuntos , que parece
dependen más de la tierra que del cielo : y· el
habernos dado este poder y los métodos sobrenaturales de ejercitarlo no es seguramente la
mínima prueba conmovedora que su Divina Majestad haya dispuesto y ordenado todas las cosas
por amor, iAcaso no podemos nosotros imaginar
el regocijo de los Bienaventurados en el cielo
contemplando desde el seno de Dios y desde la
calma de su eterno descanso nuestra triste escena
de inquietudes, dudas y temores, y exultando
en la plenitud de su caridad, en medio del vasto
poder que tienen ante el Sagrado Corazon de
Jesús, para impetrar día y noche gracias y bendiciones en favor de los pobres habitantes de esta
tierra? Esto no les distrae de contemplar á Dios;
ni les disminuye su gloria; no altera ni su gracia ni su paz. Al contrario, acaece á ellas como
á nuestro· Angel Custodio; los afectuosos ministerios de su caridad acrecientan la propia gloria
accidentaL Tambien nosotros sobre la tierra podemos gustar proporcionadamente un regocijo
semejante. Si nos animamos, pues, con todo el
corazon á aumentar en nuesto corazon la devo-

-

134-

cion hácia las ánimas del Purg·atorio , seremos correr á los sobrevivientes. Pero ¿ qmen es e}
siempre suavemente sabedores del inmenso poder que piensa en hacer conocer con la prensa el
que nos ha dado Jesucristo en favor de ellas. grande acaecimiento diario de la infelicidad de
Nunca nos asemejamos más á él, ni imitamos las almas de nuestros muertos? i Quién es el que
tan bien sus tiernos oficios, corno cuando ej erci- con hojitas, opusculitos, diarios ó libros procura
tamos devot:Jmente este poder. Nos hallamos al- excitar á los fieles á soccorrerlas? ¿Quién es el
tamente humillados al hacernos bienhechores de que piensa cómo Jos pocos céntimos empleados
aquellas almas hermosas que nos son tan sin en comprar un librito que trata en favor de las
comparacion superiores, como se lee de s. José, almas , una media hora de tiempo empleada en
que aprendió la humildad mandando á Jesús.
leerlo, emprestarlo á otros, regalarlo, sea ya de
Auxiliando á las santas ánimas del Purgatorio, por sí un acto de ejercicio del inmenso poder que
nosotros damos testimonio á Jesús de un amor nos ha dado Jesucristo en favor de ellas? Hé
que supera á las palabras, de un amor que nos aquí, pues , el medio que nosotros presentamos
hace temblar, pero de Ull temblor delicioso, por- hoy á nuestros Cooperadores y Cooperadoras.
que en esta clevocion no es nuestra mano, sino
la suya, que movemos, como so movería la inexperta mano de un niño. ¡ Amadísimo Señor !
¿acaso no parece in~~reible que él se deje de este
ES TIEMPO DE OBRAR.
modo en nuestro poder? ¿ Qué nos deje hacer lo
que queramos de sus satisfacciones, y rociar
El profeta David en el salmo i18 con viYo
cuanto queramos con su preciosa Sangre eomo entusiasmo de amor y celo se dirigía á Dios
si fuera tanta ag·ua eogida en el cereano pozo ? Ntro. Señor diciéndole: - Es tiempo de obrar,
¿Qué nosotros lleguemos á circunscribir la efi- oh Señor : tus enemigos han arruinado tu ley :
cacia de su sacrificio incruento, á nombrarle áni- Tempus faciendi, Domine : dissipaverunt legen&
mas por quienes aplicarlo, y esperar que él nos tu a m.
obedezca y que nos obedezca de veras ? ¡Hermosa
En nuestros dias esta misma aspiracion no
sobremanera fué la impotencia de su niñe.z! ¡es deja de ser oportunísima y tambien justa. Los
sublime belleza su impotencia en el Santísimo enemigos de la Iglesia y de la religion, los eneSacramento! ¡linda es por cierto la impotencia migos de Dios no descansan, antes bien con una
en que, por amor nuestro, él se digna de estar á aetividad sin límites , ó mejor dicho , satánica,
nuestra disposicion para auxiliar á sus queridas tientan de arruinar, destruir y disipar todo lo que
esposas que sufren en el Purgatorio, cuyo in- sabe de religioso y moraL Niegan las verdades
greso en el Cielo es deseado vivísimamente en reveladas por Dios, desprecian las leyes divinas:
su Corazon! ¡Qué pensamientos, qué sentimien- blasfeman á Jesucristo y su Evangelio , hacen
tos, qué amor debería ser el nuestro, mientras gueera á la Iglesia y á sus ministros , inventan
que, como coros de ángeles terrestres, dirigimos mentiras y calumnias, profesan y divulgan docnuestra mirada al vasto, silencioso é implacable trinas perversas y deshonestas , corrompen las
reino de dolor, y luego con nuestra fervorosa mentes y corazones de todos. Y al considerar
oracion movemos la potente mano de Jesús, que semejante desgracia, i qué ánimo generoso podría
va g:oteando su balsámica y saludable Sangre! » impedirnos de exclamar hoy con el santo y real
D~spues de tan sublimes y hermosas palabras Profeta : - Es tiempo de obrar , oh Señor ;
del Faber, sacerdote del Oratol'io de Londres, no puesto que los pecadores han llegado ya al colmo
añadimos nada para animar á nuestros Coopera- de su malicia arruinando tu santa ley?- Hoy,
dores y Cooperadoras á aliviar á las Almas del más que nunca, es el caso de hablar al Señor
Pm'gatorio, y tan solo les presentamos un medio con los· acentos del Filicaia :
de ejercitar el inmenso poder que nos ha dado
¿ Y hasta cuando necios
Jesús en favor de ellas. Dicho medio consiste en
Scnin, Se'ñm·, tus siervos? ¿y hasta cuándo
la difusion de la idea y del afecto de su causa meDe tan bárba~·os excesos
diante la prensa. La prensa es ciertamente uno
Se Ja,ctcwá el impio atrevimiento?
de los medios poderosísimos con que « en el
Sí, oh Cooperadores y Cooperadoras, roguemos
mundo del sentido » se animan las almas sensibles á defender la causa de los infelices y á so- á Dios Ntro Señor se digne refrenar el _ímpetu
correrlos. ¿Y por qué la prensa no servirá á de sus enemigos; pero al mismo tiempo recoralimentar entre los Católicos la idea y excitar el démonos que la oracion sola no basta , ó meafecto por la causa de los infelices del « mundo jor dicho , recordémonos que á la oraeion debedel espiritu » y á acudir en su auxilio? ¿Inunda mos unir tambien nuestra obra. En la antigua
un rio un pueblecito? pues pronto la prensa se y nueva ley, Dios, para hacer el bien é impedir
presenta á excitar los corazones y enjuga como el mal, se sirvió siempre de los hombres que
mejor puede las lágrimas de los inundados. ¿De- eran más devotos suyos. Pm'a difundir la religion
vora el fuego las sustancias de varías familias ? . cristiana sobre la tierra, para conservarla y dela prensa enciende en los corazones la caridad. y 1 fenderla desde el nrineipio , v despues con el
bien pronto dichas familias desgraeiadas son eon- andar del tiempo, El quiso fuesen sus cooperasoladas. ¿Un terremoto mueve y tira por tierra dores loR sacerdotes y seglares , y hoy invoca
las casas y pueblecitos enteros ? inmediatamente todavía el auxilio de unos y otros con el mismo
la prensa toda pónese en movimiento para so- fin. Y por esto nos dice tambien por medio de
'

J[

...,

-

i35-

su Vicario: - Es tiempo de obrar, oh hijos
mios: despertad, pues, levantaos y salid á la batalla. Viene aquí muy á propósito el reeordar las
férvidas palabras que nuestro Supremo Pastor,
el sabio é invicto Pontífice Leon XIII, dirigía á
los Católicos en su Carta Encicliea, Etsi nos, del
15 de Febrero del año i882 : - Todos los que
aman la religion católica, sepan que hoy es
ya tiempo de hacer algun tentativo, y de no
deJarse cae1· por ningun motivo en los brazos
de la indiferencia é inercia, puesto que ninguno
queda tan pronto oprimido como el que se abandona á una necia seguridad.
Pidamos , pues , con todo nuestro corazon al
Señor á fin de que nos auxilie, pero no nos descuidemos de hacer por nuestra parte todo lo que
la razon y religion n:os imponen , á fin de ser
tambien sus Coadjutores, Dei adJutores. CuandJ
los del'echos del padre ó ele la madre son violados, toca á los ldjos el defenderlos; cuando es
asaltada la familia, cada miembro debe salir en
su defensa.
Por cuyo motivo nosotros desearíamos que
nuestros Cooperadores estuviesen alerta y excitasen su celo en un punto solo, que nos parece
de suma importancia. Hoy dia los enemigos causan grandes estragos on Ja heJ'edad del Señor,
sobre todo por medio de la mala prensa , por
medio de libros , periódicos y diarios impíos y
corruptores, buscados y leidos por muchos. Quien
vive en medio del mundo podrá convencerse de
cuán gran verdad sea esta. Todos quieren leer
y en tanta muchedumbre de librejos, los más,
leen lo que es malo y absorben, sin hacerse de
cargo, el veneno.
Parecen estos los tiempos predichos por el apóstol Pablo en su segunda carta á Timoteo: Vencb·á tiempo, dice, en que no sufriJ-cin la sana
doct;rirw, antes amontonarán maestros conforme
á sus deseos, pm· deleite de su oído : y aparta1·án los 01:dos de la veTdad y los aplicarán á
las fábulas.
Ahora bien ; estamos ya al fin del año : muchos de nosotros , ó rle nuestros conocidos , renuevan ó eligen la suscricion de algun diario ó
periódica publicacion ; por consiguiente es tiempo
de obrar; es tiempo que os opongais con todo
vuestro celo á la prensa malvada; es tiempo que
la reprimais con- todas vuestras fuerzas é industrias de vuestro ingenio. Sí , reprimidla con
sostener y promover la difusion de la buena
prensa, con asociaros suscribiros y aconsejar á
otros que se suscriban á diarios y publicaciones
de sanos principios religiosos y morales; repri~
midla con distribuir libros y 11eriódicos buenos,
con emprestarlos y regalarlos y hacerlos pasar de
una en otra mano> de familia en familia ; reprimidla con describir la ponzoña que contienen los
libros que tratan algo contra la religion y las
buenas costumbres; reprimidla con no dar nunca
ni siquiera un céntimo á aquellos que escriben,
publican ó venden hojas y libros perversos; reprimiclla con aconsejar á los parientes , amigos
y conocidos á no recurrir jamás á la prensa mal-

vada ni para saber noticias , ni para promover
sus propios intereses temporales; reprimid] a con
quemar los diarios, periódicos y revistas de mala
fama, que viniesen á parar en vuestras manos,
á fin de que, despues de haber pervertido quizá
á alguna alma incauta, no perviertan aún á alguna otra en vuestra casa ó fuera de ella. Hagamos en una palabra encarnizada guerra a la
mala prensa, guerra á los libros, diarios, periódicos que sean contrarios á la religion católica
y á su saná moral.
Las Lecturas Católicas.
Hé acruí, entre otras muchas, una puhlicacion
mensual sumamente útil y 1wovechosa para llenar el :fin que nos proponemos, y que por consiguiente no podemos menos de recomandarla vivamente hoy á nuestros caros Cooperadores y
Cooperadoras.
Ella tiene por objeto única y exclusivamente la
enseñ.anza y defensa de la Religion católica, IL'.ediante la difusion de libros ele estilo sencillo,
llano y popular , adaptados á la inteligencia ele
todos. En la eleccion ele los opúsculos se pre:fieren siempre los que contienen instrucciones
morales , narraciones amenas é historias edificantes. Todos los meses se publica un opúsculo
de unas 130 páginas.
El precio ele suscricion (adelantado) es: en
Espafia, 8 pesetas , y en Buenos Aires , :1 peso,
m[n.
Los pedidos y el precio de la suscricion se
enviarán en España al Sr. D. Juan Branda, Pbro.
Director de los Talleres Salesianos de Sardá
(Barcelona); y en Buenos Aires al Sr. D. Santiago Costamagna , Director del Colegio Pio IX
de Artes y Oficios, en Almagro.

EXPLORACION DE LA TIERRA DEL FUEGO.
y D. José Fagnano.
(Continuacion).
'
5°. Indole
dócil de los Indios. - Llegada
de una segunda nave. - La m1swn privada del santo sacrificio de la Misa. Aspecto de aquella tierra.
Los indios que aquí hemos encontrado parecen
de un carácter dócil; visten pieles de g·uánaco,
que las mujeres ciñen á la cintura, llevan arcos
y flechas y viven de la caza de aves, de la carne
de guánaco, de pescado que deja la marea en la
orilla, y de los mariscos que encuentran en los
escollos. Gustan sobremanera del iucu-tucu que
sorprenden con la mano en la entrada de sus
cuevas , y de la achicoria silvestre que comen
cruda y con raíces. Al principio no querían comer galletas ni tampoco dulces y carne en conserva , sinó cruda ó que ellos mismos asaban.
Duermen acurrucados unos sohre otros al abrigo

-

136-

de sus toldos formados de una especie de empalizada , rodeada de cueros de guánaco que los
reparan tan solo del viento.
El doctor Sr. Segers cuidaba con particular
esmero á los enfermos y muchas veces se le
escapaban quejas contra 9l mal proceder de los
soldados , que habian cometido tantos atropellos
contra gente indefensa y casi desnuda, que huia
de ellos y que nada había hecho contra la Expedicion.
El dia 27 por la mañana apareció el cúter
Bahía Blanca y desembarcó el Sr. Comandante
Basualdo con dos marineros, dejando el buque á
unas tres millas de la costa. El Sr. Lista hizo
embarcar cinco indias, con dos criaturas de pecho, y todos los objetos que yo llevaba para regalar á los indios, es decir , la caja del altar y
la maleta de la ropa, de modo que yo me quedé
tan solo con las monturas, una camisa, unos cuantos libros , y roquete y estola para la administracion de los sacramentos. Ví con sentimiento
que en adelante apénas podría vivir como cristiano, con mucha dificultad rezar el Breviario y
hacer muy poco por los indios. En esto me retiré á la tienda, encomendéme á Dios, lloré y todo
el dia estuve triste. ¡Paciencia! No podía ser
de otro modo.
A las 3 de la tarde dí un paseo hasta la cumbre de la colina del Este y me entretenía contemplando la belleza de la bahía, de las alturas
y de los pequeños valles tapizados de hermoso
pasto, abundantes de agua y cubiertos de trecho
en trecho de matas y malezas negras. Los mansos pajarillos parábanse á unos veinte pasos de
mí y recogian con su pico las migas de pan que
yo dejaba caer á propio intento en el suelo. Estas hermosas avecillas alégrannos mucho en el
campamento mañana y tarde con sus sencillos y
armoniosos cantos. ¡Ah , cuánto desearía estar
aquí rodeado de Salesianos y de Hermanos para
trabajar por la conversion de estos pobres in.J.ios .

6". Un paseo.·- Un temporal.-- Hegreso al
campamento.
El día 28 pedí permiso para dar un paseo á
tin de no extrañar la marcha á caballo que íbamos á emprender. A las 12, despues de almozar,
me dirijí con el Sr. Segers hácia la costa para
ver sí encontrábamos algun pescado en aqÜella
parte de la bahía. Encontramos, en efecto, restos
de una ballena y de otros grandes peces , unos
caracoles pequeños, y vimos tambien algunas
pisadas de caballo por lo que conocimos que alguno habia pasado por allí. Viendo que nos quedaba mucho que andar antes de llegar á la costa
del norte, volvimos atrás y nos juntamos con el
sargento Rozas y un soldado que estaban cazando.
Despues de un rato de descanso nos vinieron
deseos do subir á la cumbre del cerro aue se
levantaba al sud-oeste ele la bahía. Lo hi;imos,
llenándonos de admiracion mientras subíamos, al
ver tanta vejetacion hasta la altura de, unos 1200
pies. Entre las cumbres de las colinas que rodean aquellos alrededores vimos una hermosa

laguna en la cual abundaban los patos, las gallaretas y otras a ves de caza. De repente nos sorprendió un temporal y empezó á caer tanto granizo que dejó blanqueado el suelo y las matas,
y nosotros no tuvimos más remedio que dirigirnos al trote al campamento, donde llegamos algo
tarde y chorreando agua. El Jefe se indispuso
algun tanto y nos prohibió salir otra vez tan
lejos y solo:s. Así pasamos el día de ayer haciendo los preparati vos para la marcha que se
debía emprender la mañana siguiente.
- Sale el Sr. Comandante Basualdo , el cual
se ofrece cortésmente á llevar nuestra correspondencia al puerto Gallegos. Le saluda
Su afmo. hermano en J. C.
JosÉ PAGNANo, Pbro.
CARTA

II.

Bahia Tetis, 2 ele Enero ele 1887.

CARÍSIMO SR. D. Bosco :
La salida del correo me obligó á interrumpir
bruscamente mi primera carta la víspera del día
establecido para emprenuer nuestra marcha hácia
el Sur. Hoy, pues, voy á proseguir dicha relacion exponiendo la mayor parte de las noticias,
tal cual las fuí apuntando en mi librito de viaje.
El dia 29 de Marzo nos ocupamos en ordenar
y distribuir la carga que debían llevar i1 de
nuestras mulas; en elegir los víveres que debíamos llevar con nosotros ; distribuir á los soldados de la esúolta las respectivas raciones de
forraje, arroz, tabaco y harina; y por último en
levantar nuestras tiendas del campo y arreglarlas convenientemente para la salida del dia siguiente.
Durante la noche cayó un aguacero que nos
molestó no poco obligándonos á retardar la salida hasta las 2 de la tarde del dia 30, hora en
que finalmente pudimos ponernos en. camino,
dirigiéndonos al Sud-Esie. Como no habia ningun camino y los sitios por donde debíamos pasar estaban llenos de fango, tuvimos que ir muJ'
despacio. Nos paramos á las 5 de la misma tarde
sobre una altura donde se conocían aún las señales tle seis toldos, colocados á la orilla de una
laguna que estaba del todo seca. Faltándonos,
pues, el agua, nos pusimos á cavar un pozo ;y
dimos con ella despues de haber profundizado
unos 40 centímetros.
A la mañana siguiente proseguirnos nuestro
camino con un tiempo hermosísimo, en la misma
clireccion dei día anterior. Procuramos no desviarnos mucho de las partes más altas , hallándose las llanuras completamente llenas de fango.
A medida que íbamos adelante encontrábamos
siempre pastos mejores y llanuras muy vastas ,
una de las (males tendría de cxtension como unas
dos leguas.
N o vimos cuadrúpedos á excepcion de algunos
perros que juzgamos pertenecerian á familias indianas que quizá estaban mny cercanas, pero que

-

137

JlOI' el momento no nos entretuvimos en buscar.
Divisamos al lado opuesto algunas avutardas, y
despues las encontra.mos en mayor número muy
cerca de un torrente que. si bien era pequeño,
nos dió sin ernbargo no poco que hacer, habiéndolo tenido que atravesar, llevando nuestros equi})ajes al hombro por no poderlos cargar sobre
Jas mulas que se .:nnpantanaban demasiado. Es
desde este punto que verdaderamente comenzamos á experimentar las no pequeñas dificultades
del viaje. Por la orilla de este tot'rBnte, qua por
ahora llamaré de las Avutardás, di visamos unos
50 toldos abandonados. Por consiguiente empezamos á caminar con mayor cautela, en la razo-mo.ble persnasion de tener muy cerca á un buen
número de indios.
A las 11 nos internábamos en un terreno muy
unduloso y á la una de la tarde llegamos á otro
torrente más ancho y pantanoso que el. primero,
:pues reunía todas las ·aguas ele un pequeño valle,
.Y veíanse á lo lejos las montañas, en las cuales
tenia sin duda ~u origen. Nuestra persuasion
de encontrar muchos indios por aquellas cercanías no había sido inoportuna , pues muchos ele
ellos no tardaron en comparecer á un cuarto de
legua de distancia. Hallábanse algunos á la orilla
izquierda del torrente, otros á la derecha y otros
se pusieron á correr hácia el Este, comprendiendo
con esto que nos habían visto desde lejos.
El Dr. Segers , que estaba á mi lado , me
propuso de ir á donde ellos estaban para hablarles , á fin ele evitar en seguida toda ocasion
de combate. Hízelo, pues, dándoles como mejor
podía selíales ele paz , llamándoles y diciéndoles
en su lengua tehuelche : yegoa, yegoa (hermano,
hermano), yeper (carne). Y mientras nosotros nos
acercábamos, dos ele ellos nos salieron al encuentro paso á paso, con el arco en mano y en actitud de arrojar la fiecha. Viendo esto, nos bajamos del caballo y continuamos á internarnos, no
separándonos, por precaucion , de las orillas del
torrente. Tambien los dos indios continuaron
acercándose, pero en actitud ele defenderse y amenazarnos.
Ciertamente venían con intencion de combatir,
-p~esto que, cuando estaban á la distancia de unos
~incuenta pasos se pusieron en actitud ele fiecharnos. Sin embargo no nos atemorizamos y
sin hacer caso de sem~jante acto, levantamos
nuestros brazos al aire para darles á entender
que no teníamos arma alguna, y los invitamos á
ano se acercasen á nosotros. El Dr. Segers hizo
;ún más, pues se puso á saltar como un niño, y,
es neeesario decirlo, este juego pueríl nos sirvió
de mucho. Los indios tiraron por tierra sus arcos
y :flechas é inmediatamente se vinieron junto á
nosotros saltando tambien ellos como lo había
hecho el Sr. Segers, y en prueba de la confianza
que habian puesto en nosotros, nos dieron á tocar sus manos. En vista ele estas muestras tan
uacíficas y amigables , el Jefe de la expedicion,
que se había acercado poquito á poco, se unió á
nosotros en compañia de un soldado que traía la
bandera argentina, y luego vinieron los demás con
la comida y vestidos para reg·alar á los indios.

N u estros salvajes protagonistas no comprendian nuestras palabras, ele suerte que nos vimos
obligados á entendernos por medio ele señales.
Les ofreeimos tabaco, pero no lo aceptaron. Mientras nos entretení.amos con ellos mímicamente.
vimos que Jos otros indios , que antes b ahian
huido, venían Jproximándose muy despacio, y en
breve tiempo nos vimos rodeados de un buen número clc ellos. Sin embargo estaban aún un poco
atemorizados y por esto se miraban con frecuencia unos á los otros algo inquietamente.
U no, el más viejo de todcs, mientras los otros,
quien más, quien menos, tomaban parte á nuestra muda conversacion, se aproximó á las mulas
y maravillándose visiblemente de dichos cuadrúpedos para él desconocidos, titubeante tocaba el
freno y las monturas dirigiendo de cuando en
cnando la vista hácia nosotros con suma alegria
y con la más ingénua admiracion. En seguida
se acercó á mí y comenzó á hacerme caricias
pasándome la mano por el sombrero, por detrás
de la ca:beza, y luego por la sotana, pronunciando
de cuando en cuando las palabras: wich, wicl1 ,
con que indicaba la manifestacion de su sor·presa.
Despues de dos horas ele mímico entretenimiento nos despedimos de ellos regalándoles primero algunos ponchos y mantas y manifestándoles
nuestra intencion de irnos hácia el Sur. N os
miraban con pueril regocijo y se reían cuando
montamos sobre el caballo, contemplándonos despues por algun rato mientras nos alejábamos.
Atravesamos , pues , el torrente que tendría
unos 25 !Iletros de anchura y al anochecer nos
acampamos en la llanura, vigilando siempre para
evitar algun ataque de los indios.
En aquel día nos persuadimos del todo que
ellos no son tan malos como se suele decir.
Merece una palabra de alabanza el buen Doctor Segers, quien con su industria y pacie::J.Cia
supo apaciguar á los indígenas y ponernos con
ellos en comunicacion, así como el Sr. Lista ,
moderador prudente del valor y· animosidad ele
sus soldados en todas las circunstancias.
(Se continuará)

PEREGRINACION DE LOS OBREROS FRANCESES
ú :Ron1a.
TJL~es

h.Ol."as en 'Jí'¡u•in.

El 13 del mes de Octubre, la Peregrinacion
ele las Sociedades obreras francesas - seccion
del Norte - se detuvo algunas horas en 'l'urin.
Componíase de 900 personas , entre las cuales
iban muchos sacerdotes , capellanes de los Círculos católicos y directores de varias otras Obras.
El Sr. D. Leon Harmel, de Val des Bois, y
clos de sus hijos, los señores haron de Monpetit
y Champion, guiaban tan devota y numerosa peregrinacion.

-- :t38 -

--------------

·-----------·---·--------El primer treno llegaba á la estaciOn á las
5 y 112 de la tarde. Algunos Salesianos franceses, mandados por D. Hosco, saludan respetuosamente al Sr. D. Leon Harmel en nombre de
su amado Padre , haciéndole presente su mucho
sentimiento en no poder ofrecerles alojamiento
en el Oratorio por ser demasiado numerosos. Sin
embargo, deseando darles una prueba de lo mucho
que le es grata su venida, olvidándose del. peso
de sus muchos años, promete de venir á verles
con el fin de congratularse con ellos por su noble
empresa.
El Sr. Harmel , aceptando tan hermosa propuesta, señaló· la hora más conveniente para la
anunciada visita.
D. Bosco, pues, acompañado de D. Rua, su vi·
cario general, llegó á las 6 y 112 al sitio donde
le esperaban los peregrinos. Inmediatamente vése
rodeado de Franceses que lo saludan con tales
muestras de afecto y reverencia que no puede
menos de conmoverse visiblemente : aquellas voces
y aquellas caras conocidas tráenle á la memoria
sus viajes hechos por Francia. El Sr. D. Leon
Harmel y el R. P. Asistente de los Hermanos
de S. Vicente de Paul le ayudan á caminar ,
mientras él se acerca muy despacio hácia la sala
de los peregrinos.
Pero D. Bosco se pára á cada paso que dá
para decir con expansion de corazon cuánto le es
grato el hallarse en medio de tantos buenos y
queridos amigos ; reconoce á los que hacía ya
tanto tiempo no veía , y se queda enternecido
hasta el punto de no poder pronunciar palabra
para expresar sus pensamientos. Viendo que todos
los circunstantes no cabrían en aquella sala, Don
Bosco se quedó afuera, desde donde, despues de
haber descansado un ratito , dióles la bendicion,
que extendió á sus familias, amigos , conocidos,
á sus obras é intenciones. Pero el estado de su
salud y el número de los oyentes no permitiéndole continuar en voz tan alta, suplicó á D. Rua
dijese en su nombre algunas palabras , de las
cuales reproducimos aquí el sentido :
« D. Bosco se congratula con los peregrinos
y les dá las gracias , representando ellos á la
Francia católica, á la verdadera Francia, á aquella
cuya resurreccion va acercándose cada vez más,
merced á la misericordia divina y á las admirables instituciones fundadas y sostenidas por la
resoluta voluntad de sus mejores y verdaderos
hijos. Tambien él espera poder concurrir e:ficázmente á aquella felíz resurreccion; conoce muy
bien cuántos medios puede hallar en su temperamento cl'istiano para triunfar de JD.UChos males,
para sanar de heridas profundas. El no tuvo que
hacer otra cosa sino dar una señal, y de este
modo obtuvo para sus obras aquella vitalidad
maravillosa que supera y vence todos los obstáculos y por medio de la cual son como nada todos
los más grandes sacrificios.
» Todo esto es para D. Bosco un motivo particular para dar gracia~ á los peregrinos en un
dia que ellos le proporcionan el hermoso consuelo
de bendecirles por el camino de Roma. Vanguardia del mundo católico, van á anunciar á la

Eterna Ciudad, en un modo tan providencial, la
resurreccion de su patria; los primeros entre los
hijos del Padre comun de los fieles, van á decirle cuánto sufren sus hijos de Francia por sus
dolores, y cuál energía de oraciones y accion
emplearán para obtener el triunfo pacífico del
Vicario de Jesucristo.
» D. Bosco suplica á los obreros que, despues
de haber puesto á los pies del Sumo Pontífice
sus humildes obsequios de filial veneracioil , no
se olviden de rogar ante la tumba de S. Pedro
por toda la familia Salesiana, pidiE3ndole las gracias de que tanto necesita para cumplir con su
mision en la Iglesia de Dios. En fin, él, despues
de exhortarles á visitar el Santuario que erigió
en Roma al Sagrado Corazon de Jesús, promete
celebrar mañana la Misa con intencion de hacer descender sobre toda la Peregrinacion las
más electas bendiciones.
» Desearía aún, antes de darles el adios, dejar
salir de sus labios aquel grito que tiene en el
fondo del corazon : ¡ Viva la Francia! Esto no le
es posible, pero lo que ninguno podrá prohibirle
es de enviar al Señor dicho grito con verdadero
recon®c:i:miento y particular afecto. »
Despues de aquella alocucion, cada uno de los
peregrinos, pasando por delante de D. Bosco y
besándole la m:mo, recibió ele rollillas la benclicion y una medalla de María Auxilladora. 'l'res
cuartos de hora duró aquella conmovedora presentacion, durante la cual D. Bosco no cesaba de
felicitar á todos el viaje, sirviéndose de fórmulas
que no hemos podido retener, pero cuya variedad
era apropiada á la condicion y estado de cada
cual.
Complacíase especialmente en -repetir: « María
Santísima os proteja y guie hasta el paráíso. »
A algunos sacerdotes díjoles: « El Señor os haga
el favor de darle muchas almas. »Un peregrino
de Chartres, diciendo que conocía á D. Bellamy
á quien quería mucho, D. Bosco lo entretuvo un
instante : « Pero entonces, le dijo, si D. Bellamy,
es amigo suyo, Vd. lo será mio, porque tambien
yo lo ,quiero mucho y es grande amigo mio. »
Mientras los peregrinos dejaban á Don Bosco,
subían en los carruajes para regresar á la estacion, donde todos debian encontrarse á las 8 en
punto.
Aquella ardiente veneracion, aquel entusiasmo
de piedad por la persona de D. Bosco era un
espectáculo de profunda edificacion, y la impresion que los católicos franceses dejaron en todos
los que tuvieron la dicha de presenciar tan her~
moso acto será indudablemente imperecedera.
(De nuestro Boletin F1·ancés)



::

B=O::::-

130sus talleres, los atendía en los dias de fiesta con
H!STORIA DEL ORATORIO DE S. FRANCISCO DE SAI~ES. un afecto más que paternal y de ellos hablaba
frecuentemente con todos, llegaron á creerlo po(Continuacion) .
seído de monomanía y con peligro de enloquecer; y por es te motivo se servian de todos los
medios para distraer su atencion del Oratorio.
CAPÍTULO VIII.
Un día el mismo apreciable sacerdote Borelli ante
Nueva y última desconfianza. - Tl)mOI' y llanto de un
el Sr. D. Sebastian Pacchiotti, tambien piadoso
amigo. - D. Bosco es despedido del Re{ugio. - E!
sacerdote, le dirigió ·las siguientes palabras : aislamiento. - Un loco nunca visto. - Peregrinacion
« Mi querido D. Bosco, para no exponernos á
á ia Vfrg.¡;m de Campagnu. - Repic¡ue de campanas.
perderlo todo, es mejor que pongamos en salvo
Un disting·uido escritor francés en un reciente á lo menos una parte. Despidamos por lo tanto
opúsculo sobr·e D. Bosco y su fundacion, hablando del Oratorio á todos los niños, conservando tan
de los jóvenes que al principio frecuentaron el solo unos veinte de los más pequeñitos. Mientras
Oratorio, usa una hermosa comparacion que que- educamos á estos el Señor nos abrirá el camino
remos repetir aquí. « Como en un' día de in- para aumentarlos con el tiempo. » Nuestro Pavierno acuden los pajarillos en gran número al dre Don Bosco , que parecía preveer lo que la
lugar en que una mano providencial arroja las Divina Bondad disponía para más tarde, sin vamigajas que les conservará la vida, asi se agru- cilar un punto , contestó: Bien sabe V d., Señor
paba alrededor de Don Bosco una multitud de Teólogo, con cuántas fatigas hemos lográdf) arniños que el mundo miraba con indiferencia. » rancar del camino del vicio esos pobres niños y
Así es en realidad. Ahora reconocemos que las cuán satisfactoriamente ellos nos corresponden.
lecciones de doctrina, las instrucciones , las plá- Soy por lo tanto de parecer que no deben abanticas, y hechos edificantes que nos refería, las donarse en medio de los innumerables peligros
amenas conversaciones é inocentes diversiones á que están expuestas sus almas en el mundo.
que nos proporcionaba en los días de mayor pe- Me objeta V d. la falta de local Jr de recursos,
ligro para nuestras almas , fueron precisamente pero esa dificultad ha desaparecido ; el local está
los medios que nos preservaron de la irreligio- pronto, y recursos no nos faltan; está á nuestra
sidad, de los malos hábitos y del camino del vi- disposicion una hermosa casa con un vasto patio
cio; fueron nuestra salvacion, nuestra vida. Pero, y un precioso pórtico, una magnífica Iglesia con
continuando con la hermosa comparacion, así sus Sacerdotes, Acólitos, Catequistas y Maestros.
como sucede á veces que una persona importuna - Pero ¿en d6ude están todas esas cosas? pre·
ahuyente los pajarillos que tranquilamente se· guntó el buen P. Borelli. - No puedo todavia
alimentan, y los obligue á refugiarse en otra decírselo, contestó D. Bosco, pero realmente exisparte, así, tambien sucedió á nosotros viéndonos ten, y serán para nosotros. - Al oir estas palaobligados á salir primero del Ospitaletto, des- bras, el teólog·o Borelli , como él mismo nos lo
pues de los Molinos, en seguida de S. Pedro in atestiguaba al referirnos este hecho, se sintió
Vincoli y de la casa de Moretta, y iinalmente profundamente conmovido. Creyó encontrar con
estas afirmaciones una prueba evidente de la lodel vasto prado, como pasamos á referirlo.
Despues de la entrevista con el Marqués de cura de su querido amigo y exclamó : « Pobre
Cavour, Don Bosco creyó poder contar, á lo me- Don Bosco, verdaderamente ha perdido el juicio! »
nos por breve tiempo con un poco de paz y tran- No le fué posible disimular la pena que afligió
quilidad: pero i cuál no sería su sorpresa cuando entonces su corazon, y acercándosele, le besó la
al llegar á su domicilio de regreso del Palazzo mano y se retiró derramando lágrimas abundandi Citta encontró una carta en que los herma~ tes. Tambien Don Sebastian le dirigió una minor Defilippi lo despedían del prado que habían rada de compasion, diciéndo: ¡Pobre D. Bosco !
dado en arrendamiento por todo el año ? « Sus y se retiró lleno de pesar.
Dios permitió que el temor y persuasion del
muchachos , decían ellos , pisoteando continuamente el prado , Recarán las mismas raíces del peligro que corría Don Bosco de enloquecerse
pasto. No tenemos por lo tanto dificultad en con- se hiciese general. Entre otras personas, una fné
donarle el alquiler vencido, con tal de que en el la marquesa Da. Julia Barolo que lo habia llaplazo de quince días nos desolaj e el prado. N o mado para dirigir el Ospitaletto del Refugio.
podemos concederle mayor demor·a. » Teníamos Esta piadosa Señora deseaba que D. Bosco se
forzosamente que retirarnos. Verdaderamente esto hiciese cargo únicamente de la direccion de sus
parecia una conjuracion tramada contra nosotros; institutos de niñas; y áunque un tiempo no se
pero no eran más que pruebas á quo Dios so- oponía á que tambien atendiese á los nL'íos, sin
metía á nuestro Don Bosco para hacer resaltar embargo al tener conocimiento de los obstáculos
más claramente la importancia de la obra que del Municipio, y temiendo que al fin se volviese
loco , aprovechó la ocasion, y se empeñó para
había emprendido.
Apénas se divulgó la voz de esta y otras di- hacer desistir á Don Bosco de sus empresas y
ficultades con que á cada paso tropezaba Don conseguir lo que ella tanto deseaba; pero felizBosco, varios de sus amigos, .lejos de animarlo mente sucedió todo lo contrario. Fué un dia ella
empezaron á aconsejarle desistiese de su empresa. ~ visitar á D. Bosco en su domicilio y le habló
AJgunos tambien al verlo tan preocupado con ws del modo siguiente: « Estoy muy satisfecha de
muchachos , que los visitaba frecuentemente en las atenciones que V. R. presta á mis Institutos,

y le doy las gracias por haber introducido
en ellos el uso de los cantos sagrados , y enseñado en las escuelas la aritmética y el sistema métrico y muchas otras cosas de grande
utilidad. » - No tiene Vd. motivo -para darme
las gracias , contestó Don Bosco ; el sacerdote
está obligado en conciencia á trabajar , por lo
tanto no he hecho más que cumplir con mi deber, y de Dios espero la recompensa, si es que
la he merecido. - « Quiero tambien decirle ,
que siento mucho que la multiplicidad ele sus
tareas hayan deteriorado algo su salud. No es
probable que V. R. pueda continuar con la direccion de mis Institutos y la de los niños abandonados, sobre todo teniendo en vista su crecido
número. Le propongo por lo tanto que V. H.
atienda tan solo á lo que es su estricta oblig·acion y cese de visitar á los presos, á los enfermos, y sobre todo abandone el cuidado de los
niños. ¿No le parece bien?- Señora marquesa,
Dios me ha ayudado hasta ahora, y espero que
no dejará de ayudarme en adelante; no tema
pues Vd. del porvenir; con el teólogo Borelli y
D. Sebastian arreglarémos todo con satisfaccion
de Vd. - « Pero yo no puedo permitir que
V d. se abrevie la vida; tantas y tan diferentes
ocupaciones tarde ó temprano acarrearán perjuicio á su salud y á mis Institutos. Además las
dificultades ele la autoridad civil, los rumores que
corren respecto á sus facultades mentales me obligan á aconsejarle ... - Aconsejarme, ¿qué cosa,
señora? - Abandone V d. su Oratorio, ó mi Hospital. Reflexione V. R. sobre esto, y despues me
contestará. - Ya he reflexionado bastante; y
estoy en el caso de poderle dar inmediatamente
la contestacion: Tiene V d. dinero y abundancia
de medios, y encontrará fácilmente todos los sacerdotes que necesite para sus Institutos. No
pasa eso con los pobres niños, no puedo por lo
tanto ni debo abandonarlos. En adelante haré por
el Refupio , lo que me sea 11osible, pero cesaré
de atenderlo con regularidad para poder consagrar más atenciones á los niños. -Pero i cómo
podrá. Vel. vivir sin paga? ~ Dios no ha permitido hasta ahora que me haya faltado cosa
alguna, .Y espero que lo mismo será en adelante.
- Pero V. R. está mal de salud; su cabeza está
muy fatigada, necesita deseanso. Escuehe, pues,
mi consejo de madre, Seüor D. Bosco., y yo eontinuaré pasándole el mismo sueldo, y lo aumentaré tambien si gusta. Retírese por algun tiempo
á un lugar donde pueda descansar, y cuando se
haya restablecido volverá y siempre será bien
recibido. De lo contrario V. R. me pone en la
dura necesidad de despedirlo de mi casa. Si me
obliga á dar este paso, V. R. se cargará de deudas por sus niños ; vendrá á solicitarme con recursos, y desde ahora le declaro que rechazaré
todo pedido. H.e:flexiónelo sériamente. -- Yo ya
lo he reflexionado desde hace mucho tiempo, sefiara Marquesa: he consagrado mi vida en bien
ele los niños desgraciados, y nadie me hará desistir
de mis propósitos. - ¿Es decir que Vd. prefiere
sus vagabundos antes que mis Institutos? Si es
así, V. R. queda separado de mi ce~sa: hoy mismo

buscaré quien lo sustituya. - D. Bosco le hizo
obeservar que una separacion tan repentina habría dado ocasion á sospechas deshonrosas, y que
sería mejor proceder con calma, y conservar entre ellos aquella misma caridad con que se habrían tratado en el tribunal de Dios. Al oir esto,
la Marquesa se tranquilizó un poco y concluyó
diciendo : -· Pues bien , le doy tres meses de
plazo para dejar la direccion de mis Institutos.
- Don Bosco aceptó la propuesta , y lleno de
confianza en Dios se entregó á su Providencia
siempre amorosa.
Entre tanto la voz de que nuestro padre y
afectuoso amigo se había enloquecido ó estaba
para enloquecerse se divulgaba cada dias más en
Turin. Sus verdaderos amigos lo sentían sobremanera; los indiferentes ó envidiosos se burlaban de él; y casi todos, áun los mismos que antes le habían prestado su apoyo, se alejaban de
él; de modo que durante varios dias festivos
presenciamos á Don Bosco completamente solo
en el Oratorio esperándo á más ele 400 niños.
Este aislamiento habría desanimado al más resuelto y :firme; pero no permitió Dios que esto
sucediese con nuestro Don Bosco ) que contínuamente repetía: Dios es rni fortaleza y mi refugio; en él colocaré mi esperanza. En obsequío á la verdad debemos confesar que no todos los
eclesiásticos abandonaron á Don Bosco en aquellos
c1ias de duras pruebas; y nos es grato declarar
que especialmente el Sr. Caffasso y Monseñor
Fransoni no cesaron de alentarlo con sus palabras y consejos. Y fué verdaderamente una dicha que entonces gobernase la diócesis de Turin
un Arzobispo tan versado en los caminos de la
Providencia y tan aficionado á Don Bosco y á
su Oratorio; á no ser así, su obra habría tenido
entonces su término.
En aquel tiempo en qne Don Bosco era t<mido
por loco, sucedió un episodio bastante gracioso.
Algunos respetables y caritativos sacerdotes ele
Turin, resolvieron tentar la cura.
« Este buen saeerdote , decian ellos, tiene su
imaginacion algo perturbada y puede comv1etamente enloquecerse; su mal, estando todav1a en
principios, podrá ser vencido con una asistencia
esmerada. Llevémoslo á la Residencia de locos.
y allí con las debidas consideraciones se le hará
todo lo que el arte y la caridad aconseje. » Se
dirigieron por lo tanto al Hospicio de locos y lw. ·
blando con el Director consiguieron un puesto
para el pobre Don Bosco. Despues de esto, dos respetables sacerdotes, el teólogo Ponsati, cura de se~n
Augustin, y otro piadoso al par que docto sacerdote que todavía vive, fueron los encargados
de llevar con buenos modos á D. Bosco al Hospicio de dementes.

(Se continuará)

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - ·--------·----·-·
Con aprobacion !le ia Ant.. Eúlesiiistica - Gerente nHTEO GlllG!JlONE

'Fnrin, 1837 ·- Tipograiia SalesliL!Hl,

Sl~LECTA_

EX Cl1RISTIANIS SCRIPTORIBVS
IN 'lSV:l\1 SCI-IOLAR"'"vlvf
Vol. in-160 parvun:-1.
--~

I.

De viris illustribus liber sin0
gularis: Vitae sancti Pauu
JlreJn~itaey S. Hilarionis Ere1nitae, Jlfalchi llfonaclli
et B'pistolae selectae cun1 adnotationibus Joannis Tamiettii Sac. Doct.
. . . . . . . . · Pes. O, 80
1{1. "



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Historiae Sacrae libri II cun1

adnotationibus JoannisTalniettii Sac. et polit. Litt. Doctoris . . .
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HI.

- Vita Sancti Martini; edidit atque adnotat. illustravit

Joannes Tan1iettius Sac. Doct.

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. . . .

))

0,40

IV.
De mortibus persecutorum. Liber

unus, cum adnotationibus Joannis Tamiettii Sac. politior. lit. Doct. in-16° pag. 88 )) 0,60

A·. V·g.-,. VSÍ. l:fi~- . l:

v.
De Civitate Dei. Líber quintus:

edidit Sac. Joannes Tanliettius
politiortun litterarun1 Doct.
. . , . . . . >) 0,40
~

VI.

. Cypriani

liber de Mortaiitate et Epistola ad
Demetrianum, cun1 adnotationibus

Sac. Joannts Tan1iettii . . . ' . . . .

) o' 4o

SELECTA EX LATINIS SCRIPTORIBVS IN VSVM
l. PLA VTI (i\L Attii) 'I'rim.11.mus. Ad recentiores eclitiones exegit, animadversionibus auxit et scholasticis
praelectionibus accommodavit Th. Vallaurius. Edicion 3a,
1872; un vol. de pág. 144 .
Poset. - 60
II. - Auhdaria. Ad recentiores editiones exegit, anima(lversionibns anxit et seholasticis praelectionibus accommodavit. Th. Vallaurins. - Edicion 3a, 1872; un
vol. de 130 prtg. . . . . . . . . . 11 - 60
III. CAJE§AIUS (0. Julii) De bello civili Commentarhun líber I et II. - Edicion 2a, 1883 ; un
vol. de 68 pág. . . . . . . . . . ¡¡ - 25
IV. - De beU:o g·aUic@ Commeniariorum liber I et II.- Edic. 1P, 1884; un vol. de 52 p. n - 20
V. CICl'ERONllS (M. Tullii) Cato Maior, sen de
senoctute et de Somnio Scipionis. - 1866; un vol. de
48 p6.g. . . . . . . . ' . . .
)) - 20
VI. - E¡~:istolarum selectarum liber I. - Edicion 2'1, 1884; un vol. de 48 pág. . .
11
20
VII. - JEpistola:n.·um §electarum liber II.- 1882;
un vol. do 40 pág. . . . . . . . . · ll - 20
VIII. - Phili¡¡:!lpica iH in M. Antonium et omt-io
pro Archia poeta. -1881 un vol. de 32 pág.
11
15
IX.· NlEJPOTIS (Oornelii) Vitae exc,e:llentium
IJ!nll_JieratoJt•un1. in usum adolescentulorum. -- Eclicion 3", 1883; un voL do 112 pág.
ll
50
X. '.l'ACI'ií'! (C. Oornelíi) VH.a C. JuHi Ag·rico.l.ae.
- 1886; un vol. de 28 p~cg. . . . . . n - 2.0
XI. ORA 'JI'H I<'LACCI (Quin ti) Ex lil~>ris Odaruin selecta. Arlnotationlbns auxit et illustravit Sac.
J. B. Francesia Doct. -1867; tm vol. de 76 p. ll - 25
XII.- Satyrae et Epi§tolae. Aclnotationibus auxit et
illustravit J. B. l~'nmcesi¡¡ Sac. - 1867; un vnl. de
64 p{cg. . • . • . . . • . .
n - 20
XIII. LJHIOMOND (C. 11'.) E].>iil:ome H:istoriae
Sac:l'ae grammaticae stutliosis pmescüptum cui accodit lexicon latino-itltlicum. - Edicion 4", 1885 ; un
vol. de 116 pág. . . . . . . . . . n - 60
XIV. LHVU (Tití) Hi§{m•iaJt•um libar I. ·- Edic. 3a,
1882; un vol. de 68 pág. . . . . . . ¡¡ - 30
XV.- Histor:iarum líber XXI et XXII.- Ed[c. 4", 1888;
m1 vol. de 120 pág. . . .
n - 40
XVI. OVIDU NASOr~nrs (Puhlii) Ex o¡>erihu§
§electa in nsmn seholarnm. Adnotationibus auxit et
illustravit Sac. J. B. Fmncesia Doct. - Eclic. 2a 1883;
un vol. de 64 ptig. . . . . •
¡¡
20
XVII. CVR'.li'il (Q. Rufi) De rebus ge§ti§ A!!e~
xa:nd:n.•i Magni. Histor. lib. III et lV.- 1882; en
16°, de 78 lJ:Íg, . . . . . . . . . 11 - O 30
XVIII. PHAEDRI (Augusti liberti) l<'abularuin Aesopiarum liber I et II crebris notis exornati. Edic. 3a, 1881; un vol. de 32 pág. . . . ll - - 15
XIX. - Fab'l.darum. AeSOJ:~iarum líber III, IV et V
crobris notis exorna ti. -1882; un vol. de 48 p. ll - 15
XX. PLINII (OaeciliiSecundi) Ex epist.olis selecta.
·- 1867; un vol. de 48 pág. . . .
n - 20
XXI. SALLV§'JrU (0. Orispi) De conjuratione
Catilinae historia. - Edic. 2", 1882; un vol.
de 48 pág. . . . . . . . . .
n - 20
XXII.- De beUo jug·urthino historia. - Eclic.
2\ 1883; un vol. de 70 pág.
. . . •
- 30
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SCHOLAHV~f

XXIII. VilHGiLH 1\1IARONIS (Pulllii) AEneis.
- 1882; un vol. do 268 pág.
. Peset - 75
XXIV. - Bu.colica et Georgica. - 1884; un vol.
de 88 pág. .
. . . . . . .
- 25
XXV. PLAV'Jrl (:M. Attii) Captivi. Comoedia ex recensione Fr. Hen. Bothe a taurinensi editor e passim emendata. Accedunt animadversiones in dissertationem ll'ricl.
Ritschelii (le Plauti poiitae nominibus. - Edic. 2&, 1885;
un vol. de 80 pág. . . . . . . . .
- 40
XXVI. CICERONIS (M. Tullii) Philippica U in
M. Antonium. Recensuit, adnotationibus auxit
Joannes Baccius Sac. - Edic. 2a ampliada, 1881; nn
vol. de 80 pág.
. . . . . . .
40
XXVII. TJBRVJiLLI (Alhii) Carm:ina castig·ata crebris notis exornata. - Edicion 4'', 1882; un vol. di
100 pág. . . . .
. . . . . .
- 40
XXVIII. L llCUl'ETltli (Ti ti Cari) De J.•eru:n.n nabu•a.
In usum tirouum selegit, adnotationibns anxit Joan.
Baccius Sac. - 1884; nn vol. di 88 pág.
- 40
XXIX. LIV:HJ[ (Titi) i:!ListoK·iar1LHJlJl liber II. In usum
tironum cunwit, interpretationibus auxit Joan. Baccius
Sac:. - Edic. 1'\ 1882; un vol. di% p{tg.
- 40
XXX. P 1'\.LVIWHU (Aloysii) Miuerval. Como odia. 1877; un vol. de 64 pú.g. . . . . . .
- 40
XXXI. CllAClEl!:lONIS (M. Tullii) 'Jrusculauarum.
d.isputatio:num. líber I. In usum tironum curavit,
aclnotationibns auxit Joan. Baccius. - 187\J ; un vol.
ele 96 pftg. . . . . . . .
- 40
XXXII.- '!'usclldana:n.•un.l di§putatiomLllllJl}.liber II.
In usum tironum curavit, adnotatiouibLlS ~wxit Joan.
B11ccins. - 1879; un vol. clo 68 pág. . .
- 40
XXXIII. - Laelhll§, si ve de amieitia. Dialogus lttl T. Pomponium Atticum. -1880; un vol. de 40 pág.
- 20
XXXIV. §AlL.JLV§'JrH (0. Crispí) De beH.o .Jugurtbino. Historia iu usum tironum; curavit, aclnoüttionibus
auxit Joannes Baecius Sacer. - 1882; 811-16° de
160 pág. . . .
60
XXXV. -- De ~o:njuraitione Catilinae historia.
In usum tironum curavit, aclnotationibus auxit Joan. Bac- 40
cius 0ae. - 1882; on-16°, pág. 95 . . .
XXXVI. OVIDU (P. Nasonis) Ex MetamoJt•phosiblU!§ selecta in usum scholarum, curante l. Bartolio.
- 1883; en-11) 0 • p{Lg. 164. . . . . .
- 60
XXXVII. lP' LJ!NU ( Caeeilii Secunüi) P anegyricus
Traiano l1nperatori dictus, cm·ante Vine.
J,anfranchio.- 3" eclic., 1884; en-16°. p. 80
n - 30
XXXVIII. VIRGIJLJiLI Bucollica et Georgica:.
in us um tiromun curavit, adnotationibus auxit Joannes
Baccíus Sac., accerlit carmen Cometes Australis, an.
MDCCCLXXXII.- 1884; cm-16° de 204 pág.
-:-- 80
XXXIX. CLA VDJIANI (Ciandii) De E:laptu Pro=
serpinae. Libri III, recensuit et variis lectionibus
. . . . ll - 40
auxit V. Lanfrancllius
XL. VJtRGiJt,U 1\'iARONI§ (Publii) Aeneis ex
recensioue Ch:n.•. Gottl. He)J'ne. - Variis
lectionibus instruxit atque aclnot::ttiuncmlis illustravit
- 50
Vincentius Lanfranchius; libri tres priores
XLI. F ABH QV.íN'I'ILilt.. NJI. ln§titu.tiones
Oratoriae (líber clccimus)- un vol. en-16° de 10(}
pág. . .
80
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Conjuntos de fichas
Boletines publicados en 1887